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LA DIGNITAS HOMINIS

Introducción

*El fundamento del humanismo es la dignidad de la persona humana.

*Dignitas se refería a calidad de individuo en razón de los cargos políticos que


desempeñaba y de su habilidad para conseguirlos. (Retórica)

* En el renacimiento, hay una semiruptura con ésta concepción en relación con la política.
La palabra, se usaría para contemplar el valor del ser humano e n aras de su única
humanidad.

“para tratar de entender esta convicción que condujo el humanismo renacentista centrarse
en la dignidad del Hombre, llamada en la época la dignitas hominis. Se trata de un punto
muy importante ya que la noción del valor intrínseco del ser humano se expresó a través
del término “dignitas”, término que apareció en la Antigüedad como vimos, pero que se
refería a calidad del individuo en razón de los cargos políticos que desempeñaba y de su
habilidad para conseguirlos. Hubo entonces en el Renacimiento un deslizamiento hacia la
“humanización” de este término, despojándolo de sus elementos políticos y
discriminatorios, usándolo para contemplar el valor del ser humano en aras de su única
humanidad. Consistió en un elogio de la excelencia de la naturaleza humana y se
estructuró particularmente en el Renacimiento a diferencia y a veces, en prolongación, con
la Edad Media”. (Cita de éste mismo texto y autor)

ANTIGÜEDAD-EDAD MEDIA- RENACIMIENTO

ANTIGUEDAD-RENACIMIENTO ( según el texto podría existir una ruptura con la edad


media, pero durante el desarrollo del mismo, nos damos cuenta que se trata no de una
ruptura como tal, sino más bien de diferencias de pensamiento que da una correlación
entre la edad media y el renacimiento, se podría decir que son antistrofas. Ya que a pesar
de que hay un choque de pensamiento entre los dos contextos, estas ideas se
complementan para entender la diferencia de una y de otra.

Con esto, no hay un repudio a la edad media como país hostil. Pero se debe señalar su
carga crítica y dimensión reactiva, elogio y defensa de un valor inherente al ser humano.

E. Garin: El interés del humanismo por la dignidad humana, son en sí, intenciones más
que hipótesis teóricas bien fundadas o técnicas precisas.

* El discurso de la dignitas hominis, no apareció en la edad media, esto es un rasgo muy


importante entre el medioevo y el renacimiento. Mientras la edad media se quedaba en un
discurso sobre la miseria humana por decirlo de alguna forma, el renacimiento usaba el
discurso de la dignitas hominis para acercarnos al crecimiento mismo de la dignidad
humana.
* Los elementos que se podían ver en este discurso eran, “elementos estructurantes” y
“elementos persuasivos”. Esto es, una articulación de pensamiento humanista nutrida de
convicción compartida en el valor inherente al ser humano. A manera Austiniana sería un
tipo de procedimiento convencional, (yo lo veo como la verosimilitud en el discurso
retórico).

Es claro que todo éste discurso tiene como base una ética, ética del humanismo en
concreto, entendida como, ética de la libertad que prescindía de la gracia divina para la
plena realización del hombre. Pero la cuestión divina, no es el único factor influyente en la
nueva corriente de pensamiento dentro del renacimiento. Los avances socioculturales,
científicos y filosóficos, dieron nuevos rubros a la dignidad humana, o lo que se entiende
por dignidad humana.

En el renacimiento no se concibe al hombre como un ser pasivo en el mundo (como se veía


en la edad media) sino como un ser que podía forjar su propio destino.

Sólo el hombre podía tener dignidad, ya que es una criatura configurada sobre la imagen
divina.

HOMBRE-DIOS-NATURALEZA

El discurso de la dignitas hominis concilia la excelencia divina con la humana. Cuando


mencioné que se veía una semiruptura, es porque noté que la política aún en el
renacimiento tenía una fuerte influencia por ser un humanismo cívico. Las primeras
causas del renacimiento en Italia eran, “la libertad del espíritu individual” junto con la
situación socio política, según Gehbart.

Como se ve, hay una fuerte relación entre dignitas hominis y el concepto libertad. Con ello
el interés del pensamiento antiguo rehízo un conecte entre filosofía y religión.

