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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

ESCUELA DE CIENCIA POLÍTICA


RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS | Lic. LUIS DÁVILA
LUIS FERNANDO LÓPEZ SILVESTRE | 201015400

De centauros y palomas (Sussane Jonas)


Capítulo I

Antecedentes: Los treinta y seis años de guerra civil en Guatemala

La autora expone en este capítulo sobre cómo los problemas estructurales del país han
hecho que surjan movimientos populares y revolucionarios, creando un ciclo dinámico que tuvo
como resultado, la guerra civil en Guatemala.

Para entender este acontecimiento, debemos de remontarnos al os hechos previos


como la Revolución democrática y nacionalista de 1944 y su violento final influenciado por EEUU
diez años después. Este hecho creó las condiciones para la primera fase de la guerra civil: el
surgimiento de la insurgencia armada y la feroz reacción de 1966, cuando bajo la tutela de la
CIA, el Ejército guatemalteco se convirtió en el primero en Latinoamérica de carácter
contrainsurgente. La segunda fase de la guerra se dio a principios de los ochenta y estuvo
caracterizado por los hechos de genocidio y consolidación del Estado contrainsurgente.

Debido a que de 1954 en adelante, la política electoral se vio caracterizada por ser
fraudulenta, las mayorías indígenas y populares de la población empezaron a ejercer presiones
mediante organizaciones extraparlamentarias, las cuales fueron consideradas subversivas y
sometidas a represión.

La intervención de Estados Unidos impidió que Guatemala experimentara un verdadero


período democrático. Debido a su participación en el derrocamiento del Presidente Árbenz.
Estos eventos tuvieron como resultado la polarización social del país, que condujo a una serie
de crisis que se desarrollaron a pesar del crecimiento económico de los sesenta y setenta siendo
protagonista un desorden social debido a la desigualdad en la distribución de los recursos y los
ingresos. Socialmente, la diversificación de la estructura productiva modificó la tradicional
estructura de clases en Guatemala y causó cambios en la coalición dominante.

El tema de la identidad étnica y de los derechos democráticos de los indígenas, se


convirtió en disputa central a causa de a mezcla de tensiones de clase que explican el repentino
auge revolucionario a principio de los años ochenta y de la inestabilidad social lo que dio como
resultado nuevas generaciones de movimientos sociales en los años sesenta, setenta y luego en
los ochenta por la falta de esfuerzos serios para satisfacer las necesidades de los pobres.

Las presiones de los movimientos hacia el Estado provocaron represiones en toda


América Latina, sin embargo esta represión sistemática no pudo detener el resurgimiento de los
movimientos populares aunque sí pudo limitar ligeramente su funcionamiento.

La legitimidad de la coalición gobernante y sus restricciones para permitir opciones


políticas de reforma moderada crearon las condiciones para el crecimiento de un movimiento
guerrillero revolucionario. El primer grupo de insurgencia guerrillera en los años sesenta se
centró en la región oriental, donde los campesinos eran ladinos y no mayas.
A principios de los setenta se organizó en la región occidental del altiplano indígena,
otro grupo de lucha conformado por comunidades mayas, lo que provocó una crisis
revolucionaria que amenazaría al secular domino del ejército en la Guatemala rural.

La insurgencia y la contrainsurgencia de los años setenta y ochenta jugaron un papel


muy importante en las transformaciones estructurales que se dieron a lo largo del conflicto
armado. La crisis económica y política de esta época provocó que cada vez un número mayor de
mayas se viera forzado a emigrar a la costa sur y a la ciudad para ser trabajadores temporales;
estos desplazamientos les permitieron aumentar su contacto con el mundo ladino de habla
castellana, lo que ayudó a fortalecer la lucha por preservar su identidad indígena.

Estos factores constituyeron los antecedentes que permiten comprender por qué los
pueblos mayas de Guatemala se transformaron en una de las fuerzas sociales más poderosas de
impulso a la insurgencia de los años setenta y ochenta haciendo que el Gobierno considerara
cualquier organización indígena como subversiva y les excluyó de cualquier expresión de la
política normal.

