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Comentario sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos

Por Isaac Del Pino Díaz

Para entender cualquier texto juridico, aparte de realizar la debida tarea de la lectura
conceptual, tenemos que recurrir al contexto historico en el cual se crea dicho texto.

En el caso de tanto el preámbulo cómo los artículos de la Declaración Universal de


Derechos Humanos, recurrir a ello parece que pueda sernos indiferente. Uno de los rasgos
esenciales tanto del preámbulo cómo del articulado es la atemporalidad, es decir, al efectuar
la lectura todo el texto podría ser perfectamente una declaración de Derechos actual.

No obstante, nos compete observar ligeramente el momento historico en el cual se forja.


Concurre durante la revolución Francesa, la cual es para muchos historiadores una marca
clara y evidente de lo que constituiria el fin del absolutismo. Tengamos a cuenta que se
daba el siglo de las luces, la Ilustración. El pueblo francés se veía alimentado por las
ideas de la razón, el cognito ergo sum, el racionalismo de Descartes; así cómo los
conceptos de libertad e igualdad, conceptos ya usados por el depotismo ilustrado que ahora
cobraban sentido frente y no con un Estado opresor que cada vez era más vapuleado por
la muchedumbre ya no ante la falta o carencia de Derechos, sino en primera instancia por
la hambruna y malas condiciones derivadas de unas politicas economicas nefastas.

Ante tal descontento general no es de extrañar que las ideas de Voltaire, Rousseau y
Montesquieu, hiciesen de punta de lanza para el desprestigio de un regimen que se
mostraba ineficaz, tiranico, mentiroso y para nada por la labor de ayudar a sus ciudadanos.

Pero todas estas ideas no son nuevas, ya llevaban tiempo gestandose. La crísis economica y
el malestar social no fuerón más que el momento preciso para darles forma en un nuevo
modelo de Estado más casuistico que buscado.

Así pues comienza un arduo y duro proceso revolucionario. Un proceso lleno de giros
políticos que evidentemente causan cierto descontrol y miedo. Quizás a mi parecer generaban
incluso duda a cerca de “el que estaban haciendo”.

Los revolucionarios eran conocedores de que debían hacer valer las ideas de su acto
revolucionario, así pues plantean el elaborar una constitución dónde plasmar todas esas
ideas que formaban el grueso más que el fondo de la ruptura con el estado anterior.

Con suma sencillez, se elabora la Declaración del de los Derechos del hombre y del
ciudadano que actuaría como prefacio a esa constitución de 1971.

El preambulo es una mera declaración de las ideas que inspiran y alimentan la revolución,
del motor impulsor si así se prefiere. Constituye una exposición muy resumida de las
distintas ideas y objetivos que pretenden seguir. Ciertamente, los franceses no buscaban una
declaración que imponer a todos los demás estados, simplemente buscaban una seguridad en
su propio estado, eludir las condiciones de miseria, el despotismo de las autoridades y el
abuso que les era asociado. No obstante, cabe decir que las ideas de los filosofos de la
ilustración si eran a tomar en cuenta cómo universales, eran ideas que se traducian por lo
que llamamos normas de Derecho natural.

Todas estas normas de Derecho narutal expuestas en la declaración , asi como las condiciones
necesarias para el ejercicio de estos derechos naturales e individuales propiciarán la creación
de un nuevo modelo de estado. Uno Democrático y nacional.
Pese a todo esto, tras una lectura detenida del preámbulo podremos observar cómo ya
vaticinaba, una curiosa atemporalidad. Es curioso observar cómo con toda probabilidad ese
texto para nosotros puede deslindarse de sus antecedentes historicos, es más, si lo leemos
sin tomar en cuenta los datos historiograficos seguro que damos por asumido, valido y
coherente todo el texto.

La declaración de Derechos del hombre y del ciudadano es un fenomeno europeo que nace
de unas pretensiones de ruptura con el regimen anterior, pero las ideas de este fenomeno
trascienden para conformar toda la base socio-juridica de los países democraticos actuales.
Es la conformación casi casuistica de este modelo de estado y su trascendencia en el
tiempo lo que hace tan peculiar a la declaración de Derechos del hombre y del ciudadano.

