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Conquista espiritual (Barnadas)

En la época de la primera llegada de Colón a las Antillas, el papa había intervenido durante más de
medio siglo en las expediciones de exploración y conquista tanto de Portugal como de Castilla. El
papado centraba su interés en los problemas humanos y religiosos de las poblaciones
conquistadas, al mismo tiempo que confería legitimidad a las conquistas.

A cambio de la legitimación de los derechos que revindicaban sobre un continente sólo


conquistado o explorado parcialmente, los reyes católicos estaban obligados a promover la
conversión de los habitantes de las tierra recién descubiertas y proteger y mantener a la iglesia
militante bajo el Patronato Real, asumiendo la corona de Castilla el control de la vida de la iglesia
en un grado desconocido en Europa.

La corona se reservaba el derecho de presentar candidatos para los nombramientos eclesiásticos


en todos los niveles y se responsabilizaba de pagar los salarios y de construir y dotar catedrales,
iglesias, monasterios y hospitales con diezmos de la producción agrícola y ganadera. La corona
también se reservaba el derecho de autorizar el traslado del personal eclesiástico a las Indias y en
1538 ordenó que todas las comunicaciones entre Roma y las Indias tendría que llevarse al Consejo
para su aprobación.

¿Por qué tenía la iglesia que dejarse atar de pies y manos a los intereses del poder secular de la
corona española? Había muchas razones, pero se destaca la preocupación de los papas
renacentistas, especialmente de Alejandro VI, papa Borja, por el engrandecimiento familiar, la
política europea y después de 1517, la ola creciente de protestantismo; la carencia de medios de
Roma para organizar y financiar la propagación de la fe en el nuevo mundo sin disponer de ayudas
políticas. Bajo el Patronato Real, los clérigos disfrutaron de un notable grado de tolerancia que les
permitió ser oídos en todas las causas del gobierno.

El primer escenario de los conflictos de conciencia fueron las Antillas. En 1509 el rey Fernando
había legalizado la encomienda, el sistema por el que los indios se repartían entre los colonos,
quienes podían ejercer derechos sobre ellos prácticamente de por vida. Pero en 1511, el fraile
dominico, Antonio de Montesino, denunciaba a los colonos por sus modos violentos y crueles para
con los indígenas, que daría lugar a la primera batalla entre el evangelio y el colonialismo. La
primera reacción del Estado fue aprobar las Leyes de Burgos en 1512, que inauguró una serie de
intentos por parte de las autoridades para mediar entre estos dos intereses incompatibles.

Las dos décadas posteriores al 1519 representaban la fase decisiva de la dominación castellana de
América. Desde su base de las Antillas, los españoles conquistaron México y Centroamérica,
después dirigiéndose al sur desde Panamá y Venezuela, a través del pacífico, para conquistar el
imperio Inca.

Una vez establecida la autoridad española, entraron en escena las órdenes misioneras para
evangelizar los pueblos conquistados. A su vez, los frailes estaban respaldados por la espada de la
autoridad. De este modo primero vino la conquista militar y política, a la que le siguió después la
conquista “espiritual”. Tanto la iglesia como el estado se vieron necesitados de unos servicios que
se prestaban mutuamente.

En el ámbito de la actividad misionera en América, las ideas reformistas de la península, ya había


confluido con las corrientes del milenarismo y del autopismo. El nuevo mundo era la oportunidad
ofrecida por la providencia para establecer el verdadero “Reino evangélico” o “pura cristiandad”.

Los jesuitas creados en 1540, eran en sí el fruto del ideal reformista. También lo fue su
intervención en América. Estaban desembarazados de la carga del pasado. Soñaban con implantar
un cristianismo libre de errores que desfiguraban la fe en Europa. Su impulso utópico floreció con
que ellos llamaron las “reducciones indias” (espacialmente en Paraguay).

Así la iglesia del nuevo mundo fue producto de la fusión de dos corrientes. Una fue el traslado de
las características de la iglesia de la península Ibérica en la era de los descubrimientos; la otra fue
la ratificación de estas características del concilio de Trento, decretando, la “ordenanza del
Patronato” (1574) que reafirmó la autoridad episcopal. El obispo se convirtió en pieza esencial de
la vida eclesiástica de cada diócesis. No solo el clero secular, sino también el regular, a través de la
parroquia o de la doctrina, fueron gradualmente sometidos a la autoridad del obispo local.

Hispanoamérica presentaba un distinguido grupo de hombres firmemente dedicados a extender el


evangelio en las circunstancias menos propicias. Eran pobres, devotos, de sólida formación
teológica, consciente de sus deberes y poco inclinada a dejarse impresionar por el poder civil
(defensores de los indios).

La iglesia, como institución, en Hispanoamérica como en España, funcionaba a través de sus


obispados. Las diócesis se establecían como consecuencia de las conquistas militares o, ya muy
avanzado el período colonial, del crecimiento de la importancia económica de ciertas regiones.

¿Qué significado tenía el obispado en la sociedad colonial? Constituía un centro administrativo


autónomo: sacramentalizado, nombramientos, función judicial de la Iglesia, etc. Era responsable
del trabajo misionero y de la formación de los seminaristas. Encargado de ejecutar las leyes que
emanaban de las autoridades políticas (consejo de indias, virrey y audiencia).

A nivel local, la pieza clave de la organización de la iglesia era la parroquia, procedente de Europa.
El concilio de Trento ratificó su papel como célula básica de la vida católica. La parroquia arraigó
en América junto al episcopado: representar a la iglesia fuera de los muros de los conventos. La
parroquia tuvo que adaptarse a las condiciones americanas: los misioneros, quienes crearon
doctrinas para la evangelización.

Las 4 grandes órdenes: franciscanos, (México 1524 y Perú 1534), dominicos, agustinos y
mercedarios. Cada orden tejía rápidamente gran cantidad de lazos a todos los niveles de la
sociedad local. A estas 4 órdenes se le sumaron los jesuitas (1568-1572). Las 5 facilitaron hombres
para el trabajo misiones en la frontera hacia nuevas zonas de colonización.
Otros grupos mucho más dedicados a los enfermos y necesitados de las ciudades: Los hermanos
hospitalarios de san juan de dios (1602) extendidos por Nueva España y Perú. Los hipolitanos
(1594), los antoninos (1628) y los betlemitas (1655). Todas órdenes fundadas en suelo americano
en Nueva España.

Consolidación de la Iglesia

Hacia la primera mitad del siglo XVII, la iglesia en todos sus aspectos (seculares y regulares,
clericales y laicos) se había trasplantado de la península a las colonias americanas. Después de
1620, por ej. No se crearon nuevos obispados hasta 1777. Las consignas en todos los sentidos eran
estabilización y consolidación. La iglesia vivía de las rentas procedentes del esfuerzo que había
hecho en el siglo XVI.

Otro fenómeno en el siglo XVII fue el endurecimiento de las actitudes adoptadas respecto a la
práctica religiosa indígena en las zonas centrales del dominio colonial. Hasta cierto punto en el
siglo anterior había dominado el ideal de la iglesia local y el cultivo del diálogo intercultural y la
prédica del evangelio, en el siglo XVII se vio con preocupación que las religiones paganas había
sobrevivido y que seguían afectando las vidas de los nativos, considerando un fracaso parcial de
los métodos de evangelización empleados.

