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INTRODUCCIÓN [1] /3/

La fenomenología pura, hacia la cual buscamos aquí el camino,


cuya posición singular con respecto a todas las demás cien-
cias caracterizamos, y a la que queremos acreditar como cien-
cia fundamental de la filosofía, es una ciencia esencialmente
nueva, alejada del pensar natural por lo que tiene de peculiar
por principio, y por ello una ciencia que apenas en nuestros
días se afana por desarrollarse. Se llama a sí misma ciencia de
"Jfenómenos". A los fenómenos se dirigen también otras cien-
cias, ha largo tiempo conocidas. Así, se oye designar a la psico-
logía como una ciencia de las "manifestaciones" o fenómenos
psíquicos, a la ciencia natural como una ciencia de las "manifes-
taciones" o fenómenos físicos; igualmente se habla a veces en
la historia de fenómenos históricos, en la ciencia de la cultura
de fenómenos culturales; y análogamente por lo que respecta
a todas las ciencias de realidades. Por distinto que pueda ser
e:l sentido de la palabra fenómeno en semejantes expresiones,
y sean cuales fueren las significaciones que pueda aún tener,
lo cierto es que también la fenomenología se refiere a todos
estos "fenómenos" y según todas las significaciones: pero en
una actitud totalmente distinta, mediante la cual se modifica en
determinada manera cada uno de los sentidos del término fe-
nómeno con que nos encontramos en las ciencias que nos son
familiares desde antiguo. Sólo en cuanto modificado de esta
suerte entra el fenómeno en la esfera fenomenológica. Com-
prender estas modificaciones, o, para decirlo con más exacti-
tud, ejecutar la actitud fenomenológica, elevar por medio de la
reflexión la índole propia de esta actitud y la de las actitudes
naturales al nivel de la conciencia científica -he aquí la prime-
ra y nada leve tarea que debemos llevar a cabo plenamente, si
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queremos alcanzar el terreno de la fenomenología y adueñar-


nos científicamente de su peculiar esencia.
[2] En el último decenio se ha hablado muchísimo de fenome-
/ 4/ nología en la filosofía y la psicología alemanas. En / presunta
coincidencia con las Investigaciones lógicas,ª la fenomenología 1
se concibe como un nivel inferior de la psicología empírica,
como una esfera de descripciones "inmanentes" de vivencias
psíquicas que se mantienen -así se entiende esta inmanencia-
rigurosamente en el marco de la EXPERIENCIA interna. Mi opo-
sición contra esta concepciónb ha servido de poco, según pa-
rece, y las explicaciones adjuntas, que circunscriben con rigor
al menos algunos puntos capitales de la distinción, no se han
entendido o se han dejado de lado negligentemente. De donde
también las objeciones, perfectamente vanas, porque no alcan-
zan ni siquiera el simple SENTIDO de mi exposición, contra mi
crítica del método psicológico -una crítica que no negaba en
manera alguna el valor de la psicología moderna, ni desdeñaba
en manera alguna el trabajo experimental llevado a cabo por
hombres importantes, sino que ponía al desnudo ciertos defec-
tos del método, en sentido literal radicales, de cuya remoción
depende necesariamente, a mi parecer, la elevación de la psico-
logía a un nivel científico superior y una ampliación extraordi-
naria de su campo de trabajo. Ocasión habrá aún de decir al-
gunas palabras sobre las innecesarias defensas de la psicología
contra mis supuestos "ataques" .2 Aquí toco esta disputa para
subrayar enérgicamente por anticipado, y en vista de las ma-
las interpretaciones dominantes y preñadas de consecuencias,
QUE LA FENOMENOLOGÍA PURA, a la que queremos abrirnos
el acceso en lo que sigue -la misma que en las Investigaciones
lógicas se abrió paso por primera vez y cuyo sentido se me hi-
zo cada vez más hondo y rico en el trabajo continuo del último
ª Husserl, Logische Untersuchungen [Investigaciones lógicas], 2 tomos, 1900 y
1901.
b En el artículo Philosophie als strenge Wissenschaft [Filosofía como ciencia ri-
gurosa], Logos, tomo 1, pp. 316-318 (véase especialmente el pasaje sobre el
concepto de experiencia, p. 316). Comp. la extensa discusión dedicada a la
relación entre fenomenología y psicologia descriptiva ya en mi "Bericht über
deutsche Schriften zur Logik in den Jahren 1895-99" ["Informe sobre escri-
tos alemanes de lógica en los años 1895-1899"], Archiv. f system. Philosophie,
tomo IX (1903), pp. 397-400. No sabría cambiar hoy una palabra.
INTRODUCCIÓN 79

