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vuando un amante de la llamada miisica clisica se dispone a disfrutar de una buena interpretacin de sus piezas favoritas en un concierto 0 en un dis- co compacto, no sospecha toda la labor previa que se ha requerido para que dk ‘minada obra de un compositor le sea acce- sible con tanta facilidad. Lejos de lo que parece, concretarel fenémeno musical en su manifestacién auditiva es el paso dlti- ‘mo de todo un proceso de reereacién del hecho sonoro, que requiere ser resuelto en ‘muchas instancias antes Ue que pueda materializarse, Un compositor como Beethoven, que en vida vio gran parte de su obra editada, estrenada y ampliamente difundida, no ‘vo mayores problemas para trascender alas generaciones posteriores, ya que su propia celebridad lo ayud6 a ello, Pero Beethoven es un caso de excepcién. Miisicos que hoy gozan del mayor pres- tigio como Vivaldi o Bach, tuvieron que ser virtalmente “rescatados” del olvido al que los habia sometido el paso incle- ‘mente del tiempo y el cambio en los gus- tos, de tal modo que sin una labor pa- ciente de catalogacién y reconstruccién de sus partituras, de la forma como éstas, debian ser interpretadas, de ediciones ra zonadas de sus obras, de estudios criticos sobre su estilo y su €poca, se hubiera he- ‘cho pricticamente imposible que el lego tuviera siquiera un atisbo de la misica de estos artistas, hoy tan populares. Es difi- cil saber cudntos miisicos de la misma valia no corrieron con una suerte similar ‘ysu obra esti irremisiblemente perdida. Esta imagen nos permite entender la funcién que desempeita para la miisica R nacional y continental una institueién como la Fundacién Vicente Emilio Sojo. Este organismo fue creado hace veinte afios -un 27 de marzo de 1978-por reso lucién del Consejo Nacional de la Cultu- rade Venezuela, con el nombre de Inst. tuto Latinoamericano de Investigaciones y Estudios Musicales Vicente Emilio Sojo, y tansformado en fundacién de estado para 1987, Esta institucién desde sus inicios ha tenido como tarea primor- lial rescatar, estudiar y difundir el acer- ‘yo musical venezolano y latinoameric: no, haciendo un énfasis especial en la labor de los compositores de la regién de todas las épocas. Nace con ella una enti- dad pionera en su género en el continen- te, con la cual se insticucionaliza también la prictica de una ciencia relativamente nueva en estas latitudes: la musicologie ara muchos, miisico y musieélogo son sinGnimos. Esto no es en absoluto cierto, Ser musicdlogo implica necesariamente la condicién de misico, es decir, saber eje cutar con relativa eficiencia algdin inseru- ‘mento musical, manejar la teoria musical en todos sus niveles, dominar y compren- derlas técnicas de lecto-escritura musical En resumidas cuentas: hablar, leer, escri- biry expresarse en ese lenguaje tan pecu- liar que es la musica, Peto ademés, el mu- sicdlogo debe ser un humanista a carta cabal. Debe ser capaz de aplicar las metodologias de la investigacién a la mti- sica, a su historia, al estilo, al andlisis; en fin, debe poder crear nuevos conocimien- tos que deriven en una mejor compren- sion y disfrute de la masica. El insigne musie6logo francés Jaques Chailley lo dice con la claridad meridiana que lo c2- macteriza: “el musicélogo completo seré aquél capaz. de hablar, en un plano de ‘igualdad, de miisica con sus colegas miisi- Fundacion Vicente Emilio Sojo Un balance — de 20 afios Vieente Emilio Sajo JUAN FRANCISCO SANS Resin en fa sede dela Fundacion Vieente Emilio Sojo en 1984. De izquierda a derecha, Aifredo Rugeles, Federico Ruiz, Luis Felipe Ramén y Rivera, Antonio Esteves, lnocente Carreho y Carlos Fuguereda 0s y de metodologia y conocimientas netales con sus colegas universiarios La musicologia en Venezuela se habia practicado en el ambito individual hasta la creacién del Instituto Sojo, Misicas como Juan Bautista Plaza o José Antonio Calea- fio, sin tener una formacién especializada en esta disciplina, legaron obras funda- :mentales y de inestimable valor sobre his- toria de la miisica nacional, que sentaron Jas bases para el progreso de la ciencia musicolégica en el pais, Sin embargo, en la actualidad necesitamos de un contin- gente de investigadores para poder sbor- dar el estudio del universo musieal que estos ilustres pioneros develaron. El pro- blema no estrita tinicamente en el cono- cimiento de la parte anecdética de nues- tra historia musical. Lo verdaderamence Gificil es revivir la miisica misma de las di- vyers0s periodos historicos, recrear su at- ésfera sonora, desce e! mundo musical colonial det cual tanto nos enorgullece- ‘mos, hasta las obras de los més recientes creadores, Por ejemplo, las innumerables canciones