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11.

La comunidad ética

«En esta identidad de la voluntad universal y de la


voluntad particular, derecho y deber devienen una
misma y sola cosa; sobre el plano ético, el ser humano
tiene derechos en la medida en que tiene deberes, y
deberes en la medida en que tiene derechos. En el
derecho abstracto tengo un derecho y otro tiene el deber
correspondiente; en la moralidad (subjetiva) el derecho
de mi saber y de mi querer propios, del mismo modo
que mi propio bien, no pueden sino deber ser idénticos
al deber y no pueden sino deber ser objetivos».
Hegel, Filosofía del derecho. El derecho, §155

1. El estado y la historia según Hegel

Se ha dicho, con acierto, que «en el horizonte de toda filosofía política aparecen
hoy dos exigencias indiscutibles, herencia de dos tradiciones frecuentemente
opuestas: la exigencia de garantizar los derechos de los individuos cara al estado
(derechos-libertades), puesta en primer plano por el liberalismo, al menos desde
Locke; la exigencia de justicia, que conduce a tomar en consideración el punto de
vista de la totalidad y a extender las esferas de la intervención del estado para
asegurar a los ciudadanos lo que se ha podido llamar derechos-títulos. Esta segunda
exigencia está históricamente ligada al socialismo»1ºº8• En la medida en que no se
puede renunciar a ninguna de las dos exigencias, y en la medida en que se presentan
enfrentadas, pues los derechos del individuo recortan los del estado, y viceversa, la
búsqueda de una síntesis se convierte. en un objeto privilegiado de la filosofía
política.
Pero el problema no es nuevo; Hegel ya lo convirtió en el centro de su reflexión.
Toda la filosofía política de Hegel parece dirigida a integrar el «principio de la
polis», idea de la comunidad política como totalidad, con el moderno «principio
de la libre subjetividad», que piensa el individuo como sujeto de derechos. Aunque
ya los románticos describieron literariamente la «bella totalidad» de la comunidad
antigua, en la que el individuo se sentía plenamente en sí, ignorando la escisión
entre vida privada y vida pública'?", será Hegel quien, no bastándole las intuiciones
estéticas, llevara a la filosofía a habérselas con conceptos. Como dice Habermas en
El discurso filosófico de la postmodernidad, Hegel se propuso construir un aparato
conceptual adaptado, hasta en la terminología, a la sociedad moderna,
distinguiendo especialmente la esfera política del estado de la sociedad burguesa.
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Esta tarea, se entienda como «síntesis entre el liberalismo y el totalitarismoa'?'? o elaborado también unas formas políticas. El Despotismo Oriental, la Ciudad, el
como «conciliación racional de la libertad subjetiva y de la totalidad substancial» 1011, Imperio, el Sacro Imperio, el Estado Moderno, marcan sucesivas etapas en el devenir
no ha satisfecho a todos. Para unos la solución hegeliana es una vía abierta al de la humanidad libre y racional. Todo parece confluir hacia su presente, en el que
totalitarismo1º12; otros, en cambio, consideran que la solución hegeliana es el estado, al asumir como principio de organización la razón y la libertad, permite
impecable en racionalidad y contenido, por integrar, y no negar, los derechos de al Espíritu el acceso a la consciencia de ese devenir y darse cuenta del sentido de la
los individuos'v"; algunos toman posiciones recelosas, sospechando, por ejemplo, historia. Por eso la filosofía política de Hegel no es prescriptiva, sino descriptiva o
que la «totalidad ética», tal como la define Hegel, lleva a que «la subjetividad supra- comprensiva'v"; no se pretende decir cómo debe ser el estado, sino sólo como
individual del estado tome el puesto de la libertad subjetiva de los individuosa'?", debe ser comprendido. Aunque, ciertamente, esa comprensión determinará, en la
Definido el estado como esfera de la necesidad substancial, y el individuo, en práctica, una posición favorable a la historia, favorable al trabajo de la razón.
su voluntad inmediata, como lugar de la contingencia, el problema consiste en Para Hegel la historia política tiene un comienzo; los hombres primitivos,
articular la necesidad del estado con la contingencia individual. Muchos lo salvajes, nómadas, son sujetos prehistóricos, no agentes históricos. Para Hegel debe
intentaron antes y después que Hegel; pero ninguno consiguió una propuesta tan ser así, pues la historia es el devenir de las instituciones racionales; y entiende por
poderosa como la del filósofo berlinés. En rigor, Hegel fue el último auténtico tales aquellas que son universales y libres, que garantizan a los hombres su igualdad
«filósofo del estados'?": los demás que le siguieron se quedaron en la descripción y su dignidad. El filósofo puede encontrar en la dialéctica entre el amo y el siervo
de la sociedad civil, o con lo que en ella puede haber de estado, no mucho más que una lucha por el reconocimiento, al principio inconsciente, en-sí; este deseo, tras
como un aparato exterior de coerción. Buena parte de la grandeza de la filosofía un largo camino, el largo camino de la libertad, de la razón, devendrá consciente,
política hegeliana reside en haber partido de la filosofía de la historia en vez de devendrá «libre voluntad de libertad». Ese es el momento inicial de la historia; y
hacerlo desde una teoría de la naturaleza humana; esto, entre otras cosas, tiene el ese es el momento original de la polis. La historia del hombre es una historia política,
efecto inmediato de sustituir en la filosofía política toda pretensión prescriptiva o pues es la aventura de la conquista de su libertad desde el momento en que aparece
normativa por un poderoso esfuerzo de comprensión. Comprender el mundo, su voluntad de ser libre. Y la esencia de esa historia es el conflicto, la violencia, que
aunque sea especulativamente, es más divino que valorarlo y más sublime que así aparece como origen de la ciudad. En el origen del estado el filósofo alemán
transformarlo; y comprenderlo con conceptos, no con intuiciones o sentimientos, pone también la violencia, definida como un «derecho de héroesv'?". Sin duda
es decir, comprenderlo filosóficamente, como orden racional, es sin duda lo más alguna es una idea ligada al concepto de gran hombre'v"; pero aquí es más bien la
próximo al saber absoluto que puede situarse el hombre. del gran héroe, del fundador de estados, portador de una moral concreta capaz de
Hay una coincidencia general entre los estudiosos en que la filosofía política imponer la ley. La violencia del forjador de estados se legitima en su ser negación
de Hegel, en su forma más elaborada, sistemática y última se encuentra en su de otra violencia: «La prueba real de que la violencia se destruye en su propio
filosofía del derecho'P", hay igualmente una aceptación de que es en éste texto concepto es que la violencia se elimina con la violencia. Por lo tanto, en cuanto
donde Hegel expone su filosofía de la historia'?". Esta estrecha relación entre segunda violencia, que es eliminación de una primera, es legítima, no sólo en ciertas
filosofía política y filosofía de la historia es algo más que un peculiar enfoque condiciones sino necesariamente»1º25• La verdadera historia, la historia de los
metodológico, como ocurría en Polibio; en el fondo afecta a la esencia misma de la estados, es una historia de sangre. La lucha no es contingente, no es perversión; es
comprensión de la política. Lo que Hegel llama historia universal (Weltgeschichte) la esencia de la realidad, cuando ésta se piensa como cambio dialéctico, como
no es la historia sin más, sino la historia de los estados, la «historia política»1º18• En negación. El derecho originario a la violencia es un derecho absoluto, «derecho de
el texto de 1821 de los Principios de la filosofía del derecho, así como en el Curso de la Idea que se realiza»1º26• La sangre es el precio de la construcción de la libertad, el
filosofía de la historia, el arte, la religión y la filosofía sólo son abordadas en la precio que paga un pueblo por devenir un estado: «Un pueblo no es inmediata-
medida en que juegan un papel en la vida política. En rigor, dice Weil, «lo que mente un estado. El tránsito de una familia, una horda, una tribu o una multitud
Hegel llama filosofía de la historia no es, y no puede ser, más que parte integrante a la condición de estado constituye la realización formal de la idea en ese pueblo.
de una filosofía del estado, de una filosofía del derechos'?". Sin esta forma no será reconocido, porque la substancia ética que él es en sí carece
No es extraño que la filosofía política de Hegel tienda a identificarse con su de la objetividad que consiste en darse para sí y para los demás en las leyes, en
filosofía de la historia'P"; al fin y al cabo su revolución en filosofía consistió en cuanto determinaciones pensadas, una existencia universal y generalmente
disolver el ser en el devenir, lo absoluto en el proceso. Y no es extraño, tampoco, válida»1º27•
que su filosofía política culmine su filosofía. En definitiva, como dice F. Chátelet,
«el enigma resuelto del saber absoluto» es para Hegel el descubrimiento de «la
existencia del estado como razón en actox'?". Hegel ha comprendido que cada
pueblo, junto a unas costumbres, un universo religioso y unas obras de arte, ha
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LA COMUNIDAD ÉTICA 287