FE Y RAZÓN HOMBRE Y DIOS en el texto lo mencionan con “la nueva filosofía”

El texto básicamente en su primer apartado, sólo hace mención contextual, resaltando las
relaciones y los contras entre el Medievo y el renacimiento. Que en consiguiente lo que
más demarca diferencia y relación al mismo tiempo es el interés por el discurso de la
dignitas hominis.

Es importante que en el texto hubiese una definición de sus conceptos más distinguidos
como lo es humanismo, naturaleza y libertad.

El autor nos dice que el humanismo viene siendo filología, pues es un cuerpo de estudios
que se inspiraba de los autores clásicos, paganos y cristianos, habiendo un humanismo
“estricto” que exaltaba la dignidad humana en el libre desarrollo de la perfección de la
humanidad. Se trata de una tesis filosófica sobre la esencia del hombre, el humanismo era
una “ética de la nobleza humana” (RENAUDET, A., “Mysticisme de la noblesse humaine”
en Autour d’une définition de l’humanisme, Genève, 1945, p. 2.)

Esto quiere decir que era un humanismo dirigido a una élite, una visión aristócrata de las
humanitas ciceroniana.

F. Robert, dice que el humanismo se entiende primero en una definición y una exaltación
moral de la naturaleza humana.

“existe una naturaleza humana. Es universal, permanente. Su modelo se encuentra en las


grandes obras de la literatura de todos los tiempos y de todos los países, que, todas juntas,
componen la suma de lo más importante que conocemos acerca del Hombre. He aquí una
idea que no es nueva. Pero no podemos hablar de humanismo si no se entiende esta
idea”39 (39 ROBERT, F., L’humanisme. Essai de définition, Les Belles Lettres, París, 1974, pp.
73-74).

J. Burckhardt recordando al historiador Michelet, considera que el renacimiento anunció


propiamente “el descubrimiento del hombre” algo que no se dio en la edad media.

En el Renacimiento se estructuró y se organizó una concepción intelectual y coherente de


la dignidad del Hombre aparentemente como reacción en contra de las representaciones
pesimistas del ser humano. La dignidad del Hombre estaba en el centro del humanismo
renacentista, como exaltación del ser humano44, confiando en sus capacidades y su
destino (44 En este sentido abunda E. Garin en La Cultura del Rinascimento, op.cit., pp. 115-
128.)

Miseria humana (Medievo) individualismo (renacimiento)

Demostración de la “excelencia de la naturaleza humana”

PRIMERA PARTE: LA INTRODUCCIÓN AL DISCURSO DE LA DIGNITAS HOMINIS

De forma resumida, la Cristiandad medieval contempló tanto una imagen positiva del
Hombre como una imagen negativa. En relación con la primera, el Hombre era un ser
divino y creado por Dios a semejanza suya y asociado a su Creación; era el Adán que
había dado un nombre a todos los animales y estaba llamado a reencontrar el paraíso. En
relación con la segunda imagen, se trataba del Hombre pecador, dispuesto siempre a
sucumbir a la tentación, a renegar a Dios, imbuido en su condición miserable. Esas dos
visiones aparecían siempre en un marco religioso pero interpretaban de forma distinta sus
fuentes. E. Garin51 (51 GARIN, E., “La Dignitas hominis e la letteratura patristica”,
Rinascita, I, Roma, 1938, pp.126-127.)
En lo personal es una cita importante para entender “la primera concepción” de lo que
será dignidad. Entendiendo esta “primera concepción” desde el Medievo como una
relación de hombre y Dios. Ya a todo esto se ve como la dignidad se da en el hombre por
ser creación divina, Dios está hecho a semejanza del hombre porque el hombre podía
llegar a ser Dios, de ahí que el hombre tiene dignidad, por ser creación de Dios.

En primera instancia, se habla de la edad media de una dignidad frustrada, pues se


pretendían negar un valor inherente al ser humano y que neutralizaba su razón y su
libertad. Por otra parte también se habla de una “dignidad liberada”, aumentando o
ensalzando las capacidades humanas y obteniendo un optimismo ante el mundo, optar
por exaltar el valor humano.

