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TESIS
“Efecto de la toxoplasmosis aguda en el consumo de glucosa en un
modelo murino”
PRESENTA
Luis Alfredo Pacheco Ramón
Con todo mi cariño y mi amor para las personas que hicieron todo en la
vida para que yo pudiera lograr mis sueños, por motivarme y darme la mano
cuando sentía que el camino se terminaba, a ustedes por siempre mi corazón
y mi agradecimiento a mi papá Roberto Pacheco Rivera y a mi madre Alicia
Ramón Acosta gracias por creer en mí y estar siempre conmigo
apoyándome.
ÍNDICE DE TABLAS
i
Índice de graficas
GRAFICA 2 Diferencia del consumo de glucosa de parásito con insulina y sin insulina 31
GRAFICA 3 Concentración de glucosa en grupo control y grupo infectado 32
GRAFICA 4 Producción de insulina del grupo control y grupo infectado 33
i
Abreviaturas y símbolos
a. C Antes de Cristo
ADA Asociación Americana de Diabetes
AMPc Adenosin monofosfato cíclico
anti-GAD Decarboxilasa del ácido glutámico
ATP Adenosina tri-fosfato
Ca++, Catión de calcio
Da Dalton
DM Diabetes mellitus
DM1 Diabetes mellitus tipo 1
DM2 Diabetes mellitus tipo 2
DNA Ácido desoxirribonucleico
ENSANUT Encuesta nacional de salud y nutrición
GDO glucosa oxidasa
GMPc Guanosina monofosfato cíclico
Grb2 Receptor de factor de crecimiento 2
HLA Antígeno leucocitario humano
ICA Anticuerpos antiislotes
IMSS Mexicano del Seguro Social
mg Miligramos
mL Mililitros
PBS Solución buffer de fosfato
PM Peso molecular
PTPasa Fosfatasa de fosfotirosina
R Receptores
RFLP Polimorfismos de los fragmentos de restricción
RI Receptor de la insulina
rpm Revoluciones por minutos
SIDA Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
TA Temperatura ambiente
Tg Toxoplasma gondii
TgGT1 Transportador de glucosa de Toxoplasma gondii
TgST1 - 3 Transportadores adicionales putativos de azúcar de
Toxoplasma
TNF-α Factor de necrosis tumoral-alfa
uL Microlitros
i
Resumen
La diabetes mellitus y la toxoplasmosis son enfermedades de gran incidencia en el mundo y
debido a que la toxoplasmosis se presenta en su mayoría como una enfermedad asintomática, en
la actualidad no se encuentran estudios que relacionen estas dos enfermedades.
Mientras que por otra parte, debido a los malos hábitos alimenticios, la toxoplasmosis es una
enfermedad de gran incidencia no solo en México, sino en todo el mundo debido a su forma de
trasmisión y a sus huéspedes intermediarios. El toxoplasma gondii al ser un parásito que consume
ATP para continuar su ciclo biológico y poder invadir al huésped, pudiera de igual forma
consumir glucosa de personas diabéticas debido a que ésta se encuentra en exceso; por lo que el
objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto de la parasitosis por toxoplasma gondii sobre el
metabolismo de glucosa en roedores.
Los resultados obtenidos en las pruebas in vivo e in vitro muestran que el estímulo de insulina
sobre el parásito en un medio de glucosa provoca que el toxoplasma gondii realice un mayor
consumo de glucosa por un mecanismo aun no conocido. Al comparar los experimentos in vitro
se comprobó que en las pruebas que contenían el estímulo de insulina fue en donde hubo una
mayor disminución de glucosa por lo que se puede sugerir, que la insulina activa un mecanismo
en el parásito en el cual provoque que haya un mayor consumo. Al evaluar los experimentos in
vivo se determinó que en las concentraciones de glucosa e insulina en suero de ratones infectados,
el parásito afectó al huésped, causando una hipoglucemia significativa mientras que en el caso de
la insulina a pesar de observar una tendencia de una “hipoinsulinemia” no se observaron cambios
significativos en ésta.
1
1.0 Introducción
La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes, con la creciente prevalencia a
nivel mundial. Se estima que actualmente hay 366 millones de personas con diabetes, una cifra
que se espera que aumente a 552 millones en 2030. Se caracteriza por desórdenes en el
metabolismo de carbohidratos, conllevando a un estado de hiperglicemia y el desarrollo de
complicaciones en muchas funciones vitales.
De acuerdo a la clasificación ofrecida por la Asociación Americana de Diabetes la diabetes la
podemos encontrar como tipo 1(insulinodependiente) que a su vez se puede subclasificarse en
autoinmune (1a) o idiopática (tipo 1b); tipo 2 (no insulinodependiente) y otros tipos específicos
de diabetes.
