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EL DR. ARNOLD KRUMM HELLER UN EXTRAÑO EJEMPLO DE ALEMAN EN MÉXICO.

ENTRE EL ESOTERISMO, EL NACIONALISMO Y LA OSMOTERAPIA


RICARDO PÉREZ MONTFORT
"...Los latinoamericanos, que ya de por sí están obsesionados con los espías, los servicios secretos, los complots y las
conspiraciones, ahora, en circunstancias de guerra, en todo el mundo veían a un confidente de la quinta columna..."
Ryszard Kapuscinski
La guerra del futbol y otros reportajes
I
La primera ocasión en que supe de la existencia del Dr. Arnold Krumm-Heller fue hace más de tres lustros, cuando un grupo de
cuatro investigadores dirigidos por la Dra. Brígida von Mentz nos ocupábamos de estudiar algunas actividades económicas y
políticas de los alemanes en México durante las décadas de los años veinte, treinta y cuarenta del presente siglo. Tratando de
establecer los vínculos que el nazismo tuvo con algunas organizaciones mexicanas de extrema derecha dí con una referencia que
me pareció sumamente curiosa. Entre los documentos de la Acción Revolucionaria Mexicanista - una pequeña pero muy ruidosa
organización nacionalista de derecha radical también conocida como Los Camisas Doradas - apareció que Nicolás Rodríguez, jefe
nato de dicho grupo, se carteaba con un tal Dr. Krumm Heller quien, hasta mayo de l935, parecía ocupar el cargo de
representante de esa organización en Berlín. El contenido de una de esas cartas llamó poderosamente mi atención porque daba
una explicación muy particular acerca de la identificación ideológica y la alianza entre estos dos personajes, que bien podía
traducirse en una posible veta de información para mi estudio en particular.
Resumiendo sus "teorías" sobre la estrecha relación existente entre el nacionalsocialismo hitleriano y el nacionalismo de las
derechas seculares mexicanas, el Dr. Krumm Heller sostenía que la "condición de mando de las razas aria y azteca" eran
semejantes. Dichas razas eran "superiores" por la sencilla razón de que provenían del norte y se mantenían relativamente puras.
Por ello tanto el México nacionalista como el Tercer Reich tenían derecho a estar por encima del resto de los países del orbe en el
próximo reparto del mundo. (2) Este argumento se quedó entonces como un claro ejemplo de las innumerables peripecias
ideológicas que eran necesarias para justificar la vaga identificación del nacionalsocialismo alemán con los movimientos de
extrema derecha mexicanos.
En el ambiente urbano de la segunda mitad de los años treinta y los primeros años cuarenta tildar de nazi o fascista a cualquier
opositor de derecha al régimen era un asunto común y corriente que por lo general tenía poco sustento real. Esto fue
evidenciándose conforme avanzábamos en nuestra investigación, por ello los endebles argumentos de Krumm Heller sirvieron
para mostrar lo elásticas que eran las justificaciones de muchos detractores del nacionalismo a ultranza. Y para ser sinceros esos
mismos argumentos también quedaron como una cuestión que respondía a cierto afán un tanto lúdico que he tratado de no perder
en este oficio. (3)

Los Camisas Doradas fueron proscritos por el gobierno del general Lázaro Cárdenas después del 20 de noviembre de ese mismo
l935, fecha en que protagonizaron un muy publicitado zafarrancho en pleno zócalo de la capital. Pero Nicolás Rodríguez siguió
haciendo cierta labor de agitación desde su exilio en los Estados Unidos. La correspondencia entre Rodríguez y Krumm Heller, sin
embargo, pareció continuar por lo menos hasta l938, fecha en la que la embajada de México en los Estados Unidos envió los
datos más tardíos que poseo sobre este enigmático personaje alemán. Se trataba de otra carta cruzada entre Krumm Heller y
Rodríguez, interceptada por los servicios de inteligencia norteamericanos y puesta a disposición de la representación mexicana
en Washington. (4)
A partir de esta carta supe que Krumm Heller ya se encontraba en territorio mexicano —concretamente en la ciudad de Saltillo— y
que era un viejo conocido de la diplomacia mexicana. Alguien en la embajada de México en Estados Unidos había anotado en
dicha carta: «...Se recuerda que Heller fue espía durante la Gran Guerra...» y que tenía un pasaporte mexicano desde el año de
l9l8. (5)
Justo es decir que las relaciones entre Krumm Heller y México no fueron muy relevantes para la investigación sobre los alemanes
en México que concluimos a fines de l983. (6) Sin embargo, otras referencias sobre este extraño personaje y México fueron
apareciendo poco a poco. Al año, volví al archivo de Relaciones Exteriores. Entre los expedientes del personal diplomático
encontré tres que llevaban el nombre del Dr. Arnoldo Krumm Heller. El primero correspondía a la temprana fecha de l913. En él se
informaba que Krumm Heller era profesor de la Escuela Superior Preparatoria; que en junio de aquel año se le había acusado de
hacer propaganda revolucionaria carrancista por lo que se le había aprehendido y a petición misma del presidente interino, el
general Victoriano Huerta, se le había expulsado del país. Un segundo argumento para llevar a cabo dicha expulsión era que se
trataba de un "chileno pernicioso", lo que a la larga me provocó más confusiones. (7) El mismo Cónsul general de la República de
Chile había protestado por la expulsión de Krumm Heller, quien para fines de junio ya estaba en Nueva York haciendo
declaraciones a la prensa, afirmando que pensaba volver cuanto antes a México porque su labor de "socialista científico" había
quedado trunca. (8) Definido así el personaje resultaba mucho más llamativo.
