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El objeto de este texto es presentar las principales ideas que aparecen en el capítulo I del
libro Teoría general de la política del filósofo, jurista y politólogo italiano Norberto
Bobbio. Para esto, este texto se dividirá en tres partes que corresponde con los tres
numerales que trata Bobbio en dicho capítulo.
Juan José Botero en su artículo Una introducción a la filosofía política distingue ésta de
tres asuntos con los que ordinariamente se confunde la filosofía política. La primera, con
las discusiones políticas ordinarias entre eslóganes o consignas. La segunda, con las
discusiones que tratan sobre asuntos pragmáticos o estratégicos de un momento específico.
La tercera, con las que creen que la filosofía política son los debates ideológicos, por
ejemplo entre socialdemócratas, neoliberales, feministas, ecologistas, conservadoras. Por
tanto, la filosofía política, realmente no se está discutiendo de política discurre de las
concepciones de las teorías políticas.
Por consiguiente, se establece una clara diferencia entre la filosofía política y la ciencia
política, mientras la primera es altamente valorativa moralmente, la segunda es
indudablemente avalorativa, puesto que la ciencia no valora lo que es bueno o malo en
términos morales. Por tanto el científico debe despojarse de hacer juicios de valor. En este
punto surge una pregunta: ¿si el científico político debe despojarse de sus preferencias
propias para darle un carácter de objetividad a sus investigaciones, acaso el filósofo si
puede dejar filtrar en sus teorías sus preferencias personales?
Así pues, la distinción entre filosofía política y ciencia política son formas distintas de
abordar un objeto. Para mostrar la posible relación entre la filosofía política y la ciencia
política Leo Strauss reconoce que el conocimiento de las cosas políticas implica
suposiciones relativas a la esencia de lo político. Por esto dice: “No podemos conocer nada
sobre una guerra que tiene lugar en un momento determinado sin poseer alguna noción, por
muy ligera y vaga que sea, sobre la guerra como tal y el lugar que ocupa en la vida
humana” (Strauss, 1970, pág. 355).
Cabe preguntar ¿por qué las tres definiciones de filosofía política no son ciencia? La
primera que plantea el ideal de Estado o mejor forma de gobierno no puede ser ciencia, en
tanto que, tiene un carácter netamente prescriptivo y trabaja en función de valores. La
segunda definición que trata de la legitimidad del poder, es justificativa y en esa medida,
busca justificar que comportamientos son moralmente permisibles y cuáles no. La tercera
definición trata la naturaleza de la política, en tanto se busca la esencia de la política, está
limpia de cualquier verificación fáctica y empírica. Y es justamente la verificación empírica
una característica de la ciencia. En este punto se puede preguntar ¿Qué utilidad podría tener
esta tercera definición, sino tiene una relación directa con la realidad inmediata?
II. La expresión mapa de la filosofía política se debe aclarar: “ya que nos induce a creer en
la existencia de un territorio homogéneo y delimitable…” (Bobbio, s.f, pág. 89). Es preciso
señalar que la filosofía política en tanto filosofía se distingue de la ciencia y de la historia y
en tanto política de la moral, la economía y el derecho. En este orden de ideas, afirma
Bobbio que tanto las disciplinas, sus divisiones y subdivisiones son convencionales. En tal
sentido ¿qué necesidad existe de realizar un mapa donde se desmarque minuciosamente las
subdivisiones de las disciplinas? Sumado a esto en el texto más adelante se afirma que las
minuciosas distinciones y subdivisiones no siempre les corresponden una relevancia
práctica.
Ahora bien, afirma Bobbio que la idea de la filosofía política como el mejor Estado ha
perdido actualidad, dado que ahora se habla es de “buena sociedad”. Según esta idea para
cambiar la sociedad no basta con cambiar el régimen político. El estado ya no lo es todo.
Pues antes: “el estado lo era todo y la sociedad fuera del Estado no era nada” (Ibíd. pág.
92). En esta medida ¿por qué se da este viraje o qué circunstancias permitieron que el
problema no se centrara en el Estado como institución sino que se trasladara a la sociedad
en general? Se reconoce que esto es producto de las sociedades modernas de emancipación
de la sociedad civil, pues ésta se forma independientemente del Estado, se forman grupos
de interés e incluso algunos están contra el Estado. Todo esto permite la formación de las
decisiones políticas. En efecto, la sociedad civil se vuelve parte de la política, pues los
sujetos toman parte de las decisiones políticas. Este nuevo panorama puso más inciertos los
confines de lo político y lo no político.
Por otro lado, Bobbio reconoce que si bien el problema de la buena sociedad es uno de los
temas más importantes de la filosofía contemporánea, la idea del óptimo estado todavía
sigue estando presente.
III. En este orden de ideas Raphael defiende que la tarea de la filosofía política no es la de
explicar, sino de justificar, no es prescriptiva como la ideología sino normativa, en la
medida que, da razones para estar de acuerdo o discernir con ciertas posiciones.
Por otro lado, se agrega a la distinción de la filosofía política y de la ciencia política que el
pensamiento filosófico trabaja con teorías más generalas, complejas y difícilmente
controlables, mientras que el pensamiento científico se refiere a teorías de acción más
limitadas, especializadas.
Así mismo, también se plantea la distinción entre filosofía política e historia del
pensamiento político, sin embargo, la teoría política necesita de la historia y viceversa.
Aquellos que logran integrar ambas logran tener grandes ventajas.
Bibliografía