2. La sociedad civil
Decimos que la sociedad civil hegeliana es un sistema contradictorio. Por un
Como hemos dicho, los Principios de la filosofía del derecho (1821), es el texto clave, lado, se constituye a partir de un principio de particularidad, pues sus miembros,
aunque Hegel se interesó por el derecho desde joven 1028• Como cualquier escrito los individuos, son considerados en sus diferencias: son «particulares», pues «en la
de Hegel, toma su sentido de la totalidad de la obra, del sistema, es decir, «del sociedad civil cada uno es un fin para sí mismo y todos los demás no son nada
discurso racional global que permite la comprensión racional de todo lo que es»1029. para él»1038. Cada individuo se ve a sí mismo como sistema de necesidades y busca
La filosofía del derecho es uno de los momentos del sistema; éste representa el los medios que cree eficaces para satisfacerlas, sean éstas reales o ilusorias. Es el
desarrollo completo del Espíritu 1030 y en el mismo el derecho es la obra del «espíritu individuo económico que la filosofía política del xvn y del xvnr ha teorizado, con
objetivo», que se desdobla en tres momentos: el del derecho abstracto'?" el de la rasgos de individualismo posesivo. Se trata de individuos propietarios que
moralidad'v" y e,l del~ vida ética (S'.ttlichkeit)1º33• Este último momento ;sel que defienden sus propiedades porque las consideran necesarias para satisfacer sus
en, el fondo, aqm nos interesa, especialmente en sus dos últimas formas, de las tres necesidades. Para Hegel este ser propietario es la esencia del hombre en tanto que
que lo co~stituy~n.: la familia, la sociedad civil y el estado. Nos centraremos, pues, miembro de la sociedad civil; en tanto que ciudadano o miembro del estado, su
en l~ socied~d ~i~ll, y luego en el estado, sin ignorar que, en Hegel, siempre hay esencia es otra.
que ir del pnncipio al fin, con repetidas idas y vueltas, en los distintos ciclos de su Ahora bien, junto al principio de particularidad, la sociedad civil impone un
trabado sistema. principio de universalidad, sin el cual no tendría la unidad necesaria. Si bien es
cierto que las relaciones en la sociedad civil son entre individuos particulares, no
2.1. La sociedad civil como «estado exterior» lo es menos que se trata de «relaciones con que cada uno logra el reconocimiento
y la satisfacción de sus necesidades gracias al otro»1º39. Los individuos satisfacen
El c~ncepto de «sociedad civil» tiene en Hegel un significado preciso, alejado del sus intereses gracias a los demás; la sociedad como un todo juega un papel de
sentido que ha tomado en la tradición liberal, pasando a ser la versión terrenal del mediación, hace que los individuos se relacionen entre sí particularmente, que
paraíso. En un primer acercamiento, Hegel entiende por sociedad civil un momento comercien, compitan y busquen sus fines propios en un marco de normas colectivas.
del desarrollo del espíritu objetivo, en concreto, el momento de la diferencia: «La Este marco de normas universales, imprescindible para la satisfacción de las
socieda~ civil es la ~iferencia que aparece entre la familia y el estado, aunque su necesidades privadas, es al mismo tiempo la condición de posibilidad de la sociedad,
formación es postenor a la del estado. En efecto, por ser la diferencia, supone el de una vida ordenada en común; su ausencia disolvería el intercambio social en
estado, que ella necesita tener ante sí como algo independiente para existin>1034. Es simple guerra de todos contra todos'?". La sociedad civil sólo es eficaz como reino
de la privacidad sí pone la universalidad suficiente para el orden y la paz en el
un momen.t~ ,de ne~aci~~, pues. se constituye sobre la destrucción de la familia y
~orla apancion del individuo aislado: «los individuos son personas privadas que intercambio.
tienen por fin su propio interéss '?". Y este interés es egoísta1º36• La sociedad civil Ciertamente, la universalidad que pone la sociedad civil tiene un déficit ético,
representa el momento de la escisión de la identidad. Si en la familia la eticidad se pues no es vista como un valor superior conforme al que determinar la voluntad,
presentaba com~ totalidad inmediata (unidad en sí), en la sociedad civil se rompe, sino como un medio, un instrumento al servicio de la satisfacción de los fines
se escmde, se dispersa. Será en el momento siguiente, en el estado, donde se egoístas. Esa sociedad civil es, para Hegel, la «sociedad burguesas'?": el sujeto
recuperará la unidad rota, pero ahora como totalidad concreta y desarrollada. económico que es miembro de la sociedad civil es el burgués, el individuo privado
Ahora bien, ju~to a e~e.carácter de negación, de escisión y diferencia, Hegel únicamente preocupado por su seguridad y por la de sus propiedades, con las
subraya .otro: l.a sociedad civil no puede ser pensada sin la idea de estado. Así queda cuales se identifica'P"; el individuo con una existencia orientada a la satisfacción
establecida la Jerarquía: la sociedad civil sólo tiene sentido desde el estado. Éste es de los fines privados. A pesar de todo, no se debe menospreciar la presencia en ella
su condición de posibilidad; de hecho, la sociedad civil, a su manera, es estado· su de lo universal, que expresa la presencia en ella del estado, su ser de alguna manera
realización es en y para el estado. O sea, aunque la sociedad civil sea el momento estado. La sociedad civil anticipa el estado por la presencia en ella de lo universal;
de.la in~ividuació~ y la díferenci.a, en ell~ aparecen los rasgos de la sociabilidad y y no es estado porque dicha presencia no es sustantiva, ética, sino instrumental.
la identidad, pues mstaura una cierta umdad, aunque sea una unidad exterior'v". Diferencia clave, que anuncia la crítica hegeliana al estado burgués (universalidad
El pro.ble~a teórico de l~ fil.o~ofía hegeliana es el de identificar este tipo peculiar pensada y vivida como instrumental) y su apuesta por una vida ética, por la
?e sohdar~dad entre los individuos en la sociedad civil, esta relación que persiste sustantividad de las instituciones y prácticas políticas en tanto que expresiones de
mcluso bajo su tendencia a separarse, a oponerse, siguiendo su interés particular. lo universal: «Cuando se confunde el estado con la sociedad civil burguesa, y se le
Hegel ha de pensar cómo la sociedad civil anticipa el estado; o, con más precisión, determina en base a la seguridad y la protección de la propiedad y de la libertad de
en qué sentido es ya estado. las personas, el interés de los individuos en tanto que tales se convierte en el fin
último, el fin en vistas al cual se habrían asociado. En consecuencia, ser miembro
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del estado deviene una decisión del arbitrio de cada uno. Pero la relación del estado sociedad civil y establecer una nueva relación con ella1048; abandonar su exterioridad
con el individuo es totalmente diferente; en la medida en que el estado es el espíritu y pasar a ser su forma. Así se entiende la idea hegeliana de que si bien en el orden
objetivo, el individuo propiamente dicho no tiene objetividad, ni verdad, ni eticidad de las formas de sociabilidad la sociedad civil es anterior al estado, aquella encuentra
más que en tanto que miembro del estado. La unión como tal es ella misma el fin en éste su fundamento; se entiende que la idea del estado es anterior a la idea de
y el contenido verdadero, y la determinación de los individuos es llevar una vida sociedad civil'P"; y se entiende que el estado se el fin y la perfección de la sociedad
universal»1º43• Cuando se confunde sociedad y civil y estado, y sé piensa el estado civil, es decir, su superación.
con la esencia de la sociedad civil, se comete el error de no comprender la vida Esto le permite explicar un hecho histórico: la separación del hombre privado,
política. Es lo que ocurre, a juicio de Hegel, con las teorías contractualistas, que del sujeto económico, propio de la sociedad civil, y del hombre público o ciudadano
hacen depender el orden político de un consentimiento particular, de un contrato político, no era conocida en el mundo clásico; es una escisión del orden moderno.
entre particulares y, por tanto, al servicio de los fines particulares. Por tanto, la anterioridad de la sociedad civil es sólo en el orden lógico del desarrollo
En la sociedad civil, por tanto, está presente un elemento de universalidad, sin de la idea de la eticidad, pero no en el histórico. Hegel ya lo había advertido en la
la cual no sería posible el cumplimiento de los fines privados; pero con una presencia «Introducción»: «Si los momentos cuyo resultado es una forma determinada
instrumental y subordinada, que lo distingue de su papel en una comunidad preceden, en tanto que determinacionesconceptuales, este resultado en el desarrollo
política. Este elemento de universalidad expresa la presencia de cierta sociabilidad. científico de la idea, no ocurre lo mismo en el desarrollo del tiempo, donde, como
Los individuos que la constituyen no son movidos ciegamente a sus intercambios figuras concretas, no son anterioresa'?". Además, esto le permite a Hegel explicar
egoístas; en ellos surge cierta consciencia, cierto «egoísmo altruista» o «altruismo por qué la sociedad civil, que sólo es «estado exterior», ha podido ser confundida
egoísta», cierto lazo que los une, que les lleva a consentir; aunque se trate de lazos con el estado; y el error de los teóricos del derecho que han creído exponer las
frágiles, como frágil es la sociabilidad que pertenece a esta forma de existencia. leyes de la sociedad en su conjunto cuando no hacían otra cosa que describir los
Hegel dirá que se trata de una consciencia no reflexiva, incompleta y alienada, a la mecanismos de la sociedad civil: «Cuando uno se representa el estado como una
cual la idea universal le queda exterior. Desde ella los individuos eligen libremente unidad de personas distintas, como una unidad que no es de hecho más que una
y creen ilusoriamenteelegir lo mejor para ellos: «En la nueva relación (de la sociedad simple comunidad, se designa simplemente la determinación que define la sociedad
civil) lo particular me parece lo primero y más determinante ( ... ).Pero estoy en un civil burguesa. Muchos profesores de derecho político de la época moderna no
error, pues mientras creo asir lo particular, lo universal y la necesidad de la cohesión han superado esta concepción del estado»1º51• De ahí que piensen la ciudad escindida
general siguen siendo lo primero y esencial. Estoy, por tanto, en el estadio de la entre lo particular (individuos) y lo universal (estado), exteriores uno al otro,
apariencia, y en tanto mi particularidad sea para mí lo determinante, en decir, el enemigos entre sí. La propuesta hegeliana se concretará en una comunidad que
fin, sirvo con ello a la universalidad, que conserva por encima de mí el último reconcilie los opuestos, que recupere la unidad.
' 1044 . Oh'Jetirvamente 1 os 111
po d erío» . di1v1iduos, b uscan d o su interés
. inmediato, están
colaborando con lo universal, están construyendo lo universal; pero lo hacen de 2.2. Socialización y división del trabajo
forma inconsciente, por mediación de fines ilusoriamente particulares.
Podemos concluir, por tanto, que el estado es para Hegel el reino de la libertad Hemos dicho que, para Hegel, la sociedad civil introduce la diferencia en la existen-
y la sociedad civil es un reino de la necesidad'P"; que esta necesidad se impone al cia humana, escindiendo la unidad inmediata para poder exteriorizarse. Esta
fin a través de la ilusión de la libertad; que la libertad se realiza a través de la escisión, esta diferenciación, pivota sobre la dialéctica de las necesidades. Desde la
necesidad, o sea, por mediación de la ilusión de libertad; en definitiva, que la idea de sociedad civil el individuo es un sujeto de necesidades y su interés se reduce
sociedad civil, o se piensa desde y para el estado, o tiene un sentido abstracto e a la satisfacción de las mismas 1°52• Hay un texto que nos parece clave en la elabora-
ilusorio, de falsa sustantividad, como falso reino de individualidad y libertad ción de esta idea: «Como ciudadanos de este estado los individuos son personas
ilusorias. La sociedad civil representa, en el fondo, una imagen invertida del estado; privadas que tienen por finalidad su propio interés. Dado que éste está mediado
si es así, es porque ella misma, en cierto modo, es ya estado 1046• Hegel dirá que es por lo universal, que a los individuos se les aparece como medio, sólo puede ser
un «estado exteriora'?". La exterioridad es la característica de la sociedad civil alcanzado en la medida en que determine su saber, querer y actuar de modo univer-
burguesa y de todas sus relaciones; los individuos mantienen relaciones de sal y se transforme en un miembro de la cadena que constituye el conjuntov'v". Se
exterioridad, como seres particulares independientes e indiferentes. De todas nos dice, por lado, que el interés del individuo está «mediado por lo universal»;
formas, aunque sea exterior ya hay estado. El elemento de universalidad, que por otro, que lo universal no es alcanzado sino en la medida en que se determine el
prestaba la cohesión necesaria, es la presencia de la idea del estado en la sociedad «saber, querer y actuar» del individuo. El reto filosófico queda planteado en
civil. Ésta es estado exterior; es la idea del estado como exterioridad, como simple términos de pensar la transformación del interés individual en universal, la
coerción. Hegel afirma que, en su desarrollo, la idea del estado deberá salir de la inmersión de las necesidades del individuo en un sistema de necesidades sociales.
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Hegel ridiculiza el «estado de naturaleza» lockeano y rousseauniano, con su de un orden global1º62• Los fines privados devienen instrumentos al servicio del
imaginaria cualidad de satisfacer las necesidades humanas; satisfará, en todo caso, desarrollo global del Espíritu: «En esta dependencia y esta reciprocidad del trabajo
necesidades animales, inmediatas, pero no humanas, pues el estado de naturaleza y de la satisfacción de las necesidades, el egoísmo subjetivo se convierte en la
no es capaz de introducir la mediación, el elemento universal, que la convertiría contribución a la satisfacción de las necesidades de todos los otros, es decir, en la
en humana. En otras palabras, no puede introducir la reflexión, porque sólo la mediación de lo particular por lo universal en tanto que movimiento dialéctico,
necesidad social es síntesis de «la necesidad inmediata o natural y de la necesidad de tal forma que, en la medida en que cada uno adquiere y produce para su propio
espiritual de la representación», porque es esta última la que expresa en la necesidad disfrute, produce y adquiere para el goce de los demásx'P", Lo que es egoísta y
social el «lado liberador oculto en la rigurosa necesidad natural de las necesi- desde el punto de vista del individuo, es social desde el punto de vista de la filosofía;
dades»1º54. La necesidad social y reflexiva, a diferencia de la natural e inmediata, es lo particular queda así elevado por la mediación de lo universal. De todas formas,
organizada y representada en sistema. Incluso en sus formas más aparentemente si bien el individuo en la sociedad civil adquiere cierto grado de consciencia, que
naturales (como las necesidades de alimentación y de relación sexual), las necesida- lo libera de los estrechos límites de la determinación natural, sigue siendo una
des humanas en la sociedad civil forman parte de una cultura, están integradas en consciencia limitada e incompleta; es una «consciencia inconsciente» o «falsa
un sistema, mediatizadas por una representación del mundo. Es decir, en la sociedad consciencia» en la medida en que ignora las motivaciones profundas que la dirigen;
civil las necesidades de un hombre no son sólo vividas por este hombre como sus más que un saber es una opinión. El saber, la consciencia de sí, no se alcanza en la
necesidades, sino que se las representa a través de un sistema global, que confiere sociedad civil, sino en el estado, en la última y más acabada forma de sociabilidad.
a las mismas su legitimidad por su conformidad a unas normas generales. Como En otras palabras, como miembro de la sociedad civil el sujeto es un simple
dice Hegel, incluso el propio deseo de distinguirse está «socialmente determi- agente de ejecución en un sistema que le sobrepasa; es un miembro en un sistema
nados '?", de este modo que «el sistema de las necesidades es también un sistema de división del trabajo cuyo proceso no controla. La división del trabajo es la esencia
de representación de las necesidadesa'?". de la sociedad civil, expresando la escisión que caracteriza a ésta. El trabajo en la
Ahora bien, la representación de las necesidades establece un lazo entre sociedad civil es socializado en la medida en que está escindido en ramas de activi-
individuos antes aislados e independientes y ahora miembros de una sociedad dad, en especialidades distintas. Es decir, paradójicamente, cuando el hombre deja
civil; las necesidades dejan de ser vistas como particulares para ser reconocidas de controlar todo el ciclo de la producción del objeto y pasa a ejecutar simplemente
con significación universal: «La particularidad y la universalidad, aunque disociadas una parte; cuando el hombre, a otra escala, deja de controlar toda la actividad
en la sociedad civil, no dejan de tener entre ellas un lazo y un condicionamiento económica y pasa a miembro de una cadena de producción de la mercancía; en
recíprocos. Aun pareciendo que cada uno hace lo que es contrario al otro y creyendo suma, con la escisión en el proceso de trabajo, es cuando el trabajo deviene sociali-
que no puede existir sino manteniéndose a distancia del otro, cada individuo tiene zado, porque es cuando el objeto, o la economía en general, aparecen como produc-
sin embargo al otro como su condición»1º57. Curiosamente, sus necesidades to colectivo. De esta forma la división del trabajo introduce y afianza la dependencia
particulares reflejan las de los otros; y a través de sus necesidades particulares mutua entre los hombres, unifica sus necesidades y acaba creando una «necesidad
reflexiona sobre las necesidades de todos los otros'?". globa1»1º64• A su vez, esta socialización del trabajo, producto de la división, abre las
La imposibilidad de satisfacer sus necesidades naturales de forma particular puertas a la mecanización del proceso productivo; éste será cada vez más una gran
exige la mediación del trabajo; esta mediación es la característica de la sociedad máquina, con sus propias leyes, que determina absolutamente las actividades
civil. El trabajo caracteriza el orden de la sociedad civil, como el instinto caracteriza parciales. De este modo se culmina el proceso: si en el origen estaba el interés
el orden de la familia. Por el trabajo el individuo entra en un sistema de relaciones particular o burgués, en el final se ha producido la socialización, la interdependencia
recíprocas que lo asocian a los otros miembros y lo unen en la búsqueda de un general, la universalidad de las necesidades y de los fines, la unidad del proceso. La
objetivo común; destinado a su propio interés, sirve al interés de los otros. Tenga o astucia de la razón ha usado el egoísmo para conseguir la vida ética 1065•
no consciencia de ello, el sujeto económico queda integrado en un sistema de
determinación universal, tal que su acciónadquiere una significación social 1059, Es 2.3. Lo universal en la sociedad civil: las corporaciones
el sistema de la economía política 1060•
La tarea de la economía política, como disciplina teórica, es «encontrar lo Hay tres ideas que consideramos claves en el pensamiento político de Hegel.
necesario» bajo un universo aparentemente arbitrario. Que la tierra sea más o Primera, que la organización social no tiene por finalidad la optimización del
menos fértil aquí o allá, este año o el siguiente, que los hombres sean perezosos o bienestar, sino una forma de vida del espíritu que llama «vida ética»1066; segunda,
abnegados, son variaciones arbitrarias, pero que «producen de sí determinaciones que esta forma de vida, por ser ética, se consigue no mediante una dirección externa
universales»1º61• Bajo el caos aparente, hay un orden, como el del «sistema y coercitiva de las voluntades en una dirección común, sino consiguiendo la unión
planetario»; los individuos, creyendo perseguir sus fines, obedecen a constricciones íntima y libre de las voluntades de los individuos con la voluntad general1°67; y
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tercera, que esta unión sólo es posible en el interior de un pueblo, que es el resultado esencial con otras particularidades semejantes, de suerte que cada una se afirma Y
del largo trabajo del espíritu, caracterizado por una cultura y un espíritu propios 1068• se satisface en tanto que mediatizada por los otros y, al mismo tiempo, por la
De aquí se destacan, inmediatamente, dos consecuencias, dos rechazos de otras forma de la universalidad, que es el otro principio»"?'. Y la economía política, nos
tantas concepciones filosófico políticas: rechazo del naturalismo'P" y rechazo del dice Hegel, no es más que la ciencia que se constituye desde este ~unto ~e .vista.
utilitarismo: «Las representaciones del estado de naturaleza y, por otro lado, la Lo importante es, pues, destacar que la presencia en la sociedad civil de lo
opinión según la cual las necesidades y sus satisfacciones, los goces y el confort de universal no es suficiente para constituir una totalidad espiritual, que es el fin
la vida privada, etc., son los objetivos absolutos, tienen ambas la misma consecuen- racional de los hombres'f"; pero, por otro lado, la individualidad, que es aquí el
cias, a saber, que la cultura es considerada, en el primer caso, como algo solamente obstáculo, es a su vez el medio por el cual el Espíritu llega a la unidad de las
exterior que corrige la corrupción, y, en el segundo caso, como un simple medio voluntades individuales. Por tanto, aunque el estado, la vida ética, es el objetivo a
en vista de los objetivos indicados. Uno y otro de estos conceptos manifiestan el alcanzar, el individuo, la autonomía de la voluntad, no pueden ser abolidos por el
desconocimiento de la naturaleza del espíritu y de la finalidad de la razón. El espíritu estadol?": sin el individuo que persigue su realización personal, no es posible una
posee su realidad sólo por el hecho de que se divide en sí mismo, se impone límites vida libre del estado. No entraremos en los detalles; pero debe quedar bien claro
y finitud en relación con las necesidades naturales; y, por medio de la relación con que, a nuestro entender, para Hegel la economía de mercado, el <'.sistem~ ~e las
esta necesidad, y porque se forma al entrar en estos límites y eta finitud, las supera necesidades», es pensado como una institución esencial de la sociedad civil, del
y gana así su existencia objetivas'v", Hegel ve el estado como obra del espíritu, «estado exterior».
pero como una obra que no se realiza al margen del las necesidades y las limita- Ahora bien, el mercado crea entre los individuos que trabajan, por un lado,
ciones, sino por mediación de ellas; y una obra autónoma, con su propio fin, que una creciente interdependencia, por otro, profundas desigualdades entre ellos
no se cumple precisamente el de satisfacer las necesidades, mero momento en el mismos. El mercado y la división del trabajo que impone determinan la división
camino de la vida ética. de los trabajadores en estamentos, estados (Stande) u «órdenes»1º74• Los individuos
A Hegel le parece que el gran error de la filosofía moderna consiste en plantear quedan así repartidos en «Varios sistemas particulares de necesidades», cada uno
sus representaciones del mundo, de la ciudad o del hombre en términos dualistas con sus medíos específicos y sus formas d e tra b ªJº . particu · l ares 107s . No po d emos
sin buscar las mediaciones, tal que los conflictos, inevitables, siempre resultan entrar en su descripción, a pesar de las ricas reflexiones que Hegel nos ofrece'F";
trágicos. Ya en su obra Diferencia entre los sistemas filosóficos de Fichte y de Schelling basta con indicar que Hegel utiliza esa división y organización capitalista del trabajo
(1801) critica a Fichte que hubiera enfrentado el Yo al Mundo sin proponer media- para ilustrar cómo la satisfacción de los intereses priva~os l~eva a los h~mbres a
ción, tal que la filosofía práctica se ve obligada a confesar que la lucha por la unifi- unirse cada vez más estrechamente en un trabajo colectivo, interdependiente, tal
cación entre el sujeto y el objeto es una tarea trágica, necesaria e inalcanzable; se que los intereses individuales se funden, pues el éxito de todos ellos .depende del
convierte en una «filosofía del deber sen>, en una aspiración jamás satisfecha del mismo proceso. Lo universal, de este modo, se abre paso, construido sobre lo
hombre a una existencia verdaderamente racional. Tal lucha prometéica lleva nece- particular: «El trabajo de la sociedad civil se divide, según la ~at~raleza de l~
sariamente a desvaríos idealistas, a imaginar de mil maneras el «estado racional», particularidad que las caracteriza, en dife:entes. ramas. En las ,asociac10nes, lo e~ si
como una bella máquina ideal inalcanzable. La lección que extrae es clara: la filosofía igual de las particularidades alcanza su existencia, opera y act~a con:o algo comun,
práctica no puede limitarse a dibujar escenarios trágicos, ni para el hombre ni con lo que el fin egoísta dirigido a lo particular se hace al mismo tiempo g~neral;
para la ciudad; su deber es pensar la reconciliación, o sea, pensar las mediaciones. de este modo, el miembro de la sociedad civil es, según su capacidad particular,
Hegel busca esas mediaciones en el seno de la sociedad civil y, especialmente, miembros de la corporación, cuyo objetivo general es concreto y no posee un
en su alma; y el alma de la sociedad civil burguesa es la economía, el sistema dominio más amplio que el que corresponde al oficio, el negocio y el interés
productivo. Ahí precisamente ve Hegel la aparición de tres instituciones que particular» 1077•
permiten pensar en la negación de la negación, en la reconciliación. Las tres Pero el efecto socializador de la división capitalista del trabajo no acaba aquí.
representan, por un lado, la presencia de la escisión y la lucha en la sociedad civil; Junto a esa distribución objetiva, y como efecto de la misma, aparecerán las
por otro, la presencia en ella de lo universal, del estado. Se trata del mercado, de los corporaciones o asociaciones de trabajadores. Nacen ent:e quienes sufren la m~sma
estamentos y de las corporaciones. situación con la función de la ayuda material a los miembros que la necesitan.
El mercado, que Hegel llama «sistema de las necesidades», crea lazos espontá- Para Hegel, estas instituciones complementan la acción del estado e~terior1073: en
neos entre los individuos al hacer coincidil: los intereses particulares: «La persona vistas a garantizar al individuo su subsistencia y su bienestar'?"; en cierto sentido,
concreta, que tiene en ella misma su fin particular, en tanto que conjunto de e
la corporación «hace las veces de una segun d a rarm ·1·ta» roso . .
necesidades y mezcla de necesidades naturales y de voluntad abstracta es el primer La corporación es un buen espacio para la moralidad;.en esta ~sfera domma ~a
principio de la sociedad civil; pero la persona particular se encuentra en una relación reflexión sobre la propia acción, se es consciente de la propia necesidad y del propio
294 FILOSOFÍA POLÍTICA LA COMUNIDAD ÉTICA 295

