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SEXUAL
MASCULINA –
Disfunción Eréctil
– Disfunción eréctil.
– Eyaculación precoz.
– Falta de libido.
– Dificultades para eyacular.
La salud sexual es actualmente un importante factor en la calidad de vida
de las personas. La impotencia sexual, a pesar de no ser un problema de
salud que acarree riesgos de vida, puede traer consecuencias indeseables
en la vida personal del paciente, influyendo en sus relaciones y en su
autoestima, pudiendo, incluso, llevar al paciente a la depresión.
Para que el cuerpo cavernoso se llene de sangre, se necesita una señal del
sistema nervioso central, liberando una sustancia llamada óxido nítrico.
Este neurotransmisor es el que relaja los vasos sanguíneos del cuerpo
cavernoso, facilitando la entrada de sangre en el mismo. Mientras haya
óxido nítrico en el cuerpo cavernoso, el pene se mantendrá lleno de sangre
y, por lo tanto, erecto; cuando lo niveles de óxido nítrico caen, la erección
termina.
Además del estrés cotidiano, la ansiedad por el acto sexual también es una
causa común de la impotencia. La obligación que la sociedad impone al
hombre de siempre tener que estar listo para satisfacer a la mujer,
transformando una falla en algo vergonzoso, acaba por crear demasiada
presión en algunas personas. La ansiedad en relación al rendimiento
acaba creciendo si el hombre ya experimentó dificultades anteriormente.
En algunos casos, la preocupación en tener y mantener la erección acaba
por tornarse el principal foco, haciendo que el acto sexual en sí quede en
segundo plano. Este nerviosismo se transforma en una «bola de nieve»,
causando nuevos episodios de impotencia, que a su vez conllevan mayor
ansiedad.
La depresión es otra causa de disfunción eréctil. Así como en la ansiedad,
este proceso se puede auto-alimentar. Muchos hombres no aceptan que su
rendimiento sexual disminuirá con el paso de los años, y, en algunos
casos, la incapacidad de mantener la erección puede conducir a cuadros
depresivos.
Tratamiento de la impotencia
Durante muchos años tratamos la impotencia sexual como una
consecuencia natural del envejecimiento, como si las personas mayores no
tuviesen derecho a una vida sexual activa. Hasta hace algunos años, las
personas longevas no buscaban ayuda médica para la impotencia,
aceptando la disfunción eréctil como algo ineludible.
Sildenafil (Viagra®)
Vardenafil (Levitra®)
Tadalafil (Cialis®)
Esas drogas no deben ser usadas sin supervisión médica, no sólo por los
riesgos de los efectos adversos, sino también porque sin una completa
evaluación pueden resultar ineficaces. Si el paciente presenta, por
ejemplo, deficiencia de la testosterona, el uso exclusivo de Viagra no
resolverá su problema. Si el problema es de orden vascular, el aumento de
óxido nítrico no siempre resultará.