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EN RELACIÓN AL DIBUJO...
Dimensiones: 51 x 72 cms.
EN RELACIÓN AL DIBUJO…
La práctica del dibujo, ha sido desde la antigüedad, una manifestación gráfica dentro de las artes,
las cuales las podemos registrar desde el paleolítico superior; sin embargo, no solamente en el
caso europeo donde el paleolítico superior afloró las manifestación de una dibujística rupestre,
donde la magia acompañó al chamán sacerdote, entre sus poderes de invocación, los cuales,
llenaba de potencia de energía creadora visual ante la realidad circundante de cazador- recolector.
En todo caso el dibujo fue la manifestación primigenia en las artes visuales, especialmente el trazo
en incisión o la línea de carbón o de materiales de origen mineral que dejaban ante eldesgaste
sobre la superficie de las paredes una linealidad que representa la simbología de la vida, de lo
cotidiano de la vida de los pueblos nómadas.
Los pueblos mesoamericanos, plasmaron muchos dibujos en cavernas y edificaciones, el uso del
carbón, asi como la tinta elaborada de diferentes materiales, logra plasmar en vasijas, paredes y
demás superficies como los diferentes códices mayas y nahuas tratados de ciencias, historia,
astronomía, mágica cosmovisión entre otros.
Sin embargo, el dibujo siguió su proceso de desarrollo visual y técnico así nace el dibujo a la tinta
que tanto se cultiva en la actualidad en todo el orbe planetario.
Generalmente sobre papel trazado con plumilla u otro instrumento que utilizamos para dibujar
con dicho material. Igualmente, es una de las manifestaciones gráficas del dibujo sobre papel
lienzo u otra superficie muy antigua que aparece en china. El dibujo a la tinta es una de las
expresiones más interesantes del trazo de todo dibujante; tanto la plumilla, el rapidógrafo
(estilógrafo), palillos de dientes, u otros instrumentos como el pincel o medio del que se vale todo
dibujante para expresarse y plasmar su obra gráfica, estos instrumentos son utilizados para trazar
líneas irregulares o regulares que el graficador con destreza rítmica plasma las imágenes
dibujísticas, las cuales se convierten en el dibujo final realizado llamado a la tinta. Cada trazo es
una de las prácticas que al tener la expresión del dibujo, éste se manifiesta con frescura, sin
esforzar lo que se dibuja, o se realiza, más acciones en torno a la experiencia de dibujarlo
encontramos con la frescura del pincel tirando y trazando con tinta china, aunque se tambalea
entre la aguada; el dibujo se convierte en un proceso transformador de las imágenes que registra
todo dibujante.
Entre las diversas expresiones del dibujo a la tinta encontramos una variedad de estilos, a menudo
los los trabajos graficos se diversifican en una cantidad de elementos que nos evocan el trazo del
agua fuerte o grabados en metal que es parte de las artes gráficas, nuestro dibujo encierra parte
de es cotidianeidad en la que perdura el deleite de expresar a través del trazo lo hermoso de
construir diseños fruto de la herencia de la mezcla de las diferentes vertientes estilísticas en la
búsqueda de trazar nuevas manifestaciones icónicas.
La metamorfosis de los trazos convierten al dibujo en una muestra del diseño con una fuerte
intencionalidad, de esta manera, cada dibujo es la manifestación subjetiva objetivada del
dibujante en el lienzo o papel en el cual deposita su energía creadora.
El dibujante se convierte en el intérprete de la realidad y éste, se introduce al mundo creativo, a la
dimensión, la universo icónico universal del dibujo artístico.
Es importante manifestar que todo dibujo tiene una intensión, un contenido necesario parido
dentro de un contexto histórico, el dibujo es reflejo de la realidad social colectiva, una
manifestación histórica de la conciencia social, política, económica y del pensar del creativo en una
doble visión o relación dialéctica entre emisor artista dibujante y su público consumidor- receptor
que decodifica cada manifestación gráfica.
El compromiso de todo dibujante nacido de las entrañas del proletariado es una de las expresiones
de la gráfica, que alcanza en su esencia, una conciencia de clase a través de su trabajo artístico, el
cual, es dirigido a la sociedad y en especial, a las clases desprovistas del deleite estético creativo. El
dibujo es una manifestación estética creativa, que el artista dibujante cuenta y se vale para
expresar sus anhelos, su punto interpretativo de la vida, su ideología en imágenes. Cada dibujo es
una manifestación del compromiso con la clase social a la cual pertenece el artista dibujante.
La Memoria Histórica es una temática que le rodea al dibujante, quien testimonia a través de su
producción estética creativa parte de esa historia negada por la oficialidad, y que su bagaje en
todo caso son las comunidades populares, quien le provee de los más mínimo y de lo más valioso
de la información o material de primera mano en la cual el dibujante se vale para realizar su obra
dibujística.
