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El libro de Luis Ernesto Pi Orozco es un texto de fácil lectura e interesantes

planteamientos respecto a la teoría literaria que se produce en la región.

Cuenta con un apartado de estudios y planteamientos teóricos de análisis


previos sobre la caracterización de la novela de dictadores como una forma
particular de narrativa con el que abre el debate acerca de esta forma
particular de narrativa. En este capítulo incluye el Facundo de Sarmiento como
obra importante dentro de la reflexión acerca del ejercicio personal del poder
absoluto.

Luego habla de un par de textos literarios, que si bien no cumplen las


características de las novelas de dictador, son los principales antecedentes,
que abren las puertas al tema desde la literatura: El relato El matadero de
Esteban Echeverría y Nostromo de Joseph Conrad.

Coincide con la mayoría de los críticos en que la novela del dictador como tal,
comienza con la publicación de Tirano Banderas del escritor español Del Valle-
Inclán, y luego hace un estudio de caso de cada una de la novelas que él
considera que cumplen las características de esta forma particular de
narrativa. Así, va desmenuzando las cinco obras tratadas, buscando
similitudes, diferencias, y rasgos más importantes de cada una.

Pone aparte un par de obras que considera importante mencionar, La fiesta de


rey Acab y Maten al león.

En el caso del texto de Alejo Carpentier, hace un estudio mucho más minucioso
y extenso ya que lo considera como “suma y síntesis” del dictador como
personaje literario.

Concluye con un apartado de resumen y punteo de las características comunes


de los relatos estudiados así como de las características de la figura literaria
del dictador.

Ideas importantes:

Me parece que hay tres puntos que rescatar de los planteamientos del
licenciado Pi, o de los que a mí me puso a pensar más:

La función social de la literatura: En el caso de la novela de dictadores, ha


servido como testimonio y denuncia de uno de los problemas que han
aquejado a la región, de los gobiernos tiránicos, además de formar parte de un
proceso de toma de conciencia de la realidad histórica desde un ámbito
estético. Las cosas que nos duelen, la realidad que no nos gusta… hay que
hablar de ella, hay que leer de ella.

Resaltar que, para él, uno de los aspectos relevante y comunes en estas
novelas es el propósito de integrar elementos latinoamericanos: este
interés de los escritores y su cristalización en novelas que hablen de países de
la región, contribuye a la conformación de una identidad continental,
latinoamericana muy acorde con la idea bolivariana de integración.

El rescate, como personaje antagónico al dictador, en la obra de


Carpentier, la figura del estudiante: “El estudiante es el promotor de la
caída del ecléctico y pícaro dictador, quien evita la intervención armada yanqui
y la esperanza de que el proceso revolucionario concebido por Carpentier no se
detenga”1 Me gusta que resalte esto de la obra del escritor cubano ya que nos
hace recordar de la posición histórica del joven estudiante como crítico y
rebelde ante el orden de las cosas, como una misión histórica de
transformación social y revolución en la que los estudiantes debemos
participar.

El libro del licenciado Pi Orozco leído desde otra mirada, desde otros horizontes
académicos, no es sólo un análisis literario de una constante en los temas
narrativos de Nuestra América, sino que, además de aportar criterios en el
terreno de la teoría literaria, es también un documento que sirve para otros
campos de trabajo, desde lo político y la reflexión acerca del ejerció del poder,
de formas de gobernar, o desde la historia de las ideas nos contribuye a
inspeccionar en otro tipo de trabajos.

El apartado de “estudios y planteamientos críticos” e incluso a lo largo del


texto, con una lectura cautelosa, es una herramienta más, que nos ayuda a
tejer las redes intelectuales existentes y de gran importancia en los estudios
sobre el continente, con pequeñas referencias a personajes importantes de la
región, como Luis Alberto Sánchez, que no sólo fue un crítico y estudioso de la
literatura, sino un intelectual peruano cercano al APRA y a Haya de la Torre, o
un comentario de Rufino Blanco Fombona en fundador de la importante
Editorial América, nos da elementos para la reconstrucción de un panorama
intelectual e histórico de las redes de intelectuales en todo el continente,
aparece también Ángel rama, Subercaseaux, miliani, díaz-migoyo, entre otros.

O por otro lado, uno de los métodos de la historia de las ideas en la elección un
tema particular de Latinoamérica analizado desde la visión de diferentes
autores, y en este caso el libro en cuestión nos da un buen ejemplo
metodológico de este tipo de trabajo.

Por lo que el libro es bueno tanto para aquel que no es un especialista en


Estudios latinoamericanos o de las humanidades en general, sino que es un
tema de interés para todo latino o sólo aquel que guata de la literatura, como
un guía en este tipo de narrativa, o en otro nivel que es bueno para el que se

1
Luis Ernesto Pi Orozco, El dictador latinoamericano en la narrativa, Instituto
Mexiquense de cultura, México, 2009, p.226
dedica a las letras o para contribuir en el capo de historia de las ideas u otros
capos de trabajo, claro depende del lector el jugo que le quiera sacar.

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