decenio-NO ES PSICOLOGÍA, y que no son cuestiones acciden-


tales de delimitación ni de terminología, sino razones de PRIN-
CIPIO, lo que impide su anexión a la psicología. Por grande que
sea la significación metódica que por respecto a la psicología
tiene que reivindicar para sí la fenomenología, por esenciales
que sean los/ "fundamentos" que le aporta, ella misma es (ya /5/
en cuanto ciencia de ideas) en tan escasa medida psicología
como la geometría ciencia natural. En efecto, la distinción se
presenta como 1 más radical todavía que en este caso compara- [3]
tivo. En esto no cambia nada el hecho de que la fenomenología
se ocupe de la "conciencia", 3 de todas las especies de vivencias,
actos y correlatos de actos. Verlo así con intelección requiere,
ciertamente, no poco esfuerzo, dados los hábitos mentales do-
minantes. Eliminar todos los hábitos mentales existentes hasta
aquí, reconocer y derribar las barreras del espíritu con que
cercan el horizonte de nuestro pensar, y captar entonces con
plena libertad de pensamiento los genuinos problemas filosófi-
cos, problemas que hay que plantear completamente de nuevo
y que únicamente nos hace accesibles el horizonte despejado
por todos lados -he aquí duras exigencias. Pero no se requiere
nada menos que esto. De hecho, lo que hace tan extraordinaria-
mente difícil el adueñarse de la esencia de la fenomenología, el
comprender el sentido peculiar de sus problemas y su relación
con todas las demás ciencias (y en especial con la psicología),
es que además de todo ello es necesaria una nueva FORMA DE
ACTITUD, COMPLETAMENTE CAMBIADA respecto de las acti-
tudes naturales de la experiencia y el pensamiento. Moverse
libremente en ella, sin recaer para nada en las viejas actitudes,
aprender a ver, distinguir y describir lo que está delante de los
ojos, requiere, encima, estudios específicos y trabajosos.
La principal tarea de este PRIMER libro será buscar caminos
por los cuales quepa superar trecho a trecho, por decirlo así,
las más que grandes dificultades de la entrada en este nuevo
mundo. Partiremos del punto de vista natural, del mundo tal
como se halla frente a nosotros, de la conciencia4 tal como se
ofrece en la experiencia psicológica, y pondremos al desnudo
los presupuestos que le son esenciales. Desarrollaremos luego
un método de "reducciones fenomenológicas", con que poda-
mos hacer a un lado las barreras cognoscitivas pertenecientes
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a la esencia de toda forma de investigación natural, y evitar


