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CORRELACIÓN ENTRE LA DENSIDAD OBTENIDA EN EL LABORATORIO

(DEPENDIENTE DEL GOLPE DEL MARTILLO) VS. LA DENSIDAD OBTENIDA


EN EL CAMPO (ENERGÍA DEL RODILLO)

INDICE
I. COMPACTACIÓN DE SUELOS ......................................................................................................... 2
II. EL ENSAYO DE COMPACTACIÓN EN LABORATORIO................................................................... 3
III. ENERGÍA DE COMPACTACIÓN EN LABORATORIO. ...................................................................... 4
IV. EFICACIA DE LA COMPACTACIÓN EN OBRA ................................................................................ 6
V. CONTROL DEL GRADO DE COMPACTACIÓN EN OBRA ............................................................... 6
VI. ALGUNAS CONSIDERACIONES ....................................................................................................... 7
VII. FUENTES DE CONSULTA ................................................................................................................. 8

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I. COMPACTACIÓN DE SUELOS
Se entiende por compactación de suelos al pro-
ceso mecánico por el cual se busca mejorar artifi-
cialmente las características de resistencia, com-
presibilidad y el comportamiento esfuerzo – defor-
mación de los mismos.
La compactación se define como el proceso
mecánico mediante el cual se disminuye la cantidad
de huecos en una masa de suelo, obligando a sus
partículas a un contacto más íntimo entre sí, es decir,
a un aumento de la densidad de un material
determinado.
En general implica una reducción de los vacíos y,
como consecuencia de ello, en el suelo ocurren
cambios volumétricos de importancia ligados a la
pérdida de aire, porque por lo común no se presenta
expulsión de agua. Foto 1: Compactación con rodillo pata de
cabra (tomada de www.icc.ucv.cl)
Normalmente el esfuerzo de compactación le
imparte al suelo un aumento de la resistencia al cor-
te, un incremento en la densidad, una disminución de
la contracción, una disminución de la permeabilidad y
una disminución de la compresibilidad.
Habitualmente esta técnica se aplica a rellenos
artificiales, como terraplenes para caminos o ferroca-
rriles, bases o sub - bases para pavimentos,
estabilizados, presas de tierra, etc. Sin embargo, en
no pocas ocasiones se hace necesario compactar el
terreno natural a fin de mejorar su capacidad portante.
Un equipo vial típico empleado para compactar suelos
cohesivos (arcillas-limos) es el rodillo “pata de cabra”
(Foto 1).

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II. EL ENSAYO DE COMPACTACIÓN EN LABORATORIO
En la actualidad existen distintos métodos para reproducir en laboratorio las condicio-
nes de compactación en obra. El primero y más difundido es debido al Dr. R. R. Proctor
(1933) y es conocido como Ensayo Proctor Estándar. La prueba consiste en compactar el
suelo a emplear en tres capas dentro de un molde de forma y dimensiones normaliza- das,
por medio de 25 golpes en cada una de ellas con un pisón de 2,5 [kg] de peso, que se deja
caer libremente desde una altura de 30,5 [cm] (Foto 2).
Con este procedimiento Proctor observó que para un suelo dado, a contenido de
humedad creciente incorporado a la masa del mismo, se obtenían densidades secas suce-
sivamente más altas (mejor grado de compactación). Asimismo, notó que esa tendencia no
se mantenía indefinidamente si no que, al superar un cierto valor la humedad agregada, las
densidades secas disminuían, con lo cual las condiciones empeoraban. Es decir, puso en
evidencia que, para un suelo dado y a determinada energía de compactación, existe un valor
de “Humedad Óptima” con la cual puede alcanzarse la “Máxima Densidad Seca”.
El Ensayo Proctor Estándar también es conocido como Ensayo AASHTO T–99 (Ameri-
can Association of State Higway and Transportation Officials – Asociación Americana de
Agencias Estatales de Carreteras y Transportes).
Todo método de compactación, sea por
impacto, como es el caso del Ensayo Proc-
tor, o bien por amasado, vibración o compre-
sión estática o dinámica, produce estabiliza-
ción del suelo al transferirle energía al mis-
mo.
Ciertamente, no existe equipo de com-
pactación aplicable al terreno que sea con-
traparte o comparable al ensayo de impacto
en el Laboratorio (a diferencia de lo que ocu-
rre en el caso de ensayos de amasado, vi-
Foto 2: Instrumental para ensayo Proctor en bración o compresión de laboratorio que
Laboratorio (tomada de www.ele.com) encuentran su contraparte en los rodillos pata
de cabra, vibro-compactadores, de rue- da
lisa, etc.).
No obstante ello, es tanta la experiencia que se ha acumulado sobre la prueba patrón
Proctor, así como la gran cantidad de información que da indicio de su eficacia, que desde
el comienzo de su implementación hasta el presente es un método aceptado y referencia-
do en un sinnúmero de pliegos de obras.
En tiempos de la Segunda Guerra Mundial se introdujo el Ensayo Proctor Modificado
(AASHTO T–180), como respuesta a las exigencias de subrasantes más densas en aero-
pistas, demandadas por los pesados equipos de aviación militar que se desarrollaron por
entonces. Este ensayo modificó el Estándar aumentando el número de capas de 3 a 5; el
número de golpes en cada una de ellas se llevó de 25 a 55; el peso del pisón se elevó a 4,5
[kg] y la altura de caída a 45,7 [cm]. Básicamente con ello se evitó incrementar las