El segundo expediente estaba fechado en agosto de l917 y contenía una serie de correspondencias e informes sobre el ahora
Coronel Arnoldo Krumm Heller. Firmaba como agregado militar de la Legación Mexicana en Berlin y rendía partes sobre asuntos
diversos a las autoridades diplomáticas y militares mexicanas. Entre ellas destacaban sus comentarios sobre adelantos técnicos
del ejército alemán. Asuntos tan diversos como: el uso de cascos especiales, de brazos y piernas artificiales, de perros para el
servicio de la guerra, de suero para el combate de la tifoidea y de la enseñanza de la geometría, ocupaban las misivas de Krumm
Heller. Destacaba también un informe bastante interesante sobre el uso del cine como agente propagandístico en tiempos de
guerra. (9) Decía, por ejemplo:
"...El cinematógrafo es un teatro nuevo y como el teatro clásico representa una escuela educativa, sólo con la inmensa ventaja
de que para comprender los diálogos de los dramaturgos, se requiere un público más o menos ilustrado, mientras la película
cinematográfica impresiona la vista y hiere el cerebro de todos..." (10)
También informaba acerca de que había escrito dos libros. Uno se llamaba Für Freiheit und Recht (Por la Libertad y el Derecho) y
el otro simplemente Hertha. Tiempo después tuve la oportunidad no sólo de leerlos sino de conocer la intención que el autor tuvo
al escribir el primero. El segundo era una novela que hacía una apología del militarismo alemán con cierto tufillo
semipornográfico, por lo que poco aportaba a las relaciones entre México y Krumm Heller. No así el que llevaba el título Por la
Libertad y el Derecho. Se trataba de un libro eminentemente propagandístico sobre los principios de la Revolución Mexicana, en
particular sobre la lucha constitucionalista. En él se relataban las peripecias que el mismo Krumm Heller experimentó entre l913 y
l917. Siguiendo con cierto detalle lo que prometía en el subtítulo de este texto, a saber Mis experiencias en la reciente guerra
mexicana, Krumm Heller reivindicaba de manera una tanto exagerada las figuras de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza,
pero sobre todo hacía hincapié en la gran afición que los mexicanos tenían hacia Alemania. El tono del texto rebosaba
patrioterismo pro-germano y no desaprovechaba la oportunidad para elogiar el militarismo en general. Dicho libro se publicó en
Berlin con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores durante ese mismo año de l917 y fue presentado ante el mismo Kaiser
Guillermo II. (11)
Sin embargo, ese mismo pro-germanismo parece haber actuado en contra de Krumm Heller. Sus argumentos incluían varios
ataques a Inglaterra, a Francia y a los Estados Unidos, lo que no parecía muy adecuado ante una situación internacional
particularmente delicada. Antes de conocerse el famoso Telegrama Zimmerman, Alemania no pretendía dar la impresión a los
Estados Unidos de que apoyaba el añejo antinorteamericanismo mexicano. Un comentario de un revisor del libro de Krumm
Heller expresamente contratado por el ministerio alemán decía:
"...no hay que excluir la posibilidad de que Krumm Heller, se proponga utilizar a Alemania contra los Estados Unidos en favor de
México y que la publicación del manuscrito en cuestión tenga por objeto servir a este propósito..." (12)
Por ello la publicación del libro no fue un acontecimiento del todo feliz para su autor, quien, para colmo de males, recibió al poco
tiempo la orden de regresar a México. Quizás su excesivo pro-germanismo y su intenso odio hacia Inglaterra también podían
comprometer la pretendida neutralidad del gobierno mexicano, por lo que éste decidió prescindir de sus servicios
temporalmente. Aduciendo ciertas diferencias con el embajador mexicano, Krumm Heller ofreció entonces sus servicios al
Ministerio de Relaciones Exteriores alemán. Ahí se le incorporó a la División de Inteligencia, por lo que aquella primera
referencia de que había sido espía durante la Primera Guerra Mundial quedaba en parte justificada. (13) Sin embargo todo
parece indicar que, más que al espionaje, Krumm Heller dedicó sus horas a la labor propagandística alemana en América Latina,
aunque cabe la duda sobre sus actividades como agente confidencial alemán. (14)
En términos generales parece que Krumm Heller fue uno más de los cuarenta oficiales de origen alemán que formaban parte del
ejército constitucionalista, y que al decir de Friedrich Katz, servían como posible sustento político del poder de negociación con
que quería contar el embajador germano Heinrich von Eckardt frente a Venustiano Carranza. (15) Aún así, más que atender a los
intereses del representante oficial alemán, Krumm Heller parecía estar más comprometido con la causa constitucionalista. Esto
