Вы находитесь на странице: 1из 15

R E V I S T A D E E S T U D I O S I N T E R N A C I O N A L E S

El islam y la democracia: una lectura


transcultural desde Kuala Lumpur
Sebastián Baglioni

El presente trabajo pretende plantear la posibilidad teórica de pensar desde el lugar


"del otro " la cuestión de la diversidad religiosa y sus consecuencias políticas; en este
caso, a la luz del islam y sm relaciones con el mundo político de Occidente.
La cuestión reviste la mayor importancia, por varias razones: no sólo por la diversi-
dad de cosmovisiones, o por la mera posibilidad de construir fructíferas relaciones
entre ellas; sino también, y muy especialmente, debido al actual conflicto entre occi-
dente y el mundo islámico.
Los acontecimientos actuales provocados por la destrucción de las Tones Gemelas en
,Nueva York en septiembre pasado y la consecuente reacción de Estados Unidos
sugieren una lectura más injommda que simples dicotomías e imágenes estereotipadas.
Se intenta establecer un análisis apropiado, subrayando los aspectos centrales de
una teoría política del islam; a la vez que brindando, elementospara comprender una
tradición religioso-cultural tan vasta y rica.

INTRODUCCIÓN gratónos, diversidad de tradiciones y cos-


tumbres, conflictos entre civilizaciones1.
1 mundo actual enfrenta un ere- Desde el punto de vista de la ciencia
cíente proceso de complejización política en general, y de la teoría política
cultural. Dicho fenómeno -deno- en particular, esta situación provoca una
minado revolución informática, mundiaHza- acuciante búsqueda de términos y fórmu-
ción, globalización- adquiere expresiones las heurísticas apropiadas a la realidad pre-
cada vez más comunes: masivos flujos mi- senté. En este contexto, existe el riesgo

1 Es común hacer referencia al famoso estudio de Huntington The Clash of Civilizations and the
Remaldng of World Order. Básicamente, dicho autor postula el establecimiento de un nuevo orden
internacional basado en conflictos culturales entre civilizaciones; desplazando al anterior, basado en
ideologías y en la denominada estructura de Guerra Fría.

41
Sebastián Baslioni

real de postular una explicación del mun- ce de un principio de legitimación política


do basada en categorías analíticas ana- autónomo, sino que el reino de la política se
crónicas. Por ello es necesario adaptar y encuentra subordinado (o, quizás, subsumi-
actualizar las herramientas a través de las do) al reino de la religión. Seguidamente,
cuales politólogos y estudiosos de las re- es conveniente recordar que cuando se
laciones internacionales intentan dar cuen- habla del islam, éste en realidad constituye
ta del mundo contemporáneo. Esto es es- un nombre omniabarcador de diversas y
pecialmente cierto al pensar problemáti- múltiples configuraciones histórico-cultura-
cas como elmulticulturalismo, la indeter- les que van desde la península arábiga hasta
minación gnoseológica de la verdad so- el archipiélago malayo; desde el siglo VII
cial, o la multiplicidad de cosmovisio- (la hégÍ7-a2 musulmana) hasta la actuali-
nes -religiosas o no- que se enfrentan en dad. Así, el islam incorpora una enorme
un mismo espacio mental y/o físico. variedad de experiencias y matices, que
Tres ejes de discusión estructuran el relativizan el grado posible de generaliza-
trabajo. En primer lugar, se hace referen- ción sobre su pensamiento y doctrina.
cia a los lincamientos doctrinarios del is-
lam como régimen de organización socio-
política. En segundo lugar, se alude a los
El islam sería una democracia
desafíos que éste impone sobre la compren- cuya fundamentación última
sión occidental de la realidad estructural de
la política. En tercer lugar, se discuten las es su origen di vino.
prácticas políticas históricamente condicio-
nadas del islam en Malasia. Finalmente, se Ello no impide identificar una serie de
intenta avanzar hacia algunas propuestas conceptos centrales que, a pesar de sus
de diálogo entre cosmovisiones (sean és- variables definiciones en tiempo y lugar,
tas religiosas o no). hacen a la comprensión y posición políti-
ca de los musulmanes en general. En este
sentido, Abu-al-Ala al-Mawdudi subraya
LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS DEL ISLAM que "el sistema político del islam se fun-
damenta en tres principios; siendo ellos:
Al discutir los principios políticos del tawheed (unidad de Alláh), risalat (la
islam, es necesario tener presente algunas verdad del Profeta), y khilafat (Califa-
consideraciones previas. En primer lugar, to)..."3. Teniendo en cuenta la importan-
el islam se caracteriza por ser una cosmo- cia de dichos conceptos, a continuación
visión monista. Esto no significa que care- se analizará cada uno de ellos.

2 La Hégira, literalmente "migración" o "éxodo", se produce cuando el Profeta Mahoma abandona su


ciudad de origen, La Meca, instalándose en Medina. Esta fecha, el año 622 de la historia occidental,
constituye el punto de partida del calendario islámico.
3 Citado en Esposito y Yoll, p. 23.

