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"Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional"

UNIDAD V - SESIÓN DE APRENDIZAJE1 N° 02


Nacionalismo cubano y los aspectos políticos y Política económica durante el gobierno de
Fidel castro.

FUENTE A: Carlos Alberto Montaner, escribe el artículo académico Víspera del Final: Fidel Castro y la
Revolución Cubana. (1994).
¿Cómo manda Fidel? Delega en el círculo íntimo de su gente, pero es obvio que mantiene en sus manos todas las
correas de transmisión. La única condición inexcusable para tener acceso al poder es la lealtad absoluta al Máximo
Líder. Todos los puestos clave políticos y militares –los únicos que garantizan la continuidad de un régimen– están
bajo el control de los fidelistas, y si flaquean, son reemplazados por fidelistas de nuevo cuño. ¿Cómo ha sido posible
ingresar en esa élite? ¿Cómo se ha llegado a formar parte del equipo de Castro? Esencialmente, por la aventura de
la Sierra Maestra. Fidel reclutó a su tropa definitiva en la Sierra. Sólo confía en los que le conocieron después del
mito. Los que habían sido sus compañeros de luchas universitaria o en el Partido Ortodoxo –antes del mito– son
mantenidos a cierta cautelosa distancia o en altos puestos administrativos, pero alejados de la llave de la armería.
Pero, ¿hay algún factor en el poder que no sea fidelista? Por supuesto que sí. En sus orígenes, el gobierno fue el
resultado de un compromiso entre el Movimiento 26 de Julio y el partido comunista (Partido Socialista Popular). Se
intentó dar la impresión de una estructura monolítica, pero a la amalgama se le ven las costuras. El propio 26 de
Julio era un aparato fragmentado en dos grandes zonas desde la lucha contra Batista. Por una parte, lo que se ha
llamado el llano, formado por el núcleo clandestino urbano, y por la otra, la Sierra, es decir, las guerrillas rurales. El
llano estaba integrado por estudiantes, profesionales, clase media, casi todos blancos, mientras que la Sierra
incorporó a centenares de campesinos de escasa educación, frecuentemente mestizos o negros. Las tensiones
entre ambos grupos surgieron como consecuencia del control que se ejercía desde la Sierra, donde estaba la
jefatura, sobre las ciudades, donde estaba el peligro. (…)El llano –el clandestinaje urbano– que se ha mantenido
leal, ha sido utilizado por la revolución, pero lejos del polvorín. Castro sólo confía a medias en estos 75 hombres.
Los suyos son los guajiros de la Sierra, dispuestos a matar o morir por el Máximo Líder sin cuestionar la justificación
ética de sus actos. El viejo partido comunista (Partido Socialista Popular) es la otra fuerza presente en la estructura
del poder, pero sólo desde posiciones subalternas escaso acceso al aparato militar. Castro no confía en los antiguos
comunistas y no le falta razón. El partido comunista traicionó la lucha contra la dictadura de Machado, fue batistiano
durante la primera etapa de Batista y rabiosamente sectario durante la insurrección contra la segunda dictadura de
Batista, evento en el que apenas tuvo participación.

FUENTE B: Facultad de Periodismo, Universidad de La Plata, Argentina.

