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Novecento Se Prefacio de Silvia Sigal 2 aa eL NUEVO REPERTORIO Dé La accion COLeCcTiva: una MOVILIZACION DE Base TERRITORIAL \ Desde hace més de veinte afos, las clases populares argentinas elaboran nuevas formas de accidn Colectiva en respuesta a las profundas transformaciones que, desde lo alto de !a sociedad, desestructuraron sus mundes de pertenencia, Gcupaciones ilegales de tierras, cortes de ruta, revueltas y saqueos a Comercios y a hipermercados se encuentran entre las nuevas manifestaciones que progresivamen\ modificaron_un “repertorio" clasico que giraba_masivamente alrededor de los sindicatos y de los partidos. Tras haber hecho referencia a las tensiones a las que se vio sometida la democracia como consecuencia de la fractura social y a los desafios que la desafiliacién impone a la sociologia politica, Nes proponemos explorar mas profundamente estas transformaciones sociopoil as desde el punto de vista de los sectorés poptlares. Come hemos visto, desde el afio 2000 la opinién publica mostré una cierta sorpresa frente a !a creciente movilizacién social, sorpresa que alcanz6 también a las ciencias sociales, tal vez demasiado habituadas a fa “pasividad” que se habia atribuido a las clases populares durante toda la década de 1990. En este capitulo me propongo responder a dos tipos de preguntas. Por un lado, tfataré de dar cuenta ‘de estos cambios en los “repertorios de accién colectiva’?. jCémo se operan? iCudles son las caracteristicas de este nuevo abanico de movilizacién, a ‘Tilly considera que las personas disponen de una cantidad limitada de medios aceptados para exbresar sus reivindicaciones. Este "repertorio” de herramientas para la accién se forid en luchas anteriores y caracteriza una época, Puede verse asi que los repertorios favorecen ciertas luchas frente POBRES CIUDADANOS 43, sin dudas heterogéneo? ;Cudles son los cambios en la sociabilidad de las categorlas populares que estas movilizaciones manifiestan? ;Cudles son las perspectivas de evolucién de estos movimientos sociales y cual puede ser su impacto sobre la sociedad argentina y su régimen democratico? Por otro lado, intentaré volver sobre esta sorpresa de Ja opinidn publica frente a una movilizacién que, sin embargo, tenia lugar desde hacia largo'tiempo. jCual es la responsabilidad de las NX ciencias sociales en Ja incomprensién de una nueva relaci6n con la politica de las ~ A\ clases populares argentinas? Tras explorar la manera en la que los intelectuales argentinos piensan Ja movilizacién popular, nos dedicarernos aqui a presentar esta movilizacién a partir de la imagen que ella nos ofrece desde otro punto de vista. En primer lugar, nos vemos obligados a abandonar cuanto antes una hipdétesis basada en una “evidencia” que esconde mal él caracter macanico de la explicacion: _ effrentadas & auna crisis ‘fatal, las personas se habrian decidido “por fin" a salir a ', la calle, Propongo, en "cambio, fa hipstesis Segun Ta cual las respueslas a estas ' Cuestiones no pueden ser halladas mas qué sobre Ta base de de un doble registro. Claro esta que Tas nuevas formas de accidn colectiva responden a Tas ra transformactones operadas tanto a nivel de la estructura social como a nivel dé fas_mi iodalidades de inscripcién social ‘de jos sectores populares. Asi pues, es necesario tener en cuenta la importancia de la desestabilizacién radical dei modelo de integracién social en el que se formaran las identidades populares en Argentina. El primer apartado de este capitulo intenta determinar en qué medida la Argentina de hoy responde a las dindmicas entrelazadas en su pasado. En segundo lugar, sin embargo, intentarernos no considerar las nuevas formas de movilizacién colectiva exclusivarte movilizacién colectiva excluswarrente én teriiihos “reactivos”, es decir, como una respuesta una respuesta mas o menos comple, compleja a cambios s estructurales © a desarrollos histéricos. Las nuevas manifestaciones c colectivas que pueden observarse entre las clases populares c dehen set consideradas en su “positivided”, en tanto en tanto allas expresan positivamente no una nacién 4 no una nacién ya desaparecida, sino una sociedad en tiempo presente en la que vive, en gran medida, la Argentina que vendra. b> a ciertos oponentes pera al misma tiempo restringen otras posibilidades de acci6n reivindicativa o de pratesta. Cf. Tilly, Charies, The Contentious French. Four Centuries of Popular Struggle, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1986, y Les révolutions européennes 1492-1992, Seuil, Parls, 1993. [Hay versién espaftola: Las revoluciones europeas, 1492-1992, trad.: Juan Faci, Critica, Barcelona, 1995.) . 44 DENIS MERKLEN A continuacién presentaremos tres de lo: a las nuevas Clases populares: su reiaci6n con el Estado y con las instituciones : publicas, sus 17 sus modos. de integracién ‘Tuertemente marcados por of _una “inSGripcién tert teritorial”? ys ysu u _matriz ‘Cultural, que car 2 caracterizaremos, como “cosmolégica” y { ‘ “elacignal"®. Esta caracterizacién de las clases populares nos permitird, en el cuarto apartado del capitulo, dar cuenta de su nueva “politicidad”, de una nueva forma de politica constru ida en la tension entre la “urgencia” yel “proyecto” ast como en ia rélacién de las clases populares con las tradiciones politicas- tn este sentido, retomaremos ei hilo del primer capitulo, puesto que esta politicidad no puede ser aprehendida por ciencias sociales excesivamente obsesionadas por una concepcién de la ciudadania desprovista de contenido socioldgico. Este es el marco en el que intentaremos visualizar las_perspectivas de evolucién de los maovimientos populares. ” Las clases populares de una Argentina extinguida Las transformacicnes llevadas a cabo en la estructura social son de tal amplitud que han trastocado de forma inédita e! mundo popular que la Argentina habia conocido desde los afios cuarenta. Comprender en la actualidad ese mundo popular obliga a inscribir nuestra visién_en el marco de una “problematizacion hist6rica de las cuestiones actuales”.*En otros términes, para volver inteligible nuestro objeto debemos dar respuesta a la siguiente pregunta: gcudndo y cémo > se inician los procesos en los que ‘as clases populares se encuentran circunscriptas en el presente? La problematica actual de los sectorés populares en Argentina s¢ ¥ OF, Merkien, Denis, "Le quartier et la barricade. Le loca! comme lieu de repli et base du rapport au politique dans a sévolte populaive en Argentine”, en L'Homme et fa société N° 143-144, L'Harmattan, Paris, 2002, pp. 143-64, [Hay edicién en espafol: “Sobre 1a base territorial de la movilizacién popular y Sobre sus huellas en la accién", en Laboratorio on line, afio IV, N° 16, diciembre de 2004, en http:! Jwuw.catedras, fsoc_uba ar/salvia/lavbo.ntm.] ?Semdn, Pablo, "“Cosmolagica, Holista...". “Si el presente no es_sdlo.contemporaneo, es necesario hacer una historia del presente,_es decir feactivar la carga del pasado que se encuentra én el presente. ES necesario entonces hacer algacomo una geneaigia del presente o ura problematizecion nistarica da ias cuestiones actuales.” Castel, Robert, “Présent et généalogie du présent. Pensar ie changement q'une forme nen évolutionniste”, en Au risque de Foucault, Centro Pomoidou, Paris, 1997, pp. 161-9. POBRES CIUDADANOS 45. pdage i pe i constituye en el momento en que comienza la desalarizacién y el retiro masivo del Estado social, con el Corolario de una pauperizacion yuna fractura Social Si sin precedentes. Elmomenta emblematico que inaugura este periode es el Gififfo golpe mititar de 1976, pues es entonces cuando se abrié un proceso que sdélo se cerraria con ta ca(da del gobierno de Fernando De la Rua, en diciembre de 2001. Este periodo de “descomposicién” (1976-2001} habia sido precedido por un periodo de “construccion” que se extendid, no sin discontinuidades, a to largo del siglo XX (hasta 1975), con momentos clave como la Salida de ia crisis de los afios treinta y los dos primeros gobiernas peronistas (1946-52 y 1952-55), Intentaremos identificar las razones de la descomposicién.® La catdstrofe de una sociedad anteriormente integrada permite ver el cardécter radical de las transformaciones operadas: |a pobreza alcanza a mas del cincuenta por ciento de ta poblacién, la proporcién de di SOCUp 205 $¢ se multiplics por cuatro’ yel numero de trabajacores “informales" se evo vi6 Su > superior rior at numero de asalariados Poblacién econdmicamente activa. Todo esto en un pais que no habia conocido el Sesempleo masivo y. donde la pobreza urbana era estimada en 3% dei 10% mas Tico. son 30 v veces: 5 Superiores alos del 10% mds pobre (quienes no perciben mas 's que el 18% del total de los ingresos), to cual coloca al pais entre Chile, y lo aleja Gada vez mas dei grupo de sistemas mas eq eg uitativos en los. que: se encontraba, junto a Uruguay y Costa Rica, hasta los afios ochenta. v + No es nuestra intencidn hacer aqui una descripcién detallada de un periods larga y complejo, lo que escaparta al objetivo central de este trabajo, Le enumeracion de algunos rasgos de la estructura social argentina y de sus evoiuciones tiene por objeto dar un sentido preciso a expresiones como “descomposicion social” y, en especial, poder comprender un presente que es heredero de dos periodas pasados: el primero, mas reciente (1976-2001), a la vez heredero del segundo (1930-40/1976), *La evoiucion de la desocupacion corresponde a fas dos fases sefialadas: fue inferior a 5% desde los afios 1940 hasta los afios 1980, alcanza el 7,6% de ‘a poblacién activa en 1989, ef 8,6% en 1990, el 13% en 1994 (23% en el caso de los jdvenes de 14 a 24 ates) y el 18,4% en 1995. Si sumames las tasas de desempleo y las de subempieo, obtenemos e! 30,1% de 1a poblacién acta en 1996, Io cual contin mas tarde en aumento, con la recesidn de 1998-2002. Bustelo, Eduardo y Minujin, Alberto, “Politica social e igualdad” , en Bustelo, E. y Minujin, A. (eds.), Todos entran, Propuestas para sociedades incluyentes, Unicer/Santillana, Coleccién “Cuadernos de debate”, Bogoté, 1998, p. 67-117. 