*Me refiero a una “dignidad frustrada” para describir unas posturas que quitaron al ser
humano todo valor propio. (pág. 16)

*C. Ruiz Miguel54, ( 54 RUIZ MIGUEL, C., “La dignidad humana. Historia de una idea”,
en DE VEGA, P. & MORODO, R., (Dirs.), Estudios de Teoría del Estado y Derecho
Constitucional en Honor de Pablo Lucas Verdú., Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM, Universidad Complutense, Madrid-México, 2001, pp. 1890-1892.) deriva de San
León Magno (?-461) quien se refirió primero a la dignitas del latín. Definió la dignidad
como el alto rango propio de las más altas magistraturas, ramificándola en dos
significados. En un primer lugar, la dignidad estaba atribuida exclusivamente a los
bautizados puesto que Dios había erigido en ellos su templo55. En un segundo lugar, León
Magno celebró la dignidad de todos los seres humanos porque el Hombre era la imagen
de Dios56 lo que dignificaba la naturaleza humana57. (57 SANCTI LEONIS MAGNI
ROMANI PONTIFICIS, Tractatus Septen et Nonaginta, (Sermo XXVIII, cap. I, col.
222):“Nativitates Dominicae sacramento nobis clarius coruscante: ut recurrentes ad illam divinae
misericordiae ineffabilem inclinationem, qua Creator hominumhomo fieri dignatus est, in ipsius nos
inveniamur natura, quem adoramus in nostra(...) Deus enim(...) formam servi sine suae detrimento
majestatis accepit, ut in sua nos proveheret, non se in nostra dejiceret”. )

* Al hablar de esa dignidad frustrada se habla de la esclavitud.

* La causa de la esclavitud no era la Naturaleza sino el pecado.

*La esclavitud se imponía de dos maneras a los Hombres: algunos eran esclavos a causa de
sus propios pecados y otros lo eran a causa de los pecados de otros Hombres. Por su parte,
L. Dumont considera que el pensamiento de San Agustín contribuyó al deslizamiento
hacia el individualismo moderno. En efecto, al pretender filosofar a partir de le fe, hubiera
acentuado el poder de la razón humana y ampliado la esfera de la experiencia espiritual
del individuo. También, hubiera permitido la transición del “individuo-fuera-del-mundo”
al “individuo-dentro-del-mundo”, con una Iglesia que empezó a avanzar por el camino
que la condujo dentro del mundo, con una “rehabilitación de la vida en el mundo, como si
está estuviese siendo redimida por la afluencia de una luz de otro mundo”63. (63
DUMONT, L., “Génesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo”,
op.cit., p. 56. )

Para San Agustín “es justo que el Hombre que se ha hecho esclavo del pecado se convierta
en esclavo del Hombre. Esto último se aplica tanto a la dominación política como a la
esclavitud, pero resulta sorprendente que la consecuencia sólo sea explícitamente sacada
de la esclavitud; sin duda porque es ahí donde la sujeción del Hombre por el Hombre
resulta más flagrante, y la igualdad natural querida por Dios más directamente
contradecida. Al amo se le recuerda que el orgullo que puede serle tan funesto como la
humildad saludable para el servidor. (Vemos aquí cómo las subordinación en las
relaciones sociales no es rechazada en principio)”64. (64 DUMONT, L., “Génesis I. Del
individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo”, op.cit., p. 53.) El Hombre podía
para San Agustín salvarse por la gracia de la “renovación” de la fe pero tenía siempre
almacenadas en su interior “reliquias” de su debilidad que le empujaban hacia el pecado,
que además se transmitía a las siguientes generaciones67.( 67 SAN AGUSTÍN, “La
perfección de la justicia del Hombre”, (II, 20) y “El matrimonio y la concupiscencia”, (I, II,
21), Escritos antipelagianos en Obras Completas (vol. 25), op.cit., pp. 220 y 277. )

*El ser humano encontraba su dignidad solamente en una fuga mundi, que partía de una
división fundamental entre lo humano con lo divino, con el desprecio del primero y la
veneración del segundo. Este texto revelaba la posición común de la Edad Media que P.
Vignaux75 (75 VIGNAUX, P., El pensamiento en la Edad Media, trad. Segovia, T., FCE,
México, 1993, p. 19. ) resumió como la ascensión del espíritu que se detenía ante la visión
misma de la esencia divina.

