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UNIDAD I:

La teoría política del individualismo posesivo - Mcpherson

Modelos de sociedad:

Hobbes construyó un modelo de hombre que elaboró mediante la conexión lógica de unos supuestos
elementos de la naturaleza humana. También construyó un modelo notable de relaciones entre hombres,
el estado de naturaleza, que presentó deliberadamente como un caso límite. Al estado de naturaleza se le
puede llamar un modelo de no sociedad.

- El primer modelo al que denominó sociedad de costumbre o jerárquica; incluye sociedades tan
diferentes entre sí como los imperios antiguos, las sociedades feudales y las tribales.

- El segundo modelo, la sociedad de mercado simple, sociedades mercantiles más plenamente


desarrolladas de los tiempos modernos.

- El tercer modelo, las sociedades de mercado modernas, la sociedad posesiva de mercado. Por la
misma, se entiende, una sociedad donde no hay una asignación autoritaria del trabajo o de las
compensaciones, y donde, a diferencia de una sociedad de productores independientes que solamente
intercambian en el mercado sus productos, hay un mercado de trabajo además de un mercado de
productos. Su criterio único de definición es que el trabajo del hombre es una mercancía: su energía y
su pericia son propiedad suya; no se consideran como partes integrales de su personalidad, si no
como unas posesiones cuyo uso y disposición son libremente cedidas a otros a cambio de un precio.

Sociedad posesiva del trabajo implica que donde el trabajo se ha convertido en una mercancía las
relaciones del mercado modelan hasta tal punto las relaciones sociales que podemos hablar de una
sociedad de mercado y no solo de una economía de mercado.

Sociedad de costumbre o jerárquica:

1. El trabajo productivo y regulador de la sociedad es asignado autoritariamente a grupos o personas,


mediante la ley o la costumbre.
2. Cada grupo o persona está asignado a un modo de trabajo, y se le permite tener solamente una escala
de compensación (determinada por el consenso de la comunidad o clase gobernante), adecuada a la
realización de su función.
3. La propiedad de la tierra individual e incondicional no existe.
4. Toda fuerza de trabajo está vinculada a la tierra, o la realización de las funciones asignadas o a los
dueños en el caso de los esclavos. Así es como los miembros de la fuerza de trabajo no son libres de
ofrecer su trabajo en el mercado: no hay mercado de trabajo.

En este modelo hay espacio para que los hombres situados en los niveles superiores de poder, ataquen a
los demás y así obliguen a otros situados al mismo nivel a entrar en la competencia por el poder. Se trata
de una competencia entre rivales por los beneficios que ya se obtienen de la población subordinada.

El grueso de los miembros de la sociedad ha de estar confinado a los modos de trabajo y de vida
determinados por la aportación que le exige a cada uno para la sociedad, y esos modos de trabajo y de
vida no les dan oportunidad para atacar o someter a sus semejantes.

Dado que no hay un mercado libre del trabajo de los individuos, la competencia entre los individuos para
conseguir parte de los poderes naturales ajenos no puede impregnar a toda la sociedad.
(En el modelo hay espacio para que quienes se hallan en la parte de abajo resistan, por la fuerza, los
incrementos en las exacciones que les exigen sus superiores)

El modelo de una sociedad de costumbre, aunque permite un ataque por la fuerza entre rivales situados
en la cúspide, no permite un ataque perpetuo, por la fuerza o de otro modo, de los individuos entre sí en
toda la sociedad.

El modelo de una sociedad jerárquica no satisface las exigencias de Hobbes. La deficiencia esencial es
que en el modelo los poderes naturales (el trabajo) de los individuos no se pueden ceder libremente.
Sociedad de mercado simple:

Es una sociedad en la que la producción y la distribución de bienes y servicios está regulada por el
mercado pero en la que el trabajo mismo no es una mercancía.

1. No hay asignación autoritaria de las compensaciones por el trabajo


2. Hay una definición de los contratos y una imposición de su ejecución por parte de la autoridad.
3. Todos los individuos tratan racionalmente de elevar al máximo sus ganancias, de conseguir la
máxima satisfacción posible con el menor gasto posible.
4. Todos los individuos poseen tierra u otros recursos con los cuales pueden ganarse la vida mediante
su trabajo.

