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UNA FUNDAMENTACIÓN DE

LA HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS


UNA FUNDAMENTACIÓN DE
LA HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS

Jesus Hernando Pérez Alcázar


ÓSCAR ARMANDO IBARRA RUSSI
Rector

ALEJANDRO ÁLVAREZ GALLEGO


Vicerrector Académico

MARIO BALLESTEROS MEJÍA


Vicerrector Administrativo y Financiero

NOHORA PATRICIA MORENO GARCÍA


Vicerrectora de Gestión Universitaria

c
Universidad Pedagógica Nacional
c
Jesús Hernando Pérez Alcázar
Profesor investigador
Universidad Sergio Arboleda

ISBN:

Primera edición, 2007

Preparación editorial
Universidad Pedagógica Nacional
Fondo Editorial
LUIS EDUARDO VÁSQUEZ SALAMANCA
Coordinador

Impresión
Bogotá, Colombia, 2007
Dedicado a:
La memoria de mi padre,
el educador matemático José Ignacio Pérez,
Mi madre Aura Marı́a Alcázar.
Contenido

Agradecimientos IV

Presentación V

Prefacio VIII

1. Principios orientadores para la fundamentación de la historia de


la matemáticas 1
1.1. (P1) Principio de Durkheim o de la división social trabajo . . . . . 1
1.2. (P2) Principio ético y legal o de las tensiones entre permitido versus
prohibido y conveniente versus inconveniente . . . . . . . . . . . . 2
1.3. (P3) Principio académico o de la dialéctica imaginarios versus teorı́as 4
1.4. (P4) Principio de historicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.5. (P5) Principio de Chomsky o de la tensión entre finito e infinito . . 10
1.6. (P6) Principio anfibiótico o de la tensión entre ser y no ser . . . . 14

2. Ejemplos iniciales de documentos historiográficos 19


2.1. Un artı́culo de divulgación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
2.2. Un trabajo histórico-filosófico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
2.3. Historia de la historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.4. (P7) Principio de Struik o de la dignificación de la especie humana 30
2.4. Homenaje a grandes matemáticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

3. Documentos tipo memorias 35

ii
3.1. Unas memorias de André Weil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3.2. (P8) Principio de contextualización de Dehn . . . . . . . . . . . . . 40
3.2. Unas memorias de Gaisi Takeuti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

4. Documentos tipo Autobiografı́as y biografı́as cortas 59

5. Documentos tipo biografı́as 72


5.1. (P9) Principio de Infeld o de la excelencia literaria . . . . . . . . . 80

6. Documentos tipo grandes historias 81


6.1. (P10) Principio de Alberto Campos o de la tensión entre historia y
educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90

7. Investigación primaria 94

8. Historia de las matemáticas elementales 98


8.1. (P11) Principio de Marı́a de Losada o de la tensión entre los niveles 105

Epı́logo 106

Referencias 108

iii
Agradecimientos

A la Universidad Nacional de Colombia, que me brindó el invaluable privilegio


de ser uno de sus docentes por cerca de 35 años.
A la Universidad Sergio Arboleda, que me ha acogido tan amablemente en
estos últimos años.
A la Universidad Pedagógica Nacional que me ha permitido expresar pública-
mente mis puntos de vista metamatemáticos.
A Carlos Luque Arias y a su equipo de colaboradores de la Universidad Pedagógi-
ca Nacional y la Universidad Sergio Arboleda quienes han construido y fortalecido
un maravilloso espacio de encuentro de la comunidad académica en matemáticas.
A Sergio Carrillo y Carlos Hurtado, sin cuya dedicación este trabajo no hubiera
sido publicado.
A mis familiares y amigos.

iv
Presentación

Ninguna disciplina cientı́fica perderı́a más que


la matemática si prescindiera de su historia
Anónimo

En matemáticas existe una enorme continuidad histórica, el teorema de Pi-


tágoras sigue siendo válido y conservando su elegancia, en general los conceptos
en matemáticas se caracterizan por su larga vida, esto hace que los matemáticos
sean conscientes de los orı́genes históricos de sus conceptos generando un respeto
y un marcado sentimiento de deuda para con sus predecesores, de hecho grandes
y destacados matemáticos han insistido en la continuidad y la coherencia de la
evolución de las matemáticas, combinando de un modo muy fructı́fero la exposición
de sus propios resultados con consideraciones históricas. En este sentido, podemos
decir que la historia de la matemática se remonta a los griegos.
La historia de la matemáticas es actualmente una ciencia que a la par de la
matemática su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial, ha desarro-
llado sus propias metodologı́as y, como otras disciplinas, organiza sus congresos
internacionales y cuenta con instituciones y publicaciones que la estudian con rig-
or, la divulgan y la promueven; socialmente, la historia de la matemática es una
ciencia útil y necesaria, ha sido determinante en decisiones de polı́ticas educativas
en los paı́ses que la apoyan. La historiografı́a además de recopilar el pasado, pro-
porciona elementos fundamentales para la construcción del presente y del futuro
de la matemática.
¿Cómo nos encontramos en Colombia frente a este contexto internacional?
¿Estamos haciendo bien las cosas en esta dirección?
Pues bien, el autor nos muestra, de manera categórica, elementos que nos dan
directrices y nos colocan en un punto de hacer una reflexión profunda y tomar una
o varias direcciones que nos lleven por el camino correcto.
Algunos aspectos relevantes del libro son:
La presentación de unos principios orientadores para hacer investigación en

v
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

historia de la matemática, desarrollando aspectos biográficos, sociológicos y bibli-


ográficos, y contextualizando el desarrollo de las comunidades matemáticas y sus
formas de organización. Es de resaltar como el aporte más significativo, un capı́tu-
lo sobre la historia de la matemática elemental moderna, de la cual la literatura
es prácticamente inexistente; además de lo histórico, el tema permite establecer
vı́nculos con la educación matemática.
Cada uno de estos aspectos los presenta acompañados de ejemplos contun-
dentes y recreados con un lenguaje sencillo y emotivo, donde el autor se confunde
muchas veces con las historias, nos muestra además varios principios y ejemplos
vivos de nuestra historia actual que nos cuestiona en el sentido de “por qué no
aplicamos estos principios al desarrollo y funcionamiento de nuestras comunidades
académicas para que hagan parte de nuestra cultura y tradición académica”.
De hecho estos principios han tenido algún impacto en la Universidad Na-
cional de Colombia como lo señala el autor, pero especialmente en la Escuela de
Matemáticas de la Universidad Sergio Arboleda; allı́, Jesús Hernando, en su labor
cotidiana como investigador, catedrático, y en especial en su trabajo con niños tal-
entosos, es fiel a los principios que expone; podemos afirmar, sin que él se lo haya
propuesto, que es su experiencia y vida académica un excelente ejemplo de estos
principios que le ha mostrado la historia. Por los testimonios que personalmente
he tenido la oportunidad de escuchar de muchos de sus discı́pulos, estudiantes, y
colegas el profesor Alfonso Castro, entre otros, coinciden palabras más palabras
menos con lo que aparece en este trabajo en la autobiografı́a de Saunders MacLane
titulada A mathematical autobiography en el prefacio escrito por el geómetra y
matemático David Eisenbud, uno de los discı́pulos más sobresalientes de MacLane,
escribe Eisenbud:

Saunder MacLane ha sido mi maestro, mentor y modelo desde el inicio


de mi vida como matemático. Ha sido una relación muy especial para
mı́. Él ha sido para mı́ una figura de gran honestidad e integridad,
que ha realizado un trabajo muy fuerte para avanzar la investigación
y servir a la comunidad matemática. Sus creencias sobre el bien, lo
correcto y lo racional, su interés en la esencia de las ideas matemáticas,
su enorme entusiasmo, y su gran optimismo fueron y han sido un gran
atractivo para mı́.

En lo personal su ejemplo y sus consejos me han dado orientaciones muy im-


portantes para hacer de la Escuela de Matemáticas un centro académico con un
respeto muy grande a los maestros, con la puesta en marcha de los principios que
se plantean, donde el celo por el conocimiento y los valores académicos están por
encima de otros tipos de intereses.
Me llama particularmente la atención uno de los principios orientadores que ex-
pone Jesús Hernando, el principio anfibiótico, que significa moverse en dos ámbitos
cualitativamente diferentes; por ejemplo, para trabajar en educación matemática
se debe ser educador, matemático y, por supuesto educador-matemático; para ser

vi
Presentación

historiador de las matemáticas se debe ser historiador, matemático e historiador-


matemático; la anfibiosis implica entre otras cosas el reconocimiento de la autori-
dad académica de quienes solo se mueven en uno de los dos ambientes y lo hacen
magistralmente, este principio resolverı́a muy bien lo que el autor plantea cuando
dice:

En Colombia existen avances significativos pero a su vez dudas sobre los


trabajos orientados al estudio del funcionamiento del mundo académico
de las matemáticas.

El dı́a que comencemos a despojarnos de la desconfianza y del desconocimiento del


otro, a aceptar ser evaluados sin descalificar al evaluador, habremos dado un salto
cualitativamente grande. Aplicar el principio anfibiótico y los otros principios que
se sugieren en este libro serı́a un buen comienzo para seguir el camino correcto
para construir una historia de la matemática acorde con el contexto internacional.

Reinaldo Núñez
Director de la Escuela de Matemáticas
Universidad Sergio Arboleda
Bogotá, junio de 2007.

vii
Prefacio

El presente trabajo ha sido elaborado paralelamente al desarrollo de varios cur-


sos relacionados con el tema, durante diferentes semestres, en la carrera de Filosofı́a
de la Universidad Nacional y más recientemente, en la carrera de Matemáticas de
la Universidad Sergio Arboleda, y forma parte del proyecto de investigación El
Semicı́rculo de la Universidad Sergio Arboleda, en el cual venimos trabajando
desde hace ya cuatro años. En cada una de las versiones del curso el propósito
fundamental ha sido mostrar a los estudiantes cómo se realiza el trabajo investiga-
tivo, tomando como caso el de esta interesante disciplina. De manera simultánea,
se han venido formulando y explicitando varios principios orientadores y orga-
nizadores que ayudan a comprender mejor el sentido de los estudios históricos,
particularmente en el caso de las matemáticas.
La investigación en la historia de las matemáticas en Colombia ha venido au-
mentando, poco a poco, en calidad y en cantidad. Existen centros muy activos en
la Universidad del Valle y la Universidad Nacional, Sede Bogotá respectivamente;
hay también un grupo en la Universidad de Antioquia. La realización de varios
eventos académicos, en Cali y en Bogotá, refleja el creciente interés por los temas
propios de esta actividad intelectual.
Nos interesa ayudar a mejorar las condiciones para el desarrollo de esta disci-
plina, apoyando el proceso de motivacion de algunos de los estudiantes de pregrado
para que enrumben sus motivaciones investigativas tomando como objeto de estu-
dio la evolución de la comunidad matemática a nivel mundial y muy particular-
mente en nuestro paı́s, abordando todos los aspectos de la comunidad matemática,
entre ellos la matemática elemental, que es uno de los temas de investigación del
Proyecto Semicı́rculo.
Infortunadamente existen todavı́a, sobre todo en Colombia, algunas dudas acer-

viii
Prefacio

ca de los estudios metamatemáticos; es decir, aquellos estudios que dirigen sus


indagaciones hacia el funcionamiento del mundo académico de las matemáticas.
Hay dos grandes tipos de vacilaciones: las de quienes consideran como única activi-
dad legı́tima en la comunidad matemática la de formular y demostrar teoremas,
y los que piensan que la historia de la matemática -o cualquier otra disciplina
metamatemática- puede hacerse sin tener un buen conocimiento del mundo de las
matemáticas. Para algunos, los estudios históricos sobre las matemáticas son de
segunda o tercera categorı́a pues, de hecho, ocurre que se practica la historia a ma-
nera de colección de “chismes”, sin ningún fundamento en información primaria,
desconociendo la propia matemática y muy especialmente sin ningún fundamento
teórico. La mejor forma de superar esta tensión consiste en practicar con bue-
na calidad la metamatemática y aumentar el número de investigaciones en estos
temas.
Con este trabajo esperamos contribuir al fortalecimiento de los estudios históri-
cos sobre la comunidad académica en matemáticas, en particular en las universi-
dades colombianas, y ojalá incluyendo el tema de las matemáticas elementales.

ix
CAPÍTULO 1

Principios orientadores para


la fundamentación de la
historia de la matemáticas
Como toda disciplina académica, la historia de la matemática se desarrolla
siguiendo las orientaciones de una o más teorı́as. En este primer capı́tulo formu-
laremos algunos de los principios más generales, aplicables a todo tipo de inves-
tigación histórica y en particular a la historia de la ciencia y de las matemáticas,
los cuales se constituyen en los primeros “axiomas” de las teorı́as que utilizare-
mos. Cada uno de estos principios admite diferentes formulaciones que resaltan o
enfatizan algún aspecto sin eliminar o hacer desaparecer otros que también son
fundamentales o importantes. Para una presentación más completa, cada principio
estará acompañado de comentarios.
1.1. (P1) Principio de Durkheim o
de la división social trabajo
(P1) En toda organización existen dos tipos de entidades: las
partes, componentes o miembros de la organización y las fun-
ciones, roles o actividades de la misma.
Cada parte de una organización desempeña como mı́nimo
una de las funciones que constituyen, o que necesita la men-
cionada organización.

1
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Existen tipologı́as de organizaciones; de hecho, muchas organizaciones forman


parte de una organización mayor. La primera tipologı́a tiene que ver con la par-
ticipación efectiva de seres humanos o la ausencia de este tipo de intervención. El
sistema solar, por ejemplo, es el paradigma de una organización en la cual, al menos
hasta la fecha, para su funcionamiento la presencia de los seres humanos no tiene
ninguna importancia. La peculiaridad de las organizaciones humanas, es decir, de
organizaciones donde la presencia de hombres o mujeres es determinante, radica
en la posibilidad de desempeñar los roles “inteligentemente”, “intencionalmente y
en forma conveniente”. En un automóvil, la función de una llanta es automática;
la del conductor, por el contrario, debe ser ejecutada con inteligencia y ası́ puede
ser realizada por un ser humano. Esto implica que los seres humanos pertenecen
o no a una organización “intencionalmente”, es decir, al menos en teorı́a o como
posibilidad lógica, pueden escoger pertenecer o no a una determinada estructura de
partes y funciones. Una llanta no escoge el automóvil en el cual “quiere” funcionar;
un ser humano, en cambio, selecciona su automóvil. Naturalmente, tal derecho es
realizable o no dependiendo de otros factores, algunos de los cuales escapan al con-
trol de los interesados; pongamos por caso, el nivel socioeconómico de una persona
puede llegar a convertirse en un factor determinante, positivo o negativo, para su
permanencia o entrada en cierta organización.
El principio de Durkheim debe entenderse positiva y negativamente. Si un
componente realiza una o más funciones debe abandonar otras, de lo contrario su
rendimiento no se ajustarı́a adecuadamente a los requerimientos de la organización.
El famoso dicho “Zapatero a tus zapatos” ayuda a entender el aspecto negativo
o prohibitivo del principio de Durkheim; significa que la eficiencia de un zapatero
está directamente relacionada con la concentración y la dedicación en su oficio y,
por lo tanto, con el abandono de o la renuncia a otros roles. Un zapatero que realiza
su trabajo con calidad no actúa como médico, no debe hacerlo; las llantas de un
automóvil no funcionan como su motor. “No te metas en lo que no te importa”
no es un mero insulto, es otra versión del principio de Durkheim; si eres un buen
matemático no tienes tiempo para desempeñar bien la función de quı́mico o de
metamatemático. Cada oficio, rol o función requiere dedicación y concentración.
Para nuestro caso, si eres un buen historiador de la matemática, tus investigaciones
no te darán tiempo para demostrar teoremas.
Este aspecto negativo no excluye la posibilidad de ejecutar varios oficios si-
multáneamente o uno a continuación de otro; se puede actuar como abogado y
al mismo tiempo como polı́tico, como matemático primero y después como histo-
riador de las matemáticas; sin embargo, cada rol debe desempeñarse con honesti-
dad. Incluso, con la amplia difusión de la información, aunque resulta muy difı́cil
mantenerse al dı́a en el conocimiento exigido por un determinado rol, también
es posible acceder a diferentes fuentes para estar medianamente informado sobre
cualquier tema. Sin embargo es necesario manejar seriamente tal información. Esto
nos conduce al siguiente principio.

2
Principios orientadores

1.2. (P2) Principio Ético y Legal o de las


tensiones entre permitido versus
prohibido y conveniente versus
inconveniente
Para el caso de las organizaciones humanas, existen roles prohibidos y roles
inconvenientes. Matar a seres humanos no parece ser un oficio aceptable para un
hombre o para una mujer -sea este o esta niño o niña, adolescente o adulto o
adulta-. Incluso en épocas de guerra el asesinato genera nuevos asesinatos y esta
bola de nieve puede conducir a la destrucción total. En forma completamente
análoga, un elefante no forma parte de ningún automóvil, esto serı́a un sinsentido,
pero, además, algo extraordinariamente ineficiente. En definitiva, no todo tipo de
actividad es permitida o realizable en una organización humana o de otro tipo;
en últimas, las constituciones polı́ticas de una nación o paı́s o los reglamentos de
una organización regulan los roles permitidos y ayudan a controlar todas aquellas
actividades que obstruyen o perjudican el funcionamiento general de la sociedad
especı́fica o de la organización en cuestión. Las organizaciones puramente fı́sico-
quı́micas se regulan por las llamadas “leyes naturales”; ası́, la Ley de la gravitación
universal es una de las leyes que controlan los sistemas astronómicos.
Aunque no todas las profesiones están reguladas mediante reglamentos, muchas
de ellas, como la medicina o la abogacı́a, se delimitan mediante leyes estipuladas
por el Congreso o el Parlamento, dependiendo del paı́s, el Estado o la nación; es
lo que en nuestro paı́s se llama “matrı́cula profesional”.
Sin embargo, la regulación más importante radica en la madurez ética de los
individuos y, por supuesto, de las oportunidades reales que se le ofrezcan. En
general todos los individuos están dispuestos a comprometerse con roles legales
y convenientes, pero la sociedad no siempre les ofrece una posibilidad real para
desempeñarlos, y ası́ algunos se ven obligados a realizar actividades que los con-
vierten en delincuentes o a ejecutar roles que no son de su agrado. Este es uno de
los ámbitos en los cuales se requieren serios compromisos de los gobiernos.
Todo ello nos conduce a interpretar el principio ético y legal en la siguiente
forma:
(P2) Cada ser humano tiene el derecho de desempeñar algún rol
ética y legalmente permitido, que sea adecuado a sus intere-
ses, y quienes ya ejecutan actividades legales y convenientes
tienen la obligación de promover lo que hacen, hacerlo ade-
cuadamente y contribuir a que otras personas puedan acceder
al tipo de trabajo que realizan y puedan ası́ eludir aquellos
roles prohibidos o inconvenientes.
En esta forma, el principio ético y legal es un refinamiento del principio de Durkheim
para el caso de las organizaciones humanas. La inteligencia propia y especı́fica de

3
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

la especie humana añade a las organizaciones en las cuales intervienen hombres y


mujeres este aspecto de derechos y deberes. Volviendo al caso de la analogı́a con
los automóviles o con el sistema solar, no tienen ningún sentido expresiones del
estilo “los derechos y deberes de una llanta en un automóvil” o “los derechos y
deberes de la luna en el sistema solar”.
El principio ético y legal compromete al conjunto de la sociedad, pues entre
todos debemos garantizar que cada ciudadano desempeñe un rol u oficio legal y
conveniente, y entre ellos están los oficios académicos. En este sentido, apoyar la
investigación quiere decir, además, procurar aumentar el número de puestos de
trabajo. Claramente, la intervención gubernamental en este aspecto es definitiva.
Dentro de este principio caben también consideraciones sobre otros valores,
como el caso de los valores estéticos. Podrı́a pensarse en llamar este principio
“axiológico” pues la eficiencia depende de la ética, pero también de la estética;
realizar bien una actividad implica hacerlo con calidad, pero también con estilo,
con elegancia o, como decı́a Álvaro Gómez Hurtado con talante.
La matemática, la metamatemática y en particular la historia de la matemá-
tica son oficios legales y convenientes, y es imperioso difundirlos, desarrollarlos y
fortalecerlos; por lo tanto, la sociedad y los gobiernos deben realizar esfuerzos para
promocionar y apoyar los oficios académicos como la historia de la matemática y
la matemática.

1.3. (P3) Principio académico o de la


dialéctica imaginarios versus teorı́as
Aunque las organizaciones académicas no son indispensables -existen grupos
humanos que logran niveles de vida aceptables sin la presencia de esta modalidad
organizativa, como es el caso de algunas comunidades aborı́genes- desde su apari-
ción se han constituido en sistemas que no solo brindan oportunidades de trabajo,
sino también como organizaciones que contribuyen a mejorar el desempeño de
otras funciones. El trabajo académico es, entonces, legal y conveniente y ası́ todo
mundo tiene derecho a participar de las actividades que conforman esta modalidad
de vida. Quienes nos desempeñamos como académicos tenemos la obligación de
facilitar y propiciar la llegada de otros a este particular modo de existencia, y los
gobiernos tienen la obligación de invertir recursos suficientes en estas modalidades
de trabajo.
El fundamento de cualquier actividad académica es la investigación; alrededor
de ella gravitan otras funciones, como la docencia, la asesorı́a especializada, la
creación y la administración de multitud de suborganizaciones para ayudar al
fortalecimiento y desarrollo de la función principal: contribuir a la formación de
otros investigadores, resolver problemas, etc.
La ética académica se fundamenta, entonces, en el siguiente principio, al cual
llamaremos “principio académico”:

4
Principios orientadores

(P3) La función principal de toda organización académica es la


investigación, o en todo caso el apoyo a la investigación.
Al igual que otras palabras utilizadas en este escrito, como serı́a el caso de las
tres más fundamentales -organización, partes, funciones-,tomaremos la palabra in-
vestigación como otra de las ideas indefinidas de la teorı́a que estamos trabajando.
Teorı́a es otra de estas palabras e interviene nuevamente en este punto, pues el
primer comentario acerca de la investigación es que esta se realiza teniendo como
guı́a una o varias teorı́as; tal y como pretendemos hacerlo en este escrito.
Las teorı́as son modalidades representativas cualitativamente distintas de los
imaginarios y de los mitos y las religiones y cómo estas últimas ayudan a organizar
las actitudes y las acciones. Estas tres modalidades de representación forman una
trilogı́a cuyas relaciones determinan el funcionamiento de todas las organizaciones
humanas.
Otra de las cualidades fundamentales de la especie Homo sapiens es que todos
utilizamos imágenes mentales, las cuales pueden ser manejadas sin ningún tipo
de restricción o regulación, o pueden ser manejadas siguiendo reglas o rituales
muy rigurosos, como sucede con las teorı́as y con los mitos y las religiones. En
los imaginarios las únicas reglas que se siguen tienen que ver con el lenguaje y la
comunicación; en las teorı́as, además de estas existen otras, principalmente las que
están asociadas a las interacciones entre pares.
En la trilogı́a

Imaginarios
v 7? \d AAA
v
vvvvvv AAA
AAAA
vv
v AAAA
vvvvv AAAA
vvv AAAA
vv
v AAAA
v
vvvv
v
vv
v AAAA
w vv $
Mitos y religiones ks +3 Teorı́as,

los imaginarios son las narraciones completamente libres y espontáneas; son las
estructuras de conceptos y oraciones construidas utilizando esa facultad de combi-
nar imágenes mentales sin ninguna restricción. Un rumor, por ejemplo, circula de
persona a persona y cambia en la versión de quien lo cuenta dependiendo del mo-
mento y del lugar; según los intereses del narrador se transforma, tiene elementos
invariantes pero, la forma de comunicarlo es un verdadero ejercicio del uso libre
de la imaginación. De hecho, toda información puede ser comunicada de manera
completamente original con cada intervención de un comunicador, incluyendo las
teorı́as que pueden convertirse en simples imaginarios.
En los mitos, religiones y teorı́as, aunque se utiliza muy fuertemente la ima-
ginación, existe el control entre pares. Esta importante palabra, cuyo uso social
corresponde al de la expresión utilizada en Inglaterra: “los pares del reino”, se em-
plea en algunas teorı́as sociológicas para nombrar a las personas que desempeñan
un mismo rol; por ejemplo los zapateros son “pares” unos respecto de los otros.

5
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Esto implica que entre pares las relaciones son de un tipo especial, algo ası́ como
“entre pares se comprenden mejor”; los mitos y religiones, pongamos por caso,
son controlados por los mamas o sacerdotes. En el ámbito académico la expresión
correspondiente, la más utilizada, es pares académicos. Son los pares académicos
los encargados de controlar o manejar las teorı́as a través de diferentes métodos,
el más importante de los cuales es la crı́tica y la evaluación.
En el mundo de los imaginarios, como ya se dijo, no hay ningún control di-
ferente del puramente lingüı́stico. Es el mundo de la libertad total. Incluso las
teorı́as y los mitos pueden ser utilizados por una persona o un grupo de personas
como un mero imaginario. Esto resulta ser bien importante porque es algo com-
pletamente natural. Varios ejemplos servirán para ilustrar estos aspectos. El uso
libre de la imaginación produce satisfacción. Por ejemplo cada vez que se realiza
el campeonato mundial de fútbol todo el mundo se vuelve “experto” en los temas
relacionados con el mismo, y cada persona opina como si fuese un estudioso de este
deporte; se hacen apuestas y se apoya a los equipos favoritos esgrimiendo todo tipo
de argumentos. Como suelen decir los comentaristas deportivos, cada ciudadano
se convierte en una especie de entrenador. Si esto no fuera ası́, no habrı́a comu-
nicación en la época del mundial, tampoco habrı́a diversión. Este ejemplo ilustra
otros puntos importantes; uno es el papel que desempeñan los medios de comuni-
cación en los procesos de formación y de circulación de imaginarios; las personas
afinan sus creencias y sus actitudes gracias a la información que reciben de la
radio, la televisión, el cine, la prensa, internet, etc. Los comentaristas deportivos,
algunos de ellos verdaderos expertos y estudiosos, con sus apreciaciones ayudan
a que cada persona imagine cosas y organice actitudes sobre, por ejemplo, los
equipos de fútbol, sobre los jugadores, sobre los entrenadores, etc. Los hinchas de
un equipo, los fanáticos especialmente, no aceptan crı́ticas acerca de sus creencias
en relación con su particular afición, se parcializan y en muchas ocasiones tratan
de imponerse utilizando métodos violentos, los imaginarios los dominan.
Cuando un académico se fanatiza; es decir, se vuelve fundamentalista con una
teorı́a, convierte sus creencias en meros imaginarios. Los imaginarios son ineludi-
bles, pues aparecen espontáneamente. Según el fisiólogo cerebral Francisco Rubia
[RF], la función principal de un cerebro es el bienestar general del organismo al
cual pertenece; los más desarrollados, los de los humanos, “conocen”; pero este
conocer está supeditado al “bienestar”, es decir, se conoce para estar mejor.
Ası́, si el bienestar está por encima del conocer, entonces los imaginarios no
solamente “priman”, sino que además generan tranquilidad más rápidamente. Los
mitos, las religiones y las teorı́as exigen mayor elaboración y, por lo tanto, las satis-
facciones que producen no son inmediatas; incluso, en razón a la exigencia inicial
para su aprendizaje, algunas personas las rechazan y las convierten en imaginarios.
En el ámbito de la salud y de la enfermedad, la multitud de imaginarios que
circulan entre las personas es paradigmática, es frecuente que algunas personas
se crean médicos o curanderos, recetan a sus familiares y amigos, incluso a ellos
mismos. Es verdad que existen tradiciones muy bien fundamentadas, como serı́a el

6
Principios orientadores

caso de aquellas que utilizan algunas comunidades indı́genas; pero que una “yerba”
haya funcionado en uno o dos casos no significa que sirva en todas las situaciones
similares. Hay saberes populares, no hay la menor duda; pero una cosa es un saber
tradicional y bien establecido y otra cosa muy distinta el imaginario de una persona
acerca del efecto de una pócima o de un medicamento.
No existe un oficio para construir imaginarios ni para difundirlos, cualquier
persona tiene la posibilidad real de construir un imaginario o de difundir alguno
ya existente; es una actividad legal; existen muchos mecanismos de difusión; por
ejemplo, los rumores, los chismes, las canciones, las tertulias, los cuentos, las his-
torietas, las leyendas, los comentarios en los medios de comunicación, etc. Para
realizar esta labor no hay necesidad de estudiar, no hay oficios, ni roles, ni pro-
fesiones dedicadas especı́ficamente a la difusión de los imaginarios. Los artistas,
los periodistas, los polı́ticos, entre otros difunden y construyen imaginarios, pero
esa no es su labor fundamental; se les remunera, respectivamente, por la “belleza”
que crean o por la “noticia” que construyen o por las “propuestas polı́ticas” que
elaboran. Todo esto está relacionado con el principio de Durkheim y el principio
ético y legal: si se practican varios oficios con la dedicación que estos requieren,
todo lo que puede tenerse sobre los demás oficios no son sino puros imaginarios y
ası́ cualquier opinión sobre ellos no es otra cosa que la expresión de una creencia, la
cual por lo general no está bien fundamentada. Como lo señaló muy bien Platón,
hay dos grandes clases de creencias, las doxásticas o espontáneas y las epistémicas
o fundamentadas en hechos, datos, teorı́as, o en mitos y religiones.
La opinión fundamentada en teorı́as es, a su vez, cualitativamente distinta a
la que se desprende de un mito o de una religión. En estas últimas intervienen
dioses o espı́ritus que gozan de facultades como la infalibilidad, la omnipotencia,
la inmortalidad, etc. Algunas religiones buscan cierto tipo de fundamentación en
teorı́as, pero sus dioses y sus espı́ritus permanecen como la explicación última de
todas las cosas y de todos los fenómenos.
Existen organizaciones académicas de diferente naturaleza. Una primera taxo-
nomı́a se desprende de las disciplinas; hace 2.800 años existı́a una única disciplina
académica, hoy dı́a se han creado multitud de ellas y con el tiempo surgirán otras
más. La historia fue una de las primeras en independizarse de la filosofı́a; después,
apareció la historia de la ciencia y en particular la historia de la matemática.
Esta gran diversidad depende de las necesidades que van surgiendo entre los seres
humanos y en sus organizaciones; pero tal diversidad no convierte en extrañas
las actividades académicas, todas comparten caracterı́sticas básicas; son a la vez
distintas e idénticas. Por el objeto de estudio se separan, pero se identifican porque
comparten algunos métodos comunes. La mayor identidad proviene de la dualidad:

Investigación + Teorı́a.

Otra caracterı́stica, ya mencionada, es que el trabajo investigativo está fuerte-


mente regulado. Thomas Kuhn fue uno de los primeros en señalar varias de
las caracterı́sticas básicas del mundo académico, explicitando algunas de estas

7
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

regulaciones. Vale la pena señalar algunas de ellas: la interacción principal entre


pares académicos es mediante documentos escritos en papel o en otros medios,
como serı́a el caso de los CD o de internet. Estos documentos se difunden ampli-
amente para informar, pero muy especialmente para que los pares los critiquen.
Cuando un imaginario se difunde, nadie lo critica; al contrario, cada quien se lo
apropia y le imprime su propia interpretación completamente libre; la publicación
de este escrito, pongamos por caso, generará reacciones entre los historiadores, las
cuales espero ayuden a mejorarlo.
Otra caracterı́stica común a las organizaciones académicas es la siguiente:
Para vincular una persona a un grupo de investigación se sigue generalmente
un procedimiento, que en el tiempo es un poco largo y muy exigente: primero
debe realizar una carrera universitaria de pregrado y luego una de posgrado a
nivel doctoral; después hay que convencer a uno de los lı́deres de investigación
para continuar trabajando al lado suyo o de otro experto ya reconocido, y luego
se adquiere independencia creando su propio grupo de investigación.
Una de las caracterı́sticas básicas del trabajo académico es que ayuda a formar
y fortalecer los valores éticos y estéticos, algunos de los cuales son muy especı́ficos.
Tal es el caso de la evaluación. Evaluar y ser evaluado requiere, también, un apren-
dizaje que exige mucho tiempo y muy especialmente mucha madurez; es un valor
fundamental pero nada fácil de adquirir. La actividad de evaluar y ser evaluado
refleja muy bien la madurez ética de los académicos; sin embargo, esto no quiere
decir que todos los académicos practiquen los valores académicos. La reacción más
común frente a una evaluación es la rabia; pero esto es educable.

1.4 (P4) Principio de historicidad


(P4) Todas Las organizaciones se transforman.
Algunas de estas transformaciones ocurren utilizando la violencia fı́sica. Aunque
pueda parecer imposible, serı́a deseable que las transformaciones se llevaran a cabo
sin ningún tipo de violencia fı́sica y sin derramamiento de sangre.
Esto nos conduce a la necesidad de los estudios históricos, pues resulta im-
perativo comprender cómo se producen estos cambios para ası́, en el caso en el
cual sean completamente inevitables, propiciarlos y apoyarlos procurando que se
desarrollen “pacı́ficamente”.
Si aceptamos la idea de la inevitabilidad de la violencia, deberı́amos proce-
der, como lo aconseja Antanas Mockus, a transformar todo tipo de violencia en
“violencia simbólica”, es decir, en aquella que se desprende de la argumentación y
del uso de teorı́as, en la violencia propia de los académicos.
Llegamos, entonces, al reto principal de los estudios históricos y, en general, de
los estudios humanı́sticos.
¿Es posible convertir todo tipo de violencia en violencia simbólica? Solo pro-
fundizando en el estudio de las grandes transformaciones podrı́amos, algún dı́a,

8
Principios orientadores

explicitar las metodologı́as para “pacificar” los cambios en las organizaciones hu-
manas y por qué no, en las organizaciones fı́sico-quı́micas.
E. Bloch, uno de los más grandes humanistas del siglo XX, acuñó un profundo
principio que llamó el principio esperanza, en el convencimiento de que la hu-
manidad lo lograrı́a algún dı́a, ese dı́a podrı́a eliminarse toda guerra y todo tipo
de confrontación fı́sica.
La violencia simbólica es otra de las caracterı́sticas del mundo académico; allı́ se
aniquila al otro, al par, mediante, argumentos; mostrándole hechos, datos, ejem-
plos, etc. Y muy especialmente, desarrollando las teorı́as que se comparten o cons-
truyendo una nueva teorı́a con mayor poder explicativo. Este es el motivo que
justifica la introducción de la expresión valores académicos. Los valores académi-
cos ayudan a transformar la violencia fı́sica en violencia simbólica.
Naturalmente, en el mundo académico existe también violencia indeseable,
aquella que se desprende del uso irresponsable del poder o del conocimiento, como
en el imaginario de Victor Frankestein; sin embargo, esa no es la regla, todo lo con-
trario, entre académicos debe primar la honestidad y por ello el estilo académico
es el modelo ideal para resolver contradicciones y enfrentamientos. La apropiación
y la práctica de valores académicos ayuda a la “pacificación” del ser humano.
Aunque la historia no puede resolver sola los grandes interrogantes sobre el
pasado, sus aportes resultan fundamentales, pues no es posible pretender la paci-
ficación del mundo sin asimilar las grandes enseñanzas del pasado.
¿Cómo protegernos del regreso de un Hitler?
No es fácil responder a tamaño interrogante. Sin embargo, algunas cosas pueden
resultar muy ilustradoras. Por ejemplo, entender que el nazismo se construyó alrede-
dor de imaginarios, como aquel de la “raza superior”, o el del “pueblo elegido”. El
libro Mi lucha se escribió pegando un imaginario después de otro sin ningún tipo
de control académico.
Aunque todos los estudios históricos son susceptibles de crı́tica, es posible llegar
a grandes “acuerdos” o aceptar grandes conclusiones orientadoras, una de las cuales
parece ser construir imaginarios “amables”, compatibles al máximo con los hechos
y con los datos, evitando actuar bajo el dominio de creencias no fundamentadas
y muy especialmente utilizando imaginarios que respeten la vida y la naturaleza;
por ello, resultan recomendables los mitos, las religiones y las teorı́as y es un
compromiso ético difundirlos.
De cualquier manera, la historia ilumina y los historiadores se han ganado un
lugar en el engranaje social; la historia es, entonces, un oficio legal y conveniente,
un trabajo útil; es posible ganarse la vida dedicándose a la investigación histórica;
necesitamos la sabidurı́a de estos trabajadores para entender cómo alentamos y
propiciamos las transformaciones sin necesidad de la aniquilación fı́sica del otro
y de la naturaleza. Para esto último se requiere mucho más; pero sin la historia,
como dice el dicho, estamos condenados a repetirnos, a permanecer en un callejón
sin salida.
Qué bueno conocer en detalle los grandes cambios en el mundo académico de

9
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

las matemáticas, pues ası́ entenderemos en profundidad el carácter histórico de las


teorı́as matemáticas y del conocimiento matemático y, en consecuencia, cómo se
producen las grandes transformaciones.
Un comentario importante sobre las teorı́as es el siguiente: guiarse por una o
más teorı́as no significa alejarse de la realidad, de la práctica; todo lo contrario,
las teorı́as son las mejores guı́as para la acción.