Por otra parte, se estima que el 25% de la población humana se encuentra infectada por
Toxoplasma. Su prevalencia depende de varias adaptaciones evolutivas que le han permitido una
transmisión eficiente. Los gatos pueden excretar hasta más de 1x107 Ooquistes por día durante la
infección aguda, los cuales luego pueden contaminar tanto los alimentos como el agua.
2
2.0 Marco teórico
La diabetes mellitus era ya conocida antes de la era cristiana. En el papiro de Ebers descubierto
en Egipto y que data al siglo XV a. C., ya se describen síntomas que parecen corresponder a la
diabetes. Fue Areteo de Capadocia quien, en el siglo II de la era cristiana, le dio a esta afección el
nombre de diabetes, que significa en griego correr a través, refiriéndose al signo más llamativo
que es la eliminación exagerada de agua por el riñón, expresando que el agua entraba y salía del
organismo del diabético sin fijarse en él.
En 1775 Dopson identificó la presencia de glucosa en la orina. Frank, en esa época también,
clasificó la diabetes en dos tipos: diabetes mellitus (o diabetes vera), y diabetes insípida (porque
esta última no presentaba la orina dulce). La primera observación de necropsia en un diabético
fue realizada por Cawley y publicada en el “London Medical Journal” en 1788. Casi en la misma
época el inglés John Rollo atribuyó la dolencia a una causa gástrica y consiguió mejorías notables
con un régimen rico en proteínas y grasas y limitado en hidratos de carbono. Los primeros
trabajos experimentales relacionados con el metabolismo de los glúcidos fueron realizados por
Claude Bernard quien descubrió, en 1848, el glucógeno hepático y provocó la aparición de
glucosa en la orina excitando los centros bulbares.
En la segunda mitad del siglo XIX el gran clínico francés Bouchardat señaló la importancia de la
obesidad y de la vida sedentaria en el origen de la diabetes y marcó las normas para el
tratamiento dietético, basándolo en la restricción de los glúcidos y en el bajo valor calórico de la
dieta. Los trabajos clínicos y anatomopatológicos adquirieron gran importancia a fines del siglo
pasado, en manos de Frerichs, Cantani, Naunyn, Lanceraux, etc. y culminaron con las
3
experiencias de pancreatectomía en el perro, realizadas por Mering y Minkowski en 1889. La
búsqueda de la presunta hormona producida por las células descritas en el páncreas, en 1869, por
Langerhans, se inició de inmediato.
Hedon, Gley, Laguesse y Sabolev estuvieron muy cerca del ansiado triunfo, pero éste
correspondió, en 1921, a los jóvenes canadienses Banting y Charles Best, quienes consiguieron
aislar la insulina y demostrar su efecto hipoglucemiante. Este descubrimiento significó una de las
más grandes conquistas médicas del siglo XX, porque transformó el porvenir y la vida de los
diabéticos y abrió amplios horizontes en el campo experimental y biológico para el estudio de la
diabetes y del metabolismo de los glúcidos.
Los síntomas principales de la diabetes mellitus son emisión excesiva de orina (poliuria),
aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y
pérdida de peso sin razón aparente. La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de
diabetes mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo), cada una con
diferentes causas y con distinta incidencia. 2
En 1997 la Asociación Americana de Diabetes (ADA), propuso una clasificación que está
vigente. Se incluyen 4 categorías de pacientes y un 5º grupo de individuos que tienen glicemias
anormales con alto riesgo de desarrollar diabetes.3
4
Se presenta como consecuencia de la destrucción progresiva a total de las células beta de los
islotes de Langerhans del páncreas, lo que lleva a la disminución gradual de la producción de
insulina. La destrucción de las células beta de los islotes es un proceso autoinmune motivado
por la hiperreactividad de las células T las cuales ante factores externos, no muy bien
identificados, atacan las células beta propiciando la liberación de antígenos no reconocidos por
el organismo Estos antígenos inducen la producción de autoanticuerpos. La cascada autoinmune
es progresiva y genera una lenta disminución de los niveles de insulina durante meses o años y
solo cuando han desaparecido aproximadamente el 80-90% de las células beta función antes, se
presentan los síntomas clínicos clásicamente conocidos como poliuria, polidipsia y pérdida de
peso.
La Diabetes mellitus tipo 1 (DM1) se caracteriza generalmente por la presencia de anticuerpos
anti-GAD (decarboxilasa del ac. glutámico), asociados a genes antígeno leucocitario humano
(HLA), originando la destrucción de las células β pancreáticas, los procesos autoinmunes que
conducen a esta destrucción de células beta a la larga pueden conducir a la DM en el que "la
insulina es necesaria para la supervivencia", para prevenir el desarrollo de cetoacidosis, coma y
muerte. 2
Un individuo con este tipo de enfermedad puede ser metabólicamente normal antes de que la
enfermedad se manifieste clínicamente, sin embargo el proceso de destrucción de células beta
puede ser detectado. En algunos pacientes con esta forma clínica de diabetes, especialmente los
no caucásicos, no hay evidencia de un trastorno autoinmune demostrable.