La época de los grandes misioneros quedaron atrás y la reemplazó una pastoral conservadora y
rutinaria. Se tomó la decisión de destruir todo lo que pudiera poner en evidencia errores pasados.
Esta concepción se hizo evidente en diversas campañas para extirpar la idolatría en los Andes
durante primera mitad del siglo XVII. El descubrimiento de que persistían ciertas prácticas paganas
desató una lucha a muerte, concebida según el método inquisitorial: se predicaba contra la
idolatría en todos los pueblos; los sospechosos eran denunciados a las autoridades, y bien se
“reconciliaban” o se les condenaba. La consecuencia era el encarcelamiento, la destrucción física
de cualquier símbolo considerado idolátrico y el severo castigo de los llamados hechiceros. Los
indios quedaron aterrorizados y se impuso una dualidad en sus vidas. Exteriormente eran
cristianos, mientras que en su interior seguían observando las creencias religiosas indígenas, cada
vez más devaluadas y desorganizadas.

Al igual que en España, el instrumento de la lucha contra la disidencia religiosa fue la inquisición,
establecida por Fernando e Isabel. Se trasladó a América hacia 1519 y en adelante funcionó a
través de los tribunales de Lima, Ciudad de México y Cartagena. Sin embargo la inquisición no
tenía, ninguna jurisdicción sobre los indios. Su función principal era suprimir el judaísmo o el
protestantismo, así como la brujería y las desviaciones sexuales. Al parecer muchos judíos se
integraron pacíficamente con los colonos y nunca atrajeron sobre sí la atención, como lo
demuestra el hecho de que solo un número reducido de casos fue entablado contra ellos por la
inquisición.

En vista de la sangrienta represión infligida por la inquisición española sobre cualquiera que se
pensase que tuviera la menor inclinación o simpatía hacia las doctrinas luteranas o protestantes,
no sorprende que no haya ninguna presencia significativa de protestantes en dominio español.
La inquisición en Hispanoamérica hizo valer su autoridad contra los negros, esclavos o libres,
castigándolos, tanto por prácticas supersticiosas como por cualquier inclinación al levantamiento.
Por ello puede asegurarse que los negros llegaron a la conclusión de que al practicar lo que
recordaban de la religión africana, manteniédola tras una fachada de conformidad con el
catolicismo, conservaban vivas tanto las esperanzas de liberación como la afirmación de la
identidad que se les negaba en la sociedad colonial.

El proceso de consolidación de las instituciones eclesiásticas coloniales, caracterizó el siglo XVII


con una época de grandes cambios materiales, época en la que se formaron los patrimonios de las
órdenes religiosas y de las parroquias seculares. En su origen había dos formas básicas de
propiedad: dinero y bienes. El origen de esta riqueza de la iglesia, ya desde el siglo XVI, eran
legados de colonos. Al morir, un colono legaba una suma de dinero a un convento determinado a
cambio de servicios espirituales: misa para el difunto o bien como dote para las hijas que aún no
se hubieran casado. En tales circunstancias no es de extrañar que todas las órdenes religiosas e
incluso conventos, llegaran a convertirse en un considerable poder financiero y económico. El caso
de los jesuitas, bien conocido a raíz de su expulsión de las indias en 1767, y la incautación de sus
bienes por el estado.

La iglesia secular disfrutaba también de un patrimonio agrario de origen similar, el de los frailes.
Además recaudaba diezmos de los blancos y mestizos e, incluso, en cierta medida de los indios, lo
cual suponía una forma de impuesto del que se nutría el sector episcopal, capitular y parroquial.
En muchos lugares el volumen de legados recibidos y de inversiones realizadas dios lugar a que
obispados funcionaran como instituciones financieras, administraban réditos de los bienes
inmuebles para sostener obras piadosas y terminaron practicando el crédito y la inversión de
capital en la Hispanoamérica colonial.

Las reducciones jesuitas que datan de la primera década del siglo XVIII, representó una clara
alternativa a los métodos existentes de evangelización pastoral, y marcaron una ruptura de los
conceptos que habían prevalecido en la primera mitad XVI en el período de experimentación
misionera. Los jesuitas establecieron un modelo evangelizador alternativo al de la predicación
colonizadora y castellanizante. Las reducciones proclamaban la construcción de una sociedad
paralela a la de los colonos, sin intervención de estos ni del sistema administrativo. Al negarse a
servir de instrumento para abastecer de mano de obra a los colonos, podían plantear la
evangelización, no con doctrinas, sino reforzar la práctica social india en su componente
económico, urbano, lúdico y ecológico. Este sistema terminó por generar múltiples conflictos con
potencias coloniales. Y conllevó el lema de “hay que hacer antes hombres que cristianos” a los
indios. Pero que | || | |terminó con su expulsión en el XVIII.
Brasil colonia: plantaciones y periferias, 1580-1750

Hacia las últimas décadas del siglo XVI, Brasil ya no se parecía a los establecimientos de factorías
comerciales de las colonias asiáticas y africanas occidentales de los portugueses. Los
desplazamientos de la iniciativa privada por la iniciativa real en la explotación y colonización del
extenso litoral brasileño, la creación del sistema de capitanías en la 1540, el subsiguiente
establecimiento del control real en 1549, la eliminación de la esclavitud de los indígenas y la
transformación de su principal economía, basada en la tala de maderas tintóreas, en otra
economía basada en el cultivo de caña de azúcar, fueron todos los elementos centrales de la
formación de la colonia.

Los factores climáticos, económicos, políticos y geográficos hicieron de las capitanías de


Pernambuco y Bahía los centros de la economía colonial azucarera. Los plantadores prefirieron las
tierras negras, densas, rojo oscuro de massapé, cuya fertilidad obvió la necesidad de abono. Con el
pasar del tiempo, también se plantó caña en terrenos arenosos, que aunque menos idóneas, eran
adecuadas para la caña de azúcar.

El transportista terrestre dependía de numerosas carretas de bueyes, aunque su uso era


obstaculizado por la carencia de caminos y puentes. El transporte marítimo fue por consiguiente
crucial. Los ingenios a menudo accionados mediante fuerza hidráulica , situados en el litoral o a
orillas de los ríos eran siempre más valiosos gracias a su localización.

Ingenio: estrictamente hablando, se refería solamente al molino para triturar la caña de azúcar,
pero este llegó a aplicarse para definir a la unidad en su conjunto: el propio molino, las
dependencias destinadas a hervir y purificar el jarabe, las fazendas de canas, los pastos, los
alojamientos de esclavos, la “casa grande”, los esclavos, el ganado y otros equipamientos.

En 1570, se informó de la existencia en Brasil de 60 ingenios de los cuales 23 estaban localizados


en la capitanía de Pernambuco y 18 en la de Bahía. El rápido desarrollo parece haber sido fruto de
la continua alza de los precios del azúcar en el mercado europeo y de la disponibilidad en Brasil de
capital para invertir. La primera legislación contra los esclavos indígenas apareció en 1570, pero al
parecer fue burlada de manera exitosa por los plantadores, también fue durante este período que
se estableció un tráfico regular de esclavos desde Guinea y Angola a Brasil.