se puede suponer porque hasta l915 él no formaba parte activa del ejército, sino que a pesar de haber logrado el grado de
coronel, se encontraba comisionado en el D. F. para informar sobre la situación económica de la población. (16)
Al parecer el gobierno carrancista recuperó los servicios diplomáticos de Krumm Heller en febrero de l918, nuevamente como
agregado militar en Alemania. Sin embargo no se tienen más noticias de él sino hasta octubre de l920 cuando dicho
nombramiento se le retira. En mayo de l921, cuando el Rector de la Universidad José Vasconcelos acababa de presentar su
proyecto de crear una Secretaría de Educación Pública, Krumm Heller fue nombrado representante universitario de México ante
las universidades de Alemania y Austria. Pero este nombramiento le duró muy poco puesto que en agosto de ese mismo año la
Secretaría de Relaciones Exteriores desautorizó cualquier cargo en su favor. (17)
Todos estos datos iban haciendo que la personalidad del Coronel y Doctor Arnoldo Krumm Heller se tornara cada vez más
enigmática. Su tránsito de simpatizante del constitucionalismo y representante militar del carrancismo en Alemania entre l913-
l920 a la representación de los Camisas Doradas en el Berlin de l935 no quedaba para nada claro. Mucho menos su relación entre
los hipotéticos vínculos de nacionalsocialistas y extremistas de derecha secular mexicanos. Sin embargo, los cuatro libros que
Krumm Heller escribiera entre l909 y l934, complementados con algunos datos sueltos obtenidos en pesquisas hemerográficas,
permitieron aclarar algo de la trayectoria ideológica de este alemán que radicaba intermitentemente en México. Dos de estos
cuatro libros tienen como tema central la historia, y en ellos Krumm-Heller comparte créditos con varios autores. Los otros son
más bien de un orden entre esotérico y terapeútico, y curiosamente son estos dos los que dan la pauta para empezar a
comprender mejor a este personaje.
II
Los dos libros con tema histórico en los que aparece la pluma de Krumm Heller tienen poco en común. El primero se titula
Memoria científica para la inauguración de la estatua de Alexander von Humboldt, obsequiada por S. M. el emperador Guillermo
II a la Nación Mexicana con motivo del Primer Centenario de su Independencia. Está fechado en México, el 13 de septiembre de
l910. En él participan varias figuras relevantes de la colonia mexicano-alemana del porfiriato, como fueron el Dr. Ernst Witich,
Hermann Bayer, Federico C. Damm y Palacio, Paul Henning, Carl C. Hoffman, Otto Peust, Paul Weitz y el propio Krumm Heller.
Este último no sólo es el encargado de traducir la mayor parte de los textos escritos para este libro sino que su romántica pluma
lo abre con un "Esbozo biográfico del Barón Alejandro von Humboldt" plagado de frases como: "Humboldt seguirá alumbrando el
cielo de la Ciencia y la Cultura Moderna" o "Humboldt: la más grande luminaria intelectual de nuestros tiempos..." Pero por
encima del tono apologético, llama la atención el conocimiento que Krumm Heller tiene de fuentes de primera mano y la soltura
con que se mueve en la historia mexicana. Se atreve incluso en reclamarle al presidente Porfirio Díaz una deuda moral que
México tiene con el Barón von Humboldt, mencionando un decreto de Ignacio Comonfort fechado el 14 de septiembre de 1857 en
el que el gobierno mexicano se compromete a fundar tres ciudades en el Istmo de Tehuantepec. Estas ciudades debían llamarse
Colón, Iturbide, y Humboldt.
Otro aspecto del texto que llama la atención es una constante referencia a la predestinación. Por ejemplo dice: "No es
coincidencia que en el mismo año de 1769 nazcan figuras como Humboldt, Napoleón, Cumming, Walter Scott y Cuvier..." o
"Humboldt nunca dudó que por sus venas corría sangre de héroes y prohombres...". (18)
Sin embargo, el texto de Krumm-Heller no deja de ser un trabajo que cumple mayormente con un fin de divulgación y homenaje
a la figura del explorador y científico alemán. Y este tipo de libro no quedó, para nada, como una excepción en aquel año de
celebraciones y agitación que fue l910.
El segundo texto de tema histórico, escrito al alimón por el Dr. Krumm Heller y el Profesor Lucio Tapia, apareció en 1916 en la
editorial de Andrés Botas. Su título era el siguiente: "Trilogía Heróica. Historia condensada del último movimiento libertario en
México.". (19) Como es lógico suponer, se trataba de nuevo de un texto apologético. Pero ahora las figuras centrales eran
Aquiles Serdán, Francisco I. Madero, y Venustiano Carranza. De las tres partes que conformaban el libro, las dedicadas a
Francisco I. Madero y Venustiano Carranza estaban firmadas por Krumm Heller y dado el tono del texto, estaba bastante claro
que eran de su absoluta responsabilidad.