1.5. (P5) Principio de Chomsky o de la


tensión entre finito e infinito
¿Cuál es el origen de la violencia entre seres humanos? La violencia en el
ámbito de las organizaciones fı́sico-quı́micas tal vez no amerite tal apelativo pues
allı́ parece ser completamente natural. Las reacciones termonucleares en el Sol son
extremadamente violentas; pero, por eso este astro es una estrella en evolución;
¿sucede lo mismo con los seres humanos y con las organizaciones de los hombres y
las mujeres? tal vez, pero, como lo sugieren Bloch y Mockus, no debemos perder
la esperanza, debemos ser proactivos y hacer todos los esfuerzos para eliminar
cualquier tipo de enfrentamiento fı́sico. Empecemos por buscar en lo más profundo
de la naturaleza humana los fundamentos de esta tendencia fratricida.
Naturalmente, existen muy buenas teorı́as que nos llevan directo a las fuentes;
sin embargo, todas ellas, de una manera u otra, conducen a los mismos princi-
pios, como los que hemos venido señalando. Estos principios pertenecen a ámbitos
académicos muy diferentes; hay razones socio-económicas, sociológicas, antropológi-
cas, etc. Las que más nos interesan aquı́ son aquellas razones que podrı́amos llamar
de ı́ndole puramente lógica, algo ası́ como buscar los fundamentos del principio de
Durkheim tal y como lo hemos formulado al inicio de este capı́tulo. De la pura
descripción de lo que estamos llamando organización se desprende la existencia de
tensiones entre sus partes y sus funciones; dos partes de una organización, aunque
desempeñen una misma función, no la hacen de manera idéntica, y si las fun-
ciones son diferentes con mayor razón. Existen entonces tensiones completamente
naturales, las más fundamentales pueden ser resumidas en la siguiente trilogı́a de
dualidades:

Partes versus Funciones


Partes versus Partes
Funciones versus Funciones.

Como muy bien lo señalaron los pitagóricos, el ser es a la vez uno y múltiple,
y como lo decı́an los chinos, uno se divide en dos. De hecho esta es la razón de
por qué las organizaciones se transforman; sus tensiones “naturales” o propias
acumulan suficiente “energı́a potencial”, que puede y a veces debe, convertirse en
“energı́a cinética”.
En una estrella, la tensión entre la energı́a gravitacional y la energı́a atómica

10
Principios orientadores

debe mantenerse “organizada”, pero puede llegar a colapsar si su masa es suficien-


temente grande.
Aparece aquı́ una vez más la única razón que justifica la existencia de los seres
humanos: poseen inteligencia y podrı́an algún dı́a controlar estos procesos estelares
y de pronto impedir que la violencia propia de un astro como el sol se transforme
en un colapso estelar.
Estamos todavı́a muy pero muy lejos de eso; ni siquiera hemos logrado el con-
trol de los cambios violentos que se producen en nuestro planeta. Todavı́a peor, no
hemos logrado siquiera que las transformaciones en las organizaciones humanas se
lleven a cabo pacı́ficamente. De nuevo el principio académico: solo hemos avanza-
do en el ámbito de las organizaciones académicas, no mucho pero sı́ significativa-
mente. Todavı́a, promover una transformación en una universidad o en cualquier
otra organización educativa resulta dispendioso y a veces terriblemente costoso y
doloroso. Entre los aportes del historiador Thomas Kuhn, uno ha sido justamente
el de permitirnos entender cómo se producen las “revoluciones académicas”, es
decir, los grandes cambios en el mundo de las organizaciones académicas. Una
palabra muy difı́cil de manejar pero bastante útil, acuñada por Kuhn, es la de
paradigma, refiriéndose con ella a todas aquellas regulaciones propias de las co-
munidades académicas y que mantienen a estas en funcionamiento normal; por
ejemplo, las teorı́as compartidas y aceptadas por todos los académicos de una
determinada comunidad académica. Estas regulaciones, absolutamente necesarias,
pueden llegar a convertirse en verdaderos obstáculos para el avance y desarrollo
de la investigación. ¿Por qué?
Una vez más podemos recurrir a explicaciones socioeconómicas, antropológicas,
sicológicas, etc., y todas ellas ayudan a entender; sin embargo, nos interesan más,
como ya lo mencionamos, las de carácter puramente lógico. Por eso recurrimos a
los aportes de otro de los grandes pensadores de los siglos XX y XXI, el profesor
Noam Chomsky.
Este importante académico, especialista en lingüı́stica, teorı́a del conocimiento
y polı́tica internacional, ha construido un edificio conceptual imposible de presentar
en este escrito. Nos limitamos a lo que él califica como los problemas fundamentales
de sus investigaciones epistemológicas:
El problema de Platón y el problema de Orwell.
El primero se comprime en la siguiente pregunta:
¿Cómo es posible que los seres humanos alcancen tanta sabidurı́a a partir de
tan pocas evidencias?
Dualmente, el problema de Orwell es: ¿Cómo es posible que los seres humanos
se mantengan en la ignorancia en medio de tantas evidencias?
Para la desgracia de la humanidad, estos problemas no han sido suficientemente
difundidos, y mucho menos las respuestas que Chomsky ha propuesto.
En primer lugar, ¿por qué los nombres? Platón es suficientemente conocido por
su teorı́a de las ideas, es decir, según el filósofo griego, la teorı́a de los entes que
verdaderamente son. La palabra idea se maneja en el lenguaje común refiriéndose

11
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

a imágenes mentales, como cuando alguien dice “Tengo una excelente idea”. En
el mundo platónico las ideas son algo completamente diferente, son los entes que
conforman el mundo real; ası́, la idea asociada a la palabra casa no es la imagen
mental que se forma en el cerebro de una persona, es la casa verdadera, es decir,
aquella entidad perfecta que comprime todas las cualidades esenciales de todas
las casas y tal cosa no está en la mente de ninguna persona. Existen las casas
fı́sicamente, pero ninguna de ellas es la casa, esta última, aunque real, es inma-
terial, las primeras son copias imperfectas de la segunda. Independientemente de
si aceptamos o no esta teorı́a, una cosa es bastante clara: todo ser humano alcan-
za una gran sabidurı́a de lo que son las casas a partir de la experiencia concreta
con una cantidad finita de casas; de hecho ningún ser humano tiene la posibilidad
real de tener y vivir experiencias con todas y cada una de las casas fı́sicas que
existen o han existido; sin embargo, quien tiene ya la sabidurı́a sobre las casas
reconoce sin dificultad una cualquiera de ellas. ¿Cómo es esto posible? Platón
responde sin dificultad: el alma de cada ser humano es parte del mundo de las
ideas y allı́ interacciona con la casa, y entonces conoce de un solo golpe todas las
casas. Esta respuesta no es satisfactoria para Chomsky porque simultáneamente
ocurre la situación orwelliana: esta sabidurı́a sobre las casas bloquea el cerebro de
las personas y, en consecuencia, dicha persona se niega a reconocer otro tipo de
viviendas como casas; por ejemplo, una maloca no serı́a una casa.
George Orwell fue un eminente polı́tico y sociólogo inglés, autor de varias
obras, entre ellas una muy famosa titulada 1984, donde describe claramente las
vivencias de un rebelde en una sociedad dictatorial y dogmática, una sociedad que
no está dispuesta a impulsar de manera intencional ningún tipo de transformación.
Chomsky se inspira en esta obra para formular su segundo problema.
Estos dos enigmas, el de Platón y el de Orwell, los explica Chomsky más clara-
mente con los lenguajes comunes. Para apropiarse del español no se requiere un
proceso infinito. Es cierto que todos los dı́as se aprende algo nuevo sobre el manejo
del español, pero para el desempeño de la función comunicativa la experiencia de
una persona hasta los cinco o seis años de edad es más que suficiente; en otras
palabras, el proceso de aprendizaje del castellano es finito. Ahora bien, el castella-
no como cualquier otro lenguaje común es infinitamente eficiente, permite que sus
usuarios representen todo tipo de situaciones, en consecuencia, hay simultánea-
mente sabidurı́a e ignorancia, pues la ventaja positiva implica otra negativa: el
usuario del castellano no ve la necesidad lógica de estudiar otro lenguaje, es “igno-
rante” de las otras lenguas, es “dogmático” con su propia lengua y esto le produce
tranquilidad.
Lo mismo ocurre con las teorı́as, los imaginarios, los mitos y las religiones:
tienen fuerza explicativa y lo más natural es dogmatizarse, pues en muchos casos
sus “explicaciones” no tienen fin.
A Platón no le interesaba mucho el aspecto dogmático, a Chomsky sı́, pues
tenemos allı́ una de las fuentes de la violencia.
Y el asunto es puramente lógico; los sistemas regulados tienen dos caras: la

12
Principios orientadores

finita y la infinita. Según Chomsky, quien dicho sea de paso también fue un ex-
celente matemático elemental y sus aportes a la lingüı́stica también forman parte
de la matemática, los seres humanos están inmersos en sistemas “gramaticales”
en los cuales, a partir de una colección finita de sı́mbolos y de reglas, es posible
producir, “generar” o reconocer infinitas construcciones de cadenas de sı́mbolos.
Miremos una vez más el caso de los lenguajes comunes como el castellano. Hay
una colección finita de fonemas (el alfabeto de cada lenguaje) y una colección finita
de reglas (la gramática) para manejar estos fonemas y construir secuencias “bien
formadas” que no son otras que las palabras y las oraciones. Y a partir de tal
finitud se logra construir una infinitud de oraciones, de hecho es posible construir
oraciones tan largas como se quiera mediante diferentes procedimientos. Uno muy
sencillo es el siguiente:
Dada una oración P, se construye la oración “P es falsa”. Esta última es más
larga que P, pues tiene más fonemas; en consecuencia la cantidad de oraciones
posibles es infinita, aunque el sistema de sı́mbolos y reglas sea finito.
Con esto se responde a los dos problemas de un solo golpe: es decir que a
partir de una sistema finito (las pocas evidencias) es posible construir otro infinito
(la sabidurı́a); pero, como el sistema construido es infinito, se puede permanecer
dentro de él indefinidamente y ası́ volverse dogmático, aunque el usuario no quiera
o no se dé cuenta de ello.
El principio chomskyano, entonces, puede formularse ası́:

(P5) Las actitudes y las acciones de todo ser humano están ori-
entadas por sistemas regulados, muchos de los cuales tienen
la estructura de un sistema finito de sı́mbolos y reglas tam-
bién en número finito, con las cuales se construyen infinitas
actitudes e infinitas posibilidades de acción.

Siguiendo la propuesta de Chomsky, cada sistema regulado es una competencia


que permite infinidad de actitudes y de actuaciones. La competencia lingüı́stica
serı́a entonces la estructura constituida por los fonemas junto con la gramática,
y las actuaciones estarı́an constituidas por todas las oraciones gramaticales (bien
construidas) del idioma respectivo. Habrı́a, entonces, infinidad de competencias,
una por cada sistema regulado. La competencia básica serı́a aquella cuyas actua-
ciones consisten en la construcción de nuevos sistemas regulados.
Una teorı́a, por ejemplo, es un sistema regulado; los imaginarios a pesar de su
carácter incontrolado, y por supuesto los mitos y las religiones, también lo son.
Con cada una de tales creaciones humanas, el usuario es a la vez sabio e ignorante.
Todo lo que se ha planteado en este capı́tulo se vuelve ahora mucho más claro,
y ası́ un fundamental paso hacia la eliminación de la violencia fı́sica consiste en
entender la realidad y la naturaleza de las regulaciones, en especial porque ellas,
por su propia naturaleza, dogmatizan y son excluyentes, aunque al mismo tiempo
nos brindan sabidurı́a. El dogmatismo, como muy bien lo explica Chomsky, no
es eliminable; de hecho, si no existieran las regulaciones no serı́an posibles las

13
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

organizaciones de ningún tipo; lo que debemos aceptar es que cada regulación es


limitada a pesar de que las actuaciones posibles con cada una sean infinitas. Vale
la pena rememorar aquı́ los grandes teoremas de Kurt Gödel, especialmente el de
incompletitud de la aritmética: la aritmética es una teorı́a (un sistema regulado), y
como, tal incompleta; es decir, existe una proposición en el lenguaje de la aritmética
tal que ni ella ni su negación pertenecen a la teorı́a.
La regulación idiomática sobre los imaginarios no impide que ellos no tengan
regulaciones entre pares y que sean completamente libres. Cada regulación deter-
mina cierto tipo de actitudes y de actuaciones, pero no puede abarcar todas las
que son posibles y necesarias; se requieren otros sistemas regulados. En realidad, la
competencia de construir sistemas regulados es también regulada, entonces existen
infinitos sistemas regulados.
El reconocimiento del otro se fundamenta, entonces, en este principio básico
y si a él le añadimos la información que se desprende de los otros principios, se
tendrá una herramienta básica para vivir en sociedad y en concordancia con la
naturaleza.
Una forma muy bonita de comprimir lo dicho en esta parte es el aforismo
acuñado por Heinz von Foerster:

No se puede ver que no se ve lo que no se ve

1.6. (P6) Principio anfibiótico o de la tensión


entre ser y no ser
Los anfibios nos ofrecen una lección muy útil: pueden vivir en por lo menos
dos ambientes cualitativamente diferentes. Ya hemos señalado la posibilidad de
responder por más de un oficio; una persona puede pertenecer a más de una orga-
nización, puede formar parte de una entidad deportiva y ser profesor en una escuela
o colegio, el historiador de la matemática es a la vez historiador, matemático y, por
supuesto, historiador-matemático; debe desenvolverse adecuadamente en tres mun-
dos, el de la historia, el de las matemáticas y el de la historia de las matemáticas;
es un anfibio, como lo señala Antanas Mockus. Pero, la anfibiosis implica otras
cosas fundamentales; por ejemplo, el reconocimiento de la autoridad académica de
quienes solo se mueven en uno de los dos ambientes y lo hacen magistralmente.
Los seres humanos no podemos eludir la posibilidad de actuar en ambientes
desconocidos, la clave está en tener conciencia clara de la ignorancia y apoyarse,
entonces, en los expertos y, sobre todo, confiar en estos últimos, aunque esto no
significa que perdamos nuestro sentido crı́tico frente a ellos.
Ya hemos visto varios ejemplos; retomemos el de los campeonatos de fútbol,
allı́ están los expertos, los estudiosos del balónpié -por ejemplo, los entrenadores-
pero también estamos los demás, todos los que somos aficionados a estos eventos,
o los que seguimos con entusiasmo estas competiciones aunque nunca hayamos

14
Principios orientadores

estudiado nada sobre este deporte o sobre ningún otro. ¿Podemos, todos los igno-
rantes, opinar sobre este deporte?. Por supuesto que sı́; pero la clave está en hacerlo
a sabiendas de que actuamos guiados por un imaginario; podemos movernos en
dicho ambiente y podemos divertirnos haciéndolo; lo hacemos por pura diversión.
Y ası́, nuestras opiniones inexpertas no tienen por qué ser sabias, son más bien
chistes. La dificultad empieza si nos creemos duchos cuando solo tenemos ideas
vagas. Pero podrı́amos llegar a convertirnos en expertos; todo lo que hay que ha-
cer es estudiar con juicio, sistemáticamente y haciéndolo al lado de los veteranos,
de los que saben.
Un ejemplo en las matemáticas puede apoyarnos en este punto. En el volú-
men 45 , número 10, de la revista Notices of the American Mathematical Society,
aparecieron varios pequeños artı́culos escritos en homenaje a Samuel Eilenberg,
quien murió en Nueva York el 30 de enero de 1998.
Sammy, como lo conocı́an sus amigos, fue el creador de varias teorı́as y métodos
matemáticos; entre ellos, junto con Saunders MacLane, el de la teorı́a de las cate-
gorı́as. Eilenberg fue uno de los más grandes matemáticos del siglo XX. Freyd, otro
de los constructores del imponente edificio de la teorı́a de categorı́as, en su artı́culo
de la revista mencionada se limita a señalar otra de las facetas del matemático
Sammy.
Freyd, en uno de sus viajes al Oriente, tuvo la oportunidad de dialogar con
un especialista en el arte persa y por alguna razón resultaron hablando de Samuel
Eilenberg; ambos lo conocı́an, pero Freyd se referı́a al matemático mientras que el
maestro iranı́ hablaba de su par, el experto mundial en el arte persa. Sammy era
una y la misma persona: uno de los matemáticos más importantes del siglo XX y
uno de los expertos mundiales en esta modalidad de arte, un verdadero anfibio. Y
según lo cuenta Freyd, Eilenberg inició su incursión en el arte persa como hobby y
poco a poco se convirtió en un experto; no ası́ en un especialista.
Déjenme soñar: casi todos los grandes matemáticos tienen una segunda gran
dedicación, qué bueno serı́a que se interesaran en apoyar el desarrollo de los menos
favorecidos; como Sammy protector del arte persa.
Volvamos a la anfibiosis que nos interesa: historia y matemáticas. La historia
de la matemática es el mundo académico que resulta de la interacción de estos dos
mundos y la relación entre los tres es una auténtica relación anfibiótica, o deberı́a
serlo. Según el principio ético y legal, no resulta conveniente aparecer como histo-
riador de la matemática si no se conocen satisfactoriamente tanto la historia como
la matemática, de hecho, según el principio académico, no es posible pretender ser
historiador de la matemática si no se está realizando investigación en el tema. Una
nueva aplicación del principio anfibiótico nos permite inferir la posibilidad de ac-
tuar como aficionado a la historia de la matemática y, en consecuencia, divertirse
mucho con ella; incluso, es posible participar como asistente en eventos académicos
de los historiadores de la matemática y gozar con sus cursillos y conferencias; pero
esto no es suficiente para pertenecer verdaderamente al mundo académico de la
historia de las matemáticas.

15
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Podemos escribir el principio antibiótico de la siguiente forma:

(P6) Resulta útil y conveniente desempeñar más de un oficio pues


ası́ se reconoce al otro y se lucha contra el dogmatismo nega-
tivo; pero es necesario entender claramente cuándo este oficio
adicional no es más que un pasatiempo. Hay oficios esencial-
mente anfibióticos.

Otro ejemplo refuerza la idea central de este principio. Albert Einstein practicaba
la música como violinista y de hecho algunas veces aceptaba participar en concier-
tos; pero jamás apareció ni pretendió figurar como un virtuoso del violı́n y aunque
al parecer era muy bueno, esta actividad no era más que un simple hobby.
Y un conocido mı́o, cuyo nombre no vale la pena mencionar, cuando está con
matemáticos aparenta ser filósofo, y cuando está con filósofos aparenta ser mate-
mático. ¡Qué pillo!
Una palabra más sobre el dogmatismo.
Ya mencionamos, como corolario del principio de Chomsky, que el dogmatismo
es inevitable y no siempre es inconveniente.
Existen dos tipos de dogmatismo, el positivo y el negativo. Por ejemplo, si
se adelanta un proceso investigativo, hay que hacerlo usando como guı́a una o
más teorı́as y entonces mientras se desarrolla la investigación estas teorı́as deben
tomarse como dogmas. Un investigador en teorı́a de conjuntos debe moverse en el
interior de una de las teorı́as compartidas por los expertos en este campo; de hecho,
la tarea serı́a resolver uno o más problemas formulados teniendo como marco una
de estas teorı́as, y en consecuencia, deben utilizarse métodos y técnicas compatibles
con los principios básicos que se han adoptado en este ámbito académico.
El dogmatismo negativo, por el contrario, consistirı́a, como ya se mencionó, en
negar las evidencias que impliquen un cambio en las reglas básicas del dogma que
se practica, o negar los resultados que contradigan el dogma.
Nuestro curso de historia de las matemáticas está guiado por principios, los
que hemos formulado en este capı́tulo y otros que aparecerán más adelante; pero
si encontramos un buen número de evidencias contrarias, trataremos de modificar
nuestras hipótesis.
Apliquemos explı́citamente los anteriores principios al caso de la historia de la
matemática:
Es un oficio legal y conveniente, existe como actividad independiente desde que
Pappus dedicó una gran parte de sus exploraciones a la interpretación de la obra
de Euclides, ilustrando al mundo cientı́fico sobre los métodos de los geómetras. El
propósito central de esta disciplina tiene que ver con el entendimiento de cómo
ha venido construyéndose el conocimiento matemático, cómo han trabajado los
matemáticos, cómo se ha construido el mundo académico de las matemáticas, etc.
Es una disciplina académica autorreferida, pues sus investigaciones se orientan
también hacia las transformaciones de este oficio tan particular. Sus principales
investigadores han sido y son anfibios, algunos se han guiado o se guı́an por una

16
Principios orientadores

teorı́a básica; pero todos investigan o han investigado alrededor de este mundo
académico tan particular construido a lo largo de los siglos por los matemáticos,
y quieren comprender su evolución y la naturaleza de sus principales transforma-
ciones.
A lo largo de sus investigaciones, los historiadores de las matemáticas, al igual
que todos los académicos, difunden los resultados de sus indagaciones mediante la
elaboración y la publicación de diferentes tipos de documentos y la realización de
diferentes eventos: libros, artı́culos, CD, disquetes, pelı́culas, conferencias, congre-
sos, etc.
La mejor manera de entender cómo trabaja un historiador de la matemática
es una sola: actuar como uno de ellos, es decir, vincularse a uno de los grupos
de investigación en este campo y trabajar en lo que ellos hacen; es un trabajo al
alcance de todos.
Con estas notas no pretendemos que el lector se convierta en historiador de
la matemática, solo buscamos que se forme un imaginario lo más amable posible
sobre esta maravillosa disciplina y, de pronto, se anime y se vincule a un grupo de
investigación.
El método que se ha seguido en este libro es el siguiente:
Se escogen algunos textos historiográficos, es decir, elaborados por historia-
dores, y se seleccionan algunos historiadores reconocidos: se trata entonces de
averiguar cuáles son sus motivaciones, sus éxitos y sus métodos de trabajo, y
cuáles son las caracterı́sticas de los documentos que publican.
También aquı́ existe una gran diversidad, incluso algunos matemáticos sin ser
historiadores profesionales elaboran documentos historiográficos, algunas veces
bastante cortos. Por ejemplo: en los llamados festivales para rendirle homenaje
a alguien vivo o muerto, uno o varios de sus colegas o pares tienen a su cargo
redactar una o más semblanzas, las cuales aparecen en las memorias del respectivo
encuentro.
Pongamos por caso el Festival Jairo Charris Castañeda que se llevó a cabo en
Bogotá el dı́a 6 de agosto de 2003. En él, varios de sus colegas ofrecimos confe-
rencias en homenaje a este formidable matemático colombiano nacido en Ciénaga
el 21 de noviembre de 1939, profesor investigador de la Universidad Nacional de
Colombia y de la Universidad Sergio Arboleda y fallecido en Bogotá en el 2003.
La semblanza la hizo el profesor Jaime Lesmes Camacho, compañero de luchas del
malogrado Jairo.
Las memorias de este festival aparecieron publicadas en el Vol. XVII, Núme-
ro 106 de la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Fı́sicas y
Naturales en marzo de 2004, y allı́ puede encontrarse información sobre Jairo. Este
festival, y la publicación de sus memorias, fue coordinado por el profesor Vı́ctor
Albis González, uno de los primeros historiadores de la matemática colombianos,
coordinador de uno de los proyectos de investigación en historia de las matemáticas
en la Universidad Nacional de Colombia y compañero de colegio de Jairo.
Algunos documentos son puramente divulgativos y otros se escriben para

17
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

informar sobre los adelantos en una investigación o para defender un punto de


vista y allegar nuevos datos, o para llamar la atención sobre un hecho histórico
particular. Ofreceremos algunos ejemplos de estos casos.
En los capı́tulos que siguen se presentarán algunos ejemplos sobre lo hasta
aquı́ planteado, y a medida que vayamos avanzando haremos explı́citos otros prin-
cipios que guı́an nuestra actividad en la elaboración del presente trabajo.

18
CAPÍTULO 2

Ejemplos iniciales de
documentos historiográficos

Como lo mencionamos en el capı́tulo anterior, existe una gran variedad de


investigaciones históricas y de documentos historiográficos. En este capı́tulo pre-
sentaremos algunos ejemplos que nos servirán de motivación para entender estas
diferentes opciones.

2.1. Un artı́culo de divulgación


En la revista Investigación y ciencia, de diciembre de 2000, apareció un in-
teresante artı́culo con el tı́tulo Emmy Noether, escrito por la historiadora Renata
Tobies.
La profesora Tobies se ha especializado en un tema fundamental: el papel de
las mujeres en el mundo académico de las matemáticas; por ello, conoce bastante
bien el caso de Emmy Noether, aunque Tobies no sea la autora de la biografı́a
básica sobre esta importante figura de las matemáticas. (En el artı́culo en cuestión
se mencionan dos biografı́as sobre Emmy Noether, una de Auguste Dirk y otra de
James Brewer y Martha Smith).
Dada la especialidad de Tobies, es perfectamente natural que el propósito fun-
damental de su artı́culo sea mostrar un ejemplo contundente en relación con el

19
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

éxito de las mujeres en el oficio de investigadoras, a pesar de todas las oposiciones


y obstáculos.
Como la revista Investigación y ciencia circula entre académicos, profesiona-
les y estudiosos, especı́ficamente de las ciencias naturales, y no todos sus lectores
manejan las matemáticas o la biologı́a o la fı́sica, etc., los artı́culos que allı́ aparecen
no son muy técnicos, esto no significa que quienes los escriben sean simples divul-
gadores, de hecho son todos expertos en el tema y saben perfectamente quiénes son
sus lectores. La profesora Tobies, por ejemplo, es historiadora de la matemática
y entiende y muy bien quiénes son los lectores potenciales de su artı́culo; por ello
sus referencias a las matemáticas están hechas donde se necesitan y, en general, a
un nivel elemental.
Los lectores de Investigación y ciencia necesitan manejar sus imaginarios sobre
las disciplinas que desconocen, de la manera más amable posible y aspiran a tener
información de primera mano sobre lo que no saben pero les interesa; recurren
entonces, directa o indirectamente, a los expertos de las otras áreas para que
ellos los ilustren sobre los desarrollos en esos ámbitos ajenos; especialmente sobre
preocupaciones comunes, por ejemplo el interrogante: ¿Cómo les va a las mujeres
en el mundo académico de las matemáticas? Esta pregunta es, sin ninguna duda,
una pregunta que puede formularse de una manera general: ¿Cómo les va a las
mujeres en el mundo académico?; para ilustrar mejor el asunto traigamos a cuento
el imaginario que puede comprimirse en el siguiente grafito: “Las mujeres son seres
inferiores”. Hoy dı́a esto parece un exabrupto; sin embargo, hubo una época en la
cual ellas no podı́an ejercer una buena cantidad de oficios, solo tenı́an la libertad
de escoger un único tipo de roles, los domésticos. Aunque todo esto se ha venido
modificando, hay todavı́a personas que actúan guiadas por este imaginario. En los
años en que vivió E. Noether este imaginario era muy influyente.
Dicho sea de paso, este es un excelente ejemplo de lo que es un imaginario
y de cómo los imaginarios dominan las mentes y orientan las actitudes y las
acciones. Curiosamente, las propias mujeres ayudan a difundir este imaginario con
expresiones y exclamaciones del estilo: “cosas de mujeres”. Existen claramente
diferencias cualitativas muy importantes entre los hombres y las mujeres, una de
ellas, tal vez la que más ha contribuido a cimentar el imaginario sobre la inferi-
oridad de las damas, la constitución fı́sica: los machos humanos suelen ser más
corpulentos y por lo tanto, fı́sicamente más fuertes; piénsese en la expresión “el
sexo débil”, tan común en todos los cı́rculos humanos; estas diferencias no impli-
can que las mujeres sean inferiores en todo. La primera conquista fundamental
del sexo débil ha sido, sin duda alguna, el derecho al voto; se lo ganaron después
de una larga lucha, pues el machismo ha sido muy poderoso, todavı́a domina en
diferentes organizaciones y no da el brazo a torcer, pues el sistema regulado de los
machos es lógicamente infinito.
Convencer a los machos de que cambien sus reglas y sus actitudes no ha resul-
tado una tarea fácil, aflojamos en algunas organizaciones pero nos endurecemos
en otras; algo ası́ como si el imaginario se hubiera transformado en lo siguiente:

20
Ejemplos iniciales

“Bueno, ya ganaron el derecho al voto, ¿que más quieren?”. Imaginemos ahora la


situación de la profesora Emmy Noether en su juventud y en sus primeros años
como estudiante universitaria e investigadora: una mujer de familia judı́a en la
Alemania rumbo al dominio del nazismo. Emmy Noether, como nos lo recuer-
da Renata Tobies, nació en 1882, murió en 1935, y vivió en Alemania, desde su
nacimiento hasta 1933, ası́ que le tocó vivir el proceso que condujo a Hitler al
poder. Emmy tenı́a 18 años cuando el gobierno de Baviera aprobó un decreto
mediante el cual “se le permitı́a a las maestras asistir a clases de ciencias y hu-
manidades en las correspondientes sesiones de las facultades de filosofı́a, siempre
y cuando los profesores de las mismas no pusieran reparo alguno” [página 75 del
artı́culo en mención], pocos años después Noether ingresó a la Universidad de Er-
langen, ya con el tı́tulo de maestra, donde el número de alumnas no superaba cifras
cercanas a 15 en toda la institución y los varones, profesores incluidos, no estaban
acostumbrados a trabajar académicamente con el sexo débil.
El ejemplo de Noether es paradigmático pero eludible, aunque alguien po-
drı́a señalar que en la Alemania nazi esta discriminación resultaba perfectamente
natural. En el mismo artı́culo, sin embargo, Tobies muestra otros ejemplos de la
discriminación religiosa o de género; por ejemplo, el propio padre de Emmy, Max
Noether, matemático también, tuvo grandes dificultades para lograr una plaza en
la universidad en razón a su condición de judı́o. O el caso de Sophie Germain
quien firmaba sus cartas a los matemáticos con un seudónimo masculino. Germain
vivió entre 1776 y 1831 y, como todos sabemos, Hitler no estaba por ahı́ todavı́a.
Recuerden también que el decreto que mencionamos fue aprobado en 1900; o sea
que antes de ese año la discriminación de género estaba bien vigente y no es posible
endilgársela al nazismo.
El artı́culo feminista de Tobies, que es una muy buena invitación para todas
las mujeres, tiene una estructura que puede describirse de la siguiente forma:
1. El propósito principal es difundir un ejemplo muy bueno que muestra la
posibilidad real, para una mujer, de alcanzar el éxito en el mundo académico
de las matemáticas; a pesar de todos los obstáculos naturales o artificiales
que puedan presentárseles.
2. Para alcanzar este objetivo la autora muestra varias cosas:
I. Emmy Noether hizo la carrera completa como investigadora: asistió a
la universidad, se vinculó a varios grupos de investigación, elaboró una
tesis de doctorado, organizó su propio programa de investigaciones,
publicó sus resultados en revistas de muy buen nivel académico, varios
matemáticos importantes hicieron su trabajo de doctorado con ella, se
ganó el reconocimiento de sus pares, etc.
II. Por su condición de mujer y de judı́a se enfrentó con grandes dificultades
artificiales. Por ejemplo, tuvo que trabajar varios años sin plaza propia,
en razón a las disposiciones legales vigentes, inspiradas en la segregación
de las mujeres. Y en el imaginario “las mujeres son inferiores”.

21
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

III. Una lista muy completa de mujeres matemáticas desde Hypatia hasta
Emmy Noether.

3. Se incluye en el artı́culo información suficiente para seguir paso a paso la


carrera de Emmy Noether y las grandes dificultades que tuvo que superar.
Tobies permite que el lector se apropie de datos acerca de Emmy Noether
sobre: su familia, sus profesores, sus temas de investigación, sus colegas, el
ambiente de la Alemania de la época, su viaje a los Estados Unidos, su
trabajo en este paı́s, sus alumnos, etc.

4. En defensa de su tesis principal, Tobies muestra, cómo se forma un matemá-


tico, en este caso una matemática, y cuales son las claves de dicho proceso.

Sin dejar de mencionar hechos tan importantes como la influencia del ambien-
te familiar y otros como la tenacidad y la persistencia de Emmy Noether, nos
atrevemos a señalar los siguientes como los más fundamentales:

I. Vinculación a uno o más grupos de investigación. Noether estableció rela-


ciones muy estrechas con el grupo de Erlangen, dirigido por Felix Klein, y el
grupo de Gotinga, liderado por David Hilbert.

II. Interacción permanente con pares académicos. Pongamos por caso, una de las
creaciones más importantes de Noether la realizó en colaboración con Emil
Artin y en diálogo permanente con Hilbert, Klein, Hermann Weyl y otros de
los miembros de los cı́rculos de Erlangen y Gotinga. En esta interacción se
organizaron los fundamentos del álgebra moderna.

III. Publicación y divulgación de resultados. Solo dos ejemplos: Noether presentó


un trabajo en el congreso matemático de Bolonia en 1930 y otro en el congreso
de Zurich de 1932.

IV. Dirección de grupos de investigación y orientación en el proceso de forma-


ción de otros matemáticos. Olga Taussky, por ejemplo, notable matemática
germano-norteamericana perteneció al cı́rculo de Noether en Estados Unidos.

