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PROCEDIMIENTO : ESPECIAL, LEY 20.

529
MATERIA : RECLAMACIÓN ARTÍCULO 85 LEY N° 20.529
CÓDIGO :
DEMANDANTE : SOCIEDAD EDUCACIONAL HAMELIN LTDA
R.U.T.N° : 76.169.459-6
DOMICILIO : PASAJE FRANCISCO DÍAZ RAMOS N° 2.949,
PUNTA MIRA SUR, COQUIMBO

REPRESENTANTE LEGAL : CARLA SILVA PEREIRA


RUT : 13.176.874-5
DOMICILIADO : PASAJE FRANCISCO DÍAZ RAMOS N° 2.949,
PUNTA MIRA SUR, COQUIMBO

ABOGADO PATROCINANTE : OMAR VARGAS PÁEZ


R.U.T.N° : 13.021.546-7
DOMICILIO : ROOSEVELT # 881, LA SERENA

RECLAMADO : SUPERINTENDENCIA DE EDUCACIÓN


R.U.T.N° : 61.980.220-9
DOMICILIO : MORANDE N° 155, SANTIAGO, REGIÓN
METROPOLITANA o MATTA N°695, LA SERENA

REPRESENTANTE LEGAL : ALEXIS RAMIREZ ORELLANA


RUT : IGNORO
DOMICILIO : MORANDE N° 155, SANTIAGO, REGIÓN
METRPOLITNA o MATTA N°695, LA SERENA

______________________________________________________________________________________________
EN LO PRINCIPAL: RECURSO DE RECLAMACIÓN ART.85 LEY N°
20.529; EN EL PRIMER OTROSÍ: ACREDITA PERSONERIA; EN EL
SEGUNDO OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER

ILUSTRISIMA CORTE DE APELACIONES, LA SERENA

CARLA CECILIA SILVA PEREIRA, chilena, casada, profesora


diferencial, cédula de identidad N° 13.176.874-5, en representación
según se acreditara de SOCIEDAD EDUCACIONAL HAMELIN LTDA.,
persona jurídica de derecho privado del giro educacional R.U.T.N°
76.169.459-6, entidad sostenedora del colegio "Escuela Especial de
Trastorno del Lenguaje Hamelin" R.B.D.N° 31209, comuna de
Coquimbo, ambas con domicilio para estos efectos en Pasaje Francisco
Díaz Ramos N° 2.949, a SS. Iltma., respetuosamente digo:

Encontrándome dentro de plazo legal y, conforme me faculta el


artículo 85 de la Ley N° 20.529, interpongo recurso de reclamación,
conforme me faculta el artículo 85 de la Ley N° 20.529, ante esta Iltma.
Corte de Apelaciones, en contra de la Resolución Exenta N° 001798,
pronunciada por doña Manuela Pérez Vargas, Jefa División Jurídica,
Superintendencia de Educación, con fecha 19 de octubre año 2017, por
orden del Superintendente Nacional de Educación don Alexis Ramírez
Orellana. En virtud de la cual se sanciona a mi representada como
autora de infracción a la normativa educacional vigente en relación al
cargo imputado: “Establecimiento no previene, no toma medidas
correctivas o disciplinarias en contra de una persona que detenta
una posición de autoridad dentro de la comunidad educativa, ejerce
violencia física o psicológica en contra de un estudiante”.
Sancionando a ésta al pago de una multa equivalente a la suma de 51
U.T.M. A objeto que esta Iltma. Corte de Apelaciones, conociendo en
alzada de los antecedentes de hecho y fundamentos de derechos,
revoque en todas sus partes la resolución reclamada, dejando ésta sin
efecto, y dictando en su reemplazo una nueva resolución que en su
mérito exonere de toda responsabilidad a mi representada en la
imputación efectuada por la Superintendencia Nacional de Educación:

Antecedentes Previos:

1. Previo a exponer los antecedentes y fundamentos de la presente


reclamación, es necesario realizar una relación suscitan de los
hechos anteriores al pronunciamiento de la resolución recurrida,
elementos facticos que han influido sustancialmente en la
dictación de la resolución recurrida. A saber:

