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EL

JUDAÍSMO
PASADO PRESENTE FUTURO

HANS ••
KUNG

EDITORIAL TR O T T I
Hans Küng

Nacido en Sursee (Suiza) en 1928, es catedrático de


teología ecuménica y director del Instituto para Inves-
tigación Ecuménica en la Universidad de Tubinga.
Lo fascinante en Hans Küng -y lo que le distin-
gue de tantos otros- es que no solamente se trata de
un teólogo que por su gran pasión por la verdad ha
tenido y tiene un papel activo e importante en la his-
toria de la Iglesia de este siglo, sino que además sus
preocupaciones van más allá de los problemas de su
propia Iglesia.
Entre sus numerosas obras se encuentran títulos
tan conocidos como Ser cristiano, ¿Existe Dios?, La
Iglesia, El cristianismo y las grandes religiones, o Pro-
yecto de una ética mundial y Mantener la esperanza,
estos dos últimos publicados por Editorial Trotta.
En el judaísmo se reflejan, como en una lente, todos
los problemas de nuestro tiempo en el umbral del ter-
cer milenio. Por ello Hans Küng empieza su análisis
de nuestro tiempo con este libro sobre él. Sin duda
se trata de un proyecto arriesgado para un teólogo cris-
tiano, ya que, durante 2.000 años, el cristianismo ha
hecho todo lo posible para quitarle futuro refiriéndose
frecuentemente a él como religión a la que el propio
cristianismo ha reemplazado. En contraste con esta
postura tradicional, Hans Küng expone en esta obra
su perspectiva de un judaísmo autónomo, dotado de
continuidad, vitalidad y dinamismo admirables, y lo
analiza a través de tres grandes capítulos: el pasado
aún presente, los desafios del presente, posibilidades
de futuro.
Le guía el interés por inquirir dónde radica lo per-
manente, el núcleo de la fe, y qué es lo que podría cam-
biar; dónde existen antagonismos y dónde paralelis-
mos con otras religiones. También para los cristianos
es importante saber si el judaísmo logrará mantener
la sustancia de su fe y hacerse inteligible a la nueva
generación. ¿Lograrán las fuerzas espirituales de ese
pueblo -que debido a los peligros de la asimilación
en el clímax de la Modernidad, por una parte, y a su ., 1;"

propio final en el Holocausto, por la otra, entró en


una crisis existencial sin precedentes- afrontar las exi-
gencias de la nueva época y asimilarlas de forma crea-
tiva? Y, ¿qué papel jugarán en ese proceso el judío
Jesús de Nazaret, y con él el cristianismo? ¿Será posi-
ble un nuevo encuentro en que se superen los prejui-
cios profundos y los errores existentes en ambas partes?
Con este volumen inicia Hans Küng su estudio
sobre la situación religiosa de nuestro tiempo y que
prevé la publicación, tras este primer volumen dedi-
cado al judaísmo, otros dos volúmenes dedicados res-
pectivamente al cristianismo y al islamismo.
Bronce reciente ("Patriarcas»)
PI CambiOS de Paradigma del dudaísmo

Paradigma Tribus Moisés


de la,~ra pre~~tatal Jueces
.... _.. ;

La sustancia permanente de la fe:


Siglos XII-XI: Pueblo de Dios - Tierra

El mensaje: Yahvé es el Dios de Israel, e Israel su Pueblo


Evento revelador decisivo: Liberación de Egipto y
PII Revelación del Sinaí
Lo específico judío: Israel como Pueblo de Dios y Tierra
1000-500: Reino - Templo - Profetas
950: Separación de reinos Paradigma Reino David
í
LL_____--'I El paradigma cambiante
722: Ocaso del Reino del Norte (Israel) .de la era monárquica (= P)
, , Salomón
586: Ocaso del Reino del Sur (Judá) (Macromodelo de sociedad, religión, teología):
...... _-_ ...
I "Una constelación global de convicciones, valores, formas de
I
I conducta compartida por los miembros de una determinada
I sociedad» (Thomas S, Kuhn)
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P 111
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I Parad :racia Nehemías
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I del ¡ud, texílico Esdras
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Jesús de Nazaret t :
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De"'lIcción del Templo (70)
I de Jerusalén (135)
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PIV
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Siglos n-xvIII: Rabinos - Sinagoga - Talmud I I I

70-640: Era talmúdica


I
I I
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I Páradig~'a
I I I Raschi
Desde 630: Dominación islámica I I I !:>ínico-sinagogal
I I I
E la Edad Media Maimónides
Siglos XI-XIII Cruzadas y persecución de judíos I I I
I I I
Siglo XVI: Reforma protestante I I I
I I I /
I I I /
I I I I
I I I
I I I I
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I I
I /
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I I I /
Siglo XVIII-XX: Ilustración - Reforma 1;' :/
Revolución Americana I Francesa : I y/ Paradigma Asimilación
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Ciencia del judaísmo 1;' / : : a la modern!rtad Mendelssohn
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El judaísmo
Pasado, presente y futuro

Hans Küng

E D T o R A L T R o T A
CONTENIDO

COLECCION ESTRUCTURAS Y PROCESOS


Serie Religi6n
Qué pretende este libro ............................................................................ . 9

PRIMERA PARTE
EL PASADO AUN PRESENTE

A. ORIGEN................................................................................................ 19
1. Abrahán, padre de tres religiones mundiales ............................. 19
n. Problemas acerca del comienzo ................................................. 34

B. EL CENTRO ........................................................................................... 50
1. Los elementos estructurales centrales ........................................ 51
Título original, Das Judentum
n. La figura conductora central..................................................... 60

Traducción de C. 68
HISTORIA .............................................................................................
Víctor Abelardo Martínez de lapera y Gilberto Canal Marcos 1. El paradigma tribus de la época preestatal ................................ 68
n. El paradigma reino de la era monárquica .................................. 76
© Hans Küng, 1991 III. El paradigma teocra-::ia del judaísmo postexílico ....................... 103
IV. El paradigma rabínico-sinagogal de la Edad Media ................... 132
© Editorial Trotta, S.A., 1993 V. El paradigma asimilación a la Modernidad ............................... 174
Altomirano, 34 - 28008 Madrid
Teléfono, 549 14 43 SEGUNDA PARTE
Fax, 549 16 15 LOS DESAFIOS DEL PRESENTE
© Víctor Abelardo Martínez de lapera, poro la 1? Y 2? parte
y Gilberto Canal Morcas, para lo 3° porte de lo traducción
A. DEL HOLOCAUSTO AL ESTADO DE ISRAEL ................................................ 215
1. Un pasado que se resiste a pasar. ............................................... 215
Diseño n. Represión de la culpa ................................................................ 235
Joaquín Gallego lII. La vuelta a Israel ....................................................................... 273

ISBN, 84-87699-84-7 B. LA CONTROVERSIA ENTRE JUDíos y CRISTIANOS ....................................... 297


Depósito legal, VA-529/93 1. Jesús en el actual diálogo judeo-cristiano .................................. 297
n. ¿Quién fue Jesús? ...................................................................... 308
Impresión 1I1. Fe en Jesús como el mesías ........................................................ 324
Simancas Ediciones, S.A. IV. La historia de un distanciamiento .............................................. 334
PoI. Ind. Son Cristóbal V. Un primer cambio de paradigma cristiano: del cristianismo judío
el Estaño, parcela 152 al gentil ..................................................................................... 346
47012 Valladolid
VI. Autocrítica cristiana a la luz del judaísmo ................................. 357
VII. ¿Autocrítica judía a la luz del Sermón de la Montaña? .............. 372

7
CONTENIDO

C. LA SUPERACIÓN DE LA MODERNIDAD ..................................................... 381 A mis amigos judíos dispersos por el mundo
1. Caminos para salir de la crisis de identidad ......... ...................... 381
n. Principales opciones religiosas de futuro ................................... 393
TERCERA PARTE QUE PRETENDE ESTE LIBRO
POSIBILIDADES DE FUTURO

A. EL JUDAíSMO EN LA POSMODERNIDAD..................................................... 421


1. El nacimiento de la posmodernidad........................................... 422
11. El judaísmo en la posmodernidad.............................................. 432 Es imposible estudiar la situación religiosa de nuestro tiempo sin analizar
el judaísmo actual. ¿Cuál será el futuro del judaísmo en las vísperas de un
B. CONFLICTOS VITALES Y EL FUTURO DE LA LEy......................................... 441 milenio sobre el que todo el mundo hace pronósticos? Como en una
I. Ambivalencia de la Ley............................................................. 441 lente, se reflejan en el judaísmo -la más antigua de las tres grandes re-
n. ¿Al servicio de Dios? ................................................................. 451 ligiones proféticas- todos los problemas religiosos de nuestro tiempo, en
1I1. En favor del hombre.............. .................................................... 462 el umbral de un nuevo milenio. A pesar del reducido número de sus se-
IV. El futuro del pueblo de Dios...................................................... 477
guidores, el judaísmo es una potencia mundial en el plano del espíritu. Es
C. juDíos, MUSULMANES Y FUTURO DEL ESTADO DE ISRAEL .......................... 490 aconsejable comenzar con él nuestro proyecto global sobre la «situación
1. El gran ideal.............................................................................. 490 religiosa de nuestro tiempo», que se centrará inicialmente en las tres re-
11. Conflicto trágico ....................................................................... 500 ligiones proféticas nacidas en el Oriente Próximo.
Ill. El camino hacia la paz................. ......................... ..................... 520 Parto de que todas las religiones mundiales, tanto el cristianismo
IV. Una visión utópico-realista de la paz ......................................... 533 como el judaísmo y el islamismo, son sistemas vivos supraindividuales,
internacionales y transculturales que han pasado por diversas constela-
D. EL HOLOCAUSTO Y EL FUTURO DEL DISCURSO SOBRE DIOS........................ 549 ciones globales importantes (paradigmas) durante el curso de su historia
1. El holocausto en la teología judía.............................................. 549 milenaria. Sólo hará justicia a esas religiones un estudio que pretenda al
11. Concepción de Dios después de Auschwitz................................ 557
mismo tiempo dos cosas:
No ES POSIBLE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL SIN UNA NUEVA ÉTICA. UN EPíLOGO
-analizar las fuerzas espirituales de una historia milenaria que per-
ACTUAL. ............................................................................................... 573 manecen activas en el presente; es decir, un diagnóstico histórico-siste-
Tercera oportunidad de un nuevo orden posmoderno ........................ 574 mático;
¡Territorio por paz! ............................................................................ 575 -hacer unas prospectivas sobre las diferentes opciones futuras a par-
Enseñanzas de la Guerra del Golfo ..................................................... 578 tir del presente analizado; es decir, planteamientos de solucionesecumé-
Postulado 1: No hay supervivencia sin una ética mundial................... 580 nico-prácticos.
Postulado 2: No hay paz mundial sin paz religiosa ............................. 583 Porque sólo sabiendo cómo se ha producido el proceso (Primera
Postulado 3: No hay paz religiosa sin diálogo entre las religiones....... 585 parte: «El pasado aún presente» ),
Condiciones para la paz en el Próximo Oriente .................................. 592 podremos entender cuál es nuestra situación (Segunda parte: «Los
Léxicos y abreviaturas .............................................................................. 595 desafíos del presente»)
y seremos capaces de reflexionar sobre cómo debemos prosegrur la an-
Notas ........................................................................................................ 597 dadura (Tercera parte: «Las posibilidades del futuro»).
Además, en un tiempo en que existe una cada vez mayor interde-
fndice de conceptos ........................................................ .......................... 687 pendencia global entre los ámbitos vitales de la Humanidad, la política,
la economía, los transportes, el medio ambiente y la cultura, ninguna
indice de nombres .................................................................................... 695 religión puede seguir viviendo en un «espléndido aislamiento». Cuando
-como sucede en muchos lugares del mundo único- personas de re-
indice general.............................................................................. ............. 713 ligiones diversas viven en la misma calle, trabajan en la misma dicina y
estudian en la misma universidad, no puede resultar indiferente para los
cristianos lo que pase en el judaísmo o acontezca en el islam. A su
vez, los cristianos tienen derecho a esperar que los judíos o l05ffiusul-
manes formulen de forma crítica su visión del pasado, presenttyfutu-

8 9
El JUDAISMO
QUE PRETENDE ESTE LIBRO

ro del, c~istianismo. En un momento en que ha despertado la conciencia


de los judíos. ¿Para qué necesitamos del cristianismo, que se ha esforza-
ecumellIca global, hay que abogar por la responsabilidad ecuménica
do durante dos mil años en privar de futuro al judaísmo?
glo~al de todos respecto de todos; precisamente a la vista de los anta-
Por otra parte, este libro intranquilizará también a cristianos (y tal vez
gOllIsmos étnicos y religiosos que han recobrado una virulencia dra-
a más de un musulmán). ¿Cómo se atreve un teólogo cristiano a mostrar
mática en la crisis palestina y del Golfo.
tal grado de si~tonía con el judaísmo, por ejemplo, en cuanto al carácter
, Para el le~t?r cristiano o musulmán resulta apasionante observar
fontal que el Judaísmo reviste para el cristianismo? ¿Cómo se puede
c<,>~,o se ?a VIVIdo y resuelto en el judaísmo el conflicto básico entre tra-
ha~er tanta autocrítica a la luz del judaísmo? ¿Cómo se puede hablar tan
d~cl0n e lOnovación, pues aquí se tratan de forma vicaria nuestros pro-
abIertame~te del antijudaísmo de las Iglesias cristianas durante siglos, o
pIOS problemas. Para el observador cristiano o musulmán reviste una im-
confesar Slll ambages los múltiples fracasos cristianos -desde Pío XII
p~:)ftan~ia ejemplar saber si el judaísmo -en medio de todas sus
dIferenCIas y conflictos, de las diversas corrientes y escuelas, de todas las h,asta los ,o~ispos alemanes- respf'cto al genocidio cometido por el na-
cIOnalsocl~lIs,mo? ¿Qué le importa a un cristiano el futuro del judaísmo?
luchas entre, ortodoxos, conservadores y reformadores- consigue no
Para los c~IstIanos, e! futuro es del cristianismo. ¡No hay vuelta de hoja!
perder de VIsta el gran centro, la sustancia religiosa del judaísmo, y
¿Acaso el Judaísmo no es una religión «superada»?
h~~er que lo comprenda una generación nueva. ¿Lograrán las fuerzas es-
?ste libro quiere pon~r el contrapunto. Consideraremos aquí el ju-
pmtuales de este ~ueblo -al que la asimilación que tuvo lugar en el apo-
dals~o no coI?o e! «AntIguo Testamento» ya pretérito, sino como una
geo de la ModerllIdad y el holocausto sufrido al final de ella arrastraron
m~gn!tud ~utono~a, de a~mirable continuidad, vitalidad y dinamismo.
a una crisis existencial sin igual- asumir los desafíos de esta nueva
Nlllgun teologo cnstIano tIene ya derecho a considerar el judaísmo como
época mundial -vinculada para el judaísmo a la creación del Estado de
una «etapa superada en la historia de la salvación» ni a reducirlo a la
Israel- y convertirlos de forma creativa en una visión global, nueva y
posmoderna? cond,iciót;t ~e simple «herencia» para perfilar así su propia fe. Ninguna
IgleSIa cnstIana tIene ya derecho a considerarse como el <<lluevo Israel»
Estos interrogantes indican que el teólogo cristiano no se encuentra
que ha suplantado al «antiguo». Ningún cristiano tiene derecho a igno-
aquí en,la posición del que se cree en posesión de la verdad, del que se li-
mita a lOterrogar «desde fuera», con fría objetividad, a otras religiones rar la realidad de! judaísmo viviente ni e! desafío que representan no sólo
acerca de «sus» problemas. No, El teólogo cristiano está inmerso en la supervivencia de éste, sino también su renovación dinámica y la auto-
organización de este pueblo como Estado.
los proces<,>s, de mutación espiritual y ha comprendido que todas las
Y, pu~st,o que, se trata de una responsabilidad ecuménica global, no
grandes relIgIOnes se encuentran ante similares problemas estructurales en
~u paso a la «posmodernidad» (o como se quiera llamar a la nueva
cabe escnbIr un IIb~o ,de estas características sin sentir una gran simpatía
~poca). Los estudios sobre el cristianismo yel islam que seguirán a este
por las grandes relIgIOnes de la humanidad. Por eso se ha escrito este
libro desde una simpatía profunda por el judaísmo. No son incompati-
lIbro debe:á? con~ienciar de esto con idéntica nitidez. Es imposible la
bles la honradez científica insobornable que proclama la verdad a los
verdad relIgIOsa Slll veracidad personal. Porque así como el judaísmo
cuatro vientos y el compromiso apasionado que trabaja incansablemen-
--en ~ontra de lo que pueda pensar el tradicionalismo judío- no es una
te contra el odio y la incomprensión, por la paz y el buen entendimiento.
magn~tud unitaria y rígida, sino una unidad dinámica y compleja que
c~~bIa constantemente, tampoco lo son el cristianismo ni el islam, Per-
No ,hemos e~catima?o esfuerzos para analizar y esbozar los extraordi-
nanas cambIOS radIcales y las consiguientes constelaciones religioso-
CIbIr la r~sponsabilidad ecuménica global significa, pues, conocer mejor
culturales o paradigmas hasta hoy válidas de la tres veces milellaria his-
los propIOS problemas en el espejo de los otros y transmitir a los demás
toria del judaísmo. Para ello, hemos tenido en cuenta el estado actual de
las experiencias vividas a la hora de solucionar conflictos dentro de la
propia religión. la investigación. Tampoco hemos escatimado esfuerzos para discernir
entre lo mudable y lo permanente, para destacar las variables y las cons-
Sin duda, tal libro sobre el judaísmo es toda una aventura. Primero
ta~tes. La única pasión que dirige este libro es la de entender mejor el ju-
para el autor, p~ro ,también para los lectores. Pues, por una parte, se pro-
datsmo en sus fundamentos, en su evolución y en sus posibilida¿es de fu-
voca ,a ~ectore~ JU~lOS, que pueden preguntar: ¿Cómo se atreve un teólo-
turo ,en el umbral de un~ ?~eva era mundial. Al mismo tiempo, hemos
go cnstIano ~ mmlscuirse en asuntos intrajudíos? ¿ Cómo osa expresarse
q.uendo sondear las pOSIbIlIdades que hay para una creciente compren-
acerca del ongen, centro e historia del judaísmo, tomar parte en e! debate
sl~n,mutua, pa~a un entendimiento entre judíos y judíos, entre judíos y
~~ temas t~n candentes como Ley y holocausto, Estado de Israel o cues-
cnstIanos y~ ql:IlZás tambi,én, entre judíos, cristianos y musulm:llles.
tlOn pale~tl,n.a, e incluso suscitar la cuestión de la «esencia» y de las «fu-
t~ras pOSIbIlIdades» espirituales del judaísmo? ¿Qué tiene que ver un cris-
,For c~nslgUlen,te" este lIbro quiere ser algo más que un escritosobre el
d~alog,o Judeo-cns~Ia.n0' aunque no aparca ninguna de las cuestiones
tIano con el tema del «judaísmo»? Todas éstas son cuestiones exclusivas
dIscutIdas entre cnstIanos y judíos (sábado, preceptos sobre alimentos,

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11
QUE PRETENDE ESTE LIBRO
El JUDAISMO

~'lIr,,1 iones relacionadas con la política y el Estado, cristología o Trini- Henn y Margarita Krause. Me ayudó mucho la crítica de Marianne Saur
dnd). Pretende describir el judaísmo como unidad viva y global, intro- >obre aspectos formales y de contenido. La revisión de los datos biblio-
d~ll'iclIJo así todas sus energías espirituales en el discurso con el cristia- gráficos, la presentación técnica, la confección y realización gráfica de mis
nIsmo y el islam, presentando el judaísmo como desafío para el esquemas estuvieron en manos del experto Stephan Schlensog, diploma-
cristianismo y también para el islam. do en teología. La colaboración con el lectorado (Ulrich Wank) y con la
En mi precedente escrito programático Proyecto de una ética mundial producción (Hanns Polanetz) de la editorial Piper fue agradable y cons-
(1990) he descrito y justificado la metodología aplicada en este libro. Sa- tructiva, como siempre. El vivo interés de los editores mismos, Dr. h.c.
hendo al paso de algunos críticos ignorantes que dudaban de la trans- Klaus Piper y Dr. Ernst-Reinhard Piper, por la totalidad del proyecto y
misibilidad de la teoría de los paradigmas a la historia de las religiones, sus siempre cordiales relaciones personales son para mí un estímulo
fundamenté hermenéuticamente esta posibilidad en mi obra Teología constante. Para todas las cuestiones relacionadas con el contenido y el es-
para la posmodernidad. Una fundamentación ecuménica (1987), y la de- tilo he podido contar, una vez más, con el Dr. Karl-Josef Kuschel, colega
muestro aquí con hechos. Ya sé que es ingente la bibliografía sobre casi en el Instituto y ahora docente privado en la Facultad de teología católi-
todos los capítulos. Sin duda, a cada especialista le resultará fácil indicar ca de Tubinga. Él acompañó de principio a fin la confección del manus-
que debería haberse tenido en cuenta talo cual obra imprescindible. A crito. Debo también una palabra de agradecimiento muy especial al pro-
~sto sólo puedo responder diciendo que me he esforzado al máximo en fesor Clemens Thoma, judaísta en Lucerna, que revisó el manuscrito
mformarme -en cuanto es posible para un individuo- sobre los estu- una vez terminado y me regaló algunas sugerencias sobre correcciones de
dios científicos en los diversos campos, y que he procurado tener en detalle. Mi agradecimiento por la ayuda que me prestaron mis colegas,
cuenta en mis consideraciones los resultados más recientes en la discusión profesores de Antiguo y Nuevo Testamento, Herbert Haag (Tubinga/Lu-
internacional. En una visión interdisciplinar, he querido, en la medida de cerna) y Michael Theobald (Tubinga), que leyeron con ojos críticos las
lo posible: secciones de este libro relacionadas con ambos Testamentos. He men-
--contar la gran historia del judaísmo al tiempo que ofrezco explica- cionado a otros colegas en determinadas secciones. Last not least, quiero
ciones sistemáticas del pretérito; mencionar otra vez con agradecimiento a la Fundación del Jubileo Robert
--exponer con claridad la conexión causal entre religión, política y so- Bosch, que puso a mi disposición medios para la investigación y valiosos
ciedad, pero también hacer avanzar la reflexión específicamente teológica; sistemas informáticos, creando así los requisitos materiales para el pro-
--ceder la palabra a las fuentes originales cuando era necesario, pero
sin perderme en citas; yecto global «No hay paz mundial sin paz religiosa».
Pero un libro como éste no se escribe exclusivamente en una mesa de
--compenetrarme con la respectiva situación histórica sin abdicar de
la necesaria nitidez del juicio. trabajo, sino, sobre todo, en el diálogo con personas. Como es natural,
Sobre la técnica: puesto que este libro trata de una historia altamente numerosos amigos y conocidos judíos me han ayudado mucho a com-
compleja y de cuestiones no menos complicadas, por primera vez me he prender el judaísmo. Fue decisiva para mí la pacífica y amistosa convi·
esforzado en ofrecer en él tantas ayudas didácticas suplementarias. No vencia con una vecina familia judía en mi pequeña ciudad natal suiza de
pretendo con ello complicar pedagógicamente la teolqgía (como podría Sursee durante los años treinta y cuarenta, tan funestos en Alemania; y
suponer maliciosamente algún que otro «erudito» para el que lo cientí- con mis condiscípulos judíos en un instituto de Lucerna. El acrecenta'
fico es inseparable de lo enrevesado J, sino procurar al lector el mayor miento de mi conciencia crítica respecto del judaísmo y mi estudio pro·
grado posible de claridad y transparencia destacando algunas expresio- fundo de las relaciones de la Iglesia con el judaísmo se debieron a en-
nes, mediante negritas, cuadros de preguntas, gráficos, mapas y sinopsis. cuentros con judíos en el contexto de mi participación en el concilio
Con todo esto, pretendo que resulten más transparentes la composición Vaticano 11 (1962-1965) ya mi primera gira de conferencias -de varias
y la concepción de este libro tan extenso y pluriestrático, pero dotado de semanas- por los Estados Unidos en 1963. Una vivencia teológica de-
una espina dorsal que lo estructura de principio a fin. cisiva en mi primer viaje a Israel (1967) fue la pregunta que me formuló
Paso brevemente a lo personal. Sin ayudas, me habría resultado im- una joven judía connacional de Berna. Ella quiso saber, con toda su es-
posible terminar tan pronto esta obra. Especialmente, sin la ayuda del Ins- pontaneidad, qué encontramos de especial los cristianos en ese Cristo del
tituto de Investigación Ecuménica de la Universidad de Tubinga. Res- que se habla por doquier en Jerusalén. Yo intenté darle una respuesta
ponsable de las comunicaciones con las bibliotecas y de las correcciones partiendo del Jesús de la historia, y comprendí mediante el encuentro
finales fue (junto con el estudiante de teología Michel Hofmann) Matthias concreto cuán importante es para el diálogo judea-cristiano una cristo-
Schnell, diplomado en teologia. De la confección técnica del manuscrito, logía «desde abajo», como la que presenté por primera vez en mi libro
sometido a infirritas correcciones, se ocuparon con esmero Eleonore Ser cristiano (1974) y expongo en este libro. Durante mis diversos viajes
a Israel -uno de ellos por invitación de la Sociedad Judea-Suiza (Dr.
12
13
EL JUDAISMO
QUE PRETENDE ESTE LIBRO

Jakov B~ch!Tel Aviv)- siguieron numerosas conversaciones yencuen-


tros. Dejando a un lado una conversación con un representante del Mi- con el profesor Roy Rappaport (Ann Arbor), con el profesor Peter Rie-
nisterio de Asuntos Exteriores de Israel y con otros representantes de la senberg (San Luis /Misuri), con el profesor Alan Segal (Nueva York), con
política oficial israelita, fueron especialmente importantes para mí los en- el profesor Israel Shahak (Jerusalén), con el profesor Fritz Stern (Nueva
cuentros con el profesor Ben-Chorin, con el profesor Emil Fackenheim, York), con el Dr. Pawel Wildstein (Varsovia) y con el profesor Michael
Wo~ffsoh~ (Munich). Quien conozca personalmente al autor, sabe que
con el profesor David Flusser, con el rabino David Hartman, con el al-
calde Teddy Kollek, y con los profesores Jeshajahu Leibowitz, Ger- sus IntenCIOnes son honestas, que no alberga la voluntad secreta de mi-
schom Scholem y Zwi Werblowsky. Vinieron después otras conver- sionar a los judíos, sino que aboga por la conversión de todos especial-
saciones con ocasión de mis conferencias en el Instituto Van Leer de mente de los cristianos; por la conversión de todos al único Dios verda-
Jerusalén y en la Universidad de Haifa. dero que confiesan por igual cristianos, judíos y musulmanes. Este libro
Nuestro Instituto de Investigación Ecuménica de la Universidad de Tu- no se limita a abordar cuestiones teóricas, sino que trata problemas
binga organizó coloquios científicos con Evelyne Goodman-Tau (Jeru- eminentemente prácticos y el común talante ético mundial de una nueva
salén), en Lucerna con el Dr. Simon Lauer (junto con el profesor Thoma) sociedad universal, con la mirada puesta en una realista visión de paz
p~ra el futuro. A eso ';luiere animar este libro. ¡Esa paz es posible! Co-
y en Worms con el Dr. Pinchas Lapide (Francfort). Con este último
cuyo trabajo para el entendimiento de cristianos y judíos en Alemani~ mIenza en nosotros mIsmos; ya en nuestro encuentro más pró:ximo con
nunca será valorado suficientemente, había tenido yo la oportunidad de personas de creencia judía o musulmana.
mantener un coloquio en la radio (1975) sobre «Jesús, tema conflictivo». Antes de concluir esta introducción, deseo expresar un deseo. La ce-
Después impartimos conjuntamente lecciones sobre cristianos y judíos en lebración del cuarenta aniversario de la terminación de la Segunda Gue-
el Estudio General de la Universidad de Tubinga (semestre de verano de rra Mundial discurrió en Alemania en una atmósfera enrarecida en lo to-
1989). Recientemente han sido importantes para mí los coloquios con di- cante a las relaciones entre Alemania y los judíos. ¡Ojalá contribuya
versos rabinos en el marco de un «diálogo a tres bandas» entre cristianos este libro a que el cincuentenario (1995) pueda celebrarse en el espíritu
judíos y musulmanes. ' de la veracidad, de la reconciliación y de una colaboración volcada
Sin embargo, para entender el judaísmo vivo han tenido una impor- hacia el futuro! ¡Ojalá que la celebración del quincuagésimo aniversario
tancia decisiva las clases que he impartido con regularidad en los Estados del Estad? de Israel (1998) llegue a ser un verdadero año jubilar, cin-
cu.enten~~1O que, como dice el Levítico (25,8-31), hay que celebrar con la
Unidos como profesor invitado. Ha sido siempre para mí un gran honor
y todo un desafío el poder hablar como teólogo cristiano a un público «J¡beracIon en el país de todos sus moradores» ... !
Judío, en la sinagoga o en cualquier otro lugar. En este orden de cosas, .En tal camino ecuménico, ¿no entra el autor en contradiccióll consigo
fueron particularmente instructivos los semestres como profesor invitado mIsmo? En modo alguno. Estoy convencido de que la fidelidad ala pro-
en la Rice-University de Texas (las conversaciones con el rabino Samuel pia creencia religiosa (perspectiva hacia el interior) no es incompatible
Karff) , en la universidad de Michigan en Ann Arbor (rabino Michael c~m la apertura a otras tradiciones religiosas (perspectiva haci:l el exte-
Brooks) yen la universidad de Toronto (con los rabinos Gunther Plaut y nor); ni para el judío ni para el cristiano ni para el musulmán. Al con-
~ow Marmour). Me produjo una gran alegría el poder pronunciar un t~ario .. ?ólo así se p~ede llegar a la necesaria información recÍploca, a la

\
dISCurso en la toma de posesión del nuevo canciller del «Jewish Theolo- ~ISCU~IOn mutua y fInalmente a la transformación de cada uno.EI obje-
t~vo fmal de todos nuestros esfuerzos no puede ser una religión unificada,
gic~l Seminary», Ismar Schorsch, en Nueva York y, posteriormente, una
sene de conferencias en la «University of Judaism» (Los An!ieles y Sur de smo una paz auténtica entre las religiones. Pues no nos cansaremos de re-
California). Todas estas efemérides me brindaron la oportunidad de petir que:
perfeccionar mi comprensión del judaísmo. Por otro lado, siempre me ha no habrá paz entre las naciones
producido una gran alegría el constatar que se me escuchaba con sim- sin paz entre las religiones;
patía incluso cuando me veía obligado a expresar algún juicio crítico no ni habrá paz entre las religiones
sólo sobre cristianos, sino también acerca de judíos. sin diálogo entre las religiones;
Entre los encuentros personales que más me han enseñado deseo ni habrá diálogo entre éstas
mencionar las conversaciones con el embajador Arthur Burns (entonces sin el estudio de sus fundamentos.
en Bonn), con el profesor Hans Jonas (Nueva York), con la abogado Fe-
Tubinga, junio de 1991
licia Lang~r (JerusalénJTubinga), con el cónsul Franz Lucas (Londres),
HANSKÜNG
con el rabInO Jonathan Magonet (Londres), con el redactor jefe Adam
Michnik (Varsovia), con el profesor Jacob Neusner (Tampa/Florida),

14
15
PRIMERA PARTE

EL PASADO
AUN PRESENTE
A. ORIGEN

1. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES

Parémonos a pensar por un instante. ¿No corre la humanidad el peligro


constante de creerse demasiado importante, con todas sus rencillas, con-
flictos y guerras? ¿Cambiaría en algo el universo si la humanidad se au-
toaniquilara en nuestro insignificante planeta, colocado en la periferia de
una de los cien millones de constelaciones? Si la humanidad nació, tam-
bién puede tener un final. ..

1. Breve consideración de la historia universal

Hagamos una primera reflexión. Según algunos investigadores, el mundo


existe desde hace trece mil millones de años o más. Es posible que haya
seres humanos en nuestro planeta desde hace millón y medio de años;
hombres primitivos que surgieron del reino animal mediante la mutación
y la selección, seres que caminan erguidos (horno erectus). En conse-
cuencia, el 99,9% de la historia de la humanidad sería historia primitiva,
una historia sin escritura, sin nombres de un pueblo o de una religión, de
un dirigente político o religioso.
Una segunda reflexión. Es posible que el horno sapiens, como se au-
todenomina con orgullo el hombre actual, exista desde nace 200. 000
años, desde el Paleolítico. El horno sapiens que se diferencia de los ani-
males por tener conciencia de sí mismo, que inventó utensilios y armas en
la Edad de Piedra, que aprendió a dominar el fuego y c()nquistó las ca-
vernas que habían sido morada de las fieras salvajes; el homo sapiens que
ya entonces enterraba a sus muertos, ofrecía sacrificios y supo hacer
pinturas rupestres con motivos mágico-religiosos, reliev(s y modelado.
Tercer dato: sólo desde hace apenas 10.000 años, desde el gran cam-
bio del Neolítico, existe -junto a los cazadores, pescadores y recolecto-
res- un número creciente de agricultores y ganaderos sedentarios, per-
sonas que crearon culturas campesinas en sus lugares de residencia fijos,
con importantes consecuencias sociales: afán de posesión de tierras, apa-
rición de la propiedad privada, la posibilidad de hacer «guerras justas».
Comienza a tomar forma la dominación de unos pocos sobre la mayoría.
El paisaje natural empieza a convertirse en paisaje cultural. De las al-
deas nacen las urbes. La ciudad más antigua del mund() conocida hoy
(junto con <::atal Hüyük, en Asia Menor) se encuentra en terrenos pro-

19
A.I. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MU~WIALES 2. ¿QUE SE SABE DE ABRAHAN?

tobíblicos, Me refiero a Jericó, emplazada en el valle del Jordán y cuyas del diluvio- así como la historia de un paraíso «<Edén» es un término
murallas datan, según las investigaciones con el radiocarbono, del año sumerio). A finales del siglo IV a. e., la cultura y la religión egipcias per-
6.800 a.e. l • derán su independencia sucumbiendo ante el helenismo y, posterior-
Cuarta pincelada: sólo desde hace unos 5.000 años, desde el paso del mente, el Imperio roman0 4 •
cuarto milenio al tercero antes de Cristo existen grandes culturas y gran- Otra religión completamente distinta tendrá un futuro duradero. Se
des religiones de la historia primitiva. La primera se desarrolla antes del desarrolla en el estrecho y disputado puente de tierra sirio-palestino si-
año 3.500 a.e. en el sur del País de los dos Ríos, en las zonas inundadas tuado entre Egipto y Mesopotamia y en el que sus moradores semitas ha-
del Tigris y del Éufrates, en aquellas ciudades-templo de Sumer a las que bían conseguido pasar de la escritura silábica a la alfabética en la se-
la humanidad debe no sólo el invento de la rueda, del torno del alfarero, gunda mitad del segundo milenio; al alfabeto fenicio-cananeo de 22
del carro y del sistema de cálculo más antiguo (para la economía del tem- letras que también llegarían a hacer suyo los griegos y cuyos testimonios
plo), así como la confección de una jerarquía de dioses en el sistema cós- más antiguos son breves palabras garabateadas en las rocas de la mon-
mico, sino principalmente el invento de la escritura. Primero fue una es- taña del Sinaí por esclavos semitas que trabajaban para el faraón en
critura jeroglífica sobre tablillas de barro. Le sucedieron la escritura aquellas minas de cobre y de malaquita.
cuneiforme y, finalmente, la silábica2 • Hablamos de la religión de Israel. Israel es una tierra de paso en la in-
Termina entonces la «prehistoria» carente de escritura, la época que tersección de los grandes bloques de poder, y un pueblo sorprendente-
sólo nos habla indirectamente, mediante la mudez de piedras, fragmen- mente joven si lo comparamos con otros. En contraste con Egipto y
tos, utensilios, murallas y tumbas. Y comienza la «historia» escrita, Mesopotamia, este Israel supo que su existencia no se remontaba a tiem-
capaz de hablarnos por sí misma a través de sus documentos literarios. pos inmemoriales. Por consiguiente, no empalmó directamente su histo-
Comienza propiamente el tiempo "histórico» de la humanidad, en el que ria con una genealogía mítica poblada de dioses, sino que fue plenamente
un creciente número de pueblos, religiones y personajes históricos emer- consciente de haberse convertido en pueblo en fechas bastante recientes 5 •
gen de la oscuridad prehistórica o protohistórica a la clara luz de la Israel antepuso a su propia historia una dilatada historia primitiva que se
historia, en la que se consignan por escrito datos relacionados con la eco- extendía desde la creación del mundo hasta la construcción de la Torre
nomía y la administración; y, posteriormente, sagas y mitos. de Babel6 y una prehistoria de los patriarcas o padres originarios7 para-
Una segunda gran cultura se desarrolla después del año 3.000 a.e. Es- fraseada con sagas 8 •
tará influida por el País de los dos Ríos y tendrá su escenario en el valle Hablamos, pues, de la religión de Israel y -tras numerosas transfor-
del Nilo, donde se inventa casi al mismo tiempo una escritura, donde la maciones- del judaísmo. Así resulta más perceptible la evolución. En el
agricultura sólo fue posible mediante la irrigación artificial, mediante el comienzo del nuevo (ahora cristiano) cómputo del tiempo, del judaísmo
trabajo en común, la planificación y la organización; es decir, mediante sale el cristianismo, que llegaría a convertirse en la religión del Imperio
una administración centralizada (con un estamento de funcionarios y de romano y de todo el mundo occidental; primero de Europa, y luego de
sacerdotes) y con la formación de un Estado. Después de estas dos gran- ambas Américas. Por último, al judaísmo y al cristianismo siguió otra re-
des culturas, nace hacia el 2,500 a.e. una tercera gran cultura prehistó- ligión, la última, la más reciente de las religiones mundiales: el islamismo,
rica en el valle del Indo (la cultura del Indo). Hacia el año 1500 a.e. apa- natural de Arabia, que -tras el hundimiento del Imperio romano en Oc-
recerá una cuarta en el chino valle Huangho, en el valle del Río Amarillo cidente y de su debilitamiento en Oriente- pudo avanzar victorioso
(la cultura Schang)3. hasta Marruecos y España al tiempo que se extendía por Oriente con-
Pero estas cuatro grandes culturas y sus religiones corrieron una suer- quistando la Tierra de los dos Ríos, el valle del Indo y llegando hasta las
te dispar. Mientras que la cultura del Indo fue suplantada por la cultura fronteras de China.
y la religión de los inmigrantes arios, mientras que la cultura y la religión A fin de tener un acceso objetivo a estas tres religiones, comenzaremos
chinas han sobrevivido hasta el siglo xx superando numerosas rupturas formulando una pregunta: ¿qué tienen en común estas religiones nacidas
y transformaciones, las dos primeras culturas desaparecieron por com- en el Oriente Próximo? Se nos antoja la siguiente respuesta: ante todo, les
pleto. Sus grandiosos restos se encuentran en los museos más famosos del une un nombre: Abrahán.
mundo. No obstante la grandio,sidad de los templos de varios pisos que
se levantaron en la planicie del Eufrates y del Tigris (la Biblia hebrea alu- 2. ¿Qué se sabe de Abrahán?
dirá al zigurat de Babilonia), en el siglo VII a.e. pereció esta cultura me-
sopotámica (caldeo-asiria-babilónica) a la que debemos el primer relato «Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció Yahvé y le
de un «diluvio» -de una de las (sin duda numerosas) inundaciones ca- dijo: Yo soy Dios Todopoderoso (El Saday). Procede de acuerdo conmi-
tastróficas de toda la región, que servirá de base al futuro relato bíblico go y sé honrado, y haré una alianza contigo: haré que te multipliques sin

20 21
A.I. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES 2. ¿QUE SE SABE DE ABRAHAN?

medida. Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así: Mira, éste es mi que Abrahán, Isaac y Jacob son dioses privados de poder, figuras pura-
pacto contigo: serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás mente míticas, antepasados ficticios de determinados grupos de gentes.
Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de una multitud de pue- Ninguna tribu ni clan los reclama para sí. Sus nombres, corrientes en el se-
bias ... Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras ge- mitismo occidental, permiten pensar que se trata de figuras históricas,
neraciones, como pacto perpetuo. Seré tu Dios y el de tus descendientes aunque han fracasado todos los esfuerzos para asignarles una cronología.
futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra de tus andanzas Pero las historias de los patriarcas dejan traslucir circunstancias socio-
-la tierra de Canaán- como posesión perpetua. Y seré su Dios ... Cir- culturales (Sitz im Leben) como las que debieron de haber reinado en Pa-
cuncidad a todos vuestros varones; circuncidaréis el prepucio, y será lestina durante el medio milenio que va del 1900 al 1400 a.e. Tenemos
una señal de mi pacto con vosotros»9. algunas informaciones sobre ellas; concretamente, a través de la narración
En esta conversación entre Dios y el casi centenario Abrahán -¡con la de Sinuhé el Egipcio, que vivió allí entre seminómadas (s. xx a.c.). Tam-
que se corresponde la casi tan importante entrevista de Dios con Sara, la bién nos permiten conocer esa situación algunos textos de proscripción
esposa de Abrahán lO !-, el redactor sacerdotal que escribe durante el exi- egipcios que maldecían a los príncipes rebeldes (s. xIX/Xvm). Igu~lmente,
lio en Babilonia agrupa artificialmente las diversas promesas hechas a los nos aportan cierta luz los textos mesopotámicos de Mari, en el Eufrates
patriarcas, y convierte este centón en el centro de su historia de los pa- central (s. XVIII), y de Nuzi, próxima a Kirkuk (s. XVIXIV). Por último, tam-
triarcas. Así, en el primer libro de la Biblia hebrea se destaca de forma bién contamos con las cartas encontradas en Amarna -Nilo (entral-,
impresionante la importancia básica de Abrahán para la historia, espiri- procedentes del archivo estatal de los faraones Amenofis III y Amenofis IV
tualidad y teología de Israel y del judaísmo hasta nuestros días. Como Echnaton (s. XIV), cuya novedosa creencia en un solo dios precipitó al Im-
elementos básicos de la fe israelita aparecen aquí: perio egipcio a una profunda crisis 1s .
La iniciativa está en manos de Dios, que ni es ni será uno con el hom- Pero también esto es verdad: en contra de lo que algunos creen, Abra-
bre. Por el contrario, éste debe actuar «delante» de Dios y someterse hán, su hijo y su nieto no representan sólo la historia de una familia pri-
«por completo» a él. En consecuencia, lo que determina desde un vada en sus tres generaciones sucesivas. Porque, en primer lugar, son de-
principio la religión abrahámica no es una mística de la unidad, sino el masiado graves las implicaciones político-religiosas de las promesas
cara a cara de Dios y el hombre. mencionadas en esta historia. Por otro lado, está presente en este con-
Pero Dios hace alianza eterna entre el Dios poderoso y el hombre texto el horizonte político mundial. En efecto, no podemos pasar por alto
elegido. Ese pacto significa una relación recíproca entre Dios y el que la historia de Abrahán empalma en el libro del Génesis con la prehis-
hombre. La circuncisión es el signo que sella la alianza. toria e historia universal de la humanidad, que parece tener un primer co-
La doble promesa dada con la alianza a la descendencia de Abrahán: lofón en la historia de la «torre» de Babel16 • Según la tradición bíblica,
llegarán a constituir un gran pueblo, que será el pueblo de Dios; y re- que pretende combinar dos tradiciones 17 , la familia de Abrahán emigró
cibirán la tierra prometida, la tierra de Canaán. de Ur, rica ciudad del sur de Mesopotamia (cuyo zigurat, dedicado al
dios lunar Sin, fue excavado entre 1922 y 1934) y, partiendo de la ciudad
Por consiguiente, Abrán, al que (la interpretación posterior) cambia de Jarán, enclavada en el norte de Mesopotamia, en el gran n:codo del
programática mente de nombre y pasa a llamar «Abrahán», «padre de Éufrates, emigró a la tierra de Canaán siguiendo los pasos de otros mUe
muchos pueblos», es sin duda, según los textos de la Biblia, el primer an- chos que se desplazaron de Mesopotamia y del desierto sirio-árabe en el
cestro del pueblo de Israel. Pero ¿qué se esconde detrás de esa ingente fi- segundo milenio antes de Cristo l8 .
gura bíblica? ¿qué sabemos hoy sobre Abrahán como figura histórica 11? Pero precisamente este origen -sin menguar para nada la importancia
Carecemos casi por completo de datos seguros sobre su persona. Es im- de la tierra prometida y concedida- verá acrecentar incesantemente su

I
posible esbozar una biografía de Abrahán. Las historias de los Patriarcas Signif!Ca~~ en la camb~ante ?' movi~a ~istoria judía. Abra~án iue desde
recogidas en los capítulos 11-35 12 del Génesis son nuestras únicas fuentes. un pnncIplO no un natIVO, smo un mmIgrante, «un extranjero yasenta-
Y ellas no son una biografía, una historiografía en el sentido moderno del dO»19. La única propiedad adquirida por él habría sido una tum~a en He-
término. Son -yeso afecta por igual a los tres patriarcas- una serie de brón20 • Todavía hoy se enseña la «tumba de Abrahán» a los peregrinos y
historias breves empalmadas de forma leve, con dobletes y contradiccio- turistas judíos, cristianos y musulmanes. Nómada en un país de cultivo,
nes. Dicho con mayor detalle, se (rata, ante todo, de sagas 13 transmitidas \ viviendo entre aldeas y ciudades, Abrahán tuvo cierto contacto con los
por vía oral mucho antes de ser fijadas por escrito. ¡Pero no confundamos nativos, pero su estilo y forma de vida debió de diferir mucho de la
saga con fábula l4 ! Por regla general, contienen un núcleo histórico a
pesar de su extremada bíevedad, de su simplificación y de su concentra-
ción en unos pocos personajes. Por eso, ningún exegeta crítico afirma ya
¡ practicada por los nativos ; por lo que -como sucedió también a los
otros patriarcas- no se le permitió contraer lazos matrimonialtscon fa--
milias nativas. Efectivamente, se define a Abrahán como «hebreo»

22 23
A.I. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES 3. El PADRE DE LA FE

('ibrPl), pero, según los estudios más recientes, ese término no habría sido ¡mente como Dios personal y cósmic029 . Por eso, los exegetas críticos de
sinónimo de «israelita», pues los habiru o hapiru de los textos cuneifor- ,nuestros días están de acuerdo en que ni el elevado tala~te ético de la Bi-
J mes mesopotámicos y los 'prw de los textos egipcios, que se identifican blia ni el monoteísmo estricto habrían dominado ya en tiempo de los pa-

~
con «hebreos», definen no tanto a un determinado pueblo, como a un es- riarcas. Históricamente, Abrahán habría sido un henoteísta que presu-

I trato social o una forma de vida bajos. Con frecuencia se aplican esos tér-
minos a extranjeros, vagabundos, mercenarios, trabajadores por cuenta
ajena o outlaws que, en ocasiones, pueden llegar a ocupar los cargos más
onía la existencia de varios dioses, pero que sólo reconocía como
utoridad suprema y obligatoria al Dios uno, a su Dios.
y ¿qué decir de la circuncisión30 ? Desde luego, no era un rito com-
elevados 22 . pletamente nuevo que se introdujera entonces. Es un uso muy antiguo
\
(practicado con un cuchillo de piedra), difundido originariamente no sólo
3. El padre de la fe en Canaán, entre los vecinos semitas de Israel y en Egipto, sino también
en África, en América y en Australia, pero no entre los filisteos, babilo-
Otro punto reviste notable importancia para la situación actual de las re- nios o asirios. Fue practicado por razones higiénico-medicinales o por
ligiones. Mediante la secuencia de las estirpes, la geneaología23 , Abrahán motivos sociales (rito de iniciación o religioso). Entre los israelitas fue tan
aPa.rece insertado en la «parentela» semítica. habitual desde su asentamiento en Canaán que ni siquiera aparece en los
El, su hijo Isaac y su nieto Jacob -interrelacionados quizás en tiempos estadios más antiguos de la Ley, y sólo es mencionado una vez en el libro
posteriores- son considerados como los primeros ancestros de Israel. Los del Levític03!, pero sin atribuirle mayor importancia. Sin embargo, tras la
críticos actuales del islam, especialmente los cristianos, harían bien en desaparición de los reinos de Israel y de Judá y después del exilio en Ba-
tener presente que la poligamia también fue algo natural para las primi- bilonia, cuyos moradores no eran circuncidados, la circuncisión (una
tivas culturas tribales de la Biblia. Como sabemos, Abrahán tuvo varias práctica habitual ya en tiempos anteriores) se convierte en distintivo re-
concubinas24, pues, según el libro del Génesis, engendró con Sara a Isaac2s, ligioso de pertenencia al pueblo de Israel. Y es precisamente entonces
padre de Esaú y de Jacob, al que se dará más tarde el nombre de Israel y cuando adquiere su significación específica como imborrable marca de
pasa por ser el padre de las doce tribus. Pero con su concubina egipcia, la propiedad de Dios y como signo de la alianza. Finalmente, es recogido
esclava Agar, tuvo a IsmaeF6, el primer progenitor de doce grupos perte- como prescripción de la Ley en la redacción definitiva de Gn 17.
necientes a la federación ismaelita. Finalmente, con Quetura, se convirtió Según el libro del Génesis, para Abrahán es más fundamental la con-
en el ascendiente de dieciséis grupos nómadas protoárabes27 . Todo esto no

I
fianza en Dios. Es básica la incondicional fe que confía, Se dice en Gn
carece de importancia para la problemática actual. Israel se creyó empa- 15,6: «Abrahán creyó al Señor y se le apuntó en su habep>32. En toda la
rentado con los arameos semitas de finales del milenio segundo y con los Biblia hebrea se entiende la fe (en hebreo: 'aman = estar firme; forma
protoárabes semitas de la primera mitad del primer milenio que vivían en causativa: he'emin = creer, confiar) no como un «tener por verdadero» lo
el norte y noroeste de Arabia. Al menos, eso es lo que quieren expresar las indemostrable, sino como confianza inquebrantable en una promesa
genealogías (cuyos datos concretos difícilmente pueden ser considerados irrealizable por medios humanos, como fidelidad, como fiabilidad, como
como históricos)28. \ «amén». Según la Biblia, Abrahán es el prototipo y modelo del que cree
Pero ¿cómo es ese Dios del que se habla en estas narraciones de los pa- de esa manera; es un hombre que, basándose en esa fe, es capaz de su-
triarcas? Sorprendentemente, esas sagas están relacionadas con determi-
nados santuarios; sobre todo, con Siquén, Betel, Hebrón y Berseba. Por
eso, algunos exegetas suponen que se trata aquí de sagas etiológicas, de
sagas fundacionales, que quizás trataban de legitimar el uso de santuarios
I perar la mayor prueba a la que fue sometido, está dispuesto incluso a sa-
crificar a su propio hij 0 33, lo que al final Dios no quiso.
Podemos consignar ya una primera constatación g02osa: con razón se
ha designado a las tres religiones que se acogen a Abrahán y en las que la
cananeos preisraelíticos para el culto de los israelitas. Esa supuesta legi- persona humana está «ante» Dios (coram Deo), se fía completamente de
timación se basaría en que Dios se había manifestado a los patriarcas en él y cree así «en» Dios (in Deum) -en contraposición a las religiones
estos lugares. En cualquier caso, es patente desde un principio que el Dios místicas unificadas de la India y también a las religiones sapienciales de
de la religión de los patriarcas era un Dios que no estaba atado al cielo ni China- como religiones de la fe. Abrahán aparece asÍcomo el común
a un santuario, sino que era el «Dios del padre» (antepasado) al que Patriarca de las tres grandes religiones de origen semítico a las que, por
había dado a conocer sus revelaciones: el Dios de Abrahán, el Dios de esa razón, se llama las tres religiones abrahámicas. Como he expuesto en
Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de los padres. Pero después de la seden- \ mi fundamentación metodológico-hermenéutica para este libro 34 deben
tarización, ese Dios tomó elementos del dios cananeo El (bajo diversos ser entendidas como corrientes de un gran sistema religioso que nacen en
nombres, como El Saday), de forma que el Dios del Génesis puede ser de-
signado como Dios de los padres o como El, y se 'presenta simultánea- I el Oriente Próximo y se diferencian esencialmente de los sistemas que tie-
nen su origen en la India o en el Lejano Oriente.

24 25
A l. ABRAHA~~, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES 4. LA DISPUTA SOBRE LA HERENCIA ABRAHAMICA

Con todo, no podemos pasar por alto que, a pesar de sus puntos co- b) ¿Qué opina de Abrahán el cristianismo? Si dejamos a un lado a
munes, las tres religiones abrahámicas están en conflicto. ¿Por qué? Moisés, ninguna otra figura del Antiguo Testamento es tan mencionada
como él en el Nuevo Testamento: más de setenta veces. Se reconoce la
4. La disputa sobre la herer"zcia abrahámica importancia histórico-salvífica de Abrahán tanto como la filiación abra-
hámica de Israepo. En la parábola de Lucas del hombre rico y de Lázaro
a) ¿Cómo se ve a Abrahán en el judaísmo? En el curso de la historia, el pobre se da por supuesto que la pertenencia a Abrahán no termina con
la tradición judía había subrayado más y más la importancia de Abrahán la muerte (bienaventuranza como reposo en el seno de Abrahán51 ). Tam-
y había convertido al «siervo de Dios»35 en «amigo»36 de Dios cuya bién en la carta de Santiago, nacida en un contexto judío, se llama a
«fama nadie puede iguala!»37. En el judaísmo tardío se recarga sin cesar Abrahán «amigo de Dios»52.
la vida de Abrahán volcando sobre ella milagros, leyendas y virtudes, se Con todo, ya en la predicación de Juan Bautista53 se deja de conside-
venera su supuesta tumba de Hebrón, enclavado actualmente en territo- rar que la descendencia física de Abrahán sea garantía de salvación. Al
rio árabe-palestino-musulmán. Incluso ven la luz dos escritos apócrifos
dedicados específicamente a él. Uno trata de su elección y sus revelacio-
nes (Apocalipsis de Abrahán38 ), ye! otro habla de su viaje al paraíso y de
su muerte, y recoge una alabanza de la hospitalidad (Testamento de
I contrario, se exige la conversión, metanoia. Ahora todo depende de
ésta. No es ya decisiva la descendencia biológica, sino la pertenencia es-
piritual a Abrahán. Por consiguiente, ya Juan Bautista polemiza con
irOnía -al menos en el evangelio de Mateo- contra cualquier tipo de
Abrahán 39 ). Estos escritos bien podrían haber nacido en círculos esenios. superioridad judía. En caso de necesidad, Dios mismo puede convertir las
y él, al que la Biblia hebrea describe de forma tan simpática con debili- 54
\ piedras en descendencia de Abrahán . En ese mismo evangelio se indica
dades humanas, él, que presentó varias veces, en un alarde de astucia, a Polémicamente que, en el banquete escatológico, muchos gentiles com-
su esposa Sara como hermana 4o , él, que por instigación expresa de su
propia esposa, envía a su concubina Agar y a su hijo Ismael (¡el patriar-
ca para los musulmanes!) al desiert0 41, él, que chantajea con regalos a los
hijos de sus concubinas y los expulsa de casa 42 , no sólo será celebrado en
I partirán mesa con Abrahán, Isaac y Jacob mientras que algunos de los is-
raelitas llamados a primera hora quedarán excluidos55 .
Pero fue sobre todo e! apóstol Pablo e! que, valorando en grado sumo a
Abrahán, rechazó expresamente la descendencia física de éste c()mo con-
el curso de la historia -las excepciones confirman la regla- como en- dición salvífica exclusiva y subrayó la posibilidad de la filiación espiritual
carnación de la virtud de la modestia, de la compasión y de la hospitali- e interior de Abrahán56 , como también admitió un judaísmo interior, es-
dad, sino propuesto como el modelo supremo de todas las virtudes que \ pirituaP7. Llegará a decir que Abrahán no fue justificado ante Di()s por las
sus descendientes deben imitar. Efectivamente, el libro del Eclesiástico o obras de la Ley, sino por su fe confiante58 , como indica Gn 15,6. Pablo
Ben Sira define a Abrahán como «padre de muchos pueblos»43. osará interpretar alegoricamente la historia de Agar y de Sara, así como la
Luego, en el judaísmo rabínico, Abrahán se convirtió en una figura de Ismael e Isaac y las aplicará a la antigua alianza y a la nueva, ala Jeru-
salvífica que sobrepasa todos los tiempos. Según el Talmud, Abrahán, saén terrena y futura, al judaísmo y a la comunidad cristiana59 . También
que vivió mucho antes de que tuviera lugar la revelación de! Sinaí, había Pablo tiene sumo interés en dejar muy claro que no decide la descendencia
observado en su vida todos los preceptos 44 de la Torá escrita y de la

I
externa o la observancia de la Ley (¡Abrahán fue anterior a la Torá!), sino
oral45 . Incluso se llega a hacer la atrevida afirmación de que el mundo y el seguimiento interior, espiritual, de la inquebrantable fe de .Abrahán.
todos los hombres fueron creados en atención a Abrahán y a los méritos Así, éste es para los cristianos el padre de todos los hombres en la medida
de éste. Las estirpes que le precedieron pudieron existir gracias a que él en que creen como él, e! padre de todos los creyentes, circuncidados o no.
existiría. También sustenta a los linaj es posteriores a é146 . En tiempos posteriores, los padres de la Iglesia se ocuparán repetida-
De hecho, ser «hijos de Abrahán', es privilegio exclusivo de los israe- mente de la figura de Abrahán. En sus tratados y homilías lo abordarán
litas. Israel es e! «retoño o estirpe de Abrahán»47 y «el pueblo del Dios de siguiendo el método alegórico o el moralizante. Algunos le dedicaron tra-
Abrahán»48. La promesa de que Abrahán sería el cauce de la bendición tados específicos. Con frecuencia suma y altamente problemática, los es-
sobre «todas las estirpes de la tierra»49, ese horizonte originariamente critos patrísticos, los medievales y también los de la Reforma trazarán
universal de la historia de Abrahán cedió muchas veces el protagonismo paralelismos entre el sacrificio de Isaac y e! de Cristo en la cruz. Dejando
a la elección de un pueblo, Hasta nuestros días se menciona el nombre de muy atrás a la teología medieval y a Lutero, el danés Soren Kierkegaard
Abrahán en la liturgia, sobre todo en el día del Año Nuevo y en la pri- llegó a presentar a Abrahán, dispuesto a sacrificar a su prorio hijo,
mera alabanza de las Dieciocho Bendiciones, la oración central de los ju- como el prototipo de una ciega fe cristiana.
díos. Sin embargo, no podemos olvidar que determinad()s rabinos ad-
mitieron una filiación espiritual, creyente, interior de Abrahán, afirmada c) ¿Cómo ve el islam a Abrahán? Después de Moisés, lbrahán
también en el cristianismo. «<lbrahim» en árabe) es la figura bíblica más citada. Existen paralelismos

26 27
A.1. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES
5. NECESIDAD DE UN DIALOGO

llamativos no sólo con los esbozos bíblicos de Abrahán, sino también con fícilmente pueda ser considerado como «un punto de partida ideal para
extrabíblicos, rabínicos. Juega un papel importante en 25 suras. Una sura e! diálogo actual»65? En un segundo nivel, veremos que Abrahán no
-la decimocuarta-lleva incluso su nombre. En las suras tempranas de aparece necesariamente como e! punto de partida ideal, pero sí real,
La Meca, Abrahán aparece, sobre todo, luchando contra la idolatría de para lo que podemos llamar, usando un neologismo filológico, «triálogo»
su padre y de sus paisanos, se presenta así como el portavoz de la verdad o «diálogo a tres bandas» entre judíos, cristianos y musulmanes.
y como gran profeta. En las suras tardías de Medina, también aparece Is-
mae!, e! padre de los árabes, mencionado anteriormente sin una referen- 5. Necesidad de un «diálogo a tres bandas» entre judíos,
cia concreta a Abrahán. Aquél apoya a su padre Abrahán en sus esfuer- cristianos y musulmanes
zos para convertir la Caaba de La Meca en un lugar de eximio culto
monoteísta a Dios y en centro de peregrinación60 . También e! Corán En un tercer momento, quizás se ponga de manifiesto que no existe una
llama a Abrahán «amigo de Dios»61, pero lo principal para él es que coincidencia total de las tres religiones respecto de Abrahán, pero tam-
Abrahán «no fue judío ni cristiano, sino ... un hanif (sinónimo de mu- poco un disenso completo; sí una convergencia que permite pensar en la
sulmán o monoteísta en e! Corán) entregado (a Dios) y no un pagano»62. utilidad de un diálogo. ¿Puede pretender una de las tres religiones dere-
Según e! Corán, Abrahán fue el primero que, elegido por Dios, se con- chos exclusivos sobre Abrahán? ¿No es más cierto que Abrahán perte-
virtió al único Dios verdadero y luchó contra toda idolatría63 . Fue e! pri- nece a todas ellas, incluso que puede constituir también hoy un desafío
mero en practicar el «islam», e! sometimiento incondicional a la voluntad para las tres religiones?
de Dios; sobre todo cuando se mostró dispuesto a sacrificar a su propio Ni siquiera en las épocas medievales o modernas de mayor odio a los
hijo (en este pasaje no se menciona el nombre de Isaac 64, la exégesis is- judíos pudo olvidar totalmente la cristiandad su proveniencia de! judaís-
lámica tradicional piensa en Ismae!). mo que tiene por suyo a Abrahán; de ese judaísmo con e! que comparte
Por consiguiente, Abrahán fue muy pronto para los musulmanes un la Biblia hebrea, los salmos y muchos elementos hebreos del culto divino
gran profeta del Dios único. Se comprende que e! Corán no comparta la (desde e! «hosanna» hasta e! «amén»). En los dos evangelios más exten-
idea de que e! judaísmo y e! cristianismo son la única religión verdadera, sos, el de Lucas y el de Mateo (procedente de! judaísm?), a través de la
pues, según esta concepción, Abrahán no fue judío ni cristiano, sino e! genealogía de Jesús se recuerda expresamente que e! Cnsto descendía de
primer musulmán: monoteísta creyente, elegido por Dios mucho antes de Abrahán66 . Ye! Dios que «glorificó a su siervo Jesús» no fue otro que «e!
que existieran la Torá (en árabe: Tawrat) ye! Evange!io (en árabe: Inijil), Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob»67. Si bien la cristiandad sostenía
los otros dos libros sagrados, pero falseados por judíos y cristianos. En con Pablo que la justificación viene por la fe que confía, sin embargo no
consecuencia, el islam puede legitimarse mediante Abrahán como la re- quiso renunciar a las buenas obras, pues, según el mismo Pablo, la fe debe
ligión más antigua y auténtica, una religión que ~nseñada por todos los ser activa mediante el amor68 . Por último, además del evangelio de Juan69,
profetas (todos ellos recibieron la misma revelación)- ha sido procla- especialmente la carta de Santiago subraya la necesidad de las obras
mada de forma nueva y definitiva por Mahoma, «sello» confirmador de frente a una «fe» consistente sólo en una confesión inactiva70 .
los profetas, después que él (el Profeta) la recibiera directamente de! Por otro lado, también los rabinos del judaísmo subrayan la impor-
Dios único y verdadero, a través de un ángel, sin los errores y tergiver- tancia de la obediencia de Abrahán a la fe 71 • Tampoco ellos vinculan ex-
saciones de judíos y cristianos. Es, pues, claro que, según el Corán, los clusivamente la herencia de las promesas de Abrahán a la descendencia
musulmanes son los más próximos a Abrahán y que, imitando a éste, se física. Es claro que el Corán, con su argumentación, toca aquí un punto
convierten en los únicos adoradores genuinos dé Dios. Mucho deben a atinado: Abrahán mismo, antes de ser el primer «misionero» monoteísta,
Abrahán: su «nombre» (musulmanes), su fe, su liturgia en La Meca, su se convirtió a la fe verdadera durante muchas décadas. En efecto, según
teocentrismo y también su universalismo. las explicaciones de algunos rabinos, Abrahán abrió -mediante su tardía
Segunda constatación, menos regocijante: en un ejemplo aparente- circuncisión (ia los 99 años de edad!)-la posibilidad de que no judíos
mente tan inocuo como Abrahán se ponen de manifiesto cuestiones pasaran en el futuro al judaísmo. De ese modo se convirtió en el modelo
complicadas, muy disputadas entre las religiones y con una delicada no sólo para los judíos, sino también para todos los gentiles (prosélitos)
vertiente política. Efectivamente, está en juego la identidad específica de ganados para el judaísmo. Y pasó a ser el patriarca de todas las naciones.
cada una de las tres religiones. Por consiguiente, también el judaísmo admitió al menos durante un
¿Significa esto que Abrahán es un «punto de referencia común» de las tiempo la posibilidad de un seguimiento espiritual de Abrahán. «N. N.,
tres religiones sólo a primera vista, pero que, en realidad, constituye hijo de nuestro padre Abrahán» se llama hasta nuestros días al converso
«-debido al enfoque de la respectiva tradición religiosa- también el invitado a leer la Taran. Pero aún hay más. Según la teología judía ac-
compendio de lo que las diferencia y separa», de forma que Abrahán di- tual, también los cristianos que desean conservar su fe pueden ser consi-

28 29
5. NECESIDAD DE UN DIALOGO

A pesar de las peculiaridades del Corán, tampoco se pueden pasar por


alto las estrechas relaciones del islam con el judaísmo. Los musulmanes
consideran que su fe se remonta al mismo origen abrahámico. A su vez,
Abrahán los israelitas se sienten emparentados con los árabes desde un principio.
La historia nos dice que, al menos desde los tiempos del rey Salomón,
r--------------------------------I existieron numerosos vínculos económicos entre la tierra de Canaán y
I I
I I Arabia; y que esas relaciones comerciales perduraron hasta los días del
i
I
'!' t) i
I
Profeta Mahoma, cuando numerosas comunidades judías vivían en Ara-
bia. La historiografía y la exégesis islámica del Corán no tienen incon-
I I veniente alguno en completar las afirmaciones del Corán sobre Abrahán
I Patriarca de las tres religiones semíticas I
recurriendo a la Biblia hebrea o a la haggadá judía, e influyen a su vez en
\ nacidas en el Oriente Próximo. !
la tradición e interpretación judías. La misma Biblia hebrea contiene
: Representante más antiguo del monoteísmo.
numerosas alusiones a las estrechas relaciones entre árabes y judíos. En
: Arquetipo de las religiones proféticas:
I el hombre que cree ante Dios, amigo de Dios.
Job y en Proverbios entraron numerosos términos árabes. También la
I
L _______________________________ J
I Misná, de fecha posterior, contiene párrafos que se refieren al compor-
tamiento de judíos en Arabia. No debe extrañar, pues, que los judíos
hayan sentido a lo largo de su historia cierta afinidad con la cultura
árabe, de forma que los centros florecientes del judaísmo medieval pu-
'!' t ) dieron desarrollarse precisamente en regiones árabes: bajo los abásidas en
Iraq, bajo la dominación de los musulmanes en España o, tras ser ex-
Padre físico de Isaac Padre espiritual de todos Padre físico de Ismael pulsados de España, bajo los otomanos en Estambul o Salónica.
cuyo hijo Jacob fue Ila- los creyentes, cuyas pro- con el que fundó en La De entrada debemos preguntarnos qué une a las tres religiones nacidas
mado Israel, con el que mesas se cumplieron en Meca la Caaba como de la corriente religiosa mediooriental por encima de las relaciones his-
Dios hizo alianza eterna. Cristo. Él es asi patriarca santuario central del Dios
tóricas más o menos causales. ¿Qué es lo que une fundamentalmente a
Él es el patriarca del de judíos y cristianos. único. Él es así el patriar-
pueblo judío. ca de los árabes.
judíos, cristianos y árabes? ¿Qué podemos considerar como fundamento
real para la realización práctica de una nueva ecumene abrahámica res-
Modelo de fiel observan- Modelo de fidelidad in- Modelo de sometimiento petando las peculiaridades de las tres religiones? ¿Qué une ya ahora a las
te de la Ley: el judío quebrantable a la fe: absoluto (=islam=); el pri-
ideal, justificado por las anunciador de Cristo; mer musulmán, consiguió
tres religiones abrahámicas?
obras, que demuestran justificado por la fe, que la justicia creyendo en En los diálogos ecuménicos con judíos y musulmanes, basta situarse
su fidelidad a la fe. precede a las obras. Dios y llevando una vida frente a representantes de las corrientes religiosas indias y chinas para ob-
agradable a él. servar cuántos puntos comparten judíos, cristianos y musulmanes a
El sacrificio de Isaac co- El sacrificio de Isaac co- Salida de Ur como proto- pesar de sus litigios. Es bastante similar su concepción básica de Dios, del
mo prototipo de la victo- mo prototipo de la entre- tipo de la emigración del hombre, del mundo y de la historia universal. Es una especie de ecumene
ria sobre la prueba de fe ga del Hijo de Dios por el Plofeta de La Meca abrahámica que se ha sedimentado a lo largo de una dilatada listoria y
más difícil. Padre. (Hijra). ha sobrevivido a todo tipo de enemistades y de guerras. Kurt .Rudolph,
Receptor de las prome- Receptor de las prome- Receptor de la revelación estudioso de las religiones, lo ha dicho atinadamente: «Es una historia
sas de Israel: pueblo y sas de todos los pueblos: primitiva recogida sin fal- hereditaria de gran calibre la que emerge a la luz en la historiareligiosa
tierra. Jesucristo como heren- sía en el Corán. de nuestro círculo cultu'ral y configura hasta hoy la relación de las tres
cia de Abrahán. grandes religiones del Oriente Próximo, aunque los creyentes «onscien-
te o inconscientemente) dejan de percibirla con frecuencia»74.
Tercera recapitulación básica y anticipadora: las tres religiones abra-
derados, junto con los musulmanes, como «hijos de Abrahán», como hámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo) tienen en común bienes im-
afirma David Flusser, erudito jerosolimitano: «En la religión judía puede portantes que se compendian en el nombre de Abrahán. A pe~ar de las
entenderse la existencia del cristianismo (y del islam) como cumplimien- diferencias que las separan, comparten:
to de la palabra de Dios que prometió convertir a Abrahán en el padre de • un origen y lenguaje semíticos: el árabe tiene una estructura yun vo-
muchos pueblos»73. cabulario emparentados estrechamente con el hebreo de Israely con el

30 31
A.I. ABRAHAN, PADRE DE TRES RELIGIONES MUNDIALES

arameo de Jesús y de la primitiva comunidad cristiana. Las tres reli- · 5. NECESIDAD DE UN DIALOGO

Todo lo dicho hasta ahora nos ha dado la suficiente preparación her-

l
giones abrahámicas tienen su origen en el grupo lingüístico semita; menéutica y ecuménica para centrarnos por completo en el judaísmo,
• la fe en el mismo Dios único de Abrahán, su patriarca, que -según las cuya historia se conjuga aún en tiempo presente. Ese judaísmo que es una
tres tradiciones- fue el gran testigo de este Dios único, vivo y verda- religión ~a, pero también u!!iver~l, de cuño propio y sin la que se-
dero; rían inconcebibles el cristianismo y el islam.
• una concepción lineal de la historia que no piensa en ciclos cósmicos,
sino que camina hacia una meta; una historia salvífica universal que
inicia su andadura en la creación, perdura a lo largo de los tiempos y
tiende hacia un final cuya consumación vendrá de la mano de Dios;
• la proclamación profética y la revelación recogida de una vez por
todas en la sagrada Escritura, que tiene permanente valor normativo;
• la ética básica de un humanismo elemental basada en la voluntad del
Dios uno: los diez mandamientos «<Decálogo») o su equivalente.

Podemos compendiarlo en una frase: el judaísmo, el cristianismo yel


islamismo -las tres religiones abrahámicas- constituyen juntas el mo-
vimiento monoteísta mundial de talante ético y de carácter profético
que nació en el ambiente semita del Oriente Próximo y se diferencia ra-
dicalmente -en cuanto a origen y estructura- de las religiones de la
India y de China, sin que esta constatación pretenda devaluar a éstas.
Juntas, podrían aportar una contribución sumamente importante a la
ecumene de las religiones 75 •
Los documentos emanados del concilio Vaticano 11 (1962-1965) su-
brayan que, a pesar de las diferencias manifiestas, el cristianismo ha re-
flexionado claramente sobre la herencia común proveniente de Abrahán.
La Iglesia católica confiesa expresamente en esos documentos que ella es
inconcebible sin Abrahán y su pueblo. Aunque es innegable que el si-
guiente texto ha sido concebido y formulado desde la autoconciencia
cristiana, emerge con suficiente claridad lo que es común a judíos y cris-
tianos: "Al investigar el misterio de la Iglesia, este sagrado Concilio re-
cuerda el vínculo con que el pueblo del Nuevo Testamento está unido es-
piritualmente con la raza de Abrahán. Pues la Iglesia de Cristo reconoce
que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los pa-
triarcas' en Moisés y en los profetas, conforme al misterio salvífico de
Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abrahán según la fe,
están incluidos en la vocación del mismo patriarca y que la salvación de
la Iglesia está prefigurada místicamente en la salida del pueblo elegido de
la tierra de la esclavitud» 76.
Acerca de los musulmanes, el Concilio hace unas manifestaciones
que reproducen con mayor claridad la autoconciencia de los musulmanes
y que pueden ser asumidas en esa forma por judíos y musulmanes: « La
Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes, que adoran al único
Dios, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, Creador del
cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios
procuran someterse con toda el alma, como se sometió a Dios Abrahán,
a quien la fe islámica mira con complacencia»77.

32 33
1. EL ENIGMA DEL JUDAISMO

n. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO


(586 a.c.) una parte de los judíos -y desde el siglo II de la era cristiana la
mayor parte de ellos- ha vivido fuera de la «Tierra Santa»: 5,7 millones
Conviene no perder de vista que el judaísmo es una religión étnica, la re- de judíos son ciudadanos de los Estados Unidos (aproximadamente el 3%
ligión de un pueblo, pero también una religión que ha intervenido en la de la población de EE.UU.); hasta hace bien poco, 1,7 millones vivían en
historia del mundo, y que a su vez ha vivido una historia universal, que la antigua Unión Soviética; sólo 3,3 millones son ciudadanos de Israel.
es una religión mundial. Como otras religiones universales, tampoco el -Es un pueblo, y no lo es. ¿Por qué? Porque este pueblo constituye
judaísmo es una magnitud estática, un bloque monolítico. Su historia está una magnitud internacional inigualable. Desde un punto de vista políti-
plagada de tensiones, de altibajos profundos y sinuosos; al menos, mucho co y cultural, numerosos judíos se consideran americanos, ingleses, fran-
más profundos de lo que está dispuesta a admitir la ortodoxia judía o la ceses, alemanes y en modo alguno se sienten «israelíes en el extranjero».
cristiana, para la que la continuidad es tan importante. El judaísmo ha . -Es una raza, y no lo es. ¿Por qué? Porque desde las postrimerías de
protagonizado una historia en la que, como veremos, se pueden fijar fá- la época romana, personas provenientes de todas las tribus y pueblos
cilmente -sin necesidad de incurrir en violencias metodológicas- di- imaginables se hicieron judíos mediante matrimonio o conversión. Al-
versos macromodelos, grandes constelaciones, paradigmas que delatan gunos judíos orientales descienden, por ejemplo, de la etnia turca de
una virulenta presencia incluso en nuestros días. Al judaísmo, como a los kasares; y otros, de los falasha negros de Etiopía, por lo que el actual
cualquier otra religión, hay que medirlo por sus propios orígenes y me- Israel se ha convertido en un Estado plurirracial con ciudadanos suma-
didas antes de cotejarlo con otras religiones. Por ello debemos pregun- mente diversos en cuanto al color de la piel, del pelo y de los ojos.
tarnos por los orígenes. -Es una comunidad de lengua, y no lo es. ¿Por qué? Porque el ju-
daísmo no conoce una cultura ni una lengua comunes para todos. Son
1. El enigma del judaísmo muchos los judíos que no hablan el hebreo o el yiddish.
-Es una comunidad de religión, pero menos. ¿Por qué? Porque son
Indiscutiblemente, el judaísmo -una de las religiones más antiguas de no pocos los judíos -incluso en Israel- que no creen en Dios, y afirman
nuestro planeta y que ha conseguido mantenerse vivo hasta nuestros que su judaísmo no tiene nada que ver con la religión. ()tros son reli-
días a pesar de persecuciones indescriptibles- es una religión de una giosos, pero rechazan la observancia de la halaká, ley religiosa judía.
fuerza, ternura, serenidad y humanidad absolutamente peculiares. Sin Desde el prisma de la cantidad, los judíos son una magnitud insignifi-
embargo, este judaísmo sigue siendo todo un enigma específico para sí cante, pero desde el punto de vista religioso son una gran potencia. De-
mismo y para los demás en el plano tanto de la historia de las religiones jando a un lado las posibles interpretaciones, es claro que eljudaísmo es la
como de la historia profana. Resulta difícil definir su naturaleza. A dife- enigmática comunidad de destino de todos aquellos que descienden -sea
rencia del is~am y del cristianismo, no es una fuerza multinacional que cual fuere el cómo y el dónde- de ]acob, llamado Israel. En términos ju-
congrega a cientos de millones de personas. Al contrario, es un pueblo di- rídicos más precisos, son judíos todos los que tienen madre judía o se han
minuto que se asentó inicialmente en un país diminuto en la zona central convertido al judaísmo. Tanto si tienen la misma cultura, lengua y raza
sirio-palestina del «creciente fértil» (fertile crescent: J. H. Breasted) de las como si no, comparten el mismo destino. Constituyen una comunidad de
antiguas regiones de cultivo que iban desde el Golfo pérsico hasta el valle destino que (afirmada, ignorada o negada por los miembrmconcretos) ha
del Nilo, en una región de 150 kms. de ancho, con franjas de tierras de demostrado hasta hoy, durante una hiStoria tres veces milenaria, durante
cultivo montañosas y que desciende lentamente por el Este hasta el de- SiglOS de paz ysiglos de persecución, incluso de exterminio, una capacidad
sierto sirio-árabe mientras limita por el Oeste con el Mar Mediterráneo!. de supervivencia inaudita, incomparable y admirable. E5a fuerza para
En el m~~io tiene ~na profunda hendidura geológica ocasionada por la sobrevivir durante 3.000 años en unas condiciones tan adversas ¿no
«Fosa s~na». que dlsc~me por el valle del Jordán y el Mar Muerto (la \ constituye precisamente el enigma permanente de esta comunidad?
zona mas baja de la Tierra, con sus casi 400 metros bajo el nivel del Me- Sin entrar en las posibles explicaciones de este fenómeno, parece in-
diterráneo) ha~ta Egipto, incluso hasta los lagos del África central, donde negable que los judíos son una enigmática comunidad de destino porque
se han descubierto los restos humanos más antiguos. constituyen una enigmática comunidad de experiencias. Y esto, no desde
. ¿qué, es, pues, este judaísmo especialmente enigmático para los pro- los últimos siglos «cristianos», con frecuencia tan nefastos, sino desde sus
~lOS Jud~o~ '.lue, durante su dilatada historia, formó parte del mundo asi- primeros tiempos, desde el principio. Preguntamos: ¿No fueron siempre
no, babilomco, persa, griego, romano y cristiano, y que se dispersó por 'l· religiosas esas experiencias tempranas transmitidas de forma creyente,
toda la Tierra? primero por vía oral y, desde el año 1000 a.c., también por escrito? ¿No
-Es un Estado, y no lo es. ¿Por qué? Porque desde el exilio babilónico fueron experiencias con el Dios uno, carente de representación gráfica,
inaprehensible e insondable, bajo cuya luz o sombra estuvo Israel desde

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35
A.II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO 2. ORIGEN ES ENVUELTOS EN SAGAS

Abrahán, Isaac y Jacob? Los judíos, en la medida en que eran religiosos, con precisión en la Suiza central. ¿Por qué? Porque -y yo como ciuda-
¿no permanecieron juntos en la fe en ese Dios uno de los padres de dano de la Confederación Helvética lo tengo que admitir a mi pesar- en
forma que para los judíos jamás existió otra religión que no fuera ésta, la el fondo, la historia de Guillermo Tell fue muy probablemente una saga,
de un monoteísmo puro? Dejando de lado la credulidad o incredulidad una saga nórdica (el tema del disparo de ballesta a la manzana se en-
de muchos, ¿no fue siempre la fe en un solo Dios el centro de la religión cuentra ya en las Gesta Danorum del Saxo Grammaticus). Sin embargo,
judía? Ese pueblo judío disperso por la faz de la tierra, que careció de Es- la fundación de la Confederación Helvética tal como se produjo en el
tado durante dos mil años, ¿habría sido capaz de conservar sus señas de siglo XIII después de Cristo está garantizada históricamente por varios do-
identidad sin la fuerza cohesionante de esa fe? ¿Acaso los judíos creyen- cumentos indudables, entre los que podemos mencionar la primera Carta
tes de todos los siglos no modelaron sus vidas desde esa fe y lograron federal (conservada actualmente en el Archivo Federal de Schwyz) de los
perseverar precisamente por eso? ¿No es cierto que incluso los judíos cre- cantones fundadores (Uri, Schwyz y Unterwalden), fechada el 1 de agos-
cientemente secularizados e incluso ateizados a raíz de la modernidad eu- to del 1291. Pero ¿qué decir de la «Confederación» israelita?
ropea echan mano de esa fe cuando quieren explicarse a sí mismos o a El origen de la federación israelita está mucho más envuelto en sagas 2 •
sus hijos por qué los judíos son lo que son? ¿No se ha creado, partiendo No extrañará esto si tenemos presente que debe datarse ese origen en el
de ahí, un cierto sentimiento de pertenencia común judía, una conciencia siglo XIII!XII a. C. Concretamente, en el 1290 antes de Cristo comienzan
de solidaridad y quizás también un habitus espiritual por encima de las los 66 años de reinado del faraón Ramsés I1, el fundador de la nueva ciu-
fronteras de las naciones o de los continentes? dad residencial de Ramsés, mencionada en Ex 1,11, ciudad que se en-
Al toparse uno de bruces con el enigma que reviste el sobrevivir du- contró en el valle del Nilo y que ha sido descubierta por las excavaciones
rante tres mil años bajo condiciones tan adversas, ¿puede uno reprimir la a unos sesenta kilómetros al oeste del actual Canal de Suez. Según mu-
sospecha de que este pueblo podría haber sido destinado a convertirse en chos estudiosos, Ramsés es aquel «Faraón de la opresión» que obligó a
algo singular? ¿No podría haber sido elegido, conservado, este pueblo los nómadas israelitas emigrados a Egipto en tiempos precedentes a rea-
por alguien para algo? Justamente eso es lo que afirman, con sorpren- lizar trabajos forzados. No existen documentos que hablen de esta «opre-
dente coincidencia, las antiguas tradiciones religiosas de este pueblo. sión» de los israelitas y de su <'salida de Egipto»3. Las fuentes egipcias
¡Ellas hablan de una elección de este pueblo! ¿Con razón? Como ya primitivas guardan silencio al respecto, lo que no resulta sorprendente.
nos sucedió con la historia de Abrahán, los que vivimos hoy -tanto si Tal emigración de un grupo de personas presumiblemente muy reducido
somos judíos, cristianos o musulmanes- no podemos eludir la respues- debió de ser un evento absolutamente insignificante para los cronistas del
ta a la cuestión de la historicidad. ¿Podemos fiarnos de estas tradiciones Estado y de la Corte. Pero ¿qué hay de aquellas diez plagas públicas y es-
sobre el origen del pueblo cuando es absolutamente seguro que fueron pectaculares: la conversión del agua en sangre, las ranas, los mosquitos,
consignadas por escrito cuando habían pasado a veces siglos desde los los insectos, la peste, las úlceras, los granizos, la langosta, las tinieblas y
«acontecimientos» narrados? ¿Cuál es el estado actual de la investigación el estrangulamiento de los primogénitos4 ? Deberían ser narraci()nes con-
histórica? traídas y estilizadas de catástrofes naturales muy habituales en Egipto y
en Palestina. Sólo el sacrificio de la Pascuas fue originariameme un rito
2. Orígenes envueltos en sagas de sangre y de ofrenda para defenderse de los demonios, tal como se
practicó con motivo de la antigua fiesta nómada de la prima"era para
Una pequeña comparación ayudará a entender con claIidad la proble- proteger la nueva vida de los rebaños.
mática. Sin duda, sería extraordinariamente difícil reconstruir, por ejem- ¿Acaso no ofrece un punto de apoyo histórico aquella primera men-
plo, el origen de la Confederación Helvética (¡realizada «en el nombre del ción extra bíblica del nombre «Israel» que se encuentra en la famosa es-
Dios Todopoderoso»!) si dependiéramos exclusivamente de las sagas tela (hallada en 1896 en la ciudad de los muertos tebana y consevada ac-
que hablan de los orígenes de Suiza; por ejemplo, la saga del cazador y tualmente en el Museo Egipcio de El Cairo) del faraón Meneftá6, hijo y
campeón de tiro Guillermo Tell, el futuro héroe nacional de Suiza, que, sucesor de Ramsés I1, que reinó del 1224 al 1204? Sin embargo,tampo-
tras conseguir agujerear con una flecha una manzana colocada sobre la ca ella dice una sola palabra sobre la muerte de un faraón y de una tropa
cabeza de su hijo, en Altdorf, después de ser encarcelado y de conseguir de persecución que hubieran sido sorprendidos en una laguna mélrina por
escapar, en medio de una tempestad en el lago de Vierwaldstiitter, mató a las aguas que volvían a inundarla. Al contrario, se habla en esa estela de
Hermann Gessler, odiado Habsburgo que oprimía a su pueblo, y habría una victoria conseguida por Meneftá sobre los libios, así como ~e las re-
dado así la señal para que el pueblo se levantara contra la dominación de percusiones de esa victoria sobre «Israel>" que, según la ins(ripción,
los Habsburgo y consiguiera la liberación del país. La tarea resultaría ex- está yermo y no tiene ni un grano de simiente ... Y no dice más. Tampo-
traordinariamente difícil a pesar de que los eventos están localizados co habla de un hombre llamado Moisés, a cuyo nacimient0 7 se trasvasó

36 37
3, .COMO PROCEDER CON LAS FUENTES?
A,II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO

Guillermo T ell o de los nibelungos, ni la Escritura hebrea en sentido


la leyenda de un niño héroe abandonado que logra conservar la vida, una premoderno, literal, como las leyeron los de la Edad Media o los refor-
leyenda difundida ya en Sumer/Acad. Las primeras informaciones de madores protestantes en su tiempo. Nosotros tenemos la obligación .de
ese tipo se refieren al rey Sargón 1 de Acad, en la segunda mitad del tercer interpretar desde una postura histórico-crítica los textos sagrados e m-
milenio antes de CristoS. cluso la Biblia. A la hora de buscar una interpretación científica hay que
¿Qué se sigue de todo esto? Respuesta: como la historia de la elección echar mano de todos los métodos y formas de trabajo modernos. No nos
de Abrahán, de Isaac y de Jacob, también las narraciones sobre la salida ¡conformaremos con utilizar la crítica textual, literaria, formal o de gé-
de Egipto, sobre la conclusión de la alianza en el Monte de Dios y sobre nero literario, sino que nos serviremos también de la historia de los mo-
la entrada en la Tierra Prometida fueron transmitidas sólo por vía oral ,tivos, de la tradición, de la redacción y de la repercusión. Además, de-
durante los primeros tiempos. Puesto que otros pueblos no tuvieron co- )beremos tener en cuenta los hallazgos de las excavacione~ ~rqueológicas
nocimiento alguno de tales eventos y dado que las más antiguas tradi- (sobre todo la estratigrafía) y las exploraciones de superficie (surface ex-
ciones escritas de Israel se remontan a los últimos tiempos de la monar- 'IPloration), así como los interesantísimos resultados logrados última-
quía, resulta casi imposible verificar históricamente estos acontecimientos mente por las investigaciones estructurales y sociológicas. Es preciso
básicos de la historia primitiva de Israel. Teniendo en cuenta esas con- oponerse a todo monismo metodológico. .
diciones tan poco favorables surge incontenible la pregunta básica: Pocos son los profanos que tienen una idea clara de lo que ha sucedi-
do en el campo del moderno estudio de la Biblia. Lo conseguido por la
3. ¿Cómo proceder con las fuentes? ciencia bíblica durante los últimos 300 años -estimulando y utilizando
también otras ciencias (filología clásica, egiptología, asiriología, etc.)-
De hecho, la pregunta es inevitable: ¿qué puede sacar en limpio de todas mediante el estudio minucioso de los eruditos constituye uno de los ma-
esas historias el lector actual? ¿de qué sirven al judío, cristiano o musul- yores logros intelectuales de la humanidad 10. ¿Acaso alguna de las gran-
mán de nuestros días sus antiquísimas tradiciones, sus historias, sagas y des religiones mundiales situadas fuera de la tradición judeo-c~isti~na h~
leyendas religiosas? Las alternativas son evidentes: explorado tan profunda y objetivamente sus fundamentos e hlstona? NI
-¿hay que admitir literalmente las viejas tradiciones, aceptarlas tal mucho menos. La Biblia es con mucho el libro mejor estudiado de toda la
como fueron escriras, con sus dobletes, contradicciones e improbabili- literatura universal. No hay una sola frase sobre la que no se hayan pu-
dades, para «salvar» así 10 «fundamental» de la fe judía, cristiana o blicado innumerables comentarios científicos modernos en las lenguas
musulmana? más diversas. No hay palabra sobre la que numerosos diccionarios filo-
-o, por el contrario, una vez que la Ilustración europea ha aportado lógicos e históricos no ofrezcan información. No hay nombre sobre el
al mundo la conciencia histórica, ¿hay que arrojar a la hoguera de la his- que no existan investigaciones más o menos exhaustivas. Ni tema que no
toria todas estas sagas antiquísimas considerándolas como mitos y fá- haya sido iluminado desde las perspectivas más variadas. (filosófica, his-
bulas carentes de importancia? tórica, psicológica, sociológica, teológica, ete.). Resultan I~abarcables l~s
-¿o existe una tercera vía de interpretación posmoderna junto a la bibliotecas dedicadas a esta obra a la que se da el escueto tltulo de «la BI-
tradición fundamentalista y a la eliminación modernista? blia» (del griego biblia = los libros)l1.
El creyente que desea buscar una certeza histórica difícilmente puede En lo concerniente a la Biblia hebrea, llamada en hebreo Tanak (abre-
servirse de la genial versión novelada del Génesis creada por el escritor viación formada con las iniciales T = Torá = Ley, N = Nebi'im = Profe-
Thomas Mann (novela sobre José, en cuatro tomos, con más de 2.000 tas, K = Ketubim = Escritos) y Antiguo Testamento por los cristianos, se
páginas o 70.000 líneas, titulada José y sus hermanos, 1926-1942). considera hoy como uno de los logros más importantes de la moderna
Tampoco podrá fiarse de las especulaciones psicoanalíticas (concebidas ciencia bíblica la distinción crítica de diversas fuentes escritas en el Pen-
en un principio como una «novela histórica») que Sigmund Freud con- tateuco (antes llamado los «cinco libros de Moisés»), que narra la his-
cibió al final de su vida sobre El hombre Moisés y la religión monoteísta toria desde la creación del mundo hasta la muerte de Moisés. T od() el
(obra publicada en 1939, año de la muerte de Freud). Thomas Mann y proceso de nacimiento del libro del Génesis habría abarcado aproxima-
Sigmund Freud se sitúan en un terreno superado por las actuales inves- damente medio milenio 12 •
tigaciones históricas 9• No obstante el respeto que me merecen Mann y Gracias a esta crítica de fuentes, cada día más diferenciada, se ha lle-
Freud, como ciudadano creyente y crítico que vive en las postrimerías del gado a la conclusión de que la situación de las fuentes para el tiempo an-
siglo xx, quiero distinguir entre ropaje literario y verdad fundamentada terior a la fundación del Estado israelita en los dos o tres siglos últimos
en la historia. del segundo milenio antes de Cristo es altamente desfavorable e impro-
Como hijos de la Ilustración, no podemos entender las epopeyas ho- ductiva en contraposición con la historia posterior a la fundación del Es-
méricas ni la Eneida de Virgilio, la Canción de Rolando, las sagas de

39
3&
A.II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO
5. El MONOTEISMO SE ABRE PASO

tado en el primer milenio. Entonces, Israel era todavía un pueblo en


gestación, poco tenido en cuenta por los grandes vecinos. , Vistan tales características) lo siguiente: «La crítica histórica reduce los
En cambio, no hay la menor duda de que tres «eventos», tres tradI-
ciones llegaron a resultar básicos para la historia posterior del pueblo. El I acontecimientos. La crítica literaria reduce los textos. La crítica socioló-
gica reduce las estructuras y procesos sociales. La crítica teológica redu-

Iprimero de estos acontecimientos fue la salida del pueblo de Egipto, el se-


gundo la conclusión de la alianza en el Monte de Dios, y el tercero la
toma de la tierra. No hay certeza histórica sobre 10 que se esconde «de-
I ce los contenidos de fe y las prácticas religiosas. Por consiguiente, con-
témplese la Biblia hebrea utilizando a fondo el método hi~tórico, el
literario, el sociológico, el teológico, pero de forma que mnguno de
trás» de esos eventos. Incrementa esa incertidumbre la falta de unidad li- estos enfoques excluya a los restantes»14. ,
!
I,

teraria de las tradiciones. Indepe~~i~ntes originariame,nte, fueron refun- Por eso, no estamos dispuestos a dejarnos impresionar por el numero
didas más tarde, de forma artIfICIal, en un complIcado proceso de casi ilimitado de perspectivas ni por las ingentes cantidades de Illaterial~s
composición literaria en el que se les dio una redacción más o menos uni- recogidos por la investigación especializada ni por los dogmas de los dI-
Itaria. Pero, como es natural, esto no excluye un cierto grado de histori-
cidad. Algunos exegetas autocríticas confiesan hoy que se ha confundido
demasiadas veces historicidad del evento con consignación escrita del
versos métodos, escuelas o corrientes. Pretendemos embarcarnos en un
concepto global para tratar de conseguir que el todo resplandezca en las
partes y el valor de éstas dentro del conjunto. . "

Ihecho. ¡Como si unas tradiciones jóvenes, supuestamente jóvenes, no pu-


dieran referirse a hechos más antiguos! ¿Es posible hoy hacer historia en
sentido moderno sobre los inicios de Israel? En el caso de una respuesta
Aplicado concretamente a la historia de Israel, todo esto sIgmfIca
que -como tendremos oportunidad de verlo más detalladamente- no
es posible verificar con toda claridad histórica los grandes «eventos de la
afirmativa, ¿cómo es posible?

4. Abogamos por una historiografía integrada


I historia primitiva de Israel». Los orígenes de Israel están envueltos en
sagas, como sucede también con otros acontecimientos de la Antigüedad,
como , por ejemplo, la fundación de Roma. Pero con la diferenCIa de que

Sin duda, toda ciencia necesita de los análisis que desmontan y desme-
nuzan cada objeto. Pero tampoco puede girar alrededor de las síntesis
exigidas por ella. Las síntesis no carecen de peligro. Hasta la ciencia bí-
I los gemelos Rómulo y Remo, abandonados en el Tíber, y amamantad,os
por una loba, no representan una autoridad de revelaclOn, a dIferenCIa,
por ejemplo, de Moisés, que abre una historia de salvación vigente hasta
hO Y• Pero ¿significa esto que la historia de la recepción d~ los textos
blica con sus diversos métodos está expuesta a las modas. Así, después de triunfó por completo en la primera época de Israel sobre la hlstona acae-
haber desarrollado el análisis histórico-literario hasta el punto de elevarlo \ cida? Nada de eso. La cuestión no es tan sencilla.
casi a la categoría de historia de las formas, hubo que recurrir cada vez
más a las correcciones que aportaba la arqueología bíblica, de forma que 5. El monoteísmo se abre paso
ésta pareció ofrecer durante un tiempo la demostración siguiendo el es-
logan «Y la Biblia tenía razón»13. Pues bien. Hoy reina otra moda, la de Con todo, tenemos que preguntarnos: ¿qué fue lo que provocó en la his-
explicar los hallazgos arqueológicos con métodos sociológicos escamo- toria ese efecto tan fuerte que terminó por acuñar toda la tradición? La
teando así metodológicamente los escritos veterotestamentarios (por respuesta emana de la aseveración básica de los textos: fue la fe en ~se
haber nacido más tarde) como testimonios para interpretar la historia Dios Yahvé único e invisible que actúa en la historia. Una fe que llego a
primitiva de Israel. Incluso parece que algunos especialistas del Antiguo ser tan fuerte en la redacción final de los «cinco libros de Moisés» que
Testamento po necesitan de éste para interpretarlo. La arqueología, in- terminó por imponerse sobre todas las formas concurrentes de fe:. en
terpretada con la historia comparada y con la antropología social, han Dios. Así rezan los mandamientos primero y segundo: «Yo soy el S~nor,
pasado a ocupar el lugar del Antiguo Testamento. tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otr~s dIoses
Coincido con bastantes en afirmar que sólo un enfoque multidimen- rivales míos. No te harás ídolos, figura alguna»15.
sional integrado que combine los métodos literario, histórico, sociológi- Por c()nsiguiente, hay que mostrarse de acuerdo con YehezkelK~uf­
co y teológico puede hacer justicia a la historia israelítico-judía. Por lo mann, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cuando, en s~ Im-
que se refiere a la historia de Israel, mis esfuerzos por dar con tales sín- presionante exposición de la religión de Israel, presenta el monotelsmo
tesis diferenciadas se han visto confirmados p()r las nuevas tendencias sin- como «idea básica de la religión israelita», cuando dice que «Dos es el
téticas de las ciencias bíblicas, representadas, por ejemplo, en la intro- supremo sobre todo»16: «En suma, la idea religiosa de la Biblia, visible en
ducción sociológico-literaria de Norman K, Gottwald a The Hebrew os estratos más primitivos, incluso en los salpicados por leyendas "má-
Bible (1958). Como conclusión, se formula aquí en contra de todos los icas", es la de un Dios supremo que está por encima de toda leycósmi-
métodos aislados, absolutizados (también contra los teológicos que re- a, sobre todo destino y sobre toda coacción; no engendrado nicreado,
ibre de pasiones, independiente de las cosas y de sus fuerzas; un ])i08 que

40
41
5. El MONOTEISMO SE ABRE PASO
A.II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO

la existencia de otros dioses (fuera de Israel). De ahí la acalorada polé-


no combate a otras divinidades o fuerzas de la impureza, que no sacrifi- mica del profeta Oseas contra la adoración de otros dioses en Israel y
ca, pronostica, profetiza ni practica la brujería, que no comete pecado ni contra la prostitución en el recinto del Templo.
necesita expiación, un Dios que no celebra las fiestas de su vida. Una li- -En el siglo VII se impone la veneración exclusiva de Yahvé. En rea-
bérrima voluntad divina que transciende todo lo existente es la caracte- lidad no se ha comenzado aún a negar la existencia de otros dioses
rística de la religión bíblica, lo que la diferencia de todas las restantes re- fuera' de Israel, pero en Israel, el pueblo exclusivo de la alianza, sólo hay
ligiones de la Tierra»17. que dar culto a Yahvé (no a Baal o, en fechas bastante posteriores, a
Sin embargo, Yehezkel Kaufmann, que no tiene en cuenta los resulta- Zeus). Se llega entonces al programa de reforma del rey Josías con la pu-
dos de la investigación histórico-crítica, no da respuesta a la siguiente rificación y centralización del culto y con la elevación del nuevo orde-
pregunta: ¿fue eso así desde el principio? Fueron, sobre todo, investiga- namiento cultual a la categoría de ley del Estado.
dores alemanes como Albrecht Alt, Martin Noth, Otto Eissfeldt y Ger- -En el siglo VI, de la evolución de la veneración exclusiva de '!ahvé se

~
hard van Rad 18 los que, con ayuda de los métodos histórico-critícos, di- asa al monoteísmo estricto, que niega la existencia de otros dioses ..La
ferenciaron y perfilaron, en un laborioso trabajo de detalle, la ya clásica conquista de Jerusalén por los babilonios será interpretada como cast~90
imagen de la religión israelita. Aunque la crítica rustórica de esos autores or las desviaciones politeístas, y se emprende entonces la reelaboraclOn
tuvo en cuenta aspectos literarios y sociológicos, sin embargo debe ser e los escritos antiguos desde un monoteísmo estricto.
completada no sólo por la arqueología --cultivada de manera especial Se trató pues de un movimiento que partió del politeísmo y desem-
por investigadores franceses, ingleses, americanos e israelíes-, sino tam- bocó en el ,monoteísmo
, después de pasar por la mono1atna. ' Pero para Is-
bién por métodos científico-literarios y científico-sociales que toman en rael fue pronto importante la vinculación exclusiva a Yahvé, único y «ce-
serio a la Biblia también como obra literaria y como documento socio- loso». Esto excluía todo tipo de culto extranjero, adoración de ídolos o
lógico 19• de astros. ¿Hay que calificar esta evolución, como se oye a veces a algu-
Un resultado importante de la investigación más reciente: la imagen de nos de los exegetas cristianos embarcados en la investigación más re-
la evolución de la fe en Dios dentro de Israel ha ganado mucho en cuan- ciente, con las expresiones de «ceguera histórica», «fanatismo», «into-
to a matices. Basándose en numerosos datos indirectos de los libros de lerancia» u «odio»? ¿Acaso hay que sentir nostalgia del politeísmo y del
los Reyes y de las Crónicas, en la polémica de los profetas y en hallazgos antiguo culto cananeo a la fertilidad? No. La datación c~mcreta de.l na-
arqueológicos (por ejemplo, las numerosas figuras de dioses y diosas cimiento de un estricto monoteísmo exclusivo reviste una importanCia se-
encontradas por doquier), así como en algunos topónimos (por ejemplo, cundaria. Decisivo, no sólo para entonces, sino también para nuestros
«Bet-Anat» = templo de Anat), la investigación actual supone que el
politeísmo estuvo muy difundido en Israel hasta el exilio babilónico.
Con otras palabras (el historiador norteamericano Morton Smith20 ha
trabajado de forma especial este punto): el estricto monoteísmo bíblico
consiguió imponerse después de dilatadas confrontaciones. Los datos
¡
días es el hecho de que -a pesar de las reliquias de primitivas concep-
cion'es de la fe menos exclusivistas- la fe en el Dios uno y único deter-
mina de principio a fin toda la Biblia hebrea en su redacción definitiva.
Por importante que sea una reconstrucción de la historia literaria y reli-
giosa de Israel con la ayuda de los métodos histórico-críticos, la cuestión
con que contamos actualmente nos llevan a partir de «una cadena de re- del nacimiento no soluciona la del discernimiento.
voluciones que se sucedieron de forma relativamente rápida en dirección «¡Yahvé es Dios!». De hecho, largo -y finalmente claro- fue el ca-
al monoteísmo» (O. Kee}21). Bernhard Lang22, alemán especializado en el mino recorrido desde que el legendario profeta Elías pronunció esa ex-
Antiguo Testamento, trató de determinarla con mayor detalle. Sin em- clamación hasta llegar a la clara confesión hímnica del Deuteroisaías que,
bargo, en esta cuestión hay que distinguir con mayor nitidez entre la exis- como el profeta Ezequiel, actuó en el siglo VI entre los deportados a Ba-
tencia de otros dioses dentro o fuera de Israel: bilonia y proclamó allí a Yahvé como Dios uno y único, como salvación
-En el siglo IX, en los primeros tiempos monárquicos de Israel, la para todos los pueblos. Después de Elías, el testigo será recogido por los
lucha contra el dios tirio Baal y en favor de Yahvé, el dios nacional de Is- grandes profetas-escritores, por Isaías en el siglo VIII y por Je~emías en el
rael: Yahvé en lugar de Baal. Esa lucha es comenzada en el reino del
Norte (Israel) por los profetas Elías y Elíseo y -después del golpe de Es-
VII, para los que los d~oses ('e!o.him) de las grandes potenCla~ (r ~s~3e­
cialmente los del Impeno neoaslflo) son «obras de sus manos» (e/lhlm ),
tado- por el nuevo rey, Jehú. Por ese tiempo tienen lugar en el reino del <<uo-Dios» (lo'-'e/ohim 24 ), «aliento vano» (hebe[25). Entonces, al final
Sur (Judá) las reformas de los reyes Asa y Josafat. del recorrido, podrá resonar la palabra del Deuteroisaías: «Yo soy un
-En el siglo VIII comienza el movimiento, inicialmente minoritario, en Dios justo y salvador, y no hay ninguno más»26.
favor de la exclusividad de Yahvé. En Israel sólo hay que adorar a ese ¿No tendrá un sentido importante también hoy ese monoteísmo no
Dios, independientemente de que otros pueblos tengan varios dioses.
La manola tría se entiende como la veneración de un solo Dios, sin negar
I
sólo práctico, sino también conceptual que, según lo dicho, triunfó desde

43
42
A.II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO
6. ADAN Y EL UNIVERSALISMO DE LA BIBLIA HEBREA

el exilio babilónico como confesión básica del judaísmo? Los judíos cre-
yentes lo confiesan incluso en nuestros días en el «Serna' Israel», la ora- sino también como excomunión, e incluso como destrucción -median-
ción de la mañana, de la tarde y de la agonía: «¡Escucha fsema'), Israel! te «guerras santas»- de los que tienen otro credo.
Yahvé es nuestro Dios, sólo Yahvé»27. Éste es el gran legado de Israel a la ¿Es esto irremediable? ¿Tiene que acompañar necesariamente el fa-
humanidad. Y significa hasta hoy tres cosas, también para el cristianismo natismo al monoteísmo? Se ha recordado atinadamente que, a mediados
y el islam: del primer milenio antes de Cristo, no sólo en Israel, sino también en
• Ninguna otra divinidad adicional, como en las religiones limítrofes: no Gr~cia (pr:socrático~), ~ersia (Zaratustra), India (Buda) y China (Con-
se permite el culto público ni privado de éstas. fucI?) se dieron mOVImIentos reformistas contrarios al politeísmo y en-
• Ningún dios malo concurrente, como, por ejemplo, en la religión cammados hacia un único principio universal hacia una única realidad
persa: ni siquiera en tiempos del predominio persa pudo hacerse un primera y última, que bien pudo recibir diver~os nombres. Por eso Karl
sitio, junto al principio bueno, el «Rival» o «Acusador» (satan, en he- Jaspers defi~ió los siglos VI, v y IV a.~. como un «tiempo de cambio»,
breo; diabolos = «calumniador», en griego) como segundo principio de como una «epoca de grandes personahdades»32. No. La concentración de
igual rang0 28 .
• Ninguna diosa consorte, como era habitual en los restantes dioses
¡
la fe en un solo Dios no lleva necesariamente a excluir la amplitud uni-
versal. Más bien, puede cimentarla.
principales semitas. En hebreo ni siquiera existe un término para En la Biblia hebrea llama la atención que fuera precisamente la tradi-
«diosa». ción sacerdotal, rigurosamente monoteísta, la que puso todo el acento en
el ho~izonte univer.sal d.e la fe israelita. Ya hemos recordado en páginas
No es necesario que nos ocupemos aquí de la hipótesis según la cual antena res que la hlstona de Abrahán -que conduce a la historia de Is-

¡una consorte de Yahvé (por ejemplo, la diosa Aserá) habría sido vene-
rada en determinados círculos israelitas. Cuando el judaísmo postexílico
llama «padre»29 a Dios no atribuye a ese término una intencionalidad se-
rael- fue vinculada desde un principio a la prehistoria e historia uni-
versal de la human.idad? que iba desde la creación del mundo y del primer
ho~bre hasta la ~Istona de la torre de Babel. Es precisamente la presen-
taclOn de los comIenzos la que confiere toda su luminosidad al horizon-
xista para destacar la masculinidad de Dios y el valor inferior de la
mujer, creada a imagen de Dios como el hombre 30, sino para designar de te u~iversa.l~ pues esos inicios bie? podrían haber recibido cualquier otra
algún modo la función protectora del cabeza de familia. Con e! apelativo conflguraclOn. Pensemos por un mstante en tres preguntas: 1. ¿Piensa la
«padre», se venía a decir que Dios cumplía esa función protectora una Biblia hebrea que el primer hombre fue judío? En modo alguno. 2. ¿No
v~z desaparecid~s l,as estructu~as estatales 3 !. Sin duda, la mentalidad pa- fue la alianza con Abrahán el primer pacto que excluyó al resto de la hu-
tnarcal predommo en la SOCIedad premoderna de las tres religiones manidad? Ciertamente no. 3. En todo caso, ¿no significa la fe en el Dios
p~ro ei mO~lOteísmo no tien~ por qué ser .necesariamente de signo pa~ uno una.restricción frente al politeísmo, mucho más tolerante? Tampoco
tnarca!. Alh donde el monotelsmo y el patnarcado sellaron un pacto die- esto es CIerto. Estas respuestas requieren una breve explicación. Comen-
ron pruebas sobradas de agresividad. zamos por la cuestión acerca de! primer hombre.
.Con excesiva frecuencia se entiende «Adán» como nombre propio del
6. Adán y el universalismo de la Biblia hebrea p~l~er hombre. Pero <,Adán» ('adam, en hebreo) es el término que sig-
mfIca hombre. El nombre de género se convirtió en nombre propio
. Sin duda, la creencia en el Dios uno se vio -y es- acompañada con fre- «porque el Génesis quiso tipificar todo el género en el primer hom-
cuencia por el fanatismo y la intolerancia. Mientras que las religiones bre>,33. De hecho, en Gn 2-4 no se trata de la narración fabulosa de un
místicas indias, orientadas hacia la unicidad, tienden más bien a absorber primer hombre en el paraíso, sino de determinar la situación del hombre
a las otras religiones, a relativizarlas como estadio previo, a incluirlas (in- en general; del «Adam», que es el prototipo de todos los hombres. Pero
clusivismo) como aspectos de la verdad una y única, el judaísmo el esto significa:
cristianismo y e! islam, como religiones proféticas que creen en un s~lo • que el pri~er hombre no es, por ejemplo, un judío (pues la historia de
Dios, tienden de forma casi natural a excluir (exclusivismo) por principio Israel comienza después de la prehistoria y de la patriarcal);
a las restantes religiones, a combatirlas, incluso a destruirlas. Aquí no se • tampoco es un cristiano (como ha sugerido en más de una ocasión una
esgrime el eslogan de «comunidad», sino el de separación y conquista. En exégesis tipológico-alegórica);
lugar de la unidad, se busca la bisección de la humanidad. Como acaba- • ni un musulmán (salvo que se simplifique el término musulmán y se le
mos de ver, esa tendencia peligrosamente destructiva está arraigada ya en equipare a monoteísta);
la Biblia hebrea. La concentración en el Dios uno se manifiesta muy " más bien, Adán es simplemente el hombre ('adam). Todo hombre es
frecuentemente no sólo como confrontación con las otras religiones, Imagen y semejanza de Dios34 • -

44
45
A.I!. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO

Desde el mismo umbral de los comienzos se pone de manifiesto el ho-


rizonte universal de la Biblia hebrea. Tampoco el misterioso Melquisedec,

I rey de Salem y sacerdote del Dios Altísim0 35 -que se convertirá más


tarde en modelo de los reyes-sacerdotes hasmoneos 36 y en prototipo de
Jesucrist0 37- fue judío ni cristiano. Se trata del Dios único, fuera del cual
no hay otro, y, consiguientemente, también del hombre, de todo hombre;
no de un único pueblo, sino de la humanidad como un todo.
Las tres alianzas del Dios uno

Se confirma esto, desde otro punto de vista, en la segunda pregunta. Humanidad


¿Fue la alianza con Abrahán el primer pacto, y excluía al resto de la hu- j\dán: el hombre
manidad? En modo alguno, pues, antes de Abrahán, existió Noé y la . a floé\ca CO~ la creación ent
~\\,a.í\1. \0 de \a alianza: el arco . .era.
alianza de Dios con él. S\íf\Oo !r¡s
----------

7. La alianza con Noé: alianza con la humanidad


y ética de la humanidad

Ofuscados a veces por la evidente importancia y trascendencia que tiene


para el futuro la alianza con Abrahán (que será confirmada posterior-
mente a Isaac y a Jacob) y por el posterior pacto del Sinaí (con Moisés),
no tenemos suficientemente en cuenta aquella primerísima alianza que
Yahvé había hecho, según la Biblia hebrea: la alianza con Noé. ¿Con
quién la hizo? Con la humanidad en su conjunto, con toda la creación,
on el hombre y con los animales. En efecto, después del diluvio, Yahvé
'declara a Noé y a sus hijos representantes de la humanidad supervi-
viente: «Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes,
con todos los animales que os acompañan: aves, ganado y fieras; con
todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto
con vosotros: El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro dilu- y testimonia el dominio, la indefectibilidad y gracia de Dios que susten-
vio que devaste la tierra,,38.
Esta primera alianza de Dios con los hombres no es -¿cómo podía tta todas las cosas.
Con todo, no podemos pasar por alto que a esta alianza -bilateral en
serlo después de la destrucción casi total de la humanidad?- una em- este sentido- corresponde un claro compromiso del hombre. En efecto,
res a bilateral. De ahí que algunos exegetas hayan llegado a pensar, antes de la promesa del pacto, se formulan a la nueva humanidad algu-
siendo injustos con el texto, que no se puede hablar aquí de un «pacto» nas exigencias elementales que, a diferencia de la futura Torá, son vin-
en sentido estricto. Efectivamente, se trata de una promesa y de unas ga- culantes para israelitas y no israelitas. Es bien cierto que aquí no se
rantías dadas por Dios en el ejercicio de su libre iniciativa. Pero no es trata aún de leyes específicas para un determinado pueblo, sino de exi-
menos cierto que Dios se autoobliga. Por consiguiente, Dios hace un gencias básicas que afectan a toda la humanida~ y son indispensables
pacto; en sentido analógico;pero reaL Un pacto para siempre con toda para su conservación. A la alianza con la humamdad co~responde una
la creación; «su» pacto; que él mismo «brinda», «establece». Nunca ética de la humanidad. En el contexto de estas reglamentaciOnes para ase-
más perecerá la creación. Debe perdurar la humanidad junto con los gurar la conservación, cabría h~blar ?e una ética element~l de resP3~to ~
animales. la vida: no matar «<porque DiOS hiZO al hombre a su imagen» ) m
Por consiguiente, esta increíble promesa tiene por destinatario no al comer animales vivos. Partiendo de estas obligaciones morales, el ju-
pueblo judío, sino a toda la humanidad; a los circuncisos y a los incir- daísmo rabínico llegaría a derivar siete «preceptos noéicos» que han
cuncisos. Es un pacto con la humanidad. No se hace distinción alguna sido transmitidos en diferentes versiones. Junto a la prohibición de ase-
entre razas, clases, castas o religiones. Porque la señal de este pacto no es sinar y de cometer crueldades con los animales, se prohiben el robo, los
la circuncisión, practicada por los pertenecientes a un pueblo elegido. El actos impuros, la idolatría, la blasfemia, y se prescribe fomentar, ~l de~e­
maravilloso símbolo de este pacto con la humanidad, símbolo estableci- cho (establecimiento de tribunales)40. Cuando John Seldon, el pOhtiCO, JU-
'do expresamente por Dios, será el arco iris, que aboveda la tierra entera rista y orientalista inglés, publicó en 1640 un libro sobre el derecho na-
tural y de gentes según la concepción hebrea, escribió en la portada, con
46
47
A.II. PROBLEMAS ACERCA DEL COMIENZO 8. CREER EN DIOS SIGNIFICA DERRIBAR A lOS IDOlOS

caracteres hebreos, el título hebreo que expresa los preceptos noéicos. 'suficientemente este aspecto-- el don que él hace a los restantes pueblos.
Para el diálogo a tres bandas entre judíos, cristianos y musulmanes No. Cuando estamos pasando a la posmodernidad no necesitamos un re-
hay algo fundamental: el hecho de que, en el contexto de esta alianza con greso (mitológicamente encubierto) a los dioses. Al contrario. En lugar de
Noé, los judíos pueden reconocer como temerosos de Dios a cristianos y una artificiosa remitologización, necesitamos una permanente reconver-
musulmanes, en contra de lo que pensó el rigorista Maimónides (que sión al único Dios verdadero, que es el Dios de judíos, cristianos y mu-
llama idólatras a los cristianos por su dogma de la Trinidad y por su sulmanes, pero que también quiere ser el Dios de toda la humanidad.
culto a las imágenes 41 ). En efecto, también éstos han vuelto la espalda a Ahora bien, este Dios único de toda la humanidad quiso -eso es, al
los dioses paganos y se han convertido al Dios verdadero. Por consi- menos, lo que testimonian los escritos bíblicos- elegir para sí de mane-
guiente, también pueden ser salvados aunque supongan los judíos que el ra especial, entre todas las naciones, al pueblo de Israel. El Dios uno, su
error se ha introducido en la fe de los cristianos (por ejemplo, en el pueblo y la tierra, esos tres elementos, constituyen el centro de la creen-
dogma trinitario); igual que los noeitas paganos, que no estaban obliga- cia israelita. Y esa trilogía reviste una importancia fundamental para la
dos a los mandamientos mosaicos, sino sólo a las prohibiciones impues- permanente búsqueda de identidad y para la formación de un consenso
tas a Noé. Por la misma razón, el judaísmo moderno no tiene por paga- en el judaísmo. .
nos a los cristianos, sino que los considera como «hijos de Noé».
Pasemos a la tercera pregunta. ¿Significa la fe en un solo Dios una res-
tricción frente al politeísmo, mucho más tolerante?

8. Creer en Dios significa derribar a los ídolos

Ante todo, hay que admitir que la fe en el Dios uno es incompatible con
la creencia en varios dioses. El judaísmo ha rechazado siempre de forma
radical la posibilidad de otro dios junto al Dios uno. También califica de
'Alzoda zará, de «culto extranjero», de idolatría, la representación plás-
tica de Dios. En las sociedades más primitivas, la creencia en el Dios uno
significaba el rechazo total de las divinizadas fuerzas de la naturaleza en
el ininterrumpido ciclo cósmico del morir y renacer. Pero también en
nuestro tiempo, bastante politeísta, significa esa creencia -para cristia-
nos, musulmanes y judíos- el rechazo radical de los muchos ídolos
adorados hoy por los hombres, la negativa rotunda de todas las magni-
tudes terrenas con funciones divinas de las que parece depender todo
para el hombre, en las que espera ya las que teme más que a nada en el
mundo. En ese contexto, tanto da que el hombre -ora monoteísta, ora
politeísta- adore como dios al dinero, al sexo, el poder o la ciencia, la
nación, la Iglesia, la Sinagoga, el partido, al Führer o al papa. La creen-
cia de Israel en un solo Dios está en contradicción con toda pseudorreli-
ión que absolutice algo que es relativo. Esa fe derriba a todos los dioses
alsos.
Pero precisamente esta creencia en el Dios uno no debe significar un
encogimiento intelectual. Al contrario, regala la gran libertad porque re-
ativiza todas las demás potencias y poderes del mundo que tan fácil-
ente esclavizan al hombre. Vinculándose al único Absoluto verdadero,
1 hombre se hace verdaderamente libre frente a todo lo relativo, que ya
unca podrá ser un ídolo para él. Por consiguiente, hay que contemplar
sobre el horizonte universal de la humanidad sustentado en la Biblia he-
rea la estricta, viva, apasionada y absoluta creencia en el Dios uno, esa
e que sigue siendo el distintivo de Israel y también -nunca se destacará

48
49
B. ELCENTRO 1. LOS ELEMENTOS ESTRUCTURALES CENTRALES

¡ «Por tanto, diles a los israelitas: Yo soy el Señor, os quitaré de encima las
cargas de los egipcios, os rescataré de vuestra esclavitud, os redimiré con
brazo extendido y haciendo justicia solemne. Os adoptaré como pueblo
mío y seré vuestro Dios; para que sepais que soy el Señor (Yahvé), vues-
tro Dios, el que os quita de encima las cargas de los egipcios»l.

1. Éxodo: pueblo y elección


El término «centro» puede dar lugar a interpretaciones equivocadas.
Cuando hablamos de «centro» no pensamos --en contra de la interpre- El ciclo del Éxod0 2, amalgamado con gran pericia literaria, resulta com-
tación dada a este concepto en el siglo XIX por influencia de Hegel- en pletamente opac0 3 en varios puntos. Según la tradición bíblica, entre los
un «concepto básico» o en una «idea fundamental» frente a los que los tiempos de José -también Jacob con sus restantes once hijos se había
restantes conceptos e ideas de la religión israelita no pasarían de ser desplazado a Egipto- y de Moisés, cuando los israelitas salen de Egipto,
puros fenómenos o despliegues históricos. A diferencia de lo que podría sólo habían pasado cuatro generaciones 4 • Pero difícilmente pudo for-
malentender fácilmente una dogmática ortodoxa, con «centro» tampoco marse un gran pueblo en tan escaso lapso de tiempo. Tampoco hay in-
nos referimos a un «principio básico» que serviría de punto de partida dicios de que algunas de las tribus o pueblos que, según el Génesis, pro-
para construir de forma sistemática el conjunto de la fe israelita. Todos ceden de los Patriarcas existieran ya en tiempos de éstos. Por eso, la
los intentos para derivar de la Biblia hebrea un sistema conceptual y una exégesis actual supone que los nombres de los doce hijos de Jacob ha-
dogmática cohen;nte han sido vanos y sucumbieron bajo la piqueta de la brían sido originariamente los nombres de doce tribus de las que se ha-
crítica histórica. Esta ha puesto de manifiesto que ya en los «Cinco libros bría pasado después a doce patriarcas con esos mismos nombress. His-
de Moisés» -y mucho más después- existen en la Biblia hebrea diver- tóricamente, es casi imposible que la Confederación de las doce tribus
sas tradiciones, épocas y teologías. descendiera de un patriarca común.
Pero me parece inevitable la siguiente pregunta: dentro de esta plura- Además, los especialistas coinciden en pensar que no todas las futuras
lidad, ¿existe alguna conexión entre las tradiciones y épocas, personas y tribus de Israel habían estado en Egipto antes de la toma de Canaán.
teologías? ¿es la Biblia hebrea un puro conglomerado de escritos básica- Cabe suponer que sólo estuvieron determinados clanes o grupos tribales,
mente diversos, sin común denominador alguno? Al menos el creyente llamados generalmente Grupo del Éxodo, Grupo de Yahvé o Grupo de
-judío o cristiano- está interesado en esta pregunta, que, científica- Moisés. Ese contingente de personas fue el que tuvo determinadas expe-
mente justificada, debería ser contestada desde una base histórica: riencias en la parte oriental o septentrional de la Península del Sinaí
-¿qué hizo que crecieran juntas las diversas tradiciones (que no son con un Dios Yahvé, desconocido en Canaán. y esas personas llevaron el
totalmente heterogéneas)? conocimiento de Yahvé a Palestina. La creencia en Yahvé, que llegó a ser
-¿qué une a las épocas bíblicas (que no son completamente diversas)? tan vinculante para todo Israel, se basa, pues, en antiguas experiencias de
-¿qué liga a las teologías (que no son absolutamente divergentes)? un grupo relativamente exiguo en un primer momento.
Cuando se habla de un centro de la fe judía no se apunta a la cuestión Pero ¿qué pasó realmente en tiempos de Ramsés 11 y de su bijo y su-
teórica de una única concepción sistemática, sino a la pregunta práctica cesor en relación con la construcción de una ciudad en el delta ¿el Nilo?
acerca de lo que es permanentemente válido y normativo en el judaísmo No lo sabemos. Resulta ya imposible averiguar la verdad histórica acer-
(al menos a partir de una determinada generación). Ni para los judíos ni ca de las circunstancias concretas del Éxodo, de la ruta concreta (iuna o
para los cristianos es fútil o ilegítimo preguntar en qué se diferencia la re- varias?) y de los eventos acaecidos en un (llamado) Mar de las Cañas.
ligión israelita de otras religiones. ¿Qué es, pues, lo especial, lo típico, la Los mismos acontecimientos son descritos de forma completamente dis-
peculiaridad específica de la religión israelita tal como se ha manifestado tinta en las diversas fuentes del Pentateuco. En lo tocante a ese período
en la Biblia hebrea, en un proceso histórico de reinterpretación constante? inicial, las narraciones bíblicas sufrieron una reelaboración continuada,
Más en concreto: para los diversos documentos de la fe israelita ¿cuál es posiblemente hasta la época exílica-postexílica. Eso significa que también
-el supuesto permanente (no: principio), experimentaron una re interpretación teológica. Partiendo de la tradi-
-la concepción básica normativa (no: dogma), ción, sólo oral en los primeros tiempos, y de las diversas fuentes escritas,
-la fuerza motriz (no: ley)? relativamente tardías y que parecen poco fiables para la época preexílica,

50 51
B.I. LOS ELEMENTOS ESTRUCTURALES CENTRALES 1. EXODO: PUEBLO y ELECCION

resulta difícil discernir lo que en ellas es historia o ropaje literario, tal vez , «Aquí estaré, presente, dirigiendo, ayudando, confortando, liberando».
interpretación tardía o construcción teológica. Pero precisamente aquí Ya lo hemos recordado con anterioridad: un monoteísmo básico y ex-
podría demostrar toda su validez una combinación de métodos literarios, clusivo se desarrolló y se impuso sólo lentamente en Israel. De la creencia
arqueológicos y socio-culturales. en un Dios del grupo se pasó a un Dios del pueblo que reclamaba la ve-
Si nos atenemos de entrada a los rasgos que se convirtieron en trazos neración exclusiva. Y de ahí se avanzó hacia la creencia en el Dios uno y
históricos gruesos, en lo que llegó a ser la base para la autocomprensión único de todos los pueblos, creador del cielo y de la tierra. Pero una cosa
del futuro pueblo de Israel, una cosa aparece meridiana mente clara: es segura: la creencia en Yahvé constituye el fundamento constante del
junto a la promesa dirigida a los Patriarcas y a la alianza con Abrahán, es pueblo de Israel (se menciona su nombre por doquier salvo en Qohelet o
básico el recuerdo -profundizado y enriquecido sin cesar- de una li- Eclesiastés, Ester y Cantar de los Cantares). Los israelitas creen en él, le
beración del pueblo de la esclavitud de Egipto, acaecida en cierta ocasión. adoran, esperan en él. Y el pueblo experimentó que este Yahvé no es un
Independientemente de lo que pudo haber sucedido históricamente, Israel déspota ni un tirano, sino un Dios de liberación y de salvación. Si pres-
entendió más tarde el momento de su nacimiento como una elección, li- tamos oído atento a los documentos bíblicos, llegaremos a escuchar con
beración y salvación del pueblo, atribuidas a un solo Dios, conocido con toda claridad que Israel tuvo la convicción de que las experiencias por las
el nombre de «Yahvé». que había pasado no eran obra de hombre, sino acciones ae Dios. Creen
Digamos una palabra sobre este nombre de Dios. Sabemos que la Bi- que Yahvé fue el que los liberó de Egipto. Por eso, él es el verdadero sal-
blia hebrea designa el nombre propio de Dios con cuatro consonantes, vador y protector de Israel. ¡Dios «con nosotros»! ¡Dios «para nosotros»!
con el tetragrama «YHWH» «<Yahvé», forma abreviada: «Yah» )6. Pero La confesión de un solo Dios que sacó a Israel de Egipto es, pues, an-
los judíos dejaron de pronunciar este nombre en los últimos siglos pre- tiquísima e introduce al Decálogo. Por ejemplo, expresará más tarde
cristianos; por respeto, pues pensaban que Dios mismo está presente en el todo esto el profeta Oseas: «Pero yo soy el Señor, Dios tuyo desde Egip-

·
nombre. Lo sustituyeron, sobre todo, por el término «Adonai» «<Señor»). to, no conocías a otro dios que a mí, ningún salvador fuera de mí» 8. Esta
A las cuatro consonantes se adjuntan entonces las vocales de «Adonai», liberación del pueblo elegido por Dios se recuerda diariamente hasta
de forma que posteriores teólogos medievales (y los «testigos de Jehová» hoy en la oración matutina y verpertina de los j~díos, en .cad.a celebrac!ón
hasta hoy) leyeron erróneamente «Jehová» en lugar de Yahvé. El lector
judío debe perdonar que me atenga aquí a la norma originaria que prohi-
be representaciones gráficas de Yahvé, pero no la pronunciación de su
nombre, que los judíos siguen eI}cubriendo y reproducen generalmente
l sinagogal, durante todo el curso del calendano anual IUdlO y espeCIal-
mente en la fiesta de la Pascua. Esa liberación fue y sigue siendo un
dato fundamental de la fe judía 9 •
En consecuencia, Israel se entiende a sí mismo como el pueblo libera-
con «Adonai» «<Señor») o «Ha-Sem» «<el Nombre»). do por Dios. Y pueblo (en hebreo: 'am, goy) es la autodenominación más
¿Qué pretende significar ese nombre que aparece más de 6.800 veces frecuente de las tribus israelitas: pueblo de Dios o -siguiendo la lógica
en la Biblia hebrea? Cuando Moisés se encuentra ante la zarza ardiente, de esta experiencia- pueblo elegido de Dios. Gentes no judías han ma-
recibe una respuesta enigmática a esta pregunta: «'ehyeh 'aser 'ehyeh»7. linterpretado con frecuencia esa auto denominación de Israel y la han en-
Hoy no podemos atenernos a la traducción griega de la Biblia hebrea tendido como expresión de una superioridad o arrogancia judías. Sin em-
(traducción conocida por el nombre de Septuaginta, Setenta o LXX por- bargo, independientemente de cómo hayan podido entender o vivir esto
que, según la leyenda, 70 traductores intervinieron en ella). Ya no se ad- determinados judíos, los orígenes no avalan esta interpretación erró-
ite el «Yo soy el existente». Es cierto que, en raras ocasiones, el verbo nea, porque:
hyh también puede significar «ser», pero, en la mayoría de los casos, sig- 1. La elección de Israel no es una autoelección de los israelitas, sino
nifica «existir, acontecer, suceder». Y puesto que en hebreo se encuentra única y exclusiva acción de Dios. Para parafrasear esta iniciativa divina,
esa forma para presente y futuro, se puede traducir por «Existo como el la Biblia hebrea utiliza toda una serie de verbos emparentados, tales
que aquí estoy» o «Existo como el que aquí estaré». O, como tradujo como: «elegir», «segregar», «adoptar», «hacerse cargo», «llamar>, ...
Martin Buber, el gran traductor judío de la Biblia hebrea, «Haré acto de Nadie tiene derecho a ser elegido. La elección es pura gracia. Por consi-
presencia como el que aquí estaré». guiente, no hay razón alguna para chauvinismos o exclusivismos basados
En todo caso, con esta respuesta no se define de modo estático-onto- e11 la religión. El pueblo de Israel debe convertirse en bendición para los
lógico el ser de Dios, como creyeron algunos cristianos medievales y al- pueblos restantes.
guno que otro de nuestros días: «Sum qui sum» = «soy el que soy», luego 2. La elección de Israel no significa un reconocimiento de que este
«ipsum esse» = «el Ser mismo». Más bien, se anuncia aquí, en clave de pueblo tenga una cualidad especial en comparación con todos los demás
promesa, una declaración de la voluntad de Dios: la existencia dinámica,
la presencia, la eficiencia de Dios. Por consiguiente, « Yahvé» significa: I pueblos, sino una obligación especial. La reciprocidad es sólo aparente: a
la elección (unilateral) por Dios debe corresponder Israelaceptando la

52 53
B.I. LOS ELEMENTOS ESTRUCTURALES CENTRALES

2. SINAI: ALIANZA y LEY


obligación. No mediante ~l or.gullo y la ar~ogancia" s~no. c~m la obser-~
vancia obediente de las oblIgaCIOnes de la altanza hara JustIcia Israel a su experiencia de éxodo y de «SinaÍ». La realidad de la alianza existió
elección como pueblo de Dios. i.Y cuá13tas ve~es ~racasa Isr~el y peca con- mucho antes de que se utilizara el término «Alianza» (aparece 287 veces)
tra su vocación y sus compromisos! Solo la fIdelIdad de DIOS le salva ?el para denominarla. El meollo -la vinculación definitiva de este pueblo a
ocaso. Se verá esto con mayor claridad si nos fijamos en otro motivo y ahvé y la consiguiente comunión con él- existió antes del concepto.
conductor: la Alianza. Luego, en el tiempo del «Deuteronomio», en el siglo VII, ~n .tiempo ~e
crisis, el impulso profético, la reacción anticananea y el movimiento de lI-
2. Sinaí: Alianza y Ley beración nacional utilizan el término hebreo berit (que en el terreno
profano significa escuetamente una relación jurídica entre dos partes
«Por tanto, si queréis obedecerme y guardar mi alia~za, entn~.todos los --con iguales derechos o no- y lo convierten en el concepto central de
pueblos sereis mi propiedad. porque es mía toda la tIerra. Sere.Is un p~e­ una teología de la Alianza14 • «Alianza» significa ahora, englobándolas,
blo sagrado, regido por sacerdotes. Esto es lo que has de deCir a los IS- elección de Dios soberanía de Dios y comunión permanente con su
raelitas» 10. pueblo. Esta Alia~za es ahora el convenio exclusivo, i~disoluble, o?liga-
¿Qué se esconde tras el ciclo Sinaí, que algunos resúmenes d~ ~as ac- torio para ambas partes, entre Dios y este pueblo. Me~hante esta ~lIa~za,
ciones salvíficas de Dios no mencionan y que tal vez fue transmitido de que es la señal inconfundible de una incomparable e Irrevocable mclm~­
forma independiente en los primeros tiempos? ¿Qué se oculta, especial- ción del Dios uno a su pueblo, Israel se diferencia claramente de las relt-
mente, tras las narraciones de la teofanÍa de Yahvé, del Decálogo l l y de giones politeístas mítico-naturales de su entorno. Así se llegó a en!ender
la Alianza 12 ? en retrospectiva la totalidad de la propia hist?ri~. !ras la ;~Ahanz~»
Tampoco aquí pisamos terreno histórico ~eguro. Como resulta impo- con Abrahán 15 un individuo, confirmada a su hijO umco Isaac y al hijO
sible averiguar cuál fue la ruta concreta segUIda hasta el ~onte de DIOS? de éste, Jacob 1¿, ahora está la alianza con todo el pueblo, que reviste una
tampoco podemos ubicar con seguridad el Monte de DI?s. ¿Se trato clara preferencia frente al individuo. Se quiere indicar que Yahvé es el
realmente del Monte SinaÍ que se levanta en la península Situada al Sur Dios de Israel e Israel su pueblo.
de Israel, como la posterior tradición cristiana supuso sin pestañear? En efecto a esta vinculación especial va ligada una especial obligación
;0 fue por el contrario el Monte Horeb, en el noreste de Israel, o un mutua, impÚcita en el término berit. A la promesa de alianza pronuncia-
' - "monte como también se ha llegado a sugerir? En cuanto a1 D'lOS
tercer da por Dios corresponde la obligación que el pueblo adquiere con la
del Monte, ¿~abe concluir de la narraci.ón del M~nte de Dios que quizás Alianza. A la promesa de fidelidad de Dios, Israel deberá responder con
Yahvé fue originariamente un monte-dIOS del deSIerto? Puesto qu~ se re- fidelidad. En este sentido, hechura de la Alianza y legislación, Berit y Tora
veló con fuego y terremotos, ¿tuvo que ver algo c~n una montana vol- constituyen binomios inseparables. En la ceremonia del compromiso de la
cánica? Preguntas y más preguntas que no hacen smo su~r~yar algo ya Alianza descrita por el libro del Deuteronomio se destaca de manera es-
constatado: que no sabemos nada seguro sobre el h~gar ongm.al ~e la re- pecial la obediencia a los mandatos y decretos~8, pues el pu~blo pue~e
velación de Dios. En realidad, deberíamos poner siempre «Sma!» entre romper la Alianza. En el centro, en el evento mismo de la AlIanza estan
comillas. enclavadas las «Diez Palabras», ei Decálogo junto con algunas añadidu-
Entonces, ¿qué nos queda? Opino que la más conyincente,es ~a inte~­ ras: preceptos apodíctico s que expresan los principios éticos y religio~os
pretación según la cual la tradición del ~o~te de DIOS ha~ma Sido Ofl- universales una ética básica situada bajo la voluntad de Yahvé. «Tora»,
ginariamente una pieza autónoma cuya fmalIdad era la de tlus~rar la re- condensad; en Septuaginta y en el Nuevo Testamento con el término grie-
lación especial entre Yahvé e IsraeP3. Porque es absolutam~nte .I~megable go nomos, significa originariamente no un cuerpo legal sino instr!I~ción:
que en ese Monte de Dios, independientemente de su 10cahza~IOn, se es- orientación para llevar una vida verdaderamente humana, eXIgida y
tableció una relación especial entre Yahvé y el grupo de Yahve, el Proto- hecha posible por Dios. En cuanto que el cristianismo ?izo literalm~nte
Israel. Y si no queremos negar un núcleo histórico e~ la forma origi~al de suyos los «Diez Mandamientos» y en cuanto que el ~.~ran ofrece. ~aC1a el
la tradición del Monte de Dios, tendremos que partir de que en el tiempo final del período de La Meca (en el contexto. de la VlSIOn ?e u~ viaje, ~oc­
entre la salida y la toma de la tierra se lleg? a una relación especi~l" ex- turno del Profeta a Jerusalén) un compendIO de las oblIgaCIOnes etlCas
clusiva entre el pueblo -primero en la fIgura del grupo de MOlses o más importantes (donde hay numerosos paralelos ~~n el I?~cálogo, ~alvo
grupo del Éxodo- y este Dios, por lo que le l1am~m<?s Grupo de.Yahvé. en lo tocante al sábado), podemos hablar de una etlca baslca comun de
Es más bien improbable que el Grupo de Yahve mIsmo ent~ndlera ex- las tres religiones proféticas, una ética elemental que estudiaremos con
presamente como alianza su exp~rienc~a con Dios .. En cualqUIer caso, se mayor detalle cuando hablemos del cristia~ismo y del islam ..
puede decir que lo que se denomma mas tarde «Altanza» se basa en esta Se dio después un largo proceso evolutiVO en el que, partIendo de la
«instrucción» original, se llegó a estructurar un cuerpo jurídico universal.
54
55
3. CANAAN: TIERRA y PROMESA

Que el núcleo central de la ética de la Alianza aparezca originaria-


mente como manifestación incondicional de la voluntad de Yahvé, como
derecho divino apodíctico, no significa que todo el material legal del
«Libro de la Alianza» recogido en el libro del Éxodo 19 y menos aún
La ética básica común toda la plétora de ulteriores normativas legales -en parte casuísticas-
de carácter civil o cultual se remonten ya al evento acaecido en el Monte
de Dios. Desde los profundos estudios realizados por Albrecht Alt20 y
t ) Martin Noth 21 , los exegetas están de acuerdo en que -para decirlo con
Gerhard van Rad- «Israel mismo trabajó durante largo tiempo en el de-
El decálogo El código de deberes cálogo hasta que éste se hizo tan universal y tan escueto en cuanto a
judeo-cristiano islámico forma y contenido que pudo valer como una paráfrasis satisfactoria de
(Ex 20,1-21)
toda la voluntad de Yahvé»22. A decir verdad, también aquí se fueron di-
(Sura 17,22-38)
ferenciando cada vez más las posiciones durante el curso de la inves-
Yo soy el Señor, tu Dios.
tigación: ni pueden considerarse -así 10 supuso Alt- como genui-
En el nombre del Dios compasivo
y benigno.
namente israelitas o yahvistas los preceptos legales calificados como
apodícticos (pues también se encuentran en otras culturas), ni es posible
No tendrás otros dioses rivales No pongas otro dios junto al Dios elaborar un decálogo primitivo partiendo de las diversas tradiciones
míos. único. textuales. Sin embargo, sí es perfectamente posible que «el decálogo
No te harás representación algu- Y tu Dios ha determinado que só- pertenezca a un período relativamente temprano de la vida de Israel; pro-
na de Dios. No pronunciarás el lo le sirváis a él. bablemente a la época premonárquica»23. También parece posible que
nombre del Señor, tu Dios, en determinadas prohibiciones, como las tres primeras del decálogo o las de
falso.
sacrificar niños y practicar la magia y la sodomía como partes del culto,
Fíjate en el sábado para santifi- se remonten a Moisés.
carlo. Con todo, en la ciencia bíblica crítica se está de acuerdo en que,
Honra a tu padre y a tu madre.
como ha dicho Georg Fohrer, «grandes partes de las reglas apodícticas
Serás bueno con tus padres. Da
a los parientes lo suyo, también referidas a la conducta y a la vida no fueron traídas a Palestina por el
al pobre y al que está de camino. grupo de Moisés, sino que o provienen de un entorno nómada no yah-
vista, como Lv 18,7 ss., y fueron integradas en la religión de Yahvé o na-
No matarás. No matéis a vuestros hijos por cieron después del asentamiento en Palestina, reproduciendo las formas
temor al empobrecimiento. No
matéis a nadie, pues Dios ha
antiguas». De ahí, debemos concluir con Fohrer que «con tales reglas se
prohibido matar. recorrió un determinado camino que conducía a una meta en la que di-
fícilmente pudo haber pensado Moisés: a un sistema universal de pre-
No cometerás adulterio. No caigáis en la lascivia. ceptos y prohibiciones que regula la totalidad de la vida del pueblo y de
No robarás. No tocarás la fortuna del cada individuo, tal como lo pretende la judía espiritualidad de la ley»24.
huérfano.
No darás testimonio falso contra Cumplid la Dbligación que con-
3. Canaán: tierra y promesa
tu prójimo traéis.
«Después que murió Moisés, siervo del Señor, dijo el Señor a Josué,
No codiciarás los bienes de tu Dad la medida llena y pesad con
prójimo.
hijo de Nun, ministro de Moisés: Moisés, mi siervo, ha muerto. Anda,
la balanza recta. Y no vayas tras
una cosa que no conoces.
pasa el Jordán con todo este pueblo, en marcha hacia la tierra que vaya
darles. La tierra donde pongáis el pie os la doy, como prometí a Moisés.
No codiciarás la mujer de tu pró- No cabalgues de forma licencio- Vuestro territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, desde el
jimo, ni su esclavo, ni su esclava, sa por la tierra. gran río Éufrates hasta el Mediterraneo, en occidente>,25.
ni su buey, ni su asno, ni nada
que sea de él.
Desde el punto de vista histórico, tampoco es posible averiguar lo que
se esconde tras las narraciones de la «toma del país» (formulado de
modo neutral), a pesar de que la investigación literaria, arqueológica y

56 57
B.I. LOS ElEMENTOS ESTRUCTURALES CENTRALES
3. CANAAN: TIERRA y PROMESA

sociológica ha trabajado con una intensidad especial en este tema. Entre


tanto, dos aseveraciones parecen haber concitado el consenso de los que eso pueda resultar cómodo o incómodo a otros, el pueblo e!e~ido de
eruditos: Dios y la tierra prometida forman una unidad. Y las promesas bl?hcas de
1. El escenario de la historia bíblica, la tierra de Palestina, contaba la tierra27 constituyen hasta hoy la base religiosa para las pretenSiOnes del
ya con una historia milenaria cuando los israelitas comenzaron a poblar pueblo judío a una tierra en Palestina28 •
el país. En el Bronce tardío (1500-1250 a.e. y bajo la soberanía nominal En efecto, no es nada sencilla la cuestión de cómo hay que entender
esto y de cómo compaginado con otros posibles derechos. No debemos

l
de Egipto) Palestina habría estado cubierta por una red de ciudades-Es-
tado agrícolas, cada una de ellas con su propio «rey». Un país de cultu- olvidar jamás que Jos 1-12, las narraciones de la toma del país, son
ra nada despreciable. Aunque con población mixta, la mayoría de sus ha- una pieza pertenecie?te a }a histori?gra~ía ~euteron?mica y que fue~on
bitantes eran cananeos semitas. Sin embargo, la planicie costera del sur consignadas por escnto mas de mediO mllemo despues de haber ocurndo
los «eventos» que tratamos aquí. De hecho, las fronteras del país cam-
de Palestina estaba habitada por filisteos, un «pueblo marino» que había
biaron constantemente al compás de la cambiante suerte del pueblo en su
emigrado del Egeo (Creta) y que dio al país su futuro nombre: «Palesti-
camino a través de los siglos. ¿Qué podemos, pues, considerar como ga-
na», nacido como denominación greco-romana de una provincia. El
rantizado por Dios en el punto que nos ocupa? Se agolpan ya aquí inte-
nombre derivó de los «filisteos», Pelista'im 26 en arameo.
rrogantes para el diálogo a tres bandas que debería darse en el futuro.
2. Entonces Israel no era una unidad política con capacidad de ac-
ción. La apropiación del país por los israelitas no pudo realizarse -a
pesar de lo que cuentan las narraciones bíblicas del libro de Josué en sus
doce primeros capítulos- como una acción bélica relativamente rápida
de una confederación de doce tribus (que no existiría aún de ese modo tan
cohesionado). Debió de haber tenido lugar como un proceso más dilata- Cuestiones para el futuro
do y complejo, durante los siglos XIVXI, quizás ya en el siglo XIII (en el
Bronce tardío o quizás en los inicios de la Edad del Hierro). Pero la A la vista de los elementos constitutivos y de los conceptos conductores de
cuestión histórica es cómo se llevó a cabo esta «toma del país». Sobre nin- la fe judía, surgen preguntas que tienen como primer destinatario al judaísmo.
guna otra cuestión de la historia de Israel discuten hoy tanto los estudio- ~ ¿No se discute también entre los judíos si pueden derivarse de las
sos como sobre este problema. Tendremos que ocuparnos con más deta- :::c promesas bíblicas de la tierra las fronteras concrelísimas que
lles de cada uno de los diversos modelos desde el punto de vista histórico. debe tener el moderno Estado de Israel? En cuanto a la promesa de un terri-
Pero independientemente de la decisión que se tome sobre las cues- torio de soberanía israelita que va desde el Líbano hasta el Éulrates?9, ¿no
tiones históricas, y al margen de cómo pudieran considerarse a sí mismos había ya en el proceso original de redacción una retroproyección de las pre-
desde un punto de vista religioso los inmigrantes israelitas, una cosa tensiones de un territOriO ideal e incluso de sueños volitivos?
fue cada vez más importante para el posterior pueblo de Israel: elemento Desde una visión específicamente cristiana habría que lormular la
esencial del pueblo de Dios es también la tierra prometida por Dios. La
Biblia hebrea no tiene la menor duda al respecto. Por eso, desde un
t siguiente pregunta: dentro del judaísmo, y con la intención de favorecer
a la alianza abrahámica y a la sinaítica con el pueblo elegido, ¿nose ha des-
punto de vista político y teológico, es importante hasta hoy el hecho de cuidado con frecuencia aquella primera alianza que Dios hizo después del
\' que ni para el cristianismo, que se considera pueblo de Dios universal, no diluvio universal con Noé y sus descendientes y que abarcaba también a
atado a fronteras geográficas o étnicas, ni para el islam, que en principio todo lo viviente, también a los animales, una alianza universal con toda la

¡ no hace distinciones entre países a pesar de su origen y carácter árabe, la


tierra -más concretamente, una determinada tierra «santa»- carece de
un significado salvífico especial. En cambio para el judaísmo, que con-
creación y cuyo símbolo de alianza es el arco iris 3o , y en la que se promete
que la creación no volverá a ser presa del caos? ¿No se presupone en la
Biblia hebrea una subyacente comunión de la humanidad, Objeto de la
servó su vinculación primitiva con la «tierra de Israel» (en hebreo Erez voluntad salvífica universal de Dios?

I Israel) incluso durante la época de la «dispersión» (diaspora en griego),


es absolutamente esencial la relación con la tierra prometida, con esa
concreta y «loada» franja de tierra. Descalificar esto reduciéndolo a un
)
Desde una visión específicamente musulmana habría que preguntar:
según la Biblia hebrea, ¿no se hicieron también promesas a Ismael,
padre de los árabes, en el sentido de que él, el hijo de Abra'án y de la
Ulterior intento de legitimación es desoír un aspecto de la experiencia de egipcia Agar, llegaría a convertirse en primer progenitor de un gran pueblo
Israel con Dios testimoniado de principio a fin en los escritos bíblicos. La con los doce príncipes 31 de las naciones árabes entre Egipto y A~ria32? ¿Qué
promesa de la tierra constituye -junto con la elección, la liberación y la hay de la validez de esas promesas?
\ alianza- el contenido básico de la fe israelita. Independientemente de

58 59
2. PERFil RELIGIOSO DE MOISES

II. LA FIGURA CONDUCTORA CENTRAL Indudablemente, la imagen 7 de Moisés pasó por una evolución nada
despreciable en los diversos estratos del Pentateuco: desde emisario de
Yahvé (J), caudillo del pueblo (E) y taumaturgo (JE) hasta legislador (Dt)
1. ¿Quién fue Moisés? y representante de Dios que irradiaba destellos divinos (P)8. Sin embargo,
independientemente de los puntos históricos que sigan en debate, Moisés
Hemos hablando constantemente del grupo de Moisés, de forma que la aparece en su conjunto como una figura carismática extraordinaria-
pregunta resulta inevitable: ¿qué sabemos históricamente de Moisés mente compleja: es un caudillo inspirado que no interviene personal-
mismo, que ocupa una posición única en la historia salvífica de Israel? mente en la lucha, un receptor de revelación que sigue siendo un hombre
Algunos llegan incluso a ver en él al fundador de la religión judía. Le co- con todas sus debilidades, fundador de un culto que no ofrece sacrificio
locan en el mismo plano que a otros fundadores, junto a Jesús, Mahoma, alguno. Muy probablemente, Moisés no fue un profeta en el sentido de
Confucio y Gautama Buda, si bien todas estas figuras jugaron un papel los posteriores grandes profetas-escritores del reino del Sur (Judá) y del
muy diverso en el contexto de su propia religión. Lo dicho en páginas an- exilio (no dejó nada escrito), pero sí podría haber sido un profeta en el
teriores ha mostrado que los inicios de la religión yahvista son extraor- sentido de los tempranos profetas carismáticos del reino del Norte (Elías,
dinariamente complejos, y no es posible relacionarlos con una única Eliseo, Oseas). En una palabra, Moisés fue, con toda probabilidad, una
persona. ¿Estuvo de hecho Moisés tan en el centro de la historia real? nítida figura profética que marcó desde un comienzo el tipo de las tres re-
¿Acaso no se habrán agrupado en torno a esta figura, como punto de ligiones «proféticas» y al que las tres religiones abrahámicas reconocen
cristalización, las numerosas sagas, historias, preceptos y normas prove- como su segunda gran figura conductora.
nientes de fuentes bastante diversas?
No existe ni un solo testimonio extra bíblico de Moisés. Tampoco se 2. Perfil religioso de Moisés
han transmitido testimonios literarios de él mismo. Sin embargo, hay
algo que no se discute hoy: que Moisés fue una figura histórica y no, por Las ya mencionadas diferencias estructurales de las diversas corrientes re-
ejemplo, un depuesto dios lunar, como se afirmó en una hipótesis salva- ligiosas hacen que el perfil de Moisés emerja con claridad. Porque este
je a principios de este siglo. El nombre Moisés es egipcio, y Moisés habría Moisés que -según la narración de su llamamiento recogida en el libro
nacido en Egipto, aunque muy probablemente no era egipcio, sino se- del Éxod0 9- experimenta al Dios Yahvé frente a la zarza ardiente, en
mita. La estancia de Moisés entre los madianitas (enconados enemigos de Madián, y, cubriéndose el rostro, habla con Dios, no es un sabio ilus-
los israelitas), su matrimonio con una madianita y las buenas relaciones trado en el espíritu de la armonía y del humanismo orientales, para el
que mantuvo con su suegro en Madián 1, donde tendría el decisivo en- que lo absoluto, el «cielo» y su voluntad, estaría fijo, pero sólo C()illO ho-
cuentro con el Dios Yahvé2, son admitidas por muchos exegetas, así rizonte, no como centro. No. Moisés, confrontado con la revelación de
como también su vinculación con los israelitas 3 , cuya emigración enca- Dios, no se contenta, a diferencia del sabio Confucio, con reflexionar
bezó. Pero la gran pregunta dice así: ¿cuál fue en realidad la función y sobre ética y política. Un profundo respeto ante la voluntad del cielo no
posición de Moisés? sería suficiente para él. Moisés no se vuelve hacia el pasado para poner su
Casi no existe una categoría de liderazg0 4 religioso que la investiga- mirada en antepasados ideales. La armonía en la familia y en el Estado,
ción no haya aplicado ya a Moisés 5 • Las fuentes parecen no permitir que entre el hombre y sus semejantes, entre el hombre y la naturaleza uoes su
lo degrademos a simple milagrero del desierto o incluso a la condición de ideal. Entonces, ¿qué es?
mago. Por el contrario, que él fuera precisamente un fundador del pueblo Tracemos otra acotación. Este Moisés que encabeza la marcha de
parece una retroproyección de circunstancias posteriores tan clara como sus «tribus» por el desierto y las dirige hacia un futuro incierto tampoco
la de que fue un teólogo y representante de un monoteísmo exclusivo ya es un místico de la interioridad y soledad indias que cierre los ojos y los
entonces. Pero también la afirmación de que Moisés fue simplemente un oídos para encontrar el absoluto, se vuelva hacia el interior o que, como
jeque beduino jordano-oriental, cuya tumba fue venerada en las proxi- Buda, recorra mediante la meditación metódica los estadios de la su-
midades del monte Nebo (como cree demostrar la prolija construcción mersión para alcanzar la iluminación. Para Moisés, el absoluto, lareali-
histórico-tradicional de Martin Noth 6 a pesar de que Dt 34,6 dice que dad primera y última no es el nirvana, el vacío, lo incomprensible y to-
«hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba»), es una su- talmente distinto del hombre. Tampoco es un brahmán, el uno,puro e
posición tan aventurada como la hipótesis contraria de que Moisés fue en infinito que abarca y penetra todo, el indecible que desborda las ideas y
el fondo todo lo que la tradición posterior le atribuyó: que compaginó en las palabras. Entonces, ¿qué es?
un ministerio específicamente «mosaico» funciones proféticas, judiciales Sólo cabe una respuesta. Moisés es un hombre típicamente profético
y mediadoras de la alianza. en el espíritu de una religiosidad de fe y de esperanza semita ymedio-

60 61
3. MOISES EN EL ESPEJO DEL JUDAISMO, DEL CRISTIANISMO Y DEL ISLAM
B.II. LA FIGURA CONDUCTORA CENTRAL

en el canon de la Biblia casi convierten en héroe a Moisés. Compárese el


oriental. Sin duda, para él Dios es grande, misterioso, secreto, pero no Apocalipsis de Moisés 13 y la Asunción de Moisés 14 , y piénsese que quizás
absolutamente distinto del hombre. Es el Otro personal lleno de poder y existieron más escritos sobre Moisés que no han llegado hasta nosotros.
de misericordia, el Dios de la cólera y de la gracia vivo y activo, el Señor Pero mientras que el judaísmo helenístico idealiza a Moisés convirtién-
de la vida y de la muerte del que depende el hombre, un «tú» que habla dolo en un genio frente al antijudaísmo pagano, en maestro de Orfe.o, del
y responde. En la religión profética, la persona se ve situada ante este que habrían aprendido todos los grandes sabios, la tradición rabímca ve
Dios al que debe una palabra, una respuesta, ante el que tiene una res- en Moisés, ante todo, al doctor de la Ley, al maestro de la Ley por an-
ponsabilidad. Sabe, además, que debe cumplir determinadas tareas que tonomasia «Moisés nuestro rabino» (en hebreo: Mase Rabbenu). Entre
traducen la voluntad divina. los diverso's títulos posibles para referirse a Moisés, el judaísmo rabínico
Además, el profeta en sentido estricto es objeto de un llamamiento per- eligió uno, el de «rabino». Ahora, no constituyen la Torá sólo las)eyes
sonal para realizar un cometido específico. El profeta tiene que ser men- recogidas en el Pentateuco, sino que todo el Pentateuco es Tora: <<la
sajero de Dios siempre y en todo. La palabra y la voluntad de Dios deben Torá de Moisés»15.
llegar al pueblo y al individuo mediante la palabra o a través de signos. Es Consecuencia: Se considera que Dios reveló, incluso dictó a Mo~sés
bien distinto de un gurú, que quizás llega a autoendiosarse. Al contrario, todo lo que se contiene en el Pentateuco, desde la creación y los patnar-
es un apasionado portavoz de Dios que quiere ligar a las personas con ese cas hasta los acontecimientos futuros. Más aún: tanto la Torá escrita,
Dios único mediante la fe que confía. En este sentido, Moisés es el caudi- equivalente desde ese momento a los «Cinco Libros de Moisés», como la
llo del éxodo, de la liberación, de la andadura por el desierto. Torá oral con sus innumerables normas y aplicaciones, serán vistas
Por eso, vale de manera eminente para Moisés, el portavoz de la vo- como obr~ de Moisés. De ese modo, el Moisés caudillo del éxodo, de la
luntad de Yahvé y guía de su pueblo, lo que Friedrich Heiler -excelen- liberación y de la peregrinación por el desierto se convierte más ymás en
te analista del prototipo profético y mÍstico- dijo de la espiritualidad el paladín de la tradición y de la perseverancia. No había palabras para
profética: «Es activa, promotora y exigente. En la vivencia profética hablar de él, el padre de la sabiduría y de la profecía por cuya causa ha-
arden los afectos, se afirma la voluntad de vivir, vence y triunfa incluso bría sido creado el mundo.
en la derrota externa, planta cara a la muerte y a la aniquilación. Desde
la necesidad y desolación más profundas irrumpe la fe, nacida de la in- b) ¿Cómo contempla el cristianismo a Moisés? ~oisés es el person~je
domable voluntad de vivir, la seguridad inquebrantable, la confianza ro- del Antiguo Testamento más citado (80 veces). EVIdentemente, tamblen
queña, la osada esperanza ... El profeta (es) un luchador que consigue aquí se le tiene por autor del Pentateuco, y, por consiguiente, como ~r?­
pasar de la duda a la certeza, de la atormentadora inseguridad a la se- feta y legislador que proclamó el mensaje de Dios: el mandato dtMOlses
guridad absoluta, de la vacilación al contagioso coraje de vivir, del es mandamiento de Dios 16 • «Moisés y los profetas» significa en Lucas <<la
temor a la esperanza, del deprimente sentimiento de pecado a la dichosa Torá y los profetas». Como es natural, ellos son también la Biblia de la
conciencia de salvación y de gracia»lO. joven comunidad cristiana 1? .
En realidad, Moisés es el prototipo del profeta. En la Biblia hebrea, es La figura de Moisés es tan poderosa para la comu~l?ad neote~t~­
el único con el que Dios habló no «en visiones» y «en sueños», sino mentaria que ésta llegará a ver a la luz de la figura profetlCa deM.Olses
«boca a boca» 11. Por eso puede decir el discurso deuteronómico de des- diversos momentos de la vida y obra de Jesús. Más aún, en ocaSIOnes
pedida de Moisés a su pueblo: «Un profeta de los tuyos, de tus herma- perseguirá conscientemente la imitación. Es bastante P?sible que la hi~­
nos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él escucharás»12. ASÍ, toria de Moisés estuviera en el trasfondo del evangelIo de la mfanCla
Moisés aparece, después de Abrahán, como el segundo gran represen- según Mateo 18 : advertencia del rey, asesinato de niños inocentes, huida al
tante de las religiones proféticas, aceptado como tal también por el cris- exilio hasta la muerte del rey ... Pero también el ayuno de cuarentadía.s en
tianismo y el islam, aunque --como sucedía en el caso de Abrahán- con el desierto y la alimentación de cinco mil personas responden ala tIpO-
notables diferencias de interpretación. logía mosaica. Aquí, Moisés aparece en diversas ocasiones como e! tIpO
de Jesucristo del profeta del fin de los tiempos. En el evangelio de Juan
3. Moisés en el espejo del judaísmo, del cristianismo y del islam se alude exp:esamente a la comida del maná en el d;sierto 19 • Tambié?-la
ascensión de Jesús a los cielos -que se encuentra solo en Lucas (al fmal
a) ¿Qué posición ocupa Moisés en el judaísmo postbíblico? Sigue de su evangelio y al principio de los Hechos de los Apóstoles)-se ~s~­
siendo la figura central a la que sólo se aproxima Abrahán y, en parte, meja a la de Moisés. Más aún: según Lucas, hay que entender a "MOlses
Jacob, David y el Mesías. Son casi inabarcables las leyendas que ador- y los profetas» en su conjunto como profecía del evento de Jesú20 ,
naron toda su vida, desde el nacimiento y estancia en la corte del faraón Precisamente así se pone de manifiesto la ambivalencia de la figura de
durante su juventud hasta su muerte. Los escritos apócrifos no recogidos

63
62
4. SUSTANCIA PERMANENTE DE LA FE Y PARADIGMAS CAMBIANTES

c) ¿Qué piensa de Moisés el islam? También aquí, Moisés es la figura


bíblica más citada junto con Abrahán. Se llega a decir que Moisés predijo
la venida del profeta Mahoma, su sucesor. Sostiene el islam que Moisés
Moisés fue uno de los más grandes profetas. ¿Por qué? Porque también él, como
el profeta Mahoma, recibió de Dios un libro. Con ello, tanto los judíos
------------- ---------- - - - - - - - - - 1 como los cristianos pertenecen a la «gente del Libro», a los poseedores de
I
I
escrituras. En cuanto tales, ellos participan de la verdad eterna revelada,
t ) I
I
I
I
que se conservó igualmente en un libro, el celeste protoescrito del Corán.
De ese modo, Moisés, como profeta y promulgador de la ley, es el mo-
Segunda gran figura conductora de las tres
I delo de Mahoma 21 •
I
religiones abrahámicas, I En el Corán se dicen cosas de Moisés que se encuentran ya en la tra-
I
prototipo del Profeta, I
dición bíblica, en la extrabíblica o en el folclore. El Corán llega incluso a
carismático guía político del éxodo,
I
I
aplicar a Moisés otras historias bíblicas22 • ¿No es también cierto que bas-
de la liberación y de la andadura por el desierto,
I tantes cosas de la vida de Mahoma recuerdan a Moisés? La recepción de
I
receptor de la revelación de Yahvé. I la revelación (dictada y transmitida por ángeles) y la huida (a Medina),
I
L _______________________________ ~
I pero también el caudillaje victorioso en las correrías por el desierto; fi-
nalmente, su muerte feliz y su ascensión al cielo, que --como se sabe-
habría tenido lugar en Jerusalén. A la inversa, también algunos puntos de
la tradición islámica entraron más tarde en la tradición judía referida a
t ) Moisés. Sin embargo y a pesar de todos los paralelismos, Mahoma es
para los musulmanes el «sello» de los profetas, el último y el mayor de
La figura central del El prototipo de Jesucristo. Primer receptor de una todos ellos, el que -en contra de la opinión judía y cristiana- proclama
judaísmo pos bíblico revelación-libro. de nuevo, sin falsearla, la Ley de Moisés.
El doctor de la Ley por Por Moisés la Ley; por Prototipo del profeta Ma-
excelencia. Jesús el evangelio. homa como profeta, cau- Si echamos una mirada a las consideraciones que hemos hecho, po-
dillo y heraldo de la ley. demos aventurarnos a determinar -al menos de forma provisional y re-
Paladín de la tradición y Simbolo de la antigua Mahoma el «sello» confir- visable de continuo durante el curso de este libro- cuál es la permanente
persistencia. alianza. mador de los profetas. sustancia de la fe del judaísmo en las sucesivas y cambiantes constela-
ciones que se dan durante la historia judía.

4. Sustancia permanente de la fe y paradigmas cambiantes


Moisés en todo el Nuevo Testamento. Se estima a Moisés, pero se tiene
n mayor aprecio a Jesús. y esto se pone de manifiesto a lo largo de los Según las reflexiones que hemos apuntado hasta el momento, ¿cuál es el
vangelios: centro y fundamento, la sustancia permanente de la fe de la religión
-en Marcos, donde Moisés -en la transfiguración- testifica perso- judía, de la Biblia hebrea, de la fe israelita? Respuesta: dejando a un lado
nalmente, junto con Elías, a favor de Jesús; las críticas, interpretaciones y reducciones de una crítica histórica, lite-
-en Mateo, donde el «Sermón de la Montaña» debe prevalecer sobre raria o sociológica y partiendo de los documentos de fe israelitas que han
la legislación dada en el «Monte» SinaÍ; adquirido rango vinculante e histórico, el contenido central de la fe es el
-en Lucas, donde se presenta expresamente a Jesús como segundo Dios Yahvé y el pueblo de Israel. No hay fe israelita, no hay Biblia he-
Moisés y salvador de su pueblo; hrea, no hay religión judía sin la confesión: «Yahvé es el Dios de Israel, e
-en Juan, según el cual, la ley vino a través de Moisés, pero la gracia Israel su pueblo». Esta «fórmula de alianza» (que no debemos entender
y la verdad nos llegaron por Jesucristo; l'l! clave estática) expresa el «centro y quicio del Antiguo Testamen-
-en las cartas paulinas y en la carta a los Hebreos mucho más. Moi- 10»23. Yahvé e Israel son los dos polos alrededor de los cuales gira toda la
sés representa en ellas a la religión de la ley, que no ha sido abolida, pero elipse testimonial de la Biblia hebrea, de la Tanak, del Antiguo Testa-
sí relativizada de manera decisiva mediante la gracia de Dios en Jesu- lllent0 24 • Naturalmente, se puede sostener que el Dios uno de Israel
cristo. constituye el centro del Antiguo Testamento, pero lo peculiar de la Biblia

64 65
8.11. LA FIGURA CONDUCTORA CENTRAL 4. SUSTANCIA PERMANENTE DE LA FE Y PARADIGMAS CAM81ANTES

hebrea es el hecho de que la contemplación nunca se centra sólo en ese la sociedad en general, de la comunidad de fe, de la «reflexión» y pro-
Dios único, sino que la misma mirada incluye siempre a ese Dios junto clamación de la fe- re interpretan y concretan ese mismo centro único.
con su pueblo elegido. Los escritos bíblicos no giran en torno a los más Esto es lo que, con Thomas S. Kuhn, entendemos por paradigma: «Toda
internos «misterios de la divinidad», sino alrededor de la historia de una constelación de convicciones, valores, formas de comportamiento,
este pueblo con su Dios. Por consiguiente, bien cabe decir que ese centro ete., compartidas por los miembros de una determinada comunidad,,26.
tiene dos polos: Dios y pueblo (con o sin el término «Alianza», que co- En mis publicaciones precedentes he fundamentado con todo detalle en
menzó a ser utilizado en una época relativamente tardía)25. qué medida es posible e importante trasvasar la teoría de los paradigmas
Concretando aún más los elementos estructurales diferenciadores y las (en el sentido de un «macroparadigma») desde el ámbito de las ciencias
ideas directrices permanentes de la fe judío-israelita, después de cuanto naturales al campo de la religión y de la teología 27 .
hemos oído, podemos decir que son los siguientes: Muy altas cotas de dramatismo llegará a alcanzar esta historia de Is-
• el pueblo elegido por Dios, pero que incluye rael-y, posteriormente, del judaísmo- en la que un pueblo diminuto,
• la tierra prometida por Dios, pues ambos puntos como respuesta a grandes desafíos ocasionados por la historia universal,
• están sellados por la Alianza hecha con el Dios único y por la que se pasará por profundas mutaciones religiosas, por cambios de paradigma
obligan a guardar sus mandamientos. que resultarán revolucionarios a la larga.

Esta relación especial de Israel con su Dios es punto de partida ger-


minal y núcleo de cristalización constitutivo. A pesar de todos los fraca-
sos y negativas protagonizados por el pueblo desde un principio, se
mantendrá el irrenunciable núcleo de la religión judía. Incluso como
judío se podrá tener opiniones varias sobre este centro constante y motor
de todo. Sin embargo, en él se basa
• la originalidad del pueblo judío desde los primeros tiempos,
• su continuidad en su dilatada historia a 10 largo de los siglos,
• su identidad a pesar de la diversidad de lenguas y razas, de culturas y
religiones.

Así, dimana de este pueblo un legado histórico-universal y una obli-


9ación sin par que pasó a ser vinculante más tarde para el cristianismo y
1
el islam: el mundo debe a Israel la creencia en el Dios único.
Este centro, esa base, esta sustancia de la fe -a los que en nuestra pre-
sentación esquemática de los cambios de paradigmas presentamos siem-
pre en un círculo punteado- nunca se dio de forma abstracta, aislada.
Resulta muy difícil demostrarlo históricamente en el período inicial,
pero fue reinterpretado periódicamente a medida que las necesidades
cambiaban, y realizado de forma práctica. Por eso, será imprescindible
combinar en el capítulo que viene a continuación con el título de «His-
toria» la presentación teológico-sistemática y la histórico-cronológica, sin
la que no es posible fundamentar de forma convincente aquélla. Tal vez
diga alguien que este Yal1Vé como el Dios único, que este Israel como el
pueblo elegido son «objetos» de fe, que, como libérrima revelación de
Dios, son visibles sólo para los ojos de la fe. ¡Cierto! Sin embargo, como
conceptos, como ideas, como magnitudes relevantes en el plano históri-
co son reconocibles, parafrasea bIes y comprobables en los escritos bíbli-
cos también para elllistoriador, tanto si es creyente como si no.
A medida que avancemos en la presentación histórica se verá con
mayor claridad que nuevas constelaciones definitorias de una época -de

66 67
1. lA TOMA DE lA TIERRA

C. HISTORIA para toda la historia? Bastará un esbozo sucinto. Como ya señalamos en


el capítulo precedente, todo es discutido desde la vertiente histórica. Se
discute que estuvieran en Egipto las doce tribus posteriores, que em-
prendieran la «peregrinación» y que todas ellas hubieran coincidido en el
Monte de Dios. Se discute la peregrinación por el desierto, de forma que
también la idea del todo Israel como «pueblo de Dios peregrino» --con-
cepción importante incluso para la carta a los Hebreos, escrita quizás a
finales del siglo 1 d.C.- es insegura. Naturalmente, también se discute la
1. EL PARADIGMA TRIBUS DE LA EPOCA PREESTATAL duración del «peregrinaje»: se supusieron 40 años (número simbólico),
como castigo hasta la muerte de la generación rebelde. Pero también se
discute casi todo lo relacionado con la «toma de la tierra» por Israel.
Desde la «toma de la tierra» de Palestina, el pueblo de Israel es una mag- Según Roland de Vaux, que fue durante muchos años director de l'École
nitud histórica palpable, al margen de lo que se deba entender inicial- Biblique de Jerusalén y uno de los mejores conocedores, la toma de la tie-
mente por «pueblo». Si nos fijamos en desarrollos de larga duración, par- rra es «el problema ... más difícil de toda la historia de Israel» 3.
tiendo del momento de la «toma» podremos distinguir -de forma muy Sólo en un punto están de acuerdo los especialistas actuales: la toma
esquemática y sin entrar en todas las complejas cuestiones de trasfondo- de la tierra no se llevó a cabo en una especie de «guerra-relámpago»,
seis macro constelaciones que, a pesar de las inevitables contracorrientes, como se nos cuenta en los doce primeros capítulos del libro de Josué,
resultaron dominantes en la historia y conservaron la calidad de tales. donde se habla exclusivamente de la conquista de la Palestina central.
Sobre ellas podemos encontrar mucho material en cualquier obra de al- Debemos tener siempre presente que en todas estas narraciones bíblicas
tura sobre la historia de Israel, de la religión israelita o del pueblo judío. no se trata simplemente de «historia» (history), sino de «historias»
La primera de esas seis constelaciones es el paradigma de las tribus del Is- (stories).
rael primitivo. Viene a continuación el del reino davídico, al que sucede En esencia, la investigación ha considerado tres modelos de recons-
el paradigma de la teocracia postexílica, le sigue el paradigma rabínico- trucción histórica de la toma de la tierra, pero todos ellos tienen un ca-
sinagogal del Medievo judío, después el paradigma moderno y ahora rácter más o menos hipotétic0 4 :
-¡quién sabe!- quizás el paso a un paradigma posmoderno. - El modelo de conquista (immigración en oleadas). Este modelo, ba-
Deberemos mostrar que las mutaciones definidoras de una época sado principalmente en la arqueología, supone una dilatada toma de la
ry.acen siempre de una crisis que puede arrastrarse durante largo tiempo. tierra mediante varias oleadas de nómadas guerreros provenientes del de-
Esta conduce, finalmente, siguiendo la definición de Thomas S. Kuhn, a sierto. Principales representantes de esta teoría fueron los arqueólogos
una nueva «constelación global de convicciones, valores y modos de americanos W. F. Albright y G. E. Wright 5 • Hoy apenas tiene seguidores,
comportamiento compartidos por los miembros de una determinada pues la refutan los hallazgos más recientes. Se supone que ciudades
comunidad»!. Sin embargo, como tendremos oportunidad de comprobar, como Jericó y Ay llevaban en ruinas mucho tiempo antes de que se pro-
las constantes a las que hemos aludido en páginas anteriores persisten en dujera la toma de la tierra. Por consiguiente, no pudieron ser conquista-
la fe y en la praxis de la fe judía. Se da una continuidad en la disconti- das, como cuenta Jos 6-8. 1vluchos de los lugares mencionados por la Bi-
nuidad. Pero esto no siempre sigue la línea de un progreso constante, blia no contienen resto alguno del Bronce tardío, y muchas regiones
como creyeron en los días de la Ilustración. La andadura de este pueblo cananeas no ofrecen testimonios de haber estado ocupadas por israelitas
se encargará de poner de manifiesto que la historia no es aquí «progreso antes del siglo x.
eterno» ni discurre según el esquema «nacimiento-plenitud-ocaso», como - El modelo de inmigración (infiltración lenta). Este modelo históri-
presupuso Oswald Spengler en su morfología de la historia universal. Al co-tradicional fue esbozado por A. Alt y M.Noth 6 y retocado por otros
contrario, siempre existe la posibilidad de nuevos paradigmas. Además, muchos. Supone una sucesiva sedentarización pacífica de nómadas pas-
cada paradigma comporta ganancias y pérdidas2 • ¿Cuál es el rostro con- tores de ganado menor procedentes de las zonas fronterizas con la estepa
creto de todo esto en la historia del judaísmo? y con el desierto que, obligados por la sequía del verano, «transhuma-
han» para encontrar otros pastos. Esta hipótesis ha sido criticada últi-
1. La toma de la tierra. Tres intentos de reconstrucción mamente, sobre todo, desde la vertiente sociológica, porque, antes de la
domesticación del camello -la datación de los expertos difiere en varios
Según los estudios más recientes, ¿qué perfiles tuvo el primer paradigma siglos- no habría sido posible vivir en pleno desierto, por lo que los pas-
-la protoconstelación de Israel- que fue y sigue siendo fundamental tores o nómadas tampoco habrían podido venir del desierto.

68 69
C,I, El PARADIGMA TRIBUS DE LA' EPOCA PREESTATAl 2, HACIA UNA VIS ION INTEGRADA

- El modelo de transformación social (revolución o evolución intra- to, que fueron nómadas. Por consiguiente, tenemos que compaginar el
palestina). Este modelo sociológico, presentado en 19627 por G. E. Men- núcleo central del modelo de conquista y de inmigración con el modelo
den hall, desarrollado y «politizado»8 por N. K. Gottwald como «mode- de subversión social, y hay que insertar el análisis de las ciencias sociales
lo revolución», finalmente modificado 9 y convertido en «modelo en la exégesis histórico-crítica de los textos transmitidos. Como mostra-
evolución», tuvo muchísimos seguidores en América. Gottwald, que fue' ron de forma impresionante los análisis literarios de los dos últimos si-
durante algún tiempo fanático seguidor de las teorías sociales marxistas, glos, las narraciones bíblicas contienen algunas tradiciones antiquísi-
ya no habla de un vuelco súbito, sino de una lenta transformación suce- mas y hablan de una forma mucho más directa que los mudos hallazgos
siva. Según esto, habría que entender la toma de la tierra no en el marco arqueológicos, casi siempre polisémicos y que deben ser descifrados.
de una invasión nómada venida de fuera, sino en el cuadro de un proce- Hay que insertar de forma constructiva esas narraciones en un modelo
so de transformación de la población, producido desde el interior del país socio-político y religioso integrado (Gottwald: socioreligious model).
en las postrimerías de la Edad de Bronce, hacia el 1200. Se discute ¿Cómo?
- si se trató de un movimiento pacífico de deposición llevado a cabo Un grupo de emigrantes de Egipto -el grupo de Moisés o los israeli-
por los campesinos y arrendatarios esclavos, que se sacudieron el domi- tas del Éxodo- debió de ser, si no el iniciador, al menos el catalizador
nio explotador de las ciudades-Estado cananeas y se asentaron en aldeas de aquel proceso de subversión social. Ese grupo o grupos de emigrantes
recién fundadas en la región montañosa (Mendenhall), que creían en Dios Yahvé trajeron consigo las diversas tradiciones de una
- o si se trató más bien de una lucha política y de una revuelta di- salida de Egipto, de un paso por el Mar de las Cañas y de una alianza
recta llevada a cabo por campesinos organizados en tribus o por pasto- hecha en el Monte de Dios. En efecto, es absolutamente inverosímil que
res nómadas, mercenarios y facinerosos (outlaws, apiru) que arremetie- tales tradiciones fueran fruto de la inventiva postexílica. Al menos, de-
ron directamente contra las ciudades cananeas, entonces desgobernadas bería estar fuera de toda duda que la creencia en Yahvé jugó un papel
en lo económico, y contra las clases dirigentes que dominaban en ellas importante, desde los albores de la formación del pueblo, para las fuerzas
(Gottwald). sociales, tan inestables en aquellos tiempos. «Amalgamándos~ lenta-
Pero también contra este modelo sociológico se lanzaron graves obje- mente, primero en una unión de adoradores de El, se convirtió en una
ciones, como ha expuesto de manera exhaustiva el arqueólogo israelita importante coalición de adoradores de Yahvé»13. Esto quiere decuque, a
Israel Finkelstein. Porque la más reciente investigación arqueológica, así pesar de los numerosos interrogantes aún abiertos, un modelo integrado
como importantes datos demográficos y etnográficos del presente, «con- parece hacer justicia a los datos arqueológico-sociológicos más recientes
tradicen la teoría de que los israelitas eran gentes insatisfechas que hu- y también a los textos bíblicos; caso de que no queramos renunciar por
yeron de la comunidad cananea». Por el contrario, los resultados más re- completo a una reconstrucción histórica 14 • Es posible que el futllro nos
cientes indican que «los nuevos colonos de las tierras montañosas aporte otro consenso en esta cuestión.
provinieron de un hinterland pastoril (pastoralist background)>> 10. De ahí La discusión, rica en hipótesis, ha mostrado al menos dos cosas: que
concluye Finkelstein, introduciendo algunas modificaciones ímportan- los textos veterotestamentarios solos --camino seguido por la critica li-
tes ll , que, finalmente, ,<la opinión de Ah de que la toma de la tierra por leraria aislada- no permiten explicar de modo satisfactorio las com-
los israelitas fue una ocupación pacífica de las zonas menos pobladas del plejas cuestiones históricas como consecuencia de la (discutida) datación
país es la que más se aproxima a los resultados de los estudios de campo I¡mlía del yahvista y del libro de los Jueces l 5, Por consiguiente, no hay
realizados varias décadas después»12. que caer en el reduccionismo literario. De la historia de Israel también
A grandes rasgos, éste es el estado actual de la investigación, que no forma parte su andadura social. Naturalmente, también es válida la afir-
ha llegado aún a un punto final. Pero cabe preguntar si no deberíamos llIación contrapuesta. Sin los textos veterotestamentarios, para 10~que la
tomar en serio los testimonios literarios de la Biblia en toda esta discu- lTl'l'llcía en Yahvé es central, fracasará toda reconstrucción de la ~istoria
sión. de Israel. En consecuencia, nada de reducción sociológica. Negar alas es-
n'itos del Antiguo Testamento el valor de fuente para las épocas premo-
2. Hacia una visión integrada 1I.lrquica y preexílica equivaldría a sostener que la identidad deIsrael
UlIl10 pueblo en su peculiar configuración postexílica fue fruto de la
En efecto, con los datos arqueológicos en la mano, es casi imposible ~t'neración espontánea (cosa bastante improbable). Con frecuencia, las
negar una subversión soáal de la población,ligad<l en determinadas cir- rl'nll1strucciones que pergeñan los estudiosos de las ciencias sociales
cunstancias con enfrentamientos violentos y con la destrucción de ciu- l'!(i~cn no menos «fe» que las narraciones de historias bíblicas ofrecidas
dades. Pero no debemos orillar en este contexto los escritos bíblicos. Y es por la exégesis tradicional. No, no debemos permitir que se pieraan las
irrefutable el dato bíblic() de que los padres ¿e Israel vinieron del desier- preocupaciones y resultados de la dilatada investigación dedicaaa a la

70 71
C l. EL PARADIGMA TRIBUS DE LA EPOCA PREESTATAL 3. EL CENTRO CONSTANTE

historia de la tradición. En contra de lo que los estudiosos de las ciencias judía. Sin Yahvé e Israel (tierra y pueblo), tampoco es posible entender
sociales pretenden hacernos creen en más de una ocasión, la historia de

~
os comienzos de la sociedad israelita. A diferencia de lo que sucede en
Israel es bastante más que la crónica de la sociedad israelita. otras religiones semitas occidentales donde la estructura general,es «un
En esa dirección apuntan lafs consideraciones de Hebert Donner, ios, un rey, un país», aquí tenemos «un Dios, un pueblo, una tierra».
profesor de Antiguo Testamento en Gotinga, que ha recogido muchos re- En esta creencia en Dios jamás se trata de un monoteísmo abstracto,
sultados de la investigación sociológica para perfilar su propia «concep- sino de un Dios volcado en su pueblo. Jamás se trata de una historia so-
ción-marco sobre la toma de la tierra palestina por los israelitas» e in- cial abstracta, sino de una historia socio-religiosa de Israel como la his-
sertar el fondo específico de las ciencias bíblicas. Este autor ha escrito lo toria de un pueblo con su Dios. En el canto de Débora recogido en el
siguiente: «La convicción de que Israel vino del desierto, enraizada en la libro de los Jueces 18 , de aquella «madre de Israel»19 -tal vez el docu-
tradición veterotestamentaria, no puede ser una pura invención, no hay mento más antiguo de la Biblia hebrea- se canta a «Yahvé, el Dios de
motivo alguno para ella. No iremos descaminados si suponemos que los Israe1»2o, al que se atribuye la victoria sobre los enemigos. Seguiría te-
estímulos para la formación de una conciencia comunitaria israelita se niendo, pues, razón Julius Wellhausen, uno de los investigadores más ~m­
debieron sobre todo a estos grupos, unos de los cuales vinieron del Sur y portantes, mejor informados y más crítico de la Biblia hebrea, falleCIdo
otros del Este. Ellos trajeron consigo a Yahvé, cuya patria de origen no en 1914, cuando resume brevemente la religión israelita con las siguien-
fue la civilizada tierra, de Palestina. También trajeron consigo las tradi- tes palabras: «La necesidad hizo que las estirpes y tribus emparentadas se
ciones de la salida de Egipto, del paso del Mar de las Cañas y de la alian-

~
USionaran en un pueblo en tiempos de Moisés. Esa nueva unidad fue
Za hecha en el Monte de Dios, en el desierto. Esos grupos estaban lla- santificada por Yahvé, que ya existía con anterioridad, pero que pasa en
mados a dominar, y contaban con capacidad para ello. En el país, se se instante a ocupar el vértice de este pueblo. Yahvé, el Dios de Israel;
encontraron con agrupaciones nómadas en las montañas. Al hilo de la se- srael, el pueblo de Dios. Ése es el inicio y el principio permanente de la
dentarización, fueron formándose --de acuerdo con las peculiaridades re- lterior historia político-religiosa»21.
gionalés- los grandes grupos de las tribus israelitas, como productos se- Si se quiere precisar con mayor detalle esta relación de Yahvécon su
cundarios, pues la organización en familias y clanes precedió a la tribal. pueblo, será preferible no utilizar el concepto «reino de Dios», usado por
Estas gentes se sintieron ligadas, emparentadas, con otras que vivían en Martin Buber en el amplio tratado al que dio ese títul022 . Porque rara vez
similares condiciones; con aquéllos a los que, generalizando, llamamos se da el título de «rey» (en hebreo melek) a Yahvé antes de la ép()ca mo-
arameos. Cabe decir, pues, que la toma de la tierra y los comienzos del nárquica. Además, la alianza del Sinaí jamás fue entendida como «alian-
pueblo de Israel coinciden, son dos caras de la misma cosa» 16. za regia», de forma que se pudo utilizar el término «teocracia» sólo e~
Dejando a un lado la cuestión de cómo surgió la sociedad cananea un sentido muy amplio 23 • Por consiguiente, habrá que ser más bien retI-
(mediante una «retribalización» o de otro modo) y de cuál fue su orga- cente con la afirmación de que <<la realización de la soberanía universal
nización «<igualitaria» o no), para matizar este primer paradigma hay que de Dios» no fue sólo el «eskhaton de Israel», sino también su «pro-
observar que en el suelo de la recién conseguida tierra contrastan desde ton»; por consiguiente, un dato inicial de la religión israelita. Seg1ÍIl el es-
los primeros instantes -si interpretamos en clave histórico-crítica los es- tado más reciente de la investigación, hay menos razones que ames para
critos veterotestamentarios- las diferencias entre la religión cananea y la suponer que una autocompresión del primitivo pueblo de Israelpresu-
israelita. La creencia en Yahvé, procedente del desierto, comenzó a im- ponía la idea de rey.
ponerse enseguida en Palestina; y las diversas grandes familias, aldeas, cla- Pensamos que para la relación de Yahvé con su pueblo se presta
nes y tribus se convierten paulatinamente en una c()munidad de destino y mejor la categoría de la alianza -que incluye la soberanía de Dios y la
en una comunidad narrante. «Las tribus unidas de Israel (zmited tribal Is- comunión con Dios- que la del reino. «Alianza» expresa mejorque el
rael) son el sujeto de las tradiciones»17. El rótulo "Paradigma-tribus» se aislado y unilateral concepto «soberanía» esta relación de comunión de
presta, pues, para caracterizar este primer paradigma. Yahvé con su pueblo. Por algo es desarrollada ampliamente en laépoca
del «Deuteronomio» (s. VII a.C.)24. Pero esto no significa que «alianza»
3. El centro constante tenga que ser algo así como un concepto general de una teología uel An-
tiguo Testamento, como sucede en la importante obra en tres volillnenes
Sin duda, la historia de Israel no carece de analogías, per(), debido a de- de Walther Eichrodt, donde se trata bajo este concepto no sólo la rela-
terminadas experiencias e interpretaciones religiosas, conduce a un re- ción entre Dios y pueblo, sino también, de manera forzada, la relación
sultado específico, inconfundible. Ya aquí, en esta conste!.tción inicial de entre Dios y el mundo, entre Dios y el hombre 25 •
la formación del pueblo, se confirma io que hem()s denominado provi- Así, pues, las grandes familias israelitas, los clanes, aldeas y tribus se
sionalmente centro constante y fundament() permanente de la religión I
habrían unido y coaligado con creciente claridad durante su época pre-

72 73
C.I. EL PARADIGMA TRIBUS DE LA EPOCA PREESTATAL 4. ESTRUCTURA DEL PARADIGMA PREESTATAL

estatal. Incluso se habrían considerado como una unidad religiosa y na- XIIIXI (Paradigma I = PI), habrá que partir de las siguientes caracterís-
cional. Por supuesto, no existía una unidad organizativa uniforme, pero ticas:
sí una especie de federación flexible. Y la fe común en el uno y mismo e Las tribus israelitas de la primera época vivieron en una especie de fe-
Dios, que no cesaba de ganar terreno, habría promovido la cohesión deración nacional y religiosa que fue ganando en cohesión. Como en
política como, viceversa, la fusión política habría intensificado la fe. las emparentadas tribus arameas y protoárabes, había ancianos que
Efectivamente, en este proceso no se trata de ideas o doctrinas, sino de ejercían una función judicial, había presidentes en las grandes familias
siempre nuevas y multiformes experiencias y recuerdos de la actuación o clanes, había también una jerarquía patriarcal. Pero no había aún un
del Dios único en este su pueblo: de historias de la graciosa elección vértice monárquico sobre todas las tribus, y menos aún un gobierno
de Dios, de la soberanía exigente y de la comunión permanente con este central con un aparato administrativo.
Dios. En una palabra, de todo aquello que será englobado más tarde bajo e Existían santuarios de Yahvé y, con ellos, un sacerdocio de Yahvé.
1 término de «Alianza». Pero en este primer paradigma no había instituciones y usos religiosos
como los que conocemos en paradigmas posteriores, a pesar de que
4. Estructura del paradigma preestatal historias bíblicas posteriores los retro proyectan con frecuencia a esta
época.
Tampoco es ya posible averiguar cómo se configuró en concreto esta co- e Hubo en este tiempo figuras carismáticas salvadoras de diversas clases,
munidad en la época inmediatamente posterior a la toma de la tierra. La los llamados jueces (sofetim). En los momentos de amenaza se forma-
investigación supuso durante largo tiempo, con Martin Noth, que las ba un ejército mediante aportación de las tribus, pero no existía aún la
doce tribus de Israel habrían formado una anfictionía sacra, es decir, una milicia profesional, ni mercenarios, ni caballeros nobles, ni tampoco lo
«comunidad que vivía alrededor de» ( un santuario), como sucedió, por \ que se llamó más tarde en el islam «guerra santa» (en árabe: Yihad).
ejemplo, en el ámbito greco-itálico. El arca de Yahvé -inicialmente un . e Las tribus fueron cohesionadas en el plano religioso mediante la fe en
santuario itinerante- habría sido el santuario central de las tribus, su Yahvé, el Dios de Israel. Pero se consideró a Yahvé como el Señor de
centro cultual. Sin embargo, ninguna de las culturas nómadas conoció tal las familias, clanes y tribus. No se le veía aún como rey del pueblo: so-
santuario central. Tampoco se puede demostrar que el arca de Yahvé beranía, no reino de Dios.
fuera un santuario itinerante e incluso central de todo Israel. Por su- e La fe en Yahvé constituyó la base para la autocompr-ensión de Israel
puesto, tampoco se ha demostrado la tesis contraria, la de que la unión como pueblo de Yahvé. Pero la unidad del pueblo era una federación
de las doce tribus no fuera una alianza sagrada, sino una federación de flexible, dinámica, sin monarquía ni funcionarios ni milicia profesio-
signo exclusivamente político. \ nal. No era una unidad monolítica del pueblo.
Por el contrario, es mucho más probable que en un tiempo en el que la
Por consiguiente, en esta época temprana hubo una sociedad tribal, no
¡ política y la religión eran prácticamente inseparables jugaran un papel
importante realidades político-regionales y religiosas. Entre las realidades una sociedad estatal. Las grandes familias, clanes, aldeas ,tribus de Israel
ivieron en el siglo XII/XI en una constelación premonárquica, preestatal.
religiosas, la creencia en Yahvé jugaba un papel protagonista que las tri-
bus ~sumieron de forma crecient~. Desd; u~ punto de vista histórico, de- Se hablaba entonces de la tierra, no de fronteras firmes, lIide unidad na-
termmar el papel que represento Josue, heroe guerrero de la tribu de cional; y menos aún de un vértice monárquico. Las de~cripciones que
\ Efraín, que fue primero asistente de Moisés, después sucesor de éste y fi- presentan a las tribus israelitas de aquella época como federación tribal
nalmente consumador, resulta tan difícil como decir cuáles fueron las ac- con una unidad de organización compacta son puras re1foproyecciones
ciones concretas de cada tribu o de determinados héroes. Según algunos de una identidad estatal a una sociedad preestatal.
\,eruditos, las tribus-Raquel (Benjamín, Efraín y Manasés = la casa de
José), asentadas en la Palestina central, habrían constituido el núcleo del
I futuro «lsrael»26. Lo realmente decisivo es que la federación tribal israe-

\lita aparece ya en el mencionado canto de Débora como «pueblo de


Yahvé>P. Y la evolución político-religiosa había conducido a la conste-

I
lació~ siguient~: «a grandes familias, a un.iones protectoras de familias y
de tnbus coal!gadas como una comullldad mtertriballlamada "Is-
rael","israelitas" o "tribus (o pueblo) de Israel (o de Yahvé)"»28.
Si, teniendo en cuenta todas estas circunstancias, se quiere parafra-
sear la estructura socio-religiosa de este paradigma tribus de los siglos

74 75
1. CRISIS Y CAMBIO DE PARADIGMA

11. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA tinuada y unitaria. Ella suscitó una innovación estatal-nacional que, a su
vez, se convertiría en tradición: el paso de la sociedad tribal a una na-
ción-Estado y, como resultado, una organización estatal consolidada y
«Los israelitas dijeron a Gedeón: Tú serás nuestro jefe, y después tu centralizada. Se pasa, pues, de una forma de organización preestatal a
hijo y tu nieto, porque nos has salvado de los madianitas. Gedeón les res- otra estatal. Y esto -no obstante la continuidad de la sociedad israeli-
pondió: Ni yo ni mi hijo seremos vuestro jefe. Vuestro jefe será el ta- es un cambio de suma trascendencia política, económica y social,
Señof>,l. Por consiguiente, ni monarca ni monarquía hubo en tiempos de pero también religiosa.
los llamados «Jueces», a finales del segundo milenio antes de Cristo. Pero ¿Hubo entonces una fuerte amenaza externa para el territorio de las
las cosas no siguieron igual.
¡tribus? Sin duda que sÍ. Provenía de los filisteos (tal vez semitas), asen-
tados en la parte meridional de la costa. Constituían una potencia militar
1. Crisis y cambio de paradigma bien organizada que pretendía extender su control a la totalidad de Pa-

Las épocas se suceden no según un orden consecutivo, sino disyuntivo. ¡lestina, incluida la zona montañosa. Puesto que éstos eran superiores en
la técnica armamentística (armas de hierro, carros de combate), sólo
No se rigen por una linearidad aditiva, sino por la dialéctica. Se da en esa había una manera de hacerles frente: uniendo las fuerzas. Yeso signifi-
sucesión una continuidad en la discontinuidad. Cuando, por ejemplo,
una religión, por los variados motivos que fueren, entra en una crisis fun- ¡caba que el discontinuo y torpe ejército israelita, reclutado sólo en tiem-
pos de apuro, debía ser colocado bajo un mando permanente. Consi-
.guientemente, no se necesitaba sólo un caudillo carismático provisional
damental, cuando los pioneros de un nuevo movimiento religioso pasan
de la esfera privada a la pública, cuando los opositores se convierten en «<Jueces» como Otoniel, Débora, Sansón, Elí, Samuel), sino un jefe ele-
representantes, cuando nuevas iniciativas, ejemplos y comunidades se gido y permanente. En otros términos, se trataba ahora de implantar en
hacen norma, cuando, por consiguiente, lo nuevo no sólo despunta, 1Israel aquella institución que contaba ya con bastantes años de vida en
sino que irrumpe, entonces se puede hablar de un giro de los tiempos, de los pequeños Estados limítrofes: la monarquía.
un cambio de la constelación global, del macro paradigma, de un cambio El hecho de que este proceso de conversión en Estado pudiera com-
de paradigma que define una época. .\pletarse sin obstáculos políticos exteriores ni interiores -al menClS en lo
Por lo general, una crisis socio-religiosa suele ser el punto de partida de que respecta a las tribus del Norte, pues existen dudas sobre la partici-
un cambio de paradigma, cambio que se venía cociendo en el paradigma paCiÓn de Judá- tuvo mucho que ver con la debilidad por la que atra-
precedente. Puede tratarse de una crisis provocada por agentes externos )vesaron a finales del milenio segundo y comienzos del primero tanto la
(por ejemplo, el desafío de una nueva gran potencia militar-político-eco- gran potencia del Nilo como la del Eufrates y Tigris. En el cClrredor
nómica) o de una crisis autoproducida (evolucionees socio-político-eco- SiriO-palestino -aquella región de alto valor estratégico-militar Jpolíti-
nómicas en el interior). Ambos aspectos se confabularon para que Israel )ca-comercial que limitaba al norte y al sur con grandes imperios,al este
pasara de la época de la subversión social de la llamada época de los Jue- con el desierto y al oeste con el Mediterráneo- la debilidad de los im-
ces a una nueva época. perioS del Norte y del Sur había producido un gran vacío de po~er que
Ante todo, tuvieron una gran influencia procesos de larga duración )permitió el pacífico establecimiento de la monarquía en Israel, e incluso
dentro de la sociedad israelita de la Edad de Hierro temprana: desarrollo el posterior gran reino.
de la población, colonización, economía, evolución de la técnica artesa- ¿Cómo se llegó a esta monarquía que absorbió a las tribus? Aparen-
nal y militar, y todos los cambios de la estructura social. En efecto, temente no sin resistencias. Como delata la cita del libro de 10sJueces
todos ellos representan unas condiciones marco de la vida religiosa y so- que hemos recogido al comienzo de este capítulo, es palpable laoposi-
cial. ¿Empujaron quizás todos estos procesos evolutivos intraisraelitas \ ción a que la soberanía del rey sustituya al dominio exclusivo de Yahvé,
precisamente hacia la monarquía 2 ? oposición a la soberanía de un solo individuo. Otros textos antimonár-
Al mismo tiempo, debemos tener presente que cuanto más se seden- qUiCOS del Deuteronomi0 3 , de Jueces 4 y del primer libro de SamueP
tarizaban las grandes familias, clanes y tribus, tan dispares desde el apuntan en esta misma dirección. Por supuesto, es probable que algunos
\ de estos textos no provengan de esa época temprana, sino que se for-
punto de vista territorial, cuanto más se agrupaban y se concienciaban de
su comunidad de destino, tanto más sintieron --en virtud de la situación maran más tarde en círculos proféticos y sacerdotales partiendo de ac-
político-social general-la imperiosa necesidad de una coordinación in- titlldes antimonárquicas. En cualquier caso, hay que contar con una
terna duradera y de una defensa común permanente frente al exterior. ( oposición al rey en el Israel primitivo desde un principio; no ~ólo en
Según los testimonios bíblicos, fue esta segunda razón la que llevó a nombre de una autonomía tribal (que provocaría rebeliones incluso en
aquella crisis que dio pábulo al deseo de contar con una dirección con- tiempos posteriores), sino también en nombre del derecho al dominio

76 77
C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 2. LOS EXCEPCIONALES LOGROS DE DAVID COMO REY

«teocrático» de Yahvé. Por consiguiente, la protesta contra el estable- séquito de Saúl, llegó incluso a ser su yerno para convertirse después en
cimiento de la monarquía se alimentó de motivos políticos y religiosos. personaje perseguido por celos por Saúl. David captó y aprovechó las po-
A pesar de todo, la monarquía comenzó a imponerse, como se des- sibilidades de un nuevo modelo global. El reino de David es para muchos
prende de otros textos pro-monárquicos6 • Se considera que la monarquía judíos, incluso en nuestros días, el gran ideal.
ha sido otorgada por Yahvé a petición del pueblo; y que ella está ahora ¿Hay razones para afirmar que David hizo historia, que configuró
al servicio de la religión centrada en Yahvé. El benjaminita Saúl (1012- toda una época?9 Se ha discutido mucho en nuestros días si los hombres
1004) es el primer rey. Designado, al parecer, por Samuel, el «juez», vi- y mujeres hacen historia o son hechos por ella. Sabemos que la historio-
dente, profeta y sacerdote (la tradición es muy oscura al respecto), fue \grafía actual presta mayor atención que nunca a la historia social, que no
aclamado después por el pueblo. El recién elegido establece su residencia se guía principalmente por las «individualidades histórico-universales»
en su pueblo natal, Guibeá (6 kms. al norte de jerusalén), donde se ha (Hegel), sino por las condiciones estructurales y los cambios sociales.
excavado no hace mucho su primera y arquitectónicamente primitiva for- Como es natural, en el caso de David debieron darse las circunstancias
taleza, la primera edificación israelita importante que conocemos. 1 estructurales de política interior y exterior necesarias para un ascenso tan
¿De qué tipo de monarquía se trata aquí? ¿Se trata más de un chief-
dom (jefatura), en el sentido del término elaborado partiendo de la an-
tropología de los Mares del Sur, que de un kingdom (reino)? Sin duda,
· meteórico al poder y para que se produjera un cambio completo de
época. Por eso, en toda consideración global de la historia hay que tener
en cuenta también la problemática de la sociología, de la antropología
este planteamiento se queda corto, pues es cierto que Saúl continuó en
parte el anterior principado tribal, pero lo extendió a varias tribus,
l social y de la geografía histórica. Con la mayor amplitud posible. Pero
precisamente aquí se pone de manifiesto que, al describir los dinamismos
como ha subrayado atinada mente Georg Fohrer7 • Por consiguiente, el sociales que funcionan durante largo tiempo, no podemos descuidar a las
reino de Saúl no fue un principado tribal, sino una monarquía del pue- personas que actúan en el marco trazado por esas dinámicas. En la his-
blo, aunque no tenía aún un carácter territorial, sino sólo nacional. Más \ toria concreta se trata siempre de la dialéctica entre estructuras e indivi-
que rey de Israel, Saúl fue el rey de los israelitas; sobre todo, el rey mili- duos. Y la «historia factual» de eventos contingentes o de personas que
tar por nombramiento, el que, en esa época de apuro, detentaba la au- actúan no se asienta sólo en la superficie, sino en el corazón de los pro-
toridad de mando sobre el ejército de las tribus. Luego, se producen los \ cesos históricos de la «historia social».
primeros éxitos como general de campo (junto con su hijo jonatán). Es No es, pues, casual que la historiografía propiamente dicha comenzara
curioso que apenas se diga una palabra sobre las restantes funciones del en Israel con los tiempos de David 1o • En efecto, gracias a las fuentes, sa-
rey, del mantenimiento de la corte, de una organización interna ni de la bemos de David (interpretado casi siempre como «predilecto» de Dios)
estructuración de un Estado. Así y todo, la dominación de Saúl dura sólo más que de ningún otro individuo de IsraeP\ y esto constituye una dife-
ocho años. Y la presentación poco favorable que los relatos hacen de rencia importante respecto al paradigma precedente. La presentación
Saúl bien podría deberse a la historiografía posterior, favorable a David. de David en los escritos del Antiguo Testamento no desmerece si la
Presumiblemente, esto vale sobre todo para los relatos sobre el triste final comparamos con la posterior historiografía griega. Una actitud básica de
de Saúl, que, de ese modo, hacen que parezca mucho más justificada la esceptiósmo histórico respecto a las fuentes bíblicas está aún menos
toma del gobierno por David, pues debido a diversos fracasos y golpes justificada aquí que en lo tocante a la época anterior. Como se sabe, no
fallidos, Saúl, psíquicamente enfermo, habría caído sobre su propia es- sólo las fuentes redactadas por historiadores son fuentes para los histo-
pada, clavándosela, después de una derrota catastrófica a manos de los riadores.
filisteos 8 • Hablando de David, bien podemos decir que nos hallamos ante un
Después del trágico final de Saúl que se suicida, ¿no podría haber que- caso en el que un hombre hizo verdaderamente historia cuando ésta es-
dado en un simple episodio la monarquía? Difícilmente, porque los taba madura. Utilizando la terminología de Arnold Toynbee, diremos
tiempos estaban maduros para el cambio de paradigma definidor de que se dio un challange, un gran «desafío» histórico que tuvo la respon-
una época, para pasar de una constelación premonárquica a otra estatal. se, la respuesta histórica adecuada en la persona de David. Porque, ¿qué
En este sentido, la monarquía militar de Saúl fue un estadio de transición. habría sido de Israel sin David, sin ese hombre de carisma, de visión y de
bravura que actuó no sólo por motivos religiosos y que estuvo dotado de
2. Los excepcionales logros de David como rey talento artístico (incluso exegetas críticos le atribuyen la paternidad de las
elegías por Saúl y jonatán 12, así como algunos salmos)? Nadie lo sabe.
Saúl había introducido el cambio de paradigma, pero fue otro el q~e lo Pero es más que dudoso:
consumó hacia el año 1000 a_e.: David (1004-965), un judío de ongen 1. que, sin esta figura de extraordinaria inteligencia y habilidad polí-
humilde, natural de Belén, capital tribal. En un principio, formó parte del I tica se hubiera llegado jamás a una unión duradera de partes del reino te-

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3. EL REINO DE DAVID ES TODAVIA HOY UN IDEAL PARADIGMATICO
C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA

rritorialmente tan heterogéneas como el Norte y el Sur, Israel y Judá, a 3. El reino de David es todavía hoy un ideal paradigmático
\un gran reino israelita de dimensiones relativamente considerables y con Dejando a un lado la situación concreta de la religión, es patente lo que
1111;1 buena estructuración política, el primero en suelo palestino. No
habían transcurrido aún siete años desde su aclamación para rey de el cambio de paradigma al paradigma reino davídico (Paradigma II = P
I .Iud<i cuando David reinaba «en todo Israel y Judá»13, gracias a su des-
collante personalidad y con la ayuda de ministerios sectoriales, de un fun-
II) aportó a Israel, pero también lo que para muchos judíos se ha man-
tenido como imagen ideal hasta los tiempos de David Ben-Gurion:
cionariado y de un ejército mercenario juramentado personalmente con • un Israel rígidamente organizado y estatalizado, unido bajo la guía da-
I él y dispuesto siempre a intervenir;
2. que Jerusalén, ciudad cananea de los jebuseos, con fortificaciones
vídica,
• Jerusalén como centro religioso y político del reino «<Sión» servirá más
sólidas y rodeada por tres valles profundos, hubiera podido llegar a tarde para denominar la totalidad de la ciudad),

I convertirse jamás en la capital de este reino unido en unión personal


(¡nunca hubo fusión de los dos reinos en uno!). David consiguió con-
quistar con sus mercenarios esta ciudad situada en un lugar estratégico,
en la frontera de Israel con Judá, y convirtió el monte Sión con su forta-
• un ejército fuerte, una administración eficiente, un clero integrado en
el Estado,
• identidad nacional dentro de las fronteras seguras de un gran reino.

leza de montaña en su ciudad residenciap4. De ese modo, Jerusalén se En cuanto a lo último, David -cuya astucia diplomática no fue
convirtió en propiedad de David y de su dinastía, en la «ciudad de menor que su brillantez como estratega militar- practicó entonces una
David»!5; política exterior altamente expansiva. Lo que había comenzado como
3. que Jerusalén, la nueva capital, hubiera llegado a alcanzar jamás el \guerra defensiva se convirtió en expedición de conquista. Mientras que
carácter sacro que ha conservado hasta nuestros días si David, en astuta las guerras de las tribus israelitas para tomar la tierra se nos presentan en
maniobra para asegurar su soberanía, no hubiera llevado a su ciudad!6
--en una procesión solemne, con música y danzas cultuales- la portátil
y sagrada «Arca de Dios», símbolo de la federación tribal y de la pre-
sencia de Yahvé, si no hubiera levantado allí el santuario-tienda y, junto
I Josué y en Jueces como dirigidas por Yahvé mismo, las guerras de con-
quista de David ya no aparecen como guerras de Yahvé o «guerras san-
tas». Nunca, ni antes ni después, fueron ampliadas tanto las fronteras de
ISrael. Sin sentir el menor escrúpulo nacionalista, David -que durante su
a la administración militar y civil, no hubiera organizado y «yahvistiza- confrontación con el rey Saúl había llegado a hacerse vasallo de los fi-
do» la administración cúltico-sacerdotal cananea. David fue el que in- \listeos y que posteriormente admitió en la guardia real a filisteos y a
trodujo a Yahvé en Jerusalén y lo elevó allí a una especie de divinidad del otros no israelitas- incorporó regiones no israelitas a su Gran Israel, lo
Estado. De ese modo, Jerusalén se convirtió en el centro del culto para Is- que todavía tiene importancia hoya la hora de solventar la cuestión de
rael y Judá, en una singular «ciudad santa». Ni siquiera la historiografía \ las fronteras del reino de Israel y lo que, ya en tiempos de David, iba a
crítica puede desconocer que la política de David fue interpretada ya en conducir a considerables tensiones y conflictos internos.
el judaísmo posterior como un hito decisivo: «Para la historiografía Como mucho más tarde -permítaseme una vez más esta compara-
deuteronómica, la acción de David (traslado del arca a Jerusalén) signi- ción-la pequeña Confederación Helvética (también su punto fuerte era
ficaba, por un lado, continuidad del reino unido con el pasado y, por la el control de las grandes rutas del comercio internacional entre dNorte
otra, un comienzo totalmente nuevo, una nueva época, que terminará yel Sur) se extendió por el Sur, aprovechando la debilidad militar y po-
con la destrucción del primer templo en el 587/86 a.C.»!7. lítica de las grandes potencias, hasta Valtelina, incluso hasta Milán,
Con este desplazamiento del culto a la antigua ciudad cananea se pero después, tras sufrir graves derrotas, debió emprender la retirada, así
abrían de par en par las puertas para que las corrientes de la mentalidad David consiguió --en pocas décadas y sin una resistencia signifiativa de
cananea penetraran en la nueva religión del Estado. Como los antiguos las grandes potencias Mesopotamia y Egipto (ninguna de ellas nos ha
reyes de la ciudad-Estado cananea (¿ tenemos que contar entre ellos a transmitido mención alguna del nombre de David)- incorporar a su
aquel sacerdote-rey llamado Melquisedec?), David, encabezando la danza reino amplias regiones sirias concediéndoles diversos estatutos de de-
\ cultual, asumió funciones sacerdotales, lo que le valió enseguida algunas pendencia. No sólo se hizo con el Estado vasallo de los filisteos fnla re-
críticas. Resulta difícil dilucidar hasta dónde llegó en tiempos de David la gión costera, sino también con los reinos moabita y edomita, situados al
fusión de la religión de Yahvé con los cultos cananeos!8. Es posible que este del Jordán, con los Estados arameos (con la capital Aram-Damasco),
existiera ya entonces una especie de «sincretismo de Estado», una ideo- sino también con el reino de los amonitas (con su capital Babbat-
logía regia en la que el rey era tenido por «hijo ado)'tivo» de Dios. Sin Ammon, la actual Amán).
embargo, no es éste el punto decisivo para la evolución futura. Como sabemos, más tarde se perdieron todos estos territorios,EI Es-
tado nacional israelita propiamente dicho, que comprendía el territorio

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C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 4. DAVID EN EL ESPEJO DEL JUDAISMO, DEL CRISTIANISMO Y Del ISLAM

de las doce tribus, se extendía «desde Dan hasta Berseba,,19, e incluso en a.c. en adelante, David se convirtió en la protofigura dinástica para so-
sus límites hubo una población no israelita, y una parte de ella fue obli- beranos (hasmoneos, herodianos) y jerarcas (patriarcas, exiliados babi-
gada a realizar trabajos forzados 20 . Pero su posesión explica por qué un lónicos), en figura argumental para entusiastas escatológicos y revolu-
posterior revisor deuteronomista del libro de Josué pudo formular con cionarios, y en dirigente religioso de grupos interesados en la
tanta amplitud la promesa de la tierra hecha por Yahvé a su pueblo: construcción y consolidación de una vida comunitaria acorde con la
«Vuestro territorio se extenderá desde e! desierto hasta e! Líbano, desde tradicióu»26 .
e! gran río Éufrates y todo e! país de los hititas hasta e! Gran Mar (Me-
diterráneo), en occidente»21. De ese modo se conservó e! recuerdo de! 4. David en el espejo del judaísmo, del cristianismo y del islam
gran reino de David como imagen ideal, cuidada y enriquecida, no sólo
en el judaísmo. Estos apuntes son suficientes para tomar conciencia de que también
De hecho, David, el soberano más importante de la historia de Israe!, David -como Abrahán y Moisés- ha sido percibido de forma muy se-
ese gran político, comandante en jefe y organizador, quedó como modelo lectiva por los diversos grupos enclavados en el judaísmo y fue actuali-
para todas las generaciones siguientes. Supo imponerse contra toda opo- zado de muy diversas maneras para cada nueva época como dirigente
sión que le venía de las tribus que soñaban con la independencia (espe- profético ideal. Otro tanto cabe decir del cristianismo y del islam, que tie-
cialmente Benjamín, la tribu de Saúl), contra todas las revueltas e intri- nen en altísimo aprecio a David, pero que divergen notablemente en la
gas. y consiguió consolidar la hegemonía duradera de la tribu de Judá y interpretación concreta. Merece la pena esbozar con unos pocos trazos
de su familia. Se comprende que su imagen fuera idealizada de forma cre- los diversos perfiles de David que se dan en las tres religiones.
ciente en e! curso de la historia, ya en los libros de las Crónicas en com-
paración con los libros de Samue! y de los Reyes. Incluso, en una ree!a- a) En los escritos rabínicos del judaísmo medievaF7, la figura viva y
boración deuteronómica tardía se le prometerá una soberanía perenne22 , colorista de David -un ídolo nada inocuo, con sus puntos fuertes y dé-
que no llegó a realizarGe nunca. De! rey de carne y hueso se pasa cada vez biles- es objeto de una estilización bucólica, en una triple vertiente (si
más al rey ideal; de la idea del rey, a una ideología regia. De esta ideo- /
dejamos a un lado la visión mesiánica del futuro):
logía de la realeza nacería mucho más tarde, cuando hacía ya mucho que -Ante todo, se ve a David como al orante y profeta ejemplar que ha-
ningún rey isr~elita gobernab~ «sobre todo Israe! y Ju.d~», ~a ideolog~a 'bría compuesto o, al menos, editado la totalidad de los salmos (origina-
de! Mesías, la Idea de un Meslas que, como el rey davldlco ldeal de! fm riamente anónimos y atribuidos en parte a él). Como «el Salmista», se
de los tiempos, como David venido por segunda vez o como «hijo de considera ahora a David como profeta auténtico por el que ha llegado la
( David», restauraría el reino davídico y realizaría la promesa de una so- palabra de Dios. Así, aparece ya entonces como el que actúa con la mi-
beranía perdurable. rada puesta en la asamblea orante israelita (rabínica), incluso como el
De ese modo, David fue para todo Israe! una figura de esperanza y de tipo de Israel que habla en los salmos no sólo para sí mismo, sino para la
orientación profética que, varios siglos más tarde, en la época postexíli- totalidad de Israel. En consecuencia,
ca del Segundo Templo, tal como la dibuja e! primer libro de las Cróni- -los rabinos consideran a David --dado que muchos salmos ensalzan
cas23, fue convertida incluso en el auténtico fundador del Templo y de

~
l estudio de la ley de día y de noche 28 - como el ejemplar observante y
toda la jerarquía sacerdotal. Los salmos -no entramos en si provienen maestro de la Ley que la estudia en todo instante, la observa hasta en su
de él o no- quedaron como la expresión más bella y profunda de la es- etalles mínimos, la inculca machacona mente a otros y habría fallecido
piritualidad profética de la oración. Y David siguió siendo esa figura de ulcemente en un sábado de Pentecostés (se dice que acababa de inte-
esperanza y de orientación cuando el Segundo Templo fue pasto de las rumpir la lectura de la Torá para constatar de dónde provenía aquella
llamas en la guerra judeo-romana (70 d.C.) y cuando Jerusalén fue des- encantadora música que penetraba en sus oídos).
truida después del último levantamiento judío contra los romanos (135 -Por último, David es considerado también como el pecad()ry peni-
d.C.), También fue destruida entonces la tumba de David en la Ciudad tente ejemplar que lamenta amargamente su adulterio con la Ilella Bet-
de David (en la zona de Siloé) -bien conocida en tiempos de Nehemías 24 sabé y el asesinato de! marido de ésta, el hitita Urías, que hizo penitencia
y de los Hechos de los Apóstoles25- y fue presa del olvido (muchos pe- y consiguió así el perdón. Aunque los rabinos también criticana David
regrinos, basándose en una tradición dudosa que proviene de los tiempos (por su gran autosuficiencia, por no haber educado a sus hijos,por or-
de las Cruzadas, consideran como tumba de David una plaza sobre el denar el censo de la población por motivos interesados), sin embargo casi
Monte Sión). En cualquier caso, es indudable que «el David bíblico le disculpan en la cuestión del adulterio.
como rey descollante y como figura carismática de la espiritualidad dejó ~ Los adversarios que David tiene en determinadas tribus le acusan --el
\ su huella en e! judaísm() de todos los tiempos y matices, Desde el siglo II ,Talmud trata todavía este punto, al que los rabinos darán una interpre-

82 83
C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 4. DAVID EN EL ESPEJO DEL JUDAISMO, DEL CRISTIANISMO Y DEL ISLAM

tación exculpatoria- de que su bisabuela Rut había sido moabita 29 , no LUCaS echen mano de la espera del Mesías formulada por el profeta Mi-
Ijudía. No era, pues, absolutamente seguro que David fuera hijo de una )queas y que se refiere expresamente a Belén. Evidentemente, se trata de
maJre judía -característica esencial del verdadero judío en opinión de conferir a Jesús de Nazaret la legitimación davídica como Mesías de Is-
los rabinos- y hubo necesidad de construir su ascendencia judía. Pos- rae!. También las genealogías -recogidas sólo por Mate0 33 y Lucas 34_
\teriormente, de tal forma se llegó a encumbrar teológicamente, en oca-
siones, a David que éste llegó a convertirse en algo así como un arqueti-
)po de Dios en cuya consideración habría sido creado el mundo.
lcoinciden únicamente en David, mientras que difieren en todo lo demás
y hacen imposible todo intento de armonización. También esto subraya
los intereses teológicos de los autores neotestamentarios, lo que significa
Los rabinos estaban muy interesados en que no se interpretara de \que, desde un punto de vista histórico, permanece abierta la cuestión de
forma equivocada a David. Incluso, pretendían evitar que fanáticos me- ~1 Jesús descendió realmente de David o sólo tuvo el título de tal.
\siánicos utilizaran abusivamente la figura de David para aventuras polí- Por el contrario, es indiscutible: primero, que la verdadera patria
dcas peligrosas. Cuando el rey Saúl perseguía a David, éste fue durante \chica del «Nazareno» fue la insignificante Nazaret, en el Norte, en Ga-
Ialgún tiempo cabecilla de una banda de forajidos (outlaws) en el desierto
judío, antes de hacerse vasallo de los filisteos y de convertirse en rey. No
Ililea; segundo, que la expresión «hijo de David» como título mesiánico se
aplicó pronto a Jesús de Nazaret35 • ¿Cómo se entendió ese título? En sen-
les de extrañar que David fuera redescubierto como figura política en las
postrimerías de la era moderna europea; sobre todo por el sionismo. De ¡
tidO teológico-escatológico, sintonizando plenamente con el pensamien-
to judío. Esto significa que como Dios -en la interpretación judía pos-

¡ese modo, el reino de David -realidad acaecida hace 3.000 años- cons-
tituye hasta hoy (a pesar de su cambiante historia) para muchos judíos el
reino ideal y, por supuesto, la base para las pretensiones del sionismo, es-
terior- quiso ser «un Padre» para el rey David y éste se convirtió así en
«hijo» de Dios 36 , también Jesús debía poder ser considerado como «hijo
de Dios»37, entendiendo esto no como descendencia físico-metafísica
peCialmente en lo que concierne a Jerusalén. Desde el primer congreso de )(así lo interpretarían más tarde los griegos), sino en el sentido original
\los sionistas, que se celebró en la ciudad de Basilea en 1897, el emblema judío, en el sentido de la entronización de un hombre en el poder regio,
del sionismo es la «estrella de David» (en hebreo: magen = «escudo» de como representante de Dios y como vicario suyo en la tierra; es decir,
)David), de seis puntas, que se encuentra en el judaísmo desde los albores como en el caso de David. No obstante, a medida que el «cristianismo se
de la Edad Media y fue difundida en el siglo xv por el cabalista Isaac \ helenizaba», el título «hijo de David» (citado unas 20 veces en elNuevo
Luria. En 1948 entró a formar parte de la bandera del Estado de Israel. Testamento) perdió terreno frente a los títulos «hijo de Dios» ({)«hijo»,
75 veces) o «hijo del hombre» (80 veces); y más aún frente al griego
b) ¿Qué se piensa de David en el cristianismo? En los escritos del cris- ) «Khristos» (unas 500 veces). No extrañará, pues, que el título "hijo de
tianismo primitivo se menciona con frecuencia a David, al que se profe- David» tampoco fuera recogido en las confesiones de fe de la cOiUunidad
sa un altísimo respeto. También aquí se le reconoce como autor de los helenística que hablaba griego. Ese título habría resultado incoiUprensi-
salmos, como ejemplo de religiosidad y como profeta de la revelación di- \ble en el nuevo entorno y habría dado pie a interpretaciones equivocadas.
vina. Según el relato de Marcos 3o, también Jesús se ampara en David y IPero, como tipo de Cristo, la historia de David -desde el cuidaao de las
defiende que se arranque\l espigas en sábado aludiendo a 1 Sm 21,2-7, ovejas hasta la lucha con Goliat (= Satanás) y la lamentación e]!os sal-
donde el sacerdote Ajimélek dio el pan de la proposición a David y a su mos- fue una verdadera mina para los padres de la Iglesia.
gente para que comieran, a pesar de que sólo los sacerdotes estaban le- ) ~avid continuó sien~o una ~ig~ra po~ular: Se le representó con I?ro-
gitimados para comerlo. fuslOn en frescos, salterIos y portlCos de IgleSIas; con el atuend(lreglO y
Pero no termina ahí la importancia de David para el Nuevo Testa- con el arpa. Fue un modelo para los soberanos cristianos de la Edad
mento. El evangelio de Mateo, nacido en un medio judeo-cristiano, se Media (Carlomagno fue visto como un «nuevo David»). La jerarquía
muestra particulumente interesado en presentar a Jesús de Nazaret ) eclesiástica verá en él (en el hecho de haber sido ungido rey por elvidente
\como descendiente direct() de David3 !. Sigue abierta la discusión sobre Samuel) una instancia de legitimación para que el papa y la Iglesia un-
este punto. Mientras que, sorprendentemente, ni el e"Vangelio más antiguo gieran a emperadores y reyes cristianos. Para los maestros cantores y
(Marcos) ni el más reciente (Juan) mencionan el lugar de nacimiento de
Jesús, los dos evangeli<:bmás extensos (Mateo y Lucas) narran una his-
toria de la infancia (divergente en más de un punto y ornamentada con
ecoS de leyenda) e insisten precisamente en Eelén como lugar de naci-
I para los colegios de música, David aparecía como el patrono adecuado.
Con la llegada del Renacimiento y del Barroco, el héroe atlético ¡juvenil
se adelanta al primer plano (recuérdense las magníficas tallas deDavid
esculpidas por Donatello y por Miguel Angel en Florencia).
¡miento de Jesús, :Belén que es denominada expresamente como «ciudad
de David»32. Numerosos exegetas cristianos piensan que esto se añadió e) ¿Yen el Corán? Como había sucedido con Abrahán y conMoisés,
en tiempos posteriores, p()r motivos teológicos. Sorprende que Mateo y también David (en árabe: Da'ud o Dawud) es una figura prominente en

84 85
5. DOBLE ROSTRO DE SALOMON y SEPARACION DE LOS DOS REINOS

--como Moisés antes que él, y Jesús después- David es tenido como
profeta auténtico, como receptor directo de la revelación divina. ¿Por
David qué? Porque también él recibió de Dios un libro, el de los Salmos. Por
eso puede afirmar la sura 17,55: «Hemos distinguido a unos profetas
r---------------------------------l más que a otros. Y hemos dado un escrito a David,,4o. No es de extrañar
I
I
I que David fuera objeto de amplia atención en la literatura poscoránica,
I
pues la vida de David -piénsese, por ejemplo, en su huida de Saúl y en
I
t ) I
I
I
la revuelta de Absalón- parecía anticipar muchos rasgos de la biografía
I
I
del Profeta.
Dirigente profético de las tres I
religiones abrahámicas. I
I 5. Doble rostro de Salomón y separación de los dos reinos
El rey más importante de la historia de Israel. I
I
Prototipo del buen gobernante. I
I
La época de los reyes dura unos 400 años. Mientras que de Saúl y de
Autor de los salmos,
I David se informa en los dos libros de Samuel, la historia de los sucesores
orante y penitente ejemplar. I
__________________________________ J
I está consignada en los dos libros de los Reyes. Sin embargo, mientras que
es posible datar con precisión a cada uno de los reyes, las informaciones
sobre ellos son bastante fragmentarias y tamizadas por UJlfiltro teológi-
co. Nos preguntamos: ¿qué sucedió después del gran Da-vid?
t ) El único problema en el que David fracasó por completo fue el de su
sucesión. En efecto, para amasar poder, había practicado una hábil po-
Tipo del Mesias venidero, Tipo del Mesias venido Tipo del profeta Mahoma. lítica matrimonial. Tuvo sucesivamente hasta ocho esposas,que le dieron
del «hijo de David». Jesús, del «hijo de al menos 19 hijos de diferente ascendencia. Precisamente e,ta política ten-
David". dría repercusiones muy negativas al final 41 . De ahí que los últimos días de
El observante y maestro Ejernplo de religiosidad. Profeta ejemplar, jefe mili- David se vieran envueltos en numerosas tragedias: incest()de Amnón, el
de la Ley. tar y hombre de Estado. príncipe de más edad, con su hermanastra Tamar (la únicahija conocida
Modelo para una vida Modelo para reyes y Modelo de califas. de David); asesinato de Amnón por orden de su hemano Absalón;
común según la tradición emperadores cristianos. huida y golpe de Estado de Absalón; huida de David y muerte de Absa-
Ión cuando le persiguen; candidatura de otro príncipe, Adonías, y pos-
Simbolo del Estado de
Israel.
terior postergación de éste; finalmente, por instigación deNatán, profe-
ta de la corte de David, y de Betsabé, nombramiento de Salomón42 , hijo
de ésta, para corregente con David, inmediatamente antes Je la muerte de
éste; por último, subida de Salomón al trono y eliminación inmediata de
el libro sagrado del islam. Escritores árabes preislámicos alaban ya a todas las fuerzas opositoras, comenzando por Adonías 43 •
David o a su hijo Salomón (en árabe: Suleiman) como inventores de la Así, pues, Salomón mostró una imagen disonante de,de el mismo
cota de mallas. Pero también tuvieron conocimiento de los salmos de instante de su acceso al poder. Desde un punto de vista hi,tórico, resulta
David, lo que --como es natural- reviste una gran imp~)ftancia p~ra el casi imposible dictaminar cómo puede casar su procedelinmisericorde
Corán. David aparece aquí como lugarteniente (Khaltfa) de Ala que -algunos hablan de intrigas de harén y de una especie ágolpe de Es-
juzga con rectitud. En una ocasión se hace una, referencia. conjunt~ a tado sin la aprobación del pueblo- con su tan alabada «saDiduría», con
David y a Jesús (Isa) apuntando que ambos habnan maldeCido a los In- la autoría de <<3.000 proverbios y 1.005 canciones»44. Sin Juda, se acuñó
fieles hijos de IsraeP8. . . . en dichos y canciones una buena parte de la sabiduría vital de Egipto y
Con todo, lo importante aquí no son tanto los dIversos epIs<?dlO.S de ~a luego se la integró paulatinamente en la religión de YahvéJegún una no-
vida de David (también aquí se encuentra la tal vez legendana vIctona vela sobre el rey escrita a la manera egipcia 45 , Salomón leC/be un reco-
sobre el filisteo Goliat )39. En parte, David llega incluso a ser confundido nocimiento divino (mediante un encuentro con Dios) en "iade un reco-
con otras figuras bíblicas, lo que arroja luz sobre los reproches musul- nocimiento político (mediante un contrato con el rey)46.
manes de que judíos y cristianos habían falsificado sus propios escritos En el primer libro de los Reyes se informa sobre el gobrno de Salo-
de revelación. Lo más importante en el Corán es el hecho básico de que món utilizando más una secuencia lógica que cronológica:le habla de su

86 87
C.II. El PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA

sabiduría47 , de sus construcciones48 , de su comerci049 , pero también de su


idolatría y de su finapo. El famoso «juicio salomónico» 51 bien podría
haber sido una leyenda itinerante, y las obras literarias que se le atribu-
yen (Proverbios, Cantar de los Cantares, Eclesiastés, Sabiduría de Salo-
món) son pseudoepígrafos de una época posterior. En efecto, nadie lo-
grará distinguir entre el Salomón histórico y las imágenes posteriores que
le idealizaron52 •
Los estudiosos de nuestros días están de acuerdo en que la futura
expresión proverbial de «Salomón en todo su esplendor» constituía sólo
una cara de la realidad histórica. Se expresa, sobre todo, mediante la
construcción de un Templo espléndido, pero más modesto que el palacio
de Salomón53 • Como propiedad de la dinastía davídica, el templo se
convierte enseguida en santuario central de Israel y del Estado, y se le Damasco
asigna una clerecía regia, hereditaria y funcionarial. Frente al templo del . O
Estado, «el Arca de Dios» ve disminuir con rapidez su importancia.
Yahvé, que, como «Rey», dispone ahora de una «casa», «habita» a par-
tir de ese instante en el Templo54. Ahora, el rey no sólo ejerce funciones
sacerdotales ad hoc, sino que es «sacerdote para siempre». La soberanía
absolutista de Salomón se caracteriza también por la construcciones de
lugares fortificados, por el reforzamiento de un ejército ya existente, ~~~~ Ramot-Galaad
por el boato de la corte, por el fomento de las artes y de las ciencias y, fi- ~~O
I
nalmente, por el cuidado de las relaciones internacionales, por la ex- I

pansión del comercio, por el matrimonio con una hija del faraón, y por Reino de Israel

un harén inmenso con muchas extranjeras cuyos dioses exigían cultos es- ,,
peciales en la Jerusalén santa, lo que hizo que también otros súbditos ca- :
I
Rabat-Am6n
yeran en el sincretismo. ~ O
Pero -y ésta es la otra cara, la cara repugnante, de la realidad histó- \

" ....
rica- hubo que pagar un gran precio por toda esa grandeza. El reino se '\\ E
alejaba más y más del pueblo, de sus usos y costumbres, embarcándose \<IIf
en una cultura urbana, creando un rígido Gobierno central y doce dis- ,
I
I

tritos administrativos (¡Judá quedaba excluida!) para el abastecimiento I


I

de la Corte, pasando a la economía urbana, con donaciones onerosas e


,,
I
I

incluso mediante trabajo forzado bajo la supervisión de un ministro de


trabajo al que el pueblo lapidó tras la muerte de Salomón, mediante es- ,, I

........ .,'
clavos, reclutados no sólo entre los prisioneros de guerra, como en tiem-
pos de David, sino también entre esclavos por deudas, personas que
eran obligadas a vender sus tierras (que, según una vieja concepción is-
raelita eran don inalienable de Dios).
Latifundios y empobrecimiento de las masas fueron la consecuencia.
Para poder llevar a cabo sus enormes construcciones -las imponentes
murallas circulares y los portones tenaza de las ciudades de Hazor, Me- Península del
guido y Guézer excavadas por los arqueólogos lo atestiguan-, Salomón
tuvo incluso que vender al rey de Tiro todo un distrito galilw con vein-
te ciudades. Y las severas levas de trabajadores fueron el principal argu-
Sinaí
100 km -
mento de las tribus del Norte contra JeroboáIl, hijo y sucesor de Salo-
món. ¿Cuál fue la consecuencia fatal de esta confrontación? El Gran Reino y los reinos separados

88 89
C.II. El PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 6. LO ESPECIFICO DEL PROFETISMO

No es de extrañar que el reino davídico, sometido desde un principio constataremos que el término «profeta» tiene aquí tal amplitud que en-
a la tensión entre Norte y Sur y que comenzó a dar las primeras señales globa también a «reformadores» e incluso a «hombres de Estado». De
de resquebrajamiento durante el reinado de Salomón, consumara la es- ese modo se nivelan las diferencias y se reduce al denominador común de
cisión tras la muerte de éste55 • Unos 70 años después de que David se «profeta» a Confucio y a los grandes profetas israelitas: Arnós, Isaías, Je-
convirtiera en rey, hacia el año 927, se produjo una fatal separación de remías y otros. Pero ¿acaso no falta a Confucio precisamente lo que ca-
los dos reinos en el núcleo del territorio davídico (al tiempo que se pro- racteriza a los grandes profetas israelistas al tiempo que los distingue no
ducía la pérdida sucesiva de los territorios incorporados). La división sólo del tipo básico indo-místico, sino también del chino-sapiencial de re-
daba paso al reino del Norte y al reino de Sur con su respectiva historia ligiosidad 58 ? Prestemos más atención al detalle, comenzando por el en-
específica. Compendiaremos de forma sucinta lo que es esencial para torno de Israel.
nuestra perspectiva. Naturalmente, también en el entorno del antiguo Israel hubo adivinos,
En el Norte surge el reino de Israel, mayor y más fuerte, del que será extáticos, videntes e incluso algo así como «profetas» en el sentido am-
\capital Samaría, carente de tradición y que será reconstruida por el rey plio del término. Documentos cuneiformes de Mari, en el Éufrates cen-
Omrí, tral, informan de hombres que, comisionados por un dios, debían trans-
-donde, según bastantes historiadores actuales, primaba más el ideal mitir un mensaje; por supuesto, sólo al rey. Tambiéll en Israel mismo
de rey carismático (monarquía como contrato libre entre el pueblo y el hubo, ya en la época preestatal, extáticos esporádicos que no cesaban de
\hombre designado por Yahvé) que el elemento dinástico; danzar y de tocar instrumentos musicales. A ellos se unió el rey Saúl.
-donde se derrocó a reyes, en varias ocasiones, con matanzas terribles; También hubo grupos de «profetas» organizados en determinados luga-
-donde, sobre todo la dinastía de Omrí, teniendo en cuenta que una res sagrados, así como «videntes» y «hombres de dios» que obraban por-
parte considerable de la población era cananea, trató de practicar una tentos. No debemos olvidar las tal vez numerosas profetisas (menciona-
política de equilibrio y permitió dioses extranjeros y templos (figuras de das en contadas ocasiones), tales como María, la hermana de Aarón, que
\toros también como símbolos de Yahvé); precedía a las otras mujeres con el pander059 , la ya citada Débora 60 , la
-pero donde también se formó una fuerte oposición profética que profetisa Julda 6 1, y una profetisa anónima, esposa de Jsaías 62 _
Iquiso destruir todos los santuarios del Baal fenicio, y trató de erradicar el Ahora bien, ¿quién es profeta en sentido estricto? En contra de lo que
fulto cananeo en la revolución de Jehú. í J?iensa la gente, no el que es capaz de «predecir», de «pronosticar» algo,
En el Sur, por el contrario, más apartado y cerrado, nace el diminuto Ese tal sería un adivino o, como dicen los ingleses COIl un término mu)'
reino de Judá, con Jerusalén como capital, preciso, un fortuneteller_ No, un profeta -en el sentido original del tér-
¡ -donde mantuvieron a capa y espada la sucesión hereditaria davídica;
-donde consiguieron mantenerse alejados de la gran política mundial
hasta que -después de largo tiempo- un Egipto revitalizado intervino
mino griego prophetes- es alguien que «declara con toda franqueza»,
«anuncia» algo. Un profeta es, pues, un «anunciante»,un «pregonero»,
un «heraldo» (M. Buber) de Dios mismo; una persona que no «adivina»,
'ln Palestina; sino que «dice la verdad»_ Al elemento decisivo remite el término hebreo
-pero donde también se siguió tolerando el culto cananeo, y el sin- nabi, que indica originariamente al «que llama» o al «llamado». Por
retismo (a pesar de las reacciones yahvistas en tiempos de los reyes consiguiente, el profeta en sentido estricto es el «llamaJo» de manera es-
Asá, Josafat y, sobre todo, de Ezequías, bastante posterior a los dos pecial por Dios. Este profetismo comienza en la historia de Israel con la
I primeros) se extendió de Jerusalén a la zona rural.
Esta época de la separación de los reinos es, pues, un tiempo de sin-
institución de la monarquía y, en el fondo, termina con ella, en la catás-
trofe del exilio, aunque existe el profetismo postexílic(), que es como un

~
retismo creciente. Pero también es el gran período del profetismo clási- remedo yeco de la gran profecía primitiva63 • Así, pues, (ll el tiempo de los
o que marca de forma singular a la religión israelita como una religión reyes encontramos, junto al entramado político y social, relativamente:
típicamente profética. pocos grandes profetas, que se diferencian de los nume10SOS funcionario~
que ejercen de profetas en el culto de un santuario y deJos profetas de la
6. Lo específico del profetismo corte de un rey (con frecuencia, «falsos profetas»). Esosgrandes solitarios
no actúan como representantes de un estamento profeional, de un gre-
En su famosa obra Prophecy and Religion in Ancient China and Israel, mio, de un santuario o de un rey, sino que -arrancados de su profesión
H. H. Rowl ey56 pretendió demostrar que tamhién en la China antigua (de agricultor o de sacerdote)- se presentan como neraldos de Dio5
hubo profetas como los que Israel conoció. En efecto, nadie niega que mismo llamados de manera especial. Ahí radica su especificidad.
también en la China antigua hubiera chamanes, adivinos y extáticos de Así, representan de forma ejemplar lo que caracteriz¡ por excelencia a
los tipos más diversos, pero ¿profetas? Si nos fijamos atentamente 57, I la estructura histórico-religiosa del profetismo: los gran~es profetas de Is-

90 91
C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 6. LO ESPECifiCO DEL PROfETISMO

rael-esto queda expresado especialmente en su llamamiento- se con- A fin de aclarar más los planteamientos, echemos una mirada a la reli-
I sideran a sí mismos, según la tradición bíblica, como hombres situados
de forma absolutamente personal ante Dios;
gión china (ya la india). Centrémonos en los años 800-500 a.e. En esa
misma época, no son sólo los presocráticos griegos los que andan a la bús-
-como Abrahán que fue llamado a emprender el camino hacia una queda de un gran primer principio del universo, sino que también pensa-
\ tierra nueva y recibió la promesa de Dios; dores devotos de la India pretenden descubrir una unidad detrás de la plu-
-como Moisés, que se postró ante la zarza que ardía sin consumirse, ralidad que se observa en la superficie de los fenómenos, así como detrás
1signo de la presencia de Yahvé; de la pluralidad de dioses; y desarrollan la doctrina de la exclusividad de
-como David, que danzó y oró ante el arca de Dios, signo de la po- los upanisad que influyó luego en casi todo el pensamiento religioso pos-
derOSa presencia de Yahvé. terior de la India, incluidos el budismo y el jainism067• Por ese mismo tiem-
También a estas grandes figuras se llegaría a llamar «profetas» en una po, los grandes pensadores de China, en unos momentos de inseguridad
(
isión retrospectiva, una vez que la religión israelita, gracias a los grandes política e intelectual, formulan la pregunta acerca del valor del hombre en
profetas, se había convertido en la religión profética por excelencia. el universo; también se preguntan por el orden y la armonía sociales, es
Pero, ¿cuál es la característica concreta de la actitud básica de los pro- decir, por un humanismo que culminó en la doctrina de Confucid8•
fetas? Respuesta: la base de la existencia profética no es una dogmática A pesar de que había notable similitud en las preguntas y respuestas
teológica ni una táctica política, sino la fe que confía. El profeta, cons- que se formularon las personalidades señeras de las tres grandes co-
ciente de su nulidad humana, experimenta su llamamiento estando ante rrientes religiosas, sin embargo, no podemos pasar por alto que los
Dios, inclinándose, arrodillándose. Se trata de una experiencia misterio- grandes representantes de la espiritualidad profética -que están ante el
sa con el Dios vivo de la que el profano no puede hacerse ni la menor Dios coram Deo que exige personalmente, oyen la palabra de Dios y la
idea; una revelación en forma de visión, audición o inspiración como las proclaman con una fe que confía- son radicalmente distintos
sumamente diferenciadas visiones de llamamiento de Isaías 64 , de Jere- -de aquellos místicos indios que se ven ya en Dios (in Deo), que in-
mías 65 y de Ezequiel 66 • Frente a la majestad de Dios, el profeta se siente cluso deben tomar conciencia de la unidad con el Absoluto escondido
pequeño e indigno, pero no esclavizado, sino situado ante una decisión: practicando metódicamente ejercicios mentales, la meditación y el yoga;
la de decir «sí» o «no» a la llamada de Dios. -pero también de aquel10s sabios chinos para los que ellejaJio cielo
Una vez que ha pronunciado el «sí» que se esperaba de él, el profeta se que está sobre ellos (sub divo) significa orden, poder y ley, y cuya vo-
sabe elegido de forma absolutamente personal, movido, incluso impelido luntad deben entender y poner en práctica.
a ejecutar su misión, renunciando al sosiego, a la saciedad y seguridad; a En la historia de la fe de Israel, los grandes profetas representan un hito
pronunciar la palabra cómoda o incómoda de Dios, que amenaza con sin par. Protagonistas de ese movimiento profético que intervino inicial-
desgracias o promete salvación si es aceptada por los destinatarios. En mente en la historia del pueblo, más con sus acciones que con p~labras,
ese contexto, todo gira en torno al ahora. No interesa a esos profetas el fueron en el siglo IX Elías y Eliseo, aquellos profetas de la palabra que pa-
futuro lejano, sino el momento presente. Según la Biblia hebrea, es ver- saron a la leyenda, que tenían una fuerte componente extática y cuyas pa-
dadero profeta sólo el que, libre de todo vínculo con las instituciones (a labras entraron a formar parte de narraciones más largas (con frecuentes
diferencia de los profetas profesionales), proclama verdaderamente la vo- rasgos mágico-taumatúrgicos, incluso con resurrecciones de mue1tos):
luntad de Yahvé. Como heraldos de Dios llenos del espíritu, los profetas -Elías, personaje envuelto en sagas, cabecilla de aquel «Partdo Sólo
son los guardianes, amonestadores, examinadores y exhortadores incó- Yahvé» del que ya hemos tenido noticia 69 , llevó a cabo una ludaapa-
modos. No son instrumentos carentes de voluntad, sino enérgicos intér- sionada en favor de la unicidad de Yahvé frente a cualquier tip(Jde ve-
pretes de la voluntad de Dios. Tampoco son superhombres o taumatur- neración del baal cananeo y contra la injusticia social: «Me conmme el
, gos, sino personas aprehendidas desde fuera y hostigadas desde dentro, celo por el Señor, Dios de los ejércitos» 70.
I inseguras, pero seguras de la gracia de Dios. En cualquier caso, no per- -Eliseo, que es el jefe de un grupo de profetas y se signifidsobre
miten que nada les desvíe de su misión; ni la confrontación con oscuras todo por grandes acciones taumatúrgicas que --curiosamente-no se
constelaciones de poder en el plano de la política exterior ni las situa- nos contarán ya al hablar de los profetas posteriores.
ciones de crisis en la política interior. Nada les aparta de proclamar el En los siglos VIIIIVII, en la línea de tales profetas de la palabra,hacen
mensaje de Dios mediante acciones simbólicas (no mágicas) y dichos acto de presencia los verdaderos profetas escritores. Éstos, renunciando
proféticos (no adivinanzas), narraciones y discursos; vigilantes, valerosos, a acciones socio-políticas, se concentraron exclusivamente en la ,alabra
obstinados, aunque a veces también deprimidos y casi desesperanzados. yen acciones simbólicas (no mágico-mecánicas). Sus palabras, dirigidas
«¡Así ha hablado Yahvé!», «¡Así dice Yahvé!». Ese es su documento de a todo el pueblo, fueron recogidas en su totalidad por discípulosycon-
Identidad. servadas en libros que llevan sus respectivos nombres. Amós y Os:¡as, del

92 93
C.II. El PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA B. LA DOMESTICACION DE LO PROFETICO

reino del Norte, abren la lista. Les seguirán Isaías, Jeremías y Ezequiel, y de los sacerdotes de éste? En principio, los profetas no estaban en
los tres del reino del Sur. La lista de esos profetas se cerrará con el anó- contra de la monarquía ni de los sacerdotes, no azuzan revolución algu-
nimo Malaquías. En cualquier caso, fueron escasos en el período de na. Isaías y Jeremías estuvieron de acuerdo con el rey en más de una oca-
unos doscientos años. Exhortaron y advirtieron; amenazaron con el sión, pero su vocación les convertía en el único contrapeso y correctivo
ocaso a los dos reinos, a Israel y a Judá; exigieron la conversión; arre- frente a los que mandaban y al pueblo que les prestaba excesiva atención.
metieron contra el culto mundanizado y contra todos los cultos extran- Los profetas aborrecían la política religiosa sincretista y la alianza del
jeros; proclamaron una fe estrictamente monoteísta; siguieron una línea trono con el altar, así como el compadreo oportunista en la politica ex-
de dura crítica social contra la clase alta, cada vez más rica, y contra la t~rior. No convocan a «guer~as santas», a guerras en favor de Yahvé,
casta de grandes terratenientes. Se discute en la investigación si ya en los SInO que, en nombre de Yahve, ¡hablan contra la guerra! Hasta se anun-
profetas preexílicos el llamamiento a la conversión estuvo ligado al cia la esperanza de una paz de los pueblos impuesta por Yahvé: « ••• De
anuncio de desgracias (las palabras de salvación bien pudieron haber sido las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espa-
introducidas en el texto, en más de un caso, por revisores posteriores). En da pueblo contra pueblo, ni se adiestrarán para la guerra» 71. No sor-
todo caso, es patente el predominio de las amenazas de juicio. prende que los profetas no sólo no fueran ignorados, sino atacados, in-
cluso tenidos por "locos»72, perseguidos, detenidos --como le ocurrió a
7. El profeta en oposición a los sacerdotes y al rey Jeremías- y tal vez asesinados. Por algo llegó a hacerse proverbial la ex-
presión «sino de profeta». Contar la historia de los profetas es tanto
Los profetas escritores de los siglos VIII y VII se presentan como persona- como narrar una historia de sufrimiento.
jes solitarios, comprometidos sólo con Dios. Son los grandes y radicales Los profetas no atinaron en todos sus anuncios, pero sí dieron de
críticos de su tiempo, no se cansan de anunciar la amenaza del juicio de lleno en el clavo al hablar del gran juicio, anuncio al que los profetas pro-
Dios. Utilizando un lenguaje poético o una prosa bizarra, recuerdan el fesionales quisieron restar importancia. Por eso, el profetismo, absoluta-
pasado, analizan el presente y hacen pronósticos para el futuro: mente desprovisto de poder y confiando sólo en la palabra, sobrevivió a
-Critican la concepción que el pueblo tiene de la historia, de una his- la monarquía, que encarnaba la totalidad del poder junto con la clerecía.
toria que no se presenta ya como una «historia de salvación», sino como En el marco del paradigma estatal del reino, los profetas, en su incon-
una historia de falsa confianza en el poder nacional y en coaliciones formismo, representaron al menos las fuerzas de signo opuesto que no
equivocadas; una historia, pues, de fracaso, de pecado y de culpa. Ante el pudieron imponerse en aquellos momentos. Pero en tanto en cuanto vi-
anunciado juicio de castigo de Dios, que puede actuar también sirvién- vían y argumentaban desde el centro de la fe israelita, desde Yahvé, el
dose de otros pueblos, se invita a todo el pueblo de Israel a optar entre Dios de Israel, siguieron vivos en la nueva constelación posterior. Una vez
apostasía y ocaso total del pueblo o vuelta a Dios y nueva -vida. que su profecía del juicio de Dios a su pueblo se cumplió tanto en el reino
-Critican el culto de los sacerdotes, que, con sus altares, sacrificios, de Israel como en el de Judá, la fe de los profetas representó unaverda-
.cantos, votos y días festivos, no es un verdadero «medio de salvación», dera inspiración para el muy variado tiempo posterior y para la colección
sino una mofa de Pios en la medida en que lleva al hombre a pensar que y revisión de los escritos sagrados de la Biblia hebrea, que comellzarían
puede asegurarse las bendiciones de Dios practicando de forma mecáni- enseguida. Ahí se pusieron las bases para la difusión universal dela reli-
ca los ritos prescritos en vez de cambiar en su corazón, de practicar la gión de Yahvé a otros pueblos, en cuanto que el mensaje de los plofetas,
justicia y de buscar a Dios en la oración. que se dirigieron con frecuencia también a otros pueblos, tenía por des-
-Critican la praxis jurídica de los que mandan, el desprecio del de- tinatario al individuo, de forma que comunidad nacional y comunidad de
recho por la clase alta, las omisiones y trasgresiones de funcionarios y fe dejaron de ser dos magnitudes que se solapaban. El «sí» incondicional
jueces, que declaran inocentes a los culpables, condenan a inocentes, a Yahvé fue más importante para ellos que la pertenencia al pueblo.
dejan en la estacada a huérfanos y viudas en lugar de preguntarse por el
sentido y el espíritu del derecho y de dejar que hable el corazón en la 8. La domesticación de lo profético en el judaísmo, el cristiani.smo
aplicación de aquél. Pero también critican los abusos de los comerciantes y el islam
y de los terratenientes, que han eliminado la libertad e igualdad de la
época preestatal acaparando bienes y provocando el empobrecimiento y Estos impulsos universales influyeron durante muchos siglos, des]lués de
sclavización de los campesinos. haberse consumado el ocaso de la monarquía. El mensaje profético pasó
¿Es, pues, de extrañar que las tensiones sociales se intensificaran con el también al patrimonio de otras religiones. Por eso perdura hoy en [as tres
paso del tiempo y que los grandes voceros de la palabra se convirtieran religiones abrahámicas la herencia profética, aunque de distinta mnera.
\ más y más en contrapunto de los detentadores del poder, del rey mismo El judaísmo, el cristianismo y el islam comparten:

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C.II. EL PARADIGMA REINO OE LA ERA MONARQUICA

• la estricta fe profética en el Dios único que no tolera junto a él otros'


dioses, poderes, soberanos ni figuras, pero que no es sólo el Dios de un ,
pueblo, sino de todos los pueblos; no un Dios nacional, sino el Señor
del mundo; Profetas
• el talante ético del profetismo: exigencias humanas de justicia, veracidad,
------------------------------------1
fidelidad, paz y amor, fundamentadas como exigencias de Dios mismo; I I I
I I
• la crítica profética de las situaciones injustas e inhumanas en las que se .
ven obligadas a vivir las personas degradadas, esclavizadas, explota-
das. No es posible dar culto a Dios sin servir al hombre.
1 ~ t) ¡
I I
I I
: Heraldos de Dios con un llamamiento especial. :
En la medida en que el judaísmo, el cristianismo y el islam conservan I Figuras cimeras de las religiones proféticas. I
y activan esta herencia profética son religiones proféticas en un sentido. \ : Críticos sociales, políticos y teológicos de la sociedad. :
eminente. Al mismo tiempo, no podemos dejar de advertir que las inter- : Vigilantes, amonestadores, :
pretaciones y valoraciones de los profetas en virtud de la evolución de los I examinadores y exhortadores. I
tiempos posteriores han sido sumamente diferentes en las tres religiones : I
- - - - - - - - - - - - - - - - - - __________________ 1

~
rOféticas. Se siguió alabando a los profetas, pero la imitación de ellos ha
sido más remisa. Al contrario, se ha pretendido -según las propias ne-
cesidades- domesticar mediante la interpretación a estos grandes in-
trusos (outsider) y antagonistas que se negaron a ser incluidos en orden
establecido alguno. Si se me permite decirlo sin eufemismos,
~ t )
• En el judaísmo se llegó a subordinar a los profetas -hecho criticado Junto a Moisés, los gran- Los profetas de Israel Se tiene por grandes pro-
hoy por muchos judíos- a los maestros de la Ley, qu!:: se consideraron des profetas son las figu- son importantes precur- fetas anteriores a Mahoma
como superprofetas. Frente a los «Cinco libros de Moisés», frente a la ras religiosas de la histo- sores de Jesús, el Cristo. a Noé, Abrahán, Moisés,
Torá, los libros de los profetas fueron considerados como simples in- ria israelita. David y Jesús, que recio
terpretaciones a las que superaron con mucho los posteriores «sa- bieron el mismo mensale
bios» rabínicos, que cometieron la osadía de equiparar sus propias in- que Mahoma más tarde
terpretaciones con la Torá de Moisés 73 • No sorprenderá, pues, que un Israel espera la venida Jesús es el profeta esca- Mahoma es el «sello» que
tratado del Talmud llegue a decir: «Las palabras de los ancianos son del profeta escatológico tológico; en él se cum- confirma a todos los po·
(Ot 18,15). plieron todas las prome- fetas anteriores.
más importantes que las de los profetas»74.
sas de la Biblia hebrea;
• En el cristianismo, los profetas de Israel fueron considerados durante su espíritu sigue actuan-
mucho tiempo -numerosos cristianos critican hoy esto- sólo como do de forma profética.
precursores y heraldos de Jesús de Nazaret, como si por ellos mismos
Los maestros de la Torá, En el cristianismo primi- Tras la muerte de Mallo·
no tuvieran capacidad para criticar a la sociedad ya la Iglesia. Natu-
posteriores, suplantan a tivo decrece el carisma ma, los juristas son los
ralmente, en la confrontación con los judíos, se tendía a echar mano los profetas. La profecía de la profecía y el epis- sucesores legítimos dj
de la crítica de los profetas contra la religión judía y se devaluaba la retrocede. copado (cada vez más: Profeta. Se institucion~liza
Torá en comparación con los libros de los profetas. sacerdote-rey-profeta en la profecía .
.. En el islam, Adán, Abrahán, Moisés, David y Jesús fueron muy esti- una persona) absorbe y
mados como profetas, no sólo como nabi', sino como rasul (de Alá), domestica la profecía.
como legisladores enviados por Dios que legaron a la posteridad un
mensaje y un escrito especiales. Pero si exceptuamos diversas historias
sobre profetas (a las que se atribuye sólo una función pedagógico-li-
teraria secundaria), ninguno de los profetas mayores o menores de Is- Naturalmente, la crítica profética no puede pasar por alto que también
rael fue considerado digno de mención en el Corán, ninguno fue teni- el profetismo puede ser objeto de abusos (pseudoprofetas) y quelamo-
do en cuenta como portavoz de Dios, como monitor y heraldo de un narquía también tuvo sus méritos históricos, aunque no estaba llamada a
mensaje grave o gozoso. Mahoma, como conclusivo «sello de los pro- «durar para siempre» Sin la monarquía no se habría dado una Jeligión
fetas», copa el lugar de todos ellos75 . yahvista de Estado, no obstante lo problemático de algunos IJlantea-

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C.II. EL PARADIGMA Rlllltl 1>1 I A lilA MONARQUICA 9. DE LA SEPARACION DE LOS DOS REINOS A SU OCASO

mientos, ni hubiera habido un 1t'llIplo n·nll,", IIlIa ideología religioso-na- Esto significa que el final del reino del Norte, Israel, era definitivo en
cional, ni se habrían colen.:iollado y IlIod('I.HI" LIS antiguas tradiciones, ese instante76 • No volvió a renacer. Las diez tribus del Norte habían de-
las narraciones, las normas jurídicas ni las l'olll!l0siciones literarias. saparecido. Tan sólo quedó una provincia asiria, llamada «Sarnerina».
En efecto, la edad de oro dc la llIollarq'"¡¡ h.lilla pasado definitiva- Desde entonces, no sólo la ciudad, sino toda la región lleva el nombre de
mente a la historia; el reino se hahía escindido t~11 dos. y los caminos de «Samaría», habitada por los «samaritanos», es decir, por un pueblo
ambos reinos, ahora separados, siguieron sus I'cspt'I.'livos y diferentes ca- mixto compuesto por la nueva clase dirigente colonial (proveniente de
minos; a veces vivieron en guerra fratricida; en otras ocasiones estuvieron Babilonia y de la Siria central) y por la población campesina de la región,
emparentados. que carecía de guías nativos. Este pueblo veneraba ahora a Yahvé y. a los
nuevos dioses extranjeros77 • Los judíos del sur del país los despreCiaban
9. De la separación de los dos reinos a su ocaso profundamente por su sincretismo.
¿Qué fue del nombre «Israel»? En adelante, sólo fue reclamado Po! el
El sino de ambos reinos fue poco esplendoroso. La desaparición de aún existente reino del Sur, por Judá. Aunque desde el punto de Vista
ambos -como los profetas habían anunciado en numerosas ocasio- económico y político había sido con mucho el Estado más débil de l~s
nes- sería inevitable. El paradigma reino manifiesta de forma creciente dos que habían existido hasta ese momento en Palestina, Judá se conSi-
una crisis fundamental. Tanto la historia del reino del Norte como la del deró en ese instante heredero único no sólo del Estado davídico y de su
reino del Sur no dejan la menor duda al respecto. ideología, sino también de la tradición religiosa que se había desarrolla-
El reino del Norte estuvo enredado casi siempre en alguna guerra do en el reino del Norte y de su culto. Porque en Jerusalén nunca llega-
con Siria, con los amonitas y moabitas. Entre tanto, en el horizonte del ron a hacerse a la idea de la separación de los dos reinos y eS1uvieron
País de los dos Ríos emergía una amenazadora gran potencia altamente siempre interesados en la reintegración del reino del Norte, de Samaría.
militarizada. Estaba organizada de forma rígida, en pequeñas provincias Pero ¿había lugar para una tercera gran potencia entre Egipto yMeso-
gobernadas directamente. Con la ayuda de divisiones de carros de com- potamia? .'
bate y, por primera vez, con una caballería extraordinariamente rápida La petición de ayuda que Ajaz, rey de Jerusalén, dirigió a ASIna tam-
(armada con arco y lanza), había formado una maquinaria militar de una bién tendría consecuencias para su reino. Aunque forzados por la nece-
brutalidad desconocida hasta entonces. Sucumbirían ante ella los Estados sidad, los de Judá se habían declarado dependientes de los asirios, y,
arameos de Siria y también Israel. Hablamos del imperio neo asirio, que cuando también aquí se produjo un intento de levantamiento, p;¡saron a
practicaba desde el siglo IX una enérgica política expansionista hacia ser vasallos de la potencia mundial asiria. En todos los lugares de Judea,
occidente y alcanzó la cima de su poder bajo Tiglatpileser ITI (745-727). incluso en el templo de Jerusalén, podían encontrarse divinidades y cul-
Las luchas internas israelitas para hacerse con el poder agravaron la si- tos asirios. Naturalmente, la derrota y el posterior ocaso de la ]lotencia
tuación para el reino del Norte porque cuando Israel y Aram-Damasco mundial asiria en el siglo VII permitieron un breve respiro al 1eino de
(ambos eran ya vasallos asirios) quisieron obligar por las armas a Acaz, Judá. Trató de aprovecharlo aquel rey de Judá al que muchos coI1sideran
davídico rey de Judá, a integrarse en una coalición antiasiria, éste, desa- como el único rey que congenió con David: el rey Josías (639-6~9), que
tendiendo el consejo del profeta Isaías, pidió ayuda precisamente al gran había subido al trono a la edad de ocho años y que consideró más tarde
rey asirio. Tiglatpileser inte1Vino de iílIllediato. Se anexionó Galilea y Ga- que había llegado el momento propicio para llevar a cabo una profunda
laad en el 733, Y un año más tarde Aram-Damasco. Siguiendo la habitual reforma del culto78 • ¿Qué perfiles presentó ésta?
práctica política asiria, deportó a las clases dirigentes a Mesopotamia y El siglo VII precristiano vivió profundas tendencias renovadoras, d~sde
las sustituyó por otras extranjeras. Sólo quedó una migaja de Estado Egipto hasta Mesopotamia: restauración de templos, de antiguos esc~~tos,
(Efraín), convertido ahora en Estado vasallo dependiente bajo un rey de literatura. Fue un tiempo de vuelta al pasado; también en la r(hglon y
proasirio. en la política79 • Después de que el rey Ezequías hubiera intentado una re-
Pero cuando, una década más tarde -entre tanto, Salmanasar V, forma religiosa a principios de aquel siglo, un hecho acaecido enJerusa-
hijo de Tiglatpileser, había sucedido a su padre en el trono-, se produ- lén en las postrimerias del siglo provocó una enorme conmoción, En el
jo en Efraín un nuevo levantamiento, Sama ría fue sitiada y, después de año 621, cuando se realizaba una renovación del templo de SalOluón, en
tres años de resistencia, conquistada en el año 722. Meguido, Siquén y circunstancias no aclaradas, se descubrió allí un libro de origeIldesco-
Hazor fueron destruidas. De nuevo fue deportada la clase dirigente nocido. Se trataba de una forma primitiva del Deutero-nomi~, de la
(27.280, según la fuente asi1ia) al norte de Mesopotannia, y sustituida por «segunda Ley», como se le llamó más tarde 80 • Se trataba de un código
los más diversos colonos extrajeras provenientes de diferentes países. Los que habría nacido no mucho tiempo antes bajo influencias protitlC~S y
exiliados nunca más verían su tierra de Israel. sacerdotales (presumiblemente en el reino del Norte, traido postenor-

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C.II. El PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA 9. DE LA SEPARACION DE LOS DOS REINOS A SU OCASO

mente a Jerusalén y reelaborado aquí), que se hacía pasar por el gran dis- terribles batallas, una coalición medo-babilonia conquistó Asur en el
curso de despedida de Moisés antes de la toma de la tierra, y que fue te- año 614 y Nínive en el 612. Aquellas batallas dejaron tras de sí la des-
nido generalmente por tal en esos momentos Hl. El libro original (el «Pro- trucción más completa (como ya había anunciado el profeta Nahún).
todeuteronomio» descubierto entonces y, con ello, también la reforma Tres años más tarde, el faraón Necao 11 avanza hacia el norte con sus
prevista en él) habría sido menor que el actual libro bíblico del Deute- tropas para intervenir en Mesopotamia en favor del ejército asirio que so-
ronomio. De cualquier modo, en tiempos de Josías creyeron escuchar de brevive en Jarán. El rey Josías cometió la osadía de pretender cerrar el
forma inmediata, en ese texto, la palabra de Dios, que exigía obediencia paso al faraón en Meguido. Los egipcios lo apresaron --en circunstancias
incondicional. Fue el rey el que, después de asesorarse y de preguntar a la nada claras- antes de la batalla; y lo ejecutaron de inmediato, a la
profetisa Julda, tomó más en serio el mensaje de Moisés. Ordenó que el edad de cuarenta años. En ese instante se esfumó la reforma en Judá. Sin
texto fuera leído ante la asamblea en el templo e hizo una nueva alianza embargo, los acontecimientos acaecidos en torno a la reforma de Josías
solemne entre Yahvé y su pueblo, alianza que para el rey significó algo se clavaron profundamente~en la memoria del pueblo. El «Libro de la
así como la obligatoriedad de una constitución. Ley') -por primera vez en la historia de la religión israelita jugaba un
Así, Josías aparece en la Biblia hebrea como el rey reformador por an- papel decisivo un libro «sagrado», revelado- iba a tener futuro. Natu-
tonomasia. ¿Qué consecuencias tuvo esta «reforma deuteronómica»? ralmente, un futuro después de la catástrofe.
Desde hacía mucho tiempo, primero el Templo, paulatinamente el monte El país caía de nuevo bajo la soberanía egipcia, que sería suplantada
del Templo e incluso toda la ciudad de Jerusalén -llamada poética- pronto por otra dominación, por el Imperio neobabilónico, también lla-
mente «Sión»- fueron considerados como sede de Dios y, por consi- mado caldeo debido al fundador del imperio, Nabopolasar, de la tribu de
guiente, sagrados. Según la concepción deuteronómica, el supramundano los arameos. Después de Josías, la situación política era bastante dara: la
Dios hace que «su nombre habite»82 en el santo de los santos del Templo. monarquía tenía los días contados. No había sitio para un Estado·tope
Sekinah, «el habitar», significa que la irradiación de Dios es potentísima políticamente oscilante entre el Norte y el Sur. También había llegado el
aquí, y peligrosamente presente para toda persona no autorizada; un final del reino del Sur, casi siglo y medio después de! ocaso del reino del
mysterium tremendum et fascinosum. Norte. Cuando el rey Joaquín de Judá intentó liberarse de la dominación
En ese momento es cuando el culto sacrificial se concentra, por pri- babilónica, tropas de este imperio ocuparon el país en e! 598/97 ysitia-
mera vez y del todo, en Jerusalén y en su templo. Se ordena que todos los ron Jerusalén. Jeconías de Judá, que había sucedido en el trono a su
sacerdotes de Yahvé trasladen su residencia a Jerusalén, donde, como es padre durante el asedio, evitó la destrucción abriendo las puertas de la
natural, se convierten en una especie de clero de segunda clase, sin dere- ciudad. Naturalmente, la ciudad y e! templo fueron saqueados, los teso-
cho a intervenir en el servicio del culto. Al mismo tiempo se lleva a ros del templo llevados a Babilonia, el joven rey, su harén y toda la
cabo una «purificación» de cultos paganos y sincretistas, de sus altares, clase alta (nobleza, sacerdotes, artesanos) fueron deportados a Batilonia;
objetos, imágenes e insignias: en el Templo, en la Ciudad santa, en toda el proverbial «los diez miJ,,83, entre los que se encontraba el que será co-
la tierra de Judá e incluso en partes del reino del Norte. Se instaura una nocido después como el profeta Ezequiel.
nueva reglamentación de todo el culto israelita; sobre todo, una renova- Diez años más tarde, el rey Sedecías de Judá, nombrado por los babi-
ción de la celebración de la Pascua, pero no se trata de una simple «res- lonios, se dejó llevar de los pro-egipcios de su corte y -a pesar de las ad-
tauración» religiosa de lo antiguo, pues el programa de unidad y pureza vertencias incansables del profeta Jeremías, llamado para ser profeta en
de culto implantado era prácticamente nuevo y miraba al futuro, no al el año decimotercero del reinado de Josías- creyó poder intentar un
pasado. Con la mirada puesta en la siempre esperada nueva «unidad da- nuevo levantamiento contra el Imperio neo babilonio. Los babilonios se
vídica de los reinos del Norte y del Sur», se trataba de una reforma po- presentaron de nuevo en Jerusalén, conducidos en esta ocasión por Na-
lítico-religiosa bajo el signo de la «elección» y de la «alianza" (berit). Pre- bucodonosor n, el hijo de Nabopolasar. Sucedió esto en 587/i6. La
cisamente en ese instante es cuando este término se convierte en un ciudad, abandonada por los egipcios, sufrirá un nuevo sitio; finalmente,
concepto central y clave para el pensamiento religioso en IsraeVJudá. Ob- será atacada y saqueada. El templo de Salomón es pasto de las llamas.
sérvese, sin embargo, que se entiende la «elección» en clave marcada- Sin duda, también se quemó con él el Arca de la Alianza, que carecía de
mente religioso-nacional y exclusivista frente a los otros pueblos. En interés para los babilonios. -
cambio, considera que las obligaciones que derivan de la alianza son los En esa ocasión, el conquistador hace un trabajo concienzudo: laciu- .
preceptos recogidos en el texto jurídico codificado en ese momento, y al dad es reducida a cenizas, lo que había quedado de la clase dirigen-tetam-
que no se pueden negar tendencias humanas. bién es deportado a Babilonia. Sacan los ojos al rey Sedecías. Jrevia-
Con todo, la reforma de aquel enérgico rey reformador, tan lleno de mente le obligaron a presenciar las ejecuciones de sus hijos y de algunos
esperanza y tan capacitado, terminaría en tragedia. En efecto, después de miembros de su corte en el cuartel general de los babilonios. Finalmente,

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C.II. EL PARADIGMA REINO DE LA ERA MONARQUICA

será encadenado y trasladado a Babilonia 84, donde encontrará la muer- III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXILICO
tés. Pero los babilonios liberan al profeta Jeremías, al que Sedecías
había detenido acusándole de alta traición. A diferencia de lo que los asi-
Sorprende sobremanera que el pueblo judío lograra sobrevivir incluso
rios hicieron con el reino del Norte, los babilonios no repoblaron Judea
cuando se vio privado de todas las instituciones estatales. ¿Es esto un
con gentes de otros pueblos. El judío Godolías, amigo de Jeremías, es
simple factum biológico, más bien un continuum basado en lo psicoló-
nombrado alto comisario babilonio. Gobierna con moderación, pero
gico o tal vez incluso un miraculum histórico? No. La supervivencia del
un fanático de la casa real lo asesinará tres años después en su residencia
pueblo judío tiene que ver con la supervivencia de la religión judía, con la
de Atalaya. Por temor a las represalias, Jeremías es obligado a huir a creencia en el único Dios de este pueblo.
Egipto con todos los habitantes de Atalaya. Morirá en el imperio del
Nilo, pero no sabemos cuándo ni dónde.
Eso fue el final del reino davídico y también el de la organización po- 1. Período del exilio y nueva esperanza
lítico-estatal que había funcionado hasta entonces. Si exceptuamos el
breve período de los Macabeos, entonces termina la independencia polí- Abismal fue la crisis a la que había conducido el desplome del paradigma
tico-estatal del pueblo judío, que no volverá a contar con un Estado del reino davídico: el templo convertido en cenizas, las murallas de la Ciu-
hasta mediados del siglo xx, 2.500 años despúes. ¿Acaso no es com- dad destruidas, extinguido el reino davídico, considerado corno eterno;
prensible que el día noveno del mes de Abib (julio-agosto) quedara Judá ocupada por tropas extranjeras; la clase dirigente jlldía ejecutada o
como un día de luto nacional, pero también que muchos vieran en el deportada. La elección del pueblo y la promesa de la tierra habían estado
nuevo Estado de Israel que comenzó a existi"r bajo la guía de David Ben condicionadas a que Israel cumpliera las obligaciones (ontraídas en la
Gurion la restauración del antiguo reino davídico-salomónico, la au- alianza!. La actual situación había venido a dar la razó~ a los grandes
téntica edad de oro de Israel? profetas, incómodos y auténticos, con sus amenazas. Estos no tenían
que preocuparse ya de su legitimación (nadie hablaba ya de los profetas
de la corte, conformes con el sistema, y pareció más que superfluo reunir
sus aforismos). El reino de las diez tribus había desapar(cido y muchísi-
C!lestiones para el futuro mos judíos habían sido deportados a Babilonia. ¡Qué duro resultaba
«cantar un cántico del Señor en tierra extranjera, junto alos canales de
~ t ) ¿Qué función puede desempeñar David en el futuro para 1 )
tres religiones: en la educación de la juventud, en los text
Babilonia»2! Por eso muchos llegaron incluso a dudar del poder de Yahvé
y se volvieron -¡en Palestina y en Babilonia!- a los an~guos dioses ca-
escolares y en la enseñanza, en la cultura y en la política'?
naneos o a los nuevos de Babilonia. Cultos extranjeros, CllltOS mixtos, su-
~ ¿Cuáles son las fronteras de la "tierra prometida», del "Israel bíblico> o. perchería y magia tuvieron amplia difusión, junto con elculto a Yahvé.
I. ¿Qué fronteras debe tener el nuevo Estado bajo la estrella de David? Casi cincuenta años (586-538) iba a durar el exilio ba~ilónico (en he-
¿Las del gran reino davídico? ¿Las del primitivo territorio de las tribus? ¿Las breo: gola, «exilio,,3) y numerosos israelitas, sobre todo los que se en-
del diminuto reino de Judá? ¿Debe extenderse Israel desde Líbano hasta el contraban en Egipto, abandonaron definitivamente la ideade volver a Is-
Éufrates, desde Oan hasta Berseba, desde el Carmelo hasta Galaad, o desde rael. La dispersión de Israel, la diáspora había comemado y su cruda
Tel Aviv hasta el Jordán? realidad histórica ha perdurado hasta nuestros días. Desoe entonces, Is-
rael vive en (y de) la tensión entre patria y diáspora. Pero precisamente de
esa diáspora han emanado siempre impulsos esenciales.Aquí se ve con
claridad que ambas, la patria y la extranjería, son autén~cas titulares de
antiguas tradiciones israelitas.
Es claro que el final del reino davídico no significó el nnal del pueblo
de Israel. Al contrario, se puso de manifiesto que, precisaI1\tnte durante el
exilio en Babilonia, este pueblo pudo conservar una adl11irable indepen-
dencia interna y sus dirigentes demostraron una maravillosproductividad
intelectual. A diferencia de los antiguos asirios, que procumban diseminar
por todo el imperio a los deportados para liquidar polítiay étnicamente
a la élite del pueblo, en Babilonia se permitió a los deportJooS convivir en
pequeñas colonias cerradas. Ellos se consideraban la partemejor de Israel,

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C.III. El PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 1. PERIODO DEL EXILIO Y NUEVA ESPERANZA

el «resto sagrado» anunciado por los profetas. Apenas llegaron a fusio- mundo babilónica. Sobre todo, el arameo, que es ahora la lengua franca
narse con la población babilónica indígena. No debemos hacernos una de toda la región. Del arameo toma Israel, para sustituir al alfabeto fe-
idea equivocada de la vida de los deportados en Babilonia. El antiguo rey nicio, el de letra cuadrada, que se utiliza hasta hoy.
Jeconías de Judá y su corte pudieron llevar una vida relativamente pla- Sobre el telón de fondo de la catástrofe del reino y de sus instituciones,
centera en Babel, capital del mundo en esos momentos. Y los asentados en dos grandes profetas del exilio, Ezequiel y el «Deuteroisaías», confortan
las provincias nunca fueron obligados a realizar trabajos forzados, sino la fe de los exiliados y les insuflan una nueva esperanza.
que pudieron llevar una existencia de súbditos relativamente libres; con -Ezequiel, llamado en el 593 en Babilonia, interpretó inicialmente el
casas propias, plantaciones, comercio y cuantiosos ingresos en más de un
caso. Predominaba una especie de autoadministración. Vivían organizados
por familias dirigidas por «ancianos».
Gracias a esa cohesión, la mayor parte de los exiliados conservó la es-
¡exilia como castigo porque el pueblo había apostatado de Yahvé. Tal in-
terpretación estaba en consonacia con su condición de «profet~ de des-
dichas». Pero a partir del 587/86, comenzó a expresar con clandad cre-
ciente la esperanza de una renovación de cada individuo, de la
peranza de volver a su antigua patria, la nostalgia de Jerusalén, como restauración del reino israelita unificado y de la reconstrucción del Tem-
cantaron en numerosos salmos a pesar de toda su tristeza 4 • Fue decisiva plo. Léase, sobre todo, su grandiosa visión de la resurrección de los
la convicción de que sólo en Jerusalén era posible adorar correctamente huesos calcinados 5, que incluso hoy emociona a muchos judíos hasta
a Yahvé; no en este país impuro, extranjero. El impuesto pagado anual- arrancarles lágrimas. Ezequiel se dirige ahora a cada individuo y le habla
mente para el Templo y llevado de Babilonia a Jerusalén fue un lazo per-
manente de unión. El nuevo ordenamiento del culto del Deuteronomio y
la reforma cultual del rey Josías influyeron de nuevo en esos momentos.
Efectivamente, con escuelas religiosas de la T orá (y quizás también con
Ide su responsabilidad personal. Espera que la transformación del indivi-
duo se llevará a cabo mediante el perdón de la culpa, la renovación del
corazón y la donación del espíritu divino.
-«Deuteroisaías», el «Segundo Isaías», es un profeta cuyo nombre
sinagogas o con sencillas liturgias de la palabra) se desarrollaron en Ba- desconocemos, pero que ejerció su vocación en los últimos años que
bilonia los comienzos de la espiritualidad de la Torá. La circuncisión (in- precedieron a la caída del Imperio babilónico y cuyo mensaje está reco-
habitual entre los babilonios), el precepto sabático, las prescripciones gido en los capítulos 40-55 del libro de Isaías. Con una fuerza de con-
sobre alimentos y limpieza, así como las fiestas conmemorativas ad- vicción incomparable, anuncia la liberación de los exiliados y su vuelta a
quieren gran relevancia en esos momentos, como señal de pertenencia al la patria presentándolas como una nueva salida de Egipto; como una
pueblo de Yahvé, como distintivo de los judíos frente a los restantes pue-

l
nueva marcha, por el desierto, hacia Jerusalén para reconstruir elTem-
blos. Comienza a perfilarse el estamento de los escribas y de los maestros plo. El Deuteroisaías es el primero que anuncia un mensaje «escaroló!?i-
de la Ley, que interpretan la Torá en su aplicación concreta a todos los ca» (relacionado con el final de los tiempos), una era completameJlre dls-
casos de la vida cotidiana. tinta, nueva, eterna que vendrá a sustituir a los tiempos presentes una vez
Al haber desaparecido el Estado, se buscaba algo a lo que poder afe- cumplido el castigo impuesto por la sentencia de Dios. Y este profeta es
rrarse. Desaparecidos también el Templo y su culto, las tradiciones ora- .también el primero que no sólo sostiene aquel monoteísmo práctico que
les y en parte también escritas fueron ese ansiado asidero. Desde tiempos compromete a Israel sólo con Yahvé, sin tener en cuenta para nada a
inmemoriales existían historias (en hebreo: haggadá, «narración») que otros dioses, sino que defiende un monoteísmo teórico, niega lis<1 ylla-
ilustran la identidad del pueblo: «¿ Quiénes somos?» y leyes (hebreo: namente la existencia de otros dioses 6 •
halaká, literalmente: "la andadura») que regulan el comportamiento del Pero ¿qué sucede en Palestina? También aquí, donde la mayal parte
pueblo: «¿Cómo vivimos?». Las tradiciones escritas a ninguna nación de de la población rural ha vuelto al cultivo de los campos y de las viaes, se
la historia iban a ayudar tanto como a Israel para conservar su propia percibía una nueva vivacidad. Los babilonios habían repartido larierra
identidad aun careciendo de un Estado. Sin duda, en círculos de doctos de los exiliados, asegurándose así numerosos súbditos leales. N ¡rural-
exiliados en Babilonia se recopilaron, escribieron y redactaron esas tra- mente, las devastaciones causadas por la guerra, las levas para trabajos
diciones aún vivas. forzados y el aumento de impuestos dieron numerosos motivos l1ara la
Por consiguiente, la observancia de la Ley (distintivo frente a los lamentación. Con todo, las cinco Lamentaciones, de artística cOluposi-
«gentiles») y el culto de Yah.vé, entendido ahora en clave exclusiva y cen- ción métrica, atribuidas en tiempos posteriores a Jeremías, y de lasque
tralizada, cuyo lugar era Jerusalén, bien pudieron haber sido lo que dio sólo la quinta es una lamentación del pueblo, no pueden ser consideradas
cohesión espiritual a las colonias de exiliados. Sí, all:í se crearon las con- como descripción de la situación reinante en Palestina durante losañ,os
diciones para un nuevo cambio de paradigma de gran alcance, prepara- de la «cautividad babilónica». Compuestas en Jerusalén o en el exIllO,
do en el exilio y realizado tras el regreso. Es evidente la influencia babi- pero bajo la impresión inmediata de los acontecimientos dramáticos,
lónica: calendario mesopotámico, nombres babilónicos, una visión del esas lamentaciones se refieren en primer lugar al abandono y destrucción

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2. CONSOLIDACION POSTEXILICA: TEMPLO y LEY
C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXILlCO

de la Ciudad Santa. Como algunos de los salmos, presentan la catástro- Persépolis, Susa y la famosa vía regia de Susa a Sardes, en el occidente de
fe como justo castigo que el juicio de Yahvé impone al pueblo culpable. Asia Menor. También Tracia y Macedonia fueron incorporadas al Im-
Con todo, es de pensar que también en Palestina se normalizó paulati- perio. ¿Qué trato se dio a Israel, que también para los persas revestía una
na!llente la situación. Piensa? muchos autores actuales que surgió aquí la considerable importancia para la estrategia militar?
pnmera forma de la obra histórica «deuteronómica», bajo la influencia El acceso de Ciro al poder significaba una nueva oportunidad para el
~ellibro del Deuteronomio, escrita por uno o varios redactores y que tan d~minuto Israel. Mientr~s que el sistema de soberanía asirio y el babiló-
Importante fue para el tiempo posterior. En su forma final, ésta com- mco desc~nsaban en la ViOlencia militar (saqueo, destrucción, ocupación,
prendería la nueva redacción y revisión de los libros de Josué, Jueces, I-Il deportacIOnes, contribuciones) yen la unificación administrativa de los
Samuel, así como 1-11 Reyes. También se integra en esa obra, mediante territorios ocupados, el sistema de soberanía implatado por Ciro y con-
los capítulos introductorios 1-4, el libro del Deuteronomio. De ese modo tinuado por los aqueménidas se asentaba en una sorprendente tolerancia:
se dio una estructura útil a la cronología de la historigrafía israelita? en el respeto al enemigo y en la promoción de las peculiaridades cultu-
(Con qué consecuencias? En esos momentos pudo imponerse en Pa- rale~ y religiosas de las diversas regiones del Imperio. El universalismo
lestma la coherente y consecuente orientación monoteísta representada sustItuye ahora al nacionalismo. En lugar de imponer el persa como
por los grandes profetas Jeremías y Ezequiel, por el autor del escrito sa- lengua del Estado, se mantiene el arameo (el «arameo del Imperio»), ex-
cerdotal y por los historiadores deuteronómicos. Se había aprendido tendido por todo el antiguo Oriente ya en el Imperio neobabilónico-cal-
que el único Dios de Israel puede.ser ~~orado en todos los lugares de la deo y del que el arameo de la Biblia es una rama. Ciertamente esta es-
tierra. En ese momento, el mensaJe basteo era de un tenor exclusivo: no trategia de la tolerancia -altamente realista si tenemos pr~sente el
hay más Dios que Yahvé, creador y señor del universo, frente al que los fracaso de la política de gran potencia impuesta por los Imperios asirio y
otros dioses son una nulidad, no existen; e Israel es su pueblo elegido. babilónico--:- no fue hija del idealismo ni de un moderno relativismo, sino
Así, en pleno exilio, en un tiempo de oprobio, teñido a veces de deses- que obedeCiÓ a un nítido cálculo político y económico de los soberanos
peración, se pusieron los cimientos para una nueva esperanza. De la persas, que, por lo demás, gobernaron con un rígido despotismo. Me-
crisis del exilio babilónico afloró finalmente una constelación global diante la tolerancia, quisieron conseguir una estabilidad política y una
completamente nueva, un paradigma muy diferente. De esta nueva cons- fuerte motivación laboral de los diversos grupos de súbditos. Con todo,
telación global -situada inicialmente bajo el signo de la soberanía hay que reconocer que tal planteamiento representa un verdadero logro
persa- hablaremos anoras. histórico, tanto si lo contemplamos desde la perspectiva de entonces o lo
juzgamos con parámetros de nuestros días.
2. Consolidación postexílica: Templo y Ley En el contexto de tal política, Ciro tomó en el primer año desu rei-
nado (538) -si hemos de hacer caso al libro de Esdras-la decisión de
Había sido saludado como Just0 9, como Pastor 10 , incluso como Mesías ll • publicar un edicto l2 • Por él se permitía la reconstrucción del TelUplo de
Nos referimos a Ciro II, de la estirpe persa de los aqueménidas, al que se Jerusalén a costa del Estado, y la devolución de los objetos sagrados del
llamó el Gran,de y que se convirtió para todo el mundo antiguo -inclu- Templo confiscados por Nabucodonosor. Lo de si se permitió simultá-
so para los gnegos (Jenofonte, Educación de Ciro)- en el prototipo del neamente la vuelta de los exiliados, como se puede leer en una versión
soberano ideal. Tras haberse liberado de la soberanía meda y después de hebrea del mismo decreto 13 , es asunto debatido por los investigadores ac-
c~>nquistar Media,y Lidia (el reino del proverbialmente rico Creso), Ciro tuales l4 • Pero difícilmente habrían saludado a Ciro como Mesías si no
hiZO su entrada tnunfal en Babel en el año 539, conyirtiéndose en el fun- hubiera impartido el permiso para volver a casa l5 •
dador del Imperio persa que duraría casi 200 años. Ese Ciro al que mu- El regreso se puso en marcha de forma lenta 16. Hasta doce años des-
chos iraníes de nuestro tiempo consideran como padre de la patria. pués del edicto -contra la resistencia de Samaría y de su gobernador-
También la franja de tierra sirio-palestina (y posteriormente Egipto) es- no se comenzó con la construcción del «Segundo Templo», en el año 520
taba entonces en mano~ persas. En tiempos de Cambises (530-522), hijo a.e. Sucedió esto siendo Zorobabel representante del Imperio persa en
del fundador del ImperiO, éste, el más extenso de cuantos habían existi- Judea. Mucho contribuyeron también las enérgicas exhortaciones de los
do hasta entonces, abarcaba desde el Indo hasta la costa jónica de Asia profetas Ageo 1? y Zacarías l8 •
Menor y hasta la primera catarata del Nilo. Durante el reinado de Daría En agradecimiento, éstos proclamaron como Mesías al davídico Zo-
el. ~r~?de (522-486), se~undo su~esor de Ciro ~ organizador genial, se robabel. Por primera vez en la historia del mesianismo judío se <ltribuía
dlVldIO el ImperiO en vemte provmclas o satrapIas, con sistema fiscal y tal título a una persona de la época 19. Además, es digno de mención que
moneda únicos (a los que siguió la construcción de una red de vías de co- el profeta Zacarías añade una segunda figura mesiánica, el sacerdote
municación y un servicio de correos). Se construyeron ciudades como Josué 20 • Esto pone de manifiesto que en esos primeros momento I poste-

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO
2. CONSOllDACION POSTEXllICA: TEMPLO y LEY

xílicos reinaba una tensa espectativa escatológica que contaba con una naturaleza) se esforzó, sobre todo, en dar una seguridad externa y una re-
época completamente nueva, con un gobierno mesiánico o con el inme- organización interna a la Ciudad:
diato reinado de Dios. -primero, la reconstrucción de las murallas de la Ciudad en 52 días,
Pero pronto se desinfló la euforia escatológica, pues en el año 515 a.e. contra la violenta oposición de la capital de provincia Samaría;
-en tiempos del gran rey persa Daría, que debido a la defección de los -luego una condonación de la deuda a los ciudadanos depauperados,
griegos de Asia Menor (levantamiento jónico 499) se vio envuelto en las totalmente imprescindible a la vista de los negocios de usura que practi-
nefastas guerras contra las ciudades-Estado griegas (derrotado por Atenas caba la nobleza de la provincia judía;
en Maratón, 490)- se celebra solemnemente la consagración del «Se- -simultáneamente, reordenación de las propiedades y un trasvase
gundo Templo»21. Se opina 22 que este Segundo Templo fue inicialmente de población campesina a la casi despoblada Jerusalén;
mucho más modesto que el de Salomón. No albergaba el Arca de la -por último, medidas contra la profanación del sábado y contra los
Alianza, pero sí un «candelabro» de sierte brazos -en hebreo la «Me- matrimonios mixtos, que amenazaban la existencia de la cornunidad
norá»- que se convierte en uno de los más importantes temas ilustrati- judía, demográficamente débil.
vos del arte religioso judío y llegará a ser el símbolo del moderno Estado Con estas medidas se puso la primera piedra para la auto-segtegación
de Israel. de la comunidad judía, llamada a tener una repercusión de alcance his-
Con el Segundo Templo se han creado los requisitos necesarios para tórico mundial. Nehemías retornó a la corte persa doce años más tarde,

¡ que las instituciones restauradas adquieran rápidamente importancia.


