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LOS
COMPLEMENTARIOS
IDITORIAL LOSADA. S. l.
1.1.0. 11I11
AN 'TONIO MACHADO
En 1917, al frente de una selección de poesías escogidas,
escribió Antonio Machado los siguientes datos autobio- .
gráficos : "Nací en Sevilla una noche de julio de 1875 ,
en el célebre palacio de las Dueñas, sito en la calle
del mismo nombre . Mis recuerdos de la ciudad natal
son todos infantiles , porque a los ocho años pasé a
Madrid , adonde mis padres se trasladaron, y me eduqué
en la . Institución Libre de Enseñanza . A sus maestros
guardo v ivo afecto y profunda gratitud . Mi adolescencis
y mi juventud son madrileñas . He viajado algo por
Francia y por Esp:-..ña . En 1907 obtuve cátedra de lengua
francesa, que profesé durante cinco años en Soria . Allí
me casé ; allí murió mi esposa, cuyo recuerdo me acom-
paña siempre . Me trasladé a Baeza , donde hoy resido.
Mis aficiones son pC.sear y leer ." Complementariamente
agregar emos que Antonio Machado cursó filosofía en la
Universidad de Madrid , hasta el doctorado ; en 1919 fué
trasladado al Instituto de Segovia, y pasó, en 1932, al
Instituto Calderón de la Barca de Madrid . Fué elegido
miembro de la Academia Española. En colaboración
con su hermano Manuel escribió varias obras de tea-
tro . Al estallar la guerra, se puso al lado de la
República ; al terminar la lucha, cruzó la frontera y
murió en Collioure, pueblecito del ¡nediodía de Francia,
a comienzos de 1939. Tras los cuatro tomos de sus
Obras completas, aparecidas en esta "Biblioteca Con-
temporánea", incluímos ahora uno nuevo, LOS COM-
PLEMENTARIOS Y OTRAS PROSAS PóSTUMAS, donde
se reúnen por vez primera diversas páginas suyas, todas
ellas poseedoras del más subido interés, tales como las
reflexiones sobre poesía, la primera versión en prosa
de La tierra de Alvargonzález, el discurso de ingreso
en la Academia de la Lengua, nueve cartas a Unamu-
no, etcétera.
47
LOS COMPLE~ENTARIOS
y OTRAS PROSAS PÓSTUMAS
ANTONIO- MACHADQ
-L OS COMPLEMEN-T ARIOS
y
OTRAS PROSAS PÓSTUMAS
Ordenación y nota preliminar de
, ,
': ,1 1; \ ': ~.
EDITORIAL LOSADA, S. A.
BUENOS AIRES
Edición expresamente autorizada para la
BIBLIOTECA CONTEMPORÁNEA
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
J,,1arcas y características gráficas registradas en
la Oficina de Patentes y ¡11arcas de la Nación
Copyright by Editorial Losada, S. A.
Buenos Aires, 1957
FRlJLM
868 1046771
M28
Ej.1 111111111111111111111111111111111111111111111
J LM
, '
PRINTED IN ARGENTINE
Se terminó de imprimir el día 31 de octubre de 1957 en
ARTES GRÁFICAS BODONI, S. A. 1. C. - Herrera 527 - Buenos Aires
NóTA PRELIMINAR
GUILLERMO DE TORRE
1 .
j Quédifícil es
cuando todo baja
no bajar talnbién!
DESORIENTACIÓN
ALBORADAS
En San Millán
a nl,Ísa . de alba
tocando están.
Escuchad, señora,
los campaniles del alba,
los _faisanes de la ·"aurora.
Mal dice el negro atavío,
negro manto y negra toca,
con el carmín de esa boca.
N unqa se viera
de misa, tan de 1nañana,
viudita más casadera.
19
EL SIGLO XIX
APUNTES
Segovia, 1919.
SOBRE LA OBJETIVIDAD
EL ~ULAGRO
. LEIBNIZ Y SCHOPENHAUER
EL TABú
TIERRA BAJA
EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
ADVERTENCIA AL LECTOR
VIRGILIO
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.
'SOBRE LA POESíA
La lírica
El adjetivo y el nombre,
remansos del agua limpia,
son accidentes del verbo
en la gramática lírica,
del Hoy que será l'J!.añana,
y el Ayer que es Todavía.
PROBLEMAS DE LA LIRICA
DE LA POESíA
~vladrid, 1922.
45
EL GRECO
EL SIGLO XIX
MI CAt'lA DULCE
EL HIJO DE BÉCQUER
COCHEROS LOCOS
ESPACIO y TIEMPO
LA REACCIÓN
La actual reacción -muy semejante' a la fernandina-
es perfectamente explicable si se tiene en cuenta que
toda la Europa occidental está hoy en actitud defen-
siva contra la revolución rusa. N o es menos cierto que
nuestra posición marca -como siempre- la extrema
incomprensión. Seguimos guardando, fieles a nuestras
tradiciones, nuestro puesto de furgón de cola-.
Sin embargo, ·nuestros hombres de la izquierda no
parecen inquietos. Han puesto de moda un cierto opti-
mismo, una cierta fe en no sabemos qué entidad :rpÍs-
tica que ha de renovarnos a nosotros también. Creen,
o aparentan creer, que nuestra regeneración puede -
operarse por presión externa. Seremos remolcados
hacia el porvenir. ¿Y por qué no hundidos como boya
inútil?
Fué Kant el último filósofo de gran estilo. Para
encontrarle su igual es preciso recordar a Platón. Pero
ni Platón ni Kant crearon nin~ún tema esencial de la
filosofía. Platón reasume la tIlosofía helénica, dp.~de
los jonios a los sofistas; Kant reasume la filosofía rena-
centista. N o .nos asusten los nombres de estos dos '
gigantes. Ni uno ni otro vinieron al mundo a poner
fin a las disputas filosóficas, sino a _enseñarnos a filo-
sofar. Después de leer a Platón no disminuye nuestra
admiración por Protágoras; después de leer a Kant,
aumenta nuestra afición a Hume .
