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“[Mialaret] establece que las ciencias de la otro grupo de autores que, manteniendo la
educación pueden clasificarse en tres grupos Pedagogía como ciencia general de la educa-
si se toma en cuenta el aspecto o dimensión ción, admiten la existencia de otras ciencias
de la educación en el que se pone el énfasis, de la educación, pero dependientes de la
a saber: a) las que estudian las condiciones primera (Nassif, 1958; García Hoz, 1968).
generales o locales de la educación, entre Una tercera corriente admite la existencia
ellas, Sociología de la educación, Economía de varias ciencias relacionadas con la edu-
de la educación, b) las que estudian la cación, pero independientes entre sí, puesto
situación educativa y los hechos educati- que cada una contempla el hecho educativo
vos: Psicología de la educación, Didáctica desde una panorámica propia y de acuerdo
general y, c) las que se dirigen al estudio con esta configura el cuerpo disciplinar de
de la evolución o de la reflexión sobre la contenidos teoréticos, tecnológicos y prác-
educación: la Filosofía de la educación y la ticos (Clausse, 1970; García Garrido, 1982;
Planeación educativa”. Colom, 1982; Quintana, 1983). Y un último
grupo considera Ciencia de la Educación a
Clasificaciones como la de Mialaret y otras toda disciplina relacionada con la educación
identifican corrientes de pensamiento directa o indirectamente, aunque no la tenga
variadas. Fernández y Sarramona (citado como objeto de estudio”.
por Tejada, 2005: 68) establecen cuatro
grupos: Adeptos a uno u otro enfoque han esgrimido
sus posturas desde diferentes ángulos epis-
“En primer lugar, los que consideran que temológicos y conceptuales y han llegado a
existe una única Ciencia de la Educación —la conclusiones divergentes y hasta contradic-
pedagogía— (Planchard, 1969; Manganiello, torias. Las más importantes giran en torno
1970; Vexliard, 1970). En segundo lugar, de las siguientes: para unos la pedagogía
“El desarrollo de la pedagogía como práctica artística y propugnar una visón amplia que
instrumental, sobre todo en el pasado siglo incluya lo praxológico. Para ello es permitido
XX, llevó a que perdiéramos la conciencia y necesario echar mano de diversas discipli-
del fin humanista que debería orientarla. nas, especialmente de las ciencias sociales,
La formación del docente tanto en escuelas de las ciencias de la educación y de las
de pedagogía como en los propios centros denominadas ciencias pedagógicas, dentro
escolares suele estar dominada por preocu- de una concepción que pretende generar
paciones instrumentalistas o técnicas. Las una visión articuladora y estructurante de
cuestiones teórico-prácticas se descuidan. la pedagogía sobre la educación.
El proceso reflexivo, deliberativo, estraté-
gico, experimental, investigativo, que debe En tercer lugar, cuando se atribuye a la
caracterizar a la pedagogía como práctica pedagogía la posibilidad de reflexionar y
con un interés humanista emancipador es actuar sobre la práctica educativa, se plantea
altamente descuidado”. la necesidad perentoria de pensar sobre los
objetos de conocimiento, esto es, las dis-
Esta preocupación pone sobre el
n tintas formas de representación simbólica y
tapete de la discusión el carácter mental que los sujetos y la colectividad se
transformador de la pedagogía. han construido para desmenuzar e interpretar
En segundo lugar, puede afirmarse entonces la realidad; se trata, para expresarlo de una
que por medio de la pedagogía es posible manera más simple, de pensar en los con-
y válido analizar con suficiente rigurosidad ceptos o categorías mediante las cuales se
los fenómenos educativos, con el objeto de estructuran los conocimientos o “contenidos
influir en la transformación ética y axiológica del aprendizaje” y las estrategias adecuadas
de todas las personas, más allá del “hecho para su comprensión, es decir, de la didáctica
educativo” en su sentido positivista; esto es, como disciplina pedagógica. La pedagogía,
trascender la explicación meramente técnico- por lo tanto, en su esfuerzo por comprender