Se ha observado una mayor prevalencia de esta forma clínica en sujetos que presentan ciertos
antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad HLA que se encuentran en el cromosoma 6
y que controlan la respuesta inmune. La asociación de la Diabetes Mellitus tipo 1 con antígenos
HLA DR3, DR 4, DQA Arg 50 y DBQ No Asp 57, estaría reflejando una mayor susceptibilidad a
desarrollar la enfermedad. Para que ello ocurra se requiere de otros factores ambientales como
virus, tóxicos u otros inmunogénicos. Esto explica por qué sólo el 50% de los gemelos idénticos
son concordantes en la aparición de este tipo de diabetes.
Los individuos susceptibles, frente a condiciones ambientales, expresan en las células beta del
páncreas antígeno del tipo II de histocompatibilidad anormales, que son desconocidos por el
5
sistema de inmunocompetencia del sujeto. Ello inicia un proceso de autoinmunoagresión, de
velocidad variable, que lleva en meses o años a una reducción crítica de la masa de células beta y
a la expresión de la enfermedad. En la actualidad, es posible detectar el proceso en su fase pre-
clínica (Prediabetes) a través de la detección de anticuerpos antiislotes (ICA) y antiGAD, los
cuales en concentraciones elevadas y persistentes, junto a un deterioro de la respuesta de la fase
rápida de secreción de insulina permiten predecir la aparición de la enfermedad. Si bien el
fenómeno de la autoinmunoagresión es progresivo y termina con la destrucción casi total de las
células β, la enfermedad puede expresarse antes que ello ocurra, al asociarse a una situación de
estrés que inhibe en forma transitoria la capacidad secretora de insulina de las células residuales.
En la etapa clínica puede haber una recuperación parcial de la secreción insulínica que dura
algunos meses (“luna de miel”), para luego tener una evolución irreversible con insulinopenia
que se puede demostrar por bajos niveles de péptido C (< 1 ng/ml). Los pacientes van entonces a
depender de la administración exógena de insulina para mantener la vida y no desarrollar una
cetoacidosis. 4-5
En México, la DM2 se ubicó por primera vez dentro de las 10 primeras causas de mortalidad en
1978, y para el grupo de edad de 55 a 64 años es la primera causa de mortalidad. En la
ENSANUT 2012, tanto en hombres como en mujeres se observó un incremento importante en la
proporción de adultos que refirieron haber sido diagnosticados con diabetes en el grupo de 50 a
59 años de edad, similar en mujeres (19.4%) y en hombres (19.1%). Para los grupos de 60 a 69
años se observó una prevalencia ligeramente mayor en mujeres que en hombres (26.3 y 24.1),
respectivamente que se acentuó en el grupo de 70 a 79 años (27.4 y 21.5%), respectivamente.
6
En un estudio sobre la mortalidad por DM2 en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),
ésta fue considerada como la principal causa de mortalidad en México y el Estado de Nuevo
León en el Noreste del País presentaba la mayor tasa de mortalidad ajustada por edad (45.29) en
todo el país. Cuenta con 3, 834,141 habitantes de los cuales, el 80% se concentra en el Área
Metropolitana de Monterrey, y de éstos, desde 1910 el 60% ha inmigrado de otros Estados.6
Una vez que se rompe el equilibrio entre resistencia insulínica y secreción, se inicia la expresión
bioquímica (intolerancia a la glucosa) y posteriormente la diabetes clínica. Los individuos con
intolerancia a la glucosa y los diabéticos de corta evolución son hiperinsulinémicos y esta
enfermedad es un componente frecuente en el llamado Síndrome de Resistencia a la Insulina o
Síndrome Metabólico. Otros componentes de este cuadro y relacionados con la
insulinoresistencia y/o hiperinsulinemia son hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, gota,
aumento de factores protrombóticos, defectos de la fibrinólisis y ateroesclerosis. Por ello, estos
sujetos tienen aumentado su riesgo cardiovascular. La obesidad y el sedentarismo son factores
que acentúan la insulina-resistencia. La obesidad predominantemente visceral, a través de una
mayor secreción de ácidos grasos libres y de adipocitocinas (factor de necrosis tumoral alfa,
interleucinas 1 y 6) y disminución de adiponectina, induce la resistencia insulínica. Si coexiste
con una resistencia genética, produce una mayor exigencia al páncreas y explica la mayor
precocidad en la aparición de DM2 que se observa incluso en niños. 7,8
La DM2 es una enfermedad progresiva en que a medida que transcurren los años su control
metabólico se va empeorando, producto de la resistencia a la insulina y al mayor deterioro de su
secreción. 15
7
Predisposición genética Medio ambiente
Defectos Obesidad
genéticos
múltiples
Trastorno de Aprovechamiento
secreción de inadecuado de
la insulina glucosa
HIPERGLUCEMIA
Agotamiento de las
células beta
DM2
3.0 Insulina
Las sustancias orgánicas ricas en energía, constituidas fundamentalmente por glucosa
aminoácidos y ácidos grasos, procedentes de la transformación de los alimentos deben penetrar
