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Escrito: Sujetos y saberes en la escuela

Aleyda Juliana Arango Criollo

La escuela como formadora de sujetos, tiene una gran responsabilidad para ofrecer

conocimientos valiosos y que sirvan como base para que el sujeto los tome y sean objeto

de transformación y verdaderamente significativos en su formación y estructuración de su

ser para llegar a constituir su presente y futuro de manera acorde a las exigencias y

competencias del mundo actual.

Perkins, citado por Echavarría 2003 “plantea tres metas fundamentalmente: la retención,

la comprensión y el uso activo del conocimiento; la expresión que engloba a estas tres

metas, según el mismo autor, es el conocimiento generador, su propósito es el de ser un

conocimiento no acumulativo sino actuado, a través del cual se enriquezca la vida de las

personas y se les ayude a comprender el mundo y a desenvolverse en él” ; según esto la

escuela, como fuente de saberes y conocimientos, debe ofrecerle al individuo un

conocimiento que pueda asimilar fácilmente y que le aporte a su desarrollo personal así

como a potenciar sus habilidades y destrezas, que tenga un aprendizaje significativo y

relevante para su entorno y que le ayude a desplegar una gama de habilidades y

destrezas necesarias en el mundo actual.

Es difícil, con nuestro sistema educativo, potenciar las habilidades y destrezas de cada

uno de los individuos, así como enfocarse en las necedades específicas de cada persona.

Nuestras instituciones presentan grandes dificultades, tanto desde el punto de vista

locativo como de instrumentos para mejorar la forma de educar y darles herramientas

necesarias para mejorar la manera de aprender en un mundo cada vez más tecnológico y

conectado.
El saber, no solo es lo adquirido en una clase en un aula de clases, también se debe tener

en cuenta los aprendido por el individuo a través de su experiencia de vida, Finocchio

(2010), Santos (2009) y Tonucci (2008), citados en Saberes, escuela y ciudad,

“identifican al saber como aquel que resulta de las experiencias de vida de los niños,

niñas y jóvenes, el cual puede o no entablar un diálogo con los contenidos escolares

seleccionados previamente. En esta línea se muestra a la escuela como una especie de

mundo artificial, en el que los maestros y sus saberes estarían prácticamente escindidos

del mundo de la vida y de la sociedad. Frente a ese escenario, estos autores proponen

una mayor atención al sujeto que aprende y a su saber, reconociendo que éste -aunque

producido en el ámbito extraescolar- le permite enfrentarse al mundo de la escuela.”. Por

esta razón, se hace cada vez más importante, al diseñar un plan de estudios, no solo

tener en cuenta los requerimientos que no piden una entidad regente si no también el

propio entorno del que provienen las personas a quienes va dirigida el saber, conocer su

historia de vida o parte de ella, abrir un canal de comunicación que nos permita ayudar a

desarrollar mejor al individuo, respetando sus saberes y ayudándole a adquirir

herramientas educativas que le permitan desempeñarse mejor y contar con mejores

conocimientos y argumentos en un mundo cada vez más competitivo.

En nuestro sistema educativo, encontramos todo tipo de estudiantes, están desde los

aplicados, los que se esfuerzan, los que están en una institución porque si no deben

trabajar, más como un escape que una entidad formadora; muchos nos desean estudiar

más allá de la obtención de un título de bachillerato, mientras otros, buscaran por más

oportunidades de formación, incluso ambicionando salir de las fronteras propias del país

para conseguir una mejor formación académica que les ayude a conseguir una mejor

oportunidad, tanto formativa como laboral. Algunos de nuestros alumnos se frustran por
no poder comprender los conceptos enseñados, por el tedio de permanecer muchas

horas en una institución, con clases sistemáticas y sin retos de aprendizaje para ellos, lo

cual puede llevarlos a no ambicionar seguir con una formación a mayor escala y nivel.

En la sociedad actual se espera que la escuela ayude a formar personas más

competitivas y capaces para afrontar los nuevos retos y tecnologías mundiales, “se

imponen nuevas demandas a la educación y particularmente a la escuela. Se espera que

responda a criterios de calidad y competitividad, y que desarrolle competencias laborales

acordes con el nuevo escenario económico-social, siendo monitoreada por sistemas

estandarizados de evaluación de resultados. De igual modo, que asuma nuevos roles en

la formación de valores, sexual y ciudadana. Lo anterior ha puesto en tensión los

significados tradicionalmente atribuidos a los roles de profesor y de estudiante,

provocando una transformación y desdibujamiento de sus sentidos” (Cardenas et all.

2012). Se nos exige cada vez más demostrar resultados, los cuales se evalúan en los

exámenes impuestos por el estado, pero que muchas veces no demuestran la realidad del

sistema educativo además que a muchos estudiantes no les interesa, ya que expresan no

les aporta nada a su formación o futuro profesional.

Se exige que la escuela entregue personas mejor preparadas pero se recortan los

recursos y no se garantiza una calidad en la educación de los sujetos ni el acceso

equitativo a los recursos a las instituciones, se premia a aquellas que mejoren los

resultados de las pruebas y se castiga, de alguna forma, a quienes no cumplen las metas

propuestas.

Si bien se pueden lograr mejores resultados, estos se darán a lo largo del tiempo, pero

debe partirse de lograr que los sujetos comprendan la importancia de estas pruebas,
también mejorando el valor que ellos le dan a sus institución, que nos sientan su lugar de

formación como una cárcel u obligación, sino como institutos de formación que le aportan

de manera significativa a su proyecto de vida, si bien se presentan carencias y falencias,

muchos educadores se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismo para contribuir a formar

personas con mayores ventajas y competencias.