46 DENIS MERKLEN Dos fenémenos se encuentran en el origen de esta regresién. EI primero es el proceso de desindustrializacién’ continuo que atravesé todo el perfodo, con una” disminuci6n drastica de los obreros entre fas clases populares. E! segundo fenémeno se refiere a la reduccién de\ sector piiblico, proceso que se inicia igualmente a partir de 1976 y se acelera en los afios noventa con el programa integral de privatizacién de las empresas pUblicas y de achique directo de! tamafio del Estado. Por un lado, este retiro del Estado provocé una importante reduccién del numero de funcionarios, lo que amputé drasticamente su presencia de las clases populares; por otre lado, esto Ultimo se tradujo en un cambio profundo de Ja relacién de las clases populares con el Estado y con la politica. No debe olvidarse que desde el primer peronismo las clases populares se sociatizaban a través de {a relacién esirecha que sus Organizaciones politicas y sindicales mantenian con el Estado, y que este vinculo tenia un impacto directo sobre la organizaci6n de la vida cotidiana de esos “trabajadores”®. Este Ultimo mecanismo nos revela la segunda caracteristica de una Argentina que ya No existe 0 que “ya fue". Con el gobierno de Carlos Menem (1989-1999), la Argentina abandon6 definitivamente el modelo de intervencién del Estado a través de! cuai se habian regulado la economia y las relaciones sociales fundamentales. Ese modelo de regulacién social habia permitido una estabilizacion de la sociabilidad dé las clases Populares durante cinco décadas (1940-1989)% En primer tugar, esta estabilizacién de los mados de vida populares es resultado de la extension de la relacién satarial (que abarca a mas del 70% de la poblacién econémicamente activa desde los afios 19401°) y, en segundo lugar, refleja la ¥ ?schyarzer, Jorge, La industria que supimes conseguir, Planéta, Buenos Aires, 1996. Kosakott, Bernardo y Ramos, Adrién, Cambios cantempordneas en ja estructura industrial argentina (1975-2000), UNG, Buenas Aires, 2001. "Si hubiéramos escrito este lipro en los affos Setenta, no habriamos pensado en comiltas o itdticas que felativizan el termine “trabajador” y daa cuenta de su carécter de categoria social, politica y sacioldgica. ;Qué nos lleva a utilizarias hoy? Veremos el corqué en las paginas siguientes e intentaremos sistematizar una respuesta en el capitulo 6. . *Este aspecio del madalo “estadacéntrico” (Cavarozzi} s@ ve acompaaco por el hecha de que durante tedo este periodo el Estado se encontraba en el centro de tos conflictos econdmicos y politicos. Sidicaro, Ricardo, “Los conflictos entre ei Estado y los sectores socisecondmicos predominaates en la crisis del regimen conservadot (1930-1943), en Ansaldi, W. et af. {eds.), Representaciones inconclusas, Bibles, Buenos Aires, 1996, y La crisis def Estado y los actores politicos y sacioecandmicos en fa Argentina (1989-2001), UBA-Libros del Rojas, Buenos Aires, 2001 ‘La mayor proporcién de asalasiades se observa en el censo de 1946 (73,8% de la Poblacion Econémicamente Activa). La relaci6n salaria? atcanzaba al 71,2% de le PEA en al censo de 1970, pero en 1980 el descenso habia comenzado y Ja tasa caia hasta e) 65,9% de los activos. POBRES CIUDADANOS 47 construccidn de un conjunto de protecciones sociales a partir de la intervencién de los sindicatos y del Estado; por Ultimo, esta estabilizacién surge de la regulacién de las relaciones !aborales y de un nivel relativamente elevado de los salarios ("elevado" con respecto a tos salarios de hoy y con respecto también al nivel de los satarios de la mayor parte de los paises latinoamericanos en esa época). =) Los resultados de este sistema de integracién marcaron las modalidades de 3H Cosine de mane cuada-En privet lugar, ef sistema estabiliz6 los Phe “mundos populares de la manera en que acabamos de evocarlo, En segundo ~ lugar, facilité la identificacién del pueblo y el trabajo, con una receptividad del 9 peronista que organizaba los temas de la dignidad y del reconocimiento “social alrededor de la figura del pueblo trabajador’'. Por ultimo, hizo posible un tipo de politicidad en la cual la accion if) colectiva podia organizarse sobre la base d egia de conquistas sociales que padian ser representadas bajo la forma de derechos adquiridos y que podian materializarse en las instituciones ptiblicas, Es en esta lucha por derechos que el movimiento peronista ocupé un lugar centra! entre las identidades populares (lo que fue posible mediante el asistencialismo gubernamental, la accién de los sindicatos y el control de diferentes niveles del Estado).'? Es por estas vias que las clases populares pudieron articular la accién colectiva en un repertorio mas o menos unitario en el que era posible combinar una lucha orientada tanto por la conquista de nuevos derechos como por la defensa de fos. derechos amenazados. Solamente es posible tal articulacién cuando los individuos estan inscriptos en un sistema de relaciones sociales estables que les permite pensar el futuro? tanto a nivel de Tas | estrategias individuales (en la proyeccién de una promocién social a a través de la escuela oenia proteccién trente ala vejez oenja enfermedad) er ™ Examinamos las consecuencias de 1a ruptura de este par en el cap. 5. 7En rigor, las luchas obreras son importantes y comienzan ya a principios del siglo XX. Sin embargo, el reconocimiente masivo de estas luchas por garte del Estado inscribid en la memoria aopular él primer gobierno peronista y la particioacién de Perdn en el gobierno de Farrell como primer mamento de realizacién de los derechos sociales. La mitologia sostiene asi que tas conquistas sociales comenzaron sélo a partir de 1945. Mas aun, que ellas tuvieron lugar solamente entre 1945 y 1955. Olive, muestra cémo, desde 9 punto, de, vista subjetive, no Ey Léclere- Olive Michele; "Sortir’d cisternae tuner Brofek" en Billara,|., Debordeaux, D. y Lurol, Wr Tccords.3, Vivre fa précarité. Trajectoires ef projers 8 vie vie, Editions de I’Aube, Paris, 2000. 48 DENIS MERKLEN 8 colectivas (cuando fa historia politica y social podl fa ser ieida como el resultado de tas luchas emprendidas). Esta es la raz6n por la cual dicha forma de accién colectiva pudo establecerse mas alld del peronismo, dejando también su marca en todos los perfodos en los que esie movimiento no se encontré en el poder (en especial 1955-1973 y 1976-1989), aun cuando guardara su lugar en el corazén identitario de las clases populares. La descomposicién social inicia: los afios setenta se produjo de forma continua, si bien con velocidades diferentes, bajo todos_fos gobiernos de los ultimos veinticinco afios. Muy diferentes entre si, se destacan dos periodas de aceleracion_extraordinaria bajo los _gobiernos de Alfonsin y de Menem. Asi, al carécter continuo de la.desarticulacion del sistema.social se encuentra ligado a la contraccién del mercado interno, a la desindustrializacién y al desmembramiento del Estado. La estructura de proteccién social se_desarticulé puesto que sus prestaciones sufrieron discontinuidades, fueron disminuidas 0 simplemente suprimidas por la caida de las inversiones publicas, por la decadencia de las obras sociales y su posterior desregulacién y privatizacién, y por la caida abrupta de las tasas de sindicalizacién. Los efectos conjuntos de estos. fenémenos 5 implicaron_una desinstitucionalizacién de la relacién salarial y, de manera mas general, de las relaciones laborales. 5 Desde el punto de vista de {a accién colectiva primera y mas importante diferencia entre las clases populares del ultimo siglo y las de la Argentina post- descomposicién debe ser buscada sin duda en el papel jugado. anteriormente por la constelacion sindical. Es neces sindical. Es necesario hacer notar, en primer lugar, que el sindicatismo constituyé uno de tos principales actores de la i i esto, insistamos, desde los inicios del siglo XX hasta 1989.'* En segundo Jugar, debe subrayarse que las estructuras sindicales fueron durante este perfodo uno _ de Ids factores mas importantes de socializacién de las clases populares, en cos Tactores mas imponanss 6 seca a partir del rol que jugaron tanto en la promocién social como en’la implantacién de protecciones a través del vasto si 1 de “obras sociales” y . Mas alld de las polémicas sobre la existencia de un sindicalismo fuerte antes de la interpelacién peronista, es cierte que la extensién del sindicalismo y su articulacién con |a esfera del Estado se vio Censclidada per ‘a asociacién politica entre el mundo sindical y el peronismo operada de 1943 a 1945, Vale la pena recordar que fas “obras sociales” eran sistemas de proteccién social (enfermedades, accidentes, vacaciones, etc.) administradas por fos sindicates. * POBRES CIUDADANOS 49 (promovidas por el peronismo de 1946 y desarticuladas por el de 1989) que brindaban una cobertura 2 sus afiliados en dominios que iban desde la entermedad hasta tas vacaciones y el turismo.!