Вы находитесь на странице: 1из 14

16-5-2018 LAS PRIMERAS

RELACIONES
SOCIALES
El comienzo de las relaciones sociales

 Caceres Valencia Sandra Ayda


 Batallanos Gonzales Estefany
 Sánchez Salcedo Franz
Contenido
INTRODUCCION ............................................................................................................................. 3
MARCO TEORICO ........................................................................................................................... 4
1. COMPETENCIAS DEL FETO..................................................................................................... 4
2. COMPETENCIAS DEL BEBE ..................................................................................................... 5
3. EL APEGO DEL INFANTE ......................................................................................................... 7
3.1 TEORIAS DEL APEGO............................................................................................................ 8
3.1.1 Teoría psicoanalítica:............................................................................................. 8
3.1.2 Teoría conductista ................................................................................................. 8
3.1.3 Teoría etológica: .................................................................................................... 8
3.2 ETAPAS DEL APEGO ............................................................................................................. 9
4. RELACION MADRE -- HIJO ..................................................................................................... 9
5. EL PAPEL DEL PADRE ........................................................................................................... 11
6. CALIDAD DE RELACIONES CON LOS HIJOS........................................................................... 13
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 14

2
INTRODUCCION

“El hombre es ante todo un animal social, y la vida humana, tal y como la entendemos
hoy, sería imposible si los otros no existieran” (Delval, 1994)
La crianza de los niños varia de una cultura a otra, por ejemplo en algunas aldeas de
Guatemala los niñas pasan la mayor parte de su primer año de vida en una cuna dentro
de la choza oscura donde viven, sin juguetes y con muy poca interacción; otro ejemplo
serían los kibutz de Israel donde los niños están en una habitación grande con otros
niños y una enfermera que los cuida.
Un factor que afecta la forma de crianza para los niños es la creencia que tiene los padres
sobre la naturaleza básica de aquellos y su teoría sobre la forma de transformarlos en
adultos ideales. Estas diferencias en la crianza de los niños están relacionadas con
diferencias culturales en las filosofías acerca del infante. Es probable que en la conducta
de los niños pequeños influya la interacción con diferentes tipos de adultos. Hay muchos
factores que afectan la interacción entre el bebé y el cuidador; diferencias tan sutiles
como las variaciones en el ritmo del lenguaje y en la entonación de la voz de los adultos.
Estar cerca de una persona enérgica que hable muy rápido puede hacer que el infante
sea más activo que si se encuentra frente a una persona tranquila que hable más lento.
Estas interacciones tienden a dar lugar a sentimientos de fijación entre ambos, este
sentimiento puede fortalecerse o debilitarse por la naturaleza de la interacción.
En un niño, el aislamiento tiene efectos muy fuertes, ya que no puede llegar a
desarrollarse y convertirse en un adulto sin la participación de otros adultos en su vida;
el cariño y la compañía son tan necesarios como la alimentación y entra dentro de las
necesidades básicas. El hecho de que necesite de otros para que satisfagan sus
necesidades durante mucho tiempo se debe a que el hombre nace inmaduro como para
hacerlo el mismo.
Según Delval, a los siete u ocho meses se van formando los apegos, aparece el miedo a
los extraños y la ansiedad a la separación mientras que la sonrisa social aparece a los
dos meses de vida. Él considera que el llanto y la sonrisa son algunos de tantos factores
necesarios para que el bebé establezca comunicación con los adultos, al igual que las
emociones que tienen una utilidad importante para expresar a los otros sus
necesidades.

3
MARCO TEORICO

1. COMPETENCIAS DEL FETO

En los últimos años se ha desarrollado el estudio por ecografía del comportamiento del
feto, al que se ha llamado psicología fetal. A partir de eso se ha dejado de ver el feto
como un ser pasivo-receptivo y casi aislado, sino que se han podido describir una serie
de competencias que el feto posee:

 Es capaz de oír
 Responde a los estados emocionales de la madre: hecho que se entiende si
consideramos que eso cambia su medio ya que cambia el ritmo cardíaco de ella y
también la cantidad de adrenalina que le llega a través de la placenta. El feto
responde también con aceleración del latido cardíaco, aumento de la motilidad,
etc. De hecho, a menudo cuando preguntamos a las mujeres respecto su
embarazo responde respecto a su estado emocional durante ese periodo, si
sucedieron circunstancias difíciles como la muerte de un familiar próximo, pérdida
de trabajo, etc. Porque intuitivamente, la cultura popular siempre ha valorado que
las circunstancias que la madre vive afectan al feto.
 El feto palpa la bolsa amniótica: cada uno tiene preferencia para colocarse en una
posición diferente (las embarazadas hacen observaciones en cuanto a las
costumbres de posición y movilidad de sus fetos y cuando han tenido algún
embarazo previo los comparan).
Cuando se trata de un embarazo de mellizos o múltiple los fetos se interrelacionan, se
tocan y se exploran mutuamente. En un estudio hecho a través de registros ecográficos
a los 5 meses de gestación a diversas parejas de mellizos de diferente sexo, describe
cómo se mantiene a lo largo del tiempo el modo de proceder de los dos fetos, en general
uno más activo, explorador y el otro más recogido, más quieto. En la vida extrauterina
cada bebé muestra el temperamento que ya se vislumbraba antes del nacimiento.

Se dice que en el momento que se les practica una amniocentesis las madres sufren de
que puedan pinchar al feto, cuando éste se cuida él mismo de apartarse en el momento
que la aguja perfora la bolsa amniótica; explicaba cómo cada feto responde de una
forma distinta, unos se apartan y se encogen, otros palpan la aguja que ha entrado, la
cogen, etc., pero nunca se pinchan ni se dejan pinchar.

Es conocido por todo el mundo que el feto realiza movimientos respiratorios, de


deglución, orina, se chupa el dedo, tiene hipo, llora, etc.

De hecho, la vida no se inicia el día del parto como antes se pensaba, sino que el feto
ensaya de forma incipiente ya dentro del útero todas las funciones que después
desarrollará en la vida extrauterina.

4
2. COMPETENCIAS DEL BEBE

Hay quien piensa que las adquisiciones que los bebés hacen durante el primer año
dependen únicamente de su constitución, capacidades, dotación genética, etc. En
cambio, todos sabemos que para que haya progresos hacen falta no sólo unas
posibilidades constitucionales sino también una interacción con el entorno que aporte
los estímulos necesarios. Como veíamos, el primer interés del bebé y en eso sí que hay
una base biológica– es su madre. La forma como el recién nacido la diferencia y la mira,
provoca que la madre –también biológicamente predispuesta a interesarse en el bebé
lo estimule: busque su mirada, le hable y le haga juegos desde el principio. Cuando todo
va bien, estos momentos de miradas, gestos que incluyen palabras, van alargándose y
enriqueciéndose. Podríamos compararlo con el ojo y todo el sistema neurológico de la
visión que no se desarrollaría sin la influencia de la luz y las imágenes que inciden en
ella. Un ser mantenido a oscuras desde el nacimiento no desarrollaría la visión.
Según como vaya esa primera relación importantísima, fundamental, el bebé podrá
empezar a interesarse por las otras personas que le rodean. Progresivamente, el bebé
va también interesándose por los objetos y como con ese tiempo ha alcanzado cierta
maduración neurológica, ahora puede alargar la mano hacia ellos, llevárselos a la boca,
explorarlos, etc.
Si estos primeros pasos de la evolución van bien, el bebé va adquiriendo y ejercitando
nuevas posibilidades motrices. Progresivamente puede enderezar el tronco, sentarse y
por lo tanto ver el mundo desde la verticalidad que es como está diseñado (ya que lo
hemos diseñado los adultos que andamos derechos). Al mismo tiempo ha ido
comprendiendo cada vez más el lenguaje verbal de la madre; su interés por los que le
rodean le lleva a hacer las primeras imitaciones vocálicas, de entrada, sin significado,
pero que a medida que los padres responden van haciéndose más afinadas. Lo que
inicialmente era un ensayo resulta más interesante por el hecho de serle aplaudido y
obtener una respuesta. Eso le lleva a hacer ensayos diversos que le permiten ir
diferenciando los sonidos que él mismo emite.
Cada paso conseguido estimula otros siempre en relación a quienes le rodean y según
el impulso de cada bebé. Disfruta de hacer intentos diversos, de conseguir nuevos retos:
así inicia el desplazamiento hacia los objetos que le llaman la atención, se pone de pie,
camina, articula las primeras palabras con significado, etc. El niño dedica los progresos
y aprendizajes a sus padres, busca su estímulo, porque los necesita, sino en general se
vuelve más apático.
La comprensión de lo que pasa a su derredor surge de la repetición de situaciones que
se van haciendo comprensibles. Por ejemplo, siente hambre, su madre le alimenta y
luego se siente bien. Va notando la relación entre este tipo de malestar y la comida, que
le calma. Al principio hasta que nota el pecho o el biberón dentro de la boca y succiona
no se puede tranquilizar. Cuando tiene unas semanas la voz de la madre y que lo tome
en brazos ya lo calma, porque anticipa lo que llegará después. Cuando es mayor sin que