Fuentes consultadas:
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La práctica ritual conmemorativa a los Difuntos ha sido una constante en las culturas que
conforman Mesoamérica Milenaria. Desde tiempos inmemoriales la acción de convidar a los
difuntos es parte de una ritualidad, en la cual los símbolos se entremezclan, dichos símbolos están
relacionados con quienes ya partieron, los que recordamos entre Nuestros Muertos.
Así, cada 2 de noviembre de cada año, la población acude a “enflorar”; pero más que enflorar, es
toda una carga signica, en la que se conjugan elementos simbólicos rituales en torno a la muerte,
la cual se convierte en un rito de transición simbólica entre la Vida y la Muerte.
De esta manera, se elevan a nuevas categorías simbólicas las que conforman nuestras identidades
culturales dentro de esta acción ritual en relación a la muerte.
Cada rito es un proceso ´cultural relacionado a recordar y compartir; convidando a los difuntos a
participar en nuestra cotidianeidad, la cual conforma una estructura signica funcional en relación a
lo mágico- religioso, lo espiritual lo inmaterial. Esta dualidad que aparece en torno a la Vida y a la
Muerte, es producto de la cosmovisión que procede de nuestras raíces prehispánicas. No
obstante, cada rito es una manifestación propia de cada pueblo, en especial, los ritos fúnebres
están ligados a la consideración de reconocer, conmemorar las acciones rituales en conmemorar y
celebrar con fiesta en honor a quienes ya partieron, se les convoca para pedirles y convidarles con
sus consejos desde el más allá.
En El Salvador a igual que el resto de la región Mesoamericana, se llena de júbilo. Cada familia
junto a las demás personas, acuden a los cementerio. En dichos lugares, se establece un sistema
de interacción social cultural, en la que los intercambios de elementos se llenan de fervor.
Igualmente son espacios de dinamismo económico, de interactuación ritual, y de encuentro entre
los vivos y los muertos.
Entrado en este sistema simbólico ritual, el Día de los Difuntos o Día de los Muertos, se ha
cosntituido en una tradición que procede desde el periodo prehispánico. Dicha práctica ritual es
fruto del compartimiento, tanto espiritual, económico y simbólico en el que participan todos los
entes activods que acuden y se incorporan a conmemorar y celebrar la relación Dual entre la vida
y la muerte. Los vivos comparten con los muertos, a celebrar y compartir sus penas y sacrificios en
torno a sus difuntos.
Desde tiempos milenarios los actos rituales en torno a la Muerte, se expresan cada año durante
las fechas relacionadas a la muerte. En el Calendario Maya el séptimo sello, cuyo glifo o símbolo es
CIMI o Kamé, la muerte se dibuja con un cráneo, corresponde a una cromática blanca, su
elemento es el aire, el hálito del viento " ik ", el ijillo que representa el hálito de vida, el aire. La
dualidad Muerte y Vida, es una constante. Cada elemento es en síntesis de la vida misma.
Así, cuando se convida a los muertos para que compartan nuestras vidas, nuestros alimentos,
nuestro licor, nuestra agua, en sí, nuestras actividades cotidianas en la vida.
Hoy en este día los muertos son recordados, realmente, nadie muere bajo la cosmovisión ritual de
los creyentes, ya que viven en cada memoria individual y colectiva. Cada cultura lo celebra
diferente. Pero con una particularidad, de los mismos pueblos, los cuales tienen una diversidad
ritual que nos une en un sincretismo cultural.
Si comparamos las diferentes culturas, tales como las mayas, egipcias, árabes, chinasy de muchsas
otras culturas, entre las cuales muchas que encontramos porn ejemplo en la micronesia o entre
otras ya que la muerte es una realidad para todos los pueblos del mundo, que tarde o temprano
enfrentaremos cada ser viviente.
Las tradiciones dentro de Mesoamérica, son el compartir con los muertos tanto las penas, las
desdichas, pero igual las celebraciones a la vida, el amor, el dolor y otras manifestaciones
humanas que se transforman en la práctica ritual en rito y mito. En todo caso, se comparte cada
instante la vida.
La gente de diferentes estratos sociales, acude a enflorar cada año, conmemorando y celebrando
“El Día de los Difuntos” con diversas actividades rituales en el Cementerio del Municipio de San
Martín, dpto. de San Salvador, El Salvador.
Álvaro Sermeño
(Antropólogo salvadoreño).
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La declaración de que " todos los hombres son iguales ",es uno de los más conocidos efectos
subversivos del pensamiento de John Locke que afirmaba que " los negros bien porque sean una
raza originalmente distinta o bien porque se han hecho distintos con el tiempo y las circunstancias,
son inferiores a los blancos en las dotes corporales o espirituales ". Aunque más tarde Jefferson
cambió de opinión, la cuestión de las diferenciaciones raciales iba a plantear un conflicto cada vez
más claro a las ideas igualitarias de " Locke " sobre la mente como un " gabinete vacío " .