De Madero hacía una breve biografía en la destacaban párrafos como los siguientes:
"...El desprecio a los bienes mundanos, como característica de todo filósofo, era en don Francisco una religión que formaba
triste contraste con la avaricia desmedida de toda su familia que, con raras excepciones, tiene como dios al becerro de oro...".
(20)
O estas líneas que describen la campaña política de Madero en l910:
"...y desde luego inició su formidable propaganda político-militar, la cual con rapidez increíble se fue propagando, cual incendio
voraz, a la sola presencia del caudillo, que con su verbo redentor conmovía las masas populares, armándolas con el fusil, único
que destroza y aniquila las tiranías y la metralla que fulmina la potencia del absolutismo...". (21)
Pero algo que llama la atención en dicho texto es la identificación de Madero como filósofo esotérico. Las inclinaciones
espiritistas de Madero eran de sobra conocidas, pero la caracterización de Krumm-Heller era bastante exagerada. Decía:
"Generalmente se ha creido que Madero fue un fanático espiritista que tenía como medium a su esposa y evocaba a los espíritus
para resolver los arduos problemas del Gobierno. Nada más falto de verdad: Madero fue un Hermetista Ilustrado, un Orientalista
distinguido, un alto iniciado en el esoterismo, un masón de gran talla que demostró en las pruebas morales a que fue sujetado,
conocimientos profundos de grandes filósofos de renombre mundial, como Kant, Spencer, Shopenhauer, así como autor de una
obra inédita, en la cual hace una crítica del libro sagrado de los budistas de Bagabat Gita. Era anticlerical porque conocía los
manejos funestos de la casta sacerdotal, pero sin embargo, profundamente cristiano...". (22)
Y una vez más Krumm Heller hacía referencia a cierta predestinación y a alguna fuerza oculta detrás de las acciones de su
biografiado pero ahora reproduciendo algunas cartas que Madero escribió a su padre en l910. El alemán citaba la prosa maderista
de la siguiente manera:
"...Ahora sí, ya no tengo la menor duda de que la Providencia guía mis pasos y me protege visiblemente pues en el hecho de
haber recibido su bendición, veo su mano, en la circunstancia de haberlo presentido tan claramente distingo su influencia,
percibo su modo de guiarme, de dirigirme, de alentarme...". (23)
Con esta misma predestinación, pero ahora con un claro trasfondo bíblico, Krumm Heller impregnó el siguiente apartado de este
libro. Su apología del movimiento comandado por Venustiano Carranza concluía de la siguiente manera:
"...El general Carranza y su pléyade de valientes, entraron triunfantes a la Capital de la República en agosto de l914.
Mas la reacción vencida aún alentaba...
Era preciso decapitarla.
Y así fue: El Primer Jefe del Ejército se trasladó a Veracruz para asestar al monstruo el golpe de gracia.
De la ciudad cuatro veces heróica, salieron, cual del Sinaí Revolucionario, los rayos de fuego y de metralla que aniquilaron al
villismo en Celaya y al zapatismo en México. Y entre el brillo deslumbrador de los disparos, entre el horrísono estruendo del
combate, en medio del clamor universal, el pueblo irredento recibía, en forma de importantísimos decretos, las nóvisimas
Tablas de la Ley. ¡Salve, Moisés del pueblo mexicano!...". (24)
Con este tipo de prosa, quedaba claro que el Dr. Krumm Heller no era sólo un apologista, o un militar semiescritor que
utilizaba su prosa para ensalsar a algún caudillo y así obtener cualquier beneficio. Mucho menos se trataba de un simple
espía o informante a sueldo, capaz de sólo interesarse por aquello que pudiera brindarle oportunidad de ascender en la
escala del poder; y menos aún de un interlocutor casual entre los movimientos de extrema derecha mexicano y el nazismo.

III
El Dr. Krumm Heller era un personaje mucho más complejo. Así lo demostrarían los otros dos libros que fueron publicados en
México por Ediciones Botas. El primero salió a la luz por primera vez en l909 y el segundo en l935. Se trata de dos libros, que se
han reeditado en diversas ocasiones —la última de las cuales data de l963— precisamente por ocuparse de temas de amplio
consumo popular: el esoterismo y la medicina alternativa.
El libro que Krumm Heller publicó en l909 llevaba el titulo de Conferencias esotéricas y el subtítulo de: La evolución del Planeta y
de las Razas Humanas. Curación de las enfermedades y Prolongación de la Vida por medio de Ejercicios Respiratorios. La
introducción a este conjunto de cuatro conferencias y muchos datos que aparecen sueltos a lo largo de las mismas, así como
entre la prosa de su segundo libro, permiten reconstruir un perfil bastante más completo de este sujeto. No es aquí en donde
conviene hacer un desglose exhaustivo de su pensamiento, ni mucho menos de sus ideas generales acerca de la evolución del
hombre, que de por sí son bastante alucinantes. Sin embargo, sí valdría la pena hacer un breve recuento de sus experiencias y
sobre todo de sus principales conceptos sobre México y los mexicanos, que en último término resultaron bastante congruentes
con sus actividades y la propagación de sus ideas.