bienestar y se conoce la contingencia de tal situación; esto crea «un deber de venir 3. El estado y la vida ética
en ayuda del otro ocasionalmente e individualmente»1º81• Pero, además de esta
tarea asistencial, los cuerpos intermedios cumplen una función más ambiciosa, 3.1. El interés privado y el fin ético
según Hegel: son el comienzo de una unidad ética entre sus miembros que prepara
el estado: «En este sistema (de estamentos organizados) la disposición de espíritu Hegel dice con claridad que el fin del estado no puede ser «asegurar la protección
ética es la probidad y el honor profesional de ser miembros de un momento de la y la seguridad de la vida y de la propiedad de los individuosa'?". Tal tesis, como
sociedad civil precisamente a partir de su propia determinación, gracias a su sostiene el utilitarismo, descansa en varias confusiones: confusión entre sociedad
actividad, su entrega y su habilidad ( ... )»1º82• Hegel llega a decir que el individuo civil y estado substancial; confusión entre el burgués y el ciudadano o miembro
sólo tiene una verdadera «particularidad» si pertenece a una corporación 0 del estado; y confusión entre el fundamento contractualista (que descansa en la
«estado»: «Es la razón inmanente al sistema de las necesidades humanas, que por voluntad individual) y el fundamento verdaderamente ético 1093• Veamos detenida-
su movimiento las divide en un todo orgánico de elementos diferentes»1083• mente estas confusiones.
Queda, pues, subrayado el papel importante que concede a la corporación, Nuestro autor considera que se comete un error grave confundiendo sociedad
que llega a definir como «la segunda raíz ética del estado»1084, Efectivamente, el civil y estado, exigiendo a una las tareas o fines del otro. La actividad económica
individuo no puede franquear por sí sólo la distancia entre su interés particular y pertenece a la sociedad civil; por tanto, debe dejarse a la iniciativa privada. Se
el interés general; necesita de etapas o momentos intermedios, de su integración comete un error «si se confunde el estado con la sociedad civil y si se le encarga la
en cuerpos relativamente universales; necesita aprender a actuar de acuerdo con tarea de asegurar y proteger la propiedad y la libertad de la persona, esto es, el
lo universal. La corporación instaura entre sus miembros una especie de solidaridad interés de los individuos en tanto que individuos, que es el objetivo último en
asociativa consciente. Es una «segunda familias'?", mediación entre la familia y el vista del cual se han unido ( ... )»1094• Es un error porque «la unión en tanto que tal
estado como «corporación universal». En el fondo, y con las matizaciones nece- es ella misma el verdadero contenido y el verdadero fin, y el destino de los individuos
sarias, representa al estado en la esfera de la sociedad civil; es como una transición es el de alcanzar una vida universal»1º95• La distinción entre estado y sociedad civil
al estado'P", como una anticipación del estado en la sociedad civil. no puede ser más clara: ésta es la esfera de la conciliación de los intereses
La corporación cuida de la seguridad del individuo, permitiéndole elevarse individuales, y particularmente de los económicos; aquel constituye la esfera de
sobre el interés individual y acceder a una representación de conjunto de la una vida ética, conforme a lo universal. Por tanto, una institución encargada de
colectividad. Al asegurar la protección y garantía, suscita el consentimiento y la proteger a los individuos y sus propiedades no es, según Hegel, un estado; al menos
satisfacción del individuo como miembro de la sociedad civil. Pero no sólo satisface no es un estado acabado, no es la realización de la idea del estado. Tal concepción
estas demandas de bienestar individual, sino que esta seguridad deviene un del estado, justificado en las necesidades de los individuos y ajeno al elemento
derecho'P", tal que «el fin egoísta, aunque estando orientado hacia su particularidad, ético'?", es un estado exterior, un mero fruto de la necesidad y del acuerdo'?". Este
se representa y actúa al mismo tiempo como un fin universal»1º88• Hegel entiende estado exterior es sin duda real y necesario, pero es sólo un momento del espíritu
que las asociaciones corporativas son la forma de acceso del individuo a lo universal, en su marcha hacia el estado'?". Aunque en el mismo esté presente lo universal,
a la política; y que negarles ese medio conlleva dos peligros. Primero, al privarlos domina lo particular, pues es un mero instrumento al servicio de las necesidades
de su consciencia social, al aislarlos en su particularidad, se les empuja a la rebelión: contingentes y particulares, de los objetivos de los individuos; esa presencia de lo
«Cuando no se es miembro de una comunidad jurídicamente reconocida, cuando universal es instrumental, pues surge de los acuerdos que los individuos establecen
el individuo no tiene este honor ligado a un estado social, es reducido por su entre ellos, de algunas relaciones pragmáticas compartidas 1°99• En consecuencia, el
aislamiento al lado egoísta de la industríaa'?". El individuo sin asociación es el individuo no reconoce en ese elemento de universalidad su libertad, no ve la vida
populacho, o «corporación de los descontentos», corporación de los sin corpo- política como su destino. Siendo para sí mismo su propio centro, ve el estado, el
ración; su dignidad sólo puede venir de la negación de toda corporación. Segundo, elemento de universalidad que contiene, desde el punto de vista de la necesidad 1100,
se les niega la posibilidad de que cumplan su fin como hombres, vivir conforme a desde la utilidad; en consecuencia, la vida ética está «perdida en los extremos»!'?'.
lo universal: «En nuestros estados modernos los ciudadanos tienen una partici- Para Hegel, muchos filósofos han caído en esta confusión, al tomar como estado
pación restringida en los asuntos generales del estado; es sin embargo necesario una idea miserable del mismo; han confundido el estado con simples pactos de
proporcionar al hombre ético, además de sus fines privados, una actividad universal. beneficios recíprocos de la sociedad civil. Estas confusiones se ven igualmente en
Esta universalidad, que no siempre le ofrece el estado, la encuentra en la corpora- determinadas constituciones y declaraciones de derechos, en las que la esencia del
1090•
ción» Frente al «jornalero», relegado a la contingencia de su pura particularidad, estado se reduce al contenido del pacto (defensa de la vida y la propiedad), a lo
el trabajador asociado, a través de su actividad reconocida, pasa a formar parte de acordado por voluntades particulares que buscan satisfacer sus necesidades; su error
la sociedad civil 1091•
consiste en no haber comprendido que la esencia del estado es de naturaleza ética.
296 FILOSOF1A POLÍTICA LA COMUNIDAD ÉTICA 297