*Ahora bien, cuando el Hombre cometía un pecado y se asemejaba entonces a las bestias,
perdía su dignidad. Así en Tomás de Aquino, la dignidad no se definía tanto como un
rasgo o un valor propio del ser humano sino como un mérito de su conducta, haciendo
que la dignidad pudiese ser desigual entre los Hombres79. (79 Vid., REINHARDT, E., La
dignidad del Hombre en cuanto imagen de Dios. Tomás de Aquino ante sus fuentes, Eunesa,
Pamplona, 2005, pp. 72-87.
80 AQUINO, T. (de), Suma Teológica, (c. 29 a.1):”)

Como comentario adicional, la conducta humana, la moral es la fuerte relación que existe
entre dignidad y la forma de actuar del hombre, entrando en una posible confusión, donde
la moral se podría reducir a dignidad. A manera socrática, podríamos decir que el
ignorante hace el mal y el sabio hace el bien, Santo Tomas, dice que el pecador no es
hombre digno, mientras que el no pecador tiene dignidad. ¿Existe de nuevo un tipo de
separación, hay hombre más dignos qué otros acaso?

*L. Dumont consideró que el paso del “individuo-fuera-del-mundo” al “individuo-en-el-


mundo” pudo realizarse a la condición de preservar un “notable grado de libertad en la
mayoría de los asuntos de este mundo”, con dos condiciones inherentes: no se “debe
usurpar la dignidad que sólo a Dios le corresponde” y “el mundo no puede ser pura y
simplemente condenado, como ocurre con los heréticos gnósticos”97. (97 DUMONT, L.,
“Génesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo”, op.cit., p.48. )

*Lo que Dumont omite decir es que también una tendencia religiosa y moral, más amplia
que el gnosticismo, despreció el mundo y la misma naturaleza humana. Al mismo tiempo,
esta reflexión de Dumont, conforta mi argumento según el cual, la aparición del individuo
moderno, se fundamentó esencialmente en el reconocimiento de su dignidad inherente a
partir de una visión optimista de su ser mundano que se plasmó concretamente en la
ampliación de los poderes de su razón y de su libertad.

En la Edad-Media, el discurso de la miseria hominis pretendió frenar este proceso,


desposeyendo cualquier dignidad y libertad al ser humano.

CAPÍTULO 2: LA DIGNIDAD LIBERADA

El humanismo cristiano y medieval introdujo una novedad en la cuestión de la dignidad


del Hombre respecto a la filosofía helénica y romana. En efecto, si los antiguos reconocían
una dignidad al ser humano por sus atributos excelentes y divinos como su inteligencia,
su razón y su alma, lo hacían desde una perspectiva distinta a la del pensamiento
cristiano. Pág. 35

Para poder contemplar una dignidad al ser humano, había que volver a su naturaleza
divina. N. de Emesa por ejemplo, abrió su tratado Sobre la naturaleza del Hombre, elogiando
la “admirable composición” de la naturaleza humana con su cuerpo y alma133. Habló
entonces de la “dignidad” del Hombre por su lugar en la Creación. Era un “mundo en
pequeño”, es decir un mikros kosmos, comunicándose con los seres mortales y los seres
inmortales. N. de Emesa quería insistir en la centralidad del Hombre. Así, apuntó su
cualidad como imagen de Dios, y también como única criatura mediante la cual Dios se
había vuelto Hombre, refiriéndose a esta cristología. N. de Emesa habló entonces del
“Hombre panegírico”, que coronaba el mundo natural, gracias al desarrollo de varias artes:
la navegación, la agricultura, las letras, la contemplación y las ciencias. El ser humano
sacaba así su “nobleza” de su origen: era, siguiendo a Platón, una planta cuyas raíces
estaban en el cielo. Es más: era la “casa y el templo de Dios”, comunicándose directamente
con lo divino y dominando toda la naturaleza134. (134 EMESA, N. (de), Sobre la Naturaleza
del Hombre, (I), op.cit., pp. 254-256. La noción del “Hombre panegírico” viene Posidonio y
la comparación del Hombre con una planta celeste apareció también como vimos en
Platón. Vid. nota 29 del comentario de la obra, op.cit., p. 212.)

Como se mencionaba en principio el hombre es un ser creador y no pasivo en el mundo.