en el interior de las células, a las que sufren sucesivos procesos metabólicos de transformación
para poder ser aprovechadas; la insulina tiene fundamentalmente la función de favorecer el
8
transporte de la glucosa y los aminoácidos a través de las membranas celulares: en su esencia de
glucosa, que constituye una de las principales fuentes de energía para el organismo, no puede ser
utilizada, se acumula en la sangre y, cuando alcance una concentración hemática elevada, es
eliminada por vía renal, con la orina; la perdida de glucosa por vía urinaria supone la pérdida del
material energético y, por lo tanto el organismo desencadena una serie de reacciones y
adaptaciones que son la esencia fundamental de la enfermedad diabética y que tiene el fin
principal de encontrar nuevas fuentes de energía para utilizarlas.14,15
Además la cadena A, tiene también un puente interno de disulfuros entre los aminoácidos A-6/A-
11. La integridad de la molécula es indispensable para ejercer las acciones farmacológicas. Las
cadenas A o B, separadas luego de la destrucción enzimática de los puentes de disulfuro, carecen
completamente de acciones farmacológicas. Los aminoácidos de las posiciones B-22 y B-30, son
9
indispensables para el mantenimiento de las acciones metabólicas de la insulina. Las acciones de
crecimiento, se relacionan con los aminoácidos A-4; A- 20, A-21, B-10, B-13, y B-26.27
La insulina se sintetiza en los ribosomas del retículo endoplásmico rugoso de las células beta de
los islotes, como pre y proinsulina, que tiene 109 a.a. Este precursor pierde enzimáticamente
algunos aminoácidos, y se transforma en proinsulina de 83 aminoácidos de cadena única en
espiral. La proinsulina, se transforma en insulina en el aparato de Golgi de las células beta, por un
proceso enzimático, Dando lugar a la insulina y a un péptido conector o péptido C (figura 3), de
32 aminoácidos, que se acumula en gránulos secretorios ligados al Golgi, en el citoplasma
celular. Los gránulos que contienen cantidades equimoleculares de insulina y péptido C, son
10
liberados por emiocitosis, con participación del calcio como activador de los microtúbulos y K, y
Zn. La proinsulina posee una serie de acciones similares a la insulina. El péptido C, en cambio
carece de acciones, desconociéndose su rol fisiológico. Tanto la proinsulina (en pequeñas
cantidades), como el péptido C, circulan en el plasma sanguíneo. La insulina circula en plasma
formando dímeros o hexámeros, los que se separan en moléculas individuales. En general, todos
los agentes que activan el AMPc intracelular, ya sea por activación de la adenilciclasa, o por
inhibición de la fosfodiesterasa (sulfonilureas, teofilina), estimulan la secreción de insulina.27, 28
El gen responsable de la síntesis está en el brazo corto del cromosoma 11. El primer péptido de su
síntesis es la "pre-proinsulina". En el retículo endoplásmico se pliega espacialmente con 2
puentes disulfuros, formándose la "proinsulina". En el Golgi se estructura una membrana
alrededor de un número de moléculas, constituyendo un gránulo. Por la acción de enzimas
proteolíticas la pro-insulina genera cantidades equimolares de insulina y péptido C.
11
Tienen una estructura similar a las inmunoglobulinas, y están constituidas por dos subunidades
alfa PM 125,000 Day dos subunidades beta (PM 90,000 Da aproximadamente). Estas
subunidades se disponen en forma simétrica. Las subunidades alfa se ligan entre sí por puentes de
disulfuro, en tanto las subunidades beta, también, a través de puentes de disulfuro, se unen a cada
subunidad alfa.27
12
podría causar una inhibición de la adenilciclasa y disminución de AMPc intracelular. Algunas
acciones de la insulina podrían tener este origen.27
También el GMPc (guanosina monofosfato cíclico), fue considerado como un posible mediador
de la insulina, y el catión Ca++, desencadenante de numerosos procesos biológicos por su entrada
o salida de las células. Pero aún no ha sido posible demostrar con certeza la participación de los
mediadores mencionados en el mecanismo de acción de la insulina.
Recientemente fue aislado un péptido pequeño de PM 1000- 1.500, que aparece en las células
como un producto de la proteólisis parcial del R de insulina. En los procesos de internalización,
movilización y posterior reinstalación del receptor en la membrana, se producirían también la
reparación del RI, con recuperación del péptido perdido. Este péptido sería el mediador de varias
funciones intracelulares de la insulina como estímulo a desfosforilaciones (activación de ciertas
fosfatasas, o a fosforilaciones (activación de kinasas) de sustratos específicos.27, 28,29
13
La mayoría de los estudios que buscan explicar las etiopatogenias de la resistencia a la insulina se
han llevado a cabo en modelos experimentales, posteriormente extrapolados a humanos. Un
grupo de estudios compara la expresión de diferentes genes en tejido adiposo, hígado y músculo
esquelético, mientras que otro grupo analiza las concentraciones séricas de adipocinas en
población delgada, obesa y diabética.
