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TIPOS DE PANELES

SOLARES
Descubre las diferencias entre los paneles solares
fotovoltaicos y los térmicos

Existen dos tipos de paneles solares: los paneles solares


fotovoltaicos, que generan electricidad por reacciones químicas, y
los paneles solares térmicos, aquellos que utilizan la energía
del sol para calentar agua, y permiten utilizar el agua caliente para la
obtención de energía o para su uso domestico.

En primer lugar, los paneles solares fotovoltaicos son los primeros que
confirmaron que efectivamente se puede abastecer una zona con la
generación de energía procedente del sol, en este caso la energía solar
fotovoltaica. Estos paneles pueden tener cualquier tamaño: desde unos
pocos centímetros cuadrados hasta docenas de metros cuadrados de
superficie.

¿Cómo funcionan los paneles solares


fotovoltaicos?

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Los paneles solares fotovoltaicas funcionan mediante la incidencia de
los rayos solares sobre su superficie, lo que obliga a que estos estén
correctamente orientados en todo momento hacia el Sol para captar
toda la luz posible. Esta luz transmite energía a lo electrones, lo que
provoca que estos se separen de protones y neutrones y sean liberados
del panel en forma de electricidad.

Existen varios tipos de paneles solares fotovoltaicos: de silicio puro


monocristalino, de silicio puro policristalino, se silicio amorfo, de
aresniuro de galio, de teluro de cadmio, de diseleniuro de cobre en indio
o tándem.

Paneles solares térmicos


Por su parte, los paneles solares térmicos tienen una configuración más
sencilla. Estos paneles, que generan energía termosolar, reciben los
rayos solares sobre su superficie y calientan el agua que circular a
través de unos tubos que se encuentran dentro del panel.

A continuación, esta agua a alta temperatura puede generar energía


mediante el calor.

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¿Es posible fabricarlos en casa?
Hay muchas formas de fabricar un panel solar casero, pero
los paneles solares fotovoltaicos son muy costosos y utilizan una
tecnología que difícilmente podamos llevar adelante en nuestras casas.
En cambio los paneles solares térmicos si pueden ser fabricados de
manera artesanal con materiales que son fáciles de conseguir y con un
costo bastante menor a un equipo de energía solar.

Paneles solares:
importancia y
características

Los paneles solares son módulos capaces de aprovechar la energía de la


radiación solar. Esta facultad comprende tanto a los colectores solares
empleados para producir agua caliente como a los paneles fotovoltaicos que
se usan para generar electricidad. En ambos casos, se trata de una tecnología
limpia que permite obtener energía sin comprometer al medio ambiente.

Los paneles fotovoltaicos se encuentran conformados por distintas celdas,


encargadas de convertir la luz en electricidad. Las celdas emplean el
denominado técnicamente efecto fotovoltaico para transformar la energía solar y
lograr que la corriente atraviese dos placas con cargas eléctricas contrapuestas.

Sin embargo, este tipo de energía aún no ha llegado a su perfección técnica, por
lo tanto un buen número de firmas e instituciones privadas trabajan actualmente

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con el propósito de incrementar la eficiencia de los paneles, para lograr de esta
forma un aumento en las aplicaciones de la energía solar.

Diferentes aplicaciones

Al mismo tiempo, distintos desarrollos e investigaciones de universidades y


centros educativos han permitido la creación de vehículos y embarcaciones
marítimas impulsadas a través de energía solar. Uno de los principales
inconvenientes de los paneles fotovoltaicos es el alto coste que implican, una
característica que sin embargo poco a poco va cambiando.

El gran problema hasta ahora era el valor del silicio, empleado para la fabricación
de los paneles. En la actualidad, se han comenzado a emplear materiales
alternativos o a reducir el uso de silicio, derivando esto en una disminución de
los costos de producción. Al mismo tiempo, el aumento de la producción permitirá
que los precios continúen bajando en los próximos años.

Agua caliente sanitaria

Por otro lado, los calentadores solares de agua tienen un uso más doméstico, y
funcionan empleando la energía del sol para calentar un líquido, el cual conduce
el calor hacia un apartado dedicado al almacenamiento de ese calor. A nivel
residencial, el agua caliente sanitaria puede ser obtenida y almacenada en un
depósito a tal efecto, satisfaciendo las necesidades de una familia.

Estos calentadores también cuentan con paneles dotados de una placa


receptora, junto a tubos por los cuales circula el líquido que permite concretar la
creación de calor. El receptor, que se recubre con una capa oscura, es el que
transforma la radiación solar en calor.

Además, el líquido calentado se bombea hacia un complemento dedicado al


intercambio de energía, una bobina en la cual se estaciona para volver a circular
posteriormente hacia el panel original, con el propósito de ser recalentado. De
esta manera, con un sencillo funcionamiento, se obtiene energía limpia y se
brinda un importante aporte para el mantenimiento del equilibrio ecológico en el
planeta.

Un panel solar o módulo solar es un dispositivo que capta la energía de la radiación


solar para su aprovechamiento. El término comprende a los colectores solares, utilizados
usualmente para producir agua caliente doméstica mediante energía solar térmica, y a
los paneles fotovoltaicos, utilizados para generar electricidad mediante energía solar
fotovoltaica.

Colector solar térmico

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Generación de agua caliente con una instalación solar térmica de circuito cerrado.

Un calentador solar de agua usa la energía del sol para calentar un líquido, el cual
transfiere el calor hacia un depósito acumulador de calor. En una casa, por ejemplo, el
agua caliente sanitaria puede calentarse y almacenarse en un depósito de agua caliente.
Los paneles tienen una placa receptora y conductos, adheridos a ésta, por los que circula
líquido. Esta placa está generalmente recubierta con una capa selectiva de color negro. El
líquido calentado es bombeado hacia un aparato intercambiador de energía donde cede el
calor y luego circula de vuelta hacia el panel para ser recalentado. Es una manera simple y
efectiva de aprovechar la energía solar.