De estas propiedades del modelo se siguen determinadas consecuencias. En busca de medios de vida,
los individuos desplegaran sus energías, capacidades y recursos materiales de las maneras que Ia
sociedad (esto es, los mismos individuos como consumidores) está dispuesta a compensar

Dado que los individuos buscan La máxima compensación por su trabajo, y dado que dividir el trabajo es
más eficaz que trabajar cada uno para sí mismo, los individuos intercambian los productos de su trabajo y
de sus recursos por bienes producidos por otros. Habrá, pues, un mercado para los productos.

Los precios estarán determinados por Ia competencia entre vendedores y entre compradores, y a su vez
determinarán c6mo asignan sus recursos los individuos entre diferentes tipos de producci6n.

El mercado se autorregula, dado que los precios cambiaran, de modo que lo ofrecido para Ia venta será
comprado y lo deseado será producido y ofrecido en venta.

En este modelo no hay razón para que el mercado de los productos se extienda a un mercado de trabajo.
Para establecer un mercado de trabajo será absolutamente necesario:

Que la satisfacción por conservar el dominio sobre el propio trabajo es mayor que la diferencia entre los
salarios esperados y las ganancias esperadas como productor independiente

La ganancia que obtiene cada uno en este mercado consiste en el mayor beneficio conseguido al producir
una cosa para el cambio en vez de producirla para si. La ganancia no se logra a costa de los demás: nadie
se hace para su propio uso con más poderes ajenos que los demás con poder suyo.

La sociedad posesiva de mercado:

a) No hay una asignación autoritaria del trabajo.


b) No hay una asignación autoritaria de compensaciones por el trabajo.
c) Hay una definición de los contratos y una imposición de su educaci6n por parte de la autoridad.
d) Todos los individuos tratan racionalmente de elevar al máximo sus ganancias.
e) La capacidad para trabajar de cada individuo es una propiedad inalienable suya.
f) La tierra y los recursos son propiedad inalienable de los individuos.
g) Algunos individuos desean un nivel de ingresos o de poder superior al que poseen.
h) Algunos individuos tienen más energía, capacidad o bienes que otros.

La superior eficacia del trabajo conjunto organizado por hombres de energía, capacidad o recursos
superiores hará bajar los precios de los productos en el mercado competitivo, de modo que un número
cada vez mayor de productores aislados encontrar n1 imposible o menos provechoso seguir trabajando
independientemente, y por tanto ofrecerá su trabajo en el mercado

El mercado competitivo de productos pasa a ser un mercado competitivo general. El trabajo, la tierra y el
capital, al igual que los productos, quedan sometidos a Ia determinación del mercado.
El mercado es el mecanismo a través del cual se forman los precios, que a su vez son un factor
determinante en la adopción de decisiones individuales relativas a la utilización de las energías y a la
educación de las actividades provechosas.
El intercambio de mercancías a través del mecanismo de formación de precios del mercado impregna las
relaciones entre los individuos, pues en este mercado todas las posesiones, incluyendo las energías de los
hombres, son mercancías.
La consecuencia de Ia competencia en este mercado es obligar a los empresarios a emplear cantidades
de capital crecientes como medio para conseguir una producción más eficaz.
Cuanto más capital se necesita para sostenerse en el mercado más difícil resulta a los hombres con
bienes escasos entrar en Ia Producción independiente o mantenerse en ella.
Como la tierra se agota, una proporción creciente de Ia población pasa a depender de Ia venta de su
trabajo.

Surge así una división de clase entre quienes tienen tierra y capital y quienes carecen de ello: Quienes
poseen el capital y la tierra, por tanto, pueden conseguir, empleando el trabajo ajeno, la cesión total de
algunos de los poderes de otros para sí mismos.

Al hablar de este proceso como de una cesión completa de parte de los poderes de un hombre a otro,
consideramos que los poderes de un hombre son la suma de sus medios actuales para obtener presuntos
bienes futuros.
Los poderes de un hombre, por tanto, incluye no solo su energía y su capacidad para trabajar, sino
también su acceso a los medios.

Entre el modelo de mercado simple (donde todo el mundo posee tierra o materiales para trabajar) y el
modelo del mercado posesivo (en el que algunos no poseen tierra o capital propios), lo que
determinados hombres han perdido es el acceso libre a los medios de convertir su capacidad de trabajo en
trabajo productivo.