* Si bien nuestra exposicién de este panorama astillado del_mundo popular debe ser breve, es esencial posar nuestra mirada en un contexto evalutive con el objeto de medir el caracter radical de las transform radical de las transformaciones de tos afios ochenta y rmaciones sel noventa. Desde el punto ; el punto de vista de las subjetividac vista de las subjetividades, estas trans’ expresan por : una 1a especie de pecie de perple| jidad ambigua e en la que las clases populares parecen oscilar entre la defensa de un status de trabajadores al que no quieren renunciar completamente y una fuga hacia adelante en fa que Se sacrifica ala reiacién laboral y se busca articular nuevas formas de demanda social. Como veremos ens , la movilizacién social observada ep ta actyalidad se encuentra asi tironead. sde el interior Por una tensién que conjuga (mal, pe por Oe jomento) ‘una dimension ie Stesta ‘can ta lucha por la supervivencia. El nuevo repertorio: asentamiento, piquete, estallidoy saqueo Las ocupaciones ilegales de tierras (asentamientos) seguidas por el desarralla de un cenjunto de organizaciones barriales, los cortes de ruta (piquetes), las revueltas populares para exigir la renuncia de las autoridades provinciales o del gobierno nacional (estaflidos) y el asalto de comercios en las situaciones de crisis econémica aguda (saqueos) constituyen los Componentes de lo que ha sido llamado, siguiendo.la conceptualizacién propuesta por Charles Tilly, un “nuevo eee TE One pea eee Prop sne Por eens hy, sooo repertoria de accion”’® de las clases populares argentinas. we vy Es Util recordar que fa Argentina fue uno de los paises de tasas de sindicalizacion mas elevades del continente american, fenémeno asociado sin dudas a la extensién de ta relacion salarial ‘SpSi, nablan de “nuevo repertorio”, por ejemplo, Auyera, Javier, La protesta, Relatos de la beligerancia popular 8715 Argentina de los qovanta, UBA-Libros del Rojas, Buenos Aires, 2002, y Farinett!, Marina, “violencia y risa contra la politica en el Santieguefazo: Indagacién sobre ei significado de una rebelién popular”, en Apuntes N° 6, Buenos Aires, 2600, pp. 77-126, y “Los significados del ‘Santiaguenazo’, un estallide social", en L‘Ordinaire iatino-américain N° 188, Toulouse, 2002, pp. 109-17, 50 DENIS MERKLEN Los asentamientos Los asentamiantos fueron uno de los Primeras componentes de este nuevo tepertorio. Ellos marcaron el puntapié inicial del cambio. Las 8s primeras ocupaciones llegaron 2 a jugar 5 50 tos asentamientos comienza a cesarrollarse un vasto movimienta. de.organizaciones barriales que Supera con mucho el marco de las ocupaciones ilegales. En un primer momento, las organizaciones barriales crearon un movimiento de base orientado por e! objetivo de la construccidn de un barrio (es decir, la praduccién de un habitat "normal" por oposicién a la representacién de la vilfa), asi como por la promocién de una estructura de solidaridad territorial. Un segundo momento se inicia inmediatamente después cuando las organizaciones “salen” hacia el sistema politicc para obtener Jas intervenciones institucionales que permitieran favorecer ia realizaci6n de un proyecto de inscripcién social territorializada (la escuela, la cantina o el dispensario para el barrio) y que'al mismo tiempo ayudaran a detener la devastacién provocada por el empobrecimiento. Las organizaciones varriales s¢ constituyeron asi en una de las bases principales de la participacién,, popular en Ja creacién de una nueva demanda social ya no asociada al mundo} del trabajo ni organizada por ‘los sindicatos, Como veremos en la proxima secci6n, esto fue posible gracias a una reorientacién de las politicas sociales llevada a cabo desde 1987. Recordemos, por Ultimo, que la mayoria de las organizaciones produjeron en ciertos momentos clave (en especial en los inicios, en su fundacién), fa promoci6n de sdlidos dispositivos de democracia (directa o indirecta). La gran mayoria de los asentamientos vivieron una primera etapa en la que las asambleas, la institucionalizacién de sus cuerpos de delegados y las elecciones de !os dirigentes barriales participaron en la construccidn de un auténtico espacio puiblico focal?” v "En casi todos los casos, asimisme, el reconocimiento del Estado y la posterior intagracién de las orgenizaciones a ia gestién de las politicas sociates se traduja en un debilitamiento de los mecanismos Ge patticipacion directa y en la fragmentacion de las organizaciones (hasta entonces unificadas a Aiel de cada barrio). Heras anatizado este fendmeno en profundidad en dos trabajos: cf. Merklen, Denis, Asentamientos en La Matanza. La terquedad de Jo nuestro, Catlogos, Buenos Aires, 1991, @ fascription territoriale... POBRES CIUDADANOS 54 Los saqueos Bajo los efectos de la crisis de hiperinflacién de 1989 y de la recesion econdémica y la asfixia financiera y monetaria de 2001, los pobres de las grandes ciudades (en especial de Rosario, Cérdoba y el Gran Buenos Aires pero también de otros grandes centros urbanos) saquearon supermercados y centros comerciales en busca de alimento.!® Es bajo esta forma que aparece en el espacio publica; en 19839, ef estado de carencia en el que se encontraba una cantidad creciente de familias. Eu hambre hace su entrada en la escena publica por primera vez en las grandes ciudades, Sy Se “constituye ¢ en una amenaza al crash democrétice Too obstante, qqué es lo que amenaza en mayor medida a !a democracia: el saquéo de comercios 0 el caracter, vuelto insoportable, de un orden econémico injustoy de un orden politico impotente o indiferente frente a la suerte de una parte de su ciudadanta?).!%En un primer momento esta situaci6n permanecié asociada a los efectos devastadores de la inflacién que los sectores populares vivian como un mal endémico desde hacia treinta afios y que, con el estallido de Ia hiperinflacién, licué sus medios de vida asi como !os de los sectores medios.?° El control de la inflacién con el “plan de convertibilidad ”?* en 1991 alejaria este peligro con un mejoramiento real de las condiciones de vida y con la disminucién de la indigencia durante los cuatro primeros afios del programa, Sin embargo, estas escenas de pillaje de comercios se reproducirian an con mayor magnitud en 2001, cuando cuatro afios consecutivos de recesién pondrian una vez mas en evidencia la "* Para una descripcién de los primeros saqueas en la crisis hiperinflacionaria de 1989, cf. Prévot Schapira, Marie-France, “Pauvreté, crise urbaine et &meutes de la faim cans le Grand Buenos Aires", en Problémes de i'Amérique latine N? 95, Paris, 1990. En 1983, at final del régimen militar, fa prensa pudlicé fotos de nits victimas de la desnutricién hospitalizados en Tucumdn. Es la prueba cada en ese momento de las consecuencias sociales de la politica econémica de la cictadura. Sin embargo, la localizaci6n de este fendmeno en una provincia “iejana” del noroeste limité el impacto politico del acontecimiento. El caracter masivo del empobrecimiente se expresd por primera vez en 1989 en plena crisis hiperinflacionaria 3 Sigal, Silvia y Kessler, Gabriel, "Comportements et représentations face a la situation de disloca- tion des régulations sociales: I'hyperinflation en Argentine”, en Cuitures & Contlits N? 24/25, invierno- primavera oe 1996-1997. * 2 "Convertibilidad’ es el nombre dade a la politica monetaria asociada a una estrategia de “currency bearer" puesta en préctica en 1991 por el gobiernc ce Carlos Menem. De manera mas general, se Hama asi al conjunto de la politica econdmica del periodo menemista (1989-1999), centrada en esta estrategia monetaria pero también en la apertura de los mercados, con un vasto programa ce privatizacién y de desreguiacion de las relaciones salariales. 52 DENISMERKLEN incapacidad del Estado para dar una respuesta eficaz; as{ como fa de los sindicatos, que no podian mas que mirar de lejos cémo las clases populares se movian por fuera de su campo de inftuencia. Los estallidos A partir de 1992, un episodio de nuevo tipo colocaria a las clases populares en la escena piblica. Verdaderas revueltas populares provocarian la destitucién de los gobiernos de las provincias de Jujuy, Saita, Santiago del Estero y Corrientes, dando una vision anticipatoria de la suerte que correrla el gobierno de Fernando Oe la Ria en diciembre de 2001.7? Como lo muestra Marina Farinetti, estos episadics de revuelta en los que Ja representacién politica fue el primer blanca de !a ira popular (con ef saqueo, robo e incendio de los edificios de los poderes publicos -ejecutivo, legislativo y judicial-, as/ como de las residencias particulares de diversas autoridades), se explican por una combinacién compleja de crisis de jas administraciones publicas y de “economia moral de las masas”, segun la conocida formula de E. P. ‘Thompson. Ea muchos casos precedida de varios meses de Salarios impagos al personal estatal, la revuelta reunié una parte importante de la poblacién que ya no estaba dispuesia a talerar su suerte frente a la exhidicién de una corrupcién generalizada ¢ impune, resultado de sistemas de gobierno en general marcados por el nepotismo de familias locales. No es tanto la miseria o ta crisis econdémica lo que provoca la explosion de la sociedad civil sino la incapacidad, ‘la negligencia 9 la indiferencia del poder frente a esta ‘ situacién. ~~ Los piquetes Hacia el mes de junio de 1996, en dos pequefias ciudades petroieras de ta provincia de Neuquén (Plaza Huincul y Cutral-Co) entra en escena lo que seria v Sobre esta modalidad de accion colectiva, véase el remarcable andlisis realizado por Marina Farinetti sobre el santiagvesazo, !a reweita Ce (a provincia de Santiago del Estero en 1992; Farinetti, Marina, “Violencia y risa...” y “Los significados del...". ES CiUDADANOS 53 considerado cinco afios mas tarde una de las principales modalidades de la accién colectiva de las clases populares argentinas: el piquete. Frente a la amenaza de cierre de los pozos petroleros a partir de la privatizacién de ta empresa estatal YPF, los habitantes cortaron la ruta que atraviesa esos pueblos (y que une las ciudades de Neuquén y Zapala) para exigir una solucién a su suerte. El corte duré varios dfas y }os piqueteras debieron enfrentar a la gendarmeria antes de poder negociar, primero con un juez y tuego con las autoridades. Este método fue retomado.algunos meses més_tarde en otra ciudad petrolera igualm nite amenazada, esta vez en el norte del pais, en la provincia de Salta: General Mosconi. En los afios que siguieron, el piquete se iransformé_ey en_un_método extendido sobre | todo el territorio como forma de protesta adaptada a las nuevas condiciones sociales, Un punto de inflexidn se produciria en el afio 2000 cuando un piquete corte durante un mes la ruta nacional 