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Enrique A.

Eguiarte Bendímez, OAR

Moniciones Agustinianas
para los Salmos de
Laudes y Vísperas
Ilustraciones: de Steve Erspamer.
SUMARIO

Introdución 5
Apéndice 9

Primera semana del Salterio 13


Domingo I 15
Lunes I 23
Martes I 27
Miércoles I 31
Jueves I 35
Viernes I 39
Sábado I 43
Segunda semana del Salterio 45
Domingo II 47
Lunes II 53
Martes II 57
Miércoles II 61
Jueves II 65
Viernes II 69
Sábado II 73
Tercera semana del Salterio 75
Domingo III 77
Lunes III 85
Martes III 91
Miércoles III 95
Jueves III 99
Viernes III 103
Sábado III 107

Ejercicios Espirituales Agustinianos


3
Cuarta semana del Salterio 109
Domingo IV 111
Lunes IV 117
Martes IV 121
Miércoles IV 125
Jueves IV 131
Viernes IV 133
Sábado IV 137

Ejercicios Espirituales Agustinianos


4
Introducción

Psalterium meum gaudium meum (en. Ps. 137, 3)

La última actuación de san Agustín donar esa práctica. No obstante,


como presbítero de la Iglesia de sus sermones, en los que explica-
Hipona de la que tenemos noticia ba con claridad la palabra de Dios
es en mayo del 395. Fue una oca- y su actitud firme, consiguieron
sión muy particular, pues en ese que incluso los más reacios aban-
momento se celebraba la fiesta donaran sus proyectos etílicos y
de la Laetitia1, en honor de uno de celebraban la fiesta dentro de la
los santos patrones de Hipona, el Iglesia con sobriedad3. De hecho,
antiguo obispo de la ciudad lla- san Agustín nos recuerda que lle-
mado Leoncio. Con el paso de los gadas las segundas vísperas de la
años, la fiesta había degenerado fiesta de la Laetitia, él todavía tenía
en una verdadera bacanal, ya que, temor de que algunos no fueran a
siguiendo las costumbres invete- ser capaces de soportar el deseo
radas del norte de África, eran mu- de embriagarse y que, de pronto,
chos los que venían para comer y irrumpieran en la Iglesia dando al
beber junto con el mártir, de tal traste con todos sus esfuerzos4.
manera que la fiesta religiosa lle-
gaba a pasar a un segundo plano, No obstante, en las segundas vís-
siendo lo más importante la comi- peras de la fiesta, después de que
da y la bebida. se hicieron algunas lecturas y el
pueblo había cantado algunos
Por todo ello, san Agustín después salmos, san Agustín fue invitado
de cuatro años como presbítero por el anciano obispo Valerio a
de la Iglesia de Hipona, estaba dirigirle la palabra al pueblo. San
dispuesto, en ese año, a acabar Agustín, aunque estaba deseoso
con la forma tan pagana de cele- de terminar ese día y poderse pro-
brar la fiesta de la Laetitia. Por ello, clamar victorioso sobre la embria-
llegada la ocasión, prohibió que guez, obedeció al obispo Valerio y
se comiera y bebiera dentro de la predicó una breve homilía.
Iglesia. Es verdad que san Agustín
tuvo que predicar contra los bo- Mientras hablaba, llegaban a la
rrachos2 que se negaban a aban- basílica católica los claros ecos de
1
Cf. ep. 29, 2. 3
Cf. ep. 29, 7.
2
Cf. ep. 29, 6. 4
Cf. ep. 29, 11.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


5
la basílica donatista, en donde se los monjes en diversos momen-
estaba celebrando también a san tos del día, recordándonos que la
Leoncio en medio de la embria- Liturgia de las Horas no es un in-
guez y las libaciones5. San Agustín vento contemporáneo y extraño
aprovechó este hecho para hacer al carisma agustiniano. El mismo
alusión a la manera diferente en san Agustín rezaba esos salmos,
la que ellos, como católicos, es- con la consciencia de que son la
taban celebrando la fiesta de san voz de todo el cuerpo de Cristo,
Leoncio, y cómo los donatistas to- reconociendo su voz en ellos:
davía seguían atados a los vicios
terrenos, sin elevar su corazón ha- (…) así es el Hijo de Dios nuestro
cia Dios, rindiendo a los mártires Señor Jesucristo, el único salvador
un culto puro y no contaminado de su Cuerpo, el cual pide también
por elementos humanos. por nosotros y en nosotros; y tam-
bién oramos nosotros. Ora por no-
Terminada su exhortación, san sotros como sacerdote nuestro; ora
Agustín se retiró junto con el obis- en nosotros como nuestra Cabeza; y
po Valerio, y los monjes se queda- nosotros oramos a Él como nuestro
ron en la Iglesia para cerrar aque- Dios. Reconozcamos en Él nuestra
lla jornada en la que san Agustín voz y su voz en nosotros7.
había conseguido la victoria sobre
los borrachos, rezando salmos y Por ello, san Agustín llegará a de-
cantando himnos con los fieles6. cir que “mi salterio es mi gozo”8,
Los monjes aquella tarde se que- ya que en los diversos salmos des-
daron rezando vísperas con el cubre cómo detrás de los textos,
pueblo fiel, y con sus cantos llena- laten los misterios de Cristo y de
ron el final de aquel día de mayo su Iglesia, ya que el mismo Cristo
del 395, donde san Agustín pudo es la clave interpretativa de dichos
quitar una mala costumbre de la textos9.
Iglesia de Hipona. Esta obra que tienes entre tus ma-
Esta alusión agustiniana al rezo de nos, quiere ser una útil herramien-
las vísperas de los monjes con el ta que ayude a rezar la Liturgia de
pueblo fiel, es una de las huellas las Horas con san Agustín y como
más hermosas, dentro de la obra san Agustín. Sería de desear que
agustiniana, del valor y la impor- su uso no quedara restringido a
tancia que los salmos tuvieron en los días de los ejercicios espiritua-
la vida monástica agustiniana. El les, sino que sería muy bueno que
mismo Ordo Monasterii recoge los se pudiera prolongar, a lo largo de
salmos que debían ser rezados por 7
en. Ps. 85,1.
5
Idem. 8
en. Ps. 137, 3.
6
Idem. 9
Cf. en. Ps. 45, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


6
todo el año, en nuestras comu- salmo, debemos sentir en el cora-
nidades. Para ello, ofrecemos un zón cuanto pronunciamos con los
breve comentario agustiniano a labios10. Y, también, que es vano
todos los salmos que han sido re- aquello que se reza vocalmente
cogidos en la Liturgia de las Horas. cuando se hace sólo por rutina:
Todos los textos han sido sacados Nadie dudará de que es vano el cla-
y escogidos principalmente de mor que se eleva a Dios por los que
las Enarrationes in Psalmos de san oran, si se ejecuta por el sonido de
Agustín, que es el único comenta- la voz corporal sin estar elevado el
rio de la edad patrística de los 150 corazón a Dios”11.
salmos que ha llegado completo
hasta nosotros. No hemos querido Ojalá que estas breves monicio-
añadir ninguna reflexión bíblica nes agustinianas nos ayuden a
o contextual, como hacen otras degustar más los salmos; a llegar a
moniciones a los salmos, pues amarlos como san Agustín, quien
creemos que las palabras de san ya desde su retiro en Casiciaco, en
Agustín, en sus comentarios, son su preparación para el bautismo,
en sí mismas completas e ilumina-
se emocionaba y se encendía en
doras, y proporcionan una pauta
de lectura y de oración con el sal- el amor de Dios al recitarlos12; y al
mo. escucharlos derramaba abundan-
tes lágrimas de compunción y de
Después de haber leído la moni- amor:
ción y rezado con calma el salmo,
te ofrecemos una oración, para ¡Cuánto lloré con tus himnos y tus
que en ella se puedan recoger los cánticos, fuertemente conmovi-
pensamientos y sentimientos de do con las voces de tu iglesia, que
quienes han rezado el salmo.
10
reg. 2, 3.
Te ofrecemos también, en apén- 11
en. Ps. 118, 29, 1.
dice, algunas sugerencias para 12
conf. 9, 8: “¡Qué voces te di, Dios mío,
rezar los salmos. No pretenden ser cuando todavía principiante en tu verdade-
orientaciones exhaustivas o im- ro amor y siendo catecúmeno, leía descan-
sado en la finca los salmos de David –cán-
perativas sino simplemente suge- ticos de fe, sonidos de piedad que excluyen
rencias que cada grupo o comuni- todo espíritu hinchado- (…)! ¡Qué voces, sí,
dad podrá asumir, adaptar o bien te daba en aquellos salmos y cómo me infla-
ignorar, pues lo esencial es rezar maba en ti con aquellos y me encendía en
bien, no el simple hecho de bus- deseos de recitarlos, si me fuera posible al
car formas originales de hacerlo. mundo entero, contra la soberbia del géne-
Por ello, san Agustín nos recuerda ro humano! Aunque cierto es ya que en todo
en la Regla, que para rezar bien un el mundo se cantan y que no hay nadie que
se esconda de tu calor”

Ejercicios Espirituales Agustinianos


7
dulcemente cantaba! Penetraban
aquellas voces en mis oídos y tu ver-
dad se derretía en mi corazón, con
lo cual encendía el afecto de mi pie-
dad y corrían mis lágrimas, y me iba
bien con ellas13.
Que nosotros leyendo las palabras
de san Agustín podamos también
descubrir la riqueza de los salmos
y que esto nos ayude a revitalizar
nuestra vida espiritual.
Roma, 28 de agosto de 2014. Fiesta
de nuestro Padre san Agustín.

13
conf. 9, 14.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


8
Apéndice

1. Un rezo pausado y rezo del salmo, se puede hacer


la oración sálmica, que puede ser
a. Se hace el rezo ordinario de
leída por quien ha leído el salmo,
los salmos a dos coros, pero pro-
o bien, por toda la asamblea.
curando rezar despacio, saborean-
do cada palabra. 3. Toda la asamblea lee el sal-
mo
b. Se puede dejar un breve
tiempo después de la monición y a. Después de la monición,
antes de comenzar a rezar el sal- toda la asamblea junta reza el sal-
mo. mo al unísono.
c. Al final del salmo, el tiempo b. Al final de la lectura del sal-
de silencio puede ser mayor, para mo, se puede tener un tiempo de
dar oportunidad a releer el salmo silencio, para dar oportunidad a
y meditar sobre las ideas conteni- releer el salmo y meditar sobre las
das en él. ideas contenidas en él.
d. Como final de la meditación c. Como final de la meditación
y rezo del salmo, se puede hacer y rezo del salmo, se puede hacer
la oración sálmica, que puede ser la oración sálmica, que puede ser
leída por quien preside el rezo, o leída por quien preside el rezo, o
bien por toda la asamblea. por toda la asamblea.
2. Un solo lector lee el salmo 4. Un rezo ordinario con ora-
ción de eco
a. Después de la monición, un
solo lector reza el salmo. Debe ha- a. Se hace el rezo ordinario de
cerlo de manera pausada, dando los salmos a dos coros, pero pro-
la entonación debida a las frases curando rezar despacio, saborean-
y acentuando las palabras princi- do cada palabra.
pales.
b. Se puede dejar un breve
b. Al final de la lectura del sal- tiempo después de la monición y
mo, se puede tener un tiempo de antes de comenzar a rezar el sal-
silencio, para dar oportunidad a mo.
releer el salmo y meditar sobre las
c. Al final del salmo, se deja un
ideas contenidas en él.
momento de silencio en el que,
c. Como final de la meditación quien preside el rezo, invita a los
Ejercicios Espirituales Agustinianos
9
participantes a releer el salmo y a do la frase que le ha tocado a cada
repetir en voz alta la frase que más uno, pero sin romper la continui-
les haya llamado la atención del dad del mismo salmo.
salmo. Es preciso advertir que no
b. Al final de la lectura del sal-
se trata de hacer una simple leta-
mo, se puede tener un tiempo de
nía de frases, sino que, después de
silencio, para dar oportunidad a
cada frase, se debe dejar un mo-
releer el salmo y meditar sobre las
mento de silencio para que esto
ideas contenidas en él.
ayude a la oración.
c. Como final de la meditación
d. Como final de la oración de
y rezo del salmo, se puede hacer
eco y del rezo del salmo, se puede
la oración sálmica, que puede ser
hacer la oración sálmica, que pue-
leída por quien preside el rezo, o
de ser leída por quien preside el
bien, por toda la asamblea.
rezo, o bien, por toda la asamblea.
7. Todos respondemos con
5. Dos lectores leen el salmo
un estribillo
a. Después de la monición,
a. Después de la monición, uno
dos lectores alternativamente (a
o dos lectores van a leer o cantar el
coros) rezan el salmo. Deben ha-
salmo. Después de cada una de las
cerlo de manera pausada, dando
estrofas del salmo, la comunidad
la entonación debida a las frases
responde con una frase del mismo
y acentuando las palabras princi-
salmo, que puede ser recitada o
pales.
cantada.
b. Al final de la lectura del sal-
b. Al final de la lectura o canto
mo, se puede tener un tiempo de
del salmo, se puede tener un tiem-
silencio, para dar oportunidad a
po de silencio, para dar oportu-
releer el salmo y meditar sobre las
nidad a releer el salmo y meditar
ideas contenidas en él.
sobre las ideas contenidas en él.
c. Como final de la meditación
c. Como final de la meditación
y rezo del salmo, se puede hacer
y rezo del salmo, se puede rezar o
la oración sálmica, que puede ser
cantar el estribillo escogido y ha-
leída por alguno de los que ha
cer la oración sálmica, que puede
leído el salmo, o bien, por toda la
ser leída por quien preside el rezo,
asamblea.
o bien, por toda la asamblea.
6. Todos leemos el salmo
8. Cantamos el salmo
a. Después de la monición,
a. Después de la monición, la
cada uno de los participantes va a
comunidad canta el salmo.
leer una frase del salmo. Es preciso
que se haga despacio, degustan- b. Al final del canto del salmo,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


10
se puede tener un tiempo de si- silencio, para dar oportunidad a
lencio, para dar oportunidad a releer el salmo y meditar sobre las
releer el salmo y meditar sobre las ideas contenidas en él.
ideas contenidas en él.
c. Como final de la meditación
c. Como final de la meditación y rezo del salmo, se puede rezar o
y rezo del salmo, se hace la oración cantar el estribillo escogido y ha-
sálmica, que puede ser leída por cer la oración sálmica, que puede
quien preside el rezo, o bien, por ser leída por quien preside el rezo,
toda la asamblea. o bien, por toda la asamblea.
9. El salmo es leído por dos 10. Una presentación de
personas Power Point o Multimedia
a. Después de la monición, dos a. Después de la monición, se
lectores va a leer el salmo. Uno de pone una presentación de Power
ellos es el “narrador”, el segundo Point o Multimedia con el texto
da voz a los “personajes” que apa- del salmo.
recen en el salmo, no sólo cuando
b. Al final de la presentación, se
son mencionados explícitamen-
puede tener un tiempo de silen-
te, sino también dando voz a sus
cio, para dar oportunidad a releer
ideas. Por ejemplo, el salmo 49
el salmo y meditar sobre las ideas
que señala que Dios habla. El dis-
contenidas en él.
curso de Dios va del versillo 5 al
15. Después hay una indicación c. Como final de la meditación
del salmista (v. 16) y desde ahí y rezo del salmo, se puede hacer
hasta el final es Dios el que habla. la oración sálmica, que puede ser
(Lo mismo en el salmo 2, 4, 32, 34, leída por quien ha leído el salmo,
35, etc.) o bien, por toda la asamblea.
b. Al final de la lectura del sal-
mo, se puede tener un tiempo de

Ejercicios Espirituales Agustinianos


11
Ejercicios Espirituales Agustinianos
12
Primera Semana del Salterio

Ejercicios Espirituales Agustinianos


13
Ejercicios Espirituales Agustinianos
14
Primera Semana del Salterio

DOMINGO I holocausto acepto a Dios. Aquel


sacrificio vespertino se convirtió
I Vísperas en don matutino en la resurrec-
Salmo 140 ción. Luego la oración que sube
pura del corazón piadoso se eleva
Reconocer la voz de Cristo y la como el incienso de un altar san-
de la Iglesia to. Nada hay más deleitable que el
olor del Señor; exhalen este olor
Comentario de san Agustín todos los que creen. (en. Ps. 140, 5)
Suba mi oración como incienso a tu Oración sálmica
presencia y (sea) la elevación de mis
manos sacrificio vespertino. Todo Señor que nuestra vida sea siem-
cristiano reconoce que debe en- pre una ofrenda a agradable a tus
tenderse esto de la misma Cabeza ojos, unida a la oblación de Cristo;
(Cristo), pues al declinar el día, ya que ella sea un incienso que tenga
en la tarde, el Señor, que de nuevo el aroma de Cristo, para que siem-
volvería a tomar su alma, la entre- pre suspiremos por ti y nos abra-
gó en la cruz voluntariamente. Sin semos en tu paz14. Te lo pedimos a
embargo, allí estábamos perso- ti que vives y reinas en la unidad
nificados nosotros. ¿Qué pendía del Espíritu Santo y eres Dios, por
de Él en el leño? Lo que tomó de los siglos de los siglos. Amén.
nosotros. ¿Cómo podía aconte-
cer que Dios Padre desdeñase y Salmo 141
abandonase por algún tiempo La voz de Cristo en la pasión
al único Hijo, que es un solo Dios
con Él? Sin embargo, clavando en Comentario de san Agustín
la cruz nuestra flaqueza, en la cual,
según dice el Apóstol, fue crucifi- Rogaré ante Él. ¿Qué significa ante
cado con Él nuestro hombre viejo, Él? En su presencia. ¿Qué significa
clamó con la voz de este hombre, ‘en su presencia’? En donde ve.
diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por Pero ¿en dónde no ve? Decimos
qué me abandonaste? Luego aquel ‘en donde ve’ como si hubiera
sacrificio de la tarde, la pasión del parte alguna en donde no vea. En
Señor, la cruz del Señor, la obla- este conjunto de cosas corpora-
ción de la hostia saludable, es un 14
Cf. conf. 10, 38:

Ejercicios Espirituales Agustinianos


15
les, también ven los hombres y los Comentario de san Agustín
animales; pero Él ve también en
donde el hombre no ve. Ningún Luego el Igual a Dios se anonadó a
hombre ve tu pensamiento; Dios sí mismo, tomando la forma de sier-
sí lo ve. Derrama tu plegaria en vo, hecho a semejanza de los hom-
donde sólo ve Aquel que remu- bres y hallado en la condición de
nera. Nuestro Señor Jesucristo te hombre. Y de tal modo se anona-
mandó orar en lo escondido. Si dó, que tomó lo que no tenía, sin
conoces tu aposento y lo purificas, perder lo que tenía. ¿Cómo se ano-
allí ruegas a Dios. Cuando oréis nadó? Mostrándose de este modo
-dice el Señor-, no seáis como los a ti, sin manifestarte la excelencia
hipócritas, que oran de pie en las que tenía junto al Padre; ofrecién-
plazas y en las calles para que los dote ahora la flaqueza y reserván-
vean los hombres. Tú, por el contra- dote su claridad para cuando es-
rio, cuando ores, entra en tu apo- tuvieses purificado. Luego el que
sento y cierra la puerta, y ruega a tu era igual al Padre, se hizo débil; y,
Dios en lo escondido; y Él, que ve en sin embargo, en esta misma debi-
lo escondido, te dará el pago. Si los lidad debe ser reconocido no por
hombres han de retribuirte, ruega la visión, sino por la fe, a fin de que
ante los hombres; pero, si es Dios aquello que aún no podemos ver,
el que ha de retribuir, derrama tu al menos lo creamos, y creyendo
plegaria ante Él, y cierra la puerta merezcamos ver lo que no vemos.
para que no entre el tentador (en. Con razón, después de resucitar,
Ps. 141, 3). dice a María Magdalena, a quien
Oración sálmica primeramente se dignó aparecer-
se: No me toques, porque aún no
Señor somos conscientes de los he subido al Padre. ¿Qué significa
peligros que nos rodean en nues- esto? (…) No creas sólo de mí lo
tra vida como creyentes, concéde- que ves, de suerte que tu mirada
nos que nunca nos salgamos del se quede en el exterior, como tu
camino que es tu Hijo Jesucristo, tacto. (en. Ps. 58, 1, 10)
para que caminando por Cristo
hombre, podamos llegar a nues- Oración sálmica
tra meta, que es Cristo Dios15, que
Señor, si nos has enriquecido de
vive y reina por los siglos de los si-
tal manera con tu pobreza, cuán-
glos. Amén
to no será lo que nos enriquecerás
Cántico Fil 2, 6-11 con tu abundancia16, haz que se-
pamos siempre ser humildes para
La humildad de Cristo ser siempre ricos en ti, que vives y
15
Cf. s. 123, 3. 16
en. Ps. 68, 1, 4,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


16
reinas por los siglos de los siglos. la hartura. Aquí ha de sentirse la
Amén. necesidad; allí seremos saciados.
Pero ahora, para no desfallecer en
el desierto, nos sostiene el rocío
DOMINGO I de la palabra de Dios y no permite
que nos sequemos por completo
Laudes (…). (en. Ps. 62, 3)
Salmo 62 Oración sálmica
La sed de Dios en la peregrina- Señor, haz que siempre tenga-
ción mos sed de ti como tierra reseca,
agostada, sin agua y acudamos a
Comentario de san Agustín ti, acercándonos a tu misterio no
con los pies, sino con los afectos17;
El título de este salmo es el si-
no yendo de un lugar a otro, sino
guiente: De David, estando en el
amándote a ti con todo el cora-
desierto de Idumea. Por Idumea se
zón, por Jesucristo nuestro Señor.
entiende este mundo. Idumea era
Amén.
una nación compuesta de hom-
bres nómadas en la que se adora- Cántico Dn 3, 57-90
ba a los ídolos. Luego no se con-
signa aquí la palabra “Idumea” en Toda la creación alaba a Dios
buen sentido. Si no se toma aquí
en buen sentido, ha de entender- Comentario de san Agustín
se que bajo el nombre de Idumea Vemos, pues, la inmensa fábrica
está significada esta vida, en la del mundo constituida por el cie-
que soportamos tantos trabajos, lo y la tierra y todas las cosas que
y estamos sometidos a necesida- ellos contienen. Por la hermosura
des inmensas. Aquí está el desier- y grandeza de esta fábrica, ama-
to en donde se siente gran sed y mos, aunque aún no vemos, la
en donde ahora debéis oír la voz excelente magnificencia y hermo-
del que tiene sed en el desierto. Si sura de su Artífice, pues no cesó
nos reconocemos sedientos, reco- de poner ante nuestros ojos sus
nozcámonos también bebedores. obras Aquel que todavía no puede
Porque quien tiene sed en este ser contemplado por la pureza de
mundo será saciado en el futuro, nuestro corazón, para que, viendo
según lo atestigua el Señor cuan- las que podemos ver, amemos al
do dice: Bienaventurados los que que todavía no podemos ver, y así,
tienen hambre y sed de justicia, por- debido a su amor, podamos ver-
que ellos serán saciados. Luego en le en algún tiempo. (…)Bendiga
este mundo no debemos desear
17
Cf. Io. eu. tr. 32, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


17
nuestra alma al Señor por tantos pero se renovó por la gracia. Todos
beneficios suyos, por tantas y tan los que se renuevan en Cristo con
inmensas dádivas de gracias suyas el fin de comenzar a pertenecer a
(en. Ps. 103, 1, 1.2). la vida eterna, cantan el cántico
nuevo. (en. Ps. 149, 1)
Oración sálmica
Oración sálmica
Señor, que te alabe toda la crea-
ción y que nuestros labios no se Señor, en Cristo nos hemos reves-
cansen nunca de confesar tu gran- tido del hombre nuevo y por eso
deza y omnipotencia, pues con- podemos cantar el cántico nuevo,
fesando tu poder reconocemos concédenos que nunca andemos
nuestra pequeñez, y alabando las tras las obras de las tinieblas, sino
obras de tu creación proclamamos que tengamos siempre la luz de la
tu infinita majestad18, te lo pedi- vida que es Cristo, que vive y reina
mos por Jesucristo Nuestro Señor. por los siglos de los siglos. Amén.
Amén.
Salmo 149
DOMINGO I
Invitación a todas las criaturas a
alabar a Dios II Vísperas

Comentario de san Agustín Salmo 109

Alabemos al Señor con la palabra, Cristo sumo y eterno sacerdote


la mente y las buenas obras; y can- Comentario de san Agustín
temos, conforme nos exhorta este
salmo, un cántico nuevo. Pues así Beberá del torrente en el camino, por
comienza: Cantad al Señor un cán- eso levantará la cabeza. Veamos al
tico nuevo. El hombre viejo canta que bebe del torrente en el cami-
un cántico viejo; el hombre nue- no. Ante todo, ¿qué es el torrente?
vo, un cántico nuevo. El Antiguo La corriente de la mortalidad hu-
Testamento canta el cántico anti- mana. Así como el torrente se for-
guo; el Nuevo, el cántico nuevo. En ma con las aguas de lluvia abun-
el Antiguo Testamento se hallan dante, y se desborda, hace ruido,
las promesas temporales y terre- corre, y corriendo se desliza, es
nas. Todo el que ama las cosas te- decir, completa su curso, así acon-
rrenas, canta el cántico antiguo. El tece con toda esta corriente de la
que quiera cantar el cántico nue- mortalidad (…)De este torrente
vo, ame las cosas eternas. (…) El bebió Él; no se desdeñó beber de
hombre envejeció por el pecado, él. Su beber de este torrente fue
18
Cf. s. 160, 4.
nacer y morir. Este torrente lleva

Ejercicios Espirituales Agustinianos


18
consigo el nacimiento y la muerte. ritualmente nos debemos apartar
Cristo tomó esto; nació y murió; para no atarnos a la par con los in-
(…) Luego como bebió del torren- fieles, pues todo hombre se hace
te en el camino, por eso levantó ciudadano idóneo de la Jerusalén
la cabeza. Es decir, porque se hu- celestial cuando renuncia, en pri-
milló y se hizo obediente hasta- la mer término a este mundo. El
muerte, y muerte de cruz, por eso pueblo judío no hubiera podido
Dios lo levantó de entre los muertos ser conducido a la tierra prome-
y le dio un nombre sobre todo nom- tida si primeramente no hubiera
bre, a fin de que al nombre de Jesús salido de Egipto, pero como no
se doble la rodilla de los moradores hubiera salido de allí a no haberle
del cielo, de la tierra y del infierno y librado el socorro divino, así nadie
toda lengua confiese que Jesucristo se aparta con el corazón de este
es Señor para gloria de Dios Padre mundo, si no es ayudado con el
(en. Ps. 109, 20). don de la misericordia divina. Lo
que allí se prefiguró una sola vez,
Oración sálmica se cumple en el fin de este mundo
Señor Jesucristo, tú eres el sa- en esta última hora, como escri-
cerdote eterno pues te ofreciste be San Juan, en los que son en-
como víctima perfecta al Padre, gendrados cotidianamente por la
como ofrenda por toda la humani- Iglesia, en cada uno de los creyen-
dad, sólo en ti podemos alcanzar tes. Oíd al Apóstol, doctor de las
nuestra salvación; te reconoce- gentes, que instruye y enseña: No
mos como nuestro único Señor y quiero, hermanos, que ignoréis que
Dios19; haz que siempre vivamos todos nuestros padres estuvieron
en una continua acción de gracias debajo de la nube, y que todos atra-
por todos tus beneficios. Tú que vesaron el mar, y que todos fueron
vives y reinas por los siglos de los bautizados en la nube y en el mar
siglos. Amén. en orden a Moisés, y que todos co-
mieron el mismo manjar espiritual,
Salmo 113A y que todos bebieron la misma be-
bida espiritual, porque bebían de
La liberación de la Iglesia obra- la piedra espiritual que los seguía,
da por Cristo y la piedra era Cristo.(…) Luego es
evidente por tan gran testimonio
Comentario de san Agustín
que todas las cosas que entonces
Egipto, que significa aflicción, o acontecieron simbólicamente,
el que atormenta, o que oprime, ahora se cumplen para nuestra
muchas veces se toma figurada- salud; entonces se anunciaban
mente por el mundo del cual espi- como futuras, ahora se leen como
pasadas y se reconocen como pre-
19
Cf. en. Ps. 36, 2, 20.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


19
sentes (en. Ps. 113, 1, 3). tro cuerpo se hallará suspensa en
la contemplación de Dios. (…)
Oración sálmica Seremos semejantes a El porque
Señor, ayúdanos a vivir siempre en le veremos como es. (…) Estemos
tu gracia, sin retroceder en nues- seguros, hermanos; no nos fati-
tro camino cristiano para que, mi- gará la alabanza de Dios, el amor
rando la gloria de Cristo, podamos de Dios. Si flaqueas en el amor,
ser transformados a su propia ima- flaqueas en la alabanza. Pero, si
gen de gloria en gloria. Te los pedi- el amor es eterno, porque aque-
mos por el mismo Jesucristo20, tu lla hermosura es insaciable, esto
Hijo, que vive y reina en la unidad es, que no cansa, no has de temer
del Espíritu Santo y es Dios por los que no puedas alabar siempre al
siglos de los siglos. Amén. que siempre puedes amar. Luego
bienaventurados los que habitan en
Cántico Ap. 19, 1-10 tu casa; por los siglos de los siglos
Las bodas del Cordero te alabarán. Anhelemos esta vida
(en. Ps. 83, 8)
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Bienaventurados los que habitan en
tu casa; nos diga también qué he- Concédenos, Señor, poder alabar-
mos de hacer. Por los siglos de los te con todo nuestro corazón, reco-
siglos te alabarán. Esta será toda nociendo tu grandeza en todo lo
nuestra ocupación, cantar sin des- que nos rodea; así podremos pre-
fallecimiento el aleluya. No os pa- pararnos para la alabanza que no
rezca, hermanos, que ha de haber tiene fin en tu casa del cielo21. Te
allí hastío, basados en que, si aho- lo pedimos por Jesucristo nuestro
ra repetís por largo tiempo esto, Señor. Amén.
os cansáis; y en que la necesidad
(En Cuaresma)
os aparte de aquel gozo. Pues, si
agrada tanto lo que no se ve, (…) 1 Pe 2, 21-24
¡cómo hemos de alabar lo que ve-
remos! Cuando la muerte hubiere La Pasión de Cristo
sido sumida en la victoria, cuando
esto mortal se hubiere vestido de Comentario de san Agustín
inmortalidad, y esto corruptible Se te propone el ejemplo y la pa-
de incorrupción, nadie dirá por
sión de Cristo. Ve lo que sufrió por
largo tiempo permanezco así; (…)
ti el que no tenía motivo para ello.
Pues la excelsa estabilidad de allí
Por mucho que padezcas, no lle-
y la misma inmortalidad de nues-
20
Cf. en. Ps. 113, 1, 7. 21
Cf. en. Ps. 148, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


20
garás a los insultos, a los azotes, a enemigo. Este puede ensañarse;
la vestidura ignominiosa, a la co- herir, si el Señor no quiere, no pue-
rona de espinas; en una palabra, a de. Y si Él permite que hiera, sabe
la cruz, puesto que ya fue abolida cómo ha de proteger a los suyos:
como pena del género humano. El Señor ama a quien corrige, y cas-
Antiguamente eran crucificados tiga a todo aquel a quien recibe por
los malvados; ahora nadie lo es. hijo. (en. Ps. 36, 2, 4)
Fue honrada y extinguida. Se ex-
tinguió como pena y permanece Oración sálmica
como signo de gloria. Pasó de los Señor Jesucristo, tú te entregaste
lugares de suplicio, a las frentes a la muerte por nuestro amor, haz
de los emperadores. Quien exaltó que nunca olvidemos que hemos
tanto sus penas, ¿qué no reservará sido salvados por tu sangre22 y que
a sus creyentes? Con estas cosas, no rechacemos las cruces que tú
con estas palabras, con estas alo- puedas permitir en nuestras vidas,
cuciones, con tal ejemplo alienta sino que, con tu gracia, las abrace-
el Señor a los justos. Ensáñense mos con amor, siguiendo tus hue-
los pecadores cuanto quisieren y llas. Te lo pedimos a ti que vives y
cuanto se les permitiere: El Señor reinas por los siglos de los siglos.
alienta a los justos. Todo cuanto Amén.
acontezca al justo, atribúyalo a la
voluntad divina, no al poder del

22
Cf. en. Ps. 148, 8.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


21
Ejercicios Espirituales Agustinianos
22
LUNES I a las cosas presentes y materiales,
sino que pongamos siempre en ti
Laudes nuestra esperanza y nuestro gozo;
Salmo 5 sólo así podremos purificar nues-
tro corazón para verte23 en todos
La Iglesia recibe la herencia los acontecimiento de nuestra
eterna vida. Te lo pedimos a ti que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
Comentario de san Agustín Amén.
Endereza mi camino en tu presen- 1 Cro 29, 10-13
cia. (…) Se trata efectivamente
de un camino que no consta de Alabanza a la majestad divina
distancias físicas. Este camino se Comentario de san Agustín
recorre a base de sentimientos
del espíritu.  Endereza mi camino¸ Comprended el poder de Dios,
dice, en tu presencia. Es decir, don- entended su misericordia. En es-
de no ve hombre alguno, al que tas dos se encierra casi toda la
no hay que creer ni cuando alaba, Escritura. Debido a ellas aparecie-
ni cuando censura. En realidad los ron los profetas, los patriarcas, la
seres humanos no están capacita- ley, nuestro Señor Jesucristo, los
dos para dictaminar sobre la con- apóstoles, toda la predicación y la
ciencia ajena que es desde donde estimación de la palabra de Dios
se endereza el camino hacia Dios. en la Iglesia. En estas dos cosas se
Por eso añadió: Porque en su boca encierra todo esto, en el poder de
no hay sinceridad. Cuando juzgan Dios y en su misericordia. Temed
o emiten algún dictamen no hay su poder, amad su misericordia.
que fiarse de ellos. Por tanto, no No presumáis de tal modo de su
nos queda otro recurso que la in- misericordia, que despreciéis su
terioridad de la conciencia y la pre- poder; ni temáis de tal suerte su
sencia de Dios. Su corazón es vano. poder, que desconfiéis de su mise-
¿Cómo va a haber sinceridad en su ricordia. En Él se halla el poder, en
boca, si su corazón va descamina- Él la misericordia. (…) Tú teme y
do en cuanto al pecado y al casti- tiembla ante su poder, pero confía
go del pecado? La pregunta  ¿por en su misericordia (en. Ps. 61, 20).
qué amáis la falsedad y buscáis el
Oración sálmica
engaño?  es una invitación a salir
de esta situación (en. Ps. 5, 11). Señor, haz que reconozcamos
siempre tu poder y grandeza, sa-
Oración sálmica biendo que muestras tu omnipo-
Señor, haz que no nos apeguemos 23
Cf. en. Ps. 5, 5.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