Al haber perdido esta parte de sus poderes han de vender continuamente lo que les queda de ellos a los
que poseen tierra y capital, y han de aceptar un salario que permite que parte del producto pase a los
propietarios de la tierra y del capital. Esto constituye la cesión de sus poderes a otros. Es una cesión
continua, puesto que se produce a medida que tiene Iugar la producción.

La cesión, naturalmente, no es exclusiva de la sociedad de mercado plena. Pues, aunque no puede existir
en la sociedad de mercado simple, se da en todas las sociedades de costumbre y jerárquicas en las que
una clase dominante se mantiene a sí misma por medio de los tributos, las rentas o la esclavitud.
Lo específico de la cesión en la sociedad de mercado es que aquí se mantiene por medio de la
competencia continua entre los individuos a todos los niveles.
Todo el mundo es un poseedor de algo, aunque solo sea de su capacidad para trabajar; todos se ven
arrastrados al mercado; y Ia competencia determina lo que consiguen por lo que tienen para ofrecer.

El modele del mercado posesivo exige una estructura legal coercitiva. Como mínimo han de quedar
aseguradas la vida y la propiedad, y han de ser definidos los contratos e impuesta su ejecución.

El estado puede controlar el uso de la tierra y el uso del trabajo, interferir en el libre flujo del comercio
mediante restricciones y derechos arancelarios, fomentar un tipo de industria y desalentar otro,
proporcionar servicios libres o con subsidies, socorrer a los desposeídos y exigir niveles mínimos de
calidad o de educación; y estas y otras muchas interferencias impiden que los precios (incluidos los
salarios) tengan los niveles que determinaría un mercado no regulado o menos regulado.
Esto no afecta necesariamente a la característica fundamental del sistema, que consiste en que los
hombres han de calcular cuales son las conductas más rentables para ellos

El modelo del mercado posesivo no exige, por tanto, una política estatal de laissez- faire
Cualquiera que sea el grado de Ia acción estatal, el modelo del mercado posesivo permite que los
individuos que desean más placeres de los que ya tienen traten de conseguir para su propio uso los
poderes naturales ajenos. Lo hacen a través del mercado, en el que necesariamente está implicado todo el
mundo.

La sociedad posesiva de mercado, por tanto, satisface las exigencias de Hobbes. Es una sociedad en la
que los hombres que desean más pueden tratar continuamente de conseguir parte de los poderes de los
otros, de tal manera que obliga a todos a competir por conseguir más poder, y todo ello a través de
métodos pacíficos y legales que no destruyen la sociedad por la violencia declarada.
KARL POLANYI

La falacia económica

Casi nunca es pertinente resumir la ilusión general de una época en términos de error lógico; aunque,
conceptualmente, la falacia económica, no puede describirse de otra manera. El error lógico fue algo
común e inofensivo: el error estuvo en igualar la economía humana general con su forma de mercado. La
falacia es evidente en sí misma: el aspecto físico de las necesidades del hombre forma parte de la
condición humana; ninguna sociedad puede existir si no posee algún tipo sustantivo de economía. Por otra
parte, el mecanismo oferta-demanda-precio (al que popularmente se denomina mercado), es una
institución relativamente moderna con una estructura específica, que no resulta fácil de establecer ni de
mantener. Por otro lado, ampliar el concepto de mercado a todos los fenómenos económicos es atribuir
artificialmente a todas las cuestiones económicas las características peculiares que acompañan al
fenómeno del mercado. Inevitablemente, esto perjudica la claridad de ideas.

La economía y el mercado

El concepto de economía nació con los fisiócratas franceses simultáneamente a la institución del mercado
como mecanismo de oferta-demanda-precio. El naciente mundo de los precios fue resultado de la
expansión del comercio.

La simple infiltración del comercio en la vida diaria no había creado por sí misma una economía, sino sólo
un buen número de desarrollos institucionales posteriores. El primero de ellos fue la penetración del
comercio exterior en los mercados, transformándolos gradualmente. Esto fue seguido por la revolucionaria
innovación de mercados con precios fluctuantes para los factores de producción, trabajo y tierras. Este
cambio fue el más radical de todos, por su naturaleza y consecuencias. Sin embargo, no pasó mucho
tiempo antes de que los diferentes precios, que incluían ahora salarios, alimentos y renta, empezaran a
mostrar una interdependencia poco notable, produciendo así las condiciones que hicieron al hombre
aceptar la presencia de una realidad sustantiva desconocida hasta entonces. Este nuevo campo de
experiencia era la economía.