1.a. Con fecha 17 de agosto año 2017, don Samuel David Cisternas
González, efectúa denuncia ante la Dirección Regional de la
Superintendencia de Educación, Región de Coquimbo, quien se
individualiza como apoderado de la niña de iníciales R.N., discente del
colegio “Escuela Especial de Trastornos del Lenguaje Hamelin”,
señalando al efecto, que la estudiante, ya individualizada
precedentemente, fue agredida a la salida del baño por la docente doña
Bernardita Zepeda Bahamondes, y que dicha acción fue vista por la
madre de la menor, quien al momento de ocurrir los hechos era docente
del establecimiento educacional

1.b. El día 01 de octubre año 2015, la Dirección Regional de la


Superintendencia de Educación, Región de Coquimbo, procedió
fiscalizar a mi representada, por los hechos denunciados por él Sr.
Cisternas González. La referida fiscalización dio lugar al Acta de
Fiscalización N° 150401385, resultando ésta con el carácter de
satisfactoria.

1.c. El día 13 de octubre año 2015, la Dirección Regional de la


Superintendencia de Educación, Región de Coquimbo, procedió
nuevamente a fiscalizar a esta entidad sostenedora por los mismos
hechos, ya fiscalizados anteriormente y, encontrándose vigente aún el
acta de fiscalización N° 1.50401385. Esta nueva y anómala fiscalización
dio lugar al Acta de Fiscalización N° 1.504.01.451, consignándose en
ella, lo siguiente: “Alumna R.N. es zamarreada por la docente B.Z.B.
“actuación que es de alta gravedad, toda vez que cualquier tipo
de violencia física o psicológica, cometido por cualquier medio en
contra de un estudiante integrante de la comunidad educativa,
realizada por una persona que detente una posición de
autoridad…”, vulnera los derechos de la alumna y especialmente
lo dispuesto en el artículo 10 letra a) del DFL N2-2009 que señala
los alumnos y alumnas tiene derecho a estudiar en un ambiente
tolerante y de respeto mutuo, a expresar su opinión y que se
respete su integridad física y moral, no pudiendo ser objeto de
tratos vejatorios o degradantes y de maltratos psicológicos”<sic>.

Dando lugar lo anterior, a la imputación del cargo: “83.00


Establecimiento no previene, no toma medidas correctivas o
disciplinarias en contra de una persona que detenta una posición
de autoridad dentro de la comunidad educativa, ejerce violencia
física o psicológica en contra de un estudiante”.

1.d. El día 20 de octubre año 2015, a través de Resolución Exenta N°


540, pronunciada por el Director Regional de la Superintendencia
de Educación de la Región de Coquimbo, invalida el Acta de
Fiscalización N° 1.504.01.385, de fecha 01 de octubre año 2015.

2. Antecedentes propios del Recurso Reclamación en contra de


Resolución Exenta N° 001798, pronunciada por doña Manuela
Pérez Vargas, Jefa División Jurídica, Superintendencia de
Educación, con fecha 19 de octubre año 2017.

2.a Es del caso Iltma. SS., que esta entidad sostenedora dentro de sus
descargos interpuso la excepción de cosa juzgada al tenor de los
siguientes antecedentes:

Con fecha 01 de octubre año 2015, esta entidad sostenedora fue


fiscalizada por presuntas infracciones a la normativa educacional
vigente, hechos los cuales se basaban en una denuncia interpuesta por
un apoderado del establecimiento educacional, por agresiones
efectuadas por una docente del establecimiento en contra de su hija.
Dicha fiscalización dio como resultado acta de fiscalización
N°150401385, con la calificación de satisfactoria, produciéndose de
esta forma, el fin del proceso administrativo que hasta ese entonces nos
ocupa, ya que, con el sólo mérito de detentar el acta de fiscalización la
calificación de satisfactoria, se produce lo que en derecho
administrativo se conoce como acto administrativo terminal.
Sin embargo, el día 13 de octubre del mismo año, nuevamente, la
Dirección Regional de la Superintendencia de la Región de Coquimbo,
procedió a realizar fiscalización por los mismos hechos, los cuales se
registraron en Acta de Fiscalización N° 1.504.01.451, consignándose en
ella, lo siguiente: “Alumna R.N. es zamarreada por la docente B.Z.B.
“actuación que es de alta gravedad, toda vez que cualquier tipo
de violencia física o psicológica, cometido por cualquier medio en
contra de un estudiante integrante de la comunidad educativa,
realizada por una persona que detente una posición de
autoridad…”, vulnera los derechos de la alumna y especialmente
lo dispuesto en el artículo 10 letra a) del DFL N2-2009 que señala
los alumnos y alumnas tiene derecho a estudiar en un ambiente
tolerante y de respeto mutuo, a expresar su opinión y que se
respete su integridad física y moral, no pudiendo ser objeto de
tratos vejatorios o degradantes y de maltratos psicológicos”<sic>.
De esta forma la Dirección Regional de la Superintendencia de la Región
de Coquimbo, reabrió un proceso que ya se encontraba terminado.