Sobre todo, se impone la orientación teocrático-sacerdotal, y reviven
muchas tradiciones antiguas. Ahora, una vez desaparecida la monar-
quía, el Templo no es una propiedad del rey ni templo del Estado, sino
templo del pueblo, financiado por el pueblo. Pero esto pone de mani-
en el 433. Es posible que Judea se hubiera convertido bajo su procura-
duría en provincia autónoma, lo que debió de acelerar el proces() de dis-
tanciamiento, ya prolongado y debido sobre todo a razones políticas,
entre el Sur y el Norte, Judea y Samaría, y que revistió en aquellos mo-
mentos un creciente carácter religioso.
fiesto que, con ello, también el sacerdocio adquiere un nuevo peso. En el ¿Qué pretendía Esdras? Sacerdote de una familia sadoquita deportada
vértice del pueblo no hay ya un rey al que el alto clero esté sometido, a Babilonia, había llegado a Jerusalén -según una opinión antigua- en
sino un sumo sacerdote que es representante de Yahvé y cuya importan- tiempos de Artajerjes 1, hacia el 458 a.e. con una nueva caravana de re-
cia se incrementará de forma considerable con el paso del tiempo. patriados o (según una hipótesis de A. van Hoonacker 25 compartida
Sin embargo, la situación político-religiosa será tensa durante largo por muchos eruditos) en el año 398 a.e. Como «escriba de la ley del
tiempo en Jerusalén y en Judá. Unos setenta años después del retorno, Dios del cielo»26, procuró llevar a cabo una reforma religiosa y cultual, lo
hacia el 465 a.e., un profeta anónimo encubierto bajo el nombre de que revestía un interés de orden político para los persas. Empujado por
«Malaquías» (= «mi mensajero» )23 se queja de nuevo de la exterioriza- un notable fanatismo, arremetió sin piedad contra los matrimonjos mix-
ción del culto, de sacerdotes avaros, del pueblo infiel y de matrimonios tos y proclamó en una asamblea solemne <<la Ley» a la que el Plleblo se
mixtos. La tradición judía considera a este Malaquías como el último, el había obligado mediante la renovación de la alianza 27 . En cuant<Ja esto,
sello, de los profetas. Los grandes reyes persas estaban muy interesados hasta hoy no se ha solucionado la discusión sobre si el contenido de esa
en que la tranquilidad y el orden reinaran en esa franja de tierra sirio-pa- «Ley» era todo el Pentateuco, sólo el escrito sacerdotal o el Deuterono-
lestina, sobre todo porque era importante asegurar los caminos de trán- mio o -lo que resulta menos probable- el derecho real persa2~,Vistas
sito a causa de un levantamiento en Egipto (460). En. cualquier caso, el las cosas desde la historia de la repercusión, se trataría, en todo (aso, de
gran rey persa prestó oídos a círculos judíos de Babilonia que le pedían la masa principal de las tradiciones del Pentateuco, que fueron elevadas
que enviara a Jerusalén él dos funcionarios procedentes de los servicios en ese momento a la categoría de normas jurídicas obligatoria" Con-
persas como comisarios del gran rey (con séquito) a fin de llevar a cabo firma esto el hecho de que los samaritanos tomaran en el siglo IV el
allí, con el apoyo del Estado, la urgente reorganización de la comunidad Pentateuco -una obra de la diáspora babilónica- como base oficial de
judía postexílica. Nos referimos a los reformadores NehemÍas y -¿antes, su religión.
°
al mismo tiempo después de él?- a Esdras. Todo esto muestra bien a las claras hacia dónde caminaba aquel mo-
Aunque descendiente de una familia de exiliados judíos, Nehemías mento histórico: a una concentración sobre la ley, que había sido asen-
había conseguido elevarse hasta el puesto de copero del gran rey en tada durante el tiempo del exilio en el espíritu del DeuterononUo: ¡al-
Susa. ¿Qué pretendía cuando llegó a la aún desolada Jerusalén en el canzar gracia mediante la obstrvancia de la ley! Bien podrí~haber
445 a.e. con el nombramiento de «gobernador de Judá»24 que le había recibido entonces su forma definitiva la «Ley de la Santidad»29, a~uel có-
otorgado Artajerjes I? Respuesta: de forma totalmente desinteresada digo contenido en el Levítico. Junto a orientaciones de tipo religioso y ét-
(sin adquirir propiedades y sin un salario, aceptando sólo productos de la nico, encontramos ahí, sobre todo, prescripciones cultuales: sobre la

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO
3. EL PARADIGMA NUEVO, JUDIO: LA COMUNIDAD TEOCRATICA

matanza de animales y comida de carne animal; sobre las relaciones y fecha exacta en la que Samaría construyó su santuario sobre el monte
transgresiones sexuales; sobre la santidad del Templo, de los sa~er~otes, Garizín, en Siquén36 . En todo caso, la historia posterior de Israel será
sacrificios donaciones y fiestas; sobre el año sabático y el año Jubdar. .. para nosotros la historia de Judá, es decir, judía; la historia específica-
Cabe deci~ que se trata de una Carta Magna para la renovación de la mente judía.
Vida del pueblo israelita, pero «no en el sentido profético de una re-
construcción que arranca del espíritu, sino mediante una organización y 3. El paradigma nuevo, i!!:Éi2: la comunidad teocrática
\una ley» como señala con tino el exegeta judío Georg Fohrer30 .
Todo 'esto significa también que se debe contemplar también la am- Unos 90 años después del edicto de Ciro, hacia e! 450, se produjo la eclo-
bivalencia de esta evolución: sión definitiva de la nueva constelación, la consumación del nuevo pa-
-Por un lado, después de los comienzos del movimiento deuterono- radigma. También aquí son bien visibles los criterios que nos permiten
mista de reforma, tenemos ahora un «comportamiento legal y una espi- afirmar un cambio de paradigma:
ritualidad de la Ley» a la que, según Fohrer, «no cabe negar una seriedad -debió preceder la crisis fundamental de! paradigma anterior, e! d:l
profunda ni la disposición a obedecer a la voluntad divina». Incluso se reino davídico: el ocaso de los reinos de Israe! y de Judá, así como e! eXi-
\ puede detectar un «acatamiento interior de la ley»3!. lio babilónico;
-Pero, por otro lado, se «reduce, regula y esquematiza la vida dentro --el nuevo paradigma fue preparado en el marco del anterior: me-
de los límites de la ley»: «Era normativo el recto comportamiento exter- diante la reforma del culto implantada por el rey Josías;
no como no puede ser de otra manera en una conducta que se orienta -se inició mediante los profetas y los escritores deuteronómicos de la
po~ la ley. Era justo y piadoso e! que cumplía las exigencias divinas época del exilio y del postexilio; y con la construcción del nue,:o templo;
consignadas en la ley»32. De hecho, comienza a abrirse paso aquí lo que -se implantó mediante la clerecía, que se había convertIdo ahora
se llamará más tarde la «ortodoxia judía». en el primer poder del país.
En todo caso, las «fuentes» bíblicas consideran que esta evolución fue ¿Cuáles son las características decisivas de esta nueva constelación?
muy positiva. Así lo entiende el «Cronista», que quizás ft;e un levita per- Palestina formaba ahora parte de la quinta satrapía persa, situada más
teneciente al personal que atendía el culto en Jerusalén. El es e! autor de alla del Éufrates, de la satrapía «trans-eufratina»; más tarde, quizás
la obra de historia que ensalza a David y a la que, como continuación de pasó a ser una provincia autónoma, independiente de Samaría, en la que
ambos libros de las Crónicas, también pertenecieron originariamente los sacerdotes con su «Sumo Sacerdote», relativamente independientes
los libros de Esdras y de Nehemías. Nos ha conservado el informe de Es- del Gobierno central, habían asumido la dirección político-espiritual.
dras (escrito para el Gobierno persa o para los judíos que se encontraban • Por consiguiente, la estructura básica no es ya la monarquía, e! reino y
en Babilonia)B, así como las memorias de Nehemías 34, en un escrito re- su consiguiente poder político, que estará aún durante más de un
dactado hacia el año 300 y que presenta una vigorosa estilización de la siglo en manos de los persas, pasará después a Alejandro Magno y a
historia de Israel. Hasta qué punto la comunidad judía (sobre todo los fa- sus sucesores, y finalmente a los romanos.
riseos) honró más tarde e! recuerdo de ambos grandes reformadores se • Constituyen el tipo, por un lado, el Templo y la jerarquía del Templo
patentiza en que incluyó los libros de Nehemías y de Esdras entre los sa- de la ciudad santa de Jerusalén, que es ahora centro religioso exclusi-
grados libros canónicos. Sobre todo Esdras, comparado frecuentemente vo, y, por otro lado, las Escrituras sagradas, que se convierten ahora
con Moisés, pasa por ser e! fundador de! judaísmo primitivo de corte cúl- en Ley normativa. . .
rico y legal y que se alejaba del mensaje profético. Sirr duda, no se intro- • Por consiguiente,la forma de gobierno es la teocraCia, en la que DI~S
dujo después de! exilio «una nueva religión», como llegó a decir incluso mismo ejerce el dominio no sobre el Estado, pero sí sobre la comUDI-
un intérprete tan sutil como Georg Fohrer35 • Pero sí irrumpió un nuevo dad de los creyentes en Yahvé; a través de la clerecía (hierocracia) y de
paradigma definidor de una época de la religión israelita al que dedica- la ley de Dios (nomocracia). Visto en su conjunto, no se trata, pues,
remos enseguida nuestra atención. del paradigma de un Estado monárquico, sino de una comunidad
La comunidad de Samaría, que, significativamente, relacionó siempre teocrática.
con e! nombre de E3dras la separación religiosa («Cisma samaritano»), se
atuvo sólo al Pentateuco en los tiempos posteriores. En Samaría nunca Sin duda, giran alrededor del Templo y de la Ley muchas oraciones y
habían compartido la glorificación religioso-política de David, de Jeru- cantos, nacidos en esa época y transmitidos en el salterio. Con todo, no
salén y del Templo, y perseveraron en la autonomía del Norte samarita- hay que contemplar la reali~a~ ~ólo bajo el aspecto religios~, p.ues pre-
no. Hay que considerar que la separación del Sur judío fue definitiva cisamente el Templo se convutlO en un factor de poder economlco cuya
desde el siglo IV, pero hoy nos resulta totalmente imposible señalar la \ importancia política no debemos subestimar. Efectivamente, desde e!

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 4. NACIMIENTO DE LA RElIGION JUDIA DEL LIBRO

punto de vista político, Judá fue en adelante un país regido por diversos raelita sustentados y acuñados por esta sustancia. «Israel» se identifica
gobernadores de los sucesivos poderes de ocupación, pero, por otro ahora con judaísmo; no sólo desde el punto de vista poblacional y polí-
lado, fue precisamente el Templo, como dice atinadamente J. A. Soggin, tico, sino también en lo religioso-espiritual. Las consecuencias son tras-
«el único lugar donde Judá podía ejercer una cierta forma de autodeter- cendentales. Atendamos al detalle:
minación, por limitada que fuera. También en este aspecto fue útil la to-
lerancia religiosa de los persas. Más aún: el Templo había adquirido una 4. Nacimiento de la religión judía del libro
notable importancia económica a causa de las donaciones que obtenía re-
gularmente de la diáspora en su propia moneda (el óbolo) y porque ,A la segunda mitad de la dominación persa -más de cien años, entre
ejercía funciones similares a las de un banco. Por consiguiente, no es de Nehemías y Alejandro Magno- se ha llamado el «siglo OSCUfO»38. No
extrañar que las autoridades religiosas adquirieran importancia crecien- porque en este período que va de mediados del siglo V a la mitad del siglo
te junto al gobierno civil, no sólo en asuntos relacionados con el culto y IV antes de Cristo no ocurriera nada importante o sucedieran sólo cosas
con la fe, sino también en la vida cotidiana>,37. De ahí que el tesoro del terribles, sino porque no poseemos noticia alguna escrita que se refiera a
Templo de Jerusalén excitara con frecuencia la codicia de los gobernan- esta época. Sin embargo, nacen por ese tiempo escritos tan gradiosos
tes extranjeros. como el Cantar de los Cantares. Se camina paulatinamente hacia la con-
La era del Segundo Templo y de las sagradas Escrituras no sólo apor- clusión del proceso de canonización de los escritos hebreos fundamen-
ta --como se ha afirmado con frecuencia- una restauración, sino tam- tado con el Deuteronomio e iniciado en el tiempo del exilio y del post-
bién una verdadera instauración con nuevos elementos estructurales y exilio. ¿Cómo ocurrió esto?
con una nueva concentración: nada más y nada menos que una nueva A diferencia, por ejemplo, de los griegos, interesados en la física y en
constelación global postexílica. Al preestatal paradigma tribus y al pa- la metafísica, los israelitas sintieron especial atracción por su historia, ini-
radigma reino davídico sucede el paradigma de una teocracia específica- ciada por el Dios vivo y protagonizada por él con unos hombres vi-
mente judía (Paradigma III = P IlI). vientes, pues de eso tratan todas las historias (haggadá) e instrucciones
Para evitar cualquier tipo de duda, repitamos que se trataba del (halaká). Estas tradiciones altamente diferenciadas y proveJlientes de
mismo mensaje primigenio, del mismo Dios Yahvé, de su pueblo elegido épocas distintas, a las que hemos hecho referencia en nuestros primeros
(y de la tierra). Esto permaneció como el centro y fundamento constante, capítulos, son fijadas por escrito definitivamente en este período que
como la sustancia de la fe también en este tercer paradigma israelita. Pero sucede al tiempo del exilio; por redactores diferentes, pero en un estricto
todo el marco socio-político, la «constelación global de convicciones, va- espíritu monoteísta. Todo debía aparecer como la historia del pueblo de
lores y comportamientos», el macroparadigma, es ahora diverso. Yahvé Israel con su Dios Yahvé, historia que avanza de principio a fin, cohe-
no reina de forma inmediata como en la época premonárquica. No. En rente en su conjunto, humano-dramática, pero cargada de sentido:
esta era posmonárquica, Yahvé manda de forma mediata e instituciona- -todas las antiguas tradiciones, sagas y leyendas de la creación del
lizada, en virtud del Templo y de las Sagradas Escrituras. E «Israel»--el mundo y de la caída del hombre, del gran diluvio y de la alianza de Dios
sentido concreto del nombre cambia con el paradigma- no es ahora un con la humanidad noéica, de los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob y de
reino, sino, sobre todo, una comunidad religiosa que Dios eligió para sí los doce hijos de éste, de la liberación de Egipto, de la alianza en el
a fin de que ella le sirviera mediante el culto en el Templo y observando Monte de Dios y de la entrada en la tierra prometida;
la Ley. En lugar del rey, los sumos sacerdotes ejercen ahora como repre- -además, todo el complejo conjunto del material legal '1ue había
sentantes de Dios; una jerarquía del Templo hace de mediadora; y la crecido en el curso de los siglos;
Torá es en esos momentos la voluntad escrita de Dios. En este sentido, -también los escritos de los profetas (su canonización corrobora la
no se trata de monarquía, sino de teocracia, de hierocracia y de nomo- impresión de que se ha cerrado el tiempo de la profecía);
cracia. -pero también todas las crónicas, la deuteronómica y (en el siglo
Con esto se pone de manifiesto que los curiosos ¿ebates de algunos IVIIII) la obra histórica de los cronistas 39 .
exegetas cristianos acerca del final de la historia del pueblo de Israel son Si no ya durante el exilio, la «Torá» habría estado lista en las postri-
ociosos. ¡La historia del pueblo de Israel continúa! A pesar de todos los merías del siglo V o principios del siglo IV; y los «profetas», a linales del
cambios, es evidente la identidad religioso-mental que persiste e incluso siglo III. También habría estado concluido un tercer grupo, al quelos ra-
se robustece ahora en algunos aspectos. Por consiguiente, no se trata de binos denominaron más tarde «Escritos». Como sabemos, los judíos
una ruptura total que haya disuelto la sustancia de la fe israelita, sino de crearon un término para denominar el conjunto que surgió entonces. Se
un cambio de paradigma. Lo que cambia es la constelación global de las sirvieron de la letra inicial de cada una de las tres partes que hemos men-
convicciones, valores y comportamientos comunes de la comunidad is- cionado (Torá - Nebi'im - Ketubim) y acuñaron lo que podemos trans-

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 5. LA EXTINCION DE LA PROFECIA

cribir por «Tanak». Los cristianos les damos e! nombre de Antiguo (¡no ren e! mundo antiguo y que tanto el cristianismo como e! islam han he-
pasado de moda!) Testamento. Según la concepción judía, éste consta de redado del judaísmo»42.
las siguientes partes40 : Los cambios son decisivos para la totalidad de la vida devota judía,
e Ley/lnstrucció,?-: «Torá»: e! Pentateuco o los «Cinco Libros de Moi- también para la privada; y el erudito judío americano Jacob Neusner ha
l sés»: Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio;
e Profetas: «Nebi'im»: los grandes profetas escritores Isaías, Jeremías,
Ezequie! y los llamados doce profetas «menores», así como Josué,
compendidado con toda precisión lo decisivo en este terreno: ¡qué sig-
nifica hasta hoy vida bajo la Ley? <<Vivir bajo la Ley significa orar por la
mañana, por la tarde, por la noche y en las comidas; en la rutina y
Jueces, los libros de Samue! y Reyes; cuando ocurre algo extraordinario. Para ser judío ... se vive ... constante-

l
e Escritores: «Ketubim»: Salmos, Proverbios, Job, Cantar de los Canta-
res, Rut, Lamentaciones, Qohelet, Ester, Danie!, Esdras, Nehemías y
los libros de las Crónicas.
mente en la conciencia de la presencia de Dios y se está dispuesto siempre
a alabar ya ensalzar a Dios. El camino de la Torá es e! camino de la en-
trega permanente a Dios»43.
Resumimos: con la canonización de la Escritura se produce algo así
Estos tres grupos de libros constituyen la «Biblia» (originariamente como una canonización de la liturgia: se da -e! exegeta protestante

¡plural: los libros), el Libro por excelencia, que comprende los escritos
«canónicos» «<normativos»), contiene la revelación de Dios y recibe e!
nombre de «sagrada Escritura» porque tiene a Dios por autor. Según la
James Charlesworth lo ha puesto de relieve- «e! doble proceso de una
canonización de la Escritura y de una "canonización" de la liturgia»44. La
consecuencia es una religión mucho más homogénea, conformista, que
concepción creyente, se expresa en ellos -de forma directa o indirecta- miraba con sospecha creciente la locución profética de! individuo. Nos
la palabra y la voluntad de Dios: de forma totalmente directa en la preguntamos: ¿por qué?
Torá; de manera más indirecta, con la cooperación humana, a través de
ilos profetas; con una participación humana aún mayor en los restantes
escritos. Hay que estudiar todos estos escritos. Y los más importantes
5. La extinción de la profecía y sus consecuencias hasta hoy

deben leerse también en el culto. De hecho, ¿podemos pasar por alto que este proceso global-que afecta
De ese modo aparece con fuerza creciente, junto al culto sacrificial, e! a la Escritura, a la liturgia y también a las estructuras de poder-fue una
culto de la palabra, que es independiente de los sacrificios y que en- peligrosa solidificación y reducción de la religión? He aludido ya a ello
cuentra una resonancia incluso en el sacerdocio del Templo. También mediante una referencia a G. Fohrer:
aparece con fuerza creciente, junto al Templo, la sinagoga, cuyos co- -Mediante la concentración del judaísmo en la Ley, que debe ga-
mienzos ---como ya se dijo- bien podrían remontarse al exilio babiló- rantizar la unidad entre creencia y conducta, amenaza e! peligro del le-
nico, cuando no había templo. Tampoco estuvo el libro en los momentos galismo.
iniciales de! judaísmo. Es a partir de ahora cuando se puede hablar, -Mediante la acentuación excesiva del Templo, del lugar dela pre-
junto a la centralizada religión del Templo, de una religión judía del sencia de Dios, amenaza el peligro del ritualismo.
libro. -Mediante el incremento del poder de los sacerdotes, que pretenden

l
Una religión del libro perfila entre tanto sus propias formas, con con- mediar entre el hombre y Dios, amenaza el peligro del clericalismo.
secuencias para el culto divino. Desde los tiempos de David se encuentran Como en todas las religiones, la solidificación y la reducción se han
1en e! judaísmo maravillosas oraciones personales: salmos llenos de las dado una y otra vez en la historia de la religión de Israel, pero la dife-
emociones humanas más profundas, expresión del desánimo, de con- encia radica en que, después de! exilio, apenas existió un profeti,IUo que
fianza, de miedo, de arrepentimiento y de esperanza. Pero en el mo- hiciera de contrapeso a la institución. Faltó la protesta carismática con-
mento que nos ocupa es cuando se conoce por primera vez en el judaís- tra petrificaciones de todo tipo en el nombre de la libertad sob(rana de
mo, junto a la oración personal, oraciones comuJlitarias del pueblo Dios mismo. También el profetismo se vio afectado por el cambio de pa-
fijadas por escrito: himnos (salmos), confesiones de pecados y oraciones adigma acaecido a raíz del exilio.
de súplica que construyen la liturgia de la palabra y acompañan también Sin duda, existen aún unos pocos profetas una vez que los profetas del
al culto sacrificiaI. En efecto, a la institución de oraciones fijadas de la co- santuario y de la corte han desaparecido. Pero en lugar de pre,entarse
munidad se puede llamar sin exageración, con Ismar Elbogen, historiador como emisarios carismáticos de Dios, como en la era clásica, después del
judío de la liturgia, una «innovación radical de! período del Segundo exilio se han convertido más y más -pensemos en e! «TritoisaÍa5»45 y en
Templo»41. 0, como ha dicho otro destacado estudioso judío de la li- e! «DeuterozacarÍas»46- en intérpretes autorizados de la tradición: en
turgia, Joseph Heinemann, «oraciones fijadas que constituyen en sí y de profetas escribas o en escribas proféticos. Y se comprende. Pues donde un
sí mismas la totalidad del CllltO divino fueron una asombrosa innovación ordenamiento legalista y escriturado lo determina todo, los orá culos de

114 115
C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 5. LA EXTINCION DE LA PROFECIA

los profetas difícilmente podían ser algo más que la descomposición de la también en el islamismo actual, la ley o la sharia haya suplantado en
profecía anterior. En efecto, se produce entonces una notable ampliación buena medida al primitivo mensaje profético, hasta el punto de que --en
del concepto «profecía», con su consiguiente pérdida de perfiles, pues opinión de bastantes musulmanes- la autoridad suprema es detentada
todos los autores de las sagradas Escrituras -también Moisés y David- no tanto por el mensaje del profeta mismo, sino por la ley religiosa que
son considerados en esos momentos como escritores sagrados y pueden se ha ido consolidado durante los siglos posteriores. ¿Dónde han que-
ser llamados «profetas» en este nuevo sentido. También al judaísmo en dado, pues, los impulsos proféticos en el islam?
su conjunto se puede llamar ahora, en un sentido generalizante, pero qui- De lo dicho se desprende que la extinción de la profecía es hoy una
, zás también castrante, religión «profética». «No nos queda ni un profe- ' c~~stión que afecta a las tres religiones «proféticas». En efecto, ¡cuántas
, ta», se lamenta uno de los salmos47 . Más tarde dirán los rabinos que el dificultades tuvo y tiene el cristianismo con figuras proféticas como
. Espíritu Santo se alejó de Israel tras la muerte de los profetas Ageo, Za- \ Francisco de Asís, Martín Lutero, los hermanos Wesley o con los afri-
carías y Malaquías 48 • Resulta evidente: cuanto más retrocede la influen- canos de color Hendrik Witbooi (Namibia) y Simón Kimbangu

\
cia profética, tanto mayor es la fuerza que adquiere la espiritualidad de la (cong~)! ¡Cuánt?s proble~as tuvo el judaísmo con el cabalista medieval
Ley. Abrahan AbulaÍla y postenormente con Franz Rosenzweig o con Mar-
Debemos detenernos brevemente aquí, pues estamos ante un evento tin Buber! ¡Cuántas dificultades tuvo el islam con reformadores mo-
preñado de consecuencias y que tiene sus paralelos en las otras dos reli- ,demos como al-Afghani, Ahmad Khan y Mahmud Taha (Sudán)! ¿Debe
giones proféticas. En efecto, ¿quién podría desconocer que el palideci- ser lo profético un carisma detentado por un individuo concreto o una
miento y extinción de la profecía tras un tiempo de esplendor también es dimensión de todo el pueblo de Dios bajo la inspiración de los profetas?
un problema en el cristianismo, en el que Jesús es, según el precursor ¿Hacen justicia hoy las religiones proféticas a su afirmación de ser una
Juan el Bautista, el profeta del final de los tiempos49 en el que se cumplen religión profética? ¿O el calificativo de «profética» aplicado a la religión
las profecías del Antiguo Testamento, donde el Espíritu es derramado es sólo una categoría histórico-religiosa destinada a los eruditos, pero
sobre todos y en cuya comunidad primitiva tuvieron una fuerte repre- que apenas describe ya la concreta realidad vital de las religiones? Sin
sentación los profetas y las profetisas para desaparecer por completo a fi- duda, es atinado formular aquí unas precisiones críticas que apuntan
nales del siglo rr? Para Pablo, los profetas ocupaban el segundo lugar, de- hacia delante.
trás de los apóstoles, en la jerarquía de los carismas 50. ¿Qué ha sido,
pues, de los profetas, del discurso profético, de ese carisma importanteS 1 ? '
Según Pablo, todos debían expresarse de forma profética en el cult052 «en Cuestiones para el futuro
proporción a la fe»53. Según la carta a los Efesios, la Iglesia está fundada
sobre los apóstoles y los profetas (de la nueva alianza)54. Pero ¿cómo dis-
~t)
¿Realizan en grado suficiente las tres religiones abraháncas
currió la evolución histórica? Al igual que los escribas en el judaísmo su cometido de ser la conciencia de la sociedad?
posterior al exilio, Jos obispos -después del siglo 1, ante los numerosos ¿Contribuyen con eficacia a atacar públicamente y eliminar las anomalias y
falsos profetas y, sobre todo, ante la crisis montanista- comenzaron a contradicciones sociales en este mundo, a superar el abismo entre pobres y
integrar en su «ministerio» apostólico la función profética. A medida que ricos, entre propietarios y explotados, entre privilegiados y desheredados?
el tiempo avanzaba, más convencidos estaban de ser los sucesores no sólo ¿Qué hay de su crítica social?
de los apóstoles, sino también de los profetas y de los doctores de la ley.
Lo jerárquico sustituye a la profecía libre. ¿Dónde han quedado los im-
pulsos proféticos en el cristianismo?
Otra pregunta: ¿no es también un problema en el islam la extrinción
de la profecía? Sin duda, los profetas anteriores a Mahoma son estima-
¿Cumplen las religiones proféticas su tarea de exhortar a los Estados para
que cumplan su obligación ética de procurar el bienestar de toDa la
humanidad, condenan la guerra corno rnedio de la política, censuran los
desvaríos de los Estados en política exterior e interior sin dorar la píldoraalos
que rnandan? Qué hay, pues, de su crítica política?
I
dos altamente en el islam c()rno precursores de él. Junto a los receptores
de una revelación del libro se admite la existencia de otros muchos nabi ¿Realizan las religiones proféticas su misión de confiar en el poder de la
(= profeta ordinario; 313 según la tradición; ¡124.900 según la tradición palabra de Dios y de criticar sin cesar -en el nornbre del Dios únl:o y
verdadero- las ideologías, los falsos dioses, los poderes y potencias
mística!)55. Pero después de Mahoma, que proclama el mensaje de los
autocráticos de este rnundo (incluidas la Sinagoga, la Iglesia o el Islamipor
profetas primitivos en su pureza original, con lo que los sustituye, pare-
incómodo que esto pueda resultar para una gran parte del pueblo y para las
ce quedar excluida la posibilidad de que se den otros impulsos proféticos
élites dominantes? ¿Qué hay, pues, de su crítica teológica?
en los siglos sucesivos. ¡Mahoma es precisamente el «sello» de todo
tipo de profecía! A esta «exclusiva» habría que atribuir el hecho de que,

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXILICO
6. LA CULTURA HELENISTICA: LA EPOCA DE LOS SABIOS

Sin duda innumerables personas pertenencientes a las religiones pro- tanto la teología sapiencial como la espiritualidad de la Ley. Se resque-

~
/ticas ansí~n que éstas sean más proféticas para poder creer más en su brajaba la teoría de una conexión reconocible para el hombre entre lo que
ensaje profético. Pero uno se pregunta qué pasó en Israel después de se hace y lo que se recibe. ¿Cosecha cada uno lo que ha sembrado? Pre-
aberse extinguido el profetismo en su forma clásica. ¿Quién ocupó en cisamente esto es lo que se niega rotundamente en el libro de Job; y más
alestina el lugar de los profetas? aún en un libro como QoheletlEclesiastés, que fue admitido en el canon
sólo porque era atribuido a Salomón. Para Qohelet, que tenía más de fi-
6. La cultura helenística: la época de los s.fí1b.Ws lósofo escéptico que de teólogo, la ruptura con la creencia de los antepa-
sados en la retribución se convirtió en un problema fundamental. Qohelet
El lugar de los profetas fue ocupado inicialmente por los ~aestros de ~a­ encarna un pensamiento de «encrucijada», «de frontera entre dos épo-
biduría, de orientación práctica. Naturalmente, estos sabios no son In- cas», donde «bajo la impresión de la crisis intelectual del helenismo,
dividuos carismáticos, sino representantes de una escuela. No proclaman poco más sentido se podía sacar a la sabiduría tradicional, a la espiritua-
la revelación y la liberación de Yahvé, sino que dan valor a las observa- 1idad tradicional y al culto». Pero incluso Qohelet, de talante socrático-
ciones de los órdenes de la vida, a las aplicaciones pedagógicas a la rea- conservador, «evitó romper con la religión de los antepasados e identificar
lidad cotidiana del mundo. Ni Dios ni su actuación en la historia ocupan a Dios, por ejemplo, con el sino imprevisible»57. Ante la magnitud de esta
el centro. Todo gira ahora en torno al hombre y a su comportamiento crisis de la sabiduría, el Libro de los Proverbios y el Eclesiástico aBen
correcto en los diversos ámbitos de la vida. La teología sapiencial no pre- Sira tratan de crear una nueva confianza en el orden divino, en la sabi-
supone el reconocimiento de los portentos «histórico-salvíficos» de Dios duría del Dios de los antepasados, en la universalidad y fiabilidad del plan
(el éxodo y la toma de la tierra no juegan aquí una función teológica de Dios. En este sentido, ambos son libros de la restauración, del resta-
constituyente). Por el contrario, es importante la confianza en que toda la blecimiento de la creencia tradicional en Yahvé5 8 •
creación se asienta sobre un orden sabio y en que el hombre, observando Naturalmente, la crisis de la sabiduría es sólo un reflejo <le una más
este orden puesto por Dios, es capaz de llevar un comportamiento recto profunda crisis estructural de la época. Para comprenderla en su vertiente
y de encuadrarse así en el divino orden cósmico. En el polo opuesto a los política tenemos que dirigir nuestra mirada hacia el Norte de Grecia, que
profetas, el sabio israelita es, ante todo, un empírico, un observador va a convertirse en la mayor amenaza para el gran rey persa. Porque Fi-
distante que sopesa con astucia las posibilidades contrapuestas y cuyo lipa 11 (359-336), rey de Macedonia, había conseguido objetivos verda-
. trabajo consiste en transmitir experiencias de vida. deramente asombrosos: agrupar contra los persas en la Liga de Corinto
¿Cuándo comenzó la doctrina sapiencial israelita, difundida entonces a las ciudades-Estado griegas, que no habían cesado de pelearse desde la
en todo el Oriente? Determinados proverbios bien podrían remontarse a batalla de Maratón, y convertir la novedosa unidad militar d( la falange
los tiempos del rey Salomón. Por eso se habla también de la sabiduría an- en una temible formación de combate griega. El.centro de gral'edad de la
tigua. Durante toda la época monárquica despuntaron algunos maestros historia universal comenzaba a desplazarse de Oriente a Occidente. Por
de sabiduría. En el profeta Jeremías se menciona expresamente al grupo primera vez, una gran potencia europea se convierte en principal prota-
de los sabios junto al rey, a su corte, a los sacerdotes ya los profetas56 . gonista de la historia uni versaP9 .
Pero sucede algo importante. Durante el exilio, tanto los que se encuen- Pero será el hijo de Filipo el que, tras el asesinato de su padre en el
tran en Babilonia como los de Egipto están expuestos a una cultura sa- año 336, emprenda definitivamente la lucha victoriosa contratos persas.
piencial internacional. Por consiguiente, no debe extrañar el esplendor de Alejandro Magno tenía entonces veinte años, había sido educado por el
la literatura sapiencial en el Israel postexílico. Hoy se llama a ésta «~a sa- genial filósofo Aristóteles y consiguió cambiar la faz política y cultural de
biduría reciente». En ese tiempo se reúnen, remodelan y recogen en libros la Tierra en menos de trece años. Obra de Alejandro, estrat(ga incom-
proverbios exhortaciones y adoctrinamientos. Incluyendo la creación y p~rable, fue la primera conquista europea de Asia. Una vez c~nquistada
la revelaciÓn se creó un sistema teológico global, la teología sapiencial: la ASIa Menor, se dirige en el año 334 hacia el Sur, ocupa las ciudades fe-
sabiduría divina como maestra de los hombres. nicias de la costa (Tiro, ciudad-madre de Cartago, llegó a nsistir siete
Sin duda la crisis de la sabiduría, que dejó su impronta en libros meses de asedio). También conquista Palestina y, finalmente, Egipto,
como Job y Qohelet o Eclesiastés, pone de manifiesto lo poco consolida- donde se corona con la doble corona de los faraones y manda construir
da que estaba la espiritualidad judía a pesar de los numerosos esfuerzos de la ciudad que lleva su nombre hasta hoy: Alejandría. ¿Qué fue de Jeru-
restauración de institucionalización y de canonización. Unos cien años salén? Parece que se entregó voluntariamente durante el avam de Ale-
después de l~ vuelta del exilio se quebró sobre todo una de las doctrinas jandro hacia Egipto. No así Samaría, que incluso llegó a inte]tar poste-
fundamentales de la creencia judía en Dios, la doctrina de la retribución, riormente el levantamiento.
de la justicia de Dios que premia y castiga, doctrina que habían sostenido A su regreso de Egipto, Alejandro se dirige hacia el Norte,derrota a

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C.II1. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 7. CRISIS DE LA TEOCRACIA: DE LA REVOLUCION AL «ESTADO ECLESIAL.

Darío I1I, el último gran rey persa, en la batalla de Gaugamela en el 331, número de ciudades, entre los letrados y los pudientes; particularmente en
y entra en Babilonia sin necesidad de luchar. Conquistadas también Jerusalén, donde vivían las familias sacerdotales, aristocráticas y ricas.
Sus~, Persépolis y Ecbatana y asesinado Darío por uno de sus sátrapas, Una inusitada actividad arquitectónica y una fuerte promoción de las
Alejandro ha conseguido el objetivo: toma posesión de la herencia de los artes, un incremento de la eficiencia en la economía, en la administración
aqueménidas, e inmediatamente después avanza hasta los «límites de la y en el terreno militar eran distintivo inequívoco de la cultura helenística,
!ierra», hasta las estribaciones de la cordillera del Himalaya. Pero Ale- y condujeron a una mejora generalizada del nivel de vida. La gente se las
Jandro busca algo más que una simple conquista militar. Pretende la fu- daba de ilustrada. Hasta el alto clero usaba cada vez más nombres grie-
sión de la sangre, del ceremonial y de la cultura griega y oriental. Orde-. gos. Pero, por otro lado, no sólo en la diáspora, sino también en Judea
na que diez mil oficiales y soldados griegos contraigan matrimonio en hubo círculos poderosos y fieles a la Ley que cerraron filas contra la in-
Susa con mujeres persas, en una especie de boda masiva. De ese modo fluencia helenística, al menos en el campo propiamente religioso. Esto
-aunque fallece inesperadamente en Babilonia en el 323, con 33 años de vale, despues de las primeras y cambiantes luchas -«Diadocos» (=Suce-
~d.a~, de una fiebre, sin dejar un heredero digno de su talla-, Alejandro sores) entre los generales de Alejandro- ya para los cien años (300-
100Cla una nueva era: a la persa sucede ahora la helenística. 200/198 a.C.) de soberanía de los Ptolomeos egipcios sobre Palestina (la
Ese «helenismo» greco-cosmopolita promovido intencionadamente dinastía 31 y última).
p~r Alejandro, esa mutua compenetración de la cultura griega y de la El centro es ahora la nueva ciudad, Alejandría, que crece con rapidez.
orIental en los Estados que sucedieron al Imperio de Alejandro, así como En esta ciudad habría de encontrar su expresión más visible la heleniza-
el consiguiente universalismo y sincretismo constituyeron un desafío ción del judaísmo. En efecto, puesto que el conocimiento del hebreo y del
eno.rme para la religión judía. ¿Se anuncia aquí un nuevo cambio de pa- arameo en la gran comunidad judía de Alejandría había retrocedido, co-
radIgma? ¿Acaso el encuentro con la universalista cultura del helenismo mienza en esos momentos la sucesiva traducción al griego; primero, del
convertirá al judaísmo en una religión de corte universalista cuando Pentateuco, y luego de toda la Biblia hebrea. Como ya dijimos en otro
pre~isamente su monoteísmo ético había fascinado por doquier a muchos lugar, la leyenda adscribe esa traducción a «setenta» traductores. Por eso
no Judíos, haciendo que la misión judía no cesara de registrar éxitos cre- se la conoce con el nombre de «Septuaginta» (LXX).
cientes 60 ? Pero los tiempos de la armonía y de la interacción cultural sufrirían
Más bien, constataremos una línea de evolución contraria. A decir ver- pronto un grave quebranto; cuando los Se1éucidas que avanzarollde1 ám-
da~, hay unos escritos judeo-helenistas nada despreciables. Junto al his- bito sirio-mesopotámico expulsaron a los Ptolomeos de Palestina. Tras
tonador jasón de Cirene y al filósofo Aristóbulo (siglo II a.c.) descuella cinco «guerras sirias» por la franja de tierra sirio-palestina, los Seléucidas
con mucho el filósofo Filón de Alejandría (15/10 a.C.-40/50 d.C.), con- tuvieron a Palestina en sus manos. Después de practicar al principio la to-
~emporáneo de Jesús de Nazaret, que pretendió reconciliar la religión lerancia, comenzaron a poner en práctica un plan perfílado pala conse-
Judla con la filosofía griega. Para ello, utilizó en sus comentarios del Pen- guir la helenizacÍón de Jerusalén (lengua griega, constitución, teatros, es-
tateuco el método de interpretación alegórica, tomado del estoicismo. tadios, gimnasios, etc.). Muchos comienzan a preguntarse si un judaísmo
~dem~s, trató de forma sistemática, en el más puro espíritu helenista, la reformado, acompasado a los nuevos tiempos, no sería una po,ibilidad
hl.stona de la creación, la legislación mosaica y la historia de los pa- cargada de sentido. Bastantes reformistas judíos respondieron entonces
tnar~as. Pero todos estos esfuerzos no pasaron de puros episodios. A afirmativamente a ese interrogante.
mediO y largo plazo, el encuentro con el helenismo supuso más bien un Sin embargo, para los fieles a la Ley toda reforma es apostasía. Al
reforzamiento de la tradicional espiritualidad judía centrada en el Tem- menos en el pueblo crece la oposición contra esa helenización. Explota la
plo y en la Torá. situación cuando el rey seléucida Antíoco IV Epífanes echa mano del te-
¿Puede decirse que «todo esto no pertenece ya a la temática de una soro del Templo en el 169, con motivo de una expedición contr~Egipto,
~ist~ria del pueblo de Israel»61? No. ¡La historia del pueblo de Israel no para sanear las finanzas del Estado. Dos veces tiene que conqlJÍstar Je-
fma!tza aquí! Pero, sin duda, se encamina hacia una crisis duradera y fun- rusalén. Pero entonces convierte la ciudad en una colonia militar hele-
damental que, finalmente, tendrá como consecuencia otro cambio de nista, lo que significa en la práctica la helenizacÍón forzosa de Israel. En
paradigma definitorio de una época. el 167 se prohiben el culto ajustado a la Ley, la circuncisión y laobser-
vancia del sábado. Se persigue a los fieles a la Torá y se impon(n por la
7. Crisis de la teocmcia: de la revolución al «Estado eclesial» fuerza cultos paganos al pueblo. Se llega a 10 que el libro de Daniel
llama «abominación de la desolación»62: se levanta un altar a Zeus en el
Sin duda, la universalista cultura helenística ejerció una fuerte influencia Templo, sobre el altar de las ofrendas.
en Palestina, especialmente desde el siglo II a. c.; sobre todo en el creciente El conflicto entre la cultura tradicional judía y la helenística alcanza la

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C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXILICO 7. CRISIS DE LA TEOCRACIA: DE LA REVOLUCION AL «ESTADO ECLESIAL»

máxima crispación y llega la hora de la revolución de la población rural Con tal rey-sacerdote parecía que la teocracia había alcanzado su
fiel a la creencia tradicional. El contraataque será inspirado y dirigido por acuñación más fuerte. Sin embargo, con los Hasmoneos, el país respira-
el sacerdote Matatías y sus cinco hijos, de la estirpe de Hasmon, los Has- ba todo menos satisfacción. La oposición aumentaba sin cesar. Los «pia-
moneos 63 . El tercero de los hijos, Judas, llamado Macabeo (arameo: dosos», los populares «fariseos» (arameo: Perisaiya, del hebreo: Perusim,
maqqabay = el «hombre-martillo»), conseguirá derrotar a las tropas los «segregados» por su religiosidad) hicieron oír su voz. Más importante
sirio-seléucidas en tres batallas. En el año 164 a.c. entra en Jerusalén y que cualquier tipo de nacionalismo era para éstos la observancia de la
elimina la abominación pagana, pero sin atacar a la guarnición seléucida Ley, interpretada con carácter normativo mediante la tradición oral.
en la ciudadela (Akra) de Jerusalén, signo de la soberanía siria. El 14 de Este grupo consideraba que la nueva monarquía sacerdotal era desde
diciembre del mismo año se procede a la nueva consagración solemne del hacía tiempo excesivamente mundana y nada religiosa.
Templo profanado. Hasta hoy, los judíos de todo el mundo recuerdan A fin de contrarrestar la oposición de los piadosos, Juan Hircano
esa fecha mediante la fiesta de la «Januká» «<purificación» del Templo), tuvo que apoyarse en el partido helenista de los saduceos, para los que
que, como «fiesta de la luz» (con el candelabro Januká de ocho brazos), sólo el Pentateuco era vinculante, no toda tradición posible. Pudo man-
ha llegado a convertirse en una especie de Navidad judía. tener su posición, pero su hijo y sucesor, Alejandro Janeo (103-76), que se
¿Qué incidencia tendrán estos hechos en la política? En el pueblo, la dio formalmente el título de rey -reservado a los davídicos, según la opi-
reacción no fue uniforme. El grupo de los «piadosos» (jasidim), de los nión ortodoxa- tuvo que practicar el terrorismo cruento para conservar
que saldrá más tarde el partido de los «fariseos», se conformaría con una su soberanía. Tras vencer un levantamiento fariseo que había durado va-
autonomía religioso-intelectual bajo la soberanía sirio-seléucida. Puede rios años, rubricó su victoria crucificando a ochocientos levantiscos 64 .
decirse esto aún con mayor razón acerca de otro grupo judío radical- Hacía tiempo que las guerras por la fe se habían convertido en guerras de
mente piadoso, llamado de los «esenios», que por aquel tiempo comien- conquista. En efecto, se habían conquistado no sólo las ciudades costeras
zan a segregarse e incluso, al menos una parte de ellos, a emigrar al de- y Galilea, sino también grandes zonas situadas al este del Jordán.
sierto. Diametralmente opuestas son las intenciones del movimiento Ambos libros de los Macabeos, no recogidos en el canon judío, narran
macabeo, que -utilizando entre otros medios un peligroso pacto de la historia del levantamiento y de la dominación de los Macaheos desde
asistencia firmado en el 161 con la reciente y cada vez más poderosa po- el 175 hasta el 135, una historia que se ha convertido en nuestros días en
tencia de Roma- pretende la autonomía política de Judea. Largas luchas símbolo de la voluntad judía de autoafirmación, que no deberíamos
fueron la consecuencia. magnificar ni minimizar 65 . ¡Ironía de la historia! Como ha señalado ati-
El tercer partido, los helenizantes «saduceos», constituido por los sa- nadamente N. K. Gottwald, «Judas, el primer Macabeo, guió a una ma-
cerdotes de alto rango y por familias aristocráticas, se ve acosado por yoría de judíos contra un pequeño, pero poderoso grupo de helenistas ju-
ambos lados y termina por solicitar la ayuda de los Seléucidas, que con- díos y contra los que ayudaban a éstos. Por el contrario, Alejandro
siguen vencer a los Macabeos. Judas pierde la vida. Pero su hermano Jo- Janeo, un sucesor de los Macabeos, guiaba ahora a un pequeño, pero po-
natán continúa la lucha; primero como jefe de la guerrilla, después como deroso grupo de fieles al rey en una lucha desesperada contra una ma-
sumo sacerdote y, dos años más tarde, también como «strategos (estra- yoría de conciudadanos que veían en él la encarnación de la corrupción
tega) de Judea» (150 a.c.). Así, el poder espiritual y el civil de Judea se y agresión helenistas»66. Por consiguiente, es problemática cualquier ins-
concentran en las mismas manos, por primera vez desde hace más de trumentalización de los Macabeos para los actuales objetivos políticos.
cuatrocientos años. Simón, hermano mayor de Jonatán, al que sucede, es Los casi ochenta años de independencia judía bajo los hasmoneos
reconocido en el 142 como sumo sacerdote y gobernante autónomo por (142-63) no pasaría de ser un interludio mientras hubiera umacío de
los gobernantes seléucidas. Al año siguiente (141) conquista también el poder en el territorio palestino, pues no estaba llamada a tener una
Akra de Jerusalén y obliga a las tropas de ocupación sirias a desalojar la larga duración. Hacía ya algún tiempo que el Imperio romano había lle-
fortaleza. Un año más tarde, el pueblo le confiere las dignidades heredi- vado su frontera oriental hasta Grecia y Asia Menor, y Pompeyo, rival de
tarias de general, príncipe y sumo sacerdote. Tras el asesinato de Simón, César y comandante en jefe en Asia por aquellos días, ambicionaba es-
esas dignidades pasan a su hijo Juan, conocido por Hircano 1 (135/4- tablecer un nuevo orden en el Cercano Orienté? Llamado COl1\O árbitro
104), que se convierte de hecho en el primer rey (y sumo sacerdote) de la por los pretendientes hasmoneos Hircano y Aristóbulo, sin embargo
dinastía hasmonea. Con él, Judea consigue la independencia política. La Pompeyo satisfizo en Damasco la petición que le presentaron losemisa-
soberanía seléucida sobre Judea es puramente nominal. En consecuencia, rios del pueblo, que, desafecto ya a cualquier tipo de dominación de los
los macabeos consiguieron su gran objetivo con Simón y Juan: no sólo la reyes has moneas, exigía de nuevo la separación entre el poder político y
autonomía religiosa, sino también la política. Pero ¿qué suerte corrió la el religioso. Esto significaba: restauración del poderío sacerdotal, pero
renovación religiosa? circunscrita al ámbito religioso y cultual, trasvase del poder político a

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C 1II El PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXlllCO 8. lO APOCAlIPTICO COMO VIGIA E INTERPRETE DE lOS TIEMPOS

Roma, la nueva potencia mundial. «Los partidarios de Hircano se mos- cero de ellos, pocos días antes de su propia muerte. Todo esto constituye
traron de acuerdo con la propuesta de Pompeyo y le entregaron Jerusa- el trasfondo de la leyenda neotestamentaria de la muerte de los inocentes
lén. Aristóbulo se hizo fuerte en el Monte del Templo, que fue tomado en Belén (por orden de Herodes), leyenda que entró en el evangelio de
tras tres meses de asedio. De ese modo, después de casi un siglo de Mateo y que, además, sirvió de tema a grandes dramaturgos de la lite-
lucha, de transitoria libertad política y de Estado judío, el movimiento ratura universal, tales como Hans Sachs, Calderón de la Barca, Voltaire
macabeo fracasó por la arbitrariedad de soberanos hasmoneos proce- y Friedrich Hebbel.
dentes de él» 68. Desde los tiempos de los has moneas, la confrontación política dentro
Como consecuencia de esa política, Judea es ahora un Estado vasallo de Judea está marcada por la lucha entre la clase alta de los saduceos
de Roma, notablemente empequeñecido, sin las ciudades costeras y sin -ricos, helenizantes y colaboracionistas con el poder romano de ocu-
acceso al Mediterráneo. El sumo sacerdote es privado de poder: se le de- pación- y los fariseos -antigriegos y piadosos interesados en la «justi-
niegan el título de rey y el derecho a recaudar impuestos. Ahora sólo do- cia» yel juicio-. Estos últimos se hacen con el creciente apoyo del pue-
mina sobre la comunidad de fe de Jerusalén; ocasionalmente, también blo. Indudablemente, bajo la tolerante soberanía romana en materia
como etnarca por encargo de Roma. ¿Qué suerte corren los hasmoneos? religiosa, el paradigma teocrático se había consolidado aún más, hasta
La peligrosa vinculación política de éstos con los partos --grandes rivales convertirse en una especie de Estado eclesial, en el que el Templo vuelve
de Roma en Asia Menor- hará que los romanos den vía libre más tarde a ser centro religioso, político y económic070 • Herodes mismo y sus su-
a la eliminación de toda su familia. Mediante este asunto cruel «haría mé- cesores (el emperador Augusto repartió el reino herodiano, tras la muer-
ritos» un idumeo judeizado, un gobernador de Galilea huido a Roma, te de Herodes en el año 4 a.c., entre los tres hijos menores de éste), pero
hijo de Antipater Hircano II y de una princesa árabe, el cual había sido también los gobernadores romanos con sede en Caesarea Maris (entre
entronizado poco antes por el Senado romano como «rey aliado» (rex so- ellos, el famoso Poncio Pilatos: 26-36 d.C.) respetaron en general este teo-
cius), que equivalía en la práctica a rey de Judá vasallo de Roma. Me re- crático entramado de poder y de dominación de la jerarquía sacerdotal
fiero a Herodes, al que se llamará más tarde el Grandé 9 • Éste conquista que los judíos consideraban como legitimado por Dios mismo, el Señor
Jerusalén en el año 37 con la ayuda de Roma y -practicando la astucia, supremo. La religión, la jurisprudencia, la administración y, en menor
la crueldad y la clarividencia que le caracterizaron- organizó un Estado medida, la política están imbricadas entre sí de forma inseparable.
dependiente de Roma (directamente del Senado), si bien relativamente au- Órgano central del Gobierno, de la administración y de la administración
tónomo, no menor que el precedente reino hasmoneo. de justicia --competente para todos los asuntos que atañen al derecho
Aunque Herodes observaba en Jerusalén un comportamiento marca- civil y religioso- es no un rey judío, sino el Consejo Supremo (griego:
damente judío, no puso traba alguna al culto judío y apoyaba al judaís- synhedrion, asamblea, del que deriva el término arameo «sanedrín») en
mo de la diáspora, a pesar de que engrandeció con esplendor Jerusalén y Jerusalén, presidido por el sumo sacerdote. Están representadas en él las
el Templo, y de que la Ciudad y el país gozaban de paz y de bienestar clases dominantes del país. Junto a los sacerdotes saduceos y a los aris-
gracias a la pax romana, sin embargo era odiado profundamente por el tócratas, se encuentran, sobre todo, los «doctores de la Ley» (teólogos-ju-
pueblo; sobre todo, por los creyentes estrictos. Como rey, llegó a ser la ristas), pertenecientes tanto a la corriente sacerdotal-saducea C()ffiO a la
imagen opuesta al gran David. ¿Por qué? No sólo porque -además de farisea-popular. Componen ese consejo supremo 70 hombres, bajo la
su mestizaje y de su sumisión a Roma- edificara por doquier palacios, presidencia del sumo sacerdote, el cual, aunque depende por completo
templos y ciudades helenistas o remodelara otras ya existentes «<Sama- del rey y del poder ocupante, es tenido por el representante suplemo del
ría», por ejemplo, se convirtió en «Sebaste» = «Augusta», «ciudad im- pueblo judío. Pero en ese pueblo se cuecen, de forma abierta o agazapa-
perial», en honor a Augusto); no sólo porque promoviese el culto al da, distintas expectativas que en el establishment jerárquico.
emperador y construyese o restaurase numerosas plazas fuertes, signo de
su dominación por el terror (la ciudadela de Jerusalén, Maqueronte y 8. Lo apocalíptico como vigía e intérprete de los tiempos
Masada en el Mar Muerto), sino también porque manipulaba a su antojo
a los sumos sacerdotes, favorecía la separación entre religión y Estado, Bajo la presión de los acontecimientos, se llega en los círculos delos ja-
ahogaba de raíz y por medios violentos toda oposición eliminando a sidim -al borde del paradigma teocrático- a una novedosa in1erpreta-
cuantos pudieran resultarle sospechosos como sucesores potenciales, ción de la historia; se llega a una literatura de la «apocalíptica» (= «des-
tanto en la familia de los ha5illoneos como en la suya propia (de un total velamiento», «revelación») que se sirve otra vez de la esperanza
de ocho matrimonios), llegando a eliminar a su segunda esposa, Ma- escatológica, referida al final de los tiempos. Sirviéndose principalmente
riamné, sobrina segunda del sumo sacerdote Hircano, a éste mismo de la forma de predicciones, testamentos, sueños y visiones, utilizando un
cuando contaba ochenta años de edad y a tres de sus propios hijos; al ter- lenguaje rico en imágenes y especulaciones apoyadas en número, esa li-

124 125
8. lO APOCAlIPTICO COMO VIGIA E INTERPRETE DE lOS TIEMPOS
C.III. El PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO

El, apoc<l:líptico Da,niel responde diciendo que a este tiempo de prueba


teratura pretende estar en condiciones de «desvelar» los misterios divinos segUlra el fm de los tIempos, en el que Israel será salvado y -he aquí la
y, sobre todo, el futuro. ¿Qué se desvela en ella?71 novedad- los muertos resucitarán; tanto los testigos de la fe como sus
Había sucedido ya en la crisis de los tiempos macabeos. Los apoca-
perseguidores. Los muertos, que durmieron en <<la tierra polvorienta»
lípticos se habían presentado como vigías e intérpretes de los tiempos,
como visionarios, videntes y ensoñadores, sustituyendo a los profetas y a despertarán. C,o~o hombres,comple~os (no sólo como «almas», así pen~
saban los platomcos) volveran a la VIda, a esta existencia intramundana
los sabios. Fue en el libro de Daniel donde la proclamación apocalíptica,
tras varios escalones previos en la literatura profética, llegó a alcanzar que ya no tendrá fin, sino que durará eternamente; en forma de luz
todo su esplendor. ¿Es un libro del profeta Daniel? Hoy está demostrado eterna para los sabios y en forma de oprobio eterno -no se nos ofrecen
que -por su lenguaje, por su teología (la angelología tardía) y por su más pinceladas- para los otros: «Los sabios brillarán como brilla el fir-
composición carente de unidad- el llamado libro de Daniel no puede mamento, y los que, conviert~n a los demás, como estrellas, perpetua-
provenir del vidente que estuvo en la corte babilónica del siglo VI antes de mente»73. Convendna no olVIdar el pasaje, pues este texto de Daniel es
Cristo. Más bien, su autor proviene del siglo II, se esconde tras la máscara no sólo el testimonio más antiguo, sino el único indiscutible a favor de la
de Daniel y escribe durante el reinado de aquel brutal heleniza dar que se resurrección de los muertos en toda la Biblia hebrea. Naturalmente,
llamó Antíoco IV Epífanes. En el canon judío no está consignado entre fuera del canon hebreo, en la Septuaginta griega, hay otros testimonios
los «Profetas», sino entre los «Escritos». 'de esta esperanza de la resurrección, de despunte tan tardío. Los halla-
El libro de Daniel representa otra forma de la reacción, menos políti- mos, especialmente, en el segundo libro de los Macabeos, que recoge los
ca que teológica, ~ la represión política y a la lucha entre las culturas más antiguos informes judíos sobre mártires, informes que sirvieron de
judía y helenista. Esta requería, sobre todo, una nueva respuesta al sen- modelo para las actas de los mártires cristianos. De ese modo, la <reencia
tido de la historia: «Este expansionismo extraordinariamente agresivo de en la resurrección será el tema más candente del judaísmo durante el úl-
los seléucidas hacia el Sur, unido al señuelo de la cultura helenística timo siglo y medio antes de Cristo.
que provocó en Jerusalén la apostasía masiva, aunque encubierta, entre el Una segunda línea de desarrollo reviste una importancia tan grande
como la anterior. Debido a la historia tan enmarañada, la tradicional es-

¡
capital, la clerecía y la aristocracia -hasta la abolición de la Torá-,
provocó tal crisis externa e interna en los círculos piadosos del judaísmo pera del Mesías había perdido capacidad de convicción en el pueblo
que nació aquella teología de la historia, completamente distinta, a la que judío: la venida de un «hijo de David»; concretamente, desde la historia
llamamos apocalíptica»72. Esta nueva teología de la historia, ligada fre- misma. ~? Los círculo~ apoc~lípticos de Palestina habían llegado al
cuentemente con la espera de una catástrofe cósmica final y con la veni- convenCImIento de que solo podIa ayudar en esos momentos un emisario
da del reino de Dios, tendrá dos consecuencias de trascendencia suma, de Dios que procediera directamente del cielo, otro portador d~la sal-
como lo demostrará la historia de su repercusión posterior. vación que fuera preexistente y hubiera permanecido escondido en Dios.
Por un lado, se llega por primera vez en la historia del pueblo judío a De ahí que, sorprendentemente, el Mesías davídico no sea mencionado ni
la creencia en una resurrección individual de los muertos. Es natural que, una sola vez en algunos escritos apocalípticos. La figura del Hijo del
en un tiempo de persecución tan demoledora -considerado por el autor Hombre, juez y salvador preexistente y trascendente, pasa a ocupar el
como tiempo de prueba en el que se maltrata de forma cruel a hombres, lugar del Mesías davídico terreno; y sólo más tarde se produce e]Pales-
mujeres y niños por aferrarse a la Ley- se plantee de nuevo, pero con ina la fusión de la figura del Hijo del Hombre con la del Mesíastradi-
mayor crudeza que en generaciones precedentes, el problema de la retri- ionaF4.
bución justa. Surgen nuevos interrogantes; distintos que en tiempos de los En esa época acuñada prin~ipalmente por la apocalíptica nació, sin
Ptolomeos y del Qohelet, quien -en su intramundanidad melancólica que el gran mundo apenas tUVIera noticia de ello ni lo consignarélen sus
\ a,na~es, aquel)udío que se convertiría en sino para el judaísmo yel cris-
(¡disfruta de la vida mientras tengas tiempo!)- está muy alejado de la
habitual teología de la retribución sostenida por la literatura sapiencial, tIamsmo, Jesus de Nazaret, llamado el «Hijo del Hombre» tan djscutido
pero se encuentra igualmente distante de toda gozosa esperanza en el más en su vida mortal y de cuya resurrección a una nueva vid; tras Sllffiuer-
allá. La fidelidad a la fe demostrada por muchos mártires -a los que se te ,vio,le!lta estuvo conve!l;cido fir~emente un grupo de judíos, eJo.lguo al
había colocado frente a la insensata alternativa de la apostasía o la pnnClpIO, pero que crecIO con rapIdez.
muerte- nuevas preguntas irrumpen con estrépito: ¿qué sentido puede De esto hablaremos más tarde. Ahora proseguimos la historia del
tener la muerte del mártir si los que han sido fieles a la fe no reciben una ~~ueblo judío, suficientemente tensa a la vista de un nuevo caOloio de
indemnización ni en esta vida, pues están muertos, rri en la otra, que co- lepoca.
noce sólo una existencia en las sombras? ¿dónde queda el Dios justo con
\ su justicia, precisamente en el caso de los más justos?

126 127
C.III. EL PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO 9. EL OCASO DE JERUSALEN y EL FINAL DE LA TEOCRACIA

9. El ocaso de Jerusalén y el final de la teocracia 70: A principios de año comienza el asalto a la ciudad de Jerusalén,
pero los judíos presentan una resistencia feroz, casa por casa; en agosto,
Independientemente de la ejecución del Nazareno hacia el año 30 d.C., al quema dell'emplo; finalmente, en septiembre, conquista de la ciudadela
que los romanos liquidaron considerándolo como uno de tantos deses- y de la ciudad superior; ingente baño de sangre, saqueo y nueva des-
tabilizadores judíos, la crisis político-religiosa del judaísmo se agravó de trucción de la Ciudad.
forma dramática en las décadas siguientes. Independentistas judíos, sobre 71: Desfile triunfal de Tito en Roma, en el que se muestra como
todo en Galilea, y las guerrillas urbanas de Jerusalén, zelotas (fanáticos) botín la Menará, el candelabro de siete brazos cogido del Templo, re-
y sicarios (apuñaladores) realizaron durante largo tiempo atentados c~n­ producido en el Arco de Triunfo de Tito en el Foro Romano (del original
tra el poder de ocupación, representado por procuradores rapaces, m- no se ha vuelto a saber nada desde el avance de los vándalos sobre
sensibles y políticamente romos que se permitieron algunas intervencio- Roma en el 455).
nes religiosas bastante imprudentes 75. 74: Por fin, se conquista ahora, tras larguísimo asedio y hambre, el
Con todo, al gran levantamiento contra el poder romano se llegó unos fuerte de Masada, después de que los 960 zelotas que lo defendían (salvo
.¡uarenta años después de la muerte de Jesús, en los años 66-70 de nuestra dos mujeres y cinco niños) se quitaran la vida. Masada, olvidada duran-
era. Disponemos de buena información sobre el desarrollo de los aconte- te mucho tiempo, identificada y desescombrada en nuestros días y en la
cimientos gracias al escritor judío Flavio Josefa, que participó en el le- que se puede ver la imponente rampa de sitio romana 77, es hoy un mo-
vantamiento en Galilea, pero fue protegido después por los emperadores numento del Estado judío y emerge como señal de la valentía judía
de la casa Flavia y luego detalló los impresionantes eventos en su obra La hasta la muerte. Para los judíos de entonces, una catástrofe insensata y
uerra judía, que es muy tendenciosa (anti-zelota y pro-romana). Sin em- sin igual, pues no debemos olvidar que la cuarta parte de la población de
.bargo, y en contra de lo que sugiere Josefa con la intención de disculpar al Palestina -según Josefo y Tácito, unas 600.000 personas- habrían

~
ueblO' no se trató de la conjura de un único grupo o partido revolucio- perdido la vida en la Primera Guerra Judea-romana.
nario que adquirió después una amplitud creciente. No. En los años cin- Unas décadas después (132-135), y sin que de nada sirvieran todos los
uenta y sesenta se fue abriendo paso una confrontación general, soci.al y signos de advertencia, tuvo lugar el segundo y último levantamiento
eligiosa76 • La consecuencia fue una guerra del pueblo contra la domma- judío contra los romanos; totalmente desprovisto de posibilidades de
ión romana, pero, al mismo tiempo, una lucha de clases social contra el triunfo, y de marcado carácter mesiánico. Sabemos poco acerca de éF8.

~
stabliShment -aristocrático, rico y pro-romano- y representaba en lo La rebelión fue acaudillada por Simeón Ben Kosebá, al que el rabbí
ás profundo una lucha religiosa. Por su condición de pueblo elegido, los Aquiba, el maestro más influyente de su tiempo, reconoció como Mesías
judíos creían tener derecho a la libertad política, y pensaron que su reno- y como la Estrella de Nm 24,17, de donde proviene su apodo Bar Ko\5.ba'
vada fidelidad a las instituciones religiosas nacionales -celo por el Tem- (Hijo de la Estrella). Sin embargo, como atestigua el Talmud, otros lo
plo y por la Ley-les garantizaba la ayuda de su Dios para obtener la vic- apodaron Bar Kosiba (<<Hijo de la Mentira» )19. Este levantamiento, que
toria. He aquí las fechas en las que coinciden los historiadores: los romanos aplastaron de nuevo, condujo, tras la conquista de cin-
66 d.C.: Provocación del gobernador Gessio Floro, disturbios en Ce- cuenta fortines y de unos mil poblados fortificados, a la catástrofe final.
sarea y en Jerusalén, conquista de la plaza del Templo y de la Fortaleza Bar Ko\5.ba' cae en la lucha; Rabbí Aquiba padece el martirio recitando el
Antonia por Eleazar, hijo del sumo sacerdote y que fue asesinado después «Serna'». Esta segunda guerra habría costado unas 850.000 víctimas. Los
(su palacio será arrasado por las llamas, como el de los hasmoneos)j in- partidarios de Bar Ko\5.ba' que no perecieron en la lucha fueron vendidos
tervención fallida del procurador romano de Siria en Jerusalén; prepa- como esclavos. La Jerusalén antigua fue destruida por completo, y suce-
rativos bélicos en ambos bandos. de algo aún peor: una vez terminada la guerra, se construye una ciudad
67: Por orden del emperador Nerón, lenta reconquista del país bajo el nueva, totalmente helenizada. Hasta su nombre es nuevo: Colonia Aelia
mando del general Flavio Vespasiano y de su hijo Tito (que llegarán a ser Capitalina. Jerusalén se convierte en una colonia romana, con un templo
emperadores y protectores de «Flavio» Josefa); se producen en Jerusalén dedicado a Júpiter Capitalino, a Juno y a Minerva. Se castiga con la pena
enfrentamientos que tienen bastante de guerra civil; la comunidad cris- de muerte a todo circuncidado que entre en la ciudad. Aquélla fue una
tiana primitiva se traslada, según determinadas tradiciones, de Jerusalén ruptura que marcó toda una época. Difícilmente encontraremos otro
a Pella (al este del Jordán). acontecimiento que haya tenido unas repercusiones similares en la his-
68: Muerte de Nerón y cerco de Jerusalén por Vespasiano, el cual, al toria y autocomprensión del judaísmo como la pérdida de Jerusalén y del
comenzar el sitio al año siguiente, es proclamado elllperador por las le- Segundo Templo. ¿Acaso no era el final definitIVO de la Ciudad Santa de
giones orientales, deja el mando a su hijo Tito y va apresuradamente a Israel? En todos los siglos siguientes se consideró el levantamiento de Bar
Roma. Ko\5.ba' como una catástrofe costosísima y carente de sentido; hasta que

123 129
C.III. El PARADIGMA TEOCRACIA DEL JUDAISMO POSTEXllICO

-casi dos mil años más tarde, tras la Guerra de los Seis Días y de la re-
conquista de Jerusalén- se le glorificó como acto heroico. Esto que se ha Cuestiones para el futuro
llamado en Israel el síndrome Bar Kol5ba', ¿no podría poner de nuevo en
peligro al pueblo y al Estado judíos en lugar de traer la paz? ~ Para los judíos, Jerusalén, como la Ciudad de David, seguirá siendo
Hace diecinueve siglos que las tropas romanas dejaron la Ciudad y el I. el centro religioso y la ciudad de su nostalgia; y el Monte del Templo, el
Templo como un solar. Y la ciudad de Abrahán, que se habría encon- lugar del Primer y Segundo Templo (quizás también del Tercero).
trado allí con el sacerdote Melquisedec y atado a su hijo Isaac por orden Pero, ¿tienen derecho los judíos a olvidar que la Ciudad estuvo durante
de Dios, la ciudad de David y de Salomón, la ciudad de los hasmoneos y milenio y medio bajo el dominio cristiano y musulmán y que Jerusalén es una
de los herodianos, se ha convertido entre tanto, protagonizando una ciudad santa también para cristianos y musulmanes?
historia dilatada y cambiante, en la Ciudad Santa de tres religiones mun- Para los cristianos, Jerusalén, como la ciudad de Jesucristo y de la
diales. Pero Jerusalén, que, según la etimología popular judía, debería ser
la «Ciudad de la paz», se ha convertido en una Ciudad de conflicto.
t comunidad primitiva, sigue siendo la madre de todas las iglesias del glo-
bo terráqueo; y el Monte del Templo,ellugar donde Jesús oró, actuó y predicó.
No podemos desconocer que cada una de las tres religiones abrahá- Pero, ¿tienen derecho los cristianos a olvidar que esta ciudad fue durante
micas afirma tener derechos fundados sobre Jerusalén. Pero, al mismo más de un milenio una ciudad judea-israelita, que también significa mucho
tiempo, cada una de ellas se empeña en no tener en cuenta los derechos para los musulmanes, y que ellos, como cristianos, no deben poner su
de las otras dos. De ahí que las escasas 15 hectáreas (35 acres) del lugar esperanza en la Jerusalén «terrena», sino en la «celestial»?
del templo constituyan hoy el trozo de suelo más discutido de esta tierra Para los mlisulmanes, Jerusalén sigue siendo la ciudad más santa
en el que el más mínimo a buso tiene consecuencias cruentas, como se ha ) después de La Meca y Medina; y el Monte del Templo, el lugar del rapto
puesto de manifiesto en nuestros días. Sin embargo, muchos se preguntan del Profeta.
si un templo es parte esencial del judaísmo o si pertenece sólo (como la Pero, ¿tienen derecho los musulmanes a olvidar que la ciudad de Jerusalén
monarquía) a una constelación definidora de una época. ¿Pertenece a la perteneció durante 1.700 años, primero, a los judíos y, después, a los cristia-
sustancia de la fe del judaísmo o sólo a un paradigma determinado? nos antes de ser una ciudad musulmana?
Altamente diversas y diferentes son las posiciones y estrategias políticas
de las tres religiones abrahámicas a este respecto:
-Muchos judíos desean que se reconstruya el Templo; oran tres
veces al día para ello, trazan unos planos, recaudan dinero y forman sa-
cerdotes.
Sin embargo, la mayor parte de los judíos actuales no desea oír hablar
de la reconstrucción del Templo; y menos aún, de la restauración de los
sacrificios cruentos de animales, que sería la consecuencia lógica.
-También algunos cristianos desean la reconstrucción del Templo,
pero sólo porque esto sería para ellos presagio del retorno de Cristo.
Sin embargo, la mayoría de los cristianos está satisfecha con sus pro-
pios lugares de culto, y no desea la reconstrucción del Templo, que po-
dría llevar fácilmente a una confrontación con los judíos.
-No pocos musulmanes están dispuestos a derramar hasta la última
¡
gota de su sangre en favor del Domo de la Roca y la mezquita que se en-
cuentran en el sitio del Templo, para impedir la reconstrucción de éste.
Con todo, la mayoría de los musulmanes no desea otra guerra por la
«Roca santa».
Ésta es la situación polisémica y peligrosa, pero hay una cosa segura:
no habrá paz verdadera entre judíos, cristianos y musulmanes mientras no
se llegue a un arreglo pacífico acerca de Jerusalén y del Monte del Tem-
plo. En la tercera parte de este libro haré algunas propuestas concretas
sobre este punto. De momento, apunto algunas cuestiones orientadoras.

130 131
1. LA NUEVA FORMA DE VIDA FARISAICO-RABINICA

IV. EL PARADIGMA RABlNICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA bro del Sanedrín y representante de los fariseos moderados, que nunca
fueron del todo partidarios de la guerra contra Roma, fue ~acado de la
Jerusalén sitiada en un ataúd y se entregó a los romanos. Estos le per-
El judaísmo, representado en todos los lugares del Imperio romano por mu- mitieron abrir una escuela «<Bet Midras») en Yabne (en griego: Jamnia,
chos individuos cultos, y con su gran idea directriz de un monoteísmo situada en la zona costera de Jaifa), que tras la destrucción de Jerusalén
ético (recogido después por el cristianismo), ¿no podría haber tenido un se convirtió en el centro de una pequeña agrupación de letrados que for-
gran futuro en el mundo helenizado? Se habían desaprovechado todas las maba rabinos, confeccionaba anualménte el calendario judío y asumió
oportunidades. En efecto, las guerras judeo-romanas, resultado último de la paulatinamente, con la aprobación de los ·romanos, algunas funciones ju-
crisis helenística, habían producido una importante transformación. Sin diciales del Sanedrín de Jerusalén. No. No fue Masada-el lugar de los
duda, supusieron un corte más tajante que el del exilio babilónico. No fue guerreros y de la autoinmolación violenta-, que pronto fue olvidada, lo
simplemente un empobrecimiento de la población, expropiación del suelo que constituyó durante siglos, hasta la refundación ciel Estado de Is-
y desvastación del arbolado con la consiguiente mutación del clima a rael, el símbolo de la supervivencia y renacimiento judíos, sino la acade-
largo plazo, sino la eliminación casi total de grupos enteros de la población: mia de Yabne, el local de los letrados, que fue trasladado a Galilea tras el
-Habían pasado a la historia los radicales de signo político (zelotas- levantamiento de Bar Ko.kba'. En lugar de legitimar la guerra (por

IrevolucionariOS) y apolítico (esenios de vida monacal) que habían sido


barridos por la guerra.
-Pertenecían al pasado el rey, la esperanza de un pronto liberador
«justa» que fuera), los rabinos abrazaron el principio de la no violencia.
De hecho, fueron los fariseos -que habían practicado ya antes en su
vida cotidiana, en su familia y en sus aldeas la misma pureza ritual que
lmesiánico. No existía ya la ciudad de Jerusalén, que tardaría casi dos mi- los sacerdotes en el Templo (¡no sólo el Templo, sino todo el pueblo y
Ilenios en volver a ser el centro político del pueblo judío. todo el país tiene que ser santo!)-los que, tras la destrucción del Tem-
-Atrás habían quedado también el Templo, el sacerdocio, el culto, los plo, reunían las condiciones óptimas para suceder a los sacerdotes y
SaCrificioS de animales, todo el sistema cultual y legal, tan ligado al permitir una supervivencia espiritual al judaísmo. Naturalmente, el
Templo; y no había la menor esperanza de que éste fuera reconstruido en nuevo «Gran Sanedrín», que volvió a componerse pronto de 70 rabinos,
\ breve plazo ni de que el culto fuera practicado de nuevo. casi todos ellos pobres, fue una sombra del antiguo en cuanto a atribu-
-En resumen: se había desmoronado de forma definitiva nada más y ciones e importancia. Al retirarse Yohanan, la dirección de Yabne pasó a
¡nada menos que el paradigma teocrático, que parecía asentado sobre Gamaliel 11, representante de la ambiciosa Casa de Hillei y dirigente en el
bases solidísimas. Se perfilaba un nuevo cambio de paradigma. levantamiento contra los romanos. Mediante la excomunión del rabbí
Eliezer b~n Hyrcanus, Gamaliel logró eliminar a la escuela rival de la
1. La nueva forma de vida farisaico-rabínica Casa de Sammai, que tenía su propia interpretación dda Ley, y consi-
guió autoridad suprarregional, especialmente después del segundo le-
Se había prohibido, bajo pena de muerte, a todos los circuncisos (inclu- vantamiento. El respectivo cabeza de la Casa de Hillel representaba en-
so a los judea-cristianos) entrar en la ciudad, pero en un principio se im- tonces el judaísmo para Roma, deseosa de llegar a un modus vivendi.
plantó una verdadera represión religiosa: se prohibió practicar la cir- Así, el jefe de esa Casa pudo llegar a disponer del impuesto del Templo
cuncisión, celebrar el sábado, ordenar a doctores de la Ley, enseñar que debía pagar todo judío en el Imperio (ahora un im¡:lUesto anual). En
públicamente la Torá y hacer prosélitos. Sólo cuando se tuvo la impre- efecto, no dominaba sobre el país como nasi «<príncipe», patriarca),

~
ión de que la voluntad revolucionaria de los judíos se había quebrado en pero mandaba sobre el pueblo (ethnos) como etnarca. Istoconsolidó la
alestina se revisaron los decretos antijudíos o se dejó de urgir su cum- posición externa de los humillados judíos, pero simultáneamente con-
limiento. Sin duda, la religión judía se había convertido en una religión virtió al fariseísmo moderado (según el espíritu de Hillel) en el judaísmo
de diáspora en su propio país. ¡Pero aquello no significó su final! normativo por antonomasia. Comenzó un proceso de uniformación de la
¿Quién garantizó la continuidad entre el Israel teocrático y el carente interpretación de la Ley y de reducción de la pluralidad de posiciones.
de Templo, entre el judaísmo bíblico y el posbíblico? ¡El fariseísmo! Si ¿Qué resto espiritual quedó inmediatamente después ~e esta catástrofe
prescindimos del movimiento judeo-cristiano del que habrá que tratar nacional a los judíos palestinos, que se alimentaban entonces de la agri-
más tarde, de las grandes corrientes que habían e:xistido dentro del ju- cultura, de los trabajos manuales y del comercio de la sda? En cualquier
daísmo, sólo sobrevivieron al final los representantes de aquel primitivo caso, no disponían de una nueva historiografía, de llUevas salmos y
movimiento de renovación moral que se auto denominaron los «segre- composiciones ni casi de visiones apocalípticas, de literatura sapiencial o
gados» «<piadosos»); es decir, «fariseos», ¿Cómo se llegó a esto? de una filosofía religiosa como la que había elaborado Filón, el gran ale-
En plena primera guerra judea-romana, Yojanán ben Zakkay, miem- jandrino contemporáneo de Jesús. En lugar de todo esto,al principio casi

132 133
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 1. LA NUEVA FORMA DE VIDA FARISAICO-RABINICA

sólo contaban con la Ley y con los comentarios a ella. Les habían que- mera bies normas sobre la pureza, los alimentos o el ayuno. Los rabinos
dado la Escritura (los Cinco libros de Moisés, la Torá principalmente), sustituyen, pues, a los sacerdotes en el peldaño más alto de la jerarquía
los doctores de la Ley y la sinagoga, pero estos tres elementos estaban lla- social, pero no son una élite intelectual de corte monástico o célibes
mados a adquirir un valor completamente nuevo después del hundi- apartados del pueblo, como en el cristianismo. Más bien, son expertos
miento de Jerusalén y el Templo: del derecho que están comprometidos en la vida familiar y profesional y
• ¿La Escritura? Los rollos de la Torá ocupan ahora el lugar del altar, y tratan de que cada judío se convierta en conocedor de la Ley. De ese
I su estudio, junto con la oración y las buenas obras, sustituye al culto modo, el rabino se convierte en norma y modelo. Así como el obispo y el
del Templo. sacerdote cristianos de la época pos bíblica quieren aparecer ante su co-
• ¿Los doctores de la Ley? Los rabinos suceden ahora a la casta sacer- munidad como un «segundo Cristo», así el rabino pretende ser conside-
dotal. La dignidad rabínica, adquirida mediante la preparación inte- rado como una especie de Torá encarnada.
lectual, sustituye cada vez más a la hereditaria dignidad sacerdotal y le-
vítica. b) Sinagogal significa que -sustituyendo al Templo- la «sinago-
• ¿La sinagoga? La casa local de reunión, de oración y de vida comuni- ga», presente por doquier en el judaísmo, alcanza una importancia deci-
taria ocupa el lugar del Templo de Jerusalén. siva. El término griego significa tanto la asamblea, como la comunidad o
el lugar de reunión. Como centro religioso de una comunidad local
Todos estos factores nos permiten hablar ahora de un nuevo, cuarto, judía, la sinagoga representa un paso revolucionario en la historia de las
aradigma; del paradigma rabínico-sinagogal (Paradigma IV = P IV). religiones y se convierte en modelo para las iglesias cristianas y }lar a las
ambién aquí hay que constatar lo siguiente: permanece inquebrantable mezquitas islámicas. Su origen -la tradición judía antigua la hace re-
la adhesión al centro religioso, al mensaje central, a la sustancia de la fe montarse hasta Moisés- es probablemente posterior al Exilio. Los más
m judea-israelita. Yahvé sigue siendo el Dios de Israel, e Israel, su pueblo.
T ampoco la referencia del pueblo judío -disperso ahora por el mundo-
antiguos testimonios arqueológicos o lingüísticos en relación con Israel
son del siglo 1 de la era cristiana.
a la tierra prometida -aunque sólo vivieran en ella unos pocos judíos- Sin duda, también la sinagoga experimentó una enorme revalorización
llegó a perderse jamás a lo largo de los siglos. ¿Qué significa en concreto con el ocaso del santuario central, del Segundo Templo. A partir de en-
\ paradigma rabínico-sinagogal? tonces, hay sinagogas no sólo desde Galilea a Gaza2, sino por tod() el Im-
perio romano; para asambleas cultuales y no cultuales. En estas sinago-
a) Rabínico significa que, sustituyendo a la casta sacerdotal, los «ra- gas se ora en común, se lee y aprende de modo sistemático la lorá, se
binas», los «doctores de la Ley», tras una larga evolución, se convierten discute sobre ella y se la comenta con narraciones e interpretaciones de la

I
ahora en el poder dominante, pero exclusivamente los de la corriente fa-
risaica. En el paradigma precedente, los doctores de la Ley habían re-
presentado, a lo sumo, un papel secundario. En tiempos de Jesús,
«rabbí» era más bien un apelativo honorífico que se daba a los conoce-
¡ Ley. Allí se desarrolla la concepción típicamente rabínica de que el estu-
dio intenso de la Escritura, la oración hecha con regularidad y las buenas
obras pueden sustituir el culto del Templo y los sacrificios: «Sobre tres
cosas descansa el mundo: sobre la T orá, sobre el culto y sobre el ejercicio
Idores y maestros de la Torá, pero no un título exclusivo de un determi-
nado grupo o casta, de los maestros formados y ordenados 1 •
Pero ¿qué son estos rabinos en el siglo IIIIll? Como siempre, son «maes-
de las obras de amor»3. Era preciso que la tradición farisaica se hiciera
\ carne y sangre de todos los judíos desde su más tierna infancia, me-
diante las escuelas de niños. En efecto, el aprendizaje de la Toráy, por
tros de la Ley». De suyo, no son sacerdotes, dirigentes de la comunidad, COnSiguiente, el adiestramiento en general se convierten en un Ilroces?
pastores de almas ni mediadores de la salvación, sino conocedores e in- que dura toda la vida. El estudio de la Torá está por encima de lapartl-
térpretes del universal derecho religioso que han recibido una formación \ cipación en el culto comunitario.
especial (y la ordenación, durante un tiempo en Palestina). En ocasiones, Los rabinos abogan astutamente por una orientación centrista en lo
los rabinos eran al mismo tiempo agricultores, artesanos o comerciantes, religioso yen lo político. En lo religioso (ad intra), tratan de reglamentar
cuando el nasi, el patriarca o príncipe de los doctores, no les pagaba un legalmente «<haláquicamente») todos los ámbitos de la vida al tiempo
sueldo. Sin embargo, se convierten lentamente en una nueva clase social que se esfuerzan por ofrecer interpretaciones moderadas que hagan bas-
que trata de institucionalizar su autoridad sobre la comunidad (sobre tante soportable la fiel observancia de la Ley. En este campo gozan de li-
todo, mediante los juicios intrajudíos). Se perfilan de modo creciente bertad plena. En cambio, en lo político (ad extra), llegan a unenten-
como una casta de doctores -son frecuentes las dinastías de docto- dimiento con los romanos. Por supuesto que no abdican jamás dela es-
res- que se considera superior al pueblo llano ('am-ha-' are~, «campesi- peranza de un reino mesiánico, pero vinculan esta esperanza mesiinica a
no»), que no puede o no quiere observar en su vida cotidiana las innu- la observancia estricta de la Ley.

134 135
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 2. NACIMIENTO DE LA ORTOPRAXIS, MISNA y TALMUD

Por eso podemos afirmar que «cuando las gentes creyeron que estu- rra. En el marco de la auto administración judía vigente allí, bajo un
diandO la Torá y observando los mandamientos jugarían un papel crítico poderoso judío exiliado -quizás de ascendencia davídica- que cola-
¡ para la venida del Mesías, nació el judaísmo tal como lo conocemos
desde hace casi dos mil años. Además, cuando los judíos llegaron a con-
boraba con los patriarcas palestinos (principalmente en el comercio de la
seda, del Lejano Oriente a Siria y Europa), se desarrolló allí, por enton-
vencerse de que la figura del rabino abarca las tres cosas (aprender, ces, la inusitada actividad intelectual de un judaísmo que seguía siendo
ob;ar y esperar), entonces al.c~n~ó su plen,a y permanente acuñación el ju- palestino, pero fuertemente salpicado por la cultura helenista. En con-

I dalsmo. De ese modo se rabtnlzo» el )UdalSmo, como ha llegado a decir el


mejo~ conocedor de este revolucionario cambio paradigmático, el judío-
sonancia con el modelo palestino, en el siglo III se consiguió educar a esta
población judía en la observancia de la Ley según la interpretación fari-
amencano Jacob Neusner, que ha destacado con trazo más certero que saica y crear escuelas superiores rabínicas: primero la de Sura, en el sur
nadie este cambio de época. De hecho, «el rabino como modelo y auto- de Babilonia, y luego la de NahardealPumbedita (Bagdad). Pronto supe-
\ ridad, la Torá como el símbolo fundamental que organiza toda la vida, el raron en importancia a las palestinas.
estudio de la Torá como la mayor acción religiosa y la vida de acuerdo Babilonia ganó lo que Palestina había perdido: la primacía política, es-
con una disciplina religiosa como expresión primera de lo que significa piritual y cultural, y quizás también la cuantitativa. La preponderancia de
ser Israel, el pueblo de Dios», es decir, todo lo que configuraría de modo Babilonia -los res!os de la sinagoga de Dura Europos (destruida en el
\ inequívoco al judaísmo durante casi veinte siglos no lo encontraríamos en 256 d.C.) junto al Eufrates con numerosos frescos bíblicos son el único
el paradigma «teocracia» del posexilio, en la época de los Macabeos o en testimonio arquitectónico que nos ha quedado- se pone de manifiesto
lOS tiempos de Jesús. «El judaísmo, tal como lo conocemos, comenzó a claramente en el proceso de la tradición pos bíblica: menos en la Misná,
\ configurarse antes y ~espués ~e.l~,destrucción ~el Templo en el año 70 de redactada en Palestina, que en el Talmud, posterior y en el que la tradi-
nuestra era; y alcanzo su defllllclOn plena haCIa el año 600,,4. ción babilónica se impuso a la palestina.
Con ayuda de la sinagoga y de sus doctores, el fariseísmo comenzaba
ahora a quebrar toda resistencia y a imponer en el pueblo un ordena- 2. Nacimiento de la ortopraxis: Misná y Talmud
miento universal de la vida. A tal fin, la asamblea de Yabne sancionará
innovaciones iniciadas bastante antes. De ese modo, han mantenido una , Como cada uno de los paradigmas anteriores, también el actual se gestó
vigencia legal en el judaísmo hasta nuestros días:
-La regulación de las oraciones para la sinagoga y para el individuo.
Dos oraciones principales hasta hoy: por la mañana y al anochecer el
«¡Escucha, Israel!>, (Serna' Isra'el); también a media tarde la «Oración de
l en el precedente. Hemos tenido la oportunidad de comprobar que la re-
ligión judía tendió a convertirse en religión del Libro durante los siglos
posteriores al exilio. Sin embargo, tras la catástrofe nacional del 135, tras
la pérdida definitiva de la monarquía, del Templo y del sacerdocio, la
las Dieciocho Bendiciones» (Sernone 'Esre). La duodécima de éstas con- Torá -testimonio primero de las atenciones de Dios con Israel yreve-
)
tiene la maldición de los disidentes (minim) y de los judea-cristianos lación original de su voluntad- se convierte ahora en el fundamento
(no~rim). Volveremos sobre ella más tarde. En una época posterior se crea- único de la relación con Dios. La religiosidad judía es ahora, única y ex-
rán oraciones complementarias para el culto sinagogal (piyyutim)5. clUSivamente, espiritualidad-Torá en su configuración farisaica. Se trata
-La definitiva fijación del canon de los Escritos sagrados: quedó fi- de un universal «proceso de rabinizacióu»: de «re-leer (re-reading, re-lec-
jado en los 24 libros de la Tanak hebrea (el mismo canon que conservan ) ture) todo y cada frase en el contexto del sistema del rabino»7, Más
hasta hoy las Iglesias protestantes). Quedan fuera de él los 7 libros, lla- que nunca, el Libro se convierte en una autoridad independiente; en
mados apócrifos, que contiene la traducción greco-alejandrina de la Bi- norma para la pertenencia al pueblo elegido, para la benevolencia de
blia: Baruc, Ben Sira (Eclesiástico), Tobías, Judit, 1 y 2 Macabeos, Sabi- Dios y para el bienestar del hombre. El Libro es la fuente de vida para un
duría de Sal,o~ón (inclu~?os hasta hoy en el canon griego-ortodoxo y pueblo cada vez más disperso por el mundo. La vida judía, allí donde
romano-catohco). TambIen quedan fuera (y no han sido recogidos por \ exista, tiene que significar vida bajo la Torá. Esto creó una ritualización
nadie) los pseudoepígrafos: Henoc, Sibilas, Testamento de los 12 Pa- completa de la vida cotidiana.
triarcas, etc. Quedó fijado también el texto-tipo de la Biblia hebrea, vá- Para los fariseos (diametralmente opuestos a los saduceos dellemplo)
lido hasta hoy, cuya pronunciación fue determinada en la Edad Media siempre había sido importante la opinión de que, junto a la ley escrita,
mediante la añadidura de vocales al texto consonántico. , existió una «Torá oral», desconocida en los primeros tiempos, quetrans-
Pero con el nuevo paradigma también se había desplazado el centro mite las interpretaciones de la Torá escrita (junto con las divenas opi-
religioso-cultural. En efecto, tras la destrucción de Jerusalén, muchos niones rabínicas respecto de cada uno de los mandamientos y prohibi-
doctores de la Ley huyeron principalmente a Babilonia6 , que tenía una
economía floreciente. En realidad, perduraban los viejos lazos con esa tie- I ciones). Estas «tradiciones de los antepasados» no fueron escritas en la
primera fase, sino transmitidas oralmente, aunque fue aumentando el nú-

136 137
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 2. NACIMIENTO DE LA ORTOPRAXIS, MISNA y TALMUD

¡
mero de «transmisores» especializados que las aprendían de memoria.
Más tarde, comenzaron a ser escritas; primero en privado y luego de
forma oficial. Este proceso de comentaría de la Torá, de complejidad cre-
MiSná, en la medida en que sus tratados son importantes tras la des-
(trucción del Templo. En ambos centros se transmitió el Talmud, en dos
versiones bastante diferentes:

I
Ciente y de enorme amplitud, se extiende a lo largo de medio milenio, y
alcanza su culmen y conclusión en dos fases. Debemos hablar de esto
porque es un tema de bastante actualidad 8 •
-El Talmud palestinense o jerosolimitano (el Talmud Yerusalmi,
Probablemente redactado en Tiberiades) comenta sólo 39 tratados d~ la
taMisná. Poco ordenado y con frecuencia contradictorio, estuvo conclUIdo
principios del siglo V; en conexión con el final del patriarcado (425):
Primera fase: Misná 9 • Se cuenta que, hacia el año 200 d.C., el pa- -El Talmud babilónico comenta sólo 37 tratados, pero es UD tercIO
triarca Yehudá ha-Nasi compiló una seleción normativa de la «Torá más amplio (casi 6.000 páginas en folio). No estuvo terminado antes de
oral» (proveniente, al menos en parte, de los fariseos): la Misná (en he- \ los siglos VII u VIII, y se impuso en todo el judaísmo.
breo: «repetición», «doctrina»), que abarca toda la ley religiosa de la tra- En cuanto al contenido, podemos distinguir en el Talmud dos géneros:
dición oral, la Halaká (los textos edificantes, no legales, de la Misná ca- ante todo, la halaká (hebreo: «el camino a seguir»), la ley religiosa con
recen de importancia). No sabemos si el patriarca Yehudá, que trabajaría las normativas legales que obligan en lo religioso y en lo civil. Son capi-
con un equipo, pretendió crear con la Misná una colección de fuentes de tales las prescripciones sobre el sábado, la pureza y los alimentos; todo
la tradición haláquica, un manual para la enseñanza (o para los maes- detallado según la interpretación farisaica. Pero, a diferencia de lo que su-
tros) o un código legal propiamerte dicho para los tribunales. En cual- cede en la Misná, también encontramos con frecuencia, sobre todo en el
quier caso, quiso «transmitir la tradición, a la que él atribuía rango de Talmud babilónico, la haggadá (hebreo: narración, predicación) en una
ley». Cincuenta o cien años más tarde, la Misná se había convertido «en misma página: relatos, leyendas, parábolas, datos astronómicos, a,nató-
el código del derecho vinculante para todo el rabinato»lO. Cinco o seis ge- micos, medicinales, psicológicos, doctrinas ético-teológicas, es deCIr, las
neraciones de unos 260 doctores de la ley están recogidas aquí. Esta partes edificantes, no legales, de la tradición rabínica. Así, el 1a~mud
Misná, escrita en hebreo, contiene -sin hacer distinción alguna entre de- .-si prescindimos de la Misná que contiene y de unas pocas deCISIones
recho sacro (religioso) y derecho civil (profano)- 63 tratados, reunidos tomadas por los últimos redactores (saboraim, opinantes) babilonios- es
casi siempre por secciones temáticas (<<órdenes»), en número de seis: menos un código legal que decide sobre todo que un informe enciclopé-
tiempos de sementera, fiestas, mujeres, indemnizaciones, cosas sagra- dico en el que se registran muchas opiniones contrapuestas acerca de la
das (sacrificios, votos, normas alimentarias) y pureza cultual (sólo un tra- Ley y un número muy variado de temas sobre los que se discutió duran-
tado, Abot o «Padres», tiene un contenido edificante, no legal). te siglos. Bien puede decirse que se trata de «una biblioteca nacional del
Viene ahora el punto decisivo. Según la opinión ortodoxa, esta «Torá judaísmo babilónico que se orienta por la estructura de la Misná¡¡13.
oral» tiene el mismo valor que la bíblica, la escrita originariamente. No podemos menos de preguntarnos: ¿por qué este conglomerado li-
¿Por qué? ¡Porque fue ca-revelada en el Sinaí! Esta opinión era desco- terario, desoladoramente complicado y oscuro en más de una ocasión, es
nocida antes de la destrucción del Segundo Templo. Con todo, ya hemos
tenido oportunidad de ver que los rabinos se apropiaron de Moisés,
convirtiéndolo en <<lluestro rabbí». Pero, desde un punto de vista crítico,
I tan importante incluso para personas que no son judías? ResJuesta:
porque el Talmud babilónico,-comentado y editado en numerosas oca-
siones l 4, constituye hasta hoy el fundamento normativo para todas las
esta Torá oral carece de uniformidad. No se puede decir que sea algo así decisiones religioso-legales del judaísmo rabínico. Yeso es tantoco~o
como un documento llovido del cielo. Al contrario: si se le aplican crite- \ decir: para la doctrina religiosa y para la ley religiosa de la ortodOXIa
rios históricos, se percibe la mano de muchas generaciones; incluso se de- judía (con frecuencia, también para el judaísmo conservador) hastanues-
tectan huellas de revisiones practicadas por doctores o intérpretes pos- tros días. Así es como perdura hasta hoy la comprensión del ju~aísmo
teriores al año 200. )que encontró sus perfiles en el cuarto paradigma. Esto tiene comoco~­
secuencia el tradicionalismo en la doctrina y en la praxis, pero taltradl-
Segunda fase: T almud ll . Durante los tres siglos siguientes ~n un tra- cionalismo no reviste una connotación negativa para los rabinos ]i para
bajo ingente realizado por muchas generaciones- también la Misná \sus sucesores. Yana podía darse cambio o añadidura alguna en la «er-a
será objeto de comentario en los dos centros de actividad intelectual talmúdica». Sólo está permitida la interpretación con la ayuda de Lstesis
judía: en Palestina y, sobre todo, en Babilonia. Se realiza mediante la [doctrinales de los rabinos, que admiten concepciones innumerablts,con
Guemará (hebreo: «añadidura»), redactada muchas veces en dialectos frecuencia contrapuestas y, a veces, también contrarias.
arameos. El conjunto formado por Guemará y Misná constituye, pues, el A fin de evitar cualquier mala interpretación de personas no ludías,
«Talmud» (hebreo: «estudio», «doctrina» )12. Ante todo, el Talmud, con debemos señalar de inmediato que la principal preocupación dellud~ís­
I
todas sus ampliaciones edificantes, es un gigantesco comentario de la mo «ortodoxo» no gira alrededor de la «orto-doxia», de la «d~ctnna

138 ' 139


C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA

recta». En contraposición al cristianismo, ese judaísmo apenas conoció ni


conoce dogmas, catecismos, exámenes de fe o inquisición. Por ejemplo, la
discutida creencia en la resurrección se había impuesto de forma general Fuentes de la revelación
mucho tiempo antes; y las especulaciones, cálculos o movimientos me-
siánicos son, a lo sumo, algo marginal. No. Al judaísmo ortodoxo le pre-
'!? t )
ocupa en primer lugar la «ortopraxis», la «vida recta» bajo la Torá. Gira
en torno a un comportamiento cotidiano acorde con la Torá. Induda-
blemente, a la hora de enfrentarse a los disidentes, puede ser no menos ,
Biblia: Torá
,
Biblia ATINT
,
Corán

dogmático, catequizante, incluso inquisitorial y excluyente. Con todo, la


identidad judía se concreta menos en los contenidos de fe que en la rea-
lización práctica de ésta.
Ahora bien, puesto que las innumerables prescripciones contenidas en
la Torá, en la Misná y en el Talmud (y que consiguientemente desbordan
,
Misná
(Halaká)

Talmud
(Halaká + Haggadá)
,
Traditio

lus Canonicum
(derecho eClesiástico)
,
Sunna

Sharia
(ley rei"lgiosa)
los originarios cinco libros de Moisés) deben ser consideradas como pa-
labra de Dios revelada directa o indirectamente y ella permanece para
siempre, hay que observar absolutamente todo, hasta la última tilde re-
ferida al sábado, a los alimentos, a la pureza, a la oración o al culto. Por Notemos, pues, que sería radicalmente falso ver en el judaísmo y en su
supuesto, no han faltado entre los rabinos intentos para clasificar la concepción de la ley sólo lo legalista y contraponer judaísmo -y cristia-
masa de las 613 prescripciones, de los 248 preceptos y de las 365 prohi- nismo como sinónimos, respectivamente, de ley y libertad. ¿Acaso no se
biciones. Al fin y al cabo, no todo vale para adultos y menores de edad, caracterizó el antiguo cristianismo bizantino (emperador Justiniano) y,
para hombres y mujeres, para judíos y no judíos. Para los no judíos 1 especialmente, el medieval católico-romano (papa Inocencio 111) por un
sólo siguen vigentes los preceptos noéicos que ya conocemos. Según la si- legalismo asfixiante? ¿No se distinguió por aquel derecho canónico con-
tuación, especialmente cuando la vida corre peligro, puede quedar en sus- formado en la Edad Media y que no es menos complicado que el judío o
penso la obligación de determinados preceptos, y la transgresión de cier- el musulmán? A la inversa, es jubilosamente cierto que no sól() el cris-
tos mandatos acarrea como máximo un castigo leve. Sin embargo, esto \ tianismo medieval, sino también el judaísmo de la Edad Media, se vería
no significa relativizar los preceptos concretos; y menos aún, una disculpa remitido mediante la halaká al estudio de la «Sagrada Escritura» primi-
para su ignorancia, pues siempre se trata, en último término, del man- tiva. Porque, en el judaísmo rabínico, se concibe el estudio de la Torá
damiento del Dios eterno; yeso permanece para siempre invariable, in- como camino para oír la palabra de Dios y para experimentar la pre-
mutable, infalible. sencia divina (Sekinah). Es posible que ninguna otra tradición haya in-
¿Prepotencia de la tradición? Convendría que el lector cristiano o \ sistido más que la judía en el estudio de los textos sagrados como una
musulmán no juzgara con precipitación sobre este punto. ¿Acaso no se apertura, como un camino al Dios santo, al Autor de la Torá. ¡Habrá
dan paralelismos claros con ciertas líneas de evoluóón en el cristianismo que añadir que, precisamente del estudio de la Torá, viene la pasión de
yen el islamismo? Torá y Misná, Escritura y tradición, Corán y Sunna. aprender, de leer, de escribir, de los libros, del discurso y de la discusión
Con similitud aplastante, llegarán a tener igualdad de derechos en el crÍs- intelectuales, una pasión tan importante para el judío y para su talante
\
tianismo y en el islam la casi imperceptible tradición oral (Tradítio, ético?
Sunna)15 y la sagrada Escritura (<<Nuevo Testamento», «Corán»), e in-
cluso llega a veces a situarse por encima. Recordemos que quien nivela 3. Judaísmo como religión de la Torá: vida en la diáspora
elevando lo subordinado rebaja lo superior; y como las leyes de la hala-
ká, así también los dogmas de la tradición eclesiástica están fijados de '1 El tiempo de los rabinos -desde el siglo 1 hasta el VIWIII- fue tal1\bién la

I
hecho antes de tener una fundamentación bíblica. Los estudiosos pudie-
ron limitar su exégesis bíblica a «probar» bíblicamente, a posteriorí y de
acuerdo con el sistema, la doctrina tradicional existente. ¿Acaso no ha
era de los padres de la Iglesia, y como los rabinos marcaron la e~tructu­
ra del judaísmo ortodoxo, así los padres de la Iglesia acuñaron la es-
tructura del cristianismo ortodoxo, aquel segundo paradigma greco-he-
entrado también en la tradición cristiana mucho que parecía «basado» en lenista del cristianismo (sucesor del primero, del judea-cristiano). Pero
la Biblia o en la tradición y que hoy ya no se entiende? Con frecuencia, se ¿por qué no se formó en el judaísmo algo así como una patrística greco-
han utilizado interpretaciones forzadas para adecuar algo que había \ bizantina (como sucedió en el cristianismo)? ¿por qué crearon unos el
sido pensado para una situación completamente distinta. «introvertido» Talmud judío en la lengua hebreo-aramea mientras que

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C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 3. JUDAISMO COMO RElIGION DE LA TORA: VIDA EN LA DIASPORA

los otros desarrollaron una teología «extrovertida»-helenística con una Salta a la vista que el judaísmo no es ya una religión nacional, pues la
mentalidad y lengua griega o latina? mayor parte de los judíos vive «entre las naciones», en la «diáspor~», en
El hecho de que no pudiera desarrollarse en el judaísmo una patrísti- la «dispersión», desperdigados literalmente por el mundo, desde Hm~u­
ca religioso-cultural no se debió a un antagonismo entre las culturas Kush hasta Gibraltar. Pero ¿se puede equiparar lisa y llanamente «d¡as-
griega y judía, a la constatación de que la traducción griega de la Biblia y pora» con «exilio», como sucede con frecuencia en círculos de un sio-
una literatura greco-judía como la que floreció especialmente en Alejan- nismo extremo que fundamenta así en la Biblia su derecho a la tierra de
dría casi no llegó a tener eco alguno dentro del judaísmo. Tampoco se Israel y desea movilizar a todos los judíos para que «vuelvan» al Estado
debió exclusivamente a la situación política, al hecho de que los judíos de de Israel? Quizás tales sentimientos fueron muy compartidos en la Edad
habla griega, que se levantaron entre los años 115-117 d.C contra Media judía, pero es innegable que ya antes de la destrucción del Primer
Roma en Egipto (Alejandría), en la Cirenaica, en Chipre y Siria, fueran Templo existieron asentamientos comerciales judíos fuera de la tierra de
eliminados casi por completo. La razón verdadera y profunda se en- Israel. Recordemos, por ejemplo, la famosa colonia militar judía de la isla
contraba en el nuevo paradigma rabínico mismo, que, surgido de la cri- de Elefantina, en el Alto Egipto, que estuvo al servicio de Egipto y está
sis helenística, fue de tal auto-referencia, fuerza defensiva y exclusividad atestiguada en el siglo VI a.C Según cálculos del historiador judío Salo W.
que ni la cultura y filosoña helenísticas ni el derecho y el orden romanos Baron, la población judía de Palestina rondaba los dos millones en el año
fueron capaces de imponerse dentro del judaísmo durante todos esos si- de la destrucción del Segundo Templo, pero había cuatro millones de ju-
glos. El paradigma rabínico prohibió e impidió toda «mezcla» del pueblo díos en el Imperio romano fuera de Palestina, y un millón en Babilonia y
judío con otros pueblos. Esto tendrá consecuencias positivas para el ju- en otros países no romanos (con gran afluencia de conversos)19. No
díasmo, pero también negativas, como veremos!6. ¡Ironías de la historia! todos ellos eran exiliados. En efecto, el sentimiento de vivir en ~I exilio
Mientras que dos siglos más tarde los cristianos alejandrinos Clemente y será relativizado claramente, en todo tiempo, por la voluntad de muchos
Orígenes hacen historia, preparan teológicamente el paradigma helenÍs- judíos de la diáspora que, ya desde el exilio de Babilonia, no qlrisieron
tico-vetero-eclesial y contribuyen así a preparar el cambio político, su volver a Palestina a pesar de que nada les impedía ya retornar a la tierra
predecesor, el judío alejandrino Filón!?, no pasó de ser un fenómeno epi- . de Israel. Es innegable que la inmensa mayoría de los judíos prefiere in-
sódico. Con el ocaso de la Alejandría judía, también su grandiosa inter- cluso hoy vivir en la diáspora a pesar de los lazos internos que les unen
pretación alegórico-platónica de la Escritura deja de prestar su servicio. con la tierra de Israel. Desde la destrucción del Primer TemplCJ, el ju-
Se confirma aquí que el paradigma rabínico fue acuñado más por la daísmo existe en una especie de bipolaridad o, por decir mejor,en una
jurisprudencia (saber de la Ley) que por la teología (erudición sobre tensión entre la tierra patria y la periferia, entre Erez Israel (la tierra de
Dios). Así, mientras que colecciones representativas de la literatura cris- Israel) y diáspora.
tiana del primer milenio (la Patrologia Graeca et Latina de Migne o el ¿Cómo se configura la situación del judaísmo en los siglos siguientes a
Corpus Christianorum) comprenden cientos de volúmenes de escritos teo- la destrucción del Segundo Templo? Tras el paso del Imperio rOlnano al
lógicos de los que sólo una parte mínima ,es de naturaleza jurídica, en los cristianismo y después de que todos los no judíos abrazaran la creencia
escritos judíos sucede todo lo contrario. Estos giran en la mayoría de los cristiana, los judíos de Palestina quedaron en minoría y se vieron e)(_
casos en torno a clarificaciones, ampliaciones y nuevas aplicaciones de la puestos a restricciones crecientes en el Imperio bizantino, hasta el punto de
Ley. La Misná misma tiene la forma de un código, y más de la mitad del que la conquista de Palestina por el islam en el 638 fue considerada POr
Talmud babilónico y más de tres cuartas partes del jerosolimitano están ellos como una liberación. En efecto, los judíos recobraron entonc€sla Po_
dedicadas a preguntas sobre la Ley. Naturalmente, esto determinó los ul- sibilidad de asentarse de nuevo en Jerusalén, a pesar de que su centro es_
teriores comentarios y subcomentarios de los doctores 18 • Se trata justa- piritual siguió siendo la escuela de doctores de Tiberíades, en Galilea. Tras
mente del «mar de la Halaká» «<The Sea of the Halakha») con muchos el diezmo de los judíos en tiempos de las Cruzadas y a continuación de la
afluentes y corrientes paralelas, personas y lugares, como lo documenta reconquista árabe por el sultán Saladino en 1187, tuvo lugar una nueva.
de forma plástica un gran «mapa de la ley oral judía» de Abba Kovner inmigración judía que continuó bajo la dominación de los Mamelucos ell
en un original añadido a la Biblia pensado para el suplemento de la je- el siglo XNIXV. Pero ¿cuál era la situación fuera de Palestina?
rosolimitana Encyclopaedia Judaica de 1985. En este contexto, es im-
portante recordar que la primera teología judía sistemática proviene Los judíos del Imperio romano se extendieron pronto hasta Toledo y
(volveremos sobre su autor, el gaón Saadia) del siglo x. Inversamente, Lyon, hasta Colonia y Bonn. En el ocaso de la Edad Antigua y e]los al,
una ciencia canónica comenzó a desarrollarse en el <:ristianismo a partir bores de la Edad Media europea, importantes centros de vida ya¡úvidacl
del siglo XII, sobre la base del Decretum Gratiani. judía (muchas veces fundados varios siglos antes) se encuentran en la.
Diáspora:

142 143
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO·SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 3. JUDAISMO COMO RELlGION DE LA TORA: VIDA EN LA DIASPORA

-Primero, como ya hemos mencionado (a pesar de las persecuenci~­ últimas de la noche), todo el curso del año (fiestas, sábados y días labo-
nes sufridas bajo los sasánidas zoroástricos y de sus «magos»), en BabI- rables), incluso la totalidad de la vida (desde el nacimiento, circ~ncisión,
lonia: con una intacta auto administración judía bajo la dirección de ~n \maduración sexual, casamiento y familia hasta la muerte y el entierro) es-
exiliado supuestamente davídico, Babilonia fue como la segunda patrIa taba regulado para cada judío del mundo por las instrucciones de la
de los judíos, donde gozaron de seguridad y bienestar también bajo los Misná y del Talmud. Todo un determinado estilo de vida con innume-
califas islámicos del siglo XIXI. Con el declive y ocaso del califato de Bag- rables disposiciones obligatorias, reglas de vida, usos y costumbres que
dad a causa de la invasión de los mongoles en 1258, también las comu- afectan a todo lo imaginable: al peinado y al vestido, a los alimentos y
nidades judías de Babilonia perdieron toda su importancia. abIUCiones, a las formas y tiempos de oración, a la vivienda y a la vida
-En los siglos IV-VI en el Yemen del Sur de Arabia, el país de la le- sexual. Allí donde iba un judío y, al hilo del creciente urbanismo, se de-
gendaria reina de Saba, con una temprana colonia judía, donde llegó in-
cluso a existir un reino judío Himjar, que fue destruido en el 525 por los \ dicaba a la artesanía o al comercio, allí iba también el Talmud... El
agradecimiento por la Ley, el gran don de Dios, la alegría por s~ ?bse~-
etíopes cristianos (con la ayuda del emperador Justiniano). VanCia, la vinculación de la persona con Dios, determinan la eS]l~ntuah­
-En los siglos IV-VII también en la Arabia20 central (sobre todo en Me- dad rabínica. No hay actividad espiritual más elevada que el estudio de la
dina), donde tribus judías se habían integrado desde mucho antes en la \ Ley, pues ésta es la respuesta del hombre a la palabra de Dios.
vida y estructura social de los árabes, y donde -tras un primer período Repitámoslo. Se trata una vez más del mismo centro y fundamento de
en el que el profeta Mahoma trató de captarlos- fueron eliminadas u la fe judea-israelita, del Dios uno, de su pueblo y de su tierra. Pero,
obligadas a emigrar a Siria o a Mesopotamia. como después de otros cambios de época, esta sustancia de la fe se rea-
-En el siglo VIII, en el ámbito ruso, entre el Valga, el Mar Negro y el liza en un mundo y tiempo nuevos, en otro entramado de convicciones,
Mar Caspio. Aquí, el reino de los Jazares (un pueblo turco), que, para no valores y comportamientos; se la ve en otra constelación, en un para-
ser dependiente de Bizancio ni del Islam, se convirtió a la fe judía hacia el digma nuevo. No se trata simplemente de que la sinagoga sustituya al
740, pero al que el príncipe de Kiev impuso la fe cristiana en el 950.
-De los siglos VIII· XI, especialmente en España. Desde los primeros
tiempos del Imperio romano y luego en el arriano reino visigodo, los ju-
díos fueron muy numerosos aquí. Cuando los visigodos se convirtieron al
I·Templo, la Escritura al altar y el rabino al sacerd?te que presid!a.~l sa-
crificio. Más bien, se pasa ahora de la religión naCIOnal a una religIon de
la Torá:
La nueva situación obliga a que Jerusalén retroceda en beneficio de la

I
catolicismo romano, los judíos sufrieron considerables limitaciones y
numerosos bautismos impuestos. Consideraron como una liberación la
conquista de España por los árabes musulmanes en el 711 Y la apoyaron,
l. diáspora y de sus centros cultuales.
El territorio patrio (Palestina) cede su importancia a la aclimatación es-
piritual en una fe y vida judías realizadas mediante la observancia de la
igual que había sucedido en Palestina. En tiempos del califato de Cór- Torá.
daba (755-1013) y -tras la destru~ción de ést~,por bereb~res fanátic~s­ • La pertenencia nacional retrocede en favor de la pureza moral yritual
en Granada y en Sevilla (y al comienzo tamblen en la cnstlana Castilla, sobre la faz de las naciones.
\ en Toledo y en Aragón) vivió una nueva era de esplendor cultural.
• La Biblia pasa a un segundo lugar en favor de la también normativa
-En los siglos XlXI, época de esplendor en la Europa central, donde tradición: Misná y Talmud.
algunos judíos se habían asentado mucho antes de que se produjera la in-
migración de las tribus germánicas, donde comenzó la colonización en el No deja de sorprender que, sin una autoridad política o religiosa
siglo IX y las comunidades judías fueron protegidas generalmente por I.os central, el pueblo judío disperso por toda la tierra lograra conJervar la
reyes (merovingios, carolingios, otones) contra los zarpazos de la IgleSia, unidad de su religión:
de sus obispos y concilios. . . , -mediante la Torá oral fijada y recogida en el Talmud,
-En los siglos XI/XII, época de esplendor en el Egipto de los fatlmles -mediante la consiguiente lengua hebrea-aramea común y
ismaelita s (extraordinariamente bien conocida gracias a los cerca de -mediante la autoridad de los rabinos, que estaba detrás ae todo
200.000 manuscritos hallados a finales del siglo pasado en la «Geniza» esto.
(= «Escondite» o «Trastero») de la sinagoga de El Cairo. Aunque <<la autoridad rabínica no se vio libre de desafíos, sinembar-
gO jamás fue derrocada hasta la descomposición de la autoadmini,tración
De forma sorprendente, el paradigma rabínic~-si?agogal c~)llfiguró y judía, que comenzó a finales del siglo XVIII y prosiguió en e! sigl~XIX»21.
modeló no sólo la oración y e! cult<: ~e todos l.os )U~IOS espa~Cldos p~r el
I
mundo sino también su talante etlCo, su dlsclplma y estilo de Vida.
Todo el curso del día (desde las primeras horas de la mañana hasta las
Por consiguiente, hasta bien entrada la Ilustración europea. En conse-
\ cuencia, tenemos todo el derecho de! mundo a subtitular como jllruo-me-
dieval este paradigma rabínico-sinagogal que permitía dentIo de su

144 145
·ViliUS

•Minsk
•Grodno
•Voronezh
Volgog
Kiev

Bucarest.

\.

Fuente: Encyclopaedia Bntannica

o Lugares importantes de la diáspora helenística ..... Centros cabalísticos

1::.. Centros intelectuales medievales • Ciudades con importantes barrios judíos


Lugares históricos importantes
~ Lugares de matanzas medievales • Otras ciudades importantes del judaísmo helenístico y medieval

146 147
e.lv. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 4. AUTOSEGREGACION JUDIA y ANTIJUDAISMO PRECRISTIANO

Imar~o una grandísima variedad nacional y regional en las diversas co- lerante reino persa, por ejemplo e! antijudío gran rey Ajasveros/Jerjes, en
ImunIdades. el siglo v) se dieron en e! entorno «pagano» diversas reacciones enemis-
Pero tambi~n este proceso de fo~mación de un nuevo paradigma tuvo tosas globales contra judíos, aunque éstos gozarían en general de consi-

~
~' la~o ~ombno: una nada desprecIable exacerbación de la auto segrega- deración y de buen trato en el Imperio romano.
cI.on ludIa, ~?ser~able ya en la época precristiana y que dio ya entonces
le a un antIludaIsmo «pagano». Hablaremos ahora de esto. Echemos una mirada retrospectiva para ver cuáles fueron los motivos
del antijudaísmo pagano precristian025. La respuesta no carecerá de im-
4. Autosegregación judía y antijudaísmo precristiano portancia a la hora de eniuiciar d antiiudaísmo dd mundo edesiástico-
cristiano.
Externamente~ los judíos carecían ahora de fronteras, pero, en e! plano in-
, 1. Los judíos ni podían ni querían adorar a divinidad alguna que no
t~rno, los r~blllos habían ampliado de tal manera las antiguas prescrip- fuera el Dios uno. El monoteísmo exclusivo judío que se impuso en la
CIOnes relacIOnadas con la pureza que éstas se convirtieron prácticamen- época posterior al Exilio tenía que afirmarse frente al tradicional polite-
te e.n algo ~sí como fronteras ~nteriores entre el «puro» pueblo judío y la \ ísmo pagano, pero también frente al novedoso culto helenístico al sobe-
SOCIedad «I~pura», cosm?P?hta y supranacional en una época temprana, rano. Por último, tuvo que mostrarse especialmente fuerte frente al culto
y ahora creClentemente cnstlana. Porque en estos momentos el pueblo en-
al emperador romano y a la consiguiente idea mística del Imperio (uni-
tero era considerado un pueblo segregado, un «pueblo sacerdotal».
Pero el judaísmo medieval nunca llegó tan lejos como la Iglesia cris- dad del emperador y del Imperio). El judaísmo de la diáspma, que,
tiana de la Edad Medía, que osó excluir del reino de Dios incluso a los como grupo étnico-religioso especial, mantenía una relación bastante
justos de otras religiones (concilio de Florencia, 1442: «Nadie fuera de la tensa con la población nativa, tenía puesta su mirada no tanto en Roma,
la capital del mundo, sino en Jerusalén, la ciudad de David y del Mesías.
Iglesia católica, ni pagano ni judío ni herético o cismático, puede parti-
cipa~ de la vi~a etern~, sin? que irá al fuego eterno preparado para el de-
mOnIO y sus angeles SI se CIerra a ella -a la Iglesia católica- antes de la
muerte»22). El judaísmo no conoce dogma alguno que diga algo así
I También la prohibición de imágenes resultaba extraña a la gente común.
Por consiguiente, no es de extrañar que podamos encontrar observacio-
nes antijudías incluso en autores clásicos romanos como Cicerón, Séneca,

~
como «fuera de Israe! nO hay salvación». Al contrario. Hasta los rabinos QUintiliano y Tácito. Tampoco sorprende que los emperadores romanos
admiten. que todo ~o judío justo, en virtud de sus obras justas, puede utilizaran a los judíos, según la oportunidad política, como aliados
consegUIr la salvaclOn eterna. En este orden de cosas, el judaísmo rabí- ontra la población nativa o como chivo expiatorio para cargar sobre
nico sostien~ un ~niversalismo de la salvación 23 que debe ser visto junto ellos los fracasos propios.
con un partlculansmo del pueblo, que es el único elegido. 2. La presentación agresiva de su propia historia de salvación resul-
Este particularismo del pueblo judío produce efectos funestos allí ') ta?a ~nsultante para pueblos con otra cultura; en primer lugar~para los
donde se alía ~on ~na concepción r~gorista de la ley (halaká) y, así, lleva egIpcIOS. Cabe suponer que, sobre todo, la historia de! éxodo debió de
tener efectos contraproducentes en una gran ciudad como Alejandría

¡
pronto a un aIslamIento del pueblo Judío, porque no se pueden pasar por
alto las graves consecuencias de la concepción de un pueblo judío (con la mayor comunidad judía de toda la diáspora). El Contra Apionem,
«puro». Esta autosegregación socio-religiosa respecto de los no judíos defensa escrita por Flavio Josefa, y los citados autores antijudí~scorro­
(como «pecadores» públicos), que hunde sus raíces en el exilio de Babi- boran la anterior suposición. Según Josefo, una ideología antijudía se des-
lonia y es practicada ahora de forma consciente, significa de hecho una arrolló sobre todo en Egipto, donde hubo frecuentes disturbios ,iolentos
especie de auto aislamiento que provocó numerosas tensiones y conflictos y donde tuvo lugar en el año 38 d.e. un pogromo judío. Sin emliargo, ya
dentro del pueblo judío mismo y que haría que otros pueblos, mucho en el siglo III a.e., e! sacerdote egipcio Mantheo (o Manetho) narró una
antes de la era cristiana, sintieran una repulsa instintiva frente a los ju- \ contra-versión del origen de la nación judía, versión que también los ro-
díos, incluso animosidad y odio; e~ decir, todo lo que se esconde tras la manos llegaron a asumir 26 • Según esa versión, los judíos, originariamen-
fatídica etiqueta de antijudaísmo. Este nació de una serie de circunstan- te egipcios, habrían sido presa de la lepra y de otras enfermedadfs, por lo
cias ideológico-religiosas, sociales y políticas imbricadas entre sí, y no de- que se les habría expulsado de Egipto. Entonces ellos, guiados Jor Moi-
bemos confundirlo con el «antisemitismo» moderno, basado en lo racial
y en lo económico, aunque éste se remonte a aquéF4.
I sés, sacerdote egipcio apóstata, habrían fundado una nación propia,
con Jerusalén como capital. En tiempos posteriores se llegó a relacionar
Hay que sostener que el antijudaísmo -un sentimiento y actitud bá- Ia prohibición de comer carne porcina con e! temor judío a hlepra.
sicos de rechazo frente al judío por su condición de tal- precedió en va- También circularon luego diversas fábulas y mentiras (adoración de una
rios siglos al cristianismo. Ya en los siglos precristianos (incluso en el to- t cabeza de asno, sacificios de niños), algunas de las cuales se trasvasaron
después a los cristianos.
148
149
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 5. EDAD MEDIA JUDIA y COMIENZOS DEL ANTIJUDAISMO CRISTIANO

~
3. La circuncisión -antigua y extendida en Oriente, que inicialmen- ién en Roma, en Rodas y en Siria-Palestina. El antipaganismo radical
te fue para Israel uno de tantos preceptos- se convirtió en característica (odio a los gentiles) de los judíos, posteriormente algunas acciones te-
judía después del exilio babilónico, como hemos visto. Pero desde la roristas y, por último, dos grandes revoluciones judías encendieron las
\ prohibición decretada por Antíoco Epífanes y por el emperador Adriano, ideologías y resentimientos antijudíos en el Imperio romano.
la circuncisión se convirtió en prueba y señal de fe. Los no judíos con si- La desconsideración con la que era capaz de reaccionar un emperador
deraban este signo de fe como señal vergonzante, pues la circuncisión bizantino-cristiano -Constancia 11, hijo de Constantino el Grande- se
diferenciaba físicamente a los judíos de los griegos y romanos, que re- puso de manifiesto en el año 351, cuando, en conexión con una derrota
\ chazaban tal rito cruento como arcaico, bárbaro, de mal gusto y supers- romana en la guerra contra los partos, se produjo un nuevo levanta-
ticioso. miento judío en Palestina. El emperador cristiano hizo que las sangui-
4. Pero fueron sobre todo los preceptos sobre la pureza y los ali- narias leyes del pagano emperador Adriano entraran de nuevo en vigor
mentos los que no sólo diferenciaron a los judíos de los restantes pueblos con consecuencias catastróficas para los judíos: se cierran de nuevo las es-
de la ecumene helenística, sino que los apartaron. En este sentido, pare- cuelas judías, huyen los doctores, se producen determinadas restricciones
ce indudable el lado de sombra que arroja nuestro análisis del paradigma legales (por ejemplo, en lo tocante a la confección del calendario), y, fi-
\ «Torá rabínica»: «No puede haber la menor duda de que la razón para nalmente, se suprimen el patriarcado y el sanedrín en el año 425, en cir-
la extrañeza en el mundo antiguo radicó en la obediencia de los judíos a cunstancias no del todo claras29 .
los preceptos de la Ley»27. ¿Podía generar grandes simpatías un pueblo Pero --en el nuevo paradigma- el judaísmo no se cimenta en el sa-

~
que trata de «impuros» a los otros pueblos y que, en consecuencia, re- edrín, en el sumo sacerdote o en los patriarcas, sino en la sinagoga y en
chaza no sólo los matrimonios mixtos, sino incluso sentarse a la mesa la Torá, en la Misná y en el Talmud; y, consiguientemente, en los rabi-
con ellos, tener fiestas y diversiones comunes? Por su negativa a com- as, que supieron imponerse una y otra vez sobre una religiosidad po-
partir matrimonio, culto y fiestas, los judíos fueron considerados, espe- ular con frecuencia supersticiosa.
cialmente por los griegos -que constituían la élite intelectual también en
el Oriente Próximo-, no sólo como extraños, sino como enemigos, in- 5. Edad Media judía y comienzos del antijudaísmo cristiano
cluso como misántropos. Se sumaba a todo esto el precepto sabático
(= ¿día de ayuno?), incomprensible para muchos. Hecateo de Abdera Se ha visto claramente que, con el paradigma rabínico-sinagogal, había
había escrito ya a finales del siglo IV a.e. que el estilo de vida judío «es comenzado en fecha muy temprana la Edad Media judía, que tendría una
una forma de vida inhumana e inhospitalaria»28. El nefasto Antíoco larga duración. Como ha expuesto atinada mente Johan Maier, director
Epífanes se servirá de ese reproche para imponer la helenización, re- del Instituto de Judaísmo Martin Buber, con sede en Colonia, los judíos
proche que, más tarde, volverán a utilizar los romanos. existían a finales de la Edad Antigua «como un pueblo único -aunque
disperso- en una inquebrantable unidad y continuidad organizativa y
Este inconformismo político, cultural y religioso debió de estar en el cultural», y por eso «les correspondía de forma especial ser portadores de
trasfondo de las persecuciones directas practicadas por una potencia es- una colonización civilizadora-urbana, dado que disponían -desde la
tatal como Roma, siempre abierta al sincretismo y que inicialmente ob- diáspora antigua- de una acrisolada tradición en el comercio»30. Ni las
servó un comportamiento tolerante respecto de los judíos, a los que migraciones germánicas ni la conquista islámica trajeron un cambio de
había permitido incluso el reposo sabático. Sin embargo, allí donde es- paradigma para el judaísmo. En un prodigio de constancia y de resis-
tallaba la más mínima resistencia política, los romanos procedían con tencia, el mismo paradigma rabínico fue capaz de mantenerse en pie
una crueldad no menor que los asirios y los seléucidas. No olvidemos desde la dominación romano-bizantina hasta bien entrada la modernidac
que, hasta el siglo III, se hicieron idénticos reproches contra los cristianos europea, pasando por la dominación islámica, la Alta Edad Media cris-
y se ejerció idéntica coacción sobre ellos por la simple razón de que re- tiana y el tiempo de la Reforma 31 •
chazaban el culto al emperador. Sin embargo, los <ristianos no recurrie- Esta Edad Media judía, que comienza en el siglo I y perdura hasta el
ron a la violencia, como los judíos en tiempos de los Macabeos o en los siglo XVIII, difiere radicalmente de la Edad Media cristiana, que comien-
levantamientos de los años 68-70 y 132-135. Ya en el año 38 d.e. se za bastante más tarde, es preparada por los papas de finales de la Edac
produjo en la metrópoli helenística de Alejandría el primer pogromo Antigua y en el terreno teológico por Agustín, y adquiere su primera con-
judío de la historia universal. El emperador Claudio consideró necesario figuración en el siglo XI, en el Imperio carolingio, con el movimiento re-
advertir en una carta contra el odio de los griegos (autóctonos) a los ju- formador de Gregario VII, con el absolutismo pontificio, con la Esco-
díos y contra el ansia de poder de los judíos (partidarios del Imperio cen- lástica, con el derecho canónico, con el celibato y con las Cruzadas.
tralista). En el siglo l, la animosidad contra los judíos se manifestó tam- Nos preguntamos aquí: ¿Qué diferencia hay entre la Edad Media judía r

150 151
C.IV. El PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAl DE lA EDAD MEDIA
5. EDAD MEDIA JUD!A y COMIENZOS DEl ANTIJUDAISMO CRISTIANO

la cristiana? Vaya por delante una escueta respuesta clarificadora de


esta pregunta: creía en poder de la razón teológica, hasta el punto de que muchos cris-
'. En lugar de la Iglesia universal, la Torá es patria y ciudadela de la fe tianos --entre los que se encontraban algunos teólogos de élite- consi-
para los judíos medievales. deraron que la supervivencia del judaísmo era una amenaza. Partiendo
• En lugar del cesaropapismo (en el Oriente cristiano) y del papalismo c,onsciente o inconscientemente, del antijudaísmo pagano-estatal, se con~
(en Occidente), en el judaísmo reina la «catedocracia»32: el reinado no fIguró un antijudaísmo específicamente cristiano-eclesiaIJ3 . Por desgracia,
de la Sede de Pedro, sino de la sede de los doctores. tenemos que constatar una diferencia fatal entre el antijudaísmo cristia-
• En lugar de la precisión de la creencia religiosa y de un «credo» trini- n? y el pagano: «Mientras que el antijudaísmo precristiano fue esporá-
tario (con numerosos dogmas, disputas de fe y herejías), en el judaísmo dIco, de carácter local, inoficial y (salvo en la variedad egipcia y en sus
-sobre el presupuesto estricto de la creencia en un solo Dios-la pre- derivados) careció de un fundamento ideológico, el cristiano -al menos
cisión de la praxis religiosa y, así, el Codex del derecho vinculante (con desde los tiempos de Constantino- fue duradero, universal, oficial-
numerosas prescripciones legales, disputas jurídicas y escuelas diversas) mente incitado, fundamental y sustentado en un sistema ideológico. No
ocupa el primer plano. hunde sus raíces en acontecimientos o circunstancias históricos, sino
• En lugar de las Sumas teológicas, apoyadas por el derecho canónico, que se encuentra allí donde ni siquiera hay judíos» (N. R. M. de
en el judaísmo domina un sistema jurídico y moral que es universal, Lange )34. Según J. W. Parkes, lo novedoso del destino de los judíos en la
coherente y global, y regula el comportamiento en cada situación. era cristiana consiste en que la actitud cristiana, a diferencia de la paga-
• En lugar del sometimiento a ideales de un monacato autosegregante y n,a, no se basa ya en un comportamiento judío, sino «en una interpreta-
elitista (celibato, abstinencia, movimiento mendicante), en el judaísmo CIón d~ lo que, se podría considerar como una descripción del carácter -y
domina el ideal del «sí» piadoso a la vida y a sus alegrías; un «sí» que de la hIstona ludIOS respaldada por la autoridad divina»35.
todo creyente debe practicar en su vida cotidiana. Recordemos que algunos padres de la Iglesia estuaiaron hebreo -y
exégesis bíblica con profesores judíos. El primer teólogo cristiano que tra-
Ni siquiera hoy se puede decir que este paradigma medieval judío esté bajó de modo científico, el genial Orígenes, vivió entre judíos cuando fue
«superado». Hasta el día de hoy uno de los grandes grupos del judaísmo, dir:ctor de la escuela catequística de Alejandría, mantuvo relaciones
la ortodoxia talmúdico-farisea, lo transmite y lo vive en la vida cotidiana. amIstosas con ellos y los defendió frente a los paganos, aunque les cen-
En Jerusalén, Nueva York, Londres o París se trata de observar al pie de suraba fuertemente en su homilías por haber rechazado a Jesús el Me-
la letra todas las prescripciones de la Ley, también en las circunstancias sías. Uno se pregunta: ¿a qué se debió que el «anti» entre judíos y cris-
modernas y se rechazan sin ningún paliativo las innovaciones yacomo- tianos chirriara con intensidad creciente y se formara yaen el siglo 11 una
daciones religiosas a la modernidad. Para ese judaísmo ortodoxo-me- literatura adversus judaeos (Carta de Bernabé, Melitón de Sardes, Hi-
, dieval, Israel no es en primer lugar un Estado, sino una patria espiritual: pólito), de abierta animosidad frente a los judíos 36 ?
«Israel» es centro de una pureza ritual y moral salvaguardada mediante
la observancia de la Torá allí donde uno viva. Oiremos más sobre este Se han escrito bibliotecas enteras sobre este tema, ,lo veremos con
tema, pero, de momento, nos quedamos en la historia; una historia que, mayor claridad cuando hayamos tratado los orígenes dddistanciamien-
a diferencia de la llena de éxitos del cristianismo y del islam, se asemeja to completo de judíos y cristianos. Para facilitar la coIl1prensión, nos li-
más a una historia de sufrimiento. mitaremos de momento a mencionar algunos factores importantes e in-
La culpa de la confrontación entre judíos y cristianos (ya en el año terrelacionados a los que se debió el antijudaísmo ¡specíficament(
49/50 era de tal calibre en Roma que el emperador Claudio desterró de la eclesial:
capital por algún tiempo, a ambas partes) no puede ser cargada sólo en la 1. Creciente alejamiento de la Iglesia de sus raíces l¡breas y vetero-
c,uenta de uno de los dos bandos. ¿Representaba la joven «herejía» cris-
tIana una amenaza real para el judaísmo? ¿O sucedió más bien que las
comunidades cristianas tuvieron que constatar con amargura la actitud
I te~ta_mentarias a causa de la helenización y universalizaóón del mensaj(
cnstIano.
2. Reclama su derecho exclusivo a la Biblia hebrea una Iglesia que no

l
enemistosa de las comunidades judías cuando el emperador Nerón inició le tributa los honores debidos, sino que la utilizaba casi¡xclusivament(
la época de persecución? Con la mirada puesta en el presente, trataremos -mediante la exégesis tipológico-alegórica- como legitimación divina
en la segunda parte por qué se fraguó tan pronto en Palestina la separa- de su propia existencia.
ción entre judíos y judeo-cristianos. Incluso sin las consideraciones que 3. Ruptura de las conversaciones entre la Iglesia y lalinagoga, con el
haremos allí, se puede comprender que el judaísmo sobreviviente a la des- consiguiente aislamiento respectivo. Con frecuencia el JUonólogo apolo-
trucción de Jerusalén constituyera un desafío para el cristianismo que se gético sustituyó al diálogo.
, 4. La culpa de la crucifixión de Jesús, que se atribu}ode modo gene-

152
' 153
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA
5. EDAD MEDIA JUDIA y COMIENZOS DEl ANTIJUDAISMO CRISTIANO

ral a <<los judíos», a todos los judíos, de forma que su expulsión y dis- ciOnariO construir o ampliar sinagogas, toda actividad proselitista. Pre-
persión aparecían como justificada maldición de Dios sobre un pueblo cisamen;e esta prohibición de la actividad proselitista ?~liga al judaísmo
tcondenado. \ --que había sido en tiempos anteriores una religión mlsI~~era ca? u.n ta-
Ya en la segunda mitad del siglo 11 Melitón de Sardes, obispo de Asia lante ofensivo lleno de éxitos- a una funesta concentraClOn en SI mIsmo
Menor, deja caer la fatal expresión (hija de una cristología ajudía-anti- y a la autorreproducción, hasta el punto de que, en tiemp?s I?osteriores,
judía) que tan nefastas consecuencias históricas tendrá: «¡Escuchad y ved, será fácil poder hablar de él como de una especí~i,ca «ra~~ ludIa». ~or ese
todas las estirpes de la tierra! ¡Un asesinato inaudito tuvo lugar en Jeru- \ tiempo convergen los esfuerzos de autosegregacIOn rablllIcos (motIvados
salén! ¡Dios ha sido asesinado! ¡El Rey de Israel ha sido eliminado por por la halaká) y la praxis discriminatoria cristiana (p()r ;azones teológi-
los rectos de Israel!»37. Nacía así la acusación de que los judíos son ca-políticas) y conducen a un aislamiento total del ludaIsmo en las pos-
«deicidas». No había ya aquí un afán de conversión, sino de hostiga- trimerías del Imperio romano.
miento a los judíos. Ahora, los judíos asentados en territorios imperiales viven práctica-
mente fuera del Imperio, lo que hace que muchos de ell~s. consId~ren su
El cambio constantiniano acaecido en el 312/313, y por el que el em-
perador Constantino el Grande (306-337) permitía una ilimitada libertad
\religiosa al tiempo que favorecí~ a Ja I~lesia católica, n? sign~ficó.~n di-
recto empeoramiento del status ludIO. Slll duda, la termlllologIa utIlIzada
I
' situación actual como la de una gola, de un verdadero eXIlIo, y reVIvan la
esperanza de una pronta y liberadora venida del Mesías. ~i~ntras que
teólogos y obispos, como Agustín, c~nside~an que se de?~ mIsI0r:tar,a los
judíOS (según él, y en contra de la teSIS habItual del delcldlO, los ludIOS, a
por Constantino (sobre todo cuando se dirigía. a la Iglesia) para ref~ri~se )pesar de su culpa, tenían la posibilidad de convertirse), otros, como

I a los judíos era sumamente enemistosa (¿debIdo a sus asesores cnstIa-


nos?). Sin embargo, como afirma G. Stemberger oponiéndose a juicios
Ambrosio de Milán, impiden la reconstrucción de sinagogas. IJ:?-cluso
ObiSPOS como Crisóstomo en Constantinopla, predican contra los Judíos
globales que hablan del final de la tolerancia en lo tocante a los judí~s,
sería «erróneo considerar a Constantino como un declarado adversano
de los judíos», puesto que <<las leyes qu~ dictó Const~ntino n~ ~ign.ifica­
l anticipando el estilo antijudío de demagogos posteriores3~. Dicen que la
sinagoga es un lugar donde se quebranta la ley, un distrIto de~ mal, un
bastión de Satanás. Afirman que los judíos son unos glotones fIesteros y
ron un empeoramiento real para los judIOs; al contrano, sus pnvIlegIos se unos ricos avariciosos que no sirven para el trabajo; sólo para ser dego-
\vieron reforzados en más de un aspecto»38.
)llados (l). Sin embargo, y a pesar de todas las medidas tomadas contra
El auténtico giro de la política imperial se produjo casi un siglo des- los judíos, el judaísmo siguió presente en todo el Imperio c.o~o una r~li-
pués de la muerte de Constantino. Después de que Teodosio el Grande giÓn viva. Incluso hubo por entonces en Constanti~opla cnstIan?S (¿«Ju-
(379-395) hubiera ya puesto fin a la libertad religiosa y en el año 380 hu- daizantes» o judea-cristianos?) que asistían a la sllla!joga los sabados y
J biera declarado el cristianismo religión del Estado y crimen de Estado el \festivos y disfrutaban con las ceremonias judías.
paganismo y la herejía, el emperador Teodosio 11 -mediante leyes de ex- Más difícil fue la situación de los judíos en Alejandría, la gran ciudad
de su diáspora. Una multitud ~anatizada los expulsó .deallí ~n el año ~15.
I
cepción eclesiástico-estatales (Codex Theodosianum, 438)- de hecho ex-
cluyó al judaísmo del Imperio sacro, al que se accedía sólo a través de los No era infrecuente que un ObISPO, sacerdote o monle es~vIera detras de
sacramentos de la Iglesia. Consecuentemente los judíos -tras la for- \ acciones de esta naturaleza. En este caso, movió los ndos nada menos
mación de una Iglesia imperial- rechazarán también la ideología impe- . que el famoso y temido patriarca Cirilo. Este partidario de un~ cristo10-
I rial de coloración cristiana (¿el emperador cristiano y su reinado como
reproducción de la realeza celestial de Dios?) y la Iglesia imperial abrirá
sus puertas al antijudaísmo específicamente pagano y lo reforzará pode-
gía extremadamente ~e~enista y por. c.onsigui~nte antijudía (~!,lStO 120see
\ sólo una naturaleza dIvllla = monoflSlsmo), hIZO que elconcllto de Efeso
definiera en el 431, antes de que se presentara el partido opuesto, la «ma-
rosamente con motivos cristianos. ·lternidad divina» de María: María no es sólo Khristo-Ioko.s «<eng~ndra.
La Iglesia ha olvidado por completo los tiempos en los que fue perse- dora de Cristo») sino Theo-tokos «<engendradora deDlOs»). Sm em·
\guida. La misma Iglesia católica que poco tiempo antes había sido una bargo, en cuanto ~l Imperio en su conjunto, fue el CorjIUS Iuris Civilis del
minoría sin derechos, perseguida, en el Imperio romano, se sirve ahora archiortodoxo emperador Justiniano (527-565) el que,en ~l contexto de
Idel Estado para convertir al judaísmo -reJigio licita, «religión permiti- la lucha contra las herejías, intensificó las medidas aI}!I!udlas de Teodo·

~
a» hasta entonces en el Imperio romano-- en una magnitud de derecho sio 11 (prohibición de tener esclavos cristianos, medida que tendría con-
menor a la que no se aniquila, pero a la que sí hay que separar de los ám- secuencias ruinosas para la economía, y limitaciones para el culto judío j.
bitos cristianos de vida y aislar socialmente. A esa finalidad responden las El Codigo de Justiniano sería la pauta para la legislacion medieval de La
rimeras medidas de represión: se prohibe el matrimonio mixto de pro- Iglesia y del Estado sobre los judíos. .
sélitos (conversos al judaísmo), el acceso de judíos a un puesto de fun- El Imperio occidental de aquellos siglos estuvo centrado en los mov]·

154 155
C.IY. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 6. LA ESPAÑA MUSULMANA: LO QUE UNE A JUDIOS y MUSULMANES

,mientos migratorios de los pueblos germánicos, a los que tampoco pudo , Con todo, a los judíos les fue mejor bajo la dominación del islam (::: «Is-
sustraerse el papado, que había asumido en Occidente el puesto de los mael», jotro hijo de Abrahán!) que bajo el cristianismo, que bajo el Impe-
I emperadores romanos. De ahí la coronación del «bárbaro» Carlomagno
como emperador romano en el año 800, que provocó en los griegos
rio romano y el romano-germánico (= «Edom», la descendencia de Esaú,
\hermano de Jacob, al que envidiaba). ¿Sólo a causa de la maldad y ani-
una irritación que no han superado aún. Comenzó a configurarse aquí un mosidad de los cristianos? No. Hubo motivos y trasfondos muy reales 42 :
l nuevo paradigma intracristiano, el paso del paradigma helenístico de la
Iglesia antigua al paradigma católico-romano de la Iglesia medieval.
Pero los judíos, que esperaban de nuevo el cambio de la salvación esca-
¡ -En el Imperio islámico, la minoría judía contó, a pesar de las res-
tricciones, con una base jurídica de obligatoriedad general con derechos
asegurados (también el de la propiedad personal), base legal que faltó en
tológica, comenzaron -precisamente en la era de los reyes carolingios- Occidente debido a las migraciones y que en el Imperio bizantino fue sus-
) un nuevo cómputo del tiempo que continuaba la cronología bíblica y tituida de forma creciente por una legislación antijudía.
que, como se comprobó más tarde, comenzaba con el año de la creación -Frente a las autoridades islámicas, los judíos dispusieron desde un
(= 3.761 a.C.). principio de autoridades espirituales centrales reconocidas en el marco de

l
Mientras que el papado, que se robusteció pronto, practicaba -sobre una auto administración supracomunal (gaones/jefes de las academias
todo con Gregario Magno, hacia el año 600- una política relativa- entre los exiliados babilónicos; autoridades equivalentes también en
\
mente transigente respecto de los judíos aludiendo a la prometida con- Egipto y en España), mientras que en la Europa cristiana las comunida-
versión de éstos en el final de los tiempos (conversión mediante el con- des judías autónomas vivían desde antiguo yuxtapuestas y no eran re-

l vencimiento con una actuación bondadosa o mediante el ofrecimiento de


ventajas materiales, pero nunca con métodos violentos o bautismos im-
puestos), en la Francia de los albores medievales y, sobre todo, en Espa-
presentadas por una autoridad suprarregional.
-Después del hundimiento de la Siria cristiana, los judíos pudieron
volver a ser útiles al Imperio islámico en el comercio oriental y medite-
ña, se tomaron las primeras medidas coercitivas directas, si bien esporá- rráneo, mientras que en el ámbito cristiano tuvieron que ceder pronto el
dicas hasta las Cruzadas, contra los judíos. También el obispo Isidoro de comercio con el mundo islámico a las ciudades italianas, que ¡j finales
\ Sevilla (t 637), considerado como el último padre de la Iglesia occidental, de la Edad Media también asumieron el protagonismo en el ámbito is-
se significó por una desdichada polémica antijudía. No pudo sospechar lámico.
que, setenta años más tarde, España sería dominada por los musulmanes -Los judíos pudieron utilizar el árabe, lengua hermana del hebreo,
I ~urante más de siete siglos, que el islam haría acto de presencia en el con-
tmente europeo como una nueva potencia mundial y como una nueva re-
'(como lengua franca para el comercio y el trato internacional, mientras
que siempre tuvieron grandes dificultades con el latín, que, aUlI siendo
ligión universal, como gran contrincante del cristianismo. No es de ex- lengua internacional, estuvo circunscrita esencialmente al clero y alos es-
I trañar que las noticias de la buena colaboración judeo-musulmana
causara estupor en Occidente.
tudiosos. En consecuencia, aquellos judíos tuvieron que utilizar unos
idiomas nacionales poco cultivados aún.
-Los judíos se sentían religiosamente más cerca de los muslllmanes
6. La España musulmana: lo que une a judíos y musulmanes que de los cristianos a causa del monoteísmo inequívoco sin dogmas inin-
teligibles y a causa de similares preceptos sobre la pureza y los alimentos,
Naturalmente, tampoco bajo la dominación islámica hubo una «igual-
dad de derechos» en el sentido moderno. Los judíos (y los cristianos) su-
j mientras que se veían más distantes de los cristianos por la ya ple]amente
desarrollada doctrina de la Trinidad y de la Encarnación que porla pri-
frieron numerosas limitaciones 40 • Con todo, los judíos consiguieron mitiva disputa sobre la Ley y la circuncisión.
grandísimos éxitos en una situación de esas características: tanto en -Dentro del ámbito islámico, los judíos se vieron confrontados muy
Babilonia como en Siria, en Egipto como en el Norte de Africa yen Es- pronto con la filosofía islámica y, sólo en parte, con la pretensiónteoló-
paña. En virtud de las «leyes de Omar», provenientes del siglo VlIlVllI, en gica del islam, mientras que se enfrentaron con la teología cristiana a par-
teoría ninguno de los pertenecientes a las otras dos «religiones del tir del siglo XII, pero aquí abordaron enseguida y de frente la pntensión
Libro» (respetadas, pero a las que se tenía por superadas) podía tener un \ de los cristianos a la posesión exclusiva de la revelación (constituyó una
cargo estatal, un esclavo musulmán, una casa más alta que la del vecino excepción la corte del emperador Federico II en la Sicilia del siglo XIII).
musulmán, no podía montar a caballo, ni tener nuevas casas de Dios ni
practicar de forma llamativa su propia religión, pero sí tenía permiso La «edad de oro» de la España musulmana muestra de forma ejem-
para utilizar una vestimenta especial y estaba obligado a pagar impues- Plar hasta qué punto consiguieron judíos y musulmanes una comivencia
tos (inmobiliario y personal). En general, los shiítas fueron más severos armoniosa a pesar de la dominación musulmana y de las restriccicllles im-
que los sunitas41 • \puestas a los judíos. Desde luego, el caso de España desmiente la pre-

156 157
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA

' tendida «enemistad hereditaria entre árabes y judíos». Esta simbiosis


árabo-judía fue, tras la judeo-helenística, la segunda interacción de la his-
/ toria universal entre la cultura judía y otra extranjera. A diferencia de lo
que pasaba en otros países europeos, los judíos pudieron dedicarse en
mayor medida a la agricultura. Pero no debemos silenciar que los judíos
estuvieron muy implicados en el comercio de esclavos que floreció desde
Lo que creen los judíQS
el Oriente Próximo hasta la Europa oriental. Pero en Córdoba y en
otros centros, los judíos (al menos la clase alta) hicieron suyas la lengua,
vestimenta y costumbres árabes, participaban plenamente de la vida cul-
tural, política y económica, y se distinguían por su porte distinguido de
los judíos de otros países. Así, se llegó en España a la más fructífera sim- 1. "Creo con plena convicción que el Creador hizo y guía todas las criatu-
biosis entre judíos y musulmanes, que se manifestó en un incomparable ras, y que él solo realizó, realiza y realizará todas las obras.
esplendor intelectual de las ciencias y de las artes, en lo que contribuye-
2. Creo con plena convicción que el Creador es único, que ninguna unidad
ron decisivamente la filosofía y teología judías, la lingüística y la poesía
es igual a la suya en aspecto alguno, y que él solo fue, es y será nuestro
profana (la primera literatura amorosa desde el Cantar de los Cantares), Dios.
las ciencias naturales y la medicina y una diversificada actividad traduc-
3. Creo con plena convicción que el Creador no es un cuerpo, que lo corpo-
tora (árabe-hebrea-latina). En el siglo x, la España musulmana sustituyó
ral no es inherente a él, y que no tiene igual.
como centro intelectual del judaísmo a Babilonia, donde también se dio
, un fructífero intercambio entre musulmanes y judíos en el siglo IXIX. 4. Creo con plena convicción que el Creador es el primero y será el último
Mediante su traducción e interpretación de las obras platónicas y 5. Creo con plena convicción que sólo el Creador merece adoración, y que
aristotélicas, los filósofos árabes prepararon la escolástica judía y la cris- no se debe adorar a otro ser fuera de él.
tiana. La mayor figura simbólica del judaísmo hispano sigue siendo el 6. Creo con plena convicción que todas las palabras de los profetas son
más importante sabio de la Edad Media: el cordobés Mosé ben Maimón verdaderas.
(1135-1204)43, conocido en Occidente por Maimónides, que ejerció su
7. Creo con plena convicción que el profetismo de nuestro maestro Moisés
actividad principalmente en Marruecos y en Egipto y que, como médi- es verdadero, y que él es el maestro de todos los profetas que existieron
co, comerciante, jurista, filósofo y teólogo, trató de reconciliar con su antes de él y de cuantos le sucedieron.
obra principal, Guía de perplejos, la fe religiosa y la razón (como los fi-
8. Creo con plena convicción que la Torá, tal como la poseemos ahora, fue
lósofos musulmanes Avicena y Averroes o más tarde, en el cristianismo, dada a nuestro maestro Moisés.
,Alberto Magno y Tomás de Aquino). Ha sido el mayor modelo para
todos los sabios judíos hasta hoy. La Confesión de fe redactada por 9. Creo con plena convicción que esta Torá nunca fue cambiada y que nin-
guna otra saldrá del Creador.
Maimónides en el 1168 y conservada en su comentario de la Misná 44 se
ha impuesto en el judaísmo a pesar de todas las críticas. Fue sometida 10. Creo con plena convicción que el Creador conoce todas las acciones de
con frecuencia a refundiciones literarias y se encuentra hoy como con- los hombres y todos sus pensamientos, pues se dice: "Él, que formó los
corazones de todos ellos, entiende también sus acciones".
fesión de fe en los devocionarios, al final de la oración matutina. Ex-
presa los puntos de fe comunes con el cristianismo y con el islam (en 11. Creo con plena convicción que el Creador hace el bien a los que obser·
cuanto a la existencia, unidad, incorporalidad, omnisciencia de Dios, van sus mandamientos, y castiga a los que los trasgreden.
sobre la retribución y la resurrección), e indica con igual claridad lo que 12. Creo con plena convicción en la aparición del Mesías y, aunque él se De-
les separa: frente al cristianismo, la absoluta simplicidad de Dios y la fe mora, aguardo diariamente su llegada.
en el Mesías que está por venir; frente al islam ya su Corán, la validez 13. Creo con plena convicción que tendrá lugar la resurrección de los mUEr·
eterna de la Torá mosaica, tos cuando le plazca al Creador.
La religión judía, como la cristiana y la musulmana, es esencialmente
desde sus orígenes una religión histórica, y difiere por completo de toda Alabado sea su Nombre y loado su recuerdo por siempre jamás».
religión natural. Sin embargo, tanto desde la perspectiva islámica como
de la cristiana hay que preguntar: ¿es lícito reducir esta dilatada y dra- Credo de Maimónic:;.
mática historia del pueblo judío, especialmente la historia .le los judíos
con los cristianos, a sólo una historia de sufrimiento?

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e.lv. EL PARADIGMA RABINleO·SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 7. NO OLVIDEMOS LA HISTORIA LLENA DE EXITOS DE LOS lUDIOS

7. No olvidemos la historia llena de éxitos de los judíos occidental, Bernhard Blumenkranz (París)50 ha dado el título de Rela-
ciones de buena vecindad a la primera parte de su libro, que estudia la
Antes de entrar en la triste sima de la persecución eclesiástico- medieval época que va desde el año 430 (Agustín muere en plena migración de los
de los judíos, debemos hablar -siguiendo a historiadores judíos como pueblos) hasta el 1096 (comienzo de las Cruzadas). Según este autor, a
Salo w. Baron45 , Bernhard Blumenkranz, Peter Riesenberg y David pesar de las fundamentales diferencias de fe entre el judaísmo y el cris-
Biale- de algo que se suele olvidar o silenciar con excesiva frecuencia y tianismo, a pesar de las polémicas teológicas y de los esfuerzos misione-
que puede tener una incidencia a la hora de combatir la animosidad ros realizados por ambas partes, la diferencia que existió durante muchos
contra los judíos y de trabajar por conseguir una mejor convivencia de siglos no significó lisa y llanamente oposición y conflicto. Reconoce que
judíos y cristianos en el futuro. Porque la persecución de los judíos en la los más fuertes cometieron abusos de poder (casi siempre los cristianos;
cristiandad no fue una situación permanente, sino provocada por deter- excepcionalmente, por ejemplo en España, también los judíos) en nu-
minados factores, sobre todo de orden socio-económico. Con otras pa- merosas ocasiones; y que las mayorías, allí donde se daban, trataron a las
labras: junto a la terrible historia de sufrimiento, debemos recordar tam- minorías -hasta hoy- como minorías, como unidades con menores de-
bién la admirable historia de éxitos de los judíos durante todos los siglos rechos. Pero eso no debería llevarnos a olvidar que en el siglo XI des-
que han precedido a la creación del Estado de Israel. Esto vale no sólo puntó un cambio radical en la actitud de la Iglesia católico-romana
para el ámbito islámico, sino también para el cristiano. hacia los judíos, cambio que se consolidó mediante las Cruzadas (contra
La historiografía judía, que había vivido momentos de esplendor musulmanes y judíos) y abarcó toda Europa.
sobre todo en los siglos de la monarquía, parece ensombrecida en la Desde ese amplio horizonte histórico, Peter Riesenberg (Universidad
Edad Media por el trabajo en la Torá oral y escrita. Pues bien, esa his- Washington, Sto Louis/Mo.)51 llama expresamente la atención sobre lo si-
toriografía -bastante maniatada por la dispersión del pueblo judío- ex- guiente: si contemplamos la historia del judaísmo desde la época hele-
perimentó un poderoso auge a raíz de la Ilustración. Debemos nom- nística hasta el Renacimiento italiano no a través de unos cristales enne-
brar aquí la obra en once volúmenes, fundamental aún, de Heinrich grecidos por los aterradores eventos acaecidos en nuestro siglo, si vemos
Graetz Historia de los judíos desde los tiempos más antiguos hasta el pre- las violencias antijudías en el contexto global de la suerte de muchas mi-
sente (1853-1875) y la no menos clásica de Simon Dubnow Historia uni- norías nacionales y religiosas, en el contexto del odio al enemigo y de la
versal del pueblo judío (1925-1929), en diez volúmenes. Una de las intolerancia religiosa, tendremos que convenir en que las humillacio-
obras mejores y más reciente es la de H. H. Ben-Sasson, profesor en la nes, violencias, destierros y asesinatos masivos cometidos con los ju-
Universidad Hebrea de Jerusalén, editor y co-autor de la History of the díos en aquella época también se repitieron -lamentablemente- en
Jewish People46 , de 1.200 páginas, y citada con frecuencia aquí. Sin otras minorías y pueblos pequeños. Recordemos al respe(to la historia de
duda, Ben-Sasson ha expresado el sentimiento básico de muchos judíos al los griegos, maniqueos y nestorianos; las cruzadas contra los musulma-
decir que «la persecución y humillación de los judíos» fueron siempre nes, los cristianos bizantinos y contra los herejes de la I~esia occidental
«actos de una política deliberada» contra los judíos y que la inmensa ma- (cátaros y albigenses); desempolvemos las innumerable~acciones terro-
yoría de éstos casi «eligió el destino de una persecución constante» por- ríficas de la época de la Reforma, las cometidas en b Guerra de los
que «prefirieron ser leales a su fe, a su pueblo y a su herencia»47. Treinta Años y la matanza de millón y medio de armenios en la Turquía
Sin embargo, otros destacados especialistas judíos ponen entre signos de nuestro siglo ... Naturalmente, al recordar estos hechos no buscamos
de interrogación aquellas aseveraciones que generalizan y heroizan la per- una disculpa histórica, una bagatelización o una «histoJización» nivela-
secución48 . Salo W. Baron (Universidad de Columbia/Nueva York) no dora, sino una necesaria complementación histórica.
coincide con Dubnow, que se orienta por la diáspora, ni con los histo-
riadores más recientes que se centran en Israel. El trata de presentar la No podemos pasar por alto lo positivo de la historia judía. Precisa-
diáspora y Erez Israel como dos centros de la creatividad judía. En su mente la diáspora judía -<:uyo derecho a existir han puesto en tela de
obra de muchos volúmenes trata de corregir la interpretación de la his- juicio algunos israelitas actuales- se distinguió no sóloror logros eco-
toria judía como una pura y pasiva historia de sufrimiento. Pretende en- nómicos, sino también por éxitos espirituales e intelectuales muy supe-
mendar aquella visión «llorosa (lacrymose) de la historia judía que en- riores a los conseguidos por otras minorías. La inmensa mayoría de la
tiende el destino de los judíos en la diáspora como una secuencia producción literaria judía (miles de poemas en hebreo), lafilosofía de la
ininterrumpida de miseria y sufrimiento», y se esfuerza por mostrar en religión, la teología, la mística y la ciencia provienenae la diáspora
todo momento relatos y elementos de mutua fecundación entre los judíos judía. Recuérdese la importancia que, tras el ocaso de laciencia judía en
y su entorn049 • Mesopotamia,a1canzó en Maguncia el sabio rabino Gerlhon ben-Juda,
En su bien documentada obra sobre Judíos y cristianos en el mundo que hasta rivalizó con la autoridad del último gaón (]Ji, muerto en el

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8. PERSECUCIONES CRISTIANAS DE lUDIOS Y SUS «MOTIVOS.
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA

1038). Le sucedió otro personaje aún más importante, el rabino Shlomo no s~n que los ,iudíos protestaran con vehemencia. Sin embargo, los judíos
Yitzshaki, llamado Rasi (1040-1105), considerado durante largo tiempo pudieron sentirse al menos más seguros en el gueto y desplegar una vida
como el comentarista normativo de la Biblia y del Talmud52 • cultural más intensa (todavía hoy desean en Norteamérica no sólo los ju-
Independientemente de que se entienda la existencia concreta de la díos ortodoxos, sino también los chinos y otros grupos étnicos, una
diáspora más como via crucis, como penitencia por los pecados de los ethnic neighbourhood53 , una vecindad étnica). Era inevitable que, antes o
pad~es, como proclamación del nombre de Dios entre los pueblos o, d~spués,. esta «guetización» impuesta trajera consigo una falta de espa-
senCillamente, como un lugar de mejores posibilidades económicas, es in- CI<:,S. habitables, malas condiciones higiénicas y, finalmente, restricciones
negable la vivacidad de las comunidades judías diseminadas por el ofICiales en cuanto a matrimonios y número de hijos.
mundo entonces conocido; desde Mesopotamia hasta España. Y podría- En cualquier caso, la visión que tenemos hoy de la historia no debería
mos contar muchas cosas sobre florecientes comunidades judías en el hacernos ignorar la relativa tolerancia ni la pacífica y separada coexis-
Norte de Africa (jKairuán!), entre los carolingios, también en Alemania tencia de judíos y cristianos durante siglos. No obstante, con esto no se
o en la Italia de los siglos XIV-XV. En conjunto ya pesar del estatuto de pretende enmascarar la verdadera dimensión de la historia de sufri-
minoría, de fuertes restricciones y de disturbios ocasionales fue una miento judía. Pero -para superar las dificultades actuales también en el
historia -al menos hasta las Cruzadas- de logros altamente impresio- O!iente Próximo- es de suma importancia tener presen~e lo que Peter
nantes. En consecuencia, no podemos menos de sumarnos al juicio de Rlesenberg ha formulado de la siguiente manera: «La historia judía
Riesenberg cuando afirma que, vista en su conjunto y en comparación puede seguir siendo historia judía aunque no recarguemos las tintas de la
con otros pueblos o grupos más poderosos, el judaísmo fue la única miseria, de la persecución y de los sufrimientos específicos. No pretendo
minoría de diáspora en el mundo cristiano que consiguió éxitos sor- negar los sufrimientos judíos ni el papel constructivo que el recuerdo e in-
prendentes durante largo tiempo. Gozando de frecuentes privilegios en cluso la exageración de este sufrimiento han representado en los últimos
sus asentamientos comerciales, muchos judíos tuvieron libertad de adua- dos mil años de la historia judía. Bien al contrario, mi intención es la de
na y de mercado en todo el Imperio alemán como «siervos de la Cámara insuflar una mayor conciencia en los judíos contemporáneos' incluso
Imperial», dominaron durante largo tiempo el comercio del Mediterrá- hacer que se sientan más orgullosos de su dilatada historia de adaptació~
neo, que pasaría después a ciudades italianas; controlaban el comercio in- exitosa, de su supervivencia y creatividad en el mundo entero. Han sa-
traeuropeo y el de Oriente con la Europa del Este. Por eso, hasta las Cru- ~ido conse~var su propia identidad y su mentalidad específica en todo
zadas, hubo un número relativamente grande de judíos acomodados tipO de SOCiedad. Incluso han hecho grandes aportaciones a muchas ci-
incluso ricos (Aarón de York, por ejemplo, fue el hombre más rico de In~ vilizaciones no judías mientras que desarrollaban la suya propia»54.
glaterra entre 1166 y 1185). Y fueron todo eso en virtud de sus presta- En consecuencia, la historia de los judíos desde el ocaso de Jerusalén
ciones, no sólo en el terreno económico, sino también en el del gobierno h~sta ~a Era Moderna europea ha sido una historia de impotenóa y una
de la ciencia y de la cultura. ' hlstona de poder, como ha puesto de manifiesto el historiador judíoa-
¿Qué decir del tristemente célebre gueto de los judíos? En lo tocante al mericano David Biale (Berkeley/Calif.) especialmente al hilo de las re-
distrito delimitado, al gueto judío, es preferible hablar, con Bernhard Blu- vueltas judías de la Antigüedad, de las teorías políticas de los rabinos y del
menkranz, de un «barrio judío» elegido de forma voluntaria yespontá- poder corporativo de los judíos en la Edad Media55 • También algunos his-
nea desde el siglo XIXI, tal como se dieron desde la antigüedad y existían toriadores judíos de Israel previenen contra toda tentación meta-histórica
en las grandes ciudades islámicas, y que fueron inicialmente la conse- contra la instrumentalización político-ideológica de la historia del anti~
cuencia de la descrita auto segregación judía: del estilo de vida elegido por semitismo y contra determinadas interpretaciones de éste~ Las descomu-
ellos, de las exigencias litúrgicas, dietéticas y educativas de una vida or- nales proporciones del holocausto no deberían llevar a una unilateral y re-
todoxa judía. Fue más tarde cuando las murallas y el distrito concebidos trospectiva «antisemitización» de toda la historia de las relaciones entre
para proteger a los judíos (los primeros, en Speyer, en 1084) adquirieron judíos y no judíos que solape un análisis racional de la secuencia históri-
una función delimitadora, como expresión de la discriminación de los ju- ca. Advertidos, pues, contra cualquier reduccionismo de la historia judía,
díos. En el siglo XVI, al ver que la población judía crecía por encima de la volvamos a aquel antijudaísmo eclesial que alcanzó su más estrerllecedo-
media, se aprobaron disposiciones legales para limitar los asentamientos ra profundidad en la tan loada Alta Edad Media cristiana.
judíos a un barrio urbano determinado, al que, siguiendo el ejemplo
veneciano, se llamó «Ghetto». Efectivamente, a causa de los 5.000 refu- 8. Persecuciones cristianas de judíos y sus «motivos»
giados judíos que llegaron a Venecia en los años 1515-16, se decidió allí
que tod,os los judíos residieran en un barrio situado al final de la isla ¿Qué provocó en el siglo XI un cambio radical del ambiente y un terrible
principal, llamado «Ghetto nuovo», a fin de segregarlos p()r completo, cambio de la actitud de la Iglesia respecto del judaísmo56 ? Aquí sepone

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C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 8. PERSECUCIONES CRISTIANAS DE lUDIOS Y SUS «MOTIVOS.

de manifiesto de forma palmaria la interdependencia de las tres religiones impuesto a la clerecía cristiana local. Las nuevas órdenes mendicantes, los
proféticas: ¡fue la lucha histórico-universal del cristianismo contra el discípulos de Domingo y -¡lamentablemente!- los de Francisco de
islam! Ya a principios de aquel siglo había corrido por toda Europa el Asís se destacaron como ejecutores de la nueva política de Roma contra
rumor de que los judíos habían advertido al sultán egipcio al-Hakim de los judíos60 •
que los cristianos conquistarían su reino y Jerusalén en el caso de que él También este antijudaísmo tenía simultáneamente raíces teológicas,
no destruyera la Iglesia del Santo Sepulcro de la Ciudad Santa. El sultán psicológicas y económicas aunque la teología medieval apenas esgrimió
hizo eso en el año 1009, cuando -¡caso excepcional en el islam!- co- argumentos nuevos contra los judíos. Sólo en el arte, en los pórticos de
menzó a perseguir a cristianos y judíos. Lo que empezaba a fraguarse a las catedrales góticas, adquirió una nueva plasmación plástica la auto-
comienzos de siglo estalló a su final. comprensión de la Iglesia medieval. Una figura femenina con los ojos
Junto con la intensificación de la lucha contra los «herejes» surgidos vendados, con una bandera rota o con las tablas de la Ley que caen re-
dentro de la Iglesia en el sur de Francia (albigenses). las Cruzadas (1095- o presentaba a la sinagoga, al judaísmo obstinado, ciego,vencido, recha-
1270) tuvieron consecuencias catastróficas para muchos judíos en toda zado. ¡La triunfante Ecclesia Christi era la contrafigura! Y lo que es
Europa. En efecto, se equiparó entonces a éstos con los musulmanes. peor: desde el siglo XIII, también la expresión «cerdos judíos» pertenece al
o Según algunos estudios recientes, el anti-islamismo habría sido una de las repertorio estandarizado de la difamación plástica de los judíos por la
causas principales para el estallido del anti-judaísmo en la Alta Edad Iglesia.
Media 57 • Durante la primera cruzada, en 1096, se produjeron los prime-
ros disturbios antijudíos. En muchos casos se debieron a simples motivos Debido a los enormes sufrimientos, comenzaron entonces los movi-
de codicia, y no estuvieron respaldados ni por las autoridades ni por los mientos migratorios de los judíos, que durarían siglos. Esa corriente se di-
\ ciudadanos. Especialmente en «Tierra Santa», los depredadores caballe- rigió primero hacia el Este. En aquellos países en desarrollo encontraron
ros «cristianos», fanatizados por algunos predicadores, se creyeron con nuevas posibilidades para colaborar en la colonización. En el marco de
derecho a eliminar violentamente a los «enemigos de Cristo». En el 1099 esos movimientos, innumerables judíos alemanes emigraron de las ciu-
hubo en Palestina un indescriptible baño de sangre entre los judíos aliados dades del Rin y del Danubio hacia el centro de Alemania, posterior-
con los musulmanes. Sólo sobrevivió un insignificante grupo de judíos (en mente a Polonia y luego a Ucrania y a Rusia. El yídish (en realidad,
Acre y en Tiro). Los judíos europeos perdieron entonces el protagonismo judea-alemán) --compuesto de alemán medieval y hebreo-arameo, con
que habían detentado en el comercio con el Extremo Oriente. Sólo retu- agregados de ruso, polaco, lituano, letón, etc., según en qué zona se
vieron el pequeño comercio y el negocio del dinero, pero desde la segun- hable- remite en su estructura básica medieval a las regiones del Rin.
da cruzada se aseguró a muchos cruzados una moratoria e incluso el per- Comparativamente, la situación en Alemania era aún soport:lble. En
dón de la deuda contraída con sus prestamistas judíos. efecto, después de muchos disturbios antijudíos, los judíos que se en-
Pero fue el papa Gregorio VD (1073-85), el primer papa que gobernó contraban en el «Sacro Imperio Romano» (se supone que todos ellos
de forma absolutista mediante una revolución provocada desde arriba (¡y eran esclavos del emperador romano y de sus sucesores desde que per-
con decretos contra la investidura de laicos y el matrimonio de los sa- dieron la guerra judea-romana) fueron puestos en 1237 -«como siervos
cerdotes!), contribuyendo así a la irrupción del nuevo paradigma católi- de la Cámara imperial» (servi camarae)- bajo la protección esp(cial del
co-romano medieval, el que dictó también los primeros decretos contra emperador y, luego, de los señores territoriales, lo que trajo consigo
los judíos que ocupaban cargos estatales. La teología antijudía incidía así una explotación fiscal. Mucho peor era entonces la situación enlos Es-
en la legislación; y ésta, a su vez, influía en aquélla. Pero el punto cul- tados cristianos de Europa con régimen centralista, donde se e,.;pulsó a
minante del antijudaísmo eclesial fue el pontificado de Inocencia III los judíos cuando dejó de ser necesario su concurso económico: enFran-
--contemporáneo de Francisco de Asís, de mentalidad radicalmente dis- cia, donde hubo primero impuestos especiales, confiscación de bienes,
tinta- y el concilio Lateranense IV del 1215 58 , convocado por él. No quemas del Talmud y bautismos impuestos. Pero la situación fueparti-
fueron los excesos desencadenados en conexión con la primera cruzada cularmente mala en Inglaterra. Tras intentos de conversión fallidos,
(1096), sino este concilio el que cambió radicalmente la situación teoló- cientos de judíos sufrieron la horca en el siglo XIII, miles fueron encarce-
gica y jurídica de los judíos 59 • Puesto que los judíos, por su condición de lados y, finalmente, todos fueron expulsados del país en 1290 al tiempo
infieles, son «esclavos del pecado», deben ser ahora siervos de los prín- que se confiscaban sus bienes. ¡«Soluciones finales» del «probleméljudío»
cipes cristianos, se llegó a decir. La constitución 68 del concilio prescribía ya entonces! En todos los lugares de Europa se combinaron resenti-
por primera vez para los judíos una vestimenta especial y aislante, les
prohibía ejercer cargos públicos, les negaba el permiso para mostrarse en
público durante la semana santa y les impuso la obligación de pagar un I mientos de orden económico, social y religioso en una forma letal de an-
tijudaísmo que no necesitó la fundamentación racista del «antüemitis-
mo» posterior para producir miles de víctimas.

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C.IV. EL PARADIGMA RABINICO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 8. PERSECUCIONES CRISTIANAS DE JUDIOS y SUS «MOTIVOS.

También en España se agravó la situación con la unión de los reinos que suponían en la parte cristiana un conocimiento exacto de las fuentes
de Castilla y de Aragón, con e! final de la Reconquista a fines de! siglo judías, terminaron tras la introducción de la Inquisición eclesiástica.
XV, que pone término a la dominación musulmana. Se instauró la Inqui- 2. Viceversa, a cada uno de los tratados Adversus judaeos que pueden
sición, encomendada a los dominicos, que se había propuesto la «con- encontrarse casi en cada padre de la Iglesia, la parte judía respondía con
versión» de los judíos -por la fuerza, si fuera necesario- bajo la con- una polémica anti-cristiana, encabezada por los llamados Toledot YeSu,
signa: «Sólo hay salvación en la Iglesia». Las funestas consecuencias no una parodia de la vida de Jesús contada en los evangelios y en los que se
se harían esperar. En el año 1481 sufrieron la hoguera 400 judíos en Se- presentó a Jesús como una especie de mago que se apoderó ilegalmente
villa, 1.200 en el arzobispado de Cádiz; más de 12.000 en toda España. del nombre divino. A decir verdad, la investigación cristiana más reciente
Una vez conquistada Granada (último reino musulmán) en 1492 y con- ha demostrado que «no hay "pasajes-Jesús" tanaítas» (siglos vn), ni
cluida la Reconquista cristiana, los judíos -por las maquinaciones del te- tampoco cita alguna proveniente de las menciones de Jesús amorreas (si-
mido gran inquisidor Torquemada, confesor de la reina Isabe!la Católi- glos III-V), sino que todas son postalmúdicas más que talmúdicas»: «Fue
ca- se vieron en la disyuntiva de bautizarse o de emigrar. Unas 100.000 en el curso de la represiva política religiosa bizantina (siglos v, VI y VII,
personas salieron de España, pero otros muchos, por temor a los costos antes de la conquista árabe) cuando el cristianismo, equiparado al Im-
y a las fatigas, recibieron e! bautismo, pero en su fuero interno siguieron perio romano-bizantino, adquirió para el judaísmo la caricatura apoca-
fieles a su fe judía. En España se les dio e! nombre de «marranos» (cer- líptica del cuarto Imperio mencionado en el libro de Daniel y el carácter
dos), porque los cristianos en apariencia eran peores que los judíos emi- de idolatría. En esta situación, también era perfectamente posible ver al
grados por fidelidad a su fe. En el año 1497 y en contra de todas las pro- Fundador del cristianismo en la figura del rabínico Ben Stada/B~n-Pan­
me,sas, también Portugal ordenó la expulsión (en 1501, la Provenzal. El dera, que estuvo ligado con la acusación de pretender llevar a la idola-
papa Alejandro VI (¡Borgia!) concedió a Fernando de Aragón e Isabel de tría,,64. Durante la Edad Media hubo literatura polémica anticristiana
Castilla el título de «Reyes Católicos». Los principales beneficiarios eco- que debe tomarse en serio: libros como El oprobio de los santos (1397),
nómicos y culturales de la expulsión de los judíos hispano-orientales = escrito en España por Isaac ben Moses Ephodi, o Supresión de los dog-
«sefardíes» «<Sefarad» = España) fueron e! Imperio turco, Italia hasta la mas de la religión católica (1397/98), escrito por Jasdai ben Judah Cres-
introducción de la Inquisición, y en e! norte, Holanda. Pero la España cas también en España, u obras como el Libro de la refutaciótt (siglo
«cristiana» quedó en el recuerdo de los judíos como tenebrosa contrafi- XIIIIXIV, en Renania) o Fortalecimiento de la fe, de! caraíta Isaac ben
gura de la España musulmana. Moses Halevi Troki, publicado en 1593 en Lituania65 . Pero bay que
tener en cuenta:
De ese modo, la historia de disputas y maldiciones entre judíos y 3. Que si bien ambas partes se enzarzaron en la polémica, ambas po-
cristianos enfiló hacía e! punto más hondo de la sima. Y uno se pregun- I lémicas no tuvieron idéntico peso, pues los judíos distaban mucho de
ta: ¿no hubo ningún diálogo de religión 61 durante todo ese tiempo? La tener el poder político que poseían los cristianos. Vistas las cosa, desde
respuesta es la siguiente: nuestros días, resulta bochornoso constatar cómo precisamente la Iglesia
cristiana oprimió y persiguió en nombre de! judío Jesús, con el poder es-
1. La parte cristiana celebró disputas en la Alta Edad Media, que tatal, a los judíos para presentarse triunfalmente como la sucesora, sus-
fueron impuestas a los judíos. Con frecuencia eran iniciadas y realizadas tituta y heredera de! Israe! rechazado de forma definitiva. ¡Fatal reparto
por conversos judíos y organizadas por la Iglesia y por las cortes princi- de papeles en la teoría y en la práctica! Por un lado, <<los judíos», el pue-
pescas62 . Así sucedió en París en el 1240, donde luego se quemó pública- blo rechazado sobre e! que caen todas las condenas y maldicion(, de la
mente el Talmud; también en Barcelona en 1263 (con el famoso rabino Biblia hebrea. En el lado contrario, la Iglesia, e! verdadero Israel, que
Moisés Najmanides, expulsado posteriormente del país); así sucedió, puede referir a sí misma todas las promesas desgranadas en la Billia he-
sobre todo, en Tortosa en los años 1413-14, entre el judío converso brea. La Iglesia, pues, es ahora e! Israe! espiritual, e! pueblo de Dios por
Yoshua LorquÍ (su nombre cristiano: Jerónimo de Santa Fe) y José Albo, antonomasia. Porque ¿no había dejado de ser pueblo de Dios el rueblo
el más eminente de los filósofos judíos de entonces. Tales discusiones te- judío tras la crucifixión de Jesús? El castigo por esa muerte termjnó por
nían que ver muy poco con el diálogo en sentido moderno, pues no se tra- convertirse en una historia de sufrimiento que no tiene parangón en la
taba de comprender realmente al otro ni de respetarlo en su disenso. Por historia de la humanidad. ¿Dónde quedó e! amor cristiano? A lo sumo se
el contrario, el objetivo inicial era refutar teológicamente a los judíos a fin consideró que había que practicarlo con los individuos judíos. Acausa,
de convertirlos. Precisamente la última de las grandes disputas -la de precisamente, de tales ominosos prejuicios histórico-teológicos, lo,siglos
Tortosa- no fue una discusión propiamente dicha, sino una «exhibición de! judaísmo posterior a las Cruzadas están plagados de discusiones de
pública, un simulacro de proceso público»63. Pero incluso tales disputas, \. religión impuestas, de bautismos por coacción, de quemas del Talmud,

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8. PERSECUCIONES CRISTIANAS DE JUDIOS y SUS ,MOTIVOS»
C.IV. EL PARADIGMA RABINICO·SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA

de caricaturas de los «cerdos judíos» (¡prohibición de comer la carne de t~nían obligación de aplicar la prohibición bíblica de cobrar intereses (ob-
cerdo!), de condenas, de expulsiones, de readmisiones, saqueos, torturas vIada constantemente desde la antigüedad) a los judíos fieles a la Ley68.
y asesinatos. Con mucha frecuencia todo esto tenía un efecto secundario De ese modo. el negocio del dinero se convirtió prácticamente en mono-
cómodo y buscado: la cancelación de las deudas de los cristianos me- polio de los .judíos mediante el mandato de la Iglesia. Los judíos, por su
diante la liqui~ación de los acreedores judíos. Como cristianos, ¿no de- parte, empujados por una tributación excesivamente alta, se vieron en la
beríamos enrOjecer de vergüenza al contemplar esta horrible historia de n~cesidad de exigir intereses elevados (generalmente 43-100%), lo que
sangre y lágrimas? hIz? que les expulsaran de Inglaterra en 1290. «El judío» se convirtió así
4. ¿Pertenece todo esto al pasado? No. Algunos prejuicios medievales a fmales de la E?'ad Media en figura enemistosa que debía aparecer
perduran en la cristi~n~ad. Sin ?uda que la posición económica especial c?mo ~surero «<hIJo ?e Judas») e~ la~ repr~sentaciones de la pasión, muy
dIfundIdas desde el sIglo xrv69 • El JUdIO tema que comprarse casi todo: el
\ Impuesta por los cnst\anos mIsmos y a veces también usufructuada
hacía que gran parte de los no judíos se convirtieran en deudores de los derecho a salir y entrar, a comprar y vender, a orar en común a contra-
.
er matnmonio, a tener un hijo. '
judíos, lo que dio con frecuencia u.n~ excusa para pe.rseguir a estos últi-
) mos. Pero algo completamente dlstmto de las quejas, con frecuencia b) ¿Están «condenados a la dispersión» los judíos? ¿Quién no conoce
justificadas, sobre prácticas dudosas de préstamo de dinero (sobre todo la leyenda, que aparece por primera vez en la Alta Edad Media de
en las regiones rurales), son aquellos prejuicios históricos, en parte viejos aquel z~patero judío llamado Ahasver que se habría burlado de JesÓs en
y en parte medievales, nacidos del miedo y repetidos casi hasta nuestros el cammo al Calvario y habría sido condenado a errar sin descanso
~asta l~ segunda venida .de Cristo? ¿No es ese personaje la figura que
1días, y cuya insostenibilidad muchos cristianos actuales no han llegado
sImbolIza por antonomaSIa a los judíos? ¡Como si todos ellos vivieran en
aún a admitir66 • Sobre esto hay que decir con toda claridad y concisión lo
siguiente: la diáspora haciendo penitencia por sus pecados mientras esperan su
a) ¿Son los judíos «gente de dinero»? Está difundida ampliamente to- redenció?-! Los pecados que, según la concepción judía, hacen culpable al
davía hoy la expresión «judíos peseteros», o se habla del negocio del di- puebl? (Idolatría y odio recíproco) distan mucho de las acusaciones que
nero como característica de la «sinagoga »67. ¡Como si los judíos no se los cnstlanos alegan contra ellos (rechazo de Cristo). ¡Como si la diás-
hubieran dedicado originariamente -en Palestina y también en Babilo- pora no hu~iera comenzado varios siglos antes de la muerte de Cristo!
nia- a la agricultura, a la ganadería y posteriormente también a la hor- ~ a hemos VIS~~ que sólo una pequeña parte de los judíos vivía en Pales-
ticultura, a la artesanía y al comercio! ¡Como si ellos -que en los tiem- tm~. ¡Como SI I~cluso después de que Tito conquistara Jerusalén y tras el
pos helenísticos fueron, junto a los griegos, por sus relaciones y falhd~ levantamIento de Bar Kols:ba' no hubiera seguido viviendo aún en
conocimiento de idiomas, los principales titulares del comercio oriental- Pa~estma un gr~n .número de judíos! Fueron los cruzados los que les re-
no se hubieran dedicado al comercio y al transporte marítimo, también a dUJeron. a un dlmmuto resto que se vio obligado a llevar una vida bas-
la agricultura, e incluso principalmente a la agricultura al inicio de la tante mIserable dedicándose a la tintorería. ¿Cabe decir, pues, que los ju-
Edad Media! ¡Como si los cristianos mismos no hubieran aesplazado a díos están condenados a vivir dispersos? También la monstruosidad de
los judíos primero de los altos cargos estatales, de la judicatura y del éjér- esta leyenda ha perdurado hasta que la creación del E~tado de Israel la
cito, y, desde el tiempo de las Cruzadas, también de la agricultura (en la puso seriamente en cuestión.
que se ocupaban la mayoría de ellos) y de la artesanía! El papa Benedic- e) ¿Son los judíos unos «conspiradores criminales»? ¡Quién no cono-
to XIII llegó a prohibirles expresamente en 1415 hasta la edición de c~ las pérfidas fábulas en las que creen todavía hoy algunos católicos que
devocionarios cristianos. Los terratenientes judíos no podían emplear a SIguen anclados en el paradigma medieval? Las fábulas de asesinatos ri-
ningún trabajador cristiano. El estamento gremial cristiano había ce- tuales de niños cristianos (el «santo» muchacho William de Norwich) los
rrado a los judíos las profesiones artesanas. El sistema feudal les impedía s~puestos ~nve~enamientos de pozos, profanación de lélssagradas e~pe­
la adquisión de solares y terrenos. El comercio exterior había pasado a c~es (l<;t p~hgrosldad de ~édicos judíos; por ejemplo, la ,"conjura» de mé-
otras manos. ¿Qué podían hacer los judíos si querían sobrevivir? Tan dICOS JudlOs contra la VIda de Stalin en 1953). ¡De cuáutos papas y san-
sólo les quedaba el comercio al por menor y la venta ambulante. tos se han transmitido aseveraciones antijudías! Corno si todas esas
De forma hipócrita, la Iglesia medieval misma hizo que los judíos, rastreras acusaciones no fueran simples proyecciones. Como si la Biblia
para sobrevivir, no tuvieran más remedio que dedicarse a algo inevitable hebrea, la Misná y el Talmud no desbordaran horror a.ntelos mancilla-
deseado por la autoridad, pero mal visto por el pueblo: el odiado negoci~ mientos por s~ngre. Como.si ya emperadores como Fe~erico 11 o papas
con los intereses y con la pignoración (también comercio de objetos co~o InocenclO IV no hubieran protegido a los judíos contra tales acu-
usados), negocio que la Iglesia prohibía a sus miembros (¡interés = s~clOnes. En cualquier caso, es innegable que estos CJiminales prejui-
usura!). Según la estricta interpretación rabínica de la Ley, los judíos sólo CIOS y leyendas, altamente peligrosos, han costado la vidJamnumerables

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e.lv. EL PARADIGMA RABINleO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA 9. ¿POR QUE NO HUBO UNA REFORMA JUDIA?

jUdíOS en sucesivas persecuciones y expulsiones. Y sólo en 1965, bajo la quietado por la veloz propagación del islam y rebelándose contra el es-
influencia del concilio Vaticano 11, se suprimió en Trento el culto --con-
\firmado por el papa Sixto V- al niño Simón, de año y medio, que ha-
bría sido víctima de un asesinato ritual judío en 1475.
Itablishment rabínico- un amplio movimiento judío de vuelta a la Biblia.
Efectivamente, en el siglo VIII nació en la región persa-babilónica una
secta judía de la que se considera fundador a un tal Anán ben David. Esa

~
ecta había rechazado el Talmud y tenía a la Biblia hebrea (Tanak) por
En este orden de cosas, las Cruzadas no constituyeron el punto más fuente única de la revelación divina. Lo que se necesita saber para cum-

~
bajO de todas las discriminaciones y persecuciones. Entre los años 1348 lir los mandamientos de Dios está en la Biblia, decían. Y añadían que la
y 1350 tuvo lugar la más grave persecución medieval de los judíos, radición posbíblica, todo lo recogido en la Misná y en el Talmud, todo
l acervo tradicional, casi inabarcable, de la «Torá ora!», es inútil. De ese

~
uando en Alsacia, en Renania, en Turingia, en Baviera y en Austria fue-
ron aniquiladas unas 300 comunidades judías y cientos de miles de judíos modo, se llegó también en el judaísmo, en contra de la dominante tradi-

~
fueron degollados en aras de un violentísimo fanatismo religioso. Se dio ción rabínico-talmúdica, a un movimiento de sola Scriptura: «sólo la Es-
entonces un gran número de conversiones por la fuerza. Sólo se toleró un ritura», con la que había que medir de forma crítica las tradiciones pos-
esto. ¿Cuál era la razón? Todo había comenzado por una fábula. Arran- teriores. Se trataba, pues, de un movimiento de reforma que, como el
ando del sur de Francia se difundió de forma súbita por toda Europa el reformista-protestante, también remodeló la liturgia según la Biblia, po-
reproche de que los judíos eran culpables de la epidemia de peste que \niendo el acento en los salmos. Eso robusteció la oposición al establish-
asolaba al continente europeo y que costó la vida a un tercio de sus ha- ment rabínico.
bitantes; ¡porque habían envenenado los pozos! Las consecuencias fueron Para distinguirlos de los seguidores del judaísmo rabínico (a los que la
fatales. En 1394, un siglo después de lo sucedido en Inglaterra, los judíos investigación llama «rabbanitas») se denominó entonces Careos o Ca-
fueron expulsados de Francia y no serían rehabilitados hasta la Revolu- raítas (hebreo: Kara'im de «1eer», «llamar», «congregar») a los partida-
ción francesa. Naturalmente, los franceses medievales tuvieron buen rios de este movimiento: «Gente de la Escritura»7o. Benjamín benMoses

~
uidado en confiscarles previamente sus fortunas. (830-886), de Nahawend, en Persia, aportó una contribución decisiva a
El Imperio alemán tampoco se quedó atrás. En los siglos XVIXVI se su- la consolidación de este movimiento. Como primer sistematizado! careo,
edieron con rapidez las oleadas de expulsiones de judíos. Comunidades elevó a la categoría de principio básico el estudio libre, independiente e
'udías importantes existían sólo en Francfort, Worms, Viena y Praga. individual de la Escritura. Al mismo tiempo y sirviéndose de una crítica
Esas sucesivas medidas hicieron que el declive cultural del judaísmo del de la tradición, crítica apadrinada por la filosofía plotiniana, trató de eli-
minar todos los rasgos antropomórficos de la idea de Dios reco~idos en

~
orte de Europa fuera inevitable y visible. Los judíos oriundos de Ale-
mania (askenazíes) emigraron hacia el Este. De ese modo, el centro de la haggadá y en la mística judía. ¿Representaron estos «biblicistas» an-
ravedad intelectual y económico del judaísmo se desplazó a Polonia en tirrabínicos una cantidad despreciable? De ningún modo. Entre l()s siglos
los siglos XVUXVII. Era entonces Polonia un país en vías de desarrollo en el IX y XII, ellos constituyeron en Oriente la secta judía más importante. A
que los judíos, como pioneros del comercio interior y exterior, fueron re- veces tuvo la mayoría en determinadas comunidades. También enPales-
cibidos con los brazos abiertos y, como clase media dedicada al comercio tina, en Egipto y en el Norte de Africa ocasionó graves quebraderos de
y a la artesanía, gozaron de seguridad, de privilegios e incluso de una cabeza al judaísmo rabínico oficial. Durante la primera cruzada (1099)
considerable autonomía durante largo tiempo. fueron eliminados casi por completo. Los «caballeros de la Crm» ence-
Pero antes de proseguir con la narración de la historia y de pasar de la rraron en una sinagoga a los caraítas jerosolimitanos junto con sus ad-
Edad Media a la Era Moderna, deseo comentar una cuestión que casi versarios rabbanitas, y los quemaron vivos.
nadie toca y que no carece de importancia para el momento presente: En lo tocante a prestaciones culturales y religiosas de los caraítas, hay
¿por qué no se produjo en el judaísmo -que no pasa de la Edad Media que decir que una importante literatura científica vio la luz en los siglos
\ a la Moderna hasta el siglo XVIII- una verdadera Reforma como en el IXIX. Sabios de renombre emergieron en la filosofía, en la teología, en la
cristianismo? exégesis bíblica, en la filología hebrea y en la lexicografía, y obli~aron al
judaísmo talmúdico oficial a ocuparse intensamente de la Biblia. Apesar
9. ¿Por qué no hubo una Reforma judía? de una disposición rabbanita que prohibía contraer matrimonio con los
caraítas, existieron varias comunidades caraítas en el imperio biz<ll1tino y
¿Carece acaso de sentido esta cuestión o es, al menos, superflua? Hay posteriormente en el imperio otomano. Se calcula que, de los 2.100 ju-
más de un judío que no tiene un conocimiento suficiente de ella. A la díos que había en Bizancio en el siglo XII, 500 eran caraítas, los cuales,
vista del pujante proceso de comentario y codificación que se vivía en el ,)diados por los rabbanitas, tuvieron que vivir separados también de los
judaísmo rabínico, hubo ya en los umbrales de la Edad Media -in- demás judíos. En los siglos XVIIIXVIII, el centro de gravedad ddmovi-

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9. ¿POR QUE NO HUBO UNA REFORMA JUDIA?
e.lv. EL PARADIGMA RABINleO-SINAGOGAL DE LA EDAD MEDIA

miento caraíta se desplazó a Crimea y a Lituania. Si dejamos a un lado a dos). Para realizar su tarea, este gaón no dudó en echar mano de argu-
los samaritanos, los caraítas son la únita secta judía que ha sobrevivido mentos teológico-filosóficos de su entorno. Recordemos que la influencia
durante más de 1.200 años, hasta nuestros días. Se calcula que había de la filosofía griega clásica era perceptible durante el siglo IX tanto en el
unos 10.000 en la Unión Soviética en 1932. Tras la creación del Estado judaísmo caraíta como en el rabínico. Y el libro de Sa'adya fue la pri-
de Israel en 1948, muchos volvieron de países islámicos a Israel, donde mera obra de carácter teológico-filosófico desde Filón de Alejandría,
forman una comunidad reconocida por el Gobierno, pero de escasa in- del que el judaísmo se había olvidado por completo. Este famoso perso-
fluencia (en 1970 eran unos 7.000 fieles). naje escribió varios panfletos (el primero, con 23 años) contra los careos,
a los que tenía por herejes y separados de la madre-sinagoga. Sa'adya, al
¿Por qué no pudo imponerse contra el establishment rabínico este que sucederían grandes teólogos judíos como Yehuda Hallevi (t 1141) Y
movimiento reformista con todos sus impulsos en favor del texto bíblico Maimónides, consiguió contener el expansivo movimiento de oposición
y de su exégesis? Si se compara con la poderosa Iglesia romana medieval dentro del judaísmo y yuguló el peligro de una reforma básica.
no se puede decir que ese establishment fuera demasiado poderoso. Por el 4. Así, estos caraítas quedaron convertidos en una pequeña minoría
contrario, hay que considerar: de creciente talante conservador que se retiró del mundo lo más posible
1. A diferencia de los reformadores protestantes, Anán ben David, el -del rabínico, del cristiano o del musulmán- y rehuyó toda confron-
fundador del movimiento caraíta, vincula con la llamada a la Biblia un ri- tación intelectual con su entorno. ¡Se desperdició así una oportunidad
gorismo ascético que se basaba en la vuelta (casi saducea) a la pura pa- histórica! Porque siempre que se quiso luego un retorno a la Biblia -ya
labra de la Biblia, pero también en la reacción contra la secularización de fueran los judíos descendientes de los que habían sido obligados a bau-
los exiliados judíos en Babilonia. Frente a la a veces laxa interpretación tizarse en España y Portugal, que manifestaron abiertamente su 'Voluntad
rabínica (en la línea de los fariseos), el caraísmo defendía normas más ra- de retornar a la religión judía en los siglos XVlI/XVlII en Londres o en
d.icales sob~e ~l descanso sabático, sobre la circuncisión, sobre la pureza Amsterdam, o fuera el judaísmo reformista del siglo XIX- siempre que
rItual y, prInCIpalmente, sobre el matrimonio entre parientes (según Gn emergían argumentos de cierto sabor caraíta, se les repudiaba de inme-
2,24, también los parientes por afinidad serían considerados como con- diato calificándolos de «caraÍsmo».
sanguíneos). Así, era casi imposible poder vivir entre los que profesan
otras creencias. La emigración a Palestina fue la consecuencia obligada
para la mayoría de ellos. Por eso, el siglo xx ha contemplado un fuerte Cuestiones para el futuro
retroceso de los caraítas. No se podía considerar a Anán, su fundador, ¿Actuó sabiamente la Iglesia católica romana cuando rechazó por prin-
como «un verdadero "reformador" del judaísmo porque, lejos de alige- t cipio toda sugerencia de reforma hecha por los reformadores (incluso las
rar el "yugo" de la Ley tradicional, hizo más pesada su carga», como han lenguas vernáculas en la liturgia. comunión bajo las dos especies para loslai-
afirmado los investigadores judíos J. E. Heller y L. Nemoy71. cos, matrimonio de los sacerdotes) y, por el contrario, se atrincheró en elsis-
2. La máxima individualista del fundador de que «cada uno investi- tema eclesiástico medieval, construyendo una fortaleza contrarreformista y
gue la Torá y no se base en mi opinión» provocó enseguida la escisión antimodernista? ¿No debió recuperar esa misma Iglesia en el concilio Vatica-
tras su muerte. Aparecieron diversos grupos y banderías, con diversas no 11, 450 años más tarde -¡demasiado tarde!- puntos esenciales del ~ara­
orientaciones: apocalípticas, fieles a la Torá, filosóficas. Era perceptible digma de la Reforma?
la amenaza de anarquismo religioso; y otro cómputo del calendario creó ~ ¿Actuó de forma correcta a la larga el judaísmo rabínico al recrazar
nuevos problemas. Vivir atomizados en numerosos grupúsculos tenía toda vuelta crít'tco-radical a la Biblia y a su mensaje primitivo, y, ¡:::DI el
que resultar mucho más difícil que mantenerse dentro de un sistema contrario, prefirió seguir aferrado al paradigma talmúdico-medieval? ¿Acaso
socio-religioso cerrado.
\ los tiempos cambiantes mismos no le hacían recordar las preocupaciones de
. 3. Los caraítas del siglo x encontraron en el gaón «<jefe») de la me n- la Reforma?
clOnada escuela de Sura en Babilonia, el egipcio Sa'a¿ya ben Yosef (882-
¿Tuvo a la larga un comportamiento sensato el islamismo tradicionaal
942), un hombre de un saber enciclopédico y de una sutilísima capacidad ) rechazar cualquier reforma de la Sharía, aquella ley religiosa medieval
de argumentación que defendió el judaísmo rabínico. Él fue la suprema
basada en el Corán yen la Sunna y al querer excluir por peligrosa la Itsht nad,
autoridad para los judíos de su tiempo. No sólo tradujo la Biblia hebrea
la razonable interpretación autónoma del derecho? ¿No retornan con un.a. ur-
al árabe y la comentó con ingenio, sino que, con su Libro de las creencias
genCia mayor algunas de las cuestiones (por ejemplo, respecto de la
y de los fundamentos del conocimiento 72 , escribió la primera exposi-
ción de la mujer y de los no musulmanes) a las que se consideró en otro -,em-
ción teológica sistemática de la fe judía (primera formulación de diez ar- \ po como inexistentes o solucionadas?
tículos de fe, que Maimónides ampliaría luego a los trece clásicos cita- Idl: L/!i>':!;' "

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172
1. LA CABALA NO ES UN NUEVO PARADIGMA

v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD sos») franceses y alemanes, y se la compendia por primera vez -y con
consecuencias ascético-penitenciales- en el Libro de los devotos (Sefer
hasidim).
En un primer momento, pareció que, con el Humanismo, se perfilaba un . Del siglo XII al siglo XIV se desarrolla el movimiento cabalista en sen-

l cambio en la actitud respecto de los judíos. En el norte de Italia florecen


las artes gráficas y la cultura judías; en Alemania se desarrolla una lin-
güística hebrea, para comprender mejor la Biblia hebrea y la tradición
tido estricto; sobre todo en el sur de Francia (Narbona, Arlés, Marsella)
yen España (Gerona y Barcelona). Por esa misma época aparecen en la
misma zona grupos ascético-cristianos como los cátaros y los albigenses.

I postbíblica. Especialmente grande es la atención que concita ahora la


. mística judía de la cábala. Abordaremos más tarde la idea que ésta tiene
de Dios, pero antes debemos preguntarnos qué significa «cábala». ¿Cons-
En su entorn04 alcanza su plenitud la doctrina teosófica del organismo de
potencias, fuerzas o eones divinos que se desarrollan. Comprobante: el
influyente libro Sefer ha-Bahir (Libro de la claridad). Y aquí nace final-
tituye ella acaso un nuevo paradigma judío que estaría a caballo entre el mente la obra capital de la «Cábala antigua», la biblia de los místicos ju-
1Medievo y la Modernidad? díos, el casi canónico Sefer ha-Zohar (Libro del esplendor) (1240-1280),
que distingue entre el aspecto oculto de la divinidad (En-Sof =<<lo infi-
1. La cábala no es un nuevo paradigma nito») y el aspecto revelado, y explica así los diez atributos y fllerzas de
Dios y los estadios de la revelación divina; junto con una doctrina de la
Originariamente, «cábala» no significa otra cosa que «tradición», pero transmigración de las almas. El español Abrahán Abulafia, de Zaragoza
ahora se utiliza el término para dar nombre a una doctrina esotérica es- (muerto después del 1291), representa el tipo extático, intenso, de la ex-
pecial de la tradición judía a la que se considera como el auténtico con- periencia mística, tipo que ahora se diferencia claramente de la forma te-
tenido de la Torá. Gershom Scholem, destacado estudioso judío de la cá- osófica, y utiliza técnicas respiratorias e introduce la nota mesiánico-
bala, ha mostrado de modo incuestionable (y, al menos ahí, encontró el profética en el movimiento cabalista, que alcanzará todo su esplendor
consenso del Martin Buber maduro) que la cábala es una forma judía de más tarde.
la gnosis y que apunta a penetrar en el conocimiento de los misterios de la Cabe decir que la filosofía y las ciencias profanas pasaron entonces a
divinidad 1 • Esta doctrina esotérica tiene una larga prehistoria, una época un segundo plano; que la escolástica racional de Maimónides Jlerdió de
de esplendor y el posterior declive. Contemplémosla con mayor detalle. forma creciente su protagonismo. La sustituyó una religiosidad intro-
vertida, centrada sobre sí misma, de coloración ascética, neoplatónico-es-
La prehistoria. Encontramos huellas tempranas en algunas asevera- peculativa, que desembocó en una estricta espiritualidad de la Torá in-
ciones esotéricas de la literatura judeo-helenística y en especulaciones terpretada de forma mística y para la que la T orá es la ley universal en la
cósmicas de rabinos. Según las investigaciones más recientes de Moshe
Idel sobre la cábala, desde el comienzo de la mística judía en el siglo II
a.e. existen dos especies de experiencia mística que no es fácil separar al
I
que todos los conocimientos del mundo están escondidos de forma mis-
teriosa y cuya lengua, el hebreo, fue la proto-Iengua de la crea(ión.

principio. Ambas estarán representadas en el siglo I d.e. por Rabí Aqiba. El movimiento cabalista alcanza su cenit de! siglo XIV al sigJo XVII en
Por un lado, está la forma moderada, es decir, la especulación teosófica cuanto que la ciencia esotérica de los misterios divinos, elitista en siglos
que lleva al místico, mediante el estudio abnegado de la Torá, a los anteriores, se democratiza ahora mediante innumerables manusaitos, an-
misterios de la Torá eterna, preexistente, y le guía así a contemplar la di- tologías y ediciones. Condicionada por la expulsión de los judíos de Es-
vinidad; incluso a influir en ella. Por el otro lado, está la forma intensa, paña en 1492 y por la terrible presión de los sufrimientos, la cábala ad-
cuyo objetivo es alcanzar la plenitud extática de! místico mediante téc- quiere ahora, de forma creciente, rasgos mesiánicos, echa mano de
nicas especiales (palabras mágicas, canto del nombre divino y de him- especulaciones escatológicas y desde España se difunde en los ~etos de
nos)2. En la segunda mitad del primer milenio se procede a las primeras toda la diáspora judía. Precisamente en el siglo de la Reforma protestante
sistematizaciones de la comprensión de Dios y de la creación. Hay en se llegó a un movimiento penitencial popular, que esperaba al Mtsías, y la
ellas interpretaciones místicas del relato de la creación del libro del Gé- cábala que había sido esotérica inicialmente se funde ahora en la Europa
nesis, una angelología especulativa, pero, sobre todo, la desarrollada Central y del Este con e! jasidismo askenazí popular surgido de forma pa-
mística «Carro-trono» (mística Merkaeá), una visión de la aparición de ralela, pero también con muchas supercherías extendidas en ti pueblo
Dios en el celeste carro-trono tal como se la describe con una gran ima- (demonios, magia de las letras ... ).
gen en la visión de! llamamiento del profeta Ezequiel], visión conseguida Con todo, hay que tener presente que, a pesar de todas las ~istemati­
mediante el estudio de la Torá o con técnicas especiales. Esa doctrina zaciones, en el judaísmo nunca se llegó a un sistema místico unitario.
esotérica pasó de Palestina a Europa, sobre todo a los jasidim «<piado- Mientras que en las religiones de origen hindú, la mística tendente a la

174 175
c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 1. LA CABALA NO ES UN NUEVO PARADIGMA

unidad con la divinidad constituye el centro y eje de la religión, en las re- su muerte. La falta de realismo del movimiento cabalista, su extrava-
lligiones de carácter profético -tanto en el cristianismo como en el islam gancia mística y su fijación en el más allá no terrenal se hacen patentes
yen el judaísmo- ese tipo de mística quedó, por su misma naturaleza, ahora. Pero la cábala cayó de bruces en una nueva crisis cien años más
en una corriente secundaria o subordinada que la ortodoxia consideró tarde, de la mano de Jacob Frank (1726-1791), jefe de los sabbatayanos
l como sospechosa, digna de ser condenada y excluida o, finalmente, in-
tegrada al sistema rabínico tradicional y domesticada. Con otras pala-
del Este de Europa, el cual se presenta como reencarnación de Sabbatay
Zwi y, frente a la halaká, predicó la «superior» (o «espiritual») «Torá de
bras, la cábala no fue capaz de provocar a la larga un nuevo paradigma, la emanación». Luego, cuando un tribunal rabínico excomulga a Frank,
I un cambio de constelación global. Al contrario. La suerte del movi-
miento cabalista iba a quedar sellada muy pronto. ¿Por qué?
En Palestina, donde se habían asentado de nuevo más judíos, concre-
éste huye a Turquía y también se hace musulmán. Cuando regresa a Po-
lonia, se somete, con sus seguidores, a una segunda conversión; ahora, al
catolicismo romano. Pero no termina todo ahí. Después de una historia
tamente en Safed, al norte de Galilea, donde -según la cábala- apare- llena de aventuras y de haber construido una nueva Trinidad «<Dios
cerá el Mesías, se había formado entre judíos exiliados con Moisés Cor- bueno» - «gran Hermano» - «Ella» = sekina. como Virgen María), ter-
1dovero (1522-1570) un nuevo centro de la cábala que se convirtió en un mina abrazando la ortodoxia rusa ...
centro teológico del judaísmo en generaP. En efecto, entonces desarrolló En aquellos momentos, muchos judíos toman conciencia ce la crisis
allí el legendario «San León», Isaac Luria (1534-1572), un nuevo méto- definitiva de la cábala. Esa doctrina está desacreditada; parece echada su
\ suerte como fuerza espiritual. Lo que quedaba aún de espiritualidad ca-
do de meditación mediante la concentración en cada una de las letras de
la Torá -que es simultáneamente para él el libro sagrado de la natura- balista termina por concentrarse en el jasidismo este-europe0 6; en aquel
lleza- para llegar así a la unión con lo divino. Al mismo tiempo presen- movimiento de los «piadosos» (jasidim) europeos orientales impregnado
ta una doctrina especulativa altamente influyente acerca de Dios, del na- de un fuerte sentimiento de pertenencia común, movimiento que -frus-
cimiento del mundo, del o~igen del mal y sobre el Mesías: el ejemplo trado por un rabinismo árido y golpeado por numerosos pogromos- se
I clásico -como Gershom Scholem ha mostrado- de un sistema mental
gnóstico dentro del judaísmo ortodoxo. Un gran mito del exilio y de la li-
desarrolla primero en podolia y Galitzia, se remonta al carismático tau-
maturgo Eliezer Baal Sem Tov (abreviado: «BeSt», 1700-1760j7 y será
beración: las «chispas» de la luz y vida divinas están dispersas por todo continuado por el «gran Maggid» (Dov Bar, de Meseritz, 1703-1772) y,
I el mundo y, en su exilio, anhelan que la actividad del hombre las eleve de
nuevo a su lugar de origen, a la armonía divina de todo ser.
sobre todo, por el rabino Najmán de Bratzlaw (1772-1811), el organi-
zador del movimiento jasidita. Tales grandes rabbanim o ~addikim
Pero precisamente del cabalismo palestino vino también, cien años («hombres justos») son las figuras dirigentes. La consecución de la unión
más tarde yen medio de un clima mesiánico recalentado durante largo (communio) con Dios también es el centro del jasidismo, pero aquí se
tiempo, aquel desastre pseudomesiánico que introdujo el período de de- re interpretan en clave moral las especulaciones gnósticas ~obre lo~ mis-
clive del movimiento mesiánico-cabalista. En efecto, cuando un tal Sab- terios de Dios: en aseveraciones sobre el hombre y su cammo a DIOS, al
batay Zwi (1626-1676), en Palestina, hizo que, invocando la cábala lu- que el hombre puede encontrar en todos los momentos de la vida coti-
riana, el «profeta» Natán de Gaza le proclamara Mesías y anunció que diana, incluso en las conversaciones que sostiene en la plaza del mercado.
1666 sería el año de la liberación, intensas expectativas mesiánicas se La oración y la contemplación del Nombre divino son más importantes
concentraron en él. La mayoría de los rabinos, desde Palestina y Ma- que el estudio de la Torá. Pero el judaísmo rabínico (los mitnaqqedim),
rruecos hasta Polonia, las compartieron. Precisamente en Polonia se ha- guiado por Elia ben Salomón, gaón de Vilnius, combatirá duramente este
bían producido en 1648, a raíz del levantamiento de los campesinos y co- jasidismo cabalista por sus ideas panteístas y lo sustituirá por una estricta
sacos rusos contra los polacos y sus administradores judios, horribles ya veces más formalista observancia de la Ley. _ .. ,
matanzas de judíos y oleadas de refugiados. Pues bien, el «Mesías» Sab- Desde que, en nuestro siglo, se ha empezado a tratar la hls10na ludIa
batay es detenido y apresado en aguas turcas cuando está de camino a como historia de un pueblo vivo y no principalmente como la de unas
Constantinopla para recibir la corona de sultán. En la alternativa de ideas filosófico-teológicas, ha irrumpido el interés por las fuer:.las que in-
tener que elegir entre la muerte o la vida, se pasa al islam en 1666, año fluyen poderosamente en la vida de las masas judías del Este deE~rop~.
de la liberación, y salva así su vida. Finalmente, el sultán destierra a Sab- Tras las innovadoras investigaciones de Simon Dubnow sobre lahlstona
batay Zwi a Albania, donde fallecerá diez años después. del jasidismo, fue sobre todo Martin Buber el que -haciendo gala de
Se comprende que la suerte corrida por Sabbatay provocara una te- una inhabitual intuición religiosa y de pericia para las formulaciones poé-
rrible decepción en los judíos de todo el munco, lo que no impidió que ticas- logró que sus lectores americanos y europeos comprendieran ese
algunos, sobre todo en la Europa del Este, conocid()s como «sabbataya- extraño mundo de un supuesto oscurantismo. Consiguió esto con sus
nos», siguieran creyendo en él y en su segunda venida incluso después de Historias íasídicas 8 (primero, la Historia del rabino Naímán [1906] y la

176 177
c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 2. TAMBIEN LUTERO ARREMETE CONTRA LOS JUDIOS

Leyenda del Baalsem [1907]). Pero, como Gershom Scholem ha puesto parar el vuelco que se produjo desde finales del siglo XVIII en el trata-
de manifiest0 9 , Buber no se ocupó del amplio corpus de escritos teóricos miento de los judíos» (W. Maurer 13 ).
(tratados, comentarios bíblicos, sermones, conferencias) ni de sus espe-
culaciones de carácter cabalista. Más bien, se limitó a narrar -median- Entre tanto, en la Alemania cristiana se había puesto en marcha una
te una selección y combinación subjetivas y con una interpretación reli- revolución religiosa que desplazaría el caso Reuchlin a las sombras, un
gioso-existencialista envuelta en un bello ropaje lingüístico- leyendas, cambio paradigmático par excellence, la Reforma de Martín Lutero.
anécdotas y dichos de los jasidim. Hizo escasa justicia al elemento má- Reuchlin era tío segundo de Melanchthon, fiel compañero de la anda-
gico y también descuidó en exceso la peculiaridad social del jasidismo y dura teológica de Lutero. Este último llegó a intervenir como perito en el
su estrecha vinculación a la T orá y a los mandamientos. proceso contra Reuchlin, y contribuyó en buena medida a que se le de-
Refiriéndonos a la parte cristiana, ¿se llegó a tomar nota de la cábala? clarara inocente, pues Lutero tenía una actitud extremadamente indul-
La élite de los filósofos y teólogos europeos comenzó a prestar atención gente respecto de los judíos. ¡Entonces!
a la cábala en la época del Humanismo. A partir del 1480 se pudo acce-
der a las fuentes. Pico della Mirandola, por ejemplo, había comenzado a 2. También Lutero arremete contra los judíos
interesarse por ella; así como el admirador de éste, Johannes Reuchlin, de
Pforzheim, el cual, formado por maestros judíos, se convertiría en el fun- Fue Martín Lutero el que, al ver la crisis radical en la que se había pre-
dador de la lingüística hebrea 10. Le parecía la cábala una especie de pro- cipitado el paradigma católico-romano de la Iglesia del ocaso medieval,
tosabiduría judía (transmitida a los griegos por Pitágoras). Mientras proclamó con fuerza profética la visión de un nuevo paradigma refor-
que Mirandola se había limitado a informar sobre su contenido, Reuch- \ mador de la cristiandad, la vuelta al evangelio de los orígenes. Así, a par-
lin trató de entenderla en dos obras ll como el eslabón de una síntesis hu- tir de 1517, año decisivo, el joven Reformador estuvo cOJlvencido de que
manista integrada por el judaísmo, el helenismo y el cristianismo; una --en esta nueva constelación y con el evangelio redescubimo por él y pu-
síntesis que él buscó con sus propios trabajos. Desde luego, era una rificado de todas las añadiduras romanas- también para los judíos
aventura no exenta de peligros. \ había comenzado una nueva y última era 14 •
Cuando Johannes Pfefferkorn, judío converso al cristianismo, escribió Lutero se convierte así en decidido abogado de los judíos. En 1523 co-
diversos panfletos exigiendo que se confiscaran y quemaran todos los li- menta en una serie de sermones los Cinco libros de Mois€sal tiempo que
bros judíos salvo la Biblia porque, supuestamente, difamaban al cristia- redacta un escrito que lleva por título: Jesucristo es judío Jenacimiento 15 •
nismo, Reuchlin, erudito humanista y jurista, saltó a la palestra y se Lutero se defiende aquí de algunas acusaciones de cristianos según las
opuso de forma decidida a tal medida. En un informe redactado para el cuales él enseña que Jesús es de la «semilla de Abrahán' y, por consi-
emperador, aboga -invocando el derecho romano y el canónico (no fal- guiente, niega la virginidad perpetua de María (antes y aespués del na-
sificado) y contra la legislación sobre judíos que se había formado du- cimiento de Jesús) y, con ello, sostiene opiniones judías_Naturalmente,
rante la Edad Media- en favor del derecho de los judíos a poseer el Tal- Lutero da por supuesto aquí demasiado a la ligera que, tras la implan-
mud (1510) y arremete contra Pfefferkorn en el escrito Augenspiegel tación de la Reforma, los judíos no tienen razón alguna ]Jafa convertirse
(1511). al cristianismo verdadero (y originariamente judío). En esa situación
Aquello tuvo graves consecuencias para Reuchlin, pero eso difícil- decididamente nueva, Lutero espera que los judíos adopten una actitud
mente puede sorprendernos después de todo lo que hemos dicho sobre la positiva frente a la nueva visión de Jesucristo, judío por nacimiento,
actitud de la Iglesia respecto de los judíos. Hostigado ahora violenta- nacido de la Virgen. Por consiguiente, en virtud de su pro~ia tradición bí-
mente, Reuchlin se ve implicado en una gran disputa con los dominicos blica, los judíos no necesitarían más que volver a la fe desu padres, de
y con la universidad de Colonia; y llega a ser acusado en un proceso que los patriarcas y profetas; a una fe en la que se predice inequívocamente la
galvanizó a toda la opinión pública culta 12 • Aunque fue declarado ino- mesianidad de Jesús: «Por mucho que nosotros nos vanagloriemos, no
cente en el juicio celebrado en Spreyer en 1514, eso no impidió que le dejamos de provenir de la gentilidad, mientras que los juaíos son delli-
condenara en 1520 el papa León X, al que había dedicado su escrito naje de Cristo; nosostros somos hermanos políticos y fOralteros mientras
principal Sobre el arte cabalista. Reuchlin evitó lo peor sometiéndose y que ellos son consanguíneos, primos y hermanos de nuestro SeñOr» 16.
haciéndose sacerdote secular. Tras una breve actividad académica en Lutero combate con decisión las calumnias contra los j u~íos, se opone
Ingolstadt y Tubinga, fallece a los dos años de haber sido condenado. a toda utilización de la violencia y exige que se enseñe a los judíos par-
Más tarde se le haría justicia, pues «el cabalista cristiano Reuchlin fue el tiendo de la Biblia y que se mejoren sus condiciones sociales: «Si se les
primero en afirmar que el judaísmo forma parte de la comunidad cultu- quiere ayudar, no hay que ejercitar en ellos la ley del papa,!ino la ley del
ral y jurídica europea, y, con ello, contribuyó de forma decisiva a pre- amor cristiano, aceptarlos con ¡;ordialidad, permitirles qUI!e esfuercen y

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C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 2. TAMBIEN LUTERO ARREMETE CONTRA LOS JUDIOS

trabajen a fin de que tengan causa y espacio para estar con nosotros, pué s de una tercera parte sobre la calumniosa polémica judía contra
para escuchar y ver nuestra doctrina y vida cristianas»17. Todavía en María «<una prostituta»), Jesús «<un hijo de prostituta») y los cristianos
1530, en la Dieta de Augsburgo, el Reformador se declara partidario de «<hijos de Satán»), el Reformador formula en una parte conclusiva fatales
una tolerancia limitada de los judíos, pues si hay ya una reforma en la propuestas de procedimiento prácticas dirigidas al poder estatal.
Iglesia, ¿por qué no puede producirse pronto también una reforma en el El lector no acierta a dar crédito a lo que ven sus ojos en ese escrito.
judaísmo? Lutero, que un cuarto de siglo antes había escapado de la Inquisición
Pero ¿cuál es el peligroso trasfondo de esta esperanza? Es la expecta- romana y de la consiguiente hoguera por la intervención de su príncipe,
tiva apocalíptica 18 que ha adquirido nueva virulencia en la crisis que el exige ahora para los judíos nada más y nada menos que la quema de las
cristianismo sufrió al final de la Edad Media: la llegada inminente del fin \ sinagogas, la destrucción de las casas, la requisa de las sagradas Escritu-
del mundo y, como requisito previo, la conversión masiva de los judíos. ras; exige incluso la prohibición de la enseñanza y del culto so pena de
Pero precisamente esta expectativa no se cumplió. ¡Al contrario! En Mo- muerte, la supresión del derecho a circular libremente, confiscación del
ravia, «algunos cristianos» habían llegado incluso a pasarse al judaísmo, dinero y de las joyas, trabajos físicos forzados y, si todo esto no surte
se habían sometido a la circuncisión y comenzado a guardar el sábado. efecto, la expulsión de los países cristianos y la vuelta a Palestina: «No
Manteniendo aún un tono relativamente moderado, Lutero toma postu- seamos menos inteligentes que las otras naciones, como Francia, España,
ra en 1538, en una carta, «contra los sabaderos»19. En principio es posi- Bohemia, etc.; calculemos con ellos lo que nos han cobrado de más,
ble -argumenta en el mejor estilo paulino-- que un cristiano se deje cir- repartamos de buenos modos y luego expulsémoslos para siempre de
cuncidar mientras no tenga la convicción de que esto es necesario para la nuestro país»21. Lutero no podía ni sospechar hasta qué punto llegarían
salvación. Pero, por otro lado, es incuestionable, según Lutero, que los ju- a realizarse sus exigencias. Sólo cuatro días antes de Sllilluerte, el 18 de
díos perdieron el templo, el sacerdocio, el culto, la soberanía y la tierra febrero de 1546, irritado por los muchos judíos que había alrededor de
hace milenio y medio, y que, de ese modo, la Ley mosaica perdió toda su su nativa Eisleben, sube al púlpito para clamar contra los judíos y aboga
vigencia. Pero si los judíos quieren practicar la Ley mosaica deberían abiertamente por su expulsión.
crear de nuevo un Estado de Israel. Sin embargo, faltan las promesas di- En honor a la justicia, debemos mencionar que las e,.igencias luteranas
vinas al respecto, puesto que los judíos han sido abandonados por Dios y parecieron demasiado extremas a muchos príncipes de entonces. En
1595, y a petición de los judíos, el emperador confiscará el escrito anti-
han dejado de ser pueblo de Dios, argumenta Lutero.

Tampoco esta toma de postura de Lutero dio fruto, sino que provocó
Ijudío por su condición de «libelo desvergonzado». POlIo que concierne
a la historia de la repercusión, tenemos que decir que el reformador
Martín Lutero no fue un antisemita racial y nacionalista que declarara a
contrarréplica s escritas por rabinos que encolerizaron a Lutero. De ese
los judíos social, psíquica o biológicamente inferiores. No. Lutero, que
modo, el viejo Reformador se convierte en el abogado de la violencia
inicialmente fue todo lo contrario a un aborrecedor de los judíos, se
frente a los judíos. Tres años antes de su muerte, publicó -amargado
convierte -partiendo de determinadas concepciones te(}lógicas básicas y~
por los resultados altamente ambivalentes de su Reforma, por el incre-
sobre todo, en virtud de una apocalíptica mal entendida- en el predi-
mento de las conversiones al judaísmo y en la espera del Juicio final- cador antijudío que, como representante eminentísimo de la ordinariez de
aquel escrito famoso y funesto, apasionado y antijudío, un escrito polé- su tiempo, llama mentirosos y demonios tanto a los judíos como a los
mica (que no ya misionero), llamado a tener una repercusión terrible no turcos o al papa, el anticristo escatológico. Conviene apuntar algunas
tanto en sus días, sino en los de Hitler y Himmler: De los judíos y sus notas críticas sobre esta teología.
mentiras 20 •
En lugar de convertir a los judíos, de aprender de ellos o de disputar ¿Qué decir de los otros reformadores, Ulrico Zuingli~y Juan Calvino?
con ellos, lo único que Lutero quiere ahora es hablar sobre los judíos. En

l
' una primera parte comienza por acusarles de «arrogancia», puesto que Ellos compartieron los prejuicios antijudíos de su tiempo, aunque no fue-
ron apocalípticos; supieron unir teología de la Ref01ma y formación
ellos, invocando la descendencia, la circuncisión, la Ley y la tierra perdida erasmiana, se expresaron con mayor recato sobre los judíos y no aboga-
pretenden seguir siendo el pueblo elegido de Dios. En una segunda y ex~ ron por acciones violentas. Aunque la situación suyafue ITlucho ITlás
tensa parte pretende de nuevo, sirviéndose del método exegético medieval fácil, pues los judíos habían sido expulsados bastanteantes de las ciu-
extraer de la Biblia hebrea una prueba en fav()r de la mesianidad de Jesú~ dades de Zurich y de Ginebra, así como de la mayoría de las ciudades
que convenza también a los judíos. En ese contexto, no tiene ya el menor alemanas. Sobre todo Calvino --en contraposición a Lutero-- destaca en
reparo en repetir las habituales calumnias medievales (envenenamiento de su teología la unidad de ambos Testamentos, y dio la IJlón a los judíos
los pozos, asesinato de niños) y en acusar a l()s judíos de avaricia, de sed en la cuestión del cobro de intereses. Pero esto no debe Iharnos a pensar
de venganza hasta la muerte, de ceguera y de terquedad. Más aún: des-
181
180
C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 3. LOS PAPAS ANTIJUDIOS DE LA CONTRARREFORMA

que la teología de los reformadores estuvo libre de prejuicios antijudíos ni adoptado respecto de los judíos el doble talante de protectores y de usu-
que la totalidad de los reformadores no cayó más de una vez en los
prejuicios medievales. ¡ fructuarios; como los príncipes y el emperador. Un papa de la transición
como Paulo III Farnesio (1534-1549) -individuo absolutamente rena-
Otro tanto se puede decir de su método exegético, con cuya ayuda, centista (¡cuatro hijos siendo papa!) que, sin embargo, nombró carde-
por ejemplo, Lutero quiso demostrar contra los judíos, partiendo del An- naleS partidarios de una reforma, confirmó la orden de 10& jesuitas y con-
tiguo Testamento, los dogmas de la Trinidad y de la encarnación de vocó el concilio reformista de Trento- favoreció que se asentaran en
Dios. El teólogo luterano Wilhelm Maurer afirma: «Con ello, Lutero se \ Roma refugiados judíos y marranos procedentes de territorios españoles,
vinculó de forma tan estrecha a la tradición exegética de la cristiandad y les prometió protección frente a la Inquisición.
primitiva y medieval que no pudo ser imparcial con sus adversarios ra- Sin embargo, cuando en el año de la paz religiosa de Augsburgo
bínicos. Aquí, el progreso científico, también en la teología, ha decidido (1555) se consolidaron para siglos en el Imperio alemán los Estados
contra é¡"22. En lo tocante a la mentalidad política de los reformadores confesionales «<Cuius regio, eius religio») y en ese mismo año -¡hecho
cabe decir que, a pesar de toda su lucha contra la <<libertad» (= poder) sintomático!- el primer Gran Inquisidor romano, Gian Pietro Caraffa,
medieval «de la Iglesia» (libertas ecclesiae) y en favor de la evangélica ascendió al trono pontificio con el nombre de Paulo IV, se abrió un
«libertad del cristiano» (libertas christiana), no se encuentra en ellos ni nuevo período de represión para los judíos, al menos en los Estados
rastro de la moderna <<libertad religiosa» (libertas religiosa), de toleran- pontificios, hecho que no debemos silenciar24 • Nos limitamos a nombrar
cia respecto a los no cristianos en general ni en cuanto a los judíos en las personas y hechos decisivos:
particular. No. La «libertad» del cristiano no era al mismo tiempo la <<li- -Paulo IV (1555-1559). A los dos meses de haber tomado posesión
bertad» del no cristiano. También en el tiempo de la Reforma perdura- de su cargo publicó una bula antijudía con el título Cum nimis absur-
ban las histerias de la Edad Media tardía, la ejecución de herejes (Gine- dum, y, siguiendo el ejemplo veneciano, pocos días después recluye a
bra), guerras contra los que se rebelaban (campesinos), quema de brujas todos los judíos de Roma en un distrito marginal jUllto al Tíber. El tér-
(¡siempre mujeres!) y -<<naturalmente»- también medidas coactivas mino «gueto» se convierte entonces, con suma rapidez, en el nombre di-
contra los judíos. cial para designar tales barrios especiales, delimitados con toda precisión.
Se trataba de demostrar que la Reforma no fue, como se ha supuesto Pero ese mismo papa manda quemar en Ancona a 24 marranos huidos
a veces con frivolidad, el comienzo de la Edad Moderna, de la moderni- de Portugal, a los que se considera hipócritas y traid()res potenciales. Se
dad en sentido estricto, sino que representa una constelación global au- prohíben el Talmud y todas sus interpretaciones.
tónoma, un paradigma específico entre la Edad Media y la Edad Mo- -Paulo V (1566-1572). Éste, que había sido Gran Inquisidor du-
derna, apuntando en muchos asuntos hacia el futuro, pero siendo en rante el pontificado de Paulo IV, lanza en el 1570 contra Isabel I de ]n-
otros claro prisionero del pretérito. Y esto precisamente en relación con glaterra la insensata bula de excomunión y deposicióli. También él se se-
los judíos: la final actitud negativa de Lutero hacia los judíos puede ser ñaló en 1569 con una bula antijudía, Hebraeorumgens sola, lo que
considerada con razón como una regresión a «una posición católico-me- significaba en la práctica: expulsar de los Estados pontificios incluso a las
dieval» (C.B. Sucher23 ). comunidades judías más ancestrales y permiso de asentamiento sólo en
Uno se pregunta: ¿qué sucedía en Roma por ese tiempo? A pesar y a Roma y en Ancona.
causa del Renacimiento enamorado de la Antigüedad, allí no se habló ni -Gregorio xm (1572-1585). El papa que, en elprimer año de su

I
una sola vez de un paradigma reformador; y, menos aún, de uno mo-

caba para la jerarquía de la Iglesia: ¡Vuelta a la Edad MedIa!

3. Los papas antijudíos de la Contrarreforma


r
derno. Bien se podría decir que allí todo remitía al pasado; eso signifi-
pontificado y en acción de gracias por la matanza masiva de protestantes
en la parisina «Noche de san Bartolomé», celebró un «Te Deum» y
luego tramó activamente planes de invasión y de asesinato dirigidos ns-
pectivamente contra Inglaterra y contra la reina Isabel!. En su bula an-
tijudía Antiqua Judaerum probitas y en otros decretos amplía conside-
rablemente los derechos de la Inquisición contra los judíos, prohíbe de
Hoy, hasta la misma teología católica admite que la Contrarreforma nuevo la posesión del Talmud y ordena predicaciones forzosas para los
católico-romana pretendió restaurar el statu quo ante medieval en la judíos de Roma y de toda la Iglesia 25 • Aunque trata dtproteger a los ju-
teología, en la liturgia, en la disciplina y en la vida eclesiástica; de modo díos frente a ataques violentos, ordena ejecutar en 157!a siete marranos
pacífico o mediante el empleo de la violencia si fuere necesario. En nin- ante la Porta Latina. El mismo papa fundó -cuando ~tcomprobó quela
gún caso se habla de un paradigma nuevo. Se comprende, pues, que no misión de judíos apenas había tenido éxito-- un intenado para niños ju-
1fuera más tolerante con los judíos que con la Refurma. Es cierto que los díos (y musulmanes) que ya se habían hecho cristianos o estaban en
papas del Renacimiento, de mentalidad pragmática y mercantil, habían vías de hacerse.

182 183
C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD
4. EL JUDAISMO EN EL UMBRAL DE LA MODERNIDAD

Como se sabe, papas posteriores -sobre todo Sixto V, en cuyo pon- 'ca unidad de fe de Occidente había saltado por los aires y los judíos no
tifiCado se produjo el desastre de la Armada Inve~cible e~pañola (1588),
¡
hecho que inició el ascenso de Inglaterra a potencIa mundlal- derogaron
parcialmente los decretos de expulsión de judíos por razones económicas.
eran entonces los únicos que disentían. Sus adversarios católicos princi-
pales, las órdenes mendicantes y la Inquisición, habían sido puestos
fuera de combate en las regiones protestantes. Al mismo tiempo, se ha-
Pero la situación de los judí?s siguió siendo prec~rja en l~s ~stados p~n­ bían formado refugios de tolerancia (por ejemplo, Holanda, muy avan-
tificios. Ya no tiene lugar m una sola confrontaclon teologlca con el JU-
I
daísmo en el ámbito católico-romano. La Inq!lisición suplanta a la dis-
zada en lo industrial y con enorme poderío económico a mediados del
siglo XVII) en los que uno podía cobijarse en caso de necesidad. El centro
cusión, y el poder eclesial al espíritu cristiano. Notemos de paso que en la
¡
guerra entre cristianos y turcos los judíos fueron muy apreci~dos; al
menos como prisioneros y esclavos. En el centro local del comercIO de e.s-
de las energías económicas se desplazaba del Sur al Norte de Europa; pri-
mero, a Holanda; después, también a Inglaterra. En este sentido, la Re-
forma había preparado de manera indirecta la Modernidad, que se per-
clavos en el Mediterráneo, en la isla de Malta -¡que se encontraba baJO filaba con creciente claridad en lo político-económico28 al tiempo que las
¡
la tutela de la Orden de los Caballeros de Malta!- se prefería vender ju-
díos porque ellos garantizaban mayores sumas de rescate. A costa de los
IgleSias perdían importancia en el siglo XVII. Los judíos estaban presentes
en todas las partes: en la fundación de la moderna economía colonial, en
judíos, había comenzado un floreciente mercado «cristia~o» de esclavos el desarrollo de un moderno sistema económico europeo y en la plas-
I
que perduraría durante largo ti.e,mpo, hasta que le puso fm no un papa, mación real del Estado moderno; todo ello, en el marco de una nueva y
sino un heredero de la RevolucIOn francesa, el emperador Napoleon. \revolucionaria constelación globaF9:

Mientras que en el catolicismo postridentino no se da ya una discusión a) En el establecimiento de la moderna economía colonial, los judíos
teológica abierta acerca del judaísmo, la situación es distinta en el campo habían estado activamente presentes como comerciantes casi por do-
protestante. Aquí, son cada vez más los teólogos y juristas que se pr~­ quier, desde los tiempos de Cristóbal Colón; especialmente en el Caribe
nuncian en favor de los judíos entre los años 1550 y 1650. Los llaman «fl- y en Brasil. 1492: una fecha histórica y una fecha irónica: se expulsa a los
losemitas»26. Se encuentra a la cabeza de ellos el neerlandés Hugo Grocio, judíos de España y se descubre América. Con Cristóbal Colón (que no
iniciador, junto con el jesuita español Francisco Suárez, del moderno de- fue judí030 , a pesar de los rumores en sentido contrario) llegan los pri-
recho de gentes. Un grupo de teólogos protestantes --entre los que se en- meros judíos (o marranos) a aquel Nuevo Mundo que terminará por so-
cuentra Samuel von Pufendorf, teórico del derecho de gentes, del derecho brepujar a todos los reinos europeos.
natural y del derecho público- se interesa de manera especial por los ca- Segunda «ironía de la historia»: precisamente judíos sefardíes expul-
reos del Este de Europa, y promueve publicaciones sobre estos judíos sados de España y de Portugal contribuyeron notabilísimamente, desde
«protestantes» que rechazan una tradición postbíblica. Estos «estudiosos Amsterdam, a establecer en el siglo XVII --contra las católicas España y
del derecho natural» --como también algunos pietistas dirigidos por Phi- Portugal- el predominio neerlandés en el comercio mundial. En 1654,
lipp Jakob Speners27- insisten en las raíces veterotestamentarias comunes los 23 primeros judíos refugiados del católico Brasil, donde también
a judíos y cristianos, se vuelven contra la condena general del pueblo .• ctuó la Inquisición, llegan a Nueva Amsterdam31, fundada por los ho-
judío, protegen a los judíos contra calumnias como la del asesinato ritual landeses y que se llamará Nueva York a partir de H64 (allí se erige en
y acentúan las preferencias del pueblo judío ante Dio~,.casi siempre con la 1729 la primera sinagoga: se han conservado las actas portuguesas). Se
secreta intención (los pietistas con un programa miSionero expreso) de puede afirmar sin temor que los judíos en ningún otro lugar pudieron d(·
convertirlos al cristianismo. Los empeños no fueron vanos del todo. Por sarrollarse con tanta libertad corno en Norteamérica, donde evitaron
primera vez en los tiempos modernos -bajo la impresión de una misión desde un principio segregarse como comunidad judíél,y --como los cris-
respetuosa y no violenta practicada por pietistas entre judíos- se dieron I ia nos inmigrantes alrededor de sus Iglesias- se organizaron en torno a
algunas conversiones por convicción. Naturalmente, la inme~sa mayoría ~inagogas concretas. A finales del siglo XVIII había 11Iedia docena de eo·
de los judíos no se interesó lo más mínimo por los planteamientos ftlose- IIlIlIlidades (con 2.000-3.000 miembros, principalme]te comerciantes) en
míticos. Los muros del gueto no se han desmoronado aún, aunque co- Nueva York, Newport, Filadelfia, Savanah, Charleston y Richmond.
mienzan a resquebrajarse; de forma lenta, pero imparable. FI1 esos lugares se había establecido una «majestuosa ortodoxia» según tI
rirual sefardí32 .
4. El judaísmo en el umbral de la Modernidad
b) Los judíos representaron pronto un factor econ~mico importante en
A la larga, sin embargo, la Reforma (como tam~ié~ la Contrarrefor~~) ,·1 desarrollo de un sistema económico europeo asentado en el capital y
terminaron por aportar ventajas enormes a los JUdIOS, pues la monohtl- '11 l'1 movimiento de capitales. Calculando con sobriedad racional en un

184 185
C V. El PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 4. El JUDAISMO EN EL UMBRAL DE LA MODERNIDAD

marco global, utilizaron pronto sus fuertes capitales poniendo la mirada era especialmente grande la necesidad de tales asesores y «zahoríes» fi-
en el mercado, y llevados del afán inversor utilizaron novedosos medios nancieros. En esa época comenzaría el ascenso de familias judías tan fa-
de pago y nuevas posibilidades de financiación. Fueron punteros tanto en mosas como los Oppenheimer o los Wertheimer (más tarde vendrían los
el nacimiento de los títulos crediticios (cambio, acciones) como en el co- Rothchild). Delatadora del estado de ánimo del pueblo fue, sin duda, la
mercio con títulos de valores (Bolsa); tuvieron una participación decisiva tragedia de Joseph Süss-Oppenheimer (nacido en 1692), a la que Wil-
en los comienzos de la moderna especulación bursátil en el siglo XVII; pri- helm Hauff dio forma literaria (1828), Lion Feuchtwanger convirtió en
mero en Amsterdam y después en Londres. Además, los judíos contaron un best-seller internacional (1925) y Veit Harlam filmó tendenciosa-
con un eficaz sistema de información internacional, basado en parte en mente por encargo de Goebbels (1940). Como agente cortesano de di-
viejas relaciones familiares. En efecto, ninguna otra comunidad religiosa versos príncipes, el «judío Süss» había amasado una fortuna inmensa.
o étnica cerrada disponía, como ellos, de una tan extensa red de contac- Como asesor financiero del duque de Wurttemberg, introdujo, con una
tos desde Bagdad hasta Constantinopla, desde Burdeos hasta Hamburgo, mentalidad absolutista-mercantilista, numerosos impuestos y contribu-
desde Polonia, Lituania y Ucrania hasta allende los mares. En conse- ciones sin la aprobación de los representantes del pueblo. Envidiado y
cuencia, los judíos se adelantaron a otros en más de una ocasión en la odiado a causa de su enriquecimiento, de sus historias amorosas y de su
evaluación de las coyunturas económicas, militares y políticas. lujo, fue ahorcado tras morir el duque, en 1738. Tenía 46 años de edad
Por consiguiente, el desarrollo del capitalismo moderno no tuvo que y se le condenó por alta traición en Stuttgart.
ver sólo, como opinó Max Weber, con la ética protestante calvinista, sino Conviene observar que el paradigma de la Modernidad fue para el
también con el pragmatismo judío. Por estas razones político-económicas cristianismo la primera constelación histórica universal que no nacía
(y también por motivos mesiánico-teológicos) se admitió de nuevo en In- por los impulsos provenientes del interior de la teología y de la Iglesia,
glaterra a los judíos. Sucedía esto en el año 1656, en los días de Oliver sino que había sido creada por un dinamismo «externo», proveniente de
Cromwell y de los puritanos filosemitas, en el tiempo de la primera una sociedad que se «secularizaba» y, por consiguiente, se «emancipaba»
emigración a Norteamérica, con lo que también aquí se estableció una del dominio de la teología y de la Iglesia. No fue la Alemania luterana
«majestuosa ortodoxia» ( de origen no sólo sefardí, sino también aske- (agotada por la guerra) ni los bastiones católico-romanos (Italia,España
azí) que perdura todavía hoy. y Portugal) los que acuñaron principalmente el espíritu de la Moderni-
Pero en el continente europeo se produjo entonces, precisamente en dad, sino países menos controlados por la Iglesia, como Inglaterra, Fran-
Polonia, tierra de asilo preferida por los judíos, una huida masiva hacia cia y los Países Bajos; precisamente en estos países era relati-vamente
Occidente, pues, a raíz de los cruentos levantamientos de empobrecidos buena la situación de los judíos. Pero la reaccionaria política de la Iglesia
inquilinos ruso-ortodoxos en la Ucrania entonces polaca (1648), apoya- ¡romana -antiprotestante, antijudía y antimoderna- resultaría contra-
dos por cosacos y tártaros de Crimea contra la nobleza polaco-católica ,producente en el plano político y económico para los Estados quehabían
dominante, se produjeron masacres, sobre todo, de los agentes, gestores permanecido católicos, y condujo en su conjunto a una gran pérdida de
y procuradores judíos de esa nobleza. Para el futuro fenotipo de los ju- poder del catolicismo.
díos de origen extraeuropeo en Alemania y en América será importante
que precisamente los judíos de Polonia --en contraposición a la clase d) En virtud de esta dinámica se llega a cambios radicales delequili-
media y alta polacas-- no utilizaran la vestimenta occidental, sino que brio global, se plasma el moderno sistema mundial eurocéntJÍco que
conservaran el antiguo atuendo polaco (caftán, la gorra y el sombrero fo- predominará durante tres siglos. Pero, con el desplazamiento del centro
rrados de piel) que, en tiempos posteriores, no fueron considerados ewnómico, el centro de gravedad de la historia mundial se desplaza del
como «típicamente polacos», sino como «típicamente judios». Para mu- Mediterráneo al Atlántico, que se convierte en el gran océano d<lnuevo
chos judíos se han convertido en un distintivo; para muchos no judíos, comercio mundial. Tras la Reforma, la Contrarreforma y la indescripti-
son más bien un curioso símbolo de aislamiento cultural. hle devastación que sembraron por doquier las «guerras de religión», la
(;uerra de los Treinta Años (Paz de Westfalia, 1648) marca el finaldefi-
e) En la realización del centralista Estado modtrno europeo, alIado nitivo del confesionalismo en el continente europeo. En Inglaterravienen

~
el príncipe estuvo con frecuencia un judío; bien como prestamista sol- u continuación la Glorious Revolution y el Acta de Tolerancia de Gui-
ente o como influyente suministrador de ejércitos. En ciertas residencias Ill-rmo III para los protestantes inconformistas (1688/89). Todo~habían
europeas se formaron pronto dinastías enteras de «judíos cortesanos," o llegado a sentirse hartos de la larga reyerta religiosa. Se exigía tolerancia
«agentes cortesanos» altamente privilegiados que llegaron a hacerse lm- tlt· las diversas confesiones y -tras los viajes de descubrimiento realiza-
prescindibles para la aristocracia dominante. Puesto que la Guerra de los dos en el siglo XVI a todos los continentes- también de las divellas reli-
Treinta Años (1618-1648) se había tragado enormes sumas de dinero, limes.

186 187
c.v. El PARADIGMA ASIMllACION A lA MODERNIDAD 5. El CASO SPINOZA y lA CONCEPCION MODERNA DE DIOS

Así, pues, la época moderna nace bajo auspicios optimistas; con una nueva era traería consigo desafíos completamente nuevos también para la
nueva fe en la razón humana que -en contraposición a todas las auto- concepción judía de la Biblia y de Dios; y esto en uno de los pensad<.>res
ridades religiosas- se convierte en el árbitro supremo de la verdad. De más profundos y consecuentes con una percepción moderna .de la Vida,
ahí que la Modernidad no ponga su mirada en el pasado, como el Re- de la naturaleza, del mundo y de Dios, pero que, al mismo tiempo, fue
nacimiento, sino que mire hacia delante. La creencia en la razón humana uno de los filósofos más vituperados de los comienzos de la Edad Mo-
y en la naturaleza común de todos los hombres (derecho natural) se derna: Baruch (Benedicto, «El Bendito») de Spinoza (1632-1677), hijo
convierte en la creencia en un futuro mejor, en el progreso. Ahora po- del judío ortodoxo Miguel Espinosa, que había huido de Portugal, con-
deemos hablar de la Modernidad en sentido estricto, tal como ella se trolada por la Inquisición. .
abrió paso a medidados del siglo XVll: Como los jerarcas, monjes y teólogos cristianos también los rabmos se
- En la filosofía moderna que arranca del sujeto humano. Fundada creaban sus propios disidentes. Precisamente en Amsterdam ha?ían for-
por Descartes, Spinoza, Leibniz y por los empiristas ingleses Locke, mado los rabinos, junto con algunos comerciantes y notables .ncos, em-
Hobbes y Hume, encuentra su primera gran síntesis en Kant. parentados entre sí, una oligarquía no menos autoritaria y patriarcal, con
-En las ciencias naturales empírico-matemáticas. Después del giro co- la obediencia incondicional a los padres (¡cuarto mandamiento!) como
pernicano, alcanzan, a través de Galileo y de Kepler, su forma clásica con virtud capital. Este establishment de Amsterdam se volvió contra un
la física de Newton, y constituyen el requisito previo para el desarrollo de joven brillante de sus propias filas tan pronto como éste c()menzó a des-
la industria y de la tecnología típicamente modernas. tacar como cabeza autónoma e independiente y como miembro de un cír-
-En una concepción secularista de la política y del Estado. Sin tener culo librepensador. Consecuencia: aquel joven, formado plofu~~amente
en cuenta los puntos de vista religiosos o confesionales, realizada con en la filosofía y literatura latinas y judías, pero interesado tamb,len en las
éxito por el cardenal Richelieu y Luis XIV en alianza con protestantes y matemáticas, en las ciencias naturales y en la filosofía de su tiempo, se
otomanos, recibe su fundamentación teórica mediante la doctrina política convierte en un marginado en su propia comunidad, asemejándose a
de Bodin, Grocio, Hobbes, Locke y Pufendorf, asentada en el derecho na- otro gran marginado que quizás fue su vecino en el barrio judío de
tural. Despojado de toda finalidad sobrenatural, el Estado se convierte e~ Amsterdam, el pintor Rembrandt 34 .
I producto natural de un contrato entre el pueblo y el Gobierno, y, con~l­
Tiene Spinoza 24 años cuando, acusado de graves herejías, es expul-
! guientemente, se le puede considerar como autónomo frente a la IgleSia.
En el derecho natural se basan los derechos humanos.
SadO de la sinagoga de Amsterdan en 1656 con el gran anatema, por los
) mismos judíos que en el año anterior habían trabajado para conseguir
Se trata, pues, de un nuevo cambio de paradigma definidor de una que los refugiados judíos pudieran permanecer en Nueva Amsterdan.
,época que comienza a mediados del siglo XVII y alcanza su madurez en el Más tarde, y por instigación judía, Spinoza llegará a ser expulsado de
siglo XVIII. La revolución científico-filosófica y, en seguida, también téc- Amsterdam 35 . Para asegurarse contra los fanáticos, en adelante vive
nica golpea a finales del siecle des lumieres con la Revolución americana
y francesa y se traduce a la política con su proclamación solemne de los
derechos humanos. Su repercusión económica alcanza la plenitud de su
Icomo filósofo libre en un entorno cristiano. Rechaza Ulla cátedra en
Heidelberg para poder llevar una existencia tranquila y disfruta~ de li-
bertad intelectual. Más tarde habita en La Haya, apoyado por amIgos, y
desarrollo en la Revolución industrial del siglo XIX,
Esta moderna constelación global transforma radicalmente toda la so-
ciedad europea y con ella ~ambién al.i,:?aí~m? N~turalme?te, es inevi-
¡ se gana la vida puliendo cristales ópticos, mas dedica todo mtiempo a la
reflexión filosófica. Pero no se quita la vida, como había hecho unos

l
quince años antes (1640) otro judío que fue excomulgado por hereje en
table la apari~i~n de co~fl~ctos: tra~:hclOn J~~la e lnno:,aclon moderna, Amsterdam, Uriel de Costa ... De ese modo, Spinoza ---<:omo ha puesto
concepción blbhco-talmudlca de DIOS y VISlO? coperlllcan,a del mundo de relieve el filósofo jerosolimitano Yeremiahu Yovel en su reciente l.ibro
significan polos diametralmente opuestos. ¿Como <:ompagmarlos?

5. El caso Spinoza y la concepción moderna de Dios


I sobre Spinoza36 , que ha causado mucho impacto en Israel-fue el pnmer
«judío problemático» que rechazó las enseñanzas y la autondad del ra-
binato, pero que, sin convertirse al cristianismo, permaneció entregado
profundamente a su judaísmo y a su religión. Una situació]uesesperada
En el año 1600, después de haberle sometido a cruel~s t~)fl~ento~ físicos, \ bajo el veredicto de una «doble negación, rechazado por los cristianos
la Inquisición quemaba en el romano Campo del FlOn a GIOrdano como judío, y por los judíos como hereje»3?
Bruno el filósofo del Renacimiento tardío, al que acusó de panteísmo y
de otr~s trasgresiones contra la fe cristiana33 . Bru~o h~bía,sido el primero Una sola obra (junto a un escrito sobre los principios Ha filosofía
en sacar del cambio copernicano las consecuencias ftlosoÍlcas para una cartesiana) puede publicar Spinoza durante toda su vida,Para colmo,
visión moderna del mundo. Pronto se pondría de manifiesto que la tuvo que publicarla de forma anónima y con un lugar de puolicación si-

188
189
c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD
5. EL CASO SPINOZA y LA CONCEPCION MODERNA DE DIOS

mulada: el Tractatus theologico-politicus (1670)38. Fue condenado al


instante. ¿Por qué? Porque, en ese libro, Spinoza no sólo se muestra breo Él no es la causa supramundana, sino interior de todas las cosas y
como un decidido defensor del pensamiento intelectual honesto y de la fe, causa de sí mismo (causa sui). Con todo, el «panteísmo» de Spinoza no
sino porque, además, aparece como un decidido abogado de una mo- es la simple doctrina de que todo es una misma cosa; no es que declare
derna crítica de la Biblia. ¿Que la Biblia es un libro inspirado y que, por toda realidad como divina. Por el contrario, Spinoza distingue de forma
consiguiente, es un libro de Dios libre de errores? ¡Nada de eso! La Biblia sutil entre la sustancia una e infinita o Dios como causa del ser (natura
es el documento (muchas veces contradictorio) de una fe auténticamente naturans) y la pluralidad de cada uno de los productos finitos de la rea-
humana que puede y debe ser interpretada a la luz de la historia y de la lidad mental y de la realidad extensa (natura naturata).
ciencia. Spinoza es el primero en negar que Moisés fuera el autor del Pen- Con todo, a diferencia de algunos cabalistas medievales panteístas o
¡ tateuco, e investiga también la historia del nacimiento de otros libros bí-
blicos. Se convierte así en el primer eslabón de la moderna crítica de la
panteizantes, Spinoza nunca dejó de ser un moderno racionalista carte-
siano que trata de deducir, con la ayuda del método geométrico, incluso
Biblia. No escapará a una sentencia condenatoria, como tampoco, ocho la ética como un sistema coherente sirviéndose de la lógica, de conceptos
años más tarde, en París, el padre de la crítica católica de la Biblia, el ora- básicos, de axiomas, de tesis, pruebas y conclusiones40 . No tuvo éxito en
toriano Richard Simon, que fue expulsado inmediatamente del Oratorio el empeño, y el tratado de ética de Spinoza es considerado hoy por bas-
(1678)39. Aquí estalla definitivamente un debate en torno a la Biblia tantes como una «composición conceptual». También el rígido prede-
que alcanzará otro hito histórico cien años después en el ámbito protes- terminismo de Spinoza, que no puede permitir indeterminación alguna en

I
tante ortodoxo al publicar Lessig los Fragmentos de un Innominado el mundo, parece superado tras la aparición de la física moderna a prin-
(del orientalista hamburgués Samuel Reimarus) y que tiene en vilo hasta cipios de nuestro siglo. Sin embargo, un físico de origen judío tan genial
hoya la teología. como Albert Einstein no tuvo inconveniente alguno en adherirse a él. Du-
Pero no fue sólo la crítica de la Biblia lo que grangeó mala reputación rante toda su vida, Einstein se negó a aceptar la moderna mecánica
a Spinoza, sino también su nueva concepción de Dios, que, por sus di- cuántica con su probabilidad puramente estadística y su falta de precisión
mensiones cósmicas, fue malinterpretada a veces como ateísmo. En el (el «principio de indeterminación» de Heisenberg). Y no otra cosa que el
fondo, Spinoza pretendía reaccionar contra una visión de Dios extrema- Dios de Spinoza con su estricta necesidad válida también para la natu-
damente antropomórfica como la que había cuajado en el nominalismo raleza estaba tras la famosa expresión de Einstein: «¡EIViejo no juega a
de finales de la Edad Media y en la doctrina protestante de la predesti- los dados!»41.
nación: la idea de un Dios omnipotente que en absoluta libertad (potes-
tate absoluta) determina y dispone sobre el mundo y el hombre, y que Dejando a un lado el racionalismo y el predeterminismo de Spinoza, se
uede ser utilizado para intereses personales de sus intérpretes y repre- . puede decir que su nueva concepción de Dios fue decisivamente respon-
entantes aquí, en la Tierra. sable de que, tanto en el clasicismo alemán desde Lessing a Goethe,
De ahí que Spinoza acentúe, contra toda irracionalidad y arbitrarie- como en el idealismo filosófico germano desde Fichtehasta Hegel pa-
dad, la unidad de voluntad y de razón en el ser infinito de Dios, que él sando por Schelling, se concibiera a «Dios»-la divinidad, lo absoluto,
-en línea con la clásica teología filosófica que va de Platón y Aristóles a el espíritu absoluto- de manera distinta a como se estaba habituado a
Descartes pasando por Tomás de Aquino- entiende como la causa pri- hacerlo en la Edad Media y en la Reforma. De distinta manera que los
mera perfecta de todo lo real, como el ser necesario (ens necessarium) y reformadores, que tomaron la idea bíblica de Dios el! un sentido pre-
como la la única sustancia que se basa en sí misma y por sí misma moderno y precrítico (pues no sólo los papas, sino también Lutero y Me-
(causa sui). Por eso, según Spinoza, no se puede concebir a Dios separa- lanchthon habían rechazado el revolucionario modelo mundial del ca-
do del universo. Para él, Dios está en el mundo y el mundo está en nónigo católico Nicolás Copérnico), y también de diverso modo que
Dios. Lo Infinito está en lo finito, y 10 finito en lo Infinito. ¿La natura- los deístas ingleses o franceses con su ilustrada concepóón de Dios pro-
leza? Ella es un modo determinado en el que Dios mismo existe. ¿Y la pia de los albores de la Modernidad. Partiendo de la idea que Spinoza
conciencia humana? Es un modo concreto en el que Dios mismo piensa. tenía del mundo surgió en seguida la pregunta: ¿es posible seguir conci-
Eso significa que el individuo-yo y todas las cosas finitas no son sustan- biendo a Dios en una nueva era al estilo ingenuo-antropomórfico como
cias autónomas, sino modificaciones de la única sustancia divina. Por un soberano absolutista y omnipotente que procede con el mundo y
consiguiente, Dios es todo en todo. con el hombre a su antojo y con un poder ilimitado? ¿ohay que enten-
Pero ¿no es esto un Dios inmanente y no el Dios trascendente de la Bi- derle en clave deísta-ilustrada como un monarca constitucional que,
blia? De hecho, parece que para Spinoza Dios es trascendente sólo en obligado a guardar una constitución basada en la ley moral y natural, se
cuanto que sus innumerables atributos resultan inaccesibles para el hom- mantiene alejado de la vida concreta del mundo y del nombre? Spinoza
Iliega ambos planteamientos.

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c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 6. EL PRIMER JUDIO MODERNO: MOSES MENDELSSOHN

Hay que concebir la relación de Dios y el mundo, de Dios y el hombre 44 años, de tuberculosis; externamente retirado y poco emancipado,
f-Spinoza hizo una aportación decisiva en este punto- presuponi.end?
I~~a filosofía moderna y una concepción de la realidad de talante Cle?tl-
fico-natural. A la vista de la nueva imagen del mundo, se trata aqm de jero con un espíritu más libre y piadoso que la mayoría de sus contem-
oráneos, judíos o cristianos. Tanto se adelantó a su tiempo que ni si-
uiera el primer judío verdaderamente moderno logró comprenderle del

~
na mundanidad de Dios entendida en clave moderna. De ahí que sea todo un siglo más tarde.
ás atinado hablar no de «pan-teísmo» (todo es Dios), sino de «~­
.cismo» (todo en Dios). Desde los presupuestos modernos se puede en- 6. El primer judío moderno: Mases Mendelssohll
ender al Dios trascendente de la Biblia -que no está separado del
'mundo, sino que actúa actualmente en medio de él- mejor que desde la Es bastante significativo que el primer pensador que se declaró abierta-

Imeta-física clásica griega o medieval. La concepción de Dios para el p~­


radigma moderno, que con el tiempo se ha ido imponiendo desde el 6-
lósofo judío Baruch de Spinoza, es la siguiente42 :
• Dios no es un ser extraterrestre que se encuentre más allá de las e~tre-
mente a favor de la ilimitada igualdad de derechos de los judíos (1714)
fuera no un teólogo, sino el deísta inglés, defensor de un cristianismo
adogmático, John Toland (1670-1722)43. Nos apr()ximamos a la era de
la Ilustración y preguntamos: ¿también Ilustración en el asunto del ju-
l1as, en un cielo metafísico. Desde Spinoza, la concepción deís.t~-tlus­ daísmo44 ?
trada parece radicalmente inadecuada. Dios no es un Otro cosl6cado, Una imagen discordante: entre los ilustrados franceses, sólo Montes-
\ objetivizado, que exista «fuera» del mundo en el sentido espiritual o ,quieu se mostró dispuesto a permitir que los judíos fueran judíos, a tra-
metafísico, en un más allá extramundano (trasmundo). tarlos con iguales derechos no sólo «como ciudadanos», sino «como
• . ¡Dios está en este mundo y este mundo está en Dios! Es indispensable 1judíos». En su obra clásica Sobre el espíritu de las leyes (1748) arremete
una concepción unitaria de la realidad. Como parte de la realidad, contra la Inquisición hispano-portuguesa que acababa de quemar en
Dios no es sólo un finito (supremo) alIado de lo finito. Más bien, es el
Infinito en 10 finito, la trascendencia en la inmanencia, lo absoluto en
10 relativo. Precisamente como el Absoluto, Dios puede entrar en re-
lación con el mundo y con el hombre: relación no sólo en el sentido de
debilidad, de dependencia, de relatividad mala, sino de fortaleza, de li-
I Lisboa a una muchacha judía de 18 años, y cita, haciendo suyas, las pa-
labras de un judío: «Queréis que seamos cristianos )'vosotros mismos no
queréis serlo. Pero si no queréis ser cristianos, sed almenas personas hu-
manas»45. En términos completamente distintos se expresa el auténtico
portavoz (casi siempre antirreligioso) de la Ilustracic\n francesa. Voltaire,
bertad ilimitada, de soberanía absoluta. Así, Dios es el Absoluto que que no fue ateo, pero sí un deísta distante, conttibuyó como ningún
crea e incluye relatividad, que, como el Libre, hace posible y realiza la ) otro antecesor de la Gran Revolución a destruir la creencia tradicional en
relación; Dios como la Realidad absoluta-relativa, trasmundana-in- •. el derecho divino de la monarquía, los privilegios de la nobleza y la in-
tramundana, trascendente-inmanente, omnicomprensiva -omnigober- falibilidad de la Iglesia. De ese modo, preparó indirectamente una eman-
nante, la Realidad más real en el corazón de las cosas, en el hombre, ciI?ación de los judío~. ~er<?, por otr<? lado, ~l odio ind~scriptible que Vol-
en la historia humana, en el mundo.

