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-Así parece.
En seguida, me senté a esperar y me encontré con una joven de traje oscuro, ella
dormía, mientras la miraba y esperaba mi llamada.
Quiso dormirse otra vez pero decidí hablar un poco más con ella, una conversación
de 3 o 4 horas teníamos, hipnotizados, sin saber el uno del otro.
¿La volvería a ver?, estaba seguro de que ella regresaba a la vida, pero el guardián
entró, enseguida dijo su número y se despidió sonriendo.
¿Pero qué pasa? ¿Por qué la detienen?, veo los encargados del lugar discutir Y
oigo algo así como: -Otro error… Habrá que vigilar a los guardianes de abajo…
Exaltado por esto, un guardia entra y canta el número 124 , el cual era mi vecino,
actuando como si no pasara nada , esta vez sentí mi llamada cerca.
¿Es posible? Pero ella acaba de levantarse, la recuerdo aun sonriéndome, puedo
quedar separado de ella para siempre, no habrá retroceso si entra en esa
habitación, me empecé a cuestionar sobre mi destino dentro del edificio.
Todo era confuso, no salía del adormecimiento, hasta que vi a los cirujanos,
acostado en la cama uno de ellos tratando de reanimarme, desperté pues no hace
mucho que estaba con una joven en un salón de espera, me preguntaba dónde
estaba aquella joven, ¿Cómo buscarla entre tanta cirugía plagada de sincope?
-Hágame el favor…
Cerré los ojos y me dijo que se habían operado a tres personas simultáneamente
conmigo, eran dos hombres y una mujer, le insistí que me dijera como era la mujer.
Fitzsimmons la había visto bien, y no tuve la menor duda. Era ella. ¡Ella! Imaginaba
que estaba viva, pero él me dijo lo yo que temía, estaba muerta.
También comentó que no habían tenido suerte esa tarde incluso casi yo moría. Y
que esa chica, con un síncope…
-Azul… -murmuré.
-No, blanco.
Regresé, otra vez solo pero me acerque a oír la conversación del error de los
encargados. El error consistía en que la jovencita había muerto en la mesa de
operaciones, del síncope blanco; que había entrado muerta en la sala de espera,
por el error de algún guardián; y que yo había estado haciendo el amor, cuarenta
minutos, a una joven ya muerta, que por error me sonreía y cruzaba aún los pies.
Tal vez en el trascurso de mi vida había vivido cerca de ella pero jamás interactuado,
por un error he volcado todo mi amor hacia un cadáver.
Sé que ella entro en sincope blanco, nunca saldrá de allí pero estoy seguro de que
ahí me espera. Más me cuestiono si estoy con vida o este será un nuevo estado del
sincope, ¿No estoy ya muerto?
A ella jamás se le volverá a ver ¿pero yo? ¿Es real esta cama?, o sueño con ella
definitivamente instalado en la Gran Sombra, donde por fin los jefes me abren paso
irritados ante el nuevo error, señalándome el Síncope Blanco, donde yo debía estar
desde hace largo rato.