14
metabólico, mientras que los ratones carentes de RI en hígado presentan intolerancia a la glucosa
e hiperinsulinemia
El RI fosforilado activa la cinasa del SRI, con fosforilación de tirosina. Hasta el momento, se han
descrito cuatro. SRI-1 y 2 se expresan en casi todas, SRI-3 sólo en tejido adiposo y el SRI-4 en
timo, cerebro y riñón. Estudios experimentales sugieren que SRI-1 es importante en la
señalización de insulina en músculo y el SRI-2 en hígado, tejido adiposo y músculo. SRI-3 y 4
tienen poca importancia en la señalización de la insulina.
La actividad tirosina cinasa del RI y sus SRI en rabdomiocitos de pacientes obesos y pacientes
diabéticos está disminuida. Por otro lado, los SRI se fosforilan por cinasas de serina, forma de
activación que no conduce la señalización de la insulina. Hotamisligil et al, demostraron que la
exposición crónica a factor de necrosis tumoral-alfa (TNF-a, por sus siglas en inglés) disminuía
dramáticamente la autofosforilación del RI y su SRI-1. El mismo grupo demostró que la
administración de anticuerpos neutralizantes de TNF-α a ratones carentes del receptor de leptina
produce un aumento en la actividad tirosina cinasa del RI y su SRI-1, con mayor sensibilidad a la
insulina en tejido adiposo y músculo esquelético, sin cambios en la sensibilidad hepática.
Posteriormente, Liangyou Rui, propusieron que una cinasa, después identificada como cinasa
inhibidora de NF-kB (IKK, por sus siglas en inglés), promueve la activación serina cinasa de
SRI-1 por TNF-a.
Los SRI fosforilados por tirosina cinasas interactúan con PI3-K, con la fosfatasa de fosfotirosina
(PTPasa, por sus siglas en inglés) y con la proteína unida a receptor de factor de crecimiento 2
(Grb2). La vía de señalización más importante en las funciones de transporte de la glucosa,
glucogénesis, lipogénesis y síntesis de proteínas es la vía de PI3-K. La vía de Grb2 produce
activación de la cinasa de la proteína activada en la mitosis (MAPK, por sus siglas en inglés) que
estimula el crecimiento y la diferenciación celular. La activación de MAPK no está reducida en el
estado de resistencia a la insulina, por lo que podría participar en las alteraciones crónicas de la
hiperinsulemia. 16,18
15
de su desarrollo. Su nombre se deriva de la palabra griega "toxón”, que significa arco, por su
morfología curva o de media luna. La forma infectante es el ooquiste que sale en las materias
fecales, es casi esférico y mide de 10 a 12 micras, en su interior se forman los esporoquistes y en
cada uno de ellos hay 4 esporozoitos. En la infección aguda se encuentra la forma proliferativa o
taquizoito (Figura 5), término que se refiere a los parásitos extraepiteliales que se multiplican
rápidamente. Su tamaño es de 4-6 micras de longitud, por 2 a 3 micras de ancho.
En las infecciones crónicas los quistes son las formas predominantes. Los quistes poseen una
membrana propia y miden entre 20 y 200 micras, de forma generalmente redondeada, algunas
veces alargada. En su interior se encuentran cientos de parásitos conocidos como bradizoitos,
término que señala los elementos extraepiteliales que se forman por multiplicación lenta. Estos
parásitos intraquísticos miden aproximadamente 7 micras de longitud por 2 de ancho. Éstos
aparecen en el ciclo de vida del parásito, inducidos por el estado inmunitario del huésped. 21,22
El gato y otros félidos son los hospederos definitivos, en su intestino -enterocitos-, se produce la
multiplicación asexual múltiple por gemación -esquizogonias-, formándose al final
16
macrogametocitos y microgametocitos que darán macrogametos y microgametos. La fecundación
de los primeros por los segundos produce los Ooquistes (figura 6) que salen al exterior. El
proceso es rápido cuando la infección del gato se produce por quistes con bradizoitos o por
agrupamientos con taquizoitos (3-6 días). Es lento cuando la infección del gato se produce por
Ooquistes esporulados, con esporozoitos infectantes (más de 20 días pos infección).