42
El islam y la democracia: una lectura transcuitural desde Kuala Lumpur

La unidad de Alláh (Dios) po representa al Destinado a coronar la


obra de los profetas anteriores, desde
El principio del tawheed o tawhid4 se Abraham y Moisés a Jesús. Dicho status
refiere a la unidad de Alláh. Esto quiere de- de Mahoma como El profeta adquiere im-
cir que Dios es uno y único, y de El emana portancia para el orden político en cuanto
todo principio regulador de conducta o ley, se reconoce en sí mismo una fuente legi-
en sentido moral. Es interesante la propia timadora de preceptos y normas religio-
argumentación deMawdudi, cuando sostie- sas, todas las cuales tienen su estrecho
ne que dicho principio puede oponerse en correlato en el orden político. La trasla-
algún sentido a la idea de democracia5. En ción de la figura mítica del Profeta al mo-
efecto, en la teoría política del islam, la so- delo de un líder político concreto se ges-
beranía popular deja paso a la superior y tará a lo largo de la historia del islam, a
perfecta "soberanía de Alláh", y su vice- través de las fuentes centrales de la doc-
regencia (delegación) humana en manos del trina islámica.
Califa. De este modo, rememorando la de-
legación divina del poder real en la Europa La regla de oro es que la autoridad
presecular, la unidad política del islam adop-
política sea un hombre devoto.
ta la forma del Reino de Dios o, por usar
categorías clásicas, de una teocracia. Aho-
En primer término se hallan las fuen-
ra bien, el islam, en principio, le da un nuevo
tes "directas", como son el propio testimo-
significado a dicho término, sin asociarlo al
nio del Corán, dictado por Alláh a Maho-
dominio de una persona o clase privilegiada,
ma, y las sunna, o conjunto de prácticas
sino ala iimmah o comunidad. Mawdudipor
de la primera comunidad (comentario vi-
su parte, propone denominar dicho sistema
viente del Corán). Luego se encuentran los
como una "teo-democracia"; esto es, una hadith, que constituyen la tradición autori-
democracia cuya fundamentación última es zada sobre el Libro y el Profeta, y la shan 'a
de origen divino6. o ley islámica, que constituye un complejo
código de conducta global del creyente.
La verdad del Profeta
El Califato
El principio de risalat se refiere a la
calidad de verdadero Profeta que recae Mahoma conforma la primera comuni-
en Mahoma. Esto significa que Mahoma dad musulmana en la ciudad de Medina,
no sólo es el verdadero enviado de Alláh, estableciendo en ella una organización de
a quien le es revelado el Santo Libro (la orden tanto espiritual como político. El Cali-
voluntad de Alláh); sino que al mismo tiem- fato es el principio de sucesión de la autori-

4 La mayoría de los vocablos propios del islam reconocen más de una forma aceptada de escritura.
5Ibíd., p. 23.
6 Ibíd.,p.24.

43
Sebastián Baglioni

dad política originariamente sostenida por el Califa es el sucesor del Profeta; y en se-
Profeta en esa ciudad. La instauración del gundo término, inherente a sus funciones,
orden del Califato y los Califas es de vital se encuentra la obligación de dirigir el go-
importancia en el islam, ya que la misma bierno de un Estado islámico, con los co-
establece la titularidad del poder político y, rrespondientes deberes políticos y religiosos.
por lo tanto, la tutela de los asuntos religio-
sos. A partir de ello, aquella persona inves-
tida con la autoridad política debe contar con
La posibilidad de disenso adquiere la
la reputación de ser un hombre devoto. Este forma clásica de ortodoxia y
requisito moral se ha transformado en una heterodoxia.
regla de oro, incluso desde los tiempos mis-
mos de la muerte de Mahoma7. Además de los tres principios enun-
En otras palabras, el Califa es la autori- ciados, existe una serie de procedimien-
dad (política) soberana y, al mismo tiempo, tos que han sido adoptados a lo largo de la
la cabeza visible de la ummah. El carácter historia política del islam. Los mismos es-
monista del poder político y la dirección reli- tán llamados a complementar u operacio-
giosa en las manos del Califa ha conducido nalizar, según sea el caso, los preceptos
a numerosas tensiones dentro del islam. Di- generales establecidos por los principios
chas tensiones son inevitables al considerar anteriores. En este sentido, adquiere im-
los límites de secularización de la política o, portancia la manera en que se resuel-
más precisamente, el grado de autonomía van dos cuestiones fundamentales: por un
que la autoridad política puede ejercer con lado, la posibilidad de disenso dentro de
respecto a la ley y los doctores (ulama)*. un orden doctrinario dado y, por el otro, la
La elección del Califa es decidida por adecuación en tiempo y lugar de precep-
medio de la shura, que literalmente signifi- tos establecidos hace varios siglos. El pri-
ca "consulta mutua". Mediante este proce- mer punto no es privativo del islam sino
dimiento, la ummah da a conocer su opinión que se presenta en todas las religiones e
sobre la persona a ocupar dicha posición. inclusive ideologías, adquiriendo la forma
Las garantías de consulta a la comunidad clásica de ortodoxia y heterodoxia. El se-
en general (a través, especialmente de los gundo, postula la dificultad de cumplir con
ulamd) expresa el control que debe ejer- un ideal que en su origen es universal pero
cerse sobre tal elección. Esto es así por dos cuya realización se halla sujeta a cambian-
razones concurrentes: en primer lugar, el tes condiciones y circunstancias.

7El~Awa(19SO), pp. 33-34.


8 A este respecto, es evidente la diversidad de trayectorias que las diferentes comunidades musulma-
nas han experimentado a lo largo de su historia. Es posible establecer, no obstante, una clara distinción
entre si se trata de una comunidad cuya realización social, políticay relígiosatiende hacia el establecimien-
to de un Estado islámico (como en los primeros siglos de la Hégíra), o de una cuya meta sea alguna
combinación de dogmas religiosos e instituciones seculares (como puede ser el caso de Malasia actual).