Como puede inferirse de este primer artı́culo, los documentos divulgativos trans-
miten información y también mensajes explı́citos o implı́citos, dependiendo de
quienes elaboran el texto; pero, sobre todo, enseñan. Tobies, como ya lo señala-
mos, tiene intenciones muy claras relacionadas con sus motivaciones teóricas y, por
supuesto, con sus imaginarios y creencias. ¿Cuáles son las enseñanzas? Muchas,
pero vale la pena insistir en las más importantes:

1. Algunos imaginarios producen daño a ciertas personas, no son amables con


ellas, como el que puede resumirse en el grafito: “Las mujeres y los judı́os son
seres inferiores”, el cual es tremendamente agresivo con las mujeres y con los
judı́os y muy especialmente con las mujeres judı́as. Este imaginario, implı́cita

22
Ejemplos iniciales

o explı́citamente, dominó las mentes de muchos ciudadanos alemanes durante


varios años, académicos incluidos, y fue uno de los soportes del nazismo.
Este tipo de imaginarios, especialmente cuando no son explı́citos, organiza-
dos alrededor del irrespeto, debemos combatirlos y aniquilarlos utilizando
diferentes mecanismos; por ejemplo, argumentando o acuñando chistes para
desprestigiarlos.
Un obstáculo como el que se genera a partir de un imaginario del estilo de
nuestro ejemplo es completamente artificial; puede y conviene eliminarse;
surge naturalmente gracias al poder de la imaginación, pero daña, perjudica
y no es respaldable desde ninguna teorı́a. Ha habido intentos, por parte de
algunos académicos, de justificar teóricamente las propuestas de inferioridad
de algunos grupos humanos; pero ninguno de ellos ha resistido la crı́tica de
los pares, han sido aniquilados por los argumentos, los hechos y los datos;
han sido aniquilados por la violencia simbólica.
2. Este hecho histórico debe servirnos como una gran lección en otros sentidos:
I. ¿Qué significa ser un matemático? Obviamente no es cuestión de poseer
un diploma. Emmy Noether lo consiguió; pero su calidad de matemática
se relaciona con su exitosa carrera y no por los tı́tulos que le otorgaron.
Tal pregunta tiene una importancia fundamental; si se investiga en his-
toria de las matemáticas interesa la información sobre los tı́tulos; pero
es mucho más atractivo y posiblemente más útil conocer sobre las obras,
es decir, sobre los resultados de las investigaciones adelantadas por los
matemáticos; alguien que haya tenido el tı́tulo de matemático o de doc-
tor en matemáticas o de historiador de matemáticas y no haya realizado
investigación no llama la atención, no amerita que se le dedique tiempo,
es apenas un dato, incluso un mero número, por ejemplo, el graduado
número x.
¿Por qué alguien investiga sobre la vida y la obra de Emmy Noether?
No propiamente porque sufrió como mujer y judı́a o se graduó como
doctora, más bien porque hizo aportes importantes al desarrollo del
conocimiento matemático, de hecho varios teoremas o estructuras lle-
van el nombre de Emmy Nother; incluso la situación puede verse en for-
ma mucho más dramática: Max Noether, padre de Emmy, fue también
matemático, pero en el mundo académico de las matemáticas Noether
hace referencia más frecuentemente a Emmy y no a Max.
II. El artı́culo de Renata Tobies es una invitación a participar en un proyec-
to gigantesco y de mucho interés, el papel de las mujeres en el mundo
académico de las matemáticas en general, y en particular en Colombia.
¿Han sufrido discriminación las mujeres en nuestro paı́s, en el mundo
académico?. La primera mujer que estudio matemáticas en Colombia,
hoy junio de 2007, todavı́a está viva, vale la pena averiguar directa-
mente con ella cómo le ha ido.

23
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

De todas las mujeres que se han graduado en matemáticas en Colombia,


¿cuáles han alcanzado el éxito?

Miren ustedes todo lo que hemos podido aprender de un documento historiográfico;


es decir, de un documento elaborado por una historiadora.

2.2. Un trabajo histórico-filosófico


La filosofı́a de las matemáticas es otra disciplina del mundo académico de la
matemática, pertenece también a la metamatemática, y es anfibia, surge del en-
cuentro de la filosofı́a con la matemática, tiene muchos adeptos y por supuesto ha
evolucionado con el tiempo y es otro oficio legal y conveniente. La actividad filosófi-
ca está mucho más ligada a la historia que la actividad matemática; por ejemplo,
las filosofı́as platónica y aristotélica mantienen su vigencia en la forma en que es-
tos antiguos filósofos la formularon. Algo similar puede afirmarse de casi todos los
grandes filósofos, esto no ocurre con los antiguos matemáticos; muy pocos exper-
tos estudian con detenimiento la obra de Euclides, lo hacen fundamentalmente los
historiadores y los expertos en matemáticas elementales.
Obviamente existen excepciones muy valiosas, como el caso de Bepo Levi [LB]
quien escribió un pequeño libro cuyo nombre es bastante sugestivo: Leyendo a
Euclides, o más recientemente el ejemplo de Robin Hartshorne, con su artı́culo
Enseñando geometrı́a siguiendo a Euclides. Los mejores casos excepcionales, co-
mo lo veremos en el último capı́tulo, corresponden a aquellos matemáticos cuya
especialidad son las matemáticas elementales.
Javier de Lorenzo es un anfibio que respira bastante bien los aires de la ma-
temática, la filosofı́a y la historia; estuvo visitando a Colombia hace algunos años
y ha escrito varios artı́culos y libros en los cuales plantea ideas muy interesantes
y atractivas, por ejemplo el que publicó en Tecnos en 1997 y cuyo tı́tulo es La
matemática y el problema de su historia [dLJ].
¿Es la historia de la matemática un problema?

¿Cuál es el sentido de la anterior pregunta?


De Lorenzo, en este interesante libro, plantea varios argumentos para sus-
tentar una tesis fundamental: el carácter eminentemente histórico del trabajo
matemático. Hay aquı́ una serie de problemas porque esta no es una tesis uni-
versalmente aceptada. De hecho, ciertos matemáticos trabajan con información
reciente, en especial algunos de los más jóvenes, y son “extraños” a lo que hicieron
otros matemáticos muchos años antes, incluso dentro de la misma especialidad.
Muchas investigaciones en teorı́a de categorı́as hoy, no necesitan remitirse a la
obra pionera de Eilenberg y MacLane, con solo nombrarla es suficiente; aparente-
mente, trabajar en esta teorı́a no serı́a una actividad histórica.
Un ejemplo interesante en el caso colombiano es el de la lógica matemática; al-
gunos de los investigadores jóvenes no recuerdan a Carlo Federicci Casa; no saben

24
Ejemplos iniciales

que Federicci fue el primero en enseñar este tema en nuestro paı́s; fue Federicci
quien tuvo la inmensa responsabilidad de abrirle espacio a esta especialidad; espa-
cio que encontraron abonado los expertos posteriores. Esta labor no fue nada fácil,
pues tuvo que superar las burlas de algunos de sus colegas. Estas burlas ya no son
frecuentes aunque todavı́a existen. Como la que hacia en la decada de 1980 un
colega del mundo del análisis matemático, quien cada vez que llegaba a la sala de
profesores en su departamento de matemáticas exclamaba: “¿Quieren saber qué es
la lógica? Pongan cuidado, si p entonces q y si no q entonces paqué?”
Los expertos de hoy no tuvieron necesidad de invertir su precioso tiempo,
como le tocó a Feredicci, convenciendo a los matemáticos de la importancia de
esta disciplina, ni les tocó soportar la mofa de algunos colegas.
Sin embargo, como lo señala bastante bien De Lorenzo, las grandes transfor-
maciones o rupturas no se producen todo el tiempo y por ello no todos las experi-
mentan o participan en ellas. De hecho, después de una gran ruptura se produce
un largo periodo de calma y quienes realizan investigación en esos momentos de
tranquilidad no perciben las modificaciones que llegaron a ser bien profundas, ni
que sus estudios existen gracias a estas grandes transformaciones. En Colombia la
introducción de los estudios de lógica matemática constituyó, una ruptura funda-
mental, gracias a la cual hoy dı́a el grupo de investigadores en esta disciplina es
uno de los más activos e influyentes.
La transformación que se produjo en la antigua Grecia con el descubrimiento
de la inconmensurabilidad es muy conocida; también lo es aquella que acompañó el
surgimiento de las geometrı́as no euclidianas; incluso la gran revolución cantoriana
goza de una popularidad apreciable. ¿Y después qué?
Viene entonces el asunto fundamental:

¿Qué caracteriza una ruptura en el mundo de las matemáticas?


Si se pudieran formular, sin ambigüedades, las caracterı́sticas fundamentales de
una transformación cualitativa se tendrı́a, entonces, una manera de averiguar si ha
habido o no cambios sustanciales recientemente. Tendrı́amos también elementos
de juicio para orientar tales transformaciones evitando la violencia fı́sica.
Como se mencionó antes, Thomas Kuhn planteó unas ideas básicas a este
respecto. Sin embargo, según lo aclara De Lorenzo en el prefacio del libro que
comentamos, en la época en la cual tuvo la “visión” sobre las rupturas en el mundo
de las matemáticas, inspirado por las lecturas que hizo de Pascal y Descartes,
Kuhn todavı́a no habı́a escrito sus primeros trabajos. De hecho, De Lorenzo solo
conoció el texto de Kuhn sobre las revoluciones cientı́ficas en 1973 y la idea de los
cambios cualitativos ya se le habı́a ocurrido a De Lorenzo en 1965. En realidad
existen varios antecedentes en relación con este tema, el propio Kuhn menciona
algunos y De Lorenzo nombra a Pascal y a Descartes. A pesar de tan venerable
tradición, es necesario insistir una y otra vez, pues los imaginarios se mantienen,
como aquel según el cual Aristóteles creó toda la lógica y desde entonces no ha
habido ningún cambio fundamental. Otro autor sobresaliente, en relación con este

25
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

tema de los cambios de paradigmas, es Gastón Bachelard, quien acuñó la expresión


obstáculo epistemológico para referirse a los imaginarios que circulan en las mentes
de algunos cientı́ficos o en las obras de estos, y que se oponen al desarrollo de la
ciencia, es decir a sus transformaciones.
Sea como fuere, el libro de De Lorenzo argumenta y presenta ejemplos, defen-
diendo su tesis de historicidad, que nosotros acogimos ya como uno de nuestros
principios. El apéndice del libro que estamos mencionando no es el centro de este
trabajo, pero sı́ un excelente ejemplo. En esta parte, De Lorenzo formula las dos
caracterı́sticas básicas de la ruptura cantoriana:

1. Admitir la existencia de multiplicidades y agregados, sistemas,


dominios o conjuntos como totalidades con infinitos elementos no
ya en posibilidad, sino en acto. Conjuntos caracterizados mediante
un concepto o propiedad y que pueden, a su vez, ser considerados
como nuevos objetos para comparación y operaciones.
2. Admitir la posibilidad de razonamientos globales sobre tales mul-
tiplicidades, razonamientos no constructivos sino existenciales.
Instrumento central, aplicación biyectiva, condicionada por la ad-
misión de la totalidad y que condiciona, a su vez, las interpreta-
ciones que puedan obtenerse en este nuevo hacer globalizador.”

Un poco más adelante, De Lorenzo agrega:

Se ha indicado que Cantor es el creador de la teorı́a intuitiva de con-


juntos y, por ello, creador de un nuevo tipo de hacer matemático en
una de las rupturas epistemológicas del hacer matemático en los en-
tornos de 1875. A la vez, se han indicado algunas de las motivaciones:
la central, hallar la razón.

Cantor invierte las creencias adoptadas, admitiendo como premisa el


infinito actual, demostrando la existencia de varios tipos de infinitos,
admitiendo como hipótesis a demostrar la proposición contraria a la
sostenida por el “sentido común”.

¿Qué ha sucedido, entonces, con la ruptura cantoriana?


Muchas cosas, pero una fundamental: la creación de una nueva teorı́a, la ini-
ciación de un nuevo paradigma. Siguiendo nuestros principios diremos que apare-
cieron nuevos sistemas regulados; aparecieron entonces nuevas entidades, nuevos
sı́mbolos, nuevas reglas, nuevos métodos, nuevas organizaciones y, por supuesto,
nuevos problemas; se produjo un verdadero cambio cualitativo. Pero no es una
teorı́a cualquiera, es una con impacto en todas las teorı́as matemáticas; se produjo
un cambio fundamental en todo el mundo académico de las matemáticas.
Cualquiera puede construir una nueva teorı́a; consideremos, a manera de ejem-
plo, la siguiente teorı́a, que llamaremos teorı́a de clubes:

26
Ejemplos iniciales

Un club es una estructura en la cual se tiene un dominio X, una operación


1-aria f y dos elementos a, b de X tales que existen un y y un x, elementos de X,
para los cuales:
f(f(x)) = a y f(f(f(x))) = f(b).
Nadie puede rechazar esta propuesta como una verdadera teorı́a; incluso se puede
hablar de homomorfismos entre clubes, subclubes de un club, producto cartesiano
entre clubes, etc. Hay otra cosa indudable, esta teorı́a tiene una cara más bien
anodina, ningún matemático la tomarı́a como su objeto de estudio, no tiene ningún
impacto interesante, no genera ningún tipo de ruptura epistemológica, ni siquiera
es una curiosidad.
La revolución cantoriana es, entonces, la de la creación de una teorı́a cuyo
impacto académico aún no termina.
¿Tiene las mismas caracterı́sticas la revolución generada por la creación de las
geometrı́as no euclidianas?
Al parecer sı́.
Bueno, en eso consiste la investigación de De Lorenzo, motivo del libro que
estamos presentando como un bonito ejemplo de documento histórico-filosófico
sobre las matemáticas: se formula allı́ una caracterización de las revoluciones en
matemáticas y se argumenta para sustentarla.

2.3. Historia de la historia


Ya hemos mencionado la autorreferencia como otra de las caracterı́sticas de
nuestra disciplina: pueden adelantarse investigaciones históricas sobre la historia
de las matemáticas. Por ejemplo, podrı́amos preguntamos sobre el papel de las
mujeres en el mundo académico de la historia de las matemáticas. ¿Es también
dominado por los varones? hay historiadoras de mucho prestigio; por ejemplo,
Constance Reid conocida por sus excelentes biografı́as; una de ellas, sobre David
Hilbert, ha tenido bastante influencia positiva. Un buen indicador es el siguiente: en
la Enciclopedia sobre la historia y la filosofı́a de las ciencias matemáticas, editada
por Ivor Grattan Guines [GGI], de los 174 artı́culos que allı́ aparecen, solo figuran
como autoras los nombres de Karine Chemla, Helena Pycior, Sonia Brentyes, Joan
Richards, Elizabeth Garber, Crista Binder, Karen Hunger Parshall y posiblemente
otras dos o tres cuyos nombres son desconocidos para mı́. El panorama es bien de-
solador y no me parece que pueda afirmarse, de ninguna manera, que los editores
discriminen a las mujeres, deben existir otras razones. ¿Cuáles?
Dejemos estas inquietudes para otro momento y continuemos con el asunto
planteado sobre la autorreferencia: ¿Cómo se forma un investigador en historia de
la matemática? Hoy dı́a existen varios programas doctorales en varias universi-
dades; sin embargo, hace unos pocos años, 50 aproximadamente, no existı́an estas
opciones. En Colombia, solo es posible adelantar estudios formales en historia
de la matemática en la Universidad del Valle, gracias a la infatigable labor del

27
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

profesor Luis Carlos Arboleda y de otros colegas extranjeros que han apoyado este
proyecto, entre ellos, los profesores Carlos Álvarez Jiménez, Marco Panza y Vicent
Jullien. En este proyecto de Cali colabora el profesor Cornelio Recalde, quien fue el
primero en obtener el tı́tulo de doctor en historia de la matemática en una univer-
sidad colombiana: la Universidad del Valle; en realidad su tı́tulo es de doctorado
en Educación Matemática con especialidad en Historia de la Matemática.
Y a propósito de discriminaciones este programa de historia no pertenece al
departamento de matemáticas, hubo necesidad de organizarlo en otra dependencia,
incluso camuflar el programa dentro de otro, pues para algunos matemáticos los
estudios históricos no son relevantes o no son dignos de consideración. Mucho
menos de apoyo. El imaginario que manejan algunos matemáticos les bloquea la
mente y no aceptan otras posibilidades, tienen actitudes negativas frente a las
disciplinas metamatemáticas.
Estas pequeñas reflexiones no son sino palabras de motivación para arrancar
con la historia de la historia de las matemáticas en Colombia. A nivel mundial este
campo ya cuenta con desarrollos muy importantes, un ejemplo será suficiente.
En el volumen 21 (1994) de la revista Historia matemática, David Rowe es-
cribió un artı́culo cuyo tı́tulo es Dirk Jan Struik y sus contribuciones a la historia
de las matemáticas. Este es un ejemplo tı́pico de un documento historiográfico
sobre la historiografı́a. En la misma entrega de la revista dedicada en homenaje a
Struik aparecen otras notas pertinentes, una de las cuales es el testimonio de una
de sus estudiantes en el instututo tecnológico de Massachesetts y otra cuyo tema
es el socialismo en matemáticas; aparece también una nota del propio Struik en
relación con uno de sus viajes por Europa.
Muchas cosas se aprenden leyendo este número de historia matemática. Algunas
de ellas son las siguientes:

1. La formación inicial de Struik fue como matemático. Estudio geometrı́a,


análisis, fı́sica y por supuesto hizo la carrera completa, hasta el doctorado
en la Universidad de Leiden donde se graduó en 1922.
2. En sus investigaciones matemáticas trabajó al lado de autoridades mundiales
como J. A. Schouten (cálculo tensorial), H.A. Lorenz (fı́sica teórica), Paul
Ehrenfest (fı́sica teórica) y otros.
3. En el cı́rculo de estudio Christiaan Huygens, al cual asistı́a Paul Ehrenfest y
en el cual conoció a estudiosos de la historia y de la polı́tica, Struik fortale-
ció su interés en el marxismo y en las relaciones de la ciencia con la sociedad.
A partir de aquellos años este interés se agrandó mucho más a medida que
avanzaban sus investigaciones. Vale la pena anotar cómo los académicos or-
ganizan actividades como los cı́rculos, con el propósito de interactuar unos
con otros.
4. En noviembre de 1923, un año después de terminar su tesis doctoral,
Struik publicó su primer trabajo historiográfico: La evolución de la geometrı́a

28
Ejemplos iniciales

diferencial. Este trabajo, motivado por sus puntos de vista marxistas, fue el
escrito que acompañó su charla inaugural como profesor en la Universidad de
Utrecht, donde se vinculó como Privaat Docent. Es la consecuencia natural
de una anfibiosis poco frecuente en nuestro medio:

Matemática + Marxismo.

Según Rowe, Struik decidió dedicarse a la historia durante un viaje a Italia,


donde tuvo la ocasión de conocer e interactuar con matemáticos de primera
lı́nea, como Tulio Levi-Civita, Federico Enriques, Guido Castelnovo, Vito
Volterra, Luigi Bianchi y otros. En esos meses, Federico Enriques estaba
preparando una edición de los elementos de Euclides e invitó a Ruth Struik,
esposa de Dirk, para que hiciera un comentario del libro X. Es muy probable
que Dirk se involucrara en este trabajo y al hacerlo recibiera suficientes
estı́mulos de Enriques, quien como es bien sabido, tenı́a grandes intereses en
los estudios metamatemáticos (historia, filosofı́a y educación).
En Italia, Struik conoció dos especialistas en historia de la matemática:
Ettore Bertolotti y Giovanni Vacca, este último un experto en matemáti-
cas de la antigua y moderna China.

5. La primera investigación seria en historia de la matemática la emprendió Dirk


Struik con el auspicio de la fundación Rockefeller y se orientó en la dirección
de examinar la obra matemática de Paul van Middelburg. Con el mismo
soporte de la fundación Rockefeller, Struik realizó una estadı́a en Gotinga
para trabajar, al lado de Otto Neugebauer y Richard Courant, en la edición
de las obras de Felix Klein.
Esta estadı́a significó mucho para Struik pues no solamente pudo asistir
al seminario de Hilbert, sino que además, encontró en la biblioteca obras
originales de Michael Stiffel, Simon Stevin y otros. Esto le permitió preparar
una edición de las obras de Stevin y el libro Source Book in Mathematics.

6. En noviembre de 1926, los Struik viajaron a Nueva York y luego a Boston,


donde Struik consiguió vincularse al instututo tecnológico de Massachesetts
como geómetra. Varias de sus investigaciones en el instututo tecnológico de
Massachesetts las realizó con Norbert Wiener pero nunca dejó de trabajar
con J.A. Shouten. En 1933 apareció el libro en el cual se presentan los re-
sultados de sus investigaciones históricas más fundamentales: Outline of a
History of Differenctial Geometry.
De acuerdo con Rowe, en 1930 comienza el interés más serio de Struik en
el punto de vista marxista para la historia. En 1936 Struik entra a partici-
par en la publicación del periódico marxista Science & Society, donde muy
pronto apareció un artı́culo suyo titulado On the Sociology of Mathematics.
En estos años delimita su programa de investigación en oposición al enfoque

29
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

dominante que se centraba exclusivamente en los problemas de las teorı́as


matemáticas, en las ideas que conducen a las soluciones de estos problemas
y al descubrimiento de nuevos problemas o teorı́as.
En estos años Struik inició sus argumentos a favor de una comprensión de
la matemática como disciplina abstracta que emerge gradualmente de las
actividades humanas concretas en el mundo fı́sico y real.
En 1934 recibe la ciudadanı́a estadounidence y a partir de este momento
inicia su participación como activista polı́tico. En 1949, todavı́a en la era
del macartismo, Struik fue clasificado por el F.B.I. como “subversivo”. A
pesar del respaldo que recibió de toda la comunidad académica, el proceso
que le siguieron a Struik culminó en la suspensión, aunque con salario, en
1951. Struik retornó a sus clases en 1955, pero nunca abandonó sus investi-
gaciones y sus actividades polı́ticas. He aquı́ otro ejemplo de discriminación
y dogmatismo y de otra anfibiosis posible:

Polı́tica + Ciencia.

7. En otro artı́culo de la revista en mención el profesor Henk J. M. Bos resume


las ideas básicas de Struik en la siguiente forma: Tres son los grandes temas
de las investigaciones históricas de Struik:

a) La matemática no vive y no debe vivir en una torre de marfil.


b) La historia de la matemática se escribe para los matemáticos del presente.
c) La historia de la matemática refleja el desarrollo más alto y más amplio
de la humanidad.

Al comprimir estas tres ideas en una sola y al adaptarlas, podemos asumir


un nuevo principio.

2.4. (P7) Principio de Struik o de la


dignificación de la especie humana
(P7) En los procesos de construcción de sus conocimientos, los ma-
temáticos y sus organizaciones interactúan entre ellos y con
otras personas y organizaciones, y los historiadores deben
contribuir con sus investigaciones al esclarecimiento de la
naturaleza de estas interacciones y a reflejar y mostrar cómo
la humanidad alcanza sus más altos desarrollos, iluminan-
do en esta forma el trabajo de los académicos y muy parti-
cularmente el de los matemáticos, y dignificando la especia
humana.

30
Ejemplos iniciales

Seguramente Struik se refiere al conocimiento matemático cuando habla de “altos


desarrollos”; sin embargo, deberı́amos interpretar tan magnı́fica expresión como re-
firiéndose a los desarrollos que pueden alcanzarse mediante la actividad académica
en general.
Los académicos o, mejor aún, el oficio académico no propician guerras fratri-
cidas; sus guerras simbólicas pueden llegar a perjudicar algunos individuos, pero
difı́cilmente a dominarlos fı́sicamente o a dañarlos fı́sicamente. Este punto es alta-
mente polémico pues, como todos sabemos, quienes crearon la bomba atómica que
acabó con una buena parte del pueblo japonés fueron académicos. Sin embargo,
estamos hablando aquı́ de principios, es decir, de lo que deberı́a ser. Infortunada-
mente, el deber ser está todavı́a muy distante; pero no debemos claudicar, no
debemos perder la esperanza, debemos ser tan optimistas como E. Bloch.
Lo que Struik quiere decirnos, muy probablemente, es que la violencia fı́sica no
surge naturalmente del ámbito académico, todo lo contrario, los valores académi-
cos invitan a otro tipo de cosas como la honestidad, la justicia, el altruismo, la
calidad en el trabajo, el rigor, etc. Y lo que el historiador debe procurar es que
sus investigaciones hagan explı́citos estos valores, pues de esta manera estaremos
contribuyendo a la dignificación de la especie humana.

2.4. Homenaje a grandes matemáticos


Los académicos cultivan numerosos rituales que forman parte de las regula-
ciones de sus comunidades y organizaciones; uno muy importante es el de brindar
reconocimiento a las grandes figuras de su disciplina. Hay muchas formas de re-
conocer la influencia de un gran investigador; por ejemplo, continuando las in-
vestigaciones iniciadas por estos personajes destacados; de hecho, son destacados
porque sus trabajos llaman la atención de otros estudiosos y plantean problemas
interesantes.
Los matemáticos, por ejemplo, han organizado un premio de mucho prestigio,
la Medalla Field, que se entrega cada cuatro años en el respectivo Congreso Inter-
nacional de Matemáticas, y quienes ganan este homenaje son tan importantes en
el mundo de las matemáticas como lo son los ganadores del Premio Nobel en el
ámbito de la fı́sica o de la literatura.
Sin embargo, excelentes matemáticos no han sido ganadores de la Medalla
Field. La razón es que una regla para este premio tiene que ver con la edad: hay
un lı́mite; y ası́ no todos pueden participar.
Existen, entonces, otras modalidades para dejar constancia de reconocimiento;
ya hemos mencionado los festivales académicos, como el que se organizó en Bo-
gotá para homenajear a Jairo Charris Castañeda. Otra modalidad muy utilizada
consiste en dedicar un número especial de una de las revistas más prestigiosas
del ramo a publicar estudios especiales sobre un determinado colega. Pongamos
por caso el Journal of Pure and Applied Algebra, que ha dedicado varios de sus

31
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

números a algunos de los investigadores más influyentes en estas especialidades;


por ejemplo a Peter Freyd, Michael Barr, Bill Lawvere, etc.
The Journal of Symbolic Logic dedicó dos números, el número 1 en el volumen
51 de 1986, y el otro el número 1 del volumen 53, de marzo de 1988, al lógico y
matemático Alfred Tarski.
Publicar en esta revista es ya una forma de reconocimiento al trabajo de un
lógico; sin embargo, algunos lógicos sobresalen más que otros, tal es el caso de
Alfred Tarski; por ello el Comité Editorial decidió hacerle el homenaje que se
merecı́a, con estas dos entregas especiales.
Es grande en verdad la influencia de Tarski; una mirada rápida a la página
de este matemático en http://www.genealogy.math.ndsu.nodak.edu , nos muestra
algunos de quienes fueron sus alumnos y colaboradores; figuran allı́ nombres tan
influyentes como Solomon Feferman, Haim Gaifman, Leonard Gillman, Haragau-
ri Gupta, William Hanf, Bjarni Jonson, H. Jerome Keisler, Richard Montagne,
Andrezj Mostowski, Don Pigozzi, Julia Robinson, Robert Vaught y muchos otros.
Tarski ha sido uno de los representantes más conocidos de la poderosa escuela de
lógica de Polonia, fundada por los no menos famosos Jan Lukasiewicz, Stanislav
Lesniewski, Tadeus Kotarbinski y otros, alrededor de los años de 1915, cuando la
Universidad de Varsovia reinició actividades.
Tarski fue asistente de Lukasiewicz, y en 1921, a la edad de 19 años, publicó su
primer artı́culo. Tarski adquirió renombre mundial, muy joven todavı́a, gracias a
algunos de sus primeros trabajos: uno conjunto con Stephen Banach, que originó el
nombre de La paradoja de Banach-Tarski, y un artı́culo de 1933 titulado El con-
cepto de verdad en los lenguajes formalizados.

En la página http://www.history.mcs.st.andrews.ac.uk/mathematicians/tarski-
.html , se dice en relación con este último artı́culo, lo siguiente:
. . . que es uno de los artı́culos más importantes de la lógica matemática
de todos los tiempos. . .
Este artı́culo no solamente ofrece una articulación rigurosa de varias de
las ideas desarrolladas previamente en la lógica matemática, sino que
además, ofrece los fundamentos para la lógica de los años siguientes.
Tarski revolucionó el mundo de la lógica, sus estudios dieron origen a nuevas
teorı́as, nuevos métodos, nuevas formas de mirar los temas de la lógica y de la
teorı́a de conjuntos; la teorı́a de modelos se desarrolló y fortaleció gracias a sus
propuestas y sus investigaciones.
Los seis artı́culos del número 1, Vol. 35, del Journal of Symbolic Logic, muestran
claramente la influencia de Alfred Tarski; el solo hecho de nombrarlos nos ofrece
una buena intuición sobre el valor de Tarski:
1. El trabajo de Alfred Tarski en la teorı́a de conjuntos. Azriel Levi.
2. La teorı́a de eliminación de Tarski para los cuerpos real cerrados. Lou van

32
Ejemplos iniciales

den Dries.

3. Alfred Tarski y las teorı́as decidibles. John Doner y Wilfrid Hodges.

4. El trabajo de Alfred Tarski sobre metamatemática general. W.J. Bloch y


Don Pigozzi.

5. Sobre las ideas de Tarski acerca de la verdad y de la consecuencia lógica.


John Etchemendy.

6. Implicaciones filosóficas del trabajo de Alfred Tarski. Patrick Suppes.

Cada uno de estos artı́culos ilustra muy bien la importancia de Tarski, y cualquiera
de ellos podrı́a ser utilizado como ejemplo.

Mencionaremos solamente el artı́culo de Bloch y Pigozzi porque queremos darle


una nueva connotación a la palabra Metamatemática. Como es bien conocido, fue
Hilbert quien utilizo, para uno de sus grandes proyectos, esta palabra, refiriéndose
con ella al estudio matemático de los lenguajes formales.
En el sentido de Tarski, “las (teorı́as) deductivas son las unidades orgánicas que
constituyen el tema de las investigaciones metamatemáticas”. Este uso se genera-
lizó, especialmente en la escuela polaca, donde alcanzaron resultados importantes
y muy interesantes en tres grandes aspectos:

I. Axiomatizabilidad de teorı́as,

II. Independencia de los axiomas, y

III. Consistencia y completitud de un sistema de axiomas.

Desde el punto de vista de Tarski, el programa de esta disciplina matemática


serı́a el siguiente:

[Para cada disciplina deductiva concreta] los conceptos de sentencia y


consecuencia deben ser los primeros a definir. A continuación, se toma
como punto de partida un conjunto X de sentencias en el cual estamos
interesados. Se adelantan investigaciones sobre este conjunto desde el
punto de vista de la consistencia y de la axiomatizabilidad; se trata de
determinar el grado de completitud, y posiblemente especificar todas
las teorı́as, en particular todas las teorı́as completas y consistentes, que
incluyen a X como subconjunto.

Este párrafo describen lo que hoy conocemos como teorı́a de modelos.


Todas estas investigaciones fueron dando origen a nuevas disciplinas como la
lógica algebraica, la teorı́a de la demostración, la teorı́a de modelos, el algebra
universal, etc. De manera que la inicialmente llamada metamatemática es más
bien, ahora, una disciplina muy cercana a la filosofı́a.

33
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Lo útil en este punto es que la palabra metamatemática ha quedado un poco


libre y podemos darle una interpretación nueva, refiriéndonos con ella a todas aque-
llas actividades investigativas que toman como objeto de estudio algunos aspectos
de la comunidad matemática y que forman parte, ellas mismas, del mundo académi-
co de las matemáticas. Por ejemplo, la sociologı́a de las matemáticas propuesta
por Dirk Jan Struik o la filosofı́a de las matemáticas que fue cultivada, también,
por Alfred Tarski, como muy bien lo explica Patrick Suppes. En los estudios meta-
matemáticos estarı́an incluidos también la educación matemática y la sicologı́a de
la creación matemática a la manera de los escritos de Jacques Hadamard y Henri
Poincaré al respecto.

34
CAPÍTULO 3

Documentos tipo memorias

El género biográfico es muy importante en el mundo académico de la historia,


incluso es el preferido del gran público. También existen las autobiografı́as; sin em-
bargo, estas últimas forman parte, más bien, de lo que suele llamarse documentos
históricos y aunque estos no son escritos, en general, por historiadores profesio-
nales, dejan importantes testimonios que pueden ser corroborados o desmentidos
por los expertos o los especialistas.
Hay numerosos ejemplos de documentos autobiográficos, pongamos por caso los
famosos diarios, que facilitan mucho el trabajo de los investigadores. Quien escribe
un diario tiene motivaciones especı́ficas para hacerlo y los propósitos varı́an de un
escritor a otro; sin embargo, todos dejan testimonios que ayudan a establecer
hechos históricos, aunque algunas veces también los oscurecen.
La elaboración de un diario no es muy exigente, es cuestión de sacar el tiempo
necesario para consignar, con fechas, las impresiones personales sobre las vivencias
en diferentes dı́as de la vida de quien lo escribe. Una autobiografı́a demanda un
poco más de dedicación, pues es necesario corroborar, por lo menos, la información
que poco a poco va consignándose en el escrito. Otro tipo de documento histórico-
biográfico son las memorias, las cuales tienen cara de un diario y también de una
autobiografı́a; son documentos de naturaleza intermedia; no son biografı́as porque
no se pretende abarcar toda la vida de uno o más personajes y tampoco son diarios
pues van más allá de una simple descripción de hechos. Una memoria incluso puede
centrarse en un episodio especı́fico en el cual el autor intervino.

35
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Algunos ejemplos ayudarán a esclarecer estas diferencias.

3.1. Unas memorias de André Weil


Weil es uno de los más importantes matemáticos del siglo XX. Nació el 6 de
mayo de 1906 y murió el 6 de agosto de 1998; fue el hermano mayor de la famosa
escritora y filósofa Simone Weil, quien obviamente es más conocida que André.
En 1991, la editorial Birkhäuser publicó, en francés, la obra que en la edición
española de 2002 por Nivola [WA], se llamó Memorias de aprendizaje. Este in-
teresante libro, como lo especifica muy bien el autor, y se recalca en el tı́tulo, no
es una autobiografı́a pues suprime muchos hechos y personajes importantes en la
vida de Weil; por ejemplo, no menciona mucho a su esposa ni a su hermana, y no
se refiere demasiado a su niñez. Como el tı́tulo lo sugiere y él mismo lo reafirma,
“Solo me propongo describir aquı́ el itinerario intelectual de un matemático. . .”.
En este itinerario intelectual pueden destacarse varias cosas importantes.