. En el siglo XIX ha habido una tendencia a la cobardía
y a la inmunidad filosófica. Llamémosle positivismo,
aceptando el término en su acepción más generalizada.
El mismo nombre de Kant -de cuya cosmocopia to-
davía inexacta proviene toda la filosofía ochocentista-
se quiso empujar hacia el olvido o se le invocó como
una autoridad contra la metafísica.
En España -que miró siempre de través a la cul-
tura-, el positivismo tuvQ sólo una influencia negativa,
que no fué compensada por el entusiasta apego al
estudio de las ciencias particulares.
Refutado el positivismo, la filosofía recobra su vuelo
y parte nuevamente de Kant; se recuerda la reflexión
filosófica en aquel punto en que quedó interrumpida.
Todos los filósofos modernos que merecen el nombre
de tales parten de Kant, confesado o no. Pero la
vuelta a Kant no puede ser la resurrección de un
sistema, sino de un método de severo pensar sobre el
estado actual del conocimiento. N o olvidemos nosotros
que ese mismo positivismo, a que hoy se empieza a
volver la espalda en Europa, es en · España una gran
laguna, y fuera fué un trozo de fecunda cultura, de
gran pasión por el estudio de los hechos.
11adrid, 12 de julio de 1916.
58
NIÑAS EN LA CATEDRAL
El escultor de Segovia
Doce ~ poetas
que
pudieron existir
MAR
M anzanilla en el barco
fugo de la tierra,
que van mareando.
En Jerez de la Frontera,
tormentas de vino blanco.
, Para Narcisos, tu calle,
donde al que pasa le dicen:
suba un ratito, Don Nadie.
ALBORADA
EL MILAGRO
Ha pasado un caballero
( ¡quién· sabe por qué pas6!)
y al ver a la blanca niña,
volver de noche pensó.
Embozado en negra capa
el caballero volvió,
y antes de salir la luna,
la niña se apareció.
Desde el balcón a la calle,
desde la calle al balcón; .
si palabras de amor suben,
bajan palabras de amor.
Pasada la medianoche,
cuando quebraba el albor,
el conde vuelve de caza
de los rnontes de León.
Salióle al paso la niña:
-Por aqttÍ paséis, señor.
Tengo en mi lecho un hermano
que maherido cayó.
N o, entréis en la alcoba, conde . ..
-Dejadme pasar, por Dios,
que yerbas traigo del monte
y habré de sanarle yo.
FABULACIONES
FRAGMENTO DE PESADILLA :~
UN DISCURSO
DISCURSO DE INGRESO EN LA
ACADEMIA DE LA LENGUA:¡'
Señores académicos:
Perdonadme que haya tardado más de cuatro años
en presentarme ante vosotros. Todo ese tiempo ha
sido necesario para que venza yo ciertos escrúpulos
de conciencia. Tengo muy alta idea de la Academia
Española, por lo que ha sido, por ló que es, por lo que
puede ser. Me habéis honrado mucho, demasiado, al
elegirme académico, y los honores desmedidos per-
turban siempre el equilibrio psíquico de todo hombre
medianamente reflexivo. Cuando nos alejamos de la
juventud, que es casi toda ella anhelo de porvenir y,
por ende, ansia de todo lo posible, limitamos el campo
de nuestras aspiraciones; creemos conocer ya, no sólo
el ritmo, sino la ley que ha de regir . la totalidad de
nuestra vida, y renunciamos a hacernos ilusiones, quiero
decir que aspiramos a vivir de realidades. Pensamos
entonces que lo real de nuestra vida es solamente
aquello que no pugna con la norma ideal que había-
mos sacado, por abstracción, de nuestra experiéncia.
Es la edad en que, fatalmente, desconfiamos de me-
EL MAÑANA
POR EQUIVOCACIÓN
NATURALEZA Y ARTE
- Si vino la primavera,
volad - a las flores;
no chupéis cera.
INTELECTUALES Y OBREROS
II
Hay razones acaso suficientes para no esperar de
la Rusia actual el arte comunista de inspiración cris-
tiana, la poesía de comunión fraterna a que aludíamos.
Pero hay razones más hondas para no creer demasiado
en el marxismo ruso y para esperar ese arte y esa
poesía de la Rusia de mañana, que será la de ayer y
acaso- la de siempre. N o vayamos demasiado de prisa.
Es posible que el marxismo no sea un elemento tan
148
nI
Hasta aquí lo que hubiera pensado Juan de Mai-
.rena si hubiese vivido en nuestro tiempo con la menta-
lidad del suyo. Y probablemente hubiera · añadido:
"Con todo, de cuanto se hace hoy en el mundo, lo más
grande es el trabajo de Rusia. Porque Rusia trabaja
para emancipar al' hombre, a todos los hombres, de
cuanto es servidumbre en el trabajo.
Para triunfar del ~~solus ipse" (una fe metafísica
como otra cualquiera, y precisamente la propia de la
sociedad individualista, que vive hoy con ~lescudo al
brazo enfrente d~ ~a Rusia soviética) será necesaria
una fe comunista -no nos asusten las palabras-, que
puede engendrarse en el seno de una fraternidad la-
boriosa .
. ¡Fraternidad! He aquí la palabra rusa por excelen-
cia. Cuando se lee lo que nos cuentan de Lenin, del
modesto y gigantesco Lenin, y se recuerdan sus pala-
bras (muchas que pronunció y muchas que supo ca-
llar) se comprende cuánto supera el corazón del eslavo
a la inteligencia del pensador alemán. Y se presiente
una reacuñación cordial del marxismo por el alma
rusa, que puede ser cantora lírica y comunista en el
sentido humano y profundo de que antes hablamos.
,( Revista Octubre, Madrid, 1934).
EL CONDENADO POR DESCONFIADO ~~
CARTAS A UNAMUNO
CARTAS A UNAMUNO
11
111
tiempo.
