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Cátedra:
Pediatría.
Docente:
Dra. Melania Alcívar.
Estudiante:
Sheila Estefanía Loor Valencia.
Octavo “B”
Portoviejo 2018
Meningitis.
Si el bebé tiene meningitis, solo aquellos que tengan contacto muy directo con él necesitan
actuar con suma prudencia evitando, por ejemplo, besarlo y compartir los utensilios de
comida o los vasos.
La importancia de la punción lumbar como parte del diagnóstico del neonato con
sospecha de sepsis ha sido tema de debate y su utilización clínica es variable. En los recién
nacidos a término con sospecha de sepsis de comienzo precoz, muchos médicos empiezan
por un hemocultivo y el hemograma completo, porque los resultados del primero son
positivos en el 70-85% de los recién nacidos a término con meningitis bacteriana. En los
neonatos a término con síntomas o bacteriemia, o ambos, habría que realizar
posteriormente el estudio y cultivo del LCR.
Muchos médicos retrasan la punción lumbar en casos muy graves con sospecha de
infección de comienzo precoz por miedo a poner en peligro la situación respiratoria y/o
cardiovascular del niño por la posición necesaria para realizar el procedimiento. En tales
situaciones, habría que realizar el hemocultivo e instaurar el tratamiento de una supuesta
meningitis hasta que la punción pueda llevarse a cabo sin peligro. En algunas situaciones,
el tratamiento previo con antibióticos dificulta la interpretación de los resultados de la
punción lumbar y algunos expertos tratan empíricamente a los recién nacidos con una
supuesta meningitis, administrando dosis altas de antimicrobianos durante bastante
tiempo basándose en el microorganismo sospechoso. (Nelson, 2016)
Meningitis bacteriana.
Edad Patógeno
< 1 mes Streptococcus Agalactie (B)
Escherichia Coli Listeria
monocytogenes Otras
bacterias gramnegativas
Staphylococcus aureus
1-3 meses Agentes neonatales previos
Streptococcus pneumoniae
Neisseria Meningitidis Hib
3-6 meses Streptococcus neumoniae
Neisseria Meningitidis Hib No
inmunizados
7 meses - 5 años No Streptococcus pneumoniae
inmunizados Neisseria Meningitidis Hib
7 meses - 5 años Inmunizados Streptococcus pneumoniae
Neisseria Meningitidis
(serotipos no VNC-7v)
> 6 años - Adultos Streptococcus pneumoniae
Neisseria Meningitidis
Meningitis Viral.
Agentes patógenos:
Test de Boyer
0 1 2
Fiebre <39,5°C >39,5°C -
Petequias No - Si
Complicaciones No Si -
neurológicas
Células/mm3 LCR <1000 1000- >4000
4000
PMN en LCR >2 años <60% >60% -
PMN en LCR <2 años <60% - >60%
Proteínas mg/dl LCR <90 90-140 >140
Glucosa mg/dl LCR >35 20-35 <20
Leucocitos mm3 sangre <15000 >15000 -
Cayados en sangre % <6 6-15 >15
PCR mg/L (<12 h evolución) <40 40-90 >90
0-2 puntos: No antibiótico/vigilar 3-4 puntos: dudoso. Ingresar
al paciente. Valorar según evolución antibióticos u observación
5 o > puntos: Instaurar tratamiento antibiótico inmediato.
*Se excluyen de este test lactantes <3 meses y casos que hayan
recibido tratmiento antibiótico previo **Complicaciones
neurológicas: convulsiones, alteraciones del sensorio,
hemiparesia
Meningitis fúngica
Manifestaciones clínicas:
Síndrome febril.
Síndrome de irritación meníngea.
Síndrome de hipertensión intacraneal.
Fiebre
Irritabilidad
No comer bien
Somnolencia o dificultad para despertarse
Letargo (falta de energía)
Complicaciones y secuelas:
Inmediatas:
Shock endotóxico (coagulación intravascular diseminada)
Edema cerebral.
Convulsiones. Por más de 4 días indican mayor porcentahe de secuelas, en
especial si son focales provocan secreción inapropiada de hormona antidiurética.
Mediatas:
Colección subdural.
Empiema.
Obstrucción de la circulación de LCR.
Lesiones ulcero gangrenosas.
Sordera (20-30%)
Alteraciones del lenguaje (15%)
Retraso mental (10-11%)
Secuelas visuales (2-4%)
Paresias (2-4%)
Convulsiones (1-8%)
Diagnóstico.
Estudio de LCR.
Los recién nacidos a término sanos en la primera semana de vida pueden tener los datos
siguientes en el LCR:
Tratamiento.
Manejo general:
Control estricto para diagnosticar y tratar oportunamente el shock séptico,
convulsiones y edema cerebral.
Aporte criterioso de líquidos.
