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Geneviéve Verdo – “¿Soberanía del pueblo o de los pueblos?

La
doble cara de la soberanía durante la revolución de la independencia
(1810-1820)”

Consignas:

1) Detecte cuál es la hipótesis de la autora y cómo intenta probarla.

2) Confecciones una línea de tiempo desarrollando brevemente los momentos del


proceso que describe la autora en su artículo.

3) Compare el abordaje y las hipótesis que Verdo sostiene respecto de la soberanía


con el planteo que al respecto realiza Goldman en “Crisis imperial, revolución y guerra
(1806-1820), Nueva Historia Argentina, Tomo III, Buenos Aires, Ed. Sudamericana,
2005, pp. 23-69.
1) La autora propone estudiar las dos caras que surgirán a partir de la Revolución de
Independencia, a raíz de la formación de la junta, donde el pueblo se levanta como
nuevo sujeto de la soberanía. El comportamiento de las ciudades será para la
autora el hilo conductor del texto, desde 1808 hasta 1820, cuando las provincias
logran sus autonomías. Pero para llegar a esto, las ciudades pasaron por un proceso
que no fue lineal sino producto de una combinación de factores.

Cuando el pueblo se levanta como nuevo sujeto de la soberanía, la autora dispara una
serie de interrogantes: ¿este se identifica con la ciudad o con una nueva identidad que
debe ser creada? ¿en este contexto, cual es el peso de la jerarquía de las ciudades y el
derecho que tiene la prima inter pares, Bs. As. ¿De representar a las demás? ¿De qué
manera logro esta interponer su autoridad y mantener la unión de la mayor parte del
antiguo virreinato durante la década? Ofreciendo una reflexión a las mismas, donde
pretende demostrar a lo largo del texto, cómo dos tendencias opuestas, respecto a la
manera de ver la soberanía y la organización política del nuevo estado, podían estar
ligadas íntimamente aunque parecieran contradictorias. Una de las tendencias tiene como
ideal la centralización y la unificación de los asuntos políticos, se la llamo “Moderna” y
la otra tiene como ideal la autonomía de gobierno. Estas dos tendencias existían dentro
del mismo proyecto político a nivel pragmático, y explican los vaivenes, los compromisos
y las ambigüedades del régimen revolucionarios de estos años, dando sentido a las
artificiales representaciones políticas, como también a las dificultades del poder central
para fijar una forma de gobierno, dando luz sobre la fragmentación progresiva de la
soberanía.

Luego afirmara que estas dos tendencias dividieron la soberanía entre la Moderna y la
Tradicional (antiguo régimen), pero existían en el mismo núcleo como lo menciona
anteriormente. Remarca la autora que las jornadas de Mayo fue clave para la transferencia
de soberanía monárquica, representada por el Virrey, al pueblo, en pocas palabras “la
retroversión” al mismo. De esta manera nos deja expuesto que su hipótesis y luego su
afirmación es dirigida a las dos tendencias de soberanía, LA DEL PUEBLO y LA DE
LOS PUEBLOS, no eran excluyentes una de otra, tratándose de una soberanía hibrida
que recién en 1816 con la constitución se da una negociación de las mismas.
2) Confeccione una línea de tiempo, desarrollando brevemente los momentos del
proceso:

1776: formación del virreinato del Río de la Plata.

1782: Formación de intendencias.

1807: Buenos Aires, después de su desempeño en las invasiones inglesas mostró


su capacidad para ser autónoma, ya que organizó la defensa de la ciudad, así como el de
las milicias, logro derrocar al virrey y elegir a otro, también debe agregarse que empatizó
con las demás provincias y se convirtió en su defensora. Por lo cual, su cabildo pide al
Rey el título de “Defensor de la América del Sur y protector de los Cabildos del
Virreinato” que luego será concedido. Así será conocida como cabecera del virreinato.

1809: por diversos factores la Junta Central de Cádiz organiza elecciones por
primera vez en América para elegir representantes a las Cortes; aunque el diputado
argentino nunca viajará.

1810: se forma la Junta de Mayo. Algo clave que ocurrirá es la transferencia de la


soberanía monárquica al pueblo. La Junta de Mayo se ponía en primer lugar de cabeza
del virreinato. Como primeras acciones, se mandó al Interior “fuerza auxiliar” con el
propósito de ser reconocido como el nuevo poder. Pero se encontrará con la fuerte
oposición de Córdoba que seguiría reconociendo al Consejo de Regencia. Las demás
ciudades, por el contrario, no dudaron en reconocer a la Junta, además del miedo a las
expediciones auxiliares, verían la oportunidad de reformas y la idea de lograr un
autogobierno o autonomía; además ahora podrían expresar quejas y defender sus intereses
de manera más eficaz que antes.

1811: se localizan dos tendencias opuestas que engloban el concepto de soberanía;


la primera tendencia la encara, la Junta Grande integrada por los representantes de las
provincias, luego incorporados a la Junta de Mayo, donde se pretendía representar y ser
portavoz de los pueblos. A su vez en el Interior se impone la creación de juntas
provinciales en febrero. Todo esto, dejo entrever el deseo de autonomía. Otra tendencia
será representada por el Triunvirato, creado en septiembre por la Junta Grande, se
conformó por partidarios de Mariano Moreno, que terminaron por la disolución de la
Junta. Este triunvirato durante el 1812 hará todo lo posible para que el poder no caiga en
manos de la asamblea, quitándole a las provincias fuerza en las elecciones. Esto será
distinto con el nuevo triunvirato.

