Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
[-]
MARCO NORMATIVO
- Observación General N° 8 del Comité de los Derechos Niño: El derecho del niño a la
protección contra los castigos corporales y otras formas de castigos crueles o
degradantes.
- Ley que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra los niños y adolescentes,
Ley N° 30403 (30/12/2015)
La norma administrativa se sustenta, entre otros, en los principios del interés superior
del niño, el derecho de todo niño a vivir en familia y el reconocimiento de la opinión de
la niña, niño y adolescente, los cuales deben guiar toda decisión administrativa y
judicial, en los que se incluyen, por obvias razones, los procesos de adopción. Como
bien se resalta en la página institucional del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, adoptar a un niño, niña o adolescente es asumir con amor y compromiso
la maternidad y la paternidad; es una decisión muy importante pues establece un
vínculo afectivo y legal con el hijo o hija. El objetivo principal de la adopción es “darle al
niño una familia y no darle un hijo a una familia”. La adopción es un “encuentro entre el
niño, en su necesidad y los padres en su deseo”.
Sobre el particular, es de resaltar que lo deseable es que todo niño logre su desarrollo
holístico al interior de su familia de origen, más aún en compañía y bajo el
acompañamiento de un padre y una madre que cumplan a cabalidad su
responsabilidad parental; sin embargo, existen supuestos como los establecidos por el
artículo 248 del Código de los Niños y Adolescentes1, que no permiten que este deseo
e ideal se concrete, motivo por el cual en aras de proteger al niño y priorizar su interés
superior, es que como ultima ratio, se desvincula al niño de sus padres, declarándose
su estado abandono, a partir de lo cual y conforme lo establece el artículo 77 del
Código de los Niños y Adolescentes, dichos padres pierden el ejercicio de la patria
potestad2, circunstancia que posibilita la adopción administrativa a que se refiere el
artículo 127 del mismo cuerpo normativo3.
La Convención sobre los Derechos del Niño, por el artículo 9, resulta clara al
establecer como una de las obligaciones de los Estados, el velar para que el niño no
sea separado de sus padres contra la voluntad de estos, excepto cuando, a reserva de
revisión judicial, la autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y
los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el “interés superior
del niño”.
Los supuestos que pueden dar lugar a esta extrema decisión, como así también lo
recoge la Convención, es el caso del niño que sufre maltrato o descuido por parte de
sus progenitores. Al respecto, el Estado peruano ha dado positivas muestras de
proscribir en toda circunstancia el maltrato infantil, tanto al haber promulgado la Ley Nº
30403 que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra los niños, niñas y
adolescentes, así como al haber derogado el literal d) del artículo 74 del Código de los
Niños y el numeral 3) del artículo 423 del Código, que autorizaba a los padres a
“corregir moderadamente” a sus hijos.
Un aspecto a tener en cuenta, con relación a la corrección que los padres deben
ejercer sobre sus hijos, es el señalado por la Observación General Nº 8 del Comité de
los Derechos del Niño, al hacer énfasis en la protección contra los castigos corporales
y otras formas de castigo crueles o degradantes, a que se refieren los artículos 19, 28
y 37 de la Convención4, que si bien rechaza toda justificación de la violencia y la
humillación como formas de castigo de los niños, admite el concepto “positivo de
disciplina”. Así, se reconoce que el desarrollo “sano” del niño depende de la
intervención de los padres, y, de ser el caso, de otros adultos, pues son aquellos los
llamados a brindarle la orientación y dirección necesarias acorde a su desarrollo a fin
de ayudarle en su crecimiento, orientado a una vida responsable en la sociedad.
Empero, este reconocimiento tiene una connotación distinta del uso deliberado y
punitivo de la fuerza para provocar cierto grado de dolor, molestia o humillación en el
niño.
- Con fecha 24 de diciembre de 1998, la niña N.N. le fue entregada a doña Lady
Rodríguez Panduro por su propia madre biológica para que la cuide y posteriormente
la adopte.
- El 5 de enero de 1999, doña Lady Rodríguez Panduro inscribió a la niña como su hija
ante la Municipalidad Provincial de Mariscal Cáceres de Juanjuí.
- Después de casi 2 años, los padres biológicos solicitan a doña Lady Rodríguez
Panduro la entrega de su hija, quien accede a entregarla; sin embargo, al comprobar el
estado de abandono en el que los padres tenían a la niña, denuncia estos hechos al
fiscal provincial mixto de Bellavista, quien da mérito al inicio de una investigación
tutelar.