IV
Una mala lectura de Nietzsche fué causa del impe-
rialismo d'annunziano; una mala lectura de D'Annun-
zio ha hecho posible la Italia de Mussolini, de ese
faquín endi9sado.
v
Hemos de reconocer que los libros más influyentes
en los Estados totalitarios no suelen ser los últimos ,
. ni, casi nunca, los mejores. Tal vez por eso, Cervantes
embistió contra los libros de caballerías, cuando éstos
ya no se escribían en el mundo, porque acaso era
entonces cuando producían mayores estragos. El filó-
193
sofo de la abominable Alemania hitleriana es el Nietzs-
che malo, borracho de darwinismo, un Nietzsche que
ni siquiera es alemán. El último gran filósofo de Ale-
mania, el más escuchado por los doctos, es el casi
antípoda de Nietzsche, Martin Heidegger, un metafí-
sico de la humildad. Quienes, como Heidegger, creen
en la profunda dignidad del hombre, no piensan me-
jorarlo exaltando su animalidad. El hombre heidegge-
riano es el antipolo del germano de Hitler.
VI
Alemania, la Alemania prusianizada de nuestros días
-habla Mairena en 1909- tiene el don de crearse mu-
chos más enemigos de los que necesita para guerrear.
Mientras aumenta su fuerza en proporción aritmética,
crece en proporción geoI?étrica el número y la fuerza
de sus adversarios. En este sentido, es Alemania la
gran maestra de la guerra, la creadora de la tensión
polémica que hará imposible la paz en el mundo en-
tero. Y el mundo · entero decidirá ingratamente, exter-
minar a su maestra, cuando ésta ya sólo aspire a una
decorosa jubilaciÓ'n.
VII
Mientras los hombres -decía Juan de Mairena- no
sean capaces de querer la paz, es decir, el imperio
de la justicia (la que supone una orientación metafí-
sica y .un clima moral que todavía n"o existen y que,
acaso, no existan nunca en Occidente), una liga entre
naciones para defende~ la paz a todo trance, es una
entidad perfectamente hueca y que carece de todo
sentido. Es algo peor. Es el equívoco criminal que
mantienen los poderosos, armados hasta los dientes,
194
VIII
MAIRENA PÓSTUMO
11
111
Uno de los errores más graves de la política con-
servadora de las llan1adas grandes democracias (en-
tran en ella todos cuantos la hacen cualquiera sea su
denominación de partido) consiste en creer que puede
perqlitirse el ser infiel a su máscara y el lujo de pua
iniquidad desvergonzada sin que la Historia, en
plazo más o menos breve, le pida estrecha cuent~ de
su-conducta. Confía delnasiado en sus recursos luate-
riales -los que posee y los que procura agenciarse-
y se entrega a la gran corriente -de cinismo que invade
el mundo, alardeando, como sus adversarios, de una
actuación realista, y reconociendo, implícitamente,
que una política cimentada en principios éticos sería
una política de ilusiones.
Las grandes democracias para quienes la guerra es
lo indefectible, se preparan mal -para la guerra. Los
207
IV
Parece evidente que la política conservadora de
Inglaterra y, en cierto modo, la francesa que le es tri-
butaria y por ella conducida a remolque, es una polí-
tica de clase, en pugna con la totalidad de los inte-
reses nacionales, los de an1bos in1perios (el inglés y
el francés), pero que, no obstante, se presenta ante
el mundo y ante sus pueblos respectivos como polí-
tica nacional. Es esto lo que vengo diciendo desde
hace varios meses. Soy yo el prilner convencido de
lni insignificancia como escritor político, y no ignoro
que mi opinión carece de toda importancia. . Ni si-
quiera contaría con mi adhesión decidida, si algo
muy parecido no lo hubiera sostenido, hace muy pocos
días, nada menos que sir Norman Angell, un "premio
Nobel <;le la Paz" y una autoridad suprema como tra-
ta~ista de política internacional. Mas no me complace
tanto el éxito de una coincidencia a que nunca aspiré
como el haber, merced a ella, encontrado quien car-
gue, por su mayor solvencia, con la responsabilidad
211
v
Entre el hacer las cosas bien y el hacerlas rrlal
-solía decir Juan de Mairena cuando oficiaba de in-
moralista- hqy un término. medio, a veces aceptable,
qll:e consiste en no hacerlas porque, en verdad, mien-
trás las cosas no se hacen, cabe esperar que han de
hacerse bien algún día, pero hechas mal, fuerza será,
primero, deshácerlas. Por eso, añadía, los malhecho-
res deben ir a presidio.
Reconozcamos que estos conceptos, poco simpáti-
cos en un clima activista como el nuestro, contienen
alguna verdad. Hay labores negativas que nos alejan
del bien tanto o más que la inactividad o la holganza.
Pongamos un ejemplo. Todos pensamos que la Socie-
dad de las Naciones había de trabajar para que los
hechos, que constituyen la conducta de unas naciones
con otras, se ajustasen a normas de derecho y nadie
pensaba que tan alto fin, como es la paz basada en
la justicia, pudiera alcanzarse en breve tiempo. N o
obstante, mientras la Sociedad de las Naciones _tra-
bajase para acercarse a él, sería una institución útil
y acreedora a nuestro respeto. Mas la Sociedad de
las Naciones aparece como 'un instrumento en manos
de los poderosos, que pretenden cohonestar, merced
a ella, las mayores injusticias. Y porque la influencia
de la Sociedad de las Naciones ha de ser necesaria-
\
215
VI
ATALAYA
1
Casi todo cambia -habla Juan de 11airena· a sus
alumnos-, sin que esto quiera decir "que,"como suelen
pensar los viejos progresistas, que casi todo haya d~
mejorar con el tiempo, sin que tampoco ello nos
obligue a afirmar lo contrario, a saber, que el cambio
en ,el tiempo sólo supone desgaste y deterioro; porque
también en el tiempo florecen los rosales y maduran
las brevas. Casi todo cambia, amigos míos, y no digo
todo, a secas, por quitar rotundidad y absolutez a
mis afirmaciones y, además, porque hay gran copia
de hechos insignificantes, COlno el de haber nacido en
viernes, por ejemplo, que los mismos dioses no podían
lnudar. Son éstes los hechos por cuya averiguación
se pirran los eruditos, ansiosos de verdades inconmo-
vibles y que nosotros desdeñamos con demasiada
frecuencia.