Gardner (1983) nos plantea la teoría de ―las inteligencias múltiples (Grajales y Mejía,

2012), dice que la inteligencia está localizada en diferentes áreas del cerebro,

interconectadas entre sí y que pueden también trabajar en forma individual, teniendo la

propiedad de desarrollarse ampliamente si encuentran un ambiente que ofrezca las

condiciones necesarias para ello, aún nos falta trabajar mucho en este aspecto, aunque

se busca cada vez más acercarse a este concepto, la falta aun de entornos adecuados

así como de conocimientos por parte de los educadores para llevar procesos significativos

en este aspecto, esto puede ayudar a mejorar el desempeño de los sujetos objetos de la

enseñanza, apropiarse de su entorno y valorar el lugar donde permanecen gran parte de

su día nos ayuda a mejorar las experiencias de aprendizaje y de permanencia en las

instituciones.

La educación debe tener en cuenta al sujeto que se educa, su entorno, sus saberes

previos e intentar potenciar lo mejor de los individuos, es una labor ardua, para los cual

necesitamos apoyo desde las instituciones como de los entornos y grupos familiares, esto

último, se hace difícil, ya que puede notarse falta de acompañamiento por parte de los

tutores, desinterés en la formación de los alumnos y hasta por falta de educación o

recursos, barreras que mejoren la comprensión y el aprendizaje.


“La importancia de la familia en el desarrollo integral de las personas, en tanto favorece

los procesos de crecimiento y fortalecimiento de la autonomía de los individuos en

formación”.(Castro et all, 2016), por ello se constituye en eje fundamental de la formación

integral de los sujetos, si bien se debe tener e n cuenta que las familia ahora está

constituida de diferentes formas, que algunas se involucran más en la formación de sus

acudidos y a pesar de tener poca educación y recursos, se consolidan como apoyo

fundamental para el mejor desarrollo de las habilidades y destrezas otras, pueden estar

ausentes y no darle mayor importancia al apoyo y formación básica desde el hogar.

La familia y comunidad, se pueden involucrar en conseguir una mejor formación de los

sujetos, apoyando los procesos formativos y de mejoramiento en la calidad educativa de

las instituciones, conociendo las características de la educación actual y contribuyendo a

mejorar las expectativas que tienen los alumnos para aspirar y optar por mejores

oportunidades y educación.

Los docentes, nos vemos en la necesidad, de mejorar nuestra formación, actualizarnos a

los requerimientos del mundo actual y las exigencias del entorno, es difícil lograrlo, se nos

requiere potenciar las aptitudes y actitudes de nuestros alumnos pero con limitados

recursos, además de la indiferencia de los educados y hasta de sus familias y la sociedad,

aunque la educación en si es una ventaja, nos vemos con la realidad de la desidia de

todos los factores involucrados en la educación , en la falta de mejores oportunidades o

de reales opciones para los diferentes entornos de la sociedad.

Además de esto, los medios han contribuido a la sensación de facilismo que se les da a

los sujetos, que ven como algunos mala llamados ídolos obtienen con facilidad y sin

mayores esfuerzos y educación grandes ganancias y lujos, o al menos es lo que ellos


creen, por lo cual no les interesa esforzarse mucho u obtener mejores conocimientos ya

que les implica poner más de su parte y enfocarse en obtener resultados en un mayor

tiempo, mientras sus “ídolos” obtienen ganancias en un menor tiempo.

La educación, los saberes y los sujetos se encuentran en una gran encrucijada sobre

como llevar mejor los conocimientos, como hacer que estos sean verdaderamente

significativos y relevantes y que den ventajas formativas frente a sus pares, sobre como

mantener el interés en sujetos cada vez más dispersos por los medios, que los usan de

una manera mal enfocada y guiada, que se enfocan en la inmediatez pero no en los

procesos a largo plazo y en la cada vez más precaria inversión en educación de calidad,

sobre todo en las clases menos favorecidas o más apartadas, en la cada vez mayor

desigualdad entre distintos saberes educativos e instituciones, es mayor la diferencia y los

recursos que se obtienen, lo cual hace que algunos pierdan el interés en formarse o la

oportunidad de obtener mejores oportunidades por diferentes causas.

La educación debe ser causa de ventajas, de oportunidad y de formación equitativa así

como de obtención de mejores resultados y de una relevancia para los sujetos que son

educados, que no sea causa de angustia y desidia sino de formación de calidad y de

relevancia.
Bibliografía.

Cárdenas Pérez, A.V., Soto-Bustamante, A.M., Dobbs-Díaz, E., Bobadilla Goldschmidt, M.


(2012). El saber pedagógico: componentes para una reconceptualización. Educ. Educ.
Vol. 15, No. 3, 479-496.

Echavarría Grajales, C. (2003). La escuela un escenario de formación y socialización para


la construcción de identidad moral. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez
y Juventud, 1 (2)

El saber pedagógico y la formación de maestros. Cuarto congreso pedagógico. Autores


varios. Universidad Católica de Manizales. 2012

Castro Villarraga, J O., Londoño, A M., Cardozo, L S.(2016) La escuela y su complejidad.


Edición No. 99 / Magazín Aula Urbana

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