Entre 1580 y 1612 fue creciendo menos rápido en las principales capitanías productoras de azúcar,
aunque el área de Río de Janeiro, anteriormente inexplorada, experimentó una expansión
considerable. Pero hacia el periodo posterior el desarrollo de ingenios, empezó a acelerar de
nuevo. Parece ser que la expansión que tuvo lugar después de 1612, estuvo estimulada más por
una nueva innovación técnica, que por los precios favorables. De hecho durante el siglo XVII los
precios europeos eran inestables y los plantadores no podían depender de un aumento constante
como antes. Entre 1608 y 1612 se introdujo un nuevo método de construcción de ingenios,
basados en la adaptación de 3 rodillos verticales que se originó o se desarrolló en Brasil. La
construcción y funcionamiento de estos nuevos ingenios era menos costoso, eliminó algunos
procedimientos previos que eran necesarios y simplificó la fabricación azucarera.
En 1630, cuando los holandeses invadieron Pernambuco en Brasil había aprox. 350 ingenios
azucareros. Aunque los ingenios habían aumentado y los precios se recuperaban, los plantadores
brasileños nunca estarían tan libres de competencia extranjera, ni llegarían a dominar los
mercados atlánticos. A su vez surgían problemas estructurales internos en la medida de que hacia
1627 se quejaban que el ingenio de 3 rodillos y la expansión que se había generado resultaba ser
una ventaja ambivalente, en la medida que se logró aumentar la producción pero que a su vez
provocó la baja del precio del azúcar.

Hacia 1630 Pernambuco y sus capitanías vecinas existía 166 ingenios, pero a causa de la guerra y lo
problemas que conllevó, al final de la guerra el número de ingenios en funcionamiento quedó
reducido a unos 120. Las operaciones holandesas contra Bahía destruyeron los ingenios, al igual
que las campañas militares y operaciones guerrilleras en el Brasil holandés, después de 1645,
devastaron la economía azucarera. Pernambuco tardó más de un siglo en recuperarse de la
destrucción de los ingenios, ganado y de las fuentes de capital. A finales del siglo XVII los ingenios
de Pernambuco eran más pequeños que los de Bahía, que por entonces era la productora
azucarera principal. En 1670 deben hacer frente a una nueva competencia, procedente de la
producción caribeña.

El ingenio, fue resultado de una combinación de tierra, experiencia técnica, mano de obra forzada,
administración y capital. La necesidad de procesar la caña de azúcar en el terreno significaba que
cada ingenio fuera factoría y hacienda a la vez, que demandaba no solo una mano de obra agrícola
elevada para la siembra y cosecha de la caña, sino también un ejército de herreros, albañiles,
carpinteros y técnicos expertos que entendieran la complejidad y misterios del proceso de
fabricación del azúcar.

Después de sembrar, la caña necesita de 15 a 18 meses para madurar antes de ser cortada por
primera vez, pero esta puede ser cosechada de nuevo después de 9 meses. Una vez plantada la
caña necesitaba ser escardada tres veces, una faena llevada a cabo por 30-40 indígenas.

El ciclo azucarero de Brasil estaba determinado por la zafra. En Bahía empezaba a últimos de julio
y continuaba hasta mayo. Época de intensa actividad para obtener el nivel más alto de jugo de la
caña que tenía que ser cortada en el momento apropiado. Durante la época de la zafra, el ingenio
rebosada de actividad. Grupos de dos o tres docenas de esclavos eran colocados por pareja en los
campos de caña, que a menudo las constituían un hombre y una mujer.

Los ingenios eran de dos tipos: aquellos que eran accionados por ruedas hidráulicas (ingenio real)
y aquellos que estaban impulsados por bueyes o caballos. El avance tecnológico introducido en
1610, del molino compuesto de 3 cilindros verticales podía ser movido con una gran rueda motriz
impulsada por agua o animales. Que era más barato para construir y funcionar, especialmente los
molinos accionados con animales. Esta innovación permitió la proliferación de ingenios y desde
que la fuerza hidráulica dejó de ser esencial, la expansión de los ingenios azucareros se extendió a
zonas alejadas de las corrientes de agua.
Los ingenios empezaban a funcionar a las 4 de la tarde y terminaba a las 10 de la mañana del
siguiente día, a cuya hora se realizaba las faenas de limpieza y reparación del equipo. Después de 4
hrs de descanso, el molino empezaba otra vez a funcionar. Las mujeres esclavas pasaban las cañas
por los cilindros de la prensa y el jugo era exprimido de la caña. La tarea de alimentar los hornos
era particularmente laboriosa y a veces asignaban a modo de castigo a los esclavos más rebeldes.

Después de enfriar, el jarabe de la caña era vertido dentro de moldes de cerámica y se dejaba
reposar. Bajo la dirección del purgador, las mujeres esclavas disponían de ollas de azúcar para
desaguar la melaza. El azúcar que quedaba en los moldes y después de 2 meses se sacaba, y se
colocaba para secar en una plataforma alzada. El tiempo de duración de la zafra era de 8 a 10
meses.

El año azucarero brasileño prácticamente no tenía época muerta, ni periodo para dejar a los
esclavos sin ocupación provechosa. Los esclavos podían ser y fueron usados durante casi todo el
año. Dada la duración de la zafra y el ritmo del día laboral, no era de extrañar que la alta
mortalidad de esclavos fuera un rasgo constante de la industria azucarera.

Hacia 1580 el esclavismo estaba firmemente establecido en la colonia como principal formar de
trabajo. Los inicios de la expansión de la industria azucarera tuvieron lugar con indígenas
trabajando como esclavos o como trabajadores contratados, extraídos de los poblados
controlados por los jesuitas. En 1560, la población indígena fue devastada por una serie de
epidemias. El colapso demográfico, combinado con la resistencia física y aversión al trabajo de la
plantación hizo que el empleo de esclavos indios fuera menos deseable para los plantadores
portugueses. Además bajo la presión de los jesuitas, la corona empezó a ponerse contra la
esclavitud indígena. Sin embargo, a pesar de las leyes dictadas, la legislación no eliminó la
esclavitud indígena, aunque la alta tasa de mortalidad, la baja productividad y resistencia, hicieron
que el conjunto de la mano de obra negra pareciera más resistente y fácil de controlar, a pesar de
que resultaba más caro. Los europeos consideraban generalmente, el valor de la mano de obra
indígena como inferior a la de los africanos, situación que quedó reflejada en el precio de ambos.
Inclusive como trabajadores libres y realizando trabajos similares, los indios eran peor
remunerados que los negros y mulatos libres. Transición fuerza de trabajo indígena a africana
(1570-1630).

Finalmente el comercio de esclavos tuvo dos efectos: 1 de carácter demográfico y otro cultural.
Debido a que la mortalidad parece haber sido particularmente elevada entre los esclavos recién
llegados, los elevados niveles de importación, junto con la desproporción sexual tendieron a crear
un ciclo perpetuo de importación y mortalidad a lo largo de la mayor parte del periodo. Por otra
parte, la continua llegada de nuevos esclavos negro tendió a reforzar la cultura africana en Brasil.
Los plantadores y administradores se quejaban sobra la brujería generalizada, o ceremonias de
adivinación durante principios del siglo XVIII, ante lo cual la mayoría optó por ignorar para no
tener problemas con los esclavos, y que estas prácticas se terminaran transmitiendo a los hombres
libres e incluso a los blancos.
La mayoría de los esclavos trabajaban en los ingenios y en los campos de caña. Pero aquellos que
tenían especializaciones artesanas y aquellos que trabajaban al interior del trapiche era más
valorados por sus amos.