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compactaciones relativas por encima del 100% del Proctor Normal o Estándar, y la dificul-
tad que presentan algunos suelos en ser compactados en campo cuando su humedad óp-
tima, determinada por ésta última prueba, es cercana al Límite Plástico.
Comparando los resultados entre ambos, para un mismo suelo, se puede comprobar que
el Modificado provee valores de Densidad Seca Máxima más elevados, a consecuen- cia de
la mayor energía aportada, en correspondencia con menores valores de Humedad Óptima.
Actualmente, ambas pruebas cuentan con variantes a las formas originales. La elec- ción
del tipo de ensayo a efectuar dependerá, básicamente, de la naturaleza de la obra a realizar.
Las variables determinantes de la compacidad que se pueda lograr en un determinado
material, son la humedad que posee el suelo y el nivel de energía en la compactación.
Los ensayos de Proctor tienen por finalidad determinar la relación humedad-densidad de
un suelo compactado en un molde normalizado mediante un pisón de masa normalizada, en
caída libre y con una energía específica de compactación.
Curva de humedad – densidad o de COMPACTACIÓN. Esta curva da la variación, γd Vs
ω, que se obtiene en laboratorio. La densidad seca (y también el γd) va variando al modificar
la humedad, ω, de compactación.

La humedad óptima es la que se corresponde con el máximo de la curva de densidad. La rama


seca es la que se corresponde al suelo bajo de humedad, donde la fricción y cohesión dificultan su
densificación. La rama húmeda, es asintótica a la línea de saturación, que se desplaza hacia la
derecha de la humedad óptima de compactación, dado que la energía de compactación de un suelo
muy húmedo la absorbe el agua y no el esqueleto mineral.

III. ENERGÍA DE COMPACTACIÓN EN LABORATORIO.

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La energía de compactación es la presión aplicada al suelo por unidad de volumen,
durante cualquier proceso de compactación. En laboratorio, la compactación por impacto
queda definida por:

Donde:
E: Energía Específica
N: Número de golpes del pisón por capas
n: Número de capas
W: Peso del pisón compactador
h: Altura de caída del pisón
V: Volumen total del molde de compactación.
Ensayo Próctor Modificado: Ee = 27.2 kg-cm/cm
Ensayo Próctor Estándar: Ee= 6.1 kg-cm/cm
El empleo de una mayor energía de compactación permite alcanzar densidades secas
mayores y óptimos contenidos de humedad menores, esto se comprueba al analizar los
resultados obtenidos con las pruebas Proctor Estándar y Proctor Modificado.

El Grado de compactación de un terreno se expresa en porcentaje respecto al ensayo


Proctor; es decir, una compactación del 85% de Proctor Standard quiere decir que se
alcanza el 85% de la máxima densidad del Proctor Standard. El porcentaje puede ser mayor
al 100%, por ejemplo, en casos en que la energía de compactación en campo es mayor a la
del Proctor Standard.

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IV. EFICACIA DE LA COMPACTACIÓN EN OBRA
La eficacia de la compactación que se puede lograr en obra depende, entre otros facto-
res, de:
 Naturaleza del suelo a compactar.
 Elección adecuada del equipo: tipo, peso, presión de inflado de neumáticos, área
de contacto, frecuencia de vibración, etc.
 La energía específica de compactación (energía que se le entrega al suelo por uni-
dad de volumen durante el proceso mecánico de que se trate).
 Contenido de humedad del suelo.
 Cantidad y espesor de las capas del terraplén.
 Número de pasadas del equipo de compactación.
Los métodos usados para la compactación dependen del tipo de suelo. Los fricciona- les,
como las arenas, se compactan eficientemente por métodos vibratorios (placas vibra- torias),
mientras que los suelos tipo arcillosos se compactan mejor por métodos estáticos (rodillos
pata de cabra, rodillos neumáticos, rodillos lisos).