La creciente represión del ejército contra las comunidades indígenas tuvo efectos
contradictorios, pues en vez de amedrentarlas y hacerlas pasivas, logró que a finales de los
setenta algunos de ellos tomaran las armas, considerando que era el único medio de
autodefensa contra la violencia del Estado. A principios de 1982, las distintas organizaciones
guerrilleras se unieron en la URNG por causa de la represión del Estado y empezó entonces una
guerra genocida de tierra arrasada, desatada por las fuerzas de seguridad guatemaltecas con el
objetivo de eliminar la base de todo apoyo popular a la guerrilla y el de destruir la cultura, la
identidad y las estructuras comunales de las poblaciones indígenas.

Se da la recomposición del Estado contrainsurgente para retomar el gobierno civil, la


cual se considera, empezó con el golpe de marzo de 1982, que llevó al general Efraín Ríos Montt
a la presidencia abriendo paso al capítulo más sangriento de la historia nacional.

En el período 1983 – 1985 se eligió una Asamblea Nacional Constituyente para redactar
una nueva constitución que contemplara las garantías básicas de los derechos de los ciudadanos
y a finales de la misma se celebraron las elecciones presidenciales. Fue así como todos los
sectores políticos empezaron a reconocer que no era posible la verdadera democratización de
Guatemala mientras nos e pusiera fin a la guerra civil mediante las negociaciones políticas, se
desmilitarizara y reconociera las desigualdades económicas y étnicas.

La principal característica social de Guatemala en los años ochenta y noventa fue el


aumento de la concentración de la riqueza en medio de una pobreza generalizada, la cantidad
de indicadores sociales que la sitúan en los peores rangos a nivel internacional y el componente
étnico y feminización de la pobreza.

Para empezar a negociar el proceso de la paz se tuvo que entender que, el proyecto
contrainsurgente guatemalteco no se podía estabilizar, la URGN tuvo que redefinir sus
estrategias y objetivos al reconocer que no se podía tomar el poder por la fuerza y que ni ellos
ni el ejército estaban tampoco en condiciones de ganar la guerra, así que fue necesario negociar.
Capítulo II

El minado camino hacia la paz.

La firma de los Acuerdos de Paz en 1996, tenía como objetivo principal poner fin a la
guerra civil , pero también buscaba marcar un adiós a los cuarenta y dos a los de historia de
Guerra Fría, y proponerse lograr cambios importante s y fundamentales para el país. Sin
embargo, antes de 1993 las élites militares y civiles insistían en no querer negociar un acuerdo
de paz con la insurgencia izquierdista y menos bajo la moderación y verificación de la ONU.

El ejército guatemalteco lanzo una ofensiva final contra URNG en 1987, con el cual
buscaban consolidad el triunfo sobre la guerrilla y evitar que ésta se convirtiera en una fuerza
política legal, pero no se logró tal objetivo y se terminó aceptando iniciar conversaciones de paz
formales con URNG.

Las negociaciones de paz guatemalteca involucraban al gobierno, al ejército a la URNG


y a la ONU principalmente y a otros gobiernos aliados junto con sectores organizados de la
sociedad guatemalteca. El papel de Naciones Unidas fue protagónico al hacer que el proceso de
paz fuera mucho menos reversible y que en su conjunto se realizaran esfuerzos de paz tanto
internos como externos. Aunque, al final, el éxito de la viabilidad de la paz se encuentran en la
voluntad política de los actores guatemaltecos de todos los bandos y niveles.

Desde 1986 a 1990 se dieron los diálogos iniciales, caracterizados por factores externos
que sentaron las bases de las conversaciones: a nivel regional, los Acuerdos de Paz
Centroamericanos y las negociaciones en Nicaragua, internamente se creó la Comisión Nacional
de Reconciliación, mediante la cual se dio un diálogo nacional para pedir la paz con pluralismo
político y justicia social formalizada en una reunión llevada a cabo en Oslo en 1990 entre URNG
y la CNR donde concluyeron reformas a la constitución y que no se entorpecería el proceso de
elecciones.

De 1991 a 1993 se dieron negociaciones bilaterales en las que los oficiales militantes
acordaron participar en las reuniones para establecer la agenda de los procedimientos para las
conversaciones de paz, se emitieron documentos dirigidos a la comunidad internacional con el
propósito de demostrar la voluntad política de ambas partes y tomar en serio el proceso de paz
en Guatemala.