23
tencia por medio de tu misericor- El Señor sobre las muchas aguas: el
dia. Que tu poder nos conmueva mismo Señor Jesucristo, después
y que tu misericordia nos mueva de haber emitido la voz sobre los
siempre a la conversión, con la pueblos y de haberlos amedrenta-
certeza de que nunca nos faltará do, se retrajo y habitó entre ellos
tu gracia24. Te lo pedimos a ti que (en. Ps. 28, 1-3).
vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén. Oración sálmica

Salmo 28 Señor, haz que todos los días nos


ofrezcamos a ti como un sacrificio
El poder y la fuerza de la voz de vivo de alabanza al Padre25; así te
Dios daremos gloria siempre con nues-
tras acciones, pensamientos y pa-
Comentario de san Agustín labras. Te lo pedimos a ti que vives
Salmo dedicado al Mediador de y reinas por lo siglos de los siglos.
mano fuerte, que trata de la per- Amén.
fección de la Iglesia en este si-
glo, donde temporalmente lucha
contra el diablo. Habla el profeta: LUNES I
Ofreced al Señor, ¡oh hijos de Dios!;
ofreced al Señor corderos. Ofreceos Vísperas
al Señor vosotros mismos, a Salmo 10
quienes los apóstoles, pastores
del rebaño, engendraron por el La Iglesia y sus perseguidores
Evangelio. Tributad al Señor glo-
ria y honor: el Señor sea honrado Comentario de san Agustín
y glorificado mediante vuestras
Veamos el mismo texto del salmo,
obras. Tributad gloria al nombre del
que me parece que debe ser can-
Señor: sea conocido dignamen-
tado contra los herejes, quienes,
te por el orbe. Adorad al Señor en
presentando y exagerando los pe-
su santa casa: adorad al Señor en
cados de muchos que pertenecen
vuestro dilatado y purificado cora-
a la Iglesia, como si todos o casi
zón, pues vosotros sois su morada
todos los herejes fuesen justos, se
santa y regia.
esfuerzan con el fin de apartarnos
La voz del Señor sobre las aguas: la y arrancarnos de los pechos de la
voz de Cristo sobre los pueblos. El única y verdadera madre Iglesia,
Dios de majestad tronó: el Dios de afirmando que Cristo está con
majestad predicó con terror la pe- ellos, y nos amonestan, como con
nitencia desde la nube de la carne. piedad y suma diligencia, a que
24
Cf. en. Ps. 66, 7. 25
Cf. en. Ps. 28, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


24
nos pasemos a Cristo pasando a Quien jura a su prójimo y no enga-
ellos, los cuales mienten al decir ña, quien no entregó su dinero a
que le tienen. Ha de advertirse usura y no recibió dádivas contra
que Cristo en la profecía se halla los inocentes. Estas no son gran-
metafóricamente insinuado con des cosas; pero quien no puede
varios nombres, y entre ellos con ejecutarlas, menos podrá hablar
el de monte. Por tanto, debemos verdad en su corazón y no obrar el
responder y decir a éstos: Confío engaño con su lengua; mas como
en el Señor; ¿por qué decís a mi se halla la verdad en su corazón,
alma: Como pájaro transmigra a los así la profiera y tenga en su boca
montes? Tengo un solo monte en el sí, sí; no, no, de nuestro Señor
el cual confío; ¿por qué decís que Jesucristo. No haga mal a su próji-
pase a vosotros, como si hubiera mo, es decir, a ningún hombre, ni
muchos Cristos? (…) Tengo casa admita agravio contra su prójimo.
donde descansar, porque confío Estas son acciones de los perfec-
en el Señor, puesto que el pájaro tos, en cuya presencia el malvado
encontró casa para sí, y el Señor se ha sido reducido a la nada. Sin em-
hizo refugio del pobre. Luego di- bargo, concluye con las cosas de
gamos con toda seguridad, para menos valor diciendo: Quien eje-
no perder a Cristo si le buscamos cuta estas cosas no se conmoverá
en los herejes: Confío en el Señor; eternamente, es decir, conseguirá
¿por qué decís a mi alma: Como pá- aquellas mayores en las que existe
jaro transmigra a los montes? (en. una grande y firme estabilidad (en.
Ps. 10, 1) Ps. 14, 5).
Oración sálmica Oración sálmica
Señor, haz que te reconozcamos Señor, concédenos sabiduría para
presente en tu Iglesia; que ame- valorar las cosas de este mundo
mos a la Iglesia a pesar de sus limi- sin olvidar los bienes del cielo,
taciones y fragilidades, pues sólo sabiendo que sólo en ellos podre-
en ella te podremos encontrar mos encontrar la felicidad y la ver-
vivo y presente, llamándonos a la dadera paz. Te lo pedimos a ti que
salvación. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los
vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.
siglos. Amén.
Cántico Ef 1, 3-10
Salmo 14
Dios salvador
Voz de Cristo que se dirige al
Padre Comentario de san Agustín

Comentario de san Agustín El mismo Rey descendió y se hizo

Ejercicios Espirituales Agustinianos


25
camino para nosotros en esta pe- frustremos tu gracia en nosotros
regrinación, a fin de que, andando sino que, con tu ayuda, podamos
en él, no erremos, ni desfallezca- perseverar todos los días de nues-
mos, ni caigamos en manos de los tra vida, para poder alcanzar algún
ladrones, ni nos precipitemos en día tu reino eterno. Te lo pedimos
los lazos que hay colocados a la a ti que vives y reinas por los siglos
vera del camino. Luego conozca- de los siglos. Amén.
mos al Cristo total y completo uni-
do con la Iglesia; a Él solo, que na-
ció de la Virgen María y es cabeza
de la Iglesia, es decir, al Mediador
entre Dios y los hombres Cristo
Jesús; el cual es Mediador para
que los que se habían apartado
de Dios se reconcilien por Él, pues
el medio se halla entre dos. Nos
habíamos apartado de la majes-
tad de Dios y le habíamos ofen-
dido con nuestros pecados; de
aquí que fue enviado el Hijo como
Mediador para que con su sangre
pagase la deuda de nuestros peca-
dos, por los que estábamos aleja-
dos de Dios, y así, colocándose en
medio, nos acercase y reconciliase
con Aquel del que nos hallábamos
apartados por nuestros pecados
y crímenes. Él es nuestra Cabeza,
Él es Dios igual al Padre, Verbo de
Dios por quien fueron hechas to-
das las cosas. Es Dios para crear y
hombre para restaurar, Dios para
formar y hombre para reformar.
Mirando a éste, oigamos el salmo
(en. Ps. 90, 2, 1).
Oración sálmica
Señor, te damos gracias por la obra
de la redención que has realizado
en Cristo26; te pedimos que no
26
en. Ps. 90, 2, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


26
MARTES I mento de tu verdad27. Te lo pedi-
mos a ti que vives y reinas por los
Laudes siglos de los siglos. Amén.
Salmo 23 Cántico Tob 13, 2-10
Sobre la resurrección y glorifica- Dios castiga y salva
ción de Cristo
Comentario de san Agustín
Comentario de san Agustín
Luego digamos todos: Bendice,
Salmo de David sobre la glorifi- alma mía, al Señor. Hablemos to-
cación y resurrección del Señor, dos a nuestra alma, porque el alma
la cual tuvo lugar en la mañana de todos nosotros, debido a la úni-
del primer día de la semana, que ca fe, es una sola, y todos nosotros,
ahora se denomina día del Señor, los que creemos en Cristo, aten-
o domingo. Del Señor es la tierra diendo a la unidad de su cuerpo,
y los seres que la llenan; el orbe de somos un solo hombre. Bendiga
la tierra y todos los que habitan en nuestra alma al Señor por tantos
ella. Esto se cumple cuando, glo- beneficios suyos, por tantas y tan
rificado el Señor, es presentado a inmensas dádivas de gracias su-
la fe de todos los pueblos, y toda yas. Estos dones, los encontramos
la tierra se hace Iglesia suya. El en este salmo si ponemos aten-
mismo la cimentó sobre los mares: ción, y nos quitamos la tiniebla de
Él la estableció firmemente sobre los pensamientos carnales (…).
todo el oleaje de este mundo, para Si estamos, pues bien despiertos
que este fuese vencido por ella y podremos escuchar los grandes,
no la perjudicase. Y la asentó sobre magníficos y hermosos dones
los ríos: los ríos desembocan en el de Dios que son tan apetecibles
mar, y los hombres apasionados se como fecundos por su alegría y
pierden en el mundo; sobre estos su gozo. Todas estas cosas ya las
triunfa la Iglesia, la cual, habiendo había percibido en su propio es-
vencido los deseos mundanos por píritu quien había compuesto este
la gracia de Dios, se dispone por salmo cuando, exaltándose con
la caridad a recibir la inmortalidad tal visión había prorrumpido en el
(en. Ps. 23, 1-2). grito: ¡Bendice alma mía al Señor!
Oración sálmica (en. Ps. 102, 1)

Señor, haz que no nos dejemos Oración Sálmica


llevar por el vaivén de las olas de Ilumina, Señor, los ojos de nuestro
este mundo, y permanezcamos corazón para que podamos perci-
siempre firme en el sólido funda-
27
en. Ps. 23, 2.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


27
bir tus maravillas en el mundo que cir, y bien sabéis que digo la pura
nos rodea y podamos siempre verdad- les gusta más un bufón de
bendecirte y alabarte28 por todo lo pantomima que Dios (en. Ps. 32, 2,
que has hecho por nosotros. Te lo 1).
pedimos a ti que vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén. Oración sálmica.

Salmo 32 Señor, haz que seamos siempre


dóciles a tu voluntad y a tus de-
Alegría de los justos por la crea- signios, sabiendo que buscas
ción y la redención siempre, en todo lo que permites
en nuestras vidas, nuestro bien y
Comentario de san Agustín nuestra salvación; que nunca nos
Este salmo nos exhorta a alegrar- resistamos ante tu voluntad. Te lo
nos en el Señor. Se titula Salmo de pedimos a ti que vives y reinas por
David. Así que los que pertenecen los siglos de los siglos. Amén.
a la sagrada estirpe de David, escu-
chen su voz, reciten sus palabras,
y llénense de alegría en el Señor. MARTES I
Porque comienza así: Regocijaos,
justos, en el Señor. Los injustos que Vísperas
pongan su regocijo en el mundo, y Salmo 19
cuando termine el mundo, termi-
nará también su alegría. Pero los Invitación a celebrar la grande-
justos que se alegren en el Señor, za de Cristo
porque así como el Señor perma-
nece, permanecerá también su Comentario de san Agustín
regocijo. Conviene alegrarse en el
Que el Señor haga realidad todas
Señor, que es tanto como alabar
tus peticiones: que el Señor haga
al único que nada tiene que nos
realidad no sólo las peticiones
desagrade, y nadie como él tiene
que tú, Oh Cristo, formulaste en la
tantas cosas que desagraden a los
tierra, sino también aquellas con
infieles. (…) Los que prefieren que
que intercedes por nosotros en el
se realice su voluntad antes que
cielo. Ahora reconozco que el Señor
la de Dios, quieren inclinar a Dios
ha salvado a su Ungido: ahora se
hacia su voluntad, en lugar de en-
me ha demostrado, mediante la
derezar su voluntad hacia Dios. A
profecía, que el Señor resucitará a
esta clase de hombres, desleales
su Ungido. Lo escuchará desde su
ellos, impíos, malvados, -da ver-
santo cielo: lo escuchará no sólo
güenza decirlo, pero lo voy a de-
desde la tierra donde pidió que le
28
en. Ps. 102, 1.
glorificara, sino también desde el

Ejercicios Espirituales Agustinianos


28
cielo, desde donde, estando ya a la der, porque lo débil de Dios es más
derecha del Padre e intercediendo fuerte que los hombres (…) Pues
por nosotros, derramó el Espíritu ¿cuánto no es su poder al dominar
Santo sobre los que creen en él. En en medio de sus alborotados ene-
el poder de su derecha está la salva- migos, que contra Él nada valen y
ción: nuestro poder es la salvación, que dicen todos los días: ¿Cuándo
fruto de su favor cuando nos ayu- morirá y desaparecerá su nombre?,
da hasta en la tribulación, de ma- siendo así que crece su gloria por
nera que, cuando somos débiles, los pueblos, y a su nombre se so-
entonces somos poderosos. Pues meten las gentes, y al verlo el
la salvación que viene del hombre pecador se enfurece, rechina los
es vana, cuando no tiene origen dientes y se consume de envidia?
en la diestra de Dios, sino en su Como este poder es propio de Él,
izquierda. Esa salvación eleva a un queriendo el profeta recomendar
orgullo desmedido a cuantos con- su poder de otro modo, esto es,
siguen la salvación temporal sir- decir que Cristo es el Poder de
viéndose del pecado (en. Ps. 19, 6). Dios y la Sabiduría en la luz inex-
tinguible de la inmutable Verdad,
Oración sálmica para cuya visión nos reserva, pues
Jesucristo, sacerdote y Mediador ahora nos la difiere mientras nos
nuestro29, escucha nuestras súpli- purificamos por la fe a fin de po-
cas y concédenos siempre ofrecer- der contemplar su gloria, de la
nos juntamente contigo al Padre, cual será apartado el impío para
para alcanzar la salvación eter- que no la vea. Queriendo, pues, el
na. Te lo pedimos a ti que vives y profeta dar a conocer este poder,
reinas por los siglos de los siglos. dice: Contigo el principio en el día
Amén. de tu poder. (en. Ps. 109, 13)

Salmo 20 Oración sálmica

El profeta le habla al Padre de la Señor, haz que reconozcamos en


realeza de Cristo Cristo al rey y Señor de nuestras
vidas, por quien hemos sido libe-
Comentario de san Agustín rados del poder de las tinieblas;
haz que reconozcamos siempre su
Cristo sometió las gentes a su divinidad y su infinita grandeza. Te
yugo, abatió los pueblos, no con la lo pedimos a ti que vives y reinas
espada, sino con la cruz; y si aún por los siglos de los siglos. Amén.
padece en la carne, en la flaqueza,
en cuanto a la forma de siervo, sin Ap 4, 11; 5, 9.10. 12
embargo, se percibe su gran po-
Himnos de los redimidos
29
en. Ps. 19, 6.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


29
Comentario de san Agustín les, vivamos una vida de santidad,
orando e intercediendo los unos
Por aquel entonces sólo se ungía por los otros. Te lo pedimos a ti
al rey y al sacerdote. En aquella que vives y reinas por los siglos de
época esas dos personas eran ob- los siglos. Amén.
jeto de unción. En estas dos perso-
nas se prefiguraba el futuro único
rey y sacerdote, el único Cristo re-
vestido de ambas dignidades. Por
eso la palabra Cristo deriva de cris-
ma, unción. Pero no sólo recibió la
unción Cristo nuestra cabeza, sino
también su cuerpo que somos
nosotros. Es rey porque nos rige
y nos guía; es sacerdote porque
intercede por nosotros. Y además
solo él fue sacerdote con la pecu-
liaridad de ser víctima también. El
sacrificio que ha ofrecido a Dios no
es otro que el sacrificio de sí mis-
mo. Fuera de sí mismo no habría
hallado otra víctima racional tan
pura que, como cordero sin man-
cha, nos redimiera con su sangre,
y nos incorporase a él, haciéndo-
nos miembros suyos de modo que
también nosotros, en él, fuéramos
Cristo. (…) Es, pues, claro que no-
sotros somos el Cuerpo de Cristo
ya que todos recibimos la unción;
y en este Cuerpo todos somos de
Cristo y todos somos Cristo, por-
que en cierto modo el Cristo en-
tero lo constituyen la Cabeza y el
cuerpo (en. Ps. 26, 2, 2).
Oración sálmica
Haz, Señor, que nos reconozca-
mos siempre como miembros del
Cuerpo de Cristo30 y que, como ta-
30
en. Ps. 26, 2, 2.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


30
MIÉRCOLES I te perdona, y tú quedas libre; pero
si la amas, será para ti una contra-
Laudes riedad cualquier cosa que se diga
Salmo 35 contra ella (en. Ps. 35, 1).

Maldad del impío y bondad de Oración sálmica


Dios Señor, haz que siempre ponga-
Comentario de san Agustín mos nuestra confianza en ti, en tu
gracia y en tu palabra31; que ellas
El malvado se habló en sus aden- nos ayuden a morir cada día más
tros para pecar; no hay temor de al pecado para poder vivir en la
Dios ni ante sus ojos. No se refiere libertad plena de tus hijos. Te lo
a un solo hombre, sino a toda cla- pedimos a ti que vives y reinas por
se de hombres malvados que son los siglos de los siglos. Amén.
adversarios de sí mismos, no lle-
gando a entender cómo vivir rec- Jdt 16, 1-2A
tamente, no porque no puedan, El Señor protege a su pueblo
sino porque no quieren. Una cosa
es cuando alguien se esfuerza por Comentario de san Agustín
entender algo, pero no es capaz
por la debilidad de la carne, (…) Cantad al Señor un cántico nuevo,
y otra distinta es cuando un per- cantad al Señor toda la tierra. Si
verso mueve el corazón humano toda la tierra canta un cántico nue-
contra sí mismo, y lo que era com- vo, se edifica cuando canta, pues
prensible si hubiera buena volun- el mismo cantar es edificar; pero,
tad, se torna incomprensible; pero si no, se canta el cántico viejo. La
no porque sea difícil, sino porque codicia de la carne canta el cánti-
su voluntad es adversa. Y esto su- co viejo; el amor de Dios, el nuevo.
cede cuando se aman los propios Todo lo que cantes procediendo
pecados, y se odian los manda- de la codicia, lo cantas según el
mientos de Dios. La palabra de cántico viejo, ya que, aun cuan-
Dios es tu adversario, si tú eres do suenen en la boca palabras de
amigo de tu maldad; pero si eres cántico nuevo, no es hermosa la
adversario de tu propia maldad, te alabanza en la boca del pecador.
adhieres a la palabra de Dios; y en Mejor es que no cantes el cántico
ese caso seréis dos para destruir- nuevo que cantes el viejo, porque,
la: tú y la palabra de Dios. Porque si tú fueses nuevo y callases, no
nada puedes con tus propias fuer- suena a los oídos de los hombres,
zas; pero te ayuda el que te envió pero no deja de cantar tu corazón
su Palabra, y así queda vencida la el cántico nuevo, que llega a los oí-
maldad. Si tú odias la maldad, Dios 31
en. Ps. 35, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


31
dos de Dios, el cual te hizo hombre obran bien. Naciones todas, aplau-
nuevo. Amas y callas; pues bien, el did con las manos; aclamad a Dios
amor es voz que se dirige a Dios, y con la voz de alegría. Con la voz y
el mismo amor es el cántico nue- con las manos. Si se aclama úni-
vo. Oye cómo es ciertamente cán- camente con la voz, no se aclama
tico nuevo; el Señor dice, Un nuevo bien, porque están ociosas las ma-
mandato os doy: que os améis unos nos; si sólo con las manos, tampo-
a otros. Luego toda la tierra canta co se aclama bien, porque queda
el cántico nuevo; en ella se edifica muda la lengua. Obren a una la
la casa. Luego toda la tierra es la lengua y las manos, listas obren,
casa de Dios. (en. Ps. 95, 2) aquélla confiese. Aclamad a Dios
con la voz de alegría (en. Ps. 46, 3).
Oración sálmica
Oración sálmica
Señor, ayúdanos cantar siempre,
con nuestras vidas y obras, el cán- Señor, haz que te glorifiquemos
tico nuevo32, propio del hombre siempre con nuestras palabras y
nuevo y del Nuevo Testamento; con nuestras obras, de tal modo
sólo así podremos dejar de lado la que, todos aquellos que nos con-
vetustez del pecado y de las obras templen, puedan darte gloria a ti.
de las tinieblas. Te lo pedimos a ti Que vives y reinas por los siglos de
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
los siglos. Amén.
Salmo 46
MIÉRCOLES I
Cristo sube al cielo y difunde su
reino a todas partes Vísperas

Comentario de san Agustín Salmo 26. Confianza plena en


Dios
Vosotras todas las naciones (…)
Aplaudid con las manos. ¿Qué sig- Comentario de san Agustín
nifica aplaudid? Alegraos. ¿Y por He aquí lo que dice: El Señor es mi
qué con las manos? Porque simbo- luz y mi salud, ¿a quién temeré? Él
lizan las buenas obras. No os ale- me ilumina; apártense las tinie-
gréis de palabra y dejéis de obrar. blas. Él me salva; desaparezca la
Si os alegráis, aplaudid con las ma- flaqueza. Caminando seguro en
nos. Vea las obras de las gentes el la luz, ¿a quién temeré? No otor-
que se dignó conceder alegrías. ga Dios una salud que pueda ser
¿Qué significa “las manos de las quebrantada por algo, ni es una
gentes”? Las acciones de los que luz tal que pueda ser oscurecida
32
en. Ps. 95, 2. por alguien. El Señor ilumina, no-
Ejercicios Espirituales Agustinianos
32
sotros somos iluminados. El Señor ces: Esfuérzate, camina; te di el li-
salva, nosotros somos los salva- bre albedrío, eres dueño de tu vo-
dos. Luego si Él ilumina y nosotros luntad; prosigue el camino, busca
somos iluminados, y si Él salva y la paz y síguela. No te desvíes del
nosotros somos los salvados, sin camino, no te detengas en él, no
Él somos tinieblas y flaqueza. Pero mires atrás, continúa caminando,
teniendo puesta en Él la esperanza porque quien perseverare hasta el
cierta, firme y verdadera, ¿a quién fin, se salvará. Habiendo recibido
temeremos? El Señor es tu luz; el tú el libre albedrío, ya casi presu-
Señor es tu salvación. Encuentra mes como si de ti dependiese el
a otro más poderoso y teme. De andar; no presumas de ti mismo.
tal modo pertenezco al más po- Si te abandonase, desfallecerías en
deroso de todos, al omnipotente, el camino, caerías, errarías, queda-
que me ilumina y me salva, que no rías atascado. Luego dile: Me diste
temo a nadie fuera de Él. El Señor el libre albedrío, pero sin ti de nada
es protector de mi vida, ¿ante quién me sirve mi esfuerzo. Sé mi ayuda,
temblaré? (en. Ps. 26, 2, 3) no me abandones ni me desdeñes,
Dios Salvador mío. Porque tú, que
Oración sálmica me creaste, me ayudarás; tú, que
Señor, haz que confiemos siempre me creaste, no me abandonarás.
en ti, caminando en tu luz; que re- (en. Ps. 26, 2, 17)
trocedan las tinieblas, viviendo en Oración sálmica
verdad; que se aparte de nosotros
la mentira. Haz que nos abando- Haz, Señor, que reconozcamos
nemos siempre entre tus manos. nuestra pequeñez y fragilidad; sin
Te lo pedimos a ti que vives y ti no podemos hacer nada. Tú, que
reinas por los siglos de los siglos. nos has creado, ayúdanos; tú, que
Amén. nos has formado, no nos abando-
nes. Te lo pedimos a ti que vives y
Salmo 26 reinas por los siglos de los siglos.
Busca la paz y síguela Amén33.

Comentario de san Agustín Col 1, 12-20

Sé mi ayuda; no me abandones. Hemos sido llevados al reino de


Mira, estoy en el camino; te pedí la luz por Cristo
una cosa: habitar en tu casa du- Comentario de san Agustín
rante todos los días de mi vida,
contemplar tu hermosura, que El Señor, fundador de Jerusalén,
fuese protegido en tu templo; esta
única cosa pedí. Para llegar a ella 33
en. Ps. 26, 2, 17.
estoy en el camino. Quizá me di-
Ejercicios Espirituales Agustinianos
33
conoció a los ciudadanos de ella
que predestinó, a los cuales ve
que, estando aún bajo la domina-
ción del diablo, sin embargo, han
de ser redimidos con la sangre de
Cristo. Los conoció antes de que
ellos se conocieran a sí mismos.
(…) dos profetas (…) estuvieron
en aquel tiempo en la cautividad:
Jeremías y Ezequiel, y (…) canta-
ron algunas cosas cuando comen-
zaron a salir (de la cautividad).
Comienza a salir quien comienza a
amar. Muchos salen ocultamente;
los pies de los que salen son los
afectos del corazón. Salen, pues,
de Babilonia. ¿Qué significa salir
de Babilonia? Salir de la confu-
sión. ¿Cómo se sale de Babilonia;
es decir, de la confusión? Quienes
primeramente estaban mezclados
o confundidos con idénticos de-
seos, comienzan a ser distinguidos
por la caridad; y, ya distinguidos o
separados, no están confundidos
o mezclados. (en. Ps. 64, 2)
Oración sálmica
Haz, Señor, que pongamos nues-
tro gozo y nuestra esperanza en
los bienes de tu Reino; que ningu-
na cosa de la tierra pueda apartar-
nos del camino que conduce hacia
tu Reino eterno. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


34
JUEVES I mos dispuestos a dar nuestra vida
por nuestros hermanos, para que
Laudes nos perfeccionemos por Él y en
Salmo 56 Él, pues Cristo es nuestra perfec-
ción34. Te los pedimos por el mis-
Cristo ha entregado su vida por mo Jesucristo, tu Hijo, que vive
nosotros y reina en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de
Comentario de san Agustín los siglos. Amén.
Como este salmo predice la pa- Cántico Jr 31, 10-14
sión del Señor, veamos el título
que lleva. Para el fin. El fin es Cristo. La Iglesia que avanza entre los
¿Por qué se llama fin? No porque consuelos de Dios y las persecu-
se consuma o se destruya, sino ciones de este mundo”35
porque concluye o perfecciona.
(…) El fin de nuestro ideal o desig- Comentario de san Agustín
nio es Cristo; porque, por más que Luego ¿qué cantan éstos? ¿Qué
intentemos perfeccionarnos, sólo cantan estos miembros de Cristo?
por Él y en Él nos perfeccionare- Aman, y amando cantan; cantan
mos. Nuestra perfección consiste, deseando. Algunas veces cantan
pues, en llegar a Él. Pero, una vez en la tribulación, otras cantan con
que hayas llegado, no vayas más regocijo, cuando cantan en espe-
allá. Es tu fin. Así como el término ranza. Nuestra tribulación tiene
de tu camino es el lugar a donde lugar en el mundo actual, nuestra
vas y cuando llegas permaneces esperanza se encamina al siglo
en aquel lugar, así el término o futuro. Si la esperanza del siglo
fin de tu esfuerzo, de tu designio, futuro no nos consolase en la tri-
de tu empresa, de tu intención, es bulación del presente, perecería-
Aquel a quien te diriges, al cual, mos. Luego todavía, hermanos,
una vez que hayas llegado, no de- no poseemos nuestro gozo en la
sees más, porque nada hay mejor realidad, pero sí ya en esperanza.
que Él. Él nos propuso un ejemplo Nuestra esperanza es tan firme
de vida en este mundo y nos dará como si ya fuese realidad, pues
el premio del vivir en la vida futura no titubeamos dada la Verdad,
(en. Ps. 56, 2). que promete. La Verdad no puede
Oración sálmica engañar ni engañarse; nos convie-
ne unirnos a ella; ella nos liberta
Señor, tu Hijo Jesucristo dio su si permanecemos en su palabra.
vida por nosotros; que a imita-
ción suya nosotros también este- 34
en. Ps. 56, 2.
35
ciu. 18, 59, 2.

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35
Ahora creemos, más tarde vere- nifican: quebrantarás la soberbia
mos. Cuando creemos, se da la de los gentiles? (…) representada
esperanza en este siglo; cuando la soberbia de los gentiles, que
veamos, se dará la realidad en el presume en las cosas inciertas
futuro, pues veremos cara a cara. como en el soplo del viento. No se
Cuando tengamos purificados los presuma de la prosperidad de este
corazones, entonces veremos cara mundo y del despliegue de velas
a cara: Bienaventurados los limpios en el mar. Nuestro cimiento se ha-
de corazón, porque ellos verán a lle en Sión; allí debemos afianzar-
Dios (en. Ps. 123, 2) nos, no fluctuar, a merced de las
olas, “llevados por todo viento de
Oración sálmica doctrina”. Todo el que se infla con
Señor, haz que nunca nos falte el las cosas inciertas de este mundo,
amor en nuestros corazones. Que se desinfle. Y se someta a Cristo
amando cantemos, y que nuestro toda la soberbia de los gentiles, el
canto sea la voz del deseo36. Que, cual desmantela con ímpetu vehe-
aunque tengamos que afrontar la mente las naves de Tarsis; no las de
tribulación y el dolor, no perda- cualquier ciudad, sino las de Tarsis.
mos nunca la esperanza de llegar ¿De qué modo? Con ímpetu vehe-
a tu reino, donde te contempla- mentísimo. Con intensísimo temor.
remos y alabaremos para toda la Pues toda soberbia temió a Aquel
eternidad. Te los pedimos por el que ha de juzgar, creyendo en el
mismo Jesucristo, tu Hijo, que vive Humilde para no llenarse de terror
y reina en la unidad del Espíritu ante el Excelso (en. Ps. 47, 6).
Santo y es Dios por los siglos de Oración sálmica
los siglos. Amén.
Señor, haz que no pongamos
Salmo 47 nuestra confianza en las vacilan-
Hay que tener el cimiento de tes cosas de este mundo, sino
Cristo que nuestro cimiento se encuen-
tre en la Ciudad de Dios37; para
Comentario de san Agustín que seamos siempre humildes, y
nos encontremos firmes ante las
Con viento impetuoso destruirás las cambiantes situaciones de nues-
naves de Tarsis. Esto se entiende al tro mundo. Te los pedimos por el
momento, diciendo que significa: mismo Jesucristo, tu Hijo, que vive
echa por tierra la soberbia de los y reina en la unidad del Espíritu
gentiles. ¿Pero qué motivo da esta Santo y es Dios por los siglos de
historia para decir que las palabras los siglos. Amén.
anteriores, las naves de Tarsis, sig-
36
en. Ps. 123, 2. 37
en. Ps. 47, 6

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36
JUEVES I nuestra vida, pues tú nos libras de
nuestros pecados y de la muerte
Vísperas eterna, y nos has hecho pasar a
Salmo 29 tu reino de luz y de paz; haz que
vivíamos todos los días de nuestra
Donde está la Cabeza ahí esta- vida orientados hacia ti, amando a
rán sus miembros nuestros hermanos y caminando
hacia tu Reino. Te lo pedimos a ti
Comentario de san Agustín que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.
Sin duda hemos cantado esto: Te
ensalzaré, ¡oh Señor!, porque me Salmo 31
protegiste y no permitiste se re-
gocijaran mis enemigos a cuenta El pecado del hombre y la mise-
mía. Si conocemos por las Santas ricordia de Dios
Escrituras quiénes son nuestros
enemigos, conoceremos el sen- Comentario de san Agustín
tido de este cántico; pero si nos Bienaventurados aquellos a quie-
engañase la prudencia humana, nes se les perdonó la iniquidad y
de suerte que no llegásemos a co- a quienes se les borró el pecado.
nocer contra quiénes luchamos, Bienaventurado el varón a quien el
entonces ya en el mismo comien- Señor no le imputó el pecado y en
zo del salmo toparíamos con una su boca no hay dolo. Comienza ya
cuestión imposible de resolver. el salmo y también el entender. El
¿De quién creemos que es la voz entender o la comprensión es que
del que alaba a Dios, le da gracias conozcas que no debes jactarte de
y se regocija diciendo: Te ensalza- tus obras, ni presumir de la iniqui-
ré porque me protegiste y no per- dad del pecado. El título del salmo
mitiste se regocijaran mis enemi- es éste: De David, de inteligencia.
gos a cuenta mía? Primeramente De inteligencia se llama este sal-
pongamos la mirada en el Señor mo. Lo primero que debes reco-
en cuanto hombre, puesto que, nocer es que te conozcas pecador.
por haberse dignado ser hombre, De esta inteligencia se deriva que,
pudo rectamente aplicarse a sí al comenzar a obrar bien por la fe
mismo estas palabras, basado en mediante el amor, no lo atribu-
la profecía anterior; pues por ser yas a tus fuerzas, sino a la gracia
hombre fue débil, y por ser débil de Dios. Así no habrá engaño en
oró (en. Ps. 29, 2, 1). tu corazón, es decir, en tu boca
Oración sálmica interior, ni tendrás unas palabras
en tus labios, y otras en tu pensa-
Señor, haz que te alabemos toda miento (en. Ps. 31, 2, 9).

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37
Oración sálmica la suya. (en. Ps. 18, 1, 11)
Haz, Señor, que nos reconozcamos Oración sálmica
siempre pecadores y necesitados
de tu amor y de tu misericordia; Señor, haz que nunca olvidemos
para que podamos pertenecer a que tus juicios son verdaderos
tu rebaño y seas Tú, siempre, nues- y justos; que con justicia juzgas
tro pastor. Te lo pedimos a ti que al mundo, y que das a cada uno
vives y reinas por los siglos de los según sus obras; concédenos tu
siglos. Amén. gracia, para que nuestras obras
siempre te sean agradables, y en
Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a el día del juicio, por tu misericor-
dia, seamos hallados en Cristo. Te
El juicio de Dios lo pedimos a ti que vives y reinas
Comentario de san Agustín por los siglos de los siglos. Amén.