Casi todo cambia; digamos mejor' que cambia todo
lo importante y profundo, y lo que parece quedar
como _inmutable es puro símbolo~ Así pensamos al
menos los hombres de fe heraclitana contra el célebre
aforismo goethiano que párece afirmar todo lo contra-
rio. Y lo que está más sometido a cambio, amigos míos)
es lo que solemos llamar el pasado histórico, el cual,
en cuanto vive en nuestras almas, es decir, en cuanto
es algo, claro ,está que cambia, además y necesaria-
mente, en función de lo que esperamos y tememos
del porvenir. De suerte que lo más modificable, 10
más revisable y, en cierto sentido, lo más reversible,
es todo aquello que creíamos cumplido y consumado
defini"tivamente en el tiempo. Quedan, en cambio,
227
11
La cuestión shakesperiana -sigue hablando Mai-
rena a . sus alumnos-, la de si hubo o no hubo en
tiempos de la reina Isabel un llamado Shakespeare
que escribió tantas maravillas, parece responder a que
no faltó en Inglaterra un hombre a quien estorbaba
la gloria de Shakespeare y que, no pudiendo destruir
la obra inmortal, la ton1ó con su autor, para demos-
trarnos que aquel hombre tan grande ni siquiera ha-
bía existido. Sí esta versión, un tanto gedeónica, no
. os 'satisface, buscaremos ,otra más seria y verosímil.
Por ejemplo: Hubo un inglés que quiso dar a roer
cebolla, como vulgarmente se dice, a un compatriota
suyo que s'e jactaba de tener en su familia un tal '
Shakespeare que había escrito "Hamlet". Y engendró
la cuestión shakesperiana para demostrarle que ese
Shakespeare no fué un gran poeta sino un burgués
insignificante, que no escribía mejor que su portera.
Afortunadamente (para que no siempre las malas per-
sonas se salgan con la suya) sabemos de Shakespeáre,
\del hombre Shakespeare, tanto COlTIO muchos clásicos
ingleses de cuya existencia nadie ha dudado t{)davía.
Así habl~ba Juan de Mairena a sus alumnos. En
nuestros días, hubiera añadido: "Claro está que el
pobre inglés que se gloriaba de · tener a Shakespeare
en su familia no sería, a su vez, de ninguna de las
ilustres familias que' mantienen hoy la política de
no intervención en España.
228
111
De la política inglesa -sin excluir ala conserva-
dora- se ha dicho frecuentemente que es una política
. democrática. Se ha dicho siempre con alguna reserva,
mas nunca sin alguna razón, porque, al fin, todo es
relativo. Es extraño, sin embargo, que se siga diciendo
todavía, cuando de esa política aparece totalmente
eliminado el denl,os, es decir, las diecinueve vigési-
mas partes de la total Albión. Si encontráis alguna
exageración en mis palabras, pensad que yo incluyo
en ese demos eliminado a una gran parte de la bur-
guesía, puesto que también se dice, sin bordear deln_a-
~:iado la contradictio in adjecto, que hay deu10cracias
burguesas o burguesías democráticas. En SUlua, como
decía Nlairena, que las cosas pasan y se mudan mucho
antes que las palabras con que las designábamos. Un
ejemplo de la dureza, impermeabilidad y resistencia
de las palabras a los embates del tiempo, nos l~ da
esa política francesa de no intervención ~n España,
tan semejante a la de NIr. Chalnberlain y que ha sido
al fin, la política del ¡Frente Popular!, con NIr. Blum,
¡un socialista!, a la cabeza. Claro que MI'. Blum ha -
cohonestado su conducta ~aciéndonos comprender que
él propuso y defendió una ·verdadera -y no ficticia-
no intervención . en España, porque él ignoraba -aun-
que no lo dijo, es fuerza suponerlo- lo que sabía todo
el mundo: que dos de las grandes potencias no inter-
vencionistas, eran precisan1ente, los invasores de la
Península ibérica. . )
IV
Asusta pensar hasta qué punto pueden los hom-
bres propugn~r la paz y trabajar para la guerra -fu-
229
tura, defender el orden social establecido y contribuir
a su más implacable subversión; aterra pensar cuánta
es la fe de la política europea en la retórica mala,
en la virtud de las palabras horras de todo contenido,
como parapetos defensivos contra las realidades fútu-
ras, como banderas para alistar ,incautos, o como armas
arrojadizas con que achocar al adversario.
(La Vanguardia, 9 de agosto de ] 938 ) .
MISCELÁNEA APóCRIFA
240
ESPA~A RENACIENTE
Serrano PIafa.
En plena guerra, y totalmente empapado en la gue-
rra, aparece un libro de Arturo Serrano Plaja: El
hombre y el trabajo. El libro está dedicado a Vir-
ginia, una mujer de España, invocada al comienzo de
la obra, entre campanadas de pólvora y retratada, ' al
fin de ella,
(vuelve hacia mí la maravilla triste,
la delicada pena de tu rostro)
LOS COMPLEMENTARIOS
Apuntes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. .. . . .. . . .. .. . . . 15
Notas sobre la poesía .. ~ ....................... : . . . 31
Divagaciones y apuntes sobre la cultura ... . . . . . . . . . . . . 44
Cancionero apócrifó. (Doce poetas que püdieron existir.) 61
II
FABULACIONES
Fragmento ' de pesadilla .................. • ......... 73
Gentes de mi tierra ................................ 78
La tierra de Alvargonzález . . ........................ 87
III
UN DISCURSO
Discurso de ingreso en la Academia de la Lengua 105
IV
v
CARTAS A UNAMUNO
Cartas a Unamuno . . ..................... . ... . .... 163
VI
DESDE EL MIRADOR DE LA GUERRA
Notas inactuales, a la manera de Juan de ~"fairena ' . . . . .. 191
1 Mairena póstumo ... /..... -: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 195
Desde el mirador de la guerra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 197
Saavedra Fajardo y la guerra total ................... 219
Para el Congreso de la Paz ... ....................... 222 .