Bajo el mandato de Serrano Elías se ofrecieron acuerdos solamente de derechos


humanos y desmilitarización, mientras que URNG buscaba negociar toda la agenda de paz y que
existiera la representación civil en la negociación. Las cuales fueron dirigidas por el Monseñor
Quezada Toruño, en calidad de conciliador y a ONU en calidad de observador.

La importancia de la comunidad internacional se hizo evidente en este período debido


a que gobiernos extranjeros amenazaron con suspender el comercio y la ayuda al país si no se
restauraba el orden constitucional, el cual se vio interrumpido por el golpe de Estado del
entonces Presidente Serrano Elías. Fue así como a finales del noventa y tres se empezó a aceptar
la participación de la ONU como actor central para que la agenda de paz se realizara en su
totalidad.

Las primeras negociaciones moderadas por Naciones Unidas en el período de 1994 y


1995 fueron las responsables de la amplia participación de la comunidad internacional en la
negociación de la paz la pluralidad de los actores colectivos le dio al proceso un carácter único y
dinámico.
Mediante un Acuerdo Marco se estableció el mecanismo de participación para que los
sectores organizados de la sociedad civil guatemalteca se involucraran, dando como resultado
la adición de los movimientos indígenas y campesinos al proceso de paz y avanzando así en 1994
al Acuerdo Global sobre Derechos Humanos que establecía medidas para la verificación de su
cumplimiento por parte de la ONU, se firmaron los a cuerdos sobre Reasentamiento de
comunidades desplazadas por la guerra y el Acuerdo sobre la Formación de una Comisión de la
Verdad reanudando así las pláticas sobre Derechos Indígenas.

En 1995, ONU prosiguió con las negociaciones sobre los temas socioeconómicos y de la
reforma agraria, se dio un proceso electoral en el que ganó el candidato Álvaro Arzú para luego
instaurar la MISIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS EN GUATEMALA, siendo la primera entidad de
representación internacional directa en el país.

MINUGUA presentó informes en los que señalaba la situación del país en materia de
derechos humanos, la impunidad y las violaciones que cometían los bandos negociadores,
amenazando incluso su acompañamiento al proceso de paz. Pero no se detuvo siguieron
avanzando y la reorganización del ejército y URNG dieron paso a la “descentaurización” del país
y dando fin al modelo contrainsurgente que había caminado en el país.

Capítulo III

El contenido de los Acuerdos de Paz.

Anterior a la firma del primer acuerdo, se tuvo encuentros sustantivos sobre la


democratización en los cuales se aceptaron la legitimidad del orden constitucional vigente, pero
también se buscaba que se diera una democracia funcional y participativa que fortaleciera la
sociedad civil y se lograra un verdadero Estado de Derecho.

El Acuerdo Marco estaba constituido por una agenda de once temas a negociar
diferenciando temas Sustantivos de los Operativos y de los cuales los primeros tenían la
prioridad, siendo ellos los Acuerdos sobre Derechos Humanos, el de Resarcimiento, el de la
Comisión de la Verdad, el de Derechos Indígenas, el de Aspectos Socioeconómicos y el de la
Desmilitarización.

Aunque entre los acuerdos mencionados se contemplaba uno que aludiera a los
derechos de la mujer, no se puedo concretar uno en específico para tal fin.

Respecto a los acuerdos operativos se dieron el de Cese al Fuego, el de las Reformas


Constitucionales y del régimen electoral, el de las bases para la incorporación de la URNG a la
legalidad, el del cronograma para los acuerdos de paz y finalmente el de Paz Firme y Duradera,
con el cual culminó todo el proceso y se inició con la implementación de los demás acuerdos.

Capítulo IV

¿Puede la paz traer democracia o justicia social?

