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I.

INTRODUCCIÓN

La presente investigación, tuvo como objetivo fundamental el estudio y análisis de


una sentencia expedida en un proceso real y concreto en el ámbito judicial peruano,
donde se encontraron suficientes hallazgos y muy significativos para llegar al meta
análisis del presente estudio, y que se detallan a continuación.

En España, Linde (2015), investigó: El Poder Judicial (integrado por los Jueces y
Magistrados, los Tribunales de todos los órdenes, el Consejo General del Poder
Judicial y el Ministerio Fiscal) es uno de los tres poderes que integran nuestro Estado
de Derecho, y es el que recibe una peor valoración por los ciudadanos españoles
desde hace varias décadas, de acuerdo con las encuestas realizadas por organismos
públicos y privados, sin solución de continuidad, durante todo el período
democrático. A la Administración de Justicia española se le reprocha lentitud, falta de
independencia y, además de otras deficiencias, que las resoluciones judiciales
generan grados de inseguridad sobresalientes. Existe un grave problema porque, sin
una justicia rápida, eficiente, independiente y fiable, difícilmente puede hablarse de
un Estado de Derecho de la calidad requerida por las democracias más avanzadas,
entre las que España se encuentra. La justicia es la clave de bóveda de todo el
sistema jurídico y cuando falla se corre el riesgo de que todo el sistema se
desmorone. El sistema de justicia en España, se encuentra al borde del colapso, y
sino se toman las medidas oportunas es muy probable que su descrédito aumente
hasta niveles ahora insospechados.

En el estado Mexicano, por ejemplo, a través del Comité Organizador de la Consulta


Nacional para una Reforma Integral y Coherente del Sistema Nacional de
Impartición de Justicia, se elaboró un documento denominado “El Libro Blanco de la
Justicia en México”. En éste documento, una de las 33 acciones marco para realizar
la reforma judicial es “la mejora de la calidad de las sentencias de los órganos de
impartición de justicia” (Centro de Investigaciones, Docencia y Economía, 2009)
(CDE), del cual se infiere que la calidad de las decisiones judiciales es un rubro
fundamental en el tema reforma.
En cuanto al Perú, en el año 2008, se realizó el Proyecto Mejoramiento de los
Servicios de Justicia, en ésta actividad se propuso contratar un consultor individual
para elaborar una metodología de evaluación de sentencias judiciales y otros, y
aplicarla en la selección, evaluación y procesos disciplinarios de los Jueces peruanos;
considerando, que si bien el Consejo Nacional de la Magistratura tiene algunos
criterios para evaluar la calidad de las sentencias judiciales, sin embargo no existe
una metodología que defina los criterios, indicadores, métodos y procedimientos a
seguir para realizar dicha evaluación, que se traduce en una heterogeneidad de los
resultados (Perú. Gobierno Nacional, 2008).

En Panamá el órgano judicial se encuentra en una grave crisis, debido a denuncias de


corrupción, acusaciones reciprocas y conflictos de poder entre los Magistrados de la
Corte Suprema de Justicia (CSJ). Estos hechos han llevado a una situación de
desestabilización institucional y baja credibilidad pública de la corte; la asamblea
nacional ha recibido denuncias contra los magistrados de la corte suprema de justicia.
Las acusaciones van desde el uso excesivo de recursos públicos, peculado, abuso de
autoridad, destrucción de pruebas, tráfico de influencias, incumplimiento de deberes,
interferencia a las labores de investigación del Ministerio Público. Además, existen
otros problemas como la falta de autonomía presupuestaria, la percepción de
impunidad, la poca transparencia y participación ciudadana en los procesos de
selección de magistrados de la Corte Suprema. La mejora del acceso a la justicia
tiene que ver con el funcionamiento de un sistema imparcial, calificado y
transparente. Para ello, frente a la grave crisis en el poder judicial, se propuso la
formulación de un Pacto de Estado para la reforma integral y consensuada del
sistema de justicia. (Orias, 2016)