Los juicios del Señor, los cuales son


verdaderos, son justos en sí mismos:
los juicios de aquel que no juzga
a nadie, sino que entregó todo
juicio al Hijo, ciertamente son in-
mutablemente justos. Dios no en-
gaña a nadie ni amenazado ni ul-
trajado, y nadie puede librar a los
impíos del castigo o arrebatar a los
piadosos el premio que Él les da.
Y más codiciables que el oro y mu-
chas piedras preciosas: aunque sea
mucho el oro y las piedras y muy
estimables y deseables, sin em-
bargo, los juicios de Dios sobrepu-
jan con mucho a las vanidades de
este mundo. Por el deseo de ellas
ocurre que los juicios de Dios no
son deseados ni temidos; es más,
son despreciados o no creídos.
Cuando alguno es oro o piedra
preciosa, para no verse consumi-
do por el fuego, sino depositado
en el tesoro de Dios, desea los jui-
cios de Dios más que a sí mismo y
antepone la voluntad del Señor a

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38
VIERNES I Oración sálmica
Laudes Señor, ven en socorro de la grave
herida del pecado con la medicina
Salmo 50 de tu misericordia. Que nunca es-
Confesión de los pecados y sú- condamos nuestras heridas y pe-
plica de perdón cados ante ti, que eres el Médico
divino, para que Tú nos cures y nos
Comentario de san Agustín otorgues la salvación. Te los pedi-
mos a ti, que vives y reinas con
Luego oye estas cosas y di con él: el Padre en la unidad del Espíritu
¡Oh Dios!, apiádate de mí según tu Santo y eres Dios por los siglos de
gran misericordia. El que suplica los siglos. Amén.
gran misericordia, confiesa gran
miseria. Pidan pequeña miseri- Is 45, 15-25
cordia tuya los que pecaron por
ignorancia. Apiádate de mí –dice– Dios es el creador de todas las
según tu gran misericordia. Ven en cosas
socorro de la grave herida con tu Comentario de san Agustín
gran medicina. Cosa grave es lo
que padezco, pero me acojo al Busco a mi Dios entre las cosas
Omnipotente. Desesperaría de mi visibles y corporales, y no le en-
herida mortal si no encontrase a cuentro. Busco su sustancia en mí
tan excelente médico. ¡Oh Dios!, mismo, como si fuese algo igual
apiádate de mí según tu gran mi- a mí, y no la hallo. Siento que
sericordia y, conforme a la inmen- es algo que está por encima del
sidad de tus piedades, borra mi ini- alma. Para percibirle medité estas
quidad. Lo que ahora dice: Borra cosas y derramé mi alma dentro de
mi iniquidad, es lo mismo que ¡Oh mí. ¿Cuándo percibirá mi alma lo
Dios!, apiádate de mí; y lo que es- que se busca por encima de ella
cribe: según la inmensidad de tus si no es cuando se vuelque sobre
piedades o conmiseraciones, es sí misma? Si permaneciese inac-
igual que según tu gran misericor- tiva, no se vería más que a sí, y
dia. Por ser grande la misericordia, al verse no vería a su Dios. Digan
son muchas las misericordias; y de ya mis mofadores: ¿Dónde está tu
tu gran misericordia proceden las Dios? Hablen. Yo mientras no veo,
muchas conmiseraciones tuyas. en tanto que no sea arrebatado,
Miras por los despreciadores para me alimento día y noche con mis
corregirlos, por los ignorantes lágrimas. Digan todavía: ¿Dónde
para enseñarlos, por los que con- está tu Dios? Yo busco a mi Dios
fiesan (su pecado) para perdonar- en todo lo corpóreo, ya terres-
los (en. Ps. 50, 6). tre, ya celeste, y no le encuentro;

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39
busco en mi almasu sustancia, y del Señor. Este salmo de alaban-
no la encuentro; me entregué a za nos manda y exhorta a rego-
la búsqueda de mi Dios, y por las cijarnos en Dios. Pero no exhorta
cosas que han sido hechas deseé a que cante algún determinado
ver las cosas invisibles de mi Dios. ángulo de la tierra, o alguna sola
Derramé mi alma sobre mí, y ya no morada, o congregación de hom-
me queda a quién llegar a percibir bres, sino que, como Él sabe que
sino a mi Dios. Sobre mi alma está sembró la bendición por todo el
la casa de mi Dios; allí habita, des- orbe, de todo él reclama el rego-
de allí me mira, desde allí me creó, cijo. Aclamad al Señor toda la tie-
desde allí me gobierna, desde allí rra. ¿Por ventura oye ahora toda la
mira por mí, me anima, me llama, tierra mi voz? Sin embargo, toda la
me dirige, me guía y me conduce tierra oyó esta voz, pues ya canta
(en. Ps. 41, 8). alegre al Señor toda la tierra; y la
que aún no le canta, le cantará.
Oración sálmica Pues, extendiéndose la bendición
Señor, haz que siempre te bus- a todas las naciones, desde los al-
quemos y te encontremos pre- bores de la Iglesia, comenzando
sente en todas las cosas que nos por Jerusalén, abatió la impiedad
rodean, dándonos cuenta de que en todas las partes y por todas
Tú siempre nos miras, nos animas, ellas erigió la piedad (en. Ps. 99, 3).
nos llamas, nos diriges, nos guías Oración sálmica
y nos conduces38. Te los pedimos a
ti, que vives y reinas con el Padre Señor, haz que nos regocijemos y
en la unidad del Espíritu Santo y alegremos siempre en ti, no en el
eres Dios por los siglos de los si- mundo; y que poniendo sólo en ti
glos. Amén. nuestra esperanza, caminemos en
medio de este mundo con el cora-
Salmo 99 zón lleno de tu amor y de tu ale-
El clamor de la toda la tierra gría, para comunicar a todos los
pueblos la gozosa Buena Nueva
Comentario de san Agustín de tu salvación39. Te los pedimos a
ti, que vives y reinas con el Padre
Este salmo es de confesión o ala- en la unidad del Espíritu Santo y
banza, pues así reza su título: eres Dios por los siglos de los si-
Salmo de alabanza o confesión. glos. Amén.
Consta de pocas palabras carga-
das de grandes cosas. Germine la
semilla en nuestros corazones y se
prepare el granero para la cosecha
38
en. Ps. 41, 8. 39
en. Ps. 99, 3

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40
VIERNES I dean. Te lo pedimos a ti que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
Vísperas Amén.
Salmo 40 Salmo 45
Cristo traicionado, su pasión y La Iglesia, comunidad de gracia
resurrección y de alabanza
Comentario de san Agustín Comentario de san Agustín
Dichoso el que pone atención al po- Dios es nuestro refugio y nuestra
bre y desvalido, en el día aciago lo fortaleza.  Existen refugios donde
librará el Señor. Llegará el día difí- no hay fortaleza. Cuando alguien
cil; llegará, lo quieras o no; vendrá se refugia en ellos, más bien se
el día del juicio, día aciago si no debilita que se fortalece. Buscas,
atiendes al pobre y desvalido. A por ejemplo, el amparo de alguien
lo que ahora no quieres dar cré- importante en el mundo, para
dito, se hará patente al final. Pero conseguirte un amigo poderoso;
no huirás cuando se manifieste, te parece un refugio. Pero es tan
por no creer ahora mientras está grande la incertidumbre de este
oculto. Se te invita a que creas mundo, y crecen de tal forma cada
lo que no ves, para no ruborizar- día las ruinas de los poderosos,
te cuando lo veas. Pon atención, que después de conseguir un tal
pues, al pobre y desvalido; es de- refugio, más se va agrandando en
cir, a Cristo; descubre en él teso- él tu temor. Porque antes temías
ros ocultos, aunque lo ves pobre. sólo por ti; pero cuando te has re-
Escondidos en él están todos los fugiado en alguien así, tu temor
tesoros de la sabiduría y de la cien- es también por él. De hecho, mu-
cia. Por ser Dios, él será quien te ha chos que se ampararon en tales
de librar en el día aciago; por ser refugios, al derrumbarse aquellos
hombre, ha resucitado lo que en él en quienes se refugiaron, también
había de humano, lo ha dignifica- ellos eran buscados, cosa que no
do y elevado al cielo. (en. Ps. 40, 2) habría sucedido si no hubieran
Oración sálmica buscado el amparo de tales indi-
viduos.
Señor, haz que te podamos reco-
nocer y socorrer en los pobres y No es de esta clase nuestro refu-
en los necesitados; que nuestra gio; el nuestro es la fortaleza. Si allí
vida de piedad purifique nuestros nos refugiamos, estamos seguros.
ojos para poderte acoger en to- (en. Ps. 45, 2)
das aquellas personas que nos ro-

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41
Oración sálmica siempre tu grandeza y tu poder;
pues todas tus obras, en el univer-
Señor, sé Tú siempre nuestro re- so y en la historia, cantan tu gran-
fugio y nuestra fortaleza. Que no deza y tu poder. Te lo pedimos a ti
busquemos nunca refugio y pro- que vives y reinas por los siglos de
tección en otras realidades o per- los siglos. Amén.
sonas que no seas Tú; pues sólo
en ti estaremos verdaderamente
seguros y firmes, y tú nos darás la
paz y el descanso de tu Reino. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén.
Ap 15, 3-4
Himno de adoración y de alaban-
za
Comentario de san Agustín
¡Oh, Señor Dios mío, que te has en-
grandecido sumamente! ¿Cómo
te has engrandecido sumamen-
te?  ¿Acaso no eres siempre gran-
de? ¿No lo eres siempre? ¿No eres
siempre poderoso? ¿Eres, acaso,
imperfecto, y por eso creces? ¿Es
que alguna vez decaes y dismi-
nuyes? Como eres lo que es, y ver-
daderamente eres  el ser,  de aquí
que manifestaste tu nombre a tu
siervo Moisés, diciendo:  Yo soy el
que soy2,sin duda eres grande, y
tu grandeza es sempiterna, pues
ni comienza ni deja de existir, ni
empieza con el tiempo ni sufre de-
trimento alguno en él: se trata de
una grandeza inmutable. (en. Ps.
103, 1, 3)
Oración sálmica
Señor, haz que reconozcamos

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42
SABADO I Comentario de san Agustín
Laudes Que lo digan los redimidos por el
Señor.  Parece, realmente, que el
Salmo 118, 145-152 redimido es el pueblo de Israel, li-
El anhelo de las cosas celestes berado de la tierra de Egipto, del
yugo de la esclavitud, de los tra-
Comentario de san Agustín bajos forzados, de la fabricación
de adobes. Veamos, sin embargo,
Me adelanté —dice— en la media- si son ellos, los liberados de Egipto
noche y clamé; esperé en tus pala- por el Señor, quienes dicen esto.
bras. Si aplicamos esto a cada uno No es así, no. Entonces, ¿quiénes
de los fieles y a lo que en realidad son?  Aquellos a quienes ha res-
acontece, con frecuencia sucede catado de la mano de los enemi-
que el amor de Dios vigila en este gos.  Quizá podría alguno pensar
tiempo de la noche y, urgiendo el que los redimidos de la mano de
gran afecto de la oración, no se es- los enemigos son los egipcios. Hay
pera, sino que se anticipa el tiem- que aclarar con precisión de quié-
po de orar, que suele ser después nes quiere este salmo que se can-
del canto del gallo. Pero, si enten- te todo esto. Los reunió de entre las
demos por “noche” todo este siglo, regiones.  Estas regiones también
ciertamente que clamamos a Dios pueden ser las de Egipto, puesto
a media noche y nos adelantamos que una sola provincia tiene mu-
al tiempo oportuno, en el cual nos chas regiones. Que lo diga más
dará lo prometido,  (en. Ps. 118, 29, claro:  Del Oriente y del Occidente,
4) del Norte y del mar. Debemos, pues,
entender que los redimidos perte-
Oración sálmica
necen a todo el orbe de la tierra.
Señor, que nunca se nos enfríe el Este pueblo de Dios, rescatado
espíritu; para que nos manten- del grande y extenso Egipto, es
gamos siempre en oración; para conducido como a través del mar
poder escuchar tu voz y disponer- Rojo, para que elimine a los ene-
nos a cumplir tu voluntad desde migos en el bautismo. Y de hecho,
la aurora de nuestra vida hasta su en el sacramento, digamos, del
ocaso. Te lo pedimos a ti que vives mar Rojo, es decir, por el bautis-
y reinas por los siglos de los siglos. mo, consagrado por la sangre de
Amén. Cristo, es como quedan destruidos
los egipcios perseguidores, o sea,
Ex 15, 1-4a. 8-13; 17-18. nuestros pecados; (en. Ps. 106, 3)
Himno de victoria por el paso del
Mar Rojo

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43
Oración sálmica Que te alaben, Señor, todas las
naciones; que todos los pueblos
Señor, que nunca nos olvidemos te aclamen y te reconozcan como
que hemos dejado atrás el Egipto Dios. Que nosotros proclamemos,
del pecado y del mal; y que, en con nuestra vida y nuestros labios,
el bautismo, hemos cruzado el a todos los pueblos, el gozo de sa-
mar Rojo para vivir una vida nue- bernos amados y redimidos por
va en Cristo; que con la santidad ti. Te lo pedimos a ti que vives y
de nuestras vidas demos siempre reinas por los siglos de los siglos.
testimonio de ti. Te lo pedimos a ti Amén.
que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.
Salmo 116
Invitación a alabar a Dios
Comentario de san Agustín
Alabad al Señor todas las gentes;
alabadle todos los pueblos.  Estos
son los atrios de la casa del Señor,
éste todo su pueblo, ésta la verda-
dera Jerusalén. Lo oigan principal-
mente aquellos que no quisieron
ser hijos de esta ciudad, ya que
se apartaron de la comu­nión de
todas las gentes.  Porque se confir-
mó sobre nosotros su misericordia y
(porque) la verdad del Señor perma-
nece eterna­mente. (…) Se consoli-
dó en nosotros la misericordia del
Señor cuando las bo­cas rabiosas
de las gentes enemigas cedieron
el paso o se rindieron al nombre
de Aquel por el cual fuimos libra-
dos. Y la verdad del Señor permane-
ce por siempre:  tanto en las cosas
que prometió a los justos como en
las cosas con que amenazó a los
impíos. (en. Ps. 116, 1)
Oración sálmica

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44
Segunda Semana del Salterio

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45
Ejercicios Espirituales Agustinianos
46
Segunda Semana del Salterio

DOMINGO II se contiene en todas las santas


Escrituras. (en. Ps. 118, 23, 1)
I Vísperas
Oración sálmica
Salmo 118, 105-112
Ilumina siempre señor nuestras
Elogio de la ley divina sendas y nuestros pasos con tu
palabra, para que entre los diver-
Comentario de san Agustín
sos caminos de la vida y del mun-
Ahora emprendo la investigación do, podamos descubrir aquellos
y exposición, según me lo conce- que tú tienes preparados para
de el Señor, de los versillos que nosotros y que nos conducen a tu
siguen de este salmo; el primero Reino, te lo pedimos a ti que vives
de ellos es: Tu palabra es antorcha y reinas en la unidad del Espíritu
para mis pies, y luz para mis sen- Santo y eres Dios, por los siglos de
das.  (…) Pues hay una luz verda- los siglos. Amén.
dera que no es iluminada como el Salmo 15
hombre, sino que ilumina a todo
hombre. (…) Pero, ¿qué será esta La voz de Cristo se dirige al Padre
palabra, que de tal modo se lla-
ma luz, que también es lámpara, Comentario de san Agustín
pues dice: tu palabra es lámpara Cierta alma le dijo a Dios: ¿No eres
para mis pies, y luz para mis sen- tú Señor, mi herencia?  Es decir: Mi
das,  si no entendemos qué es la herencia eres tú. Elija cada uno lo
palabra inspirada a los profetas o que quiera poseer, distribúyanse
predicada por los apóstoles? (…) entre ellos las cosas en lotes: mi
El apóstol San Pedro, comparando porción eres tú, yo te he elegido
la palabra profética a la lámpara, a ti. Y dice también: El Señor es la
dice:  Tenemos la segurísima pala- porción de mi herencia.  Que él te
bra de los profetas, a la que hacéis posea a ti, para que tú lo poseas
bien en atender, como a lámpara a él. Serás su hacienda privada,
que ilumina un lugar tenebroso. Así, serás su mansión. Posee para bien
pues, lo que aquí se dice: Tu pala- nuestro, es poseído para nuestro
bra es lámpara para mis pies, y luz bien. ¿O será, tal vez, para que tú le
para mis sendas, es la palabra que sirvas de algún provecho? Yo digo

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47
al Señor: Tú eres mi Dios, porque ma servil, el creador de las cosas
no necesitas de mis bienes. Pero mi visibles e invisibles «ascendió al
alma se alegra con el Señor. Goza de cielo», de donde nunca se alejó; en
su salvación. La salvación de Dios esta forma servil, «está sentado a
es Cristo (en. Ps. 34, 1, 12). la derecha del Padre» (…); en esta
forma servil, en que quiso partici-
Oración sálmica par de la suerte de los muertos, a
Señor sé tú siempre nuestra par- pesar de ser la vida de los vivos,
te y nuestra heredad, solo así te «vendrá a juzgar a vivos y muer-
podremos pertenecer totalmente tos» (s. 212, 1)
y tú vendrás a morar en nuestros Oración sálmica
corazones. Te lo pedimos a ti que
vives y reinas en la unidad del Señor, tú te has humillado para
Espíritu Santo y eres Dios, por los salvarnos y nos has mostrado la
siglos de los siglos. Amén humildad como el camino más
seguro que llegan al reino de los
Filip. 2, 6-11 cielos, haz que nuestro corazón
Cristo ejemplo de humildad sea siempre sencillo y humilde,
como el tuyo, para poder recibir tu
Comentario de san Agustín gracia y entrar algún día al Reino
de los Cielos. Te lo pedimos a ti
La Palabra de Dios que es el Hijo que vives y reinas en la unidad del
unigénito vive con el Padre una Espíritu Santo y eres Dios, por los
vida inmutable desde siempre y siglos de los siglos. Amén.
por siempre; ni mengua porque
no disminuye la permanencia, ni
progresa porque la perfección
suma no aumenta. (…) Pero como DOMINGO II
se anonadó a sí mismo, tomando Laudes
la forma de siervo, aunque sin per-
der la forma divina, en esta forma Salmo 117
servil, el invisible se hizo visible
pues «nació del Espíritu Santo y El gozo de la resurrección
de la virgen María»; en esta forma Comentario de san Agustín
servil, el todopoderoso se hizo
débil pues «padeció en tiempos Diga, pues, la casa de Israel que es
de Poncio Pilato»; en esta forma bueno, que su misericordia es eter-
servil, el inmortal murió pues «fue na. Diga, pues, la casa de Aarón
crucificado y sepultado»; en esta que es bueno, que su misericordia
forma servil, el rey de los siglos es eterna. (…) Creo que sabéis, ca-
«resucitó al tercer día»; en esta for- rísimos, cuál sea la casa de Israel

Ejercicios Espirituales Agustinianos


48
y la de Aarón y que una y otra te- Vemos, pues, la inmensa fábri-
men al Señor. Estos son los mis- ca del mundo, constituida por el
mos grandes y pequeños insinua- cielo y la tierra y todo lo que ellos
dos ya claramente en otro salmo a contienen. Por la hermosura y
vuestras mentes. Por tanto, alegré- grandeza de esta fábrica amamos,
monos todos nosotros asociados aunque aún no vemos, la exce-
al número de éstos por la gracia lente magnificencia de su artífice,
de Aquel que es bueno y su mise- pues no cesó de poner ante nues-
ricordia permanece eternamente, tros ojos sus obras aquel que to-
puesto que fueron oídos los que davía no puede ser contemplado
dijeron: Añada el Señor (bendición) por la pureza de nuestro corazón,
sobre vosotros, sobre vosotros y so- para que, viendo las que podemos
bre vuestros hijos. (…) digamos to- ver, amemos al que todavía no po-
dos hechos uno en Cristo, hecho demos ver, y así, por su amor, po-
un solo rebaño bajo un solo pas- damos verle en algún tiempo (en.
tor; digamos el Cuerpo de aquella Ps. 103, 1)
Cabeza como un solo hombre: En
la tribulación invoqué al Señor, y Oración sálmica
me oyó en la anchura.  Se terminó Señor, haz que descubramos tu
la angustia de nuestra tribulación; presencia en todas tus criaturas,
sin embargo, la anchura a la que y que, con ellas, nos unamos al
pasamos no tiene fin, pues ¿quién inmenso coro universal que te rin-
acusará a los elegidos de Dios? (en. de alabanza y gloria por tu infini-
Ps. 117, 3) ta grandeza; pues el alabar no es
Oración sálmica otra cosa que reconocer que todo
es un don y una dádiva tuya. Te lo
Señor, haz que podamos ver siem- pedimos a ti que vives y reinas en
pre en nuestras vidas los signos de la unidad del Espíritu Santo y eres
tu bondad y de tu amor; para que Dios, por los siglos de los siglos.
ninguna tribulación ni dificultad Amén.
nos lleve a apartarnos nunca de
tu misericordia que es eterna. Te lo Salmo 150
pedimos a ti que vives y reinas en Todos los seres alaban a Dios
la unidad del Espíritu Santo y eres
Dios, por los siglos de los siglos. Comentario de san Agustín
Amén.
Alabadle con címbalos sonoros,
Dan 3, 52-57 alabadle con címbalos de júbi-
lo. Los címbalos o platillos se gol-
Alabanza de todas las criaturas pean entre sí para que suenen; de
Comentario de san Agustín aquí que por algunos se compa-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


49
raron a nuestros labios. Pero creo taba el velo, en donde prefiguran-
que debe entenderse mejor: que do sólo entraba el sacerdote una
en cierto modo se alaba a Dios sola vez al año, como también
con los címbalos cuando cada una sola vez en todo el tiempo fue
uno honra a su prójimo y no a sí; ofrecido el Señor; y si Él mismo se
y de esta manera, honrándose ofreció, siendo sacerdote y vícti-
mutuamente, alaban a Dios. Mas ma, y entró, como dice el Apóstol,
para que nadie entendiese que los una vez en el sancta sanctorum, y
címbalos son instrumentos que ya no morirá ni la muerte se en-
suenan careciendo de espíritu, señoreará en adelante de Él, en-
pienso que se añadió  con címba- tonces estamos seguros, porque
los de regocijo. El regocijo, es decir, tenemos sacerdote; ofrezcamos
la inefable alabanza, únicamente allí también el sacrificio. Veamos,
brota del alma (en. Ps. 150, 8). pues, qué sacrificio debemos
ofrecer, porque nuestro Dios, (…)
Oración sálmica no se deleita con holocaustos. En
aquel salmo prosigue y declara
Señor, todos los seres en el cielo y qué debe ofrecerse:  El sacrificio
en la tierra se unen en tu alabanza para Dios es el espíritu atribulado;
como si fueran un inmenso coro; Dios no desprecia el corazón contri-
permítenos unirnos a sus voces to y humillado. Luego, si el corazón
con nuestras vidas y con el rego- humillado es sacrificio para Dios,
cijo que brota de nuestros labios y ofreció sacrificio el que dijo: Señor,
de nuestro corazón. Te lo pedimos no se engrió mi corazón. (en. Ps.
a ti que vives y reinas en la unidad 130, 4)
del Espíritu Santo y eres Dios, por
los siglos de los siglos. Amén. Oración sálmica
Señor, tú nos has dado en tu Hijo
Jesucristo nuestro sumo y eter-
DOMINGO II no sacerdote; haz que siempre te
Vísperas ofrezcamos nuestras propias vidas
unidas a la oblación que Él, como
Salmo 109 sacerdote, te ofrece todos los días.
Te lo pedimos a ti que vives y rei-
Cristo sacerdote eterno nas en la unidad del Espíritu Santo
y eres Dios, por los siglos de los si-
Comentario de san Agustín
glos. Amén.
Pero, si tenemos un sacerdote en el
Salmo 113B
cielo que intercede ante el Padre por
nosotros, pues entró en el “sancta Salida de Egipto y condenación
sanctorum”, en lo interior que ocul- de la idolatría

Ejercicios Espirituales Agustinianos


50
Comentario de san Agustín cuando alguno se avergüenza de
aquello que le es más estimado,
No a nosotros, Señor; no a nosotros, con más facilidad se aparta de la
sino da gloria a tu nombre. Por tu veneración de lo vil  (en. Ps. 113, 2,
misericordia y verdad, para que no 1).
digan las gentes: “¿En dónde está tu
Dios?”,  porque adoramos al Dios Oración sálmica
invisible, el cual no es conocido
a ningún ojo corpóreo, sino a los Señor, líbranos de la idolatría de
ojos purísimos del corazón y de adorar las cosas materiales, los
pocos; como si por esto pudieran bienes de esta tierra; pues ellos
decir los gentiles: “En dónde está no nos puede dar vida ni salvar;
el Dios de ellos?”, ya que ellos pue- pues sólo en ti está la plenitud de
den mostrar a los ojos sus dioses, la vida, de la felicidad y de la salva-
primeramente el salmista nos ción. Te lo pedimos a ti que vives
indujo a percibir la presencia de y reinas en la unidad del Espíritu
Dios por sus obras, porque, estan- Santo, por los siglos de los siglos.
do arriba, en el cielo, hizo cuanto Amén.
quiso en el cielo y en la tierra; y a
continuación, como si dijera a los Ap 19, 1-2.5-7
gentiles; “Muéstrennos sus dioses” Cántico triunfal de los salvados
(…), añade:  Los simulacros de las
naciones son oro y plata, obras de Comentario de san Agustín
las manos de los hombres.  Esto es
como si dijera: Aun cuando noso- Alabemos, pues, amadísimos,
tros no podemos mostrar a vues- al Señor que está en los cielos.
tros ojos carnales a nuestro Dios, Alabemos a Dios. Digamos el
a quien debisteis conocer por sus Aleluya. Hagamos de estos días un
obras, no queráis arrastrarnos a símbolo del día sin fin. Hagamos
vuestras vanidades porque con el del lugar de la mortalidad un sím-
dedo podáis mostrar lo que ado- bolo del tiempo de la inmortali-
ráis. Mucho más decoroso os sería dad. Apresurémonos a llegar a la
no tener lo que podéis mostrar, casa eterna. Dichosos los que ha-
que mostrar la ceguera de vuestro bitan en tu casa, Señor; te alaba-
corazón en aquello que por voso- rán por los siglos de los siglos. Lo
tros se muestra a los ojos. Porque dice la ley, la Escritura, la Verdad:
¿qué cosa mostráis sino oro y pla- hemos de llegar a la casa de Dios
ta? Tienen simulacros de bronce, que está en los cielos. Allí alabare-
de madera, de barro y de otras pa- mos a Dios no cincuenta días, sino
recidas y distintas materias; pero -como está escrito- por los siglos
el Espíritu Santo prefirió recordar de los siglos. Lo veremos, lo ama-
lo más precioso de ellos, porque remos y lo alabaremos; ni desapa-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


51
recerá el ver, ni se agotará el amar, como signo de gloria. Pasó de los
ni callará el alabar; todo será eter- lugares de suplicio a las frentes
no, nada tendrá fin. Alabémoslo, de los emperadores. Quien exaltó
alabémoslo; pero no sólo con la tanto sus penas, ¿qué no reservará
voz; alabémoslo también con las a sus creyentes? Con estas cosas,
costumbres. Alábelo la lengua, con estas palabras, con estas alo-
alábelo la vida; no vaya en des- cuciones, con tal ejemplo alienta
acuerdo la lengua con la vida, ten- el Señor a los justos. Ensáñense
gan más bien un amor infinito. (s. los pecadores cuanto quisieren y
254, 8) cuanto se les permitiere: El Señor
alienta a los justos. Todo cuanto
Oración sálmica acontezca al justo, atribúyalo a la
Aumenta, Señor, nuestra esperan- voluntad divina, no al poder del
za de llegar algún día a tu reino enemigo. Este puede ensañarse;
en donde te alabaremos siempre; herir, si el Señor no quiere, no pue-
pues te veremos y te amaremos; de. Y si Él permite que hiera, sabe
te amaremos y te alabaremos sin cómo ha de proteger a los suyos:
cesar. Te lo pedimos a ti que vives El Señor ama a quien corrige, y cas-
y reinas en la unidad del Espíritu tiga a todo aquel a quien recibe por
Santo y eres Dios, por los siglos de hijo. (…) No debemos considerar
los siglos. Amén. lo que permite a los injustos, sino
lo que reserva a los justos. (en. Ps.
(Cuaresma) 36, 2, 4)

1 Pe 2, 21-24 Oración sálmica

El ejemplo de Cristo Señor Jesucristo, Tú te entregaste


a la muerte por nuestro amor; haz
Comentario de san Agustín que nunca olvidemos que hemos
sido salvados por tu sangre40, y
Se te propone el ejemplo y la pa- que no rechacemos las cruces que
sión de Cristo. Ve lo que sufrió por tú puedas permitir en nuestras
ti el que no tenía motivo para ello. vidas; sino que, con tu gracia, las
Por mucho que padezcas, no lle- abracemos con amor, siguiendo
garás a los insultos, a los azotes, a tus huellas. Te lo pedimos a ti que
la vestidura ignominiosa, a la co- vives y reinas por los siglos de los
rona de espinas; en una palabra, a siglos. Amén.
la cruz, puesto que ya fue abolida
como pena del género humano. 40
“¿Qué hizo? Murió por ti. ¿Qué prometió? Que
vivirás con El. Más increíble es que muera el Eter-
Antiguamente eran crucificados no que viva eternamente el mortal. Ya aconteció
los malvados; ahora nadie lo es. lo que es más increíble. Si Dios murió por el hom-
Fue honrada y extinguida. Se ex- bre, ¿no ha de vivir el hombre con Dios, no ha de
tinguió como pena y permanece vivir eternamente el mortal, por el cual murió el
que vive eternamente?” (en. Ps. 148, 8)

Ejercicios Espirituales Agustinianos


52
LUNES II prontitud la fuente. (en. Ps. 41, 2)
Laudes Oración sálmica
Salmo 41 Haz, Señor, que estemos siempre
sedientos de tu vida, de tu luz, y
Tener sed de Dios de tu palabra; que, como cier-
Comentario de san Agustín vos, corramos hacia ti, que eres la
fuente inagotable de felicidad y
Suspiremos como el ciervo por de vida para todo ser humano. Te
la fuente, pero no la fuente del lo pedimos a ti que vives y reinas
bautismo, que los catecúme- en la unidad del Espíritu Santo y
nos desean para alcanzar el per- eres Dios, por los siglos de los si-
dón de sus pecados, sino como glos. Amén.
ya bautizados, suspiremos por
la otra fuente de que habla la Sir 36, 1-7. 13-16
Escritura: Porque en ti está la fuente Oración por el pueblo santo
de la vida. Sí, él es la fuente, él es
la luz; porque tu luz nos hace ver la Comentario de san Agustín
luz7. Si es la fuente y es la luz, con
toda razón es también la sabidu- Nos has llamado, te invocamos; he
ría, puesto que sacia el alma ávida ahí que te hemos oído llamar, óye-
de saber; y todo aquel que entien- nos invocar; condúcenos adonde
de, es iluminado por una cierta luz has prometido, acaba lo que has
no material, no corporal, no exte- comenzado; no abandones tus
rior, sino interior. (…) Corre hacia dádivas, no abandones tu cam-
las fuentes, suspira por las fuentes po; tus frutos entren al granero».
de agua. En Dios está la fuente de Abundan en el mundo las tenta-
la vida, una fuente inagotable; y ciones, pero mayor es  quien ha
su luz es una luz que nunca se os- hecho el mundo; abundan las ten-
curece. Suspira por esta luz, por taciones, pero no falla quien pone
esa fuente y esa luz que tus ojos la esperanza en aquel en quien no
no conocen. Cuando se ve con hay ningún fallo. (Io. eu. tr. 40, 10)
esta luz, se habilita tu ojo interior; Oración sálmica
cuando bebes de esta fuente, la
sed interior se inflama. Corre ha- Señor, sólo en ti hemos puesto
cia la fuente, suspira por la fuente; nuestra esperanza. En medio de
pero no de cualquier modo, no las dificultades de esta vida, haz
corras como cualquier animal: co- que nunca nos apartemos de tu
rre como el ciervo. ¿Qué significa amor y de tu gracia; pues sin ti no
como el ciervo? No lo hagas con podemos hacer nada. Te lo pedi-
lentitud; corre veloz, anhela con mos a ti que vives y reinas en la
Ejercicios Espirituales Agustinianos
53
unidad del Espíritu Santo y eres la gloria de Dios, depositada en
Dios, por los siglos de los siglos. Cristo Jesús por medio de la gracia
Amén. para el perdón de los pecados (en.
Ps. 18, 2, 2).
Salmo 18A
Oración sálmica
Los cielos narran la gloria de Dios
Señor, que veamos tu gloria refle-
Comentario de san Agustín jada en todas las cosas que nos
El tema del cántico es Cristo. rodean; que el universo se nos
Esto se patentiza claramente en vuelva transparente, para que po-
él, porque en él está escrito:  Él damos ver tu presencia en cada
mismo, como esposo que sale de una de tus criaturas, y escuchar el
su alcoba. ¿Y quién es ese espo- canto de alabaza que toda la crea-
so sino aquel a quien el Apóstol ción te dirige. Te lo pedimos a ti
dio por esposa a una virgen? (…) que vives y reinas en la unidad del
Consecuentemente, en este Señor Espíritu Santo y eres Dios, por los
y Salvador nuestro Jesucristo se siglos de los siglos. Amén.
halla depositada la grandeza y
plenitud de la gracia, de la que
dice el apóstol Juan:  Y hemos vis- LUNES II
to su gloria, gloria como la del Hijo
único del Padre, lleno de gracia y de Vísperas
verdad. Tal es la gloria que prego- Salmo 44
nan los cielos. Estos cielos son los
santos, elevados de la tierra y por- Cristo esposo de la Iglesia
tadores del Señor. Aunque en cier-
to modo también el cielo pregonó Comentario de san Agustín
la gloria de Cristo. ¿Cuándo la pre-
Que a nosotros, que ya creemos,
gonó? Cuando, tras el nacimiento
en cualquier situación que se
del mismo Señor, apareció una es-
nos presente, el Esposo sea bello.
trella nueva, nunca antes vista. De
Hermoso por ser Dios, la Palabra
todos modos, son más auténticos
con Dios; hermoso en el seno de
y sublimes los cielos de quienes
la Virgen, donde no perdió su divi-
se dice acto seguido:  No hay dis-
nidad, y tomó la humanidad; her-
cursos ni palabras cuya voz deje de
moso como la Palabra recién naci-
oírse. Su voz salió por toda la tierra
da; porque aun siendo un infante
y sus palabras hasta los confines del
sin palabras, (…) al ser llevado
orbe.  ¿Palabras de quiénes, sino
en brazos, los cielos hablaron, los
de los cielos? ¿De quiénes, sino de
ángeles cantaron alabanzas, una
los apóstoles? Ellos nos pregonan
estrella guio a los Magos, fue ado-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


54
rado en el pesebre y manjar de los regrinación, a fin de que, andando
mansos. Es, pues, hermoso en el en él, no erremos, ni desfallezca-
cielo, hermoso en la tierra, hermo- mos, ni caigamos en manos de los
so en el seno materno, hermoso ladrones, ni nos precipitemos en
en brazos de sus padres; hermo- los lazos que hay colocados a la
so en sus milagros, hermoso en vera del camino. Luego conozca-
los azotes; hermoso al invitar a la mos al Cristo total y completo uni-
vida, hermoso no preocupándose do con la Iglesia; a Él solo, que na-
de la muerte; hermoso entregan- ció de la Virgen María y es cabeza
do su vida, hermoso al recuperar- de la Iglesia, es decir, al Mediador
la; hermoso en la cruz, hermoso entre Dios y los hombres Cristo
en el sepulcro, hermoso en el cie- Jesús; el cual es Mediador para
lo. Escuchad este cántico para en- que los que se habían apartado
tenderlo, y que la debilidad de la de Dios se reconcilien por Él, pues
carne no aparte vuestros ojos del el medio se halla entre dos. Nos
esplendor de su hermosura. La su- habíamos apartado de la majes-
prema y auténtica hermosura es la tad de Dios y le habíamos ofen-
justicia; a nadie verás ser hermoso dido con nuestros pecados; de
si lo encuentras malvado; si es to- aquí que fue enviado el Hijo como
talmente justo, lo es también be- Mediador para que con su sangre
llo. (en. Ps. 44, 3) pagase la deuda de nuestros peca-
dos, por los que estábamos aleja-
Oración sálmica dos de Dios, y así, colocándose en
Señor, que haz que seamos siem- medio, nos acercase y reconciliase
pre unos enamorados de tu be- con Aquel del que nos hallábamos
lleza, de la belleza espiritual; para apartados por nuestros pecados
que rechacemos las obras del y crímenes. Él es nuestra Cabeza,
pecado y de la muerte y nos afe- Él es Dios igual al Padre, Verbo de
rremos a ti, que eres la suma y Dios por quien fueron hechas to-
excelsa Belleza. Te lo pedimos a ti das las cosas. Es Dios para crear y
que vives y reinas en la unidad del hombre para restaurar, Dios para
Espíritu Santo y eres Dios, por los formar y hombre para reformar.
siglos de los siglos. Amén. Mirando a éste, oigamos el salmo.
(en. Ps. 90, 2, 1)
Ef 1, 3-10
Oración sálmica
Dios salvador
Señor, te damos gracias por la obra
Comentario de san Agustín de la redención que has realizado
en Cristo41; te pedimos que no
El mismo Rey descendió y se hizo frustremos tu gracia en nosotros
camino para nosotros en esta pe- 41
en. Ps. 90, 2, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