Panel solar fotovoltaico

Paneles solares en las Islas Cíes, (Vigo)

Descripción
Los paneles fotovoltaicos: están formados por numerosas celdas que convierten
la luz en electricidad. Las celdas a veces son llamadas células fotovoltaicas. Estas celdas
dependen del efecto fotovoltaico por el que la energía lumínica produce cargas positiva y
negativa en dos semiconductores próximos de diferente tipo, produciendo así un campo
eléctrico capaz de generar una corriente.
Los materiales para celdas solares suelen ser silicio cristalino o arseniuro de galio. Los
cristales de arseniuro de galio se fabrican especialmente para uso fotovoltaico, mientras
que los cristales de silicio están disponibles en lingotes normalizados, más baratos,
producidos principalmente para el consumo de la industria microelectrónica. El silicio
policristalino tiene una menor eficacia de conversión, pero también menor coste.
Cuando se expone a luz solar directa, una celda de silicio de 6 cm de diámetro puede
producir una corriente de alrededor 0,5 A a 0,5 V (equivalente a un promedio de 90 W/m²,
en un campo de normalmente 50-150 W/m², dependiendo del brillo solar y la eficencia de
la celda). El arseniuro de galio es más eficaz que el silicio, pero también más costoso.

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Las células de silicio más empleadas en los paneles fotovoltaicos se puede dividir en tres
subcategorías:

• Las células de silicio monocristalino están constituidas por un único cristal de silicio.
Este tipo de células presenta un color azul oscuro uniforme.
• Las células de silicio policristalino (también llamado multicristalino) están constituidas
por un conjunto de cristales de silicio, lo que explica que su rendimiento sea algo
inferior al de las células monocristalinas. Se caracterizan por un color azul más
intenso.
• Las células de silicio amorfo. Son menos eficientes que las células de silicio cristalino
pero también más baratas. Este tipo de células es, por ejemplo, el que se emplea en
aplicaciones solares como relojes o calculadoras.
Los lingotes cristalinos se cortan en discos finos como una oblea, pulidos para eliminar
posibles daños causados por el corte. Se introducen dopantes —impurezas añadidas para
modificar las propiedades conductoras— en las obleas, y se depositan conductores
metálicos en cada superficie: una fina rejilla en el lado donde da la luz solar y usualmente
una hoja plana en el otro. Los paneles solares se construyen con estas celdas agrupadas
en forma apropiada. Para protegerlos de daños, causados por radiación o por el manejo de
éstos, en la superficie frontal se los cubre con una cubierta de vidrio y se pegan sobre un
sustrato —el cual puede ser un panel rígido o una manta blanda—. Se hacen conexiones
eléctricas en serie-paralelo para fijar el voltaje total de salida. El pegamento y el sustrato
deben ser conductores térmicos, ya que las celdas se calientan al absorber la energía
infrarroja que no se convierte en electricidad. Debido a que el calentamiento de las celdas
reduce la eficacia de operación es deseable minimizarlo. Los ensamblajes resultantes se
llaman paneles solares.

Estructura
Las estructuras para anclar los paneles solares son generalmente de aluminio con
tornillería de acero inoxidable para asegurar una máxima ligereza y una mayor durabilidad
en el tiempo. Las estructuras tienen medidas estándar para la superficie, orientación e
inclinación —tanto en horizontal, como en vertical—.
La estructura suele estar compuesta de ángulos de aluminio, carril de fijación, triángulo,
tornillos de anclaje (triángulo-ángulo), tornillo allen (generalmente de tuerca cuadrada, para
la fijación del módulo) y pinza zeta —para la fijación del módulo y cuyas dimensiones
dependen del espesor del módulo—.1

Uso de la energía
Deben su aparición a la industria aeroespacial, y se han convertido en el medio más fiable
de suministrar energía eléctrica a un satélite o a una sonda en las órbitas interiores
del Sistema Solar, gracias a la mayor irradiación solar sin el impedimento de la atmósfera y
a su alta relación potencia a peso.
En el ámbito terrestre, este tipo de energía se usa para alimentar innumerables aparatos
autónomos, para abastecer refugios o casas aisladas de la red eléctrica y para
producir electricidad a gran escala a través de redes de distribución. Debido a la creciente
demanda de energías renovables, la fabricación de células solares e instalaciones
fotovoltaicas ha avanzado considerablemente en los últimos años.2 3

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Operario instalando paneles solares sobre una estructura diseñada al efecto.

Entre los años 2001 y 2012 se ha producido un crecimiento exponencial de la producción


de energía fotovoltaica, doblándose aproximadamente cada dos años.4 Si esta tendencia
continúa, la energía fotovoltaica cubriría el 10 % del consumo energético mundial en 2018,
alcanzando una producción aproximada de 2200 TWh,5 y podría llegar a proporcionar el
100 % de las necesidades energéticas actuales en torno al año 2027.6
Experimentalmente también han sido usados para dar energía a vehículos solares, por
ejemplo en el World Solar Challenge a través de Australia o la Carrera Solar
Atacama en América. Muchos barcos7 8 y vehículos terrestres los usan para cargar sus
baterías de forma autónoma, lejos de la red eléctrica.
Programas de incentivos económicos, primero, y posteriormente sistemas de autoconsumo
fotovoltaico y balance neto sin subsidios, han apoyado la instalación de la fotovoltaica en
un gran número de países, contribuyendo a evitar la emisión de una mayor cantidad
de gases de efecto invernadero.9

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