3 a ia altura de La Matanza, el distrito mas grande del Gran Buenos Aires.?? E! episodio es importante puesto que a partir de ese momento el método se consolidé como forma de accion y porque se produjo ef Jeforzamiento de un grupo de je organi jones, identificadas como. piqueteras. . Quées loc que se encuentra en el origen de este cambio? Los piqueteros llegaron les, en un actor dé peso sobre ces de mayor resonancia enas publicas localés y nacionales, y en una d fe el espacio publico. Desde entonces, estas organizaciones administrarian una parte importante de los los planes Trabajar, una pr it desocupados a cambio de un trabajo comunitario (en el marco de un programa cofinanciado por el Banco Mundial’). Este reconocimiento de,la militancia piguetera constituye j una innovacion politica importante, ye que a partir de entonces orientarla todas fi las luchas: participar de una organizacién de piqueteros, y en especial de una de ¥ Con 1,2 millones de habitantes, La Matanza presenta la concentracién de poblacién pobre més grande del pais, mas cel 10% de Ia poblacisn del conurbano y 4% de la poblacién total det pa’s. Historicamente gadernado por el peronismo, este distrito concentra un nimero importante de fabricas, y de talleres que alimentaron la formacién de una clase cbrera importante. Sin embargo, nada queda de las tradicionales plantas industriales. Entre ias grandes Fabricas, las més importantes eren la de Volkswagen, Chrysler, Borgward y M.A.N. en la rama automotriz, Textil Oaste en la textil, Klia en le produccién de maquinas agricolas, Yelmo en la de elecirodomésticos y Santa Rosa y 1a Vaskonia en la metaldrgica. Todas estas fabricas cerraron entre 1990 y 2001. La Gnica que persiste es Federal, vieja fabrica de jabones recientementa mudada de 108 bordes de la Capital hacia el interior del distrito. Estos sudsidios fueron reemptazados por los Jefes y jefas de hogar, de caracteristicas similares pero enteramente financiados por e! Estado. 54 DENIS MERKLEN los cientos de asaciaciones barriales que forman parte de esos feconocido por el Estado” coms Un trabajo de interés comunitario. A partir ‘de eatonces, él reconocimiento de las nuevas organizaciones como actores sociales se convirtié en un hecho instalado en la opinién publica. Madurado durante diez afios gracias al trabajo de las organizaciones de base territorial, el nuevo juego politico en el que las organizaciones populares toman parte activa comenzaba asi Las claves de! nuevo repertorio: inscripcién territorial y politicas sociales {Qué es lo que nos autoriza a unificar estas formas dispersas de movilizacién bajo fa etiqueta ce_un repertorio? Aun cuando la nocion de “nuevo repertorio” haya sido esbozada, sus usos habituales en la literatura sobre !a Argentina realizan slo una constatacién empirica def hecho de que nuevas formas de accién se agregan a la accién de los viejos sindicatos o la reemplazan, sin que una conceptualizacién permita comprender por qué esas acciones constituyen ur repertorio y no un simple inventario. Querria Proponer aqui algunos elementos de respuesta a la cuestion del repertorio. Mas: alla de los aspectos que fas diferencian, \ ie ny acciones encuentran su unidad pe algunos atrioutos comunes de las nuevas cl. pt lares, en especi: las elaciones 5 que las constituyen y yen! la orientacién de las acciones que ellas reatizan. Desatiliacion y politicas sociales ee eee oservado en 1a evolucién que articula histéricamente los efectos de la desafiliacién ‘Social con las nuevas politicas sociales. Durante los afos 1980 y 1999, las movilizaciones populares evalucionaron al combiner, d@ manera heterdclita, dos orientaciones, En un primer momenta, jas demandas se dirigian a la restauracién de las “conquistas Sociafes” perdidas o bajo amenaza (se reclamaba el aumento de salarios, la detensa de los empleos y de las protecciones sociales, con una accién social todavia en manos de los sindicatos, aun cuando éstos se encontraran en una estrategia de repliegue). 0, POBRES CIUDADANOS 55, mejor dicho, las luchas sociales se orientaron hacia la defensa de un orden social fuertemente amenazado y desestabilizado, fo que afectaba directamente, no sdélo el modo de vida de ta mayorla de tos asalariados, sino también Jas condiciones fundamentales de! ejercicio de la ciudadanta. En un segundo momento, una vez que la situaci6n se estabiliz6 bajo la forma de una nueva Cuestién Social alrededor del empobrecimiento, de la precarizacién de tas relaciones laborales y del desempleo masivo, las luchas populares se dirigieron la adquisicién de prestaciones sociales ligadas a la asistencia. Las p> potiticas sociales se volvieron vitales y se constituyeron en el objeto privilegiado de ¢ las movilizaciones. Hacia tines de los atios noventa, la regresién social aparecia como irreversible a tos ojos de un sector creciente de las clases populares. En virtud de esta constatacién, la degradacién de las condiciones de vida impuso entonces una lucha por la supervivencia en la que las politicas sociales cumplian un papel cada vez mas. importante. El Estado acompaiié este movimiento a través de la reorientacién de las politicas sociales. Esta estrategia fue inaugurada por el "Plan Alimentario Nacional” (PAN) dispuesto por el gobierno de Raul Alfonsin desde 1985?5 y encontraria una elaboracién mas acabada con una iniciativa de “participacién”, de incorporacién activa de las organizaciones de base territorial en la puesta en marcha de las politicas sociales, estrategia desarrollada_por el _peronismo en la provincia de Buenos Aires y en las municipalidades del conurbano (Moreno, Lomas de Zamora), Esta polltica, que podria calificarse como de “asistencia participativa”, se consolidé con la llegada de Antonio Cafiero a la gobernacién de ja provincia, también en 1987, y se extendié poco después a nivel nacional (descentralizada hacia las provincias y los municipios), en especial por la accién del gobierno de Carlos ji Menem en el curso de los afios 1990. Esta reorientacién de las politicas sociales j abrid nuevas posibilidades de _movilizacién que escapaban a los sindicatos. E! ~ |' Estado encontré a través de ella y con ella un interlocutor privilegiado en las * organizaciones barriales, al mismo tiempo que contribuia a la consolidacién de | A *Puade notarse que, mas alld de esta iniciativa del PAN, al radicalismo no supo establecer un vinculo a través de este tipa de politice publica, y de esta forme se coarté la posibilided de canstruir una relacién con fos sectores populares. Cf. Prévét Schapira, Marie-France, “Du Welfare & l'assistance: la decentralisation de I'intervention sociale en Argentine”, en Cahiers des Amériques latines N° 15, Paris, 1994, pp. 29-50. 56 DENIS MERKLEN este nuevo actor social. De este lazo entre el Estado (reformado) y las nuevas ofganizaciones: barriales, lazo social y politico territorializado, se nutririan mas 5 tarde los piqueteros. “ gin embargo, desde 1995, al mismo tiempo que esta estrategia se desarrollaba, sus efectos eran limitados a causa de las consecuencias cada vez mas negativas del_orden_social engendrado por las reformas econdmicas guiadas por la Convertibilidad y su programa de ajuste estructural. A partir de ese momento, la evolucion de la relacién entre politicas sociales y clases populares siguié una” dinamica paradojaf: en la medida en que las politicas de asistencia adquirian una importancia creciente en el presupuesto de los hogares pobres, cada vez mas numerosos y Cada vez mas privados de otras alternativas para completar sus ingresos, el Estado veia limitada la base de recursos financieros que podia destinar a esas prestaciones,¢ En este contexto, las politicas sociales comenzaron a ocupar ta mayor parte de las energias ‘de Ta movilizacién colectiva. Ya no sé estaba en presencia del pueblo frabajador que durante décadas se habia organizado alrededor de su inscripcién salarial. Las clases populares actuaban entonces en funcidn de su fragitidad, de la escasez de medios de existencia y de la falta de reconocimlento, pero se- organizaban también en funciér de fos recursos que el Estado ponia disponibles ala movilizacién. Los “derechos” comenzaron asia encontrar un nuevo lugar e la politicidad de los sectores populares, y con este proceso, inevitableménte, io organizaciones capaces de establecer una nueva relacién con la politica fueron otras. Desde este punto de vista, el circuio vicioso por el que, cuanto mas dependientes de !a asistencia se volvian Jos pobres, mas disminuian los recursos de Jos que disponia el Estado, puede ser visto desde otra dptica: este circulo gitaba entonces en el sentido contrario. Paraddjicamente, cuanto mds restringidos tran fos rendimientos del sistema politico, mas indispensables se volvian en los barrios pobres. La eSpiral de a dependencia avanzaba asi sobre la base de recursos. cada vez mds escasos. Asi, mientras Jos chicos de un barrio de Florencio Varela comen én el "comedor comunitario”, un militante dei movimiento’ piquetero MTD Anibal Verén explica: a ** aun cuando los montos destinados a las politicas de asistencia social aumentaron (Io cual es el caso hasta 1998), se revelaban crecientementa ineficaces debido a la desinversiOn en el Conjunto del Sector public y por tanto a ia desestructuracién del sistema de proteccidn social ys evocada. POBRES CIUDADANOS 57 “Qué hace un piquetero cuando no.esté en el piquete? Y... va a trabajar todos los dias en el comedor comunitario y participa_en_ta panaderta comunitaria [...] Acé la mayoria de la gente tiene como ocho hijos, asf que es imposible darles de comer o vestirlos. Entonces, es una manera de enfrentar la crisis, [...) Es por eso que los comedores funcionan, es una aecesidad real de la gente. Es él unico medio de daries algo de comer a los pibes. La ayuda que nos da el gobierno es insuficiente. Etlos nos mandan mercaderfas cada quince 0 veinte dias... Y cuando no hay més, salimos a cortar la calie. Es por eso que estamos todo el tiempo en la calle."27 Un universo organizacional heterogéneo do elemento unificador de las experiencias populares se encuentra al paradéjicamente ensu caracter heterogéneo, en que la diversidad de experiencias Lao puede ser. aprehendida sdlo.a, partir.de la dimensién econdmica. La { heterogeneidad social de las pobrezas"?