Naturalmente, con estas aseveraciones en forma de tesis no se res-


I taue sentía por el cnsnamsmo salpIcaba SIempre al )UdaISmo, y con su
ironía corrosiva contra ambas religiones dio pábulo al incipiente antise-
mitismo. Llamó a la religión judía «absurda y abolUinable», y dijo que

~
onde a todas las preguntas sobre la diferencia entre el «Dios de los fi- sus «fábulas son mucho más estúpidas, absurdas, rorque ellos (los ju-
lósofos y de los científicos» y el «Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob» díOS) son los más zafios de los asiáticos»46. Posiciones ~imilares sostu-
(así planteó el problema el físico y matemático, filósofo y teólogo Blaise vieron Diderot y Holbach, que no se comportaron precIsamente COIllO
Pascal, contemporáneo y antípoda de Descartes). Tendremos ocasión \ punta de lanza de la Ilustración en este punto. En resumen, justamente
e seguir ocupándonos de esta problemática fundamental para las tres re- los ilustrados franceses son los corresponsables delantijudaísmo de la
ligiones proféticas. De momento, adelantemos que, tras Spinoza, no hay moderna intelligentzia europea.
camino de vuelta. Una imagen radicalmente contrapuesta ofrece e1más destacado re.
No olvidemos que Baruch de Spinoza permaneció inquebrantable- presentante de la Ilustración alemana (en/modo al~uno antirreligiosa)
mente fiel a su convicción a pesar de ser rechazado por judíos, católicos Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781). El, que, con veinte años, arre~
y protestantes. Estaba profundamente convencido de creer en un Dios mctió con la comedia Los judíos contra determinados prejuicios antij'U-
«mayor» que los ingenuos creyentes en la Biblia. Spinoza encontró fuer- díos, no se limitó a escribir la parábola de los tres anillos o religiones
zas en el anhelo de lo eterno, en el «amor espiritual a Dios», que supera sino que tuvo también la osadía de situar en los escenarios -por primel~
todo lo efímero, como él mismo afirmó. Así, esperó también morir y di- Vt·Z cn la historia del teatro alemán- la figura de un jllOío noble: Natán el
solverse en la todo-una-naturaleza-Dios. Falleció en 1677, a la edad de Sabio (1779)47; un judío que, para colmo, aparece en esta pieza como

192 193
c.v. EL PARADIGMA ASIMIlACION A LA MODERNIDAD 6. EL PRIMER JUDIO MODERNO: MOSES MENDELSSOHN

¡ más cristiano que un cristiano: <<¡Vos sois cristiano! ¡Vive Dios, vos sois un judío que apuesta por la Ilustración. La p~egunta es inevitable: ¿podía
cristiano! ¡Nunca hubo un cristiano mejor!»48, dice e! hermano lego de seguir siendo judío un personaje de esas características? ¿no tendría que
un convento al judío Natán en una escena decisiva de la obra. Pero éste sacar las consecuencias de su formación filosófico-occidental y conver-
'nvierte enseguida el argumento: «¡Dichosos de nosotros, pues lo que tirse al cristianismo? ¿no era e! cristianismo ilustrado el peldaño más alto
hace que vos me tengaís por cristiano, hace que yo os tenga por judío!». del progreso cultural?
Eso significa que lo decisivo para una vida verdadera no es la pertenencia Instado públicamente por el joven párroco de Zurich Johann Kaspar
, formal al cristianismo o al judaísmo. Lo decisivo no es la condición de Lavater, Mendelssohn se convierte en un inteligente y apasionado de-
cristiano o la de judío si eso oscurece el talante verdaderamente humano. fensor de su religión judía. Cuatro años después de que Lessing publica-
Lo decisivo es la condición humana, los valores de un humanismo cua- ra su Natán, aparece un librito titulado Jerusalén, o sobre el poder reli-
litativo comunes para ambos. Natán e! Sabio es, pues, un judío com- gioso y el judaísmo (1783)50. En esta obra tardía, Mendelssohn expone
prometido profundamente con el humanismo. ¿Es Natán una simple que el judaísmo no prescribe al hombre unas creencias o verdades de sal-
\ ficción escénica o espejo de la realidad? vación especiales, sino que más bien es idéntico al conocimiento racional
de Dios mismo. Continúa diciendo que el judaísmo es esencialmente
No es ningún secreto que, tras este personaje de la escena, se escondía una ley religiosa revelada mediante la que Dios obliga menos a tener por
una figura real, nada más y nada menos que el primer judío verdadera- verdaderos unos contenidos de fe «<ortodoxia») que a cumplir los man-
mente moderno, que vivía en Berlín en tiempos de Lessing. Desplazán- damientos «<ortopraxis»); a una praxis que obliga sólo a los judíos; a
dose de Dessau a sus 40 años de edad, se había hecho con una amplia nadie más. Puesto que, además, Mendelssohn considera que las normas
cultura general en Berlín. Lessing lo introdujo en círculos culturales in- socio-políticas de la Torá están condicionadas por el tiempo, la restante
fluyentes y fue amigo de este judío de su misma edad durante el resto de ley ceremonial judía no constituye, seglÍn él, un problema ni para el Es-
sus días. Hablamos de Moses Mendelssohn (1729-1786), figura para- tado actual ni para la Iglesia contemporánea.
digmática de la historia religiosa, social e intelectual del judaísmo mo- Así, Mendelssohn sostiene una fe racional-adogmática, completa-
derno. Hasta 1933, muchos judíos alemanes le consideraron algo así mente abierta a la Modernidad, que él trata de compaginar con una
como un Mesías moderno. observancia fiel de las obligaciones y ritos judíos tradicionales. Qmso ser
Seduciendo menos por su aspecto externo que por su inteligencia, su judío y moderno a la par: participación plena en la vida cultural einte-
sutileza y sus buenas maneras, este filósofo de la escuela de Leibniz y de lectual del entorno (la cultura acuñada por el Idealismo alemán resulta-
Christian Wolff, el filósofo de la Ilustración por antonomasia, se hizo fa- ba a los judíos más atractiva que la secularista francesa), pero sin abdicar
moso también como crítico literario, traductor de la Biblia y reformador. de su condición de judío, como algunos bienintencionados cristianos
De acuerdo con una ley de 1750, el rey Federico el Grande, nada proju- esperaban. No abdicar, sino conservar el núcleo. ¡Ése era su objetivo!
día, le recompensó con el status de «judío extraordinario protegido», y la Por consiguiente, aquí se abrió paso una nueva autocomprensión de
Academia Prusiana de las Ciencias le otorgó un premio por su Tratado la condición de judío: el judío como persona y ciudadano a la vejo En el
sobre la evidencia en las ciencias metafísicas. Con la ayuda de Lessing, plano social, esto era tanto como afirmar la posibilidad de quemiem-
había comenzado a publicar sus escritos filosóficos. Como Lessing y bros de diversas religiones -judíos o cristianos- participaran enla cul-
Herder, utilizó el alemán de forma programática y no el latín o el hebreo. tura alemana común. De ahí que Mende!ssohn exigiera una renovación
Demostró su verdadero perfil intelectual con su internacional best-seller de la lengua y literatura hebreas, y al mismo tiempo una educación
Fedón, en el que echa mano de las pruebas de Platón y de Leibniz en pro orientada al presente que incluyera plenamente los contenidos de la
de la inmortalidad de! alma y las completa con otro argumento teológi- cultura profana.
co-moral suyo. Mases Mendelssohn fue, pues, escritor, filósofo, esteta, Más que con su teoría sobre el judaísmo, Mendelssohn influyó con su
crítico y también psicólogo49 • ¿También un pensador del judaísmo? Se ejemplo y con su actuación práctica en una triple vertiente:
vio forzado a serlo. -Mediante su esfuerzo en favor de un correcto hebreo bíblico y de
Se comprende fácilmente que una figula intelectual tan eminente una traducción alemana de! Pentateuco y de los salmos impresa en ca-
constituyera en Alemania una provocación para la élite culta cristiana, racteres hebreos con un comentario hebreo; una «Biblia alemana»que se
pues si los ilustrados primeros (especialmentdos franceses) recurrieron al hizo pronto popular (sobre todo para aprender alemán), pero que los or-
judaísmo para extraer argumentos contra el cristianismo, sin embargo, el todoxos motejaron de nueva «religión berlinesa».
judaísmo ejerció en grado mínimo como agente de la Ilustración, pues se -Mediante la atención a familias judías perseguidas y expuls adas, y
sentía plenamente cautivo del paradigma talmúdico-rabínico. Pero, he sus esfuerzos para mejorar la situación jurídica de los judíos y lasrela-
aquí que, con Mende!ssohn, irrumpe de pr()nto una figura paradógica: l:iones entre judíos y cristianos.

194 195
c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 7. DERECHOS HUMANOS TAMBIEN PARA LOS JUDIOS

-Mediante su pulido estilo humanista con el que él, como judío portante y primer ilustrado judío, muy apreciado por todos, nadie podía
convencido, se entregó a la causa de la tolerancia, del carácter humani- sospechar el giro que experimentaría la Ilustración con el ataque a la Bas-
tario y del buen gusto. tilla de París el 14 de julio de 1789.
De ese modo, Mases Mendelssohn contribuyó en gran medida a
sacar a los judíos de su gueto medieval y a introducirlos en la cultura 7. Derechos humanos también para los judíos
moderna, aunque él tuvo que soportar algunos reveses (Federico 11 hizo
fracasar su elección como miembro de la Academia de Berlín). A pesar Fue el ilustrado monarca austríaco José n, hijo de María Teresa, el pri-
de todo, con su palabra, con su acción y con su personalidad, se con- mero que, mediante edictos de tolerancia (para Bohemia/Moravia
virtió en iniciador, símbolo e ídolo de la «haskalá», de la Ilustración 1781/82, para Hungría 1783, para Galitzia 1789), reconoció en principio
judía, que se propagó desde Berlín a todo el nordeste y centro de Euro- a los judíos la misma dignidad humana; como «ciudadanos», no como
pa. Bien es cierto que, paralelamente, se desarrolló una Ilustración judía «judíos». En concreto, esto significaba que el emperador mismo había
menos racionalista, protagonizada por los judíos del norte de Italia decretado la emancipación jurídico-estatal de los judíos, su incardinación
(mejor integrados y formados desde la Edad Media y el Renacimiento), plena en el orden jurídico y estatal, con el fin de convertirlos en «ciu-
que estudiaban medicina en Padua y pudieron fundar más tarde, allí, el dadanos útiles al Estado». También forma parte de esto la decisión
primer seminario científico de rabinos de Europa, el «Istituto Convitto -aceptada a regañadientes por los judíos- de que éstos tomaran ape-
Rabbinico». Esta haskalá moderada influyó con la publicación de obras llidos con resonancia alemana y que, según las posibilidades económicas,
en hebreo en todo el Imperio habsburgo, hasta Bohemia, Moravia y Ga- iban de Schwarz «<Negro») a Weiss «<Blanco») y de Lilienthal «< Valle de
litzia, pues el hebreo supo conservar su puesto en el plurilingüismo aus- lilas») a Rosenthal «<Valle de rosas»). Pero precisamente con esta polí-
tro-húngaro junto al alemán (que se había convertido ahora en la lengua tica, el intrépido ilustrado imperial chocó contra la resistencia de muchas
culta moderna)51. comunidades judías y, sobre todo, de sus rabinos; comunidades que ha-
A decir verdad, tanto judíos como no judíos se preguntaban entonces bían vivido hasta entonces bajo una considerable autonomía rabínica y
si podía tener un dilatado futuro la separación entre teoría ilustrada y rechazaban esta especie de asimilación a los no judíos, pues opinaba que
praxis de la ley judía tradicional que Mendelssohn había realizado. ¿Es todo esto llevaría indefectiblemente a apostatar de la fe judía.
tan sencillo trazar una línea divisoria en el judaísmo entre un monoteís- Sin embargo, a pesar de toda esa emancipación obligatoria, el diálogo
mo ético (común con la tradición filosófica occidental) y la tradición ce- entre la Iglesia y el judaísmo, iniciado por Mendelssohn en Alemania,
remonial judía? ¿No conduce esto a una esquizofrenia religioso-cultural? apenas prosiguió, si exceptuamos el influyente escrito programático li-
¿Qué hay de las constantes de la fe judea-israelita que si bien el racio- beral de Christian Wilhelm Dohm Sobre la mejora burguesa de los judíos
nalista ilustrado Mendelssohn no olvidó, sí espiritualizó por completo? (1781), estimulado por Mendelssohn. Tampoco el juicio del ciudadano
¿Qué queda aún de Israel como pueblo y tierra de Dios? Mendelssohn y universal Immanuel Kant sobre los judíos (aunque era amigo de Men-
los ilustrados judíos (Maskilim) apenas sintieron interés por un Estado delssohn) fue muy favorable. Los «escritores y pensadores» del Idealismo
judío propio. ¿No se disuelve el judaísmo como unidad formada por alemán -desde Fichte hasta el Romanticismo pasando por Schleierma-
Dios, pueblo y tierra, en una fe privada del individuo? cher- tampoco se distinguieron por una actitud demasiado amistosa
En 1781, año en que Kant publicó su Crítica de la razón pura, que hacia los judíos. El gran filósofo G. F. W. Hegel, en sus fragmentos ju-
hace añicos las pruebas racionales de la inmortalidad del alma y de la veniles, ve al Dios Yahvé sólo como principio de la unidad sim]lle, y al
existencia de Dios, murió Lessing. Poco después, Mendelssohn se verá pueblo de Israel como encarnación de la discordia. En sus posteri<¡res lec-
arrastrado, contra su voluntad, a una gran controversia pública que le ciones filosófico-religiosas se combinan un cristianismo trinitario y un
convulsionó como casi ninguna otra. Se trataba -el asunto sorprende ~ermanismo idealizado a costa del judaísmo para formar la gran síntesis
sólo a medias- del «caso Spinoza», pues F. H. Jacobi - - ( ! l l un escrito ti- de la «religión absoluta»52. Pero también para el antípoda deHegel,
tulado Sobre la doctrina de Spinoza en cartas al señor Mases Mendels- hicdrich Schleiermacher, que se convertiría en el padre de la Iglesia de la
sohn- acusa públicamente de spinozismo nada más y naJa menos que a leología protestante en el siglo XIX, el judaísmo es «una religión muerta
Lessing, amigo de Mendelssohn. La acusación de panteísmo apuntaba hace mucho tiempo» cuya concepción central es la de imaginalel go-
entonces, claramente, a la acusación de ateísmo. Fara replicar a Jacobi y hierllo eterno de la divinidad como «retribución general inmediata»
a otros ataques, Mendelssohn escribe: A los amigos de Lessing. Apéndi- ("premiando, castigando, corrigiendo» )53.
ce al epistolario del señor ¡acobi sobre la doctrina de Spilloza. Ya enfer- Pero, como se sabe, Alemania no vivió la gran Revolución en €lterre-
mo, consigue entregar el escrito el 31 de diciembre, y fallece el 4 de !lO de la política, sino sólo (¡por desgracia!) en el reino de las ideas,en la
enero de 1786. En las grandes honras fúnebres que se tributan a este im- filosofía, en la literatura y en la música. Incluso el apellido Menddssohn

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C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 7. DERECHOS HUMANOS TAMBIEN PARA LOS JUDIOS

sobrevivió en Alemania, sobre todo mediante el nieto del filósofo, el nemente en 1806 a los más de cien delegados del judaísmo francés veni-
músico y compositor Felix Mendelssohn-Bartholdy. Éste no se limitó a re- dos de todos los lugares del Imperio (incluidas Renania e Italia). Así tam-
sucitar la medioolvidada obra de Johann Sebastian Bach interpretando su bién su convocatoria de un «Gran Sanedrín» del que formaron parte 45
Pasión según san Mateo, sino que compuso un oratorio titulado Paulus rabinos y 26 seglares. Sin embargo, con esta política Francia había hecho
(1836), diversas canciones corales de iglesia (entre otras, «Tu es Pe- más por los judíos que cualquier otra nación europea, hasta que el «caso
trus»), una sinfonía-cantata Alabanza, e incluso una Sinfonía de la Re- Dreyfus» destruyó las ilusiones también aquí, a finales del siglo XIX.
forma para celebrar el tercer centenario de la Confesión de Augsburgo
(1830). Pero Felix Mendelssohn-Bartholdy había recibido el bautismo con ¿Qué sucedía mientras tanto en Alemania? A la larga, tampoco Ale-
siete años y, con ello, había realizado lo que su abuelo pretendió evitar, mania pudo sustraerse a los elevados valores de ambas grandes revolu-
ero que sus hijos hicieron a pesar de todo: dar el paso para alejarse del ciones a pesar del profundo escepticismo con que las clases dirigentes con-
judaísmo. En otras palabras, el conflicto judaísmo-Modernidad se decidió templaron estas ideas «occidentales». No olvidemos que los ejércitos
ffie forma desfavorable para el judaísmo en la familia judía quizás más fa-
osa de Alemania, en la que nacieron no sólo filósofos y compositores,
franceses habían comenzado a imponer en todos los lugares de Europa a
los que iban la igualdad de derechos de los judíos, con la ayuda del Có-

E ino también científicos, escritores y banqueros. Y Mendelssohn fue sólo


un caso del creciente número de judíos que se convirtieron entonces al
Cristianismo, a la religión «mejor»54. El bautismo se convirtió entonces en
digo napoleónico: supresión de la obligatoria reclusión en guetos, de las
prohibiciones de ejercer una profesión, de impuestos especiales a los ju-
díos, al tiempo que implantaban una nueva municipalidad consistorial re-
lo que otro famoso converso judío-alemán, Heinrich Heine, denominó conocida por el Estado. Los intentos de restauración del Ancien Régime
\con matiz sarcástico «el billete de entrada a la cultura europea». en la «era Metternich», después de 1815, pretendieron reprimir los logros
Las primeras consecuencias políticas radicales de la Ilustración se sa- de la Ilustración y olvidar la emancipación de los judíos enarbolando la
caron en Norteamérica y, doce años después, en Francia: con las decla- doctrina del Estado cristiano, del mito romántico del pueblo y de un pa-
raciones de los derechos humanos de las revoluciones americana y fran- triotismo crecientemente nacionalista desde las guerras napoleónicas.
cesa, que también incluyeron a los judíos. Ya hemos apuntado en otro Sin embargo, en la siguiente oleada revolucionaria, desatada en 1848,
lugar que los emigrantes judíos a los Estados Unidos fueron ciudadanos se proclamó en Alemania que los «derechos fundamentales del pueblo
libres desde un principio, e inmediatamente después de la independencia alemán» también eran válidos para los judíos. Se hizo esa proclamación
se les garantizó la equiparación civil y religiosa. En cambio en Europa, se rn la primera Asamblea Nacional Alemana, celebrada en Francfort.
produjeron graves confrontaciones.«Los hombres nacen libres y con ()tro tanto sucedió ese mismo año en el Piamonte italiano. Finalmente,
iguales derechos». Esto, que es el contenido del primer principio de la de- I'n 1869, la Liga del Norte de Alemania aprobó una ley por la que se
claración francesa de los derechos humanos redactada en agosto de «diminaban todas las limitaciones de los derechos civiles y de ciudadanía
1789, fue interpretado un mes después por la Asamblea Nacional fran- derivadas de la diversidad de la confesión religiosa». Eso signifi(ó para
cesa, tras una acalorada protesta (sobre todo, de Alsacia, que contaba los judíos el levantamiento de las restricciones a ejercer una profesión y el

I
con numerosos judíos), mediante una decisión en la que se apostilla que derecho a fijar libremente el lugar de residencia. En el Imperio guiller-
gozan de derecho de ciudadanía ilimitado los judíos que presten el jura- mino, esto significó el reconocimiento pleno de los derechos cívico, de los
mento como ciudadanos franceses. ludíos (con limitaciones en lo militar y en el acceso a altos cargos ~elfun­
De ese modo, la Revolución francesa había traído la proclamación for- cionariado) y la plena inclusión en la sociedad civil. El camino nopasa-
'mal de los derechos humanos para todos los hombres; por consiguiente, ha por la vieja burguesía urbana ni por la burguesía económica J1lezcla~
también para los judíos, pero para éstos no como comunidad religiosa dn con la nobleza, sino por la burguesía académica, a la que vigilaDan las
(como sí se tratara de una nación dentro de la nación), sino -en la flitcs del funcionaria do. Así comenzó el aburguesamiento del judaísmo
línea del individualismo y del liberalismo moderno- para los judíos 1'11 !\ lemania, y un creciente número de académicos judíos en las univer-
como ciudadanos individuales. Tampoco Napoleón, promotor, heredero Nidades y en las profesiones liberales puso de manifiesto su éxito. Esa
y vencedor de la Revolución, siguió una línea política interesada en la co- ~lIllbiosis judeo-alemana -volveremos más tarde sobre ella- fue, tras la
munidad de los judíos como religión dentro de un Imperio cristiano. La ludeo-helenística y la judeo-árabe, la tercera interacción históric«J-mun-
religión era para él un asunto privado. Sí le interesaba realmente hacer de di¡tl entre la cultura judía y otra extranjera55 .
los judíos leales «ciudadanos franceses de confesión mosaica» dentro de Sin embargo, hubo un Estado europeo del siglo XIX que denegó du-

I
un Estado secularizado que debía ser neutral y tolerante frente a todas las nllltl. más tiempo que ningún otro la igualdad de derechos cívico,ycul-
confesiones y religiones en temas relacionados con la visión del mundo. Imales a los judíos. Después de lo dicho a lo largo de este libro, difícil-
Así hay que entender las doce preguntas que Napoleón formuló solem- 1I11'I11e puede sorprendernos que se trate precisamente de los Htados

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C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 8. CRISIS DE IDENTIDAD Y CAMBIO DE PARADIGMA: REFORMA Del JUDAISMO

pontificios56 . En vísperas de la Revolución francesa, Pío VI había co- asunto- a contramedidas duras. Otro tanto sucedió en Polonia. Aquí,
menzado su pontificado con un decreto sobre los judíos (Editto sopra gli los judíos fueron tomados una vez más como chivos expiatorios de la de-
Ebrei), que acarrearía nuevas humillaciones, acciones violentas, bautis- sastrosa situación social. En todo esto, la Ilustración intrajudía fue la
mos forzados y confinamientos de niños judíos. En 1858, bajo el ponti- gran perdedora, pues la ortodoxia rabínica consiguió aliarse con los ja-
ficado absolutista y reaccionario de Pío IX, la policía pontificia arrancará sidim contra el movimiento ilustrado judío, desautorizado en ese instante
de sus padres, en Bolonia, al niño judío Edgaro Mortara, de seis años de por la zigzagueante política estatal. A diferencia de lo <lue sucedía en la
edad, porque había sido bautizado secretamente por una doncella. Será Europa central y occidental, aquí no se fundó ni un solo seminario aca-
trasladado a Roma, donde a pesar de las protestas en todo el mundo (in- démico para rabinos.
tervenciones de Napoleón III y del emperador Francisco José), se le so- Todo esto tendría consecuencias también para los países a los que los
meterá a una implacable educación católica. Incluso será ordenado sa- judíos volvieron a emigrar entonces en número creciente. Las conse-
cerdote años más tarde. Por fin, el avance de los ejércitos de liberación cuencias no serían sólo de orden económico. Johann Maier, con la mi-
italianos hizo que cayeran los muros del gueto romano en 1870, casi tres rada puesta en «la desfavorable concentración en unos pocos oficios, na-
meses después de la definición del primado y de la infalibilidad pontifi- cida en la Edad Media», dice atinadamente: «El problema de la insana
cios, impuesta por ese mismo papa, tan antiliberal como antisemita, en el estructura social como herencia desastrosa de la Edad Media no fue re-
concilio Vaticano 1, de talante medieval, contrarreformista y antimo- suelto por la Ilustración judía, sino sólo modificado en parte, y dejó
derno. Se dio entonces un hecho paradójico: a la desguetificación de sentir su doble rostro en el entorno. La gran mayoría judía del este de
los judíos siguió la autoguetificación del papado. Europa, pobre, con un número de oficios muy limitado, yprofundamente
tradicionalista, representaba un problema social inmenso. Este problema
¿Qué sucede en la Europa del Este57 ? En Rusia, en el otro extremo de se desplazó al centro de Europa en la medida en que l()s "judíos orien-
Europa, sólo algunos miembros de la exigua clase alta judía, miembros tales" se desplazaban en masa a Occidente»58. Para un número creciente
de la corte, comerciantes ricos y algún que otro rabino llegaron a tener de judíos, Occidente era entonces sinónimo de América.
conocimiento de la Ilustración judía centroeuropea mediante relaciones Recordemos: en 1654 había comenzado la historia delos judíos en los
comerciales, viajes y estudios. En cambio las masas, reservadas e incluso Estados Unidos con aquellos 23 refugiados de Brasil y se estabilizó luego
contrarias por principio a toda Ilustración judía promovida por el Go- en torno a media docena de sinagogas sefardíes. Siguió un período de pa-
bierno, no sufrieron salpicadura alguna de aquélla. Por consiguiente, cífica coexistencia intrajudía hasta que, a principios del siglo XIX, se
siguieron bajo la influencia de los ya mencionados jasidim y --contra la produjo la separación de las sinagogas askenazíes. Se agravó la situación
autoritaria catedrocracia que rechazaba todo éxtasis, milagro y visio- desde que, a principios de los años treinta, comenzó una masiva emi-
nes- practicaban una piedad sentimentaloide, ardiente y alegre; cere- gración de judíos de habla alemana, de forma que la población judía de
monias exultante s y ruidosas en la propia casa de oración, una oración los Estados Unidos -que era de unos 250.000 hacia el 1880- ahora se
entusiasta o contemplativa (basada con frecuencia en la literalidad de la componía casi exclusivamente de judíos de lengua alemana, pues, entre
Biblia); alguna que otra figura dirigente y salvífica, santos y justos (§ad- los emigrantes alemanes, no había ya sólo comerciantes pobres y vende-
dikim); en conjunto, un curioso y singular mundo religioso que Martin dores ambulantes, sino un número creciente de gente acomodada y ra-
Buber presentó con trazos quizá excesivamente poéticos a los occiden- binos formados en universidades alemanas, los cuales llevaron de Ale-
tales de nuestro siglo. mania ideas reformadoras radicales respecto del culto moderno, ideas
Pero también en Rusia se desarrolló lentamente un movimiento judío que se podían realizar mejor en la América libre sin «impuestos a la Igle-
.comprometido con la Dustración, enfrentado a la encarnizada resistencia sia» y sin regulación estatal que en el sistema de Iglesia ¡statal de los Es-
de los rabinos y de los jasidim. En el Imperio zarista del siglo XIX, donde tados alemanes. ¿Cuál fue el impacto que la confrontación con la Mo-
-tras la anexión de Crimea, Besarabia y sobre todo Polonia- habitaban dernidad produjo en los judíos, en su psique, educación, íormación, en su
dos tercios de todos los judíos europeos, se concedió con cuentagotas, en culto y en la organización de su comunidad?
el mejor de los casos, la igualdad de derechos a los judíos. ¿Cómo iba a
ser posible la asimilación nacional de los judíos en un país en el que rei- 8. Crisis de identidad y cambio de paradigma: reform4del judaísmo
naba de hecho una religión nacional, llámese ortodoxia rusa o catolicis-
mo polaco? La política de los zares tendía, pues, a una asimilación por la Hasta la Ilustración, el judaísmo había podido conservar ffi, formas de fe,
fuerza, puramente externa: se extiende a los judíos el servido militar obli- de ley y de vida acuñadas en la Edad Media, pero, con lo>siglos XVIIIIXIX,
gatorio y la asistencia a la escuela. En tiempos del zar Alejandro III se termina definitivamente el dilatado Medievo judío y la <3,¡gregación» de
volvió incluso -el secretario del Santo Sínodo tuvo algo que ver en el los judíos respecto de la humanidad restante, separacion inicialmente

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8. CRISIS DE IDENTIDAD Y CAMBIO DE PARADIGMA: REFORMA DEL JUDAISMO
C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD

da moderna, en la cultura y en la democracia, también el judaísmo llega


querida y luego impuesta. El judaísmo experimentó la Ilustración más
tarde, pero con mayor intensidad. Debido a su condición de dispersos entonces, tras un largo período de estancamiento, a un nuevo cambio de
por toda Europa y América, los judíos están expuestos ahora plena- paradigma. Del paradigma rabínico-medieval del pueblo de Dios dis-
mente al espíritu de la Modernidad; antes y de forma más radical que, perso, al paradigma de la Modernidad (Paradigma V = P V), de la re-
por ejemplo, los musulmanes, pues, como ya sabemos, a la revolución forma del judaísmo ilustrado. Se da, pues, una nueva constelación global:
t~cnológico~científica del siglo XVII y a la revolución político-social del
sl~lo XVIII sIguió la Revolución industrial en el siglo XIX. Para el urba- • A la segregación y autonomía medievales de la comunidad judía su-
msmo significó esto que, así como desde finales del siglo XVIII hasta cede ahora la integración social, política y jurídica de los individuos y
principios del siglo xx cayeron la mayoría de las murallas medievales de de las «comunidades culturales» en el Estado nacional moderno; un
las ciudades, como consecuencia de su enorme crecimiento y del impa- nuevo ordenamiento comunitario y la sustitución parcial del derecho
rabIe aumento de las industrias modernas, así cayeron también, sucesi- haláquico por el derecho público. El «exilio», la extranjería debe con-
vamente, las murallas de los guetos judíos, queridos al principio e im- \ vertirse en patria.
puestos más tarde. • A la habitual formación talmúdico-rabínica sucede ahora una mo-
Vino entonces la salida del gueto, no sólo física, sino también intelec- derna formación general, una educación y formación en las escuelas
tual. Porque en el Estado de unidad nacional ya no era posible un Estado
(judío) dentro del Estado. Derechos humanos para los judíos significaba
precisamente lo contrario: abandono de la vieja autonomía y autosegre-
I públicas que centran su mirada en lo profano, en el present~ y en la
profesión.
• A los rabinos que eran expertos en derecho y jueces sustituyen ahora
gación rabínico-farisaica; no sólo en Francia e Inglaterra, sino también en los rabinos que, con una formación académica (seminarios de rabinos)
los Estados alemanes y en la monarquía austro-húngara. Precisamente en explican la doctrina judía partiendo de la Biblia, del Talmud, de la his~
Alemania estalló la gran controversia sobre la reforma del judaísmo. toria y oe la filosofía, y ejercen así de predicadores, pastores de almas
En contra de lo sucedido en el cristianismo, no se trataba aquí de una re- 1 liturgos y pedagogos. '
forma religiosa como requisito previo para la Ilustración racional, sino, • Al culto hebreo, no siempre inteligible y que se ha hecho formalista y
inversamente, de la Ilustración racional como presupuesto de la reforma ritualista, sustituye ahora una liturgia judía reformada, en la lengua del
religiosa. pueblo, con sermón e inclusión de elementos culturales aconlOdado s
El judaísmo alemán abordó de forma consciente y enérgica su entrada (música, incluso órgano), aboliendo la obligación del uso de s(lmbrero
e incorporación a la sociedad burguesa59 • Por primera vez, la cuestión no
giraba en torno a la decadencia de la fe judía, sino en torno al aprendi-
1 y la separación de sexos en el coro y en la comunidad.
• A la vida de gueto aislada y encorsetada por infinidad de US<lS y cos_
zaje perfecto del alemán (en lugar del yidish), a la aceptación del ideal tumbres medievales sucede ahora la modernización de toda la confi_
académico burgués, de los «buenos modales» burgueses, de la «morali- guració,n de la vida judía, desde la vestimenta hasta los hábitos ali-
dad» burguesa. Ya desde la segunda década del siglo precedente se ve- \ mentanos.
nían sucediendo en Alemania intentos individualizados para remodelar
según la mentalidad burguesa el culto judío, para celebrarlo «decente- A decir verdad, la reforma se estancó en Alemania desde mediados del
mente» (sin tanto ir y venir y sin tantos sentimientos) en la lengua del
siglo pasado a causa del conservadurismo del judaísmo alemán yde Su
pueblo, permitir la predicación y la música de órgano; se empezaba a lla-
mar «confirmación» a la «Bar Mitzvá» (fiesta de iniciación de los mu- organización de la comunidad, pero también debido al Estado yala so-
chachos), a concentrar la observancia de la Ley en los preceptos éticos y ciedad alemanes. Sólo se avanzó con la «ciencia del judaísmo» (desde
a poner el acento no ya en la formación talmúdica, sino en la secular. En 1819) tal como la fundaron Leopold Zunz y otros 60 • «Ciencia»signifi_
el ámbito religioso se trataba de la decidida interiorización y eticización. caba en concreto la investigación sistemática de la religión, hist()ria y li-
A la vista del enorme crecimiento demográfico judío, muchos de éstos se teratura judías mediante la utilización crítica de toda la panoplia de
preguntaban si no debían aprovechar las nuevas posibilidades de la for- fuentes, con una amplitud e intensidad desconocidas desde la delitrucción
mación escolar y profesional que ofrecía el Estado. La educación y la for- del Segundo Templo. Posteriormente significaría el cenit la creación de la
mación se convirtieron en el problema número uno, pero no sólo para los Universidad Hebrea de Jerusalén en 1925, donde también se incluyó el
privilegiados «judíos cortesanos» del absolutismo principesco, sino, en la estudio de la lírica, de la cábala y de la historia social judías. Esta «cien_
era de la democracia, para cada «ciudadano judío». cia del judaísmo» existe hasta nuestros días como comunidad científica
Salvo en contados nidos de resistencia, en toda Ji!. Europa central y oc- internacional a la que se conoce por «Jewish Studies» o «Judaís1ica». Se
cidental y a la vista del desafío de la Modernidad concretado en la cien- consiguieron logros extraordinarios, sobre todo, en el campo léxico,
como lo demuestran no sólo la Jewish Encyclopedia en doce volumenes
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C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 9. COEXISTENCIA DE PARADIGMAS RIVALES

(Nueva York, 1901-1906), sino también el Jüdische Lexikon (5 vols., no entrara necesariamente en contradicción no sólo con otros grupos
Berlín 1928-1934; reeditado en 1987) y la recién publicada Encyclopae- sino también consigo mismo? '
dia Judaica (17 vals., Jerusalén slf). Con todo, la reforma del judaísmo -En lugar de hablar del «exilio», de la opresión y persecución del
no logró imponerse de manera general en el siglo XIX; ni en Alemania ni pueblo de Israel, se acentuaba ahora su «misión» entre los gentiles para
en los Estados Unidos. Fueron sobre todo determinados estratos peque- difundir el verdadero conocimiento de Dios, pero sin realizar seriamente
ño-burgueses y judíos de proveniencia oriental los que no se subieron al esta misión.
carro de la reforma. -En lugar del Templo y de su culto sacrificial, se ensalzaba la im-
portancia de la predicación profética de la justicia social, pero, salvo con-
El proceso había seguido inicialmente en los Estados Unidos una di- tadas excepciones, sin destacarse de manera especial por iniciativas de re-
rección inversa. Aquí, el judaísmo reformista se sintió fortalecido pode- forma social en la sociedad.
rosamente hacia mediados del siglo XIX, cuando emigraron del ámbito -En vez de insistir en los usos específicamente judíos (por ejemplo, en
lingüístico alemán rabinos tan importantes como Leo Merzbacher, 5a- el sábado, en las bodas o en las fiestas), se subrayaba ahora el talante
muel Adler, Max Lilienthal, el pragmático organizador Isaac Mayer ético compartido con todos los demás, pero sin suprimir el viejo rito de la
Wise y David Einhorn, preocupado por la clarificación teórica. Ellos circuncisión y sin querer tolerar realmente los matrimonios mi:xtos.
comenzaron por fundar «asociaciones reformistas» y «templos» (prefi- -En lugar de acentuar el judaísmo como comunidad nacional, se
rieron ese nombre al de sinagoga). Sobre todo por iniciativa del rabino insiste en ese momento en el judaísmo como comunidad religiosa pero
Isaac Mayer Wise, se publica un libro de oración, reformado de raíz, en sin eliminar por completo la vinculación con este pueblo especial.
alemán yen hebreo (1857), en el que significativamente falta toda refe- No era de extrañar que crecieran pronto poderosas fuerzas o]luestas a
rencia a la tierra prometida y a una restauración del Estado judío. En la reforma que parecía imponerse en América. De estas fuerzas contrarias
1873 sigue la fundación de la «Union of American Hebrew Congrega- que confieren a la imagen del judaísmo un aspecto de prodigiosa plura-
tions»; y dos años después se funda la primera de las escuelas superiores lidad habrá que hablar ahora, al final de esta primera parte del libro;
judías, el «Hebrew Union College» en Cincinnati. porque el «pretérito» descrito aquí es particularmente «presente» en
Representó el punto culminante de este movimiento reformista un este punto. Como en ninguna otra época posterior al helenismo,grandes
programa elaborado en 1885 en Pitsburgh y aceptado como posición de- grupos de judíos coexisten hoy con diversas teologías, formas de vida y
finitiva del judaísmo reformista, unos años después, por el rabinato re- concepciones del mundo, dependiendo de paradigmas diferentes.
formador. ¿Cómo se entiende aquí el judaísmo? Se define expresamente
el judaísmo como una religión «progresista», como una religión que 9. Coexistencia de paradigmas rivales
tiende permanentemente a estar de «acuerdo con las exigencias de la
razón» ya «progresar» en el conocimiento. Esto quiere decir concreta- Una primera fuerza opuesta al judaísmo reformado fue el judaísmo or-
mente que los tiempos modernos exigen desprenderse de todas aquellas todoxo. Hacía tiempo que algunos contemplaban con gran preocupación
leyes mosaicas (piénsese principalmente en los preceptos sobre los ali- el proceso de asimilación o de emancipación que despuntaba en el siglo

l
mentos y la pureza) que «no están en consonancia con la mentalidad y XIX. El término «emancipación» se había tomado de los irlandeses que
costumbres de la civilización moderna». Exige también arrojar toda am- luchaban en la Gran Bretaña por su autonomía (Emancipation). ¿Era
bición nacional del judaísmo: «Dejamos de considerarnos a nosotros realmente todo aquello «emancipación», «autonomía»? ¿No conducía
mismos como una nación, y nos vemos como una comunidad religiosa. con frecuencia esa emancipación hacia el connubio y la conversión y, por
Por consiguiente, ni esperamos una vuelta a Palestina ni un culto sacri- consiguiente, hacia los matrimonios mixtos y la apostasía de la lel ¿No

l
ficial bajo los hijos de Aarón, ni la restauración de alguua de aquellas
leyes que se refieren a un Estado judío»61.
Por consiguiente, modernización en toda la línea. El lema no era ya se-
se encontraba la fe propia en el mejor camino para autodisolv(fse me-
diante tal «emancipación» o asimilación?
Es un hecho que el judaísmo reformado, muy extendido a finales del
regaCiÓn y aislamiento, sino acomodación, participación y asimilación. siglo, comenzaba a pagar un precio por su política de asimilación. En
Puesto que todo esto apunta a una acomodación cultural y nacional, te- efecto, bajo la influencia del Racionalismo, también el judaísmo ¿¡habla

e emos toda la razón para llamar al paradigma de la modernidad el Para-


·gma «Asimilación»; asimilación al respectivo entorno cultural y nacional.
Como en todo cambio de paradigma, se trata también aquí de un pro-
fundo proceso histórico en el que tienen que darse reacciones encontra-
alemana en América había comenzado a perder, desde medianos del
siglo XIX, su capacidad para percibir un sentido en los valore, senti-
mentales y simbólicos de la religión, se hacía sordo para la poe,ia y la
emoción en el culto, para las expresiones metafóricas y mitológicas de la
das. En efecto, ¿era evitable que tal judaísmo reformista de cuño racional Biblia y para el folclore judío. ¿El precio? Hacia finales del siglo ,e puso

204 205
c.v. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD
9. COEXISTENCIA DE PARADIGMAS RIVALES

de manifiesto con creciente claridad la disminución de participantes .er: ,el Consecuencia: como en ninguna otra época desde la desapari~ión del
culto, en el que bien poco se podía encontrar de la antipua ,relIglOn Segundo Templo, el respectivo origen religios?, s<;>ciológico o ~aclOnal de
judía. Ni siquiera parecía impensable la unión del moderno JudaIsmo re- cada judío llevó a una asincronÍa de la conCIenCia que ha temdo .gra,ves
formado con el cristianismo liberal. . repercusiones, hasta nuestros días, en la situ~~ión intern~ de los JUdIOS;
No sorprende que también en Alemania se organizara una _ortodoxIa desde la Europa oriental y central hasta Amenca y PalestI~a. En efecto,
judía de la que tendremos que hablar. T~mpoco es de. extranar. que la ahora se manifiestan con claridad creciente las consecuenCIas de la evo-
este-europea ortodoxia de los Estados Umdos cerrara ftl~s a la VIsta del lución moderna. Mientras que en el gueto medieval se mantuvo incó~ume
avance de la reforma, de las dificultades internas en las sm~gogas arte¡- la identidad y dignidad del pueblo judío a pesar de todas las moles~l~~ y
doxas y de la apostasía de muchos judíos del Este. El rabmo Isaac E - animosidades (precisamente la separación era una señal de la condlclOn
chanan funda en 1896 la primera Yeshiva americana, una escuela supe- de elegidos de Dios), ahora que caían las murallas del ~ueto y que mu-
rior para la formación de rabinos, de la que sal~r~a .en 1928. el ,« Yeshlva chos judíos trataban de empalmar con la cultura seculanzada, modern~,
College» (la primera escuela superior general dmglda por Jud~~s) y, en se abatía sobre el pueblo judío una crisis de identidad de grandes dI-
1946, la «Yeshiva University». En 1898 tuvo lugar la fundaclOn d~ la mensiones; una crisis de identidad como la que podemos obser~ar en
«Union of Orthodox Jewish Congregations», y, en 1902, la de la «Umon todos los cambios de paradigma, pero que hacía saltar por los aIres la
of Orthodox Rabbis», existente aún, en las que sólo entró una parte d~ unidad medieval del pueblo judío y que amenazaba con socavar por
las comunidades y rabinos de la Europa del este. (Más t~rde se !?rmo ompleto la primitiva creencia judía en Dios.
también una « Union of Rabbis» de habla inglesa). ¿A que se deblO que
los ortodoxos pudieran alcanzar tal influencia incluso en América? Una segunda fuerza contraria: el judaísmo ~eculariz~do. JuntCl ~ la or-
El fortalecimiento de la ortodoxia en América se debió ante todo a ra- todoxia y a la reforma, hay que tomar en seno otra lmea e,,-olutIv~ que
zones demográficas. Hacia 1820, sólo unos 8.000 judíos de la Eur<?pa comienza a manifestarse primero en Alemania y que no quena nlOlr ha-
oriental habían emigrado a los Estados Unidos, pero en los anos blar de una reforma del judaísmo, pero por distintos motivos que !a or-
1881/82, tras horribles pogromos y leyes antijudías en Rusia y. enFolo- todoxia. En efecto, un número creciente de jóvenes intelectuales ]UdlOS de
ni a, comenzó una emigración masiva. En 1908.' el número de JU~IOS en la generación de Heinrich Heine (1797-1856) y de ~arl ~an; (1818-
Norteamérica ascendía a 1,8 millones. Un terCIO de ellos provem~n del 1883) abandonaron su fe judía en favor de la Modermdad Ilust;ada, y lo
este de Europa. A diferencia de los primitivos comerciantes y negocIantes hicieron de una forma casi más radical que muchos de sus coetaneo~ que
judíos alemanes repartidos por todo el país, constituía,n en su mayor se distanciaron de la tradición cristiana62 • Se comprende que el ambIente
parte un proletariado judío que, por trabajar en las fábnc~s, se c~ncen­ intelectual posrrevolucionario de la Rest~uración ~M~tternich) ydel ~~­
traban en las grandes ciudades industriales. Con fre~uenCla Ca!eClan de manticismo resultara escasamente atractIVO a los JudlOs, pues erapohtl-
estudiOS elementales, pero supieron aprovechar con I~tellgen~Ia la~ po- camente reaccionario y antijudío. Esas corrientes fortalecieron ~nmuc~os
sibilidades que se les presentaban para ascender en la Jer~rqUl~ socIal. intelectuales judíos su aversión a todo tipo de religión. Eso hIZO que In-
Sucedió algo decisivo: allí donde se refugiaban los «Judlos onentales», cluso cristianos e iglesias conservadores miraran con creciente JUa!estar
tenidos por «atrasados», marcados por su religión medieval, allí -:-~anto aquella línea de evolución dentro del judaísm?, pues habrían prelendo el
si se encontraban en la Europa occidental, en Palestina o en Amenc~­ tradicional judaísmo aislado. ¿No eran preCIsamente estos modernos y
permanecían mayoritariamente fiel.es a sus e~tructulas y fOI1l!a de VIda secularizados judíos, acostumbrados a leer y ~prender, 9u~ entraban
tradicionales (para disgusto de los «Judíos occIdentales»). Contmuaban el masivamente en el sector cultural, en las profeSIOnes academlca, yen el
estilo de vida segregado que habían observado hasta entonces. En el periodismo, pero que, al ser m~noría, trata?an de d~stacarse c~n.éxitos
mejor de los casos, admitían acomodaciones puramente externas, por extraordinarios, no eran ellos, Ilustrados, lIberales, mcluso socIahs~as y
ejemplo, los modernos medios de. comunicación, de tráfic~ o de pa~o. comunistas, particularmente peligrosos? ¿9ué P?dia p,e~~ar un OlstlallO
Como los prelados romanos que VIven apegados a su paradIgma n:t edle- normal de Sigmund Freud y de su subverslv? pSlc.oanallSl~? .,
val usan raras vestimentas de otros tiempos, son decididos adversar!os de Judíos anarquistas, socialistas y revolucIOnan os se dIeron tamblen
la regulación de la natalidad y abogan por la prole n~mer~sa, aSI. tam- en la Europa oriental. A diferencia de lo que sucedía en Alemania, ~llos
bién estos judíos orientales ortodoxos se mantIenen dIstanCiados, mclu- no se veían confrontados con ninguna sociedad étnicamente hOlllOgenea
o externamente, de la tentadora modernidad, y van por la.s calles de a la que podrían haberse asimilado ,e~ la refor~a. El si~te~~ OItodoxo
ondres " París Amberes , Jerusalén e incluso Nueva York vestIdos
. con la
1 enraizado plenamente en la ley rablmca exc1ma por prmclpIO lasta. la
radicional y oscura vestimenta dominguera de los campeSInOS po acos más leve reforma. Los judíos de la oposición no tenían otra alternatIva
He! siglo XVIII. 'que la de volver la espalda a la religión en caso de disenso; en idéntico di-

206 207
C.V. EL PARADIGMA ASIMILACION A LA MODERNIDAD 9. COEXISTENCIA DE PARADIGMAS RIVALES

Ilema se encontraron muchos cristianos rusos opuestos a la ortodoxia


rusa dirigida por el zarismo.
El tradicional sistema ritual y legal se desmoronó para muchos judíos
orientales cuando éstos salieron de sus aldeas y se trasladaron a las gran-
tarde, consiguió dar con una manera de estar abierto a la evolución
moderna al tiempo que se permanece fiel a la Torá mosaica y a las tra-
diciones rabínicas, pudiendo conservar así e! verdadero espíritu judío.
De esa manera, el «Seminary» -y, sobre todo, el «Teachers wstitute»,
es ciudades de Europa o América, pues parecía cada vez menos plausible unido a él en 1909 que, a diferencia de la Reforma, daba todos los cursos
ue un individuo de los siglos XIX ó XX debiera atenerse aún a reglas na- en hebreo y que difundió en América e! nuevo hebreo, que se había
idas para tiempos pasados. ¿Dónde estaba la fundamentación teológica hecho corriente en la Palestina moderna- se convirtió en puente para la
oderna de aquella primitiva praxis ritual y legal a la que muchos consi- ortodoxia, bastante desamparada a veces en el plano intelectual. Se for-
eraban vacía de sentido? ¿Para qué servía la circuncisión? ¿Qué sentido maron aquí rabinos y profesores para algunas sinagogas ortodoxas so-
enía la matanza ritual (degollar una res según el rito judío para disponer cialmente avanzadas, pues también aquí se estaba convencido de que una
de carne adecuada)? Finalmente, ¿qué sentido tenía el hebreo en el culto, mejor educación familiar (madre que no ejerce una profesión fuera del
.por no mencionar el despreciado yidish? ¿Acaso todo esto había sido re- hogar) y el ímpetu casi innato de! judío a aprender (escuelas superiores)
velado directamente por Dios y prescrito obligatoriamente para siem- crean las mejores oportunidades para el ascenso social y para el consi-
pre? A la inversa, ¿por qué los judíos no podrían ser enterrados en un fé- guiente cambio de lugar de residencia, del suburbio a un barrio urbano
retro? ¿por qué no hacer autopsias en bien de la medicina, y tantas cosas mejor (y de allí, en un tercer movimiento, a la periferia de las grandes
más que estaban prohibidas por la ley judía? ciudades), donde -¡por desgracia!- precisamente los judíos más reli-
Resultado: gentes que con frecuencia se comportaban externamente de giosos (ortodoxos) quedaron a la zaga como los más pobres.
acuerdo con determinados ritos, no creían ya en ellos. Así, en la asimi- En 1925, debido a las cuotas prefijadas, se produjo un parón de la
lación total nació un judaísmo completamente arreligioso. En contra- emigración masiva, pero en 1927 había ya en los Estados Unidos 4,2 mi-
partida, muchos jóvenes intelectuales judíos comenzaron a adherirse a llones de judíos (el 3,6% de la población total), con 3.100 comunidades.
movimientos salvíficos cuasi-religiosos, nuevos y radicalmente seculares, Las encuestas realizadas en los años treinta pusieron de manifiesto que, a
que florecieron a finales del siglo XIX en todas sus variedades: al socia- pesar de! impresionante incremento de sinagogas y de asociaciones e
lismo, al anarquismo o al sionismo, que llegaría a ser la fuerza determi- instituciones judías, la inmensa mayoría de los hijos de inmigrantes judíos
nante del futuro en el judaísmo. habían abandonado la fe judía; y que los universitarios judíos daban un
En realidad, ¿qué significado conserva el término «judaísmo» en tales tanto por ciento de ateos, agnósticos y escépticos considerablemente
circunstancias? Este interrogante se convirtió en cuestión candente tanto en más alto que sus compañeros católicos o protestantes64 .A veces, la tupi-
Europa como en América: el judaísmo ¿es una religión, una nacionalidad da red del sistema escolar y social judío (con hospitales, orfanatos y re-
o ambas cosas a la vez? En contraposición al cristianismo y al islam, ju- sidencias de ancianos) tenía poco que ver com la religión judía, como
daísmo ¿no significa siempre un determinado pueblo con una identidad muchas asociaciones juveniles judías (YMHA, YWHA = «Young
común, con una herencia cultural común, con un origen común, con una MenlWomen Hebrew Association») y sociedades caritativas judías
religión común? Pero también cabría formular la pregunta inversa: ¿no de- «<Bene Berit»; «American Jewish Committee»). Más importante que Ju-
bería caber la posibilidad de permanecer siendo judío, pero moderno? ,daísmo (judaísmo en el sentido de fe judía) fue para muchos laJewish-
ness (la condición de judío en el sentido de pueblo y cultura judíos), una
Una tercera fuerza opuesta comenzó a perfilarse entre las soluciones ideología populista muy propagada por los socialistas, que, natural-
extremas representadas, respectivamente, por la ortodoxia y la seculari- mente, no resultaba aceptable para la ortodoxia de creencia estricta ni
zación: el judaísmo conservador. Como reacción al Manifiesto de Pitts- para la Reforma radical moderna, pero sí para e! judaísmo cons(!vador,
burgh de los rabinos reformistas, se había formado en 1886/87, bajo la que cultivaba la historia, literatura, lengua y costumbres judías.
dirección del rabino H. Pereira Mendes, la «Jewish Theological Seminary
Association». Pero este judaísmo conservador comenzó a tener un ver- Indudablemente, a finales del siglo XIX y principios del sigJo xx se
dadero centro religioso vivo cuando los influyentes judíos neoyorquinos había agravado drásticamente la situación interna del judaísmo; acausa
de ascendencia alemana Cyrus Adler y Jakob Schiff asentaron e! «Jewish de la palpable simultaneidad de paradigmas divergentes y rivales,con sus
Theological Seminary» sobre una sólida base financiera y científica y lla- respectivos problemas particulares. Más acuciantes y graves que las pre-
maron en 1902, para presidente, al famoso investigador inglés Solomon guntas dirigidas desde fuera a cada una de las diversas corrientes judías
Schechter63 (descubridor de los manuscritos de la Genizá de El Cairo) eran las preguntas que se formulaban dentro de estas diversas escudas, co-
junto con un nuevo cuerpo docente, formado por eruditos judíos de rrientes, «sectas», «confesiones», denominaciones, y las que se hacían
Alemania y de la Europa oriental. Schechter, del que hablaremos más unas a otras.

208 209
9. COEXISTENCIA DE PARADIGMAS RIVALES

sado en la biología y en la raza. Las consecuencias serán terribles: no sólo


y Cuestiones respecto de la modernidad una nueva discriminación de los judíos y expulsión de éstos, sino incluso
una eliminación sistemática de ellos.
- A los ortodoxos. ¿Es posible aprovechar las posibilidades técnicas y Es obligado considerar con mayor detalle esta evolución fatal que se
económicas del mundo moderno al tiempo que uno se descuelga religiosa, convierte en fatum terrible para todos los judíos. Puesto que esos acon-
cultural e intelectualmente de la restante evolución social, afirmar una espe- tecimientos forman parte de nuestra historia contemporánea, hablaremos
cial elección divina, prohibir los matrimonios mixtos y sentirse por doquier «en de ellos en la segunda parte de este libro, que se inicia a continuación y
el exilio .. ? Comportándose así, ¿no se aisla uno por completo como comuni- que titulamos: Los desafíos del presente.
dad y suscita peligrosas agresiones y resentimientos? ¿Puede seguir siendo
el judaísmo una religión nacional y una nación religiosa en una época que tr8- ,
za una linea de separación entre la religión y el Estado? Más aCm: ¿puede re-I
presentar la religión ese papel dominante en el judaísmo cuando la sociedad ¡
en general se «seculariza .. ?
- A los seculares. ¿Se puede renunciar a la nacionalidad y a pertenecer
a una religión para vivir igual que todos los demás, corno ciudadanos secula-
rizados de nacionalidad alemana, francesa, británica o norteamericana? ¿No
llegará un día en que el entorno no judío recuerde con crueldad a éstos que
siguen siendo judíos, que las murallas invisibles entre judíos y cristianos se
mantienen en pie, y que determinadas puertas y campos continúan cerra- •
dos? ¿Se puede, pues, olvidar la religión judía y convertir al pueblo judío en
un pueblo como otro cualquiera? ¿O será que, a la larga, las tendencias anti-
religiosas están condenadas al fracaso precisamente en este pueblo?
- /\ los reformadores. ¿Es posible reformar la liturgia, educación, forma-
ción académica y estilo de vida judíos, delimitar la observancia de la ley judía
a lo puramente ético sin sacrificar también lo específicamente judío y sin da-
ñar el mkleo de la fe y de la comunidad judías? ¿Es posible prescindir lisa y
llanamente de lo nacional en la religión judía y convertirla en una religión
como otra cualquiera? ¿O acaso están condenadas a ¡racasar a la larga las
tendencias antinacionales en esta religión?
- A los conservadores. ¿Se puede trazar una clara línea de separación

~
ntre la Vi.d a pública-secular y la privada-judía sin caer en la esquizofrenia
espiritual, entre la exhibición externa de afiliación a la Modernidad y un ju-
daísmo reprimido? ¿No habrá que decidir si se está o no por la revelación de
Dios consignada en la Biblia, si hay que observar o no la ley mosaica con ca-
a uno de sus preceptos concretos?

El judaísmo como religión distinta, como pueblo distinto, como


«raza» distinta ... Todos estos puntos se convertirán pronto -por des-
gracia- en cuestiones de vida o muerte, pues, independientemente de la
corriente a la que se perteneciera, todos los judíos se vieron confrontados
una vez más, a finales del siglo XIX, con una evolución fatal en un senti-
do completamente distinto. Efectivamente, en esos momentos se dio
algo que nadie habría considerado posible en la Europa ciyilizada, «ilus-
trada», después de los pogromos judíos medievales: una nueva radicali-
zación del antisemitismo que adopta la forma de un antisemitismo ba-

210
211
SEGUNDA PARTE

LOS
DESAFIO S
DEL
PRESENTE
A. DEL HOLOCAUSTO
AL ESTADO DE ISRAEL

Antes de tocar un problema perteneciente a la historia contempóranea


tan cargado de emociones como el intento, casi logrado, de exterminar a
los judíos en Alemania, es indispensable hacer algunas observaciones de
principio, pues, ante un pasado tan sombrío, todo pueblo, sin excepción,
Jrefiere el arte de olvidar al de recordar. Pero ni la represión ni el olvido
! levan a la liberación; sólo el recuerdo y el reconocinüento.
No tengo interés alguno en el pasado aislado y abstracto. No preten-
do cultivar el complejo del pasado. Me preocupa aquel pasado que no
' quiere pasar, un pasado que incide aún en el presente y que es virulento
todavía hoy en grandes partes de los pueblos. El pasado reprimido se
I (onvierte fácilmente en maldición.
Por consiguiente, no pretendemos aquí la fijación en el pasado, ni la
condena moral del ayer desde una situación posterior, ni la crítica re-
sentida de la Iglesia y del Estado de entonces lanzada desde unos intere-
ses políticos actuales. Pretendemos analizar de forma crítica yautocríti-
ca aquellos poderes y estructuras que determinaron entonces el pasad() y
que influyen todavía hoy. Todo ello con miras a un iuturo mejor.

1. UN PASADO QUE SE RESISTE A rASAR

Si 110 es lícito presentar la historia nacional o de la Iglesia sólo como una


única cadena de omisiones, fracasos y crímenes, sino ~ue es obligado re-
coger con la misma objetividad suma las caras alegres Jel acontecer (en un
libro futuro cumpliremos esta doble tarea en el tema del cristianismo), tam-
poco se puede cultivar de forma exclusiva el «pasado bueno» de un pueblo
() de una comunidad religiosa. A modo de principio, pidemos afirmar;
• No es lícito «instrumentalizar» la historia nacionalo de la Iglesia de-
jándose llevar por los intereses de una determinada rolítica de partido,
de Estado o de Iglesia como medio para crear una identidad. La his-
toria «no es un sucedáneo de la religión» (Haberoas) capaz de crear
un sentido que compense el desarraigado en el proceso de moderni2a-
(ión y de procurar un consenso en la Iglesia y el E~ado.
• Por el contrario, hay que examinar de forma crítiola historia naóo-
Inal y la eclesiástica, y asumirla con sentido autocríoco; y esto no s<510

215
A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR
l. EN LA DISPUTA DE LOS HISTORIADORES

de acuerdo con la dialéctica histórica de continuidad y ruptura, sino


también en atención a la diferencia ética de humanidad e inhumani- Pero en la Alemania de las décadas de posguerra -comprensible-
\ mente absorta por la reconstrucción y fascinada por e! «milagro econó-
dad, de! bien y del mal.
• El que, en virtud de experiencias históricas negativas, ha llegado a una mico»- se habían puesto entre paréntesis, como si de un cuerpo extrafÍ.o
relación crítica con su propia historia y e! que, de ese modo, ha lo- se tratara, los años del nacionalsocialismo; como si no formaran parte de
grado hacerse con una conciencia moral más profunda y con una la historia alemana. La gente comenzó a darse por satisfecha expresando
mayor sensibilidad humana, es capaz de ayudar a que no se repitan una repugnacia moral repecto de la «violencia y arbitrariedad» que se ha-
errores del pasado; puede ayudar a encontrar una nueva y más libre bría impuesto desde fuera (Hitler y sus correligionarios) al pueblo ale-
identi~cación con su Estado o con su religión que excluya la antigua y
mán. Se hablaba de lo que se había tenido que sufrir personalmente: pér-
plena Identificación acrítica con todas sus consecuencias totalitarias. dida de familiares, bombardeos, deportaciones. Se olvidaba lo que el
pueblo alemán primero había hecho a los otros: invasión de países pací-
Es imposible una superación del pasado que equivalga a darle carpe- ficos en el Oeste, Norte y Este de Europa, los primeros bombardeos de
t~zo o a privarle de toda su importancia. Se quiera o no, el pasado sigue superficies, las ejecuciones en masa, deportaciones, matanzas con gas, etc.

I sl~~do un peda;? del present:e. En cambio, sí es posible una elaboración


crltlca y autocntlCa del pasado. Se puede utilizar para el futuro el pasado
Como si no se fuera corresponsable --directa o indirectamente, en mayor
o en menor medida- de la «fatalidad» y, por consiguiente, partícipe en
la culpa. Comenzó a abrirse paso un lenguaje apologético y difuminador.
'\aún presente. Cabe analizar las causas de tragedias pasadas, y pueden ex-
traerse lecciones de todo ello. Por eso vamos a centrarnos en una temá- A poder ser, se evitaba mencionar expresamente el término «judíos» y se
tica del presente que es vital para un mejor futuro de judíos y cristianos: les englobaba eufemísticamente en las «víctimas de la violencia». Se ha-
len el enjuiciamiento actual del asesinato masivo de seis millones de judíos blaba en general de los crímenes cometidos (¿por quién?) «en nombre de!
(este número está bien atestiguado!). pueblo alemán». Era ambigua la actitud (¿«traidores»?5) respect()del exi-
guo grupo de resistencia que pasó tarde a la acción (20 de julio Je 1944)
1. En la disputa de los historiadores y que, si hubiera triunfado y precipitado la capitulación inmediata de
Alemania, habría evitado la destrucción de muchas ciudades (Berlín,
Existen motivos más que suficientes para esa reelaboración crítico-auto- Dresde, Heilbronn ... ), millones de muertos de guerra y, sobre todo, el
crítica, pues, al menos después de cuarenta años de consecuencias tardí- asesinato de otros millones de judíos.
as, debería ser patente que en 1945 (y especialmente en 1946/47, tras e!
giro de la política norteamericana respecto de la Unión Soviética estali- ¿Podía extrañar a alguien que estallara con notable vehemencia la dis-
nista y de la Alemania ocupada y luego cortejada) comenzó un proceso cusión, postergada durante décadas, sobre la responsabilidad acerca de la
de bagatelización y represión de la culpa. Así, la República Federal de guerra mundial y del holocausto? Síntoma de esto es -tras un plimer de-
Alemania, reconstituida en 1949 (y la RDA, de orientación estalinista) en bate apasionado de los historiadores en el 1961 sobre el libro de Fritz
lugar de asumir el doloroso pasado inmediato (Trauerarbeit2 ), algo que Fischer Asalto al poder mundial6 acerca de la incuestionable parte de
hubiera sido indispensable, se refugió en el anticomunismo compartido culpa alemana en la Primera Guerra Mundial- e! estallido de Jallama-
con los norteamericanos (y comprensible en tiempos de Stalin). da «disputa de los historiadores» sobre el nacional socialismo y la Se-
gunda Guerra Mundial, estallido que se produce unos cuarellta años

~
«Nadie lo vio, nadie lo SUpO»3. Después de la guerra, muchos visitan-
tes de la Alemania vencida pudieron percibir la difundida mentira sobre la después de haber terminado la guerra y que no hizo más que convertir en
supuesta ignoracia acerca de la depredación, persecución y aniquilación llamas algo que permanecía incandescente.
e los judíos. Como si todo esto no hubiera sucedido en público. Antes de Esta reciente disputa revisionista, radical y emocional, de hi:storiado-
1933 comenzó la caza masiva de judíos; en 1933 se empe2ó a alejar a los res y periodistas que escriben sobre una nueva valoración de los crímenes
judíos del Estado, de la cultura, de la ciencia y de la economía; en 1935 lIazis 7, también fue seguida con sumo interés en el extranjero, especial-
vinieron las leyes raciales de Nuremberg «para defender la sangre y el ll1ente en Francia, Israel y Norteamérica. Este debate, desarrollado sin
honor alemanes»; en 1938, en noviembre, cuando apenas habían trans- trampa ni cartón, tuvo consecuencias muy dolorosas para algunos di-
currido tres meses desde e! Acuerdo de Munich con Inglaterra y Francia, rectamente implicados; reabrió viejas heridas y dividió en dos campos al
se originaron disturbios, tumultos, destrucción de sirragogas, pogromos de grl'mio de los historiadores alemanes.
judíos, la demolición y saqueo «<arización») de bancos, rregocios y co- Al contemplar ahora desde una cierta distancia el debate de los histo-
mercios judíos; finalmente, la detención y traslado de miles y miles de ju- riadores y valorar con la mayor objetividad posible los argumentos de
díos alemanes a los temidos campos de concentración4 • ambos bandos, parece indispensable decir dos cosas:
-Desencadenó este debate el historiador berlinés Ernst Noltecon es-

216
217
A.1. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR
2. ¿COMO PROCEDER CON EL HOLOCAUSTO?

peculaciones apologéticas, insinuaciones y ambigüedades sobre el bolche-


vismo como aterrador modelo del nacional socialismo sobre el bolchevi- les y del asesino de masas Adolf Hitler. Como si el nazismo hubiera
que asesinato de clases como presupuesto para el asesinato nazi de razas, sido ante todo una respuesta al bolchevismo, y no originariamente un de-
sobre una «guerra civil europea» desde <<1917 (!) hasta 1945», sobre lirio de conquista y de raza germano-nacionalista, con consecuencias ca-
una supuesta «declaración de guerra» del presidente de la «1ewish tastróficas para todo el mundo. Ya Sebastian Haffner en sus Anotaciones
Agency» 1aim Weizmann al «Tercer Reich». Eran éstas unas hipótesis sobre Hitler (1978)12, había señalado de forma un tanto exagerada, pero
aventuradas, incluso peligrosas. Pero más peligroso que hablar de una mrrecta en principio, las consecuencias globales de los doce años de dic-
guerra preventiva de Hitler contra Rusia éra disertar sobre un asesinato tadura hitleriana: «Nos guste o no, el mundo actual es la obra de Hitler.
preventivo practicado por Hitler contra los indefensos judíos. Sin él, no se habría producido la división de Alemania ni de Europa; sin
. -Aunqu~ mete en el mismo saco a varios autores sin quizás diferen- llitler no habría americanos ni rusos en Berlín, sin Hitler no existiría Is-
cIarlos sufICIentemente, parece bastante correcto el análisis acusador del rael, sin él no habría habido descolonización; al menos, no tan rápida; ni
filósofo JÜTgen Habermas: tal «historización» del pasado nazi conduce de emancipación asiática, árabe y negro-africana, ni desprestigio de Europa.
hecho a una nivelación relativizante y a una trivialización inocuizante. Dicho con mayor precisión, nada de esto habría ocurrido sin los errores
Sigue diciendo este autor que esa historización es «una especie de liqui- dc Hitler, pues no se puede decir que él pretendiera todo esto»13.
dación de daños» y revela «en la historiografía contemporánea alemana Aquellos contados políticos, historiadores y ciudadanos alemanes
una tendencia apologética» debida a motivos políticos B• que, al referirse a sus andanzas de soldados, se presentan cuarenta años
En contra de lo q~e N<;>lte opina, el que el Tercer Reich haya suscita- lIIás tarde como «defensores del Occidente cristiano» (¿dónde realmente,
do hasta hoy unas vivencias absolutamente negativas no tiene nada que I·n Bergen o Burdeos? ¿en Rotterdam o en Oradour? ¿en Córcega o en
ver con el «mito negativo del mal absoluto», sino con la desnuda reali- (:reta? ¿ante Tobruk o Stalingrado?) contra el bolchevismo hacen una re-
dad histórica 9 • ¿No es cierto que el mismo Nolte apuntó ya en 1980 las lectura absolutamente aventurera de la historia. Ellos, los atacantes, co-
razones de esto y del holocausto? Citaremos según Nolte mismo las dos lIIeten la osadía de presentarse como víctimas. ¿Todos víctimas? Los
m~s importan~es, dada la trascendencia de la cuestión para la historia ;¡gre~idos y los agresores, los inocentes y los criminales, los soldados
umversal y temendo en cuenta la tendencia subliminal a desplazar la res- alH~ncanos y las tropas SS (¡en el cementerio de Bitburg 1~86!) ... ¿Todos
ponsabilidad alemana en la guerra supuestamente planeada por una vKtlmas? No, esta forma de borrar la culpa en la que, al final, no queda
1II un culpable es una falsificación del balance histórico. Sería un acto de
larga mano, pero contra cuyo estallido ningún general se revolvió ni
trabajador alguno hizo huelga: tinismo afirmar que los culpables se convirtieron en <<"Víctimas» sólo
-Primera: «El primero, más fuerte y principal motivo fue el siguien- porque al final tuvieron que pagar por sus fechorías. La agresión nunca
I·S «defensa legítima». Con una «historización» del naci(malsocialismo
te: el Tercer Reich, según una opinión apenas discutida, comenzó y es el
culpable de la mayor y más mortífera guerra de la historia de la huma- --saltando, aplanando o poniendo entre paréntesis los doce años de do-
nid~d. Med~ante su negativ~ ~ negociar, a dimitir o a capitular, Hitler la llIinación nazi- no se puede conseguir una identidad nacional.
llevo a un fmal tan catastroflCO que ha dejado un recuerdo imborrable, U~o s~ pregunta después de todo esto: ¿no fue superflua la disputa de
especialmente para los alemanes. Se suma a esto la condena moral de los los hlstonadores? En modo alguno. Por el contrario tuvo su lado bueno
supervivientes por Hitler, de forma que el juicio negativo constituye pues los intentos de «historizar» el holocausto lleva~ contra la voluntad
una necesidad vital en Alemania»lO. de sus ~en~ores, a actualizarlo. En vez de conseguir u~a «normalización»
-Segundo: «Los actos de violencia del Tercer Reich son singulares. de la hlstona del Tercer Reich, se intensifica una reflexiónautocrítica de
Sin duda, existen algunos precedentes y paralelos de los campos de con- la peculiaridad e imborrabilidad de los masivos asesinatos nazis a los
ce~tr~ció.~ e inclus? de ~a "tritura.ció? del movimiento obrero", pero la que no, s~ puede re~a!ivizar históricamente aludiendo al g<llag stalinista,
amqUllacIOn de vanos mIllones de ludIOS europeos -así como de muchos lIa~a facIl de redeflDlr en el plano ideológico ni de domesticar de modo
eslavos, enfermos mentales y •gitanos- no tiene i"ual en cuanto a la raoonaJ14.
• • '" • • " .; l:J
motlvaCIOn y e¡eCUCIOn, y SUSCIto un espanto sin igual por la fría inhu- . ¿O?mo hay que enjuiciar el holocausto de acuerdo con el debate de los
mana y técnica precisión de la maquinaria casi industrial de las cámaras IlIstonadores? Tenemos que evitar una alternativa falsa.
e gas»11.
Después de leer estas frases, uno se pregunta cómo Nolte pudo inten- ¿Cómo proceder con el holocausto?
tar más tarde (de~pués del cambio político producido en la República Fe-
deral de Alemama en 1982) tal re1ativización histórica de los crímenes .1. Nada de nivelación moral. Sin caer en la «obsesión~ de un «com-
nazis, tal exculpación de la ciudadanía germano-nacional, de los genera- pll'Jo de culpa», hay que sostener (la discusión de los historiadores lo ha
mostrado de nuevo) que el holocausto es un crimen singuLIf. No porque

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219
A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR
3. NACIONALISMO Y RACISMO: UNA MEZCLA EXPLOSIVA

todo evento, toda persona, cada época es única, cosa que todo el mundo
sabe, sino porque la dimensión alcanzada en ese asesinato masivo ideo- Dado que sugiere «archivación», «museización», «relativización», es
lógico-industrial carece de precedentes, es inconmensurable y resulta casi decir, bagatelización, el término «historización», introducido por Martin
inconcebible: «Se nos formuló la pregunta: ¿qué hay de las mujeres y Broszat, entonces director del Instituto Muniqués de Historia Contem-
niños? Me decidí a encontrar también aquí una solución absolutamente poránea, es inadecuado. Con todo, sí es justo hacer referencias a otros
clara. En efecto, no me creí justificado a eliminar a los hombres -por genocidios de nuestro siglo, desde la matanza de armenios a manos de
consiguiente, a asesinarlos o hacer que fueran asesinados- ni a permitir turcos hasta las carnicerías del Pol-Pott en Camboya 18 .
que sus hijos pudieran resultar el día de mañana una amenaza vengadora En especial, no se deben silenciar los asesinatos masivos ordenados
para nuestros hijos y nietos. Hubo que tomar la grave decisión de hacer por Stalin e ignorados o relativizados durante mucho tiempo por las gen-
desaparecer de la tierra a este pueblo». Así se expresó el6 de octubre de tes de izquierdas. Constantes depuraciones del partido, el aplastamiento
1943 el jefe de las SS, Heinrich Himmler, que pudo invocar una «orden del campesinado, la presión terrorífica ejercida sobre la intelligentzia y el
del Führer» 15. Ya el 30 de enero de 1939 Hitler amenazó con «aniquilar proletariado, los procesos moscovitas (contra Bujarin y los viejos amigos)
la raza judía en Europa» en el caso de una guerra; en 1941, la planeó en también costaron millones de víctimas. Tras la exposición hecha por
el contexto de la campaña militar contra Rusia, y luego comenzó a po- Nikita Kruschev en el xx Congreso del PCUS, que inició la desestalini-
nerla en práctica mediante los comandos operativos de Heydrich. Pro- zación, mérito histórico de Alexandr Soljenitsin -también él silenciado
bablemente en el verano de 1941, desde luego que en los momentos de durante largo tiempo por los de izquierdas- es el haber expuesto a la
mayor confianza en la victoria, Hitler transmitió por vía oral a Himmler humanidad, en su concreción aterradora, el «archipiélago Gulag,) de la
la orden secreta de aniquilar a todos los judíos europeos que se encon- comunista Rusia soviética 19 . En verdad, no hay que bagatelizar todo
traban en el ámbito del poder alemán. Hasta el final, e incluso en su tes- esto porque si han pasado los campos de concentración yel «gulag», en
tamento político, se gloría Hitler de haber exterminado a los judíos en modo alguno han desaparecido del mundo el KGB y sus consecuencias.
Alemania y en Europa centraJ16. La glasnost (transparencia informativa) de Mijail Gorbachov introdujo,
Por fuerza tenemos que estar de acuerdo con el historiador Eberhard a pesar de los inmensos problemas internos, el análisis autocrítico de la
Jackel cuando, enfrentándose a los intentos de bagatelización emprendi- historia de la Unión Soviética, desde el secuestro de la ¿emocracia au-
dos por otros historiadores, alude a las inauditas dimensiones históricas: téntica por parte de los bolcheviques de Lenin en 1917 ha,ta el pacto Hi-
el asesinato de judíos perpetrado por el nacionalsocialismo es singular tler-Stalin en 19392°.
«porque nunca un Estado había decidido y anunciado con la autoridad A pesar de todo, ¿quién querría compensar el espantodel terror nazi
de su jefe responsable matar a un determinado grupo de personas, in- con el terror soviético 21 ? Si bien hemos rechazado por principio toda ar-
cluidos ancianos, mujeres, niños y lactantes, a poder ser sin dejar super- monización comparativa, no es ilegítimo poner un contrapunto, pues no
vivientes, ni había llevado a la práctica semejante decisión con todos los tiene justificación histórica, ni es un acto teológicamente responsable, el
medios de los que dispone un Estado»1? intento de convertir a «Auschwitz» -por los intereses qlles ean- en un
Es injustificado desde el punto de vista histórico e irresponsable en el momento o un monumento desligado de la historia de la violencia y su-
plano teológico pretender minimizar «Auschwitz», rebajarlo al nivel de frimiento humanos. Igualmente fácil es desplazar la responsabilidad a
otros calvarios de la historia universal y terminar por explicar en el algún funesto destino histórico, a un anticristo, demonio osatanás. Así se
plano antropológico y moral este cruel evento recurriendo a la frágil y olvidaría demasiado fácilmente que, en otras circunstancias, una menta-
pecadora condición humana. Insisto en que es irresponsable toda nive- lidad de holocausto podría aflorar en los perseguidos de ayer respecto a
lación moral y toda armonización comparativa del holocausto. ¡Desde los perseguidos de hoy. Por eso hay que ser concretos, an~izar las causas
enero de 1942 se asesinó en Auschwitz-Birkenau -el mayor campo de y situarlas en un contexto europeo amplio.
exterminio- a más de dos millones de judíos! Ninguna alusión a los
errores y crímenes de otros pueblos ni cruz alguna en la entrada al cam- .l. Nacionalismo y racismo: una mezcla explosiva
pamento de Auschwitz puede ni debe distraer de este asesinato masivo de
judíos, singular por su inhumanidad. Pero, dicho esto con toda la clari- En estos años, historiadores alemanes como Eberhard ¡ickel, Jürgen
dad del mundo, hay que considerar también otro punto: Kocka, Christian Meier, Hans y Wolfgang Mommsen,entre otros 22 ,
han hecho gala de una regocijante claridad para hacerlloS tornar con-
2. No se puede absolutizar. A pesar de toda la vergüenza y tristeza ciencia de que quien pretenda presentar la dictadura delnacionalsocia-
que provoca, hay que poder contemplar este gigantesco crimen de hom- lismo con todas sus criminales consecuencias simplemente como fruto de
bres contra hombres en el marco de la historia alemana y mundial. 1111 enredo trágico, fatal e inevitable (hijo de la «situacióncentraI» geo-
política, del «camino especial» alemán, y, más directamenre,del Tratado
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A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR
3. NACIONALISMO Y RACISMO: UNA MEZCLA EXPLOSIVA

de Versalles, de la crisis económica mundial y del paro masivo), el que


quiera desplazarla a Adolf Hitler y a sus «demoníacas» artes seductoras, simbiosis germano-judía. Con frecuencia, se trató más de una acultura-
en el intento de exculpar al pueblo alemán y a su clase dirigente en e! ám- ción exterior que de una verdadera inculturación integradora. Se trataba
bito de la política, de la diplomacia, del ejército, de la economía y de la más de asimilación -término que se cargaba de una creciente coloración
ciencia, ese tal no sólo simplifica de manera irresponsable la historia, sino negativa también para los judíos adecuados a la Modernidad- que de
que la falsea. una verdadera comunidad.
Es innegable que e! odio radical de! nacionalsocialismo a los judíos También desde la vertiente de las Iglesias cristianas se trataba a veces

~
tuvo su secular prehistoria político-secularista «cristiana» y también e una simple tolerancia de los conciudadanos judíos, en la esperanza de
otra inmediata. Ya hemos dicho que los judíos de Alemania tuvieron que que terminarían por convertirse. De ahí que los judíos fueran considera-
realizar enormes esfuerzos individuales y colectivos para conseguir la ciu- os por muchos alemanes -en la economía y en la política, en la litera-
dadanía en el sentido jurídico (ciudadanos del Estado) y en el plano tura, en e! periodismo y en las artes- como un «~elemento de intranqui-

~
cultural; como también otros grupos sociales (católicos, obreros, mujeres) Iidad». Siempre que se producía la apariencia de haber avanzado un
tuvieron que luchar en esa misma época por e! ascenso y reconocimiento aso en el reconocimiento de los judíos, también se ponían de manifies-
sociales. o contrapuestos paroximos antijudíos, fuerzas nacionalistas y eclesiales
En ese punto, la historia de los judíos en Alemania había emprendido contrarias. Sólo así se puede explicar que, tras la era de la Ilustración, la
una evolución profundamente ambivalente, como lo ha expuesto Shula- gran oscuridad se cerniera de nuevo sobre los judíos.
mit Volkov, directora de! Instituto de Historia Alemana de la Universi- ¡Qué evolución tan misteriosa y trágica en e! Este, Cento y Oeste de
dad de Tel Aviv, en la revisión crítica de la investigación histórica más re- Europa, a pesar de la Ilustración! Como ya hemos apuntado, en Rusia (y
ciente: ni se trataba simplemente de un proceso gradual, lógico, exitoso Polonia) e! movimiento de la Ilustración judía se vio acompañado ini-
de la asimilación, tal como se presentó esto primero en Alemania y cialmente por las bendiciones gubernamentales, pero, tras el asesinato del
luego también en la emigración germano·judía, ni tampoco, inversa- zar Alejandro 11, que un rumor atribuyó a <<los judíos», se produjeron
mente, de un proceso de constantes y crecientes obstáculos en e! camino otra vez graves disturbios del populacho enemigo de los judíos: en los
hacia la integración jurídica, social y cultural de manera que toda espe- años siguientes, se repitieron a modo de oleadas los pogromos ; hasta el
ranza en una emancipación auténtica fuera radicalmente engañosa, como caos revolucionario de 1917 a 1921.
dice la escuela sionista, sobre todo en Israe!13. A pesar de toda la respul- ¿Qué ocurría en Francia? «Curiosamente, en un estudio más detallado
sa y enemistad que despertaban los judíos, la historia de su asimilación se puso de manifiesto», afirma Shulamit Volkov, «que lo que me pareció
fue en muchos casos la de una convivencia feliz, con éxitos sociales y cul- inicialmente peculiar de Alemania, sobre todo durante e! Imperio, también
turales. Les ayudaban sus contactos económico-financieros, su gran tra- se daba, al menos, en otro bastión de la agitación antisemita de ese tiem-
dición de lectura y aprendizaje, su vida familiar generalmente intacta y su po, en la Francia de la Tercera República». Fue sobre tonO la antijudía
probada educación. De hecho, pues, las experiencias germano-judías obra de Edouard Drumont, La France Juive, de 1886, la que alcanzó
eran sumamente plurales, la evolución incomparablemente avanzada; «más popularidad y discusión más seria en los círculos competentes que
también estaban en juego fuerzas contrapuestas: favorables a la asimila- cuanto los alemanes antisemitas habían compuesto en esetiempo»25.
ción, partidarias de la diferenciación y antagónicas. Sólo relativamente De hecho, el «caso Dreyfus», en torno al oficial franc(sAlfred Drey-
tarde, en el nacional socialismo, alcanzaron la hegemonía las fuerzas an- fus, haría añicos la creencia en la realización de los idealeide una eman-
tisemitas, en contra de la plétora de comunes experiencias, temores y es- cipación ilustrada. Acusado sin pruebas de espionaje a favor de Alema-
peranzas germano-judías 24 • nia, e! judío Dreyfus fue condenado en 1894 a cadena perpetua, a
En este punto, tuvo una influencia nefasta, sobre todo, e! nacionalso- degradación militar y a ser deportado a la isla de! Diablo. Un segundo
cialismo, que ascendía paulatinamente. El «patriotismo» «<amor pa- juicio, celebrado en Rennes (1898), le declaró culpable concircunstancias
trio») que comenzó a configurarse en e! siglo XVIII degeneró pronto en atenuantes y le condenó a pasar diez años en una plaza fu(rte. Estalló en-
una forma de arrogancia chauvinista. A pesar de su integración, fácil- tonces un caso que no sólo llevó a la Tercera República a IUmayor crisis
mente se acusaba a los judíos de falta de cOl1ciencia nacional ya que se- política, sino que, además, sacó a plena luz las verdadeudimensiones
guían viviendo de su tradición milenaria y mantenían una pertenencia de! antisemitismo que seguía existiendo en Francia. El ejército, la noble-
común que desbordaba las fronteras de la nación. Debido principal- 7.a, los monárquicos, la gran burguesía, la prensa de derechas y el clero

l
mente a este nacionalismo -de especial virulencia en Alemania a causa cerraron filas durante años contra la revisión del proceso, pedida por re-
de la tardía unión nacional-, en los siglos :XIX y XX no s€ pasó en mu- puhlicanos radicales, socialistas, católicos de izquierdas yprensa liberal.
chos casos de una equiparación teórico-jurídica ni de una superficial Por fin, en 1906 consiguió su plena rehabilitación este junío alsaciano
apellidado Dreyfus.
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A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR
4. UNA DERROTA DE LA ILUSTRACION EUROPEA

Con el nacionalismo europeo y favorecido por numerosos clichés aQ,


tijudíos (difundidos también por toda Europa) había crecido ya en el del siglo XIX. El, antisemi~ismo esre~ífico se convertirá ahora en la religión
siglo XIX un antijudaísmo que no tenía, en primera línea, una cimentacióQ del «Tercer Retch», naclOnalsoClahsta, que emergía imparable.
religiosa, sino racista y biológica, en el sentido de la mentalidad socio-dar,
winista y de su principio de selección (la «supervivencia de los mejor 4. Una derrota de la Ilustración europea
dotados» ); por consiguiente, no enraizaba en lo bíblico-religioso, sino eQ
la ciencia natural. Se entendía entonces la historia no como lucha de cla, Sin embargo, no se puede derivar simplemente de la historia el antise-
ses, sino como lucha de razas: lucha racial de la raza «aria» indogermana mitismo del nacional socialismo, como si aquí se tratara sólo de un fe-
de los señores contra los esclavos; pero, sobre todo, contra la raza «se_ nómeno que se reproduce de manera cíclica o de un proceso que se ace-
mita» de los judíos. Había hecho suya esta concepción del mundo el di_ lera hacia una catástrofe final. En contra de esta concepción ampliamente
plomático y escritor franceés conde Joseph Arthur Gobineau -así como extendida, Shulamit Volkov acentúa con tino lo nuevo del antisemitismo
también el germano-inglés Houston Stewart Chamberlain (yerno del an, nacionalsocialista. En efecto, no se trataba ya de un antisemitismo que se
tijudío Richard Wagner)- y trató de fundamentarla «científicamente» eQ limita a la palabra escrita, a la discusión, a lo ideológico, sino del anti-
los cuatro volúmenes de su Ensayo sobre la desigualdad de las razas hu- semitismo de la palabra hablada, de la propaganda, de los rugidos de la
manas (1872-1877)26. El antisemitismo racista de este aristócrata francés actuación. En el nazismo -y esto era lo nuevo- se trat¡¡ba de u~ anti-
(¡también él amigo de Richard Wagner!) se dirigió inicialmente contra la semitismo de acción: de la violencia, del terror, de la aniquilación29 • Se
Ilustración misma, contra las ideas igualitarias de 1789, contra los dere- produjo entonces -de forma inesperada incluso para los judíos, pues, a
chos humanos, contra la democracia, la libertad y la igualdad. A tal fin, pesar de todo, se había conseguido una convivencia germano-judía bas-
utilizó el tipo del «desigual» por antonomasía, del judío. tante aceptab~e- aquella catástrofe histórico-mundial que interrumpiría
Recordemos que el término «semita» significó hasta el siglo XIX todo de forma radICal, al menos en Europa, el proceso de asimilación del ju-
el grupo lingüístico de los semitas, que también comprende a los árabes. daísmo. Aquella hecatombe parecía dar la razón a los ju~íos ortodoxos
Pero un panfletista alemán llamado Wilhelm Marr creó en 1879 el tér- que habían rechazado por principio la Modernidad, y parecía desauto-
mino «antisemita» y lo popularizó27• ¿POI qué? Para conferir alodio rizar aquellas fuerzas liberales o conservadoras del judaí~mo que se ha-
judío un nombre respetable, «científico». Pues precisamente en Alemania, bían esforzado por llegar a la asimilación o, al menos, a la coexistencia
donde no se entendía el Estado al estilo nacional francés como unidad con la Modernidad. ¿Con razón?
voluntaria de diversos y diferentes ciudadanos, sino -tras la oleada pa- Quien contempla retrospectivamente aquellos tiempos llega a la con-
triótica de las guerras napoleónicas- en sentido romántico como «iden- vicción de que el antisemistismo racista y, sobre todo, el nazi constituyó
tidad naciona1» unitaria con un especial «espíritu y carácter nacional», el lI~a sin p~r derrota de la nustración europea. Después de Gotthold Eph-
maridaje del nacionalismo y del racismo generó a finales del siglo XIX en ralm ,Lessmg y de Mases M~ndelssohn, de las revoluciones francesa y
una mezcla explosiva de fanatismo nacionalista (sustituto frecuente de la americana, de Karl Marx, Slgmund Freud, Martin Buber y de Albert
falta de una religión nacional) cuya creciente peligrosidad fue subesti- Einstein, después de Gustav Mahler, Jacob Wassermann j]oseph Roth,
mada, pues se la consideró sólo como punta del iceberg de la vieja ani- después de tantos prominentes filósofos, escritores, artistas, músicos y
mosidad contra los judíos. (ientíficos judíos modernos, se producía en Alemania una aterradora re-
La vieja «cuestión judía» no estaba resuelta. Por el contrario, ahora Glída en los abismos bárbaros de la Edad Media, en la vi(jaignorancia,
será declarada como <<la cuestión social» (Otto Glogau), incluso como l'n la funesta superchería y en inauditas crueldades contra los judíos. Sin
componente esencial de la ideología antidemocrátíca y antiemancipadora duda, se renunciaba a los ideales de 1789. Thomas Mann,el represen-
del nacionalismo alemán (Heinrich van Treitschke y las consecuencias); tante del espíritu alemán en el tiempo de la barbarie nazi, dijo en 1945
pues, entre tanto, los judíos, en el proceso de la asimilación, habían ad- lue los alemanes habían sido «un pueblo de la contranevolución ro-
quirido una influencia creciente en la economía, en la política y en la cul- nántica contra el intelectualismo y racionalismo filosóficos de la Ilus-
tura, lo que suscitó los correspondientes sentimientos de odio y envidia de ración»; y que el intimismo al que el mundo debe la mú~ica y la meta-
muchos no judíos que se habían quedado rezagados. Después de la Pri- física alemanas terminó por tener unas repercusiones nf¡ativas en la
mera Guerra Mundial, en la que 12.000 (1) judíos alemanes cayeron en el I..'onvivencia humana; en un «dualismo típicamente alemán de la especu-
campo de batalla luchando por Alemania 28 , y tras el desmoronamiento \ lación más osada y de un infantilismo político» 30.
del Segundo Reich Alemán en 1918, cuando no pocos intelectuales judíos Esta cruel regresión de toda una nación ilustrada -regr~ión compra-
habían comenzado a comprometerse junto con las izquierdas socialistas, .da al precio del «mito del siglo xx» (A. Rosenberg), es decir,con leyendas,
florecería la terrible semilla que se había sembrado en la segunda mitad IIll'ntiras y mistificaciones- fue una minoría de edad emaizada profun-
damente en la historia alemana, pero no por ello menos culJable. A causa

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A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR 5. SEÑALAR A LOS CULPABLES: LAS ELITES Y LAS MASAS

de las inmensas posibilidades de la Modernidad, en virtud de la ciencia, diantes y para los profesores. Los «casos» más sonados ~ueron el filóso-
tecnología, industria y movilización masiva de los tiempos modernos, los fo y dócil rector nazi (1933/34) Martin Heidegger 38 (jrmembro del par-
efectos fueron infinitamente más aterradores que todo el horror que la tido hasta 1945!) y Cad Schmitt39 , especialista en derecho público y
Edad Media y el tiempo de la Reforma arrojaron sobre los judíos. miembro del partido. Como otros muchos que ocuparon puestos de res-
De hecho, parece casi inconcebible que, precisamente en un país en el ponsabilidad en tiempo de los nazis, ninguno de los dos c~nsideró nece-

¡·que los judíos estaban en la vanguardia del espíritu, al que muchos judíos
consideraban su patria y amaban más que a ningún otro país salvo a Pa-
lestina, precisamente en un país al que habían regalado con sus aporta-
sario, una vez terminada la guerra, admitir su fracaso, deCIrse arrepenti-
do y confesar la culpa.
Además, se había extendido por toda Alemania el latente o patente
ciones culturales más intensas31 , en esa nación de la cultura, de literatos, temor al <<Este»; más concretamente, el temor al bolchevismo que había
pensadores y músicos, se produjera durante años una persecución cono- triunfado en la Revolución de Octubre rusa y al caos republicano que
cida y admitida por todos y se organizara y ejecutara el monstruoso amenazaba ya en el año 1918. A todo ello se sumaba el antisemitismo
asesinato masivo de seis millones de judíos. Precisamente aquí se em- tradicional (y extendido desde España hasta Polonia y eIl otras regiones).
prendió el loco intento de uU-a «solución final», el intento del exterminio Es posible que todo esto explique, al menos, el caldo de cultivo en el que
total de todo un pueblo: la So'J, la «catástrofe» o el «sacrificio total», el se desarrolló todo aquello e hizo que no se produjera en Alemania una
«holocausto» del pueblo judío. El interrogante sigue abierto en nuestros importante protesta política contra la opresión de los jlldíos, que expli-
días y escuece profundamente a los mejores alemanes: ¿dónde está la 4ue por qué no éstalló la compasión, la irritación e inchlso la. resistencia
/
culpa? ¿cuáles son las consecuencias para el pueblo judío y para el pueblo contra la legislación antijudía de los nazis, contra la persecucIón, depor-

¡ alemán, para la teología judía, para la fe cristiana y para el diálogo


judeo-cristiano? Sobre todo esto tendremos que volver, pero nos solicita
primero una tarea inaplazable:
tación y aniquilación de judíos a pesar de que, según ólculos, aproxi-
madamente un millón de alemanes intervinieron directamente en las
«medidas» contra los judíos. Quizás una de las claves para explicar la
falta de oposición resida en que los estratos de los pequeños comercian-
5. Señalar a los culpables: las élites y las masas tes, artesanos, campesinos y burguesía académica que no se vieron fa-
vorecidos por la evolución capitalista-liberal estaban predispuestos a
Adolf Hitler no fue ni un «accidente laboral» de la historia alemana ni considerar a los judíos supuestamente ricos que aumenta~an sin cesar sus
una «jugarreta del destino». Adolf Hitler subió al poder apoyado por una fortunas como responsables de su propio deterioro económico y social.
amplísima mayoría del pueblo alemán, y, a pesar de todas las críticas, 1,;1 idea del chivo expiatorio había recobrado alarmante actualidad. Las
contó hasta el final con la aterradora lealtad de la mayor parte de la po- {-lites, acaparando también los sentimientos anticomunistas, hacían de
blación. ¿Qué se diría hoy de ese Hitler si hubiera sufrido un accidente portaestandartes mientras que el Estado y los bancos le enriquecían a
mortal en 1941, en el cenit de su poder, o si hubiera ganado la guerra

I
l"I>sta de los judíos exiliados o aniquilados.
contra el mundo libre y hubiera consumado el extermino de los judíos? El En lo tocante a la «solución final» de la cuestión judia, fueron relati-
fenómeno Hitler constituye todavía hoy un interrogante para todo paci- vamente pocos los alemanes que dispusieron de una infomación detallada.
fismo absoluto: ¿paz a cualquier precio? ¿también al precio de Auschwitz? Es posible que Walter Laqueur atine con su resumen pru~ente: «Millones
Sin duda, hubo entonces una resistencia política contra la barbarie dc alemanes supieron a finales de 1942 que los judíos nabían práctica-
nazi, pero fue la excepción, no la regla. Claro que hay que establecer una Illente desaparecido. Rumores sobre la suerte corrida lle¡aron principal-
diferencia entre los cabecillas y el rebaño, entre los que dan las órdenes y Illente a través de los oficiales y soldados que volvían aAlemania del
los que las curl'lplen, pero sólo con la finalidad específica de señalar con frcnte del Este. También en los discursos bélicos de 10sOirigentes nazis
claridad la responsabilidad que recae sobre ambas partes, pues la dicta- había alusiones claras a que había sucedido algo bastante más drástico que
dura nazi no podría haber nacido ni permanecido sin el fallo «interesa- un ~imple traslado de población. El conocimiento de cómClse mataba a los
do» del «hombre de la calle», sin el fascismo cotidiano. Pero no es judíos quedó reservado a pocas personas. Relativamente p~cos alemanes se
menos cierto, aunque suele silenciarse en los discursos rememorativos, interesaban por la suerte de los judíos; la inmensa ma¡oría estaba en-
que ese régimen criminal no habría podido abrirse paso al poder sin la frascada en una serie de problemas que le afectaban de fonna personal. El
tolerancia o promoción de las élites -mayoritariamente conservado- tt·ma era desagradable, las sospechas no llevaban a ninguna p.arte, el pá-
ras- que dominaban en la burocracia alemana, en la industria32 , en la nico impedía discutir sobre la suerte de los judíos. Las w~sI<:leraciones
justicia33 , en la medicina34, en el periodismo35 y en el ejército36 que habían sobre esta cuestión se dejaron de lado; a la larga fueron ¡epnmIdas»4o.
sido los pilares del Imperio y miraban con escepticismo a la República de ¿También por las Iglesias? No es infrecuente que las Iwesias, para ex-
Weimar. Esto vale igualmente para las universidades 37, para los estu- lculparse, presenten el antisemitismo nacional-socialistJCorno la obra

226 227
A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR

de criminales impíos y anticristianos. No tienen reparo en decir que Hi-


Derecho canónico Medidas nazis
tler, Rosenberg, Goring, Goebbels, Himmler, Heydrich, Eichmann, con
todos sus ayudantes y esbirros, habían dejado de ser cristianos bastante No se permite a los judíos salir a la calle Ordenanza policial para autorizar a las
antes, que incluso habían rechazado de forma decidida tal condición; neo- en Semana Santa (111 Sínodo de Orleans, autoridades locales para expulsar de las
paganos que, tras la guerra, habrían abolido en su «imperio milenario» 538). calles a los judíos en determinadas festivi-
dades (fiestas nazis), 28 nov. 1938 (RGBI.
no sólo las sinagogas, sino también las Iglesias. ¿Acaso no eran un pre- 1,1676).
sagio de esto algunas Iglesias y conventos cerrados, expropiados y pro-
tfanados? Quema del Talmud y de otros escritos ju-
díos (XII Sínodo de Toledo, 681).
Quema de libros en la Alemania nazi.

Esta visión no es falsa, pero no pasa de una media verdad. Tendremos


Se prohibe a los cristianos acudir a la con- Disposición cuarta a la ley sobre ciudada-
oportunidad de demostrarlo. Sí, no podemos olvidar la «Iglesia Confe- sulta de médicos judíos (Sínodo Trullano, nos del Imperio, 25 julio 1938 (RGBI. 1,
sante» de los protestantes ni la resistencia silenciosa de una parte del 692). 969)
clero católico, pero las Iglesias oficiales nunca llegaron a aglutinar un No se permite a cristianos habitar en casa Disposición de Góring del 28 de dic. 1938
frente amplio que opusiera una resistencia convencida a la persecución de de judíos (Sínodo de Narbona, 1050). para concentrar a los judíos en determi-
los judíos. ¿Por qué no? La respuesta fundamental está en línea con la nadas casas (Bormann a Rosenberg, 17
historia que hemos trazado en la primera parte de este libro. Esa actitud enero 1939, Nü. Doc.: PS-69).

deriva del arraigadísimo antijudaísmo cristiano, religioso, que fue para Los judíos deben pagar el diezmo ecle- La "donación social" compensatoria <lel
un católico como Joseph Goebbels -junto con su culto al Führer- el siástico igual que los cristianos (Sínodo de 24. dic. 1940, según la cual los judíos
Gerona 1078). Prohibición de trabajar el como compensación de las donacion~s al
fundamento de su compromiso nacionalsocialísta 41 • Por amargo que re- dOmingo (Sínodo de Szabolcs, 1092). partido impuestas a los nazis, deben ra-
sulte, no podemos silenciarlo. El antisemitismo racista, que alcanza la gar un impuesto especial sobre los ingle-
cima del terror en el holocausto, habría sido imposible sin la prehistoria sas (RGBI. 1,1666).
casi bimilenaria del antijudaísmo religioso de las Iglesias cristianas42 • Los judíOS no pueden acusar a cristianos Propuesta de la cancillería del partido
¿No es el ejemplo más abismal de esto el austríaco católico Adolf Hitler? ni testificar contra ellos (111 Lateranense, para prohibir que los judíos entablen sc-
Todavía hoy son muchos los que no advierten las raíces religiosas del an- 1179, canon 26). clones civiles, 9 sept. 1942 (Bormann a!
Ministerio de Justicia, 9 sept. 1942, Nü
tisemitismo de Hitler.
Doc.: NG-151).
Se prohíbe a los judíos heredar de sus Autorización del Ministerio de Justicia
hermanos en la fe que se hayan pasado para declarar nulos los testamentos q~
al cristianismo (111 Lateranense, 1179). ofendan los «sanos sentimientos del
-Medias nazis y eclesiales pueblo", 31 julio 1938 (RGBI. 1,973).
contra los judíos Los judíos deben llevar un distintívo en la Disposición del 1 sept. 1941 (RGBI. 1,913).
vestimenta (IV Lateranense, 1215). Sirvió
de modelo un decreto del califa Omar I
Derecho canónico Medidas nazis (634-44 J, según el cual los cristianos te-
nían que llevar cinturón azul; y los judíos,
Prohibición de matrimonio y de relaciones Ley para proteger la sangre y el honor amarillo
sexuales entre judíos y cristianos (Sínodo germánicos, 15 se pI. 1935 (RGBI. 1,1146). Destrucción de sinagogas en todo el
Prohibición de construir sinagogas
de Elvira, 306). Reich el 10 nov. 1938 (Heydrich a Górilg
(Concilio de Oxford, 1222).
Prohibición de que cristianos y judíos co- Se prohíbe a los ludíos acceder al vagón 11 nov. 1938, Nü. Doc.: PS-3059).
man juntos (Sínodo de Elvira, 306). restaurante (Mn istro de Transportes al Se prohíbe a los cristianos asistir a fiestas Prohibición de relaciones amistosas COI
Ministro del Interior, 30 dic. 1939, Nü. de judíos (Sínodo de Viena, 1267). judíos, 24 oct. 1941 (disposición-Gestara
Doc.: NG 3995). L-15).
Los judí<JS no pueden disputar sobre fe
No se permite a judíos ejercer cargos pú- Ley para restablecer el funcionariado católica con gente sencilla (Sínodo de
blicos (Sínodo de Clermont, 535). profesional, 7 abril 1933 (RGBI. 1,175) Viena, 1267).
Los judíos sólo pueden habitar en el barrio Orden de Heydrich del21 sept. 1939 (r,
No se permite a jUdíos tener esclavos, Ley para ladelensa de la sangre alemana judío (Sínodo de Breslau, 1267). 3363)
doncellas o siervos cristianos (111 Sínodo y el matrimoni<J alemán, 15 sept. 1935
Los cristianos no pueden vender ni arren Disposición del 3 dic. 1938 que prevé II
de Orleans, 538). (RGBII,1146)

229
228
6. El ANTISEMITISMO FATAL DE UN CATOllCO: ADOlF HiTlER

presentó el papel central en su pensamiento y actuación políticos; y que


el antisemitismo siguió siendo su política»48. Téngase presente que, en
Derecho canónico Medidas nazis septiembre de 1919 (cuando pertenecía aún al ejército), Hitler había es-
venta forzosa de solares y tierras de ju-
crito: «Por razones puramente sentimentales, el antisemitismo encontra-
dar solares ni tierras a judíos (Sínodo de
Ofen,1279). díos (RGB\.I, 1). rá su expresión última en la forma de pogromos (sic). Pero el antisemi-
El paso de un cristiano a la religión judía
tismo de la razón debe conducir a la programada lucha y eliminación
El paso de un cristiano al judaísmo o la
vuelta de un judío bautizado a su religión expone a éste al peligro de ser tratado legales de los privilegios que el judío posee, a diferencia de los otr()s ex-
primitiva debe ser tratado como herejía como judío; sentencia de la Audiencia tranjeros que viven entre nosotros (legislación sobre extranjeros). Pero su
probada (Sínodo de Maguncia, 1310). territorial de Kónigsberg, sala cuarta de lo fin último debe ser el alejamiento irreversible de los judíos»49.
civil del 26. 6. 1942 (en: Die judenfrage, ¿Qué significa esto? Que Hitler, antes de ser el gran paladín dd na-
Vertrauliche Beilage) 1 nov. 1942, pp.
8283.
"ionalismo alemán, fue un antisemita radical. Si otros consideraban la
historia como una lucha de clases, Hitler -ya hemos apuntado la línea
Quedan prohibidos la venta o arriendo de Ley del 6 julio 1938 sobre disolución de
agencias inmobiliarias y de bienes raíces,
fatal de la tradición- la entendía como lucha de razas: lucha de la se-
objetos eclesiásticos a judíos (Sínodo de
Lavaur, 1368). asi como agencias matrimoniales, judías iiorial raza germánica por el dominio del mundo. La primera raza que,
abiertas a los no judíos (RGB\. 1,823). ~cgún él, debía ser eliminada, era «el judaísmo internacional», el enemi-
Los judíos no pueden actuar como
agentes en contratos entre cristianos, go número uno de la humanidad. Conquista de un espacio vital yani-
sobre todo como gestores de matrimonios quilación de los judíos, los dos puntos centrales del movimiento nacional-
(Concilio de Basilea, 1434, sesión XIX). socialista, fueron inseparables para Hitler desde un principio. Ahí está la
Los judíos no pueden conseguir grados Ley sobre sobresaturación de las escue- raíz de la guerra mundial y del holocausto.
académicos (Concilio de Basilea, 1434, las e institutos superiores alemanes del 25
abril 1933 (RGB\. 1,225).
sesión XIX). Parece que Hitler, que, con seis años de edad, comenzó a cantaren el
(según R. Hilberg, Die Vernichtung der europaischen Juden
mro parroquial y a hacer de monaguillo, y que se había sentido embria-
Die Gesammgeschichte des Holocaust, Berlín 1982, pp. 158.) gado «en repetidísimas ocasiones por la solemene magnificencia delas
fiestas eclesiales, extraordinariamente fastuosas»so, se hizo arreligi~so a
ClUsa de unas clases de religión autoritarias y primitivas. Influyeron de
manera especial en el alumno determinadas expresiones antijudías del
6. El antisemitismo fatal de un católico: Adolf Hitler l'vangelio de Juan «<hijos de la luz» = cristianos; «hijos de las tinidlas»
::: judíos). Además, el odio de Hitler a los judíos es inconcebible si ]0 se
Si bien es indispensable analizar las estructuras históricas del antisemi- fiene en cuenta el clima antisemita de Austria y Viena, el de su Iglesia y
tismo nazi, sin embargo no se puede dejar de lado el decisivo papel per- dd partido cristiano-social. Es bien sabido que la Iglesia católica de
sonal de Adolf Hitler y de sus compañeros de viajé 3 • La historiografía AlIstria había azuzado desde la nustración el antijudaísmo tradicional de
nunca puede alcanzar una exactitud matemática, y la descripción de la población austríaca. Más aún, lo había utilizado como instrumento
procesos socio-económicos nunca llega a ser s,ufici.ente. ~ólo l~ ,combi- político, tanto contra la monarquía como contra la democracia; priJUero
nación de la historia de las estructuras, de la hlstonografta pohuca y de mntra el ilustrado José II, al que la población judía tenía en gran esuma
la interpretación biográfica estaría en condiciones de aproximarse bas- por la tolerancia que demostraba; luego, contra el emperador Framisco
tante a la realidad. losé 1, porque tenía relaciones personales con judíos; finalmente, tam~ién
Sobre el camino de Hitler al poder, a la dominación total, a la guerra, mntra los burgueses liberales, a los que se acusaba de padecer la «leste
a la matanza de los judíos se pueden leer los análisis de Eberhard Jackel, ludía» y de ser responsables del ocaso de la monarquía austro-hún~ara.
historidor nacido en Stuttgart: giran sobre la «visión del rnundo»44 de Hi- No es casual, pues, que Karl Lueger, popular alcalde de Viena, antise-
tler sobre la «dominación»4s de Hitler. También resulta útil la lectura de mita, fundador y jefe del partido social cristiano, se convirtiera dsde
la iran síntesis que Hans-Ulrich Thamer, historiador de Münster, escri- IlJ 18 en el primer modelo de Hitler como gran conductor carismático de
bió sobre la Alemania de los años 1933 a 1945 y que se 1itula Seducción llIasas. A este respecto, ha dicho lo necesario el historiador austríaco frie-
y poder46 • En lo qu~ atañe a la P?lítica de aniqui~aci?n seguida p,or ~os drich Heer en su monumental estudio sobre la fe de Adolf Hitler (19b!),
nazis contra los judIOs, Jackel afIrma que «el alejamiento de los ludIOS obra que ha encontrado escaso eco en el ambiente católicoS!.
fue el objetivo más antiguo de Hitler>Y. Thamer dice al respecto: «Es evi- ¿Qué sucedía entonces? Viena, crisol de innumerables pueblos ¡de
dente que el antisemitismo --con la entrada de Hitler en la política- re- dementos étnicos, había padecido a finales del siglo XIX un permanrnte

230 231
A.I. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR 6. El ANTISEMITISMO FATAL DE UN CATOllCO: ADOlf HiTlER

~
deterioro social. De pronto, todos los fantasmas habían vuelto a la esce- ota¡" a su voluntad ideológico-patológica de exterminio, Casi seis mi-
na. Los judíos, unos 6.200 en la ciudad imperial en 1857, habían supe- llones murieron por la simple razón de ser judíos. A ese número tenemos
rado la cifra de 200.000 en 1923; y detentaban una posición cada vez que sumar otros 500.000 prisioneros no judíos. En este contexto, el tér-
más dominante en las finanzas y en el comercio, en el estamento médico mino «holocausto» -introducido por Elie Wiesel, escritor judíoooameri-
y en la justicia, como también en la prensa y en la universidad. Después 'ano y superviviente de Auschwitz- es bastante problemático, pues in-
de la derrota sufrida por Austria en K6niggratz, en 1866, y, sobre todo, dica originariamente, en su sentido religioso, un «sacrificio total» o
tras el desplome de la bolsa en 1873, los judíos se convirtieron, una vez «quema de la víctima». Sin embargo, los judíos aniquilados no tenían el
más, en el chivo expiatorio de la deteriorada situación económica y social menor deseo de ser «víctimas», sino que querían vivir. Ni los aniquila-
de las masas. Todos los enormes problemas del urbanismo, de la indus- dores deseaban propiamente ofrecer un «sacrificio» (¿a quién?), sino el
trialización y del capitalismo temprano fueron cargados en el «debe» de t'Xterminio total. De ahí que muchos judíos prefieran designar esa ani-
<<los judíos». Parecía como si los judíos estuvieran detrás de todo: detrás lJuilación masiva con el término «so'a», tomado de Isaías 47,11, que sig-
del racionalismo, del liberalismo, dellibertinismo, pero también detrás nifica «desgracia», «catástrofe». A este respecto, cabe preguntarse si se
del socialismo y del marxismo. Resultaba muy cómodo. La Iglesia y los Iha considerado suficientemente que el término so'a se refi(re en Isaías no
partidos burgueses, pero también algunos grupos de la socialdemocracia, 11 Israel, sino a Babilonia. Mientras no se dé con un término adecuado,
habían encontrado de repente un adversario común en la lucha en favor será mejor atenerse a «holocausto», que es el vocablo mas extendido.
de las masas. «Los judíos» pasaban por ser los autores no sólo de la cri-
sis económica, sino también de las conjuras contra la Iglesia, el clero y las Naturalmente, no se responde a la cuestión de la culpa concentrándola
\ órdenes religiosas. ¿Y el católico Adolf Hitler? Respiró profundamente l'lIel Führer. Demasiados -no sólo los más de diez millones de miem-
esa atmósfera que reinaba en Viena y en Austria durante su juventud. hros del partido- se acogieron a la hipocresía después dela guerra. Sin
Pero, al mismo tiempo, hay que decir con toda claridad que el antise- duda, la esquemática campaña de desnazificación planeada por los Alia-
mitiSmO personal de Hitler fue muchísimo más que el antijudaísmo reli- dos y extendida a toda la población condujo a creer qut: era verdad lo

I gioso de la Iglesia, que no pretendía el exterminio físico, sino el confina-


miento o la conversión. También fue muchísimo más que el antisemitismo
de cuño social de los que estaban en números rojos en el plano de las fi-
nanzas, el cual apuntaba contra los prestamistas judíos, pero no contra los
\onsignado como excusa en los cuestionarios y a pensar ~ue con eso es-
Llha todo resuelto. Así, los culpables principales se convirtieron en per-
sonas con un pasado político culpable, los antiguos implicados pasaron
a ser tenidos por simpatizantes y los simpatizantes quedar~n exonerados.
médicos judíos. No, el antisemitismo de Hitler era biológico-racista; por Por otra parte, ahora había que preocuparse de la comida y de la vi-
consiguiente, total, contra «el judío» a secas. Considerable influjo sobre el vienda, de reconstruir las ciudades destruidas, de reorganizar la vida
joven Hitler habían tenido los caóticos cuadernos de un ex-fraile, un tal l'conómica y de construir un Estado democrático. ¡Lo pasado, pasado
Georg Lanz von Liebenfels52 ; pero también influía en Hitler el «amigo está!
Bernardo», aquel ex-monje católico llamado Berrrhard Stempfle que había Por eso, no debe extrañar que el tema de las responsabilidades, repri-
participado en la redacción de Mein Kampf (Mi Lucha) y se mantuvo llIido desde el principio y durante largo tiempo, estallara de nuevo des-
cerca de Hitler en Munich, hasta que, por un error de las SS, fue ametra- pllés de varias décadas. En el marco cronológico de la disJuta de los his-
llado en el golpe-R6hm de 1934 (Hitler, lleno de indignación, llegaría a loriadores y del caso Barbie, el esbirro de la Gestapo ellLyon, estalla
decir: «Esos cerdos han matado también a mi buen padre Stempfle»53). lambién en Viena el «caso» de Kurt Waldheim, antiguo stcretario gene-
Es cierto que, cuando se convirtió en el Führer del partido, Hitler des- ral de las Naciones Unidas. Elegido presidente de la Repúolica Austríaca
\preciaba a los obispos alemanes, a los que tenía por blandengues, aun- ,1 propuesta del partido social-cristiano, Waldheim, cuya dpa como par-
,/que, como hombre de poder, admiraba la organización, la solidez dog- I kipe activo en la maquinaría bélica de Hitler resultaba evidente, se
Imática y la majestuosa parafernalia litúrgica de la bimilenaria Iglesia t'Onvirtió en figura de identificación casi ideal para muchos de sus COll-
¡romana (y sobre todo la disciplina de los jesuitas). Si bien pagó pun- lilllladanos que trataban de superar el pasado negando o ltprimiendo su
tualmente el impuesto eclesiástico a la Iglesia católica hasta el amargo propia parte de culpa54 .
,final, sin embargo, pensando en el después de la guerra, concibió planes Resulta preocupante constatar que la crítica al comportamiento de
,para vengarse de numerosos párrocos y coadjutores católicos que se ha- Waldheim, expresada no sólo por organizaciones judías,sino también
',bían mantenido en silencio y remisos. Pero los judíos fueron siempre lo por innumerables austríacos, tuviera como principal resultado no un
:que Hitler más odió en este mundo. ,llIlo('xamen, sino un nítido recrudecimiento del antisemiu¡mo en Aus-
En verdad, cuando, a la vista de la derrota total, se quitó la vida el 30 Iria. De ahí que nada menos que Kratzl, el obispo auxili~lde Viena, se
'de abril de 1945, casi había ofrecido un «hol()-causto», un «sacrificio vicra obligado a tomar postura contra tales tendencia~m marzo de

232 233
A.1. UN PASADO QUE SE RESISTE A PASAR

1988: "Callando y esperando no se conseguirá que desaparezca el anti- 11. REPRESION DE LA CULPA
semitismo. Hasta hace poco me parecía exagerado suponer que persiste
en Austria un antisemitismo fuerte, pero tengo otra opinión al respecto
desde que, con motivo de la fiesta nacional, prediqué en Mariazell que el "En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, el prefecto del distrito
antisemitismo es incompatible con el cristianismo. Personalmente al ter- prusiano oriental de Schlossberg, Wichard van Bredow, recibió un tele-
minar la misa, por carta y por teléfono más tarde, recibí violentas desa- ~rama de la dirección regional en el que se le comunicaba que todas las
probaciones por lo que yo había dicho. Se me venía a decir que los cris- sinagogas de Alemania ardían en esos instantes y que no debía intervenir
tianos no tenemos nada que ver con los judíos; que la culpa del la policía ni los bomberos. Bredow se puso el uniforme militar y se des-
antisemitismo hay que buscarla exclusivamente en los judíos; que hablar pidió de su mujer, madre de cinco hijos, con las siguientes palabras:
del antisemitismo no hace sino suscitarlo de nuevo. Uno tuvo incluso la "Vaya Schierwindt, a la sinagoga. Como cristiano y alemán, quiero im-
osadía de sostener que las repetidas menciones de las crueldades de pedir en mi jurisdicción uno de los mayores crímenes". Sabía qU( se ju-
Auschwitz no son más que una pura mentira histórica. Parece, pues, ne- ~aba la vida o que la Gestapo podía enviarle a un campo de con(entra-
cesario ir de nuevo a la raíz del antisemitismo y preguntar: ¿Persistía aún óón. "No puedo actuar de otra manera". Cuando aparecieron gentes de
el antisemitismo o se ha encendido de nuevo?,,55. las SA, SS y del partido para prender fuego a la sinagoga, compr()baron
Para describir la situación eclesial, es imprescindible una aclaración que el prefecto se encontraba ya ante la casa de Dios. Empuñó su pisto-
histórica sobre cuatro puntos polémicos: la responsabilidad de los pro- la frente a ellos y les hizo saber que el camino a la sinagoga pasaba por
testantes alemanes, la del Vaticano, la de los obispos católicos alemanes encima de su propio cadáver. Acto seguido, se retiraron los incendiarios.
y la del catolicismo polaco. Aquélla fue la única sinagoga que se salvó de la destrucción en eldistri-
too Nadie se atrevió a proceder contra el prefecto»1.
Sin duda, sería posible referir otras acciones heroicas de esta natura-
leza acaecidas en los años del terror (1933-1945)2, pero todas ellas no pa-
saron de ser excepciones. Esta sinagoga fue respetada, pero al menos 267
sinagogas y capillas fueron destruidas en aquella noche de noviembre de
1938 que fue denominada cínicamente por el fanático antisemita Jo-
seph Goebbels, ministro de propaganda, o por la población berlinesa
como la <,Noche de los cristales rotos», como si sólo hubieran eS1allado
los cristales de las ventanas.

1. ¿ Qué habría sucedido si ... ?

Sin duda, muchos alemanes, protestantes, católicos, socialistas o numa-


\listas de todo tipo, trataron de ayudar puntualmente en esos añaa sus
t:onciudadanos judíos, y es importante recoger tales acciones ydocu-
mentarlas con todo detalle. Pero hay que evitar a toda costa qu(innu-
mera bies detalles de ese tipo nos desvíen de lo esencial y despl~cen el
acento. He aquí algunos hechos de la «Noche de los cristales r~tos>,3:
H.OOO establecimientos comerciales de judíos fueron destrozados en
aquella noche, numerosas viviendas fueron devastadas y saqueadal,más
de cien judíos alemanes asesin:ldos, muchos maltratados, heridmypri-
vados de su dignidad humana. Decenas de miles de judíos, casi tdos de
buena posición económica, fueron detenidos para acceder luego a sus for-
tunas, fueron obligados a emigrar o llevados a campos de concentración.
De 520.000 judíos alemanes, 130.000 habían abandonado su patria ya
en 1938. Se pretendía acelerar esa oleada emigratoria, pero no sillantes
expropiar y saquear (la fortuna global de los judíos en Alemania fue es-
timada entonces en 8.500 millones de marcos imperiales).

234 235
A.II. REPRESION DE LA CULPA 2. ¡PURAS ESPECULACIONES ILUSORIAS?

No olvidemos que el carácter totalitario, profundamente antidemo- juicio sobre aquella época un historiador nacido en 1943? Decir que no
crático y antisemita de Adolf Hitler era de dominio público no a partir de se puede hablar a balón pasado equivale a negar de hecho toda justifi-
1938, sino desde 1933. Ahí están, para demostrarlo, su confesión escri- cación a la historiografía. Sin embargo, ¿es imprescindible haber estado
ta Mi lucha, y el programa del partido «<Ningún judío puede ser com- presente en las guerras napoleónicas para poder formarse un juicio ob-
patriota»). ¿No se habrían podido impedir bastantes cosas si hubiera ha- jetivo e imparcial sobre ellas? ¿No podría suceder lo contrario, que pre-
bido algunos otros valerosos prefectos, alcaldes, funcionarios, militares, cisamente los que no sólo «estuvieron allí», sino que colaboraron acti-
líderes de la economía y profesores de universidad que, sin preocuparse vamente en todos los compromisos y enredos son los que se hallan en las
de las consecuencias, hubieran dicho como aquel prefecto: «No puedo peores condiciones para poder formarse un juicio correcto, relativamen-
actuar de otra manera ... » ¿Qué habría pasado si los cristianos activos, los tl' objetivo, de esa época? Cuando pregunté al teólogo protestante Hel-
párrocos, los obispos y el papa hubieran demostrado un mayor coraje mut Gollwitzer, miembro de la «Iglesia Confesante», por qué se puede
cristian0 4 ? En concreto, hablar con mayor claridad, después de cuarenta años, sobre aquella
Imaginemos, en primer lugar: ¿Qué habría sucedido si el episcopado ('poca y sobre el fracaso de las Iglesias, me contestó con tino: porque
.hora van desapareciendo lentamente los que tuvieron la responsabilidad

~
emán -en lugar de capitular ante el nacionalsocialismo, para conster-
nación de muchos, después de la declaración de Gobierno hecha por Hi- ('ntonces.
tler el 23 de marzo de 19335- hubiera advertido sobre el antisemita pro- No, la crítica basada en que el historiador ha nacido despub de los
rama de los nazis y protestado públicamente a la vista de los actos de I.echos -Georg Denzler ha sido atacado a veces por colegas católicos
terror y de violencia que comenzaron enseguida contra todos los que no ItlC esgrimían contra él esa objeción- no se tiene en pie. Ante el hecho

se doblegaban? le que la conferencia episcopal alemana siga empeñada en utilizar a


Imaginemos, en segundo lugar: ¿Qué habría sucedido si el Vaticano Ilstoriadores proclives a ella y al compilador de casos de «resistencia»
--en lugar de cortejar a Hitler como primer poder extranjero suscribien- lItre católicos (¡que los hubo!) para defenderse y para camuflalsu pro-
do con él un concordato el 20 de julio de 1933- hubiera advertido a Ale- 110 fracaso, citaremos aquí un testimonio de 1946 que enjuicia bactitud

mania y al mundo acerca de un hombre cuyas funestas intenciones esta- Ihservada por el episcopado alemán durante la érpoca nazi. Es el juicio
ban meridianamente claras en Mi lucha y en el programa de veinticuatro le un hombre nada sospechoso. Es una carta que Konrad Adenauer, al-
puntos de su partido, y que, en conformidad con el programa, comenzó o .llde católico de Colonia depuesto por los nazis y futuro primer canciller
I le la República Federal de Alemania, escribió el 23 de febrero de 1946 al
ya a principios de 1933 a boicotear comercios, médicos y abogados judíos
ya tomar otras medidas discriminatorias contra ciudadanos judíos? I)r. Bernhard Custodis, pastor de Bonn. Dice así:
Imaginemos, en tercer lugar, qué habría pasado si -como el pastor «En mi opinión, el pueblo alemán, los obispos y el clero tienen mucha
I IIlpa en los acontecimientos que han ocurrido en los campos de con-
Martin Niemoller, uno de los pocos resistentes eclesial es, preguntó des-
pués de la guerra- los 14.000 párrocos evangélicos de Alemania, en 'l'lItración. Es posible que luego no se pudiera hacer gran cosa, pero la
lugar de callar o incluso colaborar, se hubieran atrevido a crear desde el ndpa se contrajo con anterioridad. El pueblo alemán, también los obis-
principio un frente activo contra el régimen nazi ya llamar a la resisten- pos y el clero en su mayor parte, condescendieron con la agitación na-
cia política. lIonalsocialista. Se permitió ser manipulados casi sin oponer resistencia;
Pero escucho ya la exclamación de los apologetas políticos y eclesiales: ,1 veces, con entusiasmo. Ahí reside su culpa. Por otro lado, aunque no se

¡Puras especulaciones! Plldo tener un conocimiento preciso de lo que sucedía en los campos de
l"( IIlCcntración, se sabía que se pisoteaban la libertad personal y todos los

2. ¿Puras especulaciones ilusorias? principios jurídicos, que se cometían grandes crueldades en los campos de
lOllcentración, que la Gestapo, nuestras SS y, en parte, también nuestras
¡En absoluto! Hubo posibilidades verdaderamente reales. Juicios de his- lropas procedieron contra la población civil polaca y rusa con macruel-
toriadores actuales ponen de manifiesto las posibilidades desperdiciadas: dad sin precedentes, Los pogromos judíos de 1933 y 1938 1uvieron
«Las Iglesias eran las únicas instituciones que podían escapar a las pre- IlIgar a plena luz del día. Se dieron a conocer públicamente los a~esinatos
tensiones totalitarias del nacionalsocialismo e illcluso oponerse a ellas. d,' rehenes en Francia. Por consiguiente, no se puede afirmar quela opi-
Sin embargo, no convocaron a la resistencia política. Su coordinación lIiún pública ignoraba que el Gobierno nacionalsocialista y la dirección
fracasó, pero su actitud básica, prevalentemente nacional y conservado- .Id ('J~rClto transgredían por principio el derecho natural, la COIlvención
ra, provocaba de continuo su lealtad al Estado» (H.-U. Thamer6 ). 11· l a Haya y los preceptos humanos más elementales (... ). OpinClque los
Percibo de nuevo las exclamaciones de los apologetas: para poder lhispos podrían haber evitado muchas cosas si todos juntos, enun día
hablar habría que haber estado allí. ¿Cómo puede pretender emitir un determinado, hubieran condenado públicamente, desde el púlpi1o,todos

236 237
A.II. REPRESION DE LA CULPA
3. PROTESTANTES QUE NO PROTESTARON: CRISTIANOS ALEMANES

aquellos desmanes. No se hizo eso, y la omisión no tiene disculpa posible.


Si, como consecuencia de una postura valiente, los obispos hubieran cuatro siglos. Con la desaparición de los príncipes, la organización ecle-
ido a parar a la cárcel o a los campos de concentración, eso no habría sial protestante contaba, por primera vez, sólo consigo misma; en lo
sido dañoso, sino todo lo contrario. Nada de eso se hizo y, por consi- económico, en lo político y en el plano religioso-intelectuaI 8 • Hasta en-
guiente, lo mejor es ca11ar»7. tonces, se había identificado plenamente con la nación alemana y con su
¿Que «lo mejor es calIar»? Esto es lo que no podía ni siquiera enten- guerra: <<¡Dios con nosotros!». Pero ¿se podía seguir afirmando eso
der el otro gran colonés católico, el escritor y premio Nobel Heinrich mismo tras una derrota tan catastrófica, sellada por el Tratado de Ver-
Boll. No. Tampoco Konrad Adenauer, este importante canciller federal, salles? A pesar de los pesares, mediante un arreglo con la República de
está libre de corresponsabilidad por la represión de la culpa en el Estado Weimar, por la que la dirección eclesial sentía escasa simpatía, y con la
yen la Iglesia después de la guerra. Sin duda, él se opuso desde un prin- ayuda de la Federación de las Iglesias Evangélicas Alemanas y de sus ór-
cipio a los nazis de Hitler, que, en su opinión, no hacía más que conti- ganos, las ahora autónomas Iglesias regionales protestantes lograron
nuar el imperio expansivo prusiano-alemán (la línea de Federico JI-Bis- l"IIcontrar una nueva unidad nacional y volvieron a tener una presencia
marck- Guillermo JI-Hitler); y los nazis le arrinconaron por completo. poderosa con una teología muy respetable, con numerosos grupos, fe-
Además, una vez terminada la guerra, dio los primeros pasos básicos, deraciones y asociaciones.
junto con David Ben Gurion, primer ministro presidente de Israel, para la En realidad, las Iglesias protestantes de Alemania, en virtuJ de su
reconciliación de alemanes y judíos. Uno de sus actos principales al res- I radición germano-nacional más fuerte, fueron desde el principio mucho
pecto fue -a diferencia de lo que hizo el reaccionario Pío XJI- el reco- más propensas al nacional socialismo que la Iglesia católica. En 1933, el
nocimiento del Estado de Israel por la República Federal de Alemania, no aijo de la «nueva salvación», en contra de la actitud que habían adopta-
obstante la oposición de los países árabes. También consiguió sacar do frente al «nuevo orden» de 1918, quisieron tener una participación
adelante, superando todas las oposiciones intraalemanas, la reparación fi- activa en la configuración de los acontecimientos. Mientras que e1cato-
nanciera. Pero la política de restauración y de amplia integración incluso licismo, como veremos después, capituló ante Hitler, sobre todo, ¡causa
de renombrados nazis (¡el caso Globke!) que practicó desde 1945 -¡no d(·1 «concordato del Reich», y luego asintió con bastante entusiasl1lo, una
hubo una «Hora Cero»!- favoreció no poco a la impenitencia eclesial. p,ran parte del protestantismo dio desde un principio un «sí» manifiesto
Si se hubiera rendido honor a la verdad en los años cuarenta y cincuenta, .tI movimiento nacional socialista, sobre todo porque eso significaba un
eso no habría conducido a una «guerra civil espirituah, sino a un pro- "110» al marxismo, al liberalismo y al ateísmo. La prometida «Iglesia del
fundo examen, lo mismo que si ahora, en los años noventa, se abren de I</'ich» fue para muchos protestantes lo que el «concordato del Reich»
par en par los archivos de la «Stasi». para los católicos. Mientras que algunos teólogos católicos frivolizaban
Después de las innumerables omisiones cometidas entonces y en las 1 ol11parando la relación entre nazismo y catolicismo con el orden natural

décadas siguientes y que emponzoñan aún el presente, sólo hay un ca- y ('1 sobrenatural (¡lo que el nazismo obraba en el plano «natural» lo rea-
mino para celebrar con mejor conciencia en 1995 el cincuentenario del 11/.aha el catolicismo en el «sobrenatural»!), para los protestante~IMar-
final de la dominación nazi y de la Segunda Guerra Mundial: de la 1111 Lutero fue aquella gran figura orientadora en la que supuestamente se
mano de algunos hechos indiscutibles, rememorar de nuevo lo que suce- .1l11algaban por principio cristianismo y germanismo, protestantismo y
dió, pero desde el horizonte de lo que podría haber sucedido. Sólo si se Il.ll'ionalsocialismo. Pueblo, nacionalidad, movimiento popular iorman
contemplan con desnuda franqueza los sucesos y omisiones se estará
capacitado para una liberadora confesión de la culpa. ¡Ojalá que las con- 1 'lIr~c del «orden de creación que~~do por Dios», se decía. ¿Por quise de-
1('rl<l 'protestar contra la supreSlon de los derechos fundamentales de-
sideraciones que vienen a continuación se entiendan no como la condena IlHll"ráticos el 28 de febrero de 1933, contra la ley de plenos poderes del
ulterior de los que han nacido después de haber acontecido los hechos .' I de marzo de 1933 o contra la creación de los primeros campos de
sino como ayuda para reelaborar el pasado con la mirada puesta en el fu~ \ t '11l'l~ntración? Claro que el nuevo régimen se comportó desde el primer

turo! Por eso: ,11" (orno un régimen de terror, pero éste golpeaba al comienzo aaqué-
litIS por los que no se sentía el menor afecto: comunistas, socialaemó-
3. Protestantes que no protestaron: cristianos ¿¡[emanes . f.llas, judíos ... ¿Por qué no se habría de estar de parte del hombJede la
I'lOviJcncia», Adolf Hitler, contra el marxismo, judaísmo yatdmo, y
La crisis del paradigma moderno-burgués en 1918 afectó al protestan- , favor Jel renacimiento nacional alemán y de la renovación so(ial del
tismo alemán de forma completamente distinta que al catolicismo, pues 1'111'''10 alemán?
con la desaparición del milenario Imperio alemán, se desplomaba tam~ (,os n3cionalsocialistas aprovecharon hábilmente la situación En el
bién el sistema de Iglesia estatal protestante que n.abía existido durante IlIlIVill\iento religioso «Cristianos alemanes», al que pertenecióaesde
1111 pril1cipio una quinta parte de los párrocos protestantes y una mayor

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239
A.II. REPRESION DE LA CULPA 4. OPOSICION INTRAECLESIAL y CONFESION DE CULPA

proporción de seglares, el partido tuvo desde principios de los años grada Escritura»12. Sin embargo, surgió alguna reserva. Puesto que al-
veinte una organización de simpatizantes dentro de la Iglesia protestan- ~llnos párrocos querían reconocer la obligatoriedad de las disposiciones
te. Ese movimiento estaba predestinado para llevar a cabo una síntesis de arias en el ámbito estatal, el artículo cuarto de la declaración iba dema-
Iglesia y nacional socialismo. Dicho con toda claridad, esto conducía siado lejos para ellos: «En tal compromiso, testifico que se vulnera la
hacia una Iglesia coordinada según el principio del Führer y subordinada confesión de fe con la aplicación de los parágrafos arios en el ámbito de
por completo al Estado. La doctrina luterana de los dos reinos, entendi- la Iglesia de Cristo»13. ¿Cuál fue la postura de las facultades teológicas
da como una coexistencia pacífica y separada del Estado y de la Iglesia, ~'vangélicas? La facultad de Erlangen (con Paul Althaus 14 ) redactó un in-
parecía ofrecer la mejor base teológica para esa postura y conceder al Es- forme favorable a la introducción de un parágrafo ario en el ámbito de la
tado un espacio de soberanía para sus intereses, en el que la Iglesia no se Iglesia; la facultad de Marburgo (con Rudolf Bultmann lS ) se declaró
inmiscuiría siempre y cuando que el Estado respetara la autonomía de la (;ontraria a tal introducción.
Iglesia. Ésta se sentía responsable, a lo sumo, de los judeo-cristianos. Los Pero como los «Cristianos alemanes» se adhirieron luego con claridad
restantes judíos eran responsabilidad del Estad0 9 • neciente a la ideología nacional socialista, incluso a la religión étnica de
Ya las directrices del movimiento religioso «Cristianos alemanes» del 1111 Alfred Rosenberg (rechazo del Antiguo Testamento «judío» y del
26 de mayo de 1932 (!) exigían una «fe en Cristo afirmativa y nacional», «rabino» Pablo en beneficio del héroe ario Jesús), fueron perdiendo
como la que se corresponde con el espíritu luterano alemán y con la re- paulatinamente su base eclesial, de forma que se disolvieron en pequeños
ligiosidad heroica: «Vemos en la raza, nacionalidad y nación órdenes de grupos y el obispo del Reich terminó por sentirse incapaz para ejercer
vida que Dios nos ha regalado y confiado. Cuidar de su conservación es IIna dirección eclesiástica eficaz. Con un «decreto-mordaza», el régi-
para nosotros ley de Dios. En consecuencia, hay que ir contra la mezcla men prohibió entonces cualquier toma de postura político-eclesial desde
de razas. En virtud de su experiencia, la misión exterior alemana grita (·1 púlpito. Podríamos añadir muchos más datos de la historia de aquellos
desde hace tiempo al pueblo alemán: "jConserva pura tu raza!"» 10. De Itempos, pero no es éste el objetivo que pretendemos aquí. La complica-
ese modo, fue posible en el protestantismo lo que en la constitución de la da «prehistoria y tiempo de las ilusiones: 1918-1934", y especialmente
Iglesia católica quedaba excluido por principio: la rápida fundación de los dramáticos acontecimientos del «año del desencanto: 1934» con los
una «Iglesia del Reich» bajo un «obispo del Reich»; concretamente, -,lIlodos de Barmen están documentados abundanteIllente en los dos vo-
bajo el canditato predilecto de Hitler, el antiguo capellán militar Ludwig IlIlIlenes de Las Iglesias y el Tercer Reich, obra imprescindible escrita por
Müller. "bus Scholder, profesor de Tubinga fallecido prematuramente.
Esta dinámica llegaría a tener repercusiones nefastas precisamente en Para nosotros es importante ver que, a diferencia de lo ocurrido en el
la cuestión judía, pues el Estado exigió muy pronto a la Iglesia adhesión IIHbito católico, en el protestantismo coexistieron la aceptación de la po-
total en 10 tocante a ese asunto. Ya el6 de septiembre de 1933, el sínodo lit ica nazi y el rechazo público de ella. Conviene señalar que no se trató
general de la Antigua Unión Prusiana tuvo que aprobar, contra una (te una resistencia política activa contra el régimen totalitario, sino de una
oposición masiva, que la legislación aria estatal se aplicaría también en el Il'sistencia intraeclesial organizada. En efecto, cuando la situación se
ámbito eclesiástico: «El que no sea de ascendencia aria o esté casado con IlIzo crítica en la «Federación de párrocos», se fundo-a pesar de todos
una persona de linaje no ario no puede ser nombrado clérigo o funcio- los intentos de coordinación por parte del Estado ya pesar de la perse-
nario de la administración eclesiástica general. Se despedirá a los clérigos \ IIción-Ia Iglesia Confesante, inspirada por el suizoKarl B~rth16, pro-
y funcionarios de ascendencia aria que contraigan matrimonio con una ksor de teología reformada, que enseñaba entonces en Bonn. El y los de-
persona que no sea de linaje ario» 11. Pero, a decir verdad, en ese mismo Irnsores de la «teología dialéctica» querían hacer valer la «soberanía de
instante se formó rápidamente un movimiento de oposición dentro de la ( :risto)} sobre todos los ámbitos, también el del EstaQo.
Iglesia. Todo esto tuvo su expresión visible en el Sínodo Confesante de Bar-
men, celebrado en mayo de 1934, donde se pronun(ió una clara confe-
4. Oposición intraeclesial y confesión de culpa

Por iniciativa del párroco Martin Niemoller, a los pocos días de aquel sí- \
-,I('m de Jesucristo como «Señor» único de la Iglesial',lo que equivalía a
1111 rechazo nítido del «principio del Führer» en el ¡entido nacionalso-
1~\lista, Pero la Iglesia Confesante no quiso manifestarse entonces sobre
nodo general se fundó una «Federación de párrocos comprometidos», En
ese mismo año de 1933 se inscribieron en ella unos 6.000 párrocos y, en
una declaración, se comprometían a «ejercer su ministerio como servi-
dores de la Palabra vinculándose exclusivamente a la Sagrada Escritura y
a las Confesiones de la Reforma como la interpretación recta de la Sa-
I
1.1 l'llcstión judía, sobre todo porque su elevada cristología dogmática no
~.Ibía muy bien qué hacer con el judío Jesús. Karl B~rth fue alejado en-
fOlln's de su cátedra y vivió posteriormente en Basild8, Y sólo en mayo
dr 1936, la dirección eclesiástica provisional de la Iglesia Confesante re-
!llIctó un memorandum contra la política racial y contra las arbitrarie-

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A.II. REPRESION DE LA CULPA 5. UN PAPA QUE GUARDO SILENCIO: PIO XII

dades del régimen 19 • Martin Niemoller fue deportado en 1937 a un su desgraciada proximidad al nacionalsocialismo. Cautivos aún de su
campo de concentración. Y Dietrich Bonhoeffer, adalid de la lucha con- mentalidad germano-nacional, bastantes boicotearon -aun reconociendo
tra la persecución y exterminio de los judíos, a quien se le prohibió ha- verbalmente los objetivos perseguidos- las medidas desnazificadoras del
blar y escribir, se unió en 1940, cenit del poder alemán, a un grupo de Gobierno militar, contribuyeron a minimizar la gravedad de los desmanes
oposición política y fue ejecutado tras el atentado que sufrió Hitler el 20 nacionalsodalistas (especialmente en 1948, cuando, por fin, existió la
de julio de 19442°. Pero esa Iglesia Confesante, que se apoyaba sólo en el oportunidad de condenar a los responsables principales), y supusieron una
evangelio, pudo mantenerse en pie hasta el final de la guerra, a pesar de y otra vez motivos espúreos en quienes exigían responsabilidades. ¡Acaso
todas las tensiones, cada vez más graves, entre la Iglesia y el régimen. En 110 contribuían así al fracaso de las medidas ?
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aquel tiempo, ella fue un apoyo no sólo para muchos párrocos, sino tam- El Consejo Mundial de las Iglesias pone al descubierto las enormes di-
bién para innumerables creyentes. En el censo de 1940, el 95% de los ficultades que las Iglesias protestantes siguen teniendo, incluso en el
alemanes declararon -para decepción de los que dominaban- su fide- plano mundial, en su relación con el judaísmo. La primera asamblea ple-
lidad a sus respectivas Iglesias, a la evangélica o a la católica. lIaria del Consejo Mundial, celebrada en 1949 en Amsterdam, ellla que
se negó a participar la Iglesia católica regida por Pío XII, había aJmitido
También hay que reconocer que después de la guerra fue la Iglesia Iln informe conclusivo sobre «El comportamiento cristiano frente a los
evangélica de Alemania la que expresó la gran corresponsabilidad de su judíos» y lo transmitió a las Iglesias particulares. En cambio, la segunda
Iglesia por el infinito sufrimiento causado por el terror nazi. En la «Con- asamblea plenaria, celebrada en Evanston en 1954, rechazó un párrafo,
fesión de culpa de Stuttgart» del 19 de octubre de 1945 2 \ el Consejo de que se refería a Israel, sobre el tema capital «Cristo, nuestra esperanza».
la Iglesia Evangélica declaraba -aunque sin mencionar a los judíos, y No deja de ser curioso que, desde entonces, ese tema no haya vuelto a
para escarnio de muchos potestantes devotos que seguían ofuscados ,'parecer en el orden del día de una asamblea plenaria del ConsejoMun-
aún- lo siguiente: «A través de nosotros se ha llevado sufrimientos in- dial de las Iglesias. Sin duda, hubo declaraciones sobre el antisemitismo
terminables a numeros pueblos y países ... Nos acusamos de no haber y sobre el conflicto de Oriente Medio que tocaban cuestiones teológicas,
proclamado nuestra fe con más valentía, de no haber orado con mayor pero sorprende también que la asamblea plenaria de Uppsala, en 1%8, se
fidelidad, de no haber creído con más gozo y de no haber amado con .• treviera a hacer una declaración «Sobre la situación en el ()riente
mayor ardo!». Con mayor claridad, aunque también sin mencionar a los Medio», pero sin mencionar ni con una sola palabra al Estado d€Israel.
judíos, se produjo el 8 de agosto de 1947 el documento «Darmst1idter ¿Por razones diplomáticas? ¿por consideraciones teológicas? ¿o por falta
Wort» de la Iglesia Confesante, que fue apoyado por Martin Niem611er y de coraje cristiano?
por el futuro presidente federal Gustav Heinemann, pero que otros, Quizás esto puede ser suficiente para esbozar la actitud de las Iglesias
como, por ejemplo, el conocido obispo de Berlín, Martin Dibelius, con- protestantes respecto del judaísmo durante la guerra y después ae ella.
sideraron excesivo porque en él se aseguraba que las raíces de la desgra- ¿Qué tenemos que decir al respecto acerca de la Iglesia católica?
cia no estaban sólo en la persona de Hitler: «Caímos en el error cuando
comenzamos a acariciar el sueño de un destino alemán especial, como si \. Un papa que guardó silencio: Pío XII
Alemania fuera la salvación para el mundo. Con ello allanamos el cami-
no al uso ilimitado del poder político y colocamos a nuestra nación Sin duda debe existir alguna relación entre la reivindicación pontincia de
sobre el trono de Dios. Fue funesto que comenzáramos a fundamentar .. infalibilidad» y el hecho de que, incluso cuando no se trata de declara-
nuestro Estado, de fronteras adentro, sólo en un Gobierno fuerte; de lioncs formalmente «infalibles», se ponga sumo empeño en no admitir el
fronteras afuera, sólo en el despliegue del poder militar»22. más mínimo error; exactamente igual que otros regímenes totalitarios.
En la tormentosa prehistoria de la «Palabra sobre la cuestión judía», ela- Parece como si se temiera que la confesión de un solo error hicicJatem-
borada por la Iglesia Evangélica de Alemania en abril de 195()23, se pone de hlar todo el andamiaje de la pretensión de infalibilidad, que afe<ta ofi-
manifiesto cuán difícil resultó a la Iglesia Evangélica de Alemania abordar dalmente «sólo» a cuestiones de dogma y de moral, pero que trataae ro-
la cuestión judía después de 1945, cuán poco se preocupó de los cristianos dt'ar con un aura similar todas las declaraciones del papa. Pío XUNo se
perseguidos, especialmente de los judeo-cristianos, por su pertenencia a una Irata ue emitir aquí un juicio global sobre el pontificado de este ,,¡¡stor
determinada raza, cuán poco se revisaron las traaiciones antijudías de la ¡\n~c1icus», al que yo admiraba al comenzar mis estudios en Roma
Iglesia y cuán poco estaba interesada en hacer un reconocimiento público ( IY4H-1955), como todo el mundo, pero cuya política vi expuesUcre-
de su culpa, mientras se dedicaba a «misionar a l()s judíos». lil·ntemente a las críticas a causa de su dictatorial «política interiol"Y de
Igualmente por la manera de criticar la desnazificación, la mayoría de '11 altamente diplomática «política judía», que es lo que constitu]1aquí
los obispos y de las direcciones de las Iglesias favorecieron la represión de nuestro centro de interés. ¡Qué ironía tan cruel! El mismo Pío XlI, illtimo

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A.II. REPRESION DE LA CULPA 5. UN PAPA QUE GUARDO SILENCIO: PIO XII

indiscutido representante del paradigma medieval, contrarreformista y rudito judío Pinchas Lapide tenga razón cuando afirma en su bienín-
antimodernista que, al poco de terminar la guerra, no tuvo inconve-
niente en proceder con intrepidez y proclamar un dogma mariano «in-
falible» (1950) al tiempo que prohibía los sacerdotes obreros y removía
de sus cátedras a los teólogos más importantes de su tiempo, ese mismo
Pío XII, desde un princio, era extremadamente reservado en cuanto a la
conveniencia de hacer una condena pública del nacional socialismo y
Iencionado estudio Roma y los judíos (1967) que los católicos (la prensa
-atólica dijo luego: «el papa») quizás libraron de I!na muerte segura a
«cientos de miles» (no deseo entrar aquí en el muy mseguro juego de ci-
fras) de judíos. Pero ¿qué significa eso frente a los seis millones de asesi-
nados?
Hecho históricamente innegable es que Eugenio Pacelli, el cardenal se-
del antisemitismo. cretario de Estado, ya en agosto de 1931 (!) había apremiado al católico
¿Por qué? Responderé brevemente: Porque Eugenio Pacelli, por tem- -anciller federal Brüning para que hiciera coalicitÍn con los nacionalso-
peramento y por su carrera, 1. era declaradamente germanófilo y estaba cialistas y romperá con él al negarse éste. También aquí, Pacelli «sólo')
rodeado totalmente de colaboradores alemanes (<<El Papa de los alema- tiene en cuenta el interés de la Iglesia y de la curia, pero la presión ejer-
nes» ); 2. porque pensaba sobre todo en categorías jurídico-diplomáticas, óda sobre Brüning revaluó políticamente a Hitler en una medida sin pre-
no en términos teológico-evangélicos; 3. en lugar de actuar como pastor cedentes. Siguiendo el modelo de los Pactos Lateranenses suscritos con
reocupado por las personas, estaba obsesionado por lo curial e institu- Mussolini en 1929, Pacelli fue el primero en firmar un tratado de dere-
cional; 4. poseído por el pánico a todo contacto físico y por el temor al cho internacional público con el nuevo régimen el 20 de julio de 1933, el
comunismo desde la impactante experiencia de Munich en 1918 «<Re- infausto «concordato del Reich»26, pocos meses después de que el Führer
pública de los Consejos»), mantuvo una actitud profundamente autori- marrón subiera al poder (más tarde vendrían los concordatos con los dic-
taria y antidemocrática (,<Führer del Catolicismo»), por lo que, 5. estaba t¡tdores Franco en España y Sala zar en Portugal).Pacelli consiguió que
predispuesto para una alianza pragmático-anticomunista con el nazismo este tratado reportara a Hitler el reconocimiento internacional y la inte-
totalitario. Para el PaceUi diplomático de profesión era importante la «li- gración de la parte católica del pueblo en el sistema nazi. Efectivamente,
bertad de la Iglesia» entendida como el mayor reconocimiento estatal po- el artículo 32 (<<cláusula de despolitización») prohibía a los eclesiásticos
sible de la institución eclesial y del nuevo derecho canónico en cuya co- católicos -esta prohibición se encontraba ya en elconcordato con Mus-
dificación él había colaborado, del nuevo Codex Iuris Canonici que fue solini- toda actividad política (que, a decir verdad, tenía su lado pro·
promulgado de forma centralista en 1917, en plena guerra mundial, sin hlemático, como pusieron de manifiesto los casos oe los prelados Seipel,
la aprobación del episcopado mundial. En el fondo, «derechos humanos» canciller federal austríaco, y Tiso, presidente de Estado eslovaco). Pero
y «democracia» fueron dos temas ajenos a este papa. En lo que atañe a hubo algo más importante aún: la neutralización de las asociaciones ca-
los judíos, dio a entender siendo cardenal que ya no eran Jerusalén y su tólicas según el artículo 31 (<<cláusula de las asociaciones»), que los
pueblo la ciudad y el pueblo de Dios. No. Para él, el romano, Roma, no ohispos católicos perseguían desde 1928, apuntaba ala supresión total de
los romanos, sino Roma y siempre Roma, era la nueva Síón; y romano los asociaciones de seglares y, consiguientemente, cel partido católico de
era para él todo pueblo que vive la fe romana. Pacelli fue católico-ro- l'C.'ntro 27• De ese modo se allanaba el camino para el partido único tota-
man025 en este sentido medieval-antijudío. 1itario.
Dicho en términos positivos: el cardenal secretario de Estado Pacelli, ¡Qué funesta valoración equivocada del régil11en de terror marrón
elegido inesperadamente papa el 2 de marzo de 1939, fue, ante todo y que no consiguió dominar a la Iglesia católica, peroque la condenaba de
sobre todo, «un hombre de la Iglesia», como pude escuchar durante lH"lho a la neutralidad política! ¿Cómo se explica dO? Precisamente pOI
mis años de estudio en Roma de labios de su secretario privado y confi- 11\ ya mencionada fijación del tradicionalista romano, jurista y diplomá-
dente íntimo, el padre Robert Leiber, S.J. Esto significaba que Pío XII II('() Pacelli en la Iglesia como institución (protección de las corporacio-

-en contra de lo que pretendían dar a entender otros y él mismo- no nes, escuelas, asociaciones católicas, de las carta, pastorales, del libre
fue «un santo» (como admitía, no sin cierto matiz crítico, el mismo rje-n.:icio de la religión). En segundo lugar, por unaafinidad --expresa-
padre Leiber). En cualquier caso, la cuestión decisiva para nosotros es la dil abiertamente por el prelado Kaas, negociador ddconcordato- entre
siguiente: ¿fue Eugenio Pacelli también la figura profética que tanto ne- NlI concepción autoritaria de la Iglesia, es decir, antiprotestante, antili-
cesitaba su época? he·ral, ~mtisocialista y antimoderna, y una concepción del Estado autori-
htri,t, es decir, fascista. En efecto, ¿por qué la «ullidad», el «orden» la
PaceUi fue un monarca eclesiástico que impresionó a todo el mundo. .. disciplina» y el «principio de autoridad» debíantener vigencia e~ el
Como papa tuvo en cuenta principalmente los intereses de la institución plHI10 eclesiástico-sobrenatural y no también en elestatal-natural?
eclesiástica y del Vaticano. Por eso se encontró en un conflicto de con- También lo vieron así entonces teólogos católicos alemanes tenidos
ciencia respecto del nacionalsocialismo y del judaísmo. Es posible que el por «progresistas», como, por ejemplo, Michael Sdmaus, de Münster, el

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A.II. REPRESION DE LA CULPA 5. UN PAPA QUE GUARDO SILENCIO: PIO XII

historiador eclesiástico Joseph Lortz, de Braunsberg, y Karl Adam, de


Tubinga. Ya en 1933, el famoso teólogo Adam -tras loar con entusias- ¡
del pueblo polaco, sin prestar una ayuda efectiva a este pueblo católico
cuyos representantes le habían pedido una palabra o un gesto de apoy030.
mo a Hitler como «canciller del pueblo» «<vino del sur católico, pero no 3. A causa de su deformación profesional, este papa, que pensaba en
le reconocimos» )- señaló que «no existe contradicción interna entre na- categorías de política y derecho eclesiales, tenía un concepto desmesura-
cionalismo y catolicismo», sino que forman un conjunto «como natural damente alto de la infuencia de la diplomacia y de los concordatos. La
y sobrenatural». Dijo que <<la exigencia alemana de la pureza de sangre vieja expresión romana «Quod non est in actís non est in mundo» «<Lo
está en la línea de la revelación veterotestamentaria de Dios» y que es que no está en las actas no está en el mundo») tenía para él además ~asi
«derecho y obligación del Estado conservar la pureza de la sangre de su el sentido contrario: «Quod est in actis, est in mundo» «<Lo que esta en
pueblo mediante las disposiciones adecuadas»28. Que Adam se sirviera las actas, está en el mundo»).
todavía en 1943 (después de la conferencia de Wannsee y de las medidas 4. Infinitamente más importantes que la penosa cuestión judía eran
correspondientes) del dogma de la «inmmaculada concepción» de María para él -antisionista declarado- dos objetivos políticos: la lucha contra
para decir que Jesucristo no era de <<linaje judío» porque su «madre el supertemido comunismo soviético, al que los alemanes debían derro-
María no tuvo contacto físico ni moral alguno con aquellas odiosas es- tar, y, naturalmente, la salvaguardia de la institución Iglesia, que debía
tructuras y fuerzas que nosotros condenamos en los judíos de pura salir incólume de la guerra. Frente a eso, debían pasar a un segundo
raza»29 habla bien a las daras de la bancarrota de tal teología dogmática. plano los intereses de una determinada minoría y, en el fondo, también
los de la paz mundial.
Repitámoslo. Honra a Pinchas Lapide (los numerosos apologistas ca- 5. Durante el pontificado de su predecesor Pío XI (que había publi-

~
tólico-romanos no cuentan aquí) haber protegido a Pío XII contra ata- .adO en 1937 la e?cíclica ~it.brennender Sor$e contra el ~acio?~lsocia­
I ques globales. De hecho, es falso afirmar que Pío XII «no hizo nada por
los judíos», que fue racista o antisemita o que guardó silencio por co-
lism0 31 ) se elaboro una encIchca contra el raCIsmo y el antisemItIsmo en
1938, demasiado tarde, pero Pacelli, ya papa, no la publicó32 . lampoco
bardía o para salvaguardar intereses financieros del Vaticano. La verdad apoyó a los obispos holandeses, que se comprometieron públicame~te en
I es que Pacelli hizo gestiones diplomáticas y prestó ayudas caritativas,
. sobre todo al final de la guerra, para salvar a individuos judíos o grupos
favor de los judíos. Así, allí los esbirros nazis tuvieron las man(}s lIbres.
6. Aunque la protesta pública -y demasiado tardía- de un solo
1judíos, sobre todo en Italia y en Roma; y que en dos ocasiones --en su obispo alemán (Clemens August van Galen, en Münster,1941) contra el
alocución navideña de 1942 y en el consistorio cardenalicio secreto del 2 monstruoso «programa de eutanasia» de Hitler tuvo gran repercusión
de junio de 1943-1amentó de forma breve, general y abstracta la suer- pública (la conferencia episcopal, informada desde el otoño de 1940, fue
te de la «gente desdicl'lada» que era perseguida a causa de su raza. Eso incapaz de elevar ni una protesta), y también los obispos luteranos da-
está fuera de toda discusión. Pero la pregunta de fondo sigue siendo la de neses tuvieron éxito en su toma pública de postura en favor de los judíos,
si esto era suficiente en aquella hora histórica, si bastaba aquello para Pacelli, como secretario de Estado y como papa -que se manifestó
uno que se dice ser el «representante de Cristo» en la tierra. sobre todos los temas posibles en miles de alocuciones- evitó toda pro-
Indudablemente que no. Pues ¿qué es todo esto comparado con lo que testa pública contra el antisemitismo y la necesaria denuncia del con-
ese mismo papa dejó de hacer? También esto es un hecho, y el trasfondo ¡cordato violado desde el principio por los nazis (o del concordato con la
personal de este papa ayuda a comprender ciertas cosas: Iltalia fascista).
1. En todas sus tomas de postura, el papa utilizó expresiones asom- No tenemos derecho a silenciarlo: ya antes de la Segunda Guerra
brosamente generales. Hablaba de «gente desdichada», pero, marcado Mundial,
por la teología tradicionalista y antijudía habitual en Roma, nunca pro- -ni una sola protesta contra las brutalidades nazis en 193 J, inme-
nunció en público la palabra «judíos». La revista de los jesuitas de Jiatamente antes y después del concordato;
Roma, sometida a la supervisión directa de la secretaría de Estado, pu- -ni una protesta contra las leyes racistas de Nuremberg en 1935;
blicó en ese tiempo artículos antijudíos. -ni una protesta por la invasión de Etiopía en 1936 por las t:lopas de
2. Al parecer, Pacelli no consideró necesario pronunciar ni siquiera una M ussolini, al que él alabó públicamente como restaurator de la Roma

¡
alabra de condena de la invasión alemana de Folonia, hecho que aten- imperial, a la que la Providencia divina había destinado para serIa ca-
taba contra los principios más elementales del derecho público interna- pital del mundo y la sede central de la religión;
cional y que sumía a todo un pueblo (y, además, católico) en la desgracia. -ni una protesta contra la persecución de los judíos en la encíclica
i una nota ae protesta, pública o secreta, llegó del Vaticano a Berlín. Al Mit brennender Sorge de 1937, en la que aparece una sola vez la ralabra
ontrario, ante este crimen, el papa no hacía más que insistir en su propia «raza», ni una sola vez la palabra «judío», pero en la que sí se lepite la
«neutralidad». A lo sumo, expresó su compasión. hacia los sufrimientos acusación de que los judíos mataron a Cristo;

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A.II. REPRESION DE LA CULPA
6. DIPLOMACIA VATICANA Y JUAN XXIII

-ni una protesta contra el pogromo del Reich de la llamada «Noche agravar las relaciones con el Gobierno alemán y con las autoridades
de los cristales rotos» del 9110 de noviembre de 1938; alemanas que se encuentran en Roma». Seguía diciendo que en el L'Os-
-ni una protesta conjunta con los dirigentes de otras Iglesias .cristia- st'rvatore Romano del 25/26 de octubre se había publicado un comuni-
nas contra el irrefrenable afán de conquistas de Hitler tras aneXlOnarse ~aJo oficial sobre la actividad caritativa del papa, pero, como es habitual
léste Bohemia y Moravia, como el arzobispo de Canterbury Dr. Lang t"11 ese periódico, «en un tono muy sinuoso y opaco», diciendo que el
propuso al papa el 20 de mayo de 1939; .. papa «extiende su preocupación paterna a todos los hombres, sin dis-
-ni una protesta contra la invasión de Albania por la Itaha fascIsta en linción de nacionalidad, religión o raza». El embajador comentaba al res-
el viernes santo de 1939; pecto: «No conviene en modo alguno protestar por esta publicación,
-ni una protesta contra el estallido de la Segunda Guerr~ Mundial pucs serán poquísimos los que entiendan este texto como una alusión a la
provocado por los criminales nacionalsocialistas el 1 de septIembre de lllcstión judía»36.
1939. Resulta bastante paradójico: aunque el papa Pacelli no tuvo reparo al-
fl,lIno en excomulgar de golpe en 1949 a todos los miembros de los par-
El mundo esperaba en vano. Pío XII, cuyos llamamientos ~ la paz se (IJOS comunistas del mundo (para favorecer así miopes intereses electo-
perdían en la lejanía, no se cansaba de destacar su «ueutral!dad», .e~: ralistas italianos de la curia), se abstuvo no sólo de excomulgar, sino
presaba su condolencia a algunas víctimas, pero, por lo demas, prefmo 11 11.:1 uso de condenar públicamente a «católicos» y asesinos de masas
callar incluso durante la guerra; no sólo acerca de los notorios críme~es I.\n prominentes como Hitler, Himmler, Goebbels y Bormann (Góring,
de guerra cometidos por los alemanes a lo largo y ancho de Europa, smo I·jchmann y otros dirigentes nazis eran protestantes de nombre), a Tiso,
también acerca de los asesinatos masivos de más de diez mil serbios or- prdado católico antisemita y presidente del Estado de la Eslovaquia
todoxos exterminados durante 1943 a 1945 por el ultraconservador y lIl:upada, al antisemita Ante Pavelic, dirigente Ustacha, por no mencionar
católico ~égimen Ustasha de Croacia, por motivos puramente políticos y .11 mariscal francés Pétain. En cambio, nunca recibió al gran dirigente an-
étnicos 33 . No. Él guardó silencio también acerca del exterminio judío, el tdascista de la «Democrazia Cristiana» italiana y primer ministro presi-
mayor asesinato masivo de todos los tiempos y sobre el que él estaba dl·nte de Italia después de la guerra, Alcide de Gasper¡J7. Durante la
mejor informado desde 1942, que cualquier otro estadista de Occidente t"pm:a fascista, éste había trabajado en el Vaticano como auxiliar de bi-
(a través de Bern'ardini, nuncio en Berna, y de capellanes militares ita- hlioteca, pero resultaba demasiado poco clerical y devoto para Pacelli,
lianos en Rusia). Pero Pacelli, centrado en sus dos objetivos, ni siquiera llllC quería conservar la monarquía en Italia e incluso hizo que se sugi-
cambió de actitud cuando, en el curso de la guerra, no sólo el obispo ber- riera a De Gasperi una coalición electoral con los neofascistas.
linés Konrad von Preysing, el único obispo alemán de talla política.' las
organizaciones judías, incluso el presidente Roosevelt y otros estadIstas t.. Diplomacia vaticana y Juan XXIII
occidentales así como el gran rabino de Palestina Herzog, le pidieron con
creciente in;istencia que tomara postura públicamente. Esa actitud suya No t'S posible obviar el juicio al que el sacerdote católico norteamericano
permaneció invariable durante y después de la breve ocupación de Roma 101111 F. Morley llegó durante su trabajo de compilación de documentos,
por los alemanes (octubre de 1943 hasta junio de 1944), a pesar de que publicado entre tanto en once volúmenes con el título Vatican Diplo-
la «solución final» alcanzó su punto culminante precisamente enton- ""/c'V and the Jews during the Holocaust 1939-1949 38 . Durante los pri-
ces, con la deportación de los judíos húngaros a las cámaras de gas de lIu·r¡¡s años de guerra, el Vaticano se preocupó preferentemente de los ju-
Auschwitz 34 . diOS bautizados. Víctima de una diplomacia que se había convertido
En efecto, Pío XII, que personalmente no era un cobarde, temía, no l,ISi t'n objeto de sí misma, el Vaticano ignoró en gran parte los sufri-
sin fundamento, acciones de represalia de los nazis; en primer lugar, las IIIU'IItos de la gran masa del pueblo judío. Morley dice literalmente de los
que pudieran ir contra la Iglesia católica y -tras la ocupación de Roma diplomáticos pontificios de este cuño: «Mientras que se mostraban ex-
por los alemanes- también contra el Vaticano. Así, cuando se trans- ti .1 () rJinariamente activos en la defensa de los derechos eclesiásticos, su
portaron judíos romanos en octubre de 1943, el entonces embajador en lCllllpromiso con el problema judío fue, en el mejor de los casos, perifé-
el Vaticano Ernst von Weizsiicker, informó a Berlín que «el papa, a IIUI y, en el peor de los casos, mínimo (... ). De ahí hay que inferir que la
pesar de recibir presiones de distintas partes, no se ha dejado arrastrar a diplomacia vaticana respecto de los judíos durante el holocausto fracasó
ninguna manifestación demostrativa contra la evacuación de judíos de 1'01 completo, pues no hizo en este terreno lo que habría sido posible
oma, aunque eso sucedió casi bajo las mismísimas ventanas ~el I'ura dla. También fracasó ante sí misma, pues al descuidar a los judíos
apa»35. En su informe, el embajador seguía diciendo que el papa, «In- y .tI adoptar al respecto una postura de moderación en lugar de adoptar
cluso en esa cuestión espinosa, había hecho todo lo posible para no 1111 Ullllpromiso humanitario, traicionó los ideales que ella misma se

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A,II, REPRESION DE LA CULPA

6, DIPLOMACIA VATICANA Y JUAN XXIII


había fijado. Los nuncios, el secretario de Estado y, sobre todo, el papa
mismo son los responsables de esta situación fataI» 39. Esto vale sobre IlIdenó una guerra sin cuartel contra los «desviacionistas» e «innovado-
todo para el papa, que jamás demostró simpatía personal alguna por los Ir,,» dentro de la propia Iglesia; . .
judíos, sino que los consideraba como el pueblo deicida y que, como re- t·n consecuencia, este pontificado fue una verdadera "tragedia cnstla-
presentante triunfalista de la ideología de Roma, consideraba a Cristo 1111», a pesar de todo su esplendor externo.
como romano y a Jerusalén como sustituida por Roma, y que, por con- 1,:1 que protesta contra el drama escrito por Rolf Hochhuth, titulado El
siguiente --como su predecesor y toda la curia romana- se mostró ra- Vicario y subtitulado «Una tragedia cristiana» (1963), un cuarto de
dicalmente contrarío a la creación de un Estado judío en Palestina. ..I¡.:lo más tarde, como protestaron al unísono, con motivo de una, rees-
No hay vuelta de hoja. Mientras que incluso sor Pasqualina Leh- 'l"llificación en Munich en 1988, el arzobispo del lugar, el secretano ge-
nert40 , su despierta confidente alemana, y otros, como el cardenal Euge- IlC"ral de la Conferencia Episcopal Alemana, el ministro de cultura, todos
nio Tisserant, le instaban una y otra vez a que tomara postura pública- los órganos de prensa eclesiástica ... , ese tal demuestra no sólo queno.es-
mente contra el régimen nacional socialista, el papa guardaba silencio; a tlldia con imparcialidad la historia, sino también que no ha ap1e~dldo
pesar de las crecientes informaciones sobre el holocausto. Esto fue b~s­ liada durante todo este tiempo. Habría sido preferible hacer propias las
tante más que un error político; fue todo un fracaso moral. De forma m- I',dabras de Juan XXIII, el cual, según Hannah Arendt, al ser preguntado
comprensible, un cristiano que afirma ser el «representante de Cristo» ',I,hrc qué se podía hacer contra el drama de Hochhuth, habría respon-
por excelencia se niega a hacer una protesta moral sin tener en cuenta las ,lido: '<¿Hacer? ¿Qué se puede hacer contra la verdad?»
oportunidades políticas. Es todavía más incomprensible que el mismo Por eso, la problemática fundamental de El Vicario (no todas las
papa reprima sus errores después de la guerra y que respond.a con m~di­ tesis de Hochhuth) seguirá formando parte del orden del día -Fara es-
das disciplinares autoritarias al disenso interno de la IglesIa, especlal-

¡
, m.or de los obispos desinformados y de católicos susceptibles- hasta
mente en Francia: acto seguido de la nueva encíclica antimodernista
Humani generis (1950), la d,estituci,ón ~e tres pr~vinciales france~es de los
ti"e llegue el día en que el Vaticano admita su culpa, reconozca alEstado
1(· Israel y permita que la investigación histórica imparcial tenga acceso
jesuitas y de los famosos teologos JesUItas P. Teilhard de Chardm, H. de 1I todos los documentos relacionados con este tema. Nada hay que aña-
Lubac, H. Bouillard y de otros tres profesores); más tarde, a raíz de la dir a lo que Joachim Kaiser observó con motivo de la escenificación de El
prohibición de los sacerdotes obreros, la destitución de los no menos fa- Vicario en el Prinzregententheater de Munich: «¿Se cambia tan poco?
masas teólogos dominicos M.-D. Chenu, Y. Congar y H.-M. Féret...
I: Pero lo más incoT?pre~sible (o q~izás demasiado ~compre!lsible en virtud
i de la nefasta prehlstona) ~s que PIO XII, que pacto CO? Hltl~r.y con otros
; Acaso los espíritus crítico-liberales no se ven obligados a constatar con
profunda desazón interior que los portavoces del establishment católico
a los que Hochhuth reprochó en su discutida pieza teatral que ellos y el
l¡ dictadores, se negó obstmadamente a reconocer dtploma~tcamente al pa pa Pío XII siguieron una línea e-:c~esivame~te tá~tica- se COI?portan
I joven y democrático Estado de Israel. Mantuvo su negatIva hasta su de una forma deliberadamente pohtlca y se distanCIan de esta plfza tea-
muerte en 1958; después del holocaust0 41 • Iral siguiendo una conducta igualmente táct.ico-política mientras que ~n
Así fue, pues, el pontificado de Pío XII, Karl Jaspers, un Galo Mann tomar~n en seno ~~te drama? ... No sentana
que tuvo, sin duda, las mejores intenciones e incluso publicó una en- lIlal a los cristianos creyentes una CIerta perpleJidad respecto a la urgen-
íclica pionera para la exégesis bíblica católica (Divino afflante Spiritu, cia del compromiso moral de Hochhuth. En lugar de eso, los teatro~ sub-
1943), pero que debió ser corregido en casi todos los puntos decisivos vl·ncionados de Munich rehuyeron esta pieza teatral durante un cuarto
(reforma litúrgica, ecumenismo, anticomunismo, libertad religiosa, cues- de siglo>,42. ., ' . .',
tión judía, «mundo moderno») por su sucesor y por el concilio convo- En realidad, la constataclOn de que precisamente aquella mstltuclon
cado por éste; que es la culpable principal del antijudaísmo r~~~no-católico de~de el
que habló en público más que ningún otro papa anterior, pero calIó Hi~lo XIII no pud~era ~e~ccionar con mayor sensl,bIlIdad y, d~ unalor~a
acerca del mayor crimen de su tiempo; Ht·ncillamente mas cnstlana es un verdadero escandalo publIco tamblen
que actuó sin descanso en favor de su Iglesia, pero permaneció pasivo para todos los católicos informados. Por desgracia, tampoco JuanPablo
a la vista de la mayor catástrofe de su pontificado; 11 pudo deshacer tal sit~ac~ó~ con la visit~ especta,cular -pero, precis~­
que, en su talante paternalista, exigió a los católicos que le obsequia- mcnte por eso, nada «hlstonca»- que hiZO a la smagoga el 13 deabnl
ran con una obediencia filial y que también la observaran con Hitler, con dt· 1986. El Vaticano tampoco ha;confesado de forma clara su dpa ni
Mussolini, con Franco y- con Salazar; y todo, para salvar a «la Iglesia», su ha reconocido diplomáticament~l Estado de Israel bajo el gobielUo del
«derecho», su aparato y sus instituciones; f'olltifex polaco 43 , ~o ~ue. no hace sino c(:mfirmar el profundo, n~enti­
que pactó con los verdaderos enemigos del cristianismo, pero desen- miento y la contradICcIOn, mt,erna de la cun~ ro~;na y de s~ P?lItJ(ares-
pccto del Estado de los ludIOS. Una combmacIOn de clencahsmoy de
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7, UN EPISCOPADO QUE CAPITULO: LOS OBISPOS ALEMANES
A,II. REPRESION DE LA CULPA

pronazismo hizo que el exterminio de los judíos resultara aceptable ya Esta declaración fue aprobada el 28 de octubre de 1965, en el séptimo
entonces pa~a los italianos, dijo el famoso historiador,italo-jud.ío Arnal- aniversario de la elección del papa Juan. En el párrafo cuarto de esta de-
do MomlglIano, profesor en las universidades de PIsa y ChlCago, en daración, un texto conciliar aclara por vez primera la cuestión que,
un~ de los últimos escritos que publicó poco antes de su muerte~4. En la como hemos tenido oportunidad de ver, arrojó indecibles sufrimientos
cuna romana, entonces fascista y hoy autoritaria, ha permanecIdo una sobre los judíos de todos los siglos. Me refiero a la cuestión de la «culpa
(l}1~lamente velada) desconfianza frente a los judíos. Para bastantes ca- wlectiva» del pueblo judío de entonces e incluso del actual por la muer-
tohco.s .fue bochornoso que Juan Pablo n, después del primer ataque de te de Jesús. El concilio declaró con toda claridad: «Aunque las autorida-
l~s ~lllsdes iraquíes a Tel Aviv, lamentara la extensión de la guerra y las des de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin
V~ctlmas, pero que evitara llamar a Israel por su nombre. Aquello recor- cmbargo, lo que en su pasión se hizo no puede ser imputado ni indistin-
do a)a comunidad judía de Roma el silencio de Pío XII; ésta protestó y tamente a todos los judíos que vivían entonces ni a los judíos de hoy». En
apelo de nuevo al papa para que reconociera de una vez al Estado de Is- este mismo documento se reflexiona desde el lado eclesial sobre la ase-
rael.. Entre tanto, católicos de todo el mundo se preguntan: para gozar de veraciones del apóstol Pablo en Rom 9-11, interpretadas de forma erró-
credIbilidad, ¿no debería convertirse primero el que no cesa de exigir la nca en excesivas ocasiones durante la historia de la Iglesia. Dice el docu-
Conversión del mundo? mento que del hecho de que la Iglesia sea el nuevo pueblo de Dios no se
puede concluir que los judíos «sean réprobos de Dios y rnalditos»46.

~
La Iglesia debe a Juan x:xm que la situación para el papado romano Naturalmente, muchos cristianos y judíos no compren<lieron entonces
~o sea abso!utamet;te deplorable, pues él fue el p~im,er papa que introdu- -el papa Juan había muerto ya- que la Iglesia católica como conjunto,
o un cambIO de Vla también en el tema de los judlOs. SIendo delegado tras el horrible exterminio masivo y una larga historia de antijudaísmo
postólico en Turquía, salvó la vida de miles de judíos, sobre todo niños, nistiano, no fuera más allá de unas vagas formulaciones de «lamento» .
.e. Rumania y Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial mediante cer- El término condemnare (condenar) fue suprimido del documento de la
tIfIcados de bautismo en blanco. Elegido papa en 1958, al año siguiente declaración. También el papa Juan Pablo II pronunció c(Jn patetismo el
-S? .antecesor Pío XU se había negado siempre a pesar de las insistentes Ilombre de «Auschwitz» en su visita a Naciones Unidas, pero evitó cui-
petICI?neS judías- hizo que, en las preces litúrgicas del Viernes Santo, s.e dadosamente hilvanar una frase de condena del antisemitismo específi-
c~mblara la oración referida a los «pérfidos judíos» «<Oremus pro perfI- 'amente católico e incluso romano. ¿Y los obispos católicos alemanes?
dls Judaeis») por otra más amistosa para los judíos, lo que se consideró ¿(~ué papel desempeñaron?
con razón como señal de una actitud nueva respecto de este pueblo 45 .
Po~ primera vez en la historia, este papa recibió en 1960 a un grupo 7. Un ePiscopado que capituló: los obispos alemanes
de I?as de cien judíos americanos a los que, para sorpresa de éstos, sa-
lu?o Con las palabras que el José bíblico pronunció en Egipto: «Sono io, 1,:1 episcopado alemán tuvo sus reservas respecto del Esta~omoderno en
GIuseppe, il fratello vostro! - jSoy José, vuestm hermano!». Es decir rl siglo XIX, frente al que ganó la batalla de la Kulturkmnpf, pero tam-
q~e,. para dar a entender un nuevo comienzo, utiliza no su nombre pon- hién se mostró reservado frente a la joven democracia de Weimar, naci-
tifICIO, sino su nombre de pila, revestido en una cita bíblica. Un día, de dil de la Primera Guerra Mundial. Los obispos se encontraban en un di-
~~rma complet~me~~e espontánea, sin la habitual convocatoria de los .me- Irllla. Desde el punto de vista teológico, estaban contra el liberalismo y el
r lOS de comullIcaCJon, este papa mandó parar su auto frente a la sma-
oga romana, para bendecir a los numerosos judí()s que, casualmente, sa-
lan entonces de ella. No sorprenderá, pues, que el gran rabino de Roma
~Ol:ialismo, pero, en la práctica, querían aprovechar para los propios in-
Im'ses todas las posibilidades que ofrecía el sistema demCJcrático. ¿Cuál
11It' la actitud de episcopado respecto del nacionalsociali,mo, que es el
~on nume~os?s fieles judíos pasara en la Plaza de San Pedro la noche del Irllla que nos ocupa en este apartad047 ? Se le rechazaba porsu programa
al 3 de JUUlO de 1963, víspera del fallecimient() de Juan XXIII, mon-
fi ndo, guardia y o~ando con los católicos. Al día siguien,te, 3 de juni?, fa-
ecena -jdemasIado pronto!- aquel papa que habla sorprendIdo a
l'IIá~la, pero se miraba con simpatía su antiliberalismo y a~tibolchevismo
(.mejor marrón que rojo»). En virtud del propio antijudaí,mo eclesial, se
.,hsl'l'Vó una actitud ambigua respecto del antisemitismo racista.
todo el mundo convocando un concilio ecuménico que se había congre-
Tl'Iliendo en cuenta este trasfondo histórico, no extraña que el prela-
gado para su primera sesión en el otoño de 1962, el concilio Vaticano n.
d., I.udwig Kaas, líder del catolicismo político y amigo dePacelli, votara
~n e~e espíritu, y contra la vehemente oposición de la tradicionalista y
a?!Ijudla curia romana y de algunos obispos del Oriente Medio, el con- con su partido de centro a favor de la «Ley de autorizaciofi" de Hitler,
cIlIO consiguió sacar adelante en 1965 la trascendental declaración Nos- Cfrando así la mayoría decisiva al futuro Führer. Algunolhistoriadores
tra aetate sobre la «Relación de la Iglesia con las religiones no cristianas». ci\t(llicos actuales consideran esa actuación como «el err~rcardinal del
~·lttcllicismo alemán»4N. El historiador protestante Klaus ¡cholder lo ha

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253
A./I. REPRESION DE LA CULPA 7. UN EPISCOPADO QUE CAPITULO, LOS OBISPOS ALEMANES

definido como «la capitulación del catolicismo». Como hoyes patente, 3. Todavía peor: los obispos alemanes, que, en la carta pastoral que
principalmente a causa del concordato que Hitler pretendía49 . El mismo l'scribieron inmediatamente después del final de la guerra en 1945, se
Scholder afirma que, previamente, «el catolicismo alemán, tanto el ecle- ,reocupaban convulsivamente por sus escuelas confesionales y designa-
sial como el político, había rechazado con una firmeza y cohesión glo-
balmente admirables el nacionalsocialismo; hasta que Roma, desde los
I ';10 -a la manera nazi- a los judíos con el eufemismo de «no arios», se
han negado hasta hoya reconocer claramente la culpa del episcopado.
motivos más altos de su política concordaticia, consideró oportuno 4. El colmo: durante casi cincuenta años, desde el final de la Segunda
abandonar ese frente so ». A decir verdad, precisamente esa peligrosa co- (;uerra Mundial, la jerarquía ha hecho todo 10 posible para presentar
hesión conformista incapacitó a la Iglesia para actuar en el plano políti- l"Omo «resistencia» el silencio, la tolerancia y cooperación de las instancias
co. Los obispos alemanes, sorprendidos por el giro vaticano, terminaron l'l:lesiales durante la dominación nazi. Se han encaminado a ese fin pro-
por colaborar. También a ellos les había llegado el momento de preocu- lIunciamientos pontificios laudatorios, autoalabanzas, apologética, incluso
parse -independientemente de la suerte que corrieran «los de fuera», la manipulación de historiadores. Como si los pocos héroes de la resisten-
«los otros» (comunistas, socialistas, eslavos, judíos) y la democracia- da -el prepósito berlinés Bernhard Lichtenberg, que oró públicamente por
por la salvaguardia de la Iglesia en su vertiente religiosa, cultural y pe- los judíos y falleció cuando era transportado a Dachau, el ajusticiado je-
dagógica. Se supuso que el «concordato» garantizaba tal supervivencia. suita Alfred Delp, y el decapitado párroco Dr. Max Josef Metzger, inspi-
«Las presiones de Hitler, la política de Kaas y los deseos e ilusiones de rador del movimiento por la paz y del ecumenismo ...- , como si éstos y al-
Roma condujeron a los obispos alemanes a una situación en la que no les ~unos otros pudieran hacer de contrapeso a toda la jerarquía de la Iglesia,
quedaba más remedio que capitular»sl. luando la triste realidad es que ésta los dejó en la estacada (como a los ob-
¿Capitulación? De hecho, no se puede decir que existiera una oposi- 1('lores de conciencia). ¡Si al menos -aunque era bastante tarde- se hu-
ción política al sistema a partir de ese instante. No sólo resultaba casi im-
hil'se llegado a aprobar la carta pastoral que se había planeado leer en los
posible justificar la oposición desde la doctrina política oficial católica tal
pl·¡\pitos el segundo domingo de adviento de 1941, carta crítica con el ré-
como la había desarrollado León XIII, sino que, además, la Iglesia cató-
IIllen nazi, o el escrito pastoral, muy aguado, pensado para marzo de
lica se había obligado voluntariamente a la abstinencia política median-
1')42! Sí, se dirigieron súplicas escritas a las autoridades estatales, pero
te el concordato (cláusula de despolitización y de protección de las aso-
ciaciones). En consecuencia, fueron escasas las protestas y advertencias en de acuerdo con la voluntad del papa- no hubo una tOIlla de postura
los sermones; las súplicas fueron inútiles casi siempre. No sería necesario ,Iicial clara y terminante acerca del régimen que, tras exteminar a los ju-
hablar otra vez de eso si se confesara oficialmente la verdad, de forma lios, habría tratado de liquidar también a las Iglesias.
clara. Sin embargo, la tozuda y lamentable autojustificación del episco- ¡Claro que los obispos católicos alemanes no eran nazis! Además, el
pado alemán obliga a expresar con toda claridad 10 que se silencia o en- dero que trabajaba en el campo pastoral manifestó -superando incluso
111 ¡.\r;lO número de sus colegas protestantes- una anticonformista actitud
cubre oficialmente:
1. En virtud de la situación creada por Hitler, por Kaas y por el Va- di' rechazo. Hubo, pues, una especie de testimonio «evidente» de bas-
ticano, el episcopado alemán capituló pocos días después de la declara- !.lntes católicos que mostraban en la concreta vida cotidiana el coraje y la
ción de Gobierno pronunciada por Hitler el 23 de mayo de 1933 ante el 'lIl'n~a de resistencia 53, pero los obispos y el clero se dejarOllrecluir en el
nacional socialismo llegado al poder, a pesar de que se conocía perfecta- ,\Illhito «religioso». Renunciaron una y otra vez a toda prCltesta pública
mente el programa nacional socialista-racista de éste y a pesar de todos .1 pesar de que hubo bastantes discusiones. Una comisión ~,esora llamó
los actos terroristas de éste contra los que pensaban de otra manera. Ca- "lI 1941 la atención de la conferencia episcopal sobre el alcance de una
pituló para horror de numerosos eclesiásticos y seglares, muchos de los d"daración pública: «Un día será de inmensa importanciallistórica el
cuales perseveraron también después en una silenciosa y muda actitud de lill!' los obispos alemanes, en un momento decisivo para la l¡lesia de Ale-
repulsa del régimen. Illllllia, hayan denunciado públicamente la pública vulnera,ión del dere-
2. Lo que es aún peor: el episcopado alemán, preocupado sólo por la 1 ho divino y natural y de esa forma habrán marcado la ori(ntación para

. «autonomía» de la Iglesia, no pronunció ni una sola palabra pública en IIl1l1ones de almas. Por el contrario, si los obispos callaran, el camino
favor de los judíos durante todos los años de nacionalsocialismo. Tam- lilledaría cerrado para muchos no católicos no sólo prov¡lÍonalmente,
poco se atrevió casi a abrir la boca en favor de los no pocos sacerdotes y _1110 durante muchas décadas ... Además, 10 importante no ¡da cuestión
seglares católicos apresados. Mantuvo su lealtad plena al criminal régi- ,"'1 nito o del fracaso. Sólo hay una cuestión importante: ¿(uál es nues-
men nazi incluso después de la «Noche de los cristales rotos» y de la in- 11.1 obligación en el momento presente? ¿Qué exige la conciencia? ¿Qué
vasión de Polonia. A partir de 1940, la mayoría de los obispos alemanes ~(1t'1"an de sus obispos Dios y sus fieles?»54. Con todo, no lubo declara-
se declararon cada vez más a favor de una victoria alemana 52 • 111111 jll'lblica alguna, a pesar de que algunos dirigentes de lal~esia evan-
W'hGl instaron al episcopado para elevar una protesta conjunta.
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2SS
A,II. REPRESION DE LA CULPA 7, UN EPISCOPADO QUE CAPITULO: LOS OBISPOS ALEMANES

En lo que respecta a los judíos, ni siquiera el único obispo que s,e de- Tampoco podemos extendernos más en esta enumeración de hechos.
cidió finalmente a elevar una tardía protesta pública contra el asesmato Remitimos una vez más a las publicaciones del historiador crítico de la
de enfermos mentales (y contra el posterior cierre y expropiación ~e Iglesia Georg Denzler, que ha arremetido valientemente contra toda re-
instituciones católicas), el obispo Graf Galen de Münster -de mentalI- presión oficial de la culpa, contra toda glorificación y creación de leyen-
dad germano-nacional y fiel a la línea de Roma-, ~rriesgó ja~ás una pa- das (como las de la «ignoracia» general y la «resistencia eclesiástica»).
labra en favor de los judíosss , a pesar de que su pnmo, el obIspo de Ber- Aquí se puede leer cuanto merece la pena saber sobre la actitud lamen-
lín, Konrad van Preysing, se había declarado partidario, ya en 1937, de table de la Conferencia Episcopal Alemanas9 . También se puede leer
una estrategia de confrontación frente al régimen nazi 56 , y de que Johann todo lo necesario sobre el escandaloso tratamiento de aquellos sacerdo-
Baptista Sproll, obispo de Rottenburg, claramente opuest? al régimen, tes católicos que tuvieron que padecer en campos de concentración y a
fue el único que había optado por la confrontación (especIalmente me- los que se negó hasta su muerte el acceso a las actas referentes a ellos.
diante la abstención pública en la votación para la anexión de Austria en ¿Por qué? Porque si se permitiera tal acceso, saldría a la luz la actitud que
abril de 1938), por lo que fue deportadoS? Al igual que el papa, tampo- determinadas autoridades episcopales observaron entonces con respecto
co los obispos alemanes pronunciaron la palabra «judío»; ni siquiera en al fascismo marrón. Los once sacerdotes de la diócesis de Friburgo que
la primera carta pastoral que publicaron después de la guerra. , l$tuvieron prisioneros en campos de concentración y que se quejaron
En esta cuestión, se fracasó en toda la línea. En modo alguno lo dIfu- amarga y vanamente ante el «Conrado marrón» (como se llamó al ar-
minan las ulteriores canonizaciones (realizadas por Juan Pablo 11 en zobispo Graber en la era nazi) después de la guerra tuvieron su réplica en
lemania), entendidas por bastantes católicos como autoincensación de casi todas las diócesis. En 1991 -mediante el programa televisi"o ale-
una institución eclesiástica que nunca ha confesado de forma convincente mán «Persilscheine und falsche Piisse», de Ernst Klee, avalado porvarias
su propio fracaso. Merecen un gran respeto la figura indomable del je- publicaciones sobre el tema- pudo enterarse un amplio sector de la
suita Rupert Mayer (al que se perdonó la vida por haber sido oficial en la opinión pública alemana de «cómo las Iglesias (y especialmente elVati-
Primera Guerra Mundial) y la de Edith Stein, carmelita judía. Pero tam- rano) ayudaron a los nazis después de la guerra».
bién muchos carmeliras, tanto de la rama femenina como de la masculi- La jerarquía católica de Alemania, bien equipada con el «concordato»
na, se preguntaron con motivo de la canonización: ¿fue gaseada la im- (al que, por desgracia, las altas instancias judiciales declararon «válido»)
portante filósofa y teóloga Edith Stein por ser monja católica o, más bien, y con miles de millones de marcos provenientes del impuesto para la Igle-
por ser de raza judía, ella, la que había suplicado (en vano) al papa, en sia, se convirtió en la más burocratizada y rica Iglesia del mundiJ, Ella
1933, para que escribiera una encíclica contra el odio racial y el antise- pudo permitirse gobernar a sus anchas, sin tener en cuenta para Ilada a
itismo? En el carmelo, vivió aislada e incomprendida por su condición Sil propio pueblo ni las necesidades de éste. Situada en el ala conserva-
e judía. ¿Por qué no protestó la jerarquía eclesiástica ni sus propios su- dora del episcopado mundial, reprimió sin compasión a disidentes,hom-
eriares cuando los esbirros nazis fueron a detener a Edith Stein? Cuan- hres y mujeres, que osaban levantar la voz en las asociaciones juveniles,
o el papa celebró la ceremonia de canonización en Colonia, en 1987, no l'1l las comunidades universitarias, entre los profesores de religióIl,pas-
ijo ni una palabra al respectoS8 . tores de almas o teólogos, obligándolos a la emigración interior einclu-
Como cristianos, tendríamos que comprender la protesta de muchos NO exterior. En realidad, si 1945 apenas supuso un nuevo contienzo
judíos cuando, en 1989, se pretendió instalar un convento -precisa- para el Estado, menos aún para la Iglesia.
mente de monjas carmelitas- en el antiguo campo de concentración de En efecto, la Conferencia Episcopal Católica no tomó postura sClbre la
Auschwitz, con una cruz enorme como símbolo visible. Es posible que ~'IIt'stión judía hasta 35 años después del final del régimen nazi y lí des-
los motivos que impulsaron a aquellas religiosas a tomar tal iniciativa lllt:.s del concilio Vaticano 11. Lo hizo en 1980, pero no por pro[Jia vo-
fueran honestos, pero las manifestaciones del primado de Polonia, car-
denal Glemp, y el silencio elocuente del papa polaco provocaron de
I IIlltad, sino bajo presión. Incluso entonces evitó todo aquello que rudie-
ra dar la impresión de una clara confesión de la propia corresponsalilidad
nuevo interrogantes sobre el antisemitismo (y sobre la honestidad) de los 11I~lúrica. Por eso, para concluir este apartado -y precisamente [Jorque
jerarcas católicos. La acción quedó bloqueada gracias a las protestas ju- rrslIltó decepcionante esa declaración del episcopado alemán «Sobr(lare-
días y católicas en todo el mundo. Pero la cruz seguía allí en septiembre IlIl'ión de la Iglesia con el judaísmo», del 28 de abril de 19806°- ciuré la
de 1990, cuando yo estuve. ¿Es que no 10 comprendemos realmente? , Iara confesión de culpa que -bajo la influencia de teólogos y dellaicado
Auschwitz es un lugar singular que los judíos de todo el mundo consi- hahía sido expresada en la Declaración del Sínodo Conjunto ae los
deran como una fosa común judía de la que los cristianos no tienen de- ( )hispados Católicos de la República Federal de Alemania en 1973:
recho a adueñarse. "Nosotros somos el país cuya historia política más reciente se ,ioen-
¡"lInorecida por el intento de exterminar sistemáticamente al Jueblo

256 257
A.II. REPRESION DE LA CULPA
8. UNA IGLESIA QUE REPRIMIO: LA IGLESIA DE POLONIA

ju?ío. En .aquel tiempo del n~cionalsocialismo y a pesar de comporta-


(seis millones de muertos de esta nación). Como ciudadano de una na-
I mIentos eJemplares de determmadas personas y grupos, fuimos global-
mente una comunidad eclesial que vivió demasiado de espaldas a la dón ~e9ueña, no oculto mi simpatía por la valentísima nación polaca
-apnslOnada permanentemente entre dos grandes potencias- a la que
suerte de este pueblo judío perseguido, que fijó demasiado su mirada en \

I la amenaza a .sus propi.as i~stituciones'y q~e guardó silencio sobre los crí- conocí a la edad de 12 años, en 1940, en la figura de algunos polacos in-
menes cometIdos con JUdlOS y con el Judalsmo. Muchos se hicieron cul- ternados en Suiza. Se cometieron con el pueblo polaco verdaderas mons-
pables por puro temor a perder la vida. Nos atormenta especialmente el truosidades cuyas repercusiones están vivas aún en nuestros días. Los
pensar que algunos cristianos llegaron incluso a participar activamente en l'jércitos de Hitler no sólo ocuparon Polonia y la inundaron de terror
esa persecución. La honorabilidad práctica de nuestra voluntad de re- sino que, en un acuerdo entre Hitler y Stalin, fue despedazada por cuar:

l novación depende también de la admisión de esta culpa y de la disposi-


ción a ~prender dolorosan:tente d~ esta historia de culpa de nuestro país
y tamblen de nuestra IglesIa: precIsamente nuestra Iglesia alemana tiene I
la vez en su ~istoria (tras las tres particiones que tuvieron lugar en el
Slgl.~ XVIII). Fmalme~te, en. el tercer acto de la tragedia y con la coope-
raClOn de las potenCIas occIdentales, fue incluida en la zona de domina-
ción de Stalin y de sus sucesores. 2.800 clérigos polacos habrían estado
que estar alerta frente a todas las tendencias a limitar los derechos hu-
manos y a abusar del poder político; debe prestar su mejor ayuda solíci- l.n Dac~au, y el religioso polaco Maximilian Kolbe, que ocupó en
\
ta a todos los que son perseguidos hoy por motivos raciales o ideológi- ¡ AuschwltZ el puesto de un padre de familia que había sido destinado a la
lIluerte, representó un esplendoroso ejemplo de desprendimiento hu-
COS; pero, sobre t??O, debe asu~ir c~mpromisos especiales en favor de la
)tan culposa relaclOn de la IglesIa unIversal con el pueblo judío y con su lllat?-063. Sin duda alguna, Polonia es una nación que acaba de recobrar
religión» 61 • su libertad y que merece toda nuestra admiración. El nombre del diri-
/ ~ellte la~oral Lech Walesa (abandonado hace ya tiempo por la curia ro-
8. Una Iglesia que reprimió: la Iglesia de Polonia mana) bIen puede representar aquí a otros. Con todo, ¿no fue precisa-
lllente Lech Walesa, el premio Nobel de la paz y actual Presidente del
En 1965, en el marco del concilio Vaticano 11, tuvo ya lugar una corres-
pondencia epistolar «histórica» de los obispos polacos, que perdonaban l Fstado, el que, sin ser antisemita, confirmó las fobias antisemitas me-
dian~e ma~ifestaciones que hizo en la campaña electoral para la presi-
dellCIa? EVIdentemente, hay en el movimiento Solidaridad un grupo de
y pedían perdón, con los obispos alemanes. Personalmente, pude com-
probar entonces en el concilio con qué escaso cora je y con qué gran des- Hvcrd~deros polacos» que se destaca «por la intolerancia respecto a los
concierto reaccionaron entonces los obispos alemanes a esta noble -aun-
)
qlle p~e~san de. o~~a manera, por l~ represión de la crítica y por un
que no desinteresada- oferta de reconciliación. Ellos no querían lhauvllllsmo pnmltlvo» (B. Borusewlcz) y que está muy próximo a la je-
desprenderse de su jurisdicción sobre la actual región oriental polaca. Sin ra rquía eclesiástica64 •
embargo, se vieron sorprendidos por los acontecimientos políticos acae- Esto hace que no se puedan sofocar por más.tiempo algunos interro-
cidos en 1989. «Al que llega demasiado tarde le castiga la vida» (M. gantes relacionados con el pasado: ¿dis-culpa la dominación alemana por
Gorbachov). Con todo, en noviembre de 1990 -¡sí, en noviembre de ('1 terror la actitud de la Iglesia católica de Polonia respecto de los judíos
19901- los diez obispos alemanes que se reúnen con quince colegas \ durante la guerra y después de ella? ¿acaso de los seis millones de muer-
polacos no llegan a ningún acuerdo sobre la cuestión de la culpa, la ex- los polacos no eran la mitad judíos, que constituían aproximadamente
IIl1a <;Iuinta parte de la población? ¿por qué ni un solo obispo polaco le-
pulsión (que, como se sabe, no sucedió por deseo polaco, sino por orden
de los Aliados) ni sobre la asistencia pastoral especial para las minorías vanto su v~)Z I?ara condenar el genocidio que los alemanes perpetraban
\ l"Ontra los JUdlOS en suelo polaco? ¿no hubo en el pueblo polaco mucha
alemanas en Polonia ... 62 •
Con todo, es imprescindible marcar aquí un contrapunto, pues, en lo illdiferencia, incluso secreto regocijo, por el proceder de los nazis? Tam-
tocante al antisemitismo y al holocausto, la cuestión sobre la responsa- hicn algunos historiadores polacos encubren aquí a veces hechos esen-

~
bilidad de la jerarquía alemana no puede hacer que se pase por alto la co- l'iales. «Nos une la sangre derramada», reza el tí;ulo del libro de histo-
rresponsabilidad de otra jerarquía, concretamente de la jerarquía católi- riador cat?lico Vladislav Bartoszewski (que merece el respeto por su
ca de Polonia. En efecto, sorprende comprobar que tampoco por parte de prl'ocupaclón por la suerte de muchos judíos) sobre «judíos y polacos en

\
11a exista durante el nazismo ninguna manifestación oficial contra el ex- C~ ,tiempo de la "solución final"»65. ¿Ambos, pues, víctimas sin excep-
erminio de los judíos polacos. CIOl~? ~Es c?,rrec~a tal generali~ació~! Los judíos rechazan c~n decisión
t'~a mtlmaClon postuma y la af¡r~aclOn de un «recuerdo comun». Es po-
Sin duda, es más que comprensible que los polacos se consideren to- Nihil' que esto sorprenda en un pnmer momento, pero resulta fácilmente
davía hoy como la segunda víctima, después de los judíos, de la era nazi wmprensible. ¿Por qué?

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' 259
A.II. REPRESION DE lA CULPA
8. UNA IGLESIA QUE REPRIMIO: lA IGLESIA DE POLONIA

El antijudaísmo cimentado en lo religioso, incluso el antisemitismo ra-


cista, estaba también enraizado profundamente y muy difundido en la
Polonia anterior a la guerra. Baste una prueba: «Existirá el problema I,viéticas
-Por su parte, muchos judíos polacos -porque Polonia no era una
patria para ellos- saludaron con entusiasmo la entrada de las tropas so-
en 1940, y se convirtieron así en cómplices de las fuerzas de ocu-
judío mientras haya judíos. Es un hecho que los judíos combaten a la
Iglesia católica, persisten en el librepensamiento y constituyen la punta de pación soviéticas.
lanza del ateísmo, del bolchevismo y de la subversión. Es un hecho que -El primer «consejo de ayuda» polaco para judíos (Zegota) se creó
lo~ ju~íos ej~rcen una influencia corrosiva en las costumbres, y que sus e~ 1942, cuando una gran parte de los habitantes del gueto judío había
)
edItonales dIfunden pornografía. Es cierto que los judíos engañan, son SIdo llevada ya a los campamentos de la muerte.
usureros y dominan el negocio de la prostitución. Es cierto que la in- -:-El apoyo que el movimiento de resistencia polaco prestó al levan-
fluencia de la juventud judía sobre la juventud polaca en las escuelas es \ tamlento en el gueto de Varsovia en 1943 fue tibio y cicatero.
negativa en el plano religioso y en el ético». ¿El tono original del católi- -Después de la guerra, el antijudaísmo en Polonia era tan fuerte
co y ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels? En absoluto. En- wmo siempre. Cuando algunos judíos (entre ellos, no pocos comunistas)
contramos esas frases en una carta pastoral de 1936, escrita por el pri- quisieron volver a su antigua patria se produjeron graves disturbios an-
mado católico de Polonia, cardenal Hlond 66 • tijudíos, hubo verdaderos pogromos en Cracovia el 11 de agosto de
El profesor Julius H. Schoeps, director del Instituto Saloman Ludwig 1945 y en Kielce el4 de julio de 1946 (entre 60 y 70 asesinatos), sin que
Steinhe!m d~ .Historia German?-Judía ??serva al respecto: «La práctica las autoridades eclesiásticas tomaran una postura oficial en contra 69 • Se
puede demostrar que la multitud mató a 353 judíos sólo en 1945, de

I
del antIsemitIsmo en la Paloma prebehca se correspondió con el que
existía en Alemania antes del pogromo del 9 de noviembre de 1938; tal lorma que se produjo una huida masiva de unos 80.000 judíos polacos a
vez con la única diferencia de que para aquél no hizo falta una ley for- ( kcidente 70 •
malmente antijudía. También en Polonia se discriminó masivamente a -En 1968, después de una campaña de antisemitismo organizada por
los judíos en la vida profesional y económica. Los malos tratos físicos de l'1 Estado y contra la que -una vez más- no hubo una protesta de la
a.lumnos y estudiantes judíos en las escuelas y universidades polacas de 1Iglesia, se produjo un nuevo éxodo masivo; finalmente, el último rabino
1fmales de los años treinta estaban a la orden del día. Las asociaciones ,Ihandonó Polonia en 1970.
profesionales de médicos, arquitectos e ingenieros expulsaron a sus Todos estos motivos contribuyen a explicar por qué no quedan hoy en
miembros judíos "invocando las normas arias", que se orientaban ine- Polonia más de 10.000 judíos. ¿ «Nos une la sangre derramada»? Karol
quívocamente por los parágrafos de las leyes de Nuremberg de 1935, y Wojtyla, ordenado sacerdote en 1946, año del pogromo, posteriormen-
1demuestran que también la sociedad polaca estaba infectada por el ba- 11' arzobispo de Cracovia y actual pontífice romano, que evocó dtamáti-
cilo antisemita »67. ".mente a Auschwitz (situado a cincuenta kilómetros de Cracovia) en la
En 1939 había en Polonia tres millones y medio de judíos. Tras los Es- visita que rindió a las Naciones Unidas en 1979, jamás ha tomado pos-
tados Unidos de América, Polonia era la segunda diáspora judía mayor 'lira sobre estas penosas cuestiones en sus «peregrinaciones» polacas.
del mundo, con 30 periódicos y 400 cementerios judíos. Casi un tercio de ~ Por qué calla el que, como Pío XII, pronuncia alocuciones sobre casi
\la población de Varsovia y el 16% de la población de Polonia era judía. lodas las cuestiones del presente y del pasado?
Los nazis exterminaron a tres millones de ellos, más de la mitad de

¡ todos los judíos asesinados por los nazis. Léase y contémplese el con-
m?vedo~ libro fotográfico de los jóvenes polacos, no judíos, Malgorzata
Nlerzabltowska y Tomasz Tomaszewski sobre «Los últimos judíos en
De ahí que resulte tanto más gozoso constatar que organizaciones de
IIl1has partes, al menos en Norteamérica, se esfuerzan por mejorar las re-
1,ILiones judío-polacas y por clarificar las cuestiones históricas pendientes
Poloniaé8• Según me informó el Dr. Pawel Wildstein, presidente del y lodavía actuales. Aludamos a los congresos judío-polacos: en la Uni-

¡ Comité judío de coordinación en Polonia, actualmente viven en ese país


entre 8.000 y 10.000 judíos, muchos ancianos y achacosos, que no se di-
ferencian por la vestimenta. Ese descenso de la población judía no se
vnsidad de Columbia de Nueva York (1983) y en la Universidad de Ox-
lord de Inglaterra (1984), organizados por el «Oxford Institute of Polish-
/l'wish Studies». Desde 1986, aparece anualmente allí (editado por A.
debe sólo a los nazis. ¿Hay que silenciar todo esto a pesar de que sinta- I'olonsky) un Journal of Polish-Jewish Studies.
En Polonia misma, donde la cuestión del antisemitismo polaco fue
)mos una profundísima admiración por el pueblo polaco amante de la I..hú durante toda la época de posguerra, la película «Schoah» (1985) del
paz? Opino que no. Apunto muy brevemente unos hechos históricos:
. -La ocupación alemana no mitigó el antijudaísmo polaco, sino que lo IlIdio francés Claude Lanzmann puso en marcha la discusión sobre una
mcrementó; en el holocausto también hubo colaboradores polacos de los posible corresponsabilidad polaca en el holocausto. No es de extrañar
\ alemanes. '1m' el Gobierno polaco protestara ante el Ministerio de Asuntos Exte-
Ilores francés por algunos pasajes de la película, pero sin llegar a prohi-

260
261
A.II. REPRESION DE LA CULPA

birla 71. Tampoco es de extrañar que la película provocara protestas vio-


lentas en la población, pues presenta una imagen poco favorable del
país y de la gente de ese tiempo. Judíos asesinados
Con todo, la discusión también fue fructífera en Polonia, pues también en la Europa ocupada por el nacionalsocialismo
son muchos los polacos que quieren saber la verdad. Así, el famoso 1 de septiembre 1939 • 8 de mayo 1945
hombre de letras Jan Blonski declara en el semanario católico Tygodnik
Powszechny del 11 de enero de 1987, con no escaso coraje, acerca de las Polonia 3.000.000
habituales autojustificaciones polacas: «Deberíamos dejar de echar la Unión Soviética 1.000.000
culpa a las circunstancias económicas, sociales y políticas, y comenzar Checoslovaquia 217.000
por decir: sí, nosotros somos culpables». Refiriéndose a los pogromos
Hungría 200.000
posteriores a la guerra, añade Blonski: «Ni siquiera supimos saludar a los
supervivientes y aceptarlos con honor, a pesar de que ellos estuvieran irri-
tados, desorientados e incluso nos resultaran molestos. En una palabra, Alemania 160.000
en vez de pasar factura y de disculparnos, deberíamos comenzar por exa- Lituania 135.000
minarnos a nosotros mismos, pensando en nuestro pecados y en nuestras Bukovina 124.632
debilidades. Justo esa conversión moral es absolutamente indispensable Holanda 106.000
en nuestra relación con el pasado judío-polaco»72. . Transilvania Norte 105.000
Sin embargo, aunque Blonski había distinguido exactamente «entre
Francía 83.000
participación y corresponsabilidad», llegaron cientos de cartas al direc-
tor, mayoritariamente críticas y polémicas, de forma que el redactor Letonia 80.000
jefe de la publicación, ]erzy Turowicz, se vio obligado a publicar la si- Grecia 65.000
guiente toma de postura: «Nos vemos obligados a constatar con ver- Austria 65.000
güenza que -si bien algunos autores lo niegan- estas cartas demuestran . Yugoslavia 60.000
que persiste un antijudaísmo en Polonia, a pesar de que prácticamente no Ucrania 60.000 ,
quedan judíos en nuestro país»73. Es valiente y honesto este prominente
Rumania 40.000
católico polaco cuando afirma que, a diferencia de los polacos, sus con-
nacionales judíos fueron condenados a muerte desde un principio; y Bélgica 24.387
que, aunque los ciudadanos polacos tuvieron que lamentar unos tres . Italia 8.000
millones de víctimas, tantas como sus conciudadanos judíos, sin em-
bargo los tres millones de éstos representaban el 95% de la minoría
judía en Polonia mientras que los tres millones de polacos eran sólo el
10% de la población total. Hay que dejar de pensar que somos comple-
tamente inocentes porque tuvimos víctimas.
En la católica Polonia y en la católica Austria se da un sorprendente
fenómeno similar: un ¡antisemitismo sin judíos! Aunque no queda prác-
ticamente ningún judío en Polonia, tuve que comprobar personalmente Noruega 728
en una visita realizada a ese país en 1990 que el antijudaísmo conserva
tal virulencia que incluso el Gobierno presidido entonces por Maso-
wiecki pudo ser difamado globalmente como «contagiado de judaís-
mo», sin que la jerarquía hiciera la correspondiente defensa. Al contrario, Albana 200
tuve que constatar que la inmensamente mayor participación judía (tam-
. Cos120
bién polaco-judía) en víctimas en comparación con las polacas no se des-
taca suficientemente en Auschwitz ni en el museo de Varsovia74 . Desde Dl1amarca 77
ese trasfondo no resultan tan sorprendentes ni la insensibilidad del pri- . . . . . .______~~_~~.fin!andia 11
mado de Polonia, cardenal Josef Glemp (apoyado durante largo tiempo Cifras: M. Gllbert, End/6sung, Relnbek 1982
por el silente papa polaco), en el asunto del convento carmelita en

262 263
A.II. REPRESION DE lA CULPA 9. ¿NI UNA NACION INOCENTE? ¿TAMPOCO SUIZA O NORTEAMERICA?

Auschwitz ni las posteriores manifestaciones antijudías de Lech Walesa. dos, desde Polonia hasta Francia, si se hubiera seguido el ejemplo de Di-
Con todo, éste pidió perdón a los judíos cuando visitó Jerusalén en namarca, de su rey y de su episcopado luterano, donde, en una actuación
mayo de 1991. sin precedentes, consiguieron que casi toda la población judía (unas
Finalmente, sí, finalmente, también en la jerarquía polaca se abre 7.000 personas) pasara ilegalmente a Suecia ayudada por la clandestini-
paso el examen de conciencia. El episcopado polaco no sólo creó una dad danesa? ¡Cuánto antisemitismo había también en los restantes países
subcomisión para el diálogo con el judaísmo, sino que -¡por fin!- el 20 europeos!
de enero de 1991, provocado y empujado por la reacción negativa de la Incluso en la neutral Suiza, donde se acogió durante la Segunda Gue-
opinión pública mundial, condenó por primera vez, y con toda claridad, rra Mundial, por tiempo más o menos largo, a unos 300.000 refugiados,
el antisemitismo y expresó «su pesar más sincero por todos los atropellos se practicó una política de asilo altamente restrictiva por temor a la có-
del antisemitismo cometidos en suelo polaco, independientemente del
cuándo y del por quién»: «Hacemos esto con la convicción profunda de
! lera de Hitler o a la amenaza constante de una invasión alemana. Pre-
dominaba la opinión de que no se podía permitir la entrada de más ju-
que toda manifestación de antisemitismo es incompatible con el espíritu díOS en el país. «El bote está lleno», decían entonces muchos suizos,
del evangelio»75. Pero el uso de la vaga formulación «independiente- haciéndose políticamente ciegos para no ver la necesidad extrema del
mente del cuándo y del por quién», así como la protesta porque se ha- \ pueblo judío. Resulta escalofriante leer el deprimente informe que Alfred
blara de «un antisemitismo polaco» como de una forma de antisemitismo A. Hasler publicó con ese mismo título sobre «Suiza y los refugiados
especialmente peligrosa, ponen de manifiesto que tampoco la Iglesia po- 1933-45» 76. Se había admitido a grandes personalidades de la literatura,
laca ha asimilado suficientemente el pasado. del arte y de la cultura alemanas?? A la terminación de la guerra el 8 de
En mi opinión, de estos acontecimientos y de otros similares hay que mayo de 1945, Suiza albergaba aún a más de 115.000 refugiados, pero
sacar una conclusión fundamental, no sólo para Polonia: la relación \ sólo desde agosto de 1942 hasta el 1945 se habían rechazado 9.751 re-
entre judíos y cristianos no ha sido depurada suficientemente en el plano fugiados, y se consiguió que innumerables desistieran de intentar ser
histórico, en el emocional ni en el teológico. Una nueva relación cons- admitidos 78 .
tructiva entre judíos y cristianos sólo será posible cuando los cristianos, No hay, pues, motivo alguno para la tan difundida complacencia y au-
OjUstificación helvética. Fue en el cincuentenario de la llamada «Noche

~
cada uno en su posición, confiesen abiertamente su corresponsabilidad en
el holocausto; sin eufemismos ni apologética. No para cultivar un com- de los cristales rotos», en noviembre de 1988, cuando -¡por fin!- un
plejo de culpa, sino para llegar a una conversión auténtica, a una com- remio eclesial de Suiza -el honor corresponde a la Federación de Igle-
prensión más profunda de los conciudadanos judíos ya una colaboración sias Evangélicas- hizo una nítida confesión de culpabilidad. Se recordó
más intensa con ellos. Pero también en otros países cristianos en los que, dos días después de aquel pogromo nazi, Suiza había firmado ofi-
\ que han vivido judíos hay más de un motivo para una autoconsideración cialmente un acuerdo con Alemania por el que resultaba imposible que

~
crítica de esas características. os judíos pudieran conseguir un permiso legal para salir de Alemania. Se
confesó que, todavía hoy, llena de «gran vergüenza» a la Iglesia el hecho
9. ¿Ni una nación inocente? ¿Tampoco Suiza o Norteamérica? de que se rechazara en las fronteras suizas a miles de gentes que querían
alir de Alemania, pero que llevaban una «J» en el pasaporte: «yeso en
Difícilmente podríamos señalar a una nación que cuente con razones un momento en el que se podía saber que se los devolvía a una muerte
p.ara autojustificar.se en la cues~ión judía. Cuando, por iniciativa del pre- segura» 79.
\ sIdente norteamencano Franklm D. Roosevelt, se reunió el 6 de julio de Apuntemos brevemente que -no obstante la ingente labor realizada
1938, en Evian, junto al Lago Leman, una conferencia a la que asistían para mitigar las desgracias de la guerra, la atención espiritual a los pri-
32 Estados para encontrar una solución al problema de Los refugiados, se sioneros y la ayuda humanitaria de todo tipo- tampoco el Comité In-
puso de manifiesto cuán escasa era la predisposición a admitir refugiados ternacional de la Cruz Roja informó al mundo en octubre de 1942
alemanes o judíos. Esto es demasiado poco conocido. Frecisamente los acerca del holocausto. Se tuvo la impresión de no poder hacer absolu-
Estados de América del Norte y del Sur, así como Austt:alia, todos ellos tamente nada frente a una gran potencia que estaba decidida a borrar

l
~e ~ran extensión, reduje:0!1 durante la guerra la admisi<Ín de refugiados toda una raza; se pensó que se estaba obligados a la imparcialidad y a la
¡udlOs. Un hecho sllltomatIco: en mayo de 1939, el buque «St. Louis», neutralidad, pero, en realidad, tampoco aquí existió gran interés en sal-
abarrotado de judíos alemanes, debió volver a Europa porque ningún Es- var a los judíos europeos. Muchos miembros dirigentes del CICR, sobre
tado se mostró dispuesto a recibirlos. Gran Bretaña hizo que se cerraran todo C. J. Burchhardt, creyeron que la razón de Estado helvética desa-
las puertas de Palestina para los perseguidos por los nazis. Uno se pre- consejaba una protesta pública; a pesar de que, al menos desde el otoño
gunta: ¿cuánto no se podría haber hecho en los países europeos ocupa- de 1942, se contaba en Ginebra con informaciones precisas sobre la con-

264 265
A.II. REPRESION DE LA CULPA 10. ¿BORRaN y CUENTA NUEVA?

)
ferenCi~ de w,ansee. ~a ~ente si~uió I?arapetada tra.s informaciones frag- en 1943 casi la mitad de los norteamericanos sostenían con mayor o
mentanas. MIles de ¡UdIOS habnan sido salvados SI la Cruz Roja hubie- menor claridad opiniones antisemitas 84 .
ra intervenido oportunamente y con energía, como se había pensado en Si se tiene en cuenta ese estado de ánimo general, no sorprenderá
un principi0 80 . que las noticias sobre el holocausto fueran bastante ignoradas y repri-
¿Qué decir de Francia? Más de 75.000 judíos fueron sacados de Fran- midas incluso en los Estados Unidos de América; hasta el punto de que
cia y asesinados; y, como ha indicado Serge Klarsfeld, innumerables también llegó demasiado tarde la ayuda de este país.
franceses -desde miembros del Gobierno del régimen de Vichy y de ¿Es que hubo entonces otra alternativa? Sin duda que sÍ. Como dice
altos funcionarios de la Administración hasta simples gendarmes- co- Wyman, «si, por ejemplo, el Presidente hubiera aprovechado unas pocas
laboraron en la «solución final»81. ¿Cuántas cosas no se ocultan en los ocasiones para decir un par de palabras claras sobre el genocidio que se
«años negros» 1940-1945 entre Occupation y Libération tras el régimen estaba cometiendo en Europa, este tema habría ocupado los titulares de
de Vichy y de la «colaboración»? Sobre «Lugares y manchas blancas en las noticias y concitado el interés público, lo que habría conferido una re-
la memoria francesa» escribe un capítulo detallado Alfred Grosser 82 . sonancia mayor a las exigencias de medidas de socorro»85. El autor pen-
No hay duda de que también Francia, a pesar de los ideales de 1789, se saba en medidas de auxilio compatibles con los planes de guerra aliados.
comportó de un modo nada amistoso para los judíos (incluso un poeta De todos modos, con la ayuda aliada se pudo evacuar de Europa a cien-
del rango de Paul Claudel consideró que la Francia del mariscal Pétain se tos de miles de refugiados no judíos al tiempo que faltaban posibilidades
I había liberado del yugo del partido anticatólico -profesores, abogados, para transportar y realojar a una gran parte de los judíos europeos. A
masones y judíos-l. Hasta que el obispo Théas y los cardenales Saliege pesar de las informaciones correspondientes, incluso en las organiza-
y Gerlier -pasados a Pétain por desafecto a la República- protestaron ciones judías de ayuda de América se llegó a tomar conciencia de las ver-

I en sus pastorales contra el tratamiento inhumano de los judíos (1943),


Vichy no rechazó la desnaturalización de todos los judíos nacionalizados
desde 1927.
daderas dimensiones de las medidas de exterminio del nacionalsocialismo
muy tarde, quizás demasiado tarde, como lo demuestra el ejemplo del
«American Jewish Joint Distribution Committee Yehuda Bauef»86 . Como
¿Qué se puede decir de Norteamérical ¿Qué hicieron los Estados ha puesto de relieve un estudio de Chaim Genizi, la «apatía americana»
Unidos cuando, como el Vaticano, recibieron de Suiza las primeras no- 00 sólo afectó a refugiados judíos, sino también -a pesar del admirable
ticias sobre la «solución finaJ,>? Bajo el título «The Abandonment of the trabajo de algunas organizaciones de ayuda cristianas, pequeñas y con es-
Jews» presentó David S. Wyman sus estudios sobre América y el Holo- casos medíos económicos- a refugiados cristianos no judíos, que cons-
causto (1984), que, en la traducción alemana, lleva el título: Das uner- tituyeron aproximadamente el 30% de la cifra total 87.
WÜnschte Volk (El pueblo indeseado) (1986)83. Para espanto de mu- De cualquier modo, una historiografía que no amañe políticamente la
chos, Wyman documentó con profusión que, en los Estados Unidos de historia está en condiciones de demostrar que así como ninguna religión
¡los años treinta y cuarenta, como en Canadá, el oportunismo político, la
general animosidad contra la inmigración y un antisemi6smo tradicional
está libre de culpa tampoco hay una nación que sea inocente. Pero ten-
gamos presente que el objetivo de nuestro análisis histórico no es la in-
paralizaron en buen medida a los medios (tambiéIl al New York Times), culpación, sino trabajar para recuperar el tiempo perdido. La pregunta es
a las Iglesias, partidos }' sindicatos, pero también al Congreso, al De- la siguiente: ¿qué consecuencias positivas para el presente hay que extraer
partamento de Estado}', sobre todo, al presidente Franklin D. Roosevelt, del nada gozoso repaso histórico de un pretérito que se resiste a quedar
sospechoso de ser demasiado «amigo de los judíos>, Uew Deal fue la tra- relegado al pasado? Ya hemos visto que las cuestiones históricas revisten
ducción burlona del New Deal, eslogan programático de Roosevelt). gran actualidad política y que las cuestiones políticas actuales Son hijas
El teólogo católico Ronald Modras ha llamado recientemente la aten- de una situación histórica. También hemos visto con claridad que tanto
ción sobre el hecho de que el clérigo católico Charles Coughlin- sin las cuestiones históricas como las de la actualidad política tienen casi
duda, el más influeyente predicador radiofónico de los años treinta en siempre un trasfondo y un subsuelo teológico-religioso. ¿Qué actitud fun-
USA, que habría llegado a conseguir 30 millones de oyentes en sus alo- damental exigen aquí la teología y la religión?
c.uciones del domingo por la tarde y que publicó un semanario con una
tirada de 185.000 ejemplares -se manifestaba como antisemita decla- 10. ¿Borrón y cuenta nueva?
rado con la tolerancia silenciosa del episcopado, puso sobre la mesa las
Si se quiere llegar a una reconciliación auténtica y a una paz verdadera

~
fábulas nazis sobre la influencia judía en el Gobierno so",iético e incluso
llegó a justificar la (,Noche de los cristales lotoS» de 1938 como acción es absolutamente indispensable hacer examen de conciencia y convertir:
defensiva de los nazis contra el comunismo de inspiracióll judía. Cough- se; yeso por ambas partes, a pesar de la diferencia radical que existe
lin encontró un apoyo amplio porque, según estudios redentes, todavía 'otre víctima y verdugo. Michae1 Wolffsohn, que por su condición de

266 267
A.II. REPRESION DE lA CULPA
10. ¿BORRON y CUENTA NUEVA?

~
ciudadano judío del Estado de Israel y de profesor en una universidad
alemana está justif~c~~o p~ra diri.gir la palabra a ambas partes, atina Naturalmente, hay algo que los alemanes no tienen derecho a esperar:
cuando -en un analIsls sutIl refendo al holocausto- afirma: 'el olvido de la culpa. Eso sería una falta de responsabilidad histórica.
-que es posible distinguir con toda nitidez académico-teórica entre Cuando un canciller federal alemán habla eufemísticamente (sobre el
ulpa colectiva e individual, pero que es casi imposible hacer tal distin- trasfo~do de un negocio armamentístico con Arabia Saudí), en una visi-
ción en el plano práctico-político; ta realIzada a Jerusalén en 1984, de la «gracia de haber nacido tarde»
-que el pasado nacionalsocialista de Alemania «desde hace mucho ha porque él no era aún mayor de edad ni ocupaba un cargo en la época de
dejado de ser pura historia» :«Ese pasado se ha convertido en el instru- la abominac.ión, tratando así de excluirse de la responsabilidad general de
su p~eblo SIendo, como es, el representante político de la nación, y de
\mento I?olíti~o», en el «instrumento del antigermanismo» del que se sir- eludIr una confesi?n pública de culpabilidad en el nombre de la nación,
ven a dIscrecIón los no alemanes, judíos o no judíos·
-que la «mecánica política» del antigermanism~ amenaza con dis- entonces no hace SIllO favorecer la políticamente tan peligrosa mentalidad
'currir de igual manera que la del antijudaísmo (ambas son para Wolff- de la represión. No es lícito desacoplar de la historia la política alemana.
sohn u-';la espe~ie ?e «biologis.mo político» del que se está afectado por el Así no se pueden «normalizar» las relaciones germano-judío-israelíes.
respectIvo naclmlen~o): «Al Igual que los judíos fueron estigmatizados Tener conciencia de la culpa no significa estar obsesionados por ella.
urante unos dos mIl años como asesinos de Cristo, así el holocausto el Cuando uno se niega a admitir libremente la culpa, la acusación se hace
xtermini? de judíos, es una etiqueta que los alemanes deberán sopor~ar mucho más rotunda, pues el que no se acuerda, deberá sufrir que se lo re-
urante sIglos. En ambos casos, los contemporáneos de los hechos no cuerden. En este orden de cosas, un demócrata «cristiano» debería tener
ompartieron una responsabilidad colectiva; en ambos casos no tiene res- más motivos que otros demócratas para no perder de vista que la culpa
ponsabilidad alguna la generación siguiente, ni en el plano individual ni imbrica a más de una generación, aunque esto nada tiene que ver con un
en el colectivo; sin embargo, el sino cainita es, en ambos casos, un ins- mitológico «pecado hereditario» ni con una «culpa colectiva» ideológica.
rumento y un argumento asumidos contra sus antecesores contra ellos No. En lugar de pretender escapar de la «sombra de la propia historia»
ismos y contra su descendencia. La posteridad reacciona 'en el ámbito (F. J. Strauss), es aconsejable, desde la perspectiva teológica y política,
de la 'p?lítica como el perr~ de ~aulov: c0-';l respecto a los judíos, el reflejo asumir la historia del propio pueblo, también en el presente como el pre-
ondIClonado se llamaba aseSlllOS de Cnsto"; con respecto a Alemania sidente de la República Federal de Alemania, Richard vo~ Weisziicker,
e llama -y así será por largo tiempo- Auschwitz»88. también democristiano, hizo en un discurso pronunciado cuarenta años
Pero yo me pre~un,to si est~ debe seguir siendo así por mucho tiempo después de 1945.
La Guerra del Golfo de 1991 muestra de forma dramática adónde

~
ntre alema~es y JU?lOS. ¿Sena bueno que los alemanes -para exone-
~rse- volVIeran mas J:' ~ás la. espalda al pasad0.r que los judíos -qui-
puede conducir el olvido de la historia. Innumerables alemanes llevan
as para crear su propIa Idenudad- quedaran fIjados más y más en el muy a mal que el prestigio de la reunificada Alemania haya sufrido un
asado, en el holocausto? grave deterioro en el mundo y en Israel por empresas y negociantes sin
escrúpulos y tolerados por los Gobiernos. Ofuscados por el lucro, ac-
~) ¡Con cuánta frecuencia se escucha en Alemania el lema: ¡Olvidar,
tuaron en contra de las leyes y contribuyeron -obviando las leyes- a
olVIdar de una vez! j Ya es hora de poner el punto final a toda esta his- construir un refugio a prueba de bombas para el belicoso Sadam Husein,
toria! Una creciente mayoría de hombres y mujeres alemanes llevan a dotarle de misiles soviéticos de larga distancia y a producir gas vene-
cad:t vez peor el qu~:-a la menor oportunidad y a pesar de que ellos no noso. Ciegos para aprender de la historia, y con gran cifnismo, pasaron
tUVIeron responsabt!~dad alguna en los crímenes cometidos por sus an- por alto que esas armas terribles también podían ser utilIzadas contra Is-
tep~sados- se les :sttgrnatice con el latiguillo nazi. Yo me pregunto: ¿No
sena ya mucho mas adecuada la tan loada «com-prensión» o la «com-
pasión»? Martín Buber, tan poco apreciado y escuchado en Israel mos- Cuestiones para el futuro
tró esa comprensión y compasión cuando reábió en 1953 en la P~ulus­
kirche de Fra.~cfort, el premi~ de la paz de los libreros ale~anes. Dijo en
t El holocausto es un pretérito que influye también en el presente de Ale-
omania. Por consiguiente, ¿nü debería seguir valiendo en el futuro para los
aquella ocaSIOn: «Cuan¿o pIenso en el pueblo alemán <le los días de POI:tICOS, publiCistas, comerciantes y científicos alemanes aquello de: inada
Auschwitz y de Treblinka, veo ante todo a los muchos que conocían la de oorrón y cuenta nueva l ? ¿Reconciliación no mediante olvido dis-
mo?struosidad que se e~t~ba cometiendo y.no se rebelaron, pero mi co- fraz, represión y «normalización»? Sobre la base de un acordarse critico
razon, sabedor de la debilidad humana, se mega a condenar a mi prójimo ¿cómo I;ay que traducir la reconciliación a la praxis política (del Estado, de"
porque no toe capaz de ser un mártir»89. economla, c.e
,I~¡¡¡¡¡'. 'x!l:::¡¡¡li'~i"k"¡::ii¡¡]¡¡~IhIi!J~I~i,iwl!r.

268
269
A.II. REPRESION DE LA CULPA
10. ¿BORRON y CUENTA NUEVA?

rael.. ¡Después de los millones de judíos exterminados! No hay más r~­


¡ducción
medIO que comportarse de otra manera en el futuro en cuanto a la pro-
y exportación de armas.
alemane~ e.israelíes sufrió ~n deterioro gravísimo no sólo por las activi-
dades. cnmma.les de determmadas empresas alemanas, sino también por
el antlgermamsmo que pudo expandirse libremente desde la «cólera po-
b) Pregunta contrapuesta: ¿No significa esto eternizar la culpa? Mu- pular» y desde los medios de comunicación israelíes y que -tras casi
chos judíos opinan que es necesario estriar incesantemente la culpa de los medio siglo. de cola~oración germano-israelí- confirmó plenamente,
alemanes en el árbol creciente de la historia y hacerla inmortal. Su lema por .desgraCia,. la tesIS de Wolffsohn en cuanto que ese antigermanismo
es, pues, el siguiente: ¡Nada de perdón! ¡Jamás! Que su culpa permanez- desftgurab.a e mculpaba en exc~so a la Alemania actual. Las muy justifi-
ca eternamente ... Ahora bien, una creciente mayoría de judíos e israelíes cadas quejas contra las fechonas de determinadas empresas alemanas
(más del 60% de los ciudadanos israelíes han nacido después de la gue- (sobre todo, en relación con la producción del gas venenoso) corrían el
.rra) conoce sólo de oídas el infinito sufrimiento del holocausto. Muchos peligro de que la opinión pública israelí las generalizara contra «los ale-
jóvenes, incluso de Jerusalén, desearían no vivir obsesionados perma- manes». Por el contrario, apenas se oyeron quejas contra la participación
nentement~ con el pasado. Se entiende así que, sobre todo, la generación de otros Estados ~n el equipamiento armamentístico del dictador iraquí;
mayor reahce esfuerzos intensos por todo el mundo para mantener vivo apenas hubo quejas contra Francia, que había suministrad;; a Irak 880
el. recuerdo del holocausto. Los tribunales tienen que seguir actuando misi,les Ex?c.ets y 113 caza bombarderos Mirage;ni contra la URSS, que
mlCntras no se depuren las responsabilidades de los crímenes y no se habla s~~mlstrado 2.000 Scuds, 1.000 tanques T-72 y 64 Migs; ni con-
haya expiado la culpa. ¿No es cierto que el antisemitismo sigue vivo y tra Sur.afnca, que h~bía con~eguido 200 piezas de artillería pesada para
que ni siquiera los judíos que habitan en el Estado de Israel pueden sen- Irak; ~ll co?tra las mm~s de tIerra y mar suministradas por Rusia, T aiwan
tIrse seguros hasta el punto de excluir por completo un nuevo holo- e Itaha; m contra las mstalaciones de radar provenientes de Brasil In-
causto, como lo pusieron de manifiesto la Guerra del Yom-Kippur de glaterra y Francia90 • '

1973 y los misiles del dictador iraquí Sadam Husein? El trauma les Al repasar esta lista, debemos tomar nota de que Alemania no se en-
viene de los tiempos nazis: los judíos nunca más serán llevados como cuentra e~tre los suministradores de armas. Sin embargo, hubo una pro-
ovejas al matadero, sin oponer resistencia. testa maSiVa, a veces cargada de odio, contra este único país. Ineluso se
En realidad, hay algo que uno no tiene derecho a pretender de los ju- llegó a insÍI~.uar una culpa colectiva alemana, hasta el punto de que al-
díos: ¡la eternización de la culpa! A la larga, no es posible una política ba- gunos POlítICOS alemanes --en contraposición con Adenauer, que supo
sada en la agitación de los sentimientos de culpabilidad. Lo comprendió c.ompagina: la expiación ~on la dignidad personal y con la firmeza polí-
enseguida el primer ministro presidente del Estado de Israel David Ben- tiCa- se VIeron constreñIdos a emprender «marchas penitenciales» a
Gurion .. Cuando -me permito hablar aquí desde la franquez; helvética- Je:usalén para aguantar. allí todas las inculpaciones e improperios pú-
un preSIdente del Estado de Israel proclama, todavía en abril de 1987, bhcos .que les lanzaban; meluso en el Parlamento israelí, cuyo presidente
sobre ~l suelo ~el antiguo campo de concentración de Bergen-Belsen el no qmso dar la mano a alemán alguno, ni siquiera a la presidenta del
s?mbr~o ~ensaJe de: «No he traído conmigo perdón ni olvido», uno se Parlamento alemán. Como ciudadano suizo, me pregunto: ¿Es que tras
SlC?te mclmado a estar de acuerdo con el representante político de ese esa toma de postura no hay algo más que la protesta justificada contra
pals cuando aduce como razón: «A los vivos no les está permitido olvi- negociantes alema!l~s sin escrúpulos? ¿No cabe la posibilidad de que, así,
dar». Pero uno se siente igualmente empujado a disentir rotundamente de el argu~ent? POhtICO del holocausto pierda toda su validez y llegue a
él, a contradecirle en nombre de la Biblia hebrea cuando afirma que c.onvertlrse meluso en un bumerang para la cuestión palestina? ¿No
«sólo lo? mue.rtos pueden perdonar», Ante esas pal~bras, uno se pregun- tIene que ver todo esto con la falta de capacidad para hablar sobre la
t~: ¿Esta eSCrIto realmente eso? ¡Cómo concebir entonces una reconci- cuestión de la culpa desde un espíritu de reconciliación? Como amigo del
l~ación ~uténtica si se excluye no sólo todo olvido (¡lo que es correcto!) entendimiento germano-israelí, me pregunto si, mediante tal fijación en el
SIlla -::-este es un ~unto espinoso sobre el que tendremos que volver-
holocausto y tal relativización de él, se prestaría un servicio al entendi-
t~~blen todo peraon? PreCisamente porque vale el adagio «facta infecta miento entre alemanes e israelitas. «Quien abusa de Auschwitz convir-
~iéndolo en medio para una finalidad política, comete una profanación
ften neque~?t». ,( <do hecho, hecho está»), pienso que no puede haber
una reconcIl~aClon real ni una paz -verdadera sin perdón. En lugar de ex- Ir;ttelectual de sepulturas», afirma Michael Wolffsohn, quien, como de-
cavar un abismo de culpa por ra.zones de política interior o exterior, c.ldido defensor de la objetivización de las relaciones germano-judías,
tanto la política como la teología empujan al perdón de Lt culpa. ~Iene que defenderse con frecuencia frente a sus correligionarios germano-
La Guerra del Golfo muestra bien a las claras Oldónde conduce el no Judíos 91 • No, no hay que disculpar crimen alguno, ni impedir clarificación
discutir seriamente la cuestión del perdón de la culpa. La relación entre algu?~, ni burlar castig? .alguno. Son indispensables los interrogantes au-
tocrltlcos, pero autocntlcos en ambos lados, en Alemania y en Israel.

270
271
A.II. REPRESION DE LA CULPA

Esos interrogantes tienen que ver con el problema de la reconciliación y III. LA VUELTA A ISRAEL
del perdón. Por eso, también esta cuestión es inevitable para el futuro.

«Junto a los ríos de Babilonia


Cuestiones para el futuro nos sentamos y lloramos
con no~talgia de Sión».
~ El holocausto se puede utilizar siempre en Israel como argumento e
....L instrumento de la política interior y exterior. Pero ¿no deberían evitar en Así oran los judíos ya en los salmos 1 • ¿Lloran a causa de Sión, el monte
el futuro los políticos, publicistas, comerciantes, científicos o teólogos judíos que ya entonces era sinónimo de Jerusalén? De hecho,. desde la ~:struc­
una estrategia de política histórica fijada en el holocausto? ¿No habría que lle-
ción del primer Templo y del exilio en Babilon~a ex~ste una dlaSp?;a
gar a la reconciliación no mediante la eternización, la intimidación
judía, pero en la tradición judía también está la VIVenCIa de ~~ expulslOn
o el soborno, sino a través del perdón? Pero un perdón que no se entien-
de la «Tierra de Israel» (Erez Israel), existe el ansia de liberaclOn y la nos-
da como bagatelización o extinción del pasado, ¿cómo puede resultar fértil
talgia de Sión, nostalgia de Jerusalén, la ciudad de Dio~. Pero, ?esde el
para una nueva relación respecto del pasado con miras a nuevas posibili-
siglo XIX, el ansia de retorno del pueblo judío se combin()con la Idea na-
dades del futuro?
cional, con el sionismo, que dio origen al Estado de Israel.
El Estado de Israel -pronto hará medio siglo del holocau.sto y de la
creación del Estad<r- sigue siendo el centro de discusionesa~aslOnadas, .de
Más tarde habrá que profundizar teológicamente en estas cuestio-
disputas políticas entre israelíes y árabes, de discusiones rehglOs~s entre JU-
nes. Desde luego que no se pueden tratar de forma adecuada en un
díos' cristianos y musulmanes. La discusión, casi cincuentenana, so~r~ el
plano puramente abstracto, puesto que tienen numerosos presupuestos e
Estado de Israel es -la guerra del Golfo ha vuelto a ponerlo ~e mamfIes-
implicaciones de orden político. El presupuesto capital es la cuestión
t<r- un motivo principal para las tensiones entre el mund~occl~e.ntal y los
del Estado de Israel. No podemos seguir aquí la táctica de algunos do-
árabes. Por eso, el Estado de Israel no deja de ser un desafio pohtlco y t~o­
cumentos eclesiásticos que se limitan a dejarla de lado porque suponen
lógico de primera magnitud. Es indispensable caer en la cuenta de esto SI se
que se trata de una cuestión exclusivamente política. Están implicados
quiere prestar algún servicio a la paz en esa parte desgarrada ~e nuestro
aquí problemas teológicos y religiosos complejos. Por eso, ha llegado
mundo. Porque sólo se llegará a una paz verdadera cuan~a?o solo s~ .per-
el momento de que nos centremos en el Estado de los judíos. En esta
segunda parte del libro contaremos la historia de su nacimiento y de su siga una solución diplomática, sino un profundo entendl'1lle?to.pohtlCo-
autoafirmación en el presente. Luego, en la tercera parte de la obra, ético-religioso. Por consiguiente, no puede persistir por mas tiempo el
hecho de que la región del Oriente Próximo sea el símbolo por antono-
abordaremos el futuro de este Estado incluyendo la dimensión teológico-
religiosa. masia del fanatismo político, de las pasiones nacionales yde !~s bloqueos
religiosos. En este sentido -lejos de toda toma de postura palmca por una
de las partes- quiero que se entiendan las siguientes cOJ»IderaclOnes de
un teólogo cristiano. ¡Ojalá sirvan al entendimiento y a lapaz!

I. En lugar de asimilación, sionismo: Leon Pinsker

Sión es un término muy antiguo, pero sionism02 es una palabra .reciente,


utilizada desde finales del siglo pasado, acuñada por Naman Blrnbaum
en su revista Selbsemanzipation (Autoemancipación), qtleapareció des-
pués con el subtítulo de «Organo de los sionistas». En el; c?ntext?, se
entiende desde un principio el sionismo no como algo JraetIco y fIlan-
trópico sino en el cuadro de la política de partidos. Se -¡¡ataba de insti-
tucionalizar un partido sionista político-nacional para laautoliberación
y autoorganización estatal del pueblo judío. .
Por consiguiente, y en contra de lo que suelen suponer algunos no JU-
díos, el Estado de Israel en modo alguno es resultado Jd holocausto.
¡También sin Hitler habría existido un Estado de Israel! (amo ya apun-

272
273
A.III. LA VUELTA A ISRAEL

1. EN LUGAR DE ASIMILACION, SIONISMO: LEO N PINSKER


tamos, hace siglos que los judíos esperaban la restauración del reino de
Israel. A decir verdad, desde el fracaso del movimiento pseudomesiánico Pero dio una expresión apasionada y marcadamente analítica a los
de Sabbatay Zwi en el siglo XVII, se había adoptado una actitud radical- Illovimientos políticos sionistas un judío ruso, médico ilustrado, llamado
mente pasiva; se hacía depender todo de la minuciosa y exacta obser- Lean Pinsker (1821-1891)4. Tras el pogromo de 1881 comenzó a dudar
vancia de los preceptos de la Torá, se esperaba que la implantación del
I ' reino fuera el efecto de una intervención poderosa de Dios, «desde arri-
ba», mediante la venida del Mesías. Se puede llamar a esto la espera es-
de la factibilidad de la asimilación de la que había sido partidario acé-
.
rrimo. En un panfleto escrito en alemán sobre «AutoemanClpacl0!1»
puso con riqueza de palabra los fundamentos conceptuales del
"' 5
.' ex-
slO~lsmo
catológico-mesiánica de Sión, compartida incluso hoy por determinados socio-político. Diagnosticó que el problema central no es la precanedad
grupos judío-ortodoxos de Israel que rechazan un Estado laico de Israel. del individuo judío, sino la apatricidad del pueblo judío: «Los judíos
Diametralmente opuesto a esta espera puramente religiosa de Sión es
I el sionismo, movimiento político-social que quiere la creación de un Es-
tado judío (en Palestina o en otro lugar) «desde abajo», es decir, me-
diante la actividad y la acción humanas, Naturalmente, no faltaba aquí la
I.:onstituyen en el seno de los pueblos entre los que viven un elemento he-
terogéneo inasimilable por nación alguna y que, por consiguiente, nin-
Kuna nación puede soportar bien»6. En consecuencia, el antisemitismo no
es un fenómeno limitado a una época y a un lugar, sino un fenotipo

I coloración ideológica y emocional que aportaba el antiguo mesianis-


mo. Esto vale especialmente para ambos pioneros este-europeos del sio-
nismo, el rabino Juda Alkalay y el sabio Zewi Hirsch Kalischer, cuyas
ideas comenzaron a influir desde los años sesenta del siglo pasado.
socio-patológico heredado (perfectamente comprensible) que debe ser
diagnosticado como judeofobia respecto a una <<nación fantasmal». Afir-
IllÓ que el judaísmo es una minoría en todos los lugares; no una nación,
sino simples individuos; en el mejor de los casos, invitados; nunca anfi-
Por consiguiente, el sionismo político no es originariamente una re- triones, nunca iguales, siempre despreciados.
acción al antisemitismo racial. Más bien hay que contemplarlo en el ¿Cuál es la terapia? Según Pinsker, la solución no puede llegar por el

I contexto de la Ilustración (Haskalá) judía en el siglo XVIII, pero también


en el de las ideas étnicas románticas y de la emergencia del nacionalismo
entre los pueblos europeos del siglo XIX, un nacionalismo que, en el ju-
l'amino de una equiparación burguesa y política, sino exclusivamente por
la «autoliberación», sólo por una nueva patria: no necesariamente la tie-
rra «santa», sino la tierra «propia» (inicialmente, Pinsker pensó más en
daísmo, se expresó primero en la renovación y modernización del hebreo América que en Palestina) a la que los judíos llevaran consigo <<lo más
('iérit) como lengua literaria y nacional. Su revitalización como lengua de santo» que poseen: la idea de Dios y la Biblia. En cualquier caso, una tie-
\ uso general, también en la escuela y en la familia, se debió sobre todo a rra en la que los judíos no fueran ya extranjeros, extraños, sino dueños
Eliezer Ben Yehuda, que emigró a Palestina en 1881, creó muchas pala- de sí mismos: «El medio correcto, el único, sería crear una nacionalidad
bras nuevas y el primer diccionario neo hebreo, fundó un periódico he- judía, un pueblo en terreno y suelo propio, la autoemancipación de los
breo, y alumbró con otros el Comité Lingüístico Hebreo. En este sentido, jlldíos, su equiparación como nación entre las naciones mediante la ad-
\
el sionismo socio-político fue un movimiento típicamente moderno que quisición de una patria propia»?
secularizó y politizó de forma creciente la promesa religiosa. Hay que También los sionistas entendieron que la diferencia entre judíos y no
menCiOnar aquí, sobre todo, al tercer gran pionero del sionismo, al ra- ludías es, ante todo, étnica. Para ellos, el judaísmo era en primer lugar no
bino socialista Moses Hess, que inspiró en París al judío treverisino Karl una religión, sino una comunidad nacional. Pero el sionismo extrajo de
\Marx y que,a su vez, fue influido en sus concepciones por e! mayor his- ahí unas consecuencias inversas que el antisemitismo: la construcción de
toriador judío del siglo XIX, Heinrich Graetz. 1111 Estado judío, laico y propio para el pueblo judío es inevitable. Es hora
A partir de los años sesenta del siglo XIX comen:zaron a influir las ideas de llevarlo a la práctica ahora, se dijeron. Así, el Comité de Odessa de la
de estos tres sionistas importantes, pero hasta finales de los años setenta Asociación de Colonias en Palestina, presidido por Pinsker, consiguió lle-
de ese mismo siglo no se produjo un éxodo notable de judíos europeos a var unos 25.000 judíos a Tierra Santa. Debió hacerse esto contravinien-
Israel. Sin embargo, a raíz de las persecuciones de judíos en Rumanía, de do la prohibición del Imperio otomano, cuyos territorios se extendían en
los pogromos de judíos en Rusia tras el asesinato del zar Alejandro II el siglo XIX desde Asia Menor hasta los Balcanes y desde Egipto hasta
(1881) y de! creciente antisemitismo en Alemania y Austria, es decir, a Mesopotamia, por lo que también Palestina les pertenecía. Mientras
partir de 1882, se produjeron inmigraciones mayores también a Israel y vivió Pinsker no tuvo éxito entre los judíos alemanes. Varias décadas
se organizó un movimiento que se llamó primero «Hibbat-Zion» «<Amor dcsp~és de su muerte, en 1934, fueron trasladados a Jerusalén sus restos
a Sión»), pero que desembocó después en el movimiento sionista. El mortales y enterrados solemnemente en el Monte Scopus. Entre tanto, el
año 1882 marca así -mediante la inmigración de «amigos de Sión» or- illlpulso decisivo para un Estado judío vino de otro, que también fue
todoxos- e! comiento de la primera «'Aliyá» o «ernigración» a IsraeP. l:apaz de concitar a los judíos alemanes.

274
275
A.III. LA VUELTA A ISRAEL 2. UN ESTADO JUDIO; THEODOR HERZL

2. Un Estado judío: Theodor Herzl la literatura, en el arte y en la cultura. ¡Al contrario! Cuanto más se
emancipan, tanto más amenazadores parecen y mayor odio suscitan.
Es indiscutible que el sionismo pudo organizarse como fuerza política En consecuencia, el que siga sintiéndose extranjero, como no pertene-
gracias al jurista judío y publicista vienés Theodor Herzl (1860-1904)8. ciente al respectivo «pueblo económico» europeo, como judío, que emi-
Sin tener conocimiento alguno de los escritos y obra de Pinsker, él, que gre ahora mismo a la nueva tierra de los judíos, tanto si ésta se encuentra
irradiaba en todo su porte el fulgor de una figura profética, fundamentó, en Palestina, en Argentina o en otro territorio. Lo decisivo es que un
por su parte, la exigencia de un Estado de los judíos: El Estado judío 9 , «pueblo sin tierra» necesita una «tierra sin pueblo».
así se tituló su opúsculo de 1896, de argumentación lúcida, programáti- Herzl concibe un éxodo de la cautividad «de Egipto» perfectamente
co y pragmático. Un escrito visionario en el que Herzl no trata de un organizado: primero los pobres, los desposeídos y perseguidos; después
«Estado judío», sino de un «Estado de judíos», pues, para este pensador los trabajadores cualificados; más tarde la clase media propietaria; fi-
pionero, lo decisivo no era la religión judía, sino el pueblo judío. Con su nalmente, los ricos. De ese modo, después de adquirir los derechos judíos
lema: «¡Somos un pueblo! ¡Somos un pueblo! »10, se dirigía tanto a los ju- sobre el país en cuestión, podrían trasladarse todos en grupos -prece-
díos orientales como a los occidentales. En principio, Herzl no consideró didos por sus rabinos- a un nuevo Estado. Herzl rechazó una infiltra-
necesaria la vuelta a Erez Israel a la «Tierra de Israel», por motivos re- ción ilegal paulatina. La «Society of Jews» sería la fuerza constitutiva del
ligiosos. Decisivas para él fueron las crecientes «dificultades judías»!!, in- Estado, como persona moral de los titulas jurídicos reconocidos del
salvables mediante la asimilación. Entendió que la única solución razo- pueblo emigrante. Se distingue de ella la «Jewish Company» como ente
nable era la autoorganización del pueblo judío en forma de Estado, comprador y titular de la sociedad patrimonial. Podría ayudar un banco
donde fuera. del desarrollo. Todo ello sería organizado y supervisado por una comi-
Para comprender esto, hay que tener presente que Herzl mismo era un sión inspectora. Los sentimientos religiosos y el deseo de una patria
jUdíO ilustrado, asimilado, con la distancia típica respecto de la tradición, también aportarían su grano de arena. Pero algo estaba absolutamente
cultura y religión judías. Era un intelectual vienés para el que la renova- daro en la mente del ilustrado Herzl: ese Estado de los judíos no debía
ción del hebreo no prometía mucho para los judíos. La cuestión judía no ';l'r un Estado de Dios hierocrático, sino un Estado moderno, liberal y so-
\ era para él de orden religioso o social, sino que era una cuestión nacio- , lal (¡con jornadas laborales de siete horas!), tolerante con todos.
na!. En tiempos anteriores había llegado incluso a fantasear preguntán-

I dose si no debería conducir a todos los judíos de Viena a la catedral de


san Esteban para que se bautizaran, a fin de privar definitivamente de
fundamento a todo antisemitismo.
Dos factores fueron decisivos para que se produjera el giro en la vida
Pero Theodor Herzl no era sólo un orador vibrante, unfolletinista bri-
llante, un d!-"amat\lrgo apasionado y un novelista visionario cuya novela
'fierra antigua y nueva (1902), dedicada al futuro sionÍlta, había encen-
dido la fantasía de muchos judíos tanto como su escrito programático El
de Herzl: por un lado, el proceso parisino de Dreyfus. La multitud pari- ":stado judío. Era también un organizador muy dotado Jun diplomático
sina que gritaba «¡Muerte a los judíos!» y la degradación pública del ofi- que supo moverse con seguridad en el parqué internacional. Así consi-
cial judío Dreyfus, de lo que debió informar en su calidad de correspon- ~uiú agrupar los movimientos sionistas, darles una baseorganizativa y
sal parisino de un periódico liberal vienés. Aquel proceso le afectó programática y mantener a flote su unidad a pesar de dificultades in-
\ profundamente como persona y le hizo comprender que ni siquiera la ¡(entes. En 1897, tres años después del proceso Dreyfus, le celebra en Ba-
Ilustración era capaz de acabar con el antisemitismo. ¡Cómo cabría es- Nilea, Suiza, el primer Congreso Mundial Sionista, que Herzl dirige, y que
perarlo si hasta un país como Francia, la primera nación europea que "prueba un primer programa básico del movimiento sionista, el «Pro-
había proclamado los derechos humanos también para los judíos, expe- ¡(rama de Basilea». En el centro de este programa está lallcreación de un
rimentaba una recaída tan horrible en el odio a los judíos? El segundo hogar para el pueblo judío, reconocido por el derecho internacional pú-
factor fue el (reciente antisemitismo en Viena, que, en 1897 -tras ne- hlic(}»; concretamente -aquí tuvo que transigir Hed- «en Palesti-
garse en tres ocasiones el emperador Francisco José 1- condujo a la elec- ,\l.» .
ción del demagogo, cristiano-social y antisemita de conveniencia, Karl Sobre esta base, Herzl, como presidente de la Organización Mundial
Lueger para alcalde de Viena, aquel tribuno del pueblo que se convertiría Sionista (WZO = World Zionist Organization), luch~por sus ideas.
más tarde en ídolo del joven Adolf Hitler, l'i(',1(' que mantener una lucha permanente frente a la árecha y a la iz-
¡No! Como Pinsker, Herzl también lleg:l a convencerse de que una asi- 'I"iada (su órgano central fue Die Welt de Viena). Endecto, Herzl se
milación total <le los judíos es irrealizable porque ninguno de los países , diende contra una despolitización del sionismo medi¡nte el sionismo
anfitriones la desea de verdad, De nada sirven todos los grandiosos lo- ,"lt"ral de 'Abad ha-'Am que descuida la dimensión politica, pero tam-
\ gros de los judíos no sólo en la economía y en la banca, sino también en h'l;n se desmarca de una carga religiosa mediante una ortodoxia religio-

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A.III. LA VUELTA A ISRAEL
3. EN EL CAMINO HACIA LA FUNDACION DEL ESTADO: JAIM WEIZMANN

so-nacional. Finalmente, también se distancia de una politización unila-


teral que quiere manifestarse en la creación de una fracción socialista. Por l"On el estadista británico James Arthur Baliour. En 1916, el Gobierno
consiguiente, el movimiento de Herzl estuvo sometido a considerables hritánico había llegado a un acuerdo secreto con el Gobierno francés
presiones desde un principio. Personalmente, Herzl sufrió a causa de (Acuerdo Sykes-Picot) para la partición de la Tierra Santa. Por ese acuer-
las fuertes tensiones y luchas de corrientes. Los judíos rusos llegarán a do, la región situada al oeste del Jordán quedaba desmembrada de la
acusarle incluso de traición a la tierra de Israel cuando -tratando de en- mna árabe. Cuando las tropas británicas avanzaron en 1916/17 desde
contrar una solución alternativa a la vista de los pogromos rusos- abo- Egipto contra Palestina, el Gobierno británico se mostró sumamente in-
gue por el asentamiento de ese nuevo Estado de Israel en la Uganda leresado en un apoyo judío contra los turcos.
británica. En la cuestión de Palestina propiamente dicha, no pudo con- Aquélla fue la oportunidad histórica que los sionistas habían esperado
seguir resultados concretos a pesar de sus negociaciones con el empera- durante tanto tiempo y que ahora se disponían a aprovechar al máximo.
dor Guillermo 11, con el sultán turco, con el barón Edmond de Roths- bl 1917, Weizmann consiguió de Lord Balfour, a la sazón ministro de
child (que había fundado en 1882 el asentamiento «Sichron Jakob»), con Asuntos Exteriores, la declaración oficial (en una carta a Lord Roth-
otras personalidades judías, con el papa y con el Gobierno británico. schild) de que «el Gobierno de Su Majestad» contemplaba con simpatía
Todos estos conflictos, infamias y decepciones erosionaron las fuerzas la creación de un hogar nacional (national horne) para el pueblo judío en
de Herzl y contribuyeron al agotamiento que causó su muerte prematu- Palestina, y que pondría su mejor empeño en facilitar la realización de
ra cuando éste tenía sólo cuarenta y cuatro años, el 3 de julio de 1904, este proyecto i4 : ¡A national horne! Eso había constituid() la exigencia del
sin que pudiera llegar a ver los frutos de su incansable trabajo. Pero -¡lo primer Congreso Mundial Sionista. Por fin se veía confirmada en un im-
que son las cosas!- tras la muerte de Herzl y de las multitudinarias hon- portante documento político; por Inglaterra, que era la primera potencia
ras fúnebres que se le tributaron en Viena, todo el mundo entendió con IIlllOdial de aquellos días. ¿Habían alcanzado la meta I()s sionistas?
claridad que este hombre desprendido era e! verdadero padre del Estado Esta llamada «Declaración Balfour» parece clara. Sin embargo, con-
judío. Dando cumplimiento a su deseo, sus restos mortales serían tras- tlcne una añadidura que no se debe pasar por alto, Pu(S, en esta decla-
ladados de Viena a Jerusalén en 1949, poco después de haberse fundado ración, se dice al mismo tiempo que «evidentemente no se debe em-
el Estado de Israel, y fueron inhumados en un mausoleo sobre el Monte prender nada que perjudique los derechos cíviles y religiosos de
Herzl. IOlOunidades no judías existentes en Palestina o los delechos y el status
De hecho, el año de la muerte de Herzl -tras los pogromos en Rusia político que los judíos detenten en cualquier otro país»li. Precisamente
yen Polonia- marcó la segunda 'Aliya. En 1906 se crean la primera es- .lquÍ estallaría el conflicto: en los «derechos civiles y religi0sos de otras
cuela superior (en Jaffa) y la Academia de Bellas Artes (en Jerusalén); en IOlJlunidades no judías existentes en Palestina», pues nopocos de los di-
1909 nace el primer kibbuz (en Dageya, junto al Lago Genesaret)12 y se ligentes sionistas pensaron desde un principio sólo en sus propios dere-
funda la primera ciudad judía moderna (Te! Aviv), pero también -esto 1 !Jos, los de los judíos inmigrantes, pero no en los de losotros, en los de-
se había convertido aparentemente.en una necesidad- el primer movi- Il'chos de la población árabe que llevaba asentada allí más de un milenio.
miento judío de autodefensa: «Ha-Sorne!» «<El Guardián»). Pocas semanas después de la Declaración Baliour, ene! día de Janu-
ka de 1917, e! general Allenby -el puente entre Jordaniay la franja oc-
3. En el camino hacia la fundación del Estado: Jairn Weizrnann cidental, que lleva el nombre de este general, le recuerda hasta hoy-
entra en Jerusalén al frente de las tropas británicas. Los cuatrocientos
Gracias a que Herzl había convertido el débil movimiento sionista en una años de dominación otomana han terminado. Presidente de la «Zionist
fuerte organización internacional, ésta fue reconocida por el Gobierno (;olllmission» formada por deseo del Gobierno inglés yque debe ser-
británico, que ya había declarado la guerra en 1914 al Imperio otomano vir de lazo de unión entre éste y la población judía será nombrado
y se vería implicado directamente en la cuestión Palestina. La figura --¿cómo podía ser de otra manera?- Jaim Weizmall1l.Éste funda en
más importante del movimiento sionista de los años de la Primera Gue- 191 H la Universidad Hebrea de Jerusalén; en 1925 ~erá inaugurada
rra Mundial llegó a ser el Dr. Jairn Weizmann (1874- 1952)13, que nació "obre el Monte Scopus. De 1920 a 1931 y de 1935 a1946 OCupa el
en Pinsk y cursó sus estudios en Berlín y en Friburgo/Suiza. Entusiasma- pllesto de Presidente de la Organización Sionista Mundial. ¿Qué sucede
do muy pronto por las ideas de Herzl, defendió, sin embargo, un «sio- después?
nismo sintético» que pretendía amalgamar los objetivos del sionismo po-
lítico con la cultura judía. Profesor de bioquímica en Manchester desde 1,;1 Organización Sionista Mundial, utilizando la Declaración Balfour
1903, dirigió desde 1916 a 1919 los laboratorios de munición del Almi- 101110 su Carta Magna, había presentado ya en 1919, e]!a Conferencia
rantazgo británico. Él flle el que entabló entonces los contactos decisivos de Paz de París, un mapa. En él, el «hogar» de los judí~socupaba toda
I'¡destina, incluida Transjordania. Por consiguiente, bast~te más que los
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279
A.III. LA VUELTA A ISRAEL
4. NO HAY PAIS SIN PUEBLO. EL PROBLEMA DE PALESTINA

territorios de un «Gran Israe!» ocupados desde 1967. Como ha revelado IIsentamiento judíos en e! país». Sin embargo, y a pesar de todas las exi-
recientemente e! antiguo sionista e historiador Simja FIapan (de 1954 a Hcncias judías, Gran Bretaña prohibió el asentamiento de judíos en
1981 secretario de! partido Mapai y director de la Ponencia para asuntos Transjordania. ,
árabes)16, ese siguió siendo e! objetivo, propagado más e? se~~eto que Así comenzó en 1924 la cuarta 'Aliya, también de Poloma, pero
abiertamente de los dirigentes sionistas. La verdadera dlscuswn entre ahora se asentaron principalmente en las ciudades de la cos,ta medite-
ellos se refiriÓ sólo a los métodos, más diplomáticos y evolutivos o más rránea. Sin embargo, seguía resultando difícil conciliar la~ ~hversas c<;-
militares y violentos. Así, e! XX Congreso Sionista confirmó en 1937 ITientes ideológicas de! sionismo (junto a los ortodoxos rehglOsos, habla
--con e! apoyo de todas las facciones- que los j~díos tienen un derecho muchos socialistas y comunistas judíos). Por fin, se creó una Jewish
inalienable a poblar todas las partes de PalestIna, a ambos lados de! Agency en Zurich (1929), compuesta por sionistas y ~<?sionist~~. Jaim
Jordán. , Wcizmann había abogado en ese tiempo por una polmea conCIlIadora
Para poder cimentar tales derechos y asentar e.n este p,als. a gentes de mn Gran Bretaña: en lugar de desgastarse en enfrentamientos militares,
diversas naciones, lenguas, culturas y estratos socw-economlc~s de todo rra preferible concentrar todas las energías en consolidar en Palestina
e! mundo estos sionistas, laicos en su inmensa mayoría, tuvIeron que ullas posiciones económicas que se convirtieran en triunfos para poste-
echar ma~o de la religión y de la Biblia: de las tradiciones religiosas que riores pretensiones políticas. En efecto, nadie puede negar que la recolo-
unían a todos los judíos, de! recuerdo de la soberanía estatal perdida Ilización judía de Palestina no produjo un importantísimo floreci~iento
2000 años antes de las fronteras del gran reino davídico-salomónico, rwnómico en el país que, bajo la dominación otomana, se habla con-
cuando e! antigu~ Israel tuvo su época de esplendor. Ya aquí se comen- vertido en una región infradesarrollada, empobrecida, des,értica y defo-
zaba a ver que diversos paradigmas se impondrían en el. futuro Estado restada. Los judíos mostraron aquí -llevando la contrana a todas las
judío y que estarían en litigio: no sólo e!emen~os d~l paradI!?~a moderno- distorsionadas imágenes que se tenían de ellos en e! mundo- los logros
ilustrado (P V: una democracia parlamentarIa), SIllO tamblen los de! pa- ton espectaculares que eran capaces de conseguir en la agricultura, a la
radigma del Imperio davídico (P 11: el reino de Judá y el ~eino d.e! Norte que se les había cerrado el paso durante tanto tiempo. ,,
unidos, Jerusalén como capital, las fronte!-"as lo m~s a~plIas poslbl~). Pe- Pero desde hacía tiempo era evidente que, con la DeclaraclOn Balfour,
queños partidos religiosos y e! Gran RabInato cUldanan de que se I~tro­ /le había formulado una posición básicamente contradidoria. Ella con-
dujera una jurisdicción religiosa autónoma (P I1I), Y de, qu~ ~l paradIgma tribuyó en buena medida a que Palestina se convirtiera enuno de los paí-
rabínico-medieval (P IV) tenga que ver con la determmacwn de la con- /ll'S más disputados de la Tierra, pues los conocedores de la situación, así
dición de judío, así como del derecho familiar y privado. I:omo dirigentes sionistas, sabían desde un principio lo que ,habían in-
tnwalorado muchos que actuaban en e! espíritu del nacionalIsmo euro-
Naturalmente se estaba aún muy lejos de haber logrado e! objetivo de IWO y de! colonialismo: que Palestina no era precisamente el ~país sin
fundar un Estad~, pero, después de la Primera Gue:ra ~undial, se pro- Ilueblo» al que pudiera trasladarse sin más ni más e! «pueblo sm país».
dujo la tercera 'Aliya, sustentada especialmente por InmIgrantes p'ola~~s, I.ll muy comprensible gran visión de Herzl parecía no consumarse pre-
que fundaron mayoritariamente colonias ~gr!colas. En la orgaOl~aCI<>.n lisamente en Palestina.
sionista convertida entre tanto en un mOVImIento de masas, se dlscutla
ahora,c~n intensidad creciente, sobre objetivos y caminos de! sionis~,o, No hay país sin pueblo. El problema de Palestina
sobre estrategia y táctica, sobre la política económica, sobre la fundacwn
de una «Jewish Agency» (deseada por la Sociedad de Naciones) para Pa- 1.• 1 razón es sencilla. En el relativamente pequeño país de Palestina había
lestina; pero sobre todo, se discutía sobre la actitud frente a Inglate:ra, la Y.I una considerable población autóctona que se componia de árabes en
potencia mandataria. Porque, por decis~ón ,de la Soc:iedad ?: NacIOnes, C" sus 6/7 partes 17 • Pero los nuevos colonos, si no la ignoraron lisa y lla-
Palestina se convirtió en 1920 en terntono sometIdo ofIcIalmente al lIamente, sí la contemplaron con indiferencia, en el mejor de los casos
mandato británico. En ese acuerdo, Jordania Oriental (Transjordania) 1 C11\ displicencia, y paulatinamente fueron despreciando III honor y sus
quedaba separado como zona aparte, que los británicos entr~saron en derechos, como si sólo estos nuevos pobladores tuvieran el derecho a la
1921 al emir hachemita de Ammán, Abdallah, que se convertIrla en rey lotalidad de Palestina.
de Jordania tras la independencia (1946) (en ese mismo año de 1921, los Consecuencia: aunque inicialmente apenas estaban pditicamente or-
británicos hacen rey de Irak a Faisal, herman? pequeño de Abda~lah; ~::tl\izados, los árabes palestinos comenzaron a emprendfruna creciente
caída de la monarquía en 1958). «En rec<,moclilllentc;> de los espe~Iales ¡ll'Iitud de defensa frente a las oleadas de inmigrantes juaios. Se produ-
lazos históricos del pueblo judío con Palestma», la SOCleda? d~ Nac~<;>lles I{'/'on <<levantamientos» antijudíos ya en 1920 y en 1929, rrotagonizados
había invitado a Gran Bretaña en 1922 a favorecer "la mmlgracwn y !lO sólo por «extremistas» árabes, sino por habitantes d¡Palestina que

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4. NO HAY PAIS SIN PUEBLO, El PROBLEMA DE PALESTINA
A./l1. LA VUELTA A ISRAEL

rl1 libertad. En 1925 fundó, ahora en desacuerdo público con el mode-


llevaban allí muchos siglos pues el número de los colonos sionistas --en rado Weizmann, su propia y agresiva «New Zionist Organisation», con
d ste punto se cumplió la vi~ión de Herzl- aumentaba con suma rapidez:
e unos 60.000 en el año 1919 pasaron a unos 600.000 en los años cua-
rnsgos fascistas y terroristas, que apostaba por «un Estado judío a ambos
renta 18 Indos del Jordán» y por una «justicia social sin lucha de clases» (contra
, " " El ~OtIVO ' pnncipal
, que empujaba a 1a emlgraclOn
' " no er~ t an t o 1a
los socialistas, un «Revisionist Zionism»). Opinaba Yabotinsky que -al
VISlon,onlsta,
U SI' SIllO más bien el temor a 1 antIsemItIsmo;
' ' , pnmero en IIn de cuentas-los árabes pueden asentarse en otros países árabes; los
d cíallIa y Polonia, donde se encontraba la mayor comunidad judía fuera Judíos no.
t e ,os Estados Unidos de América y donde, además de las numerosas cor-
af lsas legales, tenían que soportar verdaderos pogromos; luego, ¡natu- Pero no sólo él, sino también Ben Gurion, cuya política global apuntó
~a ,mente!, en la Alemania nazi y, finalmente, en toda Europa. Pero
dl'sde un principio a la mayor expansión territorial posible del «hogar»
cc~mo resolver este problema en Palestina?
Judío, contó con la «transcolonización» (Transfers) de la «población
fo n lo referente a la cuestión árabe, dentro del movimiento sionista se
¡ .., .. be». En la era del nacionalismo, del imperialismo y del colonialismo
radmaron dos corrientes principales que se combatieron de forma acalo-
a y que encarnaban dos personalidades: (recordemos los trasvases de población realizados por Stalin y por Hitler),
10n~Por un lado es~aba David Ben Gurion (1886-1973)19, nacido en Po- "des desplazamientos eran bastante aceptados como medios de la políti-
lil. Inglaterra y Francia acababan de dividir ---contraviniendo la prome-
les/a, y que, conqUIstado por las ideas de Herzl, había emigrado a Pa-
Na británica a los árabes- todo el Oriente Próximo y Medio señalando
pro~a en 1906, donde ~rabajó inicialmente en la agricultura. Convertido
f
díos en uno de los dIrigentes del Movimiento de los trabajadores ju- lronteras en parte arbitrarias y «zonas de influencia», con 10 que un
pueblo sin fuerza y sin lobby como los kurdos musulmanes (antes había
los EstU~ expul~ado por los turcos y pasó a organizar la Legión Judía en
dador (;90S Ullldos. V~elto a Palestina en 1918, se convirtió en cofun- ol'urrido lo mismo con los armenios cristianos) carecía de posibilidades.
En conexión inmediata con la fundación de la «Jewish Agency» en
fund a dor 20) Y secretano general del sindicato J'udío Histadrut· en 1930
ta b" d I ' , , 1')29 se reprodujeron mayores disturbios entre los árabes y hubo una
cialista ' ~ len e partIdo laborista (Mapai). Ben Gurion y los so-
cipalm: ~Ionlstas (apoyados por los liberales) estaban interesados prin- IlIatanza masiva de judíos en Hebrón. Era ya viejo, pues, aquel círculo de
la I'nmI' n e ,~n estructurar una sociedad socialista en Palestina. Mediante Violencia y contraviolencia que alcanzó un primer momento culminante
conflictos graclOn c y 1a actlvI
"da d ,c,oIolllzadora
· , llegar, a poder ser sin
se debla 1'11 los años 1936-1939 y que tiene en vilo hasta hoya Israel y al mundo.

sólI'da est y on la CooperaClOn de los trabajadores árabes, a crear una Desde 1937, Yabotinsky era comandante del movimiento clandestino te-
judío queructura '" d' "
,eC~)fiOmIca JU la y constrUir aSI, paso a paso un Estado I"rorista que se había separado de la Haganá en 1931 y que se llamó
jano tam{/eg¡n la Idea ~e Ben Gurion, llegara a abarcar en u~ futuro le- -Irgun Zwai Leumi» (Etzel), brazo militar del partido revisionista radical
-E l len a parte orIental del Jordán. dc derechas. Intención consciente y querida del Irgun era sembrar el
period~taa otr~dParte se encontraba VIadimir Yabotinsky (1880-1940)20 odio y la enemistad mediante provocaciones planificadas y arbitrarios
,
ngente naCI en
sionista o en
la ROdess' a, pol'Ig1ota: ora,dor b n-1lante y destacado di-' Mentados con bomba. Pretendía combatir a los árabes con aquellos mé-
rra Mundial f d' 1 USI~ prerrevoluclOnana. Durante la Primera Gue- lodos y prácticas terroristas que servirían de modelo treinta años más
batar Palestinaun loa LegIón Ju~ía que luchó Con los aliados para arre- larde a AI-Fatah, la organización terrorista palestina bajo la dirección de
apuntaban d' a os turcos . Vladunir y a bo t'lllSky y su partI' d " ,
o reVlSlOlllsta Y;lsir Arafat21 .
ambos lados Id:l~t~~te a un Estado judío con las fronteras bíblicas a Ya entonces subestimaron la resistencia árabe los sionistas, todos
o
Era imprescindible : e a~, ,!¡e no ~e podría, cr~ar sin el uso de las armas. I'lIos empeñados de continuo en una política basada en faíts accomplis
mundo, dispuesta ~ l 1 h' un
~na Juventud Judla, de Palestina y de todo el (hechos consumados) económicos, políticos y más tarde, sobre todo,
c~n la fuerza militar ~r~c t· o~t~nía que un,Es~a<lo soberano asegurado
mIgración judía La conf e req~!SIto lmprescmdlble para una masiva in-
lIIilitares, Naturalmente, los árabes no estaban organizados aún en Pa-
lestina de forma estatal o para estatal. Desde el siglo XVI habían vivido
"
era, pues, Inevitable segúnrontaclon
él. armada con 1os b'"ntalllcos y los árabes hajo la dominación otomana, desde la Primera Guerra Mundial bajo la
P~)f eso, el sionista de der h y b ' dominación británica, y ---como ya hemos apuntado-las fronteras ac-
gana, aquel ejército c1andest' ec ,as, a otIllslcy organizó en 1920 la Ha- 11I;lles acababan de ser fijadas por Inglaterra y Francia. En un primer mo-
yen los órganos de defensa ci°lJudlOl qU,e s~ tría en la «]ewish Legion»
llu. /liento, estos árabes palestinos apenas pensaron en un Estado indepen-
c~a de 1920 Se lanzó a la ri: as ca Olllas Ju~~as en Palestina. En la Pas- dicnte. Con todo, también los árabes palestinenses tenían su identidad
s!mas !llasas árabes en ]%rus:l~~ confron~a~l~n abierta con las irritadí- propia que los diferenciaba de los árabes sirios, egipcios o mesopotámi-
tmsky Junto con toda la dirección de ~okbnta~Icos ¿etuv:ieron a Yabo- lOS; sin hablar de los judíos palestinos. Precisamente los sionistas que
a agana, pero volVIeron a dejarlos ('/Iligraron en número creciente desde los años ochenta del siglo XIX pro-

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A.II!. LA VUELTA A ISRAEL
4. NO HAY PAIS SIN PUEBLO. EL PROBLEMA DE PALESTINA

vocaron un creciente nacionalismo palestino, una moderna nación pa-


lestina 22 . Era una simple cuestión de tiemp023 el momento en que recla- Con todo, prosiguen los atentados contra los británicos. Los realiza,
maría su derecho de autodeterminación nacional el pueblo palestino, al Nonre todo, aquel Irgun Zwai Leumi que ahora - Yabotinsky, el más dis-
que los judíos han pretendido negar durante largo tiempo su carácter de (utido de todos los sionistas, había muerto en 1940 en América de un in-
pueblo, la nacionalidad e incluso, a veces, hasta el nombre y la existencia. fllrto- es dirigido por el joven abogado polaco Menajem Beguin (1913-
La huelga general de mayo de 1936 yel subsiguiente levantamiento 1992)24 que había inmigrado a Palestina en 1942 y cuya intención
(con casi 3.000 víctimas árabes, 1.200 judías y 700 británicas) pusieron dedarada es la de echar de Palestina a los británicos a bombazos. Los ju-
de manifiesto una conciencia nacional de los palestinos que había creci- díos polacos, que se encontraban en crecientes apuros desde que su patria
~o fuertemente. Sin duda, quedó patente ya entonces que los palestinos se había recuperado la independencia, parecían más dispuestos que otros a
sItuaron en el lado equivocado, demostrando una gran pasión, pero es- practicar la violencia. El Irgun de Begin (junto con la LEHI) es el princi-
caso sentido de la realidad y poco espíritu de cooperación. Porque nadie pal responsable de los atentados terroristas en los mercados árabes de Je-
les tomaba en serio en Occidente, el movimiento nacional palestino tra- rusalén y Jaifa, del asesinato de Lord Moyne (1944), plenipotenciario
bajó bajo el mufti de Jerusalén, Amin el-Husseini; desde 1936 a 1943 co- hritánico en Oriente Próximo, de la voladura parcial del hotel Rey David
la~oró incluso con la Alemania de Hitler, como medio siglo después, de Jerusalén (1946), utilizado por el Gobierno británico, en la que hubo
baJo la dirección de Yasir Arafat, colaboró -víctima de la frustración- lJ 1 víctimas mortales, así como del impactante asesinato (por la LEHI)
con Sadam Husein, el dictador de Irak. del mediador de la ONU, conde Folke Bernardotte (1948), que había
presentado un nuevo plan de partición; atentados terroristas condenados
¿Qué podemos decir del Gobierno británico? Éste, después de haber oficialmente por la «Jewish Agency», cuya sede había sido volada por los
prometido Palestina a los árabes y a los judíos durante la Primera Guerra ¡trabes en 1948, y por la Haganá, pero tolerados de hecho. Cuando, entre
Mundial, a la vista de estos dos frentes, siguió una actitud de zigzagueo 1944 y 1948, fueron llevados a Palestina por caminos secretos (<<Inmi-
que le condujo a una política sin salida. ¿Era posible al mismo tiempo Kración ilegal», «'Aliya Bet») unos 200.000 supervivientes del holo-
promover el nuevo hogar judío y defender los derechos de la población (austo que fueron apoyados en su nueva patria por la Haganá y por
ár~be ,asentada allí durante más de un milenio? Aquel intento no podía todos los movimientos clandestinos judíos, los crecientes conflictos entre
sabr bIen a la larga. ¿Qué hacer a la vista de los conflictos armados entre la población árabe y la judía obligaron a tomar una decisión.
árabes y judíos, cada vez más frecuentes desde finales de los años treinta? Polo contrapuesto a Beguin, pero también aBen Gurion, fue el diri-
¿Qué hacer respecto de la inmigración ilegal de tantos judíos europeos Kcnte sionista Nahum Goldmann (1895-1982), que había huido de Ale-
que, tras la toma del poder por los nazis en 1933, había iniciado la mania en 1933, que representó de 1935 a 1940 a la «Jewish Agency» en
q,uinta,'Aliya? ¿Qué hacer a la vista de que la Haganá combatía ahora, la Sociedad de Naciones de Ginebra y posteriormente actuó en América
sImultaneamente, a los árabes y a los británicos? ((linO «estadista sin Estado»25 en favor de la fundación del Estado de Is-

El informe de la Comisión Peel recomendó ya en 1937 la partición de rael. A diferencia de Ben Gurion y de otros dirigentes sionistas, Gold-
l,a Palestina occidental en un Estado judío y otro árabe, propuesta que los Illann -que también colaboró en la grandiosa Encyclopaedia Judai-
ara?es rechazaron de plano, pero que Ben Gurion, el líder del partido la- Cd- abogó desde un principio , y sobre todo después como presidente
bOrIsta, la fuerza más poderosa dentro del sionismo, acepta por astutas JeI Congreso Judío Mundial (1949-1977), por la colaboración entre
consi~eraciones tácticas (como palanca para la paulatina conquista de ¡ira bes y judíos. Como promotor incansable del entendimiento entre
Palestma). Pero los británicos tienen muy claro que no se puede crear un ¡iranes y judíos, aquel hombre que gozaba de gran prestigio dentro y
~stado judío contra la voluntad de los árabes (así opinarán aún en un fucra del mundo judío tenía que entrar en conflicto con aquellos políticos
hbro blanco de 1939). Al contrario, hay que limitar definitivamente la in- Israelíes de izquierda y de derecha que tendían, de forma abierta o se-
migración judía al número de 75.000 al año; y suspenderla por comple- ncta, a un Estado judío homogéneo que debería extenderse por la tota-
to al cabo de cinco aíios. lidad de Palestina o, al menos, por su mayor parte. Ni siquiera Jaim
Pero la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se encargará de que Wl'izmann estaba dispuesto a reconocer a los palestinos aquellos dere-
también esta política fracase, pues los británicos vuelven a ver con bue- lhos u objetivos que reclamaba como algo evidente para los judíos. Es
nos ojos todo apoyo proveniente de los ju¿íos, que se alistan volunta- patente que una sombra se abatió desde un principio sobre la fundación
riamente en el ejército británico que se encuentra en Palestina. En con- d," Estado de Israel, contra las intenciones de Herzl y de otros muchos
secuencia, los británicos levantan las restricciones para la adquisición de sionistas. ¡Cuán distintos habrían sido los acontecimientos si se hubiera
terrenos en Palestina y encomiendan a la «Jewish Agency» el control "sulchado más a Nahum Goldmann (o a Martin Buber)!
sobre la inmigración judía.