44
E! islam y la democracia: una lectura transcultural desde Kuala Lurapur

natural de la multiplicidad de pueblos


La posibilidad de "desacuerdo" da musulmanes en el mundo. Sin embargo,
lugar a que existan escuelas una diferencia de opinión también puede
doctrinarias que son producto de la conducir a \&fitnah o "desorden civil",
el cual es condenado y activamente re-
multiplicidad de pueblos musulmanes. sistido11. La distinción entre uno y otro
puede ser sutil y generalmente es resuelta
Las reglas que siguen han tendido a por los ulama autorizados. Esto, como
institucionalizar un cierto sistema de con- es evidente, advierte sobre el poder con-
troles y contrapesos (checks-and-balan-
creto que los doctores de la fe tienen so-
ces) que responde a la dinámica político-
bre la interpretación "adecuada" del is-
religiosa de las comunidades musulmanas.
lam. Si se recuerda que la doctrina reli-
El primero de los procedimientos aludidos
giosa brinda el fundamento sobre el que
es la consulta o shura, ya mencionada. La
descansa el orden político, y que la mis-
shura constituye una práctica claramente
ma está llamada a regular todos y cada
inclusiva y participativa ya que, en princi-
uno de los aspectos de la vida de los cre-
pio, la comunidad en su conjunto está lla-
yentes, entonces se apreciará el enorme
mada a expresar su voz con respecto a de-
poder y profunda legitimidad de que los
cisiones de importancia. Como se verá más
adelante, esta práctica, si bien presenta el ulama gozan dentro del sistema político.
riesgo de legitimar en nombre de la um- Con relación a la necesaria adaptación
mah (pueblo) una decisión exclusiva de los o ajuste de los preceptos coránicos a la mul-
ulama (élites), brinda las bases para plan- tiplicidad de circunstancias de tiempo y lu-
tear la relación entre democracia e islam9. gar, el islam reconoce y acepta la tarea de
Con respecto a la diversidad de opi- los denominados mujtahidin, o "pensado-
niones y al conflicto dentro del islam (lo res independientes". Estos son los principa-
que podría equipararse con la oposición les encargados, junto con los ulama, de in-
y el disenso democráticos), el mismo se terpretar los silencios que el Corán pueda
expresa como ikhtilaf, o "desacuerdo". tener con respecto a ciertos problemas o
Esta posibilidad da lugar a las escuelas cuestiones. Dicha práctica recibe el nom-
doctrinarias dentro del islam10, conside- bre de ijtihad. Se procede con una relativa
rando que las mismas son el producto libertad para expresar opiniones personales

9 El riesgo paralelo -es decir, una participación formal y no real del pueblo en las democracias
occidentales- es una posibilidad tan cierta como el dominio de los ulama sobre el proceso político en el
contexto islámico.
10 Entre las que sobresalen: los jarichitas, los shiítas, los zayditas, y los yeziditas. La habitual
interpretación del islam, sostenida por una mayoría de creyentes en el mundo, es la denominada sunnita.
Para una presentación esquemática de estas escuelas, véase Gardet, pp. 76-84.
11 Dicha resistencia toma la forma típica á&jihad, que significa "guerra" contra los infieles y/o los
intentos de desvirtuar el "verdadero" espíritu del islam.

45
Sebastián Baglioni

aplicadas a casos nuevos, no contemplados, acusación, de etnocentrismo y de falso


por medio de un ejercicio de analogía. Dado ejercicio transcultural. El conocimiento en
el peligro real de heterodoxias o, peor aún, las ciencias sociales debe reconocer las
apostasías, la ijtihad debe ante todo obser- diferencias entre civilizaciones a la hora
var un equilibrio permanente (lo cual no nie- de comprender fenómenos que escapan
ga las asimismo permanentes tensiones) con a la cosmovisión propia (sea ésta occidental
relación a la shura y el denominado ijma, o o islámica).
acuerdo, juicio colectivo de la comunidad. En este contexto, al hablar de "islam"
y "democracia" es necesario ser muy cau-
La vida del creyente se determina teloso en la forma en que se presentan
dichos términos, para no caer en tenta-
por la palabra del Profeta, ciones simplistas o en seudo-problemas de
las tradiciones y el conocimiento definición. En consecuencia, se propone
de quienes están mejor instruidos analizar brevemente la relación entre am-
en la fe. bos conceptos desde una perspectiva re-
flexiva y atenta a los valores sostenidos
desde una y otra posición.
Tanto el disenso como la adecuación de
Desde el punto de vista islámico es
la ley encuentran expresión en la promulga-
ción de la shan 'a, interpretada por los ula- usual asociar la idea de democracia con
ma y aplicada por los muflís, o jueces de la la retórica del imperialismo de Occiden-
ley. Esto quiere decir que, de acuerdo al is- te (cuando no, Estados Unidos) y con la
lam, la vida completa de los creyentes está imposición de valores de una civilización
estipulada por la palabra del Profeta (el Co- que no sólo es extraña sino que además
rán), las tradiciones por Él dejadas (sunna), contradice los valores tradicionales del
y el conocimiento acumulado a lo largo de islam. La contracara desde Occidente es
siglos por aquellas personas mejor instrui- la imagen del islam como un credo bási-
das en la fe (hadith y shan'a). camente intolerante cuyos seguidores son
(o están a un paso de serlo) fanáticos y
fundamentalistas irracionales. El espec-
EL ISLAM DESDE OCCIDENTE! ENTRE EL tro de la colonización cultural es tan fuerte
NORMATIVÍSIMO Y LA COMPRENSIÓN en un sentido como lo es el de las activi-
dades terroristas en el otro12.
Cualquier intento de interpretar el sig-
nificado del islam debe responder prime-
ro a la doble presunción, si no abierta

12 Los sucesos acaecidos a partir del atentado del 11 de septiembre de 2001 muestran el ejemplo
perfecto de estos mecanismos de construcción de imágenes y estereotipos, usualmente utilizados para
provecho personal y/o político. Para una visión sucinta del problema véase "Toward a better apprecia-
tion of islam in the West", pp. 33-43, en Bakar (1997).