Atalaya .. : ................. . . -...... '...-. . . . . . . . . . .. 226
Viejas profecías de Juan de Nlairena ................. 229
Desde el mirador de la' gu~rra ............... . ...... 232
Miscelánea apócrifa ............. ........ .. .... . ..... 235
Desde el mirador de la guerra ....... . ............... 238
España renaciente -..,. .. . . . ........... . ...... ~ .... .'.. 241
.J
"
VOLúMENES PUBLICADOS
AGUILAR, . PACO .. . . . . . . . . . . . . . A orillas de la música (núm. 137)
AL ARCÓN, PEDao A . DE •••••••• El escándalo (núm. 24; 3' ed.)
ALBERTI, RAFAEL •••..••••••••• Cal y canto. Sobre los ángeles (núm. 75)
ALBERTI, RAFAEL •....••••••••• Antología poética (núm. 92; 2' ed.)
ALBERTI, RAFAEL ••• ..••••••••• El adefesio (núm. 126) .
ALBERTI, RAFAEL • •. .•••••••••• Marinero en tierra (núm. 158)
ALBERTI, RAFAEL •••••••••••••• Imagen primera de ... (núm . 168)
ALBERTI, RAFAEL • ..••••••••••• La amante (núm. 186)
ALBERTI, RAFAEL •••••••••••••• El alba del alhelí (núm. 196)
ALBERTI, RAFAEL • • .••••••••••• A la pintura (núm. 247)
ALEIXANDRE, VICENTE ••••••••• La destrucción o el amor (núm. 260)
ALONSO, AMADO •••••••••••••• Castellano. español, idioma nacional (núm. 101;
2J!. ed.) /
ÁLVAREZ QUINTEROS, S. y J ... Amo1'es 1J amoríos. Los galeotes (núm. 25; 411- ed .)
AMOIlIM, ENRIQUE ••.•••.. .• • El caballo y su sombra (núm. 120)
AMORIM, ENRIQUE •. •.. . .... • La carreta (núm. 237)
ANÓNIMO •••••.• • • . .. . . .. .•.• El Kalévala (núm. 127)
ANÓNIMO • • . . . . . . . . • . . . . . . . •• Versos del capitán (núm. 250)
ARCINIECAS, GERMÁN El caballero de El Dorado (núm. 90; 2q. ed.)
ARCINIEGAS. G E RMÁN • •... . . . . A mérica tierra firme (núm. 140)
ARCINIEGAS, GERMÁN ... . ... . . El estudiante de la mesa redonda (núm . 230)
ARQUEDAS, ALC'lDES . . .. .. .... . Raza de . bronce (núm. 156)
AZORÍN • •.•. . .. . •. .•..•.....• La ruta de Don Quijote (núm. 13; 4 ~ cd .)
AZORÍN .... ....•.... . .. ... • •• Clásicos 1J modernos (núm . 37; 411 ed .)
AZORÍN •.. • .. . . .. . .. . ..• , • •• •• Castilla (núm. 43; 4' ed.)
AZORÍN ..• .•.•...... . .... ..•• Doña Inés (núm. 52; 4 ed .)
AZORÍN .. •..•. . .... . ..... ...• Los pueblos (núm. 65; 41.1 ed .)
AZORÍN •.. . .... . . . . . . . . . . • ..• Al margen de los clásicos (núm . 93; 2q. ed.)
AZORÍN •............•. .. .. . •• Los valores literarios (núm. 145)
AZORÍN ... .. .. ... . .. . .......• Valencia (núm. 223)
AZOnÍN •. . ..... . . . . . . . . . . . . . . El libro de Levante (núm. 236 )
AZORÍN ...•.... . . . . . . . . . ... .. Madrid (núm. 241)
_ BAROJA. Pío ...... . .. . . , . . .•.• Zalacaín el aventurero (núm . -U ~ - 3 ~ ed.)
BAROJA, Pío . . ": ... ...... . . .. . El mundo es ansí (núm. 63; 21!- ed .)
BAROJA, Pío .............. . .. . Juventud, egolatría (núm. 225) .
BARRIOS. EDUARDO • .. . ... ..•.• El hermano asno (núm. 187)
:J3ARRIOS. EDUARDO ••........•. El niño que enloqueció de amor (núm. 207)
BA UDELAIRE. CHAltLE~ .. . ..•• • • Las flores del mal (núm. 214; 2J!. ed.)
BEROSON, HSNRI ..... . .•• ... La risa (núm. 55; 31!- ed.)
BERNÁRDEZ. FRANCISCO LUI3 . La ciudad _sin Laura. El buque ( núm . 202 )
BERNÁRDEZ . FRANCISCO LUIS .. Florilegio del Cancionero Vaticano (núm. 243)
BERNÁRDEZ . FRANCISCO LUIS •• H i mnos del Breviario 'Romano (núm. 243 )
BRUNET, MARTA •.... .. .•••• • Montaña adentro (núm. 253 )
BUCK . PEARE ..... .. ...... .• . El pat1'iota (núm. 22 ; 3~ ed .)
CABALL~RO CALDERÓN . E. . . . . . Ancha es Castilla (núm. 254 )
CAMPANELLA •. . • ... .•.. .....• La ciudad del sol (núm. 100 )
CAPDEVILA. ARTURO . . ... •.•••• Melpómene (núm. 11 ; 3 ~ ed. )
CAPDEVILA. ARTURO • .. . . .. . .•• La Sulamita (núm. 54; 3~ ed .)