Según las doctrinas del racismo científico, todas las diferencias y semejanzas socioculturales entre
las poblaciones humanas son variables dependiendo de actitudes y tendencias y exclusiva de cada
grupo. Las explicaciones racistas suponen. Pues, una correlación entre las formas hereditarias
exclusivas de un grupo. La gran debilidad y a la vez , a tentación de la perspectiva racista reside en
las dificultades con que tropieza la identificación de los componentes hereditarios, ya que
observar éstos es imposible.
El pan de la siguiente imagen digital es una variedad llamada quezadilla, otras variedades de pan
son la semita mieluda y el marquezote que se vende en todo el pais, a igual en el mismo lugar
(Izalco). La tradición de consumo de estas variedades de pan de harina de trigo. El cual, es una
variedad llamado semita y marquezote del mismo lugar (Izalco); se remonta su elaboración desde
inicios de la colonia. Lo cual demuestra el nivel de sincretismo cultural desarrollado en El Salvador.
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El arte constituye una de las formas de conciencia social, y especialmente, una de las formas de
comunicación humana, para esto, es necesario aclararnos primeramente algunos conceptos en
torno al papel que juegan las imágenes estéticas en el mercado capitalista, el cual reduce a la labor
creadora del trabajador, obrero –artista, considerando el arte una mera mercancía. En ese
“juego”, mucho de los creadores de arte producen su obra bajo los cánones y criterios de la
demanda del estado capitalista, y no de la demanda de la necesidad del consumo del deleite de la
obra estética creadora por los grandes sectores populares productivos laborales (del proletariado).
Sino éste se reduce al consumo en los círculos pequeños de las élites, la pregunta es: ¿cómo se
considera la obra de arte producida por manos del pueblo de obreros, campesinos, mujeres y
hombres, y en especial el arte de las poblaciones indígenas? Para esto, la producción del arte de
los pueblos originarios, si se le reconoce como tal, en una manifestación estética de los que el
mercado capitalista denomina “artesanías o artesanales”. Dichas manifestaciones, gozan del valor
simbólico iconográfico de ser elaborado por “indios”, y cuando esto sucede, por lo general es
totalmente anónimo. Ante éste atropello del derecho legítimo de su autoría intelectual individual-
colectivo, el arte elaborado por las manos del intelecto indígena, se convierte nada más en pieza
vendible; desde el punto de vista mercantilista, en una cosa “bonita”, “decorativa”. Más que
considerada en una expresión estética legitima creadora.
El truco del capitalismo frente a la autoría intelectual, es que vale más la firma del autor que la
obra por su contenido y forma en sí. En ese sentido, si el autor goza de prestigio, aumenta la
demanda del valor de uso y valor de compra de cada obra (lo cual juega como sinónimo de
símbolo de poder adquisitivo) “es en el verdadero valor” que encierra la obra en sí, quizás por su
forma y no por su contenido. Por tanto, analicemos, como el capitalismo neoliberal, desvalora una
producción intelectual, una pieza u obra de arte cuando se le considera falsa, y no legítima
adjudicada anteriormente a un determinado, autor de prestigio, famoso. “Es precisamente, “la
firma la que vale” y no en sí la obra producida estéticamente bajo los cánones occidentales
elaborados por un creador.
Pero volviendo a nuestro análisis de contenido de la obra de arte producido o parido por los
pueblos originarios. En el caso de ser llamado: “arte indígena”, o “las artes de los pueblos
primitivos”, en antropología, se hacen valoraciones como el arte de numerosos pueblos llamados
“primitivos” es considerado despectivamente “primitivistas”, pero bajo un enfoque peyorativo de
ser considerado una producción exótica, poco común en estos laredos. No cabe duda que el arte
producido por los pueblos originarios son el resultado de un largo proceso cultural muy propio,
aunque en muchos casos sea el resultado sincrético, en donde juega un sistema complejo
simbólico- sígnico, entre un significante y un significado estético- ideológico, y que contenga un
alto valor artístico cultural; no obstante, posee en sus entrañas, implícitamente, un alto contenido
ritual, simbólico. El arte de los pueblos originarios es a igual tan valioso como otra manifestación
universal de las culturas del globo en el cual cohabitamos, producido por las manos originarias de
los pueblos que lo paren, y no bajo conceptos de los cánones occidentales. En sí, es un arte que
cumple con los procesos de comunicación humana, dentro de la comunicación estética del arte en
general, por tanto, es un arte creador dentro de un proceso decodificador del pensamiento de los
pueblos originarios, y en realidad se convierte en auténticos signos artísticos.
Así, cada pieza producida por los pueblos originarios debe de elevarse por parte de los sofistas e
intelectuales burgueses y de sus lacayos servidores pseudo burgueses, quienes niegan a la
producción estética de los pueblos originarios la categoría de arte. No cabe duda, que lo
importante para el mercado mundial globalizado es el arte occidentalizado, que produce
dividendos. Tanto, en otros continentes como China, Oceanía, África, o en cualquier parte del
mundo el arte de los pueblos originarios se transforma en manifestaciones de la conciencia social.
Y como una de las formas de conciencia social, el arte es el reflejo o el producto de las sociedades
que lo producen. Cada manifestación estética encierra un valor estético simbólico creador
histórico cultural de la sociedad que lo produce.