55
sino que, con su ayuda, podamos
perseverar todos los días de nues-
tra vida, para poder alcanzar algún
día tu reino eterno. Te lo pedimos
a ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


56
MARTES II dad; envíanos a nuestro Señor
Jesucristo que, como luz y verdad,
Laudes guíe nuestros pasos en medio de
Salmo 42 las tinieblas de este mundo, para
que podamos llegar, sin tropiezos,
Deseo ardiente del templo de a tu reino de eterna claridad. Te lo
Dios pedimos a ti que vives y reinas en
la unidad del Espíritu Santo y eres
Comentario de san Agustín Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Hagamos nuestra esta voz:  Envía
tu luz y tu verdad; ellas me guiaron Is 38, 10-14; 17-20.
y me condujeron hasta tu monte
santo y hasta tus moradas.  Ellas La angustia de un moribundo y el
son tu luz y tu verdad; aunque consuelo en Dios
son dos palabras, es una misma
realidad. ¿Qué otra cosa es la luz Comentario de san Agustín
divina, sino la verdad divina? ¿O ¿Qué habría sido de mí sin tu ayu-
qué es la verdad de Dios sino la da? ¿En qué desesperación habría
luz de Dios? Y las dos son el úni- caído, si tú no me hubieras cura-
co Cristo.  (…) Él es la luz, él es la do? ¿Cuál sería mi postración, si
verdad. Que venga, pues, y nos li- no hubieras venido? Estaba cier-
bere, separando ya nuestra causa tamente en peligro por una herida
de la gente que no es santa; que grave, y esa mi herida andaba a la
nos libere del hombre malvado y
búsqueda de un médico todopo-
engañoso; que separe el trigo de
deroso. Para él nada hay insanable;
la cizaña; porque será él quien en-
no abandona a nadie; se necesita,
víe a sus ángeles en el tiempo de
sí, que tú quieras ser curado, que
la cosecha, para que se lleven del
no rechaces su mano. Y aunque no
reino de Dios todos los escánda-
quieras curarte, tu herida te invita
los y los arrojen al fuego ardien-
a que te dejes curar. Al que se ha
te, mientras el trigo lo recogerán
alejado lo llama, y al que huye lo
en el granero. Enviará su luz y su
empuja en cierto modo, y lo atrae
verdad; porque son ellas las que
para que vuelva a él. En todos
nos han guiado y conducido hacia
su monte santo, hacia su morada. cumple lo que está dicho: Su mise-
Tenemos la prenda, el premio lo ricordia se me adelanta. Pensad en
esperamos. Su monte santo es su lo que se ha dicho: Se me adelan-
Iglesia santa. (en. Ps. 42, 4) ta. Si tú has puesto algo tuyo pri-
mero, y por algún bien tuyo antici-
Oración sálmica pado has merecido la misericordia
de Dios, entonces no se te ha ade-
Envíanos, Señor, tu luz y tu ver-
Ejercicios Espirituales Agustinianos
57
lantado. ¿Cuándo llegarás a enten- de?  En Sión:  no convine que sea
der que se te ha adelantado, sino Babilonia. Porque cuando uno co-
cuando comprendas lo que dice el mienza a renovarse, ya su corazón
Apóstol:  ¿Qué tienes que no hayas canta en Jerusalén, como dice el
recibido? Y si lo has recibido, ¿por Apóstol:  Nuestra ciudadanía está
qué te glorías, como si no lo hubie- en los cielos. Y aunque vamos ca-
ras recibido?24 Es esto lo que quiere minando según la carne, nuestra
decir:  Su misericordia se me ade- lucha no es según la carne. Con el
lanta.  En fin, poniendo la mirada deseo ya estamos allá, ya hemos
en todos los bienes de cualquier lanzado como un áncora nuestra
clase que podamos tener, sea en la esperanza en aquella tierra, no sea
naturaleza, o en nuestra clase de que zozobrando naufraguemos
vida, en nuestro comportamiento, en este mar. Así como decimos
en la fe, la esperanza, la caridad, en con verdad que una nave ya ha
la buena conducta, o en la justicia, llegado a tierra cuando tiene sus
en el temor de Dios, no son todos áncoras fijas en el fondo del mar,
ellos sino un don suyo (…) (en. Ps. y aunque fluctúe por los vientos
58, 2, 11) y las tempestades, está segura
contra ellos, así también nosotros,
Oración sálmica echada en Jerusalén el áncora de
Señor, que tu misericordia siempre nuestra esperanza, estamos ya en
se nos adelante; que vaya siempre ella, para no naufragar ni ser lan-
abriéndonos el camino de la sal- zados contra los escollos por las
vación, pues todo es don tuyo y turbulencias de las tentaciones de
sin ti no podemos hacer nada. No este mar de nuestro destierro. Por
nos dejes nunca de tu mano, so- eso, el que canta según esta espe-
corriendo nuestra debilidad con ranza, ya canta en el puerto. Que
la fuerza de tu misericordia. Te lo cante, pues, y diga: Oh Dios, tú me-
pedimos a ti que vives y reinas en reces un himno en Sión, en Sión, sí,
la unidad del Espíritu Santo y eres no en Babilonia. Pero ¿no se en-
Dios, por los siglos de los siglos. cuentra todavía en Babilonia? Sí,
Amén. aquí estoy, dice este ciudadano,
este amante. Aquí estoy corporal-
Salmo 64 mente, pero no con el corazón. Y
al decir como estas dos cosas: que
Acción de gracias por los dones estoy con el cuerpo, pero no con
de Dios el corazón, dice también: cuando
canto, no canto allí, con mi voz
Comentario de san Agustín
corporal, sino que canto con mi
Se te deben cantar a ti, ¡Oh corazón. Canta mi voz corporal, y
Dios!, himnos,  dice. Pero ¿dón- la oyen también los de Babilonia;

Ejercicios Espirituales Agustinianos


58
pero la voz del corazón la oye sólo ¿Cuál es el significado de tener la
el que fundó Jerusalén (en. Ps. 64, muerte como pastor? La muerte
3). en realidad es la separación del
alma y del cuerpo; y lo que verda-
Oración sálmica deramente temen los hombres es
Señor, haz que pongamos siempre la separación del alma del cuerpo.
nuestra esperanza en los bienes Pero la verdadera muerte que no
de la ciudad de Dios y no en los de temen los hombres es que el alma
la Babilonia de este mundo; que, se separe de Dios. Y con frecuen-
como un ancla, nuestra esperanza cia al temer esta separación del
esté siempre firme en ti, para que alma y del cuerpo, caen en aquella
no nos perturben las tormentas de otra en la que el alma se separa de
esta vida que pasa. Te lo pedimos Dios. Ésta es la verdadera muerte.
a ti que vives y reinas en la unidad Pero ¿cómo  la muerte es su pas-
del Espíritu Santo y eres Dios, por tor?  Si Cristo es la vida, el diablo
los siglos de los siglos. Amén. es la muerte. (…) Así que los que
pertenecen a él tienen como pas-
tor a la muerte. Pero nosotros, que
tenemos presente la futura inmor-
MARTES II talidad, y no llevamos en vano la
señal de la cruz de Cristo sobre
Vísperas
nuestra frente, tenemos como
Salmo 48 pastor a la vida. El pastor de los no
creyentes es la muerte, el de los
Las riquezas no nos salvan; solo creyentes, la vida (en. Ps. 48, 2, 2).
Cristo salva
Oración sálmica
Comentario de san Agustín
Señor, tú eres el Buen Pastor; Tú
Y así comienzan los versículos nos conduces a los pastos de la
que hoy vamos a tratar de expli- vida eterna; guía siempre nuestros
car: Son como rebaño de ovejas en pasos, para que nunca andemos
el infierno, la muerte es su pastor. ¿A tras las obras de las tinieblas sino
quiénes se refiere? A aquellos cuya que tengamos siempre la luz de la
vida es un tropiezo para sí mismos, vida. Te lo pedimos a ti que vives
a quienes sólo se preocupan del y reinas en la unidad del Espíritu
presente, sin pensar en el futuro; a Santo y eres Dios, por los siglos de
aquellos que sólo tienen por vida los siglos. Amén.
ésta que vivimos, que más bien
habría que llamar muerte. Por eso Ap 4, 11; 5, 9.10. 12
no sin razón son como ovejas en el
Himno de los redimidos
abismo, cuyo pastor es la muerte.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


59
Comentario de san Agustín les vivamos una vida de santidad,
orando e intercediendo los unos
Por aquel entonces sólo se ungía por los otros. Te lo pedimos a ti
al rey y al sacerdote. En aquella que vives y reinas por los siglos de
época esas dos personas eran ob- los siglos. Amén.
jeto de unción. En estas dos perso-
nas se prefiguraba el futuro único
rey y sacerdote, el único Cristo re-
vestido de ambas dignidades. Por
eso la palabra Cristo deriva de cris-
ma, unción. Pero no solo recibió la
unción Cristo nuestra cabeza, sino
también su cuerpo que somos
nosotros. Es rey porque nos rige
y nos guía; es sacerdote porque
intercede por nosotros. Y además
solo él fue sacerdote con la pecu-
liaridad de ser víctima también. El
sacrificio que ha ofrecido a Dios no
es otro que el sacrificio de sí mis-
mo. Fuera de sí mismo no habría
hallado otra víctima racional tan
pura que, como cordero sin man-
cha, nos redimiera con su sangre,
y nos incorporase a él, haciéndo-
nos miembros suyos de modo que
también nosotros, en él, fuéramos
Cristo. (…) Es, pues, claro que no-
sotros somos el Cuerpo de Cristo
ya que todos recibimos la unción;
y en este Cuerpo todos somos de
Cristo y todos somos Cristo, por-
que en cierto modo el Cristo en-
tero lo constituyen la Cabeza y el
cuerpo. (en. Ps. 26, 2, 2)
Oración sálmica
Haz, Señor, que nos reconozca-
mos siempre como miembros del
Cuerpo de Cristo42 y que como ta-
42
en. Ps. 26, 2, 2.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


60
MIÉRCOLES II dirige a Dios. ¿Y fue, quizá, sin re-
sultado? Mira lo que sigue: Y él me
Laudes atendió.  En realidad él te atiende
Salmo 76 cuando le buscas a él, no cuando
por su medio buscas otra cosa (en.
Meditación sobre las obras de Ps. 76, 2).
Dios
Oración sálmica
Comentario de san Agustín
Señor, elevamos nuestra oración
Así dice:  Con mi voz he gritado al a ti porque sabemos que siempre
Señor.  Pero hay muchos que gri- nos escuchas; atiende benigno
tan al Señor para obtener rique- nuestras súplicas, y haz que te bus-
zas, para evitar sinsabores, por la quemos siempre a ti, fuente única
salud de los suyos, (…) Por éstas del amor auténtico. Te lo pedimos
y otras cosas semejantes muchos a ti que vives y reinas en la unidad
claman al Señor; pero apenas hay del Espíritu Santo y eres Dios, por
alguien que levante su voz por el los siglos de los siglos. Amén.
Señor mismo. Es muy frecuente
al hombre desear alguna cosa del 1 Sam 2, 1-10
Señor, y no desear al Señor mismo, El gozo y la esperanza de los hu-
como si pudiera ser más agrada- mildes en Dios
ble lo que da que el mismo que
lo da. (…)  Y para que no pienses Comentario de san Agustín
que la voz de quien gritó al Señor
fue proferida para obtener algo Inclina, Señor, tu oído. Él inclinará
distinto del Señor mismo, añade su oído, si tú no levantas, engreído
inmediatamente:  Y mi voz se diri- tu cerviz; porque se acerca al hu-
ge a Dios. A veces emitimos la voz millado, y se aleja del que se en-
con la que clamamos a Dios, pero salza; (…) Sí, Dios inclina su oído
esa voz va en busca de otra cosa, hacia nosotros. Él está arriba, y no-
no de Dios (…). Pero este que sotros abajo; él está en la cumbre,
amaba gratuitamente a Dios, que y nosotros en lo profundo, pero
le ofrecía sacrificios voluntarios, no abandonados,(…) ¡Con qué
que había sobrepasado cuanto le seguridad y firmeza reserva a los
era inferior, y que nada veía por buenos la promesa de su vida, el
encima de él adonde descargar su que por los malos había ofrecido
alma, si no era en aquél, de quien, su muerte!  Inclina, Señor, tu oído,
por quien y en quien había sido y escúchame, que soy un pobre
creado; éste había gritado a Dios desamparado.  Luego no inclina
con su voz, puesto que para él la su oído al rico, sino al pobre y al
había proferido, y dice:  Mi voz se indigente, es decir, al humilde y

Ejercicios Espirituales Agustinianos


61
al que reconoce su necesidad de así se sienta en los Apóstoles, en
misericordia; no al que vive en la los predicadores del Evangelio. Y
hartura, y que se engríe y se jacta, tú, si quieres, también serás cie-
como si nada le faltase (…). Fijaos lo. ¿Quieres ser cielo? Limpia de
en el motivo que el salmista pone la tierra tu corazón. Si no tienes
para ser escuchado: Porque yo soy deseos terrenos, y no dijeras en
un pobre desamparado.  Cuídate, vano que tienes arriba tu corazón,
no sea que tú no lo seas; si no lo serás cielo.  Si habéis resucitado
eres, no serás escuchado. Todo lo con Cristo, —dice el Apóstol a los
que haya en ti o a tu alrededor, fieles— buscad las cosas de arriba,
que pueda hacerte presumir, arró- donde Cristo se halla sentado a la
jalo lejos de ti. Sea Dios toda tu derecha de Dios; gustad las cosas
presunción: siéntete indigente de de arriba, no las de la tierra  ¿Has
él, y así serás de él colmado. Todo comenzado a saborearlas cosas de
lo que poseas sin él, te causará un arriba, y no las de la tierra? Te hi-
mayor vacío (en. Ps. 85, 2.3) ciste cielo. Contigo llevas la carne,
pero tu corazón ya está en el cielo.
Oración sálmica Tu trato será con el cielo. Siendo
Señor, haz que reconozcamos con tú uno así, anuncias a Cristo. ¿Qué
humildad que todo es un don fiel no anuncia a Cristo? (…) Luego
tuyo; que nosotros somos pobres toda la Iglesia predica a Cristo, y
y limitados, pero que tu infinita los cielos proclaman su justicia,
misericordia es la que nos levanta porque todos los fieles, para quie-
siempre, y nos transforma con su nes es un deber ganar para Dios
poder. Te lo pedimos a ti que vives a los que aún no han creído, si
y reinas en la unidad del Espíritu lo hacen por caridad, son cielos.
Santo y eres Dios, por los siglos de Desde ellos Dios infunde el terror
los siglos. Amén. de su juicio, y así, el que era infiel
se atemoriza y cree. Mostrad a los
Salmo 96 hombres cuánta ha sido la poten-
cia de Cristo en todo el orbe de la
Cristo es rey de todo el universo tierra, hablándoles y atrayéndoles
al amor de Cristo (en. Ps. 96, 10)
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Los cielos pregonaron su justicia,
y todos los pueblos contemplaron Señor, ven a habitar en nuestros
su gloria.  ¿Qué cielos pregona- corazones y conviértenos en un
ron? Los cielos proclaman la gloria cielo, en una digna morad de ti;
de Dios ¿Quiénes son estos cielos? que nuestra esperanza y nuestros
Los que se hicieron trono de Dios. deseos estén siempre puestos en
Como Dios se sienta en los cielos, las cosas de arriba, y no en las de la

Ejercicios Espirituales Agustinianos


62
tierra. Te lo pedimos a ti que vives hasta que llegue lo prometido,
y reinas en la unidad del Espíritu con una fe que cree lo que aún no
Santo y eres Dios, por los siglos de se ve. Pero cuando esto se realice,
los siglos. Amén. tendrá lugar la salvación y la glo-
rificación. Y aunque todo esto se
prolongue, no estamos abando-
MIERCOLES II nados: porque  Dios es mi auxilio,
y mi esperanza está puesta en Dios
Vísperas (en. Ps. 61, 13)
Salmo 61 Oración sálmica
Poner la confianza solo en Dios Señor, sé nuestro auxilio y nuestra
ayuda mientras vamos atravesan-
Comentario de san Agustín do, como peregrinos, los caminos
En Dios está mi salvación y mi glo- de este mundo; que nada nos pue-
ria. Dios será quien me salve; Dios da alejar de tu camino; para que
será mi gloria; no sólo me salvará, podamos, algún día, participar de
sino que me glorificará. Mi salva- tu herencia eterna. Te lo pedimos
ción vendrá porque de impío que a ti que vives y reinas en la unidad
era, él me ha justificado; y mi glo- del Espíritu Santo y eres Dios, por
ria porque no sólo me ha justifica- los siglos de los siglos. Amén.
do, sino que me ha honrado. (…) Salmo 66
En Dios está mi salvación y mi glo-
ria. Mi salvación para que yo logre Invitación a todas las naciones a
salvarme, y mi gloria para alcanzar alabar a Dios
mi honra. Esto sucederá enton-
ces; y ahora ¿qué?  Dios es mi au- Comentario de san Agustín
xilio, y mi esperanza está puesta en
Oh Dios, que te alaben los pue-
Dios, hasta que llegue a la perfecta
blos. Y ahora escuchad el versícu-
justificación y salvación. Porque
lo siguiente, porque no habla de
estamos salvados en esperanza: y
una parte: Que te alaben todos los
una esperanza que se ve, no es espe-
pueblos. Andad por el camino con
ranza. Hasta que llegue a aquella
todas las gentes, caminad junto
justificación, donde los justos bri-
con todos los pueblos, oh hijos
llarán como el sol en el reino de su
Padre. Mientras tanto me encuen- de la paz, hijos de la única Iglesia
tro ahora rodeado de tentaciones, Católica; avanzad por el camino,
de injusticias, de escándalos, (…) cantad caminando. Hacen esto
¿Qué he de hacer? Dios es mi auxi- los caminantes, para aliviar el can-
lio: sí, presta su auxilio a los que lu- sancio. Vosotros cantad en este
chan (…)  Una esperanza que dura camino; os lo pido por aquel que

Ejercicios Espirituales Agustinianos


63
es el camino, cantad en este cami- Hemos sido llevados al reino de
no; cantad un cántico nuevo; que la luz por Cristo
nadie en él entone viejos cánticos:
cantad himnos de amor a vuestra Comentario de san Agustín
patria, nadie cante cosas antiguas. El Señor, fundador de Jerusalén,
Nuevo es el camino, nuevo el ca- conoció a los ciudadanos de ella
minante, que sea nuevo el cántico. que predestinó, a los cuales ve
Mira cómo te exhorta el Apóstol a que, estando aún bajo la domina-
que cantes un canto nuevo: Si uno ción del diablo, sin embargo, han
en Cristo es ya criatura nueva, lo de ser redimidos con la sangre de
viejo pasó; todo se ha convertido en Cristo. Los conoció antes de que
nuevo.  Cantad un cántico nuevo ellos se conocieran a sí mismos.
en el camino que habéis conoci- (…) dos profetas (…) estuvieron
do en la tierra.(…) El mismo cantar en aquel tiempo en la cautividad:
es ya una confesión: es el recono- Jeremías y Ezequiel, y (…) canta-
cimiento de tus pecados, y del po- ron algunas cosas cuando comen-
der de Dios. Confiesa tu maldad, zaron a salir (de la cautividad).
confiesa la gracia de Dios; acú- Comienza a salir quien comienza a
sate a ti mismo, y glorifícalo a él; amar. Muchos salen ocultamente;
repréndete a ti y alábalo a él, para los pies de los que salen son los
que cuando venga a ti te encuen- afectos del corazón. Salen, pues,
tre como tu propio castigador, y él de Babilonia. ¿Qué significa salir
se te muestre como tu salvador. de Babilonia? Salir de la confu-
(…) Oh Dios, que te confiesen los sión. ¿Cómo se sale de Babilonia,
pueblos; que todos los pueblos te es decir, de la confusión? Quienes
confiesen. En. Ps. 66,3 primeramente estaban mezclados
Oración sálmica o confundidos con idénticos de-
seos, comienzan a ser distinguidos
Señor, como peregrinos por los ca- por la caridad; y, ya distinguidos o
minos de este mundo, te pedimos separados, no están confundidos
que nunca dejemos de caminar y o mezclados. (en. Ps. 64, 2)
de cantar; que el canto de nuestra
vida y de nuestras obras te alabe; Oración sálmica
para que, contemplándonos, te Haz, Señor, que pongamos nues-
alaben todos los pueblos de la tie- tro gozo y nuestra esperanza en
rra; que todos los pueblos te ala- los bienes de tu reino; que ningu-
ben. Te lo pedimos a ti que vives na cosa de la tierra pueda apartar-
y reinas en la unidad del Espíritu nos del camino que conduce hacia
Santo y eres Dios, por los siglos de tu reino eterno. Te lo pedimos a ti
los siglos. Amén. que vives y reinas por los siglos de
Col 1, 12-20 los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


64
JUEVES II te amemos siempre y no dudemos
nunca de tu providencia paterna.
Laudes Te lo pedimos a ti que vives y rei-
Salmo 79 nas en la unidad del Espíritu Santo
y eres Dios, por los siglos de los si-
Oración pidiendo la restauración glos. Amén.
de Israel
Is 12, 1-6
Comentario de san Agustín
Alegría del pueblo redimido
Señor, Dios de los ejércitos, ¿has-
ta cuándo estarás airado contra la Comentario de san Agustín
oración de tu siervo? Se trata de tu Invoquémoslo, hermanos, para
siervo.  Te enojabas contra la ora- que diga a nuestra alma: Yo soy tu
ción de tu enemigo, ¿y ahora te salvación;  que ella abra sus oídos
enojas contra la oración de tu sier- y escuche al que le dice: Yo soy tu
vo? Nos has convertido, te hemos salvación.  Porque lo dice, sí, pero
reconocido, ¿y todavía te enojas algunos se hacen los sordos; de
contra la oración de tu siervo? Sí, ahí que al padecer persecución,
te enojas, pero como un padre que prestan oídos mejor a los enemi-
corrige, no como un juez que con- gos que los persiguen. Si algo le
dena. Cierto que te enojas, porque falta, si su alma pasa por alguna
está escrito: Hijo, si te has puesto al angustia, o sufre escasez de bie-
servicio de Dios, permanece firme nes temporales, le pide muchas
en la justicia y el temor, y prepara tu veces auxilio a los demonios, va
alma para la tentación. No pienses a consultar a los poseídos del de-
que ya pasó la ira de Dios porque monio, busca a los agoreros: así
te convertiste; pasó, sí, pero para es como sus enemigos y perse-
no condenarte eternamente. Pero guidores invisibles se han acerca-
flagela (…) porque, como padre, do a su alma, han entrado, la han
castiga a todo el que recibe como asaltado y hecho prisionera, la
hijo. Si rehúsas ser castigado, ¿por han vencido, diciendo:  No hay en
qué deseas ser recibido? Castiga a su Dios salvación.  Se hizo sordo a
todos el que no perdonó a su Hijo la voz que le decía: Yo soy tu salva-
Único (…) (en. Ps. 79, 5). ción. Di a mi alma: Yo soy tu salva-
Oración sálmica ción, para que queden confundidos
y avergonzados los que buscan mi
Señor, sabemos que nuestra vida alma,  a la que tú le dices:  Yo soy
está en tus manos. Danos fuerza tu salvación. Voy a escuchar al que
en la tribulación y moderación en me dice:  Yo soy tu salvación.  No
la prosperidad; para que, en todo, buscaré ninguna otra salvación,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


65
más que a mi Señor y mi Dios. Se peso de los pecados.  Retiró la pe-
me susurra una salvación que vie- sada carga de su espalda.  Y como
ne de la criatura: no, es del Señor si preguntases de qué carga, aña-
de quien procede; y si levanto de: Y sus manos trabajaron con ces-
mis ojos a los montes, de donde tos. En los cestos están simboliza-
me vendrá el auxilio, el auxilio no dos los trabajos serviles. Limpiar,
me viene de los montes, sino del estercolar, trasladar tierra, todo
Señor que hizo el cielo y la tierra. esto se hace con cestos; son tra-
En los apuros temporales Dios nos bajos serviles; porque todo el que
socorre por medio del hombre; comete pecado, se hace siervo del
pero tu salvación es él mismo. Por pecado; y cuando el Hijo os haya
un ángel Dios nos socorre; pero tu liberado, entonces seréis verdade-
salvación es siempre él (en. Ps. 34, ramente libres. Con razón se tie-
1, 6) nen como cestos las cosas bajas y
abyectas del mundo (…). Sus ma-
Oración sálmica nos sirvieron en el trabajo del cesto.
Señor, tú eres nuestra salvación, y (en. Ps. 80, 9)
en ti hemos puesto toda nuestra Oración sálmica
esperanza; que no busquemos
otros falsos salvadores, sino que Señor, ayúdanos a ser verdade-
encontremos siempre en ti nues- ramente libres, viviendo siempre
tra vida y nuestra paz. Te lo pedi- en la verdad y renunciando a los
mos a ti que vives y reinas en la ídolos falsos que nos presenta
unidad del Espíritu Santo y eres el mundo. Te lo pedimos a ti que
Dios, por los siglos de los siglos. vives y reinas en la unidad del
Amén. Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 80
Beneficios de Dios al pueblo de
Israel y su ingratitud JUEVES II
Comentario de san Agustín Vísperas
Retiró su espalda de la carga pesa- Salmo 71
da.  ¿Quién retiró  la pesada carga
de su espalda,  sino el que excla- La encarnación de Cristo, su rei-
mó: Venid a mí todos los que estáis no, poder y juicio
cansados y agobiados? Esto mismo Comentario de san Agustín
lo da a entender de otro modo. Lo
que causaba la persecución de los Porque libró al humilde del podero-
egipcios, esto mismo lo causa el so, y al pobre que no tenía quien lo

Ejercicios Espirituales Agustinianos


66
ayudase.  Este pobre y necesitado (…) Nuestro Señor Jesucristo, que
es el pueblo de los que creen en ya padeció por nosotros y resu-
él. En este pueblo hay reyes que citó, es cabeza de la Iglesia; que
lo adoran, pues no se desdeñan la Iglesia es cuerpo suyo y que,
de ser pobres e indigentes, es de- en este cuerpo, la unión de sus
cir, de confesar humildemente miembros y la trabazón de la cari-
sus pecados, y de manifestar que dad es el equivalente a la salud. A
necesitan la gloria y la gracia de su vez, aquel en quien se enfríe la
Dios, para que aquel rey, hijo del caridad está enfermo en el cuerpo
Rey, los libre del poderoso. Este de Cristo. Pero el que ya glorificó
poderoso es aquel que anterior- a nuestra cabeza tiene poder tam-
mente fue llamado calumniador, a bién para sanar a sus miembros
quien no hizo poderoso su propia enfermos, a condición de que una
fortaleza para someter a los hom- excesiva impiedad no los ampute,
bres y retenerlos en la cautividad, sino que permanezcan adheridos
sino los pecados de los hombres. al Cuerpo hasta lograr la salud. En
Pero quien venció al calumniador efecto, para todo miembro que
y entró en la casa del fuerte, para aún esté adherido al cuerpo hay
arrebatarle sus enseres, después esperanza de salud; en cambio, el
de amarrarlo, éste mismo libró que haya sido amputado no pue-
al indigente del poderoso, y al hu- de ser curado, ni sanado. Así, pues,
milde que no tenía protector.  Esto como él es la cabeza de la Iglesia y
no pudo hacerlo cualquiera, ni la la Iglesia su cuerpo, el Cristo ente-
fortaleza de cualquier justo, ni de ro lo forma el conjunto de la cabe-
ningún ángel. Al faltar el auxilia- za y el cuerpo. Él ya resucitó: por
dor, él mismo vino y los salvó. (en. tanto, la cabeza la tenemos ya en
Ps. 71, 14) el cielo. Nuestra cabeza intercede
por nosotros. Nuestra cabeza, li-
Oración sálmica bre del pecado y de la muerte, nos
Señor, tú eres nuestra ayuda y hace propicio a Dios ante nuestros
nuestro auxilio; no nos desampa- pecados, a fin de que también no-
res nunca, pues sin ti no podemos sotros, una vez resucitados al fin
hacer nada. Te lo pedimos a ti que del tiempo y transformados con
vives y reinas en la unidad del vistas a la gloria celeste, sigamos a
Espíritu Santo y eres Dios, por los nuestra cabeza. (s. 137, 1)
siglos de los siglos. Amén. Oración sálmica
Ap 11, 17-18; 12, 10b-12A. Señor, danos tu gracia para que
El juicio de Dios seamos siempre dignos miem-
bros de tu cuerpo; así, al llegar el
Comentario de san Agustín día del juicio final, podamos estar

Ejercicios Espirituales Agustinianos


67
para siempre unidos a ti que eres
nuestra Cabeza. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas en la unidad del
Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


68
VIERNES II de tu misericordia. Que nunca es-
condamos nuestras heridas y pe-
Laudes cados ante ti que eres el Médico
Salmo 50 divino; para que Tú nos cures y nos
otorgues la salvación. Te los pedi-
Reconocimiento de la propia cul- mos a ti, que vives y reinas con
pa y petición de perdón el Padre en la unidad del Espíritu
Santo y eres Dios por los siglos de
Comentario de san Agustín los siglos. Amén.
Lávame más y más de mi injusti- Hab 3, 2-4.13A. 15-19.
cia. ¿Qué significa más y más? Por
completo de mis iniquidades. Dios aparece para el juicio
Lava en absoluto los pecados del
que pecó conociendo tú que la- Comentario de san Agustín
vaste los del que pecó ignorando, Espera tú de Dios todo lo que en
y así no habrá que desesperar de este mundo ha de emprenderse.
tu misericordia. Y límpiame de mi Estamos rodeados por todas las
delito. ¿En razón de qué? Es mé- partes de trabajos y angustias,
dico; ofrécele salario. Es Dios; dale no nos abandone la esperanza en
el sacrificio. ¿Qué has de dar para esta peregrinación y tentación,
que te limpie? Atiende a quién in- en estas audacias e insidias del
vocas; invocas al justo. Si es justo, enemigo. ¿Qué haremos? Oye lo
odia los pecados; si es justo, cas- que sigue: No  confiéis en los prín-
tiga el pecado; no podrás apartar cipes.  Hermanos, aquí hemos re-
del Señor Dios su justicia. Implora cibido una gran ocupación; es voz
misericordia, pero atiende a la divina la que de arriba se deja oír
justicia. La misericordia consiste para nosotros. Ahora, no sé por
en perdonar los pecados; la justi- qué debilidad, el alma humana,
cia, en castigarlos. Entonces, ¿qué al ser atribulada, desespera del
sucede? Si buscas la misericordia, Señor en este mundo y pretende
¿quedará impunes los pecados? confiar en el hombre. (…)  Lleno
(…) No quedarán impunes; pero de un gran espíritu, el salmista nos
no quiero que tú me castigues, avisa y dice como a alejados y a
puesto que yo los castigo; por tan- peregrinos distanciados, y que no
to, pido que me perdones, porque sólo no quieren alabar a Dios, sino
yo los reconozco y detesto (en. Ps. que ni aun esperan en Dios.  No
50, 7). confiéis en los príncipes ni en los
Oración sálmica hijos de los hombres, en quienes no
hay salvación. Sólo existe la salva-
Señor, ven en socorro de la grave ción en un solo hijo del hombre; y
herida del pecado con la medicina en él no porque es hijo del hom-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


69
bre, sino’ porque es Hijo de Dios; son bendecidos; (…) Estos hijos
no por lo que recibió de ti, sino santos, alabando y gozándose,
por lo que reservó en sí. Luego son engendrados y dados a la
en ningún hombre existe la salva- luz por la madre caridad, y son
ción; porque en Aquel que existe, encerrados, habiéndolos congre-
existe porque es también Dios. gado la caridad. Oye a la caridad
(…)  Otro salmo dice: Del Señor es que los engendra. Dotado de ella
la salvación y tú bendices a tu pue- el apóstol San Pablo, mostrando
blo. Sin razón, pues, se arrogan los no sólo un corazón paterno, sino
hombres la facultad de dar la sal- materno también para con los hi-
vación. (…)Mi salvación procede jos, dice: Hijuelos míos, a los que de
de Aquel que  está sobre todas las nuevo doy el ser. Cuando Pablo les
cosas, porque del Señor es la salva- daba el ser, se lo daba la caridad;
ción. Tú te hallas entre los hijos de cuando la caridad les daba el ser,
los hombres, entre los príncipes; se lo daba el Espíritu de Dios, pues
pero yo oigo la voz del salmo, que la caridad de Dios se difundió en
dice: No confiéis en los príncipes ni nuestros corazones por el Espíritu
en los hijos de los hombres, en quie- Santo que nos ha sido dado. Luego
nes no hay salvación. (en. Ps. 145, 9) congregue a los que engendró y
dio a luz. Ahora los hijos ya están
Oración sálmica dentro, están seguros, volaron del
Señor, haz que no busquemos nido del temor, volaron al cielo,
otros salvadores o redentores, volaron a lo eterno; ya no temen
pues fuera de ti no hay salvación. nada temporal. Bendijo a tus hijos
Tú eres el único que puede llevar- en tu recinto.  ¿Quién?  El que puso
nos a la vida eterna y plena; haz tus fronteras en paz. ¡Cómo os al-
que siempre te adoremos y te re- borozáis todos! Hermanos míos,
conozcamos como nuestro salva- amadla. Sobremanera me deleito
dor. Te lo pedimos a ti que vives cuando se deja oír en vuestros co-
y reinas en la unidad del Espíritu razones el amor de la paz. ¡Cómo
Santo y eres Dios, por los siglos de os deleitó! Nada había dicho, nada
los siglos. Amén. había expuesto yo; recité única-
mente el versillo y clamasteis.
Salmo 147 ¿Qué cosa clamó de vosotros? El
amor de la paz  (en. Ps. 147, 5).
La generosidad de Dios con su
Iglesia Oración sálmica

Comentario de san Agustín Haz, Señor, que tengamos siem-


pre en nuestros corazones el amor
Bendijo a tus hijos en tu recinto. No de la paz; que en todas las circuns-
vagan fuera, no peregrinan; se go- tancias de nuestra vida seamos
zan dentro, dentro alaban, dentro
Ejercicios Espirituales Agustinianos
70
sembradores de paz y de recon- porque esperaste amaste. Por tan-
ciliación; pues donde haz paz, ahí to, si pregunto yo: ¿Por qué creyó
está el amor. Te lo pedimos a ti el alma que su Dios inclinó hacia
que vives y reinas en la unidad del ella su oído?; ¿no responderá:
Espíritu Santo y eres Dios, por los “Porque  primeramente nos amó,
siglos de los siglos. Amén. y no perdonó a su propio Hijo, sino
que le entregó por todos nosotros”?
(…) Al contemplar todas estas co-
VIERNES II sas hechas conmigo, ¿cómo no
creeré que el Señor inclinó su oído
Vísperas hacia mí?  (en. Ps. 114, 1.2)