En el preambulo se comienza hablando de los conceptos de libertad , justicia, paz, igualdad


y dignidad humana, elementos del siglo de las luces, elementos que denominan intrinsecos
al hombre y por tanto son base para el trato racional a tales atribuciones conformando una
explendida base para los bienes jurídicos de vida, trato igualitario ante instituciones y el
vago esbozo de la seguridad civil.

En un segundo párrafo nos encontramos ante los motivos que dicen haber impulsado esta
declaración, así cómo de los nuevos goces que no se poseían gracias al sistema anterior, de
los cuales se saca dos conclusiones: El clamor por la libertad de expresión gran necesidad de
los pensadores y en el segundo se da a ver un desvinculamiento entre estado e iglesía.

En un tercer párrafo observamos la clara consolidación de lo que podríamos llamar el


primer Estado de Derecho Europeo. A lo cual la el párrafo cuarto añade una connotación de
nación, una nación facta para llevar a cabo relaciones diplomaticas con otras naciones en
busca de relaciones amistosas, uno de los objetivos de la actual ONU, volviendo pues a la
atemporalidad que se observa del texto.

El párrafo quinto ya hace mención implicitamente a un tratado multilateral. Al


reconocimiento universal de estos principios por parte de las grandes potencias,
reconocimiento que era ineludible en el momento social que se vivía con la revolución de
trasfondo.

Así pues para finalizar con el analisis del preámbulo, en su ultimo tramo se hace mención
al compromiso, al contrato social y la meta ya no sólo de Francia, sino de las Naciones
Unidas de velar por los bienes juridicos que se conforman y universalizan formalmente,
pues hasta ahora se podría decir que “Son principios razonables e intuitivos a los que cabía
darles forma”- Es decir, una positivación de Derecho natural.

Tenemos entonces un preámbulo que formalmente vendría a significar unos efectos


declarativos del Derecho Natural cómo existente y así mismo su trato a igual rango junto
al Derecho Positivo, siendo mi parecer la declaración bandera a favor de las teorias
dualistas en la disputa doctrinal entre dualismo y monismo, pero estos son otros derroteos en
los cuales no voy a entrar.

Tras el preámbulo tenemos un articulado de treinta articulos. Treinta articulos que conducen
a la formación de un modelo de estado cómo ya decía con anterioridad: Democrático y
Nacional. El primer estado de Derecho.
En el artículo primero se establece y enmarca los derechos naturales libertad, igualdad y
dignidad, estableciendo además que a la persona a parte de atribuirsele esos derechos se
les establece la obligación de llevar cabo un comportamiento civico que el pensamiento de
la época denomina “fraternal” y que a su vez es parte del lema revolucionario.

A esto se le suma en el articulo dos una declaración expresa de la igualdad de atribución


de estos derechos así cómo la universalidad de los mismos. Serían si estableciesemos un
ejercicio comparativo el equivalente a los artículos 14 CE y 13 CE en su conjunto, salvando
la diferencia de los filtros que estos artículos colocan debido a la evolución del Derecho y la
cuestión jurisdiccional. Pese ello vemos claramente cómo vuelve a incidir en el rasgo
universal de los derechos naturales citados.

El articulo tres clama a establecer tres bienes juridicos obvios a los que ya aludia en su
preámbulo: vida, libertad y seguridad personal. Ello promueve más si cabe la idea de estado
de Derecho, un estado que tutela los bienes juridicos y los protege.

El articulo cuarto es un articulo que prohibe expresamente la esclavitud, establece una


norma primaria o secundaria si somos muy Kelsenianos. Poco cabe mentar de él, excepto
que supone un un refuerzo a las ideas de igualdad y libertad. Un refuerzo que era lógico y
coherente.

El quinto es la norma expresa que se vincula con los bienes juridicos de vida, dignidad e
incluso integridad física que a mi parecer se vincula a las dos anteriores muy
estrechamente. Es otro principio que tajantemente eleva incluso sobre la seguridad juridica
los bienes tutelados.