Desde los periodos formativo, pasando por el clásico y de éste, al posclásico mesoamericano, el
arte prehispánico se ejecutó con maestría sobre múltiples superficies planas, en paredes de las
estructuras de muros de talud- tableros, pirámides y otras muchas edificaciones; así vemos como
se elaboraban esculturas en piedra, estuco, barro o arcilla, jade, pirita, andesita, entre otros
muchos materiales duros y blandos modelables, tanto en hueso, madera y demás materiales
alternativos.
En el arte colonial la mano del artista indígena plasmó con sus atributos estéticos e intelectuales,
un sello de identidad que marca la diferencia a lo considerado netamente europeo colonial;
logrando así, un arte exquisito, que lo podemos apreciar en las numerosas construcciones de
iglesias coloniales en Centroamérica, de igual manera en su cerámica y demás expresiones de la
plástica de dicho periodo. Especialmente, en El Salvador en las iglesias de pueblos emblemáticos
tales como: Izalco, Panchimalco, Santo Domingo de Guzmán, iglesia del Pilar en San Vicente y
muchas otras más que se nos escapan del listado, que forman parte de nuestro patrimonio
histórico cultural, arquitectónico, arqueológico e histórico salvadoreño, todas estas edificaciones
son muestras de la presencia e incidencia de la mano de obra indígena. Tanto en la imaginería
escultórica, placas de gratitud y otras prácticas rituales, sustituyeron al antiguo códice profético,
en las numerosa imágenes plasmadas en yesería, en pinturas al fresco, óleos, y numerosas poesías
hechas oraciones que mágicamente escondieron o disfrazaron hábilmente hechas en metáforas, a
las antiguas deidades para continuidad de su ritualidad, donde las antiguas formas espirituales y
antiguos iconos prehispánicos ancestrales fueron cambiados o sustituidos por las nuevas deidades
cristianas. En la colonia, el arte hecho por indígenas son precisamente anónimos, y el anonimato
fue una constante primordial que los blancos le negaron al indio; tanto, en la calidad de ser
considerados artistas.
Hoy a casi 520 años, del último baqtún de la cuenta larga calendárica del haab, esperamos se
cierre el gran ciclo de la obscuridad y resurja el Sexto Sol, equivalente al gran ciclo de la luz del
primer baqtún en la nueva cuenta larga. Desde la producción muralística artística en Bonampak,
hasta los murales de los mexicanos tales como Guadalupe Posada, Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros, José Clemente Orozco, o el gran pintor indígena ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, o la
ya transmutada a la vida inmortal, la intérprete y cantante-poeta Mercedes Sosa, que con su dulce
canto de gorrión y vuelo pausado del cóndor viajó al mundo del Mictlan, hoy todos ellos forman
parte de un hito en la América Milenaria y solamente, los tenemos presentes desde el plano
espiritual, entre otros, encontramos algunos artistas pintores dedicados a plasmar las entrañas de
lo que es ser originario, bajo las temáticas relacionadas a los pueblos originarios no escapamos a
las referencias artísticas en El Salvador, del antiguo Cuscatán, la tierra de Quezalcoatitan, tenemos
algunos de éstos ejemplos como fueron el gran nahual blanco Salarrué, José Mejía Vides, o a
nuestro recordado hermano “tamastiani” ( maestro) de la plástica salvadoreña, del pincel de
Camilo Minero, guerrero de las luchas populares por alcanzar mejores niveles de vida, todos ellos
son guerreros jaguares del arte plástico pictórico, todos aquellos quienes fomentaron la
reivindicación de los pueblos indígenas después de las masacres contra la insurrección popular
desatadas en 1932 a manos de la sanguinaria dictadura militar de Maximiliano Hernández
Martínez, a dicho periodo se le denominó más tarde como la dictadura del martinato.
Desde este punto de vista; nuestra misión, debe de ser considerada en releer lo producido
estéticamente por las manos de los y las artistas indígenas del gran bagaje intelectual heredado
por lo filósofos, etnocientificos y etnoartistas indígenas.
En todo caso, la categoría de “arte” es un canon bajo la simbología ideológica del ejercicio del
poder occidental; no se trata de reclamar lo justo o injusto; o solamente de decir, que la
producción artesanal de las artes populares, tanto en el folclor u otro término utilizado se le
denomine “arte” ya que el término es apropiado desde el punto de vista etnocéntrico de las
culturas occidentales, pero lo importante es a mi juicio que se eleve y se le reconozca la categoría
de la producción estética de los pueblos originarios con el valor estético creativo, ideológico,
político, cultural espiritual y sobretodo histórico de la iconografía producida por la mano de obra
originaria. Si bien es cierto que de acuerdo a los cánones de occidente mucha de la producción
estética no alcance “la calidad” o cumpla desde el nivel de llamarle arte a lo producido por la
población indígena; más que eso, debe de tomarse en cuenta que la balanza no es justa, no
podemos comparar con ojos de inquisición medieval neocolonialista, sí o no cumple con los
cánones clásicos, desde el punto de vista de los parámetros del figurativismo del arte greco latino
occidental del arte moderno, estos criterios son para el mundo estético occidental, debe de
respetarse la autenticidad de lo producido con la belleza estética de los cánones de los pueblos
originarios donde no caben las interpretaciones etnocentrista y eurocéntricas occidentales de
calificarlas como no arte.