V. CONTROL DEL GRADO DE COMPACTACIÓN EN OBRA


Se define como Grado de Compactación (GC) de un suelo compactado a la relación,
en porcentaje, entre la Densidad Seca alcanzada en obra y la Densidad Máxima Seca ob-
tenida en laboratorio para el mismo suelo (Ensayo “Proctor” Estándar o Modificado)

GC [%] = Densidad Seca del suelo “in situ” x 100


Densidad Máxima Seca de laboratorio

El control en obra se hace generalmente realizando ensayos de determinación del GC y


comparando sus resultados con el porcentaje prescripto en pliegos (90%, 95%, 100%, etc.),
lo cual depende del destino y de la importancia de la obra (1).
Entre los métodos para determinar la Densidad Seca en obra, son tres los más utiliza-
dos:
- Método de la arena.
- Método del volumenómetro (o de la membrana de goma).
- Densímetros nucleares.

(1)
Es común encontrar en Pliegos exigencias de porcentajes mínimos de compactación que no se co-
rresponden con el destino de la obra a ejecutar. También es frecuente que no se indique el tipo de ensayo a
ejecutar lo cual provoca desorientación en los profesionales a cargo de la dirección, inspección o ejecución y
en las empresas constructoras. En buena medida ello es debido a que habitualmente tales pliegos son copia
de copia, o adaptación de originales, sin un adecuado control profesional antes de su aprobación.

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A título de orientación, se indica que ninguna compactación debe ser inferior al 90% del ensayo corres-
pondiente, por muy modesta que sea la obra o el destino. En el cuadro siguiente se ilustra sobre la prueba
AASHTO conveniente y el porcentaje mínimo de compactación a requerir, tomada de la fuente de consulta [3]:
Capa Prueba Proctor (AASHTO) % de compactación mínima
Cuerpo de terraplén Estándar 90
Subrasante Estándar 95
Subbase y base A Estándar o intermedia 95 o 100
Subbase y base B Modificada 100
Las subbases y bases A y B se usan en carreteras y aeropistas de intenso y pesado tránsito.
Tratándose de Subrasantes, y siempre bajo la prueba Estándar, sirve también de orientación la siguiente
tabla, conforme a la categoría de tránsito a recibir:
Categoría de tránsito Espesor mínimo % de compactación mínima
1,2,3 15 cm. 90
4y5 30 cm. 95
Categoría 1 : Calles residenciales; estacionamiento de automóviles.
Categoría 2 : Calles residenciales alimentadoras; pocos autobuses.
Categoría 3 : Avenidas; estacionamientos industriales; regular cantidad de autobuses; calles y estacio-
namientos en mercados de abastos.
Categoría 4 : Calzadas y calles comerciales con muchos autobuses.
Categoría 5 : Carreteras urbanas; autopistas.

VI. ALGUNAS CONSIDERACIONES


En los casos en que sea necesario realizar ensayos de compactación se deben tener en
cuenta las siguientes consideraciones:
1) El suelo con el que se realice la prueba de compactación debe ser representativo del
que se utilizará en obra.
2) Si la obra es muy extensa (por ejemplo caminos) o el suelo a utilizar se tomara en
préstamo de distintos yacimientos, se deberán ejecutar tantos ensayos de compactación
como fuesen necesarios, a fin de asegurar la representatividad del mismo en relación al
suelo empleado.
3) En caso de empleo de suelos modificados (con cemento, cal, arena, etc.), se debe-
rán realizar los ensayos con la adición estabilizadora o modificadora correspondiente.
4) De no prescribirse en pliegos, es el Director de Obra quien debe establecer qué
prueba ejecutar (estándar, modificada o alguna de sus variantes) conforme a las caracte-
rísticas de la obra.
5) Cuando se realicen ensayos de compactación, siempre es necesario efectuar el con-
trol en obra del porcentaje alcanzado.
6) Al realizar una compactación siempre es conveniente hacer un control en un peque-
ño sector de la obra, determinando el porcentaje alcanzado para establecer el número de
pasadas apropiado del equipo. Con un número de pasadas insuficiente no se alcanzará la
densidad requerida, mientras que un excesivo número de pasadas resultará antieconómi-
co.

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VII. FUENTES DE CONSULTA
1. JUAREZ BADILLO, E.- RICO RODRIGUEZ, A. “Mecánica de Suelos - Fundamentos de la Me-
cánica de Suelos” , Tomo I, Limusa. 3º Edición, 1992.
2. BOWLES, J., “Manual de Laboratorio de Suelos en Ingeniería Civil”. McGraw–Hill, Bogotá,
1981.
3. MONCAYO, J- “Manual de Pavimentos”, CECSA, México, 1980.
4. Norma IRAM Nº 10511/72, “MECÁNICA DE SUELOS – Método de Ensayo de Compactación en
Laboratorio”, 1972.
5. Norma de Ensayo Vialidad Nacional VN – E.5 – 67- “Compactación de Suelos”.

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