Como es de advertir, la acción de hábeas corpus interpuesta por doña Lady Rodríguez
Panduro tenía como propósito que la niña, que aún permanecía internada en la Aldea
Infantil Virgen del Pilar de la ciudad de Tarapoto, le sea entregada, a pesar de que la
autoridad administrativa en el proceso de adopción iniciado por aquella la había
descalificado por aspectos personales e inobservancia de los requisitos exigidos para
adoptantes nacionales.
De un lado, valoró que la única persona que se preocupó en forma constante por la
situación social, familiar e integridad de la niña fue doña Lady Rodríguez Panduro,
quien desde que la recibió, prácticamente recién nacida, de parte de su madre
biológica, se solidarizó con su delicado estado de salud y abandono en el que se
encontraba.
Asimismo, se tuvo en cuenta que doña Lady Rodríguez Panduro durante casi dos años
brindó amor, cuidados y protección a la niña, a quien incluso integró a su familia,
actuando en todo momento como si fuese su madre biológica.
Es por ello, que en virtud del principio del interés superior del niño y del derecho a vivir
en una familia, se declaró fundada la acción de hábeas corpus; ordenándose que la
niña sea entregada a doña Lady Rodríguez Panduro en un plazo no mayor de 48
horas.
La sentencia resulta muy ilustrativa, pues se resalta que las exigencias administrativas
previstas en un proceso de adopción deben ceder frente a los intereses de un niño; de
tal forma, que si bien se deben establecer pautas o lineamientos a ser observados
tanto por la autoridad administrativa como por quienes pretenden adoptar a un niño, lo
cierto es que el límite de las mismas es sopesar qué es lo más conveniente para un
niño.
Desde nuestro punto de vista, este debe ser el marco de actuación de la Dirección
General de Adopciones, la Dirección de Evaluación Integral para la Adopción y las
Unidades de Adopción del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, pues si
bien es importante organizar el procedimiento administrativo de adopción, lo cierto es
que este debe ser expeditivo y viable a efectos de garantizar prontamente que un niño
que ha sido declarado en “abandono”, al carecer de padres responsables e
involucrados asertivamente en su crianza y desarrollo, pueda ser incorporado al seno
de una familia saludable.
NOTAS:
a) Sea expósito;
b) Carezca, en forma definitiva, de las personas que conforme a la ley tienen el
cuidado personal de su crianza, educación o, si los hubiera, incumplan las obligaciones
o deberes correspondientes; o carecieran de las calidades morales o mentales
necesarias para asegurar la correcta formación;
c) Sea objeto de maltratos por quienes están obligados a protegerlos o permitir que
otros lo hicieran;
4 Artículo 19
Artículo 28
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se
pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese
derecho, deberán en particular:
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las
tasas de deserción escolar.
2. Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para velar porque
la disciplina escolar, se administre de modo compatible con la dignidad humana del
niño y de conformidad con la presente Convención.
Artículo 37
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad
de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad;
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece
la dignidad inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las
necesidades de las personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad
estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés
superior del niño, y tendrá derecho a mantener contacto con su familia por medio de
correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales;
Los adoptantes que hayan cumplido con la evaluación psicosocial deberán presentar a
la Oficina de Adopciones la siguiente documentación para la respectiva evaluación
legal, la cual se realizará en el plazo de cinco días hábiles.
f) Copia fedatada de la Partida de Nacimiento del hijo o hijos biológicos, de ser el caso.
h) Copia fedatada de la Partida de Nacimiento del niño o hijos adoptados y copia del o
los reportes de seguimiento postadoptivo, en aquellas adopciones que no hayan sido
tramitadas en la Oficina de Adopciones, de ser el caso.
j) Certificado Domiciliario.
k) Certificados Médicos de salud física y mental, con una antigüedad no mayor de tres
meses, expedidos por un centro de salud o institución autorizada incluyendo los
resultados de los exámenes de HIV, Hepatitis B, otras enfermedades infecto-
contagiosas y rayos X de pulmones de el o los adoptantes y de las personas que
convivan con ellos.
a) El que posea vínculo matrimonial con el padre o madre del niño o el adolescente por
adoptar. En este caso el niño o adolescente mantienen los vínculos de filiación con el
padre o madre biológicos;
8 Gabriela Mistral.