El gato es asimismo hospedero intermediario del parásito, con formación de agrupamientos con
taquizoitos prácticamente en cualquier célula, y quistes con bradizoitos en células nerviosas,
musculares. Los Ooquistes esporulados (figura 6) son infectantes para los hospederos es
intermediarios. Los esporozoitos infectantes, pasan desde el intestino a las células viscerales
(macrófagos, células endoteliales, etc.) comenzando multiplicaciones asexuales rápidas por
endodiogenia -gemación simple interna-, dando lugar a agrupamientos de taquizoitos. Se rompen
las células albergantes y los taquizoitos invaden nuevas células. Este proceso coincide con la fase
aguda de la infección.
17
ingiera y para el hospedero definitivo. Los bradizoitos ingeridos se comportan como los
esporozoitos. De aquí la eficacia del ciclo es mantenida por carnivorismo. En ausencia de una
respuesta más eficaz, los bradizoitos, liberados por la muerte de la célula albergante, se
transforman en taquizoitos que reanudan la fase inicial del ciclo11, 12
El Tggt1 muestra una movilidad atenuada en un medio mínimo definido, que es rescatado por
glutamina. Los parásitos complementados con TgGT1 - muestran un crecimiento totalmente
restaurad. La falta de glucosa exógena en el cultivo de tggt1 falla al acentuar su defecto en el
crecimiento intrínseco e indica procurar sostener la glutamina en su metabolismo.
Inesperadamente, la virulencia in vivo de Tggt1 en ratones no se ve afectada. En conjunto, se
demuestra que la glucosa no es esencial para taquizoitos de T. gondii, subrayan que la glutamina
es un sustrato del complemento, y proporcionan una base para la comprensión de la adaptación
de T. gondii a diversas células huésped. . 11, 12 ,13
18
4.2 Ciclo biológico
El ciclo del T. gondii (Figura 7) corresponde al de las Coccidias, las cuales presentan un ciclo
entero epitelial, en donde aparecen formas sexuadas y asexuadas. El gato y algunos felinos son
los huéspedes definitivos de T. gondii. En estos animales ocurre el ciclo epitelial en el intestino
delgado, principalmente en el ileón. En las células epiteliales se multiplican los taquizoitos por
esquizogonias sucesivas, con formación de esquizontes, merozoitos y posteriormente con la
aparición de macro y microgametocitos que pasan finalmente a gametos.
Los Ooquistes constituyen las formas infectantes del parásito en condiciones naturales y cada
gato puede eliminar varios millones de estas formas parasitarias. En el gato y otros felinos,
19
además del ciclo entero epitelial, también pueden coexistir invasiones extraintestinales, pues los
taquizoitos por vía linfática o sanguínea se diseminan a todos los órganos en donde se forman
quistes. 21,22
El hombre y los animales se infectan mediante la ingestión de Ooquistes procedentes de las
materias fecales del gato, aproximadamente a los 30 minutos de haber sido ingeridos salen los
esporozoitos y hacen la invasión extraintestinal, de esta manera se desarrolla un ciclo incompleto
en los huéspedes intermediarios.
Los esporozoitos atraviesan el epitelio intestinal y se distribuyen por todo el organismo. Entran a
las células por fagocitosis o por invasión activa del parásito. Dentro de las células del huésped
forman una vacuola parasitofora en donde se transforman en taquizoitos, llamados así porque son
parásitos extraepiteliales que se multiplican rápidamente y se reproducen mediante un proceso
que se conoce como endodiogenia, en el cual se generan dos parásitos dentro de una célula
madre.
Los felinos se infectan al ingerir Ooquistes del medio ambiente y después de 20 a 24 días
aparecen nuevas formas infectantes del parásito que salen en materias fecales. Si el animal
ingiere tejidos con bradizoitos enquistados, como ocurre al comer un ratón infectado, el período
prepotente se reduce 3 o 4 días. En los gatos además del ciclo entero epitelial, también pueden
coexistir invasiones extraintestinales, pues los taquizoitos por vía linfática o sanguínea se
diseminan a todos los órganos en donde se forman quistes.21, 22,23
4.3 Patología
El daño producido por el parásito en la fase aguda depende del número de taquizoitos que
proliferan en las células. En la fase crónica ocurre una reacción de hipersensibilidad al romperse
los quistes con salida de antígenos que reaccionan localmente. El parásito penetra la pared
intestinal y siguiendo la vía linfática o hemática se disemina a una gran variedad de tejidos. Los
taquizoitos se reproducen intracelularmente y pasan de célula a célula causándole la muerte; esta
20
proliferación constituye la forma activa de la toxoplasmosis. La diseminación a los diferentes
órganos se hace a partir del sitio de la infección, pasando a la circulación directamente o llevados
por macrófagos, linfocitos o granulocitos, parasitando las células de una gran variedad de órganos
particularmente tejidos linfáticos, músculo esquelético, miocardio, retina, placenta, y más
frecuentemente el sistema nervioso central; penetran en las células de forma activa gracias a sus