En primer lugar, Arnoldo Krumm Heller provenía de una familia de origen germano que desde los inicios de la vida independiente
de México conocía estos territorios. Uno de sus bisabuelos viajó a este lado del Atlántico en fecha tan temprana como l823 para
dedicarse a la minería. Otro pariente suyo, Carl Bartholomaeus Heller, recorrió gran parte del país entre l845 y l848 con la
intensión de recolectar y estudiar plantas americanas vivas. Sus impresiones de viaje se publicaron en Leipzig en l853 bajo el
título de Reisen in Mexiko. Y es muy probable que la fama de Carl Bartholomaeus influyera en el afán aventurero del joven y
"bien-nacido alemán" Arnold Krumm Heller, quien a muy temprana edad viajó a México en pleno prolegómeno porfiriano. De aquí
siguió su ruta hacia Santiago de Chile, en donde al parecer cursó estudios de medicina y entró en contacto por primera vez con
los textos de Allan Kardec. Poco a poco se fue convirtiendo en un convencido espiritista que combinaba sus conocimientos de
medicina alopática y homeopática con actividades una tanto más esotéricas. La lectura de autores como León Denis, Eliphas
Levi, Estanislao de Guaita, Claudio de San Martin y los doctores Encausse (también conocido como el Mago Papus) y Blavatsky lo
fueron internando en el llamado hermetismo al mismo tiempo que participaba en la publicación de varias revistas sobre el tema
espiritista.
De Santiago de Chile viajó a Buenos Aires en donde trabajó por primera vez con la técnica de la osmoterapia, que consistía en
curaciones a través de esencias olfativas. De esta terapia se consideraría el fundador y sin duda fue uno de sus principales
impulsores. De la capital Argentina se trasladó de nuevo a México. Aquí siguió sus estudios esotéricos y entró en contacto con el
doctor Nicolás León Calderón. Con este médico-etnólogo se vinculó al conocimiento de la herbolaria y la medicina tradicional de
diversos grupos étnicos mexicanos, y compartió con él no sólo sus conocimientos médicos, sino también su enorme sabiduría
sobre cultos y ritos prehispánicos. El interés por estos asuntos llevó a Krumm Heller a estudiar algunos restos arqueológicos
primero en México y luego en Perú, en donde al parecer tuvo una experiencia iniciática. El mismo Krumm Heller la describió así:
"Me había internado al interior de Paucartambo, y al estar sentado en una de las ruinas más célebres contemplando a mi
alrededor ese panorama sublime, que sólo posee el país de los virreyes, me sobrevino una especie de vértigo, un éxtasis, en el
cual los misterios de la Naturaleza se desviaban ante mi vista: las vibraciones del Gran Todo se confundían en mí encontrándome
así simple microcosmo, en relación con el macrocosmo.
Yo celdilla hombre, encontrábame en relaciones con todo el Universo. Estado en el cual se comprende y se entrevé la grandeza de
la creación: se transporta uno desde las regiones de los efectos al mundo de las causas, bañándose en aquellas vibraciones de la
esencia divina, de una tranquilidad y felicidad indescriptibles.
Se sienten sanar, no sólo alumbrar, los rayos solares, y si se pudiera transcribir al papel todas las sensaciones, lo tomarían a uno
como alucinado.
No me importa: si el estudio de la Naturaleza en su esencia es estar loco, querido lector, entonces soy feliz con mi locura y
quiero estarlo cada día más...". (25)
Después de esto, durante dos años buscó orientación entre los ocultistas europeos más renombrados, asistiendo a congresos de
teosofía y de ciencias ocultas. Por otro lado le interesaba mucho la psicología por lo que viajó a Viena en donde al parecer entró
en contacto con Sigmund Freud. (26) De ahí siguió a París para asistir a varios cursos en la Escuela Hermética. Ahí conoció y
estudió con el Dr. Encausse (Papus) para después regresar a México una vez más. Corría el año de l908.
Decidió establecerse en la capital en donde puso un consultorio en la Calle del Empedradillo, muy cerca del Monte de Piedad.
