LA TEORÍA DEL CAOS

El Iconoclasta Sancho Escribano

La feria del mamarracho…

El Diccionario de la Real academia define mamarracho como una persona

estrafalaria o ridícula, es decir, aquello que hace o dice fuera del orden o común
modo de obrar.

Han transcurrido 30 días desde la jornada electoral del 1 de julio y la Feria de las
Mamarrachadas, no tiene parangón.

De una a otra, las ideas expresadas por quien va a gobernar este país, confirman
la megalomanía escondida tras el discurso rosado del amor y el bienestar.

“Necesitábamos una gente como Manual Bartlett”…

La idea de la semana: rebautizar a la Secretaría de Desarrollo Social y

denominarla Secretaría del Bienestar… ¡Magnífico! ¡Era el gobierno que
necesitábamos…!

La fastuosa e “inteligente descentralización” del gobierno y el financiamiento de los

contribuyentes a esta aventura de las hormonas y la única neurona medio viva del
macuspaní.

Cómo empezar un gobierno que se quiere alejar del pasado, pero que basa su
“cuarta transformación”, su “proyecto de nación” en ocurrencias y estridencias.

Cómo quizá siquiera pensar en un país con un proyecto distinto, basado en los
delirios, la desinformación, la ignorancia jurídica y la falta de asesores inteligentes,
de quien lo gobernará por los próximos seis años.

Mi intuición sabía que este país sería un caos si ganaba, pero ni en mis peores
fantasías retorcidas pensé que sería una pesadilla aun antes de empezar.

¿Foros para pacificar al país y una Ley de amnistía? ¡En serio!

Desde que al gobierno se le ocurrió que hacer foros, crear comisiones, comités y
reunirlos periódicamente es la solución a los problemas, las cosas se han puesto
peores. Más burocracia. Más dinero público invertido en pozos sin fondo.

Alguien tendrá que decirle que no hay nada nuevo bajo el sol. La misma ineficacia,
quizá aderezada de estulticia, se cierne sobre el futuro. No. No le doy ni un voto
de confianza. No tiene la capacidad. Y tampoco quiero ver que le vaya mal a este
país.
CARPE DIEM

Mi apuesta es simple. El nuevo Congreso Local empezará sin agenda legislativa

propia. No hay proyecto, hubo suerte.

La última y nos vamos…

Lo que mal empieza mal acaba. Si no, al tiempo… el virtual alcalde de Toluca –no
sé porque se me vino a la mente el chascarrillo del burro que tocó la flauta-
emplazó al gobierno municipal actual, a iniciar el proceso de transición, según lo
que leo en algunos diarios locales.

¿Sabrá acaso que en la constitución existe el principio de legalidad y que no tiene

fundamento jurídico pedir una cosa así? En este momento, sólo es un ciudadano
más. No tiene derechos ni obligaciones como servidor público, sino hasta que
proteste el encargo.

¿Necesitará dinero o qué lo mueve?

¿Cómo diría el clásico: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error?

¿Qué le urge a Juan Rodoflo?

Nos leemos en otra semana caótica.

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