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Resumen
En el trabajo que se presenta se intentará un acercamiento al espacio dramático manejado
por García Lorca en la Casa de Bernarda Alba. Este se plantea desglosar los diferentes
niveles espaciales; para determinar el planteamiento del Espacio Dramático en la obra. Se
considera que el método es el análisis semiológico, debido a su carácter de profundidad
analítica y desglose textual. Como conclusión, surgieron los siguientes aspectos
espacializados: la muerte, el honor, la transgresión de la heroína lorquiana, el triángulo
erótico, la dicotomía espacial, el destino fatídico, la obsesión y la masculinización del
espacio femenino
Palabras Clave: Espacio, Dramático, Semiológico, Lorca.
Abstract
In the work presented an approach to the dramatic space managed by Garcia Lorca in the
House of Bernarda Alba will be attempted. This arises disaggregate different spatial levels;
to determine the approach of Dramatic Space in the work. It is considered that the method
is semiotic analysis, due to its nature of textual analytical depth and detail. In conclusion,
the following issues emerged specializing: death, honor, transgression of Lorca's heroine,
the erotic triangle, spatial dichotomy, the fateful destiny, obsession and masculinization of
female space
Keywords: Space, Dramatic, semiotic, Lorca.
Introducción
Federico García Lorca ha sido uno de los más completos dramaturgos que han dado las
letras españolas. Su aparición en la dramaturgia se deja entrever y se hace sentir el hálito de
un renacimiento. Su trilogía, que unos han llamado el teatro rural de Lorca, y otros le han
dado el nombre de tragedia sublime, encumbran el numen trágico del escritor .En el trabajo
que se presenta se intentará un acercamiento al espacio dramático manejado por García
Lorca en la Casa de Bernarda Alba, la cual, ha sido considerada como el drama
formalmente más perfecto de todo el teatro español contemporáneo, y es realmente perfecto
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Por su parte, Pavis (ob cit) señala que el espacio dramático se construye cuando tenemos
una imagen de la estructura dramática del universo de la obra. Apunta que este espacio
dramático se dibuja a través de las acotaciones escénicas del autor (una especie de esquema
de pre-puesta en escena), de las indicaciones directas e indirectas en los diálogos acerca del
espacio y las relaciones de los personajes en el desarrollo de la acción, es decir, la
proyección del modelo actancial. El esquema actancial referido por Pavis (1998) se
organiza en tomo a la relación sujeto en búsqueda y objeto de esta búsqueda; y en base a
estos dos polos gravita el resto de los actantes, cuyo conjunto forma la estructura dramática
la cual se visualiza en el espacio dramático.
Ubersfeld (2003) destaca la importancia de las didascálicas las cuales incluyen no solo las
indicaciones de lugar, sino también los gestos, movimientos, nombres y diálogos de los
personajes. Para ampliar esta afirmación señala: El espacio dramático se presenta como un
conjunto de signos desordenados del cual carecemos de una aprehensión intelectual
inmediata a conformarse como sistema de signos organizados inteligiblemente. En el
interior del discurso teatral, vamos a encontrar los elementos especializados-
especializables, campos semio-lexicales, paradigmas de funcionamiento binario, estructuras
sintácticas (modelos actanciales) retóricas textuales que van a asegurar la mediación texto-
representación.
Niveles Espaciales
Es importante clarificar que el espacio dramático se opone al espacio escénico (o espacio
teatral). Se parte de la premisa que este último es visible y se concreta en la escenificación
y que el primero es un espacio construido por el espectador o el lector para fijar el marco de
la evolución de la acción y de los personajes; pertenece al texto dramático y sólo es
visualizable si el espectador construye imaginariamente el espacio dramático. Pavis (1998)
indica que el espacio dramático se divide necesariamente en dos conjuntos o dos sub-
espacios dramáticos. Lo que describe a través de esta división, no es sino el conflicto entre
dos personajes o dos acciones o entre sujeto deseante y objeto deseado, es decir, un
conflicto constante entre dos partes o espacios. Para comenzar a determinar los diferentes
sub-espacios o como lo llamare en adelante "niveles espaciales" debemos, como apunta
Ubersfeld (2003), hacer una lectura de la totalidad de la obra. La reconstrucción intelectual
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El autor hace acotaciones bien definidas sobre lo limpio de las paredes del interior de la
casa. Pero es de hacer notar que en el primer acto describe las paredes de las habitaciones
blanquísimas; en el segundo las paredes blancas y ya en el tercero las paredes son blancas
ligeramente azulada; pareciera que esta blancura fuese disminuyendo a medida que se
desarrollan las acciones entre los diferentes espacios que predominan en la obra.