En conformidad a lo expuesto precedentemente, ocurre, que estos


hechos, dan lugar a lo que conocemos en la vida jurídica como, “cosa
juzgada”, aquella institución jurídico procesal de rango constitucional
que acentúa las bases de un debido proceso, que en su tenor significa
que una vez dictada una determinada resolución de cualquier índole o
naturaleza y, que ésta ponga fin o zanje en forma definitiva
determinadas dificultades de orden jurídico que existan entre partes, de
modo que lo resuelto no pueda discutirse más, ni dentro del mismo
proceso o en otro futuro, impidiendo de esta forma, que un mismo
hecho que reúna en sí mismo ciertos requisitos tales como; la identidad
de las partes, cosa y objeto, sea nuevamente ventilado.

Claramente, dichos requisitos se cumplen en forma fehaciente e


indubitada en estos autos, dado, que ellos han sido objeto de diferentes
fiscalizaciones y actuaciones por parte de esta entidad pública.
A mayor abundamiento, la acción o excepción de cosa juzgada, no
escapa al orden administrativo y, ello, ha sido ya ratificado por nuestros
más altos Tribunales de Justicia, ya que, ella forma parte e integra lo
que conocemos como el debido proceso, garantía constitucional
prescrita en el articulo 19 inciso 3 numeral 5to de nuestra Carta
Fundamental, el cual dispone: “toda sentencia de un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado.
Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racional y justa”.

Por su parte, nuestra Excma. Corte Suprema de Justicia, ha señalado


reiteradamente que “cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de
carácter materialmente jurisdiccionales, tiene la obligación de adoptar
resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso en los términos
que la constitución y las leyes lo determinen”.

A su vez, la jurisprudencia reiterada de nuestros Tribunales Ordinarios


de Justicia, recogiendo los principios de legalidad y transparencia,
señala que, “para su validez de la resolución de autoridad, es necesario
que la ley haya establecido un racional y justo procedimiento y,
corresponde que la autoridad, que va a aplicar una sanción, o que de
alguna manera va a afectar derechos de particulares, antes de resolver,
cumpla con la exigencia del “racional y justo procedimiento”. De lo
contrario, la sanción aplicada y el acto de autoridad son nulos de
nulidad absoluta, en la forma que establece el inciso final del artículo 7º
de la carta fundamental: “todo acto en contravención a este artículo es
nulo y originara las responsabilidades y sanciones que la ley señale”. En
otras palabras, el particular afectado podrá impetrar la nulidad de la
resolución administrativa lograda con infracción a la ley del debido
proceso, alcanzando con dicha declaración, todo acto en el cual ésta se
funde, como también, los efectos que de dicha resolución o acto han
derivado”.
El mismo principio ha sido establecido por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, quién a preceptuado, a propósito del primer caso
sometido a su jurisdicción en el que se alegaba la afectación del debido
proceso en el ámbito de un procedimiento administrativo, que; “es un
derecho humano el obtener las garantías que permitan alcanzar
decisiones justas, no estando la administración pública excluida de
cumplir con ese deber. Las garantías mínimas deben respetarse en el
procedimiento administrativo, como en cualquier otro procedimiento, cuya
decisión pueda afectar los derechos de las personas”.

Es necesario destacar, que la resolución recurrida no se hace cargo de


dicha alegación, en ninguna de sus partes, motivaciones o
considerandos.

2.b. En el mismo orden de anomalías e infracciones a la normativa de


orden público que rigen los actos de la administración, la Dirección
Regional de la Superintendencia de Educación, con fecha 20 de octubre
año 2015, a través de Resolución Exenta N° 540, pronunciada por el
Director Regional de la Superintendencia de Educación de la
Región de Coquimbo, invalida el Acta de Fiscalización N°
1.504.01.385, de fecha 01 de octubre año 2015.