No se trata de cómo debe llamárseles bajo un calificativo respectivo, solamente reclamamos que
corresponda a sus propios cánones de los pueblos originarios y no a los occidentales, pero
entonces, ¿cómo debe de llamarles realmente?, más que simple semántica del arte debe de
respetarse el valor histórico cultural y estético que encierra cada obra artística de nuestros
pueblos originarios en procesos de liberación; entonces, ¿cómo debemos los creadores y
trabajadores u obreros del arte y la cultura acogernos y corresponder bajo qué o cual Canon
regirnos?, antes que preocuparnos de esto, debemos de considerar que el arte es considerado
ideología en imágenes, y por tanto, un reflejo de la realidad social, donde el arte ha sido un arma
ideológica de sometimiento, representado antiguamente en estelas y otras formas de
escrituración artística, que formaban parte de los poderes hegemónicos de las castas gobernantes.
En la colonia se representaba al Dios español con barba, blanco, de ojos azules, bajo la sombra de
una deidad superior, que aplastaba a los antiguos ritos ancestrales mesoamericanos, por tanto
debemos de considerar un reflejo de la conquista el trauma de la inferioridad de ser llamado
indio,; por tanto debemos de superar este trauma de la conquista, en donde lo aplastado es
sinónimo de menosprecio, de inferioridad al sometido.
Por tanto, el arte occidental refleja y comunica los procesos de dominación colonialista. Pero
dialécticamente, el artista comprometido con su clase social, reivindica con su obra artística,
concientiza y libera del yugo colonialista y neocolonialista, tomando a diario un fomento a las
grandes capas populares del fomento de la conciencia social espiritual y para el caso, se debe y se
compromete a participar de los procesos de liberación con su producción u obra artística dedicada
a los pueblos indígenas, negros y populares a soltarse de los nuevos yugos neocolonialistas.
“Cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco; pero no pudieron arrancar nuestras raíces”
Pop Wuj.
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El Arte, es una de las formas de comunicación netamente humana. No existe otro mamífero o
animal creador de imágenes artísticas, manifestaciones estética, ser creador de cultura, de esta
manera, el arte juega un papel transformador, socializador y humaniza al homo sapiens sapiens,
esto tiene como resultado una enorme incidencia histórica en el cual el ser humano se transforma
así mismo; esto como lo plantea Engels, en uno de sus numerosos análisis sobre el ser humano en
torno que el único animal de transformar conscientemente la naturaleza es el ser humano, yo
agregaría que de alguna manera e inconscientemente la trastornado en su esencia, no quiero con
esto sostener o corregir al maestro Engels, no soy pretencioso, sino es simplemente obvio como el
ser humano altera su medio. El arte, o mejor dicho las manifestaciones estética creadoras
artísticas nos reclaman, cuestionan, el papel que juega en su esencia en torno a las concepciones
de la vida, así estas se reflejan artísticamente, no cabe duda que mediante el arte se niega o se
acepta las realidades sociales, económicas y políticas en torno al creador artista que engendra y
hace parir imágenes que rechazan, aceptan o cuestionan dichos conceptos.
El arte, en todo caso es una manera de manifestar creadoramente nuestras conciencias de clase,
aunque no se acepte o se acepte por parte de los creadores del arte esto juega un papel
transformador de la conciencia, no cabe duda, que entrar en un debate será lo más rico de las
experiencias en torno al papel que juega el arte. Así, el hecho social artístico enfrenta
ambivalencias concepcionales, por un lado quienes aceptan que el arte juega un papel
transformador de la conciencia; otros, dirán que no, esto, tiene que ver con los niveles
interpretativos y de profundidad analítica en torna a las formas de la conciencia social e
individuales que los creadores de artes llamados a sí mismos artistas, trabajadores del arte,
obreros y u obreras del arte, creativos, entre otros apelativos. En todo caso, es interesante
conocer las diferentes gamas de lo que consideramos arte y lo que no es arte, de acuerdo a
nuestra visión ideológica, las ideología en imágenes como lo plantea Nicós Hadjinicolaou, el arte es
ideología en imágenes, esta consideración es importante deshuesarla para que podamos debatir
en un foro abierto a las opiniones que merecen a dicho maestro de la estética materialista de la
historia.
En todo caso la sociedades que excluyen a sus ciudadanos a participar en las acciones directas
para transformar y democratizar su sociedad son elitistas, por lo general proyectan no solamente
un arte de élites, sino excluye de todo afán de contribuir a la conformación de una sociedad en la
cual se goce del acceso a todos los bienes artísticos y culturales que el Estado- Nación oferta a sus
conciudadanos. El Arte se torna elitista cuando no todos los ciudadanos gozan del deleite al
consumo del arte, del cual tiene la obligación de promoverle, y brindar la oportunidad de
participar a la población a participar como receptores y en muchos casos en emisores (artistas).