Adam Smith se convirtió en el fundador de la economía política porque reconoció. Smith introdujo los
métodos de negocio en las cavernas del hombre primitivo, proyectando su famosa propensión al trueque,
permuta e intercambio.

El enfoque que dio Quesnay a la economía, era el de la economía del produit net, una cantidad precisa en
la contabilidad del terrateniente. El produit net fue el padre de la plusvalía de Marx y sus derivados. Y así la
economía se impregnó de una noción ajena al proceso total del cual forma parte.

El montaje de la idea de excedente fue simplemente la proyección del modelo de mercado sobre un
aspecto más amplio de la existencia: la economía.

Al cabo de una generación el mercado, formador de precios, demostró su asombrosa capacidad para
organizar a los seres humanos como si fueran simples cantidades de materias primas, y convertirlos, en
unidades industriales bajo las órdenes de particulares especialmente interesados en comprar y vender
para obtener beneficios. En un periodo extremadamente breve, la ficción mercantil aplicada al trabajo y a
la tierra, transformó a la esencia misma de la sociedad humana. Esta era la identificación de la economía y
el mercado en la práctica. La esencial dependencia del hombre y de sus iguales en cuanto a los medios de
supervivencia se puso bajo el control del mercado. Este artilugio institucional, que llegó a ser la fuerza
dominante de la economía dio origen a otro desarrollo aún más extremo: la sociedad de mercado.

La mentalidad mercantil contenía nada menos que la semilla de una cultura completa y la imagen del
hombre y de una sociedad, transformada en economía de mercado surge necesariamente de la estructura
esencial de una comunidad humana organizada a través del mercado.
La transformación económica

El paso crucial fue que la tierra y el trabajo se convirtieron en mercancías, es decir, se trataron como si se
hubieran creados para la venta. Había oferta y demanda de trabajo; oferta y demanda de tierra. Por lo
tanto, había precios de mercado para utilizar la mano de obra, los salarios y un precio de mercado para el
uso de la tierra, la renta.

La ficción mercantil puso el destino del hombre y de la naturaleza en manos de un autómata que
controlaba sus circuitos y gobernaba según sus propias leyes. Este instrumento estaba controlado
exclusivamente por los incentivos del hambre y las ganancias. Con tal de que los desposeídos pudieras
satisfacer su necesidad de alimento vendiendo primero su trabajo en el mercado, y con tal de que los
propietarios pudieran comprar al precio más barato y vender al más caro. El temor al hambre del obrero y
el deseo de ganancia del patrón mantienen el mecanismo continuamente en funcionamiento.

Esta práctica utilitaria tan poderosa, deformo la comprensión del hombre occidental de sí mismo y de la
sociedad. En cuanto al hombre, sus móviles pueden considerarse “materiales” o “ideales”, pero los
incentivos sobre los que se organiza la vida diaria necesariamente nacen de las necesidades materiales.
Ese móvil puede ser religioso, político o estético; puede ser orgullo, prejuicio, amor o envidia; y de acuerdo
con eso el hombre aparecerá como esencialmente religioso, político, etc. El móvil seleccionado
representará al hombre “real”. Por lo que respecta a la sociedad, la doctrina pareja fue que sus
instituciones estaban «determinadas» por el sistema económico. El mecanismo de mercado creó para ello
el espejismo del determinismo económico como si fuera una ley general para toda la sociedad humana. El
funcionamiento del sistema económico aquí, no sólo «influye» en el resto de la sociedad, sino que la
determina.

El racionalismo económico

El término eficaz era racionalismo. La acción racional, como tal, es la relación de los fines con los medios;
la racionalidad económica, supone que los medios son escasos. Se dieron dos significados adicionales de
lo racional. En cuanto a los fines, se postuló que racional era una escala de valores utilitaria; en cuanto a
los medios, la ciencia aplicó una escala de comprobación de los rendimientos.

En resumen la variante económica del racionalismo introduce el elemento escasez dentro de todas las
relaciones medios-fines; propone como racional, dos escalas de valores diferentes que resultan estar
peculiarmente adaptadas a las situaciones de mercado, pero que de otro modo no tienen propósito
universal que les permitía denominarse racionales.