5
la madre lo levante, el simple hecho que le ponga el babero ya le permite esperar. Más
adelante incluso podrá esperar un poco con sólo si ella le explica que ya le prepara la
comida. Para que el niño pueda evolucionar hace falta que la madre le haya dado
respuestas coherentes a sus necesidades y que las experiencias hayan ido repitiéndose.
De esta coherencia surgirá la comprensión del mundo circundante, la diferenciación de
realidad y fantasía, la capacidad de pensamiento coherente y de pensamiento científico.
Cuando un bebé nace, está muy limitado para relacionarse. De hecho, sus sentidos
seguirán desarrollándose hasta que estén totalmente completados. Por eso durante los
primeros 6 meses, el niño se relacionará principalmente por necesidad para sobrevivir,
y cubrir sus necesidades afectivas. Importantísimas durante toda la vida. En otro artículo
hablaba sobre las relaciones amorosas de los niños, realidad o juego, aunque eso es otro
tema.
Su primer ejemplo de relación, será con los padres. Sus formas de socializarse son muy
limitadas. Aunque necesitará de tu contacto y escuchar tu voz, para desarrollarse de una
forma coherente. Empezará a observarte, muchos de los gestos que luego se parecerán
a los vuestros, los habrán captado durante este periodo de tiempo.
Cuando comience a tener su sentido de la vista más desarrollado, el niño se comenzará
a fijar en los niños que vea. Llamándole más o menos la atención.
 Sonrisa social, que va unida al interés de las personas. La sonrisa aparece
 desde muy pronto, pero sólo es hacia las 4 o 6 semanas cuando empieza a
manifestarse como una respuesta a estímulos externos. Antes lo es sobre todo a
estímulos internos, a la sensación de bienestar, es la denominada sonrisa
fisiológica.
 Interés por las personas como fuentes de estímulos privilegiadas, aunque
probablemente no existe todavía un reconocimiento de las personas en cuanto
a tales y sobre todo una diferenciación entre ellas.
Hacia los 7 u 8 meses de vida…
 Se forman lazos más estrechos con una o varias personas más específicas, en
particular con la madre o la persona que cuida más permanentemente al niño.
 Ansiedad por separación. Manifestaciones claras de disgusto cuando se produce
una separación. Si la separación se prolonga, el niño cae en un estado de
ansiedad, de disgusto, de agitación y tanto las separaciones como los
reencuentros tienen un marcado carácter emocional. Si los niños se separan
antes de esta edad, como por ejemplo ser adoptados en otro ambiente familiar,
se pueden producir ciertos desajustes debidos al cambio de rutinas y prácticas
pero que no son comparables con los efectos que tienen las separaciones
posteriores a partir de los siete u ocho meses. Ello es debido a que todavía no se
han formado los apegos.