CAPDEVILA . ARTURO . ... . .. ...• Babel 1J el castellano (núm. 68 ; 211 ed .)
CAPDEVILA, ARTURO .... . .. ...• El libro de la noche (núm . 182)
CAPDEVILA . ARTURO ... .. . . . . . • Despe1íaderos del habla (núm. 239 )
CASONA. ALEJANDRO La moline1'a de Arcos. Sinfonia inacabada
(núm . 71) ,
CASONA. ALEJANDRO La sirena varada. Prohibido suicidarse en prima-
v em (núm. ' 73; 2~ ed.)
CASONA . ALEJANDRO ... .. . .. • Nuestra Natacha (núm. 114; 211- ed.)
CERV AN TES. MIGU EL DE .. .. .. • Numancia (núm. 109)
CLAUDEL . PAUL ..•..•••. •• . •• El libro de Cristóbal Colón (núm. 259)
CROMMELINCK . FERNAND . • .. • • Tripas de 01'0 (núm. 178)
CHESTERTON, G . B. . ... ... . . . El hombre que fu~ jueves (núm.. 14; 4. eq.)
B I B LI O TE CA C ONTE MPORÁNEA
VOLÚMENES PUBLICADOS
CHESTERTON, G. B .......•••• El candor del padre Brown (núm. 38; 4'1- ed.)
DELGADO, ,HONORIO ••••••••••• Paracelso (núm. 192)
,DUHAMEL, GEORGES • ••••••••• Diario de un aspirante a santo (núm . 152)
DUNCAN, ISADORA •••.••••••• • • Mi vida (núm. 23; 4'1- ed.) ,
FERRATER MORA, JOSÉ ••••••••• Unamuno: Bosquejo de una filosofía (núm. 122)
FLJ\.UBERT , GUSTAVE •••••••••• Madame Bovary (núm. 2)
FLORES, ÁNGEL ••, • • ••••••••••• V i da de Lope de Vega (núm. 227)
FRANK, WALDO •.••••• • •••••• Españ a V i rgen (núm. 188)
FRANK, WALDO ••••.••••••••• Redescubrimiento de América (núm. 204)
FREUD, SIGMUND •••••••••••• Moisés y la religión monoteísta (núm. 150)
GÁLVEZ, ~IJANUEL •••••.••••••• Nacha' Regules (núm. 76)
GÁLVEZ, MANUEL ••••• • ••••••• Hombres en Soledad (núm. 88; 2 ~ ed.)
GÁLVEZ, MANUEL •• • •••••••••• ,Los caminos de la muerte (núm. ' 159)
GÁLVEZ, MANUEL ••••••••••••• Humaitá (núm . 193)
GÁLVEZ, MANUEL ••••••••.•••• Jo r nadas de agonía (núm. 213)
GANIVET , ANGEL •••••••••••• Cartas finla n desas (núm. 61)
GARCÍA LORCA, FEDERICO • Do ña Rosita la soltera o el lengüaje de las flores
(núm. 113; 3l). ed .) ,
GARCÍA LORCA, FEDERICO Mar ia na Pineda (núm. 115 ; 2'1- ed .)
GARCÍA LORCA, FEDERICO Romancero gitano (núm. 116; 6l). ed.)
GARCÍA LORCA, FEDEUCO Poe m a del cante jondo. ' Llanto po,- Ignacio Sán- .
chez Mejías (núm. 125; 3'1- ed.)
GARCÍA LORCA, FEDERICO Ye1'ma (núm. 131; 3:¡. ed .)
GARCÍA LORCA, FEDERICO La zapatera prodigiosa (núm. 133; 21). ed,)
GARCÍA LORCA , FEDERICO Bodas de san gre (núm. 141; 21). ed.)
GARCÍA LORCA, FEDERICO Libro de poemas (núm. 149; 21). ed.)
GARcfA LORCA, FEDERICO CanciOnes (núm. 151)
GARCÍA LORCA, FEDERICO La casa de Bernarda Albd' (núm. 153; 3l). ed.)
GARcÍA LORCA, FEDERICO Cinco farsas breves (núm. 251)
GERCHUNOFF, ALBERTO ••••• " La jofaina maravillosa (Agenda cervantina)
(núm. 32; 31l- ed.)
GÓMEZ DI{ LA SERNA, RAMÓN . El Greco (núm. 69)
GÓ~IEZ DE LA SERNA, RAMÓN. El doctor inverosímiL (núm. 83; 2'1- ed.)
GÓMEZ DE LA SERNA, RAMÓN Azorín (núm. 95; 2'1- ed.)
GÓMEZ DJ!: LA SERNA , RAMÓN La quinttt de Palmyra (núm. 128)
GÓMEZ DE LA SERNA, RAMÓN Seis falsas 'Irovelas (núm. 154)
GÓMEZ DE LA SERNA , RAMÓN El d-¡.teño del átomo (núm . 161)
GÓMEZ DE LA SERNA, RAMÓN Gollerías (núm. 180)
GÓMEZ DE LA SERNA, RAMÓN El i ncon gruente (núm. 195)
GÓMEZ DE LA SERNA , RAMÓN Edgar Poe (núm . 248)
GRA U , JACINTO •...••.• ' •••••• Los tres locos del mundo . La señora guapa .
(núm. 26; 21). ed .) ,
G RAU , JACINTO El conde Alareos. El caballero Varona (núm. 58;
2:¡. ed.) .
GRAU, JACINTO El hijo pródigo . El señ01' de Pigmalión (núm. 70 ;
3:¡. ed .) .
GRA U , J ACINTO El burlador que no se burla . Don Juan de Cari-
llana (núm . 84; 21j. ed .)