El arte se vuelve elitista, en la medida que niega su papel transformador social, motor de la
sociedad, para el caso una sociedad de consumo, por lo cual debe de ser consumido por el grueso
de la población, ciertamente, creer esto, que es utópico pensar en un arte masivo en el cual todos
los habitantes de este planeta gocen de las manifestaciones artísticas que produce
planetariamente la globalización de la cultura, lo cual es difícil de lograrlo, sin embargo, el arte no
solamente, lo elaboran unas élites llamadas artistas, sino que todos los pueblos del planeta son
creadores de sus propias manifestaciones artísticas.
Desde ese punto de vista, el arte, siempre es social, y cumple un papel transformador de la
conciencia colectiva. Si se les niega a los pueblos del mundo que son creadores de arte, de
acuerdo a los lineamientos de occidente, caemos en concepciones excluyentes elitistas; estos
conceptos elitistas, sostienen que solamente unas élites son artistas. Por tanto, estamos negando
que otros pueblos o culturas diferentes a los nuestros poseen arte y hacen arte, aunque dichos
pueblos no les interesen considerarlo si o no son creadores del arte según los cánones
occidentales.
Álvaro Sermeño.
"Dibujos de la Guerra"
de la serie "La Masacre de las Hojas"
Autor: Álvaro Sermeño
.
Continuando con nuestras valoraciones. El arte es una de las manifestaciones de las formas de la
conciencia social, en sí el arte como tal, es reflejo de la sociedad en la cual se produce, o en la cual
se desarrolla. Con esto, no quiero atreverme a discrepar en el sentido que se manifiesta como en
los sectores de pequeños grupos de intelectuales, grupos de poder económicos, en sectores
pequeñoburgueses, grupos de amigos, etc. Como tal, el arte es una de las manifestaciones
estéticas humana, lo que sucede, en su mayoría que se le niega este nivel de arte al producido por
el pueblo, esto, ha sido una constante en muchas sociedades, especialmente en América Latina
tenemos algunos ejemplos, como es el caso del maestro mexicano grabador José Guadalupe
Posada a quién se le negara en su momento, por parte de las elites de su época ser un artista
creativo, igualmente, muchos otros creativos trabajadores u obreros del arte, no se les ha
considerado como tales. Entonces, las preguntas y respuestas vienen al pelo, ¿Cuándo es arte algo
y cuando no lo es?, según Umberto Eco, esto está determinado por los parámetros clasistas de
una determinada época,
Desde las inclinaciones de los gustos estilísticos, determinados por las modas, la propaganda en
los medios masivos, de la radio, la tv, el cine, los periódicos y la internet, etc. Entre otras
inclinaciones de la época, a igual de los intereses de clases. El arte como una de las formas de la
ideología en imágenes, no escapa a la lucha de clases, determinado por el ejercicio de los poderes
económicos, políticos, financieros quiénes en realidad determinan estos parámetros , son acaso
los intermediarios , los marchand, los comerciantes o coyotes de las galerías comerciales del arte,
son acaso los grupos religiosos como lo sucedido en la edad media donde ellos co financiaban, a
igual, posteriormente, lo hicieran los señores burgueses de una cuantas elites, lo determinaran
que es arte y que no es arte , ¿acaso, está determinado por un Opus Dei?
Ante estas inquietudes, como lo entendemos, que sucede en nuestros paisitos con las
innumerables manifestaciones del arte producidas por las comunidades rurales, campesinas y
urbanas. Comencemos en orden, el arte producido en las zonas rurales no se le valora como tal, si
un artista del pueblo, o procedentes de las capas populares del proletariado, que no proyecta su
obra por determinada razón su producto manufacturado y lo proyecta en las galerías comerciales
del arte donde los coyotes y las hienas del arte lo revenden, como tomates u otra verdura, a un
determinado precio alto o no , bajo los parámetros del mercado mundial o local, de ciertas
conveniencias financieras , bajo los enfoque de los precios del mercado internacional, o de las
modas, bajo los medida de lo que se vende en ese momento , es lo determinado como arte, pero,
este artista , su interés pudiese ser , lo que quiere, posiblemente es nada más, mostrar ante el
público consumidor del arte, nada más expresar sus vivencia de la memoria histórica, bajo estos
aciertos y desaciertos, esto, no es considerado arte por muchas de las elites que buscan es llenar o
satisfacer su “status de Intelectus”, acrecentar su “prestigio de conocedor”, entre muchas otras
perspectivas exclusivas,
Aunque, hay excepciones de consumir un arte bajo ciertos requisitos o intereses de clase, y no
solamente, los de vanguardia; claro, aquí entramos en otro dilema, que sucede con el arte llamado
de vanguardia, contemporáneo, arte moderno u otros calificativos, que buscan nada más nombrar
semánticamente, al producto artístico elaborado para unas elites , (si se le considera como tal)
vanguardista, contemporáneo, etc, etc, etc, , pero, que en todo caso, el arte producido en las
comunidades campesinas que tienen en muchas ocasiones calidad estética, resulta que es negado
o considerado arte.