La segunda confusión, entre el burgués (Bürger) y el miembro del estado, es concordancia con lo universal, concordancia por la cual es preservado junto con
también relevante. Si el estado sólo es, como en la idea lockeana, un instrumento lo universal-'!". El misterio reside, precisamente, en esa conciliación.
al servicio de la preservación de la vida, de la seguridad, de la libertad y de la Hegel está convencido del carácter contradictorio de la idea liberal del estado,
propiedad de los individuos, el lugar para conseguir ese fin es la sociedad civil, y apoya su crítica con el argumento sobre el sacrificio en tiempos de guerra. Tal
pues en ella actúan como seres libres y privados 11°2• Si el hombre es concebido sólo sacrificio no puede justificarse en nombre de la vida y las propiedades de los
como un sistema de necesidades a satisfacer, entonces no es necesario el estado en individuos, pues sería contradictorio, ya que se sacrificaría lo que se desea
sentido estricto; basta la sociedad civil y los acuerdos contractuales oportunos. proteger!'!", por lo cual dicho sacrificio sólo se justifica en la medida. en que se
Pero, en cambio, si se concibe el hombre como un «ser substancial»11º3, con una defiende otra cosa: la individualidad substancial del estado, es decir, el~iespíritu de
dimensión espiritual por la cual pertenece a la vida ética de un pueblo, entonces un pueblo». Y se justifica porque ese estado así concebido es la cQ.#d.ició? de
no alcanza su fin como ser privado, sino como miembro de una comunidad ética, posibilidad que gozan los individuos para ser voluntades objetivamente.liqrqs,;i)ara
como miembro de un estado: «Los individuos que componen la masa son ellos poder llevar una vida ética. De este modo, la salud ética del estado es más i111gort~Ne
mismos naturalezas espirituales y contienen en ellos estos dos momentos: el que la preservación de las existenéias individuales y contingentes; los d?~S5}tp;~¡f.e
extremo de la singularidad que conoce y quiere para sí y el extremo de la univer- los individuos a sus satisfacciones particulares quedan subordinados alest~~?¡fin
salidad que conoce y quiere lo que es substancials+'?'. en sí mismo'!". Y ello debe ser así, ya que «el deber supremo de los individg()~S~iel
El burgués, la idea de hombre reducida al egoísmo y la apropiación privada, de ser miembros de un estados'!". Lo que viene a decir Hegel es que, enrig.Ó.f,1~
no puede concebir el estado como polis, como nivel substancial de vida ética, al no oposición entre el individuo y el estado responde a una idea inadecuada deli~gdi-.
ver como fin del hombre la participación en la cultura, en el espíritu de un pueblo. viduo (como particularidad abstracta) y del estado (como universalidad abstra.c;ta.);
No es extraño que, desde esta perspectiva, dejando la sociedad civil al arbitrio de así pensados, no pueden sino oponerse eternamente; en cambio cuando el indiv1¡fu()
las voluntades de los individuos, se llegue al «espectáculo de la decadencia, de la es pensado teniendo como fin la vida ética, y no la satisfacción de sus necesidades
miseria y de la corrupción, tanto física como moral»11º5• Su opinión de Inglaterra contingentes, entonces el estado deja de ser su opuesto para ser su condición-dé
es elocuente: «La experiencia de Inglaterra, cuya constitución es considerada como posibilidad; en ese momento, pues, el estado es un ser superior al individuo porque
la más libre porque las personas privadas tienen de acuerdo con ella una parte hace posible que el individuo sea un ser superior'!", Hegel, pues, no se limita a
preponderante en los asuntos del estado, permite ver que este país, en lo que invertir la relación entre el individuo y el estado, sino que establece una nueva
concierne a la legislación civil y penal, el derecho de propiedad y la libertad ( ... ), es relación. Pero el misterio persiste al definirla y, por una vez en la obra del filósofo
el más atrasado comparado con los otros estados desarrollados de Europa, y que la berlinés, los conceptos ceden el lugar a las metáforas.
libertad objetiva, es decir, el derecho racional, es allí sacrificado a la libertad formal
y al interés privado particularv'!". No se trata simplemente de una crítica de la 3.2. La ficción contractualista
idea política liberal; se trata de una tesis filosófica por la cual la individualidad
inmediata es un mal, en la medida en que implica la ausencia de lo universal. Hegel critica a los teóricos del liberalismo que hagan depender el estado de un
Hacer del individuo el fin del estado es convertir éste es un medio al servicio del contrato carente de necesidad verdadera, basado simplemente en el libre arbitrio
comercio de las necesidades, renunciando a su esencia, a la vida ética; poner al de los individuos: «es el interés de los individuos en tanto que tales el objetivo
individuo como fuente del estado es basar éste en la voluntad arbitraria, es renunciar final en vistas al cual se han unido, y de aquí se sigue que se deja al arbitrio de cada
a la racionalidad. La propuesta de Hegel, por tanto, se afianza en una concepción uno el devenir miembro del estado»!'!'. Hegel denuncia una nueva confusión, esta
del hombre radicalmente diferente a la liberal; para nuestro autor «el individuo vez en el orden de prioridades, porque el estado es el prius, la substancia fuera de la
no puede tener en sí mismo ni verdad, ni existencia objetiva ni vida ética más que cual el individuo es mera abstracción. Confunden, según Hegel, nada menos que
en tanto que miembro del estado»11º7• Su alternativa, en consecuencia, es radical, el vínculo político, producto orgánico del desarrollo de la idea de la libertad y
una auténtica inversión"?". lugar de la vida ética con un simple lazo de derecho privado, «trasladan las deter-
Ahora bien, aunque con ciertos esfuerzos y bastantes obscuridades, Hegel no minaciones de la propiedad privada a una esfera que es de naturaleza totalmente
afirma la necesidad de la disolución de la individualidad; en la filosofía hegeliana diferente y más eminentes'!".
la subjetividad tiene un gran papel, y así es exaltada. Es la subjetividad la que, en la Es curioso que Hegel tome como principal referente crítico a Rousseau.
dialéctica hegeliana, ha de producir su contrario, el universal del estado. Hegel ha Considera que éste, a diferencia del pensamiento liberal, acierta al poner en la base
de integrar el principio de la subjetividad en el sistema, y esto quiere decir que los del contrato social la voluntad, adecuada con la esencia libre del estado; le aplaude
intereses privados, egoístas, del individuo no deben ser olvidados: «El interés este progreso respecto a los otros teóricos; le aprueba que haya intentado, como
particular no debe, en verdad, ser dado de lado o reprimido; debe ser puesto en Kant, «deducir el derecho partiendo del concepto de libertad y no del concepto de
298 FILOSOFfA POLÍTICA LA COMUNIDAD ÉTICA 299