GRA U , JACINT O •..•.•• • •••••• La casa del d i ablo . En Ildari a (núm . 157)
GRJ\. U, JACINTO •. ...••.•••••• En t re llamas. ConseJa galante (núm. 206)
GUILL~N, NICOLÁS . . .•• ••••• • S óngoro cosongo (núm. 235) ,
GUILLÉN , NICOLÁS .••.••••••• El son entero (núm. 240)
GÜIRALDES, RICARDO Don Segu ndo Sombra (núm. 49; 13l). ed .)
GÜIRALDES, RICARDO Gaucho (núm. 72)
GÜIRALDES , RICARDO Xamaica (núm. 129; 21l- ed .)
GÜIRALDES, RICARDO Cuentos de m u er te y de sangre (núm. 238)
GÜIRALDES, RICARDO Rosaura (novela corta) 1J si ete cue ntos (núm. 238)
GURVITCP , GEORGK •.••• •• .•• • Las tendencias actuales de la filosofía alemana
(núm. 53; 2~ ed.) -
HÉMONT, LOUIS •••• • •••••••• Marí a Chapdelaine (núm. 59; 2:¡. e<;l.)
BIB L. IOTECA CON T EM P ORAN E A
VOLÚMENES PUBLICADOS
HENRÍQUEZ UREÑA, MAx ...• Viejo muere el cisne (núm. 108; 2~ ed.)
HENRÍQUEZ URtÑA, PEDRO •••• El sentimiento de la vida cósmica (núm. 176)
HERNÁNDEZ CATÁ, A. • ..••••• Huasipungo (núm. 221) .
HESSEN, J ••••••••••••••••••• Proposiciones relativas al porvenir de la filosofía
HUXLEY, ALDOUS •••••••••••• (núm. 189; 2~ ed.) ,
IBERICO, MARIANO •••.•••••••• Hacia una moral sin dogmas (núm. 203)
ICAZA, JORGE ••• • •••• • •••••••• Vida de un maestro (núm. 203)
INGENIEROS, JOSÉ ••••••••••• Estío (núm. 130; 2~ ed.)
Eternidades (núm. 142)
INGENIEROS, JOSÉ ••••• • •••••• Antología poética (núm. 144)
JESUALDO •••••••••••• • ••••• • • Belleza (núm. 147)
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN Poesía (núm. 174)
' JIMÉNIi:Z, JUAN RAMÓN Piedra 11 cielo (núm. 209)
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN Diario de poeta y mar (núm. 212)
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN Sonetos espirituales (núm. 222)
JIMÉNIi:Z,JUAN RAMÓN Lo inconsci~nte (núm. 15; 2¡¡. ed.)
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN La metamorfosis (núm. 118; 2~ ed .)
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN Los fracasados. La loca del cielo. La inocente
JIMÉNEZ, JUAN RAMÓN (núm. 33; 2' ed.)
JUNG, C. G ••.•••••••••••••• El hombre y sus fantasmas. El devorador de sue-
KAFKA, FRANZ ••••••••••••••• ños. El tiempo es un sueño (núm. 72; 2~ ed .)
LENORMAND, H. R. • ••••••••• Poesías (núm. 245)
Casta de hidalgos (núm. 46; 3~ ed.)
LENORMAND, H. R., •••••••••• ' El amor de los amores (núm. 50; 4, ed.)
Alcalá de los Zegries (núm. 121; 2l!- ed.)
LEÓN, FRAY LUIS DB • • •••••• Comedía sentimental (núm. 146)
LEÓN, RICARDO ••••••••••••••• Los centauros (núm. 165)
LEÓN, RICARDO ••••••••••••••• Juan de Mairena. 1 (núm. 17; 2' ed .)
LEÓN, RICARDO ••• •• ••.••••••• Juan de Mairena. II (núm. 18; 2' ed.)
LEÓN, RICARDO .• ••• , .• • •••••• Poesías completas (núm. 19; 3' ed.)
LEÓN, RICARDO ••• . ••••••• • ••• Abel Martín y prosas varias (núm. 20; 2' ed.) ,
MACHADO, AN:TQNIO ••••• , ••• • La vida de las abejas (núm. 4; 4, ed .)
MACHADO, ANTONIO • • •••••••• El pájaro azul. Interior (núm. 29; 3~ ed.)
MACHADO, ANTONIO •••• '•••••• Fiesta en noviembre (núm. 89; 211- ed.)
MACHADO, ANTONIO •••••••••• El sayal 11 la púrpura (núm. 198)
MAETERLINCK, MAURICII •••••• En la bahía (núm. 111; 2'!- ed.)
lVIAETERLINCK, MAURICE •••••• Radiografía de la Pampa. 1 (núm. 86; 2~ ed.)
MALLEA, EDUARDO •••••••••••• Radiografía de la Pampa. II (nú.m. 87; 2~ ed.)
MALLEA, EDUARDO • • •••••••••• La humilde verdad (núm. 191)
MANSFIELD, KATHmtINE •••••• Los caminos de1 mar (núm. 6; 2' ed.)
MARTÍNEZ ESTRADA , E. _ ••••••• Del vivir. Corpus 11 otros cuentos (núm. 78)
'MARTÍNEZ ESTRADA , E. • ..••.• La novela de mi amigo (núm. 91)'
MARTÍNEZ SIERRA, GREGORIO •• Dentro del cercado. La palma rota (núm. 106)
~ MA URIAC, FRANCOIS •••••••••• Las cerezas del cementerio (núm. 242)
MIRÓ, GABRIEL •••••••••••••• El abuelo del rey (núm. 244)
M¡RÓ, GABRIEL ••••• • • • •••• • • Libro de Sigüenza (nUm. 246)
MIRÓ, GABRIEL ••••••• • •••••• Niño y grande (núm. 249)
MIRÓ , GABRIEL ••••••••••.••• El humor dormido (núm. 256)
MIRÓ, GABRIEL •••••••••••••• Tala (núm. 184; 2' ed.)
lVIlRÓ, GABRIEL •••••••••••••• Breve historia del pensamiento antiguo, (núm. 143)
MIRÓ, GABRIEL •••••••••••••• Panorama de nuevo teatro (núm. 57)
MIRÓ, GABRIEL •••••••••••••• Pirandello. Su vida y ' su teatro (núm. 194)
MISTRAL, GABRIELA • •• • •••••• El pacto de Cristina. El cuervo del arca (núm. 171)
MONDOLFO, RODOLFO •...•••.• Veinte poemas de amor 11 una canción desespe-
MONNER SANS, Josí: MARÍA •• rada (núm. 28; 4{l ed.)