6
 Miedo a los extraños que antes no se producía. Los niños de pocos meses
pueden ser cogidos y responden igualmente bien a diferentes personas, pero a
partir de los siete u ocho meses se empiezan a manifestar reacciones de disgusto
y de rechazo hacia las personas desconocidas y hay una tendencia a orientarse
hacia las conocidas, con las que haya apegos, si están presentes.
Aunque no será hasta el año de edad, que podamos hablar de una relación con sus
compañeros. Aunque aún le queda mucho para tener una relación de amistad. En esta
etapa, será más de interacción por necesidad. Tiene un juguete que le gusta, tiene
curiosidad por el pelo diferente, o la ropa que lleva.
Entre los 18 meses y los 24. El niño comienza ya a crear sus amigos. (Siempre y cuando
tenga contacto con otros niños) Por eso, la guardería, les viene muy bien a los niños para
trabajar la socialización. Ya que, si el niño no ve y no comparte espacio con otros niños,
no tendrá la oportunidad de mantener relaciones sociales con niños de su edad.
El llanto es una conducta que se produce como respuesta refleja a un estado de
malestar. Según estudios realizados se distinguen 4 tipos de llanto:
1. El llanto básico es un llanto regular y rítmico, que generalmente está asociada
con el hambre
2. El llanto de cólera
3. El llanto de dolor
4. El llanto de atención, que aparece un poco más tarde, a partir de la tercera
semana
El llanto tiene un efecto profundo sobre los adultos en general y sobre las madres, en
particular. La respuesta de estos al llanto del bebé es un buen mecanismo para asegurar
la atención y la protección de las crías.
El bebé, además posee otros medios para transmitir información. La cara es el principal
medio de expresión. En la cara del niño se manifiesta el cansancio, el bienestar, la
alegría, el desagrado. De hecho, estas expresiones pueden preceder el llanto y, con ello,
anticipar que va a empezar a hacerlo.
La sonrisa aparece pronto como como una especie de mueca que los adultos
interpretamos positivamente. Las primeras sonrisas son puramente fisiológicas, pero en
poco tiempo va siendo una manifestación de reconocimiento de objetos y situaciones y
poco a poco va adquiriendo un valor social.

3. EL APEGO DEL INFANTE


El apego constituye un vínculo que el niño forma con otras personas durante los
primeros años de su vida. Estos vínculos tendrán influencias para sus relaciones sociales
posteriores y su desarrollo intelectual en el futuro. Lo característico del apego con la
figura materna es que este vínculo consiste en una relación de calidad en la que el bebé
y su madre mantendrán una proximidad durante toda la vida, aunque en algún

7
momento tenga que separarse de ella para poder explorar el mundo; pues el apego
persiste en el tiempo y se mantiene en separación y distancia. Las manifestaciones de
apego son las conductas que un niño puede mostrar al estar en conctacto con su madre.
Ejemplo son las sonrisas, los abrazos, el llanto, etc.
Es así como tenemos que la actitud de una madre se adaptará siempre a las necesidades
de su bebé para poder garantizar su supervivencia. Conforme va creciendo el niño, la
madre comienza a adoptar actitudes que faciliten su separación para que este pueda
comportarse de manera independiente.

3.1 TEORIAS DEL APEGO


Así, surge la primera relación social de un bebé, que es con su madre o figura materna.
Además, con esta persona desarrolla un apego. Existen tres diferentes teorías que
explican la formación del apego:
3.1.1 Teoría psicoanalítica: en la que Freud explica que el niño establece una
relación con la persona que satisface sus necesidades básicas. De esta
relación primaria, surge una secundaria en la que el niño encuentra placer al
tener una relación meramente por contacto con esa persona surgiendo así el
amor. Según este psicoanalista, “la relación con la madre constituye el
modelo de todas las relaciones afectivas posteriores” de un ser humano.

3.1.2 Teoría conductista: en la que Watson explica que el niño establece una
relación primaria con la persona que satisface sus necesidades de
alimentación y confort, y de esta relación es como el niño comienza a
reconocer el rostro de su madre surgiendo así el amor como respuesta
condicionada ante la presencia de esa persona.

3.1.3 Teoría etológica: en la que John Bowly formula la ‘teoría del apego’ que
señala que un niño no puede valerse por sí mismo por lo que la proximidad
con un adulto garantiza su supervivencia y adaptación.
El apego, es cualquier forma de comportamiento que hace que una persona
conserve proximidad con otro individuo diferenciado y preferido; esta conducta
lleva al establecimiento de un vínculo afectivo, el cual puede tener tres
diferentes formas de comportamiento:

 Búsqueda de proximidad: el niño intentara permanecer dentro del radio


de alcance protector de los padres.
 Efecto de una base segura: la presencia de una figura de vínculo que
fomenta la seguridad en el niño y facilita la exploración y juegos
confiados.
 Protesta frente a la separación: la amenaza a la continua accesibilidad a
la figura de vínculo da lugar a protesta y a intentos activos de impedir la
separación.