46
El islam y la democracia: una lectura transcultural desde Kuala Lumpur

mocracia, independientemente de sus ma-


En el islam el espectro de la nifestaciones históricas concretas. Se nie-
colonización cultural es tan fuerte ga así el carácter de la democracia como
como en occidente aquél producto culturally-bounded.
Por consiguiente, es necesario en primer
del terrorismo. lugar adoptar una definición de "democracia"
amplia, o al menos no sujeta a particularida-
En un intento de superar el perverso des contextúales. De este modo, el sistema
juego de imágenes simples y estereotipa- político asociado a ese nombre podrá con-
das que sólo reproducen ignorancia y pre- vertirse en una categoría comparativa válida.
juicios, el presente trabajo busca plantear Es preciso pensar los valores que inspiran a
las posibilidades de realización de la de- la democracia, más que las instituciones que
mocracia en un contexto islámico13. la encarnan; el ethos que defiende, más que
Para ello es indispensable pensar a la las prácticas que la realizan.
democracia como una manera de organi- En el islam no existe nada, en princi-
zar la vida política de acuerdo a ciertos prin- pio, que sea incompatible con la democra-
cipios, y no como un producto propio de cia14. Tal es así que Mawdudi -como ya
una civilización en particular. Esto no niega se aludió- habla del islam como una "teo-
democracia". Del mismo modo, El-Awa
al mismo tiempo, por supuesto, que dicha
sostiene que los principios políticos del is-
organización política adquiera en una civili-
lam incluyen la consulta mutua (shura), la
zación dada (occidental) una serie de ca- justicia, la libertad, la igualdad y la respon-
racterísticas que la identifican sin lugar a sabilidad (accountability), todos ellos va-
dudas con la historia e instituciones de esa lores comúnmente asociados en Occiden-
civilización. Todo lo cual no impide reco- te con la democracia15.
nocer la existencia o simple posibilidad de La dificultad surge, por supuesto, al
pensar a la democracia desde una civiliza- momento de "traducir" dichos valores de
ción diferente (islam). En definitiva, se tra- manera tal que no se respete la identidad
ta de llegar al núcleo valorativo de un fenó- del islam como civilización, lo cual es una
meno político tan complejo como es la de- cuestión muy diferente.

!3E1 problema inverso (es decir, la imagen del islam sangriento y fanático consumida por los crédulos
televidentes de la CNN) escapa claramente al objetivo presente. De todas maneras, baste decir que sí
existen grupos terroristas islámicos cuya única inspiración es la denominada "guerra santa". Paralela-
mente, son igual de innegables las políticas de penetración cultural y explotación económica sostenidas
por Occidente a lo largo de la historia. Sin embargo, reconocer estos hechos no debería significar la
asimilación automática de la identidad/naturaleza del Otro a tales perversidades. Nuevamente, la dinámica
desatada a fines de 2001 demuestra la fuerte atracción ejercida por el reduccionismo cultural, tanto en uno
como en otro sentido.
w Para una interesante revisión de la discusión, desde ambos puntos de vista, véase Espósito y Voll,
pp. 16-32.
15 El-Awa, pp. 83-116.

47
Sebastián Baglioni

"...el gobernante está obligado a con-


La democracia debe pensarse sultar a la ummah sobre cuestiones públi-
como manera de organizar la vida cas, y en caso en que éste se niegue, la
ummah tiene el poder de demandar el
según ciertos principios cumplimiento de dicha obligación. Ade-
y no como producto más, la ummah, debe expresar su opinión
de una civilización en particular. sobre aquellas cuestiones que le concier-
nen aún cuando no se le haya solicitado"17.
Del mismo modo, el Califa en su per-
De acuerdo a la definición etimológi- sona y las autoridades en general deben
ca del término, "democracia" abarca de- responder con virtud a la conducción de
mos y kratos, es decir, "poder del pueblo". la comunidad. En caso contrario, la um-
Evitando las interminables discusiones mah tiene la obligación y el deber de acu-
politológicas en torno a ambos vocablos16, sarlos y actuar en consecuencia:
puede ser útil trasladar la ecuación a los "...un considerable número de juristas
términos islámicos. En este sentido, el "de- pertenecientes a las diferentes escuelas de
mos" equivale claramente a la noción de la ley islámica ha determinado la legitimi-
ummah: la comunidad de los creyentes; dad de destituir a la cabeza del Estado si
mientras que el "poder" estaría dado a sus actos parecieran estar en violación de
partir de las decisiones tomadas por la sus obligaciones oficiales, o si actuara de
autoridad pertinente con carácter obliga- manera objetable, considerándolo inmoral,
torio para el conjunto. Para que en un or- opresivo, o en inobservancia del Qur'an y
den político el poder sea del pueblo, el la sunnah del Profeta"18.
mismo debe tener un mínimo de control Tomando en cuenta la clásica19 disposi-
ción democrática de participación, libertad e
sobre las decisiones a tomar o sobre las
igualdad, resultan claros los posibles puntos
personas autorizadas a actuar en su nom-
de contacto. Estos mismos valores encuen-
bre. Ahora bien, el primer requisito se
tran expresión tanto en el caso occidental
cumple, según el islam, a partir de la shu- como en el islámico, aunque naturalmente a
ra\s que el segundo, a partir de la partir de diferentes prácticas. Así, los miem-
rectitud que el Califa debe demostrar ante bros de un sistema político democrático en
su comunidad. occidente pueden gozar de un grado signifi-
El procedimiento de la consulta mu- cativo de participación y libertad a través de
tua asegura la participación real y efecti- ciertos mecanismos políticos. Entre ellos, la
va de, la comunidad en las decisiones más celebración de elecciones libres y limpias, y
importantes. Así, El-Awa sostiene: la competencia entre alternativas políticas