Horas después de la huida de Batista, Fidel Castro toma la ciudad de Santiago y por la noche pronuncia un discurso
ante una enorme multitud. Camilo y el Che parten hacia La Habana, donde al día siguiente se harían cargo de los
cuarteles generales de las Fuerzas Armadas, La Cabaña y el Campamento Columbia. Luego de detener a Cantillo,
Cienfuegos se dirige a Santiago para acompañar a Fidel en su trayecto hasta La Habana. El 5 de enero, el jurista
Manuel Urrutia y el doctor Miró Cardona, miembros de la Resistencia Cívica, asumieron como presidente y primer
ministro, respectivamente. Cuando llegó Fidel a la capital cubana, el día 8, una nueva multitud festejó con eufórica
alegría su entrada a la ciudad y se reunió para escucharlo. Hugh Thomas explica este optimismo de los cubanos por
el concepto mismo de la Revolución Cubana: Aunque a los extraños les pareciera que el concepto de la revolución
era inmaduro o absurdo, evidentemente era autóctono, no como el de ‘democracia’ o ‘constitución’: era un concepto
que enlazaba a la Cuba de 1959 con la de 1868, abarcando la lucha de los esclavos por la libertad, de los criollos
contra los españoles, de los cubanos contra Estados Unidos. Si bien el gobierno Washington había seguido los
últimos pasos de Castro con desconfianza, todavía creía que los cambios del nuevo gobierno serían superficiales y
que los Estados Unidos seguirían ejerciendo el dominio tradicional sobre la política y la economía cubana. Los
intereses norteamericanos en la isla eran enormes. No sólo controlaban el sector azucarero con más de 1.200.000
hectáreas de tierra bajo su propiedad, sino que también monopolizaban el sector de los servicios públicos, el
abastecimiento de combustible y parte de la banca. Las primeras críticas norteamericanas contra la Revolución
fueron por estos Consejos de Guerra. La tensión aumentó pronto ente ambos países, al conocerse que cuatro
miembros de la embajada norteamericana habían trabajado con el SIM y que el FBI había sido uno de sus principales
asesores. (…) Pero, particularmente, un par de acciones irritaron a la oligarquía terrateniente y a los norteamericanos
en esos primeros meses: la intervención de empresas de servicios públicos y la Ley de Reforma Agraria del 17 de
mayo, que eliminó el latifundio, estableciendo un reparto equitativo de la tierra. Estados Unidos se comunicó
rápidamente con el gobierno cubano y pidió indemnización inmediata. La respuesta fue un rechazo a las condiciones
norteamericanas: tendrían que aceptar bonos con un 4,5% de interés. (…) El 17 de diciembre de 1959, Fidel Castro
trazó un grave panorama para 1960. Dijo que ese año los cubanos tendrían que defender la Revolución con las

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armas porque se había puesto en marcha una enorme campaña contra Cuba. Los hechos posteriores confirmaron
su pronóstico. Las hostilidades norteamericanas se profundizaron a mediados de 1960, cuando el gobierno de
Dwight Eisenhower presentó un proyecto en el Congreso para reducir o eliminar la cuota azucarera de la isla. Cuba
respondió que por cada quita del cupo se expropiaría un molino norteamericano. El 6 de julio, finalmente, Washington
redujo la cuota en más de 850 mil toneladas. Como contrapartida, Cuba anunció la nacionalización de varias
empresas de servicios públicos, las refinerías y los molinos azucareros, proceso que continuaría a lo largo del año.
La Unión Soviética, con la cual la isla había reanudado relaciones diplomáticas, se ofreció a comprar el azúcar
rechazado por Estados Unidos y, al mismo, tiempo aumentó los envíos de petróleo hacia Cuba. A partir de entonces,
Washington inició una verdadera guerra económica que involucraba también a terceros países. Por presiones de la
Standard Oil Co., el Senado norteamericano ordenó que la suspensión de créditos de seguridad a todos aquellas
naciones que ayudaran económica o militarmente a Cuba.

(Recuperado de www.coris.uniroma1.it/sites/default/files/La%20revolución%20cubana%20doc_0.pdf. Fecha de consulta 13-08-


18).

FUENTE C: Marifeli Perez-Stable, escribe el artículo “Ciento veinticinco años de lucha: el nacionalismo
cubano y la democracia política hacia el siglo XXI” (s/f).

La Revolución Cubana fue el acontecimiento más extraordinario en la historia de la Isla. Sus raíces se remontan a
la larga lucha por la independencia contra España en e1 siglo XIX, los vínculos estrechos ya menudo traumáticos
con los Estados Unidos en el siglo XX y las peculiaridades de la sociedad cubana: una economía basada en el
monocultivo marcada por contrastes discordantes de modalidad y atraso; una estructura e interacciones sociales
complejas entre las clases sociales; y un sistema político de instituciones débiles. Cuando el de enero de 1959 Fidel
Castro proclamo: i Esta vez la revolución va en serio!", el pueblo cubano respondió con un gran aumento de voluntad,
energía y entusiasmo. La revolución despertó en el cubano común un nuevo sentido de poderío que Ie permitió
imaginar una nueva Cuba con mayor soberanía e igualdad. Aun cuando en el punto culminante de la Guerra Fría, el
nuevo gobierno se volvió hacia 1a Unión Soviética y abrazo el comunismo, el llamado del nacionalismo y el
compromiso con la justicia social demostraron ser más fuertes en la mayoría de los cubanos que el anticomunismo
en el que habían creído hasta entonces. Puede haberse dado un testimonio más poderoso a la autenticidad de 1a
revolución que la facilidad relativa con que leí abrumadora mayoría del pueblo cubano relegó a segundo plano los
sentimientos predominantes de ese entonces y apoyó la nueva Cuba.