la dirección unilateral de la mirada propia de estas formas,
hasta acabar alcanzando el libre horizonte de los fenómenos
purificados "trascendentalmente", y con él el campo de la fe-
nomenología en el sentido que nos es peculiar.
Tracemos un poco más precisamente todavía estas líneas
/6/ preliminares,/ partiendo de la psicología, como lo piden los
prejuicios de nuestro tiempo, pero también las relaciones in-
ternas del asunto.
La PSICOLOGÍA es una ciencia de experiencia. Esto implica,
dada la significación usual de la palabra experiencia, dos cosas:
l. La psicología es una ciencia de HECHOS, de matters offact
en el sentido de D. Hume.
2. La psicología es una ciencia de REALIDADES. Los "fenó-
menos" de que trata como "fenomenología" psicológica son
[4] sucesos 1 reales, que en cuanto tales, cuando tienen existencia
real, se insertan con los sujetos reales a que pertenecen en el
mundo espacio-temporal uno en cuanto la omnitudo realitatis.
En contraste con esto, LA FENOMENOLOGÍA PURA o TRAS-
CENDENTAL SE FUNDARÁ NO COMO CIENCIA DE HECHOS,
SINO COMO CIENCIA DE ESENCIAS (como ciencia "EIDÉTICA");
como una ciencia que quiere establecer exclusivamente "cono-
cimientos esenciales" y NO, EN MODO ALGUNO, "HECHOS". La
reducción correspondiente, que conduce del fenómeno psico-
lógico a la pura "esencia", o bien, en el pensamiento judicativo,
desde la generalidad fáctica ("empírica") hasta la generalidad
"esencial", es la REDUCCIÓN EIDÉTICA. 5
EN SEGUNDO LUGAR, LOS FENÓMENOS DE LA FENOMENO-
LOGÍA TRASCENDENTAL SE CARACTERIZARÁN COMO IRREA-
LES. Otras reducciones, las específicamente trascendentales,
"purifican" los fenómenos psicológicos de aquello que les pres-
ta realidad y con ello inserción en el "mundo" real. 6 No una
doctrina de esencias de fenómenos reales, sino de fenómenos
trascendentalmente reducidos, es lo que debe ser nuestra feno-
menología.
Lo que todo esto quiere más puntualmente decir, sólo se
aclarará en lo que sigue. Por el momento designa el marco
esquemático de la serie de investigaciones introductorias. Sólo
una observación considero necesario añadir aquí: habrá sor-
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prendido al lector que antes, en los dos puntos señalados, en


lugar de la sola división de las ciencias en ciencias reales y cien-
cias ideales (o en empíricas y aprióricas), en uso general, apa-
rezcan utilizadas más bien dos divisiones, correspondientes a
las dos parejas de contrarios: hecho y esencia, real y no real.
La distinción de esta doble / contraposición, en lugar de la / 7/
contraposición entre real e ideal, se justificará a fondo EN el
curso ulterior de nuestras investigaciones (a saber, en el segun-
do libro). Se mostrará que el concepto de realidad ha menes-
ter de una fundamental restricción en virtud de la cual hay
que establecer una distinción entre ser real y ser individual (ser
temporal, pura y simplemente). 7 El paso a la esencia pura da,
por un lado, conocimiento esencial de algo real; por el otro
lado, con respecto a la esfera restante, conocimiento esencial
de algo irreal. Se mostrará, además, que todas las "vivencias"
trascendentalmente purificadas son irrealidades, puestas fuera
de toda inserción en el "mundo real". Estas irrealidades son
precisamente lo que estudia la fenomenología, pero no como
individualidades singulares, sino en "esencia". Hasta qué pun-
to, 1 empero, sean accesibles a una investigación fenómenos [5]
trascendentales tomados como FACTA singulares, y qué relación
pueda tener semejante investigación de hechos con la idea de
la metafísica, 8 eso sólo se podrá examinar en la serie de inves-
tigaciones concluyente. 9
Pero en el PRIMER libro no trataremos sólo la doctrina gene-
ral de las reducciones fenomenológicas que nos hacen visibles
y accesibles la conciencia trascendentalmente purificada y sus
correlatos esenciales; intentaremos también alcanzar ideas pre-
cisas acerca de la estructura más general de esta conciencia
pura, y mediante ellas acerca de los grupos de problemas, di-
recciones de investigación y métodos más generales que son
propios de la nueva ciencia. 10
Luego, en el SEGUNDO libro, tratamos a fondo algunos gru-
pos de problemas particularmente importantes, cuya formula-
ción sistemática y solución típica es la condición previa para
poder aclarar realmente las difíciles relaciones de la fenome-
nología con las ciencias físicas de la naturaleza, con la psico-
logía y las ciencias del espíritu, pero, por otra parte, también
con todas las ciencias aprióricas. Los bocetos fenomenológicos
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aquí esbozados brindan a la vez medios que serán bienvenidos


