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SOCIAL”1
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Conferencia presentada en el Seminario « Los archivos de entidades sometidas a fusiones,
liquidación, modernización”, organizado por el Archivo General de la Nación. , Septiembre 29 a
Octubre 1° de 2003.
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Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Finanzas Publicas y
en Economía del Desarrollo, Magíster en Finanzas Privadas y en Microeconomía y Ciencias de la
Decisión y Doctor en Gestión de Organizaciones socio económicas.
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SAUL J.R. “Los bastardos de Voltaire”, Ed Andrés Bello, Barcelona, 1992.
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medidas de 1984 sobre “Colombia Eficiente” y siguiendo con las demás iniciativas
de los sucesivos gobiernos desde entonces: Barco, Gaviria, Samper, Pastrana y
actual del presidente Uribe. De esto ya hace unos veinticinco anos, como para no
devolvernos hasta el Antiguo Testamento 4.
Pero debemos ir un poco mas lejos. Estos argumentos están en la línea directa del
pensamiento tecnocrático moderno, que pretende convertir en valores absolutos,
planteamiento puramente ideológicos. Y desde esta perspectiva es una discusión
viciada que no puede conducirnos a ninguna salida humanamente defendible.
Esa lógica que es la lógica del positivismo económico, la cual habla del tamaño del
Estado, del gasto público y de la eficiencia administrativa, pasa por encima de las
consideraciones a propósito de las personas que quedaran sin empleo y de sus
familias, de las consecuencias que estas medidas tendrán sobre el ya gravemente
deteriorado ambiente social y moral de nuestra sociedad, sobre el futuro de las
nuevas generaciones.
Pero el resultado esencial de esta lógica, que es lograr mejorar la eficiencia del
Estado, no aparece; Y no aparece porque no hay proyecto, porque no hay
estrategia. Luego de mas de veinte anos de Reformas y proyectos de reformas,
seguimos sin ver los resultados de dichas iniciativas. Al parecer el Estado continua
con su misma dinámica y los problemas que le han, sido propios, lo continúan
siendo.
Estos resultados son esperables, cuando no hay proyecto, los resultados son “lo
que resulte”. La irresponsabilidad se generaliza y las reformas que no se hicieron,
los resultados que no se obtuvieron, los problemas que no se solucionaron, serán
objeto de las propuestas de los próximos gobernantes.
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Ver SAUL J.R., ídem.
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teoría sistémica, los enfoques de calidad, hasta llegar a las más recientes torías
de gestión del conocimiento, presentan una amplia parafernalia de instrumentos y
opciones, que en otras latitudes han sido asociadas al manejo de lo publico, esto
también con mayor o mayor éxito.
Frente a esto nos caben múltiples responsabilidades. Para empezar nada más,
recordemos quienes eligen a sus gobernantes, o lo que es aun peor, quienes
eligen a los legisladores en un parlamento permanentemente cuestionado.
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DEBORD G. “La société du spectacle”, Ed. Gallimard, Paris, 1992. , « Comentarios a la sociedad
del espectáculo », Ed. Anagrama, Barcelona, 1990.
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La cultura organizacional en lo publico, caracterizada por una cierta actitud de
alejamiento de las responsabilidades y un gran acercamiento a reclamar los
derechos, convoca varios puntos de reflexión.
Estamos ante una gran contradicción: por un lado una fuerte necesidad de
reafirmación en tanto personas, por otro lado una negación colectiva de nuestra
existencia como tales y en consecuencia nuestra asimilación a masas uniformes,
predecibles y manipulables. Una sociedad que habla permanentemente del
individuo, pero que habla realmente del individuo privado, privatizado, masificado,
no del individuo en tanto persona autónoma, con la capacidad de fundar y vivir en
sociedades autónomas.
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A este propósito ver MORIN Edgar, "La méthode: L´Humanité de l´humanité", Tomo 5, Editions du
Seuil, Paris Noviembre 2001.
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ROMERO R. “ La mediocridad como factor de violencia: entre ética y moral”, Revista INNOVAR,
#18, Universidad Nacional de Colombia, FCE, Bogota, 2001.
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otros decidan por uno. De esa forma al menos uno se abroga el derecho de
disentir y no tiene que responder por las decisiones.
La mediocridad tiene que ver con el hecho de portar un título que no representa
nada diferente a un diferencial de ingresos, si es que se logra por esa vía. Pero en
la esencia la persona en cuestión “no sabe, no responde, todas las anteriores,
vuelva otro día, etc.”. En fin, la mediocridad es el escenario predilecto de quienes
no tienen ningún interés en construir una sociedad vivible.
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ZULET E. “Elogio de la dificultar y otros ensayos”, Ed. FEZ, 1994.
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