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A.III. LA VUELTA A ISRAEL 5. EL ESTADO DE ISRAEL: DAVID SEN GURION

5. El Estado de Israel: David Ben Gurion IIharcara la totalidad de Palestina. Políticamente más astuto que los ára-
bes, Ben Gurion acata el plan de partición a pesar de algunas reservas y
Una cosa es segura: el sueño de muchos sionistas de tener un hogar en lIe lanza decidido a la fundación del Estado. El Consejo Nacional de los
Palestina se ha realizado sólo a medias. Se había encontrado una tierra, .Judíos proclama el Estado de Israel el 15 de mayo de 1948. Ya entonces
incluso la tierra de los judíos por antonomasia, pero eso tampoco traía la provocó inquietud en algunos el hecho de que David Ben Gurion, que se
tranquilidad y la paz para el pueblo judío. Al contrario. El «problema l'IlIlvirtió luego en el primer ministro presidente y ministro de defensa de
judío» se había desplazado de Europa a Palestina; y este problema se INrad (1948-1953 y 1955-1963), dejara de mencionar en la declaración
agudizará cuando el sionismo, que ya había conseguido imponer en el d(" independencia -a diferencia del representante de la «Jewish Agency»
tiempo de entreguerras una autonomía de la comunidad, una autoadmi- ("11 Washington-las fronteras fijadas por la ONU.
nistración bastante amplia e incluso un parlamento, la Knesset («Asam- Desde que el Archivo Nacional Israelí publicó (1982) los diarios de
blea», nombre y número de los 120 diputados tomados de la «Gran I-I"crra de Ben Gurion y otros miles de documentos relacionados con la
Asamblea» de Esdras y Nehemías), alcance su meta -no motivada, illndación del Estado mantenidos en secreto hasta entonces, conocemos
aunque sí acelerada por la guerra mundial y el holocausto-: la funda- hoy mejor los motivos e intenciones de Ben Gurion y de otros dirigentes
ción de un Estado. .illnistas. Gracias a los esfuerzos del ya mencionado historiador y publi-
En mayo de 1942, David Ben Gurion, rival del liberal Weizmann, con dsta israelí Simja Flapan (1911-1987), se estudió con precisión todo
la ayuda de militantes sionistas americanos, se había impuesto en un con- ("Hll" ingente material en la universidad de Harvard, con el apoyo de
greso sionista celebrado en Nueva York a elementos conciliadores. Su fundaciones norteamericanas y con un gran equipo de investigadores.
«Programa Biltmore» (presentado en el hotel Biltmore) apuntaba de Hapan, que trabajó para el sionismo socialista desde sus años de juven-
hecho a un Estado que comprendiera la totalidad de Palestina. N o se tlld en Polonia, que vivió durante más de 40 años en un kibbuz israelí y
mencionó una participación de los árabes en la configuración del Estado fll!' casi durante 30 años secretario general de aquel partido Mapam de
ni se hizo alusión a frontera alguna, porque el objetivo no era un Estado uquierdas, la única corriente del sionismo que reconocía el derecho de
I
judío en Palestina, sino Palestina como Estado judío.
Pero las cosas cambiaron debido a la nueva constelación de poderes
,utlodeterminación de los palestinos árabes y se decantó con otros grupos
I'("queños por una colaboración pacífica entre judíos y árabes, no es en
que emergió al tinal de la Segunda Guerra Mundial y a las Naciones Uni- Illodo alguno sospechoso de enemistad hacia los israelíes. Cuando, como
das, competentes ahora. El 14 de mayo de 1948 debía terminar el man- IrC,logo cristiano europeo, apoyado en estas investigaciones, tengo que
dato británico. Nahum Goldmann había abogado ya antes por una di- Iwhlar -en honor a la verdad- del doble papel de personalidades ju-
visión y por la creación de un Estado judío viable en una parte adecuada dlas importantes en el <<nacimiento de Israel», no quiero olvidar ni por
de Palestina; y Jaim Weizmann presentó el diseño de un plan de partición 1111 instante la monstruosa historia de culpa de cristianos y de europeos
que luego sufrió fuertes modificaciones. Una sólida mayoría de la ONU qlle está en el trasfondo de este nacimiento. Tampoco quiero tender la
(¡USA y URSS!) aprobó, finalmente, el 29 de noviembre de 1947, la IlIt'nor sombra de duda sobre la justificada existencia de este Estado de
partición de Palestina en un Estado judío y otro árabe, con fronteras de- INrad ni sobre su derecho a vivir dentro de unas fronteras seguras y re-
limitadas claramente, unión económica de ambos Estados e internacio- wllocídas. De esto tendré que hablar con todo detalle en la tercera parte
nalización de Jerusalén bajo administración de Naciones Unidas. Los ju- d(·1 libro. Sin embargo, todo ello no es óbice para hacer un trabajo de
díos, que tienen entonces el 10% del suelo de Palestina, deben recibir el d('smitologización allí donde los mitos desplazan a la verdad o amenazan
55%, unos 15.000 km2. La población árabe, que era casi el doble con su , 1111 desfigurarla.
1,3 millones de habitantes, recibía 11.000 km2 • Los árabes -las princi- Precisamente aquí comenzó Simja Flapan, y tuvo la posibilidad de
pales potencias de la Liga Árabe (los palestinos carecían entonces de re- pllhlicar poco antes de su muerte sus resultados sobre la fundación del Es-
presentación y organización políticas)- rechazar()n esta partición. Como Lulo. En la introducción de este libro, el autor confiesa que, como la ma-
el tiempo se encargaría de demostrar, esta negativa fue un error de graves yoría de los israelíes, también él «estuvo siempre bajo la influencia de de-
consecuencias históricas, pues, con ella, los ára bes desaprovecharon la Irrminados mitos que fueron tenidos como verdades comprobadas
fundación de un Estado palestino propio, que ahora desean con tanto histúricamente»26. El primero de los siete mitos sobre los que habría
ardor. ~Ido construida toda la «mitología del Estado israelí» dice así: «El acuer-
Con su negativa, los árabes sirvieron en bandeja la victoria aBen do dd movimiento sionista con la resolución de partición aprobada por la
Gurion, jefe no sólo del partido laborista, sino, cesde 1935, también de \ )NlJ el 29 de noviembre de 1947 representaba un compromiso decisivo
la «Jewish Agency» y de la ejecutiva sionista en Palestina. En efecto, ya 1011 l'1 que los judíos palestinos abandonaban su idea de un Estado judío

hemos mencionado que él ambicionaba en secreto un Estado judío que qll(, Sl" extendiera a la totalidad de Palestina y reconocían el derecho de

286 287
A.III. LA VUELTA A ISRAEL
6. CINCO GUERRAS, PERO LA PAZ NO LLEGA

los palestinos a tener un Estado propio. Israel estaba dispuesto a este sa- vfn en la oposición, insultó a todo alemán y también a Adenauer ,Il~­
crificio porque ello era el requisito indispensable para que la resolución lII:índolos públicamente nazis y asesinos y amenazó con una 9uerra CIvIl,
pudiera realizarse en colaboración pacífica con los palestinos»27 .. l\ton Gurion tachó de fascista la ideología de los que se opoman a tal re-
Sin embargo, como las investigaciones de Flapan y de su eqUipo de- I,,,ración, y les amenazó con emplear el ejército. Así consiguió firmar un
mostraron, esto fue «en realidad sólo una concesión táctica en el marco n~uerdo con la República Federal de Alemania en 1952 (Acuerdo de Lu-
de una estrategia global que no había cambiado para nada»: «Esta es- xrmburgo) por el que Alemania se comprometía a pagar hasta 1965 la
trategia apuntaba en primer lugar a hacer fracasar l.a creació~ d~ un Es- mntidad de 3.450 millones de marcos alemanes, cantidad que equivaldría
tado independiente de los árabes palestinos. Un pnmer mOVImIento en hoya unos 217.350 millones de pesetas, sobre todo para ,asentamie?to y
esta dirección fue la conclusión de un acuerdo secreto con Abdallah de rrincorporación de refugiados judíos en Israel. Se estableCIeron relaCIOnes
Transjordania, el cual, con la ,anexión del t7rritori<: previs~o para un Es- diplomáticas en 1965, siendo canciller federal Ludwi!? Erh~rd.
tado palestino, creyó dar el pnmer paso haCIa su ,s0r:t~do remo ~e l~ Gr~n Finalmente, Ben Gurion fue capaz de asegurar la eXIstenCIa del Estado
Siria. Además, esta estrategia apuntaba a la amphaclOn del terntono aSIg- d\' Israe! en las dos primeras y decisivas guerras con los ára,b~s tras la sa-
nado por la ONU para el Estado judío»28.
¿Era, pues, realmente inevitable la guerra entre judíos y ~~abes?,Esto
es lo que se suele decir. Sin embargo, antes de la declaracIOn de mde-
pendencia de Israel, muchos lídere~ palestinos se h~~í~n esforzado I?or
llegar a un modus vivendi. Fue prec,I~am~nte la OpOSICIon de Ben GU~lOn
I
IIIIa de las tropas británicas. Además, alcanzó logros deCISIVOS para la
, t lI1strucción tecnológico-económica y científico-cultural del ~sta~o de Is-
1,11'1, así como para la asimilación de las enormes masas de mmIgrantes
'1"t' afluyeron de todo el mundo. Pero no fue capaz de darla paz a su Es-
1.ldo. Al contrario. Porque toda la política de este «pr()feta armado»
a un Estado palestino la que empuJo a estos a pasarse a aquel muftI de ,Ipllntaba desde un principio a la mayor expansión territorial pO,sible del
Jerusalén que combatió fanáticamente el Estado de Israel y que, por esa htado israelí e iba consiguientemente contra un Estado palestmo, Ben
causa no tuvo el menor inconveniente en establecer contactos con el ene- (;urion puso el fundamento -junto con los irreconciliables del lado
migo 'mortal de los judíos, Adolf Hitler. Una propuesta de mediación Mabe- para una carrera armamentista, para continuas gue;ra~, para e!
americana presentada en el último minuto p~ra una tregua de tres ,~eses dl"vaJo endeudamiento de! Estado y para una derrota eC()nOmICa (algu-
a condición de que Israel aplazara momentaneamente la declaraclOn de IIIIS israelíes dicen incluso: para una derrota moral). Todoslos esfuerzos
independencia fue aceptada por los árabes, pero rechazada por una es- llI'abes apuntaron desde 1948 a anular e! Estado de Israel ya decidir. la
casa mayoría (6:4) dentro del gobiemo provisional presidido por Ben Gu- ~illlación en Palestina a su favor, mediante las armas. ConsecuenCIa:
rion. ¿Es cierto, como se ha afirmado en repetidas ocasiones" qu; Isr~~l IksJe el día de su fundación, e! joven Estado se encontró prácticamente
tendió siempre su mano a un acuerdo de paz y ,q~e, como m~gun, dm- "n guerra con sus vecinos árabes.
gente árabe reconoció el derecho de Israel a eXIstIr, no hubo Jamas al-
guien con el que se pudieran entablar conversaciones de paz? Flap~n lo h, Cinco guerras, pero la paz no llega
niega: «Al contrario, entre el final de la Segunda Guerra MundIal y
1952 Israel rechazó una tras otra cuantas propuestas le fueron avanza- 1,'11 cinco contiendas cruentas de diverso carácter se enfrentarán árabes e
das p~r Estados árabes y por, mediadores neu~ral~s y que habría? podid~ israelíes durante los siguientes veinticinco años 30 • Anticipamos el resul-
conducir a un arreglo pacíftco»29. Por conSIgUIente, Ben Gunon opto Iildo: e! pequeño Estado de Israel que lucha por la independencia se
conscientemente por el conflicto permanente con el mundo árabe, pues 10IIvertirá en la potencia militar de! Gran Israel que man~ene ocupados
supo que USA y el mundo occidental estaban con él; y sobre todo, la Re- Illllplios territorios árabes, mientras que e! nativo pueblopalestir;to, con
pública Federal de Alemania refundada en 1949, 11 11 liS cinco millones de habitantes, pasa a ser un pueblo de refugIados y
oprimidos (a los que en Occidente se descalifica con fre.;uencia tildán-
Si el logro más importante de David Ben Gurion como estadista fue la dlllos de «extremistas» y «terroristas»).
fundación del Estado, el segundo fue la reconciliación política con Ale-
mania. Realmente buscó un entendimiento con la Alemania de Ade- l. La guerra de independencia, que estalla e! mismo dia de la funda-
nauer. ¡POCOS años después del holocausto! Tanto Ben Gurion como dón del Estado de Israel, dura del 15 de mayo de 1948 halta el 24 de fe-
Adenauer fueron dos políticos de un formato extraordinario, con una brero de 1949, e intervienen en ella Jordania, Egipto, Iral,Siria y Líba-
elevada conciencia de poder y responsabilidad, pero también de un prag- no. La desunión existente en e! bando árabe y las deficielltes cualidades
matismo con altas cotas de sobriedad. Adenauer estaba convencido de de sus ejércitos sirven en bandeja la victoria a Israel: se cClllfirma la par-
que los pagos como reparación ayudarían económicamente a Israel y mo- tkiún de Jerusalén; e! territorio de Israel es ahora con5lderablemente
ralmente a Alemania. Cuando Menajem Beguin, en 1952, estando toda- mayor que el asignado por e! plan de partición propiciado por la ONU;

288 289
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Fuente: S. Flapan 100 km

El actual Estado de Israel con los territorios ocupados


Plan sionista de 1919 para Palestina

290 291
A.\lI. LA VUELTA A ISRAEL 6. CINCO GUERRAS, PERO LA PAZ NO LLEGA

se concede a Jordania una parte del territorio situado al oeste del Jordán (mmo muchos intelectuales y políticos israelíes desean) conseguir una paz
(West Bank = ribera occidental). Sombras de la victoria: en virtud de la verdadera a cambio de los territorios ocupados y contribuir al estableci-
guerra, temor e intimidación (atentados planificados a sangre fría, ma- miento de un Estado árabe, independiente y pacífico, de Palestina. Israel
sacre y asesinatos de mujeres y niños de la pacífica aldea palestina Dir se convierte en potencia de ocupación y es desde ese instante la principal
Yassin por el Irgun y LEHI se convirtieron en un toque de alarma para responsable de que la paz esté ausente del Oriente Medio.
toda Palestina), una huida masiva que se extiende rápidamente, pero
también (no planeada, pero sí tolerada por el Gobierno israelí) expulsión 4. La guerra del Yom-Kippur, del 6 al 25 de octubre de 1973, que co-
de unos 850.000 árabes de sus lugares nativos a los Estados árabes li- mienza con un ataque por sorpresa de Egipto y Siria apoyados por la
mítrofes; 360 aldeas y 14 ciudades que se encontraban dentro del Estado Unión Soviética. Egipto en el Canal de Suez y Siria en los altos del
de Israel son destruidas por completo, para hacer imposible el retorno de Golán lanzan una ofensiva masiva, inicialmente victoriosa, que los is-
los refugiados árabes. Nacen entonces los grandes campos de refugiados raelíes consiguen frenar sufriendo muchas bajas. Tras encarnizados com-
y los movimientos de liberación palestinos. hates durante más de dos semanas y media se llega a una tregua; después,
En los años siguientes tienen lugar las inmigraciones masivas de ju- l'n 1974, bajo presiones de USA, se consigue un acuerdo con Egipto y
díos, principalmente de Asia y Africa, de forma que la población judía, Siria sobre desconcentración de tropas. Pero tampoco se logra la paz.
que es de unos 600.000 en 1947, pasa a doblar con creces esa cifra. Co- Al contrario. Los asentamientos judíos en los territorios ocupados, exi-
mienza un admirable cultivo de la tierra, pues, a diferencia de los árabes, ~idos sobre todo por los partidos religiosos, constituyen desde entonces
los israelíes utilizaron las posibilidades industriales, tecnológicas y cien- un permanente objeto de controversia. Sobre todo las tensiones surgidas
tíficas que les ofrecía el paradigma moderno. a causa de los discutidos asentamientos judíos en los territorios ocupados
hicieron que dimitiera el Gobierno laborista en 1976/77 y que se cele-
2. La expedición militar al Sinaí, del 29 de octubre hasta el 8 de no- hraran nuevas elecciones. Por primera vez en la historia, el partido la-
viembre de 1956. Tras sufrir atentados árabes y ver cómo le cerraban la horista unido (Mapai) se encuentra entonces en la oposición. Accede al
vital vía mari tima de Tirana, Israel --coordinado perfectamente con la (;obierno el partido Jerut, fundado en 1948 en el espíritu del extremista
funesta intervención militar franco-británica (crisis de Suez)- inicia una de derechas Yabotinsky, fuerza conocida también como bloque Likud,
guerra preventiva contra el Egipto de Gamal Abd el-Nasser. Ocupa la conservador de derechas, bajo el antiguo terrorista y temido jefe del
franja de Gaza y la península del SinaÍ. Obligado por la URSS y USA a la Iq~un Menajen Beguin, que ocupa ahora el puesto de ministro presiden-
tregua, Israel se retira en diciembre de 1956 del Sinaí y luego también de te y exige negociaciones directas. No debemos olvidar que es e! primer
la franja de Gaza, no sin antes haber recibido garantías de navegación ministro presidente de Israel que se vio afectado directamente por el
libre por el golfo de Akaba. holocausto.
El presidente egipcio Anwar el-Sadat emprende entonces una iniciati-
3. La guerra de los Seis Días, del S al11 de junio de 1967. Una vez va osada: en noviembre de 1977 gira una visita de tres días a Jerusalén
más, Israel se adelanta al masivo avance de las tropas de Egipto, Siria y ron la esperanza de conseguir la devolución de los territorios ocupados a
Jordania, desencadena una guerra preventiva y aniquila la aviación egip- G\mbio de la paz con los árabes. Pero Beguin rechaza la mano que le
cia cuando se encuentra aún en tierra. En una guerra con tres frentes, Is- t il'nde Sadat. Intervienen entonces los norteamericanos y, tres décadas
rael ocupa la franja de Gaza, de 38 km. de larga, y dependiente de Egip- después de la creación del Estado de Israel, se llega el 17 de septiembre de
to; también ocupa la península del Sinaí, los altos del Golán sirio, así 1978 a un acuerdo entre Egipto, los Estados Unidos e Israel bajo la me-
como el llamado Occidente de Jordania (West Bank, de unos 115 km. de diación del presidente norteamericano Jimmy Carter en Camp David, al
largo por 50 km. de ancho); y, sobre todo, la Jerusalén árabe. Acuerdo de Camp David. Por fin, el 26 de marzo de 1979, bajo la pre-
Consecuencias indirectas: primero por temor a un nuevo holocausto y ,iún de Washington, Israel firma un acuerdo de paz con Egipto que
luego por la euforia de! triunfo, se produce, por primera vez, una amplia !leva a la retirada israelí del Sinaí.
identificación de los judíos de todo el mundo, incluso de los no sionistas, Pero como no se incluye en la solución el punto principal, la cuestión
con el Estado de Israel; principalmente en los Estados Unidos de Améri- palestina, los restantes Estados sabotean no sólo a Israel, sino también a
ca. Ligada a esa identificación está una masiva ayuda económico-finan- F~ipto. Sigue ausente la paz. La situación militar en Oriente Próximo
ciera que lleva a una mayor pujanza económica y, lo que es más impor- SI~IIC inestable. Israel apenas cumple una de las promesas aseguradas
tante, a la renovación de la conciencia de ser no sólo una comunidad l'Imtractualmente respecto de la autonomía palestina; las acciones terro-
religiosa internacional, sino un auténtico pueblo. Pero Israel desaprove- ristas, protagonizadas ahora por los palestinos, continúan; tras un aten-
cha la oportunidad hist()rica que le ofrece su posición de fuerza para lado palestino a un autobús en Te! Aviv, en el que se producen 45 vícti-

292 293
6. CINCO GUERRAS, PERO LA PAZ NO LLEGA
A.III. VUELTA A ISRAEL

mas mortales, las tropas israelíes ocupan todo el sur del Líbano (15 de constituyen una unidad; que no es posible definir suficientemente la
marzo a 13 de junio de 1978). condición de judío teniendo sólo en cuenta la vertiente religiosa o el
plano étnico. Como ya hemos visto, es innegable que el judaísmo ha su-
5. La invasión del Líbano, que se consuma el 6 de julio de 1982, es perado sorprendentemente bien los 2.000 años de carencia de Templo y
enmascarada bajo la denominación de «Operación de paz para Galilea». de Estado como una «república de sabios» con una intensa vida común
Se trata claramente de una guerra de agresión que será llevada hasta Bei- 11 pesar de todas las catástrofes. Pero el Estado de Israel-que sigue sien-

rut, la capital de Líbano, y va dirigida sobre todo contra la «terrorista» do un problema tanto para el judío ultra ortodoxo como para el laico de
OLP. Milicias «cristianas» cubiertas por militares israelíes pueden per- izquierdas- ha cambiado básicamente la situación del judaísmo mun-
petrar en los campos de refugiados palestinos de Shabra y Shatila las ma- dial. De hecho, el Gobierno de Israel ha asumido la tarea central de la
sacres que espantaron al mundo. Lo que se pretende es liquidar por ()rganización Sionista Mundial. A su vez, para el movimiento sionista,
completo a los palestinos y crear un Estado cristiano en el resto del Lí- sólo es sionista el que tiene la voluntad seria o, al menos, el ideal de emi-
bano. Menajem Beguin, al que la primera manifestación masiva de Israel I-\rar al nuevo Estado. Algunos sionistas de Israel opinan que, si los seis
por la paz obliga a justificar su política agresiva, invoca --con razón, millones de judíos que viven en USA y que ya no obedecen a la palabra
c0!ll0 han demostrado las investigaciones históricas- el ejemplo del de Dios cambiaran mañana su forma de pensar y fueran a la tierra pro-
p~Imer ministro presidente de Israel y dice que éste trató de conseguir me- metida, entonces habría llegado el Día de la Redención. Frente a tales
dIante una política secreta lo que él, Beguin, hace con cartas descubiertas: t'xageraciones sionistas y ante algunas depreciaciones cristianas, es opor-
«Él alude al plan de Ben Gurion de partir el Líbano mediante la creación tuno consignar algunos interrogantes críticos fundamentales (en las cues-
de un Estado cristiano al norte del río Litani, a los incansables esfuerzos tiones directamente políticas entraré en la tercera parte ¿el libro):
de éste para zancadillear la formación de un Estado palestino, y recuerda
que los israelíes, en la guerra de 1948, redujeron a cenizas las aldeas y
ciudades árabes que se encontraban dentro de las fronteras de Israel y Cuestiones para el futuro
que expulsaron del país a sus habitantes ... , todo en interés de la cons-
trucción de un Estado judío homogéneo»31. ~ Desde el holocausto se reconoce en el judaísmo que urEstado judío
Sin embargo, con la intervención de Israel se consuma el caos en el ::r: es una necesidad inevitable. Pero ¿no es posible seguir Viviendo ple-
país, desgarrado por diversas facciones musulmanas y cristianas. La namente la condición de judío tanto en la tierra de Israel como enla diáspora?
OLP tiene que retirarse, pero está intacta. Las tropas israelíes, empanta- La mayoría de los judíos esparcidos por el rnundo rechaza la ideade volver a
nadas en un callejón sin salida, tienen que emprender la retirada: una Israel. Desde un punto de vista religioso, ¿puede ser un fin ensí mismo un
guerra perdida, Menajem Beguin es sustituido entonces por Isaac Shamir. Estado independiente que -como ha demostrado la historia desde el año 70
Es claro que Siria tiene las mejores cartas en el Líbano, y el fanático ge- hasta 1948- no es absolutamente indispensable para el judaís~o? Un Esta-
neral cristiano Michel Aoun, abandonado por los americanos y los fran- do del pueblo judío, sí. Pero, ¿también un Estado de la religión judía?
ceses, tiene que capitular en el otoño de 1990. Siria controla desde en- ¿No deberían comprender con mayor claridad los cristianos que
tonces todo el Líbano, pero el conflicto de Israel con los árabes
palestinos, así como el que sostiene con Siria y jordania, sigue vivo. En
t pueblo de los judíos, dondequiera que se encuentre disperso en el mu
do, tiene sus raíces étnicas en la tierra de Israel? Incluso los judlosmás sec
efecto, el movimiento de liberación palestino, al que se daba por muerto, larizados tienen la sensación de diferenciarse de los restantesconciudad
se convierte precisamente ahora en un movimiento nacional... nos. Tanto si se la afirma como si se la niega, ¿no sigue estandodeterminad
la condición de judío por la tradición? Por consiguiente, ¿no es, rues, el Est
Mi exposición sobre la fundación del Estado y sus consecuencias ha do de Israel medio y signo para la supervivencia de la alianza deDios con s
adquirido --en virtud de los estudios más recientes- una coloración más pueblo?
crítica de lo que supuse en un principio; y lo constato con pesar. ¿Cómo
será el futuro? Después de la guerra del Golfo (enero-febrero de 1991)
nadie 10 sabe. En la tercera parte del libro tendremos que volver sobre el Algunos del bando cristiano objetarán: ¿Es realmente posible hablar
trágico conflicto, para desbrozar también las posibilidades de una solu- I desde la visión de una teología cristiana de la supervivencia de la Alian-
ción. za? ¿Es lícito silenciar que, para los cristianos, Cristo trajo una nueva
En una perspectiva amplia, hay que sostener -a pesar de la evolución Alianza que convierte a la alianza anterior en la antigu Alianza? De
del Estado de Israel, básicamente decepcionante para muchos judíos- hecho, ¿no está aquí, en la intersección de lo antiguo y delo nuevo, la fi-
que para el judaísmo -no así para el cris6anisrno- fe, pueblo y tierra gura del judío Jesús de Nazaret que -para los cristianosrsólo para los

294 295
A.III. VUELTA A ISRAEl

cristianos- es el Cristo? Indiscutiblemente, esto es una roca inmensa que

I
obstaculiza el camino hacia un entendimiento entre judíos y cristianos.
B. LA CONTROVERSIA ENTRE JUDIOS
Para los judíos, una piedra de escándalo, pero para los cristianos la pie- y CRISTIANOS
dra angular.
No, ni siquiera desde un punto de vista político podemos obviar la
confrontación teológica que ha perdurado hasta hoy acerca del Nazare-
no. Con demasiada frecuencia, tanto los cristianos como los judíos han
orillado esta cuestión en el diálogo interconfesional; por temor o por
simple comodidad. Sin embargo, opino que las condiciones para un
diálogo abierto y respetuoso son hoy mucho más favorables que hace
unas décadas.
1. JESUS EN EL ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO

No nos engañemos: se trata de la cuestión más difícil entre judíos y cris-


tianos porque está cargada de prejuicios y malentendid()s casi insupera-
hles. Precisamente la declaración, básicamente positiva, delos obispos ca-
tólicos alemanes sobre la relación «de la Iglesia» con el judaísmo (1980)1
demuestra otra vez con claridad cuán difícil es formular de forma ine-
quívoca. «Hoy descubren también autores judíos la "condición judía" de
Jesús», se dice al principio de este escrito. Y «quien encuentra a Jesucris-
to, encuentra el judaísmo»2. ¿No habría que haber hechílaquí la formu-
lación inversa? Pues, en realidad, las Iglesias cristianas comenzaban a des-
cubrir la «"condición judía" de Jesús» que durante tan largo tiempo
(mucho antes de la época del nacional socialismo) no quisieron reconocer
ni tomar en serio porque ellas sólo estaban interesadas en una cosa: «El
que encuentra a Jesucristo, encuentra el cristianismo». Las cuestiones
.~()n complicadas y no podemos tratar todas aquv. En este instante nos in-
teresa bosquejar con toda brevedad el estado actual de la investigación; y
\ queremos hacerlo en diálogo, sobre todo, con autores juÜíos.
l. La condición judía de Jesús y la investigación judía

i\dolf von Harnack, el gran historiador y sintetizador dda teología li-


heral, había publicado en 1904 sus lecciones sobre La t!sencia del cris-
t;,mismo 4 • Le contestó al año siguiente un rabino de 27 años que acaba-
ha de doctorarse en Berlín bajo la tutoría del filósofo Wilhelm Dilthey y
que se convertiría en una figura señera del judaísmo de elltteguerras. Me
refiero a Leo Baeck (1873-1956): «La mayoría de los e,;~ositores de la
vida de Jesús se olvidan de apuntar que Jesús es un cadeter auténtica-
IIIcnte judío en cada uno de sus rasgos, que un hombre como él sólo
pudo crecer en el suelo del judaísmo; sólo allí, en ning'úna otra parte.
Jesús es una personalidad auténticamente judía. Su muertefsu actividad,
Sil porte y sentimientos, sus palabras y silencios, llevan ellello de una Ín-
dole judía, el cuño del idealismo judío, de lo mejor que hUDo y hay en el
judaísmo, pero que sólo se dio entonces en el judaísmo. tlfue un judío

296 297
B,I. JESUS EN EL ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO
1, LA CONDICION JUDIA DE JESUS y LA INVESTIGACION JUDIA

entre judíos. De ningún otro pueblo podría haber salido un hombre Esta tendencia continuaría en el siglo xx. En 1922 -antes de la era
como él y en ningún otro pueblo podría haber actuado un hombre como del nacionalsocialismo- salió a la luz el libro judío más famoso sobre
/ é1»5. ¿Se podía negar esto? Jesús. Fue escrito por Joseph Klausner y se tituló Jesús de Nazar.et, su
Pero Leo Baeck, que, después de su Esencia del judaísmo (1905) y de tiempo, su vida y su doctrina. Era el primer libro sobre Jesús escnto en
otros escritos, pudo sorprendentemente publicar nada menos, que en hebreo (en Jerusalén) y traducido después a numerosas lenguas l l: Para
1938 su interpretación de Jesús en el trabajo titulado El evangelto como Klausner, Jesús es «más judío que los judíos», y resultaba pehgroso
documento de la historia de la fe judía, un año antes de que la Gestapo para el «judaísmo nacional» precisamente por su «judaí~mo exagera-
clausurara la berlinesa Universidad para la ciencia del judaísmo, en la dO»12. También debemos mencionar los importantes trabajos de Claude
que él había ejercido la docencia durante un cuarto de siglo, y antes de de G. Montefiore, representante señero del judíasmo reformista i~glés y
ser transportado en 1943 al campo de concentración de There~ienstadt, universalista presidente de la liberal «World Union for ProgressIve Ju-
donde a duras penas pudo sobrevivir, él, Leo Baeck, no fue el pnmer e~u­ daism» que había estudiado las fuentes sinópticas de la historia de Jesús
dito judío que se ocupaba de la figura ~el Nazaren? El p~so ,al parad~g­ en un libro que publicó en 1909.13 Max Nordau, el fiel colaborador de
ma de la modernidad había hecho pOSIble una actItud mas lIbre del JU- Theodor Herzl, fundador del movimiento sionista, bien podría haber ex-
daísmo respecto de su propia tradición judía; y, en esa atmósfera liberal presado el estado de ánimo de muchos investigadores judíos de entonces
nació también en el siglo XIX una teología judía moderna que adoptó una cuando sentenció: «Jesús es el alma de nuestra alma, como es la carne de
postura histórico-crítica no sólo con la Biblia hebrea, con la Misná y con
el Talmud sino también con el Nuevo Testament06 •
I
nuestra carne. ¿Quién desearía, pues, st;pararlo del pueblo judío?»14..
Luego vino el holocausto. ¿Supuso este un frenazo total del estudIO
Baste c~n indicar de pasada que Jesús de Nazaret no es ningún mito judío sobre Jesús? Cabe constatar con regocijante sorpresa que el holo-
,¡para ,los sabios j~díos, sino un,:'l,tigura hist?rica. p~rfe,ctament~ d~,table y caustoo significó una interrupción, pero no la detención total de la in-
locahzable: una fIgura concretIsIn;a de la hI~t~na JudIa .que eXIstlO al co- vestigación sobre Jesús. Después de la proclamación del Estado de ,Israel,
mienzo de la Common Era (del computo cnstIano del tiempo) ya la que la nueva autoconciencia judía ha sacado a la luz en unas pocas decadas
se puede estudiar con los medios y métod~s de la historia moderna. En ~l más trabajos sobre Jesús que en siglos anteriores: «Los 187 libros, in-
'udaísmo francés emancipado antes que mngún otro,]oseph Salvador, 6- vestigaciones, poemas, obras de teatro, monografías, disertaciones y ar-

~
ÓSOfO de la hist~ria, había iniciado el moderno estudio judío de Jesús tículos hebreos escritos sobre Jesús durante los últimos 27 años desde la
con la monografía científica de dos volúI?-enesque.?ubl!c~ e.n 1838 con creación del Estado de Israel justifican los informes de prensa sobre una
el título de Jesucristo y su doctrina, una lllvestlgaclOn h~stonca como l? "Ola Jesús" en la literatura actual del Estado judío», ha podido escribir
indica su subtítulo: «Historia del nacimiento de la IglesIa, de su orgam- el teólogo judío Pinchas Lapide 15 . En una conversación que mant~vimo~,
ación y de sus progresos durante el siglo 1 »7. " este mismo científico, hablándome de los 29 libros sobre Jestls lllvestI-
¿Qué sucedía en el ámbito de la lengua alemana? Aqm,. el rabIllo re- gados por él, me dijo que «el denominador común .de tO?OS ellos es
formista y filósofo de la religión Samuel Hirsch fue el prImero que se una simpatía y amor por el Nazareno completamente ImpOSIbles duran-
ocupó ampliamente de la figura de Jesús en su libro El sistem.a de las .co.n- te el dieciocho»16.
cepciones religiosas de 105 judíos y su relación co.n ~/,pagantsmo, crt~tta­ Sí, es posible que el término «amor» resulte un tanto ~xagerado. El de
nismo y con la filosofía absoluta (1842)8. Le SIgma Ab~aham Gelge~, «simpatía» es más atinado; así como todo lo que él encIerra de respeto,
para el que el estudio de la historia judía de la época C()nstItu~a un reqUI- estima y comprensión. En este contexto, la mencionada declaración .de la
sito esencial para toda comprensión de Jesús. Expuso sus Ide~s en su Conferencia Episcopal Alemana cita al principio al gran pensador Judío
libro El judaísmo y su historia (1864)9. Vino después un personaje al que artin Buber, quien, en su escrito Dos formas de fe, denomilló a Jesús
ya conocemos, el gran historiógrafo judío Heinrich Graetz con los once su «gran hermano»17, cuyo mensaje habría sido arquetípicamente judío.
volúmenes de su Historia de los judíos, en cuyo tercer volumen, en el apar- También debemos mencionar a Schalom Ben-Chorin, discípulo de Buber,
tado «Sinaí y Gólgota» señaló pautas en el asunto de Jesús y en el «origen que parafrasea de la forma siguiente la aseveración de éste: «J~s;ús es. para
del cristianismo»lO. ¿Qué es lo nuevo en todo este proceso? Lo, nuevo mí el hermano eterno, no sólo el hermano de los hombres, SInO mI her-
era que todos los eruditos judíos estaban dispuestos a ver en el Jesos de la mano judío. Noto su mano fraterna que me coge para que le siga ... Su fe,
historia una figura absolutamente positiva, y a la que ---en contra de las su fe incondicional, la absoluta confianza en Dios Padre, la dis]losición a
Iglesias cristianas- reclamaban por completo para el juda.ísmo. ¿~or humillarse por completo bajo la voluntad de Dios, es la actitud que
qué? Porque el Jesús de la historia no enseñó nada que no hubIer~ podId~ Jesús vive ejemplarmente para nosotros y que puede unirnos, ajudíos y
decir un judío de su tiempo, independientemente de que se tuvIera a SI cristianos» 18.
mismo por el Mesías (así Salvador y Geiger) o no (así Hirsch y Graetz). Pero también aquí hay que tener cuidado con una cita tomada de la

298 299
B.I. JESUS EN El ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO
2. ¿COMO DEBERlA EMPEZAR El DIALOGO SOBRE JESUS?

:declaración episcopal, pues ¿cuál es el tenor de las frases omitidas y sus-


tituidas por unos puntos suspensivos? Se oculta detrás la delimitación de- zado? En este punto decisivo no se atisba un camino para escapar de este
cisiva de Ben-Chorin, y omitirla en un documento eclesiástico ronda la ~:allejón sin salida. Sin embargo, ¿es de verdad imposible dar con ese ca-
deslealtad intelectual: «No es la mano del Mesías, esa mano marcada mino? Unos años antes de que saliera a la luz pública la mencionada de-
por las heridas de los clavos, no es una mano divina, sino humana, en daración episcopal, en una conversación que mantuve con el erudito
cuyas líneas está grabado el sufrimiento más profundo ... La fe de Jesús judío Pinchas Lapide, también discípulo de Martin Buber, sugerí co-
nos une, pero la fe en Jesús nos separa»19. En otras palabras, para Ben- menzar el diálogo judío-cristiano no «desde arriba», desde el cielo, desde
Chorin --como para Buber y para otros muchos intérpretes judíos de la elevada cristología de los concilios a los que -por desgracia yen con-
Jesús- éste es un judío modélico, pero sólo judío; un hombre ejemplar, traposición a lo ocurrido en el llamado «Concilio de los Apóstoles», ce-
pero sólo un hombre. Dejando de lado las objeciones que los cristianos lebrado en Jerusalén- no asistió ningún judeo-cristiano, sino «desde
puedan avanzar en este punto, lo decisivo es que estos intérpretes judíos ¡,bajo»; que contemplemos «desde la tierra, desde el hombre de entonces,
de Jesús han superado las reservas que muchos judíos siguen albergando a Jesús y su historia, y preguntemos: ¿Qué vieron realmente las gentes en
respecto del Nuevo Testamento pues tienen la impresión de que muchos él, cómo entendieron a Jesús sus discípulos? »23. ¿Acaso partieron los
de sus pasajes se escribieron expresamente contra «los judíos». discípulos de Jesús de un Mesías ya manifiesto o incluso de un celeste
Ilijo de Dios? ¿No es más cierto que arrancaron de un hombre judío?
2. ¿Cómo debería empezar el diálogo sobre Jesús? Esta perspectiva «desde abajo» nos permitiría «recorrer un largo trecho
del camino en compañía de los judíos, pues también ellos pueden pre-
En el diálogo judío-cristiano hay que tener claro desde un principio que Kuntarse quién fue él realmente»24.
no sólo los investigadores judíos de Jesús del siglo pasado rechazan al Mi interlocutor judío me regaló una respuesta sutil: «Teologizando
Cristo de la dogmática eclesial tardía, sino también los de este siglo. Jesús desde abajo podemos caminar juntos durante 33 años, tiempo que duró
de Nazaret, el hijo del carpintero, ¿la segunda persona de la Trinidad di- la vida terrena de Jesús, y eso no es poco. Lo que realmente nos separa
vina? jInaceptable!, dicen los judíos creyentes. Inaceptable precisamente son las últimas 48 horas a partir de la tarde del primer Viernes Santo.
porque el Nazareno fue un judío. Sorprende que la Conferencia Episco- Son apenas dos días, pero justamente los días decisivos en los que se basa
pal Alemana confirme en su declaración estas dificultades. Leemos en casi toda la cristología»25. Sin duda, habrá que matizar y concretar más
ella: «El Hijo idéntico a Dios se les antoja a muchos judíos» -mejor ha- sobre este punto. En mi libro Ser cristiano (1974), sobre el que se articuló
bría sido decir: a todos- «como algo radicalmente no judío, como algo nuestro diálogo (1976), traté de recoger y de analizar de forma sistemá-
que contradice por completo al monoteísmo estricto que habla diaria- tica el consenso de la investigación cristiana histórico-crítica en el asun-
mente a los judíos piadosos en el "Shemá Israel"; si es que no les suena to «el Jesús de la historia». Permítaseme vincular ese consenso (válido a
incluso a blasiemia»20. pesar de las correcciones necesarias)26 con los resultados de los actuales
Pero, en fin: ¿qué habría dicho de todo esto el judío Jesús del que nos intérpretes judíos de Jesús; no sólo con miras a una desvalida «com-
ha llegado la frase: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno más que prensión» para con los interlocutores judíos que no son capaces de en-
uno, Dios,,21? ¿Que habría pensado el judío Jesús de tales formulaciones tender una cristología tan elevada y tan diferenciada conceptualmente,
dogmáticas de la cristiandad greco-helenística sobre su <<identidad con ·ino a fin de servir a un «entendimiento» auténtico y creciente.
Dios»? En cualquier caso, según todos los investigadores judíos, es im- Entre tanto, el teólogo evangélico de Leipzíg Werner Vogler .ha em-
posible que Jesús como judío pudiera haber dicho semejante cosa acerca prendido un inventario tan honrado como docto bajo el título Interpre-
de sí mismo. ¿Acaso no reviste importancia esto también para los cris- taciones judías de Jesús vistas desde el cristianismo (1988)27. En su críti-
tianos, dado que ellos invocan al judío Jesús de Nazaret (;omo el funda- ca, este inventario también se declara partidario del método ~desde
mento de su fe en Cristo? Al parecer, la declaración episcopal no quiso abajo». Además, la obra es muy útil para clasificar la posición de cada
profundizar más en esto. Por el contrario, como si temiera las conse- autor judío. Al mismo tiempo, pueden ayudarnos también trabajos re-
cuencias, excluye toda discusión ulterior con una observación poco re- t:icntes de teólogos y judaístas cristianos que mantienen una discusión
confortante para ambas partes: «El cristiano debe tener comprensión nm especialistas judíos. Podemos adelantar aquí que la investiliación
para esta profundísima diferencia en, la fe» en~t;e ~:isti~n?s y judío~, sobre Jesús debe asentarse más firmemente sobre dos pilares, pues los in-
«aunque él mismo no vea en la doctrIna de la ftlIaoon dlvma de Jesus térpretes judíos de Jesús pueden destacar de nuevo, concretamente, lo que
contradicción alguna con el monoteísmo»22. ulle a Jesús con sus compatriotas, pero los intérpretes cristianos d€Jesús
La pregunta es inevitable: ¿no se rompe de ese modo el diálogo sobre pueden ayudar a perfilar con mayor nitidez 10 específico de Jesús. Puede
Jesús -que es el Cristo para los cristianos- ante5 de que haya comen- suceder que este Jesús sea para ambos bandos, para judíos y no judíos,
un desconocido que represente un desafío para todos ellos.
300
.101
B.I. JESUS EN El ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO 3. ¿QUE PODEMOS SABER DE JESUS?

El teólogo cristiano deberá tener siempre presente que el intérprete Frente a un escepticismo histórico demasiado difun~ido aún, ?ire-
judío de Jesús accede a esta figura desde una historia y desde un estado 1Il0S que la tradición-Jesús se ha demostrado como relatIvamente fIable
de ánimo completamente distintos. En ningún momento podrá olvidar el ('n la larga y a veces tormentosa historia de la exége~is moderna, Entre la
cristiano las monstruosidades que se han cometido con los judíos a lo Nuperficial credulidad acrítica y el escepticismo radICal del lector super-
largo de los siglos «en el nombre de Jesucristo» ni perder de vista lo que, nítico, sólo un método histórico-crítico empleado con la mayor amplItud
, en consecuencia, significa para un judío aproximarse sin antipatía ni posible permite encontrar el camino correcto, En realidad, ~o se n;ata de
resentimiento a esta figura, sin hablar de lo que supone investigarla dl~tectar una biografía que se desarrolla de forma cont1Oua, S100 de
«con simpatía». No se me va de la memoria lo que me confió en 1968, ~aber lo que sucedió realmente con Jesús: los rasgos básicos y los perfiles
en un congreso sobre los evangelios celebrado en el «Pittsburgh Theolo- (¡uacterísticos de la predicación, conducta y destino de Jesús,
gical Seminary», Samuel Sandmel, rabino reformista, profesor en el «He- De hecho, de ahí partieron siempre los cristianos y los judíos que fue-
brew Union College»/Cincinatti, uno de los judíos que mejor conocían el ron escépticos respecto de las fuentes dogmáticas; hasta el punto de que
Nuevo Testamento en América, y fallecido prematuramente. Me dijo que 1,1 mismo Rudolf Bultmann pudo escribir un libro sobre Jesús (1926)30
! su padre escupía cada vez que escuchaba el nombre de Jesús. Teniendo ('xtraordinariamente denso y rico de contenido. También Samuel Sand-
¡ en cuenta ese trasfondo, se podría calificar de pequeño milagro el hecho lile! quiso retener como «históricamente indudables» al menos «ciertos
de que su hijo llegara a decantarse públicamente por Una comprensión hechos claros»: «Jesús, que atrajo sobre sí la atención pública en Gali-
judía del Nuevo Testamento 28 • ka bajo el reinado de Herodes Antipas como tetrarca, fue una perso-
¿Qué podemos saber sobre Jesús de Nazaret si los escritos neotesta- nalidad verdadera, el cabecilla de un movimiento. Tuvo seguidores,
mentarios son -también en la opinión de los científicos judíos- los que recibieron el nombre de discípulos. Se llegó a afirmar -él u otros
únicos que pueden suministrarnos información auténtica sobre el Na- l'n favor de él- que era el Mesías esperado durante tanto tiempo. Se
zareno? desplazó de Galilea a Jerusalén, presumiblemente hacia el año 29 ó
,W, y fue ajusticiado allí, crucificado por los romanos como rebelde po-
3. ¿Qué podemos saber de jesús? lítiw, Después de su muerte, sus discípulos creyeron que él había resu-
\:itado de entre los muertos y que había sido llevado al cielo, pero que
Los escritos neotestamentarios no son unos desinteresados informes do- volvería a la tierra en la fecha fijada para el último juicio divino sobre la
cumentales; menos aún, una neutral historiografía científica. Por el con- humanidad»31.
trario, son testimonios de fe comprometidos que llaman a creer en este La mayoría de los judíos que investigan sobre Jesús creen poder decir
Jesús, No están interesados en una cronología, topología ni psicología bastante más sobre los rasgos y perfiles característicos de la predicación,
propiamente dichas de la vida de Jesús, En realidad, no pretenden ofre- ¡;omportamiento y suerte de Jesús; casi siempre en coincidencia con los
cernos una «vida de Jesús» en el sentido moderno de la expresión. Sólo principales exegetas cristianos. Un amplio consenso judeo-cristiano res-
dos de los cuatro evangelios contienen narraciones de la infancia de palda los siguientes resultados históricos 32 :
¡Jesús, y ninguno de los cuatro contiene más detalles sobre el tiempo que -que Jesús procedía de Nazaret de Galilea,
va hasta el trigésimo aniversario de Jesús, Como se sabe, comienzan pre- -que fue hijo del carpintero José y de Miriam,
cisamente con el inicio de la vida pública del Jesús de treinta años, -que creció rodeado de hermanos y hermanas,
¿Significa esto que no sirven en absoluto como fuentes históricas para -que hizo que le bautizara (como se entienda) el asceta Juan que ex-
saber lo que el Jesús judío, terreno, histórico, dijo, hizo y padeció? En hortaba a la penitencia,
contra de lo que Karl Barth, Rudolf Bultmann, Paul Tillich y, desde e! -que se vio llamado en ese instante a la vida pública y que el movi-
lado judío, Samuel Sandmel y otros estudiosos judíos afirmaron durante miento-Jesús surgió (más o menos inmediatamente) del movimiento-
la primera mitad de nuestro siglo invocando a veces equivocadamente la Bautista,
Historia de la investigación de la vida de jesús29 de Albert Schweitzer y -que, como predicador itinerante, anunció la proximidad del reino
basándose en prejuicios dogmáticos, se ha puesto de manifiesto que es cs¡;atológico de Dios y exhortó a su pueblo a la conversión,
perfectamente posible, útil e incluso necesario preguntar por las inf?r- -que, en su actividad, realizó numerosas curaciones milagrosas
maciones acerca del Jesús de la historia contenidas en estos testimonIOS sobre todo en enfermos psíquicos, '
de fe, pues aunque éstos no son puros relatos, sin embargo contienen in- -que, distanciándose de su propia familia, de su madre y hermanos,
formes y se basan en relatos sobre el Jesús verdadero, En otras palabras, reunió en torno a sí un grupo de discípulos,
las historias de Jesús mismo permiten preguntar por la historia verdade- -que encontró audiencia en los «pobres» de todo tipo, en los des-
ra de él. I dasados, proscritos y enfermos, pero sobre todo en las mujeres,

302 303
. 8.1. JESUS EN El ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO

d~ue ya en Galilea se vio envuelto en un conflicto con las autoridades


4. El CRISTIANISMO, RELIGION JUDIA O RElIGION ESPECIFICA

l
JU las que se agravó sin cesar, En las páginas siguientes me esforzaré por desmontar toda contra po-
--que, por eso, encontró un eco decreciente en el pueblo, _kiém exagerada entre Jesús y el movimiento de los fariseos, pero sin ig-
--que ~~ego, sobre todo en la predicación en Jerusalén, tuvo un fra- llorar ni minimizar44 los conflictos que, según el conjunto de las fuentes
caso mamflesto y terminó padeciendo una muerte violenta. hl/Jlicas, condujeron al apresamiento y muerte de Jesús, pues es indis-
La mayoría de los exegetas cristianos se muestran un tanto reservados IlI'l1sable explicar la continuidad y la discontinuidad. Por un lado, el
respecto a las manifestaciones milagrosas (por ejemplo, la historicidad de I ristianismo hunde sus raÍCes en el judaísmo {David Flusser: El cristia-
a voz celeste en el bautismo o en milagros que van contra el orden na- I/i,~mo - una religión judía)45, pero, por otro lado, el cristianismo es una
trraP 3) yen cuanto a la conciencia mesiánica de Jesús 34. De todas formas, 1C'ligión distinta del judaísmo. El cristianismo es una religión específica
e exegeta Ja~es H. Charlesworth cree poder afirmar desde la perspecti- '1"t' invoca a Cristo, y, en este sentido, es una religión cristiana 46.
va norteamencana, refiriéndose a los años ochenta, que «desde Reimaro, Piénsese que el movimiento de Jesús podría haber sido un movimien-
nu~ca ~an.t~s científicos han publicado tantos libros notables sobre el
J
lo de reforma en el judaísmo y, sin embargo, se convirtió en una religión
Besus hlstonco»35; y destaca, entre más de 30 obras científicas, a F. F. IIltllldial específica. ¿Por qué? Tendremos oportunidad de ver que el
F{uce y E. P. Sanders 37 por el bando cristiano; ya G. Cornfeld 38 , D. Ilpústol Pablo solo no explica esto. Sin Jesús, el Cristo del que Saulo se
usser39 y G. Vermes 40 por el judío. lonsideraba «enviado» no hubiera existido Pablo. Tiene razón Joseph
I\lausner cuando habla contra «terribles simplificateurs» de nuestros
4. El cristianismo, religión judía o religión específica días: «Ex nihilo nihil fit (nada se hace de la nada). Si la doctrina de Jesús
tlo wntuviera también una divergencia respecto del judaísmo, habría sido
~s perceptible en la exégesis un cambio de tendencia; saludable, pero cri- IIllposible para Pablo abolir en nombre de ella las leyes ceremoniales y
tIcable en sus exageraciones. Si antes, obsesionados por una pintura en II"t'hrar las barreras del judaísmo nacional. Indudablemente, Pablo en-
~l~nco y negro, no se podía hacer 10 suficiente para que Jesús de Nazaret contró en Jesús más de un punto de apoyo para sus tendencias. En la ex-
~dl~ra a Costa de los fariseos, ahora es perceptible en algunos exegetas posición de su vida encontramos ya bastantes divergencias entre su en-
cnstJan~s la tendencia inversa, la de pintar a Jesús yel judaísmo en gris ~('Ilanza y la del fariseísmo que encarna el judaísmo bíblico y
s??re gns d<; forma que resulta aún más difícil reconocer el perfil espe- I r.,dióonah> 47.
ilIflc,o de Jesus,. h.~sta ~l ~unto d~ que, es ya imposible entender por qué se I>istinta que en la exégesis es la situación en la dogmática cristiana,
.e&"o a una rehglOn dIStmta del ]udalsmo que se remonta desde un prin- donde siguen dominando una cristología y una doctrina de la Trinidad
CIpIO a Jesús y sólo a él.
distantes de sus raÍCes judías y basadas por completo en los concilios he-
d Se ~golpan las preguntas: ¿Se puede desplazar toda la confrontación
1"l1ísricos de la Iglesia antigua, tal como 10 expuso Karl Barth en los Pro-
e J~sus ca? la .Ley a la (¿tan imaginativa?) comunidad primitiva y con-
I..,,~(}mena a su Dogmática Eclesial y posteriormente de forma grandiosa
VertIr a Jesus mIsmo en un fariseo inocuo, liberal r falto de originalidad,
que? en, tal caso, nada decisivo tendría que decir hoya los cristianos ni a rl1 la doctrina sobre la reconciliación. Sobre la base de una dogmática
los }udlOs? ¿Es posible escamotear lisa y llanamente la controversia de '1"t' comienza con el «Dios uno y trino» y con «Dios Hijo»48 es casi im-
Jesus con los escribas acerca del sábado, de la pureza y de los alimentos posible un diálogo con los judíos 49 •
tal como está recogida en el evangelio más antiguo, el de Marcos? ¿Cabe Resulta regocijante comprobar que aumenta el número de los autores
demo!'trar mediante una vivisección exegética y con paralelos que el qllt' se inclinan a asumir -también en la teología sistemática-las exi-
Sermon de la Montaña r sus antítesis pertenecen en 10 esencial al acervo ¡:c'lIcias que plantea el diálogo judeo-cristiano y arrancan del hombre y
común judío? No. Una hermenéutica de esas características se entrega a IlIdio Jesús de Nazaret. El teólogo evangélico de Tubinga Jürgen Molt-
la a~bitr~riedad subjetiva y conduce a resultados completamente con- 1II.1I1n se distingue de otros en que «trata de desarrollar de forma pro-
tradlct?nos. La antinomia judea-cristiana se reduce así a un gran mal- gramática una cristología en el diálogo judea-cristiano basada en la es-
entendIdo bimílenario, y el diálogo judeo-cristiano al boxeo contra un pITanza mesiánica común»50. Él arranca de la esperanza en el Mesías y
~dversario imaginario. Las ilusiones no ayudan a los judíos ni a los cris- dc' la espera del Hijo del Hombre en el antiguo Israel, y desarrolla desde
tIanos. Pero algunos exegetas cristianos --especialmente alemanes- pa- .dlÍ IIna «cristología del Espíritu que entiende a Jesús como el profeta me-
'
recen tener miedo a criticar la nivelación exegética sistemática 41 porque ·,I.lIlico de los pobres»51. A decir verdad, Moltmann se ve confrontado
¡
entonces ~e les podría acusar fácilmente de antisemitismo 42, ya que se ins-
tru~entalIza43 el ~<?loca usto no sólo como argumento político, sino --en
.1'IlIí desde un principio con las objeciones judías (por ejemplo, de Buber,
dI' gcn-Chorin, de Scholem; Moltmann hubiera podido citar aquí tam-
ocaSlOnes- tamblen como argumento teológico. hU;11 a exegetas cristianos) respecto de la conciencia mesiánica de Jesús 52 •
Para atajarlas, critica con dureza la cristología de los concilios helenísti-
l'OS, que hablan de una naturaleza humana y otra divina en Jesús. Él pre-
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305
B,I, JESUS EN El ACTUAL DIALOGO JUDEO-CRISTIANO
4, El CRISTIANISMO, RElIGION JUDIA O RElIGION ESPECIFICA

, feriría que, en lugar de ese planteamiento, se tuviera en cuenta el Nuevo


(lllll' no debe auto denominarse Israel) a seguir a Jesús el Cristo. Dos ca-
testamento y se «partiera de la relación especial de Jesús con Dios, al que
llamaba Abba, padre querido»53. A decir verdad, Moltmann presupone millOS, pue,s, pero ~na y la misma alianza; no dos alianzas, la antigua y la
aquí, desde un principio, un «concepto trinitario de Dios»54. En un libro 1I11('va. InSIste el CItado autor en que -incluso según el Nuevo Testa-
anterior, había desarrollado -siguiendo a Karl Barth y a Karl Rah- 1II('nto- hay que contemplar a Jesús en el marco de la alianza eterna
11111 re Dios y el pueblo judío.
ner- una doctrina trinitaria extraordiariamente profunda en polémica
constante con el monoteísmo. También su cristología más reciente de- Volveremos sobre las cuestiones apuntadas aquí, pero surge una pre-
semboca de nuevo en «autorrelaciones de Dios en las que Jesús se des- I&"nla fundamental :¿Cómo hay que ver en concreto a Jesús? ¿En qué
IIllte~to, campo de fuerza o bando se encuentra él? Son patentes las di-
cubre y encuentra ... »55. ¿Sirven para estimular a los judíos al diálogo tales
autorrelaciones de Dios? frrcnClas entre cada uno de los autores judíos y también entre sus inter-
Sin entregarse a la «subjetividad» de una «cristología» puramente lonltores cristia~lOs a l~ ~ora de e~casillar a Jesús y su programa en
1I111~ de los partIdos rehglOs<?s del Judaísmo de entonces, ¿Quién fue
«antrop?lógica» (Schleierma~her, K. Rahner)" que Moltmann critica
I
con razon, cabe preguntar SI no se debe elegIr un punto de partida
me~os esp.eculativo y recorrer un camino más consecuente. Quien quie-
.I~IiUS? ¿Un hombre del establtshment saduceo o un revolucionario polí-
tlw? ¿Un asceta monacal o un fariseo piadoso? Naturalmente en este
ra Ir «~acla delante» (pretensión de Moltmann), debe saber si él viene lihro sobre el judaísmo tengo que esforzarme por ser extremadamente
~'IIIll'is? y limit~rme a la relación de Jesús con sus contemporáneos judíos.
«de arrIba» (del «cielo» de la Trinidad) o «de abajo» ( de la «tierra» del
Nazareno). En mi opinión, sólo se hará justicia a la problemática del diá- Ikhere ~enuncIar, salvo en contadas excepciones, a aducir pruebas es-
~l'ItllrístIcas y referencias bibliográficas, que creo haber ofrecido con
logo judea-cristiano ( y cristiano-musulmán) tal como la hemos esboza-
do aquí si no se presupone de antemano una conciencia mesiánica de IIblllldancia en mi libro Ser cristiano 58 • El que tenga algún conocimiento
1,

Jesús n! su nacimiento virginal. Hay que ver a Jesús como judío en el


,11'1 Nuevo Testamento, reconocerá en muchas frases palabras de esta Bi-
hll,l especial de los cristianos.
Imarco Judío contemporáneo (en distancia histórica) y en su significado
para el presente (en su relevancia histórica).
, También otro teólogo evangélico, Friedrich-Wilhelm Marquardt, hace
arrancar de otro punto su cristología, a la que da el título provocador de

I La c01}fesión cristiana de Jesús, el Judío 56 ; sin presupuestos trinitarios en


e,l Jesus del Nuevo Testamento, tal como lo entienden hoy judíos y cris-
tIanos que estudian la figura de Jesús. A decir verdad, Marquardt tam-
poco entr~ .en el detalle de los amenazantes conflictos de Jesús con los
grupos relIgIOSOS de su tiempo, toda la discusión sobre la Ley y el Templo .
. Desde el lado norteamericano, hace juego con estos esbozos sistemá-
tI~OS la Teología de la realidad judea-cristiana que Paul van Buren ha pu-
bhcado en tres volúmenes y que avanza de una «distinción del camino»
a «una teología cristiana del pueblo de Israel» y de ahí a una «cristología
en el contexto» 57. En virtud de la realidad del holocausto (y del Estado de
Is~a~l), van Buren d~r}va una especi.al obligación de la teología e Iglesia
CrIstIanas de no debIlItar al pueblo Judío, de prescindir de una misión a
los judío~ y de ejercitarse en el diálogo y en la colaboración. La Iglesia y
la teologla deberían aprender de sus errores históricos, afirma este autor.
Pero, frente a las tendencias a mezclar lo judío y lo cristiano, advierte van
B~re,n contra !a pura incorporación de mas y costumbres judíos por el
C!lstlano: Segun este autor, no se trata de crear un «judaísmo para gen-
tIles». ~~ade qU,e no hay más que un camino para judíos y un camino
para cnstlanos. Estos deberían respetar y reconocer el camino autónomo
de lo~)udíos~ pues detrás ,está la realidad del Dios uno de Israel, que es
tambIen el DIOS de la IgleSIa. Ese Dios, sigue diciendo van Buren, llamó a
Israel para que observe la Torá y el mismo Dios ha llamado a la Iglesia

306
307
1. ¿UN REVOLUCIONARIO POllTICO?

n. ¿QUIEN FUE JESUS?


inminente un tiempo de espada, un tiempo de gran tribulación y de pe-
ligro. ¿O acaso habla de pasar a la militancia ese texto? en el que Jesús
David Flusser, profesor de estudios neotestamentarios en la Universidad exhorta a sus discípulos a comprarse una espada para ese tiempo de tri-

I Hebrea d,e Jerusalén, en el artícul~ «Chri~t!anity» del repr~sentativo lé-


xico teologIco Contemporary Jewlsh Reltgzous Thought, dIce que «son
precisamente las enseñanzas de Jesús -y no la cristología tanto en senti-
do estricto como laxo-las que constituyen el ámbito en el que los judíos
bulación? Resulta significativo que sus discípulos sólo pudieran mostrar
dos espadas, con las que difícilmente cabía pensar en una revolución.
Además, Jesús frena en seco los ánimos belicosos de sus discípulos con
un rotundo: «¡Basta ya!».

I y cristianos más fácilmente pueden encontrarse, ayudarse mutuamente y


aprender unos ~e ot~os». Flusser .remite a co~rientes manifiestamente je-
susianas en la hIstona de la IgleSIa que se onentan menos por una dog-
mática eclesiás,tic.a que p?~ el Jesús de los evangelios. s!nóptic~s: muchos
No, Jesús no predica la violencia. A la cuestión sobre el empleo de la
violencia se dará más tarde una respuesta negativa, en total sintonía
con el Sermón de la Montaña 8 • En el momento de ser apresado, dice
Jesús: «Vuelve la espada a su sitio, que el que a hierro mata a hierro
cristianos y martIres paCIfIcas de la era preconstantlmana, as! como los muere»9. En su detención, Jesús estaba desarmado, indefenso y no hizo
movimientos evangélicos de la Edad Media y de la época de la Reforma uso de la violencia y por eso dejaron en paz a sus discípulos, que, en otro
1 (hermanos bohemios, menonitas, cuáqueros, también Erasmo), poste- caso, hubieran sido sin duda detenidos juntamente con él como miem-

~
iormente la acentuación del talante ético de Jesús por la Ilustración, y bros de un grupo de conspiradores políticos.
-después de la Segunda Guerra Mundial-las posiciones de muchos teó- ¿Qué decir, entonces, de la purificación del Templolo, interpretada a
ogos que abogan por la vuelta al mensaje del amor social de Je~úsl. eces como una ocupación del Templo? Bien. Jesús tuvo el valor necesa-
ero la cuestión más debatida es la siguiente: ¿Quién fue en realIdad io para la provocación simbólica. El Nazareno no fue tan manso y tier-
Jesús? ¿Qué fue el Jesús de la historia? no como gustaban pintarlo los «nazarenos» del siglo XIX, pero no se
uede hablar de una ocupación del Templo. Si se hubiera tratado de
1. ¿ Un revolucionario político? so, la cohorte romana de la Fortaleza Antonia habría intervenido de in-
mediato, y la historia de la pasión habría discurrido por otros derroteros.
Los eruditos judíos y cristianos están de acuerdo en que Jesús no fue un No; según las fuentes, se trató de una expulsión de los mercaderes y
hombre del establishment judío, en que no fue saduceo, sacerdote ni teó- cambistas; fue una intervención preñada de simbolismo, una provocación
logo. ¡Fue un <<laico»! No entendió que su sitio estuviera en la clase profética individual que representó una demostrativa toma de partido
dirigente; nunca se mostró conformista, apologeta de lo existente o de- contra la comercialización y contra el consiguiente lucro que ella repor-
fensor de la tranquilidad y del orden. No podemos menos de estar de taba a los jerarcas y a los oportunistas; y una toma de postura a favor de
acuerdo con Joseph Klausner, judío especialista en el tema de Jesús, la santidad del lugar como sitio de oración. Es posible que esta acción en
cuando afirma: «Jesús y sus discípulos, que provienen de las amplias el Templo fuera acompañada por una sentencia amenazadora sobre la
capas sociales y no de la clase rica y dominante, sufrieron una escasa in- destrucción del Templo y su reedificación en el final de los tiempos.
fluencia de los saduceos ... Jesús, carpintero galileo e hijo de carpintero, Jesús provocó sin rodeos no sólo a la jerarquía clerical, sino también a
y los sencillos pescadores de su alrededor ... (estaban) tan lejos del sadu- todos los círculos de la población urbana que estaban interesados finan-
ceísmo como aquellos aristocráticos sacerdotes 10 estaban del pueblo cieramente en que prosiguiera el negocio de las peregrinaciones y una in-
llano. El simple necho de que los saduceos negaran la resurrección de los cesante remodelación del Templo. En la posterior sentencia condenatoria
muertos y de que no desarrollaran la idea mesiánica debió de ser decisi- de Jesús, el Templo jugó un papel importante, pero no exclusivo ll .
vo para que Jesús y sus discípulos se mantuvieran lejos de elIOS»2. Repitamos una vez más que no se puede hablar de una revolución me-
Surge entonces la pregunta importante: ¿Fue, pues, un revolucionario siánico-sionista:

~
olítiCO? Así lo ve un primer grupo de intérpretes judíos entre los que -¿Exhortó Jesús a no pagar los impuestos? ¡En absoluto! «Dad al
odemos mencionar a Robert Eisler 3 , Joe1 CarmichaeI4, S. G. F. Brandon5 César lo que es del César»12, respondió cuando le preguntaron. Y esas
(al menos para la última etapa de la vida de Jesús, de fuertes trazos me- palabras no son una llamada a boicotear los impuestos. Inversamente,
iánicos) Pinchas Lapide 6• esto significa: no déis al César lo que es de Dios. Como la moneda per-
Indudablemente, los evangelios nos presentan a un Jesús clarividente, tenece al emperador, el hombre es propiedad de Dios mismo.

~
ecidido, indomable, como tenía que ser; también lJelicoso y polemista, -¿Proclamó Jesús una guerra de liberación nacional? No. Sabemos
pero libre de temores. Nos dicen que Jesús vino a incendiar la tierra, que que se dejó invitar a comer por los peores colaboracionistas; y que puso
l hombre no debe temer a los que sólo pueden matar el cuerpo, que es como modelo a los samaritanos, más odiados por los judíos que los
mismos gentiles.

308
309
B.II. .QUIEN FUE JESUS?
2. aUN ASCETA MONACAL?

-¿Propagó Jesús la lucha de clases? ¿Pero cómo? A diferencia de


UChOS militantes de su tiempo, él no dividió a los hombres en amigos y bargo Eisler y Carmichael no han podido aportar la demostración cien-
enemigos. tífica en favor de su interpretación de Jesús como revolucionario social.
( -¿Abolió Jesús la Ley en favor de la revolución? No. Él quería ayu- Igualmente e~ ,:erdad: aur: en el ca S? de que fuera c~e~to que "los evan-
ar, curar, salvar; no imponer al pueblo una felicidad según la voluntad gelistas conVIrtIeron ~ Jesus de MesI,as lucha~o~ pohtICO ,en ~n redentor
pacifista, como tambten algunos teologos CrIstIanos estan dIspuestos a

¡
de algunos. Primero, el reino de Dios; el resto se dará por añadidura.
En consecuencia, el mensaje del reino de Dios proclamado por Jesús confesar" (G. Baumbach), Eisler y Carmichael seguirían debiéndonos la
no desembocó en el llamamiento a imponer por la fuerza un futuro emostración convincente a favor de su visión de Jesús como luchador
mejor. Quien echa mano de la espada, morirá por la espada. Su mensaje or la libertad judía>,13. Pero, ¿significa esto que Jesús fue el representante
apunta a la renuncia de la violencia: no resistir al mal; hacer el bien a los e una espiritualidad que vivía de espaldas al mundo?
que nos odian; bendecir a los que nos maldicen, orar por los que nos per-
siguen. En este sentido, Jesús fue un «revolucionario» cuyas exigencias 2. ¿ Un asceta monacal?
eran más radicales que las de los revolucionarios políticos, y superan la
alternativa entre orden establecido o revolución socio-política. Por con- Sólo desde mediados de nuestro siglo se sabe que había monjes entonces,
siguiente, si se entiende correctamente la afirmación, Jesús fue más re- concretamente en el monasterio de Qumrán, junto al Mar Muerto.
volucionario que los revolucionarios: Desde los días del historiador Flavio Josefo es sabido que hubo «devo-
• En lugar de aniquilación de los enemigos, amor al enemigo. tos» (en arameo f¡asidiya, en hebreo f¡asidim), conocidos ahora por el
• En vez de contraatacar, perdón incondicional. nombre de «esenios», que vivieron retirados en las aldeas (y esporádica-
• En vez de utilizar la violencia, disposición a sufrir. mente en las ciudades). Fue sobre todo el historiador Heinrich Graetz el
• En lugar de cantos de odio y venganza, bienaventuranza de los pací- que quiso entender a Jesús como esenio. David Flusser y A. Winkel (en su
ficos. tesis doctoral) hablan de un origen tanto esenio como fariseo de Jesús. En
los años de esplendor de los estudios sobre Qumrán, fue constante la ten-
¿Tuvo acaso algo que ver con el mensaje y actitud de Jesús el hecho de dencia a encontrar relaciones entre Qumrán y Juan Bautista (que son po-
que aquellos judíos que siguieron a Jesús no colaboraran con los revo- sibles),y también entre Qumrán y Jesús, lo que se ha demostrado como
lucionarios zelotas en el gran levantamiento judío, sino que huyeran de una hipótesis cada vez más inverosímil. Los escritos neotestamentarios no
Jerusalén a Pella, al otro lado del Jordán? ¿Es pura casualidad que los contienen ni una sola alusión a la comunidad de Qumrán ni al movi-
cristianos fueran perseguidos con fanatismo en el segundo gran levanta- miento esenio. A su vez, tampoco se encuentra mención alguna del nom-
miento, encabezado entonces por Bar KoJsba't ¿Es casual que los roma- bre de Jesús en los escritos de Qumrán. Exegetas judíos y cristianos
nos no procedieran contra los cristianos hasta la persecución de Nerón? están hoy plenamente de acuerdo con Hans-Joachim Schoeps, historiador
Difícilmente, pues, al igual que Jesús, tampoco sus discípulos pretendie- judío de la religión, cuando éste declara de forma categórica: «Con cier-
ron una revolución socio-política, sino una revolución de la no-violencia, ta frecuencia se ha intentado presentar a Jesús como un secuaz secreto o
una revolución en lo más profundo y recóndito, en el núcleo de la per- miembro de la comunidad esenia, pero tales suposiciones carecen de
sona, del «corazón» del hombre; y ella traería la reyolución de la socie- fundamento y, sobre todo, de pruebas seguras»14.
dad. Superación del mal, que no está arraigado sólo en el sistema, en las Fue sobre todo Albert Schweitzer el que, contra los liberales pequeño-
estructuras, sino en el hombre mismo. burgueses, llamó la atención 15 sobre el hecho de que los evangelios pre-
Por eso, no puedo menos de unirme al juicio de Werner Vogler en su sentan a Jesús no como un fenómeno socialmente adaptado. Durante su
muy objetivo balance de la Interpretación judía de Jesús desde la pers- vida pública, lleva una permanente vida itinerante lejos de su familia;
pectiva cristiana (1988) cuando apunta graves objeciones hermenéuticas hasta el punto de que ésta quiere recluirlo por «loco». También es patente
y metodológicas contra una interpretación político-mesiánica al estilo de que Jesús no lleva una vida matrimonial, lo que ha atraído la fantasía de
Eisler y Carmichael y concluye: <<Valiéndose de su propia forma de tra- novelistas, cineastas y compositores de música y ésta se ha embarcado en
bajar, ambos autores consiguieron esbozar una imagen de Jesús que evi- las especulaciones más calenturientas. Un judío marginal, reza el título del
denCia muy altas dosis de fantasía, pero que no enriquece la investigación libro más reciente sobre Jesús (de John P. Meier, Nueva York, 1991).

¡
sobre Jesús. Si bien es posible que los rasgos socio-críticos de su imagen
de Jesús representen un cierto correctivo de la investigación (cristiana) de
Jesús realizada en el pasado, que no prestó la menor atención al compo-
nente socio-crítico en el mensaje y en el comportamiento de Jesús, sin em-
Pese a todo, Jesús no fue miembro de una orden de eximia espiritua-
lidad ni un monje asceta. ¿Qué le distingue?
-Jesús no vive separado del mundo, actúa en público, en aldeas y ciu-
dades, en medio de la gente. Está en contacto con los marginados socia-
les, con los legalmente «impuros» y con los proscritos por Qumrán,
310
311
B .11. ¿QUIEN FUE JESUS? 3. ¿UN FARISEO PIADOSO?

aunq~e sabe que escandaliza. La limpieza de c - _ . y los más altos deben ser servidores de los demás. La subordinación
para el que las prescripciones sobre la pureza ~.~azln es mas Importante tiene que ser recíproca, en un servicio mutuo. Para eso no se necesita no-
I
-Jesus no predica que los hombr
sona necesita convertirse pero todos
d· 'd ua .
de la luz e ?ijos de las tinieblas, en b~e~eos I;lm:loes
d
n
t;s
_cla~r: en hijos
. g,un e , toda per-
viciado, juramento de adhesión o voto alguno. Jesús no exige ejercicios
regulares de devoción, ni oraciones prolongadas ni comidas o baños ri-
ofrece el perdón. ' pue en convertIrse; a todos se tuales, ni vestimenta distintiva. A diferencia de Qumrán, Jesús destaca
por su naturalidad, su espontaneidad y su libertad. Orar incesantemente
, -Jesús no llevaba una vida ascética f -, significa para él no un rezo de las horas o un interminable servicio litúr-
cl,lferencia de los esenios o los monjes d~ Q~::á~nÉi~atlc~ ~e la Ley, a ,gico, sino la permanente actitud de oración de la persona que espera todo
cla I?or la renuncia, ni comportamientos ascétic' o, etgla a renun- ,de Dios en cada instante.
,t~an~, participaba de la vida, comía y bebía conOto~s~:c~~ es. Por el c~n- Entonces, ¿qué nos queda? Si Jesús no quiso adscribirse al establish-
'~~~~i~~es ~anquetes., ~1 compararl~ con el Bautis[a 1: t:~íf:b~~ l:k
b ment y, por otra parte, rechazó asumir el radicalismo político de una re-
, Y, e edor. DeJo una huella Imborrable en sus discí ul
por el ~autplsmo, sino por la cena que celebró con ellos poco anfes
apresa o. ero el matrimonio fue para él no algo que hacía im ser
no d! volución violenta o el radicalismo apolítico de la emigración devota,
¿no debía cuadrarle la cuarta opción intrajudía de entonces, la opción del
compromiso moral, la compaginación de las exigencias de la Ley con los
sm~ voluntad del Creador. La renuncia al matrimonio era voluntarkuro , apremios de la vida cotidiana? Ése fue el concepto de la vida que tuvie-
n~dle Impus~ él la ley del celibato. Tampoco la renuncia a la sesiónYd~ ron los fariseos de aquellos tiempos.
bIenes m.atenales era ~?so!utamente necesaria para seguirle. ~
, =-Je~us no ~stableclO nmguna regla. Incluso echó por tierra el orden 3. ¿ Un fariseo piadoso?
JerarqUlco habitual en las órdenes: los más bajos serán los más elevados,
Ya se ha mencionado que los evangelios hacen en parte una caricatura de
los fariseos l6 • Ellos eran los únicos representantes del judaísmo oficial que
habían quedado después de la caída del Templo y de toda la ciudad de
Jesús en la encrucijada Jerusalén. Ellos eran en ese instante los principales adversarios de las jó-
de las opciones intrajudías venes comunidades cristianas. Muchos documentos eclesiásticos actuales
piden un cambio de mentalidad respecto a los fariseos. La preocupación
Establishment decisiva de éstos fue la de actualizar la Torá como palabra de Dios que
(saduceos)
obliga en el momento presente. «Fueron hombres que tomaban muy en
t
provocad/" profética
serio la causa de Dios. Una de las tareas de la exégesis, de la catequesis y
de la homilética actuales es la de presentar de forma más correcta a los
fariseos,), se dice, por ejemplo, en la declaración de la Conferencia Epis-
no sacerdote copal Alemana de 1980 17 •
o I ro El término «fariseo», que significa separado, habría cuadrado también
.~ ~.~ a Djos 6 a los esenios y a los monjes de Qumrán, que se habían autoconvertido en
Emigración --2l-
UJ
o - Amor -iil~_
E O" f!.:l.. Compromiso una especie de «corriente radical» de este movimiento. Los fariseos pre-
(Los de Qumrán) ~ ~ al hombre S· ~ (Iariseos)
~ o o tendían dos cosas: querían tomar absolutamente en serio los manda-
I mientos de Dios y observarlos con escrupulosidad. Partiendo de su con-
no revolucionario
vicción de que Israel era un «reino de sacerdotes y un pueblo santo» 18,
I .
contra la{'OlenCla
querían cumplir estricta y voluntariamente las prescripciones sobre la pu-
reza, obligatorias sólo para los sacerdotes, y, sobre todo,las prescripcio-
nes de los diezmos. Pero, al mismo tiempo, y como personas mucho
más próximas al pueblo que los sacerdotes del Templo, pretendían con-
Revolución
(zelotas) seguir que se pudiera vivir la Ley en la vida cotidiana mediante una
hábil acomodación. Deseaban aligerar la conciencia de las personas,
Voluntad de Dios == bien del hombre = anor darles seguridad. Tenían la pretensión de determinar con toda exactitud
hasta dónde estaba permitido ir sin pecar. Dicho de otra manera: los fa-
riseos deseaban ofrecer salidas allí donde resultaba demasiado difícil
312
313
B.II. ¿QUIEN FUE JESUS?
3. ¿UN FARISEO PIADOSO?

observar la Ley. Ejemplo: La Ley decía que no se podía trabajar en sá-


bado y que había que abstenerse de 39 trabajos prohibidos en sábado. mites, en la renuncia al poder y al derecho sin contraprestaciones, un
¿Sin excepción? Se admiten algunas. En peligro para la vida, es lícito pro- servicio sin superiores ni inferiores.
fanar el sábado. o: en sábado no es lícito sacar nada de la casa. ¿Ex-
cepto? Salvo si se entienden los patios de varias casas como un recinto ¿Es que Jesús no fue en realidad más que uno de los llamados «fariseos
doméstico común. O: en sábado no se puede realizar ningún trabajo del amor»? Tal afirmación no tiene en cuenta los mencionados contrastes
duro. ¿En caso de necesidad? Sí, si un buey cae a la fosa, entonces es lí- de Jesús con los fariseos. Según las fuentes primarias, esos contrastes
cito sacarlo. Los de Qumrán no piensan de esta misma manera ... constituyen desde un principio el trasfondo problemático de la procla-
¿No es cierto que Jesús tenía muchos puntos en común con los fari- mación del reino de Dios hecha por jesús, y también la mayoría de los in-
seos? Hay que tratar con más detalle la relación de Jesús con el fariseís- térpretes judíos los toman en serio. El material conflictivo es copioso.
mo 19. Con excesiva frecuencia, los intérpretes cristianos de Jesús han En lo que respecta a los paralelos y analogías rabínicas del Sermón de
adoptado una actitud tendenciosa y han pasado por alto o descuidado la Montaña (y de la predicación de jesús en general), bien podría estar en
los puntos comunes de Jesús con los fariseos, en detrimento del judaísmo. lo cierto Pinchas Lapide cuando afirma que el Sermón de la Montaña,
esús vivió entre el pueblo, como los fariseos; actuaba, discutía y ense- comparado con los paralelos judíos, difiere tanto como el edificio res-
- aba en las sinagogas, como ellos. Jesús estuvo relacionado con fariseos, pecto de las piedras de una cantera con las que se edificó22 . Sólo así se ex-
compartió mesa con ellos según Lucas. Si se sigue a algunos autores ju- plica la enorme pujanza del mensaje que avergüenza constantemente a los
íos y cristianos, es posible ofrecer algún paralelo o analogía rabínica casi cristianos mismos y que pudo inspirar incluso a personas pertenecientes
a cada versículo del Sermón de la Montaña. a otra cultura completamente distinta, como Mahatma Gandhi. Sí, no es
No es de extrañar, pues, que la mayoría de los intérpretes judíos de lo mismo encontrar tres docenas de sentencias en tres docenas de rabinos
esús vean al Nazareno en la proximidad de los fariseos2o , Incluso algu- diferentes a encontrar todo ello -y, además, acentuado- en una sola
os -como, por ejemplo, Abraham Geiger y Paul Winter-llegan a afir- persona. Lo inconfundible no son las aseveraciones concretas de jesús,
ar que Jesús no fue otra cosa que un fariseo, una especie de «fariseo del sino la globalidad de su mensaje. La cuestión no es si el amor a Dios y al
mor», de los mencionados en el Talmud y presentados como los únicos prójimo se encuentra también en la Biblia hebrea (que sí se encuentra),
ariseos buenos de los siete tipos enumerados allí. ¿Una solución con- sino qué valor posee en la proclamación del Rabino de Nazaret y qué
incente? No. La cuestión no es tan sencilla. Es imprescindible un con- lugar ocupa.
trapunto. Sin duda, son innegables los grandes méritos de los fariseos en pro de
la religiosidad del pueblo, pero, al mismo tiempo, no es lícito minimizar
De hecho, como para los fariseos, también para Jesús estuvo fuera de o banalizar el tipo de creencia farisaica compilando determinados textos
duda la autoridad de Moisés. Nadie tenía derecho a negarla. Tampoco él farisaicos y descuidando textos evangélicos críticos, como sucede con
quería abolir la Torá, suprimirla; quería «cumplirla»21. El significado de cierta frecuencia en nuestros días, en el bienintencionado intento de
«cumplir» se desprende de los pasajes del Sermón de la Montaña que si- compensar un antiguo y funesto antifariseísmo. ¿Es posible no reparar en
guen a este dicho. «Cumplirla» significa para Jesús -en esto hay hoy un ello? Los juicios positivos y negativos sobre los fariseos se equilibran en
consenso notable- profundizar, concentrar y radicalizar la Ley de Dios; los respectivos contemporáneos. Franz Mussner23, exegeta de Ratisbona,
desde su dimensión más íntima, es decir, desde la intención básica de señala «que también la tradición rabínica ha criticado en parte a los fa-
Dios. Jesús está convencido de que no se puede leer en esa ley nada que riseos»2\ y que en el Talmud25 «se distinguen siete clases de fariseos: el
contradiga esa intención fundamental: la voluntad de Dios, que apunta al "fariseo-~" (que lleva a cuestas sus buenas obras), el "fariseo-es-
bien del hombre. Naturalmente, esto se refiere de forma especial a la ha- p~rrun poco", el fariseo "con contusiones" (que golpea su cabeza con-

.laká de la Torá, que -con sus palabras, preceptos y principios jurídi-


cos- supondría aproximadamente una quinta parte del Pentateuco.
«Cumplir» significa en concreto:
profundizar la Ley tomando en serio decididamente la voluntad de
tra a parea para no tener que mirar a una mujer), el "fu~mano de
almit~" (humilde sólo en apariencia), el "fariseo contable" (el que eva-
luasus virtudes), el "fu.riseQ-temor" (el que obedece a Dios sólo por
temor), y, finalmente, el "fariseo Jel am9r" (el que obedece a Dios por

! Dios en la Ley;
• concentrar la Ley vinculando el amor de Dios y el del prójimo: el
amor como núcleo y medida de la Ley;
• radicalizar la Ley extendiendo el amor al prójimo no sólo a los con-
nacionales, sino también a los enemigos; insistiendo en el perdón sin lí-
amor). Sólo éste es tenido por verdadero fariseo. En los evangelios hay
alusiones a casi todos los restantes tipos de fariseos. jesús llega incluso a
criticar duramente a los "fariseos-a-cuestas" que "llevan a cuestas la
buena obra (mi~wata)" para imponer una carga a otros: "Lían fardos pe-
sados y los cargan en las espaldas de los demás mientras ellos no quieren
empujarlos ni con un dedo"»26.

314
315
4. NO LAS HABITUALES DISCUSIONES ENTRE ESCUELAS
B.II. ¿QUIEN FUE JESUS?

te su crítica del Templo, sino con su interpretación distinta de la Ley y,


En realidad, nada que objetar a los fariseos «en sí» ni a sus virtudes sobre todo, con toda su actitud básica -los intérpretes deben conceder a
auténticas. El farise0 27 al que Jesús pone como ejemplo en la famosa pa- esús al menos tanta consistencia y coherencia como a sí mismos- pro-
rábola no es un hipócrita; es un hombre absolutamente honrado, piado- vocó en concreto el escándalo, la irritación. Según las fuentes, esto suce-
so, que dice la pura verdad, pues estaba convencido de haber hecho ~dió sobre todo, en lo tocante a las prescripciones sobre la pureza legal,
cuanto la Ley le exigía. Los fariseos eran de una moral ejemplar, y go- sobre el ayuno y sobre el sábado30 •
zaban de la correspondiente admiración de quienes no llegaban a tanto. Diversos autores judíos interpretan de formas distintas el hecho de que
¿Qué cabe decir, pues, contra ellos? Jesús escandalizó en concreto con su actitud y con su interpretación es-
Sólo hay una respuesta posible: Jesús era distinto no necesariamente pecífica de la Ley. Según ellos, el escándalo surgió 3 !
e!llos detalles de la vida cotidiana, pero sí en toda su actitud religiosa bá- -porque Jesús quiso interferir l~ ~<inte.nción ?~igina.l de Dios», in-
Sica. Nada de orgullo por las propias prestaciones; nada de justicia pro- comprensible para el hombre, la «ongmal mcondlClOnahdad de la Ley»
pIa; nada de desprecio del pueblo llano desconocedor de la Ley ('am-ha- (Martín Buber);
'are~); nada de separarse de los impuros y de los pecadores; ni rastro de -porque Jesús rechazó determinados decretos de aplicación de los

¡
una estricta doctrina de la retribución. ¿Entonces, qué? Tan sólo con- mandamientos de ~~ Torá, porque ~xi!?i~ libertad frente a la le~ra de la
fianza en la gracia yen la compasión de Dios: «¡Dios mío!, ten compa- Ley y una vinculaclOn absoluta del mdlVlduo al doble mandamIento del
sión de este pecadof»28.
amor a Dios y al prójimo, atacando así el principio capital del pensa-
Las fuentes obligan a afirmar que Jesús no fue un fariseo típico «ob-
sesionado por los preceptos» ni por la exégesis casuística. No se deben miento farisaico (Claude Montefiore);
comparar frases sueltas sacadas de su contexto. Hay que leer los textos -porque -frente al achatamiento casuista de la Ley practicado por
en el contexto. Entonces se comprueba cómo todos los evangelios coin- ciertas escuelas de los fariseos- Jesús levantó el estandarte de la inten-
ciden en testimoniar que los 613 preceptos y prohibiciones de la Ley ción original de la Ley, y , de esa manera, consumó «por completo» la
-tan importantes para los fariseos- no eran precisamente lo que Jesús Ley mediante su interiorización, en la que el amor constituía el elemento
quiso inculcar encarecidamente. En ningún momento invita a sus discí- decisivo y motriz (Schalom Ben-Chorin);
pulos a estudiar la Torá. A diferencia de los fariseos, en ningún momen- -porque Jesús destacó la vertiente moral de la vida frente a la cara
to pretende levantar una «valla alrededor de la Ley» con decretos de apli- puramente formal de la praxis de la Ley, porque hizo saltar fronteras me-
cación, una obra de fortificación para garantizar la observancia de los diante el mandamiento del amor radicalizado por él, el mandamiento de
mandamientos. A diferencia de los fariseos, Jesús nunca pretende exten- amar al enemigo; con su aproximación, nada farisaica, a los «pecado-
der a los seglares los ideales de pureza y de santidad de los sacerdotes que res»; de forma que el principio religioso pudo vincularse con el aspecto
sirven en el Templo. social (David Flusser).
En resumen: es distinta la actitud básica, la tendencia global. Com-
parado con todos los fariseos, Jesús es de una liberalidad sorprendente. Si yo, como ecumenista cristiano, arremeto contra los intentos cris-
¿No se socava toda la moral cuando uno se solidariza de ese modo con tianos de aislar a Jesús de sus raíces judías, algunos ecumenistas judíos
los impuros y pecadores, cuando incluso comparte mesa con ellos, cuan- atacan la nivelación judía del mensaje de Jesús, rechazado desde hace
do el hijo perdido y descarriado es acogido mejor por el padre que el que tanto tiempo en el judaísmo. Desde un punto de vista histórico, ¿sé hace
siempre ha permanecido a su lado, cuando el publicano granuja es más justicia a los hechos catalogando a Jesús como un gran fariseo que,
escuchado por Dios que el piadoso fariseo quena es realmente como los como otros grandes fariseos, hizo una aportación específica, y rebajando
demás hombres, engañadores y adúlteros? al nivel de las habituales disputas exegéticas entre escuelas fariseas el con-
flicto que costó la vida a Jesús? ¿Jesús de Nazaret murió a causa de
4. No las habituales discusiones entre escuelas, sino confrontación disputas interescolares?
y conflicto Sabios judíos de cuño histórico-crítico, como Hans-Joachim Schoeps,
marcan aquí otros acentos. Coinciden con algunos intérpretes cristia-
La mayoría de los intérpretes judíos y cristianos de Jesús coinciden en nos en que Jesús afirma la Torá, observa sus normas ceremoniales, pero
que lo decisivo para él, el «mayor observador y crítico de la espirituali- 1. «distingue entre la voluntad de Dios y la Ley de la Torá le-Moseh
dad farisea»29, no era la observancia de la Tvrá por sí misma, sino el mi-Sinai, que expresa esa voluntad. Esto significa gue observancia literal
hombre concre o. Su actitud más libre respecto de la Ley y su trato con de la Ley no equivale a hacer la voluntad divina. El se arroga el derecho
ignorantes y transgresores de ella tuvo como consecuencia graves con- a decidir cuándo la Ley expresa la voluntad de Dios y cuándo no»;
frontaciones. La imagen global de Jesús es la siguiente: no scílo median- 2. «siguiendo esa distinción ... afirma diferencias de rango en la Ley

316 317
B.II. ¿QUIEN FUE JESUS?
5. ¿EN NOMBRE DE QUIEN?

entre las normas éticas (esenciales) y las rituales o ceremoniales (menos


esenciales), sin negar en principio el carácter vinculante de estas últimas»; Jesús con ninguno de los títulos corrientes, precisame~t.e porque no .se
3. «distingue entre la autoridad de)a palabra de la Escritura y la trata de un sí o no a una determinada dignidad, a un OftCIO concreto m a
autoridad de los reglamentos rabínicos. El se opone, pues, al principio ra- un dogma, rito o ley determinados, se agudiza la pregun~a que se clavó
bínico de tradición, al que contempla desde su propio presente como una hasta en los primeros discípulos: ¿Quién fue él en realIdad, él al que
institución nueva, y se reserva el derecho a dar su propia interpretación todos los títulos le quedaban cortos?
de la Escritura y a fundamentar en ella una conducta para cada situación La gran pregunta acerca de su persona sigue de plena actuali~ad: ¿el
concreta»; Mesías? El empeño en eludir todo título confiere mayor densIdad al
4. quería «cumplir la Ley» y «por consiguiente no pretendía crear una enigma. Un enigma que adquiere una nota especial a causa de la muerte
nueva halaká propia»32. violenta de Jesús. ¿Es posible desligar la muerte de Jesús de la pregunta
Joseph Klausner y otros autores judíos opinan que la concentración de acerca de su mensaje y de su persona? En Jesús hacía acto de presencia
Jesús en lo ético-religioso y el orillamiento de la vida nacional son ele- un hombre que, sin preocuparse lo más mínimo de la jerarquía ni de sus
mentos no judíos e incluso peligrosos para el judaísmo por lo que tienen expertos, se desmarcaba de palabra y obra en lo referente a los tabúes
de corrosivo. Pero dejamos esto de lado: en cualquier caso, es claro que cultuales, en las prácticas del ayuno y, sobre todo, en el precepto sabáti-
fue Jesús de Nazaret y no uno de los otros rabinos «liberales» el que se co, al que se tenía por entonces como el «precepto capital». En efecto, sin
vio envuelto en un conflicto que le llevó a la muerte. Si seguimos las fuen- cimentar su opinión en citas escriturísticas, práctica habitual en los pró-
tes, veremos que estos conflictos suscitaron siempre la siguiente pregun- ceres fariseos, Jesús arremete contra tradiciones exegéticas judías de la
ta: ¿con qué derecho y con qué autoridad dices y haces esto? No pode- Torá vinculantes entonces «<tradiciones de los antiguos»): en la prohi-
mos pasar por alto esta pregunta sobre la autoridad, sino que debemos bición del divorcio, en la prohibición de pagar con la misma moneda, en
dedicarle nuestra atención. el precepto de amar al enemigo. No hace abolición ni de los «preceptos
más pequeños», pero los relativiza según cada cas033 • Aunque algunos in-
5. ¿En nombre de quién? térpretes judíos lo nieguen, los evangelios insisten en que Jesús, con so-
berana autoridad frente a la doctrina y praxis dominantes, que era la
Un interrogante que se configuró antes de la Pascua, recorre los evange- doctrina y praxis de los que mandaban, se arroga una autoridad que hace
lios pospascuales y no se ha disipado hasta nuestros días: ¿Qué pensáis que los doctores de la Ley se pregunten: «¿Cómo puede hablar así este
de él? ¿Quién es él? ¿Uno de los profetas? ¿O más? Incluso algunos hombre? Blasfema»34. ¿Blasfemaba realmente?
teólogos cristianos conservadores admiten hoy que Jesús mismo puso en Los testimonios concuerdan en que Jesús actuaba desde una expe-
el centro de su proclamación no su propia función, persona o dignidad, riencia de Dios, desde una vinculación con Dios y desde una inmediatez
sino el reino de Dios. a Dios absolutamente excepcionales cuando -en confrontación con los
En cuanto al título Mesías, hay que decir que, según los evangelios si- gobernantes- proclamaba la soberanía y voluntad de Dios y se negaba
nópticos -naturalmente, la situación es distinta en el evangelio de Juan, a admitir sin más las estructuras de poder humanas:
más tardío y que habla del «Hijo de Dios» plasmando una reflexión teo- --cuando él está abierto a todos los grupos,
lógica- Jesús nunca se asignó a sí mismo la denominación de Mesías o --cuando no quiere que las mujeres estén en el matrimonio a merced
cualquier otro título de majestad, si exceptuamos tal vez el ambiguo tí- de la arbitrariedad de los maridos,
tulo de «Hijo del hombre». En esto la mayoría de los intérpretes cristia- --cuando defiende a los niños frente a los adultos, a l(ls pobres frente
nos coinciden hoy con los intérpretes judíos. El evangelio de Marcos, el a los ricos, a todos los pequeños frente a los grandes,
más antiguo, considera que la mesianidad de Jesús es un secreto que debe --cuando se pone de parte de los que sostienen otras creencias reli-
permanecer oculto al gran público hasta que se desvele en la cruz y se giosas, de los comprometidos políticamente, de los fracélsados morales,
proclame después de la Pascua. ¿Por qué? Porque sólo desde la expe- de los explotados sexualmente, de los marginados sociales, y llega incluso
riencia pascual se podía ver claramente la tradición-Jesús a la luz mesiá- -en el colmo de la insolencia- a garantizarles el perdón, lo que sólo
nica e integrar en la presentación de la historia de Jesús la creencia en el , está permitido al sumo sacerdote en el contexto cultual.
Mesías. ¿Cuál fue la situación anterior? La predicación y la praxis de Pero lo sorprendente es que Jesús nunca aporta las raz()nes que avalan
Jesús apenas se habían correspondido con la contradictoria, y casi siem- su pretensión. Es más: en la discusión sobre la autoridad, rechaza ex-
pre tea-política, imagen que sus contemporáneos tenían del Mesías es- presamente una fundamentación. Se arroga esa autorid~d, actúa desde
perado. Hasta los rabinos esperaban un Mesías triunfal. ,ella, sin invocar una instancia superior mediante el profético «¡Así habla
Pero precisamente porque no se puede «captar» adecuadamente a el Señor!». Mientras que, en la actividad académica rabíllÍca, la antítesis
«Se ha dicho» - «Pero yo digo» permitía a un rabino contraponer su
318
319
B.II. ¿QUIEN FUE JESUS? 6. ¿QUIEN ES CULPABLE DE LA MUERTE DE JESUS?

modo de pensar al de otro rabino, en las antítesis de Jesús su palabra se sación que delatan una actitud básica bastante coherente y que podemos
contrapone a la Torá: no sólo no asesinar, sino ni siquiera tener ira; no resumir de la siguiente manera:
sólo no adulterar, sino ni siquiera desear; no sólo no jurar en falso, sino • Era radical la critica del judío Jesús a la religiosidad tradicional de mu-
ni siquiera jurar; no un divorcio en determinadas circunstancias, sino chos devotos judíos.
ada de divorcio. La comunidad estaba abocada a tener problemas con • Parecieron insolentes la protesta y la profecía de Jesús contra el Tem-
tales aseveraciones radicales de Jesús y en ocasiones las suavizó, pero se- plo, y consiguientemente contra sus guardianes y beneficiarios.
uro que ella no las inventó. • Provocativa era la concepción que Jesús tenía de la Ley, orientada por
Según todas las fuentes, Jesús hace valer una autoridad no delegada, completo al hombre.
sino altamente personal. ¿Cómo hay que describirla? De un «rabino» tí- • Resultaban escandalosos la solidaridad de Jesús con el ignorante pue-
pico (aunque le llaman por ese nombre) se distingue tanto como de un blo llano y su trato con notorios violadores de la Ley y marginados.
«predicador itinerante» carismático (a pesar de que obra a veces cura- • Contundente fue la crítica de Jesús a las clases dominantes, para las
ciones). Se le ha calificado de «profeta» escatológico, aunque los evan- que resultaba molesto por los numerosos seguidores que tenía en el
gelios (e incluso la muy antigua fuente de los discursos Q utilizada por pueblo.
Mateo y Lucas) evitan a ser posible ese título para designar directamen-
te a Jesús. Dejando a un lado la cuestión de los títulos, sí cabe afirmar Independientemente de cuáles fuera los detalles del procedimiento ju-
que aquí no habla alguien que es sólo conocedor de la materia, como los dicial, todos los evangelistas coinciden en afirmar que Jesús fue entrega-
sacerdotes o los doctores de la Ley, sino alguien que, sin delegación ni do por las autoridades judías al gobernador romano Poncio Pilatos y que
fundamentación, anuncia con autoridad de palabra y obra la voluntad de fue crucificado según la costumbre romana. Según todos los relatos,
Dios, que apunta al bien del hombre; el que se identifica con la causa de para Pilatos -cuya actuación como procurador de Judea (26-36 d.C.)
Dios, que es la causa del hombre; el que se consume trabajando por esta juzgaron de forma muy negativa las fuentes contemporáneas- el con-
causa; el que, sin pretensión alguna de títulos ni dignidades, se convierte cepto «rey de los judíos», que la comunidad nunca utilizará como título
en personalísimo representante de Dios y de los hombres. ¿Era posible mesiánico, jugó un papel capital, como lo confirma la inscripción puesta
que no afloraran cuestiones como: «hay más que Jonás (y que los profe- en la cruz, en la que los romanos solían consignar el respectivo motivo de
tas) aquí»35, «hay más que Salomón aquí»36? Según las fuentes, aquí hay la condena (causa damnationis). Los romanos sólo podían entender en
que buscar el motivo para el proceso contra Jesús. clave política esa expresión de «rey de los judíos». La apropiación inde-
bida del título de rey era una ofensa para la majestad romana (crimen lae-
6. ¿Quién es culpable de la muerte de Jesús? sae maiestatis). Aunque Jesús, predicador de la no violencia, nunca había
tenido tal pretensión política, era natural que le vieran desde fuera bajo
En el proceso de Jesús ante las instancias judías quedan machos puntos esa perspectiva.
oscuros: antes del pleno del sanedrín, podría haber actuado una comisión ¿Quién asesinó, pues, a Jesús? ¿Sólo la ley romana, la Lex Julia Maies-
(formada sobre todo por saduceos). Sorprende que no se mencione a los tatis, como afirma a veces la parte judía? ¿Fueron, pues, los romanos,
fariseos en los informes sobre el proceso. Antes de que se pronunciara mientras que las judías y los judíos acompañaban llorosos a Jesús en su
formalmente la sentencia de muerte, se habría tomaao la decisión de en- camino de dolor? Es seguro que tal reparto de papeles simplifica indebi-
tregarlo a Pilatos. Sí, en lugar de un procedimiento procesal ajustado a damente la historia real:
derecho, quizás tuvo lugar sólo un interrogatorio para determinar con -Sin duda, hay que estar en contra de la sucesiva exculpación de las
mayor precisión los puntos de la acusación, secundando al prefecto ro- autoridades romanas visible ya en los evangelios, pero tampoco se puede
mano. La pregunta formal, directa, sobre la mesianiaad o la filiación di- hablar de una iniciativa y culpa exclusivas de los romanos. En un sentido
vina como punto de acusación es poco probable; hay que cargarla en la jurídico, el procurador romano fue responsable de 10 sucedido en el
cuenta de la comunidad posterior. Se habla de «mllchas» acusaciones, Gólgota. Sólo él tenía entonces el ius gladii, el derecho a decretar una eje-
pero no se las menciona, salvo (cosa que no se suele tener muy en cuen- cución, y la crucifixión es una forma romana de ejecución 37 , pero, de-
ta) un dicho, contra el Templo. Hay que deducirlas del conjunto de los jando a un lado cuál fue la participación de la cohorte romana en el
evangelios. Estos informan con profusión sobre conflictos que no deben apresamiento, no mencionada por el evangelio de Marcos38 , sino exclu-
ser reducidos a simple retroproyección de la c()nfrontación entre la Igle- sivamente por Juan 39 ,
sia primitiva y la Sinagoga, sino que reflejan el conflicto hist<Írico entre el -según todos los relatos, Jesús fue tenido bajo custodia primero
Jesús histórico y el establishment judío. por las autoridades judías de entonces. Además, sin la denuncia y
Una lectura atenta de los evangelios permite descubrir puntos de acu- anuencia del sumo sacerdote en funciones difícilmente se habría seguido

320 ' 321


B.II. ¿QUIEN FUE JESUS? 6. ¿QUIEN ES CULPABLE DE LA MUERTE DE JESUS?

un proceso romano contra Jesús. Según todas las fuentes, antes del jui- Dicho con otros términos, en el proceso seguido contra Jesús se trató
cio romano, instancias judías se ocuparon del «caso» del Nazareno; al de la «transformación de la acusación judía por pecado contra la religión
menos, los que llevaban la voz cantante en el sanedrín y el sumo sacer- en la acusación política de alta traición» 46. Eso significa:
dote. El argumento -esgrimido por algunos exegetas judíos- de que, • Que la acusación política de que Jesús pretendió hacerse con el poder
según el derecho judío, no se podía tramitar durante la noche un pro- político, que concitó a negar el pago de impuestos al poder ocupante,
ceso capital y de que la sentencia de muerte no pudo ser pronunciada al levantamiento político, y que se consideró a sí mismo como rey-me-
hasta un día después de haber sido vista la causa es válido sólo para el sías político de los judíos fue una acusación falsa.
derecho rabínico codificado en la Misná hacia finales del siglo n. En la • Pero jesús, el provocador religioso, fue tachado de revolucionario
Torá, por la que se regía el establishment saduceo, no existen tales político, yeso significaba ser un adversario militante del poder roma-
puntualizaciones. no. Esto era una acusación con entidad para Pilatos, sobre todo si te-
nemos en cuenta que las revueltas y tumultos políticos eran bastante
¿De qué se trataba en realidad? Según las fuentes, en el caso de Jesús habituales en aquellos años. Eso significa que jesús fue condenado
no se trataba de un alboroto político, sino, ante todo, de una provoca- como revolucionario político, a pesar de que no 10 era.
ción religiosa. Esa sería la razón por la que las instancias judías fueron las
primeras en intervenir, porque la acusación política era sólo un disfraz de ¿Quién tiene, pues, la culpa de la muerte de Jesús? Desde un punto de
la religiosa. Según los evangelios, esta acusación religiosa tuvo que ver vista histórico, sólo es posible una respuesta: las autoridades romanas y
con la actitud crítica de jesús respecto de la Ley, del Templo y de sus re- judías --cada una a su manera- estuvieron implicadas en este caso. Pero
presentantes. Es de presumir que, como provocador político, jesús habría lo decisivo para hoyes algo bien distinto:
corrido la misma suerte que tantos otros innominados, tragados por el • Como pueblo, los judíos no rechazaron entonces a Jesús; nunca se de-
olvido, pero, como figura religiosa, quedó grabado de forma perma- bería haber hablado de una culpabilidad colectiva del pueblo judío de
nente e inconfundible en la mente de los hombres, como otros personajes entonces (¿por qué no también del pueblo romanol).
proféticos, con su mensaje y su comportamiento. Desde el punto de • Más absurda aún es la inculpación colectiva del pueblo judío posterior.
vista de la interpretación dominante de la Ley y desde la religión del Es insensato culpar a la nación judía actual de l~ muerte de jesús.
Templo, la jerarquía judía no tenía que actuar contra un candidato a Me- Tales reproches han acarreado sufrimientos sin cutnto a este pueblo.
sías o contra un pseudomesías, pero sí contra un hereje, contra un falso
profeta, contra un embaucador y blasfemo. El más reciente análisis de El concilio Vaticano 11 abordó la monstruosa culJlabilidad cristiana
textos jurídicos realizado por A. Strobel (1980)40 indica que -en contra que se nutrió del reproche de que «los judíos asesinaron a Cristo, de ser in-
de lo que sostuvo J. Blinzer en su famoso libro El Proceso de Jesús 41 - no cluso deicidas», y trató de poner las cosas en su sitio: «Aunque las autori-
fueron la parcialidad y la malignidad las que condujeron a la condena de dades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin
jesús, sino: «El papel y la toma de postura de Caifás se derivan de su vin- embargo, lo que se hizo en su pasión no puede ser imputado ni indistin-
culación incondicional y fiel a la Ley. Por consiguiente, él se vio en la trá- tamente a todos los judíos que vivían entonces, ni a los judíos de hoy,,47.
gica necesidad de aplicar la Ley también a jesús»42. Después de todo lo que hemos oído, ¿es posible hoy la «repatria-
En aquellos tiempos, la cruel muerte de jesús sólo podía significar una ción» al judaísmo de Jesús de la que hablan algunos autores judíos? Sí y

¡
cosa: que la Ley había triunfado. Colgado de/leño del oprobio, Jesús no. Tal vez no sea recuperable para la halaká, que, relativizada por
aparecía como maldito de Dios, hecho testimoniado también por escritos Jesús, contraatacó y ya no fue considerada como necesaria para la sal-
judíos contemporáneos. la condena a sufrir muerte de cruz, sentencia vación por los que tuvieron después a Jesús por el Crísto. Pero sí es re-
que sólo podía imponer el procurador romano, podía ser también un cuperable para el pueblo judío, que sigue siendo pueblo elegido, que re-
castigo judío y --como ha demostrado claramente Y. Yadin de la mano negó durante largo tiempo del rabino de Nazaret; que tuvo que renegar
del Rollo del Templo descubierto en Qumrán43- se interpretó, basán- durante largo tiempo. Pero hoy, el Nazareno es tambiéll para muchos ju-
dose en Dt 21,22 s., como castigo por blasfemia y como signo de que díos el prototipo del pueblo judío perseguido en el mundo y condenado
Dios maldice al crucificad044 • Incluso Josefa iniorma de un caso: un pro- a sufrimientos sin fin. Si él volviera de nuevo, como eu «el gran inquisi-
feta jesús, hijo de Ananías, había anunciado la caída del Templo. Por e&~ dor» de Dostoievski, ¿a quién debería temer más? ¿quién se mostraría
motivo, las autoridades judías lo entregaron a los romanos y fue azota- más dispuesto a recibirle, la Sinagoga o la Iglesia?
do por éstos. En otro caso, el mismo Josefa atestigua que los sumos sa- Pero la verdadera pregunta es la siguiente: ¿Por qllé conservan aún
cerdotes y los próceres asistieron a un proceso celebrado ante el procu- tanta vitalidad su mensaje, la práctica de su vida y susuerte? ¿Por qué
rador roman0 45 • está él tan vivo como persona?

322 323
1. RESURRECCION DE lOS MUERTOS, ,DESCONOCIDA EN El JUDAISMO?

1II. ¿FE EN jESUS COMO EL MESIAS? tamento no hay ni un solo «testigo ocular» ni una descripción directa de
la resurrección. Ésta fue siempre una convicción de fe, aunque fundada.
¿Se puede decir que una resurrección de muertos realizada por Dios
¿Terminó todo con la muerte de jesús? Evidentemente no. Es un hecho mismo -y sólo en este sentido se puede hablar de «resurrección»- es un

~
nnegable que el movimiento que arranca de Jesús comenzó propiamen- concepto no judío, un milagro que carece de analogía en la experiencia
te después de su muerte; en ese momento comenzó de verdad a hacer his- de fe judía? ¿Qué significa el suceso de «Pascua»? ¿Divergen aquí el ju-
toria. ¿Cuál es su fundamento? Ese movimiento se basa en la convicción daísmo y el cristianismo?
que los seguidores judíos de Jesús tienen de que éste ha resucitado de los ¡De ningún modo! La «fe en la resurrección de los muertos (te~iyat
muertos l. hammetim) es un dogma expreso del judaísmo clásico, confirmado yela-
borado por Moisés Maimónides, tratado por jasdai Crescas como una
1. Resurrección de los muertos, ¿desconocida en el judaísmo? "fe verdadera" (no precisamente un principio fundamental del judaísmo),
relegado a un problematizado plano de la deducción por joseph Albo y
Esto constituyó la sólida convicción de la primera comunidad de cristia- perdido casi como una afirmación doctrinal central desae que concluye-
nos, que se remitió, como el apóstol Pablo, a experiencias espirituales: ron los discursos medievales. Sin embargo, a pesar de la pérdida de emi-
este Crucificado no cayó a la nada; ha salido de la realidad inestable, mu- nencia dogmática, donde es contemplada -entre otros principios de
dable, pasajera y ha entrado en la vida verdadera y eterna de Dios. ¿Se fe- como una doctrina escatológica rabínica sine qua non, la resurrec-
trata de una intervención «sobrenatural» de un Deus ex machina? Es ción sigue siendo afirmada en la liturgj.a tradicional. Introducida como
más bien el morir «natura},> y ser recibido en la realidad auténtica, ver- segunda de las Dieciocho Bendiciones (Semone 'Esre), repetida durante la
dadera. En cualquier caso, una situación definitiva, libre de todo sufri- Amidá (literalmente: oración en pie), confirma que Dios no deja de creer
miento. La exclamación del Jesús moribundo: «Dios mío, Dios mío, en los que yacen en el polvo y que él, en su compasión, despierta a los
¿por qué me has abandonado?» (Mc 15,34) es traducida en el evangelio muertos, restaura sus cuerpos y les concede vida eterna»5. Así describe
de Lucas a un plano positivo con la exclamación del salmo: «Padre, a tus Arthur A. Cohen (1928-1986), biógrafo de Buber y profesor en la Uni-
manos encomiendo mi espíritu» (Sal 31,6; Lc 23,46), que Juan traduce versidad de Chicago, la cambiante historia de la creencia en la resurrec-
haciendo decir a Jesús: «Queda cumplido» (19,30). ción dentro del judaísmo.
Es cierto que este mensaje se transmitió no sin dificultades, concrecio- La «resurrección» por Dios es, pues, algo absolutamente judío. Pero
nes y pinceladas legendarias, ampliaciones condicionadas por la situación no sólo es judío el contenido de la creencia en la resurrección de Jesús:
«<apariciones»), añadiduras lásticas «<ascensión a los cielos») y despla- «Bendito seas tu, Yahvé, que das vida a los muertos» (asidice el texto de
zamiento de acentos «sepu cro vacío»). Con todo, el mensaje apunta a la mencionada segunda bendición, y de forma similar se expresa la li-
algo muy sencillo que se transmitió inicialmente en fórmulas escuetas, turgia del cementerio), sino que también es judía la forma: «Dius, que le
conservadas en las cartas l1eotestamentarias yen los Hechos de los Após- ha resucitado de la muerte», igual que las frecuentes fórmulas de fe ju-
toles: «Dios, el que resucitó de la muerte a Jesús»2 o «Dios lo resucitó de días: «Dios, que hizo el cielo y la tierra» o «Dios, que os sacó de Egipto».
la muerte»3 (del seol, del tenebroso reino de los muertos). Sólo más tarde Pero es inevitable que nos preguntemos por qué se aso<ió precisamente
se decorará narrativamente esta creencia mediante la historia de la tumba con jesús la fe en la resurrección. ¿Por qué fue posible a]!Udar esperanza
vacía. Sin embargo, los diversos testigos del cristianismo primero, Pedro, alguna precisamente a un final tal desesperanzador? ¿Polqué fue posible
Pablo y Santiago, las cartas, los evangelios y los Hechos de los Apóstoles, proclamar como Mesías de Dios al Castigado por Dios? (Por qué fue po-
coinciden -a pesar de las divergencias e incluso contradicciones en cuan- sible declarar signo de salvación al madero del oprobio) ¿Qué permitió
to al lugar, momento, personas y curso de los acontecimientos- en que el convertir la patente bancarrota del movimiento en el punto de partida de
Crucificado vive para siempre en Dios, como compromiso y esperanza 'su fenomenal renacimiento?
para nosotros 4 • Los judeocristianos y los cristiano-gentiles de las comu- AqUÍ debemos tomar nota de que, según los testimonios, los primeros
nidades del Nuevo Testamento se sienten arrastrados, incluso fascinados, discípulos de Jesús señalan al Dios de Israel y a jesús mismo como razón
por la certeza de que el Ajusticiado no ha permanecido en la muerte, sino para su fe revitalizada en Pascua. En ese contexto, aluden a sus experien-
que vive; y que quien le c()nfiesa y le sigue también vivirá. la vida nueva cias con Dios y con el Señor ensalzado. Sin duda, nuestros conocimientos
y eterna de Uno como desafío y esperanza real para todos. acerca de experiencias espirituales, éxtasis, visiones, ampliaciones de la
Que la muerte de Jesús no es el final de tíldo, que él mismo no per- conciencia y vivencias «místicas» siguen siendo demasiad<llimitados para
r maneció en la muerte, sino que entró en la vida eterna de Dios no es un poder esclarecer lo que se esconde realmente detrás de tales historias. Pero
\ hecho histórico demostrado desde un principio: en todo el Nuevo Tes- sí es seguro que no se pueden devaluar tales vivencias reduciéndolas a sim-

324 325
l. RESURRECCION DE lOS MUERTOS, ¿D.ESCONOCIDA EN El JUDAISMO?
B.III. ¿FE EN JESUS COMO El MES lAS?

toria» O sólo de una «creencia basada en lo subjetivo». Yo me atrevería

¡ pIes alucinaciones 6 ni explicarlas en el esquema supranaturaIista como una


intervención de Dios desde arriba o desde fuera. Es probable que se tra-
tara de procesos visionarios en el interior, no en la realidad externa, pero
la actividad psíquica, «subjetiva», de los discípulos y la actuación «obje-
a concretar que, en la fe de los discípulos, se trata de un evento histórico
(captable con medios históricos), pero que en la resurrección de Dios a la
vida eterna no se trata de un evento histórico, plástico e imaginable, in-
tiva» de Dios en modo alguno se excluyen, pues Dios actúa también a tra- cluso biológico, pero sí de un suceso real. ¿Qué queremos decir con
esto? La utilización crítica de l~s f~entes puede ser de utilid~d, pues ella
vés de la psique del hombre. De cualquier forma, en las visiones o audi-
Jciones no se trata de un conocer neutral, objetivo, sino de una confianza
\que cree, pero que no excluye las dudas. Se trata de experiencias de fe
cuyo mejor punto de comparación son quizás las experiencias de llama-
les capaz de extraer de las,ampltaclOnes legendarias lo esencIal de la cre-
encia en la resurrección. El vive. ¿Qué significa aquí «vivir»?
La investigación especializada muestra con toda claridad que los tes-
l miento de los profetas de Israel. También los apóstoles comenzaron en-
tonces a sentirse llamados a predicar y a dedicar su vida al Mensaje.
timonios más antiguos del Nuevo Testamento no conciben la resurrec-
ción de Jesús como una revivificación a la vida terrena, como supone Pin-
Se ha recordado en numerosas ocasiones que, en la Antigüedad, tam- chas Lapide en analogía con las tres revivificaciones veterotestamentarias

¡ bién hay .t~s,timonios de ~tras re~urreccione,s. Se alude incesantemente a


una apanClon de Apolomo de Tlana des pues de su muerte, tal como in-
formó Filostrat07 • Pero no se puede pasar por alto la diferencia con la re-
surrección de Jesús: ¿acaso hombre alguno ha sacado de esta experiencia
realizadas mediante la mano de un profeta. Teniendo en cuenta el hori-
zonte de la espera judía apocalíptica, se trata de que Dios eleva hasta
Dios a este Nazareno ejecutado y enterrado; hasta un Dios al que él
mismo había llamado Abba, «Padre». Dado que aquí no manda la men-
de la resurrección de Apolonio la convicción transformadora de que talidad griega, ~lUnca se piensa sólo en la inmortalidad del «alma», sino
Dios habló y actuó de manera decisiva a través de ese hombre? No sa- en una nueva VIda de toda la persona en Dios, pues el judaísmo siempre
bemos hasta qué punto había preparado Jesús mismo -que esperó un ve al hombre como una unidad físico-psíquica. Será más tarde cuando
dramático cambio escatológico en su vida mortal- a sus discípulos sobre todo, textos lucanos y joánicos informen al modo legendario acer~
para un evento dramático de estas características. Es seguro que las pro- ca de un trato corporal del Resucitado con sus discípulos. ¡Qué significa
fecías de muerte y resurrección recogidas en los evangelios adquirieron su pues, pata nosotros resurrección? '
formulación actual en una época posterior. • Resurrección significa no un retomo a esta vida en el espacio y el tiem-
Lo único seguro es que los discípulos, que habían esperado la llegada ~o: no hay a.~ulaci~n.~e la muerte (no revivificación de un cadáver),
próxima del reino de Dios, consideraron que esta espera se había cum- smo superaClOn defImtlva de ella: entrada en una vida «celestial» in-
plido; y lo vieron así a la luz de la resurrección de Jesús a una nueva vida. comparable, completamente distinta.
La entendieron como comienzo de la redención escatológica. También • Res.urrección ~ignifica no una continuación de esta vida en el espacio y
esto formaba parte del «acervo cultural judío». No sólo los seguidores ju- el tiempo: el sImple hecho de hablar de «después» de la muerte puede
)díos de Jesús, sino muchos judíos esperaban entonces la resurrección de llevar a err,or, pues l~ e!e.rnida~ no. está determinada porun,«antes» y
los muertos; una vez que, como vimos, había despuntado en el libro de un «despues». Ella slgmfIca, mas bIen, una nueva vida en el ambito in-
. Daniel y en la literatura apocalíptica la creencia en la resurrección gene- comprensible e invisible de Dios (<<cielo») que supera hdimensión de
espacio y de tiempo.

l
ral de los muertos o, al menos, de los justos. Naturalmente, lo que mu-
chos judíos esperaban para los hombres en un futuro, eso se había dado • Resurrección significa positivamente: Jesús no ha muerto para perderse
anticipadamente en éste, según la joven comunidad cristiana. La resu- en la nada, sino que -en la muerte y desde la muerte- ha penetrado en
rrección de Jesús era el principio de la resurrección general de los muer- a9~ella inconcebible y completa realidad primera y última, ha sido re-
tos, el comienzo de un tiempo nuevo. Todo esto tenía una sólida base CIbIdo por aquella realidad que es la más real y a la que nosotros damos
judía en el mundo de fe de entonces. el nombre de Dios. ¿Qué aguarda al hombre cuando éste alcanza su es-
khaton, cuan~o llega a 10 último de su vida? No la nada, sino aquel
Pinchas Lapide es uno de los pocos teólogos judíos actuales que han todo que es DI<?S. El cr.eyente sabe que la muerte es un ]laso a Dios, en-
tenido el coraje de destacar de nuevo la «resurrección» como auténtica t~ar en el refu/po?e ~IOS, en aquel ámbito que sobrepasa todo lo ima-
«vivencia de fe judía»8. Ha subrayado con razón que «la resurrección gmab~e, que nmgun .~Jo humano ha visto jamás y que escapa a nuestra
pertenece a la categoría de los eventos verdaderamente reales y eficaces»: capaCIdad de captaClon, de comprensión, de reflexión yde fantasía.
«Tuvo que haber sucedido algo que nosotros podemos calificar como
evento histórico, puesto que sus consecuencias fueron históricas, aunque . ¿De ~e entender ~I cr~stiano !a resurrección de Jesús como victoria
no estamos en contliciones de captar la naturaleza concreta del suceso». trIUnfalIsta ~obre el }udalsmo? Sm duda, así ha sucedido con frecuencia.
En Lapide no se "Ve con claridad si se trata aquí de un «hecho de la his- A. Roy y Altee L. Eckardt, que como teólogos cristianos tienen el mérito

326 327
B,III. aFE EN JESUS COMO EL MESIAS? 2. RADICAlIZACION DE LA FE EN EL DIOS DE ISRAEL

~
'de trabajar revisando a la luz del holocausto posiciones cristianas peli- puede ser cosa de Dios. Dios mismo recibe, llama y repatría al hombre a
rosas, opinan que la fe en la resurrección de Jesús es la raíz de todo el su inaprehensible, completa y última realidad; como aceptado y salvado
antijudaísmo cristiano. Según ellos, con la creencia en la resurrección «el definitivamente; en la muerte o, mejor, desde la muerte como un evento
cristianismo legitimó histórica y teológicamente su "supersesionism?" propio, en virtud de la acción y fidelidad de Dios. Como en la primera
(supersessionism = teoría de la superación) y su triunfalismo sobre el JU- creación, una nueva, escondida e inconcebible acción creadora de! que
daísmo y sobre el pueblo judío»9. llama a la existencia lo que no existe. Por eso, y no como «intervención»
Como saben muy bien estos dos teólogos, la resurrección de Jesús per- sobrenatural contra las leyes naturales, un evento verdadero, al igual que
tenece al núcleo irrenunciable de la fe cristiana, pero, como vimos, no Dios es absolutamente real para el que cree.
puede ser malinterpretada en clave fundamentalista. Pablo recordará ya Entendida en clave judía o cristiana, la fe en la resurrección no es una
a los triunfalistas cristianos de Corinto que el Resucitado es el Crucifi- añadidura a la creencia en Dios, sino una radicalización de la fe en él.
cado, y que ningún hombre tiene motivos para vanagloriarse. Si se en- Una fe en e! Dios que no se detiene a medio camino, sino que va hasta e!
tiende la resurrección de acuerdo con la Escritura, no cabe interpretarla final. Una fe en la que e! hombre, sin una prueba estrictamente racional,
como mensaje contra los judíos, sino como buena nueva dirigida también pero sí con una confianza razonable, cuenta con que el Dios del principio
a los judíos. No es una verdad no judía que quiere machacar, sino una es también e! Dios del final; que así como es e! creador de! mundo y de!
verdad judía que pretende dar esperanza. No se trata, pues, de superar, hombre, también es su consumador.
¡de aventajar, sino de conservar. No sólo porque el Señor ensalzado se Por consiguiente, no hay que interpretar la creencia en la resurrección
¡manifiesta a través de la resurrección como idéntico con el judío Jesús de sólo como interiorización existencial o mutación social, sino como radi-
iNazaret, sino también porque el Señor resucitado es una invitación a una calización de la fe en e! Dios creador. Resurrección es sinónimo de su-
gran decisión que afecta a cada hombre. ¡A cada hombre! peración real de la muerte mediante el Dios creador, del que el creyente
Porque cada hombre, judío, cristiano o no creyente, es confrontado espera todo, también lo último, también la superación de la muerte. ¡El
aquí con la gran última alternativa: morir ¿es disolverse en la nada o en- final que es un nuevo comienzo! ¿No es lógico esto? El que comienza su
trar en la realidad última? La creencia en una resurrección confía en que credo confesando a «Dios creador omnipotente» puede terminarlo tran-
morir es entrar en Dios, en lugar de aceptar el supremo sinsentido de la quilamente con la creencia «en la vida eterna». Porque Dios es el alfa, es
vida humana. Así, muerte y resurrección están ligadas íntimamente. La re- también la omega. Esto significa que e! Creador omnipotente que puede
surrección acaece con la muerte, en la muerte y desde la muerte. En llamar a la existencia lo que no existe, también puede llamar de la muer-
cuanto a Jesús, donde más claramente se destaca esto es en los antiguos te a la vida l l .
himnos prepaulinos en los que parece que la elevación de Jesús acontece
ya en la cruz (<< ••• y muerte en cruz. Por eso Dios lo encumbró sobre todo Sólo desde ahí se puede responder también a la cuestión sobre la me-
y le concedió el título que sobrepasa todo titulo» 10). Sucede esto sobre sianidad de Jesús. Ya he dicho que, por lo que sabemos, Jesús jamás se
todo en el evangelio de Juan, donde el «encumbramiento» de Jesús signi- dio ese título y que rehuyó las diversas aclamaciones mesiánicas que le
fica al mismo tiempo su elevación a la cruz y su «glorificación», y ambas tributó el pueblo 12 • Con todo, la resurrección confiere ahora a su título
cosas son sinónimo de retorno al Padre. Pero en la creencia en la resu- de Mesías un sentido profundo y una credibilidad auténtica. Como teó-
rrección se trata de una fe radical no en una especialidad religiosa, sino en logo cristiano no cesaré de insistir en que fueron seguidores judíos de
Dios mismo, que es el sujeto de la acción. Por consiguiente, es indispen- Jesús los que, en virtud de su tradición de fe, sacaron las consecuencias
sable una segunda reflexión que ningún judío puede tachar de no judía. de la fe en la resurrección. Fue e! horizonte judío de la apocalíptica el que
suministraba categorías (por ejemplo, «Hijo del hombre», «Mesías»,
2. Radicalización de la fe en el Dios de Israel «Juez») e imágenes (por ejemplo, rapto de Henoc) para «desvelar»
«<apocalipsis») al Encumbrado a Dios ya ahora y para expresar la espe-
Lo de entrar en Dios en la muerte es todo lo contrario a una evidencia. ranza en su retorno.
No es un proceso natural, un desideratum de la naturaleza humana que ¿Dónde se encuentra ahora el Resucitado? El salmo 110,1 respondió a
se cumpla por necesidad. Hay que ver la muerte y la resurrección en su 'esta apremiante pregunta de los primeros cristianos: «Siéntate a mi dies-
diferencia no necesariamente temporal, pero sí objetiva. No obstante el tra ... ». El Encumbrado a la derecha de Dios podía ser contemplado
viejo dato -quizás más simbólico que histórico- engastado en la fór- ahora como justificado por Dios. Aunque fracasó seg~n los parámetros
mula «resucitó al tercer día», e! número ordinal "tercer(o)" debe enten- de los hombres, Dios le hizo justicia. Dios mismo se labía identificado
derse no como una fecha de calendario, sino como momento salvíiico de con el abandonado por Dios. En consecuencia, resurrección significaba
un día de salvación. La muerte es cosa del hombre, la vi<ia nueva sólo rara estos seguidores judíos que Dios tomó partido por e! que había

328 329
4. LO QUE JUDIOS y CRISTIANOS SIGUEN COMPARTIENDO
B.III. ¿FE EN JESUS COMO EL MESIAS?

ado su vida por la causa de Dios y de los hombres. Dios se ponía de


el mundo, que es demasiado grande su miseria. También para los cris-

~ arte de él, no del lado de la jerarquía de jerusalén que le acusó, ni del de tianos, la redención y consumación escatológica pertenecen aún al futu-
la potencia militar romana que le había ejecutado. Dios daba el espal- ro. La «parusía» se ha retrasado. ¡Para judíos y cristianos! La plenitud
darazo a la predicación, conducta y destino de jesús. global y arrolladora del reino de Dios está aún por llegar. Por eso, la ora-
A decir verdad, esto significa algo así como una «transmutación de ción del «Padre Nuestro» puede albergar la petición de jesús: «¡Venga tu
'todos los valores», especialmente los del sufrimiento. Con la espera cris- reino!».
tiana del Mesías, el tradicional título judío de Mesías y la usual espera Pero, por otro lado, los judíos que siguieron a jesús tenían la convic-
del Mesías experimentan una transpolarización del contenido. Como ción de fe de que no debían esperar todo de ese reino futuro; de que en
y~ ~emos visto, el titulo «Mesías», este título del salvador y plenipoten-
Jesús mismo, en sus palabras liberadoras y en sus acciones sanadoras,
Ciano esperado en el fin de los tiempos, podía indicar muchas cosas. En había resplandecido ya el poder del reino futuro, se habían dado señales
I la muy difundida concepción política y judeo-nacional, que se mezcló en
de la futura redención del mundo, había acaecido el comienzo de la re-
repetidas ocasiones posteriores con la interpretación apocalíptica del dención, una salvación «incipiente». Aunque jesús y sus primeros segui-
Hijo del Hombre, el «Mesías de Dios» denominaba al poderoso héroe dores pudieran haberse «equivocado», esta realidad de una «escatología
guerrero del fin de los tiempos y al libertador regio del pueblo. Sin em- presente» abre una perspectiva también para el futuro, cuya consumación
bargo, el sino de jesús confiere una interpretación completamente nueva esperan juntos judíos y cristianos. Pero, para los cristianos, él, el que ya
1al título de Mesías. Significa ahora un mesías no violento, indefenso, ma- vino, no es sólo un vocero, sino que -en su palabra y en su acción- es
I linterpretado, perseguido, traicionado que incluso sufre tormento y
al mismo tiempo el garante del reino de Dios. Para los cristianos, él es el
I muere. Para la habitual interpretación judía, esto tenía que sonar tan es-
Mesías, el Cristo, razón decisiva por la que también los judíos que si-
candaloso como en la pasión el correspondiente título que se puso en la guieron entonces a jesús pudieron ser llamados en griego «cristianos».
cruz con la inscripción «Rey de los judíos». En este sentido de cuño com- Cuando el Mesías venga, verán los judíos si jesús era el Mesías, dijo
pleta~~nte nuevo, el título de Mesías -en griego: Cristo- ha sido el que
en cierta ocasión el gran teólogo judío Franz Rosenzweig, dicho que se
la cnstiandad, desde el Nuevo Testamento hasta hoy, ha aplicado con cita con frecuencia en el diálogo judea-cristiano. Los cristianos pueden
mayor asiduidad a jesús de Nazaret. Es indudable que alcanzamos aquí entender esta frase así: cuando el Mesías venga -y de esto están con-
la encrucijada teológica decisiva del diálogo entre judíos y cristianos. vencidos los cristia~os- no será otro que jesús de Nazaret, el Crucifi-
cado y Resucitado. El, que ha sido despertado a la vida y justificado por
3. Una decisión de fe Dios, es la esperanza de la redención definitiva para todos.

. Aun9ue se discuta hi~tóricamente la cuestión acerca de la predicación, 4. Lo que judíos y cristianos siguen compartiendo
praXiS y autoconcepción de jesús, sobre el perfil del judaísmo de jesús y
la fe de la comunidad primitiva judía, esa cuestión sigue en el ámbito de Pero antes de que -partiendo de la mencionada decisión de fe- tenga-
la investigación histórica, donde hay un más o menos, un más probable mos que hablar no sólo de la relación tensa entre cristianos y judíos, sino
o más improbable. Sin embargo, en este lugar entra en juego otra di- también de la fatal historia de su distanciamiento13 , debemos recordar lo
mensión: la dimensión de Dios mismo; verdadera, pero no controlable que sigue siendo común a judíos y cristianos. Por suerte, no existe hoy
históricamente. En este lugar, el cristiano tiene que aportar su propia documento eclesiástico alguno -ya sea católico, evangélico o ecuméni-
confianza razonable, su decisión de fe que él no pue¿e imponer a ningún co- que, al referirse a la ~elación entre judíos y cristianos, no arranque
otro, en la que no hay un más o menos, un más probable o más impro- de esos puntos comunes. Estos son importantes para un futuro diálogo
bable, sino tan sólo un sí o no. Una decisión de fe a la que nada empuja ecuménico.
necesariamente, pero a la que invitan muchas cosas: fe en que Dios Es innegable la base judía del cristianismo:
mismo, el Dios de la creación y del éxodo, el Dios de los profetas y de los 1. La madre de jesús (Miriam) fue judía. Por eso, era natural que
sabios de Israel no sólo habló, actuó y se reveló a través de los profetas y Jesús creciera como judío en una familia judía, concretamente en Naza-
¿e los sabios, sino, final y decisivamente, también a través del Nazareno ret de Galilea; sin que actuara en público desde un principio.
crucificado. 2. El nombre que le impusieron era judío (en hebreo «Yeshua»,
judíos y cristianos están inicialmente de acuerdo en que la resurrec- forma tardía de «Yehoshua» = «Yahvé es ayuda»). Las sagradas Escri-
turas que él conocía y leía, el culto al que asistía, las fiestas que celebra-

\
CiÓ~ de uno no es. aún la c<;>ns?mación del ~onjunto. Los.cristianos no de-
benan contradeclI a los JUdlOS que sostienen desde tIempo atrás que ba, las oraciones que rezaba eran judías.
tampoco después ¿el evento de Cristo se ha transformado por completo 3. Él actuó entre judíos para judíos. Su mensaje iba destinado a la to-

330 331
8.111. ,FE EN JESUS COMO EL MESIAS~ 4. LO QUE JUDIOS y CRISTIANOS SIGUEN COMPARTIENDO

talidad del pueblo. Los discípulos y discípulas que reunió y todos sus se- 'mos, sino que también se tomaron himnos del judaísmo que fueron aco-
guidores eran judíos y judías de la comunidad judía. modados e incluso reformulados bajo la influencia de la tradición judía;
4. También la comunidad más antigua, que se dispersó momentá- -que incluso hasta el siglo IV es perceptible la influencia no sólo de la
neamente después del apresamiento y ejecución de Jesús, y que volvió a exégesis judía (por ejemplo, sobre Orígenes y Jerónimo), sino también de
congregarse en la fe en él como el Resucitado y encumbrado a Dios, es- la liturgia judía; hasta el punto de que, como atestigua Crisóstomo,
tuvo formada por judíos y judías de lengua aramea que se autoconside- hubo cristianos que asistían al culto sinagogal en Constantinopla.
raron como un grupo dentro del judaísmo.
Precisamente porque Jesús y los partidarios que le siguieron eran ju- De hecho, el cristiano que asista hoya un culto sinagogal o participe
díos, ha perdurado hasta hoy, a pesar de la historia cruel y conflictiva, en una gran fiesta judía se alegrará mucho por todas las cosas conocidas
una comunidad continuada: que encuentra ahí, desde la lectura de la Escritura y desde los salmos
• la fe en el Dios uno; más concretamente, en el Dios uno de Abrahán, hasta los himnos. ¿Qué tienen ellos que uno no pueda rezar también de
de Isaac y de Jacob, del que el hombre puede fiarse como creador, con- todo corazón? ¿Es completamente imposible que renazca una nueva co-
servador y consumador del mundo y de la historia; munión en el futuro, a pesar de todas las diferencias?
• la colección de las Escrituras (1a Tanak «Antiguo» Testamento), que es
la fuente de la fe común, de numerosos valores y estructuras mentales
comunes;
• el culto, en el que se han mantenido muchos elementos (salmos), mu-
chas estructuras (oraciones, lecturas) y momentos de contenido reli-
gioso;
• el talante ético de la justicia y del amor a Dios y al prójimo, como lo
manifiestan sobre todo los diez mandamientos;
• la fe en la historia continuada de Dios con su pueblo y en la consu-
mación de éste en comunión plena con Dios.

Demasiado poca conciencia se ha tenido de otras cosas que también


compartieron los judíos que siguieron a Jesús y los restantes judíos, y que
se abandonó más tarde, en una historia extraordinariamente compleja.
En un principio siguió siendo válida también para los seguidores judíos
de Jesús:
-la práctica de la circuncisión l\
-la santificación del sábado 15 ,
-la celebración de las fiestas judías 16,
-la observancia de las exigencias legales acerca de la pureza l ?
-Hasta la destrucción de} Templo, participaron en la liturgia del
. Templol8, donde resonaba el Sema< Isra'el «<iEscu~ha, Israel!»), y donde
se recitaban la confesión del Dios uno y único, el Semone <Esre (las Die-
ciocho Bendiciones) y otras oraciones.
Judíos que siguieron a Jesús como su Mesías no hubo sólo en Jerusa-
lén y en Palestina, Ellos misionaron después por todas partes y se en-
contraron también en Grecia y Asia Menor, en Siria yen Egipto. Por eso,
no sorprende lo que James H. Charlesworth ha recordado de nuevo en
fechas bien recientes 19 :
-que la joven cristiandad tomó en todas partes no sólo la tradición
judía de la oración personal espontánea, sino también oraciones litúrgi-
cas fijas;
-que en los Escritos neotestamentarios no sólo se utilizaron los sal-

332 333
2. LOS JUDEO-CRISTIANOS HELENISTAS

IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO . aceptado como Mesías verdadero por una joven comunidad judía.
Hemos escuchado el por qué: porque unas mujeres y hombres judíos, tras
el choque que les supuso la ejecución de Jesús, vivieron diversas expe-
Ya hemos visto que los puntos comunes entre el judaísmo y el cristia- riencias pneumáticas (visiones, audiciones) en el horizonte de la espe-
\ nismo son especialmente claros en la liturgia: bastantes oraciones son co- ranza judía de la resurrección y las consideraron no como una interpre-
o munes o, al menos, tan recíprocamente aceptables que abren hoy la po- tación producida por ellos mismos, sino como revelación regalada por
sibilidad de un servicio litúrgico ecuménico, que incluso se practica de vez Dios: él, el Desollado y Humillado, fue encumbrado por Dios mismo y
en cuando. Un bello signo de progreso auténticamente ecuménico. A reina ahora sobre el mundo desde un lugar de honor «a la derecha de
decir verdad, visto desde el judaísmo no existe hoy reciprocidad. Los cris- Dios». Por eso, él es ahora el portador de la esperanza del futuro reino de
tianos pueden tomar parte en una liturgia judía, pero los judíos no par- Dios: Pionero y Salvador que será condecorado enseguida con todos los
ticipan sin más en el culto específicamente cristiano, aunque éste con- títulos honoríficos judíos posibles.
tenga tantísimos elementos judíos. ¿Por qué no? Porque los judíos Por consiguiente, sería insensato y en nada ayudaría al entendimiento
detectan en la liturgia cristiana una diferencia fundamental: es el nombre cristiano-judío pretender cubrir con un velo u orillar lo que ha consti-
de aquel judío, que está en el centro de la liturgia específicamente cris- tuido durante siglos y siglos el motivo de la disputa. A pesar de compartir
tiana. Es preferible no mencionar ni una sola vez este nombre en la li- la misma fe en el Dios uno y en la misma historia salvífica, de compartir
turgia judía; y menos aún alabarlo; en virtud de una tradición muy anti- las sagradas Escrituras, el culto, el talante ético y la consumación futura,
gua y de mucho peso. se perfila desde un principio una diferencia teológica fundamental: toda
fe y toda esperanza se concentra en este Jesús; yeso tiene consecuencias
1. Lo que divide desde un principio a judíos y cristianos para el centro de la fe judía:
• Aquí, cada vez están menos en el punto central el pueblo (disperso
Sería erróneo pasar por alto las diferencias entre los judíos que siguieron pronto) y la tierra (perdida enseguida) como expresión de la alianza.
a Jesús (a los que llamamos «judea-cristianos») y los restantes judíos; di- Punto central es este Jesús como garante de la alianza, que es esperado
ferencias que se perfilaron en fecha muy temprana (el exegeta de Harvard como el «Mesías» o «Señop> (<<Hijo del Hombre», «Hijo de David» o
Helmut K6ster las ha compendiado de la siguiente manera!): con el título que sea) y que ocupa con creciente claridad el centro de la
-la conciencia entusiasta de poseer el Espíritu: la donación de aquel fe como el Representante del mismo Dios uno: «Jesús es el Señor»
spíritu de Dios que permite hablar en lenguas, profetizar y obrar mila- dice una de las confesiones de fe más antiguas de la joven cristiandad:
ros (historia clave: el evento de Pentecostés al comienzo de la historia de • Sin desplazar lo más mínimo la creencia en el Dios uno, se redefine el
os Apóstoles); centro de la fe: el nombre de Jesús se convierte en símbolo del reino de
-estructuras provisionales dado que se espera la inminente irrup- Dios, cuya venida había proclamado él. Así, la fe en Dios es concre-
ción de! final apocalíptico: el círculo de los Doce, que no fueron enten- tada cristológicamente; incluso es personificada. No, No se trata de un
didos como apóstoles o dirigentes de la comunidad, sino como repre- segundo Dios, junto al Dios uno. No es que el bi-teísmo sustituya
sentantes de las doce tribus del Israel escatológico (será Lucas, que ahora al mono-teísmo, pero el Dios uno de Israel es visto de forma no-
scribió el evangelio y los Hechos de los Apóstoles después de la caída del vedosa a través de este su último Profeta, Enviado, Mesías y Cristo; y
egundo Templo, e! que convertirá a los Doce en los «doce Apóstoles», éste mismo será entendido como Imagen de Dios, Palabra e Hijo.
ue constituyen una especie de superpresbiterio jerosolimitano para la to-
alidad de la Iglesia); . Uno se pregunta si, en este nuevo encuentro-Jesús, se trata quizás
--el bautismo escatológico: tomado de Juan el Bautista, pero conferi- sólo de un cambio de paradigma dentro del judaísmo, sólo de otra cons-
do ahora «en e! nombre de Jesús» para, de este modo, entregarse com- telación de las convicciones, valores y maneras de proceder condiciona-
pletamente a él, al Cristo, y recibir así el Espíritu; da por el tiempo. Es preciso prestar aún mayor atención a la diversidad
-la comida escatológica comunitaria: como Jesús mismo la había ce- que se desarrolló entonces. Las circunstancias son bas1ante más comple-
lebrado ya con los suyos, es celebrada ahora en recuerdo yen espera de 'as de lo que se supuso durante largo tiempo.
la vuelta del «Señor»; en arameo, Maran. De ahí la oración Maranatha,
«¡Señor, ven pronto!». 2. Los judeo-cristianos helenistas
Es, pues, evidente que en el centro de la disputa entre judíos y cristia-
nos se encuentra desde un principio, sobre todo, el nombre del Nazareno, Siguiendo a Rudolf Bultmann y a la escuela de la hist()ria de las religio-
rechazado tajantemente por el judaísmo oficial como falso mesías, pero nes, se creyó durante décadas que el esquema-tres-colllunidades bastaba

334 335
S.IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO

'para explicar la primitiva comunidad cristiana (hasta el «concilio de los


Apóstoles», celebrado hacia el año 49). También muchos estudiosos
judíos pensaron que la primitiva comunidad de habla aramea de Jeru-
salén, compuesta por judíos de orientación cristiana, también llamados
«judeo-cristianos», cuya fe y praxis se habían mantenido dentro del
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marco del judaísmo (fidelidad al Templo y a la Torá), fue suplantada ""
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fuera de Jesuralén y de Palestina por una comunidad de habla griega y o
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compuesta por «cristianos de la gentilidad». Éstos habrían mezclado el >-
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cristianismo con sincretismo helenista y, de ese modo, lo habrían con- a..
vertido básicamente en una «religión completamente nueva» antes de E
que Pablo llegara a fundar otras comunidades de cristianos de la genti-
lidad. En este esquema, la comunidad primitiva aparece aún como una
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en la comunidad primitiva. ¿Qué sucedió en Jerusalén y qué paso en An-
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punto de vista histórico, se sabía desde siempre que la comunidad jero- ~


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éste no sólo de judíos de lengua aramea, sino también de un considerable ro
número de judíos helenistas de lengua griega. El conflicto del que infor- :::J
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ma Hechos de los Apóstoles 6,1 con motivo de la atención diaria a las e
viudas 6 parece reflejar una fuerte división entre «helenistas» y «hebreos» en ~
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dentro de la comunidad primitiva. Esto queda subrayado por el hecho de en
que, según todas las apariencias, cada uno de esos dos grupos de judeo-
cristianos disponía de su propia sinagoga y de sus propias comunidades
domésticas en las que se leía la Escritura en hebreo o en griego, respec-
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.mayor formación cultural permitía ser más activos- habrían estado di-
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rigidos por el círculo de Esteban, mencionado también por los Hechos de
'los Apóstoles (<<los Siete», todos ellos llevan nombres griegos). Es posible
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que gozaran de una independencia relativa respecto del círculo de los I
apóstoles «<los Doce», que representaban a las doce tribus de Israel), di-
igentes de los «hebreos». Esto permitiría suponer que <dos Siete» no
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ran simples delegados de <<los Doce» para la atención de los pobres,
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omo Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, informó una generación
ás tarde. Sería más atinado considerarlos como «colegio dirigente de un
rupo comunitario independiente» que misionaba activamente entonces
en Jerusalén7 •
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Lo decisivo es que, en la comunidad primitiva, estalló muy pronto des-
jpués de la muerte de Jesús -entre los años 32-34, antes del apóstol
\Pabl<r- el conflicto con el establishment sinagogal; no tanto a causa de

336 337
B.IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO 3. ¿COMO SE PRODUJO LA RUPTURA ENTRE JUDIOS y CRISTIANOS?

los judea-cristianos de lengua aramea, que habían permanecido bastante autoridades dirigentes; tanto más, si esa crítica se apoyaba en un predi-
fieles a la Ley y al Templo, sino a causa de aquellos judea-cristianos he- cador itinerante galileo que había sido ejecutado recientemente por pro-
lenistas, más activos, procedentes de la diáspora y, por consiguiente, vocar disensiones religiosas.
ás críticos con la Ley y con el Templo. Los Hechos de los Apóstoles in- Hemos tenido oportunidad de ver que Jesús mismo --en principio, no
forman de un conflicto en torno a la supuesta blasfemia contra el Templo ' contrario a la Ley- sr fue crítico con ella y con el Templo en determi-
y contra la Ley en el nombre de Jesús 8, conflicto que alcanza su punto nadas ocasiones. Después de su muerte, todo el movimiento de sus se-
culminante con la detención 9 y lapidación de Esteban10 y con la expulsión guidores pudo apoyarse en él, aunque de distinta manera, pues mientras
de Jerusalén de los judea-cristianos helenistas (pero no de los de lengua que la comunidad judea-cristiana de lengua aramea ponía un esmero es-
aramea; los «Apóstoles» permanecen)l1. Como sabemos, estos judeo- pecial, como Jesús mismo, en ser esencialmente fiel a la Ley y al Templo,
cristianos helenistas prosiguen su actividad misionera en Judea y en Sa- se comprende «que precisamente los "helenistas" desarrollaran -bajo el
maría, pero también en Fenicia, Chipre y Antioquía. Precisamente An- impulso especial, creativo y dinámico del Espíritu-la intención escato-
tioquía, 300 km. al noreste de Jerusalén, emplazada junto al río Orontes, lógica del mensaje de Jesús y su crítica a la Ley. La palabra de Jesús rein-
adquiere un protagonismo especial. Dentro del Imperio romano seguía en terpretada desde la vivencia del Espíritu y desde la certeza de que el fin de
importancia a Roma y Alejandría, y era la capital de la doble provincia los tiempos había irrumpido ya dio la fuerza para romper el vínculo fuer-
romana de Siria y Cilicia 12. Debemos pensar, pues, que las barreras lin- temente tradicional con la Torá y con el culto. En consecuencia, las sa-
güísticas y la «comunidad de culto autónoma»13 crearon el presupuesto gradas Escrituras no fueron entendidas desde el punto de vista de la
institucional «para que los "helenistas" -basándose en los presupuestos Ley y de sus 613 mandamientos y prohibiciones, sino como promesa pro-
específicos de la tradición cultural del judaísmo de la diáspora- pudieran fética que apuntaba a Jesús»19.
desarrollarse hasta llegar a formar un grupo con un perfil específico» 14. Dicho con otras palabras, los judea-cristianos helenistas impregnaron
Según todo esto, la comunidad antioquena, que pudo haber sido fun- paulatinamente el paradigma teocrático en el espíritu del Kyrios elevado
dada a mediados de los años treinta por los expulsados de Jerusalén, se (a Dios. Aquí podría estar la fuente principal del conflicto con el judaísmo
compuso al principio no sólo de cristianos helenistas venidos de la gen- oficial. Es posible que, si tales judea-cristianos sólo hubieran llevado a
tilidad y que habrían formado una religión completamente nueva mez- cabo una espiritualización del Templo y de la Ley, no se hubiese llegado
clando el kerygma de la comunidad primitiva con el sincretismo hele- a la gran disputa. Es posible que tal vez se hubiera llegado a tolerar hasta
nista, sino principalmente de judeo-cristianos de lengua griega que si bien la proclamación de Jesús como Mesías. Pero eran inaceptables las con-
mantenían la Ley, eran críticos con ella. Dado el gran número de judíos secuencias según las cuales había que interpretar la Torá y los profetas
residentes en esta ciudad (entre 20.000 y 40.000), estos judea-cristianos desde Jesús y con miras a él; incluso, que él estuviera por encima de la
críticos con la Ley decidieron misionar «solo a los judíos»15, pero más Ley o la sustituyera de hecho; y que posiblemente sólo en él hubiera sal-
tarde, y cada vez más, cuando se vieron rechazados por éstos, decidieron vación. Frente a una pretensión tan monstruosa, el establishment judío de
«proclamar también a los griegos el evangelio de Jesús, el Señor»16. Por la Torá y del Templo reaccionó con dureza, llegando a sentirse costreñi-
consiguiente, también en Antioquía creció paulatinamente un cristianis- do a echar mano de contramedidas duras y, si fuera necesario, también
mo gentil, libre de la Ley, que convivió al principio con el judea-cristia- violentas.
nismo autónomo y crítico con la Ley, pero llegó a suplantarlo de forma Esto hizo que, por su parte, la interpretación cristo lógica y pneuma-
creciente a partir del año 48 17. tológica de la Torá asumiera de forma espontánea y creciente una ten-
dencia antijudía. Hasta el punto de que se llegó a encontrar en la Biblia
3. ¿Cómo se produjo la ruptura entre judíO$ y cristianos? hebrea no sólo la «profecía» del Mesías, sino también a los adversarios
de éste. La concentración de la joven comunidad cristiana en el Jesucris-
En la presentación del Paradigma teocrático IP I1I) del jucaísmo post- to encumbrado que reina como K yrios y está presente en el Espíritu
exílico hemos informado con detalle hasta qué punto estuvo fijado sobre tuvo como consecuencia una polémica creciente contra la Sinagoga que le
la Ley y el Templo el judaísmo palestino. «El "celo por la Ley y el San- rechazaba; una polémica de virulencia creciente no sólo contra determi-
tuario" fue un rasgo incontestable de la espiritualiJad religiosa en Pa- nadas autoridades judías, sino contra grupos enteros, «los fariseos y los
lestina entre los días de Herodes y el año 70 d.e. .. Dentro del judaísmo doctores de la ley»; al final, una polémica global contra «los judíos» sin
palestino no habia un espacio de libertad para criticar abiertamente la más. Es inevitable la pregunta lacerante: ¿no se encuentran ya en el
Torá o el Santuario, lo que hubiera supuesto una crítica a Moisés como Nuevo Testamento mismo las raíces de la animosidad contra los judíos,
promulgador de la Ley»18. Por eso se entiende que toda crítica intrajudía del antijudaísmo; quizás, incluso, del antisemitismo?
al Templo y a la Torá suscitara reacciones más o menos violentas de las

338 339
B.IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO 5. LA EXCOMUNION DE LOS CRISTIANOS

4. Antijudaísmo en el Nuevo Testamento -que se presenta a los sacerdotes y doctores de la Ley no sólo como
insensatos, sino que se les insulta llamándoles «guías ciegos», «hipócri-
No, en la Antigüedad no hubo antijudaísmo racista; y tampoco en el tas», «sepulcros blanqueados» y otras lindezas 21 ;
Nuevo Testamento. Ya hemos visto que es un producto del siglo XIX. -que se empieza a tener a la totalidad del pueblo judío por «gente
Pero difícilmente se puede negar que ya en el Nuevo Testamento hay un perversa y traidora»22;
antijudaísmo que tendrá consecuencias funestas en épocas posteriores. -que, sobre todo, los fariseos -grupo dominante tras la caída del Se-
Naturalmente, la pregunta crucial es la de cómo hay que valorar ese an- gundo Templo- son descalificados como «hipócritas», como represen-
tijudaísmo en el Nuevo Testamento: tantes de un puro legalismo y formalismo en el evangelio escrito por el
-Durante siglos, los teólogos cristianos no tuvieron que esforzarse judea-cristiano Mateo 23 ;
para convencer al mundo de que la joven Iglesia tenía la razón y de que -que los romanos son exculpados de la responsabilidad por la muer-
la Sinagoga la persiguió sin motivo. te de Jesús a costa de los judíos24 ;
-Hoy, en una reacción comprensible frente al antisemitismo moder- -que el término <<los judíos» adquiere una creciente connotación
no, la tendencia opuesta prevalece con frecuencia tanto en las publica- negativa en el Nuevo Testamento en lugar de tener una función pura-
ciones judías como en las cristianas. Se quita de antemano la razón a la mente descriptiva; y se evita constantemente el calificativo de «judía»
joven Iglesia cristiana y se banaliza la reacción enemistosa del establish- para la joven cristiandad;
mentjudío. -que -recurriendo al supuesto sino de profetas pretéritos- se atri-
Si uno se esfuerza por captar sin prejuicios las posiciones de ambos buye «a los judíos» una premeditada intención asesina y un destino au-
bandos, en la medida en que esto es posible, es innegable la afirmación toocasionado por ellos. Pero lo peor de todo es la frase, difícilmente his-
que matizaremos y que dice así: el proceso de distanciamiento fue recí- tórica y de tan nefastas consecuencias futuras, supuestamente gritada
proco. La diferencia fue consciente desde los primeros momentos, y el (ante Pilatos): «¡Nosotros y nuestros hijos respondemos de su sangre! »25.
creciente rechazo «de los judíos» en los escritos neotestamentarios fue de
la mano del no menos radical rechazo «de los nazarenos» por la Sina- 5. La excomunión de los cristianos
goga. Dicho de otra manera: el judaísmo tradicional repudió a la comu-
nidad cristiana, exigua, pero en rápida expansión, como secta mesiánico- No se puede disculpar tal antijudaísmo, pero sí ha] que verlo en su
apocalíptica superada. A su vez, la joven Iglesia se volvía más y más contexto histórico, lo que no debe significar banalización alguna. Sin em-
contra la Sinagoga como religión de la Ley y del Templo superada por bargo, no carece de importancia recordar que la cristiandad era entonces
Jesús. Tal vez nunca se consiga reconstruir con precisión lo que fue voz y lo más opuesto a una poderosa Iglesia aliada con el Estado que pudiera
lo que fue eco, lo que fue acción y lo que fue reacción en todo este pro- proceder contra los judíos, como sucede en épocas posteriores. Compa-
ceso. rada con la poderosa mayoría judía, la joven cristiandad era un grupo re-
«Así nacieron Iglesia y Sinagoga como los dos hermanos en el vientre Iducido, carente de poder, que tenía que luchar para justificar su exis-
de Rebeca», escribió la teóloga católica Rosemary Ruether en su trabajo I tencia; a veces, incluso contra intentos de represión violenta practicados
sobre las raÍCes del antisemitismo, titulado Fe y fratricidio: «Con el . por un establishment que se inquietaba ante un grupo opositor relativa-
menor aferrándose al calcañar del mayor y pretendiendo ser el heredero \mente pequeño. Tres hechos históricos dan que pensar yno deben ser mi-
legítimo. La Iglesia -que elaboró su teología entre los siglos II y v- y el 'nimizados:
judaísmo -que codifica en ese mismo tiempo su rorá oral en el Tal-
mud- son dos respuestas paralelas, pero heteroexcluyentes, a la misma 1) El caso de Esteban. Sin duda, el discurso que Hechos de los Após-
pregunta sobre cómo la fe nacional hebrea encuentra su camino en la toles pone en boca de Esteban 26 es una composición 11lcana, y no puede
época posnacional»20. ser utilizado de forma acrítica para reconstruir históJicamente las opi-
Así se desemb()có en dos interpretaciones rivales, incluso incompati- niones de Esteban y de sus correligionarios. Lo que Esteban dice sobre la
bles, de la Escritura. Desde el lado cristiano hay que admitir sin ambages apostasía de Israel y el asesinato de profetas hay que ponerlo en la cuen-
que la interpretación cristológica de la Biblia hebrea tuvo como conse- ta del redactor Lucas, pero debería haberse conservado aquí un núcleo
cuencia una exégesis antijudía. Quien lea los escritos neotestamenta- histórico: cualquier crítica a Moisés, cualquier afirmación de la transi-
rios, podrá percibir en seguida y sin más: toriedad del Templo y de la Ley apoyándose en Jesúspodía ser denun-
-que la joven comunidad cristiana, en su afán <le legitimación, dis- ciada fácilmente como blasfemia. Es igualmente inseguro que se proce-
torsionó de forma creciente al renitente judaísmo oficial presentándolo sara formalmente a Esteban ante el sanedrín y que él tuviera la
como Israel apóstata, desertor; oportunidad de pronunciar un detallado sermón misionero. Pero es se-

340 341
S.IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO
5. LA EXCOMUNION DE LOS CRISTIANOS

I
g~ro que el caso de Esteban terminó mal, en una especie de <<1incha-
~Iento» judío, que alcanzó su punto culminante con la lapidación del de- abundantes noticias al respecto, y también en este punto confirma Pablo
lmcuente 27. mismo la autenticidad de tales relatos; sobre todo, cuando tuvo que de-
fenderse, particularmente en la segunda carta a los de Corinto: «Les
2) El caso de Saulo. Independientemente de 10 que hay que decir gano en fatigas, les gano en cárceles, en palizas sin comparación y en pe-
sobre la posición teológica del muy discutido apóstol Pablo, el caso de ligros de muerte con mucho. Los judíos me han azotado cinco veces, con
Saulo de Tarso, discípulo de fariseos y judío de la diáspora helenista, los cuarenta golpes menos uno; tres veces he sido apaleado, una vez me
muest~a ~on mayor claridad que el caso de Esteban que el establish- han apedreado, he tenido tres naufragios y pasé una noche y un día en el
ment JUdIO no se anduvo con chiquitas con determinados judeo-cristia- agua. Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, con peligros de bando-
nos. «Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las leros, peligros entre mi gente, peligros entre paganos, peligros en la ciu-
cas~s y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres», dice una noticia re- dad, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros con los falsos
I cogIda por Hechos de los Apóstoles 28 sobre este judío de la diáspora que hermanos»35. A pesar de todo, en su condición de judío permaneció
destaco en el plano religioso como perseguidor -quizás principalmen- aferrado durante toda su vida a las promesas de Di()s para su pueblo,
te-:- de los judea-cristianos helenistas (en Damasco o también en Jeru- como tendremos oportunidad de ver.
salen) que continuaban la crítica de Jesús a la Ley. La autenticidad de
este ~~lato está respaldada por la confesión de Pablo mismo en su carta a 3) El caso de la comunidad de Juan. Sin duda, el cuarto evangelio, es-
los FIlIpenses: «Circuncidado a los ocho días de nacer israelita de nación 'crito hacia el año 100, es el que contiene los pasajes antijudíos más viru-
de la tribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos y, ~or lo que toca a l~ lentos. «Los judíos» no sólo se convierten en estereotipo de enemistad co-
Ley, f~riseo; si se trata de intolerancia, fui perseguidor de la Iglesia; si de lectiva (ya no se distinguen lingüísticamente grupos dentro del judaísmo),
la rectItud que propone la Ley, era intachable»29. sino que se les identifica lisa y llanamente con el mal y las tinieblas. Fren-
Pa,ra Pablo, fariseo de observancia estricta, «fanático de las tradiciones te a ellos, la comunidad cristiana aparece como la agrupación nueva, in-
de mIS padres»30, el cuestionamiento de la Ley fue como un desafío a su teriorizada, espiritual del nuevo eón. En lugar de la Torá, Jesús es ahora
celo auténticamente fariseo por Dios y por su Ley. Fanatizado como es- «el camino, la verdad y la vida»; sólo a través de él se llega al Padre 36 •
a,?a, se decidió a combatir activamente y «con saña», incluso a «perse-
Ulr» a la comunidad, como se dice en la carta a los Gálatas 31 . El escán-
IJesús no es condenado a muerte por los romanos como cabecilla político,
sino por las autoridades judías por el crimen religioso de blasfemia.
a!o que suponía para todo judío la afirmación de un Mesías crucificado También en este texto neotestamentario hay que tener en cuenta el
aJO la t;taldición de la Ley, le había espoleado aún más en su desmesu- trasfondo histórico-religioso, político y social. Según los estudios más re-
a?~ afan persecutori0 32 . Por consiguiente, hubo una persecución de cientes, en un principio la comunidad juanea también lJUdo haber estado
flstIanos por judíos. formada por judea-cristianos. Más tarde, éstos habrían entrado en con-
, Pero Pablo es también la figura arquetípica de un gran cambio de flicto con el establishment judío en el momento en que -por las in-
VIda, de perseguir a Cristo pasa a proclamarlo, por difícil que nos pueda fluencias que fueren-llegaron a su muy elevada cristología (Jesús, el ce-
resultar esto en el plano histórico o psícológico. Pablo mismo no atribu- leste Hijo de Dios que ya existía antes que Abrahán) y a su no menos
ye este cambio radical a un adoctrinamiento humano, a una nueva au- eximia concepción de la eucaristía «< Yo soy el pan devida»37). Al esta-
tocomprensión, a un esfuerzo heroico o a una conversión conseguida a blishment judío esto tuvo que sonarle a blasfemia. El (vangelio de Juan
base, de esfuerzo, sino a una experiencia del Cristo viviente no descrita refleja claramente esta acusación mientras que los süópticos nos pre-
por el y que quizás admita diversas interpretaciones33, a una «revelación» sentan a Jesús en conflicto con la Ley (sábado): «Ante esto les entraban a
(un «ver») del Crucificado resucitado. Él entendió esta experiencia menos los dirigentes más ganas de matarlo, porque no sólo abolía el sábado,
c?mo una conversión individual que como llamamiento a ser apóstol, en- sino además, diciendo que Dios era Padre suyo, se hada igual a Dios»38.
vI~do autorizado para misionar a los gentiles J4 • Si no dudamos de que Las consecuencias fueron también graves para este $rupo, pues pare-
b xISte un núcleo auténtico en la historia de llamamiento de profetas he- ce que la sinagoga judía expulsó oficialmente de la comunión de fe judía
a la comunidad judeo-cristiana; probablemente acusándola de blasfemia:
reos como Isaías, Jeremías y Ezequiel, tampoco tenemos derecho a
duda~ de antemano que haya un núcleo auténtico en la historia dell1a- «No te apedreamos por nada bueno, sino por una blasfemia, porque tú,
mamIento del fariseo Saulo, siendo un hombre, te haces Dios»39. Lo que aparece aquí como una
, En cualquier caso, el antiguo perseguidor de Cristo es el que ahora acusación contra Jesús, refleja el rechazo de la comuniaad misma 40 .
I~ene que sop~r~ar qU,e ,el establishment le discrimin<, aprese y castigue
urante sus VIajeS mISIoneros. Los Hechos de los Apóstoles nos dan También hay que contemplar el evangelio de Juan teniendo en cuenta
I
todo el escenario de su tiempo, pues fue escrito cuando estaba ya en vigor

342
343
S.IV. LA HISTORIA DE UN DISTANCIAMIENTO
5. LA EXCOMUNION DE LOS CRISTIANOS

la «excomunión» formal de los cristianos. Ya dijimos que -tras la catás-


Jesús. También José de Arimatea permaneció como «discípulo secreto de
trofe del año 70- el fariseísmo se había establecido en la ciudad de
Yabne (junto a Jaffa) como ortodoxia judía, con la intención de dar al ju-
daísmo un orden y una constitución radicalmente nuevos. El paradigma teo-
I
Jesús" por «miedo a los judíos»47.
Teniendo en cuenta todos los datos, parece indiscutible que la exco-
crático car~cía ya de base. La jer~rquía del Templo había sido desposeída munión de los cristianos por los judíos precedió a la persecución de los
de sus funclOnes; la alta capa SOCIal de los saduceos había sido liquidada o judíos por los cristianos. El Nuevo Testamento refleja ambas cosas: las
dispersada; los zelotas estaban inmersos en una desesperada guerra a persecuciones judías y las polémicas antijudías48 • Por desgracia, tenemos
muerte contra los romanos (Masada). El único grupo compacto que que- que añadir que la polémica empeoró más y más en ambos bandos. Es·
a~a eran lo~ ~aris~os, que se imponen en esos mome~tos e~ un nuevo pa- critos judíos posteriores, divulgados hasta hoy, afirman que Jesús fue hijo
adigma rabmlco sm Templo (P N) como una espeCIe de «Judaísmo nor- natural de un soldado romano, José Pandera, y de la virgen Miriam; y
ativo» y tratan de «eliminar» a otros grupos y corrientes judíos. que fue lapidado por hacer magia con el nombre de Dios. Estas calum-
Arrancando de Yabne y de su academia (dirigida primero por Rabbi niosas Toledot Yesu «<GenealogíaslHistorias de Jesús>'), basadas en le-
Yojannán ben-Zakkay y posteriormente por Rabbi Gamaliel II), el rabi- yendas y falsificaciones de la historia, aumentarían hasta la Edad Media.
nato fariseo había comenzado a vigilar severamente para que nadie se Los cristianos, por su parte, utilizaron de forma creciente acusaciones ge-
desviara de la línea trazada. Sin duda, sólo en este marco es posible neralizadas, dijeron que los judíos eran «asesinos de Cristo», incluso
comprender un texto tan funesto como la famosa «Maldición de here- «deicidas», lo que significa a su vez una grotesca falsificación del Nuevo
jes'" compuesta entre los años 90 y 100, en el llamado «concilio de Testamento y tuvo las peores consecuencias. Ya hemos escuchado algu-
Yabne», probablemente por encargo de Gamaliel. Fue incluida entonces nos horrores al contar la historia del antijudaísmo y del antisemitismo,
como duodécima bendición en la oración de las Dieciocho Bendiciones, Aquí nos interesa la siguiente cuestión: ¿de qué diferencias se trataba
la plegaria judía por antonomasia, que se recita tres veces al día y es un realmente cuando la Iglesia compuesta por judíos se convierte más y más
lemento de la liturgia. Es posible que ya entonces se mencionara a los en una Iglesia formada por gentiles?
.udeo-cristianos junto con los herejes. En una versión temprana suena
omo sigue: «Que no haya esperanza alguna para los apóstatas. Exter-
ina al arrogante reino en nuestros días. Que los nazarenos (no§f!rim) y
os herejes (minim) pasen volando como un instante, que sean borrados
el libro de la vida y que no sean registrados con los justos. Alabado
eas, Señor, que humillas a los arrogantes,,41,
, Las maldiciones no se dirigen exclusivamente contra los judea-cris-
tIanos, sino --como demuestra P. Schiifer- «tanto contra la autoridad
hostil como contra diversos grupos de herejes»42, Por consiguiente, sería
exagerado entenderlas con 1. Elbogen como «medio para la separación
completa de ambas religiones»43, Pero, de hecho, una maldición de estas
características -recitada al comienzo de cada acto litúrgico- tenía que
conducir a prohibir la entrada de los judea-cristianos en la sinagoga,
Téngase en cuenta que esta exclusión de la sinagoga era entonces
más que una simple «medida religiosa». La catalogación como hereje y la
exclusión de la comunidad de fe tenían, sobre todo, consecuencias so-
ciales y económicas que obligaban al implicado a cambiar de vida: «Se
cortaban por completo las antiguas relaciones, quedaba prohibido todo
trato personal y social, y se excluía todo tipo ¿e ayuda»44. Se comprende,
pues, que esta medida llegara a crear una atmósfera de miedo en torno a
la comunidad joánica, Los padres del ciego de nacimiento no pueden
~onfesar que Jesús era el curador milagroso «por miedo a los dirigentes
)udíos»45, Muchos de los «hombres princípal(s de Israe]" no se atrevían
a, confesar públicamente su fe en Jesús «para que no los expulsaran de la
smagoga>,46. El fariseo Nicodemo prefirió la noche para encontrarse con

344 345
1. El DISCUTIDO PABLO
V. UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO:
DEL CRISTIANISMO JUDIO AL GENTIL
montar con seguridad a los tiempos de Jesús, en los escritos de Pablo se
trata (si dejamos a un lado los de Josefa) de los únicos «escritos perso-
.t\h~ra se puede !"esponder a nuestra pregunta de partida: el nuevo ~o, nales que n?s ha ~eja~o ~n ~ariseo del siglo 1». En contra de la praxis vi-
Vlmlento de Jesus, no es sólo un cambio de paradigma dentro del Jl!., gente en la mveStlg~clOn Judla hasta ahora, que los ha prejuzgado de an-
~aísmo, sino, -tanto más a medida que pasan los años- otra religió!) temat.I0' «e,sos :scntos de,ben ser tratados como una fuente capital para
nval. Pero solo se entenderá este proceso si tenemos presente que tam, ~s~udI,ar ,el.1udalsm? d~l ~Iglo 1»6. Como Segal expone en detallados aná-
bién ~entro de la j~ven cristiandad se produjo muy pronto un prime.. lISIS hlstoncos y pSlCologlCos, hay que tomar en serio <da autenticidad de
cambIO de su propIO paradigma: el paso del cristianismo compuesto la experiencia de conversión de Pablo»?: el fariseo Saulo se convirtió del
por judíos (de lengua aramea o griega) a un cristianismo formado pOI.' fariseísmo a la fe en Cristo Jesús (experimentado como vivo en una vi-
gentiles que hablan exclusivamente griego (o posteriormente, latín). sión). Se ~rató de un<1: conversión que provocaría mucho más que un sim-
ple cambIO de paradIgma dentro del judaísmo,
1. El discutido Pablo
Hay que presuponer aquí dos cosas:
Tenemos que recordar aquí, sobre todo, a aquel hombre cuyo cambio 1. Bastante antes de la conversión personal de Pablo a la fe en Cristo
per~~nal de pe~segll:idor a seguidor terminaría por provocar un cambio
segui~ore~ judíos de Jesús habían comenzado a alumbrar -partiendo de su~
deCISIvo en la hlstona de la joven cristiandad e incluso en todo el mundo expenenClas pascuales del Resucitado- una nueva comprensión del Dios
an~iguo: el apóstol ,Pablo!. Pero quizás nos encontramos aquí en el punto
uno a la luz del Crucificado encumbrado a Dios. Así su fe en Dios adquirió
mas delIca,do ?el dIálogo entre judíos y cristianos 2 , pues es un hecho que una orientación y concreción crecientemente cristol6gica y mesiánica.
bastan~es }udlO~ rechazan aún con más fuerza al judío Pablo de Tarso
2. El judío Pablo convertido a la fe en Cristo entendió al Mesías de
Israel como Mesías del mundo entero, compuesto por judíos y gentiles.
q~e al JudlO Jesus de ,Nazaret. En efecto, hemos visto ya que no pocos ju-
Pero tampoco él pensó jamás en sustituir la fe judía en el Dios uno con
dIOS, s<>.b~e todo los mformados, han contemplado con simpatía la figu-
una fe cristiana en dos Dioses, sino que también él entendió al Jesús ele-
ra profetlCa del Nazareno. ¿Pero Pablo? Escribe Pinchas Lapide: «¡Hay
vad~ mediante el Espíritu d~ Dios como subordinado permanentemente
que ver todo lo que el bando judío ha dicho contra Pablo desde hace
alpIOs uno y P~dre: lo ~onslderó como Mesías, Cristo, Imagen, Hijo del
190~ años! Que cita ,80 veces la Torá, sólo para eliminarla; que se con-
DIOS upo. Su cnstoc~ntnsmo arranca del teocentrismo y desemboca en él:
~ra~Ice con frecu~n~Ia en sus cartas; que inventó una enfermedad no
«de DIOS por Jesucnsto» - «por Jesucristo a Dios»8, Al final «Dios (ha
Judla, el, I?e~ado ongmal, para curarla con un medicamento antijudío, con
theós) lo será todo para todos»9. '
un sacn~IclO humano como muerte expiatoria; que se hizo todo para
En otras palabras: Pablo no fue el responsable del cambio básico de la
todos a !m, de salvar a algunos, como él mismo dice en la primera carta a
fe de Jesús ~ la ,fe en Cristo de la comunidad. «Responsable» del cambio
I~s ConntlOs (~ ,Cor 9,,2?);, que, por motivos de propaganda, estuvo
es la experIenCia pascual del Jesús resucitado, pues, a partir de ese ins-
dIspuesto a s~cnf¡car prInCIpIOS; que falsificó la fe de Jesús convirtiéndola
ta!lte, hay un determinado grupo de judíos que ya no pueden creer en el
n fe en Jesus; que transformó el optimismo creacionaJ del Génesis
según el cual el hombre es bueno, en un pesimismo helenista que atribu~
DIOS de Israel prescindiendo del Mesías Jesús, que ya ha venido. Pero
Pablo sí es responsable de que -no obstante su monoteísmo universal-
ye al, hombre u~~ na,turaleza tan pecadora y débil que es incapaz de con-
no fuera el judaísmo, que misionaba intensamente entonces sino el cris-
segUir la salvaclOn Slll la gracia de Dios»3.
tianismo el que se convirtió en una religión universal. '
El ~j:m~lo ~~s recient~ -por desgracia, nada atípico- de una pre- , ~~í reside, pues, el significado universal del apóstol Pablo. Él, que se
s,entacIOn cIenuftcamente lnsosteni~le y polémicamente tendenciosa es el
dmgIa en todos los lugares primero a los judíos, pero que casi siempre
lIbro que Hyam Maccohy ha escnto sobre Pablo: El creailor de mitos

IC~)fl ~l subtítulo: «Pablo y la invención del cristianislllo»4. For el contra~


no~ Impresio~a desde un prisma científico, incluso allectol cristiano, el
re~I~nte est~dlO ~obre Pab1~ publicado por e1judío Alan F. Sega!, cate-
fue ,rechazado por ellos, t!abajó con toda decisión para que los no judíos
tuvlaran acceso a la fe Judía en Dios. De ese modo, inició el primer
cambio de paradigma en el cristianismo: del judea-cristianismo al cris-
tianismo helenista de los gentiles. ¿En qué medida? En cuanto que -con-
draylCo de hlstona de las relIgiones en la Universidad de Columbia, bajo tra la opinión de los dirigentes cristianos de Jerusalén- consiguió im-
el titulo Pablo',el canve1'SO, que, quiere destacar dos cosas: «el apostola- oner la decisión de que también los gentiles pueden tener acceso al
do y la apostasla de Saulo el fanseo»5, A diferencia de numerosos textos ios univers~l de Israel sin necesidad de circuncidarse previamente y sin
de la Misná y del Talmud a los que en modo alguno se pu<:de hacer re- ener q~e oblIgarse a los para ellos extraños preceptos judíos sobre la pu-
eza, alimentos y sábado de la halaká; es decir, las «obras de la Ley»lO.
346
347
B,V, UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO
2, LA TRANSFORMACION SINTONICA

En otras palabras: un gentil puede hacerse cristiano sin tener que con-
vertirse previamente al judaísmo. Son manifiestas las consecuencias que apóstol de Cristo se presenta como la prosecución de la predicación y del
esta decisión fundamental ha tenido para todo el mundo occidental (y no comportamiento de jesús mismo.
sólo para él): Sin duda, una prosecución radical, pues ¿qué hay entre la predicación
-Sólo gracias a Pablo alcanzó un éxito clamoroso la misión cristiana del judío jesús y la predicación del judío Pablo? Respuesta: la ejecución
a los gentiles (practicada ya antes de Pablo y en tiempos de éste), en con- de Jesús, que -de ello había oído hablar el Saulo fiel a la Ley y de ello
traposición a la suerte que corrió la misión judea-helenista. estaba convencido el Pablo crítico con la Ley- fue el castigo por haber
-Sólo gracias a él se pasó de la comunidad compuesta por judíos pa- puesto en tela de juicio la Ley, no la consecuencia de una rebelión polí-
lestinos y helenistas a una comunidad formada por judíos y gentiles. tica (Pablo lleva al absurdo la hipótesis del revolucionario). Mediante la
-Sólo gracias a él, lo que inicialmente fue una pequeña «secta» judía experiencia en visión que Pablo tuvo del Crucificado como Resucitado a
evolucionó hasta convertirse en «religión mundial» en la que Oriente y la vida, esa ejecución adquirió un sentido para él. Pablo supo mucho
Occidente se unieron mucho más estrechamente que lo conseguido por mejor que la Iglesia posterior lo extremadamente difícil que era para un
Alejandro Magno. judío creer en un Mesías crucificado, y para los gentiles creer en un
-Por consiguiente, sin Pablo es inconcebible la Iglesia católica; sin héroe o Hijo de Dios crucificado. Sólo se podía creer esto porque el
Pablo no habría existido la teología de los padres de la Iglesia griegos y Crucificado se ha mostrado como vivo.
latinos; sin Pablo, no habría existido la cultura cristiano-helenista; sin Si Pablo ve concentrado en la muerte en la cruz todo lo que el jesús
Pablo no se habría producido el giro constantiniano. 'histórico trajo, vivió y mantuvo hasta su final, si al mensaje cristiano, a
El papel jugado por el apóstol Pablo en la historia universal es desta- su «evangelio» para el que vivió, llama la palabra de la cruz15 , no piensa
cado hoy también por teólogos judíos como Pinchas Lapide: «Para mí, en la palabra «cruz» y en nada más que la cruz. Por el contrario, piensa
Pablo es ante todo un héroe de la fe cuyo fracaso trágico -como el de su en la palabra ~la cruz; es decir, en la proclamación de que Dios ha jus-
Señor y Redentor- fue coronado sólo después de su muerte con el ificado al Crucificado, lo ha resucitado por medio de su Espíritu y 10 ha
mayor éxito misionero de toda la historia universal. Triplemente recha- ncumbrado hasta colocarlo a su lado. La «palabra de la cruz» incluye,
• zado: por el judaísmo, por la gnosis y por los cultos paganos, y por su pues, la fe en la resurrección del Crucificado.
propia Iglesia madre de jerusalén, este cosmopolita consiguió imponer un Del Crucificado resucitado recibe la teología de Pablo aquella pasión
ecumenismo global gracias al cual él realizó, en representación de Israel, profunda y aquella agudeza crítica que la diferencia de otras. Desde ese
'la misión profética de "ser luz para las naciones" (Is 49,6). Franz Ro- centro -q~e no. es todo para Pablo- ve él a Dios y al hombre, aborda
senzweig señala con razón que ha sido el cristianismo -no el judaísmo- todas las SItuacIOnes y problemas; censura a los confusos moralistas
¡ el que ha llevado la Biblia hebrea hasta las islas más lejanas, en sintonía judeo-cristianos conservadores que viven en la Galacia de Asia Menor y
perfecta con las profecías de IsaÍas» 11. consideran que la circuncisión, el ritual judío, el sábado yel calendario
Pero la pregunta sigue en pie: ¿No malinterpretó Pablo a jesús, con- son decis.ivos para la salvación 14, Y corrige a los progresistas entusiastas
virtiéndose así en el verdadero fundador del cristianismo? pneumátlcos de la gran ciudad portuaria de Corinto quemalinterpreta-
ban «en clave carnal» la libertad espiritual recién adquirida y abusaban
1. La transformación sintónica e ella 15 • Desde ese centro, el apóstol Pablo pudo explicitar teológica-
ente lo que jesús había hecho en la praxis y había dicho sólo de forma
'Es absolutamente claro que a través de Pablo yde su infatigable actividad plícita en numerosas ocasiones. De ese modo, se convierte en el primer
teológico-espiritual y misionero-eclesial se produjeron cambios decisivos ¡«teólogo cristiano». Para ello, Pablo se sirvió de su formación farisea en
en la joven cristiandad, pero una consideración cercana confirma la da exégesis y en la -a veces muy libre- utilización de textos bíblicos
convicción de Pablo de que todo ello acaeció no en contradicción con (Pabl<:>Jue probabl~mente alumno del famoso Gamaliel 1 enJerusalén), y
Jesús, sino en sintonía con Jesús, del que Pablo -en virtud de sus con-
tactos con testigos oculares de jerusalén y de otros lugares- sabía, sin
ImanejO a su m<:>do Ideas y conceptos de su entorno helenista (Tarso, ciu-
¡dad natal del cmdadano romano Pablo, era un centro deformación he-

\
duda, mucho más de lo que nos permiten entrever sus pocas cartas, que leni~t~~. Por es~, para aquellos -judíos o cristianos- que pasan de la
fueron casi siempre escritos ocasionales y fragmentarios1 2 • En efecto, el ,tradlcI~m ~e jesus ---entonces sólo oral- a las cartas paulinas, el mensaje
conflicto con la Ley, motivo decisivo de la muerte de jesús, fue también ~e jesus tiene que aparecer al pronto bajo una luz más bien desconcer-
el conflicto que mantuvo con la joven comunidad de Jesús el fariseo ~ante: refundido en perspectivas, categorías y concepciones completa-
Saulo, observador escrupuloso de la Ley. Pre(isamente la doctrina de la \TIente distintas; traducido a otra constelación global absdutamente dis-
I Ley que sostiene el Pablo que se convierte de perseguidor fariseo en tinta.

348
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B.V. UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO
2. LA TRANSFORMACION SINTONICA

Sin embargo, si se observa más de cerca, se ve que en Pablo, que


. siempre se autodenominaba -en una mezcla de orgullo y de modestia- del orden ejecutan en nombre de la Ley al Mesías como criminal y mal-
«embajador» plenipotenciario, «apóstol» de Jesucristo para los gentiles, dito, pero luego éste, como Resucitado por el Dios que da la vida, apa-
se ha conservado de la predicación de Jesús mucho más de lo que per- rece justificado contra la Ley, de modo que la cara negativa de la Ley se
miten suponer «palabras del Señor» esporádicas que él recoge ocasio- hizo patente a Pablo en ese instante.
nalmente en sus cartas. Se puede comprobar incluso que la «sustancia'> -También Pablo predicó el amor a Dios y al prójimo como cumpli-
de la predicación de Jesús se transformó sintónicamente en la predicación miento perfecto de la Ley y lo vivió de forma radical en una absoluta
de Pablo mediante el cambio de paradigma: obediencia a Dios y en una existencia al servicio de los hombres; también
-También Pablo vive intensamente en la espera del futuro reino de de los enemigos. Pero Pablo percibió en la muerte de Jesús la revelación
Dios. Si Jesús había mirado al futuro, Pablo mira también al pasado, al más profunda de este amor por parte de Dios y de Jesús mismo que debe
reino de Dios que ha irrumpido ya mediante la muerte y resurrección de ser el fundamento para el amor del hombre a Dios y al prójimo.
Jesús. El nombre jesucristo significa ya ahora reino de Dios. Con todo ello se pone de manifiesto claramente que Pablo -que, a
. -También Pablo parte de la fáctica condición pecadora (¡nada de pe- pesar del alto grado de emotividad, de la fuerte retórica y de alguna que
cado original transmitido por vía sexual!) del hombre; precisamente otra formulación cargada de polémica, nunca fue una persona de odio,
también la del hombre justo, piadoso, fiel a la Ley y, a pesar de todo, sino de amor, un auténtico mensajero de la «Buena Nueva»- no inven-
perdido. Pero desarrolla teológicamente esta visión: aprovechando ma- tó una religión nueva. No creó un sistema nuevo, ninguna «sustancia de
teriales bíblicos, rabínicos y helenísticos y utilizando la contraposición fe» nueva. Como judío -si bien en una constelación paradigmática
Adán-Cristo como tipo de lo viejo y de lo nuevo. completamente nueva- construyó sobre aquel fundamento que, según
-También Pablo ve al hombre en la crisis, invita a la fe y exige con- sus propias palabras, está puesto de una vez por todas: Cristo Jesús 16 •
. versión. Pero Pablo concentra el mensaje del reino de Dios en la palabra ~:ste es el origen, contenido y norma crítica de la predicación de Pablo
de la cruz de Cristo, que, escandalizando, pone en crisis la manera judía mismo. A la luz de una situación radicalmente distinta después de la
y giega de «autogloriarse» ante Dios: critica, por un lado, la fidelidad le- muerte y resurrección de Jesús, él no sostuvo ninguna otra causa nueva,
galista de los judeo-cristianos a la Ley (por ejemplo, en la carta a los Gá- sino la misma causa: la causa de Jesús, que no es otra cosa que la causa
latas) y critica, por otro lado, la presuntuosa especulación sapiencial de de Dios y la causa del hombre; pero sellada ahora por la muerte y resu-
'¡jos cristianos gentiles (por ejemplo, en la primera carta a los Corintios). rrección; entendida como la causa de Cristo Jesús, por decirlo de forma
-También Pablo apela a Dios para justificar su propia actuación. concisa 17 • Este Cristo Jesús experimentado como vivo fue para Pablo ori-
.Pero lo hace a la luz de la cruz y de la resurrección de Jesús, donde, según gen y criterio de la nueva libertad, centro fijo y norma de lo cristiano.
él, ha irrumpido de forma definitiva la actuación de Dios, que es un Dios En último término, en la predicación de Pablo se trata de una con-
de vivos y no de muertos: de la cristología fáctica e implícita de jesús se cepción de Dios profundizada radicalmente a la luz de Cristo Jesús. Por
pasó después de la muerte y resurrección -ya antes de Pablo y luego me- eso pelean desde antiguo, cada uno a su manera, judíos y cristianos, y
diante él- a la cristología expresa, explícita de la comunidad. Erost Kiisemann, importante exegeta protestante especializado en Pablo,
-También Pablo sobrepasó los límites de la Ley y se volcó en los po- ha expuesto esto recientemente, en una respuesta a Pinchas Lapide. De
bres, perdidos, apenados, marginados, en los sin ley y también en los vio- hecho, si consideramos la historia de Israel desde la peregrinación por el
ladores de ella; y predicó de palabra y obra el universalismo. Pero del desierto, desde la historia de los profetas y de la secta de Qumrán hasta
universalismo de principio de Jesús respecto de Israel y de su universa- Iluestros días, veremos que el pueblo de Israel siempre se ha hallado en la
lismo fáctico o virtual respecto del mundo gentil se pasa en Pablo -a la Ilecesidad de separarse de cultos falsos. Los escritos de la Biblia hebrea
luz del Crucificado y Resucitado- a un universalismo directo respecto de repiten incesantemente que Dios no es desconocido sólo por los gentiles,
Israel y del mundo gentil, universalismo que exige la proclamación de la sino incluso por el mismo pueblo de Dios. Este pueblo ha vivido cons-
Buena Nueva a los gentiles. lantemente tensiones y cismas trágicos y dramáticos; se ha visto obligado
-También Pablo afirma el perdón de los pecados por pura gracia: la .1 pelear en numerosísimas ocasiones con apóstatas y rebeldes acerca
absolución, la sentencia de inocencia, la justificacion del pecador no en dd Dios verdadero y del culto recto y perfecto. En último término y en
virtud de las obras de la Ley (¡parábola jesuana dd fariseo en el Tem- UI1 sentido muy profundo, de esto se trató en el caso de Jesús: «¿Dónde,
plo!), sino en virtud de una confianza absoluta (fe) en el Dios compasivo l'uándo y cómo se conoce rectamente y se venera en la tierra de modo
y bondadoso. Pero su mensaje de la justificación del pecador sin las adecuado al Dios que permanece oculto en el cielo? De esta pregunta de
obras de la Ley (sin circuncisión ni las demás prestaciones rituales) pre- Israel arranca también el judío Pablo, y responde a ella confiriendo una
supone la muerte de jesús en la cruz, en la que los guardianes de la Ley y lrientación cristo lógica a la fe en Dios ... Es posible que veneremos hoy
en ambos bandos al Rabbí de Nazaret, ya sea como maestro, como pro-
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B.V. UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO
3. UNA RElIGION PARA LA HUMANIDAD UNIVERSAL

eta O como hermano. Sólo Cristo crucificado es para Pablo imagen de la

~
voluntad divina, rostro del Dios que busca al impío, que escandaliza en Pero aquellos judíos que siguieron a Jesús -los judeo-cristianos de
todas las épocas a los piadosos y moralistas, a los fieles a la Ley y a los lengua aramea o griega- comenzaron entonces a hacer otra lectura de
atados a la norma, y bendice como creación suya al mundo caído, per- las sagradas Escrituras; en retrospectiva. El evento de Jesús no podía de-
ido. Desde ahí se puede entender y es comprensible toda la teología del berse a una casualidad ciega o a una arbitrariedad divina. ¡Al contrario!
Apóstol» 18. Precisamente ahora, al leer en retrospectiva la Biblia hebrea, aprendieron
. Por consiguiente, lo que Pablo hizo fue nada más y nada menos que a entender «rectamente» muchas «promesas» de los profetas; incluida la
trazar con lógica aquellas líneas que estaban apuntadas ya en la predi- figura del «doliente Siervo de Yahvé», que el Deuteroisaías había descrito
cación, conducta y muerte de Jesús. Con ello trató de hacer comprensible con trazos tan impresionantes. Por eso se podían trasvasar ahora a Jesús
el mensaje no sólo para Israel, sino para toda la ecumene de su mundo. las interpretaciones y títulos honoríficos que los escritos sagrados judíos
Él, que, imitando a su Maestro, después de haber entregado toda su . habían acuñado: «Mesías», «Señor», «Hijo de David», «Hijo del hom-
vida, padeció en Roma la muerte violenta de testigo de la fe en tiempos bre», «Hijo de Dios». Así, por ejemplo, los judíos que seguían a Jesús
del emperador Nerón (probablemente en el año 66), él, con las pocas car- •aplican a éste la profecía de Natán sobre la soberanía eterna de un des-
tas suyas que han llegado hasta nosotros -quizás un judío también cendiente de David, profecía que recibió entonces en Qumrán y fuera de
pueda entender ahora esto- ha dado a la cristiandad de todos los siglos esta secta una referencia escatológica al tiempo mesiánico, y que los se-
más impulsos que ningún otro desp~és de Jesús p~ra reencontrar e.n ~l guidores de Jesús aplicaron a éste, descendiente de David según todas las
cristianismo -lo que no es nada eVldente- al Cnsto verdadero e ImI- fuentes: «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»19. Por con-
tarle. Desde entonces es claro que lo distintivo, la «esencia» del cristia- siguiente, y sin violentar para nada la tradición judía, Jesús es entendido
nismo frente al judaísmo, a las antiguas religiones mundiales y a los ahora como «Hijo de Dios».
humanismos modernos, es este Cristo Jesús mismo. Precisamente como Pero los cristianos gentiles del mundo helenista, que no conocían el
Crucificado se diferencia de los muchos dioses resucitados, encumbrados, 'contexto judío, difícilmente podían entender algunos de estos títulos
I vivos; de divinizados fundadores de religiones, de césares, de genios, de honoríficos típicamente judíos (especialmente «Hijo de David» o «Hijo
señores y héroes de la historia universal. , , , .' del hombre»). De ahí que falten en los credos cristianos primitivos y en
Lo dicho hasta aquí debería haber explicado ~ufICl~nte~en!e P?r que los clásicos formulados en griego o en latín. Naturalmente, al título
en el cristianismo no se trata sólo de otro paradigma lOtraJudlO, S100 de «Hijo de Dios» le ocurrió precisamente lo contrario. «Hijo de Dios», uti-
•otra religión con irrenunciables raíces judías, después de que Jesús como lizado sólo esporádicamente como referencia al rey de Israel y a todo el
Mesías de Israel fue rechazado por la mayor parte del pueblo de,Israel. pueblo, gozará de un favor extraordinario entre los cristianos gentiles,
Las consecuencias se han puesto de manifiesto cl~ramente al ,anah~ar en pues se utilizaba también para el emperador y para otros héroes. Esa pre-
detalle las consecuencias de aquel primer cambIO de par~dlgma mtra- dilección hizo que «Hijo de Dios» se entendiera cada vez más desde las
cristiano, del cristianismo judío al cristianismo de los gentIles. coordenadas greco-helenística-naturales y se distanciara más y más de su
origen judío. Precisamente aquí se produjo un cambio de microparadig-
3. Una religión para la humanidad universal ma teológico en el contexto de un cambio del macroparadigma eclesial
que tendría consecuencias gravísimas. Al menos para los ojos judíos,

~
na comprensión radicalme!1te nueva ?e la Biblia; de la Ley y del pueblo como se refleja en el evangelio de Juan, los cristianos dan la impresión de
es la consecuencia de este pnmer cambIO de paradIgma preparado p<?r los equiparar cada vez más al Nazareno con Dios; y, consiguientemente, de
judeo-cristianos helenistas y fundam,en.ta~o por Pablo; y, e~~ cambIO de poner en peligro la fe en el Dios uno y único.
paradigma es el requisito para el CIIStIamsmo como rehgl(~n de la hu-
anidad universal. Compendiaremos brevemente [as mutaCIOnes: Pero también cambiaba, en segundo lugar, la comprensión de la Ley.
Tendremos que volver sobre esto. Tras el cambio del paradigma teocrá-
' b en primer lugar la concepción de la .tiiblia. Natural~ente,
C am b la tico al rabínico en el siglo II de la era cristiana, en el judaísmo se dio una
. ad'os , .'
que rechazaron a Jesus
f d
sigUieron a erra os a su m
t
1os grupos JU 1 , " d er-1 importancia creciente a la observancia y codificación minuciosas de la
, , t d' 'onal de los escritos blblIcos y contInuaron esperan o a halaká (de la parte legal de la Torá) y de los mandamientos (Mi~wot) en
pretacIOn ra ICI l '1 ' 1 ' t
venida del Mesías hasta que -a resultas de u tImo evantamlent~ con ra la vida diaria. En las sinagogas y en las escuelas de la T orá, los círculos
los romanos, encabezado por Bar Ko~ba', adamado como ?Ieslas-la fariseos insistieron en la observancia estricta no sólo de la Torá, sino
esperanza mesiánica sufrió unos que brantos de los que tardo mucho en también de sus añadiduras en la Misná y en el Talmud, de las tradiciones
reponerse. de los padres, de la Torá «ora!»; es decir, de toda la Ley, de toda la ha-
laká.
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B.V. UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO 3. UNA RElIGION PARA LA HUMANIDAD UNIVERSAL

Pero para los judíos que seguían a Jesús, los judeo-cristianos, todos los
preceptos rituales y ceremoniales tendrán menor importancia que los éti-
cos. En sintonía con el espíritu de Jesús, fueron los judea-cristianos he-
lenistas, oriundos de la diáspora, los que comenzaron a concentrar su
doctrina en las expresiones éticas centrales de la Torá. El ideal de ellos
¡
terior terminó por reducirse más y más a una interminable pugna por en-
contrar textos probatorios a favor o en contra de la realización de las
promesas bíblicas en Jesús; hasta que también esto resultó superfluo y
aburrido ...
era menos la justicia en el sentido de la Ley que el amor práctico, el man- Este amplio proceso de suplantación y el nuevo contenido que llena,
damiento principal, que está por encima de todos los demás, concretado sobre todo, el concepto «pueblo de Dios» permiten comprender mejor
y radicalizado en el espíritu del Sermón de la Montaña. que cualquier otra explicación por qué la relación entre judíos y cristia-
Los cristianos gentiles terminaron por no sentirse ligados a la ley ritual nos durante los siguientes 1.500 años de historia común estuvo tan em-
judía. En la práctica, esto significaba que para ellos ya no existía la ne- ponzoñada desde fechas tan tempranas. ¿Tiene que ser esto siempre así?
cesidad imperiosa de circuncidarse, ni de observar la halaká ritual. No Resulta esperanzador que hoy insista también la parte judía en que no es
era necesario convertirse en judíos para ser cristianos. No ya la circun- posible comprender plenamente ninguna de las dos religiones --cristia-
cisión -signo de identidad para los judíos y oprobio para los griegos y nismo y judaísmo- haciendo abstracción de la otra. Ambas forman
romanos- sino la fe y el bautismo pasan a ser el signo decisivo de la una unidad como «Hijos de Rebeca». Bajo este título na escrito el eru-
¡
identidad cristiana y de la alianza con Dios. Ya no será decisiva para la
salvación la observancia de la Ley, sino la fe y el seguimiento de Cristo.
dito judío Alan Segal lo siguiente: «La profecía sobre Jacob y Esaú,
hijos gemelos de Rebeca, contenida en Gn 25,23, ha sido utilizada tanto
en el judaísmo como en el cristianismo para promover S11 pretensión rival
Cambió, en tercer lugar, la concepción del pueblo de Dios. En efecto, a la benevolencia divina (por ejemplo, Midrás Rabbá, ad loc.; Rom 9,
el judaísmo sostiene que también es posible salvarse fuera de él , que tam- 6-13). Tanto el judaísmo como el cristianismo se consideran herederos de
bién los gentiles justos pueden alcanzar la salvación eterna en virtud de las promesas hechas a Abrahán e Isaac, y son de hecho hermanos geme-
sus obras buenas (ya hablamos del universalismo judío de la salvación en los que surgieron de la Nación-Estado de la segunda Commonwealth Is-
la primera parte de este libro). Pero, al mismo tiempo, se sigue soste- rael. Como suele suceder con frecuencia entre hermanos, cada una de
niendo en el judaísmo que la pertenencia al pueblo de Dios se identifica esas dos religiones emprendieron caminos diferentes, incluso contra-
con la pertenencia al pueblo de Israel (el particularismo del pueblo puestos, para conservar su herencia familiar. Estas diferencias llegaron a
judío). El pueblo judío está por encima de cada judío. Sobre todo desde ser tan importantes que sólo unas pocas personas en los dos últimos mi-
la pérdida de toda autonomía estatal (70 d.C.), se comenzó a insistir de lenios fueron capaces de hacer honor a sus coincidenci~s básicas y con-
manera especial en la unidad espiritual, interior, del pueblo elegid0 20 . Se templar desde ellas sus diferencias. Aunque son gemelas, resulta difícil
entra a formar parte de este pueblo elegido mediante el nacimiento de decir qué religión es la mayor y cuál la menor, pues su derecho de pri-
madre judía o a través de la conversión. mogenitura es uno de los problemas que las separa. Antbas afirman ser
Los judeo-cristianos se sentían aún pertenecientes al pueblo de Israel, ahora Jacob, el hijo menor, que consiguió el derecho d(primogenitura.
aunque los judea-cristianos helenistas de lengua griega mantenían una re- El judaísmo rabínico sostiene firmemente que él ha cOlIservado las tra-
(lación más distante con la Ley y el Templo que los de lengua aramea. diciones de Israel, pues Israel es el nuevo nombre de Jac~b después de su
Pero los cristianos gentiles, cada vez más numerosos, que no pertene- lucha con Dios. El cristianismo afirma ser el nuevo Isradque ha conser-
cían de antemano al pueblo elegido ni tenían necesidad de entrar en él vado las intenciones de los profetas de Israel. Debido a lasaplastantes si-
por la circuncisión para ser cristianos, provocaron espontáneamente militudes de ambas religiones y no obstante los grandes ámbitos de di-
una nueva interpretación de la concepción del pueblo de Dios. Decisiva ferencias, ambas afirmaciones son verdaderas. Más aún:ninguna de las
para la pertenencia no era ya ahora la genealogía, sino la fe en Cristo dos religiones puede ser comprendida plenamente si l~ aislamos de la
esús, acompañada por el bautismo, originariamente rito de iniciación otra. Es necesario el testimonio de cada una de ellas para mostrar la ver-
judío, pero que se administraba ahora en el nombre de Jesús. El rechazo dad de la otra»22.
de la fe en Cristo por la mayoría de los judíos, robusteció por doquier la De acuerdo con ello hay que tomar en serio lo espedico de cada re-
idea de una <<llueva alianza» y de un «nuevo pueblo de Dios» de los ligión. Así como lo singular del cristianismo es la proclamación de Cris-
«verdaderos hijos de Abrahán». Una vez que la comunidad cristiana to Jesús como «Hijo de Dios», así lo propio del judaísntoes la creencia
:dejó Jerusalén con motivo de la guerra judea-romana y la destrucción del de que Israel y sólo Israel es el «pueblo de Dios». COIOO vimos al co_'
Templo, ya tampoco era posible un culto común en el Templo, y resul- micnzo de este libro, las expresiones Pueblo de Dios (1i¡rra) - Hijo de
, aba casi inevitable que ambas comunidades emprendieran caminos di- Dios (Mesías) - Palabra de Dios (Libro) expresan al IIIilmO tiempo la
_'~ergentes21. Por desgracia, la confrontación intelectual de la época pos- unidad y la diversidad de las tres religiones proféticas áorigen semita:

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B.V. UN PRIMER CAMBIO DE PARADIGMA CRISTIANO

el judaísmo, el cristianismo y el islam. La unidad se funda en la ~reencia VI. AUTO CRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO
en el uno y mismo Dios y la diversidad dimana del evento salvíftco ~en­
tral, distinto para cada una de ellas y que confiere un sello .respectIva-
mente específico a esa fe en Dios. En estas diversas aseveracIOnes. sobre David Flusser ha afirmado que las enseñanzas de jesús, no la cristología,
la recta comprensión de Dios culminó una y otra vez la secular dIsputa son el terreno en el que más fácilmente pueden encontrarse judíos y
-acompañada tantas veces de desprecio y opresión- de las relig~0fo1es cristianos y aprender unos de otros. Sin desconocer las numerosas co-
proféticas, quizás por eso enemistadas en lo más íntimo, que se <~d.lstlll­ rrientes jesuanas que existen en el cristianismo y se orientan por el jesús
guieron» -tal vez en virtud de su monoteísmo- por su exclusIvIsmo, de los evangelios, este autor añadió: «Para muchos cristianos, tal clarifi-
agresividad e intolerancia. cación no toca directamente su principal experiencia cristiana y su inte-
En cuanto al cristianismo, las elevadas afirmaciones cristológicas rés, aunque esto podría ser incluso útil y robustecer su propia fe. El co-
sobre la filiación divina, encarnación y Trinidad definidas por los conci- nocimiento del jesús" histórico", judío, es sólo un marco necesario para
lios de la Iglesia antigua han supuesto siempre una rémora para el diá- el núcleo de su fe, el drama metahistórico de la cristiandad» 1, con lo que
logo con los judíos. Si uno, como teólogo cristiano, quiere tomar en Flusser se refiere al Cristo preexistente en Dios, a su encarnación y a su
serio a sus interlocutores judíos no podrá dejar de lado los interrogantes muerte expiatoria en la cruz, a su resurrección, a su vuelta al Padre y a su
que las mencionadas declaraciones conciliares suscitan en ellos. Por eso, segunda venida.
antes de cerrar este sección amplia, queremos abordar brevemente esa De hecho, la preexistencia y encarnación de Cristo, así como la Tri-
tarea, plenamente conscientes de las dificultades que entraña. Pienso nidad, son consideradas como «dogmas centrales del cristianismo». No
que los lectores se merecen una información honrada sobre cómo se podemos dejar a un lado estas cuestiones una vez que Gotthold Ephraim
pueden «incluir» en el diálogo los difíciles dogmas del cristianismo, Lessing distinguió ya entre la «religión de Jesús» y la «religión cristiana»,
pero de forma que se mantenga la identidad de la fe cristiana al tiempo y Martin Buber diferenció entre la «fe de Jesús» y la «fe en Jesús»;
que se hace gala de la mayor apertura ecuménica posible. wando numerosos judíos suscriben el siguiente eslogan: la fe de jesús nos
une, la fe en jesús nos separa.

t. Autocrítica cristiana

Para que el camino ecuménico hacia la paz con las otras religiones pro-
féticas goce de credibilidad, deberá ir unido a una decidida autocrítica
cristiana, sobre la base del Nuevo Testamento. Gozosos signos de esta
autocrítica son perceptibles también en el marco de las Iglesias.
Recordemos la aseveración de los obispos católicos alemanes de 1980
según la cual «determinadas afirmaciones de fe cristianas, como la del
"Hijo consustancial con Dios", suenan a los judíos como radicalmente
contrarias a lo judío porque «contradicen diametralmente al monoteísmo
estricto». Ya las directrices e indicaciones para la puesta en práctica de la
declaración conciliar Nostra aetate (n. 4), de 1974 2, abogaban por la
comprensión precisamente en el tema de la encarnación: «De igual ma-
llera, se esforzarán (los católicos) por comprender las dificultades que el
alma judía experimenta frente al misterio de la Palabra hecha carne
porque aquélla está impregnada de un concepto elevado y puro de la
trascendencia divina». También el documento protestante más reciente,
la europea Declaración sobre el encuentro entre cristianos luteranos y ju-
díos, de 19903 , subraya que la relación entre cristianos y judíos enraíza
«en el testimonio del Dios uno y de su fidelidad a la alianza, como se ha
transmitido en libros de la sagrada Escritura del Antiguo Testamento que
·ompartimos»4. Aunque el documento no entra en la cuestión de la fe tri-
itaria, sí formula una exigencia de principio: «Requisito indispensable

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S.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO 2. ¿QUE SIGNIFICA: DIOS TIENE UN HIJO'

para nuestro encuentro es la disposición de los cristianos a escuchar el la unidad real de Dios? Por otra parte, ¿qué es eso de una diferencia ló-

I
testimonio de los judíos, a aprender de la experiencia de fe y de vida de
ellos y a percibir así nuevas caras de la tradición bíblica »5 •
En este sentido, no podemos menos de apoyar con toda el alma los es-
gica entre Dios como «Padre» y la «naturaleza» de Dios, distinción que
debe tener un fundamento real en el objeto? ¿sigue siendo esto el mensaje
del Nuevo Testamento? ¿por qué querer añadir a la unidad y a la unici-
fuerzos encaminados a algo así como una «teología cristiana del judaís- dad algo que, a lo sumo, no puede más que aguar o eliminar el concepto
mo», expresión en la que Clemens Thoma, uno de los mejores conoce- de unidad y unicidad?
dores cristianos de la tradición judía, entiende: «que los cristianos tomen
radicalmente en serio e interpreten la función de origen, de contradicción Es natural que el interlocutor judío quiera saber, en este contexto, por
y de acompañamiento del judaísmo para las Iglesias cristianas»6. Para las qué hubo que llegar en el cristianismo a un desarrollo tan complicado de
Iglesias cristianas, esto significa «una teología crítica con la Iglesia porque los dogmas. Con todo, este volumen dedicado al judaísmo no es el lugar
-yen la medida en que- hace que las Iglesias cristianas recuerden la adecuado para desarrollar la historia de los dogmas cristianos ni para
herencia judía inherente al cristianismo y lo cristiano que vive en el ju- contar cómo se llegó en la era pos bíblica a afirmaciones sobre una filia-
daísmo; y porque les indica que la inobservancia de estos datos ha sido y ción metafísica, sobre la encarnación y la Trinidad. En el estudio sobre el
es corresponsable de superficialidades, confusiones y equivocaciones de cristianismo, que seguirá al presente trabajo, expondremos el proceso de
ayer y de hoy»? estas doctrinas cristianas en el contexto del paradigma helenista-vetero-
No es ningún secreto que las distinciones practicadas por los cristianos eclesial, y lo someteremos a la crítica. Basándome en lo que he expuesto
en la doctrina trinitaria sobre Dios (tres personas, pero una naturaleza) en obras anteriores 9 y en el material reelaborado en nuestro Instituto 10 ,
jamás han resultado inteligibles para un judío o un musulmán. Se pre- deseo esbozar muy brevemente cómo -partiendo del Nuevo Testamen-
guntan ellos: ¿Por qué la fe en un solo Dios, representada por Abrahán y to, del mensaje cristiano original- se puede conseguir que aquellos
afirmada decididamente por Moisés y Jesús, no queda abolida si ~on la «dogmas centrales cristianos» resulten, al menos, lo suficientemente
divinidad una, con la naturaleza divina una- se suponen simultánea- comprensibles como para que no parezcan de antemano completamente
ente y desde toda la eternidad una segunda persona, incluso tres per- absurdos e incluso blasfemos a los judíos. Todo depende de que se eviten
onas en Dios? falsas posiciones frontales en el diálogo con hermanos y hermanas de
Acusar de «ceguera» o de «tozudez» a los judíos en estas cuestiones, otras religiones. Y aquí hay que constatar lo siguiente:
como ha sucedido durante siglos, significa pasar por alto los propios pro- Sería absurdo que la parte cristiana exigiera precisamente a los judíos,
blemas cristianos 8 , pues también algunos cristianos críticos tienen sus in- que son los guardianes de la fe en el Dios uno, algo «radicalmente anti-
terrogantes sobre estas cuestiones, al menos desde la Ilustración y desde judío», algo que contradice por completo el «monoteísmo estricto». ¿Es
el comienzo de la exégesis histórico-crítica, a la que ha seguido una his- que los cristianos no han heredado de su Maestro la fe en el Dios uno y
toriografía histórico-crítica de los dogmas. Junto con judíos y musulma- único? La «comprensión del alma judía», la escucha del «testimonio de
nes' ven que los conceptos tomados del sirio, del griego y del latín y con los judíos» sólo tiene consecuencias si ello lleva a los cristianos a tomar
los que se ha reflexionado durante la historia sobre la concepción cris- conciencia de su origen judío. En este sentido, es posible dar una nueva
tiana de Dios resultan hoy, son, con frecuencia, más desorientadores definición a la «teología cristiana del judaísmo», con Ciernen s Thoma:
que iluminadores. Ha llegado a ser terriblemente complicada la doctrina «Es un intento teológico-cristiano de mostrar y exponer las consecuencias
cristiana sobre Dios que encontró su expresión en la doctrina clásica de que se derivan para el cristianismo del hecho de que Cristo Jesús, sus pri-
a Trinidad. Un caótico juego de conceptos con tres hipóstasis, personas, meros discípulos y los evangelistas fueran judíos y vivieran en un am-
rosopa, dos procesiones y cuatro relaciones. ¡Cuántos cientos de pági- biente judío»l1.
as necesitan los teólogos cristianos desde san Agustín para explicar en Por consiguiente, en escuetas consideraciones previas para un mejor
ialéctica elevada lo que era aún tan sencillo para Pablo y Juan! entendimiento judeo-cristiano en el centro de la teología, pretendemos re-
Los judíos siempre repitieron algo que los teólogos cristianos escuchan considerar de forma autocrítica -desde las raíces originarias judías-las
de mala gana ya lo que de peor gana responden: SI se pone la mirada en cuestiones sobre la filiación divina, la encarnación y la Trinidad. Co-
1 Dios uno, ¿de qué sirve toda esa dialéctica artificiosa de los teólogos? menzamos por la pregunta siguiente:
¿a qué conduce y con qué derecho se practica una distinción entre natu-
aleza y persona en el Dios absolutamente uno y único 1 ¿acaso no es 2. ¿Qué significa: Dios tiene un hijo?
Dios simple por antonornasi~ también para el Nuevo Testamento, sin la
menor composición, el Uno-Unico? ¿qué pinta, pues, una diferencia real Los judíos a veces, los musulmanes casi siempre, pero también los cris-
en Dios entre Padre, Hijo y Espíritu que, sin embargo, no debe eliminar \ tianos desconocen en más de una ocasión que también en el judaísmo, en

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S.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO 2. ¿QUE SIGNIFICA: DIOS TIENE UN HIJO?

la Biblia hebrea, se aplica a Dios el término «Padre»12; que también en la «más que Moisés», más que los profetas. De hecho, él había puesto en
Biblia hebrea se aplica a hombres la expresión «Hijo» de Dios, por tela de juicio el Templo y la Ley absolutizados, tradiciones y órdenes san-
ejemplo, al pueblo de Israel 13 , a los israelíes se les llama «hijos de Dios»14 tificados, pero también los límites entre lo puro e impuro, entre justos
o «hijos del Dios vivo»15, pero que el título «Hijo de Dios» se utiliza e injustos. Proclamó todo esto no para «el pasado» y «el futuro», sino
sobre todo para el rey de IsraeP6. n el horizonte del fin de los tiempos- para el «hoy» y «ahora».
Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Se auto denominó alguna vez Hijo
de Dios el judío Jesús de Nazaret? Antes de contestar, hay que tener en ¿Cómo se explica que, a pesar de su muerte ignominiosa, se creara un
cuenta lo siguiente: en la línea del judaísmo, tampoco Jesús de Nazaret se .movimiento de seguidores de Jesús y se llegara a creer en él como Hijo de
sintió atado a fórmulas o dogmas. Basta leer los evangelios sinópticos Dios? Fue después de su muerte cuando, en virtud de las experiencias
para comprobar que Jesús no se perdía en profundas especulaciones, pascuales, se pudo creer que él había sido recibido en la vida eterna de
como los filósofos griegos o los místicos, o en erudita casuística halá- Dios, que había sido «elevado» por Dios a Dios, su «Padre», cuando la
quica, como los rabinos. Con dichos comprensibles para todo el mundo, comunidad creyente comenzó a aplicarle el título de «Hijo» o de «Hijo
con historias breves, con parábolas tomadas de la vida diaria, Jesús co- de Dios». ¿Por qué? Esto también podría ser perfectamente factible para
locaba en el centro de su predicación no su propia persona, su papel ni su un judío de nuestros días.
I dignidad, sino a Dios: que venga el reino de Dios, que el nombre de Dios . -En primer lugar, los judíos que siguieron a Jesús contaban con un
sea santificado, que se haga la voluntad de Dios; voluntad de Dios que el . fundamento objetivo y con una lógica interna para llamar expresamente
hombre debe practicar sirviendo a sus semejantes. Nada de revelaciones «Hijo» a aquél que no había tenido reparo alguno en llamar a Dios
secretas, nada de alegorías sutiles cargadas de incógnitas. Él a nadie «Padre» suyo. La proclamación de este Dios estuvo unida indisoluble-
pregunta por la fe verdadera, por la confesión ortodoxa, por la obser- mente con su propia persona. La idea de «Padre» irnplica necesaria-
vancia de la halaká. No se espera una reflexión teórica, sino la decisión mente la de «Hijo». No el rey de Israel, sino él, el Mesías, era Hijo de
práctica que se impone: seguimiento, orto praxis en el sentido radical, que Dios.
equivale a amor comprometido. -En segundo lugar, la analogía de la ascensión del rey israelita al
Sin duda que tal proclamación de Dios no era inaceptable de ante- trono hace que el encumbramiento hasta Dios resulte fácilmente com-
mano para los judíos; al menos, no era «radicalmente ajudía». Pero, prensible para el judío. Según la tradición judía, el rey israelita era ele-
¿cómo se puede esclarecer de alguna manera a los judíos que este pro- vado a la categoría de «Hijo de Dios» en el moment() de su acceso al
clamador del reino de Dios debe ser llamado también el Hijo de Dios; in- trono, como ahora el Crucificado mediante su resurrección y elevación.
cluso Dios, según algunos? ¿sorprenderá en tales circunstancias que En Sal 2 se nos ha transmitido el ritual del acceso al trono con la frase:
Jesús tampoco hablara al modo de teólogos posteriores ni proclamara «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy»17. «Engendrar» es aquí si-
como gran «misterio»: Dios es uno, una naturale~Qen tleS$r~º.!lé!s nónimo de «elevar». En el Nuevo Testamento no hay todavía ni la más
~o soy la segunda pérSOña dIvina que ha aSlJmj~o una seguncl:lJ1o:tt!J- leve huella de una generación físico-sexual (ni metafísica) en el sentido de
ra eza humana? los hijos de los dioses helenistas.
~e, se plantea la pregunta constructiva: ¿Cómo hay que ver De ahí que se pudiera decir en una de las confesiones de fe más anti-
según el Nuevo Testamento mismo la relación de Jesús con Dios? Esto es guas (prepaulina) recogida en la introducción a la cart<Ia los Romanos:
la cuestión cristológica originaria (yen embrión también la trinitaria). Jesús «fue constituido Hijo de Dios en plena fuerza por su resurrección
Según las fuentes, tres puntos son indudables: de la muerte». Por eso se puede echar mano de este sal~o de .entroniza-
-Jesús habló, oró, luchó y padeció desde una experiencia de Dios, . ión en Hechos de los Apóstoles y aplicarlo a Jesús: «El (DIOS) me ha
desde una presencia de Dios, desde una certeza de Dios que, en último dicho (según Sal 2,7, al rey, al ungido; pero según Hch13,33 a Jesús):
término, resultaban ine:xplicables; incluso desde una unidad con Dios "Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy"». ¿Por qIlé puede suceder
como su Padre. todo esto? Porque aquí, en el Nuevo Testamento, todavía se piensa en
-Pero no se aplicó a sí mismo el título de Hijo de Dios. En este punto perfecta línea judía: «engendrado» como rey, «engendrado» como un-
coincide hoy la exégesis histórico-crítica tanto judía como cristiana. gido (=Mesías, Cristo), engendrado como vicario e hijoiY esto, «hoy».
-Sin embargo -aquí comienza la disputa entre judíos y cristianos- En Hechos de los Apóstoles, con esto se apunta claramente no a la Na-
de hecho, se tuvo por más que un profeta, en cuanto que se arrogaba una vidad, sino a la Pascua; no a la fiesta de la «encarnaci~n», sino a la re-
autoridad de Dios para actuar en contra de la doctrina y de la praxis do- surrección y elevación de Jesús. En ese mismo sentido, el Nuevo Testa-
minantes, que eran la do(trina y la praxis de los que mandaban. Aquí, en ento 18 aplicará el Sal 110,1 -que habla del rey sacerdotal- al Jesús
él -y esto pudo ser valorado positiva o negativamente- hay de hecho elevado hasta Dios, para presentarlo como «Hijo» de Dios: «Dijo el

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B.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO
3. .QUE SIGNIFICA ENCARNACION?

~
eñor a mi Señor: Siéntate a mi derecha». Ninguna otra !rase de la Biblia
3. ¿Qué significa encarnación?
hebrea se cita más veces en el Nuevo Testamento que esta de una «co-
unidad de trono» (M. Hengel) del elevado hasta Dios con Dios mismo. ¡También en el judaísmo se ve .la pal~bra de. Dios c?m? mediadora entre
. Según el punto de vista judío y, por. c.on~~guie.n~e, ne~testamentario, Dios y los hombres; y ya el pnmer sIstematIzador JUdIO ~oderno, Kauf-
¿qué se quiere dar a entender .con.la fthacIOn dlVln~? S~I} duda, no se mann Kohler, subrayó que la creación del mundo medIante.la ~alabra
piensa aquí en una descendencIa, SInO en una entromzaCIOn en una po- creadora de Dios significa: «La palabra aparece ... como el emlsano crea-
sición de poder y de derecho en el sentido hebreo-veterotestamentario. do en primer lugar que actuó y actúa como mediador e~tre el espí~itu de
No se quiere dar a entender una filiación divina en sentido físico, coI?o los mundos y el orden mundial visible. Superando l~ Importan~I~ ,que
han supuesto muchos judíos hasta hoy y lo han rechazado con ra~on, tiene en el reino de la creación visible, la palabra de DIOS se convlrtIO en
sino una elección y habilitación de Jesús por Dios, en plena conformIdad mediadora del universal orden espiritual y moral en la revelación de
con la Biblia hebrea. Difícilmente se podía objetar desde la fe judía ~n el Dios a los hombres prehistóricos y a Israel como titular de la doctri~a,
Dios uno contra tal comprensión de la filiación divina. La comumdad De ahí que la palabra (en hebreo: ma'amar, en arameo: memra, y ~n l?n~­
judeo-cristiana primitiva podía asumir perfec~an:ente esa in.terpr.etación. go: lagos) fuera II}encionada durante largo tiempo. en la haggada pn~I­
Parece que tampoco hoy se podrían poner ObjeCIOneS de pnnCIpIO desde tiva -junto a la Sekina- como el medium o medIador de la revelacIOn
el monoteísmo judío. de Dios»19,
Pero fue sobre todo la proclamación de Cristo como Palabra encar-
Pero no quedó todo ahí. A la disputa primitiva entre judíos y cristia- nada la que arrinconó esta idea en la teología ju.día, Seg~n Ko?ler, «~e
os acerca del judío Jesús de Nazaret seguiría más tarde -en el para- evidenció paulatinamente que -bajo l~ influencI~ de l,a fIlosoft~ I?lato-
igma cristiano-gentil helenista- una elevació? d0!?imátic~ de Jesús nica y estoica- en los círcul?s helemstas se a~;I?uyO de.sde FIlon de
omo Hijo de Dios a la plena igualdad con I?lOS mlsm~; m.c}uso su Alejandría a este oráculo de DIOS o Logos como hIJO de D~os creado en
adoración formal por los cristianos. Esta posterIor dogf!1.atIzacl(~n de la primer lugar" una personalidad que l~ elevaba ~,una es~eCIe de l~garte­
cristología en categorías helenistas (en el año 325 el condIO de Nlc,ea ~e­ niente de Dios; y de ahí -en una ultenor elevaCIOn- a nval de DIOS, no
fine que Jesucristo es «de la misma naturalez~ que el P~dre») y m~s aun había más que un paso; como puso de manifiesto la Iglesia con la Palabra
la doctrina de la Trinidad ( el símbolo neo-mceno confiesa «un DIOS en encarnada en Cristo»2o,
tres personas»), desarrollada conceptualmente a finales d~l siglo ~v, Por consiguiente, también el judaísmo a~mite la P?si~ili?~d de que ~l
aparece a los judí?~ ( y a los.musul~anes tres slgl<?s y medI? d~spues) Dios infinito esté muy cerca del hombre, y este del DIOS mfmlto. El AltI-
como una trasgresIOn palmana del pnmer mandamIento.: «Nmgun ?tro sima puede inclinarse hacia el hombre, descender, estar con él, ac~~pa­
Dios junto al Dios uno y verdadero». Cabe preguntar ~l la co~umdad ñarlo: «Estoy sentado en la altura sagrada, pero estoy con los de ammo
judeo-cristiana de Jerusalén que hablaba arameo hubIera podIdo en- humilde y quebrantado», se dice en el libro de Isa!as~l. En efecto, el
tender esta doctrina. . Dios de Israel es justamente el Dios de Israel que esta SIempre cerca del
Es un hecho que los judeo-cristianos, que habían emigrado a One~te, pueblo, pero especíalI?ente en l~s ho~?s más so~brías de ~ste, como el
habían perdido en la Iglesia después del siglo 1 la función de correc~lVo Bondadoso y CompasIvo: «¿Que naCIOn grande tIene un dIOS tan cerca-
frente a las especulaciones helenistas-occidentales y frente a la orgamza- no como está el Señor, nuestro Dios, cuando lo invocamos? »22,
ción romana. Cuando el pueblo judío -después de la destrucción total
de Jerusalén (135) y de la expulsión de Palestina- qued<Í convertido, al Sin embargo, por grande que sea la proximidad entre Dios y el hombre,
menos en Occidente, en un grupo insignificante; cuando, por otra parte, Dios y el hombre siguen siendo diferentes, Por eso suena hasta hOf como
la Iglesia cristiana de los gentil~s perseguida .du:ante larg~ tiempo ganó blasfemia la afirmación de que Dios se ha hecho hombre en algun mo-
más y más fuerza durante el sIglo III y, a pnnclplos de~ sIglo IV, con. el mento de la historia humana. Para muchos judíos esto no puede ser ver-
cambio constantiniano, ascendió a la condición de IglesIa poderosa aha- dad porque la afirmación cristiana de una encarnación de Dios. ha. pro-
da con el Imperio, ésta no tuvo dificultad alguna para c~n~i?erarse el ducido «frutos muy malos» para el pueblo de Dios, y --como ha llldlc~do
único pueblo de Dios legíti~o, h~re~ero de las p~omesas dmgldas otro- Clemens Thoma- una doctrina no puede ser «verdadera y real SI es
ra a Israel. Sin embargo, a fm de InSInuar un camIlla para llegar a un en- enemistosa o peyorativa respecto del pueblo de Dios de los judíos y de la
tendimiento en esta espinosa cuestión cristológica, abo.rdaremos aquí, revelación del Sinaí atestiguada por este pueblo»23. Pero el verdadero ar-
uy brevemente, una cuestión que deberemos tratar .a fondo en el volu- gumento en contra es el siguiente: con la encarnación se produ~e -<:omo
en 11, dedicado al cristianismo, a la luz de la histona de los dogmas: ya en el desierto con la adoración del becerro de oro por los Israehes-
«mezcla», «unión», «reunión» blasfemas de algo creado, humano, con

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B.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A lA lUZ DEL JUDAISMO 3. ¿QUE SIGNIFICA ENCARNACION?

I
DiOS. De hecho, los cristianos no pueden obviar la siguiente pregunta:
¿No sucede algo parecido cuando se adora como Dios al hombre Jesús?
Con todo, los cristianos no afirman una «mezcla» de esas caracterís-
chos teólogos judíos? En su gran estudio sobre la cristología de la pree-
xistencia, Kad-Josef Kuschel ha conseguido mostrar de forma convin-
cente que las aseveraciones paulinas sobre el envío del Hijo de Dios no
ticas; y ni mucho menos se trata de un «rival de Dios». Sí es cierto, como presuponen la preexistencia de Cristo como ser celeste entendido en pa-
hemos apuntado, que, con la expansión del cristianismo en el mundo de rámetros mitológicos, sino que son perfectamente inteligibles desde un
mentalidad helenista y con el primer cambio de paradigma en el cristia- contexto plenamente judío, desde la tradición de los profetas: «La me-
nismo por el que se pasa de una constelación global judeo-cristiano- táfora "envío" (tomada de la tradición profética) expresa la convicción
apocalíptica a la cristiana de los gentiles helenistas, Jesús como Hijo de de que la persona y la obra de Jesús no tienen un origen intrahistórico,
Dios fue situado más y más en el mismo plano del ser que el Padre, lo sino que se deben por completo a la iniciativa de Dios»26. Apoyándose
que tenía que llevar necesariamente a crecientes dificultades teológicas, también en exegetas católicos, ha puesto de manifiesto que «en las cartas
pues cuanto más se intentaba definir esa relación entre Padre e Hijo-en de Pablo no se puede encontrar "nada" acerca de la preexistencia del
una historia de los dogmas inimaginablemente compleja- con catego- Hijo o de su igualdad esencial con el Padre. Al contrario, una suposición
rías helenistas tomadas del mundo físico, tantos más problemas se tenían de la igualdad de esencia está en cierta tensión con la idea de que Jesús es
para compaginar conceptualmente la fe en el Dios uno con la filiación di- la imagen del Padre»27.
vina, tantos más problemas para distinguir entre el Hijo de Dios y Dios, Otro tanto hay que decir del evangelio de Juan. En cualquier caso, en
pero expresando al mismo tiempo su unidad con Dios. este evangelio no se puede hablar aún de un «drama metahistórico de
A medida que pasaban los años, la relación entre Padre, Hijo y Espí- Cristo», como se ha afirmado con frecuencia desde el bando judí028 • Pre-
ritu se convirtió más y más en un mystel'ium logicum en el que pareció cisamente en este cuarto y tardío evangelio encontramos aún la siguien-
que la antinomia entre unidad y pluralidad se superaba sólo en el plano te formulación: «Ésta es la vida eterna, reconocerte a ti como único
verbal, sólo con distinciones conceptuales siempre nuevas (en último Dios verdadero y a tu enviado Jesúcristo»29, o: «Subo a mi Padre, que es
término: naturaleza - persona). Dios, ¿una naturaleza divina, tres perso- vuestro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios»30. Aquí se distingue cla-
nas divinas? Jesucristo, ¿una persona divina, dos naturalezas: una divina ramente entre Dios y Jesucristo. No, tampoco este evangelio contiene una
y otra humana? Teniendo en cuenta tales distinciones teológicas, no era cristología metafísica especulativa arrancada del suelo judío, sino una
ide extrañar que, en tiempos posteriores, aumentara sin cesar la dificultad cristología de revelación y de envío ligada al mundo del judea-cristia-
'para predicar de forma creíble a los judíos (y posteriormente a los mu- nismo en la que adquiere mayor importancia la aseveración de la pree-
sulmanes) el mensaje de este Dios (de Israel) y de este Jesús (judío) como xistencia entendida en clave no mitológica: «Juan no pregunta acerca de
¡su Ungido, Mesías, Cristo. Así se explica que casi no se dier~n más la esencia y ser metafísicos del Cristo preexistente; no le interesa saber
tarde conversiones del judaísmo (ni del islam) a la fe en JesucrIsto. A que antes de la encarnación hubo dos personas divinas preexis~entes
:veces, los judíos que se encontraban en el imperium cristiano silenciaban unidas en la única naturaleza divina. Este esquema conceptual es ajeno a
:convulsivamente el nombre de Jesús. Juan. Como también le es ajena la idea de una "generación intradivina".
¿No entra aquí en un punto muerto el diálogo con los judíos? ¡No ne- "El Padre y yo somos uno". "Esta frase nada tiene que ver con afirma-
cesariamente! En efecto, si retrocedemos de la historia de los dogmas al ciones dogmático-especulativas sobe la relación esencial intradivina"»31.
Nuevo Testamento, la cuestión decisiva no sería la de cómo se compor-
¿Qué pretendía Juan? «La confesión de fe está en el primer plano: el
tan en Dios tres personas en una naturaleza divina o cómo se avienen en
hombre Jesús de Nazaret es el Lagos de Dios en persona. Lo es precisa-
Cristo dos naturalezas en una persona. Tales interrogantes surgen sólo,
de forma más o menos inevitable, cuando se pretende pensar en catego- mente como hombre mortal. Pero lo es sólo para los que están dispuestos
,a creer confiadamente en su palabra la palabra de Dios, en su praxis las
rías helenistas que arrancan del mundo natural. En el lenguaje del Nu~vo
Testamento, la 'pregunta suena más bien así: ¿cómo .?-ay que concebl~, y
confesar la unidad de Dios y Jesús, del Padre y del HIJO (y Juego tamblen
Iacciones de Dios, en su andadura la historia de Dios, en su cruz la com-
pasión de Dios»32.
Así, pues, ¿«encarnación» del Hijo de Dios? Ciertamente, la categoría
del Espíritu) de forma que se salvaguarden siempre tanto !a unidad y uni-
cidad de Dios como la identidad de la persona de JesucrIsto? «encarnación» es ajena al pensamiento judío y proviene del mundo he-
lenista. Con todo, también puede entenderse correctamente desde el
El Nuevo Testamento habla de un «envÍo,,24 del Hijo de Dios o de una contexto judío, pues todo es equivocado si uno, al considerar la encar-
«encarnación» de la Palabra de Dios25; no de Dios, del Padre mismo, sino nación como cristiano, se fija en el punctum mathematicum o mysticum
de su Palabra. ¿Cómo hay que entenderlo? ¿Se derriban con ello todos de la concepción o del nacimiento de Jesús 33 . En el contexto de la histo-
los puentes con el judaísmo, como opinan Kaufmann Kohler y otros mu- ria del judío Jesús, hay que conectar a tierra en cierto modo el modelo
onceptual griego de «encarnación». Si se hace esto, se entenderá co-

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B. VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO 4. TRINIDAD, ¿UN OBSTACULO INSALVABLE?

rrectamente la encarnación sólo si se la contempla desde la totalidad de según el Nuevo Testamento, no existe un término medio. Según el Nuevo
la vida, de la muerte y de la nueva vida de jesús, pues en todos sus dis- Testamento, tampoco hay identidad sin más entre Dios y Jesús, como su-
cursos y proclamaciones, en toda su conducta, en su destino, en toda su cedió en corrientes heterodoxas de los primeros siglos (monarquianismo,
persona, el hombre Jesús no actuó precisamente como «rival» de Dios, modalismo): el Hijo no es Dios Padre; a su vez, Dios Padre no es el Hijo.
sino que reveló, manifestó y proclamó la palabra y la voluntad de Dios. «Hijo» no es simplemente un nombre (modo) de Dios.
Por eso es posible decir: la palabra y la voluntad de Dios tomaron forma
humana en este hombre. En esta línea, se podía decir en contexto judío: ¿El Dios trascendente en la inmanencia? No, esto no es una blasfemia;
éste en el que, según los testimonios, casan perfectamente palabra y ni una idea reñida con la tradición judía. También el judaísmo conoce
obra, doctrina y vida, ser y actuar, es «Palabra», «Voluntad", «Hijo» de una aproximación y bajada de Dios que no le priva de su condición de
Dios en figura humana. No se trata aquí de una unidad de Jesús con Dios, sino que la confirma. La presencia, la existencia, la actividad del
Dios, y ni siquiera después de los concilios cristológicos se trata de una Dios que era, es y será s<E expresa en todo lo que el judaísmo rabínico en-
«mezcla» ni de una «agregación», sino, según el Nuevo Testamento, de cierra en el nombre de Sekina (de «habitar»): «Morada» de Dios, pero
una unidad del conocer, del querer, del actuar; en una palabra, de la re- -precisamente así- también «gloria» (kabod) y «magnificencia» (hod)
velación de Dios por medio de Jesús. entre los hombres de este mundo. Los rabinos dejaron muy claro que la
presencia especial de Dios no se realiza sólo en el santuario, en la tienda
4. Trinidad, ¿un obstáculo insalvable? de la alianza y en el templo, sino que Dios también puede morar en la co-
munidad del pueblo; incluso en el exilio. 'Im-manu-'El: i «Dios está con
Si la tradición judía se ha aferrado de forlJla inquebrantable a una verdad nosotros!» .
fundamental de la fe judía, ha sido al «Serna' Israel»: «Escucha, Israel, ¿Por que la presencia de Dios, la Sekina, no habría de poder morar en
Yahvé es nuestro Dios, sólo Yahvé»34, que ha sido reinterpretada yex- un hombre concreto en vez de hacerlo en un templo, de forma que la
plicada incesantemente a 10 largo de los siglos, como ha expuesto otro «gloria,) oculta de Dios pueda manifestarse en él, que se abandona con-
sistematiza dar judío, Louis jacobs35 . Esta confesión de la unidad y uni- fiadamente a él? Con ello, en modo alguno se piensa en una división, en
cidad de Dios significaba el rechazo estricto no sólo de todo dualismo, ~na partición, en una escisión en el Uno y Único. Se pi,ensa tan sólo en la
sino también de todo trinitarismo. A decir verdad, algunos críticos judíos Sekinéi, en la inhabitación y revelación del Uno y Unico en este solo
acusaron a los cabalistas de tendencias al trinitarismo, pero éstos recha- hombre, experimentable sólo en la fe, como es natural. La sabiduría
zaron siempre enfáticamente tales acusaciones. Los mártires judíos ha- (Logos) de Dios escondida en la «carne», manifiesta sólo para el cre-
brían dado su vida antes de aceptar la fe trinitaria. yente: «y la Palabra se hizo carne, acampó entre nosotros y contempla-
En siglos posteriores, los judíos se vieron reforzados e);"traordinaria- mos su gloria, gloria de Hijo único del Padre, lleno de amor y leal-
mente por el estricto monoteísmo del islam, que se había convertido tad»36, como dice el prólogo del evangelio de Juan. 0, como reza la
entre tanto en una potencia mundial que amenazaba al cristianismo. El tradición paulina: «Porque es en éste en quien habita realmente la pleni-
triunfo del islam sobre la fe en Cristo pareció a los judíos un triunfo del tud total de la divinidad»3?
Dios uno de Abrahán sobre el triple Dios de los cristianos, En los deba- Por consiguiente, sólo desde el horizonte judío es posible entender
tes medievales, sobre todo en España, la Trinidad jugó un gran papel en rectamente lo que el cristianismo y todas las Iglesias confiesan a lo
ambos bandos. Añadamos que la parte cristiana argumentó con analo- largo de veinte siglos: no un simple Libro o Ley sagrados son el funda-
gías problemáticas y fácilmente rechazables, en lugar de recurrir direc- mento y centro de la fe en el cristianismo. Fundamento y centro de la fe
tamente al Nuevo Testamento. es -como en el judaísmo y en el islam- Dios mismo «<teocentris-
A su vez, los judíos informados supieron y saben, naturalmente, que la mo»); pero Dios -así lo experimentaron ya los primeros judeo-cristia-
tradición cristiana clásica ha sostenido siempre, al menos en principio, la nos- tal como él se manifiestó, se reveló de forma definitiva en la his-
unidad de Dios, Según la concepción cristiana general, del discurso sobre tórica persona de jesucristo «<teocentrismo», pero concretado mediante
el Padre, el Hijo y el Espíritu no se puede hacer una doctrina de dos dioses el «cristocentrismo»). Esta persona -no un libro o una ley- es la me-
o de tres dioses (corno, por ejemplo, en la India, Brabman, Sh.iva y Visnú; dida definitiva para la comprensión cristiana de Dios y del hombre.
o, en Egipto, Osiris, Isis y Horus). No. Como para Jesús, también para los
cristianos de todos los tiempos Dios ha seguido siendo uno y único. Sé que, con esto, los cristianos planteamos unas exigencias casi exce-
Según la Biblia hebrea, fuera de Dios, jamás ha existido ningún otro dios Sivas a nuestros interlocutores judíos (y musulmanes), y desearía de todo
desde toda la eternidad. A pesar de la floracióll de especulaciones teoló-
gicas, resurgidas recientemente, entre monoteísmo y politeísmo, también I
corazón que el diálogo prosiguiera en este punto; no para que se nos dé
la razón, sino para profundizar la fe en Dios, pues hay que conceder de

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S.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO 5. ¿NECESITA DIOS EL SACRIFICIO DE SU PROPIO HIJO?

'antemano al interlocutor judío una base común: según el Nuevo Testa- la ira de Dios al modo romano, según la presenta Agustín; como resca-
mento, el principio de la unidad tampoco es una «naturaleza» divina te del diablo en una especie de trueque entre Dios y Satanás, según
común a varias magnitudes, como se piensa desde la teología neonicena quiere Orígenes; o como satisfacción feudal y pago de deudas, según
del siglo IV, sino que es el Dios uno (ho theos: el Dios =el Padre), del que pretendió demostrar en su doctrina de la satisfacción Anselmo de Can-
todo proviene yen el que todo confluye. Así, pues, según el Nuevo Tes- terbury?»4o.
tamento, no se trata de aseveraciones ontológico-metafísicas sobre Dios . ¿Qué hay que decir sobre esto desde la tradición cristiana? En este
en sí y sobre su naturaleza más íntima; sobre un ser interior de un Dios campo hay que corregir algunas ideas tradicionales que se cimentan
unitrino, estático, que descansa en sí mismo, revelado a nosotros. Se parcialmente en el mismo Nuevo Testamento. Es elemental afirmar que
,trata, más bien, de expresiones cristológico-soteriológicas sobre el modo la muerte de Jesús fue causada por hombres; no es lícito dejarse llevar de
de la revelación de Dios por medio de Jesucristo en este mundo; de su ac- la euforia pospascual y elevar esa muerte a la categoría de designio y vo-
tuación dinámica y universal en la historia, de su relación con el hombre, luntad salvífica de Dios, llegando a convertirla en la acción de Dios. Lo
y de la relación del hombre con él. Uno se pregunta: ¿cómo habría que que Dios permitió no lo quiso expresamente; y menos aún lo inició pre-
entender y expresar -desde estos presupuestos neo testamentarios y te- meditadamente. El Dios del Nuevo Testamento no es otro que el Dios del
niendo en cuenta el horizonte judío- la fe en el Padre, Hijo y Espíritu «Antiguo Testamento», que aborrece los sacrificios humanos. Como si
para el diálogo con judíos y musulmanes, piedra de toque de toda teo- Dios hubiera rechazado en el Antiguo Testamento el sacrificio de Isaac
logía cristiana? Resumiré brevemente lo que se expondrá en el volumen para ejecutarlo cruelmente en la figura de su Hijo en el Nuevo Testa-
dedicado al cristianismo: mento.
• Creer en Dios Padre significa, según el Nuevo Testamento, creer en el Para evitar la impresión de que la teología cristiana ha abordado este
Dios uno. El judaísmo, el cristianismo yel islam comparten esta cre- problema espoleada por las objeciones judías, permítaseme citar lo que
encia en el Dios uno. escribí hace años sobre esta cuestión con motivo de la exégesis neotesta-
• Creer en el Espíritu Santo significa creer en el poder y en la fuerza de mentaria: «¿Puede negarse que el propio concepto de sacrificio expiato-
Dios que actúan en el hombre y en el mundo. También esta fe en el Es- rio, al menos en la imaginación popular, frecuentemente provoca peno-
píritu de Dios puede ser compartida por judíos, cristianos y musul- sos malentendidos paganos, como si Dios fuera tan cruel y tan sádico que
manes. sólo pudiera aplacar su ira con la sangre de su propio Hijo? ¿Es preciso
• Creer en el Hijo de Dios significa creer en la revelación del Dios uno que un inocente haga de chivo expiatorio, de cabeza de turco y de hom-
en el hombre Jesús de Nazaret. Sobre esta diferencia decisiva se debe- bre de paja por los verdaderos pecadores? »41. En la respuesta a estos in-
ría seguir hablando entre las tres religiones proféticas. terrogantes puse de manifiesto que:
1. Según el Nuevo Testamento, los primeros seguidores judíos de
5. ¿Necesita Dios el sacrificio de su propio Hijo? . Jesús se encontraron ante la difícil cuestión de cómo se podía entender la
infamante, repugnante y vergonzante muerte de Jesús a la luz de la fe en
Los cristianos, sobre todo los teólogos cristianos, admiten sin pestañear la nueva vida que él tiene junto a Dios. Si había que entenderla como un
que la ejecución de Jesús fue una muerte sacrificial y la demostración su- evento desdichado, ¿en qué situación quedaba Dios? Si se trató de un
prema del amor de Dios: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo acontecimiento salvífico, ¿por qué precisamente esa muerte? Lo que
único para que tenga vida eterna y no perezca ninguno de los que creen vemos en el Nuevo Testamento son unos primeros tanteos para hacer
en éI». Se cita con predilección poco reflexiva esta frase del evangelio de ! comprensible esta muerte y, sobre todo, su significado permanente y su

Juan 38 para probarlo. repercusión positiva para los hombres, «para nosotros». En los evange-
En la línea de la tradición judía, Pinchas Lapide es sumamente crítico lios sinópticos, el concepto de muerte expiatoria juega a lo sumo un
al respecto: «Que Dios necesita un sacrificio humano para reconciliar papel marginal.
consigo su propia creación, que él, el Señor del mundo, es incapaz de 2. Ni en el Nuevo Testamento ni en la Patrística existe un modelo de
justificar a hombre alguno sin un sacrificio cruento, es tan incompren- 'interpretación normativa y exclusiva de la muerte de Jesús. Al contrario,
sible para los judíos como contrario a la Biblia»39. El sacrificio humano coexisten diversas interpretaciones pluriestráticas que se entrecruzan: la ju-
causa horror a Dios. Lapide formula a continuación la siguiente pre- rídica (la muerte de Jesús como justificación del pecador); la cultual (como
gunta: «¿Qué clase ae Dios es ése ... que puede decir sí a los sádicos tor- vicaria, sacrificio, santificación); la financiera (como pago del rescate); in-
mentos letales de su Hijo, que incluso provoca esa tortura bestial sólo cluso la interpretación militar (como lucha contra los poderes malos).
para aceptar la absolutamente pagana tortura de la crucifixión: como 3. Esas diversas concepciones llevaron a ver a Jesús mismo en imá-
expiación vicaria, según afirma Pablo ... ; como sacrificio apaciguador de genes sumamente diferentes, y a contemplar su destino en la misma dia-

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B.VI. AUTOCRITICA CRISTIANA A LA LUZ DEL JUDAISMO
5. ¿NECESITA DIOS EL SACRIFICIO DE SU PROPIO HIJO?

léCtiCa: como el maestro, pero rechazado; como el profeta, pero desco-

I
nocido; como el testigo, pero traicionado; como el juez, pero condenado;
como el sumo sacerdote, pero que se ofrece a sí mismo; como el rey, pero
coronado de espinas; como el vencedor, pero crucificado.
4. Consiguientemente, el fruto del evento de la cruz fue calificado de
. aparentemente si~ }aguna~- la necesidad de la encarnación y, sobre
to~o, de .1;'1 redenclOn medIante la muerte en la cruz. Esta doctrina de la
satlSfacclOn, contra cuya solidez lógica objetó ya Tomás de Aquino no
puede ser la nuestra si nos atenemos al Nuevo Testamento. Como t~m­
diversas maneras: como ejemplo, redención, liberación, remisión de los poco podemos sostener la otra que habla de una transformación onto-
ecados, purificación, santificación, reconciliación y justificación ... lógica d~ ~ste mundo ~n la no,:he del viernes santo o en el domingo de re-
Uno se pregunta si resulta extraño que no todas estas imágenes y surrec~lOn. EntendIda segun las Escrituras y de acuerdo con la
oncepciones --cada una de las cuales trata de destacar a su manera el me~t~l~dad de entonces, redención por jesucristo significa la creación de
significado salvífica de la muerte de jesús- conserven el mismo grado de posIbIhd~des reales p.ara transformarnos a nosotros mismos creyendo
'nteligibilidad hoy. Algunos modelos conceptuales de entonces nos re- con confIanza y practICando el amor en el seguimiento.
sultan extraños. Otros pueden conducir directamente al error42 . . Baste esto en este volumen para apuntar la dirección que debería se-
g~lÍ: ~n diálog? entre cristianos y judíos (y musulmanes) sobre todas estas
Es claro que el Nuevo Testamento considera la muerte de jesús como dlÍlc~l;s cuestl<:>~e~ de la doctrina acerca de Dios, de Cristo y de la re-
, una acción de los hombres. judíos y gentiles se hicieron responsables de denclOn. Por dIÍlCtl que pueda resultar a los judíos y musulmanes enten-
ella. Pero no es menos evidente que la muerte de jesús en la cruz tiene der y aceptar esto, el bando cristiano -a fin de evitar discusiones fal-
que ver algo con Dios mismo. Al menos, Dios permitió que su «único sa~~ debe decir con toda claridad que el criterio de la condición de
Hijo» fuera asesinado; aunque no lo quisiera derectamente ni llevara la cnstlano no es la doctrina de la Trinidad de la encarnación y de la sa-
iniciativa. ti~fa~ción pergeñada siglos más tarde en 'la Iglesia (si no, los primeros
¿Cómo es, pues, posible que algunos pasajes del Nuevo Testamento cnst~an?s no ha~rí~n sido cristi~nos), sino la fe en el Dios uno y único, el
lleguen a decir que la crucifixión de jesús fue directamente una acción de segUImIento practICO de jesucnsto confiando en la fuerza del Espíritu
Dios, no sólo permitida, sino querida e iniciada por él; que fue incluso un Santo de Dios. Este Espíritu que actúa también en el diálogo con los her-
evento borrador de pecados? Werner Vogler, de Leipzig, ha examinado manos y hermanas judíos y musulmanes, obra donde quiere y nos guia-
críticamente esta segunda serie de aseveraciones del Nuevo Testamento y rá adonde él desee.
llega a la conclusión de que la crucifixión de jesús es «sólo una acción de A decir verdad, hay que preguntarse si la autocrítica cristiana hecha a
hombres. Sin embargo, la Pascua permite atisbar que también en la pa- la luz del judaísmo no tiene también un reverso que es preciso iluminar
sión y muerte de jesús llevó adelante Dios su inmutable voluntad salví- con similar claridad. Si se impone una revisión de la cristología par-
fica»43. La primitiva comunidad cristiana habría pensado más o menos tiendo de jesús el judío, ¿no es cierto que este mismo judío llamado
de la siguiente manera: «Si la Pascua fue más que una corrección ulterior jesús desafía con su mensaje algunas concepciones judías tradicionales y
de la ejecución del Hijo de Dios no impedida por Dios, entonces la que los judíos deberían afrontar el reto? Ofreceremos unos pocos apun-
muerte de jesús no pudo ser una catástrofe, sino que debió estar en tes al respecto, sin separar por completo teología y política.
consonancia con la voluntad salvífica de Dios. Por consiguiente, la cru-
cifixión de jesús no fue un acto arbitrario de los hombres contrario a
Dios, sino que este evento aparentemente enigmático fue acorde con la
voluntad de Dios»44. Pero Vogler indica también que los equívocos de los
correspondientes pasajes neotestamentarios son «muy antiguos» y que
por consiguiente, la Iglesia tendrá que «separarse de un trozo de la his~
toria de su espiritualidad» (por ejemplo, en algunas canciones litúrgicas).
Habría que llevar a cabo una «depuración profunda»45.
Esa necesaria «depuración profunda» debería practicarse especial-
mente en la doctrina de la satisfacción sostenida por Anselmo de Can-
terbury. Realmente, hay que hablar aquí de un dudoso «drama me-
tahistórico de Cristo». Sólo es posible entender esta doctrina «feudal» de
la redención desde el trasfondo de una ciencia jurídica que floreció en la
primera parte de la Edad Media y en la que pareció útil demostrar ra-
cionalmente -mediante un procedimiento proba torio de gran alcance y

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371
1. ¿DISPUESTOS A PERDONAR?

VII. ¿AUTOCRITICA JUDIA A L~ LUZ DEL SERMON poder del Estado ni el orden jurídict, la policía y el ejército, pero los rela-
DE LA MONTANA? ftiviza de raíz, asignándoles como rrleta la conversión de los «corazones».
1. ¿Dispuestos a perdonar?
Soy plenamente consciente del riesgo que supone presentar como espejo
para los judíos el Sermón de la Montaña aunque éste no contenga un El perdón de las culpas no es algo «natural», evidente, entre los hombres.
mensaje de amenaza, sino la Buena Nueva. Tanto cristianos como no En relación con el holocausto me he mostrado contrario a eternizar la
cristianos han testificado esto; jacobinos de la Revolución francesa y culpa y favorable a perdonar (no a olvidar), pues sólo así se puede llegar
socialistas del cuño de la Revolución rusa (K. Kautsky), moralistas de a una reconciliación entre israelíes y alemanes, entre judíos y cristianos.
todo tipo entre los que cabe destacar a figuras tan relevantes como Leo Mas siempre que he hablado en privado o en público contra el olvido,
Tolstoi, Albert Schweitzer y Mahatma Gandhi. Pero hay que señalar pero a favor del perdón de la monstruosa culpa, la audiencia judía me ha
inmediatamente las innumerables ocasiones en que los cristianos mismos dado principalmente dos respuestas:
han traicionado durante la historia el Sermón de la Montaña; y no en úl- -El que cree en Dios dice: perdonar no es cosa nuestra, sino de
timo lugar en lo tocante a su comportamiento con los judíos ... Dios. Sólo él puede perdonar una culpa, especialmente una como ésta.
Bien es cierto que este mensaje nunca fue refutado a pesar de una -El que no cree en Dios objeta: sólo las víctimas mismas, no los
monstruosa historia de abusos. Al contrario, el asunto mismo se de- vivos, pueden perdonar la culpa. Puesto que las víctimas no se encuen-
mostró tanto más urgente; el asunto del judío de Nazaret tal como fue tran ya entre los vivos, los culpables deben vivir con la culpa.
asumido por los judíos que fueron sus primeros discípulos. No es nece- En ambos casos se llega a la misma conclusión: nada de perdón entre
sario que entremos aquí en los problemas de crítica literaria o textual. hombre y hombre, entre pueblo y pueblo. ¡Que cada uno cargue eterna-
Toda la exégesis está de acuerdo hoy en que Jesús de Nazaret no se mente con su culpa! De ese modo, nunca terminará la culpa que los ale-
sentó realmente en un «Monte» para «predicar» literalmente tal como el manes contrajeron con los judíos; ni en esta generación ni en la siguien-
evangelista Mateo nos hace creer. El pasaje paralelo del evangelio de te. Con una argumentación exactamente igual quiso exigir el ministro
Lucas no habla de un <<Sermón de la Montaña», sino de un «Sermón del presidente Menajem Beguin que los alemanes apoyaran de forma in-
Llano». En estos textos recogidos y redactados por Mateo y Lucas se condicional al Estado de Israel. ¿Qué se debe responder a eso?
. trata de dichos breves y de grupos de sentencias tomados de la fuente de -La afirmación de que sólo los muertos pueden perdonar no resulta
los Logia, conocida como Fuente Q, y en los que la predicación del Na- convincente en labios de quienes desean a toda costa conservar la factu-
zareno adquiere un perfil específico, un perfil que no se ¿ifumina por el ra de la culpa para la «segunda», «tercera» y enésima generación, pues'
hecho de que podamos hacer referencia hoya numerosos paralelos entre los supervivientes del holocausto y sus descendientes aceptan gustosos
, determinadas frases del Sermón de la Montaña y de la Biblia hebrea o de ---como representantes de las víctimas-la confesión de culpa y la repa-
la literatura rabínica. Precisamente así resplandece con toda claridad lo ración material. ¿Por qué no pueden perdonar también de forma vicaria,
singular del mensaje de Jesús. Estas frases no son esporádicas en él, sino como, por ejemplo, los hijos pueden perdonar las ofensas a sus progeni-
que se encuentran compactadas; diríamos, personificadas, pues su doc- tores difuntos, a fin de que haya paz entre las familias?
trina está respaldada por su vida, por su conducta, por todo su destino. -Lo de que sólo Dios puede perdonar la culpa contradice a la tradi-
La pregunta que me asalta en este context() es la siguiente: si se ha uti- ción judía. Es cierto que la Biblia hebrea rara vez exige el perdón de
lizado constantemente, de forma autocrítica, el Sermón de la Montaña hombre a hombre, pero esa exigencia está testimoniada en algunos pa-
frente a la propia comunidad de fe, ¿no será lícit() traer a colación este sajes en el Talmud!. En el libro de Ben Sira o Eclesiástico (obra del siglo
mensaje tan característico del judío Jesús para que se mire en él su propio 11 a.C. y transmitida a nosotros sólo en su traducción griega, por lo que
pueblo, sin que los cristianos pequemos por ello de autojustificación y de no entró a formar parte del canon hebreo, luego tampoco del protestan-
arrogancia? Si la comunidad de fe de los cristianos tiene que estar dis- te) leemos: «Piensa en el fin y cesa en tu enojo ... Recuerda ... la alianza del
puesta a que se le mida de forma crítica por su disposición a perdonar y a Señor, y perdona la culpa»2.
renunciar a tener derecho y al poder, desafíos de los que habla el Sermón Pero ¡cuidado! ¿Cuántas veces no se han perdonado recíprocamente
de la Montaña, ¿sería oportuno silenciar esto frente al pueblo de los judíos los cristianos ni han perdonado la culpa a otros? ¿Cuántas veces, durante
o respecto a cualquier otro pueblo? Doy por sabido que en el Sermón de la los siglos, no se ha llamado a la venganza, no al perdón, entre «naciones
Montaña no se trata de un mensaje puramente privado para las relaciones l:ristianas», lo que condujo por necesidad al endurecimiento de los co-
personales y familiares, sino de un mensaje con implicaciones políticas. No razones de los pueblos, a un odio creciente y a nuevas guerras? Buen
hace que sean superfluos un orden social y Ulla cOllstitución nacional, el ejemplo de esto es la irreconciliable «enemistad hereditaria» que ali-

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8,VII, ¿AUTOCRITICA lUDIA A LA LUZ DEL SERMON DE LA MONTAÑA?
1, ¿DISPUESTOS A PERDONAR?

