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Síndrome de Asperger
por Digby Tantam, phD MPH
Profesor de Psicoterapia
Hospital Walsgrave - USA
El Síndrome de Asperger es bien conocido por ser una parte del espectro de
desórdenes autísticos cuyas características han sido perfectamente descriptas por
Wing y Gold (phD - USA) como constituyendo una tríada del desvalimiento social,
a saber: debilitamiento en el relacionamiento social y de las dos vías de la
interacción social, disminución de la comunicación verbal y no verbal, y
debilitamiento en la esfera imaginativa afectando el juego, los intereses y
podríamos agregar, el entendimiento con los otros.
Los que padecen del síndrome en consecuencia, tienen los mismos problemas
cognitivos de base que los que padecen Autismo, aunque pueden ser menos
severos y por tanto más difíciles de observar en sus manifestaciones. La evidencia
sugiere que los Aspergianos tienen problemas en la cooperación con otros en
propósitos que tengan que ver con el mantenimiento de la atención y en el
aprendizaje por demostración hacia lo que las otras personas prestan atención.
A causa de que los Aspergianos son más comunicativos e inteligentes que los
restantes autistas, esta carencia de lo que denominaríamos "estructura
atencional", puede ser muy obvia através de manifestar intereses no comunes,
modelos de pensamientos originales y creativos, y respuestas extrañas que son
muy características de muchos de ellos. Los intereses no comunes e inusuales
frecuentemente comprenden la actividad clasificatoria, que algunas veces requiere
con una maximización extraordinaria.
Más importante aún, es que los mismos, sean elegidos como el blanco de pullas y
bromas por los otros niños que encuentran sus "diferencias" ofensivas o
perturbadoras.
Cómo se puede avanzar usando el mismo criterio de diagnóstico con un joven que
concurre a la escuela secundaria, con excelente vocabulario y reales aptitudes tal
vez, para las matemáticas o el griego antiguo?
Interrogar a los padres de 50,60 o 70 años, que recuerden 30 o 40 años atrás para
ver si sus niños mostraban ecolalia o alteraban la pronunciación, por ej. a la edad
de tres años, puede arrojar problemas de confiabilidad. Es por ello que existen
guías para formular el diagnóstico basado tanto en el pasado como el
funcionamiento corriente.
Más aún, incluso después de muchos años, los padres tienden con mayor
precisión a recordar las anormalidades de comportamiento más chocantes, como
el no tomar nunca parte en la conversación; no haber tenido amigos; no haber
mostrado simpatía o afecto, estar siempre apegados a las mismas, rutinas, etc.,
aunque los detalles más específicos no podían ser recordados por ellos.
Aunque los padres son generalmente los mejores informantes, habiendo conocido
a los individuos tratados más que nadie, otros familiares pueden dar información
útil para el diagnóstico. Los niños mayores, por ejemplo, pueden ser capaces de
brindar detalles de los juegos tempranos o de las amistades, y los abuelos,
también, pueden ser pueden ser de gran ayuda. Una madre, por ejemplo,
recientemente vista, se encontraba perpleja y no recordaba al serle preguntado si
su hijo de 21 años había mostrado signos de ecolalia.
Aunque ella mencionó esto a su propia madre, la abuela tenía una memoria
específica de su "hablar como un loro todo el tiempo".
Aunque muchos padres de niños autistas jóvenes, se quejan de que han sido
incapaces de obtener el diagnóstico de sus niños, tanto debido a que las
autoridades locales "no creen en el autismo", o son "contrarios a las etiquetas", la
situación puede tornarse más displacentera para los padres de individuos mayores
si se ha realizado un diagnóstico incorrecto.
El diagnóstico correcto puede incluso ser complicado, por supuesto, debido a que
las personas con autismo no son inmunes a otras enfermedades psiquiátricas
como la paranoia, la esquizofrenia y particularmente la depresión, de manera que,
en los hechos, el clínico puede tener un problema de diagnóstico dual en sus
manos.
Más allá de las crecientes investigaciones sobre este tópico, la pregunta está
todavía sin ser contestada de manera apropiada.
Ciertamente, si tomamos las notas del Asperger originario, y los comparamos con
los examinados por Kanner, parecería que, notablemente, existirían pocas
diferencias entre las dos condiciones. Algunas autoridades han sugerido que el
Síndrome de Asperger puede ser diagnosticado basado en la notoria torpeza;
algunos sobre la base del retraso del habla temprana. Sin embargo, todavía no ha
sido establecido que ellos son, en la práctica, condiciones diferentes, por lo que
los intentos experimentales para diferenciar los dos grupos, tales como los
estudios de Christofer Gillberg ya se han vuelto inapropiados por el uso arbitrario
de criterios para separar estos dos grupos. A la fecha no existe una evidencia
clara sobre la cual basar una distensión entre el autismo y el síndrome de
Asperger como condiciones diferenciales.
Síndrome de Asperger por Digby Tantam
Recopilado por Bettina Marfetan
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En lugar de ello, como sugirió Lorna Wing, años atrás, el S. de Asperger está
probablemente mejor considerado como "denominación rápida y provisoria" para
poder describir a aquellos individuos con Autismo quienes están relativamente
discapacitados en forma moderada, quienes muestran dificultades de aprendizaje
no notorias, tienen relativamente habilidades lingüísticas buenas y tienen o
deberían tener una razonable chance de tomar su lugar en la sociedad si se les
suministra una ayuda apropiada y educación en su edad temprana.
Resumen :
Aunque tal vez, de alguna manera más complicada que en el diagnóstico de los
más jóvenes y discapacitados, por la vía de adherir a los criterios básicos para
determinar el autismo, en los esquemas diagnósticos como el ICD-10 o el DSM-3,
es posible llegar a un confiable diagnóstico de autismo aún en adultos de alto
rendimiento. El diagnóstico certero es necesario, no simplemente por propósitos
académicos, sino para proveer ayuda adecuada a los padres en la edad temprana
y así evitar problemas difíciles de abordar, y también suministrar los recursos
necesarios para el niño y sus maestros durante sus años escolares, y ayudar en la
planificación de la educación adulta, el entrenamiento ocupacional y laboral.
Más aún, aunque el diagnóstico correcto es claramente crucial para los niños
jóvenes, para los adultos un diagnóstico incorrecto puede ser más desastrosa, y
generar años de medicación inadecuada, confinación en hospitales psiquiátricos,
en instituciones para retrasados mentales, o en prisión.
Estos problemas sólo serán resueltos con mejores capacitación de todos los que
tienen que tratar en los servicios psiquiátricos de adultos, los aspectos del
desarrollo, de desórdenes como el autismo y focalizar la atención en la pasada
historia del paciente tanto como en su estado actual. ®