Guatemala atraviesa por un momento crítico en la lucha contra la impunidad, debido


a las acciones que están retrasando los procesos de alto impacto sobre el tema de la
corrupción, según un estudio realizado por la organización Human Rights Watch.
Entre las fallas se encontró que existe un patrón de demoras reiteradas e
injustificadas en los procesos, en los cuales los abogados defensores han usado
abusivamente amparos, recusaciones y otras medidas para interrumpirlos. Estos
abogados actúan así, porque lo que le pueden cobrar a un corrupto por defenderlo es
una suma millonaria, y prefieren actuar inescrupulosamente y burlarse de la justicia,
sabiendo que no habrá consecuencia alguna para ellos. Estos expertos en abusar de
una figura legal como el amparo han encontrado un negocio opulento a costa de
entorpecer los procesos y dilatar los tiempos, haciéndole un daño terrible al país. Es
urgente que la ley establezca que la interposición de un amparo o la demora de una
notificación no deben ser causas para que un proceso se detenga. (Sanchinelli, 2017)

Asimismo, en República Dominica, el poder judicial ha caído en descenso ético y en


cuestionamientos en sus decisiones judiciales. Muchos esfuerzos se han hecho para
tratar de cambiar la imagen deteriorada del Poder Judicial; no ha sido posible quitar
la percepción de corrupción, ni las maniobras políticas para archivar expedientes, así
garantizar impunidad a los políticos y funcionarios. Por más decisiones disciplinaria
que intente tomar el consejo del Poder Judicial, la corrupción ha ganado la batalla y
no hay posibilidad de que la justicia dominicana recupere el crédito perdido por las
decisiones de sus magistrados La política se impuso sobre la justicia. Los jueces con
dignidad que han quedado en posiciones relevantes han optado por invisibilizarse, y
hasta convencerse de que los ascensos son un asunto de recomendaciones políticas.
la solución es cambiar todo el concejo del poder judicial, comenzar por designar
jueces independientes de los compromisos políticos que garanticen impunidad y que
sean magistrados que se ganen la confianza de la sociedad con sus decisiones en
justicia. (Anónimo, 2017)
En España, existe una evidente despreocupación por parte del gobierno por satisfacer
el requerimiento judicial, esto provoca que se cuente con una justicia que no
responde de manera eficiente a la sociedad en todos los sentidos, el gobierno debería
entender que la justicia es un apartado en el que siempre hay que invertir para el
buen funcionamiento del país, para que exista una Justicia independiente y eficaz,
entre las que sobresalen las siguientes: sistemas informáticos obsoletos; insuficientes
medios materiales y humanos; escasa formación y experiencia de los funcionarios
interinos; y el hecho de que España cuente con uno de los más bajos índices de
jueces por habitante de la Unión Europea (Ordoñez, 2016).
En América latina (Argentina), se encontró que la justicia de ese país se encuentra
sumido en una severa crisis, una de las primeras dificultades real y tangible es la
ausencia de justicia, la inseguridad en la justicia se mantiene como como una de las
principales preocupaciones de la ciudadanía. En el otro extremo la no investigación
de los hechos de corrupción más resonantes y los cuestionamientos diarios a la
Justicia, el problema más grande que tienen es la corrupción (Rudolph, 2017).

Asimismo en Bolivia, la justicia no camina por la senda de la legalidad procesal, la


administración de justicia en Cochabamba atraviesa por una grave crisis que es
reflejo de la situación actual del Órgano Judicial de Bolivia (OJB), institución que
busca, entre otras cosas, recuperar la credibilidad y confianza de la población que
califica a la justicia como; lenta, parcializada, ineficiente y sobre todo corrupta. Esta
crisis se daría en la región por cuatro factores, según opinión y análisis de
representantes de instituciones relacionadas al ámbito judicial del departamento.
Uno de los factores que agudiza la crisis en la justicia local es la falta de recursos
económicos para realizar mejoras en la infraestructura de los juzgados. Al no existir
celeridad en los procesos judiciales surge el segundo factor, un mal que difícilmente
se puede negar y que esta enraizado en muchos ámbitos del Órgano Judicial: la
corrupción. “Ha habido jueces que se han apartado de la noble misión de administrar
justicia”. El tercer factor que agudizaría la crisis de la justicia es el control que se
ejercería a los jueces y trabajadores jurisdiccionales, Por último, es la falta de
coordinación en la elaboración de las leyes entre los proyectistas y los actores que
participan en la impartición de justicia (Parra, 2017).