¡ mentó ~urante siglos el afán recíproco de «revancha» entre Francia y


Alemama; con el resultado de tres grandes guerras y con muchísimos más
muertos que los seis millones de judíos muertos 3 •
mente entre franceses y alemanes. Hasta qué punto el perdón recíproco
tenía una base religiosa lo pusieron de manifiesto de Gaulle y Adenauer
con la emotiva celebración de la reconciliación en la catedral de Reims
, Pregunto: en esta situación, ¿no podría ser un desafío para judíos y cris-
tianos precisamente el mensaje de Jesús? Porque en Jesús no es marginal, donde se coronaba a los reyes franceses. '
sino central la exigencia: ¡No hay reconciliación con Dios sin reconciliación Indudablemente, eso respondía al espíritu cristiano, pero ¿debía ser
con el hermano! El perdón divino está ligado al perdón recíproco de los por ello contrario a lo judío? El hecho de que un rabino y antiguo dipu-
hombres. Por eso, en el «Padre Nuestro», después de pedir que venga el tado de la Kneset como Meir Kahane proclamara la «venganza» como
reino de Dios y que se haga su voluntad, decimos: «Perdona nuestras un «concepto típicamente judío» no sólo le convirtió en héroe para al-
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofendell»4. El gunos extremistas del Estado judío, sino también en la víctima de un
hombre no puede recibir el gran perdón de Dios y negar por su parte el pe- atent~do. ¿Qué. ~ecir del ta~ citado «ojo por ojo, diente por diente»,
queño perdón a sus semejantes; debe transmitir el perdón. Ése es el sentido practIcado tamblen con exceSIva frecuencia en la política «cristiana»? Los
de la parábola del rey magnánimo que perdona a su ministro una suma in- expertos saben que esta frase de la Biblia fue concebida originariamente
e?te de deudas. Jesús condena con una virulencia inusual el comporta- no en el sentido de una venganza máxima, sino en el sentido de la limi-
mIento del ministro porque éste, después de habérsele liberado de una tación del daño; lLo más que «un» ojo, no más que «un» diente.
deuda enorme, manda encarcelar a uno que le adeuda una pequeña sumas. No, se corresponde más prOIunáall.ente con la espmtualiaaa judía lo
, En este mensaje, sigue resultando provocador el hecho de que Jesús que expresan las palabras de un salmo y lo que luego también los cris-
abogue por una disposición ilimitada al perdón; no siete veces, sino se- tIanos aprendieron de los judíos: «Desde lo hondo a tí grito, Señor ... Si
tenta veces siete; siempre, sin fin 6 • A todos, sin excepción. En sus labios llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? El perdón es
de Crucificado se pondrá, en la última hora, una palabra de perdón: cosa tuya»9. Sí, ¿quién podría resistir: los alemanes o los suizos, los nor-
«¡Padre, perdónales porque no saben lo que hacen!» 7. En este contexto, teamericanos o los israelíes ... ?
8
i parece característica de Jesús su negativa a juzgar : el otro no está so-
«Pero el perdón es cosa tuya»: no hay que llevar cuenta de nuestra
metido a mi juicio; en último término, todos están bajo el juicio de culpa, s~~o que debe ser «pe,rdonada». y este perdón, este disculpar, esta
Dios. esús no dice ue sólo Di sino ue sólo Dios compaSlOn, regalada por DIOS a los hombres -ésta es una exigencia de
uede juz aro Pero os hombres tienen que perdonarse unos a otros. Jesús- debe ser transmitida por los hombres: «¿No era tu deber tener
UlZas algún judío objete que este talante ético es poco realista y también cO,mpasió.n d~ tu. compañero como yo la tuve de ti? », responde
exagerado. ¿De veras? Aquí, hay que salir al paso de un malentendido. el re~ al ~I?-ISt.ro mmlse~1Cordel0. A d~cir verd~d, no se puede exigir el
La exigencia de perdón predicada por Jesús no debe ser interpretada en perdo?J m sIquH;ra despues de pagar mIles de mIllones en concepto de re-
c~a~e jurídica. No se proclama con ella una nueva ley basada en el prin- paraclOn. Lo mas, que se puede hacer es suplicar el perdón. El perdón es
CIpIO de que hay que perdonar 77 veces, pero no 78. De la exigencia for- un regalo, es graCIa. Desde ese trasfondo es posible entender mi pregun-
mulada por Jesús no se puede hacer una ley estat~l. Por consiguiente, no ta: ¿no merecería la pena que alemanes e israelíes cristianos y¡'udíos re-
'
fl eXIOnaran "
en una perspectiva teológico-político-histórica pncisamente
se deslegitiman los tribunales de los hombres. Pero la exigencia de Jesús
es una llamada moral a la magnanimidad y generosidad del hombre, del sobre el perdón, sin olvidar, encubrir, reprimir, disculpar y justificar
individuo --en ciertas circunstancias, también a los representantes de los todo, y.embarcarse en un diálogo libre, abierto, comprensivo, como
Estados- para que deje a un lado la ley en una situaCión concreta: para base sohda para una colaboración constructiva?
que perdone una y mil veces.
. A e~te respecto, per~ítasenos una reflexión que se refiere al presente
Europa, probada por el sufrimiento, tuvo la suerte de que salieran de mmedlato, pero tamblen al futuro. Está a punto de cumplirse el cin-
la catástrofe hombres de Estado de la talla de un Charles de Gaulle, Kon- cuentenario del holocausto y precisamente ahora se van a crearen los Es-
rad Adenauer, Maurice Schumann, Jean Monnet, Alcide de Gasperi y tados Unidos de América, junto a los muchos y pequeños monumentos
a
otros que no se limitaron a organizar la Bruxelles, tecnocráticamente, co?m~morativos del holocausto (por ejemplo, en 1990 se levantó en
a Europa, sino que quisieron cambiarla y conferirle una nueva inspira- Mlaml Beach el «Brazo de los Seis Millones», de 20 metros de altura
ción partiendo de impulsos religioso-ética-políticos. Consiguieron poner hecho de bronce, con un costo de 3 millones de dólares), tres nuevos mu~
las bases para un nuevo comienzo e introducir un entendimiento autén- seos del holocausto en lugares céntricos, sobre suelo público ngalado en
tico que enterró las viejas enemistades y ha hecho que hoy parezca ab- Washington, N.ueva York y Los Ángeles, con un costo que supera en cada
solutamente impensable una guerra entre pueblos europeos, especial- caso los 100 mIllones de dólares. Se comprende que la generación del ho-
locausto, que va desapareciendo paulatinamente, quiera mantener vivo el

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B.VII. ¿AUTOCRITICA JUDIA A LA LUZ DEL SERMON DE LA MONTAÑA?
2. ¿RENUNCIA AL DERECHO Y AL PODER?

recuerdo del holocausto; se entiende incluso que el holocausto ofrezca a convencido de que eso puede «suceder también entre hombres, incluso en
muchos judíos americanos de nuestros días mayor motivo de identifica- el ámbito de la reconciliación»l1. «Quise ir a Alemania para encontrar el
ción que la fe en el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Indudable- comienzo de un viaje interior hacia la reconciliación. Ésta habita en el fu-
mente, la lucha contra el olvido del holocausto es más que legítima. turo, pues yo no puedo determinar el camino interior de los alemanes ni
Con todo incluso bastantes judíos americanos se preguntan por qué de Alemania» 12.
se crean esos' museos del holocausto precisamente en Norteamérica y por Pero también hay en el mundo innumerables judíos que viven y prac-
qué precisamente ahora. ¿Un alibi para p~opias ?misiones? ¿UI?-a ~c­ tican activamente la reconciliación no sólo entre judíos y cristianos, sino
ción política de largo alcance? Pero ¿por que se resIsten bastantes ¡udlOS entre judíos y alemanes. Mencionaré a uno como botón de muestra, al
a que, junto a los seis millones de judíos, se recuerden también los cinco ónsul general Franz Lucas (Londres), hijo del famoso rabino alemán Dr.
millones de muertos pertenecientes a otras etnias (eslavos, gitanos, etc.)? eopold Lucas, asesinado en Theresienstadt, y que ha fundado en la
¿Por qué protestaron precisamente el embajador israelí y otros judíos de universidad de Tubinga un premio para la reconciliación entre los pue-
que se celebrara el 24 de abril de 1990 en USA el aniversario de los casi blos. Está dotado con 50.000 marcos y se concede anualmente a perso-
dos millones de armenios (cristianos) que fueron asesinados de forma najes eminentes en las ciencias humanas 13 • En el ámbito ae la reconcilia-
brutal e inmisericorde por los turcos en 1915? ¿Acaso la monopolización ción concreta se podría hablar también de otro punto neurálgico que no
del sufrimiento no lleva fácilmente a pasar por alto los padecimientos in- podemos obviar aquí.
fligidos a otros? ¿Qué se diría si los 600.000 musulmanes que viven en
Nueva York quisieran exigir que se creara sobre suelo público un museo 2. ¿Renuncia al derecho y al poder?
dedicado a los palestinos expulsados de Palestina, a la política de ocu-
pación israelí y a las más de mil víctimas de la intifada? Ya hemos hablado de los problemas relacionados con la (reación del Es-
No me compete emitir un juicio al respecto, pero sí quiero manifestar tado de Israel y sobre la disputa de dos pueblos por la misma tierra. Re-
'abiertamente que --en lugar de restaurar de modo artificial y ostentoso el sulta difícil renunciar al derecho y al poder; además, no es «natural».
recuerdo de la mostruosa abominación- se habría prestado un mejor ser- Cuando he hablado a los judíos sobre una posible renuncia a determi-
vicio al necesario recuerdo del holocausto, una honra más acorde con las nadas posiciones políticas (por ejemplo, en Jerusalén) o territorios (sobre
víctimas del holocausto y una contibución más eficaz a la lucha contra el todo, la zona oeste del Jordán) se me ha respondido muylrecuentemen-
antisemitismo construyendo templos de la paz y de la reconciliación te: Tenemos derecho a todo esto; no podemos renunciara ello. Por fin,
-para recordar, orar juntos y dialogar- en los que la retrospectiva al pa- tenemos también el poder para hacer valer nuestro deredo. ¿Territorios
sado de muerte se uniera con la prospectiva a un nuevo comienzo vivo. por paz? ¡Al contrario! Ampliaremos nuestro poder, como lo hemos
n Tempel of Understanding (tal es el nombre de una organización for- hecho hasta ahora, pues nos pertenece todo el país. Sólo habrá paz si se
mada por judíos, cristianos, musulmanes y otras religiones para el enten- respeta este derecho nuestro; nunca, luchando contra él.
dimiento religioso); en sentido literal, un templo para entenderse, como, Pero hay que andar con cuidado en este terreno. ¿Cuantas veces han
or ejemplo, la famosa capilla ecuménica erigida en HoustonfTexas, fun- actuado algunos cristianos contra los derechos de otros? ¡No han opri-
dada por la cristiana Dominique de Menil y decorada por el pintor judío mido y explotado a otros en numerosas ocasiones? Todavía en las últi-
Mark Rothko con monumentales composiciones místicas en negro y gris. mas décadas, hubo «naciones cristianas» como Alemama (que lleva
Existen ejemplos de una. reconciliación activa. Uno conmovedor ofre- sobre su conciencia la muerte de seis millones de polacos) y Polonia
ce el director del «Leo-Baeck-Institut» de Londres, el rabino Albert H. (más de siete millones de alemanes fueron expulsados de territorios del
Friedlander, alemán de nacimiento, que decidió en 1988 --casi a los cin- actual ámbito polaco habitados por ellos durante siglos ll) que .hicie~on
cuenta años de haber salido de Alemania- realizar una larga estancia de valer durante mucho tiempo sus derechos a los mismos terntonos (SIle-
estudio no en Jerusalén, sino -para disgusto de su comunidad londi- sia, Brandeburgo oriental, Pomerania, parte sur de la Prusia~riental). En
nense- en Alemania, donde actuó como eminente profesor invitado, Alemania se llamó despectivamente «políticos de la remUCla» a todos
como orador y como interlocutor. No, él no ~abía olvidado nada (ni si- aquellos que no estaban de acuerdo con una determinada .política de re-
:quiera a aquellos policías de frontera suizos que detuvieron en 1940 al fugiados». . .. ..
tío de su esposa cuando huía de los nazis y, después de atenderle bien, le . También aquí, el mensaje del judío Jesús de Nazaret s~gruf¡ca un SI!ll.I-
devolvieron al otro lado de la frontera para que encontrara el final en lar desafío para judíos y cristianos, porque Jesús no se lllJ1ltab~ a eXIgIr
Auschwitz). ¿Por qué, pues, deseaba volver a Alemania? No para olvidar, con la Biblia hebrea la renuncia a lo negativo, al mal de pensamIento, pa-
pero sí para buscar la reconciliación; para divisar «una franja b}anca en labra y obra. No, Jesús exigía además la renuncia a lo positivo, al derec?-o
el horizonte» en la lenta aurora después de una noche oscura. El estaba y al poder. No sólo cuando uno es obligado por otros aesa renunCIa,

376 377
B.VII. ¿AUTO CRITICA JUDIA A LA LUZ DEL SERMON DE LA MONTAÑA?
2. ¿RENUNCIA AL DERECHO Y AL PODER?

sino en determinadas situaciones, de forma libre y espontánea. Lo pro-

~
entalidad y sin el apoyo de las Iglesias habría sido imposible -a causa
voc;dor de ese mensaje consiste en que jesús aboga por un.a r~~uncia vo- de los doce millones de alemanes desplazados 18- que el Gobierno
luntaria sin contraprestaciones. En concreto, esto puede slgmfICar: Brandt-Scheel (1970/1971) suscribiera el acuerdo germano-sovié~ico y el
-Renuncia a derechos en beneficio de otros: caminar dos millas con germano-polaco, obra contractual que en principio regulaba haCia fuera
el que me ha obligado a recorrer una con él 15 • a «cuestión alemana» (frontera Oder-Neisse), de forma que también el
-Renuncia al poder en detrimento propio: dar también la capa al que ~obierno Kohl-Genscher confirmó este statu quo después de la reunifi-
quiere quitarme la túnica 16 • . . .• .. cación lograda en 1989.
-Renuncia a responder con vIOlenCIa a la vIOlenCIa: poner la mejIlla
izquierda al que me abofetea en la mejilla derec~,a17. . , ., Dicho de otra manera: en esta situación histórica concreta no venció el
Algún judío objetará, aún más que et;! con.exIOn con la dlSposlcIOn a 'afán de represalia, no se hicieron valer los derechos existentes ni se echó
perdonar, que esa ética de la renuncia es Ir~eahsta, que plantea.al ~ombre mano del poder, sino que se Ilegó -tras un duro toma ydaca- a la re-
unas exigencias sobrehumanas; que precisamente eIl<?s, los ludIOs, ~u­ nuncia a ejercer el derecho y la fuerza. Como sucedió en la «cuestión ale-
vieron que pagar caro durante la época nazi su renuncia a casI todo tipO mana», ¿será posible encontrar una solución a la «cuestión palestina»
de resistencia. Con todo, hay que insistir aquí aún más que antes en que -que también tiene en vilo al mundo desde la Segunda Guerra Mun-
no se deben malinterpretar las exigencias de jesús c~mo le~es absolutas dial- sin que haya una renuncia a los derechos (quizás por ambas par-
que se deben observar al pie de la letra. EIlas son y siguen Siendo Ilama- tes)? De labios de los políticos israelíes del dominante bloque Likud
miento s éticos. jesús no opina que no sea lícito replicar cuando abofete- apenas si se ha oído durante los últimos años otra p~labra que. «repre-
an a uno en la mejílla izquierda, pero sí cuando uno recibe un golpe en el salia»: retaliation, retaliatory measures, retaliatory strtkcs, es deCir, «me-
estómago. En el Sermón de la Montaña no se trata de parágra~o.s legales didas de represalia» y «golpes de represalia», en lo ~ue se engloban
r
que regulan con toda precisión lo que está mandado p.r?hlbldo. P.or todas las medidas posibles, desde el cierre de escuelas hasta destrucción
otro lado, renuncia a responder a la violencia tampoco slgmfIca renunciar de casas y ataques aéreos. Tendremos que volver a hablar de todo esto.
de antemano a toda resistencia. jesús mismo, libre siempre de miedo, no En la guerra del Golfo, sólo la influencia de USA fue ca}Ja~ de impedir el
ofreció en el juicio la otra mejilla cuando le go~pearon e? una, sin~ 9ue se contragolpe inmediato de los políticos y militares exces~vamente pro-
reveló. Por consiguiente, no hay que conf~ndlr renuncia con d~~lhdad. pensos a la represalia cuando, por suerte, unos pocos mtsll~s Scud caye-
Las exigencias de jesús no son prestaciones morales o ascetIC~s que ron sobre Tel Aviv. La mayoría de las «medidas de represaha» planeadas
tengan un sentido en sí mismas. T.ambién ~q~í se trata ~ás bien de y ejecutadas iban mucho más allá de la «ley del Talión» permitid~ por la
ejemplos provocadores y de llamamientos drastlcos a cumpl~r de forma Biblia hebrea que, con el «ojo por ojo», permite sólo -como vlmos-
radical la voluntad de Dios buscando en cada caso el benefICIO de los se- una «represalia» proporcionada, pero no una reacción exagerada.
mejantes. Por consiguiente,' toda renuncia no es más que la cara negativa Señalemos a este respecto un ejemplo muy ilustrativo que provocó una
de una nueva praxis positiva de paz. . . . controversia en Alemania. Con motivo de la concesión ~el premio Hein-
Precisamente la «Cuestión alemana» sirve para Ilustrar la efIcaCia rich Heine de la ciudad de Düsseldorf a Marion Gdifin Donhoff, editora
política concreta que puede tener una actitud básica de t~les caracerÍsti- de la revista Die Zeit, ésta había osado hacer referencia aUlla «doble me-
caso Las relaciones entre la República Federal de Alemama y los Estados dida»: la reacción excesiva de Israel a la muerte de uno de sus soldados y
orientales estuvieron bloqueadas durante décadas, sobre todo por el la indiferencia ante los fusilamientos semanales de palestinos: «Recien-
desplazamiento del territorio polaco hacia el oeste-impuesto por Sta- temente fueron fusilados el mismo día una niña de dos años y un niño de
lin- y por la negativa de Alemania a reconocer las nuevas fronteras. Al quince sin que se produjera un levantamiento ni tan siquiera una censu-
final del concilio Vaticano 11 (1965), los obispos polacos declararon a sus ra moral de los amigos de Israel. Pero, cuando en la milma semana, fue
colegas alemanes: «Nosotros perdonamos y pedimos perdó~» .. Pero, en el asesinado un soldado israelí, la represalia convirtió en cenizas 114 casas
, bando alemán, las posiciones rígidas no entraron en mOVimiento hasta de una aldea, fueron deportados 800 hombres y se ainamitaron los
¡ que la Iglesia evangélica de Alemania publicó aquel memorandum en el
pozos de los campesinos»19. El presidente del Consejo Central de los Ju-
'que aludía a la necesidad de la reconcili.a~ió.~ ta~bién entre alemanes .Y díos de Alemania, Heinz Galinski, opinó a continuacion que se sentía
¡polacos. Pero era impensable tal reconCIhaclOn Slll renunciar a determi- obligado a expresar públicamente a la oradora la «e1tr~ñeza por tal
nados territorios. falta de sensibilidad». La censurada respondió de inIlled¡ato: «No sé
Mediante aquel escrito, nacido. del esp~r~tu de renun~i~ ~l dere~~o y al quién demuestra mayor falta de sensibilidad, si los que hacen la gu~rra
poder, se creó en Alemania un chma espl~ltual que fac~hta tamble~ una
Ipolítica concreta en el plano de los Gobiernos, pues Slll ese cambIO de
con ametralladoras contra niños que lanzan piedras o los que escnben
obre ello. No se demuestra la sensibilidad echando un tupido velo de si-

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S.VII. ¿AUTOCRITICA JUDIA A LA LUZ DEL SERMON DE LA MONTAÑA?

~
encio sobre los crímenes contra la humanidad. No es difícil imaginar la C. LA SUPERACION DE LA MODERNIDAD
situación fatal en la que se encuentran los israelíes, pero mientras éstos
confíen exclusivamente en las armas y rechacen las negociaciones que
puedan conducir a una garantía de las grandes potencias, aumentará sin
esar la espiral de la violencia».
Tendremos que volver a hablar sobre si es posible detener la espiral de
violencia y resolver la espinosa cuestión palestina si no se está dispuesto
a renunciar al ejercicio de la fuerza y a algunos derechos a fin de servir a
la paz y a los derechos humanos en una situación histórica especial.
¿No será imprescindible una política alternativa para lograr una solución
pacífica? ¿Es imposible encontrar también en Israel políticos de la talla de A finales del siglo XIX era ya claro que los judíos habían reaccionado de
un Vaclav Havel, el presidente de Checoslovaquia, que, sin disculpar los maneras muy diferentes ante la irrupción de la modernidad en su mundo.
crímenes que los nazis cometieron en su patria durante la guerra, pidió / De ahí que nunca existiera un «judaísmo mundia!» unitario ni menos
perdón en nombre de su país por los tres millones de alemanes que fue- aún una «conjura del judaísmo mundial», como supusieron muchos, ofus-
ron expulsados de Checoslovaquia después de la guerra, y lucha deno-
dadamente contra el espíritu de venganza, contra el odio y el temor en
ambos bandos?
Sí, ha llegado el momento de que nos centremos de nuevo en la pro-
¡ cados por su odio a los judíos, hasta Adolf Hitler. Nada más equivocado
que considerar -entonces y ahora- al judaísmo como un bloque unitario
y pasar por alto su pluralidad: la pluralidad de corrientes, de agrupaciones,
de partidos, que se contradicen de forma violetlta en bastantes ocasiones.
blemática interna del judaísmo. Tras haber presentado el perfil de los pa-

l
En una formulación más amplia y objetiva, diríamos que no se debe des-
radigmas del pasado y de habernos centrado en los desafíos del presente, conocer la pluralidad de paradigmas rivales incluso en el judaísmo actual.
surge ahora la pregunta: ¿Dónde se encuentra el judaísmo hoy, en el um- Por eso afirmamos al finalizar la primera parte de este libro que --como se
bral del tercer milenio? Ésa es la pregunta directriz de este libro. Podemos ha podido demostrar respecto del cristianismo y del islam- paradigmas
traducirla en palabras más precisas: ¿Cómo se puede superar la actual tradicionales más o menos transformados perviven también en el judaísmo
crisis de identidad de la modernidad? ¿Qué opciones fundamentales re- de nuestros días. Como ya vimos, a principios del siglo xx nacieron en los
ligiosas debe seguir el judaísmo? ¿Puede servir de ayuda no sólo para los (
Estados Unidos tres «confesiones» judías con su respectiva praxis legal, or-
cristianos sino también para los judíos -en cuestiones decisivas- una ganización, centros de formación y sinagogas; y cada una de ellas sigue su
reflexión sobre el origen judío del cristianismo? Este capítulo pretende 1 propio camino: «ortodoxa»-«conservadora»-«reformadora»l. ¿C~mo se
abrirnos el camino que va de la modernidad a la posmodernidad, a la han desarrollado esas corrientes, y qué futuro les aguarda?
que pertenece el futuro.

1. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD

Después de la Segunda Guerra Mundial y de la proclamación del Estado


de Israel, en los judíos de todo el mundo y especialmente en los de los Es-
tados Unidos han influido de forma determinante varios factores que han
estabilizado la situación del judaísmo, sobre todo en América. Mientras
que 3,3 millones de judíos viven hoy en el Estado de Israel, 5,7 millones
moran en los Estados Unidos. Una vez que hemos hablado de las diversas
'aliyot (inmigraciones) y de la creación del Estado de Israel, ahora debe-
\ mos dirigir nuestra mirada principalmente a América, donde se e]]cuen-
tea no sólo la más numerosa comunidad de la diáspora, sino tamlién la
más activa de toda la historia judía.

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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD 2. TEMORES POR LA CONTINUIDAD Y LA IDENTIDAD

1. Crisis y renovación Cuarto: Al comienzo de los años noventa, el judaísmo ha encontrado


definitivamente su sitio en la sociedad americana: «America is ours; we be-
Primero: el creciente bienestar social e influencia política durante la Se- long to it» (<<América es nuestra; somos parte de ella») es la frase citada
gunda Guerra Mundial, pero más aún después de ella, hicieron que los con frecuencia por una minoría que había experimen~ado muchas veces, el
judíos de América, a pesar de sus diversas agrupaciones discordantes, lle-
garan a constituir una comunidad de una homogeneidad social mucho
r
desprecio y la marginación, que goza ahora de un blenest~r de una m-
fluencia mayores que nunca y tiene acceso a círculos eCOn?mICOS que ha-
más fuerte que en tiempos anteriores (middle class) y que fuera difumi- bían estado cerrados antes para ella. El judaísmo maniilesta y subraya
nándose la diferencia entre los judíos de ascendencia alemana y los ori- ahora con toda naturalidad su diversidad en el sector cultural: literatura,
ginarios de Europa del Este. El socialismo había retrocedido como con- teatro, cine, televisión, arte y música. Persigue de la forma má~ i~sistente
secuencia del New Deal del presidente Roosevelt y quedó absorbido en el -en el plano local, regional, nacional ,e in~ernacional-:- sUS obJetIVOs po-
partido demócrata. En los años inmediatos a la Segunda Guerra Mun- líticos sirviéndose de numerosas orgamzacIones y pubhcaclOnes. No duda
dial, la catástrofe de la so'á pasó a un segundo plano en la conciencia de en tomar medidas para influir en la opinión pública o utilizar los lobbies
los judíos americanos. cuando, por ejemplo, están en juego intereses vitales del Estado de Isr~el.
Segundo: se hizo patente una renovación religiosa en los años cin- Una autovaloración judía optimista podría ser, pues, el talante báSICO
cuenta y sesenta. En muchos judíos que no viven ya en un barrio judío, predominante en las últimas décadas del segu~do milenio, t~l ,como lo
sino que -tras el movimiento de la población a los suburbios- se en- expresa Charles E. Silb~rman en su ob~a narratIva d~ ~ucho eXIto sobre
cuentran a veces aislados en un entorno cristiano, hay que atribuirla en los judíos americanos tItulada A Certam People4 • QUlzas no sea casual la
buena medida a una mayor necesidad de patria socio-religiosa y a la co- reedición (1979) del estudio sobre el American ]ew publIcado por A. J.
rrespondiente educación de los hijos. La jewishness retrocede ahora en Feldman en 1937 y que t~ina con la siguiente caracterizaci~n: «¿El
favor del judaism. Eso significa que los judíos se definen en primera judío americano? Es el judío en América, que, no obs~ante el on~en ge-
línea por su religión y no sólo por una cultura secular y un sentimiento ográfico de sus antepasados, asume su lugar en la SOCIedad amencana y
seminacional. En todas las ciudades norteamericanas se construyen nue- lo ocupa con dignidad, peso y autoconsideración, viviendo de forma
vas sinagogas, se participa de forma mucho más activa en la vida de la honorable y provechosa como judío y como americano. ]s un in.dividuo
comunidad, se estructura el sistema escolar religioso con su correspon- apasionadamente patriótico, enamorado del progreso, sobresalIente en
diente clase de religión; incluso crece el interés por la literatura y teología sus prestaciones, noble~ente agresiv?, creativo ,en el ,Plano c~ltural, de
judías. El judaísmo llegó a convertirse en la tercera comunidad religiosa talante social y progreSIsta: una ampha personaltdad, emlquecIda con lo
americana (religious community), junto al protestantismo y al catolicis- mejor de las empresas creativas que surgieron durante lossiglos y con los
mo. Protestant-Catholic-]ew se tituló el famoso libro de Will Herberg (n. tanteos espirituales del judaísmo mundial, que ha echa Jo raíces en un
1906 en Nueva York)2, cuyo historial no deja de ser sumamente sinto- suelo abonado y bendito; eso es el judío americano»5. Sillduda, este op-
mático: de miembro de la «Young Communist League» y editor de las timismo ha menguado durante los años ochenta a causade dos hechos
publicaciones del partido comunista en los años treinta pasa a ser escri- que suscitan en bastantes judíos americanos temores acerca de la conti-
tor y teólogo judío en los años cuarenta y cincuenta3 • nuidad e identidad del judaísmo en América.
Tercero: La Guerra de los Seis Días de Israel en 1967, tuvo graves
consecuencias políticas y psicológicas. De pronto, se vio con claridad me- 2. Temores por la continuidad y la identidad
ridiana que el Estado de Israel se encontraba al borde del abismo y que
era posible un nuevo holocausto. La euforia que los judíos habían senti- En numerosas publicaciones judías y en muchos foros de los años ochen-
do hasta ese instante cedió el paso al desencanto, Ganaba terreno la re- ta se discutió una y otra vez sobre dos manojos de cuestiones que en-
novada sensación de haber sido abandonados (por el Gobierno nortea- sombrecen el futuro del judaísmo americano, que ha teniao tanto éxito
mericano, por la opinión pública, por las Iglesias y asociaciones en esos días.
cristianas). Esto hizo que judíos antisionistas en años anteriores se iden-
tificaran ahora con el Estado de Israel. Y St producen colectas de dinero a) El temor por la continuidad. Aunque también se ha estudiado ese
de magnitud desconocida hasta entonces. Incluso se proiundiza el senti- tema, sin embargo no se pretende decir con esto que, con la creciente in-
do de la identidad judía y se hace más intensa la ])articipación en la suer- tegración de los judíos en la sociedad americana, haya cre,iao también su
te judía común. El judaísmo en su conjunto) no ntcesariamente el Estado participación en las adicciones de ésta: alcohol, drogas, Sida. " sino que se
de Israel (que desperdicia entonces la oportunidad de conseguir la paz), apunta más bien a la evolución demográfica y social general. Efectiva-
sale reforzado de la crisis. mente, da pie a la preocupación la creciente asimilación d(muchos judíos

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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD
3. SER JUDIO SIN RElIGION

al entorno no judío, pero también la disminución de la tasa de natalidad las prácticas religiosas. Sobre esta decisión básica que opta por no creer
judía, el creciente número de hogares compuestos por una sola persona, o, al menos, por no practicar tenemos que hablar brevemente antes de
pero, sobre todo, el fuerte y permanente aumento de los matrimonios mix- pasar a las diversas opciones básicas en materia de religión.
tos... calculado, entre ~n tercio ~ un cuarto: llamado out-marriage en el ju-
daIsmo ame~Icano" llld~pendI,entemente de que el partner no judío se 3. Ser judío sin religión
haya convertIdo al ¡udaIsmo (mtermarriage) o no (mixed-marriage).
~o necesito inmiscuirme en la discusión intrajudía sobre la interpre-
Como en el cristianismo hay muchos que no se sienten miembros de una
taclOn de los datos demográficos y los consiguientes pronósticos para el Iglesia (cristianos sin Iglesia), también son muchos los judíos que no se
futu~~6. Sí? ,es ~ier;o que ha alar~,ado a muchos judíos el hecho de que la
consideran pertenecientes a una Sinagoga (judíos sin Sinagoga). Los mo-
partIcIpaclOn ludIa en la poblaclOn total de los Estados Unidos que era tivos para esa no filiación son de naturaleza diversa.
del 3,7% en 1937, hubiera descendido en 1984/85 al 2,5% a pe;ar de los
-Pueden ser, en primer lugar, de tipo secular; más concretamente, de
numerosos judíos que habían inmigrado de la Unión Soviética Israel e
orden financiero-egoísta (¿Por qué aceptar sacrificios financieros para los
Irá? Pero a lo que podemos llamar amenaza demográfica p;ra el ju-
intereses de la Sinagoga? ¿Por qué el impuesto para la Iglesia?).
daIsmo se suma otra que afecta a la esencia mismo del judaísmo:
-Pueden ser, en segundo lugar, de naturaleza religiosa: porque uno
no puede identificarse con el comportamiento financiero, político, reli-
,bY El !emor por la id~ntidad: de,sde los años ochenta, se empareja
mas y m,as c~nJa prospen~ad matenal ur:a sorprendente y recíproca in- g.ios? de las Sinagogas (de las Iglesias y de sus representantes). Por con-
toleranCIa relIgIOsa de las dIVersas denommaciones judías que ha llevado SIgUIente, no hay que computar a los judíos (cristianos) no practicantes
a considerables polarizaciones y tensiones. Cada denominación culpa de entre los arreligiosos, ateos o agnósticos; ni siquiera a efectos de las es-
ello a las otras, pero ¿quién es el verdadero culpable? tadísticas religiosas.
-¿El judaísmo ortodoxo, tanto en USA como en Israel? De hecho -Pueden ser, en tercer lugar, de naturaleza auténticamente antirreli-
éste se resiste a reconocer la legitimidad de las sinagogas no ortodoxas l~ giosa: porque uno está por principio en contra de la religióJl(como «opio»,
que pone en tela de juicio la validez de todos los matrimonios, divor~ios «represión», «resentimiento», «regresión») o porque unono es capaz de
y conversiones realizados por rabinos conservadores o reformistas. asimilar la catástrofe del holocausto; al menos en el plano religioso.
-¿E~ j~daísmo conservad?~~ P~ra !]rar: escándalo de los ortodoxos y
Es indudable que muchos judíos típicamente modernos se han dis-
contravIlllendo toda la tradlClOn ludIa, mtrodujo en 1983 la ordena- tanciado por completo de la religión por razones biográficas. Hacerse
ción de rabinas. ateo, agnóstico o criptoagnóstico fue para tales judíos -ya en el siglo pa-
-¿El judaísmo reformador? No sólo ha reconocido la ordenación de sado- menos malo que seguir creyendo en Dios y hacerse cristiano,
mujeres, sino también la ascendencia judía por línea paterna: también los como los famosos Felix Mendelssohn-Bartholdy, HeinrichHeine o Ben-
hijos de madres no judías, pero sí de padres judíos, deben ser considera- jamin Disraeli. Así se explica por qué la Sinagoga de la~tres corrientes
dos, según eso, como judíos; algo que los ortodoxos y los conservadores (ortodoxa-conservadora-reformista) constituía antes de I<iSegunda Gue-
siguen rechazando de forma tajante. rra Mundial una minoría entre los judíos americanos; sólo entre un ter-
¿Quién tiene razón? Según todos los implicados, en esa cuestión está cio y un cuarto de la población judía se declaraba miemnfO de ella.
en juego nada más y nada menos que la identidad del judaísmo: ¿quién Después de la Segunda Guerra Mundial cambió esto, (omo ya hemos
es judío? ¿qué sinag,oga es auténticamente judía? Al mismo tiempo, se indicado. Con todo, todavía en 1947, el número de los a~istentes a la Si-
teme que estos conflIctos puedan llevar a un cisma casi irreparable en el nagoga era, en proporción, sensiblemente más bajo que (Ide los protes-
judaísmo. La gravedad de la situación se pone de manifiesto en el hecho tantes o católicos que iban a su Iglesia respectiva. TaJUbién hoy son
de que los dirigentes de las diversas denominaciones se reunieran en muchos (aunque no es posible dar cifras) los judíos que confiesan su con-
1986 en Princeton para celebrar una conferencia sobre la siguiente cues- dición de tales (jewishness), pero que rechazan la reli~ón judía (ju-
tión: «Will There Be One Jewish People by the Year 2000?» «<¿Existirá daism), la fe judía: seguidores de aquellos judíos seculari2ados (¡cuántos
un único pueblo judío en el año 2000?»). ¿Cómo se presenta el futuro? hubo entre Marx y Freild.!,l que emprendieron ya en el siglo pasado el ca-
Indudablemente, estos litigios judíos ejercen numerosas repercusiones mino de una asimilación radical. Ya hemos hablado de e~to, Esos judíos
sobre la convivencia intrajudía; sobre todo, en el Estado de Israel. Tam- han salido interna y ~xternamen~e del gueto y se han acomodado por
bién repercuten en la relación del judaísmo con las otras religiones es- completo a la modermdad. Abandonaron la observanciaae la ley ritual
pecialmente con el cristianismo. Finalmente, contribuyen a que 'una judía, que les parece carente de sentido, al igual que todaOiferenciación
parte nada despreciable de la población judía americana se distancie de externa. Representan el paradigma moderno sin religión,
Con todo, tales judíos arreligiosos no son por princi)1io «nihilistas»
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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE lA CRISIS DE IDENTIDAD 4. El JUDIO RELIGIOSO: ABRAHAM HESCHEl

que no quieran creer ni atenerse a nada. Muchos de ellos son «huma~ Abraham Heschel se buscó un camino entre los fundamentalistas,
nistas» o «moralistas» o «socialistas» que persiguen metas éticas, em~ quienes afirmaban que todas las c~estio~es. últimas están resu~ltas, y
plean medidas éticas y se comprometen prácticamente, en la medida de los positivistas,.~ara los que las cuestH?~es u~timas carecen de sent~do. Fa-
sus fuerzas, en empresas humanitarias, morales o sociales; específica- miliarizado sufiCientemente con la espmtuahdad de la Europa OCCidental,
mente judías o de carácter humano general. Indudablemente, dentro del Heschel se ve confrontado con el hecho de que en la modemidad muchos
judaísmo (especialmente en América) hay un elevado número de judíos judíos viven muy alejados de la realidad de lo religioso. Pero este proce-
que quieren ser humanos, morales o sociales en este sentido, pero sin so de distanciamiento no es para Heschel ni sólo el resultado de dificul-
poder ser religiosos. tades intelectuales del hombre, ni culpa exclusiva del tradicionalismo re-
A decir verdad, también hay numerosos judíos que quieren ser huma- ligioso, por más que Heschel lo critica. Se dedica ~ estu~~ar el fracaso del
Inos, morales y sociales precisamente porque son religiosos. Porque son re-
ligiosos, creen poder razonar por qué deben ser necesariamente humanos,
morales y sociales. En referencia a tal religiosidad judía, hay que bosque-
hombre moderno que no llega a aceptar aquella dimenslOn de la realidad
que constituye la religión y que la inteligencia humana sólo es capaz de
Ijar aquí, sirviéndonos de un ejemplo, una teología judía que puso en
comprender en parte; quiere captar aquella dimensión en la que puede
tener lugar el encuentro entre Dios y el hombre.
juego en América -más que ninguna otra después de la Segunda Guerra Consciente de esa situación, Heschel había publicado ya en 1951 una
¡Mundial-la teología y la ética antropológicas también respecto de los no primera obra sistemática de la Philosophy of Religion, tal como él la en-
creyentes. Está ligada al nombre de Abraham Joshua Heschel. tiende, concentrándose en la problemática de Dios «< lhe Problem of
God») y en la ética «< The Problem of living») para dejar muy claro que:
4. El judío religioso: Abraham Heschel «Man is not alone», que el hombre uo está solo; una filosona de la religión
que culmina en una descripción del hombre verdaderaJ?ente)~iadosolO.
Abraham Joshua Heschel fue extraordinariamente creativo porque Cinco años después, Heschel reemprende su obra sistematlca central,
-como tantos otros teólogos judíos que conoceremos aún- habitó en desde la que se pueden entender todas sus restantes y numerosas publi-
dos mundos. Nació en Varsovia 7 en 1907 y muríó en Nueva York en caciones: una «Filosofía del Judaísmo» que se tituló Dios busca al hom-
1972. Como judío polaco llevó siempre consigo, en virtud de su origen, bre 11 • Se trata, pues, de
la espiritualidad viva del jasidismo de coloración emotiva, pero, al mismo -una filosofía porque no comienza como la teología (según la en-
tiempo, fue uno de los numerosos teólogos judíos que -tras una for- tiende Heschel) con lo descriptivo y normativo, con dogmas y soluciones,
mación tradicional en el Talmud yen la Cábala- recibió en la berlinesa sino con preguntas y problemas, con la autoexplicación yautoinvestiga-
Universidad de la ciencia del judaísmo una sólida formación científica ción de la religión, para llegar así a una nueva valoraci~n crítica: con-
para toda una vida. Heschel escribió sus primeros trabajos en alemán: su centrada menos en contenidos y artículos de fe que en la praxis, en el
tesis doctoral, que fue un estudio fenomenológico sobre la profecía acto de fe, que debe ser estudiado en su profundidad y estrato profundo;
(1936)8, y una biografía de Maimónides (1935)9, el gran sistematizador lo que Heschel denomina una «teología profunda»;
medieval. Ambas obras presagian su propia obra. En 1937, a petición de -una filosofía del judaísmo en la que éste no es el objfto de una con-
Martin Buber, sucedió a éste en la Academia Libre Judía de Francfort. templación crítica, sino el sujeto, la fuente de las ideas; como en la filo-
Sin embargo, este teólogo nunca habría llegado a ser lo que fue si un sofía, las ideas de Platón o de Kant. Por consiguiente, el judaísmo no es
año después -deportado primero por los nazis a Varsovia- no hubiera para Heschel sólo un sentimiento o una experiencia, sinCluna realidad,
emigrado a Londes y posteriormente a Norteamérica. Heschel ejerció la un drama en la historia; con eventos, doctrinas y obligaciones que es pre-
docencia desde 1940 en el «Hebrew Union C()llege» de Cincinnati ciso comprender.
(Ohio), el centro de formación puntero del judaísmo reformador; ,Y Es típica de Heschella frase con la que describe la situación del judío
desde 1945 hasta su muerte enseñó en el «Jewish Theologícal Semi- moderno y la del hombre moderno en general: «La Biblia es una res-
nary» de Nueva York, el «cuartel general» del judaísmo conservado~, puesta a la última pregunta posible: ¿Qué nos exige Dios? Pero esta
donde tuvo a su cargo la asignatura de ética y mística judías. Gran estl- pregunta ha desaparecido del mundo. Se pinta a Dios corno una magni-
lista, escribió en inglés sus obras principales; pero también publicó en he- tud sumamente vaga tras un velo de enigmas. Su voz se ha hecho extra-
breo, yídish y polaco. Si, por un lado, trabajó intensamente en las fuen- iia para nuestro espíritu, nuestro corazón y nuestra alma. Hemos apren-
tes clásicas del judaísmo al tiempo que seguía estudiando el Talmud, la dido a escuchar a todo "yo" menos al "Yo" de Dios. ¡¡ hombre de
Cábala y el jasidismo, por el otro, cultivó como casi nadie en ~ffi:érica Illlestro tiempo puede declarar con orgullo: nada animalme es ajeno,
una teología contemporánea que trataba de confrontar las oplUlOnes pero sí todo lo divino. Con la Biblia nos ocurre lo siguienleen nues,tras
clásicas con los interrogantes del hombre m()dern<J. vidas: ella es una respuesta excelsa, pero nosotros no sabemos ya cual es

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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD 4. EL JUDIO RELIGIOSO: ABRAHAM HESCHEL

la pregunta. Si no decubrimos de nuevo el interrogante, no existe la como contrapartida- a Dios, sino de que, más bien, se trata de un
menor esperanza de que entendamos la Biblia»12. Pero, ¿cómo debe re- Dios que lleva mucho tiempo buscando al hombre. «Dios busca al hom-
encontrar el hombre moderno a Dios? bre». Con esta expresión se describe el decisivo cambio de perspectiva
Aunque el estilo del pensamiento, que gusta de concentrarse en motivos que esta teología quiere realizar constantemente, capítulo tras capítulo.
concretos más que de avanzar de argumento en argumento, pueda crear En cierto sentido, se trata de un cambio de perspectiva de abajo arriba,
ciertas dificultades para captarlo, sin embargo es claro que Abraham de la inmanencia a la trascendencia, del hombre a Dios: «No es justo que
Heschel conoce principalmente «tres caminos» para buscar a Dios, tres esperemos en Dios como si él no hubiera entrado jamás en la historia. En
«puntos de partida para reflexionar sobre Dios», con los que se corres- su búsqueda de Dios, el hombre -que no se encuentra en la época del
ponden las tres partes de su obra («Dios»-«Revelación»-<<Respuesta» )13: Sinaí- debe aprender que Dios busca realmente al hombre. No debe ol-
-el primero es el camino de «percibir la presencia de Dios en el vidar el mundo de los profetas ni que Dios espera al hombre. »14

t
undo, en las cosas»; «No olvidar el mundo de los profetas». De hecho, Heschel se sirve de
-el segundo es el camino de «reconocer su presencia en la Biblia»; los profetas para exponer con claridad cómo la revelación de Dios se re-
-el tercero es el camino de «sentir su presencia en la acción santifi- aliza de forma concreta en los hombres. Como en ningún otro teólogo
ada (= de los mandamientos»>. judío, aparece aquí con toda claridad hasta qué punto el judaísmo ha con-
tinuado siendo una religión profética, pues, según Heschel, la revelación
En cuanto al primero: puesto que la dimensión religiosa dada con la como tal no es parafraseada en la Biblia con conceptos empíricos, sino
existencia humana y con la existencia del mundo ha sufrido fuertes con- que es proclamada con palabras que exhortan y aluden. Precisamente la
vulsiones y represiones en la modernidad europea, el hombre debe ser li- experiencia del profeta se resiste a toda reconstrucción histórica o psico-
berado de un escepticismo que no es connatural con él. Tiene que reco- lógica. Lo único seguro es que el profeta se halla menos en el plano de un
brar la «sensibilidad para el misterio». Sí, el hombre tiene que aprender encuentro de Yo a Tú que en una relación de «sim-patía» profética con'
de nuevo la admiración radical ante lo que parece evidente: que existe Dios. Al decir esto no se piensa en una emoción o éxtasis, sino en la aper-
algo y no la nada; que el ser propio del hombre contiene un misterio; que tura plena y en la absoluta disposición a responder a la palabra de Dios
hasta la más desacralizada naturaleza irradia poder, belleza, altura, y que mismo. El profeta no se limita a encontrarse con Dios, sino que, además,
ella no es lo último. Admirando, el hombre puede aprender de nuevo a experimenta algo de él y sobre él. Experimenta a Dios no sólo como un
ser veraz consigo mismo y a estar abierto a la realidad de Dios. Por Tú, sino también como una realidad infinitamente poderosa y habilitante.
consiguiente: experimentar a Dios en el mundo. Heschel no quiere de- No se limita a experimentar a Dios y a escribir después las palabras,
mostrar nada con su argumentación en espiral; simplemente, quiere sino que oye, recuerda y comunica con exactitud la palabra y la exigencia
mostrar lo que hay. Pretende desvelar lo que se podría ver en realidad. \que han sido dadas a los hombres en él y a través de él. Simpatía es lo
Quiere iluminar la situación del hombre, interpretar en toda su belleza y 'contrario de proyección, es apertura y receptividad plenas frente a Dios.
transitoriedad la creación y la naturaleza, para hacer que, de ese modo, la De hecho, todo depende decisivamente de esto. No de la verificación
realidad de Dios sea captable de nuevo. histórica o psicológica del evento de la revelación (las cuestiones histó-
rico-críticas no interesan a Heschel), ni de la fijación dogmática o de la
Este primer camino de la experimentación de Dios en el mundo, en las estéril creencia al pie de la letra que insiste en el «carácter objetivo de la
cosas, da paso al segundo camino, a la experimentación de Dios en la re- revelación de la Biblia»15. Para Heschel, la revelación no es un monólogo,
velación bíblica, con la que es confrontado sin cesar el hombre que ha re- un dictado. La revelación tiene lugar en la relación viva y tensa entre
cobrado su capacidad de admiración. Dios es para Heschella perma- Dios y el hombre, sobre la base de la alianza: «Es falso afirmar que
nente «premisa ontológica», la base de nuestro ser, el requisito de la todas las palabras de la Biblia tienen su origen en Dios. Los discursos
realidad en general. Pero precisamente cuando el nombre toma concien- blasfemos de un faraón, las palabras sediciosas de Cara, los pretextos de
cia de este requisito a través de la admiración, es cuando se capacita para Efrón, los dichos de los soldados en el campamento de los madianitas
comprender de nuevo el mensaje bíblico y su desafío. En la naturaleza provienen del espíritu humano. Lo que el profeta dice a Dios cuando éste
experimentamos la presencia de Dios, pero no escuchamos una «voz». se vuelve a él no es considerado como menos sagrado que lo que Dios
En cambio, en la Biblia percibimos a Dios de una forma concreta, oímos dice al profeta cuando le dirige la palabra. Por consiguiente, la Biblia no
su palabra. Aquí se produce el encuentro directo entre Dios y el hombre; sólo contiene la palabra de Dios, sino que es la palabra de Dios y del
aquí se produce la respuesta a la admiración del bombre. hombre, informe sobre revelación y respuesta, el tenso drama de la
Pero si el hombre se abre plenamente a la revelación bíblica, cae en la ¡tlianza entre Dios y hombre. La canonización y conservación de la Biblia
uenta de que no sólo debe buscar permanentemente -en cierto sentido, son la obra de Israe1»16.

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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD 5. NUEVAS CONTRAPREGUNTAS

En cuanto al tercer camino, con la «respuesta» del hombre, con la ob- esfuerza por adecuarse a los tiempos modernos sin ser infi~l a la Escri-
servancia de los mandamientos, con la realización de las obras de la tura. Con todo, el ramificado diálogo que el «Buber amencano» man-
ey, se cierra el círculo, pues ése es el camino que conduce a un Dios, que tiene de forma tan comprensiva con e! hombre moderno y religioso sus-
o es una abstracción filosófica ni una proyección psicológica, sino una cita contra preguntas; también en una dirección triple.
realidad viva y dinámica que manifiesta un apasionado interés (con-
cern) por sus criaturas. De ese modo, Heschel representa un judaísmo 5. Nuevas contrapreguntas
que es bastante más que aquella «religión de la razón» que propaga el
neo kantiano Hermann Cohen, pero que no se reduce a la relación divina En 10 tocante al primer acceso a Dios, partiendo de la realidad del
personal del yo con el gran Tú, como la entendió a fin de cuentas Martin mundo, la teología de Hesche! comienza atinadamente por la situación
Buber, cayendo excesivamente en lo individual. El judaísmo de Heschel de! hombre moderno, de la filosofía, antropología y ciencia modernas.
es también un judaísmo de la praxis común, también de la comunidad de Pero, ¿no cae demasiado pronto en un esquema de confrontación entre
los creyentes. Esta praxis puede llevarse a cabo en el contexto del Estado pregunta y respuesta? ¿se pueden separar tan fácilmente la antropología
de Israel, sobre el que Heschel se muestra relativamente reservado. Pero y la teología en un mundo de preguntas y en un munco de respuestas
puede realizarse de igual manera en el contexto de la diáspora judía, que omo si en la antropología «mundana» no hubiera ninguna respuesta y
desafía su especial compromiso social, pues no es fruto de la casualidad n la teología judía ninguna pregunta autocrítica? Es oport~mo poner en
el hecho de que Heschel se pronuncie más tarde -precisamente como tela de juicio si Heschel abordó con suficiente seriedad mtelectual la
judío- a favor de los derechos cívicos de los negros, contra la guerra de antropología moderna y no la funcionalizó como percha para. su antro-
Vietnam y en pro de los judíos soviéticos. pología teológica trazada de antemano. En ningún momento tIene lugar
Él quería hacer todo esto desde el espíritu del judaísmo auténtico. una lucha sobre la cuestión acerca de! derecho y momellto de verdad de
ero, ¿qué es este «espíritu del judaísmo»? ¿qué hace judío a un judío? Al la antropología filosófica. Heschel orilla una confrontació~ con la mo-
final de su gran exposición Dios busca al hombre, Heschel aborda una derna crítica de la religión. Se suprime un interrogatorio radICal sobre las
ez más, de forma expresa, esta cuestión y responde a ella de forma com- propias «premisas ontológicas». Frases como «sin Dios, (¡hombre carece
pletamente distinta a la de aquél que -como acabamos de oír- había de sentido»19 delatan una tendencia a la generalización sospechosa; qui-
descrito al american jew (A. Feldman) como dechado de progresismo. zás también e! resabio teológico de quitar teológicamellte la palabra al
No; para Heschel el «espíritu del judaísmo» no es el espíritu de acomo- contemporáneo escéptico antes de que éste pueda hablar desde su auto-
dación a la secularizada sociedad americana, sino, sobre todo, el espíritu comprensión20 .
de I!.rotesta -encarnado por los grandes profetas- contra la confusión En cuanto al segundo acceso a Dios, a través de la revelaci~n bíblica,
del Dios verdadero con los numerosos y falsos «ídolos» de esta sociedad. Heschel atina al distanciarse críticamente de un fundarnentahsmo dog-
Una protesta que debe ser ejercida también en cuestiones de religión, en mático y de una estéril creencia literal. Pero ¿es posible desconocer tan
el campo de la creencia en Dios: «Ni siquiera las leyes de la Torá son olímpicamente las cuestiones de la crítica histórica de la Biblia, como si
magnitudes absolutas. Nada debe ser divinizado; ni el poder ni la sabi- no hubiera existido una casi tricentenaria investigación histórico-crítica de
duría ni los héroes ni las instituciones. Cuando se atribuyen cualidades la Biblia (Spinoza, Reimarus, Lessing, Wellhausen)? A p(sar de todos los
divinas a estas cosas, por eximias y nobles que sean, entonces se deforma esfuerzos para elevar al plano de lo consciente la realidad viva de Dios en
la idea que ellas encarnan y el concepto de lo divino que les concede- su revelación en contacto estrecho con la Escritura y conla sensibilidad
mos>Y. Esto es precisamente lo que constituye la identidad del judío para las estrecheces y esperanzas existenciales de los bombres, ¿no se
como judío: «Ser judío significa abjurar de los dioses falsos; significa venga a la larga la falta de crítica histórica cuando H(sch.~l acepta de
tener sensibilidad en toda situación finita para la entrega infinita de forma acrítica toda la tradición no sólo de la Torá, sino tambIén de la ha-
Dios; significa dar testimonio de su presencia en los tiempos en los que Él laká? Frases como: «las inspiraciones de los profetas y las interpretaciones
permanece oculto, y recordar que el mundo permanece irredento. Vivi- ¡de los sabios son igualmente importantes ... Los estudioso~de la Biblia son
mos para ser respuesta a su pregunta. Nuestro camino o es una peregri- los herederos de los profetas»2\ ¿no encubren sin más IClque es precisa-
nación o es una huida. Hemos sido elegidos para que nos mantengamos mente el problema intrajudío, e! dominio de la tradiciólIwbre la Escri-
libres de la tentación de los triunfos mundanos, ]lara que seamos inde- tura, contra e! que debería ser lícito protestar en e! espíritu de los profe-
pendientes de la histeria y del engañoso resplandor de la fama; jamás de- tas? Si los expertos de la Biblia, los rabinos, se convierten en profetas,
beremos sucumbir a la apariencia externa, incluso a costa de parecer ab- ¿quién podrá protestar proféticamente contra tales «prdetas»? ¿no sig-
solutamente desfasados»18. nifica esto entregar toda la herencia profética a los rabillOS y privar con
Vista en su conjunto, es ésta una teología judía impresionante; que se ello al heredero profético de lo que le ha caracterizado sieJllpre: el derecho

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C.I. CAMINOS PARA SALIR DE LA CRISIS DE IDENTIDAD

a oponerse en el nombre del Dios vivo a toda tradición, el derecho a pro- 11. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO
testar contra la confusión de la realidad de Dios con las tradiciones, in-
terpretaciones, sistemas y jerarquías fabricados por los hombres?
En cuanto al tercer acceso, hacer las obras de la ley, Heschel se es- La discusión sobre el pasado es también una disputa sobre el futuro. Es
fuerza con razón para liberar al judaísmo de prejuicios, reduccionismos evidente que las denominaciones judías dicen representar el judaísmo ori-
' y desfiguraciones en el sentido de una «religión dellegalismo». Pero, a ginal, pero también que en las tres se produjeron acomodaciones (su-
~es~r de todos los esfuerzos para subrayar la polaridad «de ley e inte- perficiales, moderadas o radicales) a la siempre cambiante situación de
nondad, amor y temor, comprender y obedecer, gozo y disciplina»2Z, ¿no los tiempos. Sobre todo en América, se quiere ser judío, pero también
se pone de manifiesto aquí que Heschel elude la cuestión sobre una teo- americano. En este contexto, sólo podremos hablar indirectamente de los
lógicamente responsable crítica de la praxis de la ley? No obstante la pequeños grupos marginales judíos «<Jewish Humanism», «Jewish Scien-
conciencia de que «el judío moderno no puede aceptar el camino de ce», «Black Judaism»). Nos concentramos en la siguiente pregunta:
una obedicencia estatal como acceso al misterio de la voluntad divi- ¿Cómo evolucionan las tres grandes corrientes del judaísmo de las que
na»23, ¿toma verdaderamente en serio Heschel a este judío moderno hablamos ya al final de la primera parte de este libro presentándolas
distanciado de la praxis de la Ley cuando termina por aceptar todos los como fenómenos históricos? El problema que debe seguir ocupándonos
preceptos y les atribuye un sentido espiritual? Frases como «No se de- aquí es el siguiente: ¿Cuáles son las opciones religioso-espirituales de fu-
bería decir que los mi~wot (preceptos) tienen un sentido; se debería afir- turo para la ortodoxia, para el judaísmo conservador y para el judaísmo
I mar, más bien, que ellos llevan a las fuentes de las que mana siempre un reformista? Adelantemos que las tres agrupaciones, tal como se configu-
sentido nuevo»24, ¿no permiten concluir que Heschel en modo alguno raron inicialmente, sobre todo, en Alemania y siguieron evolucionando
quiere una interpretación crítica de las leyes, sino sólo su exaltación es- luego en América, viven una fase de cambio. No debe excluirse para el
piritual? Pero ¿pueden de verdad conducir a los judíos modernos a futuro una nueva convergencia, a pesar de todas las polarizaciones y de
«fuentes» espirituales leyes que parecen privadas de sentido? ¿es admi- determinados grupos incapaces de cambiar.
sible querer suprimir de ese modo la razón del hombre en estas cuestio-
nes? ¿se ayuda al hombre moderno con sus interrogantes, con su crítica, 1. La ortodoxia clásica (Samson R. Hirsch)
cuando se le dice respecto de los preceptos que encienden sus interro-
gantes críticos frases como las siguientes: «Por consiguiente, no debemos El término «ortodoxia», utilizado de forma generalizada en el siglo :XIX
valorar los mi~wot (preceptos) según el sentido racional que quizás des- como linde frente al judaísmo reformista, se empleó por primera vez en
cubrimos en sus fundamentos. La religión no se encuentra dentro sino 1795; como sinónimo de «fidelidad a la Ley», «fidelidad a la Torá».
más allá, de las fronteras de la razón pura. No es su cometido co~petir Cuentan para la ortodoxia judía todos aquellos judíos que se sienten
¡con la razón o servir como fuente de ideas especulativas~ sino ayudarnos obligados a la «Torá escrita» como la palabra inspirada de Dios y a la
(cuando la razón ya no nos sirve»25? ¿Es posible contraponer de ese «Torá oral» como su interpretación, que representan las dos fuentes
modo religión y razón sin abdicar de la mentalidad de la modernidad? principales de la halaká, de la Ley judía, por las que tienen que orientarse
Preguntas y más preguntas. Después de este tour d'horizon que nos ha los ortodoxos en la cotidianidad concreta1 •
procurado la gra~diosa obra sistemática de Abraham Joshua Heschel, Nuestro análisis histórico de los macroparadigméls ha puesto de ma-
nos encontramos mmersos de lleno en los problemas de la filosofía judía nifiesto que se trata aquí de la transmisión del paradigma rabínico-sina-
moderna, a la que podemos llamar tranquilamente teología. Ahora es- gogal, sostenido y defendido con decisión por la ort()doxia radicalmente
tamos en condiciones de formular un interrogante fundamental: ¿Qué as- tradicionalista frente a la irrupción de la modernidad. Después de todo lo
p.ecto tienen las diversas ?pciones básicas religiosas para un judío de hoy dicho, su perfil es claro. Cuando cayeron en Europa los muros externos y
SI recordamos que no eXIste un credo vinculante llara todos los judíos ni retrocedió claramente el compromiso religioso, los que seguían creyen¿o
una autoridad doctrinal universal? de forma estricta en la Torá fortalecieron las murallas internas que rodea-
ban el alma judía con innumerables normas e interpretaciones de la Ley
para todos los días del año, y especialmente para el sábado. Aquí, perte-
nencia al pueblo y a la religión son una misma cosa. Pero religión es tIa-
dición, y la Sinagoga es (como en otros tiempos la Iglesia romana) un bas-
tión con puertas y ventanas cerradas, aunque numa se ha llegado a
considerar una institución salvífica tan exclusiva com() para poder afirmar
que fuera de ella (lo formulamos al modo cristiano) «no hay salvación>.

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 1. LA ORTODOXIA CLASICA

¿Y la modernidad extra muros? En un primer momento, la ortodoxia nen de una considerable influencia política. Bien es cierto que bastantes
la ignoró por principio, y el repetido fracaso del Occidente moderno en ortodoxos que soñaban con un Estado y con una forma de Gobierno ide-
cuestiones de moral la confirma en ese punto. Como los católicos roma- ales mantuvieron una actitud antisionista respecto del Estado seculari-
nos antes del Vaticano II y algunos también después, como muchos mu- zado de Israel, pero, en la actualidad, también la gran mayoría de la or-
sulmanes en los más diversos países de este planeta, estos judíos perpe- todoxia engrosa las filas de los sionistas por convicción religiosa. Esto es
túan hasta hoy -sin tener en cuenta para nada la Reforma y la sólo una de las señales de que los cambios y la renovación también Son
lustración, sólo con adecuaciones puramente externas (medios de trans- posibles en el marco de la ortodoxia.
,porte, de comunicación y de pago)- el paradigma medieval de religión; Como las otras denominaciones, tampoco la ortodoxia es hoy un blo-
enriquecido con elementos tomados del paradigma postexílico de la teo- que monolítico. Más bien, se asemeja a una especie de federación de Si-
cracia y con un virulento talante antimodernista. Como hizo durante nagogas independientes, cada una de ellas con su respectiva interpretación
largo tiempo la Iglesia romana, también ellos recomiendan a sus hijos de la halaká, y tratando de superar a su manera sus propias crisis, pues la
que elijan profesiones «seguras» para no poner en peligro su fe: negocios, ortodoxia que emigró del Este de Europa a los Estados Unidos había per-
erecho, medicina; pero en modo alguno ciencias humanas o sociales; y dido, en el curso del siglo xx, en su segunda generación, la mayoría de sus
en os aún historia, historia judía. miembros 3 • La ortodoxia más antigua de los primeros emigrantes había
desaparecido casi por completo a principios del siglo xx. Muchos hijos de
¿No es, pues, necesaria una renovación del judaísmo? Sí y no. Ya en el los emigrantes se habían hecho cristianos mediante el matrimonio o la
siglo XIX, un hombre como Samson Raphael Hirsch (1803-1888), reco- conversión. Otros, provenientes sobre todo del Occidente europeo, fueron
nocido hasta hoy como principal figura de la neoortodoxia alemana, de- absorbidos más tarde por el judaísmo conservador.
fendió apasionadamente, en contra de todas las tendencias cismáticas, la Hay que añadir a esto que incluso muchos judíos que mantienen un
necesidad de renovar el judaísm0 2• A decir verdad, abogaba por una re- lazo con la Sinagoga ortodoxa y la apoyan con gran generosidad mate-
novación no progresista, como la exigida por los reformistas, mediante rial (sobre todo su poderoso sistema escolar), apenas practican su fe,
una crítica científica, cambio de la fe y abandono de muchas leyes tradi- pero se procuran la imprescindible buena conciencia COD promociones fi-
cionales, sino por una renovación conservadora, mediante una profun- nancieras. De ese modo, una buena parte de los ingentes recursos que,
dización en la eterna, inmutable, infalible revelación bíblico-talmúdica desde la Guerra de los seis días, recogieron para necesidades israelíes in-
que es la inconsútil verdad de Dios. Sostenía que las leyes de ella, tan in- cluso judíos no religiosos, fueron a parar a la caja Je la ortodoxia;
mutables como las de la naturaleza, debían ser captadas primero en su tanto en América como en Israel. Incluso bastantes judíos secularizados
s~ntido literal; que su auténtico significado religioso se pone de mani- parecían compartir la opinión de que, si se da dinero para lo judío,
fIesto luego -se vuelven a recoger aquí sugerencias de la Cábala- en su deben recibirlo los judíos «verdaderos» (ortodoxos) ... Precisamente los
respectivo contenido simbólico que habrá que desentrañar. diversos grupos de judíos jasiditas (por ejemplo, los ;asidim de Luba-
¿Y la crítica bíblica? Hirsch rechaza de un plumazo sus argumentos. Si vitsch) emigrados recientemente de Europa del Este pudieron desplegar
la frase «Dios habló a Moisés y dijo», con la que se abren todas las leyes con medios modernos una actividad misionera que consiguió algunos
de La Torá, es verdadera, entonces hay que aceptar sin peros esa Torá; éxitos aunque, por su emotividad subjetiva, ha causado disgusto a las
entonces hay que ponerla en obra en todo tiempo y lugar. Muchos or- otras denominaciones judías.
todoxos lo han planteado de una forma más drástica: o se acepta todo tal Hay que diferenciar de estos ortodoxos tradicionales aaquellos judíos
como está escrito o se abandona la judeidad. Una actitud frente a la Torá ortodoxos que no temen lo más mínimo a la modernidad, sino que de-
y a la halaká que no difiere mucho de la de los fundamentalistas protes- sean una simbiosis de ortodoxia y modernidad. Éstos son decididos par-
tantes respecto de la infalible palabra de la Biblia o de la de los tradicio- tidarios de la educación secularizada y de la cultura contemporánea.
alistas católicos en cuanto a la palabra infalible del papa. Estos judíos ilustrados -que así se autodenominan en parte- pretenden
una síntesis genuina de lo mejor de ambos mundos, corno solía exigir el
Un pequeño número de ortodoxos judíos vive hoy esparcido por Eu- primer presidente de la Universidad Yeshiva, Bernard Revel, convencido
ropa. También habitan en bastantes ciudades d<: Norteamérica (donde de que el judaísmo sólo puede profundizarse y enriquecerse de esta ma-
los ortodoxos verdaderamente practicantes no llegan al 5% de la pobla- nera. Por su parte, esta ortodoxia ilustrada cuenta ya con una notable
ción judía), pero sobre todo en Israel, donde representan sólo una pe- tradición moderna 4 •
queña minoría en todo el país. Pero hay un hecho importante: con
330.000 miembros, constituyen en Jerusalén un tercio de la población
judía y --como partido bisagra en la formación de Gobiernos- dispo-

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO
2. ORTODOXIA ILUSTRADA

2. Ortodoxia ilustrada: Joseph D. Soloveitchik tencia»6. En contraposición al homo religiosus, al hombre de la halaká
no le interesa principalmente la realidad de la trascend~ncia, sin? la rea-
La ortodoxia pervive hoy, sobre todo, en América ..Sorprende que -tr~s lidad empírica del aquí y ahora. Soloveitchik llega a deCIr que el Ideal del
haber parecido estar condenada durante largo tiempo a la desapan- hombre haláquico es «someter la realidad al yugo de la halaká»7. Afirma
ción- no sólo haya crecido numéricamente en los años setenta y ochen- que también el hombre haláquico «teme la muerte»8, pero que,. aunque
ta, sino que haya avanzado con fuerza al primer plano de la opinión pú- cree en una vida eterna, «pretende redimir el mundo no mediante .un
blica norteamericana. ¿Por qué raz9n? ¿Se debe exclusivamente a que mundo superior, sino a través del mundo mismo, mediante la adecua~lón
después' de la Segunda Guerra Mundial inmigró un considerable nú~e­ del mundo empírico con el modelo ideal de la halaká,,9. En este sentido,
ro de supervivientes del holocausto que -tras sus espantosas expenen- se afana por «bajar la trascendencia a este valle de la sombra de muerte,
cias- quería conservar a toda costa su estilo de vida judío? ¿O se debe es decir a nuestro mundo; y transformarla en el país de los vivos»lO.
a que a los revolucionarios años sesenta y setenta sucedió en los años ¿Qu¿ función tiene, pues, la halaká para este fi~ósofo de l~ re.ligi?n
ochenta una «recaída» casi generalizada en el conservadurismo? ¿O se judía? Respuesta: ella es «la cristalización de las pasaJeras expenenc~as lll-
debió a que muchos judíos consideraban amoral y repelente la permisi- dividuales en principios fijos y en normas universales»: «La halaka es el
va civilización occidental y pensaron que la observancia de la Ley les instrumento objetivador de nuestra conciencia religi()sa»l1. De ahí que
proporcionaba la necesaria distancia frente al torbellino del cambio Soloveitchik no piense en interpretar o «construir» de iOrIll:a histórico-~e­
social (¡cambio de valores!), la firmeza moral y una concepción del nética la halaká. Polemiza acaloradamente contra todo tipO de «SOCIO-
mundo segura? logical and psychological genetics»12. Más bien, pretende. «rec~nstruirla»
Sin duda que influyó todo esto, pero no es una explicación suf~ciente, en el plano fenomenológico-existencialista: «Si hay qlle IllVeStl~a~ la co-
pues existe también esta ortodoxia ilustrada, moderna, que no qUiere ce- rrespondencia (commensurability) de las verdades de ~~ tradlclO.nales
rrarse de forma sectaria, sino que se muestra abierta a los nuevos tiem- con la experiencia religiosa moderna, tendremos que utIh.zar el metod?
pos. En la medida en que tal ortodoxia compagina el judaísmo haláqui- de la exploración retrospectiva (retrospective expl()ratton), el movI-
ca, clásico (por ejemplo, el baño ritual), con la cultura americana (por miento que retrocede de los símbolos religiosos objetivos al flujo subje-
ejemplo, el deporte) representa también para bastantes judíos america~os tivo, pues si falta una brújula objetiva, es incierto el puerto de, destino» 1~.
jóvenes una auténtica opción de vida; incluso les ofrece un nuevo estilo Para Soloveitchik, esta brújula no es --{:omo para la mayona de los fi-
de vida. lósofos judíos-la filosofía judía de la Edad Media, cuyos ~onceptos cen-
Así, precisamente desde la ortodoxa Universidad Yeshiva de Nueva trales provienen de la filosofía griega y árabe, sino la h.uaka, que debe ser
York se difunde una literatura que no se centra exclusivamente en pro- esclarecida tipológicamente desde un contexto global con la ayuda de la
blemas de interpretación esotérica de la halaká, sino que también inter- filosofía moderna.
pela a los judíos no ortodoxos en sus penas y esperanzas de cada día. El ¿Qué perfiles presenta este contexto global sistemátic?? Soloveitch~k,
adalid indiscutible de esta enlightened orthodoxy «< ortodoxia ilustrada» ) influido por la dialéctica de Hegel, concibe al hombrepnmero como lll-
es el rabino Joseph D. Soloveitchik (n: 190,3), profes.or en la Universi~ad dividuo y lo ve (el relato bíblico de la creación habla y3de esto) .como u!l
Yeshiva, miembro de una famosa dmastla de rabIllOS, que ha sabido ser contradictorio; tenso entre posibilidades ilimitadas ycapac~dades fi-
compaginar en su propia persona los dos mundos del Talmud y de. la fi- nitas entre la simultánea afirmación y negación del yo, entre lIbertad y
losofía moderna (originario de la Europa del Este y doctorado en fIloso- nece;idad, temor y esperanza, temor y amor a Dios. Pero e~te rabino or-
fía en Berlín, como HescheJ5). Su teología es una «teología de la halaká», todoxo no admite espacio alguno para un pesimismo slffillar al del pe-
pues lo que determina ante todo el estilo de vida judío y la moral de la cado original cristiano. Más bien, quiere llevar a una aut?val<?ra~ión r.e~a­
vida judía no son las narraciones de la haggadá, sino las prescripciones lista del hombre. El hombre puede superar esta contr3dlctona sltuaclon
legales de la halaká. Se trata del ideal del «hombre haláquico», de su vi- humana en la que la experiencia de enajenación también puede ser fuen-
sión del mundo de su vida y de su capacidad creativa. te de creatividad haciéndose dueño espiritual de sí mismo y de las co-
Rabbí Solov~itchik expone con elocuencia y concentración este ideal rrientes del tiempo que lo acosan. Pero esto no sucede(co!ll0 en el c~is­
del «hombre haláquico» (' B ha-hala~a = «Hombre de la halaká»); con tianismo) mediante un acto de redención divino o a traves de un DIOS
numerosas referencias a la vida cotidiana, a la filosofía moderna y a la redentor, sino por medio de la Torá regalada por Dios en el Sinaí, ex-
tradición judía. Al igual que un matemático que arranca de un mundo presión de la voluntad divina.
ideal dado a priori, el «hombre haláquico se orienta respecto del mundo Dicho de otra manera: mediante una vida acorde (oa la halaká, que
ayudándose de estatutos fijos y de principios firmes». «Todo un corpus suministra al hombre una dirección firme en todos losniveles de la vida
de preceptos y leyes le conduce a lo largo de la senda que lleva a la exis- cotidiana, el hombre es capaz de conducir las tendencias contradictorias

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO
3. NUEVAS CONTRAPREGUNTAS SOBRE LA REVELACION y LA LEY

de su existencia al equilibrio necesario. Piensa Soloveitchik que la halaká ciencia de los problemas y en su solución, a pesar de que no re~ex~ona­
no es santa en sí (como tampoco el Monte Sinaí muestra huellas del des- ron todavía sobre la evolución histórica? Como exige SoloveltChIk en
censo de Dios); más bien, se hace santa por la entrega del hombre a ella, contra de Sa'adya, ¿hay que ignorar todos los motivos históricos, por
así como el Monte Moria fue santificado mediante el ascenso del oferente ejemplo, para el soplo del sofar (reliquia de los tiemp?s ~~ma?as p~ra
Abrahán a Dios. Afirma Soloveitchik que, mediante la observancia de la avisar o para comenzar la fiesta) en favor de una exphcacl(~n sI~bo~lCa
Ley, el judío se convierte en «hombre de la halaká» y es introducido en la (llamada a la penitencia y a la conversión)? ¿puede una exphcaclOn SIm-
comunión de alianza con Dios. De ese modo puede alcanzar su meta: la bólico-tipológica quitar de en medio todas las dificultades reales de la ha-
cercanía a Dios, aunque manteniendo durante toda la vida una tensión laká (por ejemplo, en cuanto al sábado, a las prescripciones d~ pureza o
entre actividad y pasividad,entre dar y revocar, entre responsabilidad y alimentarias) y que apartan del camino ortodoxo de la halaka a la ma-
resignación. yoría de los judíos? .
Por eso, para este teólogo ortodoxo moderno no hay «más que una También los padres de la Iglesia y sus s~cesores del, sIgl? ~x p~~saro~
sola fuente de la que pueda emerger la Weltanschauung filosófica del ju- solucionar las dificultades reales de la Bibha con la exegesIs sImbohco-tl-
daísmo: la halaká,,14. Por eso, el segundo ensayo clave de Soloveitchik pológica. Pero ¿puede resultar convincente todavía hoy el in~ento de es-
sobre el «espíritu haláquico» (halakhic minds)15 termina con esta frase: camotear una decidida crítica histórico-teológica de determmados pre-
«Alimentada en las fuentes de la halaká, espera su formulación precisa ceptos y doctrinas elevándolos en cierta medida a una razón antro~oló~ic~
una nueva visión del mundo». superior, igual que algunos teólogos católicos quieren hacer ~<mtehgI­
Incluso el foráneo puede entender que muchos judíos ortodoxos lle- bies» dentro de la inmanencia del sistema ciertos dogmas tradwonales
guen a reconocerse en esta teología de la halaká, presentada de forma tan mediante una transinterpretación antropológica o tipológica? ¿Noe~is!en
sugestiva y tan cercana a la vida por Soloveitchik, que es también un también dentro de la halaká normas (por ejemplo, respecto de los hmlta-
gran orador. Incluso muchos no judíos podrían compartir la concepción dos derechos de la mujer) que resultan hoy absolutament~ inadmisi?les y
ética y antropológica desarrollada aquí sobre el «hombre haláquico». que ningún hombre prescribiría si no fueran ya «mandamIento deDH?s»?
Con todo, también aquí emergen nuevas contrapreguntas que es difícil La teonomía, que debe realizar la autonomía del hombre, ¿no se conVIerte
formular porque Soloveitchik no ha publicado aún en forma de libro su así en una heteronomía que violenta la razón del hombre? Sobreesta.s y
síntesis de la antropología y la teología. Pero se trata de nuevas pregun- otras cuestiones similares se debería discutir también ~osa que el rabIllO
tas que pueden formular conjuntamente judíos y cristianos. Soloveitchik por desgracia rechaza- entre teólogos judíos y cristianos.
Pero los ortodoxos mismos nos piden que tomemos nota de que tam-
3. Nuevas contrapreguntas sobre la revelación y la Ley bién dentro de la ortodoxia hay -según la selección de fuentes yde. los
métodos de interpretación- un espectro amplio de posiciones teológicas
Soloveitchik no habla en un tono tan fundamentalista como Hirsch de la básicas en «teoría» y «praxis», sobre las que ofrece una detallada mfor-
palabra de la Biblia y del Talmud como palabra infalible de Dios, pero mación, por ejemplo, el presidente ortodoxo de la Universidad Bar .Ila~
también es estática su concepción de la halaká. De ahí la pregunta: ¿Es de Israel, el rabino Emmanuel Rackman 16 • En concreto, se tratapnncI-
realmente la halaká un «orden tan objetivo» como el teorema de Pitá- palmente de dos conjuntos:
goras, que tiene validez independientemente de toao desarrollo psico-so-
ciológico? ¿Es cierto que el teólogo tiene que preocuparse tan poco de l~ Primero, en lo tocante a revelación y fe: todos los ortodoxos recono-
historia de su «disciplina» como el matemático y el físico de las suyas? SI, cen en la Torá una revelación de Dios a los hombres. Pero:
según Soloveitchik, la opinión hegeliana de que toda la filosofía se en- -para unos, Dios dictó entonces a Moisés esta revelación palabra por
cuentra en un devenir constante se ha convertido en una perogrullada palabra, de forma que también hoy hay que creerla pal.ab~a P?r Jalabra;
(truism), ¿es convincente -teniendo en cuenta la larga y complicada ~~s­ incluso los datos sobre la edad del mundo, que segun mdlCaClOues de la
toria de la tradición que hemos esbozado- no considerar la evoluclOn Biblia, asciende a unos 5.000 años;
histórica de la halaká misma en beneficio de una contemplación feno- -para otros no está fijado de forma inequívoca el modo de la reve-
menológico-existencialista que confirma sencillamente en amplios tramos lación; necesita de la interpretación en cada caso, de manera qu(es pre-
la interpretación ortodoxo-medieval? . ciso averiguar la edad de la Tierra, el nacimiento del hombre y otras
Más aún: ¿acaso los primeros grandes sistematizadores medIevales cosas más preguntando a las ciencias naturales;
tales como el gaón Sa'adya (s. x) y Bajya (s. XI), que distinguieron entre -un tercer grupo, especialmente los dedicados a las ciencias nJtura~es,
preceptos tradicionales y racionales, y Maimónides (s. XII), que se esfor- sostienen que hay que atenerse a las creencias tradicionales enla ~Ida
zó por conseguir una síntesis racional, no fueron más lejos en su con- personal, pero que, en la investigación y en la enseñanza, hay queonen-

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C.II PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO
4. JUDAISMO REFORMADO RACIONALISTA

tarse por los métodos y resultados de las ciencias naturales. Se pasan por incrédulos y paganos, sino a correligionarios que se han desviado de la
alto o se eliminan las contradicciones entre ambas pautas. tradición. Es obligatoria la separación estricta de los pecadores públicos
Lo mismo vale para las otras fuentes de la revelación: de forma que, como sucedió en la Antigüedad entre los paganos, hast~
-para unos, también los libros de la Biblia no incluidos en el Penta- entre los judíos se despierta ahora resentimiento contra tal clase de ju-
teuco fueron compuestos palabra por palabra por el Espíritu Santo; daísmo. Se llega incluso a justificar actos de violencia contra aquellos
otros opinan que, en la interpretación, hay que tomar en serio la diversa
que, en opinión de los ortodoxos, trastornan el sábado (por ejemplo Con
autoría, fecha de redacción y género literario de cada uno de los escritos
bíblicos; el deporte o con la conducción del automóvil) o que atentan contr~ las
-para unos, la doctrina de la inviolabilidad vale no sólo para la buenas costumbres (por ejemplo, con anuncios) ... Pero el hecho de que
Torá, sino para todos los escritos sagrados, incluidas todas las frases de en determinadas circunstancias, se puedan aplicar respuestas también vio~
la Misná y del Talmud; otros, apoyándose en la Misná, en el Talmud y lentas contra los superortodoxos y sus instituciones (como sucedió en Is-
en la filosofía medieval judía, sostienen que sólo los cinco libros de rael en un caso espectacular1?) ha hecho recapacitar. No, tampoco los su-
Moisés son sacrosantos. perortodoxos pueden permitirse una guerra civil.
Cabe preguntar aquí si, con el tiempo, no se podrá, no se deberá en-
Segundo, en lo tocante a Ley y observancia de ella: todos los ortodo- contrar un camino hacia la tolerancia. Ni siquiera en las vidas privadas
xos sostienen que las partes legales de la Torá, que son la base principal de la mayoría de los ortodoxos se aborrece todo lo que sus antepasados
de la halaká, expresan la voluntad de Dios. Pero: consideraban como pecado: educación mundana, vida social, música
-unos tienen esta Ley por eterna e inmutable, moderna. Desde hace algún tiempo, el blindaje y la cerrazón no son tan
-otros, con la ayuda de la Torá oral, admiten también leyes no eter- totales como antaño en bastantes sinagogas ortodoxas; al menos en
nas y mutables: leyes (relacionadas, por ejemplo, con la venganza de un América. ¿No han puesto de manifiesto ortodoxos ilustrad05 que, in-
asesinato o con el nombramiento del rey) que no son preceptos absolu- vocando la Torá y sin traicionar a la halaká, se puede ejercer la tole-
. tos, sino simples recomendaciones. rancia, demostrar comprensión con las otras agrupaciones judías, cola-
horar en el terreno social y también en el religioso; no sdo entre
En este orden de cosas, aquí no se trata sólo de cuestiones de teología, individuos, sino también entre organizaciones? ¿No sería posible llegar
sino también de cuestiones de política: la ortodoxia alimenta su auto- a un acuerdo para que termine toda coacción religiosa también en el Es-
conciencia en América con el hecho de que ella representa en el Estado de tado de Israel? ¿No sería posible un diálogo entre todos los juJíos para
Israel la única forma reconocida de judaísmo. Pero justamente aquí co- bien de las numerosísimas personas afectadas? ¿No se debería buscar
mienzan las preguntas de los restantes judíos: ¿ Es justo que los rabinos conjuntamente una solución a los dolorosos problemas que afectan,
(ahora, incluso rabinas en el movimiento reformista yen el judaísmo con- por ejemplo, al derecho familiar judío, y mejorar sobre todo la posición
servador) de las tres corrientes judías puedan celebrar válidamente ma- de la mujer?
trimonios, divorcios y conversiones en América, pero que esto esté per- También resuenan voces ortodoxas que invitan a llegar a unentendi-
mitido en el Estado de Israel sólo a los ortodoxos, en virtud de la miento en este punto y que tratan de indicar un camino de futuro to-
autorización que se les concedió en el Imperio otomano? Todos los es- mando en serio los aspectos filosóficos, sociales, psicológicos e J:¡¡stóricos
fuerzos oficiales, las relaciones personales y los apoyos financieros de los en la interpretación de la halaká. Aunque no se ame el judaísmo refor-
judíos americanos no han conseguido nada hasta el presente. Ni los ra- mista, los ortodoxos informados deberán admitir que éste ha mostrado el
binos ni las congregaciones de las dos corrientes excluidas (conservado- camino hacia el futuro en bastantes cosas. Es admisible que la cuestión de
res y reformistas) han conseguido aún el reconocliniento oficial en Israel. la Ley sea absolutamente central para dar con ese camino que conduzca
Es verdad que están presentes en el país, pero su estatuto jurídico no es al futuro; y tendremos que ocuparnos más aún de sus conse(uencias.
comparable con el de los ortodoxos. Pero antes, vamos a centrarnos en la posición opuesta a la ortodoxia.
Consecuencia: una polarización insoportable; de hecho, una escisión
en el judaísmo, de la que la ortodoxia, como la más intolerante y agre- 4. Judaísmo reformado racionalista (Abraham Geiger)
siva de todas las corrientes judías, es la mayor responsable. Entonces se
producen en la práctica dificultades inhabituales de las que ya hemos ha- También hemos esbozado brevemente en la primera parte de estelibro la
blado: algunos judíos superortodoxos (comportándose de igual manera historia del judaísmo reformado, la historia de aquellos judío¡ que no
que cristianos y musulmanes superortodoxos) están poseídos por una fe quieren entender el judaísmo en unas coordenadas legalistas y ritualistas,
fanática propiamente medieval, e invocando la T ()rá, combaten no tanto sino como una religión ético-profética y que, con una mentalidad uni-
versa lista tanto en lo religioso como en lo político, habían llevado a
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C.II. PRINCIPALES OPCiONES RELIGIOSAS DE FUTURO
5. CONFLICTO ENTRE TRADICION y REFORMA

cabo en el siglo XIX algo así como una renovación fundamental (análoga nido lugar no sólo en Europa, sino también en Norteamérica). Cons-
a la protestante del siglo XVI). Este judaísmo reformado ejercita una cientes de que, no obstante el secularismo, la tradición judeo-cristi~n.a
mentalidad evolutiva, histórica; tanto en la teoría como en la práctica. había impreso su huella en la modernidad, hasta en el arte y en la mUSi-
Contrafigura de Samson Raphael Hirsch es su compañero de estudios ca, tales judíos intentan una síntesis viva entre modernidad y judaísmo.
e inicialmente amigo Abraham Geiger (1810-74)18, el representante más Ellos viven en el paradigma de la modernidad, pero conservan como
significativo del judaísmo reformado alemán y polifacético cofundador «sustancia» del judaísmo la fe en el Dios uno y el talante ético de los pro-
de la ciencia del judaísmo. Geiger estaba convencido firmemente de que fetas. A este judaísmo reformado se debe que hayan encontrado una
sólo a través de la ciencia y de la crítica histórica se puede lagar una re- mayor expresión en la liturgia y educación judías las dimensiones uni-
forma, una renovación de la teología judía y del judaísmo. Según él, la versales de la alianza divina y de la religión humana; en un principio, sin
verdadera esencia del judaísmo quedó plasmada en la religión de los pro- referencia alguna a la Tierra Santa.
fetas, que no inculcaron la observancia de un ritual, ~ino. l.a fe en el Pero también acosan las siguientes objeciones: ¿Es posible reducir la
Dios uno y santo. Ésta tiene que demostrarse mediante la JuStiCia, la com- . religión judía a la entrega a la idea de Dios y a la ética? ¿N? es la v~da
pasión y un amor a los hombres que no debería conocer frontera alguna; más profunda que la lógica y no se llega mejor ~ través del ntu~l a c~er­
ni siquiera nacional. tas profundidades del alma humana? ¿No necesita el hombre ViVenCias,
A diferencia de lo ocurrido en tiempos pasados, lo decisivo para esta emociones, sentimientos y tradiciones? También algunos judíos de talante
corriente no es ya lo étnico, la pertenencia al pueblo. Son decisivas reformador perciben aquí ciertas carencias. Como el judaísmo ortodoxo,
ahora -en contraste con los secularizados del todo- la vinculación también este judaísmo reformado, marcado originariamente por la men-
religiosa, el credo religioso y una praxis religiosa ilustrada (MaiI?ónides talidad ilustrado-racionalista, antitradicionalista y antinacional, ha ex-
ofrece ya razones médicas o higiénicas para ciertas normas ntuales). perimentado cambios decisivos desde los años veinte. Sobre todo en los
Por consiguiente, este movimiento reformado no enti~nde ~l j~daís~o Estados Unidos, inició una evolución posmoderna. Pero, naturalmente,
como una nación separada de otras, como una comumdad etmca, SlUO no se ha visto libre de conflictos.
--en lealtad con las naciones que les han dado cobijo hasta ahora-
como una comunidad religiosa que vive en todas las naciones: una co- 5. Conflicto entre tradición y reforma: Louis Jacobs
munidad de fe. Lo específicamente judío es el monoteísmo ético de la tra-
dición profética. Causas del cambio fueron: en primer lugar, el hecho de que los reforma-
De ahí a despojar a esa religión de todos sus elementos culturales-na- dores ahora bastante «americanizados», abandonaran el racionalismo
cionales ya poder describirla como una universal religión de la razón, sin mode~no de proveniencia alemana en el contexto del cambio de para-
confundirla con una filosofía de la religión, no nay más que un paso. digma producido después de la Primera Guerra Mundi~l,. que frenó en
¿Qué habría en ello de antirracional, si se trata sobre todo de entrega a la seco la emigración alemana; en segundo lugar, el antisemltlsmo, que cre-
idea del Dios uno y a la consiguiente ética mesiánica? Ambos elementos, cía de forma amenazadora tanto en Europa como en América; en tercer
que van más allá de la pura filosofía, pero que, sin embargo, no son irra- lugar, el judaísmo oriental, predominante numéricamente ahora en ~mé­
cionales. De ahí que pueda sostener tal religión judía racional hasta un rica20 • Precisamente los judíos americanos de habla alemana -médiCOS,
filósofo como Hermann Cohen (1842-1918), fundador de la Escuela abogados, comerciantes- se las tuvieron que ver en la vida coti.diana con
Neokantiana de Marburgo, hijo de cantores, que --en contra de lo afir- tales judíos, que eran clientes suyos, pues con el ascenso social ~stuvo
mado- jamás se distanció del judaísmo, sino que, al final de su vida, se aparejada para la generación joven de los judios orientales la defeCCión de
dedicó por completo, como docente, a este judaísmo racional entendido la ortodoxia, con el consiguiente paso al judaísmo conservador o refor-
de ese modo. Su libro póstumo constituye su testamento: La religión de mado. En 1930, la mitad de las sinagogas reformadas estaban compues-
la razón desde las fuentes del judaísmo 19 • Aquí se volvieron a escribir con tas por antiguos «ortodoxos». Era preciso tomar en serio los problemas
mayúsculas ciencia y ética; junto con educación y formación. Todo en la de éstos: sionismo, yídishlhebreo, herencia judía tradicional.
línea del judaísmo reformado clásico. La subida de los nacionalsocialistas al poder en 1933, con sus conse-
Mientras que la preocupación primordial de la ortodoxia es la de cuencias catastróficas para los judíos europeos, también repercutió en los
conservar el statu quo ante medieval, en el judaísmo reformado se trata judíos americanos. La evolución optimista del movimiento reformador
de una sorprendente reforma religioso-cultural, llna reforma de la ley fue frenada en seco. Ahora se buscará en la creciente interiorización
judía, de la educación, lengua, liturgia, arquitectma sinagogal y estilo de una refundación de la religiosidad personal: los rabinos reformadores de
vida judíos. Todo ello, a diferencia de lo ocurrido en el cristianismo, no América publican en Colombus/Ohio (1937) nuevos Guiding Principies
como requisito, sino como consecuencia de la Ilmtración (que ya ha te- of Reform Judaism. En la línea de la antigua declaración de Pittsburg

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 5. CONFLICTO ENTRE TRADICION y REFORMA

(1885), se sigue reconociendo el principio del progreso en la religión: «La Contradicción, sin resistencia contra la mentalidad de la época? ¿Puede
reVelaCiÓn es un proceso continuado; no se limita a un determinado ser esto la religión verdaderamente judía? ¿No es la religión verdadera-
grupo o momento histórico». Pero, además, se señalan acentos comple- \ mente judía la religión legal, la haláquica? Pero, ¿cómo se compagina el
ftamente nuevos en esta «Plataforma Colombus»21: judaísmo reformado precisamente con esta tradición legal, haláquica?
1. Respecto de la Torá se sigue sosteniendo que «determinadas leyes El problema de tradición y reforma se convirtió en algo decisivo en la
han perdido su fuerza vinculante al desaparecer las circunstancias que las vida de más de un judío; como sucedió también en el cristianismo y en el
Jhabían suscitado», pero también se proclama: "Como tesoro de ideales islam. Un caso espectacular, que causó sensación también en América,
esPirituales permanentes, l,a !,orá sigue siendo la fuente viva de l~ vida de fue el del eminente erudito de la halaká (posteriormente, también profe-
lIsrael». Se mantiene la opmlOn de que los preceptos sobre los ahmentos,
sobre la pureza sacerdotal y la vestimenta fueron fruto de una época,
sor invitado en la «Harvard Divinity School») rabino Louis Jacobs (n.
1920 en Manchester) que trabajó con éxito como rabino en Londres y
Ipero es patente ahora el interés por conseguir una formul~ción positiva como tutor en el colegio judío de esa capital, pero que terminó por
de la obligación religiosa con la ayuda de «preceptos» (mt~wat). verse bloqueado en su carrera de docente y de rabino por un do be veto
2, En cuanto a Israel como pueblo y tierra, se sigue sosteniendo que del rabino jefe de las «United Hebrew Congregations of the British
ISrael, disperso por todo el mundo, se mantiene unido mediante el víncu- Commonwealth» de Londres22 .
}lo de la historia común y, sobre todo, por la herencia de la fe común. En el judaísmo de Inglaterra se había perfilado después de la Segunda
Pero, al mismo tiempo, se proclama ahora: «En la rehabilitación de Pa- Guerra Mundial una polarización creciente: entre el ala ortodoxa de
lestina, tierra santificada por recuerdos y esperanzas, vemos la promesa congregaciones originariamente españolas y portugesas, fortalecidas con
de una vida renovada para muchos de nuestros hermanos. AfIrmamos los que habían huido de Europa central, Hungría y Polonia, y el ala li-
tque todos los judíos estamos obligados a coadyuvar en la construcción de beral, que manifestaba su fuerza en la creación de nuevas sinagogas y del
Palestina como patria judía; mediante los esfuerzos para convertirla no «Leo Baeck College». Todavía en 1956 habían celebrado conjuntamen-
lsólo en un lugar de cobijo para los oprimidos, sino también en centro de
la cultura judía y de la vida espiritual».
En cuanto al culto, se decide poco después reintroducir símbolos,
te, a bombo y platillo, el tercer centenario de la readmisión de los judíos
en la Gran Bretaña. Pero seis años después estalló la disputa que crista-
lizó en la persona del rabino Jacobs, cuando éste tenía «todas las pape-
costumbres y música tradicionales (coro genuinamente judío, cantor). Se letas» para ser elegido «Principal» del «Jews' College» como sucesor de
introduce así el culto del viernes por la tarde (con la ceremonia del en- Isidore Epstein23 , ortodoxo estricto. ¿Cuál fue la acusación? Que había
cendido de candelas), que se hizo mucho más popular que el culto de la negado el origen divino de partes de la T orá y que quería dejar a la razón
mañana del sábado. En 1940 aparece un Unían Prayer Book revisado en humana la elección de lo que era y no era divino. La discusión alcanzó
esta línea (aquí se encuentra de nuevo el Kiddush, la oración que se tal grado de virulencia que la dirección de la sinagoga local, que apoya-
solía pronunciar el sábado sobre la copa de vino). El judaísmo reforma- ba al rabino Jacobs, al que permitía predicar sin la venia docente, fue de-
do promueve estudios Ilebreos, y el «Hebrew Union College» (Cincin- puesta por la dirección central de las sinagogas de Londres. A continua-
nati, posteriormente también en Nueva York), que es competente en el ción, los seguidores de Jacobs hicieron a éste director de una «Society for
judaísmo reformado para la preparación de rabin?s y profesores, ab~e the Study of Jewish Theology» creada expresamente; incluso llegaron a
una filial en el Estado de Israel. En los Estados Umdos hay hoy aprOXI- fundar después para él una sinagoga propia (1964).
madamente 1,3 millones de pertenecientes al judaísmo reformado. Ahora bien, ni siquiera los enemigos más acérrimos de Jacobs podían
negar que este «hereje» era un científico con una esmerada formación ra-
Pero, como en la ortodoxia, también surgen preguntas a la fonna re- bínica, un analista sutil y una persona muy religiosa que pretendía oír e
fOrmada de la religión judía. ¡No se ha mostrado en muchos casos integrar voces legales y éticas, místicas y filosóficas ... Aferrándose a la
(como había sucedido al protesta,ntísmo cultural) demasiado acom?d~do praxis ortodoxa, había publicado varios estudios sobre la Cábala y el ja-
a una ideología de la clase medIa burguesa? ¿Es realmente lo mas Im- sidismo; también un libro sobre la oración judía, así como una intro-
\ portante para una religión vivir siempre en sintonía con las ciencias na-
ducción a las fiestas del Yom Kippur (la fiesta de la reconciliación) y
turales, con la psicoterapia y con la política liberal? ¿Puede ser fuente su- Rosh Ha-shaná (la fiesta del Año Nuevo judío), otros estudios sobre ló-
ficiente de identidad la lucha contra el antisemitismo? ¿Puede sustituir a gica y metodología talmúdica; finalmente, tradujo al inglés importantes
la fe judía? ¿Cabe comparar el compromiso por el Estado de Israel con la obras escritas en hebreo. Pero ¿qué era lo que hacía tan irreconciliables a
lucha de los profetas por la justicia? ¿Acaso los profetas no criticaron sus adversarios? Sobre todo, el hecho de que este rabino hubiera intro-
constantemente al Israel de sus días? Y lo que es más importante: una re- ducido en el judaísmo de Inglaterra los resultados más importantes del
ligión liberal ¿no se convierte demasiado en una religión sin garfio, sin moderno método histórico-crítico (desarrollado en el continente duran-

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 5. CONFLICTO ENTRE TRADiCION y REFORMA

te los dos últimos siglos); el hecho de que pusiera en tela de juicio la ins- tica y global de corte histórico-crítico, fue la obra de Jacobs la que cum-
piración divina del Pentateuco y que tratara de tomar en serio una evo- plió esa función para el judío «moderno». Desde la doctrina sobre Dios
lución histórica en la composición de los libros bíblicos y del Talmud; y la creación, pasando por la antropología y la ética, hasta cuestiones
cosa que, sin embargo, excluía un ortodoxo tan ilustrado como el rabino sobre el pueblo de Dios, el Estado de Israel, la esperanza mesiánica y la
Soloveitchik. vida después de la muerte, se tratan todos los topoi teológicos sobre la
¿Cuáles eran las propuestas del rabino Jacobs? Lo dice en la primera base de la tradición bíblica, rabínica y moderna entendidas al modo
frase del prólogo que precede a su análisis del credo clásico de Mases histórico y mutuamente relacionados.
Maimónides: «Este libro pretende discutir lo que un judío moderno Es evidente que el tema de la revelación en la Torá y en la halaká
puede crew>24 . Dicho de otra manera: este rabino, que define su posición constituía el punto neurálgico de la teología sistemática de Jacobs. Fren-
como la de un «modernismo en el judaísmo tradicionah 25 , que no quie- te a la visión estática de la revelación de una ortodoxia que consideraba
re hacer «atractiva» la fe judía desvirtuándola, se ve confrontado a su toda la Torá (Pentateuco, los restantes escritos bíblicos y la Torá oral de

I
manera con el hecho innegable de que muchas judías y judíos inteligentes
tratan de profundizar su fe. Ellos habrían comprendido que el judaísmo
es más que un way of life no vinculante; que es una religión auténtica.
Pero, puesto que son «inteligentes», ¿cómo pueden creer todos los ar-
tículos del credo judío clásico si los datos actuales sobre el universo
los sabios) como revelación literal de Dios (que, por consiguiente, debe
ser seguida al pie de la letra en su validez eterna), Jacobs, con toda la in-
vestigación bíblica moderna, reconoce que también la Torá -incluido el
Pentateuco-- ha recorrido una larga historia. Afirma que en esta historia
no se trataba de una «revelación progresiva» de ideas o de verdades,
(por ejemplo, evolución y edad del mundo y de la humanidad) contradi- como parece haberlo supuesto aún la «Plataforma Colombus» de 1937.
cen de plano las aseveraciones del credo antiguo? ¿habrá que exigir En su opinión, se trata, más bien, de una historia de los encuentros con
acaso un sacrificium intellectus, un «sacrificio de la razón», tal como se Dios de los que unos hombres habrían ofrecido luego un relato (record)
solían resolver antiguamente los conflictos entre revelación y razón? en los escritos bíblicos, con sus propias palabras. Así, por ejemplo, la na-
A decir verdad, aquí no estaban en juego detalles de poca importancia, rración del Génesis trata de la alianza, del Dios que encuentra a Israel y
pues en ningún lugar -opina Jacobs- es tan serio el conflicto como en del Israel que encuentra a Dios y le lleva a la humanidad. Lo que vale de
el artículo octavo de la confesión de fe de Maimónides, donde se afirma la narración del Génesis se aplica también al resto de la Biblia: «Todo
que la Torá es de origen divino. Deshacerse de este principio equivaldría ello es el relato del poderoso intento del pueblo --el creyente lo define
a renunciar al judaísmo como religión. Aferrarse a este principio, como como un intento logrado- para encontrarse con Dios. Por consiguiente,
exigió el gran sabio medieval de Córdoba, equivaldría a fijar para siem- las diversas aseveraciones no son revelación en sí, sino el producto deri-
pre al judaísmo en el fundamentalismo y en el oscurantismo. ¿Qué vado de la revelacióll»28 . En consecuencia, el creyente actual no necesita
hacer? Se necesita una nueva interpretación, que Jacobs presenta y que aceptar ya las palabras de la Biblia como parabras directas del profeta;
desarrolla independientemente de los trece artículos de Maimónides. menos aún de Dios, pero puede descubrir en ellas la palabra y la volun-
tad de Dios: «La revelación puede ser considerada como la apertura de
Louis Jacobs tuvo el coraje de publicar diez años después una exposi- Dios mismo»29.
ción sistemática de los principales temas de la teología judía sobre una Pero también esa idea de la revelación tiene sus consecuencias. Porque
base histórica segura: AJewish Theology26, que no tenía más antecedente ¿qué significa eso para la praxis o, más concretamente, para los manda-
que el intento del famoso sistematiza dar judío Kaufmann Kohler, nacido mientos (mi~wot) que deben guiar la praxis? Según Jacobs, esa visión de
en 1843 en Fürth (Alemania) y fallecido en 1926 en Nueva York. Como la revelación permite distinguir entre los diversos preceptos de la Bi-
Jacobs, también Kohler arrancó de la ortodoxia (del neoortodoxo S. R. blia. En cuanto a los problemas actuales y según el estado actual del co-
Hirsch), pero no consiguió el cargo de rabino en Alemania a causa de su nocimiento, se pueden distinguir tres categorías de preceptos:
actitud crítica respecto de la Biblia, por lo que emigró a los Estados '
-importantes: normas sobre los alimentos, el sábado, Yom Kippur y
Unidos, donde ejerció de rabino reformado en Detroit y Nueva York. En otras fiestas, también sobre las filacterias y el manto de la oración;
1903 fue nombrado presidente del «Hebrew Union College» de Cincin- -insignificantes: prohibición de afeitarse o de utilizar prendas hechas
nati, institución académica central del judaísmo reformado. En calidad de de lana y lino;
tal escribió el Compendio de teología sistemática del judaísmo sobre -nocivos: las limitaciones de los derechos de la mujer y, sobre todo,
una base histórica, publicado en alemán en 1910 yen inglés en 1918 27• de los hijos nacidos de una unión adúltera o incestuosa, a los que se les
Una vez que la obra de Kohler quedó anticuada en muchos aspectos, y a prohibe contraer matrimonio.
pesar de que bastantes teólogos judíos escribían sobre muchos temas, El caso del rabino Jacobs manifiesta con claridad hasta qué punto se
pero ninguno de ellos se atrevía a ofrecer una nueva exposición sistemá- han desplazado los frentes históricos durante la evolución de la historia.

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 6. CONSERVADURISMO COMO VIA MEDIA

Él, que viene de la ortodoxia y califica de ortodoxas (a su modo) sus opi- ciller). Los profesores que trabajan aquí están abiertos teóricamente al
niones, defiende precisamente así un judaísmo reformador, considerán- progreso, pero en la praxis se atienen casi siempre a la tradición.
dose a sí mismo como «un moderno en el judaísmo tradicional». Su Se comprende que esta actitud conservadora provocara tensiones entre
posición constituye un interogante tanto para la ortodoxia como para el los sabios rabinos de la Academia y los seglares judíos que se movían en la
Judaísmo reformado, pero también para el judaísmo conservador, cer- vida real, pues muchos laicos que tienen en la vida cotidiana preocupa-
cano a él y en el que nos centramos a continuación. ciones totalmente distintas que sus rabinos no quieren, no pueden, obser-
var siempre las interpretaciones estrictas de la Ley que se les pide. No sor-
6. Conservadurismo como vía media (Zacarias Frankel) prende que, en tales circunstancias, se produjeran enfrentamientos
frecuentes entre la organización de laicos judíos (<< United Synagogue of
Frente a los ortodoxos, que se cerraban por completo a la modernidad, y America», fundada en 1913) y la asociación de rabinos (<<Rabbinical As-
a los reformadores, que se acomodaron demasiado a ella, existió en sembly», fundada en 1919). Pero esto tuvo también efectos positivos,
América, desde principios del siglo xx, la vía media del judaísmo con- pues fue precisamente el movimiento conservador el primero que intro-
servador30 . Ya nos hemos referido a él en la primera parte de esta obra. dujo, a imitación de la ya existente, la ceremonia de iniciación para los mu-
Aquí, se defiende en principio la «evolución» yel «progreso»; incluso se chachos (bar mitzva), otra para las chicas (bat mitzva). Tras una discusión
busca una coexistencia espiritual con la modernidad, pero procurando no intensa, se permitió conducir el coche hasta la sinagoga en sábado, pues ca-
sucumbir a las tentaciones de ésta. De ahí que el acento recayera de yeron en la cuenta de que, en caso contrario, los que vivían en la periferia
hecho en la conservación, en la historia, en la tradición. no acudirían al culto. Pero algunos se preguntan: ¿acaso deben introducirse
Junto a Hirsch en la derecha y a Geiger en la izquierda, hay que cambios sólo cuando existe el riesgo de perder miembros o ingresos?
mencionar al erudito rabino alemán Zacarias Frankel (1801-1875)31
como tercer «precursop>. En efecto, muchos conservadores de América se Evidentemente, no es nada sencillo dar con la vía media conservadora,
apoyan en el «judaísmo histórico-positivo» de la Escuela de Breslau re- pero es claro que los conservadores no merecerían tal calificativo si no
presentada por Frankel. Éste había sido entonces el líder reconocido del trataran de conservar el pasado. De hecho,
. partido de centro que -frente al inmovilismo de la ortodoxia y a las ten- -La fortaleza del conservadurismo judío radica en haber ofrecido a
dencias ilustradas del judaísmo reformado- trataba de conjugar la tra- todas las corrientes judías un nuevo conocimiento de su historia mediante
dición con la ciencia histórica. ¿ Cómo? Frankel responde a esta pre- la investigación histórica promovida por él. Esos intensos y continuados
gunta diciendo que en las doctrinas del judaísmo se encierran suficientes esfuerzos en favor de textos más exactos, de la filología semítica, de la
posibilidades de progreso. Por consiguiente, tiene que ser posible la historia de la cultura judía, han contribuido en gran medida a la res-
apertura a la modernidad sin traicionar a la tradición. Según él, la inter- puesta a la siguiente pregunta: ¿Qué dicen realmente la Biblia, e! Talmud,
pretación histórico-crítica de la Biblia es aceptable dentro de ciertas me- Sa'adya y Maimónides?
didas, pero sin que se llegue a escamotear la Escritura mediante una -Pero el punto débil del conservadurismo consiste en haber perma-
crítica desmesurada de la Biblia. En consecuencia, nada de fundamenta- necido demasiado vuelto hacia el pasado. En parte, ha descuidado de
lismo, pero tampoco descuido de la ley, que representa, al fin y al cabo, forma lamentable responder a las dramáticas preguntas acerca de lo
la forma del espíritu judío. Dejando a un lado lo que se deba decir his- que hay que creer y practicar hoy, en una situación completamente
tóricamente, por ejemplo, sobre el sábado o sobre las normas alimenta- nueva.
r~as en su historia, hay que atenerse a ellas en la práctica, pues la Ley También aquí surgen nuevas preguntas críticas: ¿No es el judaísmo
tIene sentido en sí misma, afirma Frankel. más que historia? ¿Debe perjudicar al presente y al futuro la preocupa-
Sin embargo, también este conservadurismo conciliad()r en la línea de ción por el pasado? ¿Es lícito volcarse en la tradición a costa de la Biblia?
Zacarias Frankel y, sobre todo, del ya mencionado Solomon Schechter, ¿Es justo preocuparse de la historia y de la Ley a costa de la teología y de
q~e supo compaginar de forma ejemplar la ciencia objetiva y una reli- la religión? ¿Qué queda, pues, ahí de la fe en el Dios uno que derriba a
gIosidad profunda, la tradición y la innovación, y que concebía como los ídolos antiguos y nuevos? ¿Qué queda de la protesta de los profetas,
fuente de la autoridad judía no la Biblia sillo la experiencia de todo el a los que ningún argumento de tradición pudo asustar?
pueblo de Israel (del «Israel católico» en Palestina y en la diáspora)32, su- Por eso no sorprende demasiado que surgiera precisamente del con-
frió cambios profundos presionado por la evolución33 • El centro del ju- servadurismo judío un nuevo movimiento preocupado expresamente
daísmo conservador, el «Jewish Theological Serninary (jf America» de por la relevancia de! judaísmo para hoy y mañana, y que, por consi-
Nueva York era dirigido abora, sobre todo, por judíos provenientes del guiente, en lugar de volcarse en una restauración orientada por la histo-
Este de Europa (de 194() a 1972, Louis Finkelsteill fue presidente y can- ria, promueve una reconstrucción del judaísmo que mira hacia e! futuro.

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 7. RECONSTRUCCION DEL JUDAISMO

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7. Reconstrucción del judaísmo: Mordecai M. Kaplan "otreidad" es algo mucho más amplio que religión judía. Comprende la
istoria, literatura, lengua, organización social, usos sancionados por el
Dentro del movimiento conservador, fue el rabino Mordecai M. Ka- pueblo, medidas de conducta, ideales sociales y espirituales, valores es-
plan (1881-1983) el que, distanciado pronto de la ortodoxia, mostró u9-a téticos que, juntos, constituyen una civilización»3?
decidida inclinación al cambio, al progreso, al presente y al futur0 34 . El, Esto era lo decisivo, y como solución, muy americana: según Kaplan,
que fue durante 35 años director del conservador «Teachers Insitute» los judíos tienen que aprender a aceptar no sólo su herencia fisiológica,
(contiguo al conservador «Jewish Theological Seminary»), fue el pri- sino también su herencia social, ese entramado hecho de costumbres,
mer teólogo judío importante nacido y crecido en América. Su expe- ideas, estándares y códigos de conducta característicos. Se expresa todo
riencia fue similar a la del rabino Jacobs: muchos estudiantes de familias esto con el término «civilización», un concepto cuyo equivalente alemán
ortodoxas entran en el «Seminary» y en el «Teachers Institute» porque más próximo es el de Kultur (civilización, cultura): «Un conjunto de
siguen siendo judíos y desean trabajar intensamente por la lengua, his- saber, habilidades, herramientas, artes, literaturas, leyes, religiones y fi-
toria, literatura, cultura y esperanza nacional hebreas. Pero, por desgra- losofías que están entre el hombre y la naturaleza exterior»38. Dicho
1
cia, la fe en el Dios bíblico, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob no con términos más claros: el judaísmo debía ser entendido ante todo -en
les ofrece un bagaje suficiente. un contexto socio-cultural evolutivo-- como cultura religiosa en la que la
Sin embargo, esto fue para Kaplan sólo uno de los síntomas de la cri- religión representa un factor importante, pero es sólo uno entre varios.
sis general del judaísmo americano en los tiempos modernos; una crisis a Era lógico que, partiendo de ahí, Kaplan insistiera en la conexión
la que, en su opinión, no se podía hacer frente con el racionalismo del orgánica entre pueblo y tierra, y que optara decididamente por el sio-
siglo XVIII ni con el liberalismo del siglo XIX: maldición de los judíos por nismo. También es lógico que, para Kaplan, en un caso extremo hasta un
los no judíos, indiferencia por la herencia judía, estancamiento espiritual ateo o agnóstico pueda ser un buen judío porque ahora la religión no es
y frustración psíquica de tantos hijos de familias judías que, sin embargo, el criterio único para definir la condición de judío. En cuanto a la «re-
no saben a qué pertenecen en el plano espiritual. Pregunta: en una crisis construcción del judaísmo», interesan a Kaplan más las cuestiones prag-
de identidad de estas características, ¿puede ayudar, por ejemplo, la máticas de la utilidad que las de la metafísica y de la teología: ¿se logra
acentuación racionalista de los rasgos universales de la fe y de la ética (fe una adecuación partiendo de la esencia del judaísmo? ¿enriquece la vida
en en solo Dios, fraternidad de todos los hombres, justicia como ideal judía? ¿es interesante en sí tal acomodación? Se trata de un pragmatismo
ético supremo), como se hace en el judaísmo reformado? ¿o acaso la ní- típicamente americano con coloración judía.
tida afirmación creyente del peculiar origen sobrenatural de la religión
judía, como es habitual en la neoortodoxia? No. Según Kaplan, ni la ra- ¿Dónde queda la religión? ¿Qué papel jugará en el futuro? Este expo-
cionalidad ni la revelación pueden servir de ayuda si no se tiene en cuen- nente del conservadurismo de izquierdas responde diciendo que la religión
ta lo decisivo: que el judaísmo no es sólo una religión, sino más que una es una magnitud que no debe ser infravalorada, pero tampoco sobreva-
religión. ¿Más que una religión? lorada, pues si es cierto que no se puede identificar religión con civiliza-
, Solomon Schechter nombró a Kaplan catedrático del nuevo «Tea- ción judía, tampoco cabe trazar una raya de separación entre civilización

~
hers Institute» después de haber escuchado una conferencia del joven ra- y religión. Dice Kaplan: «De todas las civilizaciones, el judaísmo es el que
bino que, en plena crisis personal respecto de la ortodoxia, defendió la menos se puede permitir el lujo de no tomar en cuenta la religión ... Si deja
esis siguiente: «El futuro del judaísmo exige que toda doctrina y praxis de lado la religión, el judaísmo se convertirá en una cáscara vacía»39. Con
judías se asienten en el principio de que la religión judía es para el pue- todo, no debe ser la Torá, la Ley, extraña para muchos judíos modernos,
blo, no el pueblo para la religión judía»35. Precisamente esta tesis agradó la que decida sobre cómo tienen que vivir los judíos, sino la civilización re-
a Solomon Schechter, el defensor de la autoridad del pueblo de Israel. ligiosa. Kaplan concuerda profundamente con el conservadurismo en
Por eso, Kaplan creó en 1918 el primer «Jewish Center» o centro de este aspecto: en que la base del judaísmo es el pueblo judío y su tradición.
vecinos, cuando notó que la liturgia y la predicación solas apenas llega- ¿Y la religión judía? Ella expresa la conciencia de este pueblo. Cuanto más
ban al individuo. Ese centro era una sinagoga que servía al mismo tiem- fuerte sea la conciencia del pueblo y la civilización judías, tanto más
po como local social, cultural, recreativo y deportivo. En 1934 -en fuerte será la solidaridad, y tanto más fuerte la religión.
plena crisis económica (devaluación del dólar en un 59,06%), lo que pro- Así, pues, Kaplan, como Jacobs, se toma la libertad de no admitir en
Vocó un decisivo crecimiento del antisemitismo también en América-
Raplan publicó su obra programática de casi 600 páginas sobre la «re-
Construcción de la vida judea-americana» ~ajo el título de El judaísmo
como civilización 36 • Su tesis principal decía así: «El judaísmo como
¡
la nueva época todas las aseveraciones de la fe ni todas las prácticas de la
Ley. En decto, las autoridades del pasado tienen derecho a expresar su
punto de vista, pero carecen de derecho de veto, porque Kaplan no cree
en una revelación divina sobrenatural, en una elección divina del pueblo

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C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO 8. ¿HA PERDIDO SU «ESENCIA. EL JUDAISMO?

ni en la autoridad divina de la Ley. La Biblia es para él un libro huma-


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que pueda imponerse un único modelo de religión judía en el que todos
no • Pero Kaplan -al que los ortodoxos condenan como liberal y na- los judíos se sometan al mismo código legal y a la misma doctrina de fe.
turalista- no consiente que se ponga en duda su creencia en Dios. Insiste ¿Significa eso que la fe judía no tiene una «sustancia» que sea común a
en que su única pretensión es la de andar un camino que discurre entre el todas las denominaciones? ¿Debe pertenecer sin más ni más a la religión
tradicionalismo sobrenatural y la irreligiosidad (Freud) fundamentada todo lo que promueve una creativa interacción social entre judíos? ¿Es
sólo de forma aparente. Dice que por eso no quere entender a Dios de completamente indiferente lo que crea uno como judío? ¿Es suficiente
f~rma antropomórfica, sino -recordemos a Spinoza- como la potencia saber que la religión es buena para el hombre, para su salud espiritual y
vital no humana, inmanente-trascendente, salvadora, que está en el uni- ara la cohesión de todos los judíos? Pero ¿es indiferente a qué se atiene
verso. Dicho en términos positivos, Kaplan quiere mantener las prácticas uno en último término? Hablando en términos teológicos, ¿es posible re-
tradicionales judías en la medida en que es posible vivirlas en la vida mo- nunciar a la Torá como expresión de la voluntad de Dios (es la pregunta
derna; su verdadera intención es la de sustituir las fundamentaciones an- que también Louis Jacobs formula a la reconstrucción de Kaplan43 ), re-
ticuadas por otras nuevas, pues el judío debe poder celebrar con buena ducir la alianza con Dios a solidaridad humana? ¿Se puede sustituir tan
conciencia el sábado y las fiestas, practicar los preceptos alimentarios y sencillamente la Ley de Dios por la sociedad judía, por el «pueblo», y los
decir las oraciones de bendición. mandamientos de Dios por las costumbres del pueblo? ¿Es la «conti-
. ~o se trata, pues, de restauración, sino de «reconst~cción» del j~­ nuada vida del pueblo judío»44 el denominador común que garantiza la
dalsmo a la luz de las ciencias y de los tiempos actuales. Ese es el objeti- «continuidad de la religión judía» en los diferentes estadios históricos?
vo de esta teología. Eso significa en concreto que también Kaplan puede ¿No se cae en un círculo vicioso cuando se argumenta dicie~do q~e
celebrar la fiesta de la Pascua con la gran tradición judía aunque él no en- tiene que ser la norma del judaísmo lo que es de hecho la praX1S SOCIal
tienda esta fiesta a la luz del supuesto éxodo de Egipto y de la entrada en imperante? ¿Acaso no se puso de manifiesto en la Alemania de los años
la Tierra prometida, sino a la luz del holocausto y de la creación del Es- treinta qué magnitud tan problemática son «el pueblo» y «la voz del pue-
tado de Israel. Kaplan puede aceptar los ritos y ceremonias judíos en la blo»? ¿No lamentan también bastantes judíos que tantos congéneres no
convicción de que son vínculos que mantienen unido al pueblo judío en tengan una idea cabal sobre los principios y constantes del judaísmo, que
todo el mundo; y puede practicar el sábado, las leyes alimentarias y lleguen incluso a veces a afirmar que no existen tales principios, o que
rezar las oraciones de bendición. Pero no como preceptos revelados por tales preguntas sobre la esencia de lo judío son «típicamente cristia-
Dios, sino como costumbres populares útiles (folkways) que pueden nas»? ¿No se necesitaría también en el judaísmo un consenso básico en lo
ayudar, enriquecer y alegrar. «esencial,,? Precisamente cuando no existe un credo general ni una au-
Dentro de esos parámetros, Kaplan fundó en 1935 la «Revista re- toridad central en el judaísmo, ¿no es cuando surge la pregunta de cuál
construccionista» y el movimiento reconstruccionista, lo que se convirtió podría ser el centro de la fe judía?
para muchos de los judíos norteamericanos en algó así como una cuarta Repitámoslo una vez más: la disputa sobre el pasado en este presente es
denominación judía con su propio «Rabbinical College» y su propia una disputa acerca del futuro. Hemos esbozado el origen y transform~ción
organización. Los creó para promover el progreso del judaísmo como ci-
vilización religiosa, para construir la tierra de Israel y para promover la
l
de las tres denominaciones judías. También hemos tomado en seno la
condición de judío sin religión. Se ha aludido a la problemática interna de
libertad, la justicia y la paz universales 41 . Casi veinticinc() años después, todas las opciones intrajudías. ¿Cuál es el resultado con miras al futuro?
en el prólogo de la reedición de 1957 de su obra capital, lCaplan subraya También muchos judíos convendrán en que ninguna de las seis opciones
de nuevo su intención básica: lejos de explicar el j1ldaísmo sólo como un descritas -ortodoxia clásica e ilustrada, judaísmo reformado racionalis-
problema socio-psicológico o teológico, lejos de promover la indiferencia ta y corregido, judaísmo conservador o reconstruido- satisfacen del
religiosa o la laxitud ritual (reproches que le lanzan sus adversarios), Ka- todo. Ninguno de los diversos grandes teólogos, desde Hirsch y Soloveit-
plan persigue los «siguientes objetivos: 1) afirmar la naci()nalidad judía; chik hasta Kaplan y Heschel, pasando por Geiger, Jacobs, Frankel y
2) reavivar la religión judía; 3) formar una red de comunidades orgáni-
Schechter, puede ser calificado como la posición judía del futuro. Por con-
cas; 4) fortalecer el Estado de Israel; 5) promover la creatividad cultural
siguiente, hay que elegir. Pero ¿qué, a quién? Surge en este punto una pre-
judía y 6) colaborar con la comunidad general en todas las empresas a gunta aún más fundamental, una pregunta que se refiere a la esencia.
favor de la libertad, de la justicia y de la paz. ¡Quiera Dios que nuestro
pueblo atienda la llamada!»42.
8. ¿Ha perdido su «esencia» el judaísmo?
Sin embargo, esta impresionante reconstrucci->D sistemática suscita
preguntas críticas en judíos y cristianos: sin du([a, es ilusorio pensar Nathan Glazer, profesor de pedagogía de Harvard, ha hecho, al final de
su muy informativa y concisa historia del judaísmo americano, las si-

412
413
C.II. PRINCIPALES OPCIONES RELIGIOSAS DE FUTURO
8. ¿HA PERDIDO SU «ESENCIA» EL JUDAISMO?

. g~iente~ afirmaciones ~ásicas sobre la problemática intrajudía actua:l,


afIrmacIOnes que debenan ser tenidas más en cuenta en muchas discu- cisamente ese pueblo judío -para el que él quiere fijar leyes y nor-
siones entre judíos y cristianos: «En la religión judía hay muchas cosas \mas- no es el pueblo del que habla la halaká»49.
ue no son Ley u observancia de la Ley. Pero su esencia (essence), tal Sin embargo, por correctos que puedan ser los análisis que Nathan
omo se ha desarrollado a lo largo de 2.000 años, ha sido un modelo de Glazer y Yeshay~hu Leibowitz hacen de la situación real del judaísmo,
ida completo en el que la práctica diaria de oraciones y de observancias debe haber espaCIO para otra visión respecto a su problemática de base.
e la Ley, subrayada incluso con la observancia aún más intensa del sá- Pregunto: ¿Se perdió realmente la «esencia» del judaísmo (N. Glazer)?
ado y de las festividades, recordaba a todos los judíos que ellos eran un ¿Se encuentra realmente el pueblo judío en un imparable «proceso de
pueblo sagrado. Ese modelo de vida era el judaísmo»45. d~scompo~ición interna, de hecatombe y de disolución» (J. Leibowitz)50?
¿Cómo están las cosas ahora? Opina Glazer que ese modelo de vida es SI, estoy dIspuesto a dar la razón a estos prestigiosos eruditos judíos en
seguido todavía sólo por una reducida minoría: «Puesto que sólo lo dos puntos:
practica una ~xigua minoría, ha ~ambiado su carácter. Hace tiempo que , -Sin duda, la observancia estricta de la Ley, practicada pQr la ma-
las observanCIas de la Ley han deJado de ser la forma de vida externa del yoría ~e los jud~os hasta el comienzo de la modernidad, es vivida hoy por
judí~ en general.para conver~irse en la plataforma ideológica de una de
una mm?ría eXIgua (aunque muy visible y audible a veces); ni siquiera la
las dI.v~~sas comentes que e~Ist~n en la vida judía. El judaísmo, que fue ortodOXIa moderna ha logrado salvarse de algunas acomodaciones.
la reh~I~~ de todo el pue.blo)udlO, se convirtió en ortodoxia, que sólo es -Sin duda, el judaísmo moderno reformado padeció en ocasiones tal
la P?SI~lOn de algl;lnos. J~dI~s. E~to ha ocasionado una ruptura en la carencia de perfiles que pareció ignorar, bagatelizar y negar la sustancia
co~tml!Idad de ~a hI~to!la ludIa mas seria que el asesinato de seis millones
y constantes de la fe judía en favor de intereses humanitarios morales
d~ JudlOs. La hIst.ona )u~ha ,conoce masacres (y está preparada para su-
sociales y, sobre todo, políticos. "
fnrlas). Pero la hIstona JudIa no Conoce un abandono de la Ley ni está A pesar de todo, y ésta es mi pregunta, lo que ha entrado en crisis ¿es
preparada para él» 46. The abandonment of Law, «el abandono de la realmente, como piensa Glazer, la auténtica «esencia» de la religión
Lep ... Al abandonarla en nuestros días, ¿no se ha abandonado la «esen- judía y del pueblo judío tal como ella se ha mantenido durante 2.000
cia» del judaísmo? añ?s? Mi respuesta es la siguiente: indudablemente, sigue activa en el ju-
daIsmo una doble crisis que afecta a dos constelaciones definidoras de
Altamente pesimista suena también el más reciente pronóstico de fu- una época, pero no a la auténtica sustancia del judaísmo:
turo hecho por Jeshajahu Leibowitz, profesor de química, erudito rabino • una crisis del paradigma rabínico-sinagogal (P IV), de la religión ha-
y una de las mayores figuras intelectuales del actual Estado de Israel. Sin láquica de la T orá, con todas las consecuencias para el futuro de este
duda, para Leibowitz «el pueblo judío es uno de los fenómenos más fuer- judaísmo;
tes y permanentes de toda la historia humana»47, pero, según él, <<la or- • pero también una crisis del paradigma de asimilación a la modernidad
tod?xia ,moderna no ha efolcontrado respuesta a los pro blemas actuales (P V), con todas las consecuencias para la ulterior existencia del ju-
del JudaIsmo 'f del pueblo J.udío; ni siquiera tiene comprensión para esos daísmo como religión;
problemas. SI se me permite recapitular mis palabras sobre este tema, • pero todo esto no afecta de manera inmediata a la inmutable «esencia»
tengo q~e deCir que no. veo claro el futuro del pueblo judío; ni en Israel ni de la religión judía, sino tan sólo a una determinada forma histórica.
en la dIaspora. Es pOSIble que no haya solución alguna para la crisis in-
terna que comenzó en el siglo XIX»48. Nuestro análisis de los paradigmas ha mostrado con claridad que el
Me impresiona paradigma rabínico-sinagogal no se desarrolló en toda su plenitud hasta
' constatar cómo en Israel ' la tierra de los profetas, des~més de la caída del Segundo Templo, mientras que el moderno pa-
.h~y .m~c has mas personas que en el islam, pero también más que en el
radIg~a de emancipación nació con la Ilustración y fue puesto en grave
~nstIamsmo, qU,e s~ atreven a apelar a la conciencia del pueblo sin que les
Importen las perdIdas que ello pueda ocasionarles. Para Leibowitz la ent;edlchoyor l:as dos guerras !llundiales. Sin duda, ambos paradigmas
c~estión radical ~s la de «si el pueblo judío existe aún desde el punt~ de estan en CrISIS. Sm embargo, a fm de conseguir alguna claridad de cara al
VIsta de la hal~~a. ~os Neturet-Karta (grupo pequeño de judios ultraor- futuro, queremos -al concluir esta segunda parte dellibro y como paso
todoxos J:' a~tlslOfolIsta~ que rechazan el Estado de Israel) dicen que sólo la tercera- que las dos posiciones extremas de este momento manten-
ellos son )UdlOS. S~ decIlllos que también los "libres" -las personas que an una conversación, lo que, naturalmente, tiene que convertirse en una
no obse~van las mt$wot (preceptos de la Ley)- SOI1 judíos, eso tiene con- disputa acalorada. En el ala derecha de los ortodoxos tenemos al funda-
secuenCias muy profundas para la halaká. Eso caracteriza la impotencia menta lista; en la izquierda del judaísmo reformado, <11 secularista.
y desconcierto de un judaísmo religioso que ignora el hecho de que pre-

414 415
C.II. PRINCIPALES OPCIONES REliGIOSAS DE FUTURO
9. UNA DISPUTA

9. Una disputa
judía y con el Estado judío. ¿Es que no os dais cuenta de que reducís a la
Una disputa teológica que ponga las cartas sobre la mesa es mejor que época moderna la plurimilenaria historia judea-israelita y la convertís en
una paz ambigua; sobre todo, en contraposiciones tan manifiestas. Se po- medida de todas las cosas? Vosotros sois esclavos de una modernidad
dría decir que una posición extrema es el espejo en el que la otra se re- alejada de Dios, en vez de servir al Creador del cielo y de la tierra
fleja; cuando se enfrentan con perfiles acerados, parecen compensarse Señor de la historia, observando los preceptos dados por Dios mismo. '
entre sí. No es difícil imaginar la disputa entre representantes de ambas El secularista: No, el pecado radical es el vuestro. Vosotros habéis ol-
posiciones, aunque éstas apenas dialogan, pues se ignoran casi siempre' a vidado muchísimas veces la Biblia, os habéis empantanado en la tradición
veces, también se atacan como adversarias. Pero escuchemos aten~a­ y pensáis que es buen judío el que puede citar para cada ocasión la
mente: Misná y el Talmud. De ese modo, reducís nuestra historia a la Edad
Medi~,.que nunca parece querer terminar para vosotros. Habéis queda-
El fundamentalista: En el fondo, vosotros los «modernos» progresistas do pnSIOneros de vuestro pasado en lugar de abriros a los nuevos desa-

¡ habéis dejado de ser judíos auténticos. De tanto acomodaros al mundo fíos del presente y a las posibilidades del futuro.
m~derno, habéis m~lversado toda s~s~ancia reli~iosa .. Defendéis un ju-
dalsmo que ha perdIdo su centro rehgIOso: la m11enana fe en Dios y la ¿He caricaturizado ambas posiciones extremas? ¿Terminará algún
elección del pueblo de Israel. día e~ reconciliación esta disputa? Quizás ambos bandos sean poco
El secularista: ¿Y vosotros, presumidos devotos? En el fondo vosotros conSCIentes de que la modernidad, desencadenante de la gran disputa pa-
habéis dejado de ser verdaderos hombres. A fuerza de conce~traros en dece una crisis profunda, y de que el mundo ha entrado en una co~ste­
vuestra fe y en vuestras leyes, os habéis aislado por completo del mundo lación posmoderna que exige nuevas decisiones también al judaísmo de
y de los hombres. Defendéis un judaísmo que se ha hecho ciego a la rea- que quizás le ofrezca un camino para salir del dilema moderno. Deb~re­
1idad y autosuficiente y ha perdido así la simpatía de los hombres. mas centrarnos en el emerger de la posmodernidad y en sus consecuen-
El fundamentalista: ¿Es que no os dais cuenta de que en vosotros, en cias para el judaísmo antes de pasar a discutir problemas fundamentales
'lugar de la única religión verdadera, funciona una religión moderna concretos del judaísmo futuro: conflictos vitales y el futuro de la Ley' ju-
sustitutoria? En vez de creer en Dios, a lo sumo tenéis fe en Israel. ¡Y díos, mus~lmanes y el futuro del Estado de Israel; el holocausto y ei fu-
vaya usted a saber lo que entendéis por Israel! Si tenéis una convicción turo del dISCurso sobre Dios.
común, ésa es la fijación en el holocausto, como si se pudiera abreviar de
ese modo la larga historia de Dios con su pueblo, Naturalmente nunca
iríais al Templo aunque fuera reconstruido para vosotros. Os ba~tan los
monumentos laicos al holocausto; tenéis bastante con Yad wa-Sem. Allí
celebráis el día que es para vosotros más importante que todos los
demás; no el Yom Kippur, la reconciliación con Dios, sino el día de la
50'.1, la catástrofe de los hombres. Para eso no necesitáis ninguna acción
litúrgica.
. El secularista: Vosotros habláis así porque no tenéis una mentalidad
moderna, vivís en la Edad Media y os habéis fabricado un sucedáneo de
mundo. Aparentáis creer en Dios, pero, en el fondo, creéis en la Ley, a la
que habéis convertido en vuestro dios. Si tenéis alguna convicción que os
una, e.s la de vuestro manifiesto legalismo, que desprecia todo progreso
histórICO. Por eso oráis con movimientos de cabeza en el muro de las la-
mentaciones al tiempo que mantenéis alejadas a las mujeres. Por eso ce-
lebráis con tanta unción el Y om Kippur, en el que suponéis que se os per-
donan vuestros numerosos pecados.
El fundamentalista: Ya veo con claridad cuál es vuestro mal funda-

¡mental: esperáis poco de la Torá e,:;crita, palabra <le Dios, y hace tiempo
que abandonasteis la Torá oral. ¡Ese es vuestro pecado radical! Sin em-
bargo, os tenéis por buenos judíos porque os identificais con la «historia»

416
417
TERCERA PARTE

POSffiILIDADES DE FUTURO
A. EL JUDAISMO EN LA POSMODERNIDAD

El mundo moderno, que comenzó a mediados del siglo XVII, para alcan-
I zar su punto culminante en el siglo XIX y luego sufrir una mortal con-
moción con la Primera Guerra Mundial, era un mundo eurocéntrico. Los
mundos de Asia, de las dos Américas y de Africa se hallaban en la mo-
dernidad dominados por los Estados nacionales euroJleos. Este mundo
\ moderno era, al propio tiempo, un mundo cada vez más secularizado.
Con la progresiva evolución de las sociedades industrializadas occiden-
tales, la religión -no sin culpa por su parte- fue desapareciendo acele-
\ radamente de la escena pública y replegándose en el ámbito de lo priva-
do y subjetivo. En la psique humana, la religiosidad era con frecuencia no

I menos reprimida que la sexualidad. Y en el ámbito soóal -a veces por


comprensibles motivos-, la religión se veía no raramente sometida a la
represión o incluso a la opresión. Por todas partes nos encontramos
(con una macrohistoria muy susceptible de ser rellenada y enriquecida a
placer. Ciertamente todo el mundo de la ciencia, tecnología, industriali-
ZaCiÓn y, por desgracia, también de la militarización europeas, al mismo
tiempo que se ha desarrollado se encuentra crecientemente amenazado.
\Para los judíos, esta modernidad europea supuso una invitación a la
adaptación, pero también, al menos en Europa, al fracaso de esa adap-
\tación y finalmente la horrorosa catástrofe del holocausto. El holocaus-
to, como hemos visto, constituye el punto más bajo y elpunto final de la
modernidad. Este período parece, también para el judaísmo, definitiva-
¡ mente superado. Pero, ¿qué pasará luego? ¿Qué viene después de la mo-
dernidad, en la post-modernidad? ¿Cuáles son las tendencias esenciales
de evolución?

421
1. ¿QUE ES LA POSMODERNIDAD?

1. EL NACIMIENTO DE LA POSMODERNIDAD censo una sociedad postindustrial. En los países desarrollados estamos
progresando hacia una sociedad de servicios y comunica~iones. .
-Desde el punto de vista de la convivencia, se perfda un slstema
Antes de hacer entrar definitivamente al judaísmo en la fase de la pos- postpatriarcal en la relación de los sexos. En la .familia, en .t,a vid,a pro-
modernidad, es preciso respOI;der ~ una pregunta: ¿Q~é es e?mc!amente fesional y en la pública se camina claramente hacia una relaclon mas par-
la «posmodernidad»? ¿En que sentido empleamos aqUl ese termmo? N? ticipativa entre hombre y mujer. .
puedo entrar ahora en la compleja discusión en torno a la posmoderm- -Desde el punto de vista de la cultura, nos movemos h~cla una
dad, que ya he adelantado en Proyecto de una ética mundiaP y pienso orientación postideológica. El universo cultural del futuro estara marca-
proseguir en el volumen sobre el cristianismo. En este contexto referen~e do por el pluralismo.
al judaísmo nos bastará un somero resumen para afrontar la problema- -Desde el punto de vista religioso, se prepara un mundo postconfe-
tica del futuro. sional e interreligioso. Empieza a desarrollarse, a paso lento y penoso,
una comunidad mundial multiconfesional y ecuménica.
1. ¿Qué es la posmodernidad?
El cambio de paradigma de la modernidad a la posmodernidad supo-
Nuestra época todavía no cuenta con un nombre y tampoco con un so- ne un fundamental cambio de valores (no necesariamente una desapari·
brenombre (como en otro tiempo, el «Barroco» o «Rococó»). Pero ne- ción de los valores) que conducirá a un robustecimiento de la visión
cesitamos al menos un nombre provisional para caracterizar esta época, ético-religiosa del mundo:
tal como se ha ido configurando a partir de la Primera y Segunda Guerra -de una ciencia amoral a una ciencia éticamente responsable;
Mundial. Me decido, pues, por el término «p<?smodernid.ad» .. :' no s.e -de una tecnocracia dominadora del hombre a una tecnología al
trata aquí de un mero tópico de moda para desIgnar una sltuaclOn espI- servicio de un hombre más humano;
ritual sumamente ambivalente, sino de un «término de búsqueda» (un --de una industria de impacto medioambiental a una industria que, de
término heurístico) para establecer lo que separa a nuestra época de la acuerdo con la naturaleza, fomente los auténticos intereses y necesidades
modernidad. La modernidad comenzó a mediados del siglo XVII, se del hombre;
sumió en una profunda crisis con la Primera Guerra Mundial, y alcanzó -de una democracia jurídico-formal a una democracia viva que ga-
su Ocaso definitivo con la Segunda Guerra Mundial, y con el holocausto. rantice la libertad y la justicia.
«Posmodernidad» es, por consiguiente, para mí un término epocal que Si la nueva constelación posmoderna lleva consigo una sociedad mun-
intenta comprender las experiencias de crisis de la modernidad (de ahí dial multirreligiosa, entonces la extinción de las mo¿ernas ideologías
post-modernidad) y la búsqueda de nuevas síntesis en, la ~eoría y,en l.a del progreso supondría para la religión, también para la religión judía,
práctica (de ahí post-modernidad). De hecho, en los mas dlvers?s ambl- una nueva oportunidad. Si el holocausto significó la caída y el punto final
tos de la vida, la experiencia de crisis ha provocado ya h~ce tiempo la de la modernidad, el nacimiento del Estado de Israel fue el punto de par-
búsqueda de lo nuevo, o bien lo nuevo se ha hecho ya realIdad. Intente- tida y de arranque de la posmodernidad. Del mismo modo que la religión
mos escrutar y valorar los grandes contextos: judía y su teología de la posmodernidad siguen negativamente afectadas
-Desde el punto de vista geopolítico, n()s hallamos ante una cons~ela­ por la catástrofe, por la so'a, se hallan positivamente influidas por el res-
ción posteurocéntrica: se acabó el dominio del mundo en manos de cmco tablecimiento de un Estado judío. Esta transformación ¿e la constelación
Estados europeos rivales (Inglaterra, Francia, Austria, Frusia/Alemania, política mundial a partir de la Primera y Segunda Guerra Mundial es de
Rusia). Ahora nos enfrentamos a una constelación policéntrica de diversas gran trascendencia, no sólo para el Estado de Israel, nuevamente surgido
regiones del mundo: en primer lugar, Norteamérica, la Unión Soviética, la después del holocausto, sino también para todos los judíos de América y
Comunidad Europea y Japón, y luego también China y la India. para la comunidad judía en todo el mundo. Globaliza(ión y pluralismo
-Desde el punto de vista de la política exterior, henI»s de contar con no se excluyen mutuamente. Pese a todos los inconvenientes y movi-
una sociedad mundial postcolonialista y p(1stimperialisía. En el mejor de mientos reaccionarios, hemos de encaminarnos paso ¡¡ paso hacia una
los casos, ello supondría una cooperación internacional y unas verdade- humanidad post-confesional e inter-religiosa, y desde (se ideal, no obs-
ras Naciones Unidas. , tante los viejos antagonismos y las nuevas tensiones, podría ir surgiendo
-Desde el punto de vista de la política económica, empieza a desa- una variada comunidad ecuménica mundial.
rrollarse una economía postcapitalista y postsocialista. Podríamos lla- Tal sociedad multirreligiosa sin duda resultará veniajosa para el ju-
marla, con cierto derecho, economía de mercado ecológico-social. • daísmo. Del mismo modo que el judaísmo, en cuanto t1linoría, salió ga-
-Desde el punto de vista de la política social, se halla en creciente as- , nando con el surgir en el siglo XVI de Iglesias cristianas concurrentes y

422 423
A.I. El NACIMIENTO DE LA POSMODERNIDAD 3, TRANSFORMACION LIBERADORA DE LA RElIGION

que se contrapesaban mutuamente, también podría beneficiarse, en cuan- -liberación político-social: hacia una transformación no violenta de
to la más pequeña de las religiones mundiales, de un encuentro ecumé- las situaciones sociales inhumanas (desde Sudáfrica hasta Sudamérica,
nico entre las grandes religiones concurrentes en una única sociedad desde Europa del Este hasta Filipinas).
mundial, siempre naturalmente que sea posible superar el fanatismo, el De todos modos, todavía subsiste la vieja forma represiva y regresiva
xclusivismo y el triunfalismo en favor de una coexistencia pacífica de las de religión, conocida ya en todas las religiones como fundamentalismo
iversas religiones en igualdad de derechos. La Guerra del Golfo lo ha (término utilizado en su origen para designar al protestantismo biblicis-
demostrado: la actual sociedad mundial ya no puede permitirse desen- tal. Pero, como todas las demás religiones, también el judaísmo habrá de
adenar guerras de religión -«en nombre de Alá» o «con la ayuda de someterse al criterio de si realmente contribuye o no a la humanización
ios»- y tampoco introducir una escalada religiosa en los conflictos del hombre, al fomento de la libertad, al respeto de los derechos huma-
socio-políticos y económicos. nos y a la implantación de la democracia. Efectivamente, también el ju-
daísmo, 10 mismo que el cristianismo (y el islamismo), se enfrenta aquí a
2. Posibilidades de futuro para la religión un dilema muy concreto:
• Las religiones pueden ser autoritarias, tiranas y reaccionarias, y el
,La posmodernidad significa para la religión: cuando hoy se quiere ser re- cristianismo lo ha sido con demasiada frecuencia. Pero también el ju-
'ligioso, ya no es necesario situarse --como lo hicieron la mayoría de las daísmo puede provocar a veces miedo, intolerancia, injusticia, frus-
191esias en la modernidad- contra la ciencia (Galileo), la tecnología, la tración e inhibición social, puede legitimar inmoralidades y conflicti-
industria y la democracia (1789). Por otra parte, para la crítica de la re- vidaa social, así como inspirar guerras.
ligión, la posmodernidad significa: quien, partiendo de Feuerbach y • Las religiones pueden, por otra parte, actuar como instrumento de li-
Marx, de Nietzsche y Freud, profetiza el fin de la religión apelando a las beraóón, de orientación al futuro y de fraternidad, y lo han hecho
modernas conquistas, queda descalificado. En una perspectiva global tanto el cristianismo como el judaísmo; pueden extender la confianza
cabe afirmar: la religión está viva, ciertamente con sus manifestaciones a en la vida, la magnanimidad, la tolerancia, la solidaridad, la creativi-
veces problemáticas y criticables, pero ya no son excluyentes una actitud dad yel compromiso social; pueden fomentar la renovación espiritual,
religiosa fundamental y una visión científica del mundo o un compro- las reformas sociales y la paz mundial.
miso político.
¿Qué supone, en definitiva, la constelación posmoderna para la reli- En esta nueva gran constelación policéntrica, transcultural y multi-
gión? En el ámbito de las posibilidades, una revitalización de la religión rreligiosa, una cosa es dara: cuanto más se identifica en sí misma una re-
oprimida, una renovación de la religión perdida, una transformación li- ligión sin perderse en luchas confesionales, tanto más fácil y eficazmente
beradora de la religión tradicionalista: podrá aportar una contribución común a estos objetivos. El concilio
-La religión ya no va a ser, como en el paradigma moderno, ignora- Vaticano II y el Consejo Mundial de las Iglesias han acercado conside-
da, privatizada, reprimida o incluso perseguida. rablemente en los últimos decenios a los católicos, los protestantes y los
-La religión tampoco va a ser, como en el paradigma medieval, ab- ortodoxos y a sus respectivas Iglesias, no obstante las persistentes difi-
solutizada y supra valorada, objetivada e institucionalizada. cultades y diferencias. Pero ¿cuál es la situación del judaísmo? Una gran
-En el paradigma posmoderno, y en plena secularidad, la religión po- personalidad judía de la transición, nacida en el punto culminante de la
dría más bien ser tomada nuevamente en serio: corno la dimensión más modernidad y fallecida en Jerusalén en un mundo y una época comple-
profunda del ser humano y de la sociedad, siempre en el contexto de la tamente distintos, nos facilitará y aclarará sin duda el encuentro con esta
no menos importante dimensión económica, psicológica, jurídica, social, problemática: Martin Buber.
política y estética.
3. Transformación liberadora de la religión: Martin Buber
Precisamente, un signo característico de la posmodernidad podría ser
que la religión ya no va a poder ser utilizada, como ha sucedido con 'Martin lluber2 es uno de esos hombres de quienes, habida cuenta del con-
tanta frecuencia en la modernidad, para oprimir al hombre «<Ancien Ré- junto desu obra, bien puede decirse que encierran tres vidas en una; cada
gime»), sino que será capaz, siempre que no adopte formas reaccionario- una de sus grandes contribuciones podría llenar con creces una vida
fundamenta listas o etnocéntrico-militaristas, de implicarse de un nuevo normal.
modo humanista en la liberación del hombre: -En primer lugar sabernos que nació en Viena en 1878, que pasó su
-liberación psicológico-psicoterapéutica: en relación con la identidad infancia en Lemberg con su abuelo Salomon Buber, un estudioso de
y madurez psíquica del individuo «<hombre erguido»), gran cultura rabínica, y que, ya a principios de siglo, se hizo acreedor de

424 425
A.1. EL NACIMIENTO DE LA POSMODERNIDAD 3. TRANSFORMACION LIBERADORA DE LA RELlGION

·
imperecederos méritos con respect?,al p~ns~iento jasídico. en la Europa algunos judíos creyentes, por otra parte, no había sido capaz de «confe-
l
del Este, lo que ciertamente no deJo de mflmr en el postenor desarrollo
de su «principio dialógico».
-En segundo lugar, sabemos también que Buber, que estudió en l~s
I
sar que tal concepción de la humanitariedad pudiera descansar en un
fundamento distinto del cristológico»6.
¿Quién es el hombre y cómo puede encontrar su camino en este
universidades de Viena, Leipzig, Zurich y finalmente en Berlín (con WIl- mundo? Esa era la cuestión fundamental de Buber, y para responder a
helm Dilthey y Georg Simmel), que fue docente desde. 1925 y de 1930 a ella Buber tuvo pronto muy claro que ya estaba superada la época de la
1933, profesor de religión y ética judía en la Universl~ad de ~rancfort, filosofía idealista que, en su construcción de la realidad partía del sujeto
emprendió en los años 20, junto con Franz.Rosenzwelg.' la.pr~~e~a tra- humano, y que, con Descartes, Kant, Hegel y el empirismo inglés, había
ducción alemana de la Biblia3 en consonanCla con el gemo lmgmstlCo he- conformado esencialmente la modernidad europea. La actitud ante este
breo así como importantes estudios bíblicos: El reinado de Dios (1932), mundo no descansa simplemente en la consciencia humana, y tampoco,
La f; de los profetas (1940), Moisés (1945)4. La ~iblia hebrea fue siem- como pensaba la filosofía existencial entonces en creciente auge, sólo en
pre para Buber fuente de inspiración y criterio úlumo. el Dassein (ser-ahí) humano desde el trasfondo de una co-humanidad ge-
-En tercer lugar, hemos de mencionar que Buber, que ya en 18?8 neral, de un anónimo «se» (Heidegger). No, el hombre se encuentra de
entró a formar parte del movimiento sionista y, en el tercer Congreso SlO- antemano -y Buber utiliza aquí puntos de vista de F. H. Jacobi, Ludwig
nista (1899) se pronunciaba por menos propaganda y m~s ~ultura en Pa- Feuerbach, Eugen Rosenstock y Ferdinand Ebner 7- no sólo enlina re-
lestina militó con más fuerza cada vez en favor de un SIOnismo cultural lación Yo-Ello, sino en una relación Yo-Tú. El punto de partida de la fi-
y se o~uso enérgicamente a un sionismo puramente político. Se entregó losofía no hay que buscarlo en <<la esfera de la subjetividad» sino en la es-
sin descanso a la labor publicística y divulgadora como redactor de re- fera «entre los seres». Justamente en esto consistía para Buber, como
vistas «<Die Welt» posteriormente «Der Jude»), fundador de editoriales para algunos otros pensadores, la «transformación decisiva» quese rea-
«<Judischer Verlag:>, Berlín), inspirador de movimiento.s judíos de jóvenes lizó en el tiempo de la Primera Guerra Mundial 8 •
«Bar Kokba'») y al estallar la Primera Guerra MundIal, cofundador de Al principio no está el cogito, el «yo pienso», sino la~, la rela-
un Comité nacional judío, en Berlín, para los judíos de la Europa del ción, así podríamos definir la base de la filosofía de Buber. El n()quiere
Este. Pero, en cuanto sionista de talante particular, se situó también situarse ni simplemente en el hombre ni simplemente en el mun~o, sino
muy pronto en favor de los árabes, ciertamente sin conseguir en este caso en este «entre»: en la relación entre el hombre y el mundo. Todaautén-
mucho eco. tica vida es, pues, para Buber, encuentro. Pero el encuentro -yeso es lo
Martin Buber es una nueva prueba del decisivo cambio de época que que le importa- puede producirse fundamentalmente de dos formas:
desencadenó la Primera Guerra Mundial para los pensadores de su tiem- como encuentro entre Yo y Ello y como encuentro entre Yo y Tu.
po: «Esta es la transformación decis~va que s; produjo en el ti~mpo de la ¿En qué consiste esta relación Yo-Ello? Como Yo-Ello designa 1luber el
Primera Guerra Mundial en una sene de espmtus. Se ha mamfestado en ámbito de la «experiencia», de los objetos (ya sea árbol, ya hombre), sin
múltiples sentidos y ámbitos, pero es i.~cuestiona.bl.e .la fundam~ntal .s?- los que, evidentemente, el hombre no puede vivir, pero que en defi]itiva le
lidaridad que surgió de la transformaclOn que se llllClaba en la sltuaclOn son necesariamente extraños. La modernidad condujo a que ellombre
umana»5. ¿Qué se entiende aquí por «transformación decisiva»? descifrara cada vez más este mundo y lo pusiera a su propia disp()sición,
pero con demasiada frecuencia a costa de su capacidad relacional
En plena guerra, 1916, esbozó Buber su fam.oso escrito filo~ó!ico Frente a la anterior, se sitúa la relación Yo-Tú. Con Yo-Tú se üdica el
fundamental «Yo-Tú», que redactó en 1919 y, fmalmente, pubhco en mundo de las relaciones 9, cuyas tres esferas son la vida con la natllraleza,
1923, justo al mismo tiempo que Karl Barth concebía, redactaba y ree- la vida con los hombres, la vida con los seres espirituales. Lo decisivo
laboraba su Carta a los Romanos, esa Carta a los Romanos que revolu- aquí es que justamente por la relación con un Tú se convierte el )lOmbre
cionaría la teología protestante y que supOlle el comi~n20 de la posmo- en un Yo. La relación Yo-Tú se caracteriza, en contraposición canla re-
dernidad para la teología protestante alemana. CUrIosamente Buber, lación Yo-Ello, por la reciprocidad, la apertura, la inmediatez, la pre-
que lo mismo que Barth, tenía una orientación bíblica,. no se quedaba sencia. Por el análisis de estas estructuras fundamentales, salta a la vista
sól~ en la Biblia, sino que incluía la reflexión filosófica, concentrándose que entre la antropología y la teología sólo hay un pequeño paso
muy especialmente en la antropología. El mismo Buber criticaría más En efecto: la reflexión de Buber sobre el principio dialógico, plasmada
tarde la teología de Barth, pues, si bien éste, en la antropología t~o~ógica en un lenguaje tan abstracto como expresivo, culmina en un punto teo-
de su Dogmática Eclesiástica, había asumido importantes conOCImIentos lógico. Su libro descansa en último término sobre la convicción oe que
(por ejemplo, con respecto a la relación al Tú) de idealistas creyentes no cada relación Yo-Tú remite a un Iú ete!!!o: «Las prolongadas lÍ1leas de
eclesiales como Jacobil de sensualistas no creyentes como Feuerbach y de las relaciones se cortan en el eterno 1 u... que, por su propia esencia, no

426 427
3. TRANSFORMACION LIBERADORA DE LA RElIGION
A.I. EL NACIMIENTO DE LA POSMODERNIDAD

I
puede ser un Ello»lO. Este Tú eterno no es conocido por principios teó- literatu~a,. y¡?e «tomar o~de~ y justicia» de la Tradición, del gran legado
ricos o especulaciones metafísicas, sino por la relación personal con él de la Blbha . Para los SlOlllstas puramente nacionalistas, un programa
que el hombre puede encontrar en todas partes, en personas, animales, en provocador y condenado al olvido ...
la naturaleza o en obras de arte. Sin embargo, para Buber, un «renacimiento» puramente formal del
Una cosa es clara en este sentido para Buber: la revelación acontece en pueblo judío vendría a ser un «globo inflado»; un «hombre hebreo»
los encuentros personales con el eterno Tú, y no sólo en aquel entonces debía se.r algo muy distinto de un simple «hombre de lengua hebrea».
del Sinaí, sino en el aquí y ahora, y siempre en ese momento en el que Buber tIene muy claro que «el futuro de la comunidad instalada de
estoy abierto a recibirla. No es la Biblia un libro muerto, sino un relato nuevo en el viejo suelo patrio depende del renacimiento de las fuerzas
vivo de encuentros dialógicos entre el hombre y Dios. Las mismas leyes normativas /ori~ales» 15. Pero .~ste renacimiento no es del tipo de un pro-
no son revelación directa de Dios, sino respuesta humana a la revelación gra~a romantlco de restauraClOn medieval, y por vuelta a la Biblia no se
de Dios. Hay que reconocerlo: no estamos hablando de una asimilación e~tlende «una repetición o continuación de lo que fue en otro tiempo»,
moderna, sino de una concepción en clave liberadora de la religión SIlla «su renovaClOn en una forma auténticamente actual»16. Un «hombre
judía, la cual, como veremos más adelante, implicará sin duda impor- hebreo» tampoco sería, pues, un simple «hombre bíblico» sino más
tantes y polémicas consecuencias para la praxis religiosa. bien un «hombre digno de la Biblia», dispuesto a «hacer y ~scuchar lo
que le comunica la boca del Incondicional»17. También en este sentido
Con todo ello se puede aclarar por qué Buber fue celebrado de forma -y no en el de un literalismo o legalismo bíblico- puede Buber hablar
tan entusiasta por muchos judíos (en su 85 aniversario, dos años antes de de un «humanismo bíblico»18. Este es, pues, el programa de Buber ni
su muerte, los estudiantes de la Universidad de Jerusalén le rindieron un n:edi~val-ortodoxo, ni si.mplemente liberal-moderno, sino -podría~os
homenaje con un gran despliegue de antorchas), a la vez que fue admi- anadlr- un programa mstaurador-posmoderno de judaísmo no sólo
rado por numerosos cristianos, teólogos y no teólogos, como un pensa- nacional, sino espiritualmente renovado. Un programa, por lo demás, to-
dor enormemente creativo e inspirador. Creo reflejar correctamente su talmente concreto, que intentaré explicar en tres puntos:
posición al calificarlo como uno de los precursores espirituales, más
aún, como una de las figuras fundadoras de la era mundial que empieza . .1. Partiendo de su personal cambio de paradigma del principio sub-
a surgir en la Primera Guerra Mundial, y que, a falta de un término más ¡etlvo-monológico al principio dialógico, Buber preconiza muy pronto
preciso, llamamos posmodernidad. En consonancia con esta imagen y a una posición más allá del individualismo y del colectivismo. Ya en los
diferencia de Heidegger, que, debido a su decisionismo filosófico exis- primeros años 40, cuando muchos intelectuales occidentales creían en el
tencial, se dejó impresionar por el nazismo y por el principio de un Füh- fascismo y el nacional-socialismo o en el marxismo-leninismo-estalinis-
rer, en su reflexión sobre el fenómeno Napoleón Buber describía ya el mo, escribía Bube~ que los tiempos del individualismo, pese a todos los
. tipo de un Führer que no conoce «la dimensión del Tú»: «El Señor de la esfuerzos por reammarlo, habían pasado, mientras que el colectivismo se
época», un Tú demoníaco, para el que no puede existir ningún Tú ... ele- encontraba «en la cumbre de su desarrollo». Y la réplica de Buber:
vándose fatalmente en tiempos cruciales: para el que todo abrasa, per- «Aquí no queda otro camino que el surgir de la persona en favor de la li-
maneciendo él mismo en un gélido fuego; al que llevan millares de rela- beración y la relación. Diviso en el horizonte, con la lentitud de todos los
ciones, mientras que de él no sale ninguna ... »l1. ~roces?/s de la ve~d~dera historia humana, el ascenso de una gran insa-
Ciertamente, el concepto síntesis que Buber ya había elaborado en vís- tlsfacClon, muy dlstlllta de todas las anteriores. Ya no va a bastar como
peras de la Primera Guerra Mundial y que, en el trágico año 1933, año hasta ahora con levantarse contra una determinada tendencia dominan-
en que fue nombrado director del Centro de formación para adultos ju- te, en nombre de otras tendencias, sino que será preciso hacerlo contra la
díos y de la Escuela judía de Francfort, dio a conocer públicamente, in- falsa realización de una gran aspiración, la aspiración a la comunidad en
mediatamente después de que Hitler «tomara el poder», siguió siendo su nombre de una real~zación auténtica» 19. El fin del colectivismo, prec~ni-
lema para el futuro: «Humanismo hebreo»12. Ya en el decimosexto Con- ado por Buber, se Impondrá en la conciencia colectiva no más tarde de
greso sionista de 1939 en Zurich, expuso lo que, después de tres decenios 1989.
de experiencia en el Movimiento nacional judío, «echaba de menos en el 2. A diferencia de un Abraham Heschel, Martin Buber entró de lleno
sistema educativo de la Palestina judía», lo que él «deseaba que fuera»: en el análisis de la moderna crítica de la religión, y se ocupó pormenori-
un «humanismo hebreo en el sentido más real»13. La activación del pue- zadamente no sólo de Kant y Hegel, de Heidegger y Scheler, sino también
blo y la renovación de la lengua hebrea no bastarían. Sería necesario al de Feuerbach, Marx y Nietzsche. Conoce el fenómeno del moderno
mismo tiempo un movimiento espiritual: el «rec()nocimiento y la exi- «crepúsculo de Dios» pero también la posibilidad de relación con Ul! Tú
gencia de distinguir entre verdaderos y falsos valores» en la historia y la eterno. Nadie como él ha expresado el tremendo abuso -a la vez que la

428 429
A.I. EL NACIMIENTO DE LA POSMODERNIDAD 3. TRANSFORMACION LIBERADORA DE LA RELlGION

,\judío se pregunta hoy si no habría hecho bien Israel, en cuestiones de


linevitabilidad- de la palabra de Dios, tan vilipendiada recientemente en
la Guerra del Golfo (y no sólo por una de las partes): convivencia entre judíos y judíos y entre judíos y árabes, prestando más
atención a pensadores como Martin Buber que a generales (como Arie!
«Sí, es la más ofendida de todas las palabras humanas. Ninguna ha
sido tan manchada y destrozada. Precisamente por eso no puedo re- lSharon). Sobre la cuestión del Estado de Israel tendremos que hablar de
un modo más pormenorizado. Y ante el otro reproche de Leibowitz de
nunciar a ella. Generaciones de hombres han arrojado la carga de su an-
gustiada vida sobre esta palabra hasta dar con ella en tierra; en el polvo Ique los puntos de vista de Buber no tendrían «relación alguna con el ju-
yace oprimida por la carga de todos. Generaciones de hombres han des- daísmo histórico, un judaísmo de la Torá y de las Mi~wot»23, ya tendre-
garrado la palabra con sus partidismos religiosos; por ella han matado y rnos ocasión más adelante de precisar la posición de Buber sobre la
por ella han muerto; lleva las huellas de todos y la sangre de todos.
¡Dónde encontrar una palabra como ella para nombrar lo más Alto!
ITorá y las Mi~wot, cuando tratemos la cuestión de la ley. Pero, inde-
pendientemente de lo que pueda pensarse de sus concepciones concretas,
Aunque tomara la idea más pura y resplandeciente de los íntimos tesoros Martin Buber, el viejo maestro del judaísmo alemán, sigue siendo, pese a
de los filósofos, sólo podría captar con ella una imagen conceptual, no ltodas las polémicas, una gran figura que, tanto para judíos como para
cristianos, tiene todavía muchas cosas importantes que decir.
vinculante, pero nunca la presencia de aquel que yo pienso, de aquel que
las generacionees humanas, con su terrible vivir y morir, han exaltado y
humillado ... Tenemos que respetar a quienes la rechazan porque se si-
túan contra la injusticia y la inmoralidad, que no dudan en atribuir a la
permisión de "Dios"; pero no podemos olvidarla. Se entiende perfecta-
mente la propuesta de guardar silencio algún tiempo con respecto a las
"cosas últimas", para redimir las palabras de las que tanto se ha abusa-
do. Pero así no se redimen. Ni podemos limpiar plenamente la palabra
"Dios" ni la podemos detener; pero, manchada y rota como está, pode-
mos hacerla surgir del suelo en un momento sumamente crucial»20.
No, ni siquiera en la posmodernidad existe una alternativa a la pala-
bra «Dios». Para nosotros todo ello podría resumirse así: tanto a pro-
pósito de la religión como de la política, hablar de Dios como hasta
ahora es típicamente medieval. Y no hablar ya de Dios es típicamente
«moderno». Pero lo que hoy importa a teólogos y filósofos es aprender a
hablar, de un modo nuevo, respetuosamente de Dios: un discurso sobre
Dios de signo liberador, que asuma los impulsos que van desde Spinoza
hasta Buber.
3. Frente a militantes de las propias filas, Martín Buber se situó muy
pronto a favor de una convivencia pacífica entre judíos y árabes, y ya en-
tonces en la esperanza de un Estado común. En vano, pues hoy nadie
piensa ya en un Estado común. Precisamente por ello, es preciso recordar
que, ya en 1921, Buber propuso al Congreso sionista la resolución de que
el pueblo judío proclamara su «deseo» de «vivir en paz y fraternidad con
el pueblo árabe y de conducir al común suelo patrio hacia una república
en la que ambos pueblos tuvieran la posibilidad de un desarrollo en li-
bertad,,2!. Habremos de retomar esa idea para ver cómo puede hacerse
realidad en las actuales circunstancias (Guerra del Golfo).
¿Tenemos todavía que plantear preguntas retrospectivas a Buber? En
1todo caso, el reproche de su colega en la Universidad hebrea, Yeshajahu
Leibowitz, quien con duras palabras, como él mismo dice, calificó a
Buber de «teólogo judío para no judíos»22, deberá ser respondido desde
Iel lado judío; personalmente, incluso en lo que respecta a su personalísi-
ma filosofía de Yo-Tú, lo considero injusto. Por otra parte, más de un

430 431
1. ENTRE EL TOTAL RECHAZO Y LA TOTAL MEZCOLANZA

de la fertilidad matrimonial y por un menor número de hijos mientras


n. EL ]UDAISMO EN LA POSMODERNIDAD que, todavía a finales del siglo xx, un papa católico de la ci~dad pro-
vinciana polaca de Cracovia, sin ninguna consideración para las condi-
Al preguntarme ahora sobre las posibilidades del judaísmo en los tiempos ciones de vida modernas, piensa poder oponerse a la limitación de naci-
posmodernos, no quisiera refugiarme en el ropaje del vidente o del futu- mientos, necesidad urgente a nivel mundial, y a un responsable uso de
rólogo, sino seguir adelante con un análisis lo más lúcido posible. En pri- anticonceptivos. Y, cuando ya en el siglo pasado, procuraban los judíos
una mejor formación, a ser posible académica, para sus muchachas

¡
mer lugar, una constatación: muchos judíos se lamentan de que, desde el
ingreso en la modernidad europea, ya no exista entre ellos ninguna coin- persiste todavía el mismo papa, al estilo medieval, en negar a las mujere~
cidencia sobre lo que constituye un judaísmo auténtico. La situación católicas la igualdad de derechos en la Iglesia, la liturgia y la teología ...
o. Resulta p~t~~te que el aferra:s~ ,a un paradigma del pasado pone en pe-

¡
reviste especial gravedad al no contar el judaísmo con ningún organismo
universal y representativo para dirimir los conflictos. lIgro la cre~~blhdad de una rehglOn y de sus representantes. El tradicio-
¿Ha perdido su «esencia» el judaísmo? Así de radical es la cuestión en nalismo rehglOso no es nada prometedor para el judaísmo y tampoco para
el fin de la modernidad. Pero, me apresuro a responder: no, al menos que el cristianismo y el islam. No tiene en cuenta el cambio de los tiempos.
los signos nos engañen, el judaísmo está en condiciones de hacer brillar
nuevamente su «esencia» en la posmodernidad. Con todo, ante esta re- Pero el otro extremo también debe ser criticado. Al igual que el cris-
volución epocal, habrá que repensar de nuevo las opciones fundamenta- tianismo y el islam, el judaísmo no puede permitirse, en la modernidad
les sometidas a examen -ya sean ortodoxas, conservadoras o refor- la plena adaptación y total mezcolanza con la sociedad secular, com¿
istas-, de un modo muy especial, con respecto al hombre, al Estado y han propugnado y propugnan todavía algunos ideólogos de la unidad
al mismo Dios. Después de cuanto hemos visto, habría que tratar de evi- que quisieran conseguir la libertad, la unidad y la igualdad de las tres re~
ar los errores históricos de la modernidad y hallar un camino entre el ligiones mediante la supresión o la nivelación de sus particularidades.
otal rechazo y la total mezcolanza. ¿No fue fatal que muchos cristianos y también muchos judíos, en el
siglo XIX!XX, primero en Alemania y luego también en América aban-
1. Entre el total rechazo y la total mezcolanza donaran demasiado tranquilamente muchos signos distintivos de 'la pro-
pia forma de vida y muchos vínculos con su gran tradición religiosa? Así

¡
n principio, esta tarea se plantea no sólo al judaísmo, sino también al se fue progresivamente sacrificando tradición familiar y actitud familiar
ristianismo y al islam. Al igual que el cristianismo y el islam el judaísmo a las «modernas conquistas». ¿Entregarse muy burguesamente al éxito
no va a poder evitar en la posmodernidad alguna clase de integración so- económico y cultural, al dinero y al poder, y, en lugar de profesar una vi-
cial y adaptación cultural, com() todavía siguen pretendiendo, en las sión religiosa del mundo, pasar ahora a una cosmovisión patriótica o na-
tres religiones, antimodernistas, fundamentalistas o tradicionalistas, an- cionalista? ¿Es que pueden la propiedad, la cultura y la nación -los tres
lados en su propio medievalismo. insustituibles distintivos de la burguesía- suplantar a la religión? ¿No es-
En la modernidad, de ningún modo fue un error fundamental que, en ta~os de ese :nodo condenados .a l~ pérdida de la sustancia religiosa, y
el siglo XIXlXX, los judíos, primero en Alemania, Francia e Inglaterra y aSl, en otro tiempo, a muchos JudlOs de Alemania se les pudo quitar
luego también en América, asumieran valores externos e internos de la hasta «lo último» cuando el Estado nazi los despojó de su nacionalidad
cultura moderna y se adaptaran a su entorno en el vestir, en la lengua y (su «ser alemanes»)? A pesar de la importancia que el 1010causto y el Es-
la educación, que adaptaran las costumbres y los rituales judíos a las exi- tado de Israel tienen para el judaísmo posmoderno, ¿será suficiente la ti
gencias estéticas modernas y se implicaran en todos los ámbitos de la jación en el holocausto para dar una identidad judía a la generación pos·
ciencia moderna, del arte, la literatura y las publicaciones. En este senti- terior a la de los descendientes de los que sobrevivieron? ¿Podrá la
do, no cabe calificar de frustrada o fracasada la integración social de los concentración en el Estado de Israel suplir la sustancia de la fe judía?
judíos en la Alemania pre-nazi.
Tampoco fue un error fundamental que gran número de judíos, pri- Lo mismo que no lo hizo la total germanización, tampoco una ame·
mero en Alemania y luego también en América, adoptaran (sobre todo en ricanización total de los judíos va a poder abrir un verdadero camino al
las grandes ciudades) comportamientos modernos, anticipándose incluso futuro. No, no sólo el tradicionalismo religioso, también el modernism()
en algunos aspectos a sus conciudadanos no judíosl. Al contrario: no irreligioso, que sólo apuesta por el éxito económico C1lItural y nacional
deja de ser una paradoja histórica que, ya a finales del siglo XIX, las de- va a ser incapaz de ofrecer un programa prometedo:: ni para el judaísm~
cenas de miles de judíos inmigrados de la provincia polaca de Posen a ni para el cristianismo ni para el islam. Semejante modernismo hace:
Breslau ya Berlín se decidieran antes que todos l()s otros por el control que, en el cambio de los tiempos -lo hemos tenido que constatar- se:

432 433
2. ¿UN NUEVO CONSENSO BASICO?

lolvide lo «específico», la «sustancia», la «esencia» del judaísmo (y de


ligual modo, la del cristianismo e islam).
¿Judaísmo en camino y la consecuencia negativa: así se corre el peligro de perder el necesa-

¡
hacia la posmodernidad iO consenso básico en lo religioso que logró en otro tiempo mantener la
cohesión de todos los judíos, consenso que, si no fue compartido por
El dilema judío en la modernidad todos sin excepción, sí reunió a la gran mayoría. Sin duda, la Halaká se-
uida al pie de la letra, ya no puede ofrecer un consenso básico. Pero
quí se impone una pregunta: ¿no se perfila quizá, ante los nuevos retos,
Ortodoxia Secularismo
fundamentalista radical n nuevo consenso básico?

Judaísmo aislado en lo religioso: Judaísmo vaciado de lo religioso: 2. ¿ Un nuevo consenso básico?


substancia relig iosa relación con el mundo
sin referencia al mundo. sin substancia religiosa. El estudioso judío americano Ben Halpem mantiene la opinión de que
Sucedáneo medieval: Sucedáneo moderno: ciertas leyes, rituales, tradiciones lingüísticas y literarias, y también los
legalismo, fijado en la israelismo, fijado en la mitos del éxodo, del exilio y la liberación, ya no son valores universales
Torá, como Ley. historia como holocausto. en los que pueda fundarse la unidad de todos los judíos. Y, sin embargo,
Santuario simbólico Santuario simbólico: el judaísmo no se ha desmembrado. De ello concluye: hoy, el fundamento
el muro de las lamentaciones, Yad wa-Sem,
del «Jewish Consensus» no lo es tanto la «comunidad de fe» (community
fiesta principal Yom Kippur. fiesta principal: día de la So'a.
({aith) cuanto la «comunidad de destino» (community o{ (ate): sólo
Identidad judía mediante Identidad judía mediante orque ellos (los judíos) se encuentran constantemente implicados en las
Misná y Talmud: historia y Estado judíos: onsecuencias del actuar de los otros, ha de preocuparse cada uno de lo
Limitación de la historia israelita-judía Limitación de la historia israelita-judía
por el paradigma medieval. por el paradigma moderno.
ue quiere el otro»2. Y así se mantendrían los judíos como lo que siempre
ueron: un pueblo especial, que no es como todos los otros. Pero el ju-
Consecuencia: gueto medieval: Consecuencia: vacío moderno: daísmo ya no funciona aquí como depositario de una divina providencia,
aislamiento de Israel Israel diluido sino como depositario de experiencias judías diversas, y no obstante co-
en el mundo de signo cristiano. en el mundo moderno.
munes. Pero, me pregunto: ¿dónde descansa para los judíos, en tan di-
versas regiones, naciones y situaciones, la «comunidad de destino»?
Un colega americano de Halpern, Jacob Neusner, sin oponerse total-
¿Judaísmo mente a su análisis, ve una solidaridad más profunda de los judíos en el
posmoderno? hecho de que «la estructura mítica fundamental» del judaísmo permanece
«intacta en un importante aspecto»3. Incluso judíos muy secularizados no
Judaismo religiosamente emancipado:
substancia religiosa y relación con el mundo.
sólo reconocerían los factores sociológicos de su vida como grupo, sino
que los considerarían como muy importantes y totalmente dignos de
La primitiva religión judía: ser conservados y transmitidos a sus hijos: «la gran mayoría de judíos, se-
Yahvé Dios de Israel e Israel puebla de Dios. culares y religiosos, siguen todavía reaccionando ante este aconteci-
Su constante referencia
liberación de Egipto y revelación del Sinaí. miento intramundano de acuerdo con el modelo del mito clásico judíO»4.
Éste se mostraría, por ejemplo, en relación con el holocausto y la nueva
Identidad judía mediante renovada fundación del Estado de Israel, en cuanto que son entendidos, en cum-
te en el único Dios de Israel y su elección:
íntegra conciencia judío-profética de la hisloria,
plimiento del anuncio profético, como muerte y resurrección, como
pero en un paradígma posmoderno. vuelta a Sión, interpretados por consiguiente en los símbolos de creación,
revelación y redención.
Consecuencia: emancipación posmoderna: ¿«Modelo del mito clásico judío»? Dado que el polivalente término
comunicación con la realidad actual
«mito» (a pesar o a causa de las diversas definiciones que ha recibido en

I
de las naciones y las religiones.
la ciencia de las religiones) se ha entendido con frecuencia como lo no
real, lo no verdadero, me gustaría hablar más claramente de los -per-
sistentes y con frecuencia soterrados- modelos y estructuras de la fe

434 435
A.II. EL JUDAISMO EN LA POSMODERNIDAD 3. CONSTANTES IRRENUNCIABLES DEL JUDAISMO

judía. Probablemente, Neusner estaría de acuerdo. Él mismo se expresa Por consiguiente, la circunstancia del cambio de época de la moder-
así: «Lo que parece ser una continuidad del mito -un constante es- nidad a la posmodernidad plantea nuevamente la cuestión de la «esen-
fuerzo por interpretar los acontecimientos a la luz de los antiguos ar- cia» del judaísmo. ¿No podría ser el objetivo, en vez de una total asimi-
quetipos de sufrimiento y penitencia, de ruina y salvación-», podría fá- lación y mezcolanza, la verdadera emancipación del judaísmo? ¿De un
cilmente ser puro «sentimentalismo»: «¿Dónde termina lo mítico y dónde judaísmo que, en medio de situaciones políticas mundiales completa-
comienza la nostalgia burguesa? »5. mente nuevas, ha mantenido el recuerdo de esa alianza de Dios con el
Aquí las distinciones se hacen ciertamente necesarias, e indispensable pueblo que, en medio de todos los cambios de paradigma, ha impregna-
la clarificación de lo permanente. Sin duda, una «piedad arcaica» no es la do fuertemente la milenaria historia judía, incluso cuando se la ha nega-
«única verdadera piedad»; sin duda, la «modernidad» no excluye la o o ignorado? En tiempos del paradigma moderno de asimilación, cir-
«posibilidad de verdadera religiosidad»; sin duda, existe la «evidencia de culaba entre los judíos el siguiente lema resignado: «Si olvidas que eres
personas modernas que reconocen el abismo entre ellas mismas y la for- judío, ya te lo recordarán los otros». En el paradigma posmoderno de
mulación clásica de sus antiguas tradiciones religiosas, y no obstante emancipación, podría cambiarse por este otro lema, conscientemente
,están seguras de la autenticidad y realidad de su propia experiencia reli- odesto: «Si no olvidas que eres judío, puedes recordárselo también a
giosa». Si tomamos esto en serio, no se puede obviar, según Neusner, una otros».
I constatación con respecto al judaísmo: «¡Entonces, sigue habiendo reli- ¿Cuál podría ser el camino hacia este objetivo de emancipación pos-
giosidad!»6. Sólo que -después del holocausto y la nueva fundación del 'moderna? Con respecto a las opciones modernas, el camino hacia la
Estado de Israel- considero que hay que entender la religiosidad judía, posmodernidad habría que buscarlo entre una rigurosa ortodoxia tradi-
más allá del total rechazo y la total confusión, como una religiosidad . cionalista y un judaísmo liberal excesivamente desarraigado y vacío. Y,
I pos moderna. Con todo, una religiosidad posmoderna que de ningún por lo que sabemos, muchas denominaciones intrajudías han tratado de
modo podrá renunciar a determinadas constantes «clásicas» de la fe, si hallar ese camino, que no es el puramente «conservador». Si no nos en-
quiere seguir siendo religiosidad judía. gañan los signos, en este cambio -a pesar de y en parte, a causa de las
vivas discusiones de los diversos grupos intrajudíos- vuelven a emerger
3. Constantes irrenunciables del judaísmo con mayor claridad, en las tres direcciones judías indicadas, aquellas
constantes de la fe judía que habían quedado soterradas, relegadas u 01-
El minucioso análisis de la primera parte de nuestro libro pone en evi- .vidadas bajo la presión del proceso moderno de ilustración y seculariza-
dencia una cosa: ni el paradigma rabínico-sinagogal, ni el paradigma mo- ción:
derno de asimilación pueden identificarse sin más con la esencia del ju- • Donde, en la modernidad, se consideraban ante todo las exigencias de
daísmo. El centro de la primitiva religión judía, tal como ésta aparece en los nuevos tiempos seculares (vox temporis), se reconoce nuevamente
la Biblia hebrea, es indiscutible, más allá de cualquier crítica histórica, y en la pos modernidad la significación central de la palabra bíblica de
se mantiene a través de todas las revoluciones epocales y de todos los Dios (vox Dei).
cambios de paradigma: el Dios uno y el único pueblo de Israel. En torno • Donde, en la modernidad, se acentuaba demasiado unilateralmente el
a estos dos focos gira, por así decirlo, todo el testimonio elíptico de la Bi- sentido global humano de la fe judía en Dios «<universalidad»), se re-
blia hebrea y en definitiva, también ella Misná y el Talmud del judaísmo conoce nuevamente en la posmodernidad el arraigo en el pueblo judío
medieval. Los elementos centrales y las ideas directrices de la fe israelita (<<particularidad» ).
son, por tanto, el pueblo elegido de Dios que incluye la tierra prometida • Donde, en la modernidad, se resaltaba primariamente la dimensión hu-
por Dios. mano-histórica de la fe judía en Dios «<diáspora»), se descubre nue-
Esta especial relación de Israel con su Dios, atestiguada unánime- vamente en la posmodernidad la relación con la tierra judía (<<suelo
mente en todas las fuentes, se expresará luego con la palabra berit, patrio» ).
Alianza: la especial Alianza de este pueblo contraída con el Dios único, y
I que obliga a cumplir los mandamientos de Dios, los mi~wot. La Alianza Una nueva identidad, una renovada autoconciencia, una verdadera
es el fundamento del que dimana la obligación, los mandamientos. emancipación del judaísmo sólo podrán lograrse en la medida en que
Hay que tener muy en cuenta que en esta relación de Israel con su vuelvan a aflorar en la conciencia colectiva estas irrenunciables cons-
Dios, se funda desde el principio la originalidad del pueblo judío, se tantes (aun teniendo en cuenta numerosas variables). Por supuesto, sería
funda su continuidad a lo largo de una historia milenaria, se funda, fi- una total ilusión querer aspirar a cualquier tipo de uniformidad.
nalmente, la identidad del pueblo judío, a pesar de la diversidad de na-
iones, lenguas y culturas.

436 437
4. FUTURO SIN UN MODElO UNITARIO
A.II. EL JUDAISMO EN LA POSMODERNIDAD

4. Futuro sin un modelo unitario -que el mis~o JO?, prototipo de la paciencia, lo mismo que Adán y
(Noé, no era un Israeh.
La .mode~nidad, <;lue originalmente. intentó establecer un concepto uni-
b) El pluralismo «ad intra» significa para el judaísmo: hay que buscar
tano de lIbertad, Igualdad y fratermdad en nombre de la razón universal
y la común naturaleza humana, terminó cayendo, por la dialéctica de la un camino que se caracterice por el reconocimiento de las diversas ten-
Ilustración,. e~ u~ arbitrari? pluralis~o tardí~-moderno que, juntamen- dencias o partidos dentro del judaísmo. Reconocimiento ante todo de las
te con el c~lstlallls~o y ~llslam, poma en pehgro también al judaísmo. tres principales corrientes judías actuales, tal como, seguramente coinci-
Este pluralIsmo arbltrano para el que no existe ninguna verdad univer- diendo con muchos judíos y remitiéndose a experiencias del judaísmo bri-
s~lm:nte válida, ningún comportamiento ético de obligatoriedad general,
tánico, trata de conseguir Rabí Dow Marmour (Toronto):
lllngun.d~recho humano que haya ,que respetar en todas partes, debería
-por una parte la. apertura. «a la valoración de la tradición, como se
ser decididamente rechazado: aqm en concreto mediante una concien- resalta en la ortodOXia, pero SIn su planteamiento fundamentalista y su
ciación sobre las constantes religiosas permanentes. extremismo legalista»;
Por eso precisamente, de ningún modo hay que imponer de nuevo una -por otra parte, apertura a la «influencia del mundo no judío aun-
cOnCepción unitaria, ni la moderna, ni, menos aún, la medieval. La cons- que sin declinar en una forma de unitarismo que tiene su expresión'en al-
gunos círculos judeo-liberales»;
\t~lación posmoderna, como veíamos, se caracteriza por un pluralismo so- -por consiguiente, una vía media, que no hay que confundir Con la
Cial, y desde el punto de vista religioso, en un doble sentido:
-un pluralis~o, ad ,extra: con respecto al n,uevo horizonte mundial mediocridad: esta posición media «se compromete apasionadamente en
(posmoderno, pohcentnco, transcultural y multlrreligioso; la formación judía, reconoce ahora plenamente la fuerza del sionismo y
--:-un pluralismo ad intra: con respecto a la nueva pluralidad, que a del Estado de Israel, con respecto a este compromiso, y no obstante se
partir de la modernidad se da también en el judaísmo, de direcciones, es- niega a excluir el mundo de la conciencia judía. Concede su atención ~ la
( nostalgia de una experiencia religiosa, sin caer por ello en el extremismo
cuelas y partidos. !

de los jasidim» 7 •
. a) El pluralismo «ad extra» significa para el judaísmo: pueblo de
I?IOS ~ tierra prometida son sin duda las constantes permanentes de la rea- Una ,:ía me~ia, por tanto, en la tensión entre adaptación y resistencia
lIdad Judía. Pero, este centro de la fe judía ha de ser repensado a la luz entre ulllversahsmo y particularismo, entre diáspora y suelo patrio. Éste'
del: e.n modo exclusivo, sino universal horizonte de la Biblia hebrea (ya se~ún la opinión de muchos .i~díos, debería ser el fundamento de un ju~
defImdo en la primera parte del libro): dalsmo posmoderno. Lo deCISIVO y central de la fe judía durante tres mil
-que Dios es el creador de cielos y tierra, y por consiguiente, de años -a través de todas las épocas y paradigmas- es la Alianza la rela-
todos los hombres, de todas la razas y naciones; ción de Dios con su pueblo, que incluye una relación con un dete;rninado
-que el primer hombre no es el primer judío, sino «Adán», es decir, país. Pero no se trata aquí de una fe reducida de un modo individualista o
«el hombre»; nac.i?nalista, sino vivi~a en. la comunidad del pueblo judío en correspon-
-:-que la primera alianza después del diluvio fue hecha con Noé, es sablhdad por la supervivenCIa y el bienestar del conjunto de la Humanidad
deCir, con toda la humanidad·, Un judaísmo en el paradigma posmodemo debe, pues, comprender di~
-que también la primera alianza con los Patriarcas no significaba en versas corrientes, confesiones y denominaciones, que no deberían actuar
~odo algun,o un conflicto con los otros pueblos, ya que en Abrahán se- entre sí de un modo excluyente, sino que podrían converger y convivir.
nan bendeCidos todos los pueblos de la tierra; En resumen:
-que la historia de José (el relato más detallado del libro del Génesis, • Un judaísmo posmoderno no sería un judaísmo secularista-asimilado
caps. 37-50) presupone con toda naturalidad que también los egipcios ni iundamentalista-reaccionario (P IV), sino religioso, y verdadera~
conocen al Dios verdadero; mente emancipado (P VI).
:-que los profetas de Israel (especialmente Amós, Jonás, el Deutero- • Y ta!llpoc~ va~iado de contenido religioso ni aislado, sino que sería
Isalas) se preocupan también de otros pueblos; preCISO, mas bien, poner en constante relación la «sustancia» religiosa
,-que Justa~ente la literatura sapiencial judía (Proverbios de Salo- permanente d~l.iudaísmo con las cambiantes situaciones del mundo.
mon, Job, EcleSiastés, Qohelet), al igual que la antigua sabiduría oriental, ?u ~entro r~hgl.oso (su «esencia») sería el de la primitiva religión
p~esuponen una idea completamente universal de Dios: el Dios de los sa- )Udla: Yahv:e, DIOS d~ Isr~el, e Israel su pueblo; el punto fundamental
b.IOS es el creador del mundo yel garante de su orden, y, como tal, acce- de. referencia en la hlstona de Israel seguiría siendo la liberación de
Sible a todos los hombres de todas las religiones; Egipto y la revelación sinaítica de la Torá; en una palabra: la Alianza.

438 439
A.II. EL JUDAISMO EN LA POSMODERNIDAD

De estas aclaracionnes elementales -por más que algunos puedan B. CONFLICTOS VITALES Y EL FUTURO
considerarlas abstractas y generales- surgen cuestiones igualmente ele- DE LA LEY
mentales. Ellas nos permitirán pasar a una problemática de alto interés
concreto y práctico para el judaísmo a la que consagraremos nuestra es-
pecial atención en esta tercera parte dedicada al futuro del judaísmo, y
que sin duda tendrá relevantes repercusiones con respecto al cristianismo.

Cuestiones sobre un judaísmo en la


posmodernidad El problema de la Ley lo hemos tocado reiteradamente a lo largo del libro.
Pero ahora es cuando tenemos que afrontarlo en toda su profundidad. La
~ ¿Qué podría significar para las diversas denominaciones del judaísmo
I. una orientaCión realista y posmoderna?
pregunta de Margarita * sobre la religión, que ahora trasladamos al ju-
daísmo, podría plantearse así: «Dime, ¿cómo te las arreglas con la Ley?». El
• Ante la secularización de la vida moderna: ¿un afianzamiento en el pueblo problema no es la Torá (la «instrucción») en sí, y tampoco la parte hagá-
judío, sin reduccionismos legalistas? dica de la Torá y del Talmud (las narraciones), sino su parte haláquica: la
• Ante la pérdida del sentido histórico y el desarraigo moderno: ¿una vincu- leyes que llevan consigo múltiples coflictos, incluso para los no judíos.
lación a la tierra judía, sin agresividad nacionalista? Esta cuestión, como hemos visto 1, se plantea para la ortodoxia de un
• Ante los modernos agnosticismos: ¿también en el judaísmo, la fe en la viva
modo distinto que para el judaísmo reformador, o incluso, para el judaísmo
realidad de Dios, sin tradicionalismo inmovilista? conservador, donde la ley representa un especial problema para los laicos,
sin que apenas quepa el recurso al rabino como intérprete y juez. ¿Qué
hacer? ¿Existe también aquí un salida al dilema, un camino de futuro?
En la perspectiva de un mejor futuro, nos concentraremos en una
triple problemática: 1. AMBIVALENCIA DE LA LEY
1. ¿Cómo es posible un afianzamiento en el pueblo judío sin legalis-
mo? ¿No pertenece el cumplimiento de los mandamientos, de todos los
mandamientos, a lo irrenunciable del judaísmo? Surgen aquí problemas Comencemos por una cuestión fundamental: ¿no es totalmente buena la
sobre la interpretación de la Torá, y en concreto, la cuestión de la rela- Ley? Para muchos cristianos resulta difícil comprender cómo puede un
ción entre conflictos vitales y el futuro de la interpretación de la Ley. judío ser feliz en su vida diaria con la Ley, con la halaká, es decir, con el
2. ¿Cómo es posible una vinculación a la tierra judía, sin nacionalismo? penoso cumplimiento de todos los preceptos 2• ¿No es, en todo caso,
¿No es preciso luchar apasionadamente por esta tierra única? Hay que dis- Ley sinónimo de falta de libertad, de sometimiento y heteronomía? ¿Y
cutir aquí problemas sobre la tierra prometida, concretamente la cuestión Cristo? ¡No nos ha traído la liberación de la Ley, la independencia, el
de la relación entre judíos y musulmanes y el futuro del Estado de IsraeL evangelio? ¡No todo es tan simple! Y no lo es especialmente desde el
3. ¿Cómo es posible la fe en la viva realidad de Dios~sin tradiciona- punto de vista del judaísmo.
lismo? ¿No es la fe de Israel una fe heredada, tradición de padres y ma-
dres? Es preciso tratar aquí problemas sobre la concepción de Dios, 1. La Ley como liberación: David Hartman
concretamente la cuestión del holocausto y del futuro del discurso sobre
Dios. Los cristianos han de tener muy presente que los judíos ortodoxos o con-
servadores no sienten su sujeción a los preceptos como una opresión, sino
como una gran posibilidad humana, como una oportunidad constante-
mente renovada. Un reciente representante de esta ten¿encia es el rabino
israelí David Hartman, director del «Shalom-Hartman Institut for Ad-
vanced Jewish Studies» en Jerusalén, que se sitúa en la tradición de Jo-
seph Soloveitchik y de Yesayahu Leibowitz, corrigiéndola en parte. Su
libro A living Covenant. The Innovative Spirit in Tradítional Judaism3 , al

440 441
B.I. AMBIVALENCIA DE LA LEY 2. LA LEY COMO CARGA: DIFICULTADES EN LA VIDA REAL

,tido
que aquí nos referimo~ ~, título ~e
ejemplo, es un m~nifiesto
comprome-
en favor de una vlslon de DIOS y del hombre abierta al mundo y dis-
no puede imaginarse que la T orá nos pida sacrificar nuestras facultades ra-
cionales humanas. De igual modo, concedo que la Torá cuestione ciertos
puesta al diálogo en la que ,cabe también la comprensión con respecto a modelos de comportamiento comúnmente aceptados, pero no puedo ima-
1los no creyentes y no practicantes.
Según la concepción «haláquica» rabínica, la comunidad acepta los
ginar que exija el sacrificio de nuestro juicio sobre lo que es bueno y con-
veniente. La Alianza invita a una comunidad a actuar y asumir su res-
preceptos de Dios, no porque se .vea obligad~ a eH?; sin? «porque ama a ponsabilidad ante la situación de este mundo humano. Esta invitación a la
Dios y acepta agradecida el sentido de la onentaclOn vital expresado en plena responsabilidad en la historia sería irrisoria si, justamente en el
los preceptos» 4. El Dios del Sinaí no es comparable, para los rabinos, con momento del compromiso exigido por la Alianza, se negaran las fuerzas
un dictador autoritario, sino con un «maestro que anima a sus alumnos racionales o morales de la comunidad? Evidentemente, se quiere hacer
al pensamiento autónomo y a la responsabilidad intelectual con respecto aquí una teología de la Alianza filantrópica, vitalista y abierta al mundo.
a la forma en que la Torá ha de ser entendida y practicada»5. Dicho de ¿Dónde estaría ló no convincente, cuando se muestra una tan clara
'otro modo: Dios ha dejado ciertamente sus inconmovibles mandamien- opción por el amor a Dios y al hombre, por la libertad, la creatividad, la
toS, pero, al mismo tiempo, ha confiado a la libertad intelectual del disposición de aprender, las obligaciones morales, la oración y la comu-
hombre su interpretación y aplicación. A pesar de su obligatoriedad, nidad? ¿No podría también aquí mostrar su acuerdo el cristiano para ce-
todavía se deja un amplio margen a la creatividad humana. Por ello, el lebrar lo que le es común con sus hermanas y hermanos judíos? ¿Qué es
pensamiento rabínico no puede ~ejar de ac~?tuar la autonomí~ e inicia- entonces lo que separa a judíos y cristianos en esta cuestión? ¿No habrá
tiva del hombre. Lo que caractenza la relaClOn del hombre y DIOS es una que dar ya por superado el punto de vista que, con Pablo o Lutero,
fascinante tensión entre auto afirmación y sometimiento, miedo y pro- pone la Ley contra el evangelio, cuando parece tan claro que, justamen-
testa, distanciamiento y confianza. te por la Ley, nos hacemos libres para Dios y para el hombre? La Ley,
El teólogo cristiano difícilmente podrá negar su respeto a una teología pues, ¿una verdadera liberación?
judí~ que tan impr,e,sionanteme?te .subraya tradición e innovaci~n~ ~on­ Con todo, sigo preguntándome: ¿suprime realmente esta teología de la
tinUldad y renovaClOn, claros cntenos en el pensar y actuar y flexlblhdad ''Ley las dificultades que, no sólo los cristianos, sino también numerosos
moderna en la aplicación y el comportamiento. Se funda de hecho en una judíos tienen con respecto a la Ley? ¿Responde realmente esta teología,
concepción que el cristiano en modo alguno puede discutir: en la medida en la tradición de los rabinos, a las urgentes preguntas de judíos moder-
en que la Alianza de Dios con el pueblo judío se mantiene, sigue siendo nos que, en Israel, América o Europa, viven en medio de la cultura mo-
posible e! cumplimiento de l~s pre~eptos. Según Hartman, la significación derna y que, por más que lo intenten, no pueden asumir la tradición
central de! nuevo Israel consiste sm duda en la «más plena actualización judía sin esenciales recortes? Oigamos al respecto otras voces judías.
del mundo de los preceptos »6.
También para Rabí Hartman es fundamental la Alianza. Living Con- 2. La Ley como carga: dificultades en la vida real
vena nt, la «Alianza viva.>, es lo que, para Hartman, constituye el centro de
la fe judía, desde el que es preciso organizar el mundo de las Mi~wot y la ¿Por qué muchos judíos modernos no pueden aceptar una respuesta
Balaká. Aquí se encuentra también la razón más profunda por la que como la de Hartman? Porque, para su vida diaria, les parece demasiado
Bartman termina distanciándose críticamente del, no obstante su severi- teórica, demasiado abstracta y demasiado circunscrita a las alturas teo-
dad, magnífico ideal del «hombre haláquico» de Soloveitchik. Si, en caso lógicas. En la vida práctica de hoy, no pueden, aun con la mejor volun-
de conflicto entre precepto de Dios y razón humana, Soloveitchik se pro- tad, sentir como liberación esta «plena actualización del mundo de los
nuncia por la obediencia incondicional y el sometimiento de la razón (su- preceptos». Los entienden más bien como carga, como opuestos a la au-
I rrender of reason), Hartman -asumiendo la tradición medieval de Mai- tonomía moderna del hombre.
mónides- defiende un equilibrio con la razón. El amor apasionado a Dios Los problemas que hoy sienten tantos judíos especialmente en Jeru-
nO exigiría realmente el sometimiento de la racionalidad humana y el sa- salén, pero también en cualquier otro ambiente ortodoxo o conservador,
crificio del sentido ético. Veamos la cita expresa de Hartman: «Maimóni- pienso que deben tomarse muy en serio. Curiosamente, todavía hoy se
des explica: cuando una opinión filosófica entra en colisión con el sentido trata de las mismas viejas cuestiones que en tiempos de Jesús de Nazaret,
literal de la Biblia, hemos de preguntarnos si la apreciación filosófica está aunque con ligeras variaciones, en el contexto moderno:
realmente probada. En caso contrario, tendríamos que aceptar la afirma- -Para muchos suponen una carga las reglas de pureza: las prescrip-
ción literal de la Biblia. Fero si está probada, nos vemos obligados a rein- ciones sobre alimentos (Kosher) se aplican en Israel a todas las institu-
terpretar simbólicamente la Biblia. En resumen: Maimónides acepta que la ciones públicas, incluso al ejército y a las cárceles.
lorá cuestione ciertas opiniones filosóficas ampliamente difundidas, pero -Para no pocos, representan una carga las normas sobre el ayuno:

442 443
B.1. AMBIVALENCIA DE LA LEY
3. .PRISIONEROS EN LA PROPIA DOCTRINA DE LA INFALIBILIDAD?

¡ según la antigua Ley, la cosecha y su consumo se prohi~et;t cada séptimo


año; por ello se procura, con enormes dificult~des econo,mlcas, pasar este
séptimo año sin graves ,trastornos de la propIa economIa. ,
-Para casi la mayona son una carga los preceptos sobre el sabado. La
que se les permita encender la luz en sábado, telefone~r, us~r el frigorí-

I
fico, la radio y la televisión mientras que no pueden cocmar m hacer pan,
usar la máquina eléctrica de afeitar o utilizar la lavadora y la plancha 10?
De ningún modo: hoy se halla muy extendida entre judíos de Israel la
santificación del sábado, a cuya estricta observancia todos están s~~eti­
crítica a la creciente presión religioso-política, tendente a una vuelta al
dos viene a ser de hecho el precepto principal, y por tanto, tambIen el
paradigma medieval judío. De nuevo Zoller: «Los crite~ios de religios}-
pri~cipal problema de la Ley para muchos ju~íos. El sábad,o, en pers- dad están siendo impuestos de hecho por una ortodmna cad~ v~z. mas
pectiva bíblica, se conviert~ en sín:;tbolo de la A!Ianza entre DIOS e !~rael.
agresiva. La coacción religiosa está a~enaz~nd,o los ~erechos mdIVI?Ua-
En cuanto único mandamIento ntual del decalogo, su transgreswn es les de los ciudadanos. Por el contrano, los JUdIOS abIertos -despues de
considerada en la Biblia como crimen capital; ¡un crimen que, en conse-
haber pasado del gueto al campo de golf- no estamos dispue~t~s a
cuencia merece la pena de muerte! Así, la interpretación ortodoxa se volver a una sociedad reaccionaria en la que las autOrIdades rabIlllcas
opone ~ cualquier transgr~s~ón del precepto,sabáti,c<?, por pequeña que pretenden tener los mismos privilegios que poseía la ~glesia, ~atólica m~­
sea: no servirse de la electncIdad, porque esta prohIbIdo hacer fuego; no dieval». Y si Zoller, pese a su reacción frente a la aSIffillacIOn y el antI-
abrir el paraguas, po~que ':0 ~e perI?ite r.n~ntar la tienda..., . semitismo, sigue creyendo en «un nuevo judaísmo, en una ren0.v~ción, del
La realidad de la Vida diana es bIen dlstmta de la Ley escnta. CIerta- judaísmo desde lo más profundo de su alma» (Max Brod), qUISIera, JUs-
mente la gran mayoría respeta el sábado como día de descanso en el tra- tamente por ello, creer también en la libertad de concienCia, de modo que
bajo pero, incluso en Israel, sólo una pequeña minoría practica en toda todo ciudadano pueda practicar su fe como lo juzgue correcto: «Al con-
su amplitud la halaká. No hay, pues, que pasar por alto las aparente- trario, me resulta difícil aceptar que, en 1986, haya de estar ~arca~a la
mente triviales cuestiones que muchos judíos plantean en Israel a los or- vida de Israel por herencias de los tiempos bíblicos, como SI en pnmer
todoxos tradicionales: lugar se hubieran creado las sinagogas y luego el mundo en torno a
-«¿Por qué no puedo conducir el coche en sábado, ni siquiera para ir ellas» 11.
a la sinagoga? ¿Por qué ha de considerarse trabajo prohibido encender la «¿Volver a una sociedad reaccionaria en la que las autoridades rabí-
luz en el día de descanso religioso, encender el gas o abrir la puerta de la nicas pretendan tener los mismos privilegio~ 9ue poseí;Jla Iglesi:=t.ca~óli­
nevera?».

I
ca medieval?». Parece claro que la problematlCa sobre Ley y legItImIdad
-«¿Por qué no he de poder comer cuando quiera y lo que quiera, sin no es sólo una cuestión intrajudía, sino también una problemática cris-
.que los rigoristas radicales se queden mirando mi plato? ¿Por qué he de tiana y, muy concretamente, católico-romana.
arrastrar de la cuna a la tumba un dictado religioso que es un camino de
vuelta a la Edad Media!». 3. ¿Prisioneros en la propia doctrina de la infalibilidad?
-«¿Por qué no puedo considerar a las mujeres como iguales, y tengo
'que alabar al Creador, como los hombres judíos, "porque no me has No nos engañemos: toda religión, sea judía, cristiana o islámica, que basa
creado mujer"?». prioritariamente en leyes su realización de la relación Dios-hombre, su-
merge a sus fieles en los mismos problemas. Ya se trateen estas leyes de
También en cuanto cristianos, para entender la urgencia de esta pro- normas doctrinales o «dogmas» (sobre Dios, Cristo, la[~esia, María, el
blemática sin ninguna clase de engreimiento (también en el catolicismo papa ... ), como en el catolicismo romano, o bien de pnceptos rituales o
legalista romano han existido y existen problemas semejantes), habremos «rniswot» (sobre el sábado, normas sobre los aliment05ynormas de pu-
de prestar atención a estas voces judías. Interpretando el sentir de mu- reza'), como en el judaísmo rabínico, las lluevas ,generacione~ se ven
chos judíos de su tiempo, el escritor Henri Zoller ha formulado críticas abocadas a la misma pregunta: ¿qué hacer, en SItuaCIones vlt~les de
en este sentidaS, pues él mismo se trasladó, ya en 1948, de Berlín a Jeru- conflicto, con leyes, dogmas o preceptos del pasado quelos propIOS cre-
salén, y paradójicamente, una vez establecido en el Estado judío, hubo de yentes ya no consideran adaptadas a los tiempos? ,
entrar en conflicto con su propio judaísmo a causa de la presión de las En una interpretación positivista de la ley que la toma al pIe de la letra
mencionadas coacciones religiosas. o verbalmente -sea en el Vaticano o en el Gran Rabinato de Jerusalén
Incluso en obras científicas encontramos estas mismas ¿ificultades, por (por no hablar de Teherán)-la respuesta es rela,tivament; sencill~:, «¡La
ejemplo con respecto a los problemas del viajar en sábado o del uso de la ley viene de Dios, y ningún hombre puede cambIarla! ».Como nacIO una
electricidad. Los mismos conservadores se muestran con frecuencia más ley, cóm() se transformó, qué sentido tiene todavía hoy, cómo podría rea-
comprensivos, en lo que se refiere a estas dificultades actuales, que mu- lizarse mejor ese sentido, no pasan de ser preguntas Irrelevantes. Del
chos rabinos ortodoxos9 , Pero ¿podrán los judíos de hoy contentarse con mismo modo que el positivismo dogmático romano con~deraba al «Den-

444 445
B.I. AMBIVALENCIA DE LA LEY 4. SOLUCIONES: RE INTERPRETAR O SENCILLAMENTE IGNORAR

zinger» (unilateral y muy problemática colección de textos del magisterio Hoy no podemos seguir ignorando que la modert;ta i~1Vestigación ha
conciliar y papal, expresión de «la» tradición católica 12 ) como principio y 'conseguido, finalmente, convencer a los maestros ludu?s de la Ley y
fin de toda teología, también el positivismo rabínico de los preceptos v;i. también a los teólogos cristianos de que también la Escntura, el Penta-
en la halaká el principio permanente y el fin de todo derecho y justicia. Iteuco lo mismo que los Evangelios, tienen una historia. También ellos se
Lo que no se contempla en esos textos viene a ser «no católico», «no remontan a diversas fuentes, han sido compilados por hombres, y no pre-
judío» (en su caso, «no islámico»). Se prescinde por completo de que el 1cisamente comunicados directamente por Dios, y menos aún. dictados li-
origen de una doctrina o una norma se sitúe en un contexto totalmente ,teralmente. Más claramente aún: la Torá, como los EvangelIos, son una
1

distinto de su complejo proceso histórico, y finalmente, de la situación cualificada r:alabra de hombre, que en forma humapa,. intenta siJ:?- dud~
:1

que determina el presente o de la que conduce a un futuro mejor: «Come, testimoniar a reveIaClón (fe Dios, son pues, ~abra llldrrecta de DIos. NI
pájaro, o muérete»; el que no quiere la comida que tiene delante, tiene ne- a estos textos ni a la consiguiente tradición rabínica o eclesiástica, ni a
cesariamente que morir ... Como si en la actual situación secularizada, a cada uno de los dogmas o mi~wot se les puede atribuir infalibilidad. Sólo
diferencia de los tiempos del Medievo judío o católico (y también mu- Dios es infalible, no puede errar, ni engañar ni ser e~g~ñado. A~ortuna­
sulmán), no existieran otros «comederos». damente, ni los estudiosos judíos relativamente tradICIOnales, nI lo~ ca-
Pero nos encontramos con una objeción: ¿No han puesto en juego los tólicos niegan ya que, al menos parcialmente, el Pentateuco ~s un lIbro
, grandes halaquistas, los maestros postalmúdicos de la Ley en el judaísmo postmosaico, y que -independientemente de cómo haya 9ue lllterpretar
-todavía se reconoce su magnanimidad y humanidad- toda su agude- cada caso- en él se han utilizado diversas fuentes (tambIén con respec-
za para evitar la fosilización de la halaká postbíblica, en su variedad y fle- to a los materiales legales). Así pierde su fundamento la concepción
xibilidad, y para renovar constantemente sus posibilidades de aplicación? según la cual todas las leyes y prescripciones serían vinculantes para
Yen el cristianismo, ¿no han creado los grandes escolásticos, los teólogos siempre y de ningún modo podrían ser cambiadas. ¿Qué queda entonces?
postpatrísticos -todavía hoy admiramos su elaboración de la filosofía
griega y árabe, así como su capacidad sistematizad ora- imponentes 4. Soluciones: reinterpretar o sencillamente ignorar
obras para hacer comprensibles y creíbles las doctrinas y dogmas post-
bíblicos en las nuevas condiciones de los tiempos? . ¿Qué hacer con todos los dogmas o preceptos di~c~tidos? .P~ra no pocos
Ciertamente, ni a Moisés Maimónides ni a Tomás de Aquino se les halaquistas judíos, lo mismo que para los escolastIcos cnstIanos? la so-
podrá criticar porque, en el punto culminante de desarrollo del paradig- lución se encuentra en la reinterpretación. De hecho, hasta los tiempos
ma medieval, no hayan conocido y empleado el método histórico-crítico. más recientes, halaquistas y escolásticos de las más variadas !endencias
Para halaquistas y escolásticos era incuestionable la infalibilidad de la Sa- han sabido conservar la formulación literal de dogmas o mI~wot, por
grada Escritura, su ausencia de error o inerrancia (y así la consideraban motivos de ortodoxia formal, aunque interpretando su contenido hasta
todavía los Reformadores protestantes). Pero la infalibilidad de la Escri- lograr lo deseado. Esta alta dialéctica formal de ~~s juristas y teól?gos
tura, en su interpretación rabínica o escolástica, incluía la fundamental in- merece admiración, mientras que cualquier alteracIOn del texto SUSCIta el
falibilidad del rabinato talmúdico o de los concilios y papas. Ellos pre- rechazo.
tenden ser los jueces únicos y definitivos en cuestiones de fe y costumbres. La conservación de la antigua fórmula, con un simultáneo distancia-
miento de su contenido, la vacía de su sentido original y la convierte en
Precisamente esta pretensión explícita o fáctica, de infalibilidad, esta su contrario 14 • Eso despierta la impresión de deshonestidad intelectual.
invariabilidad (irreformabilidad) de las proposiciones de fe supone hoy Desde el concilio de Florencia (1442) se impone en el catolicismo roma-
¡para judíos y cristianos (también para musulmanes) no pequeñas difi- no el siguiente axioma «infalible»: «Fuera. de la Iglesia n.o h~y salvación»:
cultades!3. ¡Somos en este aspecto, hijo de la Ilustración! Fue ciertamen- una clara discriminación y condena de qUlenes ---como ludIOS, paganos o
te la Ilustración, surgida de la crisis del paradigma medieval cristiano y cismáticos- no reconocen antes de morir a la Iglesia católico-roma-
del reformador, la que planteó la cuestión crítica decisiva, la cuestión de na 15 • A partir del concilio Vaticano 11, defiende la m~sI?a Iglesi.a que, por
la historicidad de toda realidad. ¿Sucedió siempre lo mismo? ¿Cómo la gracia de Dios, también los miembros de otras relIgIOnes, e lllcluso los
surgIeron y Cómo se desarrollaron las imponentes construcciones dog- no creyentes, pueden conseguir la salvación eterna 16. C:0mo pue~e verse,
máticas de los escolásticos y los sistemas ltgales de los halaquistas? Y, una evidente contradicción entre el concilio de FlorenCia y el VatICano I1,
yendo más a la raíz: ¿cómo se ha producido la misma Sagrada Escritura, que, sin embargo, no ha movido al magisterio oficial de la Iglesia católi-
a la que ellos apelan: la revelación escrita (Torá }' Nuevo Testamento) y ca a abandonar la antigua fórmula.
luego, el a ella equiparado ordenamiento oral (el Talmud, la Tradición Algo parecido ocurre con la ley en el judaísmo rabínico: está pr?hibido
eclesiástica) ? trasladar en sábado algo de un recinto privado cerrado a otro abIerto, o

446 447
B.I. AMBIVALENCIA DE LA LEY 5. ¿UN CONFLICTO SIN SOLUCION? EL CASO DE UN MAMZER

transportarlo en un lugar abierto más de cuatro codos (unos dos me- de antemano, privándoles a ellos ¡y a sus descendientes! de por vida de! de-
troS)17. Sin embargo, se recurre a un Sabat-'Erug (= «unión», "fusión» )18 recho al matrimonio, supuestamente para preservar la pureza de la familia
que, mediante una ficción jurídica, declara varias casas, varios poblados e y de! matrimonio. Según Dt 23,2 un mamzer e incluso su décima genera-
incluso una ciudad entera como distrito cerrado, con lo que se puede aten- ción (en la práctica, por tiempo indefinido) no puede entrar en la comu-
der tranquilamente los propios negocios (de igual modo, la «unión» de nidad de! Eterno, es decir, contraer matrimonio con un judío o con una
dos días, para poder cocinar y utilizar la luz para el sábado) ... judía. Sólo le está permitido casarse con otro mamzer (o con una proséli-
Pero no siempre se recurre a tales reinterpretaciones: existen, tanto en ta), y también los hijos de un mamzer son y permanecen mamzerim, no
el ámbito judío como en el cristiano, casos llamativos en los que, man- pudiendo contraer matrimonio a no ser entre ellos. Todo ello ¿hasta cuán-
teniendo teóricamente la ley, se la ignora en la práctica. Aquí la solución do? Hasta que venga el Mesías y libre a los mamzerim de su impureza ...
es e! olvido tácito. Esto afecta, en ambos ámbitos, a la espinosa cuestión Hasta e! día de hoy, sigue cayendo sobre los hijos la pena por los pe-
de los anticonceptivos. Tanto en e! judaísmo ortodoxo como en el cato- cados de los padres. Como en algunos otros lugares, en el Gran Rabina-
licismo romano está oficialmente prohibidos, mientras que en e! judaísmo • to de Jerusalén (lo sabemos por noticias de la prensa) existen listas de
reformista, lo mismo que en el cristianismo anglicano y protestante, se . cientos de mamzerim a los que se veta el matrimonio con judíos. Y,
consideran éticamente lícitos. Naturalmente, al igual que en e! catolicis- I dado que en el Estado de Israel no existe e! matrimonio civil, resulta

mo romano, en el judaísmo ortodoxo una inmensa mayoría de creyentes Iprácticamente imposible para los mamzerim contraer un matrimonio
rechaza en la práctica la doctrina oficial. En Norteamérica, no sólo las fa- Ilegal. Muchos ven en Israe! el peligro de que la legislación sobre el ma-
milias judías ortodoxas, sino también las de los rabinos ortodoxos, ex- trimonio termine en un cisma, y que la constante expansión del «desho-
perimentan una sensible disminución en e! número de hijos, y no preci- nor» conduzca hasta la formación de una casta de «impuros» inhábiles
samente por llevar una vida más continente que las otras. Y para nadie es ¡ para el matrimonio. Por esta causa, algunos rabinos ortodoxos de Esta-

un secreto que, en e! catolicismo, no consiguió imponerse la encíclica de dos Unidos prescinden en casos dudosos de iniciar investigaciones rigu-
Pablo VI Humanae vitae (1968). Más de! 90 por 100 de los católicos ! rosas, y a veces prefieren aconsejar un cambio de lugar de residencia.

norteamericanos de edad inferior a los 30 años rechazan hoy la doctrina Es comprensible que muchos judíos consideren semejante ley como in-
oficial. . justa y hasta inmoral, pronunciándose por un urgente cambio de legisla-
Con todo, los conflictos sobre anticonceptivos y planificación familiar ción. Las soluciones en otro tiempo recomendadas y practicadas (matri-
se dirimen en el más íntimo ámbito del individuo, inaccesible al poder monio mixto con no judíos) se han vuelto progresivamente problemáticas
disciplinar del Gran Rabinato de Jerusalén o de los papas romanos. después de la catástrofe del holocausto, pues, menos que nunca, está e! ju-
Pero existen otros casos que sí tienen incidencia jurídica: en ambos ám- daísmo en condiciones de perder personas humanas21 . En apoyo de un
bitos, por ejemplo los problemas de! matrimonio y el divorcio. El ju- cambio de legislación se utiliza con cierta frecuencia un pasaje de la
aísmo ortodoxo todavía no reconoce una reglamentación civil en cuan- Misná: la expresión del Salmo «es tiempo de actuar para el Señor, pues
o al matrionio, y, por su parte, e! catolicismo ortodoxo ha bloqueado han quebrantado tu ley» es «interpretada» así por Rabí Natán: «Que-
durante siglos las soluciones en este sentido. En Italia, el mismo Pablo VI branta la ley, pues (misum) es tiempo de actuar para el Señor22 ». Otros,
e vio obligado por un referendum popular a aceptar una ley estatal de sin embargo arguyen: ¿puede acaso el mandato de Dios ser discriminato-
ivorcio. En cuanto al Estado de Israel, donde aún no se permite el ma- rio e inmoral? ¡Qué monstruosidad!
rimonio civil, el judaísmo se encuentra todavía ante un más grave pro-
lema y de difícil solución. En el curso de los siglos, los halaquistas han propuesto los más varia-
dos intentos de interpretación. Recientemente, el ya citado rabino lon-
5. ¿ Un conflicto sin solución? El caso de un mamzer dinense Louis Jacobs ha estudiado una vez más los actuales intentos de
solución por parte de los rabinos ortodoxos, en el libro Un árbol de la
El único caso en la ley judía en el que (contra la reivindicación del profeta vida, en el que analiza con gran erudición la «variedad, flexibilidad y crea-
Ezequiel) los hijos han de pagar los pecados de sus padres, es el caso, hoy tividad en la ley judía», dedicando un apéndice al problema del mam-
más discutido que nunca, de un marnzer, etimológicamente un «deshon- zey23. Con todo, el conflicto entre ley y ética no parece tener otra solución
rado,>, casi siempre traducido por «bastardo» (Lutero: «hijo de rame- que e! cambio. Jacobs propone: «Cuando la halaká, en su práctica actual,
ra»19. ¿Qué es realmente un mamzer? No un simple hij() ilegítimo, sino lleva a una forma de injusticia que personas razonables consideran como
más bien los niños judíos engendrados en incesto o adulterio. En la Biblia perjudicial para el mismo judaísmo, se impone el sincero reconocimien-
se los menciona sólo dos veces20 • En el derecho canónico élctual ya no son o de la necesidad de reformas en la ley»24. ¿Nos encontramos acaso ante
objeto de discriminación. Por el contrario, el derecho rabínico los condena 10 problema puramente privado?

448 449
B.I. AMBIVALENCIA DE LA LEY

De ningún modo. Un caso, discutido todavía apasionadamente en Is- 11. ¿AL SERVICIO DE DIOS?
rael en los años 80, es el de la familia Langer. Se trataba de dos niños de
un matrimonio israelí, en el que la madre había contraído segundas
nupcias porque consideraba ya muerto a su primer marido· éste habría De los 613 preceptos que se cuentan en la Torá desde los tiempos talmú-
;1
sido asesinado por los nazis. Esta suposición se reveló falsa aparecer el dicos, 365 son prohibiciones. Todavía en 1987 uno de los más conocidos
sabios israelitas sigue defendiendo la concepción rabínica tradicional.
primer marido. Dado que el primer matrimonio no se había disuelto le-
galmente, por lo que el segundo resultaba inválido y adulterino, de la
noche a la mañana pasaron los hijos del segundo matrimonio hermano 1. ¿Para quién son los preceptos? Jeshajahu Leibowitz
y hermana, a ser considerados mamzerim: por tanto, inhábiles para el
matrimonio hasta la décima generación. Al presentarse éstos al Rabina- El profesor de bioquímica en la Universidad de Jerusalén, Jeshajahu Lei-
to para contraer matrimonio, fueron de inmediato rechazados. Ante la bowitz, nacido en Riga, consiguió, ya en 1924, un doctorado en la Uni-
conmoción públ~c~ ocasionad~ por esta decisión, incluso algunos ju- versidad de Berlín, y diez años más tarde, el doctorado en medicina en la
díos ortodoxos pIdIeron al Rabmato que recurriera a su autoridad de in- Universidad de Basilea; ya en Jerusalén desde 1934, ha sobresalido, inclu-
terpretación para hallar una solución jurídica. El Gran Rabino askenazí so después de su jubilación en 1970, aparte de por sus publicaciones cien-
Shlomo Goren terminó por anular por ciertos motivos técnicos el prime; tíficas, por diversos escritos religiosos y de actualidad política!; repetidas
matrimonio, declaró válido el segundo y celebró personalmente la boda veces ha expresado con toda la claridad deseable: ¡Los preceptos no están
de los hijos de los Langer. . al servicio del hombre, sino al servicio de Dios! Los preceptos (mi~wot)
Pero ello motivó una fuerte protesta de tradicionalistas extremos -Way of life para el judío- de ningún modo son medios para el fin, sino
tanto en Israel como en América. Se llegó hasta cuestionar la autoridad fin en sí mismos: «De hecho, la mayoría de los preceptos no tienen sentido
del Gran Rabino, pues habría cedido claramente a las pretensiones de alguno si no los consideramos de este modo: como expresión de un servi-
descreídos y no practicantes, sacrificando una de las más estrictas y cla- cio divino desinteresado. La mayoría de los preceptos no tienen ningún
ras prescripciones de la halaká en aras de un vergonzoso compromiso. valor instrumental o utilitario, y no pueden concebirse en el sentido de ayu-
: ¡Lo decisivo en este caso no sería la buena voluntad de la madre y tam-
dar a una persona a satisfacer sus necesidades terrenas o espirituales»2 .
1.;poco l~s d~re~hos civiles de los hijos, sino -lo que debería ser claro para Y, prosigue Leibowitz: «Si los precepto son servicio a Dios, y no servicio
¡cualqUIer ¡udlO creyente- la sola y única ley de Dios! Aquí surge una !al hombre, no habrán de ser entendidos o interpretados en relación con las
I:pregunta absolutamente fundamental que, tanto judíos como cristianos 'necesidades humanas. Buscar un fundamento a los mandamientos en las
'I,(también musulmanes), habrían de plantearse: ¿qué pretende exacta- necesidades humanas -sean éstas intelectuales, éticas, sociales o naciona-
fmente la Ley de Dios?, ¿para quién es la Ley de Dios, los mandamientos. les- es vaciarlos de toda su significación religiosa»3. Quien utiliza así los
Ipara Dios o para los hombres? " preceptos «no sirve a Dios, sino que pone la Torá al servicio del bienestar
¡ humano y como medio para satisfacer las necesidades del hombre»4.
! ¿Y el sábado? ¿No ha sido puesto para el descanso del hombre? Res-
puesta: del descanso del hombre que se ocupe el secretario del sindicato;
nada tiene esto que ver con el precepto de Dios: «La presencia divina no
descendió al monte Sinaí para cumplir esta función»5. Según Leibowitz, el
sábado sería un sinsentido si tuviera una significación social o nacional:
«Si el sábado no tiene la significación de la santidad -y la idea de santi-
dad es totalmente independiente de cualquier sentido humanista o antro-
pocéntrico- entonces no tiene absolutamente ninguna significación»6.

Naturalmente, Leibowitz es consciente de que la mayoría de los judíos


no admite una interpretación tan rigurosa de los preceptos. Y difícil-
mente van a dejarse convencer de que «no existe otra liberación de las
cadenas de la naturaleza que la aceptación del yugo de la Torá y los pre-
ceptos, un yugo que no ha sido impuesto por la naturaleza» 7. Pero esto
da justamente pie a Leibowitz -por ejemplo, en un largo diálogo con
Michael Shashar- para hablar de que la religión judía se encuentra

450 451
2. UN CASO TIPICO. LA SITUACION DE LA MUJER
B.II. ,AL SERVICIO DE DIOS?

sada no puede pedir la separación en su matrimonio. Sólo el hombre


hoy en una «crisis» que podría ser «su última crisis». Esta crisis habría puede hacerlo. Esta ley puede, en determinadas circunstancias, tener
«comenzado cien años antes de la fundación del Estado de Israel»8. En consecuencias sumamente penosas. Así, una mujer casada sigue ligada a
concreto, el judaísmo se encontraría hoy confrontado con el «gran pro- su marido incluso cuando éste ha desaparecido o la ha abandonado. En
I blema ~eta-haláquico», surgido de que gran parte del pueblo judío ya no hebreo se la llama 'aguna. En Israel, grupos de mujeres y abogados cal-
se consIdera como «pueblo de la Torá»9. El judaísmo vive, pues, en culan el número de estas 'agunot en unas 8.000-10.000.
gran parte, en una situación post-haláquica. En la vida pública de Israel, las mujeres se encuentran lastimosamen-
. El ~nálisis que Leibowitz hace de la situación intrajudía es duro e in- te infrarrepresentadas. Actualmente, sólo siete de los 120 miembros del
mIsencord~: «La halaká, tal como la conocemos, no acepta una realidad
«Kneset» son mujeres, y ni una sola mujer ostenta el cargo de ministro o
del pu~blo Judío que no sea el pueblo de la Torá. Pero justamente ésta es viceministro, pese a que las mujeres están obligadas a hacer el servicio
la r~ahdad de nuestro pueblo desde principios del siglo XIX. Por eso no es militar. Son numerosas las quejas de mujeres por el desfavorable trato
posIble tratar, y no es preciso subrayarlo, tampoco decidir ningún pro- que reciben en los tribunales rabínicos, compuestos exclusivamente por
blema gen~~al cOfolcerniente al Estado a la luz de la halaká. Ningún pro- varones, donde los rabinos ortodoxos hacen a veces esperar a las mujeres
blema POhtICO, nmgún problema del sistema económico y ningún pro- diez o veinte años hasta que consiguen de su marido un acuerdo de se-
blema, sobre la guerra y la paz puede discutirse o decidirse a partir de la
paración. Siguen todavía en vigor las bimilenarias leyes de separación, de
halaka, pues el punto de partida de la misma es el pueblo judío como
efectos encadenantes para la mujerl l . Patriarcalismo, por tanto, en lugar
pu.eblo ~e la Torá, sobre cuyas normas de relación estatal o social ofrece
onentaclOnes la halaká. Por el contrario, un pueblo judío que no es de igual dignidad e igualdad de derechos.
pueblo de la Torá, en la concepción haláquica, viene a ser como la cua- Pero no sería justo señalar el «problema de la mujer» como exclusi-
dratura del círculo. La cuestión sobre cómo ha de actuar el Estado de Is- vamente judío: todas las grandes religiones plantean notables problemas
rael de acuerdo con una Torá cuya autoridad no reconoce, por ejemplo con respecto a la igualdad de derechos de la mujer. En el cristianismo,
con. respecto a los territorios ocupados, resulta incomprensible y sin además de las Iglesias ortodoxas orientales, que dicho sea de paso, ad-
sentIdo. ¿Con .qué comparar esta situación? Con un matarife impuro que miten presbíteros casados (aunque no obispos), la Iglesia católico-roma-
recurre al rabmo para pedirle un cuchillo puro (kosher, kaser), para la na, en contra de la constitución primitiva de las comunidades cristianas,
matanza del cerdo»lO. Imantiene a la mujer en una situación de inferioridad, como se manifies-
E~ectivamente, resulta difícil negar que ésta es en líneas generales la si-
ta en la prohibición de acólitos femeninos y de la ordenación de mujeres
tuaCIón actual del judaísmo: muchos judíos se comportan de un modo to- para el ministerio diaconal y presbiteral, por no hablar de la actitud
ta~ment~ ,sec,ul~r, o se contentan con un compromiso entre asimilación y negativa con respecto a los anticonceptivos o el divorcio.
aftrmacIon etlllca, o bien tratan de lograr de otra forma una identidad Ha y que reconocer que, en los últimos tiempos, también en la Iglesia
judía, tomando libremente del pluriforme «Jewish Catalog» las leyes y católica se han conseguido progresos con respecto a la emancipación de
c~stumbres que más les convienen. Si es evidente que la concepción es- la mujer en el ámbito de las comunidades, a pesar de los bloqueos ofi-
tncta de los preceptos entra en conflicto con la idea moderna de libertad ciales. Pero esto también puede decirse del judaísmo: a diferencia de lo
también resulta difícil adoptar determinadas decisiones «autónomas» ; que sucedía hace cien años, la mujer recibe ahora en las familias orto-
mantener la responsabilidad personal. doxas judías una completa educación y formación. No obstante, todavía
¿Hay que optar aquí, siguiendo a Leibowitz, por un «todo o nada»? queda mucho por conseguir hasta la plena igualdad. A pesar de que en
¿Hay que proponer necesariamente la vuelta del pueblo judío al «yugo de la primera página de la Biblia 12 se dice que el hombre ha sido creado a
la ~orá rJa ha~aká», o bien pronosticarle un futuro pesimista? ¿Es preci- imagen de Dios, y precisamente como varón y mujer, el varón ortodoxo
judío sigue dando gracias a Dios en sus plegarias matutinas porque no
o IdentIfIcar Slll más judaísmo con Torá y halaká? ¿No existe, bíblica y
eológicamente, una posible vía media en la que se puedan compaginar ley lo ha creado mujer. Un texto que no es susceptible de ninguna clase de
libertad a partir del genuino legado judío? Éste es precisamente el pro- reinter~retación apologética, por lo que los devocionarios judíos, tanto
lema que preocupa tanto en Israel como en América a muchos judíos. conservadores como reformados, cuando no lo omiten al menos lo mo-
difican. Lo mismo que en el cristianismo, también en el ju"daísmo se ob-
2. Un caso típico. La situación de la mu;er: fudith Plaskow serva una creciente restricción de la participación activa de la mujer en
el culto 1?úblico. A la mujer ya no se le permite leer en público la Torá,
un caso típico decisivo en la cuestión de una futura interpretación de la y las mUjeres no cuentan en el «quorum» (minyan) necesario para la ce-
leyes para numerosas judías, y también judíos, la situación y el papel de lebración de un acto público de culto, que según la concepción ortodo-
\ la mujer según la reglamentación de la halaká. En primer lugar, una ca- xa requiere un mínimo de diez varones. En la sinagogas ortodoxas se

452 453
3. ¿ACUERDO ENTRE LEY Y LIBERTAD?
B.II. ,AL SERVICIO DE DIOS?

observa rigurosamente todavía la división entre el espacio de los varones que la misma Ley presupone y crea. La halaká puede muy bien constituir
\ y el espacio de las mujeres ... una respuesta a profundas experiencias religiosas, pero la Ley de la reli-
gión en sí misma no es divina; fue formulada por varones en una cultura
. La conse~uencia no fue únicamente que algunas mujeres judías orga- patriarcal. La halaká es totalmente androcéntrica. Se sitúa en el orden pa-
nIzaran accIOnes de protesta ante el «Muro de las Lamentaciones». triarcal y lo apoya. Vean en buena hora la Ley como venida de Dios
Mucho más importante Y, ~ la larga más efica~, es que teólogas judías han aquellos a quienes favorece, pero una marginada, nosotras, lo vemos de
otro modo ... Una halaká que forme parte de un judaísmo feminista ten-
comenzado a elab?rar cntI~a~ente la h~r~ncla patriarcal del judaísmo, Y
a esbozar su propIa teologla Judeo-femIlllsta. Su representante principal dría que ser muy distinta de la halaká que poseemos. Sería distinta, no
es la americana Judith Pl~s~ow, profesora en e} ~anhattan-College de sólo en sus particularidades, sino también en sus fundamentos»2o.
N.ueya York, que en su ul~I~a obr~ programatlca, Standing again at Ese es el objetivo de la teología feminista: una nueva comunidad que
Stnat, ha desarrollado una VISlon del Judaísmo en «perspectiva feminista» no necesite excluir a las mujeres del culto público o del estudio de la
que sin duda constituyó un escándalo en círculos judíos conservadores Torá, ni reducirlas a un puesto dentro de una familia de dominio pa-
pero que en modo alguno puede silenciarse 13 • En sintonía con la herme~ triarcal: «El problema central de una redefinición feminista de Israel es el
néutica cristiano-feminista I4, revisa Judith Plaskow el omnímodo carác- lugar de los diferentes en la comunidad. El judaísmo puede habilitar a
te.r patriarcal, de la teologí~ e historia judías: «Las categorías centrales ju- muchas mujeres como rabinas, enseñantes y guías de la comunidad;
dlas de Tora, Israel y DIOS se han formado exclusivamente desde la puede ignorar o modificar determinadas leyes y hacer toda una serie de
perspectiva de! v~ró~. La Torá es revelación tal como ha sido percibida adaptaciones; puede vivir en medio de las contradicciones y tensiones
por varones; la hIstorIa de Israel se ~arra .desde su punto de vista y la Ley existentes, sin cambiar fundamentalmente su autocomprensión. Pero,
se desarrolla de acuerdo con sus eXIgenCIas. Israel es el colectivo mascu-, cuando las mujeres, con nuestra propia historia y espiritualidad, con
lino, los hijos de Jacob, que tenía una hija, pero quienes dieron nombre a nuestros puntos de vista y experiencias, exigimos igualdad en una co-
las doce tribus fueron sus hijos»15. munidad dispuesta a dejarse transformar por nuestro ser diferentes,
¿La alternativa? El proyecto de teología judea-feminista debe partir de cuando reclamamos que nuestros recuerdos formen parte de la memoria
un «recuerdo», ya que la existencia judía se basó en la lejana «memoria judía y que nuestra presencia cambie el presente, entonces formulamos
judía»: «Tanto el carácter patriarcal del judaísmo como los medios de: una exigencia de transformación radical. Entonces iniciamos la difícil
t~ansformación de la tradición se fundan en el pasado judío. Las femi- tarea de crear una comunidad judía en la que no se jerarquice o simple-
~Ista,s no p17eden esperar comp~ender la ,marginación de las mujeres en el mente se tolere la diferencia, sino que se la respete. Entonces comenza-
JudaIsmo, SIn comprender de donde vemmos nosotras»16. Las mujeres ju- mos a luchar realmente por la única igualdad verdadera»2I.
días deberían entender esto: ¡También ellas se hallaban presentes en el De nuevo nos encontramos aquí con e! problema de la Ley y la liber-
momento de la Alianza de Dios con su pueblo en el Sinaí». Las judías no tad expuesto en toda su radicalidad. Con todo, Judith Plaskow, que, a di-
deberían permitir que se las excluyera de esta central y fundamental ex- ferencia de otras feministas, no rechaza la Ley, sino que quiere trabajar
periencia del judaísmo, como parece ser el caso ya en el relato del Éxodo. desde ella, exp~esa su confianza en una colaboración «con e! judío libe-
Allí se dice: «Estad preparados para el tercer día, y absteneos de mu- ra1»22, ¿No eXIsten en el legado judío posibilidades de reconciliación
jer»17. Esto suena (y así se interpretó) como si Moisés se hubiera dirigido \ entre Ley y libertad? Al de Leibowitz y Plaskow, añadiremos un tercer
, a la comunidad del pueblo en cuanto pura comunidad de varones. ¿Eran testimonio.
I acaso invisibles las mujeres justamente en el momento más importante de

,la historia judíaI8 ? En efecto -y aquí cuestionan las feministas radicales 3. ¿Acuerdo entre Ley y libertad? Eugene B. Borowitz
judías-, ¿han tenido, entonces, las judías «realmente una Alianza? ¿Son
,judías las mujeres?». Judith Plakow ve aquí una «injusticia en la misma El rabino de Nueva York, Eugene B. Borowitz, profesor de formación y
Torá»: «Naturalmente que estábamos allí; ¿a qué se debe, pues, que se pensatrltento religioso judío desde 1962, en el «Hebrew Union College-
sobreentienda en el texto que no estuvimos allí/»19. Jewish Institute of Religions» de Nueva York, es uno de los principales
Desde esta autocomprensión, se entiende perfectamente que Plaskow exponentes del judaísmo reformador americano, que, sin embargo, se ha
saque consecuencias también para un tratamiento de la halaká: «La significado por su comprensión hacia la posición ortodoxa y conserva-
presunción de que la halaká es santa en todos sus detalles porque fue dora. Tanto en el aspecto histórico como en el sistemático, ha analizado
dada por Dios a Moisés en el Sinaí, es cuestionada por una feminista y valorado más lúcidamente que otros las opciones para el judío de
"hermenéutica de la sospecha" que considera la Ley como creación hu- hoy: Posibilidades en el pensamiento judío moderno 23 • Esta «Partisan
mana y, como tal, la somete críticamente a la perspectiva del orden social Guide», de notable objetividad y finura, termina, con todo, pronun-

454 455
B.II. ¡AL SERVICIO DE DIOS? 4. LO FUNDANTE SIGUE SIENDO LA ALIANZA

ciándose de un modo a la vez claro y autocrítico en favor de la libertad y es posible v?l~er a un ciego sometÍl;niento a la Ley. La obediencia ciega a
autonomía del hombre frente a la Ley. La «cruz del pensamiento liberal una. Ley .reltgIOsa o estatal ~a ocaSIOnado demasiada ruina a lo largo de
judío» es la «autonomía personal», que, por otra parte, constituye el la hIstona como para exclUIr nuevamente la decisión de la conciencia y
«axioma básico de la modernidad»24. ¿Qué piensa por su parte Borowitz en su caso, la resistencia. Pero, al mismo tiempo: '
para mediar entre autodeterminación del hombre y ley judía? , -:-Una afirmación ~e l~ ~utonomía ~,umana, sin a!i~maci,ón del legado
Borowitz, lo mismo que Plaskow, no piensa volver a aquelliberalis- JudIO, tampoco contnbUIra a la soluclOn de esta CrISIS de Identidad. La
mo del siglo XIX centrado acríticamente en la autonomía humana y la autonomía humana tendría, en definitiva, que quedar sin fundamento si
ciencia. En su misma gran obra sobre las ideas centrales judías, en la que no se apoya en la fe de un Dios que ha creado e! hombre a su imagen y
explica los «preceptos», expone también Borowitz la idea de «liber- ha contraído con él una Alianza. Por ello:
tad»25. Aquí expone: la autonomía humana no se puede deducir tran- -Autonomía personal y sumisión de! hombre a la Alianza de Dios
quilamente, como lo hacen Kant y Hermann Cohen, de la razón huma~ I con su pueblo no deben disociarse. De la gran tradición judía de la
Alianza no puede derivarse una concepción moderno-subjetivista de la li-
na que, supuestamente guía al Yo. Ante el inminente peligro del I
individualismo moderno, es preciso entender la autonomía desde la re~ \ bertad humana, pero sí una posmoderno-personal.
lación personal con Dios y por tanto, desde la Alianza de Dios con su: ¿Qué significa esto con respecto a la decisión concreta? ¿Qué es pre-
pueblo: a partir de aquí el judío es un Yo que tiene un «derecho perso-: ciso ,decidir de acuerdo ~on la situació~? Borowitz expresa así su punto
nal a determinar lo que Dios quiere ahora del pueblo de Israel y de cada,¡ de VIsta: «Con frecuencIa este acercamIento personalista al deber judío
uno de sus miembros»26. . conducirá a reconocer el valor permanente de la doctrina clásica judía, y
No es sorprendente que Eugene Borowitz califique expresamente su en definitiva, a la simple obediencia». «Pero también puede exigir una
posición como posmoderna, pues no comparte la idea optimista del· modificación o supresión de la antigua praxis, o la creación de una
progreso, propia de la modernidad, concede una limitada confianza a la, nueva forma de adecuarse a la nueva realidad de la antigua relación»29.
ciencia y la tecnología, y en modo alguno quiere abandonar la propia tra- I En otros términos: no, la observancia más fiel de la letra de la Ley no
dición judía, aunque sí transformarla profundamente. También él anali- puede seguir siendo signo y medida de la identidad judía, sino que será
za los ya citados casos en que la ley judía entra en conflicto con la ética preciso buscarla en una respuesta viva a la voluntad de Dios, en la que
de nuestro tiempo. Cita, entre ellos, un caso especialmente significativo, también hay que tener en cuenta la situación. La actual vinculación a la
apasionadamente discutido en el Estado de Israel, y que, una vez más, lianza de Dios con su pueblo no puede ser simple repetición de la fe
tiene sobre todo que ver con el precepto sabático: a un judío que inten- judía clásica.
taba ayudar a un no judío gravemente herido en un accidente de tráfico, Decisión personal y, dado el caso, disenso personal constituyen el
le fue negado el uso del teléfono en casa de un judío ortodoxo. ¿Por qué? punto central que el propio Borowitz opone a Louis Jacobs, con el que,
¡Porque era sábado! Ciertamente, puede quebrantarse el precepto del sá- por lo demás, está plenamente de acuerdo: «La afirmación posmoderna de
bado cuando va en ello la vida o la muerte, pero con una condición: que la Alianza» -después de la emancipación moderna- «debe incluir, por
se trate de un judío, y no de un infieL tanto, e! derecho al disenso por motivos de conciencia (conscientious
Como Leibowitz y Plaskow, también Borowitz parte de un hecho: «La dissent) con respecto a lo que la tradición judía exigía o urgía rigurosa-
inmensa mayoría de judíos modernos se entienden a sí mismos como mente en otro tiempo»3o. Aquí nos encontramos justamente en e! punto
auto-legislantes (y ello, independientemente de su etiqueta de partido 6 crucial de la interpretación de la Ley para e! futuro, y una vez más, nos re-
afiliación institucional»>. Está también convencido de que hoy nos en- mitiremos a lo ya expresado en e! capítulo sobre el paradigma posmo-
contramos con un «abandono complexivo del sistema "haláquico", derno.
nunca visto hasta ahora», y que «probablemente no tiene vuelta »27.
Pero, a diferencia de Leibowitz y de acuerdo con Plaskow, Borowitz 4. Lo (undante sigue siendo la Alianza
añade inmediatamente: «La relación fundamental en la que se encuentra
el judío es la Alianza»2g. TI',ltO para e! diálogo intrajudío como para e! diálogo entre judíos y cris-
tianos, va a ser decisivo que pueda llegarse a un consenso sobre la si-
Efectivamente, ésta debería ser también la perspectiva de solución a la guiente afirmación: «¡La relación fundamental en que se encuentra el
problemática de la Ley para otros teólogos y teólogas judíos: judío es la Alianza!».
-Una afirmación premoderna de obediencia a la Ley, sin afirma- En todo caso, el análisis histórico ofrece una decisiva verificación de
ción de la autonomía personal (como en la ortodoxia), difícilmente esta frase. Lo hemos visto en nuestra parte histórica: ya en la constitución
podrá contribuir a superar la ~uda crisis de identidad intrajudía. Ya no del pueblo fue significativa la Alianza {la realidad básica de la relación

456 457
B.II. ¿AL SERVICIO DE DIOS. 5. ¿QUE INTERPRETACION DE LA LEY PARA EL FUTURO?

con Dios, no el término berit); jugó un papel en los reinados de David y 5. ¿Qué interpretación de la Ley para el futuro? Una cuestión
Salomón; tuvo una significación central en los reinos divididos; resistió el para judíos y cristianos
impacto de la conquista de los dos reinos y del exilio; fue la palabra clave
para la restauración y la reconstrucción; incluso después de la toma de No sólo en nuestros días existen testimonios judíos en favor de una solu-
Jerusalén por los romanos y de la destrucción del Segundo Templo, si- ción teológica constructiva con respecto a la problemática de la Ley. Ya en
guió siendo el centro constitutivo de la conciencia religiosa de los judíos los años veinte, los dos más representativos pensadores judíos del período
dispersos por el mundo: la permanente vinculación con Dios, el Señor, a de entreguerras, Martin Buber y el filósofo de la religión, pedagogo y tra-
r:,
pesar de la~ penalidades de la disp~rsión; la elección en consecuencia, ductor de la Biblia Franz Rosenzweig (1886-1929)32, coincidían en una cosa
la vinculaclOn del pueblo a la Tora. En suma: tanto SI se trata del para- frente a todos los sionistas de orientación cultural, político-liberales y mo-
digma de las tribus en la época preestatal (P 1), como del paradigma del derno-seculares: el fundamento de la existencia judía es la Alianza del pue-
reillO en la monarquía (P 11), de la constelación de la teocracia judía pos- ,blo con Dios. El punto central debe ocuparlo la relación viva y personal con
texílica (P I1I), o de la ortodoxia rabínico-sinagogal de la Edad Media Dios. Por tanto, no sólo, como para los liberales judíos anteriores a la Pri-
judía (P IV), el centro de la religión judía siempre fue el mismo: «Yahvé ,mera Guerra Mundial, la universal idea humana de un «monoteísmo
es el Dios de Israel, e Israel es su pueblo ,,31. 'ético», pero tampoco, en primer lugar, como para los ortodoxos medieva-
Ante el paradigma moderno (P V), nacido fuera del judaísmo oficial y les, halaká, la ley religiosa judía. La Ley sería sólo una consecuencia de la
del cristianismo, y que introdujo un mundo de ciencia y tecnología, de in,~ Alianza; no sería fin, sino medio. No ha sido el mismo Dios -leíamos en
dustria y democracia, parece cada vez más difícil preservar la «sustancia»' Buber- el que creó todas estas reglas particulares, sino hombres impreg-
de lo cristiano, lo mismo que la de lo judío. Pero, en no pequeña medida,' nados de fe en Dios, y no sería lícito esclavizar la libertad humana.
el holocausto (punto crítico de la modernidad atea), y la posterior reins-! Sin embargo, Rosenzweig -que, como algunos de sus amigos y fa-
tauración del Estado de Israel (comienzo de una nueva era para el ju-; miliares, pensó durante algún tiempo convertirse al cristianismo, pero
daísmo), fue lo que condujo a recuperar el sentido de la Alianza de Dios\ que, después de un largo culto de Yom Kippur (1913), se decidió defini-
Coll su pueblo. Y aquí surge la pregunta: ¿cómo va a configurar ahora el' tivamente por el judaísmo, cofundador en 1919 de la «Escuela Libre
paradigma de la posmodernidad (P VI) a esta «esencia» del judaísmo? : Judía» en Francfort, y que en 1921 publicaba su obra principal La es-
trella de la redención33- consideraba obligatoria la observancia de la Ley
La ya expuesta evolución trimilenaria y los cinco cambios epocales de tradicional judía por encima de toda ética. Para él era importante la fi-
paradigma dentro del judaísmo, nos permiten una respuesta muy clara: delidad a la Ley como forma sagrada de vida del pueblo singular de Is-
con respecto a la Alianza, el sistema haláquico no es primario, sino se- rael. Ciertamente dentro de una notable aceptación del hombre moderno
cundario. A través de los siglos, la fuerza decisiva de identificación no le y de su autonomía: ¡en la medida en que el hombre la pueda aguantar!
corresponde a la halaká sino a la Alianza. Dicho de otro modo: aunque Lo que él quería no era una separación, pero sí una distinción entre el
muchos judíos estén hoy «abandonando complexivamente» el sistema judío y el no judí034 • ,
haláquico, como jamás se había visto antes, y esta evolución hacia una si- No pasa lo mismo con Buber35 • El nunca pensó convertir en obliga-
°
tuación meta-haláquica post-haláquica apenas sea ya reversible, no se ión general para el hombre de hoy la Ley de otros tiempos. No consi-
está perdiendo aquí necesariamente algo esencialmente judío, a lo más,! dera la revelación de Dios como legislación. Ninguna ley hecha por
una determinada imagen histórica. i hombres debería interponerse entre el Yo humano y el eterno Tú de
Nuestro análisis histórico nos descubre también otra cosa: en el sistema ios; sólo el eterno Tú puede mandar o prohibir. Pueden admitirse de-
haláquico se trata de algo que sólo comienza a manifestarse de esta forma erminadas prescripciones de la Ley, pero la personalísima norma obli-
en el tiempo postexílico (P III), para alcanzar su pleno desarrollo en la ante no puede ser la Ley tradicional, sino la voluntad de Dios. En este
época ra bínico-sinagogal (P IV), cuando la sinagoga asumió el lugar del sentido, la Ley no tiene valor universal para los judíos, como pretendía
templo, y la Escritura el lugar del altar, cuando la tradición de la Misná y Rosenzweig, sino valor personal.
el Talmud adquirió la misma dignidad que la T()rá, pero en la moderni- I,as primeras conferencias de Buber, recogidas en la obra Discursos
dad (P V) todo ello ha entrado claramente en crisis. Ni siquiera los hiper- sobre el judaísmo, tuvieron lugar en Praga, en la «Asociación Bar
ortodoxos deberían infravalorar el carácter expl()sivo de estos cuestiona- KoIsba'». Uno de sus oyentes fue Franz Kafka, que, en su novela El
mientos, que fácilmente podrían afectar a la misma fe judía. ¿No sería proceso, pone en boca de un capellán una enigmática parábola dirigida al
recomendable emprender un nuevo diálogo intrajudío -sin polémicas, re- protagonista y titulada «Ante la ley». Pero independientemente de cómo
proches o limitaciones- sobre estos explosivos interrogantes en un tiem- se lleve adelante este debate intrajudío, también el cristiano debería asu-
po que no es ya únicamente post-haláquico, sino también post-moderno? mir el reto de su propia toma de postura al respecto. Ciertamente, no

458 459
5. ¡QUE INTERPRETACION DE LA LEY PARA EL FUTURO?
B.II. ¡AL SERVICIO DE DIOS?

~
para enfrentar entre sí a las partes judías en diálogo, y tampoco para im- -La relac!ó.~ adversa de Buber hacia la Ley parece, a su vez, muy cer-
poner una solución de todos los problemas desde su supuesta superiori- cana a la pOSlClOn de los paganos seguidores de Jesús que rechazaban una
dad, sino únicamente porque el cristiano se encuentra, desde los orígenes observancia de la ley tradicional no conforme con los preceptos éticos, y
q~erían atenerse ante todo a lo que Dios quería de ellos, a la voluntad de
de su fe, profundamente afectado por la problemática de la Ley. No en
vano los primeros cristianos eran judíos que todavía se sentían vincula- lOS.
dos a la Ley mosaica. De igual modo, el judío Jesús de Nazaret, de nin- , Pero l<? !mportante es que judíos y paganos, seguidores de Jesús, po-
gún modo viene a suprimir o abolir la Ley. Quiere, más bien, poner la dI~n remIt~rse entonces, en defensa de sus respectivas concepciones, al
voluntad de Dios como fundamento y norma del cumplimiento de la Ley. mIsmo Jesus de Nazaret y su actitud ante la Ley. «Estaba bajo la Ley»
Sin duda, contribuirá a un mejor entendimiento judea-cristiano el decían los judea-cristianos. Pero el judea-cristiano Pablo en su carta a lo~
Gálatas, añadía en favor de los pagano-cristianos: «p~ra redimir a los

I
confrontar las dos principales posiciones intrajudías, representadas por
Buber y Rosenzweig, con las primitivas opciones cristianas. Se impone así
un doble y sorprendente paralelismo:
-La actitud positiva de Rosenzweig con respecto a la Ley judía pa-
que estaban bajo la Ley»36. Antes de entrar en ulteriores desarrollos de
estas ideas, parece conveniente señalar los posibles puntos de coinci-
dencia entre judíos y cristianos. ¿No sería posible entre ellos un consen-
so básico con respecto a la actitud ética y a la Ley, siendo así que, aun-
rece coincidir ampliamente con la postura de los judíos seguidores de

I
Jesús que, en principio, querían seguir viviendo de acuerdo con la Ley
judía y observaban el sábado y los otros preceptos, aunque de un modo
muy específico, y hasta crítico (sobre todo, los judíos helenistas).
que en formas distintas, ambos se remiten a la Alianza de Dios con Noé
y con Abrahán y su descendencia?
. Justamente porque, en cuanto cristiano, lo he experimentado en pro-
p~a carne, puedo entender muy bien los tradicionales problemas intraju-
dIOS con respecto a la Ley, y ante todos los conflictos, me preguntó: ¿Qué
habría dicho a todo esto aquel judío de hace 2.000 años, el Maestro de
Cuestiones para judíos y cristianos Nazare~? Si ha de ser posible hoy un conscientious dissent en el judaísmo,
¿n? ~ena. bueno recordar en e~t; tema a aquel «gran Disidente» a cuya
Judíos y cristianos coinciden: el hombre creado a imagen de Dios, en cuanto pn~:lllgelll~ voz ta~ po~a atenclOn se ha prestado en el judaísmo, o, por
parte peculiar de la Alianza con Dios, no puede permitirse una autonomía meJor decIr, en el JudaIsmo y el cristianismo?
anárquica y tampoco un libertinismo individualista: los preceptos éticos
de Dios, el decálogo con todas sus implicaciones, obligan también al
hombre de hoy. Surge, pues, la pregunta:
¿No puede reconocer también el cristiano que, por encima de una
t universal actitud ética humana, el hombre judío quiera mantener el
arraigo en la comunidad de su pueblo: en la tradición judía que quizá
pueda conducirle de nuevo a una coincidencia fundamental en un estilo de
vida judío? ¿Un común "Way 01 life» judío en las fiestas y días laborables, con
determinadas formas, ritos y costumbres en la familia, el culto y la conducta
general?
Al hombre, en cuanto parte de la Alianza con Dios, y Justamente por ello, no
se le puede pedir un piadoso servilismo y tampoco una obediencia ciega a la
ley: los preceptos éticos de Dios no se identifican sin más con el
sistema haláquico. tal como se ha ido configurando en el curso de una
larga historia y, en muchos aspectos, se mantiene aún vigente. Pregunta:
y ¿No puede también un judío obligarse a un sislema legal únicamente
en la medida en que puede asumir las leyes con plena responsabilidad
personal? ¿No debería todo judío comprender que airas entiendan de otro
modo la obligación que fluye de la Torá y que el cristiano, con todo el respeto
hacia el espeCial camino del pueblo judío, reclame constantemente la aten-
ción hacia el horizonte universal también presente en la Biblia hebrea?

460 461
1. ¿CUAL ES LA NORMA SUPREMA?

III. EN FAVOR DEL HOMBRE --en lugar de venganza y revancha, no violencia,


--en lugar de odio, amor a los enemigos6 •
No, el Maestro de Nazaret no estaba en el fondo contra la Ley ni con-
1. ¿Cuál es la norma suprema? tra los doctores de la Ley. Sin embargo, aparece aquí un pequeño matiz,
insignificante a primera vista, pero que, ante una situación decisivamen-
En el largo apartado sobre «¿Quién fue Jesús?»!, hemos dicho ya lo ne- te distinta, estuvo a punto de hacer saltar la Ley: ¡hacerla saltar para
cesario sobre la actitud de Jesús hacia el fariseísmo y especIalmente mostrar algo «superior», otra justicia, una «justicia mejor»! El Rabí de
hacia la Ley. Recordaremos aquí sólo lo fundamental: el gran pisi~ente Nazaret no condenó la fidelidad a los preceptos. Pero, con su audacia de
de Nazaret no vino entonces a abolir radicalmente la Ley de DIOS, smo a subordinarlos todos al mandamiento principal del amor a Dios y al
«cumplirla». En ese sentido, con r~z~n, recurrí~n a su .Maestro sus s~­ hombre?, relativizó, a diferencia de la Torá, los preceptos concretos: los
guidores judíos que, al menos en pru:~CIpIO, q~enan se,gUl~ l.~ observanCia relativizó en beneficio del hombre.
de la ley judía. Como judío entre Judlos, el mismo Jesus VIVlO plena~ente
fiel a la Ley; no era un antinomista. Sin embargo, que no. pasar~ m una A ello recurrirían más tarde los paganos que siguieron a Jesús, los cua-
iota ni un ápice de la ley ceremonial, antes de que pasen CielO y tierra, es les, situados fuera de Palestina, en un contexto helenístico totalmente dis-
un texto de Mate0 2 que según la mayoría de los actuales exegetas no tinto, llegarían a consecuen~i~s radicales, como hizo el ~is,mo Pablo, c~m
constituye una pal;bra auténtica de Jesús, sino una co~stru~ción del la mirada puesta en el CruCIficado a causa de la Ley. EXlstla un hecho m-
judeo-cristianismo vinculado a la Ley, frente. a la ~omumdad Judeo-he- negable: Jesús no había o.bligado a sus, segui~ores al viejo ordenamient?
°
lenística crítica con respecto a la ley ceremomal, Justamente frente a la rabínico y tampoco les dIO una halaka propia que regulara hasta el ml-
nímo detalle todos los aspectos de la vida. Por el contrario, los llamó con
comunidad pagano-cristiana frontalmente opuesta a tal ley. También
es digna de atención la apostilla de Mateo, sumamente importante como sencillas invitaciones y parábolas, a la vez que con provocativas acciones
principio de interpretación del Sermón de la Montaña: que los ~iscípulos salvíficas a la obediencia a Dios y al amor al prójimo: a una obediencia
a la volu~tad de Dios que debía abarcar toda la vida y cuya finalidad úl-
de Jesús han de tener3 una «justicia muy superior a la de los escnbas y fa-
tima era el bien del hombre.
riseos»4. Esto evidencia una vez más que Jesús no era un antinomista,
En ningún otro contexto se evidencia mejor que en lo referente al pre-
¡ pero tampoco era precisamente un fariseo celoso de la Ley. ¿Qué pre-
cepto central de la piedad judía: el precepto s:=tbá~co. Tam?ién en ,la c~m­
tendía en realidad?
cepción judía es lícito socorrer al hombre en mmmente pehgro; aSI lo JUS-
También hay que recordar que la gran síntesis de Jesús se orientaba ante
tificaba al menos Rabí Simeón ben Menasiya, 180 años después de
todo a la realización práctica: la norma suprema debía ser el amor, y esto Cristo apoyado probablemente en un antiguo principio: «Os ha sido
es lo que los Hechos de los Apóstoles --:-cierta':ll~nte en .un:=t.forma i~eali­ dado ¡l sábado, pero no habéis sido entregados al sábado»8. Jesús es aún
zada y sublimada- aplican a la comumdad cnstIana pnmltIVa. El mismo más radical. Él no exige ninguna clase de cumplimiento literal de la ley
Jesús alababa expresamente a un doctor de la Ley que le había preguntado del sábado, sino un incondicional amor al prójimo, ante el que ha de
por el mayor de los mandamientos y que s.e pronunció «sensatamente» por ceder incluso el precepto sabático: no sólo en peligro de muerte o en caso
el amor a Dios y al prójimo, «muy supenor a todos los holocaustos y sa- de agresión atraco o guerra, y no sólo cuando se trata de judíos, sino
crificios». Reacción de Jesús: «No estás lejos del reino de Dios»5. siempre y e~ todas partes es el sá~ado para el hombre y n.o el h,~mbre
No se puede pasar por alto que Jesús, incluso a través del reflejo para el sábad09 • Se da, pues, consCIent~mente «una nu~va or,lentaclon» ~l
judea-cristiano del evangelio de Mateo, mantiene su perfil originario y en precepto del sábado, que, por lo demas, conserva su vigencia: «No es lI-
las seis antítesis o «supertesis» sobre la protección del matrimonio y de la cito entregar el hombre al sábado y convertirlo en su esclavo» (J. Gnil-
familia, la veracidad, la no violencia y el amor a los enemigos, se pro- ka)lO. Omitir el bien queda así equiparado a cometer el maFl. O como,
nuncia decididamente en contra de determinadas interpretaciones de la según Mateo, dice el mismo Jesús: «Por tanto, es lícito hacer bien en sá-
Ley entonces en uso: en lo referente al adulterio y la reconciliación en el b~0»12.
judaísmo rabínico, y en lo ~eferente al odio ~ los enemigo~ en el judaísmo El sábado y, por supuesto, todos los preceptos menos important~s
qumránico. En la perspectiva del futuro remo se precomza una conver-

~
Xisten
en favor del hombre. El amor los comprende a todos, y es preCI-
sión fundamental del hombre, que no sólo afecta a lo externo y contro- so ejercerlo, no con palabras gr~n~ilocuentes (el mismo Jesús apen~~.usa
lable, sino también a lo interno e invisible del corazón humano: la palabra amor), sino en la practica concreta, con ~especto a~ pr,o]Imo
--en lugar de cólera y homicidios, reconciliación, que más me necesita, aunque se trate de un samantano no JUdIO (un
-en lugar de adulterio, vencimiento de sí mismo, 'rabe)13. ¿Hasta dónde llegan las implicaciones de todo ello en la actua-
--en lugar de divorcio, fidelidad,

463
462
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE 2. El RABINO DE ENTONCES Y El RABINO DE HOY

l
lidad? Hipotéticamente, ¿qué podría decir un rabino de entonces a un ra-
bino de hoy?

2. El rabino de entonces y el rabino de hoy

El rabino de entonces preguntaría probablemente al rabino de hoy: de


acuerdo, hablas de la Alianza viva como fundamento de la Ley, pero
¡él, sustancialmente en la línea de la tradición profética, se hubiera con-
tentado -como los profetas, amparados por la autoridad de Moisés-
con, llamar a ut;ta verdadera observancia de la Ley, con exigir, como los
rabInOS de su tI~mpo, un culto sincero, con cultivar la alegría en el pre-
cepto, con analIzar el caso particular y, en una situación determinada,
hacer prevalecer un precepto sobre otro?
. Difícilmente. El amor que la misma Torá hace extensivo al «extran-
¿qué importancia concedes, en último término, a la Ley, a la reglamen- jero »15, ,fu~ p~acticad~ P?r él hasta sus últimas consecuencias: hasta per-
tación legal? ¿Son la Torá y la halaká, la ley escrita y la oral, igualmente donar sm hmI~:s, servIr SIn tener en cuenta el propio rango, renunciar, sin
reveladas? ¿Son, en consecuencia, ambas intocables, infalibles e irrefor- contrap~~stacIOn, a los propios derechos, poder y autoridad. En esta
mables? ¿Es todo lo que se encuentra en la Escritura y la Tradición exi- concepClon, que «reduce», en sentido positivo, los diez mandamientos al
gible literalmente al hombre, porque se remonta al mismo Dios y a la re- amor al «prójimo», se ha distanciado en la práctica -ante la indignación
velación del Sinaí? ¿Han sido realmente dictados directamente por Dios de las instituciones judías, de la doctrina oficial la doctrina de las clases
estos preceptos, o son más bien una construcción y formulación humanas ~ominantes- de la tradición, del legado oral d~ los Padres de la halaká,
del derecho divino? ¿No hay que conceder igual dignidad a todas las SIempre que era necesario.
prescripciones litúrgicas, éticas y dietéticas? Incluso en el mundo de los Lo mismo que entonces, se pregunta todavía hoy: ¿No es en realidad
rabinos se distingue entre preceptos principales y secundarios. ¿No exis- este Rabí demasiado liberal, demasiado humano? ¿No está convirtiendo
te en realidad una escala de valores, una «jerarquía de verdades», una al hombre en medida de los preceptos de Dios al proclamar que el sába-
concentración en lo esencial, un centro de la Ley? ¿No es todo igual- do es para el hombre y no el hombre para el sábado? ¿No está forzando
mente voluntad de Dios? ¿Se encontraba todo originalmente así en el en todo ~u comportamiento un amor al hombre, al prójimo, al enemigo,
plan de Dios para el hombre? Esas serían quizás las preguntas del rabino que ,no tIene en cuen,ta para nada las leyes naturales que separan a ex-
de entonces al rabino de hoy. tranJe~o~ "f no extranjeros, a judíos y samaritanos/árabes? ¿No relativiza,
. El rabino de hoy respondería al rabino de entonces más o menos así: en defInItIva, pueblo y origen, y hasta Ley y moral? ¿No lo hace sobre
al menos los que no somos ortodoxos extremos, relativizamos en muchos todo cuando se sitúa provocadora mente frente a los celosos de la Ley y
aspectos los preceptos concretos, ya se trate del sábado, si hay que salvar del ~ado de los transgres?res, solicitando para ellos el perdón en lugar del
a ~n hombre, o del ayuno en Yom Kippur, cuando peligra la salud de al- castIgo? ¿Es pura casuahdad que el conflicto con los guardianes de la Ley
g~ll~n. El mismo Talmud declara expresamente que determinadas prohi-
y del Te~plo asumiera proporciones mortales y que sólo este judío, y no
bI~IOnes de la Torá pueden ignorarse en beneficio de la «dignidad de la
otro rabInO, haya afrontado este destino y pasado a la historia: no ya
cnatura». En nuestra tradición legal, cualquier precepto concreto ha de fundan,do una escuela, sino anunciando un evangelio, reuniendo una
se~ sólo un camino para afirmar la Alianza, santificar el nombre de
cO,mumdad, dando lugar, con su comportamiento y destino, a un movi-
DIOS y dar testimonio de él. Y en algunas situaciones, sólo la presencia miento de alcance histórico que cambiaría decisivamente el curso del
mundo y la situación del judaísmo?
del amor de Dios en nosotros y la solidaridad con respecto a los otros
Se plantea así una cuestión fundamental de autoconciencia religiosa
pueden decidir sobre el cumplimiento de ciertos preceptos.
que a/~cta hoya todos los representantes de la religión legal, verdadera
, Puedo imaginarme que el rabino de entonces respondería a su vez al ra- cuestlon cruCIal no sólo para judíos ortodoxos, sino también para fun-
bI~O de hoy: «No estás lejos del reino de Dios»14. Pero le animaría al
damentalistas islámicos, no menos que para católico-romanos tradicio-
T?-IS11?-0 tiempo a seguir adelante. ¿Qué es en definitiva el amor? ¿No signi- nalistas y para pietistas protestantes, los cuales pretenden haberse libe-
fIca Incluso capacidad de relativizar y trascender en favor del hombre rado de la ley judía, para venir luego a caer en una nueva ley eclesiástica.
una le~ de Dios cuya razón de ser es el hombre? ¿No significa la libertad
En ~<?nfron!ación con e~ ajusticiado judío, J~sús de Nazaret, la cuestión
contagIOsa que el mismo Rabí anunció y practicó ya entonces, por encima deCISIva es esta: ¿se realIza la voluntad de DIOS en la observancia exacta
de ~as tradicionales interpretaciones legalistas de la Ley? ¿No significa una de la Ley -ya sea la halaká, el derecho canónico o la sharia- o en un
actItud fundament:d, necesariamente peligrosa para cualquier sistema o cumplimiento de la voluntad de Dios que trasciende la Ley y se orienta al
ap~rato religioso, de igual modo que el Nazareno fue un perturbador para
amor? Esta. problemática culmina, una vez más, en el caso del judío
qUIenes, con la Ley bajo el brazo, querían imponer y administrar a Dios? Pablo. Pr~clsamente, con Pablo, judaísmo y cristianismo entraron pron-
N,o, el Rabí de hoy tampoco debería olvidarlo: el Nazareno no se con- to en radIcal confrontación. Quizás, en este momento, sea necesaria
tento et;ttonces con verter vino nuevo en odres viejos. De haberlo hecho, una nueva reflexión crítico-autocrítica.
no hubtera provocado escándalo. ¿Se habría llegado a aquel conflicto si

465
464
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE 4. ¡QUEDA ABOLIDA LA LEY?

3. ¿Pablo contra la Ley? superada: en lugar del viejo pueblo de Dios, entra ahora el nuevo pueblo
de Dios, la Iglesia.
Cualquiera que se haya visto confrontado con la ortodoxia judía com- Un elocuente ejemplo de esta exégesis luterana, especialmente intere-
prende al instante que, en la problemática paulina en torno a la Ley, no se sada en el Pauli theologiae proprium, y que, como Lutero, interpreta la
trata sólo de un problema judío de otros tiempos, sino también de un pro- equilibrada carta a los Romanos (escrito de presentación de Pablo a la
blema judío de hoy. Con respecto a Pablo, que se declara a sí mismo «in- comunidad de Roma)19 a la luz de la polémicamente antinomista carta a
tachable en cuanto a la justicia de la Ley»16, se discute todavía entre los in- los Gálatas (provocada por la concurrencia en Galacia de misioneros ju-
vestigadores sobre el alcance de sus conflictos personales con la Ley. Pero daizantes)20, es el protestante, especialista en Pablo, Hans Hübner, para
sus cartas reflejan sin duda estructuras de la observancia farisea de la Ley quien Israel ha «pervertido» la Torá 21 . Según él, Pablo dejó claro en la
que pueden resultar esclarecedoras incluso para el judío de hoy. Algunos carta a los Gálatas, sin lugar a dudas:
intérpretes judíos lo comprenden mejor que muchos exegetas cristianos. -que«al creyente en Cristo no le es lícito estar bajo la Ley»,
Así, Schalom Ben-Chorin atribuye a su propio «sufrimiento bajo la -que «¡para el cristiano se excluye per definitionem la existencia
, Ley» su particular afinidad con la figura de Pablo: sólo podría entender bajo la Ley y por tanto la existencia como judío!»;
correctamente a Pablo quien ha hecho el esfuerzo de «poner su vida -que «ser cristiano se define fundamentalmente como no-deber-ser-
bajo la ley de Israel, de observar y practicar los usos y prescripciones de judío»22.
la tradición rabínica». Y añade Ben-Chorin: «He intentado asumir la Ley
en su interpre~ación ort~do::,~, si~, encontrar en ella la felicidad, esa paz ¿No alimentan tales manifestaciones la sospecha de que la exégesis
que Pablo atribuye a la )UstIftcaciOn ante Dios»17. Aquí se alude al celo paulina del luteranismo es clara o encubiertamente antijudía? ¿No se
por la Ley y a la decepción de la Ley: «Conocemos hoy en Jerusalén este
tipo de discípulo fanático de Yeshiva, aunque ahora no viene de la diás-
I están ocultando, reinterpretando o escamoteando expresiones projudías
de Pablo? Con la mirada puesta en los judea-cristianos, uno se pregunta:
pora de Tarso, sino de la de Nueva York o Londres. En las manifesta- ¿no ha podido ser para Pablo una opción religiosa la posibilidad de un
ciones contra pacíficos conductores en sábado se encuentran con fre- judea-cristianismo que admitiera la ley judía, incluyendo circuncisión, co-
cuencia, entre los celosos de la Ley que arrojan piedras contra vehículos / mida kaser y precepto sabático? El mismo Hans Hübner añade en se-
y chóferes, estos estudiantes del Talmud venidos de fuera. Probable- guida que, en la carta a los Gálatas, Pablo «no exige a los judeo-cristia-
nos una negación de su ser-judíos», pero esto lo considera como «una
mente no reaccionarían de esta forma en Nueva York o Londres contra
esta profanación formal del sábado, pero pretenden legitimarse en Jeru-
. salén como en ciento cincuenta por cien judíos de la Torá. Exactamente
¡ cierta incongruencia» de Pablo. ¿Cómo darnos por satisfechos con una
exégesis que pretende corregir a Pablo en aquellos pasajes que no encajan
as~ podemos imaginarnos. al joven Saulo de Tarso, que subraya de sí totalmente en el esquema antagónico luterano de «Ley y Evangelio»?
, mIsmo qu~, en su peregrmar, ha superado a muchos en el judaísmo, Con respecto al valor de la Ley, es imprescindible analizar esta contro-
que ha ardIdo en celo por la Ley y que se alegraba de la lapidación del versia que polariza, co~o.ninguna,ot~a, tanto la :xégesis judía y cristia-
J
hereje (¡pasmosa semejanza con lo actual!). Pero es preciso entender lo na de Pablo, como la cnstlana en SI mIsma, para, mdependientemente de
que significa vivir día tras día la férrea disciplina de la Ley, de la halaká los recientes y artificiales enfrentamientos nacionales, ofrecer un resul-
y las mi~wot, sin experimentar por ello una real cercanía de Dios sin sen- tado tan claro como sea posible, dado el extremadamente confuso esta-
tirse libre de fracaso, de 'awerez, de pecado ... ¿No termina estradgulando Ido de la investigación23 .
al hombre esta multitud de mandamientos y prescripciones? »18.
Todo esto nos permite centrar mejor la pregunta: ¿no ha desautori- 4. ¿ Queda abolida la Ley?
zado Pablo definitivamente la ley judía y anunciado su fin? La exégesis
cristiana lo ha dado por supuesto durante siglos. Si se lee a Pablo bajo el Comenzaremos por una cuestión previa: ¿Cuáles son exactamente las di-
ángu~o de la exég~sis aleI?ana, especialmente la inspirada por Lutero, ficultades que se oponen a la transparencia y claridad en este tema? Las
formIdablemente sIstematizada por Bultmann en su Teología del Nuevo siguientes:
Testamento, se endurece aún más una convicción: 1. Pablo, una incontrovertible figura profética, era (como reconoce la
-Para Pablo, con la muerte y resurrección de JesucIisto, se elimina mayoría de sus ~ríticos) un teólogo plenamente coherente en líneas ge-
para siempre la ley judía: en lugar de la ley, rige ahora el evangelio. nerales, pero, al Igual que los profetas de Israel, no un teólogo sistemático
-Para los cristianos, la ley judía no tiene valor, lo decisivo es sólo la que pudiera dejarnos un sistema de fe cerrado y sin fisuras. Él no elabo-
fe en Jesucristo: en lugar de la ley, vale ahora la fe. ró, como sabio ~jeno al mun?o, ,una abst~acta pr~blemática teológica
-Juntamente con la ley judía, el judaísmo pasa a ser una magnitud sobre Ley y fe, smo que refleXiOno, en mediO de su mcansable actividad

466 467
B.II!. EN FAVOR DEL HOMBRE 5. LA TORA SIGUE VIGENTE

misionera (ganándose además el sustento como fabricante de tiendas), problemas en conexión con la Ley que han ocasionado una amplia lite-
sobre las consecuencias de su conversión del fariseísmo a la fe en Cristo ratura de investigación, enormemente compleja y contradictoria, desde
y sobre todas las implicaciones de esta fe en las comunidades judeo- las cuestiones de cristología y soteriología hasta las de antropología y
cristianas y, sobre todo, pagano-cristianas. eclesiología. Me limitaré, por tanto, a aludir a la significación de la Ley,
2. Los escritos teológicos de Pablo son cartas, casi siempre escritos oca- y justamente en la perspectiva del diálogo entre judíos y cristianos. Con
sionales condicionados por la situación: ellos muestran (como opinan sobre respecto al mismo Pablo, hay que tener en cuenta que su concepción de
todo los exegetas alemanes) una evolución desde la carta a los Gálatas a la la Ley no parte de una doctrina objetivo-teórica (por ejemplo, sobre
carta a los Romanos, o (según los exegetas anglosajones) intentan, a partir culpa y expiación, ley y evangelio, obras y fe, pecado y gracia), y tam-
de un centro cristológico constante, ofrecer diversos ensayos de respuesta a poco necesariamente de una reflexión psicológico-autobiográfica sobre
distintas situaciones y problemáticas, no siempre exentos de tensión y una personalísima insatisfacción de conciencia en el cumplimiento de la
hasta de ciertas contradicciones24 • En ambos casos es muy posible que Ley, sino más bien de su experiencia de Cristo y de su vocación de após-
Pablo se haya corregido a sí mismo en su sintética carta a los Romanos. tol de los gentiles.
3. En su correspondencia en lengua griega, Pablo no emplea la pala- La cuestión debatida es ésta: ¿se puede hablar en Pablo de una vigen-
bra hebrea «Torá» (ni siquiera como hebraísmo), sino la palabra griega cia de la ley judía? ¿Vale todavía la Ley, o está superada? Concretando:
nomos/ley utilizada a partir de la traducción griega de la Biblia hebrea -¿Han pervertido, según Pablo, la Ley los judíos celosos de la Ley?
(los Setenta) por el término «Torá,). Pero esto tiene la desventaja de -¿No pueden seguir ya la Ley los judíos seguidores de Cristo? ¿No
que, en Pablo, no podemos saber nunca si, en un determinado pasaje de es, por tanto, el judeo-cristianismo, lo mismo que el pagano-cristianismo,
su correspondencia, emplea nomos en sentido amplio o en sentido es- una posibilidad legítima?
tricto: en sentido amplio, como Torá/doctrina/instrucción (=corpus de los -¿ Está equivocado el judaísmo, no sólo porque rechaza a Jesús como
cinco l~bros de Moisés) o en sentido estricto, como halaká/ley (<<halaká», Mesías, sino también porque persiste en aferrarse a la Ley?
entendida como ley religiosa de los rabinos ciertamente fundamentada en
la T?rá y que hoy, pese a no haber sido codificada entonces, se extiende 5. La Torá sigue vigente
creclentemente a todos los ámbitos de la vida).
No obstante las inmensas dificultades de interpretación con respecto a 'Cuando se consigue leer los numerosos textos paulinos sobre la Ley, sin es-
la concepción paulina de la ley, se dan también coincidencias entre los exe- quemas preconcebidos, ya sean cristianos «<Ley y evangelio»), ya judíos
( «supresión de la Ley»), una primera cosa parece innegable. Hay un pre-
getas de Pablo. La mayoría de ellos estarían de acuerdo en lo siguiente:
supuesto evidente para Pablo: en la medida en que «Ley') se refiere a la
-El cambio fundamental en la vida del fariseo Pablo no se produjo
Torá, es y sigue siendo Ley de Dios, es decir, expresión de la voluntad de
por, el estudio de la T orá, sino por una abrumadora visión del Cristo re-
Dios. P~blo acentúa expresamente: «Así que la leyes santa, y santo el pre-
SUCitado, al que, desde ese momento, Pablo proclama Mesías de Israel y cepto y Justo y bueno»28, La Leyes dada al hombre «para vida29 : es la «e:x-
del mundo15 •
presión misma de la ciencia y de la verdad»30, es «espirituah 31 . La «le-
, ,-E~ su ~ensaje, rechazado por los judíos, comprende Pablo su mi- gislación» es una de las ventajas de IsraeP2. Aquí, la «Ley» se refiere
SlOn pnmordlal de proclamar a los gentiles el misterio del Dios de Israel claramente, para Pablo, a la Torá en el sentido de los Cinco Libros de Mo~
manifestado definitivamente en ]esucrist026 . ' sés, a los que, por exigencia divina, el hombre ha de prestar obediencia 33•
, ,-Pablo pide a los gentiles que crean en el mensaje de Cristo, pero les Segundo punto a tener en cuenta: aunque no tienen una ley escrita
eXlme,~el sometimiento a la ley religiosa judía. Ahora lo decisivo para la tam~i~n los ge~tiles ,están sometidos a Dios. También los gentiles puede~
salvaclon es esta fe, y no las obras de la Ley· en esto no tienen ventaja los perCibIr las eXigencIas morales de la Torá, especialmente el decálog0 34•
los judíos. ' Llevan las prescripciones de la Ley inscritas en el corazón, como lo ates-
,-Esta apertura del Apóstol con respecto a los outsiders -un signo tigu,a s~ c~nciencia3,5. Dios: en el que no hay acepción de personas 36, juz-
~as,de la continuidad objetiva a pesar de la frecuente cuestionable con- gara a ludlOS, y gentiles segun sus obras 37. Pues no serán declarados justos
~IllUl~ad de ~a tr~dición- se sitúa en la línea de Jesús, en la línea de las delante de DI<?s los que oy~n la Ley-también los creyentes pueden fallar,
Ill~relb~es pnvaClOnes de Pablo, de sus persecuciones, su renuncia al ma- y no hay gracIa barata- SIllO «los que la cumplen, esos serán declarados
tnmomo y, sob,re to~o, de su humilde servicio apostólic(P. Es imposible justos (¡en el juicio final!))38.
negar ,!ue tomo radicalmente en serio el seguimiento de Cristo. De ahí, un tercer punto: según Pablo, la ley santa de Dios la Torá mo-
, ¿Cual, es, en definitiva, la más debatida cuestión entre los exegetas? saica, de ningún modo queda eliminada después del acon;ecimiento de
Sm duda la ,cuestión de lo que significa realmente la «Ley» para Pablo. Cristo, sino que sigue vigente, como «Torá de la fe»39. En expresión ex"
Pero es precIso advertir que estaría aquí fuera de lugar abordar todos los

469
468
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE 6. LIBERTAD DE lA HAlAKA

plícita de Pablo, la Ley no queda «privada de valor» (¡de ningún modo!) de la Ley, contra una justificación por la Ley. Su lema no es: justificación
,ino que, por la fe, más bien la «afianzamos4o . ¿Podía acaso el judío por la fe «sin Ley» (como si la fe fuera una cuestión arbitraria y sin con-
pablo, apasionado defensor del pueblo de Dios, oponerse a la ley santa secuencias prácticas), sino «sin obras de la Ley». Lo que Pablo contra-
de Dios? No, jamás distingue radicalmente Pablo entre la ley mosaica, la pone no es fe y Ley, sino fe y obras. En definitiva, el hombre no se justi-
forá, y una nueva ley que los cristianos tendrían que acatar y cumplir. fica ante Dios por lo que hace. Dios mismo es quien justifica al hombre,
En ningún momento pide a los judíos que dejen de tener en cuenta la y a éste se le pide sólo y únicamente fe y esperanza sin límites. Tanto para
Ley. Su ser-judío, del que se gloriaba, nunca fue abandonado por Pablo. judíos como para gentiles, sigue vigente: «nadie será justificado ante
Exhorta tanto a judea-cristianos como a pagano-cristianos al «cumpli- Dios por las obras de la Ley»54. Cuando se intenta lograr la propia jus-
(!liento de los mandamientos de Dios»41. tificación por la Ley, ésta se convierte en «ministerio de muerte», en «mi-
Un cuarto punto a tener en cuenta: a partir de la muerte de jesús, la nisterio de condenación»55 pues <<la letra mata»56.
forá muestra indiscutiblemente, para Pablo, una doble cara, una doble A partir de la fe en jesucristo -séptimo punto--- se entiende también:
{unción: en sí misma, la Torá no cambia, pero actúa de un modo distin- «Para la libertad nos liberó CristO»57. y aquí no se trata de una libertad
tO de acuerdo con la actitud que el hombre adopte ante ella 42 . simplemente de la Torá y de sus exigencias éticas, sino de las obras de la
-Negativamente: la Torá suscita la concupiscencia del hombre en Ley. Eso es lo que significa la libertad a la que «habéis sido llamados»58,
orden a la transgresión y al pecado: «Yana conocí el pecado sino por la la que «tenemos en Cristo jesús»59. Por tanto, los que creen en Cristo «ya
Ley. De suerte que yo hubiera ignorado la concupiscencia si la Ley no di- no están bajo la Ley, sino bajo la gracia»60.
jera: ¡No te des a la concupiscencia»43. Así convence al hombre de peca- Pero, ¿qué hay que entender «como obras de la Ley»? ¿Qué significa
do44, lo enreda en el pecado y lo conduce al conocimiento del pecad0 45 . En en la práctica esta libertad, tan vehementemente predicada por Pablo?
ese sentido, la Ley lleva al juicio y a la muerte, y se convierte en veredicto ¿Cómo han de comportarse las nuevas comunidades cristianas, tanto de
e culpabilidad y en acusador mudo del hombre culpable y perdido. procedencia judía como pagana?
-Positivamente: al mismo tiempo, la Torá muestra al hombre que ne-
cesita ser justificado por el mismo Dios, y no precisamente mediante las 6. Libertad de la halaká
obras de la Ley (mediante los innumerables preceptos morales y rituales,
ante los que el hombre fracasa una y otra vez) sino únicamente mediante Como ya hemos mostrado, una interpretación fiable y mínimamente
una fe confiada en Dios. Abrahán, que tenía una fe tan grande que estuvo coherente de la concepción paulina de la Ley ha de partir de la expe-
dispuesto a sacrificar su hogar pagano e incluso a su propio hijo, lo hizo riencia que Pablo tiene de Cristo y de su vocación como apóstol de los
todo sin los preceptos de la Ley; él se convirtió ante Dios en prototipo de gentiles. Del mismo modo que los rabinos interpretan decididamente la
la fe y de la justicia que nace de la fe46 . También para los cristianos cum- Torá desde la halaká (la parte legal de la Torá y de la tradición),Pablo la
ple la Ley una función, como testigo, en cierto modo, de un Cristo que interpreta desde su experiencia de la revelación en Cristo61 . Para el judío
conduce a quienes creen en él a esa verdadera justicia ante Dios que, Pablo, esta revelación de Cristo pasa ahora a ser el nuevo criterio obje-
según Pablo, ya se halla «atestiguada por la Ley y los profetas»47. Así, la tivo para determinar la función de la Torá, tanto con respecto agentiles
Ley conduce a la «vida» y es testigo y aliado del hombre creyente. como a judíos. Si la experiencia del éxodo fue siempre fundamental
Se entiende, pues -quinto punto-, que para Pablo, Jesucristo no sus- para la fe de Israel, también es fundamental para Pablo -aunque difí-
tituye la Torá, sino que la cumple: él no es -como frecuentemente se tra- cilmente compartible por sus antagonistas judíos-la nueva eX]leriencia
duce el término telos48- el «fin» de la Torá en cuanto camino de salva- de la resurrección y, en consecuencia, del Espíritu, es decir, la fe en
ción, sino ante todo su meta y su cumplimiento. En efecto, Cristo se hizo Cristo, que ciertamente es más que una mera fidelidad a la Alianza y que
así mismo maldición en la cruz, y así llevó a cumplimiento el juicio de la lleva consigo una reorientación y entrega radicales.
Ley49. Pablo puede, por tanto, hablar -en un sentido realísimo y no pu- ¿Qué consecuencias se derivan de aquí para la cuestión de la lorá? Si,
ramente figurad0 50- de una <<ley de la fe»51 y de una «ley del espíritu como hemos indicado, Pablo sólo dispone en griego de la palabra nomos
que da vida»52. Esto significa que por la nueva fe en Cristo y por el Es- para eJ{presar los dos términos clave hebreos «Torá» (enseñanzél)y «ha-
píritu de Cristo, la ley mosaica se convierte en T orá de la fe y del espíri- laká» (ley), por lo que es confuso para nosotros saber lo que quiere
tu. También el cristiano que vive de la fe puede, lo mismo que el judío, decir cuando habla de libertad de la «Ley», de ningún modo quiere
«cumplir los mandamientos »53. «Vivir de la fe» significa, por tanto, oponerse frontalmente a la Torá, la cual, a ejemplo de Abrahán,enseña
«cumplir la Ley» en virtud del Espíritu de Cristo. la justificación por la fe y, en consecuencia, la validez de sus preceptos
Parece igualmente claro -sexto punto- que Pablo no polemiza con- éticos incluso para los gentiles. Contra lo que sí se pronuncia dehecho
(tra la Ley en cuanto tal, la Torá mosaica, sino más bien contra las obras -aunque sin utilizar el término, de origen posterior- es contralahala-

470 471
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE

ká no en la medida en que ésta formula exigencias éticas generales, sino


que exige hacer las «obras de la Ley»: es decir, como indica el contexto,
las obras de la ley ritual jud~ (circuncisión, normas sobre la pureza, el
sábaJo y las fiestas), que no hay por qué imponer a los gentiles 62 .
Por consiguiente, la T orá en su sentido general de enseñanza o ins-
trucción de Dios no ha perdido su importancia fundamental, pero sí la
Torá en su sentido estricto, la halaká, aunque no en su aspecto ético, sino
en el ritual. Para los pagano-cristianos, Pablo niega esta halaká ritual,
mientras que la relativiza para los judeo-cristianos: ahora es preciso en-
tenderla según el espíritu, que da vida y no según la letra, que mata 63 . -o
.a
¿Qué significa esto en concreto para la vida práctica del cristiano? La
respuesta es distinta según se trate del cristiano de origen judío o de ori-
~
gen pagano. e
~::s
-Los cristianos de origen pagano (Pablo ni lo distingue terminológi- G)
camente ni lo desarrolla en teoría) han de someterse sólo a los preceptos cu
éticos de la Torá, ciertamente defendidos por Pablo, pero no a las pres- en
cripciones cúltico-rituales de la halaká, cuyo desarrollo se extiende a A
A
todos los ámbitos de la vida judía, no al estilo de vida judío. ~
-Los cristianos de origen judío pueden atenerse a la halaká, aunque
no necesariamente de forma incondicional, ya que lo decisivo para la sal-
vación no son ya las «obras de la Ley», sino la fe en Jesucristo; las
«obras de la Ley», a su vez, no han de ser entendidas según la letra, sino
- cu
cu
v
v

según el espíritu: una vida en el espíritu64 .