Salmo 114 Oración sálmica

Alabanza litúrgica al Dios de Señor, tú tienes siempre tus oídos


Israel abiertos para acoger nuestras sú-
plicas y oraciones; haz que siem-
Comentario de san Agustín pre confiemos en tu amor y en
tu misericordia. Te lo pedimos a ti
Amé, porque el Señor oirá la voz que vives y reinas en la unidad del
de mi oración.  Cante esto el alma Espíritu Santo y eres Dios, por los
que peregrina hacia el Señor; can- siglos de los siglos. Amén.
te esto la oveja extraviada; cante
esto el hijo que había muerto, y Salmo 120
revivió, se había perdido, y fue
encontrado1; cante esto nuestra El Señor protege a su pueblo
alma, hermanos e hijos carísi-
mos. (…) ¿qué quiere decir:  Amé, Comentario de san Agustín
porque oirá? ¿Quizá dijo que amó Por ventura está en mi poder que
porque la esperanza suele sus- no se adormezca el que me guar-
citar el amor, ya que esperó que da? Yo quiero que no duerma ni
Dios había de oír la voz de su ora- dormite. Luego elígete a Aquel que
ción? ¿De dónde procedió espe- no duerme ni dormita, y no resba-
rar esto?  Porque inclinó –dice- su lará tu pie. Dios jamás duerme. Si
oído hacia mí y en mis días le invo- quieres tener un guardián que no
qué. Luego le amé porque me oirá, duerma, elige a Dios por guardián.
y me oirá porque inclinó su oído ha- Tú dices:  No permitas que resbale
cia mí. Pero ¿cómo sabes, alma hu- mi pie;  muy bien, óptimamente;
mana, que Dios inclinó su oído ha- pero Él te dice: Ni se adormezca el
cia ti, si no es porque dices: “Creí”? que te guarda. Quizás pensarás en
Luego aquí se dan estas tres cosas: los hombres guardianes y dirás: ¿A
la fe, la esperanza y la caridad2, quién he de encontrar que no dor-
pues porque creíste esperaste, y mite? ¿Qué hombre no dormirá?
Ejercicios Espirituales Agustinianos
71
¿A quién encuentro tal? ¿A dónde Comentario de san Agustín
iré? ¿Adónde me volveré? Este te
dice: Ve que no dormitará ni dormi- Dios supera a todo, incluido cielo
rá el que guarda a Israel.  ¿Quieres y tierra. No os lo imaginéis como
tener un guardián que no dormi- si fuera un artesano que compo-
ta ni duerme? Ve que no dormitará ne, ordena, inventa, pule y repule;
ni dormirá el que guarda a Israel. ni tampoco como un emperador
Cristo custodia a Israel. (…)No sentado en el trono real, brillante
dormita el que te guarda. Conviene y engalanado y creando por real
que Cristo no duerma en vosotros, decreto. Quebrantad los ídolos de
y así entenderéis que es verdade- vuestros corazones; prestad aten-
ro lo que decimos. ¿Por qué dices ción a lo que se dijo a Moisés cuan-
esto? Porque, si vuestra fe duer- do preguntó cuál era el nombre de
me, duerme Cristo en vosotros. Dios: Yo soy el que soy. Todo cuan-
Y la fe de Cristo consiste en estar to es, en comparación con él, es
Cristo en vosotros. El Apóstol dice como si no fuera. Lo que realmen-
que Cristo habita en vosotros por te es desconoce cualquier clase de
la fe.  Cristo vigila en cuanto que mutación. Todo lo que cambia y es
no duerme la fe. Si quizás dormía inestable y durante cierto tiempo
tu fe, y por eso fluctuabas en esta no cesa de sufrir mutaciones, fue
cuestión, eras como la nave que y será: en ello no incluyes lo que
soportaba la tempestad, en la cual es. Dios, en cambio, carece de fue
dormía Cristo. Despierta a Cristo, y y será. Lo que fue, ya no es; lo que
se calmarán las tempestades (en. será, aún no es, y lo que llega para
Ps. 120, 6. 7). luego desaparecer, será para no
ser. Pensad, si podéis: Yo soy el que
Oración sálmica soy. No os enredéis en antojos ni
os turbéis con pensamientos ca-
Señor, sé siempre nuestro custo- prichosos y pasajeros. Paraos en el
dio y nuestro protector; no nos es, permaneced en el mismo es. (s.
dejes nunca; para que nada nos 223A, 5)
pueda dañar. Sólo en ti hemos
puesto toda nuestra confianza, Oración sálmica
pues sabemos que tú nunca te ol-
vidas de nosotros. Te lo pedimos a Señor, tus días son un hoy eterno;
ti que vives y reinas en la unidad ayúdanos a no aferrarnos a las co-
del Espíritu Santo y eres Dios, por sas de este mundo, sino a poner
los siglos de los siglos. Amén. toda nuestra esperanza en el rei-
no eterno, donde Tú siempre eres
Ap 15, 3-4; y nunca pasas. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas en la unidad del
La santidad y grandeza de Dios Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


72
SÁBADO II Dios reserva todas las cosas para
su juicio. Sufren los buenos, por-
Laudes que, como hijos, son azotados.
Salmo 91 Exultan los malos, porque son
condenados como extraños. (en.
Dios es magnífico en todas sus Ps. 91, 8)
obras
Oración sálmica
Comentario de san Agustín
Señor, tus designios son profun-
¡Qué magníficas son tus obras, dos e inescrutables; haz que siem-
Señor! ¡Qué profundos son tus de- pre nos aferremos a la cruz de
signios! En realidad, hermanos, no Cristo y que comprendamos que,
hay mar con tanta profundidad todo lo que permites en nuestras
como el pensamiento de Dios, vida, es para nuestro propio bien
siendo así que prosperan los mal- y salvación, con la certeza de que
vados y sufren los buenos. Nada nuestra vida está entre tus manos
hay tan abismal, nada tan eleva- de Padre amoroso. Te lo pedimos
do; en este abismo, en esta cum- a ti que vives y reinas en la unidad
bre naufraga todo infiel. ¿Quieres del Espíritu Santo y eres Dios, por
atravesar este abismo? No te apar- los siglos de los siglos. Amén.
tes del leño de Cristo: no te hundi-
rás; mantente asido a Cristo. ¿Qué Deut 32, 1-12
pretendo decirte al afirmar que te Los beneficios de Dios en favor
mantengas asido a Cristo? Esta fue del pueblo
la razón por la que quiso sufrir en
la tierra. (…) ¿Por qué quiso sufrir Comentario de san Agustín
todo esto, sino para consolar a los
que sufren? Él habría podido re- (…) La obra u ocupación más su-
sucitar su carne al fin del mundo; blime para el hombre es alabar a
pero si tú no lo hubieras visto resu- Dios. Él desea agradarte con su be-
citado, te faltaría motivo para es- lleza, y a ti te corresponde alabarlo
perar; no quiso tardar en resucitar con acción de gracias. Si tus obras
su cuerpo, para que tú no tuvieras no fueran alabanza de Dios, estás
ninguna duda de tu resurrección. comenzando a amarte a ti mis-
Soporta, pues, y tolera las tribula- mo, y formarás parte de aquellos
ciones de este mundo por aquel de quienes dice el Apóstol: Habrá
final que has visto en Cristo, y que hombres amantes de sí mismos. No
no te perturben los que obran el te complazcas en ti mismo; que
mal y, no obstante prosperan en tu complacencia esté en quien te
este mundo.  (…) Demasiado pro- creó. Sentirás desagrado en aque-
fundos son tus pensamientos.  (…) llo que tú mismo has creado en ti.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


73
Que tu quehacer sea la alabanza a
Dios, que brote de tu corazón una
buena palabra.  Recítale,  pues,  tus
obras al rey, puesto que obra suya
es el que se lo puedas decir, y él
mismo te ha regalado todo lo que
tú le has de ofrecer. Devuélvele lo
que es suyo, no vayas a irte lejos
(…) La ciudad santa recibirá en
cierto modo su propia alabanza
de sí misma, cuando los pueblos
que la componen, la alaben a ella
eternamente. Ya no tendrá ningu-
na parte oculta, al no tener nada
que ocultar de sus miembros (en.
Ps. 44, 9. 33).
Oración sálmica
Haz, Señor, que siempre reconoz-
camos tus beneficios en nuestro
favor; que te alabemos por todo
lo que haces en nosotros y por no-
sotros, reconociendo que somos
obra de tus manos. Te lo pedimos
a ti que vives y reinas en la unidad
del Espíritu Santo y eres Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


74
Tercera Semana del Salterio

Ejercicios Espirituales Agustinianos


75
Ejercicios Espirituales Agustinianos
76
Tercera Semana del Salterio

DOMINGO III soberbia del hombre es apostatar


de Dios.  Arrojad, quebrad, pulve-
I Vísperas rizad, aniquilad esta soberbia, que
Salmo 112 se levanta con erguida cerviz con-
tra los preceptos divinos y que se
Exhortación a la alabanza de opone al suave yugo del Señor,  y
Dios alabad, niños, al Señor; alabad el
nombre del Señor. Pues, derribada
Comentario de san Agustín y extinguida (la soberbia), se  ob-
tiene la alabanza por la boca de los
(…) Cuando oís que se canta
infantes y lactantes, y dominada y
en este salmo:  Alabad, niños, al
destruida, el  que se gloría, que se
Señor, no penséis que esta exhor-
gloríe en el Señor. (en. Ps. 112, 1)
tación no se dirige a vosotros, por-
que habéis sobrepasado la edad Oración sálmica
de la puericia, o porque os halláis
en el esplendor de la juventud, o Señor, haznos humildes y sencillos
porque ya encanecisteis en la ve- de corazón para poder recibir, to-
nerable vejez, pues a todos voso- dos los días, tu gracia y ser conta-
tros dice el Apóstol: No seáis niños dos entre los moradores del reino
en la mente, sino haceos párvulos de los cielos. Aleja de nosotros la
en la malicia para que seáis perfec- soberbia y la envidia; para nunca
tos en la mente. ¿Y de qué malicia apartarnos de ti. Te lo pedimos a ti
principalmente habla si no es de que vives y reinas en la unidad del
la soberbia? Ella, presumiendo de Espíritu Santo y eres Dios, por los
vana grandeza, no permite al hom- siglos de los siglos. Amén.
bre andar por cl camino angosto y
entrar por la puerta estrecha. Sin Salmo 115
embargo, cl niño entra fácilmente Alzar el cáliz de la salvación
por lo angosto; y, por tanto, nadie,
a no ser que se haga niño, entra Comentario de san Agustín
en el reino de los cielos. ¿Qué cosa
más detestable que la malicia de Cumpliré mis votos al Señor.  ¿Qué
la soberbia, puesto que no quiere votos cumplirás? ¿Qué víctimas
tener ni a Dios por superior? Pues prometiste? ¿Qué incienso? ¿Qué
así está escrito:  El comienzo de la holocaustos? ¿Acaso atiendes a lo

Ejercicios Espirituales Agustinianos


77
que dijiste poco antes:  Tomaré el Espíritu Santo y, eres Dios, por los
cáliz de salud e invocaré el nombre siglos de los siglos. Amén.
del Señor; y te inmolaré el sacrifi-
cio de alabanza?  En efecto, todo Fil 2, 6-11
el que atinadamente recapacita El descenso de Cristo
qué debe prometer a Dios y qué
votos debe cumplir, se prometa Comentario de san Agustín
a sí mismo, se dé a sí mismo. Esto
es lo que se exige, esto es lo que (…) Ha de ser tenido en cuenta
se debe. Examinada la moneda, también lo que Cristo es, pues-
el Señor dice: Dad al César lo que to que es un gran testimonio de
es del César, y a Dios lo que es de amor reconocer quién es, y cuán-
Dios. Al César se le da su imagen, se to sufrió por ti. No se trata de un
le devuelva a Dios la suya. Pero el hombrecillo cualquiera, que lo
que recuerda que no sólo es sier- hizo por ti, como por un importan-
vo de Dios, sino también hijo de la te; se trata del sumo ser, que sufrió
esclava de Dios, entiende cómo ha por ti, hombre enfermizo. ¿Y qué
de cumplir sus votos asemejándo- sucedió? Que se hizo pequeño: Se
se a Cristo mediante el cáliz de la humilló haciéndose obediente has-
salud. (Y los cumplirá) en los atrios ta la muerte.  ¿Quién? Escucha lo
–dice- de la casa del Señor. La casa que está escrito antes:  El cual, te-
del Señor es la misma esclava de niendo la categoría de Dios, no con-
Dios. ¿Y cuál es la casa de Dios? sideró como un tesoro adquirido
Todo el pueblo de Dios. Por eso el ser igual a Dios.  Así que siendo
prosigue diciendo: En la presencia igual a Dios, se anonadó a sí mismo
de todo su pueblo. A continuación tomando la condición de esclavo,
nombra más claramente a la mis- asumiendo la semejanza humana,
ma madre. Pues ¿qué otra cosa y apareciendo en su porte como
es su pueblo sino lo que sigue: En hombre;  y de tal manera se ano-
medio de ti, Jerusalén? Será grato lo nadó, que tomó la condición de lo
que se retribuye si, procediendo que no era, pero sin perder lo que
de la paz, se retribuye en la paz.  era. ¿De qué manera se rebajó?
(en. Ps. 115, 8.9) Mostrándose a ti de este modo; no
mostrándote a ti la dignidad que
Oración sálmica tiene con el Padre, sino presentan-
do ante ti, en este mundo, su debi-
Haz, Señor, de nosotros un sacrifi- lidad, reservándote su gloria para
co agradable a tus ojos; que toda el futuro, cuando estés purificado.
nuestra vida sea una ofrenda viva Siendo igual al Padre, se ha hecho
en tu presencia, y que sea siempre así, débil. Y sin embargo hay que
agradable a ti. Te lo pedimos a ti reconocerlo en su misma debili-
que vives y reinas en la unidad del dad, no por la visión, sino por la fe;
Ejercicios Espirituales Agustinianos
78
y así lo que aún no podemos ver, el salmo:  El señor reina vestido de
al menos lo creamos, y creyendo belleza; el Señor vestido y ceñido
en lo que no vemos, merezcamos de poder. (…) Por tanto se vistió de
también verlo (en. Ps. 58, 1, 10). hermosura para aquellos a quienes
agradaba; y para sus detractores,
Oración sálmica se vistió de fortaleza y poder. Imita
Señor, si nos has enriquecido de tú también a tu Señor, para que
tal manera con tu pobreza, cuán- puedas ser su túnica; ponte bien
to no será lo que nos enriquece- vestido para quienes les agraden
rás con tu abundancia43. Haz que tus buenas obras; y sé fuerte fren-
sepamos siempre ser humildes te a tus detractores. Escucha al
para ser siempre ricos en ti. Tú que Apóstol Pablo, y mira cómo imitó
vives y reinas por los siglos de los al Señor y se vistió de hermosura
siglos. Amén. y de fortaleza; dice así:  Somos el
buen olor de Cristo en todas partes,
tanto para los que se salvan, como
entre los que se pierden.  Porque a
DOMINGO III quienes agrada el bien, se salvan,
y los detractores del bien, se pier-
Laudes
den (…) Para unos somos perfume
Salmo 92 de vida para la vida; y para otros so-
mos olor de muerte para la muerte 
El reino de Cristo y la Iglesia (en. Ps., 92, 2).
Comentario de san Agustín Oración sálmica
  El Señor reina, vestido de belleza; Haz, Señor, que siempre manifes-
el Señor vestido y ceñido de po- temos con nuestras vidas tu belle-
der.  Vemos que se ha vestido de za y tu poder a todos los hombres;
dos formas: de hermosura y de para poder así llevarlos al encuen-
fortaleza. ¿Para qué? Para fun- tro contigo, que eres la Belleza y
dar la tierra. Así continúa el sal- la Fuerza por excelencia. Te lo pe-
mo:  Pues ha afianzado el orbe de dimos a ti que vives y reinas en la
la tierra, y no se moverá. ¿Cómo la unidad del Espíritu Santo y eres
afianzó? Vistiéndose de hermosu- Dios, por los siglos de los siglos.
ra. No la habría afianzado si sólo Amén.
se hubiera vestido de hermosura,
y no también de fortaleza. ¿Por Daniel 3, 57-88.56.
qué se vistió de hermosura, y por
Toda la creación alaba a Dios
qué de fortaleza? Pues ha expre-
sado las dos cosas, ya que sigue Comentario de san Agustín
43
en. Ps. 68, 1, 4,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


79
Pero los tres jóvenes que camina- Oración sálmica
ban entre las llamas inofensivas
y que contaron con tiempo, no Señor, que nuestra voz se una a
sólo para quemarse, sino también alabanza que te dirigen todos los
para alabar a Dios, ¿no enumeran seres en el cielo y en la tierra; que
todos los seres de la creación, y juntamente con ellos reconozca-
todos dicen, a partir de los celes- mos tu grandeza, tu majestad y tu
tes hasta los terrestres:  Bendecid poder. Te lo pedimos a ti que vives
y cantad himnos y ensalzadle por y reinas en la unidad del Espíritu
los siglos?  Ved cómo cantan him- Santo y eres Dios, por los siglos de
nos de alabanza. Con todo, nadie los siglos. Amén.
piense que el peñasco insensible
o el mundo animal posee mente Salmo 148
racional para conocer a Dios. (…) Invitación a todas las criaturas a
¿Por qué toda ella alaba a Dios? alabar a Dios
Porque, cuando la contemplas tú
y la ves hermosa, por ella alabas a Comentario de san Agustín
tu Dios. La muda tierra tiene voz,
tiene faz. Tú atiendes y ves su faz, Alabad al Señor desde los cie-
su superficie; ves su fecundidad, los, alabadle desde las altu-
ves su vigor, ves cómo germina en ras. Primeramente dice que se ala-
ella la semilla; cómo muchas veces be a Dios desde los cielos; después
hace brotar lo que no se sembró desde la tierra, porque Dios, que
en ella. Ves esto, y con tu reflexión hizo el cielo y la tierra, es alabado.
la interrogas, ya que esta inquisi- Las cosas celestes son apacibles,
ción es una interrogación. Pues sosegadas; allí siempre hay gozo y
bien; cuando, admirado, hayas in- no existe la muerte, la enfermedad
vestigado y escudriñado, y hayas y el sufrimiento; los bienaventura-
encontrado el vigor inmenso, la dos alaban a Dios continuamente.
gran hermosura, el excelso poder, Nosotros aún estamos abajo; pero,
como de sí misma y por sí misma cuando pensamos de qué modo
no puede tener esta virtud, al ins- sea Dios alabado allí, tengamos
tante se te ocurre que únicamente puesto el corazón allí para que no
puede estar dotada de ella por ha- oigamos sin razón: ¡Arriba los cora-
berla recibido del mismo Creador. zones! Levantemos el corazón ha-
Y lo que en ella encontraste es cia arriba para que no se corrompa
la voz de su confesión para que en la tierra, puesto que nos agrada
alabes tú al Creador. ¿Por ventu- lo que allí hacen los ángeles. Ahora
ra, considerando toda la belleza lo tenemos levantado en esperan-
de este mundo, no te responde a za; después, cuando hubiéremos
una su hermosura: “No me hice yo, llegado allí, lo tendremos en reali-
sino Dios”? (en. Ps. 144, 14).
Ejercicios Espirituales Agustinianos
80
dad. Luego alabadle en las alturas. enemigos por escabel de tus pies”.
(en. Ps. 148, 5) Bramen, mediten cosas vanas, al-
boroten. ¿Por ventura no se cum-
Oración sálmica plirá: Pereció su memoria con es-
Señor, ha de nuestra vida una truendo? Habla ciertamente otro
alabanza continua a tu nombre; salmo, pero con el mismo espíritu,
que nuestras vidas te reconoz- y dice: Pereció su memoria con es-
can; que nuestras voces te alaben; truendo, y el Señor permanece eter-
que nuestro corazón esté siempre namente. Aquel que hizo perecer
puesto en ti. Te lo pedimos a ti su memoria con estruendo, per-
que vives y reinas en la unidad del manece eternamente y el mismo
Espíritu Santo y eres Dios, por los dijo a mi Señor: “Siéntate a mi dies-
siglos de los siglos. Amén. tra”. Sentado está, pues, a la dere-
cha del Padre hasta que ponga a
todos sus enemigos por escabel
de sus pies (en. Ps. 109, 9).
DOMINGO III
Oración sálmica
Vísperas
Señor Jesucristo, tú eres el sa-
Salmo 109 cerdote eterno, pues te ofreciste
como víctima perfecta al Padre,
Cristo sumo y eterno sacerdote
como ofrenda por toda la humani-
Comentario de san Agustín dad; sólo en ti podemos alcanzar
nuestra salvación. Te reconoce-
Luego Cristo está sentado a la mos como nuestro único Señor
derecha de Dios; a la derecha del y Dios. Haz que siempre vivamos
Padre está el Hijo en el arcano. en una continua acción de gracias
Creámoslo. En efecto, estas dos por todos tus beneficios. Tú que
cosas dice aquí, porque dijo Dios: vives y reinas por los siglos de los
Siéntate a mi derecha, y añadió: siglos. Amén.
hasta que ponga a tus enemigos
por escabel de tus pies, esto es, de- Salmo 110
bajo de tus pies. No puedes ver
Alabanza a Dios por todos sus
a Cristo sentado a la derecha del
beneficios
Padre; con todo, puedes ver cómo
se ponga a sus enemigos debajo Comentario de san Agustín
de sus pies. Como esto se cum-
ple a las claras, cree que aquello Manifestará a su pueblo la fortale-
se cumple en lo oculto. (…) Dijo za de sus obras.  No se contristen
el Señor a mi Señor: “Siéntate a los santos israelitas que dejaron
mi diestra hasta que ponga a tus todos sus bienes y le siguieron.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


81
No se contristen diciendo:¿Quién Ap 19, 1-2. 5-7-
podrá salvarse,  si más fácil entra
un camello por el ojo de una agu- Cántico de los salvados
ja que un rico en el reino de los Comentario de san Agustín
cielos?  En esto les manifestó la
fortaleza de sus obras, porque les El esperar a la sombra de las alas
dijo: Las cosas que son imposibles a de Dios corresponde a los hom-
los hombres, para Dios son fáciles. bres (…) . Y he aquí que la espe-
Les dio la heredad de las gentes. Se ranza (…) nos nutre, nos afianza
llegó a las gentes y dio a los ricos y nos consuela en esta afanosa
de este mundo el precepto de no vida. Viviendo de esta esperanza,
ensoberbecerse y de no poner la cantamos el Aleluya. Ved cuánto
esperanza en lo inseguro de las gozo causa la esperanza. ¡Cómo
riquezas, sino en Dios vivo, para será la realidad! ¿Preguntas cómo
quien es fácil lo que es imposible a será? Escucha lo que sigue: Se em-
los hombres. De este modo fueron briagarán de la abundancia de tu
muchos llamados, así se ocupó la casa. Esto es lo que esperamos.
heredad de las gentes, así aconte- Sentimos hambre y sed de ella; es
ció también que muchos que no preciso saciarla. Pero el hambre
abandonaron todos sus bienes en está en el camino, y la saciedad
esta vida para seguirle, no obstan- en la patria. ¿Cuándo seremos
te, la despreciasen en pro de su saciados? Me saciaré cuando se
nombre con la confesión, y como manifieste tu gloria. Actualmente
camellos que se agachan llevando está oculta la gloria de nuestro
la carga de las tribulaciones, en- Dios, la gloria de nuestro Cristo, y
traron por el ojo de una aguja, por con ella está escondida también
las angosturas punzantes del su- la nuestra. Pero cuando aparez-
frimiento. Esto lo hizo Aquel para ca Cristo, vuestra vida, también
quien son fáciles todas las cosas vosotros apareceréis con él en la
(en. Ps. 110, 2). gloria. Entonces será realidad el
Aleluya; ahora lo poseemos sólo
Oración sálmica en esperanza. La esperanza es la
Señor, somos tu pueblo y ovejas que lo canta; el amor lo canta aho-
de tu rebaño; no abandones nun- ra, y lo cantará también entonces;
ca la obra de tus manos, y condú- pero ahora lo canta el amor que
cenos seguros por las senda de hambrea, y entonces lo cantará el
la vida eterna. Te lo pedimos a ti amor que goza. ¿Qué es entonces
que vives y reinas en la unidad del el Aleluya, hermanos míos? Ya os
Espíritu Santo y eres Dios, por los lo he dicho: es la alabanza de Dios
siglos de los siglos. Amén. (s. 255, 5).

Ejercicios Espirituales Agustinianos


82
Oración sálmica alienta a los justos. Todo cuanto
acontezca al justo, atribúyalo a la
Aumenta, Señor, nuestra esperan- voluntad divina, no al poder del
za de llegar algún día a tu reino enemigo. Este puede ensañarse;
en donde te alabaremos siempre; herir, si el Señor no quiere, no pue-
pues te veremos y te amaremos; de. Y si El permite que hiera, sabe
te amaremos y te alabaremos sin cómo ha de proteger a los suyos:
cesar. Te lo pedimos a ti que vives El Señor ama a quien corrige, y cas-
y reinas en la unidad del Espíritu tiga a todo aquel a quien recibe por
Santo y eres Dios, por los siglos de hijo. Luego ¿qué aplaude el inicuo,
los siglos. Amén. que mi Padre hizo un azote de él?
En Cuaresma A él le tomó para ser un sirviente,
a mí me instruyó para ser un he-
1 Pe 2, 21-24 redero. No debemos considerar lo
que permite a los injustos, sino lo
La Pasión de Cristo que reserva a los justos (en. Ps. 36,
2, 4).
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Se te propone el ejemplo y la pa-
sión de Cristo. Ve lo que sufrió por Señor Jesucristo, tú te entregaste
ti el que no tenía motivo para ello. a la muerte por nuestro amor; haz
Por mucho que padezcas, no lle- que nunca olvidemos que hemos
garás a los insultos, a los azotes, a sido salvados por tu sangre44, y
la vestidura ignominiosa, a la co- que no rechacemos las cruces que
rona de espinas; en una palabra, a tú puedas permitir en nuestras
la cruz, puesto que ya fue abolida vidas; sino que, con tu gracia, las
como pena del género humano. abracemos con amor siguiendo
Antiguamente eran crucificados tus huellas. Te lo pedimos a ti que
los malvados; ahora nadie lo es. vives y reinas por los siglos de los
Fue honrada y extinguida. Se ex- siglos. Amén.
tinguió como pena y permanece
como signo de gloria. Pasó de los
lugares de suplicio a las frentes
de los emperadores. Quien exaltó
tanto sus penas, ¿qué no reservará
a sus creyentes? Con estas cosas,
con estas palabras, con estas alo- 44
“¿Qué hizo? Murió por ti. ¿Qué prometió? Que
cuciones, con tal ejemplo alienta vivirás con El. Más increíble es que muera el Eter-
el Señor a los justos. Ensáñense no que viva eternamente el mortal. Ya aconteció
los pecadores cuanto quisieren y lo que es más increíble. Si Dios murió por el hom-
cuanto se les permitiere: El Señor bre, ¿no ha de vivir el hombre con Dios, no ha de
vivir eternamente el mortal, por el cual murió el
que vive eternamente?” (en. Ps. 148, 8).
Ejercicios Espirituales Agustinianos
83
Ejercicios Espirituales Agustinianos
84
LUNES III ocupación: un Aleluya sin fin. (…)
Estemos, pues seguros, hermanos;
Laudes no llegaremos a la saciedad en la
Salmo 83 alabanza de Dios, ni en el amor
de Dios. Si flaqueas en el amor,
La morada eterna de Dios flaqueas en la alabanza; pero si
el amor ha de ser eterno, porque
Comentario de san Agustín aquella hermosura será insaciable,
no tengas miedo de que no vas a
Dichosos,  dice,  los que habitan en
poder estar siempre alabando a
tu casa. ¿Dichosos por qué? ¿Qué
quien siempre puedes amar. Por
tendrán? ¿Qué harán? Todos los
tanto: Dichosos los que habitan en
que son dichosos en la tierra algo
tu casa: te alabarán por los siglos de
tienen y algo hacen. (…) Pero allá,
los siglos. Suspiremos por esta vida
en la otra vida, ¿cómo serán dicho-
(en. Ps. 83, 8).
sos? ¿qué poseerán? ¿qué activi-
dades tendrán? Lo que tendrán ya Oración sálmica
lo dije más arriba: dichosos los que
habitan en tu casa. Si tu casa es pro- Señor, qué deseables son tus mo-
pia, eres pobre. Si es la de Dios eres radas. Haz que pongamos siem-
rico. En tu casa tendrás miedo a los pre nuestra esperanza y nuestros
ladrones; en la casa de Dios él mis- deseos en la patria del cielo, y que
mo es el muro. Dichosos, pues, los vivamos desapegados de las co-
habitan en tu casa.  Poseen la sas de la tierra. Te lo pedimos a ti
Jerusalén celestial sin preocupa- que vives y reinas en la unidad del
ciones, sin presiones, sin diferen- Espíritu Santo y eres Dios, por los
cias ni división de límites: la tienen siglos de los siglos. Amén.
todos, y es entera de cada uno.
¡Qué inmensas son esas riquezas! Is 2, 2-5
(…) Ya dijiste cuál será nuestra El Monte y la casa de Dios
posesión: Dichosos son los que ha-
bitan en tu casa.  Di también qué Comentario de san Agustín
habrá que hacer (…).   Luego, el
cantor de este salmo, anhelando  ¡Oh bienaventurada Iglesia! Lo que
y suspirando, prestándonos su había oído en su momento, luego
voz a nuestros anhelos, nos dice lo llegó a ver. Oyó en promesas, lo
lo que hemos de tener en aque- ve cumplido: lo oyó en profecías,
lla patria, por la que suspiramos, lo está viendo en el Evangelio. Sí,
y dice Dichosos los que habitan en todo lo que ahora se cumple, antes
tu casa;  y añade en qué nos ocu- fue profetizado. Levanta tus ojos y
paremos.  Te alabarán por los si- recorre el mundo con tu mirada:
glos de los siglos. Esta será nuestra contempla cómo la heredad llega

Ejercicios Espirituales Agustinianos


85
hasta los confines de la tierra. Date El Señor, rey y juez del mundo
cuenta de cómo se ha cumplido
ya lo que se había anunciado:  Lo Comentario de san Agustín
adorarán todos los reyes de la tierra,   Porque grande es el Señor y muy
todos los pueblos le servirán.  Mira digno de toda alabanza. ¿Quién es
también realizado aquello otro este Señor,  sino Jesucristo,  gran-
que se dijo: Elévate, oh Dios, sobre de y por encima de toda alaban-
el cielo, y tu gloria sobre toda la tie- za? ¿Qué señor, fuera de Cristo, es
rra.(…) Al ver todo esto, levanta tu grande y digno de alabanzas por
voz con alegría: Como lo habíamos encima de toda expresión? Sabéis
oído, lo hemos visto.  Con razón se bien que se presentó hecho hom-
dirigen a esta Iglesia los gentiles bre, que fue concebido en el seno
diciendo:  Escucha, hija, mira: olvi- de una mujer, que nació, que fue
da tu pueblo y la casa paterna. (…) amamantado y llevado en brazos,
Escucha y mira: no mira y escucha, (…) que creció; que, como bien
sino escucha y mira: primero escu- sabéis fue abofeteado, escupido,
cha, luego verás. Primero oirás lo coronado de espinas, crucificado,
que no ves, y luego verás lo que muerto y herido con la lanza; sa-
habías oído. (…) nosotros tal como béis que padeció todas estas co-
lo habíamos oído, lo hemos visto. En sas; sin embargo, es grande y digno
la ciudad del Señor de los ejércitos, de alabanza por encima de toda
en la ciudad de nuestro Dios. Allí fue palabra. No despreciéis al peque-
donde lo oímos, y fue allí donde lo ño; consideradle grande. Se hizo
vimos. Quien esté fuera de ella, ni pequeño porque erais pequeños;
oye ni ve; quien está en ella, ni es tenedle por grande, y en él se-
sordo ni ciego. Como lo habíamos réis grandes. (…) Creced, tened a
oído, lo hemos visto (en. Ps. 47, 7). Cristo por grande; (…) el Señor es
Oración sálmica grande y digno de alabanza sobre
toda palabra.  ¿Qué ha de decir la
Señor, que al leer tu palabra, ten- diminuta lengua para alabar lo
gamos plena confianza en que tus grande? Diciendo sobre toda pala-
promesas, algún día, se cumplirán; bra, emite una expresión, y ofrece
que esta esperanza nos tenga ale- al pensamiento algo para que re-
gres y activos en la caridad, Te lo capacite. Es algo así como si dije-
pedimos a ti que vives y reinas en ra: “Lo que yo no puedo expresar,
la unidad del Espíritu Santo y eres piénsalo tú, y cuando lo pienses
Dios, por los siglos de los siglos. sábete que es poco”. Lo que no
Amén. puede explicar la inteligencia de
nadie, ¿lo explicará la lengua de
Salmo 95 alguien?  Grande es el Señor y dig-
no de alabanza sobre toda pala-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


86
bra.  Sea alabado, sea predicado; que Él sea Señora, pues es sabidu-
sea anunciada su gloria, pues así ría y fortaleza de Dios. (…) Luego
se edifica la casa (en. Ps. 95, 4). para que el pueblo sea siervo y
la Iglesia esclava, Cristo es forta-
Oración sálmica leza de Dios y sabiduría de Dios.
Señor, que siempre reconozcamos Ambas cosas las oísteis al escu-
tu grandeza que supera todos los char: Cristo es la fortaleza de Dios y
esquemas humanos y nos acoja- la sabiduría de Dios.  Cuando oyes
mos a tu infinita misericordia. Te lo la palabra  Cristo,  eleva tus ojos
pedimos a ti que vives y reinas en a las manos de tu Señor; cuando
la unidad del Espíritu Santo y eres oyes las palabras fortaleza y sabi-
Dios, por los siglos de los siglos. duría de Dios,  eleva tus ojos a las
Amén. manos de tu Señora. Eres siervo y
esclava; siervo, porque eres pue-
blo, y esclava, porque eres Iglesia.
Con todo, esta esclava halló gran
LUNES III dignidad junto a Dios, pues fue
hecha esposa. Pero hasta que lle-
Vísperas
gue al abrazo espiritual, en donde
Salmo 122 con seguridad goce de Aquel a
quien amó y por quien suspiró en
La mirada dirigida a Dios esta larga peregrinación, es espo-
sa que recibió preciosísimas arras:
Comentario de san Agustín la sangre del Esposo, por quien
Elevé mis ojos a ti, que habitas en el suspira segura (en. Ps. 122, 5).
cielo? ¿Cómo elevaste los ojos? He Oración sálmica
aquí que como los ojos de los sier-
vos se hallan atentos a las manos de Señor, a ti elevamos nuestros ojos
sus señores, y los ojos de la esclava como los esclavos que lo esperan
a las manos de su señora, así están todo de sus señores; así nosotros
atentos nuestros ojos al Señor, Dios esperamos que te vuelvas a noso-
nuestro, hasta que se compadezca tros, nos socorras y nos muestres
de nosotros. Somos siervos y es- tu inagotable misericordia. Te lo
clava. Dios es el Señor y Señora. pedimos a ti que vives y reinas en
¿O qué quieren expresar estas la unidad del Espíritu Santo y eres
palabras? (…) No es de extrañar Dios, por los siglos de los siglos.
que seamos siervos y Él sea Señor, Amén.
pero sí que nosotros seamos es-
clava y Él sea Señora. Mas no es
de admirar que seamos esclava,
pues somos Iglesia; ni tampoco