1. El escrito tiene apenas 188 páginas y está dividido en 8 partes; el ı́ndice es


el siguiente:

Prólogo 13
1. El Liceo 15
2. La calle de Ulm 33
3. Primeros viajes, primeros escritos 43
4. La India 59
5. Estrasburgo y Bourbaki 91
6. La Guerra y yo (Ballet Bufo) 121
7. Las Américas: Epilogo 171

2. Para la formación de un gran matemático, varios hechos importantes pueden


señalarse extraı́dos de estas memorias:

I. Weil aprendió a leer muy pronto, entre los cuatro y los cinco años. Su
madre en los diferentes paseos que hacı́an casi a diario, les hacı́a leer, a
él y a su hermana, todos los rótulos de las tiendas que se encontraban en
el trayecto del tranvı́a. Weil explica cómo, entonces, se convirtió en un
lector muy ávido. Su madre, muy interesada en la educación de sus dos
hijos, contrató para ellos una institutriz particular. En otras palabras,
el proceso de maduración intelectual de este importante hombre de
ciencia se inició bastante pronto.
II. Alrededor de 1914, ya en los inicios de la primera guerra mundial,
nuestro personaje, de escasos ocho años, adquirió su primer libro de
matemáticas, una geometrı́a escrita por Emil Borel -uno de los creadores
de la topologı́a y el análisis modernos. De 1914 a 1916, “en cuanto a

36
Memorias

las matemáticas, por el momento no necesitaba a nadie; me dedicaba


a ellas con pasión, hasta el punto que un dı́a que me resentı́a de una
fuerte caı́da, mi hermana, creyendo que era lo mejor para consolarme,
corrió en busca de mi libro de álgebra. Para la falta de una enseñanza
regular - a causa de la guerra - tuvieron la feliz idea de suscribirme,
desde el otoño de 1915, al “Journal de Mathematiques Elementaires”
editado por la librerı́a Vuibert. Esta revista, muy útil, publicaba esen-
cialmente problemas de todos los niveles de enseñanza secundaria a
partir de tercero, y fundamentalmente problemas de exámenes, después
daba a conocer, junto con la mejor solución recibida en la redacción, los
nombres de los autores de soluciones correctas. Me sorprendı́ al ver que
algunas de las cuestiones estaban a mi alcance. ‘!Cuál serı́a mi orgullo
cuando vi mi nombre impreso por primera vez!. Pronto apareció con
bastante regularidad y llegó un dı́a, triunfo supremo, en el que fue mi
solución la que apareció publicada en la revista. Aunque todavı́a existe
la “Revue de Mathématiques Spéciales”, o al menos se ha reanudado su
publicación, creo que no hay nada parecido al “Journal de Mathéma-
tiques Élementaries”; sin duda es una lástima”.
Los comentarios sobran. Sin embargo, digamos que Weil no quiere infor-
marnos sobre su precocidad, tan solo se interesa en enseñarnos cómo se
forma un gran matemático y cómo una mente talentosa necesita condi-
ciones que le permitan cultivar, educar y desarrollar sus capacidades.
Se produjo aquı́ una extraordinaria alianza entre unos vendedores de
libros -los que publicaban la revista- una madre fabulosa y un niño emo-
cionado con las matemáticas. Vale la pena insistir en el nombre de la
revista: Revista de matemáticas elementales, y también en el contenido;
una revista al alcance de los(as) niños(as).
III. En el mismo capı́tulo segundo, Weil nos proporciona otra enseñanza
fundamental: “Suelo decir que para un alumno muy bien dotado es
conveniente tener un buen maestro cada dos o tres años para darle
el impulso que necesita, el resto de tiempo basta con una enseñanza
más común”. Weil menciona esta recomendación a propósito de otra de
sus experiencias “tan provechosas” con un profesor. En 1916 conoció en
el Liceo Montaigne, al señor Andrand, doctor en letras y quién fue su
profesor de latı́n. La pasión de Weil por los idiomas y por la literatura
se fortaleció con esta relación anfibiótica. En el futuro el anfibio An-
dré Weil no hará más que ampliar su conocimiento en matemáticas, en
lenguas vivas y muertas, en literatura leı́da en el idioma original y en las
bellas artes. Un ejemplo más de lo importante que son las interacciones
con pares.
IV. Cuando ingresó al College de France, Weil se vinculó al seminario de
Jacques Hadamard. A propósito de esta actividad académica tan útil,
en la página 35 se comenta:

37
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

La palabra seminario se ha desvirtuado mucho en la actuali-


dad. ¿Quién no tiene el suyo?. Para escribir su historia habrı́a
que retroceder por lo menos hasta Jacobi. En Parı́s cuando era
normalien, y todavı́a mucho después, no hubo más que uno,
el de Hadamard. A principio de curso nos reunı́amos en su
domicilio, en la calle Jacques Dolent, en su biblioteca, para
el reparto de las memorias a estudiar. Se trataba, en primer
lugar, de las separatas que habı́a recibido de todas partes del
mundo o por lo menos las que le habı́an parecido merecedo-
ras de un informe. Además añadı́a tı́tulos diversos recogidos
de aquı́ y allá y aceptaba de buen grado que le propusiéramos
otros. Las más de las veces se trataba de trabajos publicados en
los dos o tres últimos años, pero no existı́a una norma fija al
respecto. En cuanto a los temas, su deseo era el de presentarnos
un panorama más extenso de las matemáticas contemporáneas;
si no lo lograba, al menos era el objetivo que se proponı́a. Para
cada uno de los tı́tulos que anunciaba, buscaba un voluntario;
a menudo exponı́a brevemente por qué tal memoria excitaba
su curiosidad. Una vez concluido el reparto, se fijaban fechas;
luego charlábamos antes de separarnos.
El seminario en sı́ tenı́a lugar una vez a la semana; más ade-
lante serı́an dos veces. Entre los colaboradores se encontraban
tanto matemáticos experimentados como principiantes. Hada-
mard se comportaba como si la finalidad principal de las ex-
posiciones fuese la de instruirle, a él, a Hadamard; era a él
a quien nos dirigı́amos y ante todo siempre que estuviese bi-
en explicado; cuando la exposición dejaba de ser charla, pedı́a
aclaraciones o a menudo las daba él mismo. Al terminar, se
reservaba el hacer un comentario, a veces en pocas palabras,
otras con toda tranquilidad. Nunca se le sentı́a consciente de
su superioridad; cualquiera que fuese el que hiciera la exposi-
ción (no utilizo el término conferencia a propósito, porque ante
Hadamard era imposible que la exposición se tornara en con-
ferencia) se sentı́a tratado como un igual; ası́ ocurrió también
en mi caso, cuando era un estudiante jovencı́simo, recién in-
gresado en L’École, fui admitido como colaborador, lo que no
fue un pequeño favor.
Los comentarios aquı́ también resultan un poco impertinentes. Sin em-
bargo, el asunto es tan fundamental que haremos un cierto esfuerzo para
añadir algunas ideas, sin dañar el fundamento del mensaje de Weil.
Uno de los imaginarios más poderosos es el que podrı́amos llamar la
“titulomanı́a”.
Tiene numerosas caras; domina muchas mentes, al punto que una cierta

38
Memorias

cantidad de personas escogen como actividad básica la de acumular tı́tu-


los. La base del imaginario consiste en creer que un tı́tulo convierte a la
persona que lo posee en un experto. Esta idea está emparejada con otra:
estudiar es asistir a clases y presentar exámenes. Ningún matemático
importante se ha educado guiado por este imaginario pues existen otras
actividades más fundamentales y de mayor impacto, como los seminar-
ios.
Hay variedad de estilos en la realización de seminarios. El de Hadamard
es un tipo especial, depende de una persona en particular, quien lo li-
dera lo organiza y, en general, le da el “tono”, este es el caso también
del seminario sobre lógica categórica que dirige el profesor Fernando
Zalamea en la Universidad Nacional sede Bogotá. Otros, como el Se-
minario de Categorı́as de Montreal, son orientados y coordinados por
varios matemáticos de varias organizaciones; el de Montreal lo coordi-
nan investigadores de las tres grandes universidades de esta cuidad. Un
seminario puede ser permanente o tener una duración determinada y,
en general, no forma parte de ningún plan de estudios ni de ninguna
programación curricular; son actividades programadas por los investi-
gadores y tienen el propósito fundamental de avanzar en el desarrollo
de las investigaciones que adelantan los participantes.
Uno de los seminarios más dinámicos en Colombia es el del grupo de
lógica que lidera el profesor Xavier Caicedo Ferrer y que ahora coordi-
nan los profesores Andrés Villaveces, Alf Onshus y Alexander Beren-
stein. Años atrás, en 1974, en la Universidad Nacional de Colombia
sede Bogotá, organicé la primera versión de este seminario, trabajan-
do inicialmente con el libro de lógica de Herbert Enderton. En aquella
época tenı́amos una idea muy vaga sobre el tema, pero después de un
año de trabajo logramos clarificar los asuntos básicos de esta disci-
plina, y cuando Xavier se vinculó, nos ayudó a seleccionar los temas
de trabajo, y poco a poco los participantes nos fuimos especializando y
concentrando en algún tema particular. Poco a poco se formó la bola
de nieve y empezó a rodar. Uno de los primeros logros de este grupo
fue la realización, con sede en la Universidad Nacional de Colombia y la
Universidad de los Andes, de uno de los encuentros latinoamericanos en
lógica matemática, al cual asistieron destacados lógicos de otros paı́ses,
entre ellos el chileno Gonzalo Reyes quien trajera por primera vez a
Colombia el tema de la lógica categórica.
Los seminarios dinamizan las actividades de los grupos de investigación,
y es allı́ donde se inicia la ruta verdadera hacia la formación de un
matemático, como lo explica tan explı́citamente André Weil. Los cursos
son importantes pero en general, no se orientan hacia la investigación
y tienen la carga de ser obligatorios.
Una de las claves del estilo de trabajo en seminario es que es completa-

39
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

mente voluntario, ningún participante en un seminario está obligado a


pertenecer a él. Paul Levy asistı́a al seminario de Hadamard por puro
placer, Weil, por supuesto, también por la misma razón; era un placer
trabajar al lado de Hadamard, como lo es estar participando en las ac-
tividades que organizan Xavier Caicedo, Andrés Villaveces, Alf Onshus,
Alexander Berenstein y Fernando Zalamea, o las que organizaba Jairo
Charris Castañeda, o las que organiza Oswaldo Lezama o cualquier otro
investigador.
En otro lugar del libro, Weil hace referencia a otro seminario, el de Max
Dehn en Frankfurt:

Matemático humanista que veı́a en la matemática un capı́tulo,


y no de los menos importantes, de la historia del pensamiento
humano. Dehn no podı́a dejar de hacer una obra original en el
estudio de la historia de las matemáticas ni de asociar a ella a
colegas y estudiantes; esta obra, o mejor dicho esta creación,
fue el seminario de historia del instituto matemático de Frank-
furt. Nada más simple en apariencia ni menos pretencioso. Se
elegı́a un texto y se leı́a el original esforzándose por seguir no
sólo el desarrollo superficial del razonamiento, sino al mismo
tiempo el empuje de las ideas subyacentes. Aquı́ me estoy ade-
lantando, porque mi primera estancia en Frankfurt fue durante
las vacaciones y el seminario estaba suspendido; no asistı́ a él
hasta más adelante, durante mis visitas a Frankfurt, que pro-
curaba multiplicar. No sé si fue en el semestre de verano de
1926 cuando el seminario trató de Cavalieri y cuando Dehn
hizo ver cómo habı́a que leer el texto situándose en la ópti-
ca del autor, teniendo en cuenta al mismo tiempo lo que era
moneda corriente en su época y las nuevas ideas de Cavalieri
intentaban mal que bien establecer. Todos participaban en el
debate y aportaban su contribución.

Acojamos esta recomendación de Dehn, subrayada por Weil, quien


también desarrolló investigaciones históricas, y elevémosla a principio
básico, complementario de los principios ya referidos.

3.2 (P8) Principio de contextualización


de Dehn

40
Memorias

(P8) Toda labor investigativa se adelanta en medio de un


contexto bien determinado, y aunque ella puede ser
interpretada desde otras perspectivas, el historiador
debe procurar que en sus propias investigaciones el
contexto de producción de la obra o actividad que se
investiga históricamente quede reflejado.
Este principio complementa muy bien el principio de Struik.

V. Todo matemático debe, como ya lo hemos señalado en este trabajo,


interactuar directa o indirectamente con los mejores expertos en su
campo. Esta es otra de las lecciones que nos ofrece André Weil en sus
memorias. Aprender significa, en un porcentaje muy alto, interactuar
con los expertos, con aquellos que están ya establecidos como investi-
gadores. Weil nos cuenta, entonces, cómo sus diferentes viajes lo llevan
de un paı́s a otro, pero más importante que todo eso, de un grupo de
expertos en matemáticas a otro.
Al igual que Struik, Weil estuvo en Italia en varias oportunidades rela-
cionándose con personajes como Francesco Severi y Vito Volterra; vi-
sitó Gotinga y Berlı́n, también en varias ocasiones. En Gotinga estuvo
trabajando con Richard Courant y por supuesto, conoció a Hilbert,
aunque en una época ya tardı́a pues este último estaba próximo a ju-
bilarse.
Un comentario curioso sobre Emmy Noether vale la pena reproducirlo:
Emmy Noether desempeñaba el papel de gallina clueca, protec-
tora llena de bondad y cacareando sin cesar en medio de un
grupo en el que se distinguı́a a Van der Waerden y a Grell. De
ser menos desordenados, sus cursos habrı́an sido muy útiles;
sin embargo, es con estos y en conversaciones con quienes la
rodeaban, donde me inicié en lo que se empezaba a llamar álge-
bra moderna y sobre todo a los ideales de los anillos de poli-
nomios.
La interacción con pares se lleva a cabo de diferentes maneras; una,
como ya lo hemos mencionado y sobre la cual insiste mucho Weil, son
los seminarios. En palabras del propio Weil, fue un seminario lo que
originó el famoso grupo Bourbaki, tan conocido en todo el mundo y
tan influyente en los años inmediatamente posteriores a su fundación.
Weil y sus compañeros de L’ Ecole Normal más cercanos fundaron un
seminario en Parı́s. Patrocinado por el famoso matemático Gastón Ju-
lia, este seminario, al parecer, se inició en 1933 y terminó en 1939, año
en el cual se convirtió en el seminario Bourbaki.
Weil no participó directamente en la fundación del grupo Bourbaki;
pero se vinculó muy temprano a él porque estaba bien convencido de

41
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

la necesidad de la interacción con pares. En aquellos años estaba vin-


culado a la Universidad de Estrasburgo, donde también se encontraba
trabajando Henri Cartan, a quien Weil apodaba “El preguntón”. Se-
mejante apodo solo se lo merece una persona que indaga sistemática y
permanentemente, actividad en la cual ambos eran bien expertos. Sus
interrogantes acerca de los temas que estaban trabajando y enseñando,
los llevaron a insistir en la necesidad de crear una especie de asociación
nacional francesa para discutir las inquietudes comunes, entre ellas las
que tienen que ver con la enseñanza.
Pronto varios matemáticos, entre ellos Weil, Cartan, Chevaley y Dieu-
donné, empezaron a reunirse en Parı́s, alrededor del seminario de Julia
y también en un restaurante del Boulevar Saint Michel.
Con el permiso del autor, que en paz descanse, y de los editores de las memorias de
aprendizaje, reproduzcamos aquı́ varias partes del relato de Weil, para ilustración
mı́a y de los lectores.
Se han acumulado toda una serie de leyendas alrededor del nombre
Bourbaki; sus colaboradores han contribuido a ello en gran medida. Ha
llegado el momento de develar estos misterios. En cuanto el proyecto
de una obra colectiva tomó cuerpo, nos pareció que no era cuestión
de alinear una larga lista de nombres en la portada. Una novatada de
L’Ecole nos vino afortunadamente a la memoria.
Cuando (Jean) Delsarte, Cartan y yo éramos normaliens, se anunció a
los alumnos de la promoción de ciencias de 1923, recién ingresados en
L’Ecole, mediante una nota con encabezamiento de la dirección, que un
profesor de nombre vagamente escandinavo darı́a tal dı́a, a tal hora,
una conferencia a la cual se recomendaba asistir. El conferenciante fue
uno de nuestros compañeros mayores Raoul Husson, gran aficionado
a las novatadas, que después hizo una carrera como estadı́stico antes
de encontrar su vocación en la fonologı́a y en el estudio cientı́fico del
canto, en los que dicen que ha realizado trabajos de cierto valor.
En 1923 se presentó ante los novatos, ataviado con una falsa barba y
hablando con acento indefinido, les hizo una exposición que ascendı́a
bruscamente, al parecer desde unas nociones básicas de teorı́a clásica
de funciones hasta las alturas más extravagantes, para terminar con
un teorema de Bourbaki; que dejó patidifuso al auditorio, ası́ es, por lo
menos como se cuenta la leyenda que añade que uno de los normaliens
presentes afirmó haberlo entendido todo de principio a fin.
Como muy bien lo explica Weil, el imaginario sobre Bourbaki, en razón a su
gran influencia, tiene muchas variantes y circula de muchas maneras, incluso hay
quienes creen que es el nombre de un matemático. Es una pena tener que ayudar
a la desintegración de este interesante imaginario copiando aquı́ el relato de Weil.

42
Memorias

Antes que nada un comentario: el imaginario sobre Bourbaki es un ejemplo de un


imaginario amable; no ofende a nadie, al contrario, tiene efectos positivos.

Nuestro compañero habı́a tomado para su teorema el nombre de un


general de resonancias napoleónicas. En la india, mi amigo Kosam-
bi, al que habı́a contado esta historia, usó este nombre en una nota
de contenido burlesco, pero de apariencia seria. Nos pusimos de in-
mediato de acuerdo para hacer de un Bourbaki el autor de una futura
obra. Todavı́a faltaba saber de qué Bourbaki se trataba; cuestión que
se planteo a finales de 1935 al decidir sentar la existencia de Bourbaki
de forma irrefutable mediante la publicación con su firma de una nota
en los Comptes Rendus [actas] de la academia de ciencias; para esto,
Bourbaki necesitaba un nombre de pila. Éveline, mi futura esposa que
se encontraba presente en la discusión, fue la madrina lo bautizó como
Nicolás. También era necesario que un miembro de la academia presen-
tase la nota; nadie ponı́a en duda que Émile Picard, secretario perpetuo
de la academia, le darı́a una apoplejı́a si se enteraba del asunto. Me
encargue de redactar la nota y enviarla a Élie Cartan con una carta de
justificación. Élie Cartan no ignoraba nada de nuestras actividades ni
de nuestros proyectos. Compuse para él una biografı́a de Nicolás Bour-
baki que le atribuı́a un origen poldavo. Esgrimı́ que el miembro de la
academia que presenta una nota debe asegurarse de la seriedad del con-
tenido cientı́fico, pero no de los detalles de la biografı́a de su autor. Un
grupo de miembros de la academia solı́a reunirse semanalmente, antes
de cada sesión, para una comida a la que seguı́an llamando comida de
los jóvenes del instituto; su juventud era a decir verdad, de fecha muy
antigua, en el momento de los licores, Élie Cartan consultó a sus cole-
gas acerca de mi carta y obtuvo su aprobación. En cuanto al contenido
de la nota, este no tenı́a nada de fantasioso, aunque después me ase-
guraron que se habı́a colado un error: ¿Era el efecto de una maldición
de Bourbaki?
Poldavia, la patria de Bourbaki, era el producto de otra novatada de
l’École.
Por lo que cuenta la historia, hacia 1910 unos normaliens reclutaron
en los bares de Montparnasse a individuos de orı́genes diversos, a los
que transformaron, a cambio de algunos aperitivos, en representantes
de la nación poldava. Se redactaron para ellos cartas dirigidas a no-
toriedades del mundo de la polı́tica, la literatura y la universidad, que
empezaban ası́ “No ignora usted las desgracias de la nación poldava
. . .”. Los testimonios de simpatı́a comenzaron a llegar y en el momen-
to oportuno se anunció una reunión pública. Para el principal orador
se habı́a escrito un emotivo discurso que más o menos terminaba con
estas palabras: “Es ası́ como yo, presidente del parlamento poldavo vivo

43
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

en el exilio, en un desamparo tal que no poseo ni siquiera pantalón”.


Se subió a la mesa y no llevaba pantalones.
Para cerrar esta digresión sobre el nombre de la patria de Bourbaki in-
sertaré aquı́ un episodio más reciente. Hacia 1948, Nicole Cartan dijo
a su marido que se pusiera al teléfono, ya que “Bourbaki pide hablar
contigo”. En el teléfono, Henri Cartan oyó una voz que le dijo “mi
nombre es Bourbaki y desearı́a verle”. “Sin duda tiene usted una gran
barba blanca” (ası́ es como nos gusta imaginarlo). “No, no tengo barba
pero deseo verle”. Cartan, sintiéndose engañado, le dio una cita. A la
hora fijada vio llegar a un señor de aspecto distinguido que de entrada
puso sobre la mesa un pasaporte diplomático a nombre de Nicolaı̈dès
Bourbaki, consejero de la embajada de Grecia. Explicó que la familia
Bourbaki era muy conocida. Se remonta a dos hermanos que se distin-
guieron en Creta en el siglo XVII, en la resistencia contra los turcos.
En la expedición a Egipto Napoleón tuvo por guı́a a un Bourbaki, y
como recompensa le concedió hacer educar a su hijo en el Pritaneo de
la Flèche; este se convirtió en oficial del ejército francés, y de él de-
scendı́a el general Napoleón III, bien conocido en la historia. Nicolaı̈dès
Bourbaki creı́a conocer el árbol genealógico completo de la familia y en
él no aparecı́a ningún matemático. ¿Cómo era que se publicasen ba-
jo ese nombre obras de matemáticas? Cartan se lo explicó. Desde ese
momento y durante varios años participó a menudo en nuestras cenas
de cierre de congreso. En 1950, cuando visité Grecia me dio una carta
para sus parientes en Atenas, donde me recibieron muy bien; es una
lástima que no pudiese ir entonces a Creta, ya que me aseguraron que
se habrı́a asado un cordero para mı́ en honor de Nicolás Bourbaki.
Tener un autor no era suficiente, aún faltaba tener un editor. El mer-
cado de la edición matemática en Francia estaba entonces dominado
por la casa Gauthier-Villars, que habı́a logrado en ese ámbito un cuasi-
monopolio; pero no querı́amos recurrir a ellos; era bastante académica
para nuestro gusto. Afortunadamente para nosotros no fue necesario;
desde el principio ya tenı́amos un editor. Este fue Enrique Freymann.
El personaje resultaba tan sedutor como pintoresco. Al escucharle uno
podı́a pensar que era de pura raza mexicana; “soy un azteca”, solı́a
decir. Hasta donde he podido averiguar, procedı́a del estado de Chi-
huahua, donde uno de sus antepasados, alemán expulsado por los acon-
tecimientos de 1848, se habı́a instalado y habı́a echado raı́ces. En lo
que contaba, tanto de sı́ mismo como de cualquier otro tema, resulta-
ba inútil querer desentrañar lo verdadero de lo falso, o mejor dicho
la verdad literal de la verdad esencial. En una cena en la que era el
invitado de Bourbaki, su mujer le rogó que contara una determinada
anécdota; “No -dijo-, ésta todavı́a no está a punto”. En sus comien-
zos, decı́a que habı́a sido pintor, habı́a corrido mucho mundo, habı́a

44
Memorias

ingresado al servicio diplomático mexicano; después se habı́a casado


con la nieta del archicube Hermann, fundador de la editorial cientı́fica
que, sin llegar a rivalizar con Gauthier-Villars, sin embargo habı́a pu-
blicado obras importantes como la de Élie Cartan sobre las invariantes
integrales aparecida en 1922. Freymann se habı́a hecho cargo de las edi-
ciones Hermann, que dirigı́a desde el fondo de su tienda de la calle de
la Sorbona, con dos fieles empleados y un chico para los recados; a decir
verdad él era la casa Hermann. No abandonaba a menudo su trastien-
da, sino era para ir al Hôtel des Ventes, un depósito polvoriento del
bulevar Saint-Germain donde acumulaba montones de libros raros que
no se preocupaba de vender. En 1929 habı́a lanzado su colección Actu-
alités Scientifiques et Industrielles, especie de tela de araña gracias a
la cual atrajo hacia él, en el fondo de un antro, a toda la élite e incluso
al hampa cientı́fica internacional; para su colección, estaba abierto a
todos los proyectos, desde los más meditados hasta los más estrafalar-
ios, y le gustaba contar cómo algunos de estos últimos habı́an sido,
desde el punto de vista comercial, de lo más provechosos, la cuestión
comercial no le importaba mucho mientras pudiese mantenerse a flote;
entrega tras entrega tuvo un éxito brillante, nunca he sabido que si
para ello tuvo que hacer prodigios de equilibrio. Siempre habı́a almas
caritativas que anunciaban que se encontraba al borde de la ruina, sin
que nunca lo pareciese al verle. En su trastienda no daba la impresión
de hacer otra cosa más que charlar incansablemente. Yo solo entra-
ba si disponı́a de algunas horas libres, y siempre lo dejaba con pesar.
Acabó por unirnos una verdadera amistad. Durante la guerra salvó mi
biblioteca guardándola en sus almacenes del bulevar Saint-Germain, y
un pasaporte diplomático mexicano, que siempre habı́a conservado, le
habı́a permitido pasar sin problemas estos años difı́ciles. En 1945, él
mismo me contó cómo habı́a vivido la liberación de Parı́s.

Una mañana, desde lo alto de su apartamento de la plaza antaño llama-


da Médicis (hoy, por desgracia, Edmond Rostand), oye disparos en las
calles y decide quedarse prudentemente en su casa. El tiroteo amaina;
la curiosidad, como siempre, puede más con él. Baja, llega hasta Saint
- Germain-des-Prés, y se da cuenta que el barrio ya está en manos
de las F.F.I. (las Fuerzas Francesas del Interior). En los quioscos se
venden los periódicos que hasta entonces eran clandestinos. Compra
Libération y Combat, se los mete en el bolsillo y se dirige hacia la calle
de la Sorbona por el bulevar y la calle de las Écoles. A la vuelta de
la esquina es detenido por una patrulla alemana. El oficial, pistola en
mano, lo cachea y le pregunta en francés: “¿De dónde ha sacado estos
periódicos?”. “¿Cuánto ha pagado por ellos?” “Pues cinco francos ca-
da ejemplar, como siempre”. El oficial, siempre pistola en mano, mete
los periódicos en su bolsillo con la mano izquierda y saca diez francos

45
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

que le da a Freymann. “Pero yo no soy vendedor de periódicos”, dice


Freymann estupefacto. “Sı́, pero usted puede volver a comprarlos, yo
no”; y a continuación, dice a la patrulla: “Vorwärts! Marsch!”.
Al hablar de Freymann, me ha pasado lo mismo que a él; me he dejado
llevar por las anécdotas. Nos conocı́a bien en el momento en el que
Bourbaki empezaba a tomar forma. Sin duda ya le habı́a visto antes de
irme a la India. En 1931, con algunos amigos, profundamente afecta-
dos como yo por la muerte reciente en la montaña de Jacques Herbrand
y por el vacı́o irreparable que su desaparición dejaba entre nosotros,
decidimos rendir un último homenaje a su memoria dedicándole un
libro con diversos artı́culos; Emmy Noether, Von Neuman y Hasse se
sumaron gustosos a nuestra iniciativa. Freymann aceptó inmediata-
mente publicar este libro y bajo su insistencia al final tomó la forma
no de un libro sino de una serie en el marco de su colección Actuali-
tés. En cuanto le hablamos de Bourbaki, no lo dudó ni un momento;
acordamos que él serı́a nuestro editor. No tuvo que arrepentirse por
haber confiado en nosotros y por habernos animado constantemente
desde nuestros comienzos; Bourbaki estaba destinado a convertirse en
uno de los pilares financieros de la casa Hermann. Ahora bien unirse a
nuestra aventura en la época que hablo no fue poco mérito; no faltaron
almas caritativas de la Sorbona que le advirtieron que era una novata-
da de normaliens y que se ponı́a en ridı́culo al dejarse enredar. Quizás
el nombre y leyenda de Nicolás Bourbaki, que él mismo contribuyó a
desarrollar con celo y a difundir, no eran los atractivos menores que
nuestro proyecto tenı́a para él.
En cuanto a la naturaleza de esta empresa, no la tuvimos clara des-
de el principio. Al empezar, nuestro objetivo era de alguna manera
pedagógico; se trataba de trazar las grandes lı́neas de la enseñanza de
las matemáticas para el nivel de licenciatura. Enseguida se trató de es-
cribir para ese nivel un curso o un tratado de análisis que sustituyese
al Goursat y que sirviese de base a estas enseñanzas. Dedicábamos
nuestras reuniones parisinas a establecer los tı́tulos de los capı́tulos y
a repartirnos las tareas. Bourbaki pidió a sus colaboradores informes
sobre un gran número de temas, desde la teorı́a de conjuntos hasta
las funciones analı́ticas y ecuaciones en derivadas parciales. Poco a
poco fue quedando claro que para discutir estos futuros informes con
la extensión necesaria no bastarı́an nuestras reuniones parisinas. Se
tomó como decisión colectiva coger dos semanas de nuestras vacaciones
de verano para pasarlas juntos en un lugar apropiado. La Universidad
de Clermont tenı́a en Besse-en-Chandesse locales que no se utilizaban
en verano; ahı́ fue donde Bourbaki celebró su primer congreso en julio
de 1935.
Por banal que esta idea parezca hoy en dı́a, en aquella época lo parecı́a

46
Memorias

mucho menos. Poco después, en Alemania, unos matemáticos nazis


pensaron en organizar por su cuenta unos campos de trabajo imitando
los Arbeitslager a los que se mandaba en su paı́s a los jóvenes parados
y donde el trabajo era manual. Desde entonces esta institución se ha
extendido por el mundo entero, capitalista y comunista, y se ha con-
vertido en uno de los procedimientos más habituales para canalizar las
subvenciones oficiales hacia las actividades cientı́ficas a menudo muy
loables. Pero en principio estos coloquios, conferencias, simposios o co-
mo quiera que se les llame, son en primer lugar grupos de aprendizaje
recı́proco aunque luego terminen en publicaciones. Este nunca ha sido
el objetivo de los colaboradores de Bourbaki en sus congresos, estos se
reunı́an y siguen reuniéndose con vistas a elaborar y poner a punto una
obra colectiva.
Esto no significa que no aprovechen la ocasión para aprender, y mucho,
unos de otros, pero no es el objetivo que se proponen.
En cuanto a la financiación de nuestros congresos, no tratamos este
tema hasta la guerra; puesto que nos reunı́amos por placer, nos parecı́a
natural asumir los gastos. Después de 1948, las circunstancias en Fran-
cia eran tales que se solicitó una subvención a la Fundación Rocke-
feller, que fue concedida y bienvenida. Después, los derechos de autor
de Bourbaki han cubierto de sobra los gastos.

Perdonen señores editores de las memorias de Weil pero esto es demasiado im-
portante y además fascinante, estamos frente a uno de los imaginarios de mayor
impacto en la comunidad académica de las matemáticas y por supuesto de los
matemáticos. En Colombia, la influencia de Bourbaki ha sido trascendental y lo
mejor es contribuir a que se conozca, lo que mejor se pueda, la labor tan intere-
sante de este grupo. Infortunadamente ha habido algunos aspectos negativos en
esta importante historia; por ejemplo, el abuso que se cometió al utilizar los li-
bros de Bourbaki como textos para la enseñanza en el pregrado. Sin embargo,
a pesar de esto, solo podemos señalar que Bourbaki ha sido un gran maestro.
Varios de los matemáticos más sobresalientes de la Universidad Nacional, como
Jairo Charris Castañeda, Januario Varela o Alberto Campos aprendieron álgebra,
topologı́a y teorı́a de la medida con estos libros. Recuerdo, muy gratamente, el
curso de álgebra lineal dictado por Varela siguiendo el libro de Bourbaki, era real-
mente fantástico; claro está, al cabo de seis meses sabı́amos bastantes cosas; pero
no habı́amos resuelto una sola ecuación lineal. En la década de 1960, los debates
sobre la “matemática moderna”, en la Universidad Nacional Bogotá y en otras uni-
versidades, incluı́an discusiones bien acaloradas sobre si convenı́a o no utilizar, en
los cursos de la carrera, los libros de Bourbaki. Federicci y Yu Takeuchi comanda-
ban el bando “anti-Bourbaki”, no contra Bourbaki el grupo de investigación, sino
contra del uso de sus libros como textos en el pregrado a pesar de la intención del
propio grupo Bourbaki. De hecho Federicci y Takeuchi convencieron, finalmente, a

47
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

toda la comunidad matemática sobre la conveniencia de utilizar otro tipo de libros,


como los de Tom Apostol en cálculo y análisis o el de Edwin Moise en Geometrı́a.
Seguidores fieles de Bourbaki no existen; pero estudiosos de su obra, por fortuna,
se encuentran en muchos lugares y en todo el mundo, aunque se ha perdido mucho
de esta influencia. Naturalmente, seguidores del Seminario Bourbaki existen en la
mayorı́a de las grandes universidades.
Terminemos la mención a Bourbaki con otros dos párrafos del libro de Weil,
no sin antes añadir un comentario personal: no tenı́a ni la menor idea sobre la
influencia de México en esta grandiosa historia.
Continuemos con André Weil:

A partir de entonces, a lo largo de este congreso y el siguiente, estable-


cimos nuestro método de trabajo. Para cada tema, sobre la base de un
primer informe, y después de discutirlo en el congreso, se designaba
un redactor; este hacı́a una primera redacción que, una vez leı́da y de
nuevo discutida en un congreso, se modificaba con más o menos pro-
fundidad o, como ocurrió más de una vez, se realizaba en su totalidad.
Se designaba otro redactor para proporcionar una segunda redacción
siguiendo las instrucciones recibidas y a las que este no siempre se
limitaba, y ası́ sucesivamente.
Con este método era evidentemente imposible asociar a ningún tex-
to de Bourbaki el nombre de uno de nosotros. Además se acordó que
cualquier decisión deberı́a ser tomada por unanimidad y que siempre
se podrı́a volver a cuestionarla; en caso de desacuerdo irreducible, se
aplazarı́a la decisión. Sin duda falta un fuerte acto de fe para creer que
este proceso iba a converger pero tenı́amos fe en Bourbaki; sin embar-
go, casi nos sorprendimos cuando por primera vez pudimos aprobar un
texto para su impresión, fue el suplemento de resultados de la teorı́a de
conjuntos adoptado definitivamente poco antes de la guerra. Un primer
texto de Cartan sobre esta teorı́a fue leı́do en el congreso llamado el
Escorial. Cartan, que no pudo asistir, fue informado del rechazo por
un telegrama: ¿Unión e intersección parte producto tú estas desmem-
brado maldito Bourbaki?. Sabiamente, habı́amos decidido publicar una
entrega sobre la teorı́a de conjunto en la que se fijarı́an las notaciones
sin esperar a la exposición detallada que debı́a seguir.
Era necesario fijar estas notaciones de una vez por todas, estas, que
en efecto modificaban en algunos puntos las usuales, tuvieron bastante
aceptación. Mucho después, la posición por la que habı́a tomado parte
en estos debates me valió el respeto de mi hija Nicolette, cuando le dije
que yo era personalmente responsable de que se adoptara el sı́mbolo
∅ para el conjunto vacı́o, que ella acababa de aprender en el colegio.
El ∅ pertenece al alfabeto noruego y yo era el único que lo conocı́a en
Bourbaki.

48
Memorias

En el congreso del Escorial también se decidieron en grandes lı́neas


las formas de las redacciones futuras, incluyendo ası́ mismo su pre-
sentación tipográfica. Me llenó de satisfacción (ya que la historia de las
matemáticas, o mejor dicho, la lectura de los grandes textos matemáticos
del pasado, me fascinaba desde tiempo atrás) que se decidiera terminar
cada capı́tulo no solo con ejercicios más o menos difı́ciles, sino también
con un discurso histórico, primer anuncio de las notas de historia que
contribuirı́an a dar su carácter distintivo a nuestra obra.

3. La obra matemática de Weil es muy amplia y cubre varios campos de la


matemática; sin embargo sus temas favoritos fueron la geometrı́a analı́tica, la
geometrı́a algebraica (el famoso GAGA de Jean Pierre Serre) y la teorı́a de
números. Las memorias de aprendizaje de Weil nos muestran a este matemático
también, como historiador; de hecho escribió un muy atractivo libro sobre la
historia de la teorı́a de números.