¿Qué decir con respecto a las diversas prescripciones rituales de la ha- "o
".-....cau
laká? Veamos las respuestas paulinas, tal como se desprenden de sus car-
tas, teniendo en cuenta que no se hallan sistematizadas, sino que res-
ponden de paso a determinadas situaciones y a problemas concretos:
-La circuncisión: sigue siendo significativa para los judea-cristianos,
aunque no sea ya necesaria para la salvación; para el mismo Abrahán, lo
.e-
fundamental fue la confianza de la fe, y no la circuncisión65 . Pero, para los
cristianos procedentes del paganismo, es innecesaria la circuncisión cor- .-G)
en
I

- ~I.
poral: ésta queda superada por la fe como circuncisión «espiritual»66.
-Las fiestas judías, especialmente el sábado: los judeo-cristianos pue- cu
den seguir celebrándolas. Pero los cristianos de origen pagano no están .a '1"11
~
1"11
obligados al calendario de fiestas judías67. o ii
:z:

-La observancia de las normas sobre alimentos: es facultativa. Los
cristianos de origen judío pueden seguir conservándolas en su propio ám-
bito, pero no es lícito imponérselas a los cristianos de procedencia pa-
-"
W

-~I.
gana. Con todo, en modo alguno ha de ser esto causa de división en la
'c
comunidad 68 • La cuestión de la comensalidad -si es lícito o no comer
c~ •
juntos- resulta de extraordinaria importancia práctica y simbólica en la GI
vida social; y con mayor motivo lo es para un cristiano en cuanto que se '1"11

refiere a la cuestión del banquete en memoria de Jesús celebrado comu- ~


nitariamente (la eucaristía). Por ello, Pablo, «judío para los judíos y
griego para los griegos»69, observa las normas sobre alimentos cuando

472 473
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE 7. EL AMOR COMO CUMPLIMIENTO DE LA LEY

comparte la mesa con judíos, pero no cuando se encuentra entre cristia- Pero, al mi.smo tiempo que Pablo y los pagano-cristianos exigían,

I
nos de origen pagano. con razón, la lIberación de la Ley, es decir, de la halaká, algunos judíos y
judea-cristianos se preguntaban y se preguntan: ¿no conduce esa libertad
Precisamente en este punto se centró una singular controversia de la paulina a la arbitrariedad, al hedonismo y el libertinaje?
' Iglesia primitiva, la de Antioquía, nada menos que entre Pablo, respon-

I sable de la misión entre gentiles, y Pedro, responsable de la misión entre


judíos (como acordó la asamblea apostólica de Jerusalényo:
-Pedro, abierto en principio a la misión entre gentiles, solía comer en
7. El amor como cumplimiento de la Ley

El mismo Pablo preveía el peligro, pero advertía claramente: la libertad


compañía de los gentiles, lo mismo que Pablo, pero abandonó esta prác- de la Ley, en el sentido de libertad del ritualismo de la halaká, no signi-
tica al venir de Jerusalén algunos del grupo de Santiago que observaban fica arbitrariedad subjetiva y desenfrenada. La libertad de la Ley no ha de
escrupulosamente las normas sobre alimentos puros (kaser). A los judeo- convertirse en «pretexto para la carne» 75. Aunque los pagano-cristianos
cristianos, que querían mantenerse como tales, les parecía lógico abste- liberados de la Ley no tengan que someterse a las prescripciones cúltico-
nerse de la comunidad de mesa y, por consiguiente, también de la co- rituales de la halaká, sí conservan para ellos toda su validez las exigencias
munión eucarística, entre judea-cristianos «puros» y pagano-cristianos morales de la T orá, si bien desde una nueva actitud fundamental. Se trata
«impuros». Pero, ¿habían tomado suficientemente en cuenta la crítica de en todo caso de «distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo
Jesús a la Ley y la relativización que su muerte supuso para ella? agradable, lo perfecto»76.
-Pablo, que en este contexto defendía apasionadamente las libertades I Quien cree en Jesucristo puede y debe cumplir la voluntad de Dios en
'medio del mundo. No necesita abandonar los bienes de este mundo si
de los gentiles (presentando en la carta a los Gálatas un cuadro involun-
tariamente tendencioso de la situación), se enfrentó con Pedro «cara a bien no le es lícito entregarse a ellos. El creyente sólo puede ofrecers~
entregarse a Dios. De ningún modo tiene que dejar el mundo, pero no ha
y?
cara»71. Desde su punto de vista, era plenamente comprensible: tenía que I

oponerse enfáticamente a la supresión de la comensalidad y comunión de dejarse dominar por él. Lo que se le pide no es una distancia física,
eucarística, que habría puesto en entredicho la reconciliación de judíos y sino un distanciamiento íntimo y personal de las cosas de este mundo.
gentiles en la única comunidad de Jesucristo, punto central para él. A Para el liberado de la Ley vale el gran lema de Pablo: «todo me es lí-
pesar de que nunca renegó de su ser-judío, ni prohibió a los judea-cris- cito»77. Pero añadiendo: «mas no me dejaré dominar por nada»78. En el
tianos vivir según la halaká, sino que más bien se lo permitió en su pro- mundo <<nada hay de suyo impuro»79. Pero yo no puedo perder mi li-
pio contexto, este vivir al estilo judío en modo alguno había de suponer bertad por nada del mundo, dejándome dominar por él como por un
una separación de los cristianos de origen pagano. Con vistas a la unidad ídolo. En definitiva: «todo me es lícito». Pero tambén: «no todo me
de la comunidad, compuesta de judíos y gentiles, esperaba de los judeo- conviene» 80.
cristianos una renuncia, no ya a la Torá mosaica, pero sí, en este caso Otra cosa hay que tener también en cuenta: lo que es lícito y saludable
(¡no en genera!!) a la halaká -en cuanto que, con sus prescripciones ri- para mí, puede ,resultar perjudicial para el prójimo, ¿A qué atenerse,
tuales, impedía la comensalidad- teniendo además en cuenta que no ha pues? Aun así, SIgue siendo válido: «Todo es lícito», Añadiendo en se-
de ser interpretada según la letra, sino según el espíritu. Para eso en de- guida: «No todo edifica». Por eso: «Que nadie procure su propio interés,
finitiva nos ha liberado la libertad que tenemos en Cristo 72 , También sino el de los demás»81. De ahí que la libertad del hombre en el segui-
para los judea-cristianos ha de ser fundamental la fe en Cristo. miento de Cristo pueda convertirse siempre en libertad para la renuncia,
En todo ello, aparece una palmaria coincidencia entre la actitud crítica ante todo la renuncia al poder: «siendo libre de todos, me he hecho es-
de Pablo frente a la Ley y la actitud crítica de Jesús, quien en determinados clavo de todos»82. No se niega aquí la libertad del creyente, sino que, por
casos, se pronunció en favor del «mandato de Dios» yen contra de su uti- el contrario, se lleva a sus últimas consecuencias.
lización en la halaká, la «tradición de los hombres» y la «tradición de los
Padres»73, y que, en lugar de la pureza cúltico-ritual (lavarse las manos), En la práctica, esto quiere decir que la verdadera libertad no ha de ser
exigió una pureza de corazón de carácter étic074, Con esta decisión de unca desconsiderada: «tened cuidado que esa vuestra libertad no sirva de
Pablo, ¿no estaban ya -como se ha pensado desde varias perspectivas- tropiezo a los débiles»83. Cada uno ha de servir al otro84, aunque sin re-
echados los dados de la suerte de los judea-cristianos en la futura Iglesia de nunciar a la propia libertad: «no os hagais esclavos de los hombres» 85. En
la diáspora y por consiguiente, proclamada de antemano la ruptura entre última instancia, el creyente no depende de las opiniones y los juicios o las
una Iglesia judea-cristiana y otra pagano-cristiana? ¿No era esto un inevi- tradiciones y criterios de otros: «¿cómo va a ser juzgada la libertad de mi
table conflicto de trá~ico fin? Con todo, habría sido perfectamente posible, conciencia por una conciencia ajena?»86. Lo que me obliga es mi propia
más todav:ía, necesano un mutuo entendimiento en el espíritu de Jesús. conciencia, que sabe distinguir perfectamente entre lo bueno y lo mal0 87.

474 475
B.III. EN FAVOR DEL HOMBRE

En ~uanro unión paradójica de independencia y obligación, poder y


renunCIa, autonomía y servicio, dominio y servidumbre, esta libertad del IV. EL FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS
cristi~no puede resultar un enigma para el no cristiano. Pero el creyente
en Cnsto resuelve el enigma centrándose en el núcleo de esta libertad: el
amor, que es el primer fruto del Espíritu. En la fe que actúa por el Ahora no se trata ante todo del individuo particular, sino del pueblo.
amor 88 y que .suprime la diferencia entre circuncisión e incircuncisión, el Nos queda todavía una cuestión pendiente: ¿cuál es, según Pablo, la si-
señor se conVIerte en siervo y el siervo en señor, la independencia en obli- tuación de Israel, su pueblo? Tenemos que abordar esta cuestión con
gación y la,o.bligación en independencia 89 • ¿No podría haberse resuelto, toda seriedad y honestidad sin caer en falsos irenismos, y centrándonos
en este eS~Ir~tu, la cuestión de la comensalidad, e impedido la ruptura en ellocus classicus de la relación entre el joven cristianismo y el pueblo
entre IglesIa Judea-cristiana e Iglesia pagano-cristiana? de Israel: los capítulos 9-11 de la carta a los Romanos, que, lejos de cons-
Apertura al otro, servicio al otro, amor desinteresado, constituyen tituir un mero apéndice, son parte integral de la teología paulina.
ara Pablo la suprema realización de la libertad: «Porque, hermanos ha-
éis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad'pre- 1. Se mantiene la promesa
texto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los
otros. P~es toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás ! Nadie en todo el Nuevo Testamento se ocupó tan intensa y constructi-
a tu próJImo como a ti mismo»9o. Lo que Dios pide mediante la Ley con- vamente del destino del pueblo de Dios como el judío Pablo, que confiesa
duce al amor. En la convivencia humana, el amor es el cumplimiento de
la Torá: «Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el
que ama al prójimo ha cumplido la Ley. En efecto, lo de: "no adultera-
I
a jesús como el Cristo. Ni el modelo ley-evangelio, ni el modelo alegóri-
co-tipológico, ni el modelo promesa-cumplimiento dan suficiente cuenta
de toda la riqueza de su pensamiento.
¿Ha perdido Israel su situación privilegiada de pueblo de Dios después
rás, no matarás, no robarás, no codiciarás" y todos los demás preceptos,
se resumen en esta fórmula: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". La de la muerte y resurrección de jesús? De ningún modo, afirma Pablo en su
cari~ad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la Ley en su carta a la comunidad romana, que podemos considerar como auténtico
plemtud»91. La «ley de Cristo» no es otra cosa que la libertad del amor: testamento suyo: la «infidelidad» de Israel no puede frustrar la «fidelidad»
«~yudaos mu.tuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de de Dios 1 • Los cristianos, a los que Pablo advierte en estos capítulos que no
Cnsto»91: QUIen está ligado de este modo a Dios y al prójimo, se en- han de «gloriarse» a costa de los judíos, nunca deberían haber olvidado
cuentra lIberado para la verdadera libertad. esto: la elección de Israel como pueblo de Dios es permanente, inderoga-
ble, irrescindible. Dios no ha mudado sus promesas, aunque sea preciso
verlas, después de Cristo, en una nueva perspectiva. Los judíos son y si-
en siendo el pueblo elegido por Dios, su primogénito1. Según Pablo, los
judíos, sus «hermanos de raza según la carne»3, siguen siendo titulares de:
-la «filiación»: la adopción, realizada ya en Egipto, del pueblo de Is-
rael como «hijo primogénito» de Dios;
-la «gloria»: la gloria de la presencia de Dios (SekinJ) en su pueblo;
-las «alianzas»: la siempre amenazada y renovada Alianza de Dios
con su pueblo;
-la «legislación»: las saludables enseñanzas de vida dadas por Dios a
su pueblo en señal de su Alianza;
-el «culto»: el verdadero culto del pueblo sacerdotal;
-las «promesas»: la presencia permanente de la gracia y salvación de
Dios;
-los «patriarcas»: los primitivos padres en la comunidad de la única
verdadera fe;
-el «Mesías»: jesucristo, del linaje judío en cuanto a la carne y la
sangre, por lo que no pertenece en primera línea a los gentiles, sino al
pueblo de Israel4 •
¿Cómo puede haber olvidado esto la cristiandad? Todo ello sigue
siendo patrimonio de los judíos, a pesar de haber rechazado a jesús

476
477
B.IV. El FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS
1. SE MANTIENE lA PROMESA

como Mesías, rechazo que llena a Pablo de «gran tristeza» y de «ince-


sa~te dolor»: .. No, no fue Pablo quien desvinculó al cristianismo del ju- Mesías de Israel y del mundo. Que los cristianos testimonien a Cristo,
dalsmo (lo hICIeron otros a su muerte y después de la destrucción del Se- ta~.~ién con ~esI?ecto a los)udíos, es algo muy distinto de una sistemática
gun?~ Templo). EI.iu.dío Pablo, qu~ a~andonó su fariseísmo, jamás mlSlon para ludIOS, orgamzada por las poderosas Iglesias cristianas.
abc!ico, en cuanto cnstIano, de su ser )UdlO. Pese a cuanto se haya dicho De todos modos, habría que admitir que también el judaísmo tiene de-
~e el, Pablo, constantemente atacado, malinterpretado y difamado, no se r~cho a ofre~er su propio testimonio. Con razón se ha pronunciado, re-
sIe~te ~lUnca t~ansgres.or. de la Ley, ~póstata o hereje. Sólo que, en cuan- CIente y matlzadamente, la escritora británica judía Ernma Klein contra el
to ludIO y apostol cnstlano, practIca su judaísmo -a su juicio, bien ~<ma!entendido, comúnmente admitido entre judíos y cristianos, de que el
respaldado por la Torá- con un nuevo espíritu más libre y más uni- ludalsmo no habría sido una religión misionera». Ello dependería, como
versal: a la luz de Dios, que desde antiguo acos:umbra a actuar cons- es natural, de lo que quiera entenderse como «misiófl>'. No habría que
tantemente de un modo nuevo e inesperado. entender la misión de una forma primitiva, por ejemplo, en forma de
Este Dios que ahora actúa de una forma decididamente nueva en su «concordatos», molestas visitas a domicilio o demagógicos sermones
p.ueb~o med~a~te jesús. de Nazaret, tal como se hizo patente en la expe- televisados. La misión bien entendida podría realizarse como anuncio de
nenCla profe~lca de Cnst<? y como lo atestigua el anuncio evangélico de una concepción y un mensaje que los hombres pueden hacer suyo en
Pablo, este DIOS de jesucnsto no es otro que el mismo Dios de Abrahán plena libertad. Eso habría sucedido en la antigüedad, cuando el judaísmo
~e .Isaac y de .1,aco? Pues bien, este antiguo y nuevo mensaje del Dio~ suscit? la atracción de innumerables personas por su monoteísmo, su
umco aconteclO pnmero en Israel. La comunidad de los cristianos se in- moralIdad, sus ritos y su sentido comunitario, consiguiendo convertirlos
serta, pues, dentro del pueblo elegido en Abrahán. El único e indiviso hasta bien entrada la era cristiana. Lo mismo habría sucedido en la tem-
plan de Israel se continúa también en el Nuevo Testamento. No existen, 'prana Edad Media y podría repetirse en nuestros días? El teólogo cris-
por tanto, dos planes antagónicos de Dios: la T orá, como reconocía tiano nada tiene que objetar a esto. Como cristianos no podemos reser-
Pablo a partir de la revelación cristiana, conduce a Cristo y Cristo es el varnos para nosotros el testimonio, mientras pedimos a los otros que
cumplimiento de la Torá. sean «pluralistas».
. Precisamente el apóstol Pablo distaba mucho de ser un pluralista mo-
En esta perspectiva, las Iglesias cristianas nunca deberían empeñarse derno para el que todo está bien y todo es correcto. Él habla de una
en una «misión para los judíos». El mismo Pablo nunca lo pretendió. «nueva Alianza», fundada en la muerte y resurrección de jesucrist08 ex-
¿Por qué? Porque. la realidad del evangelio, la realidad de Dios, no puede presión que, como es sabido, no es de invención cristiana, sino que re~ite
presentarse a los ludías como algo extraño a ellos y venido de fuera. ¿Es a la tradición profética de la Biblia hebrea. El profeta jeremías pone en
que los judíos han creído totalmente en vano al igual que los paganos? boca de Dios estas palabras: «Yo pactaré con la casa de Israel y con la
¿No se han anticipado a la Iglesia en la fe en el único Dios verdadero? casa de judá una nueva alianza; no como la alianza que pacté con sus pa-
¿No se han anticipado a la Iglesia en la recepción del mensaje del único y dres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto»9. La expre-
verdadero Dios, sin esperar a recibirlo de la Igle:lia? Ciertamente los ju- sión«nueva Alianza» hecha realidad en Cristo, debe ser tomada en toda
díos fueron y son los primeros destinatarios del mensaje; la joven Iglesia su seriedad, pero ello no supone, para Pablo, que haya que dar como su-
viene del judaísmo. primida sin más o como superada la vieja Alianza, como pretendió in-
¿Pero no han rechazado los judíos, en su mayoría, el evangelio de jesús, terpretar más tarde una fatal teoría cristiana de la sustitución. La expre-
el Cristo? Pablo no lo ignora: la mayoría de los judíos ha rechazado el sión «nueva Alianza» es sin duda básica en la predicación de Pablo
evangelio. Pablo no se dirige en esta carta a judíos, sino a una comunidad pero en modo alguno justifica una arrogancia cristiana en cuanto a la sal:
de cristianos. Ante la seriedad de la situación, Pablo no rehúye hablar (al vacÍón lO • Pablo mantiene la convicción de que las antiguas «prescripcio-
estilo de los profetas) de «obcecación», «endurecimiento", «obstinación», nes de la Alianza» siguen vigentes. Existe un único Dios y también un
«aturdimiento», e incluso «condenación'> de Israel. ¡Hemos de entenderlo único plan salvífica.
a partir de su nunca mitigado dolor por su pueblo! Sigue en pie que, no
obstante la infidelidad del pueblo, <<00 ha fracasado la palabra de Dios»6. Lo mismo que nosotros hoy, Pablo se encuentra confrontado Con el
Esto no constituye, con todo, un alibi para que Pablo deje de testi- hecho de que la gran mayoría del pueblo judío rechazó a jesús como Me-
moniar y proclamar el evangelio con respecto a los judíos. Así, hay que sías. Esto introduce una división en el seno de Israel, pues sólo un «resto

I
subrayar que la teología del judío Pablo, el cual luchó más que nadie elegido», los judea-cristianos, ha reconocido a jesús como Mesías de Is-
para llevar a sus hermanas y hermanos judíos hasta Cristo, no puede ser rael l l . Pablo llego así a una convicción: <<00 todos los descendientes de Is-
rael son Israel» 12. Dicho más claramente: las promesas de Dios a Abra-
motivo para debilitar o silenciar el mensaje liberador de jesús como
hán y los patriarcas que precedieron a la ley de Moisés, todas las ventajas

478 479
B.IV. El FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS 2. .CUAL ES LA SITUACION DE ISRAEL'

.de Israel, de ningún modo han de ser consideradas como pacífica pose- 2. ¿Cuál es la situación de Israel?
sión salvífica, de cuya seguridad pueda gloriarse cualquier israelita. Se
impone distinguir ---como, por lo demás, en toda la historia de los orí- Teniendo en cuenta que Pablo pone tanto énfasis en la salvación por la fe
genes, si bien ahora con una nueva y especial urgencia- entre un Israel en Jesucristo, podría pensarse que él excuye la salvación de los no cre-
de la carne y un Israel de la promesa, entre un Israel elegido y un Israel yentes. Pero Pablo, cuya predicación tanto éxito tuvo con los gentiles y
no elegido 13 • ¿Cómo entender esto? Para Pablo, queda aquí superado el tan poco con los judíos, no llega a esta conclusión. En estos capítulos de
plano de las simples decisiones humanas. Aquí nos encontramos con la li- la carta a los Romanos, no se trata para nada del destino de los cristianos
bertad soberana y la libérrima gracia de Dios14 , inescrutable y hasta es- o de los judíos como individuos. En este sentído, la controversia de la Re-
candalosa a los ojos del hombre, de igual modo que, en otro tiempo, pre- forma sobre la «predestinación» del individuo interpretó erróneamente
firió a Isaac sobre Ismael y a Jacob sobre Esaú. estas precisiones de Pablo. De lo que se trata es del pueblo.
¿Qué hace Dios, en su soberana libertad y libérrima gracia, ante la Tampoco se habla en estos capítulos de que el pueblo de Israel se halle
obstinación de su pueblo elegido? Dios se toma la libertad de hacer de un 'excluido de la salvación. Al contrario: el discurso profético de Pablo se
pueblo no elegido, los gentiles, un pueblo elegido 15 • No, a Pablo no le in- remite en esta cuestión al «misterio» de los últimos tiempos, en la espe-
teresa en absoluto el aspecto negativo del rechazo de Israel, sino el as- ranza de que, al fin, «todo Israel será salvo»17. Pablo está convencido de
pecto positivo de la elección de los gentiles: ¡la obstinación de Israel se que la obstinación de Israel tiene un término, de que su obcecación es pa-
equilibra con la elección de los gentiles! Con todo, mantiene su convic- sajera y su caída no es definitiva: durará hasta que «la totalidad de los
ción: Dios --exceptuando un «resto»- ha endurecido, aturdido, cegado gentiles» sea ganada para Cristo. Del mismo modo que por el endureci-
a Israel, pero no lo ha condenado o rechazado definitivamente: no lo ha miento de Israel sobrevino, por pura gracia de Dios, la salvación de la
eliminado de su plan salvífica. Todavía le tiene reservado algo, pues el «totalidad de los gentiles», también tendrá lugar, por la misma gracia de
jucio de su justicia se identifica con el juicio de su gracia. Dios, la salvación de «todo Israel», de Israel en su totalidad 18 .
Ante esta precaria situación para ambas partes, una cosa carece de ¿Qué sucederá en concreto con «todo Israel»? ¿Qué quiere decir en
toda justificación: la arrogancia. concreto «todo Israel será salvo>}? ¿Hay que pensar que, para conseguir
-Infundada es cualquier clase de arrogancia judía o judea-cristiana: lo la salvación, los judíos habrán de pasar necesariamente por la conversión
•decisivo no son determinadas obras de la Ley, ni siquiera la circunci- a Cristo y a la Iglesia cristiana (¡a cuál de ellas!)? ¿Se trata acaso de un
sión; la fe en Jesucristo abre el acceso y la pertenencia al pueblo de Dios. gran evento de conversión, de una «conversión masiva» de los judíos al
-Infundada es también cualquier clase de arrogancia pagano-cristia- acontecimiento de Cristo, forzada quizá por una «masiva misión» cris-
na: el gentil no posee las ventajas concedidas por Dios a los judíos, por lo tiana? De ningún modo. Más allá de las fronteras confesionales, la actual
que su única legitimación para formar parte del pueblo de Dios es la fe exégesis parte de que la expresión clave de Pablo, en este contexto, ha de
en Jesucristo. Los pagano-cristianos no tienen, pues, el mínimo motivo de entenderse en estricto sentido escatológico y cristológico 19. Veamos el
superioridad o animadversión con respecto a los judíos. Toda vanagloria texto completo: «entonces todo Israel será salvo, como dice la Escritura:
cristiana, todo desprecio o burla, toda altanería o venganza con respecto vendrá de Sión el libertador, alejará de Jacob las impiedades, y ésta será
a los judíos (o incluso judea-cristianos). Todo antijudaísmo no es más mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados»20.
que una perversa ilusión. Esta es la esperanza de Pablo: cuando «entre la totalidad de los gen-
Pablo utiliza aquí un símil: el árbol, Israel, no ha sido cortado de tiles», es decir, cuando todos los gentiles se conviertan a Cristo, entonces
cuajo, aunque algunas de sus ramas hayan sido ¿esgaja¿as, y sólo unas tendrá lugar una nueva creación de Dios en el resto de Israel no creyen-
pocas sigan representando al Israel de la fe; en este árbol han sido «in- te, y todo ello mediante Cristo, que de nuevo vendrá de Sión. Pablo
jertados» los gentiles, de modo que han pasado a nutrirse de la misma habla, pues, desde el horizonte de la inminencia de la parusía unida a sus
raíz que el pueblo de Israel. Por eso Pablo, dirigiéndose a los pagano-cris- propios esfuerzos por ganar para Cristo a todos los hombres posibles.
tianos, inmerecidamente insertados en el pueblo de Dios, puede decir: No está hablando de una gran campaña para la conversión de los judíos,
«Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú -olivo silvestre- sino de una acción de Dios en Jesucristo con respecto a los judíos. En ese
fuiste injertado en su lugar, hecho partícipe con ellas de la raíz y de la sentido, una misión de la Iglesia dirigida a los judíos parece superflua.
savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que No es necesario que la Iglesia se apropie la responsabilidad de la: «con-
no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz quien te sostiene»16. versión» de Israel, puede fiarla a la gracia de Dios y a su Cristo, que ven-
En definitiva, ¿qué va a suceder en el futuro, según Pablo? O más drá al fin de los tiempos como «libertador de Sión»21.
exactamente: ¿qué va a ser de la salvación de Israel y qué va a ser de la De una cosa está Pablo profundamente convencido, y, en este caso, de
salvación de todos? \acuerdo con los rabinos: ¡los caminos de Dios son inescrutables! Está

480 481
B.IV. El FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS 3. CONSECUENCIAS PARA LA RElACION ENTRE ISRAEL Y LA IGLESIA

persuadido -y esta frase dará más tarde mucho que pensar a la cris- referencia a Pablo, ya que él en modo alguno pudo prever la evolución
tiandad- de que al fin todos, judíos y cristianos, se salvarán: «Dios los histórica de estos 2.000 años. Por fortuna, estamos de nuevo en condi-
encerró a todos en la rebeldía para usar con todos de misericordia»22. ciones de descubrir la base común de encuentro entre Israel y la Iglesia: el
Pablo concluye sus reflexiones sobre judíos y cristianos con un himno a mismo Dios nos conduce y guía a ambos. Al igual que Israel, la Iglesia
la sabiduría de Dios, en palabras tomadas de la Biblia hebrea: «¡Oh, abis- cristiana quiere ser pueblo peregrinante de Dios: siempre en proceso de li-
mo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán inson- beración de la esclavitud, constantemente de camino por los desiertos de
dables son sus designios e inescrutables sus caminos! En efecto: ¿quién la historia, en incesante preparación del reino mesiánico, ese objetivo una
conoció el pensamiento del Señor? 0, ¿quién fue su consejero?»23. La úl- y otra vez aplazado.
tima frase de Pablo a este respecto es una confesión del Dios uno y En este común peregrinar, una cosa puede proponerse la Iglesia de Je-
único, a la que nunca quiso traicionar y a la que vuelve una y otra vez: sucristo: no ya una cómoda «tolerancia» pasiva o la «misión» sino más
«Porque de El, por Él y para Él son todas las cosas. ¡A Él la gloria por los bien «despertar celos»26. Hay que poner celoso a Israel, según Pablo, por
siglos! Amén»24. la «salvación» que pasa a sus puertas 27, para provocar su emulación.
Pero, ¿cómo conseguirlo después de 2.000 años de sufrimientos judíos
3. Consecuencias para la relación entre Israel y la Iglesia causados por una Iglesia que se gloriaba de ser única depositaria de la sal-
vación? Aquí sólo queda una humilde y modesta respuesta cristiana: ¡En
Ya han pasado casi 2.000 años. Pero la nueva venida de Cristo, tan es- la totalidad de su existencia, la Iglesia debería haberse mostrado como
perada por Pablo y por muchos de sus contemporáneos judíos, aún no se signo creíble de salvación! ¿Lo ha sido? ¡Debería haber sido testimonio
ha producido. La larga y a veces penosa historia de las relaciones entre existencial del cumplimiento mesiánico! ¿Lo ha sido? Debería, en toda su
judíos y cristianos ha evidenciado un malentendido de las grandes afir- existencia, haber emulado a Israel en la lucha por testimoniar la revela-
maciones que Pablo hace sobre los judíos en los capítulos 9-11 de su ción de Dios en un mundo ateo, por ser testigo de la palabra cumplida, de
carta a los Romanos. La Iglesia pagano-cristiana, abusando de su supe- la justicia revelada, de la invencible gracia, de la irrupción del reino de
rioridad, se ha «gloriado» con frecuencia a costa de los judíos y ha asu- Dios. Pero, ¿es de hecho la Iglesia real una invitación a la conversión y a
mido sus títulos, como si realmente hubiera sustituido y hecho superfluo la fe en la Buena Nueva, a identificarse con ella y con su Mesías? Lo de-
Israel. Nada más lejos de las intenciones del judío Pablo, que jamás cisivo para la relación entre Israel y la Iglesia no hay que buscarlo en de-
quiso renunciar a su condición de judío. bates teóricos, sino en un diálogo existencial, no en infructuosas contro-
Un cambio parece apuntar en nuestros días. Comienza una nueva versias terminológicas, sino en una emulación comprometida. La Iglesia,
era de convivencia entre Israel y la Iglesia, posibilitada por el holocausto en suma, debería testimoniar en la totalidad de su vida real la realidad de
y la restauración del Estado de Israel, por el Vaticano 11 y las declara- la redención.
ciones del Consejo Mundial de las Iglesias y de otras muchas comunida-
des eclesiales. De aquí se deriva una doble consecuencia: Afortunadamente, se están dando en el seno de la Iglesia numerosos
1. Para la Iglesia cristiana como nuevo pueblo de Dios se ha vuelto signos de una nueva actitud con respecto al pueblo de Israel. En Orien-
imposible cualquier forma de discurso o actuación contra el viejo pueblo taciones pastorales (1973), la Conferencia episcopal francesa ofrece in-
de Dios. Según el mismo Pablo, sería claro signo de oposición al único teresantes formulaciones programáticas sobre la «actitud de los cristianos
Dios verdadero el actuar en contra de su pueblo elegido. El Dios de Je- con respecto a los judíos». Son especialmente dignas de tenerse en cuen-
sucristo y de la Iglesia no es otro que el Dios de Israel. El pueblo de Israel ta porque superan en claridad a todo lo dicho sobre el tema en Roma, en
sigue siendo testigo de la realidad del Dios vivo, y en los últimos 2.000 Ginebra o en las declaraciones de los obispos alemanes. En la línea de la
años lo ha sido con frecuencia más que la cristiandad, especialmente en el teología paulina, y en particular de la carta a los Romanos, precisan los
holocausto, en el que tantos judíos tuvieron que «esperar contra toda es- obispos franceses: «Israel y la Iglesia no son dos instituciones que se com-
peranza»25 en el Dios que vivifica a los muertos. ¿Es acaso tan fácil, des- pleten mutuamente. El enfrentamiento permanente entre Israel y la Igle-
pués de todas estas experiencias históricas, adjudicar al cristianismo y al sia es signo de un plan de Dios pendiente aún de cumplimiento. El pueblo
judaísmo las famosas distinciones paulinas <le fe y obras, espíritu y letra, judío y el cristianismo se encuentran en una situación de mutua con-
espíritu y carne? frontación o, en palabras del apóstol Pablo, de mutua "emulación" con
2. Para la Iglesia cristiana, como nuevo pueblo de Dios, se ha vuelto vistas a la unidad (Rom 11,13; cfr. Dt 32,21). Las palabras del mismo
necesario procurar por todos los medios un diálogo constructivo con el Jesús y la doctrina de Pablo testimonian la función del pueblo judío en el

I
viejo pueblo de Dios. También, según Pablo, este diálogo no queda ex-
cluido, sino abierto. Con todo, no podemos contentarnos con la simple
futuro logro de la unidad del género humano, a la luz de la unidad
entre Israel y las naciones. En este sentido, la búsqueda de la unidad, que

482 483
4. ¿COMO CELEBRAR HOY EL SABADO Y EL DOMINGO?
B.IV. EL FUTURO DEl PUEBLO DE DIOS

El día séptimo, consagrado al Dios creador, ha de constituir u,n .respiro


actualmente preocupa al judaísmo, no carece sin duda de conexiones con para personas y animales, y especialmente para los po~res y deb~les. En
el designio salvífica divino. Y tampoco deja de tener puntos de coinci- jerusalén se observa hoy el sábado con mucho mayor ngor, por eJempl~,
dencia con los esfuerzos de los cristianos por restablecer su propia uni- que en Tel Aviv: autobuses y otros transportes públicos no están p~rmI­
dad, por distintos que puedan ser los caminos que conducen a ambos tidos, se cierran cafés y restaurantes y se suspenden las representaCIOnes
propósitos. Aunque judíos y cristianos realicen su vocación por distintos en cines y teatros ...
caminos, la historia nos muestra que esos caminos se cruzan con fre- ¿No puede entenderse que una judía como Lea Fleischm~nn, que
cuencia. ¿No son los tiempos mesiánicos objeto de su común preocupa- había vivido largo tiempo en la agitación moderna de Alemama, se de-
ción? Será, pues, deseable que emprendan por fin el camino del mutuo dique ahora, tras una prolongada adaptación en jerusalén, a cant~r. una
reconocimiento y la mutua comprensión, que dejen de lado su secular «Loa al sabbat»? «¡Día de reflexión, día del Señor, día de la famlIta!».
enemistad y vuelvan la mirada hacia el Padre, con un impulso de espe- Pensemos en lo que pasaría realmente si se guardara ese día en todas las
ranza que pueda constituir una promesa para todo el mundo»28. partes del mundo: «Un día a la semana en el que no ci!cularan c?ches,
no volaran aviones no sonaran teléfonos, no se encendIeran teleVIsores,
Una cosa, en efecto, ha de tener la Iglesia muy presente: si no sigue no retumbaran las ~áquinas. Un día por semana no se contaminaría la
estas palabras, no tiene por qué admirarse de verse a su vez cuestiona~a atmósfera y se envenenarían menos los ríos, reinaría el silencio y hallaría
por el mundo judío. Prestemos de nuevo atención a Shalom Ben-Chonn: reposo el alma. Un día por semana gastaríamos menos energ~a y preser-
«Hemos de preguntarnos desde la Biblia si el mensaje del Antiguo Tes- varíamos la naturaleza»31. Bello sueño, en verdad, pero que sm duda re-
tamento no sólo tiene cumplimiento en el Nuevo Testamento, si no se ha quiere una reflexión a fondo y un análisis más detallado. ,
cumplido más bien en la historia, en esa historia que nosotros y nuestr?s La mayoría de los judíos actuales, aun entre los no ortodoxos, no esta
antecesores hemos vivido y sufrido. Y aquí, mis queridos lectores cns- en contra sino a favor del sábado, una de las más antiguas instituciones
tianos, tenemos que mover la cabeza en gesto negativo: no, aquí no hay
ningún reino, ninguna paz, ninguna redención, todo ello se encue~tr.a to-
¡
judías, que conmemora también la liberación de Egipto. Pe!o, al ig.ual
que en el cristianismo con respecto a la observancia del d?ml~go~ ;xlste
davía en un lejano o próximo futuro (según la fe justía y la cns.tlana, también en el judaísmo una fuerte polémica en torno a la mstltucIOn del
nadie puede determinarlo), cuando irrumpa el malkut Sadday, el remo de sábado. Intereses económicos, políticos y religiosos se mezclan aquí f<,>r-
Dios»29. mando un componente explosivo, sumamente peligroso en cualqmer
Naturalmente también los cristianos están convecidos de que la defi- sociedad.
nitiva y manifies~a redención del mundo, el reino de Dios, est~ todavía
pendiente. También la Iglesia, como Israel, conoce un «todavla no'> y En cuanto al domingo cristiano32, tiene sin duda un origen distinto del
pide, con Israel, por el futuro advenimiento del reino. Só.lo que para la Igle- sábado judío: como primer día de la semana, en los relatos pascuales33 , o
sia este «todavía no» está preconizado en un «ya». PreCIsamente porque la como «día del Señor jesús»3\ se convirtió muy pronto en día regular de
Iglesia -a diferencia de Israel, aunque también y en primer término p~ra reunión de la comunidad para la «fracción del pan,>35. Este «día del
él- cree en la realidad misteriosa de la redención del mundo, acontecIda SeñOr» (unido a la «cena del Señor») -en latín: dies dominica, y en las
ya en jesucristo, sigue esperando ~on Israel, y finalmente también para lenguas románicas domenica, domingo, dimanche- no se celebraba en
Israel-la manifestación definitiva de la redención del mundo. los primeros siglos como día de reposo, ni se entendía como «sá~~~o
Pero, ¿qué va a suceder en el tiempo intermedio?, Pi~n~o que, desde cristiano». Sontag o sunday (en latín dies solis) se remonta a la tradlcIOn
esta actitud fundamental de común espera, resulta mas facll hablar de lo pagano-romana, en la que, desde el siglo 1 antes de ~risto, se plasmaban
1que queremos y debemos hac~r con respecto ~ lo que n?s sep~ra. El pro- en los siete días de la semana los nombres de los SIete planetas. Fue el
blema del sábado o del dommgo puede servunos aqm de ejemplo em- emperador Constantino quien, en el año 321, en lugar del día de Saturno
\ blemático para un acercamiento teórico y práctico. A p~rtir de. ~sta (Samstag, saturday), presuntamente portador de desgracias y ,en .conse-
cuestión de innegable actualidad ~omo ilustración y ultenor clanftca- cuencia desdeñado por muchos, consagró el día del sol como dla hbre de
ció n de la problemática de la Ley- concluiremos el capítulo con una procesos judiciales. Emperadores posteriores prohibieron los «t~abajos ?e
\ breve exposición sobre la actuación del hombre y sobre la Ley. esclavos» (opera servilia), a fin de que también los esclavos pudIeran ~s~s­
tir a las celebraciones litúrgicas; y, por fin, los reyes germanos prohIbIe-
4. ¿Cómo celebrar hoy el sábado y el domingo? ron todos los trabajos pesados (como opera servilia). Por tanto, el des-
canso laboral en el «día del SeñOr» es de aparición relativamente tardía
Así reza el precepto sabático: «Seis días trabaj arás y har,ás tod?s tus en el cristianismo.
\ trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahve, tu DIOS»3o.

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4. áCOMO CELEBRAR HOY El SABADO Y El DOMINGO?
B.IV. El FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS

mecanismos cada vez más eficaces, lejos aún de su pleno rendimiento, y


En cuanto que, en el curso del primer milenio, el domingo se ha vin- también frente a los progresivos métodos de producción y la creciente
culado a una limitación de actividades laborales, este domingo cristiano presión competitiva a ni~el,mundial. «El tie~po es oro», d,e,be justif!ca~se
se convierte de hecho en una continuación del sábado judío, antiquísimo y administrarse en la practIca: en esto conSiste la concepClOn economlca
día festivo semanal que, junto con la circuncisión y las normas sobre ali- del tiempo. ¿No sería, pues, consecuente sacrificar el sábado o el do-
mentos, configura desde la antigüedad la imagen del «judío». En una pa- mingo al supuesto imperio te~nológ,ico y a las exi!?iencias econ~micas?
labra, el hecho de que también en el mundo cristiano se haya impuesto ¿No sería consecuente convertir el sabado o el dommgo en un dia rota-
un día festivo y de descanso a la semana (vigente en casi todo el mundo tivo de descanso dentro de los días laborables (descanso rotativo para
con la expansión del cristianismo) se debe al pueblo de Israel y a su ce- todos)? En cuanto cristiano, me siento fundamentalmente de acuerdo con
lebración del «séptimo día de la semana», del «sábado», del día de des- el judío creyente que se opone enérgicamente a cualquier ataque el sá-
canso consagrado al Señor, que sin duda ha reportado no pocos benefi- bado. Deberíamos mantener un día común de descanso, sea el sábado o
cios a la humanidad. La palabra alemana Samstag es todavía una el domingo.
reminiscencia de este «día del sábado». Nunca ha sido «rentable» el sábado/domingo desde el punto de vista
Además, los cristianos de procedencia judía mantuvieron durante de los beneficios: más rentable habría sido organizar por turnos el des-
largo tiempo la celebración simultánea de ambos días. Una compila- canso de criados y criadas. Pero, desde otros puntos de vista, sí ha sido
ción del ordenamiento jurídico-litúrgico eclesiástico, del siglo IV, manda beneficioso para la humanidad este común descanso festivo. Por otra
celebrar el sábado y el domingo como días de descanso: el sábado como parte los modernos condicionamientos técnicos y las exigencias econó-
día de la creación (creationis) yel día del Señor como día de la resurrec- mica; dependen en última instancia de nuestras íntimas decisiones y va-
ción (resurrectionis) 36. En las Iglesias orientales se generaliza desde el loraciones. Podemos hacer una observación paradójica: cuanto más
siglo N la celebración del día de la creación con una liturgia, y se critica tiempo tenemos, gracias a las diversas tecnologías, menos tiempo tene-
a Occidente por su costumbre de ayunar ese día. Sábado y domingo mos en realidad; cuanto más precioso es el tiempo más lo queremos
están hermanados, según algunos santos padres3? En la comunidad etió- aprovechar. Por ello, no obstante el enorme ahorro de tiempo en todos
pica cristiana (¿de origen judea-cristiano?), el sábado conserva su puesto los campos, cada vez nos sentimos más faltos de tiempo, más presiona-
hasta hoy alIado del domingo. Podríamos concluir que, en una ecumene dos por los compromisos y, en consecuencia, más amenazados por el
judea-cristiana nada habría que objetar teológicamente a una semana con nerviosismo, el estrés y el agotamiento. ¿Es realmente rentable esta ob-
cinco días laborables y dos de descanso. sesiva dependencia de la hora?
Aunque no tiene una fundamentación astrológica, como el mes y el El hombre, con sus exigencias anímicas, es ciertamente much<? más
año, no por ello tiene menos consistencia la semana como divisió~ hu- que un trozo de carne de matadero, y también más que una ~lmple
mana del tiempo en nuestra historia cultural. Ni siquiera las revolUCiOnes rueda en el engranaje productivo. El hombre descubre ante DlOS su
políticas han sido capaces de cambiar tal situaci?n. I?-dependient~m~nte valor, el sentido de su dignidad humana, como muy bien ha exp~es~do el
de que el día semanal de descanso fuera el iudto (sabado), el cnstiano
exegeta católico Josef Blank, poco antes de su prematuro falleC1I~llento:
(domingo) o el musulmán (viernes), nada han podido lograr contra un
«Hay que tener en cuenta esta concepción humana, y psicol?glca del
día de reposo con fundamentación religiosa ni la Revolución france~a c~n
tiempo para poder comprender correctamente el sentido del dl~ de des-
su «década» (ritmo de diez días) ni la Revolución rusa con su arbitrano
canso. No se le puede reemplazar tranquilamente por un "día lIbre para
ritmo rotativo de cinco días laborables. Durante la Revolución industrial,
hobbys", El precio por ello podríamos representarlo así: ¡una vez que
el movimiento de los trabajadores y los sindicatos tuvieron que emplearse
a fondo en la defensa del descanso dominical frente al total utilitarismo hemos perdido el control del equilibrio ecológico, estaría~~s ~e ese
modo corriendo peligrosamente hacia la conmoción del,eqUllIbn? hu-
industrial.
. Con todo los nuevos condicionamientos económicos de la era «post- mano en nuestra sociedad con impredecibles consecuenCIas! ¡Que per-
,
industrial» suponen aún una amenaza mucho más seria tanto para e ~a-
1 ' deríamos realmente con ello? La respuesta es bastante sencilla: perdería-
bado como para el domingo. ¿Qué actitud han de tornar al respecto JU- mos nuestro tiempo común, el tiempo común de nuestra soc~edad, el
díos y cristianos? tiempo común de la tamiha. Si bien se mira, todo el calendarIO de re-
presentaciones culturales, e incluso deportivas, descansa, sobre, el su-
a) Vivimos en una época en la que el descanso festi-vo de judío~ y cris-
puesto de un tiempo común»38. En efecto: sin tiempos smcron~zados,
tianos se ve masivamente amenazado por el utilitarismo económiCo-tec- habrá cada vez más familias divididas, más comunidades atomizadas,
nológico. Un día de descanso religioso si,gnifica ante todo pérdida ?~ be- más sociedades de gente anónima.
neficios y disminución de la competitiVidad en un mundo de canSimos

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4. ¿COMO CELEBRAR HOY EL SABADO y El DOMINGO?
B.IV. EL FUTURO DEL PUEBLO DE DIOS

del do~ingo el! la tarde del sábado (la celebración de la vigilia, o vela
b) Vivimos en una época de nuevas exigencias, de un más corto tiem- v:espertlOa, tema lugar, ya en la temprana Edad Media, la víspera de la
po l~boral y más prolongado t~empo libre. ¿Es oportuno, en tal situación, fiesta). Por su parte, algunas comunidades judías reformadas han trasla-
consIderar el sábado o el dommgo -desde un legalismo judío ortodoxo, dado, al menos parcialmente, al domingo la celebración del sábado.
rom~no medieval o puritano. ~rotestante- como inconmovible tabú,
Con la «semana de cinco días», más importante que la fecha exacta me
ley ngurosa o monumento reh~Ioso y cultural? Del mismo modo que, si parece una liturgia sabática menos aburrida, más viva y espontánea en
ha de mantenerse, el día comun de descanso no ha de ser considerado
esta era posmoderna en la que la industria del tiempo libre, los media y el
c?mo simple «día libre» o como día de solaz, tampoco hay que conce- deporte se ?an convertid? en .serios competidores del servicio litúrgico,
bI~lo como un día regulado en todos sus detalles. Un cristiano que intenta
tan necesano como una hturgIa dominical más interesante y adaptada al
o~I~fo1tarse a partir de la palabra de Jesús, y desde una praxis liberadora, hombre de hoy39.
dIflCIlmente tendrá algo que objetar al judío actual que, frente a la amplia
red de la casuística rabínica con respecto al sábado intenta soluciones
, '
mas razonables y humanitarias. Ni cristianos ni judíos deberían volver a
El ideal del futuro no puede consituirlo una humanidad sometida al
m?vi~iento perpetuo de la producción: ese ininterrumpido círculo de
caer en ellegalismo con respecto al día del descanso laboral. De ningún
VelOtlCUa~ro horas en el siempre repetido ciclo anual de trescientos se-
modo deberían convertir en carga el día común de descanso, sea el sá-
bad? o el domingo.
senta y c~nco días. yn día libre de cuando en cuando no basta para
hacer. posIble el sentIdo y la calidad de vida. El sentido de la vida no es el
SI.~1 hombre no está hecho para la máquina, los ordenadores o la pro-
ducc~on, tampoco ha sido hecho para el sábado, sino que el sábado (o el
tr.ah.aio. ~t:ro tampoco lo constituye en sí mismo el tiempo libre, que a
vec.es acarrea tensIones y hasta una frustración del ocio:Los hombres ne-
d~~lOgO) se ha hecho para el hombre. Así volvemos a recuperar su pri-
ceSItan puntos donde cristalice la y!da comunitaria, necesitan cesuras co-
mItiva significación social-humanitaria: el día de descanso no como pre-
mUJ?-es en la mod~rna .agitación, apearse de las ocupaciones, necesitan
cepto y carga, sino como ayuda y gozo.
oaSIS de reposo, SIlencIO contemplativo y atmósfera espiritual: «días de
descanso laboral y de recuperación anímica», legalmente garantizados
. e). ¿Existe una solución a este dilema entre una rigorista ortodoxia
(art. 14.0 de la Constitución alemana). Los hombres necesitan un día libre
medIeval y una demasiado fluctuante adaptación moderna? De ser así, tal
para DIOS, profundidad última y último sentido de la vida humana.
solución consistiría en mantener lo fundamental del sábado (importante
para la identidad religiosa del.i~daísmo) y también del domingo (no
Irrelevante para la idenudad rehgIOsa del cristianismo): distanciamiento
de l~ cotidi~o en orden ~ un ~osiego físico y espiritual. Por una parte, es
preCISO eludIr la total arbltranedad y la actual pérdida de orientación, y
~efender este día de repoSo con fundamentación religiosa, que es más an-
tIgUO que todos los Estados con sus legislaciones, conservándolo en la
nuev~ ~poca mundial. Por otra parte, no se pueden ignorar los nuevos
condICIonamientos sociales, que exigen sin duda una revitalización de la
cu~t~ra festiva y una reorganización del dia de ¿escanso y de su liturgia
relIgIOsa, en crisis tanto en el judaísmo como en el cristianismo. Y todo
ello no por dejarse llevar de la moda ni por atraer más gente a la sina-
g~g.a (o a la iglesia), sino por el bien del hombre (especialmente de las fa-
mIh~s y otras colectividades), que necesita un día común de descanso y
de. fIesta tanto en el ámbito secular como en el religioso. Este distancia-
mIento de lo cotidiano puede poner especialmente de relieve el descanso
del t~~~ajo (C?I?o en la tradi~i?n judía), la asamlllea litúrgica (como en la
t~~dIcIon catohca), o el serVICIO de la palabra de Dios (como en la tradi-
clOno ~rotestante). En el mejor de los casos, descanso laboral, liturgia y
serVICIO de la palabra pueden ser una misma cosa .
. ,Teniendo en cuenta lo esencial del día religioso de descanso y refle-
Xlon, podría trasladarse la celebración religiosa judía del sábado a la
tarde del viernes, del mismo modo que los cris6anos celebran la liturgia

488 489
2. ISRAEL, ¿UNA MAGNITUD RELIGIOSA O POLlTICA?

c. JUDIOS, MUSULMANES y FUTURO


DEL ESTADO DE ISRAEL
r Todo el judaísmo, incluido el de la diáspora, vive una nueva orienta-
ción espiritual.
¿Nueva orientación espiritual? Los mismos cristianos pueden recono-
cerlo: la resurrección como Estado de este pueblo, considerado definiti-
vamente muerto en cuanto pueblo, ha sacudido decisivamente una teo-
logía e ideología cristiana antijudía (dominante hasta el Vaticano 11)
que consideraba a los judíos como eternamente malditos y condenados a
la dispersión (Ahasver, el judío errante). jNo, el pueblo judío no ha
sido aniquilado, no ha quedado sin efecto la promesa bíblica de una tie-
rra! Al contrario, el Estado de Israel -y hasta los no sionistas tienen que
1. EL GRAN IDEAL reconocerlo-, supone una palmaria negación de la indefensión, la de-
bilidad y la desesperación de este pueblo condenado por el holocausto a
una extinción definitiva. El nuevo Estado de Israel, especialmente eficaz
«Ciertamente tenemos la fuerza para construir un Estado, más aún, un en ámbitos como la agricultura, la política de asentamientos (movi-
Estado modelo. Disponemos de todos los medios humanos y objetivos
miento «kibbus» y «mosab»), el deporte y la defensa, ha echado osten-
necesarios para tal fin», así se expresaba en 1896 el preconizador del Es-
siblemente por tierra los viejos estereotipos y ofensivos prejuicios de la
t~~o judío, Theodor Herzl, en su escrito programático l. De hecho lo de-
supuesta vagancia, pereza y codicia de los judíos. La palabra «judío» no
CISIVO pa.ra el futuro del Estado de Israel va a depender de que se man-
evoca ante todo el ideal del rabino que medita sobre la Torá, sino el del
tenga, o lllcluso se realice mejor, en las evidentes dificultades actuales la
intención humana que presidió la fundación del Estado. ' luchador macabeo y el pionero moderno. Sin duda ha irrumpido una
nueva era para el pueblo judío.
1. El Estado judío, signo de un cambio de paradigma Más aún: ¿no podría con razón un creyente judío entender este renaci-
miento de Israel como un vestigio de trascendencia en nuestra época,
No obstante la ambivalencia de la reciente historia judía, nadie puede ig- como un signo de la fidelidad y la gracia de Dios? Durante largo tiempo
norar a finales del siglo XX este hecho: después de la espantosa catástrofe ~ebió de ser difícil para muchos padres judíos creer en un Dios vivo y
del holocausto, la restauración del Estado de Israel es el acontecimiento Justo. Durante largo tiempo debió de ser difícil para muchos padres judíos
más importante de la historia judía desde la destrucción de Jerusalén y del enseñar a sus hijos que ser judío es una bendición y no una maldición. Sin
Segundo Templo por los romanos el año 70 d.C. Tuvieron que pasar casi embargo, ahora debe de ser mucho más fácil mostrar los aspectos positivos
1.900 años hasta hacerse de nuevo posible un Estado judío en Palestina. de ser judío, teniendo en cuenta los imponentes logros del Estado de Israel
Ya hemos expuesto la historia del nacimiento de este nuevo Estado. Pero, en sectores como, por ejemplo, el de la educación y el de la salud. ¿No ha
¿cuál es su significado?, ¿cómo interpretar este hecho en el contexto de sido maravillosamente confirmada por la misma historia esa fe en Dios y
nuestro análisis de la situación religiosa contemporánea? en sus promesas a un pueblo, una fe que se ha visto puesta a prueba tan
La reinstauración del Estado judío es signo inconfundible de un cam- duramente a lo largo de la historia? Así lo piensan muchos judíos, sobre
bio epocal de paradigma en el judaísmo, donde todo se encuentra nue- todo creyentes. ¿Cuál es la postura de los cristianos?
vamente en proceso de cambio. jTambién para el judaísmo -después de
la asimilación moderna y del moderno antisemitismo que culmina en el 2. Israel, ¿una magnitud religiosa o política?
holocausto- ha comenzado la posmodernidad!
Naturalmente siguen manteniéndose para l()s judíos creyentes deter- Comenzaremos por una precisión importante: con respecto al Estado de
minadas constantes: sigue tratándose del mismo pueblo, basado en la me- Israel, son competentes en primera línea los judíos, tanto en lo referente a
moria de la misma Alianza y vinculado a la misma tierra2 • su identidad como a su crítica. Los cristianos, por su parte, deberían re-
Pero, justamente a partir de la mortal crisis del holocausto se produce flexionar sobre la propia actitud, no demasiado brillante, para con el ju-
un tránsito, un cambio hacia una totalmente nlleva constelación de con- daísmo y expr~sarse con fundamental simpatía sobre el Estado de Israel,
vicciones, valores y actitudes. Un nuevo macroparadigma: sobre todo temendo en cuenta el holocausto. En el contexto del diálogo
• El centro de la vida judía se traslada de la vieja Europa a la originaria judío-cristiano, es inevitable una pregunta: ¿cómo deben actuar los cris-
«tierra prometida». tianos en cuanto cristianos con respecto a este Estado y a su política?,
• El pueblo de Israel adquiere de nuevo la posibilidad de organización ¿cómo actuar con este Israel, que es un Estado de algo más de 4,5 millo-
estatal propia y de autodeterminación política. nes de habitantes (rodeado de una población árabe de unos 100 millones);

490 491
2. ISRAEL, .UNA MAGNITUD REliGIOSA O POllTICA?
C.I. EL GRAN IDEAL

ue se ha visto obligado a vivir en una constante sensación de peligro, ciudadanos del Estado de Israel. El judaísmo es ciertamente mayor y más
~hora ya no ~ causa del antijudaísmo eclesiástico, sino por el mundo
amplio que el Estado judío, y no necesariamente ligado a él. Aun defen-
d~endo una, exis,tencia garantizada para el Estado de Israel, compren-
ara be (largo tle~po ap?yado por el bloq,ue so~iético); con un Israel que
desde su fundaciOn ha SIdo manzana de dIscordIa entre las superpotencias dIendo la hlstona del sufrimiento judío que hay detrás de la fundación
y que; todav~a después de cuatro guerras en su existencia, sigue viviendo del Estado, y reconociendo la decisiva importancia del Estado de Israel
pa~a el ju~aí~mo contemporáneo, no se puede identificar sin más ju-
en la msegundad, como se puso en evidencia una vez más en la Guerra del
dalsmo y SiOlllsmo. El Estado de Israel, en su sentido preciso, no es el Es-
Golfo (1~91)?" ¿es realment~ este Israel un Estado como cualquier otro,
cuya «eXIstenCIa» no ha de juzgarse en perspectiva «religiosa» sino úni- tado del judaísmo como religión, sino el Estado de los judíos en cuanto
camente según los «principios generales del derecho internacionah> como pueblo. Hay todavía una mayoría de judíos que no quieren vivir en el Es-
todavía presupone el Documento vaticano de 1985 sobre relacion;s entre tado de Israel. Siempre ha habido y habrá judíos no sionistas. En otras
palabras: lo étnico-nacional y lo ético-religioso no pueden disociarse
judíos y cri~ti~nos3, ~e mod,o,que, p~ra los cristia~os, el Estado de Israel (y
su reconOCimIento dlplomatlCo) sena una cuestion meramente política? del todo, pero eso no quiere decir que lo uno pueda reducirse sin más a
lo otro, Estado de Israel y judaísmo de ningún modo son idénticos, aun-
No S~? razón, en el diálogo judío-cristiano, suele la parte judía tomar
}la cuestiOn del Es~ado ~e Israel como sondeo, signo distintivo o consigna que sí guardan una indisoluble relación entre sí.
\P~ra sab~r ,en que medIda es rea~ la voluntad de entendimiento entre ju-
diOS y cnstlanos. Pero esto reqUiere un tratamiento más preciso. , Por eso, la respuesta a nuestra pregunta ha de ser necesariamente
esta: ¡El actual Estado de Israel es una realidad política, aunque de
acuerdo con, toda s~ tradición, posee también una dimensión religi~sa!
U~a c?sa, ~arece in~ega?le: el actual Estado de Israel, desde el punto
Como -a dIferenCia del Documento vaticano de 1985-se expresaba
de vls,ta jUndI~?-ConstltucI~nal, no es una realidad religiosa, sino una
diez años antes, el Consejo de las Iglesias Evangélicas en .Alemania: el Es~
magllltud polttlca. El propiO Estado de Israel no quiere ser un reino
t~~o de Israel es una «realidad política», pero «al mismo tiempo se
sacro, teocrático o escatológico, sino una tolerante sociedad moderna
mundana y secular, organizada constitucional y políticamente como de~ sItua en el, marco de la historia del pueblo elegido»6:
. -Su mIsmo t;tombre «Israel» (a diferencia de, por ejemplo, «Palestina»)
mocracia parlamentaria y pluralista (la única en el Próximo Oriente,
delata que su ongen se remonta al patriarca elegido ]acob, llamado Israel.
como constantemente subraya Israel). Debe reconocerse el derecho a la
existencia del Estado de Israel, que se funda en definitiva en la indiscu- -El documento fundacional sitúa al nuevo Estado expresamente en la
tible y trimilenaria relación del pueblo judío con esta tierra incluso en tradición bíblica del judaísmo.
-Precisamente por ello, este Estado considera misión suya garantizar
tiempos, d~ destierro. También en cuanto Estado libre y democrático
-prescmdlendo ahora de la cuestión de los territorios ocupados- me- y asegurar la existencia de este pueblo en la tierra de sus padres.
rece Israel pleno reconocimiento diplomático: reconocimiento ante todo -Se sitúa, por t~nto, en la continuidad histórica del pueblo elegido:
por parte del Vaticano, que no raramente ha cortejado y reconocido dic- en efecto, el contellldo de las promesas de la Biblia hebrea no es el Esta-
d~, sin() la «tierra», ,y el sionismo político sería impensable sin el aferra-
t~duras: Reconocimiento inequívoco también por la Organización para la
Llb:raclón de ~alestina (OLP), ~nica fuerza que representa a la gran ma- mIento de muchos fIeles a esta promesa de la tierra.
yana de palestmos, pero que, sm un claro reconocimiento de Israel cie- -:-La l~ngua oficial ~e Isra~l es la de la Biblia (modernizada); la his-
tonograf~a y arqueol<;>gIa (casI un deporte en Israel) sigu(sus huellas.
rra de antemano toda posibilidad de paz en el Próximo Orient~, así
como cualquier solución política positiva para el propio pueblo. , -L~ fI~sta preceptIv~ es el sábad<;?, y los días de descanso legal son las
Segundo punto a tener en cuenta: Israel no es en realidad el Estado de fIestas ]udIas, co~o Punm, Pascua, Sabu'ot y Siml).at Torah,
los judíos. Al Estado de Israel pertenecen también no judíos. Contra -::Las normas j,udí~s s<;>bre alimentos son de obligado cumplimiento en
el ejercito, en las mstItuciOnes estatales y públicas (y de hecho en la ma-
una ~stadística un tanto manipulada4, hay que suponer que, ya antes de
la Pnmera Guerra Mundial, vivían en Palestina unos 85.000 judíos yen oría de establecimientos turísticos y restaurantes).
-Las fechas del antiguo calendario hebreo -a partir del año de la
t<?rno a}os ~OO,OOO ár~bes5. Cuando se fundó el Estado de Israel, ya vi-
vlan alh haCIa mucho tIempo numerosos ciudadanos de otras nacionali- reación- aparecen en todos los documentos oficiales (al año 1991 co-
dades (árabes) y de otras tradiciones religiosas (musulmanes drusos responde el 5751/52).
cr~sti~nos y algunos jude~-cristianos). En 1989 -dejando apa:te los te: Es preciso en todo caso distinguir la perspectiva histórica y la religio-
sa, y u() resulta nada nuevo que no todos los que afirIJIan la primera
rntonos oC,u~ados- el numero de musulmanes ascendía al 14 por 100 y
estén también de acuerdo con la segunda. El hecho hist~rico incontro-
el de los cnstlanos al2 por 100 de la población global.
Por otra parte, resulta igualmente cierto que no todos los judíos son \ vertible es que el judaísmo sigue manteniéndose en cuanlopueblo, cosa

492 493
C.1. EL GRAN IDEAL 3. ¿PLURALISMO RELIGIOSO O RElIGION DE ESTADO?

'que resulta evidente tanto para creyentes como para no creyentes. Pero días de clase media que inmigraron en los años 20 y 30 eran ortodoxos en
de ningún modo es compartida por todos la indestructible creencia en su mayoría, y de ningún modo podían imaginarse un nuevo Israel sin los
ue la particular historia de Dios con este pueblo sigue vigente. También tradicionales valores y usos judíos. Los judíos religiosos consideraban como
n la perspectiva de los cristianos puede afirmarse: ¡La Alianza de Dios autoridad indiscutible al Gran Rabino askenazí. Durante el tiempo en que
on su pueblo no ha sido anulada, sino que ciertamente se mantiene! ¡El desempeñó tal función Abraham Isaak Kook, hasta su muerte en 1935, co-
ueblo de Dios vive de nuevo en la tierra de la primitiva promesa! Por nocido por su notable actitud tolerante frente a los no religiosos, las con-
consiguiente, para judíos y cristianos, la reinstauración del Estado de los troversias intrajudías se mantuvieron dentro de unos límites razonables.
judíos es un símbolo real de que Dios vive y actúa. En realidad, para el AlIado de la tendencia moderna al pluralismo religioso, que conside-
creyente cristiano, lo mismo que para el judío, es impensable una histo- ra el judaísmo reformador y el conservador como legítimas alternativas a
ria del mundo puramente profana. Es, en efecto, el Dios escondido el que la ortodoxia y al secularismo, respectivamente, existe también una fuer-
gobierna y conduce íntimamente la historia de todo el mundo y muy par- te contra-tendencia a la ortodoxia, que, si bien es de escasa relevancia nu-
ticularmente la historia de Israel. mérica, representa una posición clave en el orden religioso y político. Los
Si la reinstauración del Estado de los judíos es un símbolo real de la judíos ortodoxos tratan abiertamente y por todos los medios de crear su
actuación de Dios, ¿sigue ello siendo válido para el Estado de Israel propia base institucional de poder, no sólo para impedir una total secu-
\medio siglo después de su fundación? Aquí comienzan las preocupacio- larización de la nueva sociedad judía, sino también para, con su acción
nes con respecto al futuro. misionera, conseguir que los judíos secularizados se conviertan a la prác-
tica religiosa. Esto ha originado constantes conflictos, especialmente a
3. ¿Pluralismo religioso o religión de Estado? partir de la fundación del Estado con su sistema parlamentario.

A partir de la fundación del Estado y, en concreto, de la inmigración sio- ¿Cómo no evocar aquí las palabras del clarividente fundador del Es-
nista, la religión constituye un problema central. tado? Theodor Herzl se preguntaba en su escrito programático: «¿Ca-
. Problema central, en primer lugar, en la relación de Israel con musul- minaremos en definitiva hacia una teocracia?». Y su respuesta inme-
manes y cristianos. En ese sentido, la configuración social y religiosa del diata era: «¡No!». «La fe nos mantiene unidos, la ciencia nos hace libres.
Estado se convierte en cuestión controvertida entre judíos y no judíos, No nos vamos a dejar llevar por las veleidades teocráticas de nuestros re-
cuestión que requiere un comprensivo diálogo ecuménico. Hay que re- ligiosos. Nosotros sabremos mantenerlos en sus templos, al igual que sa-
conocer que el Estado de Israel garantiza el libre acceso a todos los bremos mantener a nuestro ejército profesional en los cuarteles. Ejército
«santos lugares» de las distintas religiones y el derecho al culto en los y clero han de ser respetados como sus bellas funciones lo exigen y me-
mismos, amenazando con duras penas cualquier transgresión o profa- recen. No deben interferir en el Estado, del que reciben reconocimiento,
nación en este sentido (Ley de protección de los santos lugares de 1967). pues ello suscitaría dificultades externas e internas»7. También en esta
Pero el gran problema es el de la igualdad de derechos civiles de los ciu- cuestión el tiempo daría la razón a Theodor Herzl.
dadanos musulmanes y cristianos del Estado judío. Lo mucho que, junto al cada vez más influyente ejército, tiene que
En segundo lugar, la religión es un problema central para los mismos ju- decir el clero en el nuevo Estado de Israel, se muestra en la cuestión de la
díos, para la relación de los israelíes entre sí: judíos ortodoxos (y jasídicos) halaká, de la ley religiosa judía. Ya hemos hablado ampliamente de
inmigraron a Palestina ya en el siglo XIX, antes, por tanto, del inicio de la ello. Siempre que se toca el tema «Ley» se roza una problemática explo-
nueva inmigración sionista de principios del siglo xx, que introdujo en siva tanto en el orden político como en el religioso. Ahí se encuentra un
Palestina una abrumadora mayoría de judíos socialistas, secularizados e in- punto de conflicto y discusión entre las diversas tendencias del judaísmo.
cluso algunos declaradamente antirreligiosos. En la perspe<:tiva político-re- A favor o en contra de la «Ley» se libran hoy en Israel verdaderas «ba-
ligiosa, la ortodoxia (mayoritariamente jasídica) poseía desde el principio un tallas culturales» (Kulturkampfe), en las que de la agresividad verbal y la
monopolio jurídico-religioso que, con la autonomía interna de grupos ét- maniobra política se pasa a veces a las acciones violentas 8 •
nicos durante el Imperio turco, consiguío amplias repercusiones en los más El rabino ortodoxo David Hartman ha descrito elocuentemente estas
diversos ámbitos jurídicos. Esto hubo de tenerlo ffillyen cuenta el sionismo tensiones intrajudías en Israel: «De todas partes han venido judíos a su
para poder contar con el apoyo de los ortodoxos. Además, muy pronto sur- patria ... Pero una vez en casa, a donde por fin hemos vuelto, descubri-
gió un movimiento religioso sionista (misraji) que vinculó la operación mos que estamos realmente divididos. Podríamos llegar a preguntarnos:
sionista de los asentamientos a esperanzas profético-mesiánicas y que, des- ¿Hemos sido alguna vez una familia? El dicho "somos una misma cosa"
pués de la Primera Guerra Mundial, consiguió un creciente influjo me- e vuelve cuestionable en el momento en que el judío se encuentra con
diante su propia organiz<l.ción sindical y su movimiento de kibbus. Los ju- tro judío, y cada uno de nosotros se pregunta si realmente podemos en·

494 495
C.1. EL GRAN IDEAL 4. ¿QUIEN ES REALMENTE JUDIO?

tendernos. La más seria cuestión en Israel es si nut:stras crónicas dife- España, Portugal, Irlanda, Iberoamérica), con su confesionalismo cató-
rencias no podrían llevarnos hasta una guerra civil. Continúa la polari- lica- ni matrimonio civil ni divorcio civil, precisamente a causa de las
zación entre judíos religiosos y seculares. Con frecuencia, no es la segu- leyes religiosas judías impuestas al Estado de Israel. Pero también en otra
ridad el problema más grave al que se alude en la prensa, sino si en Haifa serie de casos, las prescripciones de la halaká se han convertido de hecho
va a circular el tranvía el sábado, o si va a haber cine el viernes en Petaj en derecho público desde la misma fundación del Estado (lo mismo que
Tiqvá. El Gran Rabino de la ciudad, encarcelado por convocar una vio- ha sucedido con la «sharia» en ciertos países islámicos). Aquí, las alter-
lenta demostración ilegal contra la apertura de un cine, pretende estar nativas son: o pluralismo religioso o una única religión de Estado. El Es-
por encima de la ley del Estado porque habla en nombre de Dios. Cua- tado de Israel se enfrenta, pues, con un problema fundamental:
trocientos policías no pueden pasar el sábado con sus hijos porque tienen
que ocuparse de impedir que los judíos luchen entre sí. A causa de con- 4. ¿Quién es realmente ;udío?
troversias religiosas, surgen resentimientos, cinismo e intensa polarización
entre hermanos que han vuelto a casa, después de tan largo tiempo de El debate no versa sobre una eventual definición teórica de la identidad
oraciones por el regreso del exilio»9. judía, que, como ya hemos visto, ha de tener en cuenta tanto elementos
étnicos como religiosos. Lo que se discute para el futuro es la eminente-
¿Por qué esta constante escalada que somete a la sociedad israelí a mente práctica cuestión de la nacionalidad israelí, que, con la «ley de re-
constantes tensiones? La razón de todo ello es que la ultra ortodoxia re- greso» dada inmediatamente después de la fundación del Estado, ha de
ligiosa de Israel ejerce cada vez más presión para conseguir el pleno so- garantizarse automáticamente a todos los judíos. La discusión concreta es
etimiento de la vida pública y privada a las normas de la halaká; y, por ésta: ¿cuál es la situación de los convertidos, no al judaísmo ortodoxo,
ierto, con no exiguos éxitos. Tal ortodoxia, en su actitud totalitaria, no sino al judaísmo conservador o reformador?, ¿son tales convertidos ju-
onoce distinción alguna entre lo privado y lo público, el individuo y la díos de hecho y de derecho? Todavía en 1987 respondía con una rotun-
ocie dad; toda la vida del hombre se encuentra, en efecto, bajo la vo- da negativa a tal cuestión el ultra ortodoxo ministro del Interior, y exigía
untad de Dios, como ellos la entienden. una estricta conversión a los preceptos de la halaká. Cuando el Tribunal
No se puede olvidar que, ya en la fundación del Estado de Israel, de Supremo de Israel se pronunció en contra, el ministro prefirió dimitir
orientación secular-pluralista, el primer presidente del gobierno (¡socia- antes que ignorar su convicción religiosa y tener que dar cumplimiento a
lista!), David Ben Gurion -debido a la posición de autoridad consegui- la decisión judicial.
da por la ortodoxia antes y durante la inmigración sionista-, hizo a los Con el gobierno Likud del nacional-conservador Menajem Beguin
partidos ortodoxos concesiones en el ámbito religioso, de importantes (1977), la ortodoxia religiosa -tanto el partido como el igualmente or-
consecuencias políticas. Las garantías del 19 de junio de 1947 se referían todoxo Gran Rabinato- endureció notablemente sus presiones con res-
al sábado y a las leyes sobre alimentos, pero también a la celebración del pecto a la legislación del país y logró drásticas restricci()lles: en hoteles,
matrimonio y al divorcio, bajo la exclusiva competencia de los rabinos, medíos públicos de transporte, en la compañía aérea El Al Y en muchas
siempre con la supervisión del Gran Rabinato, que, desde su fundación, instalaciones deportivas. Estos preceptos y prohibici()nes se refieren
se componía de rabinos y políticos del partido. Así, el Gran Rabino se sobre todo a las normas sobre alimentos y a la observancia del sábado.
I convierte -para digusto de muchos- en supremo juez religioso de 1s- Una gran mayoría de israelíes, frente al moderno utilitarismo, mantiene
irael. De hecho, en Israel el poder judicial está dividido y en las cuestiones plenamente la observancia de este santo día de reposo, c()osagrado desde
sobre el estado jurídico de las personas (por tanto, también en las de ma- la más remota antigüedad, pero no necesariamente a la manera de los or-
trimonio y divorcio) no son competentes los tribunales civiles sino los re- todoxos, que declaran tabú la realización de 39 trabajasen sábado, así
ligiosos. Incluso el Tribunal Supremo ha de remitir el tratamiento de de- como el caminar más de dos mil pasos. Muchos judíos defienden el es-
terminados casos al tribunal religioso, sin que pueda decidirlos por sí quema de Israel y siguen determinados usos judíos, no por estar con-
mismo. vencidos del precepto divino, sino porque quieren expHsar así la parti-
En 1947/48, los partidos ortodoxos no disp<>nían t<>davÍa de mucho cularidad e idiosincrasia judía. Con todo, sigue creciendoelinflujo de los
poder, e incluso después de más de 40 años no superan aún el 15 por ortodoxos, y, después de la pérdida de poder del partido unificado de los
100 de los votos. Pero el equilibrio existente en el Parlamento israelí entre trabajadores, incluso el líder socialista (antiguo primer ministro y mi-
el partido socialista de los trabajadores y el conservador bloque «Likud» istro de Asuntos Exteriores) Simon Peres ha considerado importante re-
les permite decidir el fiel de la balanza. Al influjo de estos grupos orto- cibir clases particulares sobre la doctrina de la Torá y delTalmud ..•
doxos hay que atribuir que, desde el principio, no existan en el Estado de ¿Cuál será el judaísmo del futuro? ¿El de los ortodoxos, el de los na-
Israel -como en otros tiempos en Estados autoritarios católicos (Italia, 'cionalistas, el de los militaristas? Son una vez más los escritores quienes

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C.I. EL GRAN IDEAL
4. ¿QUIEN ES REALMENTE JUDIO?

'lanzan la alarma. No faltan naturalmente escritos de todo tipo que va- puede determinar quién es ciudadano o ciudadana del Estado de Israel,
loran positivamente, a veces en tonos románticos, la vida ~e los judíos ~n pero lo que no puede decidir -lo dicen los propios judíos- es quién es
el Estado de Israel. Mientras que, desde la guerra de la mdependencIa judío o judía. También no-judíos (musulmanes, cristianos) pueden ser
hasta los últimos 50, la literatura israelí, tanto en prosa como en verso, ciudadanos y ciudadanas de Israel; y, al contrario, no-ciudadanos y no-
tenía una orientación marcadamente ideológica y social, se concentra ciudadanas de Israel pueden ser judíos. Por tanto, no hay que determinar
más a partir de los años 60 en la identidad y en el mundo del individuo. quién es judío desde una legislación actual, sino desde la gran tradición
En los 80 surge un nuevo género literario, una literatura de al~rma: judía, aunque nuevamente interpretada. De nuevo hemos de distinguir
obras de teatro crítico social de autores israelíes, que no han de mter- una doble perspectiva:
pretarse como simple crítica destructiva, sino como prevención ante fal- • En sentido «popular» (pertenencia al pueblo judío), es judío todo
sos caminos. ¡Se teme un Estado fundamentalista-mílitarista! Por ejem- hijo de madre judía o -como justamente añade el judaísmo reforma-
, plo, la sátira musical de crítica a la ortodoxia El último judío secular d~l dor- de padre judío. En este sentido, es por tanto judío quien, por li-
año 1987, que ridiculiza en la escena a un futuro Israel como teoc~acIa naje -independientemente de si es creyente o increyente, si asiste o no
judía, y que tuvo rápidamente dificultades con la censura. De Igual a la sinagoga, si de grado o por fuerza- forma parte de la comunidad
modo, la advertencia ante el falso patriotismo en una pieza como El pa- judía de destino.
triota (1986) que representa los trabajos de un israelí para emigrar a Es- • En sentido religioso (pertenencia a la religión judía), es judío todo el
tados Unidos. O la prevención del militarismo en Efraín vuelve al ejér- que comparte la fe en el Dios de Abrahán, de Isaac y Jacob, en la elec-
cito, donde se describen las repercusiones de la ocupación de Cisjordania ción del pueblo y en la promesa de una tierra. En este sentido, es
sobre los jóvenes soldados israelíes. Y, finalmente, La chica palesti~ense judío quien, por su fe -independientemente de si está o no vinculado
(1985) y El síndrome de Jerusalén (1987) que, ya antes de la Intlfada, a la sinagoga, de si es ortodoxo, conservador o reformador, de si lo es
pintan en toda su crudeza el conflicto judío-palestino; ambas piezas se de nacimiento o por conversión- pertenece a la comunidad de fe
deben a Joshua Sobol, el autor israelí más llevado a escena. judía.
También aquí la pregunta es inevitable: ¿va a pe~tenecer el futuro a.la . Nuestro análisis de la primera parte ha dejado claro que lo decisivo y
fuga de la modernidad para volver una Edad Media ortodoxa (en el JU- central de la trimilenaria fe judía -a través de todas las épocas y cam-
daísmo y en el cristianismo)? Muchos judíos (y cristianos) desconfían y bios de paradigma- es la Alianza, la relación de Dios con su pueblo, en
sufren ante la Tragedy oi Zionism, expresión del judío canadiense Ber- conexión con un determinado territorio. La moderna crisis del judaísmo
nard Avishai lO , que vivió largo tiempo en Israel, a donde todavía vuelve puede consistir en que ya no se da por supuesto la coincidencia entre ser
con frecuencia. Ya nos hemos ocupado suficientemente de la controver- judío en sentido nacional y en sentido religioso: en otros tiempos, ser
sia intrajudía sobre la halaká, la ley religiosa, para poder afirmar que es judío de linaje era también ser judío en cuanto a la fe. La posibilidad pos-
posible un consenso básico con respecto a las constantes fundamentales moderna del judaísmo puede consistir en que ser judío eIlsentido nacio-
de «Israel como pueblo de Dios y como tierra» y que, frente a estas cons- nal y ser judío en sentido religioso vuelvan a coincidir mediante una
tantes, esenciales para [a identidad judía, debería ser secundaria la cues- nueva reflexión de futuro, orientada hacia la tradición judía, hacia la
tión de la práctica de la halaká, de origen más tardío l l . Alianza de Dios y sus preceptos éticos, que ciertamente no se identifican
¿Cuál puede ser, en consecuencia, la s?luc~ón concreta, si, se?ún.t,oda~ con el sistema haláquico, tal como ha quedado configurado en el Me-
las previsiones no logran imponerse al fm nI una total seculanzaclOn nI dievo judío y se ha mantenido en la época moderna.
una nueva sac;alización? ¿Acaso una consecuente separación de Sinago- Una vez así descrita la identidad judía, se plantea otra cuestión deci-
ga y Estado? ¿Habrá quizá algún día un Estado religiosamente neutral siva: la cuestión de las fronteras, pero no precisamente las del pueblo,
como garante de la libertad religiosa (también para los ciudadanos ára- sino las del territorio.
I bes, musulmanes o cristianos) y, en definitiva, de la paz religiosa? Difícil

I de predecir ante las actuales tensiones y el profundo resentimiento de los

judíos sefardíes y orientales (dos tercios de la población) contra el esta-


blishment israelí, mayoritariamente askenazí (de procedencia europea).
Tales tensiones pueden en cualquier momento desembocar en una prue-
ba desgarradora.
En las actuales circunstancias adquiere nueva importancia la vieja
\ cuestión: ¿quién es verdaderamente judío? Sin duda, el Estado de Israel

498 499
l. ¿LUCHA DE DOS PUEBLOS POR UN TERRITORIO, Y NINGUN ACUERDO?

II. CONFLICTO TRAGICO !árabes en el 636 después de Cristo. En ese sentido, parece justificada la
I pregunta que sirve de título a la Historia de los pueb~os de P'!!estina del
I historiador inglés James Parkes: Whose Land? (<<¿Pals de qUlen?» )3.
'Nos encontramos ante un punto extraordinariamente delicado. De igual No han faltado posibilidades políticas de evitar una guerra a muerte
modo que muchos católicos pasan enseguida a hojea~ el capítulo sobre el entre ambos pueblos4 • Ya en 1947/48, las dos partes tuvieron la OpOrtu-
papa en cualquier libro sobre la Iglesia, como criteno para suspender o nidad de fundar el propio Estado: un Estado judío y un Estado árabe, con
continuar la lectura, en los libros sobre el judaísmo buscan muchos ju- el compromiso de mutuo reconocimien;o y cooper~ci~n. polític?-econó_
díos el capítulo sobre el Estado de Israel y sus fronteras. ¿Está el autor «a mica. Fueron entonces sobre todos los ara bes -¡colllCldlendo Slll querer
nuestro favor» o «contra nosotros»? Tanto si se trata de la Iglesia cató- con Ben-Gurion!- quienes se opusieron a la fundación de un Estado pro-
lica como del judaísmo, sucede no raramente que si el autor defiende en pio, mal aconsejados por la enga~o~a espera~za ,de poder des~rui.r casi en
un punto muy concreto una opinión distinta de la del lector, queda des- su nacimiento al supuestamente debtl Estado )udlO. Un efec~o llldlrecto de
calificado o desautorizado. la guerra fue entonces la huída masiva (y tam~ién el destl~rro), a causa
Con todo, me siento, también en este punto, obligado a la honradez del miedo y de los encarnizados combates, de cientos de miles de palesti-
intelectual, a la sinceridad para con todas las partes y a la mayor justicia nos, que hubieron de a~and.onar s~ p~opio suelo patri<:>5. Pero, ~espués de
posible. Me mueve especialmente a ello la misma historia del nacimien- las más recientes investigacIOnes hlstoncas, ¿puede afIrmarse Slll matiza-
to del Estado de Israel, ampliamente tratada en la Segunda Parte. Del ciones que, en los dos primeros decenios, la principal responsabilidad del
mismo modo que he expuesto con toda libertad y detalle los fallos cris- conflicto recae sobre los árabes? ¿Son ellos los únicos culpables de que,
tianos con respecto a los judíos a través de la larga historia de la Iglesia durante este tiempo, en vez de conseguir la paz, haya estallado tres veces
hasta el holocausto, pienso ahora detenerme en los fallos judíos con res- la guerra? Sin duda se dieron motivos para que surgiera en 1964 la Or-
pecto a los árabes y palestinos. Y no trato con ello de equilibrar los fa- ganización para la Liberación de Palestina (OLP), dirigida desde 1969 por
llos o de relacionar lo irrelacionable, y tampco de banalizar los errores el movimiento de liberación AI-Fatah de Yasir Arafat.
cristianos para con los judíos remitiéndome a los errores judíos frente a Lo cierto es que después de la Guerra de los Seis Días (1967), el esce-
los árabes, sino más bien de responder al deseo apasionado de contri- ¡nario ha cambiado radical~ente. Nadie ~~ Israel advirtió tan pronto y
buir a la paz entre judíos y palestinos, igualmente deseada por una tan decididamente de la pehgrosa evoluClOn que se estaba preparando
gran mayoría israelí, y a un futuro entendimiento judío-cristiano-islá-
mico, entendimiento que, después de la Guerra del Golfo, se ha hecho
¡.como aquel famoso sabi? jll:dío que ya s~ había establecido en Israel cua-
¡renta años antes como SI?fl1sta convenCido, P?rq,ue estaba h,arto d~l.do-
más urgente que nunca. Después de la Guerra del Golfo -como se

I
~·.minio de los goyim (gentiles) sobre el pueblo )UdlO, que habla partlclpa-
evidencia en un reciente trabajo del Centro de Estudios Estratégicos de . do en la guerra de la independencia y que siempre mantuvo una voz
la Universidad de Tel-Aviv- un 58 por 100 de israelíes (hace un año to- crítica porque soñaba con un Israel dist~nto, ama~te ~~ la paz y ~espeta­
avía el 50 por 100 y hace cinco años sólo el 46 por 100) están ~e Ido por todos. Nos refer~mos ~l, ya menCIOnado, Cle~tlflc~yestudIOso del
cuerdo con la devolución de los territorios ocupados l , La consulta dl- Ijudaísmo J~shajahu Lelbowltz, p~ofesor de la Umversldad !-leb~ea de
ecta al pueblo ofrece, pues, una imagen muy distinta de la difundida ]erusalén. El afirma con toda lUCIdez: «La Guerra de l?s Seis Dlas fue
or el actual gobierno (1991). De aquí quisiera, pues, partir sumándome luna catástrofe histórica del Estado de Israel»6. ¿Por que1 Porque desde
esta gran mayoría de israelíes2 • \entonces Israel es claramente el principal responsable de que no exista
¡paz en el Próximo Oriente: «¡Somos realmente nosotros los que no es-
1. ¿Lucha de dos pueblos por un territorio, y ningún acuerdo?

Una cosa está clara: para los judíos y especialmente para los israelíes,
¡ tamos dispuestos a negociar ni a ceder! Israel no ha quendo la paz en el
.pasado y tampoco la quiere ahora, sino que sólo está interesado ~n c~m­
Iservar su dominio de los territorios ocupados ... Fue nuestra obstmaclón
«pueblo» y «territorio» son básicamente inseparables. Pero, desde la lo que condujo finalmente a la Guerra de Yom Kippur»~, , .
nueva colonización judía de este territorio y, más en concreto, desde la En su segunda fase, la persistencia de Israel en su actitud no paCIfica
fundación en él de un Estado judío, es evidente que aquí se enfrentan dos ¡parece pronosticar un futu!o I?ás bien turb~le~t08. En 1974, la OL:. fue
pueblos -el judío y el árabe-palestino- que, desde hace 3.000 años o en reconocida por las potencias arabes como UlllCO representante legltl~o
los dos últimos milenios, han adquirido una arraigada conciencia de del pueblo palestino; y no sólo es miembro pleno de .la LIga ~rabe, smo
que a ellos y sólo a ellos les pertenece jurídicamellte esta tierra. Los judíos que tiene también estatuto de obs~rvador en las N~clOnes Umdas; .~esde
remontan su pretensión al reinado davídico-salomónico, unos 1.000 su expulsión de Líbano en 1982, tiene su sede en !une~. La~upaclon de
años antes de Cristo, y los palestinos a la conquista del país por los los territorios palestinos, incluso según muchos Israehes cntIcos del go-

500 501
1. .LUCHA DE DOS PUEBLOS POR UN TERRITORIO, Y NINGUN ACUERDO?

bierno de su país, ha tenido espantosas repercusiones en la política, la


economía, el ejército y la reputación internacional de Israel, moviendo a
Palestina bajo las distintas no pocos israelíes (también a inmigrantes judíos de la Unión Soviética) a
soberanías emigrar nuevamente: la situación ha sido desenmascarada por Jesha-
jahu Leibowitz con una libertad verdaderamente profética. ¿Cuál fue,
según él, el precio de la prolongada ocupación de los territorios árabes?
~ t ) -La instalación yel mantenimiento de una dominación sobre el pue-
blo palestino. En los dos primeros decenios del Estado de Israel se podía
Monarquía israelita 1012 - 587/6 a.C. «esperar que el Estado sería la arena en la que se dirimieran las cuestio-
nes decisivas judías; pero, desde 1967, Israel se convirtió claramente en
un medio de dominación,,9.
-Negación del derecho a existir del pueblo palestino: la expresión
Babilonia 587 - 539
propagada sobre todo por Golda Meir (ministra de Asuntos Exteriores,
Persia 539 -332 1956-65, presidenta del Gobierno, 1969-74)10, ante la Kneset. «¡No
existe un pueblo palestino!» evoca inmediatamente una cuestión: «¡Si no
existen bastantes historiadores, sociólogos y otros intelectuales -en
todo el mundo y también en Israel- que ponen en duda la existencia de
Dominación helenística 332 -142
un pueblo judío! En todo caso, nosotros sabemos muy bien lo que sig-
nifica el eslogan "No existe un pueblo palestino": ¡genocidio! No en el
Asmoneos 142 - 63
sentido de un linchamiento físico del pueblo palestino, sino en el sentido
Roma 63 a.C. - 330 d.C. , de la eliminación de una unidad nacional y/o política»l1.
- Imperio del servicio secreto israelí: ya en 1967 m posible preverlo:
«El servicio secreto, el Shin-Bet (servicio de seguridacisraelí) y la policía
secreta se van a convertir en instituciones centrales del Estado de Israel.
Bizancio 330 - 636
Si se quiere conservar el sistema de dominación judía sobre otro pueblo
no queda otra elección que convertir al Shin-Bet en centro de la realidad
política »12.
Primeros cali1as musulmanes 636 - 661
-Abuso del ejército: «Un joven de dieciocho años que se alista hoy en

l
Omeyas 661 - 750 el ejército, no se dedica a la defensa del Estado de Jsrael sino que se le
Abasidas 750 - 972 envía a ciudades y aldeas árabes para amedrentar a la población. Los jó-
venes sensibles lo perciben perfectamente» 13.
Fatimies 972 - 1071 -Pérdida del aprecio internacional: «El mundo 110 presta hoy al Es-
Selyúcidas 1071 - 1098 tado de Israel ninguna clase de consideración ni aprecio, por no hablar ya
Cruzados 1099 - 1291 de la sincera simpatía que, en los primeros años después de la fundación
del Estado, era usual en amplios sectores»14.
Ayubíes 1187 - 1260
Mamelucos 1260-1517
-Pérdida de credibilidad interna: «Más decisivo aún es que el Estado
de Israel se hace cada vez más extraño para una mayoría de judíos _y
no precisamente los peores- porque el Estado en su actual situación no
Otomanos 1517 - 1917 representa precisamente una corona de laurel para (1 pueblo judío ... El
Estado <le Israel pierde cada vez más su significación para los problemas
existenciales del pueblo judío y del judaísmo»15.
Voces como la de Leibowitz -admirador de Maimónides y gran is-
Británicos 1920 -1948 raelí, incluso para quienes no comparten sus opiniones- muestran que
Estado de Israel 1948 - hoy precisamente en el mundo intraisraelí, la situación se percibe Con fre~
cuencia como insoportable. El tan alabado desarro~o en los territorios
ocupad<>s (producto social bruto, electrificación, comIcio exterior, nivel

502 503
C.II. CONfliCTO TRAGICO 2. ,RESISTIR - REPlEGARSE - REPRIMIR?

¡de vida) no ~e?: lla~ar a en~añ_o. No pocos israelíes lamentan la pérdi-


:da de los pnmitIvOS ideales SlOlllstas en aras de un neocapitalismo sin lí-
¡:~ ciencia, culto y correcto». Aunque no pueden series en absoluto desco-
nocidos los crueles comportamientos de la política israelí de ocupación
mites y de una economía de fuerte orientación arrnamentista, que utiliza Icon respecto a los palestinos, no estarían dispuestos a aceptar la realidad
a los palestinos ante todo como mano de obra barata en la construcción, ¡ tal como es. ¿Por qué no? Porque algunas informaciones serían simple-
la agricultura y el sector de los servicios. He de confesar abiertamente . mente «engañosas». Las informaciones peligrosas caerían «en el agujero
que esta peligrosa evolución del Estado de Israel ha hecho cambiar tam- negro de la conciencia» o serían transformadas en sentido ambivalente.
bién mi propia actitud política con respecto a la política oficial del Esta- Se llegaría así al autoengaño y a la «mentira necesaria», sin los que se de-
do de Israel, no obstante mi fundamental simpatía: de una aceptación . rrumbaría el edificio de los propios ideales. Según el profesor Cohen, esto
casi ilimitada de la primera política del gobierno israelí, a una posición tiene mucho que ver con la más reciente historia del judaísmo: a muchos
crítica que une el reconocimiento incondicional del derecho de Israel a israelíes les resulta difícil verse como agresores y no como víctimas,
existir con la necesidad de tomar en serio la existencia nacional de los pa- pues se estaría viviendo de la convicción de que, a causa del holocausto,
lestinos y su derecho a la autodeterminación nacional. Pero, ¿qué posi- el Estado judío contaría con una justificación moral más que suficiente.
ción adopta la población israelí en esta cada vez más aguda situación? Por eso se tendería automáticamente a reinterpretar las injusticias pro-
venientes del propio país y cometidas por el ejército: el ejército tendría
2. ¿Resistir - replegarse - reprimir? que responder a provocaciones intolerables, o bien se trataría de casos
aislados, por ejemplo, debidos a judíos sefardíes inmigrados de países
'j"La sociedad israelí se halla fuertemente polarizada en la crucial cuestión árabes ... El análisis de Cohen permite concluir que en muchos israelíes
:! de la relación con los palestinos. Una larga mitad de los israelíes estaría existe un alto grado de olvido de los verdaderos problemas.
i hoy dispuesta, como ya hemos visto, a devolver los territorios ocupados.
¡ Pero, según los resultados de las últimas elecciones al Parlamento, la Un problema de fondo: ¿es lícito utilizar el holocausto para justificar
I mitad de la población israelí, representada por el Likud y los partidos re- una política más que problemática? A este respecto se elevan voces ju-
1 ligiosos, no tendría al parecer nada que reprochar a la violencia de la po- días de advertencia, ciertamente incómodas, pero no por ello menos
lítica de ocupación. Razones militares o religiosas respaldarían los «tres ignas de ser tenidas en cuenta: el trauma del holocausto de los supervi-
1,No»: «No al diálogo con la OLP, no a la vuelta a las fronteras de 1967, vientes no debería convertirse en síndrome del holocausto en las si-
, no a un Estado palestino». «Resistir, dialogar, tantear», esa era, hasta las guientes generaciones, que ahora proyectarían todo lo malo sobre los
1 recientes conversaciones con el ministro americano de Exteriores James árabes en general y sobre los palestinos en particular. Citaremos sólo dos
Baker, la actitud fundamental con la que se pretendía armonizar la obs- ¡de los testimonios que subrayan dos importantes aspectos de la instru-
trucción sistemática (<<los árabes tienen la culpa de todo») y la aparente mentalización del holocausto:
1cooperación amistosa «<nosotros no excluimos ninguna posibilidad» ): ya -El teólogo judío americano Mare H. Ellis ha advertido que el mili-
se verá al fin quién resiste más. ltarmente fuerte judaísmo post-holocausto de nuestros días no puede
Los partidos o movimientos pequeños del espectro político de la iz-
)quierda se sitúan clara y abiertamente en este tema a favor de la paz ¡ compararse con el débil judaísmo europeo del pre-holocausto, pero que
~ en una situaci?n política mundial fundam:ntal~ente distint~," el Estad~
ide Israel tendna que temer un holocausto Si persiste en su polmca actual.
¡( «Peace now», «Mapam», «Ratz»), que no puede lograrse sin el aban-
'¡dono de los territorios ocupados. Su emblema es: «¡Territorio por paz!». , La desaparición del Estado de Israel sería terrible, pero, independiente_
lUna exigencia en la 9ue, despué~ de la Guerra del Golfo, c~incidía afor- ! mente de lo que digan al respecto los teólogos judíos del holocausto, ello
,tunadamente el preSidente amencano George Bush con la lmea defendi- , no supondría el fin del pueblo judí01 ? De hecho, una mayoría de judíos
k:ta ya antes por la Unión Soviética y la Comunidad Europea. vivía y sigue viviendo fuera de Israel, y, ciertamente, con absoluta igual-
¿Por qué, cabría preguntarse, ese grupo que cuenta con un potencial dad de derechos, seguridad y respeto en un notable número de países:
medio del 30-40 por 100, perteneciente sobre todo al espectro político existe una minoría, como muchas otras, a veces en situación de hostili-
l
I
socialdemócrata, especialmente preocupado y deprimido por la actual si-
tuación, por qué no emprende nada decisivo para cambiar esa situación?
,«Mejor no mirar de cerca», esa parece ser la actitud de los indecisos de
dad, pero al mismo tiempo suficientemente protegida por una avanzada
cultura política de respeto a las minorías 18 •
--El profesor Michael Wolffsohn, politólogo e historiador judío, ha
centro, que en general apenas mantienen relaciones vivas con palestinos. puesto de relieve que el pasado israelí que sigue actuando en el presente
Según los estudios de Stanley Cohen, profesor de criminología en la vale en diversos aspectos tanto para los judíos como para los árabes. Para
,Universidad Hebrea 16 , estas fuerzas pasivas provienen ante todo de las los judíos el síndrome del holocausto de ningún modo tiene que ver
filas liberales de judíos europeos, y representan un «sionismo de con- sólo con Alemania. Ciertamente es Alemania la que simboliza el hol o -

504 505
C.II. CONFLICTO TRAGICO 3. .SOCIEDAD DEMOCRATICA O ESTADO DE SEGURIDAD NACIONAL'

causto, pero éste pasaría a ser «un signo general del pasado que sigue 3. ¿Sociedad democrática o Estado de seguridad nacional?
vivo en el presente de Israel». Sería como el «filtro» a través del cual los
judíos perciben su entorno. Además, el síndrome del holocausto funcio- lAnte esta difícil situación, todavía es una honra para la nación. israelí,
naría en todo momento como «argumento político»: «Así la OLP se ¡como tierra de los profetas, el que muchos de sus ciudadanos y clUdada-
equipara con frecuencia a los nacional-socialistas, lo mismo que Nasser, ¡nas encuentren, pese a todo, el coraje de ejercer una crítica constructiva.
quien en 1956 y 1967, habría pretendido, en apariencia o en realidad, un ¡Desde un punto de vista moral, difícilmente puede hablarse de un Estado
\nuevo holocausto. El pasado vivo en el presente queda además reforzado ¡judío «modelo». Algunos críticos israelíes observan, no sin ironía, que el
por el mismo presente»19. )Estado de Israel es una democracia occidental de mayoría agnóstica, con
una legislación en parte teocrática y una política totalitaria de ocupación.
¿Y los palestinos? Unos 850.000 palestinos fueron obligados a huir o , Con mayor precisión histórica, y desde la perspectiva ~e m~estros
!desterrados de su territorio de origen por la Guerra de 1948, impidién- l análisis de la primera y segunda parte, habría que decir: la SItuaCIón del
Idoseles luego el regreso. Para ellos, el Estado de Israel es como un «Es- I Estado de Israel es tan contradictoria y conflictiva porque en él coexisten
Itado de cruzados» construido para usurpar territorios. Como advierte diversos paradigmas, momentos de paradigmas de distintas épocas:
\Wolffsohn, también en ellos, los despreciados, desterrados y perseguidos • El paradigma del reino davídico (P Il) en las pretensiones territoriales,
ipor los israelíes, puede surgir el trauma del holocausto, pero esta vez las fronteras con fundamentación bíblica y Jerusalén como capital.
Icontra los israelíes: «Para los árabes que viven en Palestina o en su en- • El paradigma teocrático post-exílico (P I1I) sigue vivo en una jurisdic-
[torno, los acontecimientos de los años 1947/48 son sin duda una especie ción religiosa autónoma. .
'¡de trauma de holocausto, cuyas repercusiones a largo plazo han adqui- • El paradigma rabínico-medieval (P IV) pervive en el determmante in-
,rido relevancia política. Así cabría considerar la masacre de Beirut flujo del Gran Rabinato en el derecho privado y familiar,
1(16/17 de septiembre de 1982). En la psicología política de los árabes pa- • El paradigma de la moderniad (P V) se manifiesta en elparlarnenta-
\lestinos, Dir Jassin y la huida masiva (LLamada por algunos destierro) de rismo moderno, en la administración, el ejército, la policía, la ciencia
!los árabes palestinos en los años 1948/49, así como la de 1967 y 1982, y los sindicatos.
:adquieren la misma valoración que Auschwitz para los israelíes judíos».
Por supuesto, hay que hacer aquí matizaciones históricas, y Wolffsohn Pero lo que realmente importa es qué momentos van a predominar.
¡las hace. Pero no se trata para él de <<la comparabilidad de las dimen- Una vez más se trata de la aguda cuestión del futuro del Estado de Israel:
¡siones reales, ni de la diferencia entre unos indefensos reclusos en cam- -¿Se va a llegar al imperio de la ley religiosa tanto sobrela vida pri-
ipos de concentración y unos civiles, al menos parcialmente, armados». vada como sobre la pública: un Estado fundamenta lista <on la halaká
¡Tampoco le importa «una "verdad histórica objetiva" (si es que existe), como norma universal?
sino la verdad de la historia tal y como la percibe la colectividad subje- -¿Se impondrá, por el contrario, una total secularización del Estado
tiva»20. ¿No deberían, justamente, unos desterrados poder entender a y la sociedad: un Estado pluralista y una democracia liberal y social de
otros desterrados que andan por ahí penando con el recuerdo de sus po- corte occidental?
sesiones perdidas? -¿O se implantará con el tiempo una dictadura político·militar ante
, No se puede ignorar que también los palestinos, y especialmente su la fuerte oposición árabe dentro del país (un signo premonitorio de ello
'líder Arafat (de increíble audacia en la superación de todas las crisis, pero podría ser el «estado de excepción» en los territorios ocupados durante y
al mismo tiempo poco fiable en sus promesas y alianzas), tienen su nota- después de la Guerra del Golfo, 1991, con largas semanas de prohibición
ble parte de culpa en la conflictiva situación del Próximo Oriente. Con de salir para 1,7 millones de habitantes): un sistema milit.ufascistoide,
todo, los palestinos se hallan constantemente a la defensiva ante la enor- aparentemente democrático -quizá también fundamentalista- con
me actividad colonizadora de los territorios ocupados. Sus repercusiones apartheid entre judíos y árabes?
a largo plazo son ciertamente preocupantes, y Michael Wolffsohn las va-
lora como sigue: «Los esfuerzos por "judaizar" la Jordania occidental han Es preocupante que, según algunos sondeos de opinión, la tendencia a
de conducir paradójicamente a "desjudaizar" el Estado judío, a aguar o la democracia y a la tolerancia es más alta entre ciudadanos no religiosos
incluso eliminar su sustancia judía. Inconscientemente, los super-halcones que entre tradicionalistas religiosos. Los desarrollos antidelilocráticos en
están creando el ideal de las super-palomas: un Estado bi-nacional, es Israel han llegado a ser tan numerosos que hoy representa un peligro
decir, un Estado árabe-judío, en lugar de una comunidad de contenido para el Estado judío seguir silenciándolos. A pesar delleo¡uaje tenden-
puramente judío. Sólo cabría pensar en una alternativa: la supresión de la cioso (¡sólo los otros son «asesinos»!) y del eufemismo oficial (todo, en
democracia»21. Esto nos conduce al punto decisiv(). definitiva, se reduce a «defensa contra el terrorismo»), los~eriódicos, y

506 507
C.II. CONFLICTO TRAGICO
4. LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PAZ EN PELIGRO

precisamente los americanos (incluido el, por lo demás, pro-israelí New


York Times) publican cada vez más artículos críticos sobre la situación 4. Los derechos humanos y la paz en peligro
de Israel. Bien es cierto que, en el mismo Israel, el abiertamente liberal ¡e-
rusalem Post ha sido comprado recientemente por círculos conservado- Un creciente número de árabes ciudadanos de Israel, y tambíen de «ju-
res, con el consiguiente despido de gran parte de la redacción y el giro de díos de conciencia» (como gustan llamarse en Israelj23, reclaman inves-
esta publicación hacia las líneas oficiales del gobierno conservador-reli- tigaciones globales sobre discriminaciones raciales y lesiones generaliza-
gioso. Otros datos: das de los derechos humanos, sobre crueldad en la actuación del régimen
-Desde 1985, son más los judíos que abandonan su Estado que los militar y de grupos paramilitares de colonos extremistas que, curiosa-
que emigran a él (sólo la forzada y masiva inmigración soviética de- mente, no necesitan ninguna licencia de armas, se quejan también de la
sequilibra hoy estas cifras). censura y, sobre todo, de la temida policía secreta del Estado (Shin Bet).
-Incluso los árabes, que desde la fundación de! Estado son ciudada- Sus métodos de tortura llegan, según informaciones dignas de crédito,
nos de Israel con plenos derechos (unos 700.000), se ven cada vez más hasta el empleo de descargas eléctricas en los genitales 24 • La mera sospe-
r~legados y aislados por la política de su gobierno; se identifican re- cha de un comandante militar puede bastar para el internamiento de los
CIentemente con los palestinos rebeldes. palestinos. ¿Puede un fin nacional justificar los medios terroristas? ¿Se
-Quienes deciden entre los dos grandes partidos, e! partido unificado convierte el terrorismo por razón de Estado en heroísmo?

¡ de los trabaj~dores y el bloque Likud (falta un partido liberal-burgués


entre el partIdo de la derecha y e! de los trabajadores) y, por cansi-
I g~iente, sobre e! destino del Estado de Israel, son tres pequeñas agrupa-
La situación en los territorios ocupados es impresionante: muchos
médicos judíos que no atienden a palestinos; abogados que rehusan de-
fenderles; jueces que no hacen justicia; fuerzas de defensa que asesinan y
:ClOnes reaccionarias de la ortodoxia religiosa. Una de ellas «<Agudat torturan; los en otro tiempo perseguidos se convierten en perseguidores ...
'Israel».= «Unión de Israel» es dirigida desde Nueva York por el rabino Nos encontramos ante una verdadera tragedia judea-palestina, que sin
Lubawitsch, que nunca estuvo en Israel, pero al que acuden a visitar mu- duda nadie ha descrito con tan vivos colores como el repetidas veces ga-
chos políticos israelíes que nada tienen que ver can la ortodoxia. Todas lardonado escritor israelí y redactor de radio David Grossmann. Él ha vi-
estas agrupaciones reciben, en compensación por su colaboración, cargos sitado campamentos de fugitivos, asentamientos árabes, tribunales y fá-
gubernamentales, más dinero para las escuelas de la Torá y concesiones bricas en conflicto con trabajadores palestinos explotados en sus salarios,
Ihaláquicas. ha entrevistado a militares israelíes, dejando constancia de todo ello en
-No es ya sorprendente encontrar políticos israelíes de la derecha ra- un informe escrito en hebreo que ha llegado a convertirse en best-seller
dical entre jóvenes que ven absolutamente normal el dominio militar de en IsraeF5. Son crímenes contra la Humanidad que, según la praxis de los
Isra:l sob~e toda Palestina; en este creciente grupo de militantes, muchos juicios militares israelíes, quedan en su mayoría impunes, y de los que los
no tIenen mconveniente, según algunas encuestas, en sacrificar la demo- medios de comunicación israelíes únicamente informan en el desenfada-
cracia a la unidad ideológico-política del país. Buen ejemplo de ello es e! do lenguaje oficial. Y, para desencanto de los amigos de Israel, todo esto
agresivo sionista de Nueva York, fundador de la Liga Judía de Defensa, ocurre en un Estado que ha sido creado como consecuencia del nacio-
Rabí Meir Kahane, que vivió en Israel desde 1971, fue diputado de la nalismo y racismo de! régimen nazi. Un nuevo antisemitismo de semitas
Kneset desde 1984 y hubo de abandonar posteriormente Israel. A causa contra semitas (los palestinos) ... Como si el derecho internacional no es-
de sus ideas racistas y de sus proyectos de deportar de Israel a todos los tuviera en vigor justamente para el pueblo palestino.
árabes, fue descalificado por muchos israelíes como «nazi judío». La vio-
lenta muerte de Kahane en noviembre de 1990, en Nueva York, puede A los procedimientos negativos en política interna responde también
ser buena muestra de que quien siembra violencia, violencia recoge 22 • una innegable agresividad militar hacia afuera. En sus dos guerras pre-
-Uno de los defensores de la ideología de la deportación fue osten- ventivas, todavía contaba Israel con simpatías, y tales simpatías para con
tosamente recompensado durante la Guerra del Golfo, ante e! horror de el Estado judío siguieron firmes cuando el déspota iraquí Sadam Husein
muchos israelíes, con un puesto de ministro. dirigió. sus cohetes contra Israel en la Guerra del Golfo (1991). Entonces,
Las espantosas consecuencias, también morales, ele la política de oeu- el gobierno de Israel hizo bien al no atacar militarmente (aunque sólo
pa~ión son cada vez más claras para muchos israelíes. Quienes tan fuera por motivos táctico-políticos) dejando la reacción (por cierto eficaz)
abiertamente criticaron el silencio de Pío XII y de los obispos alemanes a las tropas aliadas.
con respecto a la cuestión judía, no deberían ahora-aunque les resulte Pero esto no puede hacernos ignorar los numerosos y desproporcio-
nados actos de revancha militar: por ejemplo, los constantes ataques
~ucho más cómodo- silenciar la praxis de Israe! en la cuestión pales-
tma.
I
aéreos a po~l~dos palestinos y surlibaneses, reemprendidos apenas cesa-
ron las hostilIdades en el Golfo. En lugar del «ojo por ojo y diente por

508
509
C.II. CONFLICTO TRAGICO 5. EL DILEMA DE LOS ARABES

Idiente», como dice (¡en sentido restrictivo!) la Biblia hebrea, se tiende con costa de los contribuyentes americanos; finalmente, las estrechas cone-
frecuencia a los dos ojos y todos los dientes. La Guerra del Golfo no iones económicas y militares del Estado de Israel (y numerosos ex-ofi-
basta tampoco para dar como no sucedida la cruel invasión y ocupación iales israelíes de todas las graduaciones) con dictadores y juntas militares,
judía del Líbano (1982-83) que costó cientos de vidas; hasta el día de hoy desde Suráfrica hasta Chile y El Salvador, con los Somoza, Duvalier, Pi-
sigue controlando Israel parte del territorio libanés. ¡Aquí, por primera nochet, Marcos, Mobutu -y justamente en temas relacionados con el
¡vez en su historia, el Estado de Israel ha emprendido una clara guerra de adiestramiento policial, la dotación de armamentos, el desarrollo del ar-
¡agresión! La masacre de varios cientos de palestinos en los campos de re- mamento atómico (todo documentado con numerosos datos por Benja-
Ifugiados de Sabra y Chatila por las «milicias cristianas» a la sombra del 'min Beit-Hallahmi, profesor judío en la Universidad de Haifa)29.
¡ejército israelí, sólo acabaron gracias a la intervención ameri~~na. Con Incluso en el gobierno americano se ha planteado ya la pregunta:
todo ello, el más perjudicado fue el mismo Israel, tanto en lo mIlItar y po- \¿sigue siendo Israel, en tales circunstancias, un punto de interés estraté-
Ilítico como en lo económico y moral, yen lugar de impedirla (como se 'gico para Estados unidos? A pesar de la Guerra del Golfo, o justamente
\proponía) aceleró la caída de la hegemonía cristiana en el Líbano. ¡Quien I,a causa de ella, hay que considerarlo con cierto escepticismo a medio
'salió ganando fue Siria! Iplazo. Aunque todavía sigue siendo fuerte el apoyo a Israel en el Con-
Con ocasión de la invasión del Líbano, se manifestaron por primera 19reso (debido al fuerte influjo de las organizaciones judías americanas) y
;vez contra la guerra 10.000 miembros del movimiento Peace Now. In- len el Pentágono (a causa de la intensa colaboración militar), la Guerra
I cluso el otrora jefe del servicio militar de defensa advirtió al gobierno de Idel Golfo ha mostrado lo peligrosa que puede ser a nivel internacional la
. Beguin del peligro de «síndrome Bar-Kokba'» (disfrazar la catástrofe de !política de Israel con respecto a los palestinos. ¡Con suma facilidad
acto heroico)26, enfrentándose críticamente con las «peligrosas decisiones !pudo el déspota iraquí tomar la irresuelta cuestión palestina como pre-
de Israel», especialmente desde la subida al gobierno del bloque Likud27• ¡texto para sus ataques a Israel, ante el general alborozo de las masas ára-
El decano de la facultad de derecho de Universidad de Tel-Aviv adopta- ;bes! No, en esta actitud de opresión interna y opresión externa, el Esta-
ba igual posición al criticar la apocalíptica de Israel desplegada con mo-
tivo de la Guerra de los Seis Días, que situaba a Israel como sucesor de
I do de Israel podría haberse convertido para Estados Unidos (después del
liquidado conflicto Este-Oeste) en un problemático «Strategic Asset»,
los «siempre perseguidos judíos», en vez de ser un fuerte y responsable mientras que no sólo Arabia Saudí y su petróleo, sino también Egipto y
Estado moderno con una política realista 28 • los demás aliados árabes han pasado a ser estratégicamente más impor-
Ninguna «psicología de la situación extrema» puede justificar la agre- tantes que antes y apuestan ahora por la lealtad americana y sus contra-
. sión. ¿Cómo entender que el mayor guerrero y principal responsable de prestaciones.
la invasión del Líbano, Arie1 Sharon, fuera nombrado a continuación mi-
nistro de la vivienda? Un hombre que (a pesar de que el gobierno israelí 5. El dilema de los árabes: o un Israel no judío
había reconocido en 1967 el barrio musulmán ce la parte antigua de la o un Israel no democrático
ciudad) participó personalmente, con una compañía de escolta, en la des-
vergonzada toma de una triple vivienda en el barrio árabe de la Jerusalén IAbba Eban, ministro de Exteriores de Israel de 1966 a 1974, tiene razón
antigua, que posteriormente puso en escena (secretamente financiado ¡al defender lúcidamente el diálogo con las organizaciones para la libera-
por el gobierno) la toma del hospital cristiano-ortodoxo de San Juan, en Ición de Palestina, apoyado en los argumentos siguientes: «No hay peli-
medio de la Jerusalén cristiana, como preludio de otras acciones seme- ¡gros en un encuentro palestino-israelí que puedan compararse con las ex-
jantes, y que ahora lleva adelante por todos los medios posibles los plosivas evidencias de un statu qua que enturbia nuestra visión de la paz,
asentamientos israelíes en territorio árabe, como nueva forma de prose- I debilita nuestra economía, perjudica nuestro turismo, daña nuestra ima-

Iguir la guerra? Nada tiene de extraño que las instancias oficiales de I gen, entierra nuestras amistades internacionales, divide nuestra nación,
Washington no quieran tener que ver con él. :,atormenta a nuestra diáspora judía y sepulta nuestros más preciados
valores judíos y democráticos»30.
Israel y Estados Unidos, especialmente sus ejércitos y servicios secretos, Pero hay todavía otro argumento que preocupa también a muchos ju-
han trabajado hasta ahora en estrecha colaboración. Pero judíos ameri- Idíos americanos: en los últimos años, la «bomba demográfica» palestina
canos e israelíes critican actualmente los negocios sin escrúpulos de Israel: I se está convirtiendo para Israel cada vez más en un test decisivo para la
el espionaje del propio país en Estados Unidos (p()tencia protectora de Is- nación. ¿Cuál va a ser el futuro en un relativamente largo plazo? ¿Un Es-
rael); al mismo tiempo, la participación de Israel en el asunto de los tado nacional judío o un Estado binacional judío-árabe? Indudablemen-
I Irán-Contra (según las memorias del presidente Reagan, tramado por el te, el Estado de Israel, con su política de ocupación después de la Guerra
'mismo Israel); el enorme escándalo de corrupción en la aviación israelí, a de 1967, se ha puesto en una difícil situación; tal situación se agudizó

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C.II. CONFLICTO TRAGICO 6. LA INTIFADA Y El ESTADO PALESTINO

con la, en un principio lenta, pero luego enérgica colonización de Jeru- mundo con mayor densidad de médicos: 12.000 para 4,5 millones de ha-
· salén, emprendida por el gobierno Likud del presidente Menajem Beguin bitantes). Ultimamente, casi la mitad de los judíos soviéticos con permi-
•-el anteriormente jefe de terroristas pasó a ser político de salón cuando so de emigración prefieren, a causa de la deteriorada situación en Israel,
en 1967 se hizo necesario un gobierno de unidad nacional-, así como de permanecer en la Unión Soviética, o bien emigrar a otro país (¡incluida
! «Judea y Samaría» (en lugar de Cisjordania, se prefieren ahora estos tér- Alemania!). Según un informe de mayo de 1991 de la banca de Israel,
I minos, pese a que durante siglos Samaría era antípoda de Judea), y el unos 200.000 inmigrados de la Unión Soviética querrían abandonar Is-
I conflicto de Gaza (¡en conjunto, 1,7 millones de palestinos!). Si la política rael en los próximos años si no cambia la situación laboral.
gubernamental procuraba antes negar llanamente a los palestinos su
· condición de sujeto político en el territorio del Estado israelí, hoy ya ¿Qué futuro les espera, pues, a Israel? El Estado judío se encuentra en
nadie ignora dentro ni fuera que la minoría árabe que vive dentro de las su política práctica ante una alternativa:
actuales fronteras fácticas del Estado (incluidos los territorios ocupados) -Adoptar una postura consecuentemente democrática, y entonces
asciende a casi un 40 por 100. Precisamente a causa del cierre temporal corre el peligro de dejar de ser judío, pues constitucionalmente la mino-
de las fronteras ("línea verde») antes, durante y después de la Guerra del ría árabe tendría que gozar de los mismos derechos que los ciudadanos
Golfo, las autoridades militares israelíes han puesto en claro ante todo el de origen judío, lo que daría lugar a un Estado binacional judío-árabe. La
mundo que los territorios ocupados de «Judea y Samaría» no pertenecen línea defendida en otro tiempo por grupos de la izquierda socialista y por
al Estado de IsraeL Juda Magnes, durante muchos años rector de la Universidad Hebrea,
Ciertamente, la relación de fuerzas en Israel entre judíos y árabes no pero especialmente por Martin Buber, sería hoy rechazada por la mayo-
· puede compararse con la de blancos y negros en Suráfrica (al menos, si ría de los israelíes: ¡un sionismo que se superaría a sí mismo!
no se tienen en cuenta los 100 millones de árabes en torno a Israel\. Pero -O bien permanecer judío, y entonces el Estado de Israel corre el pe-
· el dilema de un "Gran Israel» tan enormemente expansionado, ds aná- ligro de convertirse en no democrático. Si no se cambia de política, e! país
logo: a causa de que la tasa de natalidad en la población árabe es más se verá sometido a tensiones internas cada vez mayores: nueva radicali-
que el doble de la judía, para el año 2000, según pronósticos oficiales, los zación de la minoría árabe y, al mismo tiempo, de pequeños grupos ju-
4,5 millones de judíos tendrán que convivir con más de 2 millones de díos, de colonos y, posiblemente también de! ejército, los primeros asesi-
árabes. Desde 1985, hay por primera vez en el «Gran Israel» más niños nando por desesperación, y los segundos por venganza. Ya ahora se está
árabes menores de 4 años (370.000) que judíos (365.000). En la actua- gobernando en los territorios ocupados recurriendo al derecho y al esta-
lidad, ya sólo hay claras mayorías judías en las grandes ciudades y en los do de excepción. ¿Una democracia, por tanto, que se vuelve dictadura?
«poblados estratégicos» y según todos los pronósticos, la más que doble La segunda posibilidad parece por desgracia la más probable para e!
tasa de natalidad pronto va a hacer que casi la mitad de la población esté próximo futuro, pues así lo hace prever el tremendo auge de las fuerzas
constituida por árabes: para el año 2000 un 42-46 por 10031 • Un proce- conservadoras de derechas, tanto en Israe! como en América, y también
so semejante ya ha tenido lugar en Líbano. la amplia tendencia a refugiarse en el pasado (en una especie de «arqueo-
La inmigración de judíos de la ex Unión So"iética forzada con toda logía patriótica»). ¿No podría ser una seria advertencia para el Gran Is-
clase de medios por los judíos, a la vez que vehemente criticada por los rael la tragedia del Gran Líbano, que ya en los años 20 sometió a una
árabes -en 1989, unos 13.000 y en 1990 unos 210.000- precisamente gran población musulmana al dominio de la élite cristiana (después de
a Israel (muchos, apenas religiosos, y otros muchos, ni siquiera real- que el Líbano cristiano, conquistado en el siglo XVII por el Islam, hubie-
: mente judíos, querrían ahora emigrar a Estados Unidos), es profunda- rade sobrevivir precariamente bajo el dominio musulmán)?
mente ambivalente: por una parte agudiza la situación, especialmente en
la parte árabe de la Jerusalén oriental, donde basta mayo de 1990, se 6. La Intifada y el Estado palestino
había establecido ya un 10 por 100 de los recién llegados; por otra
Iparte, esta inmigración contribuye en Israel tanto a elevar la cuota de pa- Lo que preocupa a muchos israelíes serios es que las medidas opresoras
rados (en 1991, un 11 por 100 con peligro de subir hasta el 18 por 100), israelíes sólo consiguen fortalecer la determinación de! pueblo palestino
Icomo la enorme deuda estatal, que constituye el principal problema de la de no aceptar en modo alguno la ocupación de su país. Ante el parali-
política económica (en 1989, 30.600 millones de dólares); sólo para la zante inmovilismo, los interminables titubeos y sesiones de Israel oficial,
·.I construcción de 30.000 nuevas viviendas se calcula hasta 1992 en torno se ha llegado ya (como en la Europa del Este) a un decisivo punto crucial,
a 1.200 millones de dólares 32 • No agricultores, pero sí más de 6.000 mé- que la OLP no ha podido resolver y ni siquiera prever: la resistencia ac-
(dicos -que por cierto buena falta harían en la Unión Soviética- se tiva del propio pueblo palestino, que abandonando su primitiva pasivi-
han establecido en solo un año en Israel (después de Suiza, el país de! dad, ha asumido la responsabilidad del propio destino. En lugar de los

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C.II. CONFLICTO TRAGICO 6. LA INTIFADA Y EL ESTADO PALESTINO

conciliadores y acaudalados notables de la franja occidental, ha tomado negativa a entablar negociaciones con «terroristas» palestinos que, en su
la iniciativa una joven generación de palestinos (muchos de ellos perte- objetivo de un Estado palestino, están siguiendo estratégica y táctica-
necientes a la nueva clase media). Esto ha irritado y polarizado a la so- mente el ejemplo judío. No pocos abrigan recientemente serios temores
ciedad israelí hasta el punto de que unos -siguiendo al filósofo israelí sobre el destino de Jerusalén, donde muchos judíos manifiestan tam-
Avishai Margalit- gritarían de buena gana: «Al infierno con los árabes», bién su disgusto por el creciente número de comunidades ultra ortodoxas
mientras que otros dirían (con su silencio más que con palabras): «Al in- que se estrablece en la parte árabe de la Jerusalén-Este, las cuales, con sus
fierno con los territorios ocupados»33. 330.000 miembros, constituyen ya un tercio de la población judía de la
Desde el 9 de diciembre de 1987, la población palestina de los terri- ciudad. Muchos cuentan, en todo caso, con la posibilidad de un creciente
torios ocupados se encuentra en estado de sublevación contra la pro- terrorismo árabe, con el consiguiente contraterrorismo israelí, y también
longada represión israelí: Intifada (literalmente «sacudir el yugo», <<le- con agudas tensiones judea-cristiana-musulmanas en el seno de la misma
vantamiento del pueblo» )34, que para muchos israelíes no es sino un «ciudad santa». Veamos algunos indicadores al respecto:
inocente memento, pero que en realidad constituye uno de esos movi- -En muchos países, entre ellos Estados Unidos, se levantan cada vez
mientos de liberación y emancipación que, como los mismos judíos y el más voces contra la anexión de (acto, por motivos religiosos, de los te-
Estado de Israel han mostrado, casi siempre consiguen su objetivo. Iro- rritorios árabes ocupados, de sus infraestructuras (control sobre la elec-
nía del destino: hoy son los palestinos quienes representan el papel del tricidad, el agua, las carreteras, los mercados y la administración laboral)
hondero David, mientras que Israel representa el del, ciertamente aco- y de la propiedad del suelo. Ya se ha confiscado más dd50 por 100 del
razado, pero indefenso Goliat. No es con el poder de las armas ni con suelo de los territorios ocupados para fines supuestamente públicos, mi-
masas organizadas, sino con piedras (a veces botellas de gasolina) y he- litares o de cultivo.
roicas acciones de pequeños grupos, en general jóvenes y niños, como los -En estas circunstancias, cada vez más voces exigen (naturalmente
palestinos provocan a las tropas de ocupación, bien organizadas, arma- dentro del marco de los legítimos intereses de seguridad para Israel y de
das hasta los dientes y que, con frecuencia, atacan brutalmente sin que ciertos ajustes de frontera, especialmente en el Galán) no sólo una au-
éstas (habituadas a la lucha en campo abierto) puedan controlar eficaz- tonomía administrativa, sino también la autodeterminación política, e in-
mente tales acciones. cluso la soberanía palestina sobre los territorios ocupados. «Judea y
Con razón suscitó la indignación mundial el lanzamiento por parte de Samaría», ya no son en modo alguno Estados israelíes oprovincias ro-
Sadam Husein miles de misiles skud sobre las ciudades de Israel (afortu- manas, sino la patria de los palestinos que las habitan_
nadamente con pocas víctimas y daños en edificios), pero los palestinos Desde el levantamiento, a finales de 1987, de 1,7 millones de palesti-
(partidarios de Husein, por una mezcla de desesperación, cálculo u ofus- nos en los territorios ocupados (140.000 en la Jerusalén-Este), hasta el in-
cación) lo veían y lo ven todo de otro modo. Ellos llaman la atención vierno de 1990, más de 1.000 palestinos han caído bajoel fuego de los
sobre las prácticamente diarias medidas de represión en los territorios soldados israelíes o de los, con frecuencia mucho más ~rutales, colonos
ocupados por Israel: desde los largos interrogatorios policiales, las prohi- judíos; más de 100 de esos muertos, menores de dieciséis años, y más de
biciones de salida y de manifestaciones, las restricciones de agua y de 300 entre dieciséis y veinticinco. ¿Y por parte israelí? Cerca de 50 muer-
energía eléctrica, hasta la clausura de escuelas, la destrucción de cente- tos36 • El balance es significativo, habida cuenta del desproporcionado em-
nares de viviendas, las detenciones masivas, las deportaciones de diri- pleo de mortíferas armas de fuego por parte de las tropas de ocupación.
gentes palestinos y los campos de concentración ... Durante la guerra Con todo, el número de palestinos heridos, que con frecuencia no acu-
del Golfo, los palestinos han tenido que vivir bajo el estado de sitio, den, por miedo, a los hospitales, alcanza las decenas de miles; ya hace
como en una inmensa cárcel y en condiciones infrahumanas. Todo esto tiempo que no se dispara sólo, como se dice oficialmente, en caso de le-
se intenta ocultar a la opinión pública mundial mediante un sistemático gítima defensa.
aislamiento de los territorios ocupados por parte de los medios de co- Entre tanto, lo explosivo de la situación no se mostraba ante todo en
municación, pero es de sobra conocido 35 . Los paralelismos con la políti- las fatales manifestaciones de simpatía de los frustrad~s palestinos (de
ca de apartheid de Suráfrica saltan a la vista. nuevo mal aconsejados por Arafat) para con el <<libertaaor» Sadam Hu-
sein durante la Guerra del Golfo. Se mostraba más bien enla matanza del
Por ambas partes se cierne, más pronto o más tarde, el peligro de una Monte del Templo de Jerusalén el 8 de octubre de 199~.En reacción a
mayor radicalización, una escalada de odio, indignación y enemistad: una una anunciada procesión de un pequeño grupo de judíos radicales (<<Tem-
progresión de la Intifada, que fácilmente puede pasar del lanzamiento de ple Mount Faithfuh>, «Los fieles del Monte del Templo»)para poner la
piedras al apuñalamiellto y la colocación de bombas. Judíos, anterior- primera piedra de un Tercer Templo en lugar de la mezquita Al-Aksha, se
mente «terroristas» y ahora en el poder, difícilmellte pueden justificar su produjo por parte de jóvenes palestinos un lanzamiento aepiedras, en la

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C.II. CONFLICTO TRAGICO
6. LA INTIFADA Y EL ESTADO PALESTINO

parte occidental de la plaza del Templo, sobre soldados israelíes (que in-
tervinieron sin causa aparente) e, indirectamente, sobre judíos que ora- La preocupación israelí por su seguridad, condicionada por la historia
ban, justo debajo, ante el Muro de las Lamentaciones. Por parte judía, no judía y por el holocausto, la entiende ciertamente todo el mundo. Pero a
hubo ni un solo muerto ni herido. Pero la policía israelí respondió allan- este respecto la actitud de Israel es más ofensiva que defensiva. El mayor
zamiento de piedras con una despiadada masacre: unos 20 palestinos obstáculo para la paz en el Próximo Oriente lo constituyen los asenta-
mientos israelíes en los territorios ocupados. Desde 1977 esta política
muertos y 150 heridos 37 •
agresiva de asentamientos adoptada por el gobierno Likud es lo que
¿Revancha y venganza en lugar de una política exterior constructiv3:?
más ha irritado a los palestinos, contribuyendo a la vez a una profunda
¿Cómo conseguir así la paz para el Próximo Oriente? Ya en 1?5? eSCrI- división de la opinión pública tanto en el interior de Israel como en el
bía el entonces ministro de Exteriores Moshe Scharret en su diana: «En mundo en general. Aquí no se trata primariamente de una agricultura
los años treinta controlábamos los impulsos de venganza y enseñábamos punta (los que van a las nuevas ciudades del desierto del Neguev, por
a la opinión pública a considerar la venganza como un impulso a?solu- ejemplo, son sólo judíos inmigrados de la Unión Soviética); se trata en ge-
tamente negativo. Hoy, por el contrario, defendemos, por considera- neral de asentamientos militares estratégicos, como ciudades dormitorio
ciones pragmáticas, el principio de l~ reva~cha ... Hemos ab~nd.onado el para burgueses: «poblados-defensa» ilegales, viviendas y fortines prote-
control espiritual y moral que hablamos Impuesto a este InstInto y lo gidos por alambre espinado y reflectores, carreteras estratégicas que cir-
hemos llevado hasta el extremo de... convertir la venganza en virtud cundan y separan entre sí ciudades y aldeas árabes. Y todo ello en pro-
moral» 38. Hasta ahora, ningún gobierno israelí había actuado de un gresión hasta el día de hoy: a pesar de que el gobierno israelí había
modo tan drástico y agresivo en cuestiones relativas al proceso de paz, a prometido a las autoridades soviéticas (que permitieron la emigración de
la política de asentamientos y a la insurrección palestina c~mo ~l. go- los judíos de su país) y a las americanas (que se compr()metieron a fi-
bierno de coalición de la derecha conservadora y de la ortodoXia relIgIOsa nanciar con 400 millones de dólares anuales los asentamientos para los
dirigido por Isaac Shamir (nacido en 1914 en Polonia). En .su prograI?a judíos de la Unión Soviética) no poner asentamientos en los territorios
de gobierno se proclamaba «el derecho eterno del pueblo JUdIO a la In- ocupados ni en la Jerusalén oriental, tales asentamientos )¡an proseguido
tegridad del país de Israel», incluidos los territorios ocupados, a.la vez en secreto, recurriendo a argucias y falsificación de dat()s. Todavía en
que se anunciaba una ampliación de los asentamientos judíos. Sm em- abril de 1991, eran tolerados por el gobierno, como protesta contra las
bargo, todo ello ha actuado de un modo contraproducente entr~ los iniciativas de paz del entonces ministro de Exteriores americano Baker, y
amigos de Israel, y en vez de disminuirlo, ha acrecentado el desconCierto se continuaba su provocadora implantación mediante casa~móviles y pre-
y el complejo de culpa dentro del mismo Israel. De nuevo la acuciante fabricadas como arma sorpresa. Más de 3.000 hectárea~ de suelo vital
pregunta: ¿va a ser posible la paz para Israel y el Próximo Oriente me- han sido confiscadas oficialmente a poblados árabes, a través de la fran-
diante el odio la venganza y la revancha? No en vano he llamado la ja occidental, en los dos meses que siguieron a la Guerra del Golfo, y unas
atención en la ~egunda parte, y en otro contexto, sobre la posibilidad del 4.000 hectáreas han sido requeridas para su confiscación por el aparato
perdón, de la reconciliación y la colaboración, tan necesarios siempre militar. Según recientes informaciones, el ex general y mi:nistro de la Vi-
entre los pueblos. vienda Sharon estaba planeando un «más ambicioso pro~rama de asen-
La sorprendente Intifada del pueblo palestino ha obligado tanto a tamientos en los territorios ocupados», a fin de conseguir en los dos
Jordania como a la OLP a cambiar su estrategia global: próximos años, mediante la construcción de 14.000 nueva~viviendas, ele-
-El 31 de julio de 1988, el rey jordano Hussein 11 anuncia la separa- var en 90.000 habitantes la población judía, más de un 5~por 100, y de
ción jurídico-administrativa entre la franja occidental y Jordania. ese modo decidir per viam facti la cuestión de a quién pertenece el país 39 •
-El 15 de noviembre de 1988, el Consejo nacional palestino procla- ¿Cuál va a ser la actitud de Estados Unidos? ¡De los 5.5~~ millones de
ma en Argel un Estado de Palestina independiente, que ha de comprender dólares que supone anualmente el presupuesto militar israelí los ameri-
los territorios ocupados de Cisjordania y la franja de Gaza, incluyendo la canos están sufragando cerca de 4.000 millones! En la opinión de mu-
Jerusalén antigua como capital (apoyándose en la resolución 181, de chos judíos críticos, la mera declaración del presidente Eush, en la pri-
1947, de las Naciones Unidas); al mismo tiempo, la mayoría de la OLP mavera de 1991, de una política americana clara, conlecuente y, en
determina, contra los grupos radicales, la aceptación de las resolucio~es caso de necesidad, acompañada por hechos, para la solución del proble-
242 y 338 de las Naciones Unidas que reconocen el derecho a la eXIs- ma palestino, debería motivar al gobierno israelí (el actualouno futuro)
tencia del Estado de isra.el. en orden a tomar decisiones políticas serias para solucimar esta ya de-
-En definitiva: ¡un Estado palestino, no en lugar, sino alIado del Es- masiado prolongada e insostenible situación.
tado judío! ¿Es que una d~cidi~a política d,e ~az podría. costarle a! yres!dente n?:-
teamerícano la vlctona en las proxlmas eleCCIOnes presldnClales? Dlfl-

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C.II. CONFLICTO TRAGICO 7. éFE EN LA NACION EN LUGAR DE FE EN DIOS?

cilmente, pues afortunadamente la actual diáspora judía, también en Uismo, que tanta ruina trajo a los pueblos de Europa, quien pueda ahora
América, se está volviendo más autónoma, hasta el punto de que se !traer salvación al pueblo de Israel?
habla ya de una re-emancipación de la diáspora judía. Los verdaderos Los amigos del Estado de Israel, que no sólo desean ardientemente su
amigos de Israel, tanto en USA como en otras partes, no deberían limi- permanencia futura, sino también su prosperidad, se preguntan qué va a
tarse, por oportunismo, cobardía o comodidad, a contemplar deprimi- pasar con este Estado. El teólogo judío Marc H. Ellis considera «una
dos e impotentes cómo avanza la tragedia. Muchos de ellos tienen ya .tarea esencial de la teología judía» el «desabsolutizar el Estado de Israel» y
clara conciencia de que, al igual que en otro tiempo los judíos con res- propone «una conversión teológica del pueblo judío hacia aquellos que con
pecto a la potencia mandata británica, también ahora tienen derecho los frecuencia consideramos como sus enemigos»; la única forma de evitar, con
árabes a su autodeterminación frente al poder militar israelí. ¿O no va a el tiempo, una derrota militar sería «pactar la paz mientras se es fuerte»41.
tener el pueblo palestino ningún derecho a una «patria» en Palestina? La seriedad de la situación queda patente en unas premonitorias pa-
Desde el punto de vista religioso se plantea aquí una cuestión aún más 'labras de Jeshajahu Leibowitz: «Si proseguimos el camino que ahora lle-
fundamental. I vamos, estaremos caminando hacia la ruina del Estado de Israel, y ello a
muy corto plazo que no precisa contarse en generaciones. Hacia dentro,
7. ¿Fe en la nación en lugar de fe en Dios? Israel se convertirá en un Estado con campos de concentración para
hombres como yo, en el momento en que consigan el poder represen-
Son cada vez más los judíos informados que reconocen las «indecibles» y tantes de los partidos de la derecha nacional como Kahane, Raful,
horrorosas posibilidades de que, después del holocausto, los judíos -pri- Druckmann y Sharon. Hacia fuera, Israel se verá implicado en una gue-
mero en actitud defensiva, y ahora en posesión de la bomba atómica- rra a vida o muerte con todo el mundo árabe, desde Marruecos hasta
puedan convertirse no ya en las víctimas, sino en los actores de un nuevo Kuwait. Esta es la perspectiva para el próximo futuro»42. Y con respecto
genocidio. Es algo que ha preocupado a no pocos israelíes autocríticos al apoyo americano: «Mientras el Estado de Israel persista en su abismal
bastante antes de la crisis del Golfo: el psicólogo clínico Israel W. Charny necedad y considere que el apoyo americano se va a mantener eterna-
(universidad de Tel-Aviv), nacido en América y residente en Israel, ha te- mente, es evidente que no tiene interés alguno en la paz. Su futuro puede
nido el valor de manifestar esta problemática en dos de sus libros: ser semejante al de Vietnam del Sur, que también se fiaba de la eterna
¿Cómo podemos cometer lo impensable? y Comprensión y prevención de \ ayuda americana» 43 •
un genocidio 40 • Como Leibowitz, también los cristianos, por nuestra particular vin-
A diferencia del caso de Irak y Kuwait, no se trata aquí de una cues- culación con los judíos, esperamos que todo esto se quede en una simple
tión puramente política, sino también de una seria cuestión religiosa visión apocalíptica, y que la actual crisis pueda superarse pronto. Tam-
ue preocupa hondamente a los amigos de Israel: ¿qué es lo que queda bién entre las grandes masas de palestinos -lo mismo que de judíos-
todavía, medio siglo después de la fundación del Estado, de aquel «Es- sigue sin duda habiendo una gran añoranza de soluciones justas y, por
tado modelo» de Herzl, o del ideal de Ben-Gurion de un Israel «luz de las tanto, de paz. ¿Va a seguir necesariamente todo en la línea de la actual si-
naciones»? 0, si lo miramos en la perspectiva normal de un Estado de- tuación desesperanzada? ¿No va a ser posible, después de tantas expe-
mocrático: Israel, ¿en lugar de una isla de paz para el futuro, un bastión riencias negativas, incluidas las relacionadas con la Guerra del Golfo, un
del nacionalismo y de la opresión? nuevo resurgir de la razón, robustecido por la fe en el único Dios verda-
Aquí no se trata solamente de la credibilidad de la democracia israelí, dero y conseguir, mediante una distensión interna, un deseado consenso
sino también de la credibilidad de la fe judía. ¡Hasta qué punto, cabe nacional sobre las siguientes bases:
preguntarse, puede la fe en el único Dios de Abnhán, Isaac y Jacob, que ~) • militares sí, pero no un militarismo que magnifique al ejército,
exige en su decálogo el respeto de la vida y propiedad del prójimo, hasta ( • nación sí, pero no un nacionalismo que suplante a la religión,
qué punto -y esto vale tanto para judíos religiosos como no religiosos- , • Estado sí, pero no una divinización del Estado al que tengan que sa-
puede esta fe sustituirse por una fe en la nación (importada de Europa)? crificarse centenares de vidas humanas?
Sólo un 25-30 por 100 de los judíos se confiesan «religiosos», si bien mu-
chos «no religiosos» al hablar de «religión» se refieren probablemente a Ojalá venga la realidad a desmentir nuestros temores sobre el trágico
la ortodoxia religiosa por ellos rechazada. De t()dos modos, la pregunta conflicto entre dos pueblos en pugna por una misma tierra. Después de la
está ahí: ¿Puede reemplazarse el trimilenario m()noteísrno judío, que no Guerra del Golfo, la mayoría de los países árabes parece proclive a la
toleraba ningún otro Dios al lado del Dios único, por un israelismo consecución de un nuevo orden pacífico en el Próximo Oriente. Pero,
que, en lugar del Dios de Israel, pretende ahora convertir en objeto de ¿existe realmente una solución a todos estos problemas, o al menos una
culto a Israel como pueblo y como país? ¿Va a ser el ídolo del naciona- perspectiva realista de paz?

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1. INVIABILIDAD DE LAS POSICIONES EXTREMAS

1Il. EL CAMINO HACIA LA PAZ Líbano, con ET A en España, los sikhs en India y los tamiles en Sri .
Lanka, para convencerse de que la mutua intransigencia política y reli- '
giosa no conduce a otra cosa que a increíbles sufrimientos.
¿Cuándo será el venturoso día en que se solucione este interminable Las posiciones extremas de los «duros» de ambas partes (<<halco-
conflicto por la Tierra Santa, se ponga fin a la guerra y se termine la tra- nes») se han evidenciado por su ausencia de perspectivas de éxito:
gedia? Después de la reciente Guerra del Golfo, de dramáticas repercu- -Muchos israelíes son partidarios de un Gran Israel. Quisieran, por
siones a nivel mundial, el Estado judío, justamente a causa de su tardía razones geopolíticas o religiosas, conservar para siempre el control polí-
fundación histórica, corre un evidente peligro de anclarse en el pasado, tico de los territorios ocupados, recurriendo para ello al ejército, a la po-
en lugar de abrirse al futuro: licía especial y a asentamientos judíos fortificados (y, si hiciera falta, a
-aferrarse al paradigma medieval de los ortodoxos, con su inclusión «transferencias de población», proscripción, deportaciones, etc.). Pero el
de elementos teocráticos (en ninguno de los Estados occidentales, a no ser creciente ascenso de la población árabe y también la nueva conciencia de
el Vaticano, se dan tantas restricciones de carácter religioso para la vida la propia identidad adquirida por la Intifada deberían hacer comprender
de sus ciudadanos como en Jerusalén); que, después de la Guerra del Golfo, los palestinos y los Estados árabes
--o bien, aferrarse al superado paradigma moderno de los secularistas, van a estar menos dispuestos que nunca a conformarse con el estado de
marcado con frecuencia por el nacionalismo o incluso el racismo, con la ocupación. ¿Quieren, pues, estos israelíes, después de una guerra de
consiguiente amenaza de una división de la sociedad israelí entre judíos prácticamente 40 años, exponerse a otros 40 o más años de guerra?
religiosos y judíos no religiosos. -Algunos árabes son partidarios de una Gran Palestina. Quisieran
El Estado de Israel presenta en este sentido una extraordinaria seme- por razones políticas y recurriendo a acciones terroristas, forzar la erec-
janza con determinados países islámicos que dan olímpicamente la espal- ción de un Gran Estado, poner en dificultades al Estado de Israel, y, si
da a las exigencias de la posmodernidad: una posmodernidad que, a fuera posible, empujar «hasta el maf» a todos los judíos. Para algunos
pesar de las antiguas y nuevas contradicciones políticas, étnicas y religio- palestinos sigue todavía en vigor la «Carta» de 1968, que propone una
sas, tendrá sin duda una orientación más internacional que nacional; una «eliminación del sionismo en Palestina», declara «completamente ilegal»
posmodernidad que, en lugar de antagonismos agresivos, va a fomentar la la división de Palestina de 1947 y la fundación del Estado de Israel, al
paz entre las naciones y, en vez del fanatismo, promoverá la coexistencia mismo tiempo que considera <<nula y sin valor alguno» la «Declaración
pacífica, más aún, el acercamiento de las diversas religiones. ¿Cómo con- Balfoup> y todo lo que en ella se apoya. Según esta Carta, los judíos no
seguirlo? En lugar de mitologías e ilusiones nacionales, se impone el rea- serían un pueblo con nacionalidad propia, sino que serían «ciudadanos
lismo y pragmatismo en favor de la supervivencia. A todo ello debería de los Estados a los que pertenecen». ¿No es posible que los palestinos
contribuir un análisis político-teológico de las perspectivas de futuro. (incluido Arafat) aprendan algo de su falso compromiso con Husein y de
su clamorosa derrota en la Guerra del Golfo?
1. Inviabilidad de las posiciones extremas
A principios de los años 90 debería estar ya suficientemente claro
Ninguna de las partes puede pretender dictar a la otra las condiciones. que las posiciones inflexibles de ambas partes no sonsino peligrosas ilu-
Las negociaciones entre responsables son, por tanto, indispensables: la siones que sólo han conducido al bloqueo mutuo y él terribles derrama-
política del «todo o nada» sólo ha ocasionado hasta ahora sangre y lá- mientos de sangre. No tienen futuro. Frente a tales posiciones, debe im-
grimas. Ciertamente existen por ambas partes defensores de la línea ponerse entre las fuerzas razonables de ambas parte5una visión realista
dura: por una parte, israelíes agresivo-terroristas, como los religioso-na- a fin de poder llegar a una solución política (no militar). La nueva orien-
cionalistas «Gush Emunim» (<<Bloque de creyentes») generalmente de tación de la OLP, es decir, el reconocimiento logrado en 1988-89 de la
procedencia europeo-americana, que constituyen la principal fuerza del existencia de Israel y la aceptación del Estatuto de dos Estados, es cier-
expansionismo israelí y han construido la cuarta parte de los asenta- tamente (así lo confirman las conversaciones de Jerusalén durante la
mientos en los territorios ocupados; ellos son también los que, ya antes Guerra del Golfo) la convicción fundamental de los dirigentes palestinos,
de la muerte del racista Rabí Kahane, gritaban «muerte a los árabes» y al menos de los que actúan dentro del país. Pero desp]és de la Guerra del
«fuera los árabes», Por otra parte, palestinos fanático-terroristas, espe- Golfo, en la que los palestinos, frustrados durante decenios y nuevamente
cialmmente el fundamentalista grupo secreto «Liga de combate» mal aconsejados, mostraron su entusiasmo por un sanguinario dictador,
(<<Hamas») de creciente difusión a causa de la situación desesperada de simplemente por ser el único dirigente árabe que se atrevió a enfrentarse
los palestinos. Ambas partes deberían tener muy encuenta lo sucedido a los americanos (y, en consecuencia, a los israelíes), sehace de nuevo neo
con los protestantes en Irlanda del Norte, con las falanges cristianas del cesaria una clarificación fundamental de la posición palestina. Con su en-

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C.III. EL CAMINO HACIA LA PAZ 2. ¿TERRITORIO A CAMBIO DE PAZ?

tusiasmo por Sadam Husein se ha afianzado y robustecido en exceso a Sin embargo, importantes sionistas americanos como Nahum Gold-
los israelíes opuestos a la vía pacificadora, al mismo tiempo que decep- mann, Arthur Hertzberg y otros han criticado y siguen criticando abier-
cionado y desautorizado a los amigos de la paz. Se hace, pues, necesaria tamente al AIPAC convirtiéndose así en intérpretes de una gran mayoría
una nueva clarificación de la posición palestina (y, eventualmente, tam- de judíos americanos, de los que sólo la mitad pertenece a organizaciones
bién de las responsabilidades personales por las falsas decisiones): ¿hay judías. También el «European Jewish Congress» ha adoptado desde sep-
que seguir ateniéndose a las anteriores decisiones de la OLP o se reconoce tiembre de 1989 una actitud matizada con respecto al Estado de Israel,
de una vez para siempre el derecho de Israel a existir? que podríamos definir como «solidaridad crítica». Incluso grandes or-
A este respecto se han celebrado ya diversos encuentros, más o menos ganizaciones judías de Estados Unidos reclaman recientemente una con-
secretos, entre relevantes políticos israelíes y representantes de la OLP. ferencia de paz (entre ellas, el «American Jewish Congress », y la «Union
Un signo de que no es imposible un acuerdo básico lo encontramos of American Hebrew Congregations», organización que cuenta con 800
ejemplarmente tipificado en Faisal Husseini, hijo del comandante en comunidades y 1,3 millones de judíos reformadores). Ya en 1985 se de-
jefe palestino, en la guerra de 1948, Kader Husseini, hoy principal diri- nunciaba en un informe de esta organización «una tendencia a la auto-
gente palestino en la franja occidental, y Yael Dayan, hijo del famoso ge- guetización de la vida judía» en América. «En conexión con esta actitud,
neral y ministro de defensa Moshe Dayan, hoy miembro del comité existe la tendencia a crear y desarrollar organizaciones y mentalidades
central del partido laborista de Israel. Ambos hacen la siguiente consta- one-issue (unilaterales). Y también se halla ligada a esta actitud la ten-
tación: «Aunque no coincidamos en una serie de problemas, sí estamos dencia a una forma de tamizar en la "discusión judía" los problemas re-
de acuerdo en nuestro objetivo último: un acuerdo pactado sobre la lativos a Israel o América, o bien una forma de no contribuir a su am-
I
base del principio "territorio a cambio de paz", un acuerdo cuya conse-
cuencia será la autodeterminación y la seguridad tanto para Israel como
pliación, tan necesaria ante la complejidad de esta nueva m»3.
¿Y dentro del mismo Israel? Como ya hemos indicado, la sociedad se

I
para Palestina. La paz exige dolorosos compromisos por ambas partes» 1. encuentra aquí demasiado dividida, y entre todas las grandes fuerzas po-
Ciertamente, en un acuerdo de paz no puede haber perdedores, sino úni- líticas, sólo el partido socialista de los trabajadores (IAP) se ha pronun-
camente vencedores. ciado, al menos en principio, a favor de una conferencia depaz, con evi-
dente riesgo de ruptura con el Likud y, en todo caso, sin la necesaria
Pero hay una cuestión crucial: ¿cómo hacer efectivos tales compro- claridad y consecuencia. En Israel, se sigue todavía recurriendo a la fácil
misos? Ya en 1947, e! plan de repartición de la ONU preveía un Estado «retórica de la debilidad» presentándose ante el mundo como underdog
judío y un Estado palestino, y en 1967 pedía la renuncia a la violencia y como «víctima». Pero esto difícilmente puede convenctren nuestros
por ambas partes (resolución 242) y en 1973 (resolución 338), el reco- días a gente bien informada y sin prejuicios. De hecho, este pequeño país
nocimiento de Israel. Desde 1989-90 -y más aún con la Guerra del dispone de un enorme ejército de 540.000 soldados, perfectamente ar-
Golfo-la Asamblea general de la ONU, y también Estados Unidos, la mados y entrenados: unos 3.800 carros de combate, 682 aviones y mi-
Unión Soviética y la Comunidad Europea, junto con muchos Estados llares de cañones y misiles. Por el contrario, la OLP apenas dispone de
árabes, proponen una conferencia regional o internacional para la paz, a 8.000 hombres, distribuidos en diferentes emplazamientos, sin tanques ni
la que se opone especialmente el gobierno israelí de la derecha conser- aviones, sin misiles, con unos pocos cañones, una cuantas granadas de
vadora y la ortodoxia religiosa, que no están dispuestos a aceptar en las mano y lanzagranadas y con botellas y piedras4 • ¿Quién es aquí el débil,
conversaciones al movimiento para la liberación de Palestina y tampoco el underdog, la víctima?
a abandonar los territorios ocupados.
El reaccionario gobierno Likud es apoyado en Estados Unidos por el 2. ¿Territorio a cambio de paz?
fuerte lobby pro-Isra~, especialmente por e! «American Israel Public
Affairs Commitee» (AIPAC)2, que procura impedir cualquier crítica a Is- Después de la Guerra de! Golfo, surge una nueva posibilidad de reunir a
rael, y que, incluso en las elecciones al Congreso, concede ventajas eco- árabes e israelíes en una mesa de negociaciones, como nunca se había
nómicas a los votantes acríticos, mientras que somete a presión a quienes dado desde la fundación del Estado de Israel. El agresivo panarabismo re-
plantean cuestiones críticas. Estos lobbystas no parecen darse cuenta de volucionario ha caído en descrédito. La obstrucción de la Unión Soviética
que e! AIPAC, con su política totalmente unilateral, que ignora todos los de cualquier entendimiento con Israel ha cedido ante la colaboración
intereses palestinos, ya se está granjeando la desconfianza de importantes constructiva con Estados Unidos. Por su parte, Estados Unidos tiene
agrupaciones sindicales, negras, feministas y cristianas, y tampoco pare- ampliamente en sus manos la posibilidad de forzar un cambio hacia
ce importarles el peligm de un nuevo antisemitismo frente al excesivo y una política de paz en el propio Israel, al que han dotado de una eficaz
perjudicial influjo judío en la política exterior americana. protección contra eventuales ataques con misiles, aun en el caso (raro en

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C.III. EL CAMINO HACIA LA PAZ 2. ¿TERRITORIO A CAMBIO DE PAZ?

política internacional) de que el agradecimiento no moviera al Estado de En cualquier caso, sería preciso --como en los acuerdos de Camp
Is~ael (y también a Estados como Arabia Saudí y Siria) a un acerca- David entre Israel y Egipto propiciados por Jimmy Carter- ir trabajan-
mIento. Hoyes cada vez más clara en la comunidad internacional de los do en una solución política bajo la saludable presión de las grandes po-
pueblos una exigencia: ¡establecer finalmente, un nuevo orden de paz en tencias y de la opinión pública mundial. Debería decidirse -de acuerdo
el Próxir~lO Oriente mediante eficaces negociaciones para la paz! con las resoluciones 242 de 1967 y 465 de 1980 del Consejo de Seguri-
Lo mIsmo que Europa, el Próximo Oriente no puede perpetuarse dad de la ONU (con un estatuto especial para Jerusalén, al que me gus-
como un polvorín de tensiones mundiales. Lo mismo que entre los «an- taría referirme más adelante)- una devolución de los territorios ocupa-
cestrales enemigos» Francia y Alemania, también en la «ancestral ene- dos a sus legítimos propietarios (sobre todo, la parte occidental, y la
mistad» del Estado de Israel y los Estados árabes es posible una solución franja de Gaza, hoy todavía un 23 por 100 en lugar del 42,9 por 100 de
de paz. Pero de igual modo que entre franceses y alemanes, se imponen Palestina que la ONU había adjudicado a los palestinos en 1947).
entre israelíes y palestinos inteligentes diálogos, tratados concretos y «¿Territorio a cambio de paz», como propugna el actual presidente
acuerdos exactos. norteamericano? Esta fórmula convencional es ampliamente aceptada
. ~espués de los iniciales encuentros entre las partes en conflicto, aus- fuera de Israel pero -y aquí es preciso comprender a los israelíes- re-
pIcIados por Estados Unidos, es preciso convocar una o varias confe- sulta demasiado simple. Para lograr la paz en un sentido real y pleno no
rencias regionales o internacionales de paz, bajo el patrocinio de la bastan simples tratados de paz, sino que se requiere mucho más. Para
O~ o de USAJURSS/CE, en las que deberían participar, junto a los pa- que «territorio a cambio de paz» adquiera un sentido real, habría que
lestm.os, todos los vecinos directos o indirectos de Israel, como Egipto, concretarlo en los siguientes términos:
ArabIa Saudí, Jordania, Siria y Líbano. -territorio por relaciones diplomáticas plenas con los Estados árabes
Israelíes y palestinos deberían darse cuenta de que la Guerra del Golfo y normalización en el ámbito político-económico y cultural·espiritual; ,
ha cambiado el marco estratégico y político en el Próximo Oriente: -territorio por seguridad mediante control del armamento, garantías
-las (anteriormente inamistosas) relaciones de Estados Unidos con de seguridad y posibilidades de aplicación y verificación c(lucretas;
determinados Estados árabes; -territorio a cambio de dinero, pues Israel necesita un urgente apoyo
-la (anteriormente unilateral) vinculación de Estados Unidos con el económico para financiar el mantenimiento de los judíos procedentes de
Estado de Israel; la Unión Soviética y para equilibrar el enorme déficit de su balanza de
-la (ahora unitaria) política del Consejo de Seguridad de la ONU pagos;
c~ntr':lla ocupación de Kuwait y también contra la ocupación de los te- -territorio a cambio de fronteras transitables, que permitieran un
rntonos palestinos; paso más libre y seguro de los israelíes a «Judea y Samaría», al mismo
-los extremistas palestinos y jordanos se han debilitado; tiempo que un libre acceso de los palestinos a su suelo patrio de antes de
-:-los «halcones» de Israel se hallan sometidos a la presión de Estados 1948 o de 1967; aquí cabría pensar, como en Alemania, c:ncompensa-
Umdos, la CE y la ONU a fin de hacer posible la paz mediante conce- ciones económicas para los árabes.
siones territoriales.
Lo que ahora se necesita en el Próximo Oriente es lo mismo que ne- La solución debería, por otra parte, ser razonable para las partes di-
c~sitábamos en Europa en 1946: reconciliación entre las partes en con- rectamente afectadas. Han de ser las partes a quienes conciernen las ne-
flICto y mutua colaboración económica, ecológica y política, de modo gociaciones las que decidan (sobre todo del lado palestin(l) quién debe
que cada una de las partes se hallen interesadas en la conservación de la participar en la delegación negociadora, a fin de que todas se sientan
paz y la estabilidad. A pesar de todas las dificultades parece aproxi- realmente repres~n~adas. ~o va a. ser un decreto al estilo Versalles 10 que
mars~ la hora de la verdad para el Estado judío y, consiguientemente, lleve la paz al Proxlmo Onente, SInO una solución al estilo Eruselas en la
tambIén para un gobierno que siempre ha invocado conversaciones di- que, como ya hemos. indi~ado, sólo puede haber vencedon:s,sin n'ingún
rectas con los Estados árabes, teniendo a la vez exquisito cuidado en im- perdedor. Todo lo dICho Incluye lo siguiente:
pedir tratados eficaces de paz (justamente con los más directamente im-
plicados, la OLP). El tiempo será testigo deque esta hora de la verdad no • Pleno recon~)Cimiento. diploI?ático del Estado de Israel por todos los
va a resolverse satisfactoriamente mediante la obstrucción sistemática o Estados veClllOS, al mIsmo tiempo que garantía de fronieras seguras
mediante recursos unilaterales a Estados Unidos a la ONU, y tampoco eventualmente revisadas (por ejemplo, en el Galán y eUinaí) con el
--en caso de no llegar a un acuerdo de paz- mediante una ciega carre- respaldo de las grandes potencias o de la ONU.
ra arma~e~tista, sino únicamente mediante una constructiva estrategia • C,on~ideración de l~s. justa~ reivindicaciones territoriales ae Siria (en el
de negOCIaCIOnes en perspectiva de futuro. Golan) y de los legItimas Intereses del reino de Jordania,que a causa

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C.III. EL CAMINO HACIA LA PAZ 3. ¿ARGUMENTOS BIBlICOS PARA LAS FRONTERAS ESTATALES?

del conflicto árabe-israelí ha tenido que soportar largo tiempo severas abierto a la inmigración judía y a la reunión de los judíos del exilio. Se
cargas demográficas y económicas. consagrará al desarrollo del país en beneficio de todos sus habitantes. Su
• Realización del derecho del pueblo palestino a un ejerciciof no res- fuerza será la libertad, la justicia y la paz, en el sentido de las visiones de
tringido de sus derechos civiles, de su autodeterminación política y de los profetas de Israel. Garantizará a todos sus ciudadanos, sin distinción
su autonomía estatal, quizá reducida en un principio con respecto al de religión, raza o sexo, plena igualdad social y política. Garantizará la li-
ejército (ejemplo: Austria después de la Segunda Guerra Mundial bajo bertad de fe y de conciencia, la libertad de lengua, educación y cultura,
el estatuto de las Cuatro Potencias). Por tanto, fundación de un Esta- tomará bajo su protección los Santos Lugares y se mantendrá fiel a los
do palestino soberano, quizá después de un periodo transitorio bajo principios de la Carta de las Naciones Unidas».
protectorado internacional (ONU) o con una administración conjun- Con todo, hay una pretensión no sólo representada por minigrupos re-
ta árabe-israelí. ligiosos, sino, de hecho, por el mismo gobierno actual israelí: ¿no tiene Is-
rael un legítimo derecho a la integridad del «Israel bíblico~ garantizado
Pero, ¿es realmente viable un Estado palestino soberano? La pregunta por revelación divina?
está justificada. Con todo, la soberanía de un Estado de Palestina, incluso
según los propios palestinos, no excluye, sino que incluye una coopera- 3. ¿Argumentos bíblicos para las fronteras estatales? It~
ción científico-técnica-económica o quizá una asociación con Israel por
una parte y con Jordania por otras. Ya en el plan de división de la De igual modo que se recurre a fronteras «naturales», pueden invocarse
ONU, de 1947, se presuponía una unión económica. también fronteras, «sobrenaturalmente» establecidas. Lo mismo que
Como ejemplo de una asociación entre Israel, Jordania y Palestina po- con la teología, puede hacerse también política con la geografía. Pero la
dríamos aducir hoy los Estados del Benelux, en la que los, en muchos as- pregunta es clara: ¿es lícito hoy e! recurso a la Biblia para establecer de-
pectos distintos, Estados de Bélgica, Holanda y Luxemburgo han acor- terminadas fronteras políticas o para plantear reivindicaoones territo-
dado una unión de fronteras y economía (tratado de 1960, por un plazo riales concretas? No son sólo árabes, sino también muchos judíos los que
de 50 años) que, junto a una casi completa liberalización de! tráfico de se hacen preguntas como ésta: ¿se pueden aducir determinados textos de
mercancías, del capital y del trabajo, prevé una coordinación de la polí- la Biblia hebrea e interpretarlos al pie de la letra, en una situación total-
tica monetaria, estructural y coyuntural (órganos políticos: una comisión mente distinta, en favor de unas fronteras «prometidas por Dios» o ga-
de ministros, un parlamento consultivo, un consejo económico y social y rantizadas por él de una vez para siempre?
un tribunal social). Pensemos: Constantemente se recurre a estos textos bíblicos. Por ejemplo, al
-¿No saldría ganando un Estado palestino con el soporte científico, Génesis: «Aquel día firmó Yahvé una alianza con Abrahán, diciendo: a
tecnológico y económico de Israel? tu descendencia he dado esta tierra desde el río de Egipt() hasta el Río
-¿ Y cuánto no ganaría también el Estado de Israel, si en lugar de sus Grande el río Éufrates»6. O al Deuteronomio, donde Moiséstransmite al
exorbitantes inversiones armamentistas, pudiera invertir en administra- pueblo de Israel una promesa de! Señor: «¡En march~!, panid y entra? en
ción estatal y en su crítica economía, posibilitando así una exportación a la montaña de los amorreos y donde todos sus vecmos dela Araba, la
gran escala? Montaña, la Tierra Baja, e! Neguev y la costa del rpar; en lati~rra de Ca-
-¿Cuánto no ganaría, a su vez, Jordania, a cuya pobreza de suelo hay naán y en el Líbano, hasta e! río Grande, el río Euf~ates. Mlr~d: yo he
que añadir el empobrecimiento ocasionado por el problema de los refu- puesto esa tierra ante vosotros. Id a tomar poses ion de la tIerra que
giados y la crisis de! Golfo, si pudiera trabajar en colaboración con el Es- Yahvé juró dar a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob,y a su poste-
tado palestino y con el judío? ridad después de ellos»7. Y más adelante, en el mismo libro: «Por todo
-¿ Y por qué no iba a ser posible, en el supuesto de una asociación, la lugar que pise la planta de ,:,uestro pie, desde e! desiet;to ha,ta el L~ban<?,
permanencia de los asentamientos judíos en territorio palestino, así desde el río Grande, el río Eufrates, hasta e! mar occldenol(MedIterra-
como la de los palestinos en territorio judío? neo), se extenderá vuestro territorio»8.
Constituiría una tragedia de proporciones históricas que las actuales ¿Acaso son precisas largas explicaciones para comprenaer que textos
perspectivas de paz no fueran ahora utilizadas por el Estado de Israel. semejantes, trasladados sin más a la situación actual, se conVIerten en un
¡Con cuánta frecuencia han llamado la atención los an6guos profetas de enorme detonante político?
Israel, como Isaías y Jeremías, sobre la falsa política de la fuerza! No hay Se impone la cuestión de la normatividad: ¿qué es lo qledebe preva-
que engañarse, sólo una solución constructiva del problema palestino lecer? ¿Las realidades históricas o los viejos textos bíblico,!, ¿las fronte-
permite realizar lo prometido por e! mismo Estado de Israel en su pro- ras consagradas por la historia o las que se remiten a lalprornesas ~í­
fética declaración de independencia de 1948: «El Estado de Israel estará blicas?, ¿.puede la geografía política (por ejemplo, la front(1a del Jordan)

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C.III. El CAMINO HACIA LA PAZ 3. ¿ARGUMENTOS BIBlICOS PARA LAS FRONTERAS ESTATALES?

ceder al juego de una teología política, de modo que -como en los Sal- ser una nación y un Estado. ¿Dónde está la segunda parte de la Decla-
mos- se atribuya al futuro Rey-Mesías de Israel un reino de mar a ración Balfour a cuya primera parte se hace referencia c.onstan.te para la
mar, desde el Éufrates hasta los confines de la tierra 9 ? nueva ocupación de Palestina? Existe ciertamente una dIferencIa entre la
ocupación de los territorios árabes por los anteriores gobiernos israelíes
Una mirada a nuestro análisis de paradigmas puede también aquí re- del partido de los trabajadores, como parachoques contra eventuales
sultar esclarecedora: también el pueblo judío, como hemos visto, ha ex- ataques y como prenda para futuras conversaciones de paz, y la actual
perimentado en su historia revolucionarios cambios de paradigma. Ha pretensión del gobierno Likud (1991) de considerar estos territorios
existido con Estado y sin Estado, ha vivido con unas u otras fronteras, y como tierra santa y eterno legado judío desde tiempos bíblicos, del que
también podría -hipotéticamente hablando- existir ahora con o sin Es- no se puede ceder ni un metro cuadrado. Con razón reprocha el conoci-
tado, con éstas o con otras fronteras. Al fundamentalismo religioso de do intelectual judío Jakob J. Petruchowski, profesor en el «Hebrew
contenido político se le podría justamente preguntar: ¿Por qué recurrir Union College» de CincinnatiJOhio, a la ortodoxia politizante su exor-
precisamente a estos «lugares» de la Biblia y no a otros? ¿No prohíbe la bitado uso selectivo de la Escritura: «Cuando los apologistas proisrae-
evolución histórica aplicar al presente de un modo anacrónico y acrítico líes recurren a la importancia del "territorio" en la religión bíblica, habría
cualquier texto bíblico y convertirlo en criterio de una determinada po- que preguntar a tales apologistas si realmente quieren q~e el judaísmo
lítica (o actuación militar)? ¡Como si el objetivo de la promesa bíblica vuelva a su fase bíblica, es decir, si están pensando tambIén en la reins-
fuera precisamente un Estado moderno independiente y no, más bien, un tauración de los sacrificios de animales, en la permisión oficial de la es-
hogar seguro para el pueblo elegido! ¡Como si las fronteras de este suelo clavitud, en la pena de muerte para determinadas transgresiones de las
patrio no hubieran estado, también en la Biblia, mucho más circunscri- leyes rituales y en la constitución de un Estado teocrático. ¿O se trata
tasIO. ¡Como si fuera hoy posible un Gran Israel con el Jordán en medio, sólo de acentuar el papel del "territorio" en la religión bíblica, comple-
«desde la gran corriente de Egipto hasta el Éufrates>,! ¡Como si las fron- tamente desvinculado de su contexto, como si esta religión no hubiera
teras de Israel hubieran permanecido inalteradas a través de los milenios! pasado a través de la historia judía por diversos e5tadios de evolución
¡Como si el territorio jordano occidental, habitado por árabes musul- que conducen, en definitiva, a una independencia entre religión judía y
manes (y cristianos) hubiera permanecido históricamente en suelo judío! "territorio"?» 11. Estas preguntas se formulan en consonancia con la dis-
¡Como si los actuales habitantes árabes musulmanes, establecidos aquí tinción, ciertamente esencial y ampliamente elab()rada en este libro,
hace unos 1.200 años, no tuvieran derecho alguno a su patria y pudieran entre substancia permanente de la fe y paradigma coyuntural. Con res-
ser deportados tranquilamente! ¡Como si dos tercios de los habitantes ju- pecto a los judíos totalmente secularizados, que han reemplazado su fe
díos de Israel (judíos sefardíes) no procedieran de países árabes! En una judía por un «israelismo» (semejante al «japonesismo») nacionalista y
palabra, ¿en cuestión de fronteras, qué es revelación de Dios y qué ideo- desprovisto de substancia religiosa, se impone una pregunta: ¿cómo
logía nacional? puede un pueblo que ya no se rige por la Biblia seguir manteniendo
Existen sin duda significativas diferencias entre la5 pretensiones de un una reivindicación del «territorio bíblico»?
Sadam Husein sobre el autónomo Kuwait -habitado hace tres siglos por
beduinos árabes- y las pretensiones de Israel sobre la Jordania occi- Hay otra pregunta que concierne especialmente a los cristianos: ¿han
dental (¡ocupada en una guerra defensiva contra Jordania!). Pero, ¿cómo de ser los árabes palestinos quienes paguen ahora las injusticias de ICls
se pueden calificar de locura las pretensiones de un déspota mesopotá- cristianos, unas injusticias de los «cristianos» (sobretodo alemanes) c()-
mico que invoca en su favor el Imperio babilónico de Nabucodonosor, al metidas tiempos atrás con respecto a los judíos? No sólo por esto tienen
mismo tiempo que los califas de Bagdad y el Corán, cuando se está ape- los cristianos motivos -y muchos árabes de Israel yde los territori()s
lando para justificar un Gran Israel desde el Mediterráneo hasta el Jor- ocupados son cristianos- para evitar posturas unila1erales, sino también
dán (eventualmente más allá del Jordán) al «Israel bíblico» y, en defini- para utilizar su influencia en ambas partes a fin de acabar con los pre-
tiva, al reino davídico-salomónico? ¿No es un juego 'peligroso invocar en juicios, el odio y el fanatismo: en favor de un entendimiento religiosQ
favor de las propias reivindicaciones de frontera los fantasmas del irre- una mutua base de confianza, una solución política duradera, dentro d~
dentismo de los territorios irredento s (terre inedente) como hicieron los un paradigma verdaderamente posIl).oderno.
nacionalistas italianos en la Primera y Segunda Guerra Mundial? «lrre- ¿No es eso lo que prometía Theodor Herzl? «Ca~auno ha de ser tan
dentos», esclavizados y humillados es como se sienten en nuestros días libre e ilimitado en su creencia o inqeencia como ensu nacionalidad. y
los árabes palestinos (y también los kurdos del Norte de Irak), a los que dado que existen entre nosotros gentes de otras creencias y nacionalidél-
se quiere privar por parte judía de su propio nombre de «palestinos» y de des, también a ellos hemos de garantizar una digna protección e igualdad
su carácter de pueblo, con el pretexto de que nunca pudieron ni debieron de derechos» 12 •

528 529
C.III. EL CAMINO HACIA LA PAZ
4. POR PARTE CRISTIANA, SOLIDARIDAD CRITICA

Pero, en lo que concierne a los cristianos: ¿cuál ha de ser en el futuro b) No una identificación acrítica con la política de.l Est!do de Israe~:
su actitud para con el Estado de Israel? De acuerdo con la idea expuesta por importante que sea todavía el holocausto pa~a el. j~datsmo, e~ sentI-
en la segunda parte de que el Estado de Israel es una realidad política con miento de culpa por él provocado no basta para JustIfIcar ~ualqUler po-
dimensiones religiosas, se ofrecen las siguientes perspectivas: lítica actual-a veces más que cuestionable y, con frecuencia, pura~en­
te partidista- del Estado de Israel. Lo he advertido ya antes: ¡de Igual
4. Por parte cristiana, solidaridad crítica modo que no existe ninguna religión exenta de culpa y ~otalmente
«justa», tampoco existen naciones plenamente inocente~ y «j~stas»! De
¿Cómo deberían comportarse los cristianos ~ las Iglesias en su política igual modo que, justamente en Israel, existe una gran dIstan~Ia entr~ el
práctica con respecto al Estado de Israel? Hacia un Israel que ya no es el primitivo ideal de Herzl de un «Estado modelo» y su.p0stenor,reah~,a­
Estado débil y asediado por todas partes, sino la más potente fuerza mi- ción, existe también ahora desajuste entre teoría y realIdad. La sItu~clOn
litar del Próximo Oriente, con armamento atómico, la actitud futura de- no es muy distinta en gran parte de los Estados del mundo, pero, ¡usta-
bería ser: mente por sus altas aspiraciones, es más llamativ.a ~n Israel. QUl~n, a
pesar de las fundamentales simpatías, ya sea cr~s~Iano, musulman o
a) No un pasivo distanciamiento diplomático del Estado de Israel: judío, critica a un gobier~o isra~lí, no ha de ser c.alIÍlcado por ello como
este Estado es un realidad geopolítica, independientemente de la valora- «enemigo de Israel», A diferenCIa de los oportumstas oradores de turno,
ción política o teológica que se quiera hacer de él. El judaísmo no es sólo puede ser un sincero am~go de I.srael. ~n tod<;> ~aso, el autor de e~te
una religión sino también un pueblo. Y, aunque la fundación del Estado libro lo es. Pero ni un judIO amencano m un cnstIano eur()peo neces~ta
de Israel ha supuesto una notable injusticia (como la fundación de mu- ser «más israelí que un israelí». Existen afortunadamente m,uchos IS-
chos otros Estados) con respecto a los árabes, la historia, la justicia, la raelíes (por ejemplo, fuera del movimiento «Pe~ce Now», el ejemplar y
comprensión y la humanidad exigen un reconocimiento diplomático del honorable ex-ministro israelí de Asuntos Extenores Abba Eban) y tam-
Estado de Israel, también por parte árabe y por el Vaticano. Pero tal re- bién relevantes judíos americanos (en la línea de Nahum ~oldmann,
conocimiento no puede ser sólo «implícito» sino, como el asunto lo re- hasta 1968 presidente de la Organización mundial sionista,asI como ~c­
quiere, verdaderamente oficial, y todo e!lo como base para u~a colabo- tualmente Arthur Hertzberg y el «American Jewish Congrtss.»), que tIe-
ración pacífica. Ya he subrayado convementemente que la Cuna roma~a nen el valor de criticar abiertamente fa política del actual g()blerno de Is-
tiene pendiente una especial deuda al respecto, a causa de su centenana rael para con los árabes. Y esto lo hacen precisamente pre()cupados por
historia antijudía y de su manifiesta pasividad ante el holocausto. el bienestar del Estado de Israel.
Por otra parte, todas las Iglesias cristianas -la católica romana y,
sobre todo, la ortodoxa griega, la armenia y la protestante alemana- e) Lo que ahora se necesita es una solidaridad crítica delo~ cristianos
deberían hacer público, más claramente que hasta ahora, que no ~an­ para con el Estado de Israel: en el conflicto del Próximo ()n~nte" en el
tienen ninguna clase de reivindicación territorial, basada en motivos que, tanto con respecto al problema palestino como a Jerusal~n (cIUdad
teológicos, en Palestina. Evidentemente los Santos Lugares deben se- santa para judíos, cristianos y musulmanes) se enfrenta ab~erta~ente
guir en posesión de aquellos a quienes ha~ pertenecido secul~rmente; derecho a derecho, los cristianos no deberían inclinarse a priori hacIa, una
honra ciertamente al Estado de Israel, no solo el haber garantIzado le- de las partes 13 • Ambos pueblos sobre suelo palestino, judímypalestlI~os,
galmente la protección de los Santos Lugares, sino .también el haberla han tenido que soportar indecibles padecimientos. ~bos 1an co~etIdo
puesto en práctica eficazmente. Por ello se puede afIrmar que los de~e­ errores realizando actos violentos y caído en el terronsmo. rero eXIste al
chos de propiedad, privados y públicos, de los cristianos y de las IgleSIas mismo tiempo en ambos pueblos un amplio espectro de opmones sobre
cristianas sobre determinados lugares no pueden ser transform~dos ~eo­ cómo salir del actual impasse político, a la vez que buena v~luntad y una
lógicamente en derechos cuasi-estatales de soberanía, como SI hu.bIera disposición para la paz que, después de tantas guerras f ~dos destruc-
querido Jesús convertir a sus seguidores en copartícipes en la herenCIa del tores acontecimientos del Golfo, sólo sueña con poder Vlvmm ver cons-
territorio bíblico. A diferencia del judaísmo que, como hemos aclarado tantemente amenazada la propia existencia. Los cristian<;>s dtoer~n. ac~uar
en la primera parte, estaba y está esencialmente ligado a la «tierra pro- cada vez más como elementos de equilibrio entre las Justas reiVIndIca-
metida» el cristianismo depende esencialmente de la persona de Jesu- ciones de los judíos y de los árabes palestinos, de modo que no se car-
cristo, p~ro no de un determinado país. Esto val~ también con respecto a guen ni sobre uno ni sobre otro todos los costes del confli(iol~.
la ciudad santa de Jerusalén, como veremos mas adelante. Pero .la pro- En el futuro será imposible para los cristianos ignorar n1Iglosamente
blemática de la relación de los cristianos con el Estado de Israel mcluye al Estado de Is;ael como todavía se hace en círculos católiws conserva-
I
,/ I
todavía otros aspectos. dores, ¡Como si h~bieran caducado ya las promesas de Di(}¡asu pueblo! (fe'.

530 531
C.III. EL CAMINO HACIA LA PAZ

Ciertos fanáticos apocalípticos pretenden ver en el Estado de Israel un IV. UNA VISION UTOPICO-REALISTA DE LA PAZ
signo del fin de los tiempos. ¡En este Estado, habrían llegado a su pleno
cumplimiento los vaticinios proféticos (reverdecen los bosques y surgen
corrientes de agua, afluyen peregrinos y turistas)! Desde un punto de «Busca la paz y anda tras ella», se dice en los Salmos!. La visión de ho-
vista religioso y político, fundamentalistas protestantes conservadores tra- rrores, extendida también en círculos judíos, debería ceder finalmente
tan de propagar esta idea, al mismo tiempo que esperan secretamente ante una visión de paz. Después de la Intifada y la Guerra del Golfo, es to-
una conversión de los judíos que, con la nueva venida de Cristo ha de davía más claro: demasiados soldados israelíes frustrados y demasiados
producirse todavía antes del inminente fin apocalíptico del mund~. ¡Bo- combatientes por la liberación de Palestina malogrados, más aún tantos
nitos amigos de Israel!... judíos y árabes involuntariamente afectados están añorando la paz' en esta
horrible situació~. Ya no son «héroes» lo que necesita este país, sino
Con todo, aunque también judíos creyentes rechazan la consideración buenos empresanos, técnicos, trabajadores especializados en todos los
del Estado secular judío como un «signo mesiánico» y «el principio de campos, a fin de poder subsistir económicamente en el nuevo mundo
nuestra redención», no es posible prescindir de la elaboración de un surgido con la supresión de los bloques militares. ¡No una industria de-
proyecto realista de paz. Resulta indispensable si no se quieren hacer fra- fensiva y armamentista, sino una altamente desarrollada economía de
casar las perspectivas de futuro a causa de la fuerte problemática del pre- paz! ¿Quién puede garantizar a los israelíes paz y seguridad para un des-
sente. arrollo económico sino los palestinos (después de que el altamente cuali-
. pesde la misma gran tradición religiosa del judaísmo se ofrecen posi- ficado ejército de Israel se muestre impotente para acabar con la Intifada)?
bIlIdades de encontrar un camino de reconciliación de las contradiccio-
nes. Un rabino ortodoxo como David Hartman ha descrito en concreto 1. Lo que podría ser Israel
este camino, de. acuerdo con la Biblia, el Talmud y Maimónides, como
amor al extranjero: «La experiencia de la diversidad en Israel, la pre- La Suiza del Próximo Oriente, se llamaba en otro tiempo al Líbano.
sencia del otro con igual dignidad, sea cristiano, musulmán o palestino, Trágicamente, este país, por acumulación de errores, primero de los
devuelve a la conciencia espiritual judía el hecho empírico de que nin- cristianos, luego de los palestinos, posteriormente dc:lsrael y por fin de
guna persona ni comunidad agota todas las posibilidades espirituales. La otros grupos musulmanes, ha malversado este capital en la más larga
Biblia resalta dos importantes conceptos de amor, uno referido al amor al guerra civil del Próximo Oriente, con 150.000 muertos. Pluralismo cul-
prójimo y otro referido al amor al extranjero. En el amor al prójimo nos tural y prosperidad económica cedieron su lugar a la destrucción y la
encontramos con alguien con quien compartimos valores comunes y anarquía. ¿No podría el Estado de Israel--en el caso de llegar a una paz
una solidaridad familiar y comunitaria. El prójimo, que es como uno duradera- jugar el mismo papel mediador (no dominador) representado
mi~mo~ provoca u~ an:or que amplía el propio yo y expande la propia en otro tiempo por el Líbano? Lo que hoy parece iI11posible, ilusorio y
solIdandad comUnItana. En el amor al extraño encontramos al otro al utópico, podría convertirse en realidad en unos pocos años.
distinto, a aquel que no puede definirse únicamente por nuestras pro~ias La conciencia de sí mismos y del propio valor ha aumentado conside-
categorías. En este contexto, la Biblia nos hace recordar con frecuencia rablemente en Israel en los últimos decenios. En el marco de una confe-
nuestra propia experiencia histórica de sufrimiento bajo sistemas totali- deración con un nuevo Estado palestino y con ]ordatlÍa, el Estado de Is-
tarios, en los que se nos despojaba de toda dignidad porque no encajá- rael podría dejar de ser un campamento fortificado y un pueblo belicoso,
bamos en el marco de valores del dominador. Lo nuestro ha sido una para convertirse en un pacífico Estado-puente y en un rueblo pacificador
vida malograda, debido a que, en vez de respetarse las diferencias se han del mismo modo que la Confederación Helvética, en otro tiempo orien~
convertido en fuente de miedo e intolerancia. Nuestra experie~cia en tada al expansionismo y a garantizar «fronteras seguras» enviaba merce-
Egipto, según la Biblia, ha de enseñarnos a tener los mismos sentimientos narios en todas las direcciones, hasta que finalmente, ~ través de victorias
que aquellos que son diferentes, y a no sentirnos amenazados por ellos. y derrotas, se convirtió en una isla de paz. ¡Una isla deraz, justamente en
"Amarás al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en la medio de la Europa de las dos Guerras Mundiales! U]aisla en la que di-
tierra de Egipto"»15. Sería muy deseable que estos pensamientos sirvieran versas culturas y pueblos, ciertamente a través de diversas crisis, hubieron
de base para un entendimiento entre israelíes y palestinos ... de aprender a convivir en paz en beneficio de todos.
Imaginémoslo sólo por un momento: ¿qué no poaría significar para
todo el Próximo Oriente, para Egipto, Siria, ]ordania, Irak y Arabia Saudí,
para todos los Estados fronterizos, el que un Estado tan desarrollado
como Israel apostara decididamente por una cooperación pacífica? Un

532 533
C.IV. UNA VISION UTOPICO·REAlISTA DE LA PAZ 2. áY JERUSALEN~

país que muestra un alto nivel cultural en sus habitantes (un «pueblo del partes, judíos y musulmanes y cristianos, y con respeto a la cual incluso
Libro») y que posee un diversificado sistema educativo (con siete universi- para judíos secularizados todo lo demás resulta indiferente?2.
dades). Un país que dispone de un desarrollado sistema sanitario (nume-
rosas clínicas, un elevado número de médicos y la mejor investigación 2. ¿Y Jerusalén?
médica del Próximo Oriente) y que mantiene un alto nivel de prestaciones
sociales. Un país, en definitiva, con extraordinaria capacidad económica y No hay solución del problema palestino sin solución del problema d~ Je-
de innovación tecnológica. ¿Qué no cabría, pues, esperar si un país seme- rusalén: sin una solución realista para «Yerusalayim», ciudad que, según
jante pudiera decidirse por una cooperación con sus vecinos, por una re- una etimología popular, oculta en su nombre la palabra shalom, «paz»,
lación de reciprocidad? ¿Qué no podría conseguir Israel si reconvirtiera sus y que, no obstante, ha sido reiteradamente una ciudad de violencia y de
energías militares en actividades pacíficas, como sucedió en el caso de guerra.
Alemania, después de haberse totalmente agotado en sus sangrientas gue- Jerusalén, sobre las colinas de Judea (unos 800 m. sobre el nivel del
rras con Francia y también contra los Estados del Este y la Unión Soviética? mar, a sólo 35 km. del Jordán), es una gran ciudad moderna con
Israel parece estar perfectamente bien preparado para esta función me- 400.000 habitantes y, al mismo tiempo, una de las más antiguas ciudades
diadora. Hoy ya no es el típico país occidental homogéneo, sino un país de la tierra, habitada ininterrumpidamente. Jerusalén es ciertamente una
en el que conviven grandes grupos distintos de población, grupos que, capital mundial, pero no una ciudad industrial: es una ciudad con 2.500
dentro de un mismo Estado, han conservado su propia identidad lin- casas de oración, sinagogas, iglesias y mezquitas (que no pagan impues-
güística, histórica y cultural. Es un país multicultural que, en educa- tos) y una ciudad con 1.000 monumentos históricos (que cuestan mucho
ción, cultura y estilo de vida, comprende diversas comunidades judías, dinero). Todo esto explica por qué la ciudad de Jerusalén, tan rica cul-
procedentes de las costumbres de los diversos países (¡también árabes!) a turalmente, es una ciudad económicamente pobre, pero no explica por
los que ha debido adaptarse el pueblo judío durante siglos de dispersión. qué la población árabe se encuentra tan ostensiblemente desfavorecida
Un Estado que busca la unidad, pero no la nivelación: compuesto por as- con respecto al nuevo barrio judío frente al «Muro de las Lamentacio-
kenazíes, sefardíes y judíos orientales, de vieja tradición en el país o re- nes», el barrio monumental de los edificios del gobierno y los museos, y
cientemente inmigrados. Su sociedad está ya acostumbrada a reunir a a las ciudades satélites en torno a la ciudad antigua. De todos modos, la
gentes de diversa procedencia y tradición cultural, y a integrar elementos población árabe bajo administración judía, lo que preocupa por parte is-
culturales de Occidente, de Oriente y del Sur. Es una región que dispone raelí, habría aumentado de 70.000 hasta 150.000. Pero ello no se debe-
ya ahora de dos sistemas educativos y de programación radiofónica, en el ría, según la amarga constatación de los árabes, a un fantástico creci-
idioma oficial (en lengua hebrea) y en árabe-druso (en lengua árabe), y en miento de la natalidad ni a la inmigración, sino a una ilegal anexión de
cuyo sistema escolar se están practicando ya tres formas de enseñanza re- más del 20 por 100 de la franja Occidental al territorio urbano de Jeru-
ligiosa: para judíos, para cristianos y para musulmanes. salén, que el Estado israelí considera globalmente como parte integrante
¿Qué sucedería en realidad si este Estado, definitivamente pacífico, de Israel (y no como territorio ocupado).
como la Confederación Helvética hace cuatrocientos años, se convirtiera Sin embargo, los auténticos problemas de Jerusalén no hay que bus-
en un Estado-puente mediador en el Próximo Oriente, y todo ello te- carlos ante todo en el ámbito social, sino en político-religioso. ¿A quién
niendo especialmente en cuenta su gran herencia universalista ética y re- pertenece la ciudad? Cuestión difícil de dilucidar bistóricamente: incluso
ligiosa, compartida también por el cristianismo y el Islam? Todos sal- en la arquitectura --como lo demuestran las más recientes excavacio-
drían ganando con ello. ¿Es algo irrealista? En el escudo del Estado de nes- se refleja en Jerusalén menos la historia del pueblo judío que la de
Israel se encuentra la Menará, el candelabro de los siete brazos enmar- las diversas potencias dominantes a través de los siglos: la cananea, la
cado por dos ramas de olivo: ellas expresan la añoranza de paz del pue- judía, la neobabilónica, la persa, la helenístico-seléucida, la macabeo-
blo judío. En un tiempo en que Estados europeos corno Alemania y judía, la romana, la cristiano-bizantina, la islámico·califal, la cristiano-
Francia, Alemania y Polonia, y también Estados Unidos y la Unión So- medieval, la islámico-turca, la británica y finalmente de nuevo la judía.
viética han buscado y alcanzado la paz y la cooperación, ¿no va a ser po- Excavaciones de la <<Israel Exploration Society» enia pendiente Sur del
sible preparar también un futuro pacífico en el conflicto del Próximo Monte del Templo han descubierto diferentes capas de asentamientos:
Oriente para israelíes y palestinos y, en general, para judíos y árabes? ¡El desde las correspondientes al tiempo del rey Salomón, 10 siglos antesde
tiempo urge, después de tantos decenios de violencia y discordia en Cristo, pasando por restos cristianos del tiempo bizantino, hasta el pa-
casa! lacio de los califas del siglo VllI de la era cristiana; en el territorio de la
Pero nos queda aún la cuestión más espinosa: ¿cómo encontrar una Ciudad de David, se han hallado incluso vestigios predavídicos cananeo-
solución para la ciudad de Jerusalén, que es ciudad santa para ambas jebuseos...

534 535
2. aY JERUSAlEN?

«Por desgracia, el sangriento conflicto por la Tierra Santa no obedece


a los preceptos de la razón política», observa el erudito publicista Peter
Jerusalén Scholl-Latour, «sino que acumula sobre sí la fuerza de mitos arcaicos»3.
De hecho, el des6no histórico de Jerusalén consiste en ser al mismo
~----------------------------- tiempo ciudad santa para las tres religiones abrahámicas. j y para las tres
I
a causa de Abrahán! «Existe una verdadera "geografía religiosa" en la
I
I
I
t ) que Jerusalén es más bien foco que punto central», dice Jacques Ma-
I daule, profesor de la Sorbona, y añade: «La ciudad es una especie de ho-
: Ciudad santa para tres grandes religiones
I Lugar de encuentro entre Abrahán y Melquisedec
rizonte común para las tres religiones que se remontan a Abrahán»4. A
: y del nacimiento de su hijo. ello hay que añadir vínculos «sagrados» con Jerusalén, específicos de
I La ciudad de David (desde ca. 1000 a.C.) cada religión. Para los judíos, lo fundamental es David, el rey que hizo de
: y del Templo de Salomón : esta ciudad la capital de un gran reino. Para los cristianos, es Jesús, el
I_____________________________
J Nazareno, cuya muerte y resurrección se conmemoran aquí. Para los mu-
sulmanes, Mahoma, cuya elevación a los cielos -especialmente impor-
tante para la literatura mística del islam- se cree que sucedió igualmente
t ) aquí. Los todavía visibles vestigios arquitectónicos de Jerusalén -desde
el Domo de la Roca hasta la, todavía en pie, gran muralla de la ciudad
Yerusalayim ~ la ciudad de Hierosolyma ~ la ciudad de AI-Quds -la ciudad de los
Israel. los cristianos. musulmanes.
vieja- son, con todo, de origen musulmán, y no judí() o cristiano.
Monte del Templo: lugar de Gólgota e Iglesia de la Resur-
Las diversas religiones deberían aceptar sin discusión que la Ciudad
Roca Santa lugar de la e le-
la misericordiosa presencia rección: lugar de la pasión, vación de Mahoma a los cie- Santa debe seguir siendo «santa» para las tres religiones. Los musulma-
de Dios. muerte y resurrección de los (632 "Miradsh») nes llaman a Jerusalén «la Santa» «<al-Quds»). Pero la cuestión decisiva
Jesucristo. es a cuál de las tres religiones ha de pertenecer la Ciudad Santa. Aunque
Desde el año 70/135: lugar Desde el año 30: hogar de la Desde el 638, posesión islá- cada una de las tres religiones ha estado, durante máso menos tiempo,
de luto y lamento por la des- primitiva comunidad. mica: erección del Domo de
trucción del Templo y la la Roca 691, Y la mezquita
en posesión de la ciudad y cada una de ellas puede demostrar la especial
Ciudad AI-Aksha, tercer lugar de pe- importancia que tiene para ella, a cada una le parece e'lidente o al menos
regrinación después de la razonable que la Ciudad Santa le pertenezca a ella y sólo a ella.
Neca y Medina. Hoy Jerusalén se encuentra de hecho bajo el dominio judío: bajo el do-
En el s. XI/XII: persecuciones Cruzadas: 109 masacres de Persecuciones a los cristia- minio del Estado de Israel, que tomó la Jerusalén occidental en la guerra de
de los judíos a consecuencia judíos, cristianos orientales y nos: 1099 derribo de la Igle-
de las Cruzadas. musulmanes. sia de la Resurrección.
la Independencia de 1948, con entre 30.000 y 60_000 árabes deportados
En el s. XIX: creciente Inmi- En el s. XIX: establecimiento En el s. XIX: desarrollo de la
(aunque también costó la destrucción del viejo barrio judío de la zona
gración judía. Establecimien- de Iglesias anglicanas y pro- ciudad por reformas turcas y árabe) y que, en la Guerra de los Seis Días de 1967, tom~yse anexionó sin
to de un Gran Rabinato judío testantes prusianas (1841), y robustecimiento de Egipto. más la zona Este de Jerusalén. En 1980, el gobierno Likud declaró a Jeru-
de un Patriarcado lati no
(1847)
salén, mediante una «ley fundamental», «capital indivi~ible,' de Israel.
En 1917, Declaración Bal- En 1920, territorio bajo man- En 1918, caída del reino 0$-
four: iconcesión de un hogar dato británico. mánlco y fin de la soberanía
¿Y desde el punto de vista jurídico? Nadie ignora ni,iquiera en Israel,
nacional en Palestina I politica musulmana. que, según el derecho internacional, Israel no posee derechos soberanos
En 1948, fundación del Esta- En 1964, encuentro del Papa Después de 1948, caída del sobre Jerusalén. En consecuencia, todas las embajadas extranjeras se
do de Israel: división de la Pablo VI con el Patriarca Ecu- reino osmánico y fin de la so- han negado a trasladarse de Tel Aviva Jerusalén. ElEstado de Israé:l,
Ciudad. En 1967, conquista
de la Ciudad Antigua y de la
ménico de Constantinopla,
Atenágoras.
beranía política musulmana. cuya legitimidad ante la comunidad internacional se a~ya en la resolu-
zona oeste. ción de la ONU de 1947 (con Jerusalén como zona internacional), ha
Ciudad de la promesa: meta Ciudad de la promesa: la Dudad de la promesa: lugar
sido requerido, después de la Guerra de los Seis Días de1967, por la re-
de las aspiraciones judías: "Jerusalén terrena», imagen del juicio final y de la apertu- solución 242 del Consejo Mundial de Seguridad a ret[ar sus tropas <le
fin de la dispersión y lugar de la "Jerusalén celestial» rade las puertas del paraíso. los territorios ocupados, a cambio de garantías árabesaereconocimien-
del cumplimiento mesiánico. Lugar de la nueva venida de
Cristo. to y respeto de un Israel seguro. Además, la resolucióI1465 del Consejo
de Seguridad, de 1 de marzo de 1980, con el voto favorable de Estad()s
Unidos, declaraba: «Todas las medidas tomadas por ISlael para cambiar

536 537
C.IV. UNA VISION UTOPICO·REAlISTA DE LA PAZ 3. .DOS BANDERAS SOBRE LA _CIUDAD DE LA PAZ»?

el carácter físico, la composición demográfica, la estructura institucional 3. ¿Dos banderas sobre la «Ciudad de la Paz»?
o el status de los territorios ocupados desde 1967, incluyendo a Jerusalén
o cualquier parte de la misma, no tienen ninguna validez jurídica». Existen no pocos israelíes que trabajan por un mutuo entendimiento en
Por su parte, el gobierno de Israel y la Kneset han hecho tanto caso a Jerusalén. Este ha sido y es el caso sobre todo de Teddy Kollek (nacido
las resoluciones de la ONU y a la opinión mundial como posteriormen- en Viena en 1915, y sionista desde su juventud), calificado por Anuar el-
te, Sadam Husein. Proclamaron la mencionada «Basic Law» que decla- Sadat como «el mejor alcalde» de Jerusalén, por hacer posible en esta
raba solemnemente a Jerusalén capital de Israel. Pero esta autoprocla- ciudad la paz, la armonía, la cultura y la belleza. Frente a todo miedo,
mada «legalidad» carece de la «legitimación» internacional (respaldada odio y violencia. Pero los nuevos sucesos sangrientos parecen haberle
por todos y comunicada a la comunidad mundial). hecho fracasar también· a él en su infatigable empeño por posibilitar en la
Los mismos EE.UU. negaron su apoyo a esta proclamación y dejaron ciudad, si no una real amistad, al menos el mutuo respeto entre judíos y
su embajada en Tel Aviv. Es más, el presidente Bush confirmaba en árabes. La mutua desconfianza es el obstáculo mayor para un entendi-
1990 -con el consiguiente ataque de ira del primer ministro Shamir-la miento. Pero he podido comprobar personalmente que leddy Kollek no
posición de EE.UU. con respecto a la ilegalidad de la anexión de {acto de está dispuesto a ceder en su empeño, y también él propone conversacio-
la Jerusalén oriental, al proponer explícitamente la participación de los nes de paz a fin de acabar con la violencia y los derramamientos de
árabes de la Jerusalén oriental en la Conferencia internacional para la sangre: «Para ... hacer de nuevo posible el objetivo de la coexistencia,
Paz. Cuando una nueva resolución de la ONU con respecto al Próximo hemos de hacer brillar para los árabes una luz al final del túnel. Hemos
Oriente condenaba a Israel a causa de la deportación de palestinos, Sha- de mostrarles que nuestra voluntad negociadora es seria, y que no es
mir manifestó con una arrogancia frente a la comunidad internacional, nuestro propósito dominar a millón y medio de árabes» 5.
molesta incluso para muchos judíos, que esa resolución de la ONU, Teddy Kollek es el primero en saber que Jerusalén no es sólo un
como otras resoluciones anteriores contra Israel, iba a cubrirse de polvo trozo de territorio, sino un símbolo religioso. También los palestinos
en los archivos. Ahora, después de la Guerra del Golfo, tendrá que mos- -como anteriormente los judíos- buscan una identidad política, exigen
trarse en qué medida Estados Unidos de América, empujado por Nacio- respeto y quieren su propia bandera. ¿Por qué han de sernecesariamen-
nes Unidas está dispuesto a ejercer sobre su pupilo del Próximo Oriente te exclusivos los símbolos religiosos y nacionales? ¿No ha de ser posible
la necesaria presión para que se consiga finalmente una solución. en los nuevos tiempos una coexistencia pacífica? Los cristianos, que
Mientras que con respecto a la parte judía, la Jerusalén occidental, ni afortunadamente ya han superado el tiempo de las cruzadas, podrían ser
siquiera los palestinos se hacen ilusiones, el centro de los enfrentamientos aquí un buen ejemplo. La cruz sobre muchas torres ymonumentos
sigue siendo el status de la Jerusalén árabe, la parte oriental de la ciudad. muestran los emplazamientos y edificios que han sido ~ecular posesión
La Jerusalén «unificada» por Israel es, en la actual realidad cotidiana, cristiana. Con todo, existe una esencial diferencia entre las reivindica-
pura ilusión. Si, durante largo tiempo, Jerusalén fue como una isla de ciones de propiedad por parte cristiana y las de judíosy musulmanes.
calma en medio de la tempestad, la Jerusalén antigua se ha convertido, ¿Por qué?
con la Intifada, en una ciudad muerta y con sus tiendas cerradas desde -Los judíos reivindican Jerusalén como capital, apoyados en las pro.
primeras horas de la tarde. Desde 1967 es una ciudad más dividida que mesas bíblicas y en su posesión multicentenaria.
nunca: los judíos (y los americanos) ya no se atreven a pasar a la Jerusalén -Los musulmanes reivindican igualmente Jerusalén, oasados en vin-
árabe, ni los árabes a la judía. Un miedo angustioso ante la otra parte se culaciones religiosas y en su posterior posesión multisec~ar.
ha apoderado de todos desde la matanza del Monte del Templo, dando -Los cristianos, por su parte, ni pueden ni deben fundar reivindica_
paso a mortales actos de venganza tanto por parte palestina como judía· ción alguna de soberanía sobre Jerusalén, centro de actuación de Jesús ni
las acciones violentas se han vuelto tan frecuentes que prácticament~ \ siquiera a través de la vía indirecta de su internacionali:o:ación6 • '
ningún taxista israelí se atreve a dirigirse a la parte árabe de Jerusalén o a Es preciso recordar una vez más que el vínculo de lOlcristianos Con
sus cercanías. No sólo pueden volar piedras, sino que en cualquier mo- I«~ierra Santa» es un vínculo personal con Jesucristo y noun vínculo te-
mento puede producirse un atentado o incluso un baño de sangre. Etorial con el país de Palestina. La tercera bienaventuré\l\za del Sermón
Los diversos puntos de vista son rígidos e irreconciliables: para el tie la Montaña de que los «mansos» o «pacíficos» heredaran o «poseerán
g.obierno israelí, Jerusalén no es una parte de los territorios ocupados, la tierra,,?, no se refiere a ningún territorio terreno, sin~al reino de los
smo la capital soberana de Israel. Pero también los palestinos consideran cielos. Este reino no se dará a los poderosos que intentan imponer su
a Jerusalén -por tantos siglos ciudad árabe- como su capital. De nin- fuerza, sino a los pacíficos (en hebreo, 'anawim) que r<oonocen su im-
gún modo pueden imaginarse que puedan ser capital de Palestina Nablus potencia ante Dios. En nuestro actual contexto histórico, esa bienaven-
o Hebrón, Ramalla o Jericó. ¿Cómo resolver tan delicada cuestión? turanza hay que ponerla en conexión con la séptima, s(~n la cual, los

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C.IV. UNA VISION UTOPICO-REAlISTA DE LA PAZ 3. ¿DOS BANDERAS SOBRE LA «CIUDAD DE LA PAZ»?

«pacificadores ... serán llamados hijos (e hijas) de Dios»8. Por tanto, los ¿Dónde encontrar un ejemplo histórico de convenios semejantes? Jus-
cristianos, de acuerdo con su propia misión, deberían actuar como paci- tamente en Roma, ciudad también altamente simbólica, ondean dos
ficadores que renuncian abierta, libre y claramente a cualquier aspiración banderas distintas: la italiana y la vaticana. Roma es capital de Italia y
de soberanía sobre Jerusalén, contribuyendo a que judíos y musulmanes r-en cuanto residencia «extraterritorial» de los papas- capital tam-
alcancen un acuerdo en sus, aparentemente irreconciliables, reivindica- bién del Estado Vaticano, internacionalmente reconocido como Estado
ciones religiosas sobre un mismo territorio y puedan llegar a una solución Soberano «<Stato e Citta del Vaticano») con su cuerpo diplomático acre-
clara y aceptable para ambas partes.
Puesto que es de todo punto indispensable llegar a una amistosa so-
tditado, distinto del que tiene su sede en el Quirinal. También en Roma se
ha cerrado, durante decenios, la parte religiosa (el Vaticano) a cual-
I
¡
lución de paz, no me parece imprudente ofrecer aquí algunas reflexiones quier clase de entendimiento político: «Non possumus» (No podemos),
aparentemente atrevidas. Y, como primer elemento de una solución po- repetían los papas, hasta que por fin entendieron que, con su estrategia
I lítico-religiosa conjunta del problema de Jerusalén: ¿por qué no han de dilatoria, se estaban aislando, boicoteando y bloqueando a sí mismos.
I ondear sobre Jerusalén dos banderas, la israelí con la estrella de David y ¿Por qué no habrían de ser posibles también en Jerusalén dos potencias
la palestina con o sin la media luna? ¿Y por qué no ha de ser esta sim- políticas con una única administración de la ciudad?
bólica ciudad capital del Estado de Israel y del Estado palestino, tenien-
I do en cuenta que ambas partes muestran una tan indeclinable reivindi- Un segundo elemento para el futuro status de Jerusalén podría cons-
. cación sobre la misma y que, según todos los indicios, una nueva tituirlo la distinción entre capital y sede de gobierno, que en modo algu-
1partición de ella sería para ambas partes un sinsentido económico, polí- no tienen por qué coincidir. La unidad del país ha exigiJo con frecuencia
tico y social? Una ciudad, por tanto, «indivisible», que une y no divide 9 • que no sea capital del Estado la ciudad económica y políticamente más
También palestinos realistas se hallan hoy dispuestos a acuerdos ra- fuerte: no Zurich, sino Berna; no Amsterdam, sino La lIaya; no Sydney,
zonables en este sentido. Relevantes palestinos se expresan así: «Será po- sino Camberra; no Río, sino Brasilia; no Nueva York, sino Washington.
sible una visión palestina e israelí de la Jerusalén del futuro, cuando el Is- En EE.UU. se eligió a Washington como capital por hallarse situada
rael oficial sea consciente de que el ejercicio de la soberanía palestina entre los Estados del Norte y los Estados del Sur. Valga la advertencia de
sobre la ciudad árabe no se opone al ejercicio de la soberanía israelí sobre que Washington fue designada capital verdadera de las dos partes, fuer-
la ciudad judía. temente distintas en 10 político y cultural, sólo después de una horrorosa
Hoyes necesario preparar el terreno para inventar opciones prácticas guerra civil. ¿Por qué habrían de identificarse sin más capital y sede de
con respecto al futuro de la ciudad. Nadie puede permitirse un respiro gobierno? En el contexto de la reunificación alemana, se ha debatido
cuando es ostensible la urgencia de una discusión abierta y realista a fin nuevamente esta cuestión. En última instancia, tambitn la Francia del
de diseñar un futuro justo y mejor. Habría que ocuparse también de la «Ancien Régime» era gobernada desde Versalles.
forma de administración de la ciudad y de la estructura comunitaria de Y, en el caso de que Jerusalén fuera capital de ambos Estados, ¿p()r
ambas capitalidades. qué no podría mantener Israel su sede de gobierno en Te! Aviv estable-
Es igualmente necesario abordar la cuestión de Jerusalén como ciudad ciendo los palestinos el suyo en Ramalla, ciudad que se remonta a los ca-
abierta: sin muros de separación entre los distintos barrios, y evitando al lifas y que fue largo tiempo capital de la Palestina mumlmana? 0, su-
mismo tiempo su "unificación" bajo la autoridad y el control israelí. poniendo, como cabe suponer, que el gobierno israelí n()esté dispuesto a
La situación central y estratégica de la ciudad postula la necesidad adi- retirarse de la Jerusalén nueva de la parte occidental, ¿por qué no habría
cional de discutir las implicaciones geográficas, demográficas y económicas de ser la simbólica Jerusalén antigua capital (neutral) ¿elsrael y de Pa-
de futuros convenios con respecto a la comunidad palestina y a la israelí. lestina?
Otra necesidad que hay que tener en cuenta es el libre acceso a la ciu- El centro del gobierno israelí permanecería en la Jerusalén nueva
dad, junto con el sagrado derecho al culto y a las visitas de peregrinos. judía, mientras que el centro de gobierno palestino se (stablecería en la
Deberían emplearse toda clase de esfuerzos para garantizar la realidad Jerusalén nueva árabe, ambos centros de gobierno, por consiguiente, en
histórica y estética de la ciudad de un modo satisfactorio para las tres co- el propio territorio, fuera de la común zona neutra. Sería preciso llegar a
munidades. un acuerdo sobre las condiciones concretas. ¡Donde existe una voluntad
Con respecto a la fundamental cuestión de la s()beranía, sería preciso ética -por ejemplo, asegurar la paz-, siempre es posible encontrar
tener en cuenta diversas posiciones y escenarios: por ejemplo, "dos so- una solución política!
beranías independientes", una "soberanía compartida" o "soberanía ¿Cóm() encontrar una solución de paz en,el centro aeIsrael para la
colectiva", que podría funcionar bajo muy distintas banderas, como la cuestión del antiguo lugar para la Haram es-Serif «<Pla¡anoble y sagra-
palestina, la israelí, la de la ONU, o bien otras»1O. da», donde queda excluido todo combate)? Como enmuchos otr<lS

540 541
e.lv. UNA VIS ION UTOPleO-REAlIsTA DE LA PAZ
5. El DOMO DE LA Roe A

casos, es aquí de todo punto imposible una solución política si no se


tom~ realmente en serio la dimensión religiosa. Una solución religiosa y blicos del Templo, construyen modelos y organizan representaciones.
política duradera no sólo requiere conversaciones y acuerdos sino tam- Aunque insignificantes numéricamente los ya mencionados miembros
bién hechos y símbolos que, más allá de lo puramente racion~l, sean ca- de este grupo radical religioso-nacionalista, los «Fieles del Monte del
paces de atender al aspecto pasional y emocional del hombre. En este Templo» bajo la dirección de Gershom Salomon, quisieran ocupar de
sentido, cabe proponer una sugerencia constructiva, un tercer elemento nuevo el Monte del Templo para, una vez purificado, poner la primera
para una solución político-religiosa global de Jerusalén: se refiere al piedra del Tercer Templo. Hasta ahora, la Corte suprema de Israel se lo
Templo, o quizás, a otro santuario. ha impedido. Otro grupo favorable a la erección del Templo publica en
la actualidad una revista que lleva en portada una vista aérea de Jerusa-
4. ¿Reconstrucción del Templo? lén con el Templo reconstruido. Existen incluso israelíes fanáticos que
han llegado hasta planear que se dinamite el musulmán Domo de la
No sólo millones de judíos, sino también cientos de millones de musul- Roca situado en el lugar del Templo. ¿Se podrá evitar todo esto en el fu-
manes y cristianos sienten una fuerte vinculación emocional con Jerusa- turo, de no llegarse por fin a una solución pacífica? Lasconsecuencias se-
lén, por hallarse esta ciudad particularmente relacionada con el origen de rían espantosas._.
su fe. No es casual la secular persistencia en la Jerusalén antigua de un
barrio judío, uno musulmán y uno cristiano (armenio y griego). Parece obvia la pregunta: ¿No pertenece el Templo esencialmente al ju-
El ~onte del Templo tiene para los cristianos una importancia se- I daísmo? ¿Por qué no reconstruir el Templo para los judíos? Según nues-
I cundana: fue el escenario de la confrontación de Jesús con las autorida- tro análisis de paradigmas de la primera parte, la respuesta podría resu-

I
I des del Templo (y el pináculo del Templo fue, según los evangelios, el ¡mir~e así: Templo y sacerdocio -realidades intrínsecamente vinculadas-
lugar en que Jesús hubo de afrontar la tentación de poder). Los verda- no Juegan papel alguno en el paradigma de la conquista de la tierra (P 1).
deros lugares «santos» del cristianismo se encuentran fuera del ámbito En el paradigma del reino (P 11) en el que el rey David sobrevive sin
del Templo: la circular iglesia del Santo Sepulcro (<<Sepulcrum» en latín), Templo, reservándose su construcción a Salomón -al parecer, contra la
la i~lesia de la Resurrección «<Anástasis» en griego), con la pequeña voluntad de Yahvé-, el papel del Templo queda evidentemente subor-
I dinado. Según aparece en la Biblia hebrea, Israel es un pueblo antes de

I
' captlla del sepulcro en el centro, y justamente al lado -dentro de la ba-
sílica de Constantino-la pequeña capilla del Gólgota construida según poseer una tierra; y llegó a la posesi,ón de la tierr~ mucho antes de que se
la tradición, sobre la roca de la crucifixión. ' construyera un Templo en Jerusalen. Durante Siglos, sm Templo y sin
Para la mayoría de los judíos la parte occidental de la muralla del concentración en torno al Templo, Yahvé ha podid()recibir un cult()
Templo (que resistió a la destrucción del año 70) imponente muralla de adecuado. El Templo jugó un papel predominante sólo durante unos
fortificación construida por Herodes, y conocida hoy como «Muro de las pocos siglos después del exilio babilónico, en el paradigma de la teocracia
Lamen~ac~ones»? ~s más importan~e .que la misma Plaza del Templo. judía (P I1I): fueron los tiempos de aquel Segundo Templo que quedó re-
Tanto JUdlOS relIgiOsos como no rehglOsos se dan cita allí para sus cele- ~ucido a pavesas en la guerra entre judíos y romanos Jel año 70. A par-
braciones personales y privadas, o bien nacionales y públicas. En una re- tir de entonces, como sabemos, el Templo fue sustituido por la Sinagoga,
construcción del Templo --con los consiguientes sacrificios de toda clase
de animales- no piensa realmente casi nadie. Después de la ocupación
en la Guerra de los Seis Días de la Jerusalén oriental, el general Moshe
I el sacerdocio por el rabinato y la hierocracia por la catedrocracia (P N).
En definitiva, Israel ha vivido sin Templo durante la mayor parte de su
historia_ El Templo -a diferencia del pueblo y la tierr:l- no pertenece a
Dayan tuvo el acierto de prohibir la erección de la bandera israelí o de
cualquier otro símbolo de dominio judío sobre el Monte del Templo, así ¡ la esenc.ia d~l judaísmo, sino ~~icamente a una determinada constelación
de su hlstona. Esta constataclOn nos abre el camino auna ulterior pro-
blemática.
como en devolver las llaves a las autoridades musulmanas. Honra igual-
mente a los trescientos rabinos de las más diversas líneas, desde los or-
todoxos extremos hasta los liberales, el haber declarado entonces en 5. El Domo de la Roca, ¿signo de unidad de la eCU11lene abrahámica!
una carta que no tenían ninguna intención de subir hasta el Monte del
Templo. Para los musulmanes «Haram esh Sherif» (el lugar delTemplo) es, des·
Pero, como sucede en todas las religiones y naciones, también existen pués de La Meca y Medina, el lugar más sagrado del mundo, al que cui·
entre los judíos algunos fanáticos activistas del M~nte del Templo que se dan como a las niñas de sus ojos. Según una tradición (relativamente taro
proponen reconstruir el Templo destruido y restallrar el culto con el co- día y, en todo caso, no coránica), Mahoma habría ~¡do elevado a los
rrespondiente grupo sacerdotal. Ensayan de nuevo los viejos ~ituales bí- cielos desde aquí, de modo que todavía hoy serían perceptibles en el lugar
las huellas de sus pies. Por ello, los musulmanes han convertido el Monte

542
543
C.IV. UNA VISION UTOPICO·REAlISTA DE LA PAZ
6. ,UNA ORACION COMUN?

del Templo en «su» santuario: en el medio de la pl~za, el «Domo» sobre


la gigantesca y salvaje roca viva que emerge desde SIempre, y alIado de la 1956-64 bajo la dirección de arquitectos egipcios y jordanos. El ~omo de
Plaza del Templo, una mezquita, «AI-Aksha» (La Lejana), de form.as casi
basilicales. ¿La lejana? Curiosamente, en el Corán no se mencIOpa ~
í la Roca pasa por ser la más antigua, hermosa y perfecta creaCIón de la
arquitectura islámica, y, sorprendentemente, en ninguna parte del mundo
islámico ha sido imitada. Es un monumento único en muchos aspectos 12 •
«La Lejana», es decir, a la Jerusalén situada en el horizon~e de ~rab~a, m
Hay que notar, no obstante, que en el Domo de la Roca, con su do-
por su propio nombre ni por otro. Pero, .s~gún una extendIda ~xegesIs del
rada cúpula observable de lejos, no se celebra ninguna clase de culto. De
Corán, el principio de la sura 17, «El VIaje nocturno», ~e refIere a Jeru-
hecho esta construcción circular no reúne condiciones para la estricta
salén: «¡Bendito sea el que acompañó en la noche a su ~Iervo (Mah.om~)
obser;ancia de las normas de oración musulmana: en el centro del
desde el lugar santo (en la Meca) hasta el lejano s~tuanol~uyo ternt.ono Domo como hemos indicado, se encuentra la enorme roca viva del
hemos bendecido, para mostrarle algo de nuestro sIgno!» . Este <<lepno
monte' Maria, donde, según la tradición, Dios ordenó a,Abr~~án sacri-
santuario» se ha querido ver en Jerusalén.
. ficar a su hijo Isaac. Según la tradición musulmana, aqUl debIO de tener
En esta compleja situación que va desde el desinterés por el culto re-
ligioso hasta una agresiva pasión de conquista, ¿cabe esperar algo lugar la creación del primer hombre, y aquí va a celebrarse el juicio
final. Para los musulmanes se trata de un lugar único en honor del Dios
«santo», algo salvador y ~econcilia.~or, de e~te ~omo ~e ~a Roca, y.n? de Abrahán. Es exclusivamente un lugar de recogimiento; como es sabi-
sólo para musulmanes, SIllO tambIen para Judlos y cnstIanos? Qu~za
pueda ofrecernos alguna luz al respecto la actitud de un musulman, do, el islam no tiene templos ni sacrificios, y tampoco sa~erdotes y sa-
cramentos. Los musulmanes han sido quienes han restitUIdo el culto a
Anuar el-Sadat, al que Israel debe su paz con Egipto. ArlUar el-Sadat, que
Dios en este santo lugar profanado por los romanos y olvidado por los
sorprendiendo incluso a los c~istianos, tuvo el valor de en;pre~der un
cristianos bizantinos. ¿P~drían musulmanes, cristianos yjudíos orar jun-

¡viaje a Jerusalén con el propósIt? de logr~r la paz, lo p<:gana mas tar~e


con su propia muerte. Per~ ~abIa muy b}e~ lo que ~ecIa cua?do haCIa
esta proposición: las tres relIgIOnes abraha~mcas necesItan un sImbolo re-
ligioso, un santuario común, como gran .sIgno de que las tres vene~an al
mismo Dios de Abrahán como gran SIgno, por tanto, de que tIenen
6.
tos aquí? ¿Pueden, en definitiva, orar juntos?

¿ Una oración común?

algo fundamental en comÓn, capaz de superar cualquier, divisió~ y en~­


La cuestión de una oración común de judíos, cristianos ymusulmanes en-
cierra en principio un aspecto doctrinal: no parecen existir gra.ves .in-
mistad. Su gran idea sería: la paz, fundada en una comun fe y sIn;bol~­
convenientes para que cristianos y judíos se unierane~ la reCItacIón
zada en un lugar santo común. Según Sadat, este lugar santo debena en-
girse en el SinaÍ. común de salmos o de otras oraciones tomadas de la Biblia hebrea o de
la tradición judía. El cristiano que haya asistido a un acto de culto judío
sabe por experiencia que puede participar en la mayor parte, de la~ ple-
¿Existe hoy realmente la más mínima posibili~a~ de que la .idea de tal
garias judías, aunque él -por lo demás, como algun()s jUdlOS- Inter-
santuario sea realizable, o de que pueda ser constItUido en un tIempo pre-
visible? Pero no estará de más reflexionar sobre esta propuesta ante la prete conceptos como el de «Torá» en sentido preponderantemente es·
urgencia de una paz entre las religiones a la que se encuentra tan estre- piritual. Por su parte, no deberían existir dificultades lnsup~r:;tbles para
chamente ligada la paz entre las naciones. Por eso me atrev<? a proponer que, en un acto religioso cristiano, un judío pudiera partl':.lpar en el
aquí una iniciativa que parecerá a muchos un tanto temerana, pero qU,e, rezo, por ejemplo, del Padrenuestro, pues se trata de ulla oraClOn que en
en el contexto de una futura solución conjunta del problema de Jerusalen sus elementos esenciales se remonta a la Biblia hebrea.
De igual modo, no debería haber ninguna dificult;td teológica para
-y éste es el tercer elemento-, sin duda merece ser te?ida en cuenta.
que cristianos y judíos pudieran recitar con los musuhnanes algunas de
Quien, judío, cristiano o musulmán, se acerca a J erusalen, se en~uentra
; ante la indiscutible realidad de que allí existe ya un santuano dedicado al las hermosas plegarias del Corán. En efecto, el Corán expre~a la fuerte
convicción de que el Dios de Abrahán, de los profetas, deJ~sus y?e Ma·

I Dios de Abrahán. Se trata del peculiar santuario en la Plaza del Templo


de Jerusalén, el «Domo de la Roca» (en árabe, «JCubbet es S~c~ra~), lla-
mado mezquita de Ornar, incorrectamente por cierto, pue.s m SIqUIera es
una mezquita, y se ha atribuido tardíamente a Ornar, qUien no fue per-
homa es el mismo. Un cristiano que haya participado en la ImpreSIOnante
oración común musulmana sabe por experiencia quetambién para él
puede tener pleno sentido postrarse ante el I?io~ de Abra~án, aunque Sl1
postración ante Dios no suponga un reconOCimIento ornmm<;>do del pr?·
sonalmente conquistador de Jerusalén. Elpomo de la ~oc.a. es una obra
arquitectónica maestra, al parecer constrUIda soble el pnmItIvo luga~ del feta Mahoma. A su vez, en la diáspora islámica, de creCiente unportancIa
1Santísimo en el año 72 de la Hégira (el 691-692 de nuestra era), baJO el
omeya Abd al-Malik; ha sido restaurado una y otra vez, la última en
para la ecumene abrahámica, podría crecer con el tiempo la ~ispos¡'
ción de participar, en determinados casos, en oraciones judías. 0. CristIanas
dirigidas al Dios uno y misericordioso. Dentro de las tresrehglOnes pro·

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C.IV. UNA VISION UTOPICO-REAlISTA DE LA PAZ 6. .UNA ORACION COMUN?

féticas, debería, pues, ser posible en principio el reconocimiento de un vacando juntos al Dios de Abrahán, que es un Dios de vivos y no de
mismo Dios, también mediante plegarias comunes. muertos?
Lo que fue posible en Asís entre representantes de las más diversas re-
¿Y la situación de Jerusalén? Pensemos por un momento que se ha ligiones, debería ser posible también en jerusalén entre grupos espiri-
conseguido la paz entre las religiones y naciones en el Próximo Oriente: tualmente tan cercanos como judíos, cristianos y musulmanes: la oración
¿podría el Domo de la Roca ser también un lugar de oración para los conjunta. y no sólo me refiero a una oración simultánea, como en Asís,
cristianos? Durante siglos, los cristianos han rehuído el lugar del Templo, sino también a una oración compartida. Por ejemplo:
pero en tiempo de las Cruzadas convirtieron el Domo de la Roca en igle-
sia cristiana (<<Templum Domini»), confiándolo a la Orden de los Tem- -Dios eterno, escondido, inescrutable y misericordioso,
plarios. Desde tiempos recientes, es frecuente la visita de grupos cristia- fuera de ti no hay otro Dios.
nos a este Domo, sin que ningún musulmán les impida elevar silenciosas Eres grande y digno de toda alabanza.
oraciones al Dios de Abrahán. Y tampoco deberían constituir ningún Tu poder y tu gracia todo lo abarcan.
obstáculo en este sentido las inscripciones coránicas de su interior, que
insisten en no abandonar la fe en la unidad de Dios; sorprendentemente, Tú, Dios de fidelidad, Dios verdadero y justo,
en ningún lugar se menciona la elevación de Mahoma a los cielos. La oc- hiciste a Abrahán, tu fiel servidor,
togonal construcción inferior, con sus columnas bizantinas, sobre la que padre de muchos pueblos
descansa la elegante y grácil cúpula dorada, revestida en su interior por y hablaste por los profetas.
maravillosos mosaicos con motivos bizantinos y persas, recuerda fuerte- Santificado sea tu nombre y bendicido en t(¡do el mundo,
mente a los cristianos las construcciones romano-bizantinas, como el que se haga tu voluntad por doquier entre los hombres.
baptisterio de Letrán, el baptisterio de San Vitale en Rávena, la iglesia de
la Natividad en Belén y la primitiva iglesia del Santo Sepulcro en Jeru- Dios vivo y clemente, escucha nuestra oración:
salén de la que el Domo de la Roca podría ser muy bien la réplica mu- grande es nuestra culpa.
sulmana. La temática del paraíso, del juicio y de la resurrección, ligada a Perdona a los hijos de Abrahán nuestras guerras,
la Roca ya desde tiempo judío y especialmente representada en los mo- nuestras mutuas enemistades y maldades.
saicos por árboles cargados de fruto y por adornos de joyas, es común a Líbranos de todo mal y danos la paz.
judíos, cristianos y musulmanes 13 • Cristianos y judíos no tendrían por
qué sentirse extraños en este «Domo». Yo mismo he tenido ocasión de Tú, que conduces la historia,
rezar en él durante la crisis del Golfo (poco después de la matanza del bendice a nuestros dirigentes y jefes de Estado,
Monte del Templo). que no ambicionen poderes y honores,
¿Y los judíos? Muchos judíos ortodoxos no se atreven a entrar en el que busquen responsablemente el bienestar
Monte del Templo, por miedo a pisar el lugar del «Sancta Sanctorum», y la paz de los hombres.
de localización incierta, reservado únicamente al Sumo Sacerdote en la Guía a nuestras comunidades de fe y a sus jefes
fiesta de la Reconciliación. Pero los judíos que no se sienten ligados por para que sean mensajeros de paz,
la halaká podrían -jen una futura situación de paz!- visitar el Monte sobre todo con sus vidas.
del Templo y hacer del Domo de la Roca un lugar de oración. ¿No han y a todos nosotros, y a quienes no comparten nuestra fe,
adorado los judíos durante siglos al Dios de Abrahán, de Isaac y de concédenos tu gracia y misericordia y danostodo bien,
jacob en este lugar? Y aunque en el lugar del «Sancta Santorum» del Pri- y guíanos tú, Dios de vivos,
mero y Segundo Templo no se edificara un Tercer Templo, ¿no podría por el recto sendero que lleva a tu gloria sin fin.
este lugar ser santificado de nuevo por la oración judía? ¿Acaso han de
sentirse impedidos los judíos de orar aquí sólo porque la arquitectura no El Domo de la Roca -actualmente signo de trágicas tensiones reli-
es la suya o porque el edificio no ha sido construido por judíos? ¿No han giosas- podría convertirse en signo de la ecumene abrahámica, en un
tenido también las sinagogas diversas arquitecturas y distintos fundado- templo de reconciliación para las tres religiones que se remontan a Abra-
res? ¿Por qué ha de parecer absurdo esperar que, después de la oportuna hán, las cuales han podido convivir en jerusalén,en relativa paz e igual-
regulación religioso-política de la situación de israelíes y palestinos, de ju- dad, durante los primeros cuatro siglos de dominación musulmana (se to-
díos y árabes, puedan orar en este lugar santo musulmanes, cristianos y leraba de nuevo a los judíos, las iglesias cristiJnas eran respetadas y
judíos -en silencio o públicamente, en determinadas circ\lnstancias- in- tenían lugar numerosas peregrinaciones de cristianos y particularmente

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C.IV. UNA VISION UTOPICO-REAlISTA DE LA PAZ

de judíos). Del mismo modo que en la Edad Media se consideraba a Je- D. EL HOLOCAUSTO Y EL FUTURO
rusalén como centro de la tierra, y era centro de referencia en algunos DEL DISCURSO SOBRE DIOS
mapas del mundo, también este lugar de oración, con su resplandeciente
cúpula dorada, podría convertirse en símbolo central de que las tres re-
ligiones, con sus innegables diferencias, pueden coincidir en la oración y
en la fe en un mismo Dios (todo ello como signo de un entendimiento
que podría desembocar en la colaboración práctica)14. Pero es un hecho
que --después de la abismal experiencia del holocausto-- muchos se han
vuelto incapaces de pronunciar tal oración, pues el discurso sobre Dios se
ha vuelto absolutamente cuestionable. La teología debe tomar total-
mente en serio esta horrorosa experiencia como cuestionamiento de
Dios. De ahí, la pregunta: ¿existe todavía, después de Auschwitz, un fu- En el mismo judaísmo, la discusión teológica sobre el holocausto se ha
turo para el discurso sobre Dios? iniciado con sorprendente retraso, es decir, dos decenios más tarde, pero
quizá debido a ello, con inusitada violencia1. En América se ha especu-
lado no poco sobre este hecho.

1. EL HOLOCAUSTO EN LA TEOLOGlAJUDIA

¿A qué se debe el retraso en esta discusión sobre el holocausto?


-¿Se debe, más allá de cualquier perplejidad, al complejo de culpa de
los judíos americanos que, junto con sus grandes organizaciones perma-
necieron prácticamente en silencio e inactivos ante el destino, después de
1940, de sus hermanos y hermanas europeos?
-¿Se debe al desenmascarador proceso de Eichmann o a la fustigan-
te obra literaria de Eli Wiesel, especialmente su libro Night sobre el
«holocausto» (sacrificio de «total cremación»)? Él fue el primero en
aplicar este problemático término religioso al exterminio de los judíos.
-¿ Se debe al movimiento de los derechos civiles y a la insistencia en la
«etnicidad» de los negros, de los indios, de los polacos y, finalmente, de
los judíos que, como minoría religiosa, adquirieron dc:spués de la Segun-
da Guerra Mundial una inesperada prosperidad econ(¡mica y cultural, y,
en consecuencia, una nueva y casi eufórica conciencia de sí mismos?
-¿O se debe al desencanto que siguió a la crisis dela Guerra de 1m
Seis Días de 1967, ante la persistente pasividad del gobierno americano y
el silencio de las organizaciones cristianas? ¿O quizás como reacción a
este desencanto se ha producido una vehemente defen~adel Estado de Is-
rael, anteriormente en modo alguno aceptado por t()dos y ahora mor-
talmente amenazado?
-¿ Se debe, finalmente, a la desbordante ola de la teología de la
muerte de Dios, de aquel mismo decenio (la muerte deDios en la socie-
dad moderna, como hecho cultural), que, particularm(nte con la obra de
Rabí Richard Rubenstein After Auschwitz2 , puso en evidencia la irreli-
giosidad latente de muchos judíos, y, a la pálida luz del imperante ateís-
mo, hizo parecer vacía la fe en un Dios que rige el mundo?

549
548
2. EL HOLOCAUSTO, ¿UN NUEVO SINAI?
0.1. El HOLOCAUSTO EN LA TEOLOGIA JUDIA

1. El holocausto, ¿una fijación? de salvación, ni puede, a través de él, levantarse un judaísmo vacilante
y tampoco es posible encontrar en él ningún nuevo principio básic~
No puede negarse que todo lo anteriormente dicho ha contribuido en los para la pervivencia del pueblo judío. Si todavía existe esperanza después
últimos años de los sesenta a que se centrara la atención en la experien- del holocausto, ello se debe a que la voz de los profetas resuena en los
cia del holocausto. Es suficientemente manifiesto, sin que necesitemos creyentes con más vigor que la de Hitler, y a que la promesa divina
añadir ulteriores detalles 3 • sigue viva por encima de los crematorios y reduce al silencio la voz de
Las viejas respuestas de la teodicea que trataban de defender la justicia Auschwitz»7.
y bondad de Dios frente al mal de este mundo han fracasado totalmente
ante este sufrimiento: que Dios permite el mal para salvar la libertad hu- Cuanto aquí se acaba de afirmar podría ser suscrito por un teólogo
mana; que castiga los pecados del pueblo judío, y premia en ésta o en la (cristiano. Después de todo lo expuesto en este libro, me limitaré ahora a
otra vida; que el dolor se justifica por el amor y la salvación de los ' hacer algunas precisiones con respecto a cualquier fijación en el holo-
otros; que así se realiza la redención por el Mesías y el advenimiento del causto:
reino de Dios.,. Todas estas tesis, ciertamente bien intencionadas, fraca- / -La esencia e identidad del judaísmo no puede fijarse desde una si-
san a la hora de explicar las atrocidades del holocaust0 4 , tuación histórica, sino desde la religión judía.
Cabe preguntarse seriamente: ¿es posible que Dios haya actuado real- -La larga y dolorosa historia judía no puede reducirse al holocausto,
:. mente en la historia de una forma tan cruel, con un Adolf Hitler y sus es- con sus presupuestos y consecuencias; la más reciente historia del pueblo
I birros de las SS como instrumentos? ¿Podía un Dios bueno y justo per- judío no ha de desvincularse de su historia anterior.
mitir simplemente todo esto sin intervenir? ¡Increíble! Ciertamente, una -El holocausto no puede convertirse en sucedáneo secular de la reli-
idea tan simple del Todopoderoso, que interviene directamente, que de- gi9n, ni la holocaustología en sucedáneo de la teología, ni el día del
creta el holocausto como pena por la transgresión de la ley judía, no ha «So':1» envsucedáneo de la liturgia, ni el monumento conmemorativo
sido mantenida por ningún judío ilustrado ni por los teólogos cristianos. «Yad wa-Sem» de Jerusalén en sucedáneo secular del Templ08.
Sin embargo, los interrogantes permanecen. Una vez que ha quedado clara la posición contraria a una visión del
holocausto como sucedáneo de religión, y a una funcionalización secular
Esta pregunta apremia desde entonces seriamente a teólogos judíos (y d~l holocausto, se plantea un interrogante en sentido opuesto: ¿Da sufi-
Clente cuenta de este hecho una reducción teológica del holocausto al
cristianos): ¿debe la experiencia del holocausto ser «central» para el fu-
turo discurso sobre Dios?5. I nivel de cualquiera de las catástrofes de la historia judía? ¿No es excesi-
va tal nivelación del holocausto tanto histórica como teológicamente?
Para muchos teólogos judíos, cuando realmente se ocupan teológica-
mente de esta cuestión, el holocausto no es ni más ni menos que un
nuevo ejemplo de la monstruosa maldad del hombre, atestiguada de 2. El holocausto, ¿un nuevo Sinaí?
principio a fin en la Biblia. Lo sucedido en el holocausto no es sino una
de las muchas catástrofes históricas, tan familiares al pensamiento judío, í Para otros pensadores judíos, como Emil Fackenheim, el holocausto es
Por ello, un teólogo como Jacob Neusner, se niega a sacar del holocaus- un acontecimiento cualitativamente único a cuya luz el judaísmo ha de
to consecuencias especiales. Neusner se pregunta expresamente: «¿Qué contemplar nuevamente a su Dios, a la humanidad ya sí mismo. No se
consecuenCias hay que sacar del holocausto? Considero que no hay que trata (a diferencia de lo afirmado por Richard Rubenstein) de sacrificar la
sacar ninguna, ni para la teología judía ni para la convivencia de los ju- fe en Dios en aras de una «Santa Nada» (Yhe Ho/y Nothingness) sino de
díos, ninguna en definitiva, que no existiera ya antes de 1933. Los teó- afirmarla de una nueva forma 9 •
logos judíos no prestan ningún buen servicio a los fieles cuando afirman Muy pronto alertaba Fackenheim a sus hermanos y hermanas judíos
\ que "Auschwitz" marca un punto crucial.., De hecho, la piedad judía para que se mantuvieran firmes en su fe en Dios, a fin de no contribuir a
siempre ha sabido reaccionar a las catástrofes»6. Neusner nos remite al una victoria póstuma de Hitler y sus esbirros, una victoria del nihilismo
teólogo ortodoxo judío Michael Wyschogrod, quien afirma con respecto y cinismo nazi sobre la dignidad del hombre ju¿ío, Dirigiéndose tanto a

~
l holocausto: «El Dios de Israel es un Dios salvador; éste es el único judíos seculares como a judíos religiosos, declaraba enfáticamente:
mensaje que nosotros podemos anunciar, por más que pueda parecer «Queda prohibido a los judíos proporcionar una victoria póstuma a
falso a los ojos del no creyente, Si dejara el holocausto de ser una cues- Hitler. Se les pide sobrevivir como judíos, so pena de que se disuelva el
tión marginal para la fe de Israel, y penetrara en el Sancta Sanctorum pueblo judío. Se les pide recordar el sacrificio de Auschwitz, so pena de
omo voz dominante que escucha Israel, lo que se escuchara sería en- que se borre por completo su memoria. Les queda prohibido desesperar
tonces una voz demoníaca, Del holocausto no puede venir ninguna clase del hombre y de su mundo, y refugiarse en el cinismo o en la huída del

550 551
D.1. El HOLOCAUSTO EN LA TEOLOGIA JUDIA 3. El HOLOCAUSTO COMO ANTI-SINAI DE LA MODERNIDAD

mundo, so pena de contribuir a entregar este mundo a las fuerzas de . he referido a los múltiples factores que condujeron al nacionalsocialismo;
Auschwitz. Finalmente, les queda prohibido desesperar del Dios de Israel, una explicación monocausal del mismo es tan inadecuada como una
so pena de que el judaísmo deje de existir. No se puede conducir a la fe a construcción histórico-metafísica. No fue un teólogo, sino el historiador
un judío secularizado mediante un mero acto de voluntad, aunque se le judío alemán Fritz Stern, quien, ante el Parlamento alemán en 1985, yen
puede proponer que lo haga ... Y un judío religioso que mantiene la fi- su libro Drama de la historia alemana 12 , advertía: la, primero paulatina
delidad a su Dios puede sentirse obligado a una nueva, quizás revolu- y finalmente total, secularización, ese silencioso reconocimiento de la
cionaria, relación con él. Pero hay una posibilidad absolutamente im- «muerte de Dios» (Friedrich Nietzsche) en el siglo XIX, que culminó en el
pensable. Un judío no puede responder al intento de Hitler de destruir el siglo xx en el «desencantamiento del mundo» (Max Weber) y la fe se-
judaísmo, colaborando por su parte a esta destrucción. En los tiempos cular en la nación han traído fatales consecuencias tanto para los judíos
antiguos, el más abominable pecado judío era la idolatría. Hoy ésta como para los alemanes modernos:
consiste en reaccionar por Hitler haciendo su trabajo» 10. -A los judíos, este sucedáneo secular de la fe les vació de su propia
Fackenheim se niega a sustituir la teología por una holocaustología, identidad tradicional: cuando Hitler les arrebató su ser-alemanes, es
rcomo suced~ en el caso de algunos teólogos judíos (y también de algunos decir, su nacionalidad, se quedaron moralmente desamparados e inde-
CristianOS). El ha visto el peligro de que, por principio o de hecho, se con- fensos.
vierta en centro de la teología, e incluso de la religión, no ya a Dios, sino -A los alemanes, la lenta secularización les dejó muy pronto una sen-
al holocausto. Una fijación en el holocausto (que justifica cualquier po- sación de vacío y aburrimiento que no fue capaz de superar la identifi-
\lítica) y, consiguientemente, una fijación en Alemania (incluso para judíos cación de lo divino con la nación (pueblo, Estado) y con el orden vigen-
que, en América, Israel, o en otras partes, no son ya «supervivientes del te (universidad, arte), y que, especialmente con la decadencia, en 1918,
holocausto» l, conduce al vaciamiento del judaísmo con frecuencia en de estos sucedáneos de fe, daba paso a nuevas exigencias. Muchos co-
favor de un israelismo convertido en pseudorreligión. Por eso, en su re- menzaron demasiado fácilmente a dar crédito a los mistificantes y vela-
ciente tratado sobre la fe judía, titulado What is Judaism?, Fackenheim dos discursos de Hitler, que hablaban de milagros, providencia, mito,
pone decididamente a Dios y su Alianza con el pueblo judío en el centro . misterio, autoridad, diríamos que se llegó a creer en un nuevo Pentecos-
de su teología l l. tés, con nueva irrupción del Espíritu Santo en el año de gracia 1933. Se
pronosticaba un «reino de mil años», arcaica cifra de un milenarismo
Lo hemos documentado con abundantes datos históricos: ni la nive- utópico-quiliástico 13 ••• Los pocos que resistieron tenían otros criterios
lación moral y la relativización histórica, ni la magnificación mistifi- morales y religiosos.
cante o la absolutización ahistórica responden verdaderamente a esta sin- Precisamente Thomas Mann -representante del espíritu alemán en un
gular catástrofe. Si bien no significa el final del judaísmo, sí el de todo un tiempo sin espíritu- subrayaba, contra toda las inofensivas interpreta-
paradigma judío, el de la asimilación. ¡El holocausto es para el judaísmo ciones de este acontecimiento, incluso entre los emigrantes alemanes en
una ruptura de continuidad de alcance epocal! Sigue siendo un aconte- América: en 1933 se habría producido una entusiasta y fulgurante revo-
cimiento que trasciende toda la anterior historia de sufrimiento, un in- lución, un movimiento popular alemán con un increíble derroche psico-
decible sufrimiento del pueblo judío, imposible de «explicar» teórica- lógico de fe y entusiasmo, pero una revolución muy particular, sin ideas,
mente. Para nuestra época actual tiene una importancia fundamental contra los ideales, contra todo lo elevado, lo bueno, lo respetable, contra
pero de ningún modo una importancia exclusiva para el foturo. Supon~ . la libertad, la verdad, el derecho; en definitiva, una «revolución del nihi-
demasiado honor para los asesinos de masas elevar a «Auschwitz» a la lismo ... en contubernio con siniestras creencias en lo inhumano, lo pre-
categoría de un nuevo acontecimiento de revelación, a una especie de rracional y ctónico, en la tierra, el pueblo, la sangre, el pasado y la
nuevo Sinaí judío (Richard Rubenstein). ¡Como si aquí lo «revelado» no muerte» 14. Pero esta visión de la historia del espíritu no puede exculpar a
hubiera sido la destrucción humana, en vez de los designios de Dios! No nadie, al contrario: aquí queda patente a los ojos de cualquiera el paso de
no se tr~t~ de una revelación d~ valores y criterio~, si.no de perversión;
I
oscureCImIento. Esto nos permIte pasar a una antItesIS:
una modernidad idealista a su contrario nihilista.
El hombre moderno en modo alguno puede ignorarlo: en Auschwitz y
también en los Gulags y los innumerables campos de conc(ntración e in-
3. El holocausto como anti-Sinaí de la modernidad ternamiento del mundo, se cumple la profecía del <<loco» Friedrich
Nietzsche 15 : el que niega el supremo valor y, por tanto, declara muerto a
Auschwitz no es un lugar de revelación, sino simplemente el anti-Sinaí de Dios, el que desliga a la tierra de su sol y quiere tragarse e1mar, está ya

Ila modernidad. ~o es u,n nuevo comie~zo, sino el fin radical de la época


pasada que lo hiZO pOSIble, la modermdad europea. Con frecuencia me
de camino hacia ese vacío de la civilización occidental, ese nihilismo
que, con el supremo valor, devalúa también todos los otrosvalores 16 • En

552 553
D.I. EL HOLOCAUSTO EN LA TEOLOGIA JUDIA 4. LAS CONSECUENCIAS: SUPERACION DE NIHILISMO

el nazismo de Hitler, que él mismo arrastró consigo a su ocaso -maldi- Horkheimer, sin olvidar a los abanderados de la crítica cristiana al pro-
ciendo a su pueblo antes de su cobarde suicidio-, este nihilismo europeo testantismo liberal y burgués, Barth, Brunner, Gogarten, Bultmann y
alcanzó su desbordamiento y mostró su vacía máscara, y en tal medida Tillich, además de Jaspers y Wittgenstein, pero también por Thomas
que ni el mismo Nietzsche, en su típica mezcla de banalidad y malióa, Mann, Hermann Hesse y muchos otros escritores y artistas que ya eran
hubiera podido siquiera sospecharl?o conscientes de ello después de la Primera Guerra Mundial. De ahí que
Quien sí presintió el asfixiante y opresor mundo que se avecinaba fue preguntemos de nuevo: ¿en qué situación nos encontramos medio siglo
un judío de Praga llamado Franz Kafka, que no tuvo que experimentar en después de Auschwitz?
propia carne el terror marrón, aunque su queridísima hermana Ottla no
pudo sobrevivir a los campos de concentración. En su obra reflejó un 4. Las consecuencias: superación del nihilismo
mundo que con razón se ha hecho proverbial en todas las lenguas: el
mundo kafkiano. Describe el laberíntico mundo moderno en su fase tar- De ningún modo queremos menospreciar aquí a la modernidad, con sus
día, el mundo de nuestro siglo con sus poderes anónimos y sus insupera- innegables logros en el campo de la filosofía, la ciencia, la tecnología, la
~ bies estructuras, con sus monstruosas guerras mundiales y sus prácticas de industria y la democracia. ¿Qué persona inteligente de nuestro tiempo
I explotación, un mundo que, con sus campos de concentración y sus Gu- querría volver de la modernidad a la Edad Media o a la época de la Re-
lags, ha llegado incluso a superar los horrores de la visión kafkiana. forma? Pero una cosa ha demostrado el holocausto: cuando la moderni-
No nos engañemos: ¡con todo ello, tocaba a su fin el paradigma de la dad, de tan eficaces y prometedores inicios, se entregó a una total secu-
modernidad, tan grandioso en sus comienzos! Su disolución era tato larización desvinculándose de todas las conexiones éticas y religiosas, vino
caeto distinta de la de los anteriores paradigmas: su crisis no sólo iba a parar en barbarie, ya se tratara de la Revolución francesa (<<la te-
acompañada, como sucede en todos los tiempos de transición, de nervio- . rreur»), de la Revolución rusa (<<Gulag») o de la «toma del poder» na-
sismo, inseguridad y angustia, sino también de una, hasta entonces des- cionalsocialista (<campos de concentración»). Sin religión la civilización
conocida, lejanía de Dios, el crepúsculo de Dios. Martin Buber, interlo- se convierte con frecuencia en densa tiniebla, lo que no significa que se
cutor judío de Kafka, lo señalaba como concepto clave del tiempo entre puedan banalizar o discutir los crímenes cometidos en nombre de la reli-
las dos guerras mundiales: «Oscurecimiento de la luz del cielo, crepúscu- gión (cruzadas, quema de brujas, Inquisición, anteriores persecuciones de
lo de Dios» sería «el carácter del momento histórico en que vivimos»18. los judíos). En este sentido, podemos llamar al holocausto, con el neo-
yorkino Rabí Irving Greenberg, un orientiering event, un «aconteci-
De una vez para siempre se ha quebrado la fe de la modernidad en miento orientadof», sobre todo para la cultura moderna (y también para
ídolos como la razón, el progreso, la cultura, la nación, la raza, la clase y la religión judía y la cristiana)20.
la humanidad. Dios ¿una proyección del hombre? Con la supuesta En último extremo: humanidad sin divinidad puede convertirse en bes-
.«muerte de Dios» (al principio, un grito de libertad), la teoría de la pro- tialidad. El nazismo, pese a su retrógrada orientación romántico-mito-
yección de Ludwig Feuerbach se vuelve contra sí misma: lo que el hom- lógica, era ostensiblemente un movimiento moderno entusiasmado por la
bre estaba ahí proyectando no era otra cosa que su propia muerte, la técnica, con una organización, burocracia, propaganda y, sobre todo, de-
«muerte del hombre». En los abismos del holocausto quebró la moderna fensa y ejército eminentemente modernos. Y justamente el nazismo ponía
fe del hombre en la grandeza humana, una fe, por cierto, ampliamente en evidencia lo siguiente:
compartida porjudíos europeos y americanos: «Creíamos en la bondad • Sin una vinculación ética, la ciencia moderna puede convertirse en
del hombre y esperábamos que la educación y la cultura la llevarían a pura mentira y propaganda.
buen puerto, contando con que la psicoterapia corregiría los desajustes"; • Sin una vinculación ética, la democracia moderna puede caer en el so-
escribía Eugene Borowitz. «Para el advenimiento del Mesías contábamos metimiento de las masas mediante el engaño y el terror de un Führer y
con la política, apoyada por las ciencias sociales. Seguíarnos los precep- su partido.
tos de la autorrealización y pronosticábamos el perfeccionamiento de la • Sin una vinculación ética, la tecnología puede terminar en asesinatos
humanidad. Tranquilamente sentados en casa, paseando, antes de acos- técnicamente perfectos de millones de personas.
tarnos y al levantarnos hablábamos del progreso humano y poníamos • Sin una vinculación ética, la industria puede deslizarse hacia el exter-
nuestra esperanza en nuevos proyectos. Pensábamos que en el viejo minio, industrialmente casi perfecto, de todo un pueblo.
trono de Dios se sentaba ya la humanidad»19.
Diríamos que la dialéctica de la modernidad reina en todas partes. ¡El h<Jiocausto es una advertencia para todas las naciones moder-
Esta dialéctica ha sido analizada agudamente, en los año~ treinta y cua- nas! En realidad, la racionalidad, tecnicidad e industrialización puestas
renta, por los agnósticos judíos alemanes, Theodor W. Adorno y Max en juego por los «ingenieros» Himmler y Heydrich, es decir, toda la

554 555
0.1. EL HOLOCAUSTO EN LA TEOLOGIA JUDIA

compleja organización industrial del exterminio de masas -sin duda in- 11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWlTZ
vención y perversión de la exactitud alemana- están absolutamente
en la línea de una modernidad europea secularizada y atea. El camino
desde la guillotina de Robespierre, pasando por los fusilamientos en El holocausto, este acontecimiento de inusitada brutalidad humana,
masa de Lenin, hasta los hornos de gas de Hitler muestra que el perfec- . plantea el problema de Dios con una profundidad hasta ahora descono-
cionamiento del asesinato seguía su propia lógica. ¿No rendían culto cida. A fin de no entrar en un mar sin fondo a la vista de tan inmensa
todas las grandes potencias europeas de entonces al Dios-Nación (raza, problemática, proseguiré la línea hasta aquí seguida en diálogo con es-
clase) al que, dado el caso, se sacrificaba todo: libertad, arte, religión, y tudiosos judíosl. Afrontaré el tema a partir de un fragmento de «teología
millones de vidas humanas? ¿Y no han sido todas «recompensadas» especulativa»2, que nos ofrece el sincero punto de vista del judío Hans
por este Dios: con militarismo, imperialismo, racismo y, en el ámbito in- Jonas, filósofo de la religión en la New School for Social Rechearch de
dividual, con indiferencia moral, apatía y falta de la más elemental hu- ,Nueva York. Jonas, partiendo de su situación personal (desterrado de
manidad, como se mostró con respecto a las víctimas del nazismo in- Alemania por los nazis; muerte de su madre en Auschwitz), pronunciaba
cluso entre las mujeres alemanas (este aspecto se discute actualmente en 1984 una impresionante conferencia en la Universidad de Tubinga
entre las feministas)? sobre la «idea de Dios después de Auschwitz». Si me permito al respecto
Ciertamente, después de dos guerras mundiales, después de los Gulags, alguna consideración crítica, no es porque me considere mejor informa-
del holocausto y las bombas atómicas, se anuncia, o más bien se en- do, sino porque soy consciente de la dificultad e incluso imposibilidad de
cuentra bastante avanzado un cambio de paradigma, un cambio global tocar fondo en esta cuestión.
de constelación. Ya no basta una modernización de la modernidad; se
impone la «superación'> de la modernidad, su transición a la posmoder- 1. ¿Impotencia de Dios frente al sufrimiento?
nidad. Tiene razón Rabí Irving Greenberg: «El cambio cultural que se ne-
cesita es un proceso complejo y pormenorizado ... Los límites de la razón ¿Es posible, después de Auschwitz, hablar de Dios como el todopodero-
-atestiguados tanto por el psicoanálisis como por la sociología científi- so, bueno y comprensible «Señor de la historia»? No, después de Ausch-
ca- deben quedar muy claros. Este proceso puede romper la tiranía de witz, para Jonas, es imposible mantener la vieja idea convencional de
las categorías modernas y permitir una nueva relación dialéctica con Dios, con sus predicados y atributos tradicionales. Después de Ausch-
las pretensiones de la razón y la ciencia. No se trata simplemente de vol- witz, se ha vuelto definitivamente claro3 que ya no es posible nconciliar
ver a la tradición. Se trata más bien de un movimiento hacia la posmo- la omnipotencia, la bondad y la inteligibilidad de Dios. Si Dioses todo-
dernidad,,21. Para ello pienso que se requiere ante todo -para los judíos poderoso y absolutamente bueno, entonces resulta incomprensible por
y también para los cristianos- una concepción posmoderna de Dios, ya qué no ha impedido algo tan cruel como Auschwitz. Y si Dio~es todo-
preconizada por las experiencias de la modernidad. poderoso y comprensible, entonces Auschwitz contradice su bondad.
Hemos de constatar un fenómeno casi paradójico: en los abismos de Pero si Dios es bueno y comprensible, entonces Auschwitz es prueba de
indecibles horrores han visto muchos quebrarse también la coraza de la su impotencia. Según Jonás, después de Auschwitz ya no es posible man-
irreligiosidad. La reflexión sobre Auschwitz ha permitido a muchos ju- tener al mismo tiempo los tres atributos: omnipotencia, bondaaabsolu-
íos seculares reconocer su oculta y postergada religiosidad y confesar la ta e inteligibilidad de Dios. ¿La alternativa?
'nviabilidad de su actitud negativa. Otro síntoma de posmodernidad: -Frente a la representación bíblica de la majestad divina, p~ne Jonas
entre dudas y dificultades, no pocos judíos han comenzado, mediante es- el Dios sufriente: «la relación de Dios con el mundo, desde el1llomento
udios de textos, liturgia, mística o actividades sociales, a atisbar el mis- <Jela creación, particularmente de la creación del hombre, implicaun su-
eria del Dios escondido en este mundo: «Al descubrir de nuevo nuestra frimiento por parte de Dios»4.
dentidad y profundidad judía, nos hemos encontrado a nosotros mismos -Frente al Dios que, en su perfección, permanece eternamente idén-
n una nueva relación con aquel que nuestra tradición llama Dios. El, tico, pone un Dios en proceso: no «una Eternidad indiferente y muerta ... ,
asi increíble, resultado dialéctico de nuestra confrontación con el holo- sino una que crece a médlCla que maduran los tiempos»5.
austo ha sido que una apreciable minoría en la comunidad judía se ha -Frente a un Dios lejano, en lo alto y cerrado en sí mismo ,pone un
ampro metido a indagar las dimensiones de su relación personal con Qios que se preocupa, que «se implica en aquello por lo que sepreocu-
ios ... Aunque su fe sea aún fragmentaria, es ya mucho lo que significa, pa»: "Un DIOS en peligro, un Dios con su propio riesgo»6.
n esta era vacía, incluso una fe parcial>, (E. Borowitz)22. Esta «relación --Frente a la omnipotencia, pone la impotencia de Dios, un Dios
con Dios», esta «fe», centrará nuestra siguiente t:eflexión. que en Auschwitz y en otras partes calló yli'Olñte¡'viñó~ porque no
quisiera, sino porque no podía»? Por decirlo de otro modo: Jonas man-

556 SS7
0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 2. LA CREACION DEL MUNDO, ¿AUTOLlMITACION DE DIOS?

. inocentes que tanto atormentaba a Dostoiewski o Camus, sin olvidar el


Itiene la bondad e inteligibilidad de Dios, incluso después de Auschwitz.
Pero tiene que excluir su omnipotencia. trágico dolor causado por las ciegas catrástofes naturales, por los grandes
movimientos sísmicos con decenas de millares de muertos, y muy espe-
. Todas estas ideas no son puro invento de Hans Jonas, Al contrario: cialmente el de tragedias tan inhumanas como el holocausto. Durante
'Jonas se sitúa conscientemente en la línea de una tradición que, como ya largo tiempo he intentado encontrar mi propio camino con respecto a
señalábamos en la primera parte, ha sido revivida en el siglo xx por el esta problemática 14 • Pero, ante tantas experiencias de inexplicable dolor
sabio judío Gershom Scholem: la tradición de la mística judía, de la cá- e indecible maldad, he preferido mantenerme en la línea de la gran tra-
balas. Ciertamente, en la cábala de Isaac Luria, del siglo XVI -ese cono- dición clásica, en lugar de entregarme a especulaciones cosmogónicas de
cido «León» «<Ari») descalificado posteriormente por el pseudomesías tipo gnóstico (Basílides; ¡Libro del gran Logos!) al estilo de Luria o
Sabbatay Zwi9-, existe una especulación cosmogónica sobre el origen de Jakob B6hme 15 • Y mantengo también esta línea con respecto al problema
la creación. Respuesta de Luria: puesto que Dios lo es «todo», la creación de la creación.
sólo es posible por un «repliegue» de Dios, un retraimiento, una autoli-
mitación. Cabalísticamente hablando, se trata de la doctrina del «Zim- 2. La creación del mundo, ¿auto/imitación de Dios?
zum»; un pensamiento semejante se encuentra expresamente en las re-
, presentaciones jasídicas de la «autorrenuncia», el «desposeimiento» y el ¿Es preciso admitir como presupuesto de la creación una autolimitación
«vaciamiento» de Dios. o contracción del Dios infinito? Por más que se intente explicar esta au-
La idea del Zimzum es más antigua que la cábala. Significa original- tolimitación como expresión de la omnipotencia de Dios, la considero e:x-
mente «concentración» o «contracción» de la santa presencia de Dios en cesivamente antropomórfica «<grosera», «indelicada", también para
el Santo de los Santos del Templo o en el monte Sinaí. Sin embargo, Scholem)16. Que Dios haya de concentrarse y autolimitarse al modo hu-
Luria no sólo amplía esta idea en sentido cosmogónico, sino que le da un mano para permitir otro ser y existir junto a sí, para hacer espacio y dar
.' contenido contrario: es una auto limitación de Dios ya al principio del tiempo 17, me parece que es privar a Dios de su inmensidad, e~ernidad y
tiempo, para así otorgar al mundo una existencia autónoma y hacer perfección. Ya Maimónides polemizaba contra la idea deque DIOS tuviera
posible el espacio y el tiempo. «La existencia del universo», según Scho- una especie de sutil y luminoso cuerpo. ¿No caen en un excesivo antr()·
lem, habría sido «hecha posible por un proceso de replegamiento de pomorfismo, tanto los cabalistas judíos como algunos teólogos católicos,
: Dios»lO. Dios «habría reservado en su esencia un ámbito del que él se re- I cuando, mediante esta idea de una contracción de Dios,pretenden saber

tira, una especie de original espacio místico que le permitiría exteriori- no sólo que Dios crea, sino también cómo lo hace? ¿N()existe el peligro
zarse en la creación y la revelación» 11. ¡La creación no sería, pues, en- de convertir a Dios en un Deus minor, en un «Dios atrofIado»?
I tendida como un acto de autoexpansión divina, sino de autolimitación! La teología judía actual se distancia con mucha raz~n de la cábala y
I Un Dios que, por la existencia de la creación, se niega un poco más a sí \ ante la presencia del mal, rechaza decididamente la ideade un Dios limi.
'. mismo y que, «después de haberse entregado al naciente mundo ... ya no tado. El probablemente más notable sistemático judío de la actualida¿,
12
!i tiene más que dar» (así se expresa también Hans Jonas ). Ahora le to- LouisJacobs 1s, profundo conocedor de la cábala, proclama su manifiesto
caría al hombre darse a él. escepticismo frente a la misma: «A menos que se crea, como lo hacen l()s
cabalistas, que esta doctrina es una revelación directa de Dios sobre el mis-
El discurso de Jonas sobre la «idea de Dios después de Auschwitz» está terio del Ser divino, hay que considerar la cábala como ungigantesco pr()-
cargado de seriedad y se desarrolla en «temor y temblop>, más allá de la yecto especulativo que sirve a los judíos para meditar s~bre ideas -ne()-
pura negación crítica de la religión y también de la acrítica afirmación or- platónicas y gnósticas- heredadas del pasado»19. Louis Jacobs se distancia
todoxa de Dios. ¿Es, por ello, una respuesta totalmente satisfactoria especialmente de la doctrina del «Zimzum» en el marco de la enorme-
para judíos y para cristianos? Veámoslo detenidamente: en esta cuestión mente complicada teoría de la creación de Luria, segúnlacual se vierten
no se trata ya de una controversia interreligiosa entre judíos y cristianos, en la creación diez potencias divinas (propiedades, fuer:.as, manifestaci()-
pues, por una parte, muchos judíos mantienen aquí un pensamiento muy nes) de la inconmensurabilidad de Dios, de las que por (iert.o, nada quie-
distinto del de los cabalistas y, por otra, algunos teólogos cristianos, re- ren saber los representantes cristianos del «Zimzum»: «laSldeas lurian;¡s
curriendo, entre otros métodos, a la «arcana doctrina» cabalística, in- son aceptadas por muy pocos judío~ modernos como verdad revelada »20,
tentan escrutar el misterio de Dios, descifrar el córn() de la creación y el Constantemente y con toda energía defiende este teólogo judío la unidad
por qué del sufrimiento humano 13 • de Dios, rechazando enérgicamente cualquier interpretación trinitaria de la
Abismal es sin duda el problema del sufrimiento, sobre todo, el no cul- tradición judía21 . Esto vale especialmente para la idea de una limitación de
'pable, el de los inocentes: ese sufrimiento privado-individual de niños Dios frente al mal existente en el mundo: «Surge la sm~cha de que ~e-

558 559
0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 3. NO UN DIOS INMISERICORDE

'mejante Dios limitado no posee realidad alguna, sino que es simple pro- . y relativo. Actúa como lo infinito en lo finito, como lo absoluto en lo re-
ducto de una febril imaginación humana. Por estos motivos y a pesar de lativo: no «el Ente» alIado o por encima de los entes, sino el dinámico
SUS brillantes defensores, esta doctrina místico-esotérica de un Dios limi- Ser en Sí (Tomás de Aquino), del que participa todo ente. El mundo po-
tado sólo ha podido conseguir unos pocos seguidores. Las claras alterna- dría entenderse como «participatio» (Platón) o mejor, como «explicatio
( tivas para el hombre son creer en Dios, tal como ha sido concebido tradi- Dei»(Nicolás de Cusa): como ex-plicación de un Dios que es en sí mismo
cionalmente, o bien confesarse lisa y llanamente ateo»22. lo múltiple sin pluralidad y lo distinto en la identidad, sin que por ello el
Con mayor fuerza aún rechaza el principal teólogo de la ortodoxia mundo haya de perderse en Dios, o al contrario, Dios se disuelva en el
americana, Joseph b. Soloveitchik, la nueva interpretación cabalística del mundo. No, ningún panteísmo, sino un verdadero pan-en-teísmo. En rea-
«Zimzum», puesto que ésta <<nada tiene que ver con las cuestiones cos- lidad, lo Infinito no actúa desde fuera o desde arriba en el mundo.
mogónicas de la halaká»: «El místico (cabalista) considera la existencia Como dinámica realidad realísima, actúa desde dentro en el proceso
del mundo como una especie de "afrenta" -Dios nos libre- contra la evolutivo del mundo, al que, al mismo tiempo, posibilita, administra y
dignidad de Dios: el cosmos, como quiera que él sea, limitaría la infinitud perfecciona. Así es preciso concebir a Dios, según la obra tardía de Ni-
del Creador»23. Contra esto, Soloveitchik afirma: «La creación del colás de Cusa (el «No-otro»): como «centro del centro, fin del fin, rela-
mundo no supone ninguna "mácula" (blemisbJ para la idea de divinidad, ción de la relación, ser del ser y no-ser del no-ser>' 27 • En otras palabras:
Va limita la infinitud de Dios; por el contrario es voluntad de Dios que su Dios no actúa sobre sino en la historia del mundo, en y con el hombre y
Sekiná, su divina presencia, se repliegue y limite en el ámbito de la reali- las cosas, como su origen, su primer fundamento y su fin definitivo. El in-
dad empírica»24. También para la teología judía tradicional vale, como finito fundamento-sentido del mundo y la historia, que todo lo abarca y
por mi parte siempre he defendido con respecto a la cristiana: Dios ha de gobierna: la primerísima-ultimísima realidad, inmanente y la vez tras-
ser comprendido como lo infinito en lo finito, la trascendencia en 10 con- cendente, que sólo puede ser aceptada en esa razonable confianza que lla-
creto, lo divino en la realidad empírica del mund025 • mamos fe.
Ciertamente, esta confesión del Dios incomprensible, del «Deus semper
Ante esta situación, como teólogo cristiano, en lugar de entregarme a maior» no hace más fácil una «teodicea», una «justificación de Dios'>, su
experimentos especulativos judíos o cristianos, prefiero atenerme a la defensa frente a la lamentable e inmensa miseria de este mundo, las os-
confesión clásica de un Deus semper maior, que, en cuanto máximo, es curísimas dimensiones de la historia y, muy especialmente, el holocausto.
también lo mínimo, y que así supera lo máximo y lo mínimo, según ex- Que, en cuanto hombres, tenemos derecho a re untar y cuestionar, a
presión de Nicolás de Cusa en su temprana y principal obra De docta ig- I2rotestar ya quejarnos, o emos apren loen particu ar e a 19ura oí-
norantia: «Desde el punto de vista de la teología negativa, en Dios no' . ~lica de lob~ Frente a tantos malentendidos y equívocos en la actual dis-
existe otra cosa que infinitud»26. cúsión sobre Dios y el sufrimiento entre (y bajo) judíos ycrístianos, qui-
Creación «de la nada'> no significa, pues, en la tradición clásica cris- siera comenzar reseñando algunas convergencias fundamentales en esta
tiana, una especie de negra nada antes o alIado de Dios, ningún espacio cuestión, antes de tomar postura con respecto a las diferencias 28 _
vacío autónomo que Dios habría tenido que liberar para poder desplegar
su actividad creadora. Creación «de la nada'> es pura expresión de que el 3. No un Dios inmisericorde, ni uno digno de lástima,
mundo en su totalidad -incluidos espacio y tiempo, como subraya sino un Dios com-pasivo
Agustín- se debe a la causa primera, y a ninguna otra, sólo a Dios. Lo
:finito, pese al pensamiento antropomórfico de teólogos judíos y cristia- Es innegable que existen convergencias entre judíos y cristianos sobre la
los, de ningún modo puede suponer una limitación de lo infinito. Ni si- idea de Dios después de Auschwitz, Hiroshima y el Archipiélago Gulag.
quiera un universo infinito en espacio y en tiempo -después de Einstein, • Judíos y cristianos coinciden ampliamente desde el punto de vista ne-
la mayoría de los científicos lo consideran finito- podría limitar la infi- gativo: en una común crítica judea-cristiana a un Dios sin mundo,
nitud de Dios en todas las cosas. ¿Por qué no? Porque Dios es totalmen- ocioso, ahistórico, apático, cruel, inmisericorde.
te distinto: Espíritu infinitamente puro, al que nada puede limitar. Ade- • Judíos y cristianos coinciden también en la afirmación positiva: en la
l.
más, las cosas, el hombre, el mundo no existen por debajo o alIado, sino común fe judea-cristiana en un Dios secretamente presente, de verdad
len Dios, el Infinito. No alIado sino en su divino Ser y Esencia concede el actuante en la historia, un Dios misericordioso y com·pasivo.
Creador ser y existir a las cosas, crea espacio y da tiempo.
Dios no necesita concentrarse y de algún modo contener el aliento Esta concepción se halla presente en toda la Biblia hebrea y es in-
Ipara exhalar la creación. Ojos no se repliega con la creaúón, sino que cuestionable fundamento del Nuevo Testament029 _ ¿Cómo imaginar,
tmás bien se da a sí mismo. El no actúa en el mundo al modo de lo finito después de Auschwitz, una concepción en la que se dejara a Dios al

560 561
D.II. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 4. ¿UN DIOS CRUCIFICADO?

margen de los acontecimientos de este mundo, sin nada que ver con 4. ¿ Un Dios crucificado?
ellos, por así decirlo, en la situación de mero observador?
Cuidado: ¡tampoco conviene olvidar sin más la prohibición vetero- Después de la Segunda Guerra Mundial, algunos teólogos cristianos han
testamentaria de hacer imágenes de Dios! La gran tradición judía de la intentado resolver la problemática del sufrimiento recurriendo a una ex-
irrepresentabilidad de Dios (por no hablar de la filosofía griega) llama al presión de Dietrich Bonhoeffer a un «Dios sufriente». Dios sería «im-
cristiano a la prudencia. ¿En qué sentido? Le advierte, en efecto, que no potente y débil en el mundo» y sólo así estaría con nosotros y nos
puede abandonar la trascendencia de Dios ante las cambiantes expe- ayudaría; sólo el «Dios sufriente» puede ayudarnos 30 . Algún teólogo, a
riencias humanas, y tampoco banalizarla o mitigarla en aras de un ex- la vista del holocausto, ha llegado a la conclusión de que «el indecible
cesivo antropomorfismo. sufrimiento de seis millones de personas es también la voz del Dios su-
friente»31. Otros teólogos han tratado de resolver teóricamente el pro-
No, ninguna reducción de la trascendencia en favor de la divinidad de blema del sufrimiento mediante una historia passionis intratrinitaria,
Dios: por un juego dialéctico entre Dios y Dios, o incluso de Dios contra
Ciertamente es oportuna la crítica a una concepción adialéctica de la Dios.
omnipotencia de Dios, el cual, como «ab-soluto» dueño del poder, «des- Sin embargo, adoctrinados por la gran tradición judeo-cristiana y
vinculado» de todo e impasible, todo lo dirige y todo puede o podría ha-
cerlo. ¡ conscientes del problemático modelo de pensamiento hegeliano, lo más
conveniente parece la prudencia ante tales especulaciones sobre un «Dios
Pero también está claramente indicada la crítica a una dialéctica que, lsufriente», «Dios crucificado»32, o incluso «muerte de Dios»33, que por
para explicar el sin sentido del sufrimiento, recurre a la magia conceptual
del poder y la impotencia de Dios, de la fuerza y la debilidad, e incluso a
la simple disolución del poder en la impotencia de Dios, de la sabiduría
en la necedad, de la santidad en la culpa de Dios. Aquí ya no es posible
¡ ICierto están más inspiradas en Hegel que en la Biblia. Nunca han tenido
mucho éxito entre judíos y musulmanes y cada vez se vuelven más difí-
cilmente aceptables para muchos cristianos. ¡Como si el sinsentido de
!1 este inmenso dolor humano, especialmente el de los inocentes, el de esta

reconocer al Dios de la Biblia. !,iatormentada historia y, en definitiva, el del holocausto se pudiera resol-
Ciertamente, hay que reconocer la objeción contra un Creador teo- 'ver incluyéndolo en un «contexto más amplio» mediante especulaciones
crático que todo lo controla, un Dios autoritario e inaccesible diríamos, cristológicas y manipulaciones conceptuales de la idea de Dios! En todo
un déspota. caso, la teología judía, al margen de tales operaciones de reflexión cris-
Pero no menos razonable es la crítica con respecto a un Dios débil e tológica, intenta una respuesta teológica al reto del holocausto. También
indefenso, un Dios impotente que ha abdicado de toda clase de previsión para los teólogos cristianos -a pesar de la «humanidad» o, más exac-
y disposición en el acontecer del mundo. Indudablemente tampoco éste es tamente, de la «humanitariedad» (<<filantropía»34) de Dios manifestada
el Dios bíblico. en ]esucristo- debería ser posible evitar cualquier nivelación de la tras-
. Ciertamente son comprensibles las dudas sobre la representación de cendencia, cualquier rebaja de la divinidad de Dios, incluso ante tan in-
un Dios apático en su platónica inmovilidad e impasibilidad. comprensible sufrimiento y dolor.
Pero también hay que expresar fuertes dudas con respecto a un Dios Un simple repaso de la Escritura sin duda nos permite reducir a su
totalmente antropomórfico, un Dios insensato, sometido al dolor hu- justo límite estos atrevimientos especulativos. Según (1 Antiguo Testa-
mano, un Dios muriente que ya no da más de sí y del que casi habría que mento el hombre invoca constantemente a Dios, en la esperanza de que
tener compasión y piedad. Éste ya no sería un Dios com-pasivo, sino más sus peticiones y clamores no quedarán desantedido~, pero nunca ha
bien digno de compasión. Tampoco estamos aquí ante el Dios de la Bi- hecho de su aflicción, su dolor y su muerte, la aflicción, el dolor y la
blia. muerte de Dios. Sin duda la Biblia hebrea, utilizando un lenguaje antro-
Estoy firmemente persuadido de que con semejantes fantasmagorías pomórfico, atribuye con frecuencia a Dios toda la gama de sentimientos
sobre Dios no se resuelve el enigma del sufrimiento humano, ni se «ex- y comportamientos humanos: ira, quejas y dolor por la conducta de su
plica» una realidad tan monstruosa como Auschwitz. Con razón los pueblo, pero también inagotable paciencia y contención de su ira. Sin em-
musulmanes, más preocupados por la trascendencia de Dios que muchos bargo, en ningún momento se olvida la distinción entre Dios y el hombre,
cristianos y judíos, hacen sus comentarios crítico-irónicos sobre esta ni se explica o mistifica el dolor y sufrimiento del hom~re por el dolor y
«decadente» y «latimosa» imagen de Dios. La imagen de Dios ofrecida ¡sufrimiento de Dios. En ningún lugar se trueca la divinidad de Dios en
por una determinada cristología es en este punto especialmente criticable, ;no-divinidad, su fidelidad en infidelidad, su fiabilidad (n infiabilidad, su
y se impone matizar cierto pensamiento globalizante. De ahí la pregunta: ¡misericordia divina eJ} compasión humana. En el An~guo Testamento
'rige siempre: si el hombre falla, Dios no falla; si el hOlnbre muere, Dios

562 563
0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 4. ¿UN DIOS CRUCIFICADO?