* se explica, por un lado, por la” multiplicidad_de trayectgrias: en el mismo territorio de pobreza se encuentran tanto quienes viven en una Villa desde hace cuatro generaciones coma las habitantes de un asentamiento vecino que se vio recientemente en ta necesidad de ocupar tierras i\egalmente. Mas alld de esto, la heterogeneidad se explica por la multiplicidad de pertenencigs en las que se encuentran inscriptos los individuos, !o’cUal se-va y Volviendo mas y més significativo que ef cardcter (residual) de las trayectorias a aa eon e \ Este testimonic abre un interrogante que hacemos auestro y que es también una de las preguntas 4 centrales respecto de la posible evolucin politica de la mavilizacién. Como interpretar esta situacion? 2£8.un ejemplo de la situacién de dependencia frente al Eslada, situacién que éste contrela mejor en la medida en que el empobrecimiento aumenta? Q, al contrario, es una prueba del aumen capacidad.de movilizacién de las clases populares y dé 1a conatructic un al Estado? Volvereiios sobre estas preguntas. “Miguel Murmis y Silvio Feldman hablan llamado la atencién tempranamente sobre el riesgo de homogenerzar la situacién social de los sectores populares bajo la nocion de pobreza, riesgo claramente presente en las primeras publicaciones sobre la pobreza en la Argentina, Cf. Murmis, Miguel y Feldman, Silvio, “La heterogeneidad social de les pobrezas", en Minujin, A. e¢ a/., Cuesta abajo. Los nuevos pobres: efectos de fa crisis en la sociedad argentina, Unictr/Losada, Buenas Aires, 1992, pp. 45-92. 58 DENIS MERKLEN medida que el tiempo pasa para los individuos y para la sociedad. Los distritos populares del conurbano son al mismo. tiempo tierra de multiptes organizaciones parriales, parroquias, igtesias pentecostales, centros de salud o escuelas, manzaneras*®, diferentes ONG, agrupaciones diversas formadas alrededor de equipos de fiitbol, ‘dela musica, de la droga y de fracciones politicas, no solamente petonistes. Cada uno de este no. de estos grupos participa de_dindmicas especiticas con reglas y recursos propios, lo. cual mjrado con.una excesiva exterioridad es imposible ra de unificar.*° La inscripcion territorial sible ieee Esta trama social compleja no puede estructurarse mds que a nivel local, y configura Ik To que praponemos llamar, “la inscripcién territorial"?! de fas laces x populares, que es el tercer elemento comin 2 aTtss Beate eomionzes de los afios ochenta, y én especial a partir de los afios noventa, se desarrallaron episadios de ceapetaelinmoviluscién y_proteste coectves que encontraben oi “centro organizativo figura de la local se convirtié progresivamente en el principal com, sae fe la inscripcién social de una masa creciente de rcvidues y de familias que no pueden definir su status social ni organizar. la aed = desu Iti jana “exclusivamenté a partir de los frutos del trabajo. E} proces: de “desafi iacion” 22 que alcanzé a esta parte importante de tas laser neat populares compueete mayoritariamente por hogares jévenes encuentra un sustituto (que no che) de reafiliacién en Ja inscripcién territoria ~ ¥ 8 Las manzaneras son delegadas de manzana de un programa de asistencia lanzado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, en 1994. Son alrededor de 30.000 mujeres que distribuyen la ayuda alimentaria en 2.400 barrios del conurbano, El pragrama recibia 200 millones de délares por aro. Es con esta Yexterloridad” que las ciencias sociales obseryaron_las clases populares en Argentina en Tos UMnTOs weinte aos. Volveré sobre este punto en ia ditima seccion del capitulo. Merklan, Denis, inscription territoriate... “Relomemos aquiel canceplo desarrollado oor Robert Castel en su significacién més general, a ta vez como descomposicién de un sistema de integracién social (desde el punto de vista societal) y conta ETUIGS Ge Tag nscripe ones CoTeETIVaS (desde el punto de vista de los trabajadores o de los individiiosT- Castel, Robert, Les métamorphoses de la question social. Un chronique du salariat, Fayard, Paris, 1995, [Hay traduccién al espatiol: Las metamorfosis de la cuestign social, Paidés, Buenos Aires, }997.] POBRES CIUDADANOS 59 Un hogar de un barrio pobre de! Gran Buenos Aires no vive mas que parcialmente de los ingresos del jefe de hogar y del de los demads miembros activos de la familia. A esto agrega los recursos provenientes dé las pollticas sociales bajo la forma de dinero o especies (leche, alimentos, medicamentos, chapas o vestimentas), a los que se accede gracias a la inscripcién en estructuras de vecinazgo, en las cuales todo es objeto de intercambio. Existen ademas las actividades informales e ilegales mas diversas (changas, limosnas, \innpieza de parabrisas en tos seméforos, robos 0 traficos varios).?3 Las familias logran “redandear-sus.ingresos precisamente en el barrio. Sobre esta base, ase, participan en fa vida politica a través de organizaciones barriales que se muestran cada vez mds eficaces para obtener beneficios de las nuevas politicas sociales. Los barrios se constituyen de esta forma en lugares de valorizacién social, por la cuota de Prestigio (0 de estigma) que aporta cada uno. La multip! icacin de I de las afiliaciones a nivel focal funciona como un seguro social de muitiples dimensiones que permite a ios individues, hacer, sente permanente. Este presente se estabiliza en la construccién de una solidaridad social estructursda tocalmente, en la {y que los circulos de pertenencia se entrecruzan como los conjuntos en un diagrama‘de Wenn, y en el cual fos intercambios se organizan bajo. ta forma de una “sociedad de racimos” donde los granos aparentemienté aislados se encuentran ligados por fuertes pedunculos.>* Por ultimo, es. Por. esta via de Jo local.que tos i individuos y Ta aS farm las Oe ee Dicho ¢ esto, es necesaria saber que esta multipticacion de las afiliaciones no debe ser comprendida como él resultado de una sociabilidad caética y aun menos como ef ¥ [producto dé una racionalidad incoherente o anomica, sino como | produccién de una forma _especifica de solidaridad y de normatividad. En este sentido, ta densidad det territorio locat en la ciudad permite a las clases populares escapar parcialmente al y He realizado una descripcién de las ldgicas de movilizacién que orgenizan estas estrategias 2 través de |a metafora de la "Iégica del cazador”. Cf. Merklen, Denis, "Vivir en los margenes: ta tégice del cazador”, en Svampa, M. {ed.), Desde abajo. Las transformaciones de las identidades sociales, Biblos, Buenos Aires, 2000, pp. 81-119. La imagen ha sido acuftada por Ndione, Emmanuel, Dakar, une société en grappe, Khertala-Enda Graf, Paris-Dakar, 1993 (1" ed.: 1987). En este punto, los barrios pobres de la Argentina no se distinguen en nada ¢e los de otras sociedades en las cuales ni las instituciones ni el mercado son suficientes para la reproduccién social de los sectores populares. 60 DENIS MERKLEN bterd OT rae + ae jesgo de NO constituir mas. que “un saco de patatas” (segin la célebre metafora empieada por Marx para describir el campesinado francés del siglo XIX), es decir, un conjunto social conformado por elementos que no comparten ningun vinculo entre ellos. Desde siempre, la ciudad ha constituido un recurso importante para aquellos sectores de las clases populares desprotegidos y con salarios insuticientes. Famitias de obrercs, marginales, informales, pobres 0 desocupados, han sabido hacer de !a ciudad una fuente importante de recursos y protecciones. La cultura popular ena Finalmente, esta recomposicién de los mundos populares constituye un aspecto importante dela produccién cultural que puede observarse a nivel batrial. La Sipresion || mas clara de esta nsion sé encuentra en la nueva y pratifica produccién simbélica, * { puesto que en ella puede observarse cémo ‘Se construye positivamente (y ne. S6lo como, accion reflejo de la crisis) el complejo y nuevo mundo popular argentino. Es el caso de! la difusiOn de la nueva religiosidad, marcada entre otras cosas por ta proliferacién del pentecostalisme y en especiaf por la renovacidn de las practicas catélicas. Como to ha sefialado Pablo Seman, esta nueva religiosidad participa de {a configuracién de una matriz cultural “cosmoldgica” y “relacional’®® y se manifiesta en un primer atisbo por el desarrollo de una multiplicidad de sincretismos a través de los cuales las perfenenclas y las précticas religiosas se.articulan ep_un juego de reinterpretaci6n reciproce con el rock, con la bailanta y con formas tradicionales de la politica, como el peronismo.