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Objetivo:

Conocer el origen del sistema osteo muscular

Identificar las diferencias entre osificación intramembranosa y endocondral

1. Origen del Sistema Osteo muscular. Mencionar el origen embriológico. El sistema


esquelético se desarrolla del Mesodermo paraaxial, mesodermo lateral (hoja somática) y
la cresta neural.

Mientras se forman la notocorda y el tubo neural, el mesodermo intraembrionario lateral a estas


estructuras aumenta de grosor para formar dos columnas longitudinales de mesodermo paraxial.
Hacia el final de la tercera semana, estas columnas dorsolaterales localizadas en el tronco se
segmentan en bloques de mesodermo, los somitas. El aspecto externo de los somitas es de
elevaciones esféricas a lo largo de la superficie dorsolateral del embrión. Cada somita se diferencia
en dos porciones:

 La porción ventromedial es el esclerotoma, cuyas células forman las vértebras y costillas.


 La porción dorsolateral es el dermomiotoma, de modo que las células de la región del
miotoma forman mioblastos (células musculares primigenias) y las del dermatoma forman
la dermis (fibroblastos).

Desarrollo del hueso y el cartílago

Las células mesodérmicas originan el mesénquima, un entramado de tejido conjuntivo embrionario


con estructura laxa. Los huesos aparecen como condensaciones de células mesenquimatosas que
forman modelos óseos. La condensación marca el comienzo de la actividad génica selectiva, que
precede a la diferenciación celular. La mayoría de los huesos planos se forman en el mesénquima
con cubiertas membranosas preexistentes; este tipo de osificación se denomina formación ósea
intramembranosa.

Los modelos mesenquimatosas de la mayoría de los huesos de las extremidades se transforman en


modelos óseos de cartílago, que más adelante se osifican mediante formación ósea encoiidral.

Las proteínas morfogenéticas óseas, el factor de crecimiento Gdf5, miembros de la superfamilia de


factor transformador del crecimiento y otras moléculas de señalización podrían actuar como
reguladores endógenos de la condrogmia y la formación ósea.

Histogenia del cartílago

El cartílago se forma a partir del mesénquima y aparece en el embrión durante la quinta semana. En
las zonas en las que se va a formar cartílago se condensa el mesénquima para formar centros de
condrifícación. Estas células mesenquimatosas se diferencian en coiidroblastos que segregan
fibrillas colágenas y la sustancia fundamental (matriz extracelular). Más adelante se depositan fibras
colágenas y/o elásticas en la sustancia o matriz intercelular. Existen tres tipos de cartílago según el
tipo de matriz formada:

 Cartílago hialino, el más abundante (p. ej., articulaciones).


 Fibrocartílago (p. ej., discos intervertebrales).
 Cartílago elástico (p. ej., pabellón auricular).

Histogenia del hueso

El hueso procede principalmente de dos tipos de tejido conjuntivo, mesénquima y cartílago, pero
puede formarse en otros tejidos conjuntivos. Igual que el cartílago, el hueso está formado por
células y sustancia intercelular orgánica (matriz ósea) que contiene fibrillas de colágeno inmersas
en un componente amorfo. Los estudios de los fenómenos celulares y moleculares durante la
formación de hueso embrionaria indican que la osteogenia y la condrogenia están programadas al
principio del desarrollo y son fenómenos independientes bajo la influencia de fenómenos
vasculares.

2. Osificación intramembranosa y endocondral.

Osificación intramembranosa

Este tipo de formación ósea tiene lugar en el mesénquima que ha formado una cubierta
membranosa, de ahí la denominación de osificación intramembranosa. El mesénquima se condensa
y aumenta su vascularidad; algunas células se diferencian en osteoblastos (células formadoras de
hueso) y comienzan a depositar matriz no mineralizada (osteoide).

A continuación se deposita fosfato calcico en el tejido osteoide conforme se organiza en hueso. Los
osteoblastos óseos quedan atrapados en la matriz y se convierten en osteocitos.

Al principio, el hueso nuevo no tiene una estructura organizada. Pronto se organizan las espíenlas
óseas y se unen en láminas (capas). Aparecen láminas concéntricas alrededor de los vasos
sanguíneos, que forman osteonas (sistemas haversianos). Algunos osteoblastos permanecen en la
periferia del hueso en formación y continúan depositando laminillas, formando capas de hueso
compacto sobre las superficies.