El proceso de negociación fue un paso adelante para la democracia en Guatemala. Los


acuerdos ofrecen la estructura para institucionalizar la democracia política plena que no vivía
desde 1954.Otros logros importantes son los acuerdos en materia de derechos humanos y
derechos de los pueblos indígenas. Pero cualquier logro no puede consolidarse hasta que no se
realicen reformas constitucionales. Además, en el lado negativo, los acuerdos no abordaron
varios temas importantes.
En la época de los años ochenta y noventa, Guatemala experimentó una transición
pactada por las élites civiles y militares con elecciones restringidas, al mismo tiempo que un
aparato represivo de contrainsurgencia sofocaba las libertades básicas e imponía el control
militar. Los logros democráticos reales conseguidos durante este periodo, no fueron
sencillamente resultado de las elecciones. El comienzo de las negociaciones de paz abrió nuevos
espacios, lo que terminó generando una interacción entre elecciones y negociaciones que
democratizaron la transición política. Fue esta interacción de fuerzas lo que diferenció la
transición guatemalteca de una transición pactada por élites. En Centroamérica, incluso en
exigencias no revolucionarias como la participación en elecciones, habían de ser ganadas a
través de insurgencias revolucionarias.

La participación proporciona una base para apreciar las dimensiones de la democracia,


como la diversidad ideológica y cultural, la creciente eficacia de la sociedad civil, y una
concepción ampliada de la ciudadanía. Una de las dimensiones a destacar para la democracia
política en Guatemala es la dimensión de los derechos culturales junto con los derechos
humanos y civiles. Muchos de los cuales están plasmados en el Acuerdo sobre Identidad y
Derechos de los Pueblos Indígenas, que estipula una reforma constitución que redefina al Estado
como una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe.

En América Latina se ha considerado que la democracia política formal es una condición


necesaria de las luchas por conseguir mayor igualdad social. La justicia social no forma parte de
la definición de la democracia, pero es una parte incuestionable del panorama de temas
planteados por la democratización. En los casos de Centroamérica, su capacidad de alcanzar la
justicia social está limitada, todavía más en una época dominada internacionalmente por las
prescripciones de la política neoliberal impulsadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI)
y pactadas en el Consenso Washington.

CAPITULO V

El papel de EEUU: La guerra fría y después

El papel de Estados Unidos fue hacer de la guerra una confrontación Este/Oeste con las
características políticas e ideológicas. Estados Unidos se involucró en las operaciones de
insurgencia jugando un papel en la profesionalización, entrenamiento y reorganización del
ejército que consideraba ineficiente. Estados Unidos no dejo de apoyar al ejército insurgente,
aunque no de una manera directa. Guatemala fue el primer país latinoamericano donde se
conoció el fenómeno de escuadrones de la muerte y desapariciones. En la segunda fase de la
guerra resurgió el movimiento guerrillero con amplia base social en el altiplano indígena,
reaccionando el ejército con una campana de tierra arrasada. Con el surgimiento de políticas de
derechos humanos influyeron fuertemente en la política exterior estadounidense por lo que se
impusieron condiciones para el apoyo a la insurgencia, recibiendo Guatemala apoyo de Israel,
Taiwán y Argentina. Cuando la URNG estaba debilitada aumento la colaboración militar directa
de Estados Unidos con el ejército.

El gobierno estadounidense formo parte del grupo de amigos, el cual reconocía


legitimidad a la URNG, a la que facilitaban el proceso de paz y apoyo a la ONU en calidad de
moderador. Estados Unidos fue el único actor internacional con influencia para presionar a
favor de la desmilitarización. Cuando en los noventas la ONU, OEA y gobiernos europeos exigían
la abolición de las PAC, Washington nunca lo hizo puesto que apoyaba la propuesta del gobierno
guatemalteco de convertirlas en comités de paz y desarrollo.
El gobierno de Clinton criticó al ejército guatemalteco, pero a la vez sostenía una cercana
cooperación con este. La prensa estadounidense revelo detalles sobre una red de relaciones
entre varias agencias del gobierno estadounidense con el ejército guatemalteco a lo largo de
cuarenta años. El informe desclasificado revelaba que informantes de la CIA habían cometido
graves violaciones de derechos humanos y no se informaba al comité de vigilancia sobre los
abusos, violando las leyes estadounidenses.