MONNER SANS, JOSÉ MARÍA •• Canto general. 1 (núm. 86)
NALÉ RoxLo, C •••••••.•••••• Canto general. II (núm. 87)
NnUDA, PABLO •••••••••• • ••• Mujeres (Libro que no deben leer las mujeres)
(nW'n. 123; 2' ed.)
BIBLIO TEC A
VOLÚMENES PUBLICADOS
NERUDA, PABLO •. .. .. .. ..•.•• Cuentos insulares (núm. 190)
NERUDA, PABLO ••. ..• ....•••• Plenitud de España (núm. 66; 2~ ed.)
OSSORIO, ÁNGEL •.. . . ..••••• • Los frutos de. ácidos (núm. 16)
Teoría del conocimiento (núm. 3; 21J. ed . )
OS5ORI0. ÁNGEL •.•••...• .. • " La palabra y otros tanteos lite1"a1'ios (núm. 162)
PALACIO -V ALDÉS. ARMANDO . . • La novela de un novelista (núm. -45; 7:, e d.)
PAREJA Dísz-CANSEDO . A •• ... . Las tres ratas (núm. 181) .
PAYRÓ. ROBERTO J •••..•.. . .. EL mar dulce (núm. 27; 5~ ed.)
P .... YRÓ. ROBERTO J. . •. .. . . ..• Pago Chico y Nuevos cuentos de Pago Chico
( núm. 36; 5~ ed .) )
PAYRÓ. ROBERTO J . Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira
(núm. 60; 3~ ed.) .
PAYRÓ, ROBERTO J, El casamiento de Laucha. Chamijo. El fqlsoinca
(núm. 74; 6~ ed.) -
PIi:RJi:DA. JOSÉ MARÍA DI; Peñas arriba. 1 (núm. 34; 31). ed.)
PEREDA. JO SÉ MARÍA D~ •. ... • Peñas arriba. Ir (núm. 35; 31!- ,red.)
PEREDA, JO SÉ MARÍA DE . .. .. . El sabor de la tierruca (núm. 47; 21). ed .)
PÉREZ DE AYALA. RAMÓN Prometeo. Luz d& domingo. La caída de los limo-
nes . (núm. 40)
PÉREZ DE AYALA , RAMÓN Belarmino . y Apolonio (núm . 48; 21). ed.)
PÉREZ DE AYALA. RAMÓN Luna de miel, luna de hiel (núm. 79; 21!- ed .)
PÉREZ DE AYALA. RAMÓN . Los trabajos de Urbano y Simona (núm. 80; 2¡¡. ed .)
PÉREZ DE AYALA. RAMÓN El ombligo del mundo (núm. 85; ·2 ~ ed .) .
PSREZ GALDÓS. BENITO El abuelo (núm. 1)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Misericordia (núm. 9; 31!- ed.)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Trafalgar (núm. 39; 3~ ed .)
PÉREZ GALDÓS, BENrtO El amigo Manso (núm. 42; 31). ed.)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Gerona (núm. 44; 31!- ed.)
PÉREZ GALDÓS. BENITO El audaz (núm. 82)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Fortunata 11 Jactnta . 1 (núm. 96 ; 2~ ed.)
PÉREZ GALDÓS, BENITO Fortunata 11 Jacinta. ' II (núm: 97; 2!!- ed.)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Fortunata 11 Jacinta. III (núm. 98; 2~ ed .)
PÉREZ GALDÓS, BENITO Fortunata 11 Jac int a. IV (núm. 99; 211- ed .)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Doña Perfecta (núm. 102; 2~ ed.)
PÉREZ GALDÓS, BENITO La fontana de or o (núm. 103 )
PÉREZ GALDÓS, BENITO Nazarín (núm. 104)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Halma (núm. 105)
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PÉREZ GALDÓS, BENITO La loca de la casa (núm. 112)
PÉREZ GALDÓS, BENITO La incógnita (núm. 132)
PÉREZ GALDÓS, BENITO Realidad (núm. 135)
PÉREZ (JALDÓS, BENITO La deshe r edada. 1 (núm . 138 )
PÉREZ GALDÓS, · B ENITO La desheredada. II (núm. 139 )
PÉREZ GALDÓS. I;3ENITO Tonnento (núm. 166)
PÉREZ G¡\LDÓS . BENITO La de B rin gas (núm. 167)
PÉnEZ GÁLDÓS. BENITO . . .... . Gloria . I (núm. 168 )
PÉREZ GALDÓS. BENITO Glo1·i a. II (núm. 169)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Torquemada en la hoguera (núm. 173)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Torquemada en la cruz (núm. )75)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Torquemada en el purgatori o (núm. 177)
PÉREZ GALDÓS, BENITO Torquemada 11 San Ped1'o (núm . 179)
PÉREZ GALDÓS. BENITO Miau (núm. 133)
PÉREZ GALDÓS. BENITO El caballero encantado (núm. 1B5 )
PÉREZ GALDÓS, BENITO Lo prohibido. 1 (núm. 199)
PÉREZ GALDÓS. BENITO •••••• ' Lo prohibido. II (núm. 200)
PRADOS. EMILIO • •• ~ •••. .. .•.• Antología poética (núm. 257)
QUIROGA, HORACIO • .......• . • Cuentos de amor, de locura 11 d e m.uerte (núm. 252)
QUIROOA, HORACIO • .. . •..•• .• Cuentos de la selva (núm. 255) ,
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