Son muchas las lecciones que se nos ofrecen en estas cortas pero sustanciosas
memorias. Un último ejemplo será suficiente. Es acerca de algunos aspectos de-
sagradables que suelen ocurrir en las comunidades académicas; copiemos, una vez
más, al autor:
La vida cientı́fica en Francia estaba entonces bajo el dominio de dos o
tres camarillas de académicos, personas importantes, para algunos de
los cuales el apetito de poder se habı́a vuelto más importante que su
celo por la ciencia.
Esta circunstancia, unida a la hecatombe de 1914-1918 que habı́a ce-
gado casi toda una generación, habı́a tenido consecuencias desastrosas
para el nivel de la investigación en Francia. En mis viajes al extranjero,
en particular a los Estados Unidos, habı́a conocido a muchos sabios
verdaderamente distinguidos y se me habı́an abierto los ojos sobre esta
situación poco brillante. Al volver a América habı́a escrito un artı́culo
sobre este tema con el tı́tulo ciencia francesa, que con toda ingenuidad
habı́a propuesto a varias revistas. Trataba la cuestión de los pontı́fices
y el artı́culo fue juzgado como no publicable.
Una de las camarillas en cuestión la más poderosa sin duda, tenı́a
como lı́der al fı́sico Jean Perrin premio Nobel, subsecretario para la
investigación cientı́fica y creador del C.N.R.S. Poco satisfecho con los
importantes medios de los que ya disponı́a, ideó crear toda una jerar-
quı́a de medallas acompañadas de recompensas pecuniarias, desde la
gran medalla de oro hasta las medallitas de 10000 francos. El decreto
que instauraba este sistema se publicó en los periódicos al tiempo en
que Bourbaki celebraba su congreso Chançay; no era muy difı́cil ima-
ginar que la divisa de este iba a ser: “Nadie nos ganará en ingenio ni
a nosotros ni a nuestros amigos”. Éramos lo suficientemente ingenuos

49
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

para pensar que las satisfacciones frutos de un descubrimiento ya son


una recompensa suficiente; por encima de todo nos pareció que aquello
era un instrumento de corrupción inevitable, en un medio que nosotros,
principiantes, empezábamos a conocer y ya que no estaba exento de
ella. Unánimemente decidimos recoger firmas en el ámbito universi-
tario para pedir al Ministerio la anulación del decreto.

Si la historia se hace como deseaba Struik, para los matemáticos de hoy y para
dignificar los grandes logros de la especie humana, hay que referirse a los aspectos
negativos del trabajo académico. Nuestros principios éticos y legales deben afi-
narse, y todos los dı́as debemos dedicar parte de nuestro tiempo a responder una
y otra vez las preguntas principales: ¿Lo estamos haciendo bien? ¿Estoy investi-
gando realmente? ¿Estoy formando camarillas? Como seres humanos que somos
caemos muy fácilmente en tentaciones y cometemos errores; necesitamos estar
siempre alertas y los relatos históricos nos ayudan en este punto.
El grupo Bourbaki, ¿ha sido una camarilla?
Los comentarios de Weil sobre las camarillas son aplicables a algunos de los
grupos de investigación, a algunas de las organizaciones académicas y en general, a
algunas de las modalidades de trabajo en equipo. Los equipos, ya se ha mencionado
varias veces, son indispensables, pues la interacción entre pares es la única garantı́a
para alcanzar buenos niveles de calidad; sin embargo, puede ocurrir, y con cierta
frecuencia sucede, la situación dual: no se acepta ser evaluado y se descalifica al
evaluador, señalándolo como “rosquero”.
Algo similar ocurre con las discriminaciones; pongamos por caso, un trabajo
de mala calidad, elaborado por una mujer. ¿Qué debe hacer un evaluador? Esta es
una de las razones por las cuales la evaluación es un proceso anónimo. El evaluador
no debe conocer la identidad del evaluado y este debe ignorar la de aquel; todavı́a
somos muy inmaduros, si sabemos que la persona a evaluar es una mujer, podemos
vacilar y, por ejemplo, evaluar sin rigor para que no nos acusen de despreciar a
las mujeres. Bueno, redondeemos y digamos que el asunto fundamental consiste en
dignificar a la especie humana y esto se hace también denunciando las situaciones
negativas, explicitando los errores, ası́ algunos de ellos lleguen a ser repugnantes.

3.2. Unas memorias de Gaisi Takeuti


Gaisi Takeuti es otra de las grandes figuras del mundo académico de las mate-
máticas de los últimos años, nació en 1926 en Ishikawa, Japón, y ha sido profesor
en las universidades Tokyo Kyoiku (en Tokyo Japón) e Illinois en Urbana Estados
Unidos. En el 2003, la editorial World Scientific Publishing Company editó la ver-
sión inglesa de su libro Memories of a Proof Theorist. Gödel and other Logicians,
publicado por primera vez en 1986 en japonés.
Son diversas las razones que motivan a un matemático a realizar la empresa de
redactar unas memorias; sin embargo, parece existir una razón común: la necesidad

50
Memorias

de aclarar puntos oscurecidos por algunos historiadores que en ciertos momentos se


guı́an principalmente por imaginarios y no por hechos y datos. Bueno, ya lo hemos
comentado: a todos nos sucede, los imaginarios nos dominan y eso es demasiado
agradable, nos arrullan y adormecen.
Ya vimos cómo André Weil se vio impulsado a escribir sus memorias, entre
otras, para liquidar los numerosos imaginarios sobre Nicolás Bourbaki; análoga-
mente, Takeuti se propone, entre otras cosas, ayudar al esclarecimiento de ciertas
ideas erróneas sobre Gödel y sobre él mismo. Refiriéndose a una invitación que
le hiciera George Kreisel que no pudo aceptar, dice, en el capı́tulo I, lo siguiente
[TG]:
Parafraseando la invitación de Kreisel, varias personas que no conocieron
a Gödel lo suficiente han escrito sobre él recientemente. La persona que
ellos describen es completamente diferente del verdadero Gödel.
Más adelante, en el mismo capı́tulo, Takeuti señala:
A excepción de los dos o tres últimos años, el Gödel que yo conocı́ era
una persona tierna y calurosa.
Es muy conocida la situación enfermiza de Gödel y algunos de los hechos rela-
cionados con su carácter en razón a esta enfermedad y varios escritores enfatizan
estos hechos, cuestión que preocupaba tanto a Kleene como a Takeuti.
Muy seguramente, una de las caracterı́sticas de seres humanos como Gödel,
Hilbert, Weil, Noether, el propio Takeuti y otros como ellos es que rápidamente se
ganan la fama de huraños o cosas parecidas; esto es bastante comprensible, pues
viven en su propio mundo, el de sus teorı́as y sus maneras de reflexionar. Takeuti
es capaz de desmentir esta imagen por una sola razón; él también pertenece a
este mundo. Es una buena comprobación de las cosas que hemos venido señalan-
do: entre pares, las relaciones son muy diferentes de las que puedan entablarse
entre impares, es decir, entre personas dedicadas a roles diferentes. Gödel tenı́a,
también, la imagen de solitario. ¿Cómo la desmiente Takeuti? Con un argumento
bastante simple: Gödel se reunı́a con otros lógicos como S.C. Kleene y el pro-
pio Takeuti, en un seminario que se efectuaba todas las semanas en el Instituto
de Estudios Avanzados de Princeton. Otra vez los seminarios y ahora funcionan-
do como lugares para adelantar ejercicios terapéuticos. El argumento lo entiende
cualquier académico, no ası́ una persona del común, mucho menos aquellas con
pasatiempos populares como bailar, ir al cine o pasear en un parque. Los paseos
de Gödel y Takeuti, que muchos compartieron en muchas ocasiones, los realizaban
en los “parques” y “jardines” de las teorı́as matemáticas. Estos parques suelen ser
mucho más divertidos para los personajes que han aparecido en estas notas, pues
allı́ encuentran muchas maneras de “bailar”, “cantar” y “embriagarse”, todo ello
con el espı́ritu. La fama de distraı́dos que se han ganado, merecidamente por lo
demás, todos los más grandes académicos, desde Tales de Mileto, que se cayó en
un agujero por andar mirando al cielo, hasta Einstein, que vestı́a bastante des-
cuidadamente, no es para sentir vergüenza, es sencillamente que se concentran en

51
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

su oficio. Es como cuando un arquero como Higuita se concentra y ataja un. ¿Se
ha sentido avergonzado por ello esta estrella colombiana del balompié?
La manera en que Takeuti describe a Gödel el alegre es bien ilustrativa:
El Gödel que yo conocı́ era una persona muy alegre. Gödel se in-
teresó inmensamente en el problema que estaba trabajando en aquellos
años: mi conjetura fundamental.
Esto tipifica la actitud de Gödel en relación con otros matemáticos a lo largo de
su vida. Demostraba un gran interés en cualquier problema significativo propuesto
sin importar su origen, revisaba su significado propio desde sus inicios, y luego
presentaba sus propias ideas al respecto”.
Tratemos de explicitar el argumento de Takeuti. Mi imaginario al respecto es
ası́:
1. El imaginario popular sobre los académicos es muy diferente del que se for-
man los académicos unos de otros. Esto es ası́; porque como ya lo hemos
recalcado, entre pares se conocen mejor. Resulta natural que alguien como
Takeuti tenga una imagen más amable de Gödel que la que pueda tener al-
guien como yo que no pude relacionarme directamente con él, o de alguien
que haya oı́do hablar de él sin conocerlo directamente. Es como ya lo expli-
caba André Weil, no es lo mismo haber oı́do hablar de Nicolás Bourbaki que
haber sido uno de sus miembros más activos.
2. No obstante, esto no implica que todo par académico se imagine a otro
amablemente, ya hemos visto varios ejemplos; en las memorias de Takeuti
no aparecen ejemplos interesantes; no ası́ en las de Weil, donde se describe,
en forma bastante negativa, al gran matemático Ernst Vessiot, uno de los
creadores de la teorı́a de Galois diferencial. Weil fue su alumno en L’Ecole
Normal y le faltaba mucho a clases porque no lograba entenderle y no era
muy asequible. No es fácil lograr ser parte del cı́rculo de interlocutores de un
gran académico. Es entendible que en esto intervenga la personalidad de cada
quién; sin embargo, es más determinante el factor estrictamente académico: la
concentración. Un académico de excelente nivel trabaja simultáneamente en
más de un problema y lo hace casi permanentemente, no puede perder tiempo
en cosas que nada tienen que ver con su trabajo, se mantiene concentrado
y, por lo tanto, distraı́do en relación con otros asuntos, fácilmente puede
tropezar y caer, por ello no es frecuente verlos en los lugares preferidos de
todos. Y si además el académico padece de alguna enfermedad que debe
cuidar, su situación como persona se vuelve todavı́a más particular.
Cuando Takeuti abordó a Gödel, el japonés ya tenı́a varios problemas de
investigación, relacionados con la lógica y con su conjetura fundamental, la
cual explica en el apéndice B de sus memorias. No es necesario explicitar
el contenido de dicha conjetura, basta mencionar que en sus diálogos con
Gödel tenı́a suficiente material como para llamar la atención e interesar a

52
Memorias

este último; ası́ que Gödel, como era su costumbre, lo aceptó como uno de
sus interlocutores, no propiamente porque era “buena gente” -que lo era-,
sino porque Gaisi tenı́a entre manos varios asuntos que a Gödel le parecieron
bastante interesantes; tópicos que no le hacı́an perder su tiempo.
De hecho, buena parte de las investigaciones de varios matemáticos han es-
tado relacionadas con esta conjetura cuya prueba definitiva no se ha logrado
todavı́a.
A propósito de conjeturas, esta de Takeuti no tiene la popularidad alcanzada
por la de Golbach o la de Fermat (esta última ya fue resuelta). La razón es
muy simple: estas dos últimas pueden formularse de manera que cualquier
persona con cultura matemática básica pueda entenderlas. No sucede lo mis-
mo con la conjetura de Riemann, ni mucho menos con la conjetura de Takeu-
ti. Otro hecho fundamental corroborado una y otra vez por los historiado-
res es el papel fundamental de las conjeturas en el desarrollo de las teorı́as
matemáticas; son problemas bien formulados al interior de una teorı́a y cuya
solución no se logra de inmediato y que además atrae grandemente la aten-
ción por distinto tipo de razones, sobre todo porque se convierten en retos.
La famosa conjetura de Fermat fue resuelta hace poco por Andrew Wyles,
matemático inglés de quien André Weil solı́a comentar que con el tiempo
se formarı́a el imaginario según el cual habı́a sido él y no Wyles el exitoso
conquistador del problema de Fermat. Según Weil, la razón es bien sim-
ple: André Weil es más conocido que Andrew Wyles. Me parece que Weil
cometió con este comentario un error tal vez por orgullo, no hizo las cuentas
completas: los historiadores no permitirán que se produzca esta confusión,
mucho menos los documentos escritos. Creo, más bien, que se trata de una
broma. A estas alturas debe quedar bien claro que Weil era un extraordinario
tomador de pelo.
Bueno, Takeuti al parecer no lo es en modo alguno. Al menos su libro no
muestra esta faceta.
El pequeño libro de Takeuti, 135 páginas, está organizado en 10 capı́tulos,
dos apéndices, 4 notas introductorias, dos fotos y un cuadro final en el cual
aparecen, según la opinión de Takeuti, algunas de las mayores figuras de la
lógica entre 1845-1950, aproximadamente.
Algo que puede sorprender con esta lista es que no aparecen allı́ especialistas
en lógica categórica, como William Lawvere, Joachim Lambek, André Joyal,
Gonzalo Reyes, Eduardo Dubuc, Peter Johnstone y otros que han ensanchado
y engrandecido el mundo de las matemáticas y de la lógica; tampoco aparece
ninguna de las grandes figuras de la especialidad de Takeuti, como Schütte
o Troelstra.
La tranquilidad regresa cuando se entiende el contexto y el alcance de esta
obra; no es una autobiografı́a, tampoco es una historia, es una recopilación de
artı́culos elaborados por Takeuti para enaltecer la figura de Kurt Gödel, junto

53
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

con otros trabajos que por su temática podı́an incluirse en estas memorias.
Takeuti busca, también, motivar a sus compatriotas en el estudio de la lógica
y en particular en la teorı́a de la demostración.
El capı́tulo 9 nos ha llamado muy especialmente la atención. Son apenas dos
páginas en las cuales Takeuti hace una rápida descripción del libro Gödel
Remembered, publicado por Bibliopolis en 1987.
Es el mismo estilo básico que hemos querido utilizar en este libro:
Radiografiar varios documentos historiográficos tratando de enfatizar al-
gunos motivos históricos.
Este último libro, que Takeuti recomienda a todos sus paisanos, tiene 186
páginas y contiene 4 artı́culos, varias fotos y las notas complementarias de
los editores.
El primer artı́culo lo escribe Rudolf Gödel, hermano de Kurt y titulado
History of the Gödel Family. El segundo, titulado Remembrances of Kurt
Gödel, es de la autoria de Olga Taussky, matemática norteamericana ya
mencionada en relación con Emmy Noether y quien fuera compañera de
Gödel en Viena. El tercer artı́culo, firmado por Stephen C. Kleene, hace
referencia a las opiniones de Gödel en relación con varios de sus estudiantes en
1930. El último artı́culo de Georg Kreisel, tiene 122 páginas y hace referencia
a las Gödel’s excursions into intuicionistic logic. Takeuti resalta, en relación
con este último artı́culo, otra faceta importante de la personalidad de Gödel:
la humildad. El ejemplo que utiliza es el de referirse a Gerhard Gentzen como
un lógico mucho mejor que él.
Los diez capı́tulos del libro de Takeuti son los siguientes:

a) Sobre Gödel.
b) El trabajo de Paul Bernays y Kurt Gödel.
c) Hilbert y Gödel.
d) Pequeñas biografı́as de lógicos.
e) La teorı́a de conjuntos y tópicos relacionados.
f) De Hilbert a Gödel.
g) Axiomas de la aritmética y la consistencia. El segundo problema de
Hilbert.
h) Un informe sobre Gödel’96.
i) Leyendo “Gödel Remembered”.
j) Un tributo a la memoria del profesor Gödel.

En todos los capı́tulos se mencionan aspectos históricos de la mayor impor-


tancia. Haremos referencia a algunos de ellos.

54
Memorias

i) La filosofı́a de la matemática de Paul Bernays, uno de los más im-


portantes colaboradores de Hilbert. Según Takeuti, Paul Bernays fue
uno de los primeros en defender un punto de vista conciliador entre
las diferentes filosofı́as de la matemática. De acuerdo con Bernays el
“conflicto” no es más que la existencia de puntos de vista diferentes que
se complementan aunque en apariencia sean antagónicos. El aforismo
“la matemática clásica es la matemática del ser, la matemática intu-
icionista es la matemática de los procesos”, acuñado por Bernays, ha
tomado forma concreta en la actualidad gracias a los desarrollos de las
diferentes teorı́as matemáticas, en especial de la teorı́a de categorı́as,
donde se encuentran modelos para diferentes ideas; incluso el platonis-
mo ha sido reconocido como un punto de vista consistente gracias a la
teorı́a de categorı́as.
Aquı́, vale la pena una pequeña digresión, dado el espı́ritu de nues-
tros axiomas. Informalmente hablando, una categorı́a es una estructura
matemática que modela dos nociones básicas: estructura y homomor-
fismos entre estructuras. Las categorı́as mismas, en tanto que estruc-
turas, determinan varias nociones de homomorfismos entre categorı́as.
En algunas categorı́as, llamémoslas cartesianas, pueden modelarse las
estructuras ecuacionales, como son los monoides, los anillos, los grupos,
los módulos, etc. Lo caracterı́stico de estas estructuras es que sus ax-
iomas son conjunciones de ecuaciones, como serı́a el caso de la teorı́a
de grupos cuyos axiomas se pueden formular mediante las ecuaciones
x • e = x = e • x, x • (y • z) = (x • y) • z y x−1 • x = e = x−1 • x.
Considerando la familia de las categorı́as cartesianas, es posible encon-
trar en cada una de ellas diferentes modelos de monoides, de grupos, de
anillos, de módulos, etc., y ası́ formular preguntas del estilo: ¿Existe el
Grupo?
Esta pregunta platónica podemos formularla, rigurosamente, en la si-
guiente forma, para el caso de los grupos:
¿Existe una categorı́a cartesiana, llamémosla C, y allı́ un grupo, llamé-
moslo G, de tal manera que, dada cualquier otra categorı́a cartesiana D
y cualquier grupo H en D, H = F (G), donde F es un homomorfismo
de categorı́as cartesianas de C en D?
Como exclamó una de mis estudiantes, “esto parece ciencia ficción”.
No, no es ciencia ficción; es la materialización de la idea básica de Paul
Bernays, desarrollada más ampliamente en años recientes por Joachim
Lambek, y la realización también de uno de los sueños de Gödel.
Aunque usted no lo crea, existe El Grupo, también existe El Anillo;
El Conjunto Totalmente Oordenado, etc. Como quien dice, Platón, al
menos parcialmente, tenı́a razón. Es lo que imaginaba Bernays en su
momento, más o menos en 1930.
ii) La filosofı́a matemática de Kurt Gödel. Ayudándonos de la digresión que

55
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

hemos hecho sobre las categorı́as, podemos reformular uno de los sueños
de Kurt Gödel, al menos uno que tuvo durante su periodo platónico, en
la siguiente forma:
Digamos primero que Gödel siempre creyó en la teorı́a de conjuntos
verdadera, aquella que axiomatiza la estructura verdadera de “la cate-
gorı́a de los conjuntos”.
Su problema, el más importante de todos consistirı́a entonces en lo
siguiente:
Supongamos que existe una familia de categorı́as, llamémoslas catego-
rı́as de Gödel o gödelianas con la siguiente propiedad fundamental: en
una categorı́a de Gödel existen modelos para la teorı́a ZF, es decir, para
la teorı́a de conjuntos de Zermelo-Fraenkel, aquella que todos aceptamos
como la teorı́a básica.
Formulamos entonces la pregunta de Platón-Gödel: ¿Existe una catego-
rı́a gödeliana G y allı́, un modelo para ZF, llamemoslo C, de tal manera
que, dada cualquier otra categorı́a gödeliana H y un modelo D de ZF
en H exista un morfismo F entre las categorı́as G y H de tal manera
que D = F (C)?
Si la respuesta fuera afirmativa, tendrı́amos que la teorı́a de C serı́a, en-
tonces, la verdadera teorı́a de conjuntos, la soñada por Gödel y puesto
que C satisface los axiomas de ZF, la teoria de conjuntos serı́a ZF +
aquellos axiomas que se necesitan para caracterizar C en forma comple-
ta. La conjetura fundamental de Gödel se resumirı́a en la posibilidad de
poder encontrar C, el modelo platónico para la teorı́a de conjuntos.
iii) Una cuestión de originalidad. En algunas ocasiones, las disputas en el
mundo académico, por diferente tipo de razones, se desvı́an de su cauce
natural. Con cierta frecuencia, varios investigadores obtienen resultados
similares de manera independiente y aparece, en esta forma, una especie
de disputa por la paternidad: ¿quién fue el primero?
Un caso muy conocido, y que ha tenido el mayor de los impactos, es
la famosa disputa entre los seguidores de Newton, por un lado, los
seguidores de Leibniz, por el otro, ¿Quién fue el verdadero descubri-
dor o creador del cálculo? La mejor respuesta no es sino una: ambos.
Las dos escuelas llegaron, por caminos diferentes, con métodos bien
diferentes, a los mismos resultados básicos.
El relato de Takeuti muestra otro caso bien ejemplar: el primer gran
teorema de Gödel, el de la completitud del cálculo de predicados de
primer orden no es de Gödel, sino del gran matemático nórdico Thoralf
Skolem. El historiador Jan van Heijenoort, preparando su famoso libro
From Frege to Gödel, desenterró un artı́culo de Skolem de 1922. Según
van Heijenoort, el teorema de completitud de la lógica clásica de primer
orden se deduce como corolario de uno de los teoremas del artı́culo de

56
Memorias

Skolem de 1922; Van Heijenoort consultó a Gödel y la respuesta que ob-


tuvo es que no conocı́a este trabajo de Skolem. En el mundo académico
existen muchos pecados mortales, el más grave, sin ninguna duda, es
el plagio. ¿Plagió Gödel a Skolem? ¿Qué significa plagiar? Plagiar es
tomar las ideas de otro haciéndolas aparecer como ideas propias. Esto
no fue lo que hizo Gödel. Ambos, Gödel y Skolem, conocieron el pro-
blema de la completitud de la lógica de primer orden de dos fuentes
diferentes: las famosas propuestas de Hilbert en el Congreso Mundial
de Matemáticas de 1900, y en el libro de Hilbert-Ackermann sobre los
principios de la lógica y ambos, Gödel y Skolem, trabajando en forma
independiente llegaron a la misma conclusión: el sistema de axiomas
propuesto por Gottlob Frege y Bertrand Russell y perfeccionado por
Hilbert es completo; es decir, toda ley clásica de primer orden es un
teorema en el sistema axiomático deductivo de Frege-Russell-Hilbert y
Ackermann.
Hemos madurado realmente, no hubo una disputa entre los nórdicos y
los austriacos, entre seguidores de Gödel y seguidores de Skolem, todo ha
sido aclarado y el teorema de completitud, aunque no tiene el nombre de
ningún matemático, deberı́a llamarse teorema de Skolem-Gödel. Struik
tenı́a mucha razón, la historia se hace para los matemáticos de hoy y
mañana, para que se aprendan las lecciones que deben aprenderse, para
no caer, pongamos por caso, en las disputas bizantinas como la de los
newtonianos y leibnizianos, o las que hubo en el Renacimiento entre los
matemáticos que se inventaron el álgebra. Nótese que en ninguna de
estas disputas se ha perdido alguna vida o alguien ha resultado herido
fı́sicamente; aunque sı́ mucha gente ofendida.
iv) Un matemático de dos millones de años. En la página 59 de su libro,
Takeuti relata una de las más populares anécdotas sobre Paul Erdös.
Erdös solı́a decir:
Mi edad es aproximadamente dos millones de años. Porque
cuando tenı́a 27 años se decı́a que la edad de la tierra era,
aproximadamente dos millones de años. Pero ahora se dice que
la edad de la tierra es cuatro millones de años por lo tanto, mi
edad es aproximadamente dos millones de años.
No faltó el ingenuo que pensara que el bueno de Erdös era un retardado
mental y entonces le preguntara: “por favor cuénteme sobre los reptiles
y los glaciales”, a lo cual Erdös respondı́a: “Un hombre viejo recuerda
muy bien los viejos tiempos, pero ha olvidado todos los acontecimientos
recientes.”
Llegó, ahora sı́, el momento de explicar aquello del principio de Struik
de colocar los estudios históricos al servicio de la “grandeza de la especie
humana”; derrumbemos otro imaginario. ¿Creen ustedes en los santos

57
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

y las santas? Yo también. Solo que hay muchas formas de santidad:


la de las religiones es una, la de los académicos es otra. Erdös era un
modelo de un santo académico; la Iglesia Católica, muy seguramente,
nunca le dará este tı́tulo al buen Erdös; no importa, los académicos tam-
poco porque allı́ no existe este calificativo. Erdös no recibió la medalla
Field, como tampoco Gödel; esto tampoco importa, los tı́tulos no son
lo que interesa, es el tipo de vida que llevó, completamente ejemplar,
con desprendimiento total de todo bien de naturaleza fı́sica o material.
Erdös tenı́a una manera muy peculiar de repartir su salario, ofrecı́a
recompensa en dinero para quien resolviera algún problema formulado
por él mismo; con eso mataba dos pájaros de un tiro: incentivaba el
talento matemático y ayudaba económicamente a alguien que lo nece-
sitara. Algo parecido a lo que hacı́a el profesor Jean Hermosilla en la
Universidad Nacional Sede Bogotá, otro santo a su manera. Hermosilla
jamás publicó nada sobre nada fue tan solo profesor de matemáticas y
un “santo”; distribuı́a, también, su salario entre sus alumnos, aquellos
que necesitaran un poco de dinero y además lo merecieran.
Engrandecer la especie homo sapiens, dignificarla, es justamente eso,
dedicar la vida al servicio de los demás, de todos los que necesitan
apoyo para avanzar, no solo de quienes reclaman misericordia, sino de
todos aquellos cuyo sufrimiento principal es la insaciable sed de conocer.
Ası́ son algunos de los grandes académicos, hombres y mujeres que re-
galan a los demás su más preciada riqueza: el conocimiento.
Ya veremos otros ejemplos.
Terminamos este capı́tulo con el siguiente comentario: La palabra me-
morias tiene otro uso, se aplica también a los documentos en los cuales
se resumen las ponencias de un congreso o de algún evento académico;
ası́, el encuentro de geometrı́a y el encuentro de aritmética que se rea-
lizan todos los años en el mes de junio en la Universidad Pedagógica
Nacional en colaboración con la Universidad Sergio Arboleda y bajo la
dirección y coordinación de Carlos Luque Arias, ha publicado todos los
años sus memorias, y desde su inicio estos documentos son una refe-
rencia útil para quienes participan en este tipo de actividades, y para
quienes se interesan en la historia de estos eventos. Este evento de la
Universidad Pedagógica y de la Universidad Sergio Arboleda tiene una
caracterı́stica muy importante: permite la participación de académicos
de todas las disciplinas del mundo académico de las matemáticas y de
todos los niveles en matemáticas; es el único que acoge niños y niñas.

58
CAPÍTULO 4

Documentos tipo
Autobiografı́as y biografı́as
cortas

Si se hiciera un listado de las memorias escritas por matemáticos, no se ocu-


parı́a mucho espacio; lo mismo ocurre con las autobiografı́as. Esto es perfectamente
comprensible, ya lo hemos mencionado y no sobra que lo hagamos una vez más: es
una cuestión de dedicación, el oficio del matemático exige mucho tiempo y mucha
concentración, al igual que el oficio de historiador; es difı́cil ejercerlos simultánea-
mente con calidad. De los principios o axiomas que hemos venido formulando se
desprende que los especialistas, conscientes como son de sus responsabilidades,
prefieren dejar a otros las tareas para las cuales no están preparados.
Pero, existen grandes anfibios, uno de ellos, probablemente uno de los mejores,
fue Bertrand Russell excelente matemático, filósofo, polı́tico y escritor, ganador
del premio Nobel de literatura en 1950.
Allan Wood, estudioso de la obra de Russell señala:

La obra de Russell abarca tantas materias, que probablemente no existe


un solo hombre vivo equipado con los suficientes conocimientos acerca
de todas ellas para escribir un comentario adecuado con la excepción,

59
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

desde luego, del mismo Russell.

Yo no pretendo estar ası́ equipado.

Por supuesto yo mucho menos.


Este superanfibio nos sirve tan solo, en este libro, como ejemplo de un matemá-
tico que escribió varios documentos autobiográficos. No es posible referirnos a todos
ellos nos limitaremos a uno solamente, y por una razón bien simple: nos ha servido
de guı́a en muchas oportunidades. Se trata de la evolución de mi pensamiento
filosófico. Esta pequeña obra maestra la publicó en castellano en 1976 la Alianza
Editorial, en la serie El libro de bolsillo, tiene 298 páginas y está dividida en 19
partes; la última es un estudio introductorio al pensamiento de Russell que no
pudo terminarlo su autor Allan Wood; las otras 18 son:

Nota preliminar 7
1. Esbozo introductor 9
2. Mi concepto del universo en la actualidad 14
3. Primeros esfuerzos 27
4. Excursión al idealismo 36
5. Rebelión pro pluralismo 55
6. Técnica lógica en matemáticas 66
7. Principia Mathemática (aspectos filosóficos) 75
8. Principia Mathemática (aspectos matemáticos) 88
9. El mundo Externo 105
10. La influencia de Wittgenstein 113
11. Teorı́a del conocimiento 132
12. Conciencia y experiencia 139
13. Lenguaje 151
14. Universales, particulares y nombres 163
15. Las definiciones de verdad 183
16. Inferencia no demostrativa 199
17. Mi apartamiento de Pitágoras 218
18. Algunas réplicas a la crı́tica 225

Con la serie de tı́tulos de su autobiografı́a intelectual surge una pregunta natural:


¿Por qué hemos de leer a Russell quienes formamos parte del mundo académico
de las matemáticas?
No existe ningún teorema que lleve el nombre “Teorema de Russell”. Bueno,
retornemos a nuestros principios y digamos una vez más que la historia de la
matemática se escribe para los matemáticos de hoy y del futuro, afirmación que no
excluye otro tipo de usuarios; estamos aquı́ frente a un filósofo de la matemática,
creador no de teoremas sino de teorı́as sobre la naturaleza del conocimiento en
general y en particular del conocimiento matemático; es uno de los creadores de
uno de los paradigmas de la filosofı́a matemática, otra de las más importantes

60
Autobiografı́as y biografı́as cortas

ramas de la comunidad académica de las matemáticas, oficio legal y conveniente


y ası́ vale la pena conocer a uno de sus constructores. ¿Cómo se hace filosofı́a
matemática?. Haciéndola, pero también estudiando a los clásicos de esta disciplina
metamatemática, como Russell.
Un primer ejemplo de lo que pueden enseñarnos la vida y la obra de Russell
podemos tomarlo de la minibiografı́a, escrita por el especialista Ray Monk y publi-
cada en la maravillosa colección los Grandes filósofos de la Editorial Norma, en la
cual apareció, también, la minibiografı́a de Allan Turing, escrita por otro experto,
Andrew Hodges.
El trabajo de Monk solo tiene dos capı́tulos distribuidos en tan solo 68 páginas en
formato bolsillo:

1. El sueño Pitagórico 9
2. La pesadilla del matemático 39
Al puro comienzo, retornando a Russell, se lee lo siguiente en el librito de Ray
Monk:
Lo primero que me llevó a la filosofı́a ocurrió a la edad de 11 años.
Este fue uno de los grandes sucesos de mi vida tan deslumbrante como
un primer amor, no habı́a imaginado que hubiera algo tan delicioso
en el mundo. Después de haberme aprendido la quinta proposición, mi
hermano me dijo que en general era considerada difı́cil, pero yo no
habı́a encontrado ninguna dificultad; esta fue la primera vez que se me
ocurrió que yo quizá podrı́a tener algo de inteligencia. Desde aquel mo-
mento hasta que Whitehead y yo terminamos Principia Mathemática,
cuando yo tenı́a 38 años, la matemática fue mi principal interés y mi
fuente principal de felicidad. Como toda felicidad, sin embargo, no es-
taba sin empañar. Se me habı́a dicho que Euclides demostraba cosas, y
me decepcionó bastante que comenzara por axiomas. En un principio
me rehusé a aceptarlos a menos que mi hermano pudiera ofrecer al-
guna razón para hacerlo, pero entonces me dijo: “si no los aceptas no
podemos continuar”, y como yo deseaba continuar acepté Pro Tem. La
duda acerca de las premisas de la matemática que sentı́ en ese momento
permaneció conmigo y dominó el curso de mi trabajo subsiguiente.
¿Quiénes pueden ser los lectores potenciales de esta formidable declaración?.
Los primeros, sin lugar a duda, los educadores matemáticos. Con su propia
experiencia, Russell, uno de los creadores de varias de las disciplinas filosófico-
matemáticas, nos ofrece aquı́, en pocas palabras, un tratado completo sobre edu-
cación matemática.
Hagamos explı́citas tan solo algunas cosas:
1. Sobre Ray Monk. Es realmente un especialista. Hubiera podido iniciar su
libro con otra referencia, pero no, lo hace justamente con esta que hemos

61
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

reproducido con la venia de la Editorial Norma. Eso es lo que sucede con los
especialistas: en general dan en el blanco; “El que sabe, sabe” dice un dicho
milenario.

2. Un niño de 11 años leyendo directamente a Euclides, guiado por su hermano


mayor Frank, su primer tutor y completamente “deslumbrado” con algo tan
delicioso como los elementos de la geometrı́a de euclides. Cualquier educador
matemático serio deberı́a “deslumbrarse” a su vez con este ejemplo tan “deli-
cioso”. Los niños sı́ pueden aprender matemáticas serias y deslumbrarse con
ello, son deliciosas para ellos, aunque no lo sean para sus maestros. Monk
pone otro ejemplo, el de Thomas Hobbes:
Tenı́a 40 años, nos dice Monk, cuando por casualidad encontró una copia de
los Elementos abierta en la página donde se encuentra la demostración del
teorema de Pitágoras:

Leyó entonces la demostración que lo remitió a otra proposición


que leyó. Esta lo remitió a otra que leyó. Et sic deinceps (y ası́ suce-
sivamente) hasta que finalmente quedó demostrativamente conven-
cido de esta verdad. Ası́ se enamoró de la geometrı́a.

Algunos viejos también se deslumbraron con Euclides.


¿Qué hacer con aquellos que le declararon la muerte a Euclides y, en general,
a la matemática y muy especialmente a las matemáticas elementales?
Tan solo una cosa: informarle a todo el mundo de esta curiosa amenaza. Pero
bueno, regresemos a Russell y a su autobiografı́a; pero antes reproduzcamos
otra importante afirmación russelliana, tomada de [MR], página 16:

Tres pasiones simples, pero abrumadoramente inmensas han gober-


nado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una
insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres
pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para
allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia
hasta el mismo borde de la desesperación.