En 1621 con el fin de la tregua de los doce años, Brasil se convirtió en blanco de ataques, y desde
1630 a 1645 los holandeses ocuparon la mayor parte del noreste de Brasil, la mitad de la colonia,
incluyendo Pernambuco, la capitanía más importante en producción de azúcar. En 1645 estalló la
rebelión lusobrasileña, que en parte fue a causa de la caída de los precios del azúcar y los aprietos
con los que se encontraron los plantadores. Durante la guerra, entre 1645-54 la producción
brasileña quedó desbaratada. Después de 30 años de dominio holandés, en Brasil quedaron pocos
vestigios tangibles de su presencia. La destrucción y trastorno que causó la lucha afectó
seriamente la producción y exportación azucarera. La toma de Salvador, en 1624, provocó la
pérdida de zafras y la captura de muchas embarcaciones, y las expediciones contra Bahía, en
1627-1639, tuvieron consecuencias similares. Esto hizo que de 149 ingenios, 65 estuvieran
parados.

El daño a la economía azucarera, la disminución del precio internacional del azúcar, por la
competencia con el caribe y la guerra de restauración en Portugal, impidieron a la corona la
abolición de los impuestos sobre la industria azucarera. La continuidad de los impuestos impidió la
reconstrucción y expansión de la industria. A su vez, la disminución de la producción significó
ingresos bajos en concepto de diezmos y otros impuestos normales, haciendo necesaria la
prolongación de impuestos extraordinarios.

Hacia finales de la guerra 1654, cuando Brasil estaba otra vez bajo control portugués y que podía
esperar un retorno a la prosperidad inicial, las fuentes de suministro azucarero y el nivel de
participación de Brasil en éstas había cambiado. Las colonias inglesas, holandesas y francesas del
caribe, que habían empezado a cultivar azúcar en 1630, ahora comenzaban a competir con Brasil.

A pesar de que Brasil aprovechó la guerra entre Inglaterra y Francia para elevar los precios y
recuperarse ocasionalmente hacia el siglo XVIII esta fue baja. Mientras tanto el descubrimiento de
oro en Minas Gerais, después de 1695, creó una nueva demanda amplia de mano de obra en
Brasil, y lo precios de los esclavos llegaron por encima de los precedentes. Por sí mismo el
descubrimiento de oro, no fue el problema de la agricultura de exportación, sino que la industria
azucarera había sufrido épocas malas de manera intermitente desde 1640, pero la fiebre del oro
creó nuevas presiones a la agricultura costera. Ya en 1701 se hicieron intentos para limpiar el
comercio de esclavos de las minas, y después de 1703 fueron continuas las quejas de los
plantadores en relación a la escasez de mano de obra y el elevado costo de los esclavos. Los
plantadores se lamentaban los excesivos impuestos, de los precios elevados de los esclavos, de las
sequías y de la extorción de los comerciantes-, los funcionarios reales echaban la culpa al
libertinaje y a la falta de previsión de los plantadores, y los comerciantes afirmaban que los
plantadores gastaban excesivamente. Durante el siglo XVIII la industria azucarera brasileña fue
contantemente perdiendo terreno antes sus rivales del Caribe.
El Brasil colonial: el ciclo del oro, 1690-1750

Hacia el año 1720, cuando Minas Gerais fue declarada capitanía independiente, no había ni un
solo lugar de misma que no hubiera sido explorado con éxito. Minas Gerais iba a servir como base
y estímulo para posteriores exploraciones hacia el oeste. El primer resultado de tales
explotaciones fue el descubrimiento, en 1718-9, de oro en el río Coxipó y en el río Cuibá, ambos en
el Mato Grosso. Hacia 1725, en Goiás, se hicieron descubrimientos en el área del Río Vermelho.

Estos primeros hallazgos de oro dieron lugar a dos resultados tan imprevistos como
desconcertantes para la corona. El primero de ellos, durante la primer mitad del siglo, la corona
recibió numerosas peticiones de ayuda financiera, concesión de títulos honoríficos, permiso para
utilizar manos de obra amerindia como porteadora en las expediciones y suministros de quipo
minero, pólvora, municiones y armas de fuego. La mayor parte de estas demandas fue
injustificada o exageradamente inflada, siendo algunas de carácter fraudulento. Por contraste,
existen casos meritorios que no fueron reconocidos y quedaron sin recompensa y la ausencia del
apoyo real redujo el incentivo a futuras exploraciones o explotaciones de áreas potencialmente
productivas. El segundo resultado fue que la esperanza de obtener favores reales condujo a los
elegidos miembros para el consejo directivo de una hermandad, a conseguir un grado oficial en la
milicia.

Además de las diferencias fundamentales de posición civil y raza, existieron otras de especial
importancia para la población blanca. Los hombres casados, con residencia fija, eran los
colonizadores preferidos y favorecidos, en cuanto a cargos municipales y derechos. También se
usaban los orígenes religiosos o étnicos. A los que tenían linaje o parentesco converso (judío) se
los consideraba sospechosos respecto a su religión y cultura, eran discriminados legalmente y
económicamente.

En la sociedad colonial brasileña existió, además de prejuicios de color, credo y origen, el del sexo.
Los brasileños compartían la típica mentalidad europea que predominaba en esa época hacia las
mujeres, pero con tal intensidad que había provocado comentario de los españoles. En teoría, se
suponía que las mujeres debían estar protegidas y apartadas de los asuntos del mundo, y se
esperaba que estuvieran dedicadas a un vida de hijas obedientes, esposas sumisas, y madres
cariñosas. Se permitía inclusive que un esposo matara a su mujer si la descubría en situación de
adulterio, pero mientras se permitía la promiscuidad masculina. Se establecieron residencias
destinadas a preservar a aquellas mujeres jóvenes cuya castidad estaba en peligro por la pérdida
de uno de los padres. Hacia 1750, la mayoría de las ciudades importantes tenían sus propios
conventos, y la admisión dependía de la pureza de sangre y de los dotes, por lo que las hijas de
plantadores y comerciantes acaparaban la mayoría de los sitios disponibles.

En la colonia había por lo menos 3 niveles de organización gubernamental. Los cargos nombrados
por la corona: virrey, gobernadores, jueces de tribunal supremo y otros magistrados reales, eran
los representantes directos de la autoridad portuguesa. Aunque la corona continuamente imponía
su autoridad, los grupos dominantes de la colonia encontraban medios para obligar al gobierno a
hacer frente a sus necesidades. La elite económica local normalmente dominaba los cargos
municipales y llegaron a controlar también muchos cargos menores, relacionados con justicia o
con la tesorería.

Uno de los aspectos positivos del descubrimiento del oro, fue que condujo a un cuidadoso estudio
de las viejas rutas que llevaban al interior, que en ocasiones databan del siglo XVI, y se
intensificaron las exploraciones, lo que facilitó el descubrimiento de otros recursos minerales
distintos del oro, como plomo, hierro, mercurio y diamantes.