movimientos y a la producción de hialurodinasas y lisozimas. 22, 23
Después de 1 a 2 semanas, cuando se desarrolla la inmunidad, la proliferación del parásito
disminuye y comienzan a aparecer bradizoitos enquistados en los tejidos. Los parásitos
intracelulares forman su propia pared, dando origen a los quistes, que cuando están íntegros, no
tienen reacción inflamatoria alrededor. En cualquier tejido pueden aparecer los quistes, pero con
mayor frecuencia se localizan en el cerebro, retina, miocardio y músculo esquelético.21, 22
Cuando hay diseminación a los pulmones, los macrófagos alveolares y otras células pueden estar
parasitadas. En el hígado se ha descrito hepatitis toxoplasmósica. En el sistema nervioso central,
T.gondii produce encefalitis, más frecuente en pacientes inmunosuprimidos. Hay invasión de
taquizoitos a las células nerviosas, más adelante hay reacción inflamatoria en los nódulos gliales,
muerte de las células produciendo zonas de infarto, calcificaciones y abundantes quistes, con
poca o ninguna reacción inflamatoria alrededor, cuando no se han roto.21
Los ojos constituyen una localización importante y frecuente del parásito. Se produce
retinocoroiditis o uveítis anterior granulomatosa, intensa inflamación de la retina, presencia de
quistes y cicatrizaciones. La retina y las coroides muestran varios grados de necrosis y dentro de
las células retinianas se observan los parásitos en su mayoría en forma quística. 21
21
de los ventrículos llegan a causar alteraciones en la circulación del líquido, con obstrucción,
aumento de la presión intracraneal, daño de los tejidos por la compresión e hidrocefalia.21. 22
22
Infección aguda generalizada: los sitios principales de diseminación son SNC, ojos, corazón,
hígado y pulmones, con predilección por sitios donde la respuesta inmune es limitada, con
lesiones celulares extensivas, que pueden conducir a encefalitis, retinocoroiditis, pericarditis,
derrame pericárdico, miocarditis, miositis, neumonía intersticial, Síndrome de Guillain-Barré.
Esto se observa particularmente en sujetos inmunocomprometidos.
Cabe mencionar que los taquizoítos se encuentran en todos los órganos en la infección aguda. La
lesión inicial es la necrosis causada por la muerte de las células parasitadas, con una importante
reacción inflamatoria aguda. Al avanzar la infección aumenta la infiltración linfocítica, sin
formación de granulomas. Los sujetos inmunocompetente resuelven la infección y los quistes
remanentes (con bradizoitos) no producen reacción.32
23
La obstrucción inflamatoria causa hidrocefalia de los ventrículos tercero y lateral con necrosis y
vasculitis. El incremento en la presión intracerebral puede producir destrucción hipotalámica. Las
áreas necróticas, ocasionadas en gran medida por la desintegración de los quistes, usualmente se
calcifican. El daño es más importante cuando la infección se presenta en el primer trimestre del
embarazo. Afortunadamente, es más frecuente en los tres últimos meses.32
Se ha sugerido una frecuencia de 2 casos por cada 1 000 nacimientos en la Ciudad de México
(Vela-Amieva M.,et al. 2005).
24
5.0 Planteamiento del problema y justificación
5.2 Justificación
La prevalencia de la toxoplasmosis en la mayoría de los países se detecta serológicamente entre
40 y 50%. Las características del medio ambiente influyen en la prevalencia, pues éste es mayor
en regiones calientes y húmedas, pero más baja en climas secos y fríos. Los factores culturales
tienen relación especial con este parásito, pues la costumbre de comer carne cruda o mal cocida y
la de tener gatos en las casas favorecen la infección, debido a esto y a la alta incidencia de
diabetes que existe no solamente México sino en el mundo, hay más de 347 millones de personas
con diabetes, y debido a que estas enfermedades son de gran incidencia pueden presentarse de
manera conjunta en gran porcentaje de las personas que parecen de DM2, y debido a que el
Toxoplasma gondii es un parásito intracelular obligado y consume ATP para poder propagarse en
el huésped, por lo que en personas diabéticas pueden obtener esa energía por medio del consumo
de glucosa que en las personas con diabetes se encuentra de una mayor manera, por lo cual es
interesante evaluar la posible combinación de condiciones en un modelos in vitro e in vivo para
establecer futuras relaciones de la invasión del parásito en el humano con altas concentraciones
de glucosa, como en el caso de pacientes diabéticos.
25
6.0 Hipótesis y objetivos
6.1 Hipótesis
El toxoplasma gondii reducirá los niveles de glucosa in vitro e in vivo, ya que requiere
ATP para poder subsistir fuera de la célula.
26
7.0 Metodología
Discusión y
resultados
Sacrificar al
ratón PTG / Insulina
Obtención del
parasito
Determinación
Realizar de glucosa
purificación del
parasito
In vivo
Realizar
experimentos
In vitro
Con insulina
Diferente
carga de
parasito
Sin insulina
27
7.2 Métodos
Incubar 25 minutos a TA
Recuperar 40 uL de sobrenadante
28
a) Preparación de la muestra o patrón: pipetear en un tubo de ensayo 10 μl de muestra y 1000 μl
de reactivo.
