Вы находитесь на странице: 1из 2

CREEMOS REDES!

Entrevista con Pierre Bourdieu

WoZ: usted dijo un día que los sociólogos tienen allí, entre todos los intelectuales, el rol más importante para jugar.

PB: sí.

WoZ: ¿qué quiere decir con eso?

PB: quiero decir que los sociólogos -por definición- deberían conocer mejor el mundo social que la persona promedio.
Como sociólogos, disponemos de instrumentos científicos que permiten descubrir cosas que otros no saben. Por
ejemplo, hace treinta años, todavía considerábamos la escuela como un medio de acceder a la élite; hoy, gracias a la
sociología, todo el mundo sabe que la escuela contribuye en gran medida a reproducir la desigualdad social. En este
momento, estamos preparando otro trabajo sociológico de envergadura que revela ser muy difícil por razones técnicas,
porque las estadísticas son muy malas y muy erróneas. Tratamos de mostrar de manera sistemática que existe una
correlación entre la política neoliberal y todos los fenómenos que los sociólogos reagrupan bajo el término de anomia:
suicidio, divorcio, delincuencia, alcoholismo, violencia, etcétera. Estamos trabajando en eso científicamente para
mostrarlo a los líderes de los países europeos: por supuesto, hay por un lado indicadores económicos, pero por otro lado
hay también indicadores sociales y demográficos. Este trabajo, sólo los sociólogos pueden hacerlo, y las "ciencias" -
"ciencia" entre comillas - la economía, pero también la sociología, se han convertido hoy en armas poderosas. Lo que el
marxismo decía sobre la religión debe hoy ser aplicado a ciertas "ciencias". No decimos más "Dios está con nosotros",
decimos "la ciencia está con nosotros".

WoZ: ¿la sociología sería entonces un contrapeso a la economía?

PB: sí. Tradicionalmente, es la política la que debería asegurar tal contrapeso. Pero usted leyó nuestra convocatoria: hay
una falla total de las políticas. Los políticos de izquierda en Francia y en Alemania -ni hablemos de Blair- han abandonado
totalmente cualquier posición crítica.

WoZ: en su libro " La miseria del mundo ", usted mostró que las víctimas del neoliberalismo son unas personas muy
diferentes y que persiguen intereses muy diversos. Ahora, usted quiere engendrar un movimiento que se refiera a
valores universales, en oposición al neoliberalismo. ¿Cómo concilia esto?

PB: es una gran contradicción. Pero nos vemos obligados a resolver esta contradicción. Si no hacemos nada, cada vez
más gente adherirá a las ideas de extrema derecha. Escribí esto en un texto relacionado con Haider en Austria: la
ausencia de un movimiento que da un sentido a la vida favorece la subida de movimientos fascistoides. En mi opinión,
combatir a Le Pen y sus adeptos forma parte de las funciones de este movimiento social - no es su función principal, sino
es una de sus funciones secundarias más importante. En 1995, cuando hubo grandes movimientos de huelga en Francia,
de repente no se tocó más la cuestión de Le Pen. Hasta la gente que había sido receptiva a su argumentación racista se
unió a este movimiento de huelga. Es verdad que las consecuencias del neoliberalismo son dramáticas: atomiza a la
gente, los aleja unos de otros, destruye los grupos, los colectivos, las estructuras colectivas de defensa y los deja allí
aislados, con intereses antagónicos, con esperanzas opuestas. Todo esto favorece el desarrollo de movimientos
fascistoides. Gente desposeída y desconsolada es atraída por el populismo. Una de las funciones de un nuevo
movimiento es decirle a esta gente que todo esto no es coincidencia, que no es tampoco culpa de los extranjeros, sino el
producto de una política económica - de una política que podría ser diferente. Vemos precisamente en el ejemplo de la
posición política sobre la inmigración la hipocresía de los socialistas franceses: su política enfrente de los inmigrantes
que ingresaron ilegalmente a Francia fue excepcionalmente dura, y respondieron a las manifestaciones en los suburbios
con una represión de las más duras. Hoy, la policía de inmigración efectúa controles estrictos en todas las escuelas, pero
para la integración de las personas no hicieron absolutamente nada. Hace diez años, critiqué la hipocresía de Mitterrand
cuando les dijo a los inmigrantes: "¡Están aquí en su casa!". ¿En su casa? ¿Sin documento de identidad, sin nada?