El descubrimiento y subsiguiente explotación de oro iba a tener repercusiones inmediatas y de


largo alcance, no solo en la sociedad y la economía de Brasil, sino también en la metrópolis y en su
posición política y económica dentro del marco europeo. La corona actuó protegiendo aquellos
sectores de la sociedad y economía colonial que de otro forma se hubieran visto adversamente
afectados por la desenfrenada fiebre del oro. Parece ser que la corona no acababa de dar créditos
a su buena fortuna y ni siquiera en el caso de las minas generales confió en que los resultados
fueran duraderos. Otra preocupación estaba también en que los descubrimientos de Brasil se
hicieran conocidos por Europa, y que llegaran a invadir. En 1703, el rey ordenó al gobernador
general que se detuvieran las actividades mineras en Jacobina, Itocambiras y Serro do Frio, hasta
que se pudiera valorar su vulnerabilidad ante una invasión extranjera. Esta prohibición también
era aplicable a los nuevos descubrimientos en Epírito Santo, sin embargo estas órdenes no
llegaron nunca o fueron ignoradas. Durante los siguientes 15 años la corona persistió en reiterar
prohibiciones a los trabajos de minería en dichas zonas.

Durante 1750 se atribuyó todas las desgracias de pueblos y ciudades a la minería. La queja
principal consistía en que el aliciente de las minas reducía gradualmente el número de blancos y
libertos de las zonas costeras que de otra forma, podrían haberse dedicado al cultivo de azúcar,
tabaco o mandioca. Aunque algunos agricultores abandonaron sus campos por las minas, su
número fue menos importante de lo que pudiera creerse. Más bien el problema residía en el
hecho de que los agricultores, al igual que los mineros, precisaban de esclavos para trabajar sus
campos. Pero los mineros, tenían dos ventajas: la primera era podían soportar precios más
elevados por sus esclavos; la segunda era que, en lugar de comprar créditos ofreciendo como
seguro el rendimiento de su próxima cosecha podían pagar al contado.

La compra de esclavos incluso de categorías inferiores estiró los recursos financieros de los
agricultores al máximo, muchos vendieron sus propiedades, o consolidaron los pocos recursos que
conservaban intactos, o resultaron hipotecados por deudas. Al incremento de los costos de la
mano de obra, hay que situar el hecho de que la exportación de productos agrícolas no era en
ningún caso tan provechosa en la primera mitad XVIII como lo había sido anteriormente.

La explotación de las minas interrumpió el abastecimiento de carne a los enclaves costeros, desde
el interior de Bahía, Pernambuco, etc. Al principio Minas Gerais era totalmente dependiente en
importaciones de carne e incluso, a pesar de su desarrollo, permaneció incapaz de
autoabastecerse. La interrupción de la red de abastecimiento y demandas no se reducía a la
mercancía producida en Brasil y los incrementos de precios no se limitaban a los artículos de lujo,
sino a elementos básicos tan importantes como la sal. En 1717 el virrey informó que los precios de
los productos básicos se habían puesto por las nubes. El resultado de estas presiones financieras
fue que muchos pobladores de los enclaves costeros se trasladaron a las zonas mineras, no tanto
por los atractivos del bienestar fácil como por los imperativos del hambre y la pobreza.

La corona dispuso una serie de medidas para proteger la agricultura, procurando al mismo tiempo
no desalentar las iniciativas mineras. En 1701 el rey prohibió la comunicación o el transporte de
ganado o productos alimentarios de Bahía hacia las minas de Sao Paulo o el comercio en dirección
opuesta. Esta medida se vio limitada por la carencia de suficiente número de funcionarios para
controlar y por la imposibilidad de patrullar las vastas áreas del interior. El rey también prohibió
las exportaciones hacia Minas Gerais de esclavos procedentes de los puertos de Brasil, bien por
tierra o mar, es decir la reexportación desde el noreste hacia Río de Janeiro. Desde la prohibición
completa, el rey pasó a modificar en 1701 la cuota de esclavos a exportar anualmente desde Río
de Janeiro a Minas Gerais, y posteriormente abolió todas las restricciones sobre el comercio, en
beneficio del mercado libre de esclavos con destino a las minas. Pero en vez de fijar su atención
en asegurar que los esclavos estuvieran a disposición de los granjeros a precios asequibles, el
resultado de este énfasis equivocado fue la escasez de esclavos de primera calidad para las
plantaciones de Brasil hacia el 1750.

Respecto a los extranjeros sólo se permitía viajar a Brasil a aquellos que pudieran demostrar su
negocio legalizado y que se había depositado una fianza antes de partir de Portugal, para asegurar
su retorno en la misma flota. Más tarde hubo que aumentar esta fianza, debido a que las
ganancias inesperadas obtenidas en las zonas mineras impulsaban a que muchos prefirieran la
perdida de la finanza antes de regresar.

La fiebre del oro

La búsqueda de oro no fue una tarea fácil, ya que el espacio se caracterizaba por la llanura costera
y ciertas zonas montañosas del interior sufrían condiciones climatológicas extremas de frío o calor,
humedad y aridez. Los animales salvajes, insectos venenosos, etc. Los indios hostiles eran una
continua amenaza, y aunque su presencia el algunas rutas hubiera decrecido, eran una fuerza a
tener en cuenta en el interior de Brasil en el siglo XVIII. Muchos de los viajeros que llegaban los
hacían con una absoluta falta de preparación física y mental para tales viajes. Muy pocos
valoraban las enormes distancias que tendrían que atravesar para alcanzar las minas de Bahía, sin
hablar de las de Mato Grosso o Goiás.

La naturaleza espectacular de las mayores afluencias a Minas Gerais, Mato Grosso y Goiás distrajo
del hecho de que la fiebre del oro no terminaba con el establecimiento de comunidades mineras
en las principales regiones del interior. A lo largo de la primera mitad del siglo XVIII hubo fiebre del
oro menores en muchas partes del interior. Los descubrimientos en Rio das Contas, a principio de
1720, persuadió a muchos mineros de abandonar minas Gerais con la esperanza de ganancias
fáciles. El descubrimiento de otras fuentes de riqueza causó un fuerte impacto en los mineros
que se ocupaban del oro. Los más famosos de todos fueron los hallazgos de diamante. Sus
descubrimientos llevaron a principios de 1730 a los mineros de oro, de Bahía y Minas Gerais, a
reemplazar sus explotaciones por las de Serro do Frio.
Ocupación del espacio Rioplatense (Guerin)

Proceso de ocupación guiado y condicionado por factores internos, relacionado con los
conquistadores y sus propios conflictos, y externos, en cuanto a la corona con su proyecto de
encontrar el paso hacia Asia (islas de Japón). Así América aparece como una molestia para llegar a
Asia, así que buscan saber hasta dónde llega este territorios, sus límites. Otro proceso que se lleva
a cabo es el descubrimiento de las minas de Potosí (espacio peruano) y la conquista del imperio
incaico (otro condicionante). Por otra parte también hay una constante preocupación por los
portugueses con su proyección hacia el espacio rioplatense (casi marginal) debido a que no se
había encontrado lo que buscaban.

