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Dos son los grandes temas principales en el análisis macroeconómico: las fluctuaciones en el corto plazo de
la producción, el empleo y los precios, y las tendencias, a largo plazo, de la producción y de los niveles de
vida.
La explicación y comprensión de los ciclos económicos es uno de los principales objetivos del análisis
macroeconómico, ya que las economías tienden a comportarse en forma irregular a través del tiempo.
Los instrumentos más importantes y frecuentemente utilizados son los monetarios (ligados a la teoría
monetaria), los fiscales (ligados a la teoría de las finanzas públicas) y los cambiarios y comerciales (ligados
a la teoría de las relaciones internacionales).
Las dos grandes líneas de pensamiento en el estudio de la macroeconomía han sido la escuela clásica y la
escuela keynesiana, de estas dos grandes corrientes han ido surgiendo posteriormente nuevas teorías:
Monetarismo, neokeynesianismo, nuevos macroeconomistas clásicos, etc.
La Teoría Clásica gira alrededor de tres aspectos: La teoría del equilibrio en el mercado de productos, el
concepto de pleno empleo y la teoría monetaria, que son los elementos constitutivos de la explicación
clásica sobre el equilibrio macroeconómico.
La macroeconomía moderna surgió en la década de los años treinta, cuando los economistas
comenzaron a reunir y publicar un inmenso volumen de datos estadísticos en las cuentas nacionales útiles
para analizar el comportamiento de grandes agregados macroeconómicos como el producto nacional,
ingreso, ahorro, consumo e inversión.
El monetarismo sostiene que la oferta monetaria es el principal determinante de las variaciones a corto
plazo del PIB nominal y de las variaciones a largo plazo de los precios. La macroeconomía keynesiana
también reconoce, el papel clave del dinero en la determinación de la demanda agregada.
Las expectativas racionales son las previsiones que los agentes realizan sobre la magnitud en el futuro de
las variables económicas. El comportamiento de los agentes dependerá, lógicamente, de cuáles sean sus
expectativas.
La nueva macroeconomía clásica sostiene que los precios y los salarios son flexibles y que los individuos
utilizan toda la información de que disponen para tomar decisiones. Estos dos postulados constituyen la
esencia de este enfoque.
Pone énfasis en la creación de incentivos y en la reducción de los impuestos con el fin de aumentar el
crecimiento económico. Esta propuesta se basa en la idea de que las reformas deben mejorar los incentivos
bajando las tasa impositivas sobre el último dólar de ingreso (es decir, debe reducir la presión fiscal que
soportan las personas de ingresos altos); por lo que el sistema debe diseñarse de tal forma que fomente la
producción y la oferta en lugar de manipular la demanda agregada.
Economistas como Arthur Laffer, han sugerido que elevadas tasas impositivas podrían reducir, en realidad,
los ingresos fiscales (relación inversa).