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NORMA LINGÜÍSTICA

I. ACEPCIONES DEL TÉRMINO NORMA

La palabra norma, utilizada en lingüística, tiene una doble denotación. Hay un sentido prescriptivo
y académico y más tradicional del vocablo “norma” como una regla que ajusta a las actuaciones
humanas distintas. Entonces nos referimos a la gramática normativa que es aquella que nos
instruye acerca de las reglas para el bien hablar y para el hablar preservador de la unidad
idiomática.

En un segundo sentido denota aquello que en los usos de la lengua resulta acostumbrado,
consuetudinario, habitual, corriente, y por eso común y general; “norma” quiere decir entonces lo
vigente parcialmente, lo que es costumbre idiomática de una comunidad más o menos extensa.
Nos encontramos frente a la norma en su sentido descriptivo.

II. ACPCIONES AL TÉRMINO NORMA LINGÜÍSTICA

En un intento a la definición de norma lingüística encontramos la tripartición conceptual de


SALVADOR FERNANDEZ RAMIREZ, al inicio de su discurso de ingreso académico:

La expresión norma lingüística cubre varios conceptos. Si consideramos una lengua


determinada como realidad objetiva, en su constitución interna, norma equivale entonces a ley
constitutiva y funcional, y lo que más se aparta de ella será la ilegalidad, anormalidad o
enormidad. Si consideramos la lengua en una relación estimativa y nos situamos ante la
posibilidad de elegir, como de hecho suele darse entre usos cultos o populares, entre esta o
aquella modalidad lingüística, entonces norma es equivalente de arquetipo, modelo y lo que se
aparta de ella será plebeyismo, cultismo, del vulgarismo, etc. Por último norma se entiende
también como regla, como precepto o como conjunto de reglas, orientadas en el sentido del
arquetipo o de la ley, o dictadas muchas veces por el capricho y menos veces por la sensatez1.

La primera de estas acepciones es aquella en que puede ser tomado el vocablo cuando nos
referimos, por ejemplo, a “la norma de la lengua española”, esto es a los rasgos globales que
caracterizan y distinguen al código idiomático castellano. Indica lo que es correcto dentro de una
lengua.

Las otras dos acepciones son respectivamente la prescriptiva y la descriptiva, la que denota
corrección lingüística y la que hace referencia a lo usual y correcto, es decir, a la posibilidad de
elegir entre los usos cultos y populares; frente a lo acostumbrado habitual en una comunidad de
hablantes, coincida o no con el sentido etimológico o analógico del sistema.

1
S.FERNANDEZ, Lengua literaria y norma lingüística, Madrid, 1960, pp. 13-14
III. CONCEPTOS LINGÜÍSTICOS

3.1 Dicotomía saussureana. Lengua y habla

En el Curso de lingüística general Saussure estableció la necesidad de diferenciar entre la lengua y


habla. Refiriéndose a la primera como aquel conocimiento gramatical común que comparte los
hablantes de determinada comunidad lingüística. Es un producto social de la facultad del lenguaje
y un conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio
de aquella facultad.

En cambio el habla es la manera en que cada hablante en particular manifiesta su conocimiento,


es decir, un acto individual de voluntad y de inteligencia, en el cual conviene distinguir; primero,
las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el código de la lengua con miras a expresar
su pensamiento personal; segundo, el mecanismo psicofísico que le permita exteriorizar esas
combinaciones

Al separar la lengua del habla se separa a la vez, lo que es social de lo que es individual, lo
esencial de lo que es accesorio y más o menos accidental.

Lengua y habla están estrechamente relacionados y se suponen recíprocamente: “la


lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos, el
habla es necesaria para que la lengua se establezca históricamente. Por otra parte
oyendo es como una aprende su lengua materna, el habla es la que hace evolucionar a
la lengua: las impresiones recibidas oyendo a los demás son las que modifican
nuestros hábitos lingüísticos. Hay pues interdependencia de la lengua y habla: aquélla
es a la vez el instrumento y el producto de ésta. Pero no les impide ser dos cosas
distintas.2

3.2 Lengua (Sistema), norma y habla

Coseriu, después de analizar la dicotomía saussureana concluye que dicha dicotomía es


excesivamente rígida e insuficiente para explicar la realidad del lenguaje.