Después de sus consultas, frecuentaba los círculos espiritistas mexicanos. Formó parte de la Junta Permamente del 2º Congreso
Espiritista en donde llegó a conocer a personajes como Alfonso Montenegro, José Salvadores Botas y Juan N. Arriaga quienes lo
presentaron a Francisco I. Madero. Al parecer la relación entre Krumm-Heller y Madero se estrechó lo suficiente como para que el
alemán se considerara el médico del apóstol. Sin embargo, en su mismo epistolario, Madero no parece opinar muy
favorablemente sobre ese grupo espiritista y su misma relación con Krumm Heller no aparece del todo clara. (27)
En aquel tiempo Krumm Heller fundó la Sociedad Naturista Mexicana, fungió como director del Hospital Victoria, recorrió
diversas zonas del país buscando "plantas sagradas" y se hizo de ciertos conocimientos terapéuticos tradicionales de algunos
grupos indígenas. También publicó varios artículos sobre Alemania en El Imparcial y dió a conocer muchas de sus ideas en la
revista que llevaba el comprometido título de "Rosa-Cruz".
En los primeros meses de 1909 llevó a cabo sus Conferencias Esotéricas que tuvieron cierto impacto en la sociedad capitalina.
Varias reseñas y algunas detracciones públicas de aquellas conferencias lo convirtieron en un personaje raro, distinto,
extravagante, y un tanto exótico, imagen que él mismo explotó con claros visos publicitarios.(28)
Es sabido que esta especie de estereotipo de extranjero culto y excéntrico tuvo muchos exponentes en aquel México de fines del
porfiriato. Sobre todo en el área de la medicina libre, en donde era muy frecuente encontrar métodos, terapias e incluso elíxires
que llevaban el nombre de algún sujeto de procedencia europea o norteamericana, con el que prácticamente se garantizaba su
rápida aceptación. (29) Desde ese punto de vista Krumm Heller no parecía ser una excepción. Sin embargo la fuerza de sus
convicciones, quizás la elocuencia con que permeaba sus argumentos, o quizás la misma ignorancia —o si se quiere candidez—
de su público hicieron que sus conferencias le dieran algún renombre en aquel México de l909.
Las ideas de Krumm Heller apelaban a la reunión del método científico positivista con algunos puntos centrales del hermetismo.
Su seudo-conocimiento enciclopédico parecía reunirse en una gran confusión que él mismo llamaba el Totum Revolutum, en la
que lo mismo hacía gala de ferviente religioso que de «ascéptico y científico». Vaya un botón de muestra:
"...no quiero decir que Dios se vale de medios científicos y naturales para hacer sus milagros, pero ¿por qué abrir un abismo
entre religión y ciencia? Con nuestros principios herméticos y empíricos tratamos de formar un lazo filosófico que una la religión
y la ciencia..." (30)

Lo mismo hacía referencia al darwinismo que al ocultismo, al hombre de Neanderthal que a los gigantes de la Atlántida, al tercer
ojo que a la teoría de los colores de Goethe. Lo que más llamaba la atención, sin embargo, fue la llamada "osmoterapia" que le
ganó algún reconocimiento entre los médicos de la época y que eventualmente lo llevara a escribir su libro más conocido: Entre el
incienso y la osmoterapia: Historia y apuntes para un sistema curativo por medio de las esencias odoríferas. Este texto apareció
hasta l935 y aunque su carácter entre esotérico y médico es un poco más sofisticado que el de sus Conferencias esotéricas,
ratifica muchas de las ideas iniciales que Krumm Heller ya enunciaba en l909.
Ya se apuntaba que estas ideas de Krumm Heller navegaban entre la ciencia positiva y el hermetismo. Por ello no era raro que su
visión de México estuviera plagada de anotaciones esotéricas. Su concepción de lo que él mismo llamó "mi segunda patria"
partía de las siguiente premisas:
"...La civilización de los Blancos partió del Oriente; se establece en Egipto; de Grecia pasa a Roma y más tarde llamamos el
cerebro del mundo a París. Pero ya París pierde su prestigio; ya ese cerebro está gastado y ha sido reemplazado por Berlín, que
no tendrá mucho tiempo el monopolio. Nueva York y Chicago se levantan...
... Es un hecho que la evolución de los pueblos en cuanto a civilización va siempre con la marcha del Sol, es decir de Oriente a
Poniente... ello es aplicable a cualquier ciudad: tomemos primero a París. La historia y los viejos cuadros nos enseñan que en los
siglos XVIII y XIX toda actividad de París tanto en sentido comercial como en el intelectual, se encontraba alrededor del Palias-
Royal y abajo, en el barrio latino; después Napoleón I va yéndose al Poniente, ha pasado a los grandes boulevards, después hacia
la Rue de la Paix y a la Plaza Vendome y sigue alrededor de la Opera y la Magdalena...el núcleo central ahora es la Place de
L'Etoile....
....Aquí en México es un hecho que el movimiento de la población en tiempo colonial fue por allá por el Oriente donde están hoy
la Santísima, la Calle del Seminario; el tribunal de la Santa Inquisición reinó en la Escuela de Medicina; ...Junto con la marcha del
sol, el movimiento de la población, el centro comercial y de actividad va yéndose hacia el Poniente, hacia la colonia Roma....En
cien años más la plaza central será Chapultepec y el centro comercial Tacubaya y Mixcoac; la plaza del Zócalo será un centro para
comprar libros viejos y en donde nuestros descendientes irán a conseguir préstamos de algún judío o agiotista taimado...". (31)
Pero lo que más tenía qué ver con su visión acerca de México eran sus conceptos sobre la evolución racial de la humanidad.