El articulo sexto establece el reconocimiento de personalidad juridica a los sujetos


independientemente de su localización. Ello conlleva el goze de una serie de Derechos y
obligaciones que podríamos elevar a comparar con un indicio del termino “nacionalidad”,
pues eso es lo que conlleva entender que cualquier sujeto posee personalidad indistintamente
de la jurisdicción en la que se encuentre.

El artículo septimo esboza lo que comparativamente seria nuestro 24 CE, la tutela efectiva.
Pero salvando tediosas comparaciones y a sabiendas de que los articulos constitucionales
beben de esta declaración, mencionaré que la razón de ser de este articulo septimo viene
dada por la distinción de clases que imperaba en los juicios de la época más que por una
desigualdad racial o de género (que también).

Enlazado muy de seguido, cómo debiera ser, nos encontramos el articulo octavo que
proclama algo novedoso: El recurso efectivo, y subrayo mentalmente el adjetivo. Tal cómo
ocurria en el Derecho Romano en epocas arcaicas era común la imposibilidad de renegar
de la decisión de un juez tras someterse los sujetos a litigio, e incluso ya en épocas
posteriores, incluso existente la vía de la reclamación esta se volvia una pantomima
inefectiva debido a la falta de separación de poderes que dotaba a las autoridades de una
potestad demasiado amplia y sin filtros garantistas.

El noveno articulo es corto, pero de él podríamos escribir rios de tinta. No obstante no me


detendré en exceso y me límito a informar de su extrecha conexión con el filtro de
poderes, la típificación y la imposibilidad de encerrar sin previo juicio que de ello se
deriva.
El articulo décimo se conecta al septimo y octavo, es un articulo garantista que su vez se
conecta también a la división de poderes al mencionar un tribunal independiente e imparcial
y no uno ad hoc.

El articulo once presenta por otro lado aspectos más inmersos en el Derecho Penal. Recoge
implicitamente principios ya desarrollados en la actualidad cómo son: La presunción de
inocencia, el principio de legalidad y las garantias procesales. Así cómo en segunda
instancia la irretroactividad y la pena favorable al reo (lo cual otorga cierto carácter enfocado
a la reinserción social, valor que se traslada a las sociedades democráticas actuales en su
conjunto).

El doce establece lo que creo entender cómo un derecho civil a la intimidad y la posibilidad
de tomar medidas frente a ello. Poco me cabe decir.

El articulo trece establece la libre circulación interna y su vez la posibilidad de realizarla


externamente. Este concepto por materia de seguridad ha evolucionado, creandose una serie
de requisitos para la circulación externa y otros tantos para facilitarla (Hago referencia al
espacio común europeo).

El artículo catorce se torna más interesante estableciendo los terminos derecho de asilo y
un principio non refoulement. Es un gran paso, uno visionario que trascenderá al tratado de
Roma y el Derecho Humanitario. Comienza a dotar al sujeto de una personalidad
internacional, y a los países de la obligación de responder ante un Derecho irrevocable.

Si el catorce hacia inciso hacia el sujeto internacional, el quince ya establece de lleno


dicho termino al hablar de nacionalidad cómo derecho irrevocable y sólo mutable por
voluntad propia.

El articulo diecieseis establece por otro lado los requisitos del matrimonio, marca los
requisitos para poder hacer uso de unos Derechos accesorios que dependen exclusivamente
del estado civil. Además menciona a la familia cómo institución social y no cómo el mero
sacramento al cual se veía vinculado.

El diecisiete establece el termino propiedad y a la imposibilidad de privar a su legitimo


dueño de ella. Intuyo que esto tiene su razón de ser de nuevo en la concentración de
poderes arbitrarios y en el rechazo al antiguo sistema de caciques junto a unos trabajadores
sin tierras propias ni bienes propiamente considerados suyos.