interés particular empírico»1116• Elogia que Rousseau no pretendiera reducir el 3.3. El estado orgánico
estado a mero instrumento regulador del mercado o protector de los bienes del
individuos, sino que le atribuyera una cierta eticidad. Pero, no obstante, Hegel Hegel ve en el estado una unidad más fuerte y profunda que la que puede aportar
considera que el proyecto de Rousseau estaba condenado a la insuficiencia, por un contrato de ventajas mutuas; y esa representación la fija en la idea del estado
haber puesto en el fundamento la voluntad individual, que sólo es un momento como un organismo, «el organismo del estados'!". El estado es un cuerpo vivo1124,
-y no verdadero, pues debe ser superado-, del concepto de voluntad. una totalidad en movimiento que saca de sí la consciencia de sí. Hegel contrapone
No podemos entrar en la crítica de la crítica hegeliana de Rousseau, pero hemos incesantemente, en su representación del estado, la imagen del organismo a la de
de manifestar, no obstante, que a veces nos parece injusta, especialmente al la máquina1125• El estado mecánico del contractualismo es la representación del
interpretar la «voluntad general» de Rousseau en sentido muy liberal. Ciertamente, estado como artificio, como simple fuerza de cohesión exterior, contrapuesta a la
es difícil aceptar, como cree Hegel, que para Rousseau la voluntad general es sólo cohesión interna que proviene de una totalidad viva, de una constitución que hace
la «voluntad común», es decir, lo común a las voluntades individuales'!"; es difícil las veces de un código interior al cuerpo social 1126• La imagen organicista le sirve
aceptar que Rousseau «No ha concebido la voluntad sino bajo la forma determinada para acentuar la unidad: «El estado es un organismo ( ... ). Este organismo es la
de una voluntad singular»!'!". Con esta interpretación Hegel puede criticar al constitución política. Ésta proviene continuamente del estado, de la misma manera
ginebrino el no haber accedido a la idea ética del estado; así puede incluirle sin que el estado se mantiene gracias a ella. Si la constitución y el estado se separan, si
más entre los contractualistas, acreedores de sus duras críticas. los diferentes poderes se independizan, la unidad que los produce no existe. La
De todas formas, Hegel es lúcido al criticar a las teorías contractualistas su fábula de los miembros y del estómago puede aquí servir de ilustración. El organis-
abstracción. No es fácil justificar un contrato para defensa del interés común si mo es de tal naturaleza que si todas las partes no concuerdan en una identidad, si
antes no se tiene idea de lo común, si antes no se piensa desde lo común: «pensar una de ellas se vuelve independiente de las otras, de ello resulta la ruina de todo el
el interés común es pensar como miembro de un cuerpo político ideal; es en los conjunto. No es con la ayuda de predicados, de principios, etc., como se puede
límites de la totalidad que puede expresarse la voluntad particular»1119• Para el saber qué es el estado: es preciso aprehenderlo como un organismo>'!".
filósofo berlinés la voluntad subjetiva es un momento, incompleto y a superar, de Comparte con el movimiento romántico la concepción organicista de la
la idea de la voluntad racional; la voluntad objetiva es el prius. Aquella sólo en el sociedad; el organicismo es más que una metáfora, es toda una concepción
seno del estado puede hacer valer su contingencia; fuera del estado no hay nada, filosófica; el recurso a las metáforas para representarse la unidad del estado alude
siendo el individuo una mera abstracción. sin duda a un problema: el de pensar esa unidad entre individualidad y univer-
Para Hegel el principio del estado es la voluntad, como decía Rousseau, pero salidad con conceptos, el de pensar racionalmente cómo el individuo puede vivir
no la voluntad individual, porque «la voluntad objetiva es lo que es racional en sí en una comunidad sin dejar de ser individuo; cómo se puede ser simultáneamente
en su concepto, sea o no reconocido por los individuos singulares, sea o no querido hombre y ciudadano. Y aunque Hegel cuando recurre a las metáforas las toma
por su libre arbitrioa'!", Hegel preferiría aquella voluntad kantiana que quiere lo como metáforas, como simples ilustraciones 1128, en este caso se expresa la adhesión
que debe querer'!": pero incluso este planteamiento le parecería abstracto y peligro- a una concepción filosófica organicista de la ciudad, que constituye su peculiaridad.
so, pues la voluntad que funda el estado no se deduce de las de los individuos, sino Fichte también recurre a una metáfora, la del árbol, para ofrecer una representación
las de éstos de aquella. El estado es como un organismo; la vida de sus partes alternativa tanto al individualismo anarquizante como al universalismo totalitario;
depende de que cada órgano cumpla bien la función que el todo le asigna. De ahí y Kant ya había usado la metáfora del árbol para describir la autonomía de las
que considere que la Revolución Francesa expresa los efectos negativos de la teoría partes 1129• Hegel, al sustituir la metáfora de la planta, kantiana y fichteana, por la
contractualista: las abstracciones en la representación devienen terror en los hechos, del organismo animal, acentúa la subordinación de las partes -los miembros- al
bajo la forma de un «espectáculo monstruoso», «el episodio más cruel y desgraciado todo. El problema es, pues, comprender si desde esta perspectiva se sigue mante-
que haya existido»1122• Para Hegel, la clave del error está en haber despreciado las niendo la autonomía del individuo. '
mediaciones y haber querido construir el estado «partiendo del pensamiento y No obstante, su representación organicista del estado no debe confundirse
revolucionando todo lo anteriormente existente»; es decir, el error parte de tomar con una representación naturalista del mismo. Hay que recordar que; en.elsistema
el universal como algo inmediato, cuando sólo es resultado de un proceso. Jugando de Hegel, la Naturaleza y el Espíritu representan dos grados diferentes de desarrollo
con metáforas hegelianas, podríamos decir que la Revolución francesa fue «un de la Idea fuera de ella misma, cada uno con su
soberbio amanecer», pues en el alba la luz es abstracta, carente aún de las determi- irreductibles entren sí. El estado orgánico es actividad del
naciones de su desarrollo; le faltaba «el crepúsculo», el momento racional, la luz orgánica superior». El estado orgánico es el estado ~~·-n· . .;;.,",:.;"°6•4+"
cargada de determinaciones, de historia, de mediaciones, curada de la impaciencia, Espíritu ya ha sido capaz de integrar el principio de la ,.,.,,,.,fr . .,,.;~
del hechizo de lo inmediato y, por ello, protegida contra la abstracción y el terror. que el estado antiguo, que sólo reconocía el principio
300 LA COMUNIDAD ÉTICA 301
FILOSOFÍA POLíTICA