La invalidación del Acta de Fiscalización N° 1.504.01.385, de fecha 01


de octubre año 2015, realizada por la Dirección Regional de la
Superintendencia de Educación de la Región de Coquimbo, se efectuó
en forma anómala, contraviniendo los requisitos esenciales para tal
efecto, dispuestos en el artículo 53 de la Ley N° 19.880, esto es, no
citar a audiencia previa al interesado, conforme lo obliga la citada
norma legal.

Es del caso, que la Dirección Regional de la Superintendencia de


Educación Región de Coquimbo, procedió a invalidar el acta de
fiscalización N° 1.504.01.385, de fecha 01 de octubre año 2015, de
oficio, conforme lo dispone el artículo 53 de la Ley N° 19.880, pero lo
realizó sin citar a audiencia previa al interesado, en conformidad lo
determina dicho precepto legal, lo que hace del todo, irregular y
arbitrario dicho proceder, careciendo este acto de legalidad y certeza
jurídica en su totalidad.

Al efecto, la citada norma legal, dispone: “Invalidación. La autoridad


administrativa podrá, de oficio o a petición de parte, invalidar los actos
contrarios a derecho, previa audiencia del interesado, siempre que lo
haga dentro de los dos años contados desde la notificación o publicación
del acto, (…).

Es del caso Iltma. SS., que el acto de invalidación se dictó y realizó sin
audiencia previa del interesado. Lo que claramente, es una
contradicción y vulneración a la legítima defensa de los administrados.

Al efecto, de sustentar la validación de este proceder errado y contrario


a las normas de orden público, la resolución recurrida en su página 06
párrafo 4to, expone: “De acuerdo a los dichos de la reclamante como
asimismo, los antecedentes del proceso se logra advertir que:

En cuanto a la solicitud de invalidación del Acta de Fiscalización, la


resolución Exenta N° 540, de fecha 20 de octubre de 2015, dictada por el
Director Regional de la Superintendencia de Educación de la Región de
Coquimbo, invalida Acta de Fiscalización N° 1.504.01.385, de fecha 01
de octubre año 2015, ya que en dicha visita se constató el sustento de
hallazgo 83.00. el cual no fue grabado en el dispositivo tablet utilizado
para la realización de la fiscalizaciones, anomalía que generó que el
sustento no quedara registrado en el acta singularizada, por lo que la
fiscalizadora solicitó la reapertura de esta para su incorporación, (…).

Que, en cuanto a la alegación de audiencia previa del interesado, la Ley


N° 19.880 no establece la forma en que dicha audiencia sea realizada,
siendo su fundamento que el interesado tome conocimiento del acto de
invalidación y pueda interponer los recursos que establece la Ley N°
19.880”. <sic>.

La resolución recurrida yerra del todo, en su propia interpretación, de lo


dispuesto en el artículo 53 de la Ley N° 19.880, toda vez, que la citada
norma legal es clara en establecer que antes de la dictación de una
resolución cuyo objeto sea la invalidación del acto administrativo se
debe citar a audiencia previa al interesado.

De esta forma ha sido establecido por nuestro más alto Tribunal de


Justicia en el considerando segundo de sentencia de fecha 26 de octubre
año 2009, recurso de casación en el fondo, caratulado Macrocap S.A., con
Jefe Provincial de Talca VII Región del Maule de la Conaf, causa Rol N°
2.246-2008, el cual dispone, al afecto: “SEGUNDO: Que atento a lo
antes señalado a la Corporación Nacional Forestal le resulta
aplicable lo dispuesto en el artículo 53 de la Ley N° 19.880, en
virtud del cual para adoptar la decisión de invalidación debe
existir audiencia previa del interesado. La falta de este trámite
esencial, permite calificar de ilegal el acto terminal del
procedimiento que se llevó a efecto (…)”.1

Claramente, lo señalado por la Excma. Corte Suprema de Justicia, es


del todo análogo a lo que en estos autos ha ocurrido, al dictar la
reclamada dicho acto de invalidación sin cumplir con los requisitos
legales esenciales establecidos por ley al efecto, vulnerando
arbitrariamente y sin justificación legal alguna, principios y normas de
orden público.