De esta forma, se achaca a la elección de fines y medios, la suprema autoridad de la racionalidad. El


racionalismo económico logra ambas cosas: la limitación sistemática de la razón a las situaciones de
escasez, y su extensión sistemática a todos los fines y medios humanos, dando validez así a un cultura
económica con el aspecto de una lógica irresistible. Para cubrir el vacío, el racionalismo económico
introdujo la armonía y el conflicto como los modos de las relaciones entre individuos.

El solipsismo económico

Tal solipsismo económico, fue en realidad un rasgo destacado de la mentalidad de mercado. La acción
económica, se suponía, era “natural” al hombre. Los hombres harían trueques a menos que se les
prohibiera, y así surgieron los mercados a no ser que se hiciera algo por evitarlo. El comercio empezaría a
fluir; y crearía fuentes de bienes. A medida que se agilizaría el intercambio el dinero haría su aparición.

Este eclipse del pensamiento político fue la deficiencia intelectual de la época. Se originó en la esfera
económica, pero a la larga destruyo cualquier planteamiento objetivo de la economía misma, en cuanto a
que la economía tuviera otro antecedente institucional que no fuera el mecanismo oferta-demanda-precio.
Las propiedades de un hombre, sus ingresos y rentas, el precio de sus mercancías, se consideraban ahora
“justos” solo si se obtenían en el mercado; en cuanto a la ley, ninguna tenia importancia, excepto las que
se refieren a la propiedad y los contratos.

El solipsismo económico género un concepto insulso de justicia, ley y libertad. En realidad, la justicia, la ley
y la libertad, como valores institucionalizados, hicieron su primera aparición en la esfera económica como
resultado de una acción estatal.
KARL POLANYI

EL LUGAR DE LAS ECONOMÍAS EN LAS SOCIEDADES

El racionalismo económico, del que somos herederos, postula un tipo de acción “económica” sui generis.
El actor –sea hombre, familia o sociedad en su conjunto- se enfrenta a un entorno natural que no
proporciona de inmediato los elementos necesarios para la vida. La acción económica se considera
entonces como una forma de disponer del tiempo y de la energía con miras a lograr el máximo de objetivos
en relación del hombre con la naturaleza. Y la economía es el lugar en el que se lleva a cabo dicha acción.
Por cierto, se da por descontado que el funcionamiento de esta economía puede estar influido por otros
factores de carácter no económico (políticos, militares, artísticos o religiosos).
Esta versión de la economía se originó en el entorno occidental del siglo XVIII y es pertinente bajo los
arreglos institucionales del sistema de mercado, pues en este caso las condiciones satisfacen, en cierta
medida, los requisitos establecidos por el postulado economicista. Pero, ¿nos permite este postulado
deducir la generalidad del sistema de mercado en el ámbito de los hechos empíricos? → para la economía
formal, la aplicabilidad históricamente universal del sistema de mercado es afirmativa. Toda economía
humana debe entonces ser vista como un potencial mecanismo de oferta-demanda-precio y, en
consecuencia, explicar los procesos reales, cualesquiera sean, en términos de esta hipóstasis.

PLANTEO DEL AUTOR

Si enfocamos el proceso económico desde la posición estratégica del nuevo conocimiento sobre la
realidad de la sociedad, comprobamos que no hay una relación necesaria entre la acción de economizar y
la economía empírica. La estructura institucional de la economía no obliga necesariamente, como en el
caso del sistema de mercado, a economizar.
Reemplazamos el economizar por el significado sustantivo del término “lo económico”. Ello implica la
aplicabilidad limitada de esa composición del sentido común. El hombre, sea racional o no, si no come, se
muere de hambre (:O). Pero su seguridad, su educación, el arte que practica y la religión que profesa
también requieren de medios materiales.
Se soslayaba el hecho de que la teoría económica es solo una de las tantas disciplinas que se ocupan de
la subsistencia del hombre desde un punto de vista material, es decir, la economía. En realidad, no es más
que el estudio de los fenómenos del mercado, su pertinencia para cualquier sistema que no sea el
mercado es insignificante. En ausencia de mercados y de precios fijados por el mercado, el aporte del
economista de poco le sirve a quien estudia las economías primitivas.
Es preciso liberarnos de la idea de que la economía es un campo de experiencia del cual los seres
humanos han sido siempre y necesariamente conscientes. Los hechos de la economía estaban
originalmente encastrados en situaciones que no eran, en sí mismas, de carácter económico; ni los fines ni
los medios eran principalmente materiales.
La economía como proceso instituido: Karl Polanyi intenta clarificar el término economía para ser usado
en las ciencias sociales de manera general.