lfi Véase, entre otros, Dahl; Sartori y Bobbio, pp. 441-453.


17El-Awa, p. 89.
1BIbíd., pp. 115-116.
19Por "clásica" se entiende una noción que no se encuentra atada a ningún contexto espacial o
temporal, sino que representa una suerte de punto intermedio de un fenómeno en particular, como es
la democracia en este caso.
El islam y la democracia: una lectura transcultural desde Kuala Lumpur

genuinas. Del mismo modo, las personas que centrales: por un lado, la constitución y
viven bajo un sistema político de orientación organización de lo político en torno a es-
islámica20 cuentan con un grado similar de tructuras nacionales; y por el otro, el avan-
libertady oportunidades departicipación.Ello ce del secularismo en las esferas de la
es asegurado a través del actuar político co- vida moderna, relegando la religión a una
lectivo de la ummah y la responsabilidad (ac- cuestión privada.
countability) que las autoridades deben ob- Con respecto a la "nacionalización"
servar hacia la misma. de la política, el fenómeno se produce pri-
meramente en Europa en torno a la cons-
Los valores de participación, titución histórica de los Estados naciona-
les , generalmente a partir de la consolida-
libertad e igualdad se expresan ción de los poderes dinásticos. Luego, de
tanto en el caso occidental la mano de choques armados -entre los
como en el islámico, pero a partir que sobresalen las Cruzadas por la Tierra
de prácticas diferentes. Santa y las dos Guerras Mundiales- y de
la desmembración de los imperios omeya,
abasida y otomano, el mundo islámico se
De lo antedicho surge claramente que
ha visto, de una manera u otra, en la obli-
la idea del "poder del pueblo" no es extra-
ña al islam. Al menos, no desde el punto gación de aceptar o al menos convivir con
de vista de su doctrina o pensamiento. Si una estructura internacional de Estados21.
bien la historia real de las múltiples comu- Esto provocó al mismo tiempo una cier-
nidades musulmanas que han existido alo ta tensión con respecto a la propia unidad
largo de los siglos puede demostrar lo con- de los musulmanes. Como se ha visto, el
trario, ello no significa que el islam sea concepto utilizado es el de ummah. Sin em-
incompatible con la democracia. bargo, dicho término no es unívoco, sino
que hace referencia a una serie de actores
colectivos, más o menos inclusivos22. Así,
EL ISLAM EN EL MARCO DEL EsTADO- frente al fenómeno nacionalista, el referente
NACIÓN Y EL SECULARISMO: MALASIA ummah ha adquirido relevancia como mar-
cador de identidad y de una cierta unidad
La configuración política del mundo social en torno a las creencias comparti-
moderno presenta al islam dos desafíos das por sus miembros.
20 Cabe destacar las palabras "orientación islámica", ya que el ejemplo abarca no sólo a aquellas
experiencias políticas en torno a la institucionalízación de un Estado islámico, sino que también hace
referencia a proyectos de orden político donde lo musulmán se mezcla con, o reconoce a, importantes
elementos/actores no musulmanes.
21 Las políticas de colonización europea (especialmente británica, holandesa y francesa) también
ejercieron su influencia.
22 "En el uso coránico, de todos modos, las connotaciones de comunidad y religión no siempre
convergen, y la palabra [ummah] tiene múltiples y diversos significados", Oxford Enciclopedia ofthe
Modem Islamic World, pp. 267-270.