a las partes. Este estado antiguo, tan querido de los románticos nostálgicos, amantes desarrollada; y se comprende que debía pasar por las formas de la inmediatez y de
de la bella totalidad de la polis, se corresponde más con el organismo animal que la escisión antes de conseguir su forma acabada y efectiva: «El estado es la realidad
el estado orgánico moderno, que ha sufrido la escisión y ha absorbido en su seno efectiva de la idea ética, el espíritu ético como voluntad substancial revelada, clara
el principio de la libertad subjetiva. para sí misma, que se piensa y se sabe y cumple aquello que sabe precisamente
La aportación de Hegel, en este sentido, consiste en sustituir la idea de vida porque lo sabe»1134• Se comprende que Hegel piense el estado como «lo racional en
orgánica por la de vida ética: «En tanto que substancia desarrollada, el estado se sí y para sí», «el absoluto e inmutable fin últimos'!"; y se comprende que ponga la
presenta como un sistema de órganos, de esferas, de universalidades particulares, idea del estado, en tanto que idea, como inmutable: «esta idea es el ser en sí y para
independientes en sí, pero cuya actividad consiste en producir el todo, en superar sí eterno y necesario del Espíritu»1136•
su independencia. En la vida orgánica no se encuentra tal oposición entre A diferencia de la familia, donde la consciencia era mero instinto, y de la
autonomías particulares. En la vida animal, por ejemplo, lo universal de la vida sociedad civil, donde sólo era opinión más o menos adecuada a su contenido, en el
está presente en cada parcela; si se aparta, no queda más que materia inorgánicaa'!". estado la consciencia deviene «consciente y explícita»; esto quiere decir que alcanza
La vida ética, por tanto, se diferencia de la vida orgánica; y esa diferencia tiene su su destino, la universalidad, y así adquiere consciencia de sí, pues una consciencia
raíz en la autonomía relativa de las partes. Esto no quiere decir que tengan particular nunca es consciente de sí, de su verdadero destino. Por eso el estado es
autonomía frente al todo, sino que tienen la autonomía que les proporciona el libre, pues ya no tiene ninguna determinación exterior, no está subordinado a
todo Se trata, pues, no de la autonomía de las partes (frente al todo) sino de la nada, no tiene otro fin que sí mismo'!". Libre y consciente de sí, goza del valor de
autonomía de los miembros (del todo). un fin; toda otra existencia social está con él relacionada, a él subordinada, pues de
La verdad es que resulta difícil pensar el problema de la relación de identidad él recibe su significación racional.
entre la particularidad individual y la universalidad ética sin recurrir a la dialéctica Definido el estado como esencialmentelibre, es inevitable la pregunta sobre la
hegeliana'!". Sólo ella permite, a su manera, reconciliar los opuestos. Por un lado, libertad de los individuos en el estado. Para comprender la respuesta hegeliana,
el individuo deviene «persona substancial» por la mediación de las instituciones hay que tener presente el cambio profundo de perspectiva en la representación de
(familia, sociedad civil, corporaciones); esa mediación le permite acceder a la la relación entre individuo y colectividad. Hegel toma lo universal conscientemente
consciencia de la universalidad de sus intereses particulares'!", Por otro, el estado como objetivo, y lo particular como mero medio; por tanto, parte de una
es el resultado de un silogismo: el individuo (singularidad) es mediatizado por la subordinación ontológica del individuo al estado; pero la misma se presenta como
sociedad civil (particularidad) para devenir estado (universalidad); pero el trabajo la forma que el individuo tiene de conseguir una existencia efectiva: «El individuo
de lo universal se realiza siempre por mediación de lo individual. La efectividad de propiamente dicho no tiene objetividad, ni verdad, ni eticidad, más que si es
lo universal es inseparable de la actividad propia de los individuos. miembro del estado ( ... ); el destino de los individuos es el de alcanzar una vida
universal»1138• El estado como organismo no es reducible a las iniciativas de los
3.4. El estado como destino individuos; ni su libertad a la de éstos. Olvidar este enfoque, dice Hegel, equivale a
mantener la perspectiva de la sociedad civil. Es lo que ocurrió con la Revolución
El estado es puesto por Hegel como culminación de la idea de eticidad, con la que francesa, que se mantuvo en el horizonte de la sociedad civil y quiso empezar por
el Espíritu objetivo acaba su recorrido: «este desarrollo de la eticidad ( Sittlichkeit) el principio: dotarse de una constitución. Pensó el estado como una construcción
inmediata a través de la escisión de la sociedad civil hacia el estado, que se muestra artificial. Fue también el error de Napoleón al querer imponer en España una
como su verdadero fundamento, es la única demostración científica del concepto constitución completamente nueva, sin relación con su historia, sus tradiciones
de estado»1133• Por tanto, el estado culmina el proceso de desarrollo de la vida ética, nacionales y su nivel de desarrollo. Frente al constructivismo contractualista Hegel
es su resultado; pero, como hemos visto, es también su fundamento, lo que da a la reclama la visión organicista: «Una constitución no es algo que meramente se hace:
vida ética su finalidad, su sentido. En el sistema, la vida ética se presenta a su vez es el trabajo de siglos, la idea y la consciencia de lo racional en la medida en que se
como la culminación de la idea del derecho y la justificación retrospectiva de éste, ha desarrollado en un pueblo. Ninguna constitución puede ser creada, por lo tanto,
su finalidad y su fundamento; el estado, en consecuencia, puede ser visto como meramente por sujetos. Lo que Napoleón dio a los españoles era más racional que
fundamento, fin y justificación de la idea del derecho a través de su movimiento lo que tenían previamente, y sin embargo lo rechazaron como algo que les era
bajo la forma de la moralidad y la eticidad; y, en otra perspectiva, el estado es extraño, porque no se habían desarrollado aún hasta ese nivel'!", La constitución
fundamento, fin y justificación de la familia y la sociedad civil. Todo confluye en el no es un conjunto de leyes o normas, exteriores, sino una organización viva,
estado, que al revelarse como fin se constituye como idea clave de la arquitectónica interiorizada por los individuos.
hegeliana. Al final se ve que el estado estaba en sí en las dos primeras formas de la La constitución, alma del estado, no es obra de individuos contratantes, sino
eticidad (familia y sociedad civil), que expresaban su idea de forma no del todo del Espíritu; es obra de la historia universal, que produce en cada caso formas de
302 FILOSOFÍA POLÍTICA LA COMUNIDAD ÉTICA 303