8
3.2 ETAPAS DEL APEGO

De 0 a 3 meses
Desde el primer momento los bebés muestran interés por los adultos que los rodean y
nosotros disfrutamos de cuidar y dar amor a nuestros pequeños. A esta edad aún no
muestran clara preferencia por una persona u otra, pero es el amor y cuidado que sus
padres le entregan en las rutinas cotidianas -como alimentar, hacer dormir o bañarlos–
forman las bases del vínculo de apego.
De 3 a 6 meses
En esta etapa los bebés comienzan a reconocer a las personas con quienes se sienten
más cómodos y seguros. Se relacionan de distinta forma con sus padres que, con
extraños, ya que reconocen las demostraciones de cariño y de cuidado. Esta etapa es
primordial para que el bebé identifique las figuras de apego y adquiera un sentimiento
de confianza con ellas, en base cómo responden a sus necesidades.
De 6 meses al año
En estos meses el vínculo de apego termina de consolidarse. Cerca de los 8 meses
comienzan a experimentar ansiedad de separación, angustia cuando se separan de
quienes los cuidan y rechazo hacia personas desconocidas. Muchas personas dirían que
se ponen “mañosos”, pero en realidad están expresando que con sus cuidadores sienten
seguridad y no quieren separarse de ellos.
La relación de apego continúa desarrollándose durante los primeros años de vida de los
niños, en los que debemos acompañarlos en sus procesos, cuidarlos y atender sus
necesidades.

4. RELACION MADRE -- HIJO

El vínculo temprano se puede definir como "un vehículo transportador de las vicisitudes
emocionales del bebé, hacia la conmoción emocional por la demanda, en el polo padres
y desde allí la transformadora respuesta instalando el primario mundo psíquico en la
interioridad del bebé (vivencia de muerte-vivencia de plenitud). El vínculo temprano,
más allá del aporte que hace en aspectos concretos, biológicos, como el alimentar en sí
mismo (lactancia), tiene como función fundamental la de sostener los procesos
mentales llevados a cabo entre los polos intervinientes (mamá y bebé)”. Y alrededor del
tercer mes adquiere importancia la presencia de la función paterna.
Un bebé recién nacido dirige la mirada al rostro de la madre en forma sostenida e
intensa. La madre tiene hipótesis, "sabe" lo que le hace falta a su bebé y adecúa las
respuestas para él. Así se va estableciendo un ritmo de contactos, encuentros, pausas
que generan el moldeamiento del vínculo. El modelaje del mismo se irá realizando a lo
largo del desarrollo y estadios madurativos, pero seguirá aportando en el sentido de la

9
constitución del psiquismo del niño. Es importante aclarar que cuando hablamos de
"mamá" nos referimos a "función materna" que está relacionada con la función de
sostén y contención emocional del niño. Complementariamente, la función paterna está
relacionada a la función de corte que prohíbe y posibilita conductas ayudando al
ordenamiento mental. Ambas funciones pueden ser realizadas por cualquier persona
que esté dispuesta a ejercer la crianza del niño en forma cercana, constante y sostenida,
independientemente del vínculo biológico.
Así, el bebé es depositario de distintas fantasías de los padres, que llevan a producir
vinculaciones únicas y particulares en cada caso, que dependen también de las
características y las capacidades de cada madre y padre para incorporar a este hijo que
representa:
- el bebé imaginado durante la gestación, producto de sus sueños: "es el que va a
transmitir el destino transgeneracional".
- el hijo de sus fantasías, el que los remonta a su propia infancia y es el producto de sus
deseos inconscientes.
- el hijo producto de la interacción familiar, el bebé concreto.
O sea que los padres no sostienen en sus brazos un solo bebé, sino al menos tres. Cómo
puedan ellos "posicionarse" en el lugar de madre y padre para ejercer estos roles,
dependerá del repertorio de identificaciones y de la gama de posibilidades para
vincularse con este niño, que a su vez tiene sus características personales.
Desde el nacimiento, el bebé comienza a independizarse paulatinamente del cuerpo de
la madre, ya que la lactancia sería como el cordón umbilical extra-uterino que los
ayudará a permanecer unidos. Este proceso de crecimiento y maduración permite hacer
"nacer" también a sus progenitores, tutores o adoptantes como madre y padre,
facilitando la humanización a través del Inter juego de interacciones.
La mayor representación del vínculo afectivo está dada por la relación madre-hijo. El ser
humano nace en una condición desvalida, debido a que no se ha desarrollado lo
suficiente como sí lo han hecho otras especies mamíferas relacionadas desde el punto
de vista de la evolución. Ese desvalimiento hace necesaria la dependencia hacia algunas
personas que lo cuiden, lo alimenten y lo protejan mientras su desarrollo va generando
la capacidad de vivir independiente.
Es común observar que hacia los 7 u 8 meses el niño forma lazos más estrechos con
varias personas, en particular con la madre. Es a esta edad cuando se produce la
ansiedad natural por la separación, si ésta dura mucho tiempo el niño manifiesta
disgusto y llanto. En esta etapa se produce el miedo a los extraños, el bebé reacciona
con disgusto y rechazo hacia los desconocidos y tiende a buscar a las personas conocidas
con las que sostiene vínculos de apego.