La Ley de Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen los


Actos de los Órganos de la Administración del Estado, Ley N° 19.880, es
la concreción de la invitación que el Poder Constituyente hizo al Poder
Legislativo de proceder a sentar las bases de los procedimientos que
deben regir los actos de la Administración del Estado. En efecto, el

1MORAGA KLENNER, Claudio (2015), Tratado Jurisprudencial de Derecho Administrativos. Director


Rolando Pantoja Bauza, Vol. I, tomo XIV. Editorial Thomson Reuters. Santiago, pág. 206
artículo 7 inciso 1° de la Constitución Política de la República, impone
como condición de validez del acto público, el que éste sea dictado en la
forma que prescribe la ley2.

Por su parte, el artículo 13 de la Ley 19.880, consagra el principio de la


“no formalización del procedimiento administrativo”, disponiendo, al
efecto: “Las formalidades que se exijan dentro del procedimiento deber
ser las indispensables para dejar constancia indubitada de lo actuado y
evitar perjuicios a los particulares. La no formalización es, entonces, una
aspiración del legislador de entender que el procedimiento administrativo
es, por regla general, no formal o que se sujeta a un formalismo
moderado, de manera que deben satisfacerse solamente las formas y
ritualidades que se hallen contempladas en la ley o el reglamento y
solamente en cuanto sean indispensables para dejar constancia
indubitada de lo actuado y eviten perjuicios a particulares. Incluso, la ley
prescribe que el vicio de procedimiento sólo afecta la validez del acto
administrativo cuando recae en algún requisito esencial del mismo,
sea por su naturaleza o por mandato del ordenamiento jurídico, y
genera perjuicio al interesado”.

Objetivamente, la Dirección Regional de la Superintendencia de


Educación de la Región de Coquimbo, ha actuado fuera del marco legal,
además, lo ha hecho contraviniendo la norma en comento y, ha
producido un perjuicio claro y manifiesto a esta entidad sostenedora al
imputarle un cargo que al tenor de la primera fiscalización que da
cuenta Acta de Fiscalización N° 1.504.01.385, no existía, por ello su
categorización de satisfactoria. Procediendo, posteriormente, a realizar
una nueva fiscalización, cuyo objeto solamente, tenía por finalidad
corregir errores propios para imponer una sanción económica, que
perjudica sustancialmente a este establecimiento educacional. Y
terminando su proceder inadecuado con la dictación de una Resolución
Exenta, que invalida un acto administrativo absolutamente valido, a
través de un procedimiento que no contempla requisitos esenciales
establecidos por ley. Conducta la cual, es amparada por la resolución
recurrida y, más aún, justificada con elementos facticos contrarios a la
propia ley.

La invalidación opera, ha dicho la jurisprudencia, “cuando no obstante


existir en la administración algún tipo de control de la constitucionalidad
y la legalidad de los actos, los procedimientos y los controles respectivos
no se han respetado o bien no han funcionado convenientemente y los
actos son cursados o bien puestos en marcha a pesar de adolecer de
vicios de legalidad”. Precisamente, hoy nos encontramos en dicho
estadio, ya que, la Superintendencia de Educación, ha tratado de dar
validez a un acto que por el sólo mandato legal adolece de validez y
configura una serie de perjuicios a este administrado o interesado,
como es el caso de la Resolución Exenta N° 540 de fecha 20 de octubre
año 2015.
2SOTO KLOSS, Eduardo (1996). Derecho Administrativo Bases Fundamentales. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago, tomo II, primera edición, pág. 77 y s.
2.c. Sin perjuicio de lo anterior, esta entidad sostenedora, a fin de
acreditar y contravenir los hechos imputados acompaño a autos una
serie de documentos como medios de prueba, a saber:

a) Reglamento Interno de Convivencia y Afectividad.