El término “económico” es una palabra de doble significado cuyas raíces son independientes. Se
denominan significado sustantivo y significado formal. El significado sustantivo alude al intercambio con
el entorno natural y social en tanto el resultado de ese intercambio le proporciona los medios para
satisfacer sus necesidades materiales. El significado formal se refiere con la lógica racional de medios y
fines, de la elección entre recursos escasos y sus respectivos usos. Los dos significados difieren desde su
origen, pues el último proviene de la lógica, el primero de la realidad. El primer caso se trata de las leyes
del intelecto; en el segundo, de las leyes de la naturaleza.

La propuesta de Polanyi para las ciencias sociales es que para un análisis de lo económico es esencial
mirar desde el significado sustantivo, pues es capaz de proporcionar los conceptos que las ciencias
sociales necesitan para investigar todos los sistemas económicos empíricos del pasado y del presente. Sin
embargo el principal problema deviene de la combinación de los significados (sustantivo- formal) con sus
consecuencias restrictivas al entendimiento del concepto economía.

Polanyi comienza a realizar un análisis detallado de los conceptos que se desprende de los dos
significados de lo “económico” centrándose primero en el formal y pasando luego al sustantivo.

Los significados formal y sustantivo de lo “económico”


Para analizar el significado formal de la economía es necesario partir de la manera en que la lógica de la
acción racional genera la economía formal y está, a su vez, da origen al análisis económico.

La acción racional se define aquí como la elección de los medios con respecto a los fines. Por consiguiente
racional es la relación existente entre medios y fines, es la elección del medio para servir un fin.
La lógica de la acción racional se aplica entonces a todos los medios y fines concebibles que cubren la
casi infinita variedad de los intereses humanos.

La economía formal remite, como lo hemos señalado, a una situación de elección que deriva de la
insuficiencia de medios. Es lo que se denomina el postulado de la escasez, el cual requiere, en primer
lugar, insuficiencia de medios y, en segundo lugar, que la elección este inducida por dicha insuficiencia.

Así como hay elección de medios sin insuficiencia, también hay insuficiencia de medios sin elección. Es
posible que la elección este inducida por el hecho de preferir lo correcto a lo incorrecto (elección moral), o
nos veamos obligados a elegir entre dos senderos para llegar a destino (elección inducida
operativamente). En los dos casos, la abundancia de medios, multiplica las dificultades de la elección.

El vínculo entre la economía formal y la economía humana es de hecho fortuito. Fuera del sistema de
mercados creadores de precios, el análisis económico pierde casi toda su pertinencia en tanto que método
de investigación sobre el mecanismo de la economía.

El origen del concepto sustantivo proviene de la economía empírica. Se la puede definir brevemente como
un proceso institucionalizado de interacción entre el hombre y su entorno, cuyo resultado es un continuo
abastecimiento de medios materiales que permiten la satisfacción de las necesidades. La economía es un
proceso instituido, en el que se destacan dos ideas: el “proceso” y “su condición de ser instituido”.

El proceso sugiere un análisis en términos de movimiento. Los movimientos refieren, a los cambios de
lugares, a los cambios de posesores, o a ambos a la vez. Este proceso limita el contacto con los recursos
que comprende el proceso económico en cuanto a fenómeno natural o social. Contrapone los bienes del
productor al del consumidor según satisfagan directamente sus necesidades. Este tipo de movimiento de
los elementos representa una parte esencial de la economía en el sentido sustantivo del término, esto es la
producción. La apropiación de dichos bienes determina su circulación y su administración.

La institucionalización del proceso económico confiere a éste unidad y estabilidad; crea una estructura
teniendo una función determinada en la sociedad; modifica el lugar del proceso en la sociedad, dando así
un significado a su historia; concentra el interés sobre los valores, las motivaciones y la política. Unidad y
estabilidad, estructura y función, historia y política definen de manera operacional el contenido de nuestra
aserción según la cual la economía humana es un proceso institucionalizado.
La economía humana, por lo tanto, está encastrada y enredada en instituciones económicas y no
económicas. La inclusión de lo no económico es vital, pues la religión o el gobierno pueden ser tan
importantes para la estructura y el funcionamiento de la economía como las instituciones monetarias
mismas.