Portugal va a ser un constante enemigo en la ocupación de estas tierras, definido por el tratado de
Tordesillas (Portugal y Castilla) que consistió en la repartición de un territorio que casi no se
conocía, por lo que para Portugal solo queda un pedazo de Brasil, y sin saberlo queda beneficiado.
Así Portugal se constituye como una amenaza, el tratado de Tordesillas no se había fijado hacia el
norte y sur limites, sino solo hacia el este y el oeste.

Así la conjunción de los descubrimientos de Cortés y la navegación de Magallanes, demuestra que


es inviable llegar a Asia pasando por América, lo que lleva a un ordenamiento del espacio. La
primera organización del espacio por la corona va a estar determinada por nueva castilla (Pizarro),
nueva Toledo (Almagro), nueva Andalucía (Pedro de Mendoza) y nueva león.

También se da una nueva concepción de los poderes, la secularización de los mismos con Carlos V,
Francia y el uso del derecho romano para la ocupación efectiva sobre Brasil (para hacerse de la
propiedad de las tierras). Los estados ya no se benefician del papado, sino que apelan al derecho
romano.

Una vez establecido los límites en el tratado de Tordesillas, Portugal comienza su ocupación: 1°
descubridor y ocupador se hace poseedor de las tierras. Promoviéndose a la exploración y
ocupación efectiva.

En 1536 Pedro de Mendoza explora las tierras de américa y funda Buenos Aires, modifica sus
naves para circunnavegar el rio Paraná.

En 1537 Ayola remonta por el rio Paraná (Mendoza lo manda a buscar alimento), regresa a
Candelaria y se encuentra con que Mendoza había partido a España (enfermo) y le deja el poder
para que se encuentre con Pizarro y le vendiera todas sus pertenencias (Mendoza muere en el
trayecto). Ayola no se entera y sus fortalezas quedan desiertas, donde llega Cabrera enviado por la
corona para rescatar a Mendoza, así la ignorancia de las exploraciones condicionaba las ocupación
de los espacios, generando un contexto de confusión.

Idala funda Asunción en 1542, fundando también un cabildo en la ciudad.


Cabrera tiene la misión de ordenar el espacio, pero lo obligar a llegar a un consenso (con los
soldados) nombrar gobernador, ciudades, fundaciones que se deciden entre los que conforman el
grupo.

Almagro conquista Chile.

Ayole e Idola en su exploración por América había pasado a “Nuevo Toledo”, siendo que solo les
pertenecían las de Mendoza (nueva Andalucía) debido a seguían los ríos (norte-sur). Quedando
demostrado que este ordenamiento de manera horizontal, no era racional, se tenían que tener en
cuenta los limites naturales (como los ríos) y para ello es necesario reconocer el espacio y al ser
horizontal el ordenamiento corta los ríos, los cuales se usaban para explorar, cruzando así los
lineamientos dispuestos.

Segundo ordenamiento va a ser el de los virreinatos (organización diferente e intereses


económicos) en capitanías, gobernantes y audiencias.

En 1440 Cabeza de Vaca, cruza el Amazonas, tierras de california, y es enviado por la corona como
gobernador y capitán general del río de la plata, también nombrado como adelantado.

Oposición por parte de Asunción, “paraíso de Mahoma” (donde los conquistadores se instalan no
colonos), que se encuentran aislados del resto de los espacios, y a la llegada de Cabeza de Vaca y
las leyes nuevas que protegían a los indios, y frente a los conquistadores que utilizaban la
encomienda que para las leyes ponían limites (encomienda de mano de obra pasa a tributo, y deja
de ser hereditaria) a lo privado y a beneficio de la Corona (conflictividad) pero que termina
acordando con Idala.