estado adecuadas a las condiciones históricas. Y es por esto por lo que el estado es La analogía con lo divino sirve para establecer el poder del estado respecto a la
racional: porque no es un mero producto artificial de voluntades arbitrarias. Lo religión 1145• Independiente y libre respecto a cada culto y sus intereses específicos,
otro, la «filosofía impaciente» que quiere crear el estado en un acto puntual y no puede tener otra religión que la suya propia, que se basa en la plena consciencia
arbitrario, que piensa que nunca hasta ahora ha habido constitución política en el de su poder y en la defensa de su soberanía 1146• Esta soberanía, como hemos dicho,
mundo, que nada ha hecho la razón en ese sentido, que todo está por hacer y que es el poder absoluto del estado considerado como comunidad orgánica. Todo lo
hay que hacerlo rápido"?', es la opción por la abstracción, por la utopía, por el demás, individuos, corporaciones o grupos, deben someterse a este poder, pues
racionalismo que más que comprender el mundo sueña inútilmente con «es absurdo decir que los hombres se dejan gobernar contra sus intereses, sus
reconstruirlo de nuevo en cada ocasión 1141• La comunidad política es pensada por objetivos, sus proyectos, porque los hombres no son estúpidos hasta ese punto. Es
Hegel como obra de la acción objetiva del Espíritu, como creación del Espíritu su necesidad, es la fuerza de la idea misma, lo que les constriñe, incluso contra su
objetivo, no de voluntades individuales subjetivas. Éstas no pueden hacerse consciencia aparente, a esta sumisión y los mantiene en esa sujeción»1147• Siendo
reconocer sin someterse a la jurisdicción del Espíritu universal. partes de un organismo del que depende su existencia, quedan sometidos al poder
Ahora bien, la relación entre la voluntad individual y el Espíritu del mundo de éste, del que no pueden separarse sin riesgo de muerte. Es la «idealidad»1148 del
( Weltgeist) no es inmediata., sino un proceso de múltiples mediaciones. Entre éstas estado, que se desarrolla como si fuera un individuo, encadenando a los otros a su
destaca la que realiza el espíritu de un pueblo (Volksgeist). El Espíritu del mundo indivisible voluntad.
hace trabajar las voluntades particulares por mediación del espíritu de un pueblo. La forma visible de la soberanía es el soberano; representa, por tanto, la idea
El estado real, histórico, es el estado en tanto que espíritu de un pueblo; o sea, el del estado; es su manifestación concreta: «Se podría decir igualmente que el
Espíritu toma forma histórica en la existencia política de los pueblos, confiriéndoles soberano es el jeroglífico del poders '!". Para Hegel, la idea del estado-sujeto toma
su «espíritu particular», que no es ni el individual subjetivo ni el universal que se la forma de un monarca, símbolo de la concentración de los poderes en una
realiza en el mundo, en la historia universal. Como dice en sus Lecciones sobre voluntad única; el estado-sujeto, «como persona, como sujeto que es para sÍ»1150,
filosofía de la historia, el Espíritu toma en la historia la forma universal y deter- toma la forma de un sujeto individual concreto, un monarca, que expresa y garantiza
minada de un pueblo, se realiza a través de momentos, cada uno representado por su unidad. La función del monarca es la de expresar el carácter de absoluto
un pueblo. intrínseco al poder del estado: «La representación más próxima a la naturaleza de
Se comprende que para Hegel un pueblo sea ante todo una realidad espiritual, este concepto es la que consiste en considerar que el derecho del monarca está
como figura particular del Espíritu universal; un pueblo es una forma de consciencia fundado sobre una autoridad divina, porque ella contiene el elementoincondi-
específica, históricamente determinada a través de una cultura que le es propia. cionado, absoluto, que implica el conceptos"!". El monarca, así identificado con la
Por eso la cultura es «la ley que penetra todas las relaciones, todas las situaciones voluntad pura del estado, con su soberanía, detenta el poder por derecho divino,
propias de un pueblo»1142• Pero esta cultura, que determina las voluntades como el estado mismo: «En la medida en que el estado, por ser racional, debe,
particulares, es libertad para este pueblo, no para sus individuos; éstos están como un individuo, colocar todos sus actos bajo la jurisdicción de una voluntad
sometidos a ella, sin poder superarla, pues sólo por su mediación entran en contacto ideal, es decir, invisible, se reconoce él mismo tal como es en la realidad concreta
con el Espíritu universal. de un individuo soberano»1152• En consecuencia, para Hegel la monarquía es la
forma racional por excelencia del poder político; todas las formas históricas tienden
3.5. Poder y soberanía: «lo divino sobre la tierra» a ella. Actúa como una idea, que orienta la realización práctica; no importa el
grado de realización de la idea monárquica que cada forma histórica de estado
El concepto de «soberanía» define la unidad orgánica del estado y se simboliza en alcance; lo importante es reconocer que todo estado encarna esa idea, que en el
su poder. No se trata de un poder hacia fuera, externo a sí mismo, sino de la límite todo estado es en sí monárquico.
capacidad inmanente de autodesarrollo racional y necesario. Esta capacidad, esta Pero Hegel distingue el poder monárquico racional y el poder monárquico
autosuficiencia, es la soberanía; consiste en que todos sus aspectos funcionales arbitrario. Este es un mero poder de decisión exterior, gratuito, expresión de una
emanan de una voluntad 1143, sin subordinación exterior. El estado es así el desarrollo voluntad particular; aquel, en cambio, es una voluntad ideal a través de la cual se
completo del querer objetivo del Espíritu universal, una vez superados los expresa la colectividad, que así no se siente sometida ni subordinada. La «voluntad
obstáculos en su camino hacia su unidad a través de sus manifestaciones y pura incondicional» no es la voluntad del déspota, sino aquella voluntad liberada
momentos. De forma un tanto enigmática nos dice Hegel, «el estado es un jeroglífico de toda determinación particular, incluida la voluntad particular del monarca; la
de la razón que se presenta en la realidads'J". Es decir, el estado es un lugar donde «voluntad pura incondicional» es la que quiere lo que se debe querer.
leer la voluntad objetiva, el querer del Espíritu, donde éste se revela; en otras A veces da la impresión que Hegel, en su defensa del poder absoluto del
palabras, es «lo divino sobre la tierra». monarca, lo hace desde su idea del carácter simbólico de éste. En un momento
304 FILOSOFÍA POLÍTICA LA COMUNIDAD ÉTICA 305