Para el lingüista, la lengua, en el sentido amplio del término, no sólo es sistema funcional, sino
también realización normal y el habla es la realización individual. Ahora bien, si no se atribuye la
totalidad de la realización al habla, y si la lengua se concibe en sentido estricto, como un sistema
funcional, es necesario introducir el concepto intermedio de norma como conjunto de hechos
extrafuncionales constantes.

La norma, pues, se sitúa entre el habla y la lengua. Impone desvíos de la lengua que todos los
hablantes aceptamos. No siempre empleamos lo sistemático y regular, a veces nos vemos forzados
a emplear formas asistemáticas que se han introducido en el uso por motivos históricos, por
costumbre, por una tradición persistente en la comunidad y que constituyen la norma. Un ejemplo
2
SAUSSURE, Ferdinand de (1993) Curso de Lingüística General, Madrid, Alianza Editorial. 3a
reimpresión, 84
sería la formación del plural que sabemos se construye con los morfemas gramaticales -s, -es y así
de ají será ajíes, pero en el caso de lunes y mates no puedo formar luneses o marteses, lo correcto
es los lunes, los martes.

Podemos decir que el sistema constituye una realidad abstracta, una red de funciones, que se
realiza en formas sociales más o menos constantes. Es el conjunto de posibilidades. Aquí
concurren la norma y el hablar concreto. La norma es la realización colectiva del sistema, de
actos normales de las cuales el hablante libremente hace uso. Da origen a los niveles de lengua
familiar, popular, literario, elevado, vulgar, etc.
El habla es un hecho concreto, es la realidad inmediata del lenguaje. Los hechos de habla si bien
son creaciones inéditas que corresponden, a su vez, a las intuiciones inéditas del individuo, no solo
invenciones arbitrarias del hablante, sino estructuraciones sobre modelos pre-existentes en la
lengua. El individuo saca sus expresiones del código de la legua, y así habla su lengua, que es a la
vez la de los demás

IV. VARIEDADES LINGUÍSTICAS

En general, puede hablarse de cuatro tipos de variedades de una lengua3

4.1 Variedades Diatópicas: se denominan comúnmente dialectos. Se trata de aquellas


variedades de una lengua que se localizan en diferentes ámbitos geográficos.

4.2 Variedades Diastráticas: a veces se denominan jergas o sociolectos y son diversas


variedades de una lengua que se localiza en “hablas” típicas de diferentes ámbitos sociales, dentro
de una misma comunidad lingüística según ciertas variables extralingüísticas o indicadores
sociales, por ejemplo: nivel educativo (primario, secundario, superior), origen étnico, sexo, clase
social, generación, profesión, entre otros.

4.3 Variedades Diafásicas: se denominan a veces registros y son diversas variedades


lingüísticas que se usan en diversas situaciones sociales. Por ejemplo, el habla culta frente a la
coloquial.

4.4 Variedades Individuales: se denominan a veces idiolectos y son las hablas de individuos
determinados con todas sus peculiaridades idiosincráticas. Cada acto de habla individual es único
e irrepetible, y forma parte de la personalidad de cada individuo.
Alonso Cortés afirma que este tipo de variedad se origina en el hablante particular y concreto
provocado por ciertos factores, entre los que destacan el estilo y el tempo al hablar. El estilo se
refiere al conjunto de formas expresivas que se adaptan a la situación comunicativa del hablante,
depende de situaciones externas tales como: la edad, el grado de confianza, procedencia
geográfica, estrato social, etc. De ahí que se distinguen al menos tres estilos: formal, coloquial e
informal. El tempo del habla se refiere a la velocidad relativa a la pronunciación.

3
MORENO CABRERA, Juan Carlos (1991) Curso Universitario de Lingüística General. Tomo I.
Teoría de la gramática y sintaxis en general, síntesis, Madrid. 46 -47

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