El interior de esta casa relumbra con una blancura excesiva. Bernarda supervisa la
impolutez y el orden de este recinto, que representa un espacio herméticamente cerrado, de
manera que la blancura de la virginidad de sus hijas sea infranqueable. Es de resaltar que el
nombre que respalda la casta de Bernarda es "ALBA" que equivale a la blancura del día,
antes de la salida del sol, y es precisamente esa blancura la que debe prevalecer en la vida
de todo ser viviente que la rodee.
Existe una contradicción dentro de la obra en la manera de enfrentar esta blancura. Para
Bernarda Alba, ésta debe marchitarse incorrupta, no usada, no desarrollada. Adela se rebela
ante esta posición, porque desea desarrollar esta blancura, vivirla y transformarla en
expresión de vida. Ella manifiesta:
La estructura social está definida en esta obra; existe el amo, un espacio masculinizado y
las sirvientes un nivel débil. Bernarda Alba es abanderada en este espacio poderoso, lo que
lleva a suponer, que ella debe masculinizar su espacio para poder ocupar este sitial.
La acción de esta obra se desarrolla en un ambiente rural, que acobijará con mayor recelo
este espacio de la honra sin tacha. En este medio, por ser invariable, poco presto a las
transformaciones citadinas; la vigilancia de la limpieza de la honra se manifiesta de una
manera ancestral. Bernarda recluye a sus hijas en su casa, espacio “dentro”, donde se
guarda este espacio del honor. Ella piensa que el campo es un espacio destinado a los
hombres y a las mujeres de menor valía. El corral, es el espacio en la casa de Bernarda
Alba, que mediatiza el peso del espacio del honor que llena la casa. Es un espacio prohibido
para todas.
Para Bernarda Alba, lo más importante a pesar de la muerte de su hija, es la proclamación
de la virginidad de ésta; símbolo del espacio de honor de la familia. Con esta acción declara
enérgicamente, que la tradición de su casta, se ha mantenido incólume.
Nivel Espacial Sexual.
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ambiente que los rodea, da la impresión que estaban bordando, más bien, sus mortajas. Este
nivel espacial escudriña el erotismo de estas mujeres que se marchitan vírgenes, enlutadas y
sin hombres, pero arden por dentro con toda la fuerza del deseo contenido. Bernarda ha
impuesto un espacio de esterilidad para sus hijas. Esto genera un espacio erótico frustrado.
Todas estas mujeres presentan características de un irreprimible apetito sexual. En la obra
se presenta un doble triángulo. En primera instancia. Pepe el Romano, llega a solicitar el
amor de Angustias; Adela se interesa en Pepe, y lo seduce a través de la ventana, y éste
acepta el juego, formándose un primer triángulo.
Al extraviarse el retrato de Pepe, se descubre que lo tomó Martirio; en ese momento se abre
el segundo triángulo: -Adela-Pepe-Martirio. Pepe es el único hombre que se menciona en la
obra, y cuya presencia gravita sobre todas estas mujeres. El significa para ellas un espacio
de libertad, donde podrán sentir la sensualidad y lo más importante, podrán salir de ese
infierno en el que viven.
En el espacio Erótico de “La Casa de Bernarda Alba” ocurren cosas significativas, que
inducen a pensar en un espacio reprimido; donde las secretas tendencias íntimas de los
personajes están contenidas. Se presentan numerosas alusiones a situaciones de hombres
lujuriosos; en las constantes murmuraciones del vecindario; la presencia de Pepe, el
desenfreno del semental, son circunstancias que atentan contra el ambiente imperturbable
de este espacio; en definitiva, el espacio externo incide directamente en el espacio interno.
Simbólicamente se les relaciona a Adela y a Pepe con animales que se desbordan por sus
instintos, es decir, se mueven en un espacio animal en lo referente al sexo: a Pepe con un
semental y a Adela con una mulilla sin desbravar, también vale destacar, que ellos
consuman su sexo en la paja del Corral que es un espacio netamente sexual, siendo Adela la
única en alcanzarlo.
Nivel Espacial Psicológico.
En este nivel espacial se pasea la interioridad de los personajes, sus temores, sus
convicciones y los parámetros para manejar su libertad y su libre albedrío. De la misma
manera la personalidad de cada uno de estos. Cuando se ahonda en el nivel espacial
psicológico, inmediatamente se presenta un espacio de encierro. Bernarda Alba no sólo ha
implantado este espacio para sus hijas a un nivel físico, sino también en su interioridad, es
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decir que ha psicologizado un espacio físico. La tiranía de esta mujer no permite a las
muchachas la libertad de expresión necesaria para una existencia normal, natural y humana.
La Poncia es el personaje que define el verdadero espacio psicológico donde se encuentran
las hijas de Bernarda y lo dice en uno de sus parlamentos: “No pasa nada por fuera. Eso es
verdad. Tus hijas están y viven como metidas en alacenas.”