patrdticas que se eantaron en los bandos en pugna durante el periodo independentista en Améica del Sur, pue~ den probablemente ayucamos a profundi zar en el conocimiento de esta época mu- cho més que cualquier otro elemento. El mecenazgo del estado, l apoyo fi nanciero c infaestructural necesario para abordarlineas de investigacin sistemsti- ‘a, que permitiesen rescatar del olvido y Ia indifetencia incontables fondes y archi- ‘vos con obras inéditas y desconocidas de ‘compositores venezolanos y lainoameri- ceanos, es lo que se concret6 con la crea- ci6n_ del Instituto Vicente Emilio Sojo, Gracias a los esfuerzos realizados por el instituto a lo largo de estas dos dcadas, hhemos podido incrementar sustancial- ‘mente el conocimiento sobre la miisica en Jn tegién. Decia Caleato-con toda raz6n— que la historia de la masica en nuestros paises no estaba por escribirse, sino por descubrirse, Pensar en que, pese a los es- fuerznsrealizados hasta hoy, la mayoria de los archivos musicales de América Latina permanecen atin pricticamente virgenes, ¥¥ que desconocemos un altisimo poreen- taje de la produccién musical de los com- positores nativos, es uno de los acicates ms fuertes que impulsan la acci6n de la Fundacién Vicente Emilio Sojo. Laardua tarea en el campo de la inves- B tigacién llevada a cabo por la fundacién se hha concretado @ través de innumerables, publicaciones que surgen del seno mismo de Ia instituci6n. Los esfuerzos en este sentido se centran en laedicién regular de Ja Revista Musial de Venezuela que, junto la Revista Musical Ghilena y las revistas ‘mexicanas Pawta y Heterofonia, son ls p blicaciones periédicas telativas a la miisi- 2 latinoamericana de mayor prestigio iendfico en el mundo. La Revista Masical de Vonesnela comen6 a editarse en 1980, y ha aleanzado para 1997 treinta y cinco rimeros ~cantidad muy respetable para tuna revista cientifica en nuestro continen- te-offeciendo los especialstas articulos ‘del mas alto nivel de prestigiosos colabo~ radores nacionales e intemacionales, En cesta revista encontramos trabajos funda- mentales para el conocimiento de Ia mii sica latinoamericana, ademés de rese‘ias de libros y discos; crénicas; relacién de eventos, conciertos, congresos y festivales; biograffas de miisicos eminentes; raduc- ciones de articulos de primera importan- cas reproduceién facsimilar de manuse tos e impresos incunables, ete. De tal modo que hoy por hoy es una referencia obligada para todo aquél estudioso que desce acercarse seriamente al estudio de Ja miisica latinoamericana Ademas de la revista, la fundacién ‘edita monografias y estudios en profun- didad sobre los mis diversos tépicos rela tivos al tema, Entre los ttulos de mayor impacto que se han publicado encontra- mos La misica en América Latina, de Gerard Behague (coeditado con Monte Avila); La misica en la vida y lucha del pueblo venezolano, de Aliio Diaz; Temas de mésica colonial, de Juan Bautista Plaza; Juan Bautista Plaza, de Miguel Castillo Didier: Caracas y ef Instrumento Rey, y Vee 4 necuela y el Instrumento Rey, también de esce timo autor; Gompastores cenezala- ‘nas, y Sonido que es imagen... imagen que es Jistoria, ambos de Numa Torcolero; La Cantata Crialla de Antonio Kstévex, de Hugo L6pez Chirico; Jasé Maria Osorio, y Décimas cantadas y poetas itetrados, de José Pein; E/ nicl melédico, de Hum berto Sagredo Araya; el Repertorio comen- ado dela bbhografia musical cenezolana, de Luis Romero Perozo, y muchos otros. ‘Quizis el aporte més signifiativo de la fundacin ala masica continental lo cons- tituye la edicién de un sinnvimero de par- tituras de compositores del continente. La “objetivacion de la musica debe pasar ne- ccesariamente por plasmar las idess musi- cales en el papel, y solo es posible que el jecutante o intéxprete (sea un solsta, un _gTupo de ciara, un coro o una orquesta) acceda masivamente ala partituras través de su reproduccién editada. Dejar los ma- ‘nuscritos inéditos de partituras guardados cen os archivos, equivale a condenar esas ‘obras al ostracismo en el mundo contem- pordneo, En consecuencia, la fundacién ha implementado desde su ereacién un plan sistemitico de edicién de obras mu- sicales que ha permicido no s6lo su preser- vaciGn para generaciones venideras en un formato menos frggil que el manuscrito, sino la posibilidad de su ejecucién publ ca. Obras triscendentales de la miisica de rnuestio pais, como la Cantata Crialla de Antonio Estéver; la Margariteta de Ino- cente Carrio; Tipac Amar y Solentiname de Alfredo Del Ménaco: laMisa en Mib de Federico Villena; la obra sinfénico coral y omquestal de Vicente Emilio Sojo; la obra pianistica de Juan Vicente Lecuna, José Angel Montero, Redescal Uzcitegui, Mo- desta Bor, Moisés