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Por qué lloramos

después de un
orgasmo

No es una reacción que deba preocupar, es más lógico de lo que se piensa

"Pero, ¡cariño!, ¿qué haces llorando? Pensé que te gustaba y lo estábamos


pasando genial". Quizá esta sea una frase típica tras descubrir que tu
pareja rompe a llorar tras el momento del clímax.

Cuando alguien llora, lo solemos asociar a un estado de tristeza o dolor,


pero pocas veces lo hemos visto unido al placer. Por este motivo podría
resultar bastante sorprendente descubrir que nuestra pareja, a veces,
llora tras el orgasmo.

Llegar al orgasmos conlleva una potente liberación de tensión sexual,


pero también mental y emocional, generados todos ellos por las
hormonas, en gran medida.

Tras el orgasmo, lo más habitual es que sintamos ganas de descansar pues


solemos sentir relajación debido a la liberación de oxitocina. Incluso esa
relajación, que genera cierta sensación de cansancio, podría ayudarnos a
conciliar el sueño. Cuestión bastante habitual, por otro lado.
En el libro 'Por qué los hombres se duermen después de darse un
revolcón', los escritores Mark Leyner y Billy Goldberg, aunque reconocen
que la gran responsable de esto sería otra hormona, la prolactina, indican
que la mayor masa muscular masculina es la que realmente determina
que ellos se duerman con mayor facilidad tras el coito, pues presentarían
más adormecimiento y cansancio.

Esta relajación producida por la conocida 'hormona del cariño', junto al


efecto de la liberación de prolactina al torrente sanguíneo, serían las
responsables también de las muestras de afecto con que, en ocasiones,
acompañamos el momento posorgásmico, como quedarnos abrazados,
besar y acariciar a la pareja o expresar con palabras lo mucho que nos
queremos. Para los psicólogos estadounidenses Susan Hughes y Daniel
Kruger esto comportamientos serían una necesidad de la pareja y un
mecanismo para reforzar el vínculo amoroso.

Aunque no siempre sienta bien que te pregunten "¿Me quieres?", más


aún si no es tu pareja habitual, siendo probable que esta situación genere
más rechazo que vínculo.

La prolactina es una respuesta endocrina típica cuando estamos irritados


e incluso deprimidos, igualmente participa en las sensaciones de euforia.
Por lo cual, esa mezcla de relajación, tras una intensa excitación o mucho
estrés acumulado, y el sentimiento de euforia que ofrece protagonizar un
momento de intenso placer, podría hacernos llorar de placer, alegría,
alivio y podría desatar diversas emociones acumuladas.

Existe un estado de conciencia alterada desencadenado por el orgasmo,


conocido como la 'petite mort', donde la 'flojera' se apodera de nuestro
cuerpo y mente y podría brotar de todo o nada, en formato, "no me
hables, no estoy".

Algunos incluso lo denominan el momento 'Nirvana', pues suponen un


estado supremo de felicidad plena, en la ausencia total de dolor y de
deseos. Y, ¿qué mejor que celebrarlo riendo?
REACCIÓN NORMAL
Por todo esto, llorar tras un orgasmo sería algo completamente lógico,
quizá no tan común como otras conductas asociadas al clímax, pero no es
malo ni habría que preocuparse por ello, ni siquiera buscar ninguna
explicación más a allá de entender que la persona lo necesitaba y sucedió.
Quizá te ocurra a ti o a tu pareja, si es así, explícaselo para que no se
asuste y sepa que nada malo sucede con su llanto.

Otra posibilidad es que la persona llore porque realmente se sienta mal.


Bien porque no se encontró a gusto, ni nos dimos cuenta ni supo cómo
comunicarlo, y el malestar le hizo explosionar al finalizar la pasión, por
ejemplo o puede que considere que hizo algo que no tenía que haber
hecho, como acostarse contigo. Lo siento, pero estas cosas suceden y no
tiene que ser por algo relacionado contigo, quizá su situación personal,
amorosa, educacional o incluso religiosa lo explique todo.

Por supuesto, si consideráis que existe algo más profundo bajo esas
lágrimas, habría que solucionarlo buscando la ayuda de un especialista en
psicología, pues quizá haya una depresión o una situación emocional
generadora de malestar, o en sexología, si se trata de cuestiones sobre
educación sexual o alguna disfunción estuviera asociada a esa reacción. Si
la persona no parase de llorar pudiera ser un ataque de ansiedad
desencadenado en ese momento, por tanto, no dudes en consultar o acudir
a un médico.

Ante la duda, lo mejor, preguntar. La mayoría de llantos orgásmicos se


identifican y sabemos rápidamente si es un orgasmo feliz, pero
acompañado de lágrimas y quizá risas. Porque de risa también se llora.

Pero si no identificamos ese llanto, que parece ser triste o doloroso, no lo


dejes pasar. Pregunta a la persona que lloró, sea tu pareja o no, por si
sucedió algo negativo que no percibiste. Lo mismo os partís de risa juntos,
pues no sucedió nada, como descubrís algo más profundo que surgió en
ese momento y hay que solucionar. En estos casos lo mejor es escuchar,
acompañar y comunicarse.

Al final, lo más probable, es que, tras el placer, os echéis unas buenas


risas juntos.

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