Decía:
"...desde la creación del hombre hemos pasado sólo por 3 razas raíces: La Lemuriana, La Atlanta y la Aria a que
pertenecemos...".
Según Krumm Heller de cada raza-raíz habían surgido diversas sub-razas. La tercera sub-raza aria fueron los Toltecas, que se
mezclaron con otra sub-raza, Los Mongoles,
"...que fueron los archipadres de los Aztecas y de consiguiente de muchos actuales mexicanos. Fue una raza que podemos llamar
hermosa: verdaderos gigantes, de color cobrizo, como nuestros actuales indios...
....esta raza carecía de olfato y por consiguiente, le era indiferente vivir en lugares infectos; su civilización llegó a una gran
altura; poseían buques aéreos, librando con ellos grandes batallas, fueron grandes químicos y agricultores...
....el imperio de los Toltecas sucumbió en la catástrofe diluviana, hace 850 mil años...". (32)
Pero las imaginaciones de Krumm Heller iban mucho más lejos, al grado de explicar la formación geológica de México de la
siguiente manera:
"...la catástrofe señalada es el hundimiento de la Atlántida que coincide con la formación de los actuales continentes. De este
hundimiento quedó en pie la parte que forma el istmo de Panamá hasta Yucatán, y parte de Oaxaca, donde se encuentran los
notables monumentos de la Cruz de Palenque, las Pirámides de Uxmal, etc. y esto es prueba evidente de que la civilización
azteca vino del Asia, por desmembramiento de la Atlántida, y no por el estrecho de Behring como lo suponen los
historiadores...". (33)
Y por último Krumm Heller mostraba un enorme optimismo afirmando que la última raza que poblaría la tierra sería la de una
humanidad perfecta, capaz de comunicarse telepáticamente, que según él, surgiría en el Valle de México con las siguientes
características:
"...Los hombres venideros no podrán encubrir, como en la actualidad lo hacen, sus malos sentimientos, no habrá engaños; la
mentira se conocerá sólo por tradición y todos, al ponerse en contacto por primera vez con una persona, verán sus más
recónditos pensamientos...
...Con esta elevación de sentimiento, porque todos se purificarán, la naturaleza dotará a la humanidad de los rasgos propios de
la nobleza interna y por consiguiente serán las mujeres ideal y angélicamente hermosas. Las dulzuras de sus contornos irán en
perfecta armonía con la exquisitez de su carácter femenino, donde reside la fuerza moral. No se verán cohibidas por las ridículas
actuales preocupaciones y exigencias sociales, sino que gozando las mismas prerrogativas que el hombre para la libre
manifestación de sus sentimientos, no estarán sujetas, como hoy lo están a ser la mercancía de aparador que espera el
momento de ser elegida por cualquier advenedizo para Mujer, no para compañera...". (34)
En el fondo del pensamiento alucinado de Krumm Heller no faltaban algunas ideas antisemitas ni prejuicios pro-germanos que
más adelante formarían parte de sus argumentos relacionados con el México posrevolucionario. También las raíces de su
antinorteamericanismo se encontraban en la reivindicación de las razas mexicanas, que desde el norte irían civilizando a los
pueblos del sur. Planteaba que la continuidad de la evolución humana hacia el poniente seguiría el siguiente rumbo:
"...La corriente magnética terrestre seguirá su marcha después de recorrer triunfante los países angloamericanos, para tocar
como un botón eléctrico la regeneración y el perfeccionamiento de la Raza-latina, haciendo luz para estos pueblos, que hasta
ahora han tenido que sufrir pacientemente los denuestos del sajón...Ingresará en primer término al país de las libertades
conquistadas por Hidalgo y redimido por Juárez, para dirigirse hacia el sur y abarcar los países de centro y Sudamérica...". (35)
Algo de lo que este personaje haría poco después de publicar estas conferencias ya se ha mencionado. Su condición de médico
militar, de posible espía y finalmente de representante de grupos de derecha secular nacionalista de los años treinta, podrían
enmarcarse con mayores justificaciones al entender que Krumm Heller fue un inmigrante un tanto sui géneris en la historia
mexicana de fines del siglo pasado y del presente. Un inmigrante que, a pesar de sus prejuicios y alucines particulares, vio en
México un país con futuro por sí mismo y no tanto por la intervención de influencias y valores extraños. Cierto que su fe en el
porvenir de México se encontraba matizada con innumerables desviaciones, pero también mezclado con su afán de
conocimientos alternativos.
En su último texto, él mismo hizo un balance de su actuación y de sus expectativas.
"Como coronel-médico y como diplomático, en los innumerables viajes por todos los países en los que me detuve largamente,
aproveché para hacer experimentos y pude emplear los conocimientos adquiridos poco a poco, con un éxito inesperado. Muchas
veces, cuando era médico de regimiento, al verme aparecer con mis perfumes, fui objeto de risa, pero muchos soldados me
agradecieron después, cuando fueron curados por mi método...