En la firma de los acuerdos de paz, Estados Unidos se destacó por: mantener un


deliberado silencio sobre los errores cometidos ocasionando dolor y sufrimiento ante el cual
decían que debían centrarse en el futuro, no en el pasado. La segunda postura fue sostener
conversaciones con Álvaro Arzú proponiendo darle al ejército guatemalteco una nueva misión
en operaciones antinarcóticos, pese a que se había firmado deliberar al ejército de cualquier
otra función que no fuera seguridad externa. Algunos ajustes o redefinición de intereses se
establecen en los programas de la AID que demuestran tener una verdadera comprensión de lo
que significan los acuerdos de paz.

Una declaración histórica fue la del presidente Clinton al pedir disculpas por la
intervención de Estados Unidos en la guerra, ahora sus palabras de reconocimiento y disculpas
forman parte del archivo histórico de Guatemala, no se sabe si por presiones hizo las
declaraciones, pero sea por la razón que fuera, todos quedaron sorprendidos.

La negativa del ejército guatemalteco a cooperar con la comisión, hizo de la


desclasificación de documentos estadounidenses se revistiera de gran importancia. Los
documentos revelan que Estados Unidos estableció el aparato de contrainsurgencia, estando al
tanto de que hacia el ejército guatemalteco y sus unidades paramilitares. Estados Unidos buscó
la oportunidad para apoyar al gobierno guatemalteco y financiar y capacitar al ejército a pesar
que los funcionarios de la embajada presentaban informes detallados sobre las violaciones de
derechos humanos.

Capítulo VI

Las guerras de implementación.

Los acuerdos abrieron la posibilidad de efectuar cambios que no transformarían


Guatemala pero buscaban modernizar, racionalizar, desmilitarizar, democratizar, normalizar y
sentar las bases de posibles transformaciones. Los acuerdos son la consecuencia de una
negociación política, un compromiso entre diferentes actores incluidos los que no formaron
parte formal de la mesa negociadora, principalmente el CACIF.

El proceso de desmovilización de la URNG portaba indicios de problemas ya sea por


ineptitud diplomática, el gobierno guatemalteco estuvo a punto de destruir el acuerdo relativo
a la desmovilización a cargo de la ONU, el gobierno provocó que China continental lanzara un
veto en el consejo de seguridad a la operación del mantenimiento de la paz. Las estructuras
establecidas para la implementación y monitoreo de los acuerdos son la Secretaria de Paz
diseñados para facilitar el cumplimiento consiguiendo consenso entre varios actores políticos.
La ASC desempeñó un papel importante en la negociación, pero al final no desempeñaba un
papel formal en la implementación de acuerdos. La URNG empezó su proceso de legalización
como partido político, lo que significaba apertura a un sistema político que fuera más abierto y
pluralista.
Los protagonistas clave del proceso de paz: URNG, MINUGUA, el gabinete de la paz del
gobierno de Arzú. El reto político de la URNG era hacer uso de su influencia para lograr el
cumplimiento de los acuerdos de paz. La oposición de las elites guatemaltecas, la presencia de
MINUGUA y sus periódicos informes sobre derechos humanos y sobre el cumplimiento de los
acuerdos de paz siguieron desempeñando un papel clave para mantener a Guatemala en la mira
internacional.

El crimen en tiempos de paz, siendo el asesinato político de más alto nivel en Guatemala
(el de Monseñor Gerardi). El fracaso del gobierno en resolver el crimen forzó la opinión de que
nunca se erradicaría la impunidad en Guatemala y el imperio de la ley seguía siendo precario.
Esto creaba escepticismo acerca de un proceso plagado en sospechas que el gobierno estaba
encubriendo el crimen y a nivel internacional, Guatemala volvía a ser una vez más el foco de
atención por crimen de derechos humanos.

Los subyacentes a los acuerdos de paz eran la subordinación del ejército a la autoridad
y control civil incluyendo una serie de reformas constitucionales que cambiarían el papel y
funciones del ejército. El extensivo uso de patrullas militares en centros urbanos y reapertura
de bases militares en el campo creo más escepticismo entre sectores pro paz de la población.

La creación de una fuerza armada para ser el único cuerpo armado encargado de
proteger la seguridad ciudadana era un avance. Elementos positivos como la reestructuración
de la policía eran los planes de nuevas instalaciones, nueva academia, capacitación,
profesionalización y salarios. La reforma de la policía se basó en reciclaje de la antigua y corrupta
policía nacional. Las PNC siguieron subordinadas al ejército durante el periodo de transición.