Bernarda Alba comienza sus parlamentos en la obra, con una palabra que denota, todo lo
que aspira en el desenvolvimiento de cada una de las personas que habitan en aquella casa.
Esta palabra es “silencio”; curiosamente ésta cierra este drama. A pesar de todos los
acontecimientos ocurridos, sigue imperando; es decir, el espacio del silencio.
Dentro de las hijas de Bernarda se genera una conducta conflictiva, a raíz del espacio de
encierro, al que se han sometido sus propias sensaciones y pensamientos. Adela a partir de
su relación con Pepe el Romano, comienza una actitud desquiciante, que sus hermanas y en
especial la Poncia, observan con censura. Esta actitud la aparta del nexo familiar y arremete
contra lo que le rodea.
La relación Pepe - Adela se convierte en una perturbación para Martirio; aunado a la
prohibición de la libre expresión de sus pensamientos. Sin embargo, sin miedo a dejar salir
lo que está dentro amenaza a Adela. “Calla y no me hagas hablar, que si hablo se van a
juntar las paredes unas con otras de vergüenza.”. Martirio también agrega; que a pesar de
estar imbuidas en un espacio de enclaustramiento las cosas siguen transcurriendo dentro de
ellas. “a mí las cosas tejas arriba no me importan nada. Con lo que pasa dentro de las
habitaciones” tengo bastante.” A lo largo de la pieza, la conducta de Martirio se va
degenerando, llevándola a sentir cosas contrarias a voluntad y al igual que Adela se vuelve
en contra de su sangre: “Tengo el corazón lleno de una fuerza tan mala que, sin quererlo
yo, a mí misma me ahoga”. Angustias siente que pronto saldrá de esa casa y se alejara de
ese hostigamiento y manifiesta que se siente alegre por esta situación: “afortunadamente
pronto voy a salir de este infierno. Yo me encuentro muy bien y al que le duela que se
reviente.” La Poncia se va convirtiendo poco a poco en la conciencia de cada una de ellas,
tratando de traerlas al espacio real que ocupan.
Nivel Espacial Vida-Muerte.
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En la casa de Bernarda Alba, no hay un símbolo como en las otras piezas de la Trilogía; ni
la convivencia del realismo con la alegoría poética; no hay tampoco la aceptación de un
destino trágico; Adela no acepta el futuro que su madre quiere imponerle. Todo aquí es
realismo puro, tiende a provocar en el espectador un rechazo a esa moral impuesta por la
costumbre. En este nivel espacial como siempre aparece la moral frenando el instinto
salvaje y glorioso de la carne; así como también las formas vitales se disuelven y
desaparecen cuando son incapaces de cumplir con su destino. La muerte en la obra
lorquiana, es un tema esencial. En su vida se conjuga un profundo sentido de la vida y la
muerte.
Al iniciar la pieza el autor acota que las mujeres van de luto, formando parte del grupo de
personas que regresan del entierro de Antonio María Benavidez; esposo de Bernarda Alba.
Ya desde el comienzo se delimita el espacio predominante, el luto como protagonista.
Regresan de su espacio de luto abierto y se transforma en uno de luto cerrado. Bernarda
Alba implanta un espacio de luto dentro de cada una de las personas que habitan en su casa.
En este espacio sombrío, se desarrolla un antagonismo fatídico, que se concreta en la
muerte; como el choque resultante de ambas fuerzas antagónicas. La primera fuerza
antagónica la encabeza Adela, quien erige su lucha por la vida, desea desarrollarse como
mujer, anhelando transformar el espacio de luto cerrado en un espacio de libertad. Lo
manifiesta al objetar lo inoportuno del luto. La otra fuerza en conflicto la representa
Bernarda Alba; somete a sus hijas al espacio de luto cerrado con tal de satisfacer su culto
fanático a la tradición social. Transformando ese espacio en tiranía y la continuidad del
espacio de reclusión Las otras hijas de Bernarda Alba se resignan a este sepulcro labrado
por su madre para ellas. Aunque todas lo asumen de manera diferente. Toda esta situación
se agrava gracias a la carga del miedo que reposa en este espacio de luto.
La Poncia se refiere a la casa, como una casa de guerra, lo que supone un espacio de
conflictos. Ella sospecha que la guerra se desencadenará, precisamente porque Adela tratará
de ejercer su voluntad porque el impulso sexual actuará en ella de una forma vigorosa, y
porque Martirio no puede seguir soportando la represión sexual y la envidia de que su
hermana tenga, lo que ella no pudo tener. Estas fuerzas constituyen un reto para el espacio
de luto cerrado impuesto por Bernarda.
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Bibliografia