Bueno, lo malo de copiar citas es que uno se queda mudo, no vale la pena
ningún comentario; es más, cualquier comentario tiende a dañar lo que se
quiere decir en lo que se cita. Aun ası́, digamos lo siguiente: La insoportable
piedad por el sufrimiento de la humanidad lo convirtió en un activista polı́tico
bastante influyente. Fue encarcelado por su actitud frente al sistema y por
su beligerante aunque muy pacifica oposición a las dos guerras mundiales;
organizó y presidió el famoso TRIBUNAL RUSSELL contra la guerra en
Vietnam, que ayudara extraordinariamente a la finalización de este conflicto;
visitó la Rusia de Stalin y regresó bastante desencantado, también viajó a
la China y no quedó muy convencido, apoyó en su momento las luchas de

62
Autobiografı́as y biografı́as cortas

las mujeres por alcanzar el derecho al voto; en fin, con toda su capacidad
y toda su pasión, no descansó un solo segundo en su denuncia contra la
injusticia y contra todo tipo de inequidad; su ansia de amor lo llevó varias
veces al matrimonio, y su búsqueda del conocimiento le hizo cambiar, en
varias oportunidades, sus diferentes puntos de vista.
Un ejemplo bien ilustrativo, acerca de estos cambios, es el que hace referencia
a la matemática:
Pitágoras pensaba que la matemática es el estudio de los números,
y creı́a que cada número era una entidad eterna e individual que
habitaba en un cielo suprasensible. Cuando yo era joven pensaba
algo parecido... pero el estudio diluyó poco a poco esta creencia...
resulta que los números no son más que una conveniencia verbal
y desaparecen cuando las proposiciones que parecen contenerlos se
escriben en detalle. Buscar los números en el cielo es por lo tanto
tan inútil como buscar “digamos” el éter.
...Todas las proposiciones de la matemática y la lógica son afirma-
ciones respecto al uso correcto de un número pequeño de palabras.
Si esta conclusión es válida entonces se la puede considerar como
un epitafio para Pitágoras” [MR, página 63].
Miren ustedes una de las grandes ventajas de las minibiografı́as escritas por
expertos: gracias a Ray Monk, gran conocedor de la cultura inglesa de finales
de siglo XIX y del siglo XX, se han podido tomar varias citas rápidamente,
aunque sin su permiso, para comprimir enseñanzas fundamentales de la vida
de Bertrand Russell, que engrandecen la especie humana.
La última es también muy importante, nos muestra a Bertrand Russell, inte-
lectual honesto, cambiando su punto de vista en razón a nuevos argumentos
y proponiendo sus ideas básicas sobre logicismo y sobre la filosofı́a analı́tica.
Todo esto aparece bastante bien elaborado en el capı́tulo 7 de su libro La
evolución de mi pensamiento filosófico, al cual nos referiremos a continuación.
Infortunadamente, no conozco al traductor Juan Nobella Domingo. Me parece
que ha logrado superar el difı́cil reto de mantener el estilo literario de Rus-
sell, que es completamente cautivante. Todos los capı́tulos resultan de lectura
agradable y salvo el cuarto, todos son fáciles de entender, son elementales.
Como antes, nos interesan algunos aportes básicos:
Russell sobresale como uno de los creadores de teorı́as filosóficas y filosófico
matemáticas.
Russell junto con Gottlob Frege, son los creadores de la teorı́a filosófico
matemática conocida con el nombre de logicismo.
Nos detendremos un poco en este tópico.
Ante todo, algunas afirmaciones de Russell.

63
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

Una función proposicional es una expresión que contiene una va-


riable y que se convierte en proposición tan pronto se asigna un
valor a la variable, Por ejemplo “x es un hombre” es una fun-
ción proposicional. Si en lugar de x ponemos Sócrates o Platón o
cualquier otro, obtendremos una proposición.
También podemos reemplazar x por algo que no sea un nombre pro-
pio y también obtendremos una proposición. No representa nada
por sı́ misma. Pero puede formar parte de una frase que diga algo
verdadero o falso: “x fue un apóstol” no dice nada, pero “hay doce
valores de x para los cuales ‘x fue un apóstol’ es verdadero”, es
una frase completa.

Estas definiciones informales perfectamente inteligibles, nos proporcionan el


fundamento de todo el logicismo; hay varias claves: 1) las proposiciones y las
funciones proposicionales, ambas son entidades lógicas; 2) las variables que
desde Aristóteles desempeñan una función lógica fundamental. Más adelante,
en el mismo libro, aparecen otras ideas cruciales; 3) relaciones, y 4) tipos
lógicos. Las variables tienen tipos; por ejemplo, tipo proposicional, como en
la función proposicional de dos argumentos, “φ es equinumerable con ξ”;
cuyo significado es: existe una correspondencia biyectiva entre los elementos
del conjunto “extensión de φ” con los elementos del conjunto “extensión de
ξ”. La extensión de una función propocisional p(x) son todos los individuos
c para los cuales p(c) tiene sentido y es verdadera.
Y ahora la definición de “cero”.
Cero es la función proposicional: “φ es una función proposicional de un ar-
gumento y para todo x, φ(x) es falso”. Una de tales φ es la función “x 6= x”;
según esta definición, cero no es una entidad abstracta existente en un mundo
ideal, es una entidad lógica, una función propocisional.
Esta lı́nea de argumentación, construida también por Gottlob Frege, condujo
a Russell a otro de sus aportes fundamentales a la lógica:
La famosa paradoja de Russell y su teorı́a de tipos tan fundamentales a la
hora de reconstruir las teorı́as matemáticas. Limitémonos a parafrasearlo.

Llegué a esta contradicción al considerar la prueba de Cantor de


que no existe un número cardinal mayor que todos. Yo pensaba,
en mi inocencia, que el número de todas las cosas que existen en
el universo debe ser el número más grande posible y apliqué su
prueba a este número para ver qué ocurrı́a. Esta operación me
llevó a considerar una clase muy peculiar.
Pensando dentro de la lı́nea que hasta entonces habı́a parecido ade-
cuada, me parecı́a que una clase es a veces , y a veces no es, un
miembro de si misma. La clase de las cucharillas, por ejemplo, no

64
Autobiografı́as y biografı́as cortas

es otra cucharilla, pero la clase de las cosas que no son cucharillas


si que es una de las cosas que no son cucharillas.
Parecı́a haber ejemplos que no eran negativos; por ejemplo, la clase
de todas las clases es una clase. La aplicación del argumento de
Cantor me llevó a considerar las clases que no son miembros de
sı́ mismas; y si esta clase es un miembro de sı́ misma o no. Si
es un miembro de sı́ misma, debe poseer la propiedad definitoria
de la clase, que es no ser un miembro de la misma. Si no es un
miembro de sı́ misma, no debe poseer la propiedad definitoria de
la clase y, por lo tanto, debe ser miembro de sı́ misma. Ası́, cada
alternativa conduce a la contraria, y hay una contradicción.
Al principio pensé que debı́a de haber algún error trivial en mi ra-
zonamiento. Examiné cada paso con un microscopio lógico, pero no
pude descubrir nada incorrecto. Escribı́ a Frege acerca de
ello, y me replicó que la aritmética se tambaleaba y que ahora veı́a
que su ley V era falsa. Frege quedó tan desasosegado por esta con-
tradicción que dio de lado el intento de deducir la aritmética de
la lógica al cual, hasta entonces, habı́a dedicado principalmente su
vida. Como los pitagóricos cuando tropezaron con los inconmen-
surables, buscó refugio en la geometrı́a y al parecer consideró que
el trabajo de su vida hasta aquel momento habı́a estado mal orien-
tado. Por mi parte, me di cuenta que la dificultad residı́a en la
lógica más que en las matemáticas, y era la lógica lo que habı́a de
reformarse. Me confirmé en esta opinión al descubrir una fórmu-
la por medio de la cual podı́a formarse un número estrictamente
infinito de contradicciones.
Los filósofos y los matemáticos reaccionaron de varias maneras
ante esta situación. Poincaré, a quien desagradaba la lógica mate-
mática y que la habı́a acusado de estéril, exclamó con regocijo: “ya
no es estéril, genera contradicciones”. Todo esto estaba muy bien
pero no aportaba nada a la solución del problema. Algunos otros
matemáticos que rechazaban a Georg Cantor adoptaron la solu-
ción de la liebre de marzo: “estoy cansado de esto; cambiemos de
tema”. También esto me pareció inadecuado. Sin embargo, después
de algún tiempo se produjeron algunos intentos serios de solución
por parte de hombres que comprendı́an la lógica matemática y que
se daban cuenta de la imperativa necesidad de una solución en
términos de lógica. El primero de ellos, F. P. Ramsey, cuya tem-
prana muerte dejó incompleto su trabajo, por desgraciada. Pero
durante los años anteriores a la publicación de Principia Mathe-
mática no tuve la suerte de conocer esos últimos intentos de solu-
ción y quedé virtualmente solo con mi aturdimiento.
Existı́an antiguas paradojas, algunas de ellas conocidas por los

65
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

griegos que daban lugar a lo que a mı́ me parecı́an problemas se-


mejantes, aunque algunos escritores que me siguieron las consi-
deraban de un carácter distinto. La más conocida de ellas es la
de Epiménides, el cretense que dijo que todos los cretenses eran
embusteros, haciendo que la gente se preguntara si estaba mintien-
do cuando eso dijo. Esta paradoja puede verse en su forma más
simple si un hombre dice: “estoy mintiendo”. Si es una mentira
que esté mintiendo, está diciendo verdad; y si está diciendo la ver-
dad está mintiendo, porque es eso lo que dice que está haciendo.
La contradicción es inevitable. Tal contradicción fue citada por
San Pablo (Tito,1,20), quien sin embargo, no se interesaba por
su aspecto lógico sino en la demostración de que los gentiles eran
perversos.
Pero los matemáticos podı́an dar de lado tales viejos enigmas que
nada tienen que ver con su tema, aunque no pueden ignorar hon-
radamente la cuestión de si existe un número cardinal o un número
ordinal mayor que todos, problemas ambos que los llevan a con-
tradicción.
La contradicción acerca del ordinal más grande fue descubierta
por Burali-Forti antes que yo descubriera mi contradicción; pero el
asunto, en su caso, era mucho más complejo, y yo me permitı́ por
ellos suponer que habı́a algún error poco importante en el razo-
namiento. En todo caso, su contradicción, con ser mucho menos
simple que la mı́a, parecı́a a primera vista mucho menos devasta-
dora. Al final, sin embargo, hube de admitir que era tan seria como
la mı́a.

Mientras buscaba una solución, pensé que esta habı́a de reunir tres
propósitos para que fuese totalmente satisfactoria. El primero, ab-
solutamente imperativo, que las contradicciones habı́an de desa-
parecer.
El segundo, altamente deseable, aunque no lógicamente obligato-
rio, que la solución habı́a de dejar intactas las matemáticas en la
mayor parte posible. El tercero, difı́cil de expresar con precisión,
que la solución al reflexionar habı́a de llamar a lo que puede de-
nominarse “sentido común lógico”, esto es que habı́a de parecer
al final precisamente lo que uno debı́a haber esperado siempre, de
estas tres condiciones, la primera está reconocida universalmente
por supuesto. La segunda, sin embargo, es rechazada por una gran
escuela que mantiene que grandes partes del análisis no son váli-
das como están. La tercera condición no se considera esencial por
lo que se conforman con la destreza lógica. El profesor Quine, por
ejemplo, ha expuesto sistemas que admiro grandemente en méri-

66
Autobiografı́as y biografı́as cortas

tos de su habilidad, pero que no puedo estimar satisfactorios porque


parecen estar creados ad hoc, y no ser los que ni aún el lógico más
inteligente hubiese podido pensar si no hubiese sabido de las con-
tradicciones. Sin embargo, sobre este tema se ha desarrollado una
inmensa y muy abstrusa literatura, y no digo más acerca de sus
puntos más sutiles.
En cuanto al tercero de los requisitos que habı́a de reunir la solu-
ción insinué una teorı́a que no parece haber sido bien acogida por
otros lógicos, pero que todavı́a me parece válida. Esta teorı́a es co-
mo sigue: cuando afirmo todos los valores de una función f(x),
los valores que x puede tomar deben ser definidos, si lo que estoy
afirmando ha de ser definido, es decir, que ha de haber un deter-
minado total de posibles valores de x. Si ahora creo nuevos valores
definidos en términos de ese total, dicho total aparece por ello au-
mentado y, en consecuencia, los nuevos valores que a él se refieren
se referirán a ese total aumentado.
Pero puesto que han de ser incluidos en su totalidad, nunca puedo
alcanzarlos. El procedimiento es como tratar de saltar sobre la som-
bra de la propia cabeza.
Podemos dar un ejemplo sencillo de esto con la paradoja del men-
tiroso. El embustero dice: “Todo lo que afirmo es falso”. Esta es,
en realidad, una afirmación que el hace, pero se refiere a la totali-
dad de sus afirmaciones, y solamente si incluimos esta afirmación
en su totalidad resulta la paradoja. Tenemos que distinguir entre
proposiciones que se refieren a un determinado total de proposi-
ciones, que nunca pueden ser miembros de esa totalidad; podemos
definir como proposiciones de primer orden las que no se refieren
a una totalidad de proposiciones; proposiciones de segundo orden,
a las que se refieren a totalidades de proposiciones de primer orden
y ası́ sucesivamente ad infinitum; de este modo, nuestro mentiroso
habrá de decir ahora: “Estoy afirmando una falsa proposición de
primer orden que es falsa.” Pero esto es en sı́ una proposición de
segundo orden. Y ası́ no está afirmando una proposición de primer
orden. Lo que dice ası́ es simplemente falso y se viene también aba-
jo el argumento de que también es cierto; exactamente el mismo
razonamiento se aplica a cualquier proposición de orden superior.
Se verá que en todas la paradojas lógicas hay una especie de auto-
rreferencia reflexiva, que ha de condenarse por las mismas razones;
es decir, porque incluye como miembro de una totalidad algo que
se refiere a dicha totalidad y que solo puede tener un significado
concreto si la totalidad está ya determinada.

La tentación de reproducir aquı́, para beneficio del lector, otras secciones

67
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

del libro de Russell es muy grande pero, para los propósitos que buscamos,
con las frases que hemos tomado tenemos ya suficiente ilustración sobre el
estilo y el contenido de esta pequeña obra. Como el nombre lo indica, es
una autobiografı́a intelectual, y ası́ no se relatan allı́ vivencias relacionadas
con la vida de Russell como ciudadano sino más bien como académico. No
aparecen en el libro sucesos importantes en la vida cotidiana del autor, como
los que tienen que ver con sus matrimonios; figuran más bien personajes como
Whitehead o Wittegenstein y hechos relacionados con las investigaciones
adelantadas por Russell con cada uno de ellos; hay un capı́tulo completo
dedicado al segundo autor.
En cada uno de los diferentes capı́tulos, Russell presenta, en forma contex-
tualizada y muy elemental, los diferentes aportes que él hizo a la filosofı́a
de la matemática o a la filosofı́a, y que según su manera de entender son
importantes. En este sentido, los capı́tulos 7 y 8 están dedicados a lo que
posteriormente se ha conocido con el nombre de logicismo.
A estos capı́tulos pertenecen las citas que hemos tomado de ese escrito y
que muestran el convencimiento de Russell acerca de la necesidad de refor-
mular toda la lógica y de fundamentar la matemática en esta disciplina. El
argumento fundamental es bien claro: la matemática se fundamenta en la
teorı́a de colecciones y esta última es contradictoria. Russell encontró un
aliado muy poderoso en David Hilbert, quien por su parte, y desde un pun-
to de vista diferente, emprendió la tarea de reorganizar todo el edificio de
las matemáticas, reconstruyendo, una por una, las diferentes teorı́as cono-
cidas en su época de esta disciplina. Russell aparece, entonces, como uno
de los promotores e iniciadores de este proceso de reorganización y de fun-
damentación, es un actor fundamental en esta “ruptura epistemológica”. El
papel de Russell en todo esto lo explica muy bien él mismo en su libro.
El relato es mucho más completo en otra obra de mayor alcance titulada
simplemente Autobiografı́a.
Como otro ejemplo interesante mencionamos la autobiografı́a de Saunders
MacLane, publicada en inglés por la editorial A.K. Peters, y cuyo titulo es
A mathematical autobiography.
Este simpático libro tiene quince partes:

1. Primeros años.
2. Primeras experiencias docentes.
3. Investigación en colaboración.
4. Los años de guerra.
5. Eilenberg y MacLane.
6. Años en Harvard.
7. Chicago en los cincuenta.
8. Desarrollos matemáticos.
9. La Academia Nacional de Ciencias.

68
Autobiografı́as y biografı́as cortas

10. Los sesentas y siguientes.


11. La polı́tica nacional sobre ciencias.
12. Doce viajes.
13. Asesorı́as académicas.
14. Últimos desarrollos.
15. Contemplando.

Además de estas quince partes el libro se inicia con un prefacio escrito por uno
de los más sobresalientes discı́pulos de MacLane: el geómetra y matemático David
Eisenbund. Hay además una nota del editor. Eisenbund, iniciando el prefacio es-
cribe lo siguiente:

Saunders MacLane ha sido mi maestro, mentor y modelo desde el inicio


de mi vida como matemático. Ha sido una relación muy especial para
mı́. Él ha sido para mı́ una figura de una gran honestidad e integridad,
que ha realizado un trabajo muy fuerte para avanzar la investigación
y servir a la comunidad matemática. Sus creencias sobre el bien, lo
correcto y lo racional, su interés en la esencia de las ideas matemáticas,
su enorme entusiasmo y su gran optimismo fueron y han sido un gran
atractivo para mı́.

¿Qué aspectos de la vida de este santo podemos comentar? Tal vez baste con
decir simplemente que la autobiografı́a de MacLane deberı́amos leerla todos los
interesados en el mundo de la matemática y en particular en el de la educación
matemática. Infortunadamente, no todos podemos acceder con facilidad a este tex-
to y ası́ vale la pena hacer algunos comentarios que de manera inevitable truncan
la riqueza del escrito original.
MacLane fue un gran matemático y un excelente administrador académico, un
burócrata académico ejemplar. En varios capı́tulos de su autobiografı́a se refiere
a esta actividad como algo fundamental en el proceso de fortalecimiento y desa-
rrollo de la actividad académica; él mismo desempeñó varios cargos, entre ellos,
presidente de AMS (American Mathematical Society). El capı́tulo 46 lo dedica
MacLane a comentar su experiencia en la AMS, en especial como presidente, du-
rante el periodo 1972-1974. Cuenta allı́ que su esfuerzo principal estuvo dirigido
hacia la polı́tica cientı́fica y a lograr que los académicos, a través de sus organi-
zaciones, pudieran intervenir en el diseño y la ejecución de estas polı́ticas. Según
MacLane, este fue el principal objetivo de su actividad como presidente de la
AMS. El balance que él mismo hace es muy satisfactorio, pues de hecho logró va-
rios propósitos, uno de los cuales, muy importante, fue la unificación de esfuerzos
con la MAA (Mathematical Asociation of America) y la NAS (National Academy
of Science) para la participación en el diseño de la polı́tica gubernamental sobre
ciencia y tecnologı́a. Las organizaciones académicas en Estados Unidos de America
y otros paı́ses son bastantes poderosas y contribuyen de una manera fundamental
al desarrollo de este importante ámbito de la cultura: el académico. En los paı́ses

69
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

como el nuestro, estas organizaciones son muy débiles porque son paı́ses manejados
por politiqueros a quienes el desarrollo académico no les interesa. Como lo señala
muy bien MacLane en su autobiografı́a, la administración es una de las compo-
nentes fundamentales de este mundo tan particular; se requiere administración,
pues sin organizaciones especializadas como las universitarias, los institutos, las
escuelas y facultades, las sociedades, los grupos académicos, etc., no es posible el
desarrollo de las actividades propias de la investigación y ojalá los administradores
sean también académicos.
Terminemos de referenciar a MacLane con una anécdota que ilustra otro punto
fundamental. Tiene que ver con otro de los grandes creadores de la teorı́a de
categorı́as, el profesor William Lawvere, quien visitó nuestro paı́s hace un buen
número de años. El propio MacLane la describe en su autobiografı́a en el capitulo
31. Lawvere aprendió los fundamentos de la teorı́a de categorı́as con Einlenberg en
Indiana y, según MacLane, Lawvere redescubrió por su propia cuenta varios de los
conceptos básicos de esta teorı́a, entre ellos el de adjunción. Una de las primeras
grandes ideas de Lawvere fue aquella de reconstruir la teorı́a de conjuntos tomando
como base la Teorı́a de Categorı́as, lo cual presupone una idea “contraevidente”:
los conjuntos no están determinados por sus elementos. Lawvere viajó a Nueva
York a estudiar con Eilenberg y le propuso a este último su proyecto. Sammy le
comentó la idea a MacLane en una de las visitas que este usualmente le hacı́a a
Eilenberg para trabajar conjuntamente. En una de las entrevistas de Lawvere con
MacLane, este último le comentó: “Bill, esto no puede funcionar. Usted no puede
trabajar con los conjuntos sin lo básico, los elementos”.
Meses después, Eilenberg le entregó a MacLane la tesis de Lawvere recomen-
dándole que la leyera con mucha atención. El comentario de MacLane sobre este
trabajo fue el siguiente:

Incluye una fundamentación de la matemática basada en axiomas (sin


elementos) para la categorı́a de los conjuntos y de las funciones. Adi-
cionalmente, hay allı́ una nueva manera de hacer álgebra: en lugar de
iniciar con una colección de operaciones n-arias para varios n, hay
una clara formulación utilizando una categorı́a donde los objetos son
números naturales n, donde n es el co-producto de n unos, y con las
flechas proyección n → 1, incluyendo de esta manera todas las ope-
raciones n-arias del álgebra. En otras palabras, Lawvere ha utilizado
la idea básica de categorı́a de una manera que va mucho más allá del
propósito inicial; en particular, se incluye esta sorprendente y diferente
manera de mejorar los fundamentos de la matemática. Ni Sammy ni
yo habı́amos contemplado esta posibilidad.

¡Que lección tan maravillosa!


Los creadores de la teorı́a de categorı́as, Eilenberg y MacLane, aconsejan al
nuevo creador que abandone. Naturalmente, una recomendación no equivale a
una negativa total, ası́ lo entendieron los tres y por eso Lawvere continuó sus

70
Autobiografı́as y biografı́as cortas

investigaciones bajo la dirección de Eilenberg primero y luego con el apoyo de


ambos. Vale la pena señalar, como un comentario final, que MacLane junto con
Ieke Moerdijk son los autores de uno de los libros más completos en los cuales
se exponen los fundamentos de las ideas que siguieron al invento de Lawvere.
Moerdijk es junto con André Joyal, uno de los creadores de la “teorı́a algebraica
de conjuntos” que permite definir las categorı́as gödelianas.

71
CAPÍTULO 5

Documentos tipo biografı́as

Dentro de esta modalidad de trabajo, una de las investigadoras más conocidas


en el mundo académico de las matemáticas es la profesora Constance Reid, autora
de tres grandes biografı́as: la de David Hilbert, la de Richard Courant y la de Jerzy
Neyman. Recientemente se publicó la biografı́a, más corta, de Julia Robinson,
hermana de Constance.
Reid es un caso muy especial por multitud de razones, ante todo por una
que parece contradecir nuestros principios básicos: su formación profesional no
fue dentro del mundo académico de las matemáticas; se graduó como master en
Idiomas, con especialidad en inglés, en la Universidad de California en Berkeley ,y
enseñó inglés en los colegios de San Diego hasta 1950, cuando contrajo matrimonio
e inició con mayor concentración su proceso de inculturación matemática gracias a
la influencia de su cuñado Ralph y de su hermana Julia Robinson. En la entrevista
hecha por Gerald Alexanderson para la obra Mathematical people. Profile and
interviews [AD & GLA], Reid relata sus inicios matemáticos de la siguiente forma:

Un dı́a mi hermana me informó sobre un programa que mi cuñado


habı́a corrido en un computador. En aquella época -era 1951 o 1952- los
computadores estaban apenas iniciando. Me produjo mucha fascinación
la idea de que uno de ellos estuviera siendo usado para responder a una
pregunta que los griegos habı́an planteado -una pregunta que incluso
yo podı́a entender. Escribı́ entonces un artı́culo y lo envié a la revista

72
Biografı́as

Scientfic American, que lo aceptó justo antes de que naciera mi primer


hijo en octubre de 1952.
Antes que nada, algo que no podemos pasar por alto: a muchos académicos, como
Constante Reid, les fascina la matemática, y los matemáticos no les paran muchas
bolas porque aquellos no pasan del nivel elemental. ¡Esto es algo fatal! Por fortuna,
Reid tenı́a a su lado a su hermana y a su cuñado y pudo ası́ enriquecer sus intere-
ses matemáticos; tuvo dos mentores que la ayudaron a enriquecer su formación
matemática.
¿Cuántos años tendrı́a Reid cuando inició su recorrido por el mundo académico
de las matemáticas? Poco importa, lo interesante es que se fascinó con un tema
matemático elemental e inició el viaje que la ha llevado a convertirse en una
de las más importantes historiadoras de esta disciplina. En lugar de contradecir
nuestros principios, los ratifica. Reid es una extraordinaria anfibia, es una experta
en el idioma inglés y ha dedicado esa habilidad a escribir varias extraordinarias
piezas literarias cuyo contenido está relacionado con el mundo académico de las
matemáticas que ella conoce muy bien, y que ha estudiado con bastante rigor,
especialmente a nivel elemental.
Después de su primera publicación en la Scientific American, Reid fue invitada
a escribir un libro sobre los números, hecho que sorprendió bastante a nuestra au-
tora; pero, como ella misma lo enfatiza, aceptó pues contaba con la asesorı́a de sus
dos famosos familiares: el matrimonio Ralph Robinson y Julia, la hermana de Cons-
tance. Este primer libro se publicó con el tı́tulo Del cero al infinito cuyo contenido
es muy elemental. Y desde entonces no ha habido poder humano que obstaculice
a Constance Reid su maravillosa travesı́a por el mundo de las matemáticas. Otro
comentario crucial: el infinito (lo infinito en realidad) es una temática que alcanza
a toda persona con cierto grado de sensibilidad, es un tema que fascina.
¿Cómo llegó Reid al género biográfico? Una vez más gracias a la influencia
de su hermana Julia, quien le sugirió escribir un libro de biografı́as cortas de
matemáticos del siglo XX, cuyos nombres aparecen en los diferentes temas que se
estudian de las universidades, entre ellos Volterra, Poincare, Picard, Hilbert, etc.
Y como ella misma lo dice en la entrevista que hemos mencionado:
Deseaba una buena muestra de internacionalidad. Esa fue una de mis
primeras consideraciones. Recordaba que Birkhoff y Veblen eran ame-
ricanos. Naturalmente habı́a escogido a Hilbert. No incluı́ a Poincare,
porque E.T. Bell ya lo habı́a seleccionado. Escribı́ pequeñas biografı́as
de cada uno de estos personajes. Cuando inicié la de Hilbert, rápi-
damente me di cuenta que necesitaba muchas, muchas páginas para
mostrar las importantes realizaciones de este matemático. Tenı́a, ade-
más, una atracción especial por él que no compartı́a por los otros, y
veı́a en su obra una gran importancia histórica. Decidı́, entonces, que
debı́a escribir todo un libro sobre él.
Y un poco más adelante, en la misma entrevista con Alexanderson, Reid explica:

73
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

. . . la razón por la cual me llama la atención escribir sobre matemáticos


como Hilbert es porque son individuos cuya personalidad y estilo de vida
forman parte real de sus contribuciones a la matemática.
Este tipo de declaraciones ayudan a comprender las motivaciones de una persona
al escoger una determinada actividad. En el caso de Reid, mirando desde fuera
al mundo académico de las matemáticas, encuentra situaciones interesantes que
tal vez no le llaman la atención a una persona del medio que muy seguramente
encontrarı́a el estilo de vida y la personalidad de Hilbert como algo por completo
normal y quizás irrelevante. Las biografı́as de Reid, sin dejar de lado la obra
cientı́fica de las personas biografiadas, hacen bastante énfasis en la inmensa labor
como creadores de organizaciones académicas y de grupos de investigación, tanto
en el caso de Hilbert como en el de Courant y Neyman.
Ilustremos un poco la actividad investigativa de Reid con algunos aspectos de
la biografı́a de Neyman.
El prefacio del libro es ya muy iluminador; cuenta allı́ la autora la cantidad de
tareas que debió realizar para recoger la información necesaria para su libro: entre-
vistas con el propio Neyman, quien falleció el 5 de agosto de 1981, con varios de sus
colaboradores académicos y administrativos, con varios de sus alumnos y amigos
y con algunos de sus familiares. Cualquiera puede entender la gran exigencia, en
tiempo y en dedicación, de este tipo de tareas imposibles de realizar si no se tiene
concentración y disciplina. Además, tuvo la necesidad de realizar innumerables
visitas a bibliotecas públicas y particulares que le permitieron consultar documen-
tos con información indispensable y valiosa. El libro de Reid apareció publicado en
1982; infortunadamente Neyman no lo conoció, aunque sı́ tuvo la oportunidad de
leer partes del mismo en los manuscritos preliminares. Este libro es una especie de
pretexto para presentar varios de los más importantes acontecimientos de la his-
toria de la estadı́stica y de la estadı́stica Matemática y en los cuales participó este
eminente hombre de ciencia.
La estructura del libro, que no tiene ı́ndice, es poco usual, no está dividido
en capı́tulos sino en periodos temporales de uno o varios años, y estos periodos
no están organizados estrictamente en un orden temporal. Por ejemplo, el libro
se inicia con 1978, continúa con 1894-1906, siguen 1906-1912, luego 1912-1914 y
ası́ hasta 1919-1921 después de lo cual vuelve y aparece 1978. Estos años se van
intercalando hasta llegar a 1979, 1961-1964, 1964-1969, 1969-1979, 1979. En esta
forma la estructura del libro es la siguiente:
(A) Las partes tituladas 1978, 1979 corresponden a aquellos momentos en los
cuales Reid visitó y entrevistó a Neyman en su sede laboral o en su casa, para
tratar uno o más aspectos con la vida del biografiado, o hizo entrevistas a otros
personajes claves. Por ejemplo, en el 1978 que se inicia en la página 71 y termina en
la página 73, la autora hace relación a un tema fundamental: la no linealidad de la
creación académica; aparecen allı́ cuatro actores, Reid, Erich Lehmann, alumno de
Neyman en Berkeley y autor del texto básico sobre la contrastación de hipótesis,
Egon Pearson otro de los grandes en estadı́stica matemática y el propio Neyman.

74
Biografı́as

El tema central de este 1978 son las cartas a Egon Pearson, escritas por Neyman
en los años iniciales de la relación ente estos dos eminentes cientı́ficos. Reid mani-
fiesta un poco de curiosidad en relación con la actitud de Neyman frente a estas
cartas; este último no muestra demasiado entusiasmo hacia ellas a pesar de su
gran importancia histórica. Reid, conociendo muy bien sus propias limitaciones,
solicita el apoyo de Lehmann y ambos descubren varias cosas muy aleccionado-
ras: las cartas son un poco confusas y hay allı́ varias apreciaciones equivocadas.
Poco importan los detalles técnicos, lo fundamental allı́ son varios asuntos: 1) la
relación Pearson-Neyman produjo varios de los grandes teoremas de la estadı́stica
matemática; 2) la discusión entre Pearson y Neyman de los diferentes asuntos que
trataron conjuntamente no siempre fue clara y tampoco definitiva en cada momen-
to, evolucionó naturalmente y tuvo periodos de gran confusión, y en muchos casos,
tanto el uno como el otro manejaron puntos de vista erróneos; 3) en la época en la
cual se escribieron estas cartas, la herramienta epistolar continuaba siendo el prin-
cipal medio de comunicación entre las personas y muy particularmente entre los
académicos, las cartas constituyen una de las más valiosas fuentes de información
para los historiadores como se muestra en este caso de la relación entre Neyman
y Egon Pearson. Este importante medio de interacción está siendo transformado
por internet, pero seguirá siendo un medio de interacción muy útil e importante.
(B) En las partes tituladas con dos años, la autora presenta algunos sucesos
importantes en la vida de Neyman ocurridos durante ese periodo. Tomemos tan
solo un ejemplo: 1934-1937 (desde la página 141 hasta la página 148). Según la
autora, 1934 es el año en el cual se inician los acontecimientos básicos que con-
dujeron a la vinculación de Neyman con la Universidad de California en Berkeley
y que cambiaron “dramáticamente” el rumbo de los estudios estadı́sticos en los
Estados Unidos de Norteamérica:
1. En julio de 1934 se posesiona Griffith Evan como director del Departamento
de Matemáticas en Berkeley.
2. En el mismo mes de julio de 1934 se publica el artı́culo Sobre la teorı́a
estadı́stica de los errores; cuyos autores son W.E. Deming del Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos, y Raymond Birge del Departamento
de Fı́sica de la Universidad de California en Berkeley.
3. En ese mismo año se inicia el largo y tortuoso proceso de búsqueda de un buen
candidato para contratarlo como investigador en estadı́stica matemática en
la Universidad de California en Berkeley, búsqueda en la que participan
Evans, Deming y Birge. En medio de esta actividad estos tres investigadores
fortalecen relaciones con el centro mundial de la estadı́stica de la época: The
University College of London. En este centro desarrollaron buena parte de
sus carreras académicas Karl Pearson y R.A. Fisher, considerados como los
grandes creadores de las disciplinas estadı́sticas básicas.
En el relato de Reid aparecen hechos interesantes entre los cuales destacamos
las diferentes opiniones de Deming, como consecuencia de sus visitas a Londres,

75
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

sobre Fisher, K. Pearson, E. Pearson y Neyman. Evans, Deming y Birge se in-


teresaron en Fisher como un posible candidato pero aparecieron dudas sobre “. . .
el mayor estadı́stico vivo” de la época en razón a las debilidades como expositor.
Neyman entró a la lista de candidatos gracias a su relación con Egon Pearson y
a las recomendaciones de varios académicos reconocidos, entre ellos el economista
Michat Kaleki, quien, al refirirse a Neyman expresaba que era el mejor estadı́stico
matemático del continente.

4. Evans tomó la decisión de vincular a Neyman en noviembre de 1937 y el 10 de


ese mes le envió la carta de invitación al Dr. “John Neyman” del University
College. A lo largo del libro de Reid, de 298 páginas, se evidencia el porqué la
autora considera que la llegada de Neyman a Berkeley se constituyó en el hecho
principal del largo proceso que condujo a la transformación de los estudios
estadı́sticos en los Estados Unidos.
No es posible resumir la gigantesca obra de Neyman, pero digamos que él es el
creador del Laboratorio de Estadı́stica de la Universidad de California en Berkeley,
desde donde los equipos de investigación organizados en este centro, liderados
inicialmente por Neyman, penetraron el mundo de la agricultura, la bacteriologı́a,
la biologı́a, la cosmologı́a, la medicina, la ciencia militar, la ciencia del clima, etc.
En vida, Neyman recibió varios premios en reconocimiento a su labor, entre
ellos la Medalla Nacional de Ciencias. Sin embargo, digamos que el mayor de los
homenajes es esta biografı́a de una de las mejores historiadoras de la matemática
de los últimos años. En el libro de Reid no aparece ni una sola ecuación. Esto no
implica que allı́ no pueda encontrarse información sobre la obra cientı́fica de varios
de los creadores del mundo académico de la estadı́stica y la estadı́stica matemática.
Es un libro para glorificar a la especie humana y para comprender cómo, a pesar
de las debilidades de los hombres y de las mujeres, algunos de ellos y de ellas
logran construcciones de inmenso valor. A través del libro admiramos no solo a
Neyman, sino también a Reid, que paciencia y que dedicación, es indudablemente
una santa, una mujer ejemplar. Cada página esta llena de pequeñas pero grandes
emociones:
En la página 179 se dice:

Era sábado en la tarde cuando vi a Pearson por primera vez y ar-


reglé que nos encontráramos también el domingo. Muy temprano en la
mañana, aún no habı́a desayunado, sonó el teléfono en mi habitación
en Spread Eagle en Midhurst. “Constance soy Egon”.