10
La frecuencia de estas actitudes puede ser debida al carácter del niño, aunque la
personalidad y respuestas de la madre, así como la influencia del medio que lo rodea,
son factores determinantes en estos patrones de conducta.
La relación madre-hijo durante la alimentación o los cuidados básicos (bañarlo,
cambiarle el pañal, limpiarle la cara o cambiarlo de posición al estar acostado), es
especialmente importante para que el niño adquiera confianza, por ello es necesario
cuidar la calidad con la que se realiza la actividad más que el tiempo invertido en ella.
La actitud que la madre tiene para con sus hijos, sus propias vivencias, la condición de
su vida actual y su personalidad son factores que influyen significativamente en el
desarrollo de este vínculo.
Es muy importante que la madre utilice el abrazo, la sonrisa y la forma en que le habla
para transmitirle al bebé su cariño y su amor.
A los 6 o 7 meses de edad el bebé muestra la dependencia hacia su madre, la sigue más,
llora si se le desaparece y la utiliza como base firme desde donde puede explorar el
mundo.
El primer logro social del bebé, es estar dispuesto a dejar que su madre esté fuera de su
vista sin sentir ansiedad o enojo excesivo.
Los niños y niñas necesitan un cuidado afectuoso, constante, sensible y responsable por
parte de los adultos que los acompañan. De este cuidado surgirá entonces la situación
de apego definida como “aquella relación íntima entre dos personas caracterizada por
afecto mutuo y un deseo de mantener proximidad”.
Además de la relación madre –hijo como elemento fundante de las vinculaciones
afectivas, el ser humano es capaz de establecer múltiples apegos a lo largo de su vida
como lo podemos ejemplificar en el caso de la adopción y en la presencia amorosa y
gratificante de las antiguas “nanas”, aquellas personas adultas que acompañaron con
amor y dedicación la infancia de muchos de nosotros.

5. EL PAPEL DEL PADRE

Nadie duda de la importancia del apego materno durante la infancia, pero los niños
también necesitan del padre. Según los autores del estudio, independientemente de si
los niños vivían con su padre o no, en comparación con otros niños con padres ausentes,
los niños de padres activos tuvieron durante su infancia temprana y media menos
problemas de comportamiento y una mayor capacidad intelectual.
También señalan que las niñas parecen ser las más afectadas por la ausencia paterna.
Las niñas cuyos padres habían estado ausentes durante la mitad de su infancia tenían
niveles significativamente más altos de problemas emocionales en el colegio que las
niñas cuyos padres habían estado presentes.