%* E! caracter relacional de la cultura popular se percibe a través de la pricridad que otorga af colectivo (la familia ocupa el primer lugar, los ottés circulos vienen después) sobre el que se erigen los individuos.3” Estas matrices simbélicas permiten reordenar ‘el mundo Segin los desarrallos de Pablo Seman, esta matriz es en realidad, ademés de “cosmolégica y relacional", “hotista”, en et sentido de que permite !a armonizacién de principios y de valores Givetsos, !a infegracion ee fénomenos “fsicos y morales” y la prioridad del colectivo sobre los individuos. Centro aqui mi argumento sobre dos ¢& estas caracteristicas. Cf. Seman, “Cosmolégica, holista y. %*Semén, Pablo y Miguez, Daniel, op. cit, , TTenemos squi una pequeria divergencia con la evaluacién que Pablo Semén hace de la cuitura popular en relacién con el individuo, Segin él, existira tal prioridad de 10 colectivo sobre el individuo, que este Ullime Tendria dificultades para emerger, Volveremos sobre este punto en los dos gitimos capitulos. POBRES CIUDADANOS 61 en un sistema de jerarquias mas adaptadas (es su aspecto cosmoldgico) y dar un sentido aprehensibie a ta multiplicacién de las practicas relacionales. Las organizaciones de base territorial en la nueva relacién con ia politica Esta transformacién en la sociabilidad de las clases populares fue rapidamente Percibida por el Estado, we impulsé sin demora, desde 1985-87, una reorientacién de las politicas sociales, entre las cuales resultaron mas exitosas aquellas que tomaron en cuenta la participacién de las organizaciones de base territorial. En este sentido, sectores de la Iglesia catélica aparecen como el otro gran actor que tomprendié esta transformacién en la politicidad de las clases populares, en especial en su anciaje ter ritorial, ES asf cémo los “curas de base", las capillas y las comunidades eclesiales de base se encuentran presentes en casi todos !os rincones de casi todos los barrios, Proveyendo una buena parte de los militantes y de las orlentaciones politicas.2® Es precisamente en esta brecha abierta a nivel barrial donde comienzan a engendrarse algunos de los procesos de movilizaci6n que se desarrollaron a partir de la segunda mitad de los afios noventa. Hacia 1996, uno de !os principales dirigentes de los asentamientos, Luis D'Elia, se afilié a una escisién renovadora de la central obrera (la Central de !os Trabajadores Argentinos, CTA®*) y, al crear la Federacién de Tierra y Vivienda (FTV), inicié una accién destinada a incorporar la dimension v **No trataremes aqui este aspecto en detaile, que ya hemos analizado en otra parte (Merklen, Denis, Asentamientos en... e Inscription territoriale...). Es neceserie decir, por otra parte, que no se ha realizado ningin estudio en profundidad sobre el rol de la Iglesia catélica y su presencia en los barrios (los trabajos que se acersan mas al tema son los de Pablo Semén, que tratan sobre la religiosidad de las clases populares pero en especial a través de un trabajo de campo sobre las iglesias pentecostales). Un estudio profundo de esia presencia de Ia Iglesia en ei movimiento popular es un trabajo que queda por hacer. La CTA reiine sobre todo @ los sindicatos de empleados pilblitos y de la educacién nacional. Esta central representaba el ala “progresista” de la tradicional CGT hacia fines de los afios 1980, Se propone mantener la independencia politica (la CGT forma parte del movimiento peronista desde los afos 1940) y se opone a la ofensiva neoliberal. La FTV es ta mas pujante de las experiencias salidas del trabajo militante llevado a cabo en las barrios a partir de los asentamieritos de 10s afies 1980 y 1990. Este grupo se desarrolla en e| marco de un vinculo importante {aunque conflictivo y no orgénico) con un nismero significativo de militantes cercanos @ los curas herederos de los preceptos de! Concilio Vaticano JI y de las teologias de ta izquierda latinoamericaria. En la actualidad, la FTV forma parte de la CTA en tanto que “sindicato territorial". . 62 DENIS MERKLEN territorial en fas estrategias sindicales, Io que se unia a una bdsqueda hasta ahora infructuosa por parte de los dirigentes sindicales de una via de organizacién de todos Jos que han quedado fuera del mundo del trabajo.*t Con una evolucién simiiar, otro dirigente barriat importante, también proveniente de los asentamientos de La Matanza, Juan Carlos Alderete, se integré a otra corriente sindical (la Corriente Clasista y Combativa, CCC‘). Aun cuando poseyera menor representatividad, esta corriente aparecia en la arena plblica como uno de los principales voceros de las demandas _ de trabajo, haciendo de ia desocupacisn el centro de sus acciones, Como ya ha sido sefialado, en noviembre del aho 2000 se organizé un piquete que corté durante un mes la importante ruta 3 a Ja altura del distrito de La Matanza. Los dos dirigentes mencionados estuvieron en el origen de este movimiento que concluyé con una asamblea de grupos de piqueteros, y no es por azar que los dos hayan encontrado sus mejores armas y el grueso de sus bases de apoyo en este populoso distrito del oeste del conurbano bonaerense. Los resultados inmediatos de esta accién fueron el reconocimiento de !as que en adelante serian llamadas “organizaciones piqueteras” como actores legitimos de la gestidn de las poiiticas sociales y la unificacién de ta mayor parte de las organizaciones barriales alrededor de estos dos lideres, que se convirtieron asi en importantes voces de! espacio publico. Los estallidos, jas revueltas Sy los saqueos se desarrollan sobre estas estructuras organizacionales complejas, ‘que Combinan lo que queda de los sindicatos, de los partidos y de las iglesias con 8 rupos de base territorial de Gn iodo que puede parecer sorprendente para un observador externo (ya se trate de un socidlogo © de un periodista), simplemente. Porque.la relaciin de exterioridad que Se tiene con las clases populares (la situacién de “ “extranjero”, en el sentido que Georg Simmel ha dado a este término) impide observar S08 mundos locales hasta’ él momento en que afloran a la superficie de un espacio ptiblico sordo a las manifestaciones de quienes ya tenian la cabeza bajo el agua desde hacia mas de 3 *'Esta fue una de tas inquietudes mayores de Gesmén Abdata, lider fundador de 7 CTA, Cf. Murmis, Miguel, ponencia pare el coloquio “Penser tes dilemmes de |'Argentine contemporaine”, Inea/Sorbonne Nouvelle, Paris, mayo de 2001. Debe recordarse aqui que e| militantismo de igquierda {de inspiracion catélica, marxiste o peronista, y Sus expresicnes sincraticas] tuvo un componente "basista” que buscd en el trabajo barrial de las villas una fuente de accién, corriente importante en jos afios sesenta y setenta, Aunque el “basismo" pueda ser visto como un antecedente de la territorializacién de la potitica, esta estrategia no seria sino “smarginaf’ hasta la segunda mitad de los afios ochenta. “La CCC une una nyeva central obrera con fuerte implantacién en ciertas provincias def noroeste y las organizaciones barriales del conurbano bonaerense surgidas de la experiencia de fos asentamientos. Se encuectra ligada al Partido Comunista Revolucionario, de inspirecién mzoista. POBRES CIUDADANOS 63. una década. Esta exterioridad, y la imposibilidad de observar que le est asociada, se encuentra estrechamente ligada a la concepcidn restringida de ta politica que examinamos en el capitulo 1. El desarrollo de las organizaciones piqueterasy la apropiacién dela metadologia del piquete por parte de cientos de organizaciones barriales de diversos suburbios de {a Argentina hicieron visible y audible a nivel nacional una nueva politicidad que se desarrollaba territorialmente desde hacia largo tiempo. Et desarrollo de las ~ organizaciones piqueteras, que comenzaron a manejar partes mportantes de la asistencia social y a articularse como verdaderas rédes en él territorio nacional, permite conjugar los sustantivos de la accién colectiva como los verbos de un mismo repertorio: 1a ocupacién de tierras y las organizaciones barriales buscan promover una solidaridad tocal y comunicarse con el sistema politico; los estaltidos intentan decir jbasta! y restablecer los limites morales frente a la corrupcién, al disfuncionamiento politico y los nepotismos miitip! queos C 0S saqueos constituyen una explosién de rabia_y una manifestacién invertida de la fractura social; al piquete jitimo, procura dar _expresion a_una existencia social eprimida y ida y de nuevo tipo con el Estado. No es por azar, entonces, que la accién de base territorial haya side la cuna de los principales dirigentes dei "movimiento piquetero”: la jucha por el “derecho a la ciudad” y por las politicas sociaies los hab{a preparado lo mejor posible para luchar en las nuevas condiciones sociales y frente al nuevo Estado que encontrarfan como interlocutor. Tres rasgos comunes identifican el piquete, el estallido y el sagueo: la exterioridad respecto de las relaciones salariales clasicas, é anclaje { ‘tect ritorial_y una nueva relacién_con el Estado, basada en el conflicto_por Ja distribucién de una ayuda social cuyos recursos son tan indispensables como _ escasos ¢ insuficientes. La ciudadania frente al desafio de la supervivencia Podemos ahora identificar dos tendencias —que na son mutuamente excluyentes- en !a evoiucién ulterior de estos movirnientas. Es necesario insistir sobre e] hecho de que las movilizaciones encuentran su marco de orientacién en el contexto mds amplio de las estrategias de supervivencia, como un elemento mas en ta serie heterogénea e inestable de herramientas utitizadas por una familia. 