La libertad racional y moral, como se pudo ver, la moral no se puede interrumpir en el


proceso de la investigación, ya que es factor importante y su definición marcará una pauta
para entender este concepto de libertad dentro del discurso dignitas hominis.
La nobleza del Hombre venía de que poseía las leyes de la Naturaleza; no temía nada
menos que la desgracia; se esforzaba a ser siempre virtuoso y como imagen de Dios,
poseía la razón. Todos esos rasgos, revelaban la excelencia del Hombre y debían ser
desarrollados por la filosofía. Si Tomás de Aquino trató de construir una teología como
ciencia, era en realidad deudor de Pedro Abelardo que fundó su propia escuela en París.
Pág. 44

Las prohibiciones de la moral cristiana que conminaban a no hacer esto o aquello se entendían en
el sentido de que no había que consentir en esto o en aquello. Respecto al sujeto, el principio
determinante del bien y del mal era, con un tono senequista, la intención, el consentimiento y la
conciencia. Como consecuencia revolucionaria y opuesta a San Agustín, recuperando al mismo
tiempo una idea platónico-socrática, cuando faltaba la voluntad, no había pecado169. (169
ABELARDO, P., Conócete a ti mismo, (cap. XIII), pp.51-52. Vid. la condena en el Concilio de Sens. “No pecaron
los que crucificaron a Cristo por ignorancia, y cuando se hace por ignorancia no debe atribuirse a culpa”
(n.10), (véase nota 1, Abelardo, op.cit., p. 51).

Existía una actividad racional, no contra Dios sino contra el hombre mismo.

Guillermo Ockham criticó las instituciones religiosas. Según él, los profesores de teología eran
“comilones, avaros y vanidosos”, los inquisidores “rapaces y ignorantes” y el papado “ansioso
de poder”177. Consideró además que “toda cosa es individual y única” es decir, que la realidad
era siempre concreta y singular. Las únicas substancias que podían existir eran las cosas
particulares y sus propiedades (“Omnis res positiva extra animam eo ipso est singularis”)178. El
individuo era radicalmente libre cuando decidía por su moral natural, que Ockham vinculaba
con la razón179. (179 Véase, OCKHAM, G. (de), Sobre el gobierno tiránico del papa, trad., Rodríguez
Santidirían, Tecnos, Madrid, 1992: “Por tanto, urge inquirir más sobre la potestad del papa que sobre la de
cualquier otro que puede dañar menos a la comunidad de los fieles. Se ha de investigar con toda diligencia a
la misma verdad invocada por toda la tierra y a la que bendice al cielo (…). La misma razón natural nos dicta
que el género humano ha de vivir siguiendo la razón y las normas del arte. Como presiente el filósofo infiel,
nadie debe ignorar que se ha de conducir por el sentido humano, y no de las bestias”, (op.cit., pp. 8 y 9).
Vid., también: KNYSH, G., Fragments of Ockham Hermeneutics, WCU Council of Learned Societies, Winnipeg,
1997. )

El humanismo medieval se articuló en torno a una doble “humanización”: la de Dios,


integrándolo en el alma y la razón humana y la del Universo, ya que el Hombre lo encarnaba y
podía también tratar de penetrarlo con su inteligencia185. (185 SOUTHERN, S. W., Medieval
Humanism and Other Studies, op.cit., p. 37 )

El discurso de la “dignidad del Hombre” fue estructurado en el Renacimiento por esos nuevos
“conquistadores del espíritu” que confirieron un valor al ser humano, liberándole de sus
antiguos temores y sumisiones. Pero la ruptura no era tan brutal con la Edad Media ya que
hemos apuntado que un cierto humanismo medieval tomó forma y contribuyó sin lugar a
duda a un “creciente significado de la dignidad humana”191. (191 SOUTHERN, S. W., Medieval
Humanism and Other Studies, op.cit., p. 37. ) En el Renacimiento no se trataba tampoco de desafiar
a Dios sino “reencontrarle”, a través de una nueva exégesis, cuyo punto de partida era
fundamentalmente la semejanza del Hombre con Dios que ya había sido señalada en el
medioevo y en la Antigüedad. El marco religioso se mantuvo en la ejecución del cuadro de la
dignidad humana pero ahora los colores y sus mezclas empezaban a cambiar: ya no había un
Dios castigador y un ser humano pecador sino un Dios benevolente y un ser humano que
podía salvarse de sus pecados. Pág. 51

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