Ejercicios Espirituales Agustinianos


87
Salmo 123 Oración sálmica
Acción de gracias por la libera- Señor, nos rodean muchos peli-
ción en el peligro gros y trampas en este mundo,
pero no tenemos miedo, pues
Comentario de san Agustín nuestro auxilio está en tu nom-
Clamen, porque fueron librados; bre; y tú que eres misericordioso,
vuelen hacia Dios, se llenen de romperás nuestras cadenas y nos
gozo en Dios, porque fueron liber- librarás de todos los peligros. Haz
tados, puesto que el Señor estaba que confiemos en ti y desconfie-
en ellos para que no fuesen atra- mos de nuestras fuerzas y capaci-
pados por los lazos. ¿Por qué se dades. Te lo pedimos a ti que vives
rompieron los lazos y nosotros fui- y reinas en la unidad del Espíritu
mos librados? ¿Quieres saber por Santo y eres Dios, por los siglos de
qué?  Nuestra ayuda se halla en el los siglos. Amén.
nombre del Señor, que hizo el cielo Ef 1, 3-10
y la tierra. Si esta ayuda no hubiera
existido, ciertamente no hubieran Cristo salvador
sido permanentes los lazos, sino
que, capturado el pájaro, hubiera Comentario de san Agustín
sido triturado. Esta vida ha de pa- En esta humildad ciertamente,
sar, y quienes por sus placeres fue- por la que el hombre se hizo se-
ron atrapados y por estas dulzuras mejante a la vanidad y sus días
ofendieron a Dios pasarán con pasaron como sombra, todos son
esta vida. Estad, por tanto, segu- hijos de la ira, a no ser que los pre-
ros que se romperá este lazo. Todo destinados para la vida eterna an-
el placer de la vida presente deja- tes de la constitución del mundo
rá de existir una vez que cumplió sean reconciliados con Dios por
su cometido; pero es necesario no el Mediador. En este Mediador te-
adherirse, para que, cuando sea nían también puesta la esperanza
roto el lazo, te regocijes y digas: Se los padres antiguos al conocer por
rompió el lazo, y nosotros fuimos li- espíritu profético que había de
bertados. Pero no pienses que esto venir en carne. Luego la palabra
lo puedes conseguir por tus pro- que a ellos se inspiró sobre este
pias fuerzas; ve de quién depende Mediador puede entenderse muy
el ser librado, porque, si te engríes, bien por la que aquí se consigna,
caes en el lazo, y di: Nuestra ayuda si tomamos como voz de ellos lo
se halla en el nombre del Señor, que que se dijo de ella: Acuérdate de
hizo el cielo y la tierra. (en. Ps. 123, tu palabra (dada) a tu siervo, con
13) la que me infundiste esperanza.
Esta me consoló en mi humildad. Es

Ejercicios Espirituales Agustinianos


88
decir, en mi mortalidad, porque tu
palabra me vivificó para que tuvie-
se esperanza de vida en mi conde-
nación a muerte (en. Ps. 118, 15, 4)
Oración sálmica
Señor, te damos gracias por la
obra de la redención que has rea-
lizado en Cristo45; te pedimos que
no frustremos tu gracia en noso-
tros sino que, con la ayuda de tu
gracia, podamos perseverar to-
dos los días de nuestra vida para
poder alcanzar algún día tu reino
eterno. Te lo pedimos a ti que vi-
ves y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

45
en. Ps. 90, 2, 1.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


89
Ejercicios Espirituales Agustinianos
90
MARTES III podrá quitar todo lo material que
posees, pero nunca te quitarán a
Laudes quien posees en tu corazón. Él es
Salmo 84 la misericordia, que ojalá Dios nos
muestre. Muéstranos, Señor, tu mi-
La encarnación de Cristo y sus be- sericordia, y danos tu salvación  (en.
neficios Ps. 84, 9).
Comentario de san Agustín Oración sálmica
Muéstranos, Señor, tu misericor- Señor, nuestra vida está toda ella
dia, y danos tu salvación. Tu salva- en tus manos; por ello, con el sal-
ción, tu Cristo. Feliz aquel a quien mo, te suplicamos que nos mues-
Dios le mostró su misericordia. Es tres siempre tu misericordia y nos
justamente el que no puede enso- des tu salvación. Te lo pedimos a ti
berbecerse, aquél a quien Dios ha que vives y reinas por los siglos de
mostrado su misericordia. Porque los siglos. Amén.
al mostrarle su misericordia, le
hace ver que cuanto de bueno Is 26, 1-4. 7-9. 12.
tiene el mismo hombre, no tiene Himno después de la victoria
otro origen sino de aquel de quien
es todo nuestro bien. Y al ver el Comentario de san Agustín
hombre que todo el bien que tie-
ne no lo es por sí mismo, sino que Una (ciudad) es Babilonia, y la otra
viene de su Dios, ve que todo lo Jerusalén. Con cualesquiera otros
que en él se alaba no es por sus nombres místicos que las llame-
méritos, sino que viene de la mi- mos, son una y otra ciudad: en una
sericordia de Dios: y viendo esto su rey es el diablo, y en la otra rei-
no se ensoberbece, y así no se na Cristo. (…)
eleva, y no poniéndose en lo alto, Todos los aficionados a los goces
no cae; no cayendo, se mantiene terrenos, todos los que anteponen
en pie, y con ello se une a Dios, y la felicidad terrena a Dios, todos
uniéndose, permanece estable, los que buscan su propio interés
con lo cual disfruta y se alegra en y no el de Jesucristo, pertenecen
su Dios. Y sus delicias serán el mis- a esa única ciudad, llamada mís-
mo que lo ha creado; y esas deli- ticamente Babilonia, y que tiene
cias nadie conseguirá turbarlas, como rey al diablo. Sin embargo,
nadie llegará a interferirlas, nadie todos aquellos cuya alegría está
se las arrebatará. ¿Qué podero- en las cosas de arriba, que medi-
so amenazará quitártelas? ¿Qué tan en las realidades celestiales,
mal vecino, qué ladrón, qué mal- que viven en el mundo preocupa-
hechor podrá robarte a Dios? Te

Ejercicios Espirituales Agustinianos


91
dos de no ofender a Dios, que se el error el que se apartó de la ver-
esfuerzan en no pecar, que no se dad. Cristo es la verdad, Cristo el
avergüenzan de confesarse peca- camino: ¡Camina, pues! ¿Temes
dores, que son humildes, mansos, morir antes de llegar?  Yo soy la
santos, justos, piadosos, buenos; vida; yo soy, dice, el camino, y la ver-
todos éstos pertenecen a la úni- dad y la vida. Como si dijera: ¿Por
ca ciudad que tiene como rey a qué temes? Caminas por mí, cami-
Cristo (en. Ps. 61, 6). nas hacia mí, y en mí descansas.
Cuando dice:  Conozcamos en la
Oración sálmica tierra tu camino, ¿qué quiere decir,
Señor, somos peregrinos de tu sino: Conozcamos en la tierra a tu
ciudad eterna; haz que no nos Cristo? (en. Ps. 66, 5).
detengamos por los caminos del Oración sálmica
mundo, sino que, todos los días,
avancemos cantando y caminan- Señor, tú eres el camino, la verdad
do hacia tu reino, como un pueblo y la vida; haz que siguiéndote a ti
justo que busca la paz. Te lo pedi- no andemos nunca tras las obra
mos a ti que vives y reinas por los de las tinieblas, sino que vivamos
siglos de los siglos. Amén. siempre en el esplendor de la ver-
dad. Te lo pedimos a ti que vives y
Salmo 66 reinas por los siglos de los siglos.
La encarnación de Cristo y su ma- Amén.
nifestación a toda la tierra
Comentario de san Agustín MARTES III
Para que conozcamos en la tierra tu Vísperas
camino. En la tierra es aquí, en esta
vida, conozcamos tu camino. ¿Qué Salmo 124
es tu camino? El que conduce has-
ta ti. Conozcamos adónde ir, y por Dios mismo es el protector de su
dónde debemos ir. Si estamos en pueblo
tinieblas no podemos conocer ni Comentario de san Agustín
una ni otra cosa. (…) ¿Cuál será su
camino, ya que hemos expresado (…) Haz bien, Señor, a los buenos
este deseo, de que conozcamos en y a los rectos de corazón. Como el
la tierra tu camino?  (…) Yo soy el recto de corazón se aparta de lo
camino, dice el Señor. Cristo dijo: Yo malo y hace lo bueno, porque no
soy el camino. ¿Y temerás equivo- envidia a los pecadores al contem-
carte? Y añadió: Y la verdad. ¿Quién plar la paz de los inicuos, así el de
se equivoca en la verdad? Está en corazón perverso, que tropieza en

Ejercicios Espirituales Agustinianos


92
los caminos del Señor, se aparta caminado en grandezas, ni en cosas
de Dios y obra el mal; y, siendo más admirables, que yo. (…) Para
seducido por el deleite del mun- que nadie se ensoberbezca por
do y enlazado y cautivado por él, los dones de Dios, sino que más
expía con penas amargas. La falsa bien conserve la humildad, haga
felicidad de los males se convierte, lo que se escribió: Cuanto eres ma-
por el juicio de Dios, en verdadero yor, tanto más has de humillarte en
lazo para el que se aparta de Dios todas las cosas, y así hallarás gracia
no queriendo soportar su disci- delante de Dios.  Sin cesar ha de
plina. (…) Los rectos de corazón, recomendarse a vuestra caridad
que no se ladean, ¿qué poseerán? cuánto deba temerse la soberbia
(…) ¿Qué poseeremos? ¿Cuál es debido a los dones de Dios, y, so-
la heredad? ¿Cuál nuestra patria? bre todo, cuando el salmo, que es
¿Cómo se llama? Paz. (…) Ella es brevísimo, nos permite hablar so-
Cristo,  pues Él -dice San Pablo-  es bre esto. El apóstol San Pablo, que
nuestra paz; el cual hizo de dos pue- de perseguidor fue hecho predi-
blos uno y derribó la muralla de di- cador, (…) tuvo una gracia exce-
visión. Porque somos hijos posee- lentísima. (…) Estando dotado de
mos heredad. ¿Cómo se llama esta tanta gracia y habiendo merecido
heredad? Paz. (…)  Oíd, asimismo, de Dios tan grandes dones, ¿qué
la conclusión de este salmo: La paz dice en cierto lugar?  Para que no
sobre Israel (en. Ps. 124, 9.10). me ensoberbezca por la sublimidad
de las revelaciones...  Atended, os
Oración sálmica digo una cosa terrible. Para, que no
Señor, en medio de las inquietu- me ensoberbezca por la sublimidad
des de este mundo, concédenos de las revelaciones, me fue dado el
tu paz; la paz que llena el corazón aguijón de mi carne, ángel de sata-
y que nos hace ser sembradores nás (…) todo soberbio desagrada
de paz; la paz que nos hace ser a Dios y que el alma humana debe
bienaventurados, porque cons- humillarse para no desagradar a
truimos la paz. Te lo pedimos a ti Dios y considerar con toda la ca-
que vives y reinas por los siglos de pacidad de su mente lo que se
los siglos. Amén. dijo: Cuanto más grande eres, tanto
más has de humillarte en todas las
Salmo 130 cosas, y encontrarás gracia delante
de Dios (en. Ps. 130, 7. 12).
Es preciso ser siempre humilde
Oración sálmica
Comentario de san Agustín
Señor, haz que nuestro corazón
Señor, no se ha engreído mi corazón, no sea ambicioso ni busque gran-
ni han sido altaneros mis ojos, ni he dezas que superan su capacidad;

Ejercicios Espirituales Agustinianos


93
haznos ser humildes y confiados, él, sino que tú puedas estar confia-
como el niño en brazos de su ma- do en su oración por ti. Y éste es el
dre, sabiendo que si te tenemos a Señor nuestro Jesucristo, el único
ti, nada nos puede faltar. Te lo pe- Sacerdote, el único mediador en-
dimos a ti que vives y reinas por tre Dios y los hombres, el hombre
los siglos de los siglos. Amén. Cristo Jesús (en. Ps. 36, 2, 20).
Ap 4, 11; 5, 9.10.12 Oración sálmica
Comentario de san Agustín Haz, Señor, que nos reconozca-
mos siempre como miembros del
Tenemos un abogado ante al Padre, Cuerpo de Cristo46 y que, como ta-
Jesucristo, el justo, y él es la propi- les, vivamos una vida de santidad,
ciación por nuestros pecados. Pero orando e intercediendo los unos
aquello quedó escrito del citado por los otros. Te lo pedimos a ti
sacerdote, a quien éstos no com- que vives y reinas por los siglos de
prenden, para que el pueblo fuese los siglos. Amén.
advertido proféticamente que el
sacerdote debe ser reconocido de
tal manera, que por él nadie nece-
sitara rogar. ¿Y quién es aquél por
el que nadie ruega, sino el que in-
tercede por todos? Pero como en
tiempos antiguos el sacerdocio era
levítico, y el sacerdote entraba en
el Santuario, y ofrecía las víctimas
por el pueblo. Pero aquello era una
imagen, no la realidad de un futu-
ro sacerdote concreto. En aquel
entonces también los sacerdotes
eran pecadores, como el resto de
los hombres; y queriendo Dios
enseñar al pueblo, de una forma
profética, que anhelase un sacer-
docio tal que intercediera por to-
dos, mientras que por él nadie tu-
viese que orar. Y para identificarlo,
lo señaló diciendo: cuando peque
el pueblo, el sacerdote orará por él;
pero si peca el sacerdote, ¿quién ro-
gará por él? Por tanto, pueblo que
escuchas, elige un sacerdote tal, 46
en. Ps. 26, 2, 2.
que no te veas obligado orar por
Ejercicios Espirituales Agustinianos
94
MIÉRCOLES III mayor vacío (en. Ps. 85, 2.3).
Laudes Oración sálmica
Salmo 85 Señor, haz que reconozcamos con
humildad que todo es un don
Oración de Cristo al Padre en su tuyo; que nosotros somos pobres
pasión y limitados, pero que tu infinita
Comentario de san Agustín misericordia es la que nos levanta
siempre y nos transforma con su
Inclina, Señor, tu oído. Él inclinará poder. Te lo pedimos a ti que vives
su oído, si tú no levantas, engreído y reinas en la unidad del Espíritu
tu cerviz; porque se acerca al hu- Santo y eres Dios, por los siglos de
millado, y se aleja del que se en- los siglos. Amén.
salza; (…) Sí, Dios inclina su oído
hacia nosotros. Él está arriba, y no- Is 33, 13-16
sotros abajo; él está en la cumbre, Dios juzgará con justicia
y nosotros en lo profundo, pero
no abandonados,(…) ¡Con qué Comentario de san Agustín
seguridad y firmeza reserva a los
buenos la promesa de su vida, el Si el corazón está enderezado, las
que por los malos había ofrecido obras son rectas. Pero si el corazón
su muerte!  Inclina, Señor, tu oído, no está encaminado, las obras no
y escúchame, que soy un pobre son rectas, aunque lo parezcan.
desamparado.  Luego no inclina (…) Porque Dios es recto; y el que
su oído al rico, sino al pobre y al se une al recto, como a una norma
indigente, es decir, al humilde y inmutable, puede llegar a hacerse
al que reconoce su necesidad de recto el corazón del hombre que
misericordia; no al que vive en la en sí mismo era perverso. Pero
hartura, y que se engríe y se jacta, para que su corazón se pueda
como si nada le faltase (…). Fijaos unirse a Dios, acérquese a él, no
en el motivo que el salmista pone con los pies, sino con la fe. (…) De
para ser escuchado: Porque yo soy hecho, la voluntad que hay en un
un pobre desamparado.  Cuídate, corazón recto la ha preparado el
no sea que tú no lo seas; si no lo Señor, siempre que haya prece-
eres, no serás escuchado. Todo lo dido la fe, que nos da el acceso a
que haya en ti o a tu alrededor, Dios, que es recto, y así el corazón
que pueda hacerte presumir, arró- se haga recto. Esta fe, precedida
jalo lejos de ti. Sea Dios toda tu por la misericordia de Dios, que
presunción: siéntete indigente de llama, se suscita en nosotros me-
él, y así serás de él colmado. Todo diante la obediencia; y así comien-
lo que poseas sin él, te causará un za a acercar a Dios el corazón, para

Ejercicios Espirituales Agustinianos


95
que lo encamine; y cuanto más y hombres, pero tu corazón no deja
más lo va encaminando, tanto más de cantar el cántico nuevo, que
va viendo lo que antes no veía, y llega a los oídos de Dios, el que te
se siente con más fuerza que antes hizo hombre nuevo. Amas y callas;
para obrar el bien (en. Ps. 77, 10). pues bien, el amor es voz que se
dirige a Dios, el mismo amor es el
Oración sálmica cántico nuevo.  Un nuevo manda-
Señor, haz que nos apartemos miento os doy: que os améis unos a
siempre de las sendas del mal y de otros. Luego toda la tierra canta el
la iniquidad, para que podamos cántico nuevo; en ella se edifica la
alcanzar algún día, ayudados por casa (en. Ps. 95, 2).
tu gracia, el reino de los cielos. Te Oración sálmica
lo pedimos a ti que vives y reinas
en la unidad del Espíritu Santo y Señor, haz que toda nuestra vida
eres Dios, por los siglos de los si- entonemos el cántico nuevo; que
glos. Amén. dejemos atrás la decadencia del
pecado y nos abramos siempre a
Salmo 97 la fuerza renovadora de tu gracia.
Exhortación a alabar a Dios por Te lo pedimos a ti que vives y rei-
la venida de Cristo nas en la unidad del Espíritu Santo
y eres Dios, por los siglos de los si-
Comentario de san Agustín glos. Amén.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor toda la tierra.  Si
toda la tierra canta un cántico MIÉRCOLES III
nuevo, se edifica cuando canta; Vísperas
pues el mismo cantar es edificar;
pero si no, es que se canta el cán- Salmo 125
tico viejo. La codicia de la carne
canta el cántico viejo; el amor de El regreso de los exiliados
Dios, el nuevo. Todo lo que cantes Comentario de san Agustín
procediendo de la codicia, lo can-
tas según el cántico viejo, ya que, Los que siembran con lágrimas re-
aun cuando suenen en la boca pa- cogerán con gozo. Sembremos en
labras de cántico nuevo, no es her- esta vida llena de lágrimas. Pero
mosa la alabanza en la boca del pe- ¿qué sembraremos? Obras bue-
cador3. Mejor es que no cantes el nas. Las obras de misericordia son
cántico nuevo, que cantes el viejo, nuestras semillas. De ellas dice el
porque si tú fueras nuevo y calla- Apóstol: No desfallezcamos obran-
ses, no suena a los oídos de los do el bien; porque no aflojando, en

Ejercicios Espirituales Agustinianos


96
su tiempo recogeremos. Por tanto, Salmo 126
mientras tenemos tiempo, obre-
mos el bien con todos, y principal- Sin Dios no podemos hacer nada
mente con nuestros deudos en la Comentario de san Agustín
fe.  Hablando, asimismo, sobre la
limosna, ¿qué dice?  Os digo esto: Si el Señor no edifica la casa, en
que el que siembra poco, poco re- vano trabajarán los que la cons-
coge.  Luego el que siembra mu- truyen.  Luego el Señor edifica la
cho, mucho recoge. El que siembra casa, nuestro Señor edifica su
poco, poco recoge; el que no siem- casa. Muchos trabajan en la edi-
bra nada, nada recoge. ¿Por qué ficación; pero, si Él no edifica,  en
deseáis grandes fincas, en las que vano trabajarán los que la cons-
pretendéis sembrar mucha semi- truyen.  ¿Quiénes son los que tra-
lla? No hay fundo más extenso bajan en la construcción? Todos
en donde sembrar que Cristo, el los que en la Iglesia predican la
cual quiso que se sembrase en Él. palabra de Dios, los ministros de
Vuestra tierra es la Iglesia; sembrad los sacramentos de Dios. Todos
en ella cuanto podáis. Cuentas con corremos, todos trabajamos, to-
poca semilla para hacerlo. ¿Tienes dos edificamos ahora; y también
deseo? Como de nada sirve lo que antes que nosotros corrieron, tra-
tienes si te falta la buena voluntad; bajaron, edificaron otros; pero,  si
así, no te entristezcas porque no el Señor no edifica la casa, en vano
tengas, si tienes un buen deseo. trabajarán los constructores.  Por
Pues ¿qué siembras? La misericor- eso, viendo los apóstoles caer a al-
dia. ¿Qué recoges? La paz (en. Ps. gunos, dicen, y especialmente San
125, 11). Pablo:  Observáis días, años, meses
y estaciones. Temo por vosotros,
Oración sálmica no sea que en vano haya trabajado
Señor, con mucha frecuencia te- por vosotros. Como conocía que él
nemos que sembrar con lágrimas; había sido edificado interiormen-
pero nos consuela la esperanza te por el Señor, lloraba por éstos,
que, en ti, nuestra siembra dará no sucediese que hubiera traba-
una cosecha abundante en la vida jado en ellos en vano. Luego no-
eterna. Haz, Señor, que nunca per- sotros edificamos externamente,
damos esta esperanza ni nos deje- Él internamente. Nosotros adver-
mos desanimar por las dificultades timos cómo oís; lo que pensáis,
de la vida presente. Te lo pedimos únicamente lo advierte el que ve
a ti que vives y reinas en la unidad vuestros pensamientos. Él edifica,
del Espíritu Santo y eres Dios, por amonesta, atemoriza, da el enten-
los siglos de los siglos. Amén. der, somete nuestro asenso a la fe.
Sin embargo, nosotros también

Ejercicios Espirituales Agustinianos


97
trabajamos como obreros; pero, si primeramente estaban mezclados
el Señor no edifica la casa, en vano o confundidos con idénticos de-
trabajarán los constructores (en. Ps. seos, comienzan a ser distinguidos
126, 2). por la caridad; y, ya distinguidos o
separados, no están confundidos
Oración sálmica o mezclados (en. Ps. 64, 2).
Señor, construye tú siempre nues-
tra casa; guarda tu siempre la ciu-
dad de nuestro corazón, pues sin Oración sálmica
ti no podemos hacer nada. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas en Haz, Señor, que pongamos nues-
la unidad del Espíritu Santo y eres tro gozo y nuestra esperanza en
Dios, por los siglos de los siglos. los bienes de tu reino; que ningu-
Amén. na cosa de la tierra pueda apartar-
nos del camino que conduce hacia
Col 1, 12-20 tu reino eterno. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de
Cristo y la Iglesia los siglos. Amén.
Comentario de san Agustín
El Señor, fundador de Jerusalén,
conoció a los ciudadanos de ella
que predestinó, a los cuales ve
que, estando aún bajo la domina-
ción del diablo, sin embargo, han
de ser redimidos con la sangre de
Cristo. Los conoció antes de que
ellos se conocieran a sí mismos.
(…) dos profetas (…) estuvieron
en aquel tiempo en la cautividad:
Jeremías y Ezequiel, y (…) canta-
ron algunas cosas cuando comen-
zaron a salir (de la cautividad).
Comienza a salir quien comienza a
amar. Muchos salen ocultamente;
los pies de los que salen son los
afectos del corazón. Salen, pues,
de Babilonia. ¿Qué significa salir
de Babilonia? Salir de la confu-
sión. ¿Cómo se sale de Babilonia,
es decir, de la confusión? Quienes

Ejercicios Espirituales Agustinianos


98
JUEVES III con pasión. Era el amor de la ciu-
dad el que producía en ellos este
Laudes afecto, pero era el Espíritu de Dios
Salmo 86 quien engendraba en ellos este
afecto (…). Escuchemos lo que se
Alabanza de la Iglesia de Dios dice sobre esta ciudad (en. Ps. 86,
1).
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
En este salmo se canta y se recuer-
da una ciudad de la que somos Señor, como peregrinos nos dirigi-
ciudadanos por el hecho de ser mos hacia tu ciudad santa; concé-
cristianos, y de la cual estamos denos desear siempre tu reino y tu
exiliados mientras seamos morta- descanso, para que los bienes de
les. En otro tiempo hacia ella nos este mundo no nos aparten de tu
dirigíamos, pero no lográbamos amor. Te lo pedimos a ti que vives
encontrar el camino, ya que esta- y reinas por los siglos de los siglos.
ba interceptado casi del todo por Amén.
matorrales, zarzas y espinos, hasta
que el rey de dicha ciudad se hizo Is 40, 10-17
a sí mismo el camino para poder La grandeza de Dios
llegar nosotros a ella. Por eso, ca-
minando en Cristo, aunque toda- Comentario de san Agustín
vía como extranjeros, hasta que
lleguemos a aquella ciudad, y sus- ¡Qué magníficas son tus obras,
pirando por esa inefable quietud Señor!  Realmente grandes, verda-
que reina en ella, de la cual se dijo deramente magníficas. ¿Dónde
que se nos prometió algo que ni el se han realizado estas obras tan
ojo vio, ni el oído oyó, ni hombre al- grandes? ¿Cuál es la residencia,
guno ha imaginado1; caminemos, donde Dios está; o cuál el trono,
pues, y cantemos de tal modo donde está sentado, y realiza estas
que avivemos este anhelo. Porque cosas? ¿Cuál es el lugar en el que
el que está deseando, aunque su ha realizado todo esto? ¿De dónde
lengua calle, canta su corazón. En procedieron en primer lugar estas
cambio, el que nada desea, aun- cosas tan bellas? Si lo tomas en
que a gritos aturda los oídos de sentido literal, ¿de dónde procede
los hombres, está mudo para Dios. con su orden toda la creación, que
Mirad qué apasionados eran de se mueve ordenadamente, es or-
esta ciudad los primeros que can- denadamente bella, que ordena-
taron estas palabras del salmo, los damente nace en el oriente y tiene
mismos que nos las encomenda- su ocaso en occidente, y que cum-
ron, cuando por ellos se cantaron ple con orden todas sus fases? (…)

Ejercicios Espirituales Agustinianos


99
Veo las grandes obras.  ¡Qué mag- mos temerle y vivir de modo que
níficas son tus obras, Señor!  Busco en el juicio estemos a su diestra.
dónde las ha hecho, y no encuen- (…) Como dice el salmo: Porque él
tro el lugar; pero veo cómo sigue es terrible y santo; y el honor del rey
el texto:  Todo lo has hecho en la ama la justicia. Témanle, pues, los
sabiduría.  Luego en Cristo hiciste pueblos y corríjanse; no abusen de
todas las cosas. (…) Cristo es la la misericordia de Dios, abando-
fuerza de Dios y la sabiduría de nándose a una mala vida. Él ama
Dios (en. Ps. 103, 4, 25). la misericordia; pero también ama
la justicia. ¿Qué es la misericordia?
Oración sálmica Es el hacerte conocer la verdad, el
Señor, tú eres grande; has hecho que ahora, cuando estás a tiempo
todo en tu sabiduría encarnada todavía, te llama con gritos para
que es Cristo; haz que siempre que te conviertas (en. Ps. 98, 6).
te alabemos y glorifiquemos por Oración sálmica
las maravillas que has hecho en
el mundo y en cada uno de los Señor, tú eres grande; tú habrás
creyentes. Te lo pedimos a ti que de venir algún día a juzgar el mun-
vives y reinas por los siglos de los do; haz que vivamos siempre con
siglos. Amén. espíritu de conversión continua,
para que, cuando vengas al final
Salmo 98 de los tiempos, nos podamos sen-
Potestad real de Cristo tar contigo en tu reino. Te lo pedi-
mos a ti que vives y reinas por los
Comentario de san Agustín siglos de los siglos. Amén.
(…) ¡Que confiesen tu nombre gran-
de! ¿Por qué confesarlo? Porque es
terrible y santo. Tu mismo nombre JUEVES III
es terrible y santo a la vez. Se lo Vísperas
predica crucificado, como tam-
bién humillado, y hasta juzgado, Salmo 131
pero de tal modo que un día ha
de venir glorioso a juzgar con po- El profeta le habla de Cristo al
der. Ahora perdona a los pueblos Padre
blasfemos, porque la paciencia Comentario de san Agustín
de Dios impulsa a la conversión
por el arrepentimiento. (…) ¿No Se recuerda la humildad de David,
habrá de venir a juzgar? Vendrá, se conmemora la mansedumbre
si, hermanos míos, vendrá: debe- de David y se dice a Dios: Acuérdate,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


100
Señor, de David y de toda su manse- Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a.
dumbre. (…) Así como juró al Señor,
hizo voto al Dios de Jacob.  Luego El juicio de Dios
acuérdate para que cumpla lo que Comentario de san Agustín
prometió. El mismo David juró
como si estuviese en su poder (lo Los juicios del Señor, los cuales son
que juraba), y, sin embargo, ruega verdaderos, son justos en sí mismos:
a Dios para que pueda cumplir lo los juicios de aquel que no juzga
que juró; aquí se ve la devoción a nadie, sino que entregó todo
del promitente y la humildad del juicio al Hijo, ciertamente son in-
orante. Nadie confíe que por sus mutablemente justos. Dios no en-
propias fuerzas ha de cumplir lo gaña a nadie ni amenazado ni ul-
que juró. El que te exhorta a ha- trajado, y nadie puede librar a los
cer votos te ayuda a cumplirlos. impíos del castigo o arrebatar a los
Veamos lo que juró, y por ello en- piadosos el premio que Él les da.
tenderemos de qué modo ha de Y más codiciables que el oro y mu-
tomarse simbólicamente David. chas piedras preciosas: aunque sea
La palabra David significa de mano mucho el oro y las piedras y muy
fuerte. (…) Confiando en el Señor, estimables y deseables, sin em-
su Dios, emprendió todas las gue- bargo, los juicios de Dios sobrepu-
rras, derrotó a todos sus enemi- jan con mucho a las vanidades de
gos; ayudándole Dios, llevaba el este mundo. Por el deseo de ellas
gobierno de aquel imperio; con ocurre que los juicios de Dios no
todo, prefiguraba a cierto indivi- son deseados ni temidos; es más,
duo de mano fuerte que había de son despreciados o no creídos.
someter a los enemigos: el diablo Cuando alguno es oro o piedra
y sus ángeles. La Iglesia vence a preciosa, para no verse consumi-
todos estos enemigos. ¿Cómo los do por el fuego, sino depositado
vence? Con la mansedumbre. Con en el tesoro de Dios, desea los jui-
la mansedumbre venció nuestro cios de Dios más que a sí mismo y
Rey al diablo (en. Ps. 131, 3). antepone la voluntad del Señor a
la suya (en. Ps. 18, 1, 11).
Oración sálmica
Oración sálmica
Señor, danos tu fuerza para que
podamos cumplir tus mandatos. Señor, haz que nunca olvidemos
Nosotros somos frágiles y débiles, que tus juicios son verdaderos
pero tú eres el de Mano fuerte que y justos; que con justicia juzgas
nunca nos abandonas. Te lo pedi- al mundo y que das a cada uno
mos a ti que vives y reinas por los según sus obras; concédenos tu
siglos de los siglos. Amén. gracia, para que nuestras obras

Ejercicios Espirituales Agustinianos


101
siempre te sean agradables, y en
el día del juicio, por tu misericor-
dia, seamos hallados en Cristo. Te
lo pedimos a ti que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


102
VIERNES III Oración sálmica
Laudes Señor, ven en socorro de la grave
herida del pecado con la medicina
Salmo 50 de tu misericordia. Que nunca es-
Petición de perdón condamos nuestras heridas y pe-
cados ante ti que eres el Médico
Comentario de san Agustín divino; para que tú nos cures y nos
otorgues la salvación. Te los pe-
Luego oye estas cosas y di con él: dimos a ti, que vives y reinas con
¡Oh Dios!, apiádate de mí según tu el Padre en la unidad del Espíritu
gran misericordia. El que suplica Santo y eres Dios por los siglos de
gran misericordia, confiesa gran los siglos. Amén.
miseria. Pidan pequeña miseri-
cordia tuya los que pecaron por Jer 14, 17-21
ignorancia. Apiádate de mí –dice–
según tu gran misericordia. Ven en Lamento del pueblo
socorro de la grave herida con tu Comentario de san Agustín
gran medicina. Cosa grave es lo
que padezco, pero me acojo al Desde el mismo comienzo de mi
Omnipotente. Desesperaría de mi fe, por la que me has renovado,
herida mortal si no encontrase a me enseñaste que ningún mérito
tan excelente médico. ¡Oh Dios!, precedió en mí, para que yo no
apiádate de mí según tu gran mi- dijera que me diste lo que se me
sericordia y, conforme a la inmen- debía. ¿Quién se convierte a Dios,
sidad de tus piedades, borra mi ini- sino saliendo de la culpa? ¿Quién
quidad. Lo que ahora dice: Borra es redimido, a no ser que se halle
mi iniquidad, es lo mismo que ¡Oh cautivo? ¿Quién puede decir que
Dios!, apiádate de mí; y lo que es- fue injusta su cautividad, cuan-
cribe: según la inmensidad de tus do abandonó al Emperador, po-
piedades o conmiseraciones, es niéndose en manos del desertor?
igual que según tu gran misericor- (…)  Desde cuando me he vuelto
dia. Por ser grande la misericordia, a ti, fui renovado por ti, que me
son muchas las misericordias; y de creaste; fui renovado porque fui
tu gran misericordia proceden las creado; fui reformado porque fui
muchas conmiseraciones tuyas. formado. Desde el instante de mi
Miras por los despreciadores para conversión, aprendí que no prece-
corregirlos, por los ignorantes dieron méritos algunos míos, sino
para enseñarlos, por los que con- que me diste gratuitamente tu
fiesan (su pecado) para perdonar- gracia, para que me acordase de
los (en. Ps. 50, 6). tu sola justicia (en. Ps. 70, 2, 2).