64 DENIS MERKLEN Este aspecto es importante puesto que permite aprehender mejor Ja tension en la que se encuentra la accién colectiva, en el marco de una articulacién entre Jos terminos de “urgencia" y de “proyecto”. Escapamos asi a Ja alternativa errénea en la que se tiende a emplazar la relacién de las clases populares con lo politico: ciudadania versus clientelismo. Cuando la movilizacién es conducida por organizaciones que Perduran, estables, éstas se ven enfrentadas a la doble exigencia de construir Un proyecto colectivo capaz de guiar las acciones y de organizar sus pases y de responder a la urgencia producida por el agravamiento ciclico de las condiciones de miseria y por el hecho de que fa repraduccién de lo cotidiano depende de los recursos controlados por el sistema politico. En la posibilidad 0 imposibilidad de encontrar una solucién a esta tensién se juega la evolucién de Jog movimientos sociales. Asi pueden comprenderse mejor las dos tendencias que se han perfilado recientemente en el seno de la movilizacién de los piqueteros, en tanto éstas expresan la tensi6n que aqui discutimos. Por un lado, existe un conjunto de organizaciones que emergen hacia fines de los afos noventa, mas o menos directamente ligadas a los partidos de la izquierda marxista mas tradicional o a otras variantes de la izquierda (peronista, por ejemplo, o simbélicamente ligada a los movimientos guerrilleras de los aiios sesenta*3), a las que se les suman una constefacién de pequefios grupos auténomos no ligados a ningun partido politico. Este primer conjunto es claramente minoritario en el seno de} movimiento social y mantiene su anclaje principal en algunos distritos de la zona sur del conurbano y en algunos barrios de la capital, as{ como en las provincias del noroeste de! pals {en especial en Salta}. Esta vertiente esta compuesta por multiples pequefios grupos no unificados en una sola organizacién y con poca influencia sobre e} resto del pais (algunas encuestas les atribuyen cerca del 10% de las personas movilizadas en los piquetes**). . v Entre tas formaciones activas, puede citarse el Partido Gemunista a al Partido Obrero -trotskista~ fentre las fuerzas politicas mas antiguas); la Corriente Patria Libre o Quebracha se encuentran entre los, nuevas grupos de izquierda herederos de organizaciones que responden 2 las mas diversas tradiciones Politicas, algunas de cuyas caracteristicas son la radicalidad, e! “basismo" y el rechazo en bloque del sistema politico. Ninguno de estos partidos tiene representacién pariamenteria y, excepte el FC, no la han tenidg nunca. Esta breve enumeracién alcanza para mostrar que el agrupamiento que aqui realizamos es artificial y que los grupos presentan importantes diferencias entre ellos, “Véase, por ejemplo, ei relevamiento realizade por et diario Clarin, publicado del 1 ai 4 de septiemnbre de 2002. . POBRES CIUDADANOS 65 En general, estos grupos articulan en su movilizacién una légica de [a “oratesta” con una légica de confrontacién con el Estado y con Ia clase politica en su Conjunto. Hasta la electién de Néstor Kirchner como presidente, adhirieron ala demanda de "que se vayan todos”*5. Su capacidad de movilizacién aumenta en los momentos mds agudos de tas crisis, que pueden evocar para Ciertos mifitantes la imagen de una situacion “prerrevolucionaria”. En estas situaciones, la falta de una salida politica a tos conflictos predispone frecuentemente a los . militantes y a sus bases a realizar acciones de confrontacion vislenta con Ja policia. En el contexto de deterioro politico, su rol fue importante, puesto que el crecimiento de sus posibilidades de movilizacién contribuyé a la radicalizacion de otras organizaciones.*¢ Por otro lado, aparece un grupo mas importante, menos disperso e ideolégicamente mas independiente, cuya accién parece orientarse hacia la articulacién de una nueva demanda social. Es fa vertiente ligada a la CTA, representada por la FTV y por la CCC. Este conglomerado obtiene asi una importante representacién en una buena parte del territorio nacional, con un anciaje fuerte en el oeste del Gran Buenos Aires, Este grupo es el Unico capaz de participar en una alianza politica que trascienda ef corte resultante de la fractura social (que las acciones del otro congiomerado tienden a perennizar). Esta predisposicién, visible claramente ya en 2001, dio lugar al acercamiento con el} gobierno de Kirchner desde su eleccién en 2003 (con un grado de proximidad mas importante en el caso de la FTV). En las dos vertientes se entrelazan organizaciones barriales, comunidades eclesidsticas, pequefios Sindicatos y organizaciones de piqueteros {con un abanico mas amplio en la segunda corriente). Estos grupos se han consolidado a través de una larga experiencia de negociacién de Ja asistencia social adquirida en los barrios (donde las organizaciones barriales se convirtieron en las gestionarias de las polfticas sociales negociadas). Este ultimo punto es el de la discordia entre ios ¥ * Esta consigna aparecié a comienzos de 2002 y puede ser tomada como un indice de la profundidad de (2 crisis politica argentina. "Que se vayan todos” implicaba un rechazo al conjunto de la clase politica con representacidn parkamientaria y con participacién en los gobiernos precedentes, E] problema era que “todos” concernia verdaderamente a todos, sin dejai ninguna satida. La consigna se diluya con el enviGn de popularidad del que se beneficié N. Kirchner después de su asvncién, en mayo de 2003. “* Podriamos agregar aqui un peligre presente en estos grupos: en virtud de la posicién de exterioridad que algunos ce estos grupos acupan frente af sistema politice, constituyen mas facitmente un bianco para Ias prevocaciones policiales, paganda frecuentemente un pesado costo en ia reoresién. 66 DENIS MERKLEN dos grupos de organizaciones de piqueteros: mientras los primeros acusan a los segundos de negociar “parches” o “paliativos” con ei gobierno, éstos reprochan a aquéllos el prestarse a las provocaciones policiales e impedir una alianza indispensable con las clases medias. Mas aild de las diferencias ideoldgicas que los separan, la ruptura entre las dos tendencias puede leerse en Ja clave interpretativa de la tensién evocada entre urgencia y proyecto, asf como por el acento que cada una coloca sobre los terminos de dicha tensién. Sin embargo, el conflicto subyace al conjunto de las © organizaciones y caracteriza toda forma de accidn politica de ias clases populares. Es alli donde la influencia de las organizaciones sindicales y de los partidos es tamizada por la dindmica de las organizaciones territoriales y por la tgica de los intereses inmediatos que las bases imponen, La proporcién siempre importante de dirigentes barriales presentes en todos los movimientos impone una ldgica ata vez reivindicativa y de la oportunidad que tiende a atemperar las iniciativas de confrontacién con el gobierno. Asi, en una asamblea de la FTV, escuchamos a un dirigente decir: “jcompafieros, tenemos que hacer como ef ‘Lfanero solitario’ *?; hay que ponerse e/ antifaz en la cara y /a [pistola] nueve [milimetros] en fa cintura para pedirle al Estado nacional lo que es de! Estado, a la Provincia lo que es de /a Provincia y a las municipatidades lo que es de las municipalidades!" y expiicar luego su voluntad de /evar a cabo una estrategia electoral dirigida a establecer una asambiea constituyente. Los dirigentes populares, sean del sector politico que fueren, conocen perfectamente bien la vida de los partidos politicos asi como la mayoria de los niveies de la burocracia estatal, en tos que discuten y de los que obtienen soluciones y mediaciones, Si-estos dirigentes se inscriben en una légica de confrontacién con el Estado es porque siguen una regla dictada per la experiencia: se trata del proceso de articulacién de una nueva demanda sogial y de construccién de organizaciones capaces de representarla y de tomarla a su cargo. Asi, aunque una de las evoluciones posibies de estos movimientos pasa por la organizacién de una nueva demanda, es gracias a la combinacién de dos circunstancias que se abre en ellos una posibilidad al trabajo paciente de los militantes. En primer lugar, por primera vez después del retorno de la democracia en 1983, ias clases dirigentes han tomado conciencia dei hecho de que !a pobreza ¥ “EI “Lianero solitario” es el héroe de una serie televisiva norteamericana muy popular en la Argentina de los afios setenta y ochenta (nota para ios mas jévenes). POSRES CIUDADANOS 67 es una realidad de primera prioridad que demanda una respuesta masiva de| Estado. Fue sélo a partir de la extensién de una crisis que afecté iguaimente la supervivencia de las clases medias que esta toma de conciencia se instalé en e| espacio puiblico como evidencia.*® En segundo lugar, las viejas estructuras que representaban las clases populares no se encuentran en condiciones de articular las nuevas necesidades, cuya inmediatez y urgencia no hallaran solucién, a corto plazo, en el empleo. Las nuevas organizaciones encontraron en este sentido una via para mantenerse politicamente activas y socialmente alimentadas en su nueva relacion con el Estado. (En este sentido, dos interrogantes planean sobre el juego politico. Uno: gpodran tos argentinos encontrar el camino de una nueva cultura de} trabajo que les permita vivir en una sociedad de integracién? Y el otro: zen qué medida los nuevos movimientos van a avanzar en ese sentido?) La sorpresa de las ciencias sociales A pesar de la insistencia con la que algunos investigadores vienen presentando, desde hace una quincena de ajios, sus trabajos sobre ta erosién de la estructura social argentina, sobre la amplitud del proceso de empobrecimiento y sobre la emergencia de nuevas modalidades de accién colectiva, las clases medias parecen “catdas del catre” juego de diciembre de 2001 y con el fracaso de la experiencia politica de la Alianza, que, tanto en su vertiente conservadora (representada por el presidente Fernando De la Rua, de la UCR) como en su vertiente progresista (representada por el vicepresidente Carlos Alvarez, de! Freraso) quiso encarnar un proyecto de clases medias urbanas en el contexto de una profunda fractura sociat. La mayor parte de los intelectuales, tanto periodistas como universitarios, permanecieron estupefactos por el efecto de la sorpresa. Son los temas de la filosofia politica privilegiados por las ciencias sociales desde 1983 los que permiten comprender el hecho mismo de esta sorpresa, puesto que la desatenci6n a los efectos de ia desafitiacion y de la fractura social ¥ ‘ “Una pregunta permanece abierta respecte de las clases medias. ;Que pasard con ellas una vez que la Argentina salga de la crisis econémica? Esta salida puede hacerse por la via de una aceptacién de la fractura social, que ha sido la via escogida ¢ iniciada por e! menemismo para salir de la crisis de la hiperinflacién. La evoluci6n ce tas organizaciones popuiares depende en gran medida de su capacidad para construir una alianza con las clases medias. 