El hueso interpuesto entre las láminas superficiales sigue siendo espiculado o trabecular. Este
ambiente trabecular se ve acentuado por la acción de unas células que reabsorben hueso, los
osteoclastos. Los osteoclastos son células multinucleadas de origen hematopoyético. En los
intersticios de hueso esponjoso el mesénquima se diferencia en médula ósea. Durante la vida fetal
y posnatal existe una remodelación ósea continua por la acción coordinada de osteoblastos y
osteoclastos.
Osificación encondral

La osificación encondral (formación ósea cartilaginosa) es un tipo de formación ósea que tiene lugar
en modelos cartilaginosos preexistentes. En un hueso largo, por ejemplo, el centro de osificación
primario aparece en la diáfisis (la zona central de un hueso largo) que forma el eje del hueso. En
este centro de osificación, los condrocitos (células de cartílago) aumentan de tamaño (hipertrofia),
se calcifica la matriz y las células mueren. De forma simultánea se deposita una fina capa de hueso
bajo el pericondrio que rodea la diáfisis, de modo que el pericondrio se convierte en el periostio.

La invasión por tejido conjuntivo vascular procedente de los vasos sanguíneos que rodean el
periostio también descompone el cartílago. Algunas células invasoras se diferencian en células
hematopoyéticas, células sanguíneas, de la médula ósea. Este proceso avanza hacia las epífisis
(extremos del hueso). Las espíenlas óseas son remodeladas por acción de osteoclastos y
osteoblastos.

El crecimiento en longitud de los huesos largos tiene lugar en la unión diáfísis-epífísis y depende de
las láminas de cartílago epifisarias (cartílago de crecimiento), cuyos condrocitos proliferan y
participan en la formación ósea encondral.

Las células de cartílago en la región diáfisis-epífisis proliferan mediante mitosis. Hacia la diáfisis, las
células de cartílago se hipertrofian y la matriz se calcifica. Las espículas óseas quedan aisladas entre
sí por invasión vascular desde la cavidad medular (médula ósea). Los osteoblastos depositan hueso
sobre estas espíenlas, mientras que la resorción de este hueso mantiene las masas de hueso
trabecular relativamente constantes en longitud y aumenta el tamaño de la cavidad medular.

La osificación de los huesos de las extremidades comienza al final del período embrionario y más
adelante aumenta la demanda de aporte materno de calcio y fósforo. Por este motivo se
recomienda a las embarazadas mantener un aporte adecuado de estos elementos para preservar la
salud de huesos y dientes. Al nacer, casi todas las diáfisis están osificadas, pero la mayoría de las
epífisis continúan siendo cartilaginosas.

Durante los primeros años de vida aparecen centros de osificación secundarios en las epífisis de la
mayoría de los huesos. Las células del cartílago epifisario se hipertrofian y se produce una invasión
de tejido conjuntivo vascular. La osificación se propaga de forma radial y sólo permanecen en estado
cartilaginoso el cartílago articular y una lámina transversal de cartílago, la placa epifisaria o cartílago
de crecimiento. Al acabar el crecimiento esta placa es sustituida por hueso esponjoso, se unen las
epífisis con la diáfisis y ya no aumenta la longitud del hueso.

A los 20 años de edad las epífisis están fusionadas con la diáfisis en la mayoría de los huesos. El
crecimiento transversal de un hueso se debe al depósito de hueso en el periostio y a la resorción de
la superficie medular interna. La velocidad de depósito y resorción está equilibrada para regular el
grosor del hueso compacto y el tamaño de la cavidad medular.

La reorganización interna del hueso continúa durante toda la vida.

El desarrollo de los huesos irregulares es similar al de las epífisis de los huesos largos. La osificación
comienza en la región central y avanza en todas direcciones. Además de la osificación membranosa
y encondral, en la actualidad se reconoce el tejido condroide, que también se diferencia a partir del
mesénquima, como factor importante de crecimiento óseo.
Conclusión:

 El sistema óseo se forma a partir del mesénquima, derivado del mesodermo y de la cresta
neural.
 Las diferencias entre osificación intramembranosa y endocondral es que en la mayoría de
los huesos, como los huesos largos de las extremidades, el mesénquima condensado
presenta condrificación para formar modelos óseos de cartílago. Los centros de osificación
aparecen en estos modelos hacia el final del período embrionario y los huesos se osifican
más adelante mediante osificación encondral. Algunos huesos como los huesos planos del
cráneo, se forman mediante osificación intramembranosa.

Bibliografía:

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España: El Sevier; 2013.
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 Arteaga Martínez M., García Peláez I. Embriología Humana y Biología del Desarrollo. Ed.
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