No sé si quedó bien la traducción que he hecho; ya lo he dicho muchas veces, no


importa, lo interesante es sentir lo que sienten Constance y Egon cuando se en-
cuentran la primera vez, obviamente Reid no necesita decirlo de manera explı́cita,
basta simplemente con describir el hecho. Es el lector quien debe deducirlo tem-
blando; se encuentran por primera vez dos grandes del mundo académico de las
matemáticas, en este caso alguien del lado de la estadı́stica con alguien del lado de

76
Biografı́as

la historia; hay que leer y al mismo tiempo imaginar, dos seres humanos ejemplares
juntos por primera ocasión. La maravillosa pluma de Reid nos ofrece multitud de
momentos deliciosos como este con el que acabo de emocionarme.
¿Qué sentirı́an los pobres de espı́ritu que descalifican a Reid porque nunca ha
demostrado un teorema?
El género biográfico tiene varias modalidades, las biografı́as escritas por Reid
muestran una primera; pertenece a aquellas que son escritas, en general, por
académicos que no tienen formación profesional en la disciplina del biografiado.
Esto ocurre con cierta frecuencia, como cuando algún periodista se interesa en
dar a conocer al público las actividades de cierto personaje importante en algún
ámbito académico. Claramente estas biografı́as tendrán cierta orientación común,
pues se hace mucho mayor énfasis en los aspectos de la vida cotidiana, sin dejar
de mencionar, claro está, los aspectos puramente profesionales. Estos documentos
son de un inmenso valor y contribuyen de una manera importante a difundir la
ciencia, en el caso de biografı́as de cientı́ficos, entre el gran público. Las biografı́as
de Reid son unos claros ejemplos de esta modalidad, la de Neyman tiene el tı́tulo
Neyman desde la vida, enfatizando ası́ la orientación.
Las cuatro biografı́as de Reid tienen otra importante caracterı́stica: la auto-
ra pudo recoger testimonios de personas que conocieron al biografiado, y del bi-
ografiado mismo en los casos de Courant, Neyman y Robinson. Esto les da otra
especificidad.
Por el contrario, los autores tienen que proceder de manera diferente cuando el
biografiado murió hace muchos años y no hay ningún ser vivo que pueda brindar
experiencias directas con el personaje en cuestión y valga la pena entrevistar.
Pedro Gálvez, autor de una de las biografı́as de Hypatia, lo explica un poco
dramáticamente:

Son tan pocas las fuentes sobre la figura de Hypatia, que una biografı́a
sobre esa mujer, que representó tanto el cenit como el ocaso de la cien-
cia antigua, se reducirı́a o bien a una serie de disquisiciones más o
menos ingeniosas sobre los magros datos históricos de que disponemos,
o a una exposición escueta de los mismos que tendrı́a que ir acom-
pañada de capı́tulos sobre temas diversos con el fin de alcanzar a duras
penas el volumen de un libro. [GP]

A pesar de las grandes limitaciones, los investigadores logran reconstruir los hechos
de una manera no trivial y en muchos casos con una buena dosis de originalidad
utilizando testimonios de otros ya desaparecidos; tal es el caso del profesor Gálvez.
Muchos de los grandes matemáticos desaparecidos hace ya siglos tienen sus bi-
ografı́as conocidas popularmente como “la biografı́a.” La de Pitágoras, por ejemp-
lo, es la de Peter Gorman. Esto no significa que sobre cada matemático exista una
única biografı́a; Pitágoras, pongamos por caso, ha sido objeto de muchas obras
biográficas, pero la más popular es la de Gorman. Hay muchas razones para ello,
la más fundamental es que reúne varias caracterı́sticas que tienen que ver con la

77
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

calidad: está muy bien documentada, es muy completa y además es muy agradable
de leer.
Cuando la biografı́a de un matemático es elaborada por un historiador con
formación académica como matemático, puede aparecer un enfoque bien distinto,
pues el énfasis puede estar dirigido hacia los logros investigativos y aparecerán
entonces detalles técnicos que no son fáciles de seguir incluso para muchas personas
matemáticamente cultas.
En la biografı́a del lógico Abraham Robinson, creador del análisis no estándar,
elaborada por Joseph Warren Dauben [DJW], aparecen muchı́simas referencias a
temas matemáticos cuya comprensión solo resulta posible para los especialistas.
En el capı́tulo seis del trabajo de Dauben, dedicado a la época en la cual Robinson
estuvo en Toronto, aparecen expresiones como la siguiente, la cual hace referencia
al libro escrito por Robinson titulado Teorı́as completas.

En el siguiente capı́tulo aborda el problema de encontrar condiciones


bajo las cuales la modelocompletitud implica la completitud. Aquı́ in-
troduce otro concepto nuevo, el de modelo primo, que conduce natural-
mente al test del modelo primo.

Muchos ejemplos ilustran este otro estilo: hay biografı́as escritas para los espe-
cialistas y no hay forma de evitarlo, el investigador que elabora la biografı́a debe
también desenvolverse eficientemente en el ámbito académico del biografiado. En
este caso que nos está sirviendo de ilustración el autor, profesor Dauben, es un
profesional de las matemáticas y una persona bastante bien informada sobre los
temas de investigación de Robinson.
Ası́ las cosas, el género biográfico ofrece una buena cantidad de posibilidades
de trabajo investigativo. Digamos, por ejemplo, que en Colombia no se han escrito
todavı́a las biografı́as que se necesitan. Hoy, junio de 2007, tenemos ya varios
matemáticos de reconocimiento internacional completamente desconocidos por el
público en general y también, infortunadamente, por otros académicos. ¿Quién
conoce a Alfonso Castro o a Jorge Cossio, fuera de los especialistas?
Terminemos este capı́tulo con algunos comentarios a la biografı́a de Galois,
elaborada por Leopold Infeld y que tienen como tı́tulo El elegido de los dioses. La
historia de Evaristo Galois. Existe una versión en castellano publicada por Siglo
XXI Editores, que circuló por primera vez en julio de 1974 [IL].
Infeld es un cientı́fico muy conocido por sus escritos divulgativos, en particular
por aquella obra maestra que escribió con Albert Einstein, donde se explican de
una manera bien elemental, muy rigurosa y muy amena, las bases de la fı́sica
moderna y de la teorı́a de la relatividad.
El trabajo de Infeld sobre Galois es del mismo estilo de las biografı́as de Reid,
escrito para el gran público. Una caracterı́stica muy especial de esta biografı́a es
que a lo largo del texto aparecen diálogos inventados por el biógrafo en los cuales
los partı́cipes son el propio Galois o algunos personajes de su entorno.
El siguiente dialogo ejemplifica esta caracterı́stica especial del libro de Infeld:

78
Biografı́as

Alfred y la hermana Therèse junto al lecho de Evariste. Ella le in-


dicó una silla y dijo:
El médico le permite estar sólo cinco minutos. Los dos deben mantener
calma.
Alfred se enjugó nerviosamente los ojos con un pañuelo. Evariste parecı́a
sereno y le sonreı́a a su hermano, cuyo rostro estaba lleno de dolor y
temor. Una súbita corriente de lágrimas relajó su tenso rostro y ex-
clamó:
¿Quién te hizo esto, Evariste?
¿Quién fue?
Evariste habló muy lentamente, haciendo una pausa entre cada frase,
a veces entre cada palabra, que eran apenas audibles.
No puedo hablar mucho. No tengo tiempo. La policı́a del rey. No dis-
paré. Está todo brumoso. ¿Quién es culpable? ¿Quién no lo es? No lo
sé. Está demasiado oscuro para saberlo; tenebris involuta.
¿Quién fue?, ¿Quién fue? Dı́melo y te vengaré, lo juro.
Evariste sacudió la cabeza.
No, Alfred, nada de venganza.
Esto forma parte de una especial manera de elaborar documentos historiográficos:
la historia novelada. Tal estilo es muy riesgoso y ha sido utilizado de manera irre-
sponsable; pero manejado con rigor, como lo hace Infeld, es en realidad realmente
espectacular. La escena que dramatiza Infeld ocurrió en realidad aunque a todas
luces el diálogo es un puro invento. Galois en el lecho de muerte y su hermano
Alfred a su lado en un hospital parisino pertenece al mundo de los hechos y de
los datos, no ası́ lo que Infeld sugiere que se dijeron entre ellos, y con alguna
probabilidad no existió ninguna hermana Therèse, es simplemente que en muchos
hospitales hay monjas y alguna de ellas lleva ese nombre.
El libro de Infeld sı́ tiene ı́ndice y es como sigue:

Prologo a la edición castellana 9


A mis lectores 15
I. Reyes y matemáticos 19
II. La rebelión de Louis LeGrand 39
III. “Soy un matemático” 64
IV. Persecución 103
V. En el año de la revolución 125
VI. “A Luis Felipe” 187
VII. Sainte-Pélagie 243
VIII. Libertad recobrada 275
Posfacio 333
Bibliografı́a 349

79
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

En la parte IV, Infeld hace referencia no solamente a la persecución policı́aca


que sufrió Galois, sino también a una posible persecución por parte de algunos
matemáticos, en particular por Cauchy. Este constituye uno de los sucesos históri-
cos más desagradables de todos los tiempos.
Como el estilo novelado puede ser utilizado, y lo ha sido, en forma irresponsa-
ble, Infeld tiene el cuidado de hacer aclaraciones en el posfacio como la que queda
consignada en la siguiente frase:

Las razones que motivaron el suicidio del padre de Galois y los distur-
bios que se produjeron en su funeral, están descritos por Dupuy, que
supo de ello por miembros de la familia de Galois. Mi descripción es
congruente con la historia de Dupuy.
La carta del padre de Galois revela su verdadero motivo para suicidarse,
pero la carta misma es ficción.

¿Por qué este estilo? bueno, las razones son diversas. Me parece que lo fundamental
es lo siguiente: la historia también forma parte de la literatura. De hecho, todas las
comunidades académicas tienen sus propias literaturas y el estilo literario es fun-
damental. Hay que cautivar al lector, sobre todo para que continué leyendo; pero,
más importante que eso, para que se involucre con las comunidades académicas
relacionadas con lo que se describe.
Sin embargo, ya lo hemos señalado, hay que ser muy cuidadosos, por eso se
necesitan principios básicos que orienten nuestras acciones y nos impidan caer
en la pura charlatanerı́a. La obra de Infeld es sin duda una pieza literaria, una
especie de novela; pero, aunque está llena de ficciones, como recurso literario,
está muy lejos de ser mera imaginación. Es una obra muy bien documentada, y
ası́ sus ficciones quedan explı́citamente ubicadas como estilo literario. Este texto de
Infeld ejemplifica otra interesante posibilidad, un especialista cientı́fico escribiendo
como si fuera tan solo un literato.
Para terminar este capı́tulo, vale la pena proponer otro principio:

5.1. (P9) Principio de Infeld o de la excelencia


literaria
(P9) Los documentos historiográficos e históricos deben ser es-
critos con un estilo literario de la mayor calidad; pero, el
estilo no debe convertir el escrito en un relato imaginario.

80
CAPÍTULO 6

Documentos tipo grandes


historias

Un ejemplo muy conocido en este género es la historia de la matemáticas, de


Eric Temple Bell. En la reedición castellana de 1996, publicada por el Fondo de
Cultura Económica, aparecen las siguientes partes, que reproducimos aquı́ para
esa primera intuición que todos sabemos es fundamental:
Introducción 7
I. Perspectiva general 13
II. La edad del empirismo 35
III. Una base firme 59
IV. La depresión europea 95
V. El rodeo por la India, Arabia y España 103
VI. Cuatro siglos de transición 117
VII. El comienzo de las matemáticas modernas 141
VIII. Ampliaciones del concepto de número 177
IX. Hacia las estructuras matemáticas 197
X. La aritmética generalizada 226
XI. Aparición del análisis estructural 257
XII. Los números cardinales y ordinales hasta 1902 283
XIII. De la intuición al rigor absoluto 295

81
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

XIV. La aritmética racional después de Fermat 309


XV. Aportaciones de la geometrı́a 333
XVI. El impulso de la ciencia 375
XVII. De la mecánica a las variables generalizadas 385
XVIII. De las aplicaciones a las abstracciones 397
XIX. Ecuaciones diferenciales y de diferencia 415
XX. Invariancia 435
XXI. Algunas importantes funciones 483
XXII. Por la fı́sica al análisis general y la abstracción 531
XXIII. Incertidumbre y probabilidad 563
Bibliografı́a y notas 609
Índice analı́tico 625

Una obra como esta, claramente del tipo “gran historia” puede ser un blanco
fácil de la crı́tica poco ilustrada. Alguien, por ejemplo, podrı́a señalar algo parecido
a lo siguiente:
“No es una historia de la matemática completa, no aparece ahı́ una sola refe-
rencia a la matemática en Colombia”.
Y alguien más podrı́a señalar:
“Tampoco hay ninguna referencia interesante al genio polaco Alfred Tarski”.
Sin embargo, el valor de un documento no se puede medir por fuera de las
intenciones del autor:
El curso escogido en los siguientes capı́tulos -explica Bell en su in-
troducción- lo determinan dos factores. El primero fue la petición de
muchos, principalmente estudiantes y maestros, para que hiciera una
amplia información del desarrollo general de las matemáticas, con una
referencia particular a los principales conceptos y métodos que en cierta
medida han sobrevivido. El segundo, una convivencia personal por va-
rios años con matemáticos creadores, tanto en matemática pura como
aplicada.
Siguiendo nuestros principios, en particular el de Dehn, debemos entender que
esta obra fue elaborada dentro de un contexto muy especı́fico y responde a unos
propósitos que el autor señala muy apropiadamente. El primero de ellos es el de
servir como un documento de consulta general y especı́ficamente para estudiantes
y profesores; este factor incluye un propósito pedagógico muy importante. No es un
texto, sino un libro que ha sido utilizado por multitud de estudiosos para entender
mejor ciertas teorı́as y técnicas matemáticas que sirven como modelo.
El matemático mexicano Juan José Rivaud, quien escribe una advertencia,
al principio de la obra de Bell en la versión que estamos comentando, brinda el
siguiente testimonio [BET]:
Hace ya muchos años se agotó la edición en español de esta obra
(FCE, 1949); durante este tiempo, para los que nos encontrábamos

82
Grandes Historias

formándonos en la universidad y tenı́amos interés en tener un panora-


ma más amplio de las matemáticas, conseguir un ejemplar presta-
do (ası́ como devolverlo) era prácticamente imposible y, cuando lo
hacı́amos, devorábamos las páginas una tras otra.
Lo escrito por Rivaud podrı́a ser ratificado por miles y miles de matemáticos del
mundo entero que tuvieron, y que siguen teniendo, la fortuna de poder consultar
esta maravillosa obra de Bell. No puede ser abarcadora, no busca colocar en un solo
texto todos y cada uno de los pasos que constituyen la historia de las matemáticas;
es apenas una panorámica general, que por lo demás es muy buena, para apoyar a
los estudiosos como Rivaud en su incansable búsqueda de información y de nuevos
conocimientos.
El ı́ndice que hemos reproducido aquı́, como lo hemos hecho con otros casos,
muestra de manera particular el carácter de una gran historia; son bastante nu-
merosos los temas que trabaja Bell en su libro y cada uno de ellos, aunque es
susceptible de ser ampliado, muestra un panorama bien general de su evolución.
El último capı́tulo, por ejemplo, dedicado a la teorı́a de la probabilidad, ocupa,
en la versión española que venimos utilizando, que por cierto tiene bastantes errores
de traducción y de imprenta, desde la página 563 hasta la página 608. Dentro de un
margen tan estrecho no es posible ofrecer un relato bien completo de la evolución
de esta teorı́a; pero sı́ es suficiente para presentar un punto de vista. Bell nos
presenta un buen resumen y aprovecha la ocasión para formular su opinión sobre
ciertos aspectos de la matemática.
Este capı́tulo tiene varios subtı́tulos pero pueden organizar en cuatro partes:
1) introducción, 2) evolución de la lógica, 3) surgimiento de la probabilidad y 4)
epı́logo de la obra.
En la introducción, muy pequeña, de una página, Bell motiva al lector acerca
del propósito central que él mismo resume en la frase:
De esta manera llegaremos a las sucesivas situaciones a partir de las
cuales podremos describir los más populares de los diferentes credos que
existen en 1945 sobre la naturaleza y el significado de las matemáticas.
En la segunda parte del capı́tulo Bell hace un recorrido por la lógica matemáti-
ca, iniciando con Russell, pero retomando por ejemplo a Boole, hasta llegar a la
imponente figura de Gödel y a sus resultados que según Bell iniciaron el derrumbe
de la certeza en matemáticas.
Entre las varias cosas que muestra Bell en esta parte, se destaca el difı́cil proceso
de inculturación de la comunidad académica y de la comunidad matemática para
que aceptaran la lógica matemática como una nueva disciplina. Una sola frase
ilustra claramente la situación:
Todavı́a en 1939, un distinguido filósofo liberal americano (del que no
damos el nombre porque quizás se despierte antes de morir) proclamaba
gozoso que la lógica matemática no habı́a contribuido en nada nuevo ni

83
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

a las matemáticas ni a la teorı́a del conocimiento, por lo que se habı́a


ahorrado la molestia de tener que aprender el simbolismo necesario.

Si por allá llovı́a, por aquı́ no escampaba. Una de mis experiencias más maravi-
llosas como académico tiene que ver con los debates en los años 1961-1965 en el
Departamento de Matemáticas de la Universidad Nacional entre Federicci, de un
lado, y todos los demás, del otro, incluyendo a Takeuchi, alrededor de la lógica
matemática. Aquı́ también tenı́amos y todavı́a existen contradictores de esta disci-
plina. Es pura “garabatologı́a”, señalaban algunos -todavı́a hay quienes lo hacen-,
“no sirve para nada”, orquestaban otros o “eso es muy difı́cil, solo es para genios”,
añadı́an otros cuantos sarcasticamente, y Federicci aguantando el chaparrón. Es
la eterna historia de los pioneros como Russell y Federicci, ilustran sobre lo nuevo
teniendo que soportar el embate de la tradición; verdaderas batallas simbólicas
que no tienen ganadores ni perdederos pero, sobre todo, donde no hay muertos
ni heridos, solo el látigo de la argumentación, de los hechos y de los datos. Para
eludir un poco esta “persecución”, Federicci tuvo que emigrar a la Facultad de
Ciencias Humanas.
Pero el ejemplo de la lógica es apenas eso, un ejemplo. Bell lo muestra tam-
bién para el caso de la probabilidad, aunque aquı́ esta nueva actividad académica
contó con un aliado muy poderoso: la mecánica cuántica fundamentada muy clara-
mente en aquella disciplina matemática.
La tercera parte del capı́tulo final aparece de una manera muy natural después
del relato sobre la lógica, que concluye con el famoso teorema de Gödel sobre la
incompletitud de la aritmética, el sueño de Leibniz, encajonado en la expresión
calculemos, como la vı́a segura para dirimir las disputas, llegó a su fin. No hay
certeza en matemáticas, solo podemos predecir probabilidades y el libro entero,
como una apoteosis a esta nueva ciencia, termina con la presentación de cómo se
construyeron las bases de las teorı́as sobre el azar.
Hay formas muy sutiles de descalificar una disciplina académica y esto también
forma parte de la historia del mundo académico.
Bell nos presenta otro ejemplo bastante interesante que no podemos dejar de
mencionar porque la técnica de descalificación que se utiliza es bastante univer-
sal y a veces muy sutil podemos nombrarla como “descalificar una investigación
descalificando a un individuo”.
Uno de los grandes iniciadores de los métodos estadı́sticos es el profesor inglés
R.A. Fisher, quien entre otras muchas cosas utilizó sus métodos en el ámbito de la
educación. El celo de algunos educadores no se hizo esperar y se inició una fuerte
reacción, en los Estados Unidos, para impedir que estas nuevas técnicas penetraran
el apacible mundo de las escuelas y colegios. Un celoso educador publicó, en una
revista dirigida a educadores, un artı́culo en el cual aparecen varias menciones
relacionadas con la supuesta incompetencia de R.A. Fisher. Bell recurre al experto
H. Hotelling, a quien le pide prestada una expresión que nosotros, a nuestra vez,
nos la apropiamos en parte:

84
Grandes Historias

La afirmación de que “excepto a lo que se refiere a la distribución del


coeficiente de correlación de números pequeños, no hay una sola cosa
que sea fundamentalmente nueva en el sistema de Fisher” no hace
justicia a la obra de uno de los genios más originales que registra la
historia de los métodos estadı́sticos. Se deben a R.A. Fisher tantos y
tantos ingeniosos progresos en la teorı́a de la estadı́stica y en los méto-
dos estadı́sticos, que es imposible enumerarlos en un breve resumen.
Es bastante tı́pico: si se descalifica a la persona, sus actividades intelectuales
supuestamente quedan también eliminadas; como cuando le endilgaban a Federicci
el apelativo de “extranjero” creyendo que con eso lo iban a aplacar. En el caso
de Fisher la situación es bien sencilla: para impedir que se realicen investigaciones
relacionadas con la educación utilizando técnicas estadı́sticas, una buena estrate-
gia consiste en señalar que la persona que realiza dicha tarea es un incapaz. Sin
embargo, una cosa es pretender el uso de tácticas y estrategias “no académicas” y
otra muy diferente creer que con tales estilos puede frenarse el progreso académico;
es posible que este avance se impida por algún tiempo, pero como el conocimien-
to es una actividad pública, no hay manera de lograr el estancamiento. Se puede
inmovilizar a un Fisher pero no a todos los Fisher; de hecho, y aunque siguen
existiendo obstáculos especialmente cognitivos, las técnicas estadı́sticas aplicadas
a la educación constituyen hoy dı́a una herramienta fundamental en las ciencias
de la educación y en muchas otras actividades humanas.
Hay que perfeccionar la raza humana denunciando los defectos y las debilidades
de algunas personas.
Terminemos nuestra presentación del trabajo de Bell con un comentario un
poco desagradable: la edición castellana que hemos comentado tiene dos carac-
terı́sticas bastante molestas; ante todo, hay varios errores tipográficos que no tienen
ninguna justificación, son descuidos fáciles de superar; pero, lo más desagradable
es el uso de “mexicanismos”, que tampoco tienen presentación pues se trata de una
obra para lectores de habla castellana y no solo de habla mexicana. Un ejemplo
será suficiente: en ningún paı́s diferente de México se utiliza la expresión “logi-
calismo”, todo el mundo utiliza la palabra “logicismo” ¿Será que debemos decir
intuicionalismo y no intuicionismo como se dice en todo el planeta? a pesar de
estos defectos no cabe sino una sola actitud frente al trabajo de Bell, profundo
respeto y admiración.
El género de las grandes historias tiene también variantes. Por ejemplo, pueden
escribirse grandes historias sobre la matemática en un paı́s o en un periodo histórico
bien delimitado como serı́a el caso de la historia de la matemática en grecia, tema
sobre el cual han trabajado muchos autores. También hay grandes historias sobre
un tema determinado como historia del cálculo o historia de la geometrı́a elemental,
etc.
Otro tipo interesante de gran relato son las enciclopedias, en las cuales par-
ticipan como autores varios investigadores. Un buen ejemplo es la obra Writing
the History of Mathematics; it’s Historical Development, publicada por primera

85
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

vez en 2002, y cuyos editores son los historiadores Joseph W. Dauben, a quien ya
hemos mencionado, y Christoph Scriba, a quien nos referimos en este escrito por
primera vez [DWJ2]. Este precioso volumen de 689 páginas, dedicado a la historia
de la matemática, y a la memoria de Kenneth O. May, tiene las siguientes partes:

Parte I. Paı́ses
1. Francia
Jeanne Peiffer 3
2. Paı́ses Bajos
Paul Bockstaele 45
3. Italia
Humberto Bottazzini 61
4. Suiza
Edwin Neuenschwander 97
5. Alemania
Menso Folkerts
Christoph Sriba
Hans Wassing 109
6. Escandinavia
Kirsti Anderson 151
7. Islas Británicas
Ivor Grattan Guinness 161
8. Rusia y otros paı́ses soviéticos
Sergei Demidov 179
9. Polonia
Stanislav Domoradzki
Zofia Pawlikowska-Brozek 199
10. Paı́ses bohemios
Lubos Novy 205
11. Austria
Christa Binder 213
12. Grecia
Crhistine Phili 221
13. España
Elena Ausejo
Mariano Hormigón 231
14. Portugal
Luis Saraiva 239
15. Las Américas
Ubiratan D’Ambrosio
Alejandro Garciadiego
Joseph W. Dauben
Craig Fraser 249

86
Grandes Historias

16. Japón
Sasaki Chikara
17. China
Liu Dun
Joseph Dauben 297
18. India
Radha Charan Gupta 307
19. Paı́ses Árabes, Turquı́a e Irán
Sonja Brentjes 317
20. Palabras finales
Joseph Dauben
Jeanne Peiffer
Christoph Scriba 329
Parte II. Fotografı́as y biografı́as
Fotografı́as 343
Biografı́as 351
Parte III. Abreviaciones, bibliografı́a e ı́ndice
Abreviaciones 583
Bibliografı́a 591
Índice 645
Esta lista debe servirnos para hacer nuestras propias consultas a través de internet;
para eso la colocamos.
Iniciemos los comentarios sobre esta obra conjunta diciendo que la bibliografı́a
ocupa desde la página 591 hasta la 643, lo que muestra el importante desarrollo de
nuestra disciplina. En este ı́ndice figura nuestro colega Luis Carlos Arboleda, con
su trabajo Dificultades estructurales de la profesionalización de las matemáticas
en Colombia.
En la primera parte, dedicada a los paı́ses se presentan, en forma por lo demás
bastante completa, pequeños relatos acerca de cómo han evolucionado las investi-
gaciones históricas en cada paı́s.
Las biografı́as están incluidas entre las páginas 341 y 578, y aparecen allı́ varios
de los historiadores que hemos nombrado en este escrito. En la biografı́a de Bell,
como en las demás, se encuentran datos muy importantes pero también curiosos
y muy probablemente muy poco conocidos. Yo, por ejemplo, no sabı́a que habı́a
nacido en Escocia y que fue un novelista del género de la ciencia ficción; tampoco
tenı́a conocimiento de que ocupó el cargo de presidente de la MAA (Mathematical
Association of America). En la de Max Dehn se informa que resolvió dos de los
famosos problemas de Hilbert, sufrió la persecución de los nazis por su origen
judı́o y tuvo que emigrar a los Estados Unidos como muchos otros académicos. No
aparecen allı́ personajes que todavı́a viven y por eso no se encuentran las biografı́as
de Constance Reid, ni la de Renata Tobies, ni la de Luis Carlos Arboleda. Los
grandes historiadores de la matemática, ya desaparecidos, figuran en esta parte del
libro y las fotografı́as que aparecen en el libro pertenecen a varios de ellos. Resulta

87
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

muy ilustrativo nombrarlos, también con el propósito de ofrecer información para


realizar consultas en internet.
Kenneth O. May (canadiense)
Jean Etienne Montucla (francés)
Moritz Cantor (alemán)
Hieronymus Georg Zeuthen (alemán)
Paul Tannery (francés)
Zoel Garcı́a de Galdeano (español)
Walter William Rouse Ball (inglés)
Francisco Gomez Teixeira (portugués)
Gustaf Hyalmar Esestrom (suecia)
Johan Ludwig Heiberg (danes)
Florian Cajori (suizo)
David Eugen Smith (estadounidense)
Thomas Little Heath (inglés)
Gino Loria (italiano)
Raymond Clark Archibald (estadounidense)
Mikami Yoshio (japonés)
Julio Rey Pastor (español)
Kurt Vogel (alemán)
Li Yan (chino)
Qiang Baocong (chino)
Dirk Jan Struik (holandés)
José Babini (argentino)
Otto Neugebaner (alemán)
Joseph Hofmann (alemán)
Adolf Youshkevich (ruso)
Y ahora una mirada rápida al documento 15, en el cual participan como autores el
brasileño Ubiratan D’Ambrosio y el mexicano Alejandro Garciadiego. Las partes
de este escrito son: a) introducción, b) América del Sur, c) México, d) Estados
Unidos de América y e) Canadá. D’Ambrioso ha visitado en varias oportunidades
nuestro paı́s y conoce bastantes cosas sobre nosotros pero pareciera que no ha
sido informado de los estudios históricos que se han realizado o realizan en nue-
stro territorio o tal vez no los considera todavı́a de buena calidad; menciona tan
solo a José Celestino Mutis, pero termina diciendo que ninguna parte de su obra
puede calificarse como investigación histórica. Seguramente solo hace referencia a
historiadores de los siglos anteriores al XIX, y en ese sentido tiene toda la razón.
El relato de Garciadiego es un resumen bastante apretado de la historia de las
matemáticas en México, muy centrada en la Universidad Nacional Autónoma de
México, y dentro del cual figuran varios hechos que tienen que ver con las investi-
gaciones históricas: 1) las varias visitas de Struik y de Keneth O. May a Ciudad
de México que motivaron los estudios históricos entre los matemáticos mexicanos,
uno de ellos el propio Garciadiego quien viajó a estudiar al Canadá convirtiéndose

88
Grandes Historias

después en el primer doctor especializado en historia de las matemáticas de la


república de México, 2) la creación en la UNAM del Semninario De Problemas
Cientı́ficos y Filosóficos, cuyo animador principal ha sido el profesor Elie de Gor-
tari y que ha ayudado a crear un ambiente muy favorable para el desarrollo de la
Metaciencia tanto en México como en América Latina; 3) la influencia del histori-
ador canadiense Keneth O. May en México y 4) la creación de la revista Mathema,
especializada en historia y filosofı́a de la matemática.
Entre las cosas importantes que se mencionan en la parte dedicada a Canadá es-
ta la extraordinaria labor de Keneth O. May, a quien esta dedicado el tratado que
estamos comentando y quien fuera, junto al francés René Tatón y al ruso Adolf
Youshkevich, uno de los fundadores de la revista International Journal of the His-
tory of Mathematics, editado con el nombre Historia Mathematica, cuya primera
publicación apareció en 1947.
Según Dauben, autor del artı́culo dedicado a los Estados unidos, el estı́mulo
más importante para el desarrollo de los estudios históricos en ese paı́s fue y ha
seguido siendo la educación; los primeros trabajos de naturaleza histórica tenı́an
que ver con traducciones de las obras clásicas, como fue el caso de Nathaniel
Bowditch, quien editó en ingles el tratado de Laplace sobre la mecánica celeste,
agregándole aclaraciones para una lectura más fácil y añadiéndole información
sobre antecedentes y antecesores.
A nivel internacional, el trabajo de Morris Kline es ampliamente conocido, en
parte gracias a esta intencionalidad pedagógica. Kline fue uno de los encargados
de realizar una gran reforma en la educación, y como él mismo lo afirmaba, una
mejora sustancial podı́a lograrse utilizando la historia en la enseñanza.
Infortunadamente, parte de la obra de Kline ha sido mal interpretada y algunos
la entienden como una diatriba contra las matemáticas modernas, en especial por
su trabajo conocido con el tı́tulo Por qué Juanito no aprendió a sumar.
Una actividad fundamental, adelantada por los primeros historiadores de la
matemática, fue la recopilación de bibliografı́a. Sobresalen en este ámbito varios
personajes, entre ellos el legendario David Engene Smith y Louis Karpinski, quienes
realizaron algunos trabajos conjuntos. Karpinski es el autor de Una Bibliografı́a
de los trabajos matemáticos editados en América desde 1850, obra publicada por
primera vez en 1940.
Dicho sea de paso, el trabajo histórico-filosófico más importante realizado has-
ta el momento por el profesor colombiano Alberto Campos se inició como una
recopilación bibliográfica para los cursos de lógica en la carrera de filosofı́a de
la Universidad Nacional sede Bogotá, y esta recopilación se fue transformando
primero en un texto y luego en el libro de dos tomos que muchos conocemos.
Ese proceso, señala Dauben, el de recopilar bibliografı́a para los cursos de
matemáticas, ha conducido a la elaboración de varios textos y también a la creación
de varios clásicos de la historia, como el de Bell que ya hemos mencionado.
Convirtamos esto último en un nuevo principio y aprovechemos la ocasión para
brindar nuestro reconocimiento a uno de los metamatemáticos colombianos más

89
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

sobresalientes e influyentes:

(P10) Principio de Alberto Campos o de la ten-


sión entre historia y educación
(P10) Una buena manera de adelantar estudios históricos consiste
en preparar cursos de muy buena calidad, apoyándose en la
evolución histórica de los temas que se trabajan.

A lo largo del artı́culo de Dauben van apareciendo las grandes figuras de la


historia de las matemáticas de ese paı́s, entre ellos Florian Cajori, Smith, a quien
ya mencionamos, Julian Coolidge, Bell, Ernst Hellinger, Howard Eves, Raymond
Wilder, Carl Boyer.
En las palabras finales de la obra, Dauben, Peiffer, Scriba y Wussing agregaron
varios comentarios, que tienen que ver con la justificación de los estudios históricos,
algunos de los cuales son:

1. George Sarton, uno de los grandes de la historia de la ciencia acota:

La historia de las matemáticas debe realmente ser el núcleo de la


historia de la cultura. Elimine el desarrollo de la matemática de la
historia de la ciencia, y usted suprime el esqueleto que soporta y
unifica todo lo demás. La matemática brinda a la ciencia su más
profunda unidad y cohesión, la cual no puede ser sustituida, no
importa cuántos nuevos entrecruzamientos se puedan incluir.

2. Como una motivación básica, la historia de la matemática puede ser utiliza-


da para brindar a los matemáticos el reconocimiento que se merecen, para
clarificar prioridades o para difundir algún descubrimiento, algún teorema
o algún método. Otros han utilizado la historia para fundamentar el punto
de vista de que el progreso es el inevitable curso de los acontecimientos en
todos los campos y muy particularmente en matemáticas. La historia de la
matemática también puede servir para expresar los logros de una nación. La
historia de la matemática también muestra la gran importancia de los fac-
tores institucionales y administrativos en el desarrollo de nuestra disciplina.
En fin, los cuatro historiadores ratifican las afirmaciones que nosotros hemos
preferido colocar como principios.