~
o muerN.:on él. «Porque soy Dios, no hombre; en medio de ti Yo el contramos aquí ante un antropomorfismo extrabíblico? Desde el Nuevo
Santo», se dice en Os 11,9 contra cualquier humanización de Dios, a Testamento es preciso afirmar con toda claridad: en la locura e impo-
pesar de tratarse de un libro especialmente antropomórfico a la hora de tencia de la cruz de Cristo no se hace «visible» un Dios crucificado, un
hablar de la «compasión» de Dios para con su pueblo. Dios débil, insensato, impotente. ¡Si pudiera hablarse de un Dios muerto
También en el Nuevo Testamento clama Jesús, el Hijo de Dios, a su en la cruz, quedaría sin resolver la cuestión de quién ha podido devolver
\Padre, porque, en lo profundo de su dolor, se siente abandonado de la vida a este muerto! Únicamente en la lógica de la dialéctica hegeliana
¡Dios. En ningún lugar aparece Dios clamando a Dios, y nunca se mues- puede el Dios muerto volver nuevamente a la vida mediante un salto dia-
tra un Dios débil, impotente, sufriente, crucificado o muerto. Cuando el 1éctico' pero ésta es sólo una solución especulativa. ¿Y desde el punto de
dolor humano se identifica con Dios hasta el punto de convertirse en vista del Nuevo Testamento? ¡Desde este libro resulta aberrante cualquier
\dolor de Dios, cuando el clamor humano se vuelve también clamor de idea de una autorredención de Dios!
¡Dios, ¿no se convierte también el pecado del hombre (los crímenes de los El ser teólogos no nos autoriza a ser ilusos: la cruz en sí misma no es
esbirros de las SS) en pecado del mismo Dios? sino un enorme fracaso que no es preciso disimular. Un infinito aban-
No, como teólogo cristiano afianzado en el pensamiento bíblico, es dono del Enviado de Dios por parte de los hombres y de Dios mismo.
imposible obviar una desnuda constatación: el mensaje, la palabra de la En este sentido es preciso estar de acuerdo con el filósofo Hans Blu-
cruz, sólo es, según Pablo, locura y debilidad para los no creyentes, menberg cuando interpreta el angustioso lamento de Jesús por su aban-
pero para los que creen es fuerza de Dios y sabiduría de Dios35 . Una pa- dono de Dios como el «fracaso de Dios» en su obra, como su «autone-
radoja sin duda, pero no una contradicción. Lo importante para el diá- gación». Si nos concentramos únicamente en la muerte en la cruz, no es
logo judea-cristiano es que, en la cruz de Jesucristo -y aquí todo el nada fácil contradecir a Blumenberg. Con todo la Pasión según San
Nuevo Testamento está en la línea de la Biblia hebrea y contra las espe- Mateo, de Juan Sebastián Bach, que él utiliza como base de su interpre-
culaciones gnóstico-cabalísticas- no puede decirse sin más que Dios tación, termina, lo mismo que los evangelios, con la certeza de la ~­
ha sido crucificado: el Dios, ho theós, Deus pater omnipotens (y, natu- rn:cción y la redención, la certeza de la «reconciliación» entre el hombre
ralmente, tampoco el Espíritu Santo de Dios). ¿Cómo habría podido y Dios 4o • A la luz de la resurrección de Jesús la manifiesta ausencia de
: entonces el Crucificado encomendarse a Dios y gritar: «Dios mío, Dios Dios puede ser percibida en la fe como oculta presencia. Pero esto no ha
mío»36? No, según el Nuevo Testamento, aquí no tiene lugar ningún de interpretarse especulativamente en el sentido de UJla autorresurrec-
«viernes santo especulativo»37, no se trata de ningún «salto mortal» del ción de Dios. Una vez más, según todo el Nuevo Testamento: el anuncio
mismo Dios, no pende en la cruz «Dios» mismo -pese al famoso relato de la resurrección a una nueva vida no se refiere a Dios, sino únicamente
.de Auschwitz, de Elie Wiesel, sobre el joven ahorcad0 38- sino el «Un- al Hijo, a Jesús. Pero, ¿quién es el sujeto agente de la resurrección?
gido» de Dios, su «Cristo», el «Hijo del Hombre'). Con otras palabras, la Ciertamente el mismo Dios (ho theós) que es un Dios de vivos y no de
:,cruz no es el símbolo del Dios «sufriente», «agónico», «el símbolo del muertos, el «Padre». Pablo se refiere no a Dios, sino a «Cristo», el
'¡Dios que sufre tristezas de muerte», sino el símbolo del hombre angus- Hijo de Dios, cuando afirma con toda claridad: «Ciettamente fue cru-
'Itiado. En la cruz no ha muerto Dios mismo (ha theós), el Padre, sino el cificado en razón de su flaqueza, pero está vivo por la fuerza de Dios
¡Mesías y Cristo de Dios, la Imagen, la Palabra y el Hijo de Dios. ¡Con (del Padre) »41.
razón condenó muy pronto la Iglesia la doctrina abíblica del «patripa- Sólo así por la recepción del Hijo en la eterna vida de Dios, se muestra
sianismo», la concepción de que quien padeció habría sido el mismo Dios Dios mismo a los creyentes como solidariamente cercano a este Hijo uni-
I¡Padre! Si la teología judía protesta enérgicamente contra una cruel y sá- génito (yen él a todos-sus hijos e hijas), incluso en medio de su dolor, en
rdica idea de Dios, según la cual un Dios sanguinario exigiría el sacrificio su abandono y su muerte: como un Dios ligado tambiélla nuestro dolor,.
Ilde su propio hijo, también protesta la teología cristiana, con no menos afectado por nuestro sufrimiento (culpable o inocente), como el Dios al
¡¡fuerza, contra la imagen de un Dios paciente y masoquista que, en su de- que conmueve nuestra pobreza y toda clase de injusticia, misteriosa-
Ibilidad~ ,se sometería al torI?ento d~l dolor y de una muerte para la re- mente con-pasivo y en definitiva, infinitamente bueno ypoderoso.
surreCClOn, so pena de segUlr padeCIendo eternamente. Esto es lo sumo que es posible y justo decir, a partir de la Escritura~
sobre el problema de Dios y el sufrimiento. ¿Será posible también, desde
Ante cualquier especulación reductora con respecto a Dios, me pre- esta convicción de fe, un discurso sobre Dios después deAuschwitz? ¿No
gunto: ¿cambia realmente lo más mínimo la situación del sufrimiento hu- ( plantea aquÍ, con una radicalidad totalmente nueva,la cuestión de la
se
mano por el hecho de implicar a Dios directamente en ella? Como en teodicea, el problema de la justificación, de la defensa ae Dios?

I
cierta ocasión pude escuchar de labios de Karl Rahner: ¿le va mejor al
hombre por el hecho de que le vaya también mal a Dios?39. ¿No nos en-

564 565
0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ
5. RESPUESTA AL PROBLEMA DE LA TEODICEA

S. Respuesta al problema de la teodicea


¡Qué mesura se impone aquí al espíritu humano, tanto si se trata del es-
Cuando uno se ha enfrentado durante decenios con los intentos de la teo- cepticismo teológico, de la metafísica teológica, de la idealista filosofía de
dicea -en la modernidad desde Gottfried Wilhelm Leibniz hasta Hans la historia o de la especulación trinitaria! Quizá esto nos enseñe a consi-
]onas-, pienso que puede afirmar rotundamente: no existe ninguna res- : derar los argumentos de un Epicuro, Bayle, Feuerbach o Nietzsche con-
puesta teórica al problema de la teodicea. Desde una fundamental actitud ! tra determinada teodicea, nO,ya como blasfemia contra Dios, sino como

creyente sólo cabe afirmar: . burla de los hombres y, en especial, de la petulancia de los teólogos. En
• Si Dios existe, también estaba en Auschwitz. Creyentes de distintas re- I este punto extremo y ante tan difícil problema, me parecería mejor una

ligiones y confesiones, incluso ante esta fábrica de muerte, se han : teología del silencio. «Si yo lo conociera, entonces yo sería él», reza un
mantenido firmes en esto: a pesar de todo, Dios vive. ~I viejo proverbio judío. Algunos teólogos judíos, ante el sufrimiento, pre-
l fieren renunciar a una última justificación de Dios, limitándose a citar la
• Pero, al mismo tiempo, el creyente ha de admitir: queda una cuestión
insoluble: ¿cómo ha podido estar Dios en Auschwitz y no impedir ¡ lapidaria expresión de la Escritura, en el relato de la muerte de los dos
hijos de Aarón por el fuego divino: «Y Aarón no dijo nada»43.
Auschwitz?
Ninguna de las grandes figuras espirituales de la Humanidad -ni
Frente a cualquier apologética piadosa, hay que admitir lúcidamente: Agustín, ni Tomás, ni Calvino, ni Leibniz, ni Hegel- han resuelto este
el teólogo que p~etende escudriñar el misterio del mismo Dios, se en- "ancestral problema. Kant escribía en 1791 Sobre el fracaso de los in-
cuentra, en el meJor de los casos, con su propio teologúmeno, su insig- tentos filosóficos de una teodicea, justo cuando se estaba pensando en
nificante respuesta teológica. Ni la Biblia hebrea ni el Nuevo Testamen- París en deponer a Dios suplantándolo por la Diosa Razón. ¿Es por el
to nos explican cómo el Dios bueno, justo y poderoso -atributos que no kontrario el ateísmo la solución? ¿Un ateísmo que encontraría en Ausch-
podemos abandonar si queremos seguir hablando de Dios- ha podido !witz su garantía? ¿Es Auschwitz la inconmovible roca del ateísmo?
permitir en este mundo tan inconmensurable dolor, en lo pequeño (si es ~ ¿No podría A~schwitz ser má~ bi~n c<?nsecuencia y fin del ateísmo?
que cabe hablar aquí de «pequeño») y en lo grande (lo inmenso), cómo
ha podido «aguantar» que fuera posible Auschwitz, «quedarse mirando'>
¡1¿Acaso se explIca el mundo meJor SIn DIOS? ¿Su grandeza y su miseria?
,¿Explica la increencia el mundo tal como ahora es? ¿Consigue la incre-
ómo fluía el gas y cómo abrasaban los hornos crematorios. o encia consolar en medio del incomprensible e insensato dolor inocente?
Las clásicas fórmulas teológicas no parecen bastar para consolarnos ¡Como si ante semejante dolor no tuviera también sus límites la razón
ante el inmenso sufrimiento del holocausto: Dios no «quiere» el dolor; increyente! No, aquí el antiteólogo no se encuentra en mejor situación
pero tampoco se opone a él, sino que más bien lo permite, «lo tolera». que el teólogo.
: ¿Resuelve esto el enigma? No, ni ayer resolvió nada ni ahora lo resuelve. Precisamente, el escritor judío Elie Wiesel, cuyo libro autobiográfico
.Pero cabría replicar: ¿Habremos de ser justamente nosotros quienes libe- sobre Auschwitz ya hemos mencionado, demuestra a través de toda su
remos al mundo de este ancestral problema de la humanidad? ¿Desde qué obra dramática y en prosa que «Auschwitz» no se explica adecuada-
nuevos conocimientos y basados en qué nuevas experiencias? No hace mente ni mediante una teología especulativa ni mediante una antiteolo-
falta referirse Aecesariamente al holocausto. A veces basta un fracaso gÍa. A la pregunta de si es posible hablar «sobre Dios» después de Ausch-
profesional, una enfermedad, la pérdida, la traición o la muerte de un solo . witz, responde tajantemente: «No creo que podamos hablar sobre Dios
hombre para sumirnos en la desesperación. Ese fue el caso del americano sólo podemos --como decía Kafka- hablar a Dios. Inc1uSO-Cuand~
Rabí Harold S. Kushner. A raíz de la trágica enfermedad y la muerte de un hablo contra él, le hablo a él. Y cuando estoy ;:urado con Dios, intento
hijo, escribió un libro, que se convertiría posteriormente en «best-seller», mostrarle mi ira. Pero en el fondo de todo ello se esconde una confesión
titulado: Cuando pasan cosas malas a la gente buena42• Su propuesta de de Dios, no una negación». ¿Puede, después de Auschwit2,existir toda-
solución: eliminar la idea de la omnipotencia de Dios. Otros encuentran no vía una teología? Wiesel responde: «Personalmente creo (jue no. Ya no
! menos inconvenientes en la situación contraria (<<Cuando pasan cosas
puede haber teología después de Auschwitz, y menos todavía sobre
, buenas a la gente mala»), y se inclinarían a negar la bondad y justicia de Auschwitz: Hagamos lo 9ue hagamos, estamos perdidos, y cualquier
¡Dios. Ninguna de ambas posturas rompe el dilema. Un Dios despojado de cosa que dIgamos, resulta madecuada. Lo que sucede no puede ex~se
I su omnipotencia deja de ser Dios, y la idea de que Dios,. en lugar de
con Dios; lo que sucede no puede explicarse sm Dios. ¿Teología, logos de
bueno y justo, es cruel y arbitrario, resulta simplemente insoportable. Dj<?~Quién soy yo S.ara explicar a Dios? Algunos lo intentan. Yo creo
que fracasan. Sin em argo ... Están en su derecho al intentarlo. Después
De buen o mal grado, hemos de aceptarlo: ni las negaciones precipi- de Auschwitz todo es puro intento»44. ¿Qué hacer entonces, si, a pesar de
tadas ni las meras afirmaóones especulativas resuelven el problema. todo, aún tenemos derecho a un intento teológico?

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0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 6. EN VEZ DE COMPRENDER TEORICAMENTE EL SINSENTIDO DEL DOLOR

6. En vez de comprender teóricamente el sinsentido del dolor, quiere «sentido» el sinsentido de esta muerte en el abandono ~e Dios.
confiar y resistir Sólo mediante esta fe, se convierte el Crucificado, renacido a la Vida eter-
na en Dios, en una invitación a confiar esperanzadamente, incluso en
No hay más remedio que aceptar lo siguiente: si ni una «t~oría» teológica medio del sinsentido del dolor, en el sentido de una muerte en el desam-
ni una antiteología explican el dolor, se impone otra actItud fundamen- paro de Dios, y también a practicar en esta vida una resistencia y per-
tal. Mi postura, madurada durante decenios, y a la q.ue aún no he en- severancia sin límites. No es precisamente la espera de un happy end en
contrado una alternativa convincente, es ésta: el exorbItado dolor, el su- la tierra, como sucede en la historia de Job, que al final recupera a s~s
frimiento inocente y sin sentido -individual o colec~iv<;>- no pue~e tres hijas. Se trata de una radical oferta, incluso en medio de un dolor Slll
entenderse teóricamente, sino sólo soportarse en la practIca. Para CrIS- sentido (aguantado, si es preciso, hasta su trágico desenlace final), la ofer-
tianos y judíos sólo existe una respuc::s~a práctica al pr~~lema de .l~ teo- ta de reconocer un sentido: un sentido oculto que el hombre no puede
dicea. Judíos y cristianos pueden remltuse en esta cuestIon a tradICIOnes descubrir por sí mismo, sino que le acontece en virtud de este abando-
diversas, aunque estrechamente vinculadas: ., . . nado por Dios y los hombres, pero finalmente justificado. Dolor y espe-
En situaciones de extremo dolor, los judíos y tamblen los CrIstianos, ranza se encuentran en la Biblia indisolublemente unidos48 • Esperanza en
tienen a la vista la figura de Job que les muestra una doble. vertiente: Dios un Dios que, a pesar de todo, no es un Dios caprichoso y apático, sino el
es y será siempre incomprensible para el hombre y, SIn e~ba!go, el Dios que se mostrará en su amor redentor.
hombre cuenta con la posibilidad de encontrarse con este DIOS Incom- Sin minimizar, reinterpretar o glorificar el dolor, sin admitirlo estoica,
prensible, no ya desde la resignación o desesperación, sino en un i~con­ o pasivamente, a partir de Jesús, siervo sufriente de Dios, es posible re-
dicional acto de confianza. A partir de Job, el hombre puede confIar en conocer, y también confesar, esperando contra toda esperanza, en la
que Dios aceptará incluso la protesta contra el dolor, manifestándose al , protesta y la oración: . .
in como su creador que le redimirá del sufrimiento. -que Dios, aun en medio de un dolor aparentemente Slll sentIdo,
Para los cristianos -¿por qué no también para los judíos?- emerge, sigue misteriosamente presente;
en situaciones de extremo dolor (por encima de la, en el fondo, ficticia fi- --que Dios, si bien no nos preserva de todo dolor, sí nos guarda en el
gura de Job) la figura verdaderamente histórica del «Siervo de Dios»45, dolor; .
que sufre hasta la muerte, del varón de dolores de Nazaret. Su prendi- --que por nuestra parte hemos de intentar, siempre que sea pOSible,
miento, fragelación, escarnecimiento: su lenta. ag<;>nía en I~ c!uz son mostrar nuestra solidaridad en el dolor y hacerla efectiva;
como una triple anticipación de la hornble expenenCIa de las vI~tlmas del -que no hemos de limitarnos a aguntar el dolor, sino que, aser po-
holocausto (Susan Shapiro)46: esa experiencia medular de sentIrse aban- sible, hemos de combatirlo, sobre todo en las situaciones y estructuras
donado por todos los hombres, privado de la misma condición humana que lo producen.
y hasta olvidado por Dios.. ,
El historiador Martin GIlbert narra en su monografIa El holocausto la Si ésta es una respuesta que ayuda, no a olvidar el dolor, sino a asi-
historia del joven de 16 años Zwi Michalowski: «El 27 de septiembre de milarlo, habrá de juzgarlo cada uno. Personalmente, me conmueve y
1941, debía este joven ser ejecutado, junto con otros más de 3.000 judíos anima el hecho de que, incluso en Auschwitz, innumerables judíos, y
lituanos. Cayó en la fosa inmediatamente antes de que los otros fueran al- también algunos cristianos, han creído, pese a todos los horrores, en el
canzados por la ráfaga. Durante la noche se arrastró fuera de la fosa Dios misteriosamente presente, en el Dios compasivo y misericordioso.
común y huyó hasta la aldea más cercana. Un labrador le abre su puerta, ¡No sólo han confiado, sino -lo que con frecuencia se olvida- también
lo ve desnudo y cubierto de sangre, y dice: "Judío, vuelve a la tumba, que han rezado en medio del infierno de Auschwitz! Contamos conconmo-
es lo tuyo". Desesperado, llama pO.f fin a la puerta de una viuda de e~ad vedares testimonios que muestran que, en los campos de concentra-
y le impreca: "Soy tu. S~ñor, Jesucnsto. H~ descendIdo,?e la cruz. ¡l;,1lra- ción, no sólo se recitaba secretamente el Talmud y se celebraban las fies-
me, la sangre, el sufrImIento el dolor del Inocente! iI?eJam~ entrar! . La tas, sino que se elevaban confiadas plegarias a Dios ante la misma
viuda se arroja a sus pies 'f lo esconde durante tres dIas. El Joven huye al inminencia de la muerte49 . El rabino Zvi Hirsch narra cómo él mismo,
monte. Y allí se queda hasta el fin de la guerra como partisano»47. arriesgalldo la vida, acudió, a instancias de 1.400 jóvenes condenados a
muerte, para hacer sonar por última vez el shofar «<cuerno del c;1mero»)
'Tuvo la muerte de Jesús algún sentido? Esta muerte en el abandono el día delRosh Ha-shana (Año Nuevo judío); al abandonar el barracón,
de bias y de los hombres n? debe escam,ot~arse o, sublimarse espe~ulati­ un joven exclamó: «El Rabí ha robustecido nuestro espíritu cuando nos
vamente recurriendo a teonas antropomorflcas. Solo en la perspectiva de
dijo que "incluso si uno se ve con el filo de la espada en la garganta, no
la fe en el resurgir de Jesús, por Dios y en Dios, a una nlleva vida, ad- ha de dudar de la misericordia de Dios". y o os digo, podemos esperar

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0.11. CONCEPCION DE DIOS DESPUES DE AUSCHWITZ 7. UNA TERCERA VIA

que las cosas vayan mejor, pero tenemos que estar preparados por si to- Dios, a pesar de todo, no irracional, sino plenamente razonable: la fe en
davía empeoran. Por Di~s, no nos olvidemos de invocar rendidamente un Dios que sigue siendo la luz en medio de una abismal oscuridad. Por-
en el último momento el Sema' Isra'e¡"so. En efecto, incontables judíos (y que existe Auschwitz, dice el incrédulo, la idea de Dios me resulta inso-
algunos cristianos), en los campos de concentración, han confiado en portable. Y el creyente, judío o cristiano, puede replicar: sólo porque
que tiene sentido asumir el propio dolor, invocar al Dios escondido y so- existe Dios soy capaz de soportar la idea de Auschwitz.
Correr en la medida de lo posible a otros. Y, porque muchos hombres Así lo ve, en la perspectiva de la teología judía, el teólogo ortodoxo
han rezado incluso en Auschwitz, no se ha vuelto más fácil rezar después americano Michael Wyschogrod: «La fe judía es desde sus orígenes una
de Auschwitz, pero de ningún modo ha de considerarse la oración como fe en que Dios puede hacer lo humanamente incomprensible. En nuestro
inútil. tiempo, esto implica creer que, a pesar de Auschwitz, Dios cumplirá su
promesa de salvar a Israel y al mundo. ¿Puedo yo entender CÓmo es esto
7. Una tercera vía posible? No. Lo que de ningún modo puedo comprender es cómo va a
retribuir Dios a los muertos en el holocausto. Pero, conAbrahán, creo
¿Acaso en Auschwitz han dirigido los hombres -judíos o cristianos- que lo hará. ¿Es escandalosa esta fe? ¿Se toma a la ligera el sufrimiento
sus súplicas a un Dios débil, insensato, prisionero, impotente o muerto? de los asesinados? En cierto sentido sí, au~que sólo en perspectiva hu-
¡Inimaginable! En todo caso, han debido invocar a un Dios vivo, ac- mana. Pero Dios puede hacerlo y lo hará. El no está lig2.do a lo huma-
tuante, misteriosamente presente en su ausencia, a un Dios en cuyo namente posible. Ha prometido salvarnos, y lo hará»51.
poder y bondad confiaban, aun en medio de la violencia y maldad de los Considero que judíos y cristianos deberíamos dialog<lr más a fondo
hombres: al sol totalmente velado entre oscuros nubarrones. Como es- sobre esto en el futuro. Es exactamente el pensamiento de Pablo, expre-
ribiría un judío en los muros del gueto de Varsovia: sado en lenguaje hímnico, pero fuertemente impregnado por su propia
experiencia de sufrimiento, y que hoy podría escribir de nuevo con res-

I
creo en el sol, aunque no brille. pecto a Auschwitz, Hiroshima o el Archipiélago Gulag: «Si Dios está por
Creo en el amor, aunque yo no lo sienta. nosotros, ¿quién contra nosotros? ... Pues estoy seguro de que ni la muer-
Creo en Dios, aunque no pueda verlo. te ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro,
ni las potestades de la altura o de la profundidad, ni c:riatura alguna
No, no fue un Dios impotente, sino el compasivo Dios del amor, de la podrá separarlos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
fuerza, de la bondad y la misericordia quien dio valor a las víctimas para nuestro»52.
resistir la crueldad. Confesar al Dios misericordioso en los campos de ex- Sólo al final se revelará lo que el filósofo agnóstico judío, Max Hork-
.terminio no significa, por tanto, considerar al mismo Dios como prisio- heimer, tan ardientemente esperaba de lo «totalmente OtrO)): «que el ase-
nero, como víctima, como muerto. Significa confesar a Dios como un sino no triunfe al fin sobre la víctima inocente»53. Sin duru,nuestros her-
Dios vivo para los prisioneros, para las víctimas, para los muertos. Un manos y hermanas judíos podrán estar de acuerdo con algo que, en la
Dios, en definitiva, que está claramente de parte de las víctimas, y no de línea de los profetas, leemos en las últimas páginas de]Nuevo Testa-
parte de los verdugos. Nuestra común fe, judía y cristiana, se dirige a un mento: «Y él será su Dios. Y enjugará toda lágrima desus ojos, y no
Dios que será Señor dei futuro, que hará justicia al desvalido y que habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo
mostrará su poder en el débil y el pobre: ¡un Dios de vivos y no de viejo ha pasado»54.
muertos!
No creo haber resuelto con mi respuesta la dura cuestión de la «no in-
tervención» de Dios, de por qué «no ha impedido» Auschwitz. Considero
que no tiene solución en el plano teórico, pero, al menos, he intentado re-
lativizarla. Desde mi punto de vista, judíos y cristianos contamos con una
vía media teológica frente a esta insondable negatividad: por una parte,
la increencia de quienes creen encontrar en Ausc.hwitz un fuerte argu-
mento contra Dios, pero que en realidad nada explica; por otra, la cre-
encia en Dios de quienes consideran Auschwitz en la perspectiva de una
especulación trinitario-teológica, e intentan superélrlo en una dialéctica
intradivina del dolor, pero que tampoco explican la causa última del su-
frimiento. Nuestra modesta vía media es una indestructible confianza en

570 571
(

NO ES POSffiLE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL


SIN UNA NUEVA ETICA

UN EPILOGO ACTUAL

Vivimos tiempos de conmoción. En el curso de unos pocos azarosos


años, de increíbles turbulencias, ha cambiado por completo el panorama
histórico del mundo: caída del sistema soviético, reunificación de Alema-
ni a, democratización de los antiguos Estados del bloque del Este, Guerra
del Golfo... A pesar de las imponentes dificultades económicas del anterior
«Pacto de Varsovia», y también de la Alemania oriental, en conjunto
quizá todo ello constituya un cambio a mejor; a pesar de las, aún no su-
peradas, desoladoras consecuencias de la Guerra del Golf() para todo el
ecosistema y para pueblos enteros (Kurdos), quizás se abren perspectivas
globales de paz, no sólo en el Golfo, sino también en Palestina. El más te-
mible enemigo de Israel ha sido vencido sin intervención israelí.
Todos estos acontecimientos muestran lo difícil que resulta diagnos-
ticar y predecir el futuro político. ¿Qué se ha pensado de una interven-
ción militar, antes, durante, y finalmente después de la Guerra del Golfo?
En determinadas valoraciones, todos se equivocan: los gobiernos, los ge-
nerales y también los servicios secretos. No ha sido la Uni~nSoviética la
única en dilapidar miles de millones en información, cuan~ohabrían es-
tado mucho mejor invertidos en una lectura atenta e illlparcial de la
prensa seria. Y la CIA, prisionera de sus propios prejuici05YCOIl sus ac-
tuales 20,000 funcionarios, se ha pa~'do tres largos decenios informando
falsamente a un presidente americano tras otro sobre el alcance y creci-
miento de la economía soviética (y también sobre la potencia del ejército
iraquí). Una vez terminada la guerra fría, sería urgente el desarme, in-
cluso con respecto a ejércitos secretos, en muchos casos in utiles e incon-
trolados. En todo caso, más urgente aún con respecto a rroyectos tan
absurdos como el SDI, que -independientemente de pre~upuestos tec-
nológicos básicos- no carece de financiación (en siete años, 20.900
millones de dólares; nueva propuesta, 120.000 millones) nidel corres-
pondiente enemigo (<<el reino del mal») y lo mismo hay que decir de la
continuación, a pesar de todas las protestas, de los experinntos atómi-
cos francés en el atolón de Muroroa, y de los nuevos planelalemanes de
compra de armas. ¿No son, por el contrario, signos mueno más espe-

573
EPilOGO ITERRITORIO POR PAZ!

ranzadores el envío humanitario de tropas americanas (un ejemplo, A un anquilosado capitalismo, de negativas repercusiones sobre todo
8.000 soldados USA para los kurdos y 12.000 a Bangladesh) o la con- en América Latina y Africa, viene ahora a sumarse un socialismo que
tribución alemana a la reconstrucción de los países de Este (85.000 mi- conduce, desde el Elba hasta Vladivostock, a una esclavización humana
llones de marcos para la Unión Soviética y países vecinos además de y a un insostenible empobrecimiento de la naturaleza.
otros 20.000 millones del reparto de los gastos del conflict¿ del Golfo) Con la quiebra del socialismo marxista, en 1989, y la disolución de los
signos, en definitiva, de una nueva mentalidad que sin duda habría qu~ bloques, se da una tercera oportunidad de nuevo orden «posmodemo».
hacer extensible al inmenso problema Norte-Sur? Su base política es la realidad de unos Estados democráticos, y su base
Sin entrar excesivamente en juicios políticos de detalle, pienso que económica, una economía de mercado de orientación social y ecológica,
aquí aparece con mayor claridad aún la urgencia de los tres postulados apoyada en principio por Washington y Bruselas, y últimamente también
-«ética mundial, paz entre las religiones y diálogo interreligioso»- por Moscú, aunque todavía falte mucho para que se haga efectiva. Pero
que he desarrollado en Proyecto de una ética mundial (21992) y que tal orden mundial no puede surgir sin una nueva relación entre los pue-
constituyen también la convicción, en modo alguno fanática, pero sí blos, como parece delinearse en la Comunidad Europea que, en este sen-
fundamental de este libro. Añadiré a continuación unas breves conside- tido, se está convirtiendo en un atractivo ejemplo tanto para la Europa
raciones que creo importantes a largo plazo para el judaísmo, el cristia- del Este como para el África negra, Sudamérica y el área del Pacífico.
nismo y el islam. No se hallan inspiradas en ninguna pretensión teológi- Evidentemente, resulta imposible proponer una solución global a los
ca moralizante, sino que pretenden ser un análisis sobrio de la situación innumerables problemas del mundo (en los que con frecuencia entran
P?lítica después de la Guerra ~el Golfo. A lo largo de estos cientos de pá- también en juego las diversas religiones): piénsese en los numerosos
gmas he expuesto lo que conSIderaba necesario con respecto al judaísmo. focos regionales de crisis, en los Balcanes (Serbia, Croacia, Eslovenia), en
Ahora me limitaré a tratar de la actual problemática política que afecta a Centro américa (Guatemala, El Salvador), en Sudarnérica (Colombia,
las tres religiones. Perú), en el Asia Central y del Sur (Afganistán, Kachemira, Pandjab,
Tíbet, Sri Lanka), en el Extremo Oriente (Burma, Filipinas, Camboya), y
Tercera oportunidad de un nuevo orden posmoderno en la mayoría de los países africanos (especialmenteLiberia y Sudán).
Bien es cierto que, en algunos países ~omo Sudáfrica, Angola, Etiopía,
El mundo moderno, con sus innegables éxitos en el campo de la ciencia Haití, El Salvador y Nepal- se están haciendo esfuerzos más notorios
la tecnología, la industria y la democracia, se ha sumido, desde la Pri: que en otro sitios en favor de la democracia, la paz interna y las reformas
mera Guerra Mundial, en una radical crisis, que el paso del tiempo nos sociales, lo cual es sumamente importante. Pero un nuevo orden mundial
permite apreciar mejor. El entonces presidente americano Woodrow requiere la urgente desactivación de determinados focos de crisis que, por
Wilson, premio Nobel de la paz de 1919, plasmaba en un programa de encima de las respectivas naciones, tienen amplias repercusiones en todo
catorce puntos las líneas maestras del nuevo orden mundial después de el mundo. El primer lugar en la agenda de la Comunidad Internacional
1918. Pero se desperdició esta oportunidad. «Versalles» pasó a ser un incluso después de la Guerra del Golfo, lo ocupa la cuestión palestina:
símbolo de que seguían arraigadas las viejas amhiciones hegemónicas y que lleva más de cuatro decenios envenenado las relélcÍones internacio-
las concepciones revanchistas. La «Liga de naciones» promovida por nales, y que, desde el principio, ha estado vinculada al problema del
Wilson y fundada en 1920, se evidenció como algo muerto ya desde el Golfo.
principio. Europa y el mundo habrían de pagarlo caro: fascismo y na-
zismo, comunismo y militarismo japonés, y como secuela de todo ello, la ¡Territorio por paz!
Segunda Guerra Mundial, con el holocausto, el Archipiélago Gulag e Hi-
roshima. ¡En lugar de un orden mundial, un caos sin precedentes! De igual modo que la división de Alemania, que conaujo a una trágica
Después de 1945 se abría nuevamente la posibilidad de un nuevo división de Europa, pudo ser superada, debería ser posible también
orden mundial, con el apoyo esta vez de las «Naciones Unidas». Pero ahora resolver la cuestión palestina a fin de establecer un orden de paz en
tampoco cuajó este nuevo intento. La vieja Europa, magnánimamente el Próximo Oriente. Esta es también una de las preoc\lpaciones centrales
apoyada por Estados Unidos y su presidente Truman, consiguió crear del presente libro. Pues:
una Comunidad Europea, de momento incipiente, pero eficaz. Fue la -¿No supondría una enorme liberación y alegría para todo el ju-
Unión Soviética estalinista la que impidió en la Europa del Este yen otras daísmo que Israel, el Estado de los judíos, fuera univ(rsalmente recono-
partes un orden mejor, cavándose su propia fosa con un totalitarismo in- cido, pudiera vivir en paz y seguridad, y en lugar de ¿(mearse a tareas de
terno y un hegemonismo hacia fuera. ¡En vez de un orden mundial una defensa, dirigiera todo su esfuezo a la reconstruccióncivi! de toda la re-
repartición del mundo! ' gión?

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EPilOGO ¡TERRITORIO POR PAZI

-¿No supondría una liberación y una nueva posibilidad de futuro v:iético), se perdió en interminables cuestiones de procedimiento y fue cri-
que el mundo árabe una vez creado un Estado palestino, abandonara su ticada, sobre todo ante la provocación de los nuevos asentamientos is-
emotiva e irreal retórica política y se concentrara plenamente en las re- raelíes en los territorios ocupados (cifra oficial: 105.000 colonos en la
formas sociales y en poner bases económicas y políticas para democracias pa~te.o~cidental, y 4.500 en la franja de Gaza, un 10 por 100 más que a
más consolidadas (en lugar de fuertes ejércitos)? pnncIpiOs d~l a~o 1991), se está considerando también en Washington
-¿ Y qué no podría suponer para toda la comunidad mundial que, en una estrategIa dIferente. Un 58 por 100 de americanos (frente a un 30
lugar de estar constantemente ocupada del Próximo Oriente, pudiera p.or.l00) se oponen ~hora a seguir concediendo top priority al robuste-
concentrar sus esfuerzos en otros focos de crisis, especialmente en los paí- CImIento y a la segundad de Israel, mientras éste siga rechazando las pro-
ses del Sur? puestas americanas para una solución del conflicto árabe-israelí (Time del
3 de junio de 1991). ¿Cómo seguir adelante limitándose a enviar cartas
En todo caso, sería una enorme oportunidad para el Estado de Israel. amistosas personales a Israel, mientras su gobierno mantiene secreta-
Sumándose a Naciones Unidas, a la Unión Soviética y a la Comunidad mente un veto de (acto con respecto a los palestinos?
Europea, ahora el gobierno de Estados Unidos suscribe también, como Sin una intervención dramática de la superpotencia, que sin duda de-
solución de la cuestión palestina, el principio: Territorio por paz. Pero el terioraría de momento las relaciones americano-israelíes, pero que cier-
actual gobierno de Israel, presidido por Shamir (1991), rechaza perti- tamente supondría un impulso para la mayoría pacífica, no es posible
nazmente este principio con toda clase de excusas y argucias jurídicas. pensar en una solución. Según la opinión de algunos observadores ame-
Excluye sistemáticamente a la ONU como participante en las conver- ricanos, sería necesario:
saciones de paz y trata de des legitimar las resoluciones del Consejo de · -Convocar una conferencia de paz, por parte de las dos superpoten-
Seguridad como criterio vinculante para todos los Estados. Ya he ex- CIas (con la CEE y la ONU en calidad de observadores) en la que parti-
presado mi opinión de que no hay razones geopolíticas ni bíblicas con- ciparían Israel y los Estados árabes afectados.
vincentes para justificar esta nueva «posesión de la tierra». Cierto que al- · -Clara determinación de perspectivas y fines, y tarnbién -sin ulte-
gunos israelíes piensan que Jordania (en sí perteneciente también al no~es negociaciones al respecto- de las reglas y procedimientos (en re-
reino de David), es sin duda el «Estado palestino», y defienden insisten- laCIón con los plazos, las conferencias conjuntas y conferencias parciales).
temente la emigración, o exilio, a Jordania de los 1,7 millones de pales- -Consecuencias de la no comparecencia: retirada por parte de las su-
tinos. Pero semejante solución, del más puro estilo totalitario, no sería perpotencias (y la CEE) del apoyo militar económico y comercial.
tolerada por la mayoría del pueblo israelí, y tampoco por USA, la CEE y · -De igual modo que el presidente Truman, después de1945, y el pre-
Rusia. Sensatas y eminentes figuras espirituales del judaísmo como el SIdente Carter en 1979 (con viajes a El Cairo y a Jemsalén y con la
Gran Rabino de Gran Bretaña, Lord Jakobovits, hacen oír su voz y ad- convocatoria de la Conferencia de Camp-David) pusieron en juego su au-
vierten que «Israel no puede dominar indefinidamente a millón y medio toridad personal, podría ahora el presidente Bush poneren la balanza su
de árabes». En un poco más de treinta años, éstos se encontrarán «en propio prestigio y ella nación americana, a la que tant~debe Israel.
mayoría». ¡Los palestinos tendrían exigencias que no podrían rechazar . -Al mismo tie~po, debería ejercerse un influjo activo enla opinión pú-
por siempre! (The Tablet de 15 de junio de 1991). La alternativa es blica de los respectiVOS Estados a fin de poner de manifi(Sto las inmensas
clara: retirada de los territorios ocupados o declaración de una nueva ventajas de una solución pacífica, con sus evidentes e illevitables conce-
guerra, que sin duda tendrá lugar más pronto o más tarde. De hecho, los siones. En lugar de la mera diplomacia secreta, un llamamiento al pueblo.
Estados árabes a los que hasta ahora no se ha ofrecido ninguna devolu- En Israel, esto podría conducir a una nueva mayoría ya una nueva
ción de territorio, como a los egipcios, siguen en estado de guerra con Is- composición del gobierno. Hay ya aquí muchas persona, que reconocen
rael y se siguen armando. las grandes ventajas que se derivarían de una conferencia de paz como la
¿Se podrá, no obstante, llegar a una solución sin la ayuda de una pre- propuesta por el presidente Bush y por el ministro de Exteriores Baker.
sión política exterior? Si se considera atentamente la actual mayoría Así, el ex-ministro de Exteriores y embajador en EE.UU.,Abba Eban, es-
dentro del país, hay que concluir que nadie puede contribuir a ello mejor cribía: «Las ventajas serían: negociaciones con los paíse~árabes, diálogo
que los mismos israelíes. Una vez que, inmediatamente después de la con los representantes de la mayoría palestina, estrecha cooperación
Guerra del Golfo, el presidente Bush desaprovechó la ocasión propicia c<;m Estados Unidos en un proceso de paz, un nuevo status en la Comu-
para un viaje al Próximo Oriente, la indecisión americana ha sido utili- ntdad Europea y relaciones diplomáticas con la Unión loviética. El re-
zada únicamente por fanáticos o por incompetentes. Y después de que la sultado global sería un impulso económico que ayudalia a Israel a re-
tímida diplomacia del ministro de Exteriores Baker, conducida con guan- solver los problemas surgidos con la providencialllegad~de inmigrantes
tes de terciopelo (pese a estar apoyada por el ministro de Exteriores so- de la Unión Soviética y de Etiopía» (lnternational HeralJTribune de 14

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EPILOGO ENSEÑANZAS DE LA GUERRA DEl GOLFO

de junio de 1991). A diferencia de Shamir, Eban no tendría ninguna di- paz cobarde, sino una paz basada en la justicia, lo cual requiere a veces
ficultad en admitir la presencia de observadores de la ONU. defender a los agredidos y desarmar a los agresores. Lo correcto en este
Hay que esperar que ni las inminentes elecciones americanas, ni el po- punto no es una «ética de actitudes» que no se preocupa de las conse-
tente lobby israelí, o la gigantesca industria de armamento vayan a sa- cuencias, sino una ética de actitudes y de responsabilidad que tiene en
botear unos esfuerzos por la paz sin cuyo éxito se llegará, más tarde o cuenta todas las consecuencias. A algunos «paladines de la paz» habría
más temprano, a una nueva crisis en el Próximo Oriente, de peligrosas que decirles: jLa simple actitud moral, sin reflexión, puede acarrear
repercusiones para el resto del mundo. ¿Es que ha de esperar el mundo efectos catastróficos!
hasta que uno de los 17 Estados árabes, enemigos de Israel, desde Ma- 4. Por el contrario, también es preciso afirmar: ¡una simple política
rruecos hasta Pakistán, tenga también su propia bomba atómica~ ¿De eficiente, sin moral, lleva en sí la semilla del crimen! La Guerra del
qué servirían entonces los territorios ocupados y las zonas de segundad? Golfo ha mostrado una cosa: señalar a Sadam Husein de ningún modo
El actual rearme en todas partes permite pronosticar lo peor. resuelve el problema de quién fue el culpable de esta guerra. No, el dis-
cernimiento de conciencias, incluso después de esta guerra, afecta a cír-
Enseñanzas de la Guerra del Golfo culos más amplios. Aquí no se da el simple blanco y negro, malvados e
inocentes, buenos y malos, Dios y Satán. Con frecuencia se demoniza al
La Guerra del Golfo permite extraer algunas enseñanzas para un nuevo enemigo en propio descargo. Todos han rivalizado en dotar a Irak de me-
orden mundial en el Próximo Oriente: dios económicos, de técnica y asesores: China, la Unión Soviética y par-
1. No se puede permitir que un asesino de masas, un dictador .manía- ticularmente los países de Occidente. Ha contado con la benévola tole-
ca posea un poder decisivo sobre una región de vital importancia para rancia yel apoyo de Estados Unidos y, sobre todo, de Francia, Inglaterra,
todo el mundo. Stalin (en Finlandia) y Hitler (en toda Europa) han de- Italia y a través de la permisividad con respecto a los negocios de em-
mostrado que es irresponsable perseguir la Faz a cualquier precio. Debe- presas criminales, también de Alemania. Los cinco países miembros per-
ría haberse opuesto resistencia a un hombre que ha sembrado el terror en manentes del Consejo de Seguridad suministraron hasta un 80 por 100
su país y ha mantenido con su vec~no Irán un~ .sangrienta guerra que ha de las armas de la región.
costado un millón de muertos. Qmen lucha utthzando rehenes, gas vene- 5. En el siglo xx, las guerras ya no son ni santas ni justas, ni limpias.
noso y contaminación de petróleo, quien amenaza a ?tro Estado, Israel, El tiempo de las «guerras de Yahvé» y de las «Cruzadas» se ha superado
con una total aniquilación con armas «no convenCionales», no puede felizmente hace mucho y el de la belicosa Yihad (que no significa origi-
ser admitido como parte en unas negociaciílnes. Es preciso que se le se- nalmente «guerra santa», sino «compromiso» moral por la causa de
ñalen claramente los límites. Dios) debería igualmente pertenecer al pasado. Aquellos «defensores
2. Con todo, una guerra no era de antelllano algo inevitable: del Grial» del Islam que se reunieron en Lahore/Pakistan del 15 al 17 de
a) La diplomacia americana (CIA .incluida) fracasó estr~pitos~mente en febrero de 1991 y se pronunciaron, con Sadam Husein a la cabeza, por
los preámbulos de la crisis. La embaJadora llSA en Irak, mmedlatamente una «Yihad» contra los «infieles» y «aduladores» (vecinos del Sur del
antes de la ocupación de Kuwait, no dejó daro en su conversación con Golfo), han prestado tan flaco servicio a la paz como el presidente ame-
Sadam Husein que América intervendría, siDO que presentó todo el asun- ricano, que, para celebrar la guerra y la victoria, osó usar, a la manera de
to como pura cuestión interárabe. b) Una previa s~l~~i.ón de la cuesti?n los cruzados, el nombre de Dios, derramó lágrimas por sus «boys», in-
palestina habría sido decisiva; en vez de ellose pre!lflO Ignorar c~alqmer vitó a kurdos y chiítas a la resistencia, para luego dejarles en el más frío
conexión entre la crisis del Golfo y la de Palestma, que constituye el desamparo, en beneficio de Sadam Husein. Precisamente esta moderní-
principal problema del conflicto entre los p~íses árabes e Israel!América. sima guerra, conducida y ganada con amplio despliegue tecnológico, en
e) Se podrían haber esperado más tiempo 10lefectos de las sanciones eco- lugar de eliminar al principal agresor, ha ocasionado un increíble núme-
nómicas, y haberlos ligado a una exigencia de retirada del jefe del Est~do ro de víctimas humanas, la destrucción total de la infraestructura de un
iraquí; sin embargo, se optó por someter a todo un pueblo a un hornble país, millones de fugitivos y un deterioro ecológico a gran escala, todo lo
castigo, mientras que el dictador y su camalllla conservaban el.poder. cual hace que incluso los defensores de la guerra se pregunten si, ante
3. Un pacifismo absoluto para el que la Ilaz es el supremo bl~~ al que tales consecuencias militares, económicas, ecológicas,sociales y morales,
todo ha de sacrificarse resulta irresponsable.EI derecho a la legitima de- ha merecido realmente la pena. Los pomposos desfiles militares de los
fensa, según el artículo 51 de la Carta de la ()NU, no queda suprimido ni vencedores sobre un enemigo de segunda categoría habrían tenido un
siquiera en virtud del Sermón de la Montaña: la exigencia de rehusar la sabor menos amargo si al menos pudiera percibir se ~n rayo de luz en el
violencia no ha de interpretarse al pie de laletra y de mo<!o fundamen- «nuevo orden'> del Próximo Oriente.
talista. El pacifismo no basta para preservar la paz. Se necesita, no una 6. los problemas internos de los Estados tampoco se resuelven con gue-

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EPilOGO POSTULADO 1

rras. Quien se proyecta enérgicamente hacia el exterior, puede encontrarse ,,'j;i lo habrá mientras el mundo sea mundo. Por mejor orden mundial en-
debilitado en el interior. Justamente un exorbitado aparato tecnológico de < tendemos un estado de relativa estabilidad económica y una garantía de
defensa puede ser la razón esencial por la que una superpotencia se en- paz, como el conseguido en los países europeos, después de siglos de ri-
cuentre, con el tiempo, al borde de la quiebra económica (el caso de la validades político-económicas y conflictos bélicos. Pero, ¿cómo conse-
URSS), o con un increíble déficit estatal y una astronómica deuda externa guirlo?, ¿desde qué base?
que no es capaz de enjugar (USA). La guerra ahora tan celebrada en USA,
ha tenido que ser financiada por Arabia Saudí, Alemania y Japón. La ur- Un nuevo y mejor orden mundial no puede lograrse desde bases
gente restauración de la maltrecha infraestructura (carreteras, puentes), así como:
como el estancado desarrollo industrial, están siendo ignorados en USA, y -simples ofensivas diplomáticas, que la mayoría de las veces sólo van
el anquilosado sistema público de enseñanza primaria y secundaria tiene dirigidas a los gobiernos y no a los pueblos, y que casi nunca son capaces
como consecuencia una deficiente educación elemental. «Bonitas bom- de garantizar la estabilidad y la paz de la región;
bas» no sustituyen la actividad inventiva, misiles «Patriot» no son armas -ayudas humanitarias (alimentos y medicinas) que en ningún caso
apropiadas contra la industria japonesa del automóvil y de las computa- pueden sustituir a las acciones políticas (contra los desplazamientos de
doras, y «sistemas armamentísticos inteligentes» no contribuyen a crear población o las guerras);
una sociedad inteligente. La euforia de la victoria (he tenido ocasión de vi- -recurso primario a intervenciones militares, que en general acarrean
virla en California) no resuelve ninguno de los problemas de la paz: sólo más consecuencias negativas que positivas;
378 americanos muertos en la Guerra del Golfo, pero (únicamente en el -un «derecho internacional» que, al reposar en una ilimitada sobe-
año 1990) unos 23.000 asesinatos en la misma USA. No, una victoria en la ranía de los Estados, contempla más los derechos de éstos que los dere-
Guerra del Golfo no puede hacer olvidar el crimen organizado y no orga- chos de los pueblos y de los hombres (derechos humanos).
nizado, la creciente pobreza de masas, los, desde hace 20 años, congelados La Guerra del Golfo ha demostrado una vez más que el derecho in-
ingresos familiares de un 80 por 100 de la población, el cada vez mayor ternacional en su actual concepción minimalista, no es suficiente sino que
nivel de analfabetismo, la deficiente atención a la salud (37 millones de necesita ser completado con una motivación y un robustecimiento éticos:
americanos sin seguridad social), los guetos negros y la peste de la droga. El cuando un déspota trata de exterminar o de desplazar a todo un pueblo
programa de un nuevo orden en política exterior no sustituye una agenda (kurdos), no vale recurrir a la Carta de la ONU, a los sacrosantos prin-
política interna y actuaciones decididas en favor de un nuevo orden en cipios de la soberanía de los Estados, de la integridad territorial o de la
casa_ Aquí --en la política interna- se juega el más duro frente de nuestro no intervención en asuntos internos. En tal caso, es preciso modificar el
tiempo_ Cuando en USA se siguen todavía destinando a lo militar dos derecho internacional de la ONU de modo que la Declaración de dere-
tercios (en Japón sólo un 5 por ciento) de los 70.000 millones de dólares chos humanos no se quede en mera «recomendación» a las naciones,
del presupuesto de investigación y desarrollo, no es de extrañar que la de- sino que se convierta en un derecho universalmente obligante, para que,
cadencia de la industria del automóvil y del acero vaya acompañada por la cuando se produzcan flagrantes crímenes contra la Humanidad (genoci-
de las nuevas áreas industriales. El superpoderío militar (USA) por sí sólo, dio), el principio de la no intervención en los asuntos internos de un Es-
apenas va a poder competir a la larga con el superpoderío industrial tado ceda a una intervención adecuada y jurídicamentt garantizada de la
(Japón, CEE). Un enorme número de americanos está deseando que, des- comunidad de naciones. Con toda razón, la conciencia moral de la opi-
pués de las celebraciones de la victoria, se acometan con igual energía y nión pública, alarmada por los candentes reportajes de los medios in-
proporción de medios los problemas económicos y sociales de América. En formativos, ha provocado un cambio en el helado pragmatismo polític()
este sentido, se imponen algunas reflexiones. del presidente americano. Contra todos los cínicos, esto indica una cosa:
j Un sacudimiento de la conciencia mundial, un llamamiento a la moral,
Postulado 1: No hay supervivencia sin una ética mundial un recurso a la dignidad y a los derechos humanm pueden, todavía
hoy, cambiar algo! Todavía tiene, pues, sentido la protesta y, en concre-
A la hora de extraer enseñanzas de la Guerra del Golfo, hemos de afir- to, siempre que se intente sacrificar la moral a una «razón de Estado» o
mar lo siguiente: con determinados presupuestos, es posible un nuevo y a una «política realista». La moral ha de inspirar también el necesario y
mejor orden del mundo, no sólo en Europa, sino también en el Próximo urgente desarrollo del derecho internacional frente a cualquier derecho,
Oriente y en otras zonas del conflicto. Al hablar de un mejor orden del internacional o nacional, del más fuerte.
mundo no nos referimos a ningún vaticinio de situación paradisíaca o es-
tado ideal, sin rivalidades económicas, tensiones sociales y étnicas y Un nuevo orden mundial se hará posible, en definitiva, sobre bases
conflictos nacionales: un mundo totalmente sano no lo ha habido nunca como:

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EPILOGO POSTULADO 2

-más visiones, ideales, valores, objetivos y criterios comunes; supo~ía Hegel, el juicio del mundo, muchos pueblos tienen que pagar
-un robustecimiento global de la responsabilidad de los pueblos y sus caro, mcl.uso después de decenios o de siglos, por los pecados cometidos
gobernantes; e~ ?tro tiempo (en el colonialismo y el imperialismo, en el nacional so-
-una ética obligatoria y vinculante para el conjunto de la humanidad, clalIsmo o en el comunismo).
incluidos Estados y órganos de poder, que impregne culturas y religiones.
Este es el sentido de la primera tesis de Proyecto de una ética mundial: Postulado 2: No hay paz mundial sin paz religiosa
¡No hay supervivencia sin una nueva ética mundial!
Después de la Guerra del Golfo se vislumbran nuevas posibilidades de
Sólo la ética, y no la ley, es capaz de ofrecer una réplica a los «double paz en el Próximo Oriente:
standards» (dobles medidas) y al «double talb (lenguaje equívoco) de la 1. La Guerra del Golfo no fue una guerra de religiones. No fue una
política mundial. La nueva ética mundial no admite fisuras. Concretan- guerra. e~tre cristianismo e islam: en ambos bandos se hallaban implica-
do: dos cflstianos y musulmanes. Tampoco existe una ancestral enemistad
-No se puede considerar la invasión de Kuwait como un reto moral, entre jud~os y.musulf!1anes, pues hasta el siglo xx han podido llevar
y al mismo tiempo tratar la indigencia de kurdos y chiítas bajo el puro una conVivenCia relatiVamente pacífica. No, la justificada indignación
baremo de una política de poder. No se pueden considerar como víctimas con~ra Sadam Husein de ningún modo ha de suponer una condena global
a los kuwaitíes, mientras se ignora a los palestinos. No se puede luchar del islam como religión agresiva, belicosa e inhumana.
por la libertad y la democracia en Kuwait, y tolerar a renglón seguido la . 2. S!r; dud~, .en este con~icto entre pueblos ha intervenido también la
restauración de un emirato feudal-medieval y una justicia de venganza. dlmenslOn .~ehgl?~a. La relIgión puede actuar como factor agudizante,
-No se puede castigar a todo un pueblo con la destrucción de su in- pero tamblen mItigante. La religión puede atizar y prolongar guerras
fraestructura tecnológica y querer utilizar al verdugo de Bagdad -por pero también puede impedirlas o abreviarlas. Y, aunque esta últimd
miedo a los chiítas de! Sur de Irak- como of<factor de orden» para toda guerra no fue una guerra de religión sí fue -desde ambos lados- una
la región, en vez de pedirle cuentas como a los responsables nazis y de ~u~rra legitimada por las religiones, ;, en parte, de inspiración y carga re-
garantizar a los kurdos en el Norte y a los chiítas en el Sur e! status de lIgiOsa.
provincias independientes dentro de un Irak federal. 3. E.sta !?u.erra ha evide~ciado una vez más lo fácil que puede ser un
--:-No se puede abogar por un nuevo orden de paz, yal mismo tiempo abuso trreh!?lOSO de .la misma religión. Un criminal de guerra como
pedir al Congreso americano la aprobación de un crédito de miles de mi- Sadam .H~se~n ha sabido astutamente granjearse la popularidad entre las
llones para que los países más pobres de América adquieran armamento masas islamlCas: mediante la utilización de la cuestión de Israel· me-
(supuestamente disuasorio y para su propia seguridad). dian~e su exigenc!a de <<liberar» los santos lugares islámicos (La Meca,
-No se pueden hacer planes de desarme (de armas ABC) para el ~e~lna Y.1erusalen) de manos saudíes, o judías, y de conseguir un equi-
Próximo Oriente, y al mismo tiempo suministrar a los saudíes e israelíes lIbn? soaal entre países árabes ricos y países pobres. Todas ellas exi-
armas (convencionales) por miles de millones (Israe! y los Estados del gencias cargadas de tonos sociales y religiosos y defendidas por un hom-
Próximo Oriente dilapidan en armamento un 25 por 100 de su produc- b~e que -a pesar de toda la propaganda- no tiene, como es sabido
to nacional bruto). mnguna clase de convicción religiosa. '
-No se puede garantizar al pueblo judío una patria, un derecho a ,4 .. Por otra p,a~te, revoluciones pacíficas como en Polonia, la ex-Re-
vivir y una existencia como Estado, mientras se niega todo esto al pueblo pubhca DemocratlCa Alemana, Checoslovaquia, África del Sur y Filipinas
palestino. han de~ostrado que la religión puede actuar como elemento pacificador.
-No se pueden ejecutar precipitadamente las resoluciones de la ONU De aqUl surge una pregunta: ¿es pura ilusión pensar que la Guerra del
sobre e! Golfo, con e! envío de 550.000 soldados arnericanos, y dejar «en Golfo habría podido ser evitada si se hubiera tomado de una vez en serio
el aire» indefinidamente la cuestión palestina, so pretexto de un eviden- la cuestión palestina, que desde hace decenios está envenando las rela-
te gobierno hostil a la paz. cio~es de Occidente con el mundo árabe? ¿Si se hubiera promovido más
-No se puede liberar a 250.000 judíos soviéticos y a 14.000 de Etio- el diálogo entre cristianos, judíos y musulmanes en orden apreservar la
pía, mientras se oprime aún más a los palestinos y se les despoja de su paz I?unJial, y también para hallar una solución a la cuestión palestina?
propio país. ¿Que supondría para cientos de millones de personas que los represen-
No hay que errgañarse: una política que prescinde de la ¿tica no se evi- tantes de las grandes religiones cesaran de atizar guerras y comenzaran a
dencia a largo plazo como buena política. Una «política real» amoral no promover> sobre una base más amplia, la reconciliación y la paz entre los
es una política realista. Como la historia universal no siernpre es, como pueblos?

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EPILOGO POSTULADO 3

5. Para conseguir un nuevo orden y la paz mundial se requiere tam- nesto para la paz, aunar esfuerzos en favor de una cultura mundial no
bién una gran coalición de creyentes y no-creyentes: violenta? Lo sabemos por experiencia, la paz es posible. Las religiones y
-No una «reevangelización» de Europa o del mundo orientada hacia sus representantes, hasta ahora tan pasivos, deberían asumir al respecto
el pasado, que de hecho conduce -como en la Europa del Este- a u-?-a un papel activo para así facilitar la tarea de los políticos.
«recatolización» medieval (concentrada en la moral sexual, en la legis-
lación matrimonial y en la restauración del poder eclesiástico). Postulado 3: No hay paz religiosa sin diálogo entre las religiones
-Pero tampoco una nueva «secularización», como en la Europa oc-
cidental, tendente a un secularismo ateo, que despoja de hecho al hombre Una vez que, en este libro sobre el judaísmo, hemos tratado detallada-
de todo horizonte de sentido en la vida, de todo criterio moral y de mente el punto neurálgico -el Estado de Israel y la cuestión palestina-
todo hogar espiritual. nos referiremos brevemente -aunque sólo sea como anticipo de algunos
6. Se requiere más bien una renovación espiritual de Europa y del temas de los dos próximos volúmenes de nuestro proyecto de investiga-
mundo. Aquí las religiones podrían prestar una especial contribución si, ción- a puntos neurálgicos en el cristianismo y en el islam.
a pesar de sus innegables diferencias dogmáticas, comenzaran a fomen-
tar, desde sus propias tradiciones, una común ética de humanidad. No es a) ¿Re-evangelización = re-catolización?
preciso «inventarla», sino que se encuentra ya en la más profunda raíz de
las tradiciones religiosas: en los diez mandamientos de la Biblia hebrea, Presupuesto para cualquier diálogo entre religiones es la autocrítica de las
así como en textos clave del Nuevo Testamento y del Corán, con evi- respectivas religiones, también del cristianismo. Sólo así es posible con-
dentes paralelos en los grandes textos revelados de otras religiones (de seguir credibilidad. En la actualidad, esta autocrítica apenas es posible
procedencia india y china). No, lo que necesitamos no son ante todo encontrarla dentro del catolicismo romano oficial. Hoyes muy frecuen-
leyes más severas y más rápido castigo de los criminales, aunque a veces te en la cristiandad la crítica de! fanático fundamentalísmo islámico (y, en
podría ser necesario (por ejemplo, contra los exportadores ilegales de parte, también del judío), pero no se tiene suficientemente en cuenta
armas). Necesitamos más reflexión sobre ideales y comportamientos que la palabra «fundamentalismo» procede de una tradición protestante
morales. Pues: Quid leges sine moribus? ¿De qué sirven las leyes sin ac- que buscaba su propia seguridad a costa de la de los otros, aferrándose a
titudes morales? ¿De qué serviría incluso un sistema jurídico suprana- la letra de la Biblia. Una variante del fundamentalismo se da también en
cional, si no se cuenta con la voluntad moral del hombre para llevarlo a el catolicismo, en la medida en que la actual direcci~n de la Iglesia in-
la práctica? ¿Qué cabe esperar de una diplomacia que no está inspirada tenta identificar la fe católica con tradiciones eclesiásticas tardías, y me-
por otros valores que el propio beneficio nacional? Veracidad, honradez, diante una «re-evangelización» = «recatolización» bacer retroceder a
magnanimidad difícilmente pueden prescribirse por ley. No, lo que ne- los católicos hasta el paradigma medieval de Iglesia ysociedad, dejando
cesitamos es una autorreflexión sincera, un mayor compromiso ético de lado y marginando a protestantes, ortodoxos y ju~íos.
de todos los responsables de la economía y la ciencia, de la administra- Ya en Proyecto de una ética mundial he llamado la atención sobre los
ción, la política y la diplomacia. ¡Las cuestiones verdaderamente im- peligros de una recatolización antimoderna en Polonia (también contra·
portantes no son ante todo las tecnológico-organizativas, sino las pro- rreformadora y antiortodoxa), en un país que ya estaba sirviendo de se-
fundas cuestiones éticas! creto modelo papal para una «re-evangelización» de ()tros países. Mien-
7. Actualmente las cartas se barajan de nuevo. Como era de esperar, tras tanto, la Iglesia católica de ese país se ha convertido, según sondeos
resulta más difícil ganar la paz que la guerra. Se han encendido podero- de opinión, en la institución más poderosa (no la más apreciada), más po·
sas y agresivas emociones, casi como en los tiempos de la Segunda Gue- derosa que el gobierno, el presidente, el parlamento, el ejército y que «So-
rra Mundial. Pero ya se está abriendo en todas partes un proceso de mo- lidaridad». Un 74 por 100 de polacos opinan actualtllente que el papel
deración, incluso entre los vencedores. Sólo un 13 por 100 de los político de la Iglesia es excesivo. Pero, con ese poder-especialmente
americanos considera hoy que la guerra contra Irak fue un éxito total, un sobre los diputados, preocupados por su reelección-,Ia Iglesia católica
32 por 100 únicamente a la larga, un 46 por 100 sólo en parte, y un 7 ha comenzado a imponer una enérgica restauración delstatu qua medie·
por 100 de ningún modo (Time de 3 de junio de 1991). Parece como si la val, de modo que ya se dejan sentir las quejas, no sóJode judíos y cris-
Humanidad, lo mismo que el individuo, sólo aprendiera a fuerza de ex- tianos ortodoxos y protestantes, sino también de catdicos convencidos
periencias, casi siempre amargas. ¿No iremos ya madurando todos para i (como el, en otro tiempo, primer ministro Tadeusz Mazowiecki):
-lo mismo que en Europa después de la Segunda Guerra Mundial- ! -Sin contar con e! parlamento, se ha introducido (nla escuela la en-
conseguir también ahora un nuevo orden de paz enel Próximo Oriente? señanza de la religión, que va a quedar en manos de uoclero en modo al-
¿Y, contra la insensata carrera armamentista y el tráfico de armas, fu- guno preparado pedagógicamente para tal misión.

584 585
EPilOGO POSTULADO 3

- A pesar de que un 59 por ciento de polacos son favorables a una, a.nticonceptivos. El 71 por 100 respondía de modo semejante sobre cues-
al menos parcial, legalización de la interrupción del embarazo se trata de tI~mes de aborto, el 61 por 100 en cuanto a las relaciones prematrimo-
introducir una de las leyes sobre e! aborto más rigurosas 'de! mundo males y extramatrimoniales, e! 63 por 100 sobre el divorcio. Y concre-
(con dos años de cárcel para las abortantes y para los médicos), sin ex- tamente en cuestiones de aborto, nada menoS que un 62 por 100 de los
cluir e! caso de violación, e! de malformación del feto ni el de enfermedad polacos residentes en e! país contestaba «probablemente no» o «decidi-
de la madre (salvo peligro de muerte). damente no». Esta cifra se eleva hasta e! 81 por 100 en ciudades de más
-Se han suprimido las subvenciones estatales para píldoras anticon- d~ 500.000 habitantes, ciudades como Lodz; Varsovia e incluso Craco-
ceptivas (a pesar del horroroso número de abortos anuales), de modo que Vla. Estos datos muestran: la jerarquía eclesiástica polaca de ningún
el precio de la píldora se triplica y muchas mujeres ya no podrán adqui- modo cuenta con e! apoyo de la mayoría de la población en cuestiones
rirla. c<?~trovertida~. Bien es cierto que no tiene por qué ceder sin más al «es-
-Se esperan igualmente nuevas leyes contra el divorcio, la pornogra- pmtu de los tIempos» y tolerar en silencio cualquier clase de permisivi-
fía y similares. dad, pero haría muy bien en repensar un poco su rigurosa y poco mati-
-Se ha concedido el rango de general a la primera jerarquía de los ca- zada d~c~r~na en cuestiones de moral sexual. De otro modo, dilapidaría
, pellanes castrenses, y se introduce la presencia de la jerarquía eclesiásti- su credIbIlIdad, tan necesaria en estos momentos de verdadera renova-
ca en las principales ceremonias oficiales. ción espiri~~a~ de este país. Quien en cuestiones como éstas vive ajeno al
-Muchos obispos reclaman la supresión de! artículo constitucional hombre, dlflCtlmente puede esperar su asentimiento en otras cuestiones
sobre separación de Iglesia y Estado. de vital importancia.
-Se ejerce de múltiples formas el terror psicológico contra los que di-
sienten a nive!local (por ejemplo, los que piden un referendum popular
- El papa, en su reciente encíclica social Centesimus annus (mayo de
sobre la ley del aborto) y el influjo de la Iglesia en elecciones y políticos 1991), trata de ilustrar a todo el mundo sobre las miserias sociales de
sigue creciendo. ,. nuestro tiempo. Al mismo tiempo, pone de nuevo en marcha e! aparat()
¿ <<Iglesia, Iglesia sobre todo»? Se trata de una inscripción grabada en ~e la Inq~isición para reducir a un silencio sepulcral a los portavoces la-
un muro. ¿Quién la escribió? Alguien que temía un Estado clerical bajo tmoamenc~nos de la teo~ogía de la liberación. Se congratula por la quie-
los dictados del Mesías~P~pa polaco. Pero, con el cambio democrático, e! bra de los SIstemas marXIstas del Este y critica, con razón, los excesos del
acelerado paso de la IgleSIa de un reducto de libertad políticamente irre- cap~talismo, así como todas las formas de aislamiento y explotación, es-
levante a una autoritaria fortaleza de poder le ha hecho perder con igual peCIalmente en e! Tercer Mundo. Pero críticas baratas al «consumismo y
rapidez su credibilidad (de un 83 por 100 en 1990 a un 58 por 100 en rr:~terialismo» occidental, que nada cuestan, y una coyuntural recupera·
abril de 1991). Se está corriendo e! peligro de una polarización general de ClOn de terreno en la Europa del Este no suponen todavía una verdadera
la sociedad polaca. Este proceso ha sido estimulado por e! viaje de! renovación espiritual.
papa en junio de 1991, en e! que Karol Wojtyla viajó por su patria, al es- y por lo que respecta al Tercer Mundo: el magisterio eclesiástico se
tilo de un enérgico papa de las Cruzadas, negó al parlamento (ante la in- hace ~()partícipe en la culpa de la miseria masiva, elnambre y la muerte
dignación de todos los demócratas) el derecho a una legislación liberal de mtllones y millones de niños de todo e! mundo, mientras sigue ade·
sobre el aborto y comparó el aborto de embriones (ante el disgusto de los lante con su campaña mundial contra la prevención del embarazo (últi·
judíos) con e! holocausto; finalmente -después de haber defendido mamente también contra los condones para comhatir el SIDA). Com()
prácticamente un total pacifismo en la Guerra del Golfo - , exaltó ante muchos de sus predecesores en tiempos de Lutero, Galileo o Darwin, este
diez mil soldados a los héroes político-nacionales y afirmó e! «legítimo papa -deslumbrado por la doctrina de la infalibilidad en cuestiones de
derecho a la defensa». Por e! contrario, el papa no dedicó ni una sola pa- fe ,Y, costumbres- no quiere reconocer que en este punto se encuentrél.
labra de mención para una verdadera democracia parlamentaria. prlSlonero de! error. Se está convirtiendo en uno ¿elos principales res·
Lo que debió conmover especialmente al papa fue un sondeo de opi- ponsables de l~ in,controlada explosión de población y, consiguiente·
nión en toda Polonia, la víspera de su visita, del que sin duda tuvo in- m~nte, de la mlsena de tantos niños en América latina, África y otros
formación, aunque fue prácticamente silenciado por los medios polacos paIses del Sur. Incapaz de autocrítica, no quiere comprender que resulta
y poco conocido en la prensa occidental. Muestra palmariamente qué contradictorio. en sí mi~mo luc~ar contra e! abortClY: al mismo tiempo,
nuevos frentes se están formando en la Polonia poscomunista. A la pre- co~tra .los antIconceptivos, temen do en cuenta qlle estos son el medi()
gunta de si la Iglesia católica tenía derecho a pedir al pueblo e! acata- mas eficaz para hacer descender la enorme cifra de abortos. Poloniél.
miento de sus enseñanzas, un 81 por 100 de los polacos respondía «de- c~enta con ~l más alto número de abortos de roda Europa -600.000 por
cididamente no» o "probablemente no» con respecto a los medios ano- preCIsamente porque, a falta de toda clase demedios anticoncep·

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EPILOGO POSTULADO 3

tivos, rechazados en conjunto por el papa y la jerarquía, el aborto se ha ción ha pasado de 90 a 140-150 millones, lo que lleva consigo tremendas
convertido en el principal método de control de nacimientos. consecuencias políticas, sociales, económicas y ecológicas. Bangladesh,
El papa no parece querer entender que de poco sirve invocar ahora de- azotado en mayo de 1991 por un impresionante maremoto, es buen
rechos humanos (como libertad de pensamiento, de expresión, de ense- ejemplo de las catástrofes que pueden sobrevenir a un país cuyo número
ñanza y de religión), por cierto rechazados globalmente hace cien años de nacimientos se ha duplicado en 25 años: total superpoblación, pobre-
por su venerado y antidemocrático predecesor León XIII, cuando está za, catastrófica falta de espacio, y por ello, muy pocos y excesivamente te-
siendo prácticamente imposible una vida digna para millones de personas nues diques, descenso del terreno con respecto al nivel del mar, ninguna
del Tercer Mundo. Y resulta imposible porque, en el preindustrial y protección frente a las inundaciones, casi 200.000 muertos ...
pobre Tercer Mundo, el número de habitantes --que ya suma los dos ter- Pero, independientemente de la explosión demográfica los Estados is-
cios de la población mundial- está creciendo a tal ritmo que los recursos lámicos cuentan con muchos y enormes problemas: ¿no ~e ha perpetua-
humanos de ningún modo pueden responder a este reto. En tiempos de do en los Estados árabes, con las exigencias coránicas de justicia, una in-
Cristo, vivían en nuestro mundo unos 200 millones de personas, en la tolerable falla social entre ricos y pobres: entre los superricos países
época del descubrimiento de América 500 millones, a mediados del siglo productores de petróleo (Arabia Saudí, Kuwait, los Emiratos) y países
XVIII 700 millones; con la revolución industrial, ya en 1830, se rozaba la pobres como Egipto y Jordania? ¿No pudo ser esto una futil excusa
frontera de los 1.000 millones, duplicados en 1925 y alcanzando los a.dicional para que el próspero y rico en petróleo Irak atacara a sus
2.000 millones que en 1975 se convertirían, duplicándose de nuevo, en neos, aunque menos potentes vecinos, una vez que las deudas contraidas
4.000 millones. En 1991, según los datos ofrecidos en mayo de 1991 por por Sadam Husein, en su fiebre armamentista, había alcanzado propor-
el Informe demográfico anual de la ONU, el número de habitantes de la ciones de escándalo? ¿Tiene quizá algo que ver con la religión -tanto en
tierra es de 5.400 millones. A finales del presente decenio serán 6.400 mi- países islámicos como católicos- el retraso, la pobreza, la miseria, la
llones y para el año 2025 unos 8.500 millones. Desde la infausta encíclica falta de democracia? ¿No exige constantemente el Corán (lo mismo que
de Pablo VI Humanae vitae (1968) contra los anticonceptivos, la pobla- la Biblia) justicia social en el ámbito individual como en el colectivo?
ción del mundo ha pasado de 3.500 millones a 5.400. Juan Pablo II no
parece haber aprendido la lección. En su encíclica Centesimus annus ni Ante los en parte desastrosos resultados de la secularización occiden-
siquiera menciona este fundamental problema de la Humanidad. tal, se puede entender por qué muchos musulmanes que apoya] decidi-
Si ya están faltando para innumerables personas recursos alimentarios damente una modernización de su país, rechazan rotundament( una se-
básicos, agua y energía, y también viviendas, puestos de trabajo e insti- cularización que para ellos es sinónimo de rechazo de la religión y de
tuciones sanitarias, al tiempo que el medio ambiente sigue sufriendo ateísmo, considerándola como el principal enemigo del islam y de la
un progresivo deterioro provocado por el exorbitado crecimiento de Hu~anidad. Pero la cuestión decisiva es ésta: ¿se puede pretender mo-
las grandes ciudades y suburbios, no parecen estar muy indicadas las dermdad --ciencia, tecnología, industrias modernas- sin garantizar su-
grandes campañas contra el control de nacimientos. Es preciso fomentar ficien~eJ?ente la libertad espiritual, libertad de pensamiento, de e~resión,
con todos los medios políticos legítimos, con las correspondientes me- de relIgIón, de prensa y de reunión? Los Estados islámicos -a diferencia
didas sociales (¡situación de la mujer!) una planificación familiar que de los del Este y Sur asiáticos, de tradición ética confuciana- v~ a per-
probablemente nadie puede apoyar con más eficacia que las religiones. der el paso del desarrollo moderno si no son capaces de garantizarlas «li-
Ellas podrían con frecuencia llegar a las inteligencias y los corazones, b~rt~des civiles», si no ponen en práctica la tolerancia y el respeto de la
precisamente en los países del llamado Tercer Mundo, con mucha más dIgmdad y de los derechos humanos, si no construyen una delllocracia
facilidad que las grandes campañas políticas. Sin el apoyo de las autori- verdaderamente digna de tal nombre.
I
dades religiosas, las gentes de estos países no van a poder cambiar su
comportamiento moral, marcado por una presencia religiosa de siglos.
¿No es, después de esta guerra, más urgente que nunca en muchos Es-
tados islámicos una democratización (establecer al menos una mcmarquía
con~titucional, por ejemplo, en la «liberada» Kuwait que sigu(con un
b) iRe-islamización? gobIerno autoritario) y también una mejor realización de los ~erechos
humanos? ¿Van a conseguir conectar algún día con el vertiginoo desa-
El islam, lo mismo que el cristianismo y el judaísmo, necesita su propia rrollo posmoderno, sin un pensamiento independiente y sin relaciones so-

I
autocrítica. Curiosamente, el islam tradicionalista, fijado todavía en su es- ciales libres? Un esperanzador signo de cambio es que, despues de la
quema medieval, se encuentra en muchos aspectos ante pr()blemas muy Guerra del Golfo, varios centenares de profesores universitariosyteólo-
parecidos a los del catolicismo romano de signo medieval. El control de la gas han elevado al rey Fahd de Arabia Saudí una petición, abogando por
natalidad es sólo un ejemplo: así, en el tradicionalista Pakistán la pobla- una justa repartición de la riqueza en el país y una mayor representación

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EPILOGO POSTULADO 3

democrática (con la ayuda de un consejo, totalmente independiente, for- con las ideas fundamentales de las otras grandes religiones, de modo que
mado por especialistas íntegros y competentes). tanto sus divergencias como sus convergencias se convirtieran en b~se ge-
A una re-islamización antimoderna (en lugar de posmoderna) se le neral de la formación. Sólo así es posible seguir presentes en la Iglesla y la
plantean cuestiones parecidas a las planteadas a la «re-evangelización» sociedad dada la situación multirreligiosa y multícultural del mundo.
antimoderna (en vez de posmoderna): Hoy no ~s ya responsable una enseñanza de la religión que no dé sufi-
-Hacia dentro: el proceso de re-islamización ha de renovar en todo el ciente margen al diálogo y a la información sobre otras religiones. Y nin-
mundo islámico el orden islámico «<Nizan ul-Islam»), y la comunidad is- guna comunidad cristiana seguirá siendo creíble, si no practica la hospi-
lámica (la «Umma»). ¿Tiene que suponer esto que, al igual que el dere- talidad con los creyentes no cristianos (en especial, judíos y musulmanes).
cho canónico en Polonia, deba implantarse ahora el derecho sacral islá-
mico «<Sharia») en todos los Estados islámicos? ¿Ha de suponer, a d) Contribución de las religiones a la transformación
semejanza del Estado católico clerical, la creación de un Estado islámico del panorama mundial
autoritario «<Dar ul-Islam») que, en el mejor de los casos, sólo garanti-
zaría una libertad religiosa y unos derechos humanos restringidos, rele- De este modo, las religiones podrían asumir mejor su misión original, y al
gando a las otras religiones a un status inferior? mismo tiempo, ofrecer una aportación fundamental para transformar el
-Hacia fuera: el proceso de re-islamización va a proyectarse más panorama mundial:
allá del mundo islámico y en cuanto misión islámica «<Da'wah» = invi- -Para promover la paz del mundo: ¿Por qué no hacer de una vez una
tación, oferta) ostenta un carácter evidentemente expansivo. ¿Supondrá pausa en el negocio armamentístico? ¿Por qué proseguir un aparato de-
todo esto que, a semejanza de las misiones cristianas de otros tiempos, se fensivo gigantesco en la altamente endeudada USAI ¿Por qué, después de
va a partir de la convicción de ser los únicos poseedores de la auténtica la victoria sobre Irak, nuevas ventas de armamento, por miles de millo-
verdad, con exclusión de todos los demás? ¿No se están erigiendo nuevos nes, a Arabia Saudí y los Estados del Golfo? ¿Por qué todavía más rega-
muros de separación, cuando una religión se considera a sí misma como los de armas a Israel (aviones, misiles), hoy la más fuerte potencia militar
la única religión salvífica, pretendiendo imponerse incluso a través del di- en el Próximo Oriente? ¿Por qué no convertir el Próximo Oriente en una
nero y el poder político, empresa, por lo demás, condenada al fracaso? zona, no sólo libre de armas atómicas, biológicas y químicas, sino en la
que se congele todo ulterior armamento? Un presupuesto necesario para
e) Investigación de los fundamentos ello sería en todo caso la solución de la cuestión palestina. Los repre-
sentantes de las religiones no pueden eliminar del mundo los problemas
En los dos siguientes volúmenes de la trilogía, sobre el cristianismo y el políticos de estrategia y de seguridad, pero sí podrían, si hablaran el
islam, espero analizar estas cuestiones en tres grandes líneas de pensa- mismo lenguaje, ayudar a encontrar un espíritu de entendimiento, de
miento: analizaremos los paradigmas del pasado cristiano e islámico confianza y de paz, presupuesto de cualquier política de control de ar-
que todavía siguen actuando en nuestro tiempo, luego los retos del pre- mamentos.
sente para el cristianismo y el islamismo y, finalmente, las perspectivas de -Para combatir la pobreza: los representantes de las religiones po-
futuro, todo ello dentro del gran contexto delas tres religiones abrahá- drían y deberían trabajar decididamente para que las necesidades dellJUe-
micas. La gran cuestión que aquí surge para las tres religiones proféticas blo se tuvieran más en cuenta que la voluntad de los gobernantes; a
es ésta: ¿cómo habría que configurar una política internacional, condu- este respecto, existen mucho mejores perspectivas desde el fin de la con-
cida desde la responsabilidad por el futuro? ¿qué responsabilidad toca a frontación Este-Oeste y desde la renuncia por ambas partes a seguir en-
los dirigentes de las religiones en la solución de estos problemas? viando ayuda militar a África (p. ej., Angola, Etiopía) o a Indochina
Presupuesto indispensable para cualquier diálogo entre las religiones es (Camboya). Además, las jerarquías religiosas ¿eberían apoyar desde
una investigación científica y teológica de los fundamentos. Precisamen- dentro los planes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Interna-
te la Guerra del Golfo ha vuelto a poner de actualidad ciertos escritos cional, de modo que, en la concesión de créditos, se tuvieran en cuenta
que estigmatizan al islam --esa gran religión que constituye la base de la los gastos militares de los respectivos países. Países en desarrollo que de-
cultura árabe-, presentándola como una religión de la violencia que ate- dican mayor presupuesto al ejército que a la sal1ld ra la enseñanza de-
moriza a los cristianos, como si se tratara de lúgrar «a sangre y fuego» la berían salir, en el futuro, con las manos vacías. En Africa del Sur y Su-
conversión de la Humanidad entera al islam. De ese modo sólo se con- dasia, donde la necesidad es más acuciante y, por tanto, resuenan más
sigue fomentar aún más el fundamentalismo musulmán. Una de las tareas fuertes los gritos de auxilio, algunos gobiernos, s~gún datos de Naciones
de las facultades teológicas de Occidente, en colaboración con la ciencia Unidas, gastan 2-3 veces más en armamento qu~ en educación y salud.
de las religiones, debería ser familiarizar a los jóvenes teólogos y teólogas Debería controlarse el gasto público y emplear más eficazmente los re-

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EPILOGO CONDICIONES PARA LA PAZ EN EL PROXIMO ORIENTE

cursos para combatir la pobreza. La simple congelación del gasto militar operar en favor de la libertad de las comunidades cristianas, amena-
en el Tercer Mundo (actualmente en torno a un 7,5 por 100) supondría, zada en algunos países del Próximo y Medio Oriente.
según el Programa de Desarrollo de la ONU, un ahorro de 15.000 mi- • Por tanto, un compromiso conjunto de las tres religiones en favor de la
llones de dólares, que podrían dedicarse a las más urgentes necesidades libertad, la justicia, la paz, la dignidad, los derechos del hombre y la
humanas y al desarrollo. El Tercer Mundo tiene una tasa de crecimiento conservación de la creación, en colaboración, por supuesto, con los
del gasto militar de dos a tres veces superior al de Occidente (de 24.000 pueblos de tradición india, china o japonesa.
millones de dólares en 1960 a 173.000 millones en 1987). La eliminación
de costosos e ineficientes programas gubernamentales y la lucha contra la Las religiones deberían reflexionar sobre su propio programa, en el
corrupción y fuga de capitales podría suponer otros 35.000 millones que la palabra «paz» -en la Biblia hebrea «salotU», en el Corán,
adicionales. «salam» y en el Nuevo Testamento «eirene,>- juega un papel tan im-
-Para superar las tensiones étnicas: estas tensiones, fuertemente portante:
arraigadas en la historia de los pueblos, vuelven a brotar espontánea- -«Busca la paz y anda tras ella», dicen los Salmos (Sal 34,15). Yen
mente con el progreso en la democratización y con el logro de mayores li- la visión de paz del profeta Isaías: «Forjarán de espadas azadones ... no le-
bertades. No siempre pueden superarse mediante la creación de nuevos vantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más para la gue-
Estados o de nuevas fronteras, pero sí a través de la garantía de una au- rra» (ls 2,4).
tonomía político-económico-cultural con respecto a lengua, escuela, me- -«Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llama-
dios de información y, sobre todo, de unas condiciones seguras de vida. dos hijos de Dios», leemos en el Sermón de la Montaña (Mt 5,6) Yel
¿Quién más apropiado para actuar contra prejuicios étnicos y resenti- apóstol Pablo: «a nadie devolváis mal por mal» (Rom 12,17).
mientos y para trabajar por un mutuo entendimiento que justamente las - y el Corán, pese a su insistencia en resistir frente alos enemigos in-
religiones de procedencia abrahámica que creen en un único Dios ante el fieles, advierte: «y cuando ellos (los enemigos) se inclinen a la paz, in-
cual todos los hombres son iguales? clínate también tú a ella y confía en Dios» (Sura 8,61) ,Y, «cuando ellos
-Para la libertad religiosa en el propio territorio: es necesario que la (los infieles) se mantienen alejados de vosotros y no luchan contra voso-
religión de la mayoría se preocupe también por la libertad de las otras re- tros, y os ofrecen la paz, entonces no os permite Dios avosotros ir con-
ligiones. Una religión que no respeta la libertad de las otras, tampoco me- tra ellos» (Sura 4,90).
rece ser respetada. Las religiones y sus representantes deben tomar posi- Éste es mi ferviente deseo para el futuro: no debería haber ninguna si-
ción contra los ideologías y los ideólogos del odio y la enemistad. Donde nagoga, iglesia o mezquita que no prestara su propi~ contribución en
quiera que la fuerza se imponga sobre el derecho y la razón, las religiones favor del mutuo entendimiento religioso. En todas las sinagogas, iglesias
han de elevar su voz de protesta. No, la misión ya no puede realizarse y mezquitas se debería no sólo orar por la paz, sino también promover·
según el viejo estilo colonial-imperialista, sino ofreciendo libre testimonio la activamente y trabajar por ella. Para ello necesitamCJs una visión con·
de su propia fe, sea ésta judía, cristiana o islámica. ju~ta, necesitamos fantasía, coraje y un incansable y eficiente compro·
mISO.
Condiciones para la paz en el Próximo Oriente

No habrá paz en el Próximo Oriente y tampoco una solución al proble-


ma del Golfo ni a la cuestión palestina, mientras no se ponga en práctica
en la política mundial la ecumene abrahámica. ¿Cómo defenderse si no,
en todas partes frente al pietismo fanático? En términos positivos:

• Desde la Biblia hebrea y el Nuevo Testamento, judíos y cristianos de-


berían aunar sus esfuerzos en favor de la dignidad de los pueblos
árabes e islámicos, que no quieren ser las últimas colonias del mundo.
• Desde el Corán y el Nue,,"o Testamento, musulmanes y c:ristianos de-
berían comprometerse conjuntamente en favor del derecho a la vida
del pueblo judío, que en los últimos dos mil años ha sufrido más que
cualquier otro pueblo y ha estado cerca del exterminio.
• Desde la Biblia hebrea y el Corán, judíos y musulmanes deberían co-

592 593
LEXICOS y ABREVIATURAS

LEXICOS

Bibellexikon, ed. por H. Haag, Zürich, 1968.


Contemporary Jewish Religious Thought. Original Essays on Critical Concepts,
Movements, and Beliefs, ed. por A. A. Cohen - P. Mendes-Flohr, New York,
1987.
Dictionnaire des Religions, ed. por P. Poupard, Paris 21985.
Die Religion in Geschichte und Gegenwart, Handworterbuch für Theologie
und Religionswissenscha(t, ed. por K. Galling, vols. I-VI, Tübingen, 31957 ss.
Encyclopaedia Judaica, ed. por C. Roth - G.Wigoder, vols. ¡-XVII, Jerusalem, s/f.
Enzyklopadie des Islam. Geographisches, ethnographisches und biographi-
sehes Worterbueh der muhammedanisehen Volker, ed. por M. T. Houtsma y
otros, vols. I-V, Leiden, 1913-1938.
Jüdisches Lexikon. Ein enzyklopadisehes Handbuch des ¡üdischen Wissens in vier
Banden, fundado por G. Herlitz - B. Kirschner, vals. I-IV/2, Frankfurt, 21987.
Lexikon der ¡üdiseh-ehristlichen Begegnung, ed. por J. J. Petuchowski - C.
Thoma, Freiburg, 1989.
Lexikon der Religionen, ed. por H. Waldenfels, Freiburg, 1987.
Lexikon für Theologie und Kirche, ed. por J. Hafer - K. Rahner, vals. I-X, Frei-
burg, 1957 ss.
Reallexikon für Antike und Christentum. Saehwürterbueh zur Auseinanderset-
zung des Christentums mit der Antiken Welt, ed. por T. Klausner, vols. I-XIV,
Stuttgart, 1950 ss.
The Encyclopaedia of Islam. New Edition, ed. por H. A. R. Gibb Y otros, vols. 1-
VI, Leiden, 1960-1990.
The Encyclopaedia of Religion, ed. por M. Eliade, vols. ¡-XVI, New York,
1987.
Theologische Realenzyklopadie, ed. por G. Krause - G. Müller, vals. I-XVlI, Ber-
lin 1977 ss.
Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament, ed. Ilor G. Kittel, vals. 1-
X/2, Stuttgart, 1933 ss.
Worterbuch des Christentums, ed. por V. Drehsen, H. Hiiring, K.-J. Kuschel, Il.
Siemens, Güterslah, 1988.

ABREVIATURAS

Comentarios bíblicos

AB The Anchor Bible, New York.


ATD Das Alte Testament Deutsch, Gattingen.
BK Biblischer Kommentar Altes Testament, Neukirchen.

595
lEXICOS y ABREVIATURAS

NOTAS
CNEB Cambridge Bible Commentary on the New English Bible, Cambridge
EKK Evangelisch-Katholischer Kommentar zum Neuen Testament, Neukir~
chen.
HbAT Handbuch zum Alten Testament, Tübingen.
HbNT Handbuch zum Neuen Testament, Tübingen.
HThK Herders Theologischer Kommentar zum Neuen Testament, Freiburg.
lB The Interpreter's Bible, New York, Nashville.
KAT Kommentar zum Alten Testament, Leipzig, Gütersloh.
KEK Kritisch-Exegetischer Kommentar über das Neue Testament, G6ttingen PRIMERA PARTE:
NBC Nelson's Bible Commentary, Edimburgh. . EL PASADO AUN PRESENTE
NCB New Clarendon Bible, Oxford.
NCeB The New Century Bible, London. A. ORIGEN
NTD Das Neue Testament Deutsch, G6ttingen.
OTK Oekumenischer Taschenbuchkommentar zum Neuen Testament, Gü- A I. Abrahán, padre de tres religiones mundiales
tersloh.
OTL Old Testament Library, London. 1. A las excavaciones de C. Warren (1868), de E. Stellin / C. Wartzinger
ThHK Theologischer Handkommentar zum Neuen Testament, Berlin. (1907-1909) y de J. Garstang (1930-1936), siguieron de 1952 a 1956 las in-
WBC World Biblical Commentary, Wacorrexas. vestigaciones realizadas por una expedición anglo-americana dirigida por K.
M. Kenyon. Ésta editó el informe de la investigación: Excavations at jericho,
vols. 1-11, London, 1960-65.
Obras del autor 2. Cf. D. Diringer, Writing, New York, 1962. J. Friedrich, Geschichte der Schrift.
Unter besonderer Berücksichtigung ihrer geistigen Entwicklung, Heidelberg,
CGR El cristianismo y las grandes religiones. Hacia el diálogo con el islam el 1966. M. Cohen, La grande invention de l'Ecriture et son invention, vols. I-I1I
hinduismo y el budismo (con J. van Ess, H. von Stietencron, H. Be- Paris, 1958. I. J. Gelb, A Study of Writing. The Foundations of Grammato:
chert), Madrid, 1987 (ed. orig. 1984). logy, Chicago, 1952. C. H. Gordon, Forgotten Scripts, New York, 21982.
CR Christentum und Chinesische Religion (con J. Ching), München, 1988. 3. El valle del Indo aparece por primera vez en conexión con Alejandro Magno
ED ¿Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, Ma- en el libro de los Macabeos, conservado sólo en griego (1 Mac 1,4). China ni
drid, 1979 (ed. orig., 1978). siquiera aparece en el campo de visión de la Biblia hebrea.
Ig La Iglesia, Barcelona, 41975 (ed. orig. 1967). 4. La primera mención de Roma no aparecerá en la Biblia hasta 1 Mac 1,10.
PEM Proyecto de una ética mundial, Madrid, 21992 (ed. orig. 1990). 5. Cf. Ex 1.
SC Ser cristiano, Madrid, 41978 (ed. orig. 1974). 6. Cf. Gn 1-11.
TP Teología para la posmodernidad. Fundamentación ecuménica, Ma- 7. Cf. Gn 12-50.
drid, 1989 (ed. orig. 1987). 8. Para la historia de Israel, d. -junto a las ya clásicas exposiciones globales de
VE ¿Vida eterna?, Madrid, 1983 (ed. orig. 1982). J. Wellhausen, A. Schlatter, E. Schürer, R. Kittel, T. H. Robinson y W. O. E.
Oesterley- entre autores más recientes: W. F. Albright, From the Stone Age
to Christianity. Monotheism and the Historical Process, Baltimore, 21946;
Id., The Biblical Period from Abraham to Ezra, New York, 1963. M. Noth
Historia de Israel, Barcelona, 1966. N. A. Beck, Geschiedellis van Israel va~
Abraham tot Bar-Kochba, Zeist, 1957. J. Bright, La histo1ia de Israel, Bil-
bao, :L9s'}. M. Metzger, Grundriss der Geschichte Isra~ls, Neukirchen,
61983. B. Netanyahu y otros (eds.), The World History of the jewish People.
First Series: Ancient Time, vols. I-VIII, Tel-AvivlLondon, 1964-1977. E. L.
Ehrlich, Geschichte Israels von den Anfangen bis zur Zerstorung des Tem-
pels (70 n.Chr.), Berlin, 21970. R. de Vaux, Historia antig14a de Israel, vals.
1-11, Madrid, 1975. A. H. J. Gunneweg, Geschichte Israelsbis Bar Kochba,
Stuttgart, 41972. S. Herrmann, Historia de Israel en la época del Antiguo
Testamento, Salamanca, 1979. H. H. Ben-Sasson (ed.), History of the jewislJ
People, Cambridge, 1976. G. Fohrer, Geschichte Israels. Van den Anfangell
bis zur Gegenwart, Heidelberg, 31982. J. H. Hayes - J. M.Miller (eds.), Js.
melite and Judaean History, Philadelphia, 1977. H. Donner, Geschichte
des Volkes Israel und seiner Nachbarn in Grundzügen, vok 1-11, G6ttingen,

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NOTAS
NOTAS

1984. M. Grant, A History of Ancient Israel, London, 1984. M. Claus,


Geschichte Israels. Von der Prühzeit bis zur Zerstorung Jerusalems (587 siete temas una ilustrativa e informativa comparación estructural de las tres
v.Chr.), München, 1986. J. H. Hayes - J. M. MiUer, A History of Ancient Is- religiones abrahámicas: la concepción de la Escritura, la visión del respecti-
rael and Judah, Philadelphia, 1986. l. M. Zeitlin, Ancient Judaism. Biblical vo «quicio temporal» (experiencia del exilio en el judaísmo, aparición de
Criticism from Max Weber to the present, Cambridge, 1984, lleva a cabo Jesús en e! cristianismo, irrupción de Mahoma en e! islam), la comunidad y
una revisión del famoso tratado de Max Weber, Das antike Judentum (Ge- l~ jerarquía, la ley, la relación entre Escritura y tradición, la liturgia, asce-
s~mmelte Aufsatze zur Religionssoziologie, vol. I1I, Tübingen, 1920) te- tismo y mística, así como teología. Hemos abordado muchos de estos temas
mendo en cuenta los resultados más recientes de la investigación. en e! presente libro. Tendremos que volver sobre otros cuando tratemos de
Ponen el acento en la historia del judaísmo (postexílico): H. Graetz, Ge- forma explícita sobre el diálogo a tres bandas en la trilogía sobre judaísmo
schichte der Juden von den altesten Zeiten bis zur Gegenwart, vols. I-XI, cristianismo e islam. '
Leipzig, 1853-1875, 51902-1909. S. Dubnow, Weltgeschichte des jüdischen 12. Para el libro del Génesis, d., junto a las obras clásicas de H. Gunkel, J. Skin-
Volkes, vols. I-X, Berlin, 1925-1929. S. W. Baron, Historia social y religio- ~er y O. Procksch, los comentarios de: B. Jacob, Berlin, 1934; W. Zimmer-
sa del pueblo judío, 8 vols., Buenos Aires, 1968. J. Maier, Geschichte der jü- li, 1943 (ZBK; sólo Gn 1-11); H.Junker, Würzburg, 1949;J. Chaine, Paris,
di~ch~n Religion. Von der Zeit Alexander des Grossen bis zur Aufklarung 1951; G. von Rad, 1953 (ATD); R. de Vaux, Paris, 1956;G. Aalders, Kam-
m/t emem Ausbltck auf das 19./20. Jahrhundert, Berlin, 1972. Id., Das Ju- pen, 1933-1936; F. Michaeli, Neuchiitel, 1960; U. Cassuto, vols. 1-11, Jeru-
dentum. Von der biblischen Zeit bis zur Moderne, München, 21973. A. salem, 1961; J. de Fraine, Roermond, 1963; J. Morgenstern, New York,
Bein, Die 1udenfrage. Biographie eines Weltproblems, vals. 1- 11, Stuttgart, 1965; A. van Selms, vols. I-Il, Nijkerk, 31979; W. G. Plaut, en The Torah,
1980. P. Slgal, The Emergence of Contemporary Judaism, vals. 1-111, Pitts- New York, 1974; E. A. Speiser, 1981 (AB); C. Westermann, 1981 (BK).-
burgh, 1977-1984. Id., Judentum, Stuttgart, 1986. P. Johnson, A History of C. Westermann, Genesis 1-11, Darmstadt, 31985; Id" Genesis 12-50,
theJews, New York, 1987. Darmstadt, 21987, ofrece una buena panorámica sobu la historia de la
Para la historia de la literatura judía, d.: M. Waxman, A History of Jewish exégesis del Génesis.
Literature, re edición, vols. I-V, New York, 1960 (comienza con la conclu- 13. H. Gunkel y H. Gressmann fueron los primeros que señalaron el carácter de
sión de! canon bíblico 400 a.e. y termina en el 1960 d.e.). 1. Zinberg, A saga de muchas narraciones bíblicas. Posteriormente han presentado esto de
History of Jewish Literatur, vols. I-XII, Cleveland-New York, 1972-1978 forma mucho más amplia A. Ah, M. Noth y otros muchos estudiosos ale-
(comienza con el periodo hispano-árabe y termina con la haskalá en su manes del Antiguo Testamento; frecuentemente, con relultados negativos
punto culminante). desde el punto de vista histórico. Por eso, bastantes norteamericanos, sobre
9. Gn 17,1-5.7-8.11. Ver traducción y comentario en e. Westermann vol. todo lo que estaban en torno a W. F. Albright, exigieron que se prestara
l/2, 1981 (BK). ' mayor atención a los resultados de la arqueología. Obralde síntesis: W. F.
10. Cf. Gn 17,15-21. Albright, The Archaeology of Palestine, HarmondswortbJEngland, 1949,
11. Para Abrahán (o Ibrahim), d. los artículos en: Bihellexikon (A. van den Gloucester/Mass, 1971. A. Parrot, Bibel und Archaologie,vols., I-V, Zürich,
Boro). Dictionnaire des Religions (H. Cazelles, E. Cothenet, K. Hruby, G. 1955-1961. G. E. Wright, Biblical Archaeology, Philaddphia, 1957. J. B.
Harpigny). Die Religion in Geschichte und Gegenwart (A. Weiser). Enci- Pritchard, Archaeology and the Old Testament, PrincetoIl, 1958. K. M.
clopaedia Judaica (1. M. Ta-Shma, D. Kadosh, S. D. Goitein, J. Dan, H. Ro- Kenyon, Archaeology in the Holy Land, London, 41979 (aquí, una buena vi-
se~a~). Encyclopaedia 01 Islam (R. Paret). Jüdisches Lexikon (A. Spanier, A. sión panorámica y contexto de las excavaciones de Keoron en Jericó). V.
Kristlanpon~r, A. Sandler). Lexikon der jüdisch-christlichen Begegnung (J. J. Fritz, Einführung in die biblische Archaologie, Darmstadt,1985.
Petuchowski, C. Thoma). Lexikon der Religionen (F. L. Hossfeld / B. Schu- 14. Ha escrito sobre esto recientemente G. W. Coats, Gene.sis, with an Intro-
macher, G. Risse). Lexikon für Theologie und Kirche (V. Hamp, J. duction to Narrative Literature, Grand Rapids, 1983. U (ed.), Saga, Le-
Schmid). Lexikon religioser Grundbegriffe (P. Nave Levinson, G. Evers, S. gend, Tale, NovelIa, Pable: Narrative Porms in Old Teslament Literature,
Balic). Reallexikon für Antike und Christentum (T. Klauser). The Encyclo- Sheffield, 1985.
pedia of Religion (J. van Seters). Theologische Realenz;yklopadie (R. Martin- 15. Cf. H. Haag, Das Land der Bibel. Gestalt- Geschichte- Erforschung, Stutt-
Achard, K. Berger, R. P. Schmitz, J. Hjiirpe). Theologisches Warterbuch zum gart, 1989, pp. 50-63.
Neuen Testament (J. Jeremias). Worterbuch des Christentums (J. Ebach). Cf. 16. Gn 11.
también H. Donner, ibid. vol. 1, pp. 72-84. 17. Para la proveniencia de Ur: Gn 11,28.31; para la de ¡arán: Gn 11,31;
Escritos importantes para el diálogo sobre Abrahán: W. Gross, Glaubens- 24,4.10; 27,43.
gehorsam als Wagnis df!r Preiheit. Wir sind Abrai1am, Mainz, 1980. R. 18. Gn 12,6-9.
Martin-Achard, Actualité d'Abraham, Neuchiitel, 1969. Y. Moubarac, 19. Gn 23,19 S.
Abraham dans le Coran. L'histoire d'Abraha111 dansle Coran et la naissan- 20. Cf. Gn 23,19 S.
ce de l'Islam, Paris, 1958. W. Zuidema (ed.), Isaak wird wieder geopfert. Die 21. Gn 14,13.
«Bindung Isaaks» als Symbol des Leidens Isra!!ls. Versuche einer Deutung 22. Para «Hebreos» / «Apiru», confirma la opinión de G. EMendenhall: M.
Neukirchen, 1987. ' Weippert, Die Landnahme der israelitischen Stamme, GBttingen, 1967, pp.
En este contexto, es especialmente útil el estudio de F. E. Peters, Children of 66-102. Opina de fórma distinta O. Loretz, Habiru-Hebr.Jfr, Eine sozio-lin-
Abraham. Judaism-Christianity-Islam, Princeton, 1982. El autor expone en guistische Studie über die Herkunft des Gentiliziums c i~rivom Appellati-
VU11I habiru, Berlin, 1984.

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NOTAS
NOTAS

23. Para la genealogía, d. C. Westermann, Genesis, vol. lIl, pp. 8-24. 59. Cf. GáI4,21-30.
24. Cf. Gn 25,1.6. 60. Cf. Sura 2,125; 3,97; 22,26-31. No hay prueba histórica alguna de que
25. Cf. Gn 21,2 s. Abrahán se adentrase tanto en el sur: d. W. Montgomery Watt - A. T.
26. Cf. Gn 16,15. Welch, Der Islam, vol. 1, Mohammed und die Frühzeit-Isla111isches Recht-Re-
27. Cf. Gn 25,12-18. Sobre esto: E. A. Knauf, Ismael. Untersuchungen zur Ge- ligioses Leben, Stuttgart, 1980, pp. 122-124. Las obras de A. Geiger, Was
schichte Palastinas und Nordarabiens im 1. jahrtausend vor Christus, Wies- hat Mohammed aus dem judenthume aufgenommen, Leipzig, 21902, y de C.
baden, 1985: «Ismael fue una confederación protobeduina que abarcaba Snouck Hurgronje, Het Mekkansche Feest, Leiden, 1880, las que suscitaron
todo el norte de Arabia, desde el Nefud hasta los márgenes del Creciente fér- un gran debate sobre la evolución de Mahoma acerca de su actitud respecto
til» (p. 113). Cf. también: H. Donner, op. cit., vol.I, p. 58. de Abrahán e Ismael. Cf. para esto: R. Paret, op. cit., vol. III, pp. 980 s.
28. Cf. Gn 25,1-4. 61. Cf. Sura 4,125.
29. Cf. R. de Vaux, Histoire ancienne d'Israel, vol. 1, Paris, 1971, pp. 261- 62. Cf. Sura 3,67.
269,424-431. 63. Cf. Sura 6,74-81; 21,55-67.
30. Cf. C. Westermann, op. cit., vol. lIl, pp. 319 s.: Excurso sobre la circunci- 64. Cf. Sura 2,124; 37,102-106.
sión. 65. Con esta atinada pregunta cierra P. Antes su detallado artículo sobre Abra-
31. Cf. Lv 12,3. ham im judentum, Christentum und Islam, en Id. y otroS, Christen und
32. Cf. Gn 15,6. juden. Ein notwendiger Dialog, Hannover, 1988, pp. 11-15, cit. p. 15.
33. Cf. Gn 22,1-12. 66. De Jesús como descendiente de Abrahán se habla con claridad especial en Mt
34. Cf. H. Küng, PEM, m,3. 1,1-17, pero también en Lc 3,23-34.
35. Cf. Gn 26,24. 67. Cf. Hch 3,13.
36. Cf. Is 41,8. 68. Cf. Gál 5,6.
37. Cf. Eclo 44,19-23. 69. Cf. Jn 8,39.
38. Ediciones de textos: P. Riessler, Altjüdisches Schriftum ausserhalb der Bibel 70. Cf. Sant 1,22-25.
Freiburg, 51984. J. H. Charlesworth (ed.), The Old Testament Pseudepl 71. Cf. H. Strack - P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testélment aus Talmud
grapha, vol. 1: Apocalyptic Literature and Testaments, New York, 1983, pp. und Midrasch, vol. I1I, München, 1926, pp. 186-201. Se reúnen ahí muchos
681-705, con introducción y traducción de R. Rubinkiewicz. pasajes.
39. Ediciones de textos: P. Riessler, op. cit. J. H. Charlesworth, op. cit., pp. 871- 72. Cf. J. J. Petuchowski, op. cit., col.4.
902, introducción y traducción de E. P. Sanders. 73. D. Flusser, «Christianity», en A. A. Cohen - P. Mendes-Jlohr (eds.), Con-
40. Cf. Gn 12,12 s. temporary jewish Religious Thought, OriginalEssays on Critical Concepts,
41. Cf. Gn 21,14. Movements, and Beliefs, Jerusalem, 1972, reedición, Ne",York, 1988. En
42. Cf. Gn 25,6. adelante citaremos de forma abreviada esta obra, como t~dos los léxicos.
43. Eclo 44,19. 74. K. Rudolph, «Juden-Christen-Muslime. Zum Verhiiltnil der drei mono-
44. Cf. Gn 26,5. theistischen Religionen in religionswissenschaftlicher Sicht»: Judaica 44
45. Cf. el tratado talmúdico Yoma: b Yom 28b. (1988) pp. 214-232, cit. p. 223.
46. Así en Beresit Rabbá 14,6, obra legendaria del Midrás sobre el libro del Gé- 75. Para el «diálogo a tres bandas» entre judíos, cristianos y JUusulmanes, cf. l.
nesis. Aquí, la comparación de Abrahán con la viga principal de apoyo: Maybaum, Happiness outside the State: judaism, Christia~lty, Islam - Three
«Como un ho~bre que quiere ~onstruir un comedor. Posee una viga grande y Ways to Cod, Stocksfield, 1980. F. E. Peters, Children of Abraham: Ju-
poderosa. ¿Donde coloca esa viga? ¿Acaso noa lo largo del centro del come- daism/Christianity/Islam, Princeton, 1982. M. Stohr (ed.), jbrahams Kinder:
dar? Ella debe sustentar a las vigas delanteras y a las traseras. Así: ¿Para qué Juden - Christen - Moslems, Frankfurt, 1983. W. Strolz, Heilswege der
ha creado el Santo -¡bendito sea!- a Abrahán en el centro de las genera- Weltreligionen, vol. 1: Christliche Begegnung mit judentulll un d Islam, Frei-
ciones? Para que él sustente a las generaciones anteriores y a las posteriores». burg, 1984. J. Falaturi y otros (eds.), Drei Wege zu dem ánen Gott. Glau-
47. Is 41,8; Jr 33,26. benserfahrung in den monotheistischen Religionen, Freiburg, 1976.
48. Sal 47,10. 76. Vaticano n, Nostra aetate, n. 4.
49. Gn 12,1-3. 77. Ibid., n. 3.
50. Cf. Mc 12,26; Lc 19,9.
51. Cf. Lc 16,19-31. A n. Problemas acerca del comienzo
52. Cf. Sant 2,23.
53. Cf. Mt 3,7-10; Le 3,7-9. 1. Cf. M. Noth, El mundo del Antiguo Testamento. IntroduCilón a las ciencias
54. Cf. Mt 3,9. au:xiliares de la Biblia, Madrid, 1976.
55. Cf. Mt 8,11 s. 2. Para la imbricación de Israel con el entorno histórico- reli§olO, cf. J. B. Prit-
56. Cf. Rom 4,9-12; 9,6-8; GáI3,6-29. chard, Ancient Near Eastern Texts relating to the Old Teltament, 1950,
57. Cf. Rom 2,29. 31969. W. Beyerlin (ed.), Religionsgeschichtliches Textbudl7.um Alten Tes-
58. Cf. Rom 4,1-25. tarnent, Gottingen, 1975.

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NOTAS
NOTAS

3. Cf. Ex 5-12.
4. Ex 7-11. Mose und seine Zeit. Eín Kommentar zu den Mose-Sagen, Géittingen 1913
5. Cf. Ex 12. se concentraron en las tradiciones que debieron de haber existido ant~s de s~
6. Texto en J. B. Pritchard, op. cit., p. 378; texto y reproducción en G. E. fijación por escrito, y trataron de determinar su Sitz im Leben en la situación
Wright, Bíblícal Archeology, Philadelphia, 1975, p. 71. En opinión de G. W. social de Israel.
Ahlstrom, Who Were the Israelítes?, Winona Lake, 1986, el «Israel» que 13. W. Keller, Und die Bibel hat doch recht. Forscher beweisen die historische
aparece en la estela sería sólo un nombre territorial para la región monta- Wahrheit, Düsseldorf, 1955.
ñosa central de Palestina (de donde se convertiría posteriormente en nombre 14. N. K. Gottwald, op. cit., p. 608.
de pueblo, más tarde en nombre religioso-litúrgico y, finalmente, en con- 15. Ex 20,2-4; d. Dt 5,6-8.
cepto ideológico). E. Otto llama la atención sobre el hecho de que -según 16. Y. ~aufmann, The Relígion of Israel. From Its Beginnings to the Babylonian
él- «Israel» aparece en la estela vinculado al denominativo «pueblo»: Extle (de la traducción hebrea y edición abreviada de M. Greenberg), Chi-
Theologísche Revue 85 (1989) p. 8. cago, 1960, p. 60.
7. Cf. Ex 2,1-10. 17. Ibid., p. 121.
8. Texto en W. Beyerlin, op. cit., pp. 123 s. 18. Algunas obras clásicas sobre el estudio histórico-crítico del Antiguo Testa-
9. Para Thomas Mann, d. mi trabajo en W. Jens - H. Küng, Anwiilte der mento: A. Ah, Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel, vols. I-n
Menschlíchkeit. Thomas Mann - Hermann Hesse - Heinrich Boll Mün- München, 1953 (ahí, particularmente importante: la toma de la tierra de lo~
chen, 1989. Para Sigmund Freud, d. H. Küng, Freud und die Zuk~nft der israelitas en Palestina, 1925; el Dios de los Padres, 1929' la creación del Es-
Religíon, München, 1987. tado de los israelitas en Palestina, 1930; los orígenes d~l derecho israelita,
10. Cf. H. J. Kraus, Geschichte der historisch-krítíschen Erforschung des Alten 1934). M. Noth, El mundo del Antiguo Testamento. Introducción a las
Testaments von der Reformation bis zur Gegenwart, Neukirchen 1956. ciencias auxiliares de la Biblia, Madrid, 1976. Id., Überlieferungsgeschich-
11. Ni siquiera O. Eissfeldt, Einleitung in das AT, Tübingen, 21956,'obra mo- te des Pentateuch, Stuttgart, 1948. Id., Gesammelte Studien zum Alten Tes-
n~mental (con más de 1.~OO páginas), puede dar más que una impresión li- tament, vols. I-H, München, 1957-1969 (aquí, sobre todo, el tratado sobre
mitada. Para hacerse una Idea de cuán compleja y literalmente inabarcable es las leyes en el Pentateuco [1940], vol. I. pp. 11-141). G. von Rad: además de
la ciencia bíbli~a en nuestros días basta con asomarse a V. Fritz, J. W. Ro- escritos sobre el Deuteronomio, sobre la obra Cronista, sobre el Hexateuco
gerson, B. J. Dlebner, O. Merk, en el arto «Bibelwissenschaft» en Theolo- y su comentario sobre el Génesis, d. especialmente su Teología del AT,
gisc~e ~ealenzyklopiidie, BerlinlNew York, 1980, vol.VI, pp. 316-409. Para vols. 1-11, Salamanca, 41978-1980. O. Eissfeldt: además dtsU introducción al
la Blbha hebrea, d. N. K. Gottwald, The Hebrew Bihle. A Socio-literary In- AT y de su sinopsis del Hexateuco (1922), d., sobre todo, Die iiltesten
troduction, Philadelphia, 1985. Traditionen Israels. Ein kritischer Bericht über e. A. Si111pson's «The Early
12. Si bien se descubrió pronto en el Pentateuco el uso diferenciado de ambos Traditions of Israel», Berlin, 1950, y su escueto y sintético Die Genesis der
términos hebreos para Dios -«Yahvé» y «Eh, en plural «Elohim»-, sin Genesis, Tübingen, 1958.
embargo ?o se observó hasta la época de la Ilustración francesa que las pie- 19. Amplia panorámica sobre las metodologías utilizadas allora en las ciencias
"'!
zas ahve, por un lado, y los trozos Elohim, por el otro, constituían res- bíblicas con abundantes referencias bibliográficas ofrece N. K. Gottwald, op.
pectivamente un todo coherente. cit., pp. 6-34, 612-665.
~l famoso médico .francés J. A~~uc, médico personal de Luis XV y conver-
20. Cf. M. Smith, Palestinian Parties and Politics That Shaped the Old Testa-
t~do d~l protestantismo al catohclsmo, fue el primero que investigó de forma
ment, New York, 1971, esp. pp. 15-56.
21. O. Keel (ed.), Monotheismus im alten Israel und seiner Umwelt, Fribourg,
slste.mat~~a el ?~o de los nombres divinos Yahvé y Elohim, y fundó así la in-
1980 (del editor: Gedanken zur Beschiiftigung mit dem Monotheismus, pp.
vestlgaclOn cntIca del Pentateuco (1753). G. Eichhom destacó después con
may?r deta!le las características y contenidos de ambas fuentes (1799). Tras 11-30; cit. p. 21).
ultenores dl~cuslon,es? H. Hupfeld consiguió distinguir en el siglo XIX cuatro
22. Cf. B. Lang (ed.), Der einzige Gott. Die Geburt des biblischen Monotheis-
fuentes escntas an?mmas en el Pentateuco (1853): J (Yahvista) y E (Elohis-
mus, München, 1981, esp. pp. 47-83. Cf. también A. dtPury, Exclusivism
and Integration in the Faith of Ancient Israel. Is Monotheism Compatible
tal, luego P (EscrIto sacerdotal, especialmente para las reglamentaciones
cultuales y sacerdotales) y D (Deuteronomista). La teoría de los documentos
with a «Convival» Religion?, redactado como manuscrito para el «Simposio
Abrahámico» del 12 al15 de febrero de 1987 en Córdoba, organizado por
alcanzó su. for~a clásica en J. Wellhausen, Die Composition des Hexateuch
und ~~r htsto,:tschen Bücher des alten Testamentes, Berlin, 1865,41963. La «The Cultures Dialogue Institute» (Ginebra).
dat~clOn del hbro d~l Deuteronomio por W. M. L. de Wette (en 1805) en el
23. Is 2,8.18; 10,10; 19,3.
24. Jr 2,11; 5,7.
peno do del rey Joslas (2 Re. ~2) en el siglo VII a.e. constituyó la base para
datar las fuentes J y E (mamf¡estamente anteriores) (desde J. Wellhausen se 25. Jr 2,5; 10,8; 14,22.
26. Is 45,21.
ha datado P ~n el exilio babilónico, en el siglo VI a.C_I. Así se han manteni-
27. Según Dt 6,4.
do las data~l?ne~ hasta nuestros días, aunque la crítica de fuentes sufrió 28. Cf. H. Haag, Abschied vom Teufel, Zürich, 1969; Id., Teufelsglaube. Mit
fuertes m.0.dlflcaclOnes des~e el siglo pasado hasta ho)' y ha sido completada Beitriigen von K. Elliger, B. Lang und M. Limbeck, Tübingen, 1974. Se-
c0foL la cntJ~a ~e la tradlclon. De manera especial H. Gunkel en sus comen- gunda Parte: Diimonen und Satan im Alten Testament, pp. 141-269.
tanos al Genesls y a otros libros bíblicos, así como H. Gressmann en su obra
29. Cf. Is 63,7-64,11.

602 603
NOTAS NOTAS

30. Cf. Gn 1,27. 12. Cf. Ex 24.


31. Para esta problemática c?mplicadísima, d. el análisis matizado de E. S. 13. Cf. H. Gese, Bemerkungen zur Sinaitradition (1967), en Id., Vom Sinai zum
Gerstenberger, Jahwe - em patrzarchaler Gott? Traditionelles Gottesbild Zion, München, 1974, pp. 31-38. Cf. también H. Donner, .G~schtchte des
und feministische Theologie, Stuttgart, 1988. Volkes Israel und seiner Nachbarn in Grundzügen, vol. 1, Gottmgen, 1984,
32. Cf. K. Jaspers, Die grossen Philosophen, vol. 1, München, 1957, p. 68. pp. 97-115. Una panorámica de la discusión (sobre todo, alemana) ofrece W.
33. Cf. H. Renckens, art. «Adam», en Bibellexikon. H. Schmidt, Exodus, Sinai und Mose. Erwagungen zu Exodus 1-19 und 24,
34. Cf. Gn 1,26-28. Darmstadt, 1983. .
35. Cf. Gn 14,18-20. 14. Cf. al respecto: L. Perlitt, Bundestheologie im Alten Testa,ment, Neuktr-
36. Cf. Sal 110,6. chen, 1969: «Inicialmente, la teología deuteronómic~ de la A.lrar:tza ~o fue es-
37. Cf. Heb 5,1-7.28. timulada por código alguno, sino por el "mandamiento pnnCIpal y»: Israel
38. Gn 9,9-11. «no creó ningún otro concepto teológico de similar alcance .. ~on b.e~tt PU?o
39. Gn 9,6. formular la exigencia ética más profunda, imponer la 0e clOn rel~~lOsa I~­
40. Cf. A. Lichtenstein, The Seven Laws ofNoah, New York, 1981. condicional y provocar la visión de la propia culpa; con bertt tamblen podla
41. Cf. J. J. Petuchowski, arto «Noachidische Gebote», en Lexikon der jüdisch- despertar esperanza y conjurar la fidelidad de Yahvé» (p. 284). Natural-
christlichen Begegnung. Cf. D. Novak, The Image of the Non-Jew in Ju- mente, no es posible fijar tal teología de la alianza en una de las llamadas
daism. An Historical and Constructive Study of the Noahide Laws, New «fórmulas de Alianza». Cf. para esto: D. J. McCarthy, Ireaty and Covenant,
York,1983. Roma, 1963.
15. Cf. Gn 15.
16. Cf. Gn 17,19.21; 24,7; 26,1-5.
B. ELCENTRO 17. Cf. Gn 28,3-4.
18. Cf. Dt 26,16-19.
B 1. Los elementos estructurales centrales 19. Cf. Ex 20 - 23.
20. Cf. A. Ah, Die Ursprünge des israelitischen Rechts (1934), en Id., Kleine
1. Ex 6,6-7. Schriften zur Geschichte des Volkes Israel, vol. 1, Münchell, 1953, pp. 278-3~2.
2. Cf. Ex 1 - 15. 21. Cf. M. Noth, Die Gesetze im Pentateuch. Ihre Voraussetzungen und Ihr
3. Para el libro del Éxodo, d., junto a los comentarios más antiguos de H. Hol- Sinn (1940), en Id., Gesammelte Studien zum Alten Testament, vol. 1, Mün-
zinger, B. Baentsch y G. Beer - K. Galling, los de J. C. Rylaarsdam, 1952 chen, 1957, pp. 9-141.
(lB). M. Noth, 1958 (ATD). G. te Stroete, Roermond, 1966. U. Cassuto, Je- 22. G. von Rad, Teología del AT, vol. 1, Salamanca, 41973,pp. 215 ~s. .
rusalem, 1967. J. P. Hyatt, 1971 (NCeB). R. E. Clements, 1972 (CNEB). B. 23. N. K. Gottwald, The Hebrew Bible. A Socio-Literary IntroductlOn, PhIla-
S. Childs, 1974 (OTL). W. H. Schmidt, 1974 (BK). F. C. Fensham, Nijkerk, delphia, 1985, p. 209. .
21977. W. G. Plaut, en The Torah, New York, 1981. 24. G. Fohrer, Geschichte der israelitischen Religion, Berl!], 1969, p. 74.
4. Cf. Ex 6,14-20.
25. Jos 1,1-4. .
5. Cf. Gn 35,22-26. 26. Cf. F. Stummer - H. Haag, arto «Palestina», en Bibelle';lkon.
6. Panorámica sobre la bibliografía más reciente acerca del nombre Yahvé y de 27. Cf. las hechas ya a los «patriarcas»: Gn 12,1-3.7; 13,14-17; 15,7.18-21;
Ex 314, en W. H. Schmidt, Exodus-Kommentar, 1988 (BK), pp. 169-171.
28,13-15. .
7. Ex 3:14. Para la discusión de este pasaje clásico, d. W. H. Schmidt, op. cit., 28. Cf. M. Sharon (ed.), The Holy Land in History and Thought, Leiden, 1988.
pp. 171-179.
29. CL Jos 1,4.
8. Os 13,4. 30. CL Gn 9,9-16.
9. Para conceptos clave tales como pueblo, alianza y tierra, cf.las correspon- 31. CL Gn 17,20.
dientes secciones de las teologías clásicas sobre el Antiguo Testamento: W. 32. CL Gn 25,12-18.
Eichrodt, Theologie des Alten Testaments, vols. 1-111, Stuttgart, 1933-1939.
L. Kohler, Theologie des Alten Testaments, Tübingen, 1936. O. ~roc~sch,
Theologie des Alten Testaments, Gütersloh, 19~9. E. Jacob, T~eologle de
[,Ancien Testament, Neuchátel, 1955. T. C. Vnezen, Theologte des ~lten B 11. La figura conductora central
Testaments in Grundziigen, Wageningen, 1956. G. "on Rad, Theologt~ des
Alten Testaments vols.I-H, München, 1957-1960. C. Fohrer, Theologtsche 1. CL Ex 2,15-22; Ex 18.
Grundstrukturen'des Alten Testaments, Berlin, 1972. W. Zirnmerli, Manual 2. CL Ex 3-4.
de teología del Antiguo Testamento, Madrid, 1980. J. L. McKenzie, A Theo- 3. CL Ex 1,11-14; 4,29. . . .
logy of the Old Testament, New York, 1974. C. Westermann, Theologie des 4. CL J. Wach, Sociology of Religion, Chicago, 51950. ~ach~lstmgue los SI-
guientes tipos de autoridad religiosa: fundador de una JehglOn, reformador,
Alten Testaments in Grundzügen, Gottingen,1978.
profeta, vidente, mago, adivino, santo, sacerdote, el «religIOSO». .
10. Ex 19,5-6. 5. Panorámica reciente en H. Donner, Geschichte des VonesIsrael und setner
11. Cf. Ex 19,10-20.11. Nachbarn in Grundzügen, vol. 1, Gottingen, 1984, pp107-115. Trabajos
604 605
NOTAS
NOTAS

más antiguos sobre la historia religioso-exegética: P. Volz, Mose. Ein Beitrag político-religiosa ... La conciencia común de Israel descansó sieml?re en la
zur Untersuchung über die Ursprünge der israelitischen Religion, Tübingen, creencia de que Yahvé es el Dios de Israel e Israel es el pueblo de DIOS» (pp.
1907. H. Gressmann, Mose und seine Zeit. Ein Kommentar zu den Mose- 23.28). .,
Sagen, G6ttingen, 1913. E. Sellin, Mose und seine Bedeutung für die israe- 25. En cuanto al asunto, la paráfrasis bipolar se encuentra tamblen en, otros mu-
litisch-jüdische Religionsgeschichte, Leipzig, 1922. chos autores; por ejemplo, en G. Fohrer, que habla de la soberama y comu-
6. Cf. M. Noth, Überlieferungsgeschichte des Pentateuch, Stuttgart, 1948, pp. nión de Dios para expresar la relación viva entre Dios y pueblo. Para una
172-191. discusión ulterior sobre el centro del Antiguo Testamento, cf. H. Reventlow,
7. Para Moisés, d. los artículos en: Bibellexikon (H. Cazelles). Encyclopaedia Hauptprobleme der alttestamentlichen Theologie im 20. Jahrhundert,
Judaica (l. Abrahams, M. Greenberg, D. Winston, L. Jacobs, A. Rothkoff, D. Darmstadt 1982 c. IV: «Die "Mitte" des Alten Testaments».
Kadosh, H. Z. Hirschberg, B. Bayer). Enzyklopiiedie des Islam (B. Heller). 26. T. S. Kuhn: La e:tructura de las revoluciones científicas, México, 61986.
Jüdisches Lexikon (A. Kristianpoller, N. M. Soloweitschik). Lexikon der jü- 27. Cf. H. Küng, TP, II,II-IV; también PEM, parte III.
disch- christlichen Begegnun (J. J. Petuchowski - C. Thoma). Lexikon der
Religionen (F. L. Hossfeld - C. Frevel). Lexikon für Theologie und Kirche (J.
Schmid). Religion in Geschichte und Gegenwart (E. Osswald). Theologisches C. HISTORIA
Worterbuch zum Neuen Testament (J. Jeremias). Worterbuch des Chris-
tentums (R. Liwak). C 1. El paradigma tribus de la época preestatal
Monografías importantes para el diálogo sobre Moisés: M. Buber, Moses
(1944), en Werke, München, 1964, vol. 11. pp. 9-230. H. Cazelles y otros, 1. T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas,. México, 6~986.
Moise. L'homme de I'Alliance, Paris, 1955. L. Ginzberg, The Legends of the 2. Cf. H. Küng, TP, I1I,1,4: «¿Es signo de progreso el ~amblOde paradIgma?».
Jews, vols. 1-11, Philadelphia, 1909-1910. A. Néher, Moise et la vocation 3. R. de Vaux, Histoire ancienne d'Israel, vol. 1, Pans, 1971, p. 443; para la
juive, Paris, 1956. H. Schmid, Die Gestalt des Mose. Probleme alttesta- toma de la tierra, d. pp. 487-614.
mentlicher Forschung unter Berücksichtigung der Pentateuchkrise, Darms- 4. Ofrece una buena panorámica sobre la discusión más rec.itnte M. L. Chane~,
tadt,1986. Ancient Palestinian Peasant Movements and the FormatlOn of Premonarchtc
8. Cf. Ex 4,16; 34,29-35. Israel en Palestine in Transition. The Emergence of Ancient Israel, ed. por
9. Cf. Ex 3-4. D. N: Freedman y D. Graf, Sheffield, 1983, pp. 39-90. ef. t~mb~én R. B.
10. F. Heiler, Das Gebet. Eine religionsgeschichtliche und religionspsychologi- Coote - K. W. Whitelam, The Emergence of Early Israel In Ht~tortcal Pers-
sche Untersuchung, München, 51969, p. 255. pective, Sheffield, 1987. Recibí valiosas in!ormaciones a traves de conv~r­
11. Nm 12,8. saciones personales con el profesor de AntIguo Testa~ento Don C. Ben~a­
12. Dt 18,15. mio, durante el semestre que pasé como profesor Invitado en la Rice
13. Ediciones de textos: P. Riessler, Altjüdisches Schrifttum ausserhalb der Bibel, University de Houston / Texas en el otoño de 1987. .
Freiburg, 1928,51984, pp. 138-155. 5. Junto a las obras de Albright y de Wright (d. c. A 1). merece. ser temda en
14. Ediciones de textos: ibid., pp. 485-495. cuenta la primera edición de la A History of Israel, Phlladelphla, 1959, de J.
15. Cf. ya 2 Re 14,6. Bright, así como H. H. Rowley, From Joseph to Josua. Biblical Tradition in
16. Cf. Mc 7,9-10. the Light of Archaeology, London, 1950. .
17. Cf. Lc 16,29-31. 6. Cf. A. Alt, Die Landnahme der Israeliten in Paliist~na (1~25), en !d., Kleme
18. Cf. Mt 2. Schriften zur Geschichte des Volkes Israel, vol. 1, Munchen, 1953.' 196~, pp.
19. Cf. Jn 6,25-34. 89-125; Id., El'wiigungen über die Landnahme der IsrcJeltten m Palastma
20. Cf. Lc 24,25-27. (1939), en ibid., pp. 126-175. M. Noth, Historia de Is:ael,Bar~~lona, ,1966;
21. Cf. Sura 20,10-98. así como M. Weippert, Die Landnahme der IsraeltttsclJenStam~.e ~n der
22. Cf. Sura 7,104-158; 20,10-98; 26,10-68; 28,4-43. neueren wissenschaftlichen Diskussion. Ein kritischer llertcht, Got~mg~n,
23. Cf. R. Smend, Die Mitte des Alten Testaments, Zürich, 1970. Ambos tra- 1967. Para la crítica, C. H. J. de Geus, The Tribes ofIsrall.An Investtgatton
bajos programáticos, espléndidamente documentados, de Rudolf Smend, into Some of the Presuppositions of Martin Noth's Aml'nictyony H)'pothe-
que arrancan de W. M. L. de Wette (1813) yae Wilhelm Varke (1835), los sis, Assen, 1976. Alguna confirmación aportada por la arqueol<;>gla ~n Y.
fundadores de una teología bíblica moderna, pasan por Julius Wellhausen Aharoni, The Archaeology of the Land of ~srael. ~rom ¡he Prehtstonc Be-
(1880) y llegan hasta Martin Buber (1932), Walter Eichrodt (1933-39) y ginnings to the End of the First Temple Penod, PhIladelyhla, 1982. . .
Gerhard van Rad (1957-6), me han ayudado a precisar mi punto de vista 7. Cf. G. E. Mendenhall, «The Hebrew Conquest of Palesune»: The Btb!t~al
desde la historia (sólo tengo que criticar el constante olvido de la promesa de Archaeologist 25 (1962) pp. 66-87; Id., The Tenth Generatton. The Orzgms
la tierra, dada con la elección del pueblo). of the Biblical Tradition, Baltimore, 1973; Id., Anc!ent lsraels Hyphenated
24. Para J. Wellhausen, Israelitische und jüdische Geschichte, Berlin, 1894, History, en D. N. Freedman - D. Graf (eds.), op. ~/t., Pll·91-103. . .
91958, la frase «Yahvé el Dios de Israel, Israel el pueblo de Yahvé» fue el re- 8. Cf. N. K. Gottwald, The Tribes ofYahweh: a SOClolo~ofthe Reltgzon of
sumen breve de la religión israelita. «Yahvé el Dios de Israel, Israel el pueblo Liberated Israel 1250-1050, New York, 1979.
de Yahvé: eso es el comienzo y el principio permanente de la ulterior historia 9. Después de M. L. Chaney, que aborda de manera especiallos argumentos de

606 607
NOTAS
NOTAS

M. Weippert, d., sobre todo, N. K. Gottwald, The Hebrew Bible, Phila-


delphia, 1985, pp. 272-276. primer plano en los textos veterotestamentarios, exponen esto como un
10. Cf. l. Finkelstein, The Archaeology of the Israelite Settlement, Jerusalem, desarrollo continuado R. B. Coote - K. W. Whitelam, The Emergence of
1988, pp. 306-314,352-356. Cf. también la crítica al modelo de conquista, Early Israel in Historical Perspective, Sheffield, 1987, pp. 139-166. Parece
pp. 295-302. más equilibrado el estudio de F. S. Frick, el cual compagina modelos y
11. I. Finkelstein: «The origins of the Israelite settlers must ultimately be sought datos de la arqueología, de la etnología comparada y de la antropología con
at the end oE the Middle Bronze period, when the network of villages in the los textos bíblicos: The Formation of the State in Ancient Israel. A Survey of
hill country broke apart and groups of people dropped out of this sedentary Models and Theories, Sheffield, 1985. Cf. también las colaboraciones de H.
rural framework. These groups then underwent a lengthy pastoralist stage. Donner, A. D. H. Mayes, B. Oded, J. A. Soggin, en Israelite and Judaean
They were particularly active in marginal areas, including the hill country, History, ed. por J. H. Hayes y J. M. Miller, Philadelphia, 1977. B. Halpem,
and their existence is attested in documents from the Late Bronze periodo A The Constitution of the Monarchy in Israel, Chico, 1981. A. D. H. Mayes,
change in political and economic circumstances led to their resedentarization The Story of Israel between Settlement and Exile. A Redactional Study of the
starting at the end of the 13th century BCE and continuing throughout the Deuteronomistic History, London, 1983.
Iron I period» (op. cit., p. 353). 3. Cf. Dt 17,14-20. Cf. al respecto M. Noth, Überlieferungsgeschichtliche Stu-
12. Ibid, p. 353. Cf. las objeciones de A. J. Hauser contra la teoría de Menden- dien (Deut. und Chr.), vol. 1, Tübingen, 21957. M. Weinfeld, Deutero-
hall y ulteriores aportaciones a la discusión, en Journal for the Study of the nomy and the Deuteronomic School, Oxford, 1972. R. D. Nelson, The
Old Testament 7 (1978). Double Redaction of the Deuteronomistic History, Sheffield, 1981.
13. Ibid., pp. 273 S. 4. Cf. Jue 8,22 s; 9,8-15. Cf. al respecto A. D. H. Mayes, The Period of the
14. La History of Ancient Israel and Judah, Philadelphia, 1986, reeditada por J. Judges and the Rise of the Monarchy, en Israelite and Judaean History,
M. Miller y J. H. Hayes, renuncia por completo a todo intento de reconstruir pp. 285-331.
l~ historia de los israelitas primitivos. También J. A. Soggin opina (aunque 5. Cf. 1 Sm 8; 10,17-27; 11,12-14.
sm tener en cuenta la más reciente discusión americana) que una historio- 6. Ambos imbricados en 1 Sm 8-12.
grafía fiable de Israel sólo puede comenzar con la creación del Estado por 7. Cf. G. Fohrer, Geschichte Israels. Von den Anfiingen bis zur Gegenwart,
David: A History of Israel. From the Beginnings to the Bar Kochba Revolt, Heidelberg, 31982, pp. 86 S. D. M. Gunn, The Fate of King Saul. An Inter·
AD 135, London, 1984. pretation of a Biblical Story, Sheffield, 1980.
15. Todavía en 1985 no conoce la intensa discusión de las dos últimas décadas 8. Cf.1 Sm 31,4.
M. Claus, Geschichte Israels; no así J. Bright en su tercera edición (1981), y, 9. Para David y su significación permanente, d. los artículos en: Bibellexikon
en la exégesis alemana, H. Donner, Geschichte des Volkes Israel und seiner (A. van den Born). Die Religion in Geschichte und Gegenwart (R. Bach).
Nachbarn in Grundzügen, vol. 1, G6ttingen, 1984. Encyclopaedia Judaica (E. Oded, I. M. Ta-Shma, L. l. Rabinowitz, G. Seho·
16. H. Donner, op. cit., p. 127. lem, D. Flusser, H. Z. Hirschberg, A. Goldberg, B. Narkiss, B. Bayer). Jü·
17. Cf. N. K. Gottwald, The Hebrew Bible, pp. 143 ss. disches Lexikon (H. Fuchs, A. Sandler). Lexikon für Theologie und Kirche
18. Cf. Jue 5. (M. Rehm). Reallexikon für Antike und Christentum a. Daniélou). The
19. Jue 5,7. Encyclopedia of Religion (J. van Seters). Theologische Realenzyklopadie
20. Jue 5,3. (L. A. Sinclair, C. Thoma). Worterbuch des Christentums (U. Rüterswor·
21. J. Wellhausen, Israelitische und ¡üdische Geschichte, Berlin, 1894,91958, p. den).
23; d. p. 28. En el «diálogo a tres bandas» entre judíos, cristianos y musulmanes, hasta
22. M. Buber, Konigtum Gottes (1932), en Werke, vol. 11, München, 1964, ahora se ha prestado muchísimo menos atención a David que a Abrahán y a
pp. 485-723. Moisés. Con frecuencia falta aquí el término «David,>.
23. En mi opinión, las objeciones al respecto consignadas por G. von Rad en 10. Cf. G. von Rad, Der Anfang der Geschichtsschreibung im Alten Israel
Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament, arto «Basileus», no fueron (1944), en Gesammelte Studien zum Alten Testament, München, 1958, pp.
refutadas de manera convincente por Buber: d. Werke, vol. 11, pp. 514-519. 148-188, esp. pp. 175 S.
24. Cf. L. Perlitt, Bundestheologie im Alten Testament, Neukirchen, 1969. 11. Lq serie de las historias de David comienza con 1 Sm lfí y termina con 1 R~
25. Cf. W. Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento, vols. 1-I1I, Madrid, 1975. 2,12. En ambos libros de las Crónicas encontramos ya tendencias fuerte·
26. Cf. H. Haag, Das Land der Bibel. Gestalt-Geschichte- Erforschung, Stutt- mente idealizantes. Artículos exegético s básicos: A. Alt,Die Staatenbildung
gart, 1989, pp. 63-72. der Israeliten in Palas tina (1930); Das Grossreich Davids (1950), en Kleine
27. Cf.Jue5,11.13. Schriften zur Geschichte des Volkes Israel, vol. 11, München, 1953, pp. 1-75,
28. Cf. N. K. Gottwald, The Hebrew Bible, p. 285. así como los capítulos correspondientes de las historias de Israel utilizadas
aquí (cf. capítulo A I), especialmente G. Fohrer, pp. 91·106. H. Donner,
C n. El paradigma reino de la era monárquica vol.I, pp. 169-215. J. A. Soggin, A History of Israel Fromthe Beginnings t()
the Bar Kochba Revolt, AD 135, London, 1984, pp. 41·68. Cf. también D.
1. Jue 8,22 S. M. Gunn, The Story of King David. Genre and Intetpretation, Sheffield,
2. Descuidando por completo la amenaza externa de los filisteos, que ocupa el 1978. También los comentarios a los libros de Samuel; entre los recientes: H.
W. Hertzberg, 1956,21960 (ATD). H. J. Stoebe, vol. ],1973 (KAT). P. K.
608
609
NOTAS
NOTAS

McCarter, 1980/1984 (AB). Más bibliografía sobre el reino davídico-salo-


mónico en N. K. Gottwald, The Hebrew Bible. A Socio-Literary Introduc- 48. Cf. 1 Re 5,15-9,25.
tion, Philadelphia, 1985, pp. 635-640. 49. Cf. 1 Re 9,26-10,29.
12. Cf.2 Sm 1,19-27. 50. Cf. 1 Re 11.
13. Cf.2 Sm 5,5. 51. Cf. 1 Re 3,16-28.
14. Cf.2 Sm 5,6-9. 52. Cf., sobre todo, el comentario de E. Würthwein.
15. Cf.2 Sm 5,7. 53. Un artículo amplio sobre el Primer Templo -historia, estructura y ritual-
16. Léase la narración 2 Sm 6, ornamentada con sagas. ofrecen Y. M. Grintz y Y. Yadin en el artículo «Tempeb de la Encyclopae-
17. J. A. Soggin, op. cit., p. 55. dia Judaica. Cf. también S. Krauss, J. P. Kohn, A. KristianpolIer en el artí-
18. Cf. G. Fohrer, Geschichte der israelitischen Religion, Berlin 1969 pp. 116- culo «Tempel», en jüdisches Lexikon.
119. ' , 54. Cf. 1 Re 8,12s.
19. Cf.2 Sm 3,10; 17,11; 24,15. 55. Cf. 1 Re 12.
20. Cf. 2 Sm 24,9; 1 Cr 22,2. 56. Cf. H. H. Rowley, Prophecy and Religion in Ancient Chitltl and Israel, Lon-
21. Jos 1,4; d. también 1 Re 5,4; 2 Cr 9,26. don, 1956.
22. Cf.2 Sm 7,16. 57. Cf. H. Küng, CR, c. 11, 2.
23. Cf. 1 Cr 10,29. 58. Rowley mismo tiene que admitir esto al final de su libro, pp. 125 s.
24. Cf. Neh 3,16. 59. Cf. Ex 15,20 s.
25. Cf. Hch 2,29. 60. Cf. Jue 4 s.
26. C. 'I??ma, Theologisehe Realenzyklopadie, vol. VIII, p. 384. 61. Cf. 2 Re 22,14-20.
27. Cf. Ibld., pp. 384-387. 62. Cf. Is 8,3.
28. Cf. Sal 1; 19; 119. 63. Para el profetismo, d., además de las teologías del AT (cf. c. A 1), los ar-
29. Cf. Rut 4,17.20-22; 1 Sm 22,3-4. tículos en Bibellexikon (P. van Imschoot / H. Haag, J. Kürzinger). Diction-
30. Cf. Mc 2,23-28. naire de Religions (J. Jomier, L. Monhoulou, E. Cothenet). Die Religion in
31. Cf. Mt 2,1-12. Cf. para esto F. Hahn, Christologische Hoheitstitel. Ihre Ges~h,chte und Gegenwart (G. Mensching, R. Meyer, J. Fichtner, A. Jepsen,
Gesehiehte im frühen Christentum, G6ttingen, 1962,31966, pp. 242-279. P. Vlelhauer, E. Fascher). Encyclopaedia judaica (S. M. Paul, L. l. Rabino-
C. Burger, jesus als Davidssohn. Eine traditionsgeschiehtliche Untersu- witz, R. Lemer, W. S. Wurzburger). Enzyclopaedie des lslam (J. Horovitz).
ehung, G6ttingen, 1970. jüdisches Lexikon (M. Wiener). Lexikon der jüdisch-christlichen Begeg-
32. Cf. Lc 2,4-11. nung (C. Thoma). Lexikon der Religionen (F. L. Hossield / E. Reuter, A.
Sch~el). Lexikon für Theologie und Kirche (G. Lanczl<owski, H. Gross, J.
33. Cf. Mt 1,1-17.
Sch~lld, K. Rahner). Lexikon religioser Grundbegriffe (DVetter, R. Glei, S.
34. Cf. Lc 3,25-38.
35. Cf. Mc 10,47s. Bahc). The Encyclopedia of Religion (G. T. Sheppard /W. E. Herbrechts-
36. Cf. Sal 2. meier, R. R. Wilson). Theologisches Handworterbuchzum Alten Testa-
37. Cf. Hch 13,33. ment (J. Jeremias). Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament (H.
38. Cf. Sura 5,78. Kramer). Worterbuch des Christentums (R. Liwak).
39. Cf. Sura 2,251. Trabajos concretos y recientes que son importantes para eldiálogo sobre los
40. Sura 17,55. Rudi Paret observa en su comentario a la correspondiente Sura profetas: M. Buber, Der Glaube der propheten, en Werkl,vol. II, München,
4,164: «Hay que explicar el término zabur como una mezcla del hebreo miz- 1964, pp. 231-484. K. Koch, Die Propheten, vols. I-II,Stuttgart, 1978-
mor, del etíope mazmur, escrita zahur en el salmo yen árabe (que penetró 1980. A. Néher, La esencia del profetismo, Salamanca,1975. C. WesteI'
sin duda de Arabia del Sur»>. mann, arto «Propheten», en Biblisch-historisches Wort"buch, G6ttingen,
41. Cf. 1 Re 1-2. 1960, cols. 1496-1512 .. G. Fohrer, Geschichte der israelit¡chen Religion, PI'.
42. Para Salomón, d. los tra bajos fundamentales de A. Ah, Israels Gaue unter 222-312; Id., Theologlsche Grundstrukturen des Alten Tlstaments, Berlin,
Salomo (1913); Die Weisheit Salomos (1951, en Id., op. cit., pp. 76-99, así 1972, pp. 71-86. R. R. Wilson, Prophecy and Societyin Ancient Israel
como los correspondientes capítulos de las historias de Israel utilizadas aquí Phila~elphia, 1980. J. Blenkinsopp, A History of PropIne) in Israel, Phila:
(d. capítulo A 1), so~re todo G. Fohrer, pp. 104-119. H. Donner, vol. 1, pp. delphla, 1983. D. L. Peterson (ed.), Prophecy in Israel. lcareh (or an Ide11-
215-232. J. A. Soggm, oIJ. at., pp. 69-85. Naturalmente, también los co- tity, Philadelphia, 1987. J. F. A. Sawyer, Prophecy and ¡nI Prophets o( the
mentarios al primer libro de los Reyes; entre los recientes M. Noth (sólo c. 1- OldTestament,Oxford, 1987. H. W. Wolf, Studien zurProphetie. Probl~·
16), 1968 (BK). J. Gray, 1964 (OTL). E. Würthwein, 1977 (ATD). me und Ertrage, ~ünchen, 1987. J. Barton, Gracles of God. Perceptions of
43. Cf. 1 Re 1. Anclent Prophecy In Israel arter the Exile, London, 1980,
44. Cf. 1 Re 5,12. 64. Cf. Is 6.
45. Cf. 1 Re 3,4-15. 65. Cf. Jr 1,4-10.
46. Cf. G. Fohrer, Geschichte der israelitischen Religion, pp. 120 s. 66. Cf. Ez 1,1-3,15.
47. Cf. 1 Re 5,9-14. 67. Cf. H. von Stietencron, en H. Küng, CGR, C. B 1,1.
68. Cf. J. Ching, en H. Küng, CR, C. 11,1.
610
611
NOTAS
NOTAS

69. Cf. la bibliografía de B. Lang, M. Smith y A. de Pury indicada en el c. A n.


70. Cf. 1 Re 19,10.14. cles-Ezra- Nehemiah Restored to Its Original Form, New Haven, 1954. O.
71. Is 2,4; d. Miq 4,1-3. Plog~r, Theokratie und Eschatologie, Neukirchen, 1959. S. Mowinckel,
72. Cf. Os 9,7;]r 29,26; 2 Re 9,11. Stud/en zu dem Buche Ezra-Nehemia, vols. l-IlI, Oslo, 1964-1965. H. C. M.
73. Cf. C. Thoma, arto «Prophet», en Lexikon der jüdisch- christlichen Begeg- Vogt, S~udie zur nach~xilischen Gemeinde in Ezra-Nehemia, Werl, 1966. J.
nung. D. PU~lS, The Samarttan Pentateuch and the Origin of the Samaritan Sect,
74. Tratado talmúdico Berakot: y Ber 1,4 (3 b). Cambndge, 1968. R. S. Foster, The Restoration of Israel. A Study in Exile
75. Cf. F. Rahman, Prophecy in Islam. Philosophyand Orthodoxy, London and Return, London, 1970. K. M. Beyse, Serubbabel und die Konigserwar-
1958. ' tungen der Propheten Hagai und Sacharja. Eine historische und traditions-
76. Cf. 2 Re 17,1-6. geschichtliche Untersuchung, Stuttgart, 1972. R. J. COllgins, Samaritans
77. Cf. 2 Re 17,24-34. an4 Jews. The Origins of Samaritanism Reconsidered, Adanta, 1975. M.
78. Informe de la reforma en 2 Re 22-23. AVI-Yonah - Z. Baras (eds.), Society and Religion in the Second Temple Pe·
79. Cf. H. Donner, op. cit., vol. Il, pp. 368 s.; J. A. Soggin, ap. cit., pp. 232 s. riod (The World History of the jewish People. First Series: Ancient Time,
80. l::a obra clásica sobre la historiografía deuteronómica es la de M. Noth, vol. VIII), ]erusalemILondon, 1977. S. Safrai, Das jüdische Volk im Zeitalter
Uberlieferungsgeschichtliche Studien, vol. 1, Tübingen, 21957. Una visión pa- des Zweiten Tempels, Neukirchen, 1978. W. D. Davies - L. Fínkelsteín
norámica amplia sobre la investigación ofrece H. D. Preuss, Deuterono- (eds.), The Cambridge History of judaism, vol. 1: Introductian. The Persiall
mium, Darmstadt, 1982. Periad, Cambridge, 1984.
81. Se ha afirmado una y otra vez que lo del hallazgo del libro es una «mentira 9. Cf. Is 41,2.
piadosa», pero no es probable la veracidad de tal suposición. Cf. H. Spie- 10. Cf. Is 44,28.
ckermann,juda unter Assur, G6ttingen, 1982, pp. 156 ss. 11. Cf. Is 45,1.
82. Dt 12,5. 12. Redacción original aramea de Esd 6,3-5.
83. Cf. 2 Re 24,14. 13. Cf. Esd 1,1-4.
84. Cf. 2 Re 25,4-7. 14. Según H. ~onner, op,- cit:, pp. 409-~12, el autor de la obra cronista (del sigl()
85. Cf.]r52,11. Iv-m) podna haber anadldo postenormente el permiso de retornar.
15. Así, H. Haag, Das Land der Bibel. Gestalt - Geschichte - Erforschung
Stuttgart, 1989, pp. 93 s. '
C III. El paradigma teocracia del judaísmo postexílico 16. El regreso de los inmigrantes, enriquecidos en parte -42.360 y más de
7.300 esclavos seg~n Esd 2 (¿incluidos los que permenecieron en el país?)-
1. Cf. Lv 26. tuvlo lugar por pnmera vez en los años veinte. Así, H. Donner, op. cit.,
2. Cf. Sal 137. vo . Il, pp. 409-412.
3. Cf. Ez 1,1. Para el Exilio babilónico, cf., además de las historias de Israel 17. Cf. Ag 1,2-4.
consignadas en c. A 1 (son particularmente importantes H. H. Ben-Sasson, 18. Cf. Zac 4,9.
H. Donner, G. Fohrer, N. K. Gottwald): W. Eichrodt, Krisis der Gemein- 19. Cf. Ag 2,23.
schaft in Israel, Basel, 1953. E. Janssen, juda in der Exilzeit. Ein Beitrag zur 20. Cf. Zac 4,1-6.10.14.
Frage der Entstehung des judentums, Gottingen, 1956. C. F. Whítley, The 21. C?frecen un artículo amplio sobre el Segundo Templo -historia, estructura y
Exilic Age, London, 1957. P. R. Ackroyd, Exile and Restoration. A Study of ntual- B. Porten, Y. M. Grintz, M. Avi-Yonah, S. Safrai en el artículo
Hebrew Thought af the Sixth Century Be, London, 1968; Id., Israel under « T~~peh> de la Encyclopaedia judaica. Cf. también S. KrallSs,j. P. Kohn, A.
Babylan and Persia, Oxford, 1970. R. W. Klein, Israel in Exile. A Theolo- Knsnanpoller en el artículo «Tempeh> deljüdisches Lexil<on.
gical Interpretation, Philadelphia, 1979. J. D. Newsome, Jr., By the Waters 22. Cf. Esd 6,15-18.
of Babylan. An Introduction to the History and Tbealogy of the Exile, 23. Cf. Mal 3,1.
Edinburgh, 1979. J. A. Soggin, A History of Israel. From the Beginnings to 24. Cf. Neh 5,14.
the Bar Kochba Revolt, AD 135, London, 1984. 25. A. ~an Hoonacker, Néhémie et Esdras. Nouvelle hypothesesur la chrono-
4. Cf. Sal 137. log/ede l'epoque de la restauratíon, Louvain, 1890.
5. Cf. Ez 37,1-14. 26. Cf. Esd 7,12.21.
6. Cf. G. Fohrer, Geschichte der israelitischen Religion, Eerlin, 1969, pp. 331 S. 27. Cí. Neh 8-10.
7. Se discute sobre la influencia del «Deuteronomista» o de los «Deuterono- 28. P~n()rámica .en U. Ke~ermann, «Erwagungen zum Esra-Gcletz»: Zeitschrifi
mistas» en otros libros bíblicos. Cf. las obras de M. Noth y de H. D. Preuss fur dIe Alttestamentltche Wissenschaft 80 (1968) pp. 373-JiS.
indicadas en el capítulo precedente. 29. Cf. Lv 17-26.
8. Para la historia de Judá en el Imperio persa, d., además de las historias de Is- 30. G. Fohrer, Geschíchte der israelitischen Religion, p. 321.
rael, las siguientes publicaciones: K. Galling, Die Krise der Aufklarung in Is- 31. Ibid.,pp. 321 S.
rael, Mainz, 1952. Id., Studien zur Geschichte Israels ím persischen Zeitalter, 32. Ibid., p. 322.
Tübingen, 1964. C. C. Torrey, The Chronicler's History af Israel. Chroni- 33. Cí. Esd 7-10.
34. Cí. Neh 1-7; 10-13.
612
613
NOTAS NOTAS

35. G. Fohrer, Geschichte der israelitischen Religion, p. 369. 60. A esta posibilidad de una «religión mundial» (religión de la diáspora) no sólo
36. Cf. 2 Mac 6,2. difundida externamente por el mundo, sino de una verdadera religión mun-
37. J. A. Soggin, op. cit., p. 278. dial también por su interioridad universalista apunta Martín Hengel, profe-
38. 9. H. Donner, op. cit., vol. II, pp. 433-439: «Das dunkle Jahrhundert» (El sor de Nuevo Testamento en la universidad de Tubinga, cuando dice: «En la
siglo oscuro). época helenista, aproximadamente desde la segunda mitad del siglo 11 a.e.
39. Cf. 1 y 2 Cr, Esd, Neh. -los éxitos de los tiempos macabeos habían incrementado la autoconciencia
40. El complicado proceso histórico-redaccíonal y crítico-literario ha sido des- judía- el judaísmo estaba en camino de convertirse -mediante la rápida
crito a un alto nivel por N. K. Gottwald, The Hebrew Rible. A Socio-Lite- expansión de la diáspora y gracias a una intensa actividad misionera- en
rary Introduction, Philadelphia, 1985, c. 11 (Ley y Profetas), así como c. 12 una religión mundial. Diametralmente opuesta a esto es la atemorizada fi-
(Escritos). jación en la literalidad de la Torá, tal como la encontramos en el fariseísmo.
41. l. Elbogen, Der jüdische Gottesdienst in seiner geschichtlichen Entwicklung En el fondo, la libertad del judaísmo de lengua griega no era mucho mayor
Frankfurt, 1913,31931. ' respecto de la Ley; la interpretación alegórica no abolió el sentido literal. Los
42. J. Heinemannn, Prayer in the Talmud. Forms and Patterns, Berlin, 1977, p. 15. preceptos y prohibiciones concretos siguieron teniendo validez plena incluso
43. J. Neusner, The Way of Torah. An Introduction to judaism Belmont en Filón» (judentum und Hellenismus, pp. 568 s.).
31979, p. 53. ' , 61. H. Donner, op. cit., vol. II, p. 439.
44. J. H. Charlesworth, «A Prolegomenon to a New Study of the Jewish Back- 62. Cf. Dn 11,31; 12,11.
ground of the Hymns and Prayers in the New Testament»: joumal of jewish 63. Para la época macabea, d. -además de las historias delsrael (c. A I)-las
Studies XXXIII (1982) p. 272. siguientes publicaciones recientes: W. W. Buehler, The Pre-Herodian Civil
45. Cf. Is 56-66. War and Social Debate. Jewish Society in the Period 76-40 B.e. and the So·
46. Cf. Zac 9-14. cial Factors Contributing to the Rise of the Pharisees and the Saducees,
47. Sal 74,9. ~asel, 19.14. W .. R. F~~r, Maccabees, Zealots, and josephus. An Inquiry
48. Cf. Tratado talmúdico Yoma: b Yom 9 b. En su trabajo Gibt es denn keinen Into Jewlsh Nattonaltsm In the Greco-Roman Period, New York, 1956. o.
~eh~. u~!er den Propheten? Zum Fortgang der alttestamentlichen Prophetie PIOger, Aus der Spiitzeit des Alten Testaments. Studien, Góttingen, 1971.
In fruh¡udlScher Zelt, Frankfurt, 1990, R. Then demuestra más el continua- 64. Cf. Flavio Josefo, Antiquitates, 13,380 s.; Id., De bello judaico 1, 97 S.
do interés por los profetas y retroproyecciones a David entre otros que la 65. Así de tendencioso en M. Stern, The Period of the SecondTemple, en H. H.
existencia de auténticos profetas en el judaísmo primitivo. Ben-Sasson, op. cit., c. 14 S. Más realista S. Zeitlin, op. cit., vol. 1.
49. Cf. Jn 6,4; 7,40.52; Hch 3,22; 7,37. 66. N. K. Gottwald, op. cit., p. 448.
50. Cf. 2 Cor 12,28. 67. Para la historia de Judá bajo los romanos, d. -además de las historias de Is·
51. Cf.1 Cor 14,1-3. rael (c. A 1)- los siguientes autores: E. Schürer, Geschichte des ¡üdischen
52. Cf. 1 Cor 14. Volkes im Zeitalter jesu Christi, vols. I-III, Leipzig, 41901-1909; reedición in.
53. Cf. Rom 12,6. glesa editada por M. Goodman, F. Millar, G. Yermes: neHistory of the je·
54. Cf. Ef 4,11 s. wish People in the Age of jesus Christ (175 B.e.-A.1J.135), vols. 1-I11
55. Cf. A. Schirnmel, arto «Prophet», en Lexikon der ReJigionen. Edimburgh, 1973-1987. J. Jerernias,jerusalén en tiemp~sde Jesús. Estudi~
56. Cf. Jr 18,18. económico y social del mundo del Nuevo Testamento,Madrid, 1977. M.
57. Cf. M. Hengel, Judentum und Hellenismus. Studien zu ihrer Begegnung Hengel, Die Zeloten. Untersuchungen zue jüdischen Freiheitsbewegung in der
unter besonderer Berücksichtigung Palas tinas bis zur Mitte des 2. jh.s V. Zeit von Herodes l. bis 70 n. Chr., Leiden, 1961. P. Prigeo!, La fin de Jéru.
Chr., Tübingen, 1969,21973, p. 234. salem, Neuchátel, 1969. H. Kreissig, Die sozialen Zusa11lenhange des judai.
58. Buena panorámica del estado de la investigación más reciente en K. J. Ku- schen Krieges. Klassen und Klassenkampf im Paliistina des 1. Jahrhunderts v
schel, Geboren vor aUer Zeit? Der Streit um Christi Ursprung München U. Z., Berlin, 1970. D. M. Rhoads, Israel in Revoluti011:6·74 c.E. A Poli~
1990. ' , tical History Based on the Writings of josephus, Philadelphia, 1976.
59. Para la historia de Judá en la época helenística, d. -además de las historias 68. G. Fohrer, Geschichte Israel, Heidelberg, 1979, pp. 2965.
d~ Israel- W. O. E. Oesterley, The jews and Judaism during the Greek Pe- 69. Para Herodes, d. -además de las historias de Israel (c. ~ll-la obra de E
rtod: The Background ofChristianity, London, 1941. W. Tcherikover He- Sehürer, que recoge de forma escueta y objetiva las informaciones que se en:
Uenistic Civilization and the jews, Philadelphia, 1959_ S. Zeitlin, The' Rise cuentran en Josefo. Frente a las presentaciones que hacende Herodes Hein.
and Fall of the judaean State. A Political, Social and ReJigious History of the rieh Graetz (1906-1908), que condena a Herodes desde UJlavisión talmúdico.
Second Commonwealth, vals. I-II, Philadelphia, 1962-1967. D. S. Russel, ortodoxa, Hugo ~ill:ich (1929), que defiende a Herodedesde la razón d(
The jews from Alexander to HeTod, Oxford, 1967. M. Hengel, op. cit.; Id., Estado contra los ludIOS, y Joseph Klausner (1949-1951!,que defiende uni-
juden, .Gr~echen ur:d Barbaren. Aspekte der Hellenisierung des Judentums in lateralmente a los hasmoneos «contra el usurpador extranjero Herodes» el
vorchnstlzcheT Zett, Stuttgart, 1976. H. Temporini - W. Haase (eds.), Auf- historiador judío Abraham Schalit, siguiendo la línea de lialter Otto (191'3)
stleg und Niedergang deT romischen Welt. Geschicht;; und Kultur Roms im trata de hacer una presentación global, justa y crítica de Herodes mediant~
Spiegel deT neueren Forschung, Parte ll, vol. 21.1-2: Religion (Hellenistisches su obra escrita en hebreo, que aumentó y corrigió considlrablemente para lél
judentum in romischer Zeit; Philon und josephus), Berlin, 1983-1984. edición alemana (ahora unas 900 páginas): Konig Hero Jes. Der Mann uncl

614 615
NOTAS NOTAS

sein Werk, Berlin, 1969. Nueva biografía en inglés escrita por S. Sandmel, 3. Proverbios de los Padres 1.2.
Herodes. Profile of a Tyrant, Philadelphia, 1967. M. Grant, Herod the 4. J. Neusner, Varieties ofJudaism in the Formative Age, en A. Green (ed.), je-
Great, London, 1971. wish Spirituality. From the Bible through the Middle Ages, New York,
70. Amplia descripción de la situación económica, social y religiosa de Jerusalén 1987, pp. 171-197; cit. pp. 172.171.
en J. Jeremias, op. cit. 5. Cf. 1. Elbogen, Der jüdische Gottesdienst in seiner gesehichtliehen Entwick-
71. Para la apocalíptica, d. O. Ploger, Theokratie und Eschatologie, Neukirchen, lung, Frankfurt, 31931.
1959. C. Rowland, The Open Heaven. A Study of Apoealyptie in judaism .6 Cf., sobre todo, S. Safrai, en H. H. Ben-Sasson (ed.), A History of the jewish
and Early Christianity, New York, 1982. D. Hellhohn (ed.), Apoealypticism People, Cambridge, 1976, pp. 373-382.
in the Mediterranean World and the Near East: Proceedings of the Interna- 7. J. Neusner, op. cit., p. 172.
tional Colloquium on Apoealyptieism (Uppsala, 12-17 de agosto de 1979), 8. Para el judaísmo en la era de la Misná y del Talmud, d. J. Maier, Das ju-
Tübingen, 1983. G. W. E. Nickelsburg - M. E. Stone, Faith and Piety in dentum. Von der biblischen Zeit bis zur Moderne, München, 21973, pp.
Early judaism. Texts and Doeuments, Philadelphia, 1983. J. J. Collins, The 287-379. S. Safrai, op. cit., pp. 305-382. G. Alon, jews, judaism and the
Apoealyptic Imagination. An Introduetion to the jewish Matrix of Chris- Classical World. Studies in jewish History in the Times of the Second Tem-
tianity, New York, 1984. M. Goodman, The Ruling Class of judea. The ple and Talmud, Jerusalem, 1977. H. Temporini - W. Haase (eds.), Aufstieg
Origins of the jewish Revolt Against Rome, A.D. 66-70, Cambridge, 1987. und Niedergang der romischen Welt. Gesehiehte und Kultur Roms im Spie-
P. D. Hanson, Old Testament Apoealyptie, Nashville, 1987. gel der neueren Forschung, Parte II, vol. IXXl1-2: Religion (judentum: All-
72. E. Zenger, jesus von Nazareth und die messianisehe Hoffnung des alttesta- gemeines; Palastinisches judentum), Berlin, 1979. G. Stemberger, Geschichte
mentliehen Israel, en W. Kasper (ed.), Christologische Sehwerpunkte, Düs- der jüdisehen Literatur. Eine Einführung, München, 1977; Id., Das klassi-
seldorf, 1980, pp. 37-78, cit. p. 70. sche Judentum. Kultur und Gesehiehte der rabbinisehenZeit (70 n.Chr. bis
73. Cf. Dn 12,3. 1040 n.Chr.), München, 1979; Id., Epoehen der jüdischen Literatur, Mün-
74. Un revelador texto proveniente de tiempos precristianos y vincula la figura chen, 1982. Sigue siendo útil como libro de consulta la obra editada por ra-
del «bello David» con la del «Mesías» se encuentra en el Sal 17 de los bino J. Winter y por el judaista cristiano A. Wünsche: Die jüdische Literatur
pseudoepigráficos Salmos de Salomón (SalSalm 17,21-46). Pero la figura pin- seit Absehluss des Kanons. Eine prosaische und poetische Anthologie mil
tada aquí es la de un liberador terrenal que machacará a los soberanos im- biographisehen und literargesehiehtlichen Einleitungen, vals. I-II, Trier,
píos y purificará Jerusalén de pueblos gentiles. Esta concepción tiene muy 1894; reimpresión, 1964. G. Karpeles, Gesehiehte der ¡üdischen Literatur,
pocos rasgos comunes con Jesús como el cristiano Hijo de David. Para el vols.l-II, Berlin, 1886. La reedición de 1963 es una compilación popular. En
desarrollo de la idea de Hijo del hombre y del Mesías en la época precris- inglés están las dos destacadas obras de varios volúmenes sobre literatura
tiana y neotestamentaria, d. K. J. Kuschel, op. cit., pp. 262-310, donde se judía: M. Waxman, A History ofjewish Literature, reedición, vols. I-V, NeVl
expone el estado actual de la investigación al respecto. York, 1960, y 1. Zinberg, A History of jewish Literature, vals. I-XII, Cleve-
75. Para la prehistoria del levantamiento judío, d., sobre todo, M. Hengel, Die land-New York, 1972-1978. Ha colocado sobre una base nueva toda la in-
Zeloten. vestigación sobre la Misná y el Talmud Jacob Neusner, destacado estudioso
76. D. M. Rhoads, op. cit., ofrece un análisis detallado de las causas de la gue- de la literatura rabínico-talmúdica. Son fundamentales sus dos obras A His-
rra. tory of the jews in Babylonia (vals. 1- V, Leiden, 1965-1970) y A History of
77. Los investigadores norteamericanos E. Smith y E. Robinson consiguieron the Mishnaic Law of Purities (vals. I-XXII, Leiden, 1974-1977). Trata de
identificar en 1838 las ruinas situadas al oeste del Mar Muerto y denomi- ofrecer una exposición sistemática de la Misná en judaism. The Evidence of
nadas por los árabes «es-Seddeh,> con la fortaleza de Masada. Expediciones the Mishnah (Chicago, 1981). De J. Neusner, d. también: The Formation of
internacionales -la más amplia de ellas fue la dirigida por Yigael Yadin the Babylonien Talmud. Studies in the Achievements ofLate Nineteenth and
entre 1963 y 1965- reconstruyeron en los años siguientes -sirviéndose, Twentieth Century Historical and Literary-Critieal Research, Leiden, 1970;
entre otros, de los datos de Josefo-la estructura y función de la imponente Torah: From Seroll to Symbol in Formative judaism, Philadelphia, 1985;
fortificación. Cí. Y. Yadin, Masada. Herod's Fortress and the Zelots' Last Ancient judaism and Modern Category-Formation. «judaism», «Midrash»,
Stand, London, 1966. «Messianism», and Canon in the Past Quarter-Century, Lanhan, 1986;
78. P. Prigent trata ambas guerras judea-romanas en su libro mencionado. The Religious Study of judaism, vals. I-II, Lanhan, 1986; The Wonder-
79. Cí. Y. Yadin, Bar Kokhba e The Rediseovery of the Legendary Hero of the working Lawyers of Talmudic Babylonia: The Theoryand Practice of ju-
Last jewish Revolt again,st Imperial Rome, London, 1971. dais111 in its Formative Age, Lanhan, 1987; Why no Gospels in Talmudic ju-
daism?, Atlanta, 1988; Wrong Ways and Right Ways in the Study of
Formztive judaism. Critical Method and Literature, History, and the History
C IV. El paradigma rabínico-sinagogal de la Edad Media of Religion, Adanta, 1988; Medium and Message in Judaism. First Series,
Atlanta, 1989. H. Lichtenberger ha traducido al alemán y ha editado dis-
1. Cf. F. Hahn, Christologische Hoheitstitel. Ihre Geschichte imfrühen Chris- tintos trabajos de Neusner: Das pharisaische und talmuJische ]udentum, Tü-
tentum, Gottingen, 1963, 31966, pp. 75 S. bingen, 1984. .
2. Cf. F. Hüttenmeister - G. Reeg, Die antiken Synagogen in Israel, vals. I-II, 9. Cí.l()s artículos en Jüdisches Lexikon (art. «Talmud»: Il,Kirschner) y Ene)-
Wiesbaden, 1977. cloPiledia judaica (E. E. Urbach).

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NOTAS NOTAS

10. G. Stemberger, Der Talmud. E.i,nführung - Texte - Erlauterungen, Mün- Cf. también los artículos en: Dictionnaire des Religions (K. Hruby). Die Re-
chen, 1982, 2 1987, p. 37. Tamblen ofrece una buena selección de textos im- /igion in Geschichte und Gegenwart (R. L. Dietrich). Encyclopaedia judaica
portantes R. Mayer, Der Talmud, München, 51980. (B. Bayer, E. Berkovits). jüdisches Lexikon (B. Kirschner, J. Krengel). Le-
11. Cf. el a~tículo en jüdisches Lexikon (J. Krengel) y Encyclopaedia judaica (E. xikon der jüdisch-christlichen Begegnung (J. J. Petuchowski). Lexikon für
Berkovlts, B. Bayer). Theologie und Kirche (K. Schubert). The Encyclopedia of Re/igion (R. Gol-
12. La Guemará es, pues, la explicación de la Misná en el Talmud: Misná + Gue- denberg).
mará =Talmud. Pero, junto a la Guemará, está también la colección de To- 15. Según el concilio de Trento, «pari pietatis affectu» (<<con similar afecto
sefta, que coincide bastante con aquélla. Otras tradiciones se encuentran en piadoso»), H. Denzinger, Enchiridion Symbolorum, Freiburg, 31 1960 n.
los Midrasim (comentarios bíblicos) y en los Targumim (paráfrasis que 783. '
tansponen la Biblia al lenguaje popular arameo). 16. Para la historia de los judíos en la Edad Media, d. H. H. Ben-Sasson, op.
13. G. Stemberger, op. cit., ~. 46. A la vista del complicadísimo desarrollo, hay CIt., pp. 383-723. I. Elbogen, Geschichte der juden in Deutschland Berlin
que tener presentes las sigUIentes fases del movimiento rabínico y de la tra- 1~35. J.. Maier, op. cit., pp. 381-601. I. Husik, A History of Medieval je:
dición doctrinal: w/sh Phtlosophy, New York, 1916. l. R. Marcus, TheJew in the Medieval
Siglos I-II: los tannaítas (del arameo tanna'im = «repetidores», «transmiso- World. A Source Book, 315-1791, WestportlConn., 21975. Y. H. Yeros-
res», «maestros»): maestros de la tradición oral. Su obra es la MISNÁ = halmi y otros, Bibliographical Essays in Medieval Jewish Studies, New
~ALAKÁ = el derecho vinculante o Ley religiosa. Xork, 197~:~. Sievers,juden in Deutschland. Die Geschichte einer 2000jiih-
Siglos I1I-V: los amoraítas (del hebreo 'amar = «decir»): los comentaristas de rigen Tragodle, Hamburg, 1977 (también Edad Moderna). H. Greive, Die
la doctrina tann~ít~: su ob.ra es aquella «Guemará» (= «doctrina», «suple- juden. Grundzüge ihrer Geschichte im mittelalter/ichen und neuzeitlichen
mento» de la Mlsna) que, Junto con la Misná, constituye el TALMUD (pa- Europa, Darmstadt, 1980. 1. Twersky, Studies in jeUJish Law and Philo·
lestino y babilónico). sOp'hy, Ne~ York, 1982. H. Simon - M. Simon, Geschichte der jüdischen
Sigl?s V!-VII: los saboraim: (del hebreo sabar = «opinar»): los que (sólo en Phtlosoph/e, München, 1984. A. Green, op. cit.
Babl!oma) ordenat; y reda~tan aml?li~mente el TALMUD babilónico, que 17. Ofrece una panorámica sobre el estado actual de la investigación sobre
contiene mucho mas matenal haggadlco que el palestinense. Fil~n: W. Haase (ed.), Aufstieg und Niedergang der romischen Welt. Ge·
Siglos VII-XI: los ge>onim o gaones (del hebreo ga'on = «eximio»): los direc- sch/chte und Kultur Roms im Spiegel der neueren Forschung, Segunda Parte
tores de las academias talmúdicas que enseñan e! Talmud y toman sus deci- voI.XXI/1. (Hellenistisches judentum in romischer Zeit: Philon und josep:
siones religioso-legales basándose en él. hus), Berlm, 1984. Aquí, especialmente, E. Hilgert, JJibliographie Philo·
14. Se cita abreviadamente los tratados de! Talmud: para indicar el babilónico, se nienne 1935-1.981, así como el informe sobre la investigación ofrecido por
antepone. una «b» al nombre del tratado; cuando se trata del jerosolimita- P. Borgen, Phzlo of Alexandria Critical and SyntheticalSurvey of Researeb
no/palestmense, se antepone la «j». Traducción alemana de L. Goldsch- sin~e World War JI. Cf. también, junto a las obras básicas de É. Bréhier, 1.
midt, Der babylonische Talml!d, hebraisch und deutseh, vals. I-IX, Leipzig, Hememann, W. V6lker y H. A. Wolfson, desde el punto de vista judío las
1933-1935; Id., Der babylomsche Talmud, vols. I-XII Berlin 1930-1936. exposiciones sintéticas más recientes de D. Winston, philo and the Contem·
Traducción inglesa: I. Epstein (ed.), The Babylonian 7aimud v~ls. I-XXXV plative Life, en A. Green, op. cit., pp. 198-231; y de Y. Amir, arto «Philo Ju·
London, 1948-1952. Una edición norteamericana en 36 volúmenes está e~ daeus», en Encyclopaedia Judaica. Pero apenas se aborda aquí la cuestión de
curso de aparición, editada por J. Neusner, Tbe Talmud of Babylonia. An por qué Filón se quedó en un puro episodio. Fue en el si~o IX cuando los ca·
American Translation, Chico/Calif., 1984 ss. raítas en su polémica contra una concepción antropomórfica de Dios, echa·
Además de la introducción clásica de H. L. Strack, Eillleitung in den Talmud ron mano otra vez de Filón, de forma que su adversalio, el gaón Sa'adya,
(1887; a partir de 51921: Einleitung in Talmud und Midraseh reedición tuvo que entrar en esta problemática filosófico-teológi<a.
1962, 7~ ,edición.revisada por ~ompleto por: J:I.
1. Strack - G. Sterr:berger, In- 18. Cf. R. Goldenberg, arto «Talmud», en Encyclopedia ojReligion, vol. XIV,
troduecton a la ltteratura talmudlca y mldraslca, Valencia, 1988), d. también: pp. 256-260; Id., Law and Spirit in Talmudic Religion, enA. Green, op. cito,
B. M .. Bokser, An Annotated Bib!i?graphical Cuide to the Study of the Pa- pp. 232-252.
lesttntan Talmud, en: H. Tempon~l1 - W. Haase, op. cit., vol. 19.2, pp. 139- 19. Cf. S. W. Baron, A Social and Religious History of the Jews, reedición en 18
256. D. Goodhlatt, The Babyloman Talmud> en op. cit., pp. 257-336. G. vols., New York, 1952-1983, vol. 1, pp. 167-171.
St~mber~er, Der Talmud; Id., Midrasch. Vom Umgang der Rabbinen mit der 20. Ya en el siglo V, durante casi cinco décadas, existió un reino judío-árabe Hi·
B/bel. Etnführung - Texte - Erliiuterungen, München, 1989. La gran obra sis- miar: d. S. Safrai, op. cit., pp. 358 S.
temática sobre la teología del Talmuud (la visión rabínica de Dios hombre 21. R. Goldenberg, arto «Talmud», p. 259.
mundo, Ley y pueblo de. I?!os) proviene de E. E. Urbach, The Sa~es. Thei; 22. Concilio Florentino, Decretum pro jacobitis, en H. Delllinger, Enchiridiol1
Concepts and Beltefs, edlc10n hebrea, Jerusalén, 1968; edición inglesa Jeru- Symbolorum, Freiburg, 31 1960, n.o 714.
salén, 1975, nue~a edición, Cambridge/Mass.-London, 1987. Pero' d. J. 23. Esto ha sido de.stacado ~on fuerza por A. F. Segal, Rebecca's Children. ju-
N~usner, Fro.m L/terature to Theology In Formative Judaism: Three Preli- datsm and Chrlsttantty In the Roman World, Cambrid~dMass., 1986, esp,
mmary Stud/es, Adanta, 1989. Una recompilación sistemática de textos pp. 163-181. .
para el gran público proviene de A. Cohen, Everyrnan's Talmud (1932) 24. Cf. para e! antisemitismo (entendido casi siempre en el sentido amplio del an-
nueva edición, New York, 1975. ' tijudaísmo) los artículos en: Dictionnaire des Religiotll (P. Pierrard). Die

618 619
NOTAS
NOTAS

Religion in Geschichte und Gegenwart (W. Holsten). Encyclopaedia Judaica tilidad y de su éxito económico, así como de las diversas corrientes entre na-
(B. Eliav). Jüdisches Lexikoll (F. Goldmann, S. Kaznelson, B. Kirschner, J. cionalismo y mística (cábala), y de sus figuras más señeras, entre las que,
Kreppel, W. Levinger, J. Meisl, A. Tanze~, A. Zweig)., ~exikon der jüd~sch­ junto a Najmánides, descuella, sobre todo, Maimónides. ,
christlichen Begegnung (c. Thoma). Lexzkon der ReltglOnen (K. H. Mmz). 33. CE. N. R. M. de Lange, arto «Antisemitismus IV», en Theologtsche Real-
Lexikon für Theologie und Kirche (K. Thieme). Reallexikon für Antike und enzyklopadie, vol. 3, pp. 128-137.
Christentum a. Leipoldt). The Encyclopedia of Religion (A. Davies). Theo- 34. Ibid., p. 128.
logisches Realenzyklopadie (G. B. T. C. de Kruijf, W. P. Eckert, N. R. M. de 35. J. W. Parkes, Jews and Christians in the Constantinian Empire, en C. W.
Lange, G. Müller, C. Thoma, E. Weinzierl). Worterbuch des Christentums (P. Dugmore - C. Duggan (eds.), Studies in Church History, vol. 1, London,
Maser). 1964, pp. 69-79, cit. p. 71. , ,
Publicaciones importantes para el diálogo interreligioso sobre el antisemi- 36. Cf. H. Schreckenberg, Die christlichen Adversus-Judaeos-Texte und thr ltt~­
tismo: L. Goppelt, Christentum und Judentum im ersten und zweiten jahr- rarisches und historisches Umfeld (siglos I-XI), Frankfurt, 1982. A. L. Wd-
hundert. Ein Aufriss der Urgeschichte der Kirche, Gütersloh, 1954. L. Po- liams, Adversus Judaeos. A Bird's-Eye View of Christian Apologiae until the
liakov, Histoire de l'antisémitisme, vols. 1- IV, Paris, 1955-1977. J. Isaac, Renaissance, Cambridge, 1935. S. G. Wilson (ed.), Anti-Judaism in Early
Genese de l'antisémitisme. Essai historique, Paris, 1956. H. Andics, Der Christianity, vol. II: Separation and Polemic, Waterloo, ~986. ,
ewige jude. Ursachen und Geschichte des Antisemitismus, W~en, 1965. ,E. H. 37. Melitón de Sardes, cit. en K. H. Rengstorf - S. V. Kortzflelsch, op. CIt., vol. 1,
Flannery, The Anguish of the Jews. Tweenty-Three Ce~turtes of Anttsemt- p.73.
tism New York, 1965. M. Stern (ed.), Greek and Latm Authors on jews 38. G. Stemberger, Juden und Christen, p. 46.
and ]udaism, vals. I-II, ]erusalem, 1974-1980. C: Klein,. Theologie und 39. Cf. los ocho sermones anrijudíos de Crisóstomo, en Patrologia graeca, vol. 48,
Anti-Judaismus. Eine Studie zur deutschen, the,c:logtschen L,tteratur der C?e- pp. 843-942; todo un arsenal para campañas de hostigamiento contra los judíos.
genwart, München, 1975. H. Jansen, Chrtstelt¡ke Theologte na Auschw/tz, 40. N. A. Stillman, The Jews of Arab-Lands. A History and Source Book, Phl-
vol. 1: Theologische en kerkelijke wortels van het antisemitisme, Den Haag, ladelphia, 1979. S. D. Goitein, Jews and Arabs. Their Contacts through the
1981. K. H. Rengstorf - S. V. Kortzfleisch (ed.), Kirche und Synagoge. Hand- Ages, New York, 1955. B. Lewis, The Jews of Islam, Púnceton, 1984. A.
buch zur Geschichte von Christen und juden. Darstellung und Quellen, Cohen, jewish Life under Islam. Jerusalem in the Sixteenth Century, Cam-
vals. I-II, Stuttgart, 1968-1970, München, 1988. Aquí, especialmente en bridge/Mass., 1984. B. Ye'or, Le Dhimmi. Profil de l'opprimé.e1!, O~ient et
vol. 1: B. Blumenkranz, Die Entwicklung im Westen zwischen 200 und en Afrique du Nord depuis la conquete arabe, Paris, 1980; reedIcIon mglesa:
1200, pp. 84-135; B. Kotting, Die Entwicklung im Osten bis Justinian, pp. The Dhimmi. jews and Christians under Islam, London, 1985.
136-174; W. Cramer, Die Entwicklung im Bereich der orientalischen Kir- 41. Cf. H. H. Ben-Sasson, op. cit., p. 403.
chen, pp. 175-209. H. Greive, Geschichte des modemen Antisemitismus in 42. Para el entorno político y la organización interna del judaísmo d~sde la
Deutschland, Darmstadt, 1983. D. Berger (ed.), History and Hate: The Di- conquista árabe hasta la expulsión de España (638-1492), d. J. Maler, op.
mensions of Anti-Semitism, Philadelphia, 1986. E. Elldres, Die gelbe Farbe. cit., pp. 383-434. ,
Die Entwicklung der Judenfeindschaft aus dem Christentum, München, 43. Como halakista, filósofo y médico describen a Maimónides -abrevIado
1989. Rambam- A. Sandler, J. Guttmann, M. W. RapapOJ:t, L. .Lewin en. el artí-
25. Cf. J. N. Sevenster, The Roots of Pagan Anti-Semitisrn in the Ancient World, culo «Maimonides» del Jüdisches Lexikon, y L. l. RabmoW1tz, J. I. DIenstag,
Leiden, 1975, esp. pp. 89-144. A. Hyman, S. Muntner en el artículo «Maimonides» de la Encyclopaedia Ju-
26. Flavio Josefo, Contra Apionem, 1, 26-31 (27-287). daica. CE. también S. W. Baron, Mases Maimonides, en S. Noveck (ed.),
27. J. N. Sevenster, op. cit., p. 118. Grosse Gestalten des judentums, vol. 1, Zürich, 1972, pp. 103-130.,
28. Ibid., p. 90. 44. Sobre Mishna Sanhedrin 11,1. Cf. l. Elbogen, Der jüdische Gottesdtenst, p.
29. Habían precedido la prohibición del impuesto patriarcal (399) y la abolición 88. Intenta explicar el Credo de Maimónides para nuestro tiempo S. Ben-
de los privilegios del patriarca (415). Es posible que l:! extinción de la fami- Chorin, Jüdischer Glaube. Strukturen einer Theologie des Judentums anhand
lia de! patriarca fuera el motivo inmediato. Cf. al respecto G. Stemberger, des Maimonidischen Credo. Tübinger Vorlesungen, Tübingen, 1975.
Juden und Christen im Heiligen Land. Palastina unter Konstantin und Theo- 45. Motores decisivos para el estudio de la historia socio-religiosa del judaísmo
dosius, München, 1987, pp. 208-213. fueron: para la historia israelita antigua M. Weber, Gesammelte Aufsatze zur
30. J. Maier, op. cit., p. 582. Religionssoziologie, vol. III: Das antike judentum~ Tübingen, 1920, 41~66;
31. Ibid., p. 283: «La componente rabínico-farisáica de la vía media se convirtió para la historia judía moderna W. Sombart, Dte Juden und das Wtrts-
en directriz de futuro no sólo en la catástrofe de los años 66-70 d.C., sino chaftsleben, Leipzig, 1911. Weber y Sombart contribuyeron a que ~., W.
que, hasta la Ilustración del siglo XVIII se convirtió en la base desde la q~e, Bacon escribiera su tan citada y monumental obra A Soctal and Reltgtous
según la respectiva situación, se entró en la Nueva Tierra y a la que se In- History of the jews.
tentó volver después de cada una de las decepciones»; d. p. 435. 46. Ahora también en alemán: Geschichte des jüdischen Volkes, vols. I-I1I,
32. Bajo e! título de «Carhedocracy - unique formula for s<lfgovernment» del ju- München, 1978-1980.
daísmo, P. Johnson ha escrito en su A History of tbe jew5, New Y~rk, 47. Cí. H. H. Ben-Sasson, op. cit., pp. 385 S.
1987, un capítulo ilustrativo (pp. 169-232; d. pp. 149-168) sobre la Im- 48. Ese peligro se da básicamente en toda historia del antisemitismo. Si~a como
portancia de los letrados, de sus académicas y grandes familias, de su versa- ejemplo Hellmut Andics, Der ewige Jude, donde los capítulos, escntos en el

620 621
NOTAS
NOTAS

espíritu del materialismo dialéctico, llevan los siguientes títulos: Los marca-
dos, Los elegido~, Los rechazados, Los proscritos, Los indefensos, Los libe- ammergauer Passionsspiel 1990. Libreto editado por el ayuntamiento de
!ados, Los malditos, Los desgarrados, Los matados, Los condenados, Los Obera!llmergau, O?erammergau, 1990, pp. 111-115.
Implacables. 70. Ademas de las seccIOnes correspondientes en las historias del judaísmo (es-
49. S. W. Baron, A Social and Religious History of the Jews, vol. II, p. 31. peclal~ente S. ~. Baron, H. H. Ben-Sasson, P. ]ohnson), cf. Z. Ankori, Ka-
50. B. ~lumenkranz, Juifs et chrétiens dans le monde occidental 430-1096, ra. ltes In Byzanttum. The Formative Years, 970-1100, New York, 1959. P.
Pan s, 1960. Brrnba~m (ed.): Karaite Studies, New York, 1971 (aquí, dos artículos sobre
51. P. Riesenberg, «Jews in the Structure of Western Institutions»: Judaism 28 los escntos an~lkareos del gaón Sa'adya). J. Mann, The Collected Articles,
(1979) pp. 402-415. vol. III: Karazttc and Genzzah Studles, Gedera, 1971. L. Nemoy (ed.), Karaite
52. Cf. S. M. BlumenfieId, «Raschi», en S. Noveck, op. cit. pp. 131-150. Antholog}!. Excerpts from the Early Literature, New Haven, 1952. J. J. Pe-
53. Cf. P. Johnson, op. cit., pp. 233-310 (Cuarta parte: Gueto). tuchowski, The Theology of Haham David Nieto. An 18th Century Defen-
54. P. Riesenberg, op. cit., p. 415. se of jewIsh TradltlOn, New York, 21970; Id. arto «Karaep>, en Lexikon der
55. Cf. D. Biale, Power and Powerlessness in Jewish History, New York, 1986. ¡üdisch-christlichen Begegnung. Ofrecen u~ documentado resumen de la
56. Cf. W. P. Eckert, Hoch-und SpCitmittelalter, en K. H. Rengstorf - S. v. historia y doctrina de los caraítas: J. E. HelIer - L. Nemoy, arto «Karaites»
KortzfIeisch, op. cit., vol. l, pp. 210-272. en Encyclopaedia judaica, vol. X, cols. 761-782. '
57. Cf. A. H. Cutler - H. E. Cutler, The Jew as Ally of the Muslim. Medieval 71. J. E. HelIer - L. Nemoy, op. cit., col. 765.
Roots of Anti-Semistism, Notre Dame, 1986. 72. Cf. Saadja F.ajjumi,. E'!lunot we-Deot oder Glaubenslehreund Philosophie,
58. Los judíos «endurecidos» y, por consiguiente, «irredentos», «esclavos del pe- ed. por J. Furst, Lelpzlg, 1845. La traducción inglesa más reciente del árabe
cado», también en el plano socio-jurídico deben ser tratados como «escla- y d~l ~ebreo es obra de S. Rosenblatt, Saadia Gaon. The lJook of Beliefs and
vos», como propiedad de los amos cristianos, lo que tenía consecuencias ju- Opznlons, New Haven, 1989. Cf. al respecto, T. Weiss-Rosmarin, Der
rídicas y fiscales inmediatas para los judíos. Gaon Saadza, en S. Noveck, op. cit., pp. 63-80.
59. Cf. R. Chazan, European Jewry and the First Crusade, Berkeley, 1987; Id.,
Daggers of Faith: Thirteenth-Century Christian Missionizng and Jewish
Response, Berkeley, 1989. En las primeras medidas contra los judíos en el C V. El paradigma asimilación a la modernidad
1096, los cristianos en general estuvieron de parte de los judíos, de forma
1. Para la cábala, d., sobre todo, G. Scholem, Majar Trends illJewish Mysticism
que éstos pudieron huir a sus vecinos cristianos. Cf. también el volumen co-
lectivo editado por Chazan, Church, State and Jew in the Middle Ages, Lon?on, 1955; Id., Judaica, vols. I-III, Frankfurt, 1963-1g70. 1. Twersky -
Septlmus (ed~.),Jewlsh Thought in the Seventeenth Century,Cambridge/Mass.,
B:
West OrangelN.J., 1980.
60. J. Cohen, The Friars and the Jews. The Evolution of Medieval Anti-Ju- 1987. A. Stemsaltz, La Rose aux Treize Pétales, Paris, 19!9.
daism, Ithaca, 1982. 2. Cf. M. Ide!, arto «Mysticism», en Contemporary Jewish Religious Thought;
61. Para todo el contexto histórico, d. J. H. Schoeps, Jüdisch- christliches Reli- Id., Kabbalah. New Perspectives, New Haven, 1988.
gionsgesprach in 19 Jahrhunderten. Geschichte einer theologischen Aus- 3. Cf. Ez 1,15-28. El texto se encuentra en P. Schafer (ed.),Synopse zur Hek-
einandersetzung, Berlin, 1937. E. l. J. Rosenthal, Jüdische Antwort, en K. H. halot-Literatur, Tübingen, 1981. Para la interpretación, cf. G. Scholem, Je-
Rengstorf - S. v. KortzfIeisch, op. cit., vol. 1, pp. 307-362. wIsh Gnostlclsm. Merkabah Mysticism, and Talmudic Tr,dition, New York,
62. Cf. H. Maccoby (ed.), Judaism on Trial. Jewish-Christian Disputation in the 1960, así como]. Dan, The Religious Experience of the ,Merkavah», en A.
Middle Ages, London, 1982. Green (ed.), Jewish Spirituality. From the Bible throug~the Middle Ages,
63. Cf. P. Johnson, op. cit., p. 222. New York, 1987, pp. 289-307.
64. J. Maier, Jesus von Nazareth in der ta/mudischen ÜberJieferung, Darmstadt, 4. Cabalistas importantes de esta época: Abraham ben Isaac, de Narbona; su
1978, pp. 273 s. yerno Abraham ben David; el hijo de éste, Isaac el Ciego ,asÍ como los caba-
65. Cf. J. J. Petuchowski, arts. «Polemib y «Disputationen» en Le:xikon der ¡ü- listas de Gerona con el famoso Moisés ben Najman (Najminides) a la cabeza.
disch-christlichen Begegnung. 5. Cf. L. Fine (ed.), Safed Spirituality. Rules of Mystical Piet'¡, The Beginning 01
66. Ya he analizado estos juicios antisemitas en mi libro Die Kirche (1967) (La Wisdom, New York, 1984.
Iglesia, Barcelona, 41975) en el capítulo «La Iglesia y los judíos». Una 6. Para el jasidismo histórico, d., sobre todo, G. Scholem, "\Iajor Trends in Je-
buena visión panorámica de los habituales prejuicios con material ilustrati- wish Mysticism, London, 1955; Id., The Messianic Idea in J udaism and
vo ofrece E. Eliav en el artículo «Anti-semitism», en Encyclopat!dia Judaica. Other Essays on jewish Spirituality, New York, 1971S. Dubnow, Ge-
67. Desde el lado cristiano, ogrece una refutación convincente de este reproche J. schichte des Chassidismus, vols. I-II, Berlin, 1931. H. MRabinowicz, Th€
Maier exponiendo ampliamente la activa vida judía en la Edad Media: Das World of Hasidism, London, 1970. K. E. Grozinger, arto «Chasidismus,
judentum, pp. 577-601. osteuropiiischer», en Theologische Realenzyklopadie.
68. Cf. Ex 22,24; Lv 25,35-37; Dt 23,20 s. 7. Cf. L. N. Newman, Der Baalschemtow, en S. Noveck (ed,),Grosse Gesta/ten
69. Cf. para las representaciones de la Pasión, S. SchaIler y otros, Pélssionsspie/e des judentums, vol. 1, Zürich, J 972, pp. 177-204.
heute? Notwendigkeit und Moglichkeiten, Meitingen, 1973; R. Pesch, «"Sein 8. Cf. M. Buber, Schriften zum Chassidismus, en Werke, vol. 111, München,
Blut komme über uas und unsere Kinder". Ein Nachwort», en Das Ober- 1963; Id., The Origin and Meaning of Hasidism, ed. y tlad. por M. Fried-
man, New York, 1960.
622
623
NOTAS NOTAS

9. Cf. G. Scholem, Martin Bubers Deutung des Chassidismus, en su miscelánea 22. W. Maurer, op. cit., vol. 1, p. 447.
Judaica, vol. 1, pp. 165-206. 23. C. B. Sucher, op. cit., nota previa.
10. J. Reuchlin, De rudimentis hebraicis libri [JI, Pforzheim, 1506; reimpre- 24. Salvo siete líneas dedicadas al gueto de Roma, se silencian por completo las
sión facsímil, Hildesheim, 1974. Para lo que viene a continuación, d. W. numerosas actividades antijudías de los «grandes papas de la reforma cató-
Maurer, «Reuchlin und das Judentum»: Theologische Literaturzeitung 77 lica» (Paulo IV, Pío V y Gregorio XIII) en la clásica historia alemana de los
(1952), cols. 535-544. W. P. Eckert, Humanismus und christliche Kabbala, papas escrita por F. X. Seppelt, revisada por G. Schwaiger, Geschichte der
en K. H. Rengstorf - S. v. Kortzfleisch (eds.), Kirche und Synagoge. Hand- Papste, vol. V, München, 21959, pp. 70-90,119-175. Ofrece una informa-
buch der Geschichte von Christen und luden. Darstellung mit Quellen, vol. ción, aunque breve, vaga y exculpadora, L. V. Pastor, Geschichte der Papste
1, Stuttgart, 1968, München, 1988, pp. 272-306. seit dem Ausgang des Mittelalters, Freiburg, 111958. Por ejemplo, sobre
11. J. Reuchlin, De verbo mirifico (1494); De arte cabalistica (1517), reimpre- Gregorio XIII, en el vol. IX, pp. 223-226.
sión facsímil en un volumen, Stuttgart, 1964. 25. El texto de la bula Antiqua ludaeorum improbitas, dictada ellO de junio de
12. Un subproducto de toda la controversia fueron las «Epistolae obscurorum vi- 1581, ha sido reproducido, junto con otros documentos, por W. P. Eckert,
rorum» ("Cartas de los oscurantistas»), publicadas de forma anónima por «Katholizismus zwischen 1580 und 1848 (Stellung der Juden im Kirchen-
humanistas, dirigidas al portavoz de los dominicos de Colonia opuestos a staat}», en K. H. Rengstorf - S. v. Kortzfleisch, op. cit., vol. 11, pp. 222-243,
Reuchlin. Con su despiadada crítica de la situación reinante en la Iglesia, 275 s.
ayudaron a preparar la Reforma. Para el estudio de la cábala desde Reuchlin 26. Cf. W. Philipp, «Spatbarock unf frühe Aufklarung. Das Zeitalter des Philo-
hasta nuestros días, d. G. Scholem, Judaica, vol. III, pp. 247-263. semitismus», en K. H. Rengstorf - S. v. Kortzfleisch, op. cit., vol. 11, pp. 23-
13. W. Maurer, op. cit., col. 542. Cf. también 1. Elbogen, Geschichte der luden 86.
in Deutschland, Berlin, 1935, pp. 104 s. 27. Cf. M. Schmid, «Judentum und Christentum im Pietismus des 17.118. Jahr-
14. Para la actitud de Lutero respecto del judaísmo, cf. R. Lewin, Luthers Ste- hunderts», en K. H. Rengstorf - S. V. Kortzfleisch, op. cit., vol. 11, pp. 87-128.
l/ung zu den Juden. Ein Beitrag zur Geschichte der luden in Deutschland 28. Para el judaísmo en la modernidad y, especialmente en Alemania, d. -ade-
wahrend des Reformatianszeitalters, Berlin, 1911. E. MiUs, Martin Luther más de las conocidas grandes obras sobre la historia del judaísmo- sobre
and the Jews. A Refutatian to his Book, «The lews ant Their Lies», Wien, todo: H. H. Ben-Sasson - J. Maier - W. Kampmann, Deutsche und luden.
1968. J. Brosseder, Luthers Stellung zu den Juden im Spiegel seiner Inter- Studien zur Geschichte des deutschen ludentums, Heidelberg, 1963. H.
preten. Interpretation und Rezeption van Luthers Schriften und Ausserungen Greive, Die luden. Grundzüge ihrer Geschichte im mittelalterlichen und
zum Judentum im 19. und 20. Jahrhundert vor al/em im deutschsprachigen neuzeitlichen Europa, Darmstadt, 1980. P. R. Mendes-Flohr - J. Reinharz
Raum, München, 1972 (aquí, pp. 22 s., lista de los escritos de Lutero sobre (eds.), The Jews in the Modern World. A Documentary History, New York,
los judíos). G. MüIler, arto «Antisemitismus (VI. 16. und 17. Jahrhundert»>, 1980. J. Bab, Leben und Tod des deutschen Judentums, Berlin, 1988. F.
en Theolagische Realenzyklopadie. W. Maurer, Die Zeit der Reformation, Stern, Dreams and Delusions. The Drama of German History, New York,
en K. H. Rengstorf - S. v. Kortzfleisch, op. cit., vol. I, pp. 363-452. C. B. Su- 1987. A. J. Edelheit - H. Edelheit, The Jewish World in Modern Times. A
cher, Luthers Stellung zu den Juden. Eine Interpretatían aus germanístíscher Selected Annatated Bibliagraphy, Boulder/Co., 1988. N. T. Gidal, Die
Sicht, Nieuwoop, 1977. H. A. Oberman, Wurzeln des Antisemitismus. luden in Deutschland von deT Romerzeit bis zur Weimarer Republik, Gü-
Christenangst und Judenplage im Zeitlalter von Humanismus und Refor- tersloh, 1988. M. R. Hayoun, Le judaisme moderne, Paris, 1989. H. M.
mation, Berlin, 1981. W. Rienert, Martin Luther una die luden. Ein Que- Kirn, Das Bild vom luden im Deutschland des frühen 16.Jahrhunderts,
llenbuch mit zeitgenossischen Illustrationen, mit Ein¡ührungen und Erldu- dargestellt an den Schriften des Johann Pfefferkorns, Tübingen, 1989. F.
terungen, Frankfurt, 1982. H. Kremers (ed.), Die Juden und Martin Luther Battenberg, Das europaische Zeitalter der Juden. Zur Entwicklung einer
- Martin Luther und die Juden. Geschichte, Wirkungsgeschichte, Heraus- Minderheit in der nichtjüdischen Umwelt Eurapas, vals. I-H, Darmstadt,
forderung, Neukirchen, 1985. 1990; esp. vol. II: del 1650 a 1945.
15. Cf. M. Luther, Dass Jesus Christus ein geborener Jude sei (1523), en Werke. 29. Presentación revolucionaria, inspirada por Max Weber, del economista ale-
Kritische Gesamtausgabe (en adelante citaremos con WA), vol. 11, Weimar, mán más importante de la primera mitad de este siglo, W. Sombart, Die
1900, pp. 307-336. Juden und das Wirtschaftsleben, Berlin, 1911, en la que «se estudia la apti-
16. Ibid., p. 315. tud de los judíos para el capitalismo» (pp. 198-224) desde el trasfondo de la
17. Ibid., p. 336. «significación de la religión judía para la vida económica» (pp. 225-295). La
18. El historiador reformado H. A. Obermann, Die Reformatíon. Von Witten- aportación decisiva de los financieros judíos al Estado moderno (desde
berg bis Genf, GóttÍngen, 1986, esp. pp. 162-207, acelltúa atinadamente en Arnschel Oppenheim hasta el Barón Louis de Rothschild) ha quedado de-
la teología de Lutero el horizonte apocalíptico y la creencia en el demoiüo. mostrada por los estudios de H. Schnee, Die Hoffinanz und der moderne
19. M. Luther, Wider dieSabhather (1538), en WA vol. 50, pp. 309-337. Staat. Geschichte und Systeme der Hoffaktoren an deutschen Fürstenhofen
20. Id., Von den Juden und thren Lügen (1543), en WA vol. 53, pp. 412-552. im Zeitalter des Absolutismus, vols. I- V, Berlin, 1953-1965.
Otros dos escritos antiju<iíos: Vom Schem Hamph01as und vom Gesch- 30. Según historiadores judíos serios -S. E. Morison, S. W. Baron, J. L. Blau-
lecht Christi (1543), en WA vol. 53, pp. 573-618, Y Van den letzten Worten no está demostrado que Cristóbal Colón tuviera ascendencia judía. En cam-
Davids, en WA vol. 54, PIl. 28-100. bio, es innegable que judíos o marranos, entre ellos el médico de la nave,
21. Id., Von den Juden und ih1en Lügen, pp. 526. participaron en la primera expedición a América.

624 625
NOTAS NOTAS

31. Cf. M. U. Schappes (ed.), A Documentary History of the jews in the United 45. Montesquieu, De ['esprit des lois, publicado de forma anónima en 1748, en
States 1654-1875, New York, 31971. Aquí, la carta de Peter Stuyvesant a la dos años 20 ediciones. Reeditado por G. Truc, vols. I-H, Paris, 1949, livre
Sociedad Holandesa de las Indias Occidentales, de la que se desprende que XXV, chapo 13; trad. esp. Del espíritu de las leyes, Madrid, 21989.
los 23 judíos que habían escapado de Brasil, dominado en esos momentos 46. Voltaire, Dialogues et anecdotes philosophiques, ed. por R. Naves, Paris,
por los portugueses y la Inquisición, no fueron bien recibidos en Nueva 1939, pp. 143 s. Manifestaciones de parecido desprecio se recogen en: Vol-
Amsterdam, en contra de lo que habían esperado (pp. 1 s.). taire, Dictionnaire Philosophique (Basel, 1764), arto «Juifs».
32. Para la historia de los judíos en América, cf. J. L. Blau, Modern Varieties of 47. Cf. W. Jens - H. Küng, Dichtung und Religion, München, 1985, pp. 81-119.
judaism, London, 1966; Id., judaism in America. From curiosity to third 48. Cf. G. E. Lessing, Natán el sabio, Madrid, 1985, acto IV,escena 7.
faith, Chicago, 1976. J. L. Blau - S. W. Baron (eds.), The jews of the United 49. Documentos ilustrativos sobre Moisés Mendelssohn en H. Knobloch, Herr
States 1790-1840. A Documentary History, vals. I-III, New York, 1963. N. Moses in Berlin. Auf den Spuren eines Menschenfreundes, Berlin, 1979,
Glazer, American judaism, Chicago, 1952,21972. M. Rischin, An Inventory 31981.
of American jewish History, Cambridge/Mass., 1954. D. Rudavsky, Modern 50. Cf. M. Mendelssohn, jerusalén, o Acerca del poder religioso y el judaísmo
jewish Religious Movements. A History of Emancipation and Adjustment, (1783), Barcelona, 1991.
New York, 1967,31979. 51. Cf. J. Maier, quien en su gran obra Das Judentum. Von der biblischen Zeit
33. Cf. el digno tratamiento te?lógico de J. Moltmann, «"Was war' ein Gott, .der bis zur Moderne (München, 21973) ofrece una buena panorámica también
nur von aussen stiesse?". Uber die neue Bedeutung eines alten Ketzers: GlOr- sobre la marcha de la Ilustración en el judaísmo. Además, los artículos en los
dano Bruno (1548-1600j», en H. Haring - K. J. Kuschel (eds.), Gegenentwür- léxicos: jüdisches Lexikon (J. Meisl) y Encyclopaedia judaica (A. Shochat-
fe. 24 Lebenslaufe für eine andere Theologie, München, 1988, pp. 157-168. Y. Slutsky).
34. Cf. P. de Mendelssohn, «¿Posó alguna vez Baruch Spinoza para Rembrandt? 52. G. F. W. Hegel, Theologische jugendschriften, ed. por HNohl, Tübingen,
Conjeturas sobre la relación entre el arruinado pintor y el hereje condenado 1907, pp. 243-260. Cf. H. Küng, Menschwerdung Goltes. Eine Einfüh-
de Amsterdam», en FAZ del 26 de febrero de 1977. rung in Hegels theologisches Denken als Prolegomena ;zu einer künftigen
35. Cf. Chronicon Spinozanum, vols. I-V, Den Haag, 1921-1927. N. Altwicker Christologie, Freiburg, 1970; edición de bolsillo, München, 1989, C. I1I, 2:
(ed.), Texte zur Geschichte des Spinozismus, Darmstadt, 1971 (con biblio- «Fremder Gott und enfremdeter Mensch»; c.VH, 4: «Christus in der Reli-
grafía 1924-1968). Un buen compendio expositivo de N. Altwicker, ba- gion».
sándose en las interpretaciones básicas de H. A. Wolfson, K. Jaspers, K. Lo- 53. Cf. F. Schleiermacher, Über die Religion. Reden an die Gebildeten unter
with, W. Cramer y M. Gueroult: Baruch Spinoza, en Die Grossen der ihren Verachtern, Berlin, 1799, pp. 286-288; ed. esp., M~drid, 1990.
Weltgeschichte, vol. VI, ed. por K. Fassmann, Zürich, 1975, pp. 32-47. 54. Cf. la impresionante lista de judíos bautizados en F. Goldmann, arto «Tauf-
36. Cf. Y. Yovel, Spinoza and Other Heretics. The Marrano of Reason, Prince- judentum», en jüdisches Lexikon. Cf. S. Hensel, Die Fanlilie Mendelssohn
ton, 1989. 1729-1847. Nach Briefen und Tagebüchern, vols. 1-I1I, Berlin, 1879. Tam-
37. Ibid., p. 200. bién el bello volumen con texto e ilustraciones de E. Kle5smann, Die Men-
38. Cf. B. de Spinoza, Tractatus theologico-politicus, «Hamburg» (en realidad, delssohns. Bilder aus einer deutschen Familie, Zürich, 19jO.
Amsterdam), 1670; trad. esp. Tratado teológico-político, Salamanca, 1976. 55. Cf. M. Wyschogrod, Verbunden für alle Zeit: die jüdischtund die deutsche
39. Cf. R. Simon, Histoire critique du Vieux Testament, Paris, 1678; con nuevo Geschichte, en Deutsches Allgemeines Sonntagsblatt del 13 de octubre de
prólogo, Amsterdam, 1685. Vienen luego una historia crítica del Nuevo 1988.
Testamento (1689), de las traducciones del Nuevo Testamento (1690), de los 56. Cf. K. H. Rengstorf, Der Kampf um die Emanzipation; RLill, Der Heilige
comentarios más importantes del Nuevo Testamento (1693); todas ellas Stuhl und die juden, ambos en K. H. Rengstorf - S. V. Kortzfleisch, op.
publicadas en Amsterdam. cit., vol. n, pp. 222-279,358-369.
40. Cf. B. de Spinoza, Ethica ordin~ geometrico dem,onstrata, si~ lugar, 1677; 57. Para la cambiante historia de los judíos en Polonia y en Rusia, plagada de
trad. esp. Etica demostrada segun el orden geometrlcO, Madnd, 41984. éxitos judíos y de medidas antijudías de la Iglesia, cf. la obra de J. Meisl,
41. Que el spinozismo de Einstein es el responsable de su rechazo de la mecáni- Geschichte der juden in Polen und Russland, vols. I-III, Berlin, 1921-1925,
ca cuántica quedó documentado en: H. Küng, ED,VII,2,a: «¿Juega Dios a los especialmente vol. 1: Von den altesten Zeiten bis zu den Kosakenaufstanden
dados? Albert Einstein». in der Mitte des 17. Jahrhunderts.
42. Esto se ha desarrollado partiendo de Spinoza, pasando por Fichte y Hegel y 58. J. Maier, op. cit., pp. 670 S.
llegando hasta Pi erre Teilhard de Chardin y Alfred N. Whitehead, en: H. 59. Ofrece un magnífico análisis de este proceso la historiadora israelí S. Volkov,
Küng, ED, II: «La nueva concepción de Dios», «Segundo balance provisio jüdisches Leben und Antisemitismus im 19. und 20. jahrAundert. Zehn Es-
nal: Tesis sobre la mundanidad e historicidad de Dios». says, München, 1990, pp. 110-145.
43. Cf. J. Toland, Reasons for Naturalizing the ]ews in Great Britain and In- 60. Junto a Leopold Zunz (historia de la liturgia) y Moritz Stcinschneider (bi-
land, on the same foot with al! other Nations. ContiJining also a Defencl' (JI bliografía de las fuentes), sobre todo Abraham Geiger (fundador de las re-
the jews against al! vulgar Prejudices in all Countriis, London, 1714. vistas científicas Teología del judaísmo y Revista de Teología Judía), Za-
44. Cf. A. Hertzberg, The Frenc.'? Enlightenment and the jews, New York, charias Frankel (investigador de la Misná y del Talmud) JHeinrich Graetz
1968. K. H. Rengstorf, Der Kampf um die Emanúpation, en K. H. RCI1K (la ya mencionada y clásica Historia del judaísmo). Aunque! número prin-
storf - S. V. Kortzfleisch, op. cit., vol. H, pp. 129-176. cipal se encuentra en Alemania, también hay representante de la ciencia del

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NOTAS NOTAS

judaísmo en otros países: en Francia, Salomo Munk; en Italia, Samuel David ducciones inglesas) de J. Mendelsohn (ed.), The Holocaust. Selected Docu-
Luzzatto. Como ejemplo impresionante, aunque poco citado, de este in- ments, New York, 1982, vols. I-XVIII. En el vol. XI se encuentra el funesto
menso trabajo de los investigadores, citemos una obra que está a caballo «Protocolo Wannsee» sobre la ejecución de la «Solución final>, de la cuestión
entre el judaísmo y el islam: M. Steinschneider, Die arabische Literatur der judía. Sirviéndose de 220 documentos clave, P. Longerich trata de presentar
Juden. Ein Beitrag zur Literaturgeschichte der Araber, grossenteils aus el asesinato de judíos por el nacional socialismo en su totalidad y los meca-
handschriftlichen Quellen, Frankfurt, 1902. De Steinschneider había apare- nismos del proceso de aniquilación en toda Europa: Die Ermordung der eu-
cido con anterioridad: Die hebraischen Übersetzungen des Mittelalters und ropaischen Juden. Eine umfassende Dokumentation des Holocaust (1941-
die Juden als Dolmetscher, Berlin, 1893. 1945), München, 1989.
61. Texto inglés en N. Glazer, op. cit., p. 42. Monografías importantes: H. Arendt, Eichmann in Jerusalem. Ein Bericht
62. Cf. S. L. Gilman, Jewish Self-Hatred. Anti-Semitism and the Hidden Lan- von der Banalitat des Basen, München, 1964. U. D. Adaro, Judenpolitik im
guage of the Jews, Baltimore, 1986. Dritten Reich, Düsseldorf, 1972. S. Adler-Rudel, Jüdische Selbsthilfe unter
63. Sobre S. Schechter, más en la tercera parte de este libro. dem Naziregime (1933-1939). 1m Spiegel der Bericht€ der Reichsvertre-
64. Cf. los números en N. Glazer, op. cit., pp. 84 s. tung der Juden in Deutschland, Tübingen, 1974. L. S. Dawidowicz, The War
against the Jews 1933-1945, New York, 1975. Y. Bauer, A History of the
Holocaust, London, 1978. G. Hausner, Die Vernichtung der Juden. Das
SEGUNDA PARTE: grosste Verbrechen der Geschichte, München, 1979. Y.Bauer - N. Roten-
LOS DESAFIO S DEL PRESENTE streich (eds.), The Holocaust as Historical Experience. Essays and a Dis-
cussion, New York, 1981. R. Hilberg, The Destruction of European Jews,
A. DEL HOLOCAUSTO AL ESTADO DE ISRAEL 1961. H. U. Thamer, Yerführung und Gewalt. Deutschland 1933- 1945,
Berlin, 1986. Lo que los documentos no dicen, pueden transmitirlo los re-
A.I. Un pasado que se resiste a pasar cuerdos de los escasos supervientes. Así, por ejemplo, el conmovedor relato
de Ruth Elias, que tuvo un hijo en el campo de concentración de Auschwitz
1. Para el examen científico del número de víctimas, d. A. Suzmann - D. Dia- y lo perdió por intervención del Dr. Mengele, médico del campo de concen-
mond, Der Mord an sechs Millionen Juden. Die Wahrheit ist unteilbar, en tración: R. Elias, Die Hoffnung erhielt mich am Leben. Nein Weg von The-
Aus Politik und Zeitgeschichte. Suplemento al Semanario Das Parlament resienstadt und Auschwitz nach Israel, München, 1988. Una panorámica de
(Bonn), B 30, 1978, pp. 4-21. G. Wellers, Die Zahl der Opfer der «Endlo- los diversos modelos explicativos sobre el origen y naturaleza del nacional-
sung» und der Korherr-Bericht, en op. cit., pp. 22-39. Durante diez años de socialismo da l. Kershaw, The Nazi Dictatorship Problenlsand Perspectives
trabajo, un equipo de investigación del Instituo de Historia Contemporánea of Interpretation, London, 1985. Está previsto que la aIllplia Encyclopedia
de Munich ha examinado estos números, llegando a la conclusión de que el of the Holocaust (Tel Aviv-New York, 1990), en la que han colaborado más
número mínimo asegurado ascendió a 5,29 millones, aunque el número de 100 expertos, aparezca en 1992 en una edición alemana revisada yedi-
real de judíos asesinados bien podría superar los 6 millones, cifra dada por tada por J. H. Schoeps y E. Jackel. Un congreso internacional sobre el ho-
Eichmann. Cf. W. Benz (ed_), Dimension des yolkermords. Die Zahl der ¡ü- locausto, bajo el título «Remembering for the Future», celebrado en Oxford
dischen Opfer des Nationalsozialismus, Oldenburg, 1991. Según esto, en Po- del 10 al 13 de julio y en Londres el 15 de julio de 1988, ~ró sobre todo al-
lonia fueron asesinados al menos 2,7 millones; en la Unión Soviética, 2,1 mi- rededor de dos temas: «Judíos y cristianos durante y despllés del holocausto»
llones; en Hungría, 550.000; en Rumanía, 211.000; en el ex-imperio alemán, y «Las repercusiones del holocausto en el mundo contemporáneo». Las
160.000. En el exterminio de los judíos no actuó sólo un reducido número actas fueron publicadas en tres volúmenes, con un total de 3.002 páginas de
de asesinos, sino que el genocidio se llevó a cabo con la ayuda del ejército y gran tamaño, por Y. Bauer y otros: Remembering for tbeFuture. Working
de la Administración. Papers and Addenda, vols. I-III, Oxford, 1989.
2. Cf. A. Mitscherlich - M. Mitscherlich, Die Unfahigheit zu trauern. Grund- 5. La obra científica clásica sobre la lucha (y ocaso) de la oposición contra
lagen kollektiven Yerhaltens, München, 1977. J. MüIler-Hohagen, Yer- Hitler en los años treinta y cuarenta fue escrita por P. JIoffmann, Wider-
leugnet, verdriingt, verschwiegen. Die seelischen Auswirkungen der Nazizeit, stand - Staatsstreich - Attentat. Der Kampf der Opposition gegen Hitler,
München, 1988. München, 1969,31979.
3. Honra a la ciudad de Nu.remberg, antigua ci\ldad de los congresos del Par- 6. Cf. F. Fischer, Griff nach der Weltmacht. Die Kriegsziel(Jolitik des kaiserli-
tido y de la legislación racista, el que, en 1938, coolas ciudades de Fürth, chen Deutschland 1914/18, Düsseldorf,1961,41971: «Puesto que Alemania
Erlangen y Schwabach, y en conmemoración de la llamada «Noche de los quiso, deseó y encubrió la guerra serbo-austríaca, y, conliando en la supe-
cristales rotos», abordara en más de cuatrocientos actos diversos la rioridad militar alemana, buscó conscientemente el conllicto con Rusia y
problemática de la represión de la culpabilidad. Cf. las experiencias y análi- Francia en 1914, la dirección alemana del Reich tiene una considerable res-
sis en J. Wollenberg (ed.), «Niemand war dabei una keiner hat's gewusst». ponsabilidad histórica en el estallido de la guerra generali:nda» (p. 104). Cf.
Die deutsche Offentlichkeit und die Judenverfolgung 1933-1945, München, al respecto los estudios recientes de R. J. Evans y H. Poggevon Strandmann
1989. (eds.), The Coming of the First World War, Oxford, 1988::"All the available
4. Para la persecución de los judíos por el nacionalsocialismo desde el punto de evidence suggests that it was mainly Germany which p\JIhed for war and
vista histórico, es básica la monumental documentación facsímil (con tra- that without the German drive to extend her hegemony amajor war would

628 629
NOTAS NOTAS

not have started in Europe in 1914" (Pogge, p. 121). Presenta un intento de contexto del antisemitismo y del imperialismo: Los orígenes del totalitaris-
síntesis global I. Geiss, Der lange Weg in die Katastrophe. Die Vorge- mo, Madrid, 21987. Por eso, aquella política conceptual «de izquierdas» dic-
schichte des Ersten Weltkriegs 1815-1914, München, 1990. Para el apoyo tada por intereses políticos que trató de tabuizar (como an~ico~u~ist~) el
prestado por las Iglesias y teologías es ilustrativa: K. Hammer, Deutsche término «totalitarismo» al tiempo que pretendía endiosar el termmo ItalIano
Kriegstheologie 1870-1918, München, 1974. «fascismo» (para incluir el nacionalsocialismo y, con frecuencia, también el
7. Para la disputa de los historiadores, cf. «Historiker- Streit». Die Dokumen- capitalismo), ha ocultado y difuminado la problemática. El historiador de
tatíon der Kontroverse um die Einzigartigkeit der nationalsozialistischen Bonn K. D. Bracher señala con razón: «Con la proscripción del concepto to-
]udenvenichtung, München, 1987 (Piper-Dokumentation). talitarismo se perdió de vista lo que tienen en común los sistemas opresores
8. J. Habermas, en Piper-Dokumentation, p. 62. de las dictaduras de izquierdas y de derechas, la utilizaci(Ín del término ad-
9. E. Nolte, en Piper-Dokumentation, p. 14. quirió unas connotaciones anticomunistas al tiempo que, con las teorías
10. Ibid., p. 14. fascistas habituales, se infravaloró la política e ideología racista del nacio-
11. Ibid., p. 15. nalsocialismo» (p. 113).
12. Cf. S. Haffner, Anmerkungen zu Hitler, München, 1978. 21. Existe una diferencia fundamental entre el nacionalsocialismo y el bolchevis-
13. [bid., p. 124. mo, y sería irresponsable toda comparación histórica quepre~endiera baga-
14. Ofrece una retrospectiva tan ilustrativa como crítica (sobre todo respecto de telizar la singularidad del holocausto. El historiador J. Kocka (BIelefeld) lo for-
la política revisionista de la historia de la Frankfurter Allgemeine Zeitung) H. mula así: «Existe una diferencia cualitativa entre el sistema burocratizado,
Senfft, Kein Abschied von Hitler. Ein Blick hinter die Fassaden des «Histo- calculado y perfecto del asesinato masivo en el industrializado y superorga-
rikerstreits», Hamburg, 1990. nizado imperio de Hitler y la brutal mezcla de excesos de una guerra civil, de
15. Cf. los decisivos documentos para la preparación y organización de la «So- liquidaciones masivas, trabajos forzados y dejar morir de l1ambre en el retra-
lución final», junto con un comentario, en P. Longerich, op. cit., pp. 65-102; sado imperio de Stalin» (p. 134). Indudablemente, sería más atinado que
aquí, también documentos importantes sobre la cuestión «Conocimiento y ciertos historiadores, en lugar de comparar la Alemania de Hitler c~n el régi-
apatía», pp. 427-452. men de Poi Pot en Camboya o con el de Idi Amín de Uganda, la cotejaran con
16. Cf. el compendio del cruel evento «Solución final» en H. U. Thamer, pp. la Francia o Inglaterra coetáneas. Incluso harían mejor en cOllvertir en medi-
696-710. La tesis del historiador inglés D. Irving (Hitler und seine Feld- da aquella gran tradición cultural de Alemania misma; la t~n citada tradición
herren, Frankfurt, 1975) de que Himrnler llevó a cabo por su propia cuenta del Idealismo alemán, de la filosofía, literatura, artes, música y teología ale-
y a espaldas de Hitler el asesinato masivo no cuenta ya con defensores. manas para reconocer así la singularidad de aquel desvaríobárb.~.ro. .
17. E. Jacket, en Piper-Dokumentation, p. 118. 22. E. Jackel, J. Kocka, C. Meier, H. y W. Mommsen: cf. sustlaba¡os en ~lper
18. Sucedió esto -en contra de las medidas obstruccionistas del Gobierno isra- Dokumentation. Es igualmente decidida la crítica que h~o de las teSIS de
elita y de las amenazas del Gobierno turco- en una conferencia internacio- Nolte el historiador tubingués D. Langewiesche, Der «Hislorikerstreit» und
nal en Tel Aviv, en la que participaron especialistas importantes en el estudio die «Historisierung» des Nationalsozialismus, en K. Oelterle - S. Schiele
del genocidio, tales como H. Fein, L. Kuper y R. G. Hovannisian, bajo la di- (eds.), Historikerstreit und politische Bildung, Stuttgart, J989, pp. 20-41.
rección de Israel W. Charny, también editor de las actas del congreso: To- 23. Cf. S. Volkov, ]üdisches Leben und Antisemitismus im 19. und 20. Jahr-
ward the Vnderstanding and Prevention of Genocide. Proceedings of the In- hundert. Zehn Essays, München, 1990. Ya en el imperio ¡uillermino se re-
ternational Conference on the Holocaust and Genocide, Te! Aviv, 1982, fleja esta formación de frentes en la discusión de la Asociación Central de los
Boulder/Colorado, 1984. Ha llevado a cabo una comparación con otros ase- Ciudadanos Alemanes -partidarios de la asimilación- an la proalemana
sinatos masivos --el terror en los días de la Revolucióll francesa, el genocidio Unión Sionista. Para esa misma época, d. -del lado ale]1áll- D. Bering,
de armenios por los turcos otomanos, el Archipiélago Gulag, las matanzas de Der Name als Stigma. Antisemitismus im deutschen Alltag 1812-1933,
kurdos, en Vietnam o Camboya- Alfred Grosser, el cual, aUllque de origen Stuttgart, 1987. W. Jochmann, Gesellschaftskrise und Julenfeindschaft in
judío, fue insultado a causa de su honradez histórica y de su tolerancia hu- Deutschland (1870-1945), Hamburg, 1988.
mana por judíos alemanes en un acto conmemorativo en favor de las vícti- 24. Estudios recientes llevados a cabo en Alemania ponen de nanifiesto que, en
mas nazis celebrado en Berlín en 1990: Le crime et la mémoiTe, Paris, 1989. la historia judío-alemana anterior a la catastrófica rupturaael proceso pro-
19. Cf. A. Soljenitsin, ArchiPiélago Gulag. 1918-1956. Ensayo de investiga- vocada por el nacionalsocialismo, hubo una convivencidructÍ.fera. entre
ción literaria, Barcelona, 1974. En la mencionada conferencia sobre el ge- alemanes judíos y no judíos. El Instituto Salomon Lud~vl¡ StemheIm de
nocidio, L. H. Leaters dice que fueron asesinados 15 millones de campesinos Historia Judeo-Alemana de la universidad de Duisburgo, fundado por J.-H.
soviéticos (pp. 60-66). Schoeps (d. el vol. 1 de Menora. ]ahrbuch für deutsche Geschichte 1990,
20. Responsables únicos de que el ámbito de soberanía de Stalin pudiera exten- München, 1990), trata de poner de manifiesto puntos de iOnexión y líneas
derse hasta Berlín y Weimar fueron Hitler y los suyos. Ya no hay la menor de colltacto dentro de la común andadura judeo-alemana yJemostrar las lí-
duda de que, a pesar de ¿iferencias ideológicas esenciales, el llacionalsocia- neas de continuidad interrumpidas por el nacionalsocialisJo.
lismo y el comunismo eran en igual grado sistemas «t()talitarios>' que se apo- 25. S. Volkov, op. cit., pp. 9,65 s. .
deran de la totalidad de la persona, hacen que las masas se auto inmolen y 26. J. A. Gobineau, L'essai sur l'inégalité des races humaines, Ims, ~ ~53-55.
esclavicen. Lo reconoció muy pronto Hannah Arend1, que analiza el nacio- 27. Cf. M. Zimmermann, Wilhelm Marr. The Patriarch of AntJSemtttsm, New
nalsocialismo y el stalinismo como tipos de soberanía emparentados en el York,1986.

630 631
NOTAS
NOTAS

28. Cf. l. Elbogen, Geschichte der juden in Deutschland, Berlin, 1935, p. 313. NSDAP 1930-1933. Paul Silverberg und der Reichsverband der Deutschen
29. O. S. Volkov, op. cit., pp. 35 S., 54-75. .. Industrie in der Krise der Weimarer Republik, Gottingen, 1981. H. E. VoIk-
30. Th. Mann, Deutschland und die Deutschen (1945), en Reden und Aufsatze, mann, Wirtschaft im Dritten Reich. Eine Bibliographie, vol. 1: 1930-1933,
vol. I1I, Frankfurt, 1960, pp. 1143, 1136. Cf. P. Reichel, Hoffen auf den München, 1980; vol. II: 1939-45, Koblenz, 1984. Para el papel desempeña-
starken Mann. «leh fühle eueh, und ihr fühlt mich!» - Erfolg uf!? Verfall des do por determinadas empresas importantes, por ejemplo, IG-Farben, cf. J.
Führer-Mythos, en Di~ Zeit del 12 de mayo de ,19~9. Cf. tamblen J. C. F~st, Borkin, The Crime and Punishment of I.G.Farben, New York, 1978. U.S.
Hitler. Eine Biographle, Frankfurt, 1973. AqUl es Importante lo que se dl~e Group Control Council - Finance Division (Grupo Americano d~l Consejo
en las pp. 129-151: temor ~ la r.evolución comuni.sta, e~ odí? contra OCCI- de Control - Departamento de Finanzas), Ermittlungen gcgen dte l.G.Far·
dente la Ilustración la racIOnalIdad, la demoaacla, el Judalsmo; el naclO- benindustrie, sept. 1945, trad. Nordlingen, 1986. P. Hayes, 1n1ustry and
nalso~ialismo como '«mezcla inconfundible de Edad Media y modernidad ... Ideology. 1G Farben in the Nazi Era, Cambridge, 1987. P;¡ra Dalmler-Benz
La irrupción hegemónic~ de Hitl.er, empre~?id~ ~omo la empresa más pla- AG : H. Pohl - S. Habeth - B. Brüninghaus, Die Daimler-Benz AG in den
nificada, calculada y realIsta mediante la utlhzaclOn de todo el ar~enal de l~s jahren 1933-1945. Eine Dokumentation, Stuttgart, 1986. Crítico al res·
modernos medios técnicos estuvo acompañada por una panoplIa de reqUI- pecto: Das Daimler-Benz-Buch. Ein Rüstungskonzern im «Tausendjahrigen
sitos y símbolos bizarros: i~tento de la conquista del mundo bajo el s!gno del Reieh». Schriften der Hamburger Stiftung für Sozialgeschichte des 20.Jahr·
tejado de paja y del campesinado hereditario, de danzas populares, fiesta del hunderts, vol. I1I, Nordlingen, 1987. K. H. Roth - M. Schmid, Die Daimler·
solsticio y de la cruz para madres», (l?' 14~). . Benz AG 1916-1918. Schlüsseldokumente zur Konzerngeschichte. Schriften
31. La miscelánea de más de 1.000 pagmas tItulada juden 1m deutschen Kul- der Hamburger Stiftung für Sozialgeschichte, vol. V, Nordlingen: 19.8!.
turbereich, editada por S. Kaznelson (Berlin, 1935, segunda edición, muy 33. Contamos ya con una exposición global del papel jugado por la JustiCia: l.
ampliada, 1959), muestra de forma impresionante los logros ~ult~~ales d~ los Gruchman,lustiz im Dritten Reich 1933-1940. Anpa~s,!~gund l!nt~rw;r·
judíos alemanes' desde la literatura y las artes hasta la orgamzaclOn social y fung in der Ara Gürtner, München, 1988. Ofrece una VISlOnpanoramlca uttl
el deporte, pas~ndo por las diversas ciencias (aquí, también u~ artículo l. Staff (ed.), justiz im Dritten Reich. Eine Dokumentation, Frankfurt, 1964;
muy informativo de l. Meisl sobre la ciencia de! judaísmo). En su mvestIga- 2" ed. ampliada, 1978. J. Friedrich, Freispruch für die Na;¡'¡ustiz. Die Ur-
ción de las causas sociales del éxito judío en la ciencia, S. Volkov (d. op. ett., teile gegen NS-Richter seit 1948. Eine Dokumentation, Rembek, 1983, de-
pp. 146-165) muestr~ con claridad que. la r;t~yoría de .105 científicos judíos muestra cómo la justicia alemana de la posguerra encubrió, aprobó e inclu-
extraordinarios trabapron en campos ClentlfIcos margmales, que se demos- so premió delitos de asesinato, atentados y genocidios. P.ráctlca~e.nte todos
traron casi siempre como particularmente creativos, y en posiciones ~cadé­ los jueces nazis fueron declarados inocentes. Cf. el escntopolemlco de H.
micas subordinadas que -a diferencia de las cátedras ya establecldas- Senfft, Richter und andere Bürger.150 jahre politische ju~tiz und neudeut·
permitían una especialización: «logros extraordinarios .. : I?a.radójicamente, sche Herrschaftspublizistik, Nordlingen, 1988. Senfft calcula, entre otras
funestos no sólo a pesar de, sino también a causa del preJUIcIO» .(p. 162). El cosas, que los juristas del Tercer Reieh expiaron después del945 sus 30.000
impresionante volumen de H. J. Schultz (ed.), Es ist ein Weinen tn der Welt, sentencias de muerte sólo con 27 años y 2 meses de prisión. Cf. también 1.
Stuttgart, 1990, pone de manifiesto como «homenaje ~ ~os j??íOS al.e~anes Müller, Furchtbare juristen. Die unbewaltigte Vergangenhdtunserer ]usti.,
de nuestro siglo» que los judíos han tenido una partlclpaclOn declSlva en München, 1987. B. Diestelkamp - M. Stolleis (eds.), fustizalltag im Dritten
todos los movimientos intelectuales importantes de la cultura alemana. Se Reich, Frankfurt, 1988. R. Dreier - W. Sellert (eds.), Redt und ]ustiz i111
tratan los siguientes personajes: S. Freud, G. Ma~ler, W. Rathe":~u, E. Las- «Dritten Reich», Frankfurt, 1989.
ker-Schüler R. Luxemburg, G. Landauer, M. Remhardt, A. Schonberg, M. 34. Para el papel de la medicina, especialmente para el capítulo más sombrío de
Buber, L. Meitner, A. Einstein, F. Kafka, E. Bloch, W. Benjamin, M. Hork- la medicina NS, de la «higiene racial» y de la eutanasia, de laque ~ueron víc-
heimer A. Freud E. Fromm, A. Seghers, M. Sperber, H. Arendt. Con fre- timas cientos de miles de enfermos mentales y minusváliJos fíSiCOS, d. l.
cuencid se pasa ;or alto el pape! importante de las filósofas judías~ que ana- Klee «Euthanasie» im NS-Staat. Die « Vernichtung leb'llsunwerten Lt:·
lizaron ~on sutileza las tendencias militaristas y totalitarias de su tiempo y a bens:, Frankfurt, 1983; Id. (ed.), Dokumente zur «EuthaHsie», Frankfurt,
las que R. Wimmer ha dedicado una monografía re~ompi~adora.: Vier jüdi- 1983· Id., Was sie taten -Was sie wurúen. Arzte, juriste~und andere Bt:-
sche Philosophinnen. Rosa Luxemburg, Stmone Wetl, Edlth Stetn, Hannah teiltg;e am Kranken- oder ]udendmord, Frankfurt, 198~.P. Weingart y
Arendt, Tübingen, 1990. . . otros, Rasse, Blut und Gene. Geschiehte der Eugenik ulld Mssenhygiene in
32. Para el papel de la industria en e! nacionalsoci~lism?, tema muy ~Iscutldo en Deutschland, Frankfurt, 1988. R. N. Proctor, Racial H~giene. Medicine
la investigación científica, d. -:-además de la~ mvestlga~JOnes realIzadas en la under the Nazis, Cambridge/Mass., 1988. B. J. Lifton, neNazi Docton
antigua RDA (W. Bleyer, D. EIChholtz y el Libro marr~n de 1965), de las de Medical Killing and the Psychology of Genocid, New Yorl,1986.
la República Federal (W.A. Boelcke, M. Br~szat, W. FIsc.her, L. P. Lochner, 35. Para el papel de la prensa, todavía poco estudiado, d. O. Kóhler, Schreib
D. Petzina, R. Wagenführ), USA (B. H. Klem, A. Schweltzer) y de I~s con- maschinen-Tater. journalisten im Dritten Reich und danae~:eme vergessene
troversias entre D. Stegman y H. A. Turner (sobre los grandes consorcIOs y el Vergangenheit, eine unwtllkomene Debatte, en Die Zeit del15 de enero de
ascenso de Hitler) y entre D. Abraham y U. Nocken (sobr~ el ocaso de la Re- 1988.
pública de Weirnar)-las recientes monografías de: ~. CZlchon, W~r verhalf 36. Para el papel del ejército, cf. E. Klee - W. Dressen - V. Ricl~, «Schone Ze¡·
Hitler zur Macht? Zum Anteil der deutschen IndustrIe an der Zerstorung der ten». Judenmord aus der Sieht der Tiiter und Gaffer, Franlturt, 1988. A. J.
Weimarer RepubJik, K61n, 41976. R. Neebe, Grossindustrie, Staat und Mayer, Why Did the Heavens Not Darken. The «Final Solt.<iion» in History, .

632 633
NOTAS NOTAS

New York, 1988. E. KIee - W. Dressen (eds.), «Gott mit uns». Der deutsche Piper, escribió su biografía R. G. Reuth, Goebbels, München, 1990, en la
Vernichtungskrieg im Osten 1939-1945, Frankfurt, 1989. De estas publi- que resplandece de nuevo la función pionera de Goebbe!s en la política res-
caciones se desprende hasta qué punto no sólo la SS, sino también el ejérci- pecto de los judíos. .. .
to, participó en la cruzada y aniquilación antisoviético-antisemita. 42. Expresé públicamente esto ya en 1965, en un balance del con~IllO VatIcano
37. Sobre el papel de las universidades, se publicaron ya a mediados de los II publicado en varios órganos de prensa, y que me costó la pnmera censura
años sesenta series de lecciones de tres universidades alemanas: Tubinga, Ber- oficial del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Julius
lín y Munich. Cf. A. Flitner (ed.), Deutsches Geistesleben und Nationalso- Dopfner. Cuando envié al cardenal el capítulo «La Iglesia y los judíos», com-
zialismus, Tübingen, 1965. Nationalsozialismus und die deutsche Univer- puesto para el libro La Iglesia, ya no obtuve respuesta alguna.
sitat, Berlin, 1966. H. Kuhn y otros, Die deutsche Universitat im Dritten 43. Cf. J. C. Fest, op. cit.
Reich, München, 1966. Esta problemática, que sigue siendo candente para e! 44. Cf. E. Jackel, Hitlers Weltanschauung, Stuttgart, 1969,21981.
ámbito global de las ciencias en e! Tercer Reich, así como para cada univer- 45. Id., Hitlers Herrschaft. Vollzug einer Weltanschauung, Stuttgart, 1986.
sidad, especialidad y estudioso, ha sido abordada de distintas maneras; re- 46. H. U. Thamer, Verführung und Gewalt. Deutschland 1933-1945, Berlin,
cientemente, en relación con Gotinga: d. H. Becker y otros (eds.), Die Uni- 1986.
versitat Gottingen unter dem Nationalsozialismus. Das verdrangte Kapitel 47. E. Jackel, Hitlers Herrschaft, p. 89.
ihrer 250jahrigen Geschichte, München, 1987. 48. H. U. Thamer, op. cit., p. 88.
38. La discusión reciente ha sacado a la luz lo que los llamados «posmodernos» 49. Cit. en E. Jackel, Hitlers Weltanschauung, p. 55.
franceses, junto con algunos admiradores alemanes de Heidegger, no habían 50. Cf. A. Hitler, Mein Kampf, München, 1939, p. 4.
percibido: que la implicación de Martín Heidegger en e! nacionalsocialismo 51. Cf. F. Heer, Der Glaube des Adolf Hitler. Anatomie einer politischen Reli-
fue mucho más seria y duradera de lo que se supuso durante largo tiempo. giositiit, München, 1968. . . .
Desencadenante del debate más reciente fue la obra del chileno V. Farías, 52. Cf. W. Daim, Der Mann, der Hitler die Ideen gab. Dte sektterertschen
Heidegger y el nazismo, Lagrasse, 1987, obra discutible en determinadas afir- Grundlagen des Nationalsozialismus, Wien, 1957,21985.
maciones, pero altamente meritoria. La edición alemana fue mejorada sobre 53. F. Heer, op. cit., p. 272.
todo en el aspecto lingüístico: Heidegger und der Nationalsozialismus. Mit 54. Sólo el antiguo arzobispo de Viena, cardenal Franz Konig -sucesor de
einem Vorwort von Jürgen Habermas, Frankfurt, 1989. Históricamente aquel cardenal Theodor Innitzer que adjuntó a la declaración de capitulación
exacta: H. Ott, Martin Heidegger. Unterwegs zu seiner Biographie, Frank- del episcopado austríaco del 18 de marzo de 1939 una carta yun «Heil Hit-
furt, 1988. Diversas tomas de postura sobre el «Caso Heidegger», en: B. ler!» de su puño y letra- hizo, según KathPress, una franca confesión de
Martín (ed.), Martin Heidegger und das «Dritte Reich». Ein Kompendium, culpa en Sto POlten el 26 de septiembre de 1987: «Al mirar al pasado, tene-
Darmstadt, 1989. Se recogen en esta obra los documentos más importantes mos que pronunciar como cristianos un nostra culpa por ellracaso y, sobre
de! año 1933 (sobre todo, el discurso del rectorado) y de 1945 (desnazifica- todo, por los errores de los responsables eclesiásticos de en1o~ce~».
ción). 55. H. Kratzl, «Vergiftete Brunnen. Antwort auf Proteste van Glaublgen»: Pu-
39. Cf. C. Schmitt, Staat, Bewegung, Volk. Die Dreigliederung der politischen blik-Forum del 11 de marzo de 1988.
Einheit, Hamburg, 1933. Sobre esto, H. Senfft, op. cit., pp. 159-161 (tam-
bién se habla aquí del oportunismo y antisemitismo de Schmitt). K. Sont-
heimer, Der Macht naher als dem Recht. Zum Tode Carl Schmitts, en Die A.U. Represión de la culpa
Zeit del 19 de abril de 1985. B. Rüthers, Carl Schmitt im Dritten Reich.
Wissenschaft als Zeitgeist- Verstarkung?, München, 1989. 1. El semanario Die Zeit, en su edición del 4 de noviembre de H88, informa de
40. W. Laqueur, The Terrible Suret, London, 1980. Aquí se ofrece también una esta «acción heroica de un jefe de distrito».
visión panorámica global de la información que tenían entonces los neutra- 2. L. van Dick (ed.), Lehreropposition im NS-Staat. Biograpffische Berichte
les, los aliados y los judíos en la Europa ocupada pOI los alemanes; y del ju- über den «aufrechten Gang», reedición, Frankfurt, 1990, peme de manifies-
daísmo mundial. to, al hilo de trece biografías, que la acomodación no era ab~olutamente ine-
41. Cf. C. E. Barsch, Erlosung und Vernichtung. Dr.fJhil. Joseph Goebbels. vitable tampoco en las escuelas.
Zur Psyche und Ideologie eines jungen Natio1lalsoziaJisten 1923-27, Mün- 3. También los siguientes números están tomados del informe ~ueDie Zeit del
chen, 1987. Goebbels, educado en la religión católica (¡pero no por los je- 4 de noviembre de 1988 publicó bajo el título Man wollte andte Vermogen
suitas!) y católico durante toda su vida (¡nunca abandonó la Iglesia!), estaba heran «<Querían hacerse con las fortunas»). Sobre la «Nochlde .105 cristales
convencido firmemente ya en 1929 de que Cristo no pudo haber sido judío: rotos», d. R. Thalmann - E. Feinermann, La Nuit de Cristal,Pans, 1972. H.
«Judío es la mentira encarnada. En Cristo, el judío clavó en la cruz la verdad J. Dtischer, «Reichskristallnacht». Die Novemberpogrome 11J8, Frankfurt,
eterna; por primera vez ante la historia. Esto se repitió docenas de veces en 1988;Id. (ed.), «Reichskristallnacht». Die Novemberpogrom1939 im Spie-
los siglos siguientes y se ha vuelto a repetir hoy. La idea del sacrificio ad- gel auserwahlter Quellen, Bonn, 1988. W. H. Pehle (ed.), DiJ¡udenpogrom
quirió forma visible, por primera vez, en Cristo. El sacrificio forma parte de 1938. Von der «Reichskristallnacht» zum Volkermord, Framlurt, 1988.
la esencia del socialismo. Entregarse a sí mismo por los demás. Pero el 4. Para la relación de las Iglesias con el nacionalsocialismo, cLrspecialmente,
judío no sabe nada de esto» (cit. p. 126). Basándose en los escritos de las Actas de los obispos alemanes sobre la situación de la l/Isia en 1933-
Goebbels de los años 1914-1925, a los que tiene acceso exclusivo la Editorial 1945, vals. I-VI, preparadas por B. Stasiewski - L. Volk,Mainz, 1968-

634 635
NOTAS NOTAS

1985. Ofrece una panorámica clara con los documentos más importantes G. 18. Cf. H. U. Stephan (ed.), Das eine Wort für alle. Barmen 1934-1984. Eine
Denzler - V. Fabricius, Die Kirchen im Dritten Reich. Christen und Nazis Dokumentation, Neukirchen, 1986.
Hand in Hand?, vol. 1: Darstellung, vol. II: Dokumente (= Denzler-Fabri- 19. Cf. M. Greschat (ed.), Zwischen Widerspruch und Widerstand. Texte zur
cius), Frankfurt, 1984. Cf. también la importante colección de documentos Denkschrift der Bekennenden Kirche an Hitler (1936), München, 1987.
de R. Rendtorff - H. H. Henrix (eds.), Die Kirchen und das judentum. Do- 20. Cf. C. R. Müller, Dietrich Bonhoeffers Kampf gegen die nationalsozialistis-
kumente von 1945 bis 1985, Paderborn, 1988 (= Rendtorff-Henrix). En in- che Verfolgung und Vernichtung der juden. Bonhoeffers Haltung zur Ju-
glés: H. Croner (ed.), More StepPing Stones to jewish-Christian Relations. denfrage im Vergleich mit Stellungnahmen aus der evangelischen Kirche
An Unabridged Collection of Christian Documents 1975-1983, New York, und Kreisen des deutschen Widerstandes, München, 1990.
1985. Una presentación global, con abundantes ilustraciones, en cuatro vo- 21. Texto en Rendtorff-Henrix, p. 528. Cf. M. Greschat (ed.), 1m Zeichen der
lúmenes, de la historia de judíos y cristianos ofrecen E. Rohm - J. Thierfel- Schuld. 40 jahre Stuttgarter Schuldbekenntnis. Eine Dokulllentation, Neu-
der, juden, Christen, Deutsche, 1933-1945, vol. 1: 1933- 1935, Stuttgart, kirchen, 1985.
1990. Sobre esto, también las monografías de G. C. Zahn, German Catho- 22. Cita alemana según Denzler-Fabricius, p. 256.
lics and Hitler's Wars, New York. G. Lewy, The Catholic Church and 23. Lo expone F. Herrnle, Evangelische Kirche und judentum -Stationen nach
Nazi-Germany, New York, 1964. L. Siegele-Wenschkewitz, Nationalsozia- 1945, G6ttingen, 1990. Figura clave para la elaboración teológica de la
lismus und Kirchen. Religionspolitik von Partei und Staat bis 1935, Düssel- cuestión judía contra todas las resistencias en la dirección eclesial fue el se-
dorf, 1974. Id., Neutestamentliche Wissenschaft vor der Judenfrage. Gerhard cretario general de la comisión ecuménica de refugiados, Adolf Freudenberg.
Kittels theologische Arbeit im Wandel deutscher Geschichte, München, El texto de la «Palabra sobre la cuestión judía>} de la Iglesia Evangélica
1980. K. Scholder, Die Kirchen und das Dritte Reich, vol. ]: Vorgeschichte Alemana en abril de 1950 se encuentra en Rendtorff-Henrix, pp. 548 ss.
und Zeit der Illusionen 1918- 34, Berlin, 1977; vol. 11: Das jahr der Er- 24. Cf. la amplia colección de documentos del historiador C. Vollnhals, Entna-
nüchterung 1934. Barmen und Rom, Berlin, 1985. G. Denzler, Widerstand zifizierung und Selbstreinigung im Urteil des evangelischell Kirche. Doku-
oder Anpassung? Katholische Kirche und Drittes Reich, München, 1984. J. mente und Reflexionen 1945-1949, München, 1989; Id., Evangelische Kir-
Fischel- S. Pinsker (eds.), The Churches' Response to the Holocaust (Holo- che und Entnazifizierung 1945-1949. Die Last der nationaisozialistischen
caust Studies Annual, vol. 11), Greenwood, 1986. O. D. Kulka - P. R. Men- Vergangenheit, München, 1989.
des-Flohr (eds.), judaism and Christianity under the Impact of National 25. La personalidad, política y posición histórico-eclesial de Pacelli -tratada en
Socialism, Jerusalem, 1987. R. P. Ericksen, Theologen unter Hitler. Das todas las obras contemporáneas especializadas- es analizada en su relación
Bündnis zwischen evangelischer Dogmatik und Nationalsozialismus, Mün- con Alemania, con el nacionalsocialismo y con Hitler por el clarividente his-
chen, 1988 (sobre G. Kittel, P. Althaus, E. Hirsch). M. Greschat - J. C. toriador católico Friedrich Heer, Der Glaube des Adolf Hitler. Anatomie
Kaiser (eds.), Der Holocaust und die Protestanten. Analysen einer Ver- einer politischen Religiositiit, München, 1968, caps. 26-31.
strickung, Frankfurt, 1988. E. Klee, «Die SA jesu Christi». Die Kirchen im 26. Cf. el texto alemán en Denzler-Fabricius, pp. 61-74.
Banne Hitlers, Frankfurt, 1989. K. Repgen - K. Gotto (eds.), Die Katholiken 27. Cf. concordatos desde 1800, recompilado y elaborado por 1,Schoppe, Do-
und das Dritte Reich, Mainz, 31990. kumente, vol. 35, Frankfurt, 1964, pp. 29-35, esp. p. 33.
5. Cf. la «notificación}} de todo el episcopado del 28 de marzo de 1933, en 28. Cf. K. Adam, Deutsches Volkstum und katholisches Christétltum, en Theo-
Akten deutscher Bischofe, vol. 1, p. 3032.; Denzler- Fabricius, pp. 42-44. logische Quartalschrift 114 (1933) pp. 40-63. Citas: pp. 41,58-61.
6. H. U. Thamer, Verführung und Gewalt. Deutschland 1933-1945, Berlin, 29. Id., «Jesus, der Christus und wÍi' Deutsche»: Wissenschaftund Weisheit.
1986, p. 435. Vierteljahresschrift für systematische franziskanische Philo.wphie und The-
7. El texto alemán de la cita está tomado de Denzler-Fabricius, p. 253. ologie in der Gegenwart 10 (1943) 73-103: «Personalm(ute, me edifica
8. Cf. la alocución del presidente de las Iglesias R. Moeller en el primer Día de pensar que en los genes, en la masa hereditaria que Maríatransmitió a su
las Iglesias Evangélicas Alemanas, celebrado el 1 de septiembre de 1919, en hijo divino -gracias a la dirección misteriosa de Dios que ~upervisó el des-
Denzler-Fabricius, pp. 13 s. arrollo de su linaje- estaban vivas la constitución y fuerzas mejores, más
9. Cf. J. C. Kaiser - M. Greschat, op. cit. (sobre todo, el trabajo de H. U. nobles de que haya podido disponer el linaje humano. Esta opinión se basa
Thamer). en la verdad de fe de que María fue concebida sin pecado original; "sin pe-
10. Cita alemana según Denzler-Fabricius, pp. 37 s. cado original", por consiguiente, también sin las consecuellóas del pecado
11. Cita alemana según Denzler-Fabricius, p. 76. original; es decir, en la pureza y belleza sumas, con la constjtución y fuerzas
12. Art. 1: ibid., p. 83. más nobles. Este dogma de la inmaculata conceptio de Mariaes el que hace
13. Art. 4: ibid. que carezcan de sentido en la visión católica todas aquellas malignas pre-
14. Cf. el texto en Denzler-Fabricius, pp. 77-83. guntas y acusaciones, como si tuviéramos que reconocer enjesús - a pesar
15. Cf. el texto en Denzler-Fabricius, pp. 84-87. de todos sus privilegios- a un "descendiente de judíos". P(]rque nos atesti-
16. Cf. K. Barth, Theologische Existenz heute!, 24-25 de junio de 1933; texto en gua que María, la madre de Jesús, en modo alguno estuvo en relación física
Denzler-Fabricius, pp. 47-57. o moral con aquella odiosa constitución y fuerzas que condenamos en los j u-
17. Declara el sínodo: «Rechazamos la falsa doctrina, corno si hubiera ámbitos díos de pura sangre. Por un milagro de la gracia de Dios, daestá más allá
de nuestra vida en los que no nos debemos a Jesucristo, sino 2 otros señores» de esta constitución hereditaria judía; es una figura suprajuuia» (pp. 90 s).
(ibid., p. 91). 30. Cf. C.Falconi, Il silenzio di Pio XII, Milano, 1965.

636 637
NOTAS NOTAS

31. Cf. el texto alemán en Denzler-Fabricius, pp. 104-150. 43. Cf. también el Escrito Apostólico del papa Juan Pablo n con motivo del cin-
32. Para la encíclica, hay esbozos de tres jesuitas (J. La FargefUSA, G. Gund- cuentenario del comienzo de la II Guerra Mundial, con fecha de 27 de
lachlAlemania, P. DesbuquoislFrancia), y todos ellos atestiguan considerables agosto de 1989.
prejuicios antijudíos. Fue luego el polaco general de los jesuitas Wladimir Le- 44. A. Momigliano, «Independent People»: The New York Review of Books del
dochowski e! que retrasó la publicación de la encíclica; sin duda, porque él 8 de octubre de 1987.
veía en Hitler un aliado contra el bolchevismo; d. J. H. Nota, «Edith Stein 45. Cf.la reformulación de la oración de viernes santo en favor de los judíos or-
und der Entwurf fur eine Enzyklika gegen Rassismus und Antisemitismus»: denada por Pablo VI y recogida en e! Missale Romanum del 26 de marzo de
Freiburger Rundbrief26 (1974) pp. 35-41. Edith Stein había urgido ya en 1970, en Rendtorff-Henrix, pp. 56-60.
1933, en una carta sellada y dirigida personalmente a Pío XI, una encíclica 46. Cf. el texto de la declaración conciliar Nostra aetate, n 4. Para el conjunto,
que tratara la cuestión judía; pero su petición no tuvo éxito. K. J. Kuschel, Oekumenischer Konsens über das Judentum?, en Christlich-jü-
33. Cf. C. Falconi, op. cit., Tercera Parte. Tendencioso (cifras discutidas) V. De- disches Forum. Mitteilungsblatt deT christlich-jüdischen Arbeitsgemein-
dijer, Jasenovac - das jugoslawische Auschwitz und der Vatikan, ed. por G. schaft in der Schweiz, ed. por E. 1. Ehrlich, n. 53, Basel, 1981, pp. 17-33.
Niemietz, Freiburg, 1988. 47. Para la actividad de los obispos alemanes, d., sobre todo, la5 publicaciones
34. El caso de Rezso Rudolf Kasztner, vicepresidente del Movimiento Sionista de la Comisión de Historia Contemporánea de la Academia Católica de
Húngaro, pone de manifiesto que, por entonces, se discutían incluso en cír- Baviera, que, con sus dos series -Quellen y Forschungen- abarcan más de
culos judíos las medidas de ayuda en el plano diplomático: a pesar de contar 80 volúmenes. Para nuestra temática, son particularmente importantes los
con informaciones fiables sobre los sucesos en los campos de aniquilación siete volúmenes --citados al comienzo de este capítulo- de las Actas de los
alemanes desde abril de 1944 no se advirtió a los judíos húngaros, sino que obispos alemanes sobre la situación de la Iglesia en 1933-1945.
fueron evacuados sólo unos pocos miles de judíos en virtud de negociaciones 48. Que yo sepa, el término proviene de! historiador católico 1<. Repgen, que
secretas con la dirección alemana (Blut für Ware); entre otros, con Eichmann editó con R. Morsey las citadas Actas de los obispos alema]es sobre la si-
personalmente. De ahí que Kasztner fuera acusado en Israel, en 1953, de co- tuación de la Iglesia en 1933-1945. Cf. también K. Repgen - K. Gotto, op. cit.
laboración con los alemanes, condenado en 1955, pero rehabilitado en 49. Cf. K. Scholder, op. cit., vol. 1, pp. 300-321. Contra K. Repgen,R. Morsey y
1958, un año después de haber sido asesinado a tiros en plena calle. Cf. para 1. Volk, los exponentes publicitarios de la comisión católica Jara la historia
esto: R. 1. Braham, What Did They Know and When?, en The Holocaust as contemporánea, después de K. D. Bracher (en un informe sobre el proceso
Historical Experience. Essays and a Discussion, ed. por Y. Bauer y N. Ro- concordatario en los años cincuenta), K. Scholder ha demostrado de forma
tenstreich, New York, 1981, pp. 109-131. Y. Marran, arto «Kasztner, Rezs6 convincente que existe una conexión inmediata entre e! comienzo de las
Rudolf», en Encyclopaedia Judaica. negociaciones germano-vaticanas sobre un «concordato del Reich,> y la
35. Cita alemana según P. Longerich (ed.), Die Ermordung der eUTopiiischen aprobación por el católico partido de Centro de la Ley de autorización en
Juden. Eine Umfassende Dokumentation des Holocaust 1941-1945, Mün- favor de Hitler, del 3 de marzo de 1933. Cf. también K. Scholder, Altes und
chen, 1989,p.445. Neues ZUT Vorgeschichte des Reichskonkordats.Erwiderul1g auf Konrad
36. E. van Weizsacker, Telegramas del Ministerio de Asuntos Exteriores del Repgen, en Die Kirchen zwischen Republik und GewaltheT1lchaft, Berlin
17/28 de octubre de 1943; cita alemana según P. Longerich, op. cit., pp. 1988, pp. 171-203, editado por K. O. von Aretin y G. BesieJ, '
445 s. 50. K. Scholder, Altes und Neues, p. 194.
37. Cf. las memorias de la hija y secretaria de de Gasperi Maria Romana Catti- 51. Id., Die KiTchen, vol. 1, p. 321.
de Gasperi, De Gasperi, uomo solo, Milano, 1964, pp. 317-339, esp. 335 52. Cf. al respecto G. Lewy, op. cit., pp. 267-283.
(rechazo de una audiencia pontificia incluso con motivo de los treinta años 53. Cf. H. Hürten, Verfolgung, WideTstand und Zeugnis. Kirche ~Nationalso­
de matrimonio del Ministro presidente y de los votos «perpetuos» de su se- zialismus. Fragen eines HistoTikers, Mainz, 1987.
gunda hija, Lucia). 54. Citado en J. K6hler, Haben die deutschen Bischofe wiihrendder national-
38. J. F. Morley, Vatican Diplomacy and the Jews during the Holocaust 1939- sozialistischen Herrschaft Widerstand geleisted? DeT deutscheKatholizismus
1949, New York, 1980. zwisehen WideTspruch und nationaler Loyalitiit, no publicado,manuscrito
39. [bid., p. 209. p. 22. Debo a Joachim Kohler, profesor de historia de la Igleiiaen la faclll~
40. Cf. P. l. Murphy, «La Popessa», New York, 1938, esp. pp. 59-170, 192- tad de teología católica de la universidad de Tubinga valiosalañadiduras y
215. correcciones a lo largo de todo este capítulo.
41. Revelador de la actitud de Pío XII y de l~ Curia es también el capítulo «El la- 55. Cf. S. Rahner y otros, «Treu deutsch sind wir - wir sind aUihtreu katho-
berinto vaticano'>, en N. Goldmann, Le paradoxe jrtif. Conversations avec liseb». Kardinal von Calen und das Dritte Reich, Münster, 1~¡7.
Léon Abramovicz, Paris, 1976. Por desgracia, se han reproducido equivo- 56. Texto del Memorando de Preysing del 17 de octubre de U7, en Akten
cadamente -al menos en la traducción alemana-los nombres de P. Robert deutscheT Bischofe, vol. IV, pp. 356-361; Denzler-Fabricius, rp, 161-166.
Leiber y de! general de los jesuitas J. B. Janssens; a sor Pasqualina se la con- 57. Cf. D. R. Bauer - A. P. Kustermann (eds.), Gelegen oder ungelr¡en - Zeugnis
vierte en sor Ange!ina; y a la Pontificia Universidad Gregoriana en la Uni· für die Wahrheit. ZUT Vertreibung des RottenburgeT Bischofs ).B. Sproll im
versidad de Georgia. Sommer 1938, Rottenburg, 1989. J. Kohler expone aquí lomucho que
42. J. Kaiser, «Die Bühne als publizistische Anstalt?»: Siiádeutsche Zeitung del Sproll trabajó ya durante los años veinte en el movimiento en ¡¡¡or de la paz
25 de abril de 1988. (d. pp. 17-55).

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NOTAS
NOTAS

58. Tampoco hay respuesta alguna en la biografía más reciente de E. Endres


Edith Stein. Ch!istliche Philosophin und jüdische Martyrerin, München, 1987: 66. Texto citado en A. Smolar, op. cit., p. 56.
59. G. Denzler. (Wt4erstand oder Ampassung?) informa sobre el presidente de la 67. J. H. ~~hoeps, Unbequeme Erinnerungen. Polen und Juden in der Zeit der
ConferenCIa Episcopal, cardenal Adolf Bertram, quien felicitó efusivamente «Endlosung», en DIe Zelt del 9 de octubre de 1987. Para la problemática ale-
al Führer en su postrer cumpleaños, el 20 de abril de 1945 (!), e incluso mana, d., del mismo autor, Leiden zu Deutschland. Vom antisemitischen
llegó a pensar en celebrar una «misa de difuntos'> tras el cobarde suicidio Wahn un~ der Last d~r Erinnerung, München, 1990. Cf., de R. Modras, teó-
q~e ~ste cometió diez días más tarde (misa que no llegó a celebrarse). Tam- logo amerIcano de ongen polaco, The Catholic Church in Poland and Anti-
bI~n mforma acerca de los obispos filonazis de Friburgo (Conrad Gr6ber fue semitism, 1933-1939: Responses to Violence at the Univer$ities and in the
mIembro pr<?motor de I~s SS junto co,: todo su cabildo catedralicio) y de Os- Streets, en Y. Bauer y otros (eds.), Remembering for the Future. Working Pa-
nabruck (~llhelm Bermng fue consejero estatal prusiano), así como de los pers a.nd A~denda, vol. 1, Oxford, 1989, pp. 183-196.
abades naZIS, simpatizantes, clérigos y profesores de teología marrones; fi- 68. M. Nterzabltowska - T. Tomaszewski, Die letzten Juden i1l Polen, Schaff-
~alment~, sobre Orsengio, e! servil nuncio pontificio en Berlín, que había hausen, 1987.
sld<? faSCista en lo más profundo de su corazón (como la mayor parte de la 69. Cf. para esto el libro de B. Lewis, orientalista de Princeton> Treibt sie ins
cuna romana tras e! concordato firmado con Mussolini en 1929). . Meer. D!e C,eschichte. des Antisemitismus, Berlin, 1987, p. 28.
60. Cf. e! texto en Rendtorff-Henrix, pp. 260-280. 70. M: Checm.ski, «The Klelce Pogrom: Sorne Unanswered Questions»: Soviet Je-
61. Sínodo conjunto de los obispados de la República Federal de Alemania wtsh Affatrs 5, n. 1 (1975) pp. 57-72, aborda las circunstancias próximas y
Conclusión Unsere Hoffnung. Ein Bekenntnis zum Glauben in dieser Zeit' c<;mcluye co~ el siguiente j.uicio: «The pogrom was a pretext for strengthe-
de! 22 de noviembre de 1975, en Rendtorff-Henrix, p. 245. ' mng represslve measures In Poland, and served to gain support in liberal
62. Cf. Informe de Herder-Korrespondenz 45 (1991) pp. 7 s., con e! título Western cireles for the Soviets and their protéges who posed at the defenders
«Stagnation» (Estancamiento). of the persecuted remnant of Polish ]ewry from the "antisemitic inclinations
63. Que esto lo puede igualmente un judío lo pone de manifiesto el ejemplo de of the Polish people" ... The fact that the elimination of the Jews from Poland
Janusz Korczak, médico, maestro, educador y pedagogo reformador judío- would be welcomed by the chauvinistic and antisemitic Pole¡ probably al so
polaco, que fue a Treblinka en agosto de 1942 del gueto de Varsovia con played a role i,n the calculations of the Soviets who hoped to gain the sup-
200 de «sus» niños de! horfanato judío, después de haber rechazado todas p.ort of these Clrcles. -:-Th~ Polish anti-Communist underground, the émigré
las ofertas de huida. Cf. B. J. Lifton, The King of Children. A Biography of cueles and the Catho]¡c hlerarchy saw in the pogrom a sign oi weakness on
Janusz Korczak, New York, 1988. the part of the Warsaw Government, and no doubt welcOlued the Jewish
64. CE. A. Smolar, Unschuld und Tabu (versión original polaca, en Aneks nn. exodus from Poland» (p. 71).
41-43, London, 1986), en Babylon. Beitrage zur ¡üdischen Gegenwart 2 71. Para lo que viene a continuación, d. el detallado informe de T,Mechtenberg
(1987). PP'. 40-71,. cit. p. 66. Este autor polaco se esfuerza en ofrecer una pre- «Zum ]üdisch-polnischen Verhiiltnis»: Orientierung 52 (1988) pp. 117~
sentaclOn ImpafCIal de la complicada relación polacos-judíos. Debo a la se- 119,124-127,140-142.
ñora Helga Kirsch (Varsovia) la referencia a este artículo. 72. J. Blonski, «Biedni Polacy ... (Die armen Polen schauen auf ~a¡ Getto)>>, en
65. W. Bartoszewski, Uns eint vergossenes Blut. Juden lmd Polen in der Zeit der Tygodnik Powszechny del 11 de enero de 1987, citado en Orientierung 52
«E:ndlosung» , Frankfurt, 1987. Cf. W. Bartoszewski - Z. Lewin (eds.), (1988) pp. 140 s.
Rtghteous among Nations. How Poles helped the Jews 1939-1945, London, 73. Tygodnik Powszechny del 8 de febrero de 1987, cit. ¡bid., pJ41.
1969. Frente a la literatura polaca, fuertemente apologética, Y. Gutrnan - S. 74. En Auschwitz se asigna a la «nacionalidad» judía un «escaparate» de iguales
Krakowski, Unequal Victims. Poles and Jews D~ring World War Two, medidas que el de otras nacionalidades (e! pabellón italiano carece prácti-
~ew York, 1986, indican que la situación de la población polaca bajo e! ré-
camente de todo material concreto). Cf. la guía del museo oe K. Smolen,
g~men .nazl no se puede comparar en modo alguno con la suerte de los ju-
Auschwitz 1940-1945. Ein Gang durch das Museum, Katol~ice, 1981; Id.
diOS. SIn.~uda, los polacos padecieron desplazarnieIltos, trabajos forzados y (con otros), Ausgewiihlte Probleme aus der Geschichte des 1.L Auschwitz,
persecuclOnror los nazis, pero los judíos fueron «desde un principio objeto Auschwitz, 31988. En el Museo Histórico de la ciudad de Vuwvia se pre-
~e p:~secuclOn y del terror en medida sin igual»: persecución, saqueo, gue- senta el levantamiento en el gueto de Varsovia como polaco,apenas corno
tlzaCiOn y, fmalmente, el sistemático exterminio totéll. Salvo en contadas ex- un levantamiento judío. Allí, en pocos meses de 1943, fueron asesinados O
c~pciones, los polacos no ofrecieron ayuda. Pero no se produjo esa ayuda no
deportados 56.000 judíos. Cf. D. Dambrowska, arto «Wars¡w», en Enzy-
s<?lo a causa de la difícil situación general durante la ocupación nazi, sino de- clopaedia Judaica. Para la resistencia judía en general, d. EKroh, David
bido a la «postura subjetiva polaca, a la actitud de las diversas capas socia- kampft. Vom jüdischen Widerstand gegen Hitler, Reinbek, 1ii8.
les ~e la población polaca y de la Iglesia» (así se .Ji ce en el prólogo), que 75. Cita alemana según Herder-Korrespondenz 45 (1991) p. 97.
llevo de nuevo, nada más terminar la guerra, a campañas y pogromos anti- 76. Cf. A. A. Hiisler, Das Boot ist voll. Die Schweiz und die Flü#/inge 1933-
judíos. Cf. también el comentario de S. Krakowski a Z. Zielinski, en: O. D. 1945, Zürich, 1967,21968.
K~lka - P. R. Mendes-Flohr, op. cit., pp_ 395-399. O. también la miscelánea
77. De 1933 a 1945 encontraron cobijo provisional o permanente en Suiza, enne
otros, las siguientes personalidades conocidas: Fritz Adler, Albert Basser-
editada por B. Vago - G. L. Mosse, JelOs and Non-Jews in Eastern Europe
mann, Maria Becker; Ernst Bloch, Bert Brecht, Alfred Doblin, ¡;athe Dorsch,
1918-1945, New York, 1974. G. Rhode (ed.), Juden in Ostmitteleuropa.
Von der Emanz¡pation bis zum Ersten Weltkrieg, Marburg, 1989. Walter Fabian, Therese Giehse, Stefan Hermlin, Paul Hindemitll,Alfred Kerr,
E. L. Kirchner, Arthur Koestler, Oskar Kokoschka, Emil Luawig, Tholllas

640 641
NOTAS
NOTAS

Katz - S. Ettinger - A. Hertzberg, arto «Zionism» (Forerunners Hibbat


Mann, Hans Mayer, Robert Musil, Max Ophüls, Rudolf Pannwitz, Wolfgang Zion, Ideological Evolution), en Encyclopaedia Judaica. También' las mo-
Pauli, Hermann Rauschning, Erich Maria Remarque, Wilhelm R6pke, Her- nografías de J. y D. Kimche, The Secret Roads - The «Illegal» Migration of
mann Scherchen, Ignazio Silone, Margarete Susman, Kurt Tucholsky, Bruno a People 1938- 1948, London, 1954. C. Sykes, Crossroads to Israel, Lon-
Walter, Jacob Wassermann, Carl Zuckmayer, Según información del Depar- don, 1965. Y. Bauer, Fr~m Dipl?macy to Resistance. A History of Jewish
tamento Confederal de Policía, en A. A. Hasler, op. cit., p. 339. Palestme 1939-1945, Philadelphla, 1970. W. Laqueur, A History of Zio-
78. Cf. ibid., p. 338. nism, London, 1972. N. Goldmann, Le paradoxe juif. Conversation avec
79. Cf. Servicio de Prensa Evangélico (EPD), noviembre de 1988. Léon Abran:owicz,. Paris, 1976. H. M. Sachar, A History of Israel, vol. 1:
80. Cf. F. Gsteiger, «Todliches Schweigen am Genfer See». Warum das Inter- From the R¡se of Z¡omsm to Our Time, New York, 1976; vol. 11: From the
nationale Rote Kreuz im Oktober 1942 die Welt nicht über den Holocaust Aftermath of the Yom KippUT War, New York, 1987. G. Luft, Heimkehr ins
aufklarte, en Die Zeit del 23 de septiembre de 1988. También H. Lichten- Unbekannte. Eine Darstellung der Einwanderung von Juden aus Deutsch-
stein, Angepasst und treu ergeben. Das Rote Kreuz im «Dritten Reich»,
land nach Palastina vom Aufstieg Hitlers zur Macht bis ztlm Ausbruch des
K6ln, 1988. J. C. Favez, Das Internationale Rote Kreuz und das Dritte
Zweiten Weltkrieges,1933-1939, Wuppertal, 1977. M. Stilhr (ed.), Zionis-
Reich. War der Holocaust aufzuhjalten?, München, 1898.
81. Cf. S. Klarsfeld, Vichy - Auschwitz. Die Zusammenarbeit der deutschen
mus. Beitrage zur Diskussion, München, 1980. A. L. Avneri, The Claim of
und franzosischen Behorden bei deT «Endlosung der ]udenfrage» in Frank- Dispossession. Jewish Land-Settlement and the Arabs 1878-1948, New
York, 1982. M. Krupp, Zionismus und Staat Israel. Eitl geschichtlicher
reich, N6rdlingen, 1989.
82. Cf. A. Grosser, Ermordung der Menschheit. Der Genozid im Gedachtnis der
Abriss, Gütersloh, 1983. J. H. Schoeps (ed.), Zionismus. Teste zu seiner Ent-
Volker, München, 1989, pp. 149-207. wicklung, Wiesbaden, 21983. J. Peters, From Time Immemorial. The Origins
83. Cf. D. S. Wyman, The Abandonment of the ]ews. America and the Holo- of the Arab-Jewish Conflict Over Palestine, New York, 1984. Y. Eloni
caust, 1941-1945, New York, 1984. Trata otras conexiones M. Gilbert, Zionismus in Deutschland. Von den Anfangen bis 1914, Gerlingen, 1987.'
Auschwitz and the Allies, London, 1981. 3. W. Laqueur, op. cit., y H. M. Sachar, op. cit, vol. 1, han estudiado con bas-
84. Cf. R. Modras, Father Coughlin and the jews. A Broadcast Remembered, en tante detalle las diversas 'aliyot u oleadas migratorias.
America del 11 de marzo de 1989. 4. Cf. N. M. Gelber, arto «Pinsker, Jehuda L6b (Leon}», enjüdisches Lexikon.
85. D. S. Wyman, Das unerwünschte Volk, p. 431. 1. Klausner, arto «Pinsker, Leon», en Encyclopaedia judaica,
86. Cf. Y. Bauer, American jewry and the Holocaust. The American jewish 5. Cf. L. Pinsker, «Autoemanzipation!». Ein Mahnruf an seine Stammesge-
joint Distribution Committee, 1939-1945, Detroit, 1981. nossen von einem russischen luden, Berlin, 1882.
87. Cf. C. Genizi, American Apathy. The Plight of Christian Refugees from 6. Ibid., p. 9.
Nazism, Ramat-GanJIsrael, 1983. 7. Ibid., p. 35.
88. M. Wolffsohn, Ewige Schuld? 40 jahre deutsch-jüdisch-israelische Be- 8. Cf. A. Friedemann, arto «Herzl, Theodo[», en jüdisches Lexikon. A. Bein
ziehungen, München, 1988, pp. 51 S. M. Wolffsohn, en su reciente obra arto «Herzl, Theodor», en Encyclopaedia judaica. '
Keine Angst vor Deutschland!, Erlangen, 1990, se defiende contra abun- 9. Cf. Th. Herzl, Der judenstaat. Versuch einer modernen LiJsung der Juden-
dantes ataques desagradables que le lanzan, sobre todo, sus correligionarios frage, Leipzig-Wien, 1896, cit. según la undécima edición, publicada en
germano-judíos. Berlín en 1936 como edición especial extraída de las ohas sionistas de
89. M. Buber, Das echte Gespriich und die Moglichkeiten des Friedens, en Frie- Herzl en 5 volúmenes. El libro ha tenido ochenta ediciones en 18 lenguas.
denspreis des Deutschen Buchhandels. Reden und Würdigungen 1951-1960, 10. Ibid., p. 14.
ed. por B6rsenverein des Deutschen Buchhandels e.V., Frankfurt, 1961, pp. 11. Ibid., p. 8.
67-74; cit. pp. 67 S. 12. La documentación de la fundación del kibbuz Hasorea por jóvenes judíos
90. Cf. Time del 11 de febrero de 1991. alemanes en 1934 pone de manifiesto hasta qué punto los iaeales de la «Ju-
91. Cf. M. Wolffsohn, Keine Angst vor Deutschen!, Erlangen, 1990, p. 184. En gendbewegung» alemana se plasmaron en el movimiento ilraelí de los kib-
esta obra hay también capítulos muy ilustrativos de cómo también hubo in- buzim : W. B. Godenschweger - F. Vilmar, Die rettende Rraft der Utopie.
tentos de analizar el pasado en la Alemania de la posguerra (d. esp. pp. 96- Deutsche juden gründen den Kibbuz-Hasorea, Frankfurt, jj90.
148). Cf. también M. Brumlik y otros (eds.), jüdisches Lebell in Deutschland 13. Cf. N. M. Gelber, arto «Weizmann, Chajim», en ]üdisdes Lexikon. A.
seit 1945, Frankfurt, 1986. J. Wetzel, jüdisches Liben in München, 1945- Eban, arto «Weizmann, Chaim», en Encyclopaedia judaic4, También Ch.
1951. Durchgangsstation oder Wiederaufbau?, München, 1987. R. Ostow, Weizmann, Trial and Error, New York, 1950. Cf. tambiénlaingente docu-
jüdisches Leben in der DDR, Frankfurt, 1988. mentación: The Letters and Papers of Chaim Weizmann, t~, por B. Litvi-
noff, Series A (Letters), vols. I-XXIII; Series B (Papers), vds.I-I1, Oxford-
New Brunswick-]erusalem, 1968-1983.
A III. La vuelta a Israel 14. El texto original de la declaración dice así: «His Majest¡'s Government
vi~w with favour th~ establis~ment in Palestine of a nationaUome for the Je-
1. Sal 137,1. wlsh people, and wlll use theu best endeavours to facilitate the achievement
2. Para la prehistoria e historia del sionismo, d. N. M. Gelber - H. H. Schach- of this object ... » (cit. según un facsímil en Encyclopaedia Juaaica, vol. IV,
tel- R. Weltsch, arto «Zionismus» (Il. Geschichte), en Jüdisches Lexikon. J. col. 131).