De la propiedad pasamos a temas de libertad, en un articulo decimo octavo y un décimo


noveno que proclaman la libertad ideologica y religiosa, la de opnión y expresión
respectivamente. Hagamos memoria de las persecuciones incluso posteriores por motivos
ideologicos y religiosos, a día de hoy incluso. La libertad ideologica y religiosa por tanto
constituia y a día de hoy es un objetivo a lograr, así mismo en el momento historico
supuso una perdida de poder para el clero que cada vez fue a más. Ejemplo claro cómo el
de españa que en época absolutista o de dictadura poseía el catolicismo cómo religión
oficial, lo cual se perdió al pasar a un modelo democrático bajo los principios de esta
carta que en sintesis no sólo han perdurado sino que se han extendido sin perder su
fundamento.

Por otro lado un escueto artículo veinte nos habla de la libertad de reunión y asociación
que para mi parecer poco le debo que comentar.
El articulo vigesimo primero es el gran aporte de esta carta en cuanto a materia
democrática. Establece la participación ciudadana en la elección de sus lideres y la facultad
de serlo. Ya no recae sobre el monarca elegido por Dios, sino en una votación aún
sometida a restricciones, pero el sufragio universal total será evolución y tataranieto de este
sufragio universal francés.

El articulo vigesimo segundo se enlaza a la seguridad social y al desarrollo cultural,


haciendo responsable al estado de promover politicas sociales de formación. Esto se enlaza a
un posterior articulo vigesimo sexto que establece el derecho a la educación, un derecho
irrevocable del niño pensado no sólo por y para el futuro de este, sino de la nación. Este
articulo vigesimo sexto institucionaliza y profesionaliza la educación hasta ahora relevada a
tutores personales y el clero. Es sin duda un avance muy representativo de cara a lograr
una sociedad progresista que muta la barrera estamental a una ecónomica e incluso a día
de hoy se habla de barrera educacional.

Los números vigesimo tercero y cuarto son los relativos al trabajo, al salario mínimo y
justo, al sindicalismo y los días festivos. Esto es un ligero esbozo de lo que se vendría
encima, un modelo capitalista adscrito a las propiedades privadas y todo lo que derivaria de
ello. Pero eso no es necesariamente malo, pues evidentemente trae un trabajo más rentable
para el obrero en si. Sumado a esto cabria poner el artículo veinticinco el cual establece
una serie de políticas sociales, un cuadro esquematico de la sociedad del bienestar que sin
un sistema de trabajo capitalista no encontraría pilar alguno de sustento. Cómo vemos el
proposito de que el Derecho asuma la protección de la sociedad en su conjunto se hace
patente por medio de politicas sociales.

El articulo vigesimo septimo habla de la capacidad discrecional de participar en la vida


pública. No me parece realmente que deba rebuscar dónde no veo nada que asociar.

El articulo veintiocho habla de la universalización de estos Derechos y al establecimiento


del orden social, tema que ya he estirado anteriormente. Pasariamos a un artículo vigesimo
noveno establece la clara conexión de que a cambio de las libertades, un sujeto en este
contrato social que es la sociedad se somete a unos deberes para asegurar el orden. En el
segundo punto habla de la sujección a la normativa y su importancia. Finaliza un tercer
punto que nos indica que estos derechos y libertades no podrán esgrimirse frente a los
propositos y principios de las Naciones Unidas, propositos y principios universales y
pensados por el bien social. De ello se desprende la incapacidad del sujeto de alterar el
orden social que se promueve, un leve sacrificio de cara a un bienestar social e
instucionalizado.

El articulo treinta es una declaración de la supremacia de estos principios a cualquier


intento de terceros por menoscabarlos. Es un aviso que ya pone de manifiesto que los
principios son marco y límite de cualquier acción. Esto se condensa y vuelve férreo en la
constitución alimentada de dichos principios y todos los Derechos supletorios a esta.

En definitiva el texto es la base del estado social y democratico actual. En muchos casos
vemos preludios a momentos sociales posteriores de los que somos conscientes por puro
ejercicio comparativo y los conocimientos historicos de los que dispongamos. Es un texto
atemporal, simple y por evolucionar que se puede deslindar totalmente de su momento
historico y ser usado indiferentemente de base. Es el pilar de todo el Derecho positivo
actual y su marco legitimador. Sus principios han evolucionado, sin perder su esencia, lo
cual es un rasgo atipico en el pensamiento jurídico, dónde la esencia de algo queda
determinada por el momento social.

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