11
A pesar de todo, ello no significa que los niños que crecen sin padre vayan a tener
problemas. Como destaca la coautora del estudio, “aunque nuestro estudio examinó el
importante papel de los padres en el desarrollo de sus hijos, a los niños sin la presencia
de padres no les va necesariamente mal”.
Hoy en día, hay muchos hogares en los que los padres biológicos están ausentes y el
cuidado de la madre y demás familiares son alternativas perfectamente válidas para
criar un niño sano en todos los aspectos.
Pero lo cierto es que la cercanía del padre durante la infancia, al compartir horas de
juegos, brindar apoyo emocional y fomentar la autoestima, es enormemente
beneficiosa para el desarrollo del niño.
Por lo general, cuando el padre está presente en el parto o tiene la oportunidad de
establecer contacto con el bebé poco después de su nacimiento, el vínculo entre padre
e hijo es aún más estrecho. Los lazos de vinculación creados entre el padre o la figura
masculina y el bebé durante el primer año de vida permiten el desarrollo social,
emocional y cognoscitivo del pequeño en una forma más estable.
Se ha observado que los padres prefieren jugar con los bebés en lugar de cuidarlos.
Cuando prestan más atención a sus hijos, los niños son más brillantes, curiosos y felices.
Aunque la madre es la primera persona con la que tiene contacto el niño, es
fundamental que el padre también se relacione con él. Los padres son de suma
importancia para sus hijos, mucho más de lo que antes se creía
La relación padre-hijo puede iniciarse desde que la mamá está embarazada, ya que el
padre puede platicarle, ponerle música o acariciar el vientre de la madre.
Al nacer el bebé, esta relación puede fortalecerse si lo toma en brazos, lo baña, lo
cambia, los limpia o le da el biberón; así el padre estará brindando ayuda y estableciendo
un lazo entre él y su hijo que lo hará menos temeroso a nuevas experiencias y lo
capacitará para tener confianza en las nuevas relaciones sociales que tenga con los
demás.
El niño necesita sentir que puede participar en el mundo del papá sin que éste se
moleste. Los hijos que se relacionan más estrechamente con sus padres se desempeñan
mejor en la escuela, con sus amigos y expresan mejor sus emociones para el resto de su
vida.
El vínculo entre madre, padre e hijo es la fuente de donde manan después todos los
vínculos que habrá de entablar el niño y constituye la relación formadora en cuyo
transcurso el niño adquiere noción de sí mismo. La fuerza y carácter de este vínculo, que
al comienzo es con la madre y luego se agrega el padre, influye sobre la calidad de todos
los futuros vínculos que se establezcan con otras personas. Al ser las primeras personas
con las que se encuentra el ser humano cuando nace, esta relación queda plasmada o
"inscripta" en el bebé como "modelo" para contactarse con las otras personas u objetos
del medio ambiente.

12
Todas las funciones mentales, desde el manejo de las emociones, la valoración de sí
mismo, la capacidad de aprender o de pensar, la formación de símbolos, la capacidad
de estar consigo mismo, la creatividad, tendrán relación con el buen funcionamiento de
aquel fenómeno vincular. La falta, falla o fractura en el establecimiento o el
funcionamiento del vínculo madre- padre - hijo sería responsable de desarrollos
psicopatológicos posteriores tales como inestabilidad emocional, enfermedades
psicosomáticas, retardos madurativos, trastornos psíquicos, etc.
Promoviendo un contacto profundo y fluido entre la madre, el padre y el bebé,
estaremos facilitando un saludable desarrollo integral del niño, su familia y su entorno.

6. CALIDAD DE RELACIONES CON LOS HIJOS

Con la atención, el cariño, la comunicación, el amor y el respeto estarán dándole al niño


seguridad en sí mismo. Los niños vinculados con seguridad son más sociables, más
positivos en su conducta con los demás y emocionalmente más maduros en la escuela y
otro tipo de ambientes ajenos al hogar. Para que su hijo se sienta más seguro es
importante que platiquen con él, que lo tomen en cuenta y que lo escuchen, traten de
hablarle con cariño, sonríanle, sean más sensibles a sus necesidades y antes de dormir
cántenle o léanle un cuento; la atención que ustedes depositen en él lo hará sentir
importante y amado.
Los momentos que compartimos los padres con nuestros hijos deben ser de calidad,
debemos hacer que el niño se sienta cuidado, amado, respetado, protegido y aceptado.
Puede hacerse que el niño sienta el afecto de sus padres en cualquier actividad.

13
CONCLUSIONES

La relación segura establecida en los primeros años de vida, le permite abrirse más al
mundo, aumenta la capacidad de explorar, la curiosidad, la solución de problemas, el
juego y las relaciones con los otros niños. Así, el niño tiene más confianza en sí mismo
pues se sabe querido y eso le da seguridad y confianza en sí mismo y en los otros,
puede ser más tolerante y comprender más a los demás, incluso en acciones hostiles,
pues considera que la situación es pasajera y no altera la imagen que tiene de sí
mismo.
Por el contrario, si la relación es insegura, cualquier situación ambivalente o poco clara
de los otros hace que se sienta rechazado y sienta desesperación. Estos niños
necesitan constantes muestras de afecto y aprobación para sentirse seguros, ya que su
modelo mental no incluye una idea interiorizada del otro como alguien siempre
disponible al que puede recurrir cuando lo necesite.

14

Вам также может понравиться