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CLASIFICACIÓN DEL RETARDO MENTAL

La clasificación del retardo mental determina el daño cerebral que se padece,


así como las capacidades físicas y cognitivas que la persona puede llegar a
alcanzar.

Una de las medidas que sirven para clasificar el retardo mental es el coeficiente
Intelectual (CI o QI por sus siglas en inglés); que es reconocido por la
Organización Mundial de la Salud para determinar el desarrollo mental de una
persona.

El retardo mental se clasifica de la siguiente manera:

RETARDO MENTAL LEVE


El Retardo
Mental Leve representa aproximadamente a 85 % de las personas con Retardo
Mental. Llamado también debilidad mental, subnormalidad mental leve,
oligofrenia leve.

Las personas con Retardo Mental Leve generalmente desarrollan habilidades


sociales y de comunicación durante sus primeros 5 años de vida y se diferencian
poco de los demás niños hasta una edad posterior, aunque son capaces de
mantener una conversación y, por lo tanto, de expresarse en la vida cotidiana.
En sólo una minoría de los adultos afectados puede reconocerse una etiología
orgánica.

Los adolescentes con Retardo Mental Leve pueden llegar a adquirir


conocimientos académicos equivalentes a un sexto grado de la primaria.

Como adultos, las personas con Retardo Mental Leve pueden adquirir suficientes
habilidades sociales y vocacionales como para funcionar de manera
independiente con un mínimo de supervisión.

Con el apoyo necesario, las personas con Retardo Mental Leve pueden tener
vidas exitosas en su comunidad, ya sea de manera independiente o en
ambientes supervisados.

Las mayores dificultades se presentan en las actividades escolares, sobre todo


en la lectura y la escritura. Pueden desempeñarse en labores prácticas, más
frecuentemente en trabajos manuales semicualificados.

Cuando el retraso va acompañado de una falta de madurez emocional o social


destacadas, pueden presentarse dificultades para hacer frente a las demandas
del matrimonio o la educación de los hijos, así como en la adaptación a la cultura.

RETARDO MENTAL MODERADO


El Retardo Mental Moderado es lo que antes se conocía como “entrenable”. Este
grupo representa a un 10 % de las personas con Retardo Mental. Llamado
también subnormalidad mental moderada u oligofrenia moderada.

La mayoría de las personas con Retardo Mental Moderado adquieren


habilidades en comunicación cuando niños. Pueden beneficiarse de
entrenamiento vocacional y, con supervisión, se cuidan a sí mismos.
Existen pacientes que nunca aprenden a hacer uso del lenguaje y utilizan la
gesticulación manual para compensar la carencia verbal. En la mayoría se
detecta una etiología orgánica.
Son frecuentes el autismo, o trastornos del desarrollo, así como también la
epilepsia, déficit neurológico y las alteraciones somáticas.

RETARDO MENTAL SEVERO O GRAVE


El diagnóstico de Retardo Mental Severo representa a 3% - 4 % de la población
con Retardo Mental. En la niñez, no desarrollan el habla.
Llamado también subnormalidad mental grave u oligofrenia grave.

En la etapa escolar, las personas con Retardo Mental Severo pueden aprender
a hablar y pueden ser entrenados en habilidades de auto cuidado.

Su etiología es orgánica, asociada a otros trastornos con escaso o nulo nivel del
desarrollo del lenguaje, necesitándose, generalmente, de una anamnesis
indirecta.

Las personas con Retardo Mental Severo pueden llegar a aprender habilidades
académicas rudimentarias, tales como reconocer el alfabeto o los números.

Como adultos, las personas con Retardo Mental Severo pueden ejecutar tareas
sencillas en talleres protegidos con supervisión cercana.

Se adaptan a vivir en la comunidad, bajo supervisión. La gran mayoría de los


pacientes presenta marcado déficit motor, o la presencia de otras carencias que
dan evidencia clínica de un daño o anormalidad del desarrollo del Sistema
Nervioso Central.

 Etapa Preescolar: Desarrollo motor pobre, y el niño adquiere sencillas


habilidades verbales para su comunicación.
 Etapa Escolar: Puede aprender elementales hábitos de conservación
sencillos y recibir entrenamiento para adquirir los principales hábitos de
higiene. Pueden dominar algunas habilidades lectoras (mínimas), y entender
la comprensión de algunas palabras. El desarrollo de la inteligencia se queda
en la etapa preconceptual.

RETARDO MENTAL PROFUNDO


El Retardo Mental Profundo representa a 1 % - 2 % de la población con Retardo
Mental. La mayoría presenta un trastorno neurológico asociado al retardo.
Llamado también idiotez, subanormalidad profunda u oligofrenia profunda.

Las personas con Retardo Mental Profundo presentan múltiples déficits en lo


sensorial y motriz. Requieren ambientes altamente estructurados, con
supervisión constante.

Los pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para cuidar sus
necesidades básicas, y requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran
capacidad para comprender instrucciones o reconocerlas y actuar de acuerdo a
ellas.

Su comunicación no verbal es muy rudimentaria; muestran una movilidad muy


restringida o totalmente inexistente, no controlan esfínteres.

La etiología es generalmente orgánica, asociada a otros trastornos con escaso


o nulo nivel del desarrollo del lenguaje, necesitándose, generalmente, de una
anamnesis indirecta.

La gran mayoría de los pacientes presenta marcado déficit motor, o la presencia


de otras carencias que dan evidencia clínica de un daño o anormalidad del
desarrollo del Sistema Nervioso Central.

Suelen estar acompañados de trastornos somáticos y neurológicos graves que


afectan la motricidad, así como de epilepsia o de alteraciones visuales y
auditivas. Es frecuente el autismo atípico, sobre todo en aquellos que son
capaces de caminar, así como la presencia de trastornos generalizados del
desarrollo en sus formas más graves.

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