En 1547 Idala choca con Perú, nunca se había unido el Atlántico con el Pacífico por tierra.
Buscando cerros de plata, encuentra indios encomendados. Sube hasta Cuzco, y plantea la unión y
que ha encontrado la ruta más corta para unir el atlántico con el pacifico. Pero Pizarro se inquieta.
La mita Potosina – ejemplo de trabajo forzado
Este tema es un eje central en la materia porque recorre y permite ver la configuración
social, económica y política de la estructuración social americana y que va a influir
inclusive en el espacio del virreinato del rio de la plata cuando se dé la guerra de la
independencia. No por nada Castelli en su incursión al alto Perú va hacer mandado y
designado por Moreno, para comandar el ejercito del norte hacia esa zona con los
designios claros y específicos de ganarse a la población subalterna, a los indígenas más
específicamente de esta región del alto Perú. Dando por finalizada el sistema de trabajo
de la mita. (Recién en 1810 – 1811 cuando va Castelli hacia el norte termina este sistema
de trabajo).
Por otro lado, un poco más atrás el cerro del potosí, del alto Perú, debido a las riquezas
que generaba y al movimiento económico que generaba, era el centro neurálgico de la
colonia va hacer un eje de disputa y punto de tensión y conflicto en las reformas
borbónicas que se van a llevar a delante principalmente a partir de la creación del
virreinato de la Plata en 1776, cuando el alto Perú, la gobernación del alto, pasa a
depender de este nuevo virreinato y deja de depender del virreinato de Perú. Lima y
todos los sectores sociales dominantes de Lima, Cuzco inclusive, van a tener un
encontronazo con la corona española porque le quitan este punto económico que era
fundamental porque era de donde se extraía la mayor cantidad de plata, metales
preciosos de la corona. Recién en el siglo XVIII zacatecas (México) va a remplazar en
cuanto a producción, y volumen de producción y ganancia, pero en oro, no en plata.
Es así que tenemos la mita potosina ligada directamente al cerro pico del Potosí, que es
descubierto en 1545, inmediatamente se convierte el sinónimo de riqueza, supera
ampliamente a los dos juntos zacatecas y Guanajuato (siglo de esplendor XVII). Va a
iniciar con una rápida y barata explotación inicial de la plata; llega con su auge a fines del
siglo XVI, cuando entra en crisis esta rápida y barata explotación que se llevaba a través
de un sistema de producción conocido como el guay y estaba en manos de los indígenas,
más precisamente de los conocidos como yanaconas que eran los que manejaban y
tenían el monopolio de la producción, porque sabían cómo producir y como extraer ese
mineral y utilizar ese sistema de guay, que eran unos hornos que funcionaban como una
especie de fragua, aprovechando los vientos del lugar alcanzaban altas temperaturas y se
podía fundir rápidamente la plata, y separarla de los otro minerales. Pero rápidamente
esto es seguido de agotamiento de este mineral, que se podía extraer casi a simple vista,
y casi de los escombros que habían dejado las explotaciones del imperio incaico,
entonces no requería mucho trabajo pesado para extraerlo, no requería muchos
socavones, ya de la superficie del cerro se podía extraer un mineral casi puro, que con el
solo hecho de fundirlo se podía separar de otros minerales.
Recién hay un alza en 1730, 1790, alza modesta comparada con el siglo XVII, que va
hacer remplazado por zacateca principalmente y Guanajuato, cuando en estos espacios
se introduce la pólvora y la dinamita, como sistema de explotación para la extracción del
oro. Entonces esa tecnología es la que termina desplazando esa producción de potosí.
Esta crisis, este final del auge de fines del siglo XVI, se va a producir principalmente por
un agotamiento de esos minerales que estaban al alcancé de la superficie, de fácil
acceso, entonces van a requerir los dos minerales que se extraiga de mayor trabajo, de
mayor mano de obra, de un trabajo más pesado, mayor cantidad de mano de obra, los
yanaconas no alcanzaban, empiezan sus salarios a ser mucho más alto, por los
requerimientos, por la gran instalación del trapiche alrededor del cerro, la llegada masiva
de españoles mineros que intentan extraer la plata, que deben contratar a los yanaconas,
entonces al aumentar la demanda de yanaconas, los yanaconas empiezan a cobrar más,
entonces se hacen más costosos, por eso disminuye la producción en este momento, es
una cantidad de variable que van sumado a principalmente el agotamiento de la plata.
Toledo, en 1570, (en este momento aparece el repartimiento ligado a la decadencia
demográfica. Toda la crisis de las cuestiones de la plata, se le suma la crisis demográfica)
lleva numerosas disposiciones donde va a establecer esta mita, retomando una institución
preincaica, que es revaluada y retomada por Toledo para establecerla en el cerro de
potosí, específicamente, mita significa turno de trabajo, en el proyecto que el elabora, va a
disponer de esta forma, 13 mil indígenas por año, en una migración anual, que debían
trabajar en la mita, lo más importante era la extracción de la plata, entonces todas las
fuerzas de la corona se van a enfocar en extraer mano de obra para que fuera redirigida
hacia la extracción de la plata de potosí. Entonces un mitayo era sumamente importante
porque era el que tenía que ir a trabajar a la mina de potosí, entonces a veces se los
exceptuaba de cumplir otra tarea, de pagar ciertos tributos, se les asignaba derechos de
tierra de a comunidades, es como que se lo trataba de incentivar para que ese mitayo
fuera a trabajar a la mita. Ciertas comunidades cercanas a potosí, estaban obligadas a
proveer indígenas para la mita, para este repartimiento. Y aparece también el estudio de
un nuevo método de refinación que es la amalgama por mercurio que permite aprovechar
los minerales menos ricos, pero conlleva una mayor inversión y la construcción del
ingenio, es decir, que un minero español debía contar con un mayor capital para poder
establecer un ingenio, ese dinero español iba a ser beneficiado por la corona con la
concesión de un socavón y posiblemente con la concesión de un ingenio, o podía ser con
la concesión de un socavón y a otro español con la de un ingenio, entonces se
complementaban dependiendo de la relación de ese empresario con la corona. Ese
empresario que había sido beneficiado con esa concesión tenía el derecho a reclamar
cierta concesión de indígenas, la corona debía proveerlo de mitayos para que trabaje
tanto en el ingenio, como en el socavón para la extracción de la plata.
Así vamos a encontrar grandes empresas, integradas verticalmente, es decir de la más
grande a la más pequeña, que unían el trabajo de explotación minera con el refinamiento
del mineral. Es decir, la extracción del socavón del cerro, del mineral en bruto hasta que
salía en un lingote de plata pura. De ahí, tenían que pagar el quinto (impuesto), este
proceso, continua hasta el siglo XIX.
Como era el proceso manual, de los trabajadores provistos de la mita, que funciones van
a cumplir:
- Barreteros, realiza el trabajo más duro, el más calificado, porque era el que conocía
donde estaba la veta, conocía el mineral, por lo general era un trabajador libre, ex
yanacona, o yanaconas que habían quedado ahí trabajando después de que se les quita
la producción de guay y se introduce la amalgama por mercurio, ese yanacona se
contrata como trabajador libre.
- Brosiris, eran seleccionares del mineral, era un trabajo menos calificado
- Mortiris, trabajaban en los morteros.
- Papiris, trasladaban el escombro hacia afuera de la mina, por lo general eran los
mitayos.
- En los ingenios trabajaban los lepasiris, eran los menos clasificados, eran los que
estaban más expuestos a la salubridad de la producción porque pisaba la amalgama con
sus pies. El mercurio con los minerales. Estaba expuesto al polvo de los minerales, era el
trabajo más insalubre.
La ciudad del potosí, fue creciendo a medida que llegaba la gente, alrededor del cerro, es
muy distinta a las ciudades españolas en general, si bien tiene la plaza central, el cabildo,
alrededor de esas pocas cuadras la sociedad crece desordenada, se le llama el pueblo de
indias.
(texto Bakewell) HASTA ACÁ PODRÍA DAR YO.
LUCI ANÁLISIS DE TANDETER
(Texto Tandeter) ANÁLISIS DE LA MITA POTOSINA EN EL SIGLO XVIII
En el texto se ve como esta mita, este repartimiento se convierte en una relación de
producción nominal, para eso toma un modelo africanista, que estudia la mano de obra
forzada temporaria de la esclavitud y toma tres puntos, que mencionan que son
característicos de la mano de obra temporaria y que se van a expresar en su totalidad en
la mita, que es por un lado, él dice que todo el proceso de trabajo tienen un punto de
manutención, que sería la reconstitución inmediata de la fuerza de trabajo, que permite al
trabajador vivir en periodos de empleo, es decir el salario (es como el salario, equivalente
al salario, lo que ganan los mitayos). Otro elemento a analizar, es la manutención durante
periodos de no empleo, cuando el trabajador no está trabajando, por periodos de
enfermedad, descanso. Y otro elemento es la reproducción de esa mano de obra, o
manutención de primogenitud, es decir la reproducción de la mano de obra.
La mita concentra estos tres elementos, sobre la comunidad y también le tenemos que
agregar el de la manutención porque el salario es muy bajo.
La mita se va a convertir en una relación de producción dominante en el cerro del potosí,
como medio por el cual las comunidades transfieren valor a la esfera de la producción en
la cual se aplica, y en donde el empresario se beneficia de una renta de trabajo pero el
objeto de explotación no es el migrante individual sino la comunidad entera, entonces
vamos hablar de un plus trabajo comunal, es decir quien se hace cargo de la manutención
inmediata durante el periodo de empleo, de la manutención del trabajo durante el periodo
de no empleo y de la reproducción y manutención de la primogenitura va hacer la
comunidad del mitayo. Esto va hacer posible a través de un elemento que trasciende el
marco legal, es decir las disposiciones que había tomado en cuenta Toledo, que es lo que
los coetáneos llamaban entable, que es en realidad el conjunto de la practicas que se
producen realmente en el trabajo de la minería del potosí.
Otro elemento a tener en cuenta en este proceso de relación social de producción es el
pacto que se da, de reciprocidad colonial, el cual era percibido por las comunidades como
un acuerdo, un acuerdo implícito, donde la corona les garantizaba tierra, posesión de
esas tierras a favor del cumplimiento de las obligaciones de tributo y la mita. Entonces la
mita va aparecer como una especie de sacrificio del mitayo o la comunidad y termina
siendo una de las cargas más numerosa de todo el sistema.
-Institucionalmente la alternancia de los mitayos variaba según lo dispuso Toledo en una
semana de trabajo y dos de descanso, de esta forma el empresario contaba con una
mano de obra constante, para que trabajara en la mina, y el mitayo podía descansar
durante esas dos semanas y compensar el malo salario que se le pagaba contratándose
como trabajador libre, durante esas dos semanas de descanso. Siempre el salario de los
mingas (trabajadores libres no especializados de la mina) es más alto que el salario que le
pagaba el estado al mitayo. Pero en realidad, no favorecía esta disposiciones ninguna
limitación en la intensidad de la explotación por parte del empresario minero, al ser un
reclutamiento forzado no importa las condiciones de trabajo, si fueran trabajadores libres,
ante un trabajo que es mal pago, insalubre, ese indígena no se contrataría bajo estas
condiciones, pero acá están obligados, es decir no importan las condiciones de trabajo
porque si o si se tenían que quedar ahí, y se huía ese mitayo del cerro podía ir a la cárcel
y perdía automáticamente lo derechos en su comunidad de origen (importancia del ayllu).
Los que perdían el derecho a la comunidad, se convierten en indios forasteros.
La preocupación que tenía el empresario minero es la rentabilidad inmediata, es la
ganancia inmediata. Esto va a tener como consecuencia, la alternación de la jornada de
trabajo, se van a imponer trabajos nocturnos que no estaban estipulados, turnos de
trabajo durante toda la semana en el cerro, de lunes a lunes, y el que más influencia va a
tener en las modificaciones la imposición de tareas, o una cuota fija de trabajo, medido
por montones de producción, que va hacer controlado no solo por la cantidad de
minerales sino por la calidad del mineral extraído. El mitayo al principio con las
disposiciones de Toledo iba y trabajaba una semana, ahora con los cambios que se
imponen el mitayo debe cumplir una tarea, es decir no un turno, sino una tarea en
montones, cantidad de producción. Y luego se irán acotando también la semana de
descanso. (1689 pasa el mitayo de dos semanas de descanso a una) Porque al minero
empresario no le convenía que el mitayo durante esas dos semanas se contratara como
trabajador libre. (1732 se retoman las dos semanas de descanso, pero ya estaba
impuesto el sistema de tareas, que es el que organiza el sistema de trabajo, y permite un
despegue de la producción de plata desde 1740 a 1790) si el indígena no cumplía esa
tarea se le descontaba del salario. Hasta completar la tarea. En los ingenios, donde
trabajaban los mortiris había una doble imposición, por un lado, la tarea que se medía
según la harina del mineral producido y por otro lado, el mantenimiento constante de la
maquinaria, es decir del ingenio. Y a esto se agregaba el trabajo de los hongos, que era la
forma de denominar a los mitayos que durante su semana de descanso cumplían trabajos
en la casa del empresario, por ejemplo. A esto hay que sumarle el trabajo de la familia
que se trasladaba con el mitayo, la esposa por lo general trabajaba en la casa de los
azogueros de los empresarios en tareas domésticas. Y los niños que ayudaban a los
padres a trasladar el mineral o servían de mensajeros de un socavón a otro.