Moleiro, Alberto Grau, te; la Colecin de Aguinaldos Venezolanos, de Ramén Montero: y muchas otras, han sido copiadas y editadas de modo de ga- rantizar su futuro y hacerlas accesibles a los intéspretes de todo el mundo. La fun- dacién también ha contribuido con la di- fusi6n de la musica colonial del continen- te editando la Aniolagia de la Mica Golo- tial de América del Sur, de Samuel Claro ‘Valdés; los Ofiias de Difintos, del maestro de capilla colombiano Juan de Herrera: y prepara una importante coleccién de obras cde maestros de capilla de la Catedral de Puebla de los Angeles, entre los que des- inminente edicién de los Tres cua- 0s inéaitos de Juan Gurtiérrez de Padilla, No podemos dejar de mencionar las innumerables ediciones discogrificas que hia realizado la fundacién desde sus ini- cios, contando con el concurso de grandes artistas nacionales. Por slo mencionar aquellas grabaciones disponibles actual- ‘mente en disco compacto, la fundacién ha editado titulos como la 6pera Virginia, del. ‘compositor decimonénico venezolano José Ange! Montero, en grabacidn histri- ca realizada en 1969; dos voltimenes de Vales y Danzas venexolanas del sig XIX, interpretados magistralmente al piano por Evencio Castellanos, en grabacién histé- rica recuperada de las matrices originales ‘que datan de 1957; la primera grabacién de la Misa Cromética de Vicente Emilio Sojo en una impresionante versién de la Onquesta Filarménica Nacional y el Gru- po Vocal Sacro; una antologia de canci nes grabadas a lo largo de su carrera por Fedora Alemin; y tres discos que repre- sentan una antologfa de madrigales, agu naldos y misica sacra venezolana canta- dos por el legendario Oren Lamas. Para este afo se tiene prevista la edicién de la obra sinfénica de Evencio Castellanos, s Juan Bautista Plaza y Modesta Bor, en un esfuerzo conjunto con la Fundacién Or- «questa Filarménica Nacional, tambign del estado venezolano, En tiempos recientes se ha estableci- do un eficiente convenio de difusién ma- siva de todas estas publicaciones con la Cancillerfa, que a través de las embaja- das y consulados de Venezuela en diver- sas ciudades ha hecho llegar estos valio~ sos materiales a las més importantes ins- tituciones vinculadas con el érea en todo el mundo: conservatorios, escuelas de tisica de las universidades mas presti- iosas, bibliotecas especializadas,¢ insti- tutos de investigacién musicolégiea. De resultas de estas donaciones se ha gene~ rado una cantidad de reacciones muy positivas para incluir la miisica venezola- na en los pensa de estudios de estas ins- tituciones, para hacer festivales especi Jes de msiea de nuestro pais en esos lu ares, o para hacer intercambios de recur- sos humanos de alta especializacién. Laaccién de la fundacién, sin embar- ‘20, no se ha limitado tinicamente a la in vestigacidin y ala publicacién. Hay que resaltar especialmente la labor de difit- sin de la msiea venezolana que se ha realizado a través de la radiodifusién a lo largo de estas dos décadas. Actualmente se transmite diariamente a través de la Radio Nacional de Venezuela, canal cli- sico y onda corta, el micro Musica y Misi- cas de Venesuela, que espera ser ampliado otras emisoras nacionales de la capital y del interior de la repiibli Desde su creacién, la Fundacion Vi- cente Emilio Sojo ha organizado diversas competencias de caricter intemacional que le han dado lustre y prestigio al movi- ‘miento musical venezolano. Cabe desta- car aqui el Concurso Internacional de Guit 17a Alirio Diass—cuya XI edicién se rea z6este aio, en el marco del Festival Inter- nacional de Agasto que patrocina ¢1 Proyec- to Cultural Mavesa- de donde han resul- tado ganadores j6venes figuras de fa gui- tara en el mundo, Por su parte el Concur: 0 Latinoamericano de Piano Teresa Carreio “ue ariba este afi a su IX edicién, en celebracién conjunta de los veinceafios de Ja Pundacién Teresa Carrefioy de la Fun- dacién Vicente Emilio Sojo- ha ofrecido numerosas oporunidades les intéxpretes de este instrumento en el continente, abrigndole as puereas para realizar una ca 16 rrera a nivel internacional. En el émbito de a mtsica vocal est el Concurso Latino- americana de Canto Carmen Teresa Hurtado, ‘que ha servido de plataforma para muchos ‘especialistas de la musica vocal en el reci= taly la 6pera, La visita de egregias perso- nalidades del mundo musical intemacio- nal para participar como jurados en estas ‘competencias ha sido parte del importan- teaporte que han ofrecido la organizacién de estos eventos al pats. Mencién aparte merecen los innume- tables congresos, conferencias y encuen- tros nacionales internacionales sobre dis- tintos temas que he organizado la funda-

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