De esta manera, la mayor ventaja de la Revolución Cubana fue el notable grado de consenso popular que concitó.
Que el pueblo cubano la haya respaldado tan intensamente fue, además, la mejor defensa de Cuba contra los
Estados Unidos. Después de 1961, cuando el gobierno revolucionario frustra la invasión de Bahía de Cochinos, su
principal tarea política consistió en traducir la efervescencia de la revolución social en una infraestructura
institucional, practicas política as y normas culturales que consolidaron la nueva Cuba. Indispensable para esa
efervescencia fue, por una parte, la interacci6n entre el apoyo popular y el liderazgo de Fidel Castro y, por otra, la
identificación de su autoridad con la revolución y la "patria". La consigna a "con Cuba 0 contra Cuba" que tanto exigi6
el pueblo cubano se hizo equivalente a "con Fidel 0 contra Fidel". De este modo, la nueva política surgió en un
ambiente de unidad nacional que convertía en traición cualquier manifestaci6n de disidencia. Que el gobierno
revolucionario no dejara más opción que la cárcel, la muerte 0 el exilio a sus oponentes no auguro ciertamente nada
bueno para la democracia política. Sin embargo, ese mismo gobierno y su programa de soberanía nacional y justicia
social disfrutaron de un grado impresionante de apoyo popular. Y, ciertamente, el desafío consista en institucionalizar
un sistema político que 10 consolidara y renovara permanentemente.

Cinco premisas decisivas han servido de base a los esfuerzos de la dirigencia cubana por establecer un nuevo
sistema político. La primer a y la más importante es el nacionalismo intrínseco en las luchas por una Cuba soberana
iniciadas en el siglo XIX y concluidas con la revolución. La independencia respecto de los Estados Unidos es la
brújula: mantenerla ha sido la razón de ser del agobiemos cubano y la primordial consideración de muchos cubanos
para seguir apoyándola. En segundo lugar -y estrechamente unida a la soberanía nacional- está la justicia social. EI
socialismo hizo posible la igualdad relativa para satisfacer las necesidades básicas. Debido a que los cubanos gozan
de mayor igualdad., están unidos y la unidad nacional es la condición sine qua non para enfrentarse resueltamente
a los Estados Unidos. De este modo, una característica medular de la política cubana después de 1959 ha sido una
vigorosa adhesión a las políticas que mejoran la justicia social y reducen al mínimo las divisiones entre los cubanos.
Estas dos premisas -la soberanía nacional y la justicia social- constituyen el punto crucial de la "revoluci6n
permanente" que el agobiemos cubano reclama como su manto. Los otros tres principios rectores derivan
lógicamente de los dos primeros: el concepto de las "masas"; la creación de una nueva "conciencia" y el
mantenimiento de la unidad de las elites. La dirigencia cubana consolidó su autoridad sobre la base de las
movilizaciones extraordinarias. EI abrumador apoyo popular justificó la idea de crear formas alterativas de hacer
política. En consecuencia, el objetivo central de la política cubana ha sido la institucionalizaci6n de ese apoyo y, por
ello, la creaci6n de una nueva "conciencia" popular ha sido clave. Ciertamente, el cubano común manifest6 un grade
notable de "conciencia" al resistir a los invasores en Bahía de Cochinos, al participar en la camparía de alfabetizaci6n
y al cerrar filas en tome al agobiemos durante la crisis de los misiles. Estos cinco principios -nacionalismo, justicia
social, las "más as”, una nueva "conciencia" y la unidad de las elites-surgieron durante la revoluci6n social. Eran

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claramente incompatibles con la democracia representativa y su fastidiosa insistencia en el sistema de pesos y


contrapesos, separaci6n de poderes y derechos individuales. Sin embargo, estos principios parecieron constituir -en
1959 y durante gran parte de los pasados 35 años- el núcleo de una forma alternativa de hacer política, impulsada
inflexiblemente por los ideales de patria y justicia social.

