De LSD nos consta que se puede hablar largo y tendido, con el
riesgo, incluso, de perder el «sex appeal», pero a nosotras no nos preocupa demasiado quienes somos, de donde venimos y adonde vamos, aunque no cesamos de curiosear sobre nuestra identidad y sus representaciones [ ] Somos lesbianas, lesbianas feministas, lesbianas y queer, lesbianas de aquí y de allá, gordas perversas, delgadas inmensas, bajitas rebeldes, altas sureñas... que luchamos por transformar un mundo heterosexista , racista, patriarcal, lesbofóbico y capitalista, y, convertirlo en una Tierra Bollera donde seguir practicando Sexo D/ R/ SM/ GT/ SV/ SA/ SL/ SS ... GGGGG! [ ] Como queer, y a diferencia del lesbianis- mo feminista que introdujo aportaciones esenciales acerca de las diferencias de género, vemos el género como un juego, jugamos con los signos y los símbolos cuyos signi�cados son constante- mente rede�nidos y negociables; elige y cambia, es la propuesta. De aquí que LSD tenga casi siempre signi�cados diferentes, lo único que se mantiene es: lesbianas [ ] Nosotras reivindicamos y reinventamos una sexualidad lesbiana, trabajamos para produ- cir representaciones propias, y desde ellas queremos expandir, como uno de los más sublimes actos subversivos, los placeres y las posibilidades de nuestros cuerpos. Hablamos de juguetes sexuales, de S/M, de juegos de roles, de sexo seguro, de fanta- sías e intentamos hacerlas nuestras en versión original [ ] Pero, aunque somos diversidades lésbicas en continua metamorfosis, sí puede haber un punto en el cual podamos coincidir todas las lesbianas; en la utopía de soñar un mundo sin identidad sexual, donde no exista la homosexualidad porque la heterosexualidad, tal como la conocemos hoy, tampoco existe. Mientras tanto, nos podemos mover entre la maximización y minimización de nues- tras identidades. Entre una identidad visible que nos permita proclamar nuestros deseos y necesidades y transformar el mun- do, y una identidad que pueda llegar a ser incluso invisible, que nos permita deconstruir antes de que «el poder» nos nombre, nos señale, nos identi�que, nos prohíba, nos sujete y, por ende, nos impida ser de cualquier otra manera posible. Entonces, ¿por qué no jugar a ser nómadas y tránsfugas desde la presencia de nuestra non grata Gen.eros-idad?92
Sin Destino; Lesbianas Saliendo Domingos; Lesbianas Sediciosas Deliciosas;
Lesbianas Sudando Deseo; Lesbianas Sin Dinero; Lesbianas Sospechosas de Delirio; Lesbianas Saboreando Delicatesen; Lesbianas Saben Divertirse; Lesbianas Sentenciando el Dominio; Lesbianas Sin Dios; Lesbianas Son Divinas. 92. Revista Non-Grata, núm. 0, junio de 1994. p. 4.