Reciprocidad, redistribución e intercambio.

Un estudio relativo a la manera en que las economías empíricas son institucionalizadas debe en primer
lugar ligarse a la manera en que la economía adquiere unidad y estabilidad, es decir a la interdependencia
y a la recurrencia de sus elementos, o sus formas de integración.

a) Reciprocidad: Denota movimientos correlativos desde distintos puntos, supone agrupamientos


simétricamente dispuestos. Se da en bandas y tribus, así como en ciudades-estado, articuladas por
un mínimo de un eje. Utiliza la redistribución y el intercambio como fórmulas subordinadas. La
reciprocidad puede lograrse si se comparte la carga laboral de acuerdo con reglas concretas de
redistribución: por ejemplo, cuando se realiza un trabajo “por turnos”.

En efecto, en las economías que no son de mercado, la reciprocidad y la redistribución se dan


generalmente juntas.

b) Redistribución: Refiere a un punto central donde llega la producción y pasa a ser distribuida a todos
los puntos. Depende de una medida centralizadora. Supone un centro (jefaturas) él, debe decidir
cómo serán las reparticiones. Esto evidentemente supone problemas nada más empezar porque es
muy difícil lograr justicia en el reparto, sobre todo con los sistemas experimentados hasta ahora. Es
necesaria la máxima "a cada cuál según sus necesidades, cada cuál según su disposición". Esto
significa que ha de producirse un almacenamiento básico mientras que otras veces se dispone de
ello a través de la localización. Es un sistema usado en muchas sociedades por necesidad. (Por
ejemplo las sociedades recolectoras y cazadoras) Dos tipos: Igualitaria, Estratificada.

c) Intercambio: Hace referencia al movimiento recíproco que tiene lugar de propietario a propietario en
el sistema de mercado. Es más propia de los Estados. Requiere un sistema de formación de
precios en el mercado. Tres tipos: Movimiento local entre propietarios (regateo); Socios de
intercambio (precio fijo bueno para todos los socios); Intercambio de mercado.

De todas maneras, las formas de integración no representan “estadios” de desarrollo. Numerosas formas
secundarias pueden estar presentes al mismo tiempo que la forma dominante, que en sí misma puede
reaparecer luego de un eclipse temporario.
Formas de comercio, usos de la moneda y elementos del mercado

El mercado aparece inevitablemente como el centro del intercambio, el comercio como el intercambio real
y la moneda como el medio de practicar el intercambio. El mercado es la institución de base de la que el
comercio y la moneda son las funciones.

El comercio, la moneda y el mercado constituyen un todo indisoluble cuyo marco conceptual común es el
mercado. Ello conduce, naturalmente se llega a ver mercados donde no existen y a ignorar el comercio y la
moneda cuando existen por el hecho de la ausencia de los mercados. Es por esto por lo que conviene
analizar separadamente el comercio, la moneda y los mercados.

1. FORMAS DEL COMERCIO

El comercio es el movimiento de los bienes a través del mercado. Todas los mercancías, son objetos
potencialmente comerciables. El movimiento está controlado por los precios. Es su bidireccionalidad del
movimiento que le confiere su carácter generalmente pacífico y bastante regular. Todo comercio es un
comercio de mercado.
Tomando en cuenta que en las actividades comerciales algo debe ser transportado por alguien a una
cierta distancia y que ese movimiento se efectúa en dos direcciones opuestas, el comercio tiene, por
naturaleza, ciertos elementos constitutivos tales como las personas; los bienes, el transporte y la
bilateralidad.
Examinando estos cuatro factores podemos esperar aprender algo sobre el lugar cambiante del comercio
que es una actividad compleja, en la sociedad.

1. Comenzando por las personas involucradas. Un comerciante puede adquirir bienes situados a
distancia por motivos relacionados con la posición que ocupa en la sociedad (móvil de status), o
bien puede hacerlo por los beneficios que obtiene en las transacciones de compra y venta (móvil de
ganancia).
2. La organización del comercio con sus particularidades (según la naturaleza de los bienes
transportados, la distancia a recorrer, los obstáculos a franquear, las condiciones políticas y
ecológicas en las que se insertaba, etc)

Según el fundamento del movimiento bidireccional hay tres tipos principales de comercio: el comercio de
intercambio de regalos, el comercio de administrativo y el comercio de mercado.

