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ARGUMENTO DEL DRAMA “OLLANTAY”

Es el siguiente: Ollantay se había casado en secreto con la bella princesa Cusi-Coyllur. El


joven guerrero, sin embargo, se siente obligado a solicitar formalmente la mano de su
adorada Cusi-Coyllur al Inca Pachacútec.

Acude al Inca y le revela el amor profundo que siente por su engreída hija y el gran deseo de
contraer matrimonio. Al escuchar esto, el Inca Pachacútec se muestra furioso y molesto por
las altas pretensiones de un hombre de origen humilde, y rechaza indignado a la propuesta
absurda. El Inca decide castigar a los jóvenes amantes. El Inca manda a encerrar en un
tenebroso calabozo del Acllahuasi a su hija Cusi-Coyllur.

Ollantay logra huir del Cuzco hacia el Antisuyo donde logra organizar con mucho sacrificio
una rebelión contra el Inca Pachacútec. A los pocos meses, Cusi-Coyllur dará a luz a una
hermosa niña: Ima-Súmac. La niña crecerá en una pieza próxima a la de su madre. La lucha
de los rebeldes encabezado por Ollantay y las tropas incaicas de Pachacútec se prologará por
muchos años. El soberano Pachacútec fallece y su hijo Túpac Yupanqui le sucede al trono. El
nuevo Inca manda al general Rumi-Ñahui a combatir con el indomable Ollantay. Rumi-Ñahui
planea la captura del indomable Ollantay. Él se presenta ante Ollantay, todo bañado en
sangre, pidiendo piedad y protección. Ollantay lo reconoce y le pregunta: “¿Quién te ha
hecho daño? ¿Cómo has llegado hasta aquí? Rumi-Ñahui le dice que el nuevo Inca Túpac
Yupanqui ha sembrado el terror y ha teñido de sangre el Cusco.

Ollantay le pide al indeseable Rumi-Ñahui que no se aflige y a cambio de su desgracia, le dará


una gran fiesta en su honor. Rumi-Ñahui aprovecha el descuido de las tropas del Antisuyo
para abrir las enormes puertas de la fortaleza de Ollantay a los hombre del ejército del Cusco
y sorprende al valeroso guerrero. Ollantay es hecho prisionero y llevado a la presencia del
Inca Túpac Yupanqui, ante quien reconoce su culpa. El Inca perdona y le dice “Ven a mí,
desertor. Tú, que acabas de reconocer tu falta, mira. La clemencia colma mis deseos. Caerás
un millón de veces y yo –no lo olvides- un millón de veces te levantaré. Fuiste gobernador
del Antisuyo y perdiste el honor al sublevarte, pero yo te devuelvo los signos del mando”.
Ollantay se conmueve mucho al oír estas palabras llenas de misericordia y no sabe qué
responder, solamente atina a decir: “¡Señor…!” El sacerdote Huilca-Uma le dice que bendiga
su inmensa bondad y le entrega la maza del inca. Ollantay muy emocionado dice: “Baño esta
insignia con mis lágrimas más ardientes” y dirige su mirada al Inca dirigiéndole la palabra
muy emocionado: “Por cien vida sería su siervo. Las fibras de mi corazón serán siempre los
cordones de tus sandalias…” También le dice que Ollantay se establecerá en el Cusco y será
representada del Inca. Después, aparece en escena la niña Ima-Súmac, hija de Ollantay y de
Cusi-Coyllur. La pequeña logran entrar al lugar donde está el Inca y se arroja a sus pies
diciendo: “¡Oh, Inca! todopoderoso, señor mío, saca de la desgracia a una doncella. Extiende
sobre mí tu mano, pues eres hijo del sol. Mi madre ha vivido en el fondo de una terrible
cárcel, condenada a una cruel tortura, consumida de miseria y de pena…” El Inca pregunta:
“¿quién es el inhumano que así la trata?” La pequeña contesta: “Me han dicho que el Inca
ordenó tal castigo”, Túpac Yupanqui dice: “¿El Inca? Llévame adonde tu madre…” La niña
responde: “No hace falta.

Aquí afuera está…” Cuando la princesa está al frente del Inca, éste le pregunta: “¿Quién
eres? ¿Cómo te llamas?” Cusi-Coyllur le pregunta a su hija: “¿Quiénes son estos hombres?
¿Dónde estoy?” Su hija le dice “No temas, madre mía. Es el Inca”. Después Ollantay le
pregunta a la niña: “¿Cómo se llama tu madre?” La niña le responde: “Cusi-Coyllur…”
Ollantay grita de alegría al encontrarse con su esposa después de muchos años de
separación y el Inca reconoce a su hermana Cusi-Coyllur. Así termina el drama con
reencuentro feliz. Es importante señalar lo que dice el doctor Julio Calvo Pérez, en su gran
ensayo “Ollantay, edición crítica de la obra anónima quechua”: “Ollantay es la obra maestra
de la literatura quechua, o al menos lo es como obra versificada”.

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