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Tema:
involucra la participación activa de ambos roles, con actitud positiva y con el esfuerzo,
motivándolos tomando en cuenta los obstáculos que se pueden presentar en el momento de
la formación de conocimientos válidos y significativos en los estudiantes
Herramientas pedagógicas
Una hoja de ruta para enseñar en el aula.
1. Entorno. Un aspecto fundamental para el correcto aprendizaje por parte del alumno es la
eliminación de cualquier obstáculo que le impida aprender con garantías. El entono se
considera como un objeto educativo el cual se debe conocer y poder hacerse uso de ella en
el aspecto pedagógico.
2. Recompensa. Una conducta que es premiada es una conducta que tiende a ser repetida.
Eso es lo que se entiende por refuerzo positivo o refuerzo positivo incondicional. Como en
todo proceso educativo se debe de motivar al alumno para que el tenga un buen
desenvolvimiento en las actividades.
3. Merecimiento. Un buen elogio debe ser algo merecido por tus alumnos. . El elogio no es
solo de expresar los méritos sino que se demuestren con otras acciones favorables.
4. Actitud y esfuerzo. El elogio debe ser enfocado o en base a estos dos aspectos. Pues
porque son dos cualidades que requieren de acción, voluntad y determinación.
5. Inmediatez. Otro de los consejos para dar un buen elogio tiene que ver con la inmediatez
del reconocimiento. Por tanto, no se debe dejar pasar mucho tiempo entre logro y elogio.
6. Discreción. Se da un elogio hay que tener muy en cuenta el entorno en que dicho elogio
se produce porque puede acabar siendo motivo de burla o envidia por parte del grupo clase.
7. Forma. Un buen elogio debe ser breve, directo y con un tono de voz que no suene a
exagerado. Con la expresión correcta y que sea agradable.
8. Concreción. No hay peor elogio que aquel que el alumno recibe y no es capaz de
entender. Es por eso que debe ser breve, conciso e ir al grano.
9. Momento oportuno. Es tan importante el elogio como el momento en que das ese elogio
a tu alumno. En este sentido, hay que evitar dar un elogio cuando se tiene previsto pedirle
algo a un alumno.
Pero todo arte tiene su recompensa y la que recibe como docente es el agradecimiento, la
satisfacción por el trabajo bien hecho. Y todo ello sin esperar nada a cambio.
1. Sanción. Como bien afirman Marina y Pellicer, Debe evitarse que las sanciones
parezcan un castigo o una venganza por las molestias que ha ocasionado un alumno. Lo
importante es enseñar al alumno que las sanciones son la consecuencia de un acto.
2. Cambio de creencias. Buena parte del comportamiento de los estudiantes se ven
reflejados en el proceso tanto de los que se adquieren en el hogar y en la escuela
compartiendo con personas dentro o fuera del hogar.
3. Cambio de sentimientos y deseos. el cambio de sentimientos favorece un cambio de
acciones. Y en este punto son clave los pensamientos negativos automáticos para un
resultado contrario.
4. Razonamiento. Este no se centra en lo conductual, sino en lo cognitivo. Y aunque el
razonamiento no tiene un efecto inmediato en la conducta de un alumno, sí le permite
generar su propio significado. Hay dos términos muy interesantes que abordan los
autores de la Inteligencia que aprende y que son:
El pensamiento frío: se basa en los argumentos
El pensamiento emocional: fuertemente motivador
5. Repetición y hábito. La repetición favorece el hábito. Y el hábito evita el conflicto a la
hora de tomar una decisión. Por tanto, de lo que se trata es que tus alumnos vayan
adquiriendo rutinas adecuadas para que el aprendizaje resulte más eficaz.
6. Reflexión sobre el aprendizaje. La reflexión sobre el aprendizaje es lo que se entiende
por metacognición, es decir, la reflexión de una persona sobre su propio proceso
mental, la cognición reside en el propia evaluación en los resultados de lo ejecutado y el
progreso de ello.
7.
Ante esta afirmación insisten en que se puede enseñar a los alumnos a adquirir un hábito
que les permita elaborar las mejores preguntas para obtener las mejores respuestas.