- El comercio de intercambio de regalos liga a los participantes en relaciones de reciprocidad. En


este caso, la organización del comercio es generalmente de tipo ceremonial e implica ofrendas
recíprocas, embajadas, tratos o acuerdos políticos entre jefes o reyes. Los bienes son suntuarios,
objetos de circulación elitista.
-
- El comercio de administración se fundamenta en relaciones derivadas de tratados de índole más
o menos formal. Como de los dos lados, el interés de la importación es generalmente determinante,
el comercio circula a través del control gubernamental. El comercio de exportación está
habitualmente organizado de manera similar. En consecuencia, el conjunto del comercio es
practicado según métodos administrativos. Las equivalencias son fijadas según relaciones de
unidades simples, en principio el comercio es de uno contra uno. El comercio administrado
presupone la existencia de organismos relativamente estables tales como el gobierno.
-
- El comercio de mercado. Aquí el intercambio constituye la forma de integración que asocia las dos
partes una a la otra. Esta variante moderna del comercio, aunque en la actualidad se encuentre en
recesión, continúa siendo la más importante de todas, El abanico de los bienes comercializables –
las mercaderías- es prácticamente ilimitado y la organización del comercio de mercado obedece al
mecanismo oferta-demanda-precio. El mecanismo de mercado revela su inmenso campo de
aplicación por el hecho que no solo se adapta a la manipulación de las mercancías, sino también a
todos los otros elementos del comercio (almacenamiento, transporte, riesgo, créditos, pagos, etc.).
2. LOS USOS DE LAS MONEDAS

Se define la moneda como medio de intercambio indirecto y se dan tres usos básicos de la misma, que
constan de dos criterios: la situación sociológica en la que se produce y la operación realizada.
Estos usos son el pago, el rol de patrón y el intercambio.

- El primero queda establecido como uso de pago, en el que la situación supone la ejecución de las
obligaciones en el cambio del objeto y la operación realizada consiste en un intercambio realizada
entre el que vende y le que paga el objeto comprado (cambiando la propiedad del mismo).
- El uso patrón de la moneda, consiste en igualar cantidades de distinto tipo de bienes destinados a
fines precisos consiste en atribuir etiquetas numéricas a los distintos objetos a fin de facilitar su
manipulación.
- El uso de la moneda en el intercambio nace de la necesidad de objetos cuantificables para el
intercambio indirecto. Este caso está directamente relacionado con la creación de mercados.
Interviene la revalorización de los objetos.

La moneda primitiva es, una moneda de uso específico. Diferentes objetos corresponden a usos diferentes
de la moneda, además estos usos son instituidos independientemente unos de otros. Deviene así
evidente así que los usos de la moneda, pueden alcanzar un nivel casi ilimitado de desarrollo no solo fuera
de las economías dominadas por los mercados sino incluso en ausencia de los mercados.

3. ELEMENTOS DEL MERCADO

Catalécticamente hablando, el mercado es el centro del intercambio; el mercado y el intercambio son


extensivos. El intercambio se presenta, en consecuencia, como la relación económica con el mercado y el
mercado como la institución económica.

El intercambio según la definición sustantiva es el movimiento recíproco de apropiación de los bienes entre
diversas manos. Este movimiento, puede producirse ya sea a tasas fijas o contractuales, y solo estas
últimas son el resultado de la negociación o regateo entre las partes. Por tanto cuando hay intercambio
también hay una tasa.

Es de destacar que el intercambio a tasas contractuales es idéntico al “intercambio en tanto que forma de
integración”. Solo esta suerte de intercambio está específicamente limitada a un tipo definido de institución
de mercado, a saber los mercados creadores de precios.

Hay dos elementos del mercado que deben considerarse específicos: la multitud de ofertas y la multitud de
demandas, o bien ambas. Si las dos están presentes hablaremos de mercado; si solo uno de los dos está
presente de una institución de tipo mercantil. Lo siguiente en importancia es el elemento de la
equivalencia, es decir la tasa de cambio; según el carácter de la equivalencia, los mercados son mercados
a precio fijo o mercados creadores de precios.

La competencia constituye otra característica de algunas instituciones de mercado y así existen elementos
que se pueden calificar de funcionales como el emplazamiento físico, los bienes presentes, la costumbre y
la ley.

Las instituciones de mercado están en la actualidad disueltas en la ley de oferta - demanda - precio.

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