2. Mezclar, incubar mínimo durante 10 min a 37°C, medir la absorbancia del patrón (A patrón) y
la muestra (A muestra) frente al reactivo blanco antes de 60 minutos.
29
8.0 Resultados y discusión
Los resultados obtenidos en los experimentos in vitro en la gráfica 1, se muestra el consumo de
glucosa por los parásitos in vitro, los tiempos monitoreados fueron 30 min (panel A), 60 min
(panel B), 120 min (panel C) y 180 min (panel D). Se puede apreciar que en las diferentes
concentraciones utilizadas del parásito, se demuestra en general una disminución en la
concentración de glucosa, aunque interesantemente en los primer hora que se monitorean las
concentraciones de glucosa, se observa un aumento en la glucosa a los 60 minutos (panel B)
comparativamente con los primeros 30 minutos (panel A). Aunque, posteriormente después de
este tiempo, tanto a los 120 como a los 180 minutos (panel C y D), se observa una caída en las
concentraciones de glucosa en las diferentes cargas de parásitos, por lo que se puede demostrar
que el toxoplasma gondii consume la glucosa del medio aunque este consumo no es dependiente
a la concentración de parásitos que se encuentran en el medio.
* *
A) 500 B) 500
400 400
Glucosa (mg/dL)
Glucosa (mg/dL)
300 300
200 200
100 100
0 0
5x106 10x106 25x106 50x106 100x106 5x106 10x106 25x106 50x106 100x106
Carga de parásitos Carga de parásitos
C) 500 * D) 500
*
400 400
Glucosa (mg/dL)
Glucosa (mg/dL)
300 300
200 200
100 100
0 0
5x106 10x106 25x106 50x106 100x106 5x106 10x106 25x106 50x106 100x106
Carga de parásitos Carga de parásitos
30
En la gráfica 2, se muestra la comparación en el consumo de glucosa que se obtuvo con insulina.
En donde, el consumo fue comparado con los datos que se obtuvieron del consumo de glucosa; se
puede observar que con la insulina el parásito realizó un mayor consumo, la concentración inicial
de glucosa tanto con insulina y sin insulina fue de 450 mg/dL, únicamente donde se puede
observar la diferencia de glucosa con insulina respecto a la que no tiene el estímulo de insulina es
la carga de 5 millones (barras blancas) ya que se ve una disminución de la concentración de
glucosa en los dos tiempo 30 y 60 minutos.
500
5x106
400 10x106
Glucosa (mg/dL)
25x106
300
50x106
200
100
0
30
60
30
60
30
60
30
60
30
60
30
60
30
60
30
60
Tiempo (Minutos)
En la gráfica 3 se muestra los resultados obtenidos en los ratones en los cuales se realizó una
prueba de tolerancia a la glucosa, donde se observa que en los ratones que estaban infectados con
toxoplasma tienen una menor concentración de glucosa que el grupo control, por lo que la
31
inoculación de T. gondii, ocasionó una hipoglucemia, la cual puede deberse a que el parásito
consumió glucosa en el huésped u ocasionó por alguna vía que el ratón produjera una respuesta
mayor al estímulo de insulina.
150
Control
120 Toxoplasma
Glucosa (mg/dL)
*
90
* *
60 *
*
30
0
0 30 60 90 120
Tiempo (Minutos)
Grafica 3. Prueba de Tolerancia a Glucosa en ratones infectados
En la figura 4 se muestra los resultados obtenidos en los ratones en los cuales se cuantificó la
cantidad de insulina en suero; donde se observa que en los ratones que estaban infectados con
toxoplasma a pesar de parecer que secretan una menor concentración de insulina que el grupo
control, por la inoculación de T. gondii, el análisis estadístico no lo confirma (p>0.05), lo que
sugiere que en efecto, el parásito ocasionó una disminución en la concentración de glucosa
(gráfica 4) por que requiere de ésta para mantenerse con vida, pero en relación a la secreción de
insulina, al parecer el parásito no ocasiona un daño en el páncreas del huésped, específicamente
en la maquinaria involucrada en la liberación de insulina, ya que no se observan cambios
significativos.
32
1.5
Control
1.2 Toxoplasma
Insulina (ng/mL)
0.9
0.6
0.3
0.0
0 30 60 90 120
Tiempo (Minutos)
33
9.0 Conclusiones
La insulina tiene un efecto sobre el Toxoplasma gondii ya que al agregarla (in vitro) se
obtuvo un consumo mayor de glucosa 65.5 mg/dL.
Los ratones con Toxoplasmosis, se redujeron los niveles de glucosa ocasionando una
hipoglucemia en los ratones infectados.
34
10.0 Bibliografía
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