Evitar hipotensión.
Administrar anticonvulsivantes y agentes vasoactivos.
Ventilación mecánica.
Criterios de Ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Hipotensión.
Oliguria
Hipoperfusión capilar
Taquicardia
Acidosis metabólica
Toxicidad neurológica.
Signos de aumento de presión Intracraneal (bradicardia, hipertensión, cefalea intensa)
Coma
Hiponatremia severa (Na+ <120 mEq/L)
La duración del tratamiento de los recién nacidos con sospecha de infección bacteriana
viene condicionada por la edad del recién nacido, el entorno prenatal y posnatal y por la
epidemiología. Una vez obtenidas las muestras para los cultivos correspondientes hay que
poner en marcha de inmediato un tratamiento antibiótico intravenoso o, con menor
frecuencia, intramuscular. Aunque sería preferible obtener muestras antes de instaurar el
tratamiento antimicrobiano para optimizar la recuperación de microorganismos
bacterianos, no debería retrasarse su instauración para la recogida de las muestras en los
recién nacidos en estado crítico. (Nelson, 2016)
Ampicilina y un aminoglucósido:
Gentamicina
Cefotaxima.
Es más fácil que las infecciones intrahospitalarias adquiridas en una UCIN se deban a
estafilococos, diversas enterobacterias y a los géneros Pseudomonas o Candida. Por tanto,
la ampicilina debería ser sustituida por un antiestafilocócico, como la oxacilina o la
nafcilina para S. aureus, o la vancomicina para estafilococos coagulasa-negativos o para
S. aureus resistentes a meticilina en los recién nacidos previamente hospitalizados. Los
antecedentes de un tratamiento antibiótico reciente o la presencia de infecciones
resistentes a ellos en la UCIN sugieren la necesidad de aplicar un fármaco diferente.
Cuando la historia clínica o la existencia de lesiones necróticas en la piel hagan pensar en
una infección por Pseudomonas, el tratamiento inicial debería consistir en piperacilina,
ticarcilina, meropenem o ceftazidima y un aminoglucósido.
El tratamiento de los recién nacidos cuyas madres han recibido antibióticos durante el
trabajo de parto debe individualizarse. Ante la probabilidad de una sepsis de comienzo
precoz, el tratamiento del lactante debe mantenerse hasta que deje de mostrar síntomas
durante 24-72 horas y sean obvias las mejoras clínicas y analíticas de recuperación.
Además, en el contexto de antibioterapia intraparto, es importante tener en cuenta que el
microorganismo que provoca la infección puede ser resistente al tratamiento intraparto,
influyendo de este modo en la selección de la antibioterapia empírica. (Nelson, 2016)
Tratamiento dirigido.
Resistencia antimicrobiana.
La aparición de resistencias a los antibióticos entre los patógenos que infectan a los recién
nacidos constituye un gran problema. Los enterococos resistentes a vancomicina y el S.
aureus insensible a este fármaco son patógenos emergentes derivados del empleo
generalizado de vancomicina. Aunque la administración de este fármaco no se puede
evitar en las unidades neonatales donde el S. aureus resistente a meticilina es endémico,
su empleo se puede reducir restringiendo el tratamiento empírico a los pacientes con una
posibilidad elevada de infección grave por estafilococos coagulasa-negativos (un recién
nacido muy enfermo con un catéter intravascular permanente) y suspender su uso tras 2-
3 días cuando los hemocultivos sean negativos.
Cuando estén disponibles los resultados del antibiograma y no haya signos de afectación
endovascular o del SNC, la clindamicina podría ser una alternativa idónea para el
tratamiento de la bacteriemia no complicada y de las infecciones cutáneas y de partes
blandas en el recién nacido. (Nelson, 2016)
Bacteriemia.
Si el estado del recién nacido lo permite, lo ideal sería repetir el hemocultivo del mismo
foco donde fue positivo en el momento de identificar al microorganismo. Este segundo
hemocultivo puede ser de gran ayuda, sobre todo en situaciones en las que el
microorganismo aislado no es sensible al tratamiento empírico o dirigido que está
recibiendo el neonato.
El cambio de antibióticos puede ser oportuno, así como la prolongación del tratamiento
o la extracción del catéter. También estaría indicado consultar con un especialista en
enfermedades infecciosas. (Nelson, 2016)
Bibliografía
Fdez, J. G. (2017). Manual de Diagnóstico y Terapeútica en Pediatría. En A. C.-A.-J.-J.
Dominguez, Libro Verde (págs. 1431-1441). Bolivia: Panamericana.
Meneguello. (2013). Pediatría. En Meneguello, Pediatría (págs. 671-677-873-880).
Buenos Aires-Argentina: Panamericana.
Nelson. (2016). Tratado de Pediatría. En B. S. Robert M. Kliegman. España: Elsevier.