1812- 1814: éste nuevo Triunvirato convocará a lo que se llamará la Asamblea del
Año Trece, donde todas las provincias tendrán participación igual a la de Buenos Aires.
Esta asamblea llevó a cabo en el orden jurídico, la transferencia de la soberanía del rey al
pueblo, junto con la reforma liberal de la sociedad muy parecida a la realizada por las
Cortes de Cádiz. Una vez que los diputados estaban reunidos en asamblea, no
representaban a su provincia, sino a un conjunto que se llama “Nación”.

1815: en este año pasaron cosas como: bajo la influencia de Artigas, las provincias
del Litoral se separan de Buenos Aires, luego también lo hace Córdoba. Se dará también,
la sublevación de las tropas porteñas en Fontezuelas, esto provocará la caída del Director
Alvear y es reemplazado por Rondeau. Las autoridades del interior reconocerán al nuevo
Director, con la esperanza que se logre reunir un congreso que represente la soberanía de
los pueblos.

1816: esta vez en Congreso tendrá lugar en Tucumán, donde se pretenderá una
conciliación entre la unidad de los pueblos y la defensa de sus intereses particulares. Ya
que el Congreso se ocupa de “asuntos interiores” y el Director de “asuntos exteriores”
como la guerra y la diplomacia, pero este equilibrio no duraría mucho, luego de la
declaración de la Independencia, el Congreso sufrirá presiones debido a la guerra,
expedición española y la invasión portuguesa, esto tuvo como consecuencia que el
Director Pueyrredon vuelva su posición más autoritaria y centralizadora, implicando
reducir la soberanía dada a los pueblos.

1817: el Congreso se traslada a Buenos Aires, donde ya las provincias reducen su


representación, donde muchos con la excusa de no tener recursos para solventar su
estadía, volvieron a sus provincias. Esto significaba que los pueblos ya no contaban con
la representación para defender sus derechos. Pero existía algo que les daba prestigio, y
esto era la guerra; es por eso que la epopeya san martiniana tendrá gran importancia en
las decisiones del Congreso. Ahora habrá dos frentes en la Revolución; por un lado:
militar, donde participaban ciudades del Interior y el civil. Y en la Capital, donde el poder
directorial pierde de a poco su crédito y fuerzas. Este poder debilitado es el dará la primera
constitución definitiva. Donde las dos tendencias que representan a los pueblos y, por otra
parte, la nación, tratan de conciliarse dentro de un mismo régimen político.
1819- 1820: pese a los intentos de solucionar el vínculo entre las provincias, esto
no se logrará y además se le deben de sumar los conflictos a Buenos Aires con la invasión
de las tropas litorales, y la derrota de Cepeda, sin dudas provocará la caída del directorio
y con él, su papel de “cabecera”. Durante los siguientes años se reorganizará el panorama
político de las Provincias Unidas, que tendrá como primer paso importante: la creación
de los Estados Provinciales. Se aprovechará la debilidad del poder central y siguiendo el
camino de las provincias del Litoral; Córdoba, Salta, Tucumán y Mendoza se declaran
como provincias autónomas respecto de Buenos Aires, a ellas, le seguirán la
emancipación de las ciudades subalternas en pocos días.

1820- 1821: con los nuevos Estados, se puede observar que no contaban con
hombres capaces de ocupar puestos políticos, esta situación entre otras más permitirá el
desarrollo del caudillismo y la coexistencia del uso de la fuerza con un orden legal.
Además, se verá como estallan los conflictos entre las ciudades al no encontrar un
equilibrio de poderes, todas las ciudades coincidirían en buscar la paz entre todas, para lo
cual se postularon varias ideas, de todas ellas, la propuesta cordobesa fue la elegida.
Córdoba se había impuesto como el epicentro de la reorganización política bajo el modelo
federal. En 1821 los diputados arriban a Córdoba, su objetivo será crear una
confederación para acabar con la guerra y organizar lo que se llamaría “nación”. La única
provincia que no se hizo presente fue Buenos Aires a esto, ella se declara independiente
y gozando sola de los productos de la aduana.

3) Comparación entre hipótesis de Noemí Goldman y Geneviéve Verdo:

Según la hipótesis sobre la “soberanía” de Noemí Goldman en “Crisis, revolución y


guerra de independencia”, entre los años que van de 1810 a 1820, en la ex capital del
Virreinato coexistieron conflictivamente el Cabildo y los gobiernos centrales, dos
ámbitos políticos de distintas tendencias por su origen y sus funciones. Es decir, remarca
la idea de que son dos tendencias bien diferenciadas y conflictivas que durante el proceso
revolucionario no tuvieron relación alguna. En cambio, la hipótesis de Verdo refleja con
claridad que estas dos tendencias opuestas que terminaron por fragmentar la soberanía
del proceso revolucionario, al mismo tiempo se relacionan por pertenecer a un mismo
núcleo, a un mismo proyecto político, además de que explican los vaivenes, compromisos
y transformaciones del proceso revolucionario. Para la autora, lo que se logra es una
forma “híbrida” de la soberanía y de la representación política.

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