68 DENIS MERKLEN dejo al mundo intelectual desprovisto de herramientas criticas. Encandilados por la luminosidad de los procesos politicos asociados a la “transicién democratica” yala fundacién de un orden politico “moderno”, o por el decisionismo todopoderoso de un gobierno que se desembarazaba de! Estado, {a ciencia politica cerré fos ojos frente a lo que sucedia en 1a “sociedad” a lo largo de las dos décadas que siguieron al fin de la dictadura militar. Todo pasaba como si se tratara del mundo de Gaston Bachelard: a la salida de la dictadura la formaci6n . de un nuevo espiritu cientifico choca contra un obstaculo epistemoldgico que consiste en la perplejidad misma de esta primera experiencia. {De dénde provienen los efectos del espejismo que redujo el campo visual & impidio 1a toma de conciencia de la formacién de nuevas clases populares? En muchas de Tas evaluaciones realizadas sobre las movilizaciones recientes se ha destacado su caracter fundamentalmente “ciudadano”La_unidad de las movilizactones colectivas es hallada en una nocién de “protesta” que orientaria la accién como una consecuencia natural de un universo de “derechos” abierto por { gemocracia.*? 7 EI problema de la cijudadania univoca e inmanente, es decir, que existirla ya antes de todo proceso de socializacién y de politizacién operados desde la desarticulacion del sistema social anterior (concomitante con la reorganizacién del régimen democratico), se manifiesta en la éptica que observa las movilizaciones actuales con la lente de las “protestas”. La imagen de la “protesta” (finalmente reencontrada) no contiene mds que una de las iégicas presentés en las diversas formas de movilizacién observadas. Traduce en especial las ideas de reclamo, de oposicién y de confrontacién con los gobernantes, to cual es efectivamente una de las dimensiones de la accién colectiva. Sin embargo, ésta no puede traducir jos otros aspectos tundamentales ya menc nados. La protesta es, por una parte, uno de los momentos de la movilizacion, particularmente visible en los “estallido: mar , asi como en otras manifestaciones colectivas, o en las declamaciones hechas frente a la teievisién. Por otra parte, la ee "Se encuentran en esta persnectiva os trabajos recientes de Javier Auyero (ct, La protesta, cit supra), asf Como las de Federico Schuster y Sebastian Pereyra, op. cit. En relacién con los trabajos de Avyero, as interesante observar la evoliicién de Su obra._De una primera época en la que privilegiaba el itelismo” Como factor central en la comprenst@n de a relacién con la politica de jas clases populares, se vé un cambio hacia los trabajos mas recientes, en los que pone et acento en Ja ig” de la movilizaciOn. Parece asi oscilar, en atternancia, de uno a otra de los dos términos fimos Considerar como concamitantes y ci de una tensié! ” POBRES CIUDADANOS 69 protesta es también el eje alrededor de! cual ciertos grupos sostienen su accién (en especial los pequefios grupos ligados a las diversas izquierdas radicales). Esta perspectiva, sin embergo, olvida particutarmente el hecho de que la movilizaciin actual se articula alrededor de la construccién de una nueva demanda social hacia el Estado. Por supuesto, en este proceso los actores colectivos deben Prepararse para protestar, pero con la misma energia que deben utilizar en su preparacién para convertirse en actores de gestién de politicas sociales. Mas generalmente, el deterioro social y Ja situacién de urgencia material en la que se encuentran las familias de las clases populares las coloca en una posicién de cependencia frente al Estado, asf como en la obligacién de encontrar una via de negociacién en la arena poiltica. ¥ mas protundamente, las clases populares han desarrollado un tipo de relacién con ta politica en la que la defensa de sus estructuras de solidaridad territorial (de la familia a la vecindad, ya sea a través de los grupos religiosos, de !as arganizaciones barriales de todo tipo, de las sociedades de fomento, de las mutuales, de los clubes deportivos o de Ios locales partidarios, todos ellas parte de los “racimas” de la sociedad \ocal) y de to colectivo antes que lo individual se combina con la herencia de una ciudadania aprendida con la influencia cel populismo (en la que otras formas de ciudadania, en especial iaS provenientes de la izquierda, fueron destruidas por ta Uitima dictadura militar y por la recuperacién que la misma izquierda ha realizado de Ja experiencia de los afios sesenta y setenta). La acci6n colectiva es tributaria de una tensidn en 1a que la construccién de con la lucha por tos derechos correspondientes ras a un orden extinguido y ya inexistente que a un nuevo proyecto de integracién del que nadie alcanza a comprender cules serén los contornos.*° ~ La imagen clasica de la ciudadania a partir de la cual nas acercamos a las clases populares se encuentra tefida de una esencia normativa surgida justificadamente de la Jucha de la modernidad contra sus enemigos. Sin embargo, en Argentina esta confrontacién se praduce mds que nada frente a enemigos imaginados, pues nunca el combate contra la tradicién tuvo aqui la centralidad constitutiva que lo marcé en Europa. Aqui la democratia ha tenido que luchar “Merklen, Denis, “Le quartier...”, Retomamos este punto en e| capitulo siguiente. 70 DENIS MERKLEN mas bien contra sus enemigos modernos. Es asf jo se lo moviliza generalmente en filosoffa politica, el concepto de voladadanta' opera como un “obstaculo epistemologico” que vuelve dificil la comprension de la" politicidad' que las clases populares desarrollan al mismo tiempo que intentan responder a ias necesidades de una nueva sociabilidad. En este sentido, las ciencias sociales. deben alin consagrarse a un trabajo de acumulacién descriptivo y problematizador del nuevo marco de relaciones sociales en el que ingres6 el pals. En tiempos de la apertura democratica, ya habian cometido un primer error al creer que las nuevas manifestaciones colectivas observadas por entonces (desde los movimientos de defensa de los derechos humanos hasta las ocupaciones ilegales de tierras, pasando por el rock nacional) constituian “nuevos movimientos sociales” portadores de una renovacién democrdatica por oposicién a un movimiento sindical mirado con desprecio y desconfianza y calificado de “corporativo”™. Y volvieron a equivocarse cuando se convencieron de que la accion colectiva no podia ser pensada y esperada mas que a partir del islote del Individuo, concebido como tal con una | maydscula. En gran medida, las ciencias sociales persisten en el error cada vez que esperan que los “argentinos” reencuentren la sustancia de la ciudadanfa (por supuesto, estas visiones no permanecen encerradas en ta universidad, sino que por efecto de ja prensa se han extendido sorprendentemente en la opinion ptiblica de las clases medias), La politicidad de las clases populares es tributaria de la multiplicacion de las afiliaciones y de su vinculo con el Estado, mecanismos a través de los cuales esas clases populares intentaban sobrevivir y no caer en ef olvido. Esta dimensi6n de la cultura popular corresponde a la formacién de sujetos condicionados a funcionar con principios de valor alternatives. Nos encontramos frente ai desarrolio de cosmogonias y de estructuras de | pertenencia complejas por parte de sujetos capaces de ponerse en relacion” ‘con ui universo que: exige el manejo de principios diferentes y no exciusivos en los diversos campos y en !as diferentes situaciones de su participacién en [a v *Encontrames varies ejemplos de este tipo de mirada en las importantes compilaciones publicadas sobre e) tema por Elizabeth Jelin en 08 attos ochenta. Cf. Jelin, Elizabeth, Los nuevos movimientas Sociales, Ceat, Buenos Aires, 1985, y Moavinientas sociales y demacracia emergente, Cea, Buenos Aires, 1987. ” La exigencia de “coherencia”, que por otra parte no puede ser demandada a ningiin sujeto, es no obstante erecivaca sistematicamente por la socialggia que observa el mundo popular. Sé exige esi al oabré fener una vision coherente del mundo y dar opiniones *racionales”, con sentidos uniwocos. POBRES CIUDADANOS 71 social. Aun mas, la exterioridad c con la que se relacionan co con on las instituciones fos, + Meva a ‘a proceder como amo "caradores” en busca parmanente de de una D presa para evar { a su colectivo de pertenencia (la casa, el barrio, la banda, la igtesi [ partiasy: i Este punto es crucial en la comprensién dela muitiplicidad | de ser sentidos con los \ gue tos sujetos se ponen en contacto cop_la politica. La accién individual ¢ | colectiva es al mismo tiempo tanto ' “estratégica™ c “ideolggica” 0." ‘expresiva” Es posible, a/ mismo tiem; articipar en.una.red clientelista y reclamar por ios: Es posible, al mismo Hempo, partic! par en una red clhente isla y_reclamar per Ic derechos 0 protestar contra ta corsupcién. Es perfectamente posible tratar al candidato por el que se vota 0 por quien se hace campajia de corrupto, desde el momento en que dicha eleccién ha sido determinada por un principio moral que defiende y valoriza {as Unicas estructuras que hacen posible la supervivencia, Podemos concluir que la democracia argentina juega su futuro en la posibilidad de la articulacién de movimientos sociales que representen a las clases populares. Estos ultimos, a su vez, juegan su existencia, por ensayo y error, en un doble registro. Por un Jado, tomando al Estado como oponente, luchan contra los condicionantes de la pobreza y contra los efectos de la desintegracién social que ha destruido las modalidades tradicionales de inscripcién colectiva. Pero, al misrno tiempo, luchan con su pasado: ,Qué hardn con su ‘herencia peronista? ;Cémo recompondran la memoria de sus movimientos de izquierda? ;Cémo capitalizarén la presencia de fas iglesias sobre el territorio barrial? Y, mas profundamente: aqué hardn con su experiencia de integracién a través det trabajo? En el préximo capitulo exploraremos este punto fundamental del vinculo entre las movitizaciones colectivas y las modalidades de la integracién social, y de los condicionantes impuestos a los movimientos sociales por las consecuencias de la desintegracién social. 72 DENIS MERKLEN

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