Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
dolor fuerte en la
espalda no te deja
mover
A veces sientes un tirón o una contractura repentina. Hay gestos muy sencillos y útiles
que puedes hacer cuando tienes un dolor fuerte en la espalda que no te deja mover.
Un baño caliente o "hacerte una bola" puede ser útil.
En este caso, además de consultar al médico cuanto antes, debes tener en cuenta
algunas "reglas" para no empeorar el problema.
Si el dolor es reciente, aplica frío. En las primeras 48 horas desde que ha aparecido la
molestia, debes poner hielo o una almohadilla fría en la zona donde más dolor sientas.
Lograrás un doble efecto: que los vasos sanguíneos se cierren y que descienda la
temperatura local. Esto disminuye la inflamación y alivia progresivamente el dolor.
Utiliza una bolsa de agua o un paño caliente y cuando notes que se comienza a
enfriar retíralo. Después, tapa la zona con una toalla para retener el calor.
No te excedas con el reposo
Si has sufrido un ataque agudo e intenso de dolor, haz reposo relativo durante un par
de días. Pasadas esas 48 horas ya no conviene la inactividad; ve poco a poco
recuperando tu rutina habitual, pero sin realizar grandes esfuerzos. Y es que recientes
estudios médicos han comprobado que el reposo continuado tras esos dos días puede
acabar provocando que el dolor se vuelva crónico, ya que al estar quieta se debilitan
los músculos.
Es cierto que, para prevenir el dolor de cervicales, dorsales o lumbares no hay nada
mejor que la actividad física y una correcta higiene postural. Pero ¿qué deberías
hacer cuando aparece una crisis de dolor? En esta fase puedes recurrir a fármacos,
aunque siempre consultando previamente al médico.
Por su nombre, podrías pensar que actúan destensando el músculo contraído, pero en
realidad inciden sobre los nervios que controlan los músculos. Eso significa que:
Superada la crisis aguda de dolor, puedes recurrir a varios remedios naturales que te
ayuden a calmar las molestias. Te detallamos algunas estrategias caseras que dan
buen resultado:
Un baño caliente... con azufre
Tiempo atrás, el azufre no faltaba en ningún balneario y, hoy en día, este tratamiento
calmante se está recuperando en muchos de ellos. Puedes hacerlo en casa: compra en
algún herbolario de confianza polvo de azufre y añade 100 g al agua de la bañera.
Sumérgete y deja que el agua caliente y el mineral actúen.
1. Siéntate con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Coloca las manos
bien abiertas a ambos lados de la zona lumbar y frótala de arriba abajo entre 10
y 12 veces con intensidad de forma que el músculo que la recorre quede entre tu
pulgar y el resto de tus dedos.
2. Desliza las manos por toda la nuca de arriba abajo, ejerciendo una ligera presión
con los dedos. Haz lo mismo desde cada oreja hasta los hombros, lenta y
suavemente de 10 a 12 vece
Hazte una "bola"
Túmbate boca arriba, encoge las rodillas sobre el pecho y “abrázalas”. Permanece así
unos segundos, con la espalda pegada al suelo. Luego lleva las rodillas ligeramente
hacia la derecha, vuelve al centro y sigue a la izquierda. Repite este pequeño
movimiento tres veces por cada lado.
La fitoterapia puede ser una excelente ayuda adicional para vencer un episodio de
dolor, con la ventaja de que rara vez ocasiona efectos secundarios.