b) Oficio Ordinario N° 208 de fecha 29 de octubre de 2015, emitido
por la Dirección Regional de la Superintendencia de Educación,
Región de Coquimbo, cuya finalidad es entregar notificación de
Resolución Exenta N° 540 de fecha 20 de octubre año 2015.
c) Copia simple de libro de matricula
d) Certificado de Nacimiento de la discente de iníciales F.R.N.
e) Acta de Fiscalización N° 150401385
f) Citación a representante legal del sostenedor, a fin de notificar
acta de fiscalización de calificación satisfactoria N°150401385
g) Certificado de profesional María Alejandra Barraza Maldonado,
que da cuenta de las medidas de protección realizadas por esta
entidad sostenedora, a fin de dar protección y ayuda profesional a
nuestra discente.
h) Protocolo de Intervención de maltrato escolar.
i) Licencia médica de la docente Bernardita Zepeda Bahamondes,
que da cuenta de la suspensión del contrato de trabajadora.
j) Licencia médica de la docente Raquel Navarro Navarro, que da
cuenta de la suspensión del contrato de trabajadora.
k) Copia del libro de clases del Nivel Medio Mayor C
l) Copia del libro de clases del Nivel Medio Mayor B
m) Contrato de trabajo de Bernardita Zepeda Bahamondes
n) Contrato de trabajo de Raquel Navarro Navarro
o) Bitácora diaria de registro

El artículo 72 de la Ley N° 20.529 dispone, al efecto: “Corresponderá al


Director Regional, de acuerdo al mérito de los antecedentes y por
resolución fundada, sobreseer o aplicar las sanciones establecidas en el
articulo siguiente.
La prueba que se rinda se apreciará de acuerdo a las reglas de la sana
crítica”.
Es del caso Iltma. SS., que tanto la fiscal instructor, el Director Regional
y el Superintendente Nacional de Educación, al momento de analizar y
apreciar la prueba rendida en este proceso, no lo hacen a conciencia
bajo los principios propios de la sana critica, ya que en ninguna
resolución exenta que forman parte del presente proceso,
especialmente, en la reclama, se consideran los elementos de prueba
aportados por esta parte.
La resolución reclamada ha sido dictada con infracción manifiesta de
las normas sobre apreciación de prueba conforme a las reglas de la
sana critica, que obligan a la sentenciadora a expresar las razones
jurídicas y las simplemente legales, científicas, técnicas o de
experiencia, en cuya virtud les asigna o las desestime, de acuerdo a lo
prevenido en el precepto legal citado. Esta norma en general, preceptúa
que el Tribunal o ente encargado de llevar a efecto el procedimiento y
sustentar su fallo o resolución, considerara, la multiplicidad, gravedad,
precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del
proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a
la conclusión que convence al sentenciador.
Son parte esencial del concepto de la sana crítica, la experiencia, la
lógica y el sentido común. Estos elementos no fueron apreciados por la
sentenciadora al efectuar sus razonamientos respecto de las hipótesis
invocadas, pues de haber sido así, habría llegado a la conclusión de que
la esta entidad sostenedora cautelo y resguardo el interés superior del
niño conforme lo determina la ley y, además aplicó en forma asertiva las
normas propias de su Reglamento Interno de Convivencia y Afectividad,
activando de manera temprana los protocolos que resguardan a
nuestros discentes frente a posibles vulneraciones de sus derechos.
De esta forma el fallo carece de los fundamentos que exige la sana
crítica. Este hecho ha influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, ya que sin este vicio, la apreciación de la prueba sería distinta y,
en consecuencia, se habría sobreseído el citado procedimiento y
exonerado a mi representada de todo cargo.
El deber de fundamentación rige para todas las sentencias en general,
siendo estas dictadas o pronunciadas en sede administrativa o judicial,
en todo proceso donde se faculte al juez a fallar en conciencia.
De esta forma, se ha pronunciado la Excma. Corte Suprema de Justicia,
al señalar: “Que esta apreciación (en conciencia) no importa la facultad o
autorización para que los jueces se limiten a hacer una enumeración de
los elementos de juicio que sirven de base para arribar a una
determinada conclusión ni tampoco para hacer una arbitraria estimación.
Que, en efecto, resolver en conciencia un negocio es decidir con
conocimiento exacto y reflexivo, o sea con conocimiento fiel y cabal de la
cuestión propuesta.
Que la faculta otorgada a los tribunales para apreciar la prueba en
conciencia, no los exonera del estudio, detenido y acucioso de la prueba
rendida y sólo una vez hecho esto puede recurrir a su conciencia para
dictar la decisión.
En resumen, en los sistemas procesales cuya prueba deba ser apreciada
en conciencia o a través de los elementos de la sana crítica la sentencia
no ha de ser un acto de fe, sino un documento de convicción razonada.
Parafraseando a Unamuno con esta facultad el juez no debe vencer, sino
convencer”.
La resolución reclamada no considera en sí misma, ningún elemento de
prueba aportado por esta parte, limitándose a sólo hacer referencias a
ellos, a fin de cumplir los requisitos de forma, pero obvia el fondo de
éstos y, la forma de cómo llegó a su convicción propia.