...A vosotros, los que os intereséis en este gran problema os dirijo un pedido: investigad, ayudad al progreso de los
conocimientos... Y si quisierais darme una gran alegría informadme por carta, de vuestras experiencias....". (36)
Si por lo menos hubiera dejado su dirección quizá hoy no nos seguiría intrigando tanto la personalidad de este inmigrante. Como
no creo en el más allá trataré de no interrumpir demasiado la búsqueda aquí donde dejó estos rastros de su esotérico
rompecabezas.
__________
1 Este trabajo se presentó en el Coloquio ¿Aguila o Sol? Historia de la experiencia inmigratoria en México Siglos XIX y XX
organizado por la Dirección de Estudios Históricos del INAH durante los días 28, 29 y 30 de septiembre y 1 de octubre de l993.
2 vid Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (AHSRE) exp. III-334-29 y Plenn, Jaime Harryson, Mexico
marches, N.York, The Bobbs-Merril Co. l939.
3 Un buen amigo, Mario Ojeda, bromeaba en este sentido diciendo que se trataba de una primera expresión de las doctrinas de
Nietschehualcóyotl, figura clave en el reino de los teutonacas.
4 Alicia Gojman posteriormente ha demostrado la importancia que "Los Camisas Doradas" tuvieron en el antisemitismo
mexicano, a la vez que continuó el seguimiento de dicho grupo y sus actividades en Estados Unidos hasta 1940. vid. Gojman,
Alicia, La Acción Revolucionaria Mexicanista. Los Camisas Doradas, 1934-1940, Tesis de doctorado, Facultad de Filosofía y
Letras, UNAM, 1998.
5 AHSRE exp. III-334-29
6 Von Mentz, Brígida, Verena Radkau, Daniela Spenser y Ricardo Pérez Montfort, Los empresarios alemanes, el Tercer Reich y la
oposición de derecha a Cárdenas Vols. I y II, CIESAS, México, l988.
7 Después resultó que no era chileno, sino que había vivido y trabajado como médico durante una larga temporada en América
Latina, principalmente en Peru, Chile, Argentina y Brasil.
8 AHSRE exp. 9-4-44.
9 En fecha tan temprana como l917.
10 AHSRE exp. 11-4- 23.
11 vid Katz, Friedrich, La Guerra Secreta en México Vol 2. México, ERA, l982, p.120.
12 ibid. nota 222 del Cap. IV.
13 ibid.
14 ibid. Mi impresión personal es que la División de Inteligencia alemana se pudo percatar de que muchas actitudes de Krumm
Heller poco tenían de discretas, por ello difícilmente se le debieron encargar asuntos delicados en el mundo del espionaje.
Friedrich Katz ha señalado que los sujetos identificados como "espías", si es que lo son, en general son los más ineptos.vid "El
espionaje mexicano en Estados Unidos durante la Revolución" en Eslabones: Revista semestral de estudios regionales No. 2,
julio/diciembre 1991, México.
15 ibid p.119.
16 vid "Estudio sobre el encarecimiento de la vida en la Ciudad de México" por Eduardo Fuentes, 15 de septiembre de l915,
CONDUMEX, Archivo Carranza Vol 1/115 Carp. 53 Doc 5861.
17 AHSRE exp. 3-19-2.
18 Krumm Heller, Arnold, et al, Memoria científica para la inauguración de la estatua de Alexander von Humboldt, obsequiada
por S. M. el emperador Guillermo II a la Nación Mexicana con motivo del Primer Centenario de su Independencia.Müller
Hermanos, México, l910.
19 Tapia, Lucio y Dr. Krumm Heller, Trilogía Heróica. Historia condensada del último movimiento libertario en México. Andrés
Botas Editor, México, l916.
20 ibid p.18.
21 ibid p. 19.
22 ibid p. 20.
23 ibid p. 23.
24 ibid p.50.
25 Krumm Heller, Dr. Arnold, Conferencias Esotéricas, Ediciones Botas, México, l909. p.15.
26 Al decir del mismo Krumm Heller, este contacto con Freud fue de colega a colega, y no como médico y paciente como pudiera
suponerse.
27 vid Madero, Francisco I. Epistolario (l900-l909) Tomo I, México, S H C P, l963, p.284.
28 El Imparcial febrero y marzo de l909.
29 La historia de este tipo de medicina asociada al esoterismo y a la "charlatanería" en México todavía está por hacerse, aunque
ya existen algunos estudios preliminares.- Vid. López Ramos, Sergio, Prensa, Cuerpo y Salud en el Siglo XIX Mexicano, Tesis
doctoral ENAH, l999.
30 Krumm Heller, Conferencias... p. 45.
31 ibid pp. 88-89.
32 ibid p.97.
33 ibid.
34 ibid pp. 102-103.
35 ibid p.104.
36 Krumm Heller, Del incienso... p.163.

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