(https://revistaei.uchile.cl/index.php/REI/article/download/15376/24353/)

FUENTE D: Jaime Collazo Odriozola, escribe el artículo “Fidel Castro Ruz y la Cuba revolucionaria: un
deterioro simultáneo” (2001).

La situation se fue poniedo tensa cuando aparecieron las primeras leyes verdaderamente revolucionarias. La de
Reforma Agraria limitando la superficie de tierra a poseer por cada propietario afectó compañías y particulares
norteamericanos. Así empezaron una serie de represalias tomadas por ambos países supuestamente para
resarcirse de los perjuicios causados por las medidas del otro. Estados Unidos supri- mió la cuota azucarera y
poco a poco se fueron cortando todos los vínculos comercia- les entre ellos. La situación cubana se hacía día a
día más difícil por la falta de merca- dos para su producto fundamental: el azúcar. La distribución de esa cuota
entre otros países, estimuló la plantación de caña e inundó el mercado mundial provocando la disminución
consecuente del precio. En medio de una situación desesperada, el Pri- mer Ministro de la Unión Soviética, Nikita
Jruschov, ofreció ayuda a los cubanos. “Nunca quise perder y casi siempre me las arreglo para ganar”, declaró
Fidel al perió- dico Revolución, por esos años. El prestigio ganado jugó un papel importante para la aceptación,
no solamente por el gobierno, sino por la enorme mayoría de la población cubana de esa ayuda. Con gran alegría
fue aceptada la ayuda soviética. El problema se centró en el petróleo. Cuba no tiene grandes ríos ni otros
accidentes para proveerse de energía eléctrica por medios no perecederos. Su energía se produce a partir del
combustible. Tampoco tiene hidrocarburos, lo cual la hace totalmente dependiente del exterior para la generación
de energía. En ese contexto, la URSS ofreció vender petróleo pagadero con azúcar. Pero las compañías
refinadoras eran americanas y se negaron a destilarlo. La nacionalización de esas instalaciones fue una de las
últimas medidas económicas fuertes. Finalmente, el 15 de enero de 1961, cinco días antes de asumir el nuevo
presidente, la administración Eisenhower rompió relaciones diplo- máticas con Cuba. Se iniciaron entonces los
primeros años verdaderamente difíciles. Al margen de su relación con el país del norte, tan importante para la
isla, la asunción de funciones de gobierno por parte de los barbudos del 26 de julio los obli- gó a tomar medidas
en muchos terrenos. El diagnóstico acerca del subdesarrollo monoproductivo veía la diferencia entre los países
ricos y los pobres en la industrialización. Todo parecía muy sencillo, si se desarrollan industrias se accede al
desarro- llo. Ni siquiera la excesiva sencillez hizo recapacitar a los líderes. Primero al frente del Banco Nacional
de Cuba, desde donde cambió la moneda, pudiendo conocer la distribución del dinero en la isla, luego al frente
del Ministerio de Industria, el Che Guevara se constituyó en uno de los principales impulsores del plan de
industrializa- ción. Apoyados por el llamado “campo socialista”, se abandonó el cultivo de caña de azúcar y se
lanzó un plan de sustitución de importaciones de dimensiones nunca vistas en Iberoamérica. El abandono de la
industria azucarera significó una conside- rable disminución de las exportaciones para 1962 y 1963. Eso se
tradujo en una im- portante disminución de los alimentos a disposición de la población. Para evitar aca- paramiento
y desigualdad se inauguró el racionamiento. Los productos escasos, la gran mayoría, se vendían “por la libreta”,
según la designación dada popularmente al racionamiento. Las raciones eran magras. Sin embargo, si bien ese
fracaso inicial, junto con las nacionalizaciones y las otras medidas a favor de los sectores populares provocaron
las primeras emigraciones masivas, la inmensa mayoría de la población daba su apoyo militante al nuevo
gobierno. La reforma agraria en el campo y la reforma urbana en la ciudad, habían volcado a los beneficiados
masivamente en apo- yo del nuevo régimen. Las penas impuestas para los casos de corrupción y la consi- guiente
“limpieza” del aparato burocrático también gozaban de enorme popularidad. En lugar de buscar el enriquecimiento
personal, Fidel Castro hacía gala de no tener propiedades, ni él ni su familia. Juanita Castro, su hermana menor,
chocó con su propio hermano por abusar de su parentesco y marchó también al exilio. La tradición cubana
convertía la honestidad, un presupuesto básico en otras partes, en una de las mayores virtudes de un gobernante.
En América Latina, las medidas del gobierno cubano y su enfrentamiento a la potencia hegemónica dieron por
resultado un entusiasmo creciente de los sectores populares y especialmente de la juventud en apoyo del nuevo
régimen. También los sectores nacionalistas, muchos de ellos de derecha, se sintieron atraídos por su oposición a
los Estados Unidos en un primer momento. La experiencia guatemalteca, argentina, brasileña, chilena, ecuatoriana
y la evolución del APRA y de su líder, Víctor Raúl Haya de la Torre, la llegada de Acción Democrática al gobierno de
Venezuela, habían creado un estado de ánimo general de impotencia. No se podía desafiar a Estados Unidos.
Cualquier solución debía contar con ese factor inevitablemente y las medidas a tomar no podían tener aristas
demasiado agudas para no afectar la susceptibilidad de los intereses en juego. Esa resignación fue tremendamente
sacudida por las primeras leyes de la revolución. Era la demostración de que sí se podía llevar adelante una política
popular y enfrentar al coloso. De allí la desconfianza de las oligarquías locales a todo lo venido de Cuba. Ese fervor
y algunas lecturas demasiado simplistas condujeron a muchos jóvenes a buscar imitar el ejemplo castrista. En el
lustro siguiente al triunfo de la revolución se fueron formando grupos guerrilleros en casi todos los países del
continente. Sin embargo, la experiencia no era repetible. También los norteamericanos y las oligarquías aliadas
habían estudiado debidamente el caso y estaban dispuestos a no permitir ninguna repetición.
El fracaso de su gira por Estados Unidos, llevó al intento de estrechar los lazos con los países subdesarrollados del
continente. La segunda gira del primer ministro fue por países de Iberoamérica. En pocos pudo comunicarse

