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EL NORTE DE CASTILLA
Apología de un
Debajo, junto a Jacqueline en cualquiera de los paisajes colatina de un Horacio, un Frost nos sirve para descubrir
Kennedy, el presidente estremecedores de la Nueva Ovidio o un Tibulo orienta- un poeta que va mucho más
John F. Kennedy y la escritora Inglaterra de su tiempo. da hacia un nuevo romanti- allá de los tópicos por los que
Pearl Buck, en 1962. Sin embargo, el éxito no cismo que penetra en el siglo se le conoce. Una poesía en
:: WALTER ALBERTIN Y AFP
F
versos, incluido el de zapate- humano, desde sus emocio- en el que se representa la bre-
ue el poeta más lau- edición en castellano de la ro o el de vendedor de perió- nes y sentimientos, desde cha infranqueable que surge
reado de su tiempo. poesía completa de Robert dicos. Y eso que con catorce esas verdades profundas que en un matrimonio ante la
El más querido por Frost, traducida por Andrés años había vendido su primer sólo pueden expresarse a tra- muerte del hijo. Y poemas
los lectores. Aunque Catalá. Una deuda contraída poema, ‘Mi mariposa: una ele- vés de un lenguaje delibera- simbólicos que han pasado a
no precisamente el que reci- desde hacía mucho tiempo gía’, por 15 dólares (el equi- damente sencillo. La misma la historia de la literatura,
bió los mayores elogios de los con un autor escasa e irregu- valente a algo más de 250 eu- naturalidad con la que lo ex- como el muy famoso ‘El ca-
críticos. Ganó cuatro premios larmente vertido a nuestra ros de hoy), lo que le permi- presa él mismo cuando escri- mino no elegido’. Ese que ter-
Pulitzer y, en un gesto inédi- lengua. tió albergar la esperanza de be: «Una poesía comienza con mina diciendo: «De aquí a la
to, participó en la toma de po- Cuando le motejó como que podría casarse de inme- un nudo en la garganta, un eternidad: / dos caminos se
sesión de John Fitzgerald «poeta de corral», Pound pre- diato con Elinor Miriam Whi- sentimiento de nostalgia, o bifurcaban en un bosque y
Kennedy como presidente de tendía burlarse de la obra de te, la que más tarde sería su una pena de amor. Consiste yo, / yo tomé el menos tran-
los Estados Unidos, saludan- Frost haciendo alusión a su esposa. Incluso en los años de en una tentativa para encon- sitado. / Y eso hizo toda la di-
do con sus versos «una edad condición de granjero, prime- los grandes éxitos, la vida del trar una expresión y un es- ferencia». Poemas que hablan
de oro de la poesía y el poder». ro en la finca que le cedió su poeta estuvo plagada de te- fuerzo para encontrar un apa- de la valentía y del azar, de la
Se equivocó solo a medias. abuelo como regalo de bodas, rribles vicisitudes. Su primer ciguamiento. Una poesía está voluntad y del destino, pero
Contestó a Ezra Pound, ca- y que únicamente sirvió para hijo murió de cólera; dos hi- acabada y completa cuando también de esa necesidad a
lificándole como «un tremen- arruinarle, y más tarde en la jas más, a consecuencia del una emoción ha encontrado lo Virgilio, o a lo fray Luis de
do idiota», después de que que compró él mismo a su re- parto, y el segundo, Carol, se un pensamiento que la ex- León, de apartarse de los ca-
éste le presentara como «un greso de Inglaterra. Como suicidó. La muerte de Elinor presa, y el pensamiento una minos con exceso de tráfico.
poeta provinciano, casi de co- Emily Dickinson, durante y el posterior suicidio de Ca- palabra». Todo ello, como fue siempre
rral». Los niños estadouni- parte de su vida compaginó rol le llevaron al borde del al- Sin duda esta edición de la característico en su poesía,
denses se sabían de memo- su vida en el campo con la es- coholismo. Después se mar- poesía completa de Robert con esa bellísima, subyugan-
ria, entre otros, su poema ‘Al critura. Pero Frost era, sobre charía a Cambridge, acompa- te, arquitectura sonora del
pararme junto al bosque una todo, profesor. Un cotizado ñado por Kathleen Morrison, verso; ese ritmo y armonía de
noche de nieve’; ése que ter- profesor de latín que fue tam- su secretaria, a la que no con- las palabras (verso blanco
mina, en palabras de Nabo- bién capital para la transmi- siguió convencer para que se frente a verso libre) que le
kov, con dos versos falsamen- sión de la escritura creativa casara con él. Y se convirtió permitió, a través de la mú-
te iguales, «uno personal y fí- en su tiempo. Algo, o mucho, en una leyenda. sica, contar verdades profun-
sico y el otro metafísico y uni- de la ‘Filosofía animal’ de Más allá, mucho más allá das con palabras delgadas, pe-
versal»: «El bosque es hermo- nuestro Georges de Santaya- de su falsa escritura de «co- Su poesía se sitúa queñas, muchas veces en el
so, oscuro y denso, / pero ten- na se le contagió en Harvard, rral», la poesía de Robert Frost filo de lo coloquial. Palabras
go promesas que cumplir, / y donde le conoció; y lo que el puede leerse hoy como un en la humildad de casi antropológicas con las
mucho que andar antes de abulense descubrió en los pai- verdadero monumento a la la existencia humana que el hombre, desde que es
dormir, / y mucho que andar
antes de dormir». Razones és-
sajes de Gredos y de Castilla,
el estadounidense lo llevó
humildad de la existencia hu-
mana frente a la grandiosi-
frente a la fuerza hombre, ha reflexionado so-
bre su destino frente a la in-
tas, entre otras, por las que hasta el extremo poético en dad y a la fuerza de la natura- de la naturaleza cógnita de la naturaleza. Así
resulta impagable la primera las montañas de Vermont, o leza. La raíz de la cultura gre- de fácil. Así de difícil.