Se implementó un plan de modernización y profesionalización del sistema judicial y se


dieron los primeros pasos en áreas del sistema de justicia. Se destacaron las deficiencias en el
cumplimiento de principios básicos como un sistema judicial independiente, la separación de
poderes e igual acceso de los ciudadanos al sistema de justicia.

Comisión para el esclarecimiento histórico: Memoria del silencio, memoria del


genocidio. La comisión buscaba documentación escrita de todos los actores de la guerra,
nacionales y extranjeros, obtenía cooperación de la URNG y de EE.UU. El informe de la CEH tuvo
repercusiones internacionales, fue la causa del primer reconocimiento estadounidense de su
papel en Guatemala, por los crímenes que revelaba y por coincidir con el juicio internacional
por tortura y crímenes contra la humanidad causando un impacto en muchas partes del mundo.

Capítulo VII

Las grandes expectativas y la dura realidad: Obstáculos al desarrollo sostenible.

En 1996 surgen "oportunidades" en Guatemala y situación agraria, donde se indicaba


que el gobierno tenía la responsabilidad del bienestar de la población, tomándose al país como
un experimento para la comunidad internacional, pero en todo esto los recursos son utilizados
de manera inadecuada.

Como surge toda una disputa sobre la No Reforma Fiscal, el Aumento a los Impuestos y
la Reducción de pobreza. Las instituciones financieras internacionales siguieron de cerca las
negociaciones de la paz y participaron en debates privados sobre el acuerdo socioeconómico
con el moderador de la ONU. Tras una negociación a finales de 1997 y 1988 el gobierno cumple
el compromiso con el aumento del IUSI, pero tras este proceso surgen problemas en el
Congreso donde se realiza una ley de nuevos impuestos sobre el IUSI, al no estar de acuerdo
surge una protesta encabezada por el FRG, Rigoberta Menchú y otros personajes. Después de
esta protesta, se inicia con el proceso de los Acuerdos de Paz, se pude también modificar el ISR
eliminando deducciones.

El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvieron firmes,


muchos funcionarios creían que las desigualdades se debían abordar mediante un mayor gasto
que a través de impuestos progresivos. El BM insistía que Guatemala aumentara su base
tributaria y sugirió que se disminuyera la concesión de préstamos si el gobierno no avanzaba por
el cumplimiento del acuerdo socioeconómico.

El gasto social, Guatemala tiene la tasa de gasto social más baja de América Latina, la
educación y salud son dos rubros que priorizan acuerdos a los que se debería aumentar a un
cincuenta por ciento del presupuesto del gobierno en relación al PIB. Con la firma de la paz los
avances en el establecimiento de comisiones multisectoriales incluyendo una comisión tripartita
sobre la tierra, según lo estipulaba el acuerdo sobre los indígenas.

Capítulo VIII

El secuestro de las reformas constitucionales.

Mientras de verificaban estatutos y disputas sobre los Acuerdos de Paz, los primero que se
oponían a esto fue el partido político FRG, creando conflictos y demoras para las Reformas
Constitucionales que eran Pilares para los Acuerdos de Paz, es justamente cuando un devastador
huracán llamado Mitch y fueron aplazadas nuevamente Las Reformas Constitucionales, luego
del Estado de calamidad decretado y tras este fenómeno natural se reanudaron las actividades.
Varias organizaciones realizaron manifestaciones contra la Corte de Constitucionalidad (CC) para
que fallara a favor de las Reformas. En medio de una disputa de los dos partidos políticos fuertes
(PAN y FRG), el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informa fechas para próximas elecciones
después de varios meses en espera donde varias instituciones se opusieron a las reformas. La
Balcanización se da cuando se divide al pueblo en indígenas y no indígenas tomando mayor
énfasis en la discriminación hacia los indígenas, se cuestiona en las respuestas del NO y el SÍ
acerca de los Acuerdos de Paz. Las reformas constitucionales se convirtieron en rehenes de las
maniobras y las peleas inter e interpartidistas.

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