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directamente con los sectores populares. Muchos prohibieron los actos públicos con oratoria. Tampoco obtuvo ayuda
en esta parte del continente. Con el tiempo, Cuba sería expulsada de la Organización de Estados Americanos y
todos los países romperían sus relaciones diplomáticas, con la excepción de México. Semejantes actitudes no
impedirían a esos gobiernos beneficiarse de los efectos del proceso. Entre las líneas implementadas por la potencia
del Norte, la ayuda económica directa y el estímulo a la inversión privada de ese origen, dieron por resultado el
período de mayor crecimiento económico en toda la historia de este continente. Entre 1960 y 1980, las tasas de
crecimiento del Producto Bruto Interno fueron las más elevadas registradas hasta la fecha. En un lustro la inversión
privada norteamericana se quintuplicó y la ayuda del gobierno nunca volvió a ser menor a la prestada a cualquier
país ubicado en el ojo del huracán de la Guerra Fría. América Latina entró en esa guerra y se hizo prioritaria. Fue el
precio para evitar la contaminación y aislar a Cuba del resto del continente y enviarla directamente a los brazos del
comunismo. Al ser rechazada su solicitud, el gobierno de la isla implementó ayudas de diferente tipo a muchos
movimientos insurreccionales gestados en los diferentes países. Es altamente significativo y ha sido señalado en
repetidas ocasiones: ningún movimiento subversivo mexicano recibió ayuda cubana, lo cual guarda una relación
bastante lógica con el mantenimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales de México con Cuba.

Preguntas Orientadoras

1. Según la fuente A ¿De qué manera Fidel demuestra su liderazgo estando en el poder? ¿Con
quiénes cuenta para llevar con éxito su gobierno?
2. Según la fuente B y D ¿Cuáles son las medidas o políticas económicas que Fidel emplea en su
gobierno? ¿En qué medida estas políticas afectaron a los intereses de Estados Unidos?
3. ¿Cuáles fueron las razones según la fuente C que incentivaron a un nacionalismo en la Cuba de
Fidel Castro?
4. Según la fuente D ¿Hasta qué punto el gobierno revolucionario de Fidel Castro impactó a
América Latina?

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