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MARCO METOLÓGICO
Las TOP atraviesan tres grandes momentos de la Investigación de las Ciencias Sociales o
Humanas: Heurística, Hermenéutica y Análisis, pero su mayor aporte lo da es el nivel de la
Hermenéutica, por lo que en éste aparte se van a precisar. A saber:
1) HEURÍSTICA
La hermenéutica, así las cosas, es una acción que demanda ser un(a) “semiólogo(a) cultural
–intérprete- del pensamiento en el tiempo, como un(a) ontólogo(a) –comprendiendo la
realidad del ser-”. Es decir, que a semejanza del dios olímpico Hermes de la mitología griega,
hay que hacer coloquial (entendible de manera rigurosa) ante propios(as) y neófitos(as), para
el caso, del mensaje conceptual que está puesto en la estructura social narrada, del(los)
hecho(s) social(es) de una comunidad, o proyectado(s) este(os) en el cine. Hacer entendible
el relato y sus ritmos, el discurso y su trama, es facilitar la interpretación y posterior análisis
y explicación de los fenómenos sociales.
Ante todo, éste último: “la claridad en el pensamiento en una etapa de la historia
determinada” en el(la) autor(a) o comunidad estudiada, es el objeto de estudio de la
hermenéutica. La búsqueda de éstos sentidos son los que hacen posible la lectura socio-
cultural que rescata la memoria histórica de los pueblos. Como el Trabajo hermenéutico
epistemológicamente hablando, “es etnográfico primero que todo”, se va a explicar éste
Método y sus Técnicas Etnográficas, en tanto que del momento excede el interés etnográfico
del presente escrito.
1 Episteme es un paradigma como marco o modelo que consiste en que una comunidad científica
comparte una misma manera de plantear problemas de conocimiento y de solucionarlos, métodos,
conceptos, creencias y valores, todo en su conjunto que estructura a una ciencia a su vez que como
ideología. El paradigma traspasa a la sociedad sus conceptos que alimentan imaginarios cargados
de ideología. Las ciencias en la teoría y la práctica paradigmáticamente se dividen en 2: i) Positivista
(inspirada en las ciencias naturales y la Tekné) que trata de explicar los fenómenos naturales y
controlarlos, dentro de una metodología inductiva, cuantitativa, estadística y experimental; en donde
los usos de los órganos de los sentidos garantizan la exactitud; y
ii) Racionalista (inspirada en las matemáticas, la lógica, y ciencias sociales de la Paiedia: humanistas
cálidas y éticas) que trata de interpretar y comprender los complejos comportamientos humanos,
mediante un proceso de investigación cualitativa, deductiva y axiomática, que decodifique el
inconsciente de la estructura social y los diversos sistemas simbólicos; en donde el órgano de la
razón garantiza aprehender elementos de la realidad que no se dejan evidenciar fácilmente.
deben dar de un “solo punto de vista” o interpretación, sino de “todos los puntos de vista
posibles” o de “interpretación global”. A saber:
Como “la convivencia con una comunidad” que puede ser: “en vivo y en directo” (realizando
Entrevistas Profundas, y filmándola, además), o “virtualmente” a través de una buena
película (que demanda que un(a) director(a) virtuoso(a) haga trabajo de campo teórico y
práctico de manera estricta en tono al contexto social e historia de una comunidad que ha de
recrear en el cine). El “común denominador” de estas dos maneras de obrar: es el registro
riguroso para describir acuciosamente la acción social, llenando un Diario de campo o
filmando documentalmente.
Acá el “Documental” juega el mismo papel que el “Diario de campo”, pero no en letras sino
en imágenes, y según el consejo del “Padre del cine documental etnográfico en Europa”,
Jean Rouch, se debe filmar todos los días. Desde luego no todas las Tomas pueden quedar en
la película etnográfica, pues éstas se deben “editar”, o sea, seleccionar unas en detrimento
de otras. Porque la idea es ordenar las imágenes significativas, que sirvan al propósito de
narrar la historia del pueblo, por lo general de tradición oral, y que se quiere contar y hacer
visible.
El periplo del Heracles griego se conoce por numerosas fuentes, siendo los autores más
relevantes Eurípides, Sófocles, Homero y Hesíodo. En Roma, el ya Hércules, sobrevive
gracias a Virgilio, Tito Livio, Seneca y Ovidio.
Las fuentes latinas se filtran en la Edad Media, inicialmente, gracias a los copistas
carolingios, que fueron ávidos traductores de obras clásicas. Sin embargo, es a partir de los
siglos XI y XII cuando “la materia de Roma” se revela como un síntoma de refinamiento
cultural cortesano. Traducidos a las lenguas romances y adaptados a las necesidades
sociopolíticas del momento, los antiguos héroes clásicos se metamorfosean en caballeros
errantes.
Estas obras, que aspiran a cierta veracidad histórica, se convierten, así, en paradigma del
buen gusto al mismo tiempo que elogian a sus mecenas. Son encargos de corte que
pretenden deleitar dejando un rastro de supuesta memoria histórica de la que se benefician
varios monarcas; no por casualidad Carlos V de Francia fue uno de los grandes
dinamizadores en materia de traducción clásica.
En el contexto del cristianismo, Hércules goza de buena aceptación entre los moralistas de
la Iglesia. Así, siendo San Agustín reticente a asimilar divinidades o héroes del panteón
pagano, se refiere, sin embargo, a Mercurio y Hércules como merecedores de “los honores
divinos por haber otorgado muchos beneficios a los mortales para sobrellevar esta
vida con más comodidad.
Desde el punto de vista enciclopédico y etimológico, encontramos a Hércules también
mencionado en la Historia de Rebus Hispaniae y la cronística Alfonsina. El tratamiento del
personaje contiene ciertos trazos negativos para El Toledano, que enfoca la llegada del
héroe como un elemento subversivo. La cronística Alfonsina, por su parte, recoge y amplia
al personaje confiriéndole un interés claramente vinculado al linaje; de esta forma, Hércules
viene a formar parte tanto de la General Estoria como de la Estoria de España.
Esta figura es, en el texto, un elemento oscilante y polivalente. Responde, además, a una
exigencia histórica, etimológica y toponímica, de modo que el mito de Hércules aquí
incluido sustituye el nombre “Hespérides” por el definitivo “Espanha”. La importancia de
la etimología viene marcada por la línea isidoriana. Así hay una estrecha relación entre el
nombre y la esencia de la cosa designada, de forma que el origen de la palabra identifica la
esencia del elemento designado.
Por otro lado, el héroe legendario dignifica el espacio, constituyendo un factor de
prestigio en nuestra crónica. Tanto Hércules como Rotas, originarios de Grecia, tienen una
función efímera en la península, experiencias distintas que de forma embrionaria otorgan
unas virtudes al espacio posteriormente desarrolladas por los verdaderos héroes de la
crónica. Proporcionan, en definitiva, un programa genético de innegable valor.