para ahondar considerablemente la comprensión de la feno-
menología lograda en el PRIMER libro y adquirir un conoci-
miento incomparablemente más rico de sus vastos círculos de
problemas.
/8/ Un TERCERO y último libro está dedicado a la idea de la/
filosofía. 11 En él se suscitará la intelección de que la genuina fi-
losofía, cuya idea es realizar la idea del conocimiento absolu-
to, radica en la fenomenología pura, y esto en un sentido tan
serio que la fundamentación y el desarrollo sistemáticamente
rigurosos de esta primera de todas las filosofías es la indeclina-
ble condición previa para toda metafísica 12 y restante filosofía
-"que pueda presentarse como CIENCIA".
Dado que la fenomenología va a fundarse aquí como una
ciencia de esencias -como una ciencia "apriórica", o, como
también decimos, eidética-, será útil anteponer a todos los
esfuerzos que habrá que consagrar a la fenomenología misma
una serie de discusiones fundamentales sobre las esencias y las
ciencias de esencias y una defensa del derecho primigenio del
conocimiento esencial frente al naturalismo.
Cerramos estas palabras iniciales con una pequeña discu-
[6] sión terminológica. Como ya hice en las Investigaciones lógicas, 1

evito en lo posible las expresiones A PRIORI y A POSTERIORI, y


justo debido a las oscuridades y ambigüedades que las afectan
en el uso corriente y que tanto confunden, así como también
a causa de las desacreditadas doctrinas filosóficas que como
mala herencia del pasado están entretejidas con ellas. Sólo se
las utilizará en contextos que les confieran univocidad y sólo
como equivalentes de otros términos adjuntos a los que haya-
mos dado significaciones claras y unívocas; principalmente, allí
donde se trate de hacer recordar paralelos históricos.
Quizá las cosas no estén del todo tan mal, por lo que to-
ca a ambigüedades capaces de extraviar, con las expresiones
IDEA [Idee] e IDEAL [Ideal], pero en conjunto están bastante
mal, como harto me lo han hecho sentir las frecuentes interpre-
taciones erróneas de mis Investigaciones lógicas. A alterar la ter-
minología me decide también la necesidad de mantener limpia-
mente separado del concepto general de esencia (formal o ma-
terial) el CONCEPTO KANTIANO DE IDEA, que es sumamente
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importante. por ende, como palabra extranjera, el vo-


cablo EIDOS, no usado todavía como término técnico, y, como
palabra alemana, la voz "ESENCIA" [Wesen], afectada de equí-
vocos inofensivos, aunque en ocasiones ciertamente enojosos.
Con el mayor gusto habría eliminado también la gravemente
:5obrecargada palabra REAL [Real], si tan sólo se me hubiera
ofrecido un sustituto aceptable.
En general advierto aún lo siguiente: como no es admisible /9/
elegir expresiones técnicas que se salgan totalmente del marco
del lenguaje histórico de la filosofía, y, ante todo, como los
conceptos filosóficos fundamentales no pueden ftjarse en de-
finiciones por medio de conceptos identificables en todo mo-
:mento sobre la base de intuiciones inmediatamente accesibles;
como, antes bien, a su aclaración y determinación definitiva
tienen que preceder en general largas investigaciones, son fre-
cuentemente indispensables locuciones compuestas, que po-
nen en fila VARIAS expresiones del habla corriente, que son
usuales en un sentido aproximadamente igual, destacando ter-
1ninológicamente algunas de ellas. En la filosofía no se puede
definir como en las matemáticas; toda imitación del proceder
de la matemática es en este respecto no sólo infecunda, sino
errónea y de las más nocivas consecuencias. Por lo demás, las
anteriores expresiones técnicas han de recibir en las conside-
raciones que se desarrollarán un sentido ftjo por medio de in-
dicaciones precisas y evidentes en sí, mientras que habrá que
renunciar a prolijas comparaciones críticas con la tradición fi-
1osófica en este respecto -como en todos-, aunque sólo fuese
en razón de la extensión de este trabajo.

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