Tema: Tierras y recursos naturales. Política agraria. (Magnus Morner)

Tenencia de la tierra, fuentes de capital y mano de obra

Configuración de los sectores terratenientes y latifundistas en Sudamérica, elemento clave para


entender la configuración social de américa latina.

Como se va configurando la propiedad de la tierra en la época colonial. Que es cuando empieza a


surgir la noción de propiedad, porque durante la época pre colonial, el concepto de propiedad
como tal no existe. Está asociado más a lo comunitario que a lo individual.

Durante la conquista, la adquisición de tierra no fue el principal objetivo, los españoles querían
establecen en el nuevo mundo una sociedad organizada en torno a núcleos urbanos.

El sistema de encomienda, parecía ser la fórmula ideal de las relaciones hispanoindias. Los
encomenderos percibirían tributos y a cambio de ello instruir y evangelizar al indio encomendado.

La encomienda como institución legal, no implicó derechos sobre las tierras de los indios.
La política agraria referida a la tierra y recursos naturales de la colonia, del estado colonial, de la
corona gira en torno a cinco principios, primero que esa tierra, la propiedad de la tierra es de la
corona, es decir, es el señorío de la corona, por derecho de conquista; y solo puede ser adquirida
por los privados, por las personas a través de la merced, estas mercedes de tierra eran pequeñas
parcelas que se otorgan al momento de fundar las ciudades; luego esa merced real, que está
orientada a que esa persona se asiente y se conforme como colono van a esta divididas en
mercedes de estancias de ganado, y mercedes de labor. A su vez estas mercedes están divididas
por el carácter de quién las recibe, “peonía” cedidas a soldados a pie, y mercedes de “caballería”
para los soldados a caballo. Si no eran otorgadas a través de estos elementos legales de mercedes,
podía ser adquirida la tierra a través de la usurpación.

Al principio de la conquista la tierra no tenía mucha importancia, porque estos conquistadores


venían a buscar otra cosa, riquezas, por ejemplo. Pero a mediados del siglo XVI-XVII, la tierra
empieza a tener otro valor. Porque, empieza a tener un valor más económico. Porque hay un
crecimiento demográfico, los que adquieren la tierra son los españoles pobres de más bajo
estamento lo que no reciben mercedes.

A partir de ahí la corona empieza a usar la tierra como un aliciente. Y se extienden hacia tierras
que no habían sido conquistadas, en busca de tierra que fueran productoras, para seguir
produciendo y más manos de obra, por ejemplo, hacia el rio de la plata.

Gérmenes del latifundio, elemento importante para la formación del latifundio es la composición
de la tierra, que consistía en un pago a la Hacienda Real sobre tierras que eran usurpadas. Bajo la
lógica que una tierra usurpada durante muchos años, ya tenía ciertos derechos.

Otro principio de la política agraria, es garantizar las suficientes tierras para la reproducción de
mano de obra y pagos de tributos, es decir proteger la propiedad indígena, porque es la que va a
garantizar la mano de obra, ese indígena va a pagar tributos.

Y, por último, otra política, es el bloqueo agrario a los mestizos, porque el mestizo no figura en la
escala jurídica de los estamentos. Es así que los empuja a la producción de manufacturas, se
asientan en lugares marginales en el sentido de que las tierras producen poco, lugares áridos, y
van a estar colindantes a las haciendas, prácticamente dependen de las haciendas.

Cuáles son los factores en la formación de la gran propiedad, uno de ellos ligados al título de
encomendero y función de los burócratas, se apropian de la mayor cantidad de tierra, luego otros
actores importantes, son los mineros y comerciantes los cuales no tienen una relación jurídica
respecto de la tierra, pero a través de la ganancia invierten en la tierra, los mineros en época de
baja producción se vuelcan a la actividad agropecuaria, y los comerciantes porque son los que
hacer circular la mercancía de la tierra.

La hacienda surge como tal, a partir del siglo XVII asociada a la catástrofe demográfica, porque se
generan tierras fértiles y baldías y al descenso de la producción minera.
La iglesia en todo este proceso cumple un valor fundamental, legitima la expropiación de los
territorios y se convierte en la mayor y principal propietaria de tierra y de haciendas.
Principalmente en la orden de los jesuitas, la iglesia era la principal fuente crediticia. Gran
acaparadora de tierras.

La hacienda, característica tanto del virreinato de Perú, como de Nueva España. Vinculados con
otros centros mineros. Era una economía cerrada, de autosuficiencia.

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