Ejercicios Espirituales Agustinianos


103
Oración sálmica Oración sálmica
Señor, todo procede de ti; haz que Señor, concédenos servirte con
reconozcamos nuestra pequeñez alegría todos los días de nuestra
y nuestra miseria para que poda- vida; y ya que la caridad nos hizo
mos llenarnos siempre de tu gra- siervos, que la verdad nos haga li-
cia. Te los pedimos a ti, que vives bres. Te los pedimos a ti, que vives
y reinas con el Padre en la unidad y reinas con el Padre en la unidad
del Espíritu Santo y eres Dios por del Espíritu Santo y eres Dios por
los siglos de los siglos. Amén. los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 99
Exhortación a la alabanza divina VIERNES III
Comentario de san Agustín Vísperas
Servid al Señor con alegría.  Toda Salmo 134
servidumbre está llena de amar-
gura. Y todos los que están for- Las obra de Dios manifestadas a
zados a vivir la condición de sier- Israel
vos, sirven y se quejan. Vosotros Comentario de san Agustín
no tengáis miedo de servir a este
Señor: allí no habrá ni gemidos, Alabad, siervos, al Señor,  (…)  Los
ni murmullos, ni enojo; nadie pe- que estáis en la casa del Señor, en
dirá ser puesto en venta, porque los atrios de la casa de nuestro Dios.
es dulce para todos el haber sido Los que estáis de pie, no los que os
rescatados. ¡Qué gran suerte es desplomáis. Se dice que están en
ser esclavo en esta casa grande, pie los que perseveran en sus pre-
(…)! Servid al Señor con alegría. En ceptos, los que sirven a Dios con
la casa del Señor la esclavitud fe no fingida, con esperanza firme
es libre. Allí el servicio no lo im- y con caridad sincera; los que hon-
pone la necesidad, sino la cari- ran a su Iglesia y no escandalizan
dad.  Vosotros, hermanos,  dice el con su mal vivir a los que quieren
Apóstol,  estáis llamados a la liber- venir a ella y encuentran en el ca-
tad: sólo que, cuidado, no sea que mino piedras de tropiezo. Luego
esa libertad os de pie a los instintos los que estáis en la casa del Señor,
carnales; al contrario, por la caridad alabad el nombre del Señor.  Sed
del espíritu, servíos mutuamen- agradecidos; estabais fuera, y aho-
te unos a otros. Que la caridad te ra ya estáis dentro. (…) ¿debemos
haga siervo, puesto que la verdad ser poco agradecidos por estar
te hizo libre (en. Ps. 99, 7). aquí? (…) ¿No ha de pensarse en
dónde yacíamos y de dónde fui-
Ejercicios Espirituales Agustinianos
104
mos recogidos? ¿No ha de pensar- daderamente eres  el ser,  de aquí
se que ningún impío buscaba al que manifestaste tu nombre a tu
Señor, y que Él buscó a los que no siervo Moisés, diciendo:  Yo soy el
le buscaban, y que Él, hallándolos, que soy2,sin duda eres grande, y
los levantó, y levantados los llamó, tu grandeza es sempiterna, pues
y llamados los introdujo y los hizo ni comienza ni deja de existir, ni
estar en su casa? Todo el que pien- empieza con el tiempo ni sufre de-
sa estas cosas y no es desagradeci- trimento alguno en él: se trata de
do, se anonada por completo a sí una grandeza inmutable (en. Ps.
mismo ante el amor de su Señor, 103, 1, 3).
por quien le fueron dados tantos
dones; y como no tiene nada con Oración sálmica
qué pagar a Dios por tantos be- Señor, haz que reconozcamos
neficios, únicamente le resta darle siempre tu grandeza y tu poder;
gracias (…) (en. Ps. 134, 2). pues todas tus obras, en el univer-
Oración sálmica so y en la historia, cantan tu gran-
deza y tu poder. Te lo pedimos a ti
Señor, que escogiste a Israel como que vives y reinas por los siglos de
propiedad tuya y a la Iglesia como los siglos. Amén.
tu rebaño; concédele guardar tu
memoria de generación en gene-
ración, para que tus ovejas sean
marcadas con la señal de Cristo,
pastor eterno. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
Ap 15, 3-4
Himno de adoración y de alaban-
za
Comentario de san Agustín
¡Oh Señor Dios mío, que te has en-
grandecido sumamente! ¿Cómo
te has engrandecido sumamen-
te?  ¿Acaso no eres siempre gran-
de? ¿No lo eres siempre? ¿No eres
siempre poderoso? ¿Eres, acaso,
imperfecto, y por eso creces? ¿Es
que alguna vez decaes y dismi-
nuyes? Como eres lo que es, y ver-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


105
Ejercicios Espirituales Agustinianos
106
SÁBADO III Oración sálmica
Laudes Señor, que siempre arda tu amor
en nosotros, para que no nos
Salmo 118, 145-152 arrastre el pecado; sino que viva-
Elogio de la ley de Dios mos atentos a ti, adelantándonos
a la aurora de la salvación que bri-
Comentario de san Agustín lla ya, en esperanza, en nuestros
corazones. Te lo pedimos a ti que
Me adelanté —dice— en la media- vives y reinas por los siglos de los
noche y clamé; esperé en tus pala- siglos. Amén.
bras. Si aplicamos esto a cada uno
de los fieles y a lo que en realidad Sab 9, 1-6.9-11
acontece, con frecuencia sucede
que el amor de Dios vigila en este Oración pidiendo sabiduría
tiempo de la noche y, urgiendo el Comentario de san Agustín
gran afecto de la oración, no se es-
pera, sino que se anticipa el tiem- Lo que ha hecho Dios, lo hizo con
po de orar, que suele ser después sabiduría y por medio de la sabi-
del canto del gallo. Pero, si enten- duría. Todo lo que llega a conocer
demos por “noche” todo este siglo, la sabiduría, y lo que no llega a
ciertamente que clamamos a Dios conocerla, pero forma parte de la
a media noche y nos adelantamos creación de Dios, está hecho en la
al tiempo oportuno, en el cual nos sabiduría, y por medio de la sabi-
dará lo prometido, conforme se duría está hecho. Los que conocen
lee en otro lugar: Nos adelantamos la sabiduría, para ellos es luz; los
a tu presencia con la confesión.  Si que no la conocen, tienen, no obs-
queremos entender por tiempo tante, a la sabiduría como su artífi-
inoportuno de esta noche aquel ce, a pesar de estar encerrados en
que existió antes de la plenitud del su falta de sabiduría; los que la tie-
tiempo,  es decir, la misma opor- nen como luz, la tienen también
tunidad en la que Cristo se mani- como su artífice; pero no todos
festaría en la carne, tampoco calló los que la tienen como su artífice,
entonces la Iglesia, sino que, an- la tienen también como luz. Entre
ticipándose a esta oportunidad o los hombres hay muchos que par-
sazón, clamó profetizando y espe- ticipan de ella, y se llaman sabios;
ró en las palabras de Dios, podero- y muchos que carecen de ella y se
so para cumplir lo que prometió: les llama necios. Y se los llama con
que  en el linaje de Abrahán serían este nombre humillante de necios,
bendecidas todas las gentes (en. Ps. porque si se entregasen con em-
118, 29, 4). peño a conseguir la sabiduría, si la
buscasen, si llamasen a su puerta,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


107
podrían llegar a conseguirla, pues
no se niega a la naturaleza, sino a
la negligencia  (en. Ps. 103, 4, 2).
Oración sálmica
Señor, danos tu sabiduría para que
sea ella la que guíe nuestros pasos
y nos conduzca por la vida; esa sa-
biduría tuya que es Cristo, fuerza y
sabiduría tuya. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


108
Cuarta Semana del Salterio

Ejercicios Espirituales Agustinianos


109
Ejercicios Espirituales Agustinianos
110
Cuarta Semana del Salterio

DOMINGO IV tra al lugar santo, y el santo pensa-


miento los santifica (en. Ps. 121, 2).
I Vísperas
Oración sálmica
Salmo 121
Señor, haz que, en medio de nues-
Esperanza y deseo de la vida tra peregrinación, sintamos una
eterna y de la paz gran alegría; pues estamos invita-
Comentario de san Agustín dos a participar en el gozo eterno
de tus santos, concédenos siem-
Este salmo que emprendí hoy ex- pre tu fuerza y gracia para avanzar
poner a vuestra caridad anhela la cada día hacia ti cantando y cami-
eterna Jerusalén; mejor dicho, sus- nando. Te lo pedimos a ti que vives
pira por ella este que sube en este y reinas por los siglos de los siglos.
salmo, pues es cántico de grado. Amén.
(…) ¿Y adonde quiere subir si no
es al cielo? (…) hay en el cielo una Salmo 129
eterna Jerusalén, en donde están Súplica del penitente para ser
los ángeles, nuestros conciudada- liberado del pecado
nos. Lejos de estos conciudadanos
peregrinamos ahora en la tierra. En Comentario de san Agustín
la peregrinación suspiramos, en la
ciudad nos regocijaremos. Con Oíd cómo clama desde lo profun-
todo, también encontramos com- do la voz del pecador: Desde el pro-
pañeros en esta peregrinación fundo clamé a ti, ¡oh Señor!; Señor,
que ya contemplan esta ciudad y oye mi voz. Atiendan tus oídos a la
nos invitan a que corramos hacia voz de mi plegaria.  ¿Desde dónde
ella. Por éstos se regocija este que clama? Del profundo. ¿Quién cla-
dice también: Me regocijé con estos ma? El pecador, ¿Con qué espe-
que me dijeron: “Iremos a la casa ranza clama? Con esperanza firme,
del Señor.”  (…) Mutuamente se porque el que vino a perdonar los
hablan, y, como incendiados cada pecados, dio esperanza al peca-
uno de por sí, todos juntos forman dor colocado en el abismo. Luego
una llama; y esta llama formada ¿qué sigue después de estas pala-
por la conversación de los que se bras? Si atiendes a las iniquidades,
encienden mutuamente los arras- ¡oh Señor!, Señor, ¿quién se sosten-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


111
drá?  Observad que declaró des- Luego el Igual a Dios se anonadó a
de qué abismo clamaba. Clama, sí mismo, tomando la forma de sier-
pues, de debajo de la mole y de vo, hecho a semejanza de los hom-
las olas de sus iniquidades. (…) al bres y hallado en la condición de
ver tantos y tan grandes crímenes hombre. Y de tal modo se anona-
por todas partes y la multitud de dó, que tomó lo que no tenía sin
sus pecados, atormentado, excla- perder lo que tenía. ¿Cómo se ano-
mó:  Si atiendes a las iniquidades, nadó? Mostrándose de este modo
¡oh Señor!, Señor, ¿quién se sosten- a ti, sin manifestarte la excelencia
drá?  No dijo: “No me sostendré”, que tenía junto al Padre; ofrecién-
sino:  ¿Quién se sostendrá?  Ve que dote ahora la flaqueza y reserván-
toda la vida humana está casi por dote su claridad para cuando es-
completo atronada por el ruido tuvieses purificado. Luego el que
ensordecedor de sus pecados, que era igual al Padre, se hizo débil; y,
todas las conciencias son culpa- sin embargo, en esta misma debi-
bles por sus malos pensamientos, lidad debe ser reconocido no por
que no hay corazón puro que pre- la visión, sino por la fe, a fin de que
suma de su justicia; y, por tanto, aquello que aún no podemos ver,
si no puede encontrarse corazón al menos lo creamos, y creyendo
casto que presuma de su justicia, merezcamos ver lo que no vemos.
presuma el corazón de todos de Con razón, después de resucitar,
la misericordia de Dios y diga:  Si dice a María Magdalena, a quien
atiendes, ¡oh Señor!, a las iniquida- primeramente se dignó aparecer-
des, Señor, ¿quién se sostendrá? (en. se: No me toques, porque aún no
Ps. 129, 2). he subido al Padre. ¿Qué significa
esto? (…) No creas sólo de mí lo
Oración sálmica que ves, de suerte que tu mirada
Señor, a ti clamamos desde lo hon- se quede en el exterior, como tu
do de nuestros pecados y culpas; tacto. (en. Ps. 58, 1, 10)
purifica nuestras manos y nues- Oración sálmica
tros corazones para que, limpios
de todo pecado, te podamos ala- Señor, si nos has enriquecido de
bar con un corazón renovado. Te tal manera con tu pobreza, cuán-
lo pedimos a ti que vives y reinas to no será lo que nos enriquecerás
por los siglos de los siglos. Amén. con tu abundancia47; haz que se-
pamos siempre ser humildes para
Fil 2, 6-11 ser siempre ricos en ti, que vives y
La humildad de Cristo reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Comentario de san Agustín
47
en. Ps. 68, 1, 4,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


112
DOMINGO IV Comentario de san Agustín
Laudes Vemos, pues, la inmensa fábri-
ca del mundo, constituida por el
Salmo 117 cielo y la tierra y todo lo que ellos
La voz de Cristo que resucita contienen. Por la hermosura y
grandeza de esta fábrica amamos,
Comentario de san Agustín aunque aún no vemos, la exce-
lente magnificencia de su artífice,
El Señor es mi fortaleza y mi alaban- pues no cesó de poner ante nues-
za y se hizo mi salvación. ¿Quiénes tros ojos sus obras aquel que to-
caen al ser empujados? Los que davía no puede ser contemplado
quieren ser para sí mismos su for- por la pureza de nuestro corazón,
taleza y su alabanza. Nadie cae en para que, viendo las que podemos
la lucha sino aquel de quien cayó ver, amemos al que todavía no po-
su fortaleza y alabanza. Por tanto, demos ver, y así, por su amor, po-
aquel de quien el Señor es fortale- damos verle en algún tiempo (en.
za y alabanza, no cae, como no cae Ps. 103, 1).
el Señor. Se hizo para ellos su sal-
vación no porque se hizo algo que Oración sálmica
antes no era, sino porque ellos, al
creer en Él, se hicieron lo que no Señor, haz que descubramos tu
eran; y, por tanto, ya no para Él, presencia en todas tus criaturas,
sino para ellos, comenzó a ser sal- y que, con ellas, nos unamos al
vación; comenzó a ser salvación inmenso coro universal que te rin-
para los conversos, porque no es- de alabanza y gloria por tu infini-
taba lejos de los apartados (en. Ps. ta grandeza; pues el alabar no es
117, 9). otra cosa que reconocer que todo
es un don y una dádiva tuya. Te lo
Oración sálmica pedimos a ti que vives y reinas en
la unidad del Espíritu Santo y eres
Señor, tú eres nuestra fortaleza y Dios, por los siglos de los siglos.
nuestra salvación; haz que nunca Amén.
nos alejemos de ti presumiendo
de nuestras fuerzas. Te lo pedimos Salmo 150
a tu que vives y reinas en la uni-
dad del Espíritu Santo y eres Dios, Todos los seres alaban a Dios
por los siglos de los siglos. Amén. Comentario de san Agustín
Dan 3, 52-57 Alabadle con címbalos sonoros,
Alabanza de todas las criaturas alabadle con címbalos de júbi-
lo. Los címbalos o platillos se gol-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


113
pean entre sí para que suenen; de nosotros, pues entró en el “sancta
aquí que por algunos se compa- sanctorum”, en lo interior que ocul-
raron a nuestros labios. Pero creo taba el velo, en donde prefiguran-
que debe entenderse mejor: que do sólo entraba el sacerdote una
en cierto modo se alaba a Dios sola vez al año, como también
con los címbalos cuando cada una sola vez en todo el tiempo fue
uno honra a su prójimo y no a sí; ofrecido el Señor; y si Él mismo se
y de esta manera, honrándose ofreció, siendo sacerdote y vícti-
mutuamente, alaban a Dios. Mas ma, y entró, como dice el Apóstol,
para que nadie entendiese que los una vez en el sancta sanctorum, y
címbalos son instrumentos que ya no morirá ni la muerte se en-
suenan careciendo de espíritu, señoreará en adelante de Él, en-
pienso que se añadió  con címba- tonces estamos seguros, porque
los de regocijo. El regocijo, es decir, tenemos sacerdote; ofrezcamos
la inefable alabanza, únicamente allí también el sacrificio. Veamos,
brota del alma (en. Ps. 150, 8). pues, qué sacrificio debemos
ofrecer, porque nuestro Dios, (…)
Oración sálmica no se deleita con holocaustos. En
Señor, todos los seres en el cielo y aquel salmo prosigue y declara
en la tierra se unen en tu alabanza qué debe ofrecerse:  El sacrificio
como si fueran un inmenso coro; para Dios es el espíritu atribulado;
permítenos unirnos a sus voces Dios no desprecia el corazón contri-
con nuestras vidas y con el rego- to y humillado. Luego, si el corazón
cijo que brota de nuestros labios y humillado es sacrificio para Dios,
de nuestro corazón. Te lo pedimos ofreció sacrificio el que dijo: Señor,
a ti que vives y reinas en la unidad no se engrió mi corazón (en. Ps. 130,
del Espíritu Santo y eres Dios, por 4).
los siglos de los siglos. Amén. Oración sálmica
Señor, tú nos has dado en Hijo
DOMINGO IV Jesucristo nuestro sumo y eter-
no sacerdote; haz que siempre te
II Vísperas ofrezcamos nuestras propias vidas
unidas a la oblación que él, como
Salmo 109 sacerdote, te ofrece todos los días.
Te lo pedimos a ti que vives y rei-
Cristo sacerdote eterno
nas en la unidad del Espíritu Santo
Comentario de san Agustín y eres Dios, por los siglos de los si-
glos. Amén.
Pero, si tenemos un sacerdote en el
cielo que intercede ante el Padre por Salmo 111

Ejercicios Espirituales Agustinianos


114
Elogio de Cristo y de todos los jus- Dios, por los siglos de los siglos.
tos Amén.
Comentario de san Agustín Ap 19, 1-2.5-7
En las tinieblas nació la luz para Cántico triunfal de los salvados
los rectos de corazón. Con  razón;
enderezan los rectos su corazón Comentario de san Agustín
hacia Dos, con razón caminan con Alabemos, pues, amadísimos,
su Dios anteponiendo la volun- al Señor que está en los cielos.
tad del Señor a la suya y no pre- Alabemos a Dios. Digamos el
sumiendo soberbiamente nada Aleluya. Hagamos de estos días un
de sus propios méritos, pues se símbolo del día sin fin. Hagamos
acordaron que en otro tiempo del lugar de la mortalidad un sím-
fueron tinieblas y ahora son luz en bolo del tiempo de la inmortali-
el Señor.  Misericordioso, clemen- dad. Apresurémonos a llegar a la
te y justo es el Señor Dios.  Agrada casa eterna. Dichosos los que ha-
que sea misericordioso y clemen- bitan en tu casa, Señor; te alaba-
te, pero quizás aterra que sea jus- rán por los siglos de los siglos. Lo
to el Señor Dios. No desconfíes en dice la ley, la Escritura, la Verdad:
nada, (…) Sé benévolo, apiáda- hemos de llegar a la casa de Dios
te y presta, pues de tal modo es que está en los cielos. Allí alabare-
justo el Señor Dios, que juzga sin mos a Dios no cincuenta días, sino
compasión a aquel que no obra -como está escrito- por los siglos
misericordia. Bueno es el varón — de los siglos. Lo veremos, lo ama-
dice— que se apiada y presta. No te remos y lo alabaremos; ni desapa-
arrojará Dios de su boca como a recerá el ver, ni se agotará el amar,
amargo.  Perdonad —dice— y se ni callará el alabar; todo será eter-
os perdonará; dad, y se os dará. En no, nada tendrá fin. Alabémoslo,
cuanto que perdonas para que se alabémoslo; pero no sólo con la
te perdone, te compadeces; en voz; alabémoslo también con las
cuanto que das para que se te dé, costumbres. Alábelo la lengua,
prestas (en. Ps. 111, 4). alábelo la vida; no vaya en des-
Oración sálmica acuerdo la lengua con la vida, ten-
gan más bien un amor infinito (s.
Señor, haz que en medio de las 254, 8).
tinieblas de nuestra vida siempre
brille tu luz; que nos lleve hacia tu Oración sálmica
verdad y hacia tu reino. Te lo pe- Aumenta, Señor, nuestra esperan-
dimos a ti que vives y reinas en la za de llegar algún día a tu reino
unidad del Espíritu Santo y eres en donde te alabaremos siempre;

Ejercicios Espirituales Agustinianos


115
pues te veremos y te amaremos; de. Y si El permite que hiera, sabe
te amaremos y te alabaremos sin cómo ha de proteger a los suyos:
cesar. Te lo pedimos a ti que vives El Señor ama a quien corrige, y cas-
y reinas en la unidad del Espíritu tiga a todo aquel a quien recibe por
Santo y eres Dios, por los siglos de hijo. Luego ¿qué aplaude el inicuo,
los siglos. Amén. que mi Padre hizo un azote de él?
A él le tomó para ser un sirviente,
Cuaresma a mí me instruyó para ser un he-
1 Pe 2, 21-24 redero. No debemos considerar lo
que permite a los injustos, sino lo
El ejemplo de Cristo que reserva a los justos (en. Ps. 36,
2, 4).
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Se te propone el ejemplo y la pa-
sión de Cristo. Ve lo que sufrió por Señor Jesucristo, tú te entregaste
ti el que no tenía motivo para ello. a la muerte por nuestro amor; haz
Por mucho que padezcas, no lle- que nunca olvidemos que hemos
garás a los insultos, a los azotes, a sido salvados por tu sangre48, y
la vestidura ignominiosa, a la co- que no rechacemos las cruces que
rona de espinas; en una palabra, a tú puedas permitir en nuestras
la cruz, puesto que ya fue abolida vidas, sino que, con tu gracia, las
como pena del género humano. abracemos con amor siguiendo
Antiguamente eran crucificados tus huellas. Te lo pedimos a ti que
los malvados; ahora nadie lo es. vives y reinas por los siglos de los
Fue honrada y extinguida. Se ex- siglos. Amén.
tinguió como pena y permanece
como signo de gloria. Pasó de los
lugares de suplicio a las frentes
de los emperadores. Quien exaltó
tanto sus penas, ¿qué no reservará
a sus creyentes? Con estas cosas,
con estas palabras, con estas alo-
cuciones, con tal ejemplo alienta
el Señor a los justos. Ensáñense
los pecadores cuanto quisieren y
cuanto se les permitiere: El Señor 48
“¿Qué hizo? Murió por ti. ¿Qué prometió? Que
alienta a los justos. Todo cuanto vivirás con El. Más increíble es que muera el Eter-
acontezca al justo, atribúyalo a la no que viva eternamente el mortal. Ya aconteció
voluntad divina, no al poder del lo que es más increíble. Si Dios murió por el hom-
bre, ¿no ha de vivir el hombre con Dios, no ha de
enemigo. Este puede ensañarse; vivir eternamente el mortal, por el cual murió el
herir, si el Señor no quiere, no pue- que vive eternamente?” (en. Ps. 148, 8).

Ejercicios Espirituales Agustinianos


116
LUNES IV leemos también: Tú cambiarás to-
das cosas, y se cambiarán; pero tú
Laudes sigues siendo el mismo, y tus años
Salmo 89 no cambiarán6.  Ved cómo y qué
eternidad se ha hecho nuestro re-
Fuerza de Dios y debilidad del fugio, para que, huyendo de esta
hombre mutabilidad temporal, podamos
refugiarnos en ella y permanecer
Comentario de san Agustín allí para siempre (en. Ps. 89. 2. 3).
  Señor, tú has sido nuestro Oración sálmica
refugio de generación en genera-
ción:  es decir, sea en toda gene- Señor, tú existes desde siempre y
ración, (…) ¿De qué modo se hizo para siempre; míranos a quienes
Dios nuestro refugio? Está claro vivimos sujetos al paso de las ho-
que comenzó a ser para nosotros ras y de los días, y ayúdanos a su-
algo que antes no era, a saber, perar todas las dificultades, para
nuestro refugio; no es que él no poder alcanzar tu reino eterno. Te
existiese antes de ser nuestro re- lo pedimos a ti que vives y reinas
fugio; así lo asegura en lo que si- por los siglos de los siglos. Amén.
gue: Antes que nacieran los montes,
o fuera engendrado el orbe de la tie- Is 42, 10-16
rra, desde siempre y por siempre, tú Himno al Señor victorioso y sal-
existes. Luego tú que siempre eres, vador
antes de existir nosotros, y de que
el mundo existiera, te has hecho Comentario de san Agustín
nuestro refugio desde el momen-
to en que nos hemos convertido a Que se alegren todos los que espe-
ti. (…) Tú existes (…) desde la eter- ran en ti. Naturalmente aquellos
nidad hasta la eternidad, puesto que saborearon lo suave que es el
que Dios es anterior a los siglos, Señor. Su júbilo será eterno y habi-
y no tendrá fin. Pero con toda ra- tarás en ellos. El gozo eterno con-
zón no dice: “Tú exististe desde la sistirá formalmente en la transfor-
eternidad y existirás hasta la eter- mación de los justos en templo de
nidad”, sino que puso el verbo en Dios. Y el morador mismo será el
presente: “Tú existes”, insinuando gozo de los justos. Y hallarán glo-
así que la naturaleza de Dios es ria en ti todos los que aman tu nom-
absolutamente inmutable, donde bre., como haciéndose presente a
no hay el “fue” ni el “será”, sino úni- ellos para que disfruten de lo que
camente el “es”. Por eso está escri- aman. La expresión en ti está bien
to. Yo soy el que soy; y también: El dicha, ya que están en posesión,
que es me ha enviado a vosotros. Y por así decirlo, de la herencia (…).

Ejercicios Espirituales Agustinianos


117
Ellos son la heredad de Dios, aquí tendrás propicio; si no le alabas,
significada por el pasaje:  habita- le ofenderás. Luego la exhorta-
rás en ellos. De este bien quedan ción es buena y útil; de aquí que
excluidos aquellos a quienes Dios debemos poner más empeño en
echa fuera por razón de sus mu- ver cómo debe ser alabado Dios
chos crímenes (en. Ps. 5, 16). que en vacilar en alabarle. Luego
alabad el nombre del Señor. El sal-
Oración sálmica mo (…) nos exhorta a alabar a
Los confines de la tierra cantan Dios. Dios no crece con nuestras
tu gloria y todas las criaturas re- alabanzas, sino nosotros. Dios ni
conocen tu grandeza; haz Señor se hace mejor porque le alabes
que siempre nos unamos a ese in- ni peor porque le vituperes; pero
menso coro que, desde todos los tú, alabando al bien, serás mejor;
confines del universo, te da gloria vituperándolo, peor. Sin embargo,
y reconoce tu grandeza. Te lo pe- Él permanece bueno como es. (…)
dimos a ti que vives y reinas por Pero como a nosotros nos convie-
los siglos de los siglos. Amén. ne alabar al Señor, misericordiosa-
mente manda que le alabemos sin
Salmo 134 arrogancia. (…) Nada extraordina-
rio hacéis alabando los siervos al
Alabanza a Dios protector de su Señor, pues si deberíais alabar al
pueblo Señor aun cuando siempre fueseis
siervos, ¿cuánto más debéis alabar
Comentario de san Agustín
al Señor, siendo siervos, para que
Debe sernos dulce en extremo y merezcáis ser también hijos? (en.
debe regocijarnos aquello a lo que Ps. 134, 1).
nos exhorta este salmo. Comienza
Oración sálmica
así:  Alabad el nombre del Señor.  A
continuación explica por qué es Señor, que escogiste a Israel como
justo que alabemos el nombre propiedad tuya y a la Iglesia como
del Señor, diciendo:  Alabad, sier- tu rebaño; concédele guardar tu
vos, al Señor. ¿Qué cosa más justa, memoria de generación en gene-
qué más digna, qué más grata? En ración, para que tus ovejas sean
efecto, si los siervos no alabasen marcadas con la señal de Cristo,
al Señor, serían soberbios, ingra- pastor eterno. Él, que vive y reina
tos, impíos. ¿Y qué consiguen no por los siglos de los siglos. Amén.
alabando al Señor? Percibirle te-
rrible. El siervo ingrato no consi-
gue, por no querer alabar al Señor,
no ser siervo. Alabes o no alabes, LUNES IV
eres siervo; pero, si le alabas, le Vísperas

Ejercicios Espirituales Agustinianos


118
Salmo 135 Oración sálmica
Acción de gracias a Dios Que siempre te alabemos, Señor,
reconociendo tus acciones en fa-
Comentario de san Agustín vor nuestro; porque eres bueno;
Alabad al Señor, porque es bue- porque tu misericordia es eter-
no, porque su misericordia es eter- na. Te lo pedimos a ti que vives y
na. Este salmo contiene la alaban- reinas por los siglos de los siglos.
za de Dios y termina todos sus ver- Amén.
sillos de la misma manera, es decir, Ef 1, 3-10
con las mismas palabras. Por tan-
to, aun cuando se digan aquí mu- Cristo salvador
chas cosas en alabanza de Dios,
especialmente se recomienda su Comentario de san Agustín
misericordia, la cual no quiso dejar
de conmemorar al final de ningu- En esta humildad ciertamente,
no de los versillos aquel por quien por la que el hombre se hizo se-
el Espíritu Santo compuso este sal- mejante a la vanidad y sus días
mo. (…) Aun cuando se entienda pasaron como sombra, todos son
que después del juicio, en el que hijos de la ira, a no ser que los pre-
al fin del mundo han de ser juzga- destinados para la vida eterna an-
dos los vivos y los muertos, y en- tes de la constitución del mundo
viados los justos a la vida eterna, sean reconciliados con Dios por
y los inicuos al fuego eterno, no el Mediador. En este Mediador te-
habrá ya en adelante hombres de nían también puesta la esperanza
quienes Dios se apiade, con todo, los padres antiguos al conocer por
rectamente puede entenderse espíritu profético que había de
que permanecerá  eternamente  su venir en carne. Luego la palabra
misericordia, la cual dará a sus que a ellos se inspiró sobre este
santos fieles, no porque han de ser Mediador puede entenderse muy
desgraciados eternamente, y, por bien por la que aquí se consigna,
lo mismo, necesitarían de su mise- si tomamos como voz de ellos lo
ricordia eternamente, sino porque que se dijo de ella: Acuérdate de
la misma bienaventuranza que da tu palabra (dada) a tu siervo, con la
misericordiosamente a los desgra- que me infundiste esperanza. Esta
ciados para que dejen de serlo y me consoló en mi humildad. Es de-
comiencen a ser bienaventurados, cir, en mi mortalidad, porque tu pa-
no tiene fin; y, por tanto su mise- labra me vivificó para que tuviese
ricordia es eterna..  Por tanto,  (…) esperanza de vida en mi condena-
alabad al Señor,  porque es bueno ción a muerte (en. Ps. 118, 15, 4).
(…)  porque que es eterna su mise-
ricordia (en. Ps. 135, 1). Oración sálmica

Ejercicios Espirituales Agustinianos


119
Señor, te damos gracias por la
obra de la redención que has rea-
lizado en Cristo49; te pedimos que
no frustremos tu gracia en noso-
tros, sino que, con la ayuda de tu
gracia, podamos perseverar to-
dos los días de nuestra vida para
poder alcanzar algún día tu reino
eterno. Te lo pedimos a ti que vi-
ves y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

49
en. Ps. 90, 2, 1.
Ejercicios Espirituales Agustinianos
120
MARTES IV de Dios, ¿cómo esperas que tenga
misericordia con otros y perdone a
Laudes los desventurados? El que es cruel
Salmo 100 consigo mismo, ¿puede ser mise-
ricordioso con el prójimo? Toda la
Forma de vivir rectamente justicia se reduce a una sola pala-
bra: inocencia (en. Ps. 100, 4).
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Escucha lo siguiente: Caminaba en
la inocencia de mi corazón, dentro Señor, haz que caminemos siem-
de mi casa.  Este camino perfec- pre con rectitud en tu presencia;
to comienza por la inocencia, y que seamos inocentes y no cau-
se llega a él también por ella. No semos mal a nadie, ni devolvamos
pierdas el tiempo en palabras. Sé nunca mal por mal, sino que, por
inocente y has perfeccionado la contrario, tengamos siempre cari-
justicia. Pero ¿qué significa ser dad con todos. Te lo pedimos a ti
inocente? El hombre, por lo que a que vives y reinas, en la unidad del
él toca, perjudica de dos modos: o Espíritu Santo y eres Dios, por los
haciendo desgraciado a alguien, siglos de los siglos. Amén.
o abandonando al desgraciado;
pues tú no quieres que te hagan Dan 3, 26.27.29. 34-41
desgraciado, ni que te abando- Oración de Azarías en el horno
nen en la desgracia, si llegas a ser
desgraciado. ¿Quién hace desgra- Comentario de san Agustín
ciados? El que comete violencias,
o perpetra insidias,(…) e intenta Sea que estemos atribulados y
con perversa voluntad causar (…) angustiados, sea que estemos
algún mal por el que se aflijan. alegres y exultantes, debemos
¿Quién abandona a los desgra- alabar a Dios, puesto que con los
ciados? El que ve al pobre, que sufrimientos nos enseña, y con las
necesita algún auxilio, y pudiendo alegrías nos consuela. La alabanza
ayudarle, le desprecia, pasa de le- a Dios jamás debe apartarse del
jos y aparta de él su corazón. (…) corazón y de la boca del cristiano;
Pero ¿quién es inocente? El que, no debe alabar en las situacio-
sin perjudicar a otros, tampoco nes prósperas, y maldecir en las
se perjudica a sí mismo, ya que el adversas, sino como nos indica
que se perjudica a sí mismo, no aquel salmo:  Bendeciré al Señor
es inocente. Dirá alguno: Yo a na- en todo tiempo, su alabanza está
die he robado, a nadie oprimido; siempre en mi boca. ¿Estás gozoso?
(…) Pero si se arruina a sí mismo, Reconoce al padre que te acaricia;
si destruye en sí mismo el templo ¿sufres? Reconoce al padre que te

Ejercicios Espirituales Agustinianos


121
corrige. Ya sea que acaricie, ya que Por lo demás, quienes no tienen
corrija, está instruyendo a quien le caridad pueden llevar el salterio,
prepara su herencia (en. Ps. 54, 2). pero no pueden cantar. “Yo, pues
–dice-, entre las aguas de la con-
Oración sálmica tradicción te cantaré un cántico
Señor, haz que tu Iglesia no pon- nuevo y jamás harán las aguas de
ga su confianza en los poderes de la contradicción que con su estré-
este mundo sino en tu fidelidad; pito deje de oírse mi salterio.” Con
y que, el recuerdo de las maravi- el salterio de diez cuerdas te cantaré
llas realizadas por ti a lo largo de salmos (en. Ps. 143, 16).
la historia de la salvación, sea su Oración sálmica
fuerza ante las provocaciones, y
la esperanza firme de que no nos Señor haz que siempre te cante-
abandonas. Te lo pedimos a ti que mos con nuestra vida y nuestras
vives y reinas por los siglos de los obras un canto nuevo, recono-
siglos. Amén. ciendo tu gracia y tu grandeza. Te
lo pedimos a ti que vives y reinas
Salmo 143 por los siglos de los siglos. Amén.
La victoria sobre los enemigos es
don de Dios
MARTES IV
Comentario de san Agustín
Vísperas
  ¡Oh Dios!, te cantaré un cántico
nuevo. El cántico nuevo es el cán- Salmo 136
tico de la gracia; el cántico nuevo
es el cántico del hombre nuevo; Nostalgia de Jerusalén en el des-
el cántico nuevo es el cántico del tierro
Nuevo Testamento. Te  cantaré  – Comentario de san Agustín
dice-  un cántico nuevo.  Pero para
que no pienses que la gracia se ¿Cuáles son los ríos de Babilonia
aparta de la ley, siendo así que y qué es nuestro sentarse y llorar
más bien la ley se cumple por la recordando a Sión? Pues si somos
gracia, dice:  Con salterio de diez ciudadanos de ella, no sólo canta-
cuerdas te cantaré salmos. Con sal- remos esto, sino que obraremos; si
terio de diez cuerdas: con la ley de somos ciudadanos de Jerusalén,
los diez mandamientos; con ella es decir, de Sión, y durante esta
te cantaré salmos, con ella te ale- vida no habitamos como ciudada-
graré, con ella te cantaré el cán- nos en esta confusión del siglo, en
tico nuevo, porque la plenitud o esta Babilonia, sino que nos halla-
perfección de la ley es la caridad. mos detenidos cautivos, conviene