En Panamá, Giannareas (2016) el problema de la justicia es un problema que


experimenta una masa de ciudadanos, es perfectamente posible que haya magistrados
probos en la Corte Suprema y aun así la justicia siga estando plagada de ineficiencia
y corrupción. Lo que el sistema de justicia necesita es que la Corte Suprema tenga un
liderazgo eficaz para producir los cambios en todo el sistema.

Torres, L. (2017) El sistema de justicia en América Latina, que comprende a diversas


instituciones, no obstante el discurso constante de modernización, en realidad no se
ha modernizado lo suficiente. Es como un automóvil antiguo que al paso de las
décadas, no funciona bien. Falla casi todo.

En nuestro país, Saldaña (2010) La administración de justicia requiere de un cambio


para solucionar los problemas que tiene y así responder a las necesidades de los
usuarios de manera efectiva y rápida, y recuperar el prestigio de los jueces y de la
Institución.

En relación a Colombia, el principal problema que atraviesa es el de poca


credibilidad en la administración de justicia, perceptible ello por ejemplo en el año
2014 donde se vivenciaron escándalos que involucraron a algunos magistrados de las
altas Cortes, sumado esto a un paro judicial injustificado, el mismo que afectó
gravemente la imagen que tenían los colombianos sobre la administración de justicia
en su país.

Cabe recalcar que lo antes mencionado formó parte de un agregado a la ya mala


percepción y/o negativa que ya se tenía de los jueces por problemas como demora y
mala calidad en sus decisiones, generando como consecuencia de ello la idea de que
la administración de justicia no es la esperada resultando incapaz de tramitar
oportunamente los conflictos que los ciudadanos han decidido someter a las
instancias judiciales (Curvo, 2015).

A decir de Charry sobre Colombia atraviesa por una crisis que va más allá de la poca
credibilidad que tene la administración de justicia frene a la sociedad, esto es, está
más relacionada a los defectos propios del diseño constitucional y la jurisprudencia,
como son la falta de seguridad jurídica y la ausencia de controles a los magistrados
de las altas corporaciones. Bajo esta línea se puede incluso agregar que la justicia ha
sido uno de los poderes más olvidados por las agendas políticas, su presupuesto
pobre, sus instalaciones inapropiadas e incluso su tecnología ineficiente (Charry,
2017)
A todas luces la administración de justicia necesita una reforma urgente que nos
permita tener un juez menos sometido a la burocratización, que sin temor someta la
política al derecho, que los recursos se dirijan al soporte tecnológico y que ofrezca
una verdadera seguridad jurídica.

El reto es bastante grande, el mismo que requiere una justicia integra e


independiente, la misma que de la mano con la tecnología debe aportar soluciones
inmediatas a los problemas jurídicos conllevando a una seguridad jurídica. (Charry,
2017)

Sobre el Ecuador, se puede decir que la administración de justicia se ha caracterizado


por tener bastante injerencia del poder político, por su falta de capacidad para dar
solución apropiada a las demandas de la ciudadanía, por la poca preparación de los
jueces y demás funcionarios del sistema de justicia, por la decadente infraestructura,
y el poco interés en la utilización de la tecnología, como instrumentos para mejorar el
sistema de administración de justicia, la demora en la resolución de los conflictos y/o
litigios judiciales, sumados a una ya bastante conocida corrupción. Conllevando todo
ello a determinar que la administración de justicia en el Ecuador, goza de muy poca
credibilidad como consecuencia de las permanentes alianzas que han sido celebradas
a lo largo de la historia entre el sector judicial con los sectores y grupos más
poderosos económica y políticamente del país, generando ello subordinación a los
objetivos políticos, y haciendo casi imposible una independencia del poder judicial
(Preciado, 2013)

La crisis en la Justicia boliviana se debe, entre otros factores, a la lentitud en los


procesos, la corrupción, las dificultades de acceso de la población al sistema judicial
y la presión política sobre jueces y magistrados. Pero más allá de la corrupción y
retardación de justicia no se puede dejar de ver otros elementos importantes que dan
lugar a dicha crisis, como es el tema estructural, en el cual se aprecia gran
desproporcionalidad que existe entre el número de jueces, y otros que coadyuvan con
la justicia FRENTE al número de habitantes, resultando siempre insuficiente el
número de operadores jurídicos destinados a dar solución a los distintos conflictos
que surjan entre sus habitantes, que valga decir de paso la densidad demográfica
poblacional siempre está en crecimiento (Miranda, 2016).

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