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UN PERÚ DE TODAS LAS SANGRES, UN PERÚ DE

ARGUEDAS

Un Perú de “Todas las Sangres” es así como describe a nuestra patria el


reconocido escritor apurimeño a un país diverso, multicultural, multiétnico, y
plurilingüe que es el resultado de haber pasado por un proceso de mestizaje a
causa de las invasiones y conquistas que están plasmadas en nuestra historia
y que debido a ello nacen las discrepancias entre estos dos estratos sociales,
la discriminación, el racismo y la exclusión de los indios, son algunas de las
consecuencias de este enfrentamiento de estas dos culturas. Pero es
Arguedas quien mediante la literatura quiso cambiar nuestra manera de pensar
sobre los indios, manifestando su amor a la herencia quechua, y profundizando
nuestros conocimientos de nuestros hermanos quechua – hablantes mediante
sus obras, permitiéndonos acercarnos cada vez más al “Mundo Mágico
Andino”. Ese mundo andino que en el pasado un imperio de diez millones de
hombres con un estado eficiente y orgánico, que supieron sobresalir
dejándonos como legado a una de las siete maravillas del mundo. He allí la
importancia de estudiar y analizar las obras de este escritor, etnólogo y
antropólogo, ya que sus escritos nos incentivan al amor andino y nos permite
ver la realidad peruana, despojándonos del desprecio por el indígena. El
RESPETO Y TOLERANCIA entre estos dos mundos es fundamental ya que
permitirá una convivencia social y originara que la clase tratada con inferioridad
se sienta menos afectada, si estos dos ideales opuestos pactarían un
compromiso.

Según la Real Academia Española la palabra “respeto” significa: reverencia,


consideración, veneración y deferencia; valorar nuestra cultura indígena sin
despreciar ni minimizar la cultura occidental es muy importante para tener una
convivencia armónica, pero para ello es imprescindible que dejemos de ser
personas pre - juiciosas que no sabemos apreciar al Perú profundo y juzgamos
algo sin antes conocerlo y es por eso nos avergonzamos de lo nuestro,
optando por seguir otras culturas, en vez de cambiar esa discriminación por
apoyo para que nuestras creencias, tradiciones, costumbres, folklore se
preserven, y contribuir de esa manera a la revalorización de la cultura indígena,

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y así como Arguedas mostró gran respeto hacia ellos en todas sus obras,
resquebrajando esos muros que mantuvieron por largo tiempo oprimidos a los
indígenas, permitiéndoles ser vistos como personas capaces intelectualmente,
tratando de dejar paulatinamente el concepto de marginación a esta gran raza
que busca la restitución de sus derechos perdidos y la sutura de las heridas
milenarias ocasionadas. Es para mi la imposición española, la que generó
dicha discrepancia entre estas dos culturas, la andina de origen quechua y la
occidental traída por los españoles, siendo así en la actualidad el Perú un país
dividido, donde las personas que disfrutan de una economía alta dominan y
manipulan a su antojo a las demás personas para cumplir sus intereses, y la
gente que carece de economía es la afectada, generando así las injusticias a
causa de la superioridad económica de algunos, debido a ello es la realidad
que los peruanos somos testigos cada día (de nuestras vidas), pero sin
embargo callamos por la misma razón, y el silencio lo que hace que se
incrementen las injusticias sociales a medida que el tiempo pasa presenciando
estos actos más seguidos, y al verlos más seguidos estos actos repugnantes
se nos hacen común.

La circunstancia especial de haberse educado en dos tradiciones culturales, le


permitieron conocer y comprender como ningún otro escritor intelectual
peruano la realidad compleja del alma del hombre andino, con la que se
identifico de manera entre y ayudándose de su labor como etnólogo realizo
múltiples investigaciones que contribuyeron a la realización de sus obras que
para muchos significo una protesta ante el maltrato y la discriminación indígena
, él tras haber sufrido esa marginación en carne propia se propuso mostrar por
el resto de su vida el error que cometían aquellos que despreciaban todo lo que
fuera andino, nos mostró los sufrimientos del pueblo quechua en las haciendas
y aldeas de la sierra, la explotación económica y su lucha contra el
terrateniente blanco que no entiende ni respeta las costumbres, las creencia y
los ritos de estos. El ambiente serrano que tubo que vivir a su corta edad
modelo su infancia e hizo que naciera en él un amor puro y profundo hacia sus
hermanos y hermanas – como los llamo Arguedas – que lo acogieron, y el que
pasará más tiempo con los sirvientes hizo que sintiera el mismo odio – “odio
puro” como lo llamo Arguedas – que sentían los indios por los gamonales

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abusivos y maltratadores, es así que siempre se identifico con los marginados
indígenas y al narrar desde una visión interna inauguró una nueva etapa del
indigenismo del Perú, y al leer las obras de Arguedas podemos darnos cuenta
de que el mundo indígena aparece como depositario de valores de solidaridad,
ternura y en oposición a la violencia y sadismo del mundo de los blancos,
dejando de lado el pensamiento erróneamente que el ser indio es socialmente
inferior y como dice Antonio Cornejo Polar “solamente pueden conocer bien al
indio las personas que conocen también, con la misma profundidad a la gente
de sectores sociales que han determinado que el indio sea tal como es ahora ”.