dice: «Esto no quiere decir que el monarca tiene el derecho de actuar de manera requiere que el individuo esté subordinado a lo universal; pero que lo esté sin
arbitraria; al contrario, está limitado por el contenido concreto de las deliberaciones suprimir la particularidad de los intereses individuales, a cuyo través se realiza la
en los consejos y cuando la constitución es sólida no tiene con frecuencia otra cosa totalidad: «en un estado de cosas orgánicas en que son miembros y no partes quienes
que hacer que poner su firma»1153• En otra ocasión: «(el monarca) sólo tiene que están en relación los unos con los otros, cada uno conserva a los otros al cumplir
decir sí y poner los puntos sobre la i» 1154• Es, por tanto, un poder constitucional, en lo que es propio de su competencia. La conservación de los otros miembros es el
el que el monarca es, más que órgano del estado, símbolo de la unidad y de la objetivo y efecto substancial de la conservación propia de cada miembroa'I'".
indivisibilidad de la soberanía. Se comprende así la insistencia hegeliana en la metáfora del «estado orga-
Esto se comprende aún mejor desde la otra orilla, la de la idea de «pueblo». nismo»; en rigor, la idea de organismo permite pensar que el interés del todo se
Hemos dicho que la soberanía expresa una idea, la de la unidad ideal del estado; cumpla a través de la función propia y particular; el interés común no sólo no es
esa idea expresa también la existencia concreta de un pueblo, que es realización opuesto a los intereses individuales, sino que aparece como un orden superior que
histórica del Espíritu. Por tanto, Hegel puede hablar de «soberanía popular», sin supera la contraposición entre estos intereses particulares. De este modo no se
que vea conflicto con la idea del poder absoluto del monarca. En tiende que ambas pide a las partes que superen su propia naturaleza egoísta; se pide a los miembros
ideas, la de soberanía popular y la de poder absoluto del monarca, representan la que cumplan su función, la que mejor satisface sus intereses, que es la salud del
misma realidad: la unidad racional o constitución orgánica del estado. Son dos organismo entero.
formas de afirmar la unidad: «(en un pueblo en que) no reinen la arbitrariedad y
la ignorancia, sino al contrario, esté pensado como una totalidad desarrollada en
sí misma y verdaderamente orgánica, la soberanía existe en tanto que personalidad 4. El fin del estado
del todo y esta personalidad existe en la realidad adecuada a su concepto, en tanto
que persona del monarca»1155• Sólo cuando el estado se descompone, cuando el Hemos insistido sobradamente en que el estado hegeliano es presentado como
poder se divide, el soberano y el pueblo se enfrentan; en cambio, entanto que el una alternativa a la sociedad civil burguesa, o sea, al estado liberal. Éste padece las
estado esté bien constituido, pueblo y soberano se identifican en su común escisiones propias de su no ser aún estado; en particular, expresa el momento en
pertenencia a la soberanía. que, por ser suprimidas todas las mediaciones, la confrontación y exterioridad
En la Revolución francesa, con elestado fragmentado, aparece la contraposición entre el individuo y el estado, entre lo particular y lo universal en la comunidad,
entre soberanía del monarca y soberanía del pueblo1156• Absolutizar esa escisión, llega a su límite. El estado que instaura la Revolución francesa, por ejemplo, es
esa oposición, equivale a elevar la negación a ideal. Desde esta perspectiva sólo se para Hegel un estado inorgánico, que ha disuelto las corporaciones locales, que ha
tiene un concepto de estado, como «pueblo soberano», desnaturalizado, sin impuesto una idea abstracta de estado como simple agrupación de individuos
contenido racional: «La soberanía del pueblo forma parte de las ideas confusas libres. Considera Hegel que, de este modo, falto de las mediaciones, de las
enraizadas en una representación fallida de lo que es el pueblos'!". En este caso se organizaciones intermedias, se acentúa la escisión entre lo universal y lo particular.
confunde el pueblo, totalidad organizada, con la masa o el populacho (Pobel). Así El estado orgánico, por tanto, se basa en las formas de organización intermedias:
el estado desaparece y se da entrada a las confrontaciones de la sociedad civil. Es la «Porque la profundidad y la fuerza que el estado tiene en la mentalidad de los
demagogia «democrática», que pone la soberanía del estado en manos del libre ciudadanos residen en este espíritu de corporación, por ello el estado contiene
juego de los intereses particulares, propios del funcionamiento de la sociedad civil: inmediatamente el enraizamiento de lo particular en lo universala'!".
«Esta opinión que se propone introducir el elemento democrático sin la menor La identidad orgánica, pues, es el distintivo del estado: «El individuo encuentra
forma racional en el organismo del estado, el cual no existe sino en virtud de tal en él la garantía del ejercicio de sus derechos y liga su interés particular a la
forma, se presenta como algo natural al Espíritu porque se atiene a la determinación conservación del todo»1162• El individuo mantiene sus intereses y busca resolverlos
abstracta de ser miembro del estado y porque el pensamiento superficial queda por la mediación del todo. No obstante, pasar a ser «miembro» implica un cierto
limitado a las abstraccionesa'!", cambio en los propios intereses individuales; de hecho, el significado de los mismos
En otras palabras, para Hegel el pueblo es soberano a condición de que funda queda desplazado, e incluso invertido, cuando pasan a formar parte de un objetivo
su destino con el de la colectividad organizada, en cuyo interior pierde su común. Integrarse en la unidad del estado equivale a aceptar la administración
individualidad, su existencia separada; del mismo modo, el monarca es soberano por el estado de los propios intereses. Ciertamente, la administración del estado
en la medida en que renuncia a su voluntad y particularidad y la disuelva en la tiene por objetivo «subsumir lo particular en lo universal», es decir, defender los
voluntad ideal de la constitución, tal que deja de verse a sí mismo separado y intereses particulares pero cuidando que no se enfrenten a lo universal, adaptán-
distinto. El estado no es una diversidad articulada, una «pluralidad desorganizada»; dolos y subordinándolos a este fin superior1163•
en tal caso no se accede a la racionalidad'<". La existencia de un estado racional
306 FILOSOFÍA POLÍTICA

En consecuencia, este estado orgánico, el estado racional, constituye la


culminación del movimiento de la idea de derecho y de su fase última, de la eticidad.
Epílogo o cierre abierto
Es, pues, la forma cumplida, acabada, perfecta, de la sociabilidad; el momento de
la reconciliación consigo misma de esta idea. O, lo que es lo mismo, el estado es la
realización absoluta del Espíritu en el mundo; tras esto, nada superior puede ser
pensado. En este sentido, el estado es un fin en sí mismo, es el final del proceso, el
final de la historia. Cumplida la reconciliación, exento al fin de contradicciones, el No puede ser de otra manera, en coherencia con el enfoque que hemos desarrollado:
espíritu ha acabado su obra. No puede ir más lejos, en sus encarnaciones en los cualquier punto y final, cualquier acabamiento, había de ser al mismo tiempo
pueblos, que imponer a éstos la forma del estado, única manera de imponer el necesario y arbitrario. Si en el espacio histórico que hemos cubierto quedan decenas
interés general sobre el particular, única forma de realizar el derecho y alcanzar la de propuestas interesantes de comunidad política, de formas de pensar la libertad,
eticidad. En este sentido «el fin del estado» quiere decir que el estado es el fin y el en el que dejamos virgen, buena parte del xix y todo el xx, no han faltado algunos
final del trayecto. notables intentos. La mala consciencia de lo que queda fuera no puede disimularse
No obstante, en la Enciclopedia el derecho y el estado cubren el ciclo del Espíritu con la indudable cualidad de lo que ha quedado dentro; si acaso, asumiendo la
objetivo; y este ciclo va seguido de otro, el del Espíritu absoluto, que comprende necesidad y la arbitrariedad del límite, pensando éste como determinación
las tres últimas formas de la racionalidad, que son el arte, la religión y la filosofía. ontológica y reconociendo la intrínseca arbitrariedad de toda unidad, de toda
Si vienen después, es que superan la forma del estado. Esto quiere decir que el entidad.
camino de la reconciliación no está del todo acabado, que el Espíritu sigue Arbitrario, por tanto, el cierre, tanto en su punto final como en lo que ha
conteniendo escisiones. En este sentido el «fin del estado» quiere decir que el mismo excluido; se ha insistido en que toda clausura es una exclusión, pero se resalta
estado debe ser superado, que él mismo encierra en su interior las condiciones y la menos que todo cierre es una abertura, que todo límite señala al mismo tiempo lo
necesidad de su superación. que queda dentro y fuera, la unidad que cubre y la diversidad que segrega, la
En los últimos parágrafos de los Principios de la filosofía del derecho distingue identidad y la diferencia. El límite, en fin, no sólo distingue y separa, sino que
entre dos mundos o reinos, el temporal y el espiritual, que han estado presentes en revela que lo identificado lo es sólo desde y frente a su otro, de ahí su doble y
toda la historia del estado y siguen estando presentes en la plena realización de contradictorio carácter de determinación y negación, de fundamento y exclusión.
éste. Por tanto, nos viene a decir Hegel, la filosofía no tiene por único fin pensar el En consecuencia, si la realidad sólo es pensable desde sus límites, las propuestas de
estado, conferirle el estatus de un modelo de racionalidad ideal e insuperable; la comunidad política que hemos seleccionado no puede ser sino arbitraria. Excluimos
filosofía, además, debe pensar el fin del estado, o sea, su superación, su abolición y a Maquiavelo, Moro, Bentham, Millo Baveuf, y acabamos en Hegel arbitrariamente;
absorción en una forma superior de vida. Aunque Hegel no llevara a cabo esta pero, reconociendo la arbitrariedad, negamos la cosificación del cierre, le vaciamos
tarea, enunció la necesidad de una crítica del estado. Como mínimo es una lección; de poder ontológico, lo dejamos abierto, para otra ocasión, para otros intentos,
su obra no acaba cerrada, sino que toda su construcción deja paso a una nueva para otras miradas.
crítica. Nos deja al menos pensar que, para el filósofo berlinés, el estado, la vida Pero necesario, pues todo pensamiento tiene una página final, una última
ética, no es el único fin del hombre; que éste sigue teniendo pendiente el acceso al palabra. Necesidad, sin duda existencial, impuesta por la economía de la obra,
conocimiento de lo absoluto. En el estado el Espíritu es libre objetivamente, pero derivada de su naturaleza de mercancía; es decir, limitaciones técnicas, productivas.
no lo es absolutamente libre"?'. Para ello ha de alcanzar la consciencia de sí, y ésta Pero necesidad también puesta por la naturaleza del discurso, con inevitables
requiere de nuevo de individuos que accedan al conocimiento. pretensiones de acabamiento, con vocación de cierre y, en secreto, de verdad. Es
decir, límite impuesto por su necesidad de orden, por su función de identificación
y de unificación. Final, pues, a un tiempo arbitrario y necesario.
Pero como la filosofía -y en ello hemos insistido- junto a su pasión intrínseca
por el orden, por los discursos cerrados, es también -debe serlo, queremos que lo
sea- eterna rebelión contra sí misma y contra su disimulada voluntad de fe, de
verdad absoluta y acabada, hemos decidido hacer un «cierre abierto», expresión
que en su contradicción interna sugiere la voluntad de negar los efectos del mismo,
los efectos de esas infinitas formas de silenciamiento y de exclusión que el
pensamiento foucaultiano ha sabido revelar. Un cierre abierto en todas las formas
de clausura: abierto a la inclusión de otras propuestas y a la revisión de las

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