49
Sebastián Baglioni

de Westminster (parlamento, partidos po-


Los musulmanes de Malasia enfrentan líticos y procesos eleccionarios), aunque
un dilema definido en términos con algunas características locales (mo-
dialécticos: pertenencia al islam e narquía en línea dinástica de los sultanes
identidad definida en función de la malayos)25.
En el segundo caso, los conflictos reli-
etnia y la ideología nacionalista.
giosos e ideológicos estallaron o se intensi-
ficaron a partir de la independencia. Ya en
En una discusión similar, Hussin Muta-
1948 se había producido una revuelta co-
lib afirma que los musulmanes en Malasia
munista que fue rápidamente asociada con
se encuentran enfrentados a un dilema de-
la comunidad china en Malasia. En conse-
finido en términos dialécticos. Por un lado,
cuencia, lo que se inició como un conflicto
reivindican su pertenencia al islam (apela-
ideológico, se convirtió rápidamente en una
ción universal); mientras que, por otro, su
identidad religioso-comunal se define en lucha étnica que complicaría todo posible
función de la etnia y la ideología naciona- entendimiento entre las comunidades. Fi-
lista (sentido de pertenencia particular)23. nalmente, en cuanto alas tensiones religio-
En el caso de Malasia, dicha organi- sas, las mismas adoptaron la forma de un
zación política tomó la forma de coloniza- conflicto entre musulmanes (malayos) y no-
ción a manos del Imperio Británico, para musulmanes (chinos e indios), especialmen-
luego ganar la independencia nacional te en torno al carácter del islam como reli-
(Merdeka) en 1957, y conformar Mala- gión oficial de la federación Malasia, y al
sia en 196324. Así, la comunidad islámica eventual proyecto de construcción de un
de Malasia, que representa alrededor del Estado Islámico.
56% del total de la población, debió en- La comunidad malaya se expresó po-
frentar la construcción de una nación por líticamente a través de dos grandes parti-
un lado, y divergentes posturas religiosas dos comunales: por un lado, se creó la
e ideológicas por el otro. Organización Nacional de Malayos Uni-
En el primer caso, fue necesario dic- dos (UMNO} United Malays National
tar una constitución y adoptar las institu- Organization); mientras que por el otro,
ciones centrales del sistema político; en surgió el Partido Islámico Panmalasio
ambas instancias se aceptaron las condi- (PAS, o Parti islam SeMalaysia). Ambos
ciones británicas. Es así como se llegó a partidos reclaman expresar políticamente
un acuerdo constitucional entre las comu- las necesidades de la comunidad malaya.
nidades étnicas malaya, china e india, y El primero ha recurrido a un cierto com-
se adoptaron las instituciones del sistema promiso interétnico y a posturas religio-

23 Mutalib. Esta
es la idea central que permea toda su obra.
^Para una presentación general de las relaciones entre política, religión e historia en Malasia, véase
Von Vorys, Milne y Mauzi, Means.
25Zakaria(1989,1993), Baglioni.

50
El islam y la democracia: una lectura transcultura! desde Kuala Lumpur

sas moderadas, dominando el sistema po- mente cuenta con un territorio, ni todos
lítico; el segundo, por su parte, se ha vali- sus miembros deben ser musulmanes; sólo
do de un discurso islámico más tradicio- es necesario que los ciudadanos acuer-
nal y exclusivista. Por ello no extrañan los den vivir bajo los auspicios del islam, sus
numerosos enfrentamientos que se pro- órdenes y sus políticas. Las identificacio-
ducen entre la UMNO y el PAS en torno nes tribales y étnicas son dejadas de lado
a la expresión política de las demandas en nombre de la religión. Asimismo, el
malayas, y a la definición misma de esa criterio decisorio es tomado del Corán y
comunidad, tanto en sentido étnico (mala- las Sunnah del Profeta, además de la con-
ya) como religioso (musulmana). sulta entre los gobernantes y el pueblo.
Los principios de equidad y justicia son
igualmente aplicados a musulmanes y no-
El conflicto ideológico se convirtió en musulmanes ; y la autoridad política reside
lucha étnica que complicaría el en la persona del Califa. Por último, el
entendimiento éntrelas comunidades. poder de gobernar pertenece al conjunto
de la comunidad de creyentes27.
El principal reclamo y aspiración del Las fórmulas ofrecidas son bastantes
PAS es la realización de un Estado islá- ambiguas, y las experiencias históricas en
mico en Malasia. Por ello, ha denunciado este sentido tampoco ofrecen un ejemplo
la política de alianza de la UMNO, que muy claro. Sin embargo, puede ser útil ana-
dio voz y participación política en los asun- lizar brevemente el papel que jugarían los
tos del país a las otras comunidades (no- miembros no-musulmanes en un Estado Is-
musulmanas o kafir, es decir, infieles)26. lámico. En principio, para ser ciudadano de
La paradoja es que el extremismo de esta este Estado es necesario aceptar las políti-
postura es contrario a los principios ex- cas inspiradas en la fe Islámica; no obstan-
presados tradicionalmente por el islam a te, esto no implica que esa persona deba
través de valores tales como la igualdad, pertenecer a una determinada religión o gru-
la justicia, y un estilo no racial de resolver po étnico. Es decir, en un Estado Islámico
los problemas. existen múltiples instituciones sociales y re-
Con respecto a la idea del Estado is- ligiosas, se resguardan las leyes y se respe-
lámico, la misma requiere algunas aclara- ta el lenguaje y la cultura de sus miembros.
ciones. El Estado islámico no necesaria- Enpalabras deMutalib: "elEstadoIslámico

además acusaalaUMNO de utilizar al islam como una herramienta retórica legitimadora


ante los ojos malayos, y no como verdaderos voceros de la religión. El apoyo del gobierno a proyectos
favorables a la fe, tales como la construcción de mezquitas o la instauración de instituciones administra-.
tivas islámicas, es tildada de manejo político de la conciencia religiosa de los malayos.
27 A pesar de la importancia teórica y práctica de la cuestión, ésta es sólo una enumeración muy
sucinta de las características de un Estado Islámico. Es especialmente relevante la relación que teórica-
mente se puede establecer entre la democracia (liberal) y un esquema de autoridad política como el aquí
descrito. Evidentemente, éste es un campo fructífero para futuros estudios.