Considerado o no considerado, una manifestación estética, pero que a la larga se le niega la
categoría estética de arte, o no artística. Solamente, a lo sumo una artesanía o arte popular,
folclore, etc. lo que sucede todo esto, a la vez está regido bajo los parámetros conservadores
occidentales, para juzgar o catalogar estas expresiones como tales.
Sin embargo, no estamos en contra de los recintos cerrados, como los teatros, salas de
exposiciones, salas de artes de múltiples usos, incluso los centros comerciales donde se proyecta
un arte para el consumo de la publicidad y de valores simbólicos de la promoción de productos
desde banales a productos del mercado mundial de las transnacionales para generar vicios
alienantes del consumo, a nuestro juicio, ciertamente, son importante dichos espacios como lo
plantean algunos historiadores del arte, o antropólogos como Marc Augé en lo referente a estos
espacios denominados como “Los No Lugares”, si comparamos, dichos espacios comerciales son
estándares, iguales en todo el mundo, tales como los aeropuertos, salas de cine, restaurantes,
estadios deportivos. Muchos de estos modelos arquetípicos se encuentran construidos a lo largo
de Latinoamérica, o en ciudades del resto de los Estados Unidos, Europa y en el mundo entero,
claro, aquí se promociona, en dichos “No lugares”, un arte para promociones consumista , de un
determinado producto comercial.
Por tanto, se le considera una expresión artística a lo proyectado en los no lugares, con esto, no
estamos en contra de dichos conceptos; pero, ¿porqué no se le reconoce como arte a lo producido
en otros lugares o espacios a los acostumbrado?, ajenos o no, a los frecuentados estos sectores
elitistas, manejados bajo los cánones interpretativos de las ideologías dominantes.
Este reclamo, si caer en catarsis o apologías ante lo negado, ante el turno de los ofendidos, de la
necesidad innata de expresarnos artísticamente bajo otros cánones del arte de los desposeídos, a
quienes se les ha negado su autoría intelectual de ser considerados productores de Arte. Así, los
sectores mayoritarios de un sistema excluyentes al acceso de los más mínimo de seres humanos
dignos , como son los derechos al acceso de la salud, vivienda digna, educación en todos sus
niveles, pero especialmente al consumo estético diario del
Sin caer en concepciones de purismos metafísicos idealistas esotéricos, que no nos contribuyen en
nada, lamentablemente, el acceso al arte es una práctica elitista, no el arte en sí, elitista, ya que lo
produce el pueblo, creativamente desarrolla un arte autentico, , al cual se le niega dicha categoría
de “arte”, si desmeritar las vanguardias de las artes, que ya no son tan vanguardias en el arte
moderno, debido que ya tienen más de siglo y medio de estar presentes en el mundo
occidentalizado,
Bajo los conceptos elitizados por un “creativo ocurrente” el cual en cierto momento, haya
amarrado un chucho (un perro) en una galería de arte o en una sala de exposiciones de arte y lo
haya dejado morir de hambre, para provocar denuncias enfurecidas de los asistentes a su
“muestra artística innovadora”, por declarar cuantas gentes se manifestarían contra él, por dicha
acción al juzgarlo como un crimen cuando existen en el mundo unas cuantas millonadas o de miles
que mueren de hambre en el mundo entero. Mi pregunta es ¿porqué no se amarró él y se murió
en una definitiva huelga de hambre?, si quería tal impacto de performance o de arte vanguardista
y el resultado quizá hubiese sido el mismo probablemente.
No estamos considerando que el performance y otras como el body art, el fluxus etc, son
exclusivos o elitistas, no, si estas experiencias artísticas se proyectan desde las calles o lugares
donde se invisibilizan, y cumplen un papel socializador este deja de ser del consumo exclusivo de
unas elites. Ejemplos, hemos visto muchas escenas montadas en las comunidades campesinas en
sus conmemoraciones a las masacres, entre otras donde se utilizan el performance, entre otras
manifestaciones, las cuales han provocado en dicha población un impacto colosal que ha
reivindicado su memoria histórica.