3. Los autores reafirman la idea planteada por Dauben en el sentido de uti-


lizar la historia para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje de las
matemáticas y utilizan varias referencias, una de las cuales, bastante útil,
es la siguiente tomada del libro Historia de la educación matemática, de los
profesores John Fauvel y Jan von Maanen:

90
Grandes Historias

Este libro investiga cómo el aprendizaje y la enseñanza de las mate-


máticas pueden mejorarse integrando la historia de las matemáticas
en todos los aspectos de la educación matemática: en las lecciones,
en las tareas, en los textos, en las lecturas, en los proyectos, en
las evaluaciones, en el currı́culo, etc. El libro es el resultado de
una investigación apoyada por el ICMI (International Commis-
sion of Mathematics Instruction) y en él se muestran evidencias
originadas en la experiencia de algunos profesores, ası́ como de al-
gunos currı́culos nacionales, libros de textos, prácticas educativas
y perspectivas investigativas a lo largo del mundo entero.
Este punto de vista, el de colocar la historia al servicio de la educación matemática,
toma diferentes formas y es difundido por muchos investigadores. Una variante
bastante atractiva la defienden Frank Swertz, John Fauvel, Otto Bekker, Bengt
Johannson, Victor Katz y otros en el libro titulado: Learn from the Masters [SF].
La idea aquı́ consiste, básicamente, en retomar investigaciones de los grandes
matemáticos y utilizarlas como temas de trabajo en las clases. En la página web
www.usa.edu.co/semicirculo aparecen varios ejemplos, dos de ellos referidos con
los apelativos Didáctica Pitagórica y Didáctica Gaussiana.
En el artı́culo de Shmuel Avital, del libro [SF], cuyo tı́tulo es La historia de
la matemática puede ayudar a mejorar la enseñanza y el aprendizaje, el autor
sugiere que el uso de documentos históricos contribuye en cuatro grandes campos
educativos:
1. Adquirir conocimientos sobre las dificultades de los estudiantes en el apren-
dizaje.
2. Mejorar los métodos de enseñanza.
3. Incorporación en los procesos de aprendizaje de las técnicas de la formulación
y de resolución de problemas.
4. Llamar la atención en relación con los factores emotivos y afectivos en los
procesos de construcción del conocimiento matemático.
Con relación, por ejemplo, al tener punto, el argumento de Avital es a la vez muy
simple y contundente: los grandes maestros son expertos en el arte de formular y
resolver problemas. ¿Por qué no acudir a ellos?
Nuevamente replicamos el ı́ndice de este importante libro, pues allı́ se recogen
las ideas centrales y es una guı́a para consultar en internet:
Part I: The History in the Elementary Mathematics.
1. The History of Mathematics in teaching
Shmuel Avital 3
2. The Role in the History of Mathematics of Algorithms and
Analogies
Phillip Jones 13

91
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

3. Using Problems from the History of Mathematics in classroom


Instruction
Frank Swetz 25
4. Revising the history of Logarithms
John Fauvel 39
5. Napier’s Logarithms Adapted for Today’s classroom 49
6. Trigonometry comes out of the shadows
Frank Swetz 57
7. Alluvial Deposits Conic Sections, and Improper Glasier, or History
of Mathematics applied in the classroom
Jan van Maanen 73
8. An Historical example of Mathematics modeling:
the trajectory of Cannonball
Frank Swetz 93
Part II: History in Higher Mathematics
9. Concept of Function. Its History and Teaching
Man Kenng Sin 105
10. My favorite Ways of using History in Teaching Calculus
Frederick Rickey 123
11. Improved the use of Historical Materials
Michel Helfgott 135
12. Euler and Heuristic Reasoning
Man Kenng Sin 145
13. Converging Concepts of Series: Learning from History
Joel Lehmann 161
14. Historical Thoughts on Infinite Numbers
Lars Mejlbo 181
15. Historical Ideas in Teaching Linear Algebra
Victor Katz 189
16. Wessel on Vectors?
Otto Bekken 207
17. Who Needs Vectors?
Karen Reich 215
18. The Teaching of Abstract Algebra: An Historical Perspective
Israel Kleiner 225
19. Toward the Definition of an Abstract Ring
David Burton and Donovan van Osdol 241
20. In Hilbetr’s Shadow: Notes toward a Redefinition of
Introductory Group Theory
Anthony Gardiner 253
21. An Episode in the History of Mathematics and Its utility in the
Teaching of Applied Mathematics
Eric Aiton 267

92
Grandes Historias

22. Mathematical thinking and history of Mathematics


Man Kenn Sin 279
23. A Topics Course in Mathematics
Abe Shenitzer 283
Niels Henrik Abel (1802-1829):
A Tribute 297
About the Authors 301

Una mirada rápida a este ı́ndice muestra las inmensas posibilidades para de-
sarrollar esta anfibiosis:

Historia + Educación.

Hace ya un buen número de años, en la revista que editaba el profesor Yu Takeuchi


de su propio bolsillo, publiqué un artı́culo titulado “La historia al servicio de la
pedagogı́a” [PJH], en el cual, mediante varios ejemplos sencillos, plantee esta mis-
ma idea de Dauben; como quien dice, si por allá brillaba el sol, por aquı́ nos
iluminaba. Esta es una idea muy natural pero ha sido distorsionada en algunos
textos reduciendo lo histórico al simple hecho de añadir pequeñas biografı́as de
grandes matemáticos junto a sus retratos. No se trata simplemente de eso, no se
está proponiendo aumentar el caudal de información a transmitir; por el contrario,
introduciendo en clase el uso de hechos históricos se contribuye también a la elimi-
nación de información superflua que no ayuda a mejorar los procesos de enseñanza
- aprendizaje. La propuesta de utilizar la historia para mejorar la educación es de
un alcance mucho mayor, es ni más ni menos que ejercer el oficio, en el nivel que
corresponda, de investigador en historia de las matemáticas y en matemáticas;
es vivir algunas de las experiencias intelectuales que fueron experimentadas por
algunos de los grandes matemáticos. Naturalmente, esta no es una tarea fácil de
realizar, se requiere entrenamiento, se necesita dedicación y concentración, de lo
contrario se deforma y se vuelve por completo superficial.

93
CAPÍTULO 7

Investigación primaria

En todas las disciplinas académicas, la investigación primaria es el motor de


toda la actividad investigativa; esto no significa que en este tipo de investigación
esté prohibido el uso de información elaborada por otros expertos, al contrario, la
investigación es una actividad grupal y además pública, es en esencia una inter-
acción muy particular entre pares, y ası́ el manejo de la información es totalmente
compartido, mucho más ahora que tenemos a nuestra disposición internet y las
miles y miles de bases de datos de uso completamente libre.
¿Qué es entonces una investigación primaria? Un primer aspecto tiene que ver
con la originalidad; sin embargo, todo documento elaborado por un especialista
es siempre original, aunque no corresponda a una investigación primaria, a menos
que sea un simple plagio. Como una buena guı́a digamos que la mayor parte de
los informes de una investigación primaria se publican en revistas especializadas.
Veamos algunos de los ejemplos que hemos presentado en este escrito, incluyen-
do nuestro propio trabajo. El artı́culo de la profesora Renata Tobies sobre Emmy
Noether es de una gran originalidad, pero no podrı́amos calificarlo como investi-
gación histórica primaria; de hecho, toda la información sobre Emmy Noether la
toma la autora de las dos biografı́as que se mencionan en el artı́culo, es decir, sus
datos históricos han sido tomados de otros investigadores. Las biografı́as de Cons-
tance Reid, por el contrario, muestran información completamente inédita; por
ejemplo, toda la que se relaciona con las entrevistas que ella misma realizó. Esta
diferencia, entre primario y secundario no descalifica para nada al segundo tipo de

94
Investigación Primaria

actividad, es simplemente que tenemos aquı́, de nuevo, una dialéctica básica:

Primario
versus.
Secundario.

Nuestro trabajo, el presente trabajo, está lleno de comentarios originales; pero co-
mo documento historiográfico es de tipo secundario; toda la información histórica,
excepto las menciones personales y a casos nacionales, es tomada de otros autores;
y esto se hace para ilustrar algún asunto; como lo que estamos haciendo en este
momento, ilustramos la diferencia entre primario y secundario tomando los casos
de Tobies y Reid. Insistamos, el artı́culo de Tobies no es secundario en razón a su
calidad o a su originalidad; es un excelente trabajo, de una gran originalidad; pero
como documento historiográfico es de tipo secundario, lo dijimos en su momento,
el propósito de Tobies era presentar un tema de la mayor importancia, difundir
un punto de vista al respecto y sustentarlo: las mujeres pueden tener un gran éxi-
to como trabajadoras en el mundo académico de las matemáticas a pesar de las
dificultades que se les puedan atravesar, y un magnifico ejemplo es el de Emmy
Noether.
Un mismo investigador puede elaborar documentos primarios y documentos
secundarios; de hecho, todo investigador encuentra la necesidad de trabajar en
estos dos campos, aunque algunos prefieran mantenerse en el ámbito primario
todo el tiempo; de nuevo, no es difı́cil encontrar ejemplos de todos los tipos.
Tomemos el ejemplo del investigador Thomas Hawkins de la Universidad de
Boston, ganador del premio Chauvenet de la MAA en 1997 y autor de la extraor-
dinaria obra Emergence of the History of Lie Groups. An Essay in the History of
Mathematics 1869-1920, cuya primera edición apareció en 2000 por la Springer-
Verlag.
Aunque el ı́ndice no lo dice todo, informa de una manera muy clara y concisa,
incluso el resumen siguiente:

Parte I. Sophus Lie


Parte II. Whilhelm Killing
Parte III. Elie Cartan
Parte IV Hermann Weyl

Aunque en la obra aparecen datos biográficos de los cuatro grandes matemáti-


cos mencionados en los tı́tulos de las cuatro partes del libro de Hawkins y de otros
que se relacionaron con ellos, esta no es; una investigación biográfica. El tipo de
información que aparece sistemáticamente es del estilo siguiente [HT, página 1]:

La actividad matemática de Lie en 1869-1873 puede ser dividida en


dos perı́odos, que pueden describirse rápidamente como la época con
Klein y aquella sin Klein. Durante los primeros tres años del periodo

95
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

mencionado, es decir desde el verano de 1869, Lie trabajó en contacto


muy estrecho con Klein.

Y un poco más adelante el autor remite al artı́culo de D. Rowe The Early geome-
trical Works of Felix Klein and Sophus Lie, donde el lector puede encontrar una
mayor información biográfica sobre estos dos grandes matemáticos; en esta forma
y desde la intención del autor, el mismo tı́tulo lo ratifica, el libro no es pues ni un
trabajo biográfico, ni unas memorias, ni un gran relato a pesar de su extensión de
564 páginas, es una investigación histórica bien delimitada: el tema conocida hoy
dı́a como la teorı́a de Lie en un perı́odo restringido entre los años 1869 y 1926.
Esta obra es una perfecta combinación entre lo primario y lo secundario. Si
examinamos cualquier capı́tulo, pongamos por caso el quinto, cuyo tı́tulo es Killing
and the Structure of Lie Algebras, confirmaremos esta perfecta simbiosis:

1. Las investigaciones de Hawkins sobre cuestiones relacionadas con la teorı́a de


Lie se remontan a los años 1970 y 1971, época en la que publicó el artı́culo
The Origins of the Theory of Groups Characters, en la revista Archiv for
History of Exact Sciences, especializada en investigación primaria.

Desde esos años en adelante figuran por lo menos otros 18 artı́culos, el último
de los cuales, de 1999 se titula Weyl and the topology of Continuous Groups,
al que le siguió el libro que estamos comentando el cual apareció, por primera
vez, como ya lo dijimos en 2000. Todos estos artı́culos forman parte de la
investigación primaria del autor y cualquiera de ellos amerita gran cantidad
de comentarios.
2. El artı́culo Wilhelm Killing and the Structure of Lie Algebras, publicado en
1982 en Archive for history of Exact Sciences, se parece mucho al capı́tulo
5 del libro que estamos comentando. Si no se tratara del mismo autor cali-
ficarı́amos este hecho de plagio; sin embargo, es el caso de un investigador
tomando información previa de él mismo. En otras palabras, el artı́culo de
1982 es información primaria, mientras que el capı́tulo 5 del libro que estamos
comentando es secundaria. Para ilustración mı́a y del lector, copiaremos
aquı́ el ı́ndice de cada uno de estos documentos:

Artı́culo

1. Formas espaciales y ecuaciones caracterı́sticas


2. Teorı́a de Lie sobre grupos de transformaciones
3. La correspondencia Killing-Engel
4. Grupos de rango cero
5. La tesis doctoral de Elie Cartan
6. Epı́logo: Premio Lobachevsky

96
Investigación Primaria

7. Fuentes de material no publicado


8. Bibliografı́a

Capı́tulo 5

1. Formas espaciales y ecuaciones caracterı́sticas


2. Encuentro con la teorı́a de Lie
3. Correspondencia con Engel
4. La teorı́a de Killing sobre estructura
5. Grupos de rango cero
6. El Premio Lobachevsky

3. Entre los documentos que deben consultarse en una investigación históri-


ca primaria están aquellos escritos por los personajes que intervienen en el
asunto que se investiga. En el caso del artı́culo de Thomas Hawkins sobre
Killing, en la bibliografı́a aparecen citados 14 artı́culos de Killing, 13 de Lie,
8 de Engel, y 10 de Cartan, todos los cuales son trabajos matemáticos más no
historiográficos. En esta bibliografı́a los únicos documentos historiográficos
que allı́ aparecen son del propio Hawkins; lo que nos da un buen indicador
del aspecto primario de esta investigación. Por el contrario, la presencia del
capı́tulo 5 en el libro caracteriza este trabajo como un hı́brido pues otros
capı́tulos son de primera mano. En realidad, en todos los capı́tulos hay in-
formación nueva e información ya previamente publicada por el propio autor.
Hay pues dos tipos de documentos historiográficos, primarios y secunda-
rios; sin embargo, la mayorı́a son hı́bridos, combinan las dos caracterı́sticas.
Todos los documentos escritos por especialistas, ası́ sean de tipo secundario
exclusivamente, son originales pues en todos los casos plantean ideas inéditas
y de gran interés.

97
CAPÍTULO 8

Historia de las matemáticas


elementales

Las matemáticas elementales constituyen un campo de investigación para los


historiadores con muchas lı́neas de acción; la primera y más desarrollada posible-
mente sea la historia de la geometrı́a elemental, que incluye no solo la geometrı́a
euclidiana, sino además una buena cantidad de temas de las geometrı́as finitas y
de las geometrı́as no euclidianas.
Le expresión matemática elemental se utiliza de varias maneras. Infortunada-
mente algunas personas, matemáticos incluidos, la usan como un calificativo des-
pectivo muy similar a la expresión burlona “Elemental, mi querido Watson”, uti-
lizada por el legendario personaje novelesco Holmes para ridiculizar a su amigo
de andanzas. Algunos matemáticos pedantes también emplean la palabra elemen-
tal, al igual que otras como obvio, evidente, trivial, para intentar humillar a sus
alumnos y a veces a algunos colegas.
El imaginario alrededor de lo elemental impide entender muchas cosas impor-
tantes y maravillosas del mundo académico de las matemáticas, en especial la
posibilidad que tienen todas las personas de desarrollar su talento matemático, en
particular los niños; no se olviden del ejemplo de Constance Reid. Recordemos la
definición sugerida por uno de los expertos mundiales en matemáticas elementales
ya desaparecido, el profesor Isaac Yaglom, animador del proyecto internacional

98
Historia de las matemáticas elementales

Olimpiadas de matemáticas:
La matemática elemental es aquella que se puede trabajar con estudiantes y
profesores de las escuelas y colegios.
En esta definición, producto de muchos años de experinecia, se pueden destacar
varios puntos importantes:

1. El “se puede trabajar” equivale a expresiones del tipo “se puede construir o
reconstruir”. Los investigadores que trabajan en el proyecto de olimpiadas
escolares, como los profesores Marı́a Falk de Losada, Joaquı́n Valderrama y
Marı́a Losada en el caso de Colombia, construyen conocimiento matemático
nuevo o ya elaborado, en colaboración con estudiantes y profesores de las
escuelas y colegios que participan en el proyecto; realizan auténtica inves-
tigación matemática solo que a nivel elemental. Construyen o reconstruyen
conocimiento.

2. Una idea básica detrás de la expresión matemática elemental es que en el


proceso de construcción de este tipo de ciencias participan estudiantes cuyo
nivel de conocimiento es muy bajo; es decir, los prerrequisitos exigidos en
esta actividad no son muy numerosos.

A pesar de estas caracterı́sticas, el trabajo matemático elemental tiene todas las


cualidades del trabajo matemático superior y avanzado: se manejan teorı́as, se for-
mulan conjeturas, se buscan ejemplos y contraejemplos, se demuestran teoremas,
se buscan aplicaciones, se formulan problemas, etc.
Un trabajo similar, aunque con caracterı́sticas diferentes, se realiza en otros
proyectos, como en el Semicı́rculo de la Universidad Sergio Arboleda o el que
dirige el profesor Carlos Luque Arias de la Universidad Pedagógica Nacional, o el
de los semilleros de la Universidad de Antioquia y de otras universidades.
Existe muy buena literatura sobre las matemáticas elementales, pero sobre la
historia de esta disciplina las investigaciones son todavı́a muy escasas; pongamos
por caso, un buen documento sobre la historia de las matemáticas elementales en
Colombia no existe todavı́a hoy junio de 2007 y esto, desde mi punto de vista, es
algo trágico. Esta situación para nada ayuda a entender la naturaleza del trabajo
matemático, y sobre todo a difundir este tipo de conocimiento.
A nivel internacional, un excelente documento es el elaborado por el profesor
Heinrich Dörrie titulado 100 Grandes problemas de las Matemáticas Elementales
[DH]. Este libro tiene las siguientes partes: 1) Problemas aritméticos, 2) Proble-
mas Planimétricos, 3) Problemas relacionados con secciones cónicas y cicloides, 4)
Problemas Estereométricos, 5) Problemas Astronómicos y Náuticos, 6) Extremos.
El ı́ndice de una de las partes nos ayudará a pulir nuestras intuiciones sobre la
matemática elemental:

1. El problema de Arquı́medes sobre bovinos

2. El problema de Bachelt de Méziriac sobre los pesos

99
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

3. El problema de Newton sobre vacas y los pastizales

4. El problema de los siete sietes de Berwick

5. El problema de Kirkman sobre las colegialas

6. El problema de Bernoulli-Euler sobre la carta con dirección errada

7. El problema de Euler sobre la división de un polı́gono

8. El problema de Lucas sobre las parejas de casados

9. La expansión binomial de Omar Khayamm

10. El teorema de la media de Cauchy

11. El problema de Bernoulli de las sumas de potencias

12. El número de Euler

13. La serie exponencial de Newton

14. La serie logarı́tmica de Nicolas Mercator

15. Las series de Newton para el seno y el coseno

16. Las series de André para la tangente y la secante

17. Las series de Gregory para la tangente

18. El problema del alfiler de Bufón

19. El problema de Fermat-Euler sobre los números primos

20. La ecuación de Fermat

21. El teorema de la imposibilidad de Fermat-Gauss

22. la reciprocidad cuadrática

23. El teorema fundamental del álgebra de Gauss

24. El problema de Sturm sobre el número de raı́ces

25. El teorema de imposibilidad de Abel

26. El teorema de trascendencia de Hermite-Lindermann

100
Historia de las matemáticas elementales

El primer comentario sobre este listado de problemas es que todos están asociados
a nombres de matemáticos muy reconocidos y que adelantaron sus investigaciones
en épocas pasadas, esto corresponde a un capı́tulo importante de las matemáticas
elementales, la de los grandes matemáticos de siglos pasados. Esto parece bastante
razonable pues en siglos pasados el desarrollo de la matemática no era muy grande
y todos los matemáticos utilizaban poca información. ¿Podemos afirmar de todos
ellos que por tal razón no fueron grandes matemáticos? Es difı́cil decir algo tan
ridı́culo sobre Euler como descalificarlo por elemental, al igual que a Pitágoras o
a Newton. Todos ellos fueron grandes matemáticos y a la luz de los desarrollos
contemporáneos todos ellos son elementales. La matemática elemental se ha vuel-
to, entonces, una especialidad; es la especialidad matemática con mayor tradición
y cuando nos referimos aquı́ a la falta de documentos historiográficos sobre es-
ta actividad investigativa queremos decir “moderna y contemporánea matemática
elemental”, como la que hacia el profesor canadiense H.S.M. Coxeter en años re-
cientes, o como la que hacen los también profesores canadienses Ross Honsberger
y John Rugby, y los miembros de los equipos de investigación que trabajan con
niños y niñas y adolescentes.
En algunos de los ejemplos que menciona el profesor Dörrie se hace referencia a
varias posibles soluciones dadas por diferentes matemáticos que pueden, en ciertas
ocasiones, ser idénticas.
Tomemos el ejemplo del problema # 11.
Determinar la suma

S = 1p + 2p + 3p + · · · + np ,

de las potencias p-ésimas de los primeros n números para exponentes positivos


p ∈ N.
Este problema fue planteado por Jacob Bernoulli en 1713 y varias soluciones
han sido propuestas por diferentes autores. El profesor Lorenzo Acosta de la Uni-
versidad Nacional, junto con Stefany Moreno, de 11 años en ese momento, obtu-
vieron una solución por su propia cuenta. Esto ilustra el carácter elemental del
problema, lo cual no significa que su solución sea “trivial” o “simple”. Retamos al
lector para que encuentre su propia respuesta, no importa que el problema ya haya
sido resuelto. Talvez resulte oportuno recordar aquı́ que el teorema de pitágoras
tiene, a la fecha, un poco más de 300 demostraciones. ¿Por qué un teorema se de-
muestra una y otra vez? Cada teorema es un reto para todas aquellas personas que
se fascinan con las matemáticas, incluyendo a personas cuya profesión no es esta
disciplina o para personas que inician su recorrido por el mundo del conocimiento,
como el caso de Constance Reid. ¿Qué ganó Estefany al encontrar la solución a un
problema ya resuelto? Experiencia, sabidurı́a, confianza y más entusiasmo por la
matemática; hoy junio de 2007, Estefany estudia biologı́a en la Universidad de los
Andes y matemáticas en la Universidad Sergio Arboleda, tiene tan solo 15 años
y su admiración por el conocimiento no hace sino crecer, gracias al apoyo que ha
recibido de su familia, en el colegio y ahora en la Uuniersidad Sergio Arboleda,

101
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

digamos de ella algo bien sencillo: desde ya, ella tiene asegurado un puesto en el
mundo laboral.
La definición que maneja el profesor Dörrie no tiene nada que ver con los niños
o las niñas, solo con los prerrequisitos, y en este sentido complementa la de Yaglom:

Como se ha indicado previamente un conocimiento del análisis avan-


zado no es necesario.

Esto mismo ocurre con el libro del profesor Ross Honsberger cuyo tı́tulo es: Episo-
dios en la geometrı́a euclidiana de los siglos XIX y XX [HR].
En este último trabajo se muestra a la geometrı́a euclidiana en toda su vitalidad
y como una disciplina en desarrollo, contradiciendo a los que lanzaron la consigna
“Muerte a Euclides”, la cual infortunadamente todavı́a domina algunas mentes. La
disciplina matemática más antigua se mantiene vigente, con sus propios problemas
que retan a quienes la cultivan, como es el caso del profesor Ross Honsberger; es
falso el imaginario según el cual la geometrı́a euclidiana se acabó con el surgimiento
de la geometrı́a no euclidiana.
Un solo ejemplo será suficiente para ilustrar cómo todavı́a se pueden seguir
formulando nuevos teoremas sobre triángulos y cı́rculos:
Teorema de Hiroshi Haruki. Supóngase que cada dos de tres circunferencias
C1 , C2 , C3 se cortan en exactamente dos puntos. Llamemos A, B los puntos de
corte entre C1 , C2 ; C, D los de C1, C3 y E, F los de C2, C3. Entonces vale la
siguiente identidad:
AE CB F D
=1
CE F B AD
Honsberger, infortunadamente, no especifica la fecha de formulación por primera
vez de este teorema, pero comenta que el profesor Haruki fue su colega en Toronto,
universidad a la cual ha estado vinculado Honsberger desde 1964; ası́ pues, el
teorema que estamos poniendo como ejemplo es un resultado contemporáneo de
geometrı́a elemental.
Algo fundamental es tomar conciencia de la importancia de la matemática
elemental, especialmente como una herramienta para la formación del talento
matemático temprano, como lo hacen los proyectos Olimpiadas, Semicı́rculo y
todos los Semilleros.
Otro de los grandes de la matemática elemental, el profesor Harold Scott Mac-
Donald Coxeter, responde a la pregunta de si la Geometrı́a Elemental esta muerta
en la siguiente forma [AD&AG]:

Oh, Pienso que la geometrı́a se está desarrollando tan rápidamente


como cualquier otra especialidad matemática. Simplemente la gente no
se da cuenta de esto.

Otra rama de la matemática elemental se conoce con el nombre de matemática


recreativa. Esta disciplina, que fue cultivada por Euler, espera también muchas

102
Historia de las matemáticas elementales

investigaciones históricas, particularmente en Colombia donde también hay va-


rios especialistas que presentan sus trabajos en eventos académicos donde se los
permiten, como es el caso de los encuentros de geometrı́a y aritmética de la Univer-
sidad Pedagógia Nacional y de la Universidad Sergio Arboleda, evento que recibe
estudiosos de todos los niveles y en el cual Estefany Moreno, a la edad de 11 años,
presentó su trabajo conjunto con el profesor Lorenzo Acosta. En esta especialidad,
la de la matemática recreativa, existen dos grandes lı́neas: la puramente recreativa,
dirigida al gran público, y la propiamente matemática orientada al desarrollo del
talento matemático. Muchos de los llamados “juegos matemáticos” tienen las dos
caras, otros son simplemente juegos.
Por ejemplo existen clubes de Origami para divertirse con esta actividad y
para pasar el tiempo; pero existen matemáticos que investigan este pasatiempo
matemáticamente y lo utilizan para enseñar geometrı́a euclidiana en forma lúdica.
En el prólogo a su libro “Aventuras Matemáticas” [GM], el matemático español
Miguel de Guzmán explica; después de presentar la idea de trabajar matemática-
mente sin demasiados prerrequisitos:
Por otra parte, algunas de las cuestiones que iremos viendo juntos,
además de ser entretenidas, tocan muy de cerca porciones profundas
de las matemáticas de todos los tiempos y tiene hondas ramificaciones
hacia algunos de los misterios aún pendientes de ella.
Entre las muchas cosas interesantes de este libro (De Guzmán fue un animador
de las olimpiadas y el creador del primer proyecto español para la promoción del
talento matemático en niños(as) y jóvenes), una es la formulación de guı́as para
la resolución de ejercicios y problemas:
1. Buscar semejanzas con otros acertijos y problemas.
2. Empezar por lo fácil, hace fácil lo difı́cil.
3. Buscar pautas y regularidades.
4. Representar mediante dibujos y, si es posible, utilizar colores.
5. Modificar algo el enunciado del acertijo o problema para ver si aparecen ideas
nuevas.
6. Escoger una buena motivación.
7. Si es posible, explotar la simetrı́a.
8. Suponer lo contrario y ver que sucede.
9. Suponga que el problema ha sido resuelto.
10. Utilizar técnicas generales conocidas: inducción, descenso, proceso diagonal,
principio del palomar, etc.

103
Una fundamentación de la historia de las matemáticas

El estilo del profesor De Guzmán es bien explı́cito: hacer matemáticas lúdicamente,


es decir, con la ayuda de juegos y acertijos. Este tipo de investigación no tiene
todavı́a historiografı́a; pongamos por caso, de este profesor español solo se conocen
unas semblanzas, una de ellas publicada en la revista Civilizar de la Universidad
Sergio Arboleda. Dicho sea de paso, Jairo Charris Castañeda y Miguel de Guzman
fueron compañeros de estudios en la Universidad de Chicago.
El investigador más conocido en el ámbito de la matemática recreativa es el
profesor Martı́n Gardner que figura también en el libro Mathematical People al cual
nos hemos referido en varias oportunidades. Gardner fue el encargado, durante mu-
chos años, de la columna Mathematical Games de la mundialmente conocida revista
Scientific American. Es también autor de varios libros, uno de los cuales Fads and
Fallacies in the name of Science, está dedicado a estudiar la técnica de creación
de imaginarios utilizando términos cientı́ficos. Una biografı́a de este importante
personaje, que todavı́a no existe, nos ilustrarı́a sobre muchas cosas, especialmente
acerca del gran impacto de su columna sobre muchos de los granes cientı́ficos de
la actualidad. Aparecerı́an, entonces, matemáticos como John Conway, creador de
innumerables juegos matemáticos como el que describiremos a continuación solo
para ilustrar la diferencia entre jugar simplemente y hacer matemáticas con la
ayuda de un juego:
Se juega entre dos contrincantes, partiendo de n puntos en una hoja de papel
en blanco. El primer jugador traza un segmento, recto o curvo, entre dos de los
puntos -estos dos puntos pueden coincidir- y en la mitad del segmento se dibuja
un nuevo punto. El segundo jugador traza también un segmento recto o curvo
uniendo dos de los puntos, que nuevamente pueden coincidir, sin cortar ningún
segmento ya dibujado, y en la mitad dibujan un nuevo punto. El juego continúa
alternando cada jugador, siguiendo las reglas ya mencionadas y la siguiente: en
cada punto no pueden incidir más de tres segmentos. El juego se pierde cuando
uno de los jugadores no tiene movimiento.
Es tan sencillo este juego que pueden jugarlo dos personas cualesquiera y hasta
ese punto, es simplemente un juego muy pero muy barato, y bastante distraı́do:
La matemática aparece cuando se plantean preguntas del estilo:

1. Para cada n ≥ 1, ¿cuál es el menor número de jugadas necesarias para


terminar el juego?

2. ¿Existe una estrategia ganadora para cada uno de los jugadores?

3. ¿Pueden modificarse un poco las reglas para obtener otro juego interesante?

¿Usted que opina amable lector?


Terminaremos nuestro libro formulando un último principio cuyo nombre nos
sirve para ofrecer un pequeño homenaje a una de las personas que más ha contribui-
do al desarrollo de las matemáticas elementales en Colombia, y a la formación de

104
Historia de las matemáticas elementales

varios de los más importantes cientı́ficos colombianos; a la fundadora y animadora


número uno de las olimpiadas en Colombia:

(P11) Principio de Marı́a de Losada o de la ten-


sión entre los niveles
La actividad matemática se realiza básicamente en tres niveles: ele-
mental, superior y avanzado; los historiadores deberı́an, en consecuen-
cia, adoptar también esta división del trabajo, y ası́ adelantar investi-
gaciones históricas sobre cada uno de estos niveles.
Una última observación sobre el término elemental es la siguiente:
Elemental no es lo mismo que escolar. La matemática escolar es aquella que for-
ma parte de los contenidos mı́nimos, es la matemática de los planes de estudio. Lo
elemental no tiene ningún tipo de limitación salvo aquella enunciada en la defini-
ción de Yaglom; contrariamente a lo escolar, que también tiene la regulación “útil
para la vida”, lo elemental solo se rige por su carácter puramente matemático, y
ojalá no tenga ningún tipo de aplicación inmediata con lo cotidiano. En resumen,
lo escolar es lo estándar, es la matemática de las aulas escolares, mientras que lo
elemental no; la matemática elemental es la que se hace en programas especiales
fuera de las aulas, como en las Olimpiadas, en el Semicı́rculo y en todas las bue-
nas modalidades de Semilleros. Un buen ejemplo de matemática elemental, que
la trabajan niños y niñas entre los 9 y los 12 años, es la teorı́a pitagórica, con-
struida en colaboración entre el Semicı́rculo de la Universidad Sergio Arboleda,
el grupo del profesor Carlos Luque Arias y varios colegios de Bogotá, entre ellos
el Instituto Hermano Miguel La Salle. Este trabajo puede consultar en la página
www.usa.edu.co/Semicı́rculo. donde aparece bajo el tı́tulo Didáctica Piatagórica.

105
Epı́logo

En este documento, el primero de una serie de tres, se han presentado varias


ideas para respaldar la propuesta de integrar más estrechamente el mundo de la
metamatemática al mundo académico de las matemáticas. Este último ha alcan-
zado ya, en nuestro paı́s, desarrollos muy importantes y muchas de las diferentes
especialidades que lo conforman tienen presencia significativa en varias de las más
importantes universidades del territorio nacional. Sin embargo, hay todavı́a necesi-
dad de adelantar muchos esfuerzos para lograr que ciertas especialidades, como la
historia de las matemáticas o la matemática elemental, reciban el apoyo que nece-
sitan para alcanzar la influencia que requieren.
Un primer paso, de la mayor importancia, consiste en convencer a todos los
académicos de un hecho simple pero crucial: el mundo académico de las matemáticas
no se reduce al de los matemáticos que adelantan investigaciones a nivel avanza-
do; hay también investigación a nivel elemental y a nivel superior y otro tipo de
actividades y de personas sin las cuales el mundo académico de las matemáticas
no existirı́a. En este trabajo hemos hecho énfasis en la historia de las matemáticas
y a lo largo de todo el documento fueron apareciendo diferentes ejemplos en este
tipo de investigación y muchas actividades indispensables y de gran trascendencia
en el funcionamiento general del mundo académico de las matemáticas.
Recordemos tan solo dos casos paradigmáticos: en primer lugar, la historia del
Laboratorio de Estadı́stica de la Universidad de California en Berkeley, fundado
y puesto en funcionamiento bajo la orientación y dirección de Jerzy Feyman. Es
fácil imaginar un panorama sin la existencia de este centro de promoción de la
investigación; pero qué difı́cil desconocer el impacto del miso que según la histo-
riadora Constance Reid, transformó dramáticamente los estudios estadı́sticos en los
Estados Unidos. En diferentes épocas y en diferentes paı́ses; se han creado centros

106
Epı́logo

de investigación similares a este laboratorio y con resultados similares. El IMPA


de Brasil, por ejemplo, es el responsable de la formación de una buena cantidad
de los mejores matemáticos de ese paı́s y de América Latina, y la pregunta que
aparece muy naturalmente es: ¿Alguien ha tomado como tema de investigación
la historia de este instituto? No conozco la respuesta; pero si ella fuere negativa
estarı́amos perdiendo un gran capital. ¿Quiénes son los héroes en estas jornadas
de creación de infraestructura para la investigación? Primero están los propios
académicos; pero al lado de ellos, otros seres humanos que solo vivieron para estas
empresas y que merecen todo el reconocimiento porque todos han contribuido al
engrandecimiento de nuestra especie.
El segundo ejemplo es el de la matemática elemental, cuya historia en los tiem-
pos modernos está todavı́a por realizarse. Hay mucha actividad matemática a este
nivel, no solo en los grupos que trabajan con niños(as) talentosos, también en
grupos de investigación en disciplinas diferentes de las matemáticas. Pongamos
por caso, una buena cantidad de lo que hacen quienes investigan en computación
cuántica es de este nivel, y nuevamente hacemos la aclaración: esto no significa
que sus teoremas y resultados sean “triviales”, “obvios” o cosas por el estilo, son
construcciones, como lo enfatiza Miguel de Guzmán, de gran profundidad. Men-
cionemos aquı́, de nuevo, a Noam Chomsky. Este intelectual, hoy dı́a mucho más
conocido por sus posiciones polı́ticas, es un excelente ejemplo de matemático ele-
mental. Sus aportes a la teorı́a de los lenguajes formales son cruciales en estas inves-
tigaciones, y para entenderlos no se requiere mucha formación como matemáticos,
no exigen demasiados prerrequisitos, son entendibles por los lingüistas. La investi-
gación a nivel superior es justamente la que se realiza en departamentos como los
de fı́sica y economı́a; un ejemplo muy interesante es el de la teorı́a de juegos que
ha sido llevada a sus más altos desarrollos principalmente por economistas.
En total, el mundo académico de las matemáticas es de una gran diversidad y
hay allı́ posibilidades de trabajo para todos los gustos. Contribuir a su desarrollo
fortaleciendo todos los oficios que allı́ son posibles es, también, una manera de ofre-
cer oportunidades laborales para muchas personas. En historia de las matemáticas
hay mucho por hacer, y ojalá este libro contribuya a llamar la atención acerca de
este ámbito de la actividad humana. El otro ámbito con inmensas posibilidades es
el de la matemática elemental, pues muchas personas, niños y niñas especialmente,
con talento matemático esperan una oportunidad.

107
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109
Una fundamentación de la historia de las matemáticas
en junio de 2007, texto transcrito en LATEX 2ε

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