Ejercicios Espirituales Agustinianos


122
que no sólo cantemos estas cosas, los ángeles. Mi salterio es mi gozo;
sino que las ejecutemos con el pia- pero el gozo mío, que procede de
doso afecto del corazón, con el an- las cosas inferiores, es el gozo que
helo religioso de la eterna ciudad. manifiesto delante de los hom-
Esta ciudad que se llama Babilonia bres; el gozo de las cosas superio-
también tiene sus propios amado- res es el que demuestro delante de
res, que atienden a la paz tempo- los ángeles. El impío no conoce el
ral, y, no esperando otra cosa, todo gozo del justo: El gozo no es de los
su gozo lo cifran y lo circunscriben impíos, dice el Señor4.  El impío se
a esto, (…)Los ríos de Babilonia alegra en la taberna, el mártir en la
son todas las cosas que se aman cárcel. (…)Y alabaré tu nombre por
aquí y pasan (…) Sentémonos tu misericordia y por tu verdad. Por
junto a los ríos de Babilonia, no estas dos cosas alabaremos, pues
debajo de ellos; nuestra humildad así se lee también en otro sal-
debe ser tal, que no nos sumerja; mo:  Todos los caminos del Señor
sin embargo, siéntate humilde y son misericordia y verdad. Por estas
habla, mas no como en Jerusalén, dos cosas alabaremos: por tu mise-
pues allí estarás de pie (…) Allí se- ricordia y por tu verdad. Por la mise-
rás ensalzado si aquí, alabando y ricordia miraste al pecador, por la
arrepintiéndote, te humillas  (en. verdad le diste la promesa. Luego
Ps. 136, 2.3.4). por tu misericordia y verdad te ala-
baré (en. Ps. 137, 3.5).
Oración sálmica
Oración sálmica
Señor, que nunca nos dejemos
arrastrar por los ríos de Babilonia; Señor, haz que te alabaremos
sino que siempre pongamos toda siempre por tu misericordia y por
nuestra esperanza en la Jerusalén tu verdad; ya que por tu misericor-
celeste, donde reinaremos conti- dia nos has perdonado, y por tu
go para siempre. Te lo pedimos a ti verdad nos invitas a tu reino eter-
que vives y reinas por los siglos de no. Te lo pedimos a ti que vives y
los siglos. Amén. reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Salmo 137
Ap 4, 11; 5, 9.10.12
Acción de gracias por los bienes
recibidos de Dios Himno de los salvados
Comentario de san Agustín Comentario de san Agustín
Y delante de los ángeles te cantaré Tenemos un abogado ante al Padre,
salmos.  No cantaré salmos delan- Jesucristo, el justo, y él es la propi-
te de los hombres, sino delante de ciación por nuestros pecados. Pero

Ejercicios Espirituales Agustinianos


123
aquello quedó escrito del citado tales, vivamos una vida de santi-
sacerdote, a quien éstos no com- dad, orando e intercediendo los
prenden, para que el pueblo fuese unos por los otros. Te lo pedimos
advertido proféticamente que el a ti que vives y reinas por los siglos
sacerdote debe ser reconocido de de los siglos. Amén.
tal manera, que por él nadie nece-
sitara rogar. ¿Y quién es aquél por
el que nadie ruega, sino el que in-
tercede por todos? Pero como en
tiempos antiguos el sacerdocio era
levítico, y el sacerdote entraba en
el Santuario, y ofrecía las víctimas
por el pueblo. Pero aquello era una
imagen, no la realidad de un futu-
ro sacerdote concreto. En aquel
entonces también los sacerdotes
eran pecadores, como el resto de
los hombres; y queriendo Dios
enseñar al pueblo, de una forma
profética, que anhelase un sacer-
docio tal que intercediera por to-
dos, mientras que por él nadie tu-
viese que orar. Y para identificarlo,
lo señaló diciendo: cuando peque
el pueblo, el sacerdote orará por él;
pero si peca el sacerdote, ¿quién ro-
gará por él? Por tanto, pueblo que
escuchas, elige un sacerdote tal,
que no te veas obligado orar por
él, sino que tú puedas estar confia-
do en su oración por ti. Y éste es el
Señor nuestro Jesucristo, el único
Sacerdote, el único mediador en-
tre Dios y los hombres, el hombre
Cristo Jesús (en. Ps. 36, 2, 20).
Oración sálmica
Haz, Señor, que nos reconozca-
mos siempre como miembros del
Cuerpo de Cristo50, y que, como
50
en. Ps. 26, 2, 2.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


124
MIÉRCOLES IV Júbilo por la nueva Jerusalén
Laudes Comentario de san Agustín
Salmo 107 Escucha, hija, y mira; inclina tu
oído.  Escuchar es poco: debes
Petición de ayuda a Dios escuchar con humildad:  Inclina
Comentario de san Agustín tu oído. Olvida tu pueblo y la casa
paterna. Había un cierto pueblo y
Hasta Idumea extenderé mi calza- una casa paterna, en la que tú has
do. Es la Iglesia, que dice: Llegaré nacido: (…) Olvida tu pueblo y la
hasta Idumea. Recrudézcanse las casa paterna.  Él te engendró de-
tribulaciones, hierva el mundo en forme, al hacerte pecadora: este
escándalos, yo extenderé mi calza- otro, que justifica a la impía, te ha
do hasta Idumea, hasta los que lle- regenerado y hecho bella.  Olvida
van una vida terrena (puesto que tu pueblo y la casa paterna. (…)
Idumea significa “terrena”); hasta Prendado está el rey de tu belle-
ellos,  hasta Idumea extenderé mi za. ¿De qué belleza, sino de la que
calzado.  ¿Qué calzado? El de los él mismo le dio? Está prendado de
mensajeros del Evangelio.  ¡Qué la belleza.  ¿La belleza de quién?
hermosos son los pies de los que ¿De la pecadora, de la malvada, de
anuncian la paz, de los que anun- la impía, (…)? No, sino de aquélla
cian el bien!   Y también:  Tened de quien se dice: ¿Quién es ésta que
calzados los pies con la intención asciende toda blanqueada?  Antes
de anunciar el Evangelio de la no estaba blanca, pero después ya
paz.  (…)  No desfallezcamos en estaba de blanco. Porque aunque
la predicación del Evangelio, no vuestros pecados sean como la
desfallezcamos en el anuncio del púrpura, los volveré blancos como
Señor.  Hasta Idumea extenderé mi la nieve. Prendado está el rey de tu
calzado (en. Ps. 59, 11). belleza.  ¿Qué rey es éste?  Porque
él es tu Dios. Mira bien si no debes
Oración sálmica abandonar a aquel padre tuyo, y
aquel tu pueblo, y venir a este rey,
Haz, Señor, que nunca desfallez-
Dios tuyo: es tu Dios, es tu rey. Sí,
camos en la predicación del evan-
tu rey, y además es tu esposo. Te
gelio; que, con nuestras palabras y
casas con el rey Dios, embellecida
acciones, lo llevemos al encuentro
por él, engalanada por él, redimi-
con Cristo. Te lo pedimos a ti que
da por él y por él sanada. Todo lo
vives y reinas por los siglos de los
que tienes para complacerle, de él
siglos. Amén.
lo has recibido (en. Ps. 44, 25.26).
Is 61, 10-62, 5.
Oración sálmica

Ejercicios Espirituales Agustinianos


125
Haz, Señor, que amemos siempre ces penosos durante esta vida y
a la Iglesia, tu esposa; que nos sin- llenos de inquietudes y tempesta-
tamos parte de ella, orando por des, sin embargo, elevada el alma
sus pecados y alabándote por su con esta esperanza, puesto que se
santidad. Te lo pedimos a ti que goza en la esperanza, conforme
vives y reinas por los siglos de los dice el Apóstol: Gozándonos en la
siglos. Amén. esperanza y soportando en la tri-
bulación2, se encamina hacia Dios
Salmo 145 para alabarle y le dice: Alaba, alma
Invitación a confiar en Dios mía, al Señor (en. Ps. 145, 2).

Comentario de san Agustín Oración sálmica

Alaba, alma mía, al Señor.  Alguna Haz, Señor, que te alabemos en to-
vez, hallándote en las tribulacio- das las circunstancias de nuestra
nes y tentaciones de la vida pre- vida; que reconozcamos nuestros
sente, quieras o no, perturba tu pecados, sabiendo que nuestra
alma. (…) Pero para apartar de esperanza está en tu infinita mi-
sí esta perturbación le sugiere el sericordia. Te lo pedimos a ti que
gozo no de la realidad, sino de la vives y reinas por los siglos de los
esperanza, y le dice al alma pertur- siglos. Amén.
bada, acongojada, triste y afligi-
da: Espera en el Señor, porque aún
le le alabaré.  Él, como si su alma, MIÉRCOLES IV
que le conturbaba con la triste-
za, le dijese: “¿Por qué me dices: Vísperas
Espera en el Señor?”, afianzó la Salmo 138
esperanza, con la cual levantó su
espíritu en la confesión o alaban- La omnipotencia e omnisciencia
za. Con todo, el alma le respon- de Dios
de: “La conciencia de los pecados
me llama a cuentas; yo conocí Comentario de san Agustín
los pecados que cometí, y me di-
Tú conociste cuando me siento y
ces:  ¿Espera en el Señor?”  Pecaste;
cuando me levanto. ¿Qué significa
es cierto. Entonces ¿por qué es-
esta sesión y este levantamiento?
peras? Porque le alabaré. Así como
El que se sienta se humilla. Luego
Dios aborrece al que defiende sus
el Señor se sentó en la pasión y
pecados, así ayuda al que los con-
se levantó en la resurrección.(…)
fiesa. Teniendo esta esperanza, la
Si queréis tomar aquí la voz de la
cual no puede subsistir sin gozo,
Cabeza representando al Cuerpo,
aun cuando nos hallemos en tran-
digamos también nosotros: Tú co-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


126
nociste cuando me siento y cuando Col 1, 12-20
me levanto.  El hombre se sienta
cuando se humilla arrepintién- Hemos sido llevados al reino de
dose, pero se levanta, una vez la luz por Cristo
perdonados los pecados, cuando Comentario de san Agustín
se eleva en esperanza a la vida
eterna. Por eso se dice también El Señor, fundador de Jerusalén,
en otro salmo:  Levantaos después conoció a los ciudadanos de ella
de haberos sentado los que coméis que predestinó, a los cuales ve
el pan del dolor. Comen el pan del que, estando aún bajo la domina-
dolor los penitentes (…).  Luego ción del diablo, sin embargo, han
¿qué significa: Levantaos después de ser redimidos con la sangre de
de haberos sentado? No te ensalces Cristo. Los conoció antes de que
si antes no te hubieres humillado. ellos se conocieran a sí mismos.
Muchos pretenden levantarse an- (…) dos profetas (…) estuvieron
tes de sentarse; quieren aparecer en aquel tiempo en la cautividad:
justos antes de haberse confesado Jeremías y Ezequiel, y (…) canta-
pecadores. Luego si tomáis como ron algunas cosas cuando comen-
dicho por nuestra Cabeza:  Tú co- zaron a salir (de la cautividad).
nociste cuando me siento y cuando Comienza a salir quien comienza a
me levanto,  entendedlo como si amar. Muchos salen ocultamente;
hubiera dicho: “Tú conociste mi los pies de los que salen son los
pasión y mi resurrección”. Si lo to- afectos del corazón. Salen, pues,
mas como consignado en repre- de Babilonia. ¿Qué significa salir
sentación de su Cuerpo, entiénde- de Babilonia? Salir de la confu-
lo como si hubiera dicho: “Delante sión. ¿Cómo se sale de Babilonia,
de ti confesaré mis pecados y por es decir, de la confusión? Quienes
tu gracia fui justificado” (en. Ps. primeramente estaban mezclados
138, 4). o confundidos con idénticos de-
seos, comienzan a ser distinguidos
Oración sálmica por la caridad; y, ya distinguidos o
Señor, tú conoces y penetras separados, no están confundidos
nuestros pensamientos y nuestros o mezclados (en. Ps. 64, 2).
corazones; haz que nuestras men- Oración sálmica
tes estén siempre dirigidas hacia
ti, y que nuestros deseos estén Haz, Señor, que pongamos nues-
puestos sólo en los bienes de tu tro gozo y nuestra esperanza en
reino. Te lo pedimos a ti que vives los bienes de tu reino; que ningu-
y reinas por los siglos de los siglos. na cosa de la tierra pueda apartar-
Amén. nos del camino que conduce hacia
tu reino eterno. Te lo pedimos a ti

Ejercicios Espirituales Agustinianos


127
que vives y reinas por los siglos de nuestra vida a la tierra. Vigilemos
los siglos. Amén. contra ellos para que podamos
decir: Nuestra conversación está en
JUEVES IV los cielos (en. Ps. 142, 7).
Laudes Oración sálmica
Salmo 142 Señor, protégenos de nuestros
Petición de ayuda a Dios enemigos y adversarios; que no
nos roben la esperanza de parti-
Comentario de san Agustín cipar algún día en tus bienes eter-
nos; que busquemos con afán y
Porque el enemigo persiguió mi constancia los bienes de arriba. Te
alma y abatió mi vida en la tie- lo pedimos a ti que vives y reinas
rra.  (…) contemplad a nuestra por los siglos de los siglos. Amén.
Cabeza rogando por nosotros en
estas palabras:  Porque el enemigo Is 66, 10-14A
persiguió mi alma. Es verdad que el
diablo persiguió la vida de Cristo, Consuelo y alegría de la ciudad
y Judas la vida de su Maestro. Pero de Dios
el diablo aún permanece persi- Comentario de san Agustín
guiendo el Cuerpo de Cristo; a
Judas le sucede otro Judas. Luego El Señor es grande en Sión.  (…)
no le falta motivo al Cuerpo para ¿Quieres saber ahora qué es Sión?
decir:  Porque el enemigo persiguió Sabemos que Sión es la ciudad
mi alma y abatió mi vida en la tie- de Dios. Se ha llamado Sión a la
rra. Abatió –dice- mi vida en la tie- ciudad que tiene el nombre de
rra (…) ¿Qué intenta ejecutar con Jerusalén; (…) Y como es manifies-
nosotros el que nos persigue? to que Sión es la ciudad de Dios,
Que abandonemos la esperanza ¿cuál es la ciudad de Dios, sino la
celeste y gustemos la tierra; que, santa Iglesia? De hecho, los hom-
cediendo al perseguidor, amemos bres que se aman mutuamente,
las cosas terrenas. Ellos, en cuanto y que aman a Dios que habita en
está de su parte, hacen esto; pero ellos, son los que constituyen la
no permitamos que nos acontez- ciudad de Dios. Y como toda ciu-
ca a quienes se dice: Si resucitasteis dad es gobernada por alguna ley,
con Cristo, gustad las cosas de arri- la ley que los gobierna es la ca-
ba, en donde está Cristo sentado a ridad, el amor, Dios mismo. (…)
la derecha de Dios. Buscad las cosas Luego la Iglesia es Sión, y en ella
de arriba, no las que están sobre Dios es grande. Permanece en
la tierra (…). Luego ellos o ensa- ella, y Dios no estará fuera de ti.
ñándose claramente o insidiando Estará en ti, porque perteneces a
ocultamente, intentan arrastrar
Ejercicios Espirituales Agustinianos
128
Sión, eres miembro y ciudadano vivir bien. La alabanza de los im-
de Sión, perteneciente a la socie- píos desagrada a Dios. Él atiende
dad del pueblo de Dios. Dios esta- más a cómo vives, que a cómo
rá en ti, encumbrado sobre todos cantas. Sin duda, quieres tener
los pueblos, sobre aquellos que se paz con Aquel a quien alabas.
llenan de ira, o sobre los que se en- Pero ¿cómo la podrás tener con
furecían (en. Ps. 98, 4). Él, cuando contigo mismo no la
tienes? (…) Grata es la alabanza a
Oración sálmica nuestro Dios.  La alabanza puede
Señor, que nunca nos falte la ser grata al hombre cuando oye
fuerza alentadora de tu gracia en alabar con armoniosas y agudas
nuestra peregrinación hacia la sentencias, y dulce voz al loador.
Jerusalén celeste; pues sólo, con Pero sólo es grata a nuestro Dios la
tu ayuda, podremos recorrer con alabanza, que se basa en el buen
confianza nuestro camino en esta vivir, puesto que Él aplica el oído,
tierra. Te lo pedimos a ti que vives no a la boca, sino al corazón; no
y reinas por los siglos de los siglos. a la lengua, sino a la vida del que
Amén. alaba (en. Ps. 146, 3).

Salmo 146 Oración sálmica

La fuerza, bondad y caridad del Señor, haz que te alaben nuestra


Señor vida y nuestros labios, reconocien-
do siempre tu grandeza y tu bon-
Comentario de san Agustín dad infinita. Te lo pedimos a ti que
vives y reinas por los siglos de los
Alabad al Señor, porque es bueno siglos. Amén.
el salmo,  añadió:  La alabanza es
grata a nuestro Dios.  ¿Cómo será
grata la alabanza a nuestro Dios?
Cuando se le alaba viviendo bien.
Oye entonces cómo le será grata
la alabanza. En otro sitio dice: No
es preciosa la alabanza en la boca
del pecador.  Si no es bella la ala-
banza en boca del pecador, tam-
poco será grata. ¿Quieres que sea
grata tu alabanza a Dios? Que no
interrumpan las malas costum-
bres, tus buenos cánticos.  Grata
es la alabanza a nuestro Dios. ¿Qué
dijo? Que quienes alabáis debéis

Ejercicios Espirituales Agustinianos


129
Ejercicios Espirituales Agustinianos
130
JUEVES IV mío.  Siendo  amparador mío,  no
caeré; (siendo)  libertador mío,  no
Vísperas me enredaré; (siendo)  protector
Salmo 143 mío, no seré herido. Protector mío,
y en Él esperé. En todas estas cosas,
La victoria sobre los enemigos es en todo mi trabajo, en todos mis
don de Dios combates, en todas mis dificulta-
des, esperé en Él (en. Ps. 143, 9).
Comentario de san Agustín
Oración sálmica
Misericordia mía y refugio mío, am-
parador mío y libertador mío.  El Señor, tu gracia es la que nos alla-
combatiente se esfuerza mucho na el camino y adiestra nuestras
en el mundo teniendo la carne manos para el combate y nues-
que codicia contra el espíritu (…) tros dedos para la pelea; haz que
Pero llegará tiempo en el que siempre confiemos y esperemos
conseguirás plenamente lo que en ti. Te lo pedimos a ti que vives
quieres; cuando fuere sumida la y reinas por los siglos de los siglos.
muerte en victoria; cuando, ha- Amén.
biendo resucitado este cuerpo
mortal, se cambie en constitución Ap 11, 17-18; 12, 10b-12A.
angélica y vuele hacia lo alto en El juicio de Dios
cualidad celeste.  (…)  Ahora os
halláis en la lucha, combatís en Comentario de san Agustín
la contienda, y, sin embargo, de-
seáis la paz.  ¿Quién es el hombre (…) Nuestro Señor Jesucristo, que
que quiere vivir y desea ver días ya padeció por nosotros y resu-
buenos?  ¿Quién hay que no diga: citó, es cabeza de la Iglesia; que
“Yo”? Habrá vida, habrá días bue- la Iglesia es cuerpo suyo y que,
nos (…) en donde no se dirá: “lu- en este cuerpo, la unión de sus
cha”, sino: “goza.” Pero ¿quién es el miembros y la trabazón de la cari-
que desea estos días? Todo hom- dad es el equivalente a la salud. A
bre dice sin duda: “Yo.” Oye lo que su vez, aquel en quien se enfríe la
sigue (…): Adiestra las manos para caridad está enfermo en el cuerpo
la batalla, y los dedos para la gue- de Cristo. Pero el que ya glorificó
rra. Refrena tu lengua del mal y no a nuestra cabeza tiene poder tam-
hablen engaño tus labios; apártate bién para sanar a sus miembros
del mal y obra el bien.  ¿Cómo po- enfermos, a condición de que una
drás obrar bien si no te apartas del excesiva impiedad no los ampute,
mal? (…) Aprende, di: Misericordia sino que permanezcan adheridos
mía y refugio mío, amparador al Cuerpo hasta lograr la salud. En
mío y libertador mío, protector efecto, para todo miembro que

Ejercicios Espirituales Agustinianos


131
aún esté adherido al cuerpo hay Oración sálmica
esperanza de salud; en cambio, el
que haya sido amputado no pue- Señor, danos tu gracia, para que
de ser curado, ni sanado. Así, pues, seamos siempre dignos miem-
como él es la cabeza de la Iglesia y bros de tu cuerpo; así, al llegar el
la Iglesia su cuerpo, el Cristo ente- día del juicio final, podamos estar
ro lo forma el conjunto de la cabe- para siempre unidos a ti, que eres
za y el cuerpo. Él ya resucitó: por nuestra Cabeza. Te lo pedimos a ti
tanto, la cabeza la tenemos ya en que vives y reinas en la unidad del
el cielo. Nuestra cabeza intercede Espíritu Santo y eres Dios, por los
por nosotros. Nuestra cabeza, li- siglos de los siglos. Amén.
bre del pecado y de la muerte, nos
hace propicio a Dios ante nuestros
pecados, a fin de que también no-
sotros, una vez resucitados al fin
del tiempo y transformados con
vistas a la gloria celeste, sigamos a
nuestra cabeza. (s. 137, 1).

Ejercicios Espirituales Agustinianos


132
VIERNES IV herida del pecado con la medicina
de tu misericordia. Que nunca es-
Laudes condamos nuestras heridas y pe-
Salmo 50 cados ante ti, que eres el Médico
divino; para que tú nos cures y nos
Reconocimiento de la propia cul- otorgues la salvación. Te los pe-
pa y petición de perdón dimos a ti, que vives y reinas con
el Padre en la unidad del Espíritu
Comentario de san Agustín Santo y eres Dios por los siglos de
los siglos. Amén.
Lávame más y más de mi injusti-
cia. ¿Qué significa más y más? Por Tob 13, 10-15; 17-19
completo de mis iniquidades.
Lava en absoluto los pecados del Acción de gracias
que pecó conociendo tú que la-
vaste los del que pecó ignorando, Comentario de san Agustín
y así no habrá que desesperar de   Bendeciré al Señor.  ¿Cuándo  ben-
tu misericordia. Y límpiame de mi deciré al Señor? ¿Cuándo te ha he-
delito. ¿En razón de qué? Es mé- cho un beneficio? ¿Cuándo hay
dico; ofrécele salario. Es Dios; dale abundancia de bienes de este
el sacrificio. ¿Qué has de dar para mundo? ¿Cuándo hay gran abun-
que te limpie? Atiende a quién in- dancia de aceite, vino, oro, plata,
vocas; invocas al justo. Si es justo, propiedades, ganado; cuando esta
odia los pecados; si es justo, cas- nuestra salud mortal permane-
tiga el pecado; no podrás apartar ce robusta e intacta; (…) cuando
del Señor Dios su justicia. Implora rebosa la casa en felicidad com-
misericordia, pero atiende a la pleta, y fluye a nuestro alrededor
justicia. La misericordia consiste toda clase de bienes, es entonces
en perdonar los pecados; la justi- cuando bendecirás al Señor? No;
cia, en castigarlos. Entonces, ¿qué sino  en todo tiempo.  Por lo tanto
sucede? Si buscas la misericordia, ahora mismo, y también cuando
¿quedará impunes los pecados? estas cosas, según las circunstan-
(…) No quedarán impunes; pero cias y los castigos de nuestro Dios
no quiero que tú me castigues, y Señor quedan trastornadas, o
puesto que yo los castigo; por tan- nos son arrebatadas, o surgen
to, pido que me perdones, porque más pobremente, o las ya nacidas
yo los reconozco y detesto (en. Ps. se van disipando. Suceden estas
50, 7). cosas, y de ahí viene la escasez,
Oración sálmica la pobreza, la fatiga, el dolor y las
pruebas. Pero tú, que has can-
Señor, ven en socorro de la grave tado:  Bendeciré al Señor en todo

Ejercicios Espirituales Agustinianos


133
tiempo, su alabanza está siempre los espectáculos que Dios ofrece
en mi boca, cuando todo esto te lo de las cosas invisibles. ¡Con cuánta
da, bendícele; y cuando todo esto belleza hirió el conocimiento de
te lo quita, bendícele. Porque él es la paz vuestros corazones! ¿Qué
quien lo da, y él quien lo quita; sin hablaré yo ya de la paz o en ala-
embargo él mismo nunca se aleja banza de la paz? Vuestro afecto se
de quien lo bendice (en. Ps. 33, 2, anticipó a todas mis palabras; no
3). lo lleno, no puedo, soy incapaz.
Difiramos todas estas alabanzas
Oración sálmica de la paz para la patria de la paz.
Haz, Señor, que nuestra vida sea Allí la alabaremos cumplidamente
una continua alabanza a tu infini- cuando la poseamos por comple-
ta sabiduría; y que, también, todos to. Si ahora, incoada en nosotros,
los pueblos de la tierra se unan a la amamos de este modo, ¡cómo
nosotros en la alabanza que, hu- la amaremos cuando la poseamos
mildemente, te tributamos. Te lo por completo!  (en. Ps. 147, 15).
pedimos a ti que vives y reinas por Oración sálmica
los siglos de los siglos. Amén.
Señor, concédenos el don de la
Salmo 147 paz; paz en nuestros corazones;
Alabanzas a Dios por la restaura- paz en las familias y ciudades; paz
ción de Sión en el mundo. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de
Comentario de san Agustín los siglos. Amén.
Bendijo a tus hijos en tu recin-
to.  ¿Quién? El que puso tus fronte-
ras en paz. ¡Cómo os alborozáis to- VIERNES IV
dos! Hermanos míos, amad la paz. Vísperas
Me deleito mucho cuando se deja
oír en vuestros corazones el amor Salmo 144
de la paz. ¡Cómo os deleitó! Nada
había dicho, nada había expuesto Canto a la majestad y bondad de
yo; recité únicamente el versillo y Dios
clamasteis. ¿Qué cosa clamó de Comentario de san Agustín
vosotros? El amor de la paz. ¿Qué
mostré a vuestros ojos? ¿Cómo cla- Grande es el Señor y digno sobre-
máis, si no amáis? ¿Cómo clamáis, manera de alabanza.  (…) Dijo  so-
si no veis? La paz es invisible. ¿Qué bremanera  o  demasiado  porque
ojo la vio para ser amada? No sería su grandeza no tiene límite, para
aclamada si no se amase. Estos son que no suceda que quizá comien-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


134
ces a querer alabar y pienses que ne, ordena, inventa, pule y repule;
alabando puedas llegar al térmi- ni tampoco como un emperador
no de la alabanza de Aquel cuya sentado en el trono real, brillante
grandeza no conoce el fin. Luego y engalanado y creando por real
no pienses que puede ser alabado decreto. Quebrantad los ídolos de
suficientemente Aquel que en su vuestros corazones; prestad aten-
grandeza no tiene fin. Por tanto, ción a lo que se dijo a Moisés cuan-
¿no es mejor que así como Él no do preguntó cuál era el nombre de
tiene límite, que no lo tenga su Dios: Yo soy el que soy. Todo cuan-
alabanza? Su grandeza no tiene to es, en comparación con él, es
límite, no lo tenga tu alabanza. como si no fuera. Lo que realmen-
(…) Cuando mueras en cuanto a te es desconoce cualquier clase de
la carne, no dejarás de alabar al mutación. Todo lo que cambia y es
Señor (…)   Si nunca dejas de ser inestable y durante cierto tiempo
de Él, nunca cesarás de alabarle. no cesa de sufrir mutaciones, fue
Si mientras vives en el mundo eres y será: en ello no incluyes lo que
de Él, ¿podrás temer que, cuando es. Dios, en cambio, carece de fue
hubieres muerto, no has de ser de y será. Lo que fue, ya no es; lo que
Él? Oye al Apóstol asegurarte.  Si será, aún no es, y lo que llega para
vivimos, para el Señor vivimos; si luego desaparecer, será para no
morimos, para el Señor morimos; ser. Pensad, si podéis: Yo soy el que
luego, sea que vivamos, sea que soy. No os enredéis en antojos ni
muramos, somos del Señor  (en. Ps. os turbéis con pensamientos ca-
144, 5). prichosos y pasajeros. Paraos en el
es, permaneced en el mismo es (s.
Oración sálmica 223A, 5).
Señor, haz que te alabemos siem- Oración sálmica
pre y, ya que tu grandeza no tie-
ne fin, que no lo tenga tampoco Señor, tus días son un hoy eterno;
nuestra alabanza. Te lo pedimos a ayúdanos a no aferrarnos a las co-
ti que vives y reinas por los siglos sas de este mundo, sino a poner
de los siglos. Amén. toda nuestra esperanza en el rei-
no eterno, donde tú siempre eres
Ap 15, 3-4 y nunca pasas. Te lo pedimos a ti
La santidad y grandeza de Dios que vives y reinas en la unidad del
Espíritu Santo y eres Dios, por los
Comentario de san Agustín siglos de los siglos. Amén.
Dios supera a todo, incluido cielo
y tierra. No os lo imaginéis como
si fuera un artesano que compo-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


135
Ejercicios Espirituales Agustinianos
136
SÁBADO IV fundos son tus pensamientos.  (…)
Dios reserva todas las cosas para
Laudes su juicio. Sufren los buenos, por-
Salmo 91 que, como hijos, son azotados.
Exultan los malos, porque son
Dios es magnífico en todas sus condenados como extraños (en.
obras Ps. 91, 8).
Comentario de san Agustín Oración sálmica
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, tus designios son profun-
Señor! ¡Qué profundos son tus de- dos e inescrutables; haz que siem-
signios! En realidad, hermanos, no pre nos aferremos a la cruz de
hay mar con tanta profundidad Cristo y que comprendamos que,
como el pensamiento de Dios, todo lo que permites en nuestras
siendo así que prosperan los mal- vida, es para nuestro propio bien
vados y sufren los buenos. Nada y salvación, con la certeza de que
hay tan abismal, nada tan eleva- nuestra vida está entre tus manos
do; en este abismo, en esta cum- de Padre amoroso. Te lo pedimos
bre naufraga todo infiel. ¿Quieres a ti que vives y reinas en la unidad
atravesar este abismo? No te apar- del Espíritu Santo y eres Dios, por
tes del leño de Cristo: no te hundi- los siglos de los siglos. Amén.
rás; mantente asido a Cristo. ¿Qué
pretendo decirte al afirmar que te Ez 36, 24-28
mantengas asido a Cristo? Esta fue Dios renueva a su pueblo
la razón por la que quiso sufrir en
la tierra. (…) ¿Por qué quiso sufrir Comentario de san Agustín
todo esto, sino para consolar a los
que sufren? Él habría podido re- Pero, así como estos cuerpos se
sucitar su carne al fin del mundo; ven con nuestros ojos, así a Dios se
pero si tú no lo hubieras visto resu- le ve (…) con el corazón (…) Pero
citado, te faltaría motivo para es- ¿Dónde está el corazón, desde el
perar; no quiso tardar en resucitar cual se le podrá ver? Dichosos, dice
su cuerpo, para que tú no tuvieras Jesús,  los limpios de corazón, por-
ninguna duda de tu resurrección. que ellos verán a Dios. Oigo, creo,
Soporta, pues, y tolera las tribula- y en, cuanto puedo, entiendo que
ciones de este mundo por aquel se puede ver a Dios con el co-
final que has visto en Cristo, y que razón, y que sólo lo pueden ver
no te perturben los que obran el los que tienen un corazón puro.
mal y, no obstante prosperan en Pero oigo también otro pasaje de
este mundo.  (…) Demasiado pro- la Escritura:  ¿Quién se gloriará de

Ejercicios Espirituales Agustinianos


137
tener un corazón casto? ¿O quién De la boca de los niños de pecho
se gloriará de estar limpio de pe- has completado tu alabanza para
cado?  (…) Sin embargo, se le ha que en la fe de las Escrituras se
prometido al corazón humano la inicien cuantos ansían llegar al
visión de Dios, invitándole previa- conocimiento de tu magnificen-
mente a su purificación; esto dice cia elevada por encima de ellas,
la Escritura: Prepara cómo vas a ya que adelanta y supera todos los
ver lo que amas, antes de verlo. elogios de palabras y de lenguas.
Una vez oído a Dios y su nombre, Dios, por consiguiente, abajó las
¿a quién no le será dulce lo que Escrituras hasta la capacidad de
oye, a no ser que sea un impío, los niños y lactantes (…) Este ges-
que se ha alejado mucho, que to lo realizó pensando en sus ene-
se ha separado demasiado? (…) migos, que, siendo enemigos de
Porque los otros están alejados de la cruz de Cristo debido a su pom-
Dios, y por tanto en tinieblas, y de posa charlatanería, ni siquiera
tal modo sumergidos en ellas, que cuando expresan alguna verdad
sus ojos no sólo no anhelan la luz, puede ser de provecho ni a los
sino que le tienen horror; y a noso- párvulos ni a los niños de pecho.
tros, que nos encontrábamos ale- Así se consuma la destrucción del
jados, ¿qué se nos dice?  Acercaos enemigo (…) El punto de partida
a él y seréis iluminados6. Pero para para aniquilar al enemigo (…) es la
que te acerques y seas iluminado, contemplación de los cielos, obra
deben antes desagradarte tus ti- de los dedos de Dios. Es decir, la
nieblas; rechaza lo que eres, para comprensión de las Escrituras,
que puedas llegar a ser lo que no acomodadas a la lentitud de los
eres (en. Ps. 99, 5). niños. Por el camino humilde de
la fe histórica, que tuvo su desa-
Oración sálmica rrollo en el tiempo, lleva a estos
Señor, danos un corazón nuevo y niños, bien alimentados y vigori-
puro que te ame y te contemple; zados, a la inteligencia sublime de
pues sólo los limpios de corazón las realidades eternas, y los eleva
te podrán ver, y podrán ver las co- hasta las realidades que tonifican.
sas como las ves tú. Te lo pedimos Naturalmente que estos cielos,
a ti que vives y reinas por los siglos es decir, estos libros son obra del
de los siglos. Amén. dedo de Dios (en. Ps. 8, 8).

Salmo 8 Oración sálmica

El hombre centro de la creación Señor, haznos sencillos como los


niños, para que podamos descu-
Comentario de san Agustín brir tu grandeza escrita en todo el

Ejercicios Espirituales Agustinianos


138
universo y así, con la humildad de
nuestra vida, te alabemos y te de-
mos gracias. Te lo pedimos a ti que
vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


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