Вы находитесь на странице: 1из 1

Julián Herbert

9 de agosto a las 10:04 ·

Llevo años siendo una especie de exhibicionista emocional, sin embargo el deporte se vuelve
más extremo cuando llevas 3 meses sin una gota de alcohol en la sangre. Escribo esta nota no
con carácter aclaratorio sino por gratitud, aunque eso implique tener que explicar un par de
cosas que preferiría mantener en privado. Va:

1.- El 16 de mayo pasado decidí ingresarme en una clínica pre-psiquiátrica de rehabilitación


debido a mi adicción al alcohol y la cocaína. Estuve en tratamiento (y prácticamente sin
contacto con el exterior) hasta el pasado domingo 5 de agosto. Mis únicas visitas durante ese
período fueron las de Sylvia, mi pareja; Mónica, mi ex mujer; León Plascencia Ñol y Petronella,
mis compadres; y mi hijo Arturo. Por instrucciones expresas de mis terapeutas, nadie de ellos
me habló, mientras estuve internado, de lo que sucedía acá afuera.

2.- Sí tengo una enfermedad -como explicó alguna nota de prensa-, sí es grave y no: no
organicé ninguna colecta para recibir tratamiento. Lo que sucedió es que durante tres meses
estuve incapacitado para afrontar mis responsabilidades económicas, la principal de las cuales
es la manutención de mi hijo Leonardo. Dadas las circunstancias, mi ex mujer se vio en la
necesidad de organizar (ella: no yo) la rifa de un grabado de Toledo de su propiedad para
solventar esos y otros gastos que me correspondían. En ningún momento tuve noticia de esto
y del carácter público de la noticia, por esa razón no había expresado mi agradecimiento a los
involucrados; es algo de lo que me vine a enterar apenas esta semana.

Dicho lo cual: agradezco infinitamente a las personas que se preocuparon por mí durante mi
internamiento. Afortunadamente, estoy mucho mejor ahora, en parte gracias a ustedes. Los
amo.

Fin del comunicado.

Вам также может понравиться