51
Sebastián Baglioní

es una federación de umma, de diferentes forma concreta en que los principios doc-
religiones y culturas, con el compromiso de trinarios del islam son puestos en práctica
vivir armoniosamente en paz, bajo el lide- por la comunidad musulmana. Varios son
razgo de autoridades islámicas"28. los puntos conflictivos: desde la demanda
de tribunales religiosos con aplicación de
la shan'a y la obligación de asistir a la mez-
El poder de gobernar pertenece al quita los viernes para la oración comunita-
conjunto de la comunidad de ria, bástalas regulaciones sobre aumentos
creyentes. (halal-no halal) y la vestimenta.
El espacio físico y simbólico en el que
Al tomar en cuenta el conflicto entre se dirimen -o al menos, se plantean- es-
tas cuestiones, asume la forma de un cierto
musulmanes y no-musulmanes dentro de
una misma unidad política (Malasia), se espacio público, o sociedad civil. Más allá
de la carga ideológico-cultural que el con-
está haciendo alusión al segundo de los
desafíos modernos del islam, como es el cepto pueda tener, es posible pensar a
Malasia como un país cuya sociedad ne-
problema de la secularización. En este
cesita generar un cierto espacio público
caso, ésta tomaría la forma de defensa de
para enfrenta allí el desafío de incorporar
un espacio público neutro políticamente
profundas diferencias de comportamien-
hablando, donde la influencia religiosa no
to, creencia y hábito, sostenidas por sus
fuera determinante. En otras palabras, una
miembros individual y colectivamente.
sociedad cultural y religiosamente hete-
La casi inexistencia de conflictos vio-
rogénea presenta un escenario conflicti-
lentos en toda su vida como país indepen-
vo para el islam, en la medida en que éste
diente habla a las claras de un logro de
reclama para sí la construcción de "lo pú-
convivencia política en un contexto multi-
blico".
cultural intenso. Sin embargo, el factor de
Para los musulmanes es una situación
estabilidad política es sólo la condición ini-
delicada y compleja, aun si se la plantea
cial de la convivencia social.
dejando de lado el factor étnico y las riva-
lidades históricas entre chinos y malayos
en la Península. Malasia no es un Estado Uno délos desafíos modernos del
islámico, sino un Estado nacional, cuya in-
dependencia fue conquistada sólo hace 40 islam es la secularización en la forma
años. Su Constitución establece la libertad de la defensa de un espacio público
de cultos, al mismo tiempo que hace del
islam la religión oficial del Estado. En este políticamente neutro.
contexto, el principal problema reside en la

28MutaIib (1990), pp. 116-7. Es necesario insistir sobre el carácter teórico de estos planteos, ya que
la disociación teórica implícita entre el factor étnico y religioso podría ser analíticamente insostenible para
el caso de Malasia. Mutalib reconoce la complejidad del problema y se pregunta cuáles serían los
mecanismos que posibilitarían una articulación apropiada entre ambos factores.

52
Ei islam y la democracia: una lectura íranscultural desde Kuala Lumpur

Aún es necesario resolver profundas go es la adecuación de un orden político a


cuestiones, vinculadas de manera indisocia-una cultura determinada. Dos cuestiones
paralelas se deducen del caso de Mala-
ble a dos factores. El primero de ellos se re-
fiere al equilibrio numérico y político de las
sia. En primer lugar, el doble conflicto que
comunidades. La población de Malasia se puede surgir en la conceptualización del
divide, aproximadamente} en malayos (60%), fenómeno de la democracia y de la com-
chinos (30%), indios (8%) y otras minorías.prensión del islam. Como se ha visto, tan-
Teniendo en cuenta que la casi totalidad deto de un lado como del otro existen nume-
los malayos son musulmanes, surge claramen-rosos malentendidos y confusiones. Pero
te la asimilación entre porcentajes étnicos y
ello no significa que ambos términos no
religiosos. Si a ello se suma que dicha pre-
puedan ser pensados a partir de una rela-
eminencia numérica se ha traducido en do- ción beneficiosa o al menos no conflicti-
minio político, entonces es indudable que las
va. En el intento de construir formas ge-
características que presenten las prácticas po-
nuinamente islámicas y democráticas, tan-
líticas en Malasia son responsabilidad princi-
to la práctica del pensamiento indepen-
pal del actuar de los malayos-musulmanes. diente (ijtihad) como la acción de presti-
Aquí es donde se destaca el segundo factor,giosas figuras del pensamiento islámico
cual es el de la construcción de mecanismos(mujtahidin) están llamadas a convertir-
de adecuación de las diferencias culturales y
se en factores centrales.
religiosas. En este sentido, es esencial la in- Una breve reflexión sobre este punto
terpretación que los malayos abracen de su puede ser ilustrativa. Tomando la palabra de
fe y de la tolerancia con que acepten afirmar
Abdul Karim Soroush, se puede considerar
su identidad étnico-religiosa, teniendo en que la misión del intelectual islámico es "la
cuenta la convivencia con otras comunida- liberación de los dogmas del pasado, que
des que no la comparten. pudieron haber sido relevantes durante cierta
época de la historia del islam, pero ya no lo
El factor de establidad política son". Esto adquiere especial interés a la luz
de la discusión presente, al considerar que
es sólo la condición inicial "ni el islam ni la modernidad son un todo
de la convivencia social. monolítico, y ambos pueden serproblemati-
zados ['be open to question]"29. En otras
palabras, existe un espacio a desarrollar en
CONCLUSIÓN el islam con respecto al disenso interno y a
la tolerancia en la aceptación de las diferen-
Al plantear la relación entre democra- cias culturales. Esto equivale a aceptar la
cia e islam, lo que realmente entra enjue- posibilidad cierta de desarrollar un esquema

29La opinión del profesor Abdul Karim Soroush es ilustrativa en la medida en que este pensador iraní
es considerado una figura de gran prestigio dentro del pensamiento islámico actual. Es decir, sus puntos
de vista difícilmente puedan ser criticados por ser culturalmente sesgados, o etnocentncos. "The Respon-
sibilities of the Muslim Intellectual ín the21st Century", Commentary #37, pp. 9-12, junio de 2000.