2.d. La resolución que por este acto se recurre, expone en su parte final
que el sustento y hallazgos imputados se acreditan fehacientemente, en
el hecho que la Directora del establecimiento educacional, no realizó la
denuncia correspondiente a los organismos públicos, en conformidad lo
establece el artículo 175 del Código Procesal Penal y, el propio
Reglamento Interno de Convivencia y Afectividad de este colegio.
Es necesario establecer que en la especie no estamos frente a hechos
que revistan el carácter de delito, más aun, en la eventualidad que la
denuncia es efectuada por un tercero que no es parte de nuestra
comunidad educativa, que las declaraciones de las afectadas no son
claras y concordantes entre sí, y que efectivamente esta entidad
sostenedora tomo las medidas necesarias en razón del interés superior
del niño, según dan cuenta los documentos aportados y no
considerados por este órgano fiscalizador al momento de dictar su fallo.

El cargo imputado no se basa en el incumplimiento de haber incurrido


en una infracción a la normativa educacional vigente, sino, más bien,
en no haber aplicado una sanción disciplinaria a la posible autora de
los hechos denunciados. Esta entidad sostenedora realizó todas las
medidas establecidas en sus reglamentos internos, pero como ya se ha
señalado a lo largo del presente proceso, jamás tomo convicción que los
hechos hayan sucedido de la forma y modos denunciados.

Es por ello, que no se entiende efectivamente los hechos por los cuales
se imputa el cargo, si este obedece a un incumplimiento en el
reglamento interno de acuerdo a lo consignado en el acta de
fiscalización o, al hecho de no haber sancionado o despedido a la
profesional imputada en los hechos, como señala la resolución
recurrida.

Por tanto, en merito a lo expuesto y dispuesto en el artículo 85 de la


Ley N° 20.529 y, demás normas legales citadas;

RUEGO A ILTMA. SS., tener por interpuesto dentro de plazo legal, en


conformidad lo dispone el artículo 85 de la Ley N° 20.529, recurso de
reclamación ante esta Iltma. Corte de Apelaciones, en contra de la
Resolución Exenta N° 001798, pronunciada por doña Manuela Pérez
Vargas, Jefa División Jurídica, Superintendencia de Educación, por
orden del Superintendente Nacional de Educación, de fecha 19 de
octubre año 2017, acogerlo a tramitación, dar traslado de éste a la
Superintendencia de Educación y, en definitiva conociendo este
Ilustrísimo Tribunal en alzada de los antecedente de hecho y
fundamentos de derecho expuesto en el presente recurso, dar lugar a
éste en todas sus partes procediendo a dejar sin efecto y revocar la
resolución recurrida, exonerando a mi representada de todo cargo
imputado, o en su defecto lo que Iltma. SS., determine conforme a
derecho, con expresa condena en costas.

PRIMER OTROSÍ: RUEGO A SS. ILTMA., tener presente que la


personería para actuar a nombre, representar, administrar y el uso de
la razón de la SOCIEDAD EDUCACIONAL HAMELIN LIMITADA, de doña
CARLA CECILIA SILVA PEREIRA, consta en escritura pública de
constitución de sociedad de responsabilidad limitada, de fecha seis de
septiembre del dos mil once, otorgada ante don MARIANO TORREALBA
ZILIANNI, Notario Público Titular de la comuna de Coquimbo.
SEGUNDO OTROSÍ: RUEGO A SS. ILTMA., tener presente que designo
abogado patrocinante a Omar Vargas Páez, cédula de identidad N°
13.021.546-7, a quien, además, confiero poder con todas las facultades
de ambos incisos del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil, las
que en este acto se dan expresamente por reproducidas, sin necesidad
de enumeración, domiciliado para estos efectos en calle Franklin Delano
Rooselvet N° 881, La Serena.

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