WoZ: ¿su compromiso político nació de su trabajo de investigador para "La miseria del mundo" o, a la inversa, realizó
esta investigación debido a su compromiso político?

PB: Ambos. Cuando comencé este trabajo, quería por un lado poner a prueba una nueva técnica de entrevista, por otro
lado tenía también una intención política: los socialistas ya estaban en el poder desde hace cuatro o cinco años,
estábamos en vísperas de elecciones, y quería trazar una especie de balance de la acción socialista - un balance real.
Naturalmente, este trabajo intensificó en mi caso el sentimiento de urgencia. Después de ver estas cosas -y vi mucho
más de lo que está escrito en el libro- se me volvió imposible no intervenir.

WoZ: ¿Actualmente estás trabajando en un proyecto científico como "La miseria del mundo"?

PB: no, en realidad no. Hay y hubo sin embargo unos proyectos semejantes en otros países. En Suiza, una mujer, Claudia
Honnegger, condujo un proyecto análogo. En Grecia y en Alemania, trabajamos también en tales investigaciones. No me
copian, por supuesto, pero mi trabajo suscitó proyectos del mismo tipo. En Alemania, la traducción de mi libro fue un
gran éxito e hizo a muchos sociólogos trabajar más con entrevistas no directivas y testimonios orales.

WoZ: ¿ cuáles fueron las consecuencias del éxito de su libro en Francia?

PB: es difícil de decir. Creo que ciertamente tuvo una gran influencia. Todos los políticos lo leyeron, la gente de la
derecha, incluso Jacques Chirac me escribió, fue sorprendente. Muchos políticos fueron conmovidos porque ningún
hombre honrado puede leer este libro sin ser afectado. También recibí numerosas reacciones de intelectuales, de
escritores. Pero desgraciadamente, no creo que haya tenido realmente consecuencias políticas.

¿Y qué efecto ha tenido " La miseria del mundo " en quienes cuentan allí su historia? ¿Se le han abierto nuevas
perspectivas?

PB: Depende. A menudo, el hecho de haber podido simplemente hablar ya era importante para ellos. Muchos lo han
dicho en el libro. Pero habría que ir más lejos. Aquí tengo una utopía: fundar un tipo de Sociedad Mundial para el
Socioanálisis, como ya existe para el psicoanálisis. En el curso de mi trabajo, comprobé cada vez más a menudo que los
numerosos dramas personales a causa de los cuales la gente consulta a psicoanalistas, podrían ser tratados, al menos en
parte, por sociólogos. Hay tantos sociólogos desempleados que podríamos formarlos con el fin de que, en los hospitales,
en las prisiones, en las escuelas, en muchas instituciones y colectivos, ayuden a la gente a abordar sus problemas. Pienso
por ejemplo en los numerosos padres que tienen problemas con sus hijos porque están fallando en la escuela. No digo
que los sociólogos puedan resolver todo, pero podrían arrojar luz en muchos aspectos. Por ejemplo, tengo una amiga,
psicoanalista de la Escuela Melanie Klein, que trabaja con niños. Un día le pregunté cómo podía hacer pruebas con estos
niños sin preguntarles cuál era la profesión de su padre, le dije que eso no era serio. Yo mismo en mi juventud efectué
los tests de Rorscharch: pueden poner en evidencia ciertas cosas, pero los numerosos puntos son comprensibles sólo
cuando se sabe de quién la persona es la hija o el hijo. Mi amiga comenzó a tomar en cuenta tales elementos. Tenía por
ejemplo el caso de un chico que constantemente se infligía heridas. Y descubrió que el padre de este chaval era un
politécnico brillante que siempre le dejaba en claro a su hijo que era inútil. El padre era politécnico -no barrendero o
desempleado. Esto es importante, sin embargo el psicoanálisis prácticamente deja de lado tales elementos. La psicología
y el psicoanálisis se ubican en la tradición del individuo, y nosotros queremos introducir aquí una dimensión social. Hace
un momento usted me preguntó cuál podría ser el papel de los intelectuales en un movimiento social: soy de la idea de
que este papel podría ser el socioanálisis. Después de todo, los movimientos sociales son hechos por hombres que
tienen sus aspiraciones sociales, sus resentimientos y sus miedos. Podemos considerar desde este ángulo numerosos
períodos funestos de la historia: Stalin, un antiguo seminarista de provincia, envidiaba a Lenin, hombre más
internacional que había estudiado en Suiza. Esto explica algunas cosas.

Вам также может понравиться