53
Sebastián Baglioní

institucional propio que materialice la tan dis- cias étnicas y religiosas en función de un
cutida idea de la "democracia islámica". equilibrio entre las creencias propias y la
En segundo lugar, y unido a esta últi- libertad de los demás a tener sus respec-
ma reflexión, el caso de Malasia subraya tivas convicciones religiosas. Dicho equi-
la importancia de otro posible conflicto al librio es, por definición, inestable y diná-
hablar de democracia e islam. Se trata de mico. Sin embargo, podría ser uno de los
la definición del espacio público de una pilares del tan anhelado diálogo entre ci-
unidad política cuyos miembros son mu- vilizaciones y religiones.
sulmanes y no musulmanes. Las minorías En este último aspecto, y tomando en
china e india representan un profundo de- cuenta el intenso enfrentamiento cultural
safío a la manera en que el islam se ex- entre occidente y el mundo islámico, Ma-
presa públicamente en Malasia. En con- lasia podría convertirse en una sociedad
secuencia, los musulmanes en dicho país modelo para las condiciones de la política
están llamados a armonizar las diferen- multicultural del siglo XXI.

Bibliografía

AL-RAHIM, MUDDATHIR 'ABD (1997), Islam and Non-Muslim Minoñties. Just World Trust.
Penang, Malasia.
BADIE, BERTRAND (1989), "Hacia una sociología política de la importación de modelos de
gobierno: el ejemplo del mundo islámico", en Foro Internacional, 117. julio-septiembre. El Colegio de
México, México.
BADIE, BERTRAND & HERMET, GUY (1993), Política Comparada. Fondo de Cultura Econó-
mica. México.
BAGLIONÍ, SEBASTIAN (1999), La democracia consensual bajo sospecha: el caso de Malasia.
Instituto de Relaciones Internacionales, Serie Estudios, N° 14. Universidad Nacional de LaPlata, La Plata.
BAKAR, OSMAN (1997), Islam and Civilizatíonal Dialogue. University of MalaysiaPress. Kuala
Lumpur.
BOBBIO, NORBERTO (1997), Entrada "democracia", en Diccionario de Política, Yol. I. Bobbio,
N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Eds.). Siglo XXI, Madrid.
COMMENTARY, Newsletter of JUST. Diversos números 1999,2000. Malaysia (www.jaring.my/
just).
DAHL, ROBERT (1989), La poliarquía. Participación y oposición. REÍ. Buenos Aires.
EL CORAN (Editorial Óptima, Catalunya. Traducción de J. Vernet. 2000).
EL-AWA, MUHAMMAD (1980), On the Poliñcal System ofihe Islamíc State. American Trust
Publications. Indiana.
ENCYCLOPAEDIA OF ISLAM (1965). Lewis, B., Pellat, Ch., y Schacht, J. (Editoress). Brill,
Leíden & Luzac & Co., Londres.
ESPOSITO, JOHN & VOLL, JOHN (1996), Islam and Democracy. Oxford University Press.
Nueva York.
GARDET, LOUIS (1960), Conozcamos el islam. Casal I Valí, Andorra.
GEERTZ, CLIFFORD (1994), Obsewando el islam. Ediciones Paidós. Buenos Aires.

54
El islam y la democracia: una lectura transcultural desde Kuala Lumpur

MAUDUDI, SYED ABUL A'LA (1989), Poütical Theory of Islam, Ishaate Islam Trust. Delhi.
MEANS, CORDÓN (1991), Malaysian Polines. The Second Generation. Oxford University Press,
Singapur.
MILNE, R. S. & MAUZI, DIANE (1978), Polines and Government in Malaysia. Times Books
International, Singapur.
MUTALIB, HUSSIN (1990), "islam and Ethnicity in Malay Politics". Oxford University Press.
Singapur.
OXFORD ENCYCLOPEDIA OF THE MODERN ISLAMIC WORLD (1995). John Esposito,
Editor jefe. Oxford University Press. Nueva York.
PEIRONE, FEDERICO (1985), El islamismo. Hyspamerica. Buenos Aires.
SARTORI, GIOVANNI (1990), Teoría de la democracia. REÍ. Buenos Aires.
SHAMSUL, A. (1999), "Consuming íslam and Contaimng the Crisis", en Southeasi Asian-Cen-
tred Economies or Economies? Hoadley, M. (Ed.). Nordic Institute of Asían Studies, Copenhague.
VON VORYS, KARL (1976), Democracy withoití consensus. Communalism andpoliticalstabilííy
in Malaysia. Oxford University Press. Kuala Lurnpur-Singapur.
ZAKARIA, HAJIAHMAD (1989), "Malaysia: Quasi democracy in a divided society", en Demo-
cracy in developing countries. Comparmg experiences with democracy. Vol. 3, Lipset, S., Linz, J. y
Diamond, L. (Eds.) Boulder, Colorado: Lynne Rienner. U.S.A.
ZAKARIA, HAJI AHMAD (1993), "Malaysia in an uncertain mode", en Driven by growth:
political change in ihe Asia-Pacific Región. Morley, J. (Ed.). Nueva York, ME. Sharpe. U.S.A.

55

Вам также может понравиться