Si hablamos de un mártir que defendió a los indígenas en todos sus aspectos,


no puede haber otro mejor que José María Arguedas Altamirano que al igual
que otros personajes como mahatma Gandhi y Nelson Mandela, lucharon por
la igualdad de razas y derechos humanos , el insigne escritor menciona en
“Yawar Fiesta” algo interesante; “Desindianizar a los indios es un crimen
todavía peor que explotarlos, discriminarlos y maltratarlos.”, imponerles las
culturas occidentales con la excusa de querer que se modernicen, calificando
de “bárbara” sus costumbres y prohibiéndoles preservar sus tradiciones,
queriéndolos despojar de su cultura milenaria y que los indígenas tengan que
lidiar contra el desprecio de los sectores del poder, es todo lo contrario al
respeto y tolerancia que deberían tenerse.

Cansado el pueblo quechua del trato inhumano que recibían deciden migrar a
la capital, donde la gente los mira con igual deprecio, y es la triste realidad la
que demuestra que ni en la ciudad los indígenas se libraran de su destinos, los
señores poderosos de las urbes son abusivos y déspotas con sus sirvientes
como son los gamonales en las provincias, pero también hay indios inmigrantes
que al llegar a la ciudad por presión del entorno van perdiendo poco a poco su
identidad cultural.

Tanta fue la admiración por el mundo andino que hizo que pasara toda su vida
difundiéndolo, siendo él un hombre blanco proveniente de una familia
acomodada, se considero un indio más, y nos lo demuestra sin avergonzarse
como muchos los harían en una entrevista concedida a Ariel Dorfman para la
revista Trilce: : “Entiendo y he asimilado la cultura llamada occidental hasta un

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grado relativamente alto; admiro a Bach y a Prokofiev, a Shakespeare, Sófocles
y Rimbaud, a Camus y Eliot, pero más plenamente gozo de las canciones
tradicionales de mi pueblo; puedo cantar; con la pureza autentica de un indio
chanka, un harawi de cosecha. ¿Qué soy? Un hombre civilizado que no ha
dejado de ser, en la me médula de un indígena del Perú; indígena no indio. Y
así, he caminado por las calles de Paris, de Roma, de Berlín, y de Buenos
Aires. Y quienes me oyeron cantar han escuchado melodías absolutamente
desconocidas, de gran belleza y con un mensaje original. La barbarie es una
palabra que inventaron los europeos cuando estaban muy seguros de que ellos
eran superiores a los hombres de otras razas y de otros continentes recién
descubiertos”.

En conclusión conocer y aprender de cada una de estas culturas nos servirá


para que se de el respeto y tolerancia entre los dos mundos, sin buscar
imponer una sobre obre otra, rescatando la herencia que nos dio que no es oro
ni plata sino una herencia interminable del saber, y así como Arguedas buscó
descubrir cercanías intimas entre regiones tan distantes como América Latina y
Europa Central nosotros los jóvenes debemos imitarlo, debemos sentirnos
peruanos, no blancos, tampoco solo indígenas, debemos estar orgullosos de
nuestras raíces incaicas, sin avergonzarnos de nuestro runa simi, y leer las
obras arguedianas nos ayudará a conocer la variedad de tipos humanos que
conforman el Perú y a la vez los conflictos que hay entre estos y buscando la
tolerancia en esta convivencia dramática que no logra fusionarse hasta el día
de hoy, entendiendo el ande con una nueva mirada, valorando la cultura andina
como todas las que habitan en el Perú es también parte de nuestros objetivos.
Y como dijo Rodrigo “Conservar los ideales de Arguedas no es regresar al
pasado sino más bien utilizar los valores del pasado, que existen todavía en las
poblaciones actuales, herederas del pasado incaico, y que estos tengan una
utilidad del futuro”, logrando el nuevo país, el Perú de Arguedas. Utilizando la
fusión estilizada de la lengua castellana y quechua para describirnos de
manera autentica la realidad indígena, retratando así el conjunto de la vida
peruana. Somos los jóvenes de hoy que debemos despojarnos de la
suposición de que la persona pobre debe soportar humillaciones y tan solo con
tratar bien a aquellas personas que ayudan a nuestras mamás con los labores

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del hogar, no burlándonos de nuestras compañeras cuando hablan un
castellano y quechua mezclados, no despreciando a nuestros amigos y amigas
cuando escuchan músicas andinas, estaremos contribuyendo al cambio que
deseamos lograr.

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