Por tanto, no es el performance u otra corriente artística la elitista, sino el uso exclusivo de ciertos
sectores para su consumo exclusivo de dichos sectores, de esta manera, el arte deja de ser elitista
cuando nace , se produce o con sume por todo un pueblo que tiene acceso a su deleite, tenemos
ejemplos en algunas partes del mundo, miremos a la sociedad cubana que consume su arte, sus
artistas por todo un pueblo, en la música, encontramos a un Silvio Rodríguez, un Pablo Milanés,
Benny Moré, Compay Segundo , entre muchos otros; en la literatura a Nicolás Guillén, José Martí,
en la pintura un Wilfredo Lam, para no alargar la cuenta; no son solamente, son consumidos en
toda Cuba, sino en muchas partes del mundo, incluyendo en nuestros países de Latinoamérica
Que sucedería si las reglas del juego cambiaran, en Latinoamérica, y los gobiernos, los estados
independientemente la línea política que sigan masificaran el derecho a la salud alimentación,
vivienda digan, educación gratuita a sus conciudadanos, y el arte como una forma de la conciencia
social tomara un espacio dentro del acceso a la educación y a su consumo como lo son otras
formas de la conciencia tales como el deporte y la religión ¿Un derecho o un privilegio?
Álvaro Sermeño.
Es una realidad que el arte está determinado por diferentes categorías que lo definen como tal,
pero, estas, son parte de la expresión de la lucha ideológica de las clases antagónicas-
El arte como forma de la conciencia social, determinada bajo ciertos criterios son el reflejo de una
sociedad clasista. De esta manera, el arte creado o parido por las capas populares en muchos
aspectos es la viva expresión del sentir de las mismas. El arte es ideología hasta cierto punto, pero
está determinada por el manejo técnico de las imágenes artísticas, de esta manera, cumple un
elemento vitalizador, del cual se nutre el arte.
Ahora bien, ¿Quién o quienes determinan a que se le llama arte y lo que no es considerado arte?,
parte está abordado en reflexiones anteriores, pero como lo plantean, el grafiti pandillero que
cumple con una serie de valoraciones estéticas creadoras, como son la singularidad, el manejo
técnico, el mensaje, en todo caso lo que denominamos “Forma” en toda su dimensión creadora
como es la totalidad de la obra en sí, la cual a su vez es la ‘parte material del signo artístico, en esa
dialéctica creadora, el contenido de la obra es una parte inseparable del signo artístico o lo
llamado por otros “obra en sí” u obra de arte, este contenido es la totalidad del proceso
comunicador del arte.
Vale decir, que lo planteado en que si una pupusera es artista, no, precisamente es una hacedora
de la cultura, pero no productora de arte de la tortillera. La producción en serie que hace una
artista o un artista no es equivalente a hacer ollas en serie, sino en producir innovaciones con el
sello creativo artístico,
Así de esta manera, el pueblo se empodera de su propia creación artística, reivindica su lucha por
conquistar una sociedad que le excluya, claro que no es nuestro caso, pero la sociedad de futuro
está determinada por la construcción socialista del arte, lo cual no es que estemos
institucionalizando el arte por una visión del Estado, el cual aún más no puede decretar que es
arte de las clases populares y que no es, sino este está determinado por la lucha de clases que son
antagónicas y dialécticamente cambiante ante la historia de los pueblos
Además de que ese hecho nos confirmara el poder de influencia que podría llegar
a tener la televisión, nos mostró otros dos aspectos importantes. Primero, que a
pesar de los favores obtenidos en letras chiquitas, las gestiones que nuestras
autoridades realizaron ante la Unesco para que aquella fiesta no fuera declarada
patrimonio de la humanidad han fracasado; y segundo, que si el hecho narrado se
multiplicase por miles, repercutía seriamente en la economía de nuestro país,
ávido por encontrar fuentes alternativas al extractivismo. Y es que, mientras que
en torno a nuestras prácticas culturales nosotros nos enfrascamos en discusiones
que identifican en algunas de ellas a la razón de nuestro retraso, y en su defensa
como la manifestación de un acto de patrioterismo o chauvinismo, nuestros
vecinos, con el olfato de quienes históricamente nos usurparon, ven en nuestra
cultura una oportunidad de ganancia económica; como nuestros artistas cuando
se dan a la tarea de vender su arte y que en el caso de los grupos folklóricos
visten incluso estratégicamente su arte como “música andina”, para generar
empatía y ampliar sus réditos en países vecinos.
Ello porque, según datos de la CEPAL, países cuya cultura no sufre amenazas de
despojo muestran una pujante industria turística, que aporta destacadamente al
PIB, como en Brasil (8,6%) o México (12%). En cambio Perú (5%) se encuentra
compitiendo cercanamente con Bolivia (4,5%), solo que a diferencia de las
facilidades que otorga contar con una costa marítima, los gobiernos peruanos han
venido mostrando una gran capacidad de aprovechamiento de su industria sin
chimenea, poniendo a la ciudad de Cuzco en la vanguardia de los grandes
complejos turísticos, con una infraestructura envidiable.
Nuestra cultura representa, por tanto, una oportunidad económica y ello debe ser
concienciado más allá de los complejos racistas, clasistas y
pseudoanticapitalistas. Para ello hace falta un modelo que legitime su valor
económico y acorde con la redistribución de su riqueza y no su privatización, ya
que nuestra incipiente industria turística se encuentra en manos privadas, muestra
de lo cual son Copacabana y la Isla del Sol, en donde tanto la comodidad como la
pobreza son vendidas al mismo precio como una lasaña y un sándwich de
palta.