642 643
NOTAS NOTAS

15. La declaración continúa: « ••• it being clearly understood that nothing shall be B. LA CONTROVERSIA ENTRE JUDIOS Y CRISTIANOS
done which may prejudice the civil and religious rights of existing non-Je-
wish communities in Palestine, or the rights and political status enjoyed by B 1. Jesús en el actual diálogo judeo-cristiano
Jews in any other country» (ibid.).
16. Cf. S. Flapan, The Birth of Israel, New York, 1987. 1. Cf. Obispos Alemanes, Declaración sobre la relación de la Iglesia con el ju-
17. Cf. R. Weltsch, op. cit. daísmo, del 28 de abril de 1980 (sería más correcto: Los obispos católicos
18. Cf. A. Hertzberg, op. cit. alemanes, de la Iglesia católica), en Die Kirchen und das Judentum. Doku-
19. Cf. Y. Slutsky, arto «Ben-Gurion, David», en Encyclopaedia Judaica. Tam- mente von 1945 bis 1985, ed. por R. Rendtorff - H. H. Henrix, Pader-
bién: D. Ben-Gurion, Israel, Die Geschichte eines Staates, Frankfurt, 1973. born-München, 1988, pp. 260-280.
Para el Estado de Israel, d., sobre todo, A. Eban, Dies ist mein Volk, Zürich, 2. Ibid., p. 26l.
1970; Id., My Country. The Story of Modern Israel (1972). D. M. Zohar, 3. Cf. H. Küng, SC, II: «Lo distintivo».
Political Parties in Israel. The Evolution of Israel Democracy, New York, 4. Cf. A. v. Harnack, Das Wesen des Christentums, Leipzig, 1900.
1974. M. Wolffsohn, Politik in Israel. Entwicklung und Struktur des poli- 5. L. Baeck, «Harnack's Vorlesungen über das Wesen des Christentums»: Mo-
tischen Systems, Opladen, 1983; Id., Israel. Grundwissen-Uinderkunde. natsschrift für Geschichte und Wissenschaft des Judentums 45 (1901) pp.
Politik - Gesellschaft - Wirtschaft, Opladen, 21987. T. Segev, 1949. The First 97-120, cit. p. 118.
Israelis, New York, 1986. El artículo «Israel» de la Encyclopaedia Judaica 6. Cf. especialmente pp. 94-126 de la amplia obra de G. Lindeskog, IJieJesus-
estudia, en 940 columnas, el Estado de Israel -historia, constitución, po- frage im neuzeitlichen Judentum. Ein Beitrag zur Geschichte dtr Leben-
blación, inmigración, Gobierno, administración de justicia, ejército, econo- Jesu-Forschung, Uppsala, 1938.
mía, religión, educación, ciencia y civilización-o Cf. las grandes obras sobre 7. Cf. J. Salvador, jésus-Christ et sa doctrine. Histoire de la naissancede l'égli-
la historia del pueblo judío o del judaísmo, de H. H. Ben-Sasson (aquí, el tra- se, de son organisation et de ses progres pendant le premier siécle, vols. 1-11,
bajo de S. Ettinger), P.Johnson y J. Maier, que hemos citado con mucha fre- Paris,1838.
cuencia en la primera parte de este libro. 8. CE. S. Hirsch, Die Religionsphilosophie der Juden oder das Prinzlp der jü-
20. Para V. Yabotinsky, d. el correspondiente artículo de J. B. Schechtman en la dischen Religionsanschauung und sein Verhaltnis zum Heidentu11l, Chris-
Encyclopaedia judaica. tentum und zur absoluten Philosophie, Leipzig, 1842.
21. Naturalmente, la propaganda oficial israelí de los Gobiernos Likud, que 9. Cf. A. Geiger, Das Judentum und seine Geschichte, vols. 1- I1I, Breslau,
trata de ignorar la existencia de un pueblo palestino, sólo ve una política del 1864-187l.
terror y de la intimadación en sus adversarios. Cf., por ejemplo, el opúsculo 10. Cf. H. Graetz, Geschichte der Juden. Von den altesten Zeiten bi~zur Ce-
editado por el «Departamento de Información del Ministerio de Asuntos Ex- genwart, vols. I-XI, Leipzig 1853-1875, 21902-1909.
teriores» y concebido como una guía, Facts about Israel, Jerusalem, 1985. 11. Cf. J. Klausner, Jesus of Nazareth. His Life, Times, and Teaching (origina-
De igual manera M. Cornay, Zionism, Israel and the Palestinian Arabs, Je- riamente en hebreo 1922, inglés 1925); alemán: Jesus von Nazareth. Seine
rusalem, 1983. Zeit, sein Leben und seine Lehre, Berlin, 31952.
22. Refleja las penosas experiencias palestinas E. W. Said, The Question of Pa- 12. Ibid., p. 520.
lestine, New York, 1980, palestino-americano que trabaja como profesor de 13. Cf. C. G. Montefiore, The Synoptic Gospels, London, 1909,21927.
inglés en la universidad de Columbia yes miembro del Consejo Nacional Pa- 14. Cit. según S. Ben-Chorin, Bruder Jesus. Der Nazarener in jüdischrSicht,
lestino. München, 1967, p. lI.
23. Cf. la amplia exposición de H. Baumgarten, Befreiung in den Staat. Ge- 15. P. Lapide, Ist das nicht Josephs Sohn? Jesus im heutigen Judentum, 5tuttgart-
schichte der paliistinensischen Nationalbewegung, Frankfurt, 1991. München, 1976, p. 42.
24. Cf. M. Begin, The Revolt. Story of the Irgun, Te! Aviv, 1964. 16. H. Küng - P. Lapide, Jesus im Widerstreit. Ein jüdisch-christlichelDialog,
25. Cf. N. Goldmann, Memories, London, 1970; al.: Staatmann ohne Staat, Stuttgart, 1976, p. 19.
K61n, 1970; nueva redacción en dos volúmenes: Mein Leben als deutscher 17. M. Buber, Zwei Glaubensweisen, Zürich, 1950, p. 11.
jude, München, 1980; Mein Leben. USA - Europa - Israel, München, 1981. 18. S. Ben-Chorin, Bruder Jesus. Der Nazarener in jüdischer Sicht, München,
26. S. Flapan, op. cit., p. 14. 1967, p. 12.
27. Ibid., p. 15. 19. Ibid.
28. Ibid. 20. Los Obispos Alemanes, op. cit., p. 275.
29. Ibid., p. 17. 21. Me 10,18.
30. Para las cuatro primeras guerras y los correspondientes esfuerzos de paz, d. 22. Los Obispos Alemanes, op. cit., p. 275.
S. D. Bailey, Four Araó-Israeli Wars and the Peace Process, London, 1990. 23. H. Küng - P. Lapide, Jesus im Widerstreit, p. 21.
31. S. Flapan, op. cit., p. 10. 24. Ibid.
25. Ibid.
26. En SC se encuentran las indicaciones precisas de los pasajes peItinentes
para esta sección y la siguiente. En este resumen escueto no podemos repe-
tirlos todos.

644 645
NOTAS
NOTAS

zona bIes contra la autenticidad de esta historia» (p. 322). Aquí se pone de
27. Cf. W. Vogler, Jüdische Jesusinterpretationen in christlicher Sicht, Weimar, manifiesto también la unilateralidad del principio hermenéutico de San-
1988.
ders. Según él hay que partir primero de los facts, de las acciones de Jesús; no
28. Cf. S. Sandmel, A Jewish Understanding of the New Testament, Cincinatti,
1956. de sus palabras, con lo que la predicación de Jesús -a diferencia de lo que
ocurre con los profetas- pasa a un segundo lugar. Sanders atribuye todo el
29. Cf. A. Schweitzer, Von Reimarus zu Wrede. Eine Geschichte der Leben-Jesu-
Forschung, Tübingen, 1906. Sermón de la Montaña a «Mateo o a un autor o editor premateano» (p.
323). De ese modo, el Sermón de la Montaña no cuenta para averiguar la
3301' Cf. R. Bultmann, Jesús y mitología, Barcelona, 1970.
. S. Sandmel, op. cit., p. 33. autocomprensión y predicación de Jesús .
32. Cf: el.matizado resumen de W. Vogler, op. cit., pp. 84-88, cuyos resultados ¿Y la confrontación con la halaká, que Jesús no pudo obviar con su predi-
c.om~l?en con los míos de SC, I1I, I-IV. Una buena panorámica de la inves-
cación? Este intérprete afirma que la «oposición al sábado, a los alimentos y
tlgaclOn moderna sobre Jesús ofrece W. G. Kümmel, Dreissig Jahre-Jesu- a la limpieza no forman parte del contenido básico de la tradición», aunque
s~ ve forzado a admitir que estas confrontaciones «destacan en los evange·
Forschung (1950-1980), Konigstein, 1985.
33. Cf. H. Küng, SC, I1I, 11,2: «¿Milagros?». lIos» (p. 325). Supone que también estas confrontaciones deben ser apunta·
34. Cf. SC, I1I, IV,l: «La decisión». das esencialmente en la cuenta de la comunidad posterior. Para Sanders, lo
35. J. H. Charlesworth, «From Barren Mazes to Gentle Rappings. The Emer- más seguro de la predicación de Jesús es todo lo que éste «comparte con la
gence of Jesus Research»: The Princeton Seminary Bulletin 7 (1986) n. 3, escatología de la restauración judía: la esperanza de que Israel será restau·
pp. ~21-23~; cit. 225. Mientras que la investigación filológica de la Biblia rada» (p. 323).
hablo pnnClpalmente en alemán, la arqueología bíblica ha sido promovida De este modo, Sanders, que se define como «protestante liberal, moderno, se·
de m~nera especial por investigadores americanos, ingleses y franceses. cularizado ... educado en una comunidad dominada por una cristología "desde
MencIOnemos como principales representantes la escuela de W. F. Albright, abajo" y por un evangelio social», consigue dos cosas: por un lado, hagatelizar
la Escuela Bíblica de Jerusalén fundada por Lagrange y la British School of a Jesús como apocalíptico y, en segundo lugar, desplazar todas las confronta·
~rchaeology. Estos estudios han confirmado no pocos datos de los evange- ciones de Jesús con el judaísmo de su tiempo a la comunidad primitiva (y, na-
lIos (principalmente aseveraciones del evangelio de Juan tenidas por im- turalmente, a Pablo). Por consiguiente, no deberá sorprender que él vea a Jesús
pr?bable.s). Por ejemplo, en lo tocante al lugar de condena de Jesús (en más en «coincidencia» que en contraste con el fariseísmo (p. 337).
gn~go Ltthostroton, en arameo Cabbata) y al lugar donde fue crucificado En la línea de la escuela de Hillel contra la escuela de Scharnmai ve a Jesús el
(Golgota), que, según las excavaciones más recientes, se habría encontrado rabino americano H. Falk, Jesus the Pharisee. A New Look atthe ]ewishness
fuera de la muralla occidental de la ciudad, en la zona de la actual Basílica oflesus, New York, 1985. .
del Santo Sepulcro. Cf. la panorámica de la investigación arqueológica que 42. Así, en el reciente libro alemán sobre Jesús escrito por J. Gnilka, ]esus VOll
ofrece J. H. Charlesworth, Jesus within Judaism. New Light from Exciting Nazareth. Botschaft und Geschichte, Freiburg, 1990, falta toda referencia él
Archaeological Discoveries, New York, 1988, pp. 103-130. Sanders, 1,0 que bien podría deberse a la barrera lingüística_
36. Cf. F. F. Bruce, The Hard Sayings of Jesus, Illinois, 1983. 43. Cf. J. Maler, «Gewundene Wege der Rezeption. Zur neuerenjüdischen Je-
37. Cf. E. P. Sanders, Jesus and Judaism, Philadelphia, 1985. s~sforschung»: Herder-Korrespondenz 30 (1976) pp. 313-31~. «Junto al ha·
38. Cf. G. Cornfe1d (ed.), The Historical Jesus. A Scholarly View of the Man and rIzonte de. espera de los respectivos círculos cristianos, que Jarten de que la
his World, New York, 1982. ascendencla Judía garantiza una visión profunda y sustituye alaerudíción ju·
39. Cf. D. Flusser, Jesus in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, Reinbek, daística, también los motivos político-psicológicos juegan un papel. Evi·
1968; Id., Last Days of Jesus in Jerusalem - A Current Study of the Easter dentemente, las sombras del pasado ponen trabas a una valoración y reac·
Week, Tel Aviv, 1980; Id., Entdeckungen im Nellen Testament, vol. 1: Je- ción normales, empujan al aplauso demostrado en un simultáneo malestal
susworte und ihre Überlieferung, ed. por M. Majer, Neukirchen, 1987; Id., objetivo y reprimen la protesta» (p. 318).
Judaism and the Origins of Christianity, Jerusalem, 1988; Id. Das Chris- 44. No pretendo confirmar así la línea de interpretación clásicédalemana) que
tentum - eine ¡üdische Religion, München, 1990. pasa por Albert Schweitzer - Bultmann - Kiisemann - Fuchl-Bornkamm -
40. Cf. G. Vermes, The Cospel of Jesus the Jew. The Riddell Memorial Lectures, Kümmel - Eduard Schweizer y que yo seguí para mi presentación de Jesús en
Newcastle, 1981. Ser cristiano. Se trata de aclarar los hechos objetivos qU( veo recogido~
41. Ejemplo representativo de esta corriente, aunque n() ha sido discutido aún a tanto en los mencionados exegetas alemanes como en los aqlosajones. ASÍ,
fondo, es E. P. Sanders, Jesu5 and ]udaism, Philadelphia, 1985. Sin duda, ll:n perfecto conocedor del judaísmo antiguo como J. H. Ch21lesworth, con-
este libro ha resultado liberador para muchos exegetas anglosajones que per- SIdera que el argumento principal de Sanders de que Jesús ellUVO en el cua-
manecían atrapados en los esquemas protestantes tradicionales, pero se dro general de una escatología de la restauración judía el «exagerado Ji
pasa a la otra corriente. La crítica detallada es trabajo de los exegetas, pero acarrea numerosos problemas». Charlesworth también rechaza con decisión
no puedo por menos de apuntar algunas objeciones de fondo. la suposición de un único tipo de judaísmo normativo (<<nomismo de la
«Lo que (Jesús) reclamaba para sí era sinónimo de la dignidad regia», opina Alianza») (d. la recensión en Journal of the American Acadlmy of Religion
Sanders, aunque tiene que admitir a continuación que «el único testimonio 55 [1987] pp. 622-624). Charlesworth está en lo cierto: «Jeúsestaba eno-
directo a favor de tal pretensión ... es el gesto simbólico de la entrada en Je- jado a causa de las rígidas normas sobre pureza y segregacióJvigentes en Je-
rusalén montado en un asno» y que «algunos apuntan objeciones muy ra- rusalén. Las acciones de Jesús en el Templo encajarían perfeaamente en la

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NOTAS
NOTAS

que él pretendía denunciar: que el Templo había sido profanado por los co- cristiano (1974). Para el diálogo judeo-cristiano desde los orígenes históricos,
rruptos y aristocráticos sacerdotes encagados de los sa~rificios y que ~ebía cf. L. Boadt y otros (eds.), Biblical Studies. Meeting Ground of jews and
ser purificado» (Charlesworth recuerda a Sanders recIentes excavacIOnes Christians, New York, 1980. H. Flothkotter - B. Nacke (eds.), Das Juden-
israelíes en Jerusalén, recipientes de piedra que apuntan a las normas de pu- tum - eine Wurzel des Christlichen. Neue Perspektiven des Miteinanders,
rificación estrictas en el marco del Templo). Würzburg, 1990.
45. Cf. D. Flusser, Das Christentum - eine jüdische Religion, München, 1990.
46. El monje católico B. J. Lee, The Galilean Jewishness of Jesus. Retrieving the fe-
wish Origins of Christianity, vol. 1, New York, 1988, pretende rastrear el JU- B 11. ¿Quién fue jesús?
daísmo sobre la base histórica de los orígenes galileos de Jesús; empresa me-
ritoria y legítima. Al final del primer volumen expresa con toda claridad el 1. Cf. D. Flusser, arto «Christianity», en Contemporary Jewish Religious
interés que le guía: «Como cristiano, tengo que reflexionar sobre mi propia Thought. Bibliografía reciente sobre el Jesús histórico y sobre la cristología
identidad judía». Dice que inicialmente esto es «una pérdida», pero que, para neotestamentaria: G. Bornkamm, jesús de Nazaret, Salamanca, 31982. O.
él «como buen cristiano judío», termina siendo «una ganancia» (p. 140). Cullmann, Die Christologie des NT, Tübingen, 1957. N. Perrin, Redisco-
¿Acaso bastantes judíos no percibirán tal identidad judía como una amistad vering the Teaching of jesus, New York, 1967. E. Schweizer,Jesus Christus
excesiva? El autor continúa: «Aquí, somos, pues, nosotros, los americanos del in vielfaltigen Zeugnissen des NT, Gütersloh, 1968,51976. H. Braun, Jesús,
siglo XX ... , los que interpretamos más la importancia de Jesús de Nazaret. el hombre de Nazaret y su tiempo, Salamanca, 1975. C. H.Dodd, El fun-
Aunque permanecemos ligados al evento que interpretamos, nuestra cons- dador del cristianismo, Barcelona, 51984. J. Gnilka, jes#s na eh frühen
trucción libre es un elemento esencial» (ibid.). No es de extrañar que Lee, con Zeugnissen des Glaubens, München, 1970; Id., Zur Christologie des NT, en
su «construcción libre», se una plenamente a E. P. Sanders (cf. pp. 141-144). W. Kasper (ed.), Christologische Schwerpunkte, Düsseldod, 1980, pp. 79-
47. J. Klausner, op. cit., p. 513. 91. F. Hahn, Christologische Hoheitstitel. Ihre Geschichte il1lfrühen Chris-
48. Cf. K. Barth, Die Kirch/iche Dogmatik, vol. 1/1, Zollikon- Zürich, 1932, § 9- tentum, G6ttingen, 1974. C. F. D. Moule, The Origin of Chr~tology, Cam-
12; cf. en vol. 1/2, § 13-15: «Die Fleischwerdung des Wortes». Naturalmen- bridge, 1977. J. D. G. Dunn, Christology in the Making. A lJew Testament
te, esto no excluye que en la cristología desarrollada por Barth (vol. IV~1-4: Inquiry into the Origins of the Doctrine of the Incarnatio11, Philadelphia,
doctrina de la reconciliación) se contenga un material valioso para el dIálo- 1980. C. Feneberg - W. Feneberg, Das Leben jesu im Evange/ium, Freiburg,
go judea-cristiano. 1980. J. Riches, jesus and the Transformation of judaism, London, 1980. G.
49. K. J. Kuschel, Geboren vor al/er Zeit? Der Streit um Christi Ursprung, O'Collins, Interpreting jesus, London, 1983. P. Pokorny, DieEntstehung der
München 1990, sobre todo en el epílogo, muestra cómo se puede hablar Christologie. Voraussetzungen einer Theologie des Neuen Testaments, Ber-
hoy en el diálogo judeo-cristiano sobre el difícil problema de la preexistencia lin, 1984. E. P. Sanders, jesus and judaism, Philadelphia, BiS. L. Swidler,
de Cristo. Yeshua: A Model for Moderns, Kansas, 1988.
50. J. Moltmann, Der Weg jesu Christi. Christologie in messianischen Dimen- Ofrecen una visión panorámica de la investigación H. J. Lerf)y,Jesus. Über-
sionen, München, 1989, p. 19. lieferung und Deutung, Darmstadt, 1978, pp. 1-48, Y W. G. Kümmel, Drei-
51. Ibid. ssig Jahre Jesusforschung (1950-1980), K6nigstein, 1985; también F. Muss-
52. Ibid., pp. 45-55. ner, Rückfrage nach jesus. Bericht über neue Wege und Methoden, en
53. Ibid., p. 72. Theologische Beriehte, vol. XIII (Methoden der Evangeliene.lIgese), ed. por
54. Ibid. Cf. Id., Trinidad y reino de Dios, Salamanca, 1983. J. Pfarnmatter - F. Furger, Zürich, 1985, pp. 165-182.
55. Id., Der Weg Jesu Christi, p. 91. 2. J. KIausner, jesus of Nazareth. His Life, Times and Teachmg (originaria-
56. F. W. Marquardt, Das ehristliche Bekenntnis zu Jesus, dem juden. Eine mente en hebreo, 1922; inglés en 1925; alemán: jesus von lI.azareth. Seine
Christologie, vol. 1, München, 1990. El vol. II, aparecido en 1991, tampoco Zeit, sein Leben und seine Lehre, Berlin, 31952, p. 299).
aborda de lleno estos aspectos. Lo más meritorio <le la cristología de Mar- 3. Cf. R. Eisler, jesous basileus ou basileusas. Die messianische Unabhangig-
quardt es el intento decidido de situarla en el contex:to del pueblo de Israel. keitsbewegung vom Auftreten Johannes des Taufers bis zumUntergang ja-
El autor rechaza que tal enfoque desvíe del «credo cristiano». Responde a tal kobs des Gerechten nach der neuerschlossenen Eroberung vonJerusalen des
objeción diciendo «lo mucho que hay que estar agradecidos al Dios de Israel Flavius Josephus und den christlichen Quellen, vols. 1-11, HeideJrerg, 1929-30.
de poder confesarse cristiano y buscar razones para ello» (vol. 11, p. 445). Para el proceso de Jesús, en esta línea, P. Winter, On the Trit;/of jesus, Ber-
57. Cf. P. M. van Buren, A Theology of the jewish-Chústian Reality, vols. I-III, lin, 1961,21974. W. Fricke, Standrechtlich gekreuzigt. Pers~nund Prozess
New York, 1980-198&. Cada volumen tiene un título específico: vol. 1: des jesus aus Galilaa, Reinbek, 1988; ingl.: The Court-Marlial of Jesus. A
Discerning the Way; vol. 11: A Christian Theology of the People Israel; Christian Defends the Jews against the Charge of Deicide, NewYork, 1990.
vol. III: Christ in Contexto El teólogo católico L. Volken, jesus der jude und 4. Cf. J. Carmichael, The Death of jesus, New York, 1962, 219il.
das jüdische im Christentum, Düsseldorf, 1983, trata de aproximarse al 5. S. G. F. Brandon, jesus and the Zealots, Manchester, 1967; U,The Trialof
«Cristo de Calcedonia» desde el «Jesús judío». Jesus of Nazareth, London, 1968.
58. Para las siguientes secciones de una cristología desde el contexto judío, d. H. 6. Cf. P. Lapide, Der Ri:lbbi von Nazaret. Wandlungen des jüd';i¡en Jesusbil-
Küng SC 1Il. E. B. Borowitz, Contemporary Christologies. A Jewish Res- des, Trier, 1974: «revolucionario mesiánico» (p. 38); a la vista&l fracaso, se
pons;, N;w York, 1980, no toma postura respectCJ de la cristología de Ser habría producido en Jesús una «inflexión clara hacia la militlficia» (p. 34),

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NOTAS
NOTAS

para «apoderarse del Templo» (p. 39). P. Lapide suavizó estas expresiones 21. Cf. Mt 5,17.
22. P. Lapide, Die Bergpredigt - Utopie oder Programm, Mainz, 1982.
después de las clases dialogales que mantuvo conmigo en la universidad de
Tubinga, en el semestre de verano de 1989 sobre el tema «Cristianos y judíos 23. F. Mussner, Traktat, p. 281.
24. F. Mussner remite a gEx 84 s.; jBer IX,7; jPeah VIII,8; jHagII,7; ¡Sot III 4.
hoy. Introducción al diálogo». Cf. Id., Jesus - ein gekreuzigter Pharisiier?,
25. Tratado talmúdico bSota 22 b (traducción e interpretación de F. Mussn~r),
Gütersloh, 1990: Jesús es aquí «un triple rebelde de la no violencia» (p. 120;
d. pp. 109-121). 26. Mt 23,4.
7. Cf. Lc 22,25-38. 27. Cf. Lc 18,9-14.
8. Cf. Lc 22,51. 28. Lc 18,13.
9. Mt 26,52. 29. C. Thoma, «Spiritualitiit der Pharisaer», p. 118.
10. Cf. Mc 11,15-19. Cf. G. Theissen, Die Tempelweissagung Jesu. Prophetie im 30. Encontramos cantidad de detalles interesantes sobre todas estas cuestiones
Spannungsfeld van Stadt und Land, en Id., Estudios de sociología del cris- discutidas en los comentarios, a veces de varios volúmenes, escritos por re-
tianismo primitivo, Salamanca, 1985, pp. 142-159 (ed. al.). nombrados exegetas sobre los evangelios sinópticos. Yo he utilizado los
11. Sobre todo E. P. Sanders ha hablado atinadamente (d. pp. 61-76) de este comentarios sobre Marcos de J. Gnilka, W. H. Kelber, R. Pesch W,
tema (Templo) en la condena; d. Mc 13,ls; 14,58s; 15,29; Mt 27,39 s.; Jn Schmithals; para Mateo, los de J. Gnilka, U. Luz; para Lucas, los de F,
2,18-22. Pero todos los evangelios, Pablo y Hechos de los Apóstoles mues- Bovon, J. A. Fitzmyer, G. Schneider, H. Schürmann.
tran longe lateque que un segundo tema conduce al conflicto a vida o muer- A decir verdad, como teólogo, uno se encuentra a veces perplejo ante la in-
te (d. ya Mc 3,6 etc.): el de la Ley. Cf. también el testimonio de la acusación seguridad en puntos concretos y ante la afición a las hipcítesis. Hay que
de Esteban (Hch 6,13 s.): «Este individuo no para de hablar contra el lugar tomar muy en serio las advertencias que el exegeta de Berna U. Luz, «Mar-
santo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este kusforschung in der Sackgasse?»: Theologische Literaturzeitung 105 (1980)
lugar y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés». pp. 641-655, extrae de la comparación de tres recientes cornentarios sobre
12. Mc 12,17. Marcos:
13. Cf. W. Vogler, ]üdische ]esusinterpretationen in cbristlicher Sicht, Weimar, 1. «La afi~ión,~ formular ~i~óte~is debe tener un límite ... Si pensamos que
1988, p. 48. una combmaclOn de tres hlpotesls, cada una de ellas con una probabilidad
14. H. J. Schoeps, ]esus, en Id., Gottheit und Menschheit. Die grossen Reli- de un cincuenta por ciento, da para el producto final, la hipótesis de tercer
gionsstifter und ihre Lehren, Darmstadt, 1954, p. 56. grado, sólo una probabilidad ligeramente superior a los diez puntos debe-
15. Cf. A. Schweitzer, Von Reimarus zu Wrede. Eine Geschichte der Leben-]esu- ríamos ser cautos y decir con mayor frecuencia y claridad 10 poco qu~ sabe-
Forschung, Tübingen, 1906. mos realmente».
16. Para los fariseos, d. -junto a los diversos artículos de los léxicos, a las obras 2. «Un mayor escepticismo sobre la consistencia de reconstrucciones histó-
sobre la historia contemporánea del Nuevo Testamento y los comentarios bí- r~co-trad~c~onales hace imprescindible el intento de una metodología histó-
blicos a los evangelios sinópticos ya las cartas de Pablo- entre la abundante nco-.tradlcl~n~1 que nos lleve un paso más allá de los inevitables juicios de
bibliografía judía, sobre todo, l. Abrahams, Studies in Pharisaism and the medIda subJetIvos sobre 10 que es armonioso o tenso, contradictorio o co-
Gospels, Cambridge, 1917. L. Finkelstein, The Pharisees. The Sociological herente, y permita al menos una comunicabilidad de hipótesis histórico-
Background of their Faith, vols. I-Il, Philadelphia, 1946. J. Neusner, The tradicionales» .
Rabbinic Traditions about the Pharisees befare 70, vols. I-IlI, Leiden, 1971. 3. «En la jungla histórico-tradicional de la investigación actual Son impor-
Representantes del «proceso cristiano de transapreudizaje respecto de los fa- ta~tes do~ ~ostulados,»: «el postulado de la simplicidad» y e1de la «conti-
riseos» (F. Mussner), son, por ejemplo, F. Mussner, Traktat über die luden, nutdad hlstonC(~-t~a~lclOnal»: «A 1!riori, es más probable que se siga con-
München, 1979; Id., Die Kraft der Wurzel. ]udentum - ]esus - Kirche, Frei- tando un dato hlstonco que que se mvente un dato histórico-Es mucho más
burg, 1987. F. Dexinger, C. Thoma, R. Mayer, «Die Pharisiier»: Bibel und probable q~e existieran historias de Jesús desde un principiClque el que un
Kirche 35 (1980) pp, 113-129. hombre las I~ve,ntara después del año setenta» (pp. 653 s.).
17. Los Obispos Alemanes, Declaración sobre la relación de la Iglesia con el ju- 31. ?i'2~a panoramIca en W. Vogler, jüdische ]esusinterpretationen, pp. 107-
daísmo, del 28 de abril de 1980, en Die Kirchen und das judentum. Doku-
mente von 1945-1985, ed. por R. Rendtorff y H. H. Henrix, Paderborn 32. H. J. Schoeps, jesus und das ¡üdische-Gesetz, in seinen StuJien Zur unbe-
1988 (= Reudtorff-Henrix), p. 276. ' kannten Religions- und Geistesgeschichte G6ttingen 1963 pp,41-61 cit
18. Ex 19,6. pp, 46 s. ' " ,.
19. Cf. C. Thoma, Der Pharisiiismus, en J. Maier - J. Schreiner (eds.), Literatur 33. Mt 5,18 s.
und Religion des Fruhjudentums, Würzburg, 1973, pp. 254-272; Id., «Spi- 34. Mc2,7.
ritualitiit der Pharisaer»: Bibel und Kirche 35 (1980) pp. 117-122. J. Gnilka, 35. Mt 12,41; Lc 11,32.
Das Evangelium nach. Markus, vol. 1, Zürich, 1978, pp, 107-109. 36. Mt 12,42; Lc 11,31.
20. Cf., por ejemplo, recientemente, el sociólogo canadiense I. M. Zeidin, ]esus 37.A la pregunt,a de si «además de Jesús fue crucificado algún otro fariseo libe-
and the Judaism of His Time, Oxford, 1988, espeóalmente pp. 73-84, donde ra!», r, Lapide, ]esu~ - em gekreuzigter Pharisiier? Güterslo~ 1990 cree
Mateo es preferido a Marcos, más radical, y representaría no el punto de vista poder. responder lo siguiente: «Sólo en tiempos del p;ocuradolPilatos f~eron
de Jesús, sino el de comunidades pagano-cristianas posteriores. cruCIficados por los romanos miles de fariseos, liberales, menos liberales y

650 651
NOTAS NOTAS

también zelotas» (p. 25). A esto, sólo puedo responder lo que ya señalé en 215. Cf. también. para esto la miscelánea editada por P. Hoffmann, Zur neu-
nuestra clase dialogal: que esramos aquí ante una confusión y una extrapo- testamentlzchen Uberlieferung van der Auferstehung Jesu, Darmstadt, 1988.
lación. Cifras verificables: el rey y sumo sacerdote judío Alejandro Janeo 2. Cf. Rom 4,24; 8,11; 2 Cor 4,14; Gál 1,1; Hch 13,33.
-unos cien años antes de Cristo-- hizo crucificar a 800 fariseos levantiscos; 3. Cf; Rom ~0,9; 1 Cor 6,14; 15,15; Hch 2,32; 13,34.
otros 8.000 huyeron (Flavio Josefo, De bello judaico 1,96-103/ Antiquitates 4. ASI la sencilla, tal vez proveniente de la primitiva comunidad jerosolimitana, «to-
XIII, 380-383, el dato más antiguo a favor de que un príncipe judío ejecutó el mada» por Pablo entre los años 35 y 45 Y «transInÍtida» a los corintios escueta
castigo de la crucifixión en conciudadanos suyos). Más tarde, 6.000 fariseos confesión de fe de 1 Cor 15,5-8 (d. Gáll,16; 1 Tes 4,14) ce que el Resucitado
que -después de una intriga aventurera en los primeros años de reinado de due visto» (forma pasiva griega: ophte), «fue hecho visible» (por Dios), «se dejó
Herodes 1, antes del nacimiento de Cristo-- se negaron a prestar el juramen- ver», «apareció», «se reveló» (y muchos testigos estaban aún vivos).
to de lealtad al emperador romano y a su rey no fueron castigados con la 5. A. A. Cohen, «Resurrection of the Dead», en Contemporary Jewish Reli-
pena de muerte, sino con una multa. Herodes sólo mandó ejecutar a algunos gious Thought, pp. 807-813, cit. p. 807.
cabecillas y a algún conspirador de su propia familia (Antiquitates XVII, 41- 6. Análisis .~xhaustivo de esta «Experiencia pascuah> y del «Mensaje pascual»
45). Finalmente, en tiempos del legado Publius Quinctilius Varus, de seis a en H. Kung, SC, III,V: «La nueva vida».
cuatro años antes de Cristo, fueron crucificados 2.000 levantiscos judíos 7. Cf. Flavius .Philostratos, Das Leben des Apollonius von Tyana, VIII,31.
(De bello judaico 11, 75), pero no se habla de fariseos en ese contexto. De 8. Cf. P. LapIde, Auferstehung. Ein jüdisches Glaubenserlebnis, Stuttgart
Poncio Pilatos sabemos que perdonó la vida a judíos que protestaron en Ce- 1977. '
sarea por la presencia de las insignias romanas en Jerusalén; y que sólo en 9. A. L. Eck:hardt - A. R. Eck:hardt, Long Night's Journey itlto Day. A Revised
casos extraordinarios -los galileos de Le 13,1 asesinados en el altar- mandó Retrospective on the Holocaust, Detroit, 1982, p. 139.
matar. 10. Flp 2,8 s.
38. Cf. Mc 14,43. 11. H. Küng, SC, m,V,l: «El comienzo» (aquí: ¿Leyendas? Nacimiento de la fe).
39. Cf. Jn 18,12. 12. Para las co~cepciones del Mesías en el judaísmo, d. J. Neusner y otros
40. Cf. A. Strobel, Die Stunde der Wahrheit. Untersuchungen zum Strafverfah- (eds.), Judmsm and Their Messiahs at the Turn of the Oristian Era Cam-
ren gegen Jesus, Tübingen, 1980. bridge, 1987. '
41. Cf. J. Blinzler, Der Proz;ess Jesu. Das jüdische und das romische Gerichts- 13. El arriba citado A. A. Cohen, The Myth of the Judea-Christian Tradition
verfahren gegen Jesus Christus auf Grund der altesten Zeugnisse dargestellt and Other Dissenting Essays, New York, 1971 tiene lazón cuando a la
und beurteilt, Regensburg, 31960. vista de la pluri~ecular enemistad respecto de la <:tradiciónjudeo-cristi~na»,
42. A. Strobel, op. cit., p. 139. habla de un «mIto». Resulta esperanzador que, basándose en las positivas úl-
43. Cf. Y. Yadin (ed.), Megillat Hamikdasch, vols. 1-I1I,Jerusalem, 1977. timas décadas, se decante por un «judeo-christian hU11lanism» (pp. 189-
44.Cf. O. Betz, Jesus der Messias Israels. Aufsatze zur biblischen Theologie, 223). Para mí, éste tiene una base precisamente en la originaria comunión de
ed. por M. Hengel, vol. 1, Tübingen, 1987, pp. 59-74. judíos y cristianos.
45.Para las diversas cuestiones sobre procedimiento, d. K. Kertelge (ed.), Der 14. Cf. Hch 15,1; Gá15,2 s.
Prozess gegen Jesus. Historische Rückfrage und theologische Deutung, Frei- 15. Cf. Mt 24,20.
burg, 1988 (especialmente los trabajos de J. Gnilka ,K. Müller). 16. Cf. Col 2,16.
46.A. Strobel, op. cit., pp. 116 s. Cf. también J. Gnilka, Jesus von Naz;aret. 17. Cf. GáI2,12 s.; Hch 21,20-26.
Batschaft und Geschichte, Freiburg, 1990, pp. 291-318. 18. Cf. Mt 5,23; Hch 2,46; 3,1.
47.Declaración conciliar sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no 19. Cf. J. H. Charlesworth, «A Prolegomenon to a New S1Udy of the Jewish
cristianas Nostra aetaten. 4, en Documentos del Vaticano 1I, Madrid, 1972, Background of the Hymms and Prayers in the New Test~ment»: Journal of
pp. 615-617. Jewish Studies 23 (1982) nn. 1-2, pp. 265-285.

B III. ¿Fe en Jesús como el Mesías? B IV. La historia de un distanciamiento

1. Para la problemática de la resurrección, d., junto a los libros sobre Jesús y 1. Cf. H. Koster, Einführung in das Neue Testament im 'l.Pbmen der Reli-
cristologías señaladas en el capítulo precedente, los trabajos de H. Mer- gionsgeschichte und Kulturgeschichte der hellenistischCli und romischen
klein, «Die Auferweckung Jesu und die Anfange derChristologíe»: Zeitsch- Zeit, Berlín, 1980, p. 520.
rift für neutestamentlicbe Wissenschaft 72 (1981) pp. 1-26, Y H. W. Bartsch, 2. R. Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, Salama~ca, 1981, p. 45.
Inhalt und Funktion des urchristlichen OstergJaubens, con bibliografía sobre (ed. al.).
el tema «Resurrección de Jesús» 1862-1959 (selección) y 1960-1974 por H. 3. Cf. para esto, en cuanto a la historia de la investigaciónH. R. Balz, Me-
Rumpelts, así como 1975-1980 por T. Pala, en Aufstieg und Niedergang der thodlsehe Probleme der neutestamentlichen Christologie, leukirchen, 1976.
romischen Welt, ed. por W. Haase, vol. 25.1, Berlin, 1982, pp. 794-890. Un 4. Cf. M. Hengel, Judentum und Hellenismus. Studien z1-iihrer Begegnung
análisis sucinto del estado actual de los estudios bíblicos ofrece P. Hoffmann, unter bes. Berücksichtigung Palas tinas bis zur Mitte des l.Jahrhunderts V.
arto «Auferweckung Jesll», en "Neues Bibel-Lexikon, Zürich, 1989, pp. 202- Ch., Tübingen, 1969.

652 653
NOTAS NOTAS

5. Para la historia del cristianismo primitivo, cf. H. Conzelmann, Geschichte todo, a los «escribas y fariseos». Cf. para toda esta temática, H. J. Becker,
des Urchristentums, Gottingen, 21971. H. Koster - J. M. Robinson, Ent- Auf der Kathedra des Mose. Rabbinisch-theologisches Denken und anti-
wicklungslinien durch die Welt des frühen Christentums, Tübingen, 1971. P. rabbinische Polemik in Mt 23,1-12, Berlin, 1990.
Vielhauer, Geschichte der urchristlichen Literatur, Berlin, 1975. H. M. 24. Especialmente claro en el evangelio de Juan.
Schenke - K. M. Fischer, Einleitung in die Schriften des NT, vols. I-H, Gü- 25. Mt 27,25. Para la historia de la recepción de este dicho, cf. R. Kampling,
tersloh, 1978-1979. G. Dautzenberg - H. Merklein - K. Müller (eds.), Zur Das Blut Christi und die juden. Mt 27,25 bei den lateinischsprachigen
Geschichte des Urchristentums, Freiburg, 1979. H. Goldstein (Hrsg.), Go- christlichen Autoren bis zu Leo dem Grossen, Münster, 1984.
ttesverachter und Menschenfeinde? juden zwischen jesus und frühchristlicher 26. Cf. Hch 7,2-53.
Kirche, Düsseldorf, 1979. M. Hengel, Zur urchristlichen Geschichtsschrei- 27. Cf. Hch 7,59.
bung, Stuttgart, 1979. H. Koster, Einführung in das Neue Testament. H. 28. Hch 8,3.
Kraft, Die Entsthehung des Christentums, Darmstadt, 1981. W. Schneemel- 29. Flp 3,5 S.
cher, Das Urchristentum, Stuttgart, 1981. W. Grundmann, Die frühe 30. Gál 1,13 S.
Christenheit und ihre Schriften, Stuttgart, 1983. N. A. Beck, Mature Chris- 31. Ibid.
tology. The Recognition and Repudiation of Anti-jewish Polemic of the 32. Cf. 1 Cor 1,17-31; GáI3,1-14.
New Testament, London, 1985. K. M. Fischer, Das Urchristentum, Berlin, 33. Cf. H. Küng, SC, III,V,l: «Nacimiento de la fe».
1985. H. Jansen, Christelijke Theologie na Auschwitz, Parte 2: Nieuwtesta- 34. Cf. 1 Cor 9,1; 15,8-10; Gá11,15 s.; Flp 3,4-11. Sobre esto,}. Blank, Paulus
mentische wortels van het antisemitisme, vol. 1, Den Haag, 1985. A. F. und fesus. Eine theologische Grundlegung, München, 1%8, C. 4: El llama-
Segal, Rebecca's Children. judaism and Christianity in the Roman World, miento de Pablo como fundamento revelador de su relación con Cristo, de su
Cambridge/Mass., 1986. J. Becker y otros, Die Anfiínge des Christentums. apostolado y de su teología.
Alte Welt und neue Hoffnung, Stuttgart, 1987. J. Neusner, judentum in 35. 2 Cor 11,23-26.
frühchristlicher Zeit, Stuttgart, 1988. L. Schenke, Die Urgemeinde. Ge- 36. Cf. Jn 14,6.
schichtliche und theologische Entwicklung, Stuttgart, 1990. D. Stegmann,jü- 37. Jn 6,35; cf. Jn 6,22-59.
dische Wurzeln des Christentums. Grundstrukturen des alttestamentlichen 38. Jn 5,18.
und nachtestamentlichen Glaubens bis zur Zeit jesu, Essen, 1990. 39. Jn 10,33.
6. Cf. Hch 6,1. 40. Compendia la investigación más reciente K. J. Kuschel, Geboren vor alleT
7. Cf. M. Hengel, Christologie und neutestamentliche Chronologie. Zu einer Zeit? Der Streit um Christi Ursprung, München, 1990.
Aporie in der Geschichte des Urchristentums, en Neues Testament und 41. Texto proveniente de la antigua Geniza de El Caico publicad()por S. Schechter,
Geschichte. Festschrift Oskar Cullmann zum 70. Geburstag, ed. por H. cit. según P. Schafer, Studien zur Geschichte und Theologiedes rabbinischen
Baltensweiler y B. Reicke, Zürich, 1972, pp. 43-67. Id., «Zwischen Jesus und judentums, Leiden, 1978, p. 48.
Paulus. Die "Hellenisten", die "Sieben" und Stephanus (Apg 6,1-15; 7,54- 42. Ibid., p. 51.
8,3)>>: ZThK 72 (1975) pp. 151-206. 43. 1. Elbogen, Der jüdische Gottesdienst in seiner geschichtliden Entwicklung,
8. Cf. Hch 6,11-14. Frankfurt, 31931, p. 36.
9. Cf. Hch 6,12. 44. Para el conjunto, cf. K. Wengst, Bedrangte Gemeinde und verherrlichter
10. Cf. Hch 7,54-60. Christus. Der historische art des johannes- Evangeliums dSchlüssel zu sei-
11. Cf. Hch 8,1. ner Interpretation, Neukirchen, 1981. R. Brown, The Community of the Be-
12. Hch 11,19 S. loved Disciple. The Life, Loves and Hates of an IndividualChurch in New
13. M. Hengel, Zur urchristlichen Geschichtsschreibun8, p. 65. Testament Times, New York, 1979.
14. K. Loning, en J. Becker y otros, Die Anfange des Christentums, p. 83. 45. Jn 9,22.
15. Hch 11,19. 46. Jn 12,42.
16. Hch 11,20. 47. Jn 19,38.
17. Cf. R. E. Brown - J. P. Meier, Antioch and Rome. New Testament Cradles 48. «Supersessionism» y satanización de las otras religiones seQatambién en la
of Catholic Christianity, New York, 1983. Biblia hebrea, en el trato con cananeos, edomitas y amalecila~. Ha trabajado
18. M. Hengel, Zwischenjesus und Paulus, p. 198. este aspecto el experto en la religión judía J. D. Reveolon, «Is There a
19. Ibid., p. 199. Counterpart in the Hebrew Bible to New Testament Antise:rnitism?»: Journai
20. R. Ruether, Faith and Fatricide. The Theological Roots of Anti-Semitism, o{ Ecumenical Studies 22 (1985) pp. 242-260.
New York, 1974, p. 62. Por lo demás, la teóloga cristiana, en su afán de eli-
minar radicalmente el antisemitismo cristiano, tiene un punto de vista de-
masiado unilateral desde la posición de la sinagoga; d. el C. 2 sobre el NT. B V. Un primer cambio de paradigma cristiano: del cristianis~noiudío al gentil
21. Especialmente malas las denuncias recogidas por M~teo en el capítulo 23.
22. Cf. Mt 12,39; 16,4. 1. Para la investigación sobre Pablo, cf. los antiguos e importantes trabajos de
23. Mientras que el evangelio más antiguo utiliza una sola vez el término hypo- R. Bultmann, K. Holl, H. Lietzmann, A. Oepke, R. Reitze~tein, A. Schlat-
krites (<<farsantes») (Me 7,6), aparece 13 veces en Mateo, aplicada, sobre ter, A. Schweitzer, recopilados por K. H. Rengstorf, Das laulusbild in der

654 655
NOTAS NOTAS

neueren deutschen Forschung, Darmstadt, 1964. Para orientarse sobre la 7. Ibid., p. XIII.
prácticamente inabarcable situación de la investigación, d. los informes 8. Cf. para esto e! estudio de W. Thüsing, Per Christum in Deum. Studien Zum
sobre la investigación: B. Rigaux, Sto Paul et ses lettres. État de la question, Verhiiltnis von Christozentrik und Theozentrik in den paulinischen Haupt_
Paris, 1962. H. Hübner, Paulusforschung seit 1945. Ein kritischer Litera- briefen, Münster, 1965.
turbericht, en Aufstieg und Niedergang der Romischen Welt. Ceschichte und 9. 1 Cor 15,28.
Kultur Roms im Spiegel der neueren Forschung, ed. por W. Haase y H. Tem- 10. La legitimación de las comunidades cristiano-gentiles libres de la Leyes
porini, vol. II. 25.4, Berlin, 1987, pp. 2649-2840 (aquí hay también trabajos como se reconoce generalmente en la exégesis, el trasfondo sociológico de I~
detallados sobre el estado actual de la interpretación de cada una de las car- crítica paulina de la Ley. F. Watson, op. cit., trata además de demostrar--en
tas paulinas). O. Merk, «Paulus-Forschung 1936-1985»: Theologische mi opinión, de forma nada convincente (d., por ejemplo, la colecta para la
Rundschau 53 (1988) pp. 1-81. Para la introducción a la persona y obra del comunidad de Jerusalén)- que Pablo mantiene una actitud básica sectaria
apóstol Pablo, d., junto a las introducciones al Nuevo Testamento, entre los G. Lüdemann, Paulus, der Heidenapostel, vol. II: Antipaulinismus im frühe~
trabajos críticos modernos, especialmente M. Dibelius, Paulus, 2 a ed. edita- Christentum, Gottingen, 1983, muestra cuán fuerte fue la ()posición Contra
da por G. Kümme!, Berlin, 1956. P. Seidensticker, Paulus, der verfolgte Pablo en las comunidades judeo-cristianas antes y después del año setenta.
Apostel Jesu Christi, Stuttgart, 1965. G. Bornkamm, Pablo, Salamanca, 11. P. Lapide, «Missionar ohne Beispiel. Paulus - Rabbi, Ketzer und Aposteh>, en
31987. E. Kasemann, Paulinische Perspektiven, Tübingen, 1969. O. Kuss, Süddeutsche Zeitung del 6, 7 y 8 de junio de 1987.
Paulus. Die Rolle des Apostels in der theologischen Entwicklung der Urkir- 12. Podrían aducirse al menos 20 pasajes de las cartas auténticas de Pablo en los
che, Regensburg, 1971. K. Stendahl, Der Jude Paulus und wir Heiden. An- que éste se apoya claramente en la tradición evangélica de Jesús.
fragen an das abendlandische Christentum, München, 1976. F. F. Bruce, 13. Cf. 1 Cor 1,18.
Paul, Apostle of the Free Spirit, Exeter, 1977. E. P. Sanders, Paul and Pa- 14. Cf.la carta a los Gálatas.
lestinian Judaism, Philadelphia, 1977. Id., Paul, the Law, and the Jewish 15. Cf. ambas cartas a los Corintios.
People, Philade!phia, 1983. Id., Paul, Oxford, 1991. J. C. Beker, Paul the 16. Cf. 1 Cor 3,11.
Apostle. The Triumph of Cod in Life and Thought, Edinburgh, 1980. K. H. 17. Flp 2,21: «Todos sin excepción buscan su interés, no e! de Jesús Mesías». Cf.
Schelkle, Paulus. Leben - Briefe - Theologie, Darmstadt, 1981. G. Lüde- 1 Cor 7,32-34: «Los asuntos del Señor».
mann, Paulus und das Judentum, vols. I-II, München, 1983. W. A. Meeks, 18. E. Kasemann, «Wo sich die Wege trennen», en Deutsches Aligemeines Sonn-
Los primeros cristianos urbanos. El mundo social del apóstol Pablo, Sala- tagsblatt de! 13 de abril de 1990.
manca, 1987. H. Raisanen, Paul and the Law, Tübingen, 1983. G. Theissen, 19. 2 Sm 7,14.
Psychologische Aspekte paulinischer Theologie, Gottingen, 1983. F. Watson, 20. J. Neusner --con alusiones a la evolución producida en Pablo yen la joven
Paul, Judaism and the Gentiles. A Sociological Approach, Cambridge, 1986. cristiandad- ha demostrado, en lo referente a los períodos 70-300 y 300-
J. Becker, Paulus. Der Apostel der Volker, Tübingen, 1989. 600 d.C., que el concepto Israel cambió no sólo en el cristianismo, sino tam-
2. Sobre Pablo desde la visión judía y en el diálogo judeo-cristiano, d. S. bién en el judaísmo, junto con las correspondientes mutaciones de estas re-
Sandmel, The Genius o{ Paul. A Study in History, New York, 1958. H. J. ligiones: Judaism and its social metaphors. Israel in the history of Jewish
Schoeps, Pau/us. Die Tbeologie des Apostels Paulus im Lichte der jüdischen thought, Cambridge, 1989.
Religionsgescbicbte, Tübingen, 1959. S. Ben-Chorin, Pau/us. Der Volke- 21. Para esta evolución, cf. L. H. Schiffman, Who was a Jew? Rabbinic and Ha-
rapostel in jüdischer Sicht, München, 1970. M. Barth y otros, Paulus - lakhic Perspectives on the Jewish Christian Schism, HobokenIN.J., 1985.
Apostat oder Apostel? Jüdische und christliche AlItworten, Regensburg, 22. A. F. Segal, Rebecca's Children. Judaism and Christianityín the Roman
1977. F. Mussner, Traktat über die Juden, München, 1979. P. Lapide - P. World, Cambridge/Mass., 1986, p. 179.
Stuhlmacher, Paulus - Rabbi und Aposte/. Ein jüdisch-christlicher Dialog,
Stuttgart, 1981. P. von der Osten-Sacken, Crundziige einer Theologie im
christlich-jüdischen Gesprach, München, 1982. Id., Evangelium und Tora. B VI. Autocrítica cristiana a la luz del judaísmo
Aufsatze zu Paulus, München, 1987. F. W. MarquaIdt, Die Cegenwart des
Auferstandenen bei seinem Volk Israel. Ein dogmatisches Experiment, 1. Cf. D. Flusser, Christianity, en: Contemporary Jewish ReligiousThought, p. 63.
München, 1983. E. Biser y otros, Paulus - Wegbereiter des Christentums. 2. Richtlinien und Hinweise für die Durchführung der Konzils"kldrung «Nos-
Zur Aktualitiit des VOlkerapostels in 6kumenischer Sicht, München, 1984. tra aetate», Artikel4 vom 1. Dezember 1974, ed. por la Comisión Vaticana
L. Swidler - L. J. Eron - G. Sloyan - L. Dean, Burstin,g the Bonds? A Jewish- para las Relaciones religiosas con el judaísmo, en R. Rendtorff - H. H.
Christian Dialogue on Jesus and Paul, New York, 1990. Con un nuevo en- Henrix (eds.), Die Kirchen und das Judentum. Dokumenlevon 1945 bis
foque metodológico del lado judío A. F. Segal, Paul the Convert. The 1985, Paderborn, 1988, pp. 48-53, cit. p. 49.
Apostolate and Apostasy of Saul the Pharisee, New Haven, 1990. 3. Cf. Erklarung zur Begegnung zwischen lutherischen Chri;len und Juden,.
3. P. Lapide - P. Stuhlmacmer, op. cit., p. 58 S. aprobada en la convención anual de la Comisión Luterana luropea «Kirche
4. Cf. H. Maccoby, The Mythmaker. Paul and the Inve1ttion of Christianity, und Judentum», Driebergen/Niederlande, el 8 de mayo de I~~O.
New York, 1986. 4. Ibid., § 1,2.
5. Cf. A. F. Segal, op. cit. 5. Ibid., § 111,2.
6. Ibid., p. XI. 6. C. Thoma, Christliche Theologie des Judentums, Aschaffeni>Mg, 1978, p. 43_

656 657
NOTAS NOTAS

7. [bid. 40. [bid.


8. Sobre esto, desde el lado judío, S. E. Rosenberg, The Christian Problem. A 41. H. Küng, SC (¡1974!), p. 539.
Jewish View, New York, 1986. 42. Cf. [bid., IH,VI, 2: «Interpretaciones de la muerte».
9. Cf. H. Küng, SC, especialmente parte III; Id., ED, VII, III; Id., CGR, AIV,3. 43. W. Vogler, «Jesu Tod - Gottes Tat? Bemerkungen zur frühchristlichen In-
BIV, 2. CI, 2; Id., CR, H, 2. terpretation des Todes Jesu»: Theologische Literaturzeitung 113 (1988),
10. Cí. el estudio amplio sobre la cristología de la preexistencia, de K. J. Kuschel, cols. 481-492, cit., col. 488.
Ceboren vor alter Zeit? Der Streit um Christi Ursprung, München, 1990. 44. G. Friedrich, Die Verkündigung des Todes Jesu im Neuen Testament, Neu-
11. C. Thoma, op. cit., p. 43. kirchen, 1982, pp. 30 s.
12. Cf., por ejemplo, Dt 32,6.18; Jr 3,4; Is 64,8; Mal 2,10. 45. W. VogIer, op. cit., col. 489.
13. Cf., por ejemplo, Ex 4,22 s.; Os 11,1; Jr 31,9.
14. Cf., por ejemplo, Dt 14,1.
15. Cf., por ejemplo, Os 1,10. B VII. ¿Autocrítica judía a la luz del Sermón de la Montaña?
16. Cf., por ejemplo, 2 Sm 7,16; Sal 2,7; 89,7 s.
17. Sal 2,7. 1. Cf. A. Unterman, arto «Forgiveness (In Talmud and Jewish Thought)>>, en
18. Cf. Mc 12,36; Mt 22,44; Lc 20,42; Hch 2,34; Heb 1,13. Se alude con fre- Encyclopaedia Judaica.
cuencia a Janina ben Dosa, taumaturgo y extático galileo, caso paralelo y co- 2. Eclo 28,6 S.
táneo de Jesús. Algunos rabinos (incluso el gran Rabbán Yojanán ben 3. Cf. G. Willmann, Kriegsgriiber in Europa. Ein Cedenkhuch, München,
Zakkay) le dieron el título de Hijo especial de Dios porque había mantenido 1980, pp. 317. En la Primera Guerra Mundial hubo que lamentar 9.737.000
una especial relación íntima con Dios (al que llamaba «Abba», como Jesús). de víctimas.
19. K. Kohler, Crundriss einer systematischen Theologie des Judentums auf 4. Mt 6,12; d. Lc 11,4.
geschichtlicher Crundlage, Leipzig, 1910, pp. 148 s. 5. Cf. Mt 18,21-35.
20. Cf. op. cit., p. 149. Se expone con mayor amplitud aún esta idea en la 6. Mt 18,22; d. Lc 17,4.
nueva edición americana del libro aparecida en 191 B, c. 32. 7. Cf. Le 23,34.
21. Is 57,15. 8. Mt 7,1 par.
22. Dt 4,7. 9. Cf. Sal130,1.3 S.
23. C. Thoma, Theologische Beziehungen zwischen Christentum und Juden- 10. le 7,47
tum, Darmstadt, 21989, p. 112. El teólogo americano J. T. Pawlikowski, 11. A. H. Friedlander, Ein Streifen Cold. Auf Wegen der Versohnung, München,
Christ in the Light o{ jewish-Christian Dialogue, New York, 1982, expone 1989,p. 168. Una traducción inglesa con otra introducción hiepublicada bajo
expresamente hasta qué punto la cristología de la encarnación provocó una el título: A Thread of Cold. Journeys towards Reconciliatioll,London, 1990.
separación creciente entre judíos y cristianos. 12. [bid., p. 14.
24. Cf. Gál 4,4; Rom 8,3. 13. Otra prueba del impresionante trabajo de reconciliación en los Estados Uni-
25. Cf. Jn 1. dos es la doctora Edith Eva Eger (La Jolla/Calif.), con la queme encontré en
26. Cf. K. J. Kuschel, op. cit., p. 393. California y que sobrevivió a Auschwitz con 16 años. Ella ~tiliza en sentido
27. [bid., p. 390. La cita recogida por Kuschel proviene de B. v. lersel, «"Hijo de positivo las horribles experiencias de entonces para ayudar con la psicote-
Dios" en el Nuevo Testamento»: Concilium 173 (1982) pp. 349-369. rapia a las personas que deben sobrevivir en situaciones dinciles.
28. Cí. D. Flusser, op. cit., p. 64. 14. Cf. Das Parlament (Bonn) de13 de septiembre de 1977.
29. Jn 17,3. 15. Mt 18,23-35
30. Jn 20,17. 16. Le 19,10
31. Así compendia K. J. Kuschel, de forma convincente, el estado de la actual 17. Mc 2,17 par.
exégesis protestante y católica: op. cit., p. 502. La cita recogida por Kuschel 18. Cf. Das Parlament (Bonn) del 3 de septiembre de 1977.
proviene de H. Strathmann, Das Evangelium nacl1 Johannes, Gottingen, 19. Éste y los textos siguientes están reproducidos en Die Zeit Jel6 de enero de
1951, p. 170. 1989.
32. K. J. Kuschel, op. cit., p. 502.
33. Para la problemática del nacimiento virginal d. H . .Küng, SC, I1I,VI, 3.
34. Dt 6,4. C. LA SUPERACION DE LA MODERNIDAD
35. Cf. una panorámica de los comentarios judíos en L. Jacobs, PrincipIes of the
Jewish Faith. An AnalyticaJ Study, London, 1964, pp. 95-117. C 1. Caminos para salir de la crisis de identidad
36. Jn 1,14.
37. Col 2,9. 1. Para la historia moderna de los judíos en América, d. N. Glazer, American
38. Jn 3,16. Judaism, Chicago, 1.952,21972. M. Rischin, An [nventaryofAmerican fe-
39. P. Lapide, Warum kommt er nicht? Jüdische Evangl!lienauslegung, Güters- wish History, Cambridge/Mass., 1954. J. L. Blau, ModeT1IVarieties of fu-
loh, 1988, p. 59. daism, New York, 1966. Id.,judaism in America. From Oriosity to Third

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NOTAS NOTAS

Faith, Chicago, 1976. A. W. Miller, God of Daniel S. In Search of the Ethics. Artículos seleccionados por C. Herzog, London, 1974. C. S. Lieb-
American jew, London, 1969. G. S. Rosenthal, Four Paths to One God. man, Orthodoxy in American jewish Life, en Aspects of the Religious Be-
Today's jew and His Religion, New York, 1973. C. S. Liebman, Aspects of haviour of American jews, New York, 1974, pp. 111-187. W. B. Helrnreich,
the Religious Behaviour of American jews, New York, 1974. W. W. Brick- The World of the Yeshiva. An Intimate Portrait of Orthodox jewry, New
man, The jewish Community in America. An Annatated and Classified Bi- York, 1982. R. P. Bulka (ed.), Dimensions of Orthodo:x Judaism, New
bliographical Guide, New York, 1977. M. L. Raphael, Profiles in American York, 1983. Para la formación de los rabinos en el judaísmo ortodoxo, d. Z.
judaism. The Reform, Conservative, Orthodox and Reconstructionist Tra- Charlop, «The Making of American Rabbis: Orthodox Rabbis», en Ency-
ditions in Historical Perspective, San Francisco, 1984. clopaedia judaica, Yearbook 1983-85, pp. 84-90. M. H. Danzger, Returning
2. Cf. W. Herberg, Protestant-Catholic-jew. An Essay in American Religious to Tradition. The Contemporary Revival of Orthodox judaism, New Haven,
Sociology, New York, 1956. 1989.
3. Cf. Id., judaism and Madern Man. An Interpretatian of jewish Religion, 2. Samson Raphael Hirsch, nacido en Hamburgo, había estudiado en Bonn con
New York, 1951. su amigo y futuro adversario Abraham Geiger. Fue durante onc~ años ~abi­
4. Cf. C. E. Silberman, A Certain People. American jews and Their Lives no regional del principado de Oldenburg, durante cinco años rabmo regIOnal
Today, New York, 1985. En la Primera parte trata «An American Succes de Moravia y, finalmente (a partir de 1851),37 años rabino de la ortodoxa
Story»; en la Segunda parte, «A Jewish Succes Story>). En la parte conclusi- «Comunidad Religiosa Israelita» de Frandort. Desde 1854 hasta 1870 editó
va, «Notes on the Future», e! autor ve el peligro principal para el judaísmo la revista jeshurun, una «Hoja mensual para promover el tspíritu y la vida
en la concentración exclusiva de muchos judíos dirigentes (especialmente po- judíos en casa, en la comunidad y en la escuela». Hirsch se convirtió en ca-
líticos judíos) en intereses exclusivamente judíos, sobre todo el apoyo en beza de la neoortodoxia alemana con sus numerosas publicaciones (exégesis
favor de! Estado de Israel. de la Torá, nueva traducción de la Biblia, etc.) encaminadas a conseguir un
5. A. J. Feldman, The American jew. A Study of Backgrounds, New York, judaísmo unitario y renovado. Cf. los artículos de M. J()seph (Jüdisches
1937; reedición, 1979, p. 49. Lexikon) y de S. Katz (Encyclopaedia judaica).
6. Cf. Encyclopaediajudaica. Yearbook 1986/87, pp. 389-39l. 3. Cf. C. S. Liebman, op. cit., pp. 117-120.
7. Para A. J. Heschel, d. F. A. Rothschild, arto «Heschel, Abraham Joshua>}, en 4. Para estas tres categorías y, sobre todo, para la ortodoxia moderna, d. E.
Encyclopaedia judaica. Id. (ed.), Between God and Man. An Interpretation Rackman, Modern Orthodoxy, en Encyclopaedia judaica. Yearbook 1986-
of Judaism from the WTitings af Abraham j. Heschtl, New York, 1958. 87, pp. 118-122. .
8. Cf. A. J. Heschel, Los profetas, Buenos Aires, 1973. 5. Joseph D. Soloveitchik desciende de una famosa familia lituana d.e rabIllos.
9. Cf. Id., Maimónides. Barcelona. 1984. Nacido en Polonia y formado como experto en Talmud en Ilrest-Lltovsk, fue
10. Cf. Id., Man is Not Alone: A Philosophy of Religi011, New York, 1951. con 22 años a la universidad de Berlín, sufrió una fuerte influencia del neo-
11. Cf. Id., God in Search of Man: A Philosophy of judaism, New York, 1955; kantismo y de Hegel y se doctoró en filosofía con una disertación sobre la
al.: Gott sucht den Menschen. Eine Philosophie des judentums, Neukir- epistemología y la metafísica de Hermann Cohen, el princillal representante
chen, 1980. La cita está tomada de la p. 130 de la edición alemana. judío del neokantismo. En 1931 se casó con Tonya Lewit, doctorada por la
12.Ibid. universidad de J ena y que fue para él una fiel asistente hasta su mue~e, acae-
13. Ibid., p. 26. cida en 1967. En 1932 emigraron ambos a USA. Solveitchikfue rabmo de la
14. Ibid., p. 125. comunidad ortodoxa de Boston, fundó la primera escuela diurna en New
15. Ibid., p. 199. England y una escuela de Talmud, pero en 1941 sucedió é1SU padre como
16. Ibid., p. 200. profesor de Talmud en la universidad de Yeshiva. Aquí se convirtió en el
17. Ibid., pp. 318 s. mentor espiritual de la mayoría de los rabinos ortodoxos formados en Amé-
18. Ibid., p. 319. rica, y llegó a ser el influyente Chairman de la Comisión llalaká del orto-
19. Ibid., p. 13l. doxo «Rabbinical Council of America». En 1959 rechazó la oferta para con-
20. Cf. e! intento de una confrontación crítico-autocrítica con la crítica moderna vertirse en el Gran Rabino askenazí de Israel. Soloveitchikinfluyó, sobre
de la religión en: H. Küng, ED, III: «El reto del ateísmo». todo, a través de sus lecciones y conferencias en inglés, hebreo y yídish. Pu-
21. A. J. Heschel, Gott sucht den Menschen, p. 212. blicó relativamente poco. Ofrece una buena introducción asu pensamiento
22. Ibid., p. 262. en Halakhic Man, New York, 1983, así como en e! tratad<Jque escribió en
23. Ibid., p. 267. 1944 pero que no fue publicado hasta 1986 en Nueva YarIcon el título de
24. Ibid., p. 270. The Halakhic Mind. An Essay on jewish Tradition and Modern Thought.
25. Ibid. Cf. e! artículo de A. Rothkoff en la Encyclopaedia judaic~. ~obre la orto-
doxia ilustrada, d. también Z. Kurzweil, The Modern Impu~e of Traditio-
nal judaism, Hoboken, 1985; allí, también el capítulo soblej. D. Soloveit-
eII. Principales opciones 1eligiosas de futuro chik, A. 1. H. Kook y E. Berkovits.
6. J. D. Soloveitchik, The Halakhic Man, p. 19.
1. Para el judaísmo ortod()l(o en América d. I. Epstein, 7he Faith of Judaísmo 7. lb id. , p. 29.
An Interpretation for our Time, London, 1954. I. Herzog, judaism: Law & 8. Ibid., p. 36.

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NOTAS
NOTAS

9. Ibid., pp. 37 s.
10. Ibid., p. 40. dia judaica. Yearbook 1983-85, pp. 96-100. M. A. Mayer, Response to Mo-
11. Id., The Halakhic Mind, p. 85. dernity. A History of the Reform Movement in judaism, New York, 1988.
12. Ibid., p. 88. 21. Texto en el Yearbook of the Central Conference of American Rabbis XLVII
13. Ibid., p. 90. (1937), pp. 97-98, cit. en N. Glazer, American judaism, Chicago, 1952
14. Ibid., p. 101. 21972, pp. 103 S. El texto de la «Pittsburgh-Platform» (1885) y e! de la «Co:
15. Ibid., p. 102. lumbus-Platform» (1937), en G. W. Plaut, The Growth of Reform judaism,
16. Para lo que sigue, d. E. Rackman, op. cit. La concepción ortodoxa propia de pp. 33-34,96-99.
Rackman apareció bajo el título One Man's judaism, Tel Aviv, s.f. 22. Louis Jacobs se formó primero en las escuelas rabínicas de Manchester y
17. Despues de que entre 1985 y 1986 más de 30 paradas de autobús fueran Londres; y posteriormente en la universidad londinense. Como rabino actuó
pasto de las llamas a causa de anuncios «inmorales» para ortodoxos y otras en las sinagogas de Manchester; en los años cincuenta, en el Westend londi·
muchas quedaran bastante malparadas, en junio de 1986 se produjo un nen~e. Tras h~ber tra?ajado como tutor en el «jews' College» (1959-62),
atraco a una Yeshiva del Tel Aviven la que se profanaron devocionarios y debla convertirse en director de este centro, pero el veto del gran rabino Is·
objetos artísticos religiosos; al parecer, como advertencia. Para la conversión rael Brody lo impidió en 1963, quien consiguió también que no se llevara a
de judíos secularizados al judaísmo ortodoxo en el Estado de Israel, d. el es- cabo al año siguiente el nombramiento de Jacobs para ministro de la mo·
tudio de J. Aviad, Return to Judaísmo Religious Renewal ín Israel, Chicago, derna «New Westend Synagogue». El rabino jacobs ha publicado varios li·
1983. bros. Primero causó sensación We Have Reason to Relieve. Sorne Aspects of
18. Abraham Geiger, nacido en Frandort, actuó como rabino en Wiesbaden, jewish Theology Examined in the Light of Modern Thought, London,1957.
Frandort, Breslau y Berlín. Aunque sentía repulsa por el reformismo viru- Luego apareció jewish Values, London, 1960; finalmente, Principies of the
lento, tuvo muchos enemigos y no consiguió ser docente de la berlinesa Es- jewish Faith. An Analytical Study, London, 1964, una explicación del Credo
cuela Superior de Ciencia del judaísmo hasta dos años antes de su muerte de Maimónides. Cf. el artículo sin firma de la Encyclopaldia judaica que
(1872-1874). Mediante su polifacético trabajo en la Biblia y la Misná, en li- lleva su nombre.
teratura exegética, histórica, filosófica y poética del Medievo y de la Era Mo- 23. Cf. l. Epstein, The Faith of judaism. An Interpretation for (Jur Times, Lon·
derna, mediante su influencia en las importantes reuniones rabínicas de los don, 1954.
años cuarenta y a través de sus revistas Wissensehaftliehe Zeitsehrift für ¡ü- 24. L. Jacobs, PrincipIes of the jewish Faith, p. VIII.
disehe Theologie (6 vols. 1835-1847) Y la jüdisehe Zeitschrift für Wissen- 25. Ibid., p. X.
sehaft und Leben (11 vals. 1862-1875) se convirtió en el dirigente espiritual 26. Id., A jewish Theology, London, 1973.
del judaísmo reformado. Característica de su concepción evolutiva del ju- 27. Cf. K. Kohler, Grundriss einer systematischen Theologie dtsfudentums auf
~.aísmo, que, según él, culmina en el profetismo, es su obra Ursehrift und geschic.htlicher Grund~age, Leipzig, 1910; ingl.: TheologJ: Systematicall)
Ubersetzungen der Bibel in ihrer Abhiingigkeit von der inneren Entwi- and Htstortcally Constdered, 1919, reedición, New York, 1968. La obra
eklung des judentums, Breslau, 1857,21928. Sus Naehgelassene Schriften tiene tres partes: Dios - el hombre - Israel y el reino de Di(),.
fueron editados por su hijo Ludwig en cinco volúmentes entre 1875 y 1878. 28. L. Jacobs, A jewish Theology, p. 204.
Cf. los artículos de M. Joseph (Jüdisehes Lexikon) y de J. S. Levinger (Ency- 29. Ibid., p. 205.
clopaedia judaica). 30. Para el judaísmo conservador en América, d. R. Gordis, jud4~m for the Mo·
19. Hermann Cohen, nacido en Coswig (Anhalt), fue profesor en Marburgo de dern Age, New York, 1955. Id., Understanding Conservati~efudaism, NeV'l
1876 a 1912. Tras su jubilación, pasó a la berlinesa Escuela Superior de la York, 1978. M. Waxman (ed.), Tradition and Change. TheDevelopment 01
Ciencia del judaísmo, donde enseñó filosofía de la religión hasta su muerte, Conservative judaism, New York, 1958. M. Davis, The Emrgence of Con·
acaecida en 1918_ Su esposa falleció en el campo de concentración de The- servative judaism. The Historical School in 19th CenturyAmerica, Phila·
resienstadt al poco de ser confinada allí. Obras importantes: Die Religion der delphia, 1963. S. Siege! (ed.), Conservative judaism and jtwish Law, NeV'l
Vernunft aus den Quel/en des judentums, Frankfurt, 1919; segunda edición York, 1977. H. Rosenblum, Conservative judaism. A COJtemporary His·
corregida y aumentada en 1929; jüdische Schriften, vols. I-III, Berlin, 1924. tory, New York, 1983. Para la formación de rabinos en (Ijudaísmo con·
20. Para el judaísmo reformado en América, d. D. Philipson, The Reform Mo- servador, d. R. Hammer, «The Making of American Rabbi¡:Conservative
vement in judaism, 1907, reedición New York, 1967. G. W. Plaut, The Rabbis», en Encyclopaediajudaica. Yearbook 1983-85, pp.91-95.
Rise of Reform Judaism. A Sourcebook of its Europecl11 Origins, New York, 31. Zacharias Franke! fue primero gran rabino en Dresde; después, desde 185.<:\
1963. Id., The Growth of Reform judaism. American and European Sources hasta su muerte, fue director del recién fundado Seminario teológico-judío J
unti11948, New York, 1965. A.J. Feldman, The Amtrican Re(orm Rabbi. A fundador de la más importante revista judaísta (¡que pervi,ióhasta 1939!),
Profile of a Profession, New York, 1965. J. L. Blau (ed_), Reform judaism. A la Monatsschrift für Geschiehte und Wissenschaft des juJentums. En las
Historical Perspective. Essays fmm the Yearbook of the Central Conference grandes confrontaciones internas que vivió por aquellos tieIllroS e! judaíslllo,
of American Rabbis, New York, 1973. E. B. BOf<lwitz, Reform judaism Frankel fue el guía espiritual de! partido mediador conservador, de la Escuela
Today, vols. 1-I1I, New York, 1977-78. Id., Liberal judaism, New York, (h~stó.rico-positiva) de Breslau. Como tal, fue criticado por J~rahalll Geiger,
1984. Para la formación de rabinos en el judaísmo reformado, d. A. Gott- pnnclpal representante de la «Ciencia del Judaísmo» y podamson Rapha·
schalk, «The Making oí American Rabbis: Reform Rabbis», en Encyclopae- el Hirsch, cabeza suprema de la neoortodoxia (de Frandort!.Frankel actué
en tres campos: políticamente, con informes y escritos a fa~orde la ernanci·
662
663
NOTAS
NOTAS

pación de los judíos «<juramento judío»); en el plano histórico mediante el 42. M. M. Kaplan, Judaism as a Civilization, p. X.
estud.io .del acervo ~abínico e~crito (introducción a la Misná y ~l Talmud je- 43. Cf. L. Jacobs, A Jewish Theology, pp. 223 s.
44. Ibid., pp. 350-381. Cf. Id., The Greater Judaism in the Making. A Study of
rosolImitano, estudIOs prelImmares para abordar los Setenta, estudios de her-
menéutica, sobre la prueba judicial y sobre el derecho matrimonial); final- the Modern Evolution of Judaism, New York, 1960.
men~e, en el rlano a~adémico-pedagógico, a través de sus discípulos y de la
45. N. Glazer, op. cit., p. 133.
conSiderable mfluencla que tuvo en la formación de rabinos. Cf. los artículos 46. Ibid., pp. 133 s.
47. J. Leibowitz (con M. Shashar), Al olam umlo'oh, Jerusalem, 1987; al.:
de S. Gans Uüdisches Lexikon) y de J. E. Heller (Encyclopaedia Judaica).
32. Solomon Schechter (nacido en 1847 en Rumania) fue desde 1902 hasta su Gesprache über Gott und die Welt, Frankfurt, 1990, p. 86.
muerte (1915) presidente del «Jewish Theological Seminary of America» de 48 [bid.
Nueva York. Tras una esmerada formación rabínica y estudios en Viena y en 49 [bid., p. 83.
la berlinesa Escuela Superior de Ciencia del Judaísmo, Schecht pasó a In- 50 Ibid., p. 84.
glaterra como tutor de su compañero de estudios Claude G. Montefiore. En
1892 se hizo docente de literatura rabínica en Cambridge. Se hizo famoso TERCERA PARTE:
por lle:,ar a Cambridge, junto con C. Taylor, más de 100.000 fragmentos de
la Gemza de Al Fustat (El Cairo) (Colección Taylor-Schechter). Mediante la POSIBILIDADES DE FUTURO
s~lección de una sobresaliente facultad (L. Ginzberg, I. Friedlaender, I. Da-
vldson, A. Marx y M. M. Kaplan) y a través de la organización de la «Sy- A. EL JUDAISMO EN LA POSMODERNIDAD
nagogue of America», Schechter se convirtió en el principal arquitecto del ju-
daísmo conservador en América y en un influyente promotor del sionismo. A 1. El nacimiento de la posmodernidad
Obras importantes: Some Aspects of Rabbinic Theology, London, 1909. Id.,
Seminary Adresses and Other Papers, Cincinnati, 1915, reedición, West- 1. Cf. H. Küng, PW, espec. pp. 17-41,87-91,163-167.
mea.~, 1969. Id., Studfes in Judaism. A Selection, New York, 1958 (una se-
2. Sobre la bibliografía de Buber, d. S. H. Bergman, arto «Bul1er, Martin», en
lecclOn de ensayos aun actuales sacados de la obra en tres volúmenes de Encyclopaedia Judaica, vol. 4, espec. pp. 1.429-1.432.
Schechter titulada Studies in Judaism de 1896-1924). Cf. los artículos de I. Los trabajos filosófico-teológicos de Buber se encuentraJl en M. Buber,
Elbogen Uüdisches Lexikon) y de M. Ben-Horin (Encyclopaedia Judaica). Werke, vols. I-III, München, 1962-1964. También son importantes los tra·
33. Cf. J. ~eusner~ «Conservative Judaism in a Divided Community», en Con- bajos de Buber sobre judaísmo, sionísmo y Estado de Israel en: Id., Der Judt
servattve Judatsm 20 (1965-66), n. 4, pp. 1-19. También L. Ginzberg, Stu- und sein Judentum. Gesammelte Aufsatze und Reden, KoI11,1963.
de~ts, Scholars and S~in~s, 1928, reedición, New York, 1960 (aquí, también
3. La traducción de la Biblia de Buber y Rosenzweig ha aparecido en los si·
artIculos sobre los pnnClpales representantes de la tradición escolar conser- guientes cuatro volúmenes: Die Fünf Bücher der Weisung. Bücher der Ge·
vadora: sobre Zacharias Frankel, Solomon Schechter, Israel Salanter Isaac schichte. Bücher der Kündung. Schriftwerke, edición revisaaa, Koln, 1954·
Hirsch Weiss y David Hoffman). H. Parzen, Architects of Conservative Ju- 1962.
daism, New York, 1964. 4. Todos estos tratados se encuentran en: M. Buber, Werke, vol. 11.
34. Mordecai Menanem Kaplan, de origen lituano, pero en USA desde los nueve 5. Id., Zur Geschichte des dialogischen Prinzips, en Werke, vol!, pp. 291-305,
años, enseñó desde 1909 hasta 1963 en el «Jewish Theological Seminary» o cit. p. 299.
en su «Teachers Institute» homilética y filosofía de la religión. Como direc- 6. [bid., p. 304.
tor de! «Teachers Institute», se convirtió en e! fundador del movimiento re- 7. Cf. Ibid., pp. 291-305.
construccionista. Cf. el artículo de J. J. Cohen en la Encyclopaedia Judaica. 8. Cf. Ibid., p. 299.
35. M. M. Kaplan, judaism as a Civilization, Toward a Reconstruction of Ame- 9. Id., Jch u~d Du, en Werke, vol. 1, pp. 77-170, cit. p. 81. (ea. esp. Yo y tú,
rican-Jewish Life, New York, 1934, p. XII. Buenos Alfes, 1974).
36. Ibid. 10. [bid., p. 128.
37. Ibid., p. 178. 11. [bid., p. 124.
38. Ibid., p. 179. 12. eL Id., Biblischer Humanismus, en Werke, vol. 11, pp. 1.08H092.
39. Ibid., pp. 305 s. 13. Ibzd., p. 1.087.
40. Cf. [bid., pp. 311-331. Cf. Id., Judaism without Supernaturalism. The only 14. Ibid.
Alternative to Orthodoxy and Secularism, New York, 1958. Id., judaism in 15. Ibid.
Transition, New York, 1936. 16. [bid., p. 1.088.
41. Para e! movimiento rec()nstruccionista en América, d., junto a las obras de 17. [bid.
M. M. Kaplan, H. L. Goldberg, [ntroduction fo Reconstructionism New 18. [bid., p. 1.092.
York, 1957. C. S. Liebm:'l~' Recon~tructionism in American Jewish Lite, pp. 19. Id., Das Problern des Menschen, en Werke, vol. 1, pp. ~).407, cit. pp.
189-285. Para la forma<lon de rabmos en el movimiento reconstruccionista 403. .
d. R. T. Alpert, «The Making of American Rabbis: Reconstructionist Rab: 20. Id.,. Gottesfinsternís. Betrachtungen zur Beziehung zwischlnReligion un,J
bis», en Encyclopaedia Tudaica, Yearbook 1983-85, pp. 101-105. Phtlosophte, en Werke, vol. J, pp. 503-603, cit. pp. 509 S.

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NOTAS NOTAS

21. Cita en S. H. Bergman, op. cit., espec. p. 1,430. 10. Cf. A. H. Neulander, The Use of Eleetricity on the Sabbath, en M. Waxman,
22. J. Leibowitz (con Michael Shashar), Gespréiehe über Gott und die Welt, op. cit., pp. 401-407.
Frankfurt, 1990, p. 55 s. 11. H. Zoller, ibid.
23. lbid. 12. Cf. H. Denzinger, Enehiridion symbolorum, definitionum et ~eclarationum
de rebus fidei et morum (1854), Freiburg, 31 1960. Una selecclOn, en J. Neu-
ner - H. Roos Der Glaube der Kirche in den Urkunden dcr Lehrverkündi-
A.lI. El judaísmo en la posmodernidad gung (1938), 'Regensburg, 1958. Cf. una c~ítica de esta selecc~ón, en: H.
Küng, «Veroffentlichungen zum Konzil. Ein Uberblicb, Theologtsche Quar-
1. Me remito a las, ampliamente citadas, investigaciones de S. Volkov. talschrift 143 (1963) pp. 56-82.
2. B. Halpem, «The Jewish Consensus»: Jewish Frontier, Septiembre 1962, ci- 13. Cf. H. Küng, Unfehlbar? Eine Anfrage, Zürich, 1970; Id., Fehlbar. Eine Ei-
tado por J. Neusner, The Way of Torah. An lntroduction to Judaism, Bel- lanz, Zurich, 1973.
montlCalifomia, 1979, pp. 129 s. 14. Cf. Id., Wahrhaftigkeit. Zur Zukunft der Kirehe, Freiburg, 1968, cap. B,
3. Cf. J. Neusner, op. cit., p. 130. VIII: Manipulation der Wahrheit?
4. lbid. 15. Cf. H. Denzinger, n.o 714.
5. Cf. ibid., p. 131. 16. Cf. Constitución del concilio Vaticano n, Lumen gentium (1965) n. 16.
6. lbid., pp. 131 s. 17. Cf. Ex 16,29; Jer 17,22.
7. Para lo siguiente, d. D. Marmour, Beyond Survival. Refleetions on the Fu- 18. Cf. Z. Kaplan, arto «Erub», en Encyclopaedia Judaia; W.lewy - S. Krauss,
ture of Judaism, London 1982, p. 205. arto «Erub», en Jüdisches Lexikon. '.
19. Cf. B. Z. Schereschewsky, arto «Mamser», en Eneyclopaedta Judazca; M.
Cohn, arto «Mamsep>, en Jüdisehes Lexikon.
B. CONFLICTOS VITALES Y EL FUTURO DE LA LEY 20. Cf. Dt 23,2; Zac 9,6.
21. Cf. D. Novak, Halakhak in a Theologieal Dimension, Chico/Cal., 1985, p.
B 1. Ambivalencia de la Ley 27 S.
22. Citado, por ibid., p. 28. '" .
1. Todas las obras citadas en el último capítulo de la segunda parte sobre las di- 23. Cf. L. Jacobs, A Tree of Life. Diversity, Flexibility, and Creattvtty In Jewtsh
versas corrientes dentro del judaísmo contienen abundante material sobre la Law, Oxford, 1984, Apéndice B, pp. 257-275. Cf. también Id., Theo~ogy in
Ley y su interpretación. the Responsa, London, 1975; Id., The Talmudic Argumeni.A Study In Tal-
2. Una exhaustiva perspectiva (¡unas 800 páginas!) sohre los principales prin- mudie Reasoning and Methodology, London, 1984.
cipios de la ley judía, tal como han ido evolucionando desde los orígenes 24. Id., A Tree of Life, p. 236.
en la Biblia, pasando por el Talmud, hasta llegar a las obras de los grandes
maestros posteriores, la encontramos en G. Horowitz, The Spirit of the Je- B 11. ¿Al servicio de Dios?
wish Law. A Brief Aecount af Biblieal and Rabbinical Jurisprudenee. With
a Special Note on Jewish Law and the State of Israel, New York, 1953. Cf. 1. Cf. J. Leibowitz, The Faith af Maimonides, New York, 19!7. . . .
además las recientes monografías de D. W. Halivini, Midrash, Mishnah 2. J. Leibowitz, arto «Commandements», en Contemporary Jewtsh Reltgtous
and Gemara. The Jewish Predilectian for Justified Law, Cambridge/Mass., Thought, p. 70.
1986 (intenta sustituir la distinción de A. Alt entre leyes categóricas y ca- 3. lbid., p. 71.
suísticas por la distinción entre leyes categóricas y vindicativo/justificatori~s). 4. Ibid. ~,
E. N. Dorff - A. Rosett, A Living Tree. The Roots and Growth of Jewtsh 5. lbid.
Law, Albany, 1988. Una bibliografía complexiva en lengua inglesa la en- 6. lbid.
contramos en P. H. Weisbard - D. Schonberg, Jewish Law. Bibliography of 7. lbid., p. 75.
Sourees and Seholarship in English, LittletonlCo., 1989. 8. Id., (con Michael Shashar), Gespréiehe über Gott und die Welt, Frankfurt,
3. D. Hartman, A Living Covenant. The Innovative Spirit in Traditional Ju- 1990, p. 105 S.
daism, New York, 1985. 9. Cf. op. cit., pp. 107; 110-116.
4. lbid., p. 5. 10. lbid., p. 107. . .
5. lbid., p. 5 S. 11. Cf. G. Frankel, <<lsrael's 200Q-Year-Old Divorce Laws turnEes that bmd
6. lbid., p. 281. into Chains», en lnternational Herald Tribune, 14 de marlD1989.
7. lbid., p. 98. . 12. Cf. Gn 1,27.
8. Cf. H. Zoller, «Jude seinin Israel ist kein ZuckerschIecken», en Der Sptegel, 13. Cf. J. Plaskow, Standing Again at Sinai. Judaism from a Feninist Perspecti-
n.o 1, 1987. ve, San Francisco, 1990.
9. Cf. M. Waxman led.), Tradition and Change, The f?evelopment of Cons~r­ 14. Cf. E. Schüssler Fiorenza, En memoria de ella. Una reconstnción teológico-
vative Judaism, New Y()rk, 1958, pp. 349-407; S. Slegel (ed.), Conservatzve feminista de los orígenes del cristianismo, Bilbao, 1989.
Judaism andJewish LatlJ, New York, 1977. 15. J. Plaskow, op. cit., p. 3.

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NOTAS
NOTAS

16. [bid., p. 75.


17. Ex 19,15. B III. En favor del hombre
18. Cf. J. Plaskow, op. cit., p. 25.
19. [bid., pp. 25, 27. 1. Cf. Segunda Parte, cap. B n.
20. [bid., p. 71 s. 2. Mt 5,19.
21. [bid., p. 89 s. 3. Mt 5,20. .
4. El judeo-cristiano Mateo, magnífico conocedor del gnego, se muestra .en su
22. [bid., p. 71. . .
evangelio mucho más decididamente en favor de la l:ey que el ev~ngel~~ del
23. Cf. E. B. Borowitz, Choice in Modern Jewish Tbought. A Partlsan GUlde,
pagano-cristiano Marcos (escrito igualmente eI! gn~go, y q~e. el utIlIza),
New York, 1983; Id., Liberal Judaism, New York, 1984.
24. [bid., p. 243 s. pero lo enfoca polémicamente contra el nuevo Judalsmo ~abInlco que co-
mienza a perfilarse después de la catástrofe del año 70. C.le~t_amente? en. el
25. Cf. Id., art «Freedom», en Contemporary Jewish Religious Thought, pp.
261-267. evangelio de Mateo no se trata de un. nu~vo Moisés qu~ eXlgma obediencia,
26. [bid., p. 266. sino de un Revelador del Padre que InVita a llevar la lIgera carga de su ~n­
señanza (Mt 11,25-30). Él subordina fundamentalmente la ley.ceremomal
27. Id., Choices in Modern Jewish Thought, p. 281.
28. [bid. judía al amor. En su concepción de la Ley, también este evan~ehsta «era 1!n
29. Id., «Freedom,>, p. 266. "jesuano" y no un fariseo»: «Anque concedía valor a la ley ntual y a la cir-
30. [bid., p. 268. . cuncisión, para él lo decisivo no estaba aquí. La disti':lción entre los ?artytera
tou nomo u (lo más importante en la Ley), es deCIr, el mandamiento del
31. Cómo ha de interpretarse la Halaká en la lógica de la Alian~a, ha ~Ido a~la­
amor el decálogo la ley moral (Mt 23,23), y las más bien periféricas leyes
rado recientemente por S. Novak, Halakha in a Theologtcal DtmenslOn,
Chico/Cal., 1985, espec. pp. 116-131. .,.
cere~oniales, entr~ las que hay que contar las norm~s de purez~, el, sábado y
la circuncisión, explica, a mi entender, por qué pudlero~ preSCIndir de ~!las
32. Franz Rosenzweig, hijo de unos padres cultos, con es~asa r_elac~on C~Jll el.lu- posteriores discípulos de Mateo». U. Luz, Das Evangelzum nach Matthaus,
daísmo, estudió a partir de 1905, entre otras cosas, fI.losofta, hlstona y fIlo-
vol. 1, Zürich, 1985, p. 68.
logía clásica en diversas universidades. Después de Intentar convertirse ~l
cristianismo, se declaraba judío en 1913 y expresaba su deseo de ~edescubnr 5. Mc 12,34. ., .
6. Sobre Mt 5,21-48, además del comentario de U. Luz, cf. tamblen J. Gmlka,
para sí mismo y para otros el judaísmo. Después de ~ario~ estudiOS ~obre el
Das Matthiiusevangelium, vol. 1, Freiburg, 1986. .
cristianismo y el judaísmo y de sus dos obras sobre elldeahsmo aleman, apa-
7. Entre toda clase de prescripciones religiosas y morales, se Incluye, ya en Lv
rece en 1921 su principal obra, Der Stern der Erlosung, ensayo de un
19,18, también el amor al prójimo.
«nuevo pensamiento», exigencia de una teología f~losófica ~e1 judaísmo y el
8. Mekhilta de Rabbi Yishmael, Traktat Sehabat, 1, 26. 43.
cristianismo. Después de la Primera Guerra Mundial, orgamza con la ayuda
9. Mc 2,27.
de algunos intelectuales judíos (entre otros, M. Eu.ber, E. Straus~ ~ E.
Fromm) la «Escuela Libre Judía» y emprende, a partlf de 1922, practlca-
10. J. Gnilka, Das Evangelium nach Markus, Zürich, 19878, p. 123.
11. Mc 3,4.
mente tullido, sin habla y recluido en su casa, numerosas traduccIOnes del
12. Mt 12,12.
hebreo al alemán: cantos litúrgicos, himnos y poemas, y, desde 1924, tam-
13. Cf. Lc 10,25-37.
bién la Biblia. Cf. el artículo de S. S. Schwarzschild en la Encyclopaedia Ju-
14. Mc 12,34.
daica. Sobre la traducción de la Biblia, d. F. Rosenzweig, Spracbdenken. Ar-
15. Cf. Dt 10,18 s.
beitspapiere zur Verdeutschung der Schrift, en Gesammelte Schriften, vol.
IVI2, Dordrecht, 1984. . 16. Fil 3,6, h
17. S. Ben-Chorin Paulus. Der Volkerapostel in ¡üdischer Sicht, Münc en,
33. Cf. F. Rosenzweig, Der Stern der Erlosung (1921), en Gesammelte Schrtften,
vol. II, Den Haag, 1976. _ 1980, p. 11. E:te sufrimiento a causa de la Ley (iecle~iástica!), a diferenc~a de
lo que piensa Ben-Chorin, lo ha experimentado el mismo Lutero (y con el no
34. A las Reden über das Judentum, Frankfurt, 19?3, de M. Buber, respondla ~.
Rosenzweig con el artículo: Die Bauleute. Uber clas Gesetz. An Martm poco católicos, monjes,. sacer~ot~s o laicos). . .,
Buber (1923), en Kleinere Schriften, Berlin, 1937, pp. 106-121., .
18. [bid., p. 57. Al contrano del JudlO Ben-Chonm, el nO-JudlO E. P. S~nders,
35. Buber no quiso responder públicamente el artículo de Rosenzwelg DIe Bau-
Paulus, Oxford, 1991, muestra poca sensibilidad para esta prob~e~átlca, tan
fundamental para la concepción paulina de la Ley: la problematlca tratada
leute, pero en su correspondencia se encuentra un diálogo sobre la Ley. Cf.
en Rom 7la considera como la de un «neurótico» (p. 98).
F. Rosenzweig, Briefe und Tagebücher, en Id., Gesalnmelte Schr!ften, vol. 1,
19. Sobre la carta a los Romanos: Panorama bibliográfico global en J. D. G.
Dordrecht, 1979. En aspectos particulares, el tema ha Sido trabajado por G.
Dunn, Paul's Epistel to the Romans. An Analysis of Structure and Argu-
Bonola, Franz Rosenzweig und Martín Buber. La plllémica sobre ~a Ley, en
ment, en Aufstieg und Niedergang der Romischen Welt, ed. por H. Tem.\?o-
W. Schmied-Kowarzik (eds.), Der Phi/osoph Fral'lz Rosenzwelg (1886-
rini y W. Haase, vol. n 25.4, Berlin, 1987, pp. 2.842-2.890: Comentanos
1929), Congreso Internacional. Kassel 1986, vol. 1, Freiburg, 1988, pp.
225-238. recientes: E. Kasemann, 1973 (HbNT); C. E. B. CranÍleld, 1975/79
36. Gál 4, 4 s. (International Critical Commentary); H. Schlier, 1977 (HthK); U. Wilc-
kens, vols. 1-I1I, 1978-1982 (EKK); J. D. G. Dunn, vals. I-II, 1988 (WBS;);
W. Schmithals, Gütersloh, 1988; P. Stuhlmacher, 1989 (NTD). Estudios

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NOTAS
NOTAS

recientes: G. Bomkamm, Der Romerbrief als Testament des Paulus, en Id.,


Claube und Ceschichte, vol. 11 (Ces. Aufsatze 4), München, 1971, pp. 120- 25. E. P. Sanders ha resaltado con razón en sus publicaciones la experiencia de
139; W. G. Kfunmel, Romer 7 und das Bild des Menschen im NT. Zwei Stu- Cristo como punto existencial de partida de la teología del apóstol Pablo (en
dien, München, 1974; U. Wilckens, Über Abfassungszweck und Aufbau contraposición a una exposición teológico-sistemática centrada en la condi-
des Romerbriefs, en Id., Rechtfertigung als Freiheit, Neukirchen, 1974, pp. ción del hombre pecador). Pero esta experiencia de Cristo no ha de tomarse
110-170; W. Schmithals, Der Romerbrief als historisches Problem, Güters- como una «Meteor-from-heaven interpretation» de la conversión de Pablo,
loh 1975; H. Moxnes, Theology in Conflicto Studies in Paul's Understanding como con razón objeta J. C. Beker «<The New Testament View of Ju-
of Cod in Romans, Leiden, 1980; F. Mussner, «Heil für Alle. Der Grund- daism», en J. H. Charlesworth, [ed.], jews and Christians. Exploring the
gedanke des Romerbriefs»; Kairos 23 (1981) pp. 207-214. Past, Present and Future, New York, 1990, p. 72). Cf. Id., Paul the Apastle.
20. Sobre la carta a los Gálatas: Panorama bibliográfico global en K. H. Schel- The Triumph af Cad in Life and Thought, Edimburg, 1980, espec. cap. 11.
kle, Paulus. Leben-Briefe-Theologie, Darmstadt, 1981, p. 80 S. Comentarios Hay que tener en cuenta: 1. Sin duda, el intachable fariseo y celoso de la Ley
recientes: H. Schlier, 1949, 5: edición revisada, 1971 (KEK); F. Mussner, Pablo ha podido hacer sus propias experiencias ambivalentes, como cual-
1977 (HThK); D. Lührmann, Zürich, 1978; H. D. Betz, Philadelphia, 1979 quier persona piadosa, con respecto a la Ley. 2. El perseguidor de cristia-
(Hermeneia); U. Borse, Regensburg, 1984; J. Becker, 1985 (NTD); W. nos, Pablo, debió de saber muy bien por qué perseguía a los cristianos:
Egger, Würzburg, 1985. Estudios recientes: J. Eckert, Die urchristliche Ver- para el celoso de la Ley debió de ser un escándalo la crítica a la Ley por
kündigung im Streit zwischen Paulus und seinen Gegnern nach dem Cala- parte de los judeo-cristianos (sobre todo los helenistas), en la que se refleja-
terbrief, Regensburg, 1971; G. Howard, Crisis in Galatia. A Study in Early ba la crítica de la Ley por parte del Nazareno. Existe, si no una continuidad
Christian Theology, Cambridge, 1979; H. Feld, «Christus Diener der Sünde. directa de tradición, sí una continuidad real entre Jesús, la comunidad pri-
Zum Ausgang des Streits zwischen Petrus und Paulus»: ThQ 153 (1983) pp. mitiva y Pablo.
119-131; A. Suhl, «Der Galaterbrief-Situation und Argumentation», en 26. Cf. Gá11,15 S. A este respecto, desde la perspectiva judía, d. la pormenori-
Aufstteg und Niedergang der Romischen Welt, vol. n. 25.4, pp. 3.067- zadísima obra de A. F. Segal, Paul the Convert. The Apostolate and Apos-
3.134; J. D. G. Dunn, jesus, Paul and the Law. Studies in Mark and Cala- tasy of Paul the Pharisee, New Haven, 1990, caps. 1-3 y apéndice.
tians, London, 1990. 27. Cf. A. J. M. Wedderbum (ed.), Paul and jesus. Collected Essays, Sheffield,
21. Cf. H. Hübner, Das Cesetz bei Paulus. Ein Beitrag zum Werden der pauli- 1989, especialmente las contribuciones de C. Wolff. Que en Pablo falta
nischen Theologie, Gottingen, 1978, 1973, p. 115 s.: «Freiheit vom perver- una cristología de la preexistencia, se muestra en K. Kuschel, Ceboren vor
tierten Gesetz», entre otros temas. alter Zeit. Der Streit um Christi Ursprung, München, 1990, pp. 340-396.
22. H. Hübner, «Rezension van E. P. Sanders»: Studien zum Neuen Testament 28. Rom 7,12. De otro modo, E. P. Sanders, Paul (1991), pp. 92-95.
und seiner Umwelt 11 (1986) p. 241. 29. Rom 7,10; cf. 10,5; GáI3,12.
23. Apenas habrá un libro sobre Pablo que, en el apartado sobre Pablo y la Ley, 30. Rom 2,20.
no enfrente la polémica carta a los Gálatas y la posterior y más ponderada 31. Rom 7,14.
carta a los Romanos (cf. bibliografía de la investigación sobre Pablo en la Se- 32. Rom 9,4.
gunda Parte, cap. B V, y G. Klein, arto «Gesetz: Neues Testament», en 33. Los frecuentes reproches cristianos de que «el judaísmo tendería necesaria-
TRE). La teología de Pablo no es evidentemente un cuerpo unitario de doc- mente a un legalismo minucioso, a una casuística y engañosa a una mezcla de
trina. Pero las supuestas o reales discrepancias y contradicciones en las di- orgullo y falta de confianza en Dios» son rechazados, con razón, por E. P. San-
versas cartas del apóstol Pablo, que han sido escritas desde diversas situa- ders (Paul and Palestinian judaism, p. 427). Cf. en sentido semejante F. Muss-
ciones, en tiempos distintos y a distintos destinataríos, no deberían hacer ner, Die Kraft der Wurzel. judentum-jesus-Kirche, Freiburg, 1987, pp. 13-26.
olvidar la unidad interna de su teología (y posiblemente de su evolución teo- Sólo que Sanders debería tomar igualmente en serio que «algunos judíos han
lógica), como sucede, por desgracia, en H. Raisanen, Paul and the Law, Tü- interpretado mal su religión, la han practicado falsamente o incluso han abu-
bingen, 1983, 1987. Todavía en el prólogo a la segunda edición, mantiene sado de ella» (ibid.). En definitiva: para la crítica de Jesús y del apóstol Pablo
Raisanen que el principal e insoluble problema de Pablo habría sido «that a a la piedad de su tiempo, había suficientes motivos en la vida diaria de los ju-
divine institution has been abolished through what God has done in Christ» díos de entonces. No hay, pues, por qué eliminar hermenéuticamente o esca-
(p. XXIV, cf. La edición, p. 264 s.). Pero éste no es ciertamente el caso, motear interpretativamente los pasajes críticos de los evangelios y las cartas de
como luego veremos. Por otra parte, el mismo Riiisanen se ve obligado a re- Pablo con respecto a aquella piedad. ¿Quién podría, por ejemplo, juzgar el
conocer que el propio Pablo habría entendido su doctrina de modo que cristianimo de la Edad Media tardía, sólo por los textos teológicos (contra la
ella «really fulfils or "upholds" the law» (p. 265). Una interpretación ho- justicia de las obras), ignorando la crítica de Lutero y los Reformadores?
nesta ha de procurar comprender a un autor, cualquiera que sea, a partir de 34. Cf. Rom 2,1-3,20; 13,8-8-10; GáI5,14.
sus convicciones centrales, en lugar de someterle a contradicciones, creadas 35. Cf. Rom 2,14 S.
en parte por el mismo intérprete. Cf. al respecto la crítica de H. Hübner aH. 36. Cf. Rom 2,11.
Raisanen, en Theologische Literaturzeitung 110 (1985) espec. pp. 894-896. 37. Rom 2,6; 1 Cor 3,12-15.
24. Así, E. P. Sanders, Paul and Palestinian judaism. A c:omparison of Patterns 38. Rom 2,13. Cf. el comentario de P. Stuhlmacher, 1989, Excurso V: «Das
of Religion, London, 1977; Id., Paul, the Law and ¡he jewish People, Phi- Endgericht nach den Werken», pp. 44-46.
ladelphia, 1983; Id., Paul, Oxford 1991. 39. Rom 3,27. El primero en interpretar, Rom 3,27, la Ley (nomos) como la
Torá mosaica fue G. Friedrich, «Das Gesetz des Glaubens»: Thealogische
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NOTAS
NOTAS

Zeitschrift 10 (1954) pp. 401-417. De modo semejante para Rom 8,2, E. 62. En la línea de varios exégeta s cristianos como M. Barth, J. G. Gager, J. D. G.
Lohse, «Ha nomos tou pneumatos tes zoes. Exegetische Anmerkun~en zu Dunn, llega el estudioso judío A. F. Segal a la conclusión de que Pablo
Rom 8,2» (1973) en Id., Die Vielfalt des Neuen Testaments, Gottmgen, habla aquí desde el contexto de los especiales preceptos rituales (ceremonia-
1982, pp. 128-136. Les siguieron: P. von der Osten-Sacken, Romer 8 als les) de la Torá (la halaká): «Si bien "obras de la Ley" es traducción directa
Beispiel paulinischer Soteriologie, Gottingen, 1975; C. E. B. Cranfield, The del hebreo ma'ase ha-tora, Pablo no se refiere a la Torá, sino a la observan-
Epistel of the Romans 1, Edimburg, 1975, p. 375 s.; F. Hahn, «Das Geset- cia de las prácticas ceremoniales judías ... "Obras de la Ley" se refiere a la
zesverstandnis im Romer - und Galaterbrief», Zeitschrift für neutestamen- Torá ceremonial, a esas prescripciones especiales que distinguen a los judíos
tliche Wissenschaft 67 (1976) pp. 29-63, espec. pp. 47-51; H. Hübner, Das de los paganos» (op. cit., p. 124). En todos estos lugares, Pablo no habría
Gesetz bei Paulus; U. Wilckens, Der Brief an die Romer, vol. 11, p. 122 s. teologizado, como pensaban muchos estudiosos del Nuevo Testamento, sino
40. Cf. Rom 3,31. que «hablaría sobre el auténtico papel de la observancia judía en las comu-
41. 1 Cor 7,19. nidades cristianas» (normas sobre alimentos, fiestas, pureza y circuncisión).
42. Mientras que, entre los autores recientes, H. Raisanen y E. P. ~anders se li- 63. Cf. 2 Cor 3,6.
mitan a enfrentar la interpretación positiva de la Ley y la negatIva, como ex- 64. Contra L. Gastan, J. G. Gager y K. Stendahl, observa A. F. SegaJ, con razón,
presión del irresuelto conflicto en la persona y la teología del apóstol Pablo, que Pablo no sólo quiere abrir a los paganos el camino de la salvación por, la
P. van der Osten-Sacken, como luego veremos en breve resumen, representa, fe sin los preceptos rituales judíos, sino que, además, con r(specto a lo~ JUdIOS
con razón, una concepción dialéctica de la visión paulina de la Ley, para la cuestiona que pueda conseguirse la salvación mediante la observancIa de la
que nomos se refiere a la Torá mosaica: Die HeiJigkeit der Tora. Stu~ien Ley: <,La idea de dos caminos distintos -salvación paralos,pagan.os en el
zum Gesetz bei Paulus, München, 1989, espec. pp. 9-59. Cf., ya antenor- cristianismo y para los judíos en la Torá-, según Segal, no sena paulIlla». (d.
mente, Id., Grundzüge einer Theologie in christlich-jüdischem Gesprach, p. 130). Pero, ¿ha tenido Segal su~iciente~e~te en cuent~,la ter~era opCIón,
München, 1982; Id., Evangelium und Tora. Aufsatze zu Paulus, München, plenamente paulina: que para los Judeo-cnstIanos, tamblen sel?un Pablo, es
1987. La intención global de interpretar a Pablo más desde el contexto del posible mantener su fe en ]esucrist? )unto co.n la obser:ancIa d~ la Ley,
judaísmo que en oposición a él, se halla también representada por L. Gastan, siempre que ésta se cumpla en el espmtu de Cnsto, en esplntu de lrbertad y
Paul and the Torah, Vancouver, 1987. amor?
43. Rom 7,7; Cf. 7,8-13. 65. Cf. 1 Cor 7,19; GáI6,15; Rom 4.
44. Cf. Gál 3, 22-24. 66. Cf. Rom 2,29; en la tradición paulina, Col 2,11.
45. Cf. Rom 3,20; 4,15; 5,20. 67. Cf. Gá14, lOs; similar, en Col 2,16 s.
46. Cf. Rom 4. 68. Cf. Rom 14,1-6; Gá12.
47. Rom 3,21; d. 1,17. 69. Cf. 1 Cor 9,19-23; Gál 3,28. .
48. Rom 10,4. 70. Cf. Gá12; Hech 15,1-34. El mejor análisis lo ofrece J. Eckert, op ..Ctt. ~ara el
49. Cf. Gál 3,13. contexto ulterior: W. A. Meeks - R. L. Wilken, Jews andChnsttans In An-
50. Así, contra H. Raisanen y E. P. Sanders, P. van der Osten-Sacken y otros, tioch in the First Four Centuries of the Common Era, Mssoula/Montana,
por ejemplo, R. Bring, Christus und das Gesetz. Die Bedeutung des Ges.etzes 1978.
des Alten Testaments nach Paulus und sein Glauben an Chnstus, LeIden, 71. Cf. Gál 2,11.
1969; M. Barth, Das Volk Gottes. Juden und Christen in der Botschaft 72. Cf. GáI5,1.
des Paulus, en M. Barh y otros, Paulus-Apostat oder Apostel? Jüdische und 73. Cf. Mc 7,8; 7,4.
christliche Antworten, Regensburg, 1977, pp. 45-134; C. E. B. Cranfield, 74. Cf. Me 7,1-23.
The Epistle to the Romans, vol. JI, pp. 515-520. Recientemente, esta inter- 75. GálS,13.
pretación ha sido confirmada por la monografía (que elabora toda la histo- 76. Rom 12,2; cf. Fil1,10.
ria de la interpretación y el campo bíblico y extrabíUico de la palabra telos) 77. 1 Cor 6,12.
de R. Bardenas, «Christ the End of the Law. Romans 10,4», en Pauline 78. [bid.
Perspective, Sheffield, 1985, espec. pp. 38 SS., 150: «its fullfilled telos». 79. Rom 14,14; d. Tit 1,15: «Para los puros todo es puro».
51. Rom 3,27. 80.1Cor6,12.
52. Rom 8,2. 81. 1 Cor 10,23 s.
53. 1 Cor 7,19. 82. 1 Cor 9,19.
54. Rom 3,20; GáJ 3,10. 83. 1 Cor 8,9.
55. 2 Cor 3,7.9. 84. Cf. 1 Cor 9,19; GáI5,13.
56. 2 Cor 3,6. 85. 1 Cor 7,23.
57. GáI5,1. 86. 1 Cor 10,29.
58. GáI5,13. 87. Cf. 1 Cor 8,7-12; 10,25-30.
59. GáI2,4.
60. Rom 6,14; d. 7,5 s. 88. CL Gál 5,6. bl _Ji d
89. Que en este sentido, la concepción de la Ley en Pa o p~l~ ser acepta a
61. Cf. P. von der Osten-Sacken, Die Heiligkeit der Tor.:z, p. 48. también en el ámbito intrajudío ha sido resaltado por el hJlwnador de la re-

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NOTAS
NOTAS

ligión, e!. j~dío H. J. Schoeps, en !,aulus. Die Theologie des Apostels im Lich- ner y M. Lohrer, vol. IV/2, Madrid, 1975, pp. 737 ss.; también los comen-
te der ¡ud¡schen Rel¡g/(?~sgesch¡chte, Tübingen, 1959, espec. pp. 299-314.
tarios a la carta a los Romanos de E. Kasemann, ibid., p. 303 s.; H. Schlier
?ch?eps reconoce la, cntIca de la Ley del Apóstol como un «problema intra- ibid., p. 340; U. Wilckens, ibid., vol. 11, pp. 263-268; P. Stuhlmacher, ibid.:
JudlO»: cuando a9u~ y ~hora no nos parece posible el total cumplimiento de pp. 154-157.
la Ley, ¿no podna mdIcar esto q~e ~a vO~'lntad de Dios no se agota en la 20. Rom 11,26 s.
Ley? ,¿Puede prete~d~rse una comCldencla total de la letra de la Ley de 21. Cf. también la controversia sobre la tesis de F. Mussner del «camino espe-
MOlses ~on el segmmIento de la ~oluntad de Dios?» (p. 299). En este senti- cial» de Israel en la redención, con referencia al estudio de M. Theobald
do, habna planteado ~a.~lo -segun Schoeps- «una cuestión decisiva que ha «Überfliessende. Gnade» (1982), en F. Mussner, Die Kraft der Wurzel, pp:
de agradecerle la tradICIOn» (p. 300). Segun Schoeps existe «hasta el día de
hoy una aún no agotada misión del Rabbí Pablo d;ntro del judaísmo» (p 48-54. Cf. tambIén F. Mussner, Traktat über die Juden, pp. 59-61. M. Theo-
304). . bald ha ampliado los resultados de su estudio sobre Israel, analizándolos her-
90. Gál 5,13 s. menéuticamente en el artículo «Kirche und Israel nach Romer 9-11»: Kariso
91. Rom 13,8-10. 29 (1987) pp. 1-22.
92. GáI6,2. 22. Rom 11,32.
23. Rom 11,33-35.
24. Rom 11,36.
B IV. El futuro del pueblo de Dios 25. Cf. Rom 4,20.
26. Rom 11,11. 14: parazeloun.
1. Rom 3,3. 27. Rom 11,11.
2. Cf. Ex 4,22. 28. Conferencia Episcopal Francesa, Die Haltung der Christen gegenüber dem
3. Cf. Rom 9,3. Judentum. Pastorale Handreichungen, de 16 de abril 1973, en R. Rendtorff-
4. Cf. Rom 9,4 s. Desde la perspectiva actual, la «gran herencia de la fe de H. H. Henrix (eds.), Die Kirchen und das Judentum. Dokumente von 1945
Israel» ha sido convincentemente compendiada pOI F. Mussner Traktat bis 1985, Paderborn 1988, pp. 149-156, cit. p. 155 s.
aber die Ju~en, ~ünchen, 197?, pp. 88-175. Resalta los elemento~ siguien- 29. S. Ben-Chorin, Paulus. Der Volkerapostel in jüdischer Sicht, München,
tes: monotelsmo, Idea de creaClOn, hombre como «imagen» de Dios, actitud 1980, p. 142.
fundamental ante Dios, Alianza, idea mesiánica, descubrimiento del futuro 30. Ex 20,9s. Sobre el sábado en general, d. el arto «Sabbat», en Encyclopaedia
añoranza de un mundo justo, expiación y sustitución, conciencia y decálogo' Judaica: en la Biblia (M. Greenberg), en los Apócrifos y la literatura rabíni-
conmemoración, sábado, resurrección de los muertos. ' ca, en la filosofía judía y la legislación (L. Jacobs), en la cábala (E. Gottlieb)
5. Cf. Rom 9,2. yen el arte (A. Kanof).
6. Rom 9,6. 31. Cf. L. Fleischmann, <,Lob des Schabbat. Ein Tag für die Natur», en Die Zeit
7. Cf. E. Klein, «Making the Jewish voice heard» en The Times de 9 de abril 6 de abril 1990: el sábado como «día de reflexión día del Señor, día de la fa:
1991. ' , milia». Sobre la «Batde for the Sabbath» en I~rael, d. T. Segev (1949)
8. 1 Cor 11,25; d. 2 COI 3,6 (<<ministros de una nueva Alianza»)· Gál4 21-31 The First Israelis, New York, 1986, cap. 8. '
(dos hijos). ' , 32. Cf. W. Rordorf, Der Sonntag. Gescichte des Ruhe-und Gottesdiesttages im
9. Jer 31,31 S. altesten Christentum, Zürich, 1962. El artículo de Rordorf se ha ordenado
10. Una ~uena'perspectiva de las diversas teologías de la Alianza (¿una Alianza en buena lógica, así; 1. El día de descanso (cuestión del sábado, domingo
o vanas Ahanzas?) la encontramos en el artículo deJ. T. Pawlikowski, «Ju- como día de reposo); II. El día litúrgico (origen, formas más antiguas y
dentum und Christentum», en Theologische Realenzyklopddie, vol. 17, pp. nombres de la celebración del domingo). Además, los artículos de dicciona-
390-403. Desde las cartas auténticas de Pablo, no se puede obviar referirse a rios sobre el domingo y el descanso dominical: Lexikon für Theologie und
un p~an sal~ífico de Dios que comprende a Israel y a la Iglesia, pero sin caer Kirche (L. Koep, A. Stiegler); Religion in Geschichte und Gegenwart (E.
al mIsmo tlempo en el fatal error del tradicional modelo de sustitución, Hertzsch, H. W. Surkau). ¡Curiosamente, en la Encyclopedia of Religion, se
con dos Alianzas, una antigua Alianza y una nueva Alianza. encuentran largos artículos sobre <,Sun» y «Sun Dance», pero ninguno
11. Cf. Rom 11,2-10. sobre «Sunday»!
12. Rom 9,6. 33. Mt 28,1; Mc 16,2.
13. Cf. Rom 9,8-13. 34. Hech 1,10.
14. Cf. Rom 9,14-29. 35. Cf. 1 Cor 16,2; Hech 20,7.
15. Cf. Rom 9,22-26. 36. Cf. Constituciones apostólicas, VIII, 33, en Didascalia et Constitutiones
16. Rom 11,17 s. Apostolorum, ed. por F. X. Funk, vol. 1, Paderborn, 1905, p. 539.
17. Rom 11,26. 37. Cf. W. Rordorf, Sabbat und Sonntag in der Alten Kirche, Zürich, 1972. Este
18. Cf. Rom 11,25 S. volumen comprende todos los textos importantes de la patrística griega y la-
19. Cf. Magnus Lohrer, «La gracia como elección del hombre», en Mysterium tina, con traducción alemana en lo que respecta al sábado y al domingo.
Salutts. Manual de teología como historia de la salvación, editada por J. Fei- 38. J. Blank, «Den Sonntag verkaufen?», en Zur Debate, noviembre/diciembre
1989, p. 9.
674
675
NOTAS NOTAS

39. Indicativa de la posición medieval y ajena al mundo y del estancamiento ecu- C n. Conflicto trágico
ménico de la actual jerarquía católica es la Declaración conjunta de la Con-
ferencia Episcopal Alemana y del Consejo de las Iglesias Evangélicas Ale- 1. Cf. International Herald Tribune, 30 de abril de 1991.
manas, del primer domingo de adviento 1984, que trata de impedir, en lo 2. He esperado hasta el último momento que las negociaciones del ministro de
posible, no sólo la comunidad eucarística, ya practicada hace tiempo por mu- Exteriores James Baker concluyeran con algunos resultados concretos, que
chos cristianos, sino también las celebraciones ecuménicas en domingo. Se me permitieran suprimir algunos párrafos de este capítulo «Conflicto trági-
tiene la impresión de que prefieren aún menos asistentes a la liturgia domi- co». Sin embargo, esta secreta diplomacia pendular ha fracasado una vez
nical. más, como ya había sucedido con el ministro de Exteriores George Schultz.
Las resistencias árabes habrían podido ser superadas si el gobierno israelí se
hubiera mostrado dispuesto a cambiar territorio por paz. Es preciso, pues,
C. JUDIOS, MUSULMANES Y EL FUTURO DEL ESTADO DE ISRAEL advertir de las peligrosas consecuencias de la actual política israelí (d. epí-
logo).
C 1. El gran Ideal 3. Cf. J. Parkes, Whose Land? A History of Palestine, Harmondsworth, 1970.
4. Una buena perspectiva de las confrontaciones en el Próximo Oriente después
1. T. Herzl, Der judenstaat, Leipzig-Wien, 1896, Berlin, 1936, p. 30. de la Primera Guerra Mundial la ofrece F. Schreiber-M. Wolffsohn, Nahost.
2. Cf. H. R. Greenstein, ]udaism-an Eternal Covenant, Philadelphia, 1983. Geschichte und Struktur des Konflikts, Opladen, 1987.
Analiza la Alianza y sus elementos en el judaísmo reformador, conservador, 5. Cf. e! cuidadoso y pormenorizado análisis de B. Morris, The Birth of the Pa-
ortodoxo y «reconstructor». lestinian Refugee Problem, 1947-1949, Cambridge, 1987. Su resultado:
3. Cf. Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo, Instrucciones «The Palestinian refugee problem was born of war, not by design, Jewish or
para una correcta exposición del judaísmo y los judíos en las homilías y la Arab. It was largely a by-product of Arab and Jewish fears and of the pro-
catequesis de la Iglesia católica, 24 de junio 1985, arto 25, en R. Rendtorff- tracted, bitter fighting that characterised the first Israe!i-Arab war; in smaller
H. H. Henrix (eds.), Die Kirchen und das ]udentum. Dokumente von 1945 part, it was the deliberate creation of Jewish and Arab military cornmanders
bis 1985, Paderborn, 1988, p. 102. Dada la conocida posición del Vaticano, and politicians» (p. 268). Pero aquí hay que tener también en cuenta los re-
no es de extrañar que muchos documentos católico-romanos no se pro- sultados, analizados en nuestra segunda parte (A III), de las investigaciones
nuncien en absoluto con respecto al Estado de Israel, o bien lo hagan con de S. Flapan sobre «El nacimiento de Israel» (1987).
suma brevedad y desde una perspectiva puramente política. Una vez más va 6. J. Leibowitz (con M. Shashar), Al olam umlo'oh, Jerusalem, 1987; Gesprii-
mucho más lejos la Conferencia Episcopal Francesa en su declaración Die che über Gott und die Welt, Frankfurt, 1990, p. 11.
Haltung der Christen gegenüber dem ]udentum. Pastorale Handreichun- 7. Ibid., p. 10 s.
gen, de 16 de abril 1973, cap. V: no sólo resalta el derecho a la existencia del 8. Esto puede confirmarlo también e! historiador; d. H. S. Sachar, A History of
Estado de Israel «<la conciencia mundial no puede negar al pueblo judío ... e! Israel, vol. Ir: From the Aftermath ofthe Yom Kippur War, New York, 1987.
derecho y los medios para una existencia política entre los pueblos»), sino 9. J. Leibowitz, op. cit., p. 15.
que reflexiona también sobre su autocomprensión religiosa «dos cristia- 10. Cf. G. Meir, My Life, London, 1975.
nos ... han de tener en cuenta la interpretación que dan los mismos judíos de 11. J. Leibowitz, op. cit., p. 16.
su agrupación en torno a Jerusalén» (ibid., p. 154). 12. Ibid., p. 11 s.
4. Por ejemplo: J. Peters, From Time Immemorial. The Origins of the Arab-]e- 13. Ibid., p. 11.
wish Conflict over PaJestine, New York, 1983, espec. caps. 7-8. 14. Ibid., p. 13.
5. Las cifras están tomadas de Yehoshua Porath, historiógrafo israelí de los ára- 15. Ibid.
bes palestinos. 16. Cf. sobre las diferentes posturas de la población y sobre el punto de vista de
6. Consejo de la Iglesia Evangélica Alemana, Christcn und Juden, mayo de Cohen, el instructivo informe de P. Rosenkranz, «Zum Teufel mit den Ara-
1975, arto III, 3, en Rendtorff - Henrix, op. cit., p. 573. bern - oder mit den besetzten Gebieten?», en Vaterland (Lucerna), 21 de
7. T. Herzl, op. cit., p. 83. abril de 1990. Aquí las siguientes citas.
8. Sobre la halaká, d. G. Horowitz, The Spirit of ]ewish Law. A Brief Account 17. Cf. M. H. Ellis, Toward a jewish Theology of Liberation. The Uprising and
of Biblical and Rabbinical Jurisprudence with a Special Note on ]ewish the Future, New York, 1989, p. 133 s.
Law and the Staate of Israel, New York, 1963. Sobre el derecho en Israe!, d. 18. Cf. P. Lévy, Die jüdische Mitte - politische Aspekte, conferencia en Zurich, el
A. Bin-Nun, Einführung in das Recht des Staates Israel, Darmstadt, 1983. 1 de marzo, 1990 (manuscrito).
9. D. Hartman, Pluralism Within the ]udaic Tradition, Jerusalem, 1990, p. 9. 19. M. Wolffsohn, Israel. Grundwissen - Liinderkunde. Politik-Gesellschaft-
10. Cf. B. Avishai, The Tragedy of Zionism. Revolutioll and Democracy in the Wirtschaft, Opladen, 1987, p. 28.
Land of Israel, New York, 1985. 20. Ibid., p. 29 s.
11. A todas las cuestiones prácticas de la identidad judía responde el rabino ame- 21. Ibid., p. 24.
ricano M. N. Kertzer, What is a ]ew? (1953), New York, 1978. 22. Cf. R. l. Friedman, autor del libro The False Prophet: Rabbi Meir Kahane,
From FBI Informant to Knesset Member, escribe a raíz de! asesinato de Ka-
hane: «Kahaneism - the hatred of Arabs, liberal Jews and Western culture -

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NOTAS NOTAS

has had anything but a Iimited impact in Israel. Indeed, sorne of Mr. Kaha- un tosco rechazo de la comisión de investigación para Jerusalén, votada
ne's ideas have taken root and have beco me respectable ... No cult ís likely to unánimemente por el Consejo de Seguridad de la ONU, y también un des-
develop around Mr. Kahane now ... But the rabbi willleave behind a legacy plante a Estados Unidos, el más estrecho aliado de Israel. ¿No va a acarrear
of hatred and violence that will trouble Israelis and American Jews for mayores males a Israel esa ostentación de insensibilidad ante el dolor y su-
sorne time». R. l. Friedman, «Kahane's Message of Hatred and Violence Will frimiento ajenos y esa política de oídos sordos frente a cualquier llama-
Fade», en International Herald Tribune, 8 de noviembre de 1990. miento a la cordura, que, por una parte, no impresiona a los enemigos y, por
23. Aquí hay que mencionar especialmente al Comité Israelí de Derechos Hu- otra, crea serios problemas a los amigos de Israel?
manos, bajo el profesor Israel Schahak, Jerusalén. 38. M. Scharett, Diaries (31 de marzo de 1955), p. 840; citado según S. Flapan,
24. Cf. el informe de Amnistía Internacional sobre los territorios árabes ocupa- The Birth of Israel, New York, 1987; trad. al.: Die Geburt Israels, Mün-
dos, Londres 1990; igualmente, el informe del Middle East Watch, en In- chen, 1988, p. 357.
ternational Herald Tribune, de 1 de agosto, 1990. Por el contrario, los pe- 39. Cf. International Herald Tribune, 6/7 de abril de 1991.
nosos interrogatorios inquisitoriales, a la salida del aeropuerto de Tel Aviv, 40. Cf. I. W. Charny, How Can We Commit the Unthinkable? Genocide: the
como ni siquiera se experimentaban en los países comunistas, resultan inge- Human Cancer, Boulder/Col. 1982; Id. (ed.), Toward the Understanding and
nuos e inútiles. Prevention of Genocide. Proceedings of the International Conference on the
25. Cf. D. Grossmann, The Yellow Wind, New York, 1988. Holocaust and Genocide, Tel-Aviv, 1982, Boulder/Col., 1984.
26. Cf. Y. Harkabi, The Bar Kokhba Syndrome. Risk and Realism in Interna- 41. M.H. Ellis, op. cit., pp. 132, 134 y prólogo a la 2." edición.
tional Politics, Chappaqua/New York, 1983. 42. J. Leibowitz, op. cit., p. 21 s.
27. Id., Israel's Fateful Decisiones, London, 1988. 43. Ibid., p. 22.
28. Cf. A. Rubinstein, The Zionist Dream Revisited. From Herzl to Gush Emu-
nim and Back, New York, 1984.
29. Cf. B. Beit-Hallahmi, The Israel Connection. Who Israel Arms and Why, C III. El camino hacia la paz
New York, 1987.
30. A. Eban, «Israel. Talking to the PLO Doesn't Mean Approval», en lnterna- 1. F. Husseini - Y. Dayan, «The Mideast Moderates must make a Stand», en
tional Herald Tribune, 25 de julio de 1989. International Herald Tribune, 23/24 de junio de 1990.
31. Datos del «Israel Central Bureau of Statistics», enNew York Times, 19 de 2. Cf. E. Tivnan, The Lobby. Jewish Political Power and American Foreign Po-
octubre de 1987. licy, New York, 1987; «The lobby is powerful enough to engender fear
32. Cifras según Aktuell '91. Das Lexikon der Gegenwart, Dortmund, 1990, among dissenters in the uppermost levels of American government and the
p.475. American Jewish community» (p. 12). Como resultado, se afirma en este
33. Informe de P. Rosenkranz, ibid. libro altamente informativo: «In American domestic political terms, AIPAC
34. Cf. A. Flores, Intifada. Aufstand der Paliistinenser, Berlin, 1988,21989. has become a symbol of the final arrival of the Jews as Americans. They had
35. Importantes informaciones sobre la situación más reciente las debo a Felicia quickly succeeded in busines, banking, and the arts, and now politics. U.S.
Langer, patriota judía que, desde 1967, ha defendido constantemente, en su representatives and senators feared and cultivated «Jewish muscle»; few
calidad de abogada, a palestinos ante los tribunales israelíes, pero que, al ambitious American politicians could even dream of higher office without
sentirse amenazada y no poder conseguir nada, cerró su despacho y regresó the prospect of Jewish money. And thus AIPAC's policies affected the poli-
a Tubinga para poder proseguir su trabajo informativo. En 1990 recibió por tics of America, and the policies of U.S. government. AIPAC's role was not
ello el premio Nobel alternativo por su contribución a los derechos huma- only impressive, it was phenomenah> (p. 242).
nos. Sobre sus experiencias de 1979 a 1988 publicó el libro An Age of 3. Cit. ibid., p. 251 s.
Stone, London, 1988. Sobre el diálogo de los israelíes favorables a la paz y 4. El ex-ministro de Exteriores Abba Eban se apoya en estas cifras de! Centro
los representantes de la OLP informa el periodista judíoalemán U. Avnery, de Investigación para Estudios Estratégicos en Te! Aviv, y también en la im-
My Friend, the Enemy, London, 1986. probabilidad de nuevos ataques militares de los restantes países árabes en
36. Cf. International Herald Tribune, 24 de octubre de: 1990. favor de la OLP, para considerar que Israel es ya suficientemente fuerte
37. Cuando uno mismo na tenido ocasión de ver personalmente, pocos días para el diálogo: «Los amigos de Israel deberían evitar la creación de un falso
después, las huellas de sangre en la Plaza del Templo y los impactos del sal- mito de debilidad israelí. Israel debe ahora poner todo su empeño en aceptar
vaje tiroteo en el interior de la mezquita del Templo, y unos meses antes la resolución 242 de la ONU y el principio "cambio de territorio por paz".
-inmediatamente antes del asesinato de siete palestinos en Tel-Aviv por un, Y para dar este paso Israel es ya suficientemente fuerte». A. Eban, «Stark
presuntamente loco, israelí-, ha podido escuchar a un comandante de una genug zum Dialog. Israel sollte das Umdenken der PLO begrüssen», en Die
unidad acorazada que todos los palestinos son monkeys. monos y no hom- Zeit, 20 de enero de 1989.
bres (Begin calificaba a los miembros de la OLP como «animales de dos 5. Esto no excluye una «más amplia cooperación regional e interregionah>, de-
patas»), apenas puede ya extrañarse de los excesos de violencia con respec- seada, por ejemplo, por Jordania en el marco del «Arab Cooperation Coun-
to a los palestinos. Tampoco extraña demasiado que, a continuación de la ci!" (ACC: Jordania, Egipto, Irak y Yemen del Norte). Cf. Principeheredero
unilateral matanza en el Monte del Templo de Jerusalén, no se haya escu- Hassan, «Prom Jordan, a New Bid to Free the Dove», en International He-
chado una voz de disculpa por parte del primer ministro israelí Shamir, y sí raId Tribune, 28/29 de abril de 1990.

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NOTAS NOTAS

6. Gn 15,18. (Washington D. C.) Y editor de un anunciado libro, titulado The Palesti-


7. Dt 1,7 s. nians: New Directions, escribía: «Given the new flexibility being shown by
8. Dt 11,24. the Palestine Liberatíon Organizatíon and leadíng Palestínians ín the occu-
9. Cf. Sal 72,8. pied territories, as well as the creative thinking within Israeli public opinion,
10. Cf. Nm 34,3-15; Ez 47,15-20. it should not be beyond the wit of the negotiators to find a formula whereby
11. J. J. Petuchowski, «Drei Stadien im christlich-jüdischen Gesprach»: Orientie- Jerusalem remains a unified municipality and the capital of both the Israeli
rung 49 (1985) p. 66. and the Palestinian states». En M. C. Hudson, «Jerusalem: Bush Returns the
12. T. Herzl, Der Judenstaat, Leipzig, 1896, Berlin, 1936, p. 83. Spotlight to an Unsettled Issue», en International Herald Tribune, 3 de
13. Cf. la discusión entre H. Bookbinder, largo tiempo representante del «Ame- abril de 1990.
rican Jewish Committee in Washington», y J. G. Abourezk, fundador del 10. M. Abdul Hadi-B. Sabella (Palestianian Academic Society),Jerusalem: Out
americano-árabe «Anti-Discriminations Committee»: Through Different of the Dark Tunnel, p. 4s. Manuscrito, 26 de octubre de 1990.
Eyes. Two Leading Americans - a jew and an Arab - Debate U.S. Policy in 11. Cf. El Corán, Sura 17,1. A. T. Khoury, Der Koran, Gütersloh, 1987, tradu-
the Middle East, Bethesda/Maryland, 1987. ce «desde la mezquita santa hasta la lejana mezquita» (p. 211). R. Paret, en
14. Visión muy constructiva de un cristiano palestino: N. S. Ateek, justice, and el comentario (Stuttgart, 1971, 31980) a su traducción del Corán (p. 226),
Only justice. A Palestinian Theology of Liberation, New York, 1989. El aclara que <<lejano santuario» (al-masgid al-aqsa) se refier(a Jerusalén (o a
libro termina con las siguientes palabras: «The Challenge to Palestinian un lugar dentro de Jerusalén). Según la tradición musulmana, aquí ha tenido
Christians, and indeed to all Palestinians and to all people in this conflict in lugar la creación del hombre y también aquí se celebrará el juicio. Ningún
Israel-Palestine, is: do not destroy yourself with hate; maintain your inner monte más santo en el islam que este monte de Jerusalén.
freedom; insist on justice, work for it, and it shall be yours». (p. 187). Con- 12. Cf. M. Rosen-Ayalon, The early Islamic monuments of Al-Haram Al-Sharif.
cluida ya la redacción del presente libro, tuve noticia de otro libro en pers- An iconographic study, Jerusalem, 1989. El más reciente intento de inter-
pectiva teológica cristiana sobre el conflicto palestino-israelí: R. Radford pretación del «Domo de la Roca» (en transcripción inglesa Qubbat al-
Ruether - H. J. Ruether, The Wrath of jonas. The Crisis of Religious Na- Sakhra) ---como «tienda» (en árabe qubba) sobre el trono de Dios sobre la
tionalism in the Israeli-Palestinian Conflict, San Francisco, 1989. roca- se debe a J. van Ess, «Abd al-Malik and the Dome of the Rock. An
15. D. Hartman, Pluralism Within the Judaic Tradition, Jerusalem, 1990, p. 17. Analysis of Sorne Texts», en J. Raby (ed.), Abd al-Malik's jll'Usalem, de pró-
xima aparición en Oxford (al final del artículo, abundantes datos biblio-
gráficos).
C IV. Una visión utópico-realista de la paz 13. Ibid., pp. 46-72.
14. Especialmente importante para la práctica de la convivencia entre judíos y
1. Cf. Sal 34,15. cristianos es el campo de la educación. Cf. a este respecto e!número extra-
2. El historiador de la literatura Hans Mayer (Tubinga), judíoalemán de orien- ordinario, preparado por el profesor Leonard Swidler ITemple Univer-
tación marxista, se sintió impulsado, después de un semestre como profesor sitylFiladelfia) del Journal of Ecumenical Studies 21 (19i4) cuaderno 3:
invitado en Jerusalén, a escribir su autobiografía: Ein Deutscher auf Wider- «Jews and Judaism in Christian Education». En esta revista se encuentran re-
ruf. Erinnerungen, vols. I-H, Frankfurt, 1982/84. gularmente artículos, informes y recensiones sobre el diálogojudío-cristiano-
3. P. Scholl-Latour, en el, por él editado, Knaurs Weltspiegel '90. Die kompakte islámico. Además de la ya mencionada bibliografía sobre el diálogo, citare-
Information zum Zeitgeschehen, München, 1989, p_ 30. mos aquí estos útiles libros: R. Pfisterer, Von A bis Z. Quel~nzu Fragen um
4. J. Madaule, L'Universo dello Spirito. Gerusalemme. La citta santa di tre re- juden und Christen, Neukirchen, 1971, edición aumentada1985; J. J. Pe-
ligioni, Milano, 1981; trad. al.: jerusalem. Die heilige Stadt dreier Religio- tuch()wski (ed.), When jews and Christians Meet, New York, 1988; D.
nen, Freiburg, 1982, p. 105 (con excelentes fotografías del japonés Y. Zen- Novak, jewish-Christian Dialogue. A Jewish Justification, :New York 1989;
yoji). Cf. T. Kollek - M. Pearlman, jerusalem - Sacred City of Manking. A M. Saperstein, Moments of Crisis in jewish-Christian Relations, London,
History of Forty Centuries, London, 1968; A. Elon, Jerusalem. City of Mi- 1989.
rrors, Boston de 1989.
5. T. Kollek, «Wir haben die Araber vernachlassight», en Die Zeit, 2 de no-
viembre de 1990. D. EL HOLOCAUSTO Y EL FUTURO DEL DISCURSO SOBRE DIOS
6. El profesor Clemens noma (Lucerna) me ha advertido de este aspecto de la
cuestión. D 1. El holocausto en la teología judía
7. CL Mt 5,5.
8. Cf. Mt 5,9. 1. Sobre la historia del holocausto, d. Bibliografía en Segund¡Patte, cap. A L
9. En conexión con el plan de paz del ministro de Exteriores USA, James Sobre la valoración teológica, d., entre otros muchos: F. H. littell, The Cru-
Baker, esta solución no sólo fue defendida en la Jerusalén árabe, sino tam- cifixion of the Jews, New York, 1975. (El profesor FrankltnLittelI tiene el
bién en Europa y en USA, con diversos matices. T ()talmente en esta misma mérito de ser uno de los primeros teólogos cristianos que ha lOmado en serio
línea, M. C. Hudson, profesor de derecho internacional, miembro del Centro la problemática del holocausto y de haber provocado una ;jffiplia discusión
de Estudios Árabes Contemporáneos en la Universidad de Georgetown sobre él a través de su actividad publicística). l. J. Rosenbawn, The holocaust

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NOTAS
NOTAS

and Halakha, New York, 1976; J. T. Pawlikowski, The Challenge of the 16. Sobre la prob~emátic~ ~e! nihilismo en Nietzsche, d. H. Küng, ED, Parte IV
Holocaust for Christian Theology, New Challenge of the Holocaust for cap. 1,3: ¿Que es ellllhlhsmo? y IV, II: ¿Superación del nihilismo? '
Christian Theology, New York, 1978; A. J. Peck (ed.), jews and Christians 17. I>.:1uy pronto advirtió sobre ,el nihilismo de. Hitler el nacionalsocialista y pre-
af!er the Holocaust, Philadelphia 1982; J. Kohn, Haschoah. Christlich-jü- s~dente del s~na~o de Dan~~g, H. Rauschmng, quien, en conflicto con los di-
d¡sche Verstandigung nach Auschwitz, München, 1986; G. B. Ginzel (ed.), nge~tes de dl,stnto, ren~mclO al c~r~? en 1934 y emigró a Suiza en 1936. Cf.
Auschwitz als Herausforderung für Juden und Christen, Heidelberg, 1980. sus hbros: DIe RevolutlOn des Nzhtllsmus. Kulisse und Wirklichkeit im Drit-
2. Cf.~. L. Ru~enstem., After Auschwitz. Radical Theology and Contemporary ten Reick (1938); G~~prach~ m~t Hitler (1940). Cf. T. Schieder, Hermann
Judatsm, Indlanapohs, 1966. En una colaboración del año 1988 confiesa Ru- Rauschntngs «Gesprache mlt Hztler» als Geschichtsquelle,Opladen 1972
benstein un cambio en sus puntos de vista: .. When I wrote "After Ausch- 18. M. Buber, Werke, vol. 1, München, 1962, p. 520. '.
witz" , I stressed both the punitive and exclusivist aspects of the doctrine of 19. E. B. Borowitz, op. cit., p. 215.
c~JVenant an~ election. Ov~r ~he years I have come to appreciate the other 20. Cf. 1. Greenberg" «Re1igious Values After the Holocaust: A Jewish View», en
SI de of the plcture: humalllty s profound need for something like the cove-
A. J. Peck, op. CIt., pp. 63-86.
nant or its functional equivalent: Id., «Covenant and Holocaust», en Y. 21. Ibid., p. 73.
Bauer y otros (eds.), Remembering for the Future. Working Papers and 22. E. B. Borowitz, op. cit., p. 216 s.
Addenda, vol. 1, Oxford, 1989, pp. 662-671, cit. p. 666.
3. Cf. ~obre !a problemática de la teodicea H. Küng, CS, Parte I1I, cap. IV, 2;
¿EXiste DlOS? Parte VI, cap. I1I, 2. D 11. Concepción de Dios después de Auschwitz
4. Para calificar este horror y evitar cualquier banalización en el lenguaje sobre
el hecho del holocausto, propone el teólogo judío A. A. Cohen los términos 1. Además de la que sigue, d. la bibliografía reseñada en Segunda Parte, cap.
tremendum y caesura, en un impresionante escrito reivindicativo: The Tre- A I Yen Tercera Parte, cap. D I.
mendum. A Theological Interpretation of the Holocaust, New York 1981. 2. H. Jonas, Der Gottesbegriff nach Auschwitz. Eine jüdischtStimme, Tübin-
5. Para una perspectiva de la discusión, d. M. Brocke - H. Jochum' (eds.) gen, 1984; edición de bolsillo, Frankfurt, 1987, p. 7.
Wolkensaule und Feuerschein. jüdische Theologie des Holocaust, Mün: 3. Cf. [bid., pp. 37-42.
chen, 1982 (especialmente las c~ntribuciones de 1. Maybaum, 1. Greenberg y 4. Ibid., p. 25 s.
M. "\X'yscho~rod); E. B. BOroWltz, Chotees in Modern Jewish Thought. A 5. Ibid., p. 30 s.
Parttsan Guzde, New York, 1983, cap. 9, y el número de la revista interna- 6. lb id., p. 32 s.
cional de teología, Concilium, preparado por E. Schüssler-Fiorenza y D. 7. Ibid., p. 41.
Tracy: 195 (1984): «Reto del holocausto». 8. Cf. G. Scholem, Die jüdische Mystik in ihren Hauptstromungen, Zürich,
6. J. Neusner, ~<Holocaust - Myt~os und Identitiit», en M. Brocke - H. Jochum 1957.
(eds.), op. CIt., pp. 195-212, Cit. p. 211. 9. Cf. Primera Parte, cap. C IV, 1.
7. M. Wyschogrod, cit. en J. Neusner, op. cit., p. 207. 10. G. Scholem, op. cit., p. 286.
8. Cf. denu.~ci~ de, los peligros e,n M. Wolffsohn, Ewige Schuld? 40 Jahre 11. Ibid.
deutsch-¡ud¡sch-,src:eltsche Bez¡ehungen, München, 1988, pp. 65-71. 81. 12. H. Jcmas, op. cit., p. 47.
9. Cf. E. L. Fackenhelm, Yo Mend the World. Foundations of Future Jewish 13. Cf. J. Moltmann, Trinidad y reino de Dios. La doctrina $obre Dios, Sala-
Thought, New York, 1982. Fackenheim no sólo se muestra contrario a R. manca, 1983, espec. cap. 4, parro 2, b): La autolimitacion de Dios; Id.,
Rubenstein, sino también a E. Berkovits (With God in Hell New York Dios en la creación. Doctrina ecológica de la creación, Salamanca, 1987,
1989), para el que, después del holocausto, aunque profunda~ente conmo: espe(, cap. 4, parr. 3: Creación de la nada. E. Jüugel, «Gottesursprüngliche~
cionada, no ha cambiado la fe (p. 309), d. Id., arto «Holocaust» en Con- Anfangen als schopferische Selbstbegrenzung. Ein Beitrag zum Gesprach
temporary jewish Religious Thought, pp. 399-408. ' mit Hans Jonas über den "Gottesbegriff nach Auschwitz''',en Gottes Zu-
0

10. E. L. Fackenheim, God's Presence in History. Jewish Affirmations and Phi- kunft - Zukunft der Welt, Homenaje a Jürgen Moltmann en su 60. aniver-
losophical Reflect~ons, New Xork, 1970, p., 84 (Fackenheim cita este pasaje sario, ed. por H. Deuser, y otros, München, 1986, pp. 26J275.
de un antenor articulo suyo, titulado: «Jewlsh Faith and the Holocaust» en 14. Cf. H. Küug, La encarnación de Dios. Introducción al pens(Jflliento teológico
Commentry,I967). ' de Hegel como prolegómenos para una cristología futura, Barcelona, 1974,
11. Cf. Id., What is judaism? An Interpretation for the Present Age New York espe<. cap. VIII: Prolegómenos para una cristología futura.yExcursos 1-5.
1987. ' , 15. Cf. Id., Ser cristiano; ¿Existe Dios?; Christentum und ChiHs~che Religion,
12. Cf. F. Stern, Dreams and Delusions. The Drama of German History, New München, 1988, cap. I1I, 2.
York, 1987. 16. G. S(holem, op. cit., p. 286.
13. Cf. Ap. 20,1-6. 17. Cf. E. Jüngel, op. cit., p. 268.
14. Th. Mann, Meine Zeit, en Gesammelte Werke, vol. XI Frankfurt 1960 18. L. Jacobs, A jewish Theology, London, 1973.
p.315. ' " 19. Ibid.,p. 31.
15. Cf. F. Nietzsche, FroMjche Wissenschaft I1I, 125, en Werke iiz drei Banden, 20. Ibid.,p. 34.
vol. 11, München, 1955, p. 127. 21. Ibid.,pp. 25-27.

682 683
NOTAS NOTAS

22. Ibid., p. 77. En su obra anterior: Principies of the Jewish Faith. An Analyti- tonces), sino también el verdadero «viernes santo especulativO (histórico-eter-
cal Study (London, 1964), L. Jacobs advierte que no sólo todos los pensa- no) ... en toda la verdad y crudeza de su abandono de Dios» (Erste Druck-
dores católicos e islámicos, sino también muchos influyentes teólogos pro- schriften, publicados por Lasson-Hoffmeister, vol. I, p. 346). Sobre la inter-
testantes y judíos (especialmente todos los judíos medievales), rechazan la pretación del texto cf. H. Küng, La encarnación de Dios, Barcelona, 1970,
doctrina de un «Dios finito»: <,The basic objection to the idea is that a fini- cap. IV: «La muerte de Dios».
te God would not be God at all, just as a slightly flat circle at al1» (p. 148). 38. Cf. E. Wiesel, «Nacht», en Die Nacht zu begraben, Elischa. Trilogie, Mün-
L<;> que hay que decir, desde una perspectiva crítico-constructiva sobre un chen, 1961, pp. 9-153, espec. pp. 92-94.
DIOS en proceso de hacerse en Hegel, Whitehead o T eilhard de Chardin lo he 39. K. Rahner ha expresado públicamente esta idea y también criticado, entre
expuesto en ¿Existe Dios?, Parte II: «La nueva concepción de Dios». otros, a J. Moltmann, en P. Imhoff - H. Biallowons (eds.), Karl Rahner im
23. J. D. Soloveitchik, Halakhic Man, New York, 1983, p. 49. Gesprach, vol. I, München, 1982, p. 245 s. La más reciente postura de J.
24. Ibid., p. 52. Moltmann al respecto se encuentra en su compilación de trabajos: In der Ce-
25. Ibid., p. 48. schichte des dreieinigen Gottes. Beitrage zur trinitarischen Theologie, München,
26. Nicolás de Cusa, De docta ignorantia (1440), libro I, cap. 26. 1991. Al reproche de Karl Rahner de que la concepción de Moltmann de un
27. Id., Directio speculantis seu de non aliud (1462); tI. al. Vom Nichtanderen, Dios sufriente sería una especie de gnosticismo, patripasianismo y de especu-
Hamburgo, 1952, p. 87. lación schellingniana, responde Moltmann con insinuaciones psicologizantes
28. Mi crítica de la idea de un «Dios sufriente» la confirma J. B. Metz, «Theo- (celibato, formación jesuítica, viejo) contra un hombre que ya no puede de-
logie der Theodizee?,>, en W. Oelmüller (ed.), Theodizee - Gott vor Gericht?, fenderse. Pero viniendo al tema: nada hay que objetar a una capacidad de am()r
München, 1990, pp. 103-118: «Quiero aclarar mi reserva. ¿Por qué hablar y capacidad de sufrimiento de Dios, en el sentido de la compasión (eso también
de un Dios sufriente no es, a fin de cuentas, sino una multiplicación del dolor lo suscribiría Rahner). Pero las dificultades comienzan en la cristología, en la
e impotencia humanos? .. No creo que la cristología nos obligue o permita que Moltmann habla directamente del «Dios crucificado», suprimiendo prác-
hablar de un Dios sufriente o del sufrimiento de Dios» (p. 117). ticamente la distinción entre Dios mismo, el Padre, y el Hijo. Mi punto de vista
29. Aquí encuentro también un acuerdo fundamental con mis colegas y amigos personal podría expresarse así: ni el Deus impassibilis et jnmutabilís (presu·
de Tubinga Jürgen Moltmann y Eberhard Jüngel, los cuales se han ocupado puesto de Rahner), ni el Deus crucifixus, mortuus et sepultllS (consecuencia de
con admirable intensidad de profundizar en la concepción de Dios ante la Moltmann), sino más bien el Deus compassibilis et compatiens, tal como se ha
tremenda negatividad del sufrimiento y la muerte. manifestado en Jesucristo crucifixus, mortuus, sepultus et 1esurrectus.
30. D. Bonhoeffer, Widerstand und Ergebung. Briefe und Aufzeichnungen aus 40. Cf. H. Blumenherg, Matthiiuspassion, Frankfurt, 1988. A1respecto, E. Biser,
der Haft, edito por E. Bethge, München, 1961, p. 242. «Theologische Trauerarbeit. Zu Hans Blumenbergs Matthtiuspassion»: The()-
31. D. Tracy, «Religious Values after the Holocaust: A Catholíc View», en logische Revue 85 (1989) espec. pp. 441-452.
Jews and Christians after the Holocaust, edito por A. J. Peck, Philadelphia, 41. 2 Cor 13,4.
1982, pp. 87-107, cit. p. 106. 42. H. S. Kushner, When Bad Things Happen fo Good Plap/e, New Yod
32. Cf. J. Moltmann, El Dios crucificado. La cruz de Cristo como base y crítica 19S1. '
de toda teología cristiana, Salamanca, 1975, espec. cap. 6: «El Dios crucifi- 43. Lv 10,3. Una teología sistemática del silencio de Dios --como el aspecto es-
cado». Cf. H. Küng, «Die Religionen als Frage an die Theologie des Kreuzes. condido de Dios frente al «manifestado» en la Palabra- hasido elaborada
Zur Kreuzestheologie J. Moltmanns»; Evangelische Theologie 33 (1973) en perspectiva judía, por A. Néher, L'exil de la parole. Dusilence bibliqt¡;
pp. 401-423. De todos modos, considero exagerada la crítica de A. R. Ec- au silence d'Auschwitz, Paris, 1970; cf. Id., arto «Silence»,en Contemporaty
kardt, «J. Moltmann, the Jews People and the Holocaust»: Journal of the jeUJish Religious Thought, pp. 873-885. Cf., en perspectiva cristiana, el mí.
American Academy oi Religion 44 (1976) pp. 675-691. En la crítica al mero de la revista Concilium preparado por C. Duqu~c y C. Floristán:
triunfalismo de la teología cristiana frente a los judíos estamos de acuerdo; «Job y el silencio de Dios»: 189 (1983).
pero ello no quiere decir que cualquier intento de valoración desde una 44. E. Wiesel, «Eine Quelle für die Hoffnung finden. Gesprach mit R. Bos.
perspectiva cristiana haya de considerarse como abierto o solapado triunfa- chert», en Süddeutsche Zeitung, 28/29 de octubre de 19 ¡9. Cf. también ~
lismo, como lo hace Eckardt con respecto a Moltmann. biografía fundamental sobre la persona y la obra de Ilie Wiesel, de 1\
33. Cf. E. Jüngel, Gott als Geheimnis der Welt. Zur Begründung der Theologie McAfee Brown, Elie Wiesel. Messenger to all Humaniry, Notre Datne'
des Gekreuzigten im Streit zwischen Theismus und Atheismus, Tübingen, 19S3, espec. cap. 5: El silencio de Dios. '
1977, espec. parr. 13: Gottes Einheit mit der Verganglichkeit als Grund 45. Cf.ls 52,13-53,12.
der Dankbarkeit Gottes; parro 22: Der gekreuzigte Jesus Christus als vestí- 46. Cf. S. Shapiro, «A la escucha de! testimonio de la negaciónradica{,,; Conci-
gium trinitatis; Id., Tod, Stuttgart, 1971, espec. cap. B V: Der Tod Jesu lium 195 (1984) pp. 175 ss.
Christi - Der Tod als Passion Gattes. 47. Citado por e! teólogo evangélico Eckehard Bahr, bajo el título «Das Grauen
34. Tit 3,4. untl die Hoffnung. Was wir von den Opfern lernen kijnnen - Gedanken
35. Cf. 1 Cor 1,18-31. zurn Fest der Auferstehung», en Die Zeit, 28 de marzo dd986.
36. Me 15,34. 48. Asílo ha presentado recientemente una investigación bíbJico·teológica de J
37. <;o~ su comprens~ón filosófica de lo Absoluto en la unidad de lo infinito y lo c. Beker (Princeton): Suffering and Hope. The BiblicJIVision and t/;;
flmto, Hegel 110 solo qUiere «representar» el «viernes santo histórico» (de en- Human Predicament, Philadelphia, 1987.

684 685
NOTAS

49. Cf. I. J. Rosenbaum, The Holocaust and Halakhah, New York, 1976.
50. [bid., p. 111. INDICE DE CONCEPTOS
51. Así M. Wyschogrod, respondiendo a 1. Greenberg: «Gott - ein Gott der
Erlo8ung», en M. Brocke - H. Jochum (ed8.), Wolkensaule und Feuer
schein. Jüdische Theologie des Holocaust, München, 1982, pp. 178-194; cit.
p.185.
52. Rom 8,31. 388.
53. M. Horkheimer, La añoranza de lo completamente otro, en H Marcuse et
al., A la búsqueda del sentido, Salamanca, 1976, pp. 65 ss.
54. Ap 21,3 s.

Alianza: 21ss, 46, 65, 72ss, 107s, 295, 307, Auschwitz: 220s, 226,234, 253, 256, 262,
337,354,390,403,407,412,437,441, 267s, 271, 376, 488, 506, 550-553, 556,
454, 456, 457ss, 460, 464, 471, 477, 557-571
491,494,499,527,552 Autonomía: 111, 161,2028,239,399,441,
- a. eterna: 22, 30, 307 443,455-457, 460ss, 495,591
- antigua a.: 27,64,295,307,479
- con Abrahán: 46, 48, 59 Bar Kokba':
- con Noé: 46-48, 59,439 - r~vuelta de B, K.: 129, 133, 169,
- contraer una a. ! hacer un pacto, pac- 310,352,510
tar:38,39,54, 71, 100, 113,453,477 - síndrome de B,K.: 130, 510
- del Sinaí: 46, 47, 54-57, 59, 73 Bautismo: 303s, 312,335, 354
- fórmula: 65 Blasfemia: 343, 364,367, 567
- nueva a.: 27, 33, 47, 295, 355,479
- señal de la a.: 22, 25, 47, 59, 444, Cábala: 163, 171, 174-179, 203, 386, 395,
478 406, 556, 557-561
- teología: 55,442 Campos de concentración: 216, 218, 2355,
Alma: 33, 132, 175,326 237, 239, 269, 298, 515, 519, 553ss,
Anticomunismo: 219, 227, 250 570
Antijudaísmo: 10, 148-156, 160, 163-170, Candelabro de los sitie brazos: (v. Menorá)
193, 224, 228, 231s, 250, 253, 258, Canon! canonizaci<Ín: 61, 113-115, 136,
260s, 326, 340s, 480, 491 389
- literatura adversus judaeos: 153, 167 Capital (v. Jerusalén)
Antisemitismo: 149, 193,215, 221ss, 225, Caraítas ! caraísmo: 170-173, 183
227, 230-234,~43ss, 253, 255, 258s, Carisma: 78, 1525
260ss, 265s, 269, 273, 276s, 281, 305, Catedrocracia: 152,200,543
340, 381, 404s,411, 444, 490, 510, 522 Ciencias bíblicas: 38,40, 57, 445
Apocalíptica: 63, 125-128, 156, 179, 181, Circuncisión: 22, 25,31, 47, 104, 121,
310, 329ss, 339, 361, 481s, 510, 532 132, 144, 150s, [57, 172, 180, 204,
Apócrifos: 26, 63, 136 333, 347, 355s, 466s, 471, 472, 473,
Apóstol! apóstoles: 27, 116, 252, 305, 480,486
325s, 335, 337, 341s, 346ss, 351, 468, Cisma: 111, 449
478,480,519 Comunidad cristiana primitiva: 54, 129,
Arca de Dios! Arca de la Alianza: 80, 88, 130,304,314,320,331,332,336-338,
101, 108 340, 362s, 462, 411,474,537
Archipiélago Gulag: 220, 552-555, 561, Comunidad de destlfio: 35s, 75, 77, 435,
573 498
Asesinato múltiple: (v. Genocidio) Concilio
Asimilación: 10, 174-215, 221s, 224s, 273, - de los Apóstoh:300, 336, 474
276s, 383, 386, 423,437,452,490 - de Éfeso: 155
Ateísmo: 190, 196, 238, 385, 412, 550, - de Florencia: -447s
560,567 - Lateranense TI: 163

686 687
IN DICE DE CONCEPTOS INDICE DE CONCEPTOS

- de Trento: 135, 344 - a Yahvé: 99, 103, 105 Emancipación: 197,205, 436ss, 456 Fe: 22, 25, 29, 35,48, 50, 53, 92, 202,
- Vaticano 1: 199 - extranjeros: 100, 103, 121,348 Emigración: 37, 313, 517 332, 335s, 346, 348, 353, 357, 367,
- Vaticano 11: 32, 169, 252s, 257s, Curia romana (v. Vaticano) Encarnación (v. Jesucristo) 371,376,386,394,396,399,402,404,
322, 394,425, 447, 482, 490s Episcopado 410, 415, 434, 436, 439, 446, 456,
- de Yabne (Yamnia): 136, 344 Decálogo: 32, 53s, 55-57, 333, 444, 460, - alemán: 233, 235, 237, 245ss, 253- 459ss, 467s, 469-472, 476, 478, 481,
Concordato / concordato imperial: 236, 469,473,519,583 258, 297, 299s, 314,357,379,483, 482, 484, 491, 518-520, 530, 542ss,
238,245,254,257 Declaración Balfour: 279 509 550ss, 553, 560, 569, 571
Confederación / asociación: 498ss, 524ss Declaraciones eclesiásticas sobre los judíos: - polaco: 258-264, 379 Federación de párrocos comprometidos:
Conferencia de Wannsee: 245, 264 183s, 306, 479, 481 Erez Israel (v. Tierra de Israel) 240s
Consejo Mundial de las Iglesias: 242, 425, Deportación (v. Destierro) Escrituras Sagradas: 32, 39, 94s, 113-115, Filosofía
482 Derechos humanos: 187s, 197-201,224,258, 141, 181, 240, 332s, 335s, 339, 358, - judía: 119, 142,158, 175, 188, 292s,
Contrarreforma: 182-184, 186 278, 329,425,438, 509-511, 579s, 592 392, 446s, 459, 464 36~392,29~400,411
Conversión: 34s, 176s, 180,222, 355, 384, Deutero-Isaías: 43, 104ss, 115,353,439 Escuela de Hillel: 132ss - moderna: 187s, 191, 198,299, 391,
396,400,460,467,499 Diálogo Esenios: 122, 311 396ss, 398, 402,427, 555
Corán: 28ss, 55, 64, 86, 140, 528, 543, - a tres bandas: 29-33, 47,59 Espíritu Santo: 105, 116, 335, 349, 358, Fin de los tiempos (v. Apocalíptica)
545,583, 591s - judeo-cristiano: 29, 165, 300-302, 365,366,367,400,552 Fronteras (v. Estado de Israel)
Creación: 32, 46s, 113, 328, 331, 351, 364, 305s, 330, 356,365,370,376,482- Establishment judío: 125, 171, 188, 307, Fundamentalismo: 392, 394, 408
389,435,454,482,485,557-561,592 484,491,564 313,320,337,340, 341ss, 465
Credo / profesión de fe: 160s, 326, 353, Diáspora: 58ss, 103s, 112, 120, 141-148, Estado de Israel: lOs, 133, 161, 162, 169, Genocidio: 11, 183,215, 219ss, 225, 247,
362,391 152,161,169,175,260,294,353,408, 180, 237, 242, 250ss, 270, 272-296, 260,266, 502, 518,556, 580
Cristianismo: 21, 27ss, 30, 56 156, 160, 414,438,457,467,490,511,518 299, 307, 374, 375, 377, 380ss, 385, Gracia: 54, 92, 315,347, 375, 447, 4685,
163, 175,193,304-307,355,357,364, Diluvio universal: 20, 46s, 113,439 390, 395s, 398ss, 405, 407,412, 414, 470,478, 480ss, 483, 491
366, 367s, 380, 385, 397, 403, 406, Dios (v. Monoteísmo) 418, 424, 429, 432, 436, 440, 443ss, Gran Rabinato: 280,445, 448s, 496, 498,
414, 425, 432ss, 438, 446, 447, 453, - acusación de haber matado a Dios 448ss, 451s, 456, 459, 482, 490-548, 507,537
457, 460, 461, 466, 477s, 483, 485s, (deicidio[?]): 153ss, 267, 322, 345 549,584 Guerra: 94s, 186, 218, 220, 374, 425,
488, 500, 530ss, 535, 542, 573, 582 - Hijo de D./ Palabra: 30, 81, 85, 300, Estado de Palestina: 293, 500, 513-518, 491s, 500, 510, 519, 520, 548, 575,
- cristianos de la gentilidad: 336-338, 318, 336, 347, 357, 359-363, 368, 522, 523-527, 533, 540, 564-571 (v. 577-579
353ss, 460,463,467-476,481 370,477, 563ss (v. Jesucristo, Logos) Cuestión palestina) - g. de independencia: 288, 289s, 498,
- judeo-cristianos: 132, 155,239,335, - palabra de D.: 147, 314, 336, 363- Estados pontificios (v. Papado) 500s, 521, 537
336-339, 341ss, 354, 365,460,462, 366, 393,398, 407, 417, 447, 496, Ética / ethos: 25,141,185,308,333,336, - G. de los Seis Días: 130s, 382, 501,
467-476,492 565 375, 385ss, 402s, 406, 411,426,438, 510,511,531~H2,549
- misiones a los judíos: 183s, 306,479, - pueblo de D.: 22, 53, 117, 167, 180, 446, 460ss, 465, 479, 578 - G. del Golfo: 169ss, 272, 379, 430,
481 244,351, 354s, 363, 406, 417, - ethos de la humanidad / ética mun- 491,499, 505,507-511, 515s, 519,
Cristología: 13, 154, 156, 241, 297-304, 439ss, 453s, 456s, 467, 471, 477- dial: 32, 46-48, 56, 95, 422, 456, 520ss, 538, 571,574s, 577-579, 582,
305ss, 308, 345, 350,468,563 484,494 573, 579-582 586
Crítica de la Biblia: 185ss, 392, 395, 408 - reino de D.: 126,148,303,310,315, Etnarca: 123, 134 - G. del Yom Kippur: 270, 501
(v. Ciencias bíblicas) 318,332, 335s, 360, 374,462,464, Eutanasia: 247 - g. para tomar Palestina: 57ss, 68s5,
- método histórico-crítico: 39,42, 51, 484,550 Excomunión de los cristianos: 45, 134, 81
70ss, 301, 302, 304ss, 314, 359ss, - término: 430ss 248, 341-349 - g. por Yahvé: ~4s, 578
368,398,408,467,492 - y holocausto: 557-570 Exégesis (v. Crítica de la Biblia) - g. santas: 45, ')i,81, 578
Cruz Roja: 265, 540 Disputa de los historiadores: 216-219,233 Exilio: 143, 154, 177,203,457,492,496, - invasión del Uano: 292s, 510
Cruzadas: 152, 156, 162, 163s, 165ss, 171, Disputas judeo-cristianas: 163-170 526 - Primera G. Judea·romana: 128-130,
537,555,578 Doctores de la Ley (v. Rabinos) - babilónico: 22, 25, 35, 42s, 103-106, 133, 355s, 542
Cuestión palestina: 11,270,281-286,294, Dogma: 51,139,148,152, 157, 181,243, 119,132,143,1495,272,542 - Primera G. Mwdial: 217, 225, 253,
379s, 499-549, 574-577, 578, 581ss, 246,319,325,358,360,399,445-447 Éxodo: 39,51-54, 62, 71, 105, 118, 274, 278s, 282, 403.416, 421, 424, 426,
590 Domingo: 484-489 277,331,412,435,453,471,485 460, 495,529,.i73
Culpa: 216, 225s, 237s, 250, 258, 267- Domo de la Roca: 130, 536ss, 542, 543- Expulsión: 32, 217, 223, 358, 379,500,506, - Segunda G. Juaeo-romana: 82, 130,
272,322,373-377,387,467,500,562 545 515,521,538,579 (v. Antisemitismo) 165,285,287
- colectiva: 268ss, 322 - Segunda G. MlIlldial: 217, 237,247,
- confesión de la c.: 227, 241s, 257s, Ecumene abrahámica: 31, 543-548,591 Fariseos / fariseísmo: 124,132-137, 304ss, 264, 288, 303.179, 380-382, 385,
265,374 Elección: 26s, 36, 51-54, 100, 103, 411, 313-316,320, 340, 341s, 346s, 462, 396,407, 416,m, 424, 525s, 529,
Culto: 25, 135, 339s 460,477,480,499 467,478 549,563,573,584

688 689
INDICE DE CONCEPTOS INDICE DE CONCEPTOS

Gueto: 162, 183, 184, 194, 198, 201, Irgun Zwai Leumi (Etzel), organización: - j. rabínico: 27, 63,171, 173, 175, 399,404,408,445,467, 471ss, 486,
258ss, 381, 385, 444 283, 285, 289ss 355,367,448,463 494,496
- levantamiento del g. de Varsovia: Islam: 9, 21, 25, 28-30, 55, 116s, 140, 156- - j. reconstructor: 410-413 - precepto sabático: 104, 140, 150,
261 160,163,170,175,355,365,366, - j. reformista: 201-205, 299, 380, 305, 319, 347, 399, 407, 444, 445,
367ss, 380,405,414,425, 432ss, 438, 384, 386, 393, 399s, 401-403, 408, 456, 464s, 466, 471, 481-489, 496
Haganá: 282, 285 535,545,573,582,584 411,415,440,455,495,497,499 - reglas sobre la pureza: 104, 139, 148,
Halaká (v. Ley) Israel (v. Tierra I Estado de Israel) - naturaleza: 34-36, 50-53, 383-385, 150, 156, 204, 305, 312, 314, 316,
Haskalá (v. Ilustración judía) - reino de 1., reino del Norte: 25, 80, 413-418,432-440,497-499 333,399,404,443,445,448,471
Helenismo: 20,118-120,153,205,336 88-90, 98ss, 457 Jueces: 75, 76s, 329,440,496, 510 Marranos: 165, 182s
Herejía: 152ss - reino del Sur: (v. Judá) Justificación: 31, 351, 370, 466, 469s, 479, Masada: 124, 129, 133,344
Hierocracia: 542-543 - tribus de 1.: 51s, 58, 68, 75, 335, 454 550,561,565,567 Matrimonio mixto: 108ss, 150, 154, 204,
Hijo del Hombre: 85, 128, 329, 336, 353, 210ss, 383, 449
565 Jasidim I jasidismo: 122, 125, 174-178, Ley I halaká: 35, 54-57, 105, 106-111,134, Menorá: 107, 133,535
Hijo: 28,126,316,353, 364s, 369s, 470, 199ss, 311, 386,396,405,439 138, 140, 172, 180, 195,203, 304s, Mesías I espera del Mesías: 63, 82, 85s, 108,
477,565 Jerusalén I ciudad de David: 28, 80, 98s, 307, 309s, 314, 315-318, 320, 322, 336, 127s, 130, 149s, 154,160,1768,273,
- de David (v. Mesías) 121,128-132,149,244,279,287,289s, 338, 342, 347ss, 350, 354, 360, 367, 299, 300s, 303, 319,324, 331ss, 336,
- de Dios (v. Dios I Jesucristo I Trini- 303,312,336-338,348,363,377,395, 390, 392-396, 397-401, 403, 406, 408s, 342, 347s8, 356, 360,365, 405, 450,
dad) 443, 457, 466, 474, 484, 490, 507, 411, 412ss, 416s, 434s, 440-476, 495ss, 467ss, 478, 483, 528,550,554,565
Hillel (v. Escuela de Hillel) 511s, 513s, 520,525,531,535-558 507,529,550 - títulos mesiánicos 85, 318s, 321,
Holocausto: lOs, 162, 165,217,219-220, Jesucristo (v. Cristología) - obras la L.: 27s, 30, 148, 348, 350, 328s
227, 231, 233s, 249s, 259, 261ss, 267, - cruz: 320-323, 328, 349, 357, 365, 354, 377, 390, 392, 467-471, 472, Método histórico-crític() (v. Crítica de la
273, 286, 290, 299, 304s, 327, 373s, 470,563s8 480,482 Biblia)
375, 381s, 385, 397, 411, 417s, 424, - encarnación: 157, 181, 356, 358s, Ley sobre el «mamzer»: 407 Mezquita de Al-Aksha: 515, 536, 543
433s, 436, 439, 449, 459, 482, 490ss, 362, 363-366 Leyes racistas de Nuremberg: 216, 240, Misión
499, 505s, 516, 531, 548, 549-572, 575, - filiación divina: 320, 356, 358, 359- 247,261 - judía: 119, 154,204,347,396
586 363 Libertad: 181, 190, 224, 312, 349, 397, - cristiana (v. Cristianismo)
Humanidad (Menschheit): 23, 44, 46-48, - Jesús histórico: 302-304, 308-311 412ss, 423, 425, 433,438, 441s, 452, Mística: 175s, 538 (v. abala)
201,217,312,407,440,485,489,554, - preexistencia: 357, 364ss 455-457,460,463,471,474,480,498s, Mitos: 20, 287s, 298, 435,538, 552
567,580,584 - resurrección: 324-328, 348-352, 357, 550, 553s, 556, 591 Modernidad: 35, 152, 1)0,184-188, 193ss,
Humanidad, humanización (Humanitat): 362,466,477,537,565,569 - de la Ley: 440, 455-457, 470, 471- 201-205,206, 238, 2~i,379, 386, 387s,
194,215, 554s, 583 - segunda venida: 130, 165, 328s, 357, 477 393,403,408, 415s5,421s8, 432, 437,
Humanismo: 174, 430ss 481s, 532, 537 Libro de Daniel: 125ss 456,459,499,525-555
Jewish Agency, Agencia Judía: 280, 285s, Libros históricos de la Biblia: 42, 77, 82, Moisés I grupo de Mois€I:52, 55, 57, 60
Idealismo: 190ss, 197,298 445 87s, 106, 110 Monarquía (v. Reinado)
Iglesia católica I catolicismo: 32, 136, 148, Jewish Legion: 282 Liturgia Monolatría (v. Monoteílmo)
156,162,168,172,173,183,200,238, Joánico (v. Teología joánica) - cristiana: 332s, 335, 433, 453, 485, Monoteísmo: 23,25,30,41-44, 48, 53,
242,245, 253s, 347, 381, 393, 445-448, Judá I reino del Sur. 25, 80, 87ss, 98-102, 457 488s, 545 61, 105, 119, 132, 1<11,152, 157, 195,
453,499,531, 584ss (v. Episcopado, Pa- Judaísmo: 9ss, 21, 27s, 30-36, 164, 188, - judía: 27, 114, 171, 333s, 344, 403, 300s, 306, 336, 34"7,356, 362, 366,
pado, Vaticano) 195, 198, 2038s, 239, 243s, 297ss, 304, 411, 452ss, 460, 465, 488,545,551, 402,441,460,519
Iglesia confesante: 228 313, 325,35,), 358s, 363ss, 367ss, 380, 556 Movimiento Al Fatah (z,o.OLP)
Iglesia imperial: 238-240 383-386, 3~7, 390, 393s, 396s, 397, Logos: 363-366, 367, 568 Muerte expiatoria (v. Saolfacción / Sacrifi-
Ilustración: 38, 148, 160, 187s, 193ss, 198, 400ss, 412s, 415, 424ss, 431, 432-440, cio)
201s, 221s, 225-226, 232, 272, 276, 444s, 448ss, 452-454, 457s, 461, 466, Macabeos: 120-124, 135, 151, 572-575 Mujer: 22, 26, 44, 173,304, 314, 319,
308,358,394,403,416,437,446 477ss, 482s, 485, 487s5, 490ss, 492s, 494, Mandamientos: 45s, 47, 57, 137,202,315, 336,384,399,401, 413,444, 452-455,
Ilustración judía: 193,197, 198ss, 276 496ss, 503, 505, 528, 531, 543, 550s 339, 390, 392, 397, 398ss, 404, 407, 556,585
Infalibilidad: 193, 199, 243, 395, 398s, - j. conservador: 140, 208-274, 381, 412, 414, 431, 437, 449ss, 445, 447, Muro de las Lamentaciom~:417, 454, 516,
445-448, 585s 384, 386, 393, 396, 400, 404, 408- 451-452,455,462-464, 465s, 467, 469- 536,542
Inmigración I 'aliya: 274, 278ss, 282ss, 413,440,495,497 472,476,498
381,403, 494s, 496, 508, 614 - j. ortodo~o: 140, 141,205-208,380, - doble mandamiento: 316, 462s Nacionalismo: 107, 221·225, 280, 439,
Inquisición: 140, 165s, 182-184,555 384,393-401, 403ss, 408, 410, 412, - m. de Noé: 47s, 140 510,518-520
Intifada: 375, 499, 513-518, 521, 533 413, 416s, 437,440,448,456,466, - normas sobre los alimentos: 102, Nacionalsocialismo: 21m4, 236, 239,
Intolerancia: 44, 162, 356, 384,532 495s5, 508, 519, 529 138, 140, 150, 157,203,305,348, 243,247, 253ss, 297, ~lj,552, 573, 583

690 691
INDICE DE CONCEPTOS INDICE DE CONCEPTOS

Naturaleza: 62, 190, 306, 347, 358, 360, 505, 509ss, 518ss, 520-527, 533s, 541, Qumrán: 311-313, 314, 322, 351, 353 Resurrección: 105, 126s, 139s, 308, 324-
365,367,386,395,412,423,428,452, 543s, 5488S, 572, 574, 590 328, 363, 435,471, 485, 490, 549,
485, 573s Pecado: 168,375,400,467,468,470,481, Rabino I rabina: 197,203,206,277,315, 563ss
Nihilismo: 385, 551, 552-556 550,552,564 (v. Culpa I Perdón) 318, 319, 384, 392, 400s, 405, 409, - de Cristo (v. Jesucristo)
Noche de los cristales rotos (la): 235, 247, - p. original: 268, 346, 349 440, 444, 447s, 449, 451, 454, 464ss, Revelación: 25, 26s, 30,62, 63,86, 92, 114,
265 Pentateuco (v. Torá) 490s, 496, 542 141,171, 173, 336, 342, 360, 364s,
Nomocracia: 112 Perdón: 105, 258,262,271,310,315,319, Rabinos: 27, 83s, 1155, 132-148, 162, 174, 366-368, 389s, 392, 394, 398-401, 404,
370,373-377,417,463,465,516 180,203, 305, 319, 340, 360, 367, 406, 405-410, 411s, 427s, 435, 440, 446,
OLP: 283, 293s, 492, 500s, 504, 513s, Pluralismo religioso: 439, 494-497 441,443,462,465,467,471,481;;,542;; 453,460,465,527,552,5588
515ss,521s Pogromo(s): 149, 151, 176s, 206, 216, 223, Racismo: 221-225 Revolución
ONU I Naciones Unidas: 284, 287ss, 289, 236s, 261, 265, 274s, 281 (v. Antisemi- Razón: 160, 187, 190,203,387,390,392, _ americana: 187,199,225
501, 522, 523ss, 527, 538, 540, 573s, tismo) 399,402,438,442,456,519,541,554, - francesa: 170,183, 189, 199s, 225,
575s,580 Politeísmo: 41-45, 48,149,367 556, 567,577s 372,486,555
- resoluciones de la ONU: 515, 522, Postmodernidad: 10, 49, 379, 418, 421- Realeza I soberanía de Dios: 77, 123,483 - rusa: 227, 372, 485,555
525ss, 538, 580 425,427,429,431,432-439,490,520, Recompensa: 119, 126, 376, 378s, 463, 515
Orden de Malta: 183 555s, 573-574 Reconciliación: 237, 267-272, 288, 370, Sábado: 109, 121,154, 204, 313s, 316,
Ortodoxia: 175, 195,447,488,496 Predestinación: 190,481 373-377,417,474,515, 531s,558,583 333, 344, 349, 394, 400, 408s, 411,
- judía (v. Judaísmo) Preexistencia (v. Jesucristo) Reconquista: 165 413, 443s, 464, 465, 467,472,484-489,
Ortopraxis: 137-141, 195,360 Procedencia (del linaje de ... ): 35,477,480, Redención: 52,168,176,326,347, 370ss, 494,496,498
499 397,417,460,484,550,565 Sabio I literatura sapiencial: 61s, 93, 118-
Pablo (v. Teología paulina) Profeta: 28, 30, 32, 33, 43, 61s, 90-98, Reforma 120, 125s, 133, J31s, 390, 392, 406,
Pactos Lateranenses: 244s 114, 115-11~ 128, 179,30~319,326, - movimiento reformista (v. Judaísmo) 439, 481s, 562, 564
Padres de la Iglesia: 28, 85, 141, 153, 156, 331,339,342,351,353,355,361,386, - r. judía: 170-173 Sacerdocio: 94s, 105,109, 115, 137, 180,
166,488 389-392,405,407,410,414,439,465, - r.luterana: 179-182,184,186,240, 340s, 449, 528, 533, 542
Palestina (v. Cuestión palestina) 467,470,4815,507,550,571 394 Sacrificio
Panteísmo I spinozismo: 188-193,253,561 - p. cortesano: 91, 103, 115 Reino davídico: 76-87,280,500, 537, 574 - de Isaac: 25,27,30
Papado I Vaticano: 156, 182-184,234, - profetisa: 91, 100, 116 Reino I reinado: 38, 73, 75, 76-102, 112, - los judíos corno víctimas: 218, 373,
236,243-253,259,266,445,492,520, Prohibición (l!. Mandamiento) 137, 160,457 375,505,518,523,569,570
531,540 Promesa: 22,25, 30s, 57-59, 103, 180, Religión: 10ss, 20s, 24, 28, 32, 42, 187, - muerte sacrificial de Jesús: 368-372,
Paradigma: 433, 440, 446,507,530 274,339,343,353,363,405,477-481, 189, 193, 198, 202, 207ss, 266, 350, 565
- p. asimilación a la Modernidad: 174- 483, 491, 493s5, 528, 537, 540, 550s, 355, 376, 381, 385ss, 390, 391ss, 394, - s. humano(s): 368, 519
213,403,415, 425, 436, 457, 507, 571 402ss, 406, 411, 412s, 415, 421, 424- - sumisión de lamente: 406,442
520,551,554 Prosélitos: 132, 154 425,426, 431, 432ss, 439, 445, 451s, Saduceos: 122s, 124,137,499
- p. posmoderno: 421-440, 457s, 530 Protestantismo: 238s, 241, 381, 424s, 585 493,495,498, 51~520,526, 529~ Saga I leyenda: 20, 23,25, 26ss, 60, 113,
- p. rabínico-sinagogal: 132-174,195, Pseudoepígrafos: 88, 136 556, 573s, 582, 590-592 225s,345
344, 393s, 415,436, 444,457, 507, Pueblo: 24, 30, 33, 134, 167, 169, 187, - comunidad religiosa: 35, 112, 204, Salida (v. Éxodo)
520 199,216, 236,364,373, 411s, 435, 275,382,402,548 Salmos: 29,80, 83,114s, 133, 171, 195,
- p. reino: 76-102,457, 507, 542s 439,460,466,581 - ley religiosa (v. Halaká) 272,333,361,541,592
- p. teocracia: 103-131, 338s, 344s, - árabe I p. palestino: 284, 289, 431, - r. abrahámica; 22, 24-34, 61,64, 95, Salvación: 27, 33, 1<11,155,339,349, 394,
394,457,507,543 500-504, 509s, 513, 516, 518, 519, 117,130,537,543,558 447s, 467, 472, 47i,481-483, 484, 519,
- p. tribus: 67-75,457 525,581 - r. del Estado: 81,96, 154,494-497 550
- teoría de los p. I cambio de p.: 66, - de Israel! p. judío: 22, 27, 30, 35ss, - r. del libro: 113-115, 137,156 Sanedrín: 125, 133, 151,320, 342
76, 78, 104s, 111, 120, 132, 155, 51-54, 72·76, 103s, 120, 125, 135, - r. del Templo: 107-111, 114,322, Santuario: 339, 367,543s
173, 178, 202, 298, 336, 365, 403, 142, 1475s, 160s, 186, 197s, 204, 340s - central (v. Templo)
423, 430, 436ss, 45~, 490, 4995, 206, 225s, 249, 252,258,264,272- - r.dela Torá: 141-148,415 - santuarios: 25,30
528,556 286, 29j, 299s, 306, 322, 332, 340s, - r. mundial: 9, 21, 33,38, 130, 156, Satanás I Diablo: 44,i5, 155, 181, 368
Paraíso: 20, 26, 46, 537 348, 350ss, 354s, 360, 364, 385, 305,347,352,424,453,537,557 Satisfacción (doctrin~dela): 346, 357, 36i·
Patriarcado: 44,139,151,453 389, 4()4, 407s, 410s, 412, 414ss, - r. profética: 9, 30, 44, 55,61-62,90- 371
Patriarcas: 21-24,25,33, 51s, 63,82,113, 429, 43J, 436s, 440, 441, 451s, 456, 94, 95, 116s, 163, 355ss, 368, 389, Sermón de la montaJÍl:64, 305, 309, 314s,
134,151, 179,439 460, 46~s, 477-482, 483, 485, 490s, 4015,546 319,372-380,461464, 578, 594
Paz: 95, 226, 267, 272, 286, 374, 376, 492s, 498, 500-504, 505, 516, 519, Responsabilidad: 61s, 105, 226,239,341, Sinagoga: 104, 114,135s, 154, 181, 185,
377,4115, 452, 467, 484, 492, 499ss, 52~53~, 550,551~581,591 397,400, 441s, 452,460,548,580, 589 189,200,235,251,315, 320, 337, 344,

692 693
IN DICE DE CONCEPTOS

380s, 384ss, 394,400,409,411, 444s, Tierra: 24, 30, 377, 412, 438ss, 529 INDICE DE NOMBRES PROPIOS'"
453s, 459, 488, 536, 542s, 592 - de Israel I Erez Israel: 20, 78, 82,
Sinaí: 27, 52, 54-57, 138, 290, 299, 386, 143s, 161,272,274, 276s, 395, 415,
397, 428, 441, 453s, 465, 521, 544, 490s, 500, 509
551-555 - t. prometida: 22, 38, 57-59, 66, 82,
- alianza del S. (v. Alianza) 113, 133, 180,203,295,411,437,
- Monte S.: 54, 113 490s, 531, 534
Sincretismo: 88, 90, 99, 128, 150, 336 - t. santa: 35, 275, 278, 403s, 520,
Sínodos de Barmen: 241 540
Sionismo: 84,215,273-289,404,426,439, - toma de la t.: 39s, 55, 57s, 68-70,
493, 505, 513,520s 81, 118,575
Socialismo: 208, 232, 381, 385s, 537 Tolerancia: 107, 161, 184, 187,226, 400s, Aalders, G.: 599 Ahlstrom. G. W.: 602
Solución final (v. Holocausto) 425,508 Aarón:91,204,567 Ajaz: 99
Sumo sacerdote: 110, 112, 120-125, 151, Torá / Pentateuco: 27s, 40, 52, 61, 63, 83, Aarón de York: 162 Ajimélek: 84
370,407,550 109,111, lBs, 121, 123, 126, 135, 137, Abdallah, Emir: 280, 288 al-Afghani, J.: 117
Sekina: 100, 141, 176, 364, 367, 477, 560 174,176,178,190, 194,209, 313s, Abourezck, J. G.: 680 Alberto Magno: 158
316s, 3398, 354, 391, 393, 395, 397, Abraham ben David: 623 Albo, J.: 166,325
Talmud: 27,137-141,147,166,169,171, 399,404, 407s8, 411, 412, 417, 431, Abraham ben Isaac: 623 Albright, W. F.: 69,597, 599, 646
178s, 183, 203, 298, 314s, 340s, 346, 440, 441s, 447, 451ss, 453ss, 457s, 460, Abraham, D.: 632 Alejandro Janeo: 123,652
354,386,397,399,411,417,436,440, 463s8, 466-476, 478, 490s, 498,545 Abrahams, l.: 606, 650 Alejandro Magno: 113, 119s., 597, 598,
446,459,465,498,532,570 Tradición: 10, 29, 140, 392, 403, 405, Abrahán: 19-57, 59, 62, 64, 83, 85, 91s., 614
Templo: 74, 80, 106-111, 112s, 124, 129, 475s, 485, 543, 556 95s., 113, 130, 156s., 179, 192, 333, Alejandro 11: 223, 274
133, 13~ 180,203, 30~ 309~ 313~ - cristiana: 39, 140, 368, 445ss, 498, 355s., 357, 366, 375, 399 s., 410, 439, Alejandro III: 200
320,322,338,342,355,360,367,375, 569 460, 470, 480, 498, 519, 527, 536s., Alejandro VI: 166
417,459,465,496,537,541,542-543, - judía: 31, 39, 50, 134, 138, 171, 544-547,571,597,598,599,600,601, Alkalay, J.: 274
545,551,558 174,188, 279s, 298, 335, 361, 366, 603,609 Allenby, E. H. H.: 279
- culto del T.: 132, 135 374, 384, 388, 394, 396, 397, 402, Abramovicz, L.: 638, 643 Alon, G.: 617
- Monte del T.: 123, 131, 515, 535s, 408ss, 4128, 417,429,434,436, Abrán (v. Abrahán) Alpert, R. T.: 664
546s 439s, 44158, 453s, 456, 457s, 460, Absalón: 87 Alt, A.: 42, 57, 69s.,599, 603, 605, 607,
- Primer T.: 81, 88, 98-100,131, 143s, 465ss, 471, 475, 488, 493, 498, 532, Abulafia, A.:117, 175 609,610,666
272,548 545,556, 560S8, 569 Ackroyd, P. R.: 612 Althaus, P.: 241, 636
- Segundo T.: 82, 106-111, 129s, 133, Tradicionalismo: 11, 139,387, 395, 412, Adam, K.: 246, 637 Altwicker, N.: 626
137, 143s, 203,207, 335, 341, 415, 433s,439 Adam, U. D.: 629 Ambrosio: 155
457,478,490,544 Tribus (v. Israel) Adán: 44-46, 47, 95s., 350, 438, 604 Amenofis III: 23
- Tercer T.: 131,515, 542ss, 548 Trinidad: 47, 157, 176, 181, 300, 305ss, Adenauer, K.: 237s., 271, 288, 374 Amenofis IV, Echnaton: 23
Teocentrismo: 29, 347, 367 356s, 358s8, 3é3, 366-368, 369 Adler, C.: 208 Amin, l.: 631
Teocracia: 73, 111-113 Adler, F.: 641 Amir, Y.: 619
Teodicea: 550, 561, 566-571 Universalismo: 29, 44-46, 107, 119, 244, Adler, S.: 204 Amnón: 87
Teología: 142, 387, 391, 411, 428, 527s, 350,354,440 Adler-Rudel, S.: 629 Amós: 90, 93,438
557,568 Adonías: 87 Anan ben David: 17li.
- cristiana: 158, 164, 186, 368, 369, Varsovia (v. Gueto) Adorno, Th. W.: 554 Ananías: 322
427,433, 445,479, 490s Adriano: 150s. Anat: 42
- de la Ley: 396-401, 443 Wannsee (v. Conierencia de Wannsee) Agar: 24,26,27, 59 Andics, H.: 620, 621
- joánica: 342-345, 364, 367 Yahvé / yahvismu: 21,41,44,46, 51-59, Ageo:107,116,613 Ankori, Z.: 623
- judeo-feminista: 452-455 60s, 65, 70·75,79, 80ss, 88ss, 94s, 99s, Agustín, san: 151, 155, 161, 358, 369, 560, Anselmo de Canterbu~:369s.
- judía: 30s, 50, 143, 157, 160, 226, 103-106,112, 118,135,198,326,332, 567 Antes, P.: 601
298,381,385~392,402,406,41~ 439,457, 542 (v. también Dios I mono- Aharoni, Y.: 607 Antíoco IV Epífanes: 121, 126, 150
424,441,443,518, 549., 559s, teísmo) Ahasver: 169,491 Aoun, M.: 294
563,565 - grupo de Y. (v. grupo de Moisés)
- paulina: 342, 346-352, 364, 367, .~
* En la transcripción de los nombres bíblicos hemos seguido la N~eva Biblia Española
466-484 Zelotas: 128,308-311, 404,426,439,493, (Cristiandad, Madrid, 1986) y en la de los restantes nombres propos hemos tenido en
Teonomía: 398s 495,505,513, 521 cuenta la Gran Enciclopedia Larousse (Planeta, Barcelona).

694 695
IN DICE DE NOMBRES PROPIOS INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Apolonio de Tiana: 326 Basílides: 559 Bienert, W.: 624 Brody, I. : 663
Aquiba: 129, 174 Bassermann, A.: 641 Billerbeck, P.: 601 Brosseder, J.: 624
Arafat, Y.: 283s., 501, 506 Battenberg, F.: 625 Bin-Nun, A.: 676 Broszat, M.: 221, 632
Arendt, H.: 251,629,630,632 Bauer, D. R.: 639 Birnbaum, N.: 273 Brown, R. E.: 654, 655
Aretin, K. O. von: 639 Bauer, Y.: 629, 638, 6425., 682 Birnbaum, P.: 623 Bruce, F. F.: 304, 646,656
Aristóbulo: 120 Baumbach, G.: 311 Biser, E.: 656, 685 Brumlik, M.: 642
Aristóteles: 119 Baumgarten, H.: 644 Bismarck, O. von: 238 Brüning, H.: 245
Artajerjes I: 109s. Bayer, B.: 606, 609, 618, 619 Blank, J.: 487, 655, 675 Brüninghaus, B.: 633
Asa: 43,90 Bayle, P.: 567 Blau, J. L.: 625, 626, 659, 662 Brunner, E.: 555
Aserá, diosa: 44 Bechert, H.: 596 Blenkinsopp, J.: 611 Bruno, G.: 188, 626
Astruc. J.: 602 Beck, N. A.: 597, 654 Bleyer, W.: 632 Buber, M.: 52, 73, 91, 117, 174, 177s.,
Ateek, N. S.: 680 Becker, H: 634 Blinzler, J.: 322, 652 200,225,268,299,305,317,357,386,
Atenágoras: 537 Becker, H. J.: 655 Bloch, E.: 632, 641 390,425-431,513,554,606,608,611,
Augusto: 124s. Becker, J.: 654, 656, 670 Blonski, J.: 262, 641 623, 632, 642, 645,665, 668, 683
Averroes: 158 Becker, J. C.: 685 Blumenberg, H.: 565, 685 Buber, S.: 425, 4595s_
Avi-Yonah, M.: 613 Becker, M.: 641 Blumenfield, S. M.: 622 Bujarin, N. J.: 221
Aviad, J.: 662 Beer, G.: 604 Blumenkranz, B.: 160s., 620, 622 Buda, Gautama: 45, 60
Avicena: 158 Begin, M.: 285, 288ss., 293s., 373, 497, Boadt, L.: 649 Buehler, W. W.: 615
Avishai, B.: 498, 676 512, 644, 678 Bodin, J.: 188 Bulka, R. P.: 661
Avneri, A. L.: 643 Bein, A.: 598, 643 Boelcke, W. A.: 632 Bultmann, R.: 241, 3025., 336, 466, 555,
Avnery, U.: 678 Beit-HalIahmi, B.: 511, 678 Bokser, B. M.: 618 646,647,653,655
Beker, J. c.: 656, 671, 685 Bonhoeffer, D.: 242, 563, 637, 684 Burckhardt, C. J.: 265
Baal: 43, 90, 93 Ben Yehuda, E.: 274 Bonola, G.: 668 Buren, P. M. van: 306,648
Baal Sem Tov: 177 Ben-Chorin, S.: 299s., 305, 317, 466, 484, Bookbinder, H.: 680 Burger, C.: 610
Bab,].: 625 621,645,656,669,675 Borgen, P.: 619 Bush, G.: 517,526,538,57555.,681
Bach, J. S.: 198,565 Ben-Gurion, D.: 238, 270, 282ss., 284, Borkin, J.: 633
Bach, R.: 609 286s5., 294, 501, 518, 644 Bormann, M.: 229, 248 Caifás: 322
Baeck, L.: 297s., 645 Ben-Horin, M.: 664 Born, A. van den: 598, 609 Calderón de la Barca, P.: 125
Baentsch, B.: 604 Ben-Sasson, H. H.: 160, 597, 612, 615, Bornkamm, G.: 647, 649, 656, 670 Calvino, J.: 181
Bahr, H. E.: 685 610619,621.623,625,644 Borowitz, E. B.: 455ss., 554, 556, 648, 662, Cambises: 106
Bailey, S. D.: 644 Benedicto XIII: 168 668,682,683 Camus, A.: 559
Bajya: 398 Benjamin ben Moses: 171 Borse, U.: 670 Carlomagno: 85, 156
Baker, J.: 504, 517, 576s., 677, 680 Benjamín, D. c.: 607 Borusewicz, B.: 259 Carmichael, J.: 308, 3IOs., 649
Balfour, J. A.: 279 Benjamin, W.: 632 Boschert, R.: 685 Carter, J.: 239, 526
Balic, S.: 598, 611 Benz, W.: 628 Bouillard, H: 250 Cassuto, U.: 599, 604-
Baltensweiler, H.: 654 Berger, K.: 598, 620 Bovon, F.: 651 Catti-de Gasperi, M.l:37, 638
Balz, H. R.: 653 Bergman, S. H.: 665, 666 Bohme, J.: 558 CazelIes, H.: 598, 606
Bar Ko~ba' (Simón ben Koseba): 129s., Beríng, D.: 631 Boll, H.: 238, 602 César: 123
133,597,608,609,612,616,678 Berkovíts, E.: 618, 619, 661, 682 Bracher, K. D.: 631, 639 Cicerón: 149
Bar, D.: 177 Bernardiní, F.: 248 Braham, R. L.: 638 Ciro el Grande: 106s.
Baras, Z.: 613 Bernardotte, conde Folke: 285 Brandon, S. G. F.: 308, 649 Claudel, P.: 266
Barbie, c.: 233 Berning, W.: 640 Brandt, W.: 379 Claudio: 150, 152
Bardenas, R.: 672 Bertram, A.: 640 Braun, H.: 649 Claus, M.: 598, 608
Baron, S. W.: 143, 160,598, 619, 621, Besier, G.: 639 Breasted, J. H: 34 Clemente de Alejandría: 142
622,623,625,626 Bethge, E.: 684 Brecht, B.: 641 Clements, R. E.: 604
Barsch, C. E.: 634 Betsabé: 87 Bredow, W.von:235 Coats, G. W.: 599
Barth, K.: 241, 302, 305s., 426,555,636, Betz, H. D.: 670 Bréhier, É.: 619 Coggins, R. J.: 613
648 Betz, O.: 652 Brickman, W. W.: 660 Cohen, A.: 618, 621
Barth, M.: 656, 672, 673 Beyerlin, W.: 601,602 Bright, J.: 597, 607, 608 Cohen, A. A.: 325, 6~1, 595, 601, 653,
Barton, J.: 611 Beyse, K. M.: 613 Bring, R.: 672 682
Bartoszewski, W.: 259, 640 Bíale, D.: 160,163, 622 Brocke, M.: 682,686 Cohen, H.: 390,402, 116,661, 662
Bartsch, H. W.: 652 Biallowons, H.: 6S5 Brod, M.: 445 Cohen, J. : 622

696 697
INDICE DE NOMBRES PROPIOS
INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Cohen, J. J.: 664 Darwin, Ch.: 587 Dubnow, S.: 160, 177,598,623 Esdras: 108ss., 613
Cohen, M.: 597 Dautzenberg, G.: 654 Duggan, c.: 621 Espinosa, M.: 189
Cohen, S.: 504s. David: 62, 78-87, 89,92, 96s., 102, 111, Dugrnore, C. W.: 621 Ess, J. van: 596, 681
Cohn, M.: 667 115, 124, 130, 149, 353, 457, 513, Dunn, J. D.: 649, 669, 670, 673 Esteban: 341s., 650, 654
CoUins, J. J.: 616 536s., 543, 609, 610, 614, 616, 641 Duquoq, c.: 685 Ettinger, S.: 643, 644
Colón, c.: 184, 625 Davidson, 1.: 664 Duvalier, F.: 511 Evans, R. J. W.: 629
Comay, M.: 644 Davies, A.: 620 Evers, G.: 598
Confucio: 45, 60, 61, 91 Davies, W. D.: 613 Ebach, J.: 598 Ezequiel: 43, 92, 94, 101, 104, 175, 343,
Congar, Y.: 250 Davis, M.: 663 Eban,A.: 511,531, 576, 644,678,679 448
Constancio 11: 151 Dawidowicz, L. S.: 629 Ebner, F.: 427
Constantino el Grande: 154, 620 Dayan, M.: 522, 542 Eckardt, A. L.: 328, 653 Fabian, W.: 641
Conzelmann, H.: 654 Dayan, Y.: 522, 679 Eckardt, A. R.: 653, 684 Fabricius, V.: 63655.
Coote, R. B.: 607, 609 Dean, L.: 656 Eckert, J.: 670, 673 Fackenheim, E. L.: 551s.,682
Copérnico: 191 Débora: 72, 77, 91 Eckert, W. P.: 620, 622, 624, 625 Fahd: 588
Cordovero, M.: 176 Dedijer, V.: 638 Edelheit, A. J.: 625 Faisal Ibn Hussein: 280
Cornfeld, G.: 304, 646 Delp, A.: 255 Edelheit, H.: 625 Falaturi, J.: 601
Costa, U. de : 189 Denzinger, H: 619, 667 Efrón: 389 Falconi, c.: 637, 638
Cothenet, E.: 598,611 Denzler, G.: 237, 257, 63655., 640 Eger, E. E.: 659 Falk, H.: 647
Coughlin, c.: 266, 642 Desbuquois, P.: 638 Egger, W.: 670 Farias, V.: 634
Cramer, W.: 620, 626 Descartes, R.: 188 Ehrlich, E. L.: 597, 639 Farmer, W. R.: 615
Cranfield, C. E. B.: 669, 672 Deuser, H.: 683 Eichholtz, D.: 632 Fascher, E.: 611
Crescas, J.: 166,325 Dexinger, F.: 650 Eichhorn, G.: 602 Fassmann, K.: 626
Creso: 106 Diamond, D.: 628 Eichmann, A.: 228, 249, 549, 628, 638 Favez, J.-c.: 642
Crisóstomo, J.: 334, 621 Dibelius, M.: 242, 655 Eichrodt, W.: 73, 604, 606, 612 Federico el Grande: 194
Cromwell, O.: 186 Dick, 1. van: 635 Einhorn, D.: 204 Fein, H.: 630
Croner, H.: 636 Diderot, D.: 193 Einstein, A.: 191,225, 560, 632 Feiner, J.: 674-675
Cullmann, O.: 649, 654 Diebner, B. J.: 602 Eisler, R.: 308, 31Os., 649 Feinermann, E.: 635
Custodis, B.: 237 Dienstag, J. L.: 621 Eissfeldt, O.: 42, 602, 603 Feld, H.: 670
Cuder, A. H.: 622 Diestelkamp, B.: 633 Elbogen, 1.: 114,344,614,617,619,621, Feldrnan, A. J.: 383, 390,660, 662
Cuder, H. E.: 622 Dietrich, R. L.: 619 624,632,655,664 Feneberg, c.: 649
Czichon, E.: 632 Dilthey, W.: 297, 426 Elchanan, 1.: 206 Feneberg, W.: 649
Diringer, D.: 597 Eleazar: 129 Fensham, F. c.: 604
Chaine, J.: 599 Disraeli, B.: 385 Eli:77 Fernando 11: 166
Chamberlain, H. S.: 224 Dodd, C. H: 649 Elia ben Salomón: 177 Fest, J. C.: 632, 635
Chaney, M. L.: 607 Dohm, C. W.: 197 Eliade, M.: 595 Feuchtwanger, L.: 187
Charlesworth, J. H.: 115, 304, 333, 600, Domingo, santo: 165 Elías: 43s., 61, 64, 93 Feuerbach, L.: 424, 426s,554, 567
614,646,647,648,653,671 Donatello: 85 Elias, R.: 629 Féret, H.-M.: 250
Charlop, Z.: 661 Donner, H.: 72, 597, 598, 600, 605, 608, Eliav, E.: 620, 622 Fichte, J. H.: 191,197,616
Charny, l. W.: 518, 630, 679 609,610,612,613,614,615 Eliezer ben Hyrcanus: 133 Fichtner, J.: 611
Chazan, R.: 622 Dorff, E. N.: 666 Eliseo: 42, 61, 93 Filipo II: 119
Checinski, M.: 641 Dorsch, K.: 641 Elliger, K.: 603 Filón de Alejandría: 120,142, 363, 614,
Chenu, M. D.: 250 Dostoievski, F. M.: 323,559 Ellis, M. H.: 505, 519, 677, 679 615,617
Childs, B. S.: 604 Diiblin, A.: 641 Elon, A.: 680 Filostrato: 326, 653
Ching, J.: 596, 611 Diinhoff, M.: 379 Eloni, Y.: 643 Fine, L.: 623
Diipfner, J.: 635 Endres, E.: 620, 640 Finkelstein, l.: 70, 608
Daim, W.: 635 Diischer, H. J.: 63J Epicuro: 567 Finkelstein, L.: 408, 613,650
Dambrowska, D.: 641 Drehsen, V.: 595 Epstein, 1.: 405, 618, 660, 663 Fischel, J.: 636
Dan, J.: 598, 623 Dreier, R.: 633 Erasmo, D.: 308 Fischer, F.: 217, 629
Daniélou, J.: 609 Dressen, W.: 633, 634 Erhard, L.: 289 Fischer, K. M.: 654
Danzger, M. H.: 661 Dreyfus, A.: 223,276 Ericksen, R. P.: 636 Fischer, W.: 632
Darío el Grande: 106 Druckmann: 519 Eron, L. J.: 656 Fitzmyer, J. A.: 651
Darío III: 119 Drumont, E.: 223 Esaú:24,157,355,480 Flannery, E.: 620

698 699
IN DICE DE NOMBRES PROPIOS
INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Flapan, S.: 280, 287s., 644, 677, 679 Gaulle, Ch. de: 374
Gordon, C. H.: 597 Hadi, M. A.: 681
Fleischmann, L.: 485, 675 Gawlick, G.: 626
Goren, S.: 450 Haffner, S.: 219, 630
Flitner, A.: 634 Gedeón: 76
Gottlieb, E.: 675 Hahn, F.: 610, 616, 649, 672
Flores, A.: 678 Geiger, A.: 298, 314, 401s5., 408, 601,
Gotto, K.: 636, 639 Hakim, sultán: 164
Floristán, c.: 685 627,645,662,663
Gottschalk, A.: 662 Halivini, D. W.: 666
Flothkiitter, H.: 649 Geiger, L.: 662
Gottwald, N. K.: 40, 70s., 123, 602, 603, Hallevi, Y.: 173
Flusser, D.: 30, 304s., 308, 311, 317, 357, Geiss, L.: 630
605,607,608,610,612,614,615 Halpern, B.: 435, 609, 666
601,609,646,648,649,657,658 Gelb, 1. J.: 597
Giiring, H.: 228s., 248 Hammer, K.: 630
Fohrer, G.: 57, 78, 110, 115, 597, 604, Gelber, N. M.: 642, 643
Graetz, H.: 160,274,298,311,598,615, Hammer, R.: 663
605,600609,610,611,612,613,614, Genizi, c.: 267, 642
627,645 Hamp, V.: 598
615 Genscher, H. D.: 379
Graf, D.: 607 Hanson, P. D.: 616
Foster, R. S.: 613 Gedier, P.: 266
Grant, M.: 598, 616 Harkabi, Y.: 678
Fraine, J. de: 599 Gershon ben Juda: 161
Gray, J.: 610 Hadan, V.: 187
Francisco José 1: 200, 231, 276 Gerstenberger, E. S.: 604
Green, A.: 617, 619 Harnack, A. von: 297, 64J
Francisco de Asís: 117, 164 Gese, H.: 605
Greenberg, l.: 555s., 682, 683, 686 Harpigny, G.: 598
Franco, F.: 245 Gessius: 129
Greenberg, M.: 603, 606, 675 Hartman, D.: 441s., 495,532, 666, 676,
Frank, J.: 177 Gessler, H.: 36
Greenstein, H. R.: 676 680
Frankel, Z.: 408ss., 627, 663,664,667 Geus, C. H. J. de: 607
Gregorio Magno: 156 Hassan bin Talal: 679
Freedman, D. N.: 607 Gibb, H. A. R.: 595
Gregorio VII: 151, 164 Hauff, W.: 187
Freud, A.: 632 Gidal, N. T.: 625
Freud, S.: 38,207,225,412,424,602,632 Giehse, T.: 641
Gregorio XlII: 183, 625 Hauser, A. J.: 608
Greive, H.: 619, 620, 625 Hausner, G.: 629
Freudenberg, A.: 637 Gilbert, M.:568, 642
Greschat, M.: 636, 637 Havel, V.: 380
Frevel, c.: 606 Gilman, N.: 628
Gressmann, H.: 599, 602, 606 Hayes, J. H.: 597, 598, 608,609
Frick, F. S.: 609 Ginzberg, L.: 606, 664
Grintz, Y. M.: 611, 613 Hayes, P.: 633
Fricke, W.: 649 Ginze!, G. B.: 682
Grocio, H.: 184, 188 Hayoun, M.-R.: 625
Friedemann, A.: 643 Glazer, N.: 413s8., 626, 628, 659, 663, 665
Gross, H.: 611 Hiiring, H.: 595, 626
Friedlander, A. H.: 376,659 Glei, R.: 611
Gross, W.: 598 Hiisler, A. A.: 265, 6415.
Friedlaender, l.: 664 Glemp, J.: 256, 262
Grosser, A.: 266, 630, 642 Hebbel, F.: 125
Friedman, M.: 623 Glogau, O.: 225
Grossmann, D.: 509, 678 Hecateo de Abdera: 150
Friedman, R. l.: 677, 678 Gnilka, J.: 463, 647, 649, 650, 651, 652,
669 Griiber, c.: 257, 640 Heer, F.: 231, 635, 637
Friedrich, G.: 659, 671
Griizinger, K. E.: 623 Hegel, G. F. W.: 50, 79,191, 197, 563,
Friedrich, J.: 597, 633 Gobineau,J. A.: 224,631
Gruchman, L.: 633 582, 626, 627, 684
Fritz, V.: 599, 602 Godenschweger, W. B.: 643
GodoIías: 102 Grundmann, W.: 654 Heidegger, M.: 227, 427s.,631
Fromm, E.: 632, 668
Goebbels, J.: 187, 228,235, 634, 635 Gsteiger, F.: 642 Heiler, F.: 198,207,385, 606
Fuchs, H.: 609, 647
Goethe, J. W. von: 191 Gueroult, M.: 626 Heine, H.: 198,207, 385
Funk, F. X.: 675
Guillermo II: 238, 278 Heinemann, G.: 242
Furger, F.: 649 Gogarten, F.: 555
Guillermo I1Ide Orange: 187 Heinemann, l.: 619
Fürst, J.: 623 Goitein, S. D.: 598, 621
Goldberg, A.: 60'1
Gumnior, H.: 685 Heinemann, J.: 114, 614
Gundlach, G.: 638 Heisenberg, W.: 191
Gager, J. G.: 673 Goldberg, H. L.: 664
Goldenberg, R.: 619 Gunkel, H: 599, 602 Heller, B.: 606
Galen, C. von: 247, 639
Goldmann, F.: 620, 627 Gunn, D. M.: 609 Heller,J.: 172,623,664
Galileo: 188,424
Goldmann, N.: 285, 286, 523, 531, 638, Gunneweg, A. H. J.: 597 Hellholm, D.: 616
Galiniski, H.: 379
643 Gutman, Y.: 640 Helrnreich, W. B.: 661
Galling, K.: 595, 604, 612
Guttmann,].: 621 Hengel, M.: 337, 362, 614,615, 616,654
Gamaliel 1: 349 Goldschmidt, L.: 618
GamaliellI: 133, 344 Goldstein, H.: 654 Henoc: 329
Gollwitzer, H.: 237 ha-Am, A.: 278 Henrix, H. H.: 63655.,645,650,657,6755.
Gandhi, M. K.: 315, 372
Goodblatt, D.: 618 Haag, H.: 595, 599, 603, 605, 608, 611, Hensel, S.: 627
Gans, S.: 664
613 Herberg, W.: 382, 660
Garstang, J.: 597 Goodman, M.: 615, 616
Goppelt, L.: 620 Haase, W.: 614, 617,618,619,652,656, Herbrechtsmeier, W. E.: 611
Gasperi, A. de: 249, 374, 638
Gorbachov, M.: 221, 258 669 Herder, J. c.: 194
Gasperi, L.: 638
Gordis, R.: 663 Habermas, J.: 215,218,630,634 Herlitz, G.: 595
Gaston, L.: 672, 673
Habeth, S.: 633 Herrnle, F.: 637

700 701
IN DICE DE NOMBRES PROPIOS INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Hermlin, S.: 641 Hafer, J.: 595 Janssens, J. B.: 638 Kaas, L.: 245, 253
Herodes Antipas: 303 Hruby, K.: 598, 619 Jasón de Cirene: 120 Kadosh, D.: 598, 606
Herodes el Grande: 124s., 61455, 652 Hudson, M. C.: 680, 681 Jaspers, K.: 45, 251, 555, 604, 626 Kafka, F.: 459, 554, 567, 632
Herrmann, S.: 597 Hume, D.: 188 Jiicel, E.: 220s., 230, 629, 630, 631, 635 Kafka, O.: 554
Hertzberg, A.: 523, 531, 626, 6435., Hupfeld, H.: 602 Jehú: 90 Kahane, M.: 375, 508, 519, 520, 6775.
Hertzberg, H. W.: 609 Husik, l.: 619 Jenofonte: 106 Kahn, A.: 117
Hertzsch, E.: 675 Hussein II: 516 Jens, W.: 602, 627 Kaiser, J.: 251, 638
Herzl, Th.: 276ss., 299, 490, 495, 518, Hussein, S.: 269, 284, 509, 514, 528, 577 Jepsen, A.: 611 Kaiser, J. c.: 636
529,643,676,678,680 Husseini, A.: 284 Jeremías: 71, 90, 92, 101s., 105s., 119, Kalischer, Z. H.: 274
Herzog, c.: 661 Husseini, A. K.: 522 343,479,526 Kampling, R.: 655
Herzog, l.: 660 Husseini, F.: 522, 679 Jeremias, J.: 598, 606, 611, 615, 616 Kampmann, W.: 625
Heschel, A. J.: 386-392, 429, 660 Hübner, H.: 467,656,670,672 Jeroboán: 88 Kanof, A.: 675
Hess, M.: 274 Hürten, H.: 639 Jerónimo: 334 Kant, l.: 188, 196, 197, 387, 456, 567
Hesse, H.: 555, 602 Hüttenmeister, F.: 616 Jesucristo: 28, 30, 32s., 46, 60, 63s., 85ss., Kaplan, M. M.: 410ss., 6M, 665
Heydrich, R.: 228, 555 Hyatt, J. P.: 604 96s., 116s., 119, 128, 129s., 133-136, Kaplan, Z.: 667
Hilberg, R.: 230, 629 Hyman, A.: 621 153s., 155s., 167, 169s., 179, 181,240, Karpeles, G.: 617
Hilgert, E.: 619 242, 245, 252, 295, 297-379, 440, 443, Kasper, W.: 616, 649
Hillel: 133, 647 Idel, M.: 174, 623 445, 460, 462-489, 531, 537s., 540, Kasztner, R. R.: 638
Hirnrnler, H.: 180,220,555 Iersel, B. van: 658 542, 563s., 565, 569s., 601, 610, 615, Katz, J.: 643
Hindemith, P.: 641 Imhoff, P.: 685 616, 622, 637, 64555., 64955., 6525., Katz, S.: 661
Hipólito: 154 Imschoot, P. van: 611 654, 655, 6695. Kaufmann, Y.: 41s., 603
Hircano 1: 122 Innitzer, T.: 635 Jesús, hijo de Ananías: 322 Kautsky, K.: 372
Hircano II: 123s. Inocencio III: 141, 164 Joaquín: 101 Kaznelson, K.: 620, 632
Hirsch, E.: 636 Inocencio IV: 169 Job: 561, 568s. Kiisemann, E.: 351, 647, 6i6,657, 669, 675
Hirsch, H.: 640 Irving, D.: 630 Jochmann, W.: 631 Keel, O.: 42, 603
Hirsch, S. R.: 298, 393ss, 401, 406, 408, Isaac: 23, 25, 30,35,38,46,55,113,131, Jochum, H.: 682, 686 Kelber, W. H.: 651
645,661,663 192,333,369,410,478,480,498,519, Johnson, P.: 598, 620, 622, 623, 644 Keller, W.: 603
Hirsch Meisels, Z.: 570 527,545,598 Jomier, J.: 611 Kellermann, D.: 613
Hirsch Weiss, l.: 664 Isaac, J.: 620 Jonás: 319,439 Kenyon, K. M.: 597, 599
Hirschberg, H. Z.: 606, 609 Isaac ben Moses Ephodi: 167 Jonas, H.: 557s., 566, 683 Kepler, J.: 188
Hitler, A.: 180, 218ss., 226, 228, 230ss., Isaac ben Moses Halevi Troki: 167 Jonatán: 78 Kerr, A.: 641
236, 239s., 242, 245, 253s., 259, 276, Isaac el Ciego: 623 Jonatán Macabeo: 122, 615 Kershaw, l.: 629
283, 288, 381, 55055., 577, 629-632, Isabel 1, reina: 166 Johnson, P.: 598, 620, 622, 644 Kertelge, K.: 652
635-638, 6405 Isaías: 43, 90s., 92, 93, 233, 342, 348, 526, Josafat: 43, 90 Kertzer, M. N.: 676
Hjiirpe, J.: 598 593 José: 607 Khoury, A. T.: 681
Hlond, A.: 260 Isidoro de Sevilla: 156 José (padre de Jesús): 303 Kierkegaard, S.: 27
Hobbes, Th.: 188 Ismael: 25, 26,30,59, 156,480 José de Arimatea: 345 Kimbangu, S.: 117
Hochhuth, R.: 251 Joseph, M.: 661, 662 Kimche, D.: 643
Hoffman, D.: 664 Jacob (<<Israel,,): 23ss., 27, 30s., 35s., 38, Josefo, Flavio: 128s., 149, 311, 322, 347, Kimche, J.: 643
Hoffmann, P.: 629, 652, 653 46, 47, 51, 55, 62, 113, 157, 192, 333, 614,615,616,619,620,649,652 Kirchner, E. L.: 641
Holbach, P. H. D.: 193 355,375,410,478,480,482,493,498, Josías: 99ss. Kirn, H.-M.: 625
Holl, K.: 655 519,527,547 Josué: 57, 74, 147, 607 Kirsch, H.: 640
Holsten, W.: 620, 640 Jacob, B.: 599 Juan (evangelista): 343s., 655, 658 Kirschner, B.: 595, 617, 61~, 620
Holzinger, H.: 604 Jacob, E.: 604 Juan Bautista: 116 Kittel, G.: 595, 636
Hoonacker, A. van: 109,613 Jacobi, F. H.: 196, 426s. Juan Pablo II: 251ss., 256, 261, 585ss., Kittel, R.: 597
Horkheimer, M.: 555, 571, 632, 686 Jacobs, L.: 366, 403ss., 410s., 413, 449, 639 Klarsfeld, S.: 266, 642
Horovitz, J.: 609 457,559,606,658,663, 665,66~675, Juan XXIII: 249, 251ss. Klauser, T.: 596
Horowitz, G.: 666, 676 683 Judas Macabeo: 122, 615 Klausner, l.: 643
Hossfeld, F.-L.: 598, 606, 611 Jai, gaón: 161 Julda, profetisa: 91, 100 Klausner, J.: 299, 305, 301,615, 645, 648,
Houtsma, M. T.: 595 Jakobovits, J.: 576 Junker, H.: 599 j- .. 649
Hovannisian, R. G.: 630 Jansen, H.: 620, 654 Justiniano: 141, 143, 155 Klausner, T.: 595
Howard, G.: 670 Janssen, E.: 612 Jüngel, E.: 683, 684 Klee, E.: 257, 633, 634, 6Jó

702 703
INDICE DE NOMBRES PROPIOS IN DICE DE NOMBRES PROPIOS

Klein, B. H.: 632 Kushner, H. S.: 566, 685 Lewit, T.: 661 Maier, J.: 151,201,598,617, 619, 620,
Klein, c.: 620 Kuss, O.: 656 Lewy, G.: 636, 639 621,622,625,627,644,647,650
Klein, E.: 479, 674 Kustermann, A. P.: 639 Lewy, W.: 667 Maimónides, M.: 48, 158, 172s., 175, 325,
Klein, G.: 670 Kümmel, W. G.: 646, 647, 649, 656, Lichtenberg, B.: 255 398, 402, 442s., 446,559, 621, 660,
Klein, R. W.: 612 670 Lichtenberger, H.: 617 663
Klessmann, E.: 627 Küng, H.: 596, 600, 602, 607, 611, 622, Lichtenstein, A.: 604 Majer, M.: 646
Knauf, E. A.: 600 626, 627, 635, 645, 646, 647, 648, 653, Lichtenstein, H.: 642 Malaquías: 93, 109, 116
Knobloch, H.: 627 655,658,659,660,665,667,682,683, Liebenfels, G. 1. von: 232 aI-Malik, A.: 544, 681
Koch, K.: 611 684,685 Liebman, C. S.: 660, 661, 664 Mann, G.: 251
Kocka, J.: 221, 631 Kürzinger, J.: 611 Lietzmann, H.: 655 Mann, J.: 623
Koep, L.: 675 Lifton, R.].: 633, 640 Mann, Th.: 38, 225, 553,555, 602, 632,
Koestler, A.: 641 La Farge,J.: 638 Lilienthal, M.: 204 6415.,682
Kohl, H.: 379 Lagrange, M.: 646 LiB, R.: 627 Mantheo: 149
Kohler, K.: 363, 364, 406, 658, 663 Lanczkowski, G.: 611 Limbeck, M.: 603 Marcos (evangelista): 63,85, 318, 650,
Kohn,]. P.: 611, 613, 682 Landauer, G.: 632 Lindeskog, G.: 645 651,670
Kokoschka, O.: 641 Lang, B.: 42, 603, 611 Littell, F. H.: 681 Marcos, F.: 511
Kolbe, M.: 259 Lang, C. G.: 248 Litvinoff, B.: 643 Marcus, I. R.: 619
KolIek, T.: 539, 680 Lange, N. B. M. de: 153,620,621 Liwak, R.: 606, 611 Marcuse, H.: 686
Kook,A.I.:495,661 Langer, F.: 678 Lochner,1. P.: 632 Margalit, A.: 514
Korczak, J.: 640 Langewiesche, D.: 631 Locke, J.: 188 María (madre de Jesús): 155, 176, 179,
Kortzfleisch, S. von: 620, 621, 622, 6245., Lanzmann, c.: 262 Lohse, E.: 672 245, 303, 332, 345, 445,637
627 Lapide, P.: 245s., 299, 308, 311, 326s., Longerich, P.: 629,630,638 María Teresa: 197
Kovner, A.: 142 346, 348, 351, 368, 645, 6495., 651, Loretz, O.: 599 Mariamné: 124
Kiihler, J.: 639 653,656,657,658 LorquÍ, Y. (J. de Santa Fe): 166 Marmour, D.: 439, 666
Kiihler, L.: 604 Laqueur, W.: 227, 634, 643 Lortz, J.: 246 Marquardt, F. W.: 306, 648,656
Kiihler, O.: 633 Lasker-Schüler, E.: 632 Liihrer, M.: 6745. Marr, W.: 224, 631
Kiinig, F.: 635 Lavater, J. K.: 195 Liining, K.: 654 Martin-Achard, R.: 598
Kiister, H.: 335, 653, 654 Lázaro: 27 Liiwith, K.: 626 Martin, B.: 634
Kiitting, B.: 620 Leaters, 1. H.: 630 Lubac, H. de: 250 Marton, Y.: 638
Kraft, H.: 654 Ledochowski, W.: 638 Lucas (evangelista): 29, 63, 84, 314, 320, Marx, A.: 664
Krakowski, S.: 640 Lee, B. J.: 648 334,336,341,372,651 Marx, K.: 207, 225, 274,424
Kramer, H.: 611 Lehnert, P.: 250 Lucas, F.: 376 Maser, P.: 620
Kratzl, H.: 233, 635 Leiber, R.: 244, 638 Lucas, L.: 378 Matatías: 121
Kraus, H.].: 602 Leibniz, G. W.: 188, 566 Ludwig, E.: 641 Mateo (evangelista): 27, 19,64, 84, 125
Krause, G.: 595 Leibowitz, Y.: 414ss., 430s., 441, 45188., Lueger, K.: 231,276 320,341,372,462,461,647,651,654:
Krauss, S.: 611, 613, 667 501,503,519,665,666,677,679 Luft, G.: 643 669
Kreissig, H.: 615 Leipoldt,].: 620 Luis XIV: 188 Maurer, W.: 179, 182,621,625
Kremers, H.: 624 Lenin (Ulianov, W. l. ): 220, 556 Luis XV: 265, 602 Maybaum, l.: 601, 682
Krengel,].: 618, 619 León Magno: 65 J Luria, l.: 84,176, 558s Mayer, A. J.: 633
Kreppel, J.: 620 León X: 178 Lutero, M.: 117, 179s., 191,239,443,624, Mayer, H.: 642, 680
KristianpoIler, A.: 598, 606, 611, 613 León XIII: 254, 587 669,671 Mayer, M. A.: 663
Kroh, F.: 641 Lerner, R.: 611 Luxemburg, R.: 632 Mayer, R.: 256, 618, 650
Kruijf, T. C. de: 620 Leroy, H. J.: 649 Luz, U.: 651,669 Mayer Wise, l.: 204
Krupp, M.: 643 Lessing, G. E.: 191, 193s8., 225, 357, 391, Luzzatto, S. D.: 628 Mayes, A. D. H.: 609
Kruschev, N.: 221 627 Lüdemann, G.: 656, 657 Mazowiecki, T.: 584
Kuhn, H.: 634 Levinger, J. S.: 662 Lührmann, D.: 670 McAfee Brüwn, R.: 685
Kuhn, Th. S.: 67s., 607 Levinger, W.: 620 McCarter, P. K.: 6095.
Kulka, O.: 636, 640 Lévy, P.: 677 Maccoby, H.: 346,622,656 McCarthy, D. J.: 605
Kuper, L.: 630 Lewin, L.: 621 Madaule, J.: 537,680 McKenzie, J. L.: 604
Kurzweil, Z.: 661 Lewin, R.: 624 Magnes, J.: 513 Mechtenberg, T.: 641
Kuschel, K.-J.: 365, 595, 614, 616, 626, Lewin, Z.: 640 Mahler, G.: 225, 632 Meeks, W. A.: 656, 673
639,648,655,658,671 Lewis, B.: 621, 641 Mahoma: 60, 543s., 599 Meier, C.: 221,631

704 705
IN DICE DE NOMBRES PROPIOS IN DICE DE NOMBRES PROPIOS

Meier, J. P.: 311, 654 Momigliano, A.: 252, 638 Nehemías: 108ss., 613 Ostow, R.: 642
Meir, G.: 503, 677 Mommsen, H.: 221, 631 Néher, A.: 606, 611, 685 Otniel: 77
Meisl, I.: 620, 632 Monboulou, L.: 611 Nelson, R. D.: 609 Ott, H.: 634
Meisl, J.: 619, 627 Monnet, J.: 374 Nemoy, L.: 172, 623 Otto, E.: 602
Meitner, L.: 632 Montefiore, C. D.: 299, 317, 645, 664 Nerón: 128 Otto, W.: 615
Melanchthon, P.: 179,191 Montesquieu: 193, 627 Netanyahu, B.: 597
Melitón de Sardes: 154, 621 Montgomery Watt, W.: 601 Neulander, A. H.: 667 Pablo: 275., 31, 116, 198,241,252,305,
Melquisedec: 89 Morgernstern, J.: 599 Neuner, J.: 667 324, 327, 33655., 341ss., 346-357, 358,
Mendelssohn, J.: 629 Mori50n, S. E.: 625 Neusner, J.: 115, 136, 435s., 550, 614, 362,368,443,460,463,466,484,564,
Mendelssohn, M.: 193-197,225,627 Morley, J. F.: 249, 638 617,618,650,654,657,664,666,667, 566, 571, 647, 650,653, 654, 65555.,
Mendelssohn, P. de: 626 Morris, B.: 677 682 66955.,674
Mendelssohn-Bartholdy, F.: 198, 385 Morsey, R.: 639 Newman, L. N.: 623 Pablo VI: 183,587,639
Mendenhall, G. E.: 70, 599, 607, 608 Mose ben Maimon (v. Maimónides) Newsome, J. D.: 612 Pacelli, E. (v. Pío XII)
Mendes-Flohr, P. R.: 595, 601, 625, 636, Mose ben Najmann (v. Najmánides) Newton, l.: 188 Pandera, J.: 345
640 Mose Cordovero (v. Cordovero) Nickelsburg, G. W. E.: 616 Pannwitz, R.: 642
Meneftá, faraón: 37 Mosse, G. L.: 640 Nicodemo: 344 Paret, R.: 598, 601, 610,681
Mengele, J.: 629 Moubarac, Y.: 598 Nicolás de Cusa: 560s., 684 Parkes, J. W.: 153,501,621,677
Menil, D. de: 376 Moule, C. F.: 649 Niemietz, G.: 638 Parrot, A.: 599
Mensching, G.: 611 Mowinckel, S.: 613 Niem6ller, M.: 236, 240, 242 Parzen, H.: 664
Merk, O.: 602, 656 Moxnes, H.: 670 Nierzabitowska, M.: 260, 641 Pascal, B.: 192
Merklein, H.: 652, 654 Moyne, W. E.: 285 Nietzsche, Fr.: 424, 553, 567, 682 Pastor, L. von: 625
Merzbacher, L.: 204 Munk, S.: 628 Niew6hner, F.: 626 Paul, S. M.: 611
Metternich, príncipe K. von: 207 Muntner, S.: 621 Nocken, D.: 632 Pauli, W.: 642
Metz, J. B.: 684 Murphy, P. I.: 638 Noé: 46-48, 59, 97, 439,604 Paulo III: 183
Metzger, M.: 255 Musil, R.: 642 Nohl, H.: 627 Paulo IV: 183, 625
Metzger, M. J.: 597 Mussner, F.: 315,649,650,651,656,670, Nolte, E.: 217s., 630, 631 Pavelic, A.: 249
Meyer, M. A.: 663 671,674,675 Nordau, M.: 299 Pawlikowski, J. T.: 65~,674, 682
Meyer, R.: 611 Mussolini, B.: 245,247 Nota, J. H.: 638 Pearlman, M.: 680
Michaeli, F.: 599 Müller, C.-R.: 637 Noth, M.: 42, 57, 60, 69, 74, 597, 599, Peck, A. J.: 682, 683, 684
Michalowski, Z.: 568 Müller, G.: 595, 620, 624 601,603,604,605,606,60~609,610, Pedro: 198,324, 474, ~70
Miguel Ángel: 85 Müller, 1.: 633 612 Pehle, W. H.: 635
Millar, F.: 615 Müller, K.: 652, 654 Novak, D.: 604, 667, 681 Pereira Mendes, H.: 20S
MilIer, A. W.: 660 Müller, L.: 240 Novak, S.: 668 Peres, S.: 497
MilIer, J. M.: 597,598, 608, 609 Müller-Hohagen,J.: 628 Noveck, S.: 621 Perlitt, L.: 605, 608
Milis, E.: 624 Nun: 57 Perrin, N.: 649
Minz, K.-H.: 620 Nabopolasar: 101 Pe5ch, R.: 622, 651
Miqueas: 85 Nabucodonosor JI: 107 O'Collins, G.: 649 Pétain, P.: 249, 266
Mirandola, G. Pico della: 178 Nacke, B.: 649 Oberman, H. A.: 624 Peters, F. E.: 598, 601
Miriam: 91 Nahún:101,194,353 Oded, B.: 609 Peters, J.: 643, 676
Miriam (madre de Jesús) (v. María) Najmán de Bratzlaw: 177 Oelmüller, W.: 684 Peterson, D. L.: 611
Mitscherlich, A.: 628 Najmánides, M.: 166,621,623 Oepke, A.: 655 Petuchowski, J. J.: 529, ;95, 598,601, 604,
Mitscherlich, M.: 628 Napoleón 1: 184, 198 Oesterle, K.: 631 606,619,622,623, ÓSO, 681
Mobutu, J.-D.: 511 Napoleón III: 200 Oesterley, W. O. E.: 597, 614 Petzina, D.: 632
Modras, R.: 266, 641, 642 Narkiss, B.: 609 Ornar, califa: 156,229, 544 pfammatter, J.: 649
Moeller, R.: 636 Nasser, G. A.: 292,506 Omrí: 90 Pfefferkorn, J.: 178, 62;
Moisés: 27, 28, 33, 38s., 41, 46, 51, 53, Natán: 87 Ophüls, M.: 642 Pfisterer, R.: 681
575.,60-65,72,74,83,85,86,92,96s., Natán de Gaza: 176 Oppenheim, A.: 625 Philipp, W.: 625
100, 115, 134, 138, 149s., 159, 190, Natán, Rabbí: 44-9 Orígenes: 142, 153, 334, 369 Philipson, D.: 662
315,342,358,360,395,426,453,465, Nave Levinson, P.: 598 Orsengio, c.: 640 Pierrard, P.: 619
479,527,603,606,609,674 Naves, R.: 627 Oseas: 43, 53, 61, 93 Pinochet Dgarte, A.: 511
Moltmann, J.: 305s., 626, 648, 683, 684, Necao n, faraón: 101 Osswald, E.: 606 Pinsker, L.: 273, 275ss . 643
685 Neebe, R.: 632 05ten-Sacken, P. von der: 656, 672 Pinsker, S.: 636

706 707
INDICE DE NOMBRES PROPIOS INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Pío V: 625 Rauschning, H.: 642, 683 Rosenstock, E.: 427 Samuel: 78
Pío VI: 200 Raisanen, H.: 656, 670, 672 Rosenthal, E. 1. ].: 622 Sanders, E. P.: 304, 600, 646, 647, 648,
Pío IX: 200 Reagan, R.: 510 Rosenthal, G. S.: 660 649,650,656,669,670,671,672
Pío XI: 247, 638 Rebeca: 340s., 351, 619, 654,657 Rosenzweig, F.: 117, 332, 348,426, 459ss., Sandler, A.: 598, 609, 621
Pío XII: 238, 243ss., 261, 508, 637, 638 Reeg, G.: 616 665,668 Sandmel, S.: 302s., 616, 646, 656
Pitágoras: 178 Rehm, M.: 609 Rosett, A.: 666 Santiago: 324
Plaskow, J.: 452ss., 667, 668 Reichel, P.: 632 Rotenstreich, N.: 629, 638 Saperstein, M.: 681
Platón: 387, 561 Reicke, B.: 654 Roth, C: 595 Sara: 22, 26, 28
Plaut, W. G.: 599, 604, 662, 663 Reimarus, S.: 190, 391, 646, 650 Roth, J.: 225 Sargón 1: 38
Plotino: 171 Reinhardt, M.: 632 Roth, K. H.: 633 Saúl: 78, 609
Pl6ger, O.: 613, 615, 616 Reinharz, J.: 625 Rothko, M.: 376 Sawyer, F. A.: 611
Pogge von Standmann, H.: 6295. Reitzenstein, R.: 655 Rothkoff, A.: 606, 661 Saxo Germanicus: 37
Pohl, H.: 633 Remarque, E. M.: 642 Rothschild, barón E. de: 278, 279 Schachte1, H. H.: 642
Pokorny, P.: 649 Rembrandt: 189,626 Rothschild, barón L. de: 625 Schahak, 1.: 678
PoI Pot: 631 Remo: 41 Rothschild, F. A.: 660 Schalit, A.: 615
Pola, T.: 652 Renckens, H: 604 Rowland, C: 616 Schaller, S.: 622
Poliakov, L.: 620 Rendtorff, R.: 6365S., 645,650,657,6755. Rowley, H. H.: 90, 607, 611 Schammai: 647
Polonsky, A.: 261 Rengstorf, K. H.: 620, 621, 622, 6245., Roy, A.: 328 Schappes, M. U.: 626
Pompeyo: 123 626, 627, 655 R6hm, E.: 636 Scharret, M.: 516,
Poncio Pilatos: 125,321,6515. Repgen, K.: 636,639 R6pke, W.: 642 Schafer, P.: 344, 623, 655
Porath, Y.: 676 Reuchlin, J.: 178s., 624 Rubenstein, R. L.: 549, 551s., 682 Schechter, S.: 208,408, 410,628,664
Porten, B.: 613 Reuter, E.: 611 Rubinkiewicz, R.: 600 Schechtmann, J. B.: 644
Poupard, P.: 595 Reuth, R. G.: 635 Rubinstein, A.: 678 Scheel, W.: 379
Preuss, H. D.: 612 Revel, B.: 395 Rudavsky, D.: 626 Schelet, M.: 429
Preysing, K. von, obispo: 248,256 Revenseon, J. D.: 655 Rudolph, K.: 31, 601 Schelkle, K. H.: 6.56, 670
Prigent, P.: 615, 616 Reventlow, H., conde de: 607 Ruether, H. J.: 680 Schelling, F. W. J. :191
Pritchard, J. B.: 599, 601, 602 Rhoads, D. M.: 615, 616 Ruether, R.: 340, 654, 680 Schenke, H. M.: 654
Procksch, O.: 599, 604 Rhode, G.: 640 Rumpelts, H.: 652 Scherchen, H.: 641
Practor, R. N.: 633 Richelieu: 188 Russel, D. S.: 614 Schereschewsky, HZ.: 667
Pufendorf, S. von: 184, 188 Riches, J.: 649 Rut: 84 Schieder, T.: 683
Purvis, J. D.: 613 Riesenberg, P.: 160ss., 622 Rütersw6rden, U.: 609 Schiele, S.: 631
Pury, A. de: 603, 612 Riess, V.: 633 Rüthers, B.: 634 Schiff, J.: 208
Riessler, P.: 600, 606 Rylaarsdam, J. C: 604 Schiffman, L. H.: 657
Quetum: 24 Rigaux, B.: 656 Schimmel, A.: 61(,614
Quintiliano: 149 Rischin, M.: 626,659 Sa'adya ben Yosef: 172s., 619, 623 Schlatter, A.: 597,655
Risse, G.: 598 Sa'adya Fajjumi: 623 Schleiermacher, F.:197, 306, 627
Rabinowicz, H. M.: 623 Robespierre, M. de: 556 Sabbatay Zwi: 176s., 274, 558 Schlier, H.: 669, 610,675
Rabinowitz, L. 1.: 609,611,621 Robinson, E.: 616 Sabella, B.: 681 Schmaus, M.: 245
Raby,].: 681 Robinson, J. M.: 654 Sachar, H. M.: 643 Schmid, H.: 606
Rackman, E.: 399, 661, 662 Robinson, T. H.: 597 Sachar, H. S.: 677 Schmid, J.: 598, 6~6, 611
Rad, G. von: 42, 57, 599, 603, 604, 605, Rogerson, J. W.: (Í02 Sachs, H.: 125 Schmid, M.: 625, m
606,608,609 Roos, H.: 667 Sadat, M. A.: 293, 539, 544 Schmidt, W. H.: 6M,605
Radford-Ruether, R. (v. Ruether, R.) Roosevelt, F. D.: 148, 264,266, 382 Safrai, S.: 613, 617, 619 Schmied-Kowarzib, W.: 668
Raful: 519 Rordorf, W.: 675 Said, E. W.: 644 Schmithals, W.: 6jl,669, 670
Rahman, F.: 612 Rosen-Ayalon, M.: 681 Saladino: 143 Schmitt, C: 227, 1'iJ4
Rahner, K.: 306, 564, 595, 611, 685 Rosenau, H.: 598 Salanter, 1.: 664 Schmitz, R. P.: 59J
Rahner, S.: 639 Rosenbaum, 1. J.: 681,686 Salazar, A. O.: 245 Schnee, H.: 625
Ramsés II, faraón: 37, 52 Rosenberg, A.: 225,241 Saliege, J. G.: 266 Schneemelcher, W;654
Rapaport, M. W.: 621 Rosenberg, S. E.: 658 Salmanasar V: 98 Schneider, G.: 651
Raphael, M. L.: 660 Rosenblatt, S.: 623 Salomón: 16ss., 610 Schoeps, J.-H.: 26~,311, 317, 631, 622,
Rasi: 162 Rosenhlum, H.: 663 Saloman, G.: 543 629,631, 641, ~1,650, 651,656,674
Rathenau, W.: 632 Rosenkranz, P.: 677, 678 Salvador, J.: 298, 645 Scholder, K.: 241, lBs., 636, 639

708 709
INDICE DE NOMBRES PROPIOS
INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Scholem, G.: 174, 176, 178, 305, 558s., Silone, l.: 642 Stephan, H. U.: 637 610,611,612,620,650,651,657,658,
609,623,624,683 Silverberg, P.: 633 Stern, F.: 553, 625, 682 680
Scholl-Latour, P.: 537, 680 Simeon ben Koseba (v. Bar Kokeba') Stern, M.: 615, 620 Thüsing, W.: 657
Schonberg, D.: 666 Simeón ben Menasiya: 463 ~ Stiegler, A.: 675 Tiglatpileser III: 98
Schonberg, A.: 632 Simmd, G.: 426 Stietencron, H. von: 596, 611 Tillich, P.: 302, 556
Schoppe, L.: 637 Simon, H.: 619 Stillman, N. A.: 621 Tiso, J.: 245, 249
Schreckenberger, H.: 621 Simon, M.: 619 Stoebe, H. J.: 609 Tisserant, E.: 250
Schreiber, F.: 677 Simon, R.: 190, 626 Stolleis, M.: 633 Tito: 128
Schreiner, J.: 650 Simón Macabeo: 122, 615 Stone, M. E.: 616 Tivnan, E.: 679
Schubert, K.: 619 Simpson, C. A.: 603 Stohr, M.: 601, 643 Toland, J.: 193, 626
Schultz, G.: 677 Sinclair, L. A.: 609 Strack, H. L.: 601, 618 Tolstoi, L.: 372
Schultz, H. J.: 632 Sinuhé: 23 Strathmann, H.: 658 Tomás de Aquino: 158,190, 371, 446, 561
Schumacher, B.: 598 Sixto V: 170, 184 Strauss, E.: 668 Tomaszewski, T.: 260,641
Schumann, M.: 374 Skinner, J.: 599 Strauss, F. J.: 269 Torquemada, T.: 166
Schürer, E.: 597, 615 Sloyan, G.: 656 Strobel, A.: 322, 652 Torrey, C. c.: 612
Schürmann, H.: 651 Slutsky, Y.: 627, 644 Stroete, G. de: 604 Toynbee, A. J.: 79
Schüssler Fiorenza, E.: 667, 682 Smend, R.: 606 Strolz, W.: 601 Tracy, D.: 682, 684
Schwaiger, G.: 625 Smith, E.: 616 Stuhlmacher, P.: 656, 669, 671, 675 Treitschke, H. von: 224
Schwarzschild, S. S.: 668 Smith, M.: 42, 603, 612 Stummer, F.: 605 Truc, G.: 627
Schweitzer, A.: 302, 311, 372,632,646, Smolar, A.: 640, 641 Stuyvesant, P.: 626 Truman, H.: 573
647,650,655 Smolen, K.: 641 Suárez, F.: 184 Tucholski, K.: 642
Schweizer, E.: 647, 649 Snouck Hurgronje, C.: 601 Sucher, C. B.: 182, 624, 625 Turner, H. A.: 632
Segal, A. F.: 346s., 355, 619, 654, 656, So bol, J.: 498 Suhl, A.: 670 Turowicz, J.: 262
657,671,673 Soggin, J. A.: 112, 608, 609, 610, 612, Surkau, H. W.: 675 Twersky, l.: 619, 623
Segev, T.: 644, 675 614 Susman, M.: 642
Seghers, A.: 632 Soljenitsin, A.: 221, 630 Suzmann, A.: 628 Unterman, A.: 659
Seidensticker, P.: 656 Soloveitchik, J. D.: 396ss., 406, 441s., 560, Süss-Oppenheimer, J.: 187 Urbach, E. E.: 617, 61 ¡
Seipel, l.: 245 661,684 Swidler, L.: 649, 656, 681 Urías: 84
Seldon, J.: 47 Soloweitschik, N_ M.: 606 Sykes, c.: 643
Sellert, W.: 633 Sombart, W.: 621, 625 Vago, B.: 640
Sellin, E.: 606 Somoza, D.: 511 Ta-Shma, 1. M.: 598, 609 Varke, W.: 606
Selms, A. van: 599 Sontheimer, K.: 634 Tácito: 129, 149 Varo, P. Q.: 652
Séneca: 149 Spanier, A.: 598 Taha, M.: 117 Vaux, R. de: 69, 597, j~9, 600, 607
Seníft, H.: 630, 633, 634 Speiser, E. A.: 599 Tamar: 87 Yermes, G.: 304, 615, 046
Seppelt, F. X.: 625 Speners, P. J.: 184 Taylor, c.: 664 Vespasiano: 128
Septimus, B.: 623 Spengler, O.: 68 Tanzer, A.: 620 Vetter, D.: 611
Seters, J. van: 598, 609 Sperber, M.: 632 Tcherikover, V.: 614 Vielhauer, P.: 611, 65"1
Sevenster, J. N.: 620 Spieckermann, H.: 612 Teilhard de Chardin, P.: 250, 626, 684 Vilmar, F.: 643
Shamir, l.: 294,516,5"38,575,678 Spinoza, B. de: 188-192,391,412,626 Temporini, H.: 614, 617, 618, 656, 669 Virgilio: 39
Shapiro, S.: 568, 685 Sproll, J. B.: 256, 639 Teodosio el Grande: 154, 620 Vogler, W.: 301, 310, )70,646,650, 65j,
Sharon, A.: 431, 517,519 Staff, l.: 633 Teodosio II: 154, 155 659
Sharon, M.: 605 Stalin, J.: 169, 221, 259, 283, 378, 577, Tertuliano: 154 Vogt, H. c.: 613
Shashar, M.: 451, 665, 666, 667, 677 630,631 Thalmann, R.: 635 Volk, L.: 635, 639
Scharett, M.: 679 Stasiewski, B.: 635 Thamer, H.-U.: 230, 236, 629, 630, 635, Volken, L.: 648
Sheppard, G. T.: 611 Stegmann, D.: 632, 654 636 Volkmann, H.-E.: 633
Shochat, A.: 627 Stein, E.: 256, 632, 638, 640 Théas, P. M.: 266 Volkov, S.: 222s., 225,ó17, 631, 632, 66ó
Siegel, S.: 663, 666 Steinsalz, A.: 623 Theissen, G.: 650, 656 Vollnhals, c.: 637
Siegele-Wenschkewitz, L.: 636 Steinschneider, M.: 627,628 Then, R.: 614 Voltaire: 125, 193, 62j
Siemens, H.: 595 Stellin, E.: 597 Theobald, M.: 675 Volz, P.: 606
Sievers, L.: 619 Stemberger, G.: 154, 617, 618, 620, 621 Thieme, K.: 620 V6lker, W.: 619
Sigal, P.: 598 Stempfle, B.: 232 Thierfelder, J.: 636 Vriezen, T. c.: 604
Silberman, C. E.: 383, 660 Stendahl, K.: 655, 673 Thoma, C.: 358s., 363,595,598,606,609, Wach, J.: 605

710 711
INDICE DE NOMBRES PROPIOS

Wagenführ, R.: 632 Wimmer, R.: 632


Wagner, R.: 224 Winkel, A.: 311
Waldenfels, H.: 595 Winston, D.: 606, 619
Waldheim, K.: 233 Winter, J.: 617, 649
Walesa, L.: 259, 264 Winter, P.: 314
Walter, B.: 642 Wirbooi, H.: 117 INDICE GENERAL
Warren, C.: 597 Wittgenstein, L.: 555
Wartzinger, C.: 597 Woityla, K. (v. Juan Pablo II)
Wassermann,].: 225, 642 Wolf, H. W.: 611
Watson, F.: 656, 657 Wolff, C.: 194, 671
Waxrnan, M.: 598, 617, 663, 666, 667 Wolffsohn, M.: 267s., 271, 505s., 642,
Weber, M.: 186,555,598,621,625 644,677,682
Wedderburn, A. J.-M.: 671 Wolfson, H. A.: 619, 626
Weil, S.: 632 Wollenberg, J.: 628
Weinfeld, M.: 609 Wrede, W.: 646, 650 Contenido ................................................................................................ . 7
Weingart, P.: 633 Wright, G. E.: 69, 599, 602 Qué pretende este libro ............................................................".............. . 9
Weinzierl, E.: 620 Wünsche, A.: 617
Weippert, M.: 599, 607, 608 Würthwein, E.: 610, 611 PRIMERA PARTE
Weisbard, P. H.: 666 Wurzburger, W. S.: 611 EL PASADO AUN PRESENTE
Weiser, A.: 598 Wyman, D. S.: 2668., 642
Weiss-Rosmarin, T.: 623 Wyschogrod, M.: 550, 571, 627, 682, A. ORIGEN ............................................................................."............... . 19
Weizmann, ].: 218, 278ss., 281ss., 285, 686 1. Abrahán, padre de tres religiones mundiales ..............".............. .. 19
643 1. Breve consideración de la historia universaL ........".............. .. 19
Weizsacker, E. von: 248, 269, 638 2. ¿Qué se sabe de Abrahán? ....................................".............. .. 21
Yabotinsky, V.: 282s., 293,644 3. El padre de la fe ....................................................".............. ..
Weizsacker, R. von: 269
Yadin, Y.: 322, 611, 616,652 24
Welch, A. T.: 601 4. La disputa sobre la herencia abrahámica ..............".............. .. 26
Ye'or, B.: 621 5. Necesidad de un «diálogo a tres bandas» entre judíos, cristianos
Wellers, G.: 628
Yerushalmi, Y. H.: 619 y musulmanes ........................................................".............. .
Wellhausen, J.: 73, 391, 597, 602, 606,
Yojanan ben Zakkay: 132s., 344, 658 29
608 11. Problemas acerca del comienzo .................................."............... . 34
Yovel, Y.: 189, 626 1. El enigma del judaísmo .........................................."............. ..
Weltsch, R.: 642, 644 34
Wengst, K.: 655 2. Orígenes envueltos en sagas ..................................."............. .. 36
Westermann, c.: 598, 599, 600, 604, 611 Zacarías: 613 3. ¿Cómo proceder con las fuentes? ...........................".............. . 38
Wette, V.M.L.de: 602, 606 Zahn, G. C.: 636 4. Abogamos por una historiografía integrada ........."............... . 40
Wetzel,].: 642 Zaratustra: 45 5. El monoteísmo se abre paso ..................................".............. .. 41
Whitehead, A. N.: 626, 684 Zeitlin, 1. M.: 598, 650 6. Adán y el universalismo de la Biblia hebrea ..........".............. .. 44
Whitelam, K. W.: 607, 609 Zeitlin, S.: 614, 615, 650 7. La alianza con Noé: alianza con la humanidad y ética de la hu-
Whitley, C. F.: 612 Zenger, E.: 616 manidad ................................................................"" ............ . 46
Wiener, M.: 611 Zenyoji, Y.: 681 8. Creer en Dios significa derribar a los ídolos ......................... .. 48
Wiesel, E.: 232, 549, 564, 567, 685 Zielinski, Z.: 640
Zimmerli, W.:599, 604 B. EL CENTRO ........................................................................................ .. 50
Wigoder, G.: 595
Wilckens, U.: 669, 670, 672, 675 Zimmermann, M.: 631 1. Los elementos estructurales centrales .......................................... . 51
Wildstein, P.: 260 Zinberg, 1.: 598, 617 1. Éxodo: pueblo y elección ........................................."............ . 51
Wilken, R. L.: 673 Zohar, D.: 644 2. Sinaí: Alianza y Ley............................................................... . 54
William von Norwic: 169 Zoller, H.: 444s., 666, 667 3. Canaán: tierra y promesa .........................................".......... .. 57
Williams, A. L.: 621 Zorobabel: 107 11. La figura conductora central ..................................................... .. 60
Willmann, G.: 659 Zuckmayer, c.: 642 1. ¿Quién fue Moisés? .............................................................. .. 60
Willrich, H.: 615 Zuidema, W.: 598 2. Perfil religioso de Moisés ...................................................... .. 61
Wilson, R. R.: 611 Zuinglio, u.: 181 3. Moisés en el espejo del judaísmo, del cristianismo IOel islam .. 62
Wilson, S. G.: 621 Zunz, L.: 203,621 4. Sustancia permanente de la fe y paradigmas camblmtes ....... .. 65
Wilson, W.: 573 Zweig, A.: 620 C. HISTORIA ............................................................................................ . 68
1. El paradigma tribus de la época preestataL ................................ . 68
1. La toma de la tierra. Tres intentos de reconstrucc¡¡n............. . 68

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El JUDAISMO
INDICE GENERAL

2. Hacia una visión integrada .................................................... . 70 3. Nacionalismo y racismo: una mezcla explosiva ..................... . 221
3. El centro constante ............................................................... .. 72 4. Una derrota de la Ilustración europea .................................... . 225
4. Estructura del paradigma preestatal.. ..................................... . 74 S. Señalar a los culpables: las élites y las masas .......................... . 226
11. El paradigma reino de la era monárquica ................................... . 76 6. El antisemitismo fatal de un católico: Adolf Hitler ................ . 230
1. Crisis y cambio de paradigma ................................................ . 76 n. Represión de la culpa ................................................................ .. 235
2. Los excepcionales logros de David como rey ......................... . 78 1. ¿Qué habría sucedido si ... ? ................................................ .. 235
3. El reino de David es todavía hoy un ideal paradigmático ....... . 81 2. ¿Puras especulaciones ilusorias? .......................................... . 236
4. David en el espejo del judaísmo, del cristianismo y del islam .. 83 3. Protestantes que no protestaron: cristianos alemanes .......... .. 238
5. Doble rostro de Salomón y separación de los dos reinos ........ . 87 4. Oposición intraeclesial y confesión de culpa ....................... .. 240
6. Lo específico del profetismo .................................................. . 90 S. Un papa que guardó silencio: Pío xn ................................. .. 243
7. El profeta en oposición a los sacerdotes y al rey .................... . 94 6. Diplomacia vaticana y Juan XXIII ....................................... . 249
8. La domesticación de lo profético en el judaísmo, el cristianismo 7. Un episcopado que capituló: los obispos alemanes ............. .. 253
y el islam .................................................................................... . 95 8. Una Iglesia que reprimió: la Iglesia de Polonia ..................... . 258
9. De la separación de los dos reinos a su ocaso ........................ . 98 9. ¿Ni una nación inocente? ¿Tampoco Suiza o Norteamérica?
111. El paradigma teocracia del judaísmo postexílico ......................... . 103
264
10. ¿Borrón y cuenta nueva? .................................................... .. 267
1. Período del exilio y nueva esperanza ..................................... . 103 nI. La vuelta a Israel ........................................................................ .
2. Consolidación postexílica: Templo y Ley ............................... . 106
273
1. En lugar de asimilación, sionismo: Lean Pinsker .................. .. 273
3. El paradigma nuevo, judío: la comunidad teocrática ............. . 111 2. Un Estado judío: Theodor Herzl.. ......................................... ..
4. Nacimiento de la religión judía del libro ................................ . 113
276
3. En el camino hacia la fundación del Estado: Jaim Weizmann. 278
S. La extinción de la profecía y sus consecuencias hasta hoy ..... . 115 4. No hay país sin pueblo. El problema de Palestina ................. ..
6. La cultura helenística: la época de los sabios ......................... . 118
281
5. El Estado de Israel: David Ben Gurion ................................... . 286
7. Crisis de la teocracia: de la revolución al «Estado eclesia¡" .... . 120 6. Cinco guerras, pero la paz no llega ........................................ .
8. Lo apocalíptico como vigía e intérprete de los tiempos .......... . 125 289
9. El ocaso de Jerusalén y el final de la teocracia ....................... . 128
IV. El paradigma: Rabínico-Sinagogal de la Edad Media .................. . 132 B. LA CONTROVERSIA ENTRE JUDíos y CRISTIANOS ..................................... . 297
1. La nueva forma de vida farisaico-rabínica .. _.......................... . 132 1. Jesús en el actual diálogo judea-cristiano .................................... . 297
2. Nacimiento de la ortopraxis: Misná y Talmud ...................... . 137 1. La condición judía de Jesús y la investigación judía ............... . 297
3. Judaísmo como religión de la Torá: vida en la diáspora ......... . 141 2. ¿Cómo debería empezar el diálogo sobre Jesús? ................... .. 300
4. Autosegregación judía y antijudaísmo precristiano ................ . 148 3. ¿Qué podemos saber de Jesús? ............................................... . 302
5. Edad Media Judía y comienzos del antijudaísmo cristiano ..... . 151 4. El cristianismo, religión judía o religión específica ................. . 304
6. La España musulmana: lo que une a judíos y musulmanes .... . 156 11. ¿Quién fue Jesús? ....................................................................... . 308
7. No olvidemos la historia llena de éxitos de los judíos ............ . 160 1. ¿Un revolucionario político? .................................................. . 308
8. Persecuciones cristianas de judíos y sus «motivos» ................ . 163 2. ¿Un asceta monacal? .............................................................. . 311
9. ¿Por qué no hubo una Reforma judía? .................................. . 170 3. ¿Un fariseo piadoso? ............................................................ .. 313
V. El paradigma asimilación a la Modernidad ................................. . 174 4. No las habituales discusiones entre escuelas, sino confrontación
1. La cábala no es un nuevo paradigma ..................................... . 174 y conflicto .............................................................................. . 316
2. También Lutero arremete contra los judíos ........................... . 179 5. ¿En nombre de quién? ........................................................... . 318
3. Los papas antijudíos de la Contrarreforma ............................ . 182 6. ¿Quién es culpable de la muerte de Jesús? .............................. . 320
4. El judaísmo en el umbral de la Modernidad .......................... . 184 III. ¿Fe en Jesús como el mesías? ..................................................... .. 324
5. El caso Spinoza y la concepción moderna de Dios ................ .. 188 1. Resurrección de los muertos, ¿desconocida en el judaísmo? ... . 324
6. El primer judío moderno: Moses Mendelssohn ..................... .. 193 2. Radicalización de la fe en el Dios de IsraeL .......................... . 328
7. Derechos humanos también para los judíos._ ........................ .. 197 3. Una decisión de fe ................................................................. . 330
8. Crisis de identidad y cambio de paradigma: reforma del judaísmo 201 4. Lo que judíos y cristianos siguen compartiendo ..................... . 331
9. Coexistencia de paradigmas rivales .............. _........................ .. 205 IV. La historia de un distanciamiento ............................................... . 334
1. Lo que divide desde un principio a judíos y cristianos ........... . 334
SEGUNDA PARTE 2. Los judeo-cristianos helenistas ............................................... . 335
LOS DESAFIO S DEL PRESENTE 3. ¿Cómo se produjo la ruptura entre judíos y cristianos? ........ .. 338
A. DEL HOLOCAUSTO AL ESTADO DE ISRAEL.. ............................................ . 215 4. Antijudaísmo en el Nuevo Testamento .................................. . 340
I. Un pasado que se resiste a pasar ................................................. . 215 S. La excomunión de los cristianos ............................................ . 341
1. En la disputa de los historiadores .......................................... . 216 V. Un primer cambio de paradigma cristiano: del cristianismo judío al
2. ¿Cómo proceder con el holocausto? ...................................... . 219 gentil .......................................................................................... . 346
1. El discutido Pablo .................................................................. . 346

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El JUDAISMO
INDICE GENERAL

2. La transformación sintónica ..................................... _............ 348 n. ¿Al servicio de Dios? ............................................................................ . 451
3. Una religión para la humanidad universal.............................. 352 ¿Para quién son los preceptos? Yeshajahu Leibowitz .................... ..
1. 451
VI. Autocrítica cristiana a la luz del judaísmo ................................... 357 2.
Un caso típico. La situación de la mujer: Judith Plaskow .............. .. 452
1. Autocrítica cristiana ............................................................... 357 ¿Acuerdo entre Ley y libertad? Eugene B. Borowitz ..................... ..
3. 455
2. ¿Qué significa: Dios tiene un hijo? .......................................... 359 4.
Lo fundante sigue siendo la Alianza ............................................... . 457
3. ¿Qué significa encarnación? .................................................... 363 ¿9ué int~~retación de la Ley para el futuro? Una cuestión paraju-
5.
4. Trinidad, ¿un obstáculo insalvable? ........................................ 366 dIOs y cnstIanos ............................................................................... . 459
5. ¿Necesita Dios el sacrificio de su propio Hijo? ....................... 368 III. En favor del hombre ............................................................................ .. 462
VII. ¿Autocrítica judía a la luz del Sermón de la Montaña? ................ 372 1. ¿Cuál es la nonna suprema? ............................................................ . 462
1. ¿Dispuestos a perdonar? ......................................................... 373 2. El rabino de entonces y el rabino de hoy ........................................ .. 464
2. ¿Renuncia al derecho y al poder? ........................................... 377 3. ¿Pablo contra la Ley? ..................................................................... .. 466
4. ¿Queda abolida la Ley? .................................................................. .. 467
C. LA SUPERACIÓN DE LA MODERNIDAD ..................................................... 381 5. La Torá sigue vigente ..................................................................... .. 469
1. Caminos para salir de la crisis de identidad ................................. 381 6. Libertad de la halaká ....................................................................... . 471
1. Crisis y renovación ................................................................. 382 7. El amor como cumplimiento de la Ley ........................................... . 475
2. Temores por la continuidad y la identidad ............................. 383 IV. El futuro del pueblo de Dios ................................................................. . 477
3. Ser judío sin religión............................................................... 385 l. Se mantiene la promesa ................................................................... .
4. El judío religioso: Abraham Heschel....................................... 386 477
2. ¿Cuál es la situación de Israel? ....................................................... .. 481
5. Nuevas contrapreguntas ......................................................... 391 3. Consecuencias para la relación entre Israel y la Iglesia ................. .
n. Principales opciones religiosas de futuro...................................... 393 482
4. ¿Cómo celebrar hoy el sábado y el domingo? ................................ .. 484
1. La ortodoxia clásica (Samson R. Hirsch) ................................ 393
2. Ortodoxia ilustrada: Joseph D. Soloveitchik........................... 396
3. Nuevas contrapreguntas sobre la revelación y la Ley.............. 398 C. JUDÍOS, MUSULMANES Y FUTURO DEL ESTADO DE ISRAEL. .............................. . 490
4. Judaísmo reformado racionalista (Abraham Geiger)............... 401 1. El gran ideal. ......................................................................................... . 490
5. Conflicto entre tradición y reforma: Louis Jacobs................... 403 l. El Estado judío, signo de un cambio de paradigma......................... . 490
6. Conservadurismo como vía media (Zacarias Frankel) ............ 408 2. Israel, ¿una magnitud religiosa o política? ..................................... .. 491
7. Reconstrucción del judaísmo: Mordecai M. Kaplan ............... 410 3. ¿Pluralismo religioso o religión de Estado? ................................... .. 494
8. ¿Ha perdido su «esencia» el judaísmo? ................................... 413 4. ¿Quién es realmente judío? ............................................................ .. 497
9. Una disputa ............................................................................ 416 11. Conflicto trágico ................................................................................... . 500
1. ¿Lucha de dos pueblos por un territorio, y ningún acuer~o? ......... .. 500
2. ¿Resistir-replegarse-reprimir? ......................................................... . 504
TERCERA PARTE 3. ¿Sociedad democrática o Estado de seguridad nacional? .............. . 507
POSIBILIDADES DE FUTURO 4. Los derechos humanos y la paz en peligro ..................................... .. 509
5. El dilema de los árabes: un Israel no judío o un Israel no democrático 511
A. EL JUDAÍSMO EN LA POSMODERNIDAD ........................... ......................... 421 6. La Intifada y el Estado palestino .................................................... . 513
1. El nacimiento de la posmodernidad .................... ......................... 422 7. ¿Fe en la nación en lugar de fe en Dios? ....................................... .. 518
1. ¿Qué es la posmodernidad? .................................................... 422 111. El camino hacia la paz ......................................................................... .. 520
2. Posibilidades de futuro para la religión................................... 424 1. Inviabilidad de las posiciones extremas .......................... . 520
3. Transformación liberadora de la religión: Martin Buber......... 425 2. ¿Territorio a cambio de paz? .......................................................... .. 523
11. El judaísmo en la posmodernidad ................................................ 432 3. ¿Argumentos bíblicos para las fronteras estatales? ...................... .. 527
1. Entre el total rechazo y la total mezcolanza ............................ 432 4. Por parte cristiana, solidaridad critica ........................................... . 530
2. ¿Un nuevo consenso básico? ................................................... 435 IV. Una visión utópico-realista de la paz .................................................... . 533
3. Constantes irrenunciables del judaísmo .................................. 436 1. Lo que podria ser Israel .................................................................. .. 533
4. Futuro sin un modelo unitario ................................................ 438 2. ¿Y Jerusalén? ................................................................................... . 535
3. ¿Dos banderas sobre la «Ciudad de la Paz»? ............................... .. 539
B. CONFLICTOS VITALES Y EL FUTURO DE LA LEy........................................ 441 4. ¿Reconstrucción del Templo? ........................................ _.............. .. 542
1. Ambivalencia de la Ley................................................................ 441 5. El Domo de la Roca, ¿signo de unidad de la ecumene abahámica? 543
1. La Ley como liberación: David Hartman ................................ 441 6. ¿Una oración común? .................................................................... .. 545
2. La Ley como carga: dificultades en la vida real....................... 443
3. ¿Prisioneros en la propia doctri~a de la i~falibilidad? ............. 445
4. Soluciones: reinterpretar o senCillamente Ignorar.................... 447 D. EL HOLOCAUSTO Y EL FUTURO DEL DISCURSO SOBRE DIOS ............................ .. 549
S. ¿Un conflicto sin solución? El caso de un mamzer .................... 448 1. El holocausto en la teología judía ........................................... 549
1. El holocausto, ¿una fijación? ............................................. 550
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EL JUDAISMO

2. El holocausto, ¿un nuevo Sinaí? ......... ,. ............. ..... ...................... .... 551
3. El holocausto como anti-Sinaí de la modernidad............................. 552
4. Las consecuencias: superación del nihilismo................................... 555
n. Concepción de Dios después de Auschwitz .......................................... 557
1. ¿Impotencia de Dios frente al sufrimiento?..................................... 557
2. La creación del mundo, ¿autolimitación de Dios? ........................... 559
3. No un Dios inmisericorde, ni uno digno de lástima, sino un Dios
com-pasivo ....................................................................................... 561
4. ¿Un Dios crucificado? ....................................... ............................... 563
5. Respuesta al problema de la teodicea............................................... 566
6. En vez de comprender teóricamente el sinsentido del dolor, confiar
y resistir ... ,.......................................................... " ..... ..... ........... ....... 568
7. Una tercera vía.................................................................................. 570

No ES POSIBLE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL SIN UNA NUEVA ÉTICA. UN EPÍLOGO


ACTUAL........................................................................................................... 573
. Tercera oportunidad de un nuevo orden posmoderno................................... 574
¡Territorio por paz! ........................................................................ ................ 575
Enseñanzas de la Guerra del Golfo........ ....... .................. ....................... ....... 578
Postulado 1: No hay supervivencia sin una ética mundial.......................... 580
Postulado 2: No hay paz mundial sin paz religiosa....... .............................. 583
Postulado 3: No hay paz religiosa sin diálogo entre las religiones ............. 585
Condiciones para la paz en el Próximo Oriente .............. .............. ......... ....... 592

Léxicos y abreviaturas ......... ................................................... ........................... 595

Notas ................................................................................................................... 597

Indice de conceptos ............ ..................................................... ........................... 687

Indice de nombres .................. ............................................................................ 695

fndice general......................................................................... ............................. 713

718
Estructuras dominantes dt los diversos paradigmas

David Exilio GI/n~ía Ilustración Holocausto


ca. 10008. C. 722/597 a. C. IO¡I"c. s. XViiI! XiX 1918-45

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Yahvé, el Dios de Israel, e Israel, su Pueblo


(Alianza: FJ 1 1)10 Y Tierra)

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) la era preestatal
Paradigma Reíno
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Paradigma Teocracia
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: